http://www.scba.gov.ar/falloscompl/S...-04/c46039.doc

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En la ciudad de La Plata, a 4 de agosto de 1992,
habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en
el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden
de votación: doctores Vivanco, Laborde, San Martín, Pisano,
Mercader, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte
de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia
definitiva en la causa Ac. 46.039, “Acosta, Ramón Teófilo y
otro
contra
Clínica
Indarte
S.A.
y
otro.
Daños
y
perjuicios”.
A N T E C E D E N T E S
El Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y
Comercial nº 12 del Departamento Judicial de Morón hizo
lugar a la demanda condenando a los demandados a pagar una
indemnización por daños y perjuicios.
La Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial
-Sala
II-
del
mismo
Departamento
Judicial
confirmó
la
sentencia de primera instancia en cuanto había acogido la
pretensión de los actores modificándola en lo referente a
los rubros “valor vida” y “daño moral” por la muerte de la
hija del accionante.
La
parte
demandada
interpuso
recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley.
Dictada la providencia de autos y hallándose la
causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte
decidió plantear y votar la siguiente
C U E S T I O N
¿Es
fundado
el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley?
V O T A C I O N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Vivanco dijo:
1. Teófilo Ramón Acosta y Ramona Salustiana Miño
demandan a Wladimiro Wojtowicz y Clínica Indarte S.A. por
los
menoscabos
actores
como
materiales
consecuencia
y
del
morales
sufridos
tratamiento
por
los
recibido
por
Ramona Salustiana Miño en ocasión de ser atendida de un
embarazo.
El
Juez
de
primera
instancia
dictó
sentencia
haciendo lugar a la demanda condenando a los demandados a
pagar una indemnización por daños y perjuicios de A 150
para el demandado nombrado en primer término y de A 345
para el restante, intereses y costas.
La Cámara confirmó la sentencia en cuanto había
acogido la pretensión de los actores modificándola en lo
referente a los rubros “valor vida” y daño moral”, por la
muerte de la hija de los accionantes.
2. A fs. 581 recurre la parte demandada mediante
el recurso de inaplicabilidad de ley fundando el mismo en
la violación de normas procesales y de fondo y en el hecho
de haberse efectuado una apreciación absurda e irrazonable
de las probanzas de autos.
Expresa con referencia a la prueba pericial que:
a) “la sentencia de Cámara ha abdicado de su potestad en la
apreciación de la prueba pericial médica, conforme a las
reglas de la sana crítica, de acuerdo con lo preceptuado
por
el
art.
384
del
Código
Procesal.
De
tal
modo
ha
extraído sólo una serie de reproches al desempeño técnico
de mi parte, fruto de una lectura de la historia clínica
carente de buena fe, sin advertir que en ningún caso se
acreditó
debidamente
objeciones
efectos
la
formuladas
dañosos
que
a
relación
la
manda
causal
asistencia
resarcir”;
entre
brindada
b)
“el
y
las
los
decisorio
apelado ha atribuido autoridad a la peritación a partir de
la falta de impugnación de la misma..., atribuyendo a la no
impugnación de mi parte en la primera instancia efectos
admisivos
presumir
del
y
contenido
que
lesiona
del
informe
que
el
derecho
de
no
es
defensa
lícito
de
mi
representada. Más aún cuando el informe de la perito fue
objeto de sólido cuestionamiento al expresar agravios, del
que ninguno de los Jueces de la Cámara se hace cargo. De
tal modo ha violado el art. 474 del Código Procesal”; c)
“En virtud de tales yerros en la ponderación de la pericia,
el a quo ha incurrido en graves vicios de razonamiento que
lo
han
conducido
a
desvirtuar
las
normas
que
rigen
la
relación de causalidad entre un hecho y su consecuencia
imputando
a
mi
parte
perjuicios
que
no
guardan
nexo
adecuado de causalidad con la conducta que se reprocha, en
concreto a los arts. 901 al 906 del Código Civil”.
Continúa
diciendo
que
“en
cuanto
a
la
prueba
documental se viola un principio esencial en materia de
interpretación de la misma puesto que el decisorio atacado
responsabiliza a mi parte admitiendo el hallazgo de restos
placentarios en el útero de la actora que reputa probada a
partir de un parte quirúrgico que aparece en dos ejemplares
diversos que a pesar de corresponder al mismo acto y de
versar
sobre
el
mismo
episodio
guardan
significativa
diferencia. Opta por una de dichas piezas arbitrariamente
sin
que
la
menor
crítica
documental
justifique
la
preferencia”.
