Temario de la semana de la reforma Ministerio de educación del Presbiterio de la Costa. Presentación: El tema general de este mes será: LA REFORMA CONSTANTE DE LA IGLESIA. Desarrollada en siete subtemas, los cuales contribuirán en la reflexión en cuanto a la continuidad de la transformación iniciada en el corazón del pueblo de Dios por la obra del Espíritu Santo conforme a lo que enseña las Sagradas Escrituras. La frase original en latín: “Ecclesia reformata semper reformanda est secundum verbum Dei” (Iglesia reformada siempre reformándose, según la palabra de Dios). Los eruditos han rastreado sus orígenes y nos la han ubicado en un libro devocional escrito por Jodocus van Lodenstein en 1674, quien era ministro de la Iglesia Reformada de las Provincias Unidas, en lo que hoy conocemos como los Países Bajos (Holanda). Van Lodenstein, sin duda, no tenía ninguna intención de ser un creador de frases ingeniosas. Sin embargo, la frase ha sido bien usada por unos, mal usada por otros y en lo general olvidada o ignorada. Lo más triste es que cuando se trata de hacer cambios, omiten la última parte “según la palabra de Dios”, porque se pretende únicamente justificar los cambios en la iglesia, aunque esto contradiga las Sagradas Escrituras. Van Lodenstein, no se refería a hacer cambios simples o llanos según las conveniencias o imaginaciones de los hombres, más bien, enfatiza que toda reforma a la que la iglesia está sujeta siempre debe ser y será a la luz de las Sagradas Escrituras, con el objetivo de renovar el corazón del cristiano que, aunque es justo en Jesucristo, debe continuar luchando en contra de su naturaleza pecaminosa; confesando que es pecador y justo a la vez. Así que, una vez que haya creído en Cristo debe continuar cambiando. Las Sagradas Escrituras nos manda a continuar transformándonos “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”. (Ef. 4:13). La reforma protestante fue y sigue siendo un regreso a la Palabra de Dios, reformar lo que ha deformado la corrupción del pecado; sacudiéndose así de todo vestigio de lo que implicaba la tradición de la iglesia romana y de sus propios líderes. Dicha tradición la impusieron como la rectora de la vida, la cual consistía en dogmas según los mandamientos de hombres, especialmente en los asuntos de doctrina, gobierno, disciplina, y liturgia; y era muy necesario sacudirse del orgullo, y la ambición al poder político y económico en la que había caído el clero de la iglesia medieval. Motivo por el cual los sermones y la vida cristiana, se veían en la densa oscuridad. Que hoy y durante la iglesia esté en este mundo, deberá revisarse siempre de acuerdo a la única regla infalible de fe y práctica: las Sagradas Escrituras. Por el tema general: LA REFORMA CONSTANTE DE LA IGLESIA. Se pretende dar respuesta a las preguntas siguientes: ¿Cómo continúa reformándose la iglesia o el pueblo de Dios el día de hoy? ¿Será necesario sacudirse como iglesia de la ambición política, económica o materialista como institución? ¿Cuánto de aquellos asuntos que llevaron a los reformadores a protestar, están nuevamente al interior del liderazgo actual? Rogamos al Señor que cada expositor de la Palabra de Dios, estudie, medite, profundice y proclame con fidelidad cada uno de los mensajes, ya sea en una iglesia, congregación, misión, o célula familiar. Y que nuestro Dios siga prosperando la vida de su pueblo, hoy y por siempre. Tema general: LA REFORMA CONSTANTE DE LA IGLESIA Subtemas de la semana: 1. Conviviendo en unidad armoniosa. 2. Bebiendo de la única fuente de agua viva. 3. Rasgando el corazón en genuino arrepentimiento. 4. Reconociendo su incapacidad de salvarse así misma. 5. Proclamando el mensaje central del evangelio. 6. Viviendo en paz con su Dios. 7. Vistiendo su ropa nueva en Cristo. Subtema 1: CONVIVIENDO EN UNIDAD ARMONIOSA. Lecturas bíblicas: (Sal. 133; 1 Cor. 1:1- 17). Versículo clave: (1 Cor.1:10) “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis toda una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer”. INTRODUCCIÓN. Una de las formas en que la iglesia debe continuar reformándose a partir de su corazón regenerado, es: CONVIVIENDO EN UNIDAD ARMONIOSA. Sabemos que el verdadero seguidor de Jesucristo continua su lucha contra su naturaleza pecaminosa y que cuenta con la ayuda del poder del Espíritu Santo y de toda la armadura de un soldado de Cristo (Ef.6:10ss) para mantener la unidad espiritual con el Cuerpo de Cristo y para ello echara mano, no de la tradición biológica de su familia en la carne sino de la única regla de fe que es la Palabra de Dios. El fingir armonía no viene de Dios sino de la carne, el mundo y el diablo que es engañoso. Por ello la convivencia de la iglesia debe ser en una unidad armoniosa. Recordando que la armonía en el arte musical implica la unión y combinación de sonidos simultáneos y diferentes, pero acordes, y en este sentido, la iglesia no debe dar sonidos estridentes y discordantes a la palabra de Dios y a la perfecta dirección del gran director. El apóstol Pablo, en el texto de (1 Cor.1:10), nos comparte dicha convivencia de unidad armoniosa bajo las siguientes anotaciones: I. UNA SÚPLICA APOSTÓLICA. Esta es una súplica apostólica, la cual proviene de parte de nuestro Señor Jesucristo para su iglesia, particularmente a la iglesia en Corinto, ya que vivía en una discordia constante, divisiones de preferencias grupales con respecto a líderes eclesiásticos que servían a Dios, manifestando así estar distante del camino al que Dios los había llamado. Por ello, el término que Pablo usa para decir “Os ruego” es parakaló, literalmente es “estoy rogando”. Este ruego es un buen llamado, una exhortación buena para hacer lo bueno, lo que a Dios le agrada. Es interesante saber, que la autoridad en amor puede hacer las súplicas más profundas que van directamente al corazón de la misma iglesia. No debe haber lugar para abusar de la autoridad de Cristo y de su nombre. Ya que los abusos de autoridad están ligados al corazón del líder que no se deja guiar por el Espíritu Santo y prefiere esconderse detrás de una posición, o un rango de autoridad para intimidar a los hermanos a través de su carnalidad y no conforme a Cristo. II. UN DESTINATARIO