Subido por RAMON MORENO RODRIGUEZ

Cancionero moderno de obras alegres

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CANCIONERO
MODERNO
DE
OBRAS ALEGRES
CASOS DE CONCIENCIA
DIÁLOGOS ENTRE EL DUQUE
DE RIVAS
Y D. ANTONIO ALCALÁ
GALIANO
2
DUQUE
¿Habré yo anoche pecado;
Que apagada ya la luz
Y después de hecha la cruz,
En esta cama acostado,
Llevé medio adormilado
La mano hacia las pudicias,
Y empecé a hacerles caricias,
Y cosquillas sin cesar,
Viniendo el juego a parar
En llenarme de inmundicias?
ALCALÁ GALIANO
Don Ángel, si la intención
fue impura y pecaminosa,
Hizo usted muy mala cosa
Cediendo a la tentación;
Pero si por distracción
O tener la mano fría,
fue usted, sin saber qué hacía
A calentarla frotando,
No fue pecado nefando…
Sino mera porquería.
3
DUQUE
Si por estar yo de prisa,
Y sin intención dañada,
Delante de esta criada
Me quitara la camisa,
Y ella lo viese con risa
Y delectación morosa;
Y se enredara 1a cosa,
Interviniendo el Demonio
Dígame usted, don Antonio,
¿Fuera acción pecaminosa?
ALCALÁ GALIANO
El ofender el pudor
Aun siendo en parva materia,
Es una cosa muy seria,
Que enoja mucho al Señor;
Y si el virginal pudor,
Pudo en ello padecer,
Y de ahí vino a suceder
Más grave y carnal pecado,
Es usted quien lo ha causado,
Y debe satisfacer.
4
DUQUE
Si un timorato varón,
Viendo imposibilitada
A su mujer por preñada,
O bien por la menstruación,
Cayese en la tentación
De dar, por mera flaqueza,
Suelta a la naturaleza
Por vaso no competente,
¿Usted, don Antonio, siente
Que cometerá impureza?
ALCALÁ GALIANO
Es tal la fragilidad
De la humana condición,
Y tan estrecho el rincón,
Que ofende a la castidad,
Y es tal la proximidad,
Del uno y otro orificio,
Que más que exceso de vicio,
Fuera, a mi corto entender,
Salvo mejor parecer,
Un absurdo desperdicio.
5
DUQUE
Yo me voy luego a embarcar,
En invierno, don Antonio,
Y me temo que el Demonio,
A bordo me ha de tentar:
Porque todo un mes pasar
En medio del Océano
Comiendo bien, lucio y sano,
Y sin encontrar mujer
Al cabo ¿qué me he de hacer,
Sino apelar a la mano?
ALCALÁ GALIANO
Si hay acaso una ocasión
En que el pecador recuerde
Y de su alma y Dios se acuerde,
Es en la navegación:
Prueba tal depravación,
Don Ángel, su pensamiento,
Y está usted, según yo siento,
Tan de veras condenado,
Que bien puede, sin cuidado,
Hacerse una paja o ciento.
6
ALCALÁ GALIANO
Don Ángel, si yo tuviera
Una lujuria extremada,
Tal que, hasta verla saciada
Ni pensara, ni durmiera,
Y en mi ceguedad creyera,
Que era usted la niña mía,
Y con loca valentía,
Nabo en ristre a usted montara
Y en el culo se lo entrara
¿Fuera acaso Sodomía?
DUQUE
Sí, don Antonio, no dudo
Que fuera gran Sodomía;
Pero yo lo evitaría
Que soy por demás forzudo;
Pero si en lance tan rudo
Fuera mía la maldad
De tan loca ceguedad
Y yo quien a usted jodiera,
Ya Sodomía no fuera,
Que fuera bestialidad.
7
DÉCIMA HECHA A DUO
DESPUES DE HABER PASADO UNA NOCHE
HABLANDO
DE MOCEDADES
DUQUE
GALIANO
DUQUE
GALIANO
Vamos a dormir Antonio,
Que ya se acerca la luz,
Y hagamos antes la cruz
Para ahuyentar al Demonio.
Si algún falso testimonio
Acaso hemos levantado,
En esto que hemos hablado
De nuestra antigua jodienda…
Dios nos conceda la enmienda
Y nos perdone el pecado.
8
POESÍAS
DE
DON BARTOLOMÉ JOSÉ GALLARDO
9
EL DOMINUS TECUM
O
LA BEATA Y EL FRAILE
(CUENTO SIN CONTERA)
En el pio ejerzizio
De domar-le la carne á una Beata,
El Reverendo Padre, Frai Sulpizio,
Práctico medicante de estos males,
La hazia cala i cata;
Sabiendo por el uso de su ofizio
Qe el cuidado primero en casos tales
Siempre ha de ser descabezar el vizio.
Era-se el Reverendo
Un frailejon tremendo,
Hombre de vello en pecho,
De estos de dicho i hecho
Que en nada gastan calma:
En fin (fuera sea el alma)
Un toro Guadianés hecho i derecho.
Con bravo empuje i con ardor
frailengo
El Reverendo Padre
A la Beata Madre
Daba con la de Rengo;
l á sierva de Dios en tal ataqe,
O bien fuera del susto,
10
U mejor con el gusto
De sentir-se menear el badulaqe
Se la soltó el zumaqe,
Qiero dezir, qe se le fué en falsete
Un punto al clarinete,
Por el lado contrario
Al qe la acometia el Dromedario.
-«¡Hola! ¿qien tose?» (dijo el Padre
nuestro.)
-«Nadie, Padre Maestro.»
(Respondió la Beata remilgada.)
«Siga la santa obra, no fué nada,
»Sino qe ya el influjo de la grazia
»Obra con eficazia.
»Prosiga sin cuidado:
»Nadie tose, soi yo qe he
estornudado.»
(Cada cual estornuda
Por donde Dios le ayuda.).
I diziendo i haziendo
Replicó el Reverendo:
-«Si eso es estornudar, ¡Dominus
tecum!»
I la volvió á trastear el vade-mecum.
11
EL MORO I EL ITALIANO
En la imperial ziudad, qe hará famosa
Sobre mil personajes
Moros Abenzerrajes
Don Pimpin de la Rosa,
Una noche pillaron in-fraganti
Con un alarbe á un buen napolitano;
Sus nombres Ben-Jamet i Cavalcanti;
Uno i otro cristiano,
El moro nuevo, viejo el italiano;
Los cuales, como digo de mi cuento,
Estaban con grandísima pachorra
(Salva la parte] el traspontin al viento
Solazando-se á estilo de Gomorra.
-(Yo supongo se entiende lo qe
digo.-Esto supuesto, sigo.)
Horrísona, estupenda campanada
Dió este caso en Granada,-
¡En Granada el pecado de Sodoma!
El pecado bufando,
El pecado vitando!
Qe tiempos! ¡Santo Dios! ¡Vive
Mahoma!
Miéntras el pueblo así su zelo ecsala
12
No se duerme la sala;
Qe cálamo currente
Dan sentenzia de penca los Señores,
(Señores son allí los Oidores)
Contra ajente i paziente
Indiferente-mente.
I por tanto á virtud y consecuenzia
Del fallo de la Audienzia,
Por plazas i cantones
Salen los cabalgantes cabalgados
En ruzios, de vil chusma rodeados
De muchachos chillones,
De barbados mirones,
I tromgas, que las lenguas hechas
ascuas
Les chantaban los nombres de las
Pascuas.
Al espeso pedrisco
De pullas, de pencazos i de agravios,
En-arcando las zejas
Sin desplegar los labios,
Bajaba las orejas
El italiano: (Al cabo buen cristiano,
Católico, apostólico, romano.)
Pero el fiero morisco
Jura á tantos i á cuantos,
Renegando entre clientes
13
Al son de sepan-cuantos,
I el dezir de las jentes
Sintiendo mas qe el golpe del
corbacho,
Gritaba ufano á yentes i á vinientes:
No ejtar el jembra yo, mi ejtar el
macho.
El cuento no es mas qe esto,
Qien se quiera reir, ria-se presto;
Porqe si esta ocasion en blanco deja,
Luego, el cuento acabado, ya se sabe
Qe entra el ponerse grave
Con la moral.-I vá de moraleja:
Nunca falta consuelo en la desgrazia
A qien la sepa convertir en grazia.»
Esta nos dé la Virgen de Helechosa
Con salud, i pesetas, i otra cosa.
14
POESÍAS
DE
DON JUAN NICASIO GALLEGO
15
AL PECHO DE CORILA
CANCION
Dame, Corila hermosa,
La lira del amor que blanda suena;
Dámela, y la preciosa
Beldad que mis sentidos enajena
Cantaré de tú pecho,
Por la alba mano de las Gracias hecho.
Tu pecho delicioso
Nido feliz de májicos placeres,
Dó su beso amoroso
Imprimió ufano el hijo de Citeres,
Y en verle se recrea
Y en él posado al mundo señorea.
¿En qué alabanza cabe
De sus dos globos la sin par belleza,
La ondulacion suave,
La fina tez y mórbida firmeza?
¿Y quién el atractivo
Pintar sabrá de su botón lascivo?
16
Igualarle no puede
El color de la fresa rubicunda,
Ni el de la rosa excede
Al iris virjinal que lo circunda,
Ni del pichon la pluma
Aventajarle en suavidad presuma.
Cual en Julio abrasado
Busca el fresco raudal el caminante,
O corre desalado
Al seno de su madre tierno infante,
Yo por el tuyo anhelo,
Y en él hallo mi dicha y mi consuelo.
Tú mi atrevida mano
Separar solicitas débilmente;
Del pudor soberano
El amable carmin baña tu frente,
Y tus ojos hermosos
De los mios se apartan vergonzosos.
Mas mi boca encendida
Entrambas pomas anhelante sella,
Y su blanda caida,
Y el dulce hoyuelo, y la garganta bella...
Cual la abeja oficiosa
De una flor á otra flor vuela amorosa.
17
Entonces inflamada
Hierve la sangre en mis ardientes venas;
Mi vista ya ofuscada
Tu grata conmocion distingue apenas,
Y exhalo en aquel punto
En cada beso vida y alma junto.
¡O pecho peregrino!
Manantial de delicias inmortales,
Donde el placer divino
Colocaron las gracias celestiales!
En tí solo se encierra
Cuanto mi corazón ansia en la tierra!
18
ROMANCE
Curra, si habedes honor,
Mirad por la panza vuestra;
Que ya debe de ser tiempo
Que madure alguna breva.
Non pongais en ál las mientes,
Que non es de buenas fembras,
Folgadas y bien fornidas
Facer las cosas á medias.
Miémbreos, señora mía,
Que fará esta primer fiesta
Cuatro años, non dende ayuso;
Que vos riegue asáz la tierra;
Y en todos los cuatro años
Non firieron mis orejas
Los gritos de algun rapaz
Que vos cuelgue de la teta.
19
Bien el vientre se vos pone
Como un perol por afuera:
Mas en medio del camino
Con la carga dais en tierra.
En vuestro primer empacho
Distedes-me por respuesta,
Que no estabais avezada
Como en el oficio nueva.
Los dos siguientes, señora,
Ficisteis la misma guerra,
Sin cuidar que á Dios y al mundo
Faceis la mayor ofensa.
En estos últimos dias
Partisteis á lueñes tierras
A fortalecer los muelles
De vuestras flojas caderas.
