INSTITUTO TECNOLOGICO DE CD
CUAHTÉMOC
MATERIA: SEMINARIO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
ALUMNA: MAYRA CERA PLASENCIA
DOCENTE: M.A. BIANCA RUBY NEVÁREZ JURADO
GRUPO: S
Cd. Cuauhtémoc Chihuahua, jueves 10 de abril del 2025
PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN ACCIÓN
La participación ciudadana se refiere al involucramiento activo de las personas en los asuntos
públicos y en la toma de decisiones que afectan a su comunidad y sociedad. Es un derecho
fundamental que permite a los individuos influir en las políticas públicas, exigir transparencia y
contribuir al desarrollo social. Su importancia radica en que fortalece la democracia, fomenta la
equidad y promueve la construcción de soluciones colectivas ante los desafíos sociales, económicos
y ambientales.
La participación ciudadana es el proceso mediante el cual las personas toman un papel activo en la
toma de decisiones y en la construcción de políticas públicas que afectan a sus comunidades y
sociedades. Este concepto abarca diferentes formas de involucramiento, que pueden ir desde
acciones individuales, como votar en elecciones, hasta colaboraciones grupales en movimientos
sociales, asociaciones civiles, y plataformas digitales.
En un sentido más amplio, la participación ciudadana incluye la promoción de valores sociales como
la justicia, la equidad y el respeto a los derechos humanos. También se extiende hacia áreas como
el cuidado del medio ambiente, donde los ciudadanos juegan un papel crucial en la implementación
de soluciones sostenibles y en la lucha contra problemas como el cambio climático, la contaminación
y la pérdida de biodiversidad.
La importancia de la participación ciudadana radica en que permite a las personas convertirse en
agentes de cambio, asumiendo la responsabilidad de construir sociedades más justas y resilientes.
Sin participación ciudadana, la democracia puede debilitarse, y los problemas sociales y
ambientales pueden perpetuarse sin soluciones efectivas.
LA PARTICIPACÍON SOCIAL
La importancia de la participación social en el cuidado del medio ambiente es un pilar esencial para
construir una sociedad más consciente y comprometida con el bienestar colectivo y el cuidado del
medio ambiente. Más allá de las acciones tradicionales, como votar o formar parte de
organizaciones, esta implica la capacidad de transformar las condiciones de vida a través del diálogo
y la colaboración entre las personas.
Uno de los valores fundamentales asociados a la participación social es la responsabilidad. Asumir
las consecuencias de nuestros actos y respetar los derechos de los demás es esencial para generar
un impacto positivo en el ambiente. Las pequeñas acciones responsables, como reciclar o cuidar
los recursos naturales, pueden desencadenar una serie de beneficios tangibles que contribuyen al
equilibrio ecológico.
Otro aspecto vital es el diálogo, que permite que las personas trabajen juntas para resolver
problemas. La comunicación pacífica y ordenada dentro de grupos sociales, como la familia, la
escuela o los amigos, es clave para encontrar soluciones innovadoras y eficaces. Por ejemplo,
ahorrar agua puede ser mucho más efectivo si se comparte la idea con otros, creando un esfuerzo
conjunto que multiplica los resultados.
Finalmente, el respeto es indispensable para construir una relación armónica entre los seres vivos
y el entorno. Es incongruente hablar de respeto hacia la naturaleza si no respetamos a las personas
que nos rodean. Tratar con cuidado y consideración a todos los seres vivos fortalece los lazos
sociales y nos recuerda que cada forma de vida es parte importante de nuestra comunidad.
CONTAMINACIÓN Y ABASTO DE AGUA
El agua es un recurso indispensable para la vida en la Tierra y, al mismo tiempo, uno de los más
vulnerables ante nuestras acciones. A pesar de que el 70% de la superficie terrestre está cubierta
de agua, solo un 1% es apta para el consumo humano. Este alarmante dato nos recuerda la urgente
necesidad de cuidar y gestionar este recurso de manera responsable.
La participación colectiva es clave para un uso racional del agua. Esto implica limitarse a utilizar solo
la cantidad necesaria y evitar prácticas que la desperdicien, como dejar el grifo abierto mientras nos
lavamos las manos o cocinar sin medida. Además, es fundamental evitar contaminar ríos, mares y
lagunas, ya que estos actos no solo deterioran los ecosistemas acuáticos, sino que también ponen
en peligro la vida de las especies que dependen de ellos.
El agua es un recurso no renovable, constante desde la formación de la Tierra, y del cual dependen
todos los seres vivos. Enseñar a otros acerca de su importancia es parte de nuestra responsabilidad.
