Domingo XV del Tiempo Ordinario

Anuncio
Domingo XV del Tiempo Ordinario
Salió el sembrador a sembrar
(Mt 13,1-23)
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 16,15)
Yo, con mi apelación, vengo a tu presencia Y al despertar me saciaré de tu semblante.
ORACIÓN COLECTA
Oh Dios que muestras la luz de tu verdad, a los que andan extraviados, para que puedan volver
al camino, concede a todos los cristianos rechazar todo lo que es indigno de este nombre, y
cumplir cuanto en él se significa.
PRIMERA LECTURA (Is 55,10-11)
La lluvia hace germinar la tierra
Lectura del Libro de Isaías
Así dice el Señor: « Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de
empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al
que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi
voluntad y cumplirá mi encargo.»
SALMO RESPONSORIAL (Sal 64, 10. 11. 12-13. 14)
R/. La semilla cayó en tierra buena y dio fruto
Tú cuidas de la tierra, la riegas
y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales. R/.
Riegas los surcos, igualas los terrones,
tu llovizna los deja mullidos,
bendices sus brotes. R/.
Coronas el año con tus bienes,
tus carriles rezuman abundancia;
rezuman los pastos del páramo,
y las colinas se orlan de alegría. R/.
Las praderas se cubren de rebaños,
y los valles se visten de mieses,
que aclaman y cantan. R/.
SEGUNDA LECTURA (Rm 8, 18-23)
La creación expectante está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios
Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos
Hermanos: Considero que los trabajos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos
descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos
de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero
fue con la esperanza de que la creación misma se vería libre de la esclavitud de la corrupción,
para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que hasta hoy la
creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros,
que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser
hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya
La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo; quien lo encuentra vive para siempre.
R/. Aleluya, aleluya
EVANGELIO (Mt 13,1-23)
Salió el sembrador a sembrar
Lectura del Santo Evangelio según san Mateo
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que
subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla. Les habló mucho rato en
parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino;
vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía
tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó
y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto
cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos
que oiga.» Se le acercaron los discípulos y le preguntaron: «¿Por qué les hablas en parábolas?»
Él les contestó: «A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a
ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo
que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender.
Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: "Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con
los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado
los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse
para que yo los cure." ¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os
aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo
que oís y no lo oyeron.
Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador: Si uno escucha la palabra del reino sin
entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al
borde del camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría;
pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la
palabra, sucumbe.
Lo sembrado en zarzas significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la
seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el
que escucha la palabra y la entiende; ese dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por
uno.»
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, los dones de tu Iglesia en oración y concede a quienes van a recibirlos crecer
continuamente en santidad.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN (Sal 83,4-5)
Hasta el gorrión ha encontrado una casa, y la golondrina un nido, donde colocar sus polluelos;
tus altares, Señor de los ejércitos, rey y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa, alabándote
siempre.
o bien (Jn 6,37)
El que come mi Carne y bebe mi Sangre habita en mí y yo en él, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con esta eucaristía, te pedimos, Señor, que cuantas veces, celebremos este
sacramento se acreciente en nosotros el fruto de la salvación.
Lectio
Toda la Liturgia de la Palabra de este domingo es una invitación a una justa relación con la
Palabra, con el Verbo hecho carne. Hoy comienza el discurso parabólico de Jesús sobre el
misterio del reino. Es el tercero de los cinco grandes discursos del evangelio de Mt, y
comprende su capítulo trece con siete parábolas que se leen los domingos 15 a 17 de este ciclo
A.
El evangelio se puede dividir en tres partes.
1- parábola del sembrador (vv3-9 )
2- El Porqué y la finalidad de las parábola (vv10-17)
3- Interpretación de la parábola del sembrador (vv.18-23)
1. “salió el sembrador a sembrar” después de una breve introducción situacional, comienza la
narración de la parábola del sembrador en la que Jesús valora positivamente la eficacia de la
palabra del Reino, que es la semilla. Estamos ante una parábola que es balance final, como
respuesta de Cristo a quienes ponían en duda los resultados de su anuncio del Reino, debido al
rechazo de la Buena Nueva por parte de los judíos. reflexión que se hace también la primera
comunidad cristiana ante las dificultades que encuentra en la continuación de la misión de Jesús.
Aunque aparentemente los primeros resultados hablan de fracaso, la eficacia de la palabra de
Dios está asegurada, pues la tierra fértil compensa con creces la esterilidad de las otras tres
parcelas: el camino no germina por la dureza, el pedregal se agosta por falta de raigambre y la
zarza es ahogado por las espinas. El sembrador (Dios, Cristo, el apóstol) esparce
generosamente la semilla confiado en el éxito final.
Pero el protagonismo de la parábola no lo tiene el sembrador sino la semilla junto con el
terreno en que cae; pues el núcleo de la proclamación evangélica de este domingo es la eficacia
de la palabra, aunque condicionada en buena parte por los diversos grados de aceptación de la
misma por el oyente. Queda patente que son dos los factores determinantes de la salvación: el
primero y fundamental es la iniciativa de Dios que ofrece al hombre; y el segundo, la respuesta
afirmativa o negativa de éste, pues Dios respeta su libertad.
