Subido por Arles Becerra

Oda a mi Musa

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Oda a mi Musa
En el resplandor de una noche serena,
bajo el manto de estrellas que se asemejan a tu mirar,
surge un susurro, una melodía etérea,
que en mi corazón no deja de vibrar.
Eres tú, mi dulce Mercy, luz que guía,
en el sendero de pasión y ternura,
cada latido, cada suspiro te envía,
un mensaje de amor, pura dulzura.
En tus ojos, reflejos de un universo,
donde el amor florece con esplendor,
cada gesto, cada palabra, un verso,
que en el libro de mi alma guarda su valor.
Tu sonrisa, un arcoíris en la tormenta,
tu voz, melodía que encanta el alma,
en tus brazos, el mundo se alimenta,
de un amor que jamás pierde su calma.
Bajo el cielo estrellado, te confieso,
que en cada latir, en cada suspiro,
eres tú, mi amor eterno, mi proceso,
de amarte sin límites, sin reparo ni retiro.
Así en el viento, en la brisa que susurra,
en el arrullo del mar que besa la orilla,
tu nombre, mi amor, en el alma perdura,
como una llama eterna, como la luz que brilla.
Mercy, musa de mis versos, mi inspiración,
en este poema, mi corazón te entrega,
un amor puro, sin final, sin condición,
que en cada latir, en cada verso, se refleja.
Oh Mercy, joya en la mañana radiante,
tu presencia brilla con fulgor divino,
como el sol que alumbra en su paso constante,
tu gracia ilumina todo lo cercano y fino.
En tus ojos reposa la aurora serena,
reflejo del cielo en su azul profundo,
cada mirada tuya, una promesa buena,
de un amor que florece, puro y fecundo.
Tu voz, melodía que encanta al viento,
como el canto suave de un ruiseñor,
en cada palabra, un raro alimento,
que nutre el alma con su dulce ardor.
Eres tú, Mercy, un suspiro en el aire,
una flor en el jardín de la admiración,
tu esencia, un arte que no deja de cautivare,
un tesoro oculto, una rara sensación.
En tu andar, la gracia de una danza fina,
en tu risa, la música que alegra el día,
en tu ser, la esencia de una diosa divina,
que, en mi corazón, eterna se avía.
Oh Mercy, musa de mi más profunda admiración,
en este poema, te elevo con fervor,
eres luz en mi sendero, inspiración,
un tesoro invaluable, un eterno resplandor.
arles becerra
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