CANCIONERO MODERNO DE OBRAS ALEGRES CASOS DE CONCIENCIA DIÁLOGOS ENTRE EL DUQUE DE RIVAS Y D. ANTONIO ALCALÁ GALIANO 2 DUQUE ¿Habré yo anoche pecado; Que apagada ya la luz Y después de hecha la cruz, En esta cama acostado, Llevé medio adormilado La mano hacia las pudicias, Y empecé a hacerles caricias, Y cosquillas sin cesar, Viniendo el juego a parar En llenarme de inmundicias? ALCALÁ GALIANO Don Ángel, si la intención fue impura y pecaminosa, Hizo usted muy mala cosa Cediendo a la tentación; Pero si por distracción O tener la mano fría, fue usted, sin saber qué hacía A calentarla frotando, No fue pecado nefando… Sino mera porquería. 3 DUQUE Si por estar yo de prisa, Y sin intención dañada, Delante de esta criada Me quitara la camisa, Y ella lo viese con risa Y delectación morosa; Y se enredara 1a cosa, Interviniendo el Demonio Dígame usted, don Antonio, ¿Fuera acción pecaminosa? ALCALÁ GALIANO El ofender el pudor Aun siendo en parva materia, Es una cosa muy seria, Que enoja mucho al Señor; Y si el virginal pudor, Pudo en ello padecer, Y de ahí vino a suceder Más grave y carnal pecado, Es usted quien lo ha causado, Y debe satisfacer. 4 DUQUE Si un timorato varón, Viendo imposibilitada A su mujer por preñada, O bien por la menstruación, Cayese en la tentación De dar, por mera flaqueza, Suelta a la naturaleza Por vaso no competente, ¿Usted, don Antonio, siente Que cometerá impureza? ALCALÁ GALIANO Es tal la fragilidad De la humana condición, Y tan estrecho el rincón, Que ofende a la castidad, Y es tal la proximidad, Del uno y otro orificio, Que más que exceso de vicio, Fuera, a mi corto entender, Salvo mejor parecer, Un absurdo desperdicio. 5 DUQUE Yo me voy luego a embarcar, En invierno, don Antonio, Y me temo que el Demonio, A bordo me ha de tentar: Porque todo un mes pasar En medio del Océano Comiendo bien, lucio y sano, Y sin encontrar mujer Al cabo ¿qué me he de hacer, Sino apelar a la mano? ALCALÁ GALIANO Si hay acaso una ocasión En que el pecador recuerde Y de su alma y Dios se acuerde, Es en la navegación: Prueba tal depravación, Don Ángel, su pensamiento, Y está usted, según yo siento, Tan de veras condenado, Que bien puede, sin cuidado, Hacerse una paja o ciento. 6 ALCALÁ GALIANO Don Ángel, si yo tuviera Una lujuria extremada, Tal que, hasta verla saciada Ni pensara, ni durmiera, Y en mi ceguedad creyera, Que era usted la niña mía, Y con loca valentía, Nabo en ristre a usted montara Y en el culo se lo entrara ¿Fuera acaso Sodomía? DUQUE Sí, don Antonio, no dudo Que fuera gran Sodomía; Pero yo lo evitaría Que soy por demás forzudo; Pero si en lance tan rudo Fuera mía la maldad De tan loca ceguedad Y yo quien a usted jodiera, Ya Sodomía no fuera, Que fuera bestialidad. 7 DÉCIMA HECHA A DUO DESPUES DE HABER PASADO UNA NOCHE HABLANDO DE MOCEDADES DUQUE GALIANO DUQUE GALIANO Vamos a dormir Antonio, Que ya se acerca la luz, Y hagamos antes la cruz Para ahuyentar al Demonio. Si algún falso testimonio Acaso hemos levantado, En esto que hemos hablado De nuestra antigua jodienda… Dios nos conceda la enmienda Y nos perdone el pecado. 8 POESÍAS DE DON BARTOLOMÉ JOSÉ GALLARDO 9 EL DOMINUS TECUM O LA BEATA Y EL FRAILE (CUENTO SIN CONTERA) En el pio ejerzizio De domar-le la carne á una Beata, El Reverendo Padre, Frai Sulpizio, Práctico medicante de estos males, La hazia cala i cata; Sabiendo por el uso de su ofizio Qe el cuidado primero en casos tales Siempre ha de ser descabezar el vizio. Era-se el Reverendo Un frailejon tremendo, Hombre de vello en pecho, De estos de dicho i hecho Que en nada gastan calma: En fin (fuera sea el alma) Un toro Guadianés hecho i derecho. Con bravo empuje i con ardor frailengo El Reverendo Padre A la Beata Madre Daba con la de Rengo; l á sierva de Dios en tal ataqe, O bien fuera del susto, 10 U mejor con el gusto De sentir-se menear el badulaqe Se la soltó el zumaqe, Qiero dezir, qe se le fué en falsete Un punto al clarinete, Por el lado contrario Al qe la acometia el Dromedario. -«¡Hola! ¿qien tose?» (dijo el Padre nuestro.) -«Nadie, Padre Maestro.» (Respondió la Beata remilgada.) «Siga la santa obra, no fué nada, »Sino qe ya el influjo de la grazia »Obra con eficazia. »Prosiga sin cuidado: »Nadie tose, soi yo qe he estornudado.» (Cada cual estornuda Por donde Dios le ayuda.). I diziendo i haziendo Replicó el Reverendo: -«Si eso es estornudar, ¡Dominus tecum!» I la volvió á trastear el vade-mecum. 11 EL MORO I EL ITALIANO En la imperial ziudad, qe hará famosa Sobre mil personajes Moros Abenzerrajes Don Pimpin de la Rosa, Una noche pillaron in-fraganti Con un alarbe á un buen napolitano; Sus nombres Ben-Jamet i Cavalcanti; Uno i otro cristiano, El moro nuevo, viejo el italiano; Los cuales, como digo de mi cuento, Estaban con grandísima pachorra (Salva la parte] el traspontin al viento Solazando-se á estilo de Gomorra. -(Yo supongo se entiende lo qe digo.-Esto supuesto, sigo.) Horrísona, estupenda campanada Dió este caso en Granada,- ¡En Granada el pecado de Sodoma! El pecado bufando, El pecado vitando! Qe tiempos! ¡Santo Dios! ¡Vive Mahoma! Miéntras el pueblo así su zelo ecsala 12 No se duerme la sala; Qe cálamo currente Dan sentenzia de penca los Señores, (Señores son allí los Oidores) Contra ajente i paziente Indiferente-mente. I por tanto á virtud y consecuenzia Del fallo de la Audienzia, Por plazas i cantones Salen los cabalgantes cabalgados En ruzios, de vil chusma rodeados De muchachos chillones, De barbados mirones, I tromgas, que las lenguas hechas ascuas Les chantaban los nombres de las Pascuas. Al espeso pedrisco De pullas, de pencazos i de agravios, En-arcando las zejas Sin desplegar los labios, Bajaba las orejas El italiano: (Al cabo buen cristiano, Católico, apostólico, romano.) Pero el fiero morisco Jura á tantos i á cuantos, Renegando entre clientes 13 Al son de sepan-cuantos, I el dezir de las jentes Sintiendo mas qe el golpe del corbacho, Gritaba ufano á yentes i á vinientes: No ejtar el jembra yo, mi ejtar el macho. El cuento no es mas qe esto, Qien se quiera reir, ria-se presto; Porqe si esta ocasion en blanco deja, Luego, el cuento acabado, ya se sabe Qe entra el ponerse grave Con la moral.-I vá de moraleja: Nunca falta consuelo en la desgrazia A qien la sepa convertir en grazia.» Esta nos dé la Virgen de Helechosa Con salud, i pesetas, i otra cosa. 14 POESÍAS DE DON JUAN NICASIO GALLEGO 15 AL PECHO DE CORILA CANCION Dame, Corila hermosa, La lira del amor que blanda suena; Dámela, y la preciosa Beldad que mis sentidos enajena Cantaré de tú pecho, Por la alba mano de las Gracias hecho. Tu pecho delicioso Nido feliz de májicos placeres, Dó su beso amoroso Imprimió ufano el hijo de Citeres, Y en verle se recrea Y en él posado al mundo señorea. ¿En qué alabanza cabe De sus dos globos la sin par belleza, La ondulacion suave, La fina tez y mórbida firmeza? ¿Y quién el atractivo Pintar sabrá de su botón lascivo? 16 Igualarle no puede El color de la fresa rubicunda, Ni el de la rosa excede Al iris virjinal que lo circunda, Ni del pichon la pluma Aventajarle en suavidad presuma. Cual en Julio abrasado Busca el fresco raudal el caminante, O corre desalado Al seno de su madre tierno infante, Yo por el tuyo anhelo, Y en él hallo mi dicha y mi consuelo. Tú mi atrevida mano Separar solicitas débilmente; Del pudor soberano El amable carmin baña tu frente, Y tus ojos hermosos De los mios se apartan vergonzosos. Mas mi boca encendida Entrambas pomas anhelante sella, Y su blanda caida, Y el dulce hoyuelo, y la garganta bella... Cual la abeja oficiosa De una flor á otra flor vuela amorosa. 17 Entonces inflamada Hierve la sangre en mis ardientes venas; Mi vista ya ofuscada Tu grata conmocion distingue apenas, Y exhalo en aquel punto En cada beso vida y alma junto. ¡O pecho peregrino! Manantial de delicias inmortales, Donde el placer divino Colocaron las gracias celestiales! En tí solo se encierra Cuanto mi corazón ansia en la tierra! 18 ROMANCE Curra, si habedes honor, Mirad por la panza vuestra; Que ya debe de ser tiempo Que madure alguna breva. Non pongais en ál las mientes, Que non es de buenas fembras, Folgadas y bien fornidas Facer las cosas á medias. Miémbreos, señora mía, Que fará esta primer fiesta Cuatro años, non dende ayuso; Que vos riegue asáz la tierra; Y en todos los cuatro años Non firieron mis orejas Los gritos de algun rapaz Que vos cuelgue de la teta. 19 Bien el vientre se vos pone Como un perol por afuera: Mas en medio del camino Con la carga dais en tierra. En vuestro primer empacho Distedes-me por respuesta, Que no estabais avezada Como en el oficio nueva. Los dos siguientes, señora, Ficisteis la misma guerra, Sin cuidar que á Dios y al mundo Faceis la mayor ofensa. En estos últimos dias Partisteis á lueñes tierras A fortalecer los muelles De vuestras flojas caderas. Volveis agora diciendo Que por la Pascua primera Me parireis un infante Que alivie mis canas luengas: 20 Que bien sabe el de lo alto Cuántas lágrimas vos cuesta Ver malograda y perdida Tan preciosa simentera. Si ello es vero ó non, yo fío Que esta vegada se vea; Pues ya non podrá estorballo Ni estar floja, nin ser nueva. Faced por tener un poco La carga, que no es eterna, Nin tan pesada por Dios, Que vos non podais con ella: Que al cabo de nueve meses, Desembarazada y suelta, Nos folgaremos en uno Por la noche y á la siesta. Que si así satisfacedes Mi deseo y vuestra deuda, Vos redoblaré la paga, Que aún está la bolsa llena. 