Subido por Martín Pérez

REINAS

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Retrato Póst~111a de Isabel la Católica, anónim o, s!J.
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¡YO SOY LA REINA!
Isabel de Castilla
(1451 -1504)
A menudo la historia del mundo se decide por sucesos fortui tos. Una muerte temprana, una victoria p ropicia, un encuentro no planeado, incluso el estado del tiempo influye a veces
en el curso de los acontecimientos, el viento impulsa u na flota
en la dirección equivocada, tormentas y granizo determinan
una batalla. Pero quien siga la vida de Isabel de Castilla se
percatará de que aquí actuó una fuerza totalmente distinta: la
resolución de Isabel que, invencible, forjó la historia de L:paña. Isabel conquistó Castilla, la formó y trans form ó, puso en
su l~ga~ a la nobleza que se había independizado, leYantó económicamente a su país y procuró relaciones clar"1s en la impartición de justicia. Sin embargo, no todas sus decisiones fue ron
benéficas, su política religiosa, por ejemplo, fue particularmente cruel. Isabel no descansó hasta que todos los disidentes
fueron vencidos, reprimidos o expulsados del p..1 ís. ~,rull,
honorífico de Reyes Católicos, con el que el p,1p,1 im·isrici .1
Isabel y a su esposo Fernando, resuen,111 sim ulr.ine:1mente
para la posteridad la intoler,111ó,1 y d desprt' (iL1 al ser hu nu11L1.
Según algunos críticos, hasta l'I dí,1 l1t' hL1y bp,H1.1 11L1 Sl' h .1
recuperado de la pérd.id,1, en ,1qut'I 1:'ntl'n(l'S. d~ s c rn p.nt1.' de
su elite intelectual y L'Cm1t1mil\L
La reina no súlo ,1poyl) los ,llllbL·L'S pb11L'S dl' C ristl1 b,1l Colón por su p1:rspicacia, silw l]UL' t,HnbiL'll ll, :1yulh , pL1 rque era
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. I·nteligente, audaz y . a 1 , que aprenbl10 e oficio de
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la alta diplomacia y supo entusiasm ar a su pue o.
•Isabel nació el 22 de abril de 1451, probable mente en Madrigal
· delas Altas Torres, una pequeña población en el altiplano castellano(/hí se encuentra u_:1 agradable ~alacio ~eal que hoy es
el convento de Nuestra Senora de GraCia. Castilla es un territorio escarpado y pobre. Los pocos pinos y encinas enmaraña dos no pueden proteger la tierra del centellea nte calor del verano ni del gélido frío del invierno. El viento sopla sin cuartel
sobre los extensos llanos. La llaman "tierra de cantos y de san- .
tos". Aquí no florecen jardines de riego corno en la Andalucía
gobernada por los moros, t3/11poco hay un mar refrescan te ni
riquezas en el subsuelo; i;eastilla es una tierra de fortalezas
defensivas, castillos, que le dan su nombre. También es la tierra d: la religión, la cultura y la lengua que hasta hoy habla el
espanol culto: el castellano
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. En la época de Isabel todavía no existe el reino de España,
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a os m vr ua es. Los cuatro más gran es_son
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1rastárna~ae padre de Isabel, desciende de la familia de ]os
_un hombre prudente y culto' pero no buen
gobernante YEes
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iasrno a Virgi\¡ l rnu s1ca y poesía, traduce lleno de entuo, e poeta de la Antigüed ad, pero no puede
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frenar a la nobleza de su país. Particular mente débil, se sometió a la desastrosa influencia de los validos, que se habían encargado de la muerte de María, su primera esposa. De este
matrimon io procede Enrique, medio hermano de Isabel. Tras
la muerte de su padre en 1454, asumió el trono de Castilla
como Enrique IV. Isabel, hija de la segunda esposa de Juan,
tiene en ese entonces tres años de edad. Enrique no soporta
tener cerca ni a su madrastra ni a sus dos hijos, pues además
de Isabel también está Alfonso, su hermano menor, y los envía
al campo. El miserable castíllo de Arévalo se encuentra en una
colina rocosa sin árboles, en medio de la soledad. Aqui crece,
lejos de la corte, sin pompa ni brillo, la que más tarde será la
reina de Castilla. Su madre, Isabel de Portugal, cae cada vez
más en la melancolí a y en la demenáa.
La pequeña Isabel es una niña alegre y enérgica, indiferen te al desconsol ador entorno y a las depresion es de su madre.
Al parecer tuvo muy buenos profesore s, porque además de
aprender a leer, escribir y contar, también estudia historia y
filosofía. Pronto conoce a los clásicos griegos y romanos en
traduccio nes al castellano . El latín lo aprende más tarde. La
infanta, como se llama a las princesas en España, también se
familiariz a con la música y la poesía. Como nadie cuenta con
que algún día reine, recibe además instrucáó n en cosas prácticas, como trabajos manuales. En la capillc1. real de Granada,
todavía hoy se pueden admirar sus carpet-as bordaeas. Incluso
más tarde, ya siendo reina, a veces se pone a bordar como distracción.
A Isabel le gusta apasionad amente cabalgar. .-\ unque en
aquel entonces estaba previs to que las mujeresy niños de la
nobleza sólo m ontaran mulas, babel insiste en tener su propio
caballo. Le dan un semental árabe, un pabfrén, que es uL-ondicionado con una silla de montM para damas. En los d1-1s de
mercado, Isabel siemprt' arnde a la Ct' n:anJ 1\kdina del Campo,
que en aquel enttrnces l'l'd un lug,1r de \'t'nt.1 dt• bna, ~ranos,
caballos de silla y bt•stias dt• ,,Hg,11,. La hij,1 del rey ::e tnt'Zl·b sin
ningún prt•j ui,io rnn la gt'tltt' St'th.·illn dd pUt·blu y t':: qut·rid.1
en todas partes. A la infanta no le pl'rmitl'n ju~,lr rnn lo:: niños
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triz de Bobadilla, hija del alcaide d I
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na campanera para to a a vida .
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cast1 o, encuentra .a u ll años el rey Ennque
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Cuanco 'M d.·¿ a sus medios hermanos y también a Beatede ª 11
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En un primer momento cree que Beatriz
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redonda y abundante cabello rubio rüJIZO.
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En la corte de Madrid imperan el desenfreno y la extravagancia. Enrique IV disfruta del amor de numerosas queridas y
amantes y exhorta a sus cortesanos a que lo imiten. Un contemporáneo describe el ambiente en el alcázar, el palacio del
rey: "Los salones retumban con estruendosas carcajadas y en
los pasillos deambulaban continuamente las · alcahuetas más
ordinarias con mensajes y propuestas indecorosas" .1
Con infinita alegría el rey otorga altos cargos a sus seguidores cercanos. Así, nombra abadesa a una querida famosa y a un
conocido delincuente le concede el privilegio de recaudar impuestos. Nadie sabe cómo Isabel pudo preservar su inocencia
durante cinco años y fortalecer sus principios morales en esta
atmósfera de intriga, engaño y frivolidad. Contempla con horror la agitación, se recluye tan a menudo como puede, sale a
cabalgar Y lee mucho. Prudentemente no comenta los incidentes en la corte Y no le hace reproches a nadie. Sin embargo,
ªpre nd e lo que provoca un gobierno desolado y sin dirección,
1o que sucede cua d
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permite que las cortes, las asam61 eas estamentalen ] e rey
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ivorciado de Blanca su primera espo, porque no pudieron
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. Con su segu nda esposa, Juana de
Portugal, Enrique también tuvo poca sue rte. Cuando ella finalmente le dio un hijo, no "sólo" fue u na niña, sino que, con
bastante seguridad, era hija de do n Beltrán de la Cueva, uno
de sus seguidores. Por eso la pequeña Juana es conocida por lo
general como la Beltraneja . Estos detalles de la vida amorosa
de la pareja real castellana no tendrían mayor interés si no
fuera por lo mucho que significan para la cuestión de la sucesión y, por tanto, para el desarrollo histórico de Castilla, pues
Enrique no tiene más hijos que Juana la Beltraneja. La nobleza
castellana, acostumbrada además a recibir del rey todo lo qu e
le pide, exige a Enrique en 1464 que desherede a la Beltraneja
por no ser hija suya. Como consecuencia, el rey nombra como
heredero al trono a su medio hermano Alfonso, pero más tarde revoca esta decisión. La nobleza reacciona furiosa . Por tal
motivo, en un espectáculo público en Ávila, destronan a un
muñeco relleno que simboliza a Enrique y proclaman rey a
Alfonso, que entonces tiene 12 años. Una guerra civil parece
a punto de estallar. En 1468 Alfonso muere sorpresivameme.