ESPECIAL. Esta súplica va dirigida a los “hermanos” en la fe. Como es de saber, aquí no se refiere a los inconversos puesto que no pueden convivir en unidad armoniosa porque aún son carnales, no han nacido de nuevo. Así que, a los hermanos se le suplica en el poder y autoridad de Jesucristo, son ellos los que han sido redimidos, comprados por la sangre preciosa del Hijo de Dios. Estos son los que reconocen que Jesucristo es Dios y es hombre a la vez, es el amado Salvador, que merece toda la gloria por siempre. Los hermanos de la fe son los encargados y responsables de convivir en unidad armoniosa como fieles depositarios del evangelio de Jesucristo. Corre en las venas de ellos la misma sangre que los une para alabanza de la gloria del Padre de nuestro Señor y Redentor. III. UNA INVOCACIÓN JURAMENTADA. El invocar es llamar al que está ausente. En este caso no se le está llamando a Dios para que se haga presente pues él está en todas partes pues es omnipresente sino únicamente se invoca el “nombre de nuestro Señor Jesucristo”, el cual en muchas ocasiones está ausente de la mente y el corazón de su pueblo, cuando se vive impulsado por la carne, uno de los enemigos a vencer de los hijos de Dios. Por ello, el nombre de autoridad por medio del cual los dichos y la iglesia debe conducirse es Señor Jesucristo. Este nombre es sobre todo nombre (Fil.2: 9): Y es a quien se ha confesado y debe continuarse confesando con la boca y creyendo con el corazón como parte medular del evangelio. El apóstol menciona que el Señor Jesucristo cuyo nombre está invocando no solamente es de ellos sino también de Él. El término “nuestro” afirma que la autoridad con la cual está suplicando, es la misma autoridad a la cual está sujeto el mismo. Así como los hermanos de Corinto debían estar conviviendo en un mismo sentir, también El estaba llamado a hacerlo; de igual forma nosotros que portamos el nombre de Jesucristo en este siglo XXI. IV. UN CARÁCTER CRISTIANO. La iglesia no está llamada para desarrollar el carácter de los líderes sino el carácter de Cristo: “hablar toda una misma cosa, que no haya entre nosotros divisiones y estar perfectamente unidos en una misma mente y un mismo parecer”, y en todo caso, el líder y toda la iglesia debe manifestar el carácter de quien lo tomo por soldado: Cristo Jesús. Es decir, la marca o el estilo de vida que la iglesia está llamada a desarrollar es únicamente el estilo de Cristo. Que involucra hablar una misma cosa, evitar el cisma y estar bien alineados en una misma mente. Así como lo describe el escritor inspirado por Dios en (Hch.2:46), la iglesia era de un corazón y un alma, teniendo la mente de Cristo. Y en (Ef.4:3) enseña que el Espíritu Santo le ha dado a la iglesia el vínculo de la paz, esa paz que Cristo nos dio al ser justificados, con lo cual ahora somos parte del cuerpo del Señor. CONCLUSIÓN Amada iglesia, no permitamos que nuestra mente se distraiga con distinciones carnales que hacemos. Porque los líderes habidos y por haber debemos estar sujetos a la autoridad de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, Jefe y cabeza de la iglesia. Aunque sean hermanos mayores por la investidura que el Señor ha dado y los dones que comparten; cada uno, sea líder o liderado, debe mostrarse en humildad y sumisos a la autoridad del Señor Jesucristo. Como todos los hermanos en la fe tienen una función en el cuerpo de Cristo, todo debe ser para edificación de la iglesia y la gloria de Dios quien por su gracia nos ha llamado. Así que, quienes hagan algo para si mismos, sufrirán perdidas de las recompensas en gloria. Que nuestra convivencia sea en una unidad armoniosa para la gloria de aquel que nos escogió, llamo, justifico, santificó y glorificó: el Señor nuestro. Subtema 2: BEBIENDO DE LA ÚNICA FUENTE DE AGUA VIVA. Lecturas bíblicas: (Jer. 1:1-19; Isa. 49:1-10). Versículo clave: (Jn. 4:14) “Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”. INTRODUCCIÓN Después de haber aprendido en el tema anterior, que la iglesia, para continuar reformándose debe convivir en unidad armoniosa. Hoy estaremos abordando otra manera de seguir renovándonos para la gloria de Dios y es: BEBIENDO DE LA ÚNICA FUENTE DE AGUA VIVA. El capítulo 4 de Juan manifiesta el encuentro entre Jesús y una mujer de Samaria. Dicho relato destaca el deseo del Señor de saciar su sed, pues físicamente estaba cansado. La conversación comienza con la petición de Jesús a la mujer: dame de beber. Parte de la hospitalidad de una persona a los caminantes era recibirlos brindándoles el servicio con amabilidad. Jacob en su tiempo había vivido lo que implica ser forastero. Sin embargo, la respuesta de la mujer es sorprendente, debido a que hace alusión a la marcada diferencia entre un judío y un samaritano, los cuales no se llevan entre sí y luego un pozo profundo y que no tiene con que sacar el agua. Es decir, que la hospitalidad entre judíos y samaritanos debía ser nula, incluyendo dirigirse entre sí palabra alguna. Aquí se puede deducir, que no solamente la hospitalidad sino también la comunicación estaba rota entre ambos pueblos, lo cual constituía una barrera ancestral desde el tiempo post exílico según se registra en el libro de (Esd.4:17; Nehemias 2:10). Ahora bien, el lugar de encuentro es aquel “pozo de Jacob (Be’er Ya’akov) el cual era un acceso a una corriente de agua subterránea situado a 3 km al sureste de Nablus, en el actual campamento de refugiado palestinos de Balata, que se encuentra en el paso situado entre los montes Gerizim y Ebal, en Cisjordania (Palestina)” (Datos de Wikipedia). Este pozo, era el centro de adoración para los samaritanos, los cuales rechazaban a Jerusalén como el lugar legitimo para adorar a Yahveh. Así que había un desprecio de los judíos hacia los samaritanos y viceversa. Pero el Señor Jesús está conduciendo la conversación al punto crucial del alejamiento de la mujer hacia Dios y su palabra. Así que no solo era necesario pasar por samaria sino alcanzar a la gente misma comenzando con una mujer necesitada del agua viva, la gracia del evangelio. La iglesia del Señor Jesucristo debe mantenerse bebiendo del agua viva para no ser arrastrada por el pecado a beber del agua muerta del “espíritu