21 Donde non, cuidad, señora, Que, tarde, ó temprano sea, Que de esos desaguisados Tengo de tomar enmienda; Faciendo que venga al punto A un médico del Pisuerga, Que sé que verná en volandas A curar vuesa dolencia. Esto un velado decía Con torva faz á su dueña, Mohíno de ver lo floja Que tenía la huevera. 22 LA MUJER DE PIERNAS DOBLES (CUENTO) Acostóse un buen marido Con su adorada consorte, Y en una paz octaviana Durmió hasta la media noche. Quiso el diablo que los gallos Se hicieran tan cantadores, Que á fuerza de sinfonías Despertaron á mi hombre: Y por guardar la costumbre De allá en los tiempos de entonces, Quiso hacer un agasajo A su bella Maritornes. Tiende la mano con tiento, A tocar... Yo no sé dónde, Y encuentra ¡cosa más rara! Su mujer con piernas dobles. 23 ¡Señores! ¿Qué será esto? Esclama: ¡qué confusiones! Dos, cuatro, seis piernas toco Con las mias ¡San Onofre! Lucrecia, Lucrecia...mira, ¿Es esto decente? oye... Aquí hay dos piernas sobrantes: ¿Qué aumento es este? responde. -Calla, dice la mujer; ¿Qué ha de ser? bestia, alcornoque, Maldito sea tu vino Que de esa suerte te pone. -¡Cómo que miento! ¡caramba! Cuéntalas.-No me incomodes. -Pues hay seis.-No hay más que cuatro. -Pues yo lo digo.-Acabóse. En esto el tercer galan, Amo de las piernas dobles, Incorporándose un poco Dice serio: -Pocas voces; 24 -Que haya seis, ó haya sesenta, ¿Qué le importa á usted, buen hombre? -A mí nada, dijo el otro; Caballero, usted, perdone, Que yo solo lo decia Por el porfiar diforme De mi mujer...nada más: Que usted pase buenas noches. Así el hombre moderado Evita las ocasiones De ruidos y alborotos Que producen desazones. ¡Celestial moderacion! Reina tú en los corazones Y así habrá tranquilidad Y paz dulce entre los hombres! 25 COMO ESTA HAY MUCHAS (INÉDITO) -Mire usted que me marcho de este asiento Aunque tenga después que hablar la jente: No sea usted, don Juan, tan imprudente, Que eso es haber perdido el miramiento.- -¡Por cierto que es donoso pensamiento!- ¿Y si lo vé mi madre que está enfrente?- -Suélteme usted la mano, impertinente.... ¡Jesusl... ¡qué tontería!... No consiento.- -Yo me pondré más lejos otro dia....- -Pero á lo menos tenga usted cuidado.... ¡Verá usted si mi madre todavía....- -¿Vá bien así?... ¿Pues cómo? ¡qué pesado! Vaya; gracias á Dios. ¡Qué porquería! -¡Pobre de mí, que toda me he manchado!- 26 DÉCIMAS ATRIBUIDAS AL CÉLEBRE LITERATO D. JOSÉ VARGAS PONCE 27 LO QUE ES Y LO QUE SERÁ Joderá el jénero humano Mientras haya pija y coño, En Primavera, en Otoño, En Invierno y en Verano. Querer quitarlo es en vano Ni por fuerza ni consejo, Pues si está cerca el pendejo Y la polla se endereza Puede más Naturaleza Que no el Testamento Viejo. Desde el Rey hasta el gañan, De la Infanta á la pastora, Y desde Adan hasta ahora Han jodido y joderán. Tan emperrados están En este dulce embeleso, Que aunque griteis que es exceso, Que hay Dios, y diablo y castigo, De todo se les dá un higo, Y el bolo tieso que tieso. 28 El Prebendado indolente, Delicado y sibarita, La quiere jóven, fresquita, Que sea rabicaliente; Empero cuando ya siente Ménos robustez y anhelo, Temiendo la ira del Cíelo, Y del infierno la llama, Se compone con un Arna, O con dos si viene á pelo. Si es Molinista, se encierra Con su devota, y los dos Joden en amor de Dios, Y olvidados de la tierra. La carne hace dura guerra, Al interior hasta tanto Que, con celestial encanto, Sintiendo con eficacia De arriba venir gracia, Quedan en éxtasis santo. 29 Viuda, doncella, casada, ¿Cuál es la que no ha probado De un Fraile desenfrenado La lujuria encarnizada? Para él seis vainas es nada; Y la mujer de respeto Y buen gusto que en secreto A joder cita al Hermano, Pilla un nabo largo, sano, Tieso, gordo y bien repleto. El Militar fanfarron Joder quiere á trochimoche, De la mañana á la noche, De la grande hasta el pulpon; No desperdicia ocasion for rincon, barranco ó soto, Aunque por este alboroto Venga á parar su bambolla En que le corten la polla Y luego se haga devoto. 30 La dama de pundonor Y de española crianza, Sólo descubre su panza Por mucho metal ó amor. Cada mes al confesor, En lágrimas nada escasa, Vá á contar lo que le pasa; Recibe la absolucion, Comulga con devocion, Y vuelve á joder á casa. La Monjita, si es discreta, Cuando vá al Confesionario, Presenta su tafanario A la rejilla secreta. Hácela allí la puñeta, Con el dedo, el Confesor, O, si se puede, mejor, Aunque sea con trabajo, Urgala con el carajo, Miéntras ora con fervor. 31 Otras se suelen meter, A falta de un buen pepino, Los dedos en el chumino Hasta que les dá placer. Tambien se suelen joder Una á otra en ocasiones, Y aunque no tienen cojones, Juntando ámbas el coñito Consiguen tener gustito Con aquellas frotaciones. Joded, felices humanos, Sin que nada os alborote, Y en cansándose el virote Joded con lengua y con manos. A moralistas tiranos Dejadlos en su quimera; A fé que si yo pudiera Me transformara en un nabo Inmenso, y de cabo á rabo Cien mil veces más jodiera. 32 EL SIGLO DE ORO POESÍAS DE IGLESIAS 33 LA RECONCILIACION EN OCTAVAS JOCOSERIAS, QUE GANARON EL PREMIO DE POESÍA LÚBRICA EN LA ACADEMIA VENÉREA DE HUMANIDADES, ESTABLECIDA EN EL PARNASO Á ESCONDIDAS DE LAS CASTAS MUSAS Quid enim Venus ebria curat? Joven., Lib. II, Sat. 6.ª Un día con Perico riñó Juana Por no sé qué disgusto ó fantasía; Pero antes que pasase una semana, Ya de tanta altivez se arrepentía. Con el zagal querido más humana, Volver quiso á entablar buena armonía, Y para hacer las paces mano á mano, Dióle una cinta que él aceptó ufano. Una fresca mañana del Otoño Madrugó Juana, y desde el pié pulido Hasta el dorado pelo de su moño, De un trage mas ayroso que lucido, Adornada salió: junto á un madroño, Que en un sombrío valle está escondido, Risueño el rostro, y el oído atento, Esperando á su amante, tomó asiento. 34 Viendo después lo mucho que tardaba Y que era solitario aquel paraje, Segura de que nadie la miraba, Alzó de las enaguas el encaje, Descubrió pues la maravilla octava, Que ocultaban las sombras del ropaje, Y ató en la pierna una encamada liga.... ¡Pero qué pierna! ¡Dios se la bendiga! Perico entre unas ramas á Juanilla Curioso atisba; en tan graciosa planta Ya admira la robusta pantorrilla, Ya del pié la estrechísima garganta: ¡Qué redonda y nevada es la rodilla! ¡Cómo los ojos y aun el alma encanta, El corto zagalejo y el calzado, La blanca media y el azul quadrado! Llevaba tan delgada vestidura, Que casi estar desnuda parecía; La ágil cadera, el muslo, la cintura, Todo el lienzo sutil lo descubría; Dos hemisferios de gentil hechura, En que un rollizo globo se partía, Formaban tiernos y elevados bultos; Que no pudo el cendal tener ocultos. 35 Arrebatado del impulso ardiente De la imaginación y los sentidos Salió el joven gallardo, y de repente Con brazos amorosos y atrevidos Ciñó á la ninfa, señaló en su frente La estampa de los labios encendidos, Y el dulce fuego que alteró sus venas, Esto le permitió decirla apenas: «Deja, que bese el blanco y liso pecho Que á la leche ha robado la blancura: ¡Qué alto y bien dividido! ¡Qué derecho, Sin sufrir de cotilla la clausura! ¿De qué terso marfil estará hecho El cordon de esta enana dentadura? ¡Qué dicha, repetía el fino mozo, En un abrazo mil deleytes gozo.» Sorprendida la ninfa de tal hecho, Apenas se desprende del Pelmazo; Cuando en tono furioso con despecho, Y puesto en jarras uno y otro brazo, Tanto entonces le dijo, que deshecho Á Perico dejó sino en retazos, Y él de ver á su prenda descontenta, Sin saber qué decirla se le ausenta. 36 Sola queda la niña y ya reniega De sus melindres y capricho raro: «No dice, no es verdad que el amor ciega Cuando en tantos escrúpulos reparo: La que al dueño que adora no se entrega, La que su corazón le vende caro No merece los gustos de Cupido, Sino que su beldad muera en olvido.» Parte tras su galan y le divisa, Vuelto de cara á un roble, y despachando Diligencia no limpia, aunque precisa, Estaba, pues.... (¿si lo diré!).... meando; Escondióse la moza á toda prisa, Á observar de Perico el contrabando, Y ardiéndose en cosquillas de deseo, Se chupaba los labios de recreo. Salen á luz pública por fin Las crecidas insignias de varón Con un boton mas roio que d carmín Sobre un miembro más blanco que algodón De su vasta extensión en el confin Negros rizos asoman al calzón Y ocultos dos acólitos se ven.... Que no dejó el faldón descubrir bien. 37 Apenas el Zagal regado habia E1 grueso tronco, cuando descuidado, Sintió que el cuerpo por detrás le asía Un suave brazo de su dueño amado; Y forcejeando entónces á porfía, Cayeron ambos en el verde prado, Él sin boton alguno en delantera, Y con las faldas ella en la mollera. No de otra suerte la sutil caterva De floridos poetas imagina, Que en la edad de oro la mojada yerba Sirvió de lecho al hombre, y que la encina Que de aires y de soles le preserva, Del tálamo nupcial era cortina: Pardiez! Si esto es verdad, Perico y Juana Gozaron la edad de oro una mañana. Ello es que hay zancadillas muy felices, Y así el mancebo, como más forzudo, Cayó sobre la niña de narices, Y ella que siendo débil menos pudo, De espalda en tierra dió; que estos deslices Padece d sexo frágil á menudo; Si bien la que en luchar fuerza no tiene, Seis arrobas después mejor sostiene, 38 Al punto que se vé Juana en tendilla Y de Perico el peso y calor siente En el desnudo muslo y la rodilla; El calor de sus miembros impaciente, Con saltos de lasciva rabadilla Provoca al valeroso combatiente, Juntando el labio á las mejillas tiernas, Enlazando ambos brazos, ambas piernas. ¡Con qué desenvoltura, cuán risueña Al nervio altivo echó la blanca mano! E1 era corpulento, ella pequeña, Empuñarle tentó, pero fué en vano: Ya con el dedo práctico le enseña El paso del estrecho gaditano, Y ofreciendo al bajel la senda clara, Las dos columnas de Hércules separa. Aquel pequeño y delicioso ojal Con los bordes teñidos de clavel Entre dos blandas rocas de cristal. Más rubio el crespo pelo que oropel, Aquel en que unos dicen que hallan sal, Y otros son de opinión que encuentran miel. Con mil cosquillas y respingos mil Hospedó al instrumento varonil. 