En la Argentina, cuya matriz energética depende

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Junio de 2005
Petróleo, estado y soberanía. Hacia la empresa multiestatal latinoamericana de
hidrocarburos, de Federico Bernal (Editorial Biblos, 2005)
Artículo: Política energética nacional o abismo (I)
Autor: Federico Bernal *
¿Qué intereses privilegiar?
La Argentina cuenta con un horizonte de reservas comprobadas de petróleo y gas natural de 8,6
y 9,4 años respectivamente. Presenta, asimismo, el agravante de ser un país hidrocarburífero
dependiente, es decir, un 90,3% de la oferta de energía primaria proviene de dichos recursos.
En 2005, la generación de energía eléctrica nacional fue de 92.176 Gw/hora (5,8% de aumento
con respecto al 2004) y su consumo de 87.778,5 Gw/hora. Del total, un 55% fue aportado por
termoeléctricas (alimentadas mayormente a base a gas natural) y un 40% entre centrales
hidroeléctricas (31%) y nucleoeléctricas (9%).
Analistas energéticos de variada estirpe coinciden en señalar que en 2005 la producción de
crudo cayó un 5,2% y la de gas un 1,4% respecto de 2004. Por su parte, especialistas del
Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG) y empresarios del sector abrazan iguales cifras
y responsabilizan la angustiante realidad a la creciente madurez de los yacimientos productivos
y a la falta de incorporación de nuevos descubrimientos. Para ellos, la solución pasa por ampliar
las fronteras de exploración, o bien, resignarse a comprar hidrocarburos en el exterior. No
obstante, puntualizan que la viabilidad de la primera alternativa dependerá de la concreción de
alianzas estratégicas entre el sector privado y el Estado nacional. Esto es, sin la participación
estatal no habrá inversiones en cuencas improductivas.
Ahora bien, ¿es correcto analizar esta cuestión en base a estadísticas abstractas o a los
discursos de los petroleros? ¿Acaso no resulta crítico comenzar por estudiar la diferencia entre
los intereses empresariales y los nacionales? Para identificar aquellas políticas energéticas
contrarias al desarrollo sustentable 1 es necesario de la reflexión sincera y objetiva. Por ejemplo,
se omite que la producción de crudo viene cayendo sin pausa desde 1998, año que alcanzamos
el pico de extracción y que de no haber mediado una explotación irracional, debería haberse
tocado recién en 2010. De igual forma, nada se dice de la relación entre producción y reservas
certificadas, cuyo detrimento en perjuicio de esta última se disparó a partir de 1989. Para el gas
natural, se olvida que desde 1991 los volúmenes de extracción superaron los de reservas,
tendencia vigente (Secretaría de Energía).
Asimismo, se oculta que muy a pesar de la declinación de las reservas, de la atrasada matriz
energética y de la carencia de acceso al gas natural por redes para el 40% de los argentinos, se
permite exportar un 25% del petróleo y un 15% del gas extraídos. En relación a la energía
eléctrica, 2 millones de compatriotas se privan involuntariamente de este servicio esencial, pero
el 66,7% de las empresas del sector consideran adecuada la capacidad instalada. Sin duda
alguna, gravísimas incongruencias.
Inversiones umbilicales
Efectivamente, el último Informe Indicador Sintético de Energía (ISE) del Instituto Nacional de
Estadísticas y Censos de la República Argentina (INDEC-abril de 2006) evidencia la amenaza a la
que nos enfrentamos las generaciones presentes y futuras. Un 42,9% de las firmas gasíferas y
un 87,5% de las petroleras exportarán en los meses sucesivos. En cuanto a inversiones en el
segundo trimestre, el 57,1% de las firmas pertenecientes al sector petrolero tienen previsto
desembolsar iguales montos que en períodos anteriores, mientras que el 21,5% prevé realizar
1
Según el documento “Commission on Environmental and Development” (Ginebra, 1987), desarrollo sustentable es
aquel capaz de satisfacer las necesidades de la actual generación, sin amenazar las correspondientes a las generaciones
futuras, dejándoles a las mismas la opción de elegir su propio estilo de vida.
nuevas inversiones y el 21,4% restante no tiene previsto ejecutarlas. Ahora bien, analizando
más puntillosamente el destino de los desembolsos, merece destacarse que el 33,4% se
orientará a mejorar la calidad del producto o servicio [marketing], el 29,2% a optimizar el
aprovechamiento de insumos, el 13,9% a aumentar su participación en el mercado interno
[marketing], el 9,7% a aumentar la producción e igual magnitud a competir con el exterior.
En el sector gasífero, durante el segundo trimestre, el 83,3% de las firmas consultadas prevén
realizar nuevas inversiones, aunque de ese porcentaje, prácticamente la mitad se orientará a
aumentar la producción y el restante porcentaje a marketing. En el sector de electricidad, el
50% de las empresas relevadas no tienen previsto realizar inversiones productivas en el
segundo trimestre del año. En cuanto al destino, el 75% se orientará a marketing y el 25%
restante a aumentar la producción.
La Argentina agotará sus reservas de hidrocarburos entre 2013 y 2015. En sintonía con un
reciente anuncio emitido por el INDEC: “las empresas multinacionales registran ganancias récord
–superan las obtenidas en los 90–, pero reinvierten menos del 10% de las utilidades”, el destino
de las inversiones y las ganancias, la liquidación del 70% de las divisas en el exterior, el
resurgimiento de la falsa dicotomía provincias-Estado Nacional y la continuidad de las
exportaciones lejos están de atenuar la escasez mencionada o de resolver el problema de fondo.
Estas empresas conocen perfectamente que sólo el 3% de las cuencas sedimentarias argentinas
corresponde a lotes de bajo riesgo, esto es, zonas comercialmente explotables. Por tal motivo
resulta claro por qué invertirán migajas del presupuesto total en exploración de nuevos pozos
(siempre y cuando sean auxiliados por el Estado). Las inversiones se destinan a satisfacer sus
propias necesidades; no ven más allá de su propio ombligo.
* Bioquímico y biotecnólogo (UBA), autor del libro Petróleo, Estado y Soberanía: hacia la
empresa multiestatal latinoamericana de hidrocarburos (Biblos, Mayo 2005). Investigador del
Instituto de Investigación en Ciencias Sociales (IDICSO-USAL). Conductor del programa
televisivo Conciencia y Energía.
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