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Korzeniewicz, Roberto - Las Visperas Del Peronismo Los Conflictos Laborales Entre 1930 y 1943

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Desarrollo Económico, vol 33, N V 3 1 (octubre-d~ciembre1993)
LAS VISPERAS DEL PERONISMO.
LOS CONFLICTOS LABORALES
ENTRE 1930 Y 1943
ROBERTO P. KORZENIEWICZ*
El importante debate que tuvo lugar durante las últimas d6cadas a propósito de los
orígenes sociales del peronismo giró en torno de la continuidad o discontinuidad de las
instituciones que precedieron al golpe militar y aquellas otras que fueron establecidas al
final del período 1943-1946'. Este ha sido un debate muy fructífero pues ha permitido
una reconsideración histórica de los cambios que tuvieron lugar en el movimiento obrero
durante los años de entreguerras. Los nuevos hallazgos historiográficoshan contribuido
gradualmente a caracterizar los años ' 3 0 y los comienzos de los ' 4 0 como un período de
transición, esto es, un lapso en el que coexisten viejas y nuevas instituciones sociales.
Desde esta perspectiva, la emergencia del peronismo se distinguió tanto por la continuidad como por el cambio; consecuentemente, los estudios sobre el tema se han
esforzado por ganar precisión con el fin de esclarecer el origen y la naturalezade ambos
tipos de rasgos, así como sus interrelaciones.
Este artículo se propone contribuir al reexamen del período de entreguerras en la
Argentina. En su primera parte presenta datos originales sobre los conflictos laborales
ocurridos entre 1930 y 1943, con el objetivo de sostener que la ola de huelgas que tuvo
lugar a mitad de los ' 3 0 puso de manifiesto que los trabajadores de virtualmente todos
los sectores del mercado de trabajo ya estaban adoptando formas de organización y de
acción de alcance sectorial y a la vez procuraban obtener la mediación del Estado en
Departamento de Sociología, Universidad de Maryland. [ m College Parki Maryland 20742-1315 1 USA/
(301) 405-6398 1 Fax: (301) 405-5743.]
NOTA:A lo largo del texto se utiliza el término "sindicato industrial' para referirse a una forma de organización
que encuadra a todos los trabajadores que se desempefian en una misma actividad con independencia de sus
oficios y calificaciones. El término sindicato industrial se utiliza para diferenciarse de un sindicato de oficio, que como
su nombre lo indica, agrupan a los trabajadores según su calificación profesional y, como tales, pueden coexistir
varios dentro de una misma actividad (N. de la R.].
Una buena y reciente revisión de las diferentes posiciones en este debate puede hallarse en Horowitz
(1990). Un trabajo pionero y crucial sobre la década del '30 es el de Durruty (1969). Uno de los mejores
relevamientos de las tendencias políticas durante la década del '30 y principios & la del '40 puede hallarse en los
trabajos de Del Campo (1983) y Tamarin (1985). Sobre el mismo periodo, ver también Matsushita (1983 y 1984).
Sobre las conünuidades en los patrones de mediación estatal, ver Gaudio y Pilone (1983 y 1984). Sobre las
continuidades en el liderazgo sindical de la década del '30, ver Horowitz (1983 y 1984). Muchos de estos ensayos
claves han sido reunidos en Torre (1988). Una sintesis histórica útil puede hallarse en Bergquist (1986).
'
324
ROBERTO P KORZENIEWICZ
favor de sus demandas. A mitad de los años '30 el epicentro de la conflictualidad laboral
se había desplazado hacia los sindicatos de tipo industrial, es decir, sindicatos por
sector de actividad, organizados por los trabajadores de las industrias manufactureras,
de la construcción y el agro. Luego de proveer nuevos datos históricos sobre huelgas y
la adopción de formas de organización de tipo industrial o sectorial por los trabajadores
agrícolas, este trabajo sostiene que la transición hacia estas nuevas formas de articulación laboral suministró a los comunistas nuevas oportunidades para fortalecer su presencia dentro del movimiento obrero. Finalmente, el artículo concluye en que el despligue
de esas nuevas modalidades de acción y de organización permitió a los trabajadores
aumentar su poder de negociación politica, lo cual condujo a que los empresarios y las
autoridades estatales procuraran responder a estos cambios propiciando una mayor
regulación formal de las relaciones capital-trabajo. Al generar una demanda por nuevas
formas de mediación política, los cambios ocurridos en el movimiento obrero proveyeron
las condiciones de posibilidad para la emergencia del peronismo después de 1943.
1. La distribución sectorial y geográfica de los conflictos en los años '30
Los datos presentados a continuación han sido compilados a través del recuento
de todos los casos de conflicto laboral registrados por el diario La Prensa entre 1930 y
1943. Estos datos han sido reunidos como parte de un proyecto más amplio que apunta
a construir un indicador homogéneo de conflictualidad laboral para el período que va
desde 1887 a 1946. Para el conjunto de este lapso, La Prensa publicó con mayor
regularidad más casos de conflictos que otros periódicos de la época, como La
Vanguardia y La Nación. Los datos compilados tienen como propósito elaborar un
indicador de las tendencias anuales y de la composición de los conflictos laborales en
períodos históricos para los cuales hasta ahora se carecía de estimaciones confiables.
Los datos incluyen todas las informaciones de prensa referidas a conflictos laborales,
como huelgas circunscriptas, paros, manifestaciones callejeras y huelgas generales. En
esta compilación se han incluido todas las expresiones de conflicto, con independencia
de su tamaño (siempre que involucraran a más de un obrero) y de su duración. Por
cierto, estos datos son utilizados como un indicador tosco de las tendencias, de la
composición sectorial y de la distribución geográfica de los conflictos, y no se proponen por consiguiente ser un registro real de cada instancia de protesta obrera. En el
cuadro 1 se presenta la distribución de todos los casos de conflicto registrados por La
Prensa entre 1930 y 1943.
Considerando el periodo en análisis como un todo cabe afirmar que la conflictualidad
laboral experimentó una significativa declinación inmediatamente después del golpe de
1930 y durante los años de la Segunda Guerra Mundial. Es evidente que la política
represiva del régimen de Uriburu tuvo un papel decisivo en la disminución de la
protesta. Sobre las causas de la declinación de los conflictos durante la Segunda
Guerra existe todavía un gran debate, aunque éste es un fenómeno de similar magnitud
al que tuvo lugar durante la Primera Guerra. Los conflictos laborales se intensifican en
1932, cuando los sindicatos perciben un clima político menos hostil; sin embargo, el
desempleo continúa frenando los conflictos durante 1933 y 1934. Finalmente, los años
1935 y 1936 registran una importante ola de huelgas, con valores pico para la totalidad
del período 1930-43.
LOS CONFLICTOS LABORALES ENTRE 1930 Y 1943
CUADRO 1
Conflictualidad laboral en la Argentina, 1930-1943
Transporte
Ind. manu- Cons- Comercio Ernpl.
Sector Puerto
facturera trucción y serv. públicos agrario
Huelgas
generales
20
8
26
15
6
21
38
22
3
33
14
20
51
56
12
o
8
6
6
17
25
11
O
4
4
4
6
11
7
1
4
3
5
16
9
9
3
43
33
13
46
50
30
2
11
7
4
6
O
1o
Total
248
423
227
71
73
336
67
104
Por ciento
15.7
26,7
14,3
4.5
4,6
21,2
4,2
6,6
Otros
Total
1
1.583
100
Fuente: La Prensa, 1930-1943
Para observar cómo se desplaza el epicentro de la conflictualidad laboral es
conveniente comparar algunos datos del período en estudio con los de 1887-1907~.
Por
ejemplo, en éste las huelgas portuarias habían alcanzado al 14 % del total de huelgas,
en tanto que en 1930-43 caen al 4 %. En contraste con ello, la participación de los
obreros de la construcción en todos los casos de conflicto se incrementó del 8 al 14 %.
Llamativamente, los trabajadores rurales durante el período 1887-1907 representaban
menos del 1 % de todos los casos de conflicto, en tanto que para 1930-43 ese valor
alcanza al 21 %3. Asimismo, el conflicto se traslada más allá de la ciudad de Buenos
Aires y sus alrededores. En 1887-1907 esta área representaba el 53 % de todos los
casos de conflicto. Para 1930-43, como lo muestra el cuadro 2, la participación absoluta
de esta área había caído al 27 %. La de la provincia de Santa Fe, en cambio, creció del
14 al 29 %, mientras que la participación de otras provincias aumentó del 11 al 29 %
para el mismo período.
El cuadro 2 también provee un índice aproximado de la intensidad relativa de
conflictualidad laboral, al controlarla con la población total de cada provincia. Como
puede observarse, Santa Fe (incluyendo Rosario) tenía la tasa relativa más alta de
conflicto. También en términos relativos, Tucumán presentaba tasas más altas que
Buenos Aires. Sin embargo, la intensidad relativa era también alta en las provincias de
*Los datos referidos al período más temprano son tratados en Korzeniewicz (1989 a y b).
Durante el período 1930-43,como indica el cuadro 1, había un número considerable & huelgas generales
(la mayoría a menudo organizadas al nivel de una ciudad, en lugares tales como Buenos Aires, Córdoba, Mendoza,
Rosario y Tucumán).
ROBERTO P. KORZENIEWICZ
CUADRO 2
Distribución geográfica de la conflictualidad laboral en la Argentina, 1930-45
(a)
(b)
(c)
(d)
(e)
(f)
(9)
Total
Participación Participación Participación Conflicto Conflicto Conflicto
de casos en el total
de la
de la
laboral
laboral
laboral
de conflicto de casos
población,
población. per cápita per cápita per cápita
1936
1947
lndice I
lndice II lndice III
laboral. de conflicto,
1930-45
1930-45
%
%
1936
1947
(promedio
,
%
(bit)
(bid)
de e y 9
Capital Federal
331
20,91
18.86
18,87
1.11
Buenos Aires
309
(96)
(23)
(17)
(19)
(154)
453
(118)
(335)
78
145
65
8
43
11
17
28
15
6
7
15
8
3
4
1
1
2
O
O
O
19,52
(6,061
(1,45)
(1,071
(1,20)
(9.73)
27,07
26,88
(10,96)
(1,30)
(0,71)
(0,72)
(13,19)
0,72
28.61
(7,45)
(21,16)
11,15
4,93
9,16
4,11
0.51
2,72
0,69
1,O7
1,77
0,95
0,38
0,95
0,51
0,19
0,25
0,06
0,06
O , 13
0,OO
0,OO
0,OO
0,OO
3,65
9,47
4,96
0,61
3,63
1,O2
133
2,91
2,20
1,19
1,25
3,43
1,75
0,77
1,O1
Gran Buenos Aires
La Plata
Bahía Blanca
Mar del Plata
Resto prov. Bs. As.
Santa Fe
Rosario
Resto d e Santa. Fe
Tucumán
Córdoba
Entre Ríos
Formosa
Mendoza
Catamarca
San Juan
Santiago del Estero
Chaco
San Luis
Misiones
Corrientes
Salta
La Rioja
Jujuy
Chubut
Neuquén
La Pampa
Río Negro
Santa Cruz
Tierra del Fuego
S d.
s.d.
s.d.
S d.
s.d.
s.d.
s.d.
s.d.
0,50
1.39
0,81
s.d.
0,04
10.71
(2,94)
(7,77)
3,73
9,42
4,95
0,72
3,70
0,93
1,64
3,02
2,71
1,04
1,55
3,31
1,83
0,70
1,05
0,37
0,55
1,O7
0,85
0,15
0,03
S d
s.d.
s.d.
s.d.
s d.
2,57
s.d.
s.d.
1,35
0,97
0,83
0,83
0,75
0,138
0,70
0,61
0,43
0,32
0,35
0,28
0,29
0,25
0,25
s.d.
0,13
0,09
0,OO
0,OO
0,OO
1,ll
0,73
(0,55)
(1,12)
(1,52)
(1,66)
(0,74)
2,67
(2,53)
(2,72)
1,Il
0,73
(0,55)
(1,12)
(1,52)
(1,66)
(0,74)
2,62
(2,53)
(2.72)
1,32
0,97
0,83
0,71
0,73
0,75
0,65
0,59
0,35
0,36
0,29
0,29
0,28
0,27
0,24
0,16
0,12
0,12
0,OO
0.00
O00
1,34
0,97
0,83
0,77
0,74
0,72
0,68
0,60
0,39
0,34
0,32
0,29
0,29
2,26
0,25
0,16
0,13
0,11
0,OO
0,OO
0,OO
Fuentes: Los datos sobre los conflictos laborales han sido compilados sobre la base de La Prensa (1930-43).
Los datos de población de 1936, así como los del Gran Buenos Aires para 1947, se basan en Argentina (1956, 168, 36) Los correspondientes a 1947. en Argentina (1948,31-50)
El cuadro excluye huelgas nacionales e interprovinciales. También excluye el área de Comodoro Rivadavia,
considerada como territorio separado en el Censo de 1947 (pero combinada con Chubut y Santa Cruz en los datos
de 1936).Para todo el período 1930-43esta ciudad registra un total de cinco huelgas (equivalente a un 0,32 % del
total de conflictos). Su población en 1947 representaba el 0,33 % de la población nacional. En consecuencca, la
intensidad relativa de conflictualidad para esta ciudad (medida mediante el índice Il) fue de 097.
LOS CONFLICTOS LABORALES ENTRE 1930 Y 1943
327
Córdoba, Entre Ríos, Formosa, Mendoza, Catamarca, San Juan y Santiago del Estero.
Visto desde este ángulo, el conflicto laboral habia adquirido una escala verdaderamente
nacional durante la década del '30 y principios de la del ' 4 0 ~ .
Estos cambios en la distribución sectorial y geográfica de la conflictualidad laboral
son significativos para el debate sobre los orígenes sociales del peronismo.Antes de los
'70 existía un acuerdo generalizado entre los estudiosos con respecto a que la emergencia del peronismo había estado sustentada en el apoyo de los migrantes recientes de las
provincias del interior. Algunos argumentaban que estos migrantes habían sido particularmente susceptibles a la autoridad carismática de Perón debido a su tradición política
(ver Germani, 1973). Otros sostenían que, por el contrario, el apoyo a Perón no se habla
limitado a los migrantes recientes, sino que también había incluido a trabajadores
urbanos establecidos que se manifestaban en defensa de sus intereses económicos
(ver Murmis y Portantiero, 1971; Little, 1975). Los argumentos de Germani fueron
cuestionados fuertemente por una serie de estudios revisionistas que indicaban que los
recien arribados a Buenos Aires eran originarios principalmente de la región pampeana,
más que del interior, y que la migración desde las provincias más pobres sólo se produjo
sustancialmente después de mediados de los '405.
