Subido por Vanessa Jaén

maga1985

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revista panameña de cultura
una publicación trimestral de Editorial Signos, S .A.
con la colaboración de la Universidad de Panamá
Núms. 5- 6
Poemas, cuentos,
ensayos
Y
fragmentos
de
novelas
de Rogelio Sinán.
Ensayos sobre su obra
de:
Méndez Pereira,
Fábrega, Andreve,
Ozores,
Alvarado de Ricord,
Agosti, Bermúdez,
Rodríguez, Guardia,
García Saucedo, Pilolli.
* Además, textos de:
Ariel Dorfman,
Rodrigo Miró,
Díaz Blaitry,
Bárcena, Laurenza,
Young Núñez,
Adames, Benedetti
Yau, Jaramillo Levi,
Vélez Valdés, Endara,
Julia R . de Wolfschoon.
enero junio 1985
Precio : B/ .4.00
Bernardo Domínguez Alba -Rogelio Sinán- nace en la isla de Taboga, Panamá, el 25 de abril de
1902. Obtiene el Bachillerato en Letras en el Instituto Nacional de Panamá, en 1923 . Cursa estudios universitarios en Chile y en la Universidad de Roma, Italia, y los concluye en la Universidad
Nacional Autónoma de México . Fue profesor de Español en el Instituto Nacional de Panamá, en
donde orientó y estimuló las inquietudes intelectuales y artísticas de varias generaciones de literatos jóvenes, así como profesor de teatro en la Universidad de Panamá . Durante casi dos años dirigió la Biblioteca Selecta, publicación mensual que prestó valiosos servicios a la literatura panameña, sobre todo por la divulgación de obras de autores panameños y latinoamericanos . Fue Director del Departamento Nacional de Cultura del Ministerio de Educación de Panamá . Cónsul de Panamá en Calcuta (India) y Primer Secretario de la Embajada de Panamá en México . Ha sido delegado de su país en prácticamente todos los congresos de escritores latinoamericanos . Sus cuentos
figuran en más de diez antologías del género en Latinoamérica, así como en otras publicadas en
inglés, alemán y búlgaro, y sus poemas en varias compilaciones nacionales e internacionales de este género . Ha ganado los siguientes premios literarios : `Premio Interamericano de Cuento" 1953,
auspiciado por el periódico mexicano El Nacional, con "La boina roja" ; Premio Nacional de Literatura "Ricardo Miró" 1943, sección novela, con Plenilunio ; Premio Nacional de Literatura `Ricardo Miró" 1949, sección poesía, con Semana Santa en la niebla ; Premio Nacional de Literatura
"Ricardo Miró" 1977, sección novela, con La isla mágica . Es académico de la Lengua.
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Homenaje a Rogelio Sinán
Elsie Alvarado de Ricord
Para rendir tributo de admiración a Rogelio Sinán, el más significativo y completo de nuestros
escritores, los estudiantes y los profesores del Departamento de Español de la Universidad de Panamá, con la eficaz coordinación de
la doctora Isis Tejeira, decidieron
dedicarle este año la semana de la
literatura panameña.
Con la modestia y laboriosidad del sabio y con el talento creador más global que ha producido
nuestro Istmo, Rogelio Sinán ha
cultivado con brillantez los cinco
géneros de creación literaria . Por
ese mundo de ficción que él proyecta, a veces con caracteres alucinantes, con predomino surrealista
y sin desconectarse nunca de la
temperatura tropical, podría llamársele el Mago de nuestras letras,
pero se le llama acertadamente el
Maestro, por todo ello y por su conocimiento de las técnicas literarias, por el esmerado afán con que
se asume la responsabilidad social
que corresponde al escritor (preside el Comité de solidaridad con
el pueblo de Nicaragua) y por el
entusiasmo con que estimula a los
nuevos valores que surgen.
rarla, sino en función de ella . Lo
cual no indica que todas las caracSEMANA DE LA LITERATURA
PANAMEÑA
7—11 de
de enero
1980
Fac. de Filosofía Letras y Educ.
Asoc . de Estudiantes de Español
Desde su primer libro, ONDA,
con el que incorporó la poesía panamela al movimiento vanguardista, cuyas esencias bebió Sinán directamente en las fuentes europeas,
su obra se ha desarrollado y crecido en un ejemplo de lo que puede
producir el talento artístico cuando es genuino y se forja en el trabajo disciplinado.
terísticas de esos movimientos hayan de cumplirse como un calco
en la obra del panameño ni en la
que se produjo luego en el país.
Ello sería la negación de nuestra
identidad . Es claro que nuestro
ambiente, nuestra tradición, nuestra sensibilidad, nuestras concepciones, ricas o pobres, tenían que
dejar su-sello en las letras nacionales, además de lo que de original
aporta cada artista individualmente, puesto que en la literatura se
manifiestan todos esos elementos
socio-culturales, re-creados en una
realidad nueva.
El término vanguardismo como nombre literario, en su significación histórica, es muy amplio y
si se emplea es precisamente porque su área semántica es capaz de
abarcar lo que fue la revolución literaria iniciada en la preguerra y
entreguerras, tan fecunda que la
mayor parte de sus conquistas técnicas y conceptuales circulan en la
literatura actual, inclusive en la
más declarada y genuinamente
comprometida, no para configu--
El libro ONDA, publicado en
Roma en 1929, respondió a un clima histórico y es por ello representativo de un momento determinado . Pero por ciertas cualidades
no se encapsuló en nuestra historia
literaria, sino que sigue andando
en ella, continúa, en onda . ¿Cómo, si no, la permanente vigencia
de la Balada de/ seno desnudo? y
su influencia en nuestra literatura fue tan radical que basta un
mínimo criterio para advertir al
primer golpe de vista que en la
poesía panameña hay un hito que
marca lo anterior y lo posterior a
ONDA . Por coincidencia no casual, fue el mismo año de la publicación de los CAMINOS SILENCIOSOS, último libro escrito por
nuestro admirado poeta Ricardo
Miró, pues sus siguientes volúmenes fueron antológicos.
Sinán escribió ONDA en un
momento muy propicio, cuando
hacía años se había superado el
dadaísmo, pues había transcurrido un decenio desde el manifiesto
DADA, y la mayoría de los integrantes del grupo que encabezó el
rumano Tristán Tzara habían desembocado en el surrealismo . Temperamentos tan audaces como André Bretón y Paul Eluard fraguaron ese movimiento mucho más
rico y fructífero, iluminado por
las teorías freudinas, que abrieron
al arte un mundo hasta entonces
no explorado . Por eso fue una revolución preñada de futuro, que
no se congeló en sus primeras formas ni se enclaustró en su cuna
geográfica.
La repercusión y evolución
del vanguardismo en Panamá, después de ONDA, es un hecho ; y sobre las obras que lo representan
tiene un estudio muy interesante
el poeta y crítico Aristides Martínez Ortega.
Es obvio que todos los ismos
cumplen una órbita vital, pero su
papel no es el de los aerolitos . Más
bien se dirían afluentes que si pierden figuración no es porque se
anulan, sino porque son incorporados a la corriente literaria, que no
se detine, que enriquece su caudal
con las mejores conquistas de la
tradición y va sedimentando en
su lecho lo que no fluye . Sólo que
a veces un cataclismo social hace
aflorar — si bien a otro nivel — procedimientos que parecían momificados, como ha ocurrido repetidas veces en nuestro siglo con algunas modalidades del futurismo
de Marinetti, de comienzos de si67
glo, y hasta suelen atribuirse a la
literatura actual formas barrocas
que explotó genialmente Góngora
en su vertiente culterana.
Rogelio Sinán es un caudal
él mismo, vive, discurre y circunda
como el paisaje de Taboga . Así los
poemas de SEMANA SANTA EN
LA NIEBLA se valen de un lenguaje más elevado que los anteriores,
y pueden considerarse más cifrados ; llamarlos herméticos hoy sería incurrir en un anacronismo.
La isla de Taboga es escenario y
motivo central porque ella en sí
misma, ceñida por sus mares, protagoniza un deleitoso frenesí sensorial que en el texto lleva el nombre de los pecados capitales, con
lo que del simbolismo se asciende
al plano de la alegoría.
Un corte más popular en la
forma y en los motivos se da en
algunos poemas de SALOMA SIN
SALOMAR, donde también se reproduce aquel hermoso canto intitulado Incendio.
En cuanto al teatro para ni-
ños, que disfrutan por igual los
mayores, bastará en esta ocasión
recordar el éxito de CHIQUILINGA, LA CUCARACHITA MANDINGA Y LA CAPERUCITA ROJA .
En sus relatos, sus personajes,
llámense Linda Olsen o Elena Cunha, resultan siempre avasallados
por su id tropical, y es así como la
narrativa de nuestro autor, predominantemente surrealista — no en
cuanto ubicación cronológica sino
en cuanto expresión sicológica explotada por el arte — proyecta tremendos conflictos humanos por la
interacción con la naturaleza, así
en cuentos como Los pájaros del
sueño y La boina roja, como en las
novelas PLENILUNIO y LA ISLA
MAGICA . Por cierto que su primera novela es un alarde de técnica y
de imaginación que supera con
mucho los procedimientos novelísticos que hoy se consideran de
avanzada . El narrador se mueve
dentro de la trama en el papel de
autor que va creando los otros personajes . Sinán selecciona con peri-
cia los elementos, los mezcla con
ardides de mago y luego, más que
descifrar, sitúa al lector ante la bola mágica que inevitablemente le
hará dilatar las pupilas . "Combinaremos diversos elementos —dice el
narrador— varias ondas sonoras,
un polvillo de luna y unas gotas de
extractos glandulares . . . Ahora,
un poco de fuego para fundir la
mezcla . . . ¡Mire, usted, va elevándose como un túmulo de humo!
Es la neblina de las grandes pasiones. ¿No oye Ud . esa música, esos
ayes, esos tambores lúgubres? Expresan la tragedia interior de un
mundo en llamas huyendo de él
mismo . . ."
Los escritores sureños admiradores de la obra de nuestro compatriota se impresionan mucho al
conocerlo personalmente, porque
es todo un personaje : Luis Alberto Sánchez aludió una vez a " los
ojos brujos de Sinán " y Eduardo
Gudiño Kieffer ha mencionado
también " sus ojos de duende " en
un artículo intitulado El mago de
Taboga . Es indudable que la mirada delata el fuego demoníaco de la
creación y de la vida.
Gudiño llama a Sinán el precursor porque advirtió que (cito literalmente) muchos "descubrimientos" atribuidos a ciertos autores latinoamericanos más jóvenes,
y generalmente promocionados
desde Europa por razones extra-literarias estaban en Sinán . La utilización del lenguaje a través de los
caminos oníricos, el llamado a
otros autores y personajes para integrarlos en el texto, la poesía incluida en la prosa sin estar encerrada en ella, el humor corrosivo
y sutil al mismo tiempo, la confusión entre vela y duermevela, entre magia y realidad . Pero Sinán
no se queda aprisionado en los
juegos del lenguaje como fin en
sí, va mucho más allá . Y en otros
cuentos relata linealmente, hace
gala de una sencillez despojada,
bucea en los planteos cotidianos,
en el alma del hombre común . Y
es, sobre todo, capaz de una ternura que lo honra, aunque hoy
ser tierno parece la antítesis del
escritor " .
Es de suponer que es ese
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mundo onírico el que engendra
lo que han sido las transposiciones
temporales, las disposiciones del
tiempo objetivo y el subjetivo, las
alternancias espaciales ; también las
visiones, las sinestesias y todas esas
figuras archiconocidas por los lectores.
Como es propio del lenguaje.
literario, la polisemia enriquece de
posibilidades el texto, en sus detalles y en su unidad, y un simbolismo sexual, que, es una constante
en la obra de Sinán, valido de elementos de nuestro paisaje (el mar,
los pájaros, los peces) alimenta su
producción de motivos locales cuyo sentido se cumple en esa exuberancia vital de los seres de este
clima y su función en la obra.
Con razón esa luminosa maestra, poeta, excepcional organizadora y animadora que ha logrado,
sin desfallecer, y a puro pulso,
aglutinar a los escritores en equipos de trabajo para colaborar con
los movimientos liberacionistas de
los pueblos hermanos — Ester María Oses— ha expresado que Rogelio Sinán es, de los poetas de la generación que él encabezó, el que
más se ha comprometido en su arte y en su actividad política, con
Diálogos picarescos imponen
el empleo oportuno de giros populares en sus relatos, incluso cuando
el narrador deja de ser actante directo para asumir, desde afuera, en
tercera persona, el discurso narrativo . Aun así, está presente la tendencia universalista en las concepciones (lo cual fue otra de las invaciones del Maestro en la literatura panameña) más visible en las
producciones anteriores que en la
ISLA MAGICA, si bien en el título de ésta hay una reminiscencia
de la obra capital de Thomas
Mann . Un estudio de la intertex-
Nos encontramos ante un señor de la letras, reconocido internacionalmente como un valor hispanoamericano . El ejemplo de su
disciplina y sus logros en la praxis
artística no han sido superados ni
igualados en el escenario nacional.
Su magisterio, ejercido en diversas
ocasiones en la cátedra y en todo
momento a través de su producción, en el trato personal y en su
militante solidaridad con los pueblos del mundo, es motivo de admiración y de gratitud para toda
persona consciente . La capacidad
creadora que le dio Natura, cultivada con ahínco y en permanente
y renovada producción es la causa
primera de ese liderazgo vitalicio
que ha ejercido en nuestra literatura y por el cual en cada uno de
sus lectores surge un admirador.
Un día se instituirá el premio
de narrativa Rogelio Sinán, o se
creará la Orden de Rogelio Sinán.
Entonces se preguntarán las nuevas generaciones de qué manera
testimoniaron sus contemporáneos
el reconocimiento a una vida y
una obra singulares, qué estímulos
recibió, qué recompensa efectiva
hubo para su labor . Si tenemos la
osadía de salvar prospectivamente
el tiempo, para mirar en perspectiva histórica, podremos preguntarnos cuántos nombres brillarán
entonces, alrededor del suyo, iluminados por su luz central.
tualidad arrojará una luz sobre todas las alusiones con que la sabiduría artística de Sinán —producto de su talento y sus estudios —
asimila y recrea el contexto sociocultural.
En estos relatos, descendientes por su estructura del DECAMERON, e impregnados —quizá
como manifestación del país-puente— de un cosmopolitismo muy de
nuestra época, esgrime la sátira en
una crítica feroz contra la hipocresía, congénita y a la vez infectocontagiosa, de algunas instituciones sociales que la tradición nuestra considera incuestionables . Sin
duda esta nueva obra será objeto
de muchas controversias ideológicas, porque ha invadido zonas entre nosotros prohibidas, a tal punto que ni los más jóvenes se han
atrevido a abordarlas .
las causas de los pueblos . Y que
por esto y por su conciencia artística y sus frutos literarios es requerido siempre como guía por los autores jóvenes. Asimismo Manuel
Orestes Nieto, ese joven poeta maduro, se pregunta admirado si Sinán es el alfa y omega de la literatura panameña.
José Figueres, ex-presidente de Costa Rica,
con Sinán
Universidad de Panamá, 7 de enero de 1980 . (Semana de la literatura panameña) .
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AMANECER
Poemas de ONDA
/Enloquecidos de júbilo
-gotas de tinta inestablespájaros innumerables
suenan sus locas trompetas. . .!
/Saludo
a la bandera,
del Alba. . .!
MANCHA DEL SOL
Campo traviesa, cansada,
con el hijo en el cuadril
la moza va hacia el lejano
cuchitril.
El sol coloca en los árboles
sus moneditas de oro.
Y el niño suelta la fuente
de su lloro. . .
La rapaza saca el seno
rozagante a se lo dar. ..
El niño bebe . Ella ríe.
Y echa a andar. . .
NOCTURNO /
Ceja alba -trazo audaz- sobre un embozo
de noche rembranesca, alza y empuja
la luna su arcoidal -doblada agujapirueta de Charlot -"Circo"- en reposo.
BALADA DEL SENO DESNUDO
¡Mangos!. . . ¡Mira! . . . ¡Tantos!
¡Oh!. . . ¡Uno maduro. . .!
(Dio un salto . . . ¡y salióse
su seno, desnudo!).
Fantasmas -arboledas- trazo y trozo,
más bien decoración -antro de brujaproyecta su gentil silueta esdruja
la parte de jardín que, viendo, gozo.
¡Yo salté del árbol!
. . (¡Qué rudo!)
¡Upa! . . . ¡Tan!
¡Por mirar de cerca
su seno desnudo!
Tal suave conjunción de fronda y cielo
con ansia mi ojo -en dos- sorbe rampante.
¡Me miró asustada!
Cubrió . . . lo que pudo
y. . . ¡huyó!. . . ¿Qué robaba?
¡Su seno desnudo!
Y mientras se infinita sin recelo
mi sombra sin compás-recuerdo dóricoy sigo en actitud de cinefante
rumiando mi silencio pitagórico.
Lejana. . . lejana. . .
me envió su saludo.
(Yo seguía mirando
su seno desnudo).
Perfume silvestre
de mangos maduros,
¿por qué me recuerdas
su seno desnudo?. . .
70
BOCETO
CANCION 3
Lucha de hoja que el viento
-si muerto, aún palpitantehace viajar en círculo
no definido, opaco.
Palabra que traes aliento
a corazón que se empina
para mirar -loco intentovida que lejos camina.
Ni vidio ni visión transparentada
pero sí algo que vibra
sin definirse en música.
Palabra que a mi contento
brindas el ala, te inclinas
rítmica -pájaro al viento
que teje danza en colinas.
Más bien alma que vive
Grano en tu pico la vida
vienes en alma a sembrar . . .
Ah, si pudiera mirar
la tuya. . . ¿Cierta? ¿Fingida?
no lo real
sino el sueño
de lo que ha de vivir.
Sueño no apercibido
pero siempre constante
como el mar, como el río. ..
/Aún así, tu palpitar
-suspiro de algo que anhelatiene sabor de cantar
y sollozar de vihuela!
Quizás así, en boceto,
lo que tú eres -sin serlo
y sin dejar de serlo-
¡ . . . Como reflejo en el mar
-trozos de luna que
riela- sigue vibrando tu estela
sobre mi vida-pleamar. . .!
Tal vez. . . lo que serás.
De izq . a derecha : Roque Javier Laurenza, otro autor y Sinán
71
El poeta Rogelio Sinán
dernismo, comenzará la construcción de otro nuevo estilo . ..
Pero ahí quedará el anterior, en concreción de arte, firme como jalón de arquitectura espiritual.
Para esta obra magna de Proteo trae su aporte juvenil y
fresco, desde las canteras de la Ciudad Eterna, Rogelio Sinán,
con un libro suyo intitulado Onda.
"Todo —en el vario cosmo— es una ronda que tejen la
materia y el espíritu con su única energética, la onda."
Teoría proteica de la onda, aplicable también por qué
no? a la poesía en general.
Rogelio Sinán oyó una voz que le dijo:
"Corazón, tú qué esperas?
Esparce tu dolor
y bebe nuevo amor
que todo renacer
es un amanecer . . . "
OCTAVIO MENDEZ P.
La poesía llamada de vanguardia, que tomó forma en el
cubismo francés, en el expresionismo alemán y en el futurismo
italiano, es hoy un hervor complejo de inquietudes, de ansiedades, de reformas, que han dado al traste con la poesía clásica,
el lirismo romántico y las formas tradicionales de la versificación . Pareciera que el alma nueva, surgida en el mundo después de la Gran Guerra, encontrara una gran desproporción entre lo que siente, lo que sufre, lo que la inquieta y las formas
mesuradas de expresarlo. . .
A ella el alma nueva, que vive en medio de las incoherencias, las fiebres y los espasmos de la crisis más grande de la civilización, le son bien familiares la inestabilidad, el placer y el
dolor agudos e intensos, la duda compleja, el choque de todas
las filosofías y el ímpetu de todas las audacias y peligros. Y
es natural que rechace como fastidiosos los moldes y las disciplinas del pasado, expresión de una vida en que todo parecía
seguro, bien establecido y dispuesto a perdurar . Y es natural
que ensanchando su aislamiento y su individualismo por las remociones morales e intelectuales, la poesía que fluye de sus
torturas no sea inteligible a todos los espíritus. El destino esencial de toda poesía , según la teoría del filósofo, un desplazamiento progresivo, un huir de sí misma, una negación de la
de ayer en ondas más o menos crecientes de amaneramiento . ..
Tarea patética sin duda, pero tarea fundamental de albañiles y de arquitectos empeñados en el acopio, desbaste, pulimiento y arreglo de nuevos materiales para el nuevo edificio
del eterno emocional . Un día esta poesía nueva tomará forma
como un estilo, y una nueva inquietud, llamada otra voz mo72
Y con el lema de Rodó así interpretado, nació la onda de
sus versos. Debo confesar que no hubieran podido escribirse
tales versos hace diez años, y menos tal vez en Panamá . La forma, los ritmos, el sistema de imágenes y sugerencias habrían
parecido perfectamente inusitados a los oídos y los cerebros
acostumbrados a la poesía de Rubén Darío, de Chocano o de
Silva . Lo parecerán hoy todavía a los que no han seguido la
evolución del verso moderno o que no han penetrado, con Ortega y Gasset por ejemplo, el verdadero secreto de la poesía,
que es, a base de la emoción, el eufemismo : "Eludir el nomtropie- bre cuotidiano de las cosas, evitar que nuestra mente las
ce por su vertiente habitual, gastada por el uso, y mediante un
rodeo inesperado ponernos ante el dorso nunca visto del objeto de siempre."
El peligro está en sutilizar, hasta hacerlo ininteligible,
ese eufemismo, en convertir el verso, que es y ha sido siempre
voluntad de amaneramiento (quién puede hoy soportar a muchos clásicos?) en laberinto inextricable de metáforas, en ecuaciones o quintaesencias de sentimientos y estados íntimos.
He aquí precisamente el defecto y la virtud de ese maravilloso
genio redivivo en todos los modernismos de la poesía, que se
llamó Góngora. líe aquí por qué modernismo de la poesía y
gongorismo llegan a confundirse con frecuencia y a servir de
extremos de rebote.
"Las nubes —escolares
de escuela elemental
han tomado sus libros de luz
y se van ..
El caballo del viento
las conduce
sobre su lomo tierno, "
dice Rogelio Sinán tratando de ser nuevo y es Góngora quien
se infiltra sutil en su expresión . No está Góngora también en
esta estrofa, como en otras?:
"Enloquecidos de júbilo
–gotas de tinta
inestables– pájaros innumerables
suenan sus locas trompetas!"
Probablemente el joven poeta no ha recordado al viejo
poeta cordobés. Pero su afán, que él me explica en una carta
ingenua –"rebelarse contra las formas tradicionales de la poesía"– lo acercó ineludible e inconscientemente al reformador.
Por lo demás el autor de Onda tiene cosas muy siglo XXI como
el Teorema de la Imagen y el de la Curva en Movimiento y cosas tradicionales, muy antiguas y muy modernas, como sus hermosos versos a la Inercia y su Mancha de Sol, poemita descriptivo que revela un delicado vate bucólico en plena avanzada de
modernismo. Oídlo:
"Campo traviesa, cansada,
con el hijo en el cuadril
la moza va hacia el lejano
cuchitril.
El sol coloca en los árboles
sus moneditas de oro.
Y el niño suelta la fuente
de su lloro. . .
La rapaza saca el seno
rozagante a se lo dar . . .
El niño bebe . Ella ríe.
Y echa a andar . . . "
Así lo presente yo en todo caso ; que
él va a presentarse por sí mismo con su Onda y con esta confidencia que yo ingenuamente arranco de su carta citada:
"No sé si usted se acuerde de mí, por lo cual me permito decirle que yo fuí alumno del Instituto en los últimos años
que usted estuvo a cargo de la Rectoría de ese plantel. Después estuve en Chile (estudiando en el instituto Pedagógico)
y a mi vuelta de ese país fuí a visitarlo a Ud . para pedirle algunos consejos para mi viaje a Europa. No se acuerda Ud.,
pues, del desaplicadísimo Domínguez? Del cúmulo de versos
escritos en Chile y en Roma he entresacado los que me han parecido mejor y allí los tiene usted en un volumen. No quiero
hacerme la ilusión de que a usted le han de gustar mis versos.
Yo he querido rebelarme contra las formas tradicionales de la
poesía existentes aún –desgraciadamente– en Panamá, pero
no sé si lo he conseguido. . . Algunos versos míos parecerán
ingenuos, demasiado sencillos; otros, algo confusos; pero así
estaban ellos en mi alma y los he expresado sinceramente. . .
Sé, pues, perfectamente, que mi libro, por esos aires de rebeldía de que va lleno, no ha de gustar en Panamá, a no ser que
una persona debidamente autorizada lo presente . . . . " Y Domínguez, por afecto sin duda al Profesor, ha creído encontrar
esa persona en el suscrito.
Londres, Junio de 1929.
* Tomado de La Estrella de Panamá, 6 de diciembre de 1929.
En Rogelio Sinán se da el caso, siempre interesante, de
esa sublime inquietud interior de un alma que desea, ante todo
y por todo, ser hija de su propia esencia . Y con original temperamento y sensibilidad artística va buscando su estilo . . .
Amanerado unas veces, oscuro otras, claro, ingenuo, sencillo
muchas, cuando es espontáneo y sincero, Sinán constituye una
interrogación que se cerrará con una jugosa respuesta en nuestra literatura nacional.
Un poeta panameño
vanguardista
Demetrio Fábrega
Ha llegado a mis manos, traido por las de un
amigo, un precioso libro de versos. La edición,
delicada y fina, como hecha en
la "Casa Editrice Italia", de Roma,
tiene el sello artístico de todo lo que nos viene
de la tierra de Benvenuto Celline. El to mito
sugiere una "bombonniere " y a la verdad que lo es,
por- que entre sus páginas se esconden, cuidadosamente seleccionadas, verdaderas golosinas de arte . El libro está rubricado por
una firma desconocida para mí –Rogelio Sinán. Si he de ser
sincero, lo abrí con desconfianza . Un libro de versos más ; uno
de tantos. No soy muy amigo de los libros de versos, porque
para mí ellos pierden su mérito cuando nos los presentan catalogados como vulgar mercancía . Y eso de atiborrarse de versos
Sinán , cuando era Primer Secretario de la Embajada de Panamá en
México
de una sentada resulta fastidioso . Yo encuentro una rara fruición en leerlos de sobremesa en la página de un diario que pone esa nota de arte entre el prosaísmo de los cables y de las co73
tizaciones de bolsa ; o en la hoja amarillenta, encontrada al azar,
que se desprendió de un libro abandonado ; o me embelesan en
los labios fervorosos del artista que sabe interpretarlos con
amorosa unción.
Pero me ha parecido siempre cursi
eso de reclinarse en un diván, con un tomo de poesía en la mano, para irlas deglutiendo una a una, como si se tratara de un
cucurucho de cacahuates. Sin embargo, el libro este que llegó
a mis manos me impresionó bien. Tal vez por lo raro de la edición. Tal vez por el título –ONDA– que me pareció sugestivo.
Lo abrí y encontré en la primera página:
"Todo –en el vario cosmo– es una ronda
que tejen, la materia y el espíritu,
con su única energética, la onda.
Tenia yo razón y seguí leyendo . Es poesía vanguardista.
El vanguardismo me va calando . En literatura, como en las modas, las innovaciones, al principio, chocan, pero acaban por
imposerse. Hoy nos disgustaría ver una falda larga, como ayer
censuramos la corta. El vanguardismo, al principio, me pareció
alambicado, falto de sinceridad, de un efectivismo pirotécnico;
mas poco a poco he ido comprendiendo su razón filosófica. No
es sino la interpretación justa de la psicología actual, morbosa
y complicada. Es la síntesis de un estado de ánimo ultramoderno, como lo es el impresionismo en pintura.
Quise sondear más en el alma del poeta y abrí por otra
parte. Otro título sugestivo –AVION.
Una luz rasga la noche
trepanando –arriba– nubes.
¡Pareces estrella en marcha,
avión –pupila que subes!
Tu ruido –toques del viento
roto en astillas por la hélicese esperce bebiendo millas
hacia el infinito . . .
Miro:
tu estrella que corre loca
y las que apenas rutilan.
Mi pensamiento echa a andar. . .
¿detrás de cuál? ¡Tras ninguna!
¡Más arriba! ¡Más arriba!
¿No es esta poesía que hace pensar? Y al mismo tiempo,
¿no es una descripción maravillosa de un avión en marcha? El
poeta ha conseguido hermanar la visión material que contempla al avión trepando nubes, con la espiritual, que aventaja a la
otra, y se eleva " ¡Más arriba! ¡Más arriba! "
Un poeta romántico al cantar a las "estrellas" nos hubiera hablado del manto negro de la noche y de la luz pálida y titilante de los astros. Rogelio Sinán dice:
¡En el árbol
de la noche
cuelgan todas!
¿ Quién las irá a cosechar?
74
¡Nada!
que por la mañana
viene el jardinero-sol
Y
como ya están maduras
las descuelga. . .
¡Maravillosa cosecha!
¡LAS ESTRELLAS!
¡Qué jugo claro darán!
Para pintar un amanecer no necesita más que cuatro rasgos. Pero qué, diferencia entre estos pincelazos maestros y los
coloridos manidos conque los acuarelistas de tres al cuarto diluyen la idea madre que no supieron aprisionar:
¡Enloquecidos de júbilo
–gotas de tinta inestablespájaros innumerables
suenan sus locas trompetas. . !
¡Saludo
a la bandera
del Alba!
Como muestra de poesía bucólica aquí va esta que nos
recuerda los Idilios de Teócrito o las Eglogas de Virgilio . No se
puede pedir más como poesía descriptiva : " VIDA SANA "
El mar de la trigada
mueve
hacia aquí. . .
hacia allá. . .
su dorado cabello.
Las mozas van peinándolo
alegres
mientras cantan
su letanía de amor.
El Sol
—enamorado principe azul—
les tiende
su capa hecha de luz.
¡Tic, tac! ¡Tic, tac! se escuchan
los toques del machete. . .
Saloma el boyero. . .
¡Cromática mañana
sana, sonriente y nueva
mecida por el viento!
Dejo, pues, a los amantes de la literatura que saboreen, cuando
les venga a mano el tomito, todas las bellezas que él encierra.
No estoy autorizado para descorrer el velo con que la
modestia ha querido descubrir el verdadero nombre del autor.
La Fama, indiscreta, se encargará de hacerlo más tarde . Baste
por ahora decir que Rogelio Sinán es panameño ; que es de los
jóvenes que desde el exterior saben honrar a la patria y que
preparan para ella días de gloria que ya se vislumbran.
¡Saludo
a la bandera
del Alba!
(Copia exacta de un ensayo aparecido en
"La Estrella de Panamá" el miércoles 9 de
Octubre de 1929, bajo el pseudónimo de
Xavier del Castillo .)
Rogelio Sinán,
abanderado y maestro
Guillermo Andreve
(La brisa chapalea
desnuda
en la quebrada)
¡Rojo! ¡Verde! ¡Amarillo!
¡Canciones! ¡Gritos! ¡Campo!
—La cosecha. La trilla
¡Hurra! Hurra, muchachas!
¡Cómo ríe
la Vida!
¿Habrá quien no encuentre poesía en estas estrofas? Tal
vez sí. Aquellos que creen que la poesía deber ser esclava de la
rima y del metro, y no la pueden gustar sino se les presenta
ataviada con los clásicos ropajes de antaño . Los que necesitan
del sonsonete para entenderla y se horrorizan ante las libertades de las escuelas modernas . Lejos de mi ánimo, sin embargo,
venir a romper lanzas contra los amantes del clasicismo y demás escuelas consagradas . En esto de literatura soy ecléctico y
busco la belleza donde se encuentre . Creo que la esencia de la
poesía es una y que ésta puede estar encerrada lo mismo entre
el férreo armazón de un soneto de Argensola que entre las líneas contorsionadas de una estrofa de Marinetti . La poesía,
como todo arte, no es sino una manifestación de la belleza y
como tal es subjetiva . Tratar de imponerla a la fuerza, de hacerla entrar a martillazos es un absurdo . Como dice Carlos
Grolleau "se entiende o no se entiende : es cuestión de sordera o de clara audición espiritual':
No ha sido mi ánimo hacer una crítica del libro, sino
dar a conocer a un poeta ignorado hasta ahora en nuestro
medio. Tratar de hacer aquí una selección de las mejores
poesías que encierra seria tanto como copiar el libro entero .
Ofrecemos hoy a nuestros lectores los versos del libro
ONDA que circuló muy poco en el país y es la primicia lírica
de ROGELIO SINAN, abanderado y maestro entre nosotros
de las recientes ideas estéticas que propugna la escuela vanguardista, cuyos representantes en Panamá se congregan alrededor de SINAN en el grupo de avanzada que han denominado
"Pasaje".
Si cada época trae sus problemas especiales, sus modalidades, sus anhelos y sus hombres, es natural que en cada una
de ellas los grupos representativos hagan su labor y encaminen
75
El escritor panameño Carlos Francisco Changmarín, Sinán y el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal.
sus esfuerzos por alcanzar la perfección, a su manera . Si el estancamiento es la muerte y si hay que renovarse para vivir,
es-tá bien la inquietud humana, el ansia de superar a los otros y
de superarse a sí mismo, el impulso combativo y hasta la vanidad de creerse los mejores. Y aunque no es actitud recomendable sí es humano y excusable el ataque violento a los viejos
métodos, el deseo de destruir los antiguos moldes, puesto que
ello obra como acicate intelectual que aguza la comprensión y
afina la sensibilidad. Así han procedido todas las escuelas,
combatiendo las nuevas a las viejas. Ya los románticos a los
pernasianos; ya los simbolistas a los románticos; los modernistas a los modernistas, y ahora los vanguardistas a sus hermanos mayores. Esa labor tiene mucho de depuración y es
como un crisol en que se funden los hombres y las ideas. Los
que no resisten los golpes demoledores perecen, que tal cosa
es caer en olvido. Los que resisten la prueba salen de ella más
fuertes y viven en el porvenir con brillo de astros.
Y lo que ocurrió ayer ocurre hoy y ocurrirá mañana.
Legiones de poetas cantaran la vida a su manera, en su propio
instrumento ; y en sus versos se remozarán el amor eterno y el
eterno dolor. Y luego que hayan cantado su canción, cederán
el puesto a nuevas legiones; y sólo algunos vivirán en el recuerdo de las futuras multitudes mientras la mayoría se hundirá
en las sombras del olvido.
Hombre de una generación que ya se bate en retirada,
mi predilección está por los poetas que cantaron en un lenguaje suave a mi oído y grato ami corazón . Pero mi eclecticismo
literario me lleva a ser comprensible y a explicarme la inquietud de los nuevos porque yo también tuve mi inquietud en
los viejos días de mi primera juventud, hace cerca de cuarenta
años. Y considero que si a una época determinada convienen
representantes y modos de expresión determinados, es absurdo
pretender que los nuevos, los hombres jóvenes de estos años
preñados de inquietudes morales, de cambios sociales violentos,
de maquinismo y de una civilización a veces grandiosa y a veces absurda, en que triunfan el nudismo, el amor libre y el cabaret; en que se ha apagado la luz de la fe y se han extinguido
76
los ideales ; en que Einstein come el pan amargo del destierro,
mientras cualquier mozo de mulas con buenos biceps vive como un príncipe, y un pelotari gana más en tres meses que los
rectores de Harvard, Columbia, la Sorbona y Oxford en un
año, en que Hollywood abriga al mismo tiempo el vicio, el arte
y el dinero a millones, es absurdo repito pretender que los
hombres jóvenes, aunque sientan el dolor, el amor, la ira, la
alegría, la envidia y la caridad como todos los hombres, expresen sus emociones de la misma manera que los hombres de
ayer. Son hijos de su época y proceden de acuerdo a ella.
Pero sufren y gozan, sufren más que gozan, tienen sus caídas
y tienen sus triunfos. Yo no los condeno ni siento desagrado
por su labor, ni les niego mi apoyo y mi aplauso cuando es
necesario y conveniente, aunque hablan un idioma que poco
dice a mi inteligencia y a mi corazón . Soy respecto a ellos
como un hombre maduro que ríe con los juegos de los niños,
que los incita a jugar, que los aplaude bondadosamente, pero
que no podría acompañarlos en sus juegos ni recibir de ellos
más que emociones pasajeras . ¿Cuáles de esos juegos recibirán el sello de lo inmortal?
En SINAN hay talento, hay cultura, vigor de primavera intelectual, disciplina mental y ansia de vivir su vida espiritual Sus versos lo muestran pues estas cualidades no se esconden cualquiera que sea la actitud mental que se adopte y
la factura que se use. SINAN es en Panamá el abanderado y el
maestro de las nuevas ideas que tiene sus apóstoles en Laurenza y Rodrigo Miró . Su obra es para los hombres de hoy no para los de ayer : simiente que ha de germinar en sus cerebros y
en sus corazones si es que cerebros y corazones están preparados para la germinación de las nuevas ideas estéticas, si ellas
no son estériles y si los sembradores logran fecundarlas, cosa
que constituirán un triunfo resonante para el grupo "Pasaje"
y en especial para su director y sus lugartenientes.
Panamá, 25 de junio de 1933.
"El hombre que
vendía empanadas"
(
cuento )
El hombre que vendía empanadas tenía una voz ronca, destemplada, chillona . Era como si el engranaje de su aparato
bucal tuviese flojos los tornillos. Y no había forma de que
cambiara el tono ni la forma ni el golpe de su grito.
Era el mismo de siempre.
— ¡Empanadas, a medio cada una!
Aquel hombre, sin duda, estaba enfermo.
Nadie lo conocía . Nadie quería mirarlo . Sólo se oía su grito,
diariamente a las diez, cuando pasaba por la calle.
— iEmpanadas, a medio cada una!
Aquella voz gruñona, reseca, de hombre enfermo y rabioso
ponía el terror en cada casa . Nadie quería escucharlo . Aquel
grito enfermaba . Y si los niños se comportaban mal, ya las madres sabían cómo enmendarlos.
—Si no te portas bien, te lleva el hombre que vende empanadas.
— ¡No, no! —decían los niños, horrorizados, como si el
invocado hubiese sido el demonio.
Y el pobre hombre seguía gritando siempre, con su voz de
conjuro :
— ¡Empanadas, a medio cada una!
Y los niños huían llenos de pánico a esconderse en obscuros
rincones .
¡Qué horror! Cada mañana, el grito de aquel hombre era
más trágico . Era la voz del hambre, porque el hombre que vendía empanadas ganaba comisión por sus ventas . Más vendía,
más ganaba. Y como no vendía, no comía . El pobre diablo ya
estaba muerto de hambre . Ya el grito le salía de las entrañas
como estertor agónico.
— ¡Empanadas, a medio cada una!
- ¡Empanadas, a medio cada una!
Pero nadie quería comprarle nada . Y el grito se fue haciendo cada vez más opaco ; más cortante . Era como una voz hecha
piltrafas por dientes rabiosos . Cada letra salía disparada como
las balas de una ametralladora .
Hasta que ya no pudo más con esa vida de perro que llevaba, todo crimen podía ser lícito . Se detuvo un momento ; miró
hacía todos lados, y entró a un zagúan . . . Aseguróse de que
nadie bajaba y se sentó en uno de los peldaños . . . Sacó de su
bolsillo una navaja y degolló (¡qué horror!) sus empanadas,
que devoró una a una .
Panamá, abril 1945
"Síntesis de un regreso que salva
Aquel mensaje preñado de tormenta provocó una descarga;
se hizo densa la niebla ; brillaron los relámpagos ; y los cielos
aullaron . . . De repente (se escuchó desde lejos) un viento huracanado pasó ultrajando heridas y arrastrando fantasmas . . . La
tierra, atormentada, desgarró su alarido de plenitud indómita . . .
Las torres de marfil se diluyeron sobre lagos de arena . . . La cosecha, madura, precipitó al abismo . . . Y la hecatombe hizo
pensar que el claro mundo del sueño veníase abajo . . . Pero
fuerzas de imán, contradictorias, debatiéndose en el espacio y
el tiempo, consiguieron desviar, a golpe de alas, las corrientes
malignas . . . Y el cielo de la injuria abrió ventanas (paso libre a
la lluvia) . . . ¡Fue un gran precipitar de estrellas locas y de can-
tos benignos! . . . Caían manos de niño, hielo seco y estatuas
trituradas . . . La tormenta se echó su capa al hombro y escapó
cabalgando . . . Se despejó la tierra, y, ya tranquila, recibió la
llovizna. . . ¡Qué sed en sus desiertos! . . . ¡Qué angustia en sus
colinas! . . . Al fin, muda de gritos, regresaba a sus venas la saloma sanguínea . . . Volvió el ritmo a su puesto, y los naranjos
saludaron al alba . . . Un coro inmenso de palmeras maduras
enarboló canciones y saboreó campañas . . . La calma alzó pañuelos y saludó al futuro . . . Cada torre se adornó de plegarias . . . Y las palabras, cogidas de las manos, susurraron alegres:
¡Seguiremos andando!
Panamá, 1945
77
Algunas de las primeras
reseñas sobre
"Plenilunio"
varios
La gente de letras –y también la otra
gente– está comentando con insistencia
y discutiendo con no poco apasionamiento, la última novela nacional:
" PLENILUNIO" de Rogelio Sinán, premiada en el Concurso Ricardo Miró de
1943, y editada, hace unas cuantas semanas, por la Imprenta de la Academia,
en forma que constituye un verdadero
triunfo editorial, para nuestro medio.
Nosotros hemos leido con enorme
interés la obra de Sinán. Hemos encontrado la esencia artística, que es pura,
creación pura, y salimos de la lectura
convencidos de que la obra está lograda,
plenamente lograda . En ella hace su aparición una lectora, la que, conducida de
la mano del artista por los caminos del
sueño, teje toda la ágil madeja de "PLENILUNIO " . Novísimas tendencias literarias reflejan en el libro su simpatía. En
él hay un autor asombrado de las creaciones de su propia imaginación, una
mujer embrujada por la luna llena, un
viejo lleno de contradictorias manifestaciones morales e intelectuales, una
Maksita, que es toda delicadeza y ternura, floreciendo en un ambiente viciado,
un Mack Amargo, enérgicamente trasado, que personifica al hombre de nuestro pueblo, extraviado por las mil seducciones de una época de guerra, y un pícaro, seductor de cabaretistas y de muchachitas pobres, que se encuentra, de
repente, enredado en las pasiones y
ambiciones de la lunática embrujada.
El centro de la obra lo constituye
una luna violenta que hace su aparición
para conmover las vidas de los elementos anteriormente mencionados . Alrededor de la vigorosa influencia lunar, que
mueve las más absurdas pasiones y enciende las ideas más extraviadas del elemento humano, gira toda la trama de la
obra . Y es precisamente por eso por lo
que algunos críticos han querido aplicar
el escalpelo científico a la novela para
averiguar si la luna puede producir seme78
¡antes sensaciones y puede determinar
con tanta fuerza el rumbo de las vidas.
Pero tal intento anda extraviado . Tal
vez, la luna esa que el hombre común ve
aparecer algunas noches en el cielo, no
es capaz de provocar tales conmociones.
Tal vez, la luna es " científicamente "
incapaz de afectar sexualmente a una
mujer hermosa de esas que encontramos
todos los días, en cantidades enormes,
por las aceras de la Avenida Central.
" Tal vez ", decimos, porque recordamos
toda serie de "leyendas", que la ciencia
todavía no ha sido capaz de explicar
"científicamente " más que con un desdén incrédulo, que giran alrededor de la
luna como dotada de influencia suficiente sobre el elemento humano como para
determinar el rumbo de sus vidas --por
cierto, siempre rumbos extraños, apenas
imaginables por el hombre vulgar— . Pero,
aunque así no fuera, aunque pudiera
comprobarse científicamente la "irrealidad" de la influencia lunar sobre la emotividad humana, eso no tiene nada que
ver con el asunto . Porque Sinán no nos
ha escrito una obra artística que es —y
hay que decirlo sin ambages— la mejor
novela que se ha publicado hasta ahora
en Panamá. Reconocerlo es sencillamente un acto de justicia.
Y volviendo a la luna. ¿Quién ha dicho que la luna de "PLENILUNIO" es
esa luna común que aparece en el cielo?
Esta novela tiene su luna, la luna creada
por el poeta, con características propias,
con poderes propios, con realidades propias. El único límite para la realidad novelística es la imaginación del autor. Y si
esta imaginación es capaz de crear un
elemento nuevo, con personajes que giran a su rededor, que tienen, también,
reacciones nuevas, no presentidas por
nosotros, eso viene a corroborar la calidad artística. Lo otro, presentar lo que
está viviendo a nuestro lado, será tal vez
biografía humana, será retrato, será paisaje nocturno, y como tal, tendrá su valor literario ; pero será solamente "reproducción artística". `PLENILUNIO ", en
cambio, es "creación artística ". Al menos, así lo vemos nosotros, llevados quizás por la circunstancia de que nuestra
propia imaginación se nos va, no pocas
veces, de las realidades, para ir a fabricarse mundos nuevos, con nuevas existencias.
Pero he aquí que, pretendiendo hilvanar cuatro líneas para decir a nuestros
lectores --si es que tenemos
"PalLgEuNnoIsU–Oetrpiób
,
nos hemos metido en el enredo de discutir las autorizadas opiniones de quienes
realmente pueden ser críticos por su capacidad, por su cultura, por su preparación. Pero lo escrito, escrito está . Y vaya, para finalizar, nuestra audacia hasta
el extremo de hacer una afirmación de-
finitiva ; con "PLENILUNIO ", Rogelio
Sinán ha demostrado que sigue siendo
el "abanderado y maestro" de la nueva
literatura panameña.
MARIO AUGUSTO
(de "LA HORA " , 1947)
*
Rogelio Sinán ha viajado por Europa,
ha vivido en Italia, en la India, y en otros
medios internacionales, lo que se refleja
en el ambiente de sus relatos lo mismo
que en el de su reciente novela "PLENILUNIO", que obtuvo el premio nacional.
La novela es un poema, dice Unamuno. Yeso es la novela para Rogelio Sinán,
quien comienza esta obra por asumir categóricamente la responsabilidad de la
ficción. No es una simulación de la realidad ni una reproducción anecdótica . Al
contrario . Por un procedimiento pirandeliano los personajes tienen acceso a la
narración y, una vez que el novelista dispone de ellos, comienza a prestarles realidad.
La dificultad inicial de quien se dispone a penetrar en el espejo de la ficción
desaparece al sumergirse en el elemento
de sueño que crea el poeta pero una vez
que el relato toma impulso, comienza el
interés y los personajes se humanizan y
progresan emocionalmente. Poco a poco
olvida el lector que partió de la imaginación y ternura por reaccionar emotivamente.
La obra transcurre en el lapso de
tiempo que va de la alta noche al amanecer, en una especie de cinematización.
Los personajes refieren al autor alternativamente su vida ; por boca de ellos sabemos también sus preocupaciones ; se
interpelan, se rectifican, y del diálogo se
desprenden los enlaces casuales que los
vinculan.
El asunto de la novela es la neurosis
de la protagonista dominada por la
influencia lunar. En torno a ella se mueven el abuelo, portugués enriquecido
por el vicio ; Crispín, un truhán de morbosa psicología con quien Elena consiente casarse y cuyos desprecios lo exacerban induciéndolo a cometer un estupro que motiva la venganza final que lleva a El Mack Amargo hasta el jardín de
Elena . La muerte de Crispín es anticipada hábilmente, pero queda por explicar
su misterio, lo que aviva el interés de la
trama . En el momento en que se va a dilucinar el crimen, uno de los personajes
Sinán con el poeta y cuentista panameño Moisés Castillo (q .e .p .d .)
plantea la tesis de su realidad e invoca
como prueba la presencia de Crispín . Si
Crispín, el muerto, llega, son personajes.
En ese momento se oyen golpes en la
puerta. El terror que produce a uno de
los personajes hace que se precipite sobre el autor, quien suspenso del hilo de
su propio conjuro, en los momentos de
más patética emoción, se deshace del siniestro lazo.
Todo era una ficción ; un juego ; pero
un juego limpio. El lector se quedará
con la duda de la existencia de estas criaturas, mientras el poeta vuelve a la realidad, alegre de su creación . Sí, la vida
seguirá su curso, los marineros beberán
cerveza y olvidarán a Pearl Harbor; habrá velorios con profusión de acacias ; las
bellas bañistas ofrecerán delicias refrigerantes desde los balcones de la publicidad y se mezclarán los aires afroindígenas del cabaret a los corales sacros. ¿Pero existieron las criaturas que acongojaron al poeta? El mismo nos responde:
"Bienaventurados los que sueñan, porque de ellos será el reino de la creación ".
amoralidad, de raro sensualismo y de vicio refinado . Cuatro tipos inolvidables
el viejo Céfaro, el rufianesco Crispín, la
lunática Elena Cuhna y el Mack Amargo, se yerguen de un modo alucinante
que, en ciertos aspectos, evoca el
ambiente creado por Unamuno en "Niebla " y por Pirandello en "Sei personaggi
in cerca d'autore". Parece, en un comienzo, que sólo hemos tomado contacto con las marionetas de una farsa, pero
pronto se obra el milagro de que estas figuras, agrandadas y aun dislocadas, con
trágicos movimientos y tremendos gestos, se apoderan del interés y asumen un
carácter realista no exento de alusiones
Manuel MAPLES ARCE
Suplemento Literario de
EL NACIONAL
México, diciembre de 1947
"PLENILUNIO " resulta un intento
atrevido en el plano novelístico, tanto
por su técnica desusada y difícil cuanto
por su valor humano . El autor ha convocado a sus héroes a través de la penumbrosa atmósfera de un sueño, como si
estos fueran muñecos fantásticos que
brotan súbitamente de un mundo de
Sinán con el intelectual costarricense Joaquín
García Monge (q .e .p.d .), editor y director de
la prestigiosa revista "Repertorio Americano"
79
al propio medio del Istmo . Sinán se manifiesta como un excelente manejador
de situaciones, no desprovistas de truculencia, de complicación y dinamismo".
Ricardo A . LATCHAM
"LA NACION" de Santiago de Chile,
23 de Noviembre de 1947
Rogelio Sinán, a quien hay que conceder el capitanazgo de la literatura
panameña, acaba de publicar una novela,
en cuya trama se mezclan nuevos y viejos zumos. Dentro de una técnica monologad casi de confidencia estrábica, deja
fluir sucesos de última hora, deformaciones psíquicas y sexuales, la vida durísima del cabaret panameño y las lucubraciones de un Des Esseintes recalentado por el trópico. Así es "PLENILUNIO",
libro de un alma retorcida y enferma,
simbiosis de sensualidad y angustia,
donde la muerte y la locura se dan cita
en una cabeza perdida cada vez que se
asoma, en toda su majestad, la luna.
Luis Alberto SANCHEZ
"LA TRIBUNA", Lima,
Noviembre 10 de 1947 .
80
Ha leído este periodista la novela de
Rogelio Sinán que obtuvo el Primer Premio en el Concurso Ricardo Miró de
1943. Su título es "PLENILUNIO".
sinceramente ha de decir que encuentra
justificado el premio. Entre las novelas
que han visto la luz en Panamá en los
últimos años, ésta de Sinán le parece a
este periodista la más fuerte, la más hecha. Y la más dentro de las tendencias
del género en la actualidad.
Enrique RUIZ VERNACCI
PANAMA—AMERICA", 1947.
La novela de Rogelio Sinán, "PLENILUNIO", comentada por nosotros en
esta misma sección, recién salida de las
prensas, acaba de cobrar nueva actualidad con motivo de haber sido distinguida por el prestigioso 'Ten Club " de Santiago de Chile, al clasificarla como el
mejor libro extranjero del mes, aparecido en noviembre que acaba de pasar.
Ya el día 23 de noviembre, en la página literaria dominical del popular diario chileno "LA NACION", publicó el
famoso critico Ricardo Latcham, un
elogio razonado de la novela de nuestro
compatriota, y por ello no fue motivo,
de sorpresa para nosotros que el "Pen
Club " chileno, presidido precisamente
por el escritor citado, hubiera decidido
en una de sus sesiones señalar la obra de
Sinán con tan alta como codiciada distinción.
"PLENILUNIO ", de Rogelio Sinán,
ha salido ya —como tenía que ser— de
los límites geográficos de nuestra patria,
mereciendo la atención y el elogio de
otros públicos y de la crítica profesional
de otros países. "La mejor novela del
mes, publicada en el continente de habla
hispana, la ha considerado el "Pen Club"
de Santiago y ello es un honor que debemos estimar en todo lo que vale, discernido a Rogelio Sinán y a Panamá.
Renato OZORES
"LA ESTRELLA DE PANAMA",
Noviembre, 1947.
"Plenilunio"
Las sesiones con el psicopatólogo
comenzaron casi inmediatamente . Su
terapéutica consistía en producirme la
hipnosis según el viejo método de Charcot y otros neurólogos de La Salpetriere;
pero se convenció en seguida de que yo
conocía ese recurso . Cambió entonces
su plan y resolvió someterme a la diálectica de los razonamientos freudianos.
Su intención era hallar entre mis viejos
recuerdos la primera raíz de mi dolencia para desarraigarla de cuajo cual cizaña disociadora e inútil . Yo tenía que
emprender como una especie de marcha
atrás dentro de mí, " a la búsqueda de
mi tiempo perdido " o caminando, como
dice el poeta, " por los viejos senderos
retorcidos que el pie, desde la infancia,
sin tregua recorrió " . . .
Ya usted sabe que toda
marcha atrás es convulsiva.
Aquel sistema me hacía
rememorar las sacudidas que
produce el expreso cuando
busca los rieles del nuevo
viaje . Aún las fieras del
circo se rebelan cuando
las hacen recular . Estas
imágenes del tren y de
las fieras -lo mismo que
los versos que acabo de
citar- son nudos importantes en la malla de mis
reminiscencias infantiles.
El neurólogo llevaba un
diario estricto en que anotaba
circunstancias e imágenes que a
mí se me antojaban triviales.
La curación de mi dolencia dependía del análisis que yo pudiera hacerle
de mí misma tratando de encontrar las
más recónditas huellas . Es sabido que lo
que se decía mi locura -mis excesos,
mis alucinaciones- sólo se presentaba
bajo el influjo del plenilunio . . . (Estoy
tratando de repetirle a usted mi confesión con las palabras exactas . Si quiere,
las puede confrontar con el expediente).
Mis desviaciones mentales comenzaban
a manifestarse cuando la luna iba adquiriendo su plenitud . Le suplico que me
deje insistir en los detalles, porque de lo
contrario pierdo la asociación de mis
ideas . . . Aquello . . . (déjeme recordar) . . comenzábame con un fastidio
enorme contra todo lo que me circuía. . .
Me indignaba por la menor simpleza . . .
fragmento
Una palabra ; a veces, una mirada . . .
Cualquier gesto sencillo me exasperaba . . . No quería hablar con nadie y me
encerraba en mi alcoba . . . No salía ni a
comer . . . Y me pasaba las horas meditando o leyendo . . . A medida que iba
creciendo el astro yo me volvía más áspera e irascible . . . Cuando mi esposo
trataba de calmarme me enfurecía con
él y lo insultaba . Me volvía una pantera.
Todo lo echaba al suelo, libros, ropas,
papeles. . . Y a veces, el odioso Crispín
llegó a sufrir golpes certeros que yo le
propinaba arrojándole lo primero que
hallaba: figulinas de Sevres, objetos de
arte, miniaturas que había enviado de
Europa . . . No reparaba en nada . . . Mi
abuelo (él era el único que me sobrellevaba) me conducía a la cama y
me dormía cantándome y haciéndome caricias
como cuando era niña . . . Su experiencia
lo hacía ser cauto, amable, más obsequioso . ..
En las noches de plenilunio, salía
al jardín, me echaba sobre la hierba fresca y caía como en estado de trance, en
una especie de éxtasis como los que refiere Santa Teresa . Sentía que iba ascendiéndome por las piernas como un
escalofrío que terminaba por hacérme-
las insensibles . Se me oprimía la garganta quitándome el respiro y produciéndome un loco anhelo de gritar . Sin embargo, lo que experimentaba no era la sensación de asfixia que sentiría un sujeto
estrangulado ; era más bien ese jadeo sofocante que antecede al espasmo ; era el
exceso de placer quinta esencia de hasta
el desfallecimiento . . . Mi cuerpo comenzaba a vibrar rítmicamente poseído de
convulsiones febricitantes, en espera de
el otro, del fantasma. . . Yo lo veía avanzar hacia mi cuerpo como en las noches
de Amberes, con su melena al viento y
su chalina flotante . . . Venía como de
un mundo misterioso y fantástico ; volvía cortando siglos y trepanando nieblas. . . Yo sentía sus caricias, sus besos
y su aliento . . . Creía desfallecer . . . Sí,
mi cuerpo, como tierra reseca,
estaba listo para ser fecundado.
Anhelaba no solamente el filo
del arado que se hunde, quería
también el riego que nos hace llegar hasta el deliquio . . .
Era el instante que mi
¡Me
esposo escogía . . .
aprovechaba villanamente ..
Hace una pausa y prosigue:
-Estoy cansada . . . Pero . . .
Bueno, volvamos a mis
reminiscencias infantiles,
algunas de las cuales, como
he dicho, descubrieron la
clave de mi neurosis . . .
No sé si será cierto que un
susto de la madre, en el
período genésico, puede
repercutir en la conducta de la
criatura, lo cierto es que algo de
eso me debió suceder. . .
¿No te acuerdas, abuelo?
-Yo supongo -dice él- que te refieres a la vez que tu madre sufrió el ataque . . .
-Sí -afirma ella- . Explícaselo
como me lo contaste.
-Sólo recuerdo que fuimos a pasar unas semanas en una casa de campo,
cerca de un río . . . Una noche contábamos historias de aparecidos . . . Tu madre tuvo que ir hasta el río . . . De repente escuchamos un aullido desgarrador,
por lo menos así nos pareció . . . Salimos
todos despavoridos . . . La noche estaba
clara . . . No vimos nada extraño, pero a
81
tu madre la recogí del suelo, inerte,
fría. . . Cuando logramos hacerla volver
en sí, nos dijo que había visto un fantasma . . . Por supuesto que muchos le creyeron . . . Yo sabía que eran frutos de su
imaginación atormentada . . . Tu madre
era propensa a las pesadillas y sufría de
unos terrores atroces. . . Prueba de ello
es que cuando le exigimos que explicara
con más detalles, nos dijo que la luna la
había querido devorar . Yo no le di importancia a ese incidente ; por eso resolví
comprar la casa para que ella viviera cerca del campo en una atmósfera adecuada a su estado ; pero tampoco olvido los
alaridos que ella lanzó la noche en que
naciste. Se parecían bastante a aquel
aullido que nos llenó de terror . . .