religioso” cayendo así en la ignorancia, la superstición, el egoísmo, la idolatría y la vanidad. Este cuadro bíblico nos enseña la manera en que la iglesia debe continuar bebiendo de la fuente de agua viva, lo cual corresponde a dos grandes deberes. I. CRECER EN EL CONOCIMIENTO DEL DON DE DIOS. El Señor Jesús, ante las barreras de la mujer samaritana responde diciendo: “Si conocieras el don de Dios y quien es el que te dice: dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva” (Jn.4:10). Si hubiera sabido, (griego “Jedeis” de “eido”, percibir, conocer saber, entender y mirar). El desconocimiento del don de Dios (griego “dorean”, dadiva gratuita), del regalo inmerecido, hace que los personas no se acerquen con confianza. El pecado, es la barrera que entenebrece el entendimiento. Así que la mujer hablaba descortésmente ante el don de Dios, en lugar de darle la bienvenida, de atenderlo, de recibirlo; buscaba a tientas en un pozo lo que realmente debía buscar en Dios. Y, sobre todo, debía entender que el único Mediador entre Dios y el hombre, estaba frente a ella, quien podía saciarle la sed justicia para siempre, al perdonar sus pecados gratuitamente por la voluntad de Dios, en un genuino arrepentimiento y fe en el reino de Dios. La mujer samaritana había caído en el fanatismo religioso y en la superstición de las obras para ser salva. Ella necesitaba urgentemente el agua viva, esta agua viviente, es decir, que da vida y sustento, que transforma la tierra seca e infértil a una tierra húmeda, y fértil que puede dar frutos para la gloria de Dios. El hecho de haber tenido cinco maridos y el hombre con quien vivía que no era su marido, evidenciaba la infertilidad de su fe. Es probable que debido a su maldad y perversión durante sus matrimonios había propiciado los divorcios y que ahora se había prostituido. La asistencia a la casa del Señor y el mismo hecho de ser su seguidor y servidor, debe estar motivado por una fe viva, es decir, que lo que decimos creer sea coherente con lo que hacemos. Es decir, no es válido decir que amamos a Dios y vivir negándolo en los hechos despreciando al prójimo, continuar así en la práctica del pecado como si tuviéramos aun la licencia para pecar o justificando nuestras faltas con la biblia, apacentándonos a nosotros mismos según nosotros mismos. Tener una fe así, es vivir muerto en delitos y pecados. Lo que es peor, teniendo en frente el agua viva buscar saciarnos en pozos de aguas muertas. Por eso, la iglesia de hoy, está en este mundo, pero no es del mundo, ella, viviendo en este siglo, deberá cuidar su crecimiento en el conocimiento del don de Dios. Lo que es un regalo gratuito no debe convertirlo en un regalo con precio personal o sea sus obras (Ef.2:8, 9). Dios establece que el regalo de la salvación, el estar libres de condenación va a producir la gratitud manifestadas en obras buenas que son fruto y no la causa misma de estar en Cristo. II. CONTINUAR CREYENDO EN EL DADOR DEL AGUA VIVA. Jesús se presenta aquí en este pasaje bíblico como el proveedor del don de Dios. Es el verdadero pozo de agua viva, sus palabras de poder son espíritu y son vida (Jn. 6.63), estas palabras son las aguas vivas del evangelio que deberán esparcirse sobre todas las naciones, las cuales producirán frutos dignos de arrepentimiento en todo aquel que cree, así mismo, debemos saber que también habrá rechazo en las personas. Pues, merecer un regalo que es gratis, es decir sin hacer algo, algún mérito, contradice a la religión que el mundo sigue, por lo tanto, es inaceptable. El reto de la iglesia del Señor es y será continuar creyendo en Jesucristo como único proveedor de la salvación. Como el único Mediador entre Dios y los hombres (1 Ti. 2: 5), como el único cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn. 1: 29, 36); él es el único y ultimo perfecto sacrificio aceptable delante de Dios y lo que de este sacrificio se derive serán las buenas obras que Dios preparo de antemano para su propia gloria. He aquí, Uno, que es mejor que un pozo antiguo y ancestral, mejor que el agua con el cual se vuelve a tener sed, tanto así que al beber del agua que El provee, no se volverá a tener sed jamás (Jn. 4:14). La mujer samaritana entendió el mensaje, el don gratuito e inmerecido de Dios, porque salió de inmediato a decir por todo el pueblo: “Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?” (Jn. 4:29). Ella fue movida por la fe y no se detuvo en su caminar. Los obstáculos que impedían en lo personal hacia la plática y recepción del mensaje se anularon por el poder transformador del evangelio del reino de Dios. Así que el pueblo, al acudir y escuchar a Jesús, produjeron en ellos aquella fe del labio no de un judío común sino de un verdadero profeta y del que Dios había enviado para rescatar a su pueblo de sus pecados, el Mesías prometido: “y decían a la mujer: ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo”. CONCLUSIÓN La iglesia del Señor Jesucristo de hoy debe permanecer creyendo en Jesucristo, moverse en esta fe sin vacilar, llamar a la gente que venga a Cristo, él les dirá que han hecho ante los ojos del Dios vivo y verdadero, entonces se unirán alrededor del Señor todo aquel que ha de ser salvo. Es Jesucristo, quien nos ha dicho y seguirá diciendo en qué hemos fallado, y nos dará el agua viva, y una vez cambiado nuestro corazón podremos ayudar a otros que vengan al conocimiento de la obra salvadora del Hijo de Dios y continuaremos creciendo en dicho conocimiento, pues vendrá por segunda vez a la gran cosecha con sus ángeles y ahí obtendremos el gran galardón de la vida eterna. Podemos continuar bebiendo con toda seguridad en el pozo de agua viva, el cual es nuestro Señor Jesucristo y llevar a otros para que hagan lo mismo. Lo que él nos diga acerca de nuestro pecado, nos ha conducido a un profundo arrepentimiento, en el que se ha disipado toda duda, todo temor, todo obstáculo. Ha roto nuestras cadenas que nos ataban a un pasado de rebeldía, confusión e ignorancia. Ahora, obedientemente por la obra del Espíritu Santo hemos sido acercados a Dios para adorarle en Espíritu y en verdad por medio de Jesucristo quien nos ha saciado y sigue saciando nuestro ser, pues es la fuente de agua