Subido por Federico Plancarte Sánchez

TU MUSICA PUEDE CAMBIAR TU VIDA - GALINA MINDLIN (1)

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TU MÚSICA
PUEDE CAMBIAR TU VIDA
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Para todos los que tienen una mente abierta.
Y para mi familia: mi marido Denis, mi hija Alyona y mis padres. Y para mis
amigos que comparten conmigo la pasión y el entusiasmo en muchos momentos
de este viaje que es la vida.
—GALINA
Para mi hijo, el soldado de primera clase Gerald DuRousseau del cuerpo de
marines de los Estados Unidos, parte de nuestras fuerzas militares que ponen
en riesgo su vida diariamente y su integridad física. Y para todos los
miembros de las fuerzas de respuesta inmediata de nuestra nación, sobre todo
a los que me ayudaron en mi investigación.
—DON
Para mi mujer, Elaine, y nuestras hijas, Isabella y Verónica, a las que amamos
desde antes de que nacieran. Y para mis padres, Josephine y Alfio Cardillo.
—JOSEPH
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«Sin música la vida sería un error.»
—FRIEDRICH NIETZSCHE
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ÍNDICE
Agradecimientos
Introducción
Capítulo 1:
Cómo utilizar la música para hacer fluir la mente
Capítulo 2:
Cómo utilizar la música para mantener la mente fluyendo
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Capítulo 3:
Cómo utilizar la música para aliviar la ansiedad
Capítulo 4:
Cómo la música puede aumentar tu estado de alerta
Capítulo 5:
Cómo utilizar la música para sentirte más feliz
Capítulo 6:
Cómo la música puede organizar tu cerebro
Capítulo 7:
Cómo la música puede agudizar tu memoria
7
Capítulo 8:
Cómo utilizar la música para mejorar tu humor
Capítulo 9:
Cómo utilizar la música para vivir de una forma creativa
Capítulo 10:
Cómo utilizar la música de tu cerebro
Conclusión
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Glosario
Acerca de los autores
Notas
Créditos
9
Agradecimientos
L
OS autores quieren expresarle su gratitud a Linda Konner (su agente literaria) y
a todas las personas de Sourcebooks, especialmente a Shana Drehs, Regan
Fisher, Heather Hall, Katherine Faydash, Ashley Haag, Rachel Edwards, Danielle
Trejo, Sarah Cardillo, Dawn Adams, Mallory Kaster y Katie Casper
Galina quiere darle las gracias a las personas que trabajan en los centros de la
TMC: los doctores George Rozelle, Orli Peter, Carol Kershaw, Bill Wade, Fred
Kahan, David Mitnick, Susan Clear, Michael Cohen, Steven Kahan, Jane Price, Jim
Evans y a todos los demás trabajadores
Asimismo, quiere trasmitir su agradecimiento a sus colegas de la Academia
Médica de Moscú: el profesor doctor Levin, que desarrolló la Música Cerebral, y su
socio el doctor Goldstein También a su equipo de investigación sobre la TMC: Don
DuRousseau, la doctora Deborah Haller y la doctora Colette Haward
Gracias a su marido, el doctor Kapkov, y a Dmitrij Gavrilov por proporcionarle
soporte técnico a la TMC, y a su publicista, Jane Appel, que ha hecho un trabajo
excelente al dar a conocer a la opinión pública la Terapia de la Música Cerebral,
una tecnología basada en evidencias científicas. Gracias también a sus colegas, que
han compartido su entusiasmo por la TMC y la medicina integrativa: el doctor John
Slaughter y el doctor Richard Brown .
Y finalmente un agradecimiento especial a sus padres, Rita y Eolf, que le dieron la
oportunidad de graduarse en música, baile y medicina, proporcionándole así su
mejor «música cerebral» . Y a su hija Alyona, por aceptar e inspirar su «música
cerebral», y a su marido, Denis, por compartir con ella su banda sonora de muchas
formas
Don quiere agradecer especialmente a la Asociación Nacional de Sheriffs y a la
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Asociación Internacional de Jefes de Bomberos por acceder a participar en la
investigación sobre la música cerebral, a Mary Margaret Walker, por sus enormes
esfuerzos como ayudante de investigación, y a Pamela DuRosseau, licenciada en
salud pública y dietista titulada, por aportar su enorme conocimiento sobre la ciencia
nutricional al desarrollo y mantenimiento a largo plazo de la salud cerebral
Joseph quiere darle las gracias a su mujer Elaine, a sus hijas, al resto de la gran
familia y a todos los amigos que lo han apoyado en este proyecto . Asimismo, a la
State University de Nueva York por todos sus años de ánimo y apoyo a su
investigación sobre la salud integral de las personas, a su hermano Alfred Cardillo
por sus consejos y su amplia experiencia en salud, a todos sus colegas de las artes,
las ciencias y la medicina holística de Psychology Today, Personal Excellence y
Smart Supervisión por animarle en sus primeros escritos sobre la «música de la
mente», y a su padre, Alfio Cardillo, por compartir con él su amor por la música y
sobre todo por darle sus primeras clases de violín cuando era todavía un adolescente
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Introducción
aprenderías de ti mismo, si pudieras mirar en el interior de tu cerebro y ver
¿Q lo que
pasa cuando escuchas tu música favorita?
UÉ
Todos sabemos intuitivamente lo bien que nos sentimos cuando entramos en el
coche y al encender la radio suena nuestra canción favorita. Pero imagina poder
utilizar esa misma energía limpia y positiva para mejorar tu cerebro en cualquier
lugar y momento sin tener ningún efecto secundario negativo, para pensar con más
claridad de lo normal, tener una percepción aumentada de lo que te rodea y alcanzar
ese estado mental siempre que lo necesites y estés donde estés. No importa si te
gusta Luciano Pavarotti, Bono, Billie Holiday o Muse; lograrás ese estado gracias a
la música. Este libro te va a enseñar cómo hacerlo.
Muchas investigaciones científicas muestran la profunda influencia de la música en
el bienestar físico, psicológico y espiritual. De hecho cada vez que la gente se reúne
para una boda, un funeral, una graduación, un acontecimiento deportivo, para rezar,
para divertirse, para enamorarse, para cenar o simplemente para entretenerse, la
música siempre está presente. Independientemente de nuestras experiencias en la
vida o de nuestras creencias, de nuestras costumbres o nuestras tradiciones, la
música tiene un papel importante en todos los aspectos de nuestras vidas.
Históricamente el ritmo, la música y las canciones se han utilizado como formas de
despertar la mente, curar el cuerpo y reforzar el espíritu. Incluso en la actualidad la
música se ve como una forma de conexión con el universo. No resulta sorprendente
por tanto, que las características principales de la música, que son el RITMO, la
ARMONÍA, la RESONANCIA, la SINCRONÍA y la DISONANCIA
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coincidan con los procesos que el cerebro utiliza para coordinar sus actividades y
llevar a cabo comportamientos complejos. Por eso la música tiene un efecto tan
profundo sobre nosotros.
Gracias a diversos avances en la tecnología de la neuroimagen ahora sabemos que
la música afecta a todas las partes del cerebro y tiene el potencial de ejercer una
poderosa influencia sobre sus sistemas de control. Y como esos sistemas regulan
gran parte de nuestros procesos de pensamiento y acciones dirigidas a lograr un
objetivo, la música también influye sobre nuestras percepciones, emociones,
recuerdos, sobre la neuroquímica de nuestro cerebro y en último término sobre
nuestra conducta. A largo plazo la música puede cambiar la forma en que operan
nuestros sistemas cerebrales superiores aumentando nuestra capacidad para
adaptarnos al estrés y permitiéndonos evolucionar hacia una nueva forma de pensar,
una en la que utilicemos la música como mecanismo de apoyo en todo lo que
hagamos.
Este libro es un intento de darle una nueva perspectiva a algo que ya amamos (la
música) para verlo a través de la lente de la revolucionaria neurociencia integral,
que ha supuesto la apertura del cofre del tesoro de las nuevas y emocionantes formas
en que se puede utilizar el increíble elixir que es la música para mejorar nuestras
vidas cotidianas.
¿Sabías que...
Los ritmos del cerebro se organizan mediante los mismos principios que la
música.
El cerebro procesa la música de forma diferente al lenguaje y a las
matemáticas, pero la música tiene influencia sobre la competencia que una
persona tenga en ambas disciplinas.
Los procesos musicales que se producen en el vientre materno afectan a la
persona durante el resto de su vida.
La calma requiere más energía corporal que la alerta y la música ayuda a
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mantener el equilibrio entre ambas.
La música, como el olor, tiene una vía neurológica inmediata que deja a un
lado el cerebro pensante para afectar directamente al estado emocional.
La capacidad musical no es un talento extraordinario, sino algo natural a la
especie humana.
Las ondas cerebrales pueden convertirse en notas musicales gracias a un
ordenador y a un algoritmo matemático y esa música puede ayudar a mejorar el
sueño, el estado de ánimo e incluso el rendimiento laboral.
Y lo más importante: la música se puede utilizar para desencadenar diversos
estados mentales que van desde la alta concentración y alerta a la sensación de una
calma total y una actitud de relajación, todo ello sin la necesidad de utilizar ni un
solo fármaco perjudicial.
Todo lo que hace falta para conseguir esto es elegir una lista de canciones que
active las redes cerebrales que responderán a tus necesidades y pulsar el botón de
play. Esas canciones desbloquearán el remedio musical que tienes integrado en tu
cerebro y te pondrán en el estado mental más adecuado para conseguir tus objetivos.
En pocas palabras, te vas a automedicar con tu lista de canciones personal para
lograr un mejor nivel de funcionamiento de tu mente y para mejorar tu bienestar
general.
Basándose en muchos años de investigaciones así como en una nueva que no está
disponible en ningún otro lugar, este libro te va a explicar paso a paso métodos
probados científicamente para utilizar tu música favorita con el fin de mejorar tu
salud, tu memoria, tu organización, tu concentración y mucho más.
Hoy en día hay una demanda creciente de tratamientos de salud y bienestar
personalizados. La gente demanda información personalizada para cada uno,
soluciones que sean naturales y efectivas. Por ello fusionamos nuestras experiencias
e n NEUROSIQUIATRÍA,
NEUROFISIOLOGÍA,
NEUROCIENCIA
COGNITIVA,
PSICOLOGÍA ,
investigación cerebral, medicina clínica y mejora del rendimiento humano y las
plasmamos todas en este libro. Nos hemos propuesto la misión, por así decirlo, de
proporcionarte un programa autorregulable y científicamente probado que además se
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basa en uno de los grandes placeres de la vida: la música. Vas a aprender lo que
ocurre en tu cerebro cuando escuchas tus canciones favoritas y conseguirás utilizar el
poder de la música para mantener tu mente atenta y centrada, con un mejor
rendimiento y una mayor capacidad para combatir el estrés, el insomnio, la ansiedad,
la depresión e incluso las adicciones.
Este libro te llevará a cruzar los límites de la medicina, la neurociencia, la
psicología y la salud personalizada hacia un mundo de sonido, ritmo, música y
canciones. Liberará una fuerza aparentemente mágica que hay en el interior de tu
cerebro que es capaz de ejercer una importante sinergia tanto dentro del cuerpo
como en la mente.
En este libro parece que solo hubiera una voz, pero lo que tienes delante es la
experiencia combinada de tres personas: Galina Mindlin, médico y psiquiatra; Don
DuRousseau, licenciado en Ciencias Empresariales, y Joseph Cardillo, doctor en
Filosofía. Si quieres conocer más datos sobre nosotros, consulta nuestra biografía
ampliada en el apartado «Acerca de los autores» en la página 223, pero ahora
vamos a hacerte un breve resumen de quiénes van a ser tus guías en este viaje.
Galina es la investigadora principal del proyecto. Es la fundadora de la Terapia
de la Música Cerebral (TMC; BMT según sus siglas en inglés) en Estados Unidos
(hablaremos de la TMC más detalladamente en el capítulo 10).
Don aporta su mezcla única de neurociencia y experiencia empresarial. Es el
fundador y consejero delegado de Human Bionics, LLC., y el director ejecutivo de
Peak Neurotraining Solutions, Inc.
Joseph es un escritor superventas en los campos de la salud, la conexión mentecuerpo-espíritu y la psicología. Tiene un doctorado en psicología holística y
medicina mente-cuerpo. Ha impartido clases en diversas universidades incluyendo
la Universidad de Albany y la Hudson Valley Community College.
Cómo utilizar este libro
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Cada capítulo trata de una de las diez formas científicamente probadas mediante las
que la música ayuda a aumentar el nivel de rendimiento máximo y a lograr una mejor
salud y armonía en la vida diaria. Cuando hayas leído todos, aprenderás a:
1. Utilizar las canciones para poner tu cerebro en un estado mental óptimo.
2. Utilizar la música para mantener fluyendo ese estado mental, aunque cambies
de tarea, o incluso durante varios días.
3. Utilizar la música para introducir tranquilidad en tus rutinas diarias y entrenar
el cerebro para calmarte automáticamente siempre que lo necesites.
4. Utilizar la música para potenciar la alerta mental dónde y cuando quieras y
para entrenar al cerebro, para que entre automáticamente en modo de alerta
cuando lo necesites.
5. Utilizar las canciones para provocar e intensificar la liberación de
neuroquímicos que te hagan sentir bien y te proporcionen placer para que estés
más feliz y facilitar así la consecución de muchos de tus objetivos.
6. Utilizar las canciones para estimular y entrenar el cerebro para que se sitúe en
su mejor modo organizativo y que extienda ese estado mental a todas tus
actividades cotidianas.
7. Utilizar la música para colocar a tu cerebro en el mejor modo para recordar y
ayudarte a memorizar cualquier cosa que necesites, aumentar tu capacidad de
almacenamiento y contribuir a que recuerdes más rápido.
8. Utilizar las canciones para entrenar el cerebro para ponerte de un cierto humor,
evitar uno indeseado o lograr sobrellevar el estado de ánimo en el que te
encuentras, así como alterar y mejorar el tuyo y el de tu pareja. También verás
cómo la música te ayudará a evitar conductas compulsivas, adictivas y
autodestructivas y cómo la música sirve incluso para recuperarse de una
ruptura sentimental.
9. Utilizar la música para construir puentes en tu vida, desarrollar todo tu
potencial y ayudarte a llevar una vida más libre, más creativa, más auténtica y
más feliz.
10. Utilizar la música para identificar tu banda sonora personal, es decir, el sonido
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de tus ondas cerebrales, y con ella mejorar todos los aspectos de tu vida; el
sonido de las ondas cerebrales sirve para combatir el insomnio, la ansiedad,
los dolores de cabeza y los desórdenes de déficit de atención e hiperactividad
y a la vez mejora la salud general, la energía, la alerta, la creatividad y la
felicidad.
En las páginas de este libro contaremos los casos de varias personas que están
utilizando la música para entrenar sus cerebros y mejorar sus vidas. Nuestra
intención es centrarnos en la utilidad y en la aplicación de nuestras investigaciones
en las vidas de oficinistas, ejecutivos, atletas, parejas, estudiantes, padres, jóvenes,
mayores... En tu vida. En la de todos nosotros. Este libro es nuestro intento de
acercar la ciencia de última generación a los hogares y comunicársela a la mayor
audiencia posible, para que todos empecemos a beneficiarnos de los enormes
poderes de la música para mejorar nuestras vidas.
Al final de cada capítulo hay unos ejercicios para ayudarte a aplicar los conceptos
y las técnicas en una amplia variedad de situaciones de la vida. Para obtener el
máximo beneficio de estas actividades son necesarias la repetición y la práctica,
piedras angulares de cualquier entrenamiento. Por ello cuanto más practiques, más
potentes y automáticos serán los efectos tanto de la música como de los ejercicios.
Como no hay dos personas que experimenten las cosas de la misma forma y cada
una tiene necesidades y gustos diferentes, hemos diseñado ejercicios para ayudarte a
elegir tu propia lista de canciones que te ayude a conseguir tus objetivos personales.
Puedes adaptar o modificar cualquiera de los ejercicios, según tus necesidades.
Experimenta y sobre todo disfruta.
Este libro no es una guía; está diseñado para leerlo e irlo aplicando a tu propio
ritmo. Puedes ir avanzando por sus páginas de forma lenta, dándote tiempo para
absorber todas las técnicas que ofrece cada capítulo, o hacer una lectura rápida del
libro y después volver a los capítulos que se apliquen mejor a tu situación vital
actual. La mayor parte de la información que se incluye en estas páginas es fácil de
asimilar. Pero no olvides que los conceptos y las técnicas requieren práctica
mientras vas experimentando con las canciones y los tipos de música con el fin de
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obtener el mayor beneficio posible de cada lista de canciones.
Hemos incluido un glosario de terminología musical y científica al final del libro
para que puedas consultarlo si lo necesitas. Los términos que aparecen en
mayúsculas o tipografía diferente a lo largo del texto son los que están incluidos
posteriormente en el glosario.
El proceso de aprendizaje para sacarle el mayor partido a la música es fascinante.
Si usas bien este libro sus consejos te ayudarán a limpiar tu mente de pensamientos y
emociones negativas y eso te facilitará la consecución de tus objetivos personales, el
mantenimiento del estado de alerta o el logro de una tranquilidad absoluta. También
pensarás con más claridad, te sentirás más relajado, disfrutarás de una sincronía
mayor entre la mente y el cuerpo, te sentirás más en consonancia con tus objetivos y
tendrás más confianza en tu capacidad de lograr el bienestar personal. Es probable
que te ocurran muchas cosas impresionantes. Esperamos que los conceptos y las
técnicas que se incluyen en estas páginas sean tan productivos para ti como hasta
ahora lo han sido para nosotros.
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1
Cómo utilizar la música
para hacer fluir la mente
«La música es a lo que suena la vida.»
—ERIC OLSON
I
MAGÍNATE tu mente despejada, feliz y libre. Para la mayoría de nosotros esa
imagen se aleja mucho de la realidad. Pero en algún momento tuvimos la mente
así. En el momento del nacimiento una mente que fluye libre y se siente bien es tan
natural para todos nosotros como respirar. Mihaly Csikszentmihalyi en su
imprescindible libro Fluir: una psicología de la felicidad, define esta cualidad de
fluir como: «Un estado de concentración tan activo que supone estar absolutamente
absorbido por una actividad». Las investigaciones muestran que nosotros operamos
de manera natural en un estado mental que fluye hasta la edad de cinco años,
momento en que esa capacidad empieza a menguar.
Pero las buenas noticias son que podemos recuperar esa cualidad de fluir a
cualquier edad. Imagina tener la mente así, fresca y libre, rápida y limpia en todo
momento, ayudándote a lograr tu mejor rendimiento para conseguir tus objetivos.
Tanto si necesitas reforzar tu nivel de alerta porque estás un poco disperso para
afrontar una tarea, como si lo que buscas es calmarte, porque estás a punto de
volverte loco, o reforzar la memoria, controlar las emociones, aumentar tu nivel de
organización, potenciar tu sistema inmune o solo ampliar tu capacidad para disfrutar
de la vida, una mente que fluye puede ayudarte a conseguir todo eso.
Una de las mejores maneras de lograr esa capacidad de fluir es a través de la
música, porque la música ha estado con nosotros desde el principio.
La música que hay en lo más profundo de nuestras células
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La conexión del cuerpo y la mente con la música es impresionante. De hecho la
primera música codificada en lo más profundo de nuestra memoria son las
vibraciones que nos conforman: los ritmos y los tempos de nuestras primeras células.
Imagínate esto: cuando las células empiezan a desarrollarse con los ritmos
conformadores del latido del corazón de tu madre y los sonidos vibrantes a baja
frecuencia que llegan a través de la placenta y el cordón umbilical, esas primeras
melodías musicales empiezan a realizar una FUSIÓN (dos o más ritmos que se
combinan para formar uno) en tu cerebro y a orquestar la esencia de la música de
todo tu ser. Así que ya desde las primeras chispas de vida el cerebro ha estado
estableciendo cómo la música te iba a afectar a ti hoy día.
Pero, ¿podemos recordar esos sonidos musicales tan tempranos? Los recién
nacidos muestran casi inmediatamente que tienen recuerdos de sonidos que han oído
en el vientre materno. Aunque en las primeras seis horas tras el nacimiento los bebés
reaccionan solo a un tercio de la totalidad de los sonidos que les rodean, según van
pasando las semanas empiezan a reaccionar cada vez a un mayor número de esos
sonidos. Todos podemos reconocer cambios en notas y patrones rítmicos antes de
que seamos capaces de decir una sola palabra. Y lo que es más, los científicos han
demostrado que si se le toca o reproduce repetidamente una pieza musical al niño
antes de nacer y se le vuelve a tocar un mes después del nacimiento, el niño es capaz
de reconocerla. Y sabemos que poco después del nacimiento los bebés responden
instantáneamente a la voz tranquilizadora de su madre que les canta una nana, sobre
todo si les expusieron a esa canción durante los tres últimos meses de embarazo. Ese
tipo de recuerdos musicales contribuye a que la mente se mantenga FLUYENDO
durante toda la vida.
Durante los seis primeros meses de vida aprendes a encontrarle un significado a lo
que oyes. A lo largo de todo este desarrollo el calmante y lírico LENGUAJE MATERNAL
(la forma cantarina que utilizan los padres para hablar a sus bebés antes y después de
nacer) tiene un papel importante a la hora de provocar sentimientos de tranquilidad,
seguridad y amor. Ese lenguaje maternal tiene siempre el mismo resultado: no
importa la lengua o el momento histórico que se analice; el efecto es siempre el
mismo. Cuando te imaginas a una madre acunando a un bebé en sus brazos,
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hablándole suave y dulcemente, los dos están psicológica y fisiológicamente
envueltos en una sensación que atraviesa el tiempo y el espacio y que va de la madre
directamente al bebé; es un sentimiento que ha permanecido durante milenios. De
alguna forma no resulta sorprendente que ya en la semana catorce los bebés puedan
distinguir los pasos de su madre de los de otra persona y discriminar entre la voz de
su madre y la de un extraño.
Estas primitivas influencias musicales se quedan con nosotros toda nuestra vida.
No es raro ir a la playa cualquier día y encontrar a alguna persona tumbada en la
arena con los ojos cerrados, escuchando el rumor de las olas y el susurro del viento
y sonriendo como un niño sin saber muy bien por qué se siente tan bien, pero
encantada, fluyendo con todo ese ambiente, cómoda y tranquila. Es como si la
naturaleza hubiera colocado un chip de ordenador en nuestro cerebro emocional, que
desencadena un placer profundo y primitivo en cuanto oímos el más mínimo eco de
los sonidos que estaban ahí mientras nos íbamos formando. Esa es literalmente la
música que fluye en nosotros, nuestra nana personal; se trata de sonidos tan
poderosos que años después pueden cortar de raíz pensamientos negativos en solo
milisegundos o cambiar el rumbo de un día que iba encaminado a la catástrofe para
dirigirlo directamente a la victoria.
Hablaremos más adelante en este capítulo y en otros posteriores de cómo ir
conformando una lista de canciones, pero a lo largo de todo el libro te irás topando
aquí y allá con consejos e ideas como por ejemplo esta: deberías considerar incluir
en tu lista algunos de los sonidos que tienes asociados con tus propias melodías
primitivas, los que oías cuando estabas en el vientre de tu madre. Buenos ejemplos
de esto son el sonido del agua, la brisa, los latidos de un corazón u otros sonidos
ambientales. Te ayudarán a conseguir que tu mente fluya, a conectar con una
experiencia y a mantener esa conexión.
Ten en cuenta lo siguiente: cuando una mujer está embarazada, es mucho más
consciente de sonidos o combinaciones de sonidos que la ponen irritable (por
ejemplo, el ladrido incesante de un perro, una sirena, algunas palabras concretas...) y
entonces se pone inconscientemente protectora con el bebé, evitando que se vea
expuesto a esos sonidos. Los mismos sonidos que afectaban a nuestras madres
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también en ocasiones nos irritan a nosotros, e igualmente ocurre que los sonidos que
las hacían felices nos provocan tranquilidad y felicidad a nosotros también. Por esa
razón muchas culturas animan a las mujeres embarazadas a escuchar música relajante
durante el embarazo. Al hacerlo, no solo protegen a los hijos que llevan en su
vientre, sino que también les dan una herramienta definitiva, la música, para
optimizar su estado mental cuando crezcan.
Este componente genético es real y muy importante. Igual que los fármacos, los
diferentes sonidos y piezas musicales son más eficaces si ya tuvieron un efecto
positivo en alguno de nuestros padres. Si mantienes una relación cercana con tu
madre, tienes una gran oportunidad de preguntarle por las canciones y los sonidos
que ella escuchaba antes de concebirte y sobre todo durante el tiempo que estuviste
en su vientre. ¿Qué le hacía sentir relajada, alerta, o feliz? ¿Qué hacía fluir su mente?
Escucha tú esos sonidos o canciones. Si también te funcionan, añádelos a tu lista y
escúchalos cuando busques el efecto concreto que esos sonidos potencian.
Una de las pacientes de la doctora Mindlin cuenta esta historia sobre cómo
aprendió a conectar con los sonidos que tenían influencia sobre su madre y también
sobre su abuela y a utilizarlos para hacer fluir su mente siempre que lo necesita:
«Acababa de entrar (entrar corriendo para ser exactos) en el edificio de mi oficina, donde tenía una reunión
importante diez minutos después. Tenía que poner mi mente a fluir en "modo reunión", por así decirlo. Pero mi
mente iba a mil por hora. Así que saque mi iPod y escogí Cascada, el sonido de una cascada en la
naturaleza. Eso siempre me funciona de inmediato y esa vez también lo hizo.
»Descubrí ese efecto calmante hace años, cuando estaba con mi abuela en Canadá. Ella vive, como
siempre, cerca de las cataratas del Niágara. La historia de mi familia está llena del sonido de esa catarata. Mi
abuela, cuando estaba embarazada de mi madre, se sentaba junto a ella y dejaba que el sonido de toda esa
agua poderosa llevara su mente a un lugar dulce durante horas. Y mi madre hizo lo mismo durante mi
embarazo. Aunque mi familia se mudó a los Estados Unidos cuando yo tenía dos años y yo apenas tenía
recuerdos de las cataratas del Niágara, en aquella visita que le hice a mi abuela el sonido tuvo
instantáneamente un efecto calmante sobre mí. Ahora ese sonido es la receta que utilizo para calmar los
nervios y entrar en mi mejor estado mental.»
La música, en su forma más primordial tal vez, vincula nuestro cerebro con las
vibraciones que experimentamos cuando éramos bebés, vibraciones que tienen
efectos a corto y largo plazo sobre los circuitos de nuestro cerebro. En las siguientes
páginas veremos cómo las características principales de la música (RITMO, ARMONÍA,
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SINCRONÍA, RESONANCIA Y DISONANCIA ) afectan a las frecuencias de nuestro cerebro y
extienden su influencia a nuestras hormonas, neurotransmisores y enzimas esenciales.
Así influyen en nuestra concentración, nuestros sentimientos, estados de ánimo,
motivaciones, poder organizativo e incluso nuestros placeres.
«Recuerdo mi infancia en el Polo Norte, donde nací. En mi mente permanecen todas
aquellas noches blancas con su sonido de "ruido blanco" que parece casi la música
silenciosa de la eternidad.
Esa eternidad de música y noches blancas que creaban, a mi parecer, un poderoso
silencio dejó una marca permanente en mi estado de calma. Así que ahora a menudo
apago todos los sonidos de mi cerebro, aunque solo sea durante un minuto, para
volver a trasportarme a ese estado de tranquilidad y lograr mi mayor concentración.
Después voy a mi lista de canciones y elijo la música más adecuada para mejorar la
tarea que estoy a punto de abordar.»
—GALINA
Podemos pasar todo un largo día de trabajo sintiéndonos como bebés arrullados en
los brazos de su madre, sin una sola preocupación en el mundo. Todo lo que
necesitamos es encontrar la música que pone nuestra mente en ese estado.
La música es fácil de utilizar
Aparte de los olores, la música es la forma más rápida y fácil de tener influencia
sobre las redes cerebrales y reiniciarlas sin utilizar ninguna sustancia externa ni
fármaco. Los efectos son prácticamente inmediatos.
Funciona así: cuando escuchas y percibes la música, el flujo sanguíneo y el
oxígeno aumentan en diferentes áreas del cerebro. El sonido trasmitido al oído
interno se divide en un amplio espectro de frecuencias. Las células nerviosas
individuales transmiten mensajes sobre cada sonido y sus detalles desde el oído
interno hacia pequeños grupos nucleares en lo más profundo del cerebro. Cuando
otras áreas del cerebro repiten eso y lo procesan, despertando y anulando los
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diversos sistemas de forma diferenciada, el cerebro genera sentimientos,
pensamientos y recuerdos que experimentas cuando escuchas esa pieza de música en
concreto.
Como ya hemos dicho, los efectos son muy potentes en intensidad y también lo son
los cambios que provocan. Por ejemplo, en un solo milisegundo la música puede
cambiar los patrones de las ondas cerebrales, que son corrientes eléctricas del
cerebro.
La música altera las ondas cerebrales
Hemos medido las ondas cerebrales utilizando un ELECTROENCEFALOGRAMA (EEG),
un aparato que recoge la frecuencia de las ondas cerebrales a través de electrodos
que se colocan en la cabeza. Las frecuencias cerebrales se denominan (de la más alta
a la más baja): BETA, ALFA, ZETA Y DELTA.
Beta es el estado despierto, en el que estamos más alertas.
Las ondas alfa son más lentas. Nos hacen sentir más relajados y reflexivos. Estas
ondas generan un estado mental que normalmente se asocia con la meditación o la
alerta relajada.
Las ondas zeta son todavía más lentas. Se asocian con una relajación más profunda,
el estado mental que sientes cuando te encuentras entre el sueño y la vigilia. Las
ondas zeta a veces se denominan también «el cerebro del soñador».
Las ondas delta constituyen la frecuencia más baja. Es el estado en el que se
produce el sueño profundo. También se asocian con los trances.
¿Y qué tienen que ver estas frecuencias con nuestra lista de canciones? Cambiando
ciertas frecuencias de tu música pasarás por diferentes estados mentales que van
desde la B máxima hasta la total relajación. Eso significa que puedes utilizar tu lista
de canciones para pasar de un estado mental de alerta a uno de meditación más
relajado o incluso a uno más cercano al sueño (y viceversa). Y también conseguirás
que esos cambios perduren en el tiempo.
La música cambia las conexiones del cerebro
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Imagínate entrar en la siguiente reunión de tu trabajo o enfrentarte a alguna tarea
diaria importante sintiendo que tu mente está en su mejor estado, simplemente
gracias a que has estado escuchando tu canción favorita. ¿Es eso posible? Claro.
La plasticidad de tu cerebro (la capacidad de cambiar a cualquier edad) te ayudará
a conseguir cambios a largo plazo e incluso a centrar esos cambios en tareas u
objetivos específicos. Todos estamos familiarizados con el aprendizaje de nuevas
habilidades motoras para llevar a cabo ciertas actividades físicas. Digamos que
acabas de aprender un nuevo servicio de tenis, por ejemplo. Tu cerebro habrá
creado nuevas conexiones para permitirte hacerlo.
Asimismo, si reproduces una canción una y otra vez durante una situación específica
(digamos que estás en un atasco y pones una canción de tu lista que sabes que te
relaja), entrenarás a tu cerebro (y crearás las conexiones nuevas necesarias) para
enviarle automáticamente al cuerpo y a la mente instrucciones para que se relajen
siempre que te encuentres en un atasco. La plasticidad de tu cerebro hace posible ese
cambio.
CONSEJO EXTRA PARA TU LISTA DE CANCIONES
Para potenciar el efecto que tiene la música sobre las conexiones cerebrales
primero reproduce una canción o una grabación de un sonido natural (por ejemplo
una cascada) que a ti te haga desconectar de todos los demás sonidos de tu cerebro
y te ponga en ese maravilloso estado que conociste cuando eras un bebé en que tu
cerebro fluye. Después reproduce esa canción que sabes que te funciona. Verás que
los efectos se amplifican.
Las investigaciones demuestran que en un periodo de aproximadamente tres
semanas solo con dos escuchas de la lista de canciones de cinco minutos al día se
consigue un cambio de comportamiento; pasarás de estar como loco mientras
conduces entre el tráfico a sentirte relajado y fluyendo. Reiteramos que esto
funciona con cualquier tipo de música. No importa si escuchas a Mozart, a Bono o
una grabación del sonido de una cascada.
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La canción puede ser cualquiera que te guste; lo importante es que sepas que te va a
proporcionar el efecto deseado. Una persona elegirá You've Got a Friend de James
Taylor o You Were Meant For Me de Jewel, mientras que otra se decantará por
Wonderful Tonight de Eric Clapton o el Canon de Johann Pachelbel.
Mantener la mente fluyendo
La música facilita que la mente se ponga a fluir y la capacidad de mantener ese
estado, porque es algo que ya está programado en nuestras conexiones cerebrales.
Los músicos profesionales, por ejemplo, muchas de las míticas bandas como Cream,
los Grateful Dead, los Allman Brothers y Crosby, Stills, Nash y Young, suelen
experimentar este estado mental continuamente. Escoge alguno de estos grupos o
cualquier otro que te guste e imagina tanto a los músicos individuales como a todo el
grupo tocando, sumergiéndose en el ritmo, acompasándose con los instrumentos de
los demás nota tras nota, frase por frase, hasta llegar a un crescendo, una enorme ola
de sonido arrollador. Cuando tienes la oportunidad de ver actuaciones como la que
acabamos de describir en directo, te das cuenta de que la audiencia fluye también y
todo se vuelve sinérgico y va de una persona a otra, por toda la multitud, y por fin
regresa a los músicos, que a su vez lo devuelven a la audiencia y así sucesivamente
hasta que todos quedan completamente absorbidos por la actividad.
El ritmo, la armonía, la resonancia, la sincronía y la disonancia (elementos
centrales tanto de la música como de la actividad cerebral) contribuyen a hacer
posible este bucle y a mantenerlo. El cerebro utiliza estos mismos elementos para
coordinar sus propias actividades y para comunicar intenciones a través de muchas
subredes. Vamos a explicar lo que queremos decir con esto.
El ritmo es un patrón o recurrencia de acentos musicales. Se refiere a la duración de
las notas en una serie y a la forma en que se agrupan. Por ejemplo, en la canción
ABC de los Jackson 5, las partes de la letra que dicen «A, B, C», «1, 2, 3» y «Do,
re, mi» tienen la misma duración.
26
Un amigo y colega, que lleva años dedicándose a las investigaciones de laboratorio
sobre microbiología, adquirió hace tiempo la costumbre de aclarar su cabeza y
poner su cerebro a fluir con música antes de entrar en su laboratorio. Eso se ha
convertido en un ritual diario para él. Siempre elige música clásica y sus piezas
favoritas son composiciones para piano rápidas, como la sonata en do mayor de
Mozart. Una vez que su mente empieza a fluir ya puede centrar su atención en la
investigación. Empezó con este ritual cuando estaba trabajando en su doctorado y
no lo ha abandonado desde entonces.
—JOSEPH
El ritmo aparece relacionado con muchas áreas cerebrales y a menudo nos permite
hacer cosas sin pensar. Tiene una relación especialmente importante con las áreas
del cerebro que apoyan nuestro sentido del tiempo, las secuencias, el discurso y el
movimiento. Además nuestra capacidad de recordar ritmos es muy notable. La
mayoría de la gente puede cantar una canción de memoria prácticamente con el
mismo ritmo que la última vez que la oyeron. También puede detectar que algo no
está como siempre; por ejemplo, si se le añade un acento nuevo. Al oír la canción
infantil Baa-Baa-Black Sheep, aunque lleves muchos años sin oírla, notarás que está
bien, pero si oyes Baa-Baa-Baa-Black Sheep tendrás instantáneamente la noción de
que algo no es correcto. Así que el cerebro es capaz de almacenar y recordar las
secuencias rítmicas. Y utilizamos esa habilidad para muchas cosas como bailar,
correr, blandir un bate de béisbol, hablar, escribir, procesar y responder a la
información, relajarnos, ponernos en estado de alerta, etc.
La armonía es una melodía paralela: un grupo de notas tocadas o cantadas a la a la
vez que la melodía principal u original. Los Everly Brothers, los Beach Boys, The
Temptations, Simon & Garfunkel, Crosby, Stills, Nash y Young y los B-52 son
cantantes muy conocidos por su forma única de interpretar las armonías. Mediante
sutiles diferencias en las conexiones dentro y entre sus hemisferios, el cerebro utiliza
la armonía para encontrarle sentido a la información que le llega, para planear
respuestas y para llevar a cabo acciones.
La sincronía se refiere a todas las partes de una composición musical que siguen un
27
ritmo o que llevan el compás y normalmente necesita que haya un líder o conductor
que consiga que todas las partes trabajen juntas. En el cerebro la corteza frontal, que
supervisa toda la actividad cerebral, envía instrucciones de respuesta a través de las
conexiones de ambas mitades del cerebro para mantenerlo todo coordinado.
La resonancia es la duración de una nota, su reverberación. Esa especie de eco
puede añadir dramatismo; digamos que ahí está la diferencia entre alguien cantando
o tocando un instrumento en una gran sala de conciertos o en una amplia y larga
escalera y alguien que canta en una pequeña oficina. La canción With or Without You
de U2 es un buen ejemplo tanto de la resonancia instrumental como vocal. La
resonancia en el cerebro coordina y mantiene el control de muchas actividades. Es la
retroalimentación que debe producirse para evitar que ciertas actividades se salgan
de los límites y pierdan el control (por ejemplo, las convulsiones) o directamente se
desconecten (por ejemplo un coma). La resonancia (retroalimentación) señala
cuando algo va mal y permite al cerebro comunicar información que coordinará y
restablecerá sus actividades.
La disonancia se refiere a acordes e intervalos que no tienen un sonido agradable;
los que son agradables decimos que están en consonancia. Las armonías o ritmos
musicales que parecen distantes o ligeramente incompletos y que la mente siempre
intenta corregir o resolver son ejemplos de disonancia. Y cuando, dentro de una
composición musical, se resuelven estratégicamente, pueden evocar un gran placer
cuando todo encuentra su sitio. Ejemplos de disonancia son los finales simulados y
artificialmente largos de las canciones que muchos grupos utilizan para enfervorecer a las audiencias, sobre todo en conciertos de rock. A todo el mundo le encanta
eso. Las bandas crean expectativas y aumentan la tensión haciéndote creer que la
canción va a terminar en cada uno de los compases, pero tienes que esperar a que
llegue ese contrapunto final antes de que la canción acabe de verdad. Un ejemplo
clásico de esto es la canción Won't Get Fooled Again de The Who con las potentes
cuerdas de guitarra del enorme Pete Townsend estirando la nota a través del
interludio del sintetizador hasta que la voz de Roger Daltrey cruza finalmente toda la
pared de sonido y resuelve definitivamente la canción.
Otro buen ejemplo de disonancia es la canción I Saw Her Again Last Night de The
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Mamas and the Papas, con las tres famosas palabras «extra» justo antes del
estribillo: «I saw her /I saw her again last night... (La vi/La vi otra vez anoche)»; los
vocalistas entraron una vez con un compás de adelanto y los productores decidieron
dejar ese error en el montaje final. Y eso precisamente acabó dándole a esta canción
un puesto en la historia del rock & roll mundial. Esas palabras de más le añadieron
una sensación de momento incompleto y de expectación que luego se resolvía con tal
perfección cuando toda la banda entraba en el momento correcto, que todo el mundo
al escucharlo no puede ni imaginarse que no fuera algo intencionado.
La disonancia es probablemente la característica más importante en cuanto a cómo
el cerebro lleva a cabo la comunicación y los comportamientos; es la forma que tiene
de indicar que algo es diferente, que se ha producido una discrepancia y que algo en
el entorno ha cambiado y debemos ocuparnos de ello. Eso inicia una cascada de
acciones neuroquímicas necesarias para lograr un pico de excitación aunque sigamos
emocionalmente estables. Por ejemplo, en la época de nuestros ancestros, si ellos
estaban sentados en un claro comiendo tranquilamente y de repente aparecía un león
entre la hierba, tendría que cambiar algo y muy rápidamente. Aquellos cuyos
cerebros respondieran con la rapidez suficiente y con la respuesta correcta de hacia
dónde correr se verían recompensados con la supervivencia. Pero aquellos que se
quedaran paralizados por el miedo acabarían devorados. Gracias a haber gestionado
la disonancia con eficacia algunos de ellos consiguieron escapar y vivir hasta el
siguiente encontronazo con la fiera. La disonancia es el núcleo fundamental de cómo
el cerebro se comunica rápidamente con todos sus sistemas al mismo tiempo y hace
que el cuerpo se lance a la acción.
Tu cerebro puede reconocer los elementos del ritmo, la armonía, la resonancia, la
sincronía y la disonancia (en la música y en otros sonidos) y utilizarlos para lograr
el mejor rendimiento general a la vez que genera unos profundos sentimientos de
placer y recompensa. El cerebro puede usar esos elementos para empezar a fluir.
Una de mis alumnas me contó hace poco una historia sobre cómo, cuando ella era
29
más joven, su madre siempre ponía ciertas canciones tradicionales mientras ella y
su madre hacían juntas las tareas de la casa. Según ella me dijo, esas canciones
ayudaban a ponerlas de buen humor y a que las tareas se hicieran menos pesadas.
Años después me decía con una sonrisa: «Yo siempre pongo esas mismas
canciones. Y en su idioma, justo como lo hacía mi madre. No soy capaz de hacer las
tareas de la casa a menos que ponga esas canciones. Me ayudan a organizarme y me
ponen contenta. Hacen que todo sea menos pesado.»
—JOSEPH
Ese estado mental de libertad y bienestar es importante porque, una vez que entras en
él, puedes trasmitirlo a todas tus tareas y objetivos. Este estado mental optimizado en
el que todo fluye es la base para facilitar todas las demás habilidades de las que se
habla en este libro, porque te ayudará a combinar esas habilidades para establecer
relaciones que lleven a cada una de ellas a un nivel mayor de efectividad.
Por ejemplo, si tenemos en cuenta la relación entre el uso de la música y la
sensación de alerta, el uso de los recuerdos musicales para potenciar la
concentración y el de las emociones que despierta la música para aumentar el
almacenamiento de información, todo ello te ayudará a brillar en la siguiente reunión
de negocios, la próxima vez que tengas que hablar en público o en tu siguiente
examen. Sea cual sea la tarea o el objetivo relacionado con las habilidades y
técnicas que encontrarás en este libro, una mente que fluye seguro que potenciará al
máximo tu rendimiento.
INSTRUCCIONES PARA ELEGIR LAS CANCIONES DE TU LISTA
A continuación vamos a darte unos consejos sobre cómo elegir canciones para una
lista que te ayude a hacer fluir la mente y a mantener ese estado mental.
Primero, escoge canciones que te gusten mucho. Eso es lo más importante.
Cuando te gusta una canción, esta activa las redes y las funciones cerebrales
que amplifican y mantienen los efectos que quieras lograr.
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Presta atención a cuándo cierta canción funciona y cuándo no. Por ejemplo,
una pieza como El cascanueces de Tchaikovsky puede poner a fluir tu mente
cuando vas camino a casa después de un largo día de trabajo porque tú y tu
familia habéis disfrutado de ella muchas veces y te trae a la mente una
sucesión de pensamientos felices y emocionantes. Es posible que esa pieza te
haga sentir muy bien cuando vas de camino a casa, pero no tan bien cuando
vas hacia el trabajo por la mañana, porque en ese momento te pone muy
triste.
Graba las canciones en tu memoria. Una vez que encuentres una canción que
funciona en cierto lugar y momento (que te pone la mente a fluir justo cuando
quieres), empieza a utilizarla. Ponla cuando estés en la situación elegida y
reprodúcela varias veces para empezar a grabarla en tu memoria. Este paso
conseguirá que efectos como el momento en que la mente comienza a fluir (y
también otros) se conviertan en automáticos, es decir, que tu cerebro
empezará a fluir (o reproducirá cualquier otro efecto) en cuanto reconozca
esa situación (por ejemplo, cuando has acabado tu jornada y vas de camino a
casa). Por eso después de unos pocos días de entrenamiento, ya podrás oír la
canción en tu cabeza antes incluso de encender el IPod, el reproductor de
MP3 o el reproductor de CD. Tu cerebro irá directo adonde quieres que
vaya.
