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03. La filosofía helenística - Apuntes

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LA FILOSOFÍA HELENÍSTICA
Índice
1. El helenismo
1.1.
El ocaso de la polis
1.1.1. La felicidad
1.1.2. Patriotismo y cosmopolitismo
1.2.
De Atenas a Alejandría
1.3.
Roma
2. Las escuelas socráticas
2.1.
Las escuelas socráticas mayores
2.2.
Las escuelas socráticas menores
2.2.1. La filosofía helenística
3. El epicureísmo
3.1.
La lógica o la teoría del conocimiento
3.2.
La física atomista
3.3.
La ética
3.3.1. El tetrapharmakon
3.3.2. Placer y ataraxia
4. El estoicismo
4.1. La lógica o la teoría del conocimiento
4.2. Las física
4.3. La ética
4.4. El estoicismo en Roma
5. El escepticismo
6. El eclecticismo
7. La ciencia alejandrina
7.1.1. El Museo
7.1.2. Euclides
7.1.3. Arquímedes
7.1.4. Aristarco de Samos
7.1.5. Eratóstenes
7.1.6. Hiparco
7.1.7. Ptolomeo
«Vana es la palabra del filósofo que no sabe aliviar al hombre que sufre».
EPICURO
1. El helenismo
Se llama helenismo al período que comprende desde la muerte de Alejandro
Magno (323 a. C.) hasta la conquista romana de Egipto (30 a. C.), el último reino
helenístico. Este término se aplica, fundamentalmente, a la literatura y el arte
griegos. Durante esta época, la lengua y la cultura griegas se extendieron por
todo el mundo clásico: por el Mediterráneo oriental se difundió gracias a las
conquistas de Alejandro Magno; y por el Mediterráneo occidental, gracias a
Roma, que, cuando conquistó Grecia y los reinos helenísticos, asimiló su
cultura.
Las conquistas de Alejandro Magno ampliaron las fronteras griegas por tierras
de África y Asia hasta límites impensables. Alejandro puso las bases para el
nacimiento de un modelo nuevo de comunidad, el Imperio, capaz de acoger a
individuos de procedencia muy diversa y donde la lengua y la cultura griegas
eran los elementos fundamentales de cohesión.
La muerte de Alejandro provocó la fragmentación de su Imperio y la ruptura de
la unidad griega. Los distintos Estados, divididos una vez más, acabaron
haciendo de Grecia una presa fácil para Roma, que la convirtió en provincia con
el nombre de Acaya en el año 146 a. C.
La filosofía helenística está influida principalmente por:

El ocaso de la polis y la aparición del Imperio como nueva estructura
política.

La irrupción de Alejandría en el mundo cultural como nuevo foco del
saber, en detrimento de Atenas.

