Evaluación del “Taller de lectura, escritura y oralidad” y “Taller de

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DISEÑO CURRICULAR
FORMACIÓN DOCENTE DE LOS NIVELES INICIAL Y PRIMARIA
ACERCA DE LA EVALUACIÓN
CAMPO DE LA ACTUALIZACIÓN FORMATIVA
Evaluación del “Taller de lectura, escritura y oralidad” , “Taller
de pensamiento lógico matemático” y “Taller de definición
institucional
En las actuales circunstancias, en que se está aplicando un nuevo
Diseño Curricular para la Formación Docente de los Niveles Inicial y Primaria,
el tema de la evaluación suscita una serie de dudas e interrogantes al
momento de tomar decisiones, sobre todo en los talleres que nos ocupan.
Para abordar el tema, haremos algunas apreciaciones respecto de qué es
evaluar, qué significa evaluar un taller y qué lugar ocupa en estos procesos los
acuerdos, que con relación a la evaluación, surgen en el seno de las
instituciones.
Respecto de la concepción de evaluación, entendemos que es el punto
de partida ineludible ya que condiciona las ulteriores decisiones que se tomen
acerca de ella. Jorge Steiman1 señala que los procesos de evaluación que se
realizan en el ámbito áulico, están referidos específicamente al enseñar y
aprender y, por eso llama a este proceso “evaluación didáctica”. Y la define
como:
“…un proceso que, a partir del conocimiento y comprensión de cierta
información, permite, desde una actitud dialógica, emitir un juicio de valor
acerca de las prácticas de enseñanza y/o las prácticas de aprendizaje en un
contexto sociohistórico determinado … y que posibilita tanto tomar decisiones
referidas a las prácticas de referencia como exige comunicar … -por medio de
enunciados argumentativos- el juicio de valor emitido y las orientaciones que,
derivadas de éste, resulten necesarios para la mejora de la práctica”.
Hablar de la evaluación como un proceso es hacer referencia a que
involucra una serie de acciones que se desarrollan en el tiempo y que se
integran entre si y no a acciones desarticuladas y fragmentadas. Así, la
evaluación deja de ser
un momento terminal centrado en los resultados
finales, para trasformarse en un continuo, en un acompañamiento formativo.
Se trata de enfocar la mirada en los logros y dificultades que se van
1
Steiman, J.: Más didáctica (en la educación superior). Miño y Dávila, Buenos Aires, 2008.
presentando para obtener información que permita retroalimentar el accionar
tanto de los docentes como de los alumnos.
La evaluación así entendida, permite al docente conocer e interpretar el
trayecto de sus alumnos en la construcción del conocimiento y ajustar su
propio accionar a estos datos y a los alumnos, a tomar conciencia de su propio
proceso. Los estudiantes deben también conocerlo y comprenderlo para
aprender así a autoevaluarse.
En definitiva, se trata de interpretar un conjunto de informaciones,
obtenidas desde una actitud dialógica, que posibilite a estudiantes y docentes,
la posterior toma de decisiones.
En el caso Campo de Actualización Formativa, constituye un espacio
propedéutico que pretende, tal como lo señala el Diseño Curricular, “…resolver
la tensión entre la situación y las condiciones de la generalidad de los
ingresantes y el recorrido de la formación…”
y se estructura, entonces,
alrededor de la siguiente pregunta central: “¿Qué aspectos de la formación
previa es necesario profundizar para transitar la formación docente?”.
Señala en relación a este campo:
“El Campo de Actualización Formativa debe hacer especial hincapié en la
necesidad de fortalecer la identidad y la especificidad de la Formación Docente
como práctica de educación superior, la cual no puede reducirla a una
prolongación …de la escolaridad secundaria.”
y agrega respecto del modo de trabajarlo
“…es necesario articular la propuesta y el proceso formativo con las
condiciones concretas de los sujetos y sus trayectorias subjetivas de
educación”.
“…es función del mismo dar respuesta a los saberes que requiere el ingresante
para ser artífice de su propio proceso de formación”.
Es justamente el formato de taller el que mejor posibilita llevar adelante
esta propuesta, que no parte de las “incompletitudes” sino de las
“potencialidades” del estudiante que está ingresando. En estos talleres, al igual
que en el estudio de un artesano, se espera un trabajo de producción, de
elaboración, de transformación; a partir de lo que el alumno sabe. Lo que no
se espera es que el docente exponga contenidos de lengua, matemáticas u
otros que el alumno no posee sino que estructure actividades que permitan,
por ejemplo:

articular diversas estrategias de aprendizaje con las materias del primer
año de la carrera

posibilitar la participación activa del alumno y el trabajo grupal (incluido
en esto la propuesta de actividades por parte de los alumnos)

poner en juego los saberes que los alumnos ya poseen como es la
resolución de casos, la presentación y elaboración de situaciones
problemáticas

el debate de ideas, el intercambio de puntos de vista

el trabajo y aprendizaje colaborativo

la reflexión metacognitiva
Se trata de promover la comprensión, el aprendizaje profundo y la
transferencia mediante una apuesta a una mayor actividad e involucramiento
del alumno y un aumento del grado de conciencia y control sobre su proceso
de aprendizaje. Tal como lo sostiene Freire, la educación es debate,
intercambio de ideas, diálogo, respeto, reflexión y crítica. Hay siempre una coconstrucción del conocimiento entre educadores y educandos.
Así trabajado el taller, las actividades que en el se realizan constituyen,
para el profesor, una oportunidad para entrar en diálogo con los alumnos,
obtener información acerca de sus progresos o dificultades…en definitiva, una
oportunidad para evaluar.
Por lo dicho, se puede concluir que lo importante en la evaluación de
estos talleres, es el seguimiento y acompañamiento del proceso. Este
seguimiento permite registrar y revisar la marcha del taller tanto en lo que hace
a la dinámica grupal como al estilo y características de la producción de los
alumnos.
Sin embargo…es preciso calificar y la calificación, al igual que la
evaluación, es un proceso. No obstante, no siempre se evalúa para calificar. No
se califica cuando se busca obtener información acerca del punto de partida,
de los saberes previos, de las dificultades que presenta uno u otro tema. Pero,
para calificar, es necesario recorrer ese camino. De no ser así, la calificación
solo aportaría información acerca del rendimiento del alumno en una escala
numérica y esto solo le sirve a la estructura institucional pero no informa a los
alumnos acerca de qué y el por qué de su desempeño y, menos aún, lo que
debería modificar.
Como lo señala Steiman
“Pero la sola nota no orienta al desaprobado ni, a los que obtuvieron
calificaciones bajas. La nota no resuelve el problema de reorientar el proceso
de aprender… y es más que nada en estos casos, en que se hace necesario
otro tipo de devolución
Es preciso entonces, hacer una devolución que señale al alumno dónde
estuvieron sus errores y lo oriente para superarlos. Esto torna a la evaluación
en educativa, ya que tiene en cuenta todo el proceso seguido por el alumno
desde el comienzo hasta el final, con el propósito de mejorarlo.
El posicionamiento conceptual precedente, deberá enmarcar las
decisiones que respecto a la evaluación de los tres Talleres,
tomarán los
docentes a cargo de los mismos.
Sin ánimo de ser prescriptivos, se sugiere considerar los siguientes
aspectos en relación a la acreditación de cada uno de los Talleres:

A los efectos de establecer criterios comunes, al término de la cursada,
la acreditación se alcanzará con 4 puntos.

Los
estudiantes
que
no
alcanzaren
dicha
calificación,
tendrán
oportunidad de acreditar mediante la presentación de un trabajo, cuyo
recorte y características será decisión del docente dictante, en las dos
semanas posteriores a la finalización de la cursada, en la fecha que para
el efecto disponga la Dirección del Instituto.

Para el caso en que en las anteriores instancias, los estudiantes no
logren la acreditación, deberán presentar en
turno de examen, un
trabajo que de cuenta del itinerario completo recorrido en el Taller, con
profundización en las áreas que, por relevamiento diagnóstico, decida el
docente.

Todas las instancias de acreditación, estarán a cargo del docente
dictante del taller.

La posibilidad de volver a cursar el taller, debe considerarse un derecho
que le asiste a los estudiantes
siempre y cuando las instancias
anteriores hayan sido transitadas.
Finalmente, es importante destacar que la evaluación de los talleres del
Campo de la Actualización Formativa, es un tema que merece una reflexión
profunda y una revisión de los criterios planteados en el Plan de Evaluación
Institucional. Es en el seno de las instituciones donde deberán hacerse los
acuerdos y
tomarse las decisiones que se consideren pertinentes. Estos
procesos institucionales son de capital importancia para esta Dirección, que
apuesta a la participación de todos los actores en la toma de decisiones.
DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN SUPERIOR, 22 de octubre de 2008
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