ESPÍRITU DE ASÍS 2013. EUCARISTÍA MONICIÓN. Cristo nos convoca en torno a la mesa de su Pan y de su Palabra invitándonos a abrirnos una vez más a la gracia del Espíritu que se derrama generosamente en nuestros corazones. Ante los grandes desafíos que nos presenta nuestro mundo, la meta que más nos atrae es la solidaridad. Es la palabra más repetida y más sentida, ¡es solidaridad!. Se trata de un concepto muy generoso y muy humano, que plenifica lo mejor de la libertad y la justicia. Se mueve más en la línea de la fraternidad y apunta hacia la común-unión. Desea estar cerca del otro, respetarlo, aceptarlo, compartir con él lo que se tiene, lo que se es. Todas las personas de nuestro tiempo tienen sed de paz y solidaridad. Esta sed es un argumento para la esperanza. Dejemos que la Palabra de Dios nos ilumine, que el Pan de Vida nos fortalezca y nos ayude a hacer de nuestro tiempo, el tiempo del entendimiento y del encuentro, de la tolerancia y el respeto, de la colaboración y la mutua ayuda, también de fe. Canto de entrada. 1ª Lectura: Dt 30, 15-20 Salmo interleccional: Ant: “Que en nuestras vidas reine la paz y florezca la justicia, que en nuestros días reine la Paz” Tu reino, Señor, nos deja desconcertados, ¿cómo entenderlo? ¿cómo edificarlo si nuestros modelos son todos contrarios? Tu reino está compuesto de pobres y oprimidos, de los sencillos y desamparados. La paz de tu Reino está edificada sobre la justicia, y la justicia está al servicio de los humildes, de los desposeídos. ¿cómo no estar desconcertados? Ant: “Que en nuestras vidas reine la paz y florezca la justicia, que en nuestros días reine la Paz” El rey es servidor y el trono de los jueces lo ocupan los esclavos. Tu Reino, Señor, está, porque tú estás, y al mismo tiempo está por llegar. Se impone tu Reino sin violencias, pero exige disponibilidad. Tu Reino es vida, tu Reino es verdad. ¿cómo será posible que tu Reino se haga luz en nuestra ceguera? Creo, Señor, que viendo nuestras costumbres “cristianas” te has ido lejos. Pero sé que hace poco tiempo cruzaste las fronteras volviendo a ingresar, con pasaporte falso, clandestinamente, para que no te agarraran, y que oculto, pero cercano a los que tienen hambre, viven sin nombre o dignidad…allí estás. Ant: “Que en nuestras vidas reine la paz y florezca la justicia, que en nuestros días reine la Paz” Nuestras mentiras te cansaron, nuestra etiqueta “cristiana”, puesta en la falsedad. Pero sé también que no dejas de escucharnos. Vuelve, Señor, necesitamos de tu Reino, necesitamos de tu paz. ¿cómo, sin ti, podrá ser nuestra paz universal? Danos, Señor, otra oportunidad. Vuélvete, Señor, una y mil veces, y enséñanos de nuevo: la sencillez, la humildad, la justicia, la fraternidad. Haz crecer en nosotros tu Reino, tu Reino de amor y verdad. Ant: “Que en nuestras vidas reine la paz y florezca la justicia, que en nuestros días reine la Paz” EVANGELIO: Lc 10, 25-37 Oración de los fieles: Nos dirigimos confiadamente al Dios del perdón y de la misericordia, al Dios de la gracia y de la vida. Contestamos, Te lo pedimos, Señor. 1.- Para que los gobiernos y las grandes Organizaciones Internacionales se esfuercen en la promoción de sus pueblos y en la transformación de este mundo. Oremos. 2.- Por todos los pueblos torturados por la sed y por el hambre, para que actuemos con ellos desde la justicia y la solidaridad. Oremos. 3.- Para que la Iglesia aprenda de Jesucristo a escoger el camino del servicio y aprenda la parábola del compartir. Oremos. 4.- Por todos los que trabajan en la promoción y el desarrollo de los pueblos y las personas, para que encuentren en Dios su fuerza y su esperanza. Oremos. 5.- Por nosotros mismos, para que nos abramos a la misericordia de Dios y nos acerquemos con misericordia a los hermanos. Oremos. OFRENDAS: (tierra, semillas, agua…) “El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra…, el grano brota y crece sin que él sepa cómo…” TIERRA. Hoy ofrecemos tierra de nuestro suelo: tierra de sueños y anhelos, tierra de trabajo y sudor, tierra de lucha y esfuerzo… Ella representa nuestro mundo… que sufre la injusticia y la guerra, la opresión y la violencia… que busca tu rostro… que necesita tu presencia… En nuestro mundo también brillan horizontes de esperanza… como signos de tu presencia. Asumimos los desafíos de esta hora… porque amamos nuestro mundo… Todos: Haznos respuesta de amor para todos nuestros hermanos SEMILLAS. En esta tierra enterramos el grano… para que germine, crezca y produzca mucho fruto… Representa a nuestros hermanos, pobres y marginados…, a cuantos sufren y en los que hemos tenido la oportunidad de descubrir tu rostro… Nuestros hermanos siguen esperando nuestra entrega, nuestro tiempo y dedicación…, Todos: Haz que en nuestros gestos te intuyan, y… gracias por todos aquellos a los que hemos podido brindar lo que de ti mismo hemos recibido. AGUA. Agua que da vida. Este es nuestro ofrecimiento, hoy. Agua que tiene sabor a sencillez, acogida, amor y gratuidad, armonía y paz, alegría y transparencia… Hoy presentamos el agua: Que da fecundidad y vida Que anima a recorrer el camino y da vigor en la lucha Que transforma la semilla en fruto. Sólo quien permanece unido a Ti, puede dar a beber esta agua. Todos: Concédenos la humildad y la sencillez de aquellos que viven centrados en Ti. PLEGARIA EUCARÍSTICA