.. Retrato Póst~111a de Isabel la Católica, anónim o, s!J. ·· ¡YO SOY LA REINA! Isabel de Castilla (1451 -1504) A menudo la historia del mundo se decide por sucesos fortui tos. Una muerte temprana, una victoria p ropicia, un encuentro no planeado, incluso el estado del tiempo influye a veces en el curso de los acontecimientos, el viento impulsa u na flota en la dirección equivocada, tormentas y granizo determinan una batalla. Pero quien siga la vida de Isabel de Castilla se percatará de que aquí actuó una fuerza totalmente distinta: la resolución de Isabel que, invencible, forjó la historia de L:paña. Isabel conquistó Castilla, la formó y trans form ó, puso en su l~ga~ a la nobleza que se había independizado, leYantó económicamente a su país y procuró relaciones clar"1s en la impartición de justicia. Sin embargo, no todas sus decisiones fue ron benéficas, su política religiosa, por ejemplo, fue particularmente cruel. Isabel no descansó hasta que todos los disidentes fueron vencidos, reprimidos o expulsados del p..1 ís. ~,rull, honorífico de Reyes Católicos, con el que el p,1p,1 im·isrici .1 Isabel y a su esposo Fernando, resuen,111 sim ulr.ine:1mente para la posteridad la intoler,111ó,1 y d desprt' (iL1 al ser hu nu11L1. Según algunos críticos, hasta l'I dí,1 l1t' hL1y bp,H1.1 11L1 Sl' h .1 recuperado de la pérd.id,1, en ,1qut'I 1:'ntl'n(l'S. d~ s c rn p.nt1.' de su elite intelectual y L'Cm1t1mil\L La reina no súlo ,1poyl) los ,llllbL·L'S pb11L'S dl' C ristl1 b,1l Colón por su p1:rspicacia, silw l]UL' t,HnbiL'll ll, :1yulh , pL1 rque era una "j ugadora " lJllL' inVL'rtía su (,1pital par.1 prL1 Llu.:ir ~-111,111- -L\ ~ . e t I ., eso y la sedujo con la esperanz a de oh te. d10 nas. 0 Ión enten . ., d d 1, ·o )' poder. Ed d . 11 1·einó en a epoca e trans1c10 ner 01 , n e la a . a Cast1 de ¡ b ¡Isa· ea Ia Época Moderna. Si la medimos segun las norl'h •11as r. en ella.a .una gran dejar de reconoce edia, d nos e puede d,suepoca, 1g1osas. Era esar de la estrechez e sus miras re 1 t · d. , l .. h 'b'l soberana, a P . I·nteligente, audaz y . a 1 , que aprenbl10 e oficio de una muJer la alta diplomacia y supo entusiasm ar a su pue o. •Isabel nació el 22 de abril de 1451, probable mente en Madrigal · delas Altas Torres, una pequeña población en el altiplano castellano(/hí se encuentra u_:1 agradable ~alacio ~eal que hoy es el convento de Nuestra Senora de GraCia. Castilla es un territorio escarpado y pobre. Los pocos pinos y encinas enmaraña dos no pueden proteger la tierra del centellea nte calor del verano ni del gélido frío del invierno. El viento sopla sin cuartel sobre los extensos llanos. La llaman "tierra de cantos y de san- . tos". Aquí no florecen jardines de riego corno en la Andalucía gobernada por los moros, t3/11poco hay un mar refrescan te ni riquezas en el subsuelo; i;eastilla es una tierra de fortalezas defensivas, castillos, que le dan su nombre. También es la tierra d: la religión, la cultura y la lengua que hasta hoy habla el espanol culto: el castellano e · . En la época de Isabel todavía no existe el reino de España, d smo muchos Est d · di ·d ¡ a os m vr ua es. Los cuatro más gran es_son . 1 1 el remo de st 11 Portuga . en i a en e centro, Aragón en el este ~' d el oeste y el a · . poderosoemirato e Granada en el sur. Cµtilla es el remo1 mas de la superficie rota . ' ocupa de ¡a pen1nsula lb por ciento Ib , . sesenta enea Y a erga a casi sesenta y cinco por cient0 d ¡ p ·, pobl a e gobern s reyes castellano s no siempre b· acion. e~o ' . s ien aron nombre • 'f•1cat'u remo. os antepasad os de Isabel llevaron 1 d s s1gn1 ivos como l:_9,r-ique el Doliente, Pe ro e Cruel y A\f lua n 11 ~nso el Justiciero. 1rastárna~ae padre de Isabel, desciende de la familia de ]os _un hombre prudente y culto' pero no buen gobernante YEes · scnbe , · s· iasrno a Virgi\¡ l rnu s1ca y poesía, traduce lleno de entuo, e poeta de la Antigüed ad, pero no puede 44 ~ i :-. . - frenar a la nobleza de su país. Particular mente débil, se sometió a la desastrosa influencia de los validos, que se habían encargado de la muerte de María, su primera esposa. De este matrimon io procede Enrique, medio hermano de Isabel. Tras la muerte de su padre en 1454, asumió el trono de Castilla como Enrique IV. Isabel, hija de la segunda esposa de Juan, tiene en ese entonces tres años de edad. Enrique no soporta tener cerca ni a su madrastra ni a sus dos hijos, pues además de Isabel también está Alfonso, su hermano menor, y los envía al campo. El miserable castíllo de Arévalo se encuentra en una colina rocosa sin árboles, en medio de la soledad. Aqui crece, lejos de la corte, sin pompa ni brillo, la que más tarde será la reina de Castilla. Su madre, Isabel de Portugal, cae cada vez más en la melancolí a y en la demenáa. La pequeña Isabel es una niña alegre y enérgica, indiferen te al desconsol ador entorno y a las depresion es de su madre. Al parecer tuvo muy buenos profesore s, porque además de aprender a leer, escribir y contar, también estudia historia y filosofía. Pronto conoce a los clásicos griegos y romanos en traduccio nes al castellano . El latín lo aprende más tarde. La infanta, como se llama a las princesas en España, también se familiariz a con la música y la poesía. Como nadie cuenta con que algún día reine, recibe además instrucáó n en cosas prácticas, como trabajos manuales. En la capillc1. real de Granada, todavía hoy se pueden admirar sus carpet-as bordaeas. Incluso más tarde, ya siendo reina, a veces se pone a bordar como distracción. A Isabel le gusta apasionad amente cabalgar. .-\ unque en aquel entonces estaba previs to que las mujeresy niños de la nobleza sólo m ontaran mulas, babel insiste en tener su propio caballo. Le dan un semental árabe, un pabfrén, que es uL-ondicionado con una silla de montM para damas. En los d1-1s de mercado, Isabel siemprt' arnde a la Ct' n:anJ 1\kdina del Campo, que en aquel enttrnces l'l'd un lug,1r de \'t'nt.1 dt• bna, ~ranos, caballos de silla y bt•stias dt• ,,Hg,11,. La hij,1 del rey ::e tnt'Zl·b sin ningún prt•j ui,io rnn la gt'tltt' St'th.·illn dd pUt·blu y t':: qut·rid.1 en todas partes. A la infanta no le pl'rmitl'n ju~,lr rnn lo:: niños 45 ,,,.,.. .+ triz de Bobadilla, hija del alcaide d I ero en Bea d l . e de la a¡dea, P na campanera para to a a vida . ·¡¡ . IV manda ti·a cast1 o, encuentra .a u ll años el rey Ennque l ¡5abe1oene ' er Cuanco 'M d.·¿ a sus medios hermanos y también a Beatede ª 11 a l.a coi En un primer momento cree que Beatriz de Bol)a¿·¡¡ I a. , , rnz d l da y oscura, es la hermana y es tan a punto de una belleza e ga l . c ando fina mente se d an cuenta d e l error cambiar1e 1a ropaj{i b f , J1 . , tiene u na · ura más bien. ro ..usta y uerte, una cara redonda y abundante cabello rubio rüJIZO. ¡~ ° En la corte de Madrid imperan el desenfreno y la extravagancia. Enrique IV disfruta del amor de numerosas queridas y amantes y exhorta a sus cortesanos a que lo imiten. Un contemporáneo describe el ambiente en el alcázar, el palacio del rey: "Los salones retumban con estruendosas carcajadas y en los pasillos deambulaban continuamente las · alcahuetas más ordinarias con mensajes y propuestas indecorosas" .1 Con infinita alegría el rey otorga altos cargos a sus seguidores cercanos. Así, nombra abadesa a una querida famosa y a un conocido delincuente le concede el privilegio de recaudar impuestos. Nadie sabe cómo Isabel pudo preservar su inocencia durante cinco años y fortalecer sus principios morales en esta atmósfera de intriga, engaño y frivolidad. Contempla con horror la agitación, se recluye tan a menudo como puede, sale a cabalgar Y lee mucho. Prudentemente no comenta los incidentes en la corte Y no le hace reproches a nadie. Sin embargo, ªpre nd e lo que provoca un gobierno desolado y sin dirección, 1o que sucede cua d 1 . permite que las cortes, las asam61 eas estamentalen ] e rey s, e retn·buyan cada concesión y los nobles . se enriquezca n p . ermanentemente a costa del rey. Ennque IV h b'13 d. sa se ª ivorciado de Blanca su primera espo, porque no pudieron ' cia ron pu'bJ· consumar el matrimonio, como anun1camente a b ' m os conyuges. Esto dio pie a mue h os U íP( 'p. . 