—El médico me dijo —agrega Elena— que la psicosis hereditaria sirvió como de campo propicio al desarrollo de
esa impresión intrauterina . . . (Usted sabe que los especialistas usan palabras raras . . .) Y aquello germinó en terreno
fértil, pues tuvo pronto sus efectos . . .
Siendo niña, me desperté una noche lanzando gritos de terror . Yo recuerdo que
la ventana, abierta, dejaba entrar los rayos de la luna . . . Corrí junto a mi madre . La hallé sentada, orando . . . Me susurró : " Ya imaginaba que te ibas a asustar. La luna te daba en pleno rostro . . . "
Más tarde, allá en Europa, recibí
otra impresión perturbadora . . . Viajábamos en tren . . . Era de noche . . . Yo iba
pegada a los cristales . . . Las tinieblas sólo dejeban ver, de vez en cuando, algunas luces lejanas . . . De repente vi reflejarse en los cristales algo como un gran
disco luminoso que se precipitaba en
contra nuestra . . . Yo recuerdo que le
grité a mi madre : " ¡Mira, mamá, la luna
viene a besarme! ¡Fíjate! . . ." Y, apenas dije aquello, se oyó el choque . . .
Fue un descarrillamiento terrible . . . Lo
que yo había mirado era la luz del expreso contrario . Y, al recibir el golpe,
aquel detalle se grabó en mi cerebro produciéndome la impresión de que era el
astro lunar. . . Cuando me desperté en
el Hospital, después del choque, sentí
un dolor terrible en la cabeza . Lo atribuí a las vendas que me oprimían las sienes estrechamente y hasta intenté quitármelas . . . Mi madre, desde un lecho
cercano, procuraba tranquilizarme . . .
Una enfermera explicaba a no sé quién
los detalles del accidente . . . Decía : " La
niña sólo sufrió leves heridas . . ." Yo
imagino que recibí en el cráneo un golpe
interno, sin lesión exterior, porque, a
través de mi angustia me ha molestado
82
siempre ese detalle neurálgico . . . Siendo
ya grande, los viajes en el tren —que han
sido muchos— me han producido siempre un malestar de fatiga con cefalalgia
aguda y pesadillas nocturnas . . . También debo agregarle que, durante una
temporada de estío, en París, mi madre
me obligó a acompañarla, todas las tardes al circo . . . Yo iba de mala gana,
pues las fieras me horrorizaban . . . Mi
madre argumentaba que debía distraerme, pero eso era el pretexto . Era ella la
que sentía un placer morboso al escuchar los rugidos de las fieras . . . Luego
pude enterarme de que mi madre se entendía con el domador . . .
Enterado de mi proceso patológico, el psiquíatra creyó encontrar la causa de mi angustia en esos viejos terrores
contra la luna, el tren y aquellas bestias
del circo . Su labor terapéutica se había
llevado a cabo " sin dolor " , con esa misma facilidad con que el dentista extrae
la pieza que nos hace sufrir . . . Ya he dicho antes que las conversaciones psicoanalíticas se llevaban a efecto en el
jardín . El me hablaba con la mayor persuación . El tono de su voz era agradable, melodioso, insinuante . De vez en
cuando usaba términos raros . Me hablaba de complejos, de traumas, de síndromes y no sé qué otras cosas . Me decía
que los síntomas de mi mal se extinguirán a medida que desaparecieran del mecanismo psíquico los diversos factores
—las lesiones— que lo determinaron . . .
Por medio de la hipnosis fue borrando
mis representaciones psíquicas desagradables ; por lo menos logró hacerlas salir
de las tinieblas del subconsciente . Pero
como el instinto sexual es lo que impulsa las acciones humanas, no tuve más
remedio que referirle mis experiencias
lésbicas, en el colegio, con las demás
muchachas, y otra aventura lúbrica, ya
fuera del convento, que no me atrevo
a repetir. . . Mis amores con Ninski lo
impresionaron hondamente ; sobre todo
cuando le hablé del parecido que él tenía con el otro . No hay para qué decir
que, a medida que yo olvidaba al muerto, renacía como a una vida mejor . Como es de suponer, la verdadera razón de
todo aquello era que estaba enamorada
del médico . Sin darnos cuenta nos fuimos acercando . Nuestras vidas se sintieron ligadas . Nos devoró el deseo . ..
Del psicoanálisis pasamos a los besos . ..
Y, de pronto, caímos al abismo . . . No
hubo mejor milagro para mi curación . ..
Claro, mi instinto, insatisfecho desde
hacía tanto tiempo, volvía a encontrar
su cauce . . . ¿Qué más necesitaba? Era
el remedio definitivo . . . Liberada de mi
angustia opresiva, me sentí renacer a un
mundo nuevo . Era otra . La vida me pareció más bella, más digna de vivirse . ..
Ya no volví a sentirme descentrada . ..
El ambiente no me desagradaba . . . Tanto es así que, al recorrer de nuevo, en
mi automóvil, ciertas calles estrechas,
me parecía redescubrir mi ciudad . Y
todo aquello me daba la impresión de
hacer un viaje por puertos nunca vistos . ..
"Incendio"
(1944)
Primer Tiempo : LA VOZ DEL PANICO
Quivi sospiri, pianti e alti gua i
risonavan per l`aere senza stella.
Dante: Inferno .
Sirenas sin gemidos ni palabras
-mudo canto que sólo oyó la muerteclavaron agonías en la noche.
Callado jeroglífico del grito
que no partió los sueños
ni saturó de alarma las nieblas.
¿Qué voz estrangulada podía ser más certera
que una mano de luz pintando el cielo
y adelantando el alba?
Enloquecidos quedaron los relojes,
y un aullido de sol mordió el espacio
precipitando sangre y arreboles.
Incandescentes garfios dolorosos
sacaron de su sueño almas a flote
ya en alas del infierno.
¡Furia de Dios en ráfagas!
¡Piafar innumerable
-miedo en marchacorriendo hacia el crepúsculo!
Los cántaros del alba se rompieron,
y el Santo Graal del sol -ya derramadose regó por el cielo.
De todos los caminos la rosa de los vientos
lanzó flechas de sangre.
¡Miserere, miserere, Señor,
Segundo Tiempo : LA VOZ DE LA AGONIA
calma tu cólera!
¡Mil potros degollados trotando cielo arriba
con las crines al viento enrojecidas!
farsi fumo
¡Todo el humo del mundo,
verso di noi come la notte scuro.
todo el gas preparado para la guerra ruge!
Dance : Purgatorio.
¡Las máscaras del miedo ya no bastan
y las manos
ya no pueden asirse en la distancia!
¡Dame
tu brisa, mar, tu brisa pura
-¿Quién pudiera subirse en una nube?
para saciar mi voz y mis entrañas!
- /Dame, Señor, tu gracia y tus pulmones
para amarrar el aire con mis venas!
¡Mi
- sangre no respira!
- ¡Mis pupilas dan vueltas a la noche!
- ¡Qué aguijones me desgarran las carnes!
¡Señor, misericordia!
-¿Por qué ocultas el agua de tus cauces?
-/Precipita los ríos de tus montañas!
- ¡Abre todas las fuentes de la vida!
- ¡Una gotita de aire puro, Señor!
- ¡Una gotita!
¡Tan sólo una gotita para mi sed amarga!
Edecoap un
83
Mi voz sangra en las sombras, torturada
por alfileres de humo.
—Pero sólo responden los ángeles del fuego
aguijoneándonos por todos los rincones.
—Sólo lenguas de fuego ensayan muecas
desde el techo, los muebles y las sábanas.
—Mil fusiles de llanto enrojecido
nos van ametrallando.
—
—
— ¡Por dónde hemos de huir si por doquiera
sólo tragamos muerte?
—Somos náufragos
en medio de un océano de fuego y brea.
—Carne encendida,
se pierde nuestro aliento entre las nubes
—¿Qué esperanza de fuente ha de salvarnos?
—Señor, ya que lo quieres, recibe este holocausto
de pena, grito y llanto
—Navegando en el humo van a ti nuestras almas.
— ¡Aleluya! ¡Aleluya!
Tercer Tiempo : LA VOZ DE LA PLEGARIA
E vidi in forma di rivera
fulvido di fulgore, intra due rive
dipinte di mirabil primavera.
Danta: Paradiso.
— ¡Qué demasiado tarde se han abierto
los ríos de la alborada!
— ¡Qué musical torrente ha penetrado
por todas las heridas!
—¡Qué suave y retardada esta caricia
del agua redentora!
—Ya las llamas adormecen su cólera.
—Ya no enseñan los dientes, ya no rugen.
—Y el globo de los cielos va a estallar de tanto humo.
—Sólo tiniebla y agua.
—Agua y tinieblas.
—Cataratas, torrentes, marejadas.
—Nuestros cuerpos, ya fríos, lejos del llanto,
flotan en un océano interminable.
—Giran . . . Giran en un gran torbellino.
—¿Ya para qué tanta agua? ¡Señor, detén el agua!
¡Qué respeten por lo menos la muerte!
—Pero nadie nos oye . Nuestros cuerpos
siguen girando mudos en el gran torbellino.
—Se entrechocan, se cruzan y vuelven a girar.
—¿Ninguna mano podrá cerrar las fuentes de este aguaje?
—¿Giraremos acaso eternamente?
—Nuestro grito seguirá suspendido y desgarrado
sobre todos los niños y las madres,
sobre todas las almas . ¡Miserere!
— ¡Miserere, Señor!
84
85
Análisis de las críticas
y comentarios
de la
novela "Plenilunio"
Mariapía Pilolli de Cano
INTRODUCCIÓN
Este artículo hace parte de un trabajo — todavía no terminado— que pretende analizar la trayectoria y la problemática de Rogelio Sinán desde su novela
Plenilunio hasta su reciente La Isla Mágica.
Al enfrentarnos a este estudio —
complejo y largo en realidad— nos pareció interesante como primer paso hacer
una revisión de las críticas que se habían
hecho a Plenilunio.
Esperando que tengan cierto interés,
presentamos aquí ahora estos primeros
resultados.
Plenilunio de Sinán ha sido una obra
muy estudiada — o mejor dicho — solamente muy comentada ; lo cierto es que.
podemos encontrar sobre Plenilunio muchas notas, alabanzas y críticas mordaces, superficiales las unas y las otras en
verdad.
Toda esta riqueza relativa de material
(abundante respecto a otras obras), hace
interesante — creo — empezar este estudio sobre Sinán con una revisión crítica
de los comentarios que tenemos sobre
Plenilunio . Aclaramos que esta revisión,
si quisiera ser completa, debería haber
sido mucho más cuidadosa en la búsqueda
es del material, pero como este no
fin principal de este trabajo, decimos
claramente que no hemos revisado realmente todo lo que se ha escrito sobre
Plenilunio ; nos hemos limitado a aquellas críticas que, por una razón u otra,
nos han llamado la atención, nos han
irritado o simplemente nos han motivado la curiosidad.
Una crítica breve pero serena, la encontramos en aquel escrito tan significativo y clarificador de Ramón H . Jurado,
86
"Itinerario y rumbo de la novela panameña", aparecido en el Panamá América
de 1953 . En un párrafo — dentro de un
contexto en el cual analiza la novela panameña después de los años 30 — define
Plenilunio como un libro de envidiable
perfección técnica y a Sinán como un
fugitivo del momento histórico.
Estos dos elementos : la evidenciación
de la belleza formal o perfección técnica
de la obra y el aislamiento del autor del
medio ambiente, se encuentran en casi
todos los comentarios que hemos leído,
pero acompañados en general de un tono exageradamente áspero y duro, bien
lejos de la mesura y equilibrio de la nota
de Ramón H . Jurado.
Es precisamente esta exageración en
la dureza de las críticas, lo que me ha
motivado a analizarlas un poco más de
cerca, porque cuando una obra irrita —
y es efectivamente " irritación " lo que
aflora de ciertos comentarios — lo hace
a menudo por razones inconscientes,
que no son precisamente las que el crítico expresa en forma racional y a menu
do son razones que tampoco se aceptan . ..
Y para terminar con el tema, cabe
también decir que por supuesto esta
"irritación " puede tener causas diferentísimas y contrapuestas.
Hemos visto por ejemplo, en la revista " Epocas " de 1947, " La originalidad
en la literatura panameña " de José
Lasso de La Vega.
Lasso de La Vega empieza
haciendo los sólitos elogios acerca de la
originalidad de la novela, tanto en su
concepción como en la escogencia y desarrollo del tema . Después, establece un
paralelo, o mejor una derivación, con la
obra teatral de Luigi Pirandello . Mientras le parece que en Pirandello los recursos escénicos tienen un carácter de
" creación " porque responden a una con-
cepción de la vida particular y original,
nota que la transposición de estos recursos en la novela, hacen el desarrollo
de la misma monótono, cansado, penoso., En razón de esta utilización impropia
de unos recursos escénicos, a los personajes de la novela les viene faltando formación y consistencia, lo que dice un
personaje pudiera decirlo el otro y al
revés.
No quisiera decir por ahora nada de
los personajes, pero sí anotar que Lasso
de La Vega, define la concepción de Pirandello, como particular y original, pero no tiene claro que la concepción de
Pirandello, además y más allá de su particularidad y originalidad, es "necesaria"
e históricamente inevitable en cuanto es
una expresión del problema general de
la crisis de la sociedad burguesa . Y tan
poco claro tiene este concepto Lasso de
La Vega que puede llegar al absurdo de
la siguiente afirmación : " Don Quijote y
Sancho en ningún momento de su desarrollo pueden confundirse, no hay nada
que Don Quijote diga que pueda ser atribuido a Sancho . ¡Muy bien! El hecho es
que en un determinado momento de la
historia se acabó la posibilidad de disfrutar de la seguridad del "ser", se acabó
la posibilidad de una determinación y
aceptación segura y positiva de su propia función y posición en el mundo, fuese esa heróica o mezquina . "Las dos
cervantio grandes creaciones del genio
son dos personajes puros " , Pero claro!
Una época histórica bien diferente ; si
alguien extraña los personajes puros,
hay que avisarle que hace tiempo se
acabaron las posibilidades de crear tales
personajes.
Lasso de La Vega polemiza con la
utilización de la música como reminiscencia romántica ; " la música a través del
radio (música en conserva) que se introduce en escenas en las cuales se debate
conceptos puros y por tanto limpios de
toda mortificante realidad (sic!) produce un efecto contrario a lo que percibe
el autor en el sentido que la nota romántica se deforma " (aparentemente
sólo por la cuestión de la conserva). Da
la impresión que el crítico mismo hace
y deshace, afirma que la música introduce una nota romántica y después que la
misma se deforma . Pero la confusión
más grande es aquélla de los " conceptos
puros y por lo tanto limpios de toda
mortificante realidad". La realidad entonces mortifica (¿quién?) y los conceptos
puros tienen que ser limpios . Es muy
evidente que con estos criterios no puede salir más que una crítica confusa y
dudosa. " La tuerza del ambiente resultó
incontenible y faltó en Sinán refinamiento en el gusto y depuración en la
sensibilidad para resistir a esas fuerzas o
para doblegarlas " . Aparece el concepto
de literatura como " lo noble y lo puro "
que no puede ensuciarse demasiado las
manos con la realidad.
El crítico refuerza este concepto de
necesario "alejamiento de la realidad "
cuando en particular elucubra sobre la
audiencia pública. A pesar que reconozca que la audiencia pública es presente e
importante en la realidad panameña porque remueve sentimientos y emociones
primarias y se convierte en un verdadero
espectáculo, le parece que " sin embargo
el hecho en sí mismo carezca en absoluto de categoría estética " (sic!) . Bien!
Debe ser que hay "hechos estéticos " y
" otros " que de cualquier lado que se les
mida no tienen — y sin apelación — ninguna categoría estética! Y después de
todo, ¿Cuáles serían los hechos estéticos
y cuáles no? El críticos y cuáles no? El
crítico infiere : "Sinán no tiene suficiente consistencia para inmunizarse y hacerse impermeable a la penetración de
un elemento procedente del ambiente
panameño, pero sin ningún valor estético. De aquí deriva un defecto sustancial
en nuestros novelistas y cuentistas ." ¡El
defecto sería querer atribuir de todas
maneras valor artístico a aquellos elementos que —no hay nada que hacer—
definitivamente no lo tienen . ¡Y son
elementos de la realidad panameña!
Pero tal vez el defecto más grande y
más vergonzoso para nuestro crítico está
en otro aspecto : 'el fondo de la obra de
Sinán es lo más condenable desde el
punto de vista estético . . . El fondo de
la novela es de una crudeza tan grande
que la lleva casi a los límites de la pornografía " . Ahora el crítico moralista en-
cuentra los acentos indignados para criticar al artista que expresa aquello que
todos sabemos . Y es una actitud muy típica y un ejemplo muy claro de sexualidad removida : hagamos las cosas más
vergonzosas pero no las digamos y sobre
todo no escribamos en obras literarias
donde la sexualidad debe ser sublimada.
En este sentido nuestro crítico nos
aconseja que tomemos como ejemplo
positivo la literatura española clásica
donde " La sexualidad existe pero en
formas elevadas, elaboradas y depuradas
por la sensibilidad" . . . Lo cual en nues-
cana por lo menos después de los años
40 y Plenilunio expresaría un pesimismo
fácil y morboso que marca su impotencia creativa.
Siempre en la revista Epoca, también
de 1947, número 21, podemos disfrutar
de otro comentario que se sitúa más o
menos en la misma línea del precedente.
Es un artículo de Baltasar Isaza Calderón, según el cual Sinán utiliza elementos formales de una estética foránea,
empeñándose — con escasos resultados
— en extraer ingredientes de sabor local.
El resultado sería discutible porque Si-
De izq . a derecha : los escritores panameños Ramón H . Jurado,
DemtrioHaSvln,MiséCtoJaríSánchezB
.,
el periodista peruano Jorge Raygada, Rogelio Sinán, José Quijano y Bonifacio
Pereira .
tros días significaría esconderla bajo el
velo de la hipocresía y la no aceptación
de la belleza y humanidad de los hechos
de la esfera sexual . El crítico utiliza el
acostumbrado y desgastado parangón
con los animales (los cuales — pobrecitos — se han tomado siempre por boca
de ciertos moralistas una culpa que cómicamente son los últimos en poder tener!) . " Cuando no es depurado el acto
sexual es animalesco".
En suma, Lasso de La Vega considera
que la idea que tiene Sinán de nuestro
país no corresponde a ninguna realidad
porque mientras " en Plenilunio nuestro
país aparece siempre pendiente del
azar " , a Lasso de La Vega Panamá parece ser un oasis de libertad e independencia . . .! Entonces lo único que hace Sinán es imitar tendencias nuevas, defecto
este general de la literatura latinoameri--
nán reduce el área observada a una "zona dolorosa de la vida capitalina en la
cual andan mezclados influjos nocivos
de procedencia extraña junto con flaquezas nuestras que nos corresponden
más como signos de fatalidad geográfica
que como engendros de infamia aborígen " .
Ahora bien, nosotros no creemos ni
en la fatalidad geográfica ni en las posibilidades de infamias aborígenes . Nosotros creemos que la situación histórica
concreta de un país es la resultante de
un proceso complejo donde causas y
efectos no se oponen en rígida antítesis
sino más bien se interrelacionan formando una red compleja y estructurada a diferentes niveles, de fenómenos sociales,
relaciones jurídicas y formas políticas,
cada uno de los cuales no es comprensible en sí mismo sino precisamente en su
relación con todos los demás fenómenos.
87
Ni la fatalidad geográfica ni la ausencia o presencia de infamias aborígenes
pueden ser llamadas "causas " de ciertos
"efectos" . En el nivel de las fuerzas productivas, en las relaciones de producción,
en la situación de dependencia hacia el
exterior, en las corresponsabilidades en
el interior es donde podemos encontrar
el hilo conductor para explicarnos la totalidad de los fenómenos histórico-sociales .
Y así, donde B .I . Calderón ve el mayor defecto, o sea en el "limitarse a una
zona dolorosa de la vida capitalina " nosotros precisamente vislumbramos un
acierto . Porque si es cierto que todo lo
que tenemos enfrente constituye "realidad " es cierto también que para explicar
esa realidad no sirve cualquier
elemento, sino aquellos elementos que
permiten explicar toda la realidad de la
situación en su conjunto . El elemento
de la realidad estudiado debe permitir
una reconstrucción de toda la realidad
bajo el punto de vista de sus tendencias
de desarrollo ; repetimos e insistimos : no
todos los elementos de la realidad son
igualmente importantes, son efectivamente importantes solamente aquéllos
que pueden constituirse como elementos o problemática central (o sea que
pueden explicar el todo) de una situación .
Entonces, si a Baltasar / . Calderón le
molesta que Sinán muestre lo malo y
feo de Panamá y le gustaría que se
divulgue lo bueno y lo lindo, le contestaríamos que no se trata de Poner atención
a la sensibilidad delicada de alguna señora fácil a la vergüenza y al llanto . . .,
se trata de establecer si el elemento de la
88
realidad que Sinán muestra puede constituirse en un elemento central y significativo en el sentido que de ahí derive
una interpretación correcta de toda la
realidad.
En suma, Sinán se equivoca porque
describe una turbia realidad (evidentemente también para Baltasar Isaza Calderón la situación general de Panamá no
es turbia, ¿tal vez será bucólica? . . .) hija del cosmopolitismo ; las ciudades terminales del canal, claro, recogen tristes
residuos de la historia humana, pero esto es natural y no es bueno difundirlo, además porque unos paso atras de
las ciudades terminales . . . todo se vuelve sereno, feliz, sano y tranquilo . . . Sinán es un pesimista incorregible y malsano porque se obstina en ver oscuro el
horizonte . ¡Me parece que antes de
condenar a un supuesto pesimista, habría que
demostrar que el horizonte está claro en
algún lado! . . .
En 1961, Feliciano Fong presenta
una tesis sobre el "Ambiente Moral y
Social en Plenilunio y Luna Verde ".
En su análisis, en verdad bastante pobre, ve en Plenilunio el predominio de lo
subjetivo, una predilección por el sexo,
la hegemonía del subconciente, sin alejamiento de la realidad.
A decir verdad, Feliciano Fong avisa
que, siendo escrita alrededor de la Segunda Guerra Mundial, Plenilunio graba
una época de degradación moral, social
y política y que Sinán no inventa nada
sino que sólo escribe lo vivido en aquel
momento y por ende Plenilunio es una
novela realista . Pero el concepto de realismo se utiliza aquí en su acepción más
limitada y mecanicista : sería realista en
el sentido que no inventa y reproduce
hechos que eran elementos reales de
aquella situación histórica . Ahora bien,
un concepto un poco más maduro acerca del realismo no gira alrededor del elemento inventivo, la ausencia o presencia
del cual determinaría el realismo o no
de la obra . El autor más fantasioso logra
ser realista cuando, através de sus juegos
inventivos, comunica y ayuda a difundir
una interpretación correcta de la realidad, produce en el público una conciencia de esta realidad y una voluntad de
acción e intervención en la misma . Cómo puede ser que el autor más chatamente realista que describe tantos detallitos y hechos ciertos no haya comprendido nada de la realidad en cuanto no
ayuda a la clasificación de las líneas directivas del desarrollo de la misma .
Así que lo que se hubiera debido hacer en un estudio sobre Plenilunio era
ver la posición y las contribuciones de
Sinán bajo esta perspectiva ; pero Feliciano Fong prefiere insistir en otro aspecto.
Según él, los personajes de Plenilunio están determinados por un clima erótico,
en ellos todo es lujuria y perversidad . La
protagonista Elena sufre desdoblamiento morboso . . . Ella espera al amante para entregarse a los "lujuriosos deliquios
del placer sexual ". Esta definición, así
tout-court, del placer sexual como "lujurioso " me extraña un poco : ¿no serán
ellos, los críticos que, con sus moralismos pequeño -burgueses, con sus prejuicios y consecuentemente su incapacidad
de aceptar serenamente el acto sexual,
no han entendido nada del famoso elemento erótico de la novela? No sé, es sólo una sospecha . Feliciano Fong clarifica : Elena tiene una doble personalidad,
es una mujer "normal y orgullosa " y
una "ramera lúbrica" . Crispín, impotente para una comunicación " sana " con su
esposa esperaba que ella entrara en sus
trances lunáticos, para abusar de ella libidinosamente . Ahora, habría que ver si
la confusión y el prejuicio están en los
críticos o en Sinán . De todos modos sería prioritario analizar y tratar de llegar
al núcleo significante de estos
elementos, así dichos, eróticos y morbosos, verificar el peso que tienen en la economía
de la novela y evidenciar, a través de las
relaciones con los demás elementos cuál
es el significado esencial que contribuyen a construir.
En el número 43 de " Lotería, " 1959,
hemos encontrado un escrito que no es
una crítica a Plenilunio pero que ya desde el título ("Destino Geográfico y Perspectiva Histórica del Istmo ') nos ha motivado una lectura atenta porque insiste
en una interpretación limitada, y más,
mal enfocada, de la realidad nacional . Se
trata de un artículo de Rubén Luis García . Utilizando el " apoyo " y la autoridad moral de Octavio Méndez Pereira, el
tal García fríe y refríe con diferentes
palabras que, debido a la particular posición geográfica de Panamá, los panameños adquierieron una sicología de tránsito donde se diluye el concepto de nacionalidad como consecuencia de una recepción demasiado amplia de ideas disímiles extranjerizantes sin que se hayan
formado las necesarias defensas cultura .
les, políticas y sicológicas . Las costumbres y los valores de los panameños se
fueron norteamericanizando y envenenando hasta formar una personalidad
producto de mentalidad canalera, tanto
que puede decirse que " la privilegiada situación geográfica de Panamá ha venido
a ser desde la conquista, el mayor dolor
de cabeza de los panameños " .
¿Y en lo económico qué pasa? Tranquilos, es un simple " descuido " porque
en lo económico se trata solamente de
que los gobernantes " se han olvidado "
de la explotación de las riquezas naturales para fundamentar las actividades fiscales en el comercio canalero . Si se tratara sólo de un olvido, sería suficiente
con "recordárselo ". . . El problema es
que en lugar de una "falla de la memoria " se trata — respecto al fomento exclusivo de las actividades canaleras — de
una defensa consciente de los únicos
intereses que la burguesía interna dependiente podía conocer y cuidar.
Claro que podemos hablar de norteamericanización y envenenamiento de la
personalidad y de los valores, sólo que la
causa no está en la desgracia de la " demasiada privilegiada situación geográfica" cuanto en la situación de dependencia económica que ha venido cambiando, perfeccionándose y reproduciéndose
con diferentes y cada vez más modernos
y científicos patrones a lo largo de la
historia del Istmo.
Enfoques del tipo que defiende García, son enfoques de tipo exclusivamente sicológicos donde, a pesar de la evidenciación y de la condena de valores
justamente considerados negativos, el
error fundamental
la confusión
es
entre causas y efectos, la presentación
de los que son simples efectos entre los
demás, como causas.
En el número 13 de "Lotería" del
año 1956, tenemos " Rogelio Sinán, alta
cifra poética y maestro del relato panameño" por Matilde E . López . Según
ella, Sinán es un hábil conocedor de los
recursos de las novelísticas modernas
introvertidas y sicológicas ; en él pudiera
notarse, mezclados como en un coctel
parece sugerir la autora . . ., los símbolos
de Kafka y James Joyces, los oscuros temas del existencialismo, la cínica actitud de Sartre, el desvergonzado descaro
de Francois Sagan y toda la angustia
neurótica de la novela francesa de postguerra . . . Nos preguntamos si una sola
espalda puede soportar peso de tanta herencia . . . aparte la mala costumbre de
poner fáciles etiquetas (Sagan sería una
descarada, Sartre un cínico, la novela
francesa de post-guerra simplemente
comentarios de algunos cuentos:
"Todo un Conflicto de Sangre " (para
mí uno de los más logrados y perfectos
cuentos de Sinán, graciosísimo en el motivo inventivo, mordaz, sarcástico y seguro en la presentación de su significado) es simplemente un relato inquietante .
En " La Boina Roja " se juegan los valores de la vida, se derrumban los principios y se desatan las pasiones insanas,
"buceando el subconsciente freudiano " .
neurótica y Kafka y Joyce simplemente
simbolizan . . .) nos preguntamos si al final del listado conocemos algo más de
las características peculiares de Sinán y
del núcleo significante de su obra. Francamente nos parece que no y lo único
que hace el listado es "dignificar " con el
acercamiento a nombres tan ilustres, o
sea repetir, con palabras diferentes, el
aprecio expresado por la casi totalidad
de los críticos de las habilidades técnicas
y formales de la prosa de Sinán.
En realidad, donde sí Matilde López
demuestra descubrir la particularidad de
Sinán, es en la audacia y en " la corrupción y sexo que se respiran en la novela" .
"Todo esto (o sea todas las influencias y
el coctel antes mencionado es agravado por una tendencia al tema sexual
que lo domina casi totalmente y lo
arrastra por tortuosos caminos donde
puede perderse su talento . . "¡El talento
puede " perderse " igualmente como la
rectitud de una jovencita. . . —como
consecuencia de una exagerada afición
a lo sexual!
Otra vez también con esta lectura,
hemos tenido la sensación que el moralismo del crítico ciega un poco el juicio
y cierra la posibilidad de descubrimiento
del elemento o significado esencial . Parece que los críticos se esfuerzan en encontrar en Sinán un buen novelista a pesar de sus exageraciones y manías sexuales ; la pregunta sería : ¿La manía la tiene
Sinán ola tienen sus críticos?
Matilde López nos dice que mientras
en Ecuador autores que empiezan con
temas desnudos y sexuales después
orientan el relato hacia el tema social,
Sinán sigue caminos existencialistas . Y
desglosa este análisis a través de breves
En Plenilunio, que desarrolla un tema
escabroso, hay la sombra de Baudelaire;
esta inquietante novela estaría más allá
del Bien y del Mal y el lector cree hallarse en un país de maravilla pero — y aquí
la verdad es que nos confundimos un
poco — después de decir eso del país de
maravilla (que como mínimo parece indicar "irreal") agrega que Plenilunio nos
da la cabal visión de Panamá en los día!
del gran negocio de la Segunda Guerra
Mundial y entonces ( . . .) "es una denuncia grotesca y cruel".
En síntesis, a través del análisis de estos comentarios y de otros que aquí no
relatamos, hemos llegado a la conclusión
que los dos elementos más frecuentemente presentes en las críticas a Sinán
son:
1 . Elogios y tributos a la habilidad, capacidad y recursos de un escritor que
— más allá de los gustos
y simpatías de cada cual —se ha situado
indudablemente y desde hace varias décadas, como el más sólido y consistente
de los escritores panameños contemporáneos.
Demetrio Herrera Sevillano, poeta panameño,
con Sinán
89
2. Denigración de un elemento artístico
y formal — el erótico — sexual — que
según los críticos estaría presente en
demasía en la obra de nuestro poeta,
elemento que por su mismo exceso,
abuso o mal uso, se volvería en contra o en disminución de aquella perfección formal y genialidad artística
antes elogiadas.
Considero que el crítico que se limita
a esta esquematización de elementos no
cumple con el cometido de su trabajo ; si
pensamos ahora en la última obra de Si-
nán, su
premiada, presentada, bautizada, elogiada, glorificada La Isla Mágica
notamos similar ausencia de una crítica
que logre enfrentarse a la globalidad del
universo poético de Sinán . Las palabras
que se han podido escuchar son de elogios, pero genéricas, de admiración, pero
cuidadosas, como con el miedo de meterse en la evaluación y consideración de
elementos frente a los cuales la sincera
reacción hubiera sido de desconcierto u
condena moral ; el crítico moralista se ha
tapado los ojos y elogiado la obra " haciéndose el que no estaba viendo " todos
aquellos elementos que lo molestaban.
Por ahora, tampoco nosotros tenemos nada que decir a estos críticos miopes o ciegos . . . Pero sí muchas preguntas abiertas y la certeza de que será preciso analizar, relacionar y evaluar una
multiplicidad
de elementos para poder llegar a construir un hilo analítico
desde Plenilunio hasta La Isla Mágica.
Tomado de Revista Nacional de Cultura, No.
18 Inac, Panamá, s .f.
"El sueño de Serafín del Carmen
( cuento )
Rogelio Sinán
Estamos en New York, gritó un groom. Y todos nos
lanzamos a la borda del barco para admirar el panorama ; pero resulta que había mucha niebla y sólo se
veían inmensas montañas de nieve . Parece que en
efecto habíamos llegado al Polo Sur . Como marca
de fábrica estaba allí un gran oso vestido de blanco
que nos hacía desde la orilla señas para que nos aun .
. Le volvimos la espalda porque estábamos-tarmos
verdaderamente indignados. El oso pronunció entonces una oración fúnebre a la memoria de los hijos
del capitán Grant ; pero alguien le hizo ver que no
eran hijos sino sobrinos, porque el señor polar se enfureció de veras y comenzó a dar golpes sobre un
gong enorme . No se cómo llegamos a saber que el
oso estaba llamando a la guardia civil. Es inútil, le
dijo la muchacha vestida de smoking, es inútil que
usted toque esa campana, porque nosotros llegaremos esta misma tarde a Bombay.
Entonces nuestra nave alzó el ancla y nosotros cantarnos en coro El Manicero . Sin embargo, no pudimos
seguir, porque los automóviles hacían un ruido infernal con sus bocinas . Vivan los músicos, gritó la muchedumbre. Habíamos finalmente llegado a la ciudad de Simbad el Marino. ¿De qué músicos hablan
ustedes? ¡Aquí no hay ningún músico! Pero la muchedumbre era monárquica y comenzó a gritar : ¡Que
salgan los mu-mu-mu-si-si-si-! La muchacha vestida de
smoking dijo que era preciso contentarlos. Pero nadie
la oía porque todos nos habíamos contagiado y no
hacíamos más que gritar: ¡Mu-mu-mu-si-si-si! La cosa
es que alguien se consiguió una orquesta de zíngaros
90
que comenzaron inmediatamente a tocar El Danubio
Azul . ¡Que baile Isadora!, gritó la muchedumbre . Y
la muchacha vestida de smoking -que era Isadora Duncan- subió sobre una mesa y comenzó a bailar un tango, que al fin ya no era tango ni rumba sino la wagneriana Marcha Fúnebre de Sigfrido . De repente se oyó
la bocina de un automóvil. Isadora quedó quietecita.
Hasta entonces no nos habíamos dado cuenta de que
estaba desnuda. Lanzó un grito : — ¡Mis hijos! ¡Mis
hijos han muerto! y cayó sin sentido . Se apagaron las
luces y el ruido . —¿Dónde estamos?—, gritaban las voces entre la oscuridad . Y alguien repuso : —Estamos a
la sombra de las muchachas en flor. Entonces, sobre
el coro afro cubano de nuestras voces pasó un inmenso
vuelo de caballos dorados. De sus alas caían plumas
de luz que iluminaban todo. La muchedumbre atónita
se había arrodillado . ¡Miserere, miserere nobis!, dijeron las bocinas del barco. Pero si ya no estamos en un
barco, dijo AnatoleFrance. Y el Caballero del Cisne se
llevó entre sus brazos a Isadora . Un empleado del
teatro vino a decirnos que el cisne no estaba aún arreglado. Bueno, dijeron todos, que se vayan sobre un
caballo alado ; pero la cosa tuvo después sus idas y venidas porque al fin resultó que Isadora se había ido a
Grecia. —A mi nada me importa, dijo el oso, yo seguiré llamando a la guardia civil . —Llámela usted, señor,
ninguno se lo impide ; pero háganos el favor de no tocar el gong para que no se espanten los caballos . —Pero si son de vidrio . —Usted dispense, señor alcalde . El
presidente agitó la campanilla. —Suplico al público un
poco de silencio . Tiene la palabra el abogado defensor. Entró por la ventana Douglas Fairbanks y comenzó a cantar La Marsellesa , Pero nadie le oyó, porque se supo que el acusado era el oso -que era de hielo- y se había derretido . Sin embargo, todo el mundo
aplaudió, y una muchacha que estaba a mi lado me dijo al oído : Es el mejor danzón que han tocado esta
noche . —Pero si no han tocado ningún danzón . No
pude continuar, porque la orquesta de zíngaros comenzó a tocar de nuevo El Manicero . —Señorita,
¿quiere usted bailar esta pieza conmigo? —¡No, señor! ¡Imposible! Aquí bailan los hombres con los
hombres, y las mujeres con las mujeres . —Perfectamente, señorita, acepto el match ; si usted quiere podemos ponernos los guantes inmediatamente . — ¡Oh,
no faltaba más ; pero hágame el favor de bailar bien!
Hay demasiado calor para esos saltos . —¿Quiere usted que le busque el abanico de Lady Windermere?
—¡Silencio! ¡SILENCIO! Respetable público : Nos
hemos visto obligados a suspender por esta noche la
función, porque ha muerto Oscar Wilde . —Pero, señores, ¿acaso es éste el baile de San Vito? Ya os he dicho que no hay afinidades electivas entre Oscar Wilde
y Proust. En este punto se abrieron las ventanas y,
con la brisa fresca, penetraron por ellas las hojas secas
del otoño . Sobre un cielo rojizo se proyectaron en la
distancia las siluetas de los pinos romanos. ¡Era de veras Roma y el otoño era suave! Yo me alejé cansado y
me fui caminando por entre aquellas interminables hileras de pinos . ¿Por qué eran tan inmensos los pinos?
Llegaban al cielo . Me senté en una banca a la orilla del
lago y me puse a mirar el reflejo de un árbol en el
agua dormida . Una hoja seca cayó zigzagueando . La
siguió otra. Y otra. De repente, una infinita cantidad
de hojas secas comenzó a desprenderse de los árboles.
Caían de todas partes lentamente . Poco a poco me
iban cubriendo el alma . Sentía que me asfixiaba y
-aunque hubiera podido- no hice ningún esfuerzo por
salvarme . ¿Cómo podría vivir sin la muchacha de los
ojos verdes? Ya las aguas del lago me iban cubriendo
totalmente cuando escuché su voz en la distancia . Yo
las miré sin verla y comprendí que venía cortando
edades: ¡Era Anfitrite! ¡Oh, capitán, mi capitán, sal-
91
va tus manos que saben conducir todas las naves del
mundo! Y amanecí del agua hecho todo cristal como
si en cada vena se me hubieran metido cien estrellas . ..
Caminábamos juntos . Ella pegada a mí. . . (¿Por qué
estaba desnuda?) Iba a decirle no se qué de los árboles
y el lago, pero tuve vergüenza de no haber muerto . Y
no quise insistir, porque las hojas secas ya habían dejado de caer. "Hasta mañana", dijeron los duraznos ; y
los pinos se alinearon correctamente . Pero la playa
era muy blanda y nuestros pies se hundían profundamente en la arena. Hacía tal frío en el fondo, que
nuestros pies se habían vuelto de hielo . —Camina con
cuidado para que no se quiebren, me dijo ella. Yo supe que ella dijo esas palabras pero no las oí porque la
niebla era densa . Besé entonces sus labios que eran
como de sal, y las naves del puerto me anunciaron
que allí estaba mi nave. Oí dentro de mí, como desde
otro mundo, la voz de ella . Y la voz me decía : Tú sólo encontrarás el tesoro de Morgan . Pero los tripulantes estaban ya inquietos y los últimos besos quedaron
en el aire sobre la estela roja de mi barco . Oh, pero no
eran besos, eran globos . Globos verdes, dorados y azules. Subían suavemente . Cada globo tenía un hilo de
plata y de todos los hilos se formó una pequeña red
donde iba ella ; sin embargo ya he dicho que la niebla
era densa y sólo pude ver en la distancia el pañuelito
blanco de sus palabras agitarse en el viento . ..
Panamá, 1931
Claves de la novela "Plenilunio" en ocho relatos
de Rogelio Sinán
Jaime García Saucedo
ROGELIO SINAN corresponde a
la generación de los "vanguardistas" cuya participación en la literatura panameña data desde 1931,
año en el que aparece un semanario llamado "Antena": refugio del
movimiento por cierto tiempo.
secuencia lógica (versión tomada
de Jorge Luis Borges en la revista
"Proa", N0 .6, Buenos Aires, febrero de 1925), réplica fiel de esa
otra lógica que no pertenece al
mundo de /a vigilia y que Rogelio
Sinán, el joven, ya absorvía.
En el número 2 de "Antena"
(25 de abril) aparece un cuento
del entonces desconocido Rogelio
Sinán (seudónimo de Bernardo
Domínguez de Alba) : "El sueño
de Serafín del Carmen". Este relato no tenía precedentes en Panamá . Su autor aprovechó las nuevas
tendencias y a pesar de que nada
era invento suyo, todo en él resultaba novedad . El sueño, el monólogo interior, las manifestaciones del subconsciente explicadas
por Freud, constituían los recursos de la creación estética.
Antes de la publicación de
"El sueño de Serafín del Carmen",
ya Rogelio Sinán había escrito un
primer cuento siendo aún estudiante del Instituto Nacional de Panamá .
Al siguiente número de
"Antena" se reprodujeron fragmentos de un ensayo de Antonio
Mar/chalar sobre James Joyce que
transcribe un trozo del final de
Ulises escrito sin puntuación, sin
92
Fue en las postrimerías del
año 1923 cuando la Federación de
Estudiantes de Panamá (con sede
en el Instituto Nacional de Panamá), abrió un concurso de cuentos,
para conmemorar la fecha de independencia de Panamá de Colombia
(3 de noviembre de 1903).
La medalla de oro y el Diploma correspondiente, con fecha 4
de noviembre del citado año, le
fueron entregados al ganador del
Primer Premio, estudiante Bernado Domínguez de Alba, por su
cuento "Viela di San Giovanni",
firmado con el pseudónimo de Domingo Alberti.
Este cuento fue publicado en
los números 1 y 2 de la revista
"Juventud" (órgano de la misma
Federación de Estudiantes) correspondientes a los días 6 y 23 de
mayo de 1924. La revista "Lotería"
de Panamá lo reprodujo en su número 194, de enero de 1972, y la
Editorial Signos fundada primero
en México (1982) y después en Panamá (1983) por el escritor Enrique Jaramillo Le vi, lo incluye en
el libro El candelabro de los malos
ofidios y otros cuentos en 1982,
último libro de Sinán publicado
hasta la fecha.
"Viela di San Giovanni" es la
nota crepuscular en la narrativa de
Rogelio Sinán, quien lo escribe
cuando apenas frisaba los 19 años.
Desde su aparición en 1924 hasta
"Sin novedad en Shanghai", aparecido en 1939, se fueron ordenando las claves o planos de fondo y
lo formal-expresivo : antecedentes
fundamentales de Plenilunio (Premio Novela, Concurso "Ricardo
Miró", 1943).
Los ocho relatos procedentes
a Plenilunio son : "vela di San
Giovanni" (1924), "El sueño de
Serafín del Carmen" (1931), "A la
orilla de las estatuas maduras"
(1932), "La única víctiva de la revolución"
(1932),
"Hechizo"
(1938, "Lulú ante los tribunales"
(El proceso de la bestia) 1938,
"Navidad. . . pero sin pavo" (1939)
y "sin novedad en Shanghai"
(1939).
En el plano de fondo tenemos las conveniencias de lo obsesivo que se distiende a través de la
frecuencia de lo psíquico, lo onírico, así como también las claves socio-políticas, raciales e históricas
por medio de la mordacidad y la
crítica; mientras que por el plano
de lo formal-expresivo, tenemos
que se vertebran los diversos niveles espacio-temporales, el diálogo,
el monólogo interior, las fuentes
míticoliterarias, las imágenes frecuentes (símil y metáforas) y el
estilo uniforme (frases breves, ágil,
casi periodístico).
En el plano de lo obsesivo tenemos que hay reiteración de varias constantes que serán refundidas en Plenilunio ; a saber:
1 .-"Viela di San Giovanni":
planteamientos de complicaciones psíquicas
que provocan un dese-
quilibrio moral, casi
obsesionante en los caracteres.
2.-"El sueño de Serafín del
Carmen": lo obsesivo se
percibe a través de un
bregar precipitado entre
la vigilia y el sueño.
lO3.-rai"Adse statuas
e
maduras": hay una obsesión por zafarse de los
prejuicios que atan al
subconsciente con lo sexual.
4.-"La única víctima de la revolución": lo obsesivo
queda planteado en el
desfile de razonamientos e introspecciones
que efectúa la protagonista y que revelan un
anhelo desorbitado por
mejorar su condición social a través de un imprevisible caos moral
que la destruye.
5.-"Hechizo": lo obsesivo llega a través de lo lúdico
y lo mítico.
6.-"Lulú ante los tribunales":
la nota obsesiva reposa
en las formulaciones de
corte político-social y
racial que el narrador
desea manifestar a través
de sus caracteres, a manera de protesta.
93
jeros
del
trasatlántico,
quienes llevan el germen
de una posible catástrofe debido a la guerra
que se cierne sobre ellos.
Los planteamientos de complicaciones psíquicas conllevan en
cada relato notas sutilmente diferenciadas . Veamos:
Lo sexual se advierte en "Viela di San Giovanni "(crisis interna
de un hombre al tener relaciones
sexuales con su hija); "A la orilla
de las estatuas maduras" (los valores morales resquebrajados por lo
sexual); "La única víctima de la
revolución" (entrega sexual que
conlleva una frustración moral);
"Hechizo" (sentido de culpabilidad por relación sexual con una
doncella).
Las circunstancias externas
como ejes de un desorden psísquico se advierte en : "Lulú ante los
tribunales" (muerte que ocasiona
una histeria colectiva); "Navidad. . .
pero sin pavo " (la naturaleza
opuesta a un fin colectivo) ; "Sin
novedad en Shanghai" (circunstancia histórica que incide en las vidas
de los pasajeros de un trasatlántico : la guerra) ; mientras que lo onírico puro lo tenemos distentido en
"El sueño de Serafín del Carmen"
como marco estructural del relato;
en "La única víctima de la revolución" y "Hechizo", la pesadilla
cumple un cometido de importancia en el orden interno de los protagonistas.
AO
7.-"Navidad. . .pero sin pavo": lo obsesivo nos llega a través de cada personaje que anhela con
vehemencia llegar a su
destino para lograr ver
sus sueños convertidos
plenamente.
8.-"Sin novedad en Shanghai":
la nota de lo obsesivo
radica en el ambiente de
desasosiego de los pasa94
Por otro lado, lo onírico insinuado queda plasmado en "Navidad. - .pero sin pavo" en donde cada criatura vive inmersa en un estado de sueño que se frustra; en
"Sin novedad en Shanghai", el
protagonista alude a los hechos vividos como si hubieran sido producto de una pesadilla . Otra de las
relaciones espontáneas que Rogelio Sinán maneja en los cuentos es
el símbolo que representan los
personajes de los mismos; a saber:
"Viela di San Giovanni":
Juan del Valle y Viela di San Giovanni.
Estos son símbolos del amor
incestuoso en la literatura (Edipo
y Electra proyectados).
"El sueño de Serafín del Carmen":
el protagonista que sueña.
Símbolo del hombre contemporáneo que busca en lo onírico la evasión a la realidad
que lo desconcierta ; por ello,
seña con mundos que se disuelven en la niñez perdida y
con seres fabulosos que hubiera deseado ser.
"A la orilla de las estatuas maduras":
el niño.
Simboliza la conciencia; es la
voz y el mundo que señala.
el cura.
Simboliza la tragedia de una
cultura que no considera lo
que hay de irreductible en el
hombre.
las jóvenes desnudas.
Simbolizan lo sexual en la vida.
"La única víctima de la revoluLaura.
ción".
Símbolo de la sociedad deprimida .
Don Pepe.
Símbolo de las líneas ideológicas corrompidas.
"Hechizo" : El fotógrafo americano.
Simboliza al corruptor de las
costumbres sagradas de una
sociedad ajena a su temperamento.
/os campesinos de
Hong Kong.
Simbolizan la tradición.
el brujo chino.
Símbolo de la interferencia
en el plano de lo mágico, de
una cultura sobre otra.
"Lulú ante los tribunales":
el belga Lo y.
Simboliza al inmigrante explotador, sin escrúpulos ni
moral.
"Navidad.
. .pero sin pavo":
la tía Fina.
Símbolo de una clase social
sojuzgada; es el dolor y la
frustración simbolizada en esta anciana.
desasosiego que se respira en todo
el relato.
El empleo de los diversos ni
veles espacio-temporales que serán
la nota fundamental en la estructura de Plenilunio quedan consignados en:
"Viela di San Giovanni": relato que ofrece ocho partes y en
cada una de ellas hay alternancias
espaciales y temporales que rompen la linea del relato; es una sin-
los pasajeros del trasatlántico rumbo a
Hong Kong.
fonía de "flashback". "El sueño de Serafín del Carmen": en un solo encuadre el narrador rompe con las fórmulas de
espacio y tiempo trasladando al
personaje central de un lugar a
otro con extraordinaria habilidad,
como sólo suele ocurrir en los sueños .
Simbolizan, como un todo, al
caso del "snobismo" representado en los pasajeros de la
primera clase, ante el caos
irreversible de la conflagración.
"A la orilla de las estatuas
maduras": es la traslación espaciotemporal que efectúa el héroe del
cuento hacia aquel otro mundo de
la niñez con sus humoradas y estrategias adolescentes.
Las claves, de carácter sociopolítícas, morales, raciales e históricas
las encontramos en:
"Navidad. . .pero sin pavo":
el autor provoca dislocamientos
espacio-temporales al dejar que
cada ser reflexione sobre hechos
pretéritos.
"Sin novedad en Shanghai":
"La única victima de la revolución": propuesta crítica del narrador a los políticos como Don
Pepe : ser inescrupuloso que se vale de su posición influyente para
violar la moral del pueblo.
"Lulú ante los tribunales":
problema de la comunidad negra
en Panamá indignada ante los extranjeros manipulados todos por la
prensa "amarilla".
"Navidad. .pero sin pavo":
refiere el resquebrajamiento moral
de la Tía Fina, pobre mujer isleña
que se ve sola con sus sueños vueltos añicos al percatarse de la tragedia de su hija perdida por una casta social que no permitió darle la
oportunidad de ser una persona
útil para la sociedad.
"Sin novedad en Shanghai":
la clave histórica aquí es vital para
explicar la situación de angustia y
El diálogo es un recurso estilístico favorito de Rogelio Sinán;
no hay relato, a excepción de "El
sueño de Serafín del Carmen" y
"A orillas de las estatuas maduras"
que no contenga diálogos ágiles,
cortantes, saturados de ágil y sorprendente mecánica coloquial. Es
un elemento recurrente, sin lugar a
dudas.
Las fuentes mítico-literarias
revelan inquietud del autor por
universalizar su arte y el gusto por.
las corrientes de la literatura universal. Estas fuentes aparecen en:
"El sueño de Serafín del Carmen";
"La única víctima de la revolución"
y "Viela di San Giovanni":
En Plenilunio se compendian
las claves enuncias; todas se encabalgan en un solo haz; a saber:
1 .-Lo obsesivo : Este plano
abarca estos aspectos en la novela:
a.- Lo psíquico en Elena
Cunha, Ninski, Mack y Crispín
que son seres destruidos por problemas internos de hondo conflicto que se explayan hacia los
linderos de los sexual.
b.- Lo onírico : la novela
ofrece este elemento como una
factura totalizante al igual que "El
sueño de Serafín del Carmen", por
el encabalgamiento de las imágenes disímiles en un solo plano narrativo que nos aproxima a una
frecuencia de corte surrealista.
c.- Claves socio-políticas,
raciales e históricas y morales : Rogelio Sinán completa su obra con
estas claves que le adjudican doble
validez a su inspiración; asocia los
esquemas interiores con los exteriores; los conjuga y se vuelve, en
ocasiones, un denunciante : clave
obsesiva de su producción:
(1) problemática de orden
político social en el istmo durante
la IIa . Guerra Mundial.
(2) problemática moral de
una sociedad corrupta en todos los
95
aspectos y que abarca hasta los gobernantes, incapaces de zafarse de
la disipación del momento.
(3) problemática racial que
nos habla de los negros como en
"Lulú ante los tribunales". Estos
son negros que trabajan para el
gringo en la Zona del Canal, sometidos a humillaciones de toda índole y a la vez desposeídos en barrios
indigentes, como le acontece al
Mack Amargo y a su familia .
ch .- Los personajes-símbolos que ya Sinán empieza a elaborar con obsesionante inclinación
desde su primer cuento "Viola di
San Giovanni", vuelve a ser nota
preferencial en esta obra donde cada carácter representa un aspecto
de la vida desdibujados con trazos
de gran artista.
las imágenes favoritas de Sinán son
el símil y la metáfora yen Plenilunio la proliferación de éstas es extraordinaria, casi lírica.
Como advertimos, los ocho
relatos estudiados germinaron plenamente en Plenilunio como una
acumulación de fórmulas y tanteos estilísticos y temáticos.
II.-Lo formal.
Como dijimos anteriormente,
Poemas de "Semana Santa en la Niebla"
(1949 ; 1969)
Rogelio Sinán
CUARESMA DE TERRORES
Marítima cuaresma de las metamorfosis
- ¡oh suicidio asombrado de peces y de frutas!cuando crecen escamas al vientre de la noche
mutilado de estrellas y preñado de brujas.
¡Pueril forma dolida del sueño cancelado
braceando a la deriva de la inútil sirena!
¡Cuánta cera desnuda buceaba candelabros
y Cristos, anegados en oceános de niebla!
Dibujo de C . Coffen Serpas
PECADOS CAPITALES
Velámenes soberbios, deshilachando brisas
despiertan la avaricia de la marina suma.
Pereza en las merluzas; orgullo en las corvinas;
y, en pulpos, tiburones y pelícanos, gula.
De la onda opalescente surge la curva dócil
que en senos tenebrosos oculta la lujuria.
¡Satán, Satán, aleja la glauca mariposa!
i Venciste, helada forma! ¡Delfines, aleluya!
96
ENDEMONIADAS
Posesas de la bruma con belfos de gemido
galopan ola y brisa remeciendo cordajes.
Huracanadas alas con rayos en el pico
desgreñan maldiciones, espumarajos, ayes.
Hunde el Sol luminosas agujas de prodigio
desalojando nieblas de filiación desleal;
y, anatematizado, deshecho el maleficio,
los fúlgidos demonios precipitanse al mar.
LA MUERTE DEL PROFETA
Profético de pájaros, remece tempestades
el árbol, dominado por mística soberbia;
mas, subrepticiamente, sofoca sus ramajes,
en fatales volutas, airosa madreselva.
Titán sobrecogido, va quedándose exangüe
bajo el nudo lascivo. Roído vena a vena,
deshecho finalmente, desplómase cobarde,
caída la soberbia cual truncada cabeza.
SU FORMA SOBRE EL AGUA
A ¡a hora equidistante del pez amanecido
con la primera espuma de la mañana, flota,
como un presentimiento de bostezo salino,
su forma sin aristas, deshilachada, fofa.
Flota, digo, la niebla, crispada de ladridos,
amarrando en las jarcias elásticas gaviotas.
Y, al recoger el hombre su red, semidormido,
quizá tema al espectro que va sobre las olas.
Dibujo de C . Coffeen Serpas
97
En el año 1938, el escritor Rogelio
Sinán fue nombrado Cónsul de Panamá en Calcuta, oportunidad que
él aprovechó para ampliar sus conocimientos sobre la India cuya
cultura milenaria lo atrajo siempre. Tras una estancia de doce meses, renunció al cargo e hizo un
viaje detenido por el subcontinente y diversos países del Pacífico.
Fue una experienc¡a inolvidable,
sobre todo porque le di la vuelta
al mundo (en seis meses) conociendo por agua, tierra y aire sitios, panoramas y gente de la más
pintoresca y variada identidad . El periplo completo circunscribe las siguientes ciudades: Cartagena,
Santa Marta, La Guaira, Hamburgo, Berlín, París, Milán, Venecia,
Port Said, Suez, Bombay, Calcuta,
Madrás, Colombo, Manila, Hong
Kong, Shangai, Kobe, Yokohama,
Tokio, Honolulu, San Francisco,
Los Angeles y San Salvador . El
último tramo, de allí a Panamá, lo
hice en avión debido a que el barco alemán, "Tacoma", que abordé
en San Francisco se vio obligado a
abandonarnos en El Salvador para
emprender la fuga hacia el Sur,
pues Hitler, al atacar Polonia en
Septiembre de 1939, había
inca-dolsegu rmndial
.
Sería oportuno mencionar circunstancias de ese curioso recorrido.
Pasé en Berlín el domingo en que
98
Hitler impuso el plesbicito de Viena. En París frecuenté a los refugiados españoles que escapaban de
la barbarie falangista . En /a frontera franco-italiana fui minuciosamente registrado por las milicias
fascistas pues ese día llegaba Hitler
a visitar a Mussolini . En Masaua
(Etiopía) pude atestiguar el maltrato que los fascistas italianos daban a los obreros abisinios . En
Shangai, los japoneses invadían
viajb China . El barco en que yo
iba repleto de judíos expulsados
por Hitler . En el puerto esperaban
miles de ellos . Los soldados del celeste imperio los trataban violentamente . En la ciudad, de noche, se
oía el trueno de las bombas japonesas y, de día, el tránsito era casi
imposible debido a la abundancia
de refugiados chinos.