hasta hoy no queda claro si envenenado o a causa de la peste.
Por primera vez, Isabel se coloca bajo el haz de luz del poder.
El arzobispo de Toledo, Alfonso Carrillo, y otros consejeros de
Isabel tratan de persuadirla para que la proclamen reina. la
joven de 17 años se niega rotundamente. Todavfa \i ve el rey y
ella no quiere empezar una guerra civil. Ésra es la primera
gran decisión política de Isabel. Intuitivamente sabe que ttxh vía no h a llegado su hora.
El rey Enrique acuerda con sus adversario::: un encuentro
para negociar, al que también es invirad.1 Isabel. El lu~J r del
encuentro es Toros de Guisando, cerl·a de .-\\'ib . donde h.1st:.1
hoy se encuentran los famosos aninulc•s de gr,m1t0 que d.it-in
de la época céltica-ibérica. Enrique vudw .1 deshc•rnLu ,1 :::u
hij a Jua na la Beltrnneja, lt• nic'b:1 (u,1lquic•r d1:• re( hl1 .11 trnn0 de
Castilla y en su lugar nombra ,l babc•I ~•ünw hc•rc·dc'f.1 .11 trnno.
El Tratado de G uisandll prl..'s~-ribc• adt•nus que' b .1bd no Sc'
puede casar sin c•I ~,o nsentitnil'lltl> tkl re'\'. .-\ c~1mbio. c'I rey
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Isabel YPh .
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esposo y el rey de Francia, Lms XI, también
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tiene un her mano al que quiere casar 1en.
Portugal aspira a la mano de Isabel. Por su~uesto , se trata de po, · t·erra v adquisición de poder y de nmguna manera de la
i1t1ca,
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persona de la princesa.¿ Le preocup a es~ a Isa e l ? No mucho.
Ella busca para sí misma a un compan ero que le conveng a
políticamente y no abriga ningún deseo románti co. Los consejeros de Isabel rechazan a todos los aspirant es y le propone n
un enlace con Fernando de Aragón, el hijo del rey del país
vecino. La idea le gusta y por lo visto también al príncipe , Castilla y Aragón podrían lograr muchas cosas juntos. Ni ella ni
él piensan en unificar la penínsul a Ibérica bajo una sola corona. En aquella época "España" es sólo un concept o geográfi co,
nada más. A favor de Fernando está que, al contrari o de todos
los demás pretendientes, él es joven, incluso un año menor
que Isabel, y además de bien parecido, también es valiente e
inteligente. Por otra parte, el que acabe de ser nombra do rey
de Sicili.a aumenta su valor.
Sin embargo, el rey Enrique IV insiste en un casamie nto
con el rey Alfonso de Portugal y amenaza con excluir a Isabel
de la. sucesión
al trono 51·
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se casa con otro h ombre sm
sent1m1ento Pero
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no ha cumplid o con
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corres como se estipul , Y no a pe I o la aprobac ión de as
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le ha pagado a su media
hermana 1a suma acord dY tampoco
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ª a, Isa be1se siente libre de procede r
cuer o con sus propios intereses.
La boda secreta de Isabel F
tensión y ner·vi·o .
Y ernando se negocia con mucha
sismo y se co ·
.
episodio romá ntico.
nvierte en retrospe ctiva en un
. Primerose esta blece en t 1
nia l con el título d "C . ota . secreto un contrato matrimo ·
10 siguien
te· d e , ap1 tulnciones de Cervera " y se estipu ¡a
· espues de la b0 d
a, Fernand o establec e s u resi· 48
dencia en Castilla y no puede dejar el país si n el permiso de
Isa bel. Sin el consent imiento de ella, Fernand o no puede emprender una guerra ni concerta r una alianza. Ambos desean
prosegu ir juntos la lucha contra los infieles. Fernand o no puede rega lar solo ninguna propieda d de la corona y ún icament e
junto con su esposa puede nombra r a castellan os para ocupar
altos puestos públicos . En cambio, Isabel puede hacerse cargo
ella sola del juramen to de fidelidad de los Estados castellanos,
así como conferir investid uras y títulos. Los decretos públicos
deben ser firmado s por ambos cónyuge s. Femando tiene que
proveer el sustento de la madre de Isabel en Arévalo. Femando accede a todo; todavía no sabe que su futura esposa no sólo
cuenta con buenos consejer os, sino que también ella misma
tiene una mente brillante .
Cuando Isabel le escribe que debe acudir a Castilla tan rápido como sea posible, porque sólo la boda puede asegura r el
futuro de ambos, él, como señal de su devoción, le envía un
costoso collar adornad o con perlas, rubíes y diamant es. A principios de octubre de 1469 se pone en marcha, disfraza do de
mozo de mula, para que no lo descubra n los espías de Enrique
IV. Como en los cuentos de hadas, el príncipe debe sortear
muchos peligros para consegu ir la mano de su princesa.
¿_,¡.Qué sienten Isabel y Fernand o cuando ya tarde en la noche
se encuent ran por primera vez en Valladolid? ¿Alivio y regocijo rotundo s por la jugada lograda, pero también esperan za y
fortuna? Seguram ente Femand o se da cuenta en .,;eguida de
que Isabel no es ninguna belleza espectacular con su nariz respingona y su figura rolliza, pero sin duda es gracio.,;a y tambi~n
virtuosa . Como Fernand o e Isabel son primo.,; en segundo gr.ido, necesita n una dispensa papal para ca:,;arse, que le.,; con.,;(gue
el arzobisp o Carrillo. Sólo él sabe que e:, fabificad-1. l:a boda .,;.e
lleva a cabo cuatro días después de la llegad;i de Femand o. e\ 18
de octubre de 1469. El St'creto llt'ga a 5U fin, los habitnnt es de
Valladolid festejan toda una semana el afortuna do enL11.'.t'.
rique se pone furioso cu.rndo St' entem de• l..1 dt•:,;obed ienci:1
de su herman astra. Ot• inmedia to vudvt' a nombra r heredera
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J·uega con la idea de eliminar a Isab I
u hiJa Juana Y
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país arrastrada de un refugio a otr
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· , con Enrique, pero ella no esta 1spuesta a ello.
ac10n
de octubre de 1470, Isabel trae al mun,do a un~ niña, a
la que le da su mismo nombre y le otorga el titulo ~e Infanta
de Asturias y Aragón". La joven madre _no puede interponer
una tregua. Tiene que seguir buscando ah~dos, ya q~e cada día
más nobles apoyan al rey. Incluso el arzobispo Carnllo, amigo
y consejero de muchos años, la ha abandonado.