1L n; L c 1d 1 / ¡ / . , t, ,n,,-l/n vo11 K ·¡·, •·. . . ·_ 11111 ' ✓..!111,.,cf, 1 \1 . b I d , ª st' i u1. Ko111g111 am Vorabcnd d1•r SJJ 11111 d,,,\ .. ~., e e Cn, til\ ¡, · . · l r"r11 ,L \. 1 (1: ,. b ª· , e,na en v1speras de In ¡Jotcncw 111unr ·· d . h ",, ri e n e Pustet 1994 46 ' l,~n , 46 . .J : rumores y provocó que E.!)-fiqu e recibi e ra el sobrenombre equívoco de El Impoten ✓ . Con su segu nda esposa, Juana de Portugal, Enrique también tuvo poca sue rte. Cuando ella finalmente le dio un hijo, no "sólo" fue u na niña, sino que, con bastante seguridad, era hija de do n Beltrán de la Cueva, uno de sus seguidores. Por eso la pequeña Juana es conocida por lo general como la Beltraneja . Estos detalles de la vida amorosa de la pareja real castellana no tendrían mayor interés si no fuera por lo mucho que significan para la cuestión de la sucesión y, por tanto, para el desarrollo histórico de Castilla, pues Enrique no tiene más hijos que Juana la Beltraneja. La nobleza castellana, acostumbrada además a recibir del rey todo lo qu e le pide, exige a Enrique en 1464 que desherede a la Beltraneja por no ser hija suya. Como consecuencia, el rey nombra como heredero al trono a su medio hermano Alfonso, pero más tarde revoca esta decisión. La nobleza reacciona furiosa . Por tal motivo, en un espectáculo público en Ávila, destronan a un muñeco relleno que simboliza a Enrique y proclaman rey a Alfonso, que entonces tiene 12 años. Una guerra civil parece a punto de estallar. En 1468 Alfonso muere sorpresivameme. hasta hoy no queda claro si envenenado o a causa de la peste. Por primera vez, Isabel se coloca bajo el haz de luz del poder. El arzobispo de Toledo, Alfonso Carrillo, y otros consejeros de Isabel tratan de persuadirla para que la proclamen reina. la joven de 17 años se niega rotundamente. Todavfa \i ve el rey y ella no quiere empezar una guerra civil. Ésra es la primera gran decisión política de Isabel. Intuitivamente sabe que ttxh vía no h a llegado su hora. El rey Enrique acuerda con sus adversario::: un encuentro para negociar, al que también es invirad.1 Isabel. El lu~J r del encuentro es Toros de Guisando, cerl·a de .-\\'ib . donde h.1st:.1 hoy se encuentran los famosos aninulc•s de gr,m1t0 que d.it-in de la época céltica-ibérica. Enrique vudw .1 deshc•rnLu ,1 :::u hij a Jua na la Beltrnneja, lt• nic'b:1 (u,1lquic•r d1:• re( hl1 .11 trnn0 de Castilla y en su lugar nombra ,l babc•I ~•ünw hc•rc·dc'f.1 .11 trnno. El Tratado de G uisandll prl..'s~-ribc• adt•nus que' b .1bd no Sc' puede casar sin c•I ~,o nsentitnil'lltl> tkl re'\'. .-\ c~1mbio. c'I rey 4;- ,.... °, .. ¡ cortes ratifique n el derecho al trono d d b errn1nr que as e e e p rocurarle altos ingresos . , . Isabel YPh . tá entre los partidos mas mteresa ntes de la Isabel a 01a es l · ea recomie nda a su alta no bl eza euroP . El rey de Ing aterra . . esposo y el rey de Francia, Lms XI, también hermano como b. Ad , . emas, el rey de tiene un her mano al que quiere casar 1en. Portugal aspira a la mano de Isabel. Por su~uesto , se trata de po, · t·erra v adquisición de poder y de nmguna manera de la i1t1ca, 1 , b persona de la princesa.¿ Le preocup a es~ a Isa e l ? No mucho. Ella busca para sí misma a un compan ero que le conveng a políticamente y no abriga ningún deseo románti co. Los consejeros de Isabel rechazan a todos los aspirant es y le propone n un enlace con Fernando de Aragón, el hijo del rey del país vecino. La idea le gusta y por lo visto también al príncipe , Castilla y Aragón podrían lograr muchas cosas juntos. Ni ella ni él piensan en unificar la penínsul a Ibérica bajo una sola corona. En aquella época "España" es sólo un concept o geográfi co, nada más. A favor de Fernando está que, al contrari o de todos los demás pretendientes, él es joven, incluso un año menor que Isabel, y además de bien parecido, también es valiente e inteligente. Por otra parte, el que acabe de ser nombra do rey de Sicili.a aumenta su valor. Sin embargo, el rey Enrique IV insiste en un casamie nto con el rey Alfonso de Portugal y amenaza con excluir a Isabel de la. sucesión al trono 51· . su con. se casa con otro h ombre sm sent1m1ento Pero como l . E . . . e propio nnque no ha cumplid o con e1Trata do de Gwsando h d'd l corres como se estipul , Y no a pe I o la aprobac ión de as . le ha pagado a su media hermana 1a suma acord dY tampoco de a d ª a, Isa be1se siente libre de procede r cuer o con sus propios intereses. La boda secreta de Isabel F tensión y ner·vi·o . Y ernando se negocia con mucha sismo y se co · . episodio romá ntico. nvierte en retrospe ctiva en un . Primerose esta blece en t 1 nia l con el título d "C . ota . secreto un contrato matrimo · 10 siguien te· d e , ap1 tulnciones de Cervera " y se estipu ¡a · espues de la b0 d a, Fernand o establec e s u resi· 48 dencia en Castilla y no puede dejar el país si n el permiso de Isa bel. Sin el consent imiento de ella, Fernand o no puede emprender una guerra ni concerta r una alianza. Ambos desean prosegu ir juntos la lucha contra los infieles. Fernand o no puede rega lar solo ninguna propieda d de la corona y ún icament e junto con su esposa puede nombra r a castellan os para ocupar altos puestos públicos . En cambio, Isabel puede hacerse cargo ella sola del juramen to de fidelidad de los Estados castellanos, así como conferir investid uras y títulos. Los decretos públicos deben ser firmado s por ambos cónyuge s. Femando tiene que proveer el sustento de la madre de Isabel en Arévalo. Femando accede a todo; todavía no sabe que su futura esposa no sólo cuenta con buenos consejer os, sino que también ella misma tiene una mente brillante . Cuando Isabel le escribe que debe acudir a Castilla tan rápido como sea posible, porque sólo la boda puede asegura r el futuro de ambos, él, como señal de su devoción, le envía un costoso collar adornad o con perlas, rubíes y diamant es. A principios de octubre de 1469 se pone en marcha, disfraza do de mozo de mula, para que no lo descubra n los espías de Enrique IV. Como en los cuentos de hadas, el príncipe debe sortear muchos peligros para consegu ir la mano de su princesa. ¿_,¡.Qué sienten Isabel y Fernand o cuando ya tarde en la noche se encuent ran por primera vez en Valladolid? ¿Alivio y regocijo rotundo s por la jugada lograda, pero también esperan za y fortuna? Seguram ente Femand o se da cuenta en .,;eguida de que Isabel no es ninguna belleza espectacular con su nariz respingona y su figura rolliza, pero sin duda es gracio.,;a y tambi~n virtuosa . Como Fernand o e Isabel son primo.,; en segundo gr.ido, necesita n una dispensa papal para ca:,;arse, que le.,; con.,;(gue el arzobisp o Carrillo. Sólo él sabe que e:, fabificad-1. l:a boda .,;.e lleva a cabo cuatro días después de la llegad;i de Femand o. e\ 18 de octubre de 1469. El St'creto llt'ga a 5U fin, los habitnnt es de Valladolid festejan toda una semana el afortuna do enL11.'