La aparición de Roma como potencia hegemónica que, en el terreno de
la filosofía, supondrá una mera continuación del período helenístico.
1.1.
El ocaso de la polis
Al mismo tiempo que las fronteras se ampliaban, el ciudadano de la polis perdía
su independencia. El ocaso de las polis griegas se inició con la derrota de los
atenienses en la batalla de Queronea (339 a. C.) a manos del ejército macedonio,
dirigido por el padre de Alejandro, Filipo II. A partir de ese momento, los
macedonios sometieron a todas las ciudades griegas y constituyeron el Imperio
como unidad política superior, de modo que las polis dejaron de existir como
unidades autárquicas. Aun que estas se mantuvieron como núcleos urbanos en
los que se continuó desarrollando la cultura y la ciencia, dejaron de tener la
relevancia política de antaño. Esta situación tuvo dos consecuencias para la
filosofía: la necesidad de plantearse de nuevo en qué consiste la felicidad y cómo
alcanzarla, y la emergencia de un nuevo sentimiento, el cosmopolitismo, en
sustitución del patriotismo vigente hasta ese momento.
La felicidad
Platón y Aristóteles habían organizado sus propuestas políticas tomando la polis
como lugar natural para construir una sociedad que hiciera posible la felicidad
de los ciudadanos. En el nuevo contexto histórico, estas concepciones éticas y
políticas perdieron su validez, por lo que se hizo necesario plantear otras
nuevas.
Durante el período helenístico surgieron varias escuelas filosóficas (la epicúrea,
la escéptica y la estoica) que, sumadas a la Academia platónica y al Liceo
aristotélico, establecieron la ética como centro de sus preocupaciones; sin
embargo, a diferencia de Platón y de Aristóteles, no aspiraban a encontrar la
felicidad dentro de la polis.
 El emperador Alejandro Magno (356-323 a. C.) tuvo como tutor, durante
su adolescencia a Aristóteles. Tras el asesinato de su padre, Filipo II en el
336 a. C., Alejandro se convirtió en rey de los macedonios. Supo
enfrentarse a las conspiraciones que querían apartarle del trono y atajó
con mano firme los levantamientos de las polis conquistadas por su
padre. En el 334 a. C. inició la lucha contra los persas, en la que salió
victorioso de todas las batallas. Dos años más tarde conquisto Egipto y
fundó Alejandría. En el 331 a. C. conquistó el Imperio persa. En el 327 a. C.
había tomado Asia central. Al llegar a la India, su ejército se negó a seguir
adelante. Regresó a Babilonia, donde murió en el 323 a.C.
Patriotismo y cosmopolitismo
El patriotismo que profesaban los atenienses en la época anterior estaba
alentado por su implicación activa en la vida pública de la polis. La nueva
situación política supuso el fin de la democracia y la dependencia de las polis
de un órgano político superior. El poder se burocratizó y se consumó su
alejamiento de los ciudadanos. Algunas corrientes filosóficas -los epicúreos son
el ejemplo más claro- llegaban incluso a desaconsejar la participación en la vida
política. El resultado fue el debilitamiento del sentimiento patriótico entre la
población.
La desaparición del patriotismo coincidió con el auge del cosmopolitismo¹,
defendido por algunas escuelas filosóficas, como la epicúrea y la estoica. Este
hecho se explica porque la democracia ateniense, a pesar de constituir un logro
fundamental, se basaba en no considerar ciudadanos -no les concedía
derechos- ni a mujeres ni a esclavos, ni a extranjeros. La ampliación de las
fronteras llevada a cabo durante el helenismo permitió que los individuos
llegaran a adoptar una visión universalista de la humanidad, lo que comportaba
la convicción de que todos los seres humanos son iguales. Los epicúreos, por
ejemplo, permitían a mujeres y esclavos la entrada al Jardín, su lugar de reunión.
GLOSARIO
¹Cosmopolitismo: sentimiento de ser ciudadano del mundo.
1.2.
De Atenas a Alejandría
Durante el helenismo, Atenas siguió siendo un centro cultural y filosófico. Las
escuelas estoica, epicúrea y escéptica se establecieron en esta ciudad, junto a la
Academia y al Liceo, y posteriormente se expandieron por otras polis griegas.
Sin embargo, el auténtico espíritu renovador de la época se encontraba en una
ciudad egipcia, Alejandría, que sustituiría a Atenas como impulsora de la cultura
y de las ciencias.
En Alejandría, ciudad fundada por Alejandro Magno en el 332 a. C., se encontraba
el Museo; esta institución cultural estaba dotada de una biblioteca a la que
acudieron los investigadores más importantes de la época y fue la cuna de los
principales logros científicos de la Antigüedad.
1.3.
Roma
El Imperio romano, que históricamente se inicia en el 27 a. C. con la subida al
poder de Octavio Augusto, fue el resultado de la política de expansión que Roma
había practicado desde la época republicana. Los límites del Imperio se
extendieron por Europa, Asia y África. Roma ejerció su hegemonía territorial
convirtiendo en provincias y romanizando los nuevos territorios conquistados,
entre ellos Grecia.
Al mismo tiempo que los territorios conquistados iban siendo anexionados a
Roma, la cultura romana -y el latín como lengua de la administración y del
poder- daba mayores muestras de su vigor. El comediógrafo Plauto (251-184 a.
C.), y los poetas Virgilio (70-19 a. C.) y Ovidio (43 a. C.-17 d. C.) son algunos
ejemplos de la excelencia alcanzada por la cultura latina. En las provincias
romanas también nacieron destacados intelectuales, como el filósofo cordobés
Séneca.
Los romanos manifestaron un gran aprecio por las manifestaciones culturales
de las regiones conquistadas y, muy especialmente, de Grecia. Esto explica que
los pensadores romanos conocieran a los filósofos helenísticos y se adscribieran
a sus corrientes. Algunos de estos pensadores no se identificaron con una única
corriente, sino con varias de ellas, dando lugar al eclecticismo. Tal como señalan
García Gual e Imaz: «Roma, conquistadora del ámbito geográfico mediterráneo
y del Próximo Oriente, es [...] una prolongación del helenismo en el aspecto
cultural».
 Alejandro pretendió hermanar Oriente y Occidente creando una
comunidad internacional. Para forjar este ideal cosmopolita, enseñó a
miles de jóvenes persas la lengua griega y los formó militarmente para
incorporarlos a su ejército. También promovió el matrimonio entre sus
soldados y las mujeres persas (él mismo lo hizo en varias ocasiones).
2. Las escuelas socráticas
La filosofía helenística se ordena en escuelas. Todas ellas comparten el hecho
de estar inspiradas -directa o indirectamente- por la filosofía de Sócrates. Estas
escuelas se clasifican en escuelas socráticas mayores (la Academia platónica y
el Liceo aristotélico) y escuelas socráticas menores (la escuela cínica, la
cirenaica y la megárica). Estas últimas se fundaron durante la época en que vivió
Platón -son anteriores, por tanto, a Aristóteles- y fueron el germen de las
escuelas helenísticas: el epicureísmo, el estoicismo y el escepticismo. La
existencia de estas escuelas llegó a su fin en el 529 d. C., cuando el emperador
romano Justiniano ordenó cerrar las por razones religiosas.
2.1.
Las escuelas socráticas mayores
La Academia y el Liceo se convirtieron en escuelas de pensamiento que
competían, en igualdad de condiciones, con las nuevas escuelas filosóficas y, en
algunos casos, llegaron a defender tesis próximas a algunas de ellas.
En la llamada Academia antigua, sus miembros -ya sin Platón- mostraron una
clara tendencia hacia el pitagorismo que, más tarde, en las llamadas academias
media y nueva, abandonaron para abrazar el escepticismo, al poner en duda que
el conocimiento fuera posible.
Los miembros del Liceo se preocuparon por cuestiones científicas y centraron
sus investigaciones en la naturaleza, relegando a un segundo plano los
elementos más propiamente filosóficos.
2.2.
Las escuelas socráticas menores
Las escuelas socráticas menores adoptaron de Sócrates su concepción de la
filosofía como una forma de vida; por tanto, sus preocupaciones fueron
principalmente éticas, aunque también estudiaron la estructura de los
razonamientos y la lógica.
Entre las principales escuelas socráticas menores destacan:

La escuela cínica. Se caracterizó por su oposición a la civilización y a la
vida en sociedad. Los cínicos preconizaban un retorno a la naturaleza
como medio para alcanzar la felicidad. Para ellos, la sociedad humana
generaba infelicidad y la única solución era desprenderse de todo y vivir
como vagabundos. Su modelo de vida era ascético, es decir, se dedicaban
a la práctica de la perfección espiritual, rechazaban todo tipo de placeres
y reivindicaban el cosmopolitismo. En esta escuela se inscribe Diógenes
de Sirope.

La escuela cirenaica. Defendía que el ser humano, para ser feliz, tiene
que procurarse el mayor número posible de placeres y escapar del dolor.
Sin embargo, consideraba que el sabio es moderado y no se deja llevar
por las pasiones.