39 Y mientras con caricias regaladas Tienta el jóven los pechos de la moza, Con las dos que le cuelgan arracadas El tacto de la picara retoza; Dale tiernos pellizcos y palmadas, Se empina, se columpia, se alboroza, Y al cabo yo ir sé qué la sucede Que en éxtasis suspensa hablar no puede. La dulce boca, inmóvil, medio abierta, Con la lengua cogida entre los dientes Suspiros á exhalar tan sólo acierta, En lugar de dar ósculos ardientes; La vista entre los párpados cubierta, Indica repentinos accidentes, Y si no murió Juana por lo menos La ha dado un parosismo de los buenos. Ea ¡gracias á Dios que resucita! Pronto se ha serenado, no.... no es cosa ¿Cómo? ¿abre ya los ojos? Pobrecita! ¿Qué tal? ¿Estás mejor?... duerme... reposa Antes que la congoja te repita.... ¡Ay, Ay! qué enfermedad tan contagiosa! Pegósele á Perico, vaya vaya! También el angelito se desmaya! 40 Ella, que ya por experiencia sabe La causa de aquel mal, su especie y cura, Viendo que cada vez era más grave De el zagal la amorosa calentura, Con un meneo de caderas suave Le ayudaba á sudar con tal blandura, Que él la inundó al instante dentro y fuera De cálido sudor la delantera. Aquí de los amantes abrazados Alegremente suspendió el oido El coro que formaban acordados, Los Jilgueros del valle y el ruido De un manso arroyo (á que ellos ocupados No habían hasta entonces atendido) Y allí silbando el céfiro halagüeño, Embargó sus espíritus el sueño. Á este tiempo un Pastor, que la espesura Penetraba, guiando su vacada, En divertida y cómoda postura Encontró á nuestra gente embelesada. De la dormida y lánguida hermosura El rostro de Perico era almohada, Enredados los muslos de él y de ella, Y sin pañuelo la garganta bella. 41 ¡Lindo, dijo el Pastor, por vida mia! ¿Son estos los que quieren que se crea, Que hay entre ellos formal antipatía? Condujo allí las mozas de la aldea, Y señalando á Juana, les decía: «Mirad cómo ésta su beldad emplea: Aprended á hacer paces: niñas, niñas, Así habeis de dar fin á vuestras riñas.›› 42 POESÍAS DE D. JOSÉ BERNAT BALDOVI 43 CONSONANTES SOSPECHOSOS El Padre Fray Juan Tibulo, Sin un cuarto y roto el manto, Pide que, con disimulo, Quiera usted limpiarle el…llanto, Pues él para todo es nulo. Y añade que la receta De la gente maliciosa Que su salud trae inquieta, Es hacerle la.... forzosa Porque guarde cama y dieta. Con programas y razones, Y con los dientes enjutos Nadie sufre á dos tirones El peso de los…tributos Que rasgan los pantalones. 44 Y con hambre tan prolija, De otros males causa y mengua, ¿Habrá mortal que no exija Que se enderece la.... lengua Contra aquel que los cobija? Toda vez que sin disputa La casera que á su boca Dar no puede pan ni fruta, Teme al fin hacerse…loca Si otro lo suyo disfruta. Y cuenta que él no es bisoño Tratándose de este asunto; Pero ni aquí ni en Logroño Encuentra hoy un fraile un...punto Donde pasar el Otoño. Visto, pues, su gran trabajo, Triste cara, flaco talle, Y vestido de estropajo, No mande usted...á la calle. Al que firma aquí debajo. 45 EPÍGRAMAS I -«Un doctor ronda tu puerta, Y un escribano te adora!» Le dijo á una labradora Otro, tambien de la huerta. -«No lo extrañes, majadero» Contestó con gracia suma; «Como son gente de pluma Van en busca de tintero. » II A encerrar un gato pardo Que mayaba en un desvan, Subieron con grande afan Concha y su primo Bernardo. Sin duda al primer encuentro La niña al gato cojió, Porque ajitada gritó: -«¡Madre…ya lo tengo dentro!» 46 III Repicando la campana El monago de San Blas, Murió de una mala gana... No nos la tocará más. IV Á solas en su aposento Gregoria me suplicaba La contase cierto cuento De que yo no me acordaba. -«Piénsalo bien»-me decia- «Que él te vendrá á la memoria…» Y al tiempo que me venia También le vino á Gregoria. V Por decretos soberanos Perdistes dos flores tiernas, Á impulso de dos tiranos… Una…por cerrar las manos, Y otra…por abrir las piernas. 47 POESÍAS DE FRAY DAMIAN CORNEJO Eg. 1889.-in 4.°-BRITISHS MUSEUM 48 SONETOS Esta mañana, en Dios y enhorabuena Salí de casa y víneme al mercado; Ví un ojo negro al parecer rasgado, Blanca la frente y rubia la melena, Llegué y le dije: «Gloria de mi pena, Muerto me tiene vivo tu cuidado, Vuélveme el alma, pues me la has robado Con ese encanto de áspid ó sirena.» Pasó, pasé, miró, miré, vió, víla; Dió muestras de querer, hice otro tanto; Guiñó, guiñé, tosió, tosí, seguíla; Fuése á su casa, y sin quitarse el manto, Alzó, llegué, toqué, besé, cubríla, Dejé el dinero y fuíme como un santo. 49 Amoroso, prudente y cortesano La mano te pedí que es mi desvelo Tal, que sabiendo que tu mano es cielo Quise tomar el cielo con la mano. Mas viendo que mi fé trabaja en vano, Á tocar de tu mano un dedo apelo, Para que mi valor, en dulce duelo, Con un dedo le rinda amor tirano. Muévate de amorosa ó compasiva, Lísis, este cuidado afectuoso; Muera el desden, y la fineza viva: Llegue á tocar un dedo, venturoso, Y que me falta, no de mí se escriba, Un solo dedo para ser dichoso. 50 Lo menos bello y más apetecido, Lo más oculto y menos ignorado, Aquello á que el deseo aspira osado Y invisible es gozándolo el sentido: Aquel coral, aquel rubí partido, Aquel no sé qué hermoso imaginado, Aquello que á la fuerza contrastado A sangre rompe el gusto más rendido: Por lo que muere el hombre y nace el hombre, Lo que trueca las ansias en placeres Por quien pierde la fama su renombre; Imitando á la Luna, si lo infieres, Tiene meses y dias sin que asombre; El paréntesis es de las mugeres. 51 Rudo pincel de mano inadvertida Mentiroso de mí copió un traslado; Pero mal puede estar bien retratado Quien te eligió por alma de su vida. Error del Arte fué mal dirigida, En el cual puede, Lísis, tu cuidado Advertir, que no soy cual me han pintado Como me pinta sí mi fé rendida. No culpes del pincel el desacierto, Que estar otro, y estar desparecido, En el dibujo, puede ser acierto: Porque, cuando de amor estoy perdido, No pareciera bien, es caso cierto, Estar perdido yo y él parecido. 52 Estaba Lísis en la campal batalla Resistiendo de Félix el asalto, Que encendido en amor, de juicio falto, Solicitaba descortés gozalla. Derribóla y no pudo sujetalla, Porque al ir con d ansia á dar el salto, De un respingón le echó Lísis tan alto, Y á pié juntillas defendió su valla. Ya verán que es forzoso que se emperre Félix amante, con tan ruin suceso; No hay que espantar que con amor se yerre, Que en realidad es caso muy avieso: En fin, ella se estuvo erre que erre, Y el pobre se quedó tieso que tieso. 53 Yo no puedo vivir si no me capo, Porque si tengo bolas y no emboco, Y aunque te diga cave, no te toco, Todo en gordo será vayna de trapo. Si de ser inocente así me escapo, A lo menos de amante doy en loco; Pues nevando camisas, poco á poco, Si las mojo muchísimo, no en-papo. Quién te viera no grave y espetada Cuando el amor se goza sin sospecha, A mi manera atenta, y no á mi modo: Yo quedára contento y tu pagada, Pues supieras qual es mi Pix derecha Y me quisieras bien con vayna y todo. 54 A UNA DAMA Que gastó lo mejor de su mozedad con frayles, y á la vejez dezia mal de ellos, y se havia empeñado con un mal sacristan. Marica, que á decir mal De frayles te precipitas, Estando por condenado Tu amor siempre en la capilla: Ellos de ti no hacen caso Sin nota de grosería, Que no son las reverencias Para tan descortés niña. Resabio de privilegio Tienes, y lo saco, amiga, En que de tu trato todas Las Órdenes participan. Pila de todos los frayles Fuiste siempre conocida; Sino es que tu sacristan Te ha sacado ya de pila. 55 Del Mercenario te pagas, Del Augustino te obligas, Y el Teatino de tus partes Tiene muy larga noticia. Si piensas que no te entienden, Poco, amiga, gongorizas, Porque más que á soledades Te inclinas á compañías, Deja de decir mal de ellos, Y que es indecente mira Que por vana te deseche Quien te averiguó partida. Cuando despreciar te miro Los frayles, pienso, Marica, Que tus flaquezas con ellos Te tienen desvanecida. Perdida por ellos fuiste, Mas ¿qué mucho, niña mía, Que si tantos te jugaron Estés por ellos perdida? Espantadiza te has hecho; De los frayles te retiras, 56 Te estás en los Padre Nuestros. Y dices Ave Maria. Despues de las otras. muchas Das en esta niñería; Dinos que te sobresaltan, Mas no que te asustan digas. Trata de ser bien mirada De quien fuiste tan bien vista; Y mira con quien te tomas Antes, muchacha, que riñas. De un frayle son los consejos Que con buena intencion tira (Porque más no los escupas) A hacerte tragar saliva. De que tus desatenciones Llegasen á su noticia No te admires, porque tú Siempre los tienes encima. Ya su buen trato te cansa, Sus donaires te fastidian, Pero yo me acuerdo cuando Te hacían mear de risa. 57 No hacías asco cuando estabas De ellos tan antojadiza, Que una vez gustastes de uno Y te hizo buena barriga. Este corte de vestido Quien te conoce te envía; Él es de picote, arroja El que traes de picardía. 