No obstante, la mayor parte de los estudios sobre la emergencia del peronismo
han presupuesto que realmente hubo una dicotomía entre la fuerte experiencia
organizativa de los trabajadores urbanos establecidos y la falta de exposición a la
acción colectiva previa por parte de los trabajadores provincianos/rurales. Sin embargo,
la alta intensidad de la conflictualidad laboral en sectores agrícolas del interior desafía
esta afirmación, sugiriendo que los trabajadores de áreas rurales y urbanas durante la
década del '30 pueden haber compartido una similar (si no idéntica) experiencia
organizativa6.
En particular, los nuevos datos indican que el sector agrario compartía muchos de
los cambios que afectaron al movimiento obrero en todo el país. La introducción de
cambios tecnológicos y la creciente competencia en el mercado de trabajo minaron
rápidamente el control de los artesanos sobre la producción, y aportaron fuertes
incentivos para la organización de sindicatos industriales más inclusivos. En el agro,
para mediados de la década del '30, estos sindicatos trataban de limitar la competencia
entre trabajadores a través de la regulación del empleo y de las condiciones de trabajo.
Más aún, así como en las áreas urbanas, los trabajadores rurales trataron de desarrollar
alianzas políticas con otros sectores sociales (en este caso, con arrendatarios y
comerciantes) en torno de cuestiones tales como precios mínimos de la producción y
una creciente regulación estatal de las relaciones capital-trabajo. Finalmente, como en
todo el país, la conflictualidad laboral en el sector agrario promovió una creciente
mediación y regulación por parte del Estado.
Esta variación en el espectro geográfico del conflicto laboral probablemente tuvo lugar durante la década
del '20; sin embargo, esta hipótesis espera más estudios.
Para un buen ejemplo de estas argumentaciones ver Little (1975). El empleo agricola de la región
pampeana habia dejado de crecer luego de finalizada la expansión territorial. Más aún, el alto costo del trabajo
brindaba un fuerte incentivo para la mecanización de la agricultura. Combinados, el fin de la expansión territorial y la
mecanización de la agricultura desplazaron a una gran cantidad de trabajadores asalariados y pequeños productores agrícolas de la región pampeana.
Para un temprano cambio en la noción de esta dicotomia en la experiencia organizacional, aunque
focalizada en el contraste entre los trabajadores europeos y los criollos, ver Halperin Donghi (1976). Ver también
Little (1975)
ROBERTO P. KORZENIEWICZ
2. La conflictualidad laboral en el sector agrario
Hacia mediados del '30, luego de casi una década de lento crecimiento, las
organizaciones de trabajadores rurales en la Argentina alcanzaron considerable fuerza
y una mayor coordinación que en los años precedentes7. Estas organizaciones eran
más fuertes en Santa Fe, aunque también tenían presencia en Córdoba y Buenos Aires.
En febrero de 1935 los trabajadores rurales se reunieron en la ciudad de Santa Fe para
constituir una organización regional que coordinase las huelgas y acordar un conjunto
de demandas para formular ante los patrones en toda provincia durante la cosecha de
maíz. Estas demandas incluían reclamos por un incremento salarial, el reconocimiento
de los sindicatos y sus delegados, el empleo exclusivo de personal del sindicato, la
regulación de los lugares destinados a dormitorios y la de los alimentos que se
expendían en las explotaciones agrícolas, así como la petición de que ningún trabajador
fuera despedido "sin causa justificada ante el sindicato y sus delegado^"^.
Los empleadores agricolas atribuyeron la huelga a la actividad de agitadores
profesionales. Durante la cosecha de 1936, los comerciantes cerealeros se reunieron
con el ministro de Agricultura "denunciando la presencia de elementos agitadores
contra quienes se ha pedido que proceda con energía", en tanto que dirigentes
santafecinos de la Unión Patriótica Argentina pedían medidas inmediatas contra "la
acción perturbadora que realizan entre los elementos de trabajo los delegados de
~ . la provincia
algunos sindicatos extraños a las actividades y beneficios de a q ~ é l l o s "En
de Buenos Aires, ante una huelga de trabajadores rurales en marzo de 1937, los
patrones la atribuyeron a "personas ajenas al ambiente", y en una carta de la Sociedad
Rural al ministro de Agricultura en ese año reiteraron que la difusión de los conflictos en
el campo se debía a la actividad de "agitadores" y "elementos extraño^"^^.
Estas quejas fueron rechazadas por los sindicatos y los funcionarios gubernamentales involucrados en la mediación de los conflictos. Los sindicatos atribuían las huelgas
a la vulnerabilidad económica de los trabajadores agrícolas". Tanto los funcionarios
La mayor parte de los estudios han prestado poca atención al tema laboral en las áreas rurales de la
Argentina. La única excepción es quizá Solberg (1971), quien provee abordajes significativos sobre el conjunto
laboral rural durante la década del '20, y puntualiza que 1928 trajo aparejada una importante ola de huelgas rurales
en Santa Fe. Marotta menciona casos aislados de conflicto laboral en la agricultura en 1925 y durante el periodo
1928-30;asimismo indica que los esfuerzos iniciales por crear una organización sindical formal a escala provincial
datan de 1928; sin embargo, no aporta ninguna información acerca del conflicto laboral rural en la década del '30
(1970, pp. 186,261-64). Hay también referencias aisladas a huelgas rurales en Deustch (1986) y Solberg (1987). Un
buen estudio sobre las huelgas en la industria azucarera pueden hallarse en Greenberg (1987).
La Prensa, 27 de febrero de 1935, p . 15, y 10 de marzo de 1935, p 14
La Prensa. 1Ve febrero de 1936. p . 5, y 14 de febrero de 1936, p 1 1 Ver también La Prensa, 9 de febrero
de 1935,p . 14, y 10 de marzo de 1935, p 14.
'O La Prensa, 26 de marzo de 1937, p. 16, y 31 de marzo de 1937, p 22.
l 1 En 1938, los sindicatos rurales de Santa Fe se quejaron de que hubiera 'más & 50.000 trabajadores
rurales, que sólo obtienen trabajo durante 3 ó 4 meses al año, percibiendo por jornales durante ese tiempo de 300 y
400 pesos para costear sus gastos y los de sus familiares durante todo el año" (La Prensa, 7 de febrero de 1938, p .
17). Durante la misma cosecha, el ministro de Gobierno de Santa Fe advirtió a la Junta Nacional para Combatir la
Desocupación acerca de las pobres condiciones de trabajo en el departamento de General López: "La aglomeración de gente que busca trabajo procedente de otras provincias y territorios crea una grave situación de orden
público en ese departamento, donde familias enteras con sus implementos domésticos acampan en los caminos
implorando por la caridad pública e invadiendo establecimientos agrícolas y ganaderos" (La Prensa, 27 de febrero
de 1938. p 9).
LOS CONFLICTOS LABORALES ENTRE 1930 Y 1943
329
gubernamentales como los sindicatos estaban de acuerdo en que la ola de huelgas de
mediados de los años '30 reflejaba las nuevas presiones competitivas con que se
enfrentaban los trabajadores locales. El director del Departamento Provincial del Trabajo de Santa Fe argumentaba que los conflictos en el campo "en su casi totalidad son
ocasionados por la mala práctica de parte de los patronos de emplear o contratar para
tales tareas rurales a elementos extraños a la localidad en que dichos trabajos se
realizan, como así también por la falta de püegos de condiciones de trabajo"'*. Desde el
punto de vista de los sindicatos, los migrantes eran contratados por los empleadores
rurales en un calculado esfuerzo por bajar los salarios y minar el poder de las organizaciones laborales locales
"Un hecho concreto y demostrativo... es el de Berabevú, donde según una denuncia
llegada a la Federación, un terratenientede esa zona hizo publicar anuncios solicitando brazos
para el levantamiento de la cosecha, cuando la misma, según la denuncia de los obreros de la
localidad, no ha de rendir más del 50 por ciento que la del ano anterior, por lo que se puede
anticipar que faltará trabajo para un buen número de obreros locales. Surge a la vista el
propósito del aludido vecino de ocupar obreros ajenos a la población para pagarles salarios
más bajos"13.
De acuerdo con la Federación Santafecina del Trabajo, los migrantes desplazaban a los trabajadores locales "desalojando al obrero vecino de la localidad, que
organizado por el sindicato ha convenido de común acuerdo con los otros y ha
establecido condiciones favorables de trabajo"14.
¿Cuál era el origen de estos trabajadores migrantes? La migración que fluye
durante la década del '30 está marcada por el desempleo cíclico y estructural en todo el
sector agrario. De acuerdo con el Departamento del Trabajo de Santa Fe, los migrantes
de la provincia eran originarios "especialmente de Santiago del Estero, Tucumán y
Córdoba, que se ofrecen por jornales insignificante^"^^. La Federación Santafecina del
Trabajo enfatizaba que los trabajadores migrantes no sólo eran de esas provincias, sino
también "de las localidades más empobrecidas de Santa Fe y de las provincias
vecinasvi6. Más aún, los empleadores aveces respondían efectivamente a las organizaciones laborales contratando trabajadores de ciudades vecinas dentro d e la misma
región17. Las organizaciones sindicales rurales de Santa Fe a menudo solicitaron el
establecimiento de jurisdicciones laborales formales, a fin de evitar conflictos cuando
trabajadores de áreas vecinas de la provincia llegaban buscando empleo1*.
l 2 La Prensa, 17 de noviembre de 1936, p 18
'3 La Prensa, 4 de marzo de 1938, p. 17.
l 4 La Prensa, 7 de febrero de 1938, p.
17.
l 5 La Prensa, 12 de abril de 1938, p. 18. En 1940 la prensa anunció nuevamente grandes flujos de migración
de las provincias de Santiago del Estero, Santa Fe, Corrientes, Salta, Tucumán, Córdoba y La Rioja a la cosecha de
algodón en el Chaco y la del maíz en el norte de Santa Fe: "En algunos casos, dichos trabajadores se trasladan con
sus familias y efectos, registrándose en pequefios villorrios. particularmente de Santiago del Estero, un verdadero
éxodo con aquel destino" (La Prensa, 25 de marzo de 1940, p. 21: ver también 28 de abril de 1941, p. 23).
La Prensa, 7 de febrero de 1938, p. 17.
l 7 Ver La Prensa del 24 de abril de 1935, p. 17. En la localidad de Casilda, por ejemplo, el sindicato
denunciaba que los empleadores estaban contratando trabajadores de Cafiada del Ucle o bien de Caseros (La
Prensa, 15 de enero de 1940, p. 22)
lBVer La Prensa, 20 de mayo de 1935, p. 18; y 24 de agosto de 1940, p. 15.
330
ROBERTO P KORZENIEWICZ
Indudablemente, el empleo de trabajadores migrantes era una importante fuente
de conflictos. Durante la cosecha de maíz de 1935, la prensa comentaba que "miles de
jornaleros de las provincias limítrofes se han volcado materialmente en la provincia de
Santa Fe en busca de ocupación, pero los sindicatos organizados en toda la campaña
mantienen una severa vigilancia para impedir que esos hombres trabajen si no se han
afiliado previamente a esos organismos obreros"1g.Poco después, los comerciantes
cerealeros de Santa Fe protestaron porque "los trabajadores procedentes de otras
provincias han sido objeto de presión por los federados de cada localidad obligándolos
a abandonar el territorio de la p r o ~ i n c i a " ~ ~ .
Al bajar los salarios, el empleo de trabajadores migrantes también tendía a reducir
el consumo local. Por esta razón, como se señalara durante una huelga en la provincia
de Buenos Aires, se pensaba que el empleo de trabajadores migrantes iba en perjuicio
"no solamente de los obreros locales, sino del comercio y de toda la p ~ b l a c i ó n " ~Por
' . lo
tanto, los comerciantes locales tendieron a apoyar las demandas de las organizaciones
sindicales para excluir a los trabajadores migrantes. En la cosecha de maíz de 1936, los
comerciantes de Diaz (Santa Fe) acordaron cerrar sus negocios en solidaridad con los
huelguistas, argumentando que "el personal extraño que realiza las labores agrícolas no
le representa ningún beneficio y sí en cambio el de la localidad, que ha sido desplazado"**. En ocasiones. aún las autoridades ~olicialeslocales sim~atizabancon las
demandas sindicalesS3.
Pese a que el empleo de migrantes tendía a minar el control sindical sobre el
trabajo, a fines de la década del '30 los trabajadores locales regulaban en forma efectiva
la competencia laboral. Durante la cosecha de maíz de 1937, por ejemplo, el Departamento del Trabajo de Córdoba estuvo de acuerdo en facilitar la transferencia de trabajadores a áreas de alta demanda laboral, sosteniendo que se "deberá tener en cuenta
para el traslado de los obreros a las zonas agrícolas, que no se trate de operarios del
mismo ramo de los que en el respectivo lugar se hallen en conflicto con sus patrones o
empleadores, o que el traslado de los mismos pueda ser causa de promoción de
conflicto^"^^.
En Santa Fe el Departamento del Trabajo anunció en 1938 que protegería a los
trabajadores locales de "la amenaza que representa para ellos el arribo de grandes
l9 La Prensa, 27 de marzo de 1935, p. 15. Durante la cosecha de maíz de 1937, La Prensa informaba que
pese a la gran cosecha esperada para ese año, "las labores de recolección se podrían cumplir regularmente
porque concurrió mayor cantidad de trabajadores procedentes de las provincias del Norte, pero la intewenctón de
elementos perturbadores impide a los peones y agricultores trabajar con libertad" (La Prensa, 28 de marzo de
1937, p. 5).
m La Prensa, 16 de mayo de 1935, p 15.
La Prensa, 3 de febrero de 1939, p. 17.
22 La Prensa, 7 de junio de 1936, Sec. V, p. 1.
nVer, por ejemplo, La Prensa del 26 de marzo de 1935, p. 13, que atribuye el reciente éxito organizacional
de los trabajadores rurales en Santa Fe a 'la actitud tolerante de las autoridades de la provincia y...la parcialidad de
algunos comisarios de campaña" (La Prensa, 26 de marzo de 1935). Unos pocos meses después, los acopiadores
de cereales en los departamentos de Caseros, General López y Constitución (Santa Fe) criticaban "la conducta
evidentemente tolerante de las autoridades, al permitir que los sindicatos obreros ejerzan una fiscalización armada
del tráfico de carga con cereales, para exigir peaje al pasar de un distrito a otro" (La Prensa, 16 de mayo de 1935,
p. 15). Yendo un poco más lejos. los comerciantes de cereal argumentaban en junio de ese mismo ano que los
conflictos laborales "son casi siempre facilitados por el accionar de la policía, como sucede en el caso del
departamento Constitución (Santa Fe)" (La Prensa, 9 de junio de 1936, secc. 111. p. 5).