.t'. rique se pone furioso cu.rndo St' entem de• l..1 dt•:,;obed ienci:1 de su herman astra. Ot• inmedia to vudvt' a nombra r heredera 4-l ~ ° . .. J·uega con la idea de eliminar a Isab I u hiJa Juana Y l . ., e al trono as . ' ndola. "!sabe se convut10 en una pi· , d la O asesina eencarce1an país arrastrada de un refugio a otr d za en su prop10 ' o, za e ca d ¡ s esbirros tenía que temer por su existencia es a causa e o . . . d d P,u. ,,2 I b l sigue luchando, ms1st1en o en sus erechos. fis1ca sa e d · · d . ta tranquilizarla y preten e consegmr una reFernan o mten , d' · , con Enrique, pero ella no esta 1spuesta a ello. ac10n de octubre de 1470, Isabel trae al mun,do a un~ niña, a la que le da su mismo nombre y le otorga el titulo ~e Infanta de Asturias y Aragón". La joven madre _no puede interponer una tregua. Tiene que seguir buscando ah~dos, ya q~e cada día más nobles apoyan al rey. Incluso el arzobispo Carnllo, amigo y consejero de muchos años, la ha abandonado. Entonces ocurre un cambio, el cardenal Pedro González de Mendoza toma partido por la joven pareja. Los Mendoza son la familia más poderosa e influyente de Castilla y, con ellos, cambian de bando muchos miembros de la baja nobleza y de la burguesía. Ha llegado el momento para una reconciliación. El 27 de diciembre de 1473, Isabel viaja a Segovia a la corte del rey. Enrique se sorprende por esta valerosa acción y se reconcilia con su media hermana. Fernando también llega unos días des~ués. Si~ embargo, la sucesión no queda clara. ¿Quién reinara des pues_ de Enrique IV, Isabel o Juana la Beltraneja? La sorpresiva muerte del rey a los 49 años en diciembre de 147 4 provoca una nueva situación. Parece asesinato, pero nunca se sabrá con exactitud. Isabel se encuentra precisamente en Segovia cuando se entera de la muerte de su medio h erman o. Fernando está A , I en ragon y, por tanto, decide so a 10 gue se h a de h acer Isabel ' d . . · actua segura de sí misma : man a dec1r una misa para el d'f . l 1 un:º Y asiste a ella junto con os habitantes d 1 . d se autoproclae a c1~ ad. Un dia después, la joven de 23 años ma rema de man . gún miembro d l l b era espectacular. No asiste nine a a ta no leza 01· . , , tampoco nmgun representante del alto l , c ero, so1o estan . 1 ¿ 1 a ciuda d y los h b· d presentes los conceJa es e a Jtantes e Segovia. · El tesorero de Castl•¡¡ a, ' !bid., p. 73. so Andrés Cabrera, esposo de su amiga Beatriz de Bobadilla, le entrega la co rona que ella misma se coloca en la cabeza. Se llama a sí misma "Isabel, reína de Castil la " y aclara que desea reconocer los derech os de la Iglesia, la nobleza y las ciudades. Esta manera de proceder es int répida. An tes, las cortes habrían considerado al posible sucesor y analizado la situación legal, que en este caso no es terminante. Pero Isabel les arrebata la iniciativa de las manos y las cortes están resentidas. También Fernando siente que lo hicieron a un lado. Cuando ella le informa de los acontecim ientos, no lo llama rey ni majestad; por consiguiente, no le adjudica una dignidad real castellana, sino que solamente lo califica de "esposo legítimo" . Sus enviados le cuentan que, durante la coronación en Segovia, Isabel manda traer ante sí las varas de la justicia. Furioso, Fernando grita: " ¿Cuándo se ha oído que u na mujer se adjudique un privilegio de rey ?" .3 Femando no puede dejar de protestar. De inmediato ordena un dictamen jurídico que certifique que el proceder de Isabel no está en consonancia con el contrato matrimonial. A él también le corresponde el gobierno de Castilla. " Pobre Femando, uno puede decir que después de cinco años de matrimonio todavía no conoces a tu esposa, tampoco tienes idea de sus pensamientos y sus aspiraciones",4 comenta de manera burlona el historiador Hans Leicht sobre la conducta del joven rey. Cuando ambos se encuentran en Segovia, se suscitan escenas violentas. Fernando amenaza con abandona rla y regresar a Aragón, donde las mujeres están excluidas de la sucesión a1 trono. Finalmente, acepta acudir a un consejo arbitral neutral conformado por el cardenal Mendoza y el arzobi:-po Carrillo. Ambos decla ran incuestionables los derecho:- de_y reina. Fernando se marcha furioso. Entonces 1:-abd ceQY.El 15 de enero de 1475 la pareja firma la llamada "Con(ordia de Segovi.a", en virtud de la cual [sabel qued,i como t'inica reina de Castilla, ' Eberhard Horst, Oit> Spn11 i,cl,., Trilugi<'. b11b,·II. /<1 f1t11111,1. lá,·,,i [La trilogía t>spañula. lsabd, Juana y Tt>r,· ,11], Oü;,t•l,lurf, Cbi,;t•n, 1939, p. 81. ., Lt' il·ht, ,1p. (Ít ., p. 'JS . 51 ...... y ,,, tos que suscriban en común, el nomb d . re 11 los documen pero e d . , •mero. Las monedas e Casti 11 a tienen qu d Fernan o ira pn d d I b e e f· . d ambos y el escudo e armas e sa el incluillevar Ia e ig1e e . . 'd· d , bl , de Aragón. Sobre cuest10nes JUn ICas y e política rae1 ason d , . . d b Juntos, por lo que mterna, e en decidir ambos cuan . o esten d . costumbre de publicar ecretos precisamente Isa beI adop ta la . b· sólo cuando Fernando no está en Casulla. En cam 10, le confía a su esposo la política exterior. Los adversarios de Isabel se organizan. Alfonso de Portugal ve )a oportunidad de apoderarse del país, al comprometerse con Juana la Beltraneja. Hace que la proclamen reina de Castilla e invade ese país al frente de un ejército de quince mil hombres. Numéricamente superior, la partida habría sido fácil, pero Alfonso evita el combate. De esta manera, Isabel y Fernando ganan tiempo, mientras Isabel, otra vez embarazada, recorre incansablemente el reino, pidiéndole apoyo a la gente. Pierde a su hijo, pero unos días después del aborto, ya está otra vez cabalgando. Finalmente, Fernando puede enviar hasta cuarenta mil hombres a la campaña en contra del rey portugués que, mientras tanto, se prepara para el combate. Fernando es un buen general, pero sus soldados, mal preparados, huyen después de la primera derrota y entonces Fernando tiene que negociar con Alfonso de Portugal. Acuerdan la rendición a Alfonso de las ciudades de Toro, Zamora y la provincia de Galicia, pero Isabel se rehúsa a firmar el convenio. "· Ni una sola 1 almena!", 5 debe de haber gritado. /bid., p. 103. Otra ve~, ambos bandos se preparan para la lucha. Los obispos ! e envian a Isabel cálices de oro, que ella manda fundir Y acunar en monedas para pagar a nuevos soldados. Al a nochecer, tras la batalla de Toro el 1 de marzo de 1476 yacen en el campo de batalla diez mil caídos. Nadie ha salido vencedor, pero entonces el r , . , . . ab d ey portugues mcurre en un error tacuco. an ona e1cam d b 11 la · . po e ata a Y así Fernando puede reclamar victoria para sí L , . . · e envia a Isabel el siguiente mensaje. 