viva. Roguemos a nuestro Dios para que los que caminamos con él, cada día le adoremos con un corazón contrito y humillado, que le sigamos con el conocimiento que no envanece, sino con el que edifica el Cuerpo de Cristo y nos prepara para recibirlo cuando El venga por segunda vez. Subtema 3: RASGANDO EL CORAZÓN EN GENUINO ARREPENTIMIENTO Lecturas bíblicas: (Sal. 51; Mt. 3:1-12). Versículo clave: (Joel 2:13) “Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo”. INTRODUCCIÓN La comparativa de rasgar el vestido y rasgar el corazón es ilustrativa para un mundo engañoso. Vale la pena comunicar no solo la diferencia sino las implicaciones y consecuencias que tiene tanto el volvernos a Dios de todo corazón. El profeta Joel quien vivió en una época en la que el reino de Judá se rehusaba arrepentirse de corazón. Anuncia su mensaje tiempo después de la ruina de Israel y que las diez tribus fueron transportadas a Asiria. Por ello, el llamado al arrepentimiento genuino para que Dios en su misericordia perdone la rebelión de su pueblo. La iglesia de Jesucristo es ahora el pueblo de Dios comprado con sangre preciosa, un pueblo que es reconocido como tal únicamente por la gracia de él y su gran misericordia. Así que los juicios de Dios en el pasado son y serán un ejemplo claro de que horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo, quien nos anhela celosamente para si, como un pueblo santo para alabanza de su gloria. El texto clave que nos ocupa manifiestan: I. LOS IMPERATIVOS CLAVES. (1) El primer imperativo es rasgad. Del hbr. “Cará”, literalmente es abrir, apartar. Tiene el sentido de desgarrar o romper. El texto une el hecho de rasgar, así como se hace con una tela, el mismo corazón. Apelando así, que el creyente en Dios tiene un imperioso deber de tratar con Dios con sentimiento puro de todo corazón. No hay por qué fingir ante el Dios vivo pues él es quien escudriña la mente y el corazón (Jer. 17:10) lo que se traduce como corazón, realmente es el alma, el ánimo (lebab) haciendo referencia al órgano de donde salen los pensamientos, los deseos, los propósitos y la voluntad. Es reconocido como el centro religioso del hombre, de ahí surge el amor a Dios y a su palabra, de tal manera que trate los mandamientos de Dios con un corazón amoroso. El profeta desea que el pueblo de Juda, vaya más allá de las cuestiones exteriores, aun cuando se trate de una moralidad externa, tiene que haber una decisión interna de abrazar la Palabra de Dios y dejar el pecado. (2) El segundo imperativo es convertíos. Volved, se deriva del término hebreo “shub”, el cual se usa para decir apaciguar, apartar o aplacar. En otras palabras, seria arrepentirse o cambiar para estar con Dios, el verdadero Amo, Dueño y Señor; a Él debe volverse todo escogido y redimido y que le invoca de veraz. Pues, todo tipo de ceremonia no tendría ningún valor sino viene respaldado de una verdadera conversión. La iglesia del Señor Jesucristo tiene la misma ordenanza. Lo que Dios ha hecho en nuestros corazones es la transformación, primero dándonos vida cuando estábamos muertos en delitos y pecados. Nos hizo un llamado eficaz porque tuvo misericordia de nosotros, por ello le amamos, Él nos convenció de pecado desde lo más profundo de nuestro ser, tanto que ahora le miramos con la fe viva para estar con él todos los días. Nos ha declarado justos por la obra perfecta de su amado Hijo Jesucristo, y es el medio por el cual nos amó; (Ro. 5:1-8) este es el trato sincero con Dios. La ordenanza divina implica dejar de tratar de burlarse de Dios con ceremonias y actividades meramente vacías. Estos son los riesgos de la vida cristiana, a tal grado de tratar de esconderse o escudarse en las ceremonias para evitar la presencia de Dios. Realmente, todo hijo de Dios cuando ofende al Señor siente dolor por su pecado, lo reconoce y pide que Dios le perdone y está decidido a alejarse del pecado para abrazar a su Dios deleitándose en él. II. LAS RAZONES BÁSICAS. La misericordia y la clemencia de Dios. Cuando hablamos del carácter de Dios, viene a nuestra mente lo implacable de su ira. Aquí no se omite la ira de él, más bien dice que es lento para la ira y grande en misericordia. La lentitud con que Dios opera en su obra, es mal interpretada por los hombres porque al vivir en pecado pueden decir “no pasa nada” sin embargo, debería recordarse que Él nos está dando tiempo para el arrepentimiento. El término usado aquí, para hablar de que Dios es lento. “Arek”, se traduce como largo, paciente, sufrido de espíritu. Esto nos indica que él está lleno de gracia, de abundante gracia. Debemos recordar la palabra de Dios que nos llama a tiempo. Su carácter misericordioso y compasivo se hace patente en la propia espera del Dios santo, para tratar con sus hijos y traerlos hacia él. La iglesia del Señor Jesucristo, ha sido objeto del amor de Dios. Lo ha atraído con sus cuerdas de amor, así como él ha querido. Por ello, ahora que le conocemos porque despertó en nosotros su gracia y hemos venido a ser parte de su familia como hijos, adoptados por el amor a su Hijo quien lo envió a morir en la cruz del calvario. CONCLUSIÓN Las mismas ordenanzas que contemplan el genuino arrepentimiento y las razones básicas para arrepentirnos de nuestros pecados, deben continuar resonando en todas las generaciones, sin temor a las represalias y burlas de aquellos que al pasar el tiempo piensan que son un artículo terminado. Porque cuando se les habla de arrepentirse, dicen: “yo no necesito arrepentirme porque ya me arrepentí una vez para siempre”. Olvidan, que aún tienen los enemigos propios del cristiano y que de acuerdo al catecismo de Heidelberg pregunta 127 contempla como enemigos mortales: el diablo, el mundo y nuestra carne. Roguemos a nuestro Dios que acrescente en medio de su pueblo un corazón contrito y humillado, un corazón rasgado y que impere una verdadera conversión para seguir a Cristo. Porque entre más nos santifiquemos en la sangre del Cordero más podemos demostrar su gloria a través de nuestras vidas. Sobre todo, nos preparamos para recibirle en las nubes sin tener de que avergonzarnos ante su gloriosa presencia. Subtema 4: RECONOCIENDO SU INCAPACIDAD DE SALVARSE ASÍ MISMA. Lecturas