24 La Prensa, 20 de marzo de 1937, p. 16.
*'
LOS CONFLICTOS LABORALES ENTRE 1930 Y 1943
33 1
cantidades de braceros de otras provincia^"^^. Para fines de la década del '30 dicho
Departamento respondía a los conflictos laborales en el agro permitiendo a los sindicaEn 1941, los
tos locales restringir el empleo sólo a los trabajadores ~indicalizados~~.
trabajadores no sindicalizados en Santa Fe declararon que no podlan encontrar trabajo
debido al estricto control ejercido por los sindicatos sobre el empleo2'. Finalmente, en
1943, el Poder Ejecutivo de Santa Fe reconoció oficialmente que la provisión de
trabajadores en áreas rurales iba a ser canalizada por los sindicatos locales, y los
trabajadores no sindicalizados deberían pagar una tasa de $0,50 a las organizaciones
laborales para poder obtener empled8. En resumen, la capacidad de los trabajadores
locales para frenar la competencia en el mercado de trabajo derivó de la organización (o
fortalecimiento) de los sindicatos, los cuales impusieron mayores regulaciones al empleo, a menudo a través del incremento de las presiones políticas sobre las agencias
estatales
Más allá de mejorar los controles estatales sobre la conflictualidad laboral, los
patrones se opusieron a las regulaciones que los forzaban a utilizar personal del
sindicato o restringía el empleo de migrantes. Exponiendo estas preocupaciones, un
editorial de La Prensa de 1938 sostenía que "la trasmigración interna responde a
exigencias, causas y factores naturales de la economía del país, que por el momento y
por mucho tiempo aún deberán actuar libremente. Además de antieconómico e impolítico, el pensamiento de los peticionantes contraría el principio constitucional que
permite a todos los habitantes de la nación circular libremente por su territorio, trabajar y
ejercer toda industria lícita. Basta esta consideración para rechazarlo de plano"2g.Más
tarde, ese mismo año, un segundo editorial de La Prensa argumentaba que "es natural
que los trabajadores busquen mejorar sus salarios en una medida razonable, pero no
puede admitirse que para lograrlo usen de la violencia y, menos aún, que pretendan
limitar el trabajo únicamente para los de la zona, pues ellos mismos, al terminarse la
recolección de la cosecha de trigo, se dirigen a otras provincias y territorios para
ocuparse en idénticas tareasN30.Para fines de la década del '30, los empleadores de la
provincia de Santa Fe comprendieron que las restricciones al empleo habían resultado
en altos salarios, minando su capacidad para competir efectivamente con los agricultores de la provincia de Buenos Aires, donde las empresas tenían acceso a trabajadores
no sindical izado^^^.
Los conflictos entre trabajadores rurales locales y sus empleadores sobre la
cuestión del trabajo migratorio ilustran sobre la gran transformación que estaba afectando la fuerza de trabajo en la Argentina durante este período. Los cambios en la
organización del mercado de trabajo y en el lugar de trabajo minaron el poder de
negociación que los trabajadores habían logrado previamente en sus luchas por
La Prensa, 12 de abril de 1938, p. 18.
26Ver La Prensa, 20 de junio de 1939, p. 18.
27 La Prensa, 26 de febrero de 1941, p. 17. Cerca de esa fecha, al informar sobre una huelga entre
trabajadores rurales en la provincia de Córdoba, indicaba que 'el sindicato no permite que se dé trabajo a obreros
no afiliados" (La Prensa, 30 de octubre de 1940, p. 21).
La Prensa, 3 de marzo & 1943, p. 10, y 7 de marzo de 1943, p. 11
La Prensa, 6 de marzo de 1938, p. 8. Ver tambibn La Prensa, 26 de marzo de 1937, p. 16.
La Prensa, 24 de noviembre de 1938, p. 13.
3 ' La Prensa, 17 de julio de 1939, p. 22.
332
ROBERTO P. KORZENIEWICZ
mejores condiciones de labor. En áreas productoras de cereales tales como Buenos
Aires, Córdoba y Santa Fe, estos cambios se manifestaron en una creciente competencia entre trabajadores locales y migrantes. Pero hubo conflictos similares durante este
período en áreas urbanas y otros sectores de la fuerza laboral. En el sector textil, por
ejemplo, la introducción de innovaciones tecnológicas en el lugar de trabajo fue
acompaliada por un creciente desempleo de obreros no calificados y el desplazamiento de trabajadores calificados. Entre los obreros de la construcción -como señalara
Durruty (1 969) en su estudio pionero- los cambios en la organización de la producción
debilitaron las organizaciones de oficios que habían prevalecido con anterioridad a la
década del '382.
Estos cambios ponen de manifiesto la diversidad de experiencias entre los
diferentes sectores de la fuerza de trabajo (masculina y femenina, calificada y no
calificada, local y migrante), pero también nos suministran pistas sobre la naturaleza de
las nuevas formas de acción y organización adoptadas por los trabajadores en este
período. Precisamente, la cuestión crucial de las tendencias de la conflictualidad laboral
en el campo merece una más profunda investigación histórica para elucidar con
mayores detalles la naturaleza de las conexiones organizativas formales e informales
entre los trabajadores agrarios.
3. Las modalidades de las luchas obreras
a) Sobre el poder de negociación laboral
Los trabajadores del agro argentino compartían varias características comunes
con otros sectores de la fuerza laboral. No sólo paralizaban la producción como un
medio de presión por sus demandas, sino que ello iba acompañado de una tendencia
más amplia hacia la actividad huelguística. En la consecución de sus objetivos, los
trabajadores rurales organizaron grandes sindicatos que, para mejorar su poder de negociación política, desarrollaron alianzas sociales más amplias. Finalmente, los comunistas jugaron un importante papel en estas nuevas organizaciones, lo que provocó una
fuerte respuesta estatal orientada a restringir los conflictos laborales.
Los trabajadores rurales poseían un considerable poder de negociación durante
las cosechas, dado que podían interrumpir el flujo de bienes perecederos en el proceso
de producción. Ya en 1935, la prensa informaba:
"Los obreros no presentan en cada localidad un pliego de condiciones único que contemple las actividades de los diversos gremios que intervienen en la recolección y embarque de la
cosecha, sino que lo hacen fragmentariamente, por gremios, con lo cual la situación de fuerza
se prolonga por espacio de muchos meses.
En efecto, resuelto por ejemplo el pedido de aumento de jornales formulados por los
braceros, comienza la recolección del cereal, pero cuando tienen que comenzar su trabajo las
máquinas, se suscita otro conflicto con el personal de las mismas.
Resuelto este desacuerdo, se ejecuta la trilla del desgrano, y listo el cereal para ser
transportado, surgen otras dificultades con los estibadores y luego con los camioneros y
32Celia Durruty fue la primera en focalizar los cambios en marcha en la organización laboral durante la
década del '30. Su muerte temprana representó una importante pérdida para el desarrollo de los estudios laborales
en la Argentina
LOS CONFLICTOS LABORALES ENTRE 1930 Y 1943
333
carreros. En esta forma, el Sindicato de Oficios Varios, que funciona en cada pueblo importante
y que dirige la actividad gremial, consigue sostener en permanente agitación al proletariado de
la campana en perjuicio de la riqueza nacional"33.
Un bien desarrollado sistema de transporte y comunicación también aumentaba la
posibilidad de que los trabajadores agrícolas de diferentes localidades coordinasen sus
acciones34.
Sin embargo, la habilidad para paralizar la producción a través de huelgas cortas
y repentinas o del trabajo a reglamento fue básicamente un rasgo de los trabajadores
ferroviarios. Ellos explicaron el 90 % de las acciones de huelga de una hora o menos
durante el período 1930-43.Durante este período hubo 1 10 conflictos laborales registrados por La Prensa en los ferrocarriles: el 49 % correspondía a huelgas cortas de una
hora o menos y el 20 % a trabajo a reglamento y huelga de brazos caídos. Sólo el 28 %
del total podían considerarse huelgas regulares, de más de cinco horas de duración. El
trabajo a reglamento y los paros breves -generalmente de 15 ó 30 minutos- eran las
medidas más utilizadas por el personal de tráfico, cuyos contactos con el público hacía
de este tipo de acción algo particularmente disruptivo. Atacando el uso de estos
métodos por parte de los trabajadores, un artículo en La Prensa daba cuenta de la
naturaleza de estas medidas de fuerza: "Un trabajo hecho a reglamento debería ser
normal. Pero el reglamento de ferrocarriles, de 1894, no resulta adecuado después de
los incesantes perfeccionamientos logrados por los servicios en más de cuarenta anos;
y si bien es cierto que se le han introducido muchas reformas, constituye una rémora. Y
una rémora en un servicio público que debe ser rápido y cuyo funcionamiento es
delicado, importa la anulación del servicio. De donde resulta que el reglamento ferroviario es un arma para los obreros que desean perturbar o paralizar el tráfico sin incurrir en
responsabilidades legales"35.Por otro lado, el personal de los talleres y depósitos con
gran frecuencia se declaraba en huelga de brazos
La capacidad para generar estas formas de interrupciónde la producción mostraba la ventaja relativa que los trabajadores ferroviarios tenían sobre otros sectores de la
fuerza de trabajo. La naturaleza de la red ferroviaria, junto con los códigos de trabajo
formalizados a fin de asegurar el flujo del tráfico, brindaba a los trabajadores un
considerable poder de negociación en el propio lugar de trabajo, del que carecían otros
sectores de la fuerza laboral. Aún entre los trabajadores rurales, el fuerte poder de
negociación resultante de su capacidad para dificultar la producción estaba limitado
por la estacionalidad de las cosechas (como también había sido el caso de los
trabajadores portuarios a comienzo de siglo). Así, careciendo de ese poder de negociación radicado en el lugar de trabajo y enfrentado a la creciente competencia de otros
trabajadores, la mayoría de los sectores de la fuerza de trabajo respondieron adoptando
formas innovadoras de acción y organización que procuraban aumentar su poder de
negociación política.
La Prensa, 26 de marzo de 1935, p. 13.
" La Prensa, 13 de marzo de 1935, p. 18.
35 La Prensa, 26 de noviembre de 1928, p. 6.
"AS¡, durante las huelgas de junio de 1936en el ferrocarril del Pacifico, '...porla tarde, cuando faltaban unas
dos horas para dar término a las tareas en los talleres, los obreros resolvieron realizar un paro, a cuyos efectos
hízose sonar el pito de los referidos talleres y el personal cesó en sus labores permaneciendo no obstante en sus
puestos" (La Prensa, 17 de junio de 1936, p. 18).
334
ROBERTO P. KORZENIEWICZ
El desarrollo de nuevas modalidades de conflictualidad laboral y mediación estatal
se hizo evidente en la segunda mitad de la década del '30. El acontecimiento crucial que
marcó este cambio fue la huelga de los obreros de la construcción a fines de 1935. En
octubre, los trabajadores formaron el Sindicato de Obreros y Albañiles, del Cemento
Armado y Anexos, bajo liderazgo comunista, y llamaron a una huelga que contó con el
apoyo de los sindicatos de oficio de los pintores, talladores de piedras, yesistas y
electricistas. La huelga duró 95 días y fue altamente efectiva, alcanzando un 95 % de
apoyo entre los trabajadores3'. En diciembre, un "Frente Obrero", compuesto por 24
organizaciones sindicales, convocó a un paro general en solidaridad con los 60.000
obreros de la construcción en huelga3*. Durante la huelga general, en la primera
semana de 1936, hubo violentos choques entre los trabajadores y la policía. Al menos
media docena de personas murieron, con decenas de heridos y10 arrestados: en la
parte norte de la ciudad, particularmente en los barrios de Floresta Norte, Villa Devoto y
Villa Urquiza. La prensa informaba que los huelguistas tenían el virtual control de las
calles39. El evento fue de gran significación; así lo señalaba La Prensa refiriéndose a
"los acontecimientos de ayer, cuyas proporciones permite asignarle tanta magnitud
como la alcanzada por los sucesos ocurridos en esta capital en enero de 1919"40.
Después de la huelga, las autoridades estatales atribuyeron nuevas funciones al
Departamento del Trabajo, buscando que asumiera un papel más activo en la creación
de canales institucionales de mediación entre los trabajadores y los empleadores.
b) La difusión de los sindicatos de tipo industrial
Las huelgas de 1935 y 1936 en la construccióny en el sector manufacturero fueron
canalizadas a través de sindicatos industriales, es decir, por sindicatos de sector o rama
de actividad, los cuales crecieron rápidamente en los años siguientes. Como señalara
Durruty (1969), estos sindicatos de tipo industrial ganaron fuerza a expensas del
debilitamiento de pequeñas asociaciones de oficios que habían sido organizadas a
comienzos del siglo. Los sindicatos industriales se caracterizaron por el crecimiento de
sus burocracias internas, y también descansaron más fuertemente en la negociación
política para resolver conflictos entre los trabajadores y los empleadores. Quizás el más
importante de estos sindicatos fue la Federación Obrera Nacional de la Construcción
(FONC), creada en 1935. Para junio de 1936, "con más de 58.000 afiliados (de los
cuales unos 40.000 cotizaban regularmente), ésta se convirtió en la segunda organización del país, sólo superada en número de adherentes por la Unión Ferr~viaria"~'.
El
número total de miembros del sindicato entre los trabajadores de la construcción creció
de 32.688, en 1936, a 74.283, en 1941, contabilizandoel 58 % del crecimiento total de la
37Tamarin(1985, p. 128). La huelga giraba en torno del reconocimiento del sindicato, incrementos salariales.
reducción de horas, eliminación del trabajo a destajo. mejoramientode las condiciones de trabajo y seguridad en el
lugar de trabajo (Boletín Inlormalivo, vol XVIII, N" 192-3-4. 1936, p 4460-3)
38 La Prensa, 14 de diciembre de 1935, p. 18.
39 Ver La Prensa, 8 de enero de 1936, p. 10. Según la policía, 'los obreros auténticos se mantuvieron
ausentes en los actos de violencia, cuya ejecución estuvo a cargo de elementos extremistas, extranjeros en su
mayoría, que evidentemente realizaron. con buen resultado para ellos, lo que denominan gimnasia revolucionaria"
(La Prensa, 8 de enero de 1936, p . 10)
40 La Prensa, 8 de enero de 1936, p 10.
4 ' Del Campo (1983, p. 96)
LOS CONFLICTOS LABORALES ENTRE 1930 Y 1943
335
afiliación sindical en la Argentina entre 1936 y 1 9 4 1 ~La
~ . militancia dentro de este
sindicato probó ser beneficiosa para los trabajadores que representaba, pues sus
Desde fines de los '30
salarios subieron más rápidamente que el promedio
hasta principios de los '40, la FONC logró desarrollar una organización realmente
nacional44.
