Documento 95263

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TEMA MÉDICO N° 79
ENFERMEDADES INFECCIOSAS
Epidemia, pandemia, palabras que últimamente nos han causado
preocupación. El reciente brote de gripe H1N1, es solo uno más de una
serie de importantes batallas globales entre el hombre y los virus.
Mientras los científicos aprenden más sobre como mutan y se reproducen
los virus, se lleva a cabo un esfuerzo internacional para vencer a los
enemigos más letales de la humanidad.
Las enfermedades infecciosas y parasitarias son procesos agudos o
crónicos debidos a la presencia de ciertos agentes vivos, que resultan
nocivos para el organismo del hombre y también el de los animales.
Breve recuerdo histórico.
Su conocimiento se debe al progreso de la bacteriología, inaugurada por
Luís Pasteur e impulsada vigorosamente por Roberto Koch. La naturaleza
contagiosa de ciertas enfermedades, no fue reconocida hasta el año
1546. Las bacterias fueron descriptas por primera vez en 1863, siendo su
presencia relacionada con la génesis de diversas enfermedades.
Los virus fueron hallados en 1898 por Loëffler.
Luis Pasteur
La eficiente quimioterapia de las infecciones fue inaugurada por Ehrlich,
descubridor del “salvarsan” para el tratamiento de la sífilis.
El primer antibiótico, la penicilina, fue identificado por Alexander Fleming
en 1941.
La vacunación antivariólica, lograda por Jenner, ha sido seguida por
múltiples medidas preventivas antiinfecciosas, tales como nuevas vacunas
y un arsenal antibiótico que permiten prevenir o curar muchas de las
enfermedades infecciosas.
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Un germen microbiano podrá ser considerado como responsable de una
determinada enfermedad, siguiendo los denominados postulados de
Koch, según los cuales, una vez cumplidos, son:
 Cuando el mismo microorganismo sea hallado en todos los casos de
enfermedad en cuestión.
 Cuando el mismo germen sea aislado de las lesiones observadas y
cultivables fuera del organismo, en un cultivo puro.
 Cuando los gérmenes del cultivo sean capaces de reproducir la
enfermedad en el animal de experimentación o en un sujeto sano.
Se exigen también, además, para responsabilizar al germen como causal
de la infección, otras dos condiciones: 1) que el germen pueda ser
nuevamente aislado a partir de las lesiones del animal inoculado y 2) que
el suero de los pacientes contenga anticuerpos específicamente dirigidos
contra el mismo.
¿Quienes son estos agentes?
La clasificación de los agentes infecciosos conocida hasta el momento, es
amplísima, básicamente está constituida por:
 Bacterias.
Los cocos, denominados Gram. positivos, por ejemplo: estreptococo
(angina, erisipela) neumococo (neumonías).
Los cocos denominados Gram. negativos, por ejemplo: gonococo
(gonorrea), meningococo (meningitis).
Los bacilos Gram. positivos, por ejemplo: bacilo tetánico, bacilo
diftérico.
Los bacilos Gram. negativos por ejemplo: la salmonella.
Los bacilos denominados, ácido-alcohol resistentes por ejemplo: el
bacilo de Koch (tuberculosis), el bacilo de Hansen (lepra).
Las denominadas treponemas por ejemplo: el treponema productor de
la sífilis o la leptospira, productora de la leptospirosis.
Finalmente, dos grupos más: las rikettsias y los micoplasmas, las primeras
productoras entre otras del tifus y la psitacosis y las segundas causantes
de neumonías.
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Virus.
Hongos.
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Protozoos: causantes de enfermedades tales como el paludismo.
Vermes: causantes de oxiuriasis (oxiuros); teniasis (“lombriz solitaria”),
ambas son parasitosis.
Artrópodos, agentes de la sarna, por ejemplo.
¿Cuáles son las condiciones necesarias para que un microorganismo
produzca una enfermedad infecciosa?
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Que sea transmisible (contagioso) y que se pueda vehiculizar de un
huésped a otro.
Que posea capacidad para penetrar e invadir, y al mismo tiempo
para colocarse al amparo de los mecanismos defensivos del
huésped.
Que posea poder para enfermar, es decir, que sea dañino, que
produzca toxinas, etc.
Aunque en el curso de cada inspiración, beso o contacto se introducen
en nuestro organismo múltiples microbios, sin embargo, no siempre la
penetración de tales gérmenes en el cuerpo, acarrea indefectiblemente
una enfermedad infecciosa.