bíblicas: (Isaías 1:1-6; Jn. 15:1-5). Versículo clave. (Rom. 5: 6) “Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos”. INTRODUCCIÓN Las religiones del mundo enseñan a sus devotos seguidores al autosoterismo. Es decir, que el hombre puede salvarse asi mismo. Otras religiones abogan por el sacerdotalismo, papismo o pastorismo, es decir, que un hombre puede salvar a otro hombre por lo encumbrado que este en su rango o posición. Otros, como el arminianismo, al interior de la misma iglesia, piensan que la mitad de la salvación está hecha por Dios y la otra mitad le corresponde al hombre. De igual manera aquellos que piensan que fe más obras es igual a salvación (F+0=S), como si fuera una fórmula matemática. Como iglesia reformada pensamos y creemos que la salvación completa la hizo el Señor Jesucristo de principio a fin. Nada que quitar y añadir por la palabra griega “tetelestai”, consumado es, pagado es, o misión cumplida, que Él dijo en la cruenta cruz (Jn. 19:30). El mismo hecho de pensar en añadirle a la obra perfecta de Jesucristo, es una herejía con toda y su sutileza y sigilosa manera de actuar. Es decir, no podemos, ni debemos añadirle a la obra que hizo nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Todo, y aun lo que respecta a las buenas obras del cristiano son parte de la salvación otorgada por Dios a los suyos. Debemos reconocer, que todo acto de agregarle o quitarle a la obra de salvación realizada por nuestro Dios proviene del intento del hombre por agradar a un Dios tres veces santo, así como para aplacar su ira justiciera. Sin embargo, se debe también al deseo del hombre en su ignorancia por salvarse así mismo, sin un mediador o con la ayuda parcial de un mediador. Hoy comprenderemos desde el punto de vista de las Sagradas Escrituras acerca de la salvación del hombre. I. CRISTO, EL AUTOR DE LA SALVACIÓN. Este título “Cristo” significa: Ungido y es lo mismo a decir “Mesías”. Pablo presenta el autor y consumador de la fe que es común de todo fiel discípulo. De hecho, el libro de Romanos es un compendio de la doctrina de la salvación motivada y aplicada por la voluntad y la gracia divina, un plan redentor hecho por Dios desde antes de la fundación del mundo. La aseveración es firme, sin duda alguna, de que Jesús de Nazaret es el Cristo prometido en el Antiguo Testamento y manifestado en la persona y obra de Jesús. El es aquel Siervo sufriente (Isa. 53:1-12), el Cordero de Dios (Jn. 1:29), inmolado en la cruenta cruz por nuestros pecados, resucitado, ascendido a los cielos y que vendrá por segunda vez a juzgar a los vivos y a los muertos (Credo apostólico). Cristo Jesús fue enviado por el Padre celestial para la misión de salvar a su pueblo de sus pecados (Mt. 1:21). Asi que desde el proto evangelio registrado de (Gn. 3:15), Dios quien ha tomado la iniciativa para buscar al hombre caído y perdido (Gn. 3:9), siempre mostrando su gracia y grande amor a aquella criatura que dejo la íntima comunión con Dios por las falacias y engaños de Satanás. II. EL HOMBRE Y SU CONDICIÓN PECAMINOSA. “…cuando éramos débiles…impíos. La palabra débil que emplea Pablo, es asthenon, proviene asthenes que significa enfermo, sin fuerza, es decir, en forma figurada, sin conocimiento y fuerza espiritual. Y luego habla de que Cristo murió por los impíos. Esta palabra, impío es gr. “asebon” que significa irreverente, sin piedad, malvado o que no adora a Dios. En Efesios 2.1 menciona que el hombre en su condición natural está muerto en delitos y pecados. Y lo que se registra en (Gn.6:5): “todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”, es evidencia que el hombre en su condición pecaminosa ni quiere ni puede agradar a Dios. Asi se describe en el (Sal.14:1-3; Rom. 3:10). Y esto es lo que enseña la doctrina de la depravación total del hombre indicando que no hay nada en el hombre que no haya sido contaminado o afectado por el pecado, es decir, sus pensamientos, deseos, sentimientos y voluntad no han escapado de las consecuencias de la atrocidad de su caída. Y si en alguna forma el quisiera salvarse seria por sus propios medios como lo pretendieron hacer los hombres construyendo la torre de babel, lo cual fue un intento pagano y fallido de auto salvación (Gn. 11:4), haciéndose también un nombre. CONCLUSIÓN Debemos reconocer como iglesia nuestra incapacidad personal o grupal para salvarnos a nosotros mismos o buscando en otra persona humana que sea nuestro mediador ante Dios. Debemos descansar en el perfecto sacrificio del Hijo de Dios, porque solo Él y en Él está la salvación y lo que se refiere a las obras hechas en Cristo son y serán siempre para la gloria de Dios, producidas por su santa y divina voluntad (Ef. 2:13). Jesucristo es la persona, el nombre y la obra perfecta para la redención del pueblo de Dios. Esta era la proclamación apostólica cuando decían: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hch. 4:12). Su sangre preciosa derramada en la cruz nos libra de la condenación y nos limpia de todo pecado para vivir en santidad y en paz. 1 P. 1.18-19, dice como fuimos rescatados: “con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.” Si alguien pretende salvarse así mismo, o busca a otra persona que no sea Jesucristo, ténganlo por seguro que fracasará. Porque el Padre celestial dijo claramente de su Hijo Jesucristo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd. Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor” (Mt. 17:5-8). Fomentemos cada día la reverencia de todos los fieles, descansemos en los brazos y las manos de nuestro Redentor, quien nos lleva a su gloria eterna de nuevo al Edén, el hogar celestial, a la íntima relación con el Dios trino y uno. No desmayemos en el camino del Señor, aun y a pesar del mundo impío que nos rodea, levantémonos como esa antorcha encendida por la esperanza de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable y proclamemos el santo evangelio de Jesucristo con todas las fuerzas espirituales del Todopoderoso. Subtema 5: PROCLAMANDO EL MENSAJE CENTRAL DEL EVANGELIO. Lecturas bíblicas: (1Ti. 1.15; Heb. 4:15; Is. 53:5; Mr. 10:45). Versículo clave: (Mt. 4:17) “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: ¡Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado!” INTRODUCCION Decía Martín Lutero: “Necesitamos escuchar el evangelio todos los días porque todos los días lo olvidamos.” Es muy fácil olvidar el evangelio, así como también desvirtuarlo con nuestras falsas interpretaciones. El cristiano tiene la alta responsabilidad de ser fiel al evangelio. Para ello se hace necesario que todos los predicadores recuerden al pueblo la centralidad del mensaje de las buenas nuevas de salvación. La iglesia debe continuar reformándose, en cuanto a su proclamación del evangelio, debido a que en el trayecto de su peregrinar aquí en la tierra, el hombre intenta desviarse de la encomienda de su Señor. Recordemos que una de las tres marcas de la verdadera iglesia es la predicación pura del evangelio. Hoy miraremos la proclamación del evangelio por el mismo Señor y Salvador, desde el registro puntual que hace Mateo. El inicio de la predicación de Jesucristo en tierra de Neftalí y de Zabulón al otro lado del mar, es el cumplimiento la profecía de (Is.9:1-12), y es un gran honor por la visita del Rey de reyes y Señor de señores para escuchar la voz de Dios hecho carne. Podemos distinguir en cuanto al mensaje central del evangelio tres elementos: I. UNA VIDA ANTIGUA QUE ABANDONAR. El llamado al arrepentimiento del griego “metanoiete” del verbo metanoeo que literalmente significa “estén cambiando de disposición mental” o sentir compasión porque los pensamientos del hombre no son los pensamientos de Dios. Es decir, la forma de pensar y vivir es contrarios a la voluntad de Dios; y en todo caso de no abandonar dicho camino o molde, irían a la muerte que es la paga del pecado (Ro. 6.23). Así que dicho llamado al arrepentimiento que hace nuestro Señor presupone en primer lugar que el estilo de vida que llevaban sus oyentes era desagradable delante de Dios. Y el profeta Isaías dice: “el pueblo que andaba en tinieblas, vio gran luz.” Las tinieblas que se menciona, manifiestan que el pueblo vivía rodeado de gente impía, bajo el temor y la incertidumbre. Y que se esto los había moldeado. Por ello, en la predicación del evangelio, el llamado al arrepentimiento hace resurgir la esperanza de tal manera que los hombres vean la luz, el resplandor de la gloria de Dios, propiciando que la condición pecaminosa del hombre se puede distinguir por el poder de Dios que abre los ojos de la fe y descubran la miseria en la que vive, lo cual era imposible mirar por las densas tinieblas del pecado. Sabemos quién domina en el reino de las tinieblas y es Satanás, el dios de este siglo, el que mantiene cegado los corazones de los incrédulos para que no conozcan la luz del evangelio de Cristo (2 Cor. 4:4). Esto nos recuerda que hay una imperiosa necesidad de hacer siempre el llamado al arrepentimiento, hay muchas personas que las tiene dominado Satanás por el régimen de pecado y que solamente por el poder transformador del evangelio se puede romper dicha esclavitud. Asi mismo, los que ya hemos sido rescatados, escuchar el evangelio nos fortalece para mantenernos firmes en el Señor, velando con toda oración y suplica y continuar nuestro peregrinar. II. UN MOTIVO O RAZÓN PARA ABANDONAR EL PECADO. Aquí se menciona la frase “porque el reino de Dios se ha acercado”. En el antiguo testamento se anuncia el “malkut ha shamain” es la idea de dominio de Dios (Sal.22:28; 45:6; 66:7; 103:19; 145:11–13), que será universal “¡Y será el Señor rey sobre toda la tierra: ¡El día aquel será único el Señor y único su nombre!” (Zac. 14: 9). El Señor Jesucristo usa el termino común para el pueblo diciendo: “el reino de los cielos” (“Basileia ton ouranon”). La palabra reino es muy conocido pues es usado por la iglesia católica romana aquí en México para referirse al templo donde han depositado a la estatuilla de la virgen de Guadalupe y se dice basílica o palacio real de Guadalupe. Jesucristo nunca hablo de la basílica de nadie más que de Dios, el reino de Dios es el motivo central del evangelio. Y este reino, se ha acercado o está cerca o próximo. Con esta frase, recuerda a sus oyentes que Dios obrara con justicia, orden y seguridad. Entendiendo que el reino de Dios no es de este mundo, sino que está por encima de la vida terrenal y de toda potestad (Jn. 18:36) y la proclamación de su evangelio debe contar con esta premisa para que la iglesia no se convierta en el reino de alguna familia, o el reino de algún pastor o en el reino de gente impía. Cuando Jesús envió a sus discípulos les dijo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra” (NBV); y les dijo: “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mt. 28:18-20). III. UNA VIDA NUEVA QUE ABRAZAR. Ahora el nuevo seguidor de Jesucristo, ha dejado la vida antigua, ha aceptado por la fe a Jesucristo como rey y ahora es parte del reino de Dios. Tiene el alto privilegio de abrazar la nueva vida en Cristo y vivir bajo el dominio del Dios justo y misericordioso. Y he aquí las leyes del nuevo pacto, la alianza de la fe. Jesús dijo: “Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos” (Jn 14:15). Esta vida cristiana está llena de la gracia, la paz, la justicia, la santidad y de una íntima relación con Dios, pues Jesucristo es nuestro Sumo Sacerdote y estamos invitados como dice (Heb. 4:16): “Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos”. CONCLUSIÓN Amados hermanos, proclamar el menaje central del evangelio, nos centrara sin duda alguna en la predicación pura y fiel a la palabra de Dios. El tiempo que nos ocupa, en el que hay más de 30mil denominaciones en el mundo que se dicen cristianas, y cada una de ellas dicen creer en Jesucristo. Aunado a esto, las luchas del interior del corazón especialmente cuando quiere revivir el orgullo y se pretende ser protagonistas en medio de la iglesia, de personas que quieren tener el primer lugar, relegando a Cristo del lugar que debe ocupar en su corazón. Pues ninguno de nosotros como siervos del Señor debe enseñorearse de la grey, ya que ninguno de nosotros la ha comprado, ni el Señor lo ordeno así. Todo lo contrario, ni cuando hayamos acabado de hacer nuestro trabajo podemos gloriarnos: (Lc. 17:10) “Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, debéis decir: somos siervos inútiles; no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”. Que la vida antigua se siga abandonando como iglesia, que el reino de Dios sea el motivo principal de la proclamación del evangelio y que cada día abracemos el reino de Dios como una nueva vida en la familia celestial. Que la esperanza de los cielos nuevos y tierra nueva del reino de Dios en su perfecto esplendor; nos impulse a ser perseverantes cada día hasta que veamos a nuestro Señor venir en las nubes con gran gloria. Subtema 6: VIVIENDO EN PAZ CON DIOS. Lecturas bíblicas: Jn.14:27; Fil. 4:6-7; 2 Cor.13:11; Nm. 6:24-26. Versículo clave: (Hch. 3:19) “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio”. INTRODUCCIÓN La paz en muchas ocasiones se ha reducido a un simple saludo, o a la ausencia de guerra. La paz que enseña las Sagradas Escrituras es la salvación que proviene de Dios, es el fruto de la bendición que viene del cielo, es la esencia misma de todos los bienes. En (Ef.6) el apóstol Pablo exhorta al cristiano a usar toda la armadura de Dios y con respecto a la paz dice en el versículo 15: “y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz”. Anima al pueblo de Dios a estas dispuestos a predicar el evangelio de la paz. Esta paz es la paz que solo Cristo da, es la paz que resulta de ser justificado por le fe en Jesucristo. Quiere decir, que hay unión, hay reconciliación entre Dios y el Hombre por medio del sacrificio de Jesucristo que es Mediador del nuevo pacto: “Dios habiendo hablado a los padres de muchas maneras por los profetas, hoy nos habla por medio de su amado Hijo, a quien constituyo heredero de todo y quien sustenta todas las cosas” (Heb. 1:13). La iglesia al proclamar el evangelio ineludiblemente debe proclamar la paz porque es receptora de la paz y ha de vivir en la paz de Dios. ¿Cómo vivir en paz con Dios? El texto de (Hch.3:19) es parte de la defensa de Pedro, cuando estaban presos a causa de la sanidad de un hombre cojo de nacimiento, esto lo habían hecho en el nombre de Jesús de Nazaret. Tiene el momento propicio para recordar un delito de los judíos por haber dado muerte a Jesús, así que los llama al arrepentimiento porque hay seguridad del perdón y menciona los dos beneficios de refugiarse en Jesucristo: I. OBTENIENDO EL PERDÓN DE LOS PECADOS. La palabra perdón en el griego es “exalefthenai”, que proviene de “exaleifo” literalmente es frotar o ungir con aceite. Lleva el sentido de frotar para borrar, anular o limpiar, asimismo significa enjugar lágrimas. La finalidad es tener una limpia conciencia por medio del sacrificio de Jesús al ser justificado por su pura gracia. Aun se escuchan las palabras para todo pecador arrepentido: “Hijo tus pecados te son perdonados”, o enviados fuera, ahí fuera, en el gólgota, fuera de la ciudad de Jerusalén, ahí fue sacrificado nuestro Señor Jesucristo. Ser perdonado por la gracia es uno de los resultados para todo aquel que Dios llama y escoge para ser suyo. Es ahí donde el hombre descansa de la carga del pecado que le asedia para correr la carrera de la vida cristiana con más resistencia. Porque el perdón que Dios otorga por medio de su Hijo abarca los pecados pasados, presentes y futuros (1 Jn. 1:9; 2:1). El remedio para abolir la enemistad entre Dios y el hombre es ahora posible mediante el sacrificio de Cristo. Esta es una grata noticia: HAY PERDÓN DE PECADOS EN CRISTO La buena noticia es agradable porque una nueva generación de hombres y mujeres perdonados se ha levantado, gente que ahora le sigue por amor genuino y celestial, y son los discípulos verdaderos que no tardan en compartir el evangelio porque conocen el poder transformador y restaurador del mismo. Además, experimentaron el sentimiento de culpabilidad que existe en cada persona no redimida, asi que el evangelio hace que la vida temporal sea más llevadera y sea en paz porque el galardón es grande en los cielos, en la presencia de Dios. La iglesia vive en paz con Dios porque sus pecados le han sido perdonado. Esto puede notarse en sus relaciones tanto con su prójimo, consigo mismo y la creación. No somos los mismos de antes, ahora somos nuevas criaturas (2 Cor. 5:17), hemos aprendido a perdonar en la gracia del Señor Jesucristo, perdonamos como fuimos perdonados (Col. 3:13). Esta es la paz, “que sobrepasa todo entendimiento y que guarda nuestros corazones en Cristo Jesús” (Fil. 4.7). II. RECIBIR TIEMPOS DE REFRIGERIO DE LA PRESENCIA DEL SEÑOR. El segundo beneficio del arrepentimiento y de buscar refugio en el Señor Jesucristo es: “Vendrán de la presencia del Señor tiempos de refrigerio”. El refrigerio es el aliento, es revivir, es recuperación. La palabra tiempos es “kairoi”, este es el tiempo dirigido por Dios. Por ello dice, que la recuperación o el alivio vendrá de la presencia o rostro del Señor (griego, Kyriou) él es el refugio seguro, es la fuente de toda bendición. Todo alivio y restauración de acuerdo a la voluntad, señorío y autoridad de él proviene de él. Pedro, el apóstol, no tiene temor, ni duda de esparcir este gran beneficio, puesto que él había experimentado en carne propia el perdón de sus pecados, ya que siendo seguidor de Jesucristo negó haberle conocido, pero el Señor le restauro con su amor, para que de esta manera actuara en el poder y amor para llevar a otros a la misma restauración. Sabemos que los tiempos de alivio y restauración los recibimos con todo el corazón en este tiempo de nuestra humanidad, sin embargo, sabemos que lo perfecto de la restauración será en el cumplimiento de los tiempos de Dios cuando Jesucristo reinara con justicia y gobernara para siempre: “Y cuando todo haya sido sometido a Él, entonces también el Hijo mismo se sujetará a Aquel que sujetó a Él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos” (1 Cor. 15:28. NBV). CONCLUSIÓN Bendecimos el nombre de nuestro Señor Jesucristo que sus bendiciones y beneficios eternos se dejan visualizar en la vida de cada creyente que ahora vive en paz con Dios. La paz de Dios no será interrumpida por nada y nadie, ni las fuerzas del mal podrán anularla, pues Dios habita en nuestros corazones. Todo nuestro ser descansa delante del Señor, somos suyos en alma y cuerpo, él es nuestro consolador, e intercesor. No se necesita purgar nuestros pecados con trabajos forzosos, o flagelar nuestro cuerpo para que Dios perdone nuestros pecados, solo por los méritos de Cristo imputados a todo aquel que cree, es suficiente para borrarlos y nunca más se acordara de los mismos. Si alguno, que ha confiado plenamente en el Señor Jesucristo y su obra salvadora, y se ve tentado a pagar por sus propios pecados, o piense que algo está pagando, exhortadle que deje esos vanos pensamientos, para que no esté menospreciando la vida y obra perfecta de nuestro Señor. El tiempo que Dios nos ha concedido son tiempos de paz eterna, son tiempos en que su gracia y su buena voluntad son compartidos y dispersados por medio de la predicación del evangelio para que todo aquel que cree en el no viva perdido sino como salvo. Lo que Cristo hizo es suficiente para vivir en paz, aun y a pesar de todas las aflicciones que tengamos que sufrir en este mundo, seguiremos confiando en nuestro Príncipe de paz, el cual dijo: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jn. 16.33). Subtema 7: VISTIENDO SU ROPA NUEVA EN CRISTO. Lecturas bíblicas: (Sal. 132:9; Is. 61:10; Ef.4:24; Apoc. 3:5). Versículo clave: (Col. 3:9-10) “No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno”. INTRODUCION Ciertamente toda persona le agrada estrenar lo nuevo. Hablar de la ropa nueva de acuerdo a la Escritura, se ha empleado para la vida cristiana como una vestimenta nueva que Dios nos ha dado en Jesucristo. La iglesia debe saber siempre que la transformación viene y depende siempre del proveedor, quien nos viste y reviste de acuerdo a su santa y divina voluntad, pues desea que su iglesia luzca bien en medio de un mundo caótico. Dios no se conforma al mundo pecaminoso, y asi como él es perfecto, quiere siempre que su iglesia viva en santidad, justicia y verdad. El apóstol Pablo, es el que le escribe a la iglesia de Colosas. “(Colossai” en griego antiguo; Colossae en latín) era una antigua ciudad de Frigia, en la península de Anatolia, cuyo nombre puede ser una deformación del término colosal. La ciudad estaba junto al río Lico, afluente del río Menderes, y situada a 18 kilómetros de Laodicea (en las proximidades de la actual ciudad turca de Denizli), cerca de la vía que unía Éfeso y el Éufrates. El lugar nunca ha sido excavado (Datos de Wikipedia). La ciudad se volvió famosa porque allí los colosenses fabricaban una hermosa tela de lana de color rojo oscuro (colossinum). Sin embargo, la importancia de Colosas como un centro de negocios disminuyó significativamente alrededor del año 100 a. C., cuando se fundó la ciudad vecina de Laodicea, la cual representaba una competencia activa y comercialmente agresiva. El texto de (Col.3:9-10), exhorta a los cristianos a no mentirse el uno al otro, una vez que se han desnudado de la vida antigua, tienen la gran distinción del Señor en darles las nuevas vestiduras de una vida nueva. Hablaremos de la nueva vestimenta que el Señor le confeccionado a su amada esposa. ¿Qué aspectos involucra la vestimenta de la iglesia? (1) Un nuevo carácter con cualidades y rasgos propios. (Ef. 4:31) “Quítense de vosotros toda amargura, y enojo, e ira, y gritos, y maledicencia y toda malicia. Más bien, sed benignos los unos con los otros, misericordiosos, perdonándoos los unos a los otros, como también Dios os perdonó a vosotros en Cristo.” (2) Eternos sentimientos. (Ef. 5:2) “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante”. (3) Palabras poderosas. (Ef. 4:25) “Por lo cual, dejando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros.” No hay mejor antídoto para la mentira que la verdad y la verdad es Cristo viviendo en nosotros; (Ef. 4.29) “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”. Las palabras corrompidas son las ofensivas y descortés; (Ef. 5:31) “ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias”. Las palabras deshonestas son aquellas que carecen de sinceridad como son los chismes y calumnias. (4) Nuevas relaciones en la familia. Fidelidad en la relación matrimonial (Heb. 13:4; EX. 20:14; 1 Cor. 6:9-10); esposa respetuosa de su marido y esposo amante, cuidador y proveedor de su esposa (Ef. 5:21-28); padres educadores e hijos obedientes (Ef. 6:1-4). (5) Nueva relación con Dios. (Juan 10:28-30) “Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán; nadie les arrebatará de mi mano. Mi padre, que les ha dado a mí, es mayor que todos; nadie les arrebatará de la mano de mi padre. Yo y el padre uno somos". Toda consulta espiritual es directa con Dios con la única mediación de nuestro Señor Jesucristo. (6) Nueva economía. El trabajo para generar ingreso debe ser licito, honesto y santo (1 Tes. 4:11) “y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos de vuestros asuntos, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado”. (7) Nuevas amistades. (Ef. 5:7-8. NTV), dice: “No participen en las cosas que hace esa gente. Pues antes ustedes estaban llenos de oscuridad, pero ahora tienen la luz que proviene del Señor. Por lo tanto, ¡vivan como gente de luz!”, el tiempo que pasemos con los cristianos, los hermanos de la misma fe, influirá en nuestra conducta”. CONCLUSIÓN Amados, como iglesia del Señor tenemos el alto privilegio de guardar nuestra nueva vestidura y para ello no volvamos a tomar las vestiduras viejas del pecado porque ahora somos nueva criatura y aquello ha quedado sepultado por la obra poderosa de nuestro Señor Jesucristo. Esta nueva vestidura son el resultado de la vida santa y obra perfecta puestos a nuestra cuenta para vestirnos y revestirnos de tal manera que avancemos en la renovación de nuestro entendimiento. Este es el nuevo estilo de vida, una vida integra, de acuerdo a la voluntad de Dios. Es la vida de Cristo viviendo en nosotros. Dios sea con su pueblo hoy y siempre, que su Espíritu Santo sea nuestra guía iluminando nuestro corazón y nuestra mente para comprender su santa Palabra que es lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino (Sal. 119:15). Dios bendiga a cada uno de los redimidos por la sangre de Jesucristo; que la paciencia del Señor se visualice en medio de esta generación por medio de su pueblo y que siga caminando valientemente porque Dios va con nosotros y está por nosotros. Amen SOLI DEO GLORIA