58 DÉCIMAS A UNA DAMA Con modo ya más humano Se da á tratar tu belleza, Pues recibes con llaneza, Lisis, qualquier besamano: A Fabío le das la mano Cuando á mí me dás pesares, Y áun otros más singulares Favores pienso que espera, Porque el buscar la manera Huele á manos y á quajares. Lo que en esta vejacion Mi discurso más atolla, Es que me lleve la polla, Jugando al hombre, un capon: De tí ningun galardon Ya Lisis, mi fé no espera; Con tu Fabio en caponera Puedes holgarte del todo, Y no hay que dudar del modo, Que él buscará la manera. 59 POESÍAS DEL MARQUÉS DE VILLAMEDIANA 60 A UNA DAMA QUE SE CASABA CON UN D.N. CASTRO, IMPOTENTE, Y HABIA SIDO PRIMERO MUJER DE UN CAPON. OVILLEJOS Señora, no me fastidia Envidia, Ni mueven mi pluma y labios Agravios, Ni causan en mí desvelos Celos; Antes alabo á los cielos De que os sirva un impotente; Pues así el alma no siente Envidia, agravios ni celos. Dióme un tiempo de su amor Dolor: Ver sus deseos premiados Cuidados, Y que os gozasen sus ojos Enojos. Supe sus aceros flojos Y sabida su impotencia, Cesaron en mi conciencia Dolor, cuidados y enojos. 61 Es Castro en nombre abreviado Castrado, Castrado á quien falta el basto Casto; Castrado y casto varon Capon. Mal podrá haceros buen són Cuando cascabeles toque, Quien es en toque emboque Castrado, casto y capón. Bien sé que este amante rojo Es flojo, Su pica, taco y pelorto Corto, Y que no tiene esta pieza Cabeza. No guerreará con destreza Instrumento tan mellado; Porque está de puro usado Flojo, corto y sin cabeza. 62 Falta á vuestro Scipion Baston; Y aunque á la guerra os provoque Estoque, Y para entrar la goleta Gineta. Y así á la primera treta Asaltos os faltarán, Faltándole al capitan Baston, estoque y gineta. No correrá con pujanza, Lanza, Ni con gritos ó á lo sordo Bohordo, Ni á fuer de juego de España Caña. Si el corazon no me engaña La boda será funesta; Pues no se enristra en la fiesta Lanza, bohordo ni caña. 63 Si no empuña madricardo Dardo, Ni dispara en vuestro ormuz Arcabuz, Ni enciende cuando os pertrecha Mecha; Siempre andará con sospecha, Señora, que otro os dá asalto, Un pobre que vé que es falto De dardo, arcabuz y mecha. Es un brazo sin espada Nada; Reloj con pesas sin mano Vano, Y un impotente en el hecho Sin provecho. Ved, señora, el pié derecho Primero que lo juzgueis, Mirad despues no lo halléis, Nada, vano y sin provecho. 64 Si al potro el ijar no bate Azicate, Y á la yegua que más vuela Espuela, Y á la mula que más rua Pua, A ser lerda se habitua: Y lo mismo es la mujer Si no le bate al correr, Azicate, espuela ó pua. Fué un tiempo vuestro varon Capon, Y es el que os goza al presente Impotente; Amen de otro monje añejo Viejo. Señora, mi mal consejo Es que corrais buen caballo, Y no busqueis para gallo Capon, impotente ó viejo. 65 Vos teneis, señora polla, Argolla, Y en Castro contemplo solas Bolas, Y en el caponazo flaco Taco; Y de aquí, señora, saco Que uno de estos solo y vos Nunca juntareis los dos Argolla, bolas y taco. Plegue á Dios que no sea Castro Padrastro, De vuestro huerto y jardín Mastin, O sea del hortelano Alano: Gozad del garbo lozano Antes que seais mujer De un marido que ha de ser Padrastro, mastín y alano. 66 Tenga otro en vuestros sollozos Gozos, Y en vuestro burlado intento Contento, Y en veros quemar y arder Placer: Que á mí no me han de mover Riscos, bronce y pedernales A tener de vuestros males Gozos, contento y placer. 67 POESÍAS DE D. JERÓNIMO CAMARGO DE ZÁRATE (B. C. —H. 3—33°—23.) 68 Á UNA DAMA QUE HABIENDO OCHO DIAS QUE UN GALAN NO LA ALCANZABA, UNA VEZ QUE LLEGÓ…NO PUDO. ROMANCE Contra mí corto la pluma, Que con satíricas chanzas Le he de dar, porque no vino Á mi potencia una vaya. Al papel he de fiarle El referir mi desgracia Aunque él tambien de vergüenza Se hará papel de granada. Érase, Elisa, una tarde Que sucedió á una mañana, Que á la fiesta de gozarte De placeres ayunaba, Cuando á tu puerta llegué, Porque supe que en tu casa Solo de noche se teme El duende que nos espanta. 69 Salísteme á recibir Entre amante y cortesana, Conociéndose en el cuerpo Los regocijos del alma. Sentámonos á la lumbre; Y como yo deseaba Gozarte, estar al brasero Era tenerme en las brasas. Yo que miré que en tus ojos Amor me tocaba al arma, (Que á fé que para hacer gente Son tus ojos lindas cajas), Avalancéme á tu boca, Y en la más bella muralla Que el cielo fabricó en perlas Abrió mi lengua la entrada. Vine á los brazos, y al punto, Para darnos de las astas Al ristre desde la cuja Pasó aquella buena lanza. 70 A dar el bote embestia, Y…al llamar una criada, Si cañas lanzas se vuelven Mi lanza se volvió caña. Fué forzoso recojerme Al retiro de otra cuadra; Que al juego del escondite Pasamos del de las damas. Fuese la criada, dando Nuevo principio á mis ansias; Porque mi desdicha empieza Donde parece que acaba. En un crepúsculo claro, Entre abierta la ventana, Aquel apacible sitio Á media luz alumbraba, Bien así corno en las selvas Lo frondoso de las ramas Los rayos del sol entibian Siendo nubes de esmeralda. 71 Quisiste montar en mí, Y fué eleccion acertada No estando yo para hombre El ponerte tú las bragas. Como habia tantos dias Que de no gozarte estaba Tan cargado, fué forzoso El echarme con la carga. Cuando torcida la mia Para entrar en la batalla, Aunque era espada tizona No por eso fué colada… Ya medrosa se encojia, Y tal vez se descollaba, Tornando como gusano A su capullo arrugada. 72 Con lo que yo conocí Que mi pieza desdichada No valia para un higo Estando como una pasa. Aunque en los Países Bajos Era vecino de Holanda, Fué vasallo tan leal Que por nada se levanta. Rogábale que se alzase, Y él aunque ruin no se ensancha, Ni me responde que sí Aunque la cabeza baja. Remití el negocio á prueba De tus manos que le alhagan; Y tentándole tus dedos, Tus dedos no le tentaban. Lo que le estaba peor Tomó de tus manos blancas, Pues con su calor no ardia, Y con su color se helaba. 73 No valieron las astucias Para que á la lid entrara, Porque estas cosas del sexto Mas quieren fuerza que maña. Tú, ya encendida, ya tibia, El rostro hermoso mostrabas Con el enojo de nieve, Con la vergüenza de nácar. Volvístete contra mí, Viendo que no te pagaba De la merced que me hacías En leche la media annata. Que tú tenias razon, Elisa, te confesara, Si yo tuviera en mi palmo Como en mi palma mi alma. Mas esto de estar la cuerda A todas horas templada Y tirante la clavija Solo los frailes lo alcanzan. 74 Como supe que otro dueño En tu jurisdiccion manda, En tu término redondo No pude entrar con vara alta. No te enoje que mis filos O se tuerzan ó se caigan, Que por volver otro dia Dejé la hoja doblada. 75 Á UNA DAMA QUE HABIÉNDOSE DEFENDIDO CON LOS MELINDRES DE DONCELLA, DESPUES DIÓ MUESTRAS DE NO SERLO. DÉCIMAS Fílida quien tal creyera De tu mucha castidad, Porque en tu severidad Te juzgué por muy entera. Perder ya conmigo espera Lo que por seca has cobrado, Pues advierte mi cuidado Desmintiendo tu esquivez Que lo que es por esta vez Ya llueve sobre mojado. Aunque con necias porfias Mostrabas tu vanidad, No creí de tí en verdad Que tal barreno tenias. Pero no tus alegrías Cesen con penas tan fieras, Pues aunque entienda cualquiera Lo que tu agravio señala, Nunca dirá que eres mala, Sino que eres pasadera. 76 El perder tal prenda es justo Que te cause gran pesar Pues no la podrá hallar Donde la perdió tu gusto. Pero no te dará susto, Porque advertirás prudente Que es locura impertinente Cuando no remedias nada, De una cosa ya pasada Tener la pena presente. Fílida, ten en tu enojo Cuenta en lo que queda acá, Y porque lo has hecho ya No digo que abras el ojo, Y en ocultarme tu arrojo No tu discurso lo acierta Pues es preciso que advierta En tu carta tu delito Si viene ahora el sobrescrito De la primera cubierta. 77 Á UNA TIA VENDEDORA DE SU SOBRINA Consonancia á una rapaza Hacia una tia vieja, Que en la guitarra del gusto Se tiempla por las terceras. En el pueblo era la niña La prima de la belleza, Muy de Roma, por las gracias, Por las flores de Florencia. Su doncellez rasgueada Dió luego al traste con ellas; Mas por la tia despues Se punteó con destreza. A no pagar y pagarse La fué templando la vieja Que lo fino desafina En quien de falsa se precia. Mas cuando pide y engaña Mejor sus vozes la suenan, Que con ser tan falsa toda Tiene un tercio que aprovecha. 78 Para subirla de punto A fantasías la enseña Con un Duque, porque fuese Perdida por excelencia. ESTRIBILLO Falsas hace la niña Que bien le suenan A su tia que al vicio, Los bajos lleva, De amor en el instrumento Si la toca el interés Y si no salta al momento; Pero si la dan sin cuento Los que por sus gracias penan Falsas hace la niña Que bien 1e suenan. 79 Á UNA MOZA QUE LA HALLARON EN LA CAMA CON UN HOMBRE Á QUIEN POR MAL NOMBRE LLAMABAN LA VERDAD. DÉCIMA Cuando tu comun beldad Al cura comunicabas, Hermosa Nise, tú estabas Mal empleada en verdad; Mas al ver tu liviandad Solo mi crédito duda Como tanto amor te muda Que sin asco ni desden Te pudo parecer bien Aquella verdad desnuda. 