En cuanto a la carga probatoria entiende que se
ha efectuado una distribución arbitraria de la misma puesto
que “ha liberado a la demandada (sic rectius: actora) de la
obligación de probar el nexo causal entre los hechos que
reprocha a mi parte y el perjuicio que alega...”... “...Se
invierte
la
carga
de
la
prueba
en
materia
de
responsabilidad médica y por tanto... la relación entre un
hecho y el daño debe ser demostrada por el damnificado”.
Refiriéndose
pertenecen
al
al
suscripto)
resarcimiento
expresa
que
(los
“la
subrayados
sentencia
recurrida establece la cuantía del resarcimiento por la
muerte del ‘nasciturus' y por la incapacidad de la actora,
sin que se sepa qué relación guarda el monto indemnizatorio
con los presupuestos que se dicen considerar a tal fin.
Llega así a un resultado insusceptible de control de mérito
y razonabilidad violatorio de los arts. 1084, 1085 y 1086
del
Código
Civil”
ya
que:
“La
Suprema
Corte
provincial
tiene establecido como principio que para que el autor del
acto
ilícito
deba
responder
por
dicho
acto
no
basta
demostrar si existió culpa o imprudencia por omisión de
deberes legales y también daño a un tercero; -dado que- es
menester además probar que existió al respecto nexo causal
(S.C.B.A. Ac. 6957, 29-VI-65 y “Acuerdos y Sentencias”:
1965-II-332 y sig.). La doctrina legal -se dice- ha sido
desvirtuada en el sub examine”... “A (sic) quedado violada
además la prescripción del art. 375 del Código Procesal
Civil. En cuanto al quebrantamiento de la doctrina legal
aplicable
en
indemnizatorio
materia
y
lesión
de
determinación
constitucional
del
del
monto
derecho
de
propiedad, expresa el recurrente que: “la condena no se
ajusta a las exigencias de objetivación de los presupuestos
del perjuicio fijadas por la Suprema Corte de Buenos Aires
en la causa “Gallardo, Luis Alberto y otros c/ Ministerio
de
Salud
de
la
Pcia.
de
Buenos
Aires”
(“Acuerdos
y
Sentencias”: 1985-I-476)”.
“Debe tenerse presente que la casación provincial
tiene establecido que la indemnización en caso de muerte de
hijo se debe a título de chance”.
“La Suprema Corte provincial ha juzgado en la
causa “Brandan c/Bonifacio Hnos.”, Ac. 21.962 del 20-X-76,
E.D. t. 72-130 que en caso de muerte de un hijo menor lo
que
debe
resarcirse
es
el
daño
futuro
cierto
que
corresponde a la esperanza con contenido económico, que
constituye para una familia modesta, la vida de un hijo
muerto
a
consecuencia
de
un
hecho
ilícito,
ese
resarcimiento cabe, si no a título de lucro cesante, por lo
menos como pérdida de la chance u oportunidad de que en el
futuro,
de
posibilidad
vivir
de
el
una
menor,
ayuda
o
se
hubiere
sostén
concretado
económico
para
la
sus
padres”.
“Como vemos esa doctrina legal resulta también
quebrantada toda vez que se suministra una indemnización
capaz
de
generar
una
renta
superior
a
toda
estimación
pecuniaria de la ayuda esperable por los padres por parte
de la niña fallecida”.
Argumenta:
“Adviértese
la
irrazonabilidad
del
monto que depara a la reclamante una renta cierta durante
el resto de su espectativa de vida que alcanza a la suma de
novecientos mil australes en valores del 30 de abril de
1990”.
Afirma además que: “Si tenemos en cuenta que la
única
incapacidad
funcional
perceptible
consiste
en
la
imposibilidad de engendrar, que sólo habrá de prolongarse
hasta la menopausia o sea aproximadamente diez años más y
que la actora no está discapacitada para tarea alguna, ni
siquiera
para
advierte
la
desarrollar
absoluta
una
vida
sexual
irrazonabilidad
normal,
del
se
monto
indemnizatorio” y que “Ello sin contar que los antecedentes
de la actora llevan a presumir fundadamente su renuncia a
la
maternidad
futura
atento
a
los
dos
abortos
ilegales
practicados en su madurez y el uso de DIU que le generó
lesiones demostradas en autos, extremos que no permiten
suponer una disposición futura para la maternidad por la
reclamante”.
