La Participación Política de las Mujeres en Oaxaca Eugenia Mata IDEMO, AC Cuando hablamos de participación política, casi siempre la asociamos al quehacer de los partidos políticos y de las elecciones en puerta para nombrar-elegir a nuestras autoridades, ya sea a nivel municipal, estatal o incluso federal. Generalmente nos entra una especie de “escozor”, porque la palabra política se ha utilizado para identificar diversas prácticas, muchas de las cuales no buscan el bienestar de la colectividad. Cuando se ubica una práctica deshonesta de integrantes de partidos políticos o de servidores públicos, se dice “así son los políticos”. Y aunque no se puede generalizar, las malas prácticas contribuyen a la desconfianza y el descrédito de las y los políticos, ya que el común de la ciudadanía les conoce porque se acercan en tiempos electorales, hacen promesas, ofrecen la medidas y programas que no cumplirán; además de los candidatos que más bien son conocidos por sus escándalos políticos que por sus propuestas. Todas las personas de un entorno, mujeres y hombres, nos relacionamos, lo que hacemos fuera de nuestras casas tiene algún vínculo con el conjunto de la sociedad, ya sea en la comunidad, en la escuela, en el trabajo, en el estado o incluso en el país. Pensamos y actuamos y mucho de que hacemos se inscribe en la política, porque tiene que ver con un conjunto de personas. En ese entorno se ubica la participación organizada de las mujeres en una comunidad para el beneficio de todas; por ejemplo, los productores de café o de algún otra actividad del campo que se organizan para buscar mejores condiciones y pagos ante el acaparador, o quienes se juntan para protestar por la tala indebida de árboles para construir un centro comercial, o quienes desde el sindicato, se movilizan para exigir mejoras salariales o incluso los propios gobiernos federal y estatal cuando instrumenta los programas desde sus propias instituciones. Entonces nos damos cuenta que la participación activa y el hacer política no es un asunto exclusivo de los partidos políticos, o del gobierno, sino que también está en la naturaleza de de las y los ciudadanos, porque es nuestro derecho. En el caso de las mujeres, y sobretodo de las indígenas y rurales, participan desde hace décadas, en las tareas y necesidades comunitarias. El problema es que aunque ellas igualmente contribuyen con su trabajo, con su aportación económica -cuando es el caso- y con sus opiniones, no siempre son tomadas en cuenta y/o no se diseñan medidas que las beneficien directamente. Aunque la mujer ha demostrado que tiene capacidad para desarrollar actividades y cargos, en igualdad de eficacia que los hombres, todavía se sigue considerando impensable que haya mujeres presidentas municipales, mujeres comisarias, mujeres gobernadoras e incluso mujeres presidentas de la República Mexicana. Mi participación entonces, pretende transmitir una visión amplia del concepto de participación política, que va más allá de lo electoral, aunque lo incluya, así como responder a las expectativas del IMO -cuando me invitaron a exponer y moderar esta mesa- que es abordar el tema desde la realidad oaxaqueña y espero que al compartir datos y reflexiones, contribuya a encontrar mejores caminos para que las mujeres estemos en condiciones reales para participar políticamente. Las cifras no dicen todo, pero sí reflejan una realidad1 Si observamos las estadísticas en torno a las mujeres oaxaqueñas que son representantes populares o funcionarias públicas, nos daremos cuenta que no aparece tan clara la voluntad política de que exista una equidad de género. Veamos algunos datos: Porcentaje de mujeres oaxaqueñas en cargos de representación en 2009 ÀMBITO PORCENTAJE HOMBRES 46.76 98 95.39 98.49 88 98.23 90.59 95.63 84.30 79 55.18 86 Lista nominal IFE 20092 Presidentas Municipales Elección vía Partidos Políticos Elección Vía Usos y Costumbres Composición de Cabildos Sindicaturas por Usos y Costumbres Sindicaturas por Partidos Políticos Regidurías por Usos y Costumbres Regidurías por Partidos Políticos Congreso Local Elecciones Federales 2009 Candidaturas Mujeres en Gabinete Legal y Ampliado Mandos medios y superiores gobierno del Estado Sector Central 72.40 Entidades paraestatales 60.05 PORCENTAJE MUJERES 53.34 2 4.60 1.50 12 1.77 9.4 4.37 15.70 21 44.82 14 27.60 39.95 Las dificultades para participar Dos datos más reveladores, es que Oaxaca ocupa el penúltimo lugar 3 en el Índice de Ingreso y el de Desarrollo Humano Relativo al Género, que ajusta el progreso medio para reflejar las 1 Tomado del Documento: Boletín de Participación Política de las Mujeres, Instituto de la Mujer Oaxaqueña (Borrador) 2009. 2 Lista Nominal, Instituto Federal Electoral 2009. 