80 EL JUEGO CUENTO Un grande tahur de amor Y una jugadora tierna, Por entretenerse un rato Tratan, Dios y enhorabuena, Jugar los dos mano á mano Desafiados por tema. A la primera es el juego, Pues esta es la vez primera; Antes jugaban papeles, Promesas finas y tiernas: Ahora moneda que corre Y pasa en toda la tierra. Ha de ser á resto abierto, Pero cerrada la puerta, Porque si pasase alguien No denuncie á quien lo sepa. El es gran envidador, Y gran queredora es ella; El se abraza de picado Y solo picarla espera, 81 Porque si una vez la pica, No habrá remedio que pierda. Por mesa toman la cama, Por no tener mejor mesa; A barajar comenzaron Y ella á dar la mano empieza. El alzó por buena parte, Dó está la pandilla hecha; Ella alcanzó á ver el juego Y al primer envite se hecha. Porque él es fullero y arma, Mas ella alcanza esta treta Y á dos veces que barajan Lo armado se desconcierta. Dan medios en las paradas, No hay envite sin revuelta, Y lo que tienen delante A cada paso se mezcla. A la dama le entró el basto Estando puesta en primera; Mas él hizo flor con todo Haciendo mesa gallega. Quiso luego levantarse, Mas que no se alze le ruega Y que la mantenga á mano Pues tan picada la deja. 82 Tanto pudo el ruego blando Y áun el juego dió tal vuelta, Que él fué la bolsa vacía Y ella no quedó contenta. 83 POESÍAS DE D. FRANCISCO DE QUEVEDO 84 DEFINICION DE AMOR ¿Rogarla? ¿desdeñarla? ¿amarla? ¿huirme? ¿Seguirla? ¿defenderse? ¿asirla? airarse ¿Querer y no querer? ¿dejar tocarse? ¿Y á persuasiones mil mostrarse firme? ¿Tenerla bien? ¿probar á desasirme? ¿Luchar entre sus brazos y enojarse? ¿Besarla á su pesar y ella agraviarse? ¿Probar, y no poder, á despedirme? ¿Decirme agravios? ¿reprenderme el gusto? ¿Y en fin á baterías de mi prisa Dejar el ceño? ¿no mostrar disgusto? ¿Consentir que la aparte la camisa? ¿Hallarlo limpio y encajarlo justo? Esto es amor y lo demás es risa. 85 SONETOS Estaba una fregona por Enero Metida hasta los muslos en el rio, Lavando paños, con tal aire y brio, Que mil necios traia al retortero. Un cierto Conde, alegre y placentero, Le preguntó con gracia: «¿Teneis frio?» Respondió 1a fregona: «Señor mio, Siempre llevo conmigo yo un brasero.» El Conde, que era astuto, y supo dónde, Le dijo, haciendo rueda como pavo, Que le encendiese un cirio que traia: Y dijo entonces la fregona al Conde, Alzándose las faldas hasta el rabo: «Pues sople este tizon vueseñoria.» 86 Señora, bobo soy mas no en amaros: De ver vuestra belleza y gallardía Está como abobada el alma mía, Y yo estoy hecho bobo en contemplaros. Si yo fuí bobo, no lo fuí en amaros, Y si lo fuí, donosa bobería, Pues hizo aparecérseme á María, Que así me place agora de llamaros. ¿Quereis como soy bobo ver la muestra? A meterme probá el dedo en la boca; Que no os lo morderé mas que á mis ojos. Y si os parece que esta prueba es poca, Dejad que meta yo el mio en la vuestra: Mordedle, y sanaré de mis enojos. 87 Estábase Teresa de Locía Atando el cenojil, la pierna alzada, Toda patitendida y destapada, Pensándose que nadie la veía. Lúcas Gil la miraba y pretendía, Y viendo la ocasion aparejada, Arremetióla sin decirla nada Por no guardar lo de hoy para otro día. El mozo era pujante de natura, Y mostrándole el basto, dijo: «envido» Y ella responde: «el diablo te trasquile.» Ganó el juego con sola esta figura; Teresa grita, y Gil le ha respondido: «Si le parece gordo, no lo hile.» 88 A consentir al fin en su porfía Vino una dama con su enamorado, Porque por su nariz hubo juzgado Que tanto á buena cuenta meteria. Mas al revés salió su profecía, Porque él tenía poco, ella sobrado; De suerte que él quedaba tan holgado Que no sintió si entraba ó si salía. La dama mal contenta dijo: «¡Ay triste! ¡Cuán mentirosa la nariz ha sido!» Mas él le replicó como hombre diestro: -«Ese defecto, amiga, no as contriste, Que si mi gran nariz os ha mentido A fé que ha dicho la verdad lo vuestro.» 89 De cierta dama que á un balcón estaba Pudo la media y zapatillo estrecho Poner el lácio espárrago derecho De un tosco labrador que la acechaba. Ella, cuando advirtió que la miraba, La causa preguntó del tal acecho; El labrador la descubrió su pecho, Diciendo lo que vía y contemplaba. Mas ella, con alzar el sobrecejo, Le dijo melindrosa: «Aquesto, hermano, No es mas de ver y desear la fruta.» El labrador sacando el aparejo, Le respondió, tomándolo en la mano: «Pues ver y desear, señora puta.» 90 Primero es besalla y abrazalla Y con besos un poco entretenella; Primero provocalla y encendella Para que entre con brio en la batalla. Primero es el por fuerza arregazalla, Metiendo piernas entre piernas della; Primero es acabar esto con ella, Despues viene el deleyte de gozalla. No hacer, como acostumbran los casados, Mas de llegar y hallarla aparejada, De puro dulce, creo da dentera. Han de ser los contentos deseados, Si nó, no dan placer, ni valen nada; Que no hay quien lo barato comprar quiera. 91 Alzó Venus las faldas por un lado, De que el herrero súcio enternecido Por el botin que descubierto vido Quiso subir hasta lo más cerrado. Arrojó las tenazas denodado Lleno de tizne y del hollin vestido, Tentó la hornaza do formó á Cupido, Y echó las bragas y ed mandil al lado. Sintióse Venus porque tal hacía, Y al defenderse tuvo manos mancas, Por estallo la puta deseando: Por mas que dijo era porquería Se estuvo queda y alargó las ancas, Al ajo y queso de que fué gustando: Hasta que en acabando Dijo la puta: «bien está lo hecho, Que no cabe en un saco honra y provecho.» 92 Dar un real á una dama es poco precio, Dos la dareis, si es prenda conocida, Y tres, cuando conforme á estado y vida Darla cuatro os parezca caso recio, Cuatro es el moderado y justo precio; Mas, si la prenda fuere tan subida, Seis la dareis, con tal que no os los pida; Si la diéredeis más, quedáis por necio. Esta dotrina es llana y resoluta: Ha lugar si la dama que os agrada Os pareciere libre y disoluta: Mas si fuere tan grave y entonada Que menosprecie el título de puta, Si la quereis pagar, no la deis nada. 93 LINDO CHISTE (LETRILLA) Hay mil doncellas maduras Que guardan virgos frambres Hasta que á fuerzas de hambre Se les van en probaduras. Todas las vírjenes puras Por mas aguadas que estén A ninguno quieren bien Si no las calza y las viste, Lindo chiste. Hay viuda, que por sus piés Suele hacer con bizarría Mas cabalgadas al dia Que los moros en un mes: No son tocas las que vés, Que aunque traerlas profesa Son manteles de una mesa Que á nadie el manjar resiste; Lindo chiste. 94 Cásase en hora menguada El galan sin plata ó cobre, Y viene á cenar el pobre Con salva la desposada: Del dote, que es poco ó nada Calzas de obra se labra, Pero luego aun de palabra No tiene calzas el triste; Lindo chiste. Cásase con bendicion El que las leyes escarba, Por añadir á su barba Aderezos de cabron: Luego con satisfaccion Un correjimiento afana, Vienésele á dar de plana, Vuelve en sayas el limiste, Lindo chiste. 95 MADRIGALES I PINTA EJECUCIONES DE AMANTES Los brazos de Damon y Galatea Nueva Troya torciéndose formaban, Que yo lo ví viniendo de el aldea: Sus bocas se abrasaban, Y las lenguas trocaban, En besos á las tórtolas vencian, Las palabras y alientos se bebian Y en suspiros las almas retocaban. Mas él estremeciéndose decia: Yo muero, vida mia: Y ella, vueltos los ojos, le mostraba En su color lo mismo que le daba. Fué tan dulce este paso, y de tal suerte Que quiso parte de la misma muerte; Pues quedando sin fuerza y sin aliento Entrambos despidieron el contento; Y las niñas hermosas Que al fin de vergonzosas se escondieron, Ya tristes de envidiosas A los divinos ojos se volvieron, Dando armas á Damon con que venciese Al arrepentimiento, si viniese. 96 II MUESTRA FESTEJOS DE AMANTES Á Fabio preguntaba La divina Florisa enternecida, Primero por su vida, Y luego por la fé que le guardaba, Cuántos besos quería De su divina boca, y él decia: Para podértelo decir deseo Que multiplique el agua el mar Ejeo, Que se aumenten de Libia las arenas, Las estrellas serenas Del cielo tachonado, Los átomos sin fin del sol dorado: Y ella en este punto Al rostro de su Fabio el suyo junto Le cortó las razones con un beso; Y él recibiendo el regalado peso De su amada en sus brazos Con ella se tejió en diversos lazos, Diciendo de esta suerte: 97 Pues es tan grande el gusto que poseo Más besos tuyos pido que deseo; Por pedirte sin fin, dulce Florisa; Creció entrambos por igual la risa… Y por poco despues juntos lloraran Lo que les estorbó que se besaran. 98 POESÍAS DEL LICENCIADO HOROZCO 99 EL AUTOR Á UNA DAMA QUE DESEABA EMPREÑARSE Si os quereis hacer preñada Tomad, sin que se publique, Zanahoria encañutada, Con zumo de riñonada Sacado por alambique; Ante noche y de mañana Lo tomad con devocion, Y áun cada vez que hayais gana, Porque esta es cosa tan sana Que siempre tiene sazon. Y miéntras aquesto dura Haced siempre movimiento, Y si no obra natura, Buscareis cabalgadura, Que sea más á contento: No os dará ninguna pena, Antes placer y sabor; Y esta recepta es tan buena Que ni Hipocrás ni Avicena Os la podria dar mejor. 100 EL AUTOR Á UNA DAMA POR VÍA DE DIÁLOGO, Y RESPONDE ELLA POR LOS MISMOS CONSONANTES SOBRE QUE ESTANDO CON ELLA UN CABALLERO NO HABIA PODIDO ALZAR: ES LA RESPUESTA BIEN DEL PALACIO. Gentil dama, aquella justa Do fuistes mantenedora, Antes yo la llamo injusta, Pues della nada se gusta Aunque quedais vencedora. Ganastes por no justar, Mas cierto, á mi parecer, Muy mejor fuera encontrar, Que el perder fuera ganar, Y así el ganar fué perder. No tiene con que dotallo El galan puesto en la tela Que tiene tan ruin caballo Que al tiempo del meneallo No basta palo ni espuela, Ni puede hazer que sea Su culpa tanto desecha, Pues que la lanza blandea Y el caballero desea Enristrar y no aprovecha. 