1 52 .. / "Alegraos de que Nuestro Señor os ha regalado Castilla esta noch e"." Para dar gracias, Isabel y Fernando prometen edifi- 1 car un convento, San Juan de los Reyes, en Toledo. El aura del triunfo surte un efecto de atracción . Muchos antiguos adversarios se cuentan ahora entre los adeptos de la pareja real, incluso el arzobispo Carrillo vuelve a cambiar de bando. Sin embargo, el dominio de Isabel y Femando todavía no está totalmente asegurado. Portugal se alía ahora con Francia en contra de Castilla y una vez más hay que defender las fronteras. Sólo con el Tratado de Alcá~ovas en 1479, Alfonso renuncia al trono de Castilla. Así queda resuelto el destino de Juana la Beltraneja, la rival de Isabel por el trono. Puede escoger entre ingresar en un convento o casarse con Juan, el hijo de Isabel, que nació un año antes en medio de los desórdenes de la guerra. La joven de 17 años está terriblemente desolada, aunque hace ya mucho que debe de saber que sólo es una pieza de ajedrez en el tablero de los intereses políticos. Con el corazón apesadumbrado, opta por la vida de monja, pero siempre se considerará la sucesora del trono de Castilla, incluso después de la muene de Isabel. Por fin la posición de Isabel y Fernando es hasta cieno punto segura y pueden empezar a gobernar Castilla. ¿Qué tienen en las manos? Un país arruinado. Enrique, su antecesor, se había comprado una autoridad aparente, concediendo a los nobl~ todos los privilegios imaginables y, de esta manera, la coron.1 fue perdiendo cada vez más sus derechos y sus ingresos. 1::-Jbt'I busca ahora recuperar lo que ilegítimamente fue .1 par.ir amanos de los nobles: castillos, tierras y pri\ilegios. La rein.1 quiere poder real absoluto. Isabel sabe que pJ.r:i eso neú:'sir:1 otros aliados distintos a los poco confiables noblt'S y .1put'Srn púr b burguesía y las ciudadt·s. En d alcázJ.r de l\Lidrid o ,m Se,·ilb, todos los viernes mantiene una especie de ,mdiefü-i.J públic.1 para los habitantes. Los cronistas la describen ,1::í: ~ Lü:: pübres •· Joseph Pc; l\'Z, fr r,li11,111d 1111,I 1,;,,/1,·/111. ~,,,111im,; 1-.. ,1tl1,1 /1, .-l1,· r-.,,,,;_,.- [Fanando t' lsabd. Rc•y<•,; ,M,ilk,1,; el<• bp.11i.1l, ~l u111,·h P1t,lt·n, h;. l'l':15. p. 9 l. s:; ;/ . tra los nobles y contra los señore f ueps con s eu. resenta ban q . . "7 P y jusuoa · , dales y reCI ian nteme nte por su pais para lograr sus · J·a consta ., Isa be1y¡a . r la fuerza ateno on y auton.dad. Au Pro. , . ' obuene po b d l n en pasitos )_ d I histori adores se asom ran e a capacid d la actuahda ' os tarde la joven mujer . Los señor es feuda t ·a hacerse respe , . d es, pai b d qma, son cita os y desp _ costum ra os a ignorar a la monar . a ªchados p01. ll Si alguien se mega en su con e a. 1 a presen . tarse d . menaza con impon er e castig os e graves cansee, 1 la rema oa . · . descuenC1a h sta que transige. Cuand o unos cuant os meses s, a d . l . , d la batalla de Toro la ciudad e Segov ia e mega la enpues e . . , I b l trada y pone condiciones para su a d n~isio n, sa e responde así: "Decid a los caballeros y a los habita ntes de Segov ia que yo soy ]a reina de Castilla, que ~s~~ ciudad me perten ece,7 no pueden ponerme ninguna condic1on para entrar en ella .8 Se cuentan muchas historias parecid as; en todas, Isabel aparece como una soberana fuerte y valero sa. De esta manera, Isabel transf orma el Estado feudal medieval de Castilla en un Estado burocr ático real. La princi pal autoridad con la que gobiernan los reyes es el Conse jo Real, nombrado así por ellos mismos. A él perten ecen tres caballeros, además de ocho letrados y un arzobi spo. La noblez a y el clero no estaban excluidos de partici par en las sesion es, pero sólo tenían voto consultivo y ningú n poder de decisi ón. Cuando el poderoso arzobispo Carrill o le pide indulg encia a la reina P_or su deserción, ella se la concede sólo despu és de algunos titubeos . También se acabó su época de señor feudal libre. y~¿ · ·'P c11 ., 1 p. ). 11 . ~ ¡tes de la época del reinado de Isabel el cronis ta Herna ndo del u gar narra· "E st · . da · n e e remo impera ron' costum bres tan d eprava_ ~epbugn adntes que cada quien vivió según su libre albedrío u O na 1e que 10 st · ban a\ . ca igara .. . no sólo en el campo asa lta. ª gente, sino qu . d dí con tranquilidad. To e en .1as c1~ ades tampo co se po a viv1r " 9 - L dos tuvieron liberta d ilimita da para pecar · L ~IC nt lb1d. , p 117 ' /bid .. p. 123· 54 .J ✓ Jsabel y Fernan do crean nueva mente en 1476 la Santa Hermanda d, una policía que ya existía en épocas anterio res. Se trata de una especie de milicia civil que era establecida y pagada por la propia comun idad del pueblo o de la ci udad. Se castiga todo lo que pertur be el orden público en un ámbito de cinco leguas a la redond a: desde lesiones físicas y atracos hasta ·destru cción de cosechas o incend ios preme ditados. Los casri- gas son sumam ente duros: por delitos menores, se corta un pie; los ladron es son colgad os de inmed iato en el árbol más próxim o. En realida d, la tortur a no está permit ida, pero a menudo es utiliza da. La intimi dación funciona: Entonc es todos vivían con tal miedo por el castigo que nadie más osó alzar la mano contra su prójimo . Los caminos quedar on libres de bandas de saltead ores, al igual que las fortalezas, verdade ras guaridas del crimen y la ilegalidad. El pueblo entero pudo por fin dedicar se otra vez a trabaja r en paz y seguridad. 10 De lo siguie nte que se ocupa la reina es de las finanz as de su país. Isabel deja perple jos a los nobles cuando les aclara que los servici os al sobera no son, a partir de ese instan te, un deber de honor y ya no serán pagados. En la figura del carden al Mendoza encue ntra a un compa ñero intelig ente para conseg uir sus fines y por sí mismo el carden al renunc ia, según lo estipu lado en las reform as, al cuaren ta por ciento de los ingres os que había recibid o hasta entonc es y le alegra poder vaciar la bolsa de sus colegas. En 1480, la Junta de las cortes decide suprim ir los pagos ilegíti mos a la noblez a. Se cierran las casas de mon~ da, más de cien señore s feudal es pierde n el derech o de acuña r moned a y alguno s nobles pierde n hasta ochen ta por ciento de sus ingres os. Surge n protes tas que Mendo za intt>rpreta 1..-omo oposic ión al Estado y a la monar quía, y por ello amen. ua mn los peores castigo s. Se ahorra n treinta millon 6 dé' m.ir-,1,·edíes Y, no obstan te, se -decret an nuevo s imput>stos.. Falta mucho todaví a parn qttt' la noblt:'za n1:-tdLrn,1 :-e t' mpo'" ld1n 11. 55 / . su influencia sigue siendo grande S . tal motivo, d , d d . obrezca; poi . b os de las gran es or enes e caballe , )os 1111em r , d . na bre to dO d las últimas deca as inmensas riqueza ula o en d 1 d sy han acum . Estado dentro e Esta o. También a est . os stJ·t l)'en casi un con t t Isabel a la corona. Designa a su esposo Fe . os los smne e . 1 rgi up estre de la Orden de Santiago, a orden de canando gran ma . ballería más distinguida . eorno rem· a, Isabel es dueña de un tercio del reino, el resto depende de los señores feudales, que a su vez dependen de ella. Pero eso no le basta, quiere ejercer un control más fuerte también en el ámbito~la judicatu_ra. Para ello, manda revisar las prisiones; los reos pobres tienen ahora un defensor. Bajo su reinado, se redacta un código ynificado que es válido en todas las provincias. El primer .libro es las Ordenanzas Reales de Castilla, que se imprime en suelo español. Para este proyecto, Isabel encuentra apoyo en jóvenes juristas que acaban de salir de la universidad y recopilan todas las fuentes de largos. 