Comentario sobre nuevas terapias basadas en el envejecimiento celular Madrid, 22 de Marzo de 2010 Manuel Serrano, Jefe del Grupo de Supresión Tumoral del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), comenta en un artículo que se publica en la revista Nature los últimos avances sobre la relación entre senescencia celular y cáncer. Uno de los trabajos comentados por Serrano tiene participación de los investigadores del CNIO Mariano Barbacid y Oscar Fernéndez-Capetillo. Manuel Serrano explica cómo es posible inducir el envejecimiento celular en un tumor y así prevenir el cáncer. Un tumor atraviesa tres fases en su formación. La fase pre-tumoral, la fase premaligna y la fase maligna, siendo ésta última la que se corresponde con el cáncer. La transición de una fase a otra se caracteriza por un fuerte incremento en lo que se conoce como estrés celular y que está asociado íntimamente al proceso tumoral. Este estrés celular, que consiste en roturas en el ADN, aumento de la oxidación de componentes celulares, y otras alteraciones similares, conduce a un colapso de la proliferación llamado senescencia celular. La mayor parte de los tumores en formación se abortan en la fase pre-maligna debido a la alta tasa de senescencia que impide a las células seguir multiplicándose. “El envejecimiento de los tumores es algo que ocurre de manera natural como una protección para evitar su malignización”, añade Serrano. Partiendo de estos hechos dos investigaciones recientes han intentado sensibilizar los mecanismos que llevan a la senescencia. “Lo que estos nuevos trabajos han conseguido es que la alarma se dispare antes, dando así menos tiempo al tumor para que evada las respuestas de defensa”, comenta Serrano. Una de estas investigaciones se publica hoy en Nature y procede del grupo dirigido por Pier Paolo Pandolfi (Universidad de Harvard, Boston), la otra está dirigida por Bruno Amati (Instituto Europeo de Oncología, Milán) y en ella han colaborado entre otros Mariano Barbacid y Oscar Fernández-Capetillo y se ha publicado recientemetne en Nature Cell Biology. Ambos grupos han manipulado genéticamente a ratones para que éstos sean más susceptibles al estrés tumoral y por lo tanto a la senescencia. De este modo han conseguido proteger a los ratones del cáncer y además esto ocurre sin efectos secundarios adversos. Los dos grupos además utilizan compuestos quimioterapeúticos en desarrollo para demostrar el mismo principio de “sensibilización a la senescencia”. Para acceder al artículo, siga este enlace: http://www.nature.com/nature/journal/v464/n7287/full/464363a.html