101 Rehusando la carrera Y no pudiendo enristrar Se quedó la lanza entera Poniéndoos á vos dentera Y más gana de encontrar. Así que desta labor Resulta, segun yo veo, Que él queda ya sin favor Y por muy ruin justador Y vos con mayor deseo. DAMA: Con razon llamais injusta La justa que desamora, Porque sin duda no es justa Do el placer se barahusta Y el pesar viene á deshora. No hay en esto que dudar Que á ser ello en mí escojer, Yo quisiera mas trocar El perder por el ganar Que no ganando perder. 102 Cierto, tan flojo caballo No es bueno para la tela, Y aunque corrida me hallo, Como negra sufro y callo Aunque más y más me duela. Por muy apuesto que sea No arde el candil sin mecha, Y el que bien justar desea Si bien no enristra y rodea No hará cosa derecha. Del quedar la lanza entera No me dejó de pesar Porque ya puesta en primera Es claro que no quisiera En valde me avergonzar. Escusado es ya el amor Con quien no quitó el deseo, Y muera yo de un dolor Si en tan flojo justador Yo jamás mi cuerpo empleo. AUTOR: Esta justa se remate Y en caza se vuelva y quiebre, 103 Y es razon que sin debate No la goze ni la mate El que levantó la liebre. Y pues él no la mató Estando en la cama echada Desde aquí prometo yo De suplir lo que él faltó O dar la pena doblada. El encajar poco presta Al cazador que no ha armado Y ha de tener cuando asesta Bien armada la ballesta Para cuando salga el sostrado. Y no es de maravillar Que el galan la caza pierda, Pues que no pudo tirar Por no haber podido armar Estando floja la cuerda. Suele de mucho tirar Aflojar algunas veces, Y aquesto pudo causar Que no bastó para armar Buena gafa y par de nueces. 104 Y así de harto y cansado El galan perdió la presa, Habiendo licencia dado Para cazar lo vedado El dueño de la dehesa. DAMA: Dése fin á este debate Que en pensarlo me dá fiebre, Y pues quereís darme mate No temais se desbarate Ni que por mi parte quiebre. Mas pues el otro faltó Quedándome yo burlada, Bien será, por sí ó por nó, Que tenga en mi poder yo La pena depositada. De otra arte muy poco cuesta Haberos avergonzado, Y gozareis de la fiesta Probando vuestra ballesta Cuando hayais depositado. 105 No os debeis maravillar, Ántes tenerme por cuerda En mandar depositar, Porque no seria cazar Querer que todo se pierda. Razón ay de me quejar De aquel galan muchas veces, Pues harto de trasegar Vino al cabo á mí á parar Con el orujo y las heces. Y aunque lo he disimulado Dios sabe cuánto me pesa, En haberme avergonzado Y él quedar tan infamado Por perder tan buena presa. 106 POESIAS DE D. VENTURA DE LA VEGA 107 LA PRIMERA PAJA Al salir de la infancia En el período alegre De tiernas ilusiones, De inocentes placeres, Un pollo, un jovencito Que del colegio vuelve, Con su primita á solas Se halló impensadamente. Al verla tan bonita La besa, y luégo siente Que el miembro se le empina, Que la sangre le hierve. Tambien cierto contento La niña á su vez siente; Y goza en que la toquen, Y gusta que la besen. Y un estímulo raro, Que comprender no puede, La domina tirano, La aguija y la enloquece. 108 ¿Si se habrá figurado La boba algunas veces Que entre piernas su primo Tiene algo que le cuelgue? Tal vez; y decidida Preguntárselo quiere; Pero es tan candorosa ... ! Vamos, que no se atreve. Turbóse avergonzada; Pero más elocuentes Sus ojos, á Manolo Descubren lo que quieren. Manolo, impetuoso, Que al púnto la comprende, Toma la iniciativa Y nada le detiene. De pronto con orgullo, Saca su mondadientes, Y cojiendo una mano De la niña inocente 109 En ella le coloca: ¡Felicel ¡Cuántasveces Le acarició esta mano Con virjinal deleite! El primito las suyas De ella en el seno mete, Y ébrios de amor se encuentran Entrambos contendientes. Mas porque no la toque Los pelitos nacientes, Los muslos ella cierra Casi maquinalmente. ¡Cuánto gozaron! ¡Cuánto De gustos y placeres! Porque todas las vainas En excelencia ceden A la primera paja Que á tocarnos se atreve Con inesperta mano Una niña inocente. 110 LLEGÓ TARDE Estaban retozando Un Majo y una Maja, Y en diestras actitudes Su lujuria excitaban. Al verlos otro Majo Que próximo se hallaba, Á su vez inflamado La pera se tocaba. Pero cierta mozuela, Que tambien lo prestaba, Llegando de improviso De este modo le habla: ¿Qué estás haciendo, torpe? ¡Imbécil ¿Por qué gastas Tu semilla en puñetas Como pólvora en salvas? ¿Por qué, teniendo coños, Te amancebas, canalla, Con esos cinco dedos Ardiendo en torpe llama? 111 Muda de intento, necio: ¡Una vaina! ¡una vaina! Y deja que tu leche Recoja yo en mi taza.» Pero ¡qué! ni por esas: Antes de que acabara, Al pobre puñetero Se le fueron las cabras. No os descuideis, mujeres, Que la ocasion es calva; Abrid las piernas ántes Que el hombre se distraiga. Si no, ya veis qué pronto Gasta en puñetas vanas Todas las municiones Que tiene en la canana. Ostentad á sus ojos Vuestras gentiles gracias: Cuando quieran forniquen Y no se harán la paja. 112 EL BRINDIS Brindemos, prenda mía; Pero no á la memoria De la triunfal entrada De los galos en Roma. Brindemos por nosotros, Antes de ir á la alcoba A echar un par de polvos, A nuestra propia gloria. Yo brindo á la elegancia De tus divinas formas, A tu poblado coño, A tus tetas redondas. Brinda tú á mi virote, Del que cuelgan dos bolas Henchidas de placeres Que á tu contacto brotan. Vamos, monona, vamos; Apuremos la copa: Brindemos, y á la cama: Jodamos y arda Troya. 113 Mis piernas á tus piernas Se enlazan y se enroscan; La fresa de tus pechos Humedece mi boca. Vamo , monona, vamos; Apuremos la copa; Y miéntras cruja el catre, Campo de nuestras glorias, Dejemos que otros necios Brinden á la memoria De la triunfal entrada De los galos en Roma. Vamos, monona, vamos; Apuremos la copa: Brindemos, y á la cama: Jodamos y arda Troya. 114 ALGUNA VEZ Es muy soso y no me gusta, Por que tiene poca gracia, Uno mismo en un rincon Hacerse necio la paja. Es un golpe dado en vago, Es una jodienda falsa, Es fornicarse á sí mismo, Es un engaño, una farsa. Pero hacérsela tocar Por la mano delicada De una jovencita linda, Desnudo el pecho y la espalda, Eso es ya muy diferente, Y merece que se aplauda; Porque una paja bien hecha Casi equivale á una vaina. Para fornicar, á veces, Especiales circunstancias Se oponen, y ya excitados Un jóven y una muchacha, 115 Algo han de fraguar; entónces Cuatro ó cinco manotadas, Al ménos nos tranquilizan Ya que no nos satisfagan. Puede la mujer hallarse Con la regla, verbi-gracia, Y seria triste cosa Que por esa ú otra causa, Hallándonos en el soto, Nos volviésemos á casa Con todos los frascos llenos Y la escopeta cargada. Una paja en ciertos casos Tiene infinitas ventajas, Nos refresca la cabeza Y los riñones descarga; Y en cualquier parte se toca Burlando la vigilancia De los padres más sagaces Y de las madres más cautas. 116 Puede tocarse en el Prado Aunque sea por la mañana, En el teatro, en la Iglesia, Y ninguno lo repara. Puede tocarse enla calle (¡Cuántas me tienen tocadas!) Especialmente en invierno Porque la capa lo tapa, Miéntras detrás van ufanos Los padres de la muchacha Elogiando su inocencia Y la del que le acompaña. Por estas y otras razones, Que por sabidas se callan, Entre otras la de que nunca Las pajas hacen preñadas, Ni traen por consecuencia El Mercurio ni el Copaiba, Merecen dignos elogios De las personas sensatas. 117 POSITIVISMO ¿Por qué andarse por las ramas, Habiendo tantos pimpollos Dispuestos á abrir sus piernas Al más mínimo piropo? ¿Por qué el tiempo malgastar Yendo al Teatro á las ocho? A mirar las pantorrillas De la Guy ó de la Fuoco? En este necio gozar Se pierde un tiempo precioso: Sólo un pollo obrará así, Y tambien un viejo chocho; Pero los hombres sensatos, Que ni son viejos ni pollos, Derechos se van al grano, Derechos se van al coño. Donde el pensamiento ponen, Procuran poner los ojos; Donde los ojos la mano, Y donde la mano el gordo. 118 Decidle que vaya al Circo A cualquier robusto mozo A gozar; se burlará Y se reirá de vosotros. A ver piernas desde lejos, Prefiere, porque no es tonto, Retozar con una moza Y echarla despues un polvo. Y no andarse con rodeos, Con preámbulos ni exordios, Pues le gusta comenzar Por donde acaban los otros. Soy de la misma opinion; Cuando quiero joder jodo, Y no voy á calentarme Con la Guy ó con la Fuoco. 119 RETAGUARDIA Las vainas por retaguardia Son de tal magnificencia, Que no hay modo de joder Que más partidarios tenga. La muger de culo en popa Los agujeros presenta, Para que elija el cipote El que mejor le parezca. Como nadie de los huevos Una linterna se cuelga, Fácil es equivocarse; Pero sale igual la cuenta. Este es un error que nunca Ocasiona consecuencias; Con tal que entre, en cualquier parte Es igual que uno lo meta. Más arriba ó más abajo, Dos dedos de diferencia, De todos modos la vaina Como se ha dicho es soberbia. 120 Con una mano ó con ámbas Miéntras se tocan las tetas, La barriga y hasta el púbis, Y éntrase así en la faena. Y se goza de mil modos Que las nalgas siempre frescas En delicioso contraste Nuestros gustos acrecientan. Este modo de joder, Que por sí se recomienda, Con encomio lo aconsejo A la juventud honesta. Si lo adopta, en saco roto No echará mis advertencias, Todas ellas sugeridas Por una antigua experiencia. 