11 la administración de justicia. En realidad, con las Ordenanzas, los procesos judiciales no se hicieron más cortos sino más Isabel, de la misma manera que Fernando, tiene al clero en la mira: "Ni siquiera llevan una tonsura, sus cabellos les lle12 gan al cuello", se queja la reina acerca de los "falsos monjes"· Muchos obispos y abades se sientan diariamente a la mesa b·ien servi·da de su convento, mientras el pueblo sufre de hambre. La mayoría de los clérigos no siente remordimientos ni pena por la salvación de la comunidad que les ha sido confiada. Pero antes de que Isabel pueda hacer valer su autoridad, debe teglar sus diferencias con el papa Sixto IV en Roma. En 14?S ª ca pare¡a real. caste11 ana ya h ab'ia enviado un ministro a l Vau·no an unciando · ¡ e podr'1 que, sin a autorización de los reyes, no 5 ª ocupa r ning , ¡ ·1¡ E to con1 rad· 1 . un ª to cargo eclesiástico en Cast1 a. 5 Ice e anti d h s· guo erec o de la Iglesia, además de que ix Pi-rt1, op. ci " lb1d., p. ] 6f! t., pp. BOss. 56 __J ~ to IV ejerce un intenso nepotismo. Sin embargo, los reyes de Castilla se salen con la suya. La _r:forrna del clero tiene lugar en diferen tes etapas y proseguira durante todo el remado de Isabel. Es m uy importante la exigencia que se les hace a todos los eclesiásticos en la cual deben servir primero a la corona antes que a Roma. De este modo nace la singular simbiosis entre el Estado y la Iglesia que es típica de la historia de España. Joseph Pérez, uno de los historiadores que mejor conocen a Isabel, señala que muchas de sus innovaciones ya habían sido planteadas y concebidas por sus antecesores, razón por la cual la realización de las reformas se da durante su reinado. A partir de ese momento, la política la hacen los reyes, ya no los nobles ni el clero. La época del reinado de los Reyes Catóncos se considera a menudo como la piedra angular del Estado unitario español. Esto no es del todo falso, aunque ni Isabel ni Fernando han pensado en lo "español". No han unido sus res-pectivos reinos de Castilla y Aragón, sino que cada uno reina por separado. Los historiadores no se ponen de acuerdo sobre qué tan importante es la participación de Femando en la reesrrucruración del Estado de Castilla. ¿ Fernando tomó parte en todas las decisiones de Isabel? ¿Por qué emite Isabel tantos decretos precisamente cuando Fernando está fuera del país? ¿No siempre estuvo el rey en segunda fila? Es indiscutible que Isabel dispuso y controló cuidadosamente con pleno conocimiento de causa cada paso para la transformación de Castilla. Los logros de su reinado fueron la autoridad real, la prosperidad económic-.:1 y la seguridad j urídica. Isabel de Castilla podría ser con:;iderada como la figura ideal de una soberana inteligente y e6.cienre, si st/ ombre no estuviera también vin(ulado J la lnqu.i::;ición. Úa Inquisición es uno de los capítulos mis oscurn::; de la historia de la Edad Media; arroj a um-1 somb ra sobre t0<.bs las personas que fueron r1:•sponsables y tll!nbién sobre lsabel. Hace mucho que quedaron atnis los nños de tokmnci,1 en los que convivieron libremente tr1:•s rdigiont's ,rn la p1:•nínsub Ibérica 57 }157)' se llamó Emperador de las 'l' VII (11 25 d 1 Hes en el transcurso e as persecuc· YA]fonso . Ya en 1391' . d , d Iones Religiones. •11a son asesina as mas e cuatro n ·¡ 1 1 Per d,1 s en 5ev1 ' de los ju ~d tas persecuciones muchos judíos se conv· Oeb1 o a es d 11 ,l 1 Irsonas. . . . n pero algunos e e os so o o hicieron . al cnsuams 10, . . . d , en t1ero.n . en secreto sigmeron v1v1en o segun sus co _ pues . d f . 1 d . s Panencia, arumores. ' Las consecuencias e. esto . . ue1 onb . as enuncias de . . d confiados y supe1st1C10sos sod'1e conversos soscnst1anos es d \ peehosos. Cua. ndo . se trataba de conversos a mera os, también influía la envidia. En 1478, Isabel y Fernando le piden al papa Sixto IV que convo~e un tribunal para que interrogue a los falsos conversos}1inquisición" significa literalmente "averiguación" y, desde el siglo xu, era un recurso de la Iglesia para defenderse de sus nuevos enemigos, los herejes. El papa emite la anhelada bula, pero después los reyes esperan dos años antes de proceder.¿ Por qué titubean? ¿Porqué Isabel no instala de inmediato el ya planeado tribunal de la Inquisición, sino que le encarga al cardenal Mendoza que organice un catecismo para los recién bautizados? ¿Influye que ambos reyes en su fuero interno no sean propiamente antisemitas? Por parte de su madre, el propio Fernando es de origen judío, corno casi toda la nobleza aragonesa. Los amigos y consejeros más cercanos de la pareja pertenecen a los conversos; por ejemplo, el confesor de Isabel: Hernando de Tala vera, el esposo de su amiga Beatriz Y tambien tres secretarios reales, uno de ellos Hernando del Pu_lgadr, el cronista de su reinado. El arzobispo Carrillo tamb ien esciende d f ·¡· d I el cardena] Jua d eT una ami 1a e conversos' al igua , que d cuyo sobrino Tomás mas tar e . ~ e e ]orquemada, se convert1ra . La 1 . .. _n e pnmer gran inquisidor del reino. nqu1s1c1 on e 1 , · bos reinos E s ª umca autoridad competente para am · ntra en f · ·11 y conc\u . unciones en septiembre de 1480 en Sevi ª. ye, por Pnrne b I citan a \05 ra vez, en 1834. los nuevos tri una es conversos h .d dos que an s1 o denunciados y los acusa 58 ª' 1º en nos y murió en ]] 57. ' IN ' 1:. 1Esto~añ 5 to '' corresp d 1 · nieny rnuc:ne Alfuns,, Vil n on. . en a os de su reinado, no a los de su nacll ~ . , r~ ~- ~ no se enteran de quién los ha acusado y tampoco de qué se les acusa exactamente. Muy pronto no sólo los judíos caen en las manos de la Inquisición, sino también todos los demás que sean sospechosos de haberse desviado del cristianismo. Más de cuatro mil familias huyen en desbandada de la ciudad y de la provincia de Sevilla, otros planean un levantamiento, pero son delatados y oportunamente castigados. Las primeras hogueras arden el 6 de febrero de 1481. El horrible espectáculo de la promulgación pública de la sentencia, llamado auto de fe, por desgracia se vuelve famoso. Mediante el auto de fe, se sacaba de la prisión a los convictos, provistos con un capirote de penitente y vestidos con una túnica amarilla. En largas procesiones, la gente se dirigía por la noche a una plaza iluminada con antorchas. A veces sentenciaban al mismo tiempo a cientos de personas, muchas de ellas a muerte. Pulgar narra que entre 1480 y 1490 fueron llevadas a la hoguera cerca de dos mil personas y quince mil de los llamados " reconciliados" recibieron otros castigos. En total, la Inquisición española le costó la vida a unas veinticinco mil personas. ¿Suavizan estos datos la nota del historiador Henry Karnen en la que señaJa que en Alemania la cifra de brujas ejecutadas es cuatro veces mayor? la observación de que la Inquisición privó a Castilla de sus elites intelectuales y económicas no es nueva. El cronista Pulgar escribe que la reina ha preferido ~i~ los im.pue:;to:3 ~ fugitivos _ e n Jugarj.e df_s.e.n.te.o.derse de la pureza de su país. El cronista se pronuncia claramente en contra de la pena Je muerte. También otros integrantes de la corte reaJ critican a la Inquisición, así lo hacen el cardenal Mendoza y Hemando de Talavera o el gran jurista Alonso Díaz de Montalvo, que recuerda que María, la madre de Jesús, era judía. Muchos añO::' después, Ignacio de Loyola, fundador de la orden de los jesuitas, califica como capricho el rnlto a Id pureza de ls<lhd y 5e niega a denunciar a los converso5. La limpieza de sangre seni la idea fija de ls:1bc'l y 5us inquisidores. Por otra parte, el papa lt' hn pedido ,1\ tribunal que proceda con clemencia y h,1 ronderrndo ent'r~k,1menr: l.1:e denunóas malintencionadas y la extorsión de bs ~'Onk:eiones. S<J I / 60 s: i bel nombra gran inquisido r ello, en 148 . , a su A pesar de , d Torquemada, cuyo nom b re es sinonim d d o. , e confesor, Tomas e rte Este hom b re d 63 