Entonces ocurre un cambio, el cardenal Pedro González de
Mendoza toma partido por la joven pareja. Los Mendoza son
la familia más poderosa e influyente de Castilla y, con ellos,
cambian de bando muchos miembros de la baja nobleza y de
la burguesía. Ha llegado el momento para una reconciliación.
El 27 de diciembre de 1473, Isabel viaja a Segovia a la corte del
rey. Enrique se sorprende por esta valerosa acción y se reconcilia con su media hermana. Fernando también llega unos días
des~ués. Si~ embargo, la sucesión no queda clara. ¿Quién reinara des pues_ de Enrique IV, Isabel o Juana la Beltraneja?
La sorpresiva muerte del rey a los 49 años en diciembre de
147
4 provoca una nueva situación. Parece asesinato, pero
nunca se sabrá con exactitud. Isabel se encuentra precisamente en Segovia cuando se entera de la muerte de su medio
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Fernando
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en ragon y, por tanto, decide so a
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a Jtantes e Segovia.
· El tesorero de Castl•¡¡ a,
' !bid., p. 73.
so
Andrés Cabrera, esposo de su amiga Beatriz de Bobadilla, le
entrega la co rona que ella misma se coloca en la cabeza. Se
llama a sí misma "Isabel, reína de Castil la " y aclara que desea reconocer los derech os de la Iglesia, la nobleza y las ciudades.
Esta manera de proceder es int répida. An tes, las cortes habrían considerado al posible sucesor y analizado la situación
legal, que en este caso no es terminante. Pero Isabel les arrebata la iniciativa de las manos y las cortes están resentidas.
También Fernando siente que lo hicieron a un lado. Cuando
ella le informa de los acontecim ientos, no lo llama rey ni majestad; por consiguiente, no le adjudica una dignidad real castellana, sino que solamente lo califica de "esposo legítimo" .
Sus enviados le cuentan que, durante la coronación en Segovia, Isabel manda traer ante sí las varas de la justicia. Furioso,
Fernando grita: " ¿Cuándo se ha oído que u na mujer se adjudique un privilegio de rey ?" .3 Femando no puede dejar de protestar. De inmediato ordena un dictamen jurídico que certifique que el proceder de Isabel no está en consonancia con el
contrato matrimonial. A él también le corresponde el gobierno de Castilla. " Pobre Femando, uno puede decir que después
de cinco años de matrimonio todavía no conoces a tu esposa,
tampoco tienes idea de sus pensamientos y sus aspiraciones",4
comenta de manera burlona el historiador Hans Leicht sobre
la conducta del joven rey.
Cuando ambos se encuentran en Segovia, se suscitan escenas violentas. Fernando amenaza con abandona rla y regresar
a Aragón, donde las mujeres están excluidas de la sucesión a1
trono. Finalmente, acepta acudir a un consejo arbitral neutral
conformado por el cardenal Mendoza y el arzobi:-po Carrillo.
Ambos decla ran incuestionables los derecho:- de_y reina. Fernando se marcha furioso. Entonces 1:-abd ceQY.El 15 de enero
de 1475 la pareja firma la llamada "Con(ordia de Segovi.a", en
virtud de la cual [sabel qued,i como t'inica reina de Castilla,
' Eberhard Horst, Oit> Spn11 i,cl,., Trilugi<'. b11b,·II. /<1 f1t11111,1. lá,·,,i [La trilogía t>spañula. lsabd, Juana y Tt>r,· ,11], Oü;,t•l,lurf, Cbi,;t•n, 1939, p. 81.
., Lt' il·ht, ,1p. (Ít ., p. 'JS .
51
......
y
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tos que suscriban en común, el nomb
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re
11 los documen
pero e d . , •mero. Las monedas e Casti 11 a tienen qu
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Juntos, por lo que
mterna, e en decidir ambos cuan . o esten
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costumbre de publicar ecretos precisamente
Isa beI adop ta la
.
b·
sólo cuando Fernando no está en Casulla. En cam 10, le confía
a su esposo la política exterior.
Los adversarios de Isabel se organizan. Alfonso de Portugal ve
)a oportunidad de apoderarse del país, al comprometerse con
Juana la Beltraneja. Hace que la proclamen reina de Castilla e
invade ese país al frente de un ejército de quince mil hombres.
Numéricamente superior, la partida habría sido fácil, pero Alfonso evita el combate. De esta manera, Isabel y Fernando ganan tiempo, mientras Isabel, otra vez embarazada, recorre incansablemente el reino, pidiéndole apoyo a la gente. Pierde a
su hijo, pero unos días después del aborto, ya está otra vez
cabalgando. Finalmente, Fernando puede enviar hasta cuarenta mil hombres a la campaña en contra del rey portugués que,
mientras tanto, se prepara para el combate. Fernando es un
buen general, pero sus soldados, mal preparados, huyen después de la primera derrota y entonces Fernando tiene que negociar con Alfonso de Portugal. Acuerdan la rendición a Alfonso de las ciudades de Toro, Zamora y la provincia de Galicia,
pero Isabel se rehúsa a firmar el convenio. "· Ni una sola
1
almena!", 5 debe de haber gritado.
/bid., p. 103.
Otra ve~, ambos bandos se preparan para la lucha. Los obispos ! e envian a Isabel cálices de oro, que ella manda fundir Y
acunar en monedas para pagar a nuevos soldados. Al a nochecer, tras la batalla de Toro el 1 de marzo de 1476 yacen en el
campo de batalla diez mil caídos. Nadie ha salido vencedor,
pero entonces el r
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ab d
ey portugues mcurre en un error tacuco.
an ona e1cam d b 11
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po e ata a Y así Fernando puede reclamar
victoria para sí L
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· e envia a Isabel el siguiente mensaje.
1
52
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/
"Alegraos de que Nuestro Señor os ha regalado Castilla esta
noch e"." Para dar gracias, Isabel y Fernando prometen edifi- 1
car un convento, San Juan de los Reyes, en Toledo.
El aura del triunfo surte un efecto de atracción . Muchos
antiguos adversarios se cuentan ahora entre los adeptos de la
pareja real, incluso el arzobispo Carrillo vuelve a cambiar de
bando. Sin embargo, el dominio de Isabel y Femando todavía
no está totalmente asegurado. Portugal se alía ahora con Francia en contra de Castilla y una vez más hay que defender las
fronteras. Sólo con el Tratado de Alcá~ovas en 1479, Alfonso
renuncia al trono de Castilla.
Así queda resuelto el destino de Juana la Beltraneja, la rival
de Isabel por el trono. Puede escoger entre ingresar en un convento o casarse con Juan, el hijo de Isabel, que nació un año
antes en medio de los desórdenes de la guerra. La joven de 17
años está terriblemente desolada, aunque hace ya mucho que
debe de saber que sólo es una pieza de ajedrez en el tablero de
los intereses políticos. Con el corazón apesadumbrado, opta
por la vida de monja, pero siempre se considerará la sucesora
del trono de Castilla, incluso después de la muene de Isabel.