Estas grandes organizaciones no sólo prevalecieron en la construcción y en la
industria, sino también entre los trabajadores rurales. En agosto de 1937, los delegados
sindicales del norte y sur de la provincia de Santa Fe se reunieron para crear la
Federación Santafecina del Trabajo, la cual adoptó una amplia plataforma que incluía
demandas de salario mínimo, 40 horas de trabajo semanal, construcción de viviendas
económicas por el gobierno, legislación protectora, pensión y seguridad social, legislación laboral y educación v o ~ a c i o n a lEn
~ ~febrero
.
de 1938, la Federación organizó un
Congreso de Trabajadores Rurales, cuyos reclamos finales incluían demandas de
medidas estatales para evitar la declinación de la producción agrícola; una reforma de
las leyes de arrendamiento para extender a éste a 10 años; la creación de comisiones
permanentes de arbitraje (formadas por representantes del Estado, de los propietarios
de tierras y de los arrendatarios) para fijar y regular los términos de la agricultura
arrendataria de acuerdo con los costos de producción, los costos laborales y los precios
agrícolas; la creación de programas estatales para brindar educación y nutrición a los
niños de los trabajadores rurales; semana de trabajo de 40 horas; vacaciones; beneficios de salud y seguros; pago de las horas extra de trabajo; derecho de huelga y una ley
de otorgamiento de tierras46.Posteriormente, en 1938, la Federaciónagregó demandas
tales como la eliminación de la Ley de Residencia, un incremento en la cantidad de
inspectores contratados por el Departamento del Trabajo y, asimismo, expresó su apoyo a la causa republicana en España y su oposición al racismo en Alemania4'. En 1940,
la Federación reiteraba su petición de agencias estatales que promovieranla agricultura
familiar y las cooperativas, evitando las unidades de producción agrícola en gran
escala4*. Una estimación precisa del tamaño, la influenciay la importancia relativa de la
Federación Santafecina se tendrá cuando se realice una investigación histórica en
profundidad. La Federación no apareció computada en el censo sindical realizado por
el Departamento Nacional del Trabajo en 1937, pero para 1941 había sido registrada
"Durruty (1 969, p. 1 14).
43 Así, los salarios nominales en la construcciónse Basladaron &la media nacional a principiosde la d k a d a
del '30 a estar por encima de ella después de 1936. Argentina, Departamento Nacional del Trabajo: Estadística de
las huelgas, Buenos Aires, 1940, p. 50.
44 Sobre el nuevo papel del sindicato en llevar adelante huelgas y mediaciones, ver Bolelh Inlomativo,
Epoca VII, W 220-21-22, 1939, p. 5334-40.
45 La Prensa, 20 de agosto de 1937, p. 20, y 27 de setiembre & 1937, p. 17. La FederaciónSantafecina del
Trabajo estaba formalmente afiliada a la CGT; sin embargo, no está claro si esta afiliación se hizo efectiva en
setiembre de 1937 o en abril de 1938 (ver La Prensa, 25 de abril de 1938, p. 18).
46 La Prensa, 7 de febrero & 1938, p. 17.
47 La Prensa, 2 1 de noviembre de 1938, p. 19.
48 La Prensa, 28 de enero de 1940, p. 17. Reunidos en Rosario, en 1940, los trabajadores rurales tambidn
demandaron un delegado sindical en cada cuadrilla, 'cuya obligación será la de velar por el &sempeiio eficiente
del personal, hacer y recibir toda clase de reclamaciones relacionadascon el trabajo, prohibir el juego de azar y el
expendio de bebidas alcohólicas, con excepción & medio litro de vino por cada comida" (La Prensa, 29 de enero
de 1940, p. 24).
336
ROBERTO P KORZENIEWICZ
con 4.000 miembros, constituyendo el decimosegundo sindicato en tamaño de la
Confederación General del Trabajo en ese momento49.
c) El desarrollo de alianzas políticas
Así como en las áreas urbanas, estos sindicatos de tipo industrial en las áreas
rurales trataron de desarrollar alianzas políticas más amplias con otros sectores sociales
en torno de temas tales como beneficios para la comunidad, subsidio estatal a los
precios y mejora de servicios50.En la actividad agrícola, mientras que las organizaciones sindicales presionaban exitosamente por mayores salarios, los arrendatarios, a
través de la Federación Agraria Argentina, reclamaban por su parte a las autoridades
estatales el establecimiento de precios agrícolas más altos5'. Las organizaciones
sindicales jugaron un rol activo en apoyar estas demandas, y a menudo contribuyeron a
la creación de Juntas de Defensa de la Producción organizadas para reclamar apoyo
estatal por mejores precios52.Durante las cosechas de 1935 y 1936 hubo numerosas
reuniones y manifestaciones organizadas por las Juntas que obtuvieron el apoyo
masivo no sólo de los trabajadores rurales, sino también de los comerciantes, los
arrendatarios y pequenos propietarios rurales. En una demostración organizada por
productores agrícolas en Rosario después de la cosecha del maíz de 1935, por ejemplo,
los manifestantes expresaban: "Es indispensable que en todos los pueblos de las zonas
agrícolas se constituyan Juntas de Defensa de la Producción compuestas de agricultores, arrendatarios y propietarios, obreros, comerciantes e industriales, las que deberán
[apoyar la demanda de precios más altos para el maíz y] exhortar a todas las fuerzas
que representen intereses genuinamente argentinos y libres de las trabas del capitalismo
monopolista externo e interno, para que concurran con su esfuerzo al triunfo de los
legítimos intereses de la masa agraria, de cuyo bienestar depende la vida de toda la
nación"53.
Las Juntas incluían no sólo a los productores de granos, sino también a los de
algodón y yerba mate del nordeste54. En abril de 1938, por ejemplo, las Juntas
organizaron huelgas y manifestaciones de comerciantes, trabajadores y empleados de
49 Ministerio del Interior, Departamento Nacional del Trabajo, Divistón de Estadística, Serie 6 (Estadísticas y
Censos), Número 9, Organización sindical; asociaciones obreras y patronales (Buenos Atres, 1941), p. 12. Debo
agradecer a un árbitro anónimo por la referencia a los datos de 1941, y a Joel Horowitz por proveerme datos
históricos sobre este período.
5 0 ~ ~ bestas
r e nuevas demandas ver Matsushita (1983,cap. VII)
5' Durante la cosecha del maiz en 1935, por ejemplo, la Liga Agrícola Ganadera de Buenos Aires pidió al
Ministerio de Agricultura aumentar el precio mínimo del maiz a $ 51100 kilos. La organización justificó en parte la
necesidad de precios más elevados señalando que "la juntada del maíz... fue en muchas zonas ... de agitación entre
los obreros, lo que trajo aparejado. . un alza que se calcula en un 15 por ciento, y así correlativamente, los gastos de
desgrane, acarreo y movimientos en la estación" (La Prensa, lQ
de junio de 1935, p. 12).
52Ver, por ejemplo, La Prensa. 24 de junio de 1935, p. 9.
La Prensa, l9
de julio de 1935, p 8. Ver también, La Prensa, 1 1 de marzo de 1936. p. 15.
54 En Oberá, provincia de Misiones, hubo una confrontación entre la policía y 400 productores agrícolas que
manifestaron para demandar por el precio & la yerba mate. La policía informó que una persona murió y seis
quedaron heridas, y que la confrontación ha sido producto de "elementos comunistas de nacionalidad rusa, polacos
y ucranianos, en número aproximado de 400, con bandera y estandarte de la Unión Obrera Campesina, atacaron al
pueblo de Obera, siendo repelida la agresión por las autoridades y pueblo en masa" (La Prensa, 16 de marzo de
1939, p 17).
LOS CONFLICTOS LABORALES ENTRE 1930 Y 1943
337
Misiones para protestar contra los límites a la producción de yerba mate impuestos por
el Poder Ejecutivo y para reclamar que se restringieran las importacione~~~.
En algunas áreas las Juntas tuvieron un éxito considerable. En la cosecha de 1936
el Estado finalmente incrementó el precio básico del maíz a $ 5 por vagón en dársena56.
A continuación del anuncio, el ministro de Agricultura seAaló "su firme propósito de
abandonar (...la política de precios mínimos) cuando los factores que gravitan en la
economia mundial se lo permitan sin perjuicios posibles para la riqueza nacional. El
agricultor no debe confiar en ella como factor permanente". En el mismo discurso, el
ministro exhortó a los productores agrícolas a valorar las nuevas medidas y evitar "los
halagos de los agitadores profesionales que les ofrecen situaciones excepcionales que
ningún gobierno responsable sería capaz de obtener en las actuales circunstancia^"^^.
Los esfuerzos de estos sindicatos por desarrollar alianzas políticas más amplias se
extendieron también a otros sectores del campo laboral. Por ejemplo, hubo un más
amplio activismo político entre los obreros de la construcción, especialmente desde
fines de 1939, cuando se produjo un masivo incremento de los precios luego de la
declaración formal de la guerra en Europa. Las agencias estatales, nacionales y locales
intentaron controlar la escalada de precios, y una ley nacional de represión de la
especulación fue aprobada con ese propósito. Esta crisis golpeó particularmente a la
construcción: como las importaciones de materiales declinaron, y los precios de estos
productos aumentaron, los empresarios se mostraron menos inclinados a realizar grandes inversiones en proyectos de construcción. En respuesta, el Sindicato Unico de
Obreros de la Construcción de Buenos Aires comenzó a accionar en la búsqueda de
apoyo público a la realización de obras a fin de superar la crisis, y argumentaba que
esto podía lograrse estimulando la fabricación nacional de materiales de construcción5*. A comienzos de la década del '40 los sindicatos de los obreros de la construcción hablan ampliado sus demandas5g.Hacia fines de 1942, la FONC hacía llamados a
la unidad nacional de todas la fuerzas populares y democráticas para fortalecer la
Constitución y la soberanía nacional y contra el fascismo y el fraude60.
d) La capacidad organizativa comunista y la acción represiva
El desarrollo de estas más amplias alianzas políticas necesitaba de un nuevo
discurso político de parte de los sindicatos. Gracias a su contribución en la formulación
de este discurso, los militantes comunistas lograron alcanzar y establecer rápidamente
!j5Ver La Prensa, 25 y 30 de abril & 1938.
56 Al hacer el anuncio del incremento del precio, la Junta Reguladora & Granos anunció que su "...principal
función ...es la de [ser] un mecanismo regulador, que no solamente debe evitar la precipitaciónanormal de laventa
de granos en los mercados. srno también contribuir a formar el precio natural de su valor para el productor
argentino, teniendo en cuenta la demanda y los precios internacionales" (La Prensa. 22 de marzo de 1936, p. 5).
57 La Prensa. 22 de marzo de 1936. D. 5.
58 La Prensa, 28 de setiembre de 1939, p. 15. Manifestaciones similares fueron realizadas en provincias del
interior. Sobre estos temas ver también Matsushita (1983, cap. VIII).
59 En 1941, por ejemplo. los sindicatos de la construcción llevaron adelante acciones en oposición al Poder
Ejecutivo en su intento de disolver el Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires, argumentando que "ahora
se comienza por el Concejo Deliberante,y tal vez manana se intente hacer lo mismo con el Congreso Nacional" (La
Prensa, 11 de octubre de 1941. p. 11)
La Prensa, 12 de diciembre de 1942, p. 11
338
ROBERTO P. KORZENIEWICZ
una posición fuerte dentro de los nuevos sindicatos industriales: "A diferencia del largo
camino lentamente recorrido por los socialistas antes de llegar a ocupar una posición
prominente en el movimiento sindical, el ascenso de los comunistas fue rápido y
e s p e c t a c u l a r " (Del Campo 1983, pág. 94). Los comunistas desplazaron a los sindicalistas y a los anarquistas y desafiaron la hegemonía prevaleciente de los socialistas en el
movimiento sindical.
Los comunistas fueron exitosos gracias a su habilidad para suscitar y unificar las
demandas de los trabajadores sindical izado^^^. El peso organizativo de los sindicatos
comunistas pronto s e hizo e v i d e n t e en todo el movimiento obrero o r g a n i z a d o :
"Mientras el número d e obreros d e lasorganizaciones sindicales creció alrededor del 1 8 %
entre 1936 y 1941, la cantidad d e afiliados a los sindicatos industriales casi s e duplicó. L a s
organizaciones lideradas por comunistas contabilizaron casl todo este aumento. El crecimiento d e los cuatro sindicatos de liderazgo comunista más importantes contribuía aproximadamente c o n el 9 3 % d e la expansión total d e la afiliación entre 1936 y 1941" (Tamarin 1985,
p á g . 152).
La rápida expansión de los sindicatos industriales perturbó a los círculos políticos
conservadores; fueron acusados de las huelgas y demostraciones violentas los activistas comunistas y hubo repetidos esfuerzos por prohibir su acción
El informe
policial anual de 1935 trataba en detalle la difusión de la influencia comunista en los
sindicatos, los partidos políticos más importantes y las organizaciones estudiantiles, y
advertía que debían implementarse medidas legales inmediatas a fin de organizar su
represión63. Las autoridades e s t a t a l e s introdujeron regulaciones dirigidas contra los
sindicatos que se estimabaestaban más influidos por la militancia comunista. Diferentes
leyes que prohibían las actividades comunistas y coordinaban su represión fueron
aprobadas durante 1936 en Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes, Córdoba, Mendoza,
San Juan, Salta, Tucumán y Catarnarca, y una ley nacional de represión del comunismo
6' Sin embargo, la influencia 'comunista'' en el movimiento sindical, y en particular en los sindicatos liderados
por éstos, no era necesariamente una demostración de la afinidad ideológica de los trabajadores con el Partido
Comunista ni con su línea política. En la medida en que los líderes sindicales comunistas obtenían beneficios
concretos para los trabajadores industriales, las cuestiones ideológicas permanecían en un plano secundario
(Tamarin, 1985, p. 152).
"En defensa de estas propuestas de reprimir al Partido Comunista y de combatir su influencia en los
sindicatos. el senador Sánchez Sorondo argumentaba en el Congreso, el 24 & noviembre de 1936, que' "...Yo
a f i n o con fe profunda en la salud moral congénita de nuestro pueblo. que estos reformadores de la bomba, de la
pistola y del puñal. no tienen origen ni arraigo argentinos. Son la resaca de la especie, que las olas extranjeras
arrojan a nuestras playas y que nosotros recogemos inconscientemente, sin advertir que contaminan nuestra vida.