Volveis agora diciendo
Que por la Pascua primera
Me parireis un infante
Que alivie mis canas luengas:
20
Que bien sabe el de lo alto
Cuántas lágrimas vos cuesta
Ver malograda y perdida
Tan preciosa simentera.
Si ello es vero ó non, yo fío
Que esta vegada se vea;
Pues ya non podrá estorballo
Ni estar floja, nin ser nueva.
Faced por tener un poco
La carga, que no es eterna,
Nin tan pesada por Dios,
Que vos non podais con ella:
Que al cabo de nueve meses,
Desembarazada y suelta,
Nos folgaremos en uno
Por la noche y á la siesta.
Que si así satisfacedes
Mi deseo y vuestra deuda,
Vos redoblaré la paga,
Que aún está la bolsa llena.
21
Donde non, cuidad, señora,
Que, tarde, ó temprano sea,
Que de esos desaguisados
Tengo de tomar enmienda;
Faciendo que venga al punto
A un médico del Pisuerga,
Que sé que verná en volandas
A curar vuesa dolencia.
Esto un velado decía
Con torva faz á su dueña,
Mohíno de ver lo floja
Que tenía la huevera.
22
LA MUJER DE PIERNAS DOBLES
(CUENTO)
Acostóse un buen marido
Con su adorada consorte,
Y en una paz octaviana
Durmió hasta la media noche.
Quiso el diablo que los gallos
Se hicieran tan cantadores,
Que á fuerza de sinfonías
Despertaron á mi hombre:
Y por guardar la costumbre
De allá en los tiempos de entonces,
Quiso hacer un agasajo
A su bella Maritornes.
Tiende la mano con tiento,
A tocar... Yo no sé dónde,
Y encuentra ¡cosa más rara!
Su mujer con piernas dobles.
23
¡Señores! ¿Qué será esto?
Esclama: ¡qué confusiones!
Dos, cuatro, seis piernas toco
Con las mias ¡San Onofre!
Lucrecia, Lucrecia...mira,
¿Es esto decente? oye...
Aquí hay dos piernas sobrantes:
¿Qué aumento es este? responde.
-Calla, dice la mujer;
¿Qué ha de ser? bestia, alcornoque,
Maldito sea tu vino
Que de esa suerte te pone.
-¡Cómo que miento! ¡caramba!
Cuéntalas.-No me incomodes.
-Pues hay seis.-No hay más que
cuatro.
-Pues yo lo digo.-Acabóse.
En esto el tercer galan,
Amo de las piernas dobles,
Incorporándose un poco
Dice serio: -Pocas voces;
24
-Que haya seis, ó haya sesenta,
¿Qué le importa á usted, buen
hombre?
-A mí nada, dijo el otro;
Caballero, usted, perdone,
Que yo solo lo decia
Por el porfiar diforme
De mi mujer...nada más:
Que usted pase buenas noches.
Así el hombre moderado
Evita las ocasiones
De ruidos y alborotos
Que producen desazones.
¡Celestial moderacion!
Reina tú en los corazones
Y así habrá tranquilidad
Y paz dulce entre los hombres!
25
COMO ESTA HAY MUCHAS
(INÉDITO)
-Mire usted que me marcho de este asiento
Aunque tenga después que hablar la jente:
No sea usted, don Juan, tan imprudente,
Que eso es haber perdido el miramiento.-
-¡Por cierto que es donoso pensamiento!-
¿Y si lo vé mi madre que está enfrente?-
-Suélteme usted la mano, impertinente....
¡Jesusl... ¡qué tontería!... No consiento.-
-Yo me pondré más lejos otro dia....-
-Pero á lo menos tenga usted cuidado....
¡Verá usted si mi madre todavía....-
-¿Vá bien así?... ¿Pues cómo? ¡qué pesado!
Vaya; gracias á Dios. ¡Qué porquería!
-¡Pobre de mí, que toda me he manchado!-
26
DÉCIMAS
ATRIBUIDAS AL CÉLEBRE LITERATO
D. JOSÉ VARGAS PONCE
27
LO QUE ES Y LO QUE SERÁ
Joderá el jénero humano
Mientras haya pija y coño,
En Primavera, en Otoño,
En Invierno y en Verano.
Querer quitarlo es en vano
Ni por fuerza ni consejo,
Pues si está cerca el pendejo
Y la polla se endereza
Puede más Naturaleza
Que no el Testamento Viejo.
Desde el Rey hasta el gañan,
De la Infanta á la pastora,
Y desde Adan hasta ahora
Han jodido y joderán.
Tan emperrados están
En este dulce embeleso,
Que aunque griteis que es exceso,
Que hay Dios, y diablo y castigo,
De todo se les dá un higo,
Y el bolo tieso que tieso.
28
El Prebendado indolente,
Delicado y sibarita,
La quiere jóven, fresquita,
Que sea rabicaliente;
Empero cuando ya siente
Ménos robustez y anhelo,
Temiendo la ira del Cíelo,
Y del infierno la llama,
Se compone con un Arna,
O con dos si viene á pelo.
Si es Molinista, se encierra
Con su devota, y los dos
Joden en amor de Dios,
Y olvidados de la tierra.
La carne hace dura guerra,
Al interior hasta tanto
Que, con celestial encanto,
Sintiendo con eficacia
De arriba venir gracia,
Quedan en éxtasis santo.
29
Viuda, doncella, casada,
¿Cuál es la que no ha probado
De un Fraile desenfrenado
La lujuria encarnizada?
Para él seis vainas es nada;
Y la mujer de respeto
Y buen gusto que en secreto
A joder cita al Hermano,
Pilla un nabo largo, sano,
Tieso, gordo y bien repleto.
El Militar fanfarron
Joder quiere á trochimoche,
De la mañana á la noche,
De la grande hasta el pulpon;
No desperdicia ocasion
for rincon, barranco ó soto,
Aunque por este alboroto
Venga á parar su bambolla
En que le corten la polla
Y luego se haga devoto.
30
La dama de pundonor
Y de española crianza,
Sólo descubre su panza
Por mucho metal ó amor.
Cada mes al confesor,
En lágrimas nada escasa,
Vá á contar lo que le pasa;
Recibe la absolucion,
Comulga con devocion,
Y vuelve á joder á casa.
La Monjita, si es discreta,
Cuando vá al Confesionario,
Presenta su tafanario
A la rejilla secreta.
Hácela allí la puñeta,
Con el dedo, el Confesor,
O, si se puede, mejor,
Aunque sea con trabajo,
Urgala con el carajo,
Miéntras ora con fervor.
31
Otras se suelen meter,
A falta de un buen pepino,
Los dedos en el chumino
Hasta que les dá placer.
Tambien se suelen joder
Una á otra en ocasiones,
Y aunque no tienen cojones,
Juntando ámbas el coñito
Consiguen tener gustito
Con aquellas frotaciones.
Joded, felices humanos,
Sin que nada os alborote,
Y en cansándose el virote
Joded con lengua y con manos.
A moralistas tiranos
Dejadlos en su quimera;
A fé que si yo pudiera
Me transformara en un nabo
Inmenso, y de cabo á rabo
Cien mil veces más jodiera.
32
EL SIGLO DE ORO
POESÍAS DE IGLESIAS
33
LA RECONCILIACION
EN OCTAVAS JOCOSERIAS, QUE GANARON EL
PREMIO DE POESÍA LÚBRICA EN LA ACADEMIA
VENÉREA DE HUMANIDADES, ESTABLECIDA
EN EL PARNASO Á ESCONDIDAS DE LAS
CASTAS MUSAS
Quid enim Venus ebria curat?
Joven., Lib. II, Sat. 6.ª
Un día con Perico riñó Juana
Por no sé qué disgusto ó fantasía;
Pero antes que pasase una semana,
Ya de tanta altivez se arrepentía.
Con el zagal querido más humana,
Volver quiso á entablar buena armonía,
Y para hacer las paces mano á mano,
Dióle una cinta que él aceptó ufano.
Una fresca mañana del Otoño
Madrugó Juana, y desde el pié pulido
Hasta el dorado pelo de su moño,
De un trage mas ayroso que lucido,
Adornada salió: junto á un madroño,
Que en un sombrío valle está escondido,
Risueño el rostro, y el oído atento,
Esperando á su amante, tomó asiento.
34
Viendo después lo mucho que tardaba
Y que era solitario aquel paraje,
Segura de que nadie la miraba,
Alzó de las enaguas el encaje,
Descubrió pues la maravilla octava,
Que ocultaban las sombras del ropaje,
Y ató en la pierna una encamada liga....
¡Pero qué pierna! ¡Dios se la bendiga!
Perico entre unas ramas á Juanilla
Curioso atisba; en tan graciosa planta
Ya admira la robusta pantorrilla,
Ya del pié la estrechísima garganta:
¡Qué redonda y nevada es la rodilla!
¡Cómo los ojos y aun el alma encanta,
El corto zagalejo y el calzado,
La blanca media y el azul quadrado!
Llevaba tan delgada vestidura,
Que casi estar desnuda parecía;
La ágil cadera, el muslo, la cintura,
Todo el lienzo sutil lo descubría;
Dos hemisferios de gentil hechura,
En que un rollizo globo se partía,
Formaban tiernos y elevados bultos;
Que no pudo el cendal tener ocultos.
35
Arrebatado del impulso ardiente
De la imaginación y los sentidos
Salió el joven gallardo, y de repente
Con brazos amorosos y atrevidos
Ciñó á la ninfa, señaló en su frente
La estampa de los labios encendidos,
Y el dulce fuego que alteró sus venas,
Esto le permitió decirla apenas:
«Deja, que bese el blanco y liso pecho
Que á la leche ha robado la blancura:
¡Qué alto y bien dividido! ¡Qué derecho,
Sin sufrir de cotilla la clausura!
¿De qué terso marfil estará hecho
El cordon de esta enana dentadura?
¡Qué dicha, repetía el fino mozo,
En un abrazo mil deleytes gozo.»
Sorprendida la ninfa de tal hecho,
Apenas se desprende del Pelmazo;
Cuando en tono furioso con despecho,
Y puesto en jarras uno y otro brazo,
Tanto entonces le dijo, que deshecho
Á Perico dejó sino en retazos,
Y él de ver á su prenda descontenta,
Sin saber qué decirla se le ausenta.
36
Sola queda la niña y ya reniega
De sus melindres y capricho raro:
«No dice, no es verdad que el amor ciega
Cuando en tantos escrúpulos reparo:
La que al dueño que adora no se entrega,
La que su corazón le vende caro
No merece los gustos de Cupido,
Sino que su beldad muera en olvido.»
Parte tras su galan y le divisa,
Vuelto de cara á un roble, y despachando
Diligencia no limpia, aunque precisa,
Estaba, pues.... (¿si lo diré!).... meando;
Escondióse la moza á toda prisa,
Á observar de Perico el contrabando,
Y ardiéndose en cosquillas de deseo,
Se chupaba los labios de recreo.
Salen á luz pública por fin
Las crecidas insignias de varón
Con un boton mas roio que d carmín
Sobre un miembro más blanco que algodón
De su vasta extensión en el confin
Negros rizos asoman al calzón
Y ocultos dos acólitos se ven....
Que no dejó el faldón descubrir bien.
37
Apenas el Zagal regado habia
E1 grueso tronco, cuando descuidado,
Sintió que el cuerpo por detrás le asía
Un suave brazo de su dueño amado;
Y forcejeando entónces á porfía,
Cayeron ambos en el verde prado,
Él sin boton alguno en delantera,
Y con las faldas ella en la mollera.