Por fin la posición de Isabel y Fernando es hasta cieno punto
segura y pueden empezar a gobernar Castilla. ¿Qué tienen en
las manos? Un país arruinado. Enrique, su antecesor, se había
comprado una autoridad aparente, concediendo a los nobl~
todos los privilegios imaginables y, de esta manera, la coron.1
fue perdiendo cada vez más sus derechos y sus ingresos. 1::-Jbt'I
busca ahora recuperar lo que ilegítimamente fue .1 par.ir amanos de los nobles: castillos, tierras y pri\ilegios. La rein.1 quiere poder real absoluto. Isabel sabe que pJ.r:i eso neú:'sir:1 otros
aliados distintos a los poco confiables noblt'S y .1put'Srn púr b
burguesía y las ciudadt·s. En d alcázJ.r de l\Lidrid o ,m Se,·ilb,
todos los viernes mantiene una especie de ,mdiefü-i.J públic.1
para los habitantes. Los cronistas la describen ,1::í: ~ Lü:: pübres
•· Joseph Pc; l\'Z, fr r,li11,111d 1111,I 1,;,,/1,·/111. ~,,,111im,; 1-.. ,1tl1,1 /1, .-l1,· r-.,,,,;_,.- [Fanando t' lsabd. Rc•y<•,; ,M,ilk,1,; el<• bp.11i.1l, ~l u111,·h P1t,lt·n, h;. l'l':15. p. 9 l.
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I histori adores se asom ran e a capacid d
la actuahda ' os tarde la joven mujer . Los señor es feuda t
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trada y pone condiciones para su a d n~isio
n, sa e responde
así: "Decid a los caballeros y a los habita ntes de Segov ia que
yo soy ]a reina de Castilla, que ~s~~ ciudad me perten ece,7 no
pueden ponerme ninguna condic1on para entrar en ella .8 Se
cuentan muchas historias parecid as; en todas, Isabel aparece
como una soberana fuerte y valero sa.
De esta manera, Isabel transf orma el Estado feudal medieval de Castilla en un Estado burocr ático real. La princi pal autoridad con la que gobiernan los reyes es el Conse jo Real,
nombrado así por ellos mismos. A él perten ecen tres caballeros, además de ocho letrados y un arzobi spo. La noblez a y el
clero no estaban excluidos de partici par en las sesion es, pero
sólo tenían voto consultivo y ningú n poder de decisi ón. Cuando el poderoso arzobispo Carrill o le pide indulg encia a la reina
P_or su deserción, ella se la concede sólo despu és de algunos
titubeos . También se acabó su época de señor feudal libre.
y~¿
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1
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11 .
~ ¡tes de la época del reinado de Isabel el cronis ta Herna ndo del
u gar narra· "E st · .
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· n e e remo impera ron' costum bres tan d eprava_
~epbugn adntes que cada quien vivió según su libre albedrío
u O na 1e que 10 st ·
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ca igara .. . no sólo en el campo asa lta.
ª gente, sino qu
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con tranquilidad. To e en .1as c1~
ades tampo co se po a viv1r
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lb1d. , p 117
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54
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Jsabel y Fernan do crean nueva mente en 1476 la Santa Hermanda d, una policía que ya existía en épocas anterio res. Se
trata de una especie de milicia civil que era establecida y pagada por la propia comun idad del pueblo o de la ci udad. Se castiga todo lo que pertur be el orden público en un ámbito de cinco leguas a la redond a: desde lesiones físicas y atracos hasta
·destru cción de cosechas o incend ios preme ditados. Los casri- gas son sumam ente duros: por delitos menores, se corta un
pie; los ladron es son colgad os de inmed iato en el árbol más
próxim o. En realida d, la tortur a no está permit ida, pero a menudo es utiliza da. La intimi dación funciona:
Entonc es todos vivían con tal miedo por el castigo que nadie más osó
alzar la mano contra su prójimo . Los caminos quedar on libres de
bandas de saltead ores, al igual que las fortalezas, verdade ras guaridas del crimen y la ilegalidad. El pueblo entero pudo por fin dedicar
se otra vez a trabaja r en paz y seguridad. 10
De lo siguie nte que se ocupa la reina es de las finanz as de su
país. Isabel deja perple jos a los nobles cuando les aclara que los
servici os al sobera no son, a partir de ese instan te, un deber de
honor y ya no serán pagados. En la figura del carden al Mendoza encue ntra a un compa ñero intelig ente para conseg uir
sus fines y por sí mismo el carden al renunc ia, según lo estipu lado en las reform as, al cuaren ta por ciento de los ingres os que
había recibid o hasta entonc es y le alegra poder vaciar la bolsa
de sus colegas. En 1480, la Junta de las cortes decide suprim ir
los pagos ilegíti mos a la noblez a. Se cierran las casas de mon~
da, más de cien señore s feudal es pierde n el derech o de acuña r
moned a y alguno s nobles pierde n hasta ochen ta por ciento de
sus ingres os. Surge n protes tas que Mendo za intt>rpreta 1..-omo
oposic ión al Estado y a la monar quía, y por ello amen. ua mn
los peores castigo s. Se ahorra n treinta millon 6 dé' m.ir-,1,·edíes
Y, no obstan te, se -decret an nuevo s imput>stos..
Falta mucho todaví a parn qttt' la noblt:'za n1:-tdLrn,1 :-e t' mpo'" ld1n 11.
55
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. su influencia sigue siendo grande S
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estre de la Orden de Santiago, a orden de canando gran ma
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ballería más distinguida .
eorno rem· a, Isabel es dueña de un tercio del reino, el resto
depende de los señores feudales, que a su vez dependen de
ella. Pero eso no le basta, quiere ejercer un control más fuerte
también en el ámbito~la judicatu_ra. Para ello, manda revisar las prisiones; los reos pobres tienen ahora un defensor.
Bajo su reinado, se redacta un código ynificado que es válido
en todas las provincias. El primer .libro es las Ordenanzas
Reales de Castilla, que se imprime en suelo español. Para este
proyecto, Isabel encuentra apoyo en jóvenes juristas que acaban de salir de la universidad y recopilan todas las fuentes de
largos. 11
la administración de justicia. En realidad, con las Ordenanzas, los procesos judiciales no se hicieron más cortos sino más
Isabel, de la misma manera que Fernando, tiene al clero en
la mira: "Ni siquiera llevan una tonsura, sus cabellos les lle12
gan al cuello", se queja la reina acerca de los "falsos monjes"·
Muchos obispos y abades se sientan diariamente a la mesa
b·ien servi·da de su convento, mientras el pueblo sufre de hambre. La mayoría de los clérigos no siente remordimientos ni
pena por la salvación de la comunidad que les ha sido confiada.
Pero antes de que Isabel pueda hacer valer su autoridad, debe
teglar sus diferencias con el papa Sixto IV en Roma. En 14?S
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ca pare¡a real. caste11 ana ya h ab'ia enviado un ministro a l Vau·no an unciando
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que, sin a autorización de los reyes, no 5
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" lb1d., p. ] 6f! t., pp. BOss.
56
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to IV ejerce un intenso nepotismo. Sin embargo, los reyes de
Castilla se salen con la suya.
La _r:forrna del clero tiene lugar en diferen tes etapas y proseguira durante todo el remado de Isabel. Es m uy importante
la exigencia que se les hace a todos los eclesiásticos en la cual
deben servir primero a la corona antes que a Roma. De este
modo nace la singular simbiosis entre el Estado y la Iglesia
que es típica de la historia de España.
Joseph Pérez, uno de los historiadores que mejor conocen a
Isabel, señala que muchas de sus innovaciones ya habían sido
planteadas y concebidas por sus antecesores, razón por la cual
la realización de las reformas se da durante su reinado. A partir de ese momento, la política la hacen los reyes, ya no los
nobles ni el clero. La época del reinado de los Reyes Catóncos
se considera a menudo como la piedra angular del Estado unitario español. Esto no es del todo falso, aunque ni Isabel ni
Fernando han pensado en lo "español". No han unido sus res-pectivos reinos de Castilla y Aragón, sino que cada uno reina
por separado.