Haz una lista que esté orientada a una tarea. Por ejemplo, haz una lista que se
llame: «En el coche de camino a casa». Empieza con una canción o una pieza
musical que sepas que te funciona (por ejemplo, El cascanueces) y después
experimenta, añade otras que creas que van a funcionar, quita las que hayan
demostrado no servir y más adelante añade o sustituye las que necesites.
Cualquier añadido que le hagas a la lista debe mejorar el efecto específico
que buscas (que la mente fluya, conseguir una calma profunda, sentirte
alerta...) y hacerte sentir aún más el efecto.
Entrena a tu cerebro con la lista que has creado. Eso significa entrenar el
cerebro como lo harías con los músculos en el gimnasio. Tienes que ser
incansable y entrenarte a menudo. Reproduce la canción una y otra vez y
31
sobre todo muy cerca del momento o la situación que pretendes mejorar
gracias a la lista de canciones (como el científico que aclaraba su mente con
Mozart antes de entrar a su laboratorio cada día). Entrenar el cerebro sin
parar hace que llegue el mensaje y crea nuevas conexiones que empiezan
automáticamente a enviar a tu mente y a tu cuerpo la instrucción de que
quieres ese comportamiento específicamente cada vez que te veas ante esa
situación en concreto.
Haz diferentes listas que estén pensadas para diferentes situaciones. Por
ejemplo, listas como «En coche de camino al trabajo», «En coche de camino
a casa», «Energía a la hora de comer», «Antes de una reunión», «Antes de
los exámenes», «Antes de hablar con el jefe», «De camino a una cita». Te
darás cuenta de que las canciones que has elegido para la lista «En coche de
camino al trabajo» también son adecuadas para «Energía a la hora de comer»
y otras situaciones en las que necesites un poco de energía extra. Añade
canciones que te valgan para ambas cosas a las dos listas. También puede
ocurrir que para ciertas situaciones solo necesites una canción y te valga con
repetirla una y otra vez. Eso también funciona. Nada va mejor que
personalizar la lista de canciones para adecuarla a las necesidades de tu
mente y tu cuerpo.
Organiza tu lista. Según vayas utilizando tu lista de canciones para una
situación específica, con el tiempo querrás organizarla (si la lista tiene más
de una canción, claro). Eso se puede hacer de diferentes formas: organizarla
de más lento a más rápido, de más suave a más potente, de menos emocional
a más emocional. Puedes colocar las canciones de forma que vayan
dirigiéndose hacia un clímax o secuenciarlas de forma que alcancen un pico y
después vuelvan a bajar de intensidad rápidamente. Tú eliges. El beneficio
de esta organización es que te ayudará a mantener el estado mental que
deseas.
Por ejemplo, una persona elige empezar su lista «En coche de camino a casa» con
«Un cuento de navidad» de El cascanueces, pero después de eso necesitará algo que
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le dé un poco más de energía para hacer fluir su mente. Así que coloca detrás Higher
Love de Steve Winwood, seguida de Brown Sugar de los Rolling Stone (que es
perfecta para cuando prevés que el tráfico se va a hacer más lento) y entonces lo que
le apetece oír es Born to Run de Bruce Springsteen, que seguro que hará que su
mente se ponga a fluir inmediatamente, que es lo que buscaba. Por eso repite esta
canción varias veces para mantener ese estado hasta el último trecho de la autopista
de camino a casa, en que prefiere Small Town de John Mellencamp porque le
despierta recuerdos del lugar donde creció, una pequeña ciudad de las montañas
Catskill en el estado de Nueva York. Y si ha calculado bien los tiempos, finalmente
podrá oír la versión de The Byrds de Chimes of Freedom, que cerrará la lista a la
vez que él llega a la entrada de su garaje con la mente fluyendo perfectamente y muy
feliz.
En la introducción hemos hablado de «engañar» al cerebro utilizando las técnicas
de este libro para aumentar significativamente los efectos naturales que la música
tiene ya de por sí en tu vida. En los siguientes capítulos aprenderás muchas más
técnicas para ayudarte a usar la música que te gusta para conseguir con más facilidad
tus objetivos diarios de formas que serán completamente nuevas para ti. Estos
conceptos y habilidades se irán sumando los unos a los otros de forma que, para
cuando llegues al final del libro, tu capacidad para crear listas de canciones que
autorregulen tu mente y tu cuerpo será sorprendentemente adecuada y precisa.
Aprenderás cómo asociar varias áreas cerebrales al escuchar tus canciones y cómo
la activación de esas áreas amplía la capacidad de la música para entrenar el
cerebro y que opere a su nivel máximo de rendimiento, como el instrumento genial
que es. Al final de cada capítulo repetiremos las instrucciones para elegir las
canciones de tu lista que se han dado hasta ese momento e iremos añadiendo las
técnicas de ese capítulo en la lista de cosas que debes hacer. Por esta razón
recomendamos que leas los capítulos en orden al principio y después vuelvas a las
secciones que se ocupan específicamente de tus necesidades.
Ejercicio
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1. Utiliza un sonido natural. Todos (los adultos, los adolescentes, los niños y las
familias) disfrutarán de este ejercicio y con él despertarán algunos de sus
recuerdos musicales más profundos y antiguos. Busca un lugar tranquilo. Al
principio ve a un lugar en el que puedas oír sonidos naturales que te parezcan
relajantes, por ejemplo una zona tranquila cerca de un arroyo o un parque. Siéntate
y relájate. Respira despacio; inhala por la nariz y exhala por la boca. Usa la parte
baja de los pulmones para introducir el aire en el cuerpo. Intenta centrarte en
conseguir que tu respiración sea más lenta, con seis u ocho respiraciones profundas
por minuto. Eso te ayudará a reducir el nivel de estrés psicológico y a sentirme
más fresco. Incluso puedes imitar el sonido que estás escuchando unas cuantas
veces. Eso ayudará a darle a tu cerebro la idea de que la información es importante
y a grabar el sonido en tu memoria. Escúchate mientras imitas el sonido. Solo
tienes que escuchar con atención. Si hay agua cerca, escucha los detalles de su
sonido. Haz esto durante cinco o diez minutos o durante el tiempo que te resulte
cómodo. Con la práctica intenta llegar hasta los veinte minutos. Repite este
ejercicio con frecuencia.
Busca un sonido similar que te puedas descargar y añádelo a tu lista de canciones.
Utilízalo solo o en combinación con otras grabaciones como se aconseja en este
capítulo para conseguir que la mente empiece a fluir y mantenerla en ese estado.
34
2
Cómo utilizar la música para
mantener la mente fluyendo
«La pausa es tan importante como la nota.»
—TRUMAN FISHER
E
N algún momento de sus carreras ha habido alguien que le ha dicho a la mayoría
de los atletas: «Deja lo que estás haciendo y tómate un momento para respirar».
Aunque también habrán oído justo lo contrario: «¡Animo, vamos, vamos, vamos!».
Los entrenadores dicen cosas como esa, porque han visto muchas veces el alto coste
que tiene para los deportistas perder ese estado en que la mente fluye porque se han
vuelto muy exigentes o justo lo contrario, muy indolentes. Ambos estados pueden
hacer descarrilar el rendimiento de un atleta. Hay una forma muy delicada de
equilibrio mental que todos nosotros, no solo los atletas, debemos aprender si
queremos entrar en nuestro estado mental óptimo y mantenerlo.
Trabajar en la cocina es un buen ejemplo de equilibrio. Seguro que has visto
programas de televisión en que los mejores chefs de todo el país compiten entre
ellos para ver quién puede preparar la mejor comida con ingredientes improvisados
en un tiempo muy limitado. Los chefs normalmente despliegan una demostración
impresionante de talento y a la vez permanecen tranquilos y centrados mientras
preparan sus platos tan complejos y creativos. Son una lección de equilibrio. Se ve
lo vigorosamente centrados que están cuando pasan de una tarea a otra con una
gracia calmada y una precisión óptima que les dura hasta el final, cuando se está
acabando el tiempo y ellos dejan con mucho cuidado un último detalle en los platos
para darles el toque final perfecto.
Perder esa capacidad de fluir en una competición atlética, culinaria o de otro tipo
puede ser catastrófico, igual que en la vida real.
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Si alguna vez has tenido un examen o has tenido que dar un discurso y en el último
momento alguien te dice que la hora de inicio se ha retrasado, sabrás muy bien cómo
es la sensación de quedarte sin energía como si te desenchufaran, por así decirlo. En
ese momento tienes que volver a encontrar la forma de hacer fluir las cosas de nuevo
si quieres acabar dando lo mejor de ti. Y eso depende también de tu capacidad de
equilibrio.
En el sentido neurofisiológico, estás equilibrado cuando tu mente actúa en el
terreno intermedio entre activada (centrada y con energía) y relajada (tranquila y
calmada). Este equilibrio te permite funcionar a tu mejor nivel. Sin embargo, con
terreno intermedio no nos referimos a estar parcialmente tranquilo y parcialmente
centrado, nada de eso. Queremos decir calmado y centrado a nivel óptimo, un punto
en que, si estuvieras un poco más calmado o un poco más centrado, tu rendimiento
general empezaría a deteriorarse.
El equilibrio correcto de cada uno de los elementos te permitirá realizar cualquier
tarea que tengas entre manos en un estado que es a la vez tranquilo y muy
concentrado. Eso hará que logres el rendimiento óptimo, porque tu mente estará
fluyendo y funcionando lo mejor posible.
Imagínate que te has hecho la taza de café perfecta, con la temperatura y el sabor
perfectos, y que quieres que se mantenga así, en su punto óptimo, hasta que acabes de
tomártela. El café se enfría, por lo que lo metes en el microondas, pero cuando lo
sacas está demasiado caliente, así que le echas leche fría. Ahora está demasiado
frío, así que vuelves a calentarlo. Cuando lo sacas de nuevo, está un poco demasiado
caliente y además está un poco flojo, así que vuelves a echarle un poco de café y a
ajustarlo hasta que vuelve a estar en su punto óptimo.
El cerebro es parecido en lo que respecta a conseguir un rendimiento óptimo; para
lograrlo tendrás que hacer ajustes. Hay que encontrar el equilibrio entre poner en
funcionamiento la cantidad justa de actividad en un área, la parte que mantiene la
mente alerta y centrada, y la cantidad exacta en otra área, la parte que hace que la
mente permanezca centrada. Los lóbulos frontales del cerebro son el centro de
control, manejándolo todo para lograr la mejor mezcla.
Tu cerebro se organiza en un estado de calma o de concentración cambiando las
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ondas cerebrales, haciendo que vayan más lento o más rápido. Eso a su vez te hace
sentir más tranquilo o más alerta.
Volvamos al tema de las ondas cerebrales para tener una imagen mejor de lo que
está ocurriendo. Por ejemplo, las ondas delta pasan de una a cuatro pulsaciones por
segundo; las pulsaciones de las zeta van de cinco a ocho por segundo; las alfa de
ocho a doce; las beta de trece a treinta; y las gamma (más altas que la más alta de las
beta) a más de treinta pulsaciones por segundo. Como hemos dicho anteriormente,
las ondas alfa y zeta se asocian con un estado de calma y las beta nos lanzan a un
estado mental centrado.
Cuando te pones a resolver un problema matemático, por ejemplo, las ondas alfa y
zeta bajan y las beta suben. Los lóbulos frontales producen la mezcla de ondas
cerebrales para que seas capaz de ajustar el estado de calma o concentración
dependiendo si uno empieza a crecer o a menguar. Este proceso te ayuda a mantener
la mente fluyendo y a seguir operando a tu mejor nivel.
En este punto es donde entra en juego tu lista de canciones. Con la música correcta
es posible hacer que el cerebro suba o baje las ondas correctas para conseguir un
estado mental perfecto.
Hacer que las ondas cerebrales alcancen su estado óptimo
En esta sección vamos a incluir dos ejemplos para mostrar cómo diferentes personas
utilizan sus listas de canciones para contribuir a su entrada en un estado mental
equilibrado y lograr dos objetivos diferentes. El primero es un estudiante
universitario que intenta situar su mente en el estado perfecto para afrontar su
examen final. El segundo es una mujer joven, una ayudante de bibliotecario, que
intenta poner su mente en el estado adecuado después de un encontronazo repentino
la noche anterior a una reunión importante.
El estudiante universitario está de pie en la puerta principal con sus auriculares
puestos, a punto de salir de casa hacia su examen final. Está esforzándose por
centrarse en la música. Quiere salir de casa con el mejor estado mental posible y
evitar cualquier cosa que pueda tener el efecto opuesto. Antes de salir por la puerta
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oye la voz de su madre que se queja a su padre diciendo: «¡Míralo! En vez de mirar
los libros se pone los auriculares...» y el padre responde: «Déjalo en paz. De todas
formas ya es tarde; su examen es hoy». «A eso es a lo que me refiero», insiste su
madre. «Hoy tendría que estar centrado, no escuchando ese maldito iPhone. No tiene
lógica lo que hace».
Pero esa es la forma que tiene él de centrarse. Como suele hacer, para introducirse
en un estado mental de calma empieza con su música electrónica favorita. Ese tipo
de música no es para cualquiera, pero en su caso hace que su mente inquieta entre en
el estado adecuado, la pone a funcionar. Su mezcla de músicas empieza con un grupo
electrónico muy moderno: Pretty Lights. La primera canción es una relajante que se
llama Finally Moving. La sigue una canción del mismo grupo con un ritmo más
rápido llamada Keep 'Em Bouncing, que empieza con un tono bastante más alto. La
lista sigue con algo aún más alto, Power Mix de DJ Tiësto. Los sonidos del
sintetizador, el violín eléctrico y la percusión empiezan a aumentar su nivel de alerta
hasta acercarlo al máximo. Después, un par de minutos de tecno con canciones como
Fly High, que es un poco más monótona, pero le da justo el ritmo que necesita. Esta
música funciona como un metrónomo rápido, sincronizando su cerebro con el ritmo
que él busca y colocándolo justo donde necesita estar.
Pasemos a nuestra ayudante de bibliotecario. Es el día antes de una cita con su jefe
para hablar sobre una subida de sueldo. Lleva en su puesto de trabajo un año y siente
que se ha esforzado mucho en ese trabajo, trabajando duro y conectando tanto con
sus jefes como con el resto del personal. Sabe que está sobrecualificada para el
trabajo que tiene y que hace el mismo trabajo que otros con su mismo puesto, pero no
gana tanto como ellos. Reconoce que ellos llevan más tiempo allí que ella y no
espera llegar a su nivel, solo mejorar lo que tiene ahora. Y también le vendría bien
una paga extra.
Ya está un poco nerviosa pensando en cuál puede ser el resultado de la reunión.
Algunas personas que conoce utilizan, digamos, «una ayuda extra» para controlar
mejor los nervios, pero ella solo utiliza la música. De hecho lleva usándola un par
de meses. Específicamente utiliza una vieja canción rural rusa que su abuela solía
tararear para sí mientras servía las cenas importantes para toda la familia. Esa
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canción le encantaba cuando era niña (y todavía le encanta) y también le gustaba oír
a su abuela tararearla. Cada vez que se ve en una situación en la que se nota
nerviosa, piensa en esa melodía y en la letra como forma para darse fuerza y cierta
calma.
Para entrar en un estado mental más rápido ha estado utilizando la Sonata para dos
pianos en re mayor de Mozart, que ha leído que está demostrado científicamente que
ayuda a la gente a concentrarse. La noche antes de su reunión con el jefe decide
tomárselo con calma. Rechaza la invitación para salir de una amiga y decide salir a
cenar sola y dar un paseo por el parque antes de volver a casa en coche. Todavía es
bastante temprano, más o menos las ocho. Está parada en un semáforo esperando a
que se ponga verde cuando otro coche la embiste por detrás. Nadie sale herido y el
accidente no es más que un golpe, pero implica un informe policial y una visita a
urgencias. Ella está un poco nerviosa pero agradecida de que ni ella ni la otra
conductora hayan salido heridas y de que el coche, aunque tiene algunos daños,
todavía se puede conducir.
Cuando vuelve a su casa en el coche, todavía algo estresada por lo que ha
ocurrido, lo primero que hace es poner esa canción relajante, esa canción de su
infancia, la que cantaba su abuela. Y nadie sabe cuánto tiempo pasa escuchándola
porque la pone en modo repetición.
A la mañana siguiente llega pronto a trabajar, así que se queda un rato sentada en
el aparcamiento, nerviosa. Tiene cita con su jefe a primera hora de la mañana. Se
deja los auriculares puestos justo hasta el último minuto reproduciendo una u otra
vez la sonata de Mozart y la canción de su abuela. Si pudiera, llevaría los
auriculares hasta segundos antes de la reunión, eso es lo que le gustaría hacer. Su
cabeza se ha convertido en esa música, en ese ritmo, y se siente en su mejor
momento. Se quita los auriculares, pero sigue reproduciendo la música en su cabeza
sin parar durante todo el camino al despacho de su jefe. Y entonces reina el silencio
y ella pierde todos los sentidos a la vez. Habla con su jefe y le explica lo que piensa.
Cuando terminan de hablar, ella repasa rápidamente todo lo que han hablado cuando
oye decir a su jefe que subirle el sueldo le parece apropiado.
Lo que estas situaciones tienen en común es que ambas personas querían mantener
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su mejor estado mental para una tarea específica. Y la clave para los dos era saber
la forma en que sus ondas cerebrales necesitaban moverse para lograr el equilibrio y
entrar en el modo óptimo. Para el estudiante era una frecuencia alta, mientras que
para la ayudante de bibliotecario era más bien un continuo ir y venir entre
frecuencias más bajas y después más altas. Pero ambos tenían canciones en su lista
para conseguir lo que necesitaban.
Presta atención a cómo te sientes
Lo primero que debes hacer al utilizar tu lista de canciones para ayudarte a lograr el
equilibrio mental es pensar qué quieres hacer con tus ondas cerebrales. Eso
dependerá de cómo te sientes en un momento concreto. Empieza haciendo una
especie de inventario mental. Presta atención a cómo te sientes. Normalmente se
puede decir si tu balanza mental se inclina hacia alguna parte (demasiado bajo o
demasiado alto) porque no te sientes como deberías. Tal vez está inclinándose hacia
arriba porque te sientes estresado y tienes los nervios de punta. Tal vez estás
nervioso y te está costando calmarte. O la balanza se inclina para el extremo opuesto
y te sientes triste y deprimido, lo que hace que te resulte complicado activarte.
Después de hecho ese inventario, intenta identificar las piezas de música que tienen
la capacidad de modificar ese equilibrio hacia una dirección o hacia la otra (más
relajado y calmado o más activado y enérgico). El objetivo es utilizar la música para
reiniciar tu cerebro y conseguir su rendimiento óptimo.
En 2008 asistí a una conferencia sobre neurociencia en San Francisco y tenía un
poco de tiempo libre. Mi vuelo salía del aeropuerto de San Francisco a las 6.30 de
la tarde. Aunque había dormido mucho, llevaba el horario de la Costa Este, así que
decidí conducir hasta el valle de Napa a una de mis bodegas favoritas, en Santa
Helena, California, para encargar unas cuantas botellas especiales para mi mujer.
El viaje de ida y vuelta hasta allí era de unos 225 kilómetros y me llevaría unas
cuatro horas y media (si el tráfico estaba de mi parte). Eran las 12.30 y me pareció
que tenía suficiente tiempo para llegar hasta allí, comer en la bodega y volver
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rápidamente hasta el aeropuerto justo a tiempo para facturar y coger mi vuelo.
Cuando empecé esa excursión a la bodega, estaba un poco cansado, pero también
contento de estar otra vez en aquella zona y conduciendo por la zona costera más
bucólica del país. Me encontraba bastante bien, con el nivel de calma necesario
para lograr mi objetivo, pero también necesitaba asegurarme de que mantenía ese
grado alto de concentración mientras conducía, sobre todo si me iba a tomar una o
dos copas de vino en la comida. Por suerte, llevaba mi iPod y la lista de canciones
personalizada que utilizo para activar o relajar mi cerebro. En este caso quería
activar mis sentidos, mantener mi buen humor y permanecer todo lo alerta que
pudiera. De camino al valle de Napa escuché música de artistas locales de la zona
de San Francisco como Boz Scaggs, Starship e incluso un poco de Grateful Dead
para revivir parte de la música de los días en los que estuve viviendo y trabajando
en esa ciudad.
Como no me quiero alargar mucho, diré que la comida estaba buena y el vino era
excelente, pero me dieron las 3.30 y todavía me quedaban dos horas conduciendo
antes de llegar al aeropuerto. Sabía que tenía que permanecer muy centrado y
mantener altos mis niveles de energía y de alerta para poder llegar a tiempo.
Entonces, saqué mi iPod y elegí la lista que se llama «En la carretera-1». En esta
parte de mi trayecto no buscaba música para sentirme bien; quería algo alto y
rítmico para activar la parte pensante de mi cerebro y potenciar mis emociones para
seguir conduciendo en mi mejor estado, sobre todo en el tráfico que se iba haciendo
denso según me acercaba a San Francisco. Además, estaba empezando a
encontrarme más cansado. Esa lista de canciones tiene una combinación de música
de grupos como INXS, The Who, The Foo Fighters, Linkin Park, Sick Pu-ppy,
Fourth Quarter, Comeback, Attack Attack! y algunos otros que son perfectos para
encontrar el ritmo, el compás y la combinación de letras que tiene el significado
perfecto para mí. Con esta selección más animada conseguí mantener el estado
mental equilibrado escuchándola durante todo el camino hacia el aeropuerto,
adonde llegué a tiempo para coger mi vuelo. Después me pasé la mayor parte del
vuelo de vuelta a Washington D.C. durmiendo.
—DON
41
Arrancarle todavía más equilibrio a tus canciones
Maximizar el efecto de cada canción sobre tu cerebro es algo que te será muy útil.
Hay muchos trucos para conseguirlo. Pero por ahora vamos a centrarnos en aumentar
el equilibrio que puedes lograr a partir de tus canciones favoritas simplemente
escuchando con más atención.
A veces simplemente oír la música no es suficiente para desencadenar todos sus
potenciales efectos. Eso sucede porque oír la música no es lo único que desencadena
el equilibro de la mente, sino que hace falta también escucharla activamente para
generar la cantidad necesaria de energía psíquica para lograr lo que se pretende.
Puedes utilizar las mismas técnicas de escucha de las que vamos a hablar para
contribuir a aumentar cualquiera de los otros efectos que presentamos en este libro
también. Dominar estas técnicas te ayudará en varios niveles de tu entrenamiento.
Empieza con anticipación y presta más atención
La mayoría de nosotros prestamos de forma natural más atención a la forma en que se
hace la música cuando vamos a conciertos en vivo. Los conciertos tienen mucho
poder sobre nosotros y la mente se pone a fluir con más facilidad. Esto es porque
estás predispuesto a prestar más atención. Vas a un concierto anticipando que vas a
disfrutar la calidad del sonido de una forma diferente a como puedes experimentarla
normalmente con las películas o las grabaciones. Tu motivación está exacerbada.
Intentas encontrar buenos asientos. No quieres perderte nada. Esperas que algunas
canciones las toquen de forma diferente durante el concierto y que no se van a volver
a repetir de la misma forma en ninguna otra ocasión. Para facilitar estas expectativas,
el cerebro utiliza sus lóbulos frontales para hacer comparaciones entre lo que
anticipas y lo que pasa de verdad mientras escuchas. Algunos incluso usan
prismáticos para mejorar lo que pueden ver, para poder mirar más de cerca los
detalles que esperan. Y cada vez que encontramos uno de esos detalles, nos sentimos
recompensados, así que nos ponemos a mirar y a escuchar todavía con más atención.
Después de un rato estamos tan absorbidos en lo que estamos haciendo que nos
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olvidamos de que vamos a la búsqueda de los detalles y es fácil que perdamos la
noción del tiempo mientras disfrutamos de ese placer. Nos ponemos a fluir con la
música y con nuestra intención de aprovecharlo todo al máximo.
Piensa en cómo escuchas las representaciones en vivo. Puedes (y debes) utilizar
tus motivaciones, anticipaciones y formas de escuchar más atentamente que te surgen
de forma natural para mejorar los efectos de equilibrio de tu lista de canciones.
Veamos unas cuantas formas para empezar a hacerlo.
Intenta hacer comparaciones
Es divertido comparar canciones. Haz una lista de canciones solo para ejercitar tu
habilidad con las comparaciones. Escoge, por ejemplo, uno de tus clásicos favoritos,
uno que hayan versionado otros artistas. Para este ejemplo vamos a escoger All My
Loving de The Beatles. Descárgate la versión de The Beatles y una buena versión.
Ahora compara las voces. Paul McCartney tiene una voz muy característica. Tal vez
te parezca que la versión (siempre dependerá de la que hayas escogido) se parece
mucho a cómo la canta él. Pero si la escuchas con más atención, notarás que la voz
de Paul es un poco más profunda o menos masculina. También te darás cuenta de que
sus conocidos «oooh-oooh» del final son también un poco particulares. Te parecerá
que la versión de The Beatles es más lenta. Aunque también puedes fijarte en que en
la versión han conseguido copiar exactamente el sonido de la guitarra y admirar al
grupo de la versión por eso.
La próxima vez que escuches ambas canciones, practica anticipando esas
interesantes características y podrás notarlas en cuanto aparezcan en la canción. Eso
pondrá a tu cerebro en un modo que no solo incrementará tu placer, sino que también
acelerará el efecto de equilibrio que tiene la canción sobre ti.
Si no te gusta escuchar versiones, descarga y compara diferentes versiones en
directo de una canción o una versión con un solo y compararla con la versión con la
banda completa (por ejemplo, All My Loving cantada solo por McCartney y la
misma cantada por The Beatles). Identifica todas las diferencias que puedas. Tal vez
haya alguna versión de tu canción que no tenga voces de acompañamiento como una
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versión acústica o alguna que tenga diferentes instrumentos, por ejemplo My
Hometown de Bruce Springsteen. La clave para aumentar la capacidad de cada pieza
para ayudarte a mejorar el equilibrio, así como tener un efecto sobre el rendimiento
general, es prestar más atención a lo intensamente que estás escuchando.
El mensaje es que escuchar activamente importa. Cuanto más atentamente escuches,
más áreas del cerebro estás implicando. Cuantas más áreas se vean implicadas, más
fuerza tendrá una canción para equilibrarte y mantener mejor al cerebro fluyendo.
Recuerda que una vez que hayas identificado las diferencias en las canciones, debes
introducir la anticipación para mejorar todavía más los efectos en el futuro.
Escucha a tu cuerpo
Otra forma de usar una canción para provocar un equilibrio mayor es escuchar a tu
cuerpo. Puede sonar inusual, pero es lo que todos hemos hecho cuando éramos
pequeños. Imagínate un niño viendo un desfile. Es un día cálido de verano y hay
decenas de miles de personas en las calles hablando, gritando y chillando a lo largo
de varios kilómetros; un rugido unificado y rítmico que se eleva por encima de la
multitud y cada secuencia de ritmo de tambor que suena va avanzando hasta que te
hace sentir que el estómago casi te da un vuelco. Ahora avanza diez años; ese mismo
niño está asistiendo ahora a su primer concierto de rock: la Dave Matthews Band.
Pero esta vez lo que siente en su cuerpo es la batería, el bajo, una brillante guitarra
acústica y la ola que producen el violín eléctrico, el saxo y las teclas del piano.
Recuerda que la música está en el centro de cada célula de tu cuerpo desde el
principio, así que experimentarla así es natural y fácil. No importa el género
musical: el rock, la música clásica, el jazz... Todos funcionan.
Puedes orientar tu atención a los detalles físicos de tu cuerpo fácilmente
centrándote en tu forma de respirar. Intenta inspirar hondo varias veces mientras
escuchas algo de música. Procura inspirar por la nariz y exhalar por la boca. Siente
el aire llenándote los pulmones de abajo arriba. Un error que la gente comete a
menudo es respirar desde la parte superior de los pulmones. Practica inhalando
suficiente aire para utilizar el fondo de los pulmones.
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Ve más despacio y relaja la respiración mientras escuchas la música. Imagina la
música entrando en tu cuerpo a la vez que entra el aire. Inspira la música a la vez que
respiras. Presta atención a la forma en que la música te está afectando. Es posible
que pienses: «Esta música me hace sentir bien». Ahora empieza a ser más
específico. Por ejemplo, te gusta Woo Boost de Rusko. Notas que sientes la canción,
sobre todo en la parte superior de tu cuerpo y que te tranquiliza la respiración y la
energía. También puedes fijarte en qué circunstancias te hace sentir bien esa música,
por ejemplo: «Esta canción me hace sentir más equilibrado cuando escribo en el
ordenador, pero no cuando conduzco ni cuando estoy corriendo ni cuando he
quedado con alguien». Es posible que la canción funcione únicamente en un entorno
en el que estás solo.
Ve aprendiendo cómo se siente la música en tu cuerpo y cómo y cuándo te afecta de
esa forma. Saberlo te ayudará más adelante, cuando intentes coordinar las diferentes
canciones con ciertas tareas y quieras animar a tu cerebro a aumentar o disminuir la
frecuencia de tus ondas cerebrales para ayudarte a lograr tus objetivos. Tendrás más
clara la forma de hacer listas según los objetivos y así podrás utilizar tus
capacidades de escucha y de anticipación para mejorar sus efectos.
CONSEJO EXTRA PARA TU LISTA DE CANCIONES
Prueba esta actividad la próxima vez que vayas a verte en una situación en la que
esperas una atmósfera de estrés o de conflicto. Escucha una canción relajante o una
serie de canciones tranquilizadoras de tu lista durante unos veinte minutos antes de
enfrentarte a la situación. Justo después escoge una canción de tu lista que active tu
energía. Eso te pondrá justo donde necesitas estar para enfrentarte al desafío:
equilibrado y con la mente fluyendo.
Siente la canción a nivel emocional
Otra cosa que puedes hacer para aumentar la capacidad de la música para
equilibrarte es implicar tus emociones. Por ejemplo, el Himno a la alegría de
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Beethoven puede hacerte sentir felicidad, Long Tall Sally de Little Richard ponerte
agresivo, Like a Surgeon de Weird Al Yankovic animarte (y activarte) o Teen Angel
de Mark Dinning ponerte triste (o ralentizar tu ritmo), pero Come On Eileen de
Dexys Midnight Runners ponerte contento (y hacer que te sientas más activo). Sé
todo lo preciso que puedas en cuanto a lo que afecta a tu energía en concreto, tanto
para aumentarla como para reducirla. De esa forma puedes aprender a anticiparte a
ella o a trabajar con tu energía de otras formas; por ejemplo, buscando el mismo
ingrediente en otras canciones para añadirlas a tu lista.
Por ejemplo, te has dado cuenta de que la parte instrumental de la canción es la que
enciende tus emociones y has identificado que a ti el violín de Come On Eileen es lo
que más te inspira. Con esa información puedes anticipar que el violín tiene una
influencia emocional positiva sobre ti. Ahora puedes buscar matices. Por ejemplo,
unas veces oyes al violinista tocar notas largas y cadenciosas mientras que otras
veces oyes notas cortas, picadas y rápidas, y te fijas que es cuando oyes esas notas
rápidas y picadas cuando sientes la necesidad de seguir el ritmo con el pie o de
bailar; eso es lo que te hace sentir bien por dentro. Tal vez en otra canción como
Long Tall Sally es el solo de saxofón lo que aumenta las buenas vibraciones o el
«oooh-ohhh» que cantan. O en una canción como Satisfaction de The Rolling Stones
es la potente guitarra de Keith Richards que queda por encima de la voz de Mick
Jagger durante el estribillo, o el momento en que toda la música cae y se oye la
batería de Charlie Watt: tum-tum, tum-tum-tum, tum-tum, tum-tum-tum, o son las
palabras «no satisfaction» las que hacen volar tus emociones.
Ver la canción
Otra forma de aumentar la influencia de la canción varios niveles en tu cerebro es
escuchar una canción mientras llenas tu mente de todo tipo de imágenes mientras
suena la música, como si estuvieras viendo una película en tu cabeza a la vez que
escuchas la canción. Trae imágenes a tu mente y déjalas fluir: pensamientos,
imágenes, situaciones completas. Algunas imágenes pueden ser literales como las
campanas que se oyen al principio de una canción, como la versión de Bruce
46
Springsteen de Santa Claus is Coming to Town, o si te imaginas cohetes volando con
la canción Rocket Man de Elton John. Pero también puedes conjurar imágenes más
abstractas, como, por ejemplo, con la canción Stairway to Heaven de Led Zeppelin.
Pregúntate: «¿Qué aspecto tendría eso? ¿Una escalera? ¿Un túnel lleno de niebla?
¿Una secuencia de acontecimientos concretos que han ocurrido en la vida de
alguien?».
Los sonidos (palabras sueltas, líneas y frases o incluso el ritmo y la aliteración de
palabras) y su repetición provocarán imágenes en ti. Investiga qué palabras o
sonidos inspiran determinadas imágenes. Eso hará que escuches con más atención en
general, lo que provocará que utilices más partes del cerebro y amplifiques los
efectos de una canción en tu cerebro.
Buscar un significado
Intenta identificar el tema de la canción. Los temas se pueden trasmitir por medio de
las letras o solamente de la música. Canciones instrumentales como Pink Panther de
Henry Mancini, Chariots of Fire de Vangelis o El cascanueces de Tchaikovsky son
buenos ejemplos de ello. Las canciones que trasmiten su temática con las palabras
van desde temas directos, como el Satisfaction de The Rolling Stones, a otros con
mensajes más sutiles como The Boxer de Paul Simon o American Pie de Don
McLean.
Escuchar de forma crítica
Escuchar de forma crítica implica ser capaz de identificar la estructura, el orden,
los énfasis etc., así como juzgar cómo te hacen sentir esas características de una
canción en concreto.
Hay muchas formas diferentes de hacerlo, por ejemplo, piensa en una de tus
canciones favoritas y sus efectos. Supongamos que hablamos de la canción Bass
Head de Bassnectar. Tal vez sean los sonidos espaciosos que hay entre las muchas
variaciones del tempo (la velocidad) los que hacen que sea fácil para ti hacer algo
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que tenga un ritmo constante en sí mismo (por ejemplo, teclear en el ordenador), o
quizá sea la salpicadura constante de sonidos agudos y el ruido computerizado de
una tetera soltando el vapor, aunque la canción apenas tenga letra. Puede que te des
cuenta de que eso te da energía y te mantiene muy concentrado en lo que haces.
Escucha de forma crítica a tu grupo, banda u orquesta favorita y fíjate solo en un
instrumento, digamos el piano, y explica (según tu propia interpretación que es la
única que importa para esto) cómo ese instrumento en concreto contribuye a la
canción completa. Después vuelve a unir las piezas de la canción en tu cabeza,
fusionando el piano de nuevo dentro de la composición y escuchando el sonido
unificado con las ideas que has tenido sobre el piano en la mente.
Investiga cómo se grabó esa canción en concreto y piensa en ella la próxima vez
que la escuches. O descubre el significado de la letra leyendo lo que haya dicho
sobre ella el compositor y preguntándote si esa explicación tiene alguna relevancia
en tu vida. Aprende a identificar el sonido de un modelo de guitarra, como por
ejemplo la Fender Stratocaster, y después escucha sus detalles en las canciones de
algunos de los guitarristas más representativos como Jimi Hendrix, Eric Clapton y
Stephen Stills. Busca diferencias en los legendarios sonidos de las Gibson SG
tocadas por Santana en Evil Ways, Pete Townsend de The Who en Pinball Wizard y
Angus Young de AC-DC en You Shook Me All Night Long.
Aprende a diferenciar instrumentos: una guitarra de doce cuerdas de una guitarra
de seis; un contrabajo, como popularizaron los Stray Cats in Stray Cat Strut, de un
bajo eléctrico; o las trompetas y las flautas sintetizadas de las reales. Después
podrás evaluar los sonidos y su combinación general dentro de la música, por
ejemplo: «Me gusta esta versión porque me retrotrae mentalmente a...» o «Creo que
las notas deslizantes de la guitarra de Bonnie Raitt en Something to Talk About me
trasmiten una poderosa sensación de determinación» o «La melodía de Brown Eyed
Girl de Van Morrison y la letra me hacen sentir como si...».
Nota: No estamos sugiriendo que tengas que prestar tanta atención todas las veces
que escuches la música, solo de vez en cuando para mejorar y afinar las respuestas
del cerebro a la música que te gusta. Recuerda que escuchar con atención, como
todos los demás métodos de entrenamiento que se tratan en este libro, es algo que se
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va automatizando con la práctica, así que aunque ahora te cueste un esfuerzo, dentro
de poco empezará a salirte de forma natural sin esfuerzo y se convertirá en algo
integrado en ti que podrás utilizar a largo plazo.
Sacarle el mayor partido a tu atención
No tienes que utilizar todas estas técnicas, ni siquiera tienes que poner en práctica
ninguna de ellas si no quieres. Pero si lo haces, empieza con las que te surjan con
más facilidad; con el tiempo se volverán automáticas y cambiarán la forma en que
escuchas y reaccionas a la música. En poco tiempo podrás empezar a utilizar tu lista
de canciones para conseguir el equilibrio mental donde y cuando lo necesites con
mayor precisión, velocidad e intensidad.
INSTRUCCIONES PARA ELEGIR LAS CANCIONES DE TU LISTA
A continuación vamos a darte unos consejos sobre cómo elegir canciones para una
lista que te ayude a mantener tu mente fluyendo:
Primero, elige canciones que te gusten mucho.
Presta atención para saber cuándo funciona una canción y cuándo no.
Graba las canciones en tu memoria.
Haz una lista de canciones específica para una actividad. Entrena al cerebro
con la lista que has creado.
Busca canciones nuevas y antiguas. Cuanto más te guste una canción, mejor
funcionará; es importante tenerlo en cuenta. Busca canciones nuevas y
antiguas que den justo en el clavo. Puede que necesites dedicar un rato al día
a buscar en YouTube rastreando canciones que te gustaban en el pasado. Eso
es divertido. Comprueba si esas canciones siguen teniendo efecto sobre ti.
También es posible que encuentres versiones de esas canciones de otros
artistas y que te gusten también, o que des con nuevas canciones y otras
versiones de los cantantes originales. También tu búsqueda te puede llevar a
encontrar nuevos músicos y nuevas canciones gracias a las recomendaciones
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de YouTube. Pregunta a amigos y familiares lo que están escuchando
últimamente; es una forma fantástica de socializarse y a la vez recopilar
nuevos materiales para tu lista de canciones.
Ejercicio
1. Escucha con atención y anticipa. Crea una lista en la que incluyas varias canciones
cortas que sepas desde siempre que te hacen sentir equilibrado (es decir, en el
punto perfecto entre calmado y alerta) y que hayas pasado un tiempo escuchando
activamente como hemos descrito en este capítulo. No importa qué canción sea,
instrumental o lírica; solo que sea una favorita tuya de siempre y que disfrutes
escuchándola. Escúchala una vez por la mañana y otra por la tarde o la noche,
sobre todo en momentos en los que suelas sentirte demasiado decaído o demasiado
agitado. Haz una escucha activa de tu canción utilizando todas las habilidades que
puedas de las descritas en este capítulo para separar los elementos y crear una
imagen mental de la música. Mientras escuchas la canción unas cuantas veces,
escoge un fragmento que ya te guste mucho y céntrate en tus sensaciones
inmediatas, tanto en tu mente como en tu cuerpo. Reproduce la canción otra vez y
anticipa el segmento que te hace sentir bien, alimentando las expectativas de que
vas a volver a sentirte así de bien. Cada vez que oigas la canción obtendrás un
poco más de placer y este durará más.
Practicar esto entrenará a tu cerebro para experimentar sentimientos positivos
cuando los necesites, lo que a la vez activará tus procesos mentales para alcanzar un
estado óptimo de equilibrio en las situaciones deseadas.
Los mejores resultados empezarán a darse después de unas dos semanas de práctica
de este ejercicio. Después de ese tiempo podrás utilizar tu lista de canciones para
ayudarte a aumentar o disminuir la frecuencia de tus ondas cerebrales y así
mantenerte en equilibrio siempre que lo necesites.
CONSEJO EXTRA PARA TU LISTA DE CANCIONES
50
Las investigaciones demuestran que las personas que combinan la música con una
dieta saludable y ejercicios como el yoga, las artes marciales, caminar o cualquier
otra actividad física que realicen de forma constante, logran resultados incluso
mejores en lo que respecta a lograr el equilibrio y el bienestar.
2. Utiliza el poder de la música como desencadenante. Intenta utilizar la música
como desencadenante para lograr el equilibrio antes de empezar una actividad y
cuando la termines. Crea una lista de sonidos y canciones favoritas que utilices
para encontrar el equilibrio a la hora de realizar algunas actividades específicas.
Reproduce esa lista o, cuando tengas suficiente práctica, recréala en tu mente.
¿Cómo se recrea? Crea un «vínculo» a un sonido y utilízalo para iniciar el proceso
de recuperación del equilibrio cuando lo necesites. Por ejemplo, utiliza un boli para
reproducir un ritmo dando golpes sobre la mesa o en una taza de café (solo unos
segundos); eso encenderá la chispa en tu memoria para recordar una canción.
También puedes tararear para ti la canción o una parte de ella. La idea es crear un
sonido para que tú puedas acercarte lentamente a la canción. Cuanto más a menudo
lo hagas, más rápidamente responderá tu cerebro a ese vínculo igual que responde a
la canción. Escucha las canciones antes y también después de las actividades para
lograr un refuerzo positivo.
51
3
Cómo utilizar la música
para aliviar la ansiedad
«La mente es una sinfonía de neuronas que tocan al unísono.»
—DON DUROUSSEAU
Calmar tu mente
T
ODOS hemos visto una escena de este estilo en las películas de suspense: una
persona desprevenida (normalmente una mujer) está sola en casa. En medio de
la noche la despierta un ruido, normalmente un débil crujido lejano o algo que cae al
suelo. Ella se levanta a investigar. Todo está en silencio mientras ella baja de
puntillas las escaleras. Una de las escaleras cruje y eso la agobia, porque cree que
con ese ruido alguien podría detectar que se acerca. Después de todo este camino
llega a la escalera del sótano y empieza a bajar cuando oye un estruendo repentino.
Ella da un respingo, pero, de repente, ve que lo ha provocado un gato saltando desde
una caja o desde la caldera. Mira al gato salir corriendo por la ventana del sótano y
murmura para sí: «Debería haber arreglado esa ventana». Vuelve a subir las
escaleras, pero cuando aún no ha llegado a la mitad oye otro sonido y ese sí que hace
que se le ponga la piel de gallina (a ella y a ti). Alguien intenta agarrarla, pero ella
se escapa y empieza a correr y entonces es cuando entra la música: un sintetizador
agudo y chillón que empieza a escupir notas discordantes y profundas, notas de bajo
que golpean como el latido rápido y fuerte de un corazón metálico (pum-pum, pumpum) y después una secuencia de piano rápida que va subiendo: 1, 2, 3, 4, 1, 2, 3, 4,
1, 2, 3, 4. De repente, un sinte-tizador empieza a atronar con secuencias de acordes
agudos que contrastan con el bajo que late y los acordes de piano completos y todo
ello te llega como un muro de sonido, como si la música estuviera pasando por una
picadora de carne, dura, irregular y caótica. Entonces es cuando empieza la escena
52
de la persecución.
Los que hacen películas de suspense comprenden los efectos de la música en la
acción visual y son expertos en usarla para aumentar la intensidad. Cuando se
desarrollan en la pantalla situaciones como esta, la música contribuye a estimular
nuestras emociones. Si silenciáramos la imagen, se perdería gran parte de la
conexión emocional y la anticipación por lo que va a pasar a continuación.
Analicemos en profundidad lo que pasa en tu cuerpo cuando ves una película de
suspense y empiezas a oír música que da miedo. Esencialmente lo que estás
sintiendo cuando ves una de esas escenas es la fuerte influencia de la música sobre
las funciones fisiológicas que dirigen las partes del cerebro que regulan la acción.
Esas áreas del cerebro son responsables de la respuesta de luchar o huir que se
dispara ante cualquier señal de peligro percibida. Controlan las funciones como la
aceleración de la respiración, el ritmo cardiaco, la tensión arterial y la rápida
liberación de adrenalina al torrente sanguíneo. Eso estimula la liberación de
norepinefrina, una hormona asociada con el estrés, y el cortisol que aumenta la
ansiedad, la hormona esteroidea «de la fuerza» que también se libera con el estrés
físico y mental.