No de otra suerte la sutil caterva
De floridos poetas imagina,
Que en la edad de oro la mojada yerba
Sirvió de lecho al hombre, y que la encina
Que de aires y de soles le preserva,
Del tálamo nupcial era cortina:
Pardiez! Si esto es verdad, Perico y Juana
Gozaron la edad de oro una mañana.
Ello es que hay zancadillas muy felices,
Y así el mancebo, como más forzudo,
Cayó sobre la niña de narices,
Y ella que siendo débil menos pudo,
De espalda en tierra dió; que estos deslices
Padece d sexo frágil á menudo;
Si bien la que en luchar fuerza no tiene,
Seis arrobas después mejor sostiene,
38
Al punto que se vé Juana en tendilla
Y de Perico el peso y calor siente
En el desnudo muslo y la rodilla;
El calor de sus miembros impaciente,
Con saltos de lasciva rabadilla
Provoca al valeroso combatiente,
Juntando el labio á las mejillas tiernas,
Enlazando ambos brazos, ambas piernas.
¡Con qué desenvoltura, cuán risueña
Al nervio altivo echó la blanca mano!
E1 era corpulento, ella pequeña,
Empuñarle tentó, pero fué en vano:
Ya con el dedo práctico le enseña
El paso del estrecho gaditano,
Y ofreciendo al bajel la senda clara,
Las dos columnas de Hércules separa.
Aquel pequeño y delicioso ojal
Con los bordes teñidos de clavel
Entre dos blandas rocas de cristal.
Más rubio el crespo pelo que oropel,
Aquel en que unos dicen que hallan sal,
Y otros son de opinión que encuentran miel.
Con mil cosquillas y respingos mil
Hospedó al instrumento varonil.
39
Y mientras con caricias regaladas
Tienta el jóven los pechos de la moza,
Con las dos que le cuelgan arracadas
El tacto de la picara retoza;
Dale tiernos pellizcos y palmadas,
Se empina, se columpia, se alboroza,
Y al cabo yo ir sé qué la sucede
Que en éxtasis suspensa hablar no puede.
La dulce boca, inmóvil, medio abierta,
Con la lengua cogida entre los dientes
Suspiros á exhalar tan sólo acierta,
En lugar de dar ósculos ardientes;
La vista entre los párpados cubierta,
Indica repentinos accidentes,
Y si no murió Juana por lo menos
La ha dado un parosismo de los buenos.
Ea ¡gracias á Dios que resucita!
Pronto se ha serenado, no.... no es cosa
¿Cómo? ¿abre ya los ojos? Pobrecita!
¿Qué tal? ¿Estás mejor?... duerme... reposa
Antes que la congoja te repita....
¡Ay, Ay! qué enfermedad tan contagiosa!
Pegósele á Perico, vaya vaya!
También el angelito se desmaya!
40
Ella, que ya por experiencia sabe
La causa de aquel mal, su especie y cura,
Viendo que cada vez era más grave
De el zagal la amorosa calentura,
Con un meneo de caderas suave
Le ayudaba á sudar con tal blandura,
Que él la inundó al instante dentro y fuera
De cálido sudor la delantera.
Aquí de los amantes abrazados
Alegremente suspendió el oido
El coro que formaban acordados,
Los Jilgueros del valle y el ruido
De un manso arroyo (á que ellos ocupados
No habían hasta entonces atendido)
Y allí silbando el céfiro halagüeño,
Embargó sus espíritus el sueño.
Á este tiempo un Pastor, que la espesura
Penetraba, guiando su vacada,
En divertida y cómoda postura
Encontró á nuestra gente embelesada.
De la dormida y lánguida hermosura
El rostro de Perico era almohada,
Enredados los muslos de él y de ella,
Y sin pañuelo la garganta bella.
41
¡Lindo, dijo el Pastor, por vida mia!
¿Son estos los que quieren que se crea,
Que hay entre ellos formal antipatía?
Condujo allí las mozas de la aldea,
Y señalando á Juana, les decía:
«Mirad cómo ésta su beldad emplea:
Aprended á hacer paces: niñas, niñas,
Así habeis de dar fin á vuestras riñas.››
42
POESÍAS
DE
D. JOSÉ BERNAT BALDOVI
43
CONSONANTES SOSPECHOSOS
El Padre Fray Juan Tibulo,
Sin un cuarto y roto el manto,
Pide que, con disimulo,
Quiera usted limpiarle el…llanto,
Pues él para todo es nulo.
Y añade que la receta
De la gente maliciosa
Que su salud trae inquieta,
Es hacerle la.... forzosa
Porque guarde cama y dieta.
Con programas y razones,
Y con los dientes enjutos
Nadie sufre á dos tirones
El peso de los…tributos
Que rasgan los pantalones.
44
Y con hambre tan prolija,
De otros males causa y mengua,
¿Habrá mortal que no exija
Que se enderece la.... lengua
Contra aquel que los cobija?
Toda vez que sin disputa
La casera que á su boca
Dar no puede pan ni fruta,
Teme al fin hacerse…loca
Si otro lo suyo disfruta.
Y cuenta que él no es bisoño
Tratándose de este asunto;
Pero ni aquí ni en Logroño
Encuentra hoy un fraile un...punto
Donde pasar el Otoño.
Visto, pues, su gran trabajo,
Triste cara, flaco talle,
Y vestido de estropajo,
No mande usted...á la calle.
Al que firma aquí debajo.
45
EPÍGRAMAS
I
-«Un doctor ronda tu puerta,
Y un escribano te adora!»
Le dijo á una labradora
Otro, tambien de la huerta.
-«No lo extrañes, majadero»
Contestó con gracia suma;
«Como son gente de pluma
Van en busca de tintero. »
II
A encerrar un gato pardo
Que mayaba en un desvan,
Subieron con grande afan
Concha y su primo Bernardo.
Sin duda al primer encuentro
La niña al gato cojió,
Porque ajitada gritó:
-«¡Madre…ya lo tengo dentro!»
46
III
Repicando la campana
El monago de San Blas,
Murió de una mala gana...
No nos la tocará más.
IV
Á solas en su aposento
Gregoria me suplicaba
La contase cierto cuento
De que yo no me acordaba.
-«Piénsalo bien»-me decia-
«Que él te vendrá á la memoria…»
Y al tiempo que me venia
También le vino á Gregoria.
V
Por decretos soberanos
Perdistes dos flores tiernas,
Á impulso de dos tiranos…
Una…por cerrar las manos,
Y otra…por abrir las piernas.
47
POESÍAS
DE
FRAY DAMIAN CORNEJO
Eg. 1889.-in 4.°-BRITISHS MUSEUM
48
SONETOS
Esta mañana, en Dios y enhorabuena
Salí de casa y víneme al mercado;
Ví un ojo negro al parecer rasgado,
Blanca la frente y rubia la melena,
Llegué y le dije: «Gloria de mi pena,
Muerto me tiene vivo tu cuidado,
Vuélveme el alma, pues me la has robado
Con ese encanto de áspid ó sirena.»
Pasó, pasé, miró, miré, vió, víla;
Dió muestras de querer, hice otro tanto;
Guiñó, guiñé, tosió, tosí, seguíla;
Fuése á su casa, y sin quitarse el manto,
Alzó, llegué, toqué, besé, cubríla,
Dejé el dinero y fuíme como un santo.
49
Amoroso, prudente y cortesano
La mano te pedí que es mi desvelo
Tal, que sabiendo que tu mano es cielo
Quise tomar el cielo con la mano.
Mas viendo que mi fé trabaja en vano,
Á tocar de tu mano un dedo apelo,
Para que mi valor, en dulce duelo,
Con un dedo le rinda amor tirano.
Muévate de amorosa ó compasiva,
Lísis, este cuidado afectuoso;
Muera el desden, y la fineza viva:
Llegue á tocar un dedo, venturoso,
Y que me falta, no de mí se escriba,
Un solo dedo para ser dichoso.
50
Lo menos bello y más apetecido,
Lo más oculto y menos ignorado,
Aquello á que el deseo aspira osado
Y invisible es gozándolo el sentido:
Aquel coral, aquel rubí partido,
Aquel no sé qué hermoso imaginado,
Aquello que á la fuerza contrastado
A sangre rompe el gusto más rendido:
Por lo que muere el hombre y nace el hombre,
Lo que trueca las ansias en placeres
Por quien pierde la fama su renombre;
Imitando á la Luna, si lo infieres,
Tiene meses y dias sin que asombre;
El paréntesis es de las mugeres.
51
Rudo pincel de mano inadvertida
Mentiroso de mí copió un traslado;
Pero mal puede estar bien retratado
Quien te eligió por alma de su vida.
Error del Arte fué mal dirigida,
En el cual puede, Lísis, tu cuidado
Advertir, que no soy cual me han pintado
Como me pinta sí mi fé rendida.
No culpes del pincel el desacierto,
Que estar otro, y estar desparecido,
En el dibujo, puede ser acierto:
Porque, cuando de amor estoy perdido,
No pareciera bien, es caso cierto,
Estar perdido yo y él parecido.
52
Estaba Lísis en la campal batalla
Resistiendo de Félix el asalto,
Que encendido en amor, de juicio falto,
Solicitaba descortés gozalla.
Derribóla y no pudo sujetalla,
Porque al ir con d ansia á dar el salto,
De un respingón le echó Lísis tan alto,
Y á pié juntillas defendió su valla.
Ya verán que es forzoso que se emperre
Félix amante, con tan ruin suceso;
No hay que espantar que con amor se yerre,
Que en realidad es caso muy avieso:
En fin, ella se estuvo erre que erre,
Y el pobre se quedó tieso que tieso.
53
Yo no puedo vivir si no me capo,
Porque si tengo bolas y no emboco,
Y aunque te diga cave, no te toco,
Todo en gordo será vayna de trapo.
Si de ser inocente así me escapo,
A lo menos de amante doy en loco;
Pues nevando camisas, poco á poco,
Si las mojo muchísimo, no en-papo.
Quién te viera no grave y espetada
Cuando el amor se goza sin sospecha,
A mi manera atenta, y no á mi modo:
Yo quedára contento y tu pagada,
Pues supieras qual es mi Pix derecha
Y me quisieras bien con vayna y todo.
54
A UNA DAMA
Que gastó lo mejor de su mozedad con frayles,
y á la vejez dezia mal de ellos, y se havia
empeñado con un mal sacristan.
Marica, que á decir mal
De frayles te precipitas,
Estando por condenado
Tu amor siempre en la capilla:
Ellos de ti no hacen caso
Sin nota de grosería,
Que no son las reverencias
Para tan descortés niña.
Resabio de privilegio
Tienes, y lo saco, amiga,
En que de tu trato todas
Las Órdenes participan.
Pila de todos los frayles
Fuiste siempre conocida;
Sino es que tu sacristan
Te ha sacado ya de pila.
55
Del Mercenario te pagas,
Del Augustino te obligas,
Y el Teatino de tus partes
Tiene muy larga noticia.
Si piensas que no te entienden,
Poco, amiga, gongorizas,
Porque más que á soledades
Te inclinas á compañías,
Deja de decir mal de ellos,
Y que es indecente mira
Que por vana te deseche
Quien te averiguó partida.
Cuando despreciar te miro
Los frayles, pienso, Marica,
Que tus flaquezas con ellos
Te tienen desvanecida.
Perdida por ellos fuiste,
Mas ¿qué mucho, niña mía,
Que si tantos te jugaron
Estés por ellos perdida?
Espantadiza te has hecho;
De los frayles te retiras,
56
Te estás en los Padre Nuestros.