3. Juzgo que el recurso no puede prosperar.
En cuanto a las aseveraciones acerca de la carga
probatoria y al resarcimiento, es doctrina de la Corte que
la revisión de los hechos y prueba por vía del recurso
extraordinario
cuando
los
apreciación
de
inaplicabilidad
jueces
de
de
los
grado
mismos
han
de
ley
incurrido
(“Acuerdos
y
sólo
procede
en
absurda
Sentencias”:
1987-V-498, etc.).
Es del caso reconocer el meritorio empeño puesto
por
el
recurrente
en
aras
a
poner
de
manifiesto
esta
anomalía, consiguiendo solamente dejar en claro su punto de
vista, insuficiente en sí mismo para que la Corte habilite
su sede casatoria en materia que le es impropia.
Es
verdad
que
la
valoración
de
la
prueba
realizada por la alzada puede resultar discutible o poco
convincente a la luz de los intereses de las partes, pero
ello
no
desde
es
que
suficiente
no
basta
interpretación
de
el
los
para
descalificarla
disenso
hechos
producto
y
las
por
absurda,
la
personal
de
pruebas
(art.
279,
C.P.C. y su doctrina, causa Ac. 43.538 del 12-VI-90, entre
otras), puesto que por absurdo se entiende el error grave y
ostensible
que
se
comete
en
la
conceptuación,
juicio
y
raciocinio, al analizar, interpretar o valorar las pruebas
o
los
hechos
tergiversación
susceptibles
de
las
reglas
de
llegar
de
la
a
sana
serlo,
con
crítica
en
violación de las normas procesales aplicables, de todo lo
cual resulta una conclusión contradictoria e incoherente en
el orden lógico formal e insostenible en la discriminación
axiológica (causa Ac. 45.177 del 30-IV-91, entre muchas).
Es
del
caso
destacar
que
la
Corte
tiene
establecido con referencia a la responsabilidad médica que
la misma constituye parte especial de la responsabilidad
profesional y al igual que éste se halla sometida a los
mismos principios que la responsabilidad en general, siendo
erróneo considerar que el médico sólo debe responder en
casos de “falta notoria de pericia, grave negligencia o
imprudencia, ignorancia inexcusable, grosera inadvertencia,
graves errores de diagnóstico y tratamiento (conf. causas
Ac.
37.102,
sent.
del
22-XII-87;
Ac.
32.597,
sent.
del
13-X-88; Ac. 38.111, sent. del 25-X-88, etc.).
En
probatoria
cuanto
del
al
daño,
punto
en
3
referido
primera
a
la
carga
instancia
se
había
establecido que: “...cuando la obligación es de ‘medios' el
deudor
está
constreñido
a
prestar
una
conducta
que
razonablemente conducirá a un resultado... y por lo tanto,
la omisión de esa conducta constituye la culpa, es decir,
en este último tipo de deberes (los de medios) al acreedor
incumbe la prueba de la culpa pues ésta consiste en el
incumplimiento”.
En la sentencia de Cámara se dice que: a) “es a
cargo de quien reclama el resarcimiento la prueba de su
crédito ‘a la salud' y del daño referido, y es a cargo del
demandado -médico o sanatorio- la prueba de que cumplió con
la atención debida y del casus como origen del perjuicio.
No produciendo el accionado estas probanzas se mantienen
las presunciones sobre el incumplimiento, antijuridicidad
imputable a título de culpa y causación del daño”.
Sostienen que “probado el contrato fuente de la
relación
y
del
crédito,
y
probado
el
daño
por
el
accionante, ha de ser el demandado quien deba demostrar
acabadamente el cumplimiento”.