3 Informe sobre el Desarrollo Humano, México 2004, PNUD. desigualdades entre hombres y mujeres en la esperanza de vida, la educación y el ingreso proveniente del trabajo. El segundo es el Índice de Potenciación de Género, que evalúa la participación política y su poder para tomar decisiones, la participación económica y el uso sobre los recursos económicos, en el que Oaxaca ocupa el lugar 28. Como se puede observar, no es posible que haya un pleno desarrollo de las mujeres, si se reconoce que tienen condiciones adversas para lograrlo. En los últimos años, el hecho de que existan más mujeres asumiendo tareas económicas y en cargos de representación popular, obedece más al fenómeno migratorio, donde ellas han tenido que hacerse cargo de esas responsabilidades ante la ausencia del hombre, más que a un verdadero reconocimiento de sus capacidades y habilidades. Pero también existen otro tipo de condiciones no solo de carácter económico, sino de política social y condiciones culturales que impiden una mayor participación de las mujeres. Dentro de algunas situaciones se encuentran que: La asignación de recursos gubernamentales sensibles al género y para mujeres Según Helena Hofbauer de FUNDAR, el presupuesto sensible a género en México, ha ido decreciendo de manera paulatina, si se observa la tendencia entre 2000 - 2002, que pasó de 0.24 por ciento, a 0.097. Como bien lo menciona: sin dinero, no hay interés político real. En el año de 2007, según la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados, desde la administración de Calderón, se redujo la asignación de recursos para mujeres en un 2 por ciento, además de la desaparición de desagregados y reducciones sustanciales en detrimento de la equidad de género. Un análisis del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género de la pasada Legislatura, evidencia que los recursos para programas de atención a la violencia contra las mujeres sufrió un recorte importante, que representó apenas el 3.8 por ciento de las partidas. Aunado a lo anterior, está el tipo de proyectos productivos, que no solamente por sus montos, sino por el tipo de condiciones y tiempos en los que son otorgados, están destinados a la marginalidad y a su no expansión. La atención gubernamental hacia los proyectos de mujeres En general se puede observar que la asistencia y asesoría técnica, así como la capacitación que se destina a las organizaciones y proyectos de mujeres, no merece ni presupuestal ni técnicamente la misma atención que a una organización de productores. Es común ver a las secretarías tanto federales como estatales, destinar a sus técnicos de campo para que den seguimiento a proyectos de hombres y de menor eficiencia, a organizaciones de mujeres o en aspectos que no le son tan sustantivos en los proyectos que realizan. En este apartado también es obligado reconocer que las políticas públicas existentes, aun con sus pequeños avances, están teniendo serios retrocesos en cuanto a garantizar el ejercicio y respeto de los derechos humanos de las mujeres. Es el caso de los congresos estatales de 16 entidades del país, incluido el de Oaxaca, que impide a las mujeres decidir sobre su propio cuerpo y las coloca como culpables, cuando en situaciones como la violación, les impide ahora la interrupción del embarazo. La realidad nos dice que nos basta con que haya mujeres en el Congreso Local o Federal, pues no son sensibles, ni capaces de reconocer la situación de discriminación y marginalidad que vivimos las mujeres, no se preocupan de la armonización con todos los pactos y acuerdos internacionales que ha firmado el gobierno mexicano a nivel internacional para garantizar sus derechos y erradicar todo tipo de discriminación, como lo indican La Convención sobre los Derechos Políticos de las Mujeres y la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación de la Mujer (CEDAW) o el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos con nuestras leyes federales y estatales, asentadas en nuestras Constituciones Políticas, respectivamente. El uso clientelar de partidos políticos y autoridades hacia los grupos de mujeres No es sorpresa para nadie el interés creciente de los partidos políticos hacia las personas y en específico a las mujeres de las comunidades, cuando se acercan los procesos electorales ya sea federal o estatal. También es común observar que determinada representante del congreso local o federal, solicite el apoyo de las mujeres para impulsar a algún(a) candidato(a) con la promesa de que recibirán los beneficios que han estado demandando. Es lamentable observar mujeres que esperan -al fin de la contienda electoral-, recibir el recurso para determinado proyecto y llegar a la conclusión de que no llegará o peor aun que la credencial electoral, que les solicitaron, no supieron el uso que se le dio. La carga