La escuela megárica. Su preocupación por la lógica influyó
posteriormente en el estoicismo.
2.2.1. La filosofía helenística
Las escuelas socráticas menores inspiraron las tres corrientes que tuvieron una
mayor aceptación en las sociedades helenística y romana: el epicureísmo, el
estoicismo y el escepticismo.
La ética, centrada en la noción de felicidad entendida como ataraxia), es la parte
más importante del pensamiento de estas escuelas.
RELACIONA
Con su concepción de que la ciudad (polis) es una comunidad natural,
Aristóteles se opuso a los cínicos. Estos consideraban que el ser humano, si
quería ser realmente feliz, tenía que retornar a la naturaleza y alejarse de la
sociedad.
3. El epicureísmo
Nacido en Samos, pero hijo de atenienses, Epicuro (341 a. C.-271 a. C.) se instaló
en Atenas, donde fundó, cuando tenía treinta y cinco años, el Jardín, un lugar
retirado que habilitó para cultivar los conocimientos y la amistad. El Jardín no
tenía las mismas pretensiones intelectuales que la Academia platónica o el Liceo
aristotélico, sino que, tal como afirman García Gual y María Jesús Imaz,
«proporcionaba un retiro para la vida intelectual a un grupo de amigos, en torno
a la figura venerable del maestro Epicuro». En esta escuela, a diferencia del
resto, se admitían personas de todas las clases sociales, mujeres y esclavos.
Los epicúreos se decantaron por la vida retirada, y el propio Epicuro recomendó
a sus seguidores que no se inmiscuyeran en la vida política de la ciudad, por ser
una actividad turbadora.
Se afirma que Epicuro llegó a escribir alrededor de trescientas obras. Los
escasos textos que se han conservado hasta la actualidad se pueden estructurar
en tres bloques: la lógica o canónica –aunque en realidad se trata de teoría del
conocimiento-, la física y la ética.
El concepto central de la ética epicúrea -y, por tanto, de toda su filosofía, es el
de placer, ya que es el medio por el que el ser humano alcanza la felicidad. Sin
embargo, tal como se estudiará más adelante, el placer que propugna Epicuro
es ascético, porque el único placer que merece tal nombre es el de existir.
 El Jardín
El Jardín era un lugar retirado que habilitó Epicuro para cultivar los
conocimientos y la amistad.
RELACIONA
Mientras que, para Aristóteles, la felicidad del individuo se funda en la
comunidad de la polis y el ser humano es un animal político, Epicuro considera
que la ataraxia o imperturbabilidad solo se encuentra en la vida retirada.
«Para Epicuro, la elección socrática y platónica a favor del amor por el bien
es una ilusión: en realidad, lo que mueve al individuo no es más que la
búsqueda de su placer y de su interés. Pero el papel de la filosofía consistirá
en saber buscar de manera razonable el placer, es decir, en realidad, en
aspirar al único placer verdadero, el simple placer de existir. Pues toda la
desdicha, toda la pena de los hombres, procede del hecho de que ignoran el
verdadero placer. Al buscarlo, son incapaces de alcanzarlo, porque no pueden
satisfacerse con lo que tienen, o buscan lo que está fuera de su alcance, o
porque estropean ese placer al temer siempre perderlo. Podemos decir en
cierto sentido que el sufrimiento de los hombres se origina principalmente en
sus opiniones huecas, luego en sus almas».
PIERRE HADOT, ¿Qué es la filosofía antigua?
3.1.
La lógica o la teoría del conocimiento
La teoría del conocimiento epicúrea se expone en un libro titulado Canon. Por
esta razón recibe el nombre de canónica. Su finalidad es establecer los criterios
por los que un enunciado es verdadero.
La base de todo conocimiento y el criterio básico para saber si algo es verdadero
es la sensación. Las sensaciones se repiten y por eso se memorizan, reordenan
y clasifican, hasta que emerge un concepto general que Epicuro califica como
anticipación. Los conceptos son la base del conocimiento.
Para que una sensación se considere verdadera e indudable ha de ser nítida y
clara. El origen de los errores reside en las sensaciones poco claras y equivocas,
lo que da lugar a conceptos generales y vagos, que no guardan relación con la
realidad sensible y concreta.
Epicuro también afirma que existen intuiciones (o proyecciones imaginativas),
por las que el individuo hace afirmaciones sobre realidades existentes en el
mundo que no pueden percibirse. Por ejemplo, Epicuro reconoce la existencia
de átomos, a pesar de que son invisibles para el ser humano. Para no incurrir
en errores, estas intuiciones no pueden entrar en contradicción ni con las
sensaciones ni con las anticipaciones.
3.2.
La física atomista
La física pretende conocer el funcionamiento del universo (incluidos los seres
vivos). Este conocimiento es necesario para conseguir la felicidad, ya que las
creencias erróneas sobre el mundo son fuente de miedos y terrores infundados
que causan insatisfacción y angustia en el ser humano.
Epicuro era atomista y consideraba que solo existen los átomos y el vacío. Los
átomos se caracterizan por ser eternos, indivisibles e inmutables y su número
es infinito. El universo, por tanto, también es eterno e infinito.
Los átomos tienen forma, extensión y peso. Debido al peso, están cayendo
perpetuamente en el vacío del cosmos, como gotas de agua. En su movimiento
de caída, se pueden desviar ligeramente al azar. Este movimiento, llamado
clinamen, es la principal contribución de Epicuro al atomismo. Al desviarse, los
átomos chocan y forman conglomerados que son el germen de todos los
mundos -incluido el nuestro- y seres que existen en el universo. El clinamen
también introduce la espontaneidad y el azar en un mundo que, de otro modo,
sería exclusivamente mecánico, de manera que la libertad humana no tendría
cabida ni explicación.
La noción de clinamen fue muy criticada desde la Antigüedad. Cicerón, por
ejemplo, afirmó que las concepciones de Epicuro eran débiles y poco
sustentadas. El clinamen epicúreo carece, efectivamente, de causa: es puro azar
producido sin razón alguna. Cicerón, además, apreció que no tiene sentido
afirmar que, en un universo infinito, los átomos caen hacia abajo. En el vacío,
los términos arriba y abajo no pueden tener un sentido absoluto, sino relativo.
Epicuro creía que la vida es una agregación de átomos, y la muerte es su
separación. El alma humana está compuesta por átomos livianos que, tras la
muerte del individuo, se disgregan, haciendo inviable la vida tras la muerte, de
manera que no hay lugar para la inmortalidad. Los dioses, según Epicuro, están
compuestos de átomos perfectos. Viven felices e indiferentes a las vicisitudes
humanas y no intervienen, ni para bien ni para mal, en la vida de las personas.
RELACIONA
El atomismo es la filosofía defendida por Leucipo y Demócrito según la cual la
realidad se compone fundamentalmente de átomos y de vacío.
El atomismo es una concepción mecanicista y azarosa de la realidad. Es, por
tanto, opuesta a las concepciones teleológicas defendidas, entre otros, por
Platón o Aristóteles.
3.3.
La ética
La ética es la finalidad última de toda la filosofía epicúrea. Para este filósofo, el
ser humano aspira a ser feliz, lo que se logra evitando el dolor y buscando la
tranquilidad de ánimo o ataraxia. Epicuro se plantea dos objetivos: en primer
lugar, denunciar todas las opiniones infundadas que dan lugar a que el ser
humano sea infeliz; en segundo lugar, mostrar que el placer es la fuente de la
felicidad para el ser humano.
El tetrapharmakon
El tetrapharmakon, o los cuatro remedios, son reflexiones que denuncian la
falsedad de las creencias que alimentan los temores humanos. La filosofía
entendida como terapia del alma encuentra, en este apartado, su explicación.
 Mediante esta terapia, fundada en cuatro remedios, Epicuro pretende
que el individuo no tenga creencias que le puedan conducir a su
infelicidad. Los miedos infundados y las falsas creencias son un obstáculo
para conseguir la felicidad, y por esta razón Epicuro trata de
neutralizarlos.
Según Epicuro, el miedo es uno de los factores más importantes que impiden
que el ser humano alcance la felicidad: la mayoría de nuestros miedos son
irracionales, producto del desconocimiento, y no se asientan en la verdad de los
hechos, por lo que hay que descartarlos. Los miedos más importantes son los
siguientes:

Miedo a la muerte. Ante este miedo, Epicuro asegura: «La muerte, el más
temible de los males, no supone nada para nosotros; mientras vivimos no
existe la muerte, y, cuando acude en nuestra busca, nosotros ya no
estamos». La muerte, que es una simple disgregación de átomos, ocurre
cuando ya no estamos vivos. No tiene sentido, por tanto, temerla.

Miedo a los dioses. Como se ha dicho anteriormente, Epicuro admite la
existencia de los dioses, pero rechaza la creencia supersticiosa en su
capacidad de intervenir en la vida humana. Los dioses viven felices en
medio de los espacios siderales, sin establecer vínculos con el ser
humano, de modo que temer su venganza o arbitrariedad es absurdo e
irracional.

Miedo a no alcanzar el bien. Según Epicuro, aquello que es bueno por
constituir una necesidad siempre se encuentra a nuestro alcance. La
dificultad de alcanzar algo es la prueba de que lo que se quiere alcanzar
no es un bien. Por ejemplo, saciar la sed o el hambre es sencillo; desear y
conseguir manjares exquisitos resulta, por el contrario, más difícil. Tal
como aseguró el propio Epicuro: «Gracias sean dadas a la bienaventurada
naturaleza que hizo que las cosas necesarias sean fáciles de obtener y que
las cosas difíciles de alcanzar no sean necesarias».

Miedo al dolor y al fracaso. Epicuro racionaliza el dolor asegurando que,
si es intenso, es breve; y, en caso de ser prolongado, entonces es tenue.
En relación con el fracaso, este filósofo afirma que el sabio no puede
depender de las opiniones ajenas.
 Los miedos
Epicuro expuso los cuatro miedos de la siguiente manera: los dioses no
son de temer, la muerte no es temible, el bien es fácil de adquirir, el mal
es fácil de soportar.
Placer y ataraxia
El placer es el eje central de la ética epicúrea. Epicuro distingue dos clases de
placeres:

Placeres cinéticos o móviles. Son los que se obtienen por los sentidos,
como comer o beber. Para Epicuro, son placeres insaciables y efímeros,
y en ellos lo único que se encuentra en último término es dolor y
sufrimiento. No son, por tanto, auténticos placeres, por lo que hay que
escapar de ellos en la medida de lo posible. Epicuro recomienda la
frugalidad y el ascetismo, y solo satisfacer tales deseos en tanto que sean
indispensables. Quien pretenda buscar la felicidad satisfaciendo toda
clase de deseos, únicamente encontrará turbación, malestar y dolor.