En primer lugar, también puede suceder que los dispositivos de defensa
del organismo impidan, la penetración del germen o determinen su
destrucción. En la génesis de la llamada inmunidad o resistencia natural,
intervienen factores inespecíficos como son los dispositivos de protección
mecánicos y químicos de las denominadas barreras cutáneo mucosas
(epitelios vibrátiles de las mucosas, manto ácido de la piel), la presencia
en la secreción nasal, lágrimas, saliva de la llamada lisozima, sustancia que
facilita la destrucción de algunos gérmenes.
Muchos otros sistemas, más complejos, nos defienden de las infecciones,
nuestros glóbulos blancos, las inmunoglobulinas y la resistencia natural del
hombre a determinados agentes.
Asimismo puede ocurrir que, los agentes patógenos introducidos en el
cuerpo, se multipliquen y resistan las defensas del organismo sin originar
enfermedad alguna. Es éste caso el de los llamados vectores o portadores
de gérmenes que, sin sufrir el menor trastorno, los albergan como
inofensivos
y únicamente, la transmisión a otros individuos permite
descubrir su verdadero carácter, por medio de la enfermedad que
originan (portadores de bacilos diftéricos, meningococos, etc.).
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La tercera situación, es la enfermedad infecciosa causada por el agente.
Aquí es importante distinguir entre el proceso infeccioso local, es decir,
limitado al daño del tejido en cuestión y el proceso general que puede
originar ulteriormente o desde un principio en todo el organismo.
Así pues, muchas enfermedades infecciosas comienzan siendo un proceso
local, pasando luego a generalizarse.
¿Cuáles son los procesos habituales ante una infección?
La primera fase: la de invasión en la que el agente ingresa a un organismo.
La segunda fase: la de defensa puesta en marcha por los mecanismos de
defensa mencionados.
La tercera: la de adaptación con la formación de anticuerpos.
La fase final: la de curación, en la que todos los mecanismos han sido
exitosos.
Enfermedades infecciosas contagiosas y no contagiosas.
Sin duda ésta distinción es de suma importancia para poder combatirlas.
En las enfermedades infecciosas la transmisión se verifica, o bien
directamente de unas personas a otras, en la forma llamada de infección
por contacto (por contacto simple o por la contaminación con las
eliminaciones del enfermo que contienen el agente infeccioso), o bien
indirectamente mediante inyecciones, transfusiones, picaduras de
insectos, bebidas infectadas o alimentos contaminados.
Las dos fuentes fundamentales de infección son los seres humanos y los
animales enfermos o bien huéspedes intermediarios de apariencia sana
(difusores sanos) o animales de todas clases (insectos, perros, gatos, ratas)
en los que generalmente se cumplen (con o sin enfermedad sensible,
algún momento del ciclo biológico de los parásitos que anidan en ellos y
nos transmiten).
¿Cuáles son las vías más frecuentes de infección?
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La respiratoria: por inhalación.
La digestiva: al ingerir alimentos o bebidas contaminadas o al llevar
las manos sucias a la boca.
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La circulatoria: al ser mordidos o inoculados por picaduras de
insectos o bien por inyecciones o transfusiones que producen la
penetración de material infeccioso directamente al torrente
sanguíneo.
La cutánea: a través de la piel intacta o lacerada por contacto
directo con material infeccioso.
Diversas enfermedades infecciosas del aparato respiratorio (tuberculosis)
se suelen difundir de unos individuos a otros mediante las gotas de la
expectoración, expulsadas al toser, estornudar o hablar. Otras veces, la
expectoración purulenta es acarreada sobre objetos, contaminando al
tacto y contacto con las mucosas.
Cuando la localización de la infección es a nivel digestivo, es la materia
fecal la contaminante. Si el enfermo no se higieniza adecuadamente, sus
manos contaminarán superficies de contacto o alimentos que
reproducirán el ciclo infeccioso, contagiando a otras personas.
El peligro de la difusión de un agente infeccioso es tanto mayor cuanto
más grande es la resistencia del mismo. Esta es la máxima en las bacterias
que producen los denominados esporos (cubierta resistente que las
protege), como por ejemplo la del tétanos.
Sea cual fuere la forma de contagio o propagación, las enfermedades
infecciosas vuelven a ser un gran desafío para la comunidad científica,
muchas de ellas que durante años habían desaparecido, están
resurgiendo, en virtud de cambios climáticos, pobreza y falta de alimentos.
Muchas de ellas pueden prevenirse, combatiendo a sus agentes, con
vacunas y con un arsenal antibiótico.
Recuerde tener presente que sus hijos y Ud. tengan aplicadas todas las
dosis de las vacunas necesarias para la prevención.
Recuerde no utilizar antibióticos salvo expresa indicación de su médico.
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