Los historiadores no se ponen de acuerdo sobre qué tan importante es la participación de Femando en la reesrrucruración
del Estado de Castilla. ¿ Fernando tomó parte en todas las decisiones de Isabel? ¿Por qué emite Isabel tantos decretos precisamente cuando Fernando está fuera del país? ¿No siempre
estuvo el rey en segunda fila? Es indiscutible que Isabel dispuso y controló cuidadosamente con pleno conocimiento de causa
cada paso para la transformación de Castilla. Los logros de su
reinado fueron la autoridad real, la prosperidad económic-.:1 y
la seguridad j urídica. Isabel de Castilla podría ser con:;iderada
como la figura ideal de una soberana inteligente y e6.cienre, si
st/ ombre no estuviera también vin(ulado J la lnqu.i::;ición.
Úa Inquisición es uno de los capítulos mis oscurn::; de la historia de la Edad Media; arroj a um-1 somb ra sobre t0<.bs las personas que fueron r1:•sponsables y tll!nbién sobre lsabel. Hace
mucho que quedaron atnis los nños de tokmnci,1 en los que
convivieron libremente tr1:•s rdigiont's ,rn la p1:•nínsub Ibérica
57
}157)' se llamó Emperador de las 'l'
VII (11 25 d 1
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en el transcurso e as persecuc·
YA]fonso
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Ya en 1391'
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Religiones.
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Las consecuencias e. esto
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d confiados y supe1st1C10sos sod'1e conversos
soscnst1anos
es
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peehosos. Cua. ndo
. se trataba de conversos a mera os, también
influía la envidia.
En 1478, Isabel y Fernando le piden al papa Sixto IV que
convo~e un tribunal para que interrogue a los falsos conversos}1inquisición" significa literalmente "averiguación" y,
desde el siglo xu, era un recurso de la Iglesia para defenderse
de sus nuevos enemigos, los herejes. El papa emite la anhelada
bula, pero después los reyes esperan dos años antes de proceder.¿ Por qué titubean? ¿Porqué Isabel no instala de inmediato el ya planeado tribunal de la Inquisición, sino que le encarga al cardenal Mendoza que organice un catecismo para los
recién bautizados? ¿Influye que ambos reyes en su fuero interno no sean propiamente antisemitas? Por parte de su madre, el propio Fernando es de origen judío, corno casi toda la
nobleza aragonesa. Los amigos y consejeros más cercanos de
la pareja pertenecen a los conversos; por ejemplo, el confesor
de Isabel: Hernando de Tala vera, el esposo de su amiga Beatriz
Y tambien tres secretarios reales, uno de ellos Hernando del
Pu_lgadr, el cronista de su reinado. El arzobispo Carrillo tamb
ien esciende d
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cardena] Jua d eT una ami 1a e conversos' al igua , que d
cuyo sobrino Tomás mas tar e
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. unciones en septiembre de 1480 en Sevi ª.
ye, por Pnrne
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ra vez, en 1834. los nuevos tri una es
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que an s1 o denunciados y los acusa
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· nieny rnuc:ne Alfuns,, Vil n on. . en a os de su reinado, no a los de su nacll
~ . , r~
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no se enteran de quién los ha acusado y tampoco de qué se les
acusa exactamente. Muy pronto no sólo los judíos caen en las
manos de la Inquisición, sino también todos los demás que
sean sospechosos de haberse desviado del cristianismo. Más de
cuatro mil familias huyen en desbandada de la ciudad y de la
provincia de Sevilla, otros planean un levantamiento, pero son
delatados y oportunamente castigados. Las primeras hogueras
arden el 6 de febrero de 1481. El horrible espectáculo de la
promulgación pública de la sentencia, llamado auto de fe, por
desgracia se vuelve famoso. Mediante el auto de fe, se sacaba
de la prisión a los convictos, provistos con un capirote de penitente y vestidos con una túnica amarilla. En largas procesiones, la gente se dirigía por la noche a una plaza iluminada con
antorchas. A veces sentenciaban al mismo tiempo a cientos de
personas, muchas de ellas a muerte. Pulgar narra que entre
1480 y 1490 fueron llevadas a la hoguera cerca de dos mil
personas y quince mil de los llamados " reconciliados" recibieron otros castigos. En total, la Inquisición española le costó la
vida a unas veinticinco mil personas. ¿Suavizan estos datos
la nota del historiador Henry Karnen en la que señaJa que en
Alemania la cifra de brujas ejecutadas es cuatro veces mayor?
la observación de que la Inquisición privó a Castilla de sus
elites intelectuales y económicas no es nueva. El cronista Pulgar escribe que la reina ha preferido ~i~ los im.pue:;to:3
~ fugitivos _
e n Jugarj.e df_s.e.n.te.o.derse de la pureza de su
país. El cronista se pronuncia claramente en contra de la pena
Je muerte. También otros integrantes de la corte reaJ critican
a la Inquisición, así lo hacen el cardenal Mendoza y Hemando
de Talavera o el gran jurista Alonso Díaz de Montalvo, que
recuerda que María, la madre de Jesús, era judía. Muchos añO::'
después, Ignacio de Loyola, fundador de la orden de los jesuitas, califica como capricho el rnlto a Id pureza de ls<lhd y 5e
niega a denunciar a los converso5.
La limpieza de sangre seni la idea fija de ls:1bc'l y 5us inquisidores. Por otra parte, el papa lt' hn pedido ,1\ tribunal que
proceda con clemencia y h,1 ronderrndo ent'r~k,1menr: l.1:e denunóas malintencionadas y la extorsión de bs ~'Onk:eiones.
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ª · h" nietos no puedan ocupar mngun cargo públicoy
que sus iJOS y
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as e me 1co, Junsta arren
Se les pro111'ben profesiones como
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datario tributario, tenedor de libros y mue as m_as. L~s reyes
diez millones de ducados de oro del patnmom o de los
recaudan
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condenados, pero, a largo plazo, pesa mas a p~~ 1 a de los imuestos de esas mismas personas y de los fug1t1vos.
p En 1483, dos años después de la introducc ión de la Inqajsiáón, los reyes inician la llamada reconqui sta, la recuperación
del territorio que se encuentra en manos " moras ". Por los habitantes del reino de Mauritani a, en esa época se llama "moros" a todos Jos..pueblos bereberes del norte de África. Una
breve mirada retrospectiva: seteciento s setenta años antes, el
líder berebere Tariq ibn Ziyad había cruzado al frente de un
ejército el estrecho de Gibraltar con el propósito de someter a
\a península Ibérica. Salvo pequeños territorio s de difícil acces_o en e\ norte de Asturias, los moros conquista ron toda Espana; su reino, sin embargo, pronto se dividió en diversos califatos islámicos. Por muchos años las religiones convivieron
libremente, los conquistadores mezclaro n con los vencidos,
cultivaron la t'
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ierra Y traJeron consigo una cultura mas
avanza a, pues durante largo tiempo el mundo árabe islámico tuvo
una gran venr . b
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los combates a ag\a y Almería. Cuando en 1482 se produc_en
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nteras del Emirato los re yes mter
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tonces también ven la opo rtun 1·d ªd de
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..J ."'"(
expulsar a los últim~s " infieles" de la penín sula. La propia Isabel se pone en camin o hacia el sur y llega a Córdoba muy
avanzada e n su embarazo. Ahí dará a luz a una niña a fi nales
de jun io. Ma ría es la tercera
hija
de
la
pareja,
después
de
Isabel
y Juana,
que
nació
en
1479.
