Manifiesto Día de la Paz

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Nos encontramos aquí en el patio del colegio, todos los
alumnos y alumnas desde infantil hasta bachillerato,
junto con nuestros profesores y el personal no docente
para celebrar el día de la Paz.
En el año 1963, el Papa Juan XXIII escribió una carta
titulada Pacem in terris, paz en la tierra. Una carta que a
pesar de años transcurridos, su mensaje continua vigente,
es actual, nos interroga, nos cuestiona, nos hace pensar y
reflexionar.
Las primeras palabras de esta carta son:
La paz entre todos los pueblos, entre las personas, ha de
fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad.
Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, lo dotó de
inteligencia y libertad, e hizo de él, el ser más importante
de la creación. Sin embargo, resulta sorprendente el
contraste con orden maravilloso del universo y el
desorden que reina entre los individuos y entre los
pueblos: agresiones, acosos, secuestros, atentados
terroristas, mafias, guerras. Parece como si las relaciones
entre las personas se rigiesen más por 1a fuerza que por la
verdad, la justicia, el amor y la libertad.
La paz, la paz se construye teniendo como cimiento el
respeto a los derechos y deberes del ser humano. Toda
persona, cada uno de nosotros tiene derecho a:
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a la vida.
a la educación.
a tener una familia.
a profesar una religión.
a un trabajo y a un salario justo.
a tener una vivienda.
a emigrar a otro país buscando mejores condiciones de
vida.
 a participar en la vida pública y a contribuir al bien
común de la sociedad, al bien común de nuestro
colegio, de nuestra clase, de nuestra familia.
Y cada uno de nosotros tiene el deber de:
 Respetar los derechos ajenos: los derechos de los
compañeros, del profesor, de los amigos, familiares,
hermanos, padres.
 Deber de convivir unos con otros y procurar cada uno el
bien del otro, el bien de los demás.
 Y deber de actuar con sentido de la responsabilidad en
nuestras actuaciones.
En una comunidad humana, un grupo de personas, en un
colegio, en una clase reina la paz cuando nos guiamos por
la justicia, por el respeto a los derechos ajenos, por el
cumplimiento de las normas establecidas entre todos, por
dar respuestas responsables de nuestros propios deberes,
obligaciones. Y todo ello impulsado por el amor, de tal
manera, que sintamos como nuestras las necesidades del
prójimo: las necesidades del compañero, del profesor, del
amigo, del hermano, del padre.
Para finalizar unas palabras del evangelio de Juan:
Y se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: La paz
con vosotros.(Jn 20,19)
MANIFIESTO POR LA PAZ Y NO VIOLENCIA
Hoy, Día escolar de la No-violencia y de la Paz, toda la comunidad educativa
del colegio Salesiano “San Francisco de Sales” deja sus quehaceres
cotidianos para unir sus voces y pedir ¡PAZ!
Aunque no somos adultos, sabemos que hay gente que está muy triste y
agobiada porque en su familia existe violencia, porque en su barrio hay
peleas, porque en su país hay guerras y contiendas.
Nosotros, los alumnos y las alumnas de este colegio de Córdoba, nos
preguntamos quiénes han sido los que han inventado las guerras. Y a los
señores que las han inventado o promovido les queremos manifestar nuestra
repulsa y nuestro dolor, porque las guerras sólo causan odio, división,
lágrimas, tristeza y la muerte de muchas personas, también de niños y niñas
como nosotros.
Hoy todos nosotros tenemos una esperanza, una ilusión: queremos inventar
la Paz. Por eso hoy desde el patio de nuestro colegio, queremos unir
nuestros corazones para formar la gran cadena de la paz. Y con nuestros
corazones unidos intentaremos frenar la guerra y la violencia que nos hace
tanto daño y no nos deja ser felices.
Frenaremos la guerra cuando en nuestra clase no existan peleas ni
insultemos a los compañeros. Pararemos la violencia cuando respetemos a
nuestros profesores. Construiremos la Paz cuando perdonemos de verdad a
los que nos han hecho algún mal. Formaremos la cadena de la Paz cuando
sepamos sonreír a nuestros compañeros, cuando juguemos todos juntos en el
patio del “cole”, cuando demos un beso a mamá, a papá o a los abuelos,
cuando seamos amables con nuestros vecinos... cuando nos esforcemos en
que de verdad haya Paz.
Y para que nuestros deseos y esfuerzos se conviertan en realidad, acudimos
a nuestro amigo JESÚS. Él siempre nos escucha, y nos ha dicho que le
pidamos aquello que necesitemos. Y como Él es Dios y quiere que seamos
felices, le pedimos hoy bien alto: Que toque el corazón de las personas
violentas, que toque nuestro corazón y nos haga a todos, niños y niñas,
jóvenes, hombres y mujeres, personas de Paz.
¡VIVA
LA
PAZ!
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