Instalé el Consulado en el número 35 de Chowrighee Road,
avenida paralela al Maidan y al río
Hooghly y, por esa razón, muy
importante, pues por ella transita
toda la vida religiosa, política y
comercial de Bengala. Nada hay
tan majestuoso como las grandes
"pujas" o festividades religiosas
con procesiones que duran a veces
hasta veinticuatro horas. Vi un espectacular desfile de elefantes con
retratos de Gandhi y de otros líderes independentistas. También me
tocó presenciar el imponente entierro del que entonces era Gobernador inglés de Bengala. Tuve en
Calcuta muy buenas amistades y
guardo magníficos recuerdos de
esa ciudad . El doctor Braganza
Cunha y sus sobrinos me hicieron
penetrar al mundo culto y espir
itual de Bengala . El Museo Antropológico de Calcuta es uno de los
mejores del mundo . Lo mismo
digo de su estupendo jardín Zoológico cuyos famosos tigres de Bengala admiré días y días con cierto
pánico de que escaparan de sus
jaulas. Elogio muy especial merece
la Universidad de Calcuta cuyos
miles y miles de estudiantes forjan
el nuevo mundo que despierta de
un sueño milenario . En Calcuta
asistí a grandes conglomerados de
l orden político o religioso y tuve e
agrado de apreciar maravillas en
todos los aspectos del arte : arqui
tectura, escultura, pintura, música,
ballet, teatro y folklore . En el cine
me llamó la atención no solamente
la calidad de algunas películas si
no también la cantidad, pues supe
que los estudios cinematográficos
de Bombay y Calcuta producen
muchas más películas que
Hollywood. Pude relacionarme con a
lgunas actrices . Una de ellas me dei mostró el gran arte de vestir el sar
que da tanta elegancia a las mujeres de la India. No sólo a las de zonas urbanas, pues en el campo, en
/os caminos rurales de Bengala recordé los poemas de Tagore cuando veía a las jovencitas descalzas,
i cubiertas solamente con su sar
empapado, con cántaros de cobre
llenos de agua, llevando en los tobillos tintineantes ajorcas o las casadas con su característica raya roja en la partidura del cabello . En
las noches de /una me agradaba pasear en bote por el Hooghly ; por
las tardes, veía pasar, una tras otra,
las enormes barcazas cargadas de
yute .
Lo que inspiró mi viaje a la
India fue mi conocimiento de la
obra de Tagore. Desde muy joven
yo era un lector asiduo de sus poemas . Conocía casi de memoria sus
libros de poesía El Jardinero,
Gitanjah, La Luna Nueva. Ya he hablado de mi gran entusiasmo por
el poeta bengalí en un ensayo intitulado Temas esenciales de la poesía de Rabindranath Tagore. En
Calcuta tuve ocasión de asistir a
las representaciones teatrales que
organizaba él como final de curso
de su famosa escuela Santiniketan.
Todo en ellas era creación del gran
poeta: el texto, la dirección, los
decorados y aun la música . Además de gran lírico, Rabindranath
era pintor y compositor. Las canciones que se oían en Calcuta y los
tapetes que adornaban las casas se
debían a su genio . Su familia pertenecía a la más alta clase de /os
brahamanes y había constituído
una verdadera dinastía cultural durante siglos . A ella pertenecieron
grandes filósofos, músicos, pintores, pedagogos y científicos . En
una exposición de sus obras me
enteré que muchas de ellas (tal vez
ochenta) no se conocen en nuestro
mundo occidental. Hasta nosotros
sólo han llegado las que el mismo
poeta tradujo al inglés . Afortunadamente en español hemos podido
leerlas en la magnífica versión que
hizo de ellas Zenobia Campruri de
Jiménez con la admirable colaboración de su esposo Juan Ramón.
Tuve la ocasión de ver y oir a
varios líderes de la India y esa ocasión se presentó cuando el Partido
del Congreso tuvo un impasse en
la reunión de Tripura, en marzo de
1939, debido a que el fervor nacionalista del líder de la izquierda,
Subhas Chandra Bose, lo llevó a
suponer que las potencias del Eje
Mis libros preferidos han sido
siempre las grandes epopeyas, el
Ramayana y el Mahabharata . En
esta última está incluido el gran libro universal Bhagavad Gita que,
según propia confesión fue el libro
de cabecera de Gandhi . Decía él
que "era como una madre que lo
nutría, lo protegía y lo consolaba
en medio de las vicisitudes de la vida." Otro de los famosos libros de
la India es el Panchatantra, estupenda colección de apólogos de la
cual proceden casi todas las fábulas de Esopo, Fedro, Iriarte, Samaniego, La Fontaine y otros . Una
selección del Panchantandra, el Hitopadesa, fue llevada a España por
los árabes . Es la que conocemos
con el nombre de Calila y Dinna.
Influencias de la literatura sánscrita se hallan también en el Sendabar y en el libro de El Conde Lucanor, de don Juan Manuel. Es
indudable que en la narrativa europea influyeron libros como el
Katha Sarit Sagara. Lo mismo podría decir del teatro . Bastaría
mencionar esa hermosísima pieza
Shakuntala del gran poeta Kalidasa. Y en la filosofía, recordemos
que Los Upanishads fueron muy
elogiados por Schopenhauer e
influyeron en su especulación sobre el mundo como voluntad y representación.
La India siempre es actual y
ayudarían a la India en su independencia . Los amigos de Gandhi
provocaron entonces una reunión
preliminar en Calcuta para fijar la
nueva sede . Vi al Mahatma desfilar
por las calles seguido por su pueblo, pero Gandhi no asistía a las
sesiones . En una de ellas escuché a
la poetisa Naidu y al pandit Jawarharlal Nehru . Este último pronunció su discurso en cinco lenguas
distintas una tras otra . También
habría querido ver y oir a pensadores como Sarvepalli Radhakrishnan, Sri Aurobindo, Swami Vive
kananda y Vinoba Bhave .
99
siempre antigua. Su sorprendente
transformación social es increíble,
Dignos del más cordial aplauso son
los múltiples progresos alcanzados
con miras al bienestar del hombre,
sobre todo en la modernización de
los cultivos y la dieta nutricia ; pero sigo pensando que la India no
debe perder las características que
la han hecho famosa como un hecho etnológico inconfundible.
Siempre que veo en la prensa o en
el cine a la Primera Ministro Indira
Gandhi vestida con su bello y elegante sari, saludando con sus dos
manos juntas o sentada en el suelo
meditando, pienso que la India sigue devotamente unida a sus tradiciones. Creo que Gandhi tenía razón cuando, siguiendo a Ruskin,
promovió su campaña contra las
máquinas y regresó a los viejos telares y al khadi o tejido hogareño.
No estoy de acuerdo con un Japón
vestido a la europea. Lo prefiero
en kimono; y a la India no puedo
concebirla sin sari, sin sandalias,
sin danzas, sin ahimsa, sin templos,
sin curry, sin yoga, sin pujas, ni
aun sin gaths, sin camellos, sin elefantes y sin tigres; pero sí puedo
imaginármela sin maharajás, sin
miseria, sin hambre, sin fakires, sin
buitres, sin chacales, sin cobras,
sin cuervos y aun sin rickshaws,
sin bungalows, sin castas, sin intocables y supersticiones. ¿Qué decirle de las vacas sagradas? En su
última visita a la India, André
Malraux dijo que en Nueva Delhi
ya no hay vacas sagradas y que
nunca las hubo pues son una invención europea . Yo creo que sí las
hay y sí las hubo, pero ello no es
pecado . Lo sería no tenerlas, pues
la ganadería, orgullo de muchísimas naciones, es riqueza nutricia e
industrial. Muchas culturas orientales consideraron a la vaca como
animal sagrado.
Pienso que aún sigue siéndolo . Comer su carne supongo que es un
acto de teofagia, pero la nutrición
es un milagro de Dios. Lo cual me
hace inferir que no hace falta que
las vacas sagradas disminuyan . Mejor es aumentarlas . Lo importante
100
es que sirvan a un propósito justo
y acaso funcional. Deben utilizarse
para que el pueblo se alimente . Lo
grave es que la gente de la India es
vegetariana por ser jainista o hinduista. Nosotros, los cristianos, sí
practicamos la teofagia aun a costa
de nuestra buena digestión.
Hablar de la India es cuento de
nunca acabar. Me habría gustado
permanecer allí por muchos años
pues mi deseo ferviente era impregnarme de su rica cultura milenaria.
Gran novelista panameño
Héctor P . Agosti
BUENOS AIRES —Quiero destacar
ante los editores —esa raza que nuestro
gremio suele denostar con opiosos vituperios, no siempre razonables el nombre de un gran escritor de nuestra América . Es panameño, se llama Rogelio Sinán (así, al menos, prefirió nombrarse
en las letras en vez de su burocrático
Bernardo Domínguez Alba) y acaba de
publicar una novela caudalosa y sugerente : La isla mágica . Bastaría ese solo libro
para conquistar a su autor un espacio
que han conseguido algunos con menores méritos.
No resulta abusivo afirmar que Rogelio Sinán es el más importante de los escritores panameños . En 1929, con su
poemario Onda, lanzado desde Roma,
revolucionó las letras de su patria aportándoles la sustancia del surrealismo.
Luego, a través de sus cuentos —con esa
maestría que a Luis Alberto Sánchez le
permitió denominarlo "Sinán el mago"
fue incorporando un mundo de invenciones, de historias superpuestas, de acoplamientos entre el sueño y la realidad,
de ensambladuras entre lo popular y lo
culto, de organizados anacronismos, de
interposiciones entre el narrador y los
personajes hasta confundirse por momentos en una misma cosa . Fue, en esto, precursor de audacias técnicas que
otros favorecidos por la publicidad,
ostentaron más tarde con invenciones
propias.
La particularidad de Sinán consistió
sin duda en haberse sumido en el mundo
folclórico de su tierra sin desentenderse
del mundo sicológico de su tiempo . Quizás ninguno de sus cuentos lo revele en
tal sentido más completamente que "La
boina roja " , merecedor en 1953 del Premio Interamericano dotado por El Nacional de Caracas . Quienquiera que se
asome, por ejemplo, a la gruesa antología Cuentos de Rogelio Sinán, publicada
en Costa Rica en 1972, se sentirá súbitamente atrapado por esa flexible diversidad del escritor, por su capacidad de recrear el universo de las palabras para
asignarles un sentimiento vivo y veraz,
tan henchidas de pueblo sin recaer jamás
en la vulgaridad del populismo . En esa
sostenida labor —alternada con sus oficios de diplomático, profesor y, sobre
todo, viajero impenitente— los cuentos
fueron confundiéndose con los poemas:
Los pájaros del sueño (1957), Cuna común (1963) o A la orilla de las estatuas
maduras (1967), entre los primeros ; Incendio (1944), Semana Santa en
o(laS1Nm9iesn4br)
(
1969),
entre los segundos.
Pero es el novelista quien ahora me
ocupa y preocupa, porque se reitera el
hecho nada usual de que sus dos únicas
novelas hayan merecido, cada vez, el
Premio Ricardo Miró, el más empinado
que otorga su país : en 1947 fue Plenilunio ; ahora es La isla mágica.
El escritor mexicano Agustín Yáñez (q .e.p .d .)
can Sinán
Alguna vez dije de Plenilunio —una
novela donde el sicoanálisis transita comodamente— que sus indagaciones sicológicas son de primerísima calidad y
que ; en este caso, tuvo el novelista la virtud de internarse por zonas de la sensibilidad humana que no siempre el estudioso puede examinar con igual diligencia y
pareja libertad . Apareciendo de comienzo (y adrede) como un relato trivial destinado a lectores excusados de grandes
esfuerzos imaginativos . Plenilunio sorprende en seguida por su crescendo
constructivo que, sin hacerle perder ninguna de sus apariencias de simplicidad,
se interna en envolventes laberintos hasta alcanzar el inesperado final de un suspenso sabiamente administrado.
Ahora, a lo largo de seiscientas cincuenta páginas, La isla mágica nos trae
cien historias paralelas, entrelazadas o
entrecruzadas en diez decálogos, como
si la clásica picardía del Decamerón multiplicara aquí sus intenciones y sus alcances . Porque son cien historias donde
toda la sabiduría popular y todo el deslumbramiento de la magia folclórica se
despliegan en torno al tema del amor físico, tantas otras indómito en su desenfreno natural y casi salvaje, inclinado a
astucias y arterias, siempre objeto de
burla descarnada y cruel, en lo cual, finalmente, podría residir su moralidad.
Frescamente lanzado desde la altura
de sus setenta y sois años, el humor del
narrador puede ejercitar a través de tales
historias una disección social implacable
que cubre casi medio siglo de vida panameña . Taboga, su isla natal, "la isla mágica", es el escueto micromundo pintoresco, y a la vez trágico, donde la farsa
de los políticos venales se ejercita casi
paralelamente con el dominio de los
gringos sobre la Canal Zone . Ese orbe de
desvalimientos, estremecido por los mitos y las supersticiones, recompuesto
por las "mesalliances" lugareñas, castigado por los prejuicios raciales, resulta sarcásticamente reivindicado en la apoteo-
Sinán con el poeta cubano Nicolás Guillén
sis final del donjuán vernáculo, que es
precisamente un negro, y que ostenta
además la virtud de ser un donjuán germinador en vez de la estampa del burlador clásico.
Lo que aquí importa, pues, es ese
sentido de justicia inmanente que Sinán
otorga a los relatos de La isla mágica . Es
como si la América intrínseca se revelara
en su interioridad más absoluta se rebelara también, al mismo tiempo, contra la
inferioridad que los invasores pretendieron achacarle . De esta manera, aun sin
habérselo propuesto deliberadamente (y
hasta podría decirse que no siempre suenan como convincentes las pocas disquisiones políticas que la atraviesan), la novela emerge como un claro y decidido
testimonio sobre la condición sometida
de nuestras tierras y sobre las deformaciones de orden sicológico que tal circunstancia determina . Pero es igualmente, acaso por ello mismo, una certidum--
bre política deslizándose diestramente
entre las divertidas historias y discurriendo con jugosas formas de lenguaje.
Sobraría esta novela para justificar el
puesto que Sinán ocupa en la literatura
de su patria . Pero ello, precisamente, es
lo que subleva y excita estas líneas . ¿Cómo puede ocurrir que un creador de sus
calidades resulte poco menos que desconocido fuera de las fronteras de un pequeño país? No habla esto en favor de
nuestra América, necesitada en lo hondo
de mejores entendimientos . Una vez más
se advierte hasta qué punto las incomprensiones y los desconocimientos fomentados han conseguido separarnos . El
problema es vasto y generalizado . Pero
no esperemos el remedio total para reparar, mientras se pueda, las injusticias
parciales . Es el consejo que acerco a los
editores agitando entre ellos, como una
provocativa capa de torero, el nombre
del panameño Rogelio Sinán.
*Tomado del periódico Excélsior, México, D .F ., 9 de mayo de 1980.
Se reproduce en el diario La República, Panamá, 31 de agosto de 1980 .
Rogelio Sinán : magia, mito y epopeya
Gloria Guardia
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—Rogelio Sinán, mejor conocido en América Latina como el primogénito de la literatura panameña,
acaba de dar a luz un nuevo libro . Esta vez se trata de
una novela, La isla mágica, donde los tan tasmas personales, culturales e históricos de este mago caribeño
cobran vida, gracias a una narración extensa, bien lograda y sobre todo cuidadosamente estructurada.
Sinán, acaso merezca la pena reiterarlo, es el hombre a quien Panamá debe la introducción y ejercicio
de una vanguardia literaria . Compañero generacional,
colega y amigo personal de Carlos Pellicer (México),
Miguel Angel Asturias (Guatemala) y Alejo Carpentier
(Cuba), este hombre oriundo de una minúscula isla
del Pacífico, es quien allá por 1929, viaja a Roma y,
una vez bajo el influjo de los jóvenes escritores de la
época, rompe con los cánones estéticos decimonónicos, al lanzar un libro de poesía —ONDA—, moldeado
dentro de esa calología de choque, ruptura y apertura
que Guillermo de Torre estudiara con ahínco, en su
célebre Historia de las Literaturas de Vanguardia .
102
1
De entonces acá, la trayectoria de Sinán mantiene
una constante que no sólo resulta un raro trazo sino
que —analizado en su contexto histórico—, es lo que
sienta y define las pautas de la nueva literatura panameña . Se trata, en efecto, de una extraña vocación y
voluntad de autosuperación y autorenovación que
dan pie, a su vez, a una suerte de moralidad poética,
difícil de superar en estas latitudes . Y es, precisamente, este empeño sostenido, lo que lleva a Sinán a cultivar —a través de cincuenta años de creación—, no sólo la poesía, sino también el cuento, la novela, el teatro y el ensayo, tornándolo, así, en el escritor más
completo de la literatura panameña.
Ahora bien : si centramos la mirada propiamente sobre La isla mágica habría que abordarla, acaso en torno a un par de aspectos, donde el creador aporta algo
que resulta original, dentro del proceso evolutivo de
la actual novela latinoamericana . Nos referimos a la
forma misma de la obra,, así como a la capacidad del
novelista para encontrar y levantar sobre las bases de
una realidad común e inmediata, mitos criollos que
entronquen fácilmente con los clásicos de otras culturas y otras épocas.
En cuanto a la estructura se refiere, recordemos
que Sinán ha creado, siempre, poseído por aquello
que Henry James denominó "the sense of visitation".
Y esto —lo sabemos— no viene a ser, ni más ni menos,
que la capacidad de dar a luz obras de ficción abiertas, permeables a otros mundos y otros géneros:
Obras, en fin, que no teman —sino que por el contrario anhelen— la "visita" de lo fantástico, ya sea por
conducto de un lenguaje poético y, por ende, ambiguo ; ya porque dejan las puertas abiertas de modo
que un campo de creación fluya hacia el otro y también hacia un tercero, que es donde se nos devuelve
el origen sagrado del tiempo y se nos formula el destino humano del mismo.
Todo esto para explicar el cómo y el por qué de la
concepción de esta obra de casi setecientas páginas.
Aquí, el afán del creador se ha basado y concentrado
en la escritura de un centenar de narraciones cortas.
Así es . Se trata de diez decálogos de cuentos, a la manera de Las mil y una noches, El Decamerón y The
Canterbury Tales, donde el hilo conductor de la novela resulta circular porque no es otro que la propia Isla
y sus consabidos habitantes, Felipe Durgel, quien no
sólo enlaza el nudo de la trama, sino que logra una dimensión mítica— la de un don Juan "caribeño, mulato y zalamero"— que encarna la memoria de un futuro mágico y la predicción de un pasado preñado de
costumbres y tradiciones bizantinas, corruptas, licenciosas.
pandora que Cortázar recobra y recrea en su magistral
Rayuela.
Lo dicho quedaría incompleto, sin embargo, si no
hacemos siquiera alusión a un elemento- el lenguaje—
que es donde descansa la contemporaneidad de La isla
mágica . Para hacer memoria, fueron Octavio Paz y
Carlos Fuentes quienes señalaron —en 1969, más o
menos, y a raíz del surgimiento de aquella pléyade de
novelistas latinoamericanos conocidos vulgarmente
como "el boom"—, que "uno de los rasgos notables
de la nueva literatura es haber inventado un lenguaje
que hable todo lo que la historia ha callado durante
cuatro siglos" . Y he ahí, precisamente, el mayor logro
de Sinán, el novelista : haber dinamitado con destreza
e ingenio tropical todos los "paquidermos" del léxico,
ligados desde antaño " " a una exégesis jerárquica,
incapaz de dar cabida al desorden plurívico, impertinente, taxonómico, reversible e imaginativo de una
literatura viva" . Y es ahí, también —o sea, en el uso
del lenguaje hablado— donde Sinán ha sido menos
comprendido, acaso porque el lector medio de estas
latitudes se halla todavía anquilosado tras la búsqueda
de una literatura cursil y sublimada que lo "salve",
por así decirlo, de la vulgaridad cotidiana y que otorgue a lo basto e inmediato una falsa y por ende— ridícula aura de elegancia.
En resumen, Sinán en La isla mágica ha creado una
obra importante que seguramente habrá de perdurar
dentro del contexto general de la literatura latinoamericana : Por un lado, se trata de una novela de afán totalizante que, como ya decíamos, engloba en la narración los polos de lo eterno y del cambio, gracias a un
hábil manejo de la estructura, el mito y el lenguaje . Y,
por otro, es una creación abierta a múltiples lecturas,
donde la crónica de un pueblo— el pueblo
tabogano-panameño— cobra dimensiones de epopeya . Tal como
lo vemos, pues, se necesitó de un poeta, encarnado
una y otra vez en novelista, para que fuera él quien
nombrara, soñara e inventara la utopía de su patria:
tierra hasta ayer enajenada y condenada, hoy, a la
ambigüedad de las respuestas ; a la impugnación de las
preguntas.
*Tomado de La Estrella de Panamá, Panamá, 29 de abril de 1980 .
Es, pues, en este sentido, propiamente —o sea, a
través del ejercicio de una forma muy antigua y de
la recreación de un sitio y unos personajes de estatura mítica—, el modo como Sinán logra entroncar a la
literatura panameña con las obras occidentales ya citadas y remitirla, asimismo, a esa prodigiosa caja de
103
Poemas de "Saloma sin salomar" (I )
Rogelio Sinán
(1969)
TRANSPARENCIA DEL HOMBRE
Porque olvido mis sueños y mi sombra,
soy un hombre desnudo, transparente.
¿De alambre o de cristales? Más abstracto.
Humo de ideas, proyecto, cosa increada.
¡Qué grave soledad la de esta angustia
de ser sin que te sientan, ojos, bocas!
Pasan al lado tuyo . Se estremecen
al sentir algo extraño . Luego inda!
Vas por calles y pueblos y amigos
y ni el árbol ni el pájaro te crecen
dentro del canto que enjauló tu anhelo.
Te presento a un amigo . ¿Quién? Es ése
que no se siente y pasa y se disuelve.
Gritas, y ni la imagen de tu grito
te da el espejo de tu voz . Se quiebra.
Faltará un Prometeo que te modele
de pura tierra y de sudor rugiendo.
Serás de nuevo arcilla . No te olvides
que la estatua del prócer fue moldeada
quemando ideas y mancillando vidas.
Seguirás existiendo, humo, éter, nada,
del brazo de la nube y de tu sangre.
Poséelas. No es incesto . Engendra vida.
Tus hijos han de ser la transparencia
de aquél cuyo machete levantado
debe tallar el rostro del espanto .
ANGUSTIA
Todas las inquietudes del desierto
han avanzado
con una sola palabra que no salva.
Siento que mis afectos van cayendo
sobre una tierra laminada de sol.
Esta niebla tan dura
no la han mirado nunca otros inviernos.
Porque todo tenía
la mirada de los últimos lagos
y de los pinos que desaparecieron
a la espalda del viaje.
Sólo ahora se ha dormido mi persistencia
bajo cielos sin nombre.
Mi tacto está diciendo su palabra de alerta.
Ruptura de compases.
Norte y Sur sin veleta.
Derrumbamiento de todos los afectos indecisos.
Todas las alas del vuelo
se doblarán aullando
bajo la última sombra de este olvido . ..
LUJURIA
¡Quésenaciódírloveta,
de curvas en camino hacia sí mismas,
de formas sin conciencia in finitadas.
Las manos del deseo se precipitan
hacia mi centro . Oye este grito
sin voz de las pupilas que están mirando
formas que crea mi sexo. Oye este grito:
"¿De dónde chupan savia estas felinas
garras que todo lo salpican con mi sangre? "
Se agrandan y evaporan
desde mi hasta mi mismo en la distancia
todas las espirales ya sin forma.
¿Para qué tanta curva inaferrable?
¡Ahcómosedgülan s gutias
contra los muros de estas sombras vagas!
¿En dónde están las manos
que sepan crear la forma a mi deseo?
Para que se diluyan los fantasmas
asesino mi sexo en las tinieblas.
104
INVTACÓ PRESENTIMIENTO E
A LA HUMILDAD
Siento que la campana se renueva
por cada rama que la tarde quiebra;
que el so! se partirá cada mañana
como lago sin sal y sin enigmas.
De cada rama que salpica en llanto
la fruta colgará desfallecida;
si el minutero no me da su olvido
yo dejaré mi olvido en el olvido.
Ver que las sombras pasan sin doblarse
serenamente solas y sin treguas;
la tregua que me dan las esperanzas
es la tregua del árbol sin estrellas.
Que canten ya las torres. Que despejen
de tanto llanto su armazón inútil;
la gloria que me dieron cuatro cantos
fue la gloria de! último saludo .
Ser como el árbol que se olvida siempre
de su inmortalidad tan decantada.
Ser la hora que no vive una sola hora
y saber que las hojas, si caen, pierden
su pasaporte para toda rama.
Volver a un punto mismo de partida
ya infinitado en el cristal del goce.
Ponerse en comunión con el racimo,
con la nube y el mar y otras cosas.
Y ya que todo es canto y muerte y humo,
¡qué placer en otoño hacer el viaje
de la hoja que va rápida y triste!
Exégesis de "Laurel de Cenizas",
de Ricardo J . Bermúdez
en nueve paráfrasis
Rogelio Sinán
PRIMERA PARAFRASIS
Desde los dos primeros versos se
inicia en el poema el contrapunto entre
la Vida y la Muerte, simbolizadas por el
laurel y la ceniza, antagonistas que, a su
vez, son las claves del Hombre y su Destino.
La exuberancia del paisaje lo hace
sentirse eufórico y libre de temores,
pues la belleza que percibe forma parte
de su más alta conciencia y es como un
canto de exaltación vital.
Todo es extraordinario : el aire
azul, la pureza del cielo, el mar con sus
espumas y navíos, las rosas, los geranios,
los canceles de fragantes cromos, los céfiros salinos y el rumor de la lluvia sobre
las hojas.
Pero el Poeta presiente una celada,
pues sabe que la Muerte y el Tiempo determinan el ritmo y la medida de las cosas . Por eso es necesario apresurarse a
gozarlas durante su fugaz y aparente plenitud .
Sin embargo, piensa que nada
existe fuera de los sentidos según los
idealistas, lo cual lo hace sentirse defrau-
105
dado y a la vez resentido . Por eso
Se siente prisionero como en un
laberinto del que es difícil escapar . Se
entrega entonces a la meditación en la
calma de sus jardines interiores, deleite
semejante al de las piedras que aprisionan al tiempo, hecho agua, en sus hoyuelos .
Angustiado por su absoluta soledad, el Poeta recurre al expediente de
los placeres y el amor, lo cual es otra
forma de morirse . Le queda, sin embargo, la esperanza del devenir eterno y la
certeza de que todo renace como renace
el día y el clavel y el césped.
exclama: "Oh, lisonjero serafín del aire, " pues
intuye, como lo hizo Argensola, que ese
aire azul que admira no es cielo ni es
azul y mucho menos le ofrece la esperanza de ángeles que no sean los que el
Poeta recuerda reclinados sobre las tumbas .
Lo único que no es ilusorio y está
fuera de dudas es la seguridad de que,
como en las Coplas de Manrique, nuestras vidas son los ríos que van a dar en la
mar, que es el morir.
SEGUNDA PARÁFRASIS
CUARTA PARAFRASIS
Convencido de que el factor existencial depende de la antinomia vidamuerte, el Poeta rememora su infancia,
tratando de indagar las huellas del deterioro que esa oculta enemiga ha ido causándole desde su nacimiento.
Recuerda el despertar de su conciencia frente a un mundo que sus sentidos descubrían, un universo rico de formas de las cuales él se sentía dueño
absoluto, libre de crearlas y recrearlas a
su antojo, hasta el momento en que dejó
de ignorar que también él se hallaba como a merced de ciertas fuerzas contra
las cuales no quedaba otro arbitrio que
dejarse llevar como al azar.
Desde el perdido paraíso de la niñez viajamos en compañía del ángel tutelar de la Muerte por túneles de niebla
que nos conducen fatalmente de la cuna
a la tumba . Flotamos en las olas del
Tiempo rumbo al océano de la eternidad.
Todo lo que en el mundo quedará
de nosotros será sólo un recuerdo marmóreo, que es una de las formas que el
hombre inventa para sobrevivir . Y aunque el Poeta sabe que si escribe el poema es porque aún sigue vivo, no deja de
angustiarlo el desconsuelo de que empezó a morirse desde cuando era un niño,
pobre niño que, dentro de él, sigue aún
llorando bajo el puente de la noche.
A pesar de que tiene conciencia de
estar vivo y de que aún puede gozar del
mundo y hacerlo asequible a través de
su propia percepción, sabe que en el río
de la sangre lleva letales algas que no
olvidan su oficio deletéreo.
Desde niño tuvo el presentimiento
de la Muerte, y en el recinto azul de su
yo íntimo temía perder su anhelo de bellezas y de viajes, latitudes y ecos de los
que ya gozaba de antemano.
Recuerda que lo que más lo distraía era el vuelo de las gaviotas sobre el
mar, tenues goces pueriles que diluíanse
frente a ominosos velámenes de niebla
posiblemente oníricos.
Su adolescencia, tímida e inexperta, buscó refugio en los burdeles donde
pensó que se rendía pleitesía a la vida;
pero, decepcionado, sufrió un profundo
decaimiento y nuevamente se sintió irremediablemente solo y abandonado.
Las torres de marfil de la poesía
tampoco le ofrecieron valladar adecuado
contra las llamas destructoras y los malignos vésperos.
Llega a la conclusión de que el
cordero será sacrificado de todos modos
en la hoguera fatal e inexorable.
QUINTA PARAFRASIS
TERCERA PARÁFRASIS
Vuelve a pensar en el concepto
idealista de la Vida y deduce que la amapola es más roja porque sus ojos, al recrearla, le avivan el color hasta encenderla como una flor de fuego ; pero las
flamas de esa hoguera son ilusorias y no
devoran el aire que las circunda.
Añora el Poeta la soledad de su niñez, cuando él trataba de descifrar el
mundo y éste se le ofrecía como entre
106
prismas, sueños y delirios que afiebraban su mente exenta de impurezas . Las
errabundas novias ya ondeaban en ese
mar onírico.
De nuevo lo amenaza el vendaval
de la Muerte y se siente como exiliado
entre murallas o en ciudades que serán
destruídas por el limo y el musgo . Rilke
también hablaba de su ostracismo y de
su pequeña patria sumergida en las nubes .
Frente a la ineluctable fatalidad
que sistemáticamente lo destruye, el
Poeta decide reconciliarse con la Muerte.
Así ambos serían en el futuro cual amantes que se deleitan con el vino en la paz
de las alcobas . ¿Por qué culparla si ella,
al devorarlo, tan sólo cumple una misión?
También el hombre destruye las cosas
que ama.
— Eres el mar y no la nada —le dice—. Eres la adusta omnipresencia que
acogerá a los ríos invitados (o sea, los
ríos que van a dar a la mar, a esa gran
mar de los muertos, según Manrique),
inmensa paz donde las naves y los cuerpos flotan en reposo.
Sin el impulso de la sangre, el corazón, es decir, el Poeta, dejará de latir,
aniquilado por la bella durmiente, su
enemiga.
El nuevo amanecer le dejará escuchar el ulular de helados vientos que,
aliados con la Muerte, seguirán persiguiéndolo.
SEXTA PARAFRASIS
Tan fiel a su misión es la Muerte,
que ella misma se autodevora al destruirnos . Lo sabe el ruiseñor y lo repite a través de su arpa, es decir, el Poeta lo deplora en sus versos y en ellos la colma de
improperios, apodándola?' anémona de
hielo, ennubada vertiente y ángel plúmbeo?
Nadie escucha la voz de la Muerte,
pero todos sabemos que existe . El rumoroso temblor de los cipreses sobre las
tumbas ¿es por miedo a la Muerte al
presentirla o es una traslación de
nuestro pánico?
— Estás dentro de mí —dice el
Poeta, recriminando a su enemiga— y, al
consumirme, consumes la imagen que te
hospeda.
La torre de marfil, que es el Poeta
en su soledad, está rodeada de desolación por la venganza de la Muerte . Aislado en ella, a veces el Poeta la olvida, pero bien sabe que una noche el pulso de
la luna dejará de latir en los oráculos y
él se verá a sí mismo convertido en cadáveres cuyos despojos descansarán al
fin bajo la sombra del árbol ilusorio de
la Poesía.
SEPTIMA PARAFRASIS
Las huestes de la luz combaten
con los corceles de la noche, lo que indica que la Vida sigue luchando con la
Muerte para impedirle a toda costa la
victoria . Es el eterno antagonismo entre
la temporalidad y la eternidad.
Ya es demasiado tarde para que el
mirlo lo deplore, es decir, el Poeta no
debe lamentarlo, pues por lo menos le
queda la satisfacción de saber que con
su muerte ocurrirá también la muerte de
la Muerte . (Esta imagen nos hace recordar que el poeta chileno Domingo Gómez Rojas, al morir en la cárcel dejó un
poema cuyo último dístico dice : " Y
hasta la misma Muerte que nos hiere/
también tendrá su muerte, Miserere " .)
En el letal de la conciencia, el Poeta vislumbra aún el golpe de la mar y le
parece ver navíos impulsados por el viento bajo la luna, pero sabe que allí a su
lado, está la Muerte, velándolo.
Todo el anhelo y las vigilias por
sobrevivirse han sido inútiles . Ahora el
Poeta sólo lo espera un largo viaje por
senderos inhóspitos.
Recuerdos de la vida del Poeta pasan por su memoria fugazmente como a
través de un sueño en el que siempre está ella. ¿Por qué motivo lo persigue tan
despiadadamente? Sólo percibe el tenue
quejido con el que la calandria le anuncia la presencia de esa pérfida capitana
de tinieblas cuyas fauces lo siguen devorando.
OCTAVA PARAFRASIS
Lo mejor es llorar y resignarse,
pues no hay medios de calmar a la Muerte, que todo lo destruye en nosotros y
aun hace que olvidemos las apacibles
trenzas de la novia.
Los bronces, prevenidos, ya se
preparan a anunciar su duelo, y una voz
vesperal atrae al Poeta hacia una inerte
visión ultramarina.
Los últimos arqueros de Apolo señalan ya el atardecer . Es la caída del sol
en el ocaso . Suenan las cornamusas y las
liras nostálgicas. Se acerca el triunfo definitivo de la Muerte y el telón está a
punto de caer. El Poeta siente en la propia carne los pasos de esta lóbrega viajera cuyos mastines lo siguen persiguiendo
como en un sueño,
Por la agónica sangre del Poeta ya
suben las heladas burbujas de la Muerte,
pero ella, en vez de ser como él la imaginaba, disminuye sus dimensiones terroríficas y se convierte en algo deleitoso,
como un follaje de dichas sin cautela.
De lejos, él siempre la temía ; pero ahora
que está cerca ella le augura egregias certidumbres. El Poeta la recibe en sus brazos . Ella es la novia pura que esperaba.
Y aun sabiendo que viene a devorarlo, la invita cordialmente al festín,
diciéndole : " Ven sin temor al diáfano
banquete " .
El poeta colombiano Jorge Artel, el poeta panameño Ricardo J . Bermúdez y Sinán.
NOVENA PARAFRASIS
La pugna entre el laurel y la ceniza llega a su fin . Ahora el Poeta tiene la
convicción de que su muerte ya ha ocurrido antes, en un crepúsculo de oníricos carbones, en un lejano sueño de adolescencia . " Deja que piense en ti —le dice— ; quiero remenmorarte " . Lo cual nos
trae a la mente los conocidos versos de
César Vallejo : "Me moriré en París con
aguacero/un día del cual tengo ya el recuerdo " .
Por eso el Poeta deja a un lado la
cadencia elegíaca y prefiere entonar como una especie de epitalamio o canto de
amor para esa novia que se une a él, desnuda, entre besos y violines, rumbo a la
eternidad.
Navegarán por un río helado cuyas aguas los llevarán al mar donde se
cumplen los esponsales délficos, o sea,
donde se cumple el destino de toda vida
humana.
La Amada nutrirá sus raíces en las
esencias del Amado.
No quedará tranquila hasta no verlo convertido en ósea arquitectura o reducido a cenizas.
Muere, pues, el Poeta, incinerado
en una espléndida hoguera que es como
un rojo e inmenso sol en el ocaso.
Mientras arde el laurel, se escucha,
como al final de La Divina Comedia, un
coro de arcangélicas voces que salmodian el himno de la total exaltación a
Eros, a la Poesía, a la Vida.
*Tomado del Boletín de la Academia
Panameña de la Lengua, No . 1, Cuarta época,
Panamá, junio de 1973 .
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"Hechizo"
(
cuento)
Rogelio Sinán
Terminado el trabajo de la fotografía, me fui a cazar,
una tarde, por los alrededores de Hong Kong . Llevaba mi morral y mi fusil. Se daban por allí conejillos
de carne muy sabrosa, y tenía la esperanza de cazar
uno de ellos.
Había ya caminado bastante, sin hallar nada, y estaba algo cansado y sediento ; de manera que me acerqué a una casa que divisé desde lejos.
Un chino viejo fumaba su cachimba.
Me llamó la atención, desde que llegué, una chinita,
con un pañuelo rojo atado a la cabeza, que me sonrió muy amable.
Cuando pedí agua, fue ella quien me la trajo . Me la
entregó con una graciosa reverencia.
Atraído por la gracia de la criatura, comencé a conversar con el viejo sobre los campos, las cosechas y
otras cosas.
Yo, en mi interior, ya me había hecho el más firme
propósito de no perder aquella deliciosa ocasión.
Pasaban otras mujeres, ajetradas, que entraban en
la casa.
Unos hombres volvían, cansados del trabajo en el
campo.
Yo seguía conversando con el viejo.
La chinita, que había estado ocupada en la cocina,
reapareció, de pronto, con su rastrillo al hombro, y
dirigióse, con pasos menuditos, hacia el campo de
arroz.
Esperé que estuviese algo distante ; me despedí del
viejo ; di un largo y fatigoso rodeo ; pasé un boscaje
de enmarañada vegetación, y fuí a salir a una especie de colina, desde la cual divisé a la chinita, sobre
los surcos, atenta a su faena.
Al verme, dio señales contradictorias de inquietud y
agrado . Creí que iba a escapar; pero no se movió.
Sin embargo, sus gestos me hicieron comprender que
era imprudente bajar al campo . Podía mirarme el
viejo.
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Descendí hasta unas plantas de la ladera . De un solo
salto podía caer al campo; pero el boscaje era propicio al idilio.
La chinita seguía limpiando el surco para ocultar su
miedo.
—Di una vuelta -le dije-, pero no he hallado nada.
—No es el tiempo.
Seguimos conversando . Los reflejos de la últimas luces le enrojecían el rostro . Estaba inquieta . No se
atrevía a subir . Decía que el viejo era terrible.
—Si no subes -le dije- doy un salto y te beso.
La convencí Subió, le di la mano para hacerla llegar;
dio un pequeño traspié, y cayó entre mis brazos, sencilla.
Recogí su inquietud entre mis labios, sin darle tiempo
de reponerse.
Temblaba . Se quería escabullir; pero sus gestos de
defensa, ya lánguidos, eran un incentivo a mi deseo.
La besaba en la boca, golosamente ; la besaba en los
ojos, la sentía vibrar, acezante, como una bestiecilla
indefensa.
De repente ladraron unos perros. La chinita se desprendió, asustada ; saltó al campo de arroz, cogió el
rastrillo y huyó vuelta una liebre . ..
Me quedé como en ascuas. ¿Qué hacer? ¡Malditos
perros! ¿De dónde habrían salido? Permanecí sentado allí un instante. No quería resolverme a perder la
dichosa aventura . Sin embargo, iba ya obscureciendo,
y una densa neblina caía sobre las cosas . No era prudente permanecer de noche en el campo . Si aligeraba
el paso, podía llegar con tiempo a la ciudad; pero había algo más fuerte que todos mis temores ; algo que
me obligaba a permanecer.
Cayó la noche. Alegué sueño . Me despedí.
—Si quieres agua -me dijo-, bébela ahora . Los perros
no conocen de noche . Pueden morderte.
Me acompañó hasta el cuarto ; dijo algo que no entendí muy bien, y se fue caminando, silencioso.
No podía irme . Siempre el sexo ha sabido jugarme
tales bromas . Mi voluntad jamás consigue sobreponerse. Era preciso ir a la casa del chino . Quería sentir
de nuevo entre mis brazos a la inquieta criatura.
Me levanté . A lo lejos bailaba en espirales el humo de
la casa.
Volvía a hacer el penoso rodeo, y llegué bien cansando al "bungalow" del chino . Estaba todavía allí sentado fumando su opio.
—Me he demorado un poco rastreando -le dije-, y ahora se me ha hecho tarde ; la noche va a venir y no me
atrevo a seguir solo mi viaje hasta Hong Kong.
Con esa indiferencia propia del campesino chino, repuso:
—Si quieres, puedes quedarte hasta mañana. Una taza
de té no ha de faltarte.
Como asentí, se levantó, agregando:
— ¡ Ven!
Y me llevó a una pieza bastante grande. Yo, al ver que
había dos camas pensé : "Si duerme aquí este viejo,
va a ser difícil el asunto ". Dejé a un lado el fusil y el
morral y me salí al portal con el propósito de conversar con él y enterarme.
La chinita trajo el arroz y el té . Mientras comíamos,
yo le seguía mirando con el rabo del ojo.
Daba vueltas de un lado para otro, sonriéndome a escondidas del viejo. Al fin prendió una lámpara y entró a una pieza vecina de la mía. Creí que iba a salir
nuevamente. El viejo hablaba de las cosechas. Yo miraba hacia adentro . No salió más.
Pensé, lleno de júbilo : `No duerme aquí".
l.Mi
uciEérnag
pieza estaba apenas iluminada por una
una de las camas había dos chinitos dormidos, uno al
lado del otro. ¿Quién los habría traído? Me senté en
la otra cama y esperé . Todavía se sentían ruidos y
voces.
Luego la casa fue quedando en silencio, y ya sólo escuche el monótono canto de las ranas . De vez en
cuando ladraba un perro .
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Me asomé al corredor . Estaba obscuro y silencioso.
Me acerqué al otro cuarto en puntillas, con bastante
zozobra . Recordé que la puerta había chirriado un
poco sobre sus goznes; la levanté y la abrí lentamente.
El corazón quería saltárseme del pecho . Sabía que si
los chinos se daban cuenta, corría serio peligro . Entré
en la pieza y cerré nuevamente la puerta con la mayor
cautela . Precaviendo un percance, había llevado conmigo escopeta y morral, no para usarlos, sino por no
perderlos.
Al oír la terrible amenaza, el corazón volvió a golpearme en el pecho . Parecía un émbolo. Sin embargo,
más que yo, más que el miedo, más que todo mi ser,
estaba allí la fuerza imperiosa de mi deseo que me
arrastraba a todas las locuras . Y sin prestar atención
a sus protestas, ya bastante inseguras, me día besarla
como un loco . Cedió al fin . La sentí apretujada a mi
cuerpo, como una cosa mía, sólo mía . Eramos ya un
racimo de halagos . De pronto unos perros comenzaron a ladrar afuera . Se oyeron voces de hombres.
¿Qué pasaría?
El cuarto estaba a obscuras . Inútilmente traté
de acostumbrar mis ojos a las sombras . No lograba ver nada.
Comencé a andar a tientas, palpando las paredes . De
vez en cuando alargaba el o Ido : ¡Nada! ¿Dónde se habría metido? A lo mejor dormía en el suelo . `Debo
andar con cuidado -pensé- ; si la piso, lanza un grito, y
me matan". Seguí dando la vuelta . No hallaba nada.
Mi zozobro crecía . Ya el corazón golpeaba fuerte.
¿Dónde se habría metido? Fuerzas contradictorias luchaban en mi ser . Un miedo horrible me aconsejaba
ir a mi cuarto y reposar tranquilo ; pero el deseo me
arrastraba a una aventura que, a lo mejor - ¡vaya usted
a saber!- podía costarme cara. . . Anduve a tientas por
el centro del cuarto . ¡Nada! Me acerqué nuevamente
a las paredes y las fuí recorriendo con el oído atento . . . De repente noté una puertecita que antes no había notado . Apliqué a ella el oído . Me pareció escuchar el ruidito apagado de una respiración . Pegué más
el oído . ¡Sí! Alguien dormía, allí cerca, al otro lado.
¡Era ella! ¡Tenía que ser! Mi corazón golpeaba cada
vez con más fuerza . Me asaltó de repente la idea de
que pudiera ser otra. Alguna vieja, quién sabe. . . Quise volver atrás . ¡Oh, no! ¡Imposible! Escuché un rato
aún, más que todo, para calmar mis nervios . Hasta
que, ya resuelto, abrí cuidadosamente la puerta y entré de puntillas . ¡Oh, el corazón! ¡Se me quería saltar! Era tan fuerte la emoción que al llegar a la cama
donde dormía la china, me senté a reposar . Dejé pasar un rato, hasta que, poco a poco, se fue calmando,
mi inquietud.
—Se han dado cuenta -dijo- ¡Van a matarte!
Ya dueño de mis fuerzas, me acosté suavemente al lado de ella . Se despertó . Quiso gritar.
— ¡No! ¡No! ¡Soy yo! —le dije.
Y encendí una cerilla para que me viera bien.
Me miró con unos ojazos negros asustados.
—Van a matarlo -me dijo- . Si se dan cuenta, lo matan,
¡Váyase! ¡Váyase!
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Sufrí un choque brutal . Sentí en la nuca como una
contracción . Me atacaron los nervios. Y todos mis
placeres se detuvieron en seco como frenados violentamente . ¿Todo habría sido en vano? ¡Oh, no! Mi
amor propio no podía permitirlo . Era preciso llegar
hasta el fin . Y a pesar de que los perros seguían ladrando afuera, a pesar de que aquellos hombres seguían alborotando, mi hombría se impuso.
—¡Vete! ¡Vete! -me dijo- ¡Si te encuentran, te
ma-tan!
Me eché al suelo, me acomodé el morral y la escopeta
a la espalda, y, andando en cuatro patas, llegué a la
puerta. Le abrí con precaución . No había nadie.
Los perros continuaban ladrando. Llegué a mi cuarto . Entré. Los dos chinitos dormían tranquilamente.
Dejé a un lado el morral y la escopeta . Me sumergí en
la cama, vestido . Me palpitaba el alma . ¿Qué pasaría?
Entraron en el cuarto tres chinos. Me hice el dormido . Conversaban del juego . Comprendí que nada tenían que hacer conmigo . Hice como que despertaba.
Les pedí un cigarrillo. Me senté al borde de la cama a
fumarlo . Conversaron conmigo un instante. Y se fueron al fin.
Me sentía mal. Tenía el susto metido en el cuerpo.
Quise dormir. No pude. No me atrevía a salir en busca de agua . Recordaba a los perros. Pasé una noche
horrible . Y apenas se hizo claro, me fui de prisa.
Tres días habían pasado. Durante ellos, yo no me
había sentido muy bien, Pero tampoco pensé que fuera cosa de importancia. Me daba cuenta, sin embargo,
de que aquella aventura me había afectado gravemente los nervios . Por las noches, dormía sobreexcitado.
El más ligero ruido me despertaba . El corazón volvía
a latirme fuertemente en el pecho . De día, mientras
estaba trabajando, sentía en la nuca algo así como la
fuerte presión de una garra . A veces la cabeza me daba vueltas . Y tenía que apoyarme donde fuese por no
caerme.
A la hora acostumbrada, volvió el holandés . Lo sentí
irse directamente al cuarto obscuro ; pero al no hallarme allí, salió a buscarme.
Como yo trabajaba en el cuarto obscuro, que era sumamente caliente, y además como el olor penetrante
de los ácidos me producía bascas, salía de vez en cuando hasta el patio para aspirar el aire . En estas idas y
venidas había perdido el tiempo, y la labor se me había retrasado bastante.
-¿Qué te pasa? -me dijo, al encontrarme tendido,
frotándome las sienes y la nuca con desesperación.
A la hora del almuerzo, le dije al holandés que era mejor que yo me quedase para darle una mano al trabajo.
- ¡Me duele! ¡Me duele mucho!
--A lo mejor es hambre -repuso- . Es malo estar con
hambre . Hay que comer.
Y se fue a la cocina.
-¿Y no almuerzas? -me dijo.
Preparó no sé qué y me lo trajo . Me bebí la porción.
Tenía un sabor como de ajenjo.
-No tengo hambre-le contesté.
Ahora te pasará -me dijo.
El se fue. Yo no sentía, en efecto, ni pizca de hambre . Me daba cuenta de que por más que lo hubiese
intentado, las bascas que sentía eran tales que mi estómago habría devuelto cualquier cosa que yo hubiese ingerido.
Y, en efecto, no sé si fue ilusión o realidad, lo cierto
es que el dolor se me calmó por un instante.
Me acosté en el diván del salón con intención de dormir . Pero, ¡qué! ¡Era imposible! Mi dolor de cabeza
iba aumentando con prisa galopante . Me levanté nuevamente . Fui a la cocina. Bebí agua. Me empapé la
cabeza . Di algunos pasos por el salón . Me asomé a la
ventana . Respiré el aire fresco . ¡Nada! El dolor aumentaba . Me senté nuevamente en el diván. No resistia ya más y comencé a quejarme con la cabeza entre
las manos.
Me fui de nuevo al cuarto obscuro, y ya estaba revelando una nueva película, cuando, de pronto, lacerante y pungente como nunca, me volvió el malestar.
-¡Imposible! ¡No puedo! -le dije-. ¡Búscame un médico!
Y dejando el trabajo en la cubeta, me fui a acostar en
el diván.
Me retorcía. Me quejaba. Saltaba . Daba vueltas . Rechinaba los dientes. ¡A y! ¡Ay! No resistía . Y comencé a quejarme con unos alaridos desgarradores .
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Oí que el holandés llamó al boy y le ordenó que fuese
en busca de un médico en seguida . Una de las dos
chinas que nos servían de criadas se puso a abanicarme.
El médico llegó después de un rato.
Pude observar aún varias maniobras que hizo, como
auscultarme el pecho, medirme el pulso, etc . Después se me nubló la visión de las cosas y me hundí en
una noche de muerte.
Las dos chinas que, según supe, se pasaban el día y la
noche al lado de mi cama abanicándome, me contaron la mayor parte de las cosas que pasaron después.
Otras las he podido hilvanar atando cabos de lo que
yo vislumbré durante la mortal enfermedad.
Al parecer, estuve muchos días sin conocimiento.
Quería hablar, quería decir algo, pero mi lengua se
movía con torpeza, y solamente lograba articular un
glu-glu sordo y trágico . A cada instante deseaba alzarme; parece que me ponía furioso y se hacía necesaria la intervención de varias personas para tenderme nuevamente en el diván. Tenía siempre los dientes apretados, y el médico hacía grandes esfuerzos
por separármelos con la cuchara a fin de hacerme ingerir las medicinas. Todo lo que me daban -sopas,
pócimas- lo devolvía. De manera que, poco a poco,
la gente fue perdiendo la esperanza de la más mínima
curación . ..
Veía en mis sueños las cosas más extrañas ; a veces era
la graciosa chinita que, muy reída, me daba en la
ca-beza con el rastrillo, produciéndome el consiguiente
dolor. A veces eran los dos chinitos que yo había visto dormidos, quienes se despertaban y se ponían a
aullar. "¡Cállense! ¡Cállense!", les gritaba . Era peor.
Aullaban cada vez con más fuerza.
En seguida salían de todas partes unos perros feroces
que hacían coro de aullidos y me atacaban como a
bestia salvaje. A veces me veía a mí mismo, desnudo,
corriendo tras la china, también desnuda, a través de
los dorados arrozales. "¡No! ¡No! Vete de aquí
¡Van a matarte!" decía ella . Pero yo la tumbaba sobre el césped y me ponía a besarla, frenético.
Entonces comenzaba a caer una lluvia infernal, con
truenos, relámpagos y cataratas de agua . A nuestros
pies corría un río enorme que empezaba a crecer, y
amenazaba arrastrarnos. La impetuosa corriente arrasaba con todo : árboles,, animales, objetos. Ya nos lle112
gaba el agua a las rodillas . De pronto yo me hallaba
a horcajadas en la primera horqueta de un árbol. Sobre el río turbulento, de tronco a tronco, había un
alambre tendido a manera de puente . La china dijo:
"Tenemos que pasar al otro lado, para salvarnos" . Y
comenzó a pasar por el alambre.
Cuando estuvo en el centro, sobre el enfurecido torrente, empezó a hacer piruetas con sus paraguas, como en los circos. Yo le gritaba : "¡Cuidado! ¡Cuidado! ¡Vas a caerte!". Pero el ruido del agua y de la
lluvia era tal, que mis gritos perdían todo valor.
Ni yo mismo lograba oírlos. Me lancé a caminar sobre
el alambre, para salvarla ; ya estaba cerca de ella, cuando, de pronto, cayó un rayo. Se reventó el alambre.
Y caímos los dos abrazados al borrascoso torrente . ..
Chapaleamos un instante en sus ondas . . . Después nos
sumergimos en una espesa y silenciosa tiniebla. ..
Me veía, de repente, corriendo con el morral al hombro y el fusil en la mano, me perseguían los chinos
con enormes cuchillos. Y los perros aullaban furiosamente . Mi corazón golpeaba fuerte . Pensaba : "Va a
salírseme del pecho" Pero en seguida dejaba de sentir sus latidos y me invadía una especie de calma . Ya
no oía los ladridos de los perros. Volvía el rostro . ¡Ni
un alma ¡ Me había dejado solo.
Y llegaba acezante el "bungalow" . Allí estaba, en cuclillas, el viejo chino, fumando su cachimba impacible . Desenvolvía un paquete y me mostraba una monstruosa masa sanguinolenta . Sentía en mi pecho un
enorme vacío. "este es -decía- tu corazón . Voy a picarlo en pedacitos para que se lo coma la china . De
ese modo volverá a ser doncella . . ."
Perdía el conocimiento . Y seguía oyendo sólo el monótono ruido del machete. ..
Una mala ya muy graciosa, como de unos quince años,
que vivía con su madre en el patio, me contaba más
tarde que una noche me habían dado por muerto, y
ya todos, cansados de las largas vigilias, se habían ido
a acostar . Yo había quedado solo, tendido en una mesa central. Tenía ya quince días de estar enfermo . El
médico me había desahuciado días antes . Y todo estaba listo para el velorio . Mi cuerpo, tieso y seco, ni se
movía, ni respiraba . Las chinas que, día y noche, me
abanicaban para espantarme las moscas, se habían ido
a acostar . Y la gente del patio comentaba mi muerte
con terror, porque todos decían que mi contagio era
cosa de brujería.
La pequeña malaya me contó que, esa noche, ella tenía mucho miedo, y le decía a la madre que el muerto podía levantarse, y que las brujas podían venir, y
no sé qué otras cosas . Parece que yo volvía a soñar:
Una mujer me perseguía diciéndome : "¡Yo soy tu esposa y éstos son tus dos hijos!" Yo le insistía que no,
que no era cierto, que yo nunca había estado casado;
pero ella se empeñaba en tal forma, que tuve que
aceptar . "Ven, sígueme -dijo ella- . Vamos a visitar a
tu madre . Está muy grave" . Ya mi madre había muerto hacía tiempo, pero en ese momento recordé el detalle . Seguía tras la mujer, pero no pude ver a los dos
chinos. Cruzamos los extensos arrozales . Yo preguntaba a veces : "¿Dónde está? ¿Dónde está?" "Allí cerquita -decía ella- tras aquel cerro".
Seguimos caminando, caminando . ..
Yo empezaba a cansarme . Me faltaban las fuerzas.
"No puedo más! ¡No puedo! -grité- ¡Sigue tú sola!
Dile a mi madre que otro día yo iré a verla" . La
china dijo entonces : "¡Yo sigo!" Pero en vez de seguir por ese mismo camino, prosiguió rumbo al río . ..
Yo pensé "¿Cómo? ¿Me dijo que iba a ver a mi madre, y ahora sigue otro rumbo?" Resolví, pues, seguirla para ver adónde iba. Continué mi camino hacía el
río, sin darme cuenta de que ya ella había desaparecido. Sentado al pie de un árbol, en una loma, al lado
del camino, había un chino muy viejo . Tenía en la
mano un gran bastón de bambú . "¿A dónde vas?"
–me dijo . `Estoy paseando" -repuse-.
"¿Y tú no sabes que allá te están buscando? ¡Corre!
¡Corre a tu casa ; allá te esperan!" Yo estaba tan cansado, que no sentía deseos de caminar. Pero el chino
me apoyó en los riñones la vara de bambú y me empujaba, diciendo : "¡Corre! ¡Corre!" Me empujó al
fin tan fuerte, que perdí el equilibrio y caí al precipicio . ..
Fue entonces cuando caía de la mesa en que estaba
acostado.
El holandés decía después que él oyó el ruido, y que
estuvo preguntando desde arriba : "¿Quién es? ¿Quién
está ahí?", creyendo que, a lo mejor, alguien se había
metido a robar. Pero que, luego, se acostó nuevamente a dormir.
Yo recuerdo que, desde el momento de la caída, comencé a vislumbrar ciertas cosas . Oía las voces de alguien que gritaba : "¿Quién es?" Pero no comprendía
que se tratase de mil Yo caminaba a gatas, con gran
esfuerzo, hacia la puerta. . . y oía, confusas, las voces
de la pequeña malaya, que conversaba con la madre
en el patio . Hacía yo un gran esfuerzo por hablar, por
gritar, pero toda lo que me salía de la boca era un gluglu de ahogado, aterrador. Parece que golpeé fuertemente la puerta, y que la malayita y su madre, asustadas, salieron huyendo . Parece que también el holandés oyó la batahola que se armó por doquier, pero como era hombre menos supersticioso, bajó precipitadamente las escaleras, abrió la puerta y me encontró tendido en el suelo . Había perdido nuevamente el conocimiento . . . Logré aferrar aún algunas frases. Percibí,
sobre todo, claramente, la voz de alguien que gritaba:
"¡Esta vivo!" ¡No se ha muerto!" Y recuerdo que
antes de hundirse nuevamente en las sombras del subconsciente, aquella frase me produjo un alivio muy
dulce y una simple sensación de bondad . Algo así como si hubiera querido besar a quien dijo esa frase . ..
La pequeña malaya me contaba después que el cocinero había propuesto llamar a un santo o brujo que
habitaba al otro lado del río . Este estaba crecido y era
difícil pasar, pero alguien se ofreció a hacer el viaje.
Algún tiempo después -según contaba la malaya- apareció un chino enorme, flaco y de mal aspecto, de
gestos misteriosos y de mirada echada siempre al
suelo.
Dijo ella que el gran brujo se me quedó mirando.
Levantó sus dos manos de largas uñas hacia el cielo, y
de repente las dejó caer fuertemente sobre mi vientre,
lanzando un alarido terrible. Yo me senté de golpe,
con los ojos salientes, y lancé un grito ronco.
Después caí de nuevo en el letargo . El brujo comenzó a preparar sus exorcismos y bebedizos para alejar
a los malos espíritus. Mandó que le buscasen un bambú, lo más largo que pudiera encontrarse . Dijo que
iba a rezar, y pidió a todos, chinos y chinas, que lo siguiesen en el rezo. Fue haciendo ceremonias -gestos y
cantos- por todas las esquinas de la pieza . La gente lo
seguía con devoción y con cierto temor . La noche estaba clara, pero aún así el brujo quiso que llevasen antorchas, para alejar a los malos espíritus.