A través de la educación y el ejemplo, podemos crear conciencia sobre la necesidad de conservar
este recurso vital.
GENERACIÓN DE BASURA
La crisis de la basura: responsabilidad y conciencia social, cada persona genera, en promedio, un
kilogramo de basura al día, lo que equivale a 365 kilogramos al año. Este volumen impresionante
se multiplica rápidamente cuando consideramos las familias, comunidades y ciudades enteras. La
acumulación y mala gestión de los desechos no solo contaminan el aire, el suelo y el agua, sino que
también afectan a las poblaciones más vulnerables, que viven en condiciones precarias cerca de
los vertederos.
La responsabilidad es esencial para enfrentar este problema. Durante años, hemos arrastrado las
consecuencias de la irresponsabilidad de generaciones anteriores, quienes no consideraron el
impacto de contaminar el medio ambiente. Hoy, somos más conscientes y tenemos el deber de
conocer cuánto tiempo tarda la basura en degradarse, reduciendo la generación de desechos y
apostando por la separación y el reciclaje.
La igualdad también juega un papel importante en este tema. Mientras algunos generan basura sin
pensar en las consecuencias, otros enfrentan las peores consecuencias de este descuido. Estas
comunidades, muchas veces empobrecidas, sobreviven reciclando lo que encuentran en la basura,
pero a cambio sufren enfermedades y condiciones insalubres. Es crucial reflexionar sobre cómo
nuestras acciones afectan a otros y buscar formas de empatizar y actuar con mayor responsabilidad.
CALENTAMIENTO GLOBAL
El calentamiento global es uno de los desafíos más significativos que enfrenta nuestro planeta, y su
raíz se encuentra en múltiples factores, incluyendo la generación de dióxido de carbono (CO2).
Aunque todos los seres vivos producimos este gas al respirar, las actividades humanas, como la
quema de combustibles fósiles y la deforestación, han incrementado de manera alarmante los
niveles de CO2 en la atmósfera.
El efecto invernadero, causado por gases como el CO2, es una analogía fácil de entender cuando
pensamos en un automóvil cerrado durante un día lluvioso y frío. Sin ventilación, el aire cálido
generado por las personas dentro del vehículo queda atrapado De manera similar, el CO2 atrapado
en la atmósfera crea una "cobija" que retiene el calor, provocando un aumento en la temperatura
global.
Este incremento afecta a los ecosistemas, causa deshielos en los polos, genera patrones climáticos
extremos y amenaza la vida en la Tierra. Sin embargo, al comprender cómo nuestras acciones
contribuyen a este fenómeno, tenemos la oportunidad de reducir nuestras emisiones y adoptar
prácticas más sostenibles.
CONCLUSION
En conclusión, la participación social, junto con la responsabilidad colectiva, el respeto por los
recursos naturales y los diálogos constructivos, constituye el eje central para abordar los retos
ambientales y sociales que enfrentamos actualmente. El cuidado del medio ambiente comienza con
pequeñas acciones que, multiplicadas por miles de individuos conscientes, generan un impacto
significativo en la sociedad. Reciclar, ahorrar agua y gestionar responsablemente los desechos no
solo contribuyen al equilibrio ecológico, sino que también son pasos hacia un mundo más equitativo.
En términos de agua, la necesidad de preservar este recurso vital es apremiante, ya que su
disponibilidad afecta directamente la supervivencia de todos los seres vivos. Por otro lado, el manejo
adecuado de los residuos y la reducción de la generación de basura es imprescindible para evitar
la contaminación de nuestro entorno y las consecuencias negativas que recaen sobre las
comunidades más vulnerables.
El calentamiento global, uno de los desafíos más graves de nuestro tiempo, exige de nosotros un
cambio en nuestras acciones. Las emisiones de gases como el CO2 no son solo un problema
ambiental, sino también una prueba de nuestra capacidad para tomar decisiones que beneficien al
planeta y a sus habitantes. Al asumir la responsabilidad de nuestras huellas ecológicas y trabajar
juntos, podemos mitigar los impactos del cambio climático y proteger los ecosistemas.
Cada individuo tiene el poder de marcar la diferencia y contribuir a la construcción de un mundo más
sostenible, justo y consciente. La participación activa y comprometida de todos es fundamental para
fortalecer la democracia, promover la equidad y garantizar un futuro saludable para las próximas
generaciones. Es nuestra oportunidad y responsabilidad colectiva actuar ahora para transformar el
planeta y construir un entorno donde la convivencia entre los seres humanos y la naturaleza sea
armoniosa y duradera. Juntos podemos enfrentar los desafíos y proteger la Tierra para todos.