-~
./ En los siguiente s años, el ejército de los reyes se ve obligado a
sufrir grandes derrotas en la lucha contra los moros y pierde
a muchos de sus caballeros más valientes. En 1484, BoabcW, el
príncipe de los moros, cae prisionero, pero queda libre mediante el pago de un rescate y se convierte en señor feudal de
los reyes castellano s, Como consecuencia, estalla una luch a
entre Boabdil y su padre, y el Emirato de Granada se divide.
Mientras tanto, los reyes católicos reclutan soldados de todos
los países europeos, incluso de Polonia e Irlanda, y en los últimos años de la reconquis ta pueden disponer de un ejército
de sesenta mil hombres. Isabel está obsesionada con la idea de
liberar al país de los moros, a Fernando, por el contrario, le
gustaría suspende r la campaña militar para dedicarse a las exigencias aragonesas en Francia. Isabel le niega cualquier ayuda
militar y asume sola el mando en Andaluáa . Pulgar escribe
que Fernando finalment e se ha mostrado dispuesto " a escuchar buenos consejos, particular mente de la reina, pues él conoce su gran sagacidad " . 13 Para poder continuar con la guerra,
nada le parece demasiado costoso a Isabel. Empeña sus joyas y
los objetos de valor del tesoro real, incluso la corona de Castilla, que siempre lleva consigo. También el costoso collar que
Fernando le regaló para su boda va a dar a un presta.mise-a.
Isabel acepta que los comercian tes y cambistas j udíos le den
mucho dinero, y más tarde les paga mal.
La guerra se prolonga m ucho y los soldado:; están agotad()$.
En el primer hospital de la historia, que lsabel mmda ir:smlar,
doce mil he ridos pueden ser atendidos por m~cos y entermeras en seis grandes tiendas de campaña. Hl,y cama:;, instrumc>ntal para operacion es quirúrgirns, mc>dic.inas y matc>rial de wn'' Hur~ t, ,1¡1. ,·it., p. 12 1.
61
/
)
---
,
tinuam ente detrá s del frent e, se de ·a ver
1
.
bel esta con
da,1e. 1sa ,
u corcel blanco, con una co f·ta de piel en la por
d e: parte~ en s
. d l
to ª·
ta de malla en el peeho de bªJº
e a capa blancabeza y una co
ca.
El cronista narra:
.
ci•a, dº la reina
·~e inició la guerra contra los moro s y asi' si-.
A 1n,tan ~ '
guió durante mucho tiempo hasta ~ue todo el país de Grana
da fue
conqui stado. Podemos dar fe ante Dios de que algun os grand
es
señores y comandantes, que conocemos bien,
ya
estaba
n
cansad
os
y habían perdido la esperanza de una conquista absoluta. Gracia
s a la
gran tenacidad de esta reina, gracias al esfuerzo y
al
cuidad
o
que
continuamente puso en la preparación de todas las cosas necesa
rias
para la conducción de la guerra y gracias al énfasis que le dio
a esta
empresa, se pudo llevar a cabo la conquista. 14
j
Un día, al ver los muro s de Gran ada, la reina jura que
no se
cambiará las enagu as hasta que esa ciuda d sea conqu
istada .
Desde ese día pasan años para alcan zar
la
victo
ria
y
así su1
enaguas adquieren con el tiemp o un tono amar illent
o. Hasta
el día de hoy ese color se llama en Españ a "colo r isabe
lino"
.
Cuando la ciudad de Rond a es toma da,
Isabe
l
libera
perso
nalmente a los cristianos de sus caden as de hierr o y las mand
a colocar como recordatorio en la pared exter ior de la iglesi
a
de
San
Juan de los Reyes en Toledo. Todav ía hoy están colga das
allí.
En el cálido verano de 1487, despu és de un largo sitio,
los
moros nnden la ciudad de Málag a. La sed
y
la
enfer
meda
d
resultaron fatales para much as perso nas. El otror a grand
eY
orgulloso ern 1·
,
rato de G rana d a esta, derro tado, pero 1a guerra
todav1a dura cinco años más.
62
~ ºos cas
tellano
s
llama
n
al
año
de
1492
annu
s
mirab
5
ilis,
año
de
m1 1agros E
·
¡
l · _
so f¡ 1 · n pnme
na , porque ) , ¡ ·r ugar, la recon quist a llega a su g ono
Todav ía h
e u timo rey de Gran ada se da por venci·do·
ha mbra I oy, ª todos los que visita n el palac io moro de
la Ales cuentan h·
. d
,
mistona s e Boab dil, que prefe na
cante
• luid. p. 110
~
c ....:.;;..-...,;;,,;¡4!'!'
tr·~ ~~
-
--
..J ("'(
j
,
l
l
piar el juego de las aguas en el Patio de los Leone s
a lanza rse
al comb ate. El 2 de enero de 1492, los reyes de Casti
lla y Aragón cabal gan hacia los muro s de Gran ada. La magn
ífica entra .
da triun fal está repre senta da en nume rosas pintu
ras,
en
la
1
parte super !or apare,ce Ferna ndo en su co rcel de batall
a, totalj!
ment e vestid o de purp ura real, a su lado se encue
ntra Isabe l
·
con una capa borda da en or~ y pl_a ta mont ada
en
_su
seme
nta~
árabe de color b!.filico. La rema tiene ahora 40 anos
y se en- --.._,
cuent ra en el apoge o de su poder . Pulga r la ctescr ibe
así: " De r:· ../ / .
estatu ra medi ana, apari encia agrad able y figura bien
propo r- ;- , /
ciona_d a, blan,c~ y rubia , los
ojos
de
un
color
entr
e
gris
y_ azul; _l:
de mirad a placid a y franc a en un rostro de rasgo s arma
mos~
herm oso y seren o a la vez; mode rada en su
condu
cta
y
en sus
movi mien tos" .1 5 En el séqui to de los padre s se encu
entra n
Juan, el hered ero al trono de 14 años, al que llama n
don juan,
y las hijas Isabe l y Juana . Detrá s se puede ver
al
carde
nal Mendoza y a much os altos noble s castel lanos; h ay brilla
ntes banderas y estan darte s por todas parte s y la enorm e cruz
de oro,
símbo lo de la recon quist a.
Boab dil sale al encue ntro de los vence dores. Le entre
ga a Fernando las llaves de la ciuda d e inten ta besarle la mano
, pero sólo
alcan za un extre mo del brazo , porqu e el rey, indig
nado,
lo retira .
Ferna ndo le pasa las llaves a Isabel, quien las coloca en
mano s del
conde de Tendi lla, el nuevo lugar tenien te de Gran ada.
Boabd se
il
retira abafi.do en su cabal lo, quizá tambi én
alivia
do,
porqu
e lo
han dejad o con vida. En el prime
r
cerro,
vuelv
e
la
v;sra
atrás y
lanza una últim a mirad a a su herm osa ciuda d y a la
.--\lhambra.
Ese lugar se llama desde enton ces El Suspi ro del
M
om.
En el mund o árabe, hoy día much
os
no
recon
ocen
lc1 Recon quist a como tal, sino como conqu i5t3, ya que los
cristi anos
conq uista ron tamb ién territ orios no habit ados por cristi
,mos o
ciuda des no funda das po r musu lman es.