Y dices Ave Maria.
Despues de las otras. muchas
Das en esta niñería;
Dinos que te sobresaltan,
Mas no que te asustan digas.
Trata de ser bien mirada
De quien fuiste tan bien vista;
Y mira con quien te tomas
Antes, muchacha, que riñas.
De un frayle son los consejos
Que con buena intencion tira
(Porque más no los escupas)
A hacerte tragar saliva.
De que tus desatenciones
Llegasen á su noticia
No te admires, porque tú
Siempre los tienes encima.
Ya su buen trato te cansa,
Sus donaires te fastidian,
Pero yo me acuerdo cuando
Te hacían mear de risa.
57
No hacías asco cuando estabas
De ellos tan antojadiza,
Que una vez gustastes de uno
Y te hizo buena barriga.
Este corte de vestido
Quien te conoce te envía;
Él es de picote, arroja
El que traes de picardía.
58
DÉCIMAS A UNA DAMA
Con modo ya más humano
Se da á tratar tu belleza,
Pues recibes con llaneza,
Lisis, qualquier besamano:
A Fabío le das la mano
Cuando á mí me dás pesares,
Y áun otros más singulares
Favores pienso que espera,
Porque el buscar la manera
Huele á manos y á quajares.
Lo que en esta vejacion
Mi discurso más atolla,
Es que me lleve la polla,
Jugando al hombre, un capon:
De tí ningun galardon
Ya Lisis, mi fé no espera;
Con tu Fabio en caponera
Puedes holgarte del todo,
Y no hay que dudar del modo,
Que él buscará la manera.
59
POESÍAS
DEL
MARQUÉS DE VILLAMEDIANA
60
A UNA DAMA
QUE SE CASABA CON UN D.N. CASTRO, IMPOTENTE,
Y HABIA SIDO PRIMERO MUJER DE UN CAPON.
OVILLEJOS
Señora, no me fastidia
Envidia,
Ni mueven mi pluma y labios
Agravios,
Ni causan en mí desvelos
Celos;
Antes alabo á los cielos
De que os sirva un impotente;
Pues así el alma no siente
Envidia, agravios ni celos.
Dióme un tiempo de su amor
Dolor:
Ver sus deseos premiados
Cuidados,
Y que os gozasen sus ojos
Enojos.
Supe sus aceros flojos
Y sabida su impotencia,
Cesaron en mi conciencia
Dolor, cuidados y enojos.
61
Es Castro en nombre abreviado
Castrado,
Castrado á quien falta el basto
Casto;
Castrado y casto varon
Capon.
Mal podrá haceros buen són
Cuando cascabeles toque,
Quien es en toque emboque
Castrado, casto y capón.
Bien sé que este amante rojo
Es flojo,
Su pica, taco y pelorto
Corto,
Y que no tiene esta pieza
Cabeza.
No guerreará con destreza
Instrumento tan mellado;
Porque está de puro usado
Flojo, corto y sin cabeza.
62
Falta á vuestro Scipion
Baston;
Y aunque á la guerra os provoque
Estoque,
Y para entrar la goleta
Gineta.
Y así á la primera treta
Asaltos os faltarán,
Faltándole al capitan
Baston, estoque y gineta.
No correrá con pujanza,
Lanza,
Ni con gritos ó á lo sordo
Bohordo,
Ni á fuer de juego de España
Caña.
Si el corazon no me engaña
La boda será funesta;
Pues no se enristra en la fiesta
Lanza, bohordo ni caña.
63
Si no empuña madricardo
Dardo,
Ni dispara en vuestro ormuz
Arcabuz,
Ni enciende cuando os pertrecha
Mecha;
Siempre andará con sospecha,
Señora, que otro os dá asalto,
Un pobre que vé que es falto
De dardo, arcabuz y mecha.
Es un brazo sin espada
Nada;
Reloj con pesas sin mano
Vano,
Y un impotente en el hecho
Sin provecho.
Ved, señora, el pié derecho
Primero que lo juzgueis,
Mirad despues no lo halléis,
Nada, vano y sin provecho.
64
Si al potro el ijar no bate
Azicate,
Y á la yegua que más vuela
Espuela,
Y á la mula que más rua
Pua,
A ser lerda se habitua:
Y lo mismo es la mujer
Si no le bate al correr,
Azicate, espuela ó pua.
Fué un tiempo vuestro varon
Capon,
Y es el que os goza al presente
Impotente;
Amen de otro monje añejo
Viejo.
Señora, mi mal consejo
Es que corrais buen caballo,
Y no busqueis para gallo
Capon, impotente ó viejo.
65
Vos teneis, señora polla,
Argolla,
Y en Castro contemplo solas
Bolas,
Y en el caponazo flaco
Taco;
Y de aquí, señora, saco
Que uno de estos solo y vos
Nunca juntareis los dos
Argolla, bolas y taco.
Plegue á Dios que no sea Castro
Padrastro,
De vuestro huerto y jardín
Mastin,
O sea del hortelano
Alano:
Gozad del garbo lozano
Antes que seais mujer
De un marido que ha de ser
Padrastro, mastín y alano.
66
Tenga otro en vuestros sollozos
Gozos,
Y en vuestro burlado intento
Contento,
Y en veros quemar y arder
Placer:
Que á mí no me han de mover
Riscos, bronce y pedernales
A tener de vuestros males
Gozos, contento y placer.
67
POESÍAS
DE
D. JERÓNIMO CAMARGO DE ZÁRATE
(B. C. —H. 3—33°—23.)
68
Á UNA DAMA
QUE HABIENDO OCHO DIAS QUE UN GALAN NO LA
ALCANZABA, UNA VEZ QUE LLEGÓ…NO PUDO.
ROMANCE
Contra mí corto la pluma,
Que con satíricas chanzas
Le he de dar, porque no vino
Á mi potencia una vaya.
Al papel he de fiarle
El referir mi desgracia
Aunque él tambien de vergüenza
Se hará papel de granada.
Érase, Elisa, una tarde
Que sucedió á una mañana,
Que á la fiesta de gozarte
De placeres ayunaba,
Cuando á tu puerta llegué,
Porque supe que en tu casa
Solo de noche se teme
El duende que nos espanta.
69
Salísteme á recibir
Entre amante y cortesana,
Conociéndose en el cuerpo
Los regocijos del alma.
Sentámonos á la lumbre;
Y como yo deseaba
Gozarte, estar al brasero
Era tenerme en las brasas.
Yo que miré que en tus ojos
Amor me tocaba al arma,
(Que á fé que para hacer gente
Son tus ojos lindas cajas),
Avalancéme á tu boca,
Y en la más bella muralla
Que el cielo fabricó en perlas
Abrió mi lengua la entrada.
Vine á los brazos, y al punto,
Para darnos de las astas
Al ristre desde la cuja
Pasó aquella buena lanza.
70
A dar el bote embestia,
Y…al llamar una criada,
Si cañas lanzas se vuelven
Mi lanza se volvió caña.
Fué forzoso recojerme
Al retiro de otra cuadra;
Que al juego del escondite
Pasamos del de las damas.
Fuese la criada, dando
Nuevo principio á mis ansias;
Porque mi desdicha empieza
Donde parece que acaba.
En un crepúsculo claro,
Entre abierta la ventana,
Aquel apacible sitio
Á media luz alumbraba,
Bien así corno en las selvas
Lo frondoso de las ramas
Los rayos del sol entibian
Siendo nubes de esmeralda.
71
Quisiste montar en mí,
Y fué eleccion acertada
No estando yo para hombre
El ponerte tú las bragas.
Como habia tantos dias
Que de no gozarte estaba
Tan cargado, fué forzoso
El echarme con la carga.
Cuando torcida la mia
Para entrar en la batalla,
Aunque era espada tizona
No por eso fué colada…
Ya medrosa se encojia,
Y tal vez se descollaba,
Tornando como gusano
A su capullo arrugada.
72
Con lo que yo conocí
Que mi pieza desdichada
No valia para un higo
Estando como una pasa.
Aunque en los Países Bajos
Era vecino de Holanda,
Fué vasallo tan leal
Que por nada se levanta.
Rogábale que se alzase,
Y él aunque ruin no se ensancha,
Ni me responde que sí
Aunque la cabeza baja.
Remití el negocio á prueba
De tus manos que le alhagan;
Y tentándole tus dedos,
Tus dedos no le tentaban.
Lo que le estaba peor
Tomó de tus manos blancas,
Pues con su calor no ardia,
Y con su color se helaba.
73
No valieron las astucias
Para que á la lid entrara,
Porque estas cosas del sexto
Mas quieren fuerza que maña.
Tú, ya encendida, ya tibia,
El rostro hermoso mostrabas
Con el enojo de nieve,
Con la vergüenza de nácar.
Volvístete contra mí,
Viendo que no te pagaba
De la merced que me hacías
En leche la media annata.
Que tú tenias razon,
Elisa, te confesara,
Si yo tuviera en mi palmo
Como en mi palma mi alma.
Mas esto de estar la cuerda
A todas horas templada
Y tirante la clavija
Solo los frailes lo alcanzan.
74
Como supe que otro dueño
En tu jurisdiccion manda,
En tu término redondo
No pude entrar con vara alta.
No te enoje que mis filos
O se tuerzan ó se caigan,
Que por volver otro dia
Dejé la hoja doblada.
75
Á UNA DAMA
QUE HABIÉNDOSE DEFENDIDO CON LOS MELINDRES DE
DONCELLA, DESPUES DIÓ MUESTRAS DE NO SERLO.
DÉCIMAS
Fílida quien tal creyera
De tu mucha castidad,
Porque en tu severidad
Te juzgué por muy entera.
Perder ya conmigo espera
Lo que por seca has cobrado,
Pues advierte mi cuidado
Desmintiendo tu esquivez
Que lo que es por esta vez
Ya llueve sobre mojado.
Aunque con necias porfias
Mostrabas tu vanidad,
No creí de tí en verdad
Que tal barreno tenias.
Pero no tus alegrías
Cesen con penas tan fieras,
Pues aunque entienda cualquiera
Lo que tu agravio señala,
Nunca dirá que eres mala,
Sino que eres pasadera.
76
El perder tal prenda es justo
Que te cause gran pesar
Pues no la podrá hallar
Donde la perdió tu gusto.
Pero no te dará susto,
Porque advertirás prudente
Que es locura impertinente
Cuando no remedias nada,
De una cosa ya pasada
Tener la pena presente.
Fílida, ten en tu enojo
Cuenta en lo que queda acá,
Y porque lo has hecho ya
No digo que abras el ojo,
Y en ocultarme tu arrojo
No tu discurso lo acierta
Pues es preciso que advierta
En tu carta tu delito
Si viene ahora el sobrescrito
De la primera cubierta.
77
Á UNA TIA
VENDEDORA DE SU SOBRINA
Consonancia á una rapaza
Hacia una tia vieja,
Que en la guitarra del gusto
Se tiempla por las terceras.
En el pueblo era la niña
La prima de la belleza,
Muy de Roma, por las gracias,
Por las flores de Florencia.
Su doncellez rasgueada
Dió luego al traste con ellas;
Mas por la tia despues
Se punteó con destreza.
A no pagar y pagarse
La fué templando la vieja
Que lo fino desafina
En quien de falsa se precia.
Mas cuando pide y engaña
Mejor sus vozes la suenan,
Que con ser tan falsa toda
Tiene un tercio que aprovecha.
78
Para subirla de punto
A fantasías la enseña
Con un Duque, porque fuese
Perdida por excelencia.