e anos, e extrae . ra y mue . l c1on terror, toi tu • , un perseguidor brutal y hen e . transcurs o de qu tnce judia, es erte a más de oc o m11personas . Torquen-. ndena a mu d '"ª· anos co bienes de los con ena d os sean confiscad os d di,pone que 1o5 . , ª · h" nietos no puedan ocupar mngun cargo públicoy que sus iJOS y l d -¿· . . . as e me 1co, Junsta arren Se les pro111'ben profesiones como • h , ' datario tributario, tenedor de libros y mue as m_as. L~s reyes diez millones de ducados de oro del patnmom o de los recaudan , l , d 'd condenados, pero, a largo plazo, pesa mas a p~~ 1 a de los imuestos de esas mismas personas y de los fug1t1vos. p En 1483, dos años después de la introducc ión de la Inqajsiáón, los reyes inician la llamada reconqui sta, la recuperación del territorio que se encuentra en manos " moras ". Por los habitantes del reino de Mauritani a, en esa época se llama "moros" a todos Jos..pueblos bereberes del norte de África. Una breve mirada retrospectiva: seteciento s setenta años antes, el líder berebere Tariq ibn Ziyad había cruzado al frente de un ejército el estrecho de Gibraltar con el propósito de someter a \a península Ibérica. Salvo pequeños territorio s de difícil acces_o en e\ norte de Asturias, los moros conquista ron toda Espana; su reino, sin embargo, pronto se dividió en diversos califatos islámicos. Por muchos años las religiones convivieron libremente, los conquistadores mezclaro n con los vencidos, cultivaron la t' . . , d ierra Y traJeron consigo una cultura mas avanza a, pues durante largo tiempo el mundo árabe islámico tuvo una gran venr . b . . . ªJª so re Occidente en el área de las ciencias. eon e1tiempo 1 · · la , ' peninsula Ibéri hosstcnst1anos reconquis tan parte por parte b 1 Fe d , época del reinado de Isa e Y rnan o solo ca a a que, en la . · t de e d, se encuentra baJo el dominio moro el Em!fa 0 rana a un te · · un ter · .' . rntono tan grande como S uiza . Se t rata de ntono neo e b 1 · del trabajo d \ n su sue o y bien irrigado la industna e os metal fl , )os puenos de M'\ es orece, al igual que el ' comercJO en los combates a ag\a y Almería. Cuando en 1482 se produc_en n d en as fro · v1een e inmed· nteras del Emirato los re yes mter iato. En ' tonces también ven la opo rtun 1·d ªd de ~ -1-ze 2 A-..~ ..J ."'"( expulsar a los últim~s " infieles" de la penín sula. La propia Isabel se pone en camin o hacia el sur y llega a Córdoba muy avanzada e n su embarazo. Ahí dará a luz a una niña a fi nales de jun io. Ma ría es la tercera hija de la pareja, después de Isabel y Juana, que nació en 1479. -~ ./ En los siguiente s años, el ejército de los reyes se ve obligado a sufrir grandes derrotas en la lucha contra los moros y pierde a muchos de sus caballeros más valientes. En 1484, BoabcW, el príncipe de los moros, cae prisionero, pero queda libre mediante el pago de un rescate y se convierte en señor feudal de los reyes castellano s, Como consecuencia, estalla una luch a entre Boabdil y su padre, y el Emirato de Granada se divide. Mientras tanto, los reyes católicos reclutan soldados de todos los países europeos, incluso de Polonia e Irlanda, y en los últimos años de la reconquis ta pueden disponer de un ejército de sesenta mil hombres. Isabel está obsesionada con la idea de liberar al país de los moros, a Fernando, por el contrario, le gustaría suspende r la campaña militar para dedicarse a las exigencias aragonesas en Francia. Isabel le niega cualquier ayuda militar y asume sola el mando en Andaluáa . Pulgar escribe que Fernando finalment e se ha mostrado dispuesto " a escuchar buenos consejos, particular mente de la reina, pues él conoce su gran sagacidad " . 13 Para poder continuar con la guerra, nada le parece demasiado costoso a Isabel. Empeña sus joyas y los objetos de valor del tesoro real, incluso la corona de Castilla, que siempre lleva consigo. También el costoso collar que Fernando le regaló para su boda va a dar a un presta.mise-a. Isabel acepta que los comercian tes y cambistas j udíos le den mucho dinero, y más tarde les paga mal. La guerra se prolonga m ucho y los soldado:; están agotad()$. En el primer hospital de la historia, que lsabel mmda ir:smlar, doce mil he ridos pueden ser atendidos por m~cos y entermeras en seis grandes tiendas de campaña. Hl,y cama:;, instrumc>ntal para operacion es quirúrgirns, mc>dic.inas y matc>rial de wn'' Hur~ t, ,1¡1. ,·it., p. 12 1. 61 / ) --- , tinuam ente detrá s del frent e, se de ·a ver 1 . bel esta con da,1e. 1sa , u corcel blanco, con una co f·ta de piel en la por d e: parte~ en s . d l to ª· ta de malla en el peeho de bªJº e a capa blancabeza y una co ca. El cronista narra: . ci•a, dº la reina ·~e inició la guerra contra los moro s y asi' si-. A 1n,tan ~ ' guió durante mucho tiempo hasta ~ue todo el país de Grana da fue conqui stado. Podemos dar fe ante Dios de que algun os grand es señores y comandantes, que conocemos bien, ya estaba n cansad os y habían perdido la esperanza de una conquista absoluta. Gracia s a la gran tenacidad de esta reina, gracias al esfuerzo y al cuidad o que continuamente puso en la preparación de todas las cosas necesa rias para la conducción de la guerra y gracias al énfasis que le dio a esta empresa, se pudo llevar a cabo la conquista. 14 j Un día, al ver los muro s de Gran ada, la reina jura que no se cambiará las enagu as hasta que esa ciuda d sea conqu istada . Desde ese día pasan años para alcan zar la victo ria y así su1 enaguas adquieren con el tiemp o un tono amar illent o. Hasta el día de hoy ese color se llama en Españ a "colo r isabe lino" . Cuando la ciudad de Rond a es toma da, Isabe l libera perso nalmente a los cristianos de sus caden as de hierr o y las mand a colocar como recordatorio en la pared exter ior de la iglesi a de San Juan de los Reyes en Toledo. Todav ía hoy están colga das allí. En el cálido verano de 1487, despu és de un largo sitio, los moros nnden la ciudad de Málag a. La sed y la enfer meda d resultaron fatales para much as perso nas. El otror a grand eY orgulloso ern 1· , rato de G rana d a esta, derro tado, pero 1a guerra todav1a dura cinco años más. 62 ~ ºos cas tellano s llama n al año de 1492 annu s mirab 5 ilis, año de m1 1agros E · ¡ l · _ so f¡ 1 · n pnme na , porque ) , ¡ ·r ugar, la recon quist a llega a su g ono Todav ía h e u timo rey de Gran ada se da por venci·do· ha mbra I oy, ª todos los que visita n el palac io moro de la Ales cuentan h· . d , mistona s e Boab dil, que prefe na cante • luid. p. 110 ~ c ....:.;;..-...,;;,,;¡4!'!' tr·~ ~~ - -- ..J ("'( j , l l piar el juego de las aguas en el Patio de los Leone s a lanza rse al comb ate. El 2 de enero de 1492, los reyes de Casti lla y Aragón cabal gan hacia los muro s de Gran ada. La magn ífica entra . da triun fal está repre senta da en nume rosas pintu ras, en la 1 parte super !or apare,ce Ferna ndo en su co rcel de batall a, totalj! ment e vestid o de purp ura real, a su lado se encue ntra Isabe l · con una capa borda da en or~ y pl_a ta mont ada en _su seme nta~ árabe de color b!.filico. La rema tiene ahora 40 anos y se en- --.._, cuent ra en el apoge o de su poder . Pulga r la ctescr ibe así: " De r:· ../ / . estatu ra medi ana, apari encia agrad able y figura bien propo r- ;- , / ciona_d a, blan,c~ y rubia , los ojos de un color entr e gris y_ azul; _l: de mirad a placid a y franc a en un rostro de rasgo s arma mos~ herm oso y seren o a la vez; mode rada en su condu cta y en sus movi mien tos" .1 5 En el séqui to de los padre s se encu entra n Juan, el hered ero al trono de 14 años, al que llama n don juan, y las hijas Isabe l y Juana . Detrá s se puede ver al carde nal Mendoza y a much os altos noble s castel lanos; h ay brilla ntes banderas y estan darte s por todas parte s y la enorm e cruz de oro, símbo lo de la recon quist a. Boab dil sale al encue ntro de los vence dores. Le entre ga a Fernando las llaves de la ciuda d e inten ta besarle la mano , pero sólo alcan za un extre mo del brazo , porqu e el rey, indig nado, lo retira . Ferna ndo le pasa las llaves a Isabel, quien las coloca en mano s del conde de Tendi lla, el nuevo lugar tenien te de Gran ada. Boabd se il retira abafi.do en su cabal lo, quizá tambi én alivia do, porqu e lo han dejad o con vida. En el prime r cerro, vuelv e la v;sra atrás y lanza una últim a mirad a a su herm osa ciuda d y a la .