La música también puede provocar el efecto contrario. Por ejemplo, se da el efecto
opuesto cuando estamos viendo una película y la banda sonora funciona en
combinación con ciertas escenas que inducen un aumento de la relajación y el placer.
Entonces sentirás un pico de dopamina, un neuroquímico que es
la hormona que segrega el cuerpo naturalmente para hacernos sentir bien. La
dopamina, que se asocia con sentimientos de au-torrecompensa y euforia, es capaz
de reducir los niveles de estrés aumentando la sensación de placer en respuesta a
ciertos pensamientos o acciones.
La euforia de la música y tu tranquilidad
En términos de poder calmante, la dopamina no es un placebo. De hecho, cualquiera
de las sustancias químicas que inunda tu cerebro es bastante potente como para
necesitar una receta si se administrara en forma de medicamento. Si se le hiciera un
53
escáner a tu cerebro durante una liberación en cascada de dopamina provocada por
escuchar tu canción favorita, ese escáner se parecería increíblemente al de una
persona que hubiera ingerido cocaína. Cantar, canturrear o incluso tararear pueden
provocar la liberación de esta droga que produce el cerebro de forma natural. Solo
con que te guste la canción y disfrutes escuchándola o cantándola, se abrirán los
grifos de la dopamina.
Repetimos: se puede utilizar la lista de canciones para hacer que tu estado mental
se active o se calme. En este capítulo nos vamos a centrar en utilizar la música para
intensificar tu capacidad para inducir la cantidad apropiada de calma en tu rutina
diaria, sin olvidar que el objetivo último es siempre alcanzar el equilibrio, es decir,
el estado mental óptimo para lo que sea que estés haciendo en ese momento. Sin
equilibrio, tu rendimiento general se deteriorará.
Podemos usar la conexión de la música con la dopamina para ayudarnos a alcanzar
estados de relajación más profundos y con mayor rapidez. La música ayuda a
reprogramar nuestros cerebros porque las canciones adecuadas pueden vincular el
placer (la liberación de dopamina) con el éxito a la hora de calmarnos. Entonces
obtenemos una recompensa doble (con más dopamina) porque hemos conseguido el
objetivo y ahora estamos tranquilos. Tu cerebro recibe el mensaje, de que si se
calma en esa situación en concreto la próxima vez que se presente, va a recibir una
recompensa. Así que cuando vuelve a darse la situación, tu cerebro anticipa la
recompensa y envía automáticamente las instrucciones para que el cuerpo y la mente
se tranquilicen. Y la tranquilidad en esa situación específica se ve reforzada. Así la
próxima vez y las siguientes te relajarás todavía más rápido.
Pero las influencias de la música no son solo químicas, también son eléctricas.
Como hemos hablado, la frecuencia de las ondas cerebrales puede aumentar o
disminuir dependiendo de lo que estés escuchando. La música puede cambiar tus
ritmos para pasar de los que están asociados con altos niveles de estrés (ondas beta
altas) a aquellos asociados con los niveles bajos de estrés (ondas alfa y zeta) en
unos pocos segundos. Hay muchas canciones que por una razón o por otra tienen ese
efecto en millones de personas. Una canción que trae una relajación maravillosa e
instantánea a muchas personas es la versión instrumental para piano de First Love de
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Utada Hikaru. Esta pieza será una gran adquisición para tu lista de canciones (si te
gusta, claro). Hay toneladas de investigaciones que demuestran que Mozart también
reduce la ansiedad, equilibra la mente y mejora el rendimiento en general en la
mayoría de la gente. El truco, como siempre, está en encontrar la música que te
funciona. Si estas canciones funcionan para ti, te recomendamos que las incluyas en
tu lista para lograr la tranquilidad. Sentirás los efectos calmantes que te estará
induciendo la lista de canciones en todo tu cuerpo.
El síndrome del colon irritable, la enfermedad de Crohn y la enfermedad celíaca son
enfermedades vinculadas a un estrés y una ansiedad crónicos. Cada una de esas
afecciones tiene consecuencias perjudiciales a largo plazo, entre las que se incluyen
problemas alérgicos e inflamatorios que pueden producir enfermedades cardiacas y
cardiovasculares y aumentar el riesgo de diabetes y de infarto cerebral. Y eso es
solo la punta del iceberg; la lista de reacciones negativas provocadas por un alto
nivel de estrés sigue y sigue. La tensión muscular, la mala circulación por una
respiración poco profunda y el ritmo cardiaco reducido son otros problemas que
pueden complicar afecciones médicas ya existentes y provocar otras enfermedades
como la fibromialgia, que provoca una reducción de los niveles de actividad y puede
empeorar los síntomas de depresión. Se han comprobado todas estas vinculaciones
una y otra vez. Así que, haciendo que la mente esté más fuerte y más tranquila, tu
salud física también mejorará.
CONSEJO EXTRA PARA TU LISTA DE CANCIONES
Selecciona música que ya sientas que te inducirá un estado de calma. Utiliza
también imágenes que aumenten esos efectos calmantes. Asocia conscientemente el
placer obtenido de la música (por la liberación de la dopamina) con una reducción
de la ansiedad. Eso entrenará a tu cerebro para que busque el placer y la sensación
de menor estrés. Haz este entrenamiento lo más cerca posible (en tiempo y en lugar)
al objetivo que te has propuesto. Por ejemplo, si acumulas ansiedad cuando estás en
un atasco de tráfico, reproduce la canción o canciones que te relajan justo en ese
momento. Tu cerebro y tu cuerpo empezarán a experimentar los sutiles cambios en
carácter y composición. Con suficiente práctica este entrenamiento aumentará la
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plasticidad cerebral y hará cambios en tu capacidad de calmarte en general y en una
situación concreta que tendrán efectos a largo plazo. Empezarás pronto a sentir el
cambio positivo; solo con dos semanas de entrenamiento en esto comenzarás a ver
los efectos.
Hay muchos tipos de estrés y ansiedad: unos que esperamos y con los que tratamos a
diario, como las obligaciones, los plazos, los nuevos proyectos, y otros inesperados,
como fallos en el ordenador, retrasos en el procesamiento de información o
problemas interpersonales. Y nuestra tarea implica mejorar nuestra reacción ante
ambos tipos.
En circunstancias normales tu cerebro produce una mezcla de frecuencias que está
bastante equilibrada en ubicación y producción en ambos hemisferios cerebrales.
Eso crea un patrón de actividad cerebral (PAC) que es bastante estable a lo largo del
tiempo. Podemos pasar de un patrón constante de reflexión (pensar demasiado) a un
patrón constante de un estado mental relajado o incluso de meditación. ¿Qué
queremos decir con pensar demasiado? Digamos que has tenido una discusión con tu
jefa y que no puedes dejar de pensar en ello por muchas razones, una de ellas que
temes que eso haya estropeado tu buena relación con ella. En ese caso puedes
utilizar la música para activar los sistemas de pensamiento, emociones y
recompensas del cerebro.
Uno de mis alumnos de salud y bienestar me contó hace poco que había tenido un
encontronazo con uno de sus profesores. Temía que eso hubiera estropeado su
relación con ese profesor para el resto del semestre. De camino a su casa hizo una
parada, se compró un café y pensó que podría dejar a un lado toda aquella
situación. Pero no funcionó. No podía dejar de pensar en lo que había pasado.
Cuando llegó a casa se dio cuenta de que, si quería encontrarle una solución al
problema, primero tenía que calmarse y sobre todo apartar la mente de lo que había
pasado y centrarse en lo que podía hacer al respecto.
Poco antes yo les había dado una clase sobre cómo convertir su iPod en una
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máquina para entrenar el cerebro, así que se dijo: «¿Por qué no intentarlo?». No
tenía una lista de canciones preparada, así que buscó unos cuantos cedés de su
colección de música que pensó que le calmarían. Puso Romeo and Juliet de los Dire
Straits y eso empezó a calmarle, así que la puso una vez más a la vez que cerraba
los ojos y empezaba a respirar más despacio siguiendo el ritmo de la música. Se
centró en partes de la letra que decían cosas como «sueño», «no era el momento
correcto» y «¿qué te parece?». Y esa frase («¿qué te parece?») le llenó y le llevó su
miedo. Después se puso una de sus favoritas de siempre, Across the Universe de
The Beatles. El músico con el que más conectaba era John Lennon; entonces, puso a
cantar la canción con una tranquila positividad. Respondió especialmente al verso
«Nada va a cambiar mi mundo» y se puso a cantarlo cada vez que se repetía en la
canción.
Esa letra le reafirmó en que no había nada que temer. Mucho más relajado ya,
puso Imagine y esa canción funcionó instantáneamente, así que la repitió una y otra
vez hasta que se sintió mejor y con más confianza en que todo iba a salir bien.
Consiguió calmarse y, al hacerlo, también logró disolver esos pensamientos
negativos compulsivos que le habían quitado el equilibrio anteriormente. Con la
mente fluyendo otra vez pudo formar en su mente la conversación que debía tener
con su profesor para arreglar las cosas para el bien de ambos.
—JOSEPH
Para hacer que un cerebro muy estresado vuelva a un estado de equilibrio y fluya,
hace falta centrar la atención en conseguir la tranquilidad. Por eso los estudiantes,
los ejecutivos, los atletas y los profesionales de cualquier tipo escuchan música para
calmar su mente (y su cuerpo) antes de enfrentarse a acontecimientos importantes o
después de un largo día de trabajo.
Potenciar los efectos con imágenes
Si piensas en tu pasado, seguro que recuerdas momentos en que lo hiciste todo mejor
que bien y en los que además tenías la mente perfectamente relajada. Puedes utilizar
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esos recuerdos e imágenes para ayudarte a lograr una gran sensación de tranquilidad
en cualquier momento. Combinando diferentes canciones de tu lista con tus propios
recuerdos e imágenes positivos es posible hacer importantes cambios en la química
de tu cerebro y entrenarlo para que invoque esos recuerdos e imágenes que te
servirán de ayuda extra cuando lo necesites.
Las imágenes funcionan mejor cuando van vinculadas a canciones que te producen
alguna emoción. Cuanta más importancia emocional tenga una canción para ti, mayor
será la influencia de los cambios en tu cerebro para ayudarte a alcanzar la
tranquilidad perfecta. Funciona porque hay fuertes conexiones en el cerebro entre las
imágenes visuales que tu mente crea mientras escuchas una canción y la forma en que
la música provoca la escena que estás creando en tu cabeza.
Pasé mis primeros años de vida en el Polo Norte, porque mi padre trabajaba como
piloto de aviación en la zona polar. El sonido, o para ser más exactos la música, de
la silenciosa, blanca y brillante nieve formó en mi mente una conexión con la
eternidad y me hizo sentir esa sensación que obtienes cuando te ves como solo una
partícula del universo.
Aunque recuerdo todas las nanas que me cantaba mi madre para dormir, el
recuerdo musical más potente que tengo profundamente grabado en el cerebro es el
de la blanca y brillante nieve. Por la mañana, antes de que el trineo tirado por renos
o perros me llevara a la escuela local, salía afuera. Me llevaba al pequeño zorro
polar, al osito blanco o a mi husky siberiano, Mars, y me ponía a absorber la
magnífica música del silencio blanco. Mis padres me decían que entrara y esperara
dentro del refugio caliente, pero yo insistía en quedarme fuera, así que al final se
rindieron y se limitaron a abrigarme bien. Siempre sonreía, como si fuera un secreto
que solo yo conocía, algo entre esa naturaleza blanca y pura y yo. Siempre le decía
a mi madre lo mismo (en ruso): «No hay límites ni fronteras. No hay fin; esto es
todo».
Durante el viaje que ha sido mi vida he vuelto a ese recuerdo muchas veces para
conseguir mi mejor estado mental. No importa si lo que estoy haciendo es aprender,
enseñar, hacer exámenes, deportes, bailar, tocar música o hablar en público;
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siempre puedo usar ese poder blanco y vacío. Hace poco le pregunté a mi hija,
licenciada por la Universidad de Nueva York a la que ahora le gusta hacer y dar
clases de yoga profesionalmente, qué tal iba su práctica, si creía que estaba
mejorando en lo que hacía. Ella me respondió: «Creo que sí, pero mamá, ya sabes,
no hay límites.»
—GALINA
Cuando una canción genera una imagen en tu mente, tu recuerdo puede fácilmente
evocar otras imágenes que indiquen la dirección que la película de tu mente va a
adquirir. Las imágenes placenteras emiten dopamina. Eso es una recompensa ante la
experiencia de usar las imágenes y la música en general y de usar los recuerdos que
acabas de traer a tu mente. Además, más específicamente, entrena tu memoria para
volver a recuperar esa escena la próxima vez. Cuanto más repitas esa película
mental, más fácil, rápido y potente será tu experiencia de sus efectos. En último
término, tras la repetición, se convertirá en algo automático y se iniciará en tu mente
cuando lo necesites.
Prueba a usar tu canción favorita para hacer tu propia película que calme tu mente
hoy. Si no se te ocurre inmediatamente la escena perfecta que reproducir en tu mente
mientras escuchas la canción que has seleccionado para tranquilizarte, no te
preocupes. Empieza poco a poco. Escucha primero una canción que conozcas bien y
después recuerda cualquier cosa, cualquier situación en la que te sentiste relajado y
tu rendimiento fue óptimo. Después repite la canción otra vez y añádele más detalles
a la escena. Reproduce la canción tres o cuatro veces seguidas con más detalles
incorporados a la escena cada vez. La experiencia te proporcionará una canción que
reproducir y una imagen que recordar en el futuro cada vez que intentes aumentar tu
sensación de calma.
Reducir el poder de los recuerdos estresantes
A veces los recuerdos desagradables entran en tu estado mental tranquilo sin
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invitación y simplemente no puedes librarte de ellos. No solo interrumpen tu
tranquilidad, sino que te estresan, te bajan el ánimo y cambian la química de tu
sangre para que produzca aún mayor estrés. También aumentan la presión arterial, el
ritmo cardiaco, la respiración, etc. Y todo eso destroza tu equilibrio y desbarata la
fluidez del estado mental.
Pero utilizando tu lista de canciones en combinación con una selección de
imágenes puedes reiniciar tu cerebro y ayudarte a detener la recurrencia de esos
recuerdos estresantes. Funciona de una forma muy sencilla. Sabemos que cuando
tenemos un recuerdo, este tiene el mismo peso emocional que tenía la última vez que
lo trajimos a la memoria. Pero ahí es donde entra la música. Aunque un recuerdo te
venga a la mente con cierta intensidad emocional, puedes tratarlo en ese mismo
momento con tu canción favorita y unas imágenes positivas y así conseguir diluirlo.
La próxima vez que ese recuerdo desagradable te invada será mejor que antes
porque habrás reducido su fuerza. La tarea consiste en seguir repitiendo el
tratamiento hasta que hayas conseguido ahogar totalmente el efecto de ese recuerdo.
Digamos que has almacenado en tu memoria una imagen de un acontecimiento triste
y que ese recuerdo no deja de venirte a la mente y de estresarte. Puedes, con un poco
de práctica, aprender a desafiar ese recuerdo con una canción, una que evoque
emociones e imágenes completamente opuestas, una que te dé más confianza y que te
provoque placer.
Por ejemplo, una mujer que conocemos era capaz de revertir unos recuerdos tristes
provocados por la muerte de su madre poniéndose la canción de 1962 Twisting the
Night Away de Sam Cooke. Esa canción, una de las favoritas de su madre, le traía
recuerdos maravillosos de ella y de su madre bailando en la cocina cuando ella tenía
nueve años y todo era feliz y seguro. Con un poco de práctica la canción consiguió
reemplazar instantáneamente el dolor por placer y la pena por felicidad y alegría.
Pero esto no es fácil, porque el cerebro tiene tendencia a hacer las cosas pasando
siempre por el mismo circuito que ha utilizado en el pasado.
Imaginemos, por ejemplo, que durante diez años has seguido el mismo camino para
ir al trabajo y hoy decides que quieres seguir un camino diferente de ahora en
adelante. ¿Podrás utilizar esa ruta diferente? Claro que sí; solo necesitarás un tiempo
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para grabarla de nuevo en tu memoria o sin darte cuenta volverás a tus viejos
hábitos, al viejo circuito.
Igualmente, si estás intentando revertir el efecto de un recuerdo emocionalmente
estresante con la música, tienes que repetir el proceso muchas veces. La mayoría de
la gente habla de efectos positivos después de dos o tres semanas.
CONSEJO EXTRA PARA TU LISTA DE CANCIONES
Si estás intentando invertir el efecto de un recuerdo estresante y quieres aumentar el
efecto, reprodúcela varias veces y pon después una pieza de música que te dé
energía.
Recuerda que tienes que repetir este tipo de estrategia para invertir la tendencia de
forma agresiva para que tu cerebro pueda reubicar las conexiones, disolver ese
recuerdo estresante y crear una nueva conexión que te ofrezca felicidad y placer en
vez de lo anterior. Pero se puede hacer. Con el tiempo el nuevo recuerdo, el que has
elegido, reducirá significativamente el dolor y, en algunos casos, borrará del todo el
recuerdo anterior, así como cualquiera de los sentimientos negativos que rodearon al
acontecimiento que provocaba el recuerdo.
Triunfar sobre el conflicto
Las estrellas del patinaje sobre hielo rusas Ekaterina Gordeeva y su marido Sergei
Grinkov ganaron prácticamente todas las competiciones en las que participaron,
incluidas dos medallas de oro en las Olimpiadas de 1988 y 1994. Después sucedió
la tragedia en 1995, en Lake Placid, Nueva York, cuando Sergei murió repentina e
inesperadamente mientras ensayaba en el hielo para la gira del espectáculo
«Estrellas sobre hielo». Eso sucedió justo un año después de que la pareja hiciera
historia en el patinaje al ganar su segundo oro olímpico. Sergei solo tenía veintiocho
años cuando murió y Ekaterina veinticuatro. Los dos habían empezado a patinar de
niños, se enamoraron, se casaron en 1991 y tuvieran a su hija Darya en 1992, tres
61
años antes del inesperado ataque al corazón de Sergei. La pérdida se sintió en todo
el mundo y fue dramática para ella de muchas formas. Pero en febrero de 1996,
después de un largo entrenamiento de repetición utilizando el movimiento, la música
y muchas imágenes posturales de su baile, volvió al hielo. Esta vez patinó sola en
una representación televisada en tributo a su marido. Ella dijo más tarde de su
representación que se había visto «doblemente fuerte», porque había sentido que su
marido estaba con ella. Todos los ensayos patinando rodeada por las notas largas y
lentas de la Sinfonía n0 5 de Gustav Mahler, y sobre todo su actuación, ayudaron a
Ekaterina a mantener su mente fluyendo. Ambas crearon una nueva fuente de
recuerdos que pudo invocar cuando los necesitó. Todos los que vimos la
representación pudimos sentir ese poder curativo en nuestros corazones.
Hay tantas historias de triunfo humano sobre el dolor y el conflicto como personas
hay en el mundo. Todos hemos podido presenciar una: personas que se ven en las
peores de las circunstancias, alejándose de ellas triunfantes, fuertes, más conscientes
de sí mismos y más centrados que nunca. Por desgracia, también hemos visto lo
contrario: gente devastada por el conflicto y la catástrofe.
Está claro que, al hablar de ansiedad, hay una escala de magnitud. La muerte de un
cónyuge o un familiar causa mayor estrés que pelearse con el jefe. Y pelearse con el
jefe es más estresante que no encontrar aparcamiento en un centro comercial. Pero
también está claro que las respuestas a elementos estresantes similares pueden
volver del revés totalmente el mundo de una persona, mientras que otro individuo
puede encontrar un mecanismo de respuesta en su interior que le ayude a superar
momentos duros y seguir adelante.
El factor más importante que contribuye a la forma en que se gestiona el estrés es
la estrategia que se tenga para sobrellevarlo: la capacidad de dejarlo ir y volver a
poner a fluir la mente.
Dos formas de gestionar el estrés
Hay dos formas que la gente suele utilizar para intentar gestionar su estrés. Una es
negativa y la otra es positiva.
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Consideremos la siguiente situación: en un extremo de la ciudad hay un hombre que
siente que está atrapado en un trabajo que es para él un callejón sin salida. Hace
poco ha hecho una entrevista para un nuevo trabajo y le acaban de llamar para
decirle que no le han seleccionado para el puesto. En su casa se arrastra hasta su
dormitorio para estar solo, vuelve a fumar (y eso que hace mucho tiempo que lo
dejó), bebe más de lo habitual esa noche, está malhumorado en su trabajo (que no le
gusta, pero es el único que tiene) y al final discute con su mujer, con sus hijos y con
otros miembros de su familia. El conflicto y el estrés que hay en su vida son
evidentes, pero en la mayoría de los casos esa situación solo alcanzaría un nivel
medio en cuanto a la evaluación de situaciones generadoras de estrés. Pero la
reacción que está teniendo ante esa situación no le está ayudando. De hecho solo está
añadiendo conflictos externos al interno que ya tiene y alejándolo más de su objetivo
a largo plazo, que es un trabajo que le guste y conseguir estabilidad financiera.
En el otro extremo de la ciudad hay una mujer joven y atlética cuya pasión es el
kung-fu. Se ha estado preparando para un torneo en el que le hace ilusión competir,
pero hace poco le han diagnosticado una variedad potencialmente terminal de
leucemia. Pero tiene que esperar a hacerse más pruebas, análisis y un diagnóstico
más profundo y definitivo. Esa es una situación generadora de estrés de un nivel que
se sale de cualquier medición. La competición está en su calendario, donde lleva
apuntada casi un año. Su médico le ha dado permiso para participar en el
acontecimiento deportivo, así que entrena todos los días y disfruta de lo que hace:
perfeccionar el viejo y bello arte del kung-fu. Este arte, que es una especie de baile,
incluye muchas líneas extremadamente largas, gráciles y espirales que le traen a la
mente imágenes de libertad, fuerza y paz. La música que selecciona hace que su
mente se llene de imágenes de un águila flotando sobre las cumbres de las montañas
poderosa, elegante y llena de paz. Los sonidos son suaves y armoniosos, con cuerdas
sintetizadas modernas y llenas de sonido y notas largas y fluidas que casan con sus
movimientos, lo que aumenta su sensación de equilibrio y hace que se grabe aún más.
Cuando entrena siente tanta energía psíquica que pasa fluyendo de una postura a otra
con gran fuerza. Se convierte en ese águila. Al observarla, nadie sería capaz de
adivinar que hay algo que la preocupa. Y, mientras entrena y mucho tiempo después,
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en su mente se siente purificada de cualquier problema. Realiza todos los
movimientos como si fueran los únicos movimientos del universo y así entra en un
nivel energético aún mayor de creatividad y de alegría. Su enfermedad no puede
robarle la tranquilidad o la fluidez a su mente. De hecho en su caso, como en el de
Ekaterina, es justo lo contrario: la hace más fuerte.
Me gusta utilizar la canción Feeling of Falling de Bonnie Raitt cuando me siento un
poco bajo de ánimo o ansioso por las cosas que nos depara la vida. Hay algo en la
música y las letras de artistas como Bonnie y otros como ella que me ayuda a
encontrar la sensación que necesito en las palabras de la canción. Eso me hace
conectar con la música e identificar cuáles son mis objetivos, que puede ser
relajarme o simplemente darme cuenta de que otra persona está pasando por lo que
estoy pasando yo y saberlo me ayuda a recuperar la calma y el equilibrio. He
aprendido a anticipar la frase que se repite «I miss that feeling of falling, falling on
over the ledge (Echo de menos esa sensación de caer, caer sobre el abismo)» y así
me doy cuenta de que a veces caer en lo desconocido no es algo malo, porque lo
desconocido puede traernos enormes recompensas y satisfacciones. Darme cuenta
de eso contribuye a que me relaje y pueda seguir llevando bien los cambios en mi
vida.
—DON
Al repetir su entrenamiento una y otra vez ha conseguido unir la música, las
imágenes, el movimiento y la recompensa con su objetivo de lograr la perfección en
su rendimiento deportivo. Ha entrenado a su cuerpo y a su mente para que no dejen
de fluir.
Ser capaz de ponerte en este estado mental te permitirá transformar la ansiedad en
calma. Para algunas personas también puede significar la capacidad de transformar
un infierno potencial en la tierra en el verdadero paraíso.
Esto es importante y te da mucho poder. Las investigaciones demuestran que si se
enfrentan las partes difíciles de esas experiencias con el convencimiento de que
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tienes la capacidad de superar la tarea satisfactoriamente, se consigue un estado
mental que fluye aún mejor y que se mantiene durante más tiempo. Los individuos
que consiguen esos triunfos son supervivientes. Son héroes. Y los admiramos porque
podemos vincularnos con su deseo de superar la ansiedad y la miseria. Su victoria
nos da esperanza y nos produce orgullo. Nos muestra el poder de una mente que
fluye.
Es cierto que varias cosas en la vida tienen la capacidad de hacer fluir a nuestra
mente, pero la música es quizá la más simple en su funcionamiento porque está
integrada en todas las células de nuestro ser.
Ejemplo de lista de canciones para provocar la tranquilidad
Veamos la lista de canciones de una mujer que la utiliza varias veces al día en el
trabajo. Usa canciones sueltas, a menudo repetidas varias veces, que coinciden con
situaciones de estrés concretas que surgen en ocasiones. Ver cómo ha organizado las
canciones para que se adapten a sus necesidades personales puede serte de ayuda
para componer tus propias listas. Haz muchas pruebas para ver qué te funciona y
crea tu lista.
EJEMPLO DE LISTA «TRANQUILIDAD GENERAL»
The Splendour, Pantha du Prince (me despeja la cabeza).
El Canon en re mayor de Pachelbel (lo tocaron en mi boda y me trae muy
buenos recuerdos).
Diamond in the Rough, Shawn Colvin (me trae a la mente imágenes de cosas
a las que puedo aferrarme).
Every Breath You Take, The Police (un ritmo muy visceral que hace que todo
mi cuerpo y mi mente se relajen).
Here Comes the Sun, The Beatles (mejora mi positividad a la vez que me
tranquiliza y me provoca imágenes de muchas mañanas felices de cuando era
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niña y no tenía ninguna preocupación).
EJEMPLO DE LISTA «TRANQUILIDAD PROFUNDA»
Música para las ondas delta, Modern Meditation Series (descargada).
Meditación profunda: ondas beta, alfa, zeta y delta, Kelly Howell.
Canción Relajación de la Terapia de la Música Cerebral (hablaremos más en
profundidad sobre la Terapia de la Música Cerebral en el capítulo 10).
Las canciones que se incluyen en las listas anteriores están, por supuesto,
personalizadas para el uso de la persona que las creó y pensadas para sus
situaciones vitales en concreto. Las utilizamos aquí solo para ilustrar cómo alguien
que conoce nuestras técnicas ha creado una lista que funciona (para ella). Tus listas
dependerán de las situaciones a las que te tengas que enfrentar en tu vida, tus
necesidades actuales, lo que te estresa, tu respuesta personal a eso que te estresa y
sobre todo de la música que te guste. Sin embargo, la idea principal que subyace tras
el uso de la lista (y de este ejemplo) es relajar la mente cuando lo necesites, y, si la
usas regularmente en ciertas situaciones que te causan estrés, la lista cambiará tu
respuesta ante esas situaciones. Reprogramará tu cerebro para reaccionar de forma
diferente a los elementos estresantes de tu vida personal, apagándolos uno por uno
con cada paso proactivo que des. Cuando los días de entrenamiento se conviertan en
semanas empezarás a ver más resultados positivos y te sentirás menos estresado en
lo que respecta a lo que te ha estado causando dolor. Y cuando las semanas se
conviertan en meses y más tarde en un año, notarás una mayor reducción del estrés y
te encontrarás con un tú completamente renovado.
Cuando tu mente fluya, no notarás el estrés; deja que tu lista de canciones te lleve
hasta ese estado.
INSTRUCCIONES PARA ELEGIR LAS CANCIONES DE TU LISTA
A continuación vamos a darte unos consejos sobre cómo elegir canciones para una
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lista que te ayude a aliviar la ansiedad:
Primero, escoge canciones que te gusten mucho.
Presta atención a cuándo cierta canción funciona y cuándo no.
Graba las canciones en tu memoria.
Haz una lista que esté orientada a una tarea. Entrena a tu cerebro con la lista
que has creado.
Busca canciones nuevas y antiguas.
Escucha con atención y anticipa.
Busca canciones que te tranquilicen. Empieza eligiendo un tipo de música,
según tus gustos, que suela calmar tu ansiedad. Si experimentas, podrás
desarrollar una verdadera precisión a la hora de escoger las canciones
adecuadas para relajarte en situaciones específicas. A veces la mente y el
cuerpo reconocen instantáneamente la música que necesitas en ese momento
para tranquilizarte. Selecciona esas canciones primero. Pero también prueba
a escuchar otras canciones variadas que creas que se pueden relacionar con
tus necesidades específicas en el momento. Por ejemplo, ¿vas de camino a
una reunión con tu jefe o a hacer un examen? ¿Estás enfadado, triste o
ansioso? ¿Hay canciones que te trasmiten calma, teniendo en cuenta dónde
estás y el objetivo que tienes? Identifica cómo las canciones específicas te
cambian ciertos estados de ánimo y cómo te hacen sentir en ciertas
situaciones. Añádelas a tu lista para combatir la ansiedad. Incluso puedes
hacer listas para eliminar la ansiedad en situaciones específicas, como, por
ejemplo, listas para «Antes de hablar en público» o «Antes de las reuniones
de la oficina».
Ejercicio
1. Comprueba tu tensión arterial y tu ritmo cardiaco. Utiliza un medidor de tensión
que puedes encontrar en farmacias para medir tu tensión y tu ritmo cardiaco. Si
prestas mucha atención, te darás cuenta de que algunas canciones de tu lista
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aumentarán tu tensión y tu ritmo cardiaco y otras lo reducirán. Ralentiza tu
respiración utilizando los consejos que hemos incluido en este capítulo, mientras
estás utilizando la máquina para medir la tensión. Haz un gráfico con las canciones
que te tranquilizan e indica cuáles tienen mayor efecto sobre ti, a qué hora del día y
dónde. De esa forma podrás hacer coincidir las canciones con los resultados
deseados. Fíjate en que la combinación de ralentizar tu respiración y escuchar una
canción relajante hará que tu mente y tu cuerpo se coordinen para tranquilizarse
más rápida y profundamente. Los resultados son más notables si estabas
experimentando mucho estrés o estabas de mal humor antes de ponerte a escuchar.
2. Utiliza un sistema con cinco estrellas. Crea un gráfico en el que uses un sistema
con cinco estrellas, en el que 1 sea lo más bajo y 5 lo más alto. Pregúntate: «¿Qué
nivel de relajación siento tras escuchar esta canción?». En general, la gente
encuentra que las canciones que tienen un tempo más lento y suave son más
relajantes. En esta categoría se incluyen temas que van desde I'm Growing Numb
de Pink Floyd a la Nana de Brahms.
3. Utiliza tus expectativas, tus recuerdos y tus imágenes. Elige una canción que
conozcas hace tiempo y que te guste. Las canciones más largas y más lentas suelen
dar mejores resultados. Cuando reproduzcas la canción, trae a tu mente tu recuerdo
positivo favorito, tanto si lo tienes ya asociado a la canción como si ahora quieres
conectarlo con ella. Con ese recuerdo en mente trae tus pensamientos al primer
plano. Intenta que en tu mente se vean más claros y más reales. Piensa en los
detalles de ese recuerdo y cómo lo sentiste, y empieza a imaginar que estás otra
vez en ese lugar. Cada vez que escuches esa canción intenta volver al sitio en el
que estabas y comienza a dejar ir cualquier pensamiento que te estrese y que esté
ocupando ahora mismo tu mente. Al centrarte en ralentizar tu respiración a seis u
ocho respiraciones profundas por minuto mientras escuchas y visualizas
conseguirás reducir aún más los niveles de estrés. Mientras utilizas tu memoria
para imaginarte reviviendo una experiencia pasada agradable, tus emociones
positivas reducirán la liberación del estrés al producir productos químicos en tu
cerebro.
68
69
4
Cómo la música puede aumentar
tu estado de alerta
«La música limpia el entendimiento, lo inspira y lo eleva hacia un reino
que no podría alcanzar por sí solo.»
—HENRY WARD BEECHER
T
ODOS necesitamos un aporte extra de energía de vez en cuando. La mayoría de
nosotros lo buscamos en el café, las bebidas energéticas, las pastillas o el
ejercicio (cuando tenemos tiempo). Pero la música también te puede dar ese
empujoncito que buscas sin ninguno de los efectos secundarios negativos y además
es algo que se puede llevar en el bolsillo con total facilidad.
En los capítulos anteriores hemos estado hablando de cómo las ondas cerebrales
tienen la capacidad de sincronizarse con una pieza musical y cómo las de frecuencia
más alta se asocian con una mayor excitación y concentración. Ahora veamos otra
propiedad de la música: las pulsaciones por minuto (PPM). Esta propiedad tiene un
importante papel a la hora de aumentar el estado de alerta. Cuando hablamos de
PPM nos referimos a cuántas pulsaciones hay en cada minuto de una canción. Por
ejemplo, la canción Born This Way de Lady Gaga tiene unas PPM moderadamente
altas: 124. Hablando en general, unas PPM de 124 pueden aumentar moderadamente
tu estado de excitación. Para que nos sirva de contexto, el extremo más bajo del
espectro es algo como New York, New York de Sinatra, que tiene 27 PPM. En el
otro extremo están canciones como My Sharona de Knack que tiene 150 o I Wanna
Be Sedated de Los Ramones que tiene 165.
Hay varias formas de saber las PPM de una canción. La más fácil es usar cualquier
motor de búsqueda de internet y escribir: «artista», «título de la canción», «PPM».
Eso te llevará a sitios que tienen listas de las PPM de las canciones que buscas y a
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veces a sitios que tienen gráficas de PPM de toda una biblioteca de canciones.
También puedes utilizar la forma de toda la vida; aprender cómo funciona esto te
ayudará a comprender lo más básico de las PPM y también mejorará tus habilidades
a la hora de escuchar una canción. Para calcular las PPM de la forma tradicional
simplemente tienes que contar todos los golpes del bombo que oigas durante treinta
segundos y después doblar ese número. Si reproduces la canción en YouTube, verás
en la pantalla los segundos que han pasado de la canción, lo que te facilitará llevar
la cuenta.
Hay una forma atípica de contar las PPM que puedes intentar si tienes ganas de
jugar: ve al sitio web Handy Software Tools (http://www.all8.com/tools) y ponte a
escuchar tu canción favorita (utilizando tu iPod, tu reproductor de MP3 o cualquier
medio, incluso la puedes cantar tú mismo). Ahora pulsa una tecla del teclado cada
vez que oigas una pulsación de la canción. Una imagen digital que saldrá en la
pantalla del ordenador que te mostrará las PPM (así no necesitarás reloj). Te lo
pasarás bien haciéndolo y además mejorarás tus habilidades de escucha mientras lo
haces (y la próxima vez que escuches esa canción). El método es bastante preciso y
no importa si te pierdes algunas pulsaciones, porque incluso las listas de PPM de
canciones suelen dar intervalos (por ejemplo, 90-100 PPM).
Si te pones a ello muy en serio, hay muchos otros programas que te puedes
descargar para medir las PPM en los que se incluye un software más sofisticado que
es completamente automático y que te proporcionará lecturas sin que tú tengas que
medir los golpes. Uno de ellos es beaTunes, el detector de PPM de iTunes, que te
enseña los PPM de una canción y también puede analizar todas las canciones de tu
biblioteca para obtener sus PPM. También te puede ayudar a personalizar todas las
listas que quieras basándose en las PPM. Hay mucho otros tipos de software y es
fácil encontrar uno que te venga bien.
Hay muchas cosas que puedes hacer con esas mediciones de PPM. Por ejemplo, a
mucha gente le gusta hacer listas que puedan utilizar para alcanzar diferentes niveles
de alerta, por ejemplo: «Estado alto de alerta», «Más alerta», «La mayor alerta».
Estas listas son convenientes porque las diferentes tareas a lo largo del día necesitan
diferentes niveles de energía mental. Las diferentes listas de canciones te permitirán
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decidir con precisión lo que necesitas de acuerdo con cada situación. Por ejemplo,
levantarte por la mañana te requerirá más energía que tener una conversación con un
compañero de trabajo durante la comida. Escribir y enviar un informe a tus jefes
necesitará más energía que ninguna otra cosa que hagas en el día. Así que el nivel de
alerta que necesitas para poner tu mente a fluir de la mejor manera varía según la
tarea, la hora, el lugar, etc. Y puedes usar las PPM de forma creativa para aumentar
la efectividad de tus listas de canciones a la hora de ayudarte a lograr lo que
necesites.
La idea es hacer coincidir las listas con tareas diarias específicas de forma que
puedas operar en tu mejor estado.
PPM: un estudio de caso
Veamos una lista de ejemplo que ilustra cómo una persona ha utilizado las PPM para
organizar canciones según sus niveles de alerta (alto, más alto y el más alto) para
que obedecieran a sus necesidades. Recuerda que solo son muestras de cómo alguien
que conoce nuestras técnicas ha utilizado los conceptos. Como siempre, tu selección
reflejará tus gustos personales.
Las listas que hay aquí incluyen música variada. Tú puedes elegir hacer algo
similar o utilizar siempre el mismo género. Es posible que descubras que si
reproduces una canción concreta una y otra vez; por ejemplo, The Power of Love de
Huey Lewis and the News, consigas el estado de alerta que necesitas. No dudes en
hacerlo si te funciona (y apunta todo lo que descubras sobre cómo te afecta una
canción, porque si eres como somos los demás, si no lo apuntas se te olvidará);
ponte la canción en tu iPod o en tu reproductor de MP3 y reprodúcela cada vez que
la necesites. Eso ayudará a tu cerebro a recordar la canción, a que lo haga más
rápido y a que empiece a hacer nuevas conexiones que te proporcionarán la alerta
que quieras cuando quieras. Y lo que es más, el cerebro se recompensará a sí mismo
con un cóctel de dopamina que hará que todo sea todavía más fácil la próxima vez.
Uno de mis alumnos acababa de terminar una investigación en uno de nuestros
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laboratorios de ordenadores. Cuando entró en la habitación, llevaba puestos unos
auriculares y se podía oír desde fuera la música que estaba escuchando. Me había
estado oyendo hablar durante meses, mientras escribía este libro, sobre cómo la
música puede poner la mente en un estado de concentración llena de energía y me
dijo que estaba probando el concepto. «¿Y qué tal te ha ido?», le pregunté.
«Genial», me respondió. Seguidamente le pregunté qué estaba escuchando y él me
dijo: «He hecho una lista de todas las canciones que me gustan que tienen más de
150 PPM».
—JOSEPH
Ten en cuenta que las listas de canciones que presentamos aquí están en orden
ascendente, organizadas de más bajo a más alto según sus PPM. La intención es ir
aumentando los niveles de alerta a partir del incremento de PPM de las sucesivas
canciones.
LISTA «ESTADO DE ALERTA» (100-130 PPM)
Pride (The Name of Love), U2 (106)
Lady Madonna, The Beatles (110)
Goodbye Earl, Dixie Chicks (120)
Sweet Dreams, Marilyn Manson (128)
Don't Phunk with My Heart, Black Eyed Peas (130)
LISTA «MÁS ALERTA» (135-155 PPM)
Back on the Chain Gang, Pretenders (138)
Beat it, Michael Jackson (139)
We didn't Start the Fire, Billy Joel (145)
The Power of Love, Huey Lewis and the News (155)
Authority Song, John Mellencamp (155)
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Authority Song, John Mellencamp (155)
LISTA «LA MAYOR ALERTA» (de 160 A + DE 175 PPM)
Rebel Yell, Billy Idol (167)
Johnny B. Goode, Chuck Berry (169)
El rock de la cárcel, Elvis Presley (171)
Long Tall Sally, Little Richard (174)
Long Tall Sally, Little Richard (174)
Rock This Town, Stray Cats (204)
CANCIONES CON MUCHAS PPM (PARA PONERLAS BIEN ALTAS)
The Happening, The Supremes (197)
Boys of Summer, The Ataris, (201)
Watershed, Indigo Girls (203)
Ahora consideremos una situación diferente y por tanto un tipo de lista distinto.
Digamos que estás descansado pero disperso y completamente desmotivado. Crea
una lista de canciones que combinen los tres niveles de alerta en una sola lista y que
el nivel vaya subiendo. Eso te dará un efecto de intensificación. Tal vez estaría bien
que usarás también canciones que te dan ganas de bailar.
LISTA «CONTRA LA DISPERSIÓN MENTAL»
(PARA PONERLA BIEN ALTA)
Goodbye Earl, Dixie Chicks (120)
Back on the Chain Gang, The Pretenders (138)
Rebel Yell, Billy Idol (167)
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El rock de la cárcel, Elvis Presley (171)
Boys of Summer, The Ataris (201)
Si tienes toda la habitación para ti, levántate y baila e incluso finge que tocas la
guitarra o mueve los labios siguiendo la letra de la música. La combinación de
sonido y movimientos aumentará los efectos de la música en el cuerpo y la mente.
Eso te proporcionará una forma de redirigir tus pensamientos y acciones hacia un
estado en que tu mente fluya.
Hay otra situación en la que se pueden utilizar listas confeccionadas según las
PPM. Digamos que te llega un correo electrónico de trabajo inesperado. Imaginemos
que es de un nuevo cliente con un gran problema. Pero estás cansado y necesitas una
dosis inmediata de energía que te anime. Y no hay tiempo que perder, necesitas
despertar tu mente y a la vez evitar la frustración. No puedes permitirte decir algo
mal o que parezca que no le das importancia. No quieres usar café ni algún fármaco,
ni tampoco lo necesitas. Si ya te has entrenado con varias listas de canciones que
potencian tu sensación de alerta, es posible pasar inmediatamente de un estado
mental muy poco centrado a uno en el que tu mente fluya y tengas el mayor nivel de
alerta. Solo tendrás que escoger la lista con el nivel de alerta que necesites entre las
listas «Estado alto de alerta», «Más alerta» o «La mayor alerta» y reproducirla.
Al igual que con cualquier otro efecto de los que hemos hablado en este libro, la
clave es tener las listas preparadas con antelación. Así tendrás lo que necesitas justo
ahí, en el bolsillo. Después solo tienes que entrenar a tu cerebro utilizando las listas
una y otra vez.
Recuerda que debes escuchar con atención tus selecciones musicales. Eso te
ayudará a sacarles todo el jugo. También contribuirá a que sepas qué canciones,
grupos o incluso tipos de música te funcionan mejor para una tarea o para otra. Por
ejemplo, puedes descubrir que la versión de Atari de Boys of Summer es genial para
despertar tu alerta en la mayoría de situaciones en las que necesitas un empujón para
ponerte en movimiento, pero que la versión original de la misma canción de Don
Henley te funciona mejor para el conocido viaje de vuelta a casa después del
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trabajo. Ese tipo de cosas suceden más a menudo de lo que pueda parecer.
No te olvides del equilibrio, o quizá tu mente pierda la capacidad de fluir.
Un ejercicio con PPM
Las listas basadas en las PPM también son efectivas para elevar la alerta y la
motivación en las actividades atléticas. También en estos casos la combinación de
música y movimientos te dará una ración extra de energía. Si te gusta correr, ir en
bici, nadar, levantar pesas, hacer aerobic o cualquier otra actividad deportiva,
puedes utilizar la lista de canciones para darte energía y conseguir un rendimiento
óptimo.
La música con un tempo alto, entre 100 y 130 PPM o incluso más, normalmente es
la mejor para esto. Las mejores canciones tienen un ritmo duro, pegadizo, fácil de
seguir y de anticipar. Este tipo de ritmo activa tu cerebro y sincroniza los
movimientos de tus músculos con el ritmo de la canción, así que consigues un efecto
doble: una mente que fluye y unos músculos que también se ponen a fluir.
Imaginemos que te gusta usar la cinta de correr. Un entrenamiento básico en la
cinta de correr normalmente responde bien con canciones de 150 PPM, pero puedes
subir hasta 170 o más y seguir coordinando el movimiento con el tempo.