Pero el país se enferma y comprueba que los gérmenes de la enfermedad son traídos precisamente por esos
recogidos, indeseables, y también que buena parte de sus perturbaciones económicas se deben a intrigas
sectarias; y aparece, entonces, como un imperativo del Estado, la necesidad de dictar reglas urgentes. severas,
drásticas, que extirpen la causa del mal y circunscriban entretanto sus efectos" (Sanchez Sorondo, 1938, p. 22).
La Prensa, 8 de marzo de 1936, p. 12. El informe anual de 1937 de la policía repetía que seguía
necesitándose la intervención polic~alen los cooflictos laborales debido a que 'La Confederación General del
Trabajo... se halla gobernada por militantes socialistas que han recibido el aporte de importantes fuerzas comunistas, siguiendo de este modo las nuevas directivas del Séptimo Congreso de la InternacionalComunista, tendiendo
a penetrar en el terreno político hacia el campo de la democracia y en el área sindical hacia la Federación Sindical
Internacional,según ha podido observarse en los gremios ferrov~arios.de la construcción y, en menor escala, en los
textiles. Esta táctica aspira a las posiciones preponderantes en la ConfederaciónGeneral del Trabajo asegurando la
futura organización de centros sindicales bajo el control comunista". El informe policial concluía: "...la propaganda
de esta idea disolvente en las principales instituciones democráticas que rigen este país, sigue siendo promovida
por los principales centros de Moscú; es por ello que continúa siendo conveniente legislar a fin & defender a la
sociedad de una seria amenaza .. " (La Prensa, 15 de febrero de 1938, p. 14).
LOS CONFLICTOS LABORALES ENTRE 1930 Y 1943
339
fue finalmente aprobada el 31 de diciembre de 1 9 3 6 ~Estas
~ . leyes fueron repetidamente utilizadas a fines de la década del '30, y particularmente a comienzos de la del '40,
para deportar a militantes sindicales, restringir el derecho de los trabajadores a reunirse
y arrestar a huelguistas y líderes sindicales en el transcurso de los conflictos laborales.
Reflexionando sobre el paquete inicial de medidas represivas contra las actividades comunistas aplicadas por su administración en la provincia de Buenos Aires, el
gobernador Fresco señalaba, en febrero de 1937, que "el ejemplo dado en este punto
ha sido luego seguido por otros gobiernos provinciales, asumiendo los caracteres de
una verdadera campaña nacional [culminando en una nueva ley aprobada por el
Congreso Nacional. Las doctrinas disolventes, subversivas y antinacionales han recibido así un rudo golpe, lo mismo que los partidos políticos que los secundan ostensiblemente o con culpable y vergozante complacencia". El mensaje del gobernador Fresco
culminaba con la observación de que "la represión del comunismo se ha generalizado
en todo el país y justificado en el mundo"65.Este tipo de discurso político no estaba
limitado a las autoridades estatales y a los empleadores: los líderes de la Unión
Sindicalista Argentina, por ejemplo, señalaban en 1937 que esa organización había sido
formada a fin de "agrupar en su seno a auténticos trabajadores; organizar el trabajo y la
producción argentina en sindicatos de pura esencia nacionalista; combatir las ideas
extremistas que traten de disolver nuestra nacionalidad, especialmente al comunismo y
socialismo, como también toda ideología política y diversas otras tendencias, a fin de
infundir en los hombres agrupados en sus filas el amor a la patria y el respeto a nuestra
tradición y a nuestros
Pero las autoridades estatales también sostuvieron que la represión y el uso de la
policía para mediar en los conflictos laborales eran mecanismos insuficientes para
asegurar una mayor colaboración y armonía social. Como indicaba el director del
Departamento del Trabajo de la provincia de Buenos Aires, "a través de todos los
esfuerzos realizados para construir la organización sindical y en su lucha por mejoras, la
policía se ha presentado siempre como una institución represiva, poco capacitada para
lograr soluciones satisfactorias".De acuerdo con esto, la policía no debería ser utilizada
en conflictos laborales, "con objeto de evitar que el peso coercitivo de una empresa del
~~.
estado pueda gravitar en favor o en contra de cualquiera de las partes en c o n f l i ~ t o "En
cambio, tanto las autoridades nacionales como las provinciales argumentaban que
debían hacerse mayores esfuerzos a fin de mejorar la capacidad del Departamento del
Trabajo de intervenir en estos conflictos.
4. La regulación estatal
a) El papel creciente de los deparfarnentos del trabajo
Desde la perspectiva de la regulación estatal, el período de mediados de la
década del '30 representa una importante transición. Con anterioridad a 1935, el
La Prensa, 4 de noviembre de 1936, p. 22; 11 de noviembre de 1936, p. 13; 19 de noviembre de 1936, p.
18; 13 de diciembre de 1936. p 15; 25 de diciembre de 1936, p. 12; 1 de enero de 1937, p. 7; y 14 de agosto de
1941, p. 12.
65 La Prensa, 18 de febrero de 1937, p 19.
La Prensa, 28 de setiembre de 1937, p. 21.
La Prensa, 24 de junio de 1935. p. 22.
ROBERTO P. KORZENIEWICZ
CUADRO 3
Registro de huelgas y mediación de agencias estatales.
Argentina, 1930-1943
Ario
Número de
huelgas
registradas
Huelgas sin
registro de
mediación
(%I
Huelgas
con registro
de mediación
por Departamentos
del Trabaio (%I
Huelgas
con registro
de mediación
por otras
aaencias (%)
Fuente: La Prensa, 1930-1943
Nota: La distribución porcentual no suma necesariamente 100 debido a que hay casos que incluyen mediación
de Departamentos del Trabajo y otras agencias estatales.
Departamento Nacional del Trabajo (DNT) tenía muy poca ingerencia en conflictos
laborales68.En marzo de 1935, cuando los empleadores le solicitaron que mediara ante
los obreros de la construcción, el director del DNT respondió que su organismo no tenía
facultad legal para intervenir en tales conflictos, y que aunque la mediación fuera
solicitada por ambas partes, sólo podía actuar facilitando reuniones entre trabajadores y
empleadores. Y en noviembre de 1935, en medio de una importante huelga de los
obreros de la construcción, el director del Departamento del Trabajo de la provincia de
Buenos Aires se lamentó de que ni los obreros huelguistas ni los empleadores hubieran
requerido la mediación pública en el conflicto69.
Los cambios producidos en respuesta a los conflictos laborales se destacan en el
cuadro 3. Como sugiere este cuadro, la mediación estatal no era inexistente a principios
de la década del '30, pero permaneció en niveles relativamente bajos e involucrando a
una multiplicidad de agencias estatales muy diferentes de los departamentos del
trabajo (como ser jefes de policía, ministros y comisiones parlamentarias especiales).
Entre 1935 y 1937, por otro lado, hubo una rápida escalada en los casos de conflictos
laborales que fueron registrados por la prensa como mediados por los departamentos
@Huboun breve lapso de excepción en los meses iniciales que siguieron al golpe de 1930. cuando el nuevo
régimen especuló con la idea de promover la incorporación corporativa del trabajo organizado. Este esfuerzo fue
rápidamente abandonado y reemplazado con medidas más represivas contra los sindicatos existentes
69 La Prensa, 27 de marzo de 1935, p. 13, y 17 de noviembre de 1935, p. 22
LOS CONFLICTOS LABORALES ENTRE 1930 Y 1943
34 1
de trabajo tanto nacional como provinciales. Luego, el panorama permanece en el
mismo nivel. A fines de los '30 y comienzos de los '40 hubo también una gran cantidad
de conflictos entre el trabajo y el capital que fueron efectivamente mediados y resueltos
por el DNT antes de que entorpecieran la producción a través de una huelga o cualquier
otro tipo de medida70.
Pese a que falta todavía realizar una investigación sustancial acerca de las
modalidades de mediación estatal durante la década del '30, así como sobre la relación
entre el DNT y sus contrapartidas provinciales, Gaudio y Pilone (1983 y 1984) han
examinado con algún grado de detalle las tendencias en la mediación estatal y la
intervención antes de la emergencia del peronismo. Como han indicado estos autores,
la mediación estatal y la intervención ocurrían en un amplio espectro de categorías
ocupacionales, tales como los obreros ferroviarios, textiles, de la construcción,
confeccionistas, empleados de comercio y muchos otros7'. En múltiples casos, la
mediación estatal lograba frenar las represalias de los empleadores contra los trabajadores en huelga; también intervenía para incrementar salarios, crear comisiones de
ambas partes para regular y mejorar las condiciones de labor, pautar la intensidad del
trabajo, asegurar el cumplimiento de acuerdos previos o introducir salarios familiares.
Finalmente, en muchas empresas industriales fueron establecidas comisiones con
participación de los empleadores, el DNT y los representantes sindicales para regular
salarios, horarios y condiciones de trabajo.
Luego de la huelga de fines de 1935 y principios de 1936, tal como ocurrió con
otros sindicatos industriales, los obreros de la construcción procuraron activamente la
mediación estatal para resolver sus conflictos con la patronal7*.También el sindicato se
unió a los esfuerzos del Estado por instituir comités de arbitraje mixtos permanentes que
comprendieran a trabajadores, empleadores y autoridades estatales. Tamarin explica
de esta manera la actitud política prevaleciente en la FONC a fines del '30 y principios de
los '40:
'La ... respuesta a la intervencidn policial era apelar directamente a los departamentos de
trabajo nacional y provinciales para que arbitraran sus disputas. La FONC y el Sindicato Unico,
así como la Unidn Ferroviaria, buscaron la benevolencia y el arbitraje para las disputas
laborales, siempre que fuera posible,con la esperanza de evitar la intervención policial. Todas
las huelgas importantes de la construcción(1.000 o más huelguistas)entre 1937 y 1940 fueron
solucionadas a través de la mediacióndel Departamento Nacional del Trabajo, generalmente a
pedido del sindicato' (Tarnarin, 1985, p. 148).
O' Entre enero y agosto de 1942, por ejemplo, el Departamento del Trabajo de la provincia de Buenos Aires
informaba que de 99 conflictos, 70 habían sido resueltos a través de su mediación sin ninguna perturbación del
trabajo. (La Prensa, 15 de noviembre de 1942, p. 11).
7 ' En el caso de los obreros ferroviarios, las negociaciones con las autoridades estatales eran de particular
importancia, debido a que la nacionalización de los ferrocarriles comenzó a aparecer como una vía potencial de
incrementos salariales. Los obreros del ferrocarril Central Córdoba. por ejemplo, en una reunión con el presidente
Justo, fueron informados de que los descuentos salariales cesarían de inmediato si el Estado adquiría los
ferrocarriles (La Prensa, 13 de junio de 1937, p. 13). A diferencia de lo que sucedía con otros trabajadores, en todo
caso, la mediación pública de los conflictos capital-trabajo en los ferrocarriles fue a menudo llevada adelante por el
Departamentodel Trabajo, aunque la agencia careciera de jurisdicción en esta área de la acüvidad económica. En
las 110 instancias de conflictos laborales en los ferrocarriles registrados por La Prensa entre 1935 y 1943, por
ejemplo, todas las instancias de mediación (25,5 % de todos los informes) involucraban a altas autoridades del
Poder Ejecutivo, predominantemente del Ministerio de Obras Públicas. pero también del Senado y del mismo
presidente de la República.
72 Bolelín Informalivo, vol. XVIII, NP 192-3-4,1936, p. 4460-86.
342
ROBERTO P. KORZENIEWICZ
A través de estos esfuerzo la FONC logró una amplia gama de acuerdos no sólo
sobre salarios, horarios y condiciones de trabajo, sino también sobre cuestiones tales
como "el por ciento de obreros locales que deberá trabajar en cada obra"73.
De modo similar, la intervención estatal en las relaciones capital-trabajo en las
áreas rurales sufrió dos cambios significativos. En primer lugar, tras la ola de huelgas de
1935 y 1936, la intervención estatal directa fue mucho más intensa a través de los
departamentos de trabajo nacional y provinciales. Esta es un área que aguarda
investigaciones específicas, pues muy poco se ha escrito sobre las trayectorias de las
diferencias existentes entre los departamento del trabajo a nivel nacional y provincial.
Ciertamente, algunas provincias (como Santa Fe y Buenos Aires) tuvieron departamentos de trabajo muy activos. Por ejemplo, la mayoría de las huelgas mediadas por estos
organismos a comienzos de la década del '30 involucraban al Departamento del Trabajo
de Santa Fe. Como hipótesis preliminar, parecería que las agencias más activas e
influyentes lo fueron en aquellas provincias caracterizadas por niveles de conflicto
laboral relativamente altos (ver cuadro 2).
Sin embargo, también en Santa Fe, y aún en 1935, la mediación del Departamento
del Trabajo en las zonas agrarias era generalmente denunciada como ineficiente o
inexistente. Más bien, la respuesta frecuente de las autoridades a la protesta laboral se
daba a través de la acción policial en forma directa contra los sindicatos organizadores
y los huelguista^^^. Sin embargo, luego de la ola de huelgas que acompañaron a la
cosecha de malz de 1935, la respuesta de los agricultores y acopiadores de cereal a los
conflictos generalizados consistió en reclamar una mayor intervención directa de la
autoridad estatal en la regulación de las relaciones capital-trabajo en el campo. Basándose en que las demandas de los trabajadores no eran razonables y en la existencia de
diferencias anárquicas de costos de producción de una zona a otra, los comerciantes
cerealeros reclamaron al Ejecutivo nacional la sanción de "una ley destinada a someter
el trabajo rural a normas uniformes y de estricta equidad"75.
La mediación de los departamentos del trabajo, tanto nacional como provinciales,
en áreas agrícolas era ampliamente conocida desde 1936: en diciembre de ese año
fueron frecuentes las reuniones entre representantes estatales, patronales y obreros
para establecer acuerdos y prevenir la recurrencia de huelgas durante las siguientes
cosechas76.También las autoridades provinciales comenzaron a aplicar medidas para
regular las condiciones de trabajo en el campo. En noviembre de 1937, adoptando las
recomendaciones del DNT, el Poder Ejecutivo nacional estableció por decreto un salario
mínimo rural, por día y por mes, para los territorios nacionales, regulando también las
condiciones de trabajo, las formas de pago salariales, el alojamiento y las horas de
descanso, entre otras cuestiones. De ahí en adelante, el DNT utilizó estas disposiciones
73 La Prensa, 29 de abril de 1939, p. 15.
74 Durante la cosecha &l maíz de 1935 en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, el ministro & Gobierno
convocó a la policía a que '...garantice, en forma severa, pero justa. la libertad de trabajo del obrero del campo,
alejando a los elementos disolventes y enemigos del trabajo pacifico" (La Prensa, 12 de abril & 1935, p. 13). El jefe
de Policla provincial respondía convocando a sus subordinados a controlar el conflicto laboral: 'es digna... y
necesaria la protección [al] obrero contra toda acción disolvente y perturbadora & quienes, con apariencia &
propósitos lícitos, no son otra cosa que agitadores profesionales que atentan contra [la] riqueza y contra el interés
de la nación y conspiran, en definihiva, contra la patria" (La Prensa, 13 de abril de 1935, p. 12).
