EL ACEBO-PONFERRADA

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Mi Camino (de Santiago)
El Acebo-Ponferrada
El peregrino ha dormido bien a pesar de la baja
temperatura reinante en el interior del albergue.
Una ventana, poco más que un ventanuco, que ha
estado abierta toda la noche y es utilizada como
ventilación ha sido la culpable.
Por un tramo de carretera y otro de sendero por
zona pizarrosa se llega a Riego de Ambrós que
dispone de albergue y poco más. El sendero que
desde el pueblo lleva a la carretera es de piso y
perfil complicado por lo que exige atención al
caminante.
El peregrino va entretenido, se despista, pierde la
flecha amarilla, y sigue carretera abajo hasta Molinaseca. Sin quererlo ha elegido la mejor opción:
poco tráfico y una pendiente aceptable; las personas que suben ó bajan, paseando ó haciendo
footing, dan fé de ello.
El sendero permite ganar unos cientos de metros
pero en algunos tramos su pendiente es muy pronunciada lo que unido al piso pedregoso obligan a
tener la máxima prudencia.
La mañana está fresca por lo que mucho se agradece que el bar ya esté abierto para entonarse con
el café mañanero.
Entre luces ya se divisa Ponferrada a la izquierda
y las torres de refrigeración de la central térmica a
la derecha.
Se llega a Molinaseca, que es un bonito pueblo,
tras salvar un desnivel de casi mil metros desde el
punto más alto cercano a las instalaciones militares; por su cercanía es muy visitado por los residentes en Ponferrada y ofrece todo tipo de servicios. Se entra por un hermoso puente y tras cruzar
el pueblo se vuelve a salir a la carretera en la que
a un kilómetro, aproximadamente, está situado el
albergue.
Dispone de literas en el exterior no se sabe si para
peregrinos con claustrofobia ó que no soporten los
ronquidos ó para aumentar la capacidad. Lo que
es seguro es que nadie podrá decir que el calor no
le ha dejado pegar ojo.
El peregrino sigue carretera adelante hasta la flecha que le desvía hacia Campo siempre con Ponferrrada en el horizonte. Este desvío obliga al
peregrino a realizar algún kilómetro más que si
siguiese carretera adelante así que, desconocido
lector, llegado a este punto tú debes tomar la decisión: carretera ó desvío.
Antes del mediodía y con el sol luciendo en todo
lo alto llega el peregrino a Ponferrada coincidiendo con unos esforzados atletas que participan en
una competición local; la subida cercana a la Oficina de Turismo se les hace a algunos insufrible
por la cara que ponen; no cabe duda que el peregrino va en mejores condiciones.
Recoge alguna información turística y se dirige al
albergue para ponerse en la fila de los que ya
están esperando su apertura (a las 13 horas).
Salvo quienes han hecho noche en Riego, El Acebo ó Manjarín los demás que a esa hora esperan
son aquellos que se incorporan, descansados, al
Camino y van a quitarles una cama a quienes,
cansados, llegarán más tarde procedentes de Rabanal ó Foncebadón. A partir de aquí esta situación se va a dar un día sí y otro tambien.
principal y con literas en el sótano, buenos servicios, calefacción, cocina y amplia sala de estar.
Infinitamente mejor que los que el peregrino se va
a encontrar en Galicia. Que tome nota la Xunta.
El peregrino no ha podido hacer el día anterior la
colada así que aprovecha el tiempo soleado para
dar un buen repaso a todo lo pendiente y conseguir que el secado sea completo.
Terminadas estas labores, tan necesarias como tediosas, llega el momento de la comida (6 €) en la
Sociedad La Obrera, un bar cercano al albergue al
que acude por recomendación de uno de los hospitaleros. Allí coincide con otros peregrinos con
los que comparte mesa, mantel y conversación.
Tras la comida, con muy buena relación precio/calidad, el buen tiempo invita a disfrutar de la
tarde y continuar la conversación en una de las
numerosas terrazas dispersas por la ciudad.
Aún queda tiempo para pasear la ciudad, sin prisa,
y a la anochecida regresar al albergue que ya se ha
completado sobre todo con ciclistas que han ido
llegando a la caída de la tarde..
Un rato de charla en la zona de descanso y a dormir que aunque la etapa ha sido corta aún se nota
el cansancio del día anterior.
El albergue es municipal, de donativo, aunque
uno de los hospitaleros, muy sonriente pero muy
firme, les va recordando a los peregrinos, uno a
uno, que dejen 3 € para el sostenimiento del albergue. ¿Tan tacaños son algunos que hay que recordárselo de esta manera?.
Se trata de un albergue de reciente construcción
con habitaciones de cuatro plazas en la planta
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