Las PPM que normalmente se indican para diferentes actividades que combinan la
música y el ejercicio
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son las siguientes:
Por debajo de 100 PPM: entrenamientos de bajo nivel, calentamiento y
relajación tras el ejercicio.
De 115 a 120 PPM: caminatas ligeras (a paso normal de paseo).
Más de 130-140 PPM: caminatas a buen ritmo y ejercicio cardiovascular.
Entre 135 y 160 PPM: footing.
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Entre 150 y 175 PPM: correr.
Más de 174 PPM: correr a gran velocidad y hacer sprints.
Cuando ya seas un usuario avanzado, puedes llevar tu lista de canciones al
siguiente introduciendo tempos más rápidos y potentes cuando lo necesites en tu
rutina y después situando una canción más lenta y que te haga sentir bien la final (o
colocar varias intercaladas, donde más las necesites) para ayudarte a bajar el ritmo y
a recuperar el equilibrio de cuerpo y mente.
Otros factores que considerar
Hay otros componentes musicales que afectan a la alerta además de las PPM: la letra
de la canción, las emociones que esa canción despierta en ti y las imágenes que hace
surgir en tu mente. En general, buscarás algo con lo que identificarte: palabras que
tienen el significado correcto, ritmo que tenga el tempo adecuado para tu humor,
cualquier emoción que despierte la canción que vaya en sincronía con el nivel de
alerta que quieres y estribillos o frases que te ayuden a centrarte y a anticipar la
canción. Cuanto más afines en tu elección de canciones, más potencial tendrán para
elevar rápidamente tu nivel de alerta.
Si tienes en cuenta todos estos ingredientes, descubrirás que las PPM, aunque son
importantes, no lo son todo. Por eso, aunque tengas una canción de más de 200 PPM,
como Rock This Town de los Stray Cats, puede no servirte para aumentar tu alerta,
mientras que una canción como One of Us de Joan Osborne, con solo 87 PPM, puede
hacer que consigas el nivel máximo de alerta. Si una canción, aunque tenga las PPM
bajas, tiene una melodía, unas palabras o un tema que consiguen animarte de verdad
y traerte imágenes de días buenos y sensaciones muy positivas, esa canción será más
eficaz (al menos para ti y para ciertas tareas) que una más rápida. Así que tienes que
ser consciente de eso y tener en cuenta todos esos factores cuando intentes usar la
música para aumentar tu alerta.
Es un error asumir que una cierta canción siempre te va a funcionar. A veces la
razón es muy simple: estás demasiado distraído o cansado y no te puedes concentrar.
77
En momentos como ese será mejor encontrar una música relajante y dar una
cabezadita para volver a intentar aumentar tu nivel de alerta y conseguir que tu mente
fluya.
Pero en otros momentos no vas a poder disfrutar del lujo de desconectar y echarte
una siesta, porque las exigencias del trabajo, la familia y la vida en general no te lo
van a permitir. En esos casos tener una lista de canciones hecha de antemano con la
que ya hayas entrenado a tu cerebro para que responda puede ser la mejor manera de
conseguir lo que necesitas.
El mejor estado para que tu mente fluya se consigue, recuerda, cuando las
características de la canción consiguen el equilibrio correcto, es decir, que la
música elegida te anime y no solo te haga sentir bien, sino que también consiga que
estés más alerta y más concentrado en la tarea que tienes entre manos.
Una canción que uso para aumentar mi estado de alerta es Shout de The Beatles,
aunque originalmente la escribieron los Isley Brothers. Shout es una canción muy
conocida (estaba incluida en la banda sonora de la película Desmadre a la
americana) y tiene todos los elementos de una canción que me anima fácilmente: es
repetitiva (mucho) y entiendo y me siento identificado con la letra «shout, kick your
heels up and shout, throw your hands back and shout» («grita, sube las piernas en el
aire y grita, echa atrás los brazos y grita») y me dan ganas de cantar y bailar, lo que
le da energía a mi cerebro y me hace estar más alerta.
La clave está en hacerlo, en ponerse a bailar y a cantar, o al menos en hacerlo
mentalmente con el objetivo de estar más atento y centrado cuando acabe la
canción. A veces incluso me pongo la canción dos veces seguidas.
—DON
Ejemplo de lista para hacer footing
Veamos la lista de un hombre que ya conoce bien nuestras técnicas. Utiliza la
siguiente lista de canciones para correr un día sí y otro no. Fíjate en cómo ha
organizado las canciones para que respondan a sus necesidades personales; eso te
78
ayudará a la hora de confeccionar tus propias listas.
La idea de esta lista le surgió cuando oyó una secuencia de cuatro canciones en la
radio de su coche, cuando iba conduciendo al trabajo un día. Las canciones y el
orden en que las pusieron tuvieron un gran efecto en su nivel de alerta y pusieron su
mente a fluir inmediatamente. Las cuatro canciones eran antiguas, pero siempre le
habían gustado mucho y llevaba una temporada sin oírlas. Las pusieron en este
orden: Get Together de los Youngbloods, Brown Eyed Girl de Van Morrison,
Margaritaville de Jimmy Buffet y Good Loving de The Rascals. Cuando llegó a
trabajar, escribió los títulos para después hacer una lista para su iPod. No podía
esperar a probarla cuando saliera a correr.
Cuando la probó, no le sorprendió descubrir que funcionaba a la perfección.
Aunque sí le sorprendió ver cuánto disfrutaba empezando suave con Get Together
para después pasar al contraste con las canciones más rápidas. El contraste aumentó
el impulso que le daban las canciones más rápidas. Así que esa lista le inspiraba.
Pronto le añadió otros éxitos antiguos a la lista. Al pasar el tiempo, las cuatro
canciones originales fueron cambiando de lugar. Probó a poner su iPod en modo
aleatorio, pero eso no le funcionó bien; entonces anticipaba las canciones que no
quería oír y deseaba que no sonaran. El modo aleatorio convirtió su sesión de
footing en una especie de ruleta rusa. Pero una ventaja del modo aleatorio fue que
vio diferentes formas de organizar las canciones en secuencias que no había utilizado
hasta el momento. Por ejemplo, un día empezó a reproducirse una canción lenta justo
cuando llegaba a la mitad de su sesión de footing, los seis kilómetros y medio. La
escuchó y después surgió una canción rápida y detrás una aún más rápida y él se dio
cuenta de que esa secuencia le daba justo lo que necesitaba en ese punto de su sesión
de footing.
También descubrió dos cosas muy importantes con esa lista de éxitos antiguos.
Primero, que las PPM importaban, pero que no era necesario organizar una lista que
fuera en ascensión continua; podía haber varias subidas y bajadas, con descansos y
nuevos picos donde los necesitara. Así empezó a aprender a coordinar las canciones
con lo que iba sintiendo durante su entrenamiento y a escoger los momentos para las
diferentes canciones. Lo segundo que descubrió fue que a veces su conexión
79
emocional con una canción podía tener mucha más influencia en su nivel de alerta
que las PPM, sobre todo si se trataba de una canción que despertaba su imaginación
y la llenaba de unas imágenes que le hacían sentir genial.
Por ejemplo, American Pie de Don McLean tenía ese efecto sobre él. No se lo
esperaba, porque es una canción con unas PPM bajas, solo 96, pero a él le recordaba
un concierto que había dado con McLean cuando estaba en la universidad. McLean
tocaba primero y después tocaba él con su banda. En aquel momento nadie sabía muy
bien quién era McLean. Pero al final, McLean tocó una canción en primicia; se
llamaba American Pie. Esa canción volvió loco a todo el mundo, sobre todo a
nuestro aficionado al footing y a su grupo. El chico quedó completamente
encandilado con la canción. Ni él ni su grupo querían salir después de eso; un poco
más tarde, ya de vuelta en el colegio mayor y alguien tenía la radio puesta muy alta y
volvió a sonar la canción. Después empezó a oírla por todas las partes todos los
días. «¡Menudo temazo! ¡Es una canción genial!», pensaba. Y se fue enamorando de
American Pie cada vez que la escuchaba. Hoy en día todavía sigue completamente
enamorado de la canción y todos los recuerdos de ese concierto y de McLean
vuelven de nuevo a su mente cada vez que la escucha. Así que cuando sale a correr,
esa canción le lanza a hacer un sprint cada vez que él quiere.
Al ir aumentando y mejorando su lista de canciones «Para hacer footing» fue
aprendiendo que prestar atención a las PPM es importante. Pero también se dio
cuenta de que fijarse en la conexiones emocionales que tienes con las canciones
también tiene su importancia. Puedes usar esa conexión para aumentar tu estado de
alerta varios niveles. Además, una conexión emocional te da la oportunidad de
revivir en tu mente recuerdos agradables, como si fueran películas con grandes
bandas sonoras.
Seguro que te das cuenta de que hay una canción que se repite al final de la lista de
canciones de nuestro aficionado al footing. Esa canción hace que las PPM, la
emoción y la anticipación de esa canción se unan y le ayuden a aumentar la
intensidad de su carrera.
EJEMPLO DE LISTA «PARA HACER FOOTING»
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Get Together, Youngbloods (104)
Let's Spend the Night Together, The Rolling Stones (140)
Brown Eyed Girl, Van Morrison (109)
All My Loving, versión de grupo número uno de tributo a The Beatles (117)
Margaritaville, Jimmy Buffet (124)
Born to Be Wild, Steppenwolf (147)
So You Want to Be a Rock 'n' Roll Star, The Byrds (154)
Blowin'g in the Wind, Bob Dylan (150)
Tambourine Man, The Byrds (122)
Chimes of Freedom, The Byrds (128)
Song Sung Blue, Neil Diamond (110)
Good Loving, Young Rascals (195)
Turn, Turn, Turn, The Byrds (124)
American Pie, Don McLean (96)
Let's Spend the Night Together (repetición), The Rolling Stones (140)
La rutina de relajación tras el ejercicio de nuestro aficionado al footing normalmente
se compone de estiramientos, un paseo tranquilo y/o tai chi, de cinco a diez minutos
de unos sonidos de sintetizador lentos y muy suaves para la estimulación de las
ondas deltas que tiene guardados en otra lista en su iPod. Y después se vuelve a casa
sintiéndose totalmente en la gloria.
Aunque su lista de PPM no coincide con la lista que hemos recomendado
anteriormente en este capítulo, esta lista le permite entrar cómodamente en un ritmo
de footing y después le estimula cuando lo necesita y le relaja según el cuerpo se lo
va pidiendo (por ahora). Por el momento su lista sigue estando en proceso de
formación, y se va adaptando a su mente y a su cuerpo.
Te animamos a que seas flexible a la hora de formar tu lista de canciones. En último
término los números solo son números, sugerencias y marcadores generales que
sirven para inspirarte. Simplemente quédate con lo que te funcione a ti.
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INSTRUCCIONES PARA ELEGIR LAS CANCIONES DE TU LISTA
A continuación vamos a darte unos consejos sobre cómo elegir canciones para una
lista que te ayude a aumentar tu nivel de alerta.
Primero, elige canciones que te gusten mucho.
Presta atención para saber cuándo funciona una canción y cuándo no.
Graba las canciones en tu memoria.
Haz una lista de canciones específica para una actividad. Entrena al cerebro
con la lista que has creado.
Busca canciones nuevas y antiguas.
Utiliza imágenes controladas y guiadas por ti.
Utiliza las ppm de la canción para ayudarte a organizar tu lista.
Utiliza tus conexiones emocionales con las canciones.
Ejercicio
1. Confeccionar tu lista. Escoge una variedad de canciones que creas que van a
aumentar tu alerta. Escúchalas con atención para identificarte con algunas palabras
de la canción y para detectar esa cadencia que tiene un efecto inmediato. Vigila los
cambios en tu ritmo cardiaco y respiratorio. Es necesario que sepas cuál de tus
elecciones aumenta esos ritmos y cuáles te hacen sentir más alerta. Cuando vayas
aprendiendo a usar este método, podrás crear incluso una gráfica para dibujar la
forma en que te hacen sentir las canciones. Así podrás coordinar las canciones con
los resultados deseados y comparar su efectividad.
Programa una selección para una actividad específica: algo para el camino al
trabajo o para la vuelta a casa, para la hora de comer o para justo antes de tu
siguiente reunión en la ofi
cina, de una llamada importante o de una actividad atlética. Organiza la lista para
conseguir el efecto que buscas: ordena las canciones de un nivel alto de alerta al
nivel más alto y pon una canción más lenta que te haga sentir bien al final para
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calmarte o para reequilibrar tu óptimo estado mental.
CONSEJO EXTRA PARA TU LISTA DE CANCIONES
Combina las PPM con una práctica de la meditación avanzada. Organiza la lista, de
forma que las primeras canciones tengan 100 PPM o menos y que la siguiente ya
ascienda a 120 o 130. Alterna un intervalo de siete o diez minutos de música con
PPM más bajas con otro de uno a tres minutos de música con PPM más altas. En
cuanto a las imágenes, intenta visualizarte jugando en un campo de hierba verde o
caminando por un jardín lleno de aromas maravillosos bajo el sol, los pájaros
cantando con fuerza y saltando de una rama a otra de los árboles. Eso te provocará
sentimientos de satisfacción, relajación y alegría mientras planeas tu días o vas
haciendo tus tareas. Así utilizarás las PPM y la meditación para conseguir a la vez
un nivel alto de alerta y el equilibrio.
83
5
Cómo utilizar la música
para sentirte más feliz
«La música produce un tipo de placer del que la naturaleza humana
no puede prescindir.»
—CONFUCIO
nos proporciona felicidad, dicha y éxtasis? ¿Y cómo podemos
¿P usar esasla música
reacciones que se producen en nuestro cerebro para nuestro
OR QUÉ
beneficio?
Freud acuñó el término PRINCIPIO DEL PLACER en 1911: dice que la gente busca el
placer y evita el dolor. Sigmund Freud aseguraba que ya en las primeras fases de la
vida dirigimos nuestra atención a la satisfacción de las necesidades físicas y
emocionales. Por ejemplo, es normal que los niños pequeños se expresen emocionalmente sin tener en cuenta las consecuencias. También suele pasar que un niño
que sale de compras con sus padres «quiera» que su padre o su madre le compren un
objeto que haya llamado su atención, no importa lo que sea, ni que sea de mala
calidad y se nieguen a aceptar la oferta de sus padres de comprarle lo mismo, pero
de mejor calidad en otra parte. Pero, siguiendo el pensamiento de Freud, según
vamos madurando, la mayoría de nosotros aprendemos a no hacerle caso a esas
necesidades inmediatas a favor de opciones que parezcan más favorables para
nosotros en el largo plazo. Pero Freud insistía en que, a pesar de nuestra capacidad
para evitar la gratificación instantánea, intentaremos experimentar el placer cuando
surja la oportunidad (y a veces en momentos inapropiados).
Hoy en día, al examinar el cerebro con instrumentos que Freud no podía
imaginarse hace cien años, comprendemos que nuestras percepciones, acciones y
conductas recurrentes están vinculadas mediante una compleja mezcla de procesos
84
químicos y circuitos eléctricos que proporcionan el marco dentro del que
gestionamos de forma individual el dolor y el placer. La ciencia de hoy ha probado
lo que Freud sospechaba: que nuestro cerebro está programado para empujarnos
hacia la mayor recompensa.
Pero el cerebro no nos dirige hacia la recompensa que nos dará el mejor resultado a
largo plazo, por ejemplo, trabajar duro para conseguir el ascenso que queremos en el
trabajo. A veces escogemos tirarnos en el sofá por las noches en vez de invertir unas
cuantas horas en ese proyecto que está esperando el jefe, y nos quedamos con la
recompensa inmediata de descansar y relajarnos. Por eso este impulso de buscar la
recompensa tiene ventajas y desventajas. Por ejemplo, viene muy bien cuando
encontramos el equilibrio entre nuestros deseos y las responsabilidades y las
actitudes sociales y eso nos lleva a conseguir lo que necesitamos, lo que queremos y
lo mejor de la vida. Pero buscar la recompensa puede no ser tan bueno cuando nos
aleja de nuestros objetivos y nos empuja a conductas destructivas (a veces incluso en
cuestión de segundos). La recompensa, en términos de ciencia cerebral, es más que
un concepto filosófico. La recompensa es filosófica, psicológica y fisiológica al
mismo tiempo.
Una cosa que diferencia a los humanos de todas las demás criaturas es nuestra
capacidad de crear una ficción en nuestra mente (una situación imaginaria) y utilizar
esa escena para ver lo que querríamos que pasara (en la vida real), probar lo que
funciona y lo que no en lo que respecta a nuestros objetivos y después tomar una
decisión en base a eso. Esa capacidad que solo tenemos los humanos se basa en la
red de atención de nuestros cerebros, que se sustenta sobre la información que
tenemos almacenada en la memoria, información externa que tenemos disponible, y
sobre cómo recopilamos esa información para encontrarle soluciones a las cosas.
Por ejemplo, digamos que metemos una rata en una caja y que hay una luz verde y
una palanca en la parte delantera de la caja (en psicología esto se conoce como la
CAJA DE SKINNER, que recibe su nombre del psicólogo conductista B. F. Skinner). Si
la rata empuja la palanca cuando la luz se enciende, obtendrá una suculenta
golosina. Se puede entrenar a las ratas para que hagan esto. Ahora digamos que
85
tenemos una caja similar, pero en vez de una golosina, la recompensa que
obtenemos es un billete de cien dólares. Si empujo la palanca mil veces, conseguiré
100.000 dólares. Y un día le incorporas a la caja una luz roja; si se enciende la luz
roja, se administrará a través de la palanca una descarga eléctrica mortal. Cuando
yo vea la luz roja, no importa si quiero el billete de cien dólares o no, me imaginaré
(creando una ficción en mi cabeza) lo que va a pasar y «elegiré» no tocar la
palanca. Pero la rata, como ha recibido mil veces la golosina de recompensa, al ver
la luz roja hará lo que sabe e irá en busca de su golosina. No me dan pena las ratas;
normalmente les va bien viviendo sus vidas condicionadas. Pero a los humanos nos
gusta tener elección.
Nosotros, a diferencia de las ratas y otras criaturas, podemos imaginar situaciones
y tener sentimientos y pensamientos sobre esas situaciones ficticias, considerar
diferentes resultados y con eso tomar una decisión sobre cómo queremos que sean
las cosas. Pensar ayuda a hacer las cosas y a conectar con lo que pasa en tu entorno,
contigo y con tus deseos. Te ayuda a tomar decisiones y a sentir que tienes el
control.
—JOSEPH
Por regla general, según vamos realizando nuestras rutinas diarias, nos vemos
condicionados a prestar atención a lo que nos va a proporcionar una recompensa y a
evitar lo que no. Nos centramos más en la información que creemos que nos ayudará
a predecir o a adquirir la recompensa (en un futuro) que en la información que
creemos que no nos va a producir el mismo efecto. Recuerda que todo esto está
basado en lo que esperamos que sea nuestra realidad y nuestra realidad se ve
sesgada por cómo funcionan nuestros neurotransmisores en combinación con nuestro
cuerpo para mantener estables los niveles del bienestar.
Conseguir tus objetivos de placer
Como ya hemos mencionado anteriormente, la dopamina es la droga del placer que
86
produce el cerebro. El equilibrio en los niveles de dopamina es también un factor
clave para mantener la fina línea entre una conducta apropiada en busca del placer y
lo que cruza la línea y nos perjudica. En términos de objetivos diarios, es la
anticipación del suceso que nos provocará placer lo que libera la dopamina en unas
vías específicas del cerebro, que a su vez te motivan para conseguir lo que quieres
mientras evitas lo que te da miedo, como el dolor, que te hagan daño, que te pillen y
cosas así. Y eso también puede ser bueno o malo.
Hace falta un equilibrio constante para que podamos procesar la información
apropiadamente, para percibir la realidad y para tomar decisiones que guíen todas
las acciones diarias necesarias para lograr nuestros objetivos personales a largo
plazo. Mirándolo a través de las lentes de aumento de la evolución, la dopamina nos
orienta (de una forma primordial) para que podamos movernos por el entorno,
siempre con cierta anticipación, mientras intentamos mantener nuestra compostura
social y relacionarnos con el mundo que nos rodea, pero siempre buscando el placer
e intentando minimizar el dolor.
Lo que ocurre es que nuestro cerebro nos está recompensando (o no) todo el día
por hacer lo que nos parece que nos hace felices. La recompensa y el placer que
sientes te entrenan para utilizar la misma solución la próxima vez (que puede ser la
correcta o no). La parte engañosa está en esa percepción, porque nuestra forma de
tomarnos las cosas puedes ser muy poco precisa. En el ejemplo del niño que quiere
que sus padres le compren algo en la tienda, satisfacer esa necesidad inmediata
puede hacer que ese niño se sienta feliz. Pero hay que pensar en el entrenamiento que
produce esa conducta.
Cómo ser más feliz: un estudio de caso
Imaginemos, por ejemplo, una persona que tiene que dar un discurso dentro de poco
delante de un auditorio lleno de colegas de profesión. Va a pedir un ascenso muy
pronto y tiene muchas ganas de conseguirlo. Su jefa le ha pedido que les presente un
nuevo producto a sus colegas. El producto es algo que la jefa quiere adquirir, porque
cree que es importante para la cartera de la empresa, pero le ha dicho que necesita el
87
apoyo de los colegas antes de comprar el producto. Además, la jefa espera que haya
cierta reticencia por parte de sus compañeros de trabajo. En pocas palabras, de su
discurso depende que se consiga o que se malogre el objetivo. Esta persona siente
que es algo difícil de vender, pero que si puede presentarlo satisfactoriamente, eso
le pondrá en una posición privilegiada para obtener el ascenso que quiere.
Pero está nervioso por esa potencial resistencia. Su primer impulso es dar un
discurso corto, aunque preferiría poder librarse de él por completo. Solo pensar en
quitarse de encima esa presentación hace que fluya su dopamina; sería tan fácil
seguir esa línea de pensamiento y evitar la fuente de sus miedos... Seguir pensando
en librarse de la presentación le da una recompensa aún mayor. Pero se da cuenta
hacia dónde van sus pensamientos y que esa línea no le va a beneficiar. No está
viviendo en una caja y no es esclavo de las sustancias químicas y las cosas que
surgen en su cabeza. Puede crearse opciones, apartar a un lado necesidades y ejercer
sus opciones.
Lo primero que quiere hacer es quitar de en medio sus miedos, sentirse bien,
motivado y hacer que su mente fluya. Y puede conseguirlo estimulando su
producción de dopamina y después deteniéndola en el momento adecuado. Y en esa
tarea le ayudará su lista de canciones.
Imaginemos que tiene una lista titulada «Euforia». Esa lista tiene como objetivo
poner su dopamina a funcionar a niveles máximos. En la lista «Euforia» ha incluido
dos canciones que son sus favoritas desde siempre. Como sabe que están en lo más
alto de todas sus listas, está seguro de que esas dos canciones tienen influencia sobre
su nivel de dopamina; siempre le han hecho sentir bien. La primera de las canciones
es Everlong de The Foo Fighters, que tiene unas PPM de 152. La utiliza para evitar
que su cerebro le recompense por evitar retos que sabe que es importante que
afronte. Esa canción funciona porque hace que su mente se lance a fluir de una
manera potente y audaz. La palabra que hace que todo funcione para él en este caso
es «audaz». Le encanta ese grupo y sobre todo esa canción.
Ya se ha entrenado para anticipar los gruesos y distorsionados acordes que hacen
que se sienta invencible. Sobre todo anticipa una parte de la canción en la que la
música para completamente durante un momento y después vuelve con esos acordes
88
que le encantan y las voces melódicas extrañas pero hermosas que cantan el
estribillo («Hello / I waited for you / Everlong (Hola / te he estado esperando / toda
la vida)»). La mezcla perfecta para conseguir sentirse como quiere: fuerte, con el
pensamiento rápido y fluyendo.
Se ve en una situación ficticia, luchando por su vida sin esfuerzo y derrotando a
todo tipo de asaltantes imaginarios que se encuentra en su camino. Ahora anticipa la
frase: «Breathe out/so I can breathe you in (Exhala / para que yo pueda inhalarte)»,
porque, en cuanto la oye, él hace exactamente lo que dice la frase: exhala y vuelve a
inhalar dejando que la música le llene el cuerpo, de la cabeza a los pies. Anticipa el
hecho de que la canción tiene un efecto vigorizante en él y esa anticipación estimula
todavía más su dopamina. Ahora todo lo que tiene que hacer es darle al play.
La siguiente canción que tiene en su lista es So Long Astoria de los Ataris. Para él
la densa y distorsionada guitarra que vuelve a sonar y las 183 PPM de la canción
consiguen el efecto deseado. Anticipa el enérgico, seco y rapidísimo sonido de la
batería y las voces rasgadas y melódicas que se superponen. También anticipa la
frase: «Life is only as good as the memories we make (La vida es tan buena como los
recuerdos que nosotros fabricamos)». Canta esa frase en su mente cada vez que la
oye. Esa frase se convierte en una especie de mantra para él, un cántico. La mezcla
de la música, su propia voz, sus expectativas y el mensaje de la canción le ayudan a
sincronizar cómo se siente física y mentalmente con la poderosa fuerza de la canción
y así reunir energía positiva para conseguir hacer lo que tiene que hacer.
Las dos canciones le hacen sentir liberado y fuerte. Las repite hasta que cualquier
miedo que tuviera queda lejos y su mente está fluyendo perfectamente justo como la
quería: lista para enfrentarse al reto. Sabe que ha llegado a ese punto cuando se
siente ajeno a cualquier miedo con respecto a la presentación y nota que su
comportamiento es despreocupado, ágil, feliz y que su mente fluye. Ni siquiera está
pensando en lo que va a decir en su presentación, porque tiene confianza en ello, está
seguro de que se lo sabe, se siente reforzado y con energía y anticipa su éxito.
Anticipa la recompensa que le dará la gente cuando le guste y de conseguirle a su
jefa el respaldo que necesita, que le pondrá en la situación óptima para lograr el
ascenso. Saber todo esto hace que su producción de dopamina aumente y refuerza al
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máximo su rendimiento.
La razón es esta: cuando el cerebro consigue lo que quiere, la cascada de
dopamina provoca inmediatamente sentimientos de satisfacción y felicidad que
desencadenan acciones motoras como la sonrisa o la risa. En términos de
concentración sabemos que la dopamina tiene influencia en los detalles a los que se
presta atención. Siempre vas en busca de aquellos que te recompensan más. Así que
al sentirse motivado y confiado y anticipando el hecho de acabar mejor situado con
respecto al ascenso, nuestro hombre prestará más atención a los detalles correctos:
leer mejor a su audiencia, no escabullirse de las preguntas difíciles que anticipa,
distinguir mejor lo que es relevante e irrelevante y proporcionar mejores argumentos
con firmeza a la vez que fluidez. Además, dará una imagen más fuerte y más feliz.
Cuando caen los niveles de dopamina
En los momentos en que caen los niveles de dopamina sentirás un bajada brusca de
la sensación de placer. Este aspecto de la dopamina tiene un papel importante en los
casos de adicción y de conductas compulsivas, cuando la sensación que
proporcionaba la liberación típica de la hormona ya no produce el mismo nivel de
placer y además desaparece antes de lo esperado. Cuando esto ocurre, la necesidad
de dosis mayores y más frecuentes de la hormona provoca pensamientos y conductas
que nos acercan a lugares inapropiados e incluso peligrosos, como una persona que,
tras oír noticias que le decepcionan, cuenta un chiste que está fuera de lugar de forma
compulsiva para reírse y así sentirse mejor. O la persona que está a dieta que ha
tenido un mal día en el trabajo y por eso tiene un deseo mayor de comidas
reconfortantes que no deberían estar incluidas en su menú. O el adicto a la heroína
que desea con todas sus fuerzas el subidón que placer que siente solo con ver la
aguja antes incluso de inyectársela en el torrente sanguíneo.
A veces, cuando algo sale mejor de lo que esperabas, experimentas una oleada de
liberación de dopamina. Eso te produce un estado de buen humor con el que te
sientes bien, pero cuando el efecto desaparece, vuelves a hundirte. En ese estado,
igual que una persona que empieza con los niveles de dopamina bajos, estás
90
demasiado necesitado de la recompensa para sentirte bien otra vez.
La parte peliaguda es que además de proporcionar recompensas, la dopamina es
importante a la hora de orquestar lo que consideras que es algo a lo que debes
prestarle atención, tanto interna como externamente. Por eso cuando los niveles caen
es fácil centrar la atención en cosas que proporcionan satisfacción inmediata, tanto si
esas cosas son buenas para ti (y para tus objetivos) como si no. Esta es una de las
posibles razones por las que algunas personas que tienen una experiencia
satisfactoria repentina, como ganar un premio importante, una gran suma de dinero o
lograr un aumento mejor del que esperaban, a veces muestran negligencias en su
juicio poco después de la experiencia.
Un típico ejemplo es la ingestión de gran cantidad de bebida y la conducción
peligrosa que suelen acompañar a la celebración de esos acontecimientos. La
atención se vuelve hacia lo que nos proporciona un placer más rápido en vez de lo
que es mejor y más sensato en el momento. Es importante recordarse a uno mismo
que la caída de los niveles de dopamina tiene influencia sobre los pensamientos,
sobre cómo participas en tu trabajo y en los acontecimientos familiares e incluso en
tus sueños.
Pero puedes utilizar tu lista de canciones para ayudarte a compensar la caída de
esa hormona. A continuación incluimos unos ejemplos de listas de canciones que
otras personas han utilizado según sus necesidades y gustos. Fíjate en que en todas
las listas las canciones tienden a aumentar en intensidad. Lo más importante es que al
usuario le gusten mucho las canciones y que sienta placer al escucharlas. Puedes
reproducir las listas completas o escoger canciones sueltas según tus necesidades y
las situaciones específicas.
EJEMPLO NÚMERO 1 DE LISTA DE «EUFORIA»
Thunder Road, Bruce Springsteen
Won't Get Fooled Again, The Who
Round About, Yes
Layla, Derek and the Dominos
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Brown Sugar, The Rolling Stones
EJEMPLO NÚMERO 2 DE LISTA DE «EUFORIA»
Billie Jean, Michael Jackson
(I've Had) The Time of My Life, Bill Medley y Jennifer Warnes (banda
sonora de Dirty Dancing)
Respect, Aretha Franklin
Dance to the Music, Sly and the Family Stone
I Want to Take You Higher, Ike y Tina Turner
EJEMPLO NÚMERO 3 DE LISTA DE «EUFORIA»
Punk Rock Girl, The Dead Milkmen
Karma Chameleon, Sixpack
Mrs. Robinson, The Lemonheads
I Fought the Law, Green Day
Rise Above, Black Flag
El núcleo septal (también conectado con el núcleo accumbens) es el lugar del
cerebro responsable de la experiencia del placer físico y al estimularlo
eléctricamente se produce un orgasmo. Existe una historia interesante que corre por
el «mundillo» neurológico que habla de una serie de experimentos realizados en
institutos psiquiátricos de Canadá. En esos experimentos, a los pacientes se les
implantaron unos pequeños electrodos de estimulación en el núcleo septal y se les
daba un botón con el que podían controlar los impulsos de su cerebro que podían
llevarles casi instantáneamente al orgasmo. La estimulación funcionaba tanto para
mujeres como para hombres, aunque hubo claras diferencias en las reacciones de
92
los pacientes según su sexo.
En los hombres la autoestimulación se producía intermitentemente con periodos
largos entre diferentes episodios de estimulación a causa de la eyaculación, que es
una parte integral del proceso del orgasmo. Pero en las mujeres incluidas en estos
estudios, no se dieron esas restricciones físicas en la duración del orgasmo. Una
paciente en concreto tenía orgasmos que duraban más de dos horas sin parar. En
estos casos las pacientes querían y podían seguir con su autoestimulación a costa de
todos los demás impulsos, incluido el de comer. Creo que no es necesario decir que
tuvieron que retirárseles los electrodos a estas pacientes para que pudieran volver a
sus patrones de comportamiento normales y rutinarios.
—DON
Mantener el equilibrio en momentos difíciles
Nuestra necesidad de esa liberación de dopamina es lo que sub-yace en la base de
nuestras motivaciones más básicas y nuestros impulsos en busca de comida, sexo o
refugio de los elementos (no necesariamente en ese orden). Logramos sensaciones
inmediatas de placer y euforia cuando satisfacemos esos impulsos y nuestros
circuitos de la memoria se actualizan con esas sensaciones para que no las
olvidemos. Es la forma que tiene la naturaleza de mantenernos, tanto física como
mentalmente, en el largo plazo. Pero en ocasiones esos impulsos se vuelven locos y
por mucho que intentemos autoconvencernos no podemos evitar hacer, decir o sentir
cosas que sabemos que no están bien, pero simplemente no podemos parar.
En esos momentos es cuando entran en juego los equilibrios químicos en cuanto a
la recompensa y las redes emocionales. Nadie quiere que su ansia de placer se
convierta en una necesidad que supere a todas las demás necesidades, como un niño
que no puede razonar, o el perro o el gato que cruzan como una centella la autopista
para perseguir a una ardilla. Recuerda la lección de la caja de Skinner. Ese
desequilibrio es lo que sucede en el cerebro de los adictos a las drogas, en el que las
redes y las interconexiones que producen mayores recompensas dominan,
provocando que los procesos y comportamientos del adicto, que tienen un único
93
objetivo, se alejen de los patrones cerebrales normales.
La fuerza de la serotonina
Hablemos ahora de otra droga que produce el cerebro de forma natural y que te
ayudará a equilibrar los efectos de la dopamina. La música que escuchas puede tener
influencia sobre esta droga: hablamos de la serotonina, el famoso neurotransmisor
relacionado con la regulación del humor. Saber algunas cosas sobre los mecanismos
de tus funciones cerebrales y sobre cómo la música influye en ellos es una
herramienta tan poderosa como hacer terapia o tomar fármacos.
Sabemos que la producción de la serotonina, en contraste con la dopamina, está
relacionada con los procesos de pensamiento de más alto nivel de la mente. Afecta
al humor e influye en las conductas dirigidas a lograr un objetivo. La serotonina te
ayuda a razonar las cosas cuando es necesario y a responder ante ellas
emocionalmente. Te ayuda a empatizar, a centrarte y a mantener la mente fluyendo.
También sabemos que la música que percibes como agradable aumenta los niveles
de serotonina en la sangre. Eso la convierte en una herramienta útil a la hora de
contrarrestar los efectos de la dopamina contribuyendo a potenciar impulsos y
conductas que evitarán que pierdas de vista tus objetivos. En vez de eso te
proporciona un estado mental optimizado que no deja de fluir y que te servirá para
acercarte más a ellos.
Por ejemplo, si tienes mucho hambre, sentirás satisfacción (de nuevo reforzada por
la dopamina) simplemente comiendo algo, cualquier cosa. En términos evolutivos,
este instinto primitivo nos dice que necesitas comida para seguir vivo. No hay
margen para escoger cuándo necesitas comer, siempre y cuando la comida no sea
venenosa.
Sin embargo, una vez que se ha satisfecho la necesidad de alimento, entran en
juego procesos cognitivos de más alto nivel (los que se ven afectados por la
serotonina y recompensados por la do-pamina) en los que tienes la oportunidad de
pensar y considerar qué alimentos te proporcionan mejores beneficios para la salud.
Esta información te ayuda a elegir comidas que sepan mejor y que tengan más
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nutrientes, y así sentirte feliz y además recompensado a un mayor nivel que si solo te
hubieras echado al estómago unas semillas crudas para aliviar el hambre. De esa
forma los mecanismos de recompensa de tu cerebro, a niveles primitivos y
cognitivos, te permiten preferir objetivos específicos que te proporcionan la mayor
recompensa (como comer alimentos más sanos y más sabrosos) y mejorar las
habilidades necesarias para encontrar los mejores alimentos y lograr los mayores
beneficios.
El procesamiento de información a mayor nivel, la memoria, el aprendizaje, la
percepción, la motivación y la recompensa son los elementos que se unen para
funcionar juntos y lograr el mayor placer posible en la vida. Esos sistemas
cerebrales combinados y coordinados te ayudan a mantener el equilibrio y a alcanzar
un rendimiento óptimo en cualquier cosa que hagas. Pero es tarea tuya utilizar tu
cerebro pensante de alto nivel para tomar decisiones sabias que mantengan los
circuitos del placer bien calibrados.
Lo que podemos aprender de la lectura y la dopamina
Antes de volver a hablar de música, tratemos el tema de cómo te puede ayudar el
hecho de que el mecanismo de recompensa del cerebro conecte con otras cosas,
como, por ejemplo, una lectura que estés disfrutando. Ver cómo funciona esta
conexión puede clarificar más aún los efectos que tiene la música sobre los mismos
circuitos y cómo utilizar las listas de canciones para provocarlos.
Ya sabes que el entusiasmo por leer un cierto tipo de libro o incluso una revista
puede darse simplemente por el placer que te proporciona. Así que analicemos lo
que pasa cuando lees con la intención de conseguir esa recompensa.
En cuanto empezamos a pensar en un libro que queremos leer, nuestro cerebro
desencadena la liberación de dopamina en nuestro torrente sanguíneo. Puede
necesitar tan poco como ver un anuncio del nuevo libro de tu autor favorito para
anticipar instantáneamente el placer que te proporcionará leerlo.
Después, una vez que te decides a comprar el libro, solo ir al lugar donde lo vas a
comprar ya despertará todos tus sentidos. Toda esa anticipación empieza procesos
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psicológicos en todo el cuerpo, incluyendo la liberación de dopamina. Tus ganas de
leer ese libro nuevo siguen aumentando hasta que por fin te sientas y abres las
páginas. Entonces, siempre y cuando el texto cumpla tus expectativas, sentirás una
oleada de comodidad, alegría, satisfacción y todo un abanico de sentimientos
placenteros.
Ahora cambiemos un poco de situación. Veamos el caso de una mujer que está
intentando hacer las paces con su suegra, con la que ha discutido. El problema es que
no ha funcionado nada de lo que ha intentado. De hecho, la resistencia de su suegra a
hacer las paces con ella le ha irritado aún más. Así que decide ir a su librería
favorita y ver si encuentra algún libro que le dé algún consejo sobre cómo
reconciliarse con los familiares. Encuentra que hay varios que se adaptan a su caso.
Uno le gusta más que los demás, porque le parece más adecuado para su situación.
A partir de entonces cada paso que da, desde comprar el libro hasta conducir hasta
su casa anticipando poder empezar a leer el libro, lo siente como una recompensa. Y
se siente aún más recompensada al anticipar que la información que va a sacar del
libro la ayudará a arreglar su relación con su suegra.
Más o menos una semana después ella hace otro intento de reconciliación con su
suegra. Y descubre que el libro que compró le ha ayudado a crear un diálogo
productivo con su suegra y a hacer que su relación tome una dirección mejor y más
pacífica. Se siente recompensada por el resultado y porque la actitud de su suegra
hacia ella ha mejorado.
La próxima vez que necesite información para resolver un problema que tenga en
la vida, ya estará predispuesta a empezar a buscar ayuda en un libro. Le ha
funcionado tan bien con su suegra, que ya se siente recompensada solo con pensar en
ponerse a hacer una búsqueda para ver qué recursos hay por ahí que le puedan
ayudar a resolver otros problemas. Cuanto más sigue ese procedimiento para
conseguir información útil cuando la necesita, más placer obtiene no solo al leer,
sino también al llevar a cabo cualquier otro paso del proceso. Su placer va más allá
de la lectura del libro y se extiende a toda la cadena de componentes que la llevan a
tener éxito. Si va a una conferencia y alguien menciona un libro útil, ella lo apunta y
ya siente la recompensa solo con hacer eso. A veces incluso busca conferencias y
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charlas sobre mejora personal y empieza a sentir entusiasmo y recompensa ante esa
perspectiva.
Supone un gran cambio en su felicidad que todo se esté orientando al proceso en
vez de al resultado. Gracias a eso tiene su mente fluyendo más a menudo y durante
periodos más largos de tiempo. Ese logro (empezar a vivir con la mente fluyendo y
querer estar así siempre) refuerza todas sus acciones, le mejora el humor y mantiene
su mente feliz y fluyendo durante periodos más largos de tiempo. Haciendo estas
elecciones siente aún mayor recompensa y las almacena en su memoria para la
próxima vez.
En este punto se siente recompensada no solo porque está leyendo esos libros, sino
también porque vincula todo el proceso con sus éxitos y el estado mental
satisfactorio que le proporcionan, y no lo hace únicamente como diversión o para
matar el tiempo (aunque la lectura sigue siendo esas cosas para ella).
Comprender cómo funcionan los sistemas de recompensa, sus vínculos con la
planificación, la anticipación, la acción y en último término con la obtención de la
recompensa, preparan el camino para entender cómo se puede utilizar una lista para
aumentar los niveles de dopamina y optimizar el placer para sentirse feliz y mantener
la mente fluyendo.
En todos los casos, tanto si hablamos de lecturas como de canciones en una lista,
es la fusión entre pensamientos y acciones en el cuerpo lo que regula y libera las
sensaciones de placer y felicidad que se producen al lograr la tarea que nos
recompensa. En lo que respecta a la música, igual que la lectura, se pueden obtener
recompensas en todas las fases del proceso que llevan a la satisfacción y la
felicidad: aprender cómo afecta la música al cuerpo y el cerebro, encontrar las
canciones adecuadas para ayudarte, practicar y experimentar con ellas, comprar un
iPod o un reproductor de MP3, confeccionar varias listas, hacer listas especiales
para objetivos específicos, obtener los beneficios y ser feliz. Ser consciente de todo
esto acabará entrenando a tu cerebro para buscar la felicidad como estado mental y a
recompensarse por mantenerte así, fluyendo.
Si sientes placer al escuchar una pieza musical, entonces es posible para ti utilizar
la música como una herramienta para poner en funcionamiento tu sistema de
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recompensa y hacer que aumente la liberación de dopamina, lo que te provocará un
aumento en las sensaciones de comodidad, satisfacción y felicidad en situaciones
específicas. Con un poco de entrenamiento y práctica, es posible hacer que tu
cerebro empiece automáticamente a enviar instrucciones a través de la mente y el
cuerpo para que esas sensaciones reciban una recompensa intrínseca. Ambas cosas
se convertirán en tu objetivo y tu recompensa. Filosófica, psicológica y
fisiológicamente podrás vivir siempre fluyendo.
Precauciones
Puede que te estés preguntando si es posible confiar demasiado en una canción. La
respuesta es sí. Cuando eso ocurre, se corre el riesgo de diluir los efectos
potenciales de esa canción. Por esa razón siempre recomendamos estar
continuamente actualizando y añadiendo canciones a tu lista para que no te canses de
ella.
Además, siempre hay que tener en cuenta el equilibrio. Por ejemplo, si tu cerebro
está constantemente en lo más alto por subidones frecuentes de dopamina, puede que
se acostumbre y que necesite niveles mayores de la hormona para conseguir el
mismo nivel de satisfacción, aunque ya esté en un nivel de producción más alto que
la media.
Eso es lo que ocurre cuando has tenido tu mejor día, el mejor de tu vida, un 10
absoluto, y el siguiente solo se queda en un 7. Aunque tus días habituales sean un 5
(así que el 7 es técnicamente mejor), es normal que te sientas un poco bajo de ánimo
o como si estuvieras operando con menos concentración o energía. Lo que estás
sintiendo son los niveles más bajos de dopamina. Aunque tu producción en ese
momento es un poco más alta de lo normal, sigue siendo más baja que la del día
anterior. Si te encuentras con un día desastroso después de ese día perfecto,
experimentarás todavía menos placer, motivación y concentración en general.
Algunos recordamos esos días después de un examen, digamos después de los
últimos exámenes finales, cuando te sientes un poco raro, como si hubieras perdido
algo y no pudieras encontrarlo; lo que has perdido es esa oleada de neuroquímicos
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estimulantes, sobre todo dopamina, que te hacía seguir adelante sin importar lo que
pasara.
Si haces algo para situar la dopamina y los otros neuroquími-cos en un estado de
desequilibrio, tu felicidad y tu capacidad para fluir se verán deterioradas. Una
producción excesiva de dopamina puede provocar sensación de paranoia e
incapacidad de discernir lo que es importante y lo que no. Así que es fundamental no
forzar las cosas.
