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 Marc Chagall en la Escuela de Teología de Mataró Por Domingo Cía Lamana Me acerco hoy a La Escuela de Teología de Mataró, a donde vuelvo periódicamente y enterarme y sorprenderme con los cursos que se ofertan e imparten cada trimestre. Este curso ya no podré asistir a los dos anteriores de los dos primeros trimestres. La Dra. Adelaide Barocco ofreció un curso en el primer trimestre sobre: “La mística, Font de la teología”; la Dra. Teresa Solà habló en el segundo trimestre sobre “El Profetismo a Israel”. Ahora en el último trimestre sorprende el curso que la joven doctora Mª Àngels Turon Mejías está impartiendo sobre la pintura de Marc Chagall y que lleva como título “Marc Chagall, missatge bíblic i tradició jueva”. ¿Qué tiene que ver doctora la pintura de Marc Chagall con la teología? -­‐
La pintura es una forma de hacer estética, y estética quiere decir sentir, o si quieres “tocar con los sentidos”. Igual atrevimiento que la teología que intenta tocar de forma humana lo que siempre nos trasciende. ¿Y Chagall qué tiene que ver con todo esto? -­‐
Mucho, pues la pintura de Chagall, es la de un judío enamorado de la Biblia, y que aunque no es cristiano, habla del encariñamiento que la humanidad tiene por ese “mártir judío” que es Jesucristo. Chagall en su aparente inocente pintura, pero tan compleja y bella, trata de acercarse al Misterio. ¿La teología es un misterio? -­‐
La teología tiene que ver con el Misterio de Dios, de Cristo, del más allá. El Misterio tiene que ver con lo inefable y numinoso de verdades muy bellas que nos narró Jesús de Nazareth. ¿Esto le enseñaron a Vd. en la Universidad? -­‐
Crucifixión blanca, 1938
Óleo sobre tela, 155 x 140 cms. Chicago, Art Institute of Chicago
Cosas como estas las escuché en los cursos del ICREBS de Barcelona. Hace unos meses leía un sorprendente librito del filósofo G. Agamben que titulaba “Los misterios de Eleusis“ donde ponía en relación los misterios griegos con los misterios cristianos. Pero ¿no es esto secularizar en exceso la teología? -­‐
Pues no. Resulta que el mismo Agamben indica, que por los años 20 el monje benedictino Odo Casel, gran estudioso de los mitos griegos, renovó la liturgia cristiana, insistiendo en que al igual que los mitos griegos trataban de vivir y experimentar los misterios de Perséfone y Deméter, la liturgia cristiana tendría que insistir más en la vivencia del Misterio cristiano y hacerla más vivencial y carnal y popular. La liturgia cristiana desde aquellos años comenzó a ser más vivencial. Y la teología comenzó a ser más narrativa en contacto con las parábolas de Jesús. Pero le preguntaba si en la Faculta de Historia del Arte de la UdG, donde Vd. hizo la licenciatura y el curso pasado se doctoró ¿hablan de estas cosas? -­‐
Mi tesis doctoral la titulé “La tradición judía y la narración en la pintura de Marc Chagall. Me la dirigió el entonces decano doctor Joan Ferrer, catedrático de hebreo y gran conocedor de la Biblia, al que tanto debo. Por aquellos años del doctorando pude escuchar un curso al Dr. Ángel Gabilondo sobre la “categoría narración”, al tiempo que pude conocer en un inolvidable viaje a Niza, el Museo Bíblico Marc Chagall . Y con todos estos elementos ¿qué puzle organiza? -­‐
Un descubrimiento un tanto provocativo. Marc Chagall en su pintura narraba porque expresaba existencias, contaba y relataba con sus colores y pinturas lo que le había pasado y lo que intentaba descubrir. La pintura no era sólo una realidad plástica, era un lenguaje, una forma de comunicación. ¿Y esto es lo que cuenta en los cursos de Teología de Mataró? -­‐
Guardo muchas intenciones, siendo muy consciente de ser primeriza en esto de dar conferencias, pero con las ganas de hacer cómplices entre mi auditorio del pintor Marc Chagall. También intento colocar como herramienta de trabajo en la teología, lo que se suele llamar estética. Y desde ella hacer más tangible y narrativo el intento de Jesús, que no quiso ser teólogo y pintó parábolas tan bellas como la del Buen Samaritano o el Hijo pródigo, que luego pintará de forma impresionante Rembrandt y que imitará Chagall. El recurrir a la pintura en teología, es hacerse con una caja de herramientas para hacer hermenéutica o interpretación y acercamiento de lo que estoy llamando Misterio cristiano. ¿No se está reduciendo este curso a una explicación del judaísmo? -­‐
Yo te cambio un poco la misma pregunta: ¿qué le sucede con la presencia del Crucificado de los cristianos a Chagall, permanente presente en sus cuadros, él que había afirmado pintar sólo la Biblia Judía y sus profetas, sin referirse a la simbología cristiana? La respuesta la encontramos en la afirmación que él mismo hace: “En mi imaginación, el Cristo es uno de nuestros mártires judíos, con una madre judía. Rodeado de nuestros profetas”. Llegando afirmar más tarde que “con razón, después de 2000 años la humanidad se ha encariñado con la presencia de Jesucristo, que para él se convierte en un valor universal. Jesús, como habían dicho los romanos, fue llamado “rey de los judíos”. Me resulta Chagall muy polifacético. -­‐
La vida de Marc Chagall se ha desarrollado siempre en ambientes eclécticos, plurales y que muchas veces los ha tenido que re-­‐ seguir de forma marginal y a punto de “pisar las rayas rojas” de lo conveniente y canónico. Marc Chagall es siempre el judío errante, el violinista en el tejado, compañero que acompaña a sus amantes y esposas. Siempre le gusta crear el equívoco, vivir lo diferente y único, ser provocador. Vive en Vítebsk, y mezclados con los símbolos judíos, guardará la experiencia de los iconos de las iglesias ortodoxas, que como nos dirá después, impactaron no sólo sus cuadros sino su propia vida. Cuando conoce a Rembrandt se hace con la ternura y entereza de las imágenes del Nuevo Testamento. Pero lo que me resulta sorprendente es su admiración pos Jesucristo. -­‐
Marc Chagall tiene el convencimiento de que Jesús no es el Mesías pero que sí es el verdadero mártir judío, que para siempre simbolizará el sufrimiento de cada hombre, pero sobre todo el sufrimiento del pueblo judío. De ahí la admiración y apropiación de su figura en centenares de cuadros suyos, después de los progroms y la persecución nazi que él vive. Y Vd. personalmente ¿qué piensa de Marc Chagall? -­‐
Chagall no fue cristiano, fue y se sintió siempre judío, pero la persona de Jesús integra el trazo onírico de toda su obra: “ya sé que estoy soñando, pero por favor no me despertéis”, había dicho. Fue otro pensador ruso Machovec, quien afirmó: “en un mundo donde no existiera la causa de Jesús, no me interesaría seguir viviendo”. Y no sé por qué al oírla, me parece que esta afirmación está en perfecta sintonía con toda la obra de Marc Chagall. 
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