75 La Prensa, 19 de junio & 1935. p. 20.
7"a Prensa. 14 de diciembre de 1936, p. 22.
LOS CONFLICTOS LABORALES ENTRE 1930 Y 1943
343
como una guía para la mediación de los conflictos entre empleadores y trabajadores
rurales77.
A fines de la década del '30, el gobierno bonaerense estableció salarios, horas de
labor y condiciones de trabajo para la mayoría de trabajadores del agro (con exclusión
de quienes participaban de las cosechas). Los funcionarios provinciales justificaron
estas nuevas regulaciones argumentando que estos cambios eran imprescindibles
para una transformación estructural en las relaciones capital-trabajo: "...es de justicia
reconocer que el trato patriarcal de los viejos estancieros ha sido para ellos humano y
comprensivo, pero las nuevas condiciones de explotación... distan hoy muy lejos de
aquella acción patriarcal que suponía, entre otras cosas, un contacto directo entre el
patrón y su genten7*.
6) Las organizaciones sociales y políticas ante la mediación estatal
A escala nacional, la creciente regulación estatal de las relaciones capital-trabajo
se introdujo en parte como respuesta a las demandas formuladas por las organizaciones sociales y políticas7g.La Liga PatrióticaArgentina sostenía que el DNT debía poseer
mayores atribuciones para intervenir de modo efectivo en la mediación de los conflictos,
A fines de 1936, una "Comisión de
para evitar huelgas tales como las de 193.5136~~.
Damas" se reunió con el presidente Agustín P. Justo para solicitar que el gobierno
construyera viviendas baratas para los trabajadores, ejerciera mayor control sobre la
remuneración al trabajo doméstico mediante inspecciones a cargo del DNT, estableciera un salario familiar con regulación compensatoria según la carga de familia y fijara
salarios mínimos de acuerdo con las regiones y tipos de trabajo, "con prescindencia de
la edad y el sexo para evitar, entre otros males, que los obreros adultos sean reemplazados por menores y mujeres a quienes se paga un salario inferiorw8'.En 1937, en una
asamblea del Partido Demócrata Nacional en la que se lanzaba la candidatura de la
fórmula presidencial Ortiz-Castillo, se demandó la creación de un Ministerio de Trabajo,
Asistencia y Previsión Social, y nuevas leyes laborales que legislaran sobre salarios,
seguridad social, accionar de los sindicatos y canales de mediación oficiala2.
Con un propósito similar, monseñor Miguel De Andrea afirmó, pocos aAos después, que "No somos revolucionarios... sino para alzarnos contra todo lo que está
incubando la revolución. Somos en este caso colaboradores de una dependencia del
Estado, a la cual ojalá se la invistiera de mayor autonomía, eficiencia y autoridad: el
Departamento Nacional del TrabajonE3.
Con este propósito y en nombre de la Iglesia, De
77 La Prensa, 28 de noviembre de 1937, p. 15. Los representantes de los empleadores rurales solicitaron la
reducción del 15 % de los salarios recién establecidos, pero los representantes del Departamento del Trabajo
rechazaron esta solicitud (La Prensa, 15 de diciembre de 1937. p. 12).
La Prensa, 22 de diciembre de 1939, p. 25.
7 9 ~ se~seaalara
m ~ en Korzeniewicz (1989 b), los esfuerzos iniciales realizados por las agencias estatales
para mediar en los conflictos capital-trabajo pueden ser rasbeados hacia atrás hasta los comienzos del siglo.
Nuevamente. como indicó un árbitro anónimo de este articulo, la naturaleza de las relaciones entre el Departamento
Nacional del Trabajo y las agencias provincialeses un tema que merece mayor investigación histórica.
La Prensa, 10 de enero de 1936, p. 11.
La Prensa, 10 de noviembre de 1936, p. 12.
82 La Prensa, 26 de junio de 1937. p. 11.
La Prensa, 14 de mayo de 1939. sec. V, p. 1.
*
344
ROBERTO P. KORZENlEWiCZ
Andrea reclamaba una intervención estatal más activa que asegurara pleno empleo y
mejores salarios. Durante un encuentro organizativo en mayo de 1937, monseñor De
Andrea señaló:
'Debo insistir en llamar la atención sobre un hecho que no se quiere comprender. En las
filas del pueblo. el campo mejor dispuesto para los cultivos revolucionarios es el estómago más
que el cerebro. El vehículo popular del comunismo no es la ideología, es el hambre!... Hoy la
cruzada de la pacificación social está identificada con el mejoramiento
También los empleadores mostraron su preocupación por una mayor regulación
estatal. A menudo declaraban que cuestiones tales como horarios, feriados, trabajo a
destajo, seguros y seguridad laboral fueran regulados por políticas estatales y que
incluso no formaran parte de los acuerdos contractuales obrero-patronales, aconsejando a los trabajadores dirigir sus preocupaciones a las instituciones políticas85.En 1936,
la Asociación Textil Argentina solicitó al Congreso la aprobación de una ley que regulara
el salario mínimo, con escalas de remuneraciones establecidas por una comisión
tripartita compuesta por trabajadores, empleadores y representantes del DNTE6.De
modo similar, la Unión Industrial Argentina proponía que el salario mínimo fuera fijado en
convenios colectivos por industria y región, que se establecieran tribunales de arbitraje
para resolver los conflictos entre el capital y el trabajo. y evitar huelgas y lock-outs.
Asimismo, la UIA sostenía que tanto empleadores como trabajadores debían estar
formalmente organizados "para que la defensa de los intereses de estas dos fuerzas
sea ejercida por entidades verdaderamente representativas del título que invocan y
responsables de sus deterrninaci~nes"~~.
Más precisamente, los empleadores veían la
imposición explícita de las regulaciones laborales como esencial para minimizar las
presiones entre las partes88.
Por supuesto, no todos los empresarios estaban felices con el resultado de la
mediación estatal, y algunos consideraban la mediación del DNT como perjudicial a sus
intereses. En 1938, por ejemplo, intermediarios cerealeros santafecinos fundaron el
Centro de Acopiadores de Cereales del Sur de Santa Fe, en un esfuerzo por organizar
84 La Prensa, 14 de mayo de 1937, p. 11. Monseñor De Andrea, más tarde, aplaudió la decisión de algunos
empleadores de aumentar los salarios, señalando sus mayores expectativas: "Quiero la sustitución paulatina de las
clases por el establecimiento progresivo de las asociaciones profesionales" (La Prensa, 29 de mayo de 1937, p. 8).
Ver también La Prensa, 19 de noviembre de 1939, p. 12.
85Ver Boletin Infomaiivo, vol. XVIII, N" 192-3-4, 1936, p. 4467.
86 La propuesta también sostenía que "el salario para la mujer no será en ningún caso inferior a los dos tercios
del que se fije para el hombre en cualesquiera de las categorías" (La Prensa, 19 de setiembre de 1936. p. 12)
La Prensa, 22 de setiembre de 1936, p. 12.
88 Persiguiendo el logro de un nuevo convenio laboral en la construcción, los representantes de los
empleadores requirieron del gobierno no dar ningún contrato a compañías que no observaran el nuevo reglamento
de horarios y salarios (Bolelin Inforniaiivo, vol. XVIII, N" 192-3-4, 1936, p. 447). Solicitudes similares fueron hechas
por empresarios textiles y de las compañías de aceite vegetal, siguiendo sus propios nuevos convenios laborales
(Bolelin Inlormativo, vol. XIX, N" 204-5. 1937. pp. 4852-7; y Bolelin Inlormalivo. vol. XIX, N" 208-9. 1937, p . 4983). En
enero de 1939, reunidos con representantes del Departamento del Trabajo para firmar un nuevo convenio con sus
trabajadores, los empresarios textiles enfatizaron que un convenio coiectivo mediado por el Estado era necesario
"racionalizar la industria textil en todos sus aspectos, evitando una competencia que causa graves daños" (La
Prensa, 8 de enero de 1939, p 16) Estas declaraciones corroboran a Gaudio y Pilone, quienes en sus conclusiones
destacan el apoyo empresario en pro de condiciones de trabajo homogéneas, a fin de asegurar que su introducción
no afecte sus costos laborales relativos
LOS CONFLICTOS LABORALES ENTRE 1930 Y 1943
345
"la defensa de los intereses de los comerciantes de la zona sur de la provincia,
amenazados... por la política que viene siguiendo el Departamento del Trabajo de la
provincia frente a los conflictos obreros"89.En el mismo ano, la Sociedad Rural de Santa
Fe criticó la legislación laboral introducida por el senado provincial al favorecer al trabajo
y no tener en cuenta
"la influencia que esos sind~catosorganizados, con enormes privilegios y facultades,tendrán
en el destino polltico de la Nación, o... la coacci6n que el trabajo perfectamente organizado en
los sindicatos ejercerá en perjuicio del capital desorganizadoy obligado a competir en el orden
interno y externo, o en la suerte del colono que ver&, si los sindicatos lo quieren, perder su
cosecha en el campo, o que trabajará sin estímulo, porque su renta será absorbida por el
trabajo, máxime que no se le permite trillar y transportar la cosecha con elementos familiares y
propiosng0.
Finalmente, los propios trabajadores formularon demandas por una mayor regulación del Estadog1.El movimiento obrero organizado persiguió activamente la mediación
estatal, pues ello implicaba el reconocimiento oficial de los sindicatos y sus liderazgos
por parte del DNT (así como por las propias patrona le^)^^. Hacia mediados de los '30,
las organizaciones laborales trataban de mantener abiertos canales oficiales con el
gobierno y los discursos socialistas y comunistas enfatizaban crecientemente que las
prácticas sindicales debían estar subordinadas a las estrategias formuladas por sus
respectivos liderazgos políticosg3.Y a fines de la década del '30
'la CGT, en conformidad con sus sindicatos líderes, reclamaba por un mayor papel estatal en
el mejoramiento de las relaciones laborales, urgiendo al DNT a tomar una mayor iniciativa en
arbitrar las disputas entre el trabajo y el capital. La CGT frecuentemente tomaba ejemplos del
89 La Prensa, 19 de abril de 1938, p. 18
La Prensa, 11 de agosto de 1938, p. 19. Más aún, de acuerdo con los acopiadores cerealeros asociados
en la Sociedad Rural de Cerealistas de Rosario, la necesidad de competir en el mercado Internacional los condujo a
adoptar mejoras en la maquinaria agricola y en los medios de transporte que les permitían bajar los costos de
producción. Estas mejoras estaban conduciendo a aumentar el desempleo rural. llevando al Departamento del
Trabajo a apoyar las demandas de los trabajadores.A través de esta intervención, de acuerdo con los empleadores,
el Departamento del Trabajo estaba neutralizando el impacto de las innovaciones sobre los costos, elevando
artificialmente el nivd de salarios prevaleciente (La Prensa, 29 de noviembre de 1937, p. 20).
91 Por supuesto, también hubo criticas a la regulación estatal. La Federación Socialista Bonaerense criticó al
Departamento del Trabajo de la provincia de Buenos Aires por subordinar a los sindicatos a las políticas del
gobierno provincial, y por favorecer 'los intereses de la clase patronal y las grandes empresas" (La Prensa, 17 de
abril de 1939, p. 23).
92 Numerosos sindicatos con fuerte influencia comuncsta, como el Sindicato de Obreros Albañiles, Cemento
Armado y Anexos, la Unión Obrera Textil y la Federación Obrera del Vestido, abiertamente brindaron su apoyo a las
acciones del DNT dirigidas a reforzar las regulaciones de horarios, salarios y feriados; el DNT eventualmente utilizó
estas aseveraciones escritas de apoyo en el Congreso para defender sus políticas y esfuerzos de mediación
(Boletin Informalivo,vol. XIX. N" 208-9, 1937, p . 4994).
g3 Una aseveración bastante difundida en los estudios laborales ha sido que la estrategia comunista en el
movimiento obrero organizado estaba caracterizada, primordialmente, por el seguimiento de la política exterior de
Moscú por parte del liderazgo nacional en la Argentina (ver, por ejemplo, Marotta, 1970, p. 375. y Matsushita, 1983,
pp. 163-6 y 219-21). Este tema vinculado a la historia institucional del Partido Comunista, es digno de mayor
investigación pero sin duda que esta subordinación era realmente significativa Durruiy (1969) fue la primera que
sugirió la existencia de una gran grieta entre la estrategia de los líderes del Partido Comunista y las prácticas de sus
organizadores sindicales, e incluso Matsushita (1982, p. 232) reconoce esta posibilidad. En realidad, como ya he
senalado en este artículo, las similitudes entre las dos guerras mundiales en moderar el conflicto laboral sugieren
que otros procesos (tales como una menor migracibn o el mas lento crecimiento económico) pueden influir en la
declinación del conflicto en mayor medida que las estrategias del Partido Comunista.
346
ROBERTO P. KORZENIEWICZ
New Deal en los Estados Unidos o del obrerismo de Cárdenas en Mexico para respaldar sus
argumentaciones" (Tamarin, 1985, p. 146).
Desde la perspectiva de las organizaciones laborales, la mediación estatal era
vista también como un mecanismo efectivo para presionar por sus demandas. Aceptando una oferta de mediación del Departamento del Trabajo y suspendiendo la amenaza
de huelga general de los trabajadores rurales, la Federación Santafecina del Trabajo
setialaba "que sus métodos de lucha son conquistar la sanción de leyes que regulen las
relaciones entre el capital y el trabajo en forma equitativa... La huelga es el último recurso
a que apelará como medio para conquistar mejoras indispensables para el bienestar de
los trabajadoresug4.
c) Las autoridades estatales y la mediación
Las mismas autoridades estatales justificaban la regulación del Estado como
necesaria para controlar el conflicto laboral. Demandando la creación de un Consejo del
Trabajo, el gobernador Fresco sostenía que
"se impone la creacidn de una instancia a cargo del Estado para dirimir los conflictos entre el
capital y el trabajo, para que el primero no use a su arbitrio los resortes de influencia y
prepotenciaque están a su alcance y afin de que el segundo tampoco use a su arbitrio la fuerza
del número, la agitación y la propaganda corn~nista"~~.