Hace poco dejé a mis hijas (de seis y cuatro años) mi iPod para que jugaran con
él. Y así descubrí otra forma de obtener placer de mis viejas canciones. A las niñas
les encanta usar el control deslizante para encontrar canciones en mi lista que a
ellas les gusten. A veces compartimos los auriculares; yo me pongo uno e Isabella o
Verónica se ponen el otro. A veces comparten los cascos entre las dos. Después, un
día de camino a la universidad, encendí el iPod y no empezó a sonar mi lista
habitual. Durante un momento no comprendí qué pasaba, pero pronto recordé que
mis hijas habían estado escuchando sus canciones favoritas y ahora el iPod estaba
respondiendo a su selección. «¡Qué bien!», pensé, y empecé a visualizar a cada una
de mis hijas por la casa con los auriculares puestos y bailando con una canción. Así
pude oír sus canciones favoritas, las que reproducían una y otra vez. Y eso me creó
un recuerdo maravilloso que me hizo sentir muy bien.
Como he dicho, eso le añadió placer a mis antiguas canciones. Ahora, cuando
reproduzco esas canciones, revivo los recuerdos de mis hijas escuchándolas y eso
es un añadido especial cuando necesito energía mientras trabajo en el despacho.
Enciendo el iPod, miro las fotos de las niñas que tengo en la pared y disfruto de las
buenas vibraciones. A veces eso es justo lo que necesito para seguir contento. Te
animo a probar algo parecido con tus amigos, familia, pareja o hijos.
—JOSEPH
INSTRUCCIONES PARA ELEGIR LAS CANCIONES DE TU LISTA
A continuación vamos a darte unos consejos sobre cómo elegir canciones para una
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lista que te ayude a aumentar tu felicidad.
Primero, elige canciones que te gusten mucho.
Presta atención para saber cuándo funciona una canción y cuándo no.
Graba las canciones en tu memoria.
Haz una lista de canciones específica para una actividad. Entrena al cerebro
con la lista que has creado.
Busca canciones nuevas y antiguas.
Utiliza imágenes controladas y guiadas por ti.
Utiliza las ppm de la canción para ayudarte a organizar tu lista.
Utiliza tus conexiones emocionales con las canciones.
Utiliza el sistema de recompensa de tu cerebro.
Ejercicio
1. Seguridad y felicidad. Escoge una canción breve que sea una de tus favoritas de
siempre. Reprodúcela unas cuantas veces por la mañana y de nuevo por la tarde o
por la noche. No importa si la canción es instrumental o si tiene letra. Lo que
importa es que asocies la música con sensaciones de seguridad. Primero piensa en
lo que significa «seguridad» para ti y qué impresiones te trae a la mente pensar en
esa palabra. Identifica la canción que te hace sentir mejor cuando piensas en ella,
como, por ejemplo, la que te trae un antiguo recuerdo de tu madre, tu padre o
alguien que te diera sensación de seguridad. Ahora escucha activamente la música.
Mientras escuchas la canción unas cuantas veces, escoge un fragmento que te guste
mucho y céntrate en lo que sientes inmediatamente, tanto en tu mente como en tu
cuerpo. Reproduce la canción otra vez y anticipa ese fragmento, intentando traer a
tu mente al mismo tiempo la imagen de seguridad que has identificado con la
expectativa de que tu sensación de seguridad se intensifique y dure más cada vez
que oigas ese canción. Practicar con esa música reforzará la anticipación y los
sentimientos de seguridad y comodidad. Intenta reconocer qué sonidos y palabras
(y qué otras imágenes de las que te vienen a la mente) son los que aumentan su
100
experiencia positiva. Intenta aprender y recordar esos detalles para que puedas
aumentar el efecto con el tiempo. Eso te llevará al siguiente nivel de satisfacción y
lo reforzará; sentirse feliz solo con buscar esa información puede hacer que te
sientas recompensado. Añade a tu lista las canciones que has escogido.
2. Calma y felicidad. Si estás intentando calmarte o despertar tu atención y tu
concentración, conseguir lo que quieres es algo placentero y cualquier sentimiento
positivo será la recompensa por tu intento de cambiar tu cerebro. De esa forma,
cuanto más practiques, mayor será tu recompensa. Lo mejor de esto es que en
último término estarás entrenando tu cerebro para empezar a ordenarte (de forma
automática) ser feliz. La tarea es usar la lista de canciones para ayudarte a
conseguir eso. Empieza echándole un vistazo a tu lista y escogiendo un par de
posibilidades para poner a tu cerebro en el estado deseado. Digamos que quieres
calmarte después de un largo día estresante en el trabajo. Si es así, escucha unas
cuantas de las canciones que has escogido y elige la que te parezca que está más
cerca de tu objetivo. Es más fácil de lo que crees.
Por ejemplo, una persona que conocemos escucha Virginia Moon de The Foo
Fighters cuando quiere calmarse y relajar su humor y su nivel de estrés. Le gusta el
ritmo relativamente lento de la canción, su estilo y también su mezcla de armonía
dentro de los arreglos musicales. Pero nos dice que en último término es por las
palabras. La letra le trae imágenes a la mente. Y tiene control sobre las imágenes y
los sentimientos en los que quiere centrarse. Además, las palabras «Virginia Moon
(Luna de Virginia)» tienen un significado especial para él, porque vive en Virginia y
porque puede imaginarse caminando por la playa a la luz de la luna para
tranquilizarse mientras escucha la canción. Se centra en la sensación del ritmo y
anticipa la letra y los cambios de la canción.
Como hemos dicho anteriormente, el uso de las imágenes con la música puede
amplificar la capacidad de una canción para influir sobre nuestras ondas cerebrales
para que se adapten a nuestras necesidades inmediatas. Al pensar en cosas
relajantes, te sentirás más tranquilo. Y recuerda, puedes reforzar aún más ese efecto
recordando que debes respirar más lenta y profundamente mientras escuchas la
101
canción que has elegido con el objetivo de ralentizar los latidos de tu corazón y
relajar tu cuerpo. Al hacer estas cosas a la vez que escuchas tu lista de canciones te
estás proporcionando la felicidad que buscabas y así enfrentarás los siguientes
acontecimientos del día con la mente fluyendo.
3. Emoción y felicidad. Al cambiar la música y las imágenes mentales que evoca,
puedes animar a tu cerebro a liberar serotonina y dopamina, aumentar tu ritmo
cardiaco y tu respiración para influir en tu estado de presteza física y en último
término cambiar los procesos de pensamiento para centrarlos en el objetivo de
conseguir energía. En estos casos no querrás el ritmo lento de Virginia Moon del
que hemos hablado antes. Mejor será escoger otra canción de los Foo Fighters; por
ejemplo, algo como Best of You o tal vez algo de los Sick Puppies como Street
Fighter (War) . Ambas tienen un tempo relativamente alto, pero no tienen un ritmo
muy duro; están entre los dos extremos. La clave es sincronizarse con el ritmo de la
batería y centrarse en cómo se integran con el sonido creciente del bajo y la
guitarra. Deja que tu imaginación cree acciones en tu mente que te animen y te den
energía: volar, hacer carreras o pelear. Imagina el estado exacto en que quieres
que esté tu mente. Levántate y muévete por la habitación o incluso canta para
activar todo tu cuerpo. En este caso busca también letras en las canciones que
tengan un significado potente para ti, y utilízalas para poner en funcionamiento tus
circuitos cerebrales. Las canciones Street Fighter (War) y Best of You tienen un
tono desafiante en sus letras. El uso de palabras de ese tipo en las canciones puede
ayudarte a generar emociones fuertes. Es una forma excelente de despertar los
sentidos y ganar energía y motivación, ambas placenteras y una recompensa por sí
solas.
102
6
Cómo la música
puede organizar tu cerebro
«Tocar escalas es como cuando un boxeador salta a la comba
o le da puñetazos a un saco. No es lo que haces en sí mismo,
es una preparación para la actividad.»
—BARNEY KESSEL, guitarrista de jazz
I
MAGÍNATE esto: son las 8.30 de la mañana. Hace una hora y media que has llegado
al aeropuerto; has salido de casa muy pronto esta mañana. En la última hora has
recogido tu equipaje y el coche de alquiler, has conseguido que te den indicaciones
de dónde está tu hotel y has ido conduciendo hasta allí. Ahora estás delante de la
puerta de la sala de reuniones y tienes diez minutos como máximo para actualizar tu
material y prepararte mentalmente para hacer una presentación que has tenido que
redactar en poco tiempo. A las 9.00 tendrás que hablar en una de las salas de
reuniones más grandes de las que hay en los hoteles ante una audiencia de más de
250 expertos en tu campo.
Normalmente programas estos viajes de forma que llegues la noche anterior para
que te dé tiempo a organizarte y relajarte un poco, pero esta vez había demasiadas
cosas que hacer en la oficina que no podían esperar a que volvieras. Además, en el
último momento, antes de salir de casa te han enviado nueva información que tienes
que incluir en la presentación y todavía no has podido ponerte con eso. Te está
costando organizarte. No sabes por dónde empezar y te sientes estresado y un poco
abrumado.
Tal vez nunca te haya ocurrido exactamente esto, pero seguro que has estado en una
situación similar en la que te sientes muy nervioso, ansioso, estresado y
desorganizado. Cuando te encuentras así, tu cerebro intenta aliviar la carga pasando
103
a un estado de excitación reducida. Pero el problema es que al entrar en ese estado
pierdes agudeza y capacidades.
Todos tenemos un patrón de actividad cerebral ideal (PAC) que está vinculado a
nuestro funcionamiento mental óptimo (cuando la mente fluye). Y cuando estamos
cansados, estresa-dos y no del todo en lo que estamos haciendo, como es el caso en
un ambiente de gran presión como una sala de conferencias, que requiere un aumento
de la atención, la concentración y el foco durante periodos largos, es más probable
que tu mente no fluya y tu PAC reflejará eso. Eso sucede principalmente porque tu
actividad cerebral en esos casos está dominada por tus emociones y por tu nivel de
excitación, que seguramente estará en niveles de estrés.
Cuando estás cansado y/o estresado y tu mente no fluye, tu PAC vuelve a
organizarse en un nuevo patrón que queda lejos del estado de funcionamiento óptimo.
Este nuevo patrón se aleja mucho de lo óptimo y posiblemente incluso sea
disfuncional. Y ahí está el problema: cuanto más tiempo permanezca tu PAC en un
estado que no sea óptimo, es más probable que tu cerebro cambie sus conexiones
para adaptarse a ese estado (recuerda lo que hemos hablado sobre la plasticidad) y
con el tiempo este estado mental que no es óptimo se convierta en tu modus operandi
habitual. De alguna forma, cuando esto ocurre, estás entrenando tu cerebro para la
desorganización.
Es posible usar tu lista de canciones para salir de esa espiral. La música puede
facilitar un pensamiento más organizado y más claro y así mejorar tu capacidad para
funcionar a muy alto nivel. La música supone una intervención muy potente para una
actividad cerebral desorganizada y cuando se combina con el poder organizativo de
las imágenes y la interpretación del significado de las letras de las canciones, es
posible utilizarla para poner en funcionamiento los sistemas cerebrales clave que
facilitan un estado estable de concentración mejorada y organización. Podrás, con
unas cuantas canciones, redireccionar ese PAC que no llega a óptimo y reforzar
(gracias a la recompensa) cualquier patrón mejorado que reemplace los antiguos que
se han demostrado disfuncionales.
CONSEJO EXTRA PARA TU LISTA DE CANCIONES
104
Empieza con esos sonidos naturales a los que todos estamos expuestos: el agua que
fluye o los agradables y relajantes ritmos de la brisa del mar. Cierra los ojos e
imagínate las olas del mar. Eso activará una ubicación en los lóbulos temporales de
tu cerebro que te permite ver el sonido a la vez que imaginar la escena. Piensa en
los colores del mar y el cielo, en los suaves tonos azules y verdosos. Piensa
también en los olores: la brisa salada y el olor de la arena caliente, tal vez también
la crema solar, lo que quieras. Intenta quedarte con esa imagen durante cinco o diez
minutos. No importa dónde estés o si tu mente fluye; esa imagen te servirá para
poner tu cerebro en modo organizativo. Cuando abras los ojos y empieces con la
siguiente tarea te sentirás refrescado, pero también te resultará más fácil organizar
tus pensamientos y actividades. Esta técnica no es una panacea, pero sí una
herramienta que te puede ayudar a reiniciar tu cerebro en cualquier momento y
lugar.
A continuación incluimos algunas listas de canciones como ejemplo que incluyen
sonidos ambientales que algunas personas han introducido en sus iPods o
reproductores de MP3 para poner en práctica este ejercicio. Por supuesto es mejor
seleccionar canciones que estén en consonancia con tus necesidades y gustos.
EJEMPLO NÚMERO 1 DE LISTA DE «ORGANIZACIóN MENTAL»
Las olas del mar
Olas suaves
Torrente con cantos de pájaros
Cascadas
Trueno lejano
EJEMPLO NÚMERO 2 DE LISTA DE «ORGANIZACIóN MENTAL»
Fogata en un campamento
Vida salvaje del desierto por la noche
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Somormujos
Arena y gaviotas
Lobos
Conseguir energía con metáforas musicales
Cuando escuchas una pieza de música, en parte experimentas a través del sonido el
estado mental del compositor (o el intérprete). Estás literal y legítimamente dentro
de la mente de esa persona. Eso es increíble porque te da acceso a la mente de esa
persona para ayudarte a mejorar tu vida. Lo que hace esto posible es que tu cerebro
está naturalmente conectado para la empatía. Y la empatía tiene un papel importante
en nuestra capacidad de experimentar la vida de otra persona a través de lo que
vemos, olemos, oímos, saboreamos, tocamos y entendemos. Pero sus efectos no
terminan ahí.
Cuando cogemos nuestras impresiones de un aspecto de la vida o sobre una
experiencia y las reflejamos sobre otras experiencias (propias o ajenas)
pertenecientes a diferentes áreas de la vida, estamos creando una metáfora. Las
metáforas nos ayudan a mejorar nuestras reacciones ante el mundo que nos rodea. Lo
hacen profundizando nuestra comprensión y nuestros sentimientos sobre las cosas y
ayudándonos a organizar mejor lo que pensamos y hacemos. Cuanto mejor sea tu
empatía, mejor equipado estarás para ver y aplicar las metáforas. Unidas estas
metáforas nos ayudan a ser más sensibles y, como resultado, más capaces de
organizar nuestros objetivos y liberar de problemas nuestras vidas. Y lo que es más,
nos ayudan a comprender cómo los demás organizan y eliminan los problemas de sus
vidas. La empatía y las metáforas son herramientas esenciales para lograr todo lo
que necesitamos hacer.
Cuanto más practicas la empatía, mejor se te da. La música puede ayudarte a
conseguir la práctica que necesitas para entrenar estas herramientas en el cerebro.
Por ejemplo, puedes empezar identificándote con un cantante que te guste y pensar:
«Esa persona suena como yo». Puede que te refieras a sus letras o su tono. Pero
106
cuando lo escuchas más de cerca entras en el siguiente estadio de escucha, en el que
identificarás con más claridad: «Ahí es donde estaría mi mente. Así me sentiría en su
lugar». Así verás cuál sería tu perspectiva en la misma situación. Y con el siguiente
estadio de escucha podrás identificar: «Eso es lo que las cosas significan para el
cantante en esa situación, cómo se siente». Ahora ves y sientes a través de la mente
del cantante.
Más adelante, con un poco de reflexión, puedes comparar adónde fue tu cabeza con
la canción con dónde fue la mente del cantante. Ahora tienes dos perspectivas: la
tuya y la del cantante. Y ambas pueden ser útiles para ti y para tu vida.
Analicemos algunas canciones. Empecemos con Master of Puppets de Metallica,
que se considera una de las mejores canciones heavy del trashmetal de la historia. La
canción presenta sobre todo los aullidos puros (instrumentales y de voz) del «señor»
(master). Su tono, así como el tono instrumental, es heavy. Básicamente dice y
trasmite una imagen de actitud que dice a gritos: «¡que te ¡@/#$%!». Pero lo que es
interesante es que la canción está organizada de forma que no sepas inmediatamente
a quien se refiere con ese «señor». Queda en duda durante un rato. Pero durante ese
tiempo los sonidos intensamente oscuros de la canción conjuran imágenes
faustinianas de demonios en tu cabeza. Y pasado ya prácticamente un tercio de la
canción la mayoría de los que la escuchan se han imaginado que el «master» es
alguna de las diferentes drogas adic-tivas: cocaína, heroína, metanfetamina... Esos
son los demonios.
Y entonces aparece una segunda voz en la canción. Esa voz «suena» como la
desesperada voz de la criatura que, en la canción, es el blanco de las mofas y los
abusos del señor. Rápidamente te das cuenta de que la criatura es el adicto y que él
(o ella) es totalmente servil al señor. El señor no muestra clemencia a la hora de
dominar su creación hasta el punto de que llega a destruir todos sus sueños. En ese
punto de la metáfora de la canción te das cuenta de que has estado escuchando una de
las canciones más dramáticas en contra de las drogas que se haya escrito nunca.
Dicho esto también puedes utilizar esa metáfora de señor y criatura, drogas y
adicto, y aplicarla más allá del alcance de la canción, en cualquier aspecto de tu
vida en el que te sientas o te hayas sentido esclavizado. El mensaje de la metáfora es
107
conseguir librarte de la esclavitud y recuperar tu verdadera identidad propia y en
última instancia salvar tus sueños. La energía de la canción, similar a un viaje en un
cohete, tiene la intención de producir una epifanía en el adicto que la escucha que le
dé la energía para realizar la transformación y pasar del uso de las drogas a una vida
más sana. La audiencia que se pretende captar y que podría beneficiarse del mensaje
necesitará reconocer el significado de esta letra en su vida y después utilizar la
fuerte conexión emocional con la música como apoyo en su batalla para salir de esas
arenas movedizas. Pero no hace falta ser adicto a una sustancia para conectar con el
poder de la canción. Puedes usar su energía para organizarte y liberarte del bloqueo
de cualquier cosa si la aplicas metafóricamente.
Ahora pasemos al otro extremo del espectro musical. En este caso pensemos en el
megaéxito de Enya Caribbean Blue. La diferencia en la energía y las imágenes que
provoca esta canción se ve y se siente inmediatamente. Con los primeros versos
tranquilizadores de la canción («So the world goes round and round with all you
ever knew (Y el mundo gira y gira con todo lo que has conocido en la vida)») y sus
sonidos de sintetizador repetidos y en bucle induce un estado mental lento, hipnótico
y meditativo que es la energía principal de la canción. Es fácil imaginarse el azul
vasto y profundo de los cielos del Caribe, teñidos con tonos rosas y blancos, y el
refrescante y tranquilizador movimiento de las olas rompiendo en formaciones
rocosas y muriendo en largas y cálidas orillas. También viene a la mente un entorno
abierto y brillante de preciosas flores exuberantes sobre la tierra húmeda o una
bandada de lentas gaviotas que flotan en el horizonte con una extensión de agua
infinita bajo ellas y un brillante cielo azul por encima. Mientras piensas en esas
imágenes puedes sentir cómo cambia tu fisiología, tu respiración se ralentiza y se
hace más profunda, tus músculos se relajan y baja tu ritmo cardiaco. También
sentirás que la influencia general de la canción se va haciendo más fuerte. Lo que no
vas a sentir es que va penetrando más profundamente en tu memoria. Eso entrenará a
tu cerebro para salir del estado de excitación y entrar en un PAC óptimo (siempre
que necesites organizarte que te sientas demasiado nervioso).
A continuación incluimos dos listas de reproducción de ejemplo que te ayudarán a
organizarte en situaciones de la vida real.
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LISTA DE EJEMPLO «ORGANIZACIóN PARA PROYECTOS DE TRABAJO»
Back on the Chain Gang, The Pretenders
Let's Work, Mick Jagger
Taking Care of Business, Bachman-Turner Overdrive
Finest Worksong, R.E.M.
She Works Hard for the Money, Donna Summer
LISTA DE EJEMPLO «ORGANIZACIóN PARA PROYECTOS FAMILIARES»
Heigh-Ho, Blancanieves y los siete enanitos
Himno deportivo de la Universidad de Notre Dame (EE.UU.)
Tema que suena al principio de los partidos de los Chicago Bulls en casa
This Land Is Your Land, Los Lobos/Grateful Dead
Rock Around the Clock, Bill Haley
Organizarse con ritmo
El ritmo es un patrón de acentos en el habla o en el verso. El cerebro está compuesto
de muchos pequeños generadores eléctricos
dispersos en diferentes áreas clave y utiliza el ritmo para sincronizar la actividad
de esos generadores, actividad que extiende sus conexiones a otras regiones del
cerebro. Lograr la comunicación entre todos esos generadores (como el ruido de los
tambores que mandan señales de un grupo a otro) es un elemento esencial de cómo,
por ejemplo, tus lóbulos frontales coordinan los pensamientos y las acciones que se
necesitan para realizar una tarea tal como ver un programa de televisión y
comprender la trama lo suficiente para hablar de ella en el trabajo al día siguiente
con tus amigos. Para hacerlo, tus lóbulos frontales tienen que dejar al margen todas
las distracciones y mantenerte centrado durante el programa. Podemos medir las
ondas cerebrales en respuesta a los pensamientos generados en los lóbulos frontales,
109
así como todas las conexiones desde los lóbulos frontales hasta otras partes del
cerebro. En todos los casos la actividad eléctrica en un electroencefalograma (EEG,
lo que mide las ondas cerebrales) nos habla de la energía que hay en ciertas
ubicaciones y la comunicación que se produce entre diferentes localizaciones.
Nuestro patrón de ondas cerebrales (POC) se expresa en una gama relativamente
reducida de frecuencias (de 0 a 100 hertzios), típicamente medidos en un pequeño
número de ubicaciones en puntos (entre 4 y 250 puntos) de la superficie de la
cabeza. Los patrones de frecuencia que tu cerebro produce de forma regular son
rítmicos en su naturaleza y se forman a partir de diferentes generadores, la mayoría
de ellos en lo más profundo del cerebro.
Podemos mostrar patrones de frecuencia de ondas cerebrales utilizando mapas
codificados por colores que nos dicen cómo de activas están diferentes partes del
cerebro. Estos mapas de frecuencias y gráficas de regiones interconectadas en el
cerebro nos dicen cómo está conectado el cerebro. El PAC de cada persona es algo
muy estable a lo largo del tiempo (incluso periodos de años, si se trata de adulto).
Como los patrones cerebrales son tan estables, podemos recopilar datos de cientos
de personas y analizarlos para comprender lo que son ritmos cerebrales normales y
ritmos cerebrales anormales o posiblemente disfuncionales. Ahora es posible hacer
un mapa de tu PAC y compararlo con el grupo «normal» de tu misma edad para
determinar si tus patrones cerebrales parecen estadísticamente iguales.
Es importante recordar que tu PAC único está hecho de tus genes y todas las
experiencias de tu vida y por tanto está altamente personalizado: solo hay uno como
el tuyo (a no ser que tengas un gemelo cuyas ondas cerebrales serán casi idénticas).
Pero hay reglas generales sobre cómo se interconectan las redes cerebrales y operan
juntas; es lo que nos hace posible distinguir lo que es normal de lo que no. Hay
actividades características que se corresponden con patrones anormales de
pensamiento y comportamiento (por ejemplo los desórdenes obsesivo-compulsivos,
el trastorno bipolar, el trastorno de personalidad). Hay toneladas de pruebas
anatómicas que apoyan la idea de que tu PAC puede indicar un desorden psiquiátrico
específico, como la esquizofrenia, el desorden de hiperactividad o déficit de
atención o el autismo a partir de las distintas formas en que las diferentes redes
110
cerebrales operan juntas; algunas son dominantes y otras están casi desactivadas.
Esto se consigue midiendo la diferencia de las ondas cerebrales en comparación con
las ondas cerebrales del grupo «normal».
Un ejemplo: Bob y Paul son agentes de policía en Nueva York. Ambos crecieron
en Nueva Jersey en circunstancias radicalmente diferentes. Bob y Paul son de la
misma edad, tienen el mismo cociente intelectual e igual estabilidad financiera, pero
Bob creció en las calles y Paul en un vecindario apartado en el que no había grandes
conflictos, así que no se sintió muy cómodo cuando empezó con su trabajo. Paul era
un policía bastante nervioso; tendía a beber demasiado e incluso se podría decir que
estaba deprimido. Sin embargo, Bob trabajaba bastante tranquilo, era de trato fácil y
estaba feliz, incluso cuando se veía ante situaciones estresantes en el trabajo.
Siempre estaba calmado, tranquilo y mantenía el control.
Si observáramos el PAC de Bob y de Paul en momentos de calma, nos daríamos
cuenta de que son bastante diferentes el uno del otro, sobre todo en los tres
principales sistemas del cerebro:
1. E l modo predeterminado (MP), el sistema que afecta a tus acciones, tu
motivación y tu humor.
2. E l ejecutivo central (EC), el sistema que dirige tus acciones y entiende las
consecuencias.
3. La red de relevancia (RR), el sistema responsable de cosas como la empatía, la
conducta social y de hacer cambios en tus acciones. Esos tres sistemas
interactúan continuamente según va avanzando tu día para regular tu cuerpo y
gobernar sus acciones, tu humor y tus objetivos. En el caso de Bob, su conducta
tranquila, calmada y controlada se debe a que su EC está funcionando a pleno
rendimiento y manteniendo todo su cerebro centrado. Su RR también está
funcionando a su nivel óptimo. Bob se apoya en esta parte del cerebro para ser
capaz de leer y comprender las sutiles pistas que le proporcionan los
sospechosos, los testigos e incluso la gente que pasa por una escena del crimen
y también necesita usar su RR para llevarse bien con sus compañeros de
trabajo y responderles apropiadamente.
111
La razón del nivel de felicidad de Bob es que su MP, el sistema que tiene mayor
influencia en cómo se siente, está relativamente inactivo en comparación con sus
otros dos sistemas. Esta situación significa que el cerebro de Bob trata con su
entorno mejor y que es más capaz de gestionar el estrés de la vida en las calles de un
miembro de las fuerzas de respuesta inmediata que tiene que tratar con delincuentes y
también con personas que no lo son. El cerebro de Bob es capaz de entender
rápidamente la diferencia entre esas situaciones y de bajar el nivel de agresión para
no ponerse demasiado duro en algunas circunstancias.
Los sistemas del cerebro de Paul operan de forma bastante diferente. En vez de
tener a cargo a su cerebro pensante, con el tiempo el MP de Paul (su cerebro
estresado) es el que ha tomado el control. Su cuerpo sufre por la sobrecarga de
neuroquímicos, que le dispersan constantemente los pensamientos recordándole
acontecimientos del pasado sobre los que no tiene control y que hacen que se sienta
siempre deprimido. Odia su trabajo y a toda la gente desagradable con la que tiene
que tratar, y también odia mucho a Bob porque siempre está animado y feliz. La
forma que tiene Paul de aguantar es beber, lo que no le ayuda a dormir bien y eso
afecta a su rendimiento. En este caso Paul está en cierta manera a merced de su MP.
Sin alguien o algo que recupere el equilibrio del cerebro de Paul es fácil que acabe
perdiendo el control. Sin sus sistemas ejecutivos y sociales funcionando, Paul tiene
muchas probabilidades de responder de forma inapropiada ante alguna situación. Es
necesaria la comunicación entre los sistemas de EC, el MP y el RR para coordinar
acciones y lograr un estado mental estable. En este estado es más que posible que
Paul reaccione desproporcionadamente y que eso cause lesiones o algún daño
indebido a alguna parte inocente por culpa de no haber procesado correctamente los
acontecimientos y actuar en consecuencia.
Veamos el ejemplo de una jugadora de cartas para entender cómo funciona la
influencia de la RR en los otros dos sistemas del cerebro. Nuestra jugadora, que está
jugando al veintiuno, está manteniendo la estrategia de plantarse con quince y nunca
pedir más de cuatro cartas, algo que le ha estado funcionando bastante bien y ha
estado ganando mucho. Está de buen humor, no bebe para pensar con claridad y hasta
ahora está detectando las expresiones y lo que trasmite el lenguaje corporal de los
112
demás jugadores. Pero el crupier es más difícil de leer.
Entonces cambian al crupier, sigue el juego y ella sigue ganando de forma
intermitente unas cuantas manos más. Después de un tiempo empieza a perder una y
otra vez, una mano tras otra. ¿Será por el nuevo crupier? ¿Por los otros jugadores?
¿Será su estrategia? Su MP empieza a entrar en funcionamiento y se siente nerviosa.
No le gusta perder y lo que siente en la boca del estómago ya no se debe a la
emoción de ganar, sino al miedo a perder. «¿Qué está ocurriendo?», piensa. Su EC
toma el control y analiza la mesa y a los otros jugadores. ¿Qué ha cambiado?
Reparten otra mano; tiene un veintiuno. Gana y se siente un poco mejor.
En la siguiente mano le reparten un seis y un cuatro. Pide carta y es otro cuatro, lo
que suma catorce. Pide otra y la carta es un as (uno u once), lo que suma quince. Ya
ha cumplido con los dos criterios de su estrategia: quince y cuatro cartas. Se planta.
El crupier muestras sus cartas: tiene una reina, un cinco y finalmente aparece un seis
que hace veintiuno. Ella pierde. Pero podría haber pedido esa carta. Si no se hubiera
aferrado a su estrategia y hubiera pedido esa quinta carta, habría ganado. El
estómago le da un vuelco, su ansiedad aumenta y piensa: «No puedo seguir
perdiendo». Ahora es cuando entra en funcionamiento a toda potencia su RR, cuando
los mensajes emocionales de su MP y las influencias perceptivas de su EC deben
sopesar y pensar en cambiar la estrategia que ha funcionado pero ahora ya no. Está
confirmado por estudios de neuroimagen que RR (con su vínculo con la empatía)
tiene que implicarse en el proceso de hacer un cambio en la estrategia de las
apuestas. Esta función se aplica también a todos los aspectos de la vida en los que
nuestra estrategia requiere un ajuste.
Tiene sentido que el cerebro utilice el ritmo, o más exactamente la combinación de
ritmos, para coordinar las actividades de un grupo de redes separadas pero
interconectadas que hay en el cerebro para encontrar el estado de equilibrio
apropiado dadas las necesidades particulares y los impulsos que se producen en un
momento determinado. Es efectivo y eficiente.
El sistema nervioso central gestiona las conexiones entre los tres principales
sistemas a través de un proceso denominado sincronización de fase de frecuencia
cruzada. En este proceso las frecuencias rápidas se superponen a las frecuencias más
113
lentas y las señales se organizan para aumentar y ampliar un patrón específico de
actividad dentro y a través de las redes, lo que conduce a un nuevo estado de
estabilidad. Este proceso de mezcla y agrupamiento de frecuencias de acuerdo con
sus relaciones inherentes también es la base de cómo la música se organiza en el
cerebro y por qué es una herramienta tan potente para reorganizar la actividad
cerebral disfuncional.
Al seleccionar música con las características adecuadas para ayudarte con tus
necesidades, es posible cambiar la dinámica que hay en el interior del cerebro.
Hacerlo reequilibra tus principales sistemas, reorganiza tu PAC para situarlo en un
nuevo estado mejorado y cambia tu comportamiento para que estés más relajado,
más centrado, etc.
¿Cómo utilizar tu lista de canciones para organizarte con ritmo? En los casos de los
policías de los que hablábamos antes, la lista de Bob debería ser bastante diferente
de la de Paul. La de Bob debería estar llena de canciones que le sirvan para
mantener su nivel de actividad y a mejorar la calidad de su sueño, especialmente
cuando vea su horario alterado.
EJEMPLO DE LISTA PARA BOB
We Got The Beat, The Go-Gos
Everyday People, Sly and the Family Stone
Morning Song, Jewel
Goodnight Irene, Willie Nelson (canción para la noche)
Big Joe and Phatom 309, Tom Waits (canción para la noche)
Contrastando con la lista de Bob, la biblioteca musical del cerebro de Paul tendrá
que ser muy diferente, mucho más potente si quiere salir de su estado bajo y
reorganizar el equilibrio entre la parte de su mente que piensa y la parte que
reacciona. En este caso Paul tendrá que escuchar canciones que le ayuden a limitar
sus divagaciones y sus evaluaciones negativas sobre su vida y sobre los que le
114
rodean.
EJEMPLO DE LISTA PARA PAUL
Right Now, Van Halen
Higher, Creed
Back in the High Life, Steve Winwood
Don't Stop Believing, Journey
Angel Standing Bye, Jewel
Paul también debería considerar la posibilidad de buscar algún tipo de terapia
individual o de grupo para proporcionarle el componente cognitivo-conductual a su
reorganización y reequilibrio mental.
Por qué a nuestro cerebro le encantan los patrones
La tendencia a agrupar elementos es universal e irresistible. Además, sabemos que,
una vez identificado un patrón, lo que evoca nuestra respuesta es la «unidad»
completa del patrón en vez de los elementos individuales por sí mismos. Fíjate bien.
Imagínate que cada una de las siguientes barras (representada así: /) y equis son un
golpe de un tambor.
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Al principio cuentas las cuatro barras de la primera línea: una, dos, tres, cuatro.
No te costará deducir que habrá cuatro golpes por línea. Una vez reconocido el
patrón, se puede predecir cuándo va a terminar cada línea y a empezar la siguiente,
así como cuándo empieza y acaba cada unidad (de cuatro líneas) al desviar la
atención de los golpes individuales a las unidades de golpes completas.
Si este patrón de sonido indica el ritmo de una canción (las barras anteriores
serían versos y las equis estribillos), pronto podrás decir cuándo llega el estribillo
sin tener que contar. Y no solo eso, sino que también la próxima vez podrás retener y
recordar el patrón rítmico de la canción de forma más rápida y fácil.
La calidad rítmica de las letras funciona igual, solo que con las letras se combinan
las imágenes (visuales), el sonido y el ritmo. Cuando procesas esas tres cosas, se
coordinan redes cerebrales adicionales y tus expectativas se activan y reciben
recompensas a través de la resolución, lo que amplifica la influencia organizativa
general de la canción en tu cerebro. Lo más importante es que te ayudan a hacer fluir
tu mente y ese estado mental tan activo y organizado se reflejará en otros objetivos
inminentes.
INSTRUCCIONES PARA ELEGIR LAS CANCIONES DE TU LISTA
A continuación vamos a darte unos consejos sobre cómo elegir canciones para una
lista que te ayude a aumentar la organización de tu cerebro.
Primero, elige canciones que te gusten mucho.
Presta atención para saber cuándo funciona una canción y cuándo no.
Graba las canciones en tu memoria.
Haz una lista de canciones específica para una actividad. Entrena al cerebro
con la lista que has creado.
Busca canciones nuevas y antiguas.
Utiliza imágenes controladas y guiadas por ti.
Utiliza las ppm de la canción para ayudarte a organizar tu lista.
Utiliza tus conexiones emocionales con las canciones.
Utiliza el sistema de recompensa de tu cerebro.
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Busca canciones con las que empatices. Haz una lista de canciones que
quieras experimentar desde la perspectiva del cantante: elige canciones con
un mensaje que sientas como si hubiera salido directamente de tu cabeza.
Después sitúate en el tiempo, el lugar y el suceso que se describe en la
canción. Piensa en cómo experimentarías tú todo eso. Después ponte en la
mente del cantante. Experiméntalo desde la perspectiva de esa persona, no
desde la tuya. Pregúntate: «¿Qué información positiva (y qué metáforas)
puedo aprender tanto de mi perspectiva como de la perspectiva del cantante
que pueda aplicar a las situaciones de mi propia vida cuando me cueste
organizar mi mente?». Empieza una lista para situaciones de ese tipo como
«Encontrar un nuevo trabajo», «Organizarme para el trabajo» u «Organizar
proyectos familiares».
Encuentra canciones con un ritmo fuerte y obvio. Haz una lista con canciones
con mucho ritmo que te gusten. Escucha con atención ese ritmo. Intenta bailar
siguiéndolo hasta que lo sientas en tu cuerpo. También puedes intentar correr
o hacer las tareas de la casa sintiendo el ritmo en tu cuerpo mientras
escuchas. Simplemente siente los ritmos en tu cuerpo. No pienses en la
canción, solo muévete siguiendo su ritmo. Intenta anticipar cuando llegará el
estribillo sin escuchar la letra o contar los versos. O tal vez lo que prefieras
anticipar es una cadencia. Te costará al principio, pero con un poco de
paciencia podrás. Si estás corriendo (o caminando), intenta anticipar qué
distancia habrás recorrido cuando llegue el siguiente estribillo. No analices,
solo intúyelo. Haz una lista de canciones que te gusten y practica esta
habilidad con ellas. Escucha una canción o dos siempre que quieras iniciar el
modo organizativo de tu cerebro. Entrénate con esa canción y el efecto se irá
haciendo más inmediato y automático.
Ejercicio
1. Combina la música con imágenes visuales. Ya hemos hablado anteriormente sobre
117
cómo combinar las imágenes visuales de tranquilas olas del océano y tonos azul
verdosos con los olores del aire fresco y salado llenándote las fosas nasales.
Ahora intenta visualizar esta escena otra vez con los ojos cerrados mientras inhalas
la brisa del mar. Reproduce el mismo sonido u otra selección de tu lista de
canciones (por ejemplo, fogata en el campamento); una de tus canciones relajantes
favoritas que sepas que pone tu mente y tus pensamientos en un estado de
tranquilidad. Reproduce esa canción una y otra vez. El objetivo es conectar todas
las imágenes sensoriales para formar solo una. Intenta comprender tu humor y tu
estado mental, determina qué dirección de equilibrio quieres lograr (más relajada,
más centrada, más feliz...) y después crea una situación en tu paisaje sonoro que te
ayude a organizar tu intención. Reproduce todo eso (la canción, la situación y la
intención) en tu mente.
2. Desconecta de todo. Este ejercicio te ayudará a atraer soluciones, de forma que
las soluciones vengan a ti y tú no tenga que estresarte buscándolas. Primero,
encuentra una canción que tenga una letra, un ritmo y una voz que pongan tu mente
en una zona de energía máxima. Pero para este ejercicio asegúrate de que la
canción tenga un mensaje que esté relacionado con la sensación de desbloqueo y
liberación, como en situaciones de un trabajo, una relación o una situación vital sin
salida o una dependencia de algo.
Pon la canción en tu iPod, reproductor de MP3 o donde mejor te convenga. Ahora
piensa en una situación de la vida que te haya hecho, digamos, «derrapar» y en la que
has sentido que necesitabas un empujón extra para poder salir de ella. Empieza
reproduciendo la canción una vez. Mientras la escuchas, siente el ritmo con tu
cuerpo. Respira más profundamente y con cada inhalación trata de visualizar la
energía que emite la canción. Dale un color naranja a la energía, como si la miraras a
través de una lente coloreada. Tal vez te parezca una brillante niebla naranja.
Respírala hacia tu interior. Eso es: respira toda la imagen. Visualiza la energía de la
canción entrando en tu cuerpo y en tu mente. Visualízate irradiando esa energía.
Intenta vaciar tu mente de cualquier otro pensamiento.
Ahora reproduce la canción de nuevo y céntrate en la letra. No es difícil encontrar
118
la letra de una canción en internet. Deja que la letra se convierta en el guión de una
película que se reproduce en tu mente mientras escuchas. Las escenas no tienen que
ser literales ni siquiera tienen que tener una progresión constante. Solo ve hacia
donde te lleven. Cuando llegues a una imagen que tenga un efecto más intenso sobre
ti, mírala a través de la lente naranja e inspírala. Recuérdala y anticipa su llegada la
siguiente vez que escuches la canción o haz una película completa en tu mente solo
sobre esa escena. Cuando descubras escenas que te gusten, recuérdalas para poder
anticiparlas en el futuro. Experimenta.
Cuando sientas que ya tienes suficiente energía, apaga la música y visualízate en la
situación en la que te sientes atrapado. No pienses en ella, solo visualízate. Que sea
como una película que se reproduce en tu mente. Tu tarea ahora es permanecer lleno
de energía y tranquilo. Deja que la solución venga a ti. Si no te llega inmediatamente,
no te preocupes. Deja tu mente libre y flexible y permanece con esa energía. Date
tiempo y reproduce toda la secuencia de nuevo más adelante, tal vez al día siguiente.
Solo reproduce la canción a menudo para incluir esa energía específica (junto con
las imágenes y todo lo demás) en tu memoria.
Haz una copia de la letra y léetela (en voz alta o en silencio) varias veces a lo
largo del día. Muchos poetas dicen que «pasean» sus poemas para sentirlos y poder
así finalizar sus ritmos. Intenta pasear tus letras. Siente el ritmo en tus pasos, los
compases y las pausas. Oye la canción en tu mente. Deja que tu cuerpo se sincronice
con las palabras y el sonido. Si acabas memorizando la letra, sentirás su energía aún
más si paseas con ella. Incluso puedes dar golpecitos al ritmo de la música en tu
escritorio en la oficina o en algún otro sitio mientras la oyes en tu mente sientes esa
oleada de energía que te llena.
La solución vendrá a ti sin forzarla. No te sorprendas si en un momento en que no
estés haciendo nada o te estés ocupando de algo poco importante te vuelve la
canción a la cabeza de repente.
119
7
Cómo la música puede agudizar
tu memoria
«Una canción causa más impresión en la memoria que cualquier sermón.»
—HENRY GILES
I
MAGINA cómo te sentirías en esta situación: has perdido un trabajo que estabas
haciendo muy importante y de repente te das cuenta de que vas a tener que
recordar la información que contenía de memoria. O recuerda alguna vez (todos nos
hemos visto en esta situación) en la que estabas escribiendo en el ordenador y
cuando ibas por la mitad de un documento (o peor, cuando ya lo habías terminado),
de repente el ordenador se rompe. Has perdido el archivo. No hay copia de
seguridad. Recuerda esa sensación.
Ahora imagínate a un compositor que se da cuenta de que ha perdido una partitura
musical completa justo antes de la cita que tenía para grabar esa pieza. En el mundo
de los músicos hay abundancia de historias así. Lo interesante es que en muchas de
ellas el compositor es capaz de recordar rápidamente y con precisión esa
información perdida que en ocasiones es muy compleja. La ciencia nos dice que hay
algo que podemos aprender de estos incidentes sobre cómo reforzar y hacer más
rápida la recuperación de nuestra memoria: la música puede darte una capacidad de
almacenamiento a largo plazo además de una recuperación de esas información más
rápida y más precisa porque utiliza múltiples bancos de memoria del cerebro.
Una de las mejores historias sobre la pérdida de una partitura musical se remonta a
1973. Se refiere al primer álbum en solitario de Paul McCartney, Band on the Run, y
sucedieron una serie de acontecimientos que dejaron a muchos perplejos y
catapultaron la grabación a niveles de icono en los anales del rock & roll. El álbum
se grabó en Laos (Nigeria), porque McCartney quería grabar en un sitio exótico. El
120
viaje de McCartney empezó siendo una buena idea, pero después se vio sometido a
un par de giros desafortunados. Primero todo el grupo dejó el proyecto a excepción
de su esposa Linda y Denny Laine, el guitarrista de blues. Después a él y a Linda les
robaron todas sus pertenencias valiosas a punta de cuchillo y los ladrones huyeron
con las cintas con la maqueta del álbum. Esas maquetas incluían clásicos como Band
on the Run, Bluebird y Jet entre otros. Como no tenía una copia de reserva y
prácticamente estaba sin grupo, McCartney no tuvo más remedio que reescribir toda
la música del álbum de memoria. Y lo consiguió. Al final y a pesar de todos los
problemas Band on the Run llegó a conseguirle un Grammy a McCartney en 1975. De
hecho el álbum se ha remasterizado recientemente y ha vuelto a salir en todo el
mundo y los críticos de rock siguen alabándolo como el mejor trabajo de la carrera
en solitario de McCartney.
El mundo de la música clásica tiene sus propias historias del estilo de la de
McCartney. El compositor alemán del siglo xix Félix Mendelsohn se encontró en una
situación parecida. Aunque a Mendelsohn no le robaron a punta de cuchillo, sí que se
dejó en un coche toda la música que había compuesto para una producción de El
sueño de una noche de verano y, como McCartney, tuvo que acabar reescribiendo
todo el material completamente de memoria.
¿Cómo es posible que un compositor recuerde todas las notas de una pieza
complicada? ¿Son las secuencias, el compás y el ritmo, las notas, o es solo la forma
en que oye la música e imagina las notas en su mente?