Los reyes había n garan tizado libc'rt :1d rdigi osa .1 los
h:1bit-,mtes
de Gran ada, pero apt'na s niatr o dí.\S dc'spu~s dc- b rendi
ción de
'' ll•ide111.
b:;
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•nci
com o iglesia . .
u1ta pn pal se con sag ra
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01ez
la c1u • d 11 qconve rsiones forz osas y iez ano s des pu, 1a.
Se pro uce,
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n1usul01ane: \es llega su turn o ante s. 1
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díos como prestamistas. Gra n par te d e pat nm
om·o de l ..
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sólo se deben vender las prop ie
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el dinero al
extranJ•ero con ayuda de letr as
. ban. cari as.
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En los libros antiguos de h1s
tona se dice que doscient
as mil
ersonas tuvieron que emigrar, nue vas inve
stig acio
P treinta rrul· a cmc
· uenta m i1 pers ona 16 L . dí nes hablan
de
s.
os JU os no saben
dónde encontrar un nuevo hogar. Anc iano
s y enfe rmo s, al igual
que muchos niños, se quedan tira dos a la
oril la del camino, porque no pueden llevar a cabo la pen osa trav
esía por el caluroso
altiplano castellano. Aquellos que log ran
cru zar la frontera están físicamente agotados. "Los pod rían hab
er tom ado por fantasmas, estaban tan delgados, se veía n tan
cad avé rico s y con sus
ojos hundidos sólo podían dist ingu irse de
los mu erto s porque
se movían."17 Miles se fuer on a Por tug
al, de don de también
fuero n expulsados más ade lant e por la hija
de Isab el. Otro s cruzaro n el mar rumbo a Nápoles y ahí los
hici ero n responsables
del brote de peste . Sólo en Gre cia y Asi a
Me nor los judíos encontraron una acogida favorable. Cin cue
nta mil judí os perma~:0.e r~n en ~astilla y eligieron el bau tizo
, con lo que se profun~\ a~n mas el abismo entr e anti guo s cris
tian os y conversos.
ano con el dudoso nom bre de ann us mír
abíl ís aún no ha
.
' op. CJ I·, p. 240.
64
p na ha 5ta la actualidad}, Stut tgar
t,
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. s Von
derfri.i hen N
_ec er Y Horst Piet schm ann Gesch ichte
Spanien
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Moderna terneuze1
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ra bis zur Gegen
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toria
de
Espana.
es
7,
W. Kohlharnrner, 199
p. 62.
' Leicht
- ::=::,,-,-
term inad o. C ristó bal Colón esp era desd
e hace cinco año s que la
reina financie su plan eada expedición
haci a las lndi as. Por el
mom ento Isabel no está nada entu sias
mad a con las ideas de
Colón; los plan es del gen ové s, cuy o
pasa do es algo turb io, le
parecen dem asia do aud aces y riesgos
os. No sólo quie re dem ostrar que la Tie rra es redo nda , tam bién
hace peti ciones desm edidas: los reye s deb en fina ncia r su emp
resa , nom brar lo Alm iran te del Océ ano , otor garl e el títu lo de
virr ey de todas las tier ras
que desc ubra y ade más quie re con serv
ar para sí la décima part e
de toda s las riqu eza s que enc uen tre. Una
com isió n exa minadora establecida por Isabel dijo que los
planes de Colón eran "fatuos, irre aliz able s y basa dos en razo nes
end eble s" .18
Por seg und a vez Col ón se pon e en cam
ino rum bo a Francia,
ante s de que vay an a bus carl o pa;,e
f nue vas negociacion es y,
fina lme nte, lleg an a un acu erd ~nt
e todo , dos son los aspectos que con ven cen a Isabel: en prim er
lugar, Cal ón le pro.mete
nue vos súb dito s y, en seg und o, gran des
riquezas. De esta manera, fina lme nte se decide por la exp
edición, en con tra del deseo de su espo so. Tod as las condicione
s de Col ón se sati sfac en.
~~ de ago sto de 149 2, los nav
íos San ta Mar ia, La Pin ta y La
Niñ a zarp an del pue rto de Pal o~~ la
Fronter a para enc ont rar
la vía mar ítim a hac ia las Ind iaM l 12
de octu bre de 1-!9 2 arri ba a la isla cari beñ a de Gua nah ani y la
llama San Salv ado r. Los
nati vos -in dio s par a los espa ñole s, pue
s los creí an- ñaó itan tes
de las Ind ias - salu dan entu sias mad
os a los extranje ros, pero
la aleg ría dur ó poc o. La con quis ta y exp
lotación del con tine nte
ame rica no por par te de los espa ñole s
y más tard e tam bién por
los por tug ues es, fue ron crue les y las
con secu encias del colonial ism o se pue den perc ibir en la actu
alid ad.
l./
.K:u and o Col ón regr esa de Am éric a es
recibido con gr-.mdes hono: es en Bar celo na. Le trae a la rein
a loro s, ,l\'es y pbnt-.is
exoticas, pep itas de oro y orn ame ntos
de oro prir nor os.i men te
e~aborad os. Tam bién ,.:ont emp lan con
curiosid;,d a st'is indi os
vivos sem ides nudos. La rein a est.i con
tent a, pero cu,m do se en'' l lur~t , ''1'· l'it. , p. L\'l.
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. . 1 cer esclavos a sus nuevos
. súbditos
1, qwe1e rn
on "Antes b·en
ordeno. que
sean 61en y J·usta-'
te1a. de
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1 , . .
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n1onta en cole1
d _ 5. 1. rec1·1Jen una mJUStICia,
, que se
1 les ayude" ·19
mente trata 0 ~- ,
retórica?¿ Cuanto rea mente le int
1 0 mas que
e¿Es esto a g
de estos hombres? En su testament
, I b I la suerte
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reso a sa e d
los indios sean trata os 1en y de Ina. la orden e que
I
E repite
b I quiere tener ese avos en spana, pero no
.u ·ta Isa e no
1 ., d 1
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ntra la brutal exp otac1on e continente
toma me I as co
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So,1o 1os representantes e as or
americano.
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d m1s1oneras
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corno e1famaso Bartolomé de .las Casas, cnt1can
1 . hes e 1512 el
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l dumano.
enorme desPrecio de los colonizadores por
Hay conflictos entre Portugal y ~~pana por os erecho.s de
dominio en América del SJ-f"· Despoticamente, el .PªPª Al~Jand 0 y¡ divide el mundoL,en el tratado de Tordes1llas en Junio
d: 1494 traza una línea imaginaria del Polo Norte al PoloSui;~que pasa aproximadamente a 1770 kilómetros al oeste de la
isla de Cabo Verde. Todo lo que se encuentre al oeste de esa
línea debe estar a las órdenes de España y todo lo que se encuentre al este de dicha línea, a las de Portugal. Sólo porque la
línea corta una sinuosidad de América del Sur, Portugal obtiene _µ n territorio en el continente: lo que hoy es Brasil.
[)La época brillante de Colón llega pronto a su fin. Ya durante
su segundo viaje cae en manos de la crítica, pues como gobernador de las cojefnias su comportamiento es brutal, mentiroso
Ycodicioso.Dé su tercer viaje lo llevan encadenado de regreso.
Amargado Yabandonado, muere en 1506 en Valladolid. En la
actualidad casi nadie puede seguir considerándolo un héroe.
°
Una fortaleza de 1
·
1
· ·
A
menudo tienen ·a pareJa
·
direa. es actuar y negociar Juntos. ,
opmiones stmtas y, cuando es así, la mayona
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as
veces
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su consent1mienro
1 a suya. Así que se niega a ar
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arzobispo
a suIJO I eg1tt1no Alfo
.