ESTRIBILLO
Falsas hace la niña
Que bien le suenan
A su tia que al vicio,
Los bajos lleva,
De amor en el instrumento
Si la toca el interés
Y si no salta al momento;
Pero si la dan sin cuento
Los que por sus gracias penan
Falsas hace la niña
Que bien 1e suenan.
79
Á UNA MOZA
QUE LA HALLARON EN LA CAMA CON UN HOMBRE Á
QUIEN POR MAL NOMBRE LLAMABAN LA VERDAD.
DÉCIMA
Cuando tu comun beldad
Al cura comunicabas,
Hermosa Nise, tú estabas
Mal empleada en verdad;
Mas al ver tu liviandad
Solo mi crédito duda
Como tanto amor te muda
Que sin asco ni desden
Te pudo parecer bien
Aquella verdad desnuda.
80
EL JUEGO
CUENTO
Un grande tahur de amor
Y una jugadora tierna,
Por entretenerse un rato
Tratan, Dios y enhorabuena,
Jugar los dos mano á mano
Desafiados por tema.
A la primera es el juego,
Pues esta es la vez primera;
Antes jugaban papeles,
Promesas finas y tiernas:
Ahora moneda que corre
Y pasa en toda la tierra.
Ha de ser á resto abierto,
Pero cerrada la puerta,
Porque si pasase alguien
No denuncie á quien lo sepa.
El es gran envidador,
Y gran queredora es ella;
El se abraza de picado
Y solo picarla espera,
81
Porque si una vez la pica,
No habrá remedio que pierda.
Por mesa toman la cama,
Por no tener mejor mesa;
A barajar comenzaron
Y ella á dar la mano empieza.
El alzó por buena parte,
Dó está la pandilla hecha;
Ella alcanzó á ver el juego
Y al primer envite se hecha.
Porque él es fullero y arma,
Mas ella alcanza esta treta
Y á dos veces que barajan
Lo armado se desconcierta.
Dan medios en las paradas,
No hay envite sin revuelta,
Y lo que tienen delante
A cada paso se mezcla.
A la dama le entró el basto
Estando puesta en primera;
Mas él hizo flor con todo
Haciendo mesa gallega.
Quiso luego levantarse,
Mas que no se alze le ruega
Y que la mantenga á mano
Pues tan picada la deja.
82
Tanto pudo el ruego blando
Y áun el juego dió tal vuelta,
Que él fué la bolsa vacía
Y ella no quedó contenta.
83
POESÍAS
DE
D. FRANCISCO DE QUEVEDO
84
DEFINICION DE AMOR
¿Rogarla? ¿desdeñarla? ¿amarla? ¿huirme?
¿Seguirla? ¿defenderse? ¿asirla? airarse
¿Querer y no querer? ¿dejar tocarse?
¿Y á persuasiones mil mostrarse firme?
¿Tenerla bien? ¿probar á desasirme?
¿Luchar entre sus brazos y enojarse?
¿Besarla á su pesar y ella agraviarse?
¿Probar, y no poder, á despedirme?
¿Decirme agravios? ¿reprenderme el gusto?
¿Y en fin á baterías de mi prisa
Dejar el ceño? ¿no mostrar disgusto?
¿Consentir que la aparte la camisa?
¿Hallarlo limpio y encajarlo justo?
Esto es amor y lo demás es risa.
85
SONETOS
Estaba una fregona por Enero
Metida hasta los muslos en el rio,
Lavando paños, con tal aire y brio,
Que mil necios traia al retortero.
Un cierto Conde, alegre y placentero,
Le preguntó con gracia: «¿Teneis frio?»
Respondió 1a fregona: «Señor mio,
Siempre llevo conmigo yo un brasero.»
El Conde, que era astuto, y supo dónde,
Le dijo, haciendo rueda como pavo,
Que le encendiese un cirio que traia:
Y dijo entonces la fregona al Conde,
Alzándose las faldas hasta el rabo:
«Pues sople este tizon vueseñoria.»
86
Señora, bobo soy mas no en amaros:
De ver vuestra belleza y gallardía
Está como abobada el alma mía,
Y yo estoy hecho bobo en contemplaros.
Si yo fuí bobo, no lo fuí en amaros,
Y si lo fuí, donosa bobería,
Pues hizo aparecérseme á María,
Que así me place agora de llamaros.
¿Quereis como soy bobo ver la muestra?
A meterme probá el dedo en la boca;
Que no os lo morderé mas que á mis ojos.
Y si os parece que esta prueba es poca,
Dejad que meta yo el mio en la vuestra:
Mordedle, y sanaré de mis enojos.
87
Estábase Teresa de Locía
Atando el cenojil, la pierna alzada,
Toda patitendida y destapada,
Pensándose que nadie la veía.
Lúcas Gil la miraba y pretendía,
Y viendo la ocasion aparejada,
Arremetióla sin decirla nada
Por no guardar lo de hoy para otro día.
El mozo era pujante de natura,
Y mostrándole el basto, dijo: «envido»
Y ella responde: «el diablo te trasquile.»
Ganó el juego con sola esta figura;
Teresa grita, y Gil le ha respondido:
«Si le parece gordo, no lo hile.»
88
A consentir al fin en su porfía
Vino una dama con su enamorado,
Porque por su nariz hubo juzgado
Que tanto á buena cuenta meteria.
Mas al revés salió su profecía,
Porque él tenía poco, ella sobrado;
De suerte que él quedaba tan holgado
Que no sintió si entraba ó si salía.
La dama mal contenta dijo: «¡Ay triste!
¡Cuán mentirosa la nariz ha sido!»
Mas él le replicó como hombre diestro:
-«Ese defecto, amiga, no as contriste,
Que si mi gran nariz os ha mentido
A fé que ha dicho la verdad lo vuestro.»
89
De cierta dama que á un balcón estaba
Pudo la media y zapatillo estrecho
Poner el lácio espárrago derecho
De un tosco labrador que la acechaba.
Ella, cuando advirtió que la miraba,
La causa preguntó del tal acecho;
El labrador la descubrió su pecho,
Diciendo lo que vía y contemplaba.
Mas ella, con alzar el sobrecejo,
Le dijo melindrosa: «Aquesto, hermano,
No es mas de ver y desear la fruta.»
El labrador sacando el aparejo,
Le respondió, tomándolo en la mano:
«Pues ver y desear, señora puta.»
90
Primero es besalla y abrazalla
Y con besos un poco entretenella;
Primero provocalla y encendella
Para que entre con brio en la batalla.
Primero es el por fuerza arregazalla,
Metiendo piernas entre piernas della;
Primero es acabar esto con ella,
Despues viene el deleyte de gozalla.
No hacer, como acostumbran los casados,
Mas de llegar y hallarla aparejada,
De puro dulce, creo da dentera.
Han de ser los contentos deseados,
Si nó, no dan placer, ni valen nada;
Que no hay quien lo barato comprar quiera.
91
Alzó Venus las faldas por un lado,
De que el herrero súcio enternecido
Por el botin que descubierto vido
Quiso subir hasta lo más cerrado.
Arrojó las tenazas denodado
Lleno de tizne y del hollin vestido,
Tentó la hornaza do formó á Cupido,
Y echó las bragas y ed mandil al lado.
Sintióse Venus porque tal hacía,
Y al defenderse tuvo manos mancas,
Por estallo la puta deseando:
Por mas que dijo era porquería
Se estuvo queda y alargó las ancas,
Al ajo y queso de que fué gustando:
Hasta que en acabando
Dijo la puta: «bien está lo hecho,
Que no cabe en un saco honra y provecho.»
92
Dar un real á una dama es poco precio,
Dos la dareis, si es prenda conocida,
Y tres, cuando conforme á estado y vida
Darla cuatro os parezca caso recio,
Cuatro es el moderado y justo precio;
Mas, si la prenda fuere tan subida,
Seis la dareis, con tal que no os los pida;
Si la diéredeis más, quedáis por necio.
Esta dotrina es llana y resoluta:
Ha lugar si la dama que os agrada
Os pareciere libre y disoluta:
Mas si fuere tan grave y entonada
Que menosprecie el título de puta,
Si la quereis pagar, no la deis nada.
93
LINDO CHISTE
(LETRILLA)
Hay mil doncellas maduras
Que guardan virgos frambres
Hasta que á fuerzas de hambre
Se les van en probaduras.
Todas las vírjenes puras
Por mas aguadas que estén
A ninguno quieren bien
Si no las calza y las viste,
Lindo chiste.
Hay viuda, que por sus piés
Suele hacer con bizarría
Mas cabalgadas al dia
Que los moros en un mes:
No son tocas las que vés,
Que aunque traerlas profesa
Son manteles de una mesa
Que á nadie el manjar resiste;
Lindo chiste.
94
Cásase en hora menguada
El galan sin plata ó cobre,
Y viene á cenar el pobre
Con salva la desposada:
Del dote, que es poco ó nada
Calzas de obra se labra,
Pero luego aun de palabra
No tiene calzas el triste;
Lindo chiste.
Cásase con bendicion
El que las leyes escarba,
Por añadir á su barba
Aderezos de cabron:
Luego con satisfaccion
Un correjimiento afana,
Vienésele á dar de plana,
Vuelve en sayas el limiste,
Lindo chiste.
95
MADRIGALES
I
PINTA EJECUCIONES DE AMANTES
Los brazos de Damon y Galatea
Nueva Troya torciéndose formaban,
Que yo lo ví viniendo de el aldea:
Sus bocas se abrasaban,
Y las lenguas trocaban,
En besos á las tórtolas vencian,
Las palabras y alientos se bebian
Y en suspiros las almas retocaban.
Mas él estremeciéndose decia:
Yo muero, vida mia:
Y ella, vueltos los ojos, le mostraba
En su color lo mismo que le daba.
Fué tan dulce este paso, y de tal suerte
Que quiso parte de la misma muerte;
Pues quedando sin fuerza y sin aliento
Entrambos despidieron el contento;
Y las niñas hermosas
Que al fin de vergonzosas se
escondieron,
Ya tristes de envidiosas
A los divinos ojos se volvieron,
Dando armas á Damon con que venciese
Al arrepentimiento, si viniese.
96
II
MUESTRA FESTEJOS DE AMANTES
Á Fabio preguntaba
La divina Florisa enternecida,
Primero por su vida,
Y luego por la fé que le guardaba,
Cuántos besos quería
De su divina boca, y él decia:
Para podértelo decir deseo
Que multiplique el agua el mar Ejeo,
Que se aumenten de Libia las arenas,
Las estrellas serenas
Del cielo tachonado,
Los átomos sin fin del sol dorado:
Y ella en este punto
Al rostro de su Fabio el suyo junto
Le cortó las razones con un beso;
Y él recibiendo el regalado peso
De su amada en sus brazos
Con ella se tejió en diversos lazos,
Diciendo de esta suerte:
97
Pues es tan grande el gusto que poseo
Más besos tuyos pido que deseo;
Por pedirte sin fin, dulce Florisa;
Creció entrambos por igual la risa…
Y por poco despues juntos lloraran
Lo que les estorbó que se besaran.
98
POESÍAS
DEL
LICENCIADO HOROZCO
99
EL AUTOR
Á UNA DAMA QUE DESEABA
EMPREÑARSE
Si os quereis hacer preñada
Tomad, sin que se publique,
Zanahoria encañutada,
Con zumo de riñonada
Sacado por alambique;
Ante noche y de mañana
Lo tomad con devocion,
Y áun cada vez que hayais gana,
Porque esta es cosa tan sana
Que siempre tiene sazon.
