7 de Octubre. Memoria de la Bienaventurada Virgen María del Rosario. Monición Inicial: Hacemos hoy memoria de nuestra Señora, la Virgen María, en la Advocación del Rosario. María aparece siempre en comunión con Jesucristo sus Hijo, en los momentos importantes– misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos– de su vida; momentos– misterios– que nosotros meditamos y hacemos nuestros en el rezo del santo Rosario. En esta jornada de oración y ayuno que el Papa Francisco ha convocado nos recuerda que "Un anuncio de paz es especialmente necesario en esta hora dramática de nuestra historia, en la que los vientos de guerra siguen asolando pueblos y naciones enteras". Imploremos en esta Eucaristía, por intercesión de la Reina de la Paz, este don para Medio Oriente, Ucrania y para todos los pueblos que sufren las consecuencias de la violencia y de la guerra. Oración de los fieles Por intercesión de María Santísima, que al recibir el anuncio del Ángel Gabriel concibió en su seno virginal a Jesucristo “Rey de la Paz”, imploremos bajo tu protección y auxilio, ser en el mundo auténticos instrumentos de paz: R/. Interceda por nosotros la Reina de la Paz. Para que la paz reine en el corazón de todos los hombres, especialmente, en quienes procuran la violencia. Oremos en paz al Señor: Para que la paz reine en todos aquellos que no han experimentado en sus vidas el amor de Dios. Oremos en paz al Señor: Para que la paz se abra camino en Medio Oriente, en Ucrania y en todos los lugares que sufren la guerra. Oremos en paz al Señor: Para que la paz reine en todas las familias. Oremos en paz al Señor: Para que la paz reine siempre en la Iglesia de Cristo y se empeñe en difundirla. Oremos en paz al Señor: Para que la paz reine en las parroquias y comunidades cristianas. Oremos en paz al Señor: Para que la paz reine en nuestros planteles educativos y lugares de trabajo. Oremos en paz al Señor: Para que la paz reine siempre en nuestro país. Oremos en paz al Señor: Para que la paz reine en todo el universo. Oremos en paz al Señor: Concédenos, Señor, a tu hijos el don de tu gracia, para que cuantos hemos recibido las primicias de la salvación por la poderosa intercesión de la Virgen María, consigamos aumentar tu paz en nuestros corazones, nuestras familias y en el mundo entero. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Al final de la celebración se puede rezar esta oración: ORACIÓN A MARÍA, REINA DE LA PAZ Santa María, Madre del Amor, que, estrechando entre tus brazos al fruto tierno de tu seno, escuchaste resonar en los cielos de Belén el anuncio angélico de la paz, primer don al mundo del Verbo hecho carne, inclina benigna tu mirada sobre la noche oscura de nuestra tierra, todavía embriagada de odio y de violencia. Madre de Misericordia, que donaste el Salvador al mundo, obtén para los gobernantes sabiduría y discernimiento, a fin que usen las conquistas de la ciencia y de la técnica para promover un desarrollo humano respetuoso de la creación y favorecer proyectos de justicia, de solidaridad y de paz. Haz que los enemigos se abran al diálogo, los adversarios se estrechen la mano y los pueblos se encuentren en la concordia. Virgen María, que en lo escondido de la casa de Nazaret viviste con amor sencillo y fiel la dimensión cotidiana de la relación familiar, entra en cada una de nuestras familias y derrite el hielo de la indiferencia y del silencio que vuelven extraños y lejanos a los padres entre sí y con sus hijos. María, Reina de la Paz, ayúdanos a entender que la primera paz que debemos alcanzar es la del corazón liberado del pecado, y haz que, así purificados, podamos nosotros también hacernos constructores de paz, para que la ciudad del hombre pueda convertirse en el taller laborioso en el que se realiza la salvación de Cristo tu Hijo, que es la paz verdadera y duradera. AMÉN