--\lhambra. Ese lugar se llama desde enton ces El Suspi ro del M om. En el mund o árabe, hoy día much os no recon ocen lc1 Recon quist a como tal, sino como conqu i5t3, ya que los cristi anos conq uista ron tamb ién territ orios no habit ados por cristi ,mos o ciuda des no funda das po r musu lman es. Los reyes había n garan tizado libc'rt :1d rdigi osa .1 los h:1bit-,mtes de Gran ada, pero apt'na s niatr o dí.\S dc'spu~s dc- b rendi ción de '' ll•ide111. b:; . •nci com o iglesia . . u1ta pn pal se con sag ra d. _ cnst . dad, la 01ez la c1u • d 11 qconve rsiones forz osas y iez ano s des pu, 1a. Se pro uce, es, 1 na. . _ solo pueden opta r ent re emi gra r o conve . 0 s d. rt1rse n1usul01ane: \es llega su turn o ante s. 1 nm e lata men te de . A \os jud105 . t de Gra nad a, en mar zo de 149 2, los r sI , 1ués de a conqu1sd a expulsion . eyes pre par a d o por e l mqu ! isid o d 1 . d' d firn1an e1decreto e , d T rque mad a . To os os JU ios ebe n abar dgeT e o 1 d nera1 Oma~ . · A agón en n oun p azo e cua tro mes (astil1a y r . l .d es si no nar . d ·an bautizar corno cristianos. Se imp one a 1 ea de que t se . eJ__ d ¡ Reconquista, los rey es ya no , nec esit an a los Jras ·u e,1tina1 e ª d 1 · díos como prestamistas. Gra n par te d e pat nm om·o de l .. os . d.' qued a en el país . No se pue e sac ar m oro ni plata JU 10s se . d d f . sólo se deben vender las prop ie , a es ~ tran s enr el dinero al extranJ•ero con ayuda de letr as . ban. cari as. . . En los libros antiguos de h1s tona se dice que doscient as mil ersonas tuvieron que emigrar, nue vas inve stig acio P treinta rrul· a cmc · uenta m i1 pers ona 16 L . dí nes hablan de s. os JU os no saben dónde encontrar un nuevo hogar. Anc iano s y enfe rmo s, al igual que muchos niños, se quedan tira dos a la oril la del camino, porque no pueden llevar a cabo la pen osa trav esía por el caluroso altiplano castellano. Aquellos que log ran cru zar la frontera están físicamente agotados. "Los pod rían hab er tom ado por fantasmas, estaban tan delgados, se veía n tan cad avé rico s y con sus ojos hundidos sólo podían dist ingu irse de los mu erto s porque se movían."17 Miles se fuer on a Por tug al, de don de también fuero n expulsados más ade lant e por la hija de Isab el. Otro s cruzaro n el mar rumbo a Nápoles y ahí los hici ero n responsables del brote de peste . Sólo en Gre cia y Asi a Me nor los judíos encontraron una acogida favorable. Cin cue nta mil judí os perma~:0.e r~n en ~astilla y eligieron el bau tizo , con lo que se profun~\ a~n mas el abismo entr e anti guo s cris tian os y conversos. ano con el dudoso nom bre de ann us mír abíl ís aún no ha . ' op. CJ I·, p. 240. 64 p na ha 5ta la actualidad}, Stut tgar t, ,, Wahher L. Bern k . s Von derfri.i hen N _ec er Y Horst Piet schm ann Gesch ichte Spanien ·Ed d t Moderna terneuze1 . '. - D de la ª ra bis zur Gegen wart [His toria de Espana. es 7, W. Kohlharnrner, 199 p. 62. ' Leicht - ::=::,,-,- term inad o. C ristó bal Colón esp era desd e hace cinco año s que la reina financie su plan eada expedición haci a las lndi as. Por el mom ento Isabel no está nada entu sias mad a con las ideas de Colón; los plan es del gen ové s, cuy o pasa do es algo turb io, le parecen dem asia do aud aces y riesgos os. No sólo quie re dem ostrar que la Tie rra es redo nda , tam bién hace peti ciones desm edidas: los reye s deb en fina ncia r su emp resa , nom brar lo Alm iran te del Océ ano , otor garl e el títu lo de virr ey de todas las tier ras que desc ubra y ade más quie re con serv ar para sí la décima part e de toda s las riqu eza s que enc uen tre. Una com isió n exa minadora establecida por Isabel dijo que los planes de Colón eran "fatuos, irre aliz able s y basa dos en razo nes end eble s" .18 Por seg und a vez Col ón se pon e en cam ino rum bo a Francia, ante s de que vay an a bus carl o pa;,e f nue vas negociacion es y, fina lme nte, lleg an a un acu erd ~nt e todo , dos son los aspectos que con ven cen a Isabel: en prim er lugar, Cal ón le pro.mete nue vos súb dito s y, en seg und o, gran des riquezas. De esta manera, fina lme nte se decide por la exp edición, en con tra del deseo de su espo so. Tod as las condicione s de Col ón se sati sfac en. ~~ de ago sto de 149 2, los nav íos San ta Mar ia, La Pin ta y La Niñ a zarp an del pue rto de Pal o~~ la Fronter a para enc ont rar la vía mar ítim a hac ia las Ind iaM l 12 de octu bre de 1-!9 2 arri ba a la isla cari beñ a de Gua nah ani y la llama San Salv ado r. Los nati vos -in dio s par a los espa ñole s, pue s los creí an- ñaó itan tes de las Ind ias - salu dan entu sias mad os a los extranje ros, pero la aleg ría dur ó poc o. La con quis ta y exp lotación del con tine nte ame rica no por par te de los espa ñole s y más tard e tam bién por los por tug ues es, fue ron crue les y las con secu encias del colonial ism o se pue den perc ibir en la actu alid ad. l./ .K:u and o Col ón regr esa de Am éric a es recibido con gr-.mdes hono: es en Bar celo na. Le trae a la rein a loro s, ,l\'es y pbnt-.is exoticas, pep itas de oro y orn ame ntos de oro prir nor os.i men te e~aborad os. Tam bién ,.:ont emp lan con curiosid;,d a st'is indi os vivos sem ides nudos. La rein a est.i con tent a, pero cu,m do se en'' l lur~t , ''1'· l'it. , p. L\'l. b5 . . 1 cer esclavos a sus nuevos . súbditos 1, qwe1e rn on "Antes b·en ordeno. que sean 61en y J·usta-' te1a. de · que Co , ·a· 1 , . . . n1onta en cole1 d _ 5. 1. rec1·1Jen una mJUStICia, , que se 1 les ayude" ·19 mente trata 0 ~- , retórica?¿ Cuanto rea mente le int 1 0 mas que e¿Es esto a g de estos hombres? En su testament , I b I la suerte d b· o reso a sa e d los indios sean trata os 1en y de Ina. la orden e que I E repite b I quiere tener ese avos en spana, pero no .u ·ta Isa e no 1 ., d 1 nera J ~ d.. d ntra la brutal exp otac1on e continente toma me I as co d 1 ,d .. . So,1o 1os representantes e as or americano. . . enes d m1s1oneras d ' corno e1famaso Bartolomé de .las Casas, cnt1can 1 . hes e 1512 el _ e se1 l dumano. enorme desPrecio de los colonizadores por Hay conflictos entre Portugal y ~~pana por os erecho.s de dominio en América del SJ-f"· Despoticamente, el .PªPª Al~Jand 0 y¡ divide el mundoL,en el tratado de Tordes1llas en Junio d: 1494 traza una línea imaginaria del Polo Norte al PoloSui;~que pasa aproximadamente a 1770 kilómetros al oeste de la isla de Cabo Verde. Todo lo que se encuentre al oeste de esa línea debe estar a las órdenes de España y todo lo que se encuentre al este de dicha línea, a las de Portugal. Sólo porque la línea corta una sinuosidad de América del Sur, Portugal obtiene _µ n territorio en el continente: lo que hoy es Brasil. [)La época brillante de Colón llega pronto a su fin. Ya durante su segundo viaje cae en manos de la crítica, pues como gobernador de las cojefnias su comportamiento es brutal, mentiroso Ycodicioso.Dé su tercer viaje lo llevan encadenado de regreso. Amargado Yabandonado, muere en 1506 en Valladolid. En la actualidad casi nadie puede seguir considerándolo un héroe. ° Una fortaleza de 1 · 1 · · A menudo tienen ·a pareJa · direa. es actuar y negociar Juntos. , opmiones stmtas y, cuando es así, la mayona d I as veces lsab 1 1 1 d e . e se sade con su consent1mienro 1 a suya. Así que se niega a ar h ·1 . . cuan . e rey quiere nombrar arzobispo a suIJO I eg1tt1no Alfo . . risco )imenez · de enso e impone a su prop10 candidato,. Fran 1 s no busca · nero s, su confesor desde 1492. Cisneros 111 autoridad 111· ] A' g oria, pero no puede rehusarse. si ,, /bid., p. 148. 