Placeres catastemáticos o en reposo. Son los placeres que nacen de la
ausencia de dolor del cuerpo y de la ausencia de turbación en el alma. Al
suprimir todo sufrimiento, lo que queda es el goce de la propia existencia.
Es la ataraxia, la serenidad, entendida como el placer por existir. Entre
los placeres que contribuyen a la serenidad, se encuentran el placer de la
amistad y el de la práctica filosófica. Como afirma Pierre Hadot: «Todo
sucede entonces como si, al suprimir el estado de insatisfacción que lo
absorbía en la búsqueda de un objeto particular, el hombre por fin
quedara libre de poder tomar conciencia de algo extraordinario, que ya
estaba presente en él de manera inconsciente, el placer de su existencia».
Este placer del alma se incrementa al cultivar el conocimiento y la
amistad, pues en ambos casos aumenta el bienestar, la armonía y la
serenidad.
El sabio, según Epicuro, no es ni el que satisface toda clase de deseos ni el que
los rechaza todos; es aquel que aprende a desear solo lo básico -en relación con
la comida o la bebida, por ejemplo-, para que el deseo no lo atormente, y aquel
que sabe rodearse de buenos amigos con los que conversar y filosofar. Para este
pensador, en estas actividades se encuentra el placer real y auténtico, ya que
contribuyen a la serenidad y al sosiego. El sabio es quien reconoce, en
definitiva, que cada uno de los instantes de la vida que surge, recordemos, fruto
del azar-es maravilloso, y por esa razón hay que celebrarlo y gozarlo como si
fuera el último.
 Ataraxia versus misticismo
La ataraxia es un estado de equilibrio emocional gracias al cual se es más
fuerte ante las adversidades. Para filósofos como Epicuro, la razón podía
dominar los sentidos para alcanzar este estado. En la misma época, en
Oriente, religiones como el hinduismo y el budismo desconfiaban de la
razón y en su lugar recurrían al misticismo para lograr que el individuo
se sintiera unido a la naturaleza, sin intermediarios.
«Cuando decimos, pues, que el placer es el fin, no queremos decir los
placeres de los inmoderados ni los placeres sensuales —como entienden
algunos que o no nos comprenden o no están de acuerdo o nos
malinterpretan- sino la ausencia de dolor en el cuerpo y de turbación en
el alma. Y es que el vivir placentero no consiste en beber o andar metido
constantemente en juergas ni tampoco en gozar con muchachitos o con
mujeres o con pescados y con cuanto una mesa lujosa puede ofrecer, sino
más bien resulta del razonamiento sobrio que investiga las causas de toda
elección y rechazo y que elimina aquellas opiniones por cuya causa se
apodera de las almas la máxima turbación. Ahora bien, el principio de
todo esto y el bien mayor es la prudencia y de ahí que la prudencia sea
aún más estimable que la filosofía: en ella tienen su origen las demás
virtudes, ya que nos enseña que no es posible vivir placenteramente sin
vivir también con prudencia, orden y justicia, ni tampoco es posible vivir
con prudencia, orden y justicia sin vivir placenteramente. En efecto, las
virtudes forman un todo con el vivir placentero y el vivir placentero es
inseparable de ellas».
EPICURO, Carta a Meneceo.
a) Explica la relación entre placer y virtud a la que hace referencia el texto.
b) Relaciona el contenido del texto con la concepción del tetrapharmakon.
c) Compara la idea de virtud epicúrea y la aristotélica.
4. El estoicismo
La escuela estoica, fundada por Zenón de Citio (332 a. C.-262 a. C.) fue una de las
escuelas más relevantes y fecundas de la época helénica. Más de quinientos años
después de su aparición, algunos pensadores romanos aún seguían
declarándose estoicos. Aunque el estoicismo puede dividirse en tres etapas antigua, media y nueva-, fue su última fase, con centro en Roma y ocupada
fundamentalmente en la ética, la que ha pasado a la historia gracias a
pensadores como Séneca, Epicteto y Marco Aurelio. Igual que las demás
escuelas helenísticas estudiadas en esta unidad, los estoicos dividieron su
ideario en tres áreas: lógica, física y ética.
Los estoicos siempre exponían sus tesis en lugares públicos y no rechazaban
ocupar esferas de poder político. Esto les diferenciaba de los cínicos -que
rechazaban la vida en sociedad, y de los epicúreos que se negaban a participar
en la vida política-. A pesar de las diferencias, las tres escuelas tenían la misma
finalidad: lograr que el ser humano alcanzase la felicidad.
 Los estoicos fueron unos lógicos innovadores que, además de estudiar
la lógica aristotélica, ampliaron sus estudios a los razonamientos
condicionales y disyuntivos. Por ejemplo, estudiaron la argumentación,
que posteriormente se denominaría modus ponens: dado un condicional
y la afirmación del antecedente, se concluye con la afirmación del
consecuente.
4.1.
La lógica o la teoría del conocimiento
La lógica es el ámbito en el que los estoicos, igual que los epicúreos,
desarrollaron su teoría del conocimiento. Mantienen una postura empirista, ya
que consideran que el conocimiento siempre es de lo concreto; rechazaban que
hubiera un conocimiento de lo universal.
Los estoicos determinaron dos criterios para alcanzar la verdad:

La sensación. Es el origen de todo conocimiento: el alma humana es
como cera en la que se inscriben las impresiones procedentes del
exterior.

La evidencia. En el discurso hay que concatenar diferentes enunciados,
de modo que las conclusiones se tienen que seguir necesariamente de las
premisas. Cuando las tesis están sustentadas de forma válida, se alcanza
la evidencia. Los errores surgen cuando el paso de las premisas a la
conclusión no se hace de manera adecuada.
4.2.
La física
Como ocurre con los epicúreos, la ética es la razón última por la que los estoicos
se ocupan de la física. La física estoica adopta las concepciones de Heráclito: el
universo es un fluir cíclico y eterno que sigue unas leyes racionales (el logos).
Del logos se desprenden las semillas o razones seminales (logoi spermatikai) de
las que se forman los seres del mundo. El fuego es el elemento principal de este
proceso, del que surgen y al que retornan el resto de elementos. A partir de esta
constatación, se siguen dos consecuencias que tienen implicaciones lógicas y
éticas:

Física y lógica. La naturaleza sigue unas leyes deterministas, lo que
significa que es racional; respecto al ser humano, actuar conforme a la
razón equivale a actuar de acuerdo con la naturaleza. La coherencia tanto
con la naturaleza como con uno mismo es uno de los objetivos a los que
debe aspirar el ser humano si quiere lograr la felicidad o ataraxia. El
interés por la lógica de los estoicos se justifica, por tanto, como un deseo
de conocer la naturaleza racional y necesaria del universo.

Física y ética. La naturaleza, al seguir unas leyes rígidas y racionales, es
una suma de acontecimientos que se enlazan como eslabones en una
cadena determinista. Cada efecto tiene su causa, que ocurre
necesariamente. Desde el punto de vista ético, esto implica que el ser
humano tiene que aprender física para saber lo que no depende de él
mismo, es decir, lo que es un producto de la necesidad de la naturaleza.
RELACIONA
Los estoicos y los epicúreos defienden dos visiones de la física
radicalmente distintas, que conducen a concepciones totalmente
diferentes del universo. Mientras que para Epicuro existían infinidad de
mundos que se generan y destruyen eternamente, para los estoicos hay
un único mundo que, en un tiempo infinito, se recrea también infinidad
de veces.
4.3.
La ética
La ética estoica se funda en las siguientes ideas:

La razón. Ser racional, para los estoicos, es obedecer a la naturaleza y es
equivalente a ser libre. La libertad humana consiste en aceptar el orden
racional sin quebrantarlo, en atenerse al destino. Sin embargo, dicho
destino no es siempre cognoscible para el ser humano ni depende de él.
La única esfera que depende realmente del ser humano es la interior.

La excelencia o virtuosismo (areté). El bien moral se basa en la intención
en el mundo interior. Las conductas no pueden juzgarse por las
consecuencias, y la felicidad no puede medirse por las circunstancias
externas, sino por las intenciones. La ética estoica se aproxima por esta
razón al pensamiento socrático y platónico y se aleja de las propuestas
aristotélicas, según las cuales la felicidad dependía también de la fama, el
éxito o las riquezas. Los estoicos, por el contrario, consideran que el
virtuosismo o excelencia y las buenas intenciones son el único criterio
para llegar a ser feliz porque solo depende de uno mismo.