121 PASO DE CARGA No debe perder momento El militar en campaña, Ni tampoco debe andarse Con repulgos de empanada; Que á lo mejor, cuando tiene Á su moza puesta en facha, Y con las piernas abiertas, Suena el toque de llamada. Tal acontecióle un dia Al teniente Paja-larga, Que teniendo á su patrona Ya preparada en la cama, El toque de la corneta De sus brazos le separa, Y no tuvo otro desquite Que hacerse despues la paja. Mucho tiempo babia perdido En vencer la repugnancia De la patrona, que al fin Piedad tuvo de sus ánsias; 122 Y este tiempo le faltó Despues para echar la vaina, De suerte que llegó á Roma Y no pudo ver al Papa. Desde entónces decidió Poner en juego otra táctica: Á la que vé la acomete Sin decirla una palabra. Así aconteció que un día, Camino de Peñaranda, Bella, colorada y fresca, Encontróse á una Aldeana. Enfrontó apenas con ella Cuando hácia ella se lanza; La coge, la tumba, y luégo La destoca y la remanga. Resistir la Aldeana intenta; Las piernas encoge, y trata De ocultar así la parte Que está más amenazada: 123 Pero él la sigue embistiendo Á paso siempre de carga Y en una de tantas vueltas La pica la retaguardia. Victoria! exclamó: á su gusto Se lo mete y se lo saca; Concluye; monta á caballo, Se marcha, y felices pascuas. La Aldeana hace lo mismo Aunque se encuentra mojada, Sintiendo mucho no hallar Otro bravo Paja-larga. Este modo de joder Se llama á salto de mata: Se cree que de los perros Le aprendió la especie humana. 124 EJEMPLO No existe en el mundo cosa Que más irrite el deseo Que ver echar una vaina, No hay nada como el ejemplo. Por la mañana en el Prado Encontrareis muchos viejos Que la baba se les cae Viendo joder á los perros: Á los jóvenes tambien Que lo miran, al momento, Excitada su lujuria Se les pone el nabo tieso. Y aunque se hallen sin un cuarto, Resueltos van y derechos Á un burdel á fornicar Como toro que está en celo. Y cuentan autores graves De un sucesor de San Pedro, Que para joder ponia Una pareja en el lecho 125 Que á sus ojos fornicase; Y la cercaba de espejos, Para mirar repetido Espectáculo tan bello. Al pensar en esta escena, Lectores de entrambos sexos, A echar al instante un polvo Decid ¿no os sentís dispuestos? De un poder irresistible Es la fuerza del ejemplo: Lo mismo el hombre que el bruto Obedecen á su imperio. 126 MAESTRIA Todos saben fornicar En buena y mullida cama, Mas no todos si no tienen Una cama buena ó mala. Que no siempre se presentan, Habiendo maridos y áyas, Todas las comodidades Que tan sério acto reclama. Por desgracia es muy comun Joder á salto de mata, En el campo, en el zaguan, En un corral ó una cuadra. Entónces se necesita Mucho ingenio y mucha práctica Que la ciencia de joder Se roza con la gimnásia. Hay jodedores maestros Que echarían una vaina Sobre el filo de un alfange Ó en la punta de una lanza. 127 Una vez (¡grato recuerdo!) Forniqué yó á una muchacha Sentada sobre un poyete Con las piernas levantadas, Que en mis hombros coloqué: Ante ella hincado, apretaba; Y así despaché el negocio Sin silla, sofá ni cama. Como este hay diversos modos, Que segun las circunstancias Con maña el diestro practica, Y todos por buenos pasan. 128 ATRACCION La aguja que está imantada Hácia el Norte siempre inclina; Ley natural y constante Que se observa y no se explica. El norte de los carajos Es el coño, y, no hay tu tia, Siempre, cual la aguja al Norte, El carajo al coño mira. Colóquese como quiera La muger: siempre adivina El carajo, que sin duda Tiene la vista muy fina. La puerta del almacen Que conduce á la guarida Donde encuentra su acomodo, Donde encuentra su delicia. Así, y solamente así, se explican las infinitas Actitudes y maneras Que hay de joder tan distintas. 129 Que esté la muger de frente, Que esté en pié, que esté tendida, Que se nos ponga debajo, Que se nos coloque encima; Siempre al coño halla el carajo: Es cosa fija, precisa, Necesaria, indispensable, Cual la aguja al Norte inclina. ¡Maravillosa atraccion! En vano pretendeis, niñas, Libraros de los cipotes Que os buscan y solicitan. En vano tapais aquello Con el traje ó la manita, El carajo es perspicaz, Y no hay nada que le impida, Cuando ha husmeado, cual podenco, La sabrosa caceria, Atraparla: así, escusad Melindrosas niñerias. 130 FLORESTA DE VARIOS AUTORES 131 LOS MILAGROS DE FR. PABLO PUESTOS EN COPLAS EN QUE SE DECLARAN LAS COSAS MARAVILLOSAS QUE SE HAN OBRADO MEDIANTE SU VIRTUD Y INTERCESIÓN. (POR ANTONIO ORTIZ MELGAREJO) Musa, tú que con razon Siempre de mi amor te membras Y me hinchas el cañon, Aunque es tu ayuda de hembras, Dá ayuda para un varon. No me muestres con tu ira Mal camino, si no mira Que en los ojos de la gente, Está mi opinion pendiente De lo que tu aura me inspira. Nació en una gran ciudad Un hombre que deseó Ser padre, con tal crueldad, Que en Religion se metió Por verse Paternidad. 132 No importa á nuestra escritura El hábito, que alma pura Tendrá qualquiera y valor, Que el amor de su Criador . No pusiere en la criatura. Los once meses primeros, Que fué novicio, aflicciones Pasó, y á los compañeros Como tenia tentaciones Les tentaba los traseros. Profesó en fin, que es la basa Del edificio, y la escasa Quitud gozó más entera; Porque salió á tentar fuera; Lo que ántes tentaba en casa. Fray Pablo tenía por nombre Nuestro hermano Nazareno, Hombre espigado y moreno, Que siempre mostró ser hombre Al sol, al ayre, al sereno. Nunca á rezar acudia A maytines, que dezia Que la perfeta oracion 133 Era á solas á un rincon, Que esotra es hipocresia. Nunca se sentó (esta es dina Alabanza) á mesa puesta; Tanto á la humilde se inclina, Sino en parte descompuesta A solas en la cocina. Por mandado del Doctor Para aumentar el calor Bebia vino, y lo hazia Tan honesto, qu bebia En el mismo sacador. Si acertaba acaso á entrar En la huerta (yo lo ví) Luego se daba á buscar Las camuesas para sí, Las flores para el altar. Con esto fué tan crecida Su fama, y tan esparcida, Su alabanza, que ya todos Le llamaban por mil modos El fraile de buena vida. 134 El enfermo le invocaba, El navegante ofrecia Al convento que habitaba La nave en que se perdia, Si es que por él se cobraba. Y aunque causa maravilla Que obre tanto una capilla, Y sean de creer tan agros, Mil coplas de sus milagros Se han impreso ya en Sevilla. Cuentan que si una casada A quien no parir lastima Era estéril y olvidada, Echando su hábito encima Quedaba luego preñada. Casóse cierta donzella Con quien no pudo su armella Romper con facilidad, Pero su Paternidad Allanó aquella querella. Ahogábase un soltero De una espina (raro cuento) Vino el Padre, y un barbero 135 Se la sacó; y al momento Quedó libre del mal fiero. Iba nadando uno, y fué Llevado por algun Diablo Del agua; mas hizo pié, Y luégo dió un grito á Pablo Y libre del agua fué. Estaba otro desmayado Creyendo que habia espirado, Vino allí Pablo y oró; El desmayo se acabó. Y quedó resucitado. En fin, corre recibida Su virtud con viento en popa; Tanto que el que trae cojida Una pieza de su ropa No se morirá en su vida. Y es tanta la devocion De aqueste santo varon, Especial con las mugeres, Que hay muy lindos desplaceres Por asirle del cordon. 136 Y el santo, que es liberal Y perro de muchas bodas Por escusar tanto mal Dá que se lo ciñan todas; Tales son ellas, y él tal. Refieren otras mil cosas Raras y maravillosas Desta alma pura escojida que se callan porque en vida Son las lisonjas viciosas. Plegue á Dios que pronto muera Y si tu lector quisieres Mas desta impresion primera Vete á Juan de la Barrera Junto á Diego Nuñez Perez. 137 A DOS RECETAS QUE TROCÓ UN BOTICARIO (DEL DOCTOR JUAN DE SALINAS) Recetó el Dotor Ventura Una purga para el cura, Y á un novio mal apretante Un jarabe confortante: Mas trocóles cuando ménos El boticario los frenos, Y en vez de salir purgado Quedó el cura enquillotrado (Tirte afuera) Y por ponerse en primera Hizo flux el desposado. Quién habrá que no trasude Si al clérigo considera Viendo la rumfla que espera Y á donde el naipe le acude? En la cama se sacude Más que toro de Jarama, Como fiera herida brama Y jime como criatura: 138 Recetó el Dotor Ventura Una purga para el cura, etc. Quien viera la turbacion Del novio, casi difunto, Cuando piensa estar á punto Para ver de ostentacion; Y á ella con discrecion De todo su bien privada Fingir no echar ménos nada De lo que triste procura! Recetó el Dotor Ventura Una purga para el cura, etc. Estaba el cura rabioso, Barajando y enfadado De que le hubiesen armado Cuando se siente dichoso; Venganza pide furioso Tan duro en su obstinacion Que puesta en comparacion Es blanda la piedra dura. Recetó el Dotor Ventura Una purga para el cura, etc: 139 El novio, segun parece, Pensó con esta receta Despachar una estafeta Poco ménos que á las trece; Pero luégo desfallece Porque á un hora y un dozavo Hizo mal, y por mal cabo El récipe su figura. Recetó el Dotor Ventura Una purga para el cura Y á un novio mal apretante Un jarabe confortante, etc. 140 SOY TOQUERA Y VENDO TOCAS (DE D. LUIS DE GÓNGORA) Soy toquera y vendo tocas Y tengo mi cofre donde las otras. Es chico y bien encorado Y le abre cualquiera llave, Con tal que primero pague El que le abriere, el tocado; Que yo no vendo al fiado Como las toqueras locas... Soy toquera y vendo tocas. Es mi cofre de una pieza, Pero caben muchas dentro, Y no le vereis el centro Aunque metais la cabeza; Y negocio con presteza, Y despacho bien mis tocas, Y tengo mi cofre donde las otras. Lo que más todos le alaban Es que no consiente clavo, Que los hincan hasta el cabo Y al momento se desclavan; 141 En cualquiera goze traba No le manchan cosas pocas… Soy toquera y vendo tocas, Vendo tocas enceradas Y descansos muy delgados, Y diferentes tocados Si hay pagas adelantadas; Aunque las compro estiradas. Por vender más las doy flojas, Y tengo mi cofre donde las otras. 