2.” Los secretos del Reino” en la segunda parte del evangelio los discípulos preguntan a Jesús:
¿Por qué hablas a la gente en parábolas? Y El les contesta: a vosotros se os ha concedido
conocer los secretos del reino de los cielos – es decir de Dios, cuyo nombre no pronuncia Mt
por respeto según la tradición judía_, y a ellos no. Y cita al profeta Isaías (6,9-10).
¿Por qué les hablaba en parábolas? El motivo de apelar al género parabólico hay que buscarlo
no tanto en la justicia, ni siquiera en la misericordia, cuanto en la discreción o pedagogía. La
escasa disposición intelectual y moral de los oyentes pedía para esto era que se les tamizase la
luz en la revelación de los misterios del Reino de Dios.
a) Lo sembrado al borde del camino y que comen los pájaros representa al que escucha la
palabra del reino sin entenderla; viene el maligno y roba lo sembrado en su corazón
endurecido y sin humus donde acoger la semilla.
b) Lo sembrado en pedregal, que brota en seguida y se agosta por falta de raíz, significa al
que escucha y acepta la palabra con prontitud y alegría; pero al carecer de sustrato no
tiene constancia y aguante en el momento de la dificultad y de la persecución a causa de
la palabra del Reino.
c) Lo sembrado entre zarza y abrojos que al crecer asfixian la semilla, refleja al que por los
afanes de la vida y la seducción del dinero y del consumismo ahoga y hace estéril la
palabra que escucha.
d) Finalmente, lo sembrado en tierra buena significa al que entiende y acepta con generoso
corazón la palabra que escucha. Este da fruto con perseverancia: treinta, sesenta y hasta
ciento por uno.
Apéndice
EXHORTACIÓN APOSTÓLICA
POSTSINODAL
VERBUM DOMINI
DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
SOBRE LA PALABRA DE DIOS EN LA VIDA Y EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA
La respuesta del hombre al Dios que habla
Llamados a entrar en la Alianza con Dios
22. Al subrayar la pluriformidad de la Palabra, hemos podido contemplar que Dios habla y
viene al encuentro del hombre de muy diversos modos, dándose a conocer en el diálogo. Como
han afirmado los Padres sinodales, «el diálogo, cuando se refiere a la Revelación, comporta el
primado de la Palabra de Dios dirigida al hombre».[71] El misterio de la Alianza expresa esta
relación entre Dios que llama con su Palabra y el hombre que responde, siendo claramente
consciente de que no se trata de un encuentro entre dos que están al mismo nivel; lo que
llamamos Antigua y Nueva Alianza no es un acuerdo entre dos partes iguales, sino puro don de
Dios. Mediante este don de su amor, supera toda distancia y nos convierte en sus «partners»,
llevando a cabo así el misterio nupcial de amor entre Cristo y la Iglesia. En esta visión, cada
hombre se presenta como el destinatario de la Palabra, interpelado y llamado a entrar en este
diálogo de amor mediante su respuesta libre. Dios nos ha hecho a cada uno capaces de escuchar
y responder a la Palabra divina. El hombre ha sido creado en la Palabra y vive en ella; no se
entiende a sí mismo si no se abre a este diálogo. La Palabra de Dios revela la naturaleza filial y
relacional de nuestra vida. Estamos verdaderamente llamados por gracia a conformarnos con
Cristo, el Hijo del Padre, y a ser transformados en Él.
Dialogar con Dios mediante sus palabras
24. La Palabra divina nos introduce a cada uno en el coloquio con el Señor: el Dios que habla
nos enseña cómo podemos hablar con Él. Pensamos espontáneamente en el Libro de los Salmos,
donde se nos ofrecen las palabras con que podemos dirigirnos a él, presentarle nuestra vida en
coloquio ante él y transformar así la vida misma en un movimiento hacia él. En los Salmos, en
efecto, encontramos toda la articulada gama de sentimientos que el hombre experimenta en su
propia existencia y que son presentados con sabiduría ante Dios; aquí se encuentran expresiones
de gozo y dolor, angustia y esperanza, temor y ansiedad. Además de los Salmos, hay también
muchos otros textos de la Sagrada Escritura que hablan del hombre que se dirige a Dios
mediante la oración de intercesión (cf. Ex 33,12-16), del canto de júbilo por la victoria (cf. Ex
15), o de lamento en el cumplimiento de la propia misión (cf. Jr 20,7-18). Así, la palabra que el
hombre dirige a Dios se hace también Palabra de Dios, confirmando el carácter dialogal de toda
la revelación cristiana, y toda la existencia del hombre se convierte en un diálogo con Dios que
habla y escucha, que llama y mueve nuestra vida. La Palabra de Dios revela aquí que toda la
existencia del hombre está bajo la llamada divina.
Descargar