formas de gobierno siglo xx

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Formas de gobierno: Democrático y Totalitarismos
En el siglo XX, varios fueron los tipos de gobierno que surgieron en todo el mundo.
La implantación de ellos en ciertos lugares específicos dependió de la situación geográfica,
política, económica y social, ya que se consideraba que tal o cual gobierno podría
solucionar las problemáticas de estos países o evitar que éstas se agudizarán.
A causa de las Guerras Mundiales, los conflictos regionales, etc., podemos afirmar
que la democracia y el totalitarismo en sus diferentes tipos fueron los regímenes que más
países pusieron en práctica. Comencemos con los tipos de gobierno democrático.
Gobierno presidencialista: Este régimen posee las características del gobierno
presidencial, pero acentuando el rol del Ejecutivo. Se dio en países de América Latina,
como México en la época priísta, llamado también de cesarismo representativo, se
caracteriza por un Ejecutivo fuerte con amplias atribuciones, mayores que los otros dos
poderes del Estado. En muchas de las ocasiones, estos presidentes latinoamericanos tienen
atribuciones co-legislativas junto con el Congreso o Parlamento. A pesar de estas
características, el Jefe de Estado no tiene un poder ilimitado ni arbitrario, ya que está
normado por una Carta Fundamental o Constitución preestablecida, que respeta las
instituciones y garantiza las libertades públicas. Su autoridad proviene de una elección
popular competitiva, de tal modo debe responder políticamente al país y sus electores.
Gobierno parlamentario: Este tipo de régimen democrático es un gobierno
representativo de separación flexible o colaboración de poderes, ya que tanto el Parlamento
o Congreso como el Gabinete Ministerial colaboran en la gestión de gobierno. Existe un
Jefe de Estado (Rey o Presidente de la República) que carece de facultades decisorias en el
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proceso político, pero cumple un importante papel simbólico como factor de integración
nacional, como por ejemplo el rey Juan Carlos en España o la reina Isabel II en Inglaterra.
Dependiendo de quién sea el Jefe de Estado podemos distinguir regímenes
parlamentarios monárquicos y republicanos. El primero se da en los Estados donde un Rey
o Príncipe es el Jefe de Estado; su permanencia en el cargo está determinada a partir de las
normas de sucesión al trono. El ejemplo clásico es el Reino Unido. En el segundo, el Jefe
de Estado es un ciudadano que pasa a ser Presidente de la República por medio de una
elección realizada en el Parlamento, por un período determinado de tiempo. Ejemplos:
Italia, Grecia, etc.
Gobierno presidencial: Este tipo de gobierno democrático supone que la misma
persona es a la vez Jefe de Estado y Jefe de Gobierno. El Poder Ejecutivo lo encabeza el
Presidente de la República quien es Jefe de Estado, representando los intereses permanentes
del Estado y Jefe de Gobierno, dirigiendo la política gubernamental con el respaldo de los
ciudadanos-electores, quienes lo han elegido a través del sufragio popular. Este sistema se
caracteriza por la existencia de una separación rígida de poderes. Tanto el Poder Ejecutivo
como el Legislativo son elegidos por el pueblo en elecciones periódicas, respondiendo
políticamente ante el electorado. Ambos órganos políticos mantienen un equilibrio ya que
el Presidente de la República no puede disolver al Congreso que lo fiscaliza ni éste puede
hacer dimitir al Presidente, quien debe ejercer su cargo según el mandato popular.
Gobierno semipresidencial: Esta forma de Gobierno democrática es una
modalidad del siglo XX. Ejemplos son Francia, Portugal, Austria, etc. Lo que caracteriza a
este sistema es que existe un Ejecutivo dualista, compuesto por el Presidente de la
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República, elegido por sufragio universal, y por un Gobierno que sólo puede desarrollar sus
funciones si el Parlamento no se opone a él. El Presidente, aparte de sus atribuciones como
regulador del sistema político, ejerce en forma autónoma las materias de Fuerzas Armadas,
Justicia y Relaciones Exteriores. El Gobierno está integrado por el Jefe de Gobierno y los
ministros de Estado, quienes para mantenerse en sus funciones deben contar con la
confianza principalmente del Parlamento. Es esta institución la que se encarga de dirigir la
política contingente, asumiendo la responsabilidad política ante la ciudadanía.
Los regímenes totalitarios se caracterizan, por su parte por el papel predominante
de un partido único y la ausencia de pluralismo; la existencia de una ideología rígida y
elaborada que legitima el poder del partido; el ejercicio del poder sin limitaciones
previsibles y sancionables; la movilización intensa y continua de la población, sustentada
en organizaciones subordinadas al partido; la voluntad de monopolizar y politizar todos los
aspectos de la vida social, privada y pública, mediante el uso de métodos avanzados de
comunicación de masas, propaganda, ritual, adoctrinamiento, educación, tecnología, entre
otros, y gracias al poder del partido, en particular de su cúpula dirigente, y a la ideología en
la que se fundamenta el régimen.
Esa pretensión de control total de la sociedad civil, o incluso el propósito de
transformar totalmente la sociedad existente y producir una sociedad íntegramente nueva
desde los puntos de vista político, social y antropológico, es lo que distingue a los
regímenes totalitarios del conjunto de regímenes autoritarios. El término totalitario surgió
en Italia en los años veinte y fue utilizado en medios fascistas (incluido Mussolini) y
opositores para definir, positiva o negativamente, el fascismo. Se empleó pronto, en cuanto
noción peyorativa, para referirse al sistema comunista de la Unión Soviética y al
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nacionalsocialismo alemán. Entre los años treinta y los cincuenta se consolidó como
concepto para el análisis comparativo de los regímenes autoritarios y para designar aquellos
considerados «nuevos» en la historia, especialmente eficaces gracias a la tecnología
moderna y a la racionalización burocrática. Además de ser ampliamente utilizado en
medios académicos no marxistas, sirvió como arma retórica en los debates de la guerra fría.
Cuando se da el inicio de la llamada Guerra Fría que contrapuso los intereses
capitalistas encabezados por Estados Unidos y los socialistas conducidos por la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas, se caracterizará a estos 2 bloques como regímenes
democráticos o democracias occidentales (países capitalistas) y gobiernos totalitarios o
dictatoriales (bloque socialista).
Así, aunque en la actualidad el bloque socialista desapareció junto con la U.R.S.S.,
todavía existen países con regímenes militares, dictatoriales que se contraponen a los
diferentes tipos de gobiernos democráticos.
FUENTES:
http://www.bcn.cl/ecivica/formasgob
http://es.wikipedia.org/wiki/Totalitarismo
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