Parece que, de pronto, llamó al cocinero y le dijo:
"¡Búscame un gallo grande, de buena casta!"
Los que se había marchado en busca del bambú llegaron todos sudorosos. El brujo entró en la pieza, me
desnudó y formó con mis ropas un bultito, que ató al
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extremo del bambú ; luego clavó la caña en el patio.
De vez en cuando, a medida que el rezo avanzaba, se
acercaba al bambú, lo sacudía y gritaba no sé qué.
Los rezos continuaron hasta la medianoche . Yo no
daba señales de vida . ..
El holandés contaba más tarde que, como él no creía
en esas cosas, se había ido a acostar, con la seguridad
de que mi entierro se efectuaría al día siguiente, temprano . Como él tenía dinero mío guardado, pensaba
hacerme un buen entierro . Quién sabe. . . Lo cierto es
que, al subir a su cuarto, dejó abajo mi cuerpo sin señales de vida.
Cuando el reloj tocó sus doce campanadas, el brujo
hizo salir de la pieza a todo el mundo . Los muros, de
bambú, dejaban ver, sin embargo, la ceremonia tras
sus rendijas . La malaya contaba que el brujo se montó a horcajadas sobre mi cuerpo . Luego encendió un
papel especial que había traído y comenzó a pasarlo
sobre mi rostro, haciendo signos cabalísticos. Murmuraba conjuros en una lengua rara que ninguno entendía . Luego se levantó sin más preámbulos y aferró
por las patas al gallo enorme . En la otra mano empuñaba un afilado machete . Colocó la cabeza del gallo
en un madero y se la desprendió de un solo tajo . Con
el cuerpo decapitado, el chino daba golpes por todas
partes, salpicándolo todo de sangre ; mientras, blan-
día el machete en la otra mano, lanzando unos aullidos infernales . Se acercó nuevamente a mi cama, me
dio unos cuantos golpes con el gallo, y terminó el ritual dentro del cuarto dándome un gran planazo en el
estómago . Parece que lancé un grito horrible . Y que
también la gente que estaba en el patio comentó
aquello, diciendo que era buena señal. El brujo salió,
golpeó con el cadáver del gallo en el bambú y lo dejó
allí colgado . Después siguió sus rezos y sus gritos,
dando golpes sonoros sobre un :gong". La ceremonia
siguió toda la noche. Todavía no daba señales de vida. Por lo menos, había quedado inmóvil nuevamente, sin manifestaciones de mejoría . Sin embargo los
chinos tienen fe inquebrantable en estas cosas, de manera que algunos esperaban que de un momento a
otro debería realizarse el milagro.
En efecto, cuando ya el día clareaba, comencé a dar
señales de vida. Moví un poco los brazos, abrí los ojos
y empecé a exhalar de nuevo el angustioso glu-glu . El
brujo se montó por segunda vez sobre mi cuerpo escuálido y comenzó a hacer signos en mi frente . Yo
abría de vez en cuando los ojos, y veía sobre mi rostro el suyo flaco, de mirada acerada ,y de barba ganchuda . Después volví a perder la sensación de las cosas. Parece que dormí ya bastante tranquilo, y que,
al despertar más tarde, sentí un hambre devoradora.
Manifesté con gestos mi deseo de comer. Y oí la voz
del brujo, que decía : "Prepárenle una sopa de arroz".
Comencé a percibir ya claramente las cosas que me
rodeaban. A mi lado, la pequeña malaya me abanicaba. Le pedí un cigarrillo . Se levantó de puntillas y fue
a hablar con el brujo . Recuerdo que pensé : "Si no
permiten que fume voy a morirme de nuevo".
Ella volvió con cigarr illo y fósforo . Lo encendió . Me
lo puso en la boca . Mis manos no lograban cogerlo, y
ella tuvo que hacer las veces mías . Recuerdo que sentí
desagradable el sabor del humo ; pero era placentero
fumar, sentirme vivo y hacer todas las cosas que hacía antes.
El cocinero se acercó con la sopa de arroz . Me la dieron a sorbos. Y aún después de beberla sentí hambre . ..
El holandés bajó con la intención de prepararlo todo
para el entierro, y se quedó perplejo cuando me vio
con vida.
—Tienes vida de gato -me dijo- . ¡Has andado del brazo de la muerte!
Lo cierto es que las cosas que soñé (si no todas, algu-
114
nas) se realizaron después : la muerte de una anciana
y otros hechos.
pura . Más delgada.
Nada más delicioso ni más suave . ..
Después de unos instantes me dieron otra vez sopa de
arroz, y repitieron la dosis a intervalos, porque mi
hambre era antigua . ..
Hasta que ya una tarde no pude resistir.
Era un crepúsculo canicular.
El brujo se quedó allí varios días, para cuidarme de
los malos espíritus. Sin embargo, las labores de la fotografía se reanudaron pronto, y cada cual se ocupó
en su faena.
De vez en cuando aparecía la malaya con el arroz, y
conversaba un poco conmigo mientras yo lo ingería.
Algún tiempo después el brujo me ayudó a caminar
hasta la puerta, y me senté en el quicio a ver la vida.
No recordaba nada de lo anterior. Sentía una sensación de vacío en todo el cuerpo . Y era como un niñito que aprende grado a grado el profundo sentido
de las cosas.
Quise dar un paseo . Quise alejarme un poco ; sentarme bajo un árbol, a la orilla del río.
Sentí en mi entraña un choque. Un rugido brutal.
Mi carne despertaba enfurecida . Volvía la vieja bestia
sexual. La niñita estaba allí, apetecible . Me sentí
nuevamente todo un hombre . Iba ya a devorarla . ..
pero . ..
¡Qué horror! ¡Era doncella!
¿Y si volvía el hechizo fatal?
Me eché a correr como un loco.
Saltando, dando tumbos, llegué, acezante, al patio.
El brujo estaba solo, fumando . Me miró sonreído.
—Ya no vuelve -me dijo- ; estás bien sano. ¡Regresa!
¡Ella te espera!
El brujo me buscó una buena estaca para apoyarme,
e hizo que la malaya me acompañase.
Me invadió una inefable satisfacción . ¡No moriría!
¡Estaba a salvo .!
Seco, encorvado y vacilante, apoyado en la estaca y
en la niña, fui andando, paso a paso, hasta la orilla
del río. No había cuarenta metros de distancia, y,
sin embargo, llegué hasta allí rendido . Me senté bajo
el árbol. . . ¡Con qué placer inmenso aspiraba el perfume de los campos y miraba la corriente del río!
Y me volví de nuevo hacia el crepúsculo donde ya
comenzaban a brillar las estrellas . . .
Calcuta, 1938
La pequeña malaya comenzó a relatarme a su manera
los sucesos pasados : la fiebre, mis delirios, las piruetas del bruja y sus temores.
Con el buen alimento y el reposo me volvieron las
fuerzas.
Salía todos los días con la malaya hasta la orilla del
río. Conversaba con ella como si fuese un niño . Las
cosas que ella hacía, por sencillas, que fuesen, me
asombraban o me llenaban de susto.
Hasta que, poco a poco, según iba volviéndome el
aliento, fui dejando de verla como un niño a una niña . Le agarraba el bracito, la acariciaba . . . Ella dejaba hacer, y me miraba sonriendo. . . No podía haber
idilio más tierno para el renacimiento de mi espíritu.
Era como una nueva adolescencia . Más grata. Más
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"Nuestras polillas son altamente intelectuales"
ENRIQUE JARAMILLO LEVI ENTREVISTA A ROGELIO SINAN
El desarrollo de las letras panameñas hubiera sido completamente diferente sin el aporte creativo de Rogelio Sinán.
Sus poemas, sus cuentos, sus novelas, sus farsas de teatro
infantil y su participación directa, durante los últimos 56 años,
en el desarrollo cultural de Panamá, han significado un extraordinario enriquecimiento no sólo del acervo sociocultural del
país, sino también de las actividades y actitudes que poco a poco, sin duda demasiado lentamente, han ido permeando la sensibilidad de creadores y receptores de cultura.
Ya es un lugar común señalar que el mundo de la literatura nacional empieza a cambiar tras la lectura y comprensión
de los poemas de Onda (Roma, 1929), después de la inicial extrañeza de cuentos como "El sueño de Serafín del Carmen" y
"La boina roja", y a raíz de las novelas Plenilunio (1947) y,
más recientemente, La isla mágica (1979) . Y obviamente se
trata de razones de fondo (aunque la forma en Sinán, como
en cualquier artista original, tiene una importancia fundamental e inseparable de los contenidos de la obra), que determinan
el cambio cualitativo que su presencia permanente en la producción cultural en el país implica . Razones éstas que los críticos y estudiosos de la obra de Simio presentan, mediante artículos, reseñas y ensayos aparecidos en periódicos y revistas
de diversos países, desde aquel mismo año de 1929, sostenidamente, hasta fechas muy recientes.
Sinán ha sido entrevistado en múltiples ocasiones, en
suelo nacional y en otros ámbitos . Conversador ameno, de habla pausada y profundos conceptos, dueño de una memoria
privilegiada y de un riquísimo bagaje de experiencias y conocimientos, es un hombre que respira una singular mezcla : sostenida autoestimación y humildad por todos los poros . En este sentido, entrevistarlo entraña, además de un privilegio, algunos riesgos que deben conocerse de antemano y, también,
una considerable responsabilidad moral.
En primer lugar, con Sinán existe entre los intelectuales
panameños una especie de inconsciente " culto a la personalidad" . Al Maestro no puede tocársele ni con el pétalo de una
rosa. Los juicios sobre su persona o su obra que no sean elogiosos se consideran de mal gusto en nuestro medio . Además,
recordémoslo, se trata de una gloria nacional (sin duda lo es)
que ahora tiene 83 años de edad . Y todos sabemos que la veneración está reñida con el necesario rigor crítico que debería
ser propio de los intelectuales . Menciono lo anterior, porque
en esta entrevista he procurado seguir los más estrictos criterios de profesionalidad, y no impera en ningún momento una
actitud de conformismo ni de sumisión . Me refiero al hecho de
116
Sinán y el escritor panameño Enrique Jaramillo Levi en el Parque
Omar . Fotografía de Carlos Guardia (febrero de 1985)
que, como es sabido, el texto integrado de una entrevista,
así como la responsabilidad por su autoría, corresponden al
entrevistador . Sinán hubiera querido que esta entrevista tuviera otra presentación, un formato en el cual sólo el entrevistado llevara —como en un largo e ininterrumpido monólogo— la voz cantante . Sin embargo, el estilo de quien formula
las preguntas, la continuidad, ritmo, oportunidad, perseverancia y capacidad de lograr respuestas adecuadas, poco conocidas tal vez, novedosas o incluso polémicas, son parte del libre
juego de conformación de un texto a dos voces en el que también quien hace las preguntas expresa una posición frente a los
hechos planteados y espera, a cambio, la formulación de una
posición —similar u diferente-- completa y honesta.
La extensión de las respuestas suele ser, generalmente,
más larga, detallada o pletórica de información y experiencia
que la de las preguntas, las cuales sólo deben ser puntas de lanza que motiven al entrevistado y lo vayan llevando por el camino que se ha propuesto el autor de la entrevista . Por supuesto, si el entrevistado no desea contestar ciertas preguntas,
si evade en alguna de sus respuestas el meollo del asunto planteado o si procura inventar respuestas para acomodarlas a inte-
litigantes que no han sido formuladas, entonces la responsabilidad del entrevistador se torna más compleja y apremiante, al
grado de tratar de "salvar" de la manera más ética posible los
fines de la entrevista, la relación personal que pueda existir con
el entrevistado y la coherencia del producto final : el texto que
habrá de llegar al lector.
La admiración y respeto que siento por mi Maestro, Rogelio Sinán, están fuera de todo cuestionamiento posible. Sus
libros, junto con dos o tres otros, fueron los textos de cabecera de mis primeros años de formación literaria . En 1965 fue
mi profesor de Arte Dramático en la Universidad de Panamá.
Posteriormente, durante mi residencia de 12 años en México
(1971 - 1983), no sólo me cartee con él sino que lo iba a ver
cuando llegaba de visita a la capital azteca o era invitado a algún congreso de escritores . El primer libro publicado por la
Editorial Signos en México, en 1982, en la "Colección Portobelo/Serie Autores Panameños", dos meses después de fundada por mí, se llamó : Homenaje a Rogelio Sinán (poesía y cuento), y llevaba un prólogo con mi firma . Durante una visita de
tres meses a Panamá a fines de ese mismo año, lancé sin éxito
porque se declaró desierto, el Premio de Novela Corta "Rogelio Sinán" . Al año siguiente -1983— Editorial Signos publicaba en Panamá (teniendo su sede aún en México) el libro número doce de la antes citada "Colección Portobelo" : El candelabro de los malos ofidios y otros cuentos, último libro publicado hasta hoy por Sinán (sin incluir reediciones de libros anteriores y antologías) . Y ahora, al cumplir 83 años de edad nuestro connotado autor, la revista MAGA vuelve a rendirle merecido tributo al dedicarle un voluminoso número doble (Núm.
5-6) en el que se han recopilado textos y fotografías, éditos e
inéditos, de y sobre Sinán en una combinación de materiales
de calidad y cantidad nunca antes reunidos en un solo espacio
con respecto a un escritor panameño dentro o fuera de nuestro país . Establezco estos precedentes para que se comprenda
por qué esta entrevista se presenta en su forma e intención original, y con las acotaciones necesarias . Pude, sin duda, haber
hecho concesiones . Pero entonces la entrevista, más que
pertenecer a dicho género, se hubiera convertido en un texto
más de Sinán, de los que hay ya abundantes ejemplos en esta
revista .
la toma de fotografías) se fueron concretando los conceptos
que ahora aparecen resumidos y expresados en este texto que,
espero, resulte del agrado del lector . Reitero mi afecto por Sinán y rindo tributo a su excelente obra literaria, ejemplo de
cosmopolitanismo artístico y de raigambre nacional depurados, de cuya savia continuarán nutriéndose nuevas generaciones de panameños.
1 . — Es casi obligado, en entrevistas de amplio con-
tenido, plantearle al escritor de renombre ciertas preguntas fundamentales, que suelen ser las mismas para
cualquier autor, pero que implican un marco de referencias necesario para conocer la posición del hombre
y del artista frente a cuestiones básicas de la vida y
del arte. Maestro Sinán, ¿cuál es para usted la relación
de fondo que existe o debe existir entre vida y arte
antes, durante y después de creada la obra artística?
— La pregunta requeriría una extensa explicación . Son muchos y distintos los factores, los elementos, las facetas . Guyau,
Bergson, Crece, Goldmann, Lukács y muchos otros nos lo han
tratado de explicar cada cual a su modo . Cada cual a su modo
es casualmente el título de una comedia en la que Luigi Pirandello juega con los conceptos y al fin nos deja en Babia . El
arte es magia ; la vida, no . Si lo que quieres es referirte al hecho creador en sí, puedo decirte que, según mi criterio, la idea
inicial surge en la mente . A veces basta sólo un chispazo, un
recuerdo, un perfume, una frase, un dibujo . Supongo que la
imaginación es la encargada de elaborar, amasar, estructurar,
Aclaro, por último, que algunas de las preguntas formuladas no fueron contestadas por Sinán, sobre todo las que se
referían a la situación sociopolítica actual en Panamá . No
comparto, por otro lado, algunos de los juicios del Maestro
en torno a política cultural, por considerarlos demasiado negativos o parciales . Tampoco quise polemizar en torno a las
dos respuestas políticas que sí expresó Sinán, pues él no gusta de discusiones públicas que puedan poner en tela de duda
sus criterios contundentes.
Sin duda, el autor de La isla mágica conserva-su lucidez
y sentido del humor, además de una prodigiosa retentiva a los
83 años de edad.
A lo largo de varias sesiones, realizadas en el estudio de
Sinán y durante un paseo por las veredas del Parque amar
(agradezco a Carlos Guardia su paciente profesionalismo en
117
dar forma al magma . Todo ello es parte del proceso creador,
durante el cual la masa se transforma en expresión, en lenguaje . El arte es vida creada por el artista, ya sea escritor, pintor
o escultor . He leído que, antes de pintar La Ultima Cena, Leonardo se sentaba horas y horas frente al muro observando las
diminutas líneas, los rasgos que en él había dejado la pátina
del tiempo ; y a punto de esculpir el Moisés, Miguel Angel meditaba ante el bloque de mármol, diciéndose a sí mismo : "Lo
que deba tallar está allí dentro de la piedra . Mi mente ya imagina su efigie tal como mi cincel la dejará . Sólo falta desbastar
lo supérfluo . Mi trabajo consiste en eliminar la broza . " Pero
previo al Moisés cuánta fatiga, cuánto estudio . Con anterioridad a su creación como arte (pintura o escultura ; poesía, cuento o novela, sin olvidar el teatro y otras modalidades) las siluetas o espectros de las obras se encuentran delineados en los silos profundos de nuestro espíritu . " El poeta es un pequeño
dios " , dice Huidobro . " Poeta nascitur " , decían los latinos. Y
Neruda, " para nacer he nacido " . Lo cual indica que los artistas
nacen predispuestos a la creación artística . Sin embargo, no
basta haber nacido con predisposiciones especiales . "Ser es hacerse " , sostiene Pirandello . Lo cual indica que hace falta estudiar, trabajar y dominar la materia . Por su afán de estudiar anatomía, Miguel Angel robaba cadáveres en el cementerio . Una
noche, llevando a cuestas uno, dio un tropezón, cayó, rompióse el hueso de la nariz y, desde luego, perdió sus rasgos primigenios . Los múltiples esbozos y dibujos que ha dejado Leonardo dan una idea de que no sólo era genial sino también de
que se desvelaba estudiando . Quienes sienten y tienen afición
por el arte, por la literatura, leen con placer y estudian a los
118
clásicos, a los maestros, a los que marcan rumbos e itinerarios.
Hay escritores que corrigen lo escrito a medida que avanza la
creación ; otros la hacen después del fatigoso proceso creativo;
y hay quienes nunca quedan satisfechos . Manzoni (Los novios)
y Flaubert (Madame Bovary) pasaron muchos años corrigiendo
cada nueva edición de sus respectivas novelas . En El de la
guayaba, García Márquez afirma : "Puedo gastar hasta quinientas hojas para escribir un cuento de doce " . En mi caso específico, voy corrigiendo a medida que escribo . Finalizada la obra,
la sigo corrigiendo, pues nunca quedo satisfecho.
Con respecto a la técnica, siempre he dicho que cada
cuenta o novela exige un tratamiento diferente . El cuento es
síntesis ; la novela es análisis . No es fácil definir lo que actualmente se denomina cuento, pero volviendo a sus orígenes, podía decirse : Cuento es la primera persona del verbo contar:
yo cuento . Es decir, cuento era lo que podía narrarse, contarse . Lo cual lo acerca un poco a la aritmética . Por eso tenemos
Las mil y una noches, Aladino y los cuarenta ladrones, El De-
camerón, de Boccaccio (que son cien cuentos), y así por el estilo . Pero hoy el cuento no se puede contar . Hoy día es difícil
que algo pueda contarse con la facilidad y sencillez de antes.
El mundo actual es complicado . Hasta los cuentos para niños
traen ecuaciones, fórmulas, galaxias.
2.
Replanteemos el viejo problema de la origina
lidad en la obra de arte, y de la adhesión a ciertas tendencias o modalidades preestablecidas . Esto tiene que
ver con la conveniencia de insertar la fantasía en la
obra como catalizador de nuevas posibilidades de sen-
sibilización y, por lo tanto, de interpretación por parte del lector. En casi todos sus cuentos, y en sus novelas, se nota cómo la imaginación, a veces desbocada,
juega un papel fundamental, al grado de que se ha hablado en ciertos casos de "realismo-mágico". En general, ¿cómo opera la imaginación de Rogelio Sinán
en los hábitos creativos, en las actitudes frente al he
cho literario?
— Hoy día los escritores no se preocupan por afiliarse a escuelas ni a tendencias . Cada cual crea su estilo y se ingenia por ser
original . Aunque le apliquen el mote de realista o naturalista o
mágico-realista, no ha de salvarse del fracaso si la obra es mala.
Por un ensayo aparecido en Buenos Aires me enteré que escribía realismo mágico . Por otro, comprendí que la clave de mi
narrativa estaba en la ambigüedad . Analizando tal aseveración
recordé que viví en Roma cinco años precisamente en la época en que Luigi Pirandello hacía furor y hasta obtuvo el Premio Nóbel . En ciertos casos creo que los escritores no se dan
cuenta de que en sus producciones existen o florecen influencias ajenas o hijas del cine, de la televisión, de la época . Tal fenómeno ocurre involuntariamente . Las literaturas están encadenadas entre sí . Juan Boscán y Garcilaso imitaban el dolce
stil nuovo italiano . Cada escritor, hoy día, cuenta con su propia licuadora de sueños como lo he dicha en La Isla Mágica;
pero como éstos no han sido fabricados en serie como ocurre
en las sociedades de consumo, se hace• preciso crear la propia
y mezclar en ella elementos oníricos muy personales . Hay
ciertos escritores que para cierto público resultan complicados. García Márquez, que es un gran narrador, hace literatura de primera y todo el mundo lo entiende .
Supongo que en todo lo que escribo para los niños, mi
fantasía es la clave, aunque en mis otras obras creo que ésta
se confunde con la imaginación, y ¿por qué no?, con la magia.
Supongo que el oficio de escritor no requiere conocimientos
muy profundos de estética, sociología, psicología u otras ciencias . Uno debe acercarse a tales conocimientos según sea el tema de que escriba . En casi todos mis cuentos y novelas hay
casi siempre un médico o un psicólogo . Mi abuelo era médico
rural . Jamás cobró por sus consultas . Un día salió a hacer
una a las tres de la mañana bajo la lluvia . Pescó una pulmonía.
Desde esa fecha no lo he olvidado nunca, pero al pueblo no le
ha importado un pito . Para crear personajes (o reales o ficticios) debe uno conocerlos en su pulpa . La escena relativa a la
procreación de los peces en mi cuento "La boina roja" me exigió la lectura de cuatro libros sobre la vida erótica en el mar.
Cuando siento el impulso de escribir algo (rumiado ya por cierto toro interior) pongo en la máquina la hoja en blanco, y el
fenómeno literario se produce, a veces de golpe y otras después de muchas correcciones. He leído varios libros de teorías
literarias. Me parecen de gran utilidad sólo para los críticos
y, desde luego, para los profesores de la materia . Aunque parezca paradógico, el escritor debe forjarse como el atleta, a
fuerza de ejercicios, leyendo obras maestras y escribiendo.
3.
Todos los escritores panameños no han tenido, como usted y como yo, la feliz oportunidad de
salir del país y convivir con otros pueblos, con otros
artistas, con otras actitudes gubernamentales de patrocinio cultural. No han vivido el fenómeno
autor-obra-editor-público, el juicio severo o elogioso de una
crítica profesional, de una crítica que realmente lo es
y que funciona como hecho social cotidiano . ¿Qué
enseñanzas le ha dejado el hecho de haber vivido en
el exterior, de haber viajado tanto, y que se reflejan
en su obra literaria?
— Efectivamente he viajado mucho y es indudable el hecho de
que, en verdad, se aprende mucho viajando, más que nada cuando la estada se prolonga en cada sitio del itinerario . En los viajes aprenden quienes desean hacerlo . Humboldt (Alejandro) y
Darwin (Carlos) se formaron viajando . Sin embargo, los marineros de profesión se pasan la gran parte de su vida viajando
y ya sabemos lo que dice al respecto Neruda : " En cada puerto
una mujer espera / los marineros besan y se van / una noche se
acuestan con la muerte / en el lecho del mar . Los viajes que
más me beneficiaron fueron mis veinte meses en Santiago de
Chile, mis cinco años de Roma, mis casi veinte meses en Calcuta, mis meses en París y mis diez años en México . Mi formación casi completa, desde el punto de vista literario, se la deba
a Italia . Por cada nuevo idioma que aprendes te enriqueces
leyendo nuevos clásicos. No quiero que se me malentienda.
Muchas personas conocen varias lenguas y pueden convertirse
en políglotas, pero no en escritores.
En Panamá la gente lee muy poco . El Estado
4.
no apoya a los escritores publicando a los más valiosos, mediante certámenes (además del Concurso Ricardo Miró), becas, talleres literarios, premios a las
mejores obras publicadas, etc ., como ocurre en otros
119
ámbitos. El escritor es un marginado, un ser que además tiene que ganarse la vida en otros menesteres, a
veces afines, otras muy poco relacionados . Sin embargo, existe una muy decorosa literatura nacional; aunque a tropezones, la gente que realmente escribe, lo
sigue haciendo . ¿Cómo podría crearse un ambiente,
una actitud, un acopio de hechos que estimulen más
al escritor en nuestro medio?
50%) La cantidad de libros vendidos indica que, en verdad, lo
que hace falta es dinero y lectores que compren . En las casas
sin libros y sin hábitos de lectura, lo que triunfa es la magia de
la televisión, invento ideal para una sociedad de consumo, pero
en el que pueden proyectarse buenos programas como hace Canal 11.
— En los países de poca población como Panamá, los problemas editoriales no tienen solución comercial fuera de la enseñanza. Y la cosa es más grave cuando se sufre una crisis como
la actual . Siempre que es necesario ahorrar, las nueve musas
sufren las consecuencias . Gracias a Benjamín Carrión, el Ecuador cuenta con la Casa de la Cultura y Cuba con la Casa de las
Américas fundada por Haydée Santamaría . Las capitales y ciudades densamente pobladas de otras partes de América editan
mucho debido al hecho de que cuentan con un enorme mercado interno no sólo de lectores normales o habituales sino también de colegiales y universitarios ; pero estos libros no se difunden fuera del propio país aunque lleven el sello de editoriales famosas logrado a base de convenios . He ahí el por qué los
llamados escritores del boom prefirieron irse a vivir a Europa o
a horizontes de mayor difusión editorial, pues así el mundo
los pudo conocer y se dio cuenta de que eran admirables. Creo
que vivimos en la época de la literatura iberoamericana . La Casa de las Américas nos hizo conocer la rica literatura caribeña
gracias a la intuición y el impulso de Haydée Santamaría . En
Cuba nació el boom y asimismo las ediciones millonarias que
rebajaron el precio de los libros, pues la campaña de alfabetización había multiplicado el número de lectores.
En Panamá existe una magnífica simiente literaria, gente
muy bien formada y hecha para el trabajo intelectual ; pera tenemos que aceptar que somos como una Torre de Babel ; demasiados idiomas y muy pocos lectores de nuestros libros . Tú lo
dices bien claro . La gente lee muy poco . Prefieren ver la tele ; o
alquilar, por muy poco, cualquier cassette de Betamax ; los vecinos costean las tragos . De ese modo, permanecen en casa, lo
cual es menos peligroso ; porque ahora, con el problema de la
" crisis " , nunca se sabe . De noche es más seguro permanecer en
el dulce hogar.
¿De que medios valernos para estimular a los escritores
en nuestro medio? Veamos lo que ocurre en los países vecinas.
Colombia y Venezuela tienen un rico mercado interno y han
hecho convenios con famosas editoriales españolas . En Costa
Rica, el Gobierno ha creado, la EDITORIAL COSTA RICA, con renta propia, que edita gran cantidad de libros de autores nacionales . La Editorial EDUCA (dignamente dirigida
por la escritora Carmen Naranjo) ha editado y sigue editando
libros de todo Centroamérica . Nicaragua hizo una seria campaña de alfabetización y, ahora, allí, como en Cuba, la gente lee
y los libros son baratos . En Panamá es plausible la labor que
realizan diversas instituciones bancarias o autónomas creando
concursos literarios . No solamente lo hacen con la idea de descubrir nuevos valores sino de crear más abundancia de lectores.
Están las Ferias del Libro (y entre ellas merecen mencionarse
las efectuadas por la Universidad de Panamá, con rebajas del
120
5.
¿Cree usted que la cultura nacional, la que ya
existe y la que nuestros artistas son capaces de producir en el futuro, merece la creación, a mediano plazo de un Ministerio de Cultura, aunque con recursos
modestos pero administrado por gente eficaz y de amplio criterio? Y sobre todo, ¿merece nuestro pueblo,
receptor real de la cultura, una iniciativa y un esfuerzo como ése?
— ¿Propones la creación de un Ministerio de Cultura? ¿Crees
que la crisis resistiría otra carga burocrática? Contentémonos
con el actual Instituto Nacional de Cultura cuyo menguado
presupuesto lo tiene en jaque . Más valdría crear un Ministerio
encargado de administrar las tierras y bienes revertidos, un Ministerio para activar la pesca en ambos mares, un Ministerio para la supresión del contrabando, un Ministerio para la cría de
los recursos marinos, un Ministerio para recuperar ciertos balboas que como Balboa se esconden en un barril para viajar de
polizón, y un Ministerio que resuelva el misterio de los contenedores invisibles.
6. — Yo he propuesto varias veces, sin que se me escuche en absoluto, la creación de una verdadera Editora Estatal . En el número 4 de Maga di a conocer dicho proyecto para la creación de un INSTITUTO NACIONAL DE FOMENTO EDITORIAL . ¿Usted qué
piensa al respecto?
— ¿Más Editoriales sin presupuesto? ¿Para qué, amigo mío?
Hay Ministerios e instituciones oficiales con buenas imprentas
propias pero el presupuesto nos les basta para los respectivos
materiales que requiere la impresión de los textos. Se crearían
editoriales oficiales ; se editarían los primeros libros (que nadie
leería) a todo lujo . Después el presupuesto queda en veremos.
La Comisión encargada de hacer el escogimiento de los próximos libros desentrañará entre los legajos de la época colonial
qué mamotreto entrará en lista de espera para ser editado en
el año de Ña Upa. Después de la edición de 1903 de Horas Lejanas, de Darío Herrera, Diógenes De la Rosa editó, por encargo de la primera célula del INAC, una segunda edición actualmente agotada . Hace falta una nueva edición . A los jóvenes
también hay que darles oportunidad de editar sus libros . Menos mal que existen iniciativas modestas importantes . Pedro
Rivera hace prodigios en tal sentido con sus ediciones "Abriendo puertas", sus publicaciones periódicas : Temas, La otra columna y Formato 16. De mi primer libro ONDA, editado en
Rema, 1929, no se habían hecho más ediciones (fuera de que
Guillermo Andreve la incluyó en su Biblioteca Cultura Popular. Recordemos que también Mario Augusto la incluyó en
un suplemento de la revista Lotería). Rivera ha hecho la segunda edición, como libro . Tampoco hay que olvidar que la Academia Panameña de la Lengua y varios clubes e instituciones
privadas han hecho ediciones valiosas, como las de la obra de
María Olimpia de Obaldía, Demetrio Korsi, León A . Soto, etc.
Y, por supuesto, está la enorme labor editorial de tu Editorial
Signos.
7.
-- Sin duda hace falta aquí una lucha gremial
por los derechos del escritor panameño, la creación
permanente de una Asociación de Escritores Panameños. Todos lo sabemos, y sin embargo nadie ha querido o podido unificar un gremio en torno a objetivos
comunes, haciendo a un lado diferencias ideológicas.
En su opinión, ¿valdría la pena retomar esta posibilidad en el Panamá de hoy?
— Lamento que casi todas mis respuestas sean un poco escépticas . Desde que era estudiante de Secundaria, ya era Presidente de una "Unión de Escritores" cuyos miembros sólo éramos
tres. Después fui Presidente de una "Unión de Escritores" de
la cual me deshice mediante un autogolpe de estado . Dejé el
paquete en manos de Pedro Rivera quien, a su vez, haciendo
un pase de magia, lo integró al Frente de los Trabajadores de
la Cultura, que hasta ahora es la asociación más efectiva que
ha existido al respecto sin diferencias ideológicas ; tanto en
manos de su fundador Ramiro Ochoa como en las de Jilma Noriega y en las de Guillermo Castro esta agrupación ha realizado
una magnífica labor . Efectúan con frecuencia peñas literarias
con éxito y muy buenos resultados . Promueven pacíficamente
a los artistas populares y también actividades más altas de
nuestra cultura . He tenido oportunidad de escuchar en su humilde local al Coro "Música viva" de Ledesma y el de un grupo
de chilenos, "Canta América", aparte de muchas otras iniciativas particulares.
8.
— Panamá ha dado magníficos escritores, sobre
todo cuentistas y poetas, a veces en forma sostenida,
a veces esporádicamente, a lo largo de los últimos 82
años. Desde Darío Herrera con sus Horas lejanas (Buenos Aires, 1903) hasta el joven Claudio De Castro,
quien ha venido publicando interesantes cuentos breves en "La Estrella de Panamá" y en "La Prensa" exis121
te una continuada tradición de narradores panameños
talentosos . ¿Qué podría hacerse a fin de promover
más el conocimiento de nuestra literatura en los colegios del país y, a la vez, incentivar su desarrollo en los
jóvenes escritores?
— Los escritores panameños de los distintos géneros están en
los programas elaborados por el Ministerio de Educación . Conozco profesoras y profesores vivamente interesados en la materia y hasta invitan a los autores a dar charlas o lecturas o
simplemente a conversar con los alumnos para que éstos los
conozcan . He aquí el motivo por el cual varios libreros editan
libros de cuentos, novelas o textos de geografía, historia y otras
ciencias relacionados con los programas de enseñanza . Aún
con las serias dificultades que plantea la crisis económica se siguen editando los libros premiados en el Concurso "Ricardo
Miró" y los de otros premios de más sencilla categoría . Y ya
he mencionado la actividad editorial de Pedro Rivera, con apoyo presupuestario de la Universidad de Panamá, y la que tú
mismo realizas. Ustedes se lanzan a veces a verdaderas aventuras de magia . Los números aparecidos de la revista MAGA son
buenos signos de tal categoría . Todos estos ejemplos y muchos
otros significan que hay gente culta, de buena voluntad, que
no se niega a estimular a los jóvenes . Frente a la grave situación
económica mundial, aún presenciamos proezas como las mencionadas y muchas otras.
9. . — ¿Cuál es la relación que existe entre Plenilunio y La isla mágica en cuanto a sus orígenes o intenciones?
— Mis dos novelas, Plenilunio y La Isla Mágica, tienen técnicas
distintas . Te voy a referir cómo surgieron . En el año 1942, el
escritor panameño Moisés Castillo creó, en el Ayuntamiento
Provincial de Panamá, el Concurso Literario Ricardo Miró . En
esa ocasión fui uno de los miembros del Jurado de Novela cuyo Primer Premio le tocó a El Cabecilla, de José A . Cajar Escala, obra que sigue sosteniéndose en cartel porque sencillamente
es un buen testimonio . En el 43 se me ocurrió la peregrina
idea de concursar o, mejor dicho, de competir, a pesar de que
la asignación ofrecida era sólo de B/ .250 .00. Debo explicar que
en ese tiempo un dólar valía realmente un dólar. Barajé en mis
archivos diversos temas y preferí el de La Isla Mágica, que entonces iba a llamarse Semana Santa Pagana, (título este que se
ha prestado a confusiones debido ami poemario Semana Santa
en la Niebla con el cual ocurrió algo parecido por la falta de
tiempo debido a decisiones de última hora) . Después de varios
meses de trabajo organizativo, finalmente había escrito 75 páginas de La Isla Mágica . El conflicto de la obra debía ocurrir
en el espacio de una Semana Santa . Aún no había terminado
el Lunes Santo y sólo me quedaba un mes de plazo . La única
solución era buscar nuevamente en mis archivos y hallar un tema exento de documentaciones . (La Isla Mágica quedó treinta
años archivada .) Me decidí por un asunto imaginado en Calcuta . Plenilunio fue escrita de un sólo envión . En ese tiempo no
exigían varias copias sino únicamente el original . Apenas pude
enviar el borrador . Yo corrijo a medida que escribo de manera
que mis originales son limpios . El de Plenilunio se extravió
122
en el Ayuntamiento . De allí la discrepancia entre la fecha del
Premio (1943) y la primera edición (1947) . Quien defendió a
capa y espada esa impresión fue el Secretario del fenecido
Ayuntamiento, Diógenes De la Rosa . Mi poemario Semana
Santa en la Niebla también fue escrito en menos de un mes.
Las bases del Concurso exigían 25 poemas como mínimo . Escogí 25 temas del Evangelio capaces de adaptarse a la Naturaleza del Trópico . Resolví crear poemas de idéntica estructura.
Luego de barajar distintos metros y estrofas, me pareció más
adecuada la de ocho versos alejandrinos asonantados . Faltaban
solamente 26 días para la entrega . Le dediqué un día entero a
cada poema . Desde las ocho de la mañana comenzaba a escribir y romper hojas . Me vi obligado a veces al despilfarro de papel . (Siento envidia por Lope, que escribía una comedia en
una noche, sin corregirla) . Finalmente terminé la obra . Al día
siguiente la envié, y obtuve el Primer Premio . Al componer
los versos me atuve a los dictados de Valle-Inclán : "Pocas palabras y riqueza de sílabas" . En uno de los poemas logré un
alejandrino con sólo cuatro términos : "Realízalo, dorada
.pu-ilamtn" Dicho sencillamente, en mi caso, ésa es la rela
-ción entre arte y vida ; por lo menos en uno de sus múltiples
aspectos. Sobre éstos podría escribirse un libro o dos o tres.
10. — En el número 5-6 de Maga, dedicado a usted,
tratamos de reunir parte del mejor material hemerográfico crítico sobre su obra y publicarlo de tal manera que sirva de consulta a los estudiosos de su obra.
Sé que usted tiene un archivo personal donde ha ido
recogiendo estos trabajos . ¿Podemos contar con este
material?
— Mis archivos andan manga por hombro, pero ya varemos lo
que se puede hacer . Los alumnos graduandos dispuestos a hacer tesis o trabajos de clase sobre mi obra vienen a visitarme,
piden prestados los originales con el compromiso de devolverlos y no lo hacen . De esa manera se han perdido recortes, fotografías valiosas, documentos, etc . Aparte de ello, nuestras
polillas son altamente intelectuales, se dan sus atracones de libros y papeles, cartas y documentos valiosos . Sin embargo, con
un poco de buena voluntad, algo haremos.
. — Algunas personas en Panamá que admiran su
obra, su calidad profesional, pero que tienen convicciones ideológicas fuertes contrarias a las suyas, lamentan que usted firme comunicados de protesta o
de solidaridad con causas que ellos consideran "totalitarias ". Les molesta, pues, que usted se manifieste
a favor de las revoluciones Cubana y Nicaragüense.
¿Podría analizar brevemente este tipo de comentarios
y opinar sobre sus afinidades políticas?
11
— No soy político ni estoy afiliado a ningún partido político.
Fui Presidente del Comité Panameño de Solidaridad con el
Pueblo de Nicaragua e hice todo lo posible por cooperar y
conseguir el triunfo de la revolución . Sigo siendo Presidente
del Instituto de Amistad con ese país. Lo he visitado varias
veces y sé que los sandinistas están tratando de transforar, educar y hacer de Nicaragua un país en el que el pueblo viva sano,
feliz y en santa paz . La Unesco, la Fao y otras instituciones
han manifestado que Cuba es el país de Latinoamérica que goza de mejor alimentación, educación y salud . El Estado se
ocupa de la educación de los hijos desde el kinder hasta el último nivel universitario . Los libros de texto son gratis. Personalmente he podido enterarme de que el pueblo se siente satisfecho . No hay motivos de quejas debido a que no existen
analfabetos ; tampoco, gente sin empleo . Los intelectuales saben que sus originales serán editados y que recibirán derechos
de autor . La única preocupación del pueblo es la paz, la justicia y la ecuanimidad . A los miembros del Jurado del Premio
Casa de Las Américas, su Directora les advertía : "No se preocupen por premiar lo que políticamente sea impecable ; preocúpense simplemente por premiar lo mejor . Y no olviden nunca que el Premio es literario" . He asistido en La Habana a congresos hasta de ochocientos escritores y artistas de los mejores
de Iberoamérica . Todos están en desacuerdo con la política
n eocolonialista.
12 . — Tomando en cuenta que usted trató personalmente al General Torrijos, ¿cuál es su opinión imparcial sobre su personalidad y ejecutoria política?
— Fue un hombre admirado por todo el mundo civilizado . Se
interesó por el bienestar del pueblo . Dadas las circunstancias,
hizo todo lo posible por dar a conocer mundialmente el problema canalero y la injusticia de un Tratado (el de 1903) a
perpetuidad y sin justa recompensa . Aún habiendo logrado
un nuevo Convenio que, sin lugar a dudas nos concede la mayor ecuanimidad posible, se mostró en desacuerdo a la hora de
firmarlo considerando que aún así continuábamos bajo el paraguas del Pentágono . Tenemos que reconocer que gracias a la
insistencia del General Torrijos nuestros técnicos, sólo a base
del diálogo, obtuvieron ventajas que en otra época hombres de
buena voluntad y gran saber no habían hecho posibles. Desde
el siglo pasado, Bolívar y Martí presagiaban que un ave de rapiña se cernía en vuelo agorera sobre nuestros países.
A ratos, como dentro de ocasionales paréntesis de charla informal, Sinán ha hablado de otros temas, evocados sin duda por sus puntos de contacto con diversos tópicos desarrollados más formalmente en la entrevista . Así, puntualiza detalles
sobre viajes ; motivaciones y propósitos al escribir obras concretas (de esto hay abundantes ejemplos en otras entrevistas publicadas . Una de las mejores es la que le hizo el crítico uruguayo Jorge Ruffinelli y que apareció en la revista mexicana Texto Crítico, No . 12, Universidad Veracruzana, Xalapa, Veracruz,
enero-marzo de 1979, la cual reproduje en el libro Homenaje a
Rogelio Sinán, selección y prólogo de E . Jaramillo Levi, Ed.
Signos, México, 1982) ; también menciona el talento de algunos críticos panameños que se han ocupado de su obra : Octavio Méndez Pereira, Ricardo J . Bermúdez, Elsie Alvarado de
Ricord, Gloria Guardia, Jaime García Saucedo y Rafael Ruiloba, entre otros, y en algún momento lamenta que destacadas
personalidades como Rodrigo Miró y Baltasar Isaza Calderón
hayan sido tan parciales o poco apologéticos de novelas como
Plenilunio y La isla mágica, respectivamente.
A menudo he sentido que Sinán, quien nunca tiene prisa para hacer las cosas y por lo tanto suele pensadas muy bien
antes de hacerlas, tiene más energías que yo . Sabe que el tiempo, como las obras trascendentes, es una invención del hombre . Y él parece saberse dueño de todo el tiempo del mundo.
Charla ofrecida por R . Sinán en la Biblioteca del Instituto Panamericano,
a fines de 1984 . Vista parcial del público estudiantil (Bachillerato en
Letras) y profesores .
123
"La isla mágica"
de Rogelio Sinán
Renato Ozores
El Jurado del Concurso " Ricardo
Miró " , del año 1977, otorgaba por unanimidad el premio único de novela a
Rogelio Sinán por la obra que queda
mencionada en el título de esta nota.
Ahora nos llega el libro editado por el
INAC con un esmero encomiable, ya
que la presentación tipográfica —que
también tiene importancia— es excelente .
Diré, ante todo, que esta novela
de Sinán entra de lleno en la categoría
de lo sensacional y ojalá de lo polémico, para que dé mucho que hablar, que
escribir y discutir . Porque lo importante es que se lea . De no ser así habría
que llegar a la triste conclusión de que
nuestra sensibilidad literaria y capacidad
receptiva se halla embotada o atrofiada
por falta de estímulo, lo cual sería desalentador para la tarea intelectual.
Esta " Isla Mágica " viene a ser la
cumbre de la dilatada obra de Sinán,
que se inicia cuando desde Italia sacude
y estremece el apacible ambiente de
nuestra poesía, al disparar "Onda " con
tan refrescante renovador efecto . Desde
entonces, hasta ahora, con su indiscutible maestría, Sinán alcanza y conserva
por derecho propio el liderazgo de nuestra producción literaria . Su obra toda,
desde el cuento a la novela y al teatro,
es de una calidad insuperable, destacándose también su poesía, de auténtico
fulgor .
Con esta novela de la isla —de su
isla— Sinán eleva la literatura panameña hasta la más altas costas alcanzadas
hasta ahora por la narrativa americana,
incluso superando con largueza algunas
cumbres que todos hemos aceptado, sin
que haga falta mencionar picacho alguno en la orografía bibliográfica del continente . Y eso no debe sorprender a nadie que haya seguido con justificado interés las creaciones de este ilustre escritor que además de dominar el instrumento de expresión, que es el idoma, combina un talento singular con imaginación
fértil y brillante y una técnica muy personal que es producto, sin duda, de incesante laboriosidad, o sea del oficio,
que sólo se llega a dominar con el trabajo .
124
Algunas veces nos hemos lamentado de que, en estos últimos años, Sinán
publicaba poco, o nada . Echábamos de
menos el íntimo deleite que siempre nos
proporcionaron sus poemas y sus prosas, implicando la sensación de tal vacío
un cálido homenaje admirativo que se le
tributaba en silencio . No sabíamos entonces que Sinán luchaba denodadamente y a diario con esa pléyade de personajes que pululan en su nuevo libro y que
tantas veces, rebelados, habrían de convertirse en antagonistas del autor, como
seguramente ha sucedido . Imaginamos a
Sinán ante su mesa, en esa amarga soledad que exige el arte, haciendo y retocando los diversos párrafos de una novela, incapaz de detenerse en la tarea creativa, venciendo el sueño y la fatiga para
que esas criaturas ideales no llegaran a
escaparse o diluirse en las nieblas del
cansancio . Y Rogelio Sinán, que sabe
bien por experiencia que hacer buena literatura es tarea muy ardua, lo ha conseguido plenamente . Lo ha conseguido,
porque en las seiscientas cincuenta y
tres páginas de esta gran novela está esa
multitud de personajes ; ese formidable
retablo de duendes, donde todos tienen
vida propia ; donde cada uno de ellos es
protagonista de su propia peripecia, con
un relieve y una luminosidad impresionantes, engarzados entre sí por el común destino que su creador les tenía
reservado desde que fueron concebidos
en la minúscula matriz del pensamiento;
desde que empezaron a crecer como
embriones literarios, en la prolongada
gestación de este relato, que tantas veces es alucinante y siempre seductor.
A pesar de su extensión, considerable, esta obra de Sinán no es, en modo alguno, una novela paralítica ; una de
esas novelas donde nunca pasa nada, en
las que el autor nos abruma y adormece
con interminables descripciones, vagas
reflexiones o lucubraciones didácticas
insoportables . Todo lo contrario . Desde
las primeras líneas ; desde la ceremonia
inaugural del monumento —¿a quién?—
la novela de Sinán tiene un ritmo acelerado que fascina . La isla entera vibra,
trepida y se estremece con espasmos telúricos, y la acción es permanente, desbordada, con una serie de episodios de
surrealismo mágico.
En cada uno de los diez " Decálogos " en que se divide la novela —fragmentado cada uno en diez episodios o
capítulos— hay una tensión muy alta
que agita y electriza a los protagonistas
en una danza fantasmal, con un discreto
aliño de humor y de ironía que incita
la sonrisa del lector.
Es posible, y hasta muy probable,
que algunos se escandalicen sinceramente, o que simulen escandalizarse, por el
uso que Sinán hace en ocasiones de un
lenguaje que se suele llamar crudo y de
algunas palabras que, con evidente impropiedad, se consideran malsonantes.
No hay tal cosa . El escritor tiene que
expresarse por medio de vocablos que,
consagrados por el Diccionario, forman
parte del idioma, y las que los personajes utilizan tienen que corresponder a
su carácter y a su educación, pudiéndose decir lo mismo de su comportamiento . Sería absurdo, por ejemplo, que
Cairote hablara como un obispo, que
Chon Candela empleara un lenguaje
de abadesa o que Pipe se portara de
un modo distinto, y contrario, por lo
tanto a su naturaleza . Para que no fuera
así, tendrían que ser otros los protagonistas y otra, muy distinta, la novela.
Tampoco es admisible lo de las
palabras malsonantes . Las palabras que
merecen tal calificativo, las que suenan
mal en un escrito cualquiera y, sobre
todo, en un discurso, son tan sólo las
impropias ; las que ha sido mal usadas;
las que no pueden expresar lo que se
intenta según las semántica aceptada.
Puede haber y hay palabras feas, palabras que no suenan bien a los oídos,
entre las que Unamuno mencionaba
" catedrático " y " pluscuamperfecto " .
Pero eso, es otra cosa.
No pretendo decir que esta novela de Sinán sea lectura apropiada
para un parvulario, del mismo modo
que sostengo que algunas novelas de
insorporable pesadez, de lectura obligatoria en ciertos colegios secundarios,
constituyen el método más eficaz para provocar en los alumnos una aversión por la literatura, irremediable y
permanente . Y obligar a niños de diez
a doce años a leer " La Ilíada " o " La
Odisea " es una infamia.
Desde luego que " La Isla Mágica " no es un tratado de apologética ni
una lectura edificante para quienes se
congreguen con el ánimo de realizar
ejercicios espirituales . Pero tampoco
se puede considerar, con un criterio
simplista y muy superficial, una novela irreverente o erótica. Las ecenas
esperpénticas y de caricaturas de la
Semana Santa en la isla, constituyen
un reflejo, apenas deformado, de la
realidad . Porque la Iglesia, lamenta blemente, tolera y, en ocasiones, fo--
menta, esas manifestaciones populares y
carnavalescas, con gentes disfrazadas de
una cosa y otra, que tienen mucho de
pagano y nada de religioso . Es natural
que esos episodios terminen en orgías
dionisíacas, con repetida consternación
del párroco que nada puede hacer para
impedir tales relajos cuando la bebida
empieza a hacer efecto en los llamados
fieles .
Tampoco se puede calificar de
erótica esta novela de Sinán . El erotismo es un juego lento y sutil de sensaciones armónicas, algo refinado en tanto que en la isla no hay caricias ni palabras, casi, porque la urgencia de los
sentidos no permite preludios excitantes, ni da tiempo para nada . Los encuentros, muy frecuentes, son violentos,
rudos, puramente fisiológicos, de una
naturalidad absoluta y primitiva y, por
lo tanto, sanos moralmente.
Aparte de todo lo que dejo dicho,
"La Isla Mágica " es una novela auténticamente panameña, aun cuando en la
misma no se encuentren precisiones geográficas que la identifiquen como tal.
Pero allí está presente el mundo insular
que conocemos, con sus pangas y veleros, el hotal, la playa, el Morro, la Restinga y otras maravillas . A veces el relato
rebasa sus contornos para llevarnos brevemente hasta la bahía de Nápoles ; al
puerto de Valparaíso y al litoral de Costa Rica —siempre el mar, del que no cabe separse— para situar un personaje que
resulta imprescindible, sobre todo en el
apocalipsis de los murciélagos y los cangrejos de las páginas finales que, al mismo tiempo, marcan el principio de esta
insólita novela, por tantos conceptos
ejemplares . Nuestro mejor elogio es afirmar que, en verdad, LA ISLA MAGICA
es una obra esperpéntica digna de una
película de Fellini.
Sinán con el escritor guatemalteco y Premio Nóbel de Literatura Miguel Angel Asturias
125
Origen religioso del carnaval
y el teatro
Rogelio Sinán
. . . aun siguen oyéndose en las calles los muy alegres ecos del
Carnaval, lo cual nos da un magnífico pretexto para esbozar la
relación que existe entre el carnaval y el teatro.
Ambos tienen origen religioso, pues tanto el uno como el
AlTempo otro surgen del ditirambo y los misterios de Eleusis.
de Deméter, diosa de los cereales, los iniciados, que iban enmascarados, llevaban panes recién horneados para que el sacerdote
los bendijese propiciándoles mejores cosechas en el futuro.
Cuando la religión de Deméter cedió su puesto a la del dios
del vino, Dionisos, los ritos de ambos cultos se fundieron y las
festividades del pan y el vino adquirieron un mayor esplendor.
Una nutrida procesión de gente ebria enmascarada se aglomeraba tras un carro alegórico que, con forma de nave, recordaba
los viajes de Dionisos enseñando a los hombres a cultivar la vid.
Mujeres y hombres, disfrazados de bacantes y de machos cabríos integraban el alegre cortejo cantando ditirambos y danzando.
Como el pan y el vino simbolizaban carne y la sangre de
Dionisos, los iniciados, al ingerirlos, adquirían las cualidades
del dios . Ello les producía lo que llamaban frenesí o entusiasmo, una especie de endiosamiento o enajenamiento que les
cambiaba la personalidad . Cuando volvían de su locura o embriaguez, no recordaban nada, lo cual era una prueba fehaciente de que habían sido poseídos por el demonio dionisíaco.
(Entre paréntesis, debo decir que al buen actor le ocurre algo
parecido sin ayuda del vino . En el momento de actuar siente la
posesión diabólica del personaje que representa .)
Del festivo cortejo de gente ebria de vino que cantando y
bailando seguía tras el suntuoso carro alegórico denominado
carro naval, surgió lo que hoy se llama carnaval, y del canto o
ditirambo de los machos cabríos (llamado por los griegos tragós odé) tuvo su origen la tragedia o tragoid ía.
Aristóteles, en su " Poética " , dice que la tragedia es " la caída por la soberbia " . Los fieles iban al teatro a purificarse después del carnaval dionisíaco . La tragedia con toda su secuela
de terrores les producía la purificación o, para usar la misma
palabra de Aristóteles, la catarsis.
También en nuestros días quienes se entregan al alegre demonio dionisíaco, pasado el Carnaval, van a la iglesia el miércoles de ceniza y allí se purifican escuchando en la voz del sacer-
dote la frase bíblica del memento homo en recuerdo de las palabras que Dios le dijo a Adán sancionándolo por haber cometido el pecado original . " Recuerda, hombre, que eres polvo y
al polvo volverás " . (Génesis, capítulo III, versículo 19).
A pesar de que, como he dicho, el teatro tiene un origen religioso, San Agustín y otros Padres de la Iglesia lo anatematizaron considerándolo pagano . Lo atacaron apasionadamente hasta acabarlo . Con todo y eso, tras mil años de ausencia congelada, el siglo décimo vio resurgir al teatro de sus propias cenizas.
La misma Iglesia resolvió utilizarlo como añagaza para atraer al
público . En altares y atrios representábanse autos sacramentales que tenían como asunto escenas de la vida de Cristo . Los
Misterios de Eleusis en los que consagrábanse el pan y el vino
resurgen nuevamente en el Misterio de la Eucaristía.
Decía don julio Fábrega que el Carnaval es la única cosa
que el panameño toma en serio . Sin hacer caso omiso del punto de ironía que trae consigo la afirmación citada, debemos
aceptar que el hombre, el ser humano, debe también ser responsable de su propia alegría.
Lo que efectivamente nos demuestran nuestras festividades
dionisíacas es el espíritu histriónico del pueblo panameño . Tenemos en la sangre, llevamos en las venas, los ancestrales ritmos de la abuela África y nos agrada la farándula como espectáculo.
Ahora bien, si hemos dicho que el carnaval y el teatro ti
enen un mismo origen profundamente religioso, tal vez sería
oportuno que se averiguara por qué ocultas razones el pueblo
panameño no se entusiasma por el teatro con la misma locura
que lo posee en el Carnaval . Debiéramos preocupamos por despejar la incógnita de nuestro desnivel emocional entre ambos
cultos.
Si tomamos en serio el Carnaval, también debemos tomar
en serio al Teatro . ¿A qué se debe el que no lo hagamos? No es
porque en nuestra sangre no corra el vino dionisíaco de la farándula sino porque nos falta oprimir algún ignota interruptor.
Ese es el rayo de luz mágica que debiéramos proyectar para
que, al encenderse las candilejas, comience el espectáculo de
un teatro definitivamenne panameño, un teatro que logre apasionarnos con igual frenesí que el Carnaval.
Panamá, 5 de marzo de 1976.
126
JA RIFA
Jarifa enloquecida y pesarosa,
mi musa, en la manigua sofocante
del trópico, se afana por que cante
la angustia que la oprime, dolorosa.
Si del anhelo en lucha surge airosa
la renovada forma edificante
daré por historiado todo instante
de estéril vanagloria candorosa.
/Qué bien cuando la lírica campana
de mi palabra ondule banderolas
hacia barcos y soles del mañana!
Serán, para mis últimas cabriolas,
gloriosa exaltación y aurora sana
los próximos virajes ya sin olas.
LOS OJOS EN
LA CALLE BAJO LA LLUVIA
Huele a pared lamida por ubres y mugidos
este mapa ilusorio salpicado de estrellas,
y la calle, inundada de pupilas de niños,
va nutriendo de polvo sus mejores culebra&
Pasaporte de patios para la mar, el fango
deshilvana pronósticos en plenitud de fábulas,
y los aros del miedo precipitan, aullando,
funerales de citas y blasfemias mojadas.
Trota, oceánico, el eco vaporoso del grito;
brilla, angélico, el halo de las olas elásticas,
y un redoble de circos humedece el anillo
de los faros desnudos, ateridos de lágrimas.
La faena, ahuyentada, desaloja cabriolas
derramando luciérnagas y paraguas al charco;
y el carbón apagado de alguna voz, pregona
cuatro senos maduros por dos o tres centavos .
INFANCIA
Infancia clara
pasada
entre barriles y hongos y aros de bicicletas,
cuando, corriendo entre hojas,
el alma era más blanda y el camino era savia . . .
Cada caída al margen de la dicha
era una danza
de sangre y de gritos
mientras el viento promovía un levantamiento de ramas
bajo el imperialismo de los troncos
que no dan paso al ritmo.
Era el entierro de !as cosas inútiles
con palabras y flores ordenadas después
por la U.R .S.S. de !as hormigas. . .
¡Tanta pierna de once años,
tanto seno,
tanto naufragio lúbrico en las aguas
de la última conciencia!
Mirar la flor
y huir hacia mí mismo.
¡Qué laxitud de sombras sin estrellas!
Solo yo con mi sexo, frente a frente,
desenredando senos, piernas, brazos,
con miedo del infierno . . . e implorando
a la Virgen y al Cristo
¡miserere de mí!
Puñales de las horas me doblaban.
Amanecía mi voz en la distancia,
y mis manos aullaban su pecado a la puerta del cielo.
Oh, en esa hora me atacaron los lobos del desierto
con su canción de siempre;
e hice de mi conciencia un jeroglífico
para que lo leyeran las estrellas
que son puras y castas. ..