La felicidad. Se identifica con la ataraxia, con la imperturbabilidad del
ánimo, Este estado se alcanza cuando se aprende a controlar las pasiones
y los deseos. Hay que obrar según los dictados de la razón y hay que
asumir sus limitaciones -no siempre se alcanzarán los fines que uno
espera, porque estos fines dependen del logos del universo, de la razón
universal-.
Cuando el ser humano deja de conducirse según la razón y lo hace según las
pasiones-sentimientos de dolor, temor, placer o deseo-, se desvía del orden
natural, se pierde el control de uno mismo y se deja de ser libre y feliz.
4.4.
El estoicismo en Roma
Los principales representantes del estoicismo en Roma fueron Séneca (un
político), Epicteto (un esclavo) y Marco Aurelio (un emperador).

Séneca. Este excelente orador y político, nacido en Córdoba, llegó a ser
la mano derecha de Nerón. En sus obras filosóficas, Séneca defiende que
el sabio es aquel que siente indiferencia ante la riqueza y los honores. La
vida feliz implica resignarse al curso inevitable de las cosas y renunciar
a todo lo que pueda perturbar el ánimo. En caso de carecer de estos
bienes materiales, el sabio no los echará en falta; y en caso de tenerlos,
los gozará sin dejarse llevar por el desenfreno. Para Séneca, todos los
seres humanos son iguales y no hay diferencias esenciales entre esclavos
y personas libres. Defendió también el ideal cosmopolita, la idea de que
no hay fronteras, siendo el mundo entero la patria del hombre.

Epicteto. Este pensador defiende que para poder alcanzar la felicidad es
fundamental aprender a distinguir entre lo que depende de uno y lo que
no. Si la felicidad de una persona se encuentra en aquello que no depende
de ella misma como, por ejemplo, la fama o la salud, jamás llegará a
alcanzarla. Lo único que depende de uno mismo son los propios
pensamientos, y hay que aprender a ser indiferente respecto a todo lo
demás.

Marco Aurelio. Estuvo siempre preocupado por no perder su humanidad
debido a su condición de emperador. Para este pensador, la vida es
pasajera y efímera, y hay que vivirla amando a los demás y evitando el
odio. Consecuente con sus ideas, trató siempre de guiar sus acciones
siguiendo esta filosofía de vida. Mantuvo que no hay que dejarse llevar
por las apariencias, pues en el manjar más exquisito, por ejemplo, no hay
más que un animal cadáver.
RELACIONA
Los estoicos se aproximan al pensamiento de Sócrates y se distancian de
Aristóteles al afirmar que la felicidad residía exclusivamente en la excelencia
y la virtud. Para Aristóteles, la felicidad se funda tanto en el virtuosismo
como en la fama y la riqueza.
«Nunca he confiado yo en la fortuna, aun cuando parecía venir en son de
paz; todas las cosas que me concedía con toda benevolencia: dinero,
cargos, influencia, las coloqué en un lugar donde pudiera alcanzarlas sin
disturbarme. Puse una gran distancia entre ellas y yo, de modo que se las
ha llevado, no me las ha arrancado. No afectó la fortuna adversa sino a
quien engañó la favorable».
SÉNECA, Escritos consolatorios.
5. El escepticismo
La escuela escéptica fue fundada por Pirrón de Elide (365-275 a. C.). Esta
corriente filosófica niega que sea posible conocer la realidad. El pensamiento de
Pirrón se sustenta en dos aspectos, las percepciones y los razonamientos:

La percepción es la única fuente de conocimiento, pero, al ser una fuente
vaga y contradictoria, no garantiza ninguna seguridad en los juicios que
la tomen como base de su certeza, de modo que el conocimiento -que
debe caracterizarse precisamente por la seguridad y la certeza- no es
posible.