Y miéntras aquesto dura
Haced siempre movimiento,
Y si no obra natura,
Buscareis cabalgadura,
Que sea más á contento:
No os dará ninguna pena,
Antes placer y sabor;
Y esta recepta es tan buena
Que ni Hipocrás ni Avicena
Os la podria dar mejor.
100
EL AUTOR
Á UNA DAMA POR VÍA DE DIÁLOGO, Y RESPONDE ELLA
POR LOS MISMOS CONSONANTES SOBRE QUE ESTANDO
CON ELLA UN CABALLERO NO HABIA PODIDO ALZAR:
ES LA RESPUESTA BIEN DEL PALACIO.
Gentil dama, aquella justa
Do fuistes mantenedora,
Antes yo la llamo injusta,
Pues della nada se gusta
Aunque quedais vencedora.
Ganastes por no justar,
Mas cierto, á mi parecer,
Muy mejor fuera encontrar,
Que el perder fuera ganar,
Y así el ganar fué perder.
No tiene con que dotallo
El galan puesto en la tela
Que tiene tan ruin caballo
Que al tiempo del meneallo
No basta palo ni espuela,
Ni puede hazer que sea
Su culpa tanto desecha,
Pues que la lanza blandea
Y el caballero desea
Enristrar y no aprovecha.
101
Rehusando la carrera
Y no pudiendo enristrar
Se quedó la lanza entera
Poniéndoos á vos dentera
Y más gana de encontrar.
Así que desta labor
Resulta, segun yo veo,
Que él queda ya sin favor
Y por muy ruin justador
Y vos con mayor deseo.
DAMA:
Con razon llamais injusta
La justa que desamora,
Porque sin duda no es justa
Do el placer se barahusta
Y el pesar viene á deshora.
No hay en esto que dudar
Que á ser ello en mí escojer,
Yo quisiera mas trocar
El perder por el ganar
Que no ganando perder.
102
Cierto, tan flojo caballo
No es bueno para la tela,
Y aunque corrida me hallo,
Como negra sufro y callo
Aunque más y más me duela.
Por muy apuesto que sea
No arde el candil sin mecha,
Y el que bien justar desea
Si bien no enristra y rodea
No hará cosa derecha.
Del quedar la lanza entera
No me dejó de pesar
Porque ya puesta en primera
Es claro que no quisiera
En valde me avergonzar.
Escusado es ya el amor
Con quien no quitó el deseo,
Y muera yo de un dolor
Si en tan flojo justador
Yo jamás mi cuerpo empleo.
AUTOR:
Esta justa se remate
Y en caza se vuelva y quiebre,
103
Y es razon que sin debate
No la goze ni la mate
El que levantó la liebre.
Y pues él no la mató
Estando en la cama echada
Desde aquí prometo yo
De suplir lo que él faltó
O dar la pena doblada.
El encajar poco presta
Al cazador que no ha armado
Y ha de tener cuando asesta
Bien armada la ballesta
Para cuando salga el sostrado.
Y no es de maravillar
Que el galan la caza pierda,
Pues que no pudo tirar
Por no haber podido armar
Estando floja la cuerda.
Suele de mucho tirar
Aflojar algunas veces,
Y aquesto pudo causar
Que no bastó para armar
Buena gafa y par de nueces.
104
Y así de harto y cansado
El galan perdió la presa,
Habiendo licencia dado
Para cazar lo vedado
El dueño de la dehesa.
DAMA:
Dése fin á este debate
Que en pensarlo me dá fiebre,
Y pues quereís darme mate
No temais se desbarate
Ni que por mi parte quiebre.
Mas pues el otro faltó
Quedándome yo burlada,
Bien será, por sí ó por nó,
Que tenga en mi poder yo
La pena depositada.
De otra arte muy poco cuesta
Haberos avergonzado,
Y gozareis de la fiesta
Probando vuestra ballesta
Cuando hayais depositado.
105
No os debeis maravillar,
Ántes tenerme por cuerda
En mandar depositar,
Porque no seria cazar
Querer que todo se pierda.
Razón ay de me quejar
De aquel galan muchas veces,
Pues harto de trasegar
Vino al cabo á mí á parar
Con el orujo y las heces.
Y aunque lo he disimulado
Dios sabe cuánto me pesa,
En haberme avergonzado
Y él quedar tan infamado
Por perder tan buena presa.
106
POESIAS
DE
D. VENTURA DE LA VEGA
107
LA PRIMERA PAJA
Al salir de la infancia
En el período alegre
De tiernas ilusiones,
De inocentes placeres,
Un pollo, un jovencito
Que del colegio vuelve,
Con su primita á solas
Se halló impensadamente.
Al verla tan bonita
La besa, y luégo siente
Que el miembro se le empina,
Que la sangre le hierve.
Tambien cierto contento
La niña á su vez siente;
Y goza en que la toquen,
Y gusta que la besen.
Y un estímulo raro,
Que comprender no puede,
La domina tirano,
La aguija y la enloquece.
108
¿Si se habrá figurado
La boba algunas veces
Que entre piernas su primo
Tiene algo que le cuelgue?
Tal vez; y decidida
Preguntárselo quiere;
Pero es tan candorosa ... !
Vamos, que no se atreve.
Turbóse avergonzada;
Pero más elocuentes
Sus ojos, á Manolo
Descubren lo que quieren.
Manolo, impetuoso,
Que al púnto la comprende,
Toma la iniciativa
Y nada le detiene.
De pronto con orgullo,
Saca su mondadientes,
Y cojiendo una mano
De la niña inocente
109
En ella le coloca:
¡Felicel ¡Cuántasveces
Le acarició esta mano
Con virjinal deleite!
El primito las suyas
De ella en el seno mete,
Y ébrios de amor se encuentran
Entrambos contendientes.
Mas porque no la toque
Los pelitos nacientes,
Los muslos ella cierra
Casi maquinalmente.
¡Cuánto gozaron! ¡Cuánto
De gustos y placeres!
Porque todas las vainas
En excelencia ceden
A la primera paja
Que á tocarnos se atreve
Con inesperta mano
Una niña inocente.
110
LLEGÓ TARDE
Estaban retozando
Un Majo y una Maja,
Y en diestras actitudes
Su lujuria excitaban.
Al verlos otro Majo
Que próximo se hallaba,
Á su vez inflamado
La pera se tocaba.
Pero cierta mozuela,
Que tambien lo prestaba,
Llegando de improviso
De este modo le habla:
¿Qué estás haciendo, torpe?
¡Imbécil ¿Por qué gastas
Tu semilla en puñetas
Como pólvora en salvas?
¿Por qué, teniendo coños,
Te amancebas, canalla,
Con esos cinco dedos
Ardiendo en torpe llama?
111
Muda de intento, necio:
¡Una vaina! ¡una vaina!
Y deja que tu leche
Recoja yo en mi taza.»
Pero ¡qué! ni por esas:
Antes de que acabara,
Al pobre puñetero
Se le fueron las cabras.
No os descuideis, mujeres,
Que la ocasion es calva;
Abrid las piernas ántes
Que el hombre se distraiga.
Si no, ya veis qué pronto
Gasta en puñetas vanas
Todas las municiones
Que tiene en la canana.
Ostentad á sus ojos
Vuestras gentiles gracias:
Cuando quieran forniquen
Y no se harán la paja.
112
EL BRINDIS
Brindemos, prenda mía;
Pero no á la memoria
De la triunfal entrada
De los galos en Roma.
Brindemos por nosotros,
Antes de ir á la alcoba
A echar un par de polvos,
A nuestra propia gloria.
Yo brindo á la elegancia
De tus divinas formas,
A tu poblado coño,
A tus tetas redondas.
Brinda tú á mi virote,
Del que cuelgan dos bolas
Henchidas de placeres
Que á tu contacto brotan.
Vamos, monona, vamos;
Apuremos la copa:
Brindemos, y á la cama:
Jodamos y arda Troya.
113
Mis piernas á tus piernas
Se enlazan y se enroscan;
La fresa de tus pechos
Humedece mi boca.
Vamo , monona, vamos;
Apuremos la copa;
Y miéntras cruja el catre,
Campo de nuestras glorias,
Dejemos que otros necios
Brinden á la memoria
De la triunfal entrada
De los galos en Roma.
Vamos, monona, vamos;
Apuremos la copa:
Brindemos, y á la cama:
Jodamos y arda Troya.
114
ALGUNA VEZ
Es muy soso y no me gusta,
Por que tiene poca gracia,
Uno mismo en un rincon
Hacerse necio la paja.
Es un golpe dado en vago,
Es una jodienda falsa,
Es fornicarse á sí mismo,
Es un engaño, una farsa.
Pero hacérsela tocar
Por la mano delicada
De una jovencita linda,
Desnudo el pecho y la espalda,
Eso es ya muy diferente,
Y merece que se aplauda;
Porque una paja bien hecha
Casi equivale á una vaina.
Para fornicar, á veces,
Especiales circunstancias
Se oponen, y ya excitados
Un jóven y una muchacha,
115
Algo han de fraguar; entónces
Cuatro ó cinco manotadas,
Al ménos nos tranquilizan
Ya que no nos satisfagan.
Puede la mujer hallarse
Con la regla, verbi-gracia,
Y seria triste cosa
Que por esa ú otra causa,
Hallándonos en el soto,
Nos volviésemos á casa
Con todos los frascos llenos
Y la escopeta cargada.
Una paja en ciertos casos
Tiene infinitas ventajas,
Nos refresca la cabeza
Y los riñones descarga;
Y en cualquier parte se toca
Burlando la vigilancia
De los padres más sagaces
Y de las madres más cautas.
116
Puede tocarse en el Prado
Aunque sea por la mañana,
En el teatro, en la Iglesia,
Y ninguno lo repara.
Puede tocarse enla calle
(¡Cuántas me tienen tocadas!)
Especialmente en invierno
Porque la capa lo tapa,
Miéntras detrás van ufanos
Los padres de la muchacha
Elogiando su inocencia
Y la del que le acompaña.
Por estas y otras razones,
Que por sabidas se callan,
Entre otras la de que nunca
Las pajas hacen preñadas,
Ni traen por consecuencia
El Mercurio ni el Copaiba,
Merecen dignos elogios
De las personas sensatas.
117
POSITIVISMO
¿Por qué andarse por las ramas,
Habiendo tantos pimpollos
Dispuestos á abrir sus piernas
Al más mínimo piropo?
¿Por qué el tiempo malgastar
Yendo al Teatro á las ocho?
A mirar las pantorrillas
De la Guy ó de la Fuoco?
En este necio gozar
Se pierde un tiempo precioso:
Sólo un pollo obrará así,
Y tambien un viejo chocho;
Pero los hombres sensatos,
Que ni son viejos ni pollos,
Derechos se van al grano,
Derechos se van al coño.
Donde el pensamiento ponen,
Procuran poner los ojos;
Donde los ojos la mano,
Y donde la mano el gordo.
118
Decidle que vaya al Circo
A cualquier robusto mozo
A gozar; se burlará
Y se reirá de vosotros.
A ver piernas desde lejos,
Prefiere, porque no es tonto,
Retozar con una moza
Y echarla despues un polvo.
Y no andarse con rodeos,
Con preámbulos ni exordios,
Pues le gusta comenzar
Por donde acaban los otros.
Soy de la misma opinion;
Cuando quiero joder jodo,
Y no voy á calentarme
Con la Guy ó con la Fuoco.