66 ~ )l..v que se mantiene ascético y _humilde hasta que un día el papa tiene que ordenarle que se vista conforme a su rango. Cisneros es un fanático que quiere convertir a todos los moros y, cuando eso no funciona, son expulsados en 1502 bajo su dirección. Éste es el poco honroso final de la libertad religiosa que Isabel había garantizado en la toma de Granada. Según el historiador Walter L. Bernecker, "la intolerancia religiosa se convirtió en doctrina de Estado". 20 En 1496, el papa Alejandro VI le otorga a la pareja real el título honorífico de Reyes Católicos. Los reyes no tienen aún una residencia fija -sólo más tarde el Escorial en Madrid tendrá esa función-, así que toda la familia real se muda constantemente. Las cuatro hijas --en 1485 nació Catalina-y el hijo tienen que compartir la fatigosa vida de viajes de sus padres y acostumbrarse a los diversos campamentos y alcázares. Isabel tampoco se pemúte ningún momento de reposo, pero su robusta salud se lo permite incluso después de los partos. Durante todo su trabajo en la guerra y en el gobierno, Isabel no deja de vigilar la educación de sus hijos. En su séquito se encuentran varios profesores e instructores bien formados que, junto con las nociones básicas, les proporcionan a los niños conocimientos de música, literatura \ .., y artes plástic_a,s. . . . \ ,· Isabel tamb1en crea conscientemente la h1stona del ane-de su · país. El estilo arquitectónico de su época es el gótico, donde lainfluencia del arte árabe, en particular el estilo mudéjar de los/ moros, produce simultáneamente una rica ornamentación que desemboca en el llamado estilo plateresco, que se puede admirar en la fachada de la Universidad de Salamanca o en numerosas catedrales. Isabel permite que vengan artisus y arquitectos de Borgoña, Flandes e ltalia, qy,rénes deben variar el estilo plateresco. Se llama "isabelino/"al t'Stilo de los suntuosos edificios del gótico tardío que surgieron durante su reinado. Típicos de este estilo son lo:,; portales con tiligr-am labrada '" Waltl'r L. B,~rnt'l-kt·r, Sp,111i,t"hc G,·,,·/1 ichtt'. \ ·,111 l.'i. /,1/irl11m,icrt : 11r h.1,r,1 l.i ,Ktu.1lid.1d], Munich, C. H. fü•,k, l'l•N , p. 17. C ,?' IIW/l rt [Histuria dt• b pai'"i.l. Dt•sd,• t'l , i~h, '\\ t:,7 ::c~:) elementos góticos con formas d de se mezc1an e iedra, don · en P . renacentista. la arqu1teltura .n creciendo, Isabel arregla ventaJ·oso 10 s nmos va d l s Conforme. ¡¡ El punto culminante .e a ambición . os para e os. . matru110111 doble unión entre Castilla y la casa impenal de los paterna es laE to de 1496 tiene lugar la suntuosa boda de Hab,burgo. n agos M . d · h" heredero al trono, con arganta e Austria don Juan, su !JO y .. O d' f . ' .. d ¡ dor Maxim1hano l. urante ias se esteJa en la h11a e empera 1· l ' d·d . b ¡ quiere que todo se rea JCe tan esp en 1 a y lujoBurgos, 1sa e . . d . b e su .propia oda. Agasamente co mo Sea Posible' a diferenCia . liamente a su nuera. La Joven pareJa parece quererse . 0 que aumenta el orgullo y la felicidad de los padres. Un año después, Juana, la hija de Isabel, se casa con Felipe el Hermoso, hermano de Margarita. La unión va acompañada de una gran dote y un séquito gigantesco: ciento treinta barcos con una tripulación de veinte mil hombres con camareros, cortesanos y damas de honor acompañaron a Juana rumbo a Flandes, donde vive Felipe el Hermoso. Juana es la más talentosa pero también la más sensible de las infantas, y en el acto se enamora apasionadamente de su esposo Felipe. Isabel, la hija mayor de los Reyes Católicos, ya se había casado en 1490 con Alfonso, el príncipe de Portugal, para establecer una unión dinástica entre ambos reinos. Sin embargo, ocho meses después de la boda, Alfonso, antes de que pudiera hereda~ de su padre el trono de Portugal, se cayó de un caballo Ymuna. En 1497 Isabel se casa en segundas nupcias con el rey Manuel el Afortunado y se convierte después de todo en reina de Portugal ~n el mismo año, la adversidad invade a la familia real. Don uan, el hijo, es atacado por una peligrosa fiebre y fallece al poco nempo a e . d onsecuenc1a e ella. Tres meses después, su esposa Margarita d 1 ·· 1 hIJa · mayor de la ª ª. uz a un nmo . muerto. Al año sigwente, 1 ª Todas I relíla, Isabel de Portugal muere al dar a uz. ' b1 as esperan de Ponug I zas recaen ahora en Miguel, el hij o de Isa e a' que al gun , d'ta de be llevar la corona de Casti·11 a, 68 .... Aragón y Portu~al. Pe~o Miguel apenas alcanza a cumplir dos años de edad. Ast, la h1J3 Juana asciende como heredera al trono. Juana, la inteligente y sensible, que, como ahora se sabe, no sólo es declarada loca, sino que tam bién la volvieron loca. Sin embargo, la reina Isabel de Castilla ya no llega apresenciarlo. Designa en su testamento a Jua na como heredera de la corona de Castilla, con el agregado de que Fernando debe ser su sucesor, en caso de que Juana no quiera o no pueda reinar; aludiendo así ya a problemas existentes en ella. ~ penúltima hija de Isabel, María, se casa con Manuel de Portugal, el viudo de su hermana mayor, pero tampoco llega a cumplir los 35 años de edad. Y Catalina, la hija menor, se casa con Arturo, el príncipe inglés, quien también muere unos meses después, por lo que se acuerda el matrimonio entre Catalina y Enrique, el heredero al trono. Así, la hija de Isabel, Catalina de Aragón, se convierte en la primera de las seis infortunadas esposas de Enrique VIII. , p-espués de los muchos fallecimientos trágicos, entre el pue{l,fo se comenta que los hijos de los Reyes Católicos están malditos, y sólo se puede uno imaginar cu~~ha sufrido Isabel por los reveses del destino de su famiüa.[Jdí reina, que ya tiene 53 años, siente que su fin se aproxima. Desea que la sepulten en Granada y le pide a Fernando que disponga lo mismo para su propio entierro, "que la relación que nos unió aquí, siga existiendo bajo tierra y que, si Dios así lo quiere, nuestras al,m,2s se vuelvan a encontrar en el cielo".21 V Isabel se retira a un convento franciscano en Medina del Campo. Ahí fa llece el 26 de noviembre de 150-!. Durante tres semanas, la procesión con su ataúd lucha con tormentas y tempestades rumbo a Granada, donde encuentra su lugar en la catedral. Fernando la sigue doce años después. Su epitafio común dice: "Los destructores de la se(ta mahometana y extintores de la falsedad hereje, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, marido y esposa unánimes, llamados los Católicos, moran en estlé' túmulo dt:' mármol". " LeiC"hr, ''I'- <"it., p. 255. 69