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risco )imenez
·
de enso e impone a su prop10 candidato,. Fran
1
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no busca ·
nero s, su confesor desde 1492. Cisneros
111
autoridad 111· ]
A'
g oria, pero no puede rehusarse. si
,, /bid., p. 148.
66
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que se mantiene ascético y _humilde hasta que un día el papa
tiene que ordenarle que se vista conforme a su rango. Cisneros
es un fanático que quiere convertir a todos los moros y, cuando eso no funciona, son expulsados en 1502 bajo su dirección.
Éste es el poco honroso final de la libertad religiosa que Isabel
había garantizado en la toma de Granada. Según el historiador
Walter L. Bernecker, "la intolerancia religiosa se convirtió en
doctrina de Estado". 20 En 1496, el papa Alejandro VI le otorga
a la pareja real el título honorífico de Reyes Católicos.
Los reyes no tienen aún una residencia fija -sólo más tarde
el Escorial en Madrid tendrá esa función-, así que toda la
familia real se muda constantemente. Las cuatro hijas --en
1485 nació Catalina-y el hijo tienen que compartir la fatigosa vida de viajes de sus padres y acostumbrarse a los diversos
campamentos y alcázares. Isabel tampoco se pemúte ningún
momento de reposo, pero su robusta salud se lo permite incluso después de los partos. Durante todo su trabajo en la guerra
y en el gobierno, Isabel no deja de vigilar la educación de sus
hijos. En su séquito se encuentran varios profesores e instructores bien formados que, junto con las nociones básicas, les
proporcionan a los niños conocimientos de música, literatura \ ..,
y artes plástic_a,s.
.
.
.
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Isabel tamb1en crea conscientemente la h1stona del ane-de su ·
país. El estilo arquitectónico de su época es el gótico, donde lainfluencia del arte árabe, en particular el estilo mudéjar de los/
moros, produce simultáneamente una rica ornamentación que
desemboca en el llamado estilo plateresco, que se puede admirar en la fachada de la Universidad de Salamanca o en numerosas catedrales. Isabel permite que vengan artisus y arquitectos de Borgoña, Flandes e ltalia, qy,rénes deben variar el
estilo plateresco. Se llama "isabelino/"al t'Stilo de los suntuosos edificios del gótico tardío que surgieron durante su reinado. Típicos de este estilo son lo:,; portales con tiligr-am labrada
'" Waltl'r L. B,~rnt'l-kt·r, Sp,111i,t"hc G,·,,·/1 ichtt'. \ ·,111 l.'i. /,1/irl11m,icrt : 11r
h.1,r,1 l.i ,Ktu.1lid.1d],
Munich, C. H. fü•,k, l'l•N , p. 17.
C ,?' IIW/l rt [Histuria dt• b pai'"i.l. Dt•sd,• t'l , i~h, '\\
t:,7
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elementos góticos con formas d
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en P . renacentista.
la arqu1teltura
.n creciendo, Isabel arregla ventaJ·oso
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Conforme.
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paterna es laE
to de 1496 tiene lugar la suntuosa boda de
Hab,burgo. n agos
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h" heredero al trono, con arganta e Austria
don Juan, su !JO y
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la h11a e empera
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. b ¡ quiere que todo se rea JCe tan esp en 1 a y lujoBurgos, 1sa e
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. d
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e su .propia oda. Agasamente co mo Sea Posible' a diferenCia
.
liamente a su nuera. La Joven pareJa parece quererse
.
0 que aumenta el orgullo y la felicidad de los padres.
Un año después, Juana, la hija de Isabel, se casa con Felipe el
Hermoso, hermano de Margarita. La unión va acompañada de
una gran dote y un séquito gigantesco: ciento treinta barcos
con una tripulación de veinte mil hombres con camareros,
cortesanos y damas de honor acompañaron a Juana rumbo a
Flandes, donde vive Felipe el Hermoso. Juana es la más talentosa pero también la más sensible de las infantas, y en el acto
se enamora apasionadamente de su esposo Felipe.
Isabel, la hija mayor de los Reyes Católicos, ya se había casado en 1490 con Alfonso, el príncipe de Portugal, para establecer una unión dinástica entre ambos reinos. Sin embargo,
ocho meses después de la boda, Alfonso, antes de que pudiera
hereda~ de su padre el trono de Portugal, se cayó de un caballo
Ymuna. En 1497 Isabel se casa en segundas nupcias con el rey
Manuel el Afortunado y se convierte después de todo en reina
de Portugal
~n el mismo año, la adversidad invade a la familia real. Don
uan, el hijo, es atacado por una peligrosa fiebre y fallece al
poco nempo a e
. d
onsecuenc1a e ella. Tres meses después, su esposa Margarita d 1
··
1
hIJa
· mayor de la ª ª. uz a un nmo
. muerto. Al año sigwente,
1 ª
Todas I
relíla, Isabel de Portugal muere al dar a uz.
'
b1
as esperan
de Ponug I
zas recaen ahora en Miguel, el hij o de Isa e
a' que al gun
, d'ta de be llevar la corona de Casti·11 a,
68
....
Aragón y Portu~al. Pe~o Miguel apenas alcanza a cumplir dos
años de edad. Ast, la h1J3 Juana asciende como heredera al trono. Juana, la inteligente y sensible, que, como ahora se sabe,
no sólo es declarada loca, sino que tam bién la volvieron loca.
Sin embargo, la reina Isabel de Castilla ya no llega apresenciarlo. Designa en su testamento a Jua na como heredera de la
corona de Castilla, con el agregado de que Fernando debe ser
su sucesor, en caso de que Juana no quiera o no pueda reinar;
aludiendo así ya a problemas existentes en ella.
~ penúltima hija de Isabel, María, se casa con Manuel de
Portugal, el viudo de su hermana mayor, pero tampoco llega a
cumplir los 35 años de edad. Y Catalina, la hija menor, se casa
con Arturo, el príncipe inglés, quien también muere unos meses después, por lo que se acuerda el matrimonio entre Catalina y Enrique, el heredero al trono. Así, la hija de Isabel, Catalina de Aragón, se convierte en la primera de las seis
infortunadas esposas de Enrique VIII.
, p-espués de los muchos fallecimientos trágicos, entre el pue{l,fo se comenta que los hijos de los Reyes Católicos están malditos, y sólo se puede uno imaginar cu~~ha sufrido Isabel
por los reveses del destino de su famiüa.[Jdí reina, que ya tiene
53 años, siente que su fin se aproxima. Desea que la sepulten
en Granada y le pide a Fernando que disponga lo mismo para
su propio entierro, "que la relación que nos unió aquí, siga
existiendo bajo tierra y que, si Dios así lo quiere, nuestras al,m,2s se vuelvan a encontrar en el cielo".21
V Isabel se retira a un convento franciscano en Medina del
Campo. Ahí fa llece el 26 de noviembre de 150-!.
Durante tres semanas, la procesión con su ataúd lucha con
tormentas y tempestades rumbo a Granada, donde encuentra
su lugar en la catedral. Fernando la sigue doce años después.
Su epitafio común dice: "Los destructores de la se(ta mahometana y extintores de la falsedad hereje, Fernando de Aragón
e Isabel de Castilla, marido y esposa unánimes, llamados los
Católicos, moran en estlé' túmulo dt:' mármol".
" LeiC"hr, ''I'- <"it., p. 255.
69
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