Los razonamientos, por muy bien trabados y válidos que sean, no pueden
probar la verdad de las premisas de partida; como hay que justificarlas,
sería necesaria otra justificación anterior y, en último caso, se produciría
una regresión al infinito.
Después de este análisis, la única solución que le queda al escéptico es la de
abstenerse de juzgar y suspender el juicio, lo que en griego se califica como
epoché. El sabio es aquel que suspende el juicio y que se muestra, en último
término, indiferente a todo. Los escépticos identifican la ataraxia o felicidad con
esta actitud.
Epicureísmo
Estoicismo
Escepticismo
Teoría del
conocimiento
La sensación es
el único criterio
de verdad.
Física
Se remite al
atomismo de
Demócrito, al
que se añade la
desviación
(clinamen) de
los átomos.
El conocimiento
no es posible,
por la debilidad
de las
sensaciones
y de los
razonamientos.
No hay manera
de comprobar si
una afirmación
sobre el mundo
es correcta.
Ética
La felicidad es la
ataraxia:
supresión
de todo temor
infundado y
búsqueda
exclusivamente
de placeres que
fomenten la
armonía del
alma.
La sensación y
la evidencia que
surge de los
razonamientos
lógicos son las
fuentes de
verdad.
Se remite a
Heráclito, para
quien el fuego
toma un papel
fundamental;
la naturaleza se
mueve por leyes
deterministas.
La felicidad
reside en la
ataraxia, que se
logra aceptando
lo inevitable, y
conduciéndose
de forma
virtuosa.
La felicidad es la
ataraxia, que
nace de la
suspensión del
juicio o epoché.
El sabio es
imperturbable
ante lo que lo
rodea.
«Los escépticos subrayaron el carácter hipotético de cualquier
demostración con el siguiente argumento: o se remonta lógicamente de
deducción en deducción y se regresa al infinito, y esto es absurdo; o en
cierto momento se pretenden justificar las premisas por las
consecuencias, y se cae por lo tanto en un círculo vicioso. Al ser así las
cosas, para actuar debemos contentarnos con juicios probables».
LUDOVICO GEYMONAT, Historia de la filosofía y de la ciencia.
6. El eclecticismo
El eclecticismo consiste en escoger y conjugar aquellas ideas y concepciones
que se consideren correctas, a pesar de que provengan de escuelas filosóficas
diferentes. Los eclécticos no asumen exclusivamente los principios de una
única escuela.
Esta corriente fue mantenida por algunos autores griegos, pero es más propio
del período romano. Se consideran eclécticos los filósofos de la última etapa de
la Academia platónica y algunos autores de la escuela estoica, como Séneca,
Epicteto y Marco Aurelio.
El filósofo romano Marco Tulio Cicerón (106 a. C.-43 a. C.) constituye un claro
ejemplo de pensador ecléctico. Fue un gran escritor y divulgador del
pensamiento griego, además de un político y orador destacado. Cicerón estaba
convencido de la necesidad de formar en la elocuencia y la retórica porque, al
aprender a hablar bien, los estudiantes también aprendían a pensar. Sus
doctrinas pedagógicas inspiraron la ordenación de los estudios en la Edad
Media. Entre sus obras se encuentra Sobre el deber y Sobre la naturaleza de los
dioses.
Cicerón fue un crítico implacable de la filosofía epicúrea, de la que rechazaba
tanto su concepción atomista como su consideración de que los dioses no se
implican en la vida humana.
Criticó también las creencias supersticiosas, sobre las que afirmó: «Pues, para
hablar con franqueza, la superstición, difundida por las naciones, casi ha
oprimido los ánimos de todos y dominado la debilidad de los hombres. Seríamos
muy útiles tanto a nosotros mismos como a los demás si la arrancásemos de
raíz».
Este pensador fue partidario de la existencia de una ley natural. En este sentido,
se oponía a los filósofos escépticos, que consideraban que la diversidad de
opiniones a propósito de los mismos objetos impedía poder afirmar una ley
como esa.
«Los sabios más eminentes opinan que hay una Ley Eterna que rige el
universo por medio de sabios mandatos y prohibiciones, y no procede de
la inteligencia humana ni de la voluntad popular. También dicen que esta
ley, que es la primera y la última, se identifica con la mente divina que
obra racionalmente».
CICERON, Las Leyes.
 Las catilinarias
El político romano Lucio Sergio Catilina (108-62 a. C.) organizó una
conjuración para hacerse con el poder. Cicerón, al tanto de sus
intenciones, reunió al Senado y pronunció cuatro discursos, conocidos
como las catilinarias, con los que logró que el resto de senadores se
alejaran de Catilina.
RELACIONA
En la Edad Media los estudios se ordenan en siete artes liberales divididas en el
trivium y el quadrivium. Esta ordenación está inspirada en las doctrinas
pedagógicas de Cicerón, que estaba convencido de la necesidad de formar en la
elocuencia y la retórica porque, al aprender a hablar bien, los estudiantes
aprendían también a pensar.
7. La ciencia alejandrina
Los filósofos presocráticos, y posteriormente Platón y Aristóteles, desarrollaron
una importante tarea científica. Se pueden señalar los estudios de Platón en el
campo de las matemáticas y los de Aristóteles en biología. Sin embargo, la
filosofía helenística se centró en investigar la forma de conseguir la felicidad,
descuidando el ámbito científico (a excepción del Liceo). Atenas dejó de ser el
centro del pensamiento científico -siguió siéndolo de la filosofía- y apareció un
nuevo foco, Alejandría. Esta ciudad egipcia atrajo a las mentes más destacadas
de la época.
Alejandría fue construida en el 332 a. C. por Alejandro Magno. Su privilegiada
ubicación propicio un importante desarrollo comercial y, en consecuencia, un
rápido aumento de la población. Los nuevos habitantes procedían de lugares
muy variados, aunque fundamentalmente de Grecia y Oriente Próximo.
La dinastía de los Ptolomeos -que gobernaron Egipto tras la muerte de
Alejandro Magno y el consiguiente desmembramiento de su Imperio, prestó a
Alejandría todo el apoyo económico necesario para su desarrollo cultural y
científico. Ptolomeo I fue quien concibió la idea de crear una institución, el
Museo, dedicada exclusivamente al cultivo de las ciencias, aunque fue su hijo
Ptolomeo ll, que gobernó entre 285 y 246 a. C., quien llevó a cabo su realización.
El Museo
Las musas eran las diosas de las artes y las ciencias; por esa razón, el nuevo
centro dedicado al saber se denominó Museo. Este centro -que recuerda
vagamente a lo que hoy llamamos universidad, estaba organizado en
departamentos, entre los que se encontraban el jardín botánico, el zoológico y
diversas salas de anatomía y de lectura. El departamento más famoso fue la
biblioteca, que llegó a poseer más de un millón de volúmenes, entre los que
destacaban los que habían pertenecido a Aristóteles. El Museo vivió su época de
mayor esplendor entre el siglo III a. C. y la mitad del siglo II a. C. En este período
se realizaron importantes investigaciones y experimentos científicos en los
campos de las matemáticas, la física, la astronomía y la medicina. También se
realizaron descubrimientos de gran alcance en otros campos del saber.
Entre los nombres más representativos de la historia del Museo se encuentran
Euclides, Arquímedes, Aristarco de Samos, Eratóstenes, Hiparco y Ptolomeo.
Euclides
Euclides (325-265 a. C.) está considerado como uno de los mayores genios
matemáticos de todos los tiempos. En su obra Elementos de geometría, formada
por trece libros, sistematizó la geometría de su tiempo y estableció un sistema
axiomático y deductivo. Este sistema ha sido desde su aparición un modelo para
las ciencias, y numerosos filósofos lo han tomado como modelo de todo el
conocimiento.
Euclides, a partir de un conjunto muy breve de axiomas, fue deduciendo una
serie de teoremas. Cada teorema es una proposición sobre la geometría que va
seguida de una demostración. Como Aristóteles, consideraba que de esta
manera es como debía presentarse toda ciencia.
En la demostración se emplean los axiomas y los resultados de otros teoremas
ya demostrados, combinándolos de tal modo que no cabe ninguna duda sobre
la verdad del teorema enunciado. El rigor de la deducción impide que pueda
cuestionarse su verdad. Si se acepta la verdad de los axiomas dados, se sigue sin
ninguna duda la verdad de los teoremas.
 En Alejandría se realizaron importantes avances en medicina, por
ejemplo, los médicos alejandrinos situaron las funciones intelectuales
humanas en el cerebro (Aristóteles las había localizado en el corazón).
El Museo estaba dotado de una biblioteca creada a partir de los
manuscritos que habían pertenecido a Aristóteles.
La biblioteca sufrió todo tipo de adversidades. En el 145 a. C. fue saqueada;
en el 48 a. C. sufrió un incendio; en el 390 d. C., el obispo Teófilo destruyó
buena parte de sus volúmenes. Finalmente, en el 641 d. C., los
mahometanos acabaron arrasándola por completo.
Arquímedes
Arquímedes (207-212 a. C.) ha pasado a la historia por descubrir el principio de
hidrostática que lleva su nombre. El principio de Arquímedes establece que
«todo cuerpo sumergido en el agua sufre un empuje hacia arriba equivalente al
peso del agua que desaloja». Este principio es fundamental para la navegación.
También realizó importantes descubrimientos en el campo de las matemáticas,
desarrolló ideas que son un precedente del cálculo infinitesimal (que no se
desarrolló hasta el siglo XVIII) y elaboró un procedimiento para calcular el valor
del número pi (π) de forma más exacta que sus predecesores.
 Eureka
Cuando Arquímedes descubrió el principio que lleva su nombre, se
encontraba en un baño. De alegría, salió y desnudo, fue gritando por las
calles « ¡Eureka!, ¡eureka! ». En griego, esta expresión significa «lo he
encontrado».
Aristarco de Samos
Aristarco de Samos (310-230 a. C.) está considerado como un precedente
fundamental de Copérnico, pues aseguró que el Sol era el centro del universo y
que todos los planetas, incluida la Tierra, giraban a su alrededor. Esta
constatación tan importante se basó en un estudio comparativo del tamaño de
los diferentes astros del sistema solar. Al apreciar que el Sol era mucho mayor
que la Tierra, era lógico pensar que el astro mayor ocupara el centro del
universo y que la Tierra quedar relegada a ser un planeta que gira a su
alrededor. Sin embargo, las múltiples pruebas perceptivas que indican que la
Tierra parece inmóvil impidieron que esta importante teoría fuera tomada en
consideración.
 La idea que tenía Aristarco del Sol como una estrella fija y la Tierra y
los demás planetas girando a su alrededor inspiró a Copérnico, en el
Renacimiento, a la hora de elaborar su modelo heliocéntrico.
Eratóstenes
Eratóstenes (276-194 a. C.) logró calcular el diámetro de la Tierra con gran
aproximación. Para hacerlo, se sirvió únicamente de un pequeño palo-amado
gnomon-, unos procedimientos matemáticos simples y una gran imaginación.
Hiparco
Hiparco (190-120 a. C.) elaboró un mapa con todas las estrellas que se podían ser
ver en el cielo a simple vista.
Ptolomeo
Ptolomeo (82-165 d. C.) fue el astrónomo más importante e influyente de la
Antigüedad. A partir del modelo de esferas mantenido por Aristóteles, elaboró
un patrón astronómico geocéntrico, cuya principal novedad fue la introducción
de los epiciclos y deferentes. Se había observado que planetas como Marte o
Júpiter, a lo largo de las noches, se mueven por el orbe celeste en línea recta
hasta que hacen un pequeño tirabuzón. Elaboró entonces un método para
predecir la posición de estos planetas consistente en los epiciclos y deferentes.
Un epiciclo es un movimiento circular que traza un planeta alrededor de una
línea imaginaria, el deferente; mientras que el planeta completa un epiciclo,
avanza a lo largo del deferente.
«Su hipótesis (en referencia a Aristarco) es que las estrellas fijas y el Sale
inmóviles, que la Tierra gira alrededor del Sol siguiendo la circunferencia
de círculo y que el Sol permanece en el centro de esa órbita».
ARQUÍMEDES, Tratados.
o EL HELENISMO Y LA FILOSOFÍA ANTERIOR