127
René Magritte. La invención colectiva.
La isla mágica, fantasía y realidad
Antonio Simoes Junior
Con la publicación de La Isla Mágica, Rogelio Sinán dio un rotundo mentís a quienes afirmaban
que en materia de arte no hay nada nuevo bajo el sol, que en la novelística ya todo fue dicho y que
ésta se perfila como una vieja, coqueta, senil, agotada . Sin ser una
novela inferior o superior a las de
otros grandes novelistas hispanoamericanos es, no obstante, diferente, única en su género . En eso, que
ya es mucho, radican algunos de
sus méritos que muestran a un escritor remozado y señor, como
siempre, de la expresión artística.
En esta nueva obra el autor del famoso cuento "La boina roja"; sin
prescindir del hábito poético que
conforma su realismo mágico nos
presenta la ósmosis que en él se da
entre el cuentista y el novelista.
Tanto es así que percibimos en las
primeras diez o quince páginas de
La Isla Mágica, ciertos cuerpos de
la cuentística que tardan en fundirse con la novela . Sin embargo,
128
consciente de que ésta, por su extensión y complejidad, exige largos alientos y transfusiones, lleva a
buen término, en una gimnasia estructural y estilística, su cometido. Desprovista de lo que se suele
denominar rigor cronológico o trama redondeada, La Isla Mágica,
como novela novedosa que tiende
a oxigenar y ensanchar los horizontes de la novelística en general,
viene a demostrar cuán falibles y
sin razón resultan las diatribas de
los que desde hace más de tres décadas vienen negando la vigencia
de la novela. A medida que se
adentra en su universo novelístico
y que los primeros capítulos dejan
de parecernos cuentos ensartados
y, uniformándose, ganan relieve
hasta fundirse en una sólida cosdamos movisión moderna, nos
cuenta de que algo inusitado está
ocurriendo en el campo de la novelística, cosa que no intuyeron ni
previeron en sus ensayos T. S. Eliot
y Ortega y Gasset. Es una prueba,
contra lo que éstos se habían creído, de que el género no ha finiquitado con Flaubert y Henry James.
Si bien es cierto que después del
advenimiento del nazifacismo la
novelística universal parecía haber
agotado sus temas tradicionales y
carecía de antídotos renovadores,
siempre fueron apareciendo aquí y
allí novelas llamadas a perdurar;
empero los acólitos del poeta norteamericano y del filósofo español, hicieron de las predicciones
de estos ídolos de la burguesía en
conflicto con sus propias normas,
un sonsonete al que agregaban en
un afán de dudosa originalidad, /os
nombres de Proust y Joyce como
enterradores del género novelístico . Claro que para ellos no existían más que las novelas comentadas en los grandes diarios, los mismos que hoy al igual que ayer ensalzan y promocionan a los creadores de débil aliento y limitada
imaginación.
En Rogelio Sinán los temas
no se repiten . Sus personajes de
hoy nada tienen que ver con los de
antaño, salvo alguna que otra afinidad genésica. Son seres que no
ocultan sus necesidades psíquicas
o biológicas : fuman, beben, comen, defecan, orinan y fornican,
pero jamás figurarán en un museo
de cera o terracota . Por sus excesos son humanos y muestran sin
ambages a quien quiera mirarlos
aquello que nosotros, hombres sofisticados, no nos miramos ni en
privado.
Como sin par desfacedora de
entuertos, La Isla Mágica deshace
no sólo los conceptos citados sino
aún los que elaboran los teóricos
de la antinovela que desde hace algunos años, y en Francia principalmente, tratan de hallar una nueva
e inexistente piedra filosofal. Digo
esto porque la novela de Sinán evidencia un proceso revolucionario
en literatura sólo comparable al
Ulises de Joyce en su época . Claro
que desde entonces y hasta la fecha ha corrido, como se dice, mucha agua bajo los puentes. Quizás
por ello, Sinán, como sabemos,
no ha sufrido críticas ofensivas ni
ultraje a su persona como hubo de
soportar el autor irlandés. Pero como cambian las épocas cambian
los métodos, y los censores al servicio de pretensas moralidades están alerta y tratarán, estamos seguros de ello, de limitar la circulación de La Isla Mágica en el Continente e impedir que una gran editorial la incluya en su sello.
De todos modos hay que decir que su autor ha demostrado
desde un pequeño país de América
Central (Panamá) que para un novelista, cuando se lo es de verdad,
no existen temas anquilosados ni
estilos que obedezcan exclusivamente a teorías conceptivas y estéticas.
Hispanoamérica ha tenido
grandes novelistas telúricos; sin
embargo, en /as dos últimas décadas, comienza a tenerlos cósmicos.
Los primeros particularizaban al
hombre considerándolo un ser
ignoto, arrinconado en determinado punto geográfico o histórico,
supeditado al tiempo y al espacio.
Los segundos, aún sin crear personajes desarraigados, generalizaban
a/ homo sapiens . Lamentablemente hay quienes acusan a estos últimos de colonialistas intelectuales
en nombre de abstrusos y trasnochados nacionalismos. Con su novela y quizás sin proponérselo, Rogelio Sinán (siempre el teórico unido al artista) echa por tierra esas
desmanotadas posturas ideológicas. S4 porque el artista (en este
caso el escritor) puede retomar /os
temas culturales provenientes de
cualquier latitud, sopesarlos, tamizarlos, trasladarlos e insertarlos
con el sello de su personalidad al
territorio literario o geográfico
con el que tenga afinidades. Caso
contrario, sería lo mismo que rechazar los medios de locomoción,
por que la América indígena no
conoció la rueda antes de la llegada de los conquistadores europeos.
Como veremos, Sinán retoma
lo válido de una vieja tradición literaria inhumana en unos casos,
mutilada y adulterada en otros,
por el advenimiento del Cristianismo y su entronización dogmática.
Por su idiosincrasia los personajes
de La Isla Mágica son panameños.
La ambientación y el clima insinúan el trópico, sugieren un istmo
y tierras insulares. La acción transcurre en una isla, pero trátase de
una isla llena de voces y con atisbos de varias latitudes. Sólo así se
justifica que haya allí el espítiru
de un Decamerón blanco y la Presencia de un Decamarón negro
(Boccaccio y Frobenius), un Don
Juan en las dos variantes del mito
creado por Tirso de Molina y retocado con añadidos de Zorrilla : el
hereje y el seductor de mujeres.
Del mismo modo hallamos huellas
de cierta literatura licenciosa italiana y de la picaresca española
(La Celestina, especialmente), el
universo tremebundo de Danta y
de Goya, /os avatares del Renacimiento con sus sensualidades y colores, sus madonas de rosada carnadura y los momentos estelares
de cierta marginada literatura grecolatina. Un halo de saludable pa-
ganismo recorre las páginas de la
novela, animando una tipología
que nos hace recordar El Satiricón
de Petronio y nos remonta axiomáticamente a la infancia de la ficción oral y escrita : los cuentos,
mitos y epopeyas mesopotámicas
y egipcias. Todas estas influencias,
coadyuvadas por modernas interpretaciones del psicoanálisis, significan una especie de expoliación
(véase el onirismo de La Boina Roja) que ahora, ante un género literario más complejo, exige otros
enfoques y otro discurso analógico
que configuren una prédica o una
toma de conciencia realista.
Idea y forma están en la novela tan estrechamente enlazadas
que difícilmente podríamos delimitarlas. Desde /os tiempos de Platón hasta la fecha, según pretenden algunos filólogos de la antropología, el concepto de IDEA ha
sufrido varias transformaciones de
semasiología, y en la actualidad bifúrcase en lo que, a falta de términos más elocuentes, llamaremos
forma y fondo.
La Isla Mágica se nos figura
una grande y policroma ostra por
obra y gracia del realismo mágico
y, al mismo tiempo, una radiografía de un conglomerado social con
eclosiones
dramáticas. Sinán,
que ha transitado exitosamente los
caminos de la cuentística y la poética, aborda ahora, por segunda
vez (conste que desconocemos su
primera novela), con el talento
que se le reconoce, la difícil tarea
de la novelística en una novela que
rompe totalmente en lo que a estilo respecta, con la narrativa de entretenimiento, tan nociva como
inocua . La Isla Mágica no posee
personajes centrales porque ella
misma es la protagonista de su propio mundo . Sus primeras páginas
no conformarán nunca al lector de
la habitual novela cronológica en
donde los personajes están supeditados a los cánones de cierta metodología tradicional en lo que respecta a su armazón y emplazamiento . El protagonista, héroe, personaie o como se le quiera llamar, se
129
ubica, si tenemos que dar un ejemplo, en el siguiente orden : nace,
crece, estudia, toma un arma, va la
guerra, mata o hiere, regresa, disfruta o lamenta la victoria (pequeña variante) se duerme y muere.
Todo de acuerdo a una moraleja
de concepción que, felizmente, está cayendo en desuso, y a la cual
Sinán, como parece, vino a dar el
golpe de gracia . Este comienza su
novela evocando la muerte mitificada de Juan Felipe Durgel, invirtiendo el orden de lo que muy
bien puede ser un poema dramático . La prótasis no existe y la catástrofe está en el "Contrapunto
simbólico en memoria del héroe",
antes de la epítasis, en un engarce
de precedencias y .sucedientes . Es
un proceso solvente, aunque de
poco uso en literatura romancesca,
que viene a demostrar que la vida
de un personaje de ficción puede
empezar después de su muerte.
Las escenas iniciales de la novela,
aparentemente dispersivas, pero en
realidad caóticas, en busca de la
unificación, de la luz que iluminará el cuerpo colectivo de la isla,
necesitan ahondar las raíces y crecer vertical y horizontalmente para entrelazarse . Cuando ello se da,
sentimos un deslumbramiento
sen-sorio, tocamos conciencia de que
nos hallamos frente a un universo
in crescendo, un gran mural de
una historia genesíaca con vagidos,
aullidos y estertores que conforman el contexto de una de las más
logradas novelas de América. Sinán nos hace comprender que si
sus cuentos impactan primordialmente en nuestros sentidos por esa
mezcla mágica compuesta de dramatismo, humor, lirismo y síntesis, en su novela, como género preciso, más exigente y ambicioso, el
impacto es más moroso pero más
perdurable y se dirige, amén de
nuestra sensibilidad, a nuestro
razonamiento.
Otros novelistas adscriptos a
lo que dio en denominarse realismo mágico (Carpentier y García
Márquez entre ellos), emplean la
palabra como método impresionista; Rogelio Sinán, en cambio, sír130
entrevistando a Sinan en su estudio ( Panamá)
vese más bien de un estilo de índole expresionista en el que tienen
voz todos los afluentes. Sus contrapuntos en el cierre de los capítulos constituyen una dualidad de
humorismo y melodrama en una
reussite que conceptuamos perfecta.
Como comprobación nos basta señalar aquél en que Barrabás (el perro), acoplado con la perrita Fifí,
la arrastra hacia el templo en el
preciso instante en que el sacerdote lee la escena en la cual Pila tos
pregunta al populacho "Queréis
que os suelte a Cristo o a Barrabás?", y, en la plaza, los chicos
—refiriéndose al perro— le responden gritando : /Barrabás/ /Barrabás!
Hay en La Isla Mágica superposiciones que, tal como en el pic-
tórico contraste del rojo sobre el
verde, sobresalen por su fuerza expresiva y hasta podrían considerarse como cuentos interdependientes, supeditados en última instancia a/ leitmotiv que en este caso es
la novela . Y ésta, en contenido y
estilo, se nos figura, en proporciones equivalentes, una saga tropical
y una narrativa realista . A veces
hay en su contexto cambios inusitados, mas siempre relevantes,
convincentes. Del diálogo suele pasarse al monólogo esporádico y viceversa . Sinán habla del personaje
(en tercera persona) y acto contínuo pónelo a hablar de sí mismo y
de su circunstancia, cuyo resultado trasparente es el encendido del
cuadro, la ampliación y luminosidad de la imagen . En la prosa de
esta novela nos topamos con términos que dan la pauta de cierta
cultura filológica a la que el autor
parece avezado . Con frecuencia
encontramos vocablos mexicanos
y centroamericanos de difícil
intuición para los españoles y rioplatenses, neologismos de invención personal y arcaísmos con vigencia en América . También aquí
y allí hay páginas salpimentadas
con frases en italiano . Es probable
que a muchos hispanoparlantes les
sean raras palabras como fungir,
foetear, tunda, etc . ni cierta osada
terminología, no condenable, que
abunda en la novela . Empero, esta
particularidad de un escritor siempre remozado, será tema para los
gramaticones sin estilo o para algún crítico versado en filología,
puesto que en La Isla Mágica está
patente una capa colorada para todos los redondeles.
Despojados de las placentas
nocturnas (epílogo-introito), los
recién nacidos comienzan a hacernos oír sus vagidos aurorales. "¿No
escuchan como un rumor de voces? Es la forma de hablar de las
criaturas de la Naturaleza" dice el
autor. Sin embargo, en la invocación a la luz, en el deslumbramiento lúdico que es toda la novela,
hay una innegable aleación entre
habla-acción y habla-estilo, es decir, la ansiosa (no visibilizada) búsqueda de unidad entre fondo y
forma, uno de los significados de
la Gastalt de que habla el estructuralista Dorfles. Pero lo que para el
teorizador italiano es mero esquema de una teoría, es un don (perdónesenos el convencionalismo),
una constancia fundamental, en
Sinán, porque, dicho en otras palabras, el creador fecunda, mientras
que el crítico se masturba . Pero
dejemos las teorías y sigamos deleitándonos con las páginas de una
novela en donde los travestimentos son, al mismo tiempo, una
máscara y una trasposición de la
realidad. En "Contrapunto simbólico en memoria del héroe"; primer capítulo de La Isla Mágica nos
topamos con toda una descripción
epitalámica para celebrar simbólicamente la boda de Juan Felipe
Durgel y la muerte . Es simultánea-
De izq . a derecha : Carlos Enrique Adames, Carlos Calzadilla, Ramón H . Jurado, Jilma Noriega de Jurado, Dr. Juan José Arévalo (ex-presidente de Guatemala) . Berna María Cabezas,
Carlos Iván Zúñiga y Rogelio Sinán, en el aeropuerto de Tocumen, poco después del 9 de
enero de 1964.
mente la coronación del héroe y el
epílogo de la obra, un epílogo que
toma el lugar del introito y hasta
lo substituye con ventaja, creando
de esa manera el contrapunto narrativo a que nos tiene acostumbrados al autor. Siendo una especie de réquiem para un Decamerón
negro (color epidérmico) es también, como salta a la vista, una
pantalla cinematográfica donde
inicialmente se mencionan /os
nombres y el papel que de ahí en
adelante desempeñarán los personajes. Con un acopio de rememoraciones dignas de encomio, el
creador de tan vasta cosmogonía,
tras de crear y dispersar sus criaturas, comienza a reubicarlas . La
prosa no abunda en exuberancias
Elni coloraciones innecesarias .
lenguaje es brillante, sin ser terso
ni pretensioso, y la trama, no
obstante su aparente espontaneidad, está, debidamente planeada
y, mejor aún, ejecutada . En Sinán
creemos hallar a un tenaz raciona-
lista bajo la máscara de un mago.
No sabemos si La Isla Mágica
es una obra maestra, como lo fue
en su tiempo Madame Bovary de
Flaubert Para saberlo sería necesario alejarnos en el tiempo y verla
desde otra perspectiva, cosa prácticamente imposible . El tiempo,
de eso estamos seguros, dará un
día su fallo inapelable cuando se
putrefiquen los silencios premeditados y conniventes y se destruyan
los tabúes. De todos modos creemos firmemente que es una de las
novelas más hermosas y más desprejuiciadas que se han escrito
últimamente en América . No es,
desde luego, a pesar de las escenas
eróticas en que es feraz, una novela para una burguesía acomodaticia y anestesiada por los bestsellers
triviales. Para leerla deben poseerse meritorios dotes de análisis, estar libre de prejuicios religiosos e
inmunizado contra el virus de las
inhibiciones sociales, en sentido
amplio, así como saber resistir la
131
censura de los clérigos y gendarmes y oponerse a cieno puritanismo mojigato . Un día, quizás no
tan lejano como pudiera parecernos, la novela de Sinán, al igual
que el Ulises de Joyce en la actualidad, será editada y difundida en
sucesivas ediciones. Mientras tanto
habrá que hallar un editor prometeico predispuesto a correr el riesgo que su publicación (su segunda
edición) involucraría . De encontrarlo, teniendo en cuenta las obras
prohibidas a diario en los países de
este Continente, ese editor no será
un hispanoamericano, ni siquiera
un español.
Los comentadores de La Isla
Mágica empéñanse en hacer resaltar particularidades estudiadas
del realismo mágico de Sinán, endilgándose, como arpegios, sinónimos de resonancia poética : Brujo,
Mago, Alquimista, verdaderas máscaras de extracción pirandelliana.
El propósito de los predicantes es
digno de incentivación y sólo es de
lamentar que no hagan resaltar,
delimitándolo, el realismo de la
novela en su integridad de forma y
contenido, puesto que el gran artista y poeta de hálitos mágicos, que
todo eso es Sinán, también es, simultáneamente, un novelista de
tesis que, como tal, se propuso en
primera instancia hacer la radiografía de su isla en sentido genérico, esto es, no únicamente como
una porción de tierra rodeada de
agua o un conglomerado humano
sino asimismo una amalgama de
realidad y sueño . Alguno que otro
de los comentadores llega a hablar
más del creador que de la obra,
olvidando que el móvil de la crítica es ésta y no aquél. Casi todos
ellos saben decir, pero no tienen
qué decir o, lo que es aún peor, no
osan hacerlo . Sin embargo, alguien
estudiará un día La Isla Mágica de
pe a pa y escribirá sobre ella el ensayo desmenuzador que se merece.
un público de distintos ámbitos
poliédrc geográficos. Empero, lo
de su novela, sus múltiples enfoques y su nunca desmentida autenticidad de hombre y escritor, dan
temas para críticos de las más dispares tendencias, inclusive para los
marxistas, porque, evidentemente,
hay allí denuncia social : "Esa noche Chompipe se acostó con su Tita, y en los días subsiguientes sintió vergüenza y rabia al ver cómo
los gringos, con arreos de combate, invadieron, asesinando a muchos inocentes con la anuencia,
complicidad y beneplácito de las
autoridades oligarcas". No es ninguno de los personajes sino el
autor quien así se expresa . Igualmente encontramos en las páginas
de la novela (en algunas de las más
elocuentes) una pintura exacta de
la religión y sus avatares centroamericanos o condenación metódica es, sin embargo, un exponente
de veracidad, un testimonio irrebatible. Sinán no despotrica contra
la religión, ni siquiera la impugna;
tan sólo se limita a captar y transmitir como una máquina filmado
ra sus absurdos y contradicciones,
contoneos y plegarias caricaturescos. ¿Y qué faltaría decir de un
dogma, de una mística teñida de
fetichismo, de una concepción del
mundo anticientífico? Si algo faltara decir, he aquí una elucidación
que, más que elucidación, es una
exposición irreversible:
"Yo era travieso pero sencillo
de alma . Pensaba que si el Papa era
infalible debía ser bondadoso . No
creas en pájaros preñados, me dijo
un día Faustina . No existe el Niño
Dios ni Santa Claus . ¿Quién diablos te va a dar la bicicleta? Yo,
que era un niño ingenuo, le escribí
al Papa . No contestó ni púdrete.
Hace poco consulté con Hipólito
ese asunto . Me dijo que las cartas
que le llegan al Papa las amontonan en el patio del Vaticano y las
queman sin abrir para que Dios las
lea directamente y conceda los pedidos, pero aún sigo esperando mi
bicicleta, dice un don Plácido que
para los budista Dios siempre está
dormido . Cuando los fieles ingresan en el templo tocan una pequeña campana que hay en la puerta.
De esa manera Dios despierta y sa-
Sinán entrevistado por el escritor y diplomático venezolano Cipriano Fuentes
Creemos que Sinán no escribió La Isla Mágica, para nadie en
particular, sino para sí mismo, que
es la mejor manera de escribir para
132
be que has entrado a rogarle.
Cuando te vas, la tocas nuevamente y él se vuelve a dormir " . Sátira,
inonía, humor, he aquí la triplicidad fotográficamente expositiva
de Rogelio Sinán.
Quizás los personajes de este
novelista panameño no posean raíz
telúrica, puesto que no se presentan explícitamente ubicados o definidos en determinada zona geográfica (aunque intuimos que se
trata de una isla panameña) . Para
los exégetas de cierta literatura
comprometida, y hasta para creadores de la talla de Miguel Angel
Asturias, esa falta de definición
territorial atenta contra la idiosincracia de los personajes y disminuye los valores de la obra literaria.
Creemos que tal interpretación es
meramente problemática . De haber un coeficiente basado en probabilidades, su veracidad redundaría en concepciones ideológicas o
posturas estéticas muy discutibles,
y, en ese caso, una novela de la
intensidad dramática y los altos
valores sociales de, por ejemplo,
Le Salaire de la Peur de George
Arnaud no tendría razón de existir.
La verdad monda y lironda es, por
lo tocante o nosotros, la siguiente:
la interpretación cósmica, tal cual
lo hace Sinán en su novela, no es
de ninguna manera inferior al telúrico que impregna, verbigracia, las
novelas de Ciro Alegría.
Ese pequeño mundo insular
con personajes fabulosos por las
dimensiones de lo humano de un
mainland intuido pero no hallado,
presenta en lo simbólico estrechos
contactos con la visión dantesca
de un mundo en ebullición . Sólo
que en Sinán la dosis de humorismo fino y atildado que suele imprimir un sello muy personal a toda
su producción literaria, lo inhibe
de cultivar, pongamos como caso,
la tragedia por la tragedia, no
obstante saberse que en la vida como en el arte nadie es hijo de nada
y todos debemos algo a nuestros
antecesores. Por lo tanto, ni las
frustraciones ni la angustia de la
muerte vividas por Danilo, son
descritos en abstrusos patetismos.
Sin embargo, la veta irónica resulta a veces neutralizada por la dolorosa realidad de muchas escenas,
como podemos ver en el cierre de
los capítulos . Quiere esto decir
que no todo en La Isla Mágica es
malabarismo estilizado con miras a
un esteticismo quintaesenciado, sino que también vibra en sus páginas una gran dosis de humanismo:
un humanisto sin moraleja, sin mayúscula, propio de la especie viviente que partiendo de! australopiteco llegó al homo sapiens . No
vemos en esta novela al hombre
excepcional sino a /os hombres comunes que de acuerdo a sus definiciones o complejos tratan de vivir
la vida tal como la conciben o les
es impuesta. Hacen lo que hacen
sus congéneres de otras latitudes,
sin bifurcaciones ni bipolaridades
a fortiori, lo cual les exige su conformación biológica empero, su
creador retomando una vieja tradición de la literatura grecolatina,
inhumada por el cristianismo de la
Edad Media, hace sobresalir una
de sus peculiaridades: el erotismo
que, por otra parte, es un don nato del hombre, reprimido arbitrariamente por la mística masoquista y sádica de los malos cristianos
en el llamado mundo occidental.
Hay en este sentido escenas dolorosas en la novela que, desde luego, nunca son llevadas a las últimas
consecuencias por oportunas (?)
obliteraciones salvo en las eróticas.
En éstas, sí hay crudeza, pero no
creemos que haya propósitos apologéticos ni intención deliberada
de pintar aporismas pornográficos
a la manera de un Guido de Verona o un Pitigrilli.
La escena del reencuentro de
Danilo con su madre en el
prostí-bulo, más que escandalizarnos nos
consterna . ¿Qué importa que algún critiquillo, pretenso rector de
la sociedad en que vivimos y a la
que algunos a sabiendas llaman
nuestro estilo de vida, diga que estamos ante una novela escrita para
coprófagos?
Portadas de libros de la "Biblioteca Selecta",
colección creada y dirigida por Sinán.
Puesto que el protagonista es
la misma isla, hablemos un poco
de los personajes: Juan Felipe
Durgel igualmente conocido por
sus homónimos Chompipe, Pipe,
Pingamoza y algún otro que se nos
olvida es un tipo de garañón que
trasciende más allá de los límites
tolerados. Además, es un sátiro,
un ente maquiavélico, un Don Juan
tosco, un Casannova sin suerte o
con ella, predestinado a morir
succionado por los vampiros o
murciélagos en la iglesia sin dejar
descendientes . Es una de las fuerzas de la naturaleza del trópico y,
al mismo tiempo, el último vástago de su genealogía . Por otro lado
es una especie de hermano mayor
del pequeño granuja conocido en
"A la orilla de las estatuas maduras". Su razón de ser está en lo
que Sinán denomina bálano, canuto, alfanje, falo, cirio pascual y
otros términos de su morfología
personal. Otro personaje de interés
y trascendencia por su drama íntimo, su desarraigo social, víctima
de una educación alterada —un nuevo Cristo crucificado o un Edipo
133
que no supo contestar las preguntas de la Esfinge—, es Hipólito Danilo, quien, forjado por la Iglesia
para una vocación que sólo correspondía a una parte de su personalidad, llega a diácono pero no alcanza a verse ordenado sacerdote.
Es, con intermitencias de sensualidad frustrada y eflorescencias de
sodomía, una especie de Caballero
de la Fe obligado a traicionar la religión que él creía ser la razón de
su existencia. En suma : Danilo, el
hombre de la barba nazarena a
quien en secreto amaban las mujeres, espíritu hamleteano del ser o
no ser, remanente de lecturas bíblicas, cómplice de Dios, igual que
éste por haber violado a una virgen, guiñapo humano masoquista,
acomplejado, etc ., no concita aversiones ni siquiera menosprecios sino un sentimiento infinito de piedad . Es quizás el personaje más logrado del libro y, al mismo tiempo, aquél que suscitará en un futuro más o menos cercano, la atención de los siquiatras de la literatura .
Podríamos hablar de otros
personajes como Cándida, Ida
Durgel, Gancho Hermoso, Serafín
del Carmen (especie de alter ego
del autor, quien piensa escribir
"La
mente poniendo al desnudo los tejemanejes de unos felones sociales
enquistados en el poder por la
intriga, el dolor y la corrupción.
La escena en la que el Ministro Talavera desabrocha la bragueta del
Presidente Marino y le extrae el
miembro viril para que éste (que
tiene las manos enyesadas) orine
es de por sí elocuente y caricaturesca . No tiene parangón que sepamos en toda la literatura moderna
y sólo posee un predecesor lejano
en El Satiricón de Petronio. En
poco más de una página dice Sinán, como maestro de la síntesis
alegórica que rige sus cuentos, tanto como García Márquez en todo
El Otoño del Patriarca.
una historia de la isla o una novela
demoniaca), Cairota, cancerbero
de la burguesía acaudalada, Rosina
Salerno, madre de Danilo y, como
éste, suicida, Goyo Gancho, el médico Ladera, Papa Chante, el Ñopo
Juan, Betín, el diputado Marino,
prototipo del político vil y arribista a quien Sinán satiriza cáustica-
Hay en La Isla Mágica varios
árboles genealógicos de raíces y ramas entrelazadas cuyos orígenes e
itinerarios él va deslindando, poniendo al sol lo que estaba en /a
sombra, contando su historia a la
inversa, acentuando su reconocida
temática contrapuntística en capítulos cuya estructura y estilo forman una armónica simbiosis literaria.
isla mágica"
fragmento
FELIPE CENA CON EL DIFUNTO
Esa noche, tras la habitual tertulia, Felipe llega tarde a la casa . Piensa:
seguramente mi tía duerme . Para no
despertarla y evitarse la grilla de los regaños procura no hacer ruidos.
Con gran sigilo y de puntillas
avanza hacia la sala cuando ¡qué vaina! se halla de sopetón frente a una
escena macabra, espeluznante.
Bien trajeada de negro y ya sentada a la mesa, Faustina está esperán-
134
El escritor chileno Antonio Skármeta con Sinán
dolo con una cena para tres comensales . En el sitio correspondiente al muerto, sobre un alto escabel forrado en negro, campea la blanca calavera iluminada por la luz de los cirios.
A pesar de su voraz apetito, Felipe
se enfurece.
—Tía Fausta, ¿qué pendejada es
ésta?
—Ya te he dicho que debes respetar a los difuntos . Anda, ve, lávate las
manos y siéntate a la mesa . Tienes un
invitado . Debes hacerle los honores . Te
exijo compostura . No te olvides que
ahora vives conmigo . No tengo yo la culpa de que el Ñopo te haya expulsado de
su casa tras la trágica muerte de Dalila.
Debo encauzar tus pasos debidamente
para que cumplas tu misión en la vida.
La actitud de Faustina le infunde
pánico y respeto a Felipe que, sin chistar, se lava y ocupa su lugar.
Sobre el escaño blanquea la calavera.
Felipe sólo la mira de reojo.
Faustina sirve.
¡Qué vamos a comer?
—Algo muy típico : guacho de cangrejo, adobo de iguana, arroz con guandú y ruedas de negro encuero fritas.
A Felipe se le hace agua la boca.
Como ella distribuye las viandas,
no le sirve al difunto cuyo plato permanece vacío.
—Y el muerto, ¿va a quedarse en
ayunas?
—Los difuntos se nutren hipostáticamente.
—No me vengas con vainas . Y ¿qué
carajo comen?
¡Hostia!
—
-- i No jodas!
—No vayas a pensar que es poca
cosa . Debes saber que una hostia es nada
menos que carne de cordero, filete de
agnusdéi . Más que substancia, transubstancia. Lo cual quiere decir que cada vez
que comulgas ejecutas un acto de teofagia. Lo que tragas al deglutir la hostia es
pura quintaesencia de la carne de Dios.
El difunto fue bisabuelo tuyo.
—¿Para qué lo invitaste?
—Para que se atragante de tus pecados . Sazonará sus hostias con tu savia
genética, lo cual quiere decir que tu esperma será estéril . No tendrás descendencia . Ya hay demasiados negros en el
mundo . Sufren mucho pues se les discrimina . Mejor es que no nazcan . Al correr de los siglos no hemos sido otra cosa que esclavos de las razas privilegiadas .
Basta de humillaciones . Tú eres el soter,
salvador de la raza . Ni siquiera preñarás
a las rubias . Por fortuna el difunto se
nutre de tu gene . Cuando mueras tendrás que presentarte al juicio de la resurrección de la carne, recuérdalo, en el
Valle de Josafat . Si el difunto no ingiere
tus pecados te puedes ver en un aprieto.
Indiferente a la homilía de Faustina, Felipe se atraganta de esto y de aquello . Menos mal que la cena estaba que
ni mandada a hacer, de rechupete . Era
un convite pa ' chuparse los dedos . Le
venía al pelo.
—No me mientes el trance de la resurrección, tía Fausta . Si acaso ocurre,
será cuando San Pedro agache el dedo.
Y, además, ya tú sabes, nadie se muere
la víspera sino el día . De manera que estás gastando pólvora en gallinazo.
Las opiniones de Fífila y Faustina
diferían en el punto referente a la trascendencia . Eran hermanas, pero en la vida de ambas Fífila había representado
lo equivalente a la materia . Faustina, en
cambio, siempre encarnó el prodigio del
espíritu . Cuando ambas eran jóvenes,
Fífila, la mayor, bella, graciosa y gorde-
zuela, se había entregado al goce de la
carne . Parecía haber nacido para el
amor, para agradar a los hombres . Faustina, la menor, delgada, enjuta, por ser
la higuera estéril, se recluyó en callada
abstinencia meditativa . Repleta de inquietudes, ella estudió en Haití . Se había iniciado en cierta magia secreta, en
ritos pánicos de carácter cabalístico.
Según decía don Plácido, Faustina
era lunática . La luna llena la hacía perder el norte . Cuando no estaba al pairo
se lanzaba al garete . Falta de brújula,
navegaba sin rumbo . Lo mejor era soltarle la escota, dejarla un poco a la deriva, sin foque y sin timón . En esas noches tenía con los difuntos largas pláticas . Felipe la veía levantarse como sonámbula . Se sentaba a la mesa e invocaba a los muertos, a sus queridos seres ancestrales . Tenía paliques largos con sus
antepasados con los cuales monologaba
a veces hasta el amanecer.
Fífila era la imagen del sentido común . Tenía sus pies bien firmes sobre la
tierra y no perdía ocasión de aconsejar a
Felipe contradiciendo lo que la otra trataba de imponerle.
—Tú eres el único Durgel que que-
135
da en la isla . Debes ahondar como es debido para que tu simiente quede sembrada y fructifique.
—A todas las que he hecho mías
las he preñado, pero abortan.
—Tal vez no quieren . que sus hijos
sean negros.
—Es lo que dicen ellas . Yo no puedo evitarlo . Quisiera ser como mi abuelo.
Por donde quiera que pasaba dejaba huella .
—Porque supo acostarse con mujeres del pueblo, hembras sencillas, de
nuestra raza . Tú quieres rubias, gringas.
Trata de ser como él . Procura tener hijos muchos hijos . Negros y negras . De
ojos garzos como nosotros los Durgel.
Tu descendencia debe poblar esta isla.
De tu simiente nacerá la más bella negredumbre del mundo . No le creas a Faustina. Está chiflada.
—Magnífica la cena, tía Fausta.
¿Tú no comes?
Faustina ya no logra escucharlo
pues ha caído en trance y habla con el
difunto . Es ella misma quien expresa
ambas voces : una, rauca ; otra tenue.
La del negro Phillippe Durgel resuena
lúgubre.
—Fui asesinado por los gringos.
Sólo hay en la isla una persona enterada de esa trágica historia . Debes apresurarte porque es Balbina y se halla en
trance de muerte. Quien me debe vengar es Felipe puesto que él representa el
exacto sentido de las cosas . La equidad
de la raza debe prevalecer. Será la que
defina y equilibre . Sin embargo, el destino de Felipe parece incierto . Hay mucha sangre y hay murciélagos . Nadie
debe ultrajar de hecho o palabra los restos de un difunto.
Animada por la luz de los cirios,
la calavera tejía lóbregas muecas.
Después de aquella cena el maca-
Gustave Doré, Virgilio y los demonios.
136
bro despojo del difunto quedó situado
bajo una gran redoma de cristal acompañado por lámparas votivas e imágenes
hieráticas ennegrecidas por el tiempo.
Faustina conversaba con la ósea cocobola, pero Felipe ni se atrevía a mirarla.
Le producía aprensión, lo desvelaba y lo
sumía en pesadillas escalofriantes.
Parejamente le temía al otro cráneo que había en el nicho de la iglesia.
Un cabito de vela lo alumbraba perennemente . Por las noches, a su regreso de
las juergas, al pasar frente al sitio, Felipe
acostumbraba santiguarse y apresuraba
el paso.
Felipe no olvidaba que también en
el piso de la iglesia había diversas lápidas
de mármol en memoria de muertos de
otras épocas . Los cirios encendidos dejaban el pavimento resbaloso . Enlutecidas viejas rezaban de rodillas mientras se
oía en las naves el chillido estridente de
los murciélagos.
Un realismo mágico para una isla mágica
José Luis Méndez
La novela La isla mágica del escritor panameño Rogelio Sinán (Bernardo Domínguez Alba) tiene todos los elementos necesarios para convertirse en un
acontecimiento literario de gran importancia para América Latina . Obra de madurez de uno de los escritores más prolíferos y versátiles de Panamá, la novela
recoge la experiencia de un artista que
ha cultivado casi todos los géneros, que
ha iniciado movimientos y ha establecido escuelas y sobre todo, que ha estado
constantemente transformando su visión del mundo y renovando los recursos y formales utiliados para transmitir
su mensaje literario.
A pesar de reflejar la vida de trotamundo del autor, su experiencia como
cónsul de su país en diferentes puntos
de Asia, Europa y América Latina, el tema fundamental de la obra es la vida en
una isla como su nativa Taboga donde el
tiempo, la historia y la imaginación popular forman un extraño mosaico de situaciones jocosas, aventuras eróticas y
actitudes paganas de un particular interés literario . Sin embargo La isla mágica
está muy lejos de ser una novela costumbrista . Se trata por el contrario de una
obra que se inserta plenamente dentro
de ese realismo mágico conceptualizado
por Jacques Stéphen Alexis y Alejo Carpentier y que ha alcanzado su máxima
estatura en la novela Cien años de Soledad de Gabriel García Márquez.
Como la novela de García Márquez,
La Isla Mágica es una especie de Macondo rodeada de agua donde lo real y lo
fantástico se entremezclan indiscerniblemente, donde las genealogías regionales
van formando un espiral histórico único
y donde la vida nacional y provincial se
convierten en leyenda, en materia novelable, o en una nueva epopeya que es la
antítesis de la épica antigua o más bien,
la síntesis dialéctica de este género y la
novela realista . Esta particularidad que
es la clave del éxito de la nueva novela
latinoamericana logra en La Isla Mágica
una de sus más altas expresiones artísticas . En este logro se vuelca toda una vida de cultivo literario asiduo, de búsqueda estética y juego formal de honda significación para las letras panameñas que
alcanza sin embargo su mayor dimensión latinoamericana en esta novela sobre una isla tan singular y diferente.
A pesar de ello La Isla Mágica está totalmente insertada en la historia panameña y es imposible concebir ni explicar
si no se enmarca en el drama político y
social de esta república centroamericana, cuya vida nacional ha estado determinada por la construcción de un canal
interoceánico, la inmigración de grupos
humanos provenientes de los más diversos lugares del mundo, la intensa propensión almestizaje, y la dominación política norteamericana, a través de una
oligarquía dependiente o burguesía intermediaria . Todos estos elementos están
presentes en La Isla Mágica pero de una
manera distinta a como podrían
aparecer en cualquier otra región unida por
tierra al resto de la república.
El carácter isleño de ese pedazo de
lo territorio panameño es precisamente
que permite la creación de ese singular
mundo imaginario, que es similar pero a
la vez distinto del resto del país . En él,
137
la república ístmica se reconoce plenamente pero no por la imagen fiel de su
historia y sus instituciones sino por la
acentuación deformante de sus características más evidentes . De esa manera
cobran relieve los más importantes rasgos definitorios de la vida panameña que
se agudizan hasta convertirse en caricatura jocosa del drama nacional, en burla
irreverente de las más sagradas crencias
e instituciones, en fin, en fantasía pagana y panteísta donde el erotismo parece
ser el principal valor auténtico.
Este marco de lo histórico y lo cotidiano se hace mágico y lo trágico o
dramático se disuelve en lo burlesco.
La Isla Mágica es en efecto, una novela
picaresca de nuevo cuño . Aunque el verdadero protagonista de la obra es toda la
comunidad isleña hay un personaje que
se destaca entre todos los demás, Pipe
(Juan Felipe Durgel, Chompipe o Pingamoza) . Este personaje está construido a
partir del modelo de la picaresca española y los seductores literarios o históricos
como Don Juan y Casanova . Pero desde
las primeras pinceladas de su caracterización aparece su imagen de marca latinoamericana, caribeña y centroamericana o tal vez específicamente panameña.
Se trata en efecto de un fauno del subdesarrollo, de un sátiro simpático y a pesar de todo humano, cuya virilidad es el
temor de las mujeres castas, el deleite de
las amantes de la carne y la tentación de
los perseguidos por "el Angel de Sodoma " .
En esa isla donde todo transcurre sin
prisa y atravesadamente la potencia
sexual de Pipe es una especie de antorcha pagana o fuente de energía vital . Su
equivalente en el sexo femenino es su
propia tía Ida Durgel, menor que él y
con quien en ocasiones éste también se
entregaba al juego erótico.
El apetito sexual de Ida no podía ser
satisfecho ni por su amante el senador
Marino Olaya, ni por su sobrino con
quien sólo se acuesta ocasionalmente, ni
por sus clientes del cabaret cerca de la
zona del canal, ni siquiera por la cantidad considerable de amigos que Pipe le
trae para consolarla cuando está a punto
de morir víctima de la tuberculosis y reclama desesperadamente remedios para
su " fiebre uterina " . Como Débora, la
madre de Pipe, Ida pertenecía a la familia de las Durgel, el "clan endemoniado
de la lujuria" . Una estirpe donde " la
gente nacen y mueren condenados a la
locura del placer " . Fue esta búsqueda
delirante del placer lo que llevó a
Débora a abandonar a su hijo en un mar lleno
138
de tiburones para escaparse con un vaporino.
Pero la pasión por la carne no es una
característica exclusiva de los Durgel . La
isla entera es descrita por Sinán como
un lugar " pagano y panteísta " con una
" grey pecadora y lasciva " . Por esto el
argumento de la novela está montado
sobre el tema de la sexualidad, El sexo
en esta obra es en ocasiones una especie
de juego o travesura infantil y adulta.
Pero también se presenta a veces como
un agente histórico que construye dinastías plebeyas, contradictorias e intrincadas donde la sangre salpicada de misterio, adulterio, o simple goce panteísta
sin inhibiciones ni sentido del pecado va
vormando una comunidad única en la
cual todos los seres y todas las familias
tienen su historia, su leyenda, su pasado
mítico y jocoso que es el fundamento
de la obra.
Hasta los curas enviados a la isla deben mantenerse a la defensiva y muchos
son los que pierden el tino y terminan
abandonándose a la carne . En este
ambiente sexista y pagano abundan los
incestos y las relaciones sexuales entre
seres humanos y animales principalmente perros y gallinas.
La novela tiene una filosofía Wilhelmreichiana que parte de la premisa de que
la fuerza del instinto no debe reprimirse.
" Toda hembra aprovechable debe ser
poseída " es el lema de Pipe. Liberar el
instinto, darle riendas sueltas al apetito
sexual y dejar que los seres humanos se
amen los unos sobre los otros parece ser
la consigna del novelista . Sólo los poseídos por el "'Angel de Sodoma " se ven
obligados a la represión y a la hipocresía sexual . 'Vale más serlo y no
parecerlo que parecerlo y no serlo" le
dice el afeminado Betín a Danilo cuando este antiguo seminarista admirado
por todas las mujeres, sucumbre a sus
más ocultos apetitos sexuales.
Para guardar el secreto de Danilo, Betín le impone una condición : colocar a
Felipe amarrado y desnudo en el sepulcro para exponerlo a la burla de los que
asistan a la iglesia el sábado de gloria.
Pero un acontecimiento no previsto convierte esta broma en un asesinato . Los
vampiros de la iglesia succionan la sangre de Pipe quien por estar amarrado no
puede defenderse y amanece muerto al
día siguiente en el sagrado recinto . Para
purgar su culpa Danilo se ahorca luego
de regar con kerosín su taller y pegarle
fuego para desaparecer, hecho cenizas.
En fin, toda una tragedia griego que
Sinán convierte en una aventura jocosa
que sigue el camino trazado por Cien
Años de Soledad . Como la novela de
García Márquez, La Isla Mágica está
montada sobre el desarrollo de diversas
estructuras familiares que van pintando
una gama de situaciones que nos refieren no a una típica familia latinoamericana sino a una caricatura de ésta . Pero
no a una caricatura burda e infundada
sino a una versión idealizada de la realidad a la manera de los tipos ideales de
Max Weber . En ella los rasgos trazados
son fácilmente reconocibles y nos recuerdan diferentes ejemplos y situaciones que sirven de apoyo al dibujo racional . Pero caricatura al fin, los elementos
que sirven para ir construyendo el universo imaginario son acentuados hasta
deformar el sujeto histórico dándonos
un cuadro que sin ser exactamente una
fantasía alejada de la realidad tampoco
es una imagen real de ésta.
Se trata más ni menos que de un realismo mágico para una isla mágica . En
ese particular universo la historia se nutre de la fantasía pero no deja de ser
real . La magia viene a ser más bien un
estilo de vida situada a medio camino
entre la modernidad y el subdesarrollo,
entre la tradición y la naturaleza.
Este singular Macondo es sin embargo, inconfundiblemente panameño . Al
lado de la epopeya erótica y la jocosidad
cotidiana del paganismo isleño aparece
también como un contrapunteo la crónica de la república ístmica y en particular
la historia del Canal desde los primeros
intentos de los franceses para construirlo hasta su terminación y ocupación por
los americanos y la injerencia poco desimulada de éstos en la vida política nacional.
La isla es, en efecto, no sólo un espacio geográfico exuberante regido por
una lógica mágica . Es también un puerto
de enlace para el tránsito marítimo interoceánico . Hasta ella llegan, aunque en
pequeñas cantidades, emigrantes de los
Durgelpomás variados lugares . El clan
ejemplo, fue fundado por un haitiano.
Otras familias descienden de italianos,
ingleses, norteamericanos o indios que
se mezclaron con los isleños . En otras
palabras, La Isla Mágica es una versión
en pequeño de la historia panameña, un
microcosmo que convierte la vida social
y política de ese país en realismo mágico, en crónica real maravillosa sobre una
comunidad imaginaria . En ella Panamá
se desdobla en su afirmación y su negociación, su retrato y su absurdo . En fin,
pasa a ser literatura fantástica sin dejar
de ser por ello la fuente histórico — social de todo lo imaginado.
En este universo imaginario donde la
forma de la mágico priva también como
argumento sobre lo histórico, isleños y
panameños interactúan política y socialmente en todas las actividades de la vida
nacional . La guerra de Coto, la construcción del Canal, la dominación norteamericana y la corrupción política y económica de la oligarquía son igualmente
componentes fundamentales de la vida
de la isla . Cuando estalla el conflicto bélico promovido por la United Fruit
Company la isla también es sacudida por
la fiebre guerrera . Un gran número de
isleños se van al campo de batalla . Uno
de ellos, GoyoGancho, el padre de Pipe,
es declarado héroe y su hijo va unos días
a la capital a recibir los honores póstumos de manos del Presidente de la República.
argumento imaginado es uno de los pasajes más divertidos de la novela y una
de las críticas más demoledoras y mordaces de la literatura latinoamericana
contra la corrupción política y la inmoralidad de nuestra clase dirigente . En
ella la sátira alcanza un verdadero paroxismo que nadie mejor que Sinán puede
describirnos : (léase el capítulo intitulado "La quintaesencia del marinismo " ).
La caricatura que Sinán nos pinta en
este pasaje tiene un claro corte latinoamericano . En ella se puede reconocer a
una especie humana bastante generalizada en nuestros países, compuesta por
seres humanos corrompidos por el poder, cuyo incondicionalismo e indignidad contrasta grotescamente con la falsa dignidad de sus rangos, sus pretensiones protocolares y el ambiente de opereta que rodea el desempeño de sus funciones . Pero la materia prima utilizada
por el novelista para su dibujo es obviamente la oligarquía o burguesía intermediaria panameña y sus acólitos, quienes
aparecen en la novela como una categoría social sin fuerza suficiente para dirigir el proceso político o vislumbrar un
proyecto histórico independiente .
Otros isleños como Ida y Marino Olaya abandonan permanentemente el pedazo de tierra natal y se instalan en la
capital . la primera se dedica al baile y al
comercio carnal en un cabaret dependiente de la zona del canal . El segundo
entra como abogado en los negocios y
en la política . En el más alto vuelo de
sus sueños oligárquicos Marino recibe la
noticia de que ha sido nombrado Presidente de la República luego de la muerte del anterior incumbente . La noticia
llega precisamente mientras realizaba
una visita a su isla natal.
Esta escena que parece más un sueño
que parte del desenvolvimiento real del
139
Por eso como en las monarquías
constitucionales los oligarcas de esta
obra reinan pero no gobiernan . En otras
palabras, participan en los símbolos aparentes del poder pero no toman decisiones verdaderamente importantes, no dirigen los asuntos políticos de mayor
trascendencia para el país ni se interesan
en salvaguardar el patrimonio nacional.
Por el contrario, forman una categoría
social compuesta por seres sin escrúpulos ni valores auténticos cuya única
ambición es escalar posiciones importantes y enriquecerse traficando con el patrimonio nacional . El resultado de la
participación de esta clase en la vida política es salvando las distancias una especie de " corte del rei Christophe " panameña cuyos integrantes se dedican a imitar a sus dominadores conviertiéndose
en una caricatura burda de estos.
Esta caricatura clasista se traslada
también al mundo animal donde chocan
perritas oligárquicas como Fifí con perros plebeyos como Barrabás, quienes
como los seres humanos de la novela se
mezclan sexualmente a pesar de las diferencias de rango arriesgando posiciones
sociales en aras del placer que proporciona el juego erótico . En ambos planos
el sexo hace las veces de vehículo de
intercambio social y racial que sirve para
igualar a todos los seres vivientes amalgamando a grupos que pugnan por diferenciarse pero se mezclan casi fatalmente atraídos por la carne, marcando así
el triunfo del plebeyismo sobre las pretensiones exclusivas de los oligarcas.
El plebeyismo de la novela es como
el manejo jocoso de la sexualidad un recurso que el autor utiliza para derrumbar falsos valores, desenmascarar la hipocresía tradicional e ir proponiendo
por oposición, una alternativa secular
irreverente y liberadora a la falsa virtud,
a la corrupción y a la inautenticidad . En
otras palabras, Sinán seculariza ridiculizando que es la manera de moralizar con
el humor. Sus blancos preferidos son la
moral tradicional, los políticos, los oligarcas y la iglesia católica . La invocación
al Dios que hizo posible " el milagro de
los panes" para que realice también "el
milagro de los penes", el adulterio de la
esposa de Celmiro Talavera con el protegido de su marido, el recurso a las aventuras amorosas de la perrita oligarca, la
procesión de Semana Santa donde Pipe
hace de Cristo e Ida de María Magdalena, así como la citada escena en que todo el gabinete ayuda a orinar al recién
electo presidente, son buenos ejemplos
140
de este juego.
Este rico cuadro de aventuras, crónicas, leyendas y situaciones jocosas donde se mezclan el costumbrismo mágico y
la historia no sigue un desarrollo lineal.
No tiene un ordenamiento lógico de pasado, presente y futuro . Un personaje
que conocemos como adulto al principio puede aparecer en su niñez al final y
viceversa . De igual manera, encontramos
indentidades que parecen personalidades
diferentes pero luego se revelan como
facetas de un mismo personaje.
La novela se presenta en el comienzo
como un inmenso rompecabezas pero a
medida que nos acercamos al final las
piezas se van acomodando en su sitio y
todo cobra coherencia y sentido . El resultado de este ordenamiento es un rico
universo literario de un sabor único, que
solamente podía ser escrito por un joven
prodigio de setenta y siete años como
Rogelio Sinán, quien ha logrado combinar de una manera armoniosa la mundología de una vida intensa, llena de viajes,
experiencias y vivencias de honda significación con la frescura y la actualidad
de una personalidad alerta que ha sabido
mantener su arte a la altura de su tiempo e incorporar sin sucumbir ante ellos
los logros estéticos que le han dado
actualmente un lugar tan importante a
la novela latinoamericana.
Galatea rediviva
Rogelio Sinán
( cuento )
Frente a la estatua grácil que sus dedos labraron, Pigmalión
quedó en éxtasis. No había mujer más bella en toda la Grecia.
¡Era un milagro de su arte! La miraba desde diversos puntos y
variadas distancias sin dar fe del prodigio convencido de que el
sagrado fuego ardía en su espíritu . ¡Jamás se había sentido
más escultor! Allí, radiante frente a él, muda e invóvil, lo miraba su estatua . Era la efigie de una ninfa desnuda sorprendida a
la salida del baño . El la miraba y se sumía en vaguedades, imaginándose que la sutil doncella deja el pedestal con pasos ágiles y se echaba en sus brazos . No había duda posible, aquella
estatua tenía origen divino . Presintiéndolo, Pigmalión dió en
pensar que a lo mejor era un castigo de Venus por su odio a las
mujeres. El las odiaba por la falsía que encubren y porque había querido darse entero a su arte . Tal vez ese egoísmo había
ofendido a la diosa, y habíalo castigado iluminándolo con la
divina flama a cuyo influjo surgió como la forma nívea de Galatea . Sólo al pensarlo, Pigmalión se aterraba, pues había sido
casto y había olvidado goces sólo a cambio de que pasión alguna lo distrajese . Pero, he aquí que ahora ya no hallaba quietud.
A cada instante interrumpía su faena para mirar a la estatua.
Creía verla moverse. Pero, ¡qué tormento! Habría jurado que
Galatea hacía gestos . . . Preocupado, se acercaba a la estatua;
deslizaba sus dedos sobre la helada carne, y lamentaba no sentirla vibrar y escalofriarse como si fuera cierta . ¡Daría toda su
vida por la de Galatea! ¿Por qué negarlo? Ya no existía para él
otra pasión que la de ella. Y comenzó a cortejarla como a una
amada frígida y hierática . Le hizo ricos presentes . Le echó sobre los hombros la túnica más fina y la adornó con alhajas y
collares de perlas. Galatea, ya vestida, le pareció más bella, más
viva y exitante . Ya resuelto, la levantó en sus brazos y la llevó
a su lecho — suave cojín de plumas— con la esperanza de que al
tibio contacto se animaran los miembros de la estatua . Tendido al lado de ella, la acarició, obsedido, susurrándole palabras
de amor . ¡lnútil lucha! Galatea era insensible a aquel torrente
de encendida pasión . ¡Oh, insatisfecho deseo! Pigmalión ya
presentía enloquecer . Y al celebrarse los festejos de Venus, fue
. .. ... . . . . .. .. . . . . . . . .. ...... . . . .. .. . . . . .... ..
al templo de la diosa . Se llegó hasta su altar, desesperado y oró
tímidamente . "Nívea diosa, tú que todo lo puedes, dame, te lo
suplico, como esposa a una virgen tan bella y tan perfecta cual
mi estatua de Galatea" . Desde su cielo, Venus sonrió triunfante, y, conociendo el pensamiento del joven, le dejó comprender por un presagio (de la pira se elevaron tres llamas) que su
ruego había sido oído . Con dudosa esperanza voló a su casa
Pigmalión . Sobre su lecho yacía, dura e inmóvil, Galatea, como
siempre y sin vestigios de vida. Sintió una rabia sorda y en su
primer impulso la habría vuelto fragmentos . Pero frenó su cólera ; se acostó cerca de ella y, esperanzado, le dió un beso en la
boca . ¿Qué tenía aquella boca? ¿De qué fuego palpitaban sus
labios? ¡El milagro parecía realizarse! ( ¡Nívea diosa, que florezca su risa!) Nuevamente le presionó los labios . Galatea suspiraba. La estrechó entre sus brazos . Galatea hizo un esguince.
Su carne cedía ahora a la presión de sus manos como si fuera
plástica . Pigmalión anhelaba . ¿No sería todo un sueño? Y, receloso, la estrechaba otra vez y otra vez en sus brazos con amoroso ardor . ¡Galatea estaba viva! Por sus venas circulaba la sangre y ya su carne se encendía de pasión . Abrió los ojos y le
sonrió mimosa, pero al verse desnuda, sintió sonrojo y se cubrió presurosa los senos túrgidos . Sin embargo, Pigmalión la
asediaba . . . Y era tal su locura y tan sabrosos sus besos que la
púdica ninfa se le entregó gozosa y palpitante de vida.
Al despertar, sintió a su lado un cuerpo frío, helado, yerto.
Era la estatua de su adorada Galatea.
Panamá, 1945
INSTITUTO PANAMERICANO
Una Institución Cristiana Metodista al Servicio de la Educación
se honra en participar modestamente
en este merecido y necesario homenaje
que la revista cultural MAGA le rinde a
Don Rogelio Sinán
Esfuerzos como éste deben ser apoyados por las instituciones educativas de
Panamá y difundidos ampliamente a fin de enriquecer el nivel cultural del
país . La obra literaria de Rogelio Sinán lo consagra dentro de las letras
nacionales . Por eso lo felicitamos a él y, por su labor de divulgación, a los
editores de MAGA.
Dirección Postal : Apartado K, Panamá 9A, República de Panamá
Teléfono : Central 21-8222, Administración 24-1392, Dirección General 24-4667
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141
El mago de la isla
Ricardo J . Bermúdez
Texto de la disertación leída en la sede
de la Academia Panameña de la Lengua,
la noche del 27 de mayo de 1980.
En la página 651 de La Isla
Mágica 1 , Bernardo Domínguez Alba, quien
hace un buen número de años se transformó en Rogelio Sinán, convertido ahora en Serafín del Carmen, se expresa del
modo siguiente : "Es ésa la razón por la
cual el escritor de ficciones ha decidido
pasarse al bando de los brujos . Por eso
ha vuelto al fáustico truco del milagro .
cuadora de sueños" . Y en la siguiente
página, resumiendo un tanto sus motivos temáticos principales y casi al finalizar la novela, nos dice : "Según mi pánica cosmovisión erótica, la tragedia del
Gólgota se ha conservado en la isla no
en su prístina pureza mística sino como
una mágica amalgama de Cristianismo y
Paganismo . Para la Iglesia el Amor es sagrado o es profano, pero aquí se entretejen ambos amores en una báquica rapsodia más apta a un aquelarre de brujas
verosímil . Surgirá de improviso y, tras
cumplir su objetivo, se volverá a sumir
en la infinita vastedad de las aguas".
Rogelio Sinán, el Mago de la Isla,
está omnipresente en las cien narraciones que subdividen los diez decálogos de
su alucinante historia . En tanto que Serafín del Carmen, quien en su nombre y
representación actúa como reportero y
camarógrafo de efectos increíbles, aparece en pocas ocasiones como una sutil
aguja que se mueve para afianzar los hi-
Entre las personas que acompañan a Sinán : Ricardo J . Bermúdez (Ministro de Educación) y Octavio Méndez Pereira (Rector de la Universidad de Panamá), el 10 de julio de 1951.
Para la magia de su alquimia le bastan ingredientes que extrae de sus recuerdos o
tal vez de sus glándulas . Lo indispensable es que consiga mezclarlos en una li-
142
que a una evangélica pasión sacramental,
y, desde luego, la isla, por ser maravillosa, casi parece irreal . Por eso mismo necesito recrearla para que pueda parecer
los de la trama . Desde la primera aparición, su figura se moverá tras bastidores
con el objeto de poner de relieve los mágicos efectos de la brujería 2 o de lo in-
verosímil 3, en un cuaderno de notas4
bien enterado de lo que apunta " será
una especie de novela satánica " 5 . Serafín mismo nos indica cuáles son sus recónditos fines : " Deseo escribir un libro
sobre la isla . Ningún dato es superfluo.
Quiero adentrarme hasta el meollo de la
ostra " ° . Pero muy a medias es como labora tan marcadas intenciones, pues
bien conocemos que por la isla se le
veía sólo a ratos ? . Sus ingénitos atributos de omnisciencia y ubicuidad así se
lo permitían, no obstante, ya que como señalaban amigos de su niñez, Serafín del Carmen " siempre narraba sue"ilumna8do ños con una convicción de
sueños que más tarde se convertirían,
por la magia del Mago que él representaba, en trozos calientes y vivos de una
realidad indestructible.