Con anterioridad a esto la Cámara había expresado
al referirse a las historias clínicas que: b) ...”dicho
documento -específicamente el labrado en Clínica Indarte
S.A. ostenta importantes omisiones, situación que a (su)
criterio, en modo alguno puede perjudicar a la reclamante,
pues
reconocida
la
especial
relevancia
de
los
asientos
médicos... el obrar omisivo de la demandada dificulta o
entorpece a la actora para determinar la culpa del galeno;
que c) ...”se ha quebrantado un deber de colaboración del
demandado en facilitar la prueba, sea del obrar culposo,
fuere
del
obrar
perjudicarse
en
impecable,
ausencia
de
con
lo
que
sólo
acreditación
de
él
uno
puede
y
otro
extremo ya que el cumplimiento de la carga de la otra parte
se vio obstaculizado por el accionar suyo, que de por sí es
negligente, dado que le era exigible la aportación de datos
para
coadyuvar
hechos
de
la
a
la
difícil
naturaleza
de
actividad
los
que
esclarecedora
se
trata...”
de
(los
subrayados me pertenecen).
Indudablemente
en
estos
párrafos
se
deslizan
aparentes contradicciones quedando finalmente clarificado
que la carga de la prueba es del actor y que al demandado
se le atribuye, ante las circunstancias de la causa un
deber de cooperación para su elucidación.
Lo que se pone en manos del profesional no es el
tener que demostrar su actuar diligente, sino el que ante
lo
incompleto
de
la
historia
clínica
debe
aportar
al
proceso los datos faltantes en la misma, que dependiendo de
él que tuvo en sus manos el tratamiento de la paciente, al
no
ser
arrimados
al
proceso,
crean
en
su
contra
una
presunción de verdad sobre su conducta antiprofesional que
a él corresponde desvirtuar.
Con relación al nexo causal, está suficientemente
acreditado mediante la prueba pericial arrimada al proceso.
En
cuanto
al
punto
4:
la
cuantía
del
resarcimiento, también es una cuestión propia de los jueces
de grado, siendo por lo tanto irrevisible en casación salvo
absurdo, anomalía que aquí no se manifiesta.
Hay
que
tener
en
cuenta
que
el
quantum
está
constituido por y desde dos perspectivas distintas que son:
el daño al hijo y su consecuencia y el daño a la madre y su
consecuencia,
por
lo
que
dada esta
dualidad
de
fuentes
juzgo razonable y lógico lo estipulado en la sentencia de
Cámara.
La
doctrina
legal
mencionada
como
infringida,
(puntos b, c y d) no lo es. La primera por cuanto está
probado el nexo causal cuestión de hecho valorado por la
Cámara, la segunda y la tercera se refieren a los criterios
utilizados
para
la
fijación
de
la
indemnización
por
la
muerte de un hijo lo que no surge haberse conculcado en
autos.
He de destacar que las alegaciones referentes a
la
inaplicabilidad
mencionan
están
interpretación
recurrente
o
en
el
del
por
violación
lo
caso,
de
las
normas
concatenadas
material
fáctico
que
existiendo
no
a
que
la
que
distinta
realiza
las
se
el
anomalías
denunciadas quedan sin sustento dichos agravios.
La Corte ha expresado que determinar si concurren
o
no
las
aplicación
circunstancias
una
o
condiciones
determinada
norma
o
que
tornan
precepto
de
jurídico
constituye una cuestión de hecho sólo revisable en casación
si se alega y demuestra la existencia de absurdo (“Acuerdos
y Sentencias”: 1988-II-p. 639).
En conclusión, no media en la causa ningún caso
de absurda valoración fáctica puesto que en el fallo se
evidencia un estudio lógico y razonado de los elementos que
lo
integran
como
asimismo
la
coherencia
y
ponderación
inherente a la conciencia jurídica y profesional que exige
la ley (causa Ac. 35.415 del 17-XII-85, entre otras).
Por todo lo expuesto voto por la negativa.
Los señores jueces doctores Laborde, San Martín,
Pisano y Mercader, por los mismos fundamentos del señor
Juez doctor Vivanco, votaron también por negativa.
Con
lo
que
terminó
el
acuerdo,
dictándose
la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se
rechaza el recurso extraordinario interpuesto; con costas
(art. 289, C.P.C.C.).
El depósito previo efectuado queda perdido para
el recurrente (art. 294, C.P.C.C.), debiendo el tribunal
dar
cumplimiento
a
lo
dispuesto
por
el
art.
2º
de
la
Resolución 760/68, modificado por la Resolución 868/77 y de
conformidad con la Resolución 119/86.
Notifíquese y devuélvase.
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