¿Cómo puede usar el cerebro la música como herramienta para agudizar la
memoria, tanto si eres músico como si no?
Cómo guardamos la información
En todos los casos crear un nuevo recuerdo implica recordar el tiempo y el lugar, las
personas y los acontecimientos. Todo ello debe estar organizado, categorizado y
almacenado. Esta almacenamiento se hace mediante el proceso de crear nuevas
sinapsis, que son las diminutas conexiones en las terminaciones de tus células
nerviosas que almacenan y comparten la información. Esas conexiones te ayudan a
121
guardar la nueva información.
Si se producen desequilibrios, estos pueden llevar al olvido, la amnesia o las
demencias como la enfermedad de Alzheimer. Un daño directo en el cerebro a causa
de una lesión o un tumor también puede constituir la causa de la aparición de
problemas de memoria.
Por ejemplo, con la enfermedad de Alzheimer se producen pequeñas formaciones
llamadas marañas entre las fibras nerviosas. Esas marañas interrumpen los circuitos
y bloquean el acceso a las sinapsis específicas necesarias para traer a la mente un
recuerdo concreto o un flujo de conocimiento; por ejemplo, recordar cómo se arregla
un carburador o que la abertura que ves en la pared es una puerta mosquitera y no un
agujero que ha aparecido de la noche a la mañana.
Hay una conexión directa entre un almacenamiento en memoria mejor y cómo
almacenan la información varias áreas del cerebro. Es interesante que el coeficiente
intelectual, así como la cantidad de información y de conocimiento que hayas
acumulado en tu vida afectan a la tasa de deterioro mental asociada con el
Alzheimer. Si tienes un coeficiente intelectual alto, tu declive cog-nitivo es bastante
más lento que el de alguien con un coeficiente bajo. Eso sucede porque los recuerdos
están físicamente ubicados en regiones especializadas del cerebro. De esa forma
cuando una maraña bloquea el acceso a un recuerdo específico en un lugar concreto,
las personas con un coeficiente más alto tienden a tener varias formas de llegar a los
recuerdos, que pueden estar almacenados en una ubicación ligeramente diferente o
conectados a un área diferente del cerebro.
Imagina, por ejemplo, a alguien con conocimientos obtenidos de libros y también
de una verdadera experiencia de campo. Típicamente esta persona tendrá una amplia
variedad de conexiones entre una extensa proporción de sinapsis. Todas esas
conexiones llevarán a un nivel aumentado de conocimiento almacenado sobre ese
tema. Si una maraña (provocada por ejemplo por el Alzheimer) bloqueara algunos
de los recuerdos procedentes del aprendizaje a través de los libros, esa persona
todavía debería ser capaz de acceder a ese mismo conocimiento a través de las
conexiones cerebrales que almacenan sus recuerdos de la experiencia de campo o de
su vida cotidiana. Esta capacidad añadida le funcionará a esa persona durante un
122
tiempo, pero, en el caso del Alzheimer, según va progresando la enfermedad, se
forman más marañas que bloquean cada vez más ubicaciones de memoria y con el
tiempo a esa persona solo le quedarán sus recuerdos más antiguos y más enraizados.
Por eso las personas con Alzheimer avanzado solo recuerdan cosas que pasaron hace
mucho tiempo; han perdido todos sus conocimientos recientes. Pero hay algo que
podemos salvar de este proceso.
La música, como la combinación del aprendizaje de los libros y la experiencia de
campo, aumenta nuestro almacenamiento en la memoria porque incrementa las capas
de conectividad entre sinapsis (tocando diferentes áreas del cerebro). Y como la
música permea todas las áreas del cerebro, tiene una capacidad tremenda para
depositar en varias ubicaciones cualquier recuerdo que esté vinculado a ella. Esto
hace que los recuerdos se incrusten más profundamente en el cerebro y que sea
posible recuperarlos desde más de una fuente.
Esto es importante no solo para las personas que están sufriendo pérdida de
memoria, sino también para cualquiera de nosotros que esté interesado en optimizar
su memoria para su uso diario.
Un ejemplo convincente de la capacidad de la música para almacenar información
en múltiples áreas del cerebro queda patente en el uso de la música en el tratamiento
de la enfermedad de Parkinson, un desorden degenerativo del cerebro que se
caracteriza por la rigidez muscular, los temblores, la ralentización y, finalmente, la
pérdida del movimiento corporal. Hace ya un tiempo que se sabe que el ejercicio
ayuda a reducir los síntomas y que también puede retrasar la progresión de la
enfermedad. Pero se ha descubierto recientemente que la música, particularmente en
combinación con el baile (la música y el movimiento amplifican los efectos de la
música en el cerebro) puede ser la forma más eficaz de recuperar la memoria de las
habilidades motoras para los pacientes de Parkinson.
Este almacenamiento adicional e intensificado agudiza la memoria en la mayoría
de nosotros y compensa el desequilibrio en aquellos afectados por la pérdida de
memoria relacionada con la edad o con una enfermedad.
Área 22
123
Tal vez resulte difícil de imaginar, pero tenemos un archivador completo para todo
lo que introducimos en nuestro cerebro, incluyendo nuestra variada biblioteca
musical. Cuando hablamos de qué áreas del cerebro realizan cada tarea, utilizamos
una estructura nominativa de cincuenta y dos áreas diferenciadas (identificadas por
Korbinian Brodmann). El área 22 es significativa en cuanto a cómo utilizamos la
música para mejorar la memoria. Esta área se sitúa cerca del lóbulo temporal y es
donde empezamos el proceso de leer las notas musicales y asociarlas con cómo se
tocan o con el momento de oírlas saliendo de un instrumento musical, así como de
disfrutarlas ya en forma de música. Por ejemplo, al ver las notas de Mary tenía un
corderito puedes visualizarte tocando las notas en un instrumento, cantando esas
notas u oyéndolas saliendo del piano.
Esta misma área y sus conexiones también son responsables de recordar todo sobre
cómo se compone una pieza musical (incluyendo la forma de escribirla). Al
principio la música se almacena para el corto plazo; por ejemplo, cuando tu cerebro
intenta recordar lo que se tocó hace una hora o dos, o incluso en el concierto al que
fuiste ayer. Pero digamos que quieres guardar en tu memoria una canción para el
largo plazo. Entonces tienes que repetirla las veces suficientes para que tu cerebro
capte el mensaje de que quieres que esa información se almacene para el largo
plazo. Activar este área del cerebro también ayuda a despertar la energía que
necesitas para centrarte (en la música o en cualquier otra cosa). Así que, cuando esta
área cerebral está activa, puedes centrarte mejor en la información importante en
general y en otras áreas cerebrales que quieras usar para guardar recuerdos en
lugares más profundos y precisos.
Área 19
Otra área que puedes incorporar en tu entrenamiento para reforzar tu memoria a largo
plazo es el centro de procesamiento visual de tu cerebro, conocido como área 19,
digamos que justo al otro lado de la calle del área 22. Tu capacidad para escuchar,
comprender lo que oyes y combinarlo con imágenes visuales (es decir, verlo) forma
una especie de boceto en tu cerebro, una impresión rápida de la canción que quieres
124
recordar y la sitúa en un lugar más profundo de tu memoria.
Cuantas más áreas cerebrales utilices cuando escuches tu lista y cuantas más veces
la escuches, más profundos serán el almacenamiento de tu memoria y tu capacidad de
recordar información.
Cuanto más elaborados y detallados sean tus recuerdos, más almacenamiento en la
memoria activarás. Y cuantas más emociones estén vinculadas a tus recuerdos, más
activarás esas partes del cerebro que controlan las emociones y el almacenamiento
emocional.
Cuando mayor sea la variedad de detalles que añadas a tus recuerdos (por
ejemplo, emocionales, motores, sonoros, visuales, de lenguaje, de color, de olor o
táctiles), más fácil será que todo entre en tu memoria y se guarde en más partes del
cerebro.
Y eso es exactamente lo que pretendemos.
Utilizar la lista de canciones para mejorar la memoria
A continuación incluimos un ejemplo sobre cómo utilizar tu lista de canciones para
mejorar tu memoria. Imagina a una mujer joven que lleva trabajando varios años
para una consultoría empresarial. La empresa ha firmado recientemente un acuerdo
con un profesional del material educativo para grabar una serie de podcasts
educativos de media hora que hablaran de las técnicas que los gestores de negocio
utilizan para mejorar la satisfacción laboral de sus empleados y el rendimiento
laboral. Los podcasts se venderán en internet por 0,99 dólares cada uno y estarán
disponibles en diferentes plataformas. Su jefe le ha pedido que haga uno de los
podcasts, porque es buena publicidad para la empresa y porque ella se expresa bien,
es agradable y telegénica. A ella le gusta hacer presentaciones, pero siempre ha
utilizado una pizarra o un archivo de PowerPoint. Quedan en que el podcast se
grabará pronto. Ella quiere parecer bien preparada y natural, así que quiere hacer la
mayor parte de la presentación sin tener que leer un guión.
Ha decidido utilizar la música para recordar mejor lo que tiene que decir. Siente
que su energía y su estado mental están un poco bajos (está demasiado nerviosa)
125
para empezar, así que primero reproduce su tema relajante favorito titulado Noche
de acampada junto al fuego, que compró en la tienda de iTunes. Esa banda sonora le
funciona especialmente bien, porque vive en una zona rural donde puede hacer
fogatas en su terreno y ella y su familia han disfrutado de muchas noches de
acampada en sus tierras con tranquilas fogatas y horas de mirar las estrellas. Tiene
muchos sentimientos positivos vinculados a esos sonidos y ahora le vienen muy bien
y la ayudan a calmarse. Ella cierra los ojos y le viene a la mente una de sus noches
favoritas sentada junto al fuego con su familia y viendo una lluvia de meteoritos.
Intenta recordar los detalles de esa noche. Reproduce esos sonidos relajantes durante
entre cinco y siete minutos. Eso le quita los nervios y hace que recupere el
equilibrio. También pone su cerebro en la tesitura correcta para recordar (algo
importante).
Ahora que ya se siente más equilibrada y llena de emociones positivas, escoger
una canción que la active de su lista titulada «Mejores recuerdos». Elige Staying
Alive de Fiebre del sábado noche. Le encanta bailar y Fiebre del sábado noche es
una de sus películas favoritas de todos los tiempos. Tiene buenos recuerdos de cómo
ella y sus compañeras de cuarto solían ver películas antiguas de baile en la
residencia universitaria y cómo después salían por la noche a bailar hasta tarde.
Recuerda que Staying Alive de The Bee Gees siempre fue un gran éxito en las pistas
de baile. Ha utilizado esa canción muchas veces para poner su cabeza en el sitio
adecuado para empezar a memorizar cosas. La hace sentir alerta y entrar en el modo
de recordar con su mente fluyendo.
Al ponerse esta canción justo después de Noche de acampada junto al fuego
consigue aumentar sus efectos. Reproduce la canción unas cuantas veces y camina
por su despacho (haciendo unos cuantos pasos de baile) mientras escucha y recuerda.
Eso mantiene su energía en un nivel alto y su mente centrada. Le parece que al
reproducir la canción mientras lee un texto, esta interfiere, así que apaga la música y
lee la presentación en voz alta sin dejar de caminar por su despacho mientras lo
hace. Su cerebro está lleno de energía, centrado y en el estado de ánimo adecuado
para recordar. Está en su momento óptimo. Lee su guión unas cuantas veces más sin
la música. Las repeticiones le envían a su cerebro el mensaje de que quiere recordar
126
esa información. Practica esta rutina de vez en cuando hasta el día de la
presentación. Esto la ayuda a hacer una memorización a largo plazo de su discurso
que le funciona de maravilla.
El clásico de The Bee Gees le funciona a ella; contigo funcionará cualquier
canción que te guste. Al final es elección tuya. Lo que importa es lo siguiente:
Primero debes conseguir el equilibrio.
Escoge una canción que te haga sentir bien con un ritmo rápido y optimista y te
traiga buenos recuerdos de tu pasado más lejano.
Pon tu cerebro en modo de recordar reproduciendo la canción varias veces y
trayéndote a la mente (con todos sus detalles) todos los buenos recuerdos que
genera.
Practica leyendo y memorizando tu texto sin música.
Utiliza esta rutina para seguir practicando.
Según avanzas con la práctica, tu cerebro recibirá el mensaje más rápido y
empezará a entrar en el modo de recordar más rápida y fácilmente.
A continuación incluimos una lista de ejemplo para la memoria de una persona que
está familiarizada con nuestras técnicas. Fíjate en que utiliza melodías de baile.
LISTA DE EJEMPLO «MEMORIA»
Love Shack, The B-52
Everybody Dance Now, C+C Music Factory
Good Vibrations, Marky Mark and the Funky Bunch
Unbeliavable, EMF
The Power, Snap!
El factor emocional
Tras utilizar la música para mejorar la memoria, querrás también ampliar su
127
capacidad para almacenar información específica en múltiples áreas del cerebro. Ya
hemos hablado de las fuertes conexiones que hay entre la música y tus emociones y
la música y entre las respuestas primarias de luchar o huir. En general, cuanto más
traumático o emocional sea un acontecimiento, más fuerte será tu recuerdo del
mismo. Traer a la mente un recuerdo emocional es algo tan poderoso que puedes
sentir, en un milisegundo, que estás de nuevo en una escena de tu pasado (incluso
aunque sucediera hace años), reviviéndola otra vez. La liberación de adrenalina que
se produce durante esos acontecimientos y al recordarlos hace que se graben más
profundamente en la memoria.
La razón de todo esto es que, cuando almacenas información con alta carga
emocional, estás conectando con un impulso esencial que la naturaleza ha instalado
en tu cerebro para ayudarte a sobrevivir. Te puede lanzar directamente a la
configuración mental y física más poderosa y más rápida. Por eso muchas personas
con solo oír unas cuantas notas del himno de su instituto o su universidad se
trasladan directamente a ese momento. O al oír la canción de Jimi Hendrix Purple
Haze o Hey Joe o White Rabbit de Jefferson Airplane o In A Gadda Da Vida de Iron
Butterfly instantáneamente conectan con lo que veían, lo que oían, lo que sucedía y la
gente que había en su mundo cuando salieron esas canciones en los años sesenta o
con el lugar donde estaban cuando las descubrieron. También sucede con las
canciones de los años noventa como Zombie de los Cranberries, Losing my Religion
de REM, Killing in the Name de Rage Against the Machine o Time of Your Life de
Green Day. Al escuchar esas canciones, podrás recordarlo todo con gran detalle:
alguien que estaba sentado a tu lado en clase al principio del instituto, el color de la
camisa que llevaba, un olor como de desodorante, un informativo de la televisión,
una asignatura o algún incidente que ocurrió entonces, etc.
El sonido ha tenido un efecto desencadenante en la memoria a lo largo de toda la
evolución humana. Eso sucede porque nos proporciona un recuerdo rápido de la
información cuando lo necesitamos. Si miramos atrás a través de la lente del tiempo,
la sensibilidad de una persona al sonido podría significar la vida o la muerte; como
hemos explicado anteriormente, cuando nuestros ancestros veían un león viniendo
hacia ellos, seguramente ya era tarde para escapar, pero si lo oían aproximarse, tal
128
vez todavía tuvieran una oportunidad de huir.
Aunque hoy en día es poco probable que nos encontremos a un león
persiguiéndonos, seguimos confiando en el mismo tipo de capacidades auditivas en
una variedad infinita de situaciones. Por ejemplo, cualquiera que alguna vez haya
tenido que hablar ante una sala llena de gente conoce esta lección sobre el sonido.
También las parejas y los padres la conocen: puedes saber, por ejemplo, en qué
parte de la casa está otro miembro de la familia solo por los ruidos que hace. Se
puede saber cuándo está enfadado alguien que conoces por el sonido que oyes
cuando pasa las páginas de un periódico o cuando pone algo en la mesa. Esos
sonidos y su significado están todos en tu memoria.
Las personas que hablan en público pueden estar leyendo un texto, pero sus oídos
están atentos a los sonidos que les dicen cómo van la cosas. Palabras como «ajá» o
«sí» o el principio de un aplauso señalan que las cosas van bien. Por el contrario,
sonidos como el susurro del papel u otros objetos, puertas que se abren y se cierran
o murmullos de disconformidad indican que las cosas no están yendo tan bien. Los
sonidos en muchos casos proporcionan más información (y más rápido) que páginas
y páginas de palabras. ¿Cuántas palabras harían falta para trasmitir todo el
significado del ronroneo o el bufido de un gato o el «hummm» de una persona? ¿Y
cuántas para contar lo que dice un suspiro profundo que alguien que conoces suelta
cuando está incómodo pero todavía a un paso de declarar su postura en contra de lo
que estás diciendo? Nuestros recuerdos de estos sonidos nos ayudan a saber lo que
viene después y a empezar a orientar las cosas en nuestro beneficio.
La música en acción
Las ceremonias antiguas de muchas culturas del mundo (por ejemplo, Perú o
Sudáfrica) nos proporcionan otro buen ejemplo de cómo funcionan los recuerdos
musicales. La mayoría de estas ceremonias incluyen una gran abundancia de cánticos
y canciones que suelen tener muchas repeticiones. Las poblaciones antiguas sabían
intuitivamente, como sabían todas las gentes primitivas en todas las partes de la
tierra, que si expresaban las ideas importantes en una combinación de música,
129
palabras, imágenes y emociones (y si la gente las repetía suficientes veces) estas
tendrían un poder permanente sobre sus mentes. Independientemente de las creencias
religiosas, esto resulta fascinante a nivel cultural y científico. Esta combinación
ayuda a ver cómo la música (sobre todo cuando está asociada con diferentes áreas
cerebrales) ha sido tratada históricamente como una herramienta para ayudarte a
entrenar tu mente para recordar cosas.
Otro ejemplo de eso es, digamos, la canción infantil Brilla, brilla, estrellita, que
muchos hemos tarareado desde muy pequeños, después hemos aprendido la letra y
por fin hemos podido cantar a coro con otras personas. ¿La recuerdas? ¿Podrías
cantarla ahora mismo? ¿Y Noche de paz o cualquier otra canción festiva que hayas
oído cantar todos los años desde que eras un niño? Tu memoria se activará tanto si
cantas activamente como si simplemente escuchas pasivamente esas canciones (o
cualquier otra canción realmente).
Muchos políticos utilizan una estructura similar a un cántico en sus discursos.
Todos hemos oído alguna vez discursos hechos con esta técnica porque es muy
popular y nos hace recordar cosas como esloganes de campaña. Por ejemplo, todos
recordamos el cántico de «Yes we can (Sí podemos)» que el presidente Obama
utilizó en su discurso para las primarias de New Hampshire y después en su discurso
de aceptación del nombramiento como presidente de Estados Unidos:
«Decimos sí podemos a la justicia y la igualdad.
Sí podemos a la oportunidad y la prosperidad.
Sí podemos curar esta nación.
Sí podemos arreglar este mundo.
Sí podemos.»
Solo hace falta oír una pequeña muestra para ver cómo el discurso está
almacenado en diferentes partes de nuestro cerebro: podemos oírlo, sentirlo y tal vez
incluso verlo.
El proceso para memorizar las canciones para una actuación de los músicos
profesionales también es un buen ejemplo de cómo la repetición y la música
130
consiguen la perfección. De hecho, todos los aspectos de la memoria y la música que
hemos tratado hasta ahora son los que permitieron a McCartney y a Mendelsohn
sumergirse en los pozos de su memoria y recuperar su música perdida.
Recuerdo cuando empecé a aprender a tocar melodías de baile irlandesas en mi
violín eléctrico azul. Me encantan esas melodías. Son rápidas y divertidas de tocar
y casi nadie puede permanece quieto en el asiento al oír una de ellas. Tienes que
bailar.
Había muchas notas en algunas canciones, así que iba aprendiendo unas pocas
cada vez hasta que me aprendía cada página y tocaba la sección que me
correspondía cada día varias veces entre otras canciones. La repetición me ayudó a
grabarlas en mi memoria; y no solo las notas, sino también la forma de mover el
arco y cualquier otra variación que yo hiciera que no estuviera necesariamente en la
canción, por ejemplo cuando me aceleraba hacia el final y lo rápido que lo hacía o
cualquier efecto electrónico especial que le añadía. Me lo pasaba bien ensayando
con el violín al final de un día largo y en poco tiempo ya había memorizado una
nueva canción para bailar y podía tocarla sin partitura. A veces solo tocaba esas
canciones una vez al año (el día de San Patricio), pero no las olvidaba. Incluso
ahora puedo recordarlas sin mayor esfuerzo (y no solo las notas, también todos esos
extras).
—JOSEPH
Los coreógrafos y los bailarines son otro buen ejemplo de cómo se usa la música y
la repetición. Ambos utilizan el acompañamiento musical para apoyar su aprendizaje
y memorizar una coreografía. Después de repetir las mismas secuencias muchas
veces, ya pueden hacerlas con facilidad, confianza y casi automáticamente.
Cuanto más disfrutes una pieza musical, mejor la recordarás.
El por qué es el siguiente. Para comprender y procesar cualquier información,
incluyendo la información musical, los lóbulos temporales tienen primero que
absorber y asimilar todo lo que está ocurriendo, que tiene que ser filtrado para elegir
131
la información importante (por ejemplo, los deberes que acabas de terminar o la
apariencia del hombre o la mujer más atractivos que has visto en la vida).
Y durante todo ese proceso, los detalles poco importantes del día (por ejemplo
todos los coches que te has cruzado de camino al trabajo o lo que leíste al ojear los
titulares del periódico en el tren) van desapareciendo hasta quedar olvidados del
todo para cuando te levantas al día siguiente de un sueño reparador. La clave es
mantener viva la información importante, típicamente dándole un contenido
emocional, lo que aumenta cualquier significado personal que tengas vinculado a esa
información. Por ejemplo, una canción en concreto que te hace sentir bien es también
la canción que solías poner en tu Jeep cuando ibas con tu mejor amiga conduciendo a
toda pastilla con la capota bajada la mayoría de los sábados por la noche, cuando
teníais dieciocho años. U otra canción que era la melodía que escuchabas en el viaje
en coche a la playa en verano.
Estas cosas te ayudan a encontrar más formas de que te gusten tus canciones
favoritas, sobre todo al desarrollar nuevos hábitos para escuchar más atentamente,
como hablamos en el capítulo 2. Por ejemplo, puedes encontrar sitios en la letra que
tengan un significado emocional para ti ahora. Escucha la canción una y otra vez
hasta que hayas memorizado todos sus detalles. Esa repetición obligará a tu cerebro
a hacer más profundo tu recuerdo de la canción al unir todos los aspectos de la
canción con un grupo de circuitos que almacenan todos los detalles relacionados de
tus pensamientos y tus sentimientos mientras disfrutas de la canción. Puedes
modificar el recuerdo con cualquier actualización emocional que quieras añadirle;
por ejemplo, visualizar a tu cónyuge o tu pareja y a ti en el Jeep un bonito día
soleado, con el viento enredándoos el pelo, fluyendo juntos libres y felices, sin más
preocupación en el mundo que la persona que tenéis al lado.
Cuanto más escuches los mismos fragmentos de música, más intentará tu cerebro
recordarlos y relacionarlos con otras cosas que han pasado en tu vida.
Recuerda a la empleada que intentaba memorizar su discurso para la empresa;
utilizando una melodía de baile y sus recuerdos de la universidad para poner a su
cerebro a funcionar en el modo de memorizar; tú puedes hacer lo mismo. Todo lo
que tienes que hacer es empezar a asociar algunos de tus recuerdos positivos más
132
fuertes con tu canción favorita y después podrás usarlos para ayudarte a recordar
cosas. Para hacerlo sigue estas instrucciones:
Encuentra preferiblemente canciones de una época de tu pasado que ya tengan
asociaciones de recuerdos fuertes y positivas e inclúyelas en tu lista de
canciones.
Crea nuevos recuerdos para las canciones. Puedes vincular cualquier
información que quieras a los fragmentos musicales y recordarla a largo plazo.
De nuevo la base de esta habilidad es conectar tres fuentes de información en tu
cerebro: la visual, la musical y la lírica. Esto se consigue escogiendo una pieza
musical, conectándola con una imagen emocional y haciendo una historia en tu
mente (lenguaje). La narrativa completa se reproduce como una película
mental, como un corto (visual) en tu cabeza. Al asociar los cuatro componentes
específicos (el musical, el emocional, el visual y el lírico) tu cerebro hace el
recuerdo más profundo y más amplio, lo que lo convierte en más vívido y más
rápido de recordar.
Cualquiera puede aprender a mejorar su memoria utilizando la música. Digamos,
por ejemplo, que tu esposa está a punto de dar a luz a su primer hijo mañana y hoy le
envías a todos tus contactos y amigos la canción Child of Mine de Carole King para
compartir tu alegría y tu felicidad por la buena nueva.
Las conexiones de esa canción con tu vida ya son increíblemente fuertes y capaces
de formar una asociación en tu cerebro que se guardará en tu archivador musical
para un almacenamiento a largo plazo. Pero ¿y si la canción tiene cierto significado
emocional adicional para ti, por ejemplo, un recuerdo romántico? Esa conexión
ampliará su significado y te ayudará a almacenar ese archivo todavía más tiempo, tal
vez toda la vida, también dejándolo fácilmente disponible para un recuerdo rápido.
Después de ese momento cada vez que oigas la canción ya no podrás simplemente
oírla. Tu mente y tus recuerdos emocionales te traerán la serie de asociaciones con
las que ese fragmento musical ya ha estado conectado.
Y no olvidemos las fragancias. ¿Y si, por ejemplo, una fragancia en particular está
conectada con una canción que recuerdas muy bien, porque la asociación se produjo
133
cuando conociste a tu marido, pongamos por caso? La música, la letra y la fragancia
de la colonia de tu marido junto con todos los detalles de ese primer encuentro están
grabados en tu memoria. Y todos vuelven a ti precipitadamente solo con oír esa
canción o cuando tu marido se pone esa colonia.
Pero ¿por qué esperar hasta que necesites ayuda para poner a tu cerebro en el
modo de recordar? Te sugerimos que empieces hoy mismo. Diviértete. Utiliza las
canciones que ya tengan fuertes conexiones emocionales para ti o encuentra nuevas
canciones.
Para crear nuevos recuerdos, ponte las canciones cuando estés de vacaciones o
cuando tú y tu pareja tengáis un momento romántico. Cuando leas una escena o un
capítulo de tu libro o poema favorito, reproduce una canción y crea un recuerdo con
eso. Haz que la música sea parte de tus aventuras: cuando salgas a escalar, de
acampada, de picnic o de turismo. Después incorpora nuevos recuerdos a tu lista y
llévalos contigo en tu propio bolsillo.
EJEMPLO NÚMERO 1 DE LISTA «MEJORES RECUERDoS»
Love Shack, The B-52s
Everybody Dance Now, C + C Music Factory
Good Vibrations, Marky Mark and the Funky Bunch
Unbelievable, EMF
The Power, Snap!
EJEMPLO NÚMERO 2 DE LISTA «MEJORES RECUERDoS»
Wind Song, Wandering Endorphin
Rocky Mountain High, John Denver
Heaven, Bryan Adams
I Want to Know What Love Is, Foreigner
(Looking for) The Heart of Saturday Night, Tom Waits
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INSTRUCCIONES PARA ELEGIR LAS CANCIONES DE TU LISTA
A continuación, vamos a darte unos consejos sobre cómo elegir canciones para una
lista que te ayude a agudizar tu memoria.
Primero, elige canciones que te gusten mucho.
Presta atención para saber cuándo funciona una canción y cuándo no.
Graba las canciones en tu memoria.
Haz una lista de canciones específica para una actividad. Entrena al cerebro
con la lista que has creado.
Busca canciones nuevas y antiguas.
Utiliza imágenes controladas y guiadas por ti.
Utiliza las PPM de la canción para ayudarte a organizar tu lista.
Utiliza tus conexiones emocionales con las canciones.
Utiliza el sistema de recompensa de tu cerebro.
Busca canciones con las que empatices.
Encuentra canciones con un ritmo fuerte y obvio.
Vincula tus mejores recuerdos a las canciones. Empiece vinculando tus
mejores recuerdos a canciones con las que ya tengas una conexión emocional.
También busca y descubre nuevas canciones. Utiliza canciones animadas con
ritmos rápidos. Crea una historia en tu cabeza que puedas asociar con la
canción. Utiliza muchos detalles visuales en tu historia. Haz una lista con
estas canciones y utilízalas para poner tu cerebro en modo de recordar.
Ejercicio
1. Una dosis de entre cinco y diez minutos para los días con muchas cosas que hacer.
Digamos que tienes como máximo cinco o diez minutos libres durante el día. No
hay problema. Incluso la gente más ocupada tiene una canción relajante favorita, tal
vez una nana o algo que les calma. Ponte esa canción relajante. Siéntate en un
135
sillón cómodo (vamos, son solo cinco minutos), cierra los ojos y crea la imagen de
las olas del océano o un jardín hermoso. Incorpora una fragancia (tal vez salida de
un frasco de tu aceite esencial favorito que guardes en tu mesa). La próxima vez
que tengas una reunión o una presentación y tengas el lujo de reunir unos momentos
para prepararla, abre esa situación calmante de tu mente y reprodúcela. Después
piensa en lo que tienes que hacer en tu reunión. Eso te ayudará a relajarte y a
mejorar tu capacidad de recordar la información que necesitas. Y no dejes de
practicar, practicar y practicar para lograr la perfección.
2. Entrena tu memoria asociativa. Encuentra un lugar tranquilo y relájate.
Seguramente ya tienes una pieza musical que te guste escuchar para meditar y que
te ayude a entrar en un estado de meditación. Tu elección musical pueden ser los
sonidos tranquilizadores de las olas del océano, la lluvia cayendo sobre los
árboles o algo que te recuerde a la India, el Tíbet, México o Perú y que te ayude a
entrar rápidamente en ese estado mental.
Ralentiza tu respiración y respira más profundamente, inhalando por la nariz y
exhalando por la boca. Cuenta a la vez que respiras: uno, dos, tres, cuatro. Después,
haz una pausa, contén la respiración durante un periodo de tiempo similar y exhala
lentamente por la boca mientras cuentas hasta cuatro. Esto se denomina respiración
medida y te ayudará a entrar en un estado relajado y centrado. Sigue respirando
lentamente de esta forma, deja que todo tu cuerpo se suelte y empieza a sentirte
cómodo con ese ritmo cada vez más lento. Ahora visualiza una situación actual que
te provoque alegría y calidez. Deja que tu mente se deleite en esa situación mientras
la visualizas. Obsérvate en la situación como si fuera una película sin ponerte
nervioso, manteniéndote relajado y fluyendo con todo lo que se va presentando. Deja
que todos los pensamientos e imágenes que te hacen sentir bien vengan a ti flotando
por tu mente como un reflejo sobre el agua. Considera un amplio abanico de
acciones que puedes emplear en la situación que puedan traer más bien y más alegría
a todas las personas implicadas. Visualízate fluyendo hacia esas acciones.
Ahora añádele el sentido del olfato con; por ejemplo, un aceite de lavanda o
alguna otra fragancia que te guste. Eso te sumergirá aún más en un estado de
136
meditación. Con la práctica, la próxima vez que sigas todos estos pasos y hagas las
asociaciones utilizando la combinación de meditación, visualización, historias,
sonido y fragancia, tu cerebro formará más rápidamente ese conjunto asociativo de
recuerdos y te llevará a un estado de felicidad meditativa. Haz este proceso a
menudo y, cuando la situación que has visualizado se presente en tu vida diaria, ya
habrás entrenado a tu cerebro para usar ese recuerdo para absorber todavía más
felicidad.
3. Utilizar la memoria asociativa para lograr objetivos. Sigue los pasos del proceso
de meditación que hemos explicado en el apartado 2. En vez de visualizar la
situación actual que te trae felicidad y calidez a tu vida, visualiza un objetivo que
quieras lograr. Puede ser cualquier cosa desde conseguir un ascenso en el trabajo
hasta mejorar una relación interpersonal o conseguir un logro deportivo. Considera
una amplia variedad de conductas específicas y de acciones que podrías realizar
para facilitar la consecución de este objetivo. Visualízate haciendo esas cosas, así
como la respuesta de la gente ante ellas y después fluyendo con esas acciones,
también esta vez como si fuera una película. Haz como si fueras el personaje
principal que no se pone nervioso, que se mantiene tranquilo y va fluyendo con
todo lo que se le presenta, logrando así lo mejor para ti y para los demás. Practica
esta meditación a menudo y cuando la situación que has visualizado (y almacenado
en tu memoria) se presente en la vida real, ya habrás estrenado tu cerebro para
actuar de la forma que has visualizado.
137
8
Cómo utilizar la música
para mejorar tu humor
«La música es la taquigrafía de la emoción.»
—LEÓN TOLSTOI
L
A música puede cambiar tu humor instantáneamente. Muchos de nosotros nos
hemos visto parados por un semáforo en rojo con un coche a nuestro lado con la
música tan alta que parece que va a despegar un cohete espacial desde ahí mismo, al
lado de tu coche. Si lo que suena es algo que tortura tu oído musical, estarás
deseando que el semáforo cambie para que puedas escapar. Pero hay veces que ese
sonido demasiado alto de alguna forma te provoca sensaciones positivas y
placenteras y que no te importaría quedarte para escuchar la canción entera.
Tu lista de canciones puede tener esa misma capacidad de alterar tu humor
instantáneamente, lo que te proporcionará control sobre tus sentimientos cuando lo
necesites en solo un momento.
Puedes utilizar tus canciones favoritas para provocarte un estado de ánimo, para
ayudarte a salir de otro, para mejorar tu humor o para mantenerlo. Pero todo eso
tiene que empezar con el desarrollo de una consciencia sobre cómo ciertas canciones
tienen influencia sobre tus sentimientos, sobre lo que piensas y sobre cómo tiendes a
comportarte cuando las oyes. Hay una cierta cantidad de sentido común implicado en
todo esto. Por ejemplo, tenderás a poner algo animado si te sientes bajo de ánimo. O
algo lento si estás nervioso. Eso es un buen principio para desarrollar una
sensibilidad hacia los efectos de la música.
Seguramente ya te habrás dado cuenta, pero todo este libro trata de mejorarte a ti y
a tus respuestas, algo que puedes aprender a hacer con facilidad. Presta atención a lo
que necesitas oír en una situación en concreto y piensa en lo que de ninguna forma
138
necesitas escuchar en ese momento.
Por ejemplo, digamos que tienes una lista genial para llegar al trabajo contento en
un día normal. La has titulado «Viaje en coche por la mañana» y estás completamente
satisfecho con ella, aunque siempre estás abierto a añadir una nueva canción que te
haga sentir bien, aunque en su mayor parte no quieres tocar mucho una lista que
funciona. Pero pensemos en una mañana fuera de lo normal.
Digamos que desde que te has levantado te sientes un poco lento esta mañana.
Estás saliendo por la puerta cuando tu pareja, que está irritado por algo, empieza una
discusión sobre un tema que le molesta. En un momento las cosas se ponen bastante
difíciles, porque tenéis una diferencia de opinión. Por mucho que intentas que las
cosas no se pongan peor, no lo puedes evitar. Resolvéis vuestras diferencias lo
suficiente como para dejar la cuestión en paz, pero sigues sintiendo los efectos de
haber empezado el día con un conflicto.
Entras en el coche y piensas en poner tu lista «Viaje en coche por la mañana», pero
de repente decides que mejor no. Y decides eso porque la última vez que estuviste
en una situación similar sí que la pusiste y ese error casi acabó con el poder de esa
lista; las canciones no solo no te sacaron de tu estado mental agitado y con el ánimo
bajo, sino que empezaste a asociar la música con el incidente negativo en vez de con
todas las cosas buenas a las que la tenías asociada antes. Quitaste la lista antes de
que las asociaciones negativas se fijaran, porque sabías que la lista funciona, ya que
tienes asociada cada canción con sentimientos, recuerdos e imágenes positivas. Y sin
duda no quieres cambiar esas asociaciones.
Pero si no puedes usar la lista «Viaje en coche por la mañana», ¿qué puedes usar?
Recuerdas una canción de 10.000 Maniacs que tu pareja y tú solíais escuchar. Tu
pareja tenía la canción en uno de los cedés que solíais escuchar juntos cuando os
conocisteis. De hecho, fue tu pareja la que hizo que empezara a gustarte el grupo.
Asocias ese CD con tu pareja directamente, porque solía tenerlo siempre puesto. Y
pronto se convirtió también en uno de tus favoritos. Tu canción preferida del CD es
There Are the Days. La buscas en tu iPod y te la pones.
Empiezas a escuchar la preciosa melodía y el ritmo animado y entonces Natalie
Merchant canta esos versos que siempre te han encantado: «You are blessed by
139
something / That will grow and bloom in you (Estás bendecida por algo I que crecerá
y florecerá en ti)». Eso es todo lo que necesitabas y ya te encuentras en un estado de
ánimo mejor. Tus emociones, tus imágenes, las palabras, la historia que ahora se está
desarrollando en tu mente y que está recibiendo la recompensa de tu cerebro
(recuerda la influencia de la dopamina) están coordinadas y funcionan para hacerte
sentir mejor y ver la imagen completa. Sientes que tu agitación se disuelve y tus
pensamientos se centran en la profundidad de la sintonía que tú y tu pareja tenéis en
las cosas importantes. Ese acuerdo es la base de vuestra relación. Tus sentimientos
positivos crecen mientras escuchas la canción, así que la pones varias veces. Te
coloca donde necesitabas estar para realizar tus tareas diarias y donde quieres estar
cuando vuelvas a casa.
Este es solo un ejemplo de cómo puedes utilizar tu lista de canciones para reducir
significativamente un sentimiento y reemplazarlo por otro completamente diferente (o
provocar un cortocircuito). Otro ejemplo: estás haciendo una tarea aburrida (pintar
una habitación, rellenar formularios o apilar leña) y te sientes un poco deprimido.
Poner música algo animada te ayuda a alejar tus pensamientos de la actividad poco
interesante y que se come tu energía y te pone a fluir la mente mientras trabajas.
Entonces, en vez de acabar el trabajo descentrado y tristón, podrás dejarlo con un
estado mental que fluye lleno de energía y podrás trasmitir ese estado a otros
objetivos.
Durante varios años he estado escuchando al grupo británico Muse. Me parece que
tienen un don extraordinario a la hora de tocar, con muchas cualidades diferentes en
su sonido que tienen influencia sobre mi cerebro. Pueden hacer que mis emociones
pasen de estar arriba a estar en lo más bajo solo con la forma con que modulan los
tonos y las frecuencias de sus instrumentos. Cuando empecé a escucharles me
sonaban como muchos otros artistas que había oído antes (por ejemplo King
Crimson, Queen, Kruder & Dorfmeister y Guns n' Roses). Pero su genial uso de la
mezcla en la combinación y la modulación de sus instrumentos les hace, en mi
opinión, universalmente superiores a los demás grupos.
Sus letras tienen un objetivo muy psicológico. Sus títulos están bastante
140
conectados emocionalmente (por ejemplo Uprising
(Rebelión), Undisclosed
Desires (Deseos no confesados), Resistance (Resistencia), Feeling Good (Me
siento bien) o Unintended (Sin querer). La profundidad de sus letras combinada con
la intensidad de su instrumentación es capaz de crearme instantáneamente el estado
mental que necesito.
—GALINA
En relación con las sugerencias para tu lista de canciones, el tipo de melodía que
elijas para tu lista con el fin de dejar atrás un humor algo bajo depende de tus
preferencias y experiencias. La música clásica te puede ayudar a cambiar tus
sensaciones tanto como el rock alternativo moderno o el ritmo que cambia
constantemente del hip-hop. Canciones como Every Breath You Take de The Police
o Here Comes the Sun de The Beatles trasmiten un tono libre de preocupaciones y
generalmente son eficaces para elevar un poco el espíritu.
Pero otras veces necesitarás abrir los ojos de par en par y recibir un buen
revulsivo emocional. Nos referimos a esas veces en que necesitas que tu adrenalina
empiece a fluir instantáneamente. En esos casos deberás seleccionar canciones más
agresivas como Caught in a Mosh de Anthrax, Mechanix de Megadeth o Whatcha
Gonna Do de Alice in Chains. Algunas personas preferirán que les saque de un
empujón de su ánimo bajo una melodía como The Show Must Go On de Queen, que
es una canción muy potente tanto en su música como en su letra. El objetivo es que
tengas mucho donde elegir.
A continuación incluimos una lista a modo de ejemplo que pretende que el que la
escucha pase de un estado relativamente bajo a un humor más animado y en el que su
mente fluya.
LISTA DE EJEMPLO «DEJAR ATRÁS EL BAJÓN»
Angel of the Morning, The Pretenders
Because the Night, 10000 Maniacs
Like a Rolling Stone, Bob Dylan
Touch of Grey, Grateful Dead
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Love the One You're With, Crosby, Stills and Nash
A continuación incluimos una lista que pretende sacar del bajón al que la escucha
instantáneamente y hacerlo pasar a un estado de ánimo mejor en el que su mente
fluya.
LISTA DE EJEMPLO «ADIÓS INMEDIATO AL BAJÓN»
Baba O'Riley, The Who
Numb, Linkin Park
No Way Back, Foo Fighters
You're Going Down, Sick Puppies
Fight Fire with Fire, Metallica
Veamos otra situación en la que se puede utilizar la lista de canciones para salir de
un estado de ánimo y pasar a otro. Digamos que estás nervioso. Sabes por
experiencias pasadas que cuando te sientes así es fácil que reacciones
exageradamente, sobre todo en situaciones importantes. ¿Por qué no intentar utilizar
la conexión de la música con tu red emocional para hacer que tu mente y tu cuerpo
pasen a un estado más favorable al escuchar un poco de blues u otro estilo musical
que tenga el mismo efecto en ti? Sí, puede que te entristezca y te baje el ánimo, pero
te reiniciará rápidamente la energía física y psíquica para que dejes de estar tan
nervioso y vuelvas al estado de equilibrio en el que tienes un rendimiento óptimo.
Solo tienes que recordar que tienes que utilizar este tipo de música con moderación.
Especifiquemos un poco. Vas de camino a una reunión importante y estás nervioso.
Escuchar antes de la reunión algo con sonido de blues como Blue Jean Blues de ZZ
Top o Angel de Sarah McLachlan te servirá porque estas canciones ralentizan tus
pensamientos (y tus reacciones) hasta un nivel que mejora tu empatía y te permite
identificar los sentimientos de las personas y leer sus expresiones con más precisión,
142
escuchar mejor, hablar en su momento y lo que es más importante, evitar las
reacciones exageradas. En esa situación un poco de melancolía es justo lo que
necesitas (pero solo cuando te haga falta de verdad, cuando esas tensiones te estén
sobrepasando). Y solo lo necesario; tampoco es conveniente que estés demasiado
relajado.
A veces estás nervioso de otra manera diferente. Digamos que has llegado a casa
tras un largo día de trabajo y solo te apetece estar es silencio. No estás preparado
para una conversación, ni para hacer la cena; solo quieres paz y tranquilidad durante
unos minutos. En ese caso algo como el ruido blanco te funcionará, algo con lo que
no tengas que pensar, algo calmante y mecánico. Hay diferentes variedades de ruido
blanco. La más común es el siseo que se oye cuando se han eliminado las frecuencias
audibles de todos los demás sonidos. Las versiones naturales del ruido blanco son
los sonidos de olas, la lluvia cayendo sobre los árboles, los grillos, sonidos en un
estanque por la noche y otras cosas similares. El objetivo es que no tengas que
pensar en nada para disfrutar de ese sonido. En momentos como este la soledad de
no pensar puede mejorar tu humor. Descárgate algunos sonidos de este tipo para
ocasiones como la que describimos.
Mejorar el humor en pareja
También puedes utilizar tu lista de canciones para tener influencia sobre el humor de
tu pareja a la vez que sobre el tuyo. Como ya hemos dicho, se puede hacer una lista a
partir de cualquier experiencia. Intenta crear una basándote en vuestros recuerdos
compartidos sobre un hecho o un viaje que hayáis hecho juntos, tal vez aquella
ocasión en Nueva York, Boulder, el Caribe o México que a los dos os encanta,
porque no teníais ninguna preocupación. ¿Por qué no sacar aquella grabación de Bob
Marley o de Jimmy Buffett que ponían tanto en aquel crucero que hicisteis juntos?