119
RETAGUARDIA
Las vainas por retaguardia
Son de tal magnificencia,
Que no hay modo de joder
Que más partidarios tenga.
La muger de culo en popa
Los agujeros presenta,
Para que elija el cipote
El que mejor le parezca.
Como nadie de los huevos
Una linterna se cuelga,
Fácil es equivocarse;
Pero sale igual la cuenta.
Este es un error que nunca
Ocasiona consecuencias;
Con tal que entre, en cualquier parte
Es igual que uno lo meta.
Más arriba ó más abajo,
Dos dedos de diferencia,
De todos modos la vaina
Como se ha dicho es soberbia.
120
Con una mano ó con ámbas
Miéntras se tocan las tetas,
La barriga y hasta el púbis,
Y éntrase así en la faena.
Y se goza de mil modos
Que las nalgas siempre frescas
En delicioso contraste
Nuestros gustos acrecientan.
Este modo de joder,
Que por sí se recomienda,
Con encomio lo aconsejo
A la juventud honesta.
Si lo adopta, en saco roto
No echará mis advertencias,
Todas ellas sugeridas
Por una antigua experiencia.
121
PASO DE CARGA
No debe perder momento
El militar en campaña,
Ni tampoco debe andarse
Con repulgos de empanada;
Que á lo mejor, cuando tiene
Á su moza puesta en facha,
Y con las piernas abiertas,
Suena el toque de llamada.
Tal acontecióle un dia
Al teniente Paja-larga,
Que teniendo á su patrona
Ya preparada en la cama,
El toque de la corneta
De sus brazos le separa,
Y no tuvo otro desquite
Que hacerse despues la paja.
Mucho tiempo babia perdido
En vencer la repugnancia
De la patrona, que al fin
Piedad tuvo de sus ánsias;
122
Y este tiempo le faltó
Despues para echar la vaina,
De suerte que llegó á Roma
Y no pudo ver al Papa.
Desde entónces decidió
Poner en juego otra táctica:
Á la que vé la acomete
Sin decirla una palabra.
Así aconteció que un día,
Camino de Peñaranda,
Bella, colorada y fresca,
Encontróse á una Aldeana.
Enfrontó apenas con ella
Cuando hácia ella se lanza;
La coge, la tumba, y luégo
La destoca y la remanga.
Resistir la Aldeana intenta;
Las piernas encoge, y trata
De ocultar así la parte
Que está más amenazada:
123
Pero él la sigue embistiendo
Á paso siempre de carga
Y en una de tantas vueltas
La pica la retaguardia.
Victoria! exclamó: á su gusto
Se lo mete y se lo saca;
Concluye; monta á caballo,
Se marcha, y felices pascuas.
La Aldeana hace lo mismo
Aunque se encuentra mojada,
Sintiendo mucho no hallar
Otro bravo Paja-larga.
Este modo de joder
Se llama á salto de mata:
Se cree que de los perros
Le aprendió la especie humana.
124
EJEMPLO
No existe en el mundo cosa
Que más irrite el deseo
Que ver echar una vaina,
No hay nada como el ejemplo.
Por la mañana en el Prado
Encontrareis muchos viejos
Que la baba se les cae
Viendo joder á los perros:
Á los jóvenes tambien
Que lo miran, al momento,
Excitada su lujuria
Se les pone el nabo tieso.
Y aunque se hallen sin un cuarto,
Resueltos van y derechos
Á un burdel á fornicar
Como toro que está en celo.
Y cuentan autores graves
De un sucesor de San Pedro,
Que para joder ponia
Una pareja en el lecho
125
Que á sus ojos fornicase;
Y la cercaba de espejos,
Para mirar repetido
Espectáculo tan bello.
Al pensar en esta escena,
Lectores de entrambos sexos,
A echar al instante un polvo
Decid ¿no os sentís dispuestos?
De un poder irresistible
Es la fuerza del ejemplo:
Lo mismo el hombre que el bruto
Obedecen á su imperio.
126
MAESTRIA
Todos saben fornicar
En buena y mullida cama,
Mas no todos si no tienen
Una cama buena ó mala.
Que no siempre se presentan,
Habiendo maridos y áyas,
Todas las comodidades
Que tan sério acto reclama.
Por desgracia es muy comun
Joder á salto de mata,
En el campo, en el zaguan,
En un corral ó una cuadra.
Entónces se necesita
Mucho ingenio y mucha práctica
Que la ciencia de joder
Se roza con la gimnásia.
Hay jodedores maestros
Que echarían una vaina
Sobre el filo de un alfange
Ó en la punta de una lanza.
127
Una vez (¡grato recuerdo!)
Forniqué yó á una muchacha
Sentada sobre un poyete
Con las piernas levantadas,
Que en mis hombros coloqué:
Ante ella hincado, apretaba;
Y así despaché el negocio
Sin silla, sofá ni cama.
Como este hay diversos modos,
Que segun las circunstancias
Con maña el diestro practica,
Y todos por buenos pasan.
128
ATRACCION
La aguja que está imantada
Hácia el Norte siempre inclina;
Ley natural y constante
Que se observa y no se explica.
El norte de los carajos
Es el coño, y, no hay tu tia,
Siempre, cual la aguja al Norte,
El carajo al coño mira.
Colóquese como quiera
La muger: siempre adivina
El carajo, que sin duda
Tiene la vista muy fina.
La puerta del almacen
Que conduce á la guarida
Donde encuentra su acomodo,
Donde encuentra su delicia.
Así, y solamente así,
se explican las infinitas
Actitudes y maneras
Que hay de joder tan distintas.
129
Que esté la muger de frente,
Que esté en pié, que esté tendida,
Que se nos ponga debajo,
Que se nos coloque encima;
Siempre al coño halla el carajo:
Es cosa fija, precisa,
Necesaria, indispensable,
Cual la aguja al Norte inclina.
¡Maravillosa atraccion!
En vano pretendeis, niñas,
Libraros de los cipotes
Que os buscan y solicitan.
En vano tapais aquello
Con el traje ó la manita,
El carajo es perspicaz,
Y no hay nada que le impida,
Cuando ha husmeado, cual podenco,
La sabrosa caceria,
Atraparla: así, escusad
Melindrosas niñerias.
130
FLORESTA
DE
VARIOS AUTORES
131
LOS MILAGROS DE FR. PABLO
PUESTOS EN COPLAS EN QUE SE DECLARAN LAS
COSAS MARAVILLOSAS QUE SE HAN OBRADO
MEDIANTE SU VIRTUD Y INTERCESIÓN.
(POR ANTONIO ORTIZ MELGAREJO)
Musa, tú que con razon
Siempre de mi amor te membras
Y me hinchas el cañon,
Aunque es tu ayuda de hembras,
Dá ayuda para un varon.
No me muestres con tu ira
Mal camino, si no mira
Que en los ojos de la gente,
Está mi opinion pendiente
De lo que tu aura me inspira.
Nació en una gran ciudad
Un hombre que deseó
Ser padre, con tal crueldad,
Que en Religion se metió
Por verse Paternidad.
132
No importa á nuestra escritura
El hábito, que alma pura
Tendrá qualquiera y valor,
Que el amor de su Criador .
No pusiere en la criatura.
Los once meses primeros,
Que fué novicio, aflicciones
Pasó, y á los compañeros
Como tenia tentaciones
Les tentaba los traseros.
Profesó en fin, que es la basa
Del edificio, y la escasa
Quitud gozó más entera;
Porque salió á tentar fuera;
Lo que ántes tentaba en casa.
Fray Pablo tenía por nombre
Nuestro hermano Nazareno,
Hombre espigado y moreno,
Que siempre mostró ser hombre
Al sol, al ayre, al sereno.
Nunca á rezar acudia
A maytines, que dezia
Que la perfeta oracion
133
Era á solas á un rincon,
Que esotra es hipocresia.
Nunca se sentó (esta es dina
Alabanza) á mesa puesta;
Tanto á la humilde se inclina,
Sino en parte descompuesta
A solas en la cocina.
Por mandado del Doctor
Para aumentar el calor
Bebia vino, y lo hazia
Tan honesto, qu bebia
En el mismo sacador.
Si acertaba acaso á entrar
En la huerta (yo lo ví)
Luego se daba á buscar
Las camuesas para sí,
Las flores para el altar.
Con esto fué tan crecida
Su fama, y tan esparcida,
Su alabanza, que ya todos
Le llamaban por mil modos
El fraile de buena vida.
134
El enfermo le invocaba,
El navegante ofrecia
Al convento que habitaba
La nave en que se perdia,
Si es que por él se cobraba.
Y aunque causa maravilla
Que obre tanto una capilla,
Y sean de creer tan agros,
Mil coplas de sus milagros
Se han impreso ya en Sevilla.
Cuentan que si una casada
A quien no parir lastima
Era estéril y olvidada,
Echando su hábito encima
Quedaba luego preñada.
Casóse cierta donzella
Con quien no pudo su armella
Romper con facilidad,
Pero su Paternidad
Allanó aquella querella.
Ahogábase un soltero
De una espina (raro cuento)
Vino el Padre, y un barbero
135
Se la sacó; y al momento
Quedó libre del mal fiero.
Iba nadando uno, y fué
Llevado por algun Diablo
Del agua; mas hizo pié,
Y luégo dió un grito á Pablo
Y libre del agua fué.
Estaba otro desmayado
Creyendo que habia espirado,
Vino allí Pablo y oró;
El desmayo se acabó.
Y quedó resucitado.
En fin, corre recibida
Su virtud con viento en popa;
Tanto que el que trae cojida
Una pieza de su ropa
No se morirá en su vida.
Y es tanta la devocion
De aqueste santo varon,
Especial con las mugeres,
Que hay muy lindos desplaceres
Por asirle del cordon.
136
Y el santo, que es liberal
Y perro de muchas bodas
Por escusar tanto mal
Dá que se lo ciñan todas;
Tales son ellas, y él tal.
Refieren otras mil cosas
Raras y maravillosas
Desta alma pura escojida
que se callan porque en vida
Son las lisonjas viciosas.
Plegue á Dios que pronto muera
Y si tu lector quisieres
Mas desta impresion primera
Vete á Juan de la Barrera
Junto á Diego Nuñez Perez.
137
A DOS RECETAS
QUE TROCÓ UN BOTICARIO
(DEL DOCTOR JUAN DE SALINAS)
Recetó el Dotor Ventura
Una purga para el cura,
Y á un novio mal apretante
Un jarabe confortante:
Mas trocóles cuando ménos
El boticario los frenos,
Y en vez de salir purgado
Quedó el cura enquillotrado
(Tirte afuera)
Y por ponerse en primera
Hizo flux el desposado.
Quién habrá que no trasude
Si al clérigo considera
Viendo la rumfla que espera
Y á donde el naipe le acude?
En la cama se sacude
Más que toro de Jarama,
Como fiera herida brama
Y jime como criatura:
138
Recetó el Dotor Ventura
Una purga para el cura, etc.
Quien viera la turbacion
Del novio, casi difunto,
Cuando piensa estar á punto
Para ver de ostentacion;
Y á ella con discrecion
De todo su bien privada
Fingir no echar ménos nada
De lo que triste procura!
Recetó el Dotor Ventura
Una purga para el cura, etc.
Estaba el cura rabioso,
Barajando y enfadado
De que le hubiesen armado
Cuando se siente dichoso;
Venganza pide furioso
Tan duro en su obstinacion
Que puesta en comparacion
Es blanda la piedra dura.