Ya antes había recurrido Rogelio
Sinán a la connivencia de un sabueso literario para seguirles la pista a los más
evanescentes fantasmas . El Sueño de Serafín del Carmen le valió, junto con
otros de sus más conocidos relatos : A
la orilla de las estatuas maduras y La
1Gboina
uar0di
roja 9, el que Gloria
"mdescubriera
a1gi
la " atmósfera de
que envuelve sus escritos, la " invitación
a la brujería que le llega a él camino de
las ondas subconscientes de su infancia
.
transcurrida entre Taboga y Farfán "12
De tal manera, non s de última hora " la
razón por la cual el escritor de ficciones
ha decidido pasarse al bando de los brujos " , como advierte Serafín del Carmen.
Ese es un antiguo designio de Sinán, presente en su propia naturaleza de hacedor
de sueños e inveterado fabricante de hazañas increíbles.
Resulta reveladora, en este punto,
la coincidencia de que sea el isleño Alejo
Carpentier quien nos hable sobre Haití,
isla de brujas y embrujos, al formular
su teoría de lo real-maravilloso americano, que hoy traigo a cuenta a propósito
de la magia tabogana . En Haití, nos dice : " a cada paso hallaba lo real maravilloso . Pero pensaba, además, que esa
presencia y vigencia de lo real-maravilloso no era privilegio único de Haití, sino patrimonio de la América entera,
donde todavía no se ha terminado de establecer, por ejemplo, un recuento de
cosmogonías " . Y continúa : " por la virginidad del paisaje, por la formación,
por la ontología, por la presencia fáustica del indio y del negro, por la revelación que constituyó su reciente descubrimiento, por los fecundos mestizajes
que propició, América está hoy lejos de
haber agotado su caudal de mitologías.
¿Pero qué es la historia de América sino
una crónica de lo real-maravilloso "? 13.
en que Felipe Durgel despierta al toque
de las campanas que anuncian el Domingo de Ramos y rememora cuando él las
repicaba en /a niñez, hasta la hora de su
muerte acaecida el Viernes Santo de la
misma semana. La tecera de las novelas
que componen el libro, tiene una duración de casi el centenar de años, término
en el cual las celebraciones de Semana
Santa constituyen un inmenso y
l caleidoscópico telón de fondo de secuencia
significado .*
Dentro del plan de truculencias
por seguir, que el Mago de la Isla se esforzó en que Serafín del Carmen cumpliera, no fue el procedimiento que
acabo de destacar el único bien atendido por él . Ese paradisíaco microcosmos, extraído de los recuerdos y glándulas de Rogelio Sinán, también tenía
prefijados los rumbos de sus órbitas y
circuitos existenciales . En tod(gina, sólo sufra infla
El isleño Rogelio Sinán también estará
consciente del influjo de esas insulares
fuerzas arrolladoras . Escuchemos, por
boca de uno de los protagonistas de su
libro, lo que tiene que decir : " En esta
isla todo ocurre con una lógica de magia . No te extrañes de nada aun por absurdo que pueda parecerte, pues a veces
los hechos, sin dejar de ser reales, adquieren apariencias maravillosas . A ello se
debe la exuberancia de misterios y de
supersticiones . Creemos en fantasmas,
en hechizos, en brujas, en tesoros ocultos, en prodigios marinos, en milagros y
.
hasta en sueños premonitorios"14
Frente a las infinitas alternativas
que proporcionan tan insólitos mundos,
al escritor en trance únicamente le resta
mezclar, en la " licuadora de sueños " , los
protagonistas y las peripecias . Así lo entendió Serafín del Carmen cuando dispuso, siguiendo las inexorables instrucciones del Mago, que la relación de lo
que tenía que referirnos se produjera en
tres confluentes planos temporales . L/
cuerpo de la novela está, por ello, subdividido tripartitamente, sin que el lector
sienta extravíos al entrelazarse las líneas
donde sus senderos se bifurcan . Todos
conducen, como en un bien logrado
poema sinfónico, a la fusión única, inesperada y hermosa de los temas sobresalientes . La primera novela dentro de la
novela, dura tres horas : el lapso que
transcurre desde cuando se ahoga Juan,
el hijo de Cándida, la maestra, hasta el
momento en que se inician los ritos de
su velorio . La segunda de las novelas:
los seis días contados desde el instante
imágenes cuya procedencia y ordenación permanecen sepultadas en las cenizas del pasado? ¿Dónde residen sus ocultas verdades, cuando sólo nos permiten
contemplarlas a través de luces dispuestas con malévolos designios? Las figuraciones que Serafín del Carmen distribuye espacio-temporalmente, de varias dolorosas circunstancias del infinito pretérito nacional, no responden a las preguntas que acabamos de hacer . No era esa,
en verdad, la razón de sus bien intencio143
nadas inserciones en la novela . El Ferrocarril Transístmico, los viajantes hacia
California, Fernando de Lesseps, Victoriano Lorenzo, irrumpen como fantasmas salidos de una olla de brujería, cuyo
único fin es hacer que la acritud de sus
humos nos irrite el lacrimal de los ojos.
Pero bueno es machacar sobre la forma
irresponsable y carnestoléndica como
enfrentamos los acontecimientos significativos de nuestra historia . "No hay
casualidades sino destinos " , como dice
Ernesto Sábato . "No se encuentra sino
lo que se busca, y se busca lo que en
cierto modo está escondido en lo más
profundo y oscuro de nuestro corazón " .
Como ocurre con todo ejercicio
literario respetable, La Isla Mágica ofrece amenas y sorprendentes aportaciones
de valor. Su estructura y contenido satisfacen los más severos requerimientos
1Fel5d definitorios que Alberto Zum
y Alejo Carpentier 16 proponen para el
análisis estimativo de la novela hispanoamericana . En ella encontramos ricas vetas de fenómenos telúricos y sociales, de la magia y de la realidad extendidas en nuestros ambientes paisajísticos
y sociológicos, de hechos fantásticos y
relaciones históricas, de convivencia de
personajes de distintas razas y naciones,
de resabios animistas, de truculencias
politiqueras y de aberraciones culturales . Como ejemplo de ese irrecusable
modo de ser americanista, menciono algunos cuadros de la novela, por la gracia y la originalidad del lenguaje en que
fueron vertidos . Me permito destacar los
episodios de Pipe arrojado al mar en presencia de su madre por el impetuoso
vaporino 17 ; el de Anel, el niño sordo que
no podía escuchar las voces de alarma)/
perdió sus pies arrancados por los
tiburones 18 ; el que relata la rivalidad que
existía entre Felipe y el macho cabrío19 ;
aquel que cuenta cómo Pipe se burla de
Titila20 ; ése que refiere lo de Carolín, la
144
trágica comedora de galletas de
jengibre 21 ; el que nos dice de las tretas que
valieron para hacer quedar encinta a la
bella Milagro 22; el que da pie a la narración de la corvina dorada" y la historia, merecedora de convertirse en guión
cinematográfico, que aclara y explica
las situaciones de Danilo, Felipe y Cairote, en la poza donde acostumbraba
bañarse Cándida, la de los dulces juegos
eróticos.
Mas no concedamos a Rogelio Sinán los merecimientos que corresponden
a Serafín del Carmen . La lsla Mágica es,
en definitiva, obra de invención, hecha
por seres inventados para lectores por
inventar . Nuestro querido poeta es hombre de carne y hueso, y si de tanto hablar de brujas ya cree en ellas, nunca dejó, no obstante, de temerles . Guiuseppe
Cochiara ha sugerido que América y los
aborígenes americanos, antes de ser descubiertos, fueron inventados 24 . Es esa
la alarmante razón porque un auténtico
hijo de la Isla tuvo que valerse de lo mágico, a fin de inventarla y poder discernir los contornos de su realidad . Pero así
ha sido y lo ha hecho con todas las de la
ley, incluyendo sus más tentadoras transgresiones y hasta de acuerdo con el decir
de Vargas Llosa de que "los novelistas
son como buitres que se alimentan de
carroña" 25 . En ese sentido, su tiranía
fue de tal naturaleza que nada permitió
a Serafín del Carmen dejar sin indagar
ni descubrir, aun lo más recóndito y secreto . Para facilitárselo, allí permanecía,
atiborrada de filtros, la ineluctable
Faus-tina 26 ; los duendes inasibles 27 que
fluían por el relato como arpegios de
flautas ; aquel navío fantasma repleto de
luceros 28 ; Anangaranga y Kamasutra 29
con sus mil soles dorándoles los labios y
el tropel de cangrejos30 que arrastraban
cadenas de murmullos desde los siete
mares de la memoria.
La Isla Mágica no es un libro para
leer en el tranvía, tal como en cierta ocasión pensó Gerardo Diego que podrían
leerse algunos de sus versos memorables.
Sin duda que el centenar de episodios
que componen la novela, tiene vida propia y cupo en cualquier buen texto antológico de relatos. Pero su lectura requiere el cumplimiento de la totalidad
de los capítulos, a fin de poder llegar al
corazón de la trama . Quienes consigan
agotarlo de corrido, no sólo reciben premios adicionales de gracia y sabiduría,
sino que al concluir su lectura podrán
reiniciarla y comprender que enfrentan
un juguete circular pleno de ingeniosas
posibilidades . Como toda auténtica obra
de ficción, sus páginas constituyen verdaderos campos de combate donde la
realidad y lo mitológico han batallado,
cuerpo a cuerpo, en busca de victorias
que únicamente llegan a confirmar los
lectores asiduos . Refiriéndose a García
Márquez por Cien años de soledad, Vargas Llosa nos ayuda a discernir cuál debería ser nuestra postura ante el autor
del libro que comentamos . Al destacar
sus difíciles trances, advierte que el novelista : "crea vida ilusoria, crea mundos
verbales porque no acepta la vida y el
mundo tal como son" 31 . Frente a los
cataclismos cósmicos que ocurren por la
destrucción de la realidad y las sustituciones con que se la suplanta, no es posible proceder como meros turistas literarios cuando la intención es gozar del libro y adentrarnos en sus profundas intimidades.
Una vez comprobada la imposibilidad de entenderme con Serafín del Carmen, y teniendo buenos indicios de dónde podría encontrarlo, visité a Rogelio
Sinán . Ya en el laberinto cretense que es
su biblioteca y luego de obtener los salvoconductos del Minotauro que lo cuida, descubrí a Serafín entre el bulto de
fichas que sirvieron de sustentación a los
pobladores de La Isla Mágica . Allí estaban, ordenadamente encajonados, Philippe Durgel, Faustina, Goyo, Débora,
Felipe, Fífila, Gancho Hermoso, Papa
Chente, Leila, Betín, Milagro, Chinino,
Cándida, Alan Bristol, Linda Jara, Renato Sant ' Elmo, Bibby, Cairote, Rosina y
Danilo Salerno . También encontré las
referencias del coro masculino : Píndaro
Cárcamo, Agustín Izaguirre, Marco Aurelio Mendiguez, Senón Oviedo, Sócrates Galarza y Benigno Pascal, que además de disminuir las tensiones emocionales del lector, actuaba en la isla como
corte suprema de rumores : y las del coro
femenino : Josefita del Vasto, Petita Cárcamo, Marucha y Matilde Vela, Micaela
Camargo y Moniquita Ceballos, siempre
dispuesto a fortalecer el brote de los lúgubres quejidos en los velorios taboganos . No sólo sentí la presencia agobiadora y la desvelada humanidad de todos
los habitantes de La Isla Mágica, sino
que Rogelio me concedió el don de conocer las guías históricas, árboles genealógicos y demás catálogos de referencias
que debió consultar Serafín del Carmen.
Y la feria de sorpresas que es el aposento de un novelista, me facilitó la oportunidad de comprender las palabras de
Kafka para su amigo Max Brod, cuando
le decía : " la existencia del escritor depende de su mesa de trabajo ; no puede
permitirse el lujo de alejarse de ella si
.
quiere librarse de la locura "32
Goya, que estaba bien enterado de
esos menesteres, advertía que el sueño
de la razón produce monstruos . Esto lo
recordé la mañana cuando el oleaje de
papeles en el escritorio de Sinán y los
millares de ojos de sus libros, parecían
haberse reconcentrado sobre mí . No
fueron tales fenómenos, sin embargo,
los que me hicieron sentir cuán cerca
están de quienes escriben las uñas del
endriago . Para mantener la entereza frente a los asedios de lo irracional, que por
El escritor colombiano Gabriel García Márquez, su esposa
Mercedes Barcha y Sinán
doquier, husmea las debilidades del espíritu, el escritor debe nutrirse de las propias entrañas luminosas . Así me pareció
había ocurrido en ese cuarto, antes, durante y después de la creación de la novela . De comilonas opíparas califiqué
aquellos banquetes intelectuales de conocimiento mítico, que precedieran la
escritura de La Isla Mágica . Serafín del
Carmen me hizo saber las decenas de tomos sobre la vida, pasión y gloria de Don
Juan y los pesados volúmenes de paga-
* El cambio tipográfico, con el fin de
destacar la organización estructural de la
novela, es nuestra (Nota de! Editor).
NOTAS
1. Rogelio Sinán : LA ISLA MAGICA;
Ediciones INAC, Panamá, 1978.
2. Ibid . Pág . 21
3. Ibid . Pág . 22
4. Ibid, Pág . 72
5. Ibid . Pág . 93
6. Ibid . Pág . 97
7. Ibid . Pág . 201
8. Ibid . Pág . 507
9. Cuentos de Rogelio Sinán ; Editorial Universitaria Centroamericana
(EDUCA), San José, Costa rica,
1971.
10. Gloria Guardia : CUENTOS DE ROGELIO SINAN, Una revisión de la
Vanguardia en Panamá . Separata
del Boletín de la Academia Panameña de la Lengua . Panamá, 1974.
11. Ibid . Pág . 19
12. Ibid . Págs . 21 y 22
nismo y apologética religiosa, que se vio
compulsado a leer, a fin de tornarse inmune al canto demencial de las sirenas.
La notable aventura resultaba indescriptible, como los estremecedores encuentros con la verdad y la belleza . Entonces
había penetrado por los túneles de la
mina hasta el fondo donde, tal como lo
descubrió Antonín Artaud, los magos
otorgan " a la palabras aproximadamente
"sue3-ño la importancia que tienen en los
.
13. Alejo Carpentier : TIENTOS Y DIFERENCIAS, Ediciones Unión
(Contemporáneos, La Habana, 1966,
págs . 85 - 101
14. Sinán, Obr . cit ., pág. 27
15. Alberto Zum Felde : LA NARRATIVA EN HISPANOAMERICA,
Editorial Aguilar, Madrid, 1964.
16. Carpentier, obr . cit.
17. Sinán, obr . cit., pág . 35
18. Ibid . Pág .43
19. Ibid . Pág . 125
20. Ibid . Pág . 189
21. Ibid, Pág . 269
22. Ibid . Pág .415
23. Ibid . Pág . 515
24. Carlos Fuentes : LA NUEVA NOVELA HISPANOAMERICANA,
Cuadernos de Joaquín Mortiz, México, 1972, Pág . 60 .
25. Andrés Amoros : INTRODUCCION
A LA NOVELA HISPANOAMERICANA ACTUAL, Ediciones Anaya,
Madrid, 1971, pág . 165.
26. Sinán, Obr . cit. Pág . 60
27. Ibid . Pág . 157
28. Ibid . Pág . 203
29. Ibid . Pág . 284
30. Ibid . Pág. 650
31. Mario Vargas Liosa : GARCIA MARQUEZ : HISTORIA DE UN DEICIDIO, Barral Editores, Barcelona,
1971, pág . 85
32. Claude Mauriac : LA LITERATURA CONTEMPORANEA . Ediciones Guadarrama, Madrid, 1972,
pág . 46.
33. Ibid . Pág .68.
145
"Saloma sin salomar ' ( III )
¡HUELGA DE ARREBOLES CAIDOS!
Ensangrentada al viento la oriflama
de todos sus colores, cae la tarde
sobre la muchedumbre de los lirios.
Un grito de amapolas al unísono
pinta de rojo el mar. Los nubarrones
desisten de sus cascos y vacilan
ante la rebelión de las estrellas.
¡Huelga!
Huelga de arreboles caídos
con mitin de hojas secas
y carteles de guacamayos existencialistas.
De todas las heridas se desgajan
los jugos de la tarde como roja
frutal ofrenda tibia . . .
¡Venid a ver, luceros! Vuestra huelga
ya cubre el sindicato de las nubes
y las olas en flor. La turbamulta
de espumas encrespadas alza emblemas
de luz. Ruge, reclama : "¡Abajo el plúmbeo
sentido de la vida! ¡Que rebajen
el aire! ¡Estamos contra
los acaparadores de la atmósfera!"
—Mirad, alguien ha roto las vitrinas del mar.
—
¡Tened cuidado con esos rompe huelgas!
— ¡Ah, malditos galápagos traidores!
SE PROHIBE
MIRAR A LAS SIRENAS
DESNUDAS
Varias carrozas fúnebres conducen
ensangrentados apios e hinchados
repollos cadavéricos.
/Oh bienaventuradas amapolas
que no coméis cebollas
ni ensaladas
de alfalfa y zanahoria!
Foto de Ricaurte Martínez
146
NOTICIA EXTRA : Una nube
dio a luz vociferando
su angustia entre celajes. . .
¡Adelante!
¡Duro con los plomizos nubarrones!
Los senos de la nube alzan relinchos
de los delfines briosos y en celo.
¡Mirad como se ríen a carcajadas
esas negras tortugas abracadabra!
-- ¡Detened a esa turba de hipocampos hambientos!
— ¡No lo dejéis hartarse de arreboles!
¡Huelga contra las nubes tenebrosas!
Son muros sin cerebro entre bastiones de estiércol y hojalata
Los que buscáis el seno de la tarde, sedientos,
no perdáis la esperanza de una tibia
gotita en vuestros labios.
¿Qué importa si la leche sale del seno herido, ensangrentada
¡Huelga total de lirios y amapolas!
¡La rebelión avanza! ¡Que hable el viento!
¡Que callen esos pájaros! ¡Silencio!
¿Qué es lo que tabletea cosiendo heridas
con rumbo hacia la muerte?
¡Cómo ruge la multitud de nubes!
¡Adelante!
¡Abajo el alto costo de las olas!
¡Que rebajen el aire!
¡Queremos senos frescos!
/Abajo las sonrisas en lata!
Mi poesía : una ojeada retrospectiva
Rogelio Sinán
En el Canto 1 de la Divina
Comedia, Dante, tratando de escapar de las siniestras tentaciones del
vicio, logra subir a una colina iluminada por los rayos del sol y,
sintiéndose a salvo, mira hacia
atrás con un afán muy parecido
a/ de! náufrago que, al llegar a la
orilla, puede tender su vista hacia
el océano donde hace poco estuvo
a punto de ahogarse.
Sin pretender situarme en
un trance parecido, deseo (esta noche) lanzar una mirada retrospectiva sobre mi peripecia lírica, y, al
hacerlo, veo que lo que se impone
en mis recuerdos de modo mágico
es el mar, no solamente porque
mis viajes más fecundos los hice
siempre en barco sino porque,
además, nací en una isla y respiré
desde pequeño brisas de yodo y
brea . Por eso el mar y el sueño son
las mejores claves de mis versos,
Un mundo casi onírico y un horizonte azul de siete mares.
Aun me parece oir en lontananza la sirena del barco que me
conduce rumbo a Chile . Es en la
del4 lúgubre y tempestuosa noche
de septiembre de 1924. Llegué a
Valparaíso el 17, y el mismo día,
a las doce, seguí para Santiago.
Joe Lefevre, que era nuestro Ministro, me hizo alojar en una buena pensión para estudiantes situada en la calle de las Rosas número
1628. Al día siguiente di con Rubén Azócar, un poeta chileno que
había vivido en Panamá, con quien
me unía una buena amistad. El me
hizo conocer a Pablo Neruda y a
otros poetas y escritores de esa
generación. Muchos años más tarde, vuelto a Chile por gentiles gestiones de la poetisa Teresa López
de Vallarino, hice buenos recuer--
dos de aquel tiempo y compartí
la amable amistad de Eduardo
Barrios, Mariano Latorre, Augusto D'Halmar, Juvencio Valle, Tomás Lago, Jorge Hubner, Ricardo
Latcham, Nicomedes Guzmán,
González Vera, Alberto Romero,
Daniel Belmar, Francisco Coloane,
Juan Marín, Benjamín Subercaseauz y muchos otros.
Mi vocación literaria se había manifestado desde la época en
que hacía el bachillerato, pues
hasta había editado y dirigido revistas y obtenido premios ; pero,
en verdad, Santiago de Chile fue
el horno en que esa vocación logró
dorarse a fuego lento . Todo era
nuevo para mí en la gran urbe, todo me impresionaba : sus románticos parques, con estanques, sauces
llorones, cisnes y mujeres hermosas; sus cafés, sus tertulias, sus salas de concierto, sus librerías y bibliotecas, sus teatros, sus universidades, su cortesía, su ambiente, su
147
gran cordialidad y, sobre todo, su
vida literaria : todo ello me hizo
sentir con verdadero furor la sed
de ser y de saber . Me di a leer a los
poetas chilenos, a Gabriela Mistral,
a Neruda, a Huidobro y a quienes
fueron mis buenos profesores como Carlos Mondaca, Samuel Lillo,
Julio Vicuña Cifuentes y no sé
cuantos más.
Noticias de la azogada vida literaria de Buenos Aires nos llegaban a través de revistas como
"Proa" y "Martín Fierro", con
producciones de Jorge Luis Borges, Brandan Caraffa, Ricardo
Güi-raldes, Pablo Hojas Paz, Raúl González Tuñón, Nora Lange, Evar
Méndez, Oliverio Girando, y no
-ticias sobre lo que en materia de
vanguardia se fraguaba y cocía en
otras ciudades.
Recuerdo que en Santiago
también me hice un asiduo del
teatro, pues no faltaban nunca
compañías argentinas, españolas,
francesas . Las de Ricardo Calvo
y Enrique Borrás
me familiarizaron con lo mejor del repertorio
clásico . El mismo Pirandello, que
era tan buen director como
dramaturgo, hizo una temporada en San
-tiago, con su espléndida Compañía Italiana de Comedias . Sin saber el idioma, después de haber
leído su traducción, fuí a ver Seis
personajes en busca de autor, y
admiré a actrices y a actores, pero
más mella me hizo la musicalidad
del italiano cuyo ritmo siguió aleteando en mi cerebro . Por esos
días volvió a Santiago, después de
un viaje por Italia, la poetisa Gabriela Mistral . Una de mis amigas
del Instituto Pedagógico me llevó
a visitarla . Y fue Gabriela quien
acabó de convercerme de lo fecundo que me sería el estudio de la
lengua y de la literatura italiana.
Daba gusto escucharla elogiando
La Divina Comedia, los versos
del Petrarca, los cuentos de
Ban-dello y Boccaccio, la vida literaria, la efervescencia de vanguardia,
con Marinetti y el movimiento futurista. Total, que el 10 de mayo
de 1926 me embarqué en el "
Bo-logna" rumbo a Génova . Llegué
148
a ese puerto el 2 de junio . Dos o
tres días después me instalé en
Roma en la Plaza de San Juan de
Letrán . En la ciudad eterna se
sentía la influencia de dos corrientes paralelas : fáscismo y futurismo . Sus adeptos luchaban por plazas y corrillos aun a brazo partido.
Me atraía sobre todo la efervescencia literaria que traducíase en una
especie de afán de novedades . Todas las últimas palpitaciones del
arte y la poesía adquirían carta de
naturalización en Roma, que por
esa razón produjo en mí como una
especie de hechizo, como un deslumbramiento.
Mientras me apresuraba a
aprender el italiano para leer cuan
to antes La Divina Comedia, frecuentaba los círculos artísticos y
la Casa de España, en cuyas salas
conocí a diferentes poetas jóvenes
españoles e hispanoamericanos.
También hice amistad con gente
de arte . Fuí buen amigo de! pintor
español Gregorio Prieto, que más
tarde enriqueció mi libro Onda
con un magnífico dibujo mío.
En las mejores librerías de
Roma me surtía de revistas y libros españoles. "La Gaceta Literaría", que dirigía en Madrid Ernesto Jiménez Caballero, llegaba asiduamente y era mi plato favorito.
A través de sus páginas pude ponerme al día en lo referente al ultraísmo de Guillermo de Torre,
cuyo libro Literaturas Europeas
de Vanguardia fue mi mejor poética y, por supuesto, devoraba los
libros de Rafael Alberti, Federico
García Lorca, Jorge Guillén, Pedro Salinas, Emilio Prados, Luis
Cernuda, José Hernández y muchos otros más.
El poeta mexicano Enrique
González Rojo, que fungía como
Secretario de la Embajada de su
país en Roma, y que, a' su vez, era
hijo del gran poeta mexicano Enrique González Martínez, me familiarizó con la poesía mexicana,
sobre todo con el famoso grupo
de "Los Contemporáneos", que
encabezaban Carlos Pellicer, Salvador Novo, Xavier Villaurrutia,
Gilberto Owen y otros, que figu--
raban en la famosa Antología, de
Cuesta, que me obsequió González Rojo . También pude informarme, a través de él, del belicoso movimiento "estridentista" capitaneado por Manuel Maples Arce y
Germán List Arzubide.
Desde el segundo año de residir en Roma yo había escrito
poemas, que ocultaba con riguroso
celo, de manera que en los últimos
meses del 28 ya mi libro Onda estaba listo . Sólo hacía falta publicado. ¿Con qué dinero? En mi familia nadie se había enterado de
mi eclosión poética. Mis poemas
aún proseguían ocultos y rigurosamente inéditos. Sólo uno que
otro amigo de Roma los conocía.
Y, además, no olvidemos que eran
poemas de vanguardia, novedad literaria que aún no bahía penetrado en Panamá donde muy pocos
conocían las peripecias dadaístas,
creacionistas, ultraístas o de los
otros "ismos ." No estaba, pues,
seguro de que mi padre accediese a enviarme el giro para editar
el libro . Los poetas aún tenían
cierta fama de negligentes y bohemios, y agravaba las cosas mi
afán de usar seudónimo . Resolví cobijarme bajo la buena sombra de un padrino . Para escogerlo debía pensar en un amigo de
conducta intachable, de muy
buenas costumbres, de honestidad
probada, que fuera educador y un
buen amigo de las letras . Claro,
no resultó difícil mi escogimiento,
pues pensé en Manuel Roy . Le envié un sobre con los originales de
mis versos y la correspondiente
misiva. Después fue como cosa de
vitable peripecia amorosa, que va
ascendiendo y encendiéndose,
hasta llegar al clímax fatal de fuego griego, voraz, incandescente,
lo reduce a las terribles cenizas
del hastío, pendiente que es anuncio de ruina, desamor, desenlace.
El poeta vuelve a su soledad en el
regazo de la Naturaleza y nuevamente se siente renacer como renace cada mañana el sol.
Enrique Ruiz Vernacci, al referirse a la eclosión de mis versos,
en "el Banquete", decía que Roma había sido para mí el despertador. Era cierto . Roma fue el Sésamo ábrete. Sus fuentes, sus paseos, sus bellas ruinas, sus galerías
artísticas, sus mármoles antiguos,
sus mujeres, sus vino, su cultura,
su efervescencia literaria, su elegancia, su cosmopolitismo, sus rincones de magia embrujadora y, sumado a todo ello, la juventud y el
amor. El estallido de mi vena poética produjo el chorro lírico; lo hizo brotar de golpe como el chisguete mágico de un surtidor romano.
Se burlaba el surtidor
-la risa casi lo ahogabaporque la lluvia bajaba
y él la devolvía al Señor.
Ahora he de referirme a mi libro "Incendio". Su buen padrino
fue don Mario Preciado, que sirvió
de fiador para que lo editase la desaparecida Imprenta de La Academia . El poema me lo inspiró un incendio voraz que tuvo lugar a pocos pasos del Instituto Nacional,
la noche del jueves 10 de febrero
de 1944. La impresión del desastre
y el estado de gran nerviosidad en
que vivíamos por causa de la guerra del Pacífico fueron los catalizadores de ese poema.
Prefiero recordar algunas páginas que escribí recordando esas
causas . "Yo auscultaba la noche,
parado en mi balcón, tratando de
vislumbrar las lucecitas del avión
enemigo . En las tinieblas del oscurecimiento sólo se divisaban de vez
en cuando las estrellas del cielo.
Cansado de oficiar de vigía, me
acostaba con las puertas abiertas
150
El poeta panameño Víctor M . Franceshi (q .e.p .d .) con Sinán
para que el más lejano rumor me
despertase.
Aquella noche me sacó de mi
sueño una explosión aterradora.
Lo primero que pensé fue que era
el estallido de alguna bomba japonesa, pero al abrir los ojos vi el
cielo tan cargado de luz que, en un
momento de optimismo, pensé
que el alba pudiera haberse adelantado; aquello era más bien como
si una invisible mano de luz pintara el éter; mejor aún, como si el
sol, mordiendo la oscuridad, la
hubiese roto, causándole arreboles .
Miré el reloj. Sus manecillas
no anunciaban el alba. Sin embargo, la claridad del cielo persistía
intensa . Las voces que subían de la
calle me hacían pensar que se trataba de un incendio cercano; pero,
entonces, ¿por qué no sonaban las
sirenas? Después supe que algún
corto circuito produjo su silencio.
Su mudo canto lo oyó sólo la
muerte.
Me vestí a la ligera. Bajé de
prisa . Y al salir a la calle del Estudiante vi las esfinges del Instituto
Nacional resplandescien tes de roja luz. A pocos pasos de allí se levantaba imponente la crepitante
magnitud del incendio . Sus llamas
alcanzaban el cielo, trotando como potros salvajes . Desde ese instante comenzó a darme vueltas en
la mente esta imagen:
Mil potros degollados trotando cielo arriba
con las crines al viento enrojecidas .
Los bomberos luchaban con
/as llamas y mantenían a raya a los
curiosos que iban aglomerándose.
Se oían los comentarios más dispares. Se decía que el incendio se había iniciado en el depósito de la
Radio Pictures, cuyas películas,
debido a la combustión producían
aquella espesa humareda que
transformaba el aire en gas asfixiante . Aquella idea me hizo pensar de nuevo en la guerra . También se comentaba que la violencia
del incendio se debía a que, al principio, los hidrantes no dieron agua
en abundancia . Menciono estos detalles porque están registrados en
diferentes imágenes del poema. En
efecto, cuando más tarde fue aumentada la presión de agua, las
mangueras impelían chorros tan
fuertes que yo pensé : "Si hay víctimas, sus cadáveres girarán en ese
gran remolino de agua como en un
círculo dantesco".
No recuerdo si ya se aseguraba lo de las víctimas, pero "La Estrella de Panamá" al relatar el suceso, dice : "Otra escena de horror
se produjo cuando un joven de
unos veinte años salió de la casa en
llamas gritando desesperadamente,
"iMurieron todos! i Yo soy el único que se salvó!"
Aquello me hacía pensar en
el Infierno de Dante . Y allí estuve
clavado frente a las llamas pensando en los cadáveres.
Al fin me fui a acostar. Dormí muy mal; y desperté cuando ya
el sol entraba a mi recámara.
Me vestí. Cuando llegué de
nuevo al sitio ya un gran gentío se
aglomeraba frente a la casa humeante . Haciendo mil esfuerzos
pude avanzar hasta el zaguán y, valiéndose de las autoridades amigas
y de mis veleidades periodísticas,
pude entrar en el edificio.
Los escombros carbonizados
chorreaban agua. La escalera, sin
las paredes laterales, pendía casi
del aire, sosteniéndose de puro milagro . Un amigo, que hacía las veces de Fiscal, me dijo que los cadáveres estaban amontonados en uno
de los cuartos de arriba . Pensé de
nuevo en el gran remolino y en el
círculo dantesco.
Quise subir de todos modos
para mirar aquello, y me lancé escaleras arriba . Cuando ya estaba
en el primer descansillo, vi que
empezaban a bajar los bomberos
que conducían, en sábanas, los diversos cadáveres. Totalmente carbonizados, tenían los brazos extendidos como en un triste gesto
de plegaria . Los dedos de las manos dejaban ver la desesperación
de la muerte. Yo, que vestía de
blanco, me hice a un lado mientras pasaba el fúnebre cortejo . Las
manos chamuscadas de las víctimas me rozaban la cara y el vestido . Sus caricias quemadas dejaron
una huella dolorosa en mi espíritu.
Nueve cadáveres pasaron junto a mt nueve cadáveres cuya visión escalofriante no me dejó dormir en varias noches siguientes.
Cuando lograba conciliar el sueño,
me asaltaban terribles pesadillas de
las que yo salía desencajado, macilento, oprimido . Dentro de mí seguía girando obsesivamente la imagen de los potros trotando cielo
arriba.
Sentía como un complejo de
culpa . Por eso no conciliaba el sueño . Necesitaba, pues, purificarme.
Necesitaba la catarsis aristotélica.
Si los muertos me habían rozado
el rostro era porque me señalaban
como culpable. Era preciso buscar
la causa de esas muertes injustas.
¿La culpa principal sería acaso de las sirenas cuyos gemidos no
se oyeron? Y en esa cuarta noche
de mi vigilia comenzó a darme
Pintura Omar Rayo ( Colombia)
vueltas en la cabeza otra imagen
lírica:
Sirenas sin gemidos ni palabras
-mudo canto que sólo oyó
la muerteclavaron agonías en la noche.
Eran las tres de la mañana.
Puse una hoja de papel en la máquina y escribí esos tres versos.
Al leerlos, me sentí más tranquilo,
menos culpable.
Me di cuenta de que necesitaba sacar de mí la culpa líricamen te . Necesitaba crear el poema
para que se efectuase la catarsis, la
purificación. Fue entonces cuando
escribí el poema de un solo golpe.
Al terminarlo me tendí de través
en la cama y me quedé profundamente dormido.
Incendio se compone de tres
tiempos intitulados "La Voz del
Pánico"; "La Voz de la Agonía" y
"La Voz de la Plegaria"; a cada
uno de los cuales corresponde una
perífrasis de La Divina Comedia.
El Primer Tiempo describe la
visión objetiva del incendio . Sus
distintas imágenes tienden a dar
idea de las llamas y de la espesa
humareda cuyo gas es mortal como el de la guerra.
En el Segundo Tiempo sólo
se escuchan los alaridos de las víc-
timas que corren desesperadamente entre la espesa humareda sin
esperanzas de salvarse. Inútilmente tratan de respirar al menos una
gotita de aire puro . Sólo tragan el
humo de la muerte. Una de ellas
exclama : "Mi palabra se vuelve
tos quemada".
El Tercer Tiempo se refiere
al momento en que las bombas
lanzan sus poderosos chorros de
agua sobre las llamas . Se forma
un remolino en el que giran dantescamente los cadáveres. Sus almas se encomiendan a Dios, pero
protestan por el ultraje que se infiere a sus cuerpos. "c' Ya para
qué tanta agua?" -dice una de
ellas- "¿Señor, detén el agua! /Que
respeten por lo menos la muerte!"
Al poeta sólo le queda su piedad
para pedir por ellas misericordia.
Así como para Onda e Incendio hubo padrinos, lo hubo también para mi libro Semana Santa
en la niebla, que obtuvo el Primer
Premio en el Concurso Literario
Ricardo Miro correspondiente al
año 1949. Lo apadrinó otro amigo de la cultura, Bonifacio Pereira,
que ejercía en ese tiempo las funciones de Director o Jefe de Bellas Artes. El se hizo responsable
de la edición de/ libro, aun arriesgándose, pues dispuso ordenar a
contrapelo su impresión en una
imprenta privada.
151
Tal vez sería oportuno explicar de qué manera y en qué curiosas circunstancias escribí Semana Santa en la niebla.
Mi primera intención había
sido competir en la Sección de
Novela y tenía ya a mi haber sesenta páginas que aun siguen esperando su turno en mis archivos.
Las peripecias de esa novela ocurren todas (o han de ocurrir si la
termino) en Taboga, durante siete
días correspondientes a la Semana
Santa .
Es cosa bien sabida que yo
nací en Taboga y pasé en esa isla
mis mejores veranos y mis primeros años. Mi familia paterna vivía
junto a la iglesia del pueblo y estaba muy ligada a los oficios divinos.
Las huellas psicológicas de
esos primeros años de culpa y de
ritual parece que hacen, de vez
en cuando, burbujitas, que afloran
sobre el haz de las aguas. Para dar
una idea de esa confusa recua de
juveniles añoranzas, diré palabras
sueltas que cada cual debe ligar a
su antojo : Niñez, infancia, adolescencia; Vigilia y sueño; liturgia,
rezos, cánticos, campanas, mangos
maduros, playa, muchachas, tiburones, brisa yodada, senos, chicha
fuerte, veleros, noches de luna,
bailes, juegos de prendas, misas,
pecados capitales, paseos, caídas,
s^ngre, risas, difuntos, santos, regaños, pescozones, velas, lujuria,
gula, brujas, fantasmas, mar, infierno, piernas desnudas, mariscos,
chicharrones, cigarras, brisa ágil,
brea, hipocampos, corvinas, llanto, bosque sombrío, novenas, la
magnífica, incienso, las ánimas
benditas, cuaresma, promiscuar,
el peligro de convertirse en pez
o encomendarse a las once mil
vírgenes todas desnudas con sus
senos y piernas palpitantes. Todo
ello unido, desde luego, el natural y muy frecuente hartazgo de
frutas verdes y mariscos lo cual
produce indigestiones y pesadillas
terribles.
Debo agregar que la afluencia
foránea de orden turístico local
veraniego da a las playas de la isla cierto aire jubiloso que, en los
152
Días Santos, produce un gran contraste o mezcla de cristiandad y
paganismo. Ese connubio de pecado y liturgia, virtud y donjuanismo era lo que yo ambicionaba
plasmar en mi novela. Para cada
uno de los siete días santos o capítulos había yo imaginado un
promedio de cien páginas . Faltaba
un mes para que se cerrara el plazo del Concurso y yo iba apenas
por las sesenta páginas que he dicho. No tuve más remedio que desistir; pero como ya estaba en
trance creador y henchido de motivos de la isla y de recuerdos litúrgicos, calculé que en un mes
me sería fácil escribir un poemario, sintetizando mis emociones,
para el que solamente hacían falta
veinticinco poemas según /as bases
del Concurso . Me puse a la faena
como quien se dispone a armar
un artilugio . Resolví hacer poemas
todos iguales en cuanto a su estructura, es decir, de ocho versos
alejandrinos . Escribí de antemano
los veinticinco títulos y asuntos de
la pasión de Cristo según el Evangelio de San Lucas . Y así, manos,a
la obra, fueron naciendo los poemas, no en orden riguroso sino a
capricho según mis diferentes estados de ánimo . Releía diariamente
todos los temas hasta que me llegara la inspiración. Recuerdo que
los primeros poemas que escribí
fueron los titulados "La Pesca Milagrosa', "Su Forma sobre el
agua'; "El Hijo pródigo" y "Verónica".
Mi último libro de poemas,
que aparece citado como "Saloma" en diferentes manuales y antologías corría el peligro de editarse post mortem y ser en ese caso mi libro póstumo. Tenía bastante tiempo de andar girando sin
esperanzas de llegar a las prensas.
Y, últimamente, tenía dos años de
haber hecho su ingreso en los talleres de nuestra Imprenta Nacional; pero seguía durmiendo el sueño de los justos hasta que, afortunadamente, lo redimió otro amigo
de la cultura, Diógenes De la Rosa,
que ofició de padrino, pues lo in-
cluyó entre los libros que debían
editarse con motivo del cuatrisesquicentenario del nacimiento de la
ciudad de Panamá, lo cual indica
que hará su aparición dentro de
poco .
La palabra saloma cuyo significado se ha discutido mucho entre nosotros, tiene en el Diccionario de la Academia la siguiente
acepción : "SALOMA" (del latin
celeuma) : son cadencioso con que
acompañan los marineros y otros
operarios su faena, para hacer simultáneo el esfuerzo de todos."
En su libro Tambor y Socabón, el
extinto profesor Manuel Zárate
ofrece una disertación de varias
páginas sobre lo que es nuestra saloma . Copio dos o tres líneas esenciales : "La saloma es un canto . Pero, añadimos, un canto que se inicia con el ejercicio de simple vocalización o de melismas . ¿Reminiscencias de cante-fondo? ¿De remota influencia arábigo-hispana?
¿De lamento ritual indígena?"
Cuando escogí para mi libro
la palabra saloma como título, lo
hice pensando en el significado
primitivo que tiene para mí ese
vocablo, que casi considero la primera expresión poética del hombre, pues cuando el campesino,
trabajando en su campo, se siente
solo, sofocado y cansado, lanza al
espacio su saloma ; y al oir a lo lejos la saloma con que responde algún vecino, se siente confortado y
continúa más alegre su labor. Para
mí esa palabra es, pues, simbólica
de canto, de poesía . Sin embargo,
como mi libro no es de índole folklórica, para evitar equívocos he
decidido denominarlo 'SALOMA
SIN SALOMAR"
Panamá, 16 de julio de 1969.
* Texto, adaptado, que fuera leído por el autor al celebrarse los 40 años de la publicación de su primer libro, Onda.
"La voz decapitada"
( cuento )
ROGELIO SINAN
Al mirar la estampilla, vio la efigie tudesca y el sello
carcelario. "¡De Alemania! -suspiró alborozada- . Por
fin, carta de Tony : ¡Hijo de mi alma! ¡ Gracias a Dios
que escribes!"
Se quedó contemplando ensimismada los caracteres
góticos y vio a Tony tan lejos, que acarició aquel sobre con ternura como si en él sintiese algo del hijo
ausente ; por ejemplo, las sienes, el cabello, los ojos.
¡Cuántos años sin verlo!
Había esperado la carta días y meses, pero ahora titubeaba en su deseo de leerla . Tal vez bajo la suave envoltura venía oculta una noticia funesta. De todos
modos, estaba satisfecha . En esa carta sentía ella palpitar el corazón del muchacho . La anidó con cariño
y, recelosa como una ladronzuela, corrió a ocultar su
angustia en algún ángulo de la casa para sentirse lejos
del mundo.
Claro que, para ella, no había rincón más grato que la
recámara de Tony . Solía sentarse en ella todas las tardes frente al mar y las islas.
¡Cuántos años de compañía agradable en aquel sitio
mirándolo estudiar! Era ya un hombre cuando se fue
a Alemania. ¿Un hombre? ¡Qué iba a ser! Si para ella
Tony era siempre un niño, su prodigioso niño con el
mechón caído sobre los ojos.
Desde lo de la muerte del esposo (que Dios tenga en
la Gloria) quedó sola con Tony de doce años . Ocurrió
todo aquello tan de golpe, que se sintió perdida en el
vetusto caserón familiar. No habría salido jamás de
entre sus muros donde vivió feliz con Sebastián, pero
el niño no hizo más que insistir del día a la noche para que se mudaran a la nueva mansión. No hubo manera de disuadirlo. Al fin, cansada,se resignó a vivir en
el chalet malhadado.
Recordaba la tarde en que el esposo, ebrio de regocijo, los llevó a ver la nueva residencia . ¡Lo que había
costado construirla! No hubo dificultades que no venciera ni le importó gastarse el patrimonio coh tal de
hacer el nido apropiado a su cariño, como él decía. ..
¿Para qué? Al evocarlo, lleno de vida, alegre, mostrándole las piezas, la invadía una ternura . . . Cuando dio
media vuelta por la casa, nuevecita y pintada (¡cuánta
luz, Virgen Santa!) le pareció que nunca podría im-
primirle su alma a aquellos muros desiertos. ¡Tan a
gusto que estaban en la casa paternal. Tony, en cambio, subido ya en el piso de arriba, gritaba desde lo
alto del descansillo : "¡Mamá sube ligero! " Fue a los
pocos días del duelo . Ella, agobiada (entre el sofoco
de sus ropajes negros y la pena reciente), no tuvo más
remedio que acudir al llamado . Sabía que cuando él
se encaprichaba, no había otra escapatoria que complacerlo . "¡Mira, mamá, mi cuarto!" Casi la misma
frase le había dicho el esposo la vez que fue con él.
Padre e hijo tenían gustos idénticos . Era un cuarto
con enormes ventanas de cristal frente al mar . Desde
entonces, Tony, escogió aquel sitio, y, día tras día fue
imprimiéndole su sello personal. También ella adoraba aquel refugio y allí pasaba el tiempo contemplando las olas . ¡Cuántos momentos gratos en los que ella
bordaba, sentada en el sillón mientras el niño releía
sus lecciones! Creció con tal premura que, de pronto,
se volvió todo un hombre . "Como si fuera el padre"
-pensaba ella-. Lo del viaje a Alemania (¡Bendito sea
el Señor!) ella al principio no lo quiso aprobar ; pero,
a la postre, no tuvo más remedio que transigir . Desde
entonces, ya sola en el chalet, pasaba el tiempo en el
estudio de Tony . Devanando recuerdos, sentíase sumergida como en una burbuja de silencios . Hasta allí,
por lo menos, no llegaban los ruidos inoportunos, ni
el rumor fastidioso de la vocinglería callejera, ni la
voz estridente de la vecina regañando a los chicos, ni
las canciones tristes de Tonina que a veces la cansaban . ¡Cómo adoraba a Tony aquella chica! La hacía
sufrir la pobre con sus llantos, pero era tan amable
cuando venía a ayudarla . . . Fue ella misma quien tapizó de nuevo el sillón y tuvo tino en escoger las cortinas con ese tono azul-celeste tan delicado, que la luz,
ya cernida, matizaba el ambiente como en tonos glaucos. ¡Qué apacible nostalgia le traía todo aquello!
—Esperemos que nadie me moleste —dijo casi en voz
alta .
153
Se acomodó los lentes y preparó el espíritu a las malas noticias que, estaba segurísima, ocultaba la carta.
Al rasgarla recordó el gran cuidado con que Tony abría
el sobre de las suyas para no desgarrar las estampillas.
Como era filatélico desde pequeño se la pasaba en eso.
Y armaba un gran barullo cada vez que la criada, por
descuido, le desacomodaba la colección.
Con la mayor premura y usando las tijeras fue cortando la orilla del envelope. Debía hacerlo con tiento,
pues la vista ya le estaba fallando aun con los lentes y
si se equivocaba (¡Dios del cielo!) cortaría las palabras . Sí así, por la orillita del sobre, así, apenitas, con
el mismo cuidado con que enseñaba a Tony a recortar
figuritas . Llegó al odioso parche de la censura nazi.
Lo rasgó con placer y estuvo a punto de sajar la estampilla . Miraba con terror aquella cara acerada, pero
sabía que Tony deseaba la estampilla sana, intacta.
Pensar que había esperado al cartero tantos meses tan
deseosa de recibir noticias que pasaba las noches desvelada . Bien sabía ella que Tony, de haber podido, le
habría enviado mil cartas ; pero no lo dejaban. A lo
mejor las cartas iban a dar el cesto del alcaide.
Cuando estalló la guerra, le escribió . Le anunciaba
que estaba prisionero, que lo habían encerrado sólo
por unos meses, "no te aflijas, mamita, que nada va
a pasarme"
Cómo no iba a aflijirse . Se volvió como loca . ¡Cuántas gestiones hizo inútilmente! Ya el hijo de Rosaura,
que también estudiaba allá en Berlín, había escrito lo
que le dijo Tony : que frenara su fobia contra los nazis
y que fuera dejando la costumbre de andar soltando
frases por aquí y por allá y de lo terrible que era caer
en manos de la gestapo.
Conociendo de sobra el geniecillo de Tony, ella intentó traérselo para que continuara sus estudios en Norteamérica, pero él no entró en razones y quiso a todo
trance seguir en Alemania . Tony era, a lo mejor, de
esos que gritan con la bandera roja . Sería orador de
mitin para hacerse aplaudir de plaza en plaza . Recordaba cuando, siendo estudiante, pronunciaba discursos que daba gusto oírlo . El cura Eusebio. . . ¿cuándo
fue que lo oyó?. . . Pues, sí. . . la noche de la graduación, le dijo : "Con esa voz soberbia puede llegar a ser
Presidente". . . Pero ¡qué val . . . Lo mismo le decían
las muchachas cuando lo oían cantar : que era un artista bueno para la radio o para el cine . Decían aquellas cosas de puro ilusas: porque si bien se mira, ¿de
qué le había servido la voz? Algún discurso pronun154
ció contra el régimen y ahora estaba en manos de la
gestapo. ¡Dios mío! De qué manera lo harían sufrir
allí. Le habían contado atrocidades. No quería ni
pensarlo.
Cuando hicieron el canje de prisioneros, lo quiso rescatar . ¡Imposible! Sólo comunicaron que el era de los
presos de quienes se ignoraba el paradero . ¡Cómo estaría pasándola su Tony que era de alma tan díscola . ..
Rebelde como nadie. ¡Claro, del padre le venía! Sí,
aquel pobre hombre también halló la muerte por caprichoso . . . Aunque ¡no! ¡Qué manera de confundir
las cosas! La muerte de él fue cosa casual. Si Tony
era rebelde era por ella ; le heredó la soberbia . Sí, aceptaba que ella tenía su mismo geniecillo . Y había sufrido mucho por su carácter . A cada rato con los tíos, 1
con las primas. Y ¡qué alboroto armaban!
¡Señor, cuántos recuerdos! ¿Por qué estaría manchada la carta? ¡Ay, qué descuido! No parecía de Tony.
Esos borrones serían. . . ¿lágrimas?. . . ¿sangre? . . . Los
rasgos de la letra qué distintos de los que Tony usaba.
Sin embargo, la frase inicial era la misma, su expresión habitual . ¡Qué sensación de angustia sentía al
oír al niño pronunciar las quejumbrosas palabras . Sólo decía : "¡Resígnate, mamita!" Siempre igual . Era
el grito de los grandes momentos, de las grandes ternuras, de los grandes dolores.
Se le aguaron los ojos. Le vino a la memoria el día en
que el chino corría al pie de los hombres que conducían al padre en parihuelas todo empapado en sangre.
Se encaprichó en salir de cacería con Tony . Ya el cura
le había dicho : "Hoy es día santo : ¡no se debe cazar!" Pero él, de terco, lanzó una carcajada y se lanzó monte arriba . No habían andado mucho cuando
oyó el disparo . Se le fue el perdigón al apoyar la tercerola en el suelo . Cuando se lo llevaron a la casa
(¡Madre de Dios, qué angustia!) quiso volverse loca.
Aún le quedaba en la mente aquel sollozo desgarrador
del niño : ¡Resígnate, mamita!"
Lo mismo fue la noche en que, ya hombre, se embarcó hacia Alemania . ¡Qué desazón fue aquella! La oscuridad, la lluvia, los ruidos, el gentío . Todo en el
puerto tenía algo de locura . Las sirenas del barco . ..
los trallazos del mar. . . y aquellos hombres empapados
en agua apresurándola para levar el puente . .. "Bueno
hijo mío, despídete" —le dijo ella llorando . Y él,
besándola : "Resígnate, mamita!"
En mala hora lo enviaron a Alemania. ¿Quién iba a
imaginarse lo de la guerra? Fue culpa del abuelo . Se
le antojó que el nieto debía ser con el tiempo quien
se encargase de la fábrica ya que la iba a heredar. La
heredera, en realidad, era ella como hija única, y hubiera preferido venderlo todo para marcharse lejos
de sus recuerdos . Pero no hubo razones que ablandaran al viejo . No transigía jamás. Y fue un milagro que
la dejara casar con Sebastián . Montaba en ira cuando
ella pretendía tener sus ratos con las otras muchachas. ¡Demonios, nada de eso! Y hablarle de noviasgos, mucho menos. ¡Qué terquedad de viejo! Parecía
un venerable con su gran barba blanca. Aun así, los
obreros lo apreciaban de veras y hasta le soportaban
sus responsos. El que no toleró sus malacrianzas fue
Sebastián. Como era el técnico, podía actuar a su
antojo . Tenía grandes reyertas con el patrón. Sabía
enfrentársele. Y eso fue lo que a ella la dominó : Su
hombría, su aspecto, su poder de sí mismo . Vio en
él todo un carácter y presintió en seguida que era el
hombre que la podía salvar de la tiranía del padre . Para esa fecha considerábase ya una solterona . No lo
quiso perder. Y dióle el modo de sentirse con bríos.
Cuando el viejo lo supo, lo quiso despedir y en efecto lo echó. Pero traer a un técnico desde Alemania
le hubiera resultado costosísimo (con lo tacaño que
era); de manera que no halló solución y arrió las velas. Al poco tiempo, Sebastián era el jefe de la fábrica
y de ella.
¡Tantos buenos recuerdos, Señor! Y lo del parto,
cundo casi se muere . Pero ¡qué niño hermoso y qué
pulmones! ¡Qué modo de gritar! Y parecía un muchachón, gordo, rollizo, eternamente reído. Y tan
delgado, después cuando le vino la tosferina . Los
apuros, que ella vivió esos días . Se pasaba las noches
en claro con el niño en el hombro de un lado a otro
paseándolo cada vez que le entraba aquella tos asfixiante . Y ella también lo débil que se puso, porque
le parecía que por su culpa había adquirido el contagio . Gracias a Dios que todo aquello pasó . Y pudo
verlo feliz dando pininos y tratando de hablar . Qué
felices las horas en que ella y Sebastián después de
cenar, jugaban con el niño . ¡Cómo pasan los años!
Y el montón de juguetes que le ponían por Pascuas.
Y ¡qué soberbio el árbol de Navidad con luces! Fue
cuando lo del premio . En mala hora le puso el Niño Dios aquella bendita bicicleta . (¡Pobre, criatura
mía!). Perdió los" frenos y se fue calle abajo . ¡Ave
María! Se lo llevaron con la cara deshecha y empapadita en sangre . Se salvó de milagro, pero perdió los
dientes y sus preciosos rizos. Después, al verla triste
por la carencia de éstos, él le decía reído : "¡Resígnate, mamita!"
Ya de luto de la muerte del padre, parecía un hombrecito . Al quedar solo con ella fue adquiriendo
gran responsabilidad. En el colegio siempre obtenía
los premios . Y que elegante se veía aquella noche en
que le dieron el título de "bachiller ."
¿Qué le diría en la carta? Se dispuso a leerla. "Resígnate, mamita: Antes que nada te quiero suplicar que
no descuides mi colección de sellos y la pongas al
día. Ya tu sabes que has de tener cuidado cuando
rasgues los sobres de las cartas para que no se rompan
los dientes de la estampilla . No olvides el cuidado con
que yo hacía esas cosas, y acuérdate que siempre me
ayudabas con ternura y cariño . Despréndelas del modo que te enseñé : las secas y las colocas en el álbum.
No lo olvides, mamita, no lo olvides ..."
¡Cómo lo iba a olvidar! Aún parecíale verlo, de pequeño, revolviendo el lavabo, que siempre estaba lleno de estampillas y trozos de papel . Nadie podía lavarse por las benditas estampillas . Y era de ver la furia que le entraba cuando se las echaban a un lado.
Con qué admirable calma sabía esperar hasta que el
agua las iba desprendiendo ; luego las extendía sobre
la toalla, las secaba y las pegaba en el álbum.
La que más le ayudaba era Tonina, la hija de la vecina, quien se ingeniaba para traerle nuevas estampillas.
Desde chicos peleaban ella y Tony ; pero, después, ya
grandes, se hicieron buenos compañeros de estudio.
Cuando Tony partió, quedó muy triste la pobre . Bien
claro se veía. . . Bueno, después de todo, no sería mala
esposa . Y era tan complaciente, sobre todo tratándose
de Tony. Las dos se la pasaban recordando cuando
cantaba sus canciones . . . Tenía voz de prodigio . . . Y del
discurso que pronunció cuando le hicieron presidente
del coro . . . y otras cosas como esas.. . Por eso, siempre
que ella iba a lavar y encontraba el lavabo repleto de
agua con varias estampillas, le parecía (aun sabiendo
que la de todo aquello era Tonina) que andaba por
allí su hijo Tony.
155
¡Qué contenta se iba a poner Tonina cuando volviera
del trabajo! No dejaba pasar ni un solo día sin ir a verla . Lo primero que pediría al saber lo de la carta, sería
el sobre para ver la estampilla y desprenderla . Pero
eso habría de verse.
"Resígnate, mamita, y no te aflijas por mí . . . Yo estoy
pasándolas muy bien porque los jefes me tienen gran
estima . . . Y hasta me han asignado funciones de responsabilidad debido a que he sabido hacerme desear.
Seguramente por allá se habla mal del nuevo régimen,
pero eso es pura propaganda insidiosa, pues la verdad
es otra . Yo estoy feliz aquí. Van a ocuparme, con muchos otros presos profesionales, en una de las fábricas. Creo que tendré buen sueldo . De manera que
cuando esto termine, te sentirás feliz con tu hijo
Tony que te quiere y te estima. . ."
Enjugó se los ojos, que se humedecieron por la alegría.
No estaba mal, entonces, su hijo . Al contrario, parecía tan feliz. La noticia no podía ser más grata. Era
como si su hijo hubiera vuelto . Le venían unas ganas
de gritar, de saltar. . . Sentíase alegre.
Le echó una nueva ojeada a la carta : "Resígnate, mamita : Antes que nada te quiero suplicar que no descuides mi colección de sellos. . ."
Meditó unos instantes y pensó : "¿Por qué diablos le
da tanta importancia a la estampilla cuando ese es un
asunto de menor interés?. . . Siguió reflexionando, y
arguyó para sí: "¡Pobre Tony! Por algo debe ser".
Recogió el sobre. Se fijo en la estampilla . Era más
grande que los sellos corrientes y de color verdoso.
La estudió con cuidado. Sí, la efigie del dictador tudesco . Le vinieron deseos de hacerla añicos. Pero
¡no! Esa estampilla sería muy apreciada cuando
Tony le daba tal valor .
Debía tener cuidado al desprenderla para sacarla intacta y con sus dientes completos . Si falta alguno de
ellos disminuye el valor de la estampilla. Mejor era
zafarla humedeciéndola bien . "Oh, sí, en seguida,
antes de que regrese Tonina. Esa alocada dañaría la
estampilla."
Fue al lavabo. Sumergió el sobre en agua. Y al sentir
la frescura, recordó cuando el niño, sucio a cada momento, la zambullía en la tina . "¡Cochinísimo!".