¿Te parece demasiado cursi? Es posible, pero puede que funcione. Psicológicamente
hablando, compartir la música puede daros a los dos ese momento de emocionalidad
y unión musical que disfrutasteis tanto en los primeros días de vuestra relación.
¿Y si los dos estáis cansados y enfadados y sentís que no sois capaces de deciros
143
nada bueno el uno al otro? En esta ocasión también intenta encontrar una canción que
os encante a los dos (tal vez alguna del día de vuestra boda). Un hombre que
conocemos, cuando su esposa empezaba a chincharle porque estaba irritada tras un
duro día de trabajo, le ponía You Are My Everything de The Temptations, una
canción que tocaron en su boda. Primero, la ponía a un volumen muy bajo, apenas
audible, e iba subiendo el volumen lentamente hasta que ella oía la canción y lo veía
a él con una sonrisa en la cara. Entonces ella también empezaba a reírse y su enfado
desaparecía.
La música puede ayudar a aliviar el dolor
La música puede utilizarse como medio de catarsis, que es el proceso de sacar a la
superficie emociones negativas reprimidas, complejos y sentimientos en un esfuerzo
por identificar y aliviar todas esas cosas. Todos hemos pasado por alguna forma de
catarsis emocional desencadenada por la música en bodas, funerales, aniversarios y
cumpleaños, acontecimientos en los que la música y las canciones casi siempre
acompañan.
La canción Tears in Heaven de Eric Clapton es un ejemplo conmovedor de
experiencia catártica. Clapton escribió la canción sobre la muerte de su hijo Conor,
de cuatro años, que encontró la muerte al caerse por una ventana del apartamento
donde vivían en 1991. Clapton le concedió una entrevista al programa 60 Minutes de
la cadena australiana Nine Network, en la que el entrevis-tador le preguntó
abiertamente a Clapton sobre la trágica muerte de su hijo: «¿Escribir una canción
sobre Conor fue su forma de gestionar la tragedia y la gran pérdida que supuso su
muerte?».
A veces la música no coincide con el humor. Hace poco asistí a una cena formal
con un grupo de personas que había participado en una presentación que había dado
en la universidad. El ambiente en la sala era cálido y agradable. Pero el restaurante
puso a todo volumen en el comedor su selección musical. La música tan alta
interfería con la interesante conversación que estábamos teniendo y estropeaba
144
nuestro humor. Cuando la dirección no fue capaz de bajar el volumen más allá de
cierto punto, empezó a notarse una rápida sensación de ansiedad en la sala que se
propagó rápidamente. Cuando surgió la primera crítica, otras voces se unieron a
ella y la gente empezó a quejarse de otras cosas aparte de la música. Me di cuenta
de la caída en picado que estaba sufriendo el ambiente animado de momentos antes
y tuve que esforzarme para que mi humor no cayera hasta el mismo punto.
—JOSEPH
«Sí», respondió Clapton. «Escribirla y tocarla. Tocarla... Bueno, primero y
principalmente, la experiencia más curativa para mí fue coger la guitarra, tocar y
hacer música. Convertir lo que pasó en música. Me servía de evasión».
No hace falta más que escuchar la canción para saber cómo se sentía Clapton en
ese momento. «Sí. Me preguntaba: ¿te veré de nuevo?», continuó explicando
Clapton. «Era algo muy simple. En cierto sentido ni siquiera era una canción triste,
era una canción de confianza, de creencia... en la parte en que habla de que no habrá
más lágrimas en el cielo especialmente. Y creo que también es... una canción de
optimismo.»
La tristeza de Clapton es purificadora, para él y para nosotros. Ha mencionado
alguna vez que recibía al menos 150 cartas al día de gente que le decía que sabía
cómo era su pena. Como dijo el entrevistador entonces, en aquella hora oscura
Clapton se convirtió en el «artista universal» que tal vez le estaba dando a la gente
un lugar para aparcar la pena por un momento, experimentar su propia catarsis y
mediante la canción llevarlos con él a un lugar mejor y más optimista.
Utilizar la música como paréntesis
Digamos que tu objetivo es pasar una noche divertida con los amigos después de una
semana estresante en el trabajo. Intenta buscar canciones que te preparen para una
noche de fiesta en la ciudad con los amigos. Cuando las escuches, procura aumentar
el efecto de hacerte sentir bien visualizando a los cantantes tocando en vivo o
imaginándote ya en la calle pasándotelo bien, tal vez con una persona especial que te
145
guste o lejos de los niños y solo con tus pensamientos durante diez minutos sin tener
que sentirte culpable por ello. Lo que importa es que la música te ayudará a pensar
en cosas positivas mientras te preparas y planeas lo que va a pasar por la noche.
Utilizar la música para vincular las acciones y los objetivos (en este caso lograr el
estado de ánimo deseado) puede requerir cierta práctica a la hora de usar tu lista de
canciones. Incluso si una canción te funciona, puede que no te funcione igual con
estados de ánimo diferentes. Un paciente aprendió que escuchar su canción favorita
cuando ya se sentía bien, le hacía encontrarse aún mejor, pero, si se la ponía cuando
estaba enfadado, era lo peor que podía escuchar en ese momento. Se trataba de una
canción llena de música de alta frecuencia, potente y con lenguaje subido de tono que
a él le gustaba, pero que cuando estaba de mal humor, solo le hacía sentir más
enfadado.
Descubrió que cuando estaba enfadado, su cerebro estaba en mejor sintonía con
canciones pop como My World de Justin Bieber o Speak Now de Taylor Swift, una
canción que había oído en un salón mientras bebía té helado en un estado de ánimo
muy tranquilo. Ahora lleva esas dos canciones en el iPod en caso de que necesite
«tratar» su enfado si alguien le provoca. Cuenta que experimenta muchos menos
arrebatos de ira y que los controla mejor cuando sí que los tiene.
Muchas personas cuentan lo mismo: que no saben cómo, pero que tras usar la
música de esta forma les importa menos lo que les puso de ese humor en primer
lugar y son capaces de llevar las cosas más tranquilamente de nuevo. ¿Puedes
imaginar todo lo pacífico que sería nuestro universo si las personas aprendieran a
escuchar más música en vez de pelear y gritarse los unos a los otros (o algo peor)?
Todas nuestras relaciones serían como una sinfonía.
Utilizar la música para predecir las emociones
Puedes utilizar la música para identificar y clarificar cómo te sientes en un momento
concreto en el tiempo o incluso cómo te vas a encontrar en un futuro cercano. Esto
resulta útil porque puede ayudarte a evitar que las potenciales emociones negativas
interfieran con tu mente que fluye y conseguir que utilices el poder puro de las
146
emociones positivas para alimentar tu mejor estado mental.
Ciertas canciones te ayudan a analizar tu perfil emocional y a predecir dónde
estarás (emocionalmente) dentro de unos minutos o más adelante. Esta capacidad
puede ayudarte a identificar un estado de ánimo problemático antes de que se dé y
antes de que te cause un problema. O te da la posibilidad de identificar una emoción
para aumentarla, de forma que puedas tener su energía cuando la necesites. La
música puede conseguir esto, porque está vinculada a tu autoconsciencia. Así es
como funciona.
Imaginemos que te identificas fuertemente con una canción. Puedes usar ese
sentimiento para comprenderte mejor. Supongamos que vas de camino a una
entrevista de trabajo, por ejemplo, y te sientes con ganas de poner Crazy Train de
Ozzy Osbourne o Welcome to the Jungle de Guns n' Roses, posiblemente porque no
estás muy satisfecho con la entrevista; has perdido tu trabajo y vas a hacer una
entrevista para uno nuevo que te gusta menos. En ese momento tienes una buena
oportunidad de utilizar las canciones como «escáner» emocional.
Pregúntate: «¿Qué se dice en la canción? ¿Qué tiene que ver conmigo? ¿Cómo
puedo utilizar los sentimientos que evoca para mi beneficio? ¿Puedo usarla para
ayudarme a reafirmar la confianza en mí mismo?». Después utiliza la alta energía de
la música para volver a centrarte en tu objetivo y visualizarte allí actuando con
confianza, control y con la mente fluyendo. ¿En qué estado de ánimo necesitas estar?
¿Qué recuerdos puedes activar que te proporcionen pensamientos y emociones
positivas? ¿Cómo está tu equilibrio? ¿Necesitas ajustarlo de una manera o de otra
para sentir que estás en el mejor lugar en el que puedes estar?
Digamos que tal vez la energía de alta potencia de la guitarra de Crazy Train te
hace sentir una especie de catarsis cuando Ozzy canta: «Life's a bitter shame (La
vida es una amarga vergüenza)» y que las heridas «aren't healing (no están
sanando)». O como canta Axl Rose: «You know where you are / You're in the jungle
baby (Ya sabes dónde estás /estás en la jungla, nena)». Es posible que estés de
acuerdo; lo de ahí fuera es una jungla. Sientes una catarsis mayor. Pero la potente
energía de la música despierta la rebeldía que hay en ti y hace que quieras presentar
batalla. Axl Rose grita: «If you've got a hunger for what you see /you'll take it
147
eventually (Si sientes ansia por conseguir lo que ves / al final lo lograrás)». Y
psicológicamente tu humor rebelde provoca otros pensamientos y recuerdos
similares que lo potencian.
Eso no sería una buena idea, si tus propias heridas te dirigen a una zona que no es
la mejor para tu entrevista. Y esa es una de las direcciones predecibles que puedes
tomar. Pero también puedes elegir aferrarte a toda la energía de las canciones y
utilizarla para catapultarte a un comportamiento fuerte, confiado y despierto que
desafía la mala suerte por la que perdiste tu anterior trabajo y aumenta tu confianza
para conseguir este nuevo al que optas.
Al hacerlo, mejorarán tus opciones a la hora de elegir lo que te va a pasar después,
de ejercer cierto control sobre la situación. Este tipo de pensamiento te apartará de
un camino potencial-mente destructivo y te situará en un estado más organizado y
constructivo que te empuje hacia delante en armonía con lo que necesitas en el
momento para, simultáneamente, contribuir y sacarle el mayor partido a tu vida.
Música para curar un corazón roto
A veces elegimos no escuchar un tipo de música porque proyecta las emociones
erróneas. A menudo, cuando una persona sufre una ruptura emocional se dice: «No
puedo soportar escuchar más letras que estén ni remotamente relacionadas con el
amor». Oí comentar recientemente a una persona en esta situación: «Iba conduciendo
hoy y pusieron You are my Love en la radio. Empecé a llorar incontrolablemente y
tuve que aparcar en el arcén». Pero es interesante que esa misma persona más
adelante admitió que volvió a escuchar esa canción de nuevo tres meses después y
pudo apreciar entonces sus profundos y bellos efectos otra vez sin sentir ese anterior
arrebato emocional.
Este es un buen ejemplo de cómo hace falta restringir la escucha de ciertas
canciones a veces, como por ejemplo cuando estamos en un estado mental vulnerable
como sucede tras una ruptura sentimental.
En esos momentos es mejor ser amable con uno mismo y no someter a la mente (ni
siquiera pensar en someterla) a canciones que entren en el terreno del amor. Lo que
148
siempre ayuda en estos momentos sensibles son las canciones infantiles divertidas.
Hazte con un CD de canciones con música y letra divertida, sobre todo cuando el
contenido trata de diferentes animales y los sonidos que hacen. Prueba a cantar la
canción mientras la escuchas.
Conocí a una persona que se sentía tan mal después de una ruptura que dijo en el
trabajo que estaba enfermo y se quedó en casa durante una semana. Descubrió que
escuchar cualquier tipo de música que le recordara remotamente al amor le hacía
sentir peor. Así que empezó a escuchar la versión de Green Day de Teenage
Lobotomy, una canción que escuchaba con sus colegas en la universidad antes de sus
partidos de fútbol. La canción conseguía ponerle de buen humor antes de los
partidos. Al reproducir ahora la canción, esta hacía que dejara de pensar (o más bien
de obsesionarse) con su relación. Metió la canción en su iPod y empezó a escucharla
varias veces al día. Para el final de la semana ya se sintió lo bastante bien para
volver a trabajar. Pasado un mes, cada vez que tenía pensamientos insoportables
sobre la ruptura se ponía la canción y eso le ayudaba a llevar mejor el mal momento
provocado por su corazón roto.
Música para librarse de un estado de ánimo
También es posible utilizar música que tenga influencia sobre las redes emocionales
de tu cerebro para librarse de un estado de ánimo disfuncional. Por ejemplo,
digamos que la gente te dice que siempre llegas tarde. Empecemos por la mañana.
¿Te cuesta levantarte? ¿Te resulta difícil gestionar tu tiempo antes de salir para el
trabajo? Quizá te resulte difícil salir de casa, porque no te encuentras lo
suficientemente bien para aguantar lo que te espera. Te sientes un poco bajo de
ánimo y no haces más que ir de acá para allá pensando en esto y en aquello, en
alguna otra cosa que le tienes que decir a tu pareja o a tus hijos.
Cuanto seas capaz de identificar lo que te está reteniendo y retrasando podrás
cambiarlo si quieres. Y si pretendes provocar un cambio, la música será tu aliada.
En la situación que acabamos de mencionar, la música puede ayudarte a aumentar
la velocidad de tus propias frecuencias de ondas cerebrales por la mañana y
149
conseguir que llegues al trabajo puntual. No es magia, solo un poco de
entrenamiento. Una persona que confesó estar en una circunstancia similar utilizaba
música de su infancia. Cambió la música con la que se despertaba de forma que le
daba la bienvenida a la mañana con canciones de un campamento de verano de su
infancia, un lugar en el que todo el mundo tenía que levantarse con alegría y
literalmente ponerse en fila ya listos para lo que fuera. Ese recuerdo de la disciplina,
energía y horarios de la infancia se tradujo en una potente lista que le sirvió de
medicina y que le ha ayudado a lograr una salida de su casa rápida y organizada
(antes le costaba varias horas).
Una paciente en particular que se propuso tranquilizarse o calmarse aprendió que
escuchar la misma música relajante repetida una y otra vez mientras se movía
rítmicamente siguiendo el sonido le ayudaba a reducir su ansiedad y la ayudaba en su
tránsito desde un estado reactivo emocional cargado hacia un pensamiento más
calmado y un estado mental más controlado.
También puedes utilizar tu lista para eliminar pensamientos, sentimientos y
tendencias autodestructivas reemplazándolas por un estado mental más positivo.
Digamos que te sientes demasiado ansioso y abrumado y quieres reducir tu nivel de
pánico. Operar en este estado mental te creará dificultades para encontrar una
solución.
Tal vez sientas presión en el trabajo por completar un proyecto y se te acaba el
tiempo. O tal vez estés haciendo malabares con dos trabajos, el cuidado de tu familia
y las clases nocturnas a las que asistes en la universidad. El caso es que estás
sobrepasada. El pánico te hace sentir con ganas de rendirte o automedicarte (por
ejemplo, con drogas o alcohol) para lograr sentirte mejor. En este caso, como en el
del paciente anterior, tendrás que seleccionar música que sea absolutamente
relajante para el cerebro, tal vez algo que sea solamente instrumental, el sonido de
gotas de agua cayendo sobre las hojas, las olas del mar, jazz lento y suave, música
clásica lenta... Música para calmarte, relajarte y confortarte.
Utiliza esa música relajante para ayudarte a reequilibrar las frecuencias lentas y
rápidas que se dan cuando los pensamientos pasan a un estado de pánico. Cuando
experimentes y descubras qué música te funciona mejor podrás guardar esas
150
canciones en tu iPod o reproductor de MP3, sabiendo que cualquiera de ellas te
ayudará a reequilibrar tus sentimientos. Puedes utilizar la canción más eficaz de tu
lista para alejar sin dificultad la mente de las tendencias destructivas y volver a un
estado mental más saludable. Después puedes reevaluar el hecho que te ha
provocado esas tendencias y decidir cuál es la mejor solución.
Tal vez te sientas vacío y quieras recurrir a conductas dañinas y autodestructivas
para conseguir una oleada de placer y emociones. Las conductas autodestructivas
provocan la liberación de endorfinas, sustancias neuroquímicas de tu cuerpo que te
excitan, te hacen sentir un subidón y te dan la sensación de que la vida va bien. A una
persona que se sienta así es posible que le falten ciertos neurotransmisores, o que
tenga una abundancia de un tipo o de otro, lo que le provoca un desequilibrio. En
estas situaciones a veces se receta medicación.
Pero es posible apartarse de esos sentimientos y las conductas que los acompañan
activando algunos de los principales neuro-químicos del cuerpo. Puedes hacerlo
utilizando tu lista de canciones para aumentar los ritmos cerebrales y reproduciendo
canciones estimulantes y muy rápidas, del tipo de las que se oyen en los sitios de
baile. ¿Te has fijado alguna vez cómo la gente parece que está colocada con la
música, balanceándose y moviendo la cabeza al ritmo con los ojos fijos como si
estuvieran en trance? Se puede aprender a utilizar la música intencionadamente para
lograr ese estado aumentado de excitación mental sin necesidad de sustancias
recreativas extra ni de conductas autodestructivas. Activar los sistemas emocionales
del cerebro puede ser la mejor forma de redirigir las conductas negativas y prevenir
las autodestructivas. Por supuesto en todos estos casos el equilibrio es la clave.
Identifica lo que quieres cambiar y busca en tu biblioteca musical canciones que ya
hayan producido en ti antes el efecto deseado. Intenta ponerlas en consonancia con tu
objetivo actual de mejorar tu personalidad y convertirte en quien quieres ser.
INSTRUCCIONES PARA ELEGIR LAS CANCIONES DE TU LISTA
A continuación vamos a darte unos consejos sobre cómo elegir canciones para una
lista que te ayude a mejorar tu humor.
151
Primero, elige canciones que te gusten mucho.
Presta atención para saber cuándo funciona una canción y cuándo no.
Graba las canciones en tu memoria.
Haz una lista de canciones específica para una actividad. Entrena al cerebro
con la lista que has creado.
Busca canciones nuevas y antiguas.
Utiliza imágenes controladas y guiadas por ti.
Utiliza las PPM de la canción para ayudarte a organizar tu lista.
Utiliza tus conexiones emocionales con las canciones.
Utiliza el sistema de recompensa de tu cerebro.
Busca canciones con las que empatices.
Encuentra canciones con un ritmo fuerte y obvio.
Vincula tus mejores recuerdos a las canciones.
Elimina los pensamientos y las acciones destructivos. Empieza a hacer una
lista con las canciones que hayas encontrado y que intervengan cuando estés
en un estado de ánimo que provoque pensamientos y acciones destructivas.
Utiliza música calmante y relajante. Una vez que hagas la lista, utilízala para
entrenar tu cerebro para que abandone esos patrones cuando se produzcan.
Ejercicio
1. Disfruta del viaje en coche al trabajo. ¿Qué es lo mejor para ti cuando vas
conduciendo al trabajo y estás irritable? Es una buena idea tener una colección de
melodías calmantes en tu lista de canciones. Lo más importante es que intentes
cambiar tu humor para pasar a un estado mental mejor utilizando una canción o
varias con las que te sientas emocionalmente conectado. Cuanto más asocies la
canción con la fuente específica de tu irritación, mejor. Por ejemplo, la persona de
la que hemos hablado anteriormente en este capítulo que utilizaba These Are The
Days de los 10000 Maniacs lo hacía principalmente por dos razones: 1) porque le
encanta la canción y todas las emociones que le provoca, entre las que se incluye
152
que ella y su pareja tienen una relación con una base fuerte y profunda, y 2) porque
ella inmediatamente asocia la canción con él y con el día en que se conocieron.
Si tu irritación de camino al trabajo digamos que está relacionada con el lugar de
trabajo, deberías seleccionar una grabación que asocies emocionalmente con el
trabajo de una forma positiva. Reúne las canciones de esa forma: por asociación
emocional. Busca unas cuantas grabaciones que puedan tratar diferentes fuentes
predecibles de irritación que te puedan afectar en el viaje al trabajo. Así, cuando
surjan, estarás preparado.
La música de artistas como Jackson Browne, Bonnie Raitt, John Prine, Bob Dylan,
Grateful Dead, Green Day o 10000 Maniacs son buenos ejemplos de música que no
solo te calma el estado de ánimo, sino que también te ayudan a centrar la atención.
Al reequilibrarte con la música, evitarás mayor frustración y llegarás a trabajar de
buen humor, lo que mejorará tu rendimiento general y te ayudan a sentirte más sano
mental y físicamente.
2. Cuando echas de menos estar en alguna parte. ¿Y si estás un poco bajo de ánimo,
porque, por ejemplo, echas de menos estar en las montañas o en la naturaleza y
estás pensando en todos los viajes placenteros que has hecho allí en el pasado?
¿Por qué no te pones un poco de música agradable (digamos Mozart para
permanecer calmado y centrado o tal vez un vals de Chopin) para ponerte en un
estado mental en el que tu espíritu vuele y se sienta libre? Añade un aroma del
bosque que te traiga a la mente ese ambiente. Cierra los ojos y utiliza imágenes;
visualízate bailando, moviéndote en un prado soleado u otro escenario natural que
recuerdes de tu pasado en un momento en que te sintieras totalmente cómodo y
tranquilo. Ahora utiliza esos pensamientos positivos obtenidos de la música, del
olor y del ambiente seguro y dirige tus pensamientos a un objetivo de la vida real
que te produzca mucho placer. Visualízate encontrando una forma de lograrlo. Eso
hará que te sientas doblemente bien: primero, por pensar en algo placentero y
después por encontrar una forma de salir y conseguir lo que necesitas sin ayuda.
153
9
Cómo utilizar la música para vivir
de una forma creativa
«Vivir la vida de forma creativa significa enfocarla despiertos y conscientes
de quiénes somos, así como mantener un profundo respeto y compasión
por los demás. Significa vivir completamente el momento, libres y felices.»
—JOSEPH CARDILLO, extraído de Be Like Water
V
IVIR de una forma creativa es sentirse vivo y crear tus propias opciones
mientras fluyes en el mundo. Cuando vives de esta forma, te sientes más
equilibrado y feliz, tienes menos miedo al rechazo y estás más abierto a participar en
las infinitas posibilidades creativas de la vida que se presentan de un momento a
otro. Estás más a favor de expresar quién eres realmente en vez de esconderte y le
deseas a los demás que sientan esa misma sensación de poder.
Hasta ahora hemos estado hablando de cómo la música puede hacer fluir tu mente,
mantenerla en ese estado, ayudarte a permanecer tranquilo, centrado, feliz y
organizado, mejorar tu memoria, reforzar tus emociones y aprovechar el sonido de
tus propias ondas cerebrales. Pero una vez que haces que todos estos conceptos
tengan una influencia sobre las infinitas posibilidades que surgen al vivir tu vida, el
poder de la música aumenta todavía más. Entonces es cuando tu lista de canciones
puede (y lo logrará si se lo permites) llevarte a un nivel totalmente nuevo en tu vida.
Así utilizarás tu lista de canciones para cambiar, literalmente, tu vida. La utilizarás
para darte el poder de vivir cada día de forma creativa y generar mayor alegría y
éxito para ti, para tus seres queridos y para el mundo que te rodea.
Si vives tu vida de forma creativa, utilizarás tu lista para disolver los conflictos y
las restricciones cuándo y dónde te surjan en la vida y los reemplazarás por felicidad
y libertad. Tu vida se convertirá en una obra de arte: una celebración de quién eres,
154
quién quieres ser, quién puedes ser y quién vas a ser. Tus deseos internos y los
mundos externos estarán en armonía.
Ya fluyendo en esta posición tan ventajosa estás más activo, más natural; aportas
algo a los demás y recibes lo que ellos te aportan. Solo tienes que mantenerte
siguiendo tu felicidad hasta el punto en el que la fuerza y la curación se conviertan en
algo fácil.
En este punto de tu entrenamiento ya no «solo» escuchas las diferentes
composiciones musicales que te hacen feliz. Te has convertido en un artista musical
cuya tarea es componer la belleza dentro y fuera de tu vida, hasta el punto de que
puedes cambiarla a voluntad. Y permitirás que tu entusiasmo por la vida y todas las
posibilidades creativas caigan sobre ti mientras fluyes en cada momento de tu vida,
creando una obra maestra que eres tú. Y la música, que está arraigada en ti desde
que las primeras células empezaron a latir, estará ahí para ayudarte en cada paso.
Sigue soñando
Llegado este momento, ya sabes que se desprenden muchos beneficios físicos y
psicológicos de vivir en un estado mental optimizado al máximo. Tu rendimiento
mejorará en todo lo que hagas. Y eso te llevará a una mayor felicidad y a unos
sentimientos de logro personal y éxito. Cuando tu mente fluye, tu motivación, tus
habilidades y tu confianza están en su mayor nivel y sientes que puedes enfrentarte a
cualquier situación, pase lo que pase. De hecho, ni siquiera lo piensas; directamente
lo haces.
Pero no ha sido (ni es) siempre así. Igual que el atleta se entrena para estar
motivado, la gente cuya mente fluye tiene que entrenarse para mantenerse en ese
estado. Entrenar el cerebro con la música incluye todo lo que hemos tratado en este
libro hasta el momento. Pero hay un componente más. Sigue soñando con nuevos
objetivos y te darás cuenta de que, igual que el atleta motivado hace que el juego
sobrehumano parezca fácil, tú serás mejor a la hora de lograr tus sueños con mucho
menos esfuerzo siempre y cuando vivas en tu mejor estado mental.
Solo tienes que seguir soñando.
155
Los sueños evitan que vivas una vida sedentaria. Te ayudan a mantener la mente
fluyendo y son una parte importante a la hora de mantener ese estado mental más allá
de la tarea que estás realizando en ese momento.
Todo el mundo experimenta momentos de estancamiento. Cuando nos sucede esto,
muchos de nosotros intentamos elevar el listón de nuestros logros y habilidades para
hacer que las energías vuelvan a fluir. Eso es porque cuando estamos fluyendo nos
sentimos más vivos y creativos. Somos capaces de abarcar más posibilidades de las
que nos ofrece la vida y coordinar nuestras elecciones con otros acontecimientos en
la vida más positivos que luego irán creciendo y aumentando en el futuro. Estamos
felices y volviéndonos más felices cada día.
Si dejamos que la vida se nivele y permanezca así, es fácil sentir como si
hubiéramos dejado de crecer. Eso nos conducirá a sentimientos de aburrimiento,
baja motivación y baja autoestima. Es duro ser creativo cuando te sientes así, y
mucho más vivir una vida creativa. Sin embargo, en cuanto nos vemos ante una
apuesta o un desafío volvemos a sentir ese hormigueo de excitación. Eso se produce
por la anticipación de conseguir más cosas y la exigencia de dominar nuevas
habilidades para lograr superar esos desafíos. De repente, nuestro mundo es menos
predecible. Pero es más atrevido.
Para las personas que viven fluyendo esas situaciones son siempre las mejores. Se
convierten en oportunidades para crecer, para aumentar la felicidad y profundizar en
su carácter.
Recuerda la conexión con la dopamina. Tu cerebro empieza a liberar dopamina
proporcionándote placer antes de que hagas nada, solo con la anticipación del logro.
La liberación de la dopamina en la fase de anticipación es significativa. Es lo que
hace que los animales tengan hambre antes de conseguir comida. Es lo que hace que
sea difícil pasar por delante de una pizzería y no comprar una pizza. Es lo que nos
ayuda a enfrentarnos a los retos que nos acercarán más a nuestros sueños.
Las investigaciones muestran que cuanto mayor sea la demanda o el desafío al que
se enfrenta una persona, más logrará fluir una vez superada la experiencia. También
lo contrario es cierto: cuanto más baja sea la demanda, mayor es la posibilidad de
estancarse, aburrirse y no fluir. Así que es importante si quieres seguir fluyendo (y si
156
quieres vivir en un estado óptimo) seguir teniendo por delante recompensas y no
dejar de subir el listón.
Si sientes que tu vida se ha estancado o va camino de ello, utiliza la música para
volver a fluir al máximo de nuevo. Empieza creativamente utilizando tu música
favorita para identificar nuevos sueños. Una forma de hacerlo es crear una lista que
se llame «Sueños» con canciones que sirvan para ayudarte: para liberar tu mente,
proporcionarte sugerencias, indirectas, pistas o soluciones parciales para subir el
listón en tu vida. A continuación incluimos una lista de una persona que conoce bien
nuestros conceptos. Te animamos, como siempre, a desarrollar una propia basándote
en tus objetivos actuales y favoritos. Fíjate en cómo las canciones de esta lista van
de ritmos rápidos con letras motivadoras a música más relajante con una dirección
menos lírica.
LISTA DE EJEMPLO «SUEÑOS»
Free 2010, Ultra Nate (Bob Sinclair Remix DRM)
Las cuatro estaciones, Vivaldi
The Climb, Miley Cyrus
The Power of the Dream, Celine Dion
Adagio para cuerdas, Samuel Barber
Busca un lugar tranquilo. No importa si es en casa o en el trabajo, en un interior o en
el exterior. Puede ser temprano por la mañana, a la hora de comer o al final del día.
Cuando estés cansado no será buen momento para poner tu mente a fluir y tal vez
necesites hacer algo adicional. Ve a un lugar tranquilo a diario. Pasa tiempo allí,
aunque sea poco, escuchando tu lista «Sueños» y deja que la música te guíe para
entrar en contacto con tus sueños. Incluye canciones que tengan un contenido rítmico
y lírico más agresivo y motivador al principio para elevar tu energía y ponerte en el
estado de ánimo necesario para salir del estancamiento.
Piensa en las cosas que puedes lograr para tu vida y que te harán feliz. Pregúntate:
157
«¿Qué cosas serían?». No te preocupes por cómo conseguirlas. Tu tarea es solo ser
consciente de cuáles son. Por ahora puedes dejar que la miríada de imágenes e ideas
que surgen fluyan por tu mente. Tómate tu tiempo con las que más te gusten. Piensa
por qué esas cosas son importantes para ti. Pregúntate si son un desafío suficiente
(pero no demasiado) para darte sensación de aventura. Lo que quieres es sentir que
estás subiendo el listón. Recuerda que estás soñando con cosas que te traerán un
mejor nivel de vida. Permanece centrado todo lo que te sea posible. Estos objetivos
pueden ser metas a largo plazo o cosas más inmediatas (unas que puedas lograr hoy
mismo).
Después de unos cuantos días (o el tiempo que sea necesario) escoge un objetivo
que siempre aparezca en tus reflexiones. Piensa qué nuevas habilidades necesitarás
para desarrollarte y conseguir los retos que se te presentan en el sueño.
Por ejemplo: imagínate a una mujer que ha estado enseñando en una escuela
primaria durante varios años. Cuando se va a ese lugar tranquilo, sueña con escribir
un libro sobre cómo trabajar con niños. La mayor parte del tiempo está contenta con
su trabajo de maestra y con su vida, pero siente que una parte de ella se está
estancando. Por supuesto que se le presentan constantemente situaciones en la
escuela (como a todos nos surgen en el trabajo) que le suponen desafíos y aventuras,
pero no son situaciones que le gusten o que desee. Son más bien molestas. Esas
situaciones solo la hacen sentir bien cuando pasan (o cuando el estrés que provocan
se desvanece).
Recuerda que las cosas que nos encantan son las que producen que nuestra vida
fluya. Por eso puedes utilizar tus sueños para iniciar experiencias que fluyan en tu
vida.
Para la maestra de nuestro ejemplo el sueño de ser escritora no deja de aparecer.
Cada vez que se sienta tranquilamente y escucha música tranquila se ve escribiendo
libros, disfrutando de todas las cosas que eso entraña, dando charlas sobre sus libros
ante otras personas que también disfrutan de la educación... Le encanta conversar y
le parece que escribir solo es una forma más de hacerlo. Y disfruta compartiendo
ideas sobre educación, así que cree que escribir sobre ello también le gustará.
Incluso pensar en construirse otra carrera como escritora le resulta emocionante.
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Empieza a sentir mucho placer solo esperando que llegue el momento que pasa a
solas pensando en esa posibilidad. Ha llegado la hora de pasar a la acción.
Construir tu andamiaje
No es ningún secreto que a Albert Einstein le encantaba la música. En varios de sus
escritos y conversaciones manifestó que le gustaba tanto la música que le habría
gustado convertirse en músico. Tal vez por eso veía tanto arte en la ciencia y tanta
ciencia en el arte. La segunda esposa de Einstein, Elsa, apunta cómo Einstein habría
usado la música para construir puentes dentro de su propio proceso de pensamiento.
«La música le ayudaba cuando pensaba sobre sus teorías», escribió Elsa. «Entraba
en su estudio, volvía, tocaba unos cuantos acordes en el piano, anotaba algo y volvía
a su estudio.» Para vivir con creatividad todos tenemos que construir puentes
temporales para ir de un lugar a otro. Son los que nos hacen seguir fluyendo.
El uso de la música, igual que le ocurría a Einstein, puede ayudarnos a construir
esos puentes. Y cuando unimos varios puentes para conseguir un objetivo, a la
estructura resultante la denominamos ANDAMIAJE.
Una de las consecuencias más importantes del andamiaje es que es capaz de
mantenerte fluyendo mientras resuelves cualquier caos que haya surgido en tu vida a
causa de todas las circunstancias que se pueden dar mientras aprendes nuevas
habilidades con la intención de conseguir tus sueños. Esto es posible porque no te
estás pidiendo dar un gran paso hacia un territorio desconocido en el que no estás
cómodo. Vas a ir paso a paso. Pensemos en la maestra de antes. Tal vez todavía no
tenga las habilidades necesarias para conseguir lo que quiere. En su caso está
trabajando a través de sus reflexiones para empezar a construir el andamiaje que la
llevará a conseguirlo: se familiariza con libros sobre publicación, se va a unir a un
grupo de escritores, quiere conocer a otros educadores que hayan escrito libros
sobre el trabajo con niños, asiste a conferencias de escritores, hará investigación
para su manuscrito, empezará a pensar cómo va a organizar su libro, etc.
Por eso ahora su lista de canciones es diferente. En vez de utilizar música que sea
calmante y tranquila para darle alas a sus reflexiones, ahora usa música que funciona
159
como uno de sus pensamientos dicho en voz alta y que la anima a levantarse y coger
el toro por los cuernos por así decirlo. Una de sus canciones favoritas es You Can't
Always Get What You Want de The Rolling Stones. Le encanta y se aferra a los
versos que dicen: «But if you try sometime, you might find / You get what you need
(Pero si alguna vez lo intentas tal vez descubras / que puedes conseguir lo que
necesitas)». La siguiente lista de canciones es una muestra de lo que ella escucharía
en esa situación.
LISTA DE EJEMPLO «A POR ELLO»
You Can't Always Get What You Want, The Rolling Stones
Turn the Beat Around, Gloria Estefan
The Heat Is On, Glenn Frey
It's My Life, Bon Jovi
Soar, Christina Aguilera
Cada una de las canciones de su lista le trasmite directamente y sin rodeos que siga
adelante, que consiga lo que necesita y que se ponga a ello. Todas le dan energía
para construir su andamiaje y la motivan (a la vez que la tranquilizan) para superar
cualquier ansiedad que pueda sentir por culpa de la turbulencia de la incertidumbre
que provoca el cambio. Hagamos hincapié en este último punto: la música no solo te
ayuda a identificar tu sueño y a construir tu andamiaje, sino que también calma tus
ansiedades cuando surgen nuevos retos. Y eso hace que sientas emoción en vez de
preocupación.
El andamiaje te sirve para ver cómo varias tareas pequeñas y fáciles de conseguir
están vinculadas al objetivo general y eso pone en funcionamiento el mecanismo de
recompensa de tu cerebro.
Cuanta más conexión veas entre las tareas, más fluirás con ellas y obtendrás mayor
placer (recompensa) en el proceso.
Este bucle de retroalimentación estimulará cada paso de tu búsqueda a lo largo de
160
todo el camino hasta lograr tu sueño.
Sabemos que estos estados mentales específicos entran en funcionamiento cuando el
cerebro ve que hay una necesidad de ellos, cuando nos resultan ventajosos. De forma
que, esencialmente, estás entrenando tu cerebro para ver los desafíos como aventuras
que te ayudarán a fluir. Como resultado experimentarás que tu estado mental óptimo
se activa automáticamente en cuanto te acerques a la mayoría de los desafíos de la
vida diaria.
CONSEJO EXTRA PARA TU LISTA DE CANCIONES
A continuación incluimos una lista para ayudar a recordar cómo la música
optimiza tu capacidad de fluir y te ayuda a crear un andamiaje que va más allá de
las tareas y los objetivos individuales y que se puede utilizar en todas las áreas de
la vida.
1. La música te hace fluir.
2. El estado mental que fluye se trasmite a otras cosas (sobre todo con la
repetición).
3. Tienes que subir el listón (no dejes de soñar).
4. Para no dejar de fluir tienes que sentir que tienes las capacidades necesarias
para enfrentar el desafío o que puedes adquirirlas (construir un andamiaje
hacia tus objetivos).
5. La música te equilibra cuando el péndulo va pasando del desafío a la
adquisición, después al estancamiento y Analmente de nuevo al desafío.
Nota: La vida no está estancada y nosotros tampoco. Por eso necesitamos estar
adaptándonos constantemente. De ahí que permanecer en equilibrio sea el objetivo
primordial de este libro.
Si vivimos de forma creativa, haremos del mundo un lugar mejor. Uno de los
mayores regalos que podemos darle al mundo son nuestros sueños totalmente
desarrollados y nuestra consciencia única. Si estamos fluyendo, es fácil hacer el
161
bien; pensar positivamente y llenar el espacio que ocupamos de energía positiva.
Empieza a practicar estas habilidades y no dejes de hacerlo. Recoge los frutos en
forma de recompensa. Utiliza tu lista de canciones para mantenerte en actitud
positiva. La gente busca lugares de armonía y equilibrio para que le sirvan de apoyo
en sus búsquedas personales. Tú puedes ser ese apoyo. Sigue a tu felicidad. Es
natural. Es primordial. Eres tú. Participa, ordena tus ideas y sé creativo.
INSTRUCCIONES PARA ELEGIR LAS CANCIONES DE TU LISTA
A continuación vamos a darte unos consejos sobre cómo elegir canciones para una
lista que te ayude a vivir de forma creativa.
Primero, elige canciones que te gusten mucho.
Presta atención para saber cuándo funciona una canción y cuándo no.
Graba las canciones en tu memoria.
Haz una lista de canciones específica para una actividad. Entrena al cerebro
con la lista que has creado.
Busca canciones nuevas y antiguas.
Utiliza imágenes controladas y guiadas por ti.
Utiliza las PPM de la canción para ayudarte a organizar tu lista.
Utiliza tus conexiones emocionales con las canciones.
Utiliza el sistema de recompensa de tu cerebro.
Busca canciones con las que empatices.
Utiliza canciones con metáforas útiles.
Encuentra canciones con un ritmo fuerte y obvio.
Vincula tus mejores recuerdos a las canciones.
Utiliza canciones que te ayuden a crear. Añade a tu lista música con efectos
de calma y tranquila que te ayude específicamente a alimentar tus reflexiones.
Intenta también añadir canciones que funcionen como si fueran pensamientos
dichos en voz alta y cosas que te ayuden a motivarte y a construir puentes
para lograr tus sueños. Utilízalas para ayudarte a fluir a través de la
turbulencia del cambio que se produce cuando persigues tus objetivos.
162
Ejercicio
1. Crea un espacio tranquilo. Créate un espacio tranquilo en tu casa donde puedas ir
durante al menos quince y treinta minutos cada día. No tiene que ser nada
sofisticado; solo un lugar que te proporcione tranquilidad y privacidad.
Confecciona una lista que se llame «Sueños» como hemos descrito anteriormente
en este capítulo y reprodúcela. Si en tu casa no tienes un espacio como este intenta
buscarlo fuera de casa, en el exterior o en algún lugar interior que te resulte
acogedor y confortable. El objetivo es apartarte de todas las cosas que requieren tu
atención durante el día y permitirte desvincularte de todas ellas durante un rato.
Entra en este espacio y permanece presente. Puede que te lleve un rato calmar tus
pensamientos. Fíjate en la diferencia entre los pensamientos sobre lo que quieren los
demás de ti y lo que tú quieres. Centra tus pensamientos en ti.
2. Reinvéntate. Entra en tu espacio tranquilo. Pon una vez o varias todas las
canciones que tienes en tu lista de «A por ello». Presta una atención especial a las
características de cada canción que hicieron que la añadieras a la lista. Cuando
reproduzca las canciones piensa en un cambio a gran escala que quieras hacer en tu
vida y que tenga que ver con uno de los sueños que has identificado. Por ahora
solo piensa en ese sueño. Si quieres cambiar de profesión, por ejemplo. ¿Qué
profesión te gustaría tener? Y en ese campo, ¿qué tipo de trabajo te gustaría hacer?
¿Algo financiero? ¿Social? ¿Obligatorio? ¿Para vivir? ¿Qué cua-lificación
necesitas para ello? Hazte preguntas como esas para ver qué necesitas en la
práctica para reinventar ese aspecto de tu vida.
Contempla la posibilidad de verte así dentro de cinco años (o el número de años
necesarios). Ahora divide el objetivo en partes más pequeñas y organízalas en
componentes abarcables. Construye tu andamiaje con todas esas piezas para que
puedas llegar a conseguir tu objetivo. Céntrate en tu plan. Para esto necesitarás
varias sesiones. Y después da el paso para seguir adelante con ello.
163
10
Cómo utilizar la música
de tu cerebro
«Tu cerebro tiene su propia firma única, igual que las huellas dactilares.
Se trata de tu propia música, tu banda sonora personalizada.»
—GALINA MINDUN
H
EMOS estado hablando a lo largo de todo el libro sobre cómo tus preferencias
individuales tienen una gran influencia en qué tipo de música es mejor para ti.
Pero hay una forma de utilizar la que seguro es la mejor música para tu cerebro y así
asegurarte de que tienes la banda sonora definitiva que conseguirá que optimices al
máximo tu mente.
Esa banda sonora es la música que producen tus propias ondas cerebrales. Esto
puede sonar raro, pero es real y funciona. A esta música la denominamos terapia de
la música cerebral (TMC).
Los experimentos de laboratorio sobre la TMC (BMT según sus siglas en inglés)
han demostrado que las ondas cerebrales tienden a reorganizarse. Cuando esto
ocurre, las ondas cerebrales se muestran más sensibles y se pueden manipular con
más precisión, elevando o disminuyendo sus frecuencias según sea necesario. Por
eso la música generada por tus propias ondas cerebrales te permite experimentar
efectos más sostenibles y con mayor duración que cuando escuchas otras músicas.
Además, una amplia experiencia clínica muestra que la TMC es eficaz a la hora de
ayudar a lograr un estado de alerta y de calma, unas habilidades organizativas
mejoradas, mayor fuerza emocional, un mejor humor y un aumento de la memoria.
Muchas personas declaran que han podido reducir e incluso eliminar completamente
su necesidad de medicación para dormir, o de tomar ansiolíticos como resultado de
la TMC. Veremos algunos de esos efectos de la TMC más adelante en este mismo
164
capítulo.
La mejor parte es que la TMC, como las listas de canciones, no es invasiva, no
tiene efectos secundarios negativos y es placentera. Además es mucho más
económica que la mayoría de los fármacos. Puedes utilizarla como cualquiera de las
listas de las que hemos hablado en este libro: descargarla en tu iPod con todas las
demás y llevártela en el bolsillo a donde quiera que vayas para tenerla siempre que
la necesites.
La invención de la TMC
Las Terapia de la Música Cerebral la desarrolló el profesor Yakov Levin a
principios de los 90 en la Academia Médica de Moscú (Rusia), el mismo lugar
donde el doctor Iván Pavlov, el famoso fisiólogo, sentó las bases de la
neurofisiología. Gracias a los esfuerzos de un grupo de neurofisiólogos,
profesionales clínicos y matemáticos dirigidos por el doctor Levin se desarrolló una
tecnología especial que convertía las ondas cerebrales únicas de una persona en
música de piano. Esta tecnología empezó a conocerse como TMC. El doctor Levin
comenzó a probar y a estudiar el posible uso de esta terapia como tratamiento para el
insomnio en Rusia y después ese estudio se fue ampliando a toda Europa. Llegó a
Estados Unidos en 2005 gracias a la doctora Mindlin, que había trabajado con el
doctor Levin en Moscú.