doméstica, que no disminuye En la medida en que no ha habido un cambio significativo con respecto a los roles entre hombres y mujeres, las responsabilidades que asumen para un proyecto propio como mujeres, se suman las cargas de trabajo domésticas, ahora mayores por el fenómeno migratorio. ¿Política VS Poder? Aunque como se comentaba al principio, las prácticas deshonestas que hemos observado a lo largo de la historia, han conseguido que la política y el poder se vean como algo “sucio”, a lo que no queremos acceder. Es menester rescatar el verdadero fondo de lo que significa poder. No se trata de la fuerza de una parte sobre otra, sino aquella que tiene las condiciones, para poder transformar, para poder decidir, para poder hacer. Esto es quizá lo que ha modificado concepciones antiguas, de que era la lucha de un género sobre otro. Todo lo contrario: es el que cada parte pueda decidir, realizar y posicionarse, reconociendo las diferencias, pero modificando las realidades de inequidad. Al respecto, Soledad Jarquín en un artículo4, menciona que existen mujeres que están en política y que han dado muestra de hacer las cosas de manera distinta, sin que ello suponga que sean súper mujeres para no equivocarse, para no robarse un peso o para no defraudar a nadie; sino que cuando estas mujeres han sido “vacunadas” para ver desde otra perspectiva el cómo las desigualdades provocan daños serios a las sociedades, es necesario que esas mujeres impulsen el que se mueva la pesada maquinaria y que haya un cambio. Por eso las mujeres debemos perder el miedo a participar, desde donde cada quién está y buscar estrategias y acciones que nos ayuden a estar informadas, a fortalecer nuestra capacidad de establecer alianzas, de incrementar nuestro pensamiento y quehacer estratégico. Es decir, que aprendamos de otros pensamientos diferentes a los nuestros; a fortalecer el sentido ético de nuestro quehacer como mujeres. Hoy más que nunca cuando el hecho de poseer parece darle un reconocimiento a quién tiene los recursos, las mujeres deseamos que esos recursos que tienen que ver con los dineros públicos, sean transparentemente ejercidos y aplicados para el bien común. Y por supuesto no perder la capacidad de crítica y autocrítica tanto para reconocer los aciertos ajenos como los errores propios. Todo ello corrobora que no están reñidos la política y el poder, se trata de darle un nuevo significado. Algunos desafíos Los desafíos de la educación y participación ciudadana de las mujeres, tienen todavía una ruta muy grande a seguir, para que estén en condiciones de equidad para participar y que sus demandas y necesidades sean también incorporadas en todos los ámbitos, desde la propia familia, la comunidad, la organización, el partido político, los poderes municipal, estatal y federal: 4 Resignificar el propio concepto de política, sobretodo en comunidades indígenas, donde el concepto de ciudadanía no es visto en lo individual, sino en lo colectivo y por tanto permite y fomenta la mayor democracia. Se reconoce el poder del conjunto para tomar las decisiones con un sentido de bien común, que abarca el terreno de lo social, lo religioso y lo comunitario, dentro de lo cual también está el nombramiento de sus autoridades y el sistema de cargos de servicio comunitario. Lo anterior pasa también porque los diversos actores políticos, recuperen los valores y principios que esgrimen sus institutos políticos y ejerzan su quehacer con ética y asumiendo un enfoque de género, para que también las mujeres se incentiven a participar. Mujeres y Política, Soledad Jarquín Edgar, Letras Violetas, 2009. Generar condiciones equitativas para el conjunto, lo que implica reconocer que las mujeres no tienen las mismas condiciones, debido a la reproducción del rol social que se le ha dado por su género. Incentivar a las propias mujeres para que se informen y conozcan – por lo tanto exijanser tomadas en cuenta en las decisiones que como personas y como mujeres les atañen. Esto también implica que se vayan generando condiciones favorables, como es el asunto de que los hombres asuman tareas de orden doméstico, así como que se vaya venciendo la concepción de que la política “es solo para los hombres”. Sensibilizar a los partidos políticos para que trasciendan los porcentajes formales que las leyes electorales marcan, en el sentido de que se incentive una real representación de las mujeres tanto en los puestos de representación popular, como lo es en el caso de puestos de función pública. Terminaría con un testimonio que refleja esta nueva visión: Muchas veces las mujeres tienen miedo de ocupar los cargos porque dicen ¿cómo me voy a ver ahí, entre los hombres? Lo que debemos contestarle es “Pues hermosa porque estás participando”. Oaxaca, Oaxaca 23 de noviembre de 2009