Resumen Anorexia nerviosa
El término anorexia nerviosa deriva del término griego para «pérdida de apetito» y
una palabra latina que implica un origen nervioso.
Es un síndrome caracterizado por tres criterios fundamentales: una inanición
autoinducida de una intensidad significativa, esto es, un comportamiento; una
búsqueda implacable de la delgadez o un miedo mórbido a la obesidad, es decir,
una psicopatología, y la presencia de signos y síntomas médicos debidos a la
inanición, esto es síntomas fisiológicos.
La anorexia nerviosa suele asociarse, aunque no siempre, con distorsiones de la
imagen corporal, la percepción propia de ser de un tamaño alarmantemente grande
a pesar de existir una delgadez médica extrema. La distorsión de la imagen corporal
es preocupante pero no patognomónica, invariable ni necesaria para el diagnóstico.
Se dan dos subtipos de anorexia nerviosa: restrictivo y con atracones/purgas.
Ambos tienen en común el énfasis desproporcionado en la delgadez como tema
básico, en ocasiones la única fuente de autoestima, en la que el peso y, en menor
grado, la forma corporal se convierte en primordiales y foco continuo de los
pensamientos, el estado de ánimo y los comportamientos. Alrededor de la mitad de
las personas anoréxicas perderá peso reduciendo drásticamente su ingesta total de
alimentos. La otra mitad seguirá una dieta, regularmente se dará atracones y
presentará conductas de purga
En medicina se caracteriza por el rechazo a mantener el peso corporal, lo que lleva
a pesar como mínimo un 15% menos de lo deseable, por una distorsión de la imagen
corporal, por un temor persistente a volverse obesas y por la ausencia de un mínimo
de tres ciclos menstruales.
El trastorno suele iniciarse después de la pubertad, pero se ha observado en niñas
de 9 a 10 años, en las que, en lugar de la pérdida del 15% del peso corporal, se
produce una ausencia del aumento de peso esperable. El trastorno alcanza
proporciones de urgencia médica cuando la pérdida ponderal se acerca al 30% del
peso corporal o las alteraciones metabólicas se vuelven graves. En ese momento,
es necesario proceder a la hospitalización para poder controlar la inanición, la
posible deshidratación y las complicaciones médicas de la desnutrición grave, como
los desequilibrios electrolíticos, las arritmias cardíacas y los cambios hormonales.
Se asocian con la anorexia nerviosa a depresión en el 65% de los casos, a fobia
social en el 34%, y al trastorno obsesivo-compulsivo en el 26%.
Factor de riesgo:
Temperamentales. Los individuos que desarrollan trastornos de ansiedad o
muestran rasgos obsesivos en la infancia tienen mayor riesgo de desarrollar
anorexia nerviosa.
Ambientales. La variabilidad histórica e intercultural que presenta la prevalencia de
la anorexia nerviosa avala su relación con la cultura y los entornos en los que se
valora la delgadez. Las profesiones y las aficiones que alientan la delgadez, como
ser modelo o deportista de élite.
Genéticos y fisiológicos. Existe un mayor riesgo de presentar anorexia y bulimia
nerviosa entre los familiares biológicos de primer grado de las personas que tienen
el trastorno. También se ha hallado un mayor riesgo de presentar trastornos
depresivos y bipolares entre los familiares de primer grado de las personas con
anorexia nerviosa, especialmente entre los familiares de los individuos que tienen
el tipo con atracones/purgas.
Los síntomas son: Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor
mínimo normal considerando la edad y talla.
1. Miedo intenso a ganar peso, aunque este debajo por su peso normal
2. Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales
3. En mujeres post-puberales presencia de amenorrea
4. Restricción de ingesta de alimentos
5.Hambre frecuente
6.Pérdida de peso
7.Estreñimiento/dolor abdominal
8.Intolerancia al frío
9.Letargia
10.Hipotensión
11.Hipotermia
12.Bradicardia
13.Lanugo/vello corporal fino y suave