Dónde encontrar la TMC
El principal centro de TMC se encuentra en la ciudad de Nueva York, pero hay otros
centros asociados por todos los Estados Unidos (si desea ver una lista de centros
consulte la página de la TMC: www.brainmusictreatment.com). Cuando se visita uno
de nuestros centros, un profesional hace una grabación de cinco minutos de la EEG
de la persona. Primero se coloca una especie de casco de plástico, parecido a un
gorro para la piscina, en la cabeza. El casco tiene unos sensores que trasmiten las
señales del EEG al ordenador. La grabación del EEG se traduce en unas piezas
165
musicales personalizadas con un algoritmo especial: una composición para relajar el
cerebro y otra para activarlo. Las dos piezas (el archivo de relajación y el archivo
de activación) se convierten al formato MP3. Una vez que se completa la conversión
(normalmente lleva unas tres semanas), el paciente recibe sus archivos musicales en
un CD.
Todo el proceso es muy cómodo y solo necesita que se esté cinco minutos sentado
quieto y descansando con los ojos cerrados para recopilar suficiente información de
la actividad cerebral para crear las partituras musicales cerebrales individuales.
Por si no te encuentras cerca de ninguno de nuestros centros estamos preparando
archivos comunes de la TMC. Estas composiciones se crean a partir de ondas
cerebrales, pero son piezas universales, no personalizadas para un individuo en
particular. Puedes encontrar estos archivos en la página web de la Terapia de la
Música Cerebral (Brain Music Therapy): www.brainmusic-treatment.com.
Esto significa que si quieres añadir piezas de la TMC a tu lista podrás hacerlo
instantáneamente descargando el archivo común y si quieres una grabación
personalizada de tus ondas cerebrales individuales puedes conseguirla en poco
tiempo solo con una visita al centro asociado que tengas más cerca.
Cuándo empezar a utilizar la TMC
Cuando empieces a utilizar la TMC practica utilizando tu archivo de relajación y tu
archivo de activación (dependiendo de lo que necesites) para mantenerte en tu mejor
estado de equilibrio mental. También deberías escuchar tus grabaciones del archivo
de relajación cada noche antes de dormir y durante la noche cuando veas tu sueño
interrumpido. Por la mañana escucha tu archivo de activación para conseguir energía
instantánea. También puedes escuchar tus archivos de la TMC a lo largo del día para
conseguir una mayor alerta, para relajarte o solamente para lograr equilibrarte.
Por ejemplo, puedes utilizar tu archivo de relajación de la TMC para reducir la
sensación de agobio y ansiedad antes de lanzarte a la negociación de un contrato, a
dar una clase, a conocer a tu supervisor o antes de ir a una cita. Y si lo que quieres
es aumentar tu capacidad de centrarte o tu energía física o mental, escucha tu archivo
166
de activación.
Pero no esperes resultados inmediatos en cuanto pongas el CD, como si acabaras
de tomarte una píldora milagrosa. Para entrenar tu cerebro de la mejor forma,
necesitas escuchar los archivos regularmente durante un periodo de varias semanas,
igual que sucede con cualquier otra lista que hayas estado utilizando para mejorar tu
estado mental. En general los usuarios de la TMC informan de resultados positivos
en un periodo de unas tres o cuatro semanas. Después de eso, resultados positivos
van aumentando de forma continua hasta que consiguen un impacto total, lo que suele
suceder más o menos a los tres meses.
LISTA DE EJEMPLO DE LA TMC
Archivo de activación de la TMC.
Archivo de relajación de la TMC.
Utilizar la TMC contra el insomnio
Muchas personas tienen problemas para dormir. Algunas tienen el ritual de leer un
libro o ver la televisión hasta que por fin se duermen. Y eso les funciona la mayor
parte del tiempo. Pero muchos individuos menos afortunados tienen que sufrir
temporadas en que pasan muchas noches sin dormir. Algunas personas tienen otro
tipo de problema de sueño; dormirse no es un problema, pero después se despiertan
en medio de la noche todas las noches y se pasan las horas mirando al techo,
totalmente despiertos. Otros se levantan para ir al baño o para beber agua y después
no pueden volver a dormir.
Los pensamientos empiezan a cruzar su mente a toda velocidad. A veces empiezan
a repasar cómo fue el día en el trabajo, lo que fue bien y lo que fue mal, o lo que no
fue en absoluto. Las mentes de otros se lanzan a un viaje por los recovecos de las
relaciones interpersonales. Algunos incluso dejan de intentar dormir y se van al
ordenador (intentando no despertar al resto de la familia) y trabajan un poco o
167
navegan por internet. A las 5 o 5.30 de la madrugada se cansan y se vuelven a la
cama para dormir solo una hora o dos hasta que suena el despertador. Entonces, se
arrastran al trabajo exhaustos y al principio del día se sienten como si hubieran ya
trabajado una semana entera.
Hace poco vino una de estas personas al centro. Era escéptico, pero tampoco tenía
nada que perder. Cuando utilizó por primera vez el archivo relajante de la TMC no
le sorprendió que sus ojos siguieran abiertos y que el sueño pareciera quedarle tan
lejos como de costumbre. Eran las 2.30 de la madrugada y su cerebro giraba en
círculos, como solía hacer en esas circunstancias.
Tenía un problema con la música. No le gustaba. No es que le molestara, pero no
era el tipo de música que él habría elegido escuchar. Pero quería intentarlo; había
intentado ya tantas cosas. Su médico le dijo que su insomnio llevaba mucho tiempo
con él, así que no podía esperar que desapareciera en unos minutos. Por fin se vio
poniendo la música cuatro o cinco veces antes de notar nada. Al final, empezó a
sentirse mejor; su mente estaba menos activa. Y lo siguiente que supo es que se
despertó con el sonido del despertador. Ya era la mañana siguiente. Así que había
conseguido dormirse y permanecer así toda la noche. Pero no se sintió diferente
durante los tres o cuatro primeros días.
Siguió entrenándose. Según pasaban los días, poco a poco, empezó a sentir la
diferencia. Lo principal que notó es que cuando se despertaba en medio de las noche,
el tiempo que pasaba despierto se iba reduciendo cada vez más. Con el tiempo dejó
de levantarse para ir al ordenador; en vez de eso se ponía su archivo relajante, lo
que le llevaba de nuevo a un sueño cada vez más profundo. Su sueño no dejó de
mejorar y en unas seis semanas ya pudo afirmar que los ratos que pasaba despierto
por las noches se habían reducido significativamente. Para su sorpresa incluso había
días en que dormía de un tirón toda la noche. Por supuesto sigue habiendo noches de
vez en cuando en las que tiene que escuchar la pieza relajante muchas veces, pero
esas noches son cada vez menos frecuentes y la mayoría de las noches las pasa
durmiendo reparadoramente.
Por la mañana escucha su archivo de activación y después se va a su trabajo con
menos estrés (o con nada). De camino al trabajo escucha su lista «Camino al
168
trabajo»:
LISTA DE EJEMPLO «CAMINO AL TRABAJO»
Mrs. Robinson, Simon & Garfunkel (versión de su concierto en Central Park)
She May Call You Up Tonight, Left Banke
I Wanna Be a Lifeguard, Blotto
Take It Easy, Eagles
I Can See for Miles, The Who
Se ha dado cuenta de que al escuchar su archivo de activación de la TMC primero
intensifica el efecto de la lista «Camino al trabajo» a la hora de hacerle fluir y que
además le dura más el efecto a lo largo del día.
Otra persona tenía la sensación de que su cabeza no paraba en todo el día, siempre
a cargo de tantas operaciones, tanta gente y tantos proyectos, y eso le provocaba
también problemas para dormir por las noches. Además, le costaba mucho levantarse
por las mañanas. Iba al trabajo sintiéndose como en aquella vieja canción de Pete
Seeger: «My Get Up and Go Got Up and Went (mi capacidad de levantarme y salir
hace tiempo que se levantó y se fue)». Y esa falta de entusiasmo le duraba todo el
día.
Pero cuando volvía a casa por la noche se sentía de nuevo inquieta y se ponía a ver
la televisión después de cenar hasta la medianoche. Su estado mental agitado era tan
fuerte que irritaba incluso a su perro y el animal se ponía a caminar por la casa hasta
altas horas de la noche. Cuando ella ya no podía controlar las cosas acababa
recurriendo a tomarse una pastilla de zolpidem o a beberse varias copas de vino o
de algo más fuerte, sobre todo cuando las cosas en el trabajo no le iban bien.
Después tenía que levantarse temprano y salir de su apartamento antes de las 6 de la
mañana. Entonces tenía que tomarse tres tazas de café bien fuerte en la cafetería de
su barrio para poder siquiera empezar el día.
Para ella el archivo de relajación de la TMC fue la medicina perfecta para
169
conseguir dormir por las noches. Como a muchas personas que utilizan la TMC, le
llevó un tiempo notar los efectos completos, pero una vez que empezaron, le
funcionaron más rápido que cualquier fármaco o droga. A veces se despertaba en
medio de la noche y solo con oír la canción en su cabeza ¡zas!, se dormía de nuevo.
Yo utilizo mi archivo relajante de la TMC cuando tengo intención de salir a correr
al final de un día largo. Lo hago porque yo tiendo a seguir en modo de enseñanza o
de investigación todavía durante un rato después del trabajo a menos que haga el
intento consciente de reducir el tiempo que me lleva hacer la transición a un estado
mental más relajado de forma natural. La mayoría de los días cuando salgo a correr
me encuentro intentándolo durante unos ocho kilómetros si quiero estar fluyendo,
mental y físicamente, lo mejor posible. Ponerme el archivo relajante de la TMC
primero y después, cuando ya he entrado más en el modo de correr, reproducir el
archivo de activación consigue que entre en la fluidez que quería. Ya cuando
consigo el modo deseado me pongo la lista «Para correr» habitual. Haciéndolo así
obtengo mayor beneficio de las diferentes canciones. Los efectos son más fuertes,
me duran más y mi rendimiento es mejor. Este proceso intensifica mi felicidad y me
hace fluir mejor.
—JOSEPH
También utilizaba su archivo de activación de la TMC por la mañana y así pudo
eliminar dos de sus tres tazas de café en pocas semanas. Una vez se dejó el iPod en
casa y no pudo escuchar su archivo de activación. Pero pronto pudo reproducirlo de
memoria en su mente y le funcionó automáticamente, igual que lo hacía el otro
archivo por las noches. En un abrir y cerrar de ojos se sentía totalmente alerta.
Y eso es lo que pretendes, lo que quieres que ocurra. Una vez que has entrenado tu
cerebro, cualquiera de las canciones de tu lista puede empezar a sonar en tu cabeza y
preparar tu cuerpo y tu mente para el efecto que quieres justo cuando lo quieras.
Esa es la intención a la hora de entrenar el cerebro con música para responder ante
situaciones concretas.
170
Adiós a la ansiedad
También puedes utilizar tu archivo de relajación para librarte de la ansiedad. Los
estudios y los resultados clínicos dentro y fuera de los Estados Unidos demuestran
que cuando los pacientes con ansiedad (generalmente con un desorden de ansiedad)
utilizan la TMC informan de una reducción considerable de esa ansiedad en
alrededor del 80% de los casos. Igualmente muchos pacientes con desórdenes de
pánico afirman haberse librado de los ataques con el uso de la TMC. Los pacientes
con fobia social que utilizan un archivo de relajación de la TMC durante entre
quince y veinte minutos antes de hablar en público explican que se sienten
notablemente menos preocupados cuando están ante la gente. Y en casos de pacientes
que quieren reducir los fármacos que toman para la ansiedad, más de la mitad de los
que tienen insomnio y ansiedad han podido reducir la dosis inicial de sus fármacos y
bastantes han podido convertir la TMC en su tratamiento principal.
Un paciente que ya estaba cansado de sus ataques de ansiedad nos decía que los
ataques aparecían cuando les daba la gana, inesperadamente y sobre todo cuando
menos se lo esperaba. Una ocasión en particular le resultó muy vergonzosa, porque
estaba sentado con unos amigos en un parque después de una película y empezó a
sentir que el corazón empezaba a latirle cada vez más rápido. Intentó
desesperadamente respirar, pero no lo consiguió sin sentirse asfixiado. Entonces oyó
a sus amigos que le gritaban: «¿Qué te ocurre? Pareces muerto de miedo».
Este paciente no estaba bien. Había estado yendo a terapia y tomaba fármacos.
Pero seguía sintiéndose vulnerable y avergonzado por estos episodios que no
cesaban.
Le llevó más de un mes de utilizar los archivos de la TMC a diario, pero al final
empezó a experimentar menos ataques y estos eran menos intensos cuando se
producían. De hecho, los episodios pasaron de ser siete o diez al mes a solo unos
pocos.
Otras personas han informado de éxitos similares, sobre todo en áreas como hablar
en público, miedo escénico e incluso miedo a volar.
171
Llevar la felicidad en el bolsillo
Como las otras canciones de tu lista, las de la TMC también funcionan a la hora de
regular tus altibajos de ánimo o tu depresión, solo que en este caso el efecto es más
fuerte, más preciso y permanece más tiempo. Por ejemplo, escuchar un archivo de
activación de la TMC todas las mañanas y varias veces durante el día cuanto te
sientes un poco retraído, desmotivado o deprimido de alguna forma cambiará
significativamente tu estado de ánimo y lo hará más positivo.
Una mujer que sufría de depresión contaba que se despertaba por la mañana
deseando poder quedarse en la cama con los ojos cerrados todo el día. Y no era
porque estuviera cansada, sino más bien porque se sentía sin ánimo. Describió que
se sentía cansada todo el día sin razón aparente. Incluso dejó de hacer las cosas que
solían sacarla de la depresión como salir con amigos, pasárselo bien con su novio o
incluso jugar con su gato. Empezó a tomar medicación, lo que mejoró un poco su
humor. Pero seguía costándole mucho levantarse por las mañanas. No era el hecho
de levantarse, sino los pensamientos tristes que aparecían entonces. Esa rutina le
complicaba también otras cosas: la hacía llegar tarde al trabajo y estaba afectando
negativamente a su relación con el jefe. Aunque era un jefe comprensivo, seguía
siendo su jefe y necesitaba de ella un cierto rendimiento. Ya estaba tomando dos
antidepresivos, pero no podía librarse de esas horas sombrías de todas las mañanas.
Cuando empezó a utilizar el archivo de activación de la TMC, lo primero que notó
es que le llevaba menos tiempo prepararse para el trabajo. Tres semanas después
empezó a sentirse más contenta por las mañanas. Salía de la cama con más facilidad
y se encaminaba al trabajo con una sensación de satisfacción. Aprendió a utilizar su
archivo de activación también a lo largo del día para aumentar su energía (y mejorar
su humor) cuando notaba que estaba en un nivel un poco bajo.
Cualquier canción relajante o activadora de tu lista tendrá efectos similares,
aunque no serán tan espectaculares como los que producen las grabaciones de la
TMC.
CONSEJO EXTRA PARA TU LISTA DE CANCIONES
172
Es mejor reproducir tus archivos de la TMC primero, optimizando así tu estado
mental para obtener un efecto mejorado de las canciones de las listas específicas.
Por ejemplo, se puede combinar la TMC con una de las listas del ejemplo que
hemos incluido anteriormente; perfectamente puede ser la que sirve para mejorar la
alerta. Esto convierte tu iPod o reproductor de MP3 en una herramienta de última
generación para mejorar tu rendimiento mental que se puede llevar en el bolsillo.
EJEMPLO DE LISTA «ALERTA»
(CON LOS ARCHIVOS DE LA TCM INCLUIDOS)
Archivo de activación de la TMC
Whole Lotta Love, Led Zeppelin
Walk This Way, Aerosmith
Any Way You Want It, Journey
We're An American Band, Grand Funk Railroad
La TMC combate el TDAH
Las personas con el trastorno de déficit de atención e hiperac-tividad (TDAH) que
han utilizado la TMC suelen escuchar su archivo de activación temprano por la
mañana y después otra vez al mediodía. Son momentos en los que normalmente
tomaban una dosis de los estimulantes que tenían recetados. Pero utilizar la música
es más divertido y no se corre el riesgo de tener efectos secundarios negativos.
Además, las personas con TDAH escuchan su archivo de activación durante entre
quince y veinte minutos en diferentes momentos a lo largo de sus rutinas diarias,
sobre todo antes de hacer algo que necesita mucha concentración. Eso consigue que
su mente fluya y que se mantengan centrados y ocupados.
Pero la TMC como tratamiento para el TDAH no es una cura milagrosa; la TMC
no funciona así. La mayoría de la gente con TDAH cuenta que su concentración y su
rendimiento aumentan tras dos o tres meses de escuchar regularmente sus archivos de
173
la TMC. Algunos han podido reducir la dosis de sus fármacos con supervisión
médica y otros ya utilizan la TMC como único tratamiento.
Adiós a los dolores de cabeza; bienvenidas las buenas vibraciones
¿Y si tienes dolores de cabeza? Las investigaciones han arrojado muy buenos
resultados en relación con el uso de la TMC para tratar tanto las migrañas como las
cefaleas tensionales. Los informes clínicos muestran que después de escuchar
regularmente los archivos de la TMC, los pacientes suelen experimentar una
reducción de la frecuencia y la intensidad de los dolores de cabeza. La fase aural (el
momento en que la persona siente que empieza el dolor de cabeza) es cuando
normalmente se sienten mareados, pesados o débiles y la presión sanguínea
desciende. Es en ese momento en el que puedes mantener alejado el dolor de cabeza
si escuchas el archivo de activación de la TMC para aumentar tu energía. Pero si la
migraña persiste, debes pasar a tu archivo de relajación. Esto te tranquilizará y a la
vez reducirá la intensidad y la duración del dolor de cabeza.
Veamos una situación común y los resultados que se obtienen utilizando la TMC.
Un hombre que conocemos intentó utilizar los archivos de la TMC para tratar lo que
describía como dolores de cabeza «matadores». Los sufría cada vez que estaba en
una situación estresante, cuando cambiaba el tiempo y a veces sin ninguna razón. Los
dolores de cabeza aparecían gradualmente y le hacían sentirse muy débil, cansado,
mareado y un poco pesado. Descubrió que escuchar su archivo de activación de la
TMC que tenía en su lista la mayoría de las veces alejaba el dolor de cabeza. Pero si
no podía anularlo directamente, vio que podía ponerse el archivo relajante y seguir
repitiéndolo durante todo el tiempo del ataque. Esta estrategia ha hecho que sus
dolores de cabeza sean menos intensos y menos frecuentes.
La música de la TMC en el mundo real
Cuando pensamos en el término «fuerzas de respuesta inmediata» lo que nos viene a
la mente son pensamientos de responsabilidad, estrés y largas horas de vigilia o
174
poco sueño. Estas fuerzas las integran una amplia variedad de profesionales: agentes
de la ley, bomberos y técnicos médicos, médicos y enfermeras, las personas que
llevan sobre sus hombros el peso de nuestra infraestructura de seguridad. Los
hombres y mujeres que tienen estos trabajos tienen que estar mental y físicamente
listos para cualquier cosa que surja, muchas veces inesperadamente. Y eso puede
poner a prueba a cualquiera. A veces estas personas se enfrentan a esas pruebas
confiando en cosas como el café, el té u otros suplementos que les mantienen alerta y
fluyendo.
El mayor problema de los miembros de estas fuerzas es la falta de sueño.
Añadámosle a esto un patrón de hábitos alimentarios deficientes y tendremos una
combinación explosiva. Si el sueño y la dieta no se gestionan correctamente, tienen
un impacto importante en el rendimiento laboral de cualquiera y en su satisfacción
vital en general. Por eso una cura de sueño sin medicinas y sin efectos secundarios
es algo necesario en el bienestar y la salud diarios de estas personas (igual que lo es
un programa nutricional funcional con la comida adecuada en el momento adecuado
para la tarea correcta para que puedan ajustar sus hábitos alimentarios dentro y fuera
del trabajo).
Por estas razones la empresa de DuRousseau, Human Bionics, recibió a un grupo
de investigadores del Departamento de Seguridad Interna que realizaban un estudio
para descubrir si la TMC era efectiva para mejorar el sueño y otras medidas de
bienestar general de cuarenta y un agentes de la ley y bomberos que participaban en
un estudio de ocho semanas. Este estudio de bienestar era un primer paso necesario
para validar estrategias alternativas al uso de fármacos como la única vía de
intervención viable para mejorar la calidad del sueño, el humor y el rendimiento
laboral en situaciones de la vida real.
La idea era darle a cada persona del grupo de pruebas sus propios archivos de
activación y relajación de la TMC. Utilizaban el reproductor de MP3 de sus
teléfonos para escucharlos mientras hacían trabajo de campo, en la oficina, o en sus
casas. También rellenaron una encuesta de 128 preguntas en varias ocasiones para
hacer un seguimiento de los cambios en su conducta a lo largo del estudio. Se
pretendía medir cualquier mejora que experimentaran en su sueño, su humor y su
175
satisfacción vital a partir de sus respuestas a las preguntas.
En un artículo publicado recientemente sobre los resultados de la TMC obtenidos
del Estudio de Bienestar, DuRousseau y Mindlin descubrieron que la TMC sí
producía una diferencia. Tras cuatro semanas de uso de sus archivos de activación y
relajación, el grupo de pruebas informó de cambios significativos en la calidad del
sueño, el insomnio, la depresión y el rendimiento laboral. Había otro grupo de
control que no recibió su propia música cerebral para este estudio; a los miembros
de este grupo se les dio composiciones hechas a partir de las ondas cerebrales de
otra persona. Para que la investigación fuera lo más precisa posible y para darle un
poco de intriga al asunto, los sujetos no sabían en qué grupo estaban, si en el que
tenía la música de sus propias ondas cerebrales o en el que tenía la de otro. En todas
las evaluaciones los sujetos que tenían su propia música de la TMC respondieron
que habían experimentado una gran mejora en su sueño, su humor y su rendimiento
con respecto al grupo de control.
Estos resultados ampliaron el alcance de la investigación anterior sobre el
insomnio clínico que habían hecho la doctora Mindlin y sus colegas, dando unos
resultados similares a los resultados de laboratorio a la vez que ampliando el
estudio al mundo real, a un ambiente de trabajo y de vida normal. Por primera vez
una intervención de neuroentrenamiento (NE) basado en la música se había evaluado
científicamente (entre una población de miembros de fuerzas de intervención
inmediata en ejercicio) y se había descubierto que mejoraba el sueño, reducía la
ansiedad y el estrés y mejoraba el rendimiento laboral sin necesidad de utilizar
fármacos potencialmente dañinos.
Lo que hemos aprendido
Hemos avanzado mucho en el campo de la neurociencia en las dos últimas décadas.
Los ensayos clínicos y los estudios en el mundo real han demostrado que la TMC es
efectiva a la hora de reducir el estrés y la ansiedad, de mejorar los síntomas de
insomnio y depresión y el rendimiento laboral. Hoy en día tenemos dispositivos de
monitorización cerebral y ordenadores en todas partes, lo que significa que podemos
176
hacer archivos musicales personalizados al instante, descargarlos y utilizarlos para
tener influencia sobre nuestro cerebro y guiar nuestro humor y nuestras motivaciones
hacia una dirección y otra. En el momento de publicación de este libro todo el
procedimiento de la TMC cuesta 550 dólares, pero las innovaciones significan
menores costes, recursos adicionales y esperamos tener pronto un tiempo de
procesamiento más reducido (de solo una hora).
Este enorme potencial en el campo de la salud mental da un poco de miedo, pero
también resulta fascinante. Solo hemos visto la punta del iceberg en términos del uso
potencial de la neuro-tecnología y pronto veremos muchos productos asombrosos de
interacción cerebral que aparecerán en la próxima década más o menos. Es
importante recordar que el campo de la neuroimagen por EEG ha evolucionado hasta
el punto de que podemos decir si un patrón específico de actividad cerebral es
coherente con un cierto desorden neuropsiquiátrico. También podemos decir si hay
un patrón concreto de actividad cerebral que marca tu nivel máximo de rendimiento.
Pronto habrá empresas de productos y servicios que aprovecharán estas nociones y
desarrollarán lo que muchos vemos ya como la siguiente generación musical y
mental.
Tu lista de canciones puede ser un nuevo principio, ese primer paso revolucionario
hacia una sinfonía de paz, equilibrio emocional y creatividad.
INSTRUCCIONES PARA ELEGIR LAS CANCIONES DE TU LISTA
Primero, elige canciones que te gusten mucho.
Presta atención para saber cuándo funciona una canción y cuándo no.
Graba las canciones en tu memoria.
Haz una lista de canciones específica para una actividad. Entrena al cerebro
con la lista que has creado.
Busca canciones nuevas y antiguas.
Utiliza imágenes controladas y guiadas por ti.
Utiliza las ppm de la canción para ayudarte a organizar tu lista.
Utiliza tus conexiones emocionales con las canciones.
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Utiliza el sistema de recompensa de tu cerebro.
Busca canciones con las que empatices.
Utiliza canciones con metáforas útiles.
Encuentra canciones con un ritmo fuerte y obvio.
Vincula tus mejores recuerdos a las canciones.
Utiliza canciones que te ayuden a crear.
Añade archivos de la TMC a tu lista.
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Conclusión
«A través de la armonía se puede influir en todas las cosas.»
—CONFUCIO
E
L hecho de que la música nos conecte con el vibrante poder de la creación de
nuestro cuerpo célula a célula y con el poder vibratorio que tienen todas las
cosas en el universo, así como el universo mismo, tiene una influencia sobre
nosotros (y sobre todo en la vida) que merece nuestra atención. Pero por muy claros
y poderosos que sean sus efectos, la música no puede evitarnos los desafíos de la
vida, aunque sí cambiar la forma en que respondemos a ellos.
Tu atracción por un tipo específico de música y los efectos que tiene sobre ti son
tan únicos como tus huellas dactilares. Teniendo eso en cuenta, hemos hablado de un
grupo de herramientas prácticas que te permitirán identificar científicamente la forma
única en que tu cuerpo y tu mente responden a la música y a las muchas opciones que
esas respuestas te dan. Cuanto más practiques y experimentes con las técnicas y
conceptos, tus listas serán mejores y más eficaces para responder a los retos y los
objetivos de tu vida. Creemos que este es un camino cargado de elecciones,
habilidades, coraje, amor y autoayuda. Es una forma sencilla y agradable de acabar
con las patologías viejas y disfuncionales y reemplazarlas con nuevos sentimientos y
acciones que optimizarán tu estado mental sea cual sea tu objetivo.
Ten siempre a mano en tu bolsillo o en tu bolso tu lista de canciones para el coche,
la oficina, tu casa. Estará ahí para ayudarte a permanecer tranquilo y centrado y a
tener tu mejor rendimiento estés donde estés. Utilízala para combatir el insomnio, la
ansiedad, el estrés, los miedos, para mejorar tu humor y para mantener a raya tus
emociones. Hay un dicho en el budismo zen que dice así: «Fluye con cualquier cosa
que te pase; deja que tu mente sea libre. Mantente cerca del centro. Permanece en
equilibrio. Esto es lo fundamental». Esperamos que las habilidades que hemos
tratado en este libro te acerquen a tu centro y te ayuden a hacer de tu vida un viaje
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más placentero y creativo contribuyendo a tu equilibrio y tu armonía en todos los
ambientes en los que te veas.
Encontrarás paz, belleza y curación utilizando tus propias vibraciones, ritmos y
ondas cerebrales para resonar, como una partícula del universo, en tu interior y
dentro del resto del mundo.
Y cuando todos los cerebros recuperen su plasticidad, todas las sociedades serán
más sanas y el mundo se convertirá en algo más armonioso. Que todo te vaya bien.
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Glosario
Alfa: Ondas cerebrales que generan un estado mental asociado con la alerta
relajada.
Andamiaje: Vincular objetivos pequeños para conseguir un objetivo mayor.
Archivo común de la TMC: Archivos de la TMC creados para ajustarse a las
ondas cerebrales, pero a nivel universal, no archivos personalizados para un
individuo en concreto.
Archivo de activación: Una de las dos composiciones musicales creadas durante la
Terapia de la Música Cerebral que pretende proporcionar un pico inmediato en los
niveles de excitación y concentración.
Archivo de relajación: Una de las dos composiciones musicales creadas durante el
proceso de la Terapia de la Música Cerebral que pretende proporcionar una
reducción instantánea del nivel de excitación y de los síntomas de insomnio.
Archivos comunes: Archivos de la TMC universales.
Área 19: Una de las cincuenta y dos áreas cerebrales diferenciadas. El área 19 es
el centro de procesamiento visual.
Área 22: Una de las cincuenta y dos áreas cerebrales diferenciadas. El área 22 está
situada cerca del lóbulo temporal y es el lugar donde empiezas a procesar la lectura
de notas musicales y a asociarlas con tocar esas notas u oír cómo las toca un
instrumento musical, así como con disfrutarlas en forma de música.
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Armonía: Una melodía o grupo de notas paralelas que se tocan o cantan
simultáneamente a la melodía original o principal.
Beta: Ondas cerebrales que generan un estado mental asociado con el estado
despierto en que te sientes más alerta.
Caja de Skinner: Una caja en la que se coloca un animal (suele ser una rata) para
estudiar su comportamiento. Contiene una palanca que el animal acciona para recibir
una recompensa (una golosina) o un castigo (una descarga eléctrica). Recibe su
nombre del psicólogo B. F. Skinner (1904-1990).
Delta: Ondas cerebrales que generan el estado mental en el que se produce el
sueño profundo. Este estado se asocia también con los trances.
Disonancia: Los acordes e intervalos que tienen un sonido agradable se denominan
consonantes, mientras que los que no tienen un sonido agradable constituyen la
disonancia. Se refiere a armonías o ritmos musicales que parecen extraños o
ligeramente incompletos y que la mente tiene tendencia a querer corregir o resolver.
Dopamina: Un neurotransmisor que se forma en el cerebro y que se asocia con
conductas que tiene como objetivo lograr una recompensa.
EEG: Electroencefalograma o electroencefalógrafo. La medición de la actividad
eléctrica generada por el cerebro y captada por sensores colocados en la cabeza. Las
ondas del EEG son fluctuaciones de voltaje que resultan de los flujos de corrientes
iónicas que se producen dentro de las neuronas del cerebro. En contextos clínicos
con EEG nos referimos a la grabación de la actividad eléctrica espontánea del
cerebro en un periodo corto de tiempo, normalmente entre 20 y 40 minutos, grabada
a partir de múltiples electrodos situados en la cabeza.
Ejecutivo central: Término utilizado por los psicólogos y neurocien-tíficos para
describir un grupo de procesos cerebrales que son los responsables de la
planificación, la flexibilidad cognitiva, el pensamiento abstracto, la adquisición de
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reglas, de realizar las acciones adecuadas y de inhibir las inadecuadas.
Electroencefalógrafo: El dispositivo utilizado para medir y/o grabar las ondas
cerebrales.
Electroencefalograma: Una grabación gráfica de la actividad eléctrica del cerebro
tal como la graba un electroencefalógrafo. También se puede representar por EEG.
Empatía: Capacidad para comprender los sentimientos de otra persona.
Epinefrina: También denominada adrenalina. Una hormona secretada por las
glándulas adrenales que se libera al torrente sanguíneo en respuesta al estrés físico o
mental para iniciar varias respuestas corporales, entre las que se incluyen la
estimulación del ritmo cardiaco, el aumento de la tensión arterial y la concentración
de glucosa en sangre.
Escucha activa: Prestar mucha atención a cómo está hecha la música que escuchas
y qué efectos tiene sobre ti.
Estudio de bienestar: Una evaluación controlada con grupos cruzados del
entrenamiento de retroalimentación neurológica basado en la música como medio
para mejorar el sueño y el rendimiento de cuarenta y un agentes de la ley y bomberos
en la zona de la ciudad de Washington D.C.
Fluir: Un estado de concentración tan centrado que implica estar totalmente
absorbido por una actividad.
Fluyendo: Estado de fluir.
Fusión: Estado en el que los ritmos cerebrales de un sistema se aceleran o se
ralentizan para ajustarse a un ritmo externo más fuerte, posiblemente generado por un
sistema neural diferente como medio para coordinar la actividad.
Lenguaje maternal: Las formas cantarinas que tienen los padres de hablarle a sus
bebés antes y después del nacimiento.
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Miembros de las fuerzas de respuesta inmediata: Una profesión que está
relacionada con la protección o la atención médica de emergencia y que típicamente
engloba a policías, bomberos, personal médico de emergencias u otras fuerzas de
primera línea que se ocupan de evitar actos terroristas y de asistir a personas
heridas.
Modo predeterminado: La red de modo predeterminado es un sistema
interconectado y definido anatómicamente que se activa cuando el cerebro está en
reposo. Se activa preferencialmente cuando te centras en tareas internas como soñar
despierto, pensar en el futuro, recuperar recuerdos o evaluar las perspectivas de
otros.
NE: Neuroentrenamiento.
Neurociencia cognitiva: El estudio de cómo tienen lugar los procesos de
pensamiento en el cerebro humano para entender los pasos psicológicos específicos
que se necesitan para realizar cualquier tarea o grupo de tareas concretas.
Neurofisiología: El estudio de los procesos funcionales del cerebro y el sistema
nervioso relacionados con el desarrollo y la conducta normal y anormal.
Neuropsiquiatría: El uso de la neuroanatomía humana y de la neu-rofisiología en el
diagnóstico y tratamiento de los desequilibrios mentales asociados con un amplio
grupo de enfermedades psicológicas y psiquiátricas.
Norepinefrina: Una hormona y neurotransmisor que tiene un papel importante en la
mejora del humor, así como en otros aspectos como el aumento de la alerta y la
motivación.
PAC: Patrón de actividad cerebral.
Patrón de actividad cerebral (PAC): Es el patrón único de actividad de las ondas
cerebrales de una persona obtenido mediante las mediciones de un dispositivo de
EEG durante periodos de descanso con los ojos abiertos y cerrados. El PAC de una
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persona es estable con el tiempo y puede compararse con el PAC de un grupo para
determinar si existe un desequilibrio en la actividad de las ondas cerebrales.
Plasticidad: La capacidad del cerebro de cambiar a cualquier edad.
POC: Patrón de ondas cerebrales.
PPM: Pulsaciones por minutos en una canción.
Principio del placer: Término acuñado por Freud en 1911 que se refiere a la
tendencia de las personas a buscar el placer y evitar el dolor.
Red de relevancia: Uno de los tres sistemas principales del cerebro. La red de
relevancia (RR) es el sistema responsable de cosas como la empatía, las conductas
sociales y el hecho de hacer cambios en nuestras acciones.
Resonancia: La duración de una nota, su reverberación.
Ritmo cerebral anormal: Una diferencia estadísticamente significativa en las
mediciones de amplitud y/o frecuencia de las ondas cerebrales de un individuo con
respecto a lo que queda determinado en una base de datos normativa de EEG
cuantitativos según la edad, así como en pruebas funcionales y observaciones
clínicas.
Ritmo cerebral normal: Una combinación de oscilaciones de ondas cerebrales que
va desde alrededor de 0 a 100 hertzios (oscilaciones por segundo) con una
distribución normal de patrones de actividad cerebral que abarca todo el sistema
durante estados cognitivos de reposo y actividad. Los ritmos cerebrales se
denominan, según sus rangos de frecuencia, como sigue: delta = 1-4 Hz; zeta = 5-8
Hz; alfa = 9-12 Hz; beta = 13 - 30 Hz; y gamma = más de 30 Hz.
Ritmo: El patrón o recurrencia de un acento musical.
Serotonina: En ocasiones es denominada «hormona de la felicidad» por su
contribución al sueño y al buen humor.
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Sinapsis: Una sinapsis es la ubicación de la comunicación intercelular entre
células nerviosas. Las sinapsis se asocian típicamente con dos células: la neurona
presináptica y neurona postsináptica. La neurona presináptica es la célula que envía
el mensaje (utilizando los neurotrans-misores), mientras que la neurona postsináptica
es la célula que recibe el mensaje y actúa en consecuencia.
Sincronía: Se refiere a todas las partes incluidas en una composición musical que
mantienen un ritmo o un paso. Típicamente necesita un líder o conductor que haga
que todas las partes funcionen a la vez. En el cerebro el córtex frontal, que
monitoriza toda la actividad, envía instrucciones a través de las conexiones de
ambas mitades del cerebro para mantener todo coordinado.
Sincronización de fase de frecuencia cruzada: El proceso por el cual el cerebro
produce la comunicación entre sistemas neurales cercanos y diferenciados para
coordinar las actividades mentales necesarias para realizar una tarea concreta.
Subredes: Los sistemas del cerebro responsables de procesar un estímulo concreto
y responder con un patrón específico de actividad, como los estímulos visuales y
auditivos. Otras subredes son responsables de las respuestas de luchar o huir, el
placer o el dolor e incluso las conductas adictivas. Las subredes están típicamente
conectadas a través de bucles de retroalimentación con las redes de control cerebral
clave y también entre sí.
Terapia de la música cerebral (TMC): Un tratamiento patentado para el insomnio y
los problemas relacionados con el humor que crea dos composiciones musicales
individualizadas a partir de las ondas cerebrales del paciente, una para relajar y la
otra para activar los sistemas clave del cerebro.
TMC: Terapia de la Música Cerebral.
Zeta: Ondas que se asocian con una relajación profunda. El estado mental que se
siente entre el sueño y el despertar. El cerebro con ondas zeta a veces se denomina
también «cerebro soñador».
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Zolpidem: Un medicamento o fármaco con receta que se utiliza para el tratamiento
a corto plazo del insomnio.
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Acerca de los autores
Galina Mindlin* es médico y profesora adjunta de psiquiatría en la Facultad de
Medicina de la Universidad de Columbia, y es la supervisora del Departamento de
Psiquiatría y Salud Conductual en el St. Luke's Roosevelt Hospital Center. Está
especializada en psiquiatría y neurología y tiene un doctorado en neurofisiología y
neuropsicología.
La doctora Mindlin es una de las fundadoras de la Terapia de la Música Cerebral
(TMC) en los Estados Unidos. Además, es la directora clínica y ejecutiva del BMT
Center de Nueva York, trabaja con otros centros asociados de la TMC en todo
Estados Unidos y tiene una consulta privada en Nueva York. Ha publicado artículos,
ha dado numerosas conferencias en congresos científicos y ahora mismo es la
investigadora principal sobre la TMC para combatir el insomnio y la ansiedad y
coinvestigadora en el proyecto de TMC para miembros de las fuerzas de respuesta
inmediata. La doctora Mindlin es la consejera delegada médica de HaPi (Health
Performance International), una de las fundadoras de MindFitness International y la
directora médica de Peak Neurotraining. Junto con sus colegas su objetivo es crear
programas de MindFitness y bienestar mental basados en evidencias científicas para
ayudar a las personas a tener un buen rendimiento mental, a aumentar su rendimiento
máximo y a combatir el estrés, el insomnio, las adiccio-nes y la ansiedad. Además
enseña a residentes, estudiantes e internos.
En los últimos años la doctora Midlin ha concedido más de un centenar de
entrevistas sobre la tecnología de la TMC a medios de comunicación entre los que se
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incluyen O Magazine, The New York Post, Barrons, Gotham, Vogue, USA Today o
Time Out. También ha participado en programas como Good Morning America, The
Today Show y noticiarios de la Fox, la ABC, la MSNBC, la CBS, la NY1 y la
agencia Reuters, además de otras muchas colaboraciones televisivas.
Don DuRousseau** es neurocientífico cognitivo. Es el fundador y el consejero
delegado de Human Bionics, LLC. y el director ejecutivo de Peak Neurotraining
Solutions, Inc. Tiene más de veinte años de experiencia científica, clínica y en el
mundo de los negocios relacionados con los sistemas de medición cerebral y las
tecnologías de entrenamiento de la retroalimentación. Es un neurocientífico
internacionalmente reconocido, desarrollador del sistema del electroencefalograma
(EEG), empresario, y neuroético especializado en métodos y sistemas matemáticos
para analizar la actividad eléctrica del cerebro y el cuerpo. DuRousseau ha ocupado
puestos de gestión en la industria neurodiagnóstica, donde se ha implicado
activamente en el desarrollo del puntero EEG, los sistemas de localización de la
fuente de la epilepsia, los dispositivos de EEG e IRM funcional integrados y las
tecnologías de Doppler transcraneal. Sus investigaciones en la actualidad se centran
en estandarizar las aplicaciones y el uso del EEG cuantitativo y los servicios de
neuroentrena-miento así como en promover su uso ético tanto en ambientes clínicos
como en el mundo real. Ha sido el investigador principal en varias becas sobre
desarrollo e investigación neurotecnológica y en contratos para la Agencia de
Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa, los Institutos Nacionales de
Salud, el Centro de Tecnología Innovadora de Virginia y el Departamento de
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Seguridad Nacional. Asimismo ha sido invitado a la junta de revisión de becas de
los Institutos Nacionales de Salud para aplicaciones de neuroimagen, neuroprótesis y
aplicaciones de interfaces de ordenador implantables en el cerebro. Es el titular de
cuatro patentes y el autor de múltiples artículos e informes publicados en revistas
médicas sobre neuroética y desarrollo de la neurotecnología. Es un activo miembro
de varias juntas, mentor y orador en varios programas de neurociencia universitarios
y comunitarios. Don es licenciado en Neurobiología en la Universidad de Berkeley
(California) y un máster internacional en empresariales y política pública por la
Universidad George Washington.
Joseph Cardillo*** es un autor super-ventas en los campos de la salud, la conexión
mente-cuerpo-espíritu y la psicología. Sus libros: Can I Have Your Attention? How
to Think Fast, Find Your Focus and Sharpen Your Concentration; Be Like Water y
Bow to Life han inspirado a personas de todas las edades y condiciones en todo en
el mundo. Se han traducido sus libros al alemán, el ruso, el portugués, el árabe, el
coreano, al malayo, el chino y el indio. Como educador ha impartido clases a más de
veinte mil alumnos en varias universidades, entre las que se incluyen la Universidad
SUNY de Albany y el Hudson Valley Community College, donde es profesor de
lengua inglesa y escritura creativa. Es investigador asociado en la Mind-Body
Medical University y tiene un doctorado en psicología holística y medicina mentecuerpo. Ha contribuido con la Great Parenting Academy y escribe un blog muy
popular sobre el entrenamiento de la atención para Psychology Today. Ha recibido
el prestigioso premio a la investigación académica 2011 State University of New
York Chancellor's Award.
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Imparte talleres sobre salud y bienestar con asiduidad en diferentes universidades
e instituciones. También es un activo investigador clínico, programador y
desarrollador y consultor de grupos en el Whole Person Health and Education
Program, que engloba el bienestar físico, emocional, cognitivo, social y cultural, y en
la Mind-Body Health Foundation y Mind-Body Medical University Clinics en South
Pasadena (California, EE.UU.). Está especializado en consultoría de grupos
empresariales, educativos, atléticos y profesionales.
Fotografía: Shawn Allie.
**Fotografía de: Bob Health.
*
Fotografía: E. Cardillo.
***
Páginas web de los autores
Galina Mindlin
Terapia de la Música Cerebral
www.brainmusictreatment.com
Don DuRousseau
PEAK Neurotraining Solutions
www.peaknt.com
Joseph Cardillo
www.josephcardillo.com
Tu música puede cambiar tu vida
http://yourplaylist.co
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Notas
1
Véase el glosario al final del libro, para encontrar las definiciones de estos términos.
2
Recordad que siempre se debe consultar con un médico antes de empezar un programa de ejercicio.
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Créditos
Título original: Your playlist can change your life, publicado por Source Books
Este libro ha sido publicado por acuerdo con Ute Körner Literary Agent,L.L.,
Barcelona www.uklitag.com Book Crossing Borders, Inc., New York.
ISBN de su edición en papel: 978-84-414-3257-4
No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a
un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio,
sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin
el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos
mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art.
270 y siguientes del Código Penal).
© 2012. Galina Mindlin, Don DuRousseau, Joseph Cardillo
© 2012. De la traducción: Puerto Barruetabeña
© Diseño de cubierta: Carlos Melcón
© 2012 Editorial EDAF, S.L.U.
c/ Jorge Juan 68
28009 Madrid (España)
www.edaf.net
Primera edición en libro electrónico (epub): enero de 2013
ISBN: 978-84-414-3268-0 (epub)
Conversión a libro electrónico: El poeta (edición digital) S. L.
193
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