Heráclito. Los estoicos desarrollan una física que guarda estrecha
relación con las ideas de Heráclito.

Demócrito. La física epicúrea se basa en el atomismo de Demócrito, que
se completa con la noción de clinamen.

Sócrates y Platón. La ética estoica está vinculada con el pensamiento de
Sócrates y de Platón.

Aristóteles
-
La ética de este pensador influyó en todas las escuelas helenísticas, al
afirmar que la finalidad del ser humano es alcanzar la felicidad.
-
La política de Aristóteles se centraba en la polis, no es aceptado un
ámbito natural humano (los epicúreos, por ejemplo, prefieren
recluirse en pequeñas comunidades, mientras que los cínicos
rechazan la civilización y la vida en sociedad, y abogan por un retorno
a la naturaleza).
-
La lógica estoica supone un importante avance respecto de la lógica
aristotélica. Los estoicos, al contrario que Aristóteles, consideraron
que el conocimiento solo podía serlo de lo particular, no de lo
universal.
-
Su concepción del universo finito y esférico es rechazada por los
epicúreos, que afirman que el universo es infinito. El geocentrismo
será una concepción mantenida por Ptolomeo, que elaborará un
sistema astronómico muy preciso, fundado en epiciclos y deferentes.
-
Euclides expone su geometría mediante axiomas y teoremas, tal y
como Aristóteles había propuesto que se tenía que articular todo
conocimiento.
o EL HELENISMO Y LA FILOSOFÍA POSTERIOR

Copérnico. El geocentrismo y el sistema de epiciclos fue desarrollado
durante la Edad Media por los astrónomos árabes, que bautizaron el
libro de Ptolomeo Sintaxis matemática con el nombre de Almagesto
(«El más grande»). Copérnico, influido por Aristarco, inició una
revolución al proponer el sistema heliocéntrico.

Giordano Bruno. La concepción del universo infinito mantenida por
los epicúreos reaparecerá en el Renacimiento. Entre sus defensores
se encuentra Bruno.

Montaigne y Descartes. El escepticismo de Pirrón fue profesado por
Montaigne, un autor francés que influyó a su vez en Descartes. Este
último es un pensador racionalista que se tomó muy en serio las
objeciones que plantea el escepticismo y les hizo frente.

Spinoza y Kant. Sus concepciones éticas recibieron la influencia del
estoicismo.

Rousseau. La visión bucólica de la naturaleza propia de los epicúreos
influye en este pensador ilustrado.

Husserl. La suspensión del juicio (epoché), propuesta por la escuela
escéptica, es una expresión que puso de nuevo en boga este filósofo,
al afirmar que era necesario poner entre paréntesis la realidad para
sus estudios fenomenológicos.
Fuente: Historia de la Filosofía - Generación B
Corcho Orrit, Roger - Editorial BRUÑO
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