Luego, ya crecidito, se trepaba en un banco y se pasaba las horas junto al lavabo navegando barquitos.
(¡Dios mío!) Después, la guerra. . . ¡Tanto tiempo allá
lejos! Triste y solo . . . Menos mal que las cosas ya iban
a mejorar.
La estampilla se desprendió por fin. Y, no queriendo
dañarla con sus dedos, prefirió recogerla con el mismo
sobre . Pero al verla de cerca notó como unas letras
pequeñitas en el mismo lugar donde estuvo pegada
la estampilla . Era difícil distinguirlas, leerlas. . . Eran
tan pequeñistas. . . Fue a buscar una lupa . ¿Qué dirían esas letras?
"Con razón insistía en lo de los sellos. Debe haber,
un secreto que él me quiere decir. La auténtica verdad, seguramente. Ya me había parecido demasiado
agradable lo del empleo ."
Las letras eran claras. No se habían desteñido . 'Tal
vez algún secreto de su endiablada química". Colocó
bien la lupa y al leer las diminutas palabras, sintió
que se iba hundiendo como en un negro abismo sin
fondo y sin sentido cuyos húmedos muros repetían
siempre el eco de la frase leída : "¡Resígnate, mamita! Estos bandidos me cortaron la lengua".
_nomm•omm
México, 1953
nrat m•almozoluazzoratsr
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156
Doña Perfecta,
Doña Bárbara
y la Negra Angustias
Rogelio Sinán
TRES HEROINAS
EMANCIPADAS
Si al claro y sutil paralelismo
establecido por el filólogo alemán
Ulrich Leo1 entre Doña Perfecta 2
y Doña Bárbara3 agregáramos el
partenogenismo de una amazona
levantisca como La Negra Angustias`+ , formaríamos una combinación triangular casi isoscélicá cuyas líneas y ángulos afines nos darían buen motivo para afirmar que
la cristiana señora de Orbajosa pertenece, como las dos viragos americanas, al tipo de mujeres emanci-
padas de que trata Otto Weininger 5 en su buída teoría de los porcientos sexuales . Este curioso isoscelismo tal vez nos dé asidero para
un ensayo de análisis comparativo,
que vamos a intentar, no limitándolo al exclusivo cotejo de las tres
heroínas sino también a aquellas
circunstancias cuyo pareo tolere el
más ligero pespunte.
He aquí lo que él nos dice al
respecto :
Manuel F . Zárate (q .e .p .d .), Sinán y el poeta Tobías Díaz Blaitry
"Todas las mujeres que realmente tienden a la emancipación,
todas las que realmente han alcanzado fama con justo derecho y se
han hecho conocer por algunas de
sus condiciones espirituales, presentan siempre numerosos rasgos
masculinos, y una observación sagaz permite reconocer en ellas caracteres anatómicos propios del
varón, un aspecto somático semejante al del hombre ." 6
La modalidad psicológica que
más aúna a nuestras tres heroínas
es, realmente, su personalidad varonil . Ella les brinda toda la magia
y el secreto que les permiten dominar e imponerse como supremas
capitanas . En efecto, las tres tienen a su orden gente equívoca que
roba y asesina . Así vemos que a la
rígida Doña Perfecta la obedece
157
una partida de foragidos que, a guisa de facciosos, defienden los caprichos feudales de la señora, fomentando la behatría regional contra las tropas enviadas por el Gobierno . Doña Bárbara es " capitana
de una pandilla de bandoleros " . 7
Los compadres capitaneados por
Angustias no son tampoco muy
benditos . Por alguna razón se les
decía "bandoleros"8, " latrofaciosos y robavacas" .9 La misma coronela Angustias Farrera llegó a ser
mencionada con terror en ese mismo sentido, pues la llamaban " La
Tigresa de Morelos " ; " La Terrible
mutiladora de hombres " ; " La audaz cabecilla " . . . 1 0
II
UNA TERRIBLE FATALIDAD
De estas tres capitanas, sólo
Angustias resulta ser virago desde
su nacimiento . Ella es sencillamente anormal . Los vecinos la miran
como a cosa infernal y, suponiéndola capaz de producir maleficio, la ahuyentan, conjurándola:
" ¡Criatura hija de lobo, mujer al
revés, cazuela boca abajo, gallina
con espolones! " . 11 Las muchachas escapan, a su vista, " llenas de
extraños rubores . "12 Siendo, pues,
un ente híbrido, invertido, lo natural en ella tiene que ser el " odio
a los machos . "13 ¿Ama, siente deseos pecaminosos o persigue a las
que huyen de su presencia? Nada
nos lo hace suponer . Lo que ella
piense o sienta no lo sabemos, con
excepción del asco que le produce
el celo de los machos cabrios . La
negra Angustias parece una criatura negada para el amor . Y es inútil
que la bruja Crescencia le saque
por los pies " los malos aires " que
le poseen . 14 No habrá ensalmos
ni hechicerías que valgan contra la
horrenda fatalidad que la persigue
desde la cuna . Eternamente Angustias tendrá que ser un marimacho,
pues su duro destino le ha negado
el derecho de actuar como una verdadera mujer . Por tal motivo sentira repugnancia contra los hombres
hasta el extremo de asesinar a Laureano luego de habérsele insinuado
" en forma equívoca " . 15 No son
las circunstancias, como después
veremos, lo que produce en ella el
trauma andrógino, pues el vivir
158
" bárbaramente entre los chaparrales " pudo beneficiarla . 16
III
LINEAS QUE NO DEFINEN
UN CARACTER
Casi habríamos deseado que
el autor mantuviese hasta el final
de la obra los rasgos severamente
masculinos de su heroína . Tal vez
no lo hizo por demostrar la ley
de Weininger de que " los opuestos
se atraen " . 17 " Un individuo que
sea mitad hombre y mitad mujer
exige para complementarse, según
dicha ley, otro que se halle en iguales circunstancias . "18
Quizá esa misma determinación del autor es lo que hace que
las líneas somáticas y las reacciones íntimas de la mulata sean generalmente contradictorias y no
definan un carácter . Al vestirla de
charro, por ejemplo, lo lógico hubiera sido que, siendo Angustias
tan decididamente masculina, adquiera la semblanza de un hombre ; pero lejos de parecer tal cosa
lo que ocurre es que la prieta varona se transforma en algo raro y
grotesco, pues " la línea relajada de
las carnes ubérrimas, aprisionadas
en la estrechez propia del atavío,
realzaban la feminidad, desbordándose en curvas desproporcionadas . "19 Sin embargo, más le creemos al pastor, que se equivoca suponiéndola hombre, hasta el instante en que su esposa le advierte:
¡No te equivoques, Pitado! Fíjate qué chistoso, la mujer es la de
los pantalones . . . "20 Lo que más
nos desilusiona es que el carácter
de la mujer logre normalizarse de
tan definitiva manera, que lo parecía un marimacho se convierte en
mujercita hogareña, cariñosa y sumisa, no bajo el predominio de un
robusto varón sino hechizada por
un maestro afeminado . Sin embargo, volvemos a insistir en el hecho
de que Rojas González quisiera demostrarnos hasta el final de su obra
la teoría de los porcientos de Weininger . " Se sabe, por propia experiencia —dice éste —, que ciertas
personas del otro sexo pueden ejercer sobre un individuo incluso una
acción repelente, otras lo dejan
frío y otras lo excitan, hasta que
finalmente aparece (aunque no
siempre) la que despierta un deseo
incontenible de unirse a ella, y entonces todo el resto del mundo
pierde su valor y desaparece ."2 1 Y
eso es precisamente lo que ocurre
a Angustias, pues su pasión por el
" güerejo flacucho" 22 se impone
en ella de modo tan violento, que
olvida las guerrillas y se convierte
en esclava de un hombre qué había considerado la unión con ella
como " una cruza absurda "23 De
todos modos lava y canta feliz como en sus tiempos de adolescencia
ya que ese único amor de su vida
le ha dado un hijo " de piel oscura
y ojos verdes ." 24
IV
OTRA PASION INOLVIDABLE
En la silvestre adolescencia
de doña Bárbara no hallamos rasgos que la hagan parecer marimacho ni que revelen antipatía hacia
los hombres . Al contrario, sabemos que " la trágica guaricha "25
llegó a sentir un tierno amor por
Asdrúbal . Fué ése el "primer sentimiento puro que se albergó en su
corazón, brutalmente apagado para siempre por la violencia de los
hombres " . 26 Por eso, a pesar de la
pujanza con que se desataron sus
" apetitos reprimidos "27 , el rencor hará de ella una " mujer insaciable "28 " devoradora de hombres " . 29 a los cuales destruye mediante el goce erótico o administrándoles filtros mágicos como la
pusana, que inflama la lujuria y
aniquila la voluntad 3 0 . Todo ello
deja ver que doña Bárbara es una
mezcla de "lujuria y superstición . "31 Sin embargo, debemos
aceptar que en su alma "tardaron
varios años en confundirse la hirviente sensualidad y el tenebroso
aborrecimiento al varón . "32 Este
rencor no niega ni disminuye su
apetencia voraz hacia los hombres
a los cuales desea insaciablemente
devorar como la boa a su víctima.
Y, aun sabiéndose bella, se complace en extremar su hermosura
para tenderle el cebo a Luzardo,
llegando a ser " casi otra mujer
muy distinta de aquella, de desagradable aspecto hombruno ." 33
No obstante " haber traspuesto los
cuarenta, era todavía una mujer
apetecible, pues si carecía en ab-
soluto de delicadezas femeniles, en
cambio el imponente aspecto del
marimacho le imprimía un sello
original a su hermosura : algo de
salvaje, bello y terrible a la vez . "34
Y a pesar de que para ella tener un
hijo en las entrañas era una nueva
victoria del macho, " concibió y
dió a luz una niña, que otros pechos tuvieron que amamantar, porque no quiso ni verla siquiera . "35
V
UNA PERFECTA FANATICA
De los años de adolescencia
de la señora de Orbajosa nada nos
dice Pérez Galdós . ¿Amó la ilustre
dama en algún momento de su vida? ¿Se entregó a las caricias de algún amante tierno y apasionado?
Si no supiéramos que es madre de
Rosario, lo negaríamos rotundamente . "No sabemos cómo hubiera sido doña Perfecta amando.
Aborreciendo, tenía la inflamada
vehemencia de un ángel tutelar de
la discordia entre los hombres . "36
" Doña Perfecta era hermosa, mejor dicho, era todavía hermosa, "37
pero tenía " cierta expresión de
dureza y soberbia que era causa de
antipatía . "38 " Era maestra en dominar "39 "y siendo joven no lo
parecía "40 debido a su " fuerte
constitución biliosa . "41 El fanatismo religioso había secado en ella
todas las fibras de la ternura.
¿Amaba a su hija? ¿Puede llamarse amor la represión odiosa a que
somete a Rosario, aun comprendiendo que eso es un atentado contra la propia salud de la criatura?
Tal vez sinceramente creía amarla, e impulsada por un ciego cariño
quería salvarla de lo que ella consi deraba pecado . Doña Perfecta no
puede, no podía permitir que su
hija se casase con un hombre de
ciencia, pues para ella la ciencia
era sinónimo de ateísmo . Y ya lanzada por esa senda, jamás daría su
brazo a torcer aunque para ello
fuese necesario llegar al crimen y
hundir a su hija para siempre entre
las sombras de la locura . Doña Perfecta no se desvía jamás de su carácter severamente fanático y sombrío . Y a pesar de su alcurnia que
es la menos maternal .
El director teatral José Quintero, Sinán y el escritor italiano Carlos Cocciolli
VI
DUEÑAS Y DOÑAS
Nuestro primer encuentro
con doña Perfecta y doña Bárbara
nos muestra a este maduro par de
" doñas " en plena posesión de su
fama, es decir " dueñas " de una bien
conquistada personalidad . A la mulata, en cambio, nos la han de presentar "como una niña larguirucha
y deslucida . . . cargando sobre el
hombro un cántaro de agua . "42 A
su debido tiempo, como veremos,
también ella hará intentos para ser
" dueña " y "doña " . Por ahora trataremos de las dos heroínas más
crecidas.
En ambos casos, el distintivo
" doña " añadido al nombre no significa simplemente, como dice UIrich Leo, " que no se trata de una
joven muchacha "43 ya que tal distintivo también suele aplicarse como demostración de respeto y dignidad . A este respecto bien puede
recordarse que Rosario, la prima
y prometida de Pepe Rey, es tan
joven que Licurgo la llama " la niña " , lo cual no empece para que,
dándole el tratamiento que la cos-
tumbre ibérica aún exige entre los
criados y sus señores, la distinga
llamándola también " doña Rosario . "44
Debemos asimismo recordar
que cuando la Tolosa y la Molinera (dos mozas del partido) armaron caballero a Don Quijote, él les
rogó, a cada una por turno, " le
hiciese(n) merced que de allí en
adelante se pusiese(n) don, y se
llamase(n) doña(s) ."45 Unamuno
comenta esta escena, diciendo:
" . . .fueron adoncelladas por Don
Quijote y elevadas por él a la dignidad de doñas ."46
Los títulos de "don" o de
"doña " pueden, pues, heredarse
o ganarse, y designan un definido
rasgo de personalidad en quien los
lleva . Doña Perfecta lo ha heredado por su abolengo familiar y lo
merece además por su carácter y
porque la costumbre establece que
se la llame señora ama ya que es
dueña y señora de una gran heredad . Doña Bárbara no ha cumplido todavía tantos años como para que se le aplique el distintivo de
" doña " en tal sentido ; se la distingue así por el respeto a que ella
159
misma se ha hecho acreedora por
sus obras y además porque es "dueña" de un hato casi ilímite.
VII
DIVERSOS MODOS DE
ADQUIRIR PERSONALIDAD
Doña Perfecta hereda su personalidad y la conserva inalterable hasta el fin ; doña Bárbara la
gana por sus obras y la mantiene
hasta dejarla clavada como un
símbolo en la vasta llanura ; la negra Angustias, en cuyo caso sí
" se trata de una joven muchacha "47 necesita ganarse un prestigio a la minuta y lo consigue robándose la personalidad del padre.
Lo que ocurre, en efecto, es que
ella hereda a la brava . Campesina
paupérrima y humilde, jamás llega a ser " dueña " de nada, y el fin
de la novela la halla aún joven.
¿Existirán motivos para llamarla
"doña"? Sólo dos veces se la designa como tal en la obra homónima : cuando el compadre Concho
da las primeras órdenes en nombre de ella, llamándola " doña Angustias, jefa de este movimiento "48
y cuando, al verla sin su apariencia
hombruna, la pastora le pregunta
con voz zumbona : "— Oiga, doña . ..
¿pos qué pasó con los pantalones?"49 También será el compadre Concho quien le conferirá a la
negra Angustias el título de coronela al entregarle el arma que la
hará cabecilla del movimiento.
(No olvidemos que el título inicial
de " Doña Bárbara " era " La Coronela " .)50
Tanto a la negra Angustias
como a la misma doña Bárbara se
les podría aplicar las palabras que
del doctor Juan Huarte cita Unamuno refiriéndose a Don Quijote:
" Cuando el hombre hace algún hecho heorico o alguna extraña virtud o hazaña, entonces nace de
nuevo y cobra otros mejores padres, y pierde el ser que antes tenía . Ayer se llamaba hijo de Pedro
y nieto de Sancho ; ahora se llama
hijo de sus obras ." 51
La negra Angustias comenzará a ganarse su prestigio, más que
por hecho heroico o hazaña, por
un acto de audacia . Los primeros
destellos de la revolución la encuentran, prófuga, en la pequeña
160
aldea donde su padre, el negro Antón Farrera, había sido famoso
bandido de este tipo romántico de
los que roban a los ricos para darle
a los pobres hasta el extremo de
ser cantado en los corridos con toda clase de alabanzas . 52 La mulata
aprovecha esa circunstancia y se
roba la ajena personalidad paterna.
" — Anda, viejo " — le dice al
huéspere— " corre la voz por el pueblo, día todos que aquí está la mulata Angustias, hija del negro Farrera . "5 3 .
Todos los del pueblo, mujeres, hombres y niños, corren a verla .
"Angustias dejábase admirar
por todos, echaba en el taburete
del mesonero, muda y altiva, dueña de su prestancia y de aquella
presea que acababa de encontrarse
muy adentro : la personalidad . "54
Era, pues, " dueña " de algo,
pero ese algo era apenas una fama
prestada, una especie de armadura que ella necesitaba llenar con hechos propios, ya que de ellos depende " la estimación y fama que
otorgan los demás ." 55
Muy diferente es la admiración que los vecinos de San Fernando manifiestan por doña Bárbara la última vez que logran verla.
No ha tenido ella necesidad de dar
aviso para que vayan a admirarla,
más bien la aburre la curiosidad de
la gente que, desde la otra acera, la
contempla, diciendo : "—Todavía
da el gatazo " , " ¡Es estupenda!
'Qué ojos tiene! "56 "Fruto engendrado por la violencia del blanco
aventurero en la sombría sensualidad de la india "57 ella no necesita
ser hija de nadie porque ella es hija de sus obras .
VII I
EL HABITO NO HACE
AL MONJE
La negra Angustias seguirá
usando de prestado fama, traje e
ideas a lo largo de toda la novela.
Ella hará lo que sabe que han hecho Emilio Zapata y otros guerrilleros . Por eso dará las órdenes del
caso para que el Juzgado, " asiento
de la injusta justicia " , 5 8 sea pasto
de las llamas . Ya al ver al Güitlacoche regiamente ataviado con un
hermoso uniforme para la coronela Angustias Farrera y hará que el
otro se lo ceda . 59
Ya la tenemos, pues, toda ataviada de marimacho . ¿Es más hombruna por ello? Nada de eso . "La
mujer se movía dentro del traje
masculino con torpeza risible . . . "60
Doña Bárbara, en cambio,
prefiere conquistar a Luzardo aumentando sus hechizos de " hembra sensual " y reemplaza sus prendas masculinas por " una falda amazona " . Esa mañana, " montaba a
mujeriegas, cosa que no acostumbraba en el trabajo, y todo esto
hacía olvidar a la famosa marimacho . "61
Siendo anormal, la negra Angustias hará justicia " a nombre de
las mujeres " , 62 mutilando al Picado, lo cual no empece que por la
misma razón haga azotar cruelmente a la novia del ingeniero aun sabiéndola encinta de tres meses, alegando que lo experimentado por
la joven no es amor sino brama . 63
A este tipo de contradicciones parece referirse Otto Weininger cuando habla de " las mujeres masculinas que interpretan mal su propia
naturaleza, y no reconocen los
motivos de su acción cuando creen
hablar en nombre de la mujer . "64
La anormalidad de la mulata,
anormalidad de mujer " mocha " a
quien le falta algo para ser "hembra completa "65 — según le dice
doña Crescencia — , hará que Angustias se enamore perdidamente de
un delicado maestrito que la repudia por ser ella mulata 66 , lo cual
no evitará que ella, furiosa, se lo
lleve consigo y se dé a él " entre las
breñas como los chivos " , 67 siguiendo los dictados de la vieja
Crescencia, que acaba de decirle:
" Busca lo extraviado en el mismo
lugar donde lo perdiste : Allá abajo, entre las piedras y los matorrales . . . ¡Quién busca, jalla! "68
" Las cosas vuelven al lugar de
donde salieron" —dirá doña Barbara- .69
La negra Angustias se volverá
un grotesco muñeco en manos del
arrivista afeminado y se transformará en el hazmerreir de su pueblo . ? 0
IX
amor imposible . "75
X
EL CARACTER DE
DOÑA BARBARA
Doña Bárbara no tendrá inconveniente en entregar sus
obras, ? 1 pero no sin luchar hasta
lo último . Ella, " la mujerona de
ímpetus avasalladores "72 no ha de
dejarse aplastar así como así . "
¡Primero muerta que derrotada! "73
Cuando al fin la indomable
doña Bárbara se da cuenta de que
se halla "en presencia de algo contra lo cual no sabía luchar " 7 4
preferirá perderse entre esa misma
llanura que ella simboliza . El mito
de su carácter indómito quedará
en pie como cosa de misterio sobre la inmensa sábana.
Pintura da Alberto Dutary
"En la novela de Gallegos, lo
más duradero es el carácter de doña Bárbara, que el autor identifica
con la fuerza atrayente de la llanura, "devoradora de hombres " . Cegada su feminidad naciente por la
torpeza de los hombres, cruel y
sensual en su fiereza, doña Bárbara
vencida es más emocionante que
victoriosa . Su entrega es renunciamiento : el recuerdo de un amor de
adolescencia que renace en otro
FANATISMO Y SUPERSTICION
En lo tocante a fanatismo y
superstición, nuestras tres heroínas
pueden darse las manos . Doña Perfecta y doña Bárbara defienden
creencias religiosa muy personales.
La negra Angustias, individualmente, no manifiesta ideas a ese respecto con excepción del momento
en que desprende de su sombrero
de charro la estampa del Señor de
Chalma, diciendo : " yo no necesito
machos que me cuiden "76 y en su
lugar prefiere que le busquen " una
estampita de la Virgen de Guadalupe " . 77 Las creencias religiosas
de Angustias están más bien representadas por la bruja doña Crescencia a quien la gente del pueblo respeta como a una verdadera divinidad infernal . Todo el " puñado de
fanáticas "78 incluyendo a nuestra
prieta amazona creen en las prácticas diabólicas que emplea la bruja . De aquí la unción con que estas
mujeres ayudan a la bruja " a conjurar el espíritu de las tinieblas
que se ha acurrucado en el mesenterio " de Angustias . 79 Lo más curioso es que las tales hechicerías se
realizan frente a un altar donde la
cruz que ostenta la leyenda cristiana del INRI se halla entre Santa
Marta y el Señor de Chalma 88
Doña Bárbara se cree asistida
por potencias sobrenaturales y habla de un " socio "81 que le revela
acontecimientos lejanos y futuros
y que, según ella, es "el propio milagroso Nazareno de Achaguas . "82
" Mas, Dios o demonio tutelar, era.
el mismo para ella, ya que en su
espíritu, hechicería y creencias religiosas, conjuros y oraciones, todo estaba revuelto y confundido
en una sola masa de superstición "83 .
También el Dios de doña Perfecta es una rara divinidad injusta,
vengativa e hipócrita en cuyo
nombre la cristiana señora no tiene inconveniente en llegar al crimen. El socio mortal de doña Perfecta es el penitenciario don Inocencio por cuya boca parece que
hablara el Dios de la Santa Escritura : " Yo tengo una fe ciega en el
triunfo de la ley de Dios . . . Aquel
161
que va contra la ley de Dios caerá,
no hay remedio . . . La mano de
Dios está alzada sobre él, y le herirá sin falta ."84
XI
CIVILIZACION Y BARBARIE
Nuestras tres heroínas representan, por diversos caminos, la
obscuridad frente a la luz, la barbarie frente a la civilización y la
ignorancia frente a las ciencias . Doña Perfecta, que presume de ser
mujer civilizada se pone abiertamente contra el progreso . Para ella
únicamente existe la religión . Todo lo que se aparte de sus creencias religiosas es ateísmo y cosa de
los infiernos . Por eso rompe lanzas
contra el sobrino apenas éste manifiesta abiertamente su entusiasmo sin límites por las ciencias, y le
niega la mano de Rosario porque
ella considera que consentir en tales bodas es condenar a su hija al
infierno . 85 Ella es una señora criada y educada según los postulados
que defiende el señor penitenciario para quien "la ciencia, tal como la estudian y la propagan los
modernos, es la muerte del senti86 miento y de las dulces ilusiones "
Es inútil que doña Perfecta haya
aprendido a leer y escribir . Para
ella todo eso de los libros es error
y añagaza del demonio . Los que
insisten en aprender los adelantos
de la ciencia son los que están en
el error . Afortunadamente ella ha
logrado salvarse gracias a los consejos de su letrado confesor que
sólo cree en la ciencia antigua.
Doña Bárbara y la negra Angustias por lo menos hicieron un
esfuerzo para salir del oscurantismo y la ignorancia . Los primeros
amores de ambas amazonas fueron
idilios pedagógicos. Asdrúbal ponía todo su empeño para que ella
aprendiera a trazar las " letras que
ella hacía llevándole él la mano " 8 7
Como es de suponer, estas lecciones " los acercaban demasiado . "88
Fué también pedagógico el primer
amor de Angustias (primero y único) por el maestrito, quien recurriendo al viejo método que él mismo desechaba por " antipedagógico " , le dijo a Angustias : " acérquese, Angustias, yo llevaré su mano . "89
162
Para Ulrich Leo, " Doña Perfecta es la personificación del pueblo de provincia que se considera
perfecto ; Doña Bárbara lo es de la
barbarie de los llanos venezolanos . "90
venganza colectiva "98 y, desde
luego, " todo giraba en torno a la
violencia . "99 Después habría manera de orientar, encauzándolo,
aquel torrente 100 y de frenar " su
empuje inicial de potro
indómito." 1 0 1
Según Andrés Iduarte, " Doña
Bárbara podía haberse titulado Civilización y barbarie como el Facundo de Sarmiento porque es
también la lucha de la cultura contra las fuerzas del mal."91
1
Concha Meléndez corrobora
la opinión anterior cuando dice :.
"El antiguo choque de barbarie
contra civilización, no resuelto en
"Facundo" sino con una promesa,
se resuelve aquí en la capitulación
de Doña Bárbara ante la fuerza civilizadora que es Santos Luzardo . "92
¿Qué pasa con Angustias?
¿Ella y sus guerrilleros representan
la barbarie o la civilización?
Es significativo la escena del
" manifiesto " pegado en una esquina de Cuernavaca . 93 Angustias y
su hombres miran " aquella suce-
sión de líneas negras, mudas, impenetrables "94 y es inútil que devoren las letras con los ojos, pues
no saben leer . ¿Qué dirá el misterioso papel? ¿Cómo arrancarle su
secreto? Tanto la negra Angustias
como sus hombres saben que ante
ese enigma del " manifiesto " de nada vale saber disparar una pistola,
de nada vale jinetear y saber amansar potros, de nada vale tener en el
bolsillo algunos pesos robados, y
en fin de cuentas de nada vale llegar a general, pues ni siquiera un
general zapatista que se acercó al
cartel pudo leerlo . Todo aquello
les resultaba a Angustias y a sus
hombres tan misterioso que los
dejaba consternados . La mulata
reflexionó : " Nosotros así como
estamos no semos para el caso . ..
¡Hay que saber para saber! "95 El
Güitlacoche trata de darle menos
importancia al asunto y dice jactancioso : " ¡Pa mí ler o escrebir
vale sombrilla!"96
Pero la negra
Angustias ya ha tomado su decisión . Para mañana quiere que le
consigan un maestro que la enseñe
a le r.97
La rebelión, hasta ese instante, sólo había sido " la acción de la
XII
LOS SIMBOLOS DE LA LUZ
Pepe Rey y Santos Luzardo,
los dos héroes de Doña Perfecta y
Doña Bárbara llevan la luz a las tinieblas cual nuevos Prometeos y
no desmayan hasta el triunfo definitivo o la muerte . Sus mismos
nombres son como símbolos del
enunciado evangélico (ego sum lux
et veritas et vita) ya el uno se llama José Rey (nombre que nos recuerda el parentesco entre San José y el Rey de Reyes) y el otro tiene el muy significativo nombre de
Santos Luzardo, es decir, la Santa
Luz que arde perennemente en el
espíritu .) 02 Con esa luz él tratará
de "imponer sus normas a la adusta y angulosa fuerza primitiva de
la naturaleza, representada por doña Bárbara ." 1 0 3
Ambos jóvenes se encaminan
a sus respectivas heredades, cercenadas por propietarios colindantes
con la complicidad de mayordomos y jueces venales.
"Luzardo, el luchador por la
civilización, fue nacido en los llanos, y toda su educación posterior
por la ciudad y la universidad no
logran matar en él los instintos primitivos, rebelándose contra los
aprendidos . Nada de ello se encuentra en Pepe Rey, representante del papel de civilizador en Doña
Perfecta, hombre nacido y educado en Madrid ."10 4
Frente a las mil dificultades
que ven ante ellos y los peligros a
que pueden exponerse (en caso de
que intenten frenar a ambas matronas) Santos Luzardo comprende que "lo apasionante ahora es la
lucha ."10 5 Y Pepe Rey también
resuelve quedarse, pues " Una gran
.pr"e1a0b6 batalla se
no nací para este rencor que me
está devorando . "108 Luchan en
ella el odio y el amor hacia la madre . Aquello le parece algo terrible , pero al fin logra desahogarse
y manifiesta que aborrece a la madre .1 09 Ese rencor es el que la hace gritarle : " Usted no es mi madre " , " Usted no es mujer . "11 0
En efecto, doña Perfecta, obnubilada por el fanatismo que la convierte en demonio vengador, da la
orden para que Caballuco
1.dispare epe Rey muere, y Rosario
P
enloquece . 112
La barbarie ha
triunfado.
¿Podría parangonarse, moralmente, el maestrito Manuel de la
Reguera y Pérez Cacho con estos
dos dinámicos civilizadores, símbolos de la luz, de la verdad y de
la vida? También él es producto de
la enseñanza urbana, y, al igual
que los otros, pertenece a la clase
media y a una familia acomodada
que ha podido educarlo en la gran
metrópoli, pero él no es de la fibra
de los pioneros que llevan luz a las
tinieblas, puesto que "el título de
profesor normalista"107 no le sirvió para maldita la cosa . Toda su
acción civilizadora se redujo a un
mediocre intento de enseñarle a la
negra Angustias a leer y escribir.
XII I
LOS SÍMBOLOS DE LA
BONDAD
Doña Perfecta y doña Bárbara tienen hijas que son símbolos
de la bondad angélica, Rosario y
Marisela, quienes desean casarse, a
despecho de las madres, con los
dos héroes respectivos, primos de
ellas. Doña Perfecta se opone al
matrimonio de Rosario con Pepe
Rey, porque ella considera que esa
unión significa la eterna condenación para su hija . No habrá nada
que logre disuadirla de esa creencia, pues ella está dispuesta a oponerse de todos modos aunque después caiga el diluvio . Esta inhumana obstinación de la madre,
confunde el ánimo de la tierna Rosario, pues comprende que al lado
del cariño filial va germinando un
odio incontenible, que no se atreve a definir ni ante Dios, arrodillada, a obscuras, en su cuarto . "Yo
El conflicto entre doña Bárbara y su hija es de índole diferente . Ambas aman al mismo hombre.
Luchan violentamente como fieras
que tratan de arrebatarse una pieza . Marisela sorprende a doña Bárbara haciendo ensalmos para atraerse a Santos, y se abalanza contra
ella : "¡Bruja! ¡Bruja! " —le grita- .1 13 Sin embargo, cuando ya
doña Bárbara comprende que nada
impedirá el matrimonio de Marisela y Santos, siente primero el ímpetu que la obliga a preparar la pistola ; pero, al mirar a la hija feliz,
ella que es símbolo de la barbarie,
baja el arma y se aleja . La civilización había triunfado . La señora
Perfecta resuelve su conflicto de
modo bárbaro, mientras la bárbara
amazona resuelve el suyo de manera perfecta .
XIV
LOS SÍMBOLOS ZOOLÓGICOS
Simbólicamente, doña Perfecta asesina a la hija, ya que Rosario
se vuelve loca . La madre ha hundido a la hija en las tinieblas . Para
Marisela ocurre precisamente lo
contrario puesto que para ella " bajó la luz al fondo de la caverna . "114 También en el espíritu
de doña Bárbara se hace la luz que
le permite ver un mundo de paz,
de amor y de nobleza . "De pura
luz de estrellas era la chispa que
brillaba en la mira, entre la tiniebla alevosa . . . "115 Ahora ya todo
es claridad ; y hasta la voz del zagalejo que, muy temprano, llama a
las vacas para ordeñarlas, suena como un cencerro delicioso . "
"¡Cla1rid,6 a!
Y
,
mientras la amazona de los llanos,
bravía y rebelde, le deja su fortuna
a esa hija que para ella simboliza la
luz, doña Perfecta le entrega todos
sus bienes a la Iglesia, pues ya comienza a devorarla la ictericia11 7
y presiente sobre ella " una nube
."n1egr8a
Al retirarse doña Bárbara con
el propósito de desaparecer de
aquellas tierras, ve cómo una serpiente de pantano sumerge a una
novilla en el tremedal .11 9 Culebra
y res se hunden bajo la superficie
donde ahora sólo quedan burbujas.
Una de éstas " se quedó a flor de
agua dentro de una ampolla amarillenta, como un ojo teñido por la
ictericia de la cólera ."1 2 0 La cólera de doña Perfecta le dará la apariencia de un reptil, del mismo
modo que a la otra, devoradora de
hombres, se la considera una serpiente . En efecto, cuando le avisan
a doña Perfecta que Pepe Rey ha
entrado en la huerta para fugarse
con Rosario, la ilustre señora de
Orbajosa dejó escapar " una especie de bramido " 1 2 1 y, sin hacer
caso del desmayo de su hija, se
lanzó con la amiga escaleras abajo.
" Las dos mujeres se deslizaron por
la escalera como dosculebras ."1 22
XV
FEUDALISMO Y REVOLUCION
En una carta de Pepe Rey a
su padre, le dice que en Orbajosa
163
dominan todavía modos de vida y
de justicia tan bárbaros como en
los viejos tiempos del feudalismo.
" Aquí privan — le dice — las ideas
más anticuadas acerca de la
sociedad, de la religión, del Estado, de
la propiedad . "123
Más adelante
agrega que doña Perfecta, " que tiene el feudalismo en la médula de
los huesos " , 1 24 ha reunido una
facción de guerrilleros que están
dispuestos a resolver " sus cuestiones por la fuerza bruta y a fuego y
sangre, degollando a todo el que
como ellos no piense . "125
También sabemos que doña
Bárbara " tiene su cementerio " , 126
frase con la que el boga le indica
a Luzardo que la cacica y su pandilla de bandoleros asesinan " a
mansalva a cuantos intenten oponerse a sus designios ."1 27
En la novela de Rojas González, el mismo hecho de haber logrado Angustias hacerse jefe del
movimiento sólo por ser la hija del
famoso bandolero Antón Ferrera,
le permite al autor poner de manifiesto (como lo hace con mayor
precisión más adelante) que la
chusma confundía las ideas
de justicia social con las de bandolerismo . " Mira, Pifanio — le dice el Güitlacoche a un serrano — una cosa es
tomar lo ajeno cuando se necesita
y otra es robar . "128 Pero Pifanio
también defiende sus ideas : " ¿qué
es lo que más necesita el probe?
¡Pos dejar de serlo! y pa eso es
menester dinero ; luego entonces a
mí no me salgan con que soy ladrón . "129 También Angustias tiene una idea muy nebulosa de la revolución . Si sus hombres quieren
saldar sus viejas cuentecitas de venganza y de odios, que lo hagan:
" ¡Para eso también sirve la bola!" 1 30
El feudalismo de la señora de
Orbajosa es tan bárbaro como el
que impera en los llanos venezolanos y en el resto de América . En
las novelas respectivas el conflicto
se resuelve, como hemos visto, entre esas fuerzas contrarias que son
el bien y el mal . Doña Perfecta y
sus secuaces no tienen clara idea
de estos conceptos, y aun siendo
ella persona civilizada toma por
mal lo que es el bien y viceversa.
Tanto ella como el penitenciario
consideran que su pandilla de gue164
rrilleros está luchando por una causa justa, que es la causa de Dios
contra el Demonio . Lo importante
es saber si Dios les da la razón . De
todos modos, ellos triunfan aunque después caiga sobre ellos la catástrofe . El feudalismo de Orbajosa se alza en armas contra la civilización y el resultado lógico es el
triunfo de las tinieblas . La barbarie feudal de doña Bárbara ve brillar una chispa en las tinieblas y se
hace a un lado para dejar que pase
la luz . La negra Angustias, que es
la barbarie en lucha contra una especie de feudalismo colonial, no
tiene ideas muy claras sobre el papel que a ella le toca representar
en esa pugna . De todos modos,
piensa que " los probes tienen que
ser menos ricos . "121 Y en fin, por
boca de ella se expresa un gran deseo de perfección, un gran anhelo
de acercarse a la luz : " ¡Hay que
saber para saber! "132
XVI
CENTAUROS Y CENTAUROS
Cuando Rojas González nos
dice en su novela que Emiliano Zapata dió pábulo a que la prensa
le colgara el mote de " Atila del
Sur " , 133 recordamos que a Pancho Villa se le llamaba " El Centauro del Norte " . Asimismo, cuando
uno de los personajes de la obra, el
arribista Pérez Gómez refiriéndose
a la revolución, nos habla del " potro indómito " que hay que frenar
con energía, también pensamos en
el centauro, " porque el caudillo en
América es el centauro hecho mandón, resumen y símbolo del Conti--
nente por la superior biología y el
alma a ratos inmensa y a ratos
monstruosa . "134 Estas frases de
Andrés Iduarte no se refieren al
Centauro del Norte sino a la tesis
de Lorenzo Barquero : "Es necesario matar al centauro que todos
los llaneros llevamos por dentro . "135 Esta tesis tiene su contrapunto en la impresión que a Pepe Rey le produjo Caballuco desde
el primer encuentro . "Volvióse
nuestro viajero y vió a un hombre,
mejor dicho, un centauro, pues no
podía concebirse más perfecta armonía entre caballo y jinete ."1 36
Más adelante, y en todo el resto de
la novela, a este famoso bandolero
se le llamará el Centauro.
" Revelación a América — en
suma— la que hace Rómulo Gallegos, revelación de su mitología : el
héroe de a caballo, el centauro de
grandeza psicológica y grandeza
plástica, descuidado por los preciosistas que allá nos malnacen, seducidos, boquiabiertos y almiquebrados por una Europa que no entienden y que los desdeña ; el héroe, el
centauro que es el gaucho en la
Argentina, el llanero en Venezuela, el charro en México . "137
Quienes llevan el rol de criminales en Doña Perfecta y Doña Bárbara son Caballuco y El Brujeador.
Tanto Pepe Rey como Luzardo se
encuentran a estos dos tipos al iniciar sus respectivos viajes, tienen
con ellos un cambio de palabras
más o menos violentas, y los despiden de mala manera . Caballuco y
El Brujeador se alejan, profiriendo
una velada amenaza de nuevo encuentro.
He aquí las frases con que, en
ambas novelas, se rubrica la forma
como desaparecen estos dos bandoleros:
(Caballuco) "Y, sin decir más,
picó espuelas a su corcel, el cual,
partiendo a escape, desapareció
entre una nube de polvo . "138
(El Brujeador) "Y diciendo
así. . . se puso en marcha por la sabana abierta . "139
Al ver alejarse a Caballuco,
Pepe Rey pregunta al tío Licurgo:
" ¿Quién es este pájaro? "140 El
guía le explica que es el famoso
Caballuco, hombre terrible a quien
todos temen, porque es de los que
hacen correr la sangre . Luzardo,
al ver alejarse a El Brujeador, pregunta al boga : " ¿Conoce usted a
este hombre? "141 Y éste y los
otros bogas le dicen que es el famoso espaldero de doña Bárbara
a quien llaman El Brujeador.
"¿Trae usted armas? " — pregunta el tío Licurgo a Pepe
Rey .1 42
" ¿Es usted buen , tirador? "
—pregunta el boga a Luzardo . 143
XVI I
DOS AMAZONAS
ENAMORADAS
Tanto doña Bárbara como la
negra Angustias se enamoran de
los dos hombres que las enseñan a
leer y escribir . Ambas sufren la
misma desilusión . Barbarita comprendió que en los planes de Asdrúbal no había sitio para ella " y
los hermosos ojos se le cuajaron de
lágrimas . " El novelista agrega enseguida : "Permanecieron así largo
rato . "144 Al recibir la repulsa del
maestrito, Angustias soltó " un torrente de sollozos " "Y así permaneció llorando largo rato . "145
Al dejarla Asdrúbal, Barbarita se halló sola e indefensa.
" De pronto cantó el " yacabó " . Campanadas funerales en el
silencio desolador del crepúsculo
de la selva . . ."1 46
Al dejarla el maestrito, también Angustias se halla sola.
"De pronto se dió cuenta de
su verdadera situación : estaba sola, completamente sola . "147
Pintura de Juliana Ramírez (colombiana)
Esta impresión de soledad se
va intensificando en Angustias.
"De pronto vió cómo " sus "
hombres huían . Alguno la descubrió y llegándose hasta ella . . . "
Le dice:
" Vámonos, mi coronela, los
federales vienen pisándonos los talones ."1 48
Y como ella resuelve quedarse de todos modos, él le dice:
" . . .ya usté, desde que se dedicó a leitura no sirve pa maldita la
cosa . "149
Muy parecida es la reacción
de doña Bárbara al final de la obra
de Gallegos.
" ¿Qué pasa aquí — preguntó — ¿Qué se ha hecho la gente? "
"—Se escabulleron todos "
—respondió el bobo, etc.
Y agregó:
"Dijeron que no querían servirle a usted, porque ya usted no
es la misma de antes, etc . "150
doña Bárbara la mujerona de los
ímpetus avasalladores y, sin decir
palabra, con un arrebato preñado
de intenciones siniestras, volvió a
montar a caballo y se encaminó a
Altamira ." 151
Tal escena halla un reflejo
evidente en la actitud adoptada
por Angustias en una situación parecida.
"Qué extraño resorte pudo
mover la voluntad de la mulata,
etc ." Y más adelante : " . . .salió al
patio, desató su caballo, de un
brinco estuvo en sus lomos,
etc . "152
Picó espuelas a su caballo y
se lanzó hacia la casa del maestro.
Al iniciar su loca carrera, " atropelló a un vendedor de barbacoa"
" ante el asombro de las mujeres
madrugadoras " . 153
DOS AMAZONAS A CABALLO
Doña Bárbara montó a caballo, furiosa, y se encaminó a la casa de Luzardo, ante el asombro de
Juan Primito que " se quedó haciéndose cruces. "154
Ambas mujeres, doña Bárbara y la negra Angustias, aun sabiéndose completamente derrotadas,
resuelven luchar en defensa de sus
respectivos amores.
" Reapareció por completo en
Son, desde luego, simples
coincidencias que nos ha parecido
oportuno anotar sólo porque acentúan las líneas y los ángulos de lo
que hemos llamado el isoscelismo
de las tres heroínas estudiadas .
XVII I
165
XIX
EL SILLON DE LOS MUERTOS
Refiriéndose al patriarca José
Luzardo y a su estoica manera de
morir, el crítico español Agustín
del Saz nos da un antecedente valle-inclanesco . "El padre filicida
—dice— clavó su lanza en la pared
y, como una penitencia a su furia
criminal, se sentó en un sillón a
esperar su muerte contemplándola . Esta actitud recuerda Romance
de Lobos (teatro de Valle Inclán),
cuando Juan Manuel Montenegro
se encierra donde murió su mujer,
a quien consideraba víctima de sufrimientos por su causa . "155
En la novela de Rojas González, al regresar Angustias a su tierra, supo por los vecinos, que su
padre murió después de irse ella.
" No encontraban otra causa que la
tristeza ; tres días o más duró el cadáver tieso sobre el sillón de piel
de cerdo ."
XX
DOS OPINIONES
CONTRADICTORIAS
En su estudio sobre Rojas
González, Mary Ann Lowe no considera lógico el desarrollo psíquico de los dos personajes principales de La Negra Angustias.
Dice:
"Los cambios psíquicos que
sufre la personalidad de Angustias,
la heroína, nos parecen ilógicos.
Si siempre sintió un asco insuperable por los machos, es absurdo que
se case con un hombre débil y afeminado, y que además llegue éste
a dominarla . También son un tanto absurdos los cambios que se
producen en Manuel de la Reguera
y Pérez Cacho ."1 56
Para el crítico Manuel Pedro
González, los cambios de ambos
protagonistas, en la misma novela
" son de una lógica incontrovertible . "157 Para el citado historiador
de la novela mexicana también es
lógica la forma en que "el subconsciente y el instinto sexual
operan"158 en la heroína " para vencer los estragos del trauma psicológico y el complejo contra natura
que de él se derivó ." 59
166
Lo que no nos parece tan lógico es que tanto la "femenidad "
como el " instinto sexual " se hubiesen
"inhibido artificialmente
por obra de las circunstancias " .
Puede hasta ser posible que las circunstancias afeminasen al "catrin
enclenque " y que éste, al reaccionar, se transformase en " lambiscón despreciable " ; 160 pero la negra Angustias nació híbrida ; las
circunstancias no intervinieron para nada en su marimachismo.
Le damos la razón a Mary
Ann Lowe, pues lo que ocurre sencillamente es que el personaje de
Angustias no mantuvo su línea psicológica hasta el final . Y eso es precisamente lo que le niega a la obra
" el rango de gran novela "161 como lo afirma el mismo crítico cubano .
De las tres heroínas estudiadas, la que menos da muestras de
angustias interiores es Angustias;
la que menos da muestras de barbarie total es doña Bárbara ; y la
que menos da muestras de perfección es doña Perfecta . Sus nombres resultan, pues la antítesis del
mundo psicológico de cada una de
ellas .
NOTAS
1 LEO ULRICH, Rómulo Gallegos : estudio sobre el arte de novelar . Ediciones
Humanismo . México, 1954 . p . 43.
2 PEREZ GALDOS, BENITO . Doña Perfecta. Aguilar Editor . Madrid . 1941.
3 GALLEGOS, ROMULO . Doña Bárbara. Fondo de Cultura Económica . Tezontle . México, 1954.
4 ROJAS GONZALEZ, FRANCISCO.
Negra Angustias . Cía . General de
Ediciones, S . A ., México, 1955.
5 WEININGER, OTTO . Sexo y Carácter.
Cía . Ed . Continental . México, 1955.
6 WENINGER . Op. cit . p . 95.
7 GALLEGOS . op . cit . p . 21.
8 ROJAS GONZALEZ . op. cit. p . 140.
9 Ibídem, p . 146.
10 Ibid, p . 201.
11
Ibid, p . 31.
12 Ibid, p .31.
Ibid, p . 19.
13
14 Ibid, p . 38.
15
Ibid, p . 45.
16
[bid, p . 18.
17 WEININGER . op . cit . p . 51.
18 Ibídem, p. 75.
19 ROJAS GONZALEZ, op . cit, p .p . 108
y 109.
20 Ibídem, p . 190.
21 WEININGER, op . cit. p . 51.
22 ROJAS GONZALEZ, op . cit. p. 204.
23 Ibídem, p . 175.
24 Ibid, p . 224.
25 GALLEGOS, op . cit. p . 35.
26 Ibídem, p .40.
27 Ibid, p . 42.
28 Ibid, p . 43.
29 Ibid, p . 10 y passim.
30 lbid, Cf. p . 41.
31 Ibid, p.47.
32 lbid, p.41.
33 Ibid, p . 162.
34 GALLEGOS, op . cit . p . 47.
35 Ibídem, p . 43.
36 PEREZ GALDOS, op . cit. p . 497.
37 Ibídem, p .496.
38 [bid, p . 496.
39 Ibid, p . 496.
40 Ibid, p .496.
41 Ibid, p .496.
42 ROJAS GONZALEZ, op . cit . p . 13.
43 LEO, ULRICH, op . cit . p . 44.
44 PEREZ GALDOS, op . cit. p. 408.
45 CERVANTES . Quijote. Obras Completas . Aguilar Editor, 1952 . p . 1045.
46 UNAMUNO . Ensayos . Aguilar Editor.
Madrid, 1951, p . 99, II Tomo.
47 LEO, ULRICH, loc . cit.
48 ROJAS GONZALEZ, oñ . cit . p. 82.
49 Ibídem, p . 211.
50 LEO, ULRICH, Cf . nota (a) op . cit. p.
55.
51 Examen de ingenios para las ciencias.
cit . por Unamuno, op . cit. p. 90.
52 ROJAS GONZALEZ, Cf . op . cit . p. 81.
53 Ibídem, p . 80.
54
Ibid, p . 80.
55 MENENDEZ PIDAL, RAMON, De Cervantes y Lope de Vega, "Del honor en
el teatro español " , Colección Austral
No . 120, p . 136.
56 GALLEGOS, op . cit . p . 316.
57 Ibídem, p . 35.
58 ROJAS GONZALEZ, op, cit . p . 86.
59 ROJAS GONZALEZ, op. cit . Cf . p.
106.
60 Ibídem, p .p. 108 y 109.
61 GALLEGOS, op . cit p .p . 162 y 163.
62 ROJAS GONZALEZ, op . cit. p . 90.
63 Ibídem, Cf . p.p. 113-116.
64 WEININGER, op . cit . p . 103.
65 ROJAS GONZALEZ, op . cit . p . 196.
66 Ibídem, p . 175.
67 Ibídem, p . 198.
68 Ibídem, p . 196.
69 GALLEGOS, op . cit. p . 234 y passim.
70 ROJAS GONZALEZ, op. cit . Cf. p.
205.
71 GALLEGOS, Cf . op . cit . p . 299 y passim.
72 Ibídem, p. 321.
73
Ibid, p . 322.
74 Ibid, p . 319.
75 MELENDEZ, CONCHA, Signos de
América. México, 1936, p . 99.
76 ROJAS GONZALEZ, op . cit . p . 106.
77 Ibídem, op . cit. p . 106.
78
Ibid, p . 34.
79 ROJAS GONZALEZ, op . cit p . 34.
80 Ibídem, p . 35.
81 GALLEGOS, op . cit . p . 46.
82 Ibídem, p . 46.
83 Ibid, p .46.
84 PEREZ GALDOS, op . cit . p . 476.
85 PEREZ GALDOS, op . cit . p . 466.
86 Ibídem, p. 422.
87 GALLEGOS, op . cit . p, 37.
88 Ibídem, op . cit . p . 37.
89 ROJAS GONZALEZ, op . cit . p . 169.
90 LEO, ULRICH, op . cit. p . 44.
91 IDUARTE, ANDRESS, Veinte años
con Rómulo Gallegos. Ediciones Humanismo . México, 1954 . p . 70.
92 MELENDEZ, CONCHA, op . cit p . 97.
93 ROJAS GONZALEZ, op . cit. Cf . p.p.
153 y sigs.
94 Ibídem, p . 153 .
95 Ibídem, p . 155.
96 Ibid, p. 155.
97 Ibid, p. 156.
98 Ibid, p. 120.
99 Ibid, p . 120.
100 Ibid, cf . p . 120.
101 Ibid, p . 145.
102 ANDERSON IMBERT, ENRIQUE, Historia de la literatura hispanoamericana.
Fondo de Cultura Económica, México, 1954 . p . 286.
103 SANCHEZ, LUIS ALBERTO, Proceso
y contenido de la novela hispanoamericana . Editorial Gredos . Madrid, 1953,
p. 308.
104 LEO, ULRICH, op . cit p. 47.
105 GALLEGOS, op . cit. p . 35.
106 PEREZ GALDOS, op . cit . p . 452.
107 ROJAS GONZALEZ, op . cit . p . 137.
108 PEREZ GALDOS, op . cit . p. 479.
109 Ibídem, p . 479.
110
Ibid, p .498.
111 Ibid, p . 499.
Ibid, p. 501.
112
113 GALLEGOS, op. cit . p . 233.
114 GALLEGOS, op. cit . p . 308.
115 Ibídem, p . 322.
116 Ibid, p . 248.
117 PEREZ GALDOS, op. cit . p . 502.
118 Ibídem, p .502.
119 GALLEGOS, cf . p . 324.
120 Ibídem, p . 325.
121 PEREZ GALDOS, op . cit. p . 498.
122 Ibídem, p .p . 498 y 499.
123 PEREZ GALDOS, op . cit. p . 494.
124 Ibídem, p . 494.
125
Ibid, p .494.
126 GALLEGOS, op. cit ., p . 23.
127 Ibídem, p . 21.
128 ROJAS GONZALEZ, op. cit. p . 103.
129 Ibídem, p . 104.
130 Ibid, p . 85 .
131 ROJAS GONZALEZ, op . cit . p. 93.
132 Ibídem, loc . p. 155.
133 Ibid, p . 142.
134 IDUARTE, op. cit . p. 17.
135 GALLEGOS, op . cit . p. 99.
136 PEREZ GALDOS, op . cit . p . 411.
137 IDUARTE, op . cit p . 16.
138 PEREZ GALDOS, op . cit . p . 412.
139 GALLEGOS, op. cit p, 26.
140 PEREZ, GALDOS, op . cit. p . 412.
141 GALLEGOS, op . cit. p . 22.
142 PEREZ CALDOS, op . cit. p .410.
143 GALLEGOS, op . cit. p . 26.
144 Ibídem, p . 37.
145 ROJAS GONZALEZ, op . cit p . 175.
146 GALLEGOS, op. cit . p. 39.
147 ROJAS GONZALEZ, op . cit . p . 176.
148 Ibídem, p . 177.
149 Ibid, p . 177.
150 GALLEGOS, op . cit p . 321.
151 Ibídem, p . 321.
152 ROJAS GONZALEZ, op . cit p .p . 182
y 183.
153 Ibídem, p . 184.
154 GALLEGOS, op . cit p. 322.
155 DEL SAZ, AGUSTIN, Resumen de historia de la novela hispanoamericana.
Editorial Atlántida, S . A ., Barcelona,
1949, p . 157.
156 LOWE, MARY ANN, Francisco Rojas
González, novelista . Tesis para obtener
el grado de Maestro en Artes, Escuela
de Verano, Universidad de México, México, 1957, p. 96.
157 GONZALEZ, MANUEL PEDRO, Trayectoria de la novela en México, Ediciones Botas . México, 1951, p. 363.
158 Ibídem, p . 363.
159 GONZALEZ, MANUEL PEDRO, op.
cit. cf . p . 363.
160 Ibídem, cf . p . 363.
161 Ibid, p . 362.
. . . . . ... . . . ... . . . ...... . . . ... . . . ... . ..... . ..... . . ....... . ....... . ........ . . . . ..... ... .. ....... . . . . ... . ........... ....... .........
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EDITORIAL SIGNOS, S .A.
167
Eva, la sierpe y el árbol
( cuento )
ROGELIO SINAN
No como Galatea tallada en mármol o fundida en los crisoles del mito sino creada por milagro genésico, flor de alquimia
y auténtica inmaculada concepción sin ombligo, Eva, mujer de
carne y hueso, por cuya sangre corre el ciclo lunar, se halla perpleja, estupefacta, casi insegura de sí misma y en franco desconcierto mental, pues no logra coordinar sus ideas frente al
confuso laberinto edénico. Su intuición femenina la hace sentirse tensa, como a la defensiva, y en actitud de alerta . Presiente una dolosa jugada de Dios y desde luego no se resigna a ser
costilla de Adán . Toda esa fábula le parece pueril, un burdo
embrollo de los terratenientes de la EDEN LAND CORPORATION COMPANY para desalojarme de mi heredad y obligarme
a comer el pan con el sudor de mi frente . Siempre la eterna
argucia farisaica . ¡adelante, valientes guerrilleros! Duro con
esos hijos de . Para colmo de males no acierta a precisar si es
ella la que corre desnuda por una de las mal asfaltadas calles
del paraíso o si a la inversa lo que avanza en su contra es el fatídico árbol de la ciencia del bien y del mal de cuyos frutos dijo Jehová no comeréis so pena de morir . Y eso a qué santo . Me
dio lástima porque tenían un lindo aspecto de manzanas, rojas,
enormes y atractivas. ¿Por qué negárseme el goloso deleite de
saborearlas? Había tantas, que se caían al suelo de maduras y
eran pasto exquisito de las bestias lo cual me hizo pensar que,
desde luego, no podían ser dañinas . Por simple percepción pude intuir que en el origen de ese ingrato tabú fermenta el lúpulo de la sucia codicia, la ruindad y la usura . Sí, aquella interdicción me pareció fuera de lógica y muy poco cristiana salvo el
caso de que Jehová fuera judío . Tal vez . Con todo y eso, no le
cortó el prepucio a Adán, pero, en cambio, solía discriminarnos. En efecto, todos los animales del Edén se sabían de memoria su coito ergo sum y, haciendo caso omiso de nosotros,
se pasaban el día dale que dale, dejándonos en vilo y, por supuesto, como a la luna de Valencia . Jehová sabía de sobra que
aquel trepaquesube era bueno de lo contrario no hubiera dicho
aquello de crescite et multiplicamini. Sin embargo, la Iglesia dijo nopis . Siempre erecta, la sierpe, de piel tersa y rosada, proseguía su campaña proselitista . Me ofrecía la manzana y analizaba eurísticamente los valores de su jugosa pulpa existencial.
Traté de resistirme contra sus artimañas y hechicherías, pero la
carne es débil y al fin supo vencerme con su mejor dialéctica
kierkegaardiana . No le hagas caso al viejo, dijo . Nada de angustia ni de pecado original . Apresúrate a saborear el fruto prohibido, fuente de goce y vida eterna . Probé, probó, probamos, y
aquello resultó tan dulsexácido que a Eva se le hizo agua la boca y estuvo casi a punto de morderse la lengua cuando ¿quién
iba a imaginarse la presencia de aquel inoportuno ángel negro
que, aterrado, se apartó bruscamente, gritando : cuidado, jovencita, maneje bien, carajo, por poco me atropella . Y Eva repuso tímida : dispénseme, venía distraída, lléneme el tanque.
Por fortuna sonó en ese momento el teléfono . Estoy solo . Todos almuerzan a esta hora . Vuelvo enseguida . Espero que un
168
poco de paciencia no le hará daño, linda, lo cual a Eva le pareció muy justo y mientras tanto procuró distraerse admirando
la exuberancia de la vegetación y fue acercándose al tronco de
un gigantesco corotú que embellecía el lugar, seducida par el
curioso aspecto de una liana cuyas sinuosidades le daban el
aspecto de una serpiente igual a aquella que nos aconsejó revelarnos contra el mezquino tabú paradisíaco lo cual en fin de
cuentas fue la gran decepción pues los frutos resultaron un
fraude . De manzanas no tenían ni las pepas . Tampoco es cierta
que la culebra sea el demonio ni que el pecado original aluda al
coito, de la contrario Dios no habría dicho procread y multiplicaos y henchid la tierra . De habernos sometido a la ordenanza del sexto mandamiento, la Muerte se habría quedado
sin oficio ni beneficio porque quien no fornica no fabrica . Claro que en lo tocante a la caída todo lo que hubo fue soberbia,
pero entonces ¿por qué se avergonzaron de estar desnudos y
por qué se cubrieron con hojas semejantes a las de aquel florero que había en la Dirección del Colegio esa mañana cuando la
madre superiora me preguntó ¿cómo te llamas? y, tímida, le
dije : mi nombre es Evarista pero me dicen Eva? Sí, y la madre
Lucrecia que era muy joven y bonita me llevó al dormitorio y
desnúdate, me dijo, tienes un nombre de pecado como tus senos, qué palomitas, no te pongas nerviosa, y a través del cristal
de la ventana vi en el jardín un árbol que me hizo recordar la
paz idílica del paraíso, sí, fue en ese momento cuando, al sentir su beso, me di cuenta de que estaba desnuda porque de nuevo Yo era la aurora del mundo y el espíritu santo aún aleteaba
sobre la haz de las aguas.