142 EPIGRAMA (DEI MISMO) A don Diego del Rincon Cojo, ciego y corcovado, Un hábito el Rey le ha dado Con encomienda en Leon. Bien le vino al andaluz Que en tal rincon, cosa es clara, Que cualquiera se meara, Si no le viera con cruz. 143 SONETO (DEL RACIONERO FRANCISCO PORRAS DE LA CÁMARA) Casó de un arzobispo el despensero, Y la noche que el novio se acicala Para hacer en la novia cata y cala Y repicar el virginal pandero, Le dijo el mayordomo: «Por mí quiero Que un cañonazo más tire con bala;» Esto dijo el veedor, el maestresala, Un paje, el galopin y el cocinero. Fué á su casa, y el caso sucedido Contó á la novia, y trece priscos dióle, Siete por él, y seis encomendados. Ibase ya á dormir tan de rendido… Mas la novia le llama y preguntóle: «¿No tiene el arzobispo más criados?» 144 Á UNA DAMA QUE AL BEBER ROMPIÓ LA ALCARRAZA (DE D. MANUEL BRETON DE LOS HERREROS) Es el búcaro travieso Tan discretamente sábio, Que el suyo acercó á tu labio Para hacer más largo el beso. Y tú no tomes á exceso Que el incáuto se vaciara Al tocar tan linda cara… Con tan dulce tocamiento, (Perdona mi atrevimiento) Yo tambien me derramára. 145 A VÁRIOS AMIGOS TRONADOS (DEL MISMO) Esta turba famélica y bellaca Nunca se cansa de fumar de gorra; Como al hebreo en tiempo de Gomorra Yo os maldigo, y mi furia no se aplaca. ¿Á qué tanto pedirme la petaca? ¿Cómo quieres, hambron, que te socorra? Soy yo acaso estanquero, hijo de zorra? ¿Recibo yo bajeles de Guaxaca? ¿Cómplice acaso soy del vicio ajeno? Yo gano mi fumar con mi trabajo, Y en la aduana lo compro, malo ó bueno. Tú, que eres otro pobre calandrajo, Estáte sin fumar....ó chupa heno... O chúpate la punta del carajo. 146 FÁBULAS HUMORÍSTICAS (DE D. MIGUEL DE LOS SANTOS ALVAREZ) I En el calor de su amoroso trato Una gata gozaba sobre un gato; Y sé de buena tinta Que al mes cabal el gato estaba en cinta. Esto, amado Teótimo, te enseña Que el que cae debajo es quien se empreña. II Cierto Prelado metropolitano Daba á sus familiares por el ano. Trae mil inconvenientes La familiaridad con ciertas gentes. 147 SONETO (DE D. JOSÉ DE ESPRONCEDA) Un carajo impertérrito, que al cielo Su espumante cabeza levantaba, Y coños y más coños desgarraba, De blanca leche encaneciendo el suelo. En su lascivo ardor, cual Monjibelo, Nunca su seno túrjido saciaba Y con violento empuje penetraba Hórridos bosques de erizado pelo. Venció á la humanidad; quedó rendida La fuerza mujeril: mas él, sediento Siempre, y siempre con ánsia coñicida, Leche despide, y mancha el firmamento, Dejando allí su cólera esculpida Del carajo en eterno monumento. 148 EL ALDABON DEL CIELO CUENTO (DE D. ANTONIO GARCÍA GUTIERREZ) ¡Que me caigo! ¡socorro! Así decia El reverendo padre Blas Mejía, Y la comunidad alborotaba Con las voces que daba, Pues media noche por el filo era Cuando el padre gritó de tal manera. Los frailes perezosos De mala gana luego abandonaron Los lechos regalados, Y ya sobresaltados Ya por saber curiosos, De Mejía en la celda penetraron. En cueros en su cama Tendido boca arriba estaba el padre, Y tenía cojido, Con ámbas manos el carajo erguido Que á más de una beata hiciera madre. 149 ¡Qué carajo, señores, qué portento! Me dijo quien lo viera Que á cualquiera sin duda pareciera Nudoso tronco de árbol corpulento. Le despierta el Prior y le pregunta Por su desgracia fiera: Y él, tapándose aquella enorme punta, Habló de esta manera: «Soñaba yo, que en silenciosa noche Cerca de un arroyuelo me dormia, Y que un águila al cielo, como el coche, Sin tropezar en rama me subia. Ya llegábamos casi, Ya las puertas toqué del Paraiso, Y por la cerradura La música escuchaba, Y á que abriera San Pedro me esperaba, Cuando el águila quiso Tirarme á tierra desde tal altura, Y huyendose de un vuelo Quedé colgado al aldabon del cielo. 150 »En peligro mi vida, Y temeroso de tan gran caida Pedí socorro ansioso Cojido siempre al aldabon precioso; Mas ya que estoy despierto, Que era mi nabo el aldabon advierto.» Los frailes cuando oyeron la aventura La dieron por profética y segura, Y muchos hijos dieron á este suelo De beatas hermosas, Que quisieron saber, ¡son tan curiosas! Si daba gusto el aldabon del cielo. 151 HUMILDAD FRAILUNA CUENTO ( DE D. M. M. DE SANTA ANA) Terriblemente irritado El Prior de los Remedios, Llamó una tarde, á Capítulo, A padres graves y á legos. Levaba el Prior un trozo De papel entre sus dedos, Que á cada paso estrujaba Una y otra vez leyéndolo. Los pobres frailes temblaban Y callaban como muertos, Esperando á conocer De tanta furia el pretexto. Sentados todos los frailes, Y despues que un gran pañuelo Pasó el Prior por su frente, Cuatro veces por lo ménos, 152 Con ojos que echaban chispas, Y alzando el puño hasta el cielo, Así destapó la gaita, Con voz ronca, el reverendo: -Padres: de mayor escándalo No hay memoria en el convento. ¿Sabeis qué dice esta carta Que hallé del claustro en los suelos? Pues dice…lloro al pensarlo; Pues dice...sudo al leerlo; Dice: «Si quereis, hermana, »Desahogar conmigo el pecho »De las malas tentaciones, »Que, decís, estais sintiendo, »Preparaos para mañana, »Que á Sevilla iré, por véros; »Y os ruego, que esteis calzada, »Y áun peinada con esmero, »Que Dios quiere, en sus devotas, »Limpia el alma y limpio el cuerpo.» -Ya lo escuchais (el Prior Gritaba con voz de trueno); ¡Calzaditas, peinaditas Las quereis, hombres protervos! Así perdemos los frailes 153 De ser humildes el crédito. Cuando se trata de dar Á un alma tierna consuelo, Prior y todo, ¡yo nunca Me páro en limpio ni en puerco! 154 CANTARES (ANÓNIMOS) ¡Ay! ¡quién fuera la cinta De tu zapato Para ver desde léjos Á aquel ingrato! - Mi marido fué á segar Y me dejó sin un cuarto, Y yo tuve que alquilar El nido de su lagarto. - Échame, mono mio, La olla al revés; La tajada primero Y el caldo después. - Una beata y un fraile Estaban comiendo arroz; La beata se quemaba Y el fraile se lo sopló. FIN 155 ÍNDICE GENERAL DE AUTORES Duque de Rivas y Antonio Alcalá Galiano ... 2 D. Bartolomé José Gallardo .......................... 9 El Dominus Tecum ................................. 10 El moro i el italiano ................................. 12 D. Juan Nicasio Gallego .............................. 15 Al pecho de Corila .................................. 16 Romance ................................................. 19 La mujer de piernas dobles ...................... 23 Como esta hay muchas ............................ 26 D. José Vargas Ponce .................................. 27 Lo que es y lo que será ............................ 28 Poesías de Iglesias ...................................... 33 La reconciliacion ..................................... 34 D. José Bernat Baldovi................................ 43 Consonantes sospechosos ........................ 44 Epígramas ............................................... 46 Fray Damian Cornejo .................................. 48 Sonetos ................................................... 49 A una dama (romance) ............................ 55 Décimas a una dama................................ 59 156 Marqués de Villamediana............................ 60 A una dama (ovillejos) ............................ 61 D. Jerónimo Camargo de Zárate .................. 68 Á una dama (romance) ............................ 69 Á una dama (décimas) ............................. 76 Á una tia vendedora de su sobrina ........... 78 Á una moza (décima) .............................. 80 El juego................................................... 81 D. Francisco de Quevedo ............................ 84 Definicion de amor.................................. 85 Sonetos ................................................... 86 Lindo chiste ............................................ 94 Madrigales .............................................. 96 Lic. Sebastian de Horozco ........................... 99 Á una dama ............................................100 Diálogo ..................................................101 D. Ventura de la Vega ................................107 La primera paja ......................................108 Llegó tarde .............................................111 El brindis ...............................................113 Alguna vez .............................................115 Positivismo ............................................118 Retaguardia ............................................120 157 Paso de carga .........................................122 Ejemplo .................................................125 Maestria .................................................127 Atraccion ...............................................129 Varios autores ............................................131 Los milagros de Fr. Pablo.......................132 A dos recetas ..........................................138 Soy toquera y vendo tocas ......................141 Epigrama................................................143 Soneto ....................................................144 Á una dama (décima) .............................145 A vários amigos tronados .......................146 Fábulas humorísticas ..............................147 Soneto ....................................................148 El aldabon del cielo ................................149 Humildad frailuna ..................................152 Cantares .................................................155 158 Mandado a impresión por primera vez por Marqués de Jerez Edición original Sevilla (Registrada como inglesa) H. W. Spirrtual 1875 Edición Méxicana Facsimilar de 1975 Digitalización Ramón Moreno Revisión Verónica Hernández 159