Fresco expresó conceptos similares en una manifestación de trabajadores rurales
en apoyo de sus reformas a la administración laboral:
"Procuramosbuscar dentro de la legalidad y de la paz, los procedimientos indispensables
para evitar las huelgas. Huelgas que hoy son un arma al servicio de las utopías de la izquierda,
huelgas que en el 99 por ciento de los casos pueden evitarse... Nuestra política no es de lucha
de clases, sino de concordancia de clases"96.
Las autoridades nacionales justificaban la mayor regulación estatal en términos
parecidos. En un discurso ante empresarios de la industria y el comercio, el candidato
presidencial Roberto M. Ortiz señalaba: "Debe ser preocupación de los gobiernos ...
elevar el 'standard' de vida de los trabajadores, con lo que se inmunizará el organismo
social contra la peligrosa infiltración de ideas extremistas, generalmente frutos de la
angustia y el desamparong7.
La participación en los nuevos acuerdos institucionales limitaba a los sindicatos y
a su militancia al someterlos en parte a las regulaciones estatales y a los convenios
94 La Prensa, 6 de junio de 1938, p. 24.
95 La Prensa, 2 de abril de 1937,p. 20. La propuesta fue prontamente aprobada por el Senado de la provincia
de Buenos Aires, y fue evaluada en términos positivos por editoriales de La Prensa (ver 24 de abril de 1937 y 29 &
abril de 1937).
96 La Prensa, 19 de julio de 1937, p. 21. Finalmente, luego de que la limitación de las horas de trabajo los
sábados fve aprobada por la legislatura de la provincia de Buenos Aires a principios de 1938, un funcionario del
gobierno provincial señalaba que la nueva medida 'constituía una etapa del proceso de pacificación obrera en la
provincia" (La Prensa, 14 de enero de 1938, p. 17).
97 La Prensa, 10 de agosto de 1937, p. 12.
LOS CONFLICTOS LABORALES ENTRE 1930 Y 1943
347
colectivos. Por ejemplo, los convenios firmados entre los trabajadores y empleadores en
la producción lanera textil incluían cláusulas por las cuales "las partes se comprometen
a no recurrir a huelgas o 'lock-out' sin haber antes agotado instancia razonable con
intervención [del Departamento Nacional del T r a b a j ~ ] "Asimismo,
~~.
en la firma de un
acuerdo con la dirección del Ferrocarril del Pacífico se establecía "aue la Unión
Ferroviaria se comprometa a cumplir el convenio, sin que permita, bajo ning'una circunstancia, que sus secciones apelen a medios de acción directa, comprometiéndose,
además, cuando así ocurra, a agotar los medios a su alcance para evitarlo"99.Este tipo
de acuerdos tenía como contrapartida frecuentes conflictos entre la conducción nacional de los sindicatos y sus seccionales, así como entre organizaciones sindicales
competidora^'^^.
En realidad, el supuesto sobre el que descansaban estos cambios institucionales
era que la mediación estatal podría funcionar en la medida en que los términos del
acuerdo implicaran beneficios para los trabajadores pero mayor control sobre la
conflictualidad laboral. En 1937, por ejemplo, en respuesta a las demandas de mayor
intervención estatal en la regulación de los salarios de las obreras de la industria de la
confección, el director del DNT senalaba que así como el sindicato debía necesariamente luchar por mayores beneficios
"la intervención del Estado para aumentar los salarios sólo puede ser eficaz cuando cuenta
también con el apoyo de organizaciones profesionales capaces de mantener ciertos principios
de disciplina, orden y concurrencia legal entre los trabajadores... La mejor justificacidn de las
leyes de salarios mínimos está en el hecho de que suscitan el nacimiento o desarrollo de las
organizaciones obreras que han de respaldarlas luego"101.
Esta declaración resulta significativa pues indica el grado en el cual se esperaba
de los sindicatos el desarrollo de mecanismos internos de control disciplinario102.Pero
es también significativa porque sugiere que los funcionarios estatales del DNT advertían
ya qué reformas políticas podrían eventualmente brindar nuevos incentivos para el
La Prensa, 20 de febrero de 1937, p. 15.
99 La Prensa, 28 de marzo de 1935, p. 16. Después de una serie de huelgas breves, el Ministerio de Obras
Públicas achiirtió a la Unión Ferroviaria y La Fraternidad que podrían ser castigadas a menos que controlaran a los
sindicatos locales a fin de evitar interrupciones en el servicio ferroviario (La Prensa, 8 de mayo de 1938, p. 9).
l W L aalta tasa de conflicto laboral entre los trabajadores ferroviarios. de acuerdo con los observadores de la
prensa, era el producto de "la fuerte puja en que se hallan las entidades que compiten en la tarea de acrecentar sus
respectivos contingentes, [que] parece estimular una constante preocupación por demostrar la mayor eficacia en el
éxito de las gestiones en defensa del interés gremial" (La Prensa, 19 de julio de 1939). En 1937, por ejemplo, la
sección Central Córdoba de la Unión Ferroviaria fue censurada por llevar adelante un paro contra las órdenes de las
decisiones del último congreso (La Prensa, 25 de junio de 1937, p. 21). Entre 1935 y 1943, La Prensaexplícitamente
destacó la no sanción oficial de cerca del 15 % de todos los casos de conflicto laboral en los ferrocarriles. Ninguno
de estos casos parece haber contado con la mediación pública.
'O' La Prensa, 21 de mayo de 1937, p. 12.
t o 2 E ~ tmecanismos
o~
de control interno no se desarrollaronsin desafios. En los ferrocarriles, a comienzos de
la década del '20. pero con más claridad durante la del '30, la conducción del sindicato ferroviario enfrentó tres
desafíos simultáneos y estrechamente relacionados. Primero, los trabajadores no calificados comenzaron a cuestionar la hegemonía de los trabajadores calificados en el sindicato. Segundo, la conducción establecida comenzó a
enfrentar una creciente competencia de otras tendencias políticas dentro del sindicato: el más importante de estos
desafíos provino de las tendencias comunistas, que eran particularmente exitosas en organizar a los trabajadores
no calificados insatisfechos (Tamarin, 1985,p. 154).Finalmente, la conducción del sindicato ferroviario (junto con los
portuarios y trabajadores y empleados públicos) enfrentó un desafío a su hegemonía por parte de otros sindicatos
en la Confederación General del Trabajo (CGT).
348
ROBERTO P KORZENIEWICZ
desarrollo de las organizaciones sindicales103.Este argumento es el que, precisamente,
ganaría mayor fuerza luego del golpe de 1943.
d) Las demandas de protección industrial
Existe otra área en la que la demanda de regulación estatal se manifestó claramente: tanto los trabajadores como los empresarios buscaron mejorar su propia posición
demandando medidas proteccionistas. Esto fue particularmente evidente en el caso de
la producción textil. En 1937-38 los propietarios de industrias textiles perdían mercados
y responsabilizaban de ello a la competencia desleal y a las prácticas proteccionistas
seguidas por Japón, Italia y Alemania -la ventaja particularmente desleal de Japón e
Italia, según los reclamantes, se debía a los bajos salarios que pagaban a sus trabajadores-'O4. La Unión Obrera Textil se unió a esas demandas, reuniéndose con el ministro
del Interior para quejarse del estancamiento en el que se hallaba la industria y reclamar
la intervención estatal para prevenir prácticas proteccionistas y la competencia deslea1Io5.Asimismo, una delegación de la UIA, al visitar al presidente para reclamar contra
el dúmping y pedir la intervención pública en favor de la industria, sostuvo que "el clamor
no es tan sólo de los industriales, sino de miles de obreros sin trabajo"lo6. Hasta La
Prensa reconocía que "...no podemos fundar nuestros planes económicos para el
porvenir en la ilusión de seguir siendo uno de los graneros del mundo"107.
Poco después, el Ejecutivo envió un proyecto al Congreso reforzando medidas
restrictivas. La Unión Obrera Textil apoyó estos proyectos declarando que "las medidas
propiciadas contra la introducción de mercaderías a precios menores al costo real de la
producción son necesarias para la independencia económica del país", pero sefíalaba
que éstas debían ser acompañadas por mayores regulaciones de las relaciones capitaltrabajo:
"De no establecerse concurrentemente con las medidas contra el 'dúmping' una reglamentación del trabajo, escalafón y salarios remuneradores para los obreros..., los magnates de la
industria la llevarán al monopolio.Se dejará a los obreros librados a la misma precaria situación
en que se encuentran en la actualidad, si no otra peor, en perjuicio del mismo desarrollo de la
industria, entregándose a los consumidores a la avaricia m o n ~ p o l i s t a " ~ ~
'O3 El último punto generó un significativo debate. Un editorial de La Prensa. por ejemplo, criticaba
fuertemente la idea de que el Departamento de Trabajo debiera promover el desarrollo de organizaciones
sindicales. "No le cuadra a la repartición. , nos parece. incitar de ese modo a crear nuevos factores en la lucha de
clases. El Estado, por su parte, debiera tender a suprimirla hasta donde sea viable por medio de la imposición de
normas que aseguren la efectividad de una justicia distributiva que haga innecesario apercibirse para la defensa
por haber quedado eliminadas las causas que impulsan a las reacciones colectivas" (La Prensa, 22 de mayo de
1937, p. 8).
'O4 La Prensa, 18 de junio de 1938, p 11
'O5 El Ministerio del Interior respondía posteriormente que "lo principal, en este momento. es dar trabajo a los
obreros; [ ..] el 'dumping' afecta a los trabajadores, a los industriales y al Estado, y... éste no tolerará que se
introduzcan mercaderías a precios más bajos que el valor local de la producción, cualesquiera que sean las
causas" (La Prensa, 30 de junio de 1938, sec III, p 3)
La Prensa, 8 de julio de 1938, p . 10.
'O7 La Prensa, 4 de diciembre de 1942, p . 4. En ocasiones, había también oposición al crecimiento de las
regulaciones estatales. Ya en 1942, de acuerdo con un editorial de La Prensa, un capitán & barco señalaba 'que
preferiría afrontar una docena de submarinos alemanes antes que las formalidades portuarias de Buenos Aires" (19
de abril & 1942, p . 6).
'O8 La Prensa, 15 de setiembre de 1938, p 11 Ver también La Prensa, 12 de agosto & 1938, p . 12; y 7 de
setiembre de 1938, p. 12.
LOS CONFLICTOS LABORALES ENTRE 1930 Y 1943
349
A fin de evitar este desenlace, de acuerdo con la UOT, era de fundamental
importancia que los trabajadores estuvieran representados en toda comisión establecida para defender los intereses públicos.
Lo significativo de la legislación proteccionistafue que ésta constituyó el resultado
de los esfuerzos mancomunados de empresarios industriales y trabajadores para
inclinar en su favor las políticas oficiales. Esto era reconocido abiertamente por la UOT,
que en 1938 convocó al establecimiento de lazos formales con los empresarios de la
Confederación de Industrias Textiles para "...resolver así, en conjunto, los graves
problemas que traban el desarrollo de la industria y paralizan las actividades fabriles en
perjuicio de los industriales, los obreros y la economía nacional"10g.Más aún, particularmente con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial y el crecimiento del desempleo,
los funcionarios oficiales comenzaron a reconocer abiertamente la necesidad de mejorar el poder adquisitivo de la población, tanto para sostener la producción manufacturera doméstica como para proteger a la industria de posibles dúmpings en el período de
Adoptando un lenguaje similar, un breve editorial en La Prensa criticaba
posguerra1lo.
las deducciones salariales obligatorias a los trabajadores ferroviarios porque reducían
de manera importante "el nivel de vida de millares de familias argentinas, y en definitiva,
toda la economía nacional se perjudica con ellou1l l. El lenguaje adoptado por las
organizaciones de empresarios y trabajadores comenzó a delinear un terreno político
común, en el cual la regulación estatal era identificada como un mecanismo necesario
para satisfacer las necesidades económicas, no sólo de cada una de las partes
involucradas, sino también de la Nación como un todo112. Este discurso contribuiría a la
fundamentación de un nuevo programa político que las autoridades estatales desarrollarían luego del golpe de 1943'13.
'O9 La Prensa, 30 de julio de 1938, p. 10.
"O La Prensa, 7 de noviembre de 1940, p. 13.
"' La Prensa, 19 de julio de 1939, p. 11.
"'Las demandas de proteccionismo no estaban restringidas a los textiles. El Sindicato de Obreros de la
Industria Metalúrgica demandaba mayor intervención estatal en el desarrollo de los recursos minerales nacionales
(La Prensa, 14 de noviembre de 1939, p. 22). No estaban estas demandas restringidas a la manufactura. El
Mercado de Haciendas y Carnes realizó un estudio. en 1939, que demandaba políticas estatales que incentivaran
un mayor consumo doméstico de carne. "El incremento del consumo interno de productos de la ganadería, que
sobrevendrá... como consecuencia de la regulación del comercio de carnes, contribuirá a resolver un problema
fundamental de nuestra economía, Iiberándonosen parte de la preocupación relacionada con la colocación de esos
productos en el exterior" (La Prensa, 11 de febrero de 1939, p. 14). Las compañías ferroviarias, enfrentando la
competencia de los caminos como medios de transporte de pasajeros y cargas, se vieron impulsadas a promover
una 'Ley de Coordinación de Transporte" cuyo propósito seria limitar la competencia a lo largo de las rutas &
comunicación establecidas. Esta fue rechazada por los agricultores, quienes argumentaron que 'el transporte por
camiones es el único medio de abaratamiento de los fletes ferroviarios", así como los costos de transporte en
general (La Prensa, 22 de julio de 1935, p. 9). Sobre este tema, ver Matsushita (1983, cap. VII)
'13 La celebración del lQ
de Mayo en 1936 ilustra la adopción de nuevos lenguajes y símbolos por parte de
los trabajadores. Los voceros sindicales no sólo compartieron el palco con representantes de varios partidos
políticos durante la manifestación, sino que también La Prensa aplaudió el evento por ser la primera vez que los
trabajadores entonaban el Himno Nacional durante la celebración de un lQ
de Mayo (ver La Prensa, 2 de mayo de
1936, p. 7, para un informe del evento, así como el editorial del 3 de mayo de 1936, p. 8, alabando a los trabajadores
por su gesto). Hacia 1942, La Prensa (1% mayo de 1942, p. 6) aplaudía las celebraciones del l Q d eMayo como
una 'ocasión de reafirmar la solidaridad social que se ha venido gestando en las cuatro décadas transcurridas de
este siglo" (La Prensa, 1-e mayo de 1942). La adopción de este nuevo lenguaje era también evidente en una
manifestación sindical en apoyo de la democracia: la multitud irrumpió en una aclamación cuando fue interpelada
por el líder de la CGT Jose Domenech con el término "ciudadanos", y la izquierda coreaba en cambio el término
"compañeros" (La Prensa. 17 de agosto de 1941, p. 14). Eran también evidentes elementos del discurso político
ROBERTO P. KORZENIEWICZ
e) El fin de la guerra, la cuestión obrera y el comunismo
Las tensiones entre las organizaciones laborales y las autoridades estatales se
agudizaron durante la administración de Castillo, que llevó a cabo una ofensiva contra
los militantes sindicales comunistas en 1942 y principios de 1943, allanando sedes
gremiales y efectuando arrestos masivos de militantes obreros114. Rechazando pedidos
de representantes sindicales de no encarcelar a los lideres comunistas, el ministro del
Interior sostenía que "el gobierno ha respetado y protegido los intereses de los trabajadores, pero no tolerará infiltraciones ideológicas que sean extrañas a la vida institucional
argentina, sean éstas comunistas o totalitaria^"^^^. Y anticipando las posiciones que
sustentaría el DNT después de 1943, exhortaba a los trabajadores metalúrgicos a
terminar con la práctica de declarar huelgas sin la previa mediación de las agencias
estatales, con la advertencia de que "es necesario que los trabajadores actúen en
defensa de sus intereses sin la intervención de elementos extraños a las organizaciones
sindicales y, por supuesto, a las necesidades reales de la fuerza de trabajo"' 16.
La ofensiva contra los comunistas fue impulsada, en parte, por los fuertes temores
a que una oleada explosiva de conflictualidad laboral pudiera seguir a la finalización de
la guerra. Este fue el tema principal del discurso de monseñor De Andrea en un acto
organizado por la Federaciónde Asociaciones Católicas de Empleadas,a mediados de
1942:
"El m á s pavoroso y a la vez el m a s difundido d e los problemas q u e sorprenderán, a la
terminación de la guerra es el d e l a cuestión obrera El problema d e la desmovilizaci6n y d e
la desocupacion en los paises beligerantes tendrá una enorme repercusion en los paises
neutrales Las deudas fantasticas pesarán en forma abrumadora la transformación d e la
industria de la destruccion en l a de l a produccion no ha de hacerse en un dia y la reconstrucción de las familias la distribucion equitativa d e los recursos agotados demandarán afanes
insospechados L a posible sustitución d e esta guerra d e gobiernos por la revolución d e los
decididos a pedirles cuenta de las masacres los exterminios y la calamitosa
pueblos
humanidad que dejará como saldo causará convulsiones cuyos efectos rebasarán el territorio
del viejo mundo Ante tales perspectivas para conservar la paz social es necesario no
dejarnos sorprender"' l 7
post 1943 en los círculos conservadores: criticando a los ciclistas que circulaban en camiseta, un editorial de La
Prensa remarcaba "No deben confundirse los hábitos democráticos con la tendencia a la incorrección y a la
incultura, porque ella lejos de despertar ideas de igualdad y de consideraciónhacia el prójimo, revela una incivilidad
contraria a la convivencia cómoda que es el ideal de toda democracia. Los descamisados voluntarios denotan falta
de respeto hacia exigencias sociales que en todo espíritu civil encuentran un eco innegable, por lo que alzarse en su
contra es favorecer una regresión reñida con una de las bases del sistema que nos gobierna; el perfeccconamiento
general mediante la colaboración de todos. dentro de la consideración recíproca" (La Prensa, 31 de octubre de
1938,p. 10).
'14
Horowitz argumenta que los canales estatales de mediación estuvieron cerrados a los comunistas en
1941 y 1942:"En el período de abril a diciembre de 1939,el sindicato de textiles, dominado por los comunistas,
presentó 331 asuntos a las autoridades nacionales y a las de la provincia de Buenos Aires. Bajo Castillo estos
canales les fueron parcialmente cerrados. En 1941 y 1942 el Departamento Nacional del Trabajo se rehusó a
negociar con los gremios comunislas más importantes, privándolos de este modo del único mecanismo de presión
externa" (Horowitz, 1984,p. 293)
l i 5 La Prensa. 7 de febrero & 1943,p. 6.
'j6 La Prensa, 1%
julio de 1942.p. 17.
'17 La Prensa, 6 de julio de 1942.p. 7 .
LOS CONFLICTOS LABORALES ENTRE 1930 Y 1943
35 1
Temores similares, así como la concepción de que las políticas estatales en el
campo laboral deberían sufrir profundos cambios a fin de evitar la potencial explosión
de conflictos, fueron un componente crucial del golpe de junio de 1943. Al menos, éste
es el argumento que sostendría más tarde en sus discursos el coronel Perón (presente
entre la audiencia en algunos de los encuentros en los que monsetior De Andrea habia
pasado revista a los peligros del período de posguerra):
"Está por terminar una guerra en Europa... y los que no somos ya muy jóvenes, conocemos
cuáles son las consecuencias de las terminacionesde las guerras en Europa. Los gobernantes
de hoy deben mirar fijamente a ese perlodo de posguerra que viene cargado de negros
nubarrones. La posguerra traerá profundos problemas... La posguerra traerá, en primer
término, una paralizacibn y una desocupación. Traerá, asimismo, una agitación natural en las
masas, pero traerá tambibn una agitacidn que no será natural, sino artifical en esas mismas
masas. Todas esas circunstancias del campo social serán aprovechadas por los verdaderos
enemigos de la unibn nacional. Por eso sostenemos que es indispensable que ese momento
nos encuentre total y absolutamente unido^..."^'^.
Desde esta perspectiva, el rápido crecimiento de los sindicatos industriales en la
década del '30 y principios de la del '40 en muchos sectores de la fuerza de trabajo
(incluyendo la construcción y el agro), el papel crucial desempeilado por los comunistas
en estos sindicatos y la difundida creencia de que el movimiento obrero sería proclive a
generar una nueva ola de huelgas luego del fin de la guerra, eran todos elementos
cruciales del desarrollo de las políticas estatales luego del golpe de 1943119.
5. Conclusiones
Durante el periodo de posguerra, el movimiento obrero adoptó nuevas formas de
acción y organización diseñadas para elevar su poder de negociación política, dando
surgimiento a un nuevo conjunto de acuerdos institucionales entre el trabajo, el capital y
el Estado. Antes de la década del '20, los sindicatos de tipo industrial organizados a
nivel nacional habían sólo comenzado a emerger, con grandes dificultades, entre los
trabajadores calificados de los ferrocarriles y el puerto. La mayoría de las organizaciones sindicales, particularmente en el sector manufacturero,eran pequetias, estructuradas
generalmente a nivel de empresa y controladas por los obreros calificados. Finalmente,
la interacción política entre el movimiento obrero organizado y el Estado habia sido
irregular, sin haberse establecido mecanismos institucionales para la participación
política de las masas. Con posterioridad a la década del '20, y particularmente durante
la del '30, los trabajadores organizaron sindicatos a escala nacional y de base industrial,
cuya composición incluía una gran proporción de trabajadores semicalificados y sin
calificación. En contraste con los trabajadores calificados de los ferrocarriles, el puerto y
aún la manufactura, los trabajadores semi y no calificados tenían un escaso poder de
La Prensa,6 de agosto de 1944,p. 8.
Otros autores también han señalado la creciente importancia de los comunistas entre los trabajadores
organizados durante la década del '30, tales como Del Campo (1983)y Dunuty (1969).
En particular, puntualizando
el papel de la amenaza comunista en el discurso político de los líderes militares luego del golpe de 1943,ver Del
Campo (1983,p. 121),y Matsushila (1983,p. 276). MBs recientemente, otros b.abajos que han enfatizado la
importancia de la percepción de la amenaza comunista son 19s de Bergquist (1986)y Waisman (1988).
'la
'19
352
ROBERTO P. KORZENIEWICZ
negociación a partir de su posición en el mercado de trabajo, particularmenteen medio
de la depresión de los anos '30. Si bien importante, con la posible excepción de los
trabajadores rurales, su posición en el proceso de producción no era estratégica para la
estructura exportadora del país, y esto minaba aún más su fuerza relativa. Para
compensar esta debilidad general de su poder de negociación en el mercado, los
trabajadores semi y no calificados se volcaron al terreno político en procura de encontrar
mecanismos más efectivos para presionar por sus demandas ante los empresarios. En
otras palabras, a medida que estos trabajadores crecieron en número se volvió más
difícil para el movimiento obrero operar a partir de una estrategia de negociación basada
fundamentalmente en el sindicalismo de oficio: la formación de nuevos sindicatos de
tipo industrial fue un síntoma de la conciencia de estas dificultades.
Los nuevos sindicatos de tipo industrial se caracterizaban por estructuras de
decisión centralizadas y por mayores controles institucionales sobre las bases. La
estructura interna de estos sindicatos implicaba una jerarquía burocrática a cargo de
empleados remunerados. En sus objetivos y métodos de acción, estas organizaciones
también eran proclives a desarrollar alianzas políticas con otros sectores sociales y
buscaban la mediación estatal para lograr sus objetivos. Durante la ola de huelgas de
mediados de la década del '30, estos sindicatos industriales comenzaron a adquirir
escala nacional, como lo evidencia la gran proporción de paros y otras manifestaciones
de protesta laboral en las provincias del interior. Tras esa ola de huelgas, los sindicatos
industriales parecieron estar en proceso de devenir rápidamente hegemónicos en el
movimiento obrero como un todo. De nuevo, como en la fase previa, esto no significa que
los más viejos sindicatos de oficio simplemente desaparecieran: en todo caso, se
convirtieron en una categoría residual en términos de su posición relativa en el movimiento obrero.
En la Argentina, los militantes comunistas fueron particularmente exitosos en
promover los nuevos sindicatos de tipo industrial. Su éxito descansó en la adopción de
una estrategia política que mejoró su capacidad para influir sobre los cambios que
estaban ocurriendo en el interior del movimiento obrero. En la década del '30 tanto
socialistas como sindicalistas se hallaban demasiado comprometidos con los acuerdos
institucionales existentes, en el sentido de que carecían de la capacidad y el interés de
apoyar la movilización entre los trabajadores semi y no calificados. Por su parte, los
anarquistas, que nunca habían consolidado su liderazgo en el movimiento obrero, vieron
que sus escasos cuadros eran finalmente desplazados por el quiebre del sistema de
producción por oficios durante la posguerra. Los comunistas subsumieron exitosamente
muchos de los viejos sindicatos de oficio anarquistas bajo su propio liderazgo, mientras
que al mismo tiempo desafiaban a sindicalistas y a socialistas tanto en los viejos
sindicatos como en la CGT. Este desafío y la creciente fuerza de los comunistas en el
movimiento obrero se hizo particularmente evidente durante la ola de huelgas de
mediados de la década del '30.
Los conflictos laborales y la influencia comunista en el interior del movimiento
obrero en la década del '30 tuvieron dos consecuencias importantes. Primero, el Estado
respondió a estos cambios ampliando el espectro de mecanismos oficiales de regulación de las relaciones capital-trabajo. Hubo un muy significativo incremento en la
cantidad de conflictos mediados por autoridades estatales; el Departamento Nacional
del Trabajo intervino en un creciente número de asuntos laborales e incluso la formación
LOS CONFLICTOS LABORALES ENTRE 1930 Y 1943
353
de sindicatos comenzó a ser alentada por funcionarios gubernamentales a nivel nacional y, particularmente, provincial. Al mismo tiempo, la regulación estatal de las relaciones capital-trabajo fue crecientemente percibida como un mecanismo esencial para el
sostenimiento de adecuados niveles de consumo y crecimiento económico nacional. La
segunda consecuencia fue que el rápido éxito de los militantes comunistas en los
nuevos sindicatos industriales generó simultáneamente una creciente resistencia en un
amplio espectro político, incluyendo tanto a las otras tendencias políticas dentro de los
sindicatos -particularmente socialistas y sindicalistas-, como a líderes políticos conservadores, hombres de negocio y las fuerzas armadas. Durante la década del '40 y
particularmentea medida que el cercano fin de la guerra generaba entre estos grupos el
temor de una ofensiva del comunismo internacional, se fue gestando una convergencia
objetiva entre los mismos con el fin de revertir los progresos hechos por los comunistas
argentinos en el movimiento sindical. Ambas consecuencias fueron de central importancia en dar forma a la emergencia del peronismo.
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RESUMEN
Este articulo utiliza dalos originales sobre la
conflictualidad laboral para examinar el desanollo de
las relaciones instilucionales enlre lrabajadores, empresas y Estado en el periodo 1930-43. Los dalos
sugieren que para mediados de la década de 1930,
el epicentro de las huelgas se transfirió a sindicatos
de organización industrial a lraves de trabajadores
de la construcción, la industria manufaclurera y el
agro. Esta transición a nuevas lormas de organiza-
ción brindó una oportunidad a los mililanles comunislas de acrecentar su presencia dentro del movimiento obrero. Las autoridades eslalales asi como
los seclores empresarios respondieron a eslos cambios propiciando una mayor regulación formal de las
relaciones capital-trabajo. Combinados, eslos desarrollos contribuyeron a una siluación de crisis que
dio marco a la emergencia del peronismo después
de 1943.
SUMMARY
This arlicle uses original dala on labor unresl lo
examine the developmenl of insrilucional relalions
belween workers, enterprises and lhe slale in lhe
1930- 1943 period. The data suggesl lhat by !he mid1930s. the epicenler of labor unresl shifled lo induslrial unions organized by workers in consiruction,
manufacturing and agricullure. This lransition to new
lorms o l organizalion provided and opportunity for
Communisls lo enhance lheir presence wilhin the
labor movement. Slale aulhorilies and employers responded to lhese changes by seeking grealer formal
regulalion of capilal-labor relalions. Combined, lhese
developments provided a crilical underpinning for
/he emergence o( Peronism after 1943.
REGISTRO BIBLIOGRAFICO
KORZENIEWICZ,Roberto P.
'Las vísperas del peronismo. Los conflcitos laborales entre 1930 y 1943'. DESARROLLO ECONOMICO REVISTA DECIENCIASSOCIALES (Buenos Aires), vol. 33, W 131,octubre-diciembre 1993 (pp. 323-354).
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<Peronismo> <Comunismo> <Regulación> <Sindicatos> <Estado> <Empresarios> <Argentina> <América Latina>.
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Las vísperas del peronismo. Los conflictos laborales entre 1930 y 1943
Roberto P. Korzeniewicz
Desarrollo Económico, Vol. 33, No. 131. (Oct. - Dec., 1993), pp. 323-354.
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