—Sí, señora —trasmite por teléfono, estudia la cuadrícula,
dibuja figuritas absurdas el siquiatra— . Eva, su hija . Claro que
ha vuelto a las andadas ; pero no se preocupe, ya el peligro ha
pasado . Llegó a mi clínica en tal estado de sobreexcitación que,
con la ayuda de mis dos enfermeras, no tuve más remedio que
inyectarle un sedante . Siguió monologando, en un trance como de duermevela . Ya está tranquila . Creo que duerme . No he
debido dejarme convencer por usted cuando Eva se encaprichó
en dejar la Sala de Siquiatría . Perdóneme, señora, pero sus mil
obligaciones de orden socialartísticorreligiosofilantrópico le
impiden dedicarse debidamente a su hija . Sí, la dejó en la casa
al buen cuidado de una monjita que desde luego se quedaría
dormida, pues lo cierto del caso es que Eva se escapó en su
auto y, guiando sola, anduvo par la ciudad . Imagínese el
.enPor-mftuplaigs ó ona
.
Con todo y eso,
casi atropella a un pobre joven . Ya ve, nuestra terapia ha sido
inútil . Claro, una recaída . Sí, además de las alucinaciones le
han vuelto las ideas obsesivas sobre el pecado original . Sí, el divorcio de ustedes fue un duro golpe para Eva . Su exesposo y
usted consideraron que lo más expedito para librarse del problema consistía en recluirla en un colegio de monjas . Algunos
internados religiosos infunden miedo al sexo y, aprovechando
la credibilidad de las alumnas, suelen considerarlo como sinónimo de diablo y de pecado . De allí el gran número de adolescentes llenas de traumas sexofóbicos. Ese es el resultado obtenido con la clausura de Eva . Lamentable, señora . Lo de siempre . Conflictos sicológicos. Disparates de su mundo inconciente . Ahora insiste y está convencidísima de que ha sido picada
por una víbora . Pura invención de sus sentidos . Lo grave es que
se trata nada menos que de la mítica serpiente del Edén . Imagínese, en la puntita de la lengua, lo cual es imposible . No, señora, la paciente transforma el sueño en realidad . A ese respecto existen las experiencias más absurdas puesto que el campo
ilógico de la historia colinda con un tipo de magia que hace
pensar en brujerías . Recuerde usted la Inquisición y sus famosos autos de fe. Varias monjas llegaron a sentirse poseídas por
Lucifer ; otras, en trance catatónico, se autocrucificaban imaginariamente con tan intensa sugestión que hasta lograban sangrar por pies y manos. Las huellas de los sacros estigmas dieron
pábulo a mil supercherías de diversa índole, pues se pensó en
milagros y, en el peor de los casos, en demonologías . Muchas
de estas enfermas pagaron en la hoguera su misticismo . Con
relación al caso de Eva, considero que es de necesidad imprescindible reinternarla en la Sala de Siquiatría . Ya hice los trámites de ingreso . Yo mismo la enviaré al hospital . Sí, acabo de
pedir una ambulancia . No, lo de la serpiente significa . . . ¿En
los sueños? . . . ¿Qué dice usted? ¿El número 8? ¿Qué lotería?
¿Qué cábala? Ah, comprendo, señora. Lo lamento . Le deseo
buena suerte. No, no estoy enfadado . Lo que quise decirle es
que en sus sueños Eva mezcla su angustia con la de su otro yo
paradisíaco . Por supuesto . Le examiné la lengua . Tiene dos
insignificantes puntitos rojos . Lo más probable es que ella misma se haya mordido debido al recio impulso del frenazo.
¿Electrochoques? Tendremos que aplicárselos nuevamente . Es
lo indicado . No, nada de antitóxicos. Eso sería fatal . Desde
luego, no soy experto en sueros, pues las víboras que pican a
mis clientes son absolutamente imaginarias e inofensivas . Es el
paciente quien las sueña . No se preocupe. Le aseguro que Eva
está fuera de peligro . Duerme profundamente, lo cual es un
buen síntoma de mejoría . Sí, claro . Yo me encargo de todo.
Usted puede irse directamente al hospital . Ah, escúcheme.
Olvidaba decirle que Eva manifestó su anhelo de ver al padre.
Lo repetía mimosamente : " Quisiera ver a mi papito ". Complázcala . Es preciso . Sé que ella se sentirá aliviada al verlos
juntos como antes del divorcio.
Sí, fue entonces cuando vio a la serpiente. ¿Sería ilusión de
sus sentidos? Tendría que ver de nuevo al aburrido sicoanalista
que no hacía más que preguntarle de esto y de aquello y de mil
cosas que sólo al cura se le dicen sin que nos vea ni verlo pues
me creía tan tonta como para colgar al aire mis trapos sucios
cuando insistía en saber intimidades de lo que sucedía en el
colegio por las noches desnudas o en el baño con alguna amiguita o con la otra . Por el tronco bajaba la culebra que era gris
casi negra con arabescos claros y movía la cabeza sobre el erecto cuello dejando ver a veces su lengua bífida . Dios quiso castigarme por haberme escapado de la clínica o del edén materno.
Parirás con dolor y a Adán le dijo no sé qué chifladura del sudor o del pan que ni me gusta porque siempre me engorda.
Cuando era niña vi a varios panaderos sudando y escupiendo
sobre la masa . . ¡Qué asco! La sierpe la hechizaba, la hacía
acercarse al árbol subyugándola con fijos ojos duros . Fascinada
por una fuerza extrañamente diabólica, seguía avanzando
impávida hacia el peligro . No te sigas burlando de mi demencia
porque sé que no y para convencerse de lo que ni ella misma
creía miró al ofidio de hito en hito y en un fingido intento de
beso hizo una mueca mostrándole la lengua con punta y gesto
de lamido . Sintió súbitamente la punzada y el dolor lancinante . Gritó pidiendo ayuda . El encargado de la gasolinera, incrédulo, indagaba ¿de qué culebra me habla? Es una liana . Y Eva,
decepcionada de sí misma y de su clara convicción de extravío,
pagó, montó en el auto y arrancó, pues en el árbol, en efecto,
no vió al ofidio, lo que indicaba que era su mente enferma la
que seguía atrapándola en urdimbres ficticias, telas de araña,
humo de sueños, irrealidades. Fue derecho a la clínica y aunque sentía la lengua anestesiada pudo explicarle al alienista su
edénica aventura hasta el momento en que la odiosa serpiente
del paraíso la hizo sentir su púa . Sí, comprendo, doctor, sé
que es mentira, sé que es pura ficción de mis sentidos y, desde
luego, no espero que me crea, pero le juro que estoy deseperada. Cúreme usted . Ayúdeme . Me estoy volviendo loca . Reclúyame de nuevo . No me importa que vuelvan a aplicarme esos
terribles electrochoques . Mientras iba durmiéndose, la voz de
Dios tronaba lejana, dentro de ella : Parirás con el sudor de tu
frente . Comerás con dolor pan y manzanas . El mundo era confuso y las tinieblas cubrían la haz del abismo . Sobre la superficie, la paloma crecía, multiplicábase, aleteando, aleteando.
Cuando los enfermeros que conducían a Eva colocaban en
la ambulancia la camilla, el siquiatra creyó oportuno advertirles :
—Considérenla con el mayor cuidado . No debe despertarse,
pues si ocurre le puede ocasionar un trastorno . Cree que ha sido picada por una víbora . Tiene la convicción de que en efecto
está en peligro de muerte . Yo me adelantaré . Mi auto es más
rápida . Debo llegar antes que ustedes al hospital . Es necesario,
para evitar complicaciones.
La premura que el buen sicoanalista quiso intentar para
acortar la distancia ocasionó el inevitable accidente de tránsito,
que afortunadamente no fue serio, pero se vio obligado a dar
169
razón de su prisa, y, aún más, de su excesiva velocidad . El
agente se mostró comprensivo, pero de todos modos, cumplió
con su deber amonestándolo porque, doctor, no olvide que debe manejar con cuidado para evitar que mueran otros además
del paciente picado por la víbora.
Al llegar a la Sala de Siquiatría, tenía los nervios a punto de
estallar y, desde luego, se volvió un energúmeno cuando la jefa
de enfermeras se vio en el duro trance de informarle que Eva,
por orden superior, habían tenido que llevarla a . ..
A grandes trancos recorrió los pasillos rumiando maldiciones : siempre la eterna lucha con los médicos . No aceptan más
terapia que la de tasajear al paciente o rellenarlos de drogas.
Homeópatas y alópatas . Todos iguales. Rutinarios.
Llegaba ya a la Sala de Emergencia cuando de pronto vió a
la madre de Eva, llorando, afligidísima . La acompañaba un señor gordo, calvo, de nariz encarnada, con síntomas notorios de
ebriedad . Ah, sí, el esposo . Me prometió traerlo . Quiero que
venga mi papito . Pobre muchacha . Toda la culpa la tuvo ese divorcio.
—Cálmese usted, señora . No es para tanto . Eva es muy joven.
Por eso estoy seguro de que reaccionará rápidamente . Reanudaremos el mismo tratamiento . Dio buenos resultados. Se recuperará en pocas semanas ; pero esta vez le advierto que no me
dejaré convencer . No hay motivo para que usted se desespere.
¿Por qué llora? ¿Qué le sucede? Tranquilícese. No tiene que
gritar . A usted también tendremos que aplicarle un calmante.
Dos enfermeras se llevaron consigo a la señora . El señor calvo, no sabiendo qué hacer, siguió tras ellas . Yo quiero ami papito . Pobre niña . Qué esperanza de ser feliz le queda con semejante par de progenitores.
El director de la sala se aproximó al airado siquiatra e hizo
el intento de explicarle que todo lo ocurrido . . .
—Mejor, no diga nada . Siempre los mismos disparates . Mi
paciente debe estar en la Sala de Siquiatría, no en Emergencia.
Por la misma razón hice el esfuerzo de adelantarme a la ambulancia, pero no fue posible y lo lamento puesto que había previsto los errores de siempre. No hay forma de evitarlos Permítame decirle que mi paciente sufre un curiosísimo ataque como de catalepsia, de muerte simulada.
—Simulada o auténtica —repuso el médico— ya no se entierra a nadie sin su correspondiente pasaporte de defunción. Los
sistemas modernos no dan lugar a equívocos de esa índole . Sé
que usted duda de mi eficacia como facultativo . Yo ami vez le
confieso que . . .
—Sigo insistiendo en que se basan ustedes en algo irreal,
pues esa muerte . ..
—No me parece tan ficticia . Si quiere convencerse, venga
conmigo.
Mientras seguían hasta el final del pasillo rumbo a un recinto fúnebre, el siquiatra, sintiéndose algo inquieto, quiso indagar aún.
—Creo comprender que ha habido un malentendido . Los enfermeros han informado mal . Les dije que debido a sus trastornos emocionales, mi paciente veía alucinaciones y estaba convencida de haber sido picada por una víbora, pero eso es cosa
de la imaginación. Todo es irreal . Espero que no le hayan aplicado suero antitóxico .
170
Cor-Juan Manuel Cedeño (pintor), Rogelio Sinán ( escritor) y Roque
clero (músico) son condecorados el 16 de agosto de 1974 con la Medalla
al Mérito "Caja de Ahorros 1974".
Ya iban entrando a la capilla.
—Precisamente, fue lo que hicimos enseguida, pero todo fue
inútil. De haber llegado a nuestras manos unos minutos antes,
se habría salvado . La demora se debió a usted, simplemente
porque sigue empeñado en sus malditas ficciones sicasténicas o
como quiera llamarlas. El resultado lo tiene ante sus ojos . Es
una nueva víctima inocente . Tóquela, pálpela, analícela . Nada
de trance catatónico o catalepsia simulada sino muerte total,
tanatológica . Si aún duda usted de mi diagnóstico, aquí tiene
la nota que nos envió el laboratorio.
El informe era claro, preciso, categórico . Decía : Muerte
causada por veneno de víbora.
— ¡ldiotas! —vociferó el siquiatra— . ¿Cómo pudieron equivocarse de ese modo? ¿Se da cuenta? Le han inyectado suero
antitóxico a alquien en cuya sangre no existía otro veneno que
el de su propia fantasía .burbujas de humo, sueños.
La voz del sacerdote, nasal y gregoriana, resonaba en la nave
de la capilla colegial con alocado revuelo de ángeles inexpertos. Alzó el hisopo y asperjó agua bendita sobre el féretro . Dies
irae, dies illa, solvet saeclum in Milla . Monjas y alumnas mas-
ticaban el pan espiritual de sus trisagios mientras el órgano pespunteaba a la brava arcaicos salmos penitenciales entonados
por voces infantiles.
Grande será el temor y el arrepentimiento cuando ante el
justo Juez rindamos cuenta de nuestra inverecundia.
Desde hacía una semana se venía celebrando diariamente
aquel monótono oficio de difuntos (solicitud de mamy respaldada por un cheque de papy) en una atmósfera pesada y sofocante de flores mustias, velas chisporroteantes y sudor pegajoso . Sin embargo, el cadáver de Eva no estaba allí sino en la
morgue donde debía esperar insepulto, fiambre refrigerado,
mientras se investigaban las verdaderas causas de su muerte.
Aquel suceso había servido de buen pretexto para que médicos siquiatras y sicólogos desempolvaran viejas rencillas y
dieran rienda suelta a sus pasiones y a sus pequeños egoísmos
profesionales . Mutuamente se acusaban de errores culpándose
de poca idoneidad y de extralimitación de funciones . Todos
creían tener razón en un inútil deslinde de responsabilidades
que fluctuaban entre la realidad y el sueño.
La trompeta del Juicio socavará las tumbas, y los muertos
llevarán a su muertos ante el divino tribunal.
puede asegurarnos que tras Eva no seguirán más inocentes?
(ráfaga musical).
Lloro de angustia y estoy arrepentida ; me avergüenza de mi
vida de aprobio ; perdonadme; os lo pido humildemente.
Decepcionados por la apatía oficial, varios vecinos habían
tratado inútilmente de darle caza a la alimaña en una búsqueda
que rsultó infrutuosa pues el porte del árbol requería peripecias y maniobras que sólo un buen equipo de bomberos sería
capaz de realizar.
Al clamor de los padres de familia se unió el pedido de las
Damas Católicas y de ilustres señores de la Iglesia que exigían
la inmediata solución del problema . Los inmunes personeros
del orden ya no pudieron seguir haciéndose los sordos, y, al
lfin, una mañana llegaron los bomberos con su escalera jirafa
acompañados por buenos macheteros y policías armados de
metralletas.
El propietario de la gasolinera, corpulento varón de pocas
pulgas, alegó mil razones para impedir que desbrozasen o podasen la exuberante frondosidad del corotú. Todo fue inútil . A
puro colín fueron cayendo al suelo las ramas.
Noticias alarmantes ilustradas con profusión de fotos aparecían en los periódicos y en las televisoras incrementando a su
vez el zipizape de las radioemisoras bullangueras . Ni las guerrillas en el cercano Oriente niel cacareado caso de Watergate resultaban de un interés tan inmediato como el anuncio insólito
de una serpiente venenosa instalada en el pleno corazón de la
urbe lo cual hizo que expertos toxicólogos, entrevistados por
la televisión, advirtieran a las autoridades (aún sabiendo que
era como llover sobre mojado) del enorme peligro de una invasión de ofidios motivada por las últimas lluvias torrenciales y
por el consiguiente desmadre de los ríos . Además, no olvidemos —recordaba La Cadena Radial— que un avión procedente
del Brasil, cargado de estos nefastos bichos, se estrelló hace
muy poco en los linderos de nuestra progresiva ciudad puente
del mundo y corazón del universo . Beba siempre RON PEPE
(ráfaga musical).
—¿Más fotos? Ya han tomado bastantes —dijo el custodio
de la morgue— . Qué frío hace . Me hielo.
Hizo un esfuerzo y extrajo una de las enormes y macabras
gavetas del frigorífico . Junto a los pies desnudos de Eva había
un envase de leche y varios sangüiches.
—Es mi merienda —dijo— . Se conserva mejor junto al cadáver.
La misma muerte quedará aterrada cuando los muertos del
brazo de sus muertos den razón de sus culpas ante el divino
Juez.
—Con ustedes, La Cadena Radial, siempre al servicio de la
verdad y la justicia . Vox populi, vox Dei. Nuestro prestigio nos
respalda contra el decir de quien ha dicho que hemos tergiversagerculo los rumores porque, señoras y señores, los cigarrillos
BRISA no dan cáncer, pero la muerte nos acecha (golpe de
gong) . En los jardines donde juegan los niños puede estar escondida alguna víbora lista a asestarles la punzada fatal (golpe
de gong) . La víctima esta vez es nada menos que la hija de un
prominente miembro de nuestra famosísima (ráfaga musical),
ya ustedes sabe, CERVEZA TEZA en cada mesa, pero ¿quién
Foto de Carlos Guardia
171
Numerosos curiosos se habían aglomerado en torno al sitia.
Las mujeres no perdían ocasión de dar señales de su perenne
novelería lanzando gritos a medida que caía alguna liana con
semejanzas de serpiente.
Perdonasteis, Señor, a pecadores como la Magdalena y el
buen ladrón ; también a mi dadme esperanza de redención.
Fotógrafos y gente de la prensa, la radio y la televisión pululaban recogiendo impresiones.
— Con ustedes, la Cadena Radial, siempre empeñada en dar
al público la más exacta información . Dígame, linda, ¿vive
usted por aquí, junto al peligro?
—Claro, mi casa es ésa . La primera . Colinda con el árbol.
Cuando sopla la brisa sus ramazones azotan los cristales de mi
ventana . Esa culebra pudo habérseme colado en la cama.
—Quiere decir entonces que usted la ha visto . ¿Qué aspecto
tiene? ¿Es grande?
—Sólo de imaginármela me muero . Se me eriza el cabello
del puro pánico . Me mudaré lo antes posible . Mientras tanto ya
no podré dormir tranquila.
—Tome pastillas HIPNOS . Las mejores . Mil gracias . Y contra el cáncer, los cigarrillos BRISA . No se olvide.
Deshecha en llanto y dando gritos, la madre de Eva se debatía contra el esposo que deseaba apartarla de aquel
lugar infausto para ambos.
hemos enterrar a nuestra hija.
Ella, fuera de juicio y olvidándose del debido decoro, argumentaba:
—Déjame . Ese árbol del carajo tuvo la culpa . Si es preciso,
deben echarlo abajo porque su tronco carcomido debe ser la
guarida de esa serpiente endemoniada.
—Señora --dijo el dueño de la gasolinera—, ¿pretende usted
perjudicarme? ¿Por qué me echa la vaina de la muerte de su hija? Usted bien sabe que fueron sus conflictos sicológicos . No sé
cuál sea la índole de esa demencia, pero lo cierto es que la estaban tratando en el Siquiátrico.
—No era una loca ni fue jamás al manicomio —dijo ella . La
muerte se la causó ese ofidio . Dicen que es repugnante y asqueroso . Sé que lo llaman Panamá.
El esposo, llevándola del brazo hacia el auto, procuraba
arrullarla para calmar su pena:
—Te equivocas, querida . Creo que pretendes referirte a una
serpiente repulsiva y aterradoramente venenosa, pero su nombre en mapaná.
—Te supliqué que no vinieras —le decía él— . Creo que esta
exhibición de tu dolor es absurda . Recapacita . Vámonos . De-
Continuaremos informando desde nuestros estudios (ráfaga
musical).
La madre de Eva no pudo reprimir un sollozo.
Me presento ante Vos deshecha en llanto y arrepentida . Señor, ten piedad . Cristo, ten piedad (compases de órgano).
El Sinán inédito
Luis E . González 0.
No es fácil llamar de tal manera a
uno de los literatos más publicados y comentados de nuestra América hispana.
Pero yo quiero titular así esta nota, porque en ella me refiero al Rogelio que yo
conocí, (mucho de oídas y de leídas,
muy poco personalmente) durante mis
años de bachillerato en el Instituto Nacional, hacia finales de la década de los
años veinte.
Todavía no era Sinán, ni siquiera
Rogelio : era Bernardo y no publicaba
nada aún, pese a que sí se había revelado ya de alguna manera su talento genial .
No recuerdo con claridad cómo lo
asocié a esta época de mi vida, pero estoy seguro de que su halo se percibía
fuerte y claro en el mundillo intelectual de " Preludios " , revista institutora
que publicábamos los miembros de las
sociedades " Cervantes" y " Minerva " .
De la novísima poesía de Vanguardia hablábamos con frecuencia Simón
172
Quirós y Q ., Pito Murgas, Momo Correa,
Erasmo Chamhonet, Juancho Morales, y
muchos más, tanto futuros bachilleres
como normalistas.
Estábamos bajo la influencia de
una fresca migración de chilenos y peruanos entre los cuales estaban Rubén
Azocar, J acobo Hurwintz, Vicuña Fuentes y otros . Con todos ellos se relacionó
Sinán (entonces Bernardo), y a todos
pareció una deslumbradora promesa.
Nosotros, los pequeños intelectuales de puertas adentro, en alguna forma
aprendimos a admirarlo
Por aquel entonces el poeta viajó
a Chile y allí, los amigos chilenos hechos
en Panamá, lo introdujeron rápidamente
al mundo de Neruda, cuya influencia, a
veces, parece presente en la obra de Sinán .
De Chile pasó a Italia en donde
editó su primera obra vanguardista Onda, en donde aparece, con otro ramo de
poemas inéditos, " Balada del seno desnudo " , su poema más popular en el Panamá de entonces.
Pero antes de seguir con esta devanadera del recuerdo, quiero insertar
algo que constituye un complicado homenaje a nuestro poeta, a través de otro
poeta nuestro.
Se trata de Demetrio Herrera, el
cantor de Santa Ana.
Demetrio, joven, con pocas letras
y menos salud, pero poeta de cuerpo entero, se acercó a Sinán porque había
oído hablar del vanguardismo y le intrigaba el asunto.
Quería saber si se trataba de otra
rítmica, otra métrica, o radicalmente de
otra poesía integral.
Sinán, quien en medio de su vanguardismo producía cosas como el " Surtidor"
(Se reía el surtidor
su risa casi lo ahogaba
porque la lluvia bajaba
y él la devolvía al señor),
recibió a Demetrio Herrera con ese gesto
desprendido de entrega total que lo
acompaña hasta hoy . Le explicó su concepción sutil y lírica de la poesía, y sobre ese plano le presentó al vanguardismo .
Demetrio no inquirió más, y comenzó a escribir su propia y cantarina
teoría de vanguardia, dentro de la cual
brillan dolorosamente "Cuartos", "Hermano mío Panameño " y " Parque de
Santa Ana . " La obra de Demetrio, inspirado en Sinán, fue fuerte y fecunda,
como corta fue su vida . Enfermo ya en
plena creatividad, un amigo le cedió un
cuarto en un cuarto piso de una casa
santanera. Su padecimiento era del corazón y por eso temía a la interminable
escalera . Bajaba al amanecer, y ya no
subía hasta bien entrada la noche.
Todos los periódicos y revistas literarias de la época se ingenian para reproducir poemas de Onda—su " Balada
del seno desnudo " resuena en las veladas
y en los recitales de la juventud.
Curiosamente, mientras a Demetrio Herrera lo cuestionan en su estilo
vanguardista, a Rogelio Sinán se le acepta, se lo recibe con los brazos abiertos y
cada uno de sus poemas editados en Italia es como una muestra decantada de lo
que vale y significa un poeta de vanguardia en Panamá.
Rogelio, además de su condición
de institutor, se mantuvo siempre vinculado al Nido de Aguilas, particularmente
con motivo de su entrañable amistad
con otro panameño extraordinario pese
a su humildad : el gran bolivarista Lic.
Manuel Roy, quien descubrió temprano
a Sinán y le brindó espacio vital en las
aulas institutoras para que continuara su
brillante y prolongada carrera de triunfos literarios.
Aquella hermosa amistad de maestro a estudiante que se cimentara entonces, dura fresca y entrañable ahora, cuando el más joven de los dos casi media los
ochenta.
Aquí debemos terminar, porque
no pretendemos añadir con estas notas,
al prestigio del hombre de letras latinoamericano natural de Panamá, que es, para gloria nuestra, Rogelio Sinán.
Nuestra intención, si se quiere ingenua, es solamente rendirle un tributo
de aguilucho . El mismo que ya le rendimos desde "Preludios" cuando todavía
era inédito .
Comía donde y cuando podía, y
escribía constantemente . Mucho de lo
suyo está perdido, y lo que nos ha llegado se publicó gracias al respaldo de
amigos como Korsi, Simón Elliett y
Guillermo Colunje, entre otros.
Pero volvamos a nuestro poeta, y
a aquella época, maravillosa entre los
años veinte y treinta, cuando publica
en Italia la primera edición de Onda
(cien ejemplares a un costo de cuarenta
y cinco balboas que le envió su padre
desde aquí).
Méndez Pereira estaba de Ministro
en Londres, y allí recibió por correo
desde Italia, un ejemplar de Onda.
Entonces se produjo el verdadero
alumbramiento . Méndez publicó un ensayo en La Estrella de Panamá, en el
cual presenta a nuestro país al joven y
extraordinario poeta Rogelio Sinán en su
libro inicial .
173
Poemas no - recopilados en libro
Rogelio Sinán
DECIMAS A LA SUERTE DE LA PATRIA
Mécese el Istmo en la hamaca
de su pereza ancestral
y achaca luego a/ Canal
su vida de toma y daca.
ya las ubres de esa vaca,
resecas y en el olvido,
sirven apenas de nido
donde sueña la esperanza
otra fantástica danza
de millones sin sentido.
II'
De tanto mecer su sueño
disfraza la realidad
y así su calamidad
deviene soñar risueño.
Tierra y aire tienen dueño.
De nada vale luchar.
Es preferible cantar.
sabiendo con optimismo
que la libertad del Istmo
es libertad de soñar
Ill
Mientras en loco espejismo
nos sumerge el carnaval,
otros lucran del Canal
con patriótico cinismo.
Nuestro fatal estrabismo
nos oculta la verdad.
Señores, por dignidad
debemos recuperar
el derecho de cantar
Significado de Juárez y Maximiliano
en dos tragedias modernas
Rogelio Sinán
El ensayo de tiranía imperial
que culminara con el fusilamiento
del príncipe de Habsburgo y la demencia de su esposa Carlota ha sido objeto de innumerables tentativas literarias y artísticas a las que,
erróneamente se les ha atribuído
cualidades estéticas tal vez por la
emoción que el tremebundo suceso hizo aletear sobre los cielos de
México oscurecidos aún en esos
tiempos por los postreros nubarrones románticos. Sin negar que entre tal maremagnum de proyectos
endebles pueda existir algún atisbo
valioso, podemos afirmar, sin lugar
a dudas, que por lo menos la literatura dramática cuenta ya con
dos piezas en las que se ha logrado
fijar ese hecho histórico dentro de
un marco escénico decoroso . Nos
referimos a Juárez y Maximiliano
del escritor judío-alemán Franz
Werfel (1) y Corona de Sombra
del dramaturgo mexicano Rodolfo
Usigli . (2)
¿Un paralelo? Sería labor extensa cuyo alcance requeriría tiempo y espacio de que no disponemos. Nuestro intento, por hoy, limitaríase (además de lalógica ojeada de conjunto) a un leve enfoque
sobre el significado de los protagonistas Maximiliano y Juárez como
símbolos de un angustiado mundo
cuyo conflicto ideológico debíase
al choque de dos fuerzas contradictorias, muy parecidas (puesto
que son las mismas) a las que hoy
denomínanse derechas e izquierdas .
"Desde que el hombre ha cobrado conciencia de la historia —dice Leopoldo Zea— se ha encontrado con un mundo dividido en lo
que ahora llamamos derecha e iz--
quierda, independientemente de
los nombres que esta derecha y esta izquierda hayan venido tomando en diversas épocas y en diversos
pueblos". (3)
niestros. Estos últimos están siempre a la espera de una oportunidad
liberadora, que casi nunca llega o
aborta siempre, ya que el bando
derecho cuenta con el poder, la
Oleo de Frida Kalo ( mexicana)
Según la clara tesis de Zea,
quienes detentan el poder han sido
siempre grupos privilegiados negadores de cualquier orden nuevo
que diese al traste con su seguridad y bienestar. Estos eternos de
tentadores del poder constituyen
el ala derecha, son los diestros, que
en nombre de su propia justicia
y de un sistema establecido por
ellos esclavizan, someten y atropellan a los del bando opuesto . Quienes no están de acuerdo con ellos
quedan, como enemigos, discriminados en un bando contrario, el
ala izquierda, es decir la de los si-
fuerza y la riqueza.
La eterna lucha de esas dos
fuerzas antagónicas era lo que en
América no permitía (ni ha permitido nunca) la paz desde los tiempos de la Conquista. He aquí la
causa por la cual la segunda mitad
del siglo XIX encuentra a México
enfrascado en los horrores de una
terrible contienda fratricida.
La entidad económicamente
más poderosa, en México, desde
su Independencia y aun antes, era
el clero, representado políticamente por los conservadores o grupos
175
de familias privilegiadas, amigas de
la Iglesia y del Papa . Contra este
orden de cosas irrumpe Juárez cuyas famosas Leyes de Reforma tendían al sano objetivo de ponerle
un hasta aquí a la Iglesia en beneficio de un pueblo vilipendiado y
explotado.
Lo grave es que, de acuerdo
con el orden establecido, los señores conservadores y el clero defendían lo que para ellos era la buena
causa, la del Bien, que, desde luego, era la causa de Dios . Juárez y
sus sufridos guerrilleros enfocados
desde el bando derecho, defenderían la mala causa, la del diablo,
que es la causa siniestra.
Para el clero y las clases
privilegiada Juárez era una especie
de anticristo ya que atentaba contra el poder omnímodo de la Iglesia, lo que era nada menos que ir
contra Dios. De modo que en la
pugna suicida entre conservadores
y liberales (o entre Dios y el diablo) la única víctima, según la lógica de los privilegiados, debió haber
sido el humilde indio zapoteca.
Fácil es suponer que los poderes
constituídos de América y Europa
se habrían puesto del lado de la
Iglesia, y Juárez habría sido aplastado, anatematizado, fusilado y
excomulgado . Pero el éxito no sancionó los falsos cálculos clericales
(tal como lo esperaba
Maxim4lno,e)brdWfl
(y
a
que, según veremos más adelante,
el clero no defendía la causa de
Dios sino la del diablo.
En su Prólogo después de la
obra, reduciendo la tragedia a sus
términos estrictamente filosóficos,
Usigli la resuelve en dos actos de
tipo ético : "el acto del diablo y el
acto de Dios". (5) Según la tesis
del dramaturgo mexicano "la Europa que envía a Maximiliano a
México está ya dada al diablo o
a los diablos." Para él, en efecto, "Europa es un continente entregado al diablo ." He aquí el párrafo esencial de la tesis : "El diablo entra en México con la inter-
176
vención y, buen conocedor de sus
humanidades, apela a la apariencia
divina de las monarquías dinásticas para ligar el destino de México
al de Francia y, en suma, al de Europa, donde opera ya con manos
libres. Todo marcha a pedir de boca; pero entonces sobreviene el acto de Dios, que empieza con la
elección de Maximiliano, sigue
cuando Pío IX rechaza el concordato, y culmina con la muerte del
emperador y la locura de Carlota.
No es sólo esto, sino que ocurre
que Dios abandona entonces a su
suerte a los quintacolumnistas del
diablo en que se han convertido
los monarcas y los ministros europeos, y viene a América, a situarse
al lado de /os liberales y de los salvajes, al lado de Lincoln y de lucí .
rez, a quienes el diablo no ha sabido aprovechar por tener las manos
llenas en Europa". (6)
En efecto fue el diablo quien
sugirió a la curia y a los conservadores la prodigiosa idea de crear
¿A en México un nuevo Imperio.
través de qué mente lanzó el diablo tan diabólica idea? Pudo haber
sido a través de la mente de Napoleón III, de la de Eugenia de Montijo o de la del Papa . Lo importante no es eso sino la luminosidad de
esta chispa lanzada por el diablo
en favor de Juárez . Era tan atractiva, que fue acogida con verdadero
beneplácito por todo el bando clerical y conservador.
Napoleón no podía estar más
satisfecho. Con el pretexto de cobrar ciertas deudas, había encontrado la manera de intervenir en
México y explotar sus riquezas sin
despertar la codicia de las otras naciones europeas. España e Inglaterra, a quienes quiso complicar en
la danza, retiraron del fuego sus
castañas muy oportunamente . No
lo arredró aun el hecho de haber
quedado solo en la aventura, puesto que el único que la podía estorbar era Lincoln y éste andaba enfrascado entre el oleaje de su guerra civil.
Aquí es cuando sobreviene,
según Usigli, el acto de Dios, que
más me inclinaría yo a pensar acto
del diablo pues fue él quien creó
las circunstancias para la concepción de la idea e hizo que Napoleón /II necesitara congraciarse
con la casa de Habsburgo, quitándole de encima y alejando del trono de Austria a un aspirante de
simpatías tan liberales como Maximiliano, quien además era masón,
hecho que lo acercaba a los liberales . De esa manera, /os señores del
clero, que esperaban salvar /os bienes de la Iglesia gracias al príncipe
foráneo, se encontraron, cual las
ranas de Esopo, con un Emperador que para nada les convenía,
pues a fuer de hombre honesto, su
primera medida fue sancionar las
Leyes de Reforma, haciendo él
mismo tales declaraciones en favor
de /os indios, que de inmediato se
le empezó a mirar como el más peligroso e indeseado enemigo de la
causa conservadora . Con esto resultaba que el diablo ponía en manos de Juárez todas las cartas . Para
el clero y su casta, Maximiliano
pasaba a ser un nuevo apóstata,
con las características de un Juliano, enemigo de Dios y de su Iglesia . Y así el noble archiduque se
convertía en chivo expiatorio o
en cordero pascual, diferenciándose él del prototipo sólo en el hecho de que cuando pensamos en
el Cristo del Gólgota sentimos a /a
par compasión por el agnus dei y
odio contra Caifás, y en cambio,
cuando pensamos en el noble archiduque fusilado sólo sentimos
la lógica tristeza que pudiera
sentirse (muy poética y románticamente) por la muerte de un cisne,
considerando que si su sangre debía servir de abono a la paz de
México no podemos sentir pasión
alguna en contra de Juárez ya que
él era la mano del destino, la razón
del patriota, la insoslayable rectitud del caudillo.
He aquí la enorme dificultad
de una tragedia cuyos protagonistas no constituyen polos opuestos
como el Bien y el Mal ,Dios y el
diablo ; más bien llevan en sí el con-
trapunto hasta el extremo de ser la
doble cara de la medalla . Juárez,
tiene conciencia de que imponiendo las Leyes de Reforma practica
un acto de justicia que favorece al
pueblo de México, pero como tal
acto contradice el bienestar de la
Iglesia y el de sus adeptos, resulta
injusto, lo cual homonologa a nuestro Juárez con un Jano bifronte
cuyas caras opuestas vendrían a
ser la una de Dios, la otra del diablo. Juego pirandeliano de personalidades en contraste cuyo conflicto torturaría a la vez a Maximiliano. Más angustioso para este último, desde luego, pues sus credos,
liberal y masón, /o aproximaban a
Juárez y lo alejaban de la Iglesia.
Su condición de Jano bifronte dejaba al archiduque entre dos fuegos. Su única posibilidad de solución habría estado en desprenderse de una de sus dos caras . ¿Cuál
de ambas? Para ser más explícitos
/cuál de ellas (la de Dios o la del
diablo) lo aproximaba más a los liberales o cuál de ellas lo obligaba
a ser fiel con los clericales? El problema, demasiado complejo para
él y tan arduo como la metafísica
cartesiana, procedía de la duda a
la verdad. Por tal razón, Maximiliano no tuvo más remedio que
deshacerse de ambas caras como
un último intento de encontrar
tras la muerte su auténtica verdad.
He aquí la contingencia que
para el escritor ofrece un tema de
tal envergadura, pues tanto Juárez
como Maximiliano se veían obligados a hacerle el juego a Dios y al
diablo . De tal manera que aun siendo antagonistas, no se sentían ideológicamente enemistades ni tampoco tenían, personalmente, motivos de odio, ya que ambos eran
de la casta de Ariel y de los grandes amigos de la bondad. Puede
ser ésta la razón significativa de la
ausencia de Juárez en ambas piezas dando así plenitud a la presencia del héroe que debe ser sacrificado . /Qué difícil resulta lograr la
compasión hacia la víctima sin
despertar el odio contra su victimario!
Muy significativa es esta ausencia de Juárez en efecto, pues
tanto en una pieza como en la otra
sólo se le menciona como algo misterioso y fatal, salvo las veces en
que Maximiliano pone de manifiesto su obsesión de salvarlo:
"Quiero salvar a Juárez, Carlota.
Lo salvaré ." Insistiendo : "Tú me
ayudarás. Nosotros salvaremos a
Juárez." (7)
En ambas piezas, y sobre todo en la de Werfel, Juárez sólo es
como una sombra, como el espíritu invisible de alguna divinidad terrígena. "Juárez, es un extraño poder" --le dice Herfeld a Maximiliano en la obra de Werfel.— "No se
sabe nada de él. En ninguna parte
se encuentra su imagen . Ningún dicho suyo se relata. Detrás de unos
cuantos decretos desaparece el
más impersonal de los personajes
y pese a esto, se oye tronar en la
lejanía." (8)
ma) presentimos a Juárez por lo
que de él nos dicen protagonistas
que están viéndolo . En la primera
de estas escenas, el secretario de
Juárez, Elizea, llama a Clark (corresponsal norteamericano que inútilmente intenta entrevistar al caudillo a quien no ha visto siquiera)
y le hace ver al famoso Presidente
de México al través de una nimia
abertura de la puerta. Clark se impresiona hasta tal punto que dice:
"/Señor! Me miró ." "No soy cobarde, pero el corazón me late desesperadamente" "Creo que voy a
renunciar a la entrevista ." (10)
!gual ocurre con la princesa Salm
en la última escena de la obra, pues
ésta que hacía planes para asesinar
al caudillo, logra verlo cuando éste
se dirige a presenciar el cadáver del
fusilado emperador y es tan profunda su emoción frente al genio
indígena, que dice: `Juárez es el
grande y auténtico señor de estos
tiempos . / Vámonos!" (11)
"En esta ocultación —dice
Jorge Luis Borges— hay algo más
que un artificio dramático ; Juárez
es de algún modo la conciencia del
triste emperador." (9) Lo dice,
desde luego, refiriéndose al Juárez
de Werfel cuya ausencia agiganta
la figura del héroe . En dos escenas
de esta pieza (la primera y la últi--
La pieza de Werfel nos introduce, al levantarse el telón, en una
humilde oficina de Chihuahua, "sede del gobierno del ciudadano Presidente Benito Juárez". Todo es
de una pobreza remendada y antigua; pero en aquel tugurio destartalado hay un detalle que de inmediato nos da la tónica de la obra
177
"Las paredes se hallan cubiertas de
cartelones, manifiestos y edictos,
que siempre terminan con el grito
de guerra en mayúsculas i VIVA
LA REPUBLICA LEGAL! (12)
Las primeras frases que se escuchan en esta obra son ya un elogio para Juárez . Las dice Clark:
"¡Rayos y truenos! Señor, el muy
ilustre Benito Juárez parece ser un
mito!" (13) En esta escena inicial
se habla frecuentemente de Juárez
cuyo carácter va delineándose a
través del diálogo. Por las frases
que dicen, presentimos al héroe
sentado en el despacho inmediato,
trabajando "por la democracia en
América". Hasta un simple concejal zapoteca que espera audiencia
se expresa amablemente refiriéndose a la infancia de Juárez : "De
humilde pastores desciende él. Al
chicuelo se le escaparon las vacas
y pisotearon un trigal. Se escapó
y se fue al pueblo próximo . Es
que su gente era muy dura con él.
Se quedó parado en la plaza lamentándose con sus pobres pa!abras
indígenas; el niño . . . no sabía hablar otra lengua ." (14)
No hay para qué decir que esta primera escena de la pieza de
Werfel nos hace simpatizar enseguida con la causa de los republicanos. Los liberales juaristas que
en ella se nos presentan (aunque a
veces difieran algo de sus originales históricos) son personajes auténticos (desde el punto de vista
teatral), positivos, generosos y románticamente enamorados de la
gran causa republicana y de su
gran adalid Benito Juárez . Este entusiasmo se advierte sobre todo en
las palabras del joven general Porfirio Díaz : "Para mí este viejo
canoso es como una mujer a la que
se teme y se adora Tan sereno, me
inspira cometer locuras por él ."
(15) Las referencias hacia el bando
enemigo se hacen sin odios, aun
sabiendo que los adictos
bdealgnoirmsp an
a
los
juaristas. Hasta Elizea comenta
que antes de darle Juárez la orden
de devolver el retrato que acaba de
178
enviarle Maximiliano, no pudo hacer a menos que exc!amar, viendo
su efigie, "Se refleja el hombre".
(16) De inmediato sentimos piedad y simpatía por e! archiduque
que ha de ser fusilado, sobre todo
porque se nos entera de a!go muy
favorable a los juaristas : Lincoln,
el Presidente de !a Unión, mira
con beneplácito !a causa liberal.
"Los Estados Unidos ven con amistad y cariño fraterna! la lucha heroica del pueb!o mexicano contra
la invasión extranjera y la monarquía impuesta por !a fuerza ." Estas noticias !as da e! corresponsa!
norteamericano, agregando : "Es
un deseo expreso de la Casa Blanca que un corresponsa! suministre
al público de los diarios de !a
Unión noticias simpáticas." (17)
Al terminarse e! primer cuadro de la pieza de Welfel sabemos
pues que !a línea ideológica de!
drama favorece !a causa de !os patriotas liberales, presentimos la piedad y el terror aristotélico hacia
la víctima imperial, y comprendemos que Juárez no podía hacer
menos que ejecutar esa sentencia
ya que él era la mano del Destino,
dios vengador terrígena que defiende su tierra contra los invasores extranjeros.
En la primera escena de !a
pieza de Usigli nos hallamos en el
castillo de Bouchot (en Bélgica,
1927) donde vive Carlota, envejecida, entre las sombras de su locura imperial . Las primeras figuras
que entran a escena son el portero
y un visitante mexicano, Erasmo,
quien se llama a sí mismo historiador, pero que más parece corresponsal de algún diario ya que !a
historia no se escribe hoy como él
!o intenta (ya sabemos que Usigli
es dramaturgo audaz y de aguda
ironía) . Tiene este historiador un
rostro semejante a "una máscara
de indudable origen zapoteca"
(18), lo cual, unido a su anticuada
manera de vestir, hace pensar en la
figura de Juárez . Deja o!vidado sobre un mueble el volúmen de la
que llevaba
Historia de México
consigo . Entra Carlota (de ochenta
y siete años) buscando un libro
que leía; ve el volúmen dejado por
e! otro ; !ee el títu!o ; resurge su
odio contra México, !anza un grito y sufre un colapso . Entra e!
doctor. Le inyecta aceite alcanforado y !ogra calmar!a . Poco después, Carlota confundirá a Erasmo
con Juárez y, actualizando su locura, le contará su trágica aventura de México.
Al terminarse esta primera escena de la pieza de Usigli (pieza
que Anderson lmbert llama "tragedia con deslizamientos hacia !a
farsa') (19) ya el espectador sabe
a qué atenerse, pues comprende
que el asunto está visto desde e!
ángulo opuesto a! de la pieza de
Werfel. Podría pues conc!uirse
que éste, siendo alemán, lo habría
visto desde el punto de mira mexicano, mientras que Usigli, mexicano, !o enfocaría a la inversa . Ta!
inversión, que desde !uego es re!ativa, no parece haber sido la idea
de Usigli, quien, desde luego, no
la acepta, si bien comprende que
su obra da ocasión a que en e! ánimo del espectador surja la duda.
Así, en su prólogo después de la
obra nos dice : "Para quien piense
que defiendo románticamente !a
monarquía y la intervención, que
abogo por el catolicismo o que
estoy contra Juárez reservo una
gran desilusión. En principio,
Juárez no necesita defensores, y
después, el poder que me protege
es precisamente la historia, que desatiendo en el detalle, pero que interpreto en la trayectoria del tiempo ." (20)
Aunque Usigli nos dé, pues,
la impresión de que se pone en
guardia, no hace falta poseer un
espíritu demasiado zahorí para
intruir (las escenas restantes de la
pieza nos darán !a razón) que !a
línea ideológica de su obra sube de
modo vertica! hacia los cielos donde vuelan las águilas imperiales.
Analizada desde su ángulo estético (que es el que corresponde
al justo análisis !iterario), una tra-
gedia no pierde méritos porque su
autor se ponga a favor de uno u
otro de !os protagonistas. En Los
Persas de Esqui!o (donde también
se trata de una invasión extranjera
rechazada por /os patriotas helénicos) e! asunto está visto desde el
punto de mira de quienes sufren !a
derrota (!os persas), pues, como
dice Gilbert Murray, "!a derrota es
una experiencia más profunda que
!a victoria, ya que e! estar herido
!!eva imp!ícitas sensaciones más
fuertes que e! herir a otro ." (21)
Cuando Diego Rivera pintó a
Cortés deforme y estavado no !o
hizo (como é! bur!onamente decía) por simp!e exactitud antropo!ógica sino con !a intención de destruir e! mito de Cortés cuya figura
de pa!adín hermoso y donjuaneso
seguía imponiéndose en !a conciencia mexicana. Era preciso desarraigar tal mito cual cizaña ma!éfica,
pintando a! héroe feo, rijoso y perverso, para que e! pueblo mexicano recobrara definitivamente la !ibertad de su conciencia histórica.
Esa misión de nuevo tipo socia! no corresponde só!o a las artes
p!ásticas; es asimismo deber ine!udib!e de !a literatura. Aunque resu!te tarea penosa, conviene hacer
!o mismo con el mito del be!!o
príncipe de Habsburgo y con otros
mil mitos que aun caba!gan sobre
e! !omo de América (Ba!boa, Pizarro, etc .) . Ya Orozco pintó a! héroe imperial como una momia,
distorsionándo!o . Pero si la pintura necesita deformar !os ragos exteriores de !a persona para expresar !a distorsión psico!ógica, no
ocurre igua! con !a !iteratura . Hay
mil recursos, sobre todo en e! teatro, para poner dé manifiesto las
bajas pasiones de un personaje.
¿Cuá! era !a imperfección de
Maximiliano? Su debi!idad, su fa!ta de carácter, su donjuanismo, su
ausencia de sentido po!ítico . Si e!
c!ero y sus adictos !o engañaron
haciéndole creer que e! pueb!o mexicano (de "raza mixta, inferior"
como dice Car!ota en !a obra de
Usigli) (23) lo !lamaba con los brazos abiertos, él ha debido darse
cuenta, (desde e! preciso instante
de su !!egada a Veracruz) de que
en eso no había nada de cierto . Si
era hombre justo, honrado e inteligente (como queremos suponer!o);
si sancionó !as Leyes de Reforma;
si se granjeó !a enemistad de! c!ero
por admirar a Juárez (que era, como é!, masón y !ibera!), Maximiliano ha debido regresarse inmediatamente a Europa poniendo así punto fina! a su descabe!!ada aventura,
o continuarla en México pero sinceramente, es decir, según su credo libera!, como so!dado en !as
guerri!las juaristas . Car!ota amándo!o habría debido seguir!o en esta nueva aventura, más romántica,
más justa y más honesta que !a
otra; pero e!!a "Más inte!igente, de
instrucción más só!ida, con volun- tad casi viril, y bastante ambicio-
sa" (24) lo dominaba por completo. E!!a misma !o reconoce (en la
obra de Usigli) cuando le dice a!
asustado archiduque : "Te han dicho que eres débi! y que yo te manejo a mi capricho . Te han dicho
que e! odio de! pueblo no se dirige
contra ti sino contra mí, que te
impongo mi vo!untad, que soy yo
quien gobierna ." (25) Su locura,
ya en ciernes, y su ambición, producto de esa misma demencia, !a
hacían pensarse poderosa hasta el
punto de creerse capaz de desencadenar "sobre Napo!eón la furia y
el aborrecimiento de toda Europa"
y si eso no bastaba, creíase aún capaz de provocar nada menos que
"una revo!ución en Francia". (26)
Ausente de ambas piezas,
Juárez nos parece más cerca de la
mito!ogía americana en la obra de
Werfel. Desde !uego, éste, como
buen a!emán no defrauda /os ideales austriacos sobre Maximiliano,
quien sigue siendo el nob!e príncipe, e! agnus dei, víctima sacrificada, pero de todos modos, héroe
auténtico, cargado con la angustia
de su fata! imperfección. Sus punzantes remordimientos, las erinnias
Uti!izando en beneficio nuestro una frase de Gilbert Murray,
diríamos que Maximiliano "concuerda extrañamente con !a famosa descripción aristoté!ica del héroe trágico : e! personaje nob!e con
una imperfección fatal." (22)
179
de la tragedia griega, lo persiguen
de día y de noche como a Orestes,
sobre todo porque Maximiliano sabe que varios mexicanos inocentes
han sido ejecutados porque él firmó el decreto del 3 de Octubre.
(27) Sabe que ha fracasado, sabe
que su concepto de una monarquía radica! era fa!so y sabe asimismo que la voluntad de ser bueno
no llega a ser bondad. (28) Acepta el juicio de Juárez y considera
justa la sentencia. Ya casi se impacienta porque desea vivir su muerte cuanto antes . (29) Por eso, al
advertir, a través de las rejas de su
celda, los primeros clarores de !a
mañana, comprende que se acerca
la hora de su fusilamiento y siente
júbilo ya que esa muerte lo redime
y es su liberación . Buen motivo de
alegría para el héroe que, desde
luego, no puede hacer a menos que
¡La exclamar: "¡Loado sea Dios!
mañana!" (30)
"Detrás de cada acto del diablo hay un acto de Dios"; dice
Pío IX en la pieza de Usigli. (31)
Carlota había creído vencer
los mil obstáculos que se opusieran a su aventura imperial sencillamente porque su poderío era
una simple ilusión de su locura como también era ilusión su frágil
imperio de opereta. Al irse a Europa aún sentíase animada de un entusiasmo que ya es indicio de locura, sobre todo cuando anima al esposo, diciéndo!e : "Haré luchar a
Dios contra e! diablo y al diablo
contra Dios, pero venceremos"
(32) Por desventura para ella, ya
el diablo y Dios habían cumplido
su misión y se congratulaban mutuamente.
"La muerte de Maximiliano,
que es uno de !os medios divinos,
parece un castigo ; pero es en rea!idad, la única forma en que Dios
puede salvarlo. La locura de Car!ota es el otro acto, pero, mejor que
castigo, parece prevención . " (33)
La moraleja de ambas piezas
sería la misma que saca Murray
de Los persas de Esquilo : "Es !a
180
De izq . a derecha : Manuel Zárate, hijo ; Sinán ; Gabriel García Márquez,
Moisés Torrijos Herrera y Ricaurte Soler.
inevitable !ección de !a tragedia
griega, la de que el orgu!!o !leva
a la caída." (34)
"Iría yo más !ejos —dice Usigli— y llegaría a decir que Edipo
se arranca los ojos y que Car!ota
se arranca !a razón ." (35)
México, Marzo de 1958.
NOTAS
1 Werfel, Franz : Juárez y Maximiliano . Emecé Editores, S.
A ., Bs . As . 1957.
2 Usigli, Rodolfo : Corona -de
Sombra . Cuadernos Americanos, México, 7957.
3 Zea, Leopoldo : "Significación de !a izquierda y la derecha" NOVEDADES, "México en la Cultura'', No . 435.
4 Werfel, op . cit. p . 50
5 Usigli, op . cit. p. 161
6 Usigli, ibídem, p .p . 162 y
163
7 Usigli ibid. p . 48
8 Werfel, up . cit. p . 49
9 Werfel, op. cit., Pró!ogo de
Jorge Luis Borges, p . 9.
10 Obídem, p . 35
11 /bid, p . 220
12 /bid, p . 15
13 /bid, p . 16
14 /bid, p . 21
15 /bid, p . 24
76 /bid, p. 30
17 /bid, p. 25
18 Usigli, p . cit p . 13
79 Anderson Imbert, Enrique:
Historia de la. literatura hispanoamericana . Breviarios del
Fondo de Cu!tura Económica, México, 1954, p. 361
20 Usigli, op . cit p . 765
27
Murray, Gilbert : Esquilo . Espasa-Calpe Argentina, S . A .,
Bs. As. 1943. p . 737
22 Ibídem, p . 157
23 Usigli, op. cit . p . 40
24 Toro, Alfonso : Historia de
México, t. /II, México, 1951,
p. 518
25 Usigli op . cit. p . 78
26 Ibídem, p. 78
27 Werfel, op, cit. p . 192
28 Ibídem, p . 203
29 /bid, p . 270
30 /bid, p . 208
37 Usigli, op . cit. p . 100
32 Ibídem, p . 77
33 /bid, p . 163
34 Murray op . cit. p. 143
35 Usigli,op . cit. p . 152
* Tomado de : Letras de Panamá, No . 3, Panamá, julio de 1959.
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Sinán : abanderado y maestro
Mario Augusto Rodríguez
En Sinán hay ta!ento, hay cu!tura, vigor
de primavera inte!ectua!, disciplina menta! y ansia de vivir su vida espiritual.
GUILLERMO ANDREVE.
1.- GALARDONES
En el curso de los últimos decenios,
algunos gobiernos han demostrado respeto y consideración especiales a la inteligencia, a la capacidad creadora en las
artes, en las ciencias y en las letras . Tal
el caso de los gobiernos socialdemocráticos de Venezuela, que han creado el
más importante reconocimiento para la
literatura latinoamericana, para
exaltar la personalidad de la
patria de Bolívar, Bello y
Gallegos . Luego, el retorno
de la democracia a España
generó el Premio Cervantes,
que anualmente se otorga
a la personalidad más destacada de las letras en lengua
castellana. Hay otros eventos
importantes en estos campos
y ámbitos. Pero estos dos
son los más relevantes y en
ellos y por ellos compiten
los escritores más fecundos,
las inteligencias más elevadas
y los espíritus más dignos y verticales entre los creadores
literarios de todos los países
de habla castellana . Pero, hasta
ahora, Panamá no se ha hecho
participante de esas competencias,
al menos en forma que haga
mencionar o considerar
siquiera su aporte al
desenvolvimiento
Méndez Pereira y Ricardo J. Alfaro son
solamente tres nombres que de inmediato vienen a mi memoria, pero que no
son los únicos . Y entre los vivos, surge
con impulso propio el de Rogelio Sinán,
a quien Guillermo Andreve definiera,
hace ya más de cincuenta años, como
Abanderado y Maestro "de las recientes
ideas estéticas"; pero que mantiene y
destaca una potencialidad creadora capaz de ubicarlo mucho más allá de las
fronteras patrias, como una de las más
completas y trascendentes personalida-
la vida de Sinán es un admirable ejemplo
de capacidad creadora. Su vigorosa intelectualidad ha cultivado la poesía y la
novela, el cuento y el teatro, siempre
con una altura y una trascendencia magistral, Su teatro infantil logra una conjunción insuperable entre la aguda penetración de la emoción en los niños con
la tierna dulzura de sus más generosos
sentimientos . La calidad literaria de sus
novelas y cuentos, henchidos de riqueza
imaginativa generada de una tremenda
fuerza realista y de un profundo sentido
social, resulta sorprendente cuando se
conocen sus obras teatrales para niños.
Pero al penetrar en la densidad de su
poesía, que alcanza elevados niveles de
emoción estética y de caudales psicológicos v sociofilosóficos, se comprende mejor la unidad de pensamiento
y la corriente de calor humano que
hace de la literatura de Sinán como
un extenso universo que va desde la
1 más temprana infancia hasta la más
7 vigorosa madurez . Me parece difícil
encontrar en la obra literaria hispanoa
-mericana un caso al mismo tiempo
tan selecto y tan amplio en su
cobertura humana como el que significa la creación de Rogelio Sinán Creo
¡que la calidad intelectual, social y humana de la obra del Abanderado y Maestro
panameño puede parangonarse dignamente con la de los mejores autores de
nuestra lengua en la época
.contempráa
A
Dibujo de Guayasamín
(ecuatoriano)
con
n Admiración -,
cariño
J/1/4/v
Octubre 1-81
de la cultura literaria y la
producción intelectual en el idioma que
nos legara la Madre Patria España y sobre el cual ha crecido y desarrollado una
de las lenguas más importantes del mundo.
2.-
PROSICÓN
Sin embargo, también en este Panamá minúsculo de extensión territorial y
pequeñísimo en cantidad poblacional,
hemos tenido y tenemos notables cultores de las ciencias y de las artes, como
de las letras. Ricardo Miró, Octavio
des de la literatura española en la época
moderna . Por ello, yo propongo que Panamá inicie un esfuerzo para llevar la
obra de Rogelio Sinán a las competencias hispanoamericanas en representación de la cultura panameña, no sólo
como merecido homenaje a la vida creadora de uno de nuestros más grandes
artistas sino también como orientación
y estímulo para las presentes y las futuras generaciones de nuestra nación.
3.- UN GRAN CREADOR
Consagrada totalmente a la literatura,
4.- SUGERENCIA
Por ello, me atrevo a sugerir a mi
amigo Manuel Solís Palma, Ministro de
Educación, la designación de una comisión que se encargue de promover la
candidatura de Rogelio Sinán para el
Premio Gallegos y el Premio Cervantes,
en sus próximas versiones. Las candidaturas para esos premios han de ser
presentadas oficialmente por las Academias de la Lengua y por personalidades
y organismos prominentes en los campos de la cultura . Pero difícilmente pue-
181
5 .- EDICION
de competir un escritor panameño, por
alta