Recetó el Dotor Ventura
Una purga para el cura, etc:
139
El novio, segun parece,
Pensó con esta receta
Despachar una estafeta
Poco ménos que á las trece;
Pero luégo desfallece
Porque á un hora y un dozavo
Hizo mal, y por mal cabo
El récipe su figura.
Recetó el Dotor Ventura
Una purga para el cura
Y á un novio mal apretante
Un jarabe confortante, etc.
140
SOY TOQUERA Y VENDO TOCAS
(DE D. LUIS DE GÓNGORA)
Soy toquera y vendo tocas
Y tengo mi cofre donde las otras.
Es chico y bien encorado
Y le abre cualquiera llave,
Con tal que primero pague
El que le abriere, el tocado;
Que yo no vendo al fiado
Como las toqueras locas...
Soy toquera y vendo tocas.
Es mi cofre de una pieza,
Pero caben muchas dentro,
Y no le vereis el centro
Aunque metais la cabeza;
Y negocio con presteza,
Y despacho bien mis tocas,
Y tengo mi cofre donde las otras.
Lo que más todos le alaban
Es que no consiente clavo,
Que los hincan hasta el cabo
Y al momento se desclavan;
141
En cualquiera goze traba
No le manchan cosas pocas…
Soy toquera y vendo tocas,
Vendo tocas enceradas
Y descansos muy delgados,
Y diferentes tocados
Si hay pagas adelantadas;
Aunque las compro estiradas.
Por vender más las doy flojas,
Y tengo mi cofre donde las otras.
142
EPIGRAMA
(DEI MISMO)
A don Diego del Rincon
Cojo, ciego y corcovado,
Un hábito el Rey le ha dado
Con encomienda en Leon.
Bien le vino al andaluz
Que en tal rincon, cosa es clara,
Que cualquiera se meara,
Si no le viera con cruz.
143
SONETO
(DEL RACIONERO FRANCISCO PORRAS
DE LA CÁMARA)
Casó de un arzobispo el despensero,
Y la noche que el novio se acicala
Para hacer en la novia cata y cala
Y repicar el virginal pandero,
Le dijo el mayordomo: «Por mí quiero
Que un cañonazo más tire con bala;»
Esto dijo el veedor, el maestresala,
Un paje, el galopin y el cocinero.
Fué á su casa, y el caso sucedido
Contó á la novia, y trece priscos dióle,
Siete por él, y seis encomendados.
Ibase ya á dormir tan de rendido…
Mas la novia le llama y preguntóle:
«¿No tiene el arzobispo más criados?»
144
Á UNA DAMA
QUE AL BEBER ROMPIÓ LA
ALCARRAZA
(DE D. MANUEL BRETON DE LOS
HERREROS)
Es el búcaro travieso
Tan discretamente sábio,
Que el suyo acercó á tu labio
Para hacer más largo el beso.
Y tú no tomes á exceso
Que el incáuto se vaciara
Al tocar tan linda cara…
Con tan dulce tocamiento,
(Perdona mi atrevimiento)
Yo tambien me derramára.
145
A VÁRIOS AMIGOS TRONADOS
(DEL MISMO)
Esta turba famélica y bellaca
Nunca se cansa de fumar de gorra;
Como al hebreo en tiempo de Gomorra
Yo os maldigo, y mi furia no se aplaca.
¿Á qué tanto pedirme la petaca?
¿Cómo quieres, hambron, que te socorra?
Soy yo acaso estanquero, hijo de zorra?
¿Recibo yo bajeles de Guaxaca?
¿Cómplice acaso soy del vicio ajeno?
Yo gano mi fumar con mi trabajo,
Y en la aduana lo compro, malo ó bueno.
Tú, que eres otro pobre calandrajo,
Estáte sin fumar....ó chupa heno...
O chúpate la punta del carajo.
146
FÁBULAS HUMORÍSTICAS
(DE D. MIGUEL DE LOS SANTOS
ALVAREZ)
I
En el calor de su amoroso trato
Una gata gozaba sobre un gato;
Y sé de buena tinta
Que al mes cabal el gato estaba en cinta.
Esto, amado Teótimo, te enseña
Que el que cae debajo es quien se empreña.
II
Cierto Prelado metropolitano
Daba á sus familiares por el ano.
Trae mil inconvenientes
La familiaridad con ciertas gentes.
147
SONETO
(DE D. JOSÉ DE ESPRONCEDA)
Un carajo impertérrito, que al cielo
Su espumante cabeza levantaba,
Y coños y más coños desgarraba,
De blanca leche encaneciendo el suelo.
En su lascivo ardor, cual Monjibelo,
Nunca su seno túrjido saciaba
Y con violento empuje penetraba
Hórridos bosques de erizado pelo.
Venció á la humanidad; quedó rendida
La fuerza mujeril: mas él, sediento
Siempre, y siempre con ánsia coñicida,
Leche despide, y mancha el firmamento,
Dejando allí su cólera esculpida
Del carajo en eterno monumento.
148
EL ALDABON DEL CIELO
CUENTO
(DE D. ANTONIO GARCÍA GUTIERREZ)
¡Que me caigo! ¡socorro! Así decia
El reverendo padre Blas Mejía,
Y la comunidad alborotaba
Con las voces que daba,
Pues media noche por el filo era
Cuando el padre gritó de tal manera.
Los frailes perezosos
De mala gana luego abandonaron
Los lechos regalados,
Y ya sobresaltados
Ya por saber curiosos,
De Mejía en la celda penetraron.
En cueros en su cama
Tendido boca arriba estaba el padre,
Y tenía cojido,
Con ámbas manos el carajo erguido
Que á más de una beata hiciera madre.
149
¡Qué carajo, señores, qué portento!
Me dijo quien lo viera
Que á cualquiera sin duda pareciera
Nudoso tronco de árbol corpulento.
Le despierta el Prior y le pregunta
Por su desgracia fiera:
Y él, tapándose aquella enorme punta,
Habló de esta manera:
«Soñaba yo, que en silenciosa noche
Cerca de un arroyuelo me dormia,
Y que un águila al cielo, como el coche,
Sin tropezar en rama me subia.
Ya llegábamos casi,
Ya las puertas toqué del Paraiso,
Y por la cerradura
La música escuchaba,
Y á que abriera San Pedro me esperaba,
Cuando el águila quiso
Tirarme á tierra desde tal altura,
Y huyendose de un vuelo
Quedé colgado al aldabon del cielo.
150
»En peligro mi vida,
Y temeroso de tan gran caida
Pedí socorro ansioso
Cojido siempre al aldabon precioso;
Mas ya que estoy despierto,
Que era mi nabo el aldabon advierto.»
Los frailes cuando oyeron la aventura
La dieron por profética y segura,
Y muchos hijos dieron á este suelo
De beatas hermosas,
Que quisieron saber, ¡son tan curiosas!
Si daba gusto el aldabon del cielo.
151
HUMILDAD FRAILUNA
CUENTO
( DE D. M. M. DE SANTA ANA)
Terriblemente irritado
El Prior de los Remedios,
Llamó una tarde, á Capítulo,
A padres graves y á legos.
Levaba el Prior un trozo
De papel entre sus dedos,
Que á cada paso estrujaba
Una y otra vez leyéndolo.
Los pobres frailes temblaban
Y callaban como muertos,
Esperando á conocer
De tanta furia el pretexto.
Sentados todos los frailes,
Y despues que un gran pañuelo
Pasó el Prior por su frente,
Cuatro veces por lo ménos,
152
Con ojos que echaban chispas,
Y alzando el puño hasta el cielo,
Así destapó la gaita,
Con voz ronca, el reverendo:
-Padres: de mayor escándalo
No hay memoria en el convento.
¿Sabeis qué dice esta carta
Que hallé del claustro en los suelos?
Pues dice…lloro al pensarlo;
Pues dice...sudo al leerlo;
Dice: «Si quereis, hermana,
»Desahogar conmigo el pecho
»De las malas tentaciones,
»Que, decís, estais sintiendo,
»Preparaos para mañana,
»Que á Sevilla iré, por véros;
»Y os ruego, que esteis calzada,
»Y áun peinada con esmero,
»Que Dios quiere, en sus devotas,
»Limpia el alma y limpio el cuerpo.»
-Ya lo escuchais (el Prior
Gritaba con voz de trueno);
¡Calzaditas, peinaditas
Las quereis, hombres protervos!
Así perdemos los frailes
153
De ser humildes el crédito.
Cuando se trata de dar
Á un alma tierna consuelo,
Prior y todo, ¡yo nunca
Me páro en limpio ni en puerco!
154
CANTARES
(ANÓNIMOS)
¡Ay! ¡quién fuera la cinta
De tu zapato
Para ver desde léjos
Á aquel ingrato!
-
Mi marido fué á segar
Y me dejó sin un cuarto,
Y yo tuve que alquilar
El nido de su lagarto.
-
Échame, mono mio,
La olla al revés;
La tajada primero
Y el caldo después.
-
Una beata y un fraile
Estaban comiendo arroz;
La beata se quemaba
Y el fraile se lo sopló.
FIN
155
ÍNDICE GENERAL
DE AUTORES
Duque de Rivas y Antonio Alcalá Galiano ... 2
D. Bartolomé José Gallardo .......................... 9
El Dominus Tecum ................................. 10
El moro i el italiano ................................. 12
D. Juan Nicasio Gallego .............................. 15
Al pecho de Corila .................................. 16
Romance ................................................. 19
La mujer de piernas dobles ...................... 23
Como esta hay muchas ............................ 26
D. José Vargas Ponce .................................. 27
Lo que es y lo que será ............................ 28
Poesías de Iglesias ...................................... 33
La reconciliacion ..................................... 34
D. José Bernat Baldovi................................ 43
Consonantes sospechosos ........................ 44
Epígramas ............................................... 46
Fray Damian Cornejo .................................. 48
Sonetos ................................................... 49
A una dama (romance) ............................ 55
Décimas a una dama................................ 59
156
Marqués de Villamediana............................ 60
A una dama (ovillejos) ............................ 61
D. Jerónimo Camargo de Zárate .................. 68
Á una dama (romance) ............................ 69
Á una dama (décimas) ............................. 76
Á una tia vendedora de su sobrina ........... 78
Á una moza (décima) .............................. 80
El juego................................................... 81
D. Francisco de Quevedo ............................ 84
Definicion de amor.................................. 85
Sonetos ................................................... 86
Lindo chiste ............................................ 94
Madrigales .............................................. 96
Lic. Sebastian de Horozco ........................... 99
Á una dama ............................................100
Diálogo ..................................................101
D. Ventura de la Vega ................................107
La primera paja ......................................108
Llegó tarde .............................................111
El brindis ...............................................113
Alguna vez .............................................115
Positivismo ............................................118
Retaguardia ............................................120
157
Paso de carga .........................................122
Ejemplo .................................................125
Maestria .................................................127
Atraccion ...............................................129
Varios autores ............................................131
Los milagros de Fr. Pablo.......................132
A dos recetas ..........................................138
Soy toquera y vendo tocas ......................141
Epigrama................................................143
Soneto ....................................................144
Á una dama (décima) .............................145
A vários amigos tronados .......................146
Fábulas humorísticas ..............................147
Soneto ....................................................148
El aldabon del cielo ................................149
Humildad frailuna ..................................152
Cantares .................................................155
158
Mandado a impresión por primera vez por
Marqués de Jerez
Edición original
Sevilla (Registrada como inglesa)
H. W. Spirrtual
1875
Edición Méxicana Facsimilar de 1975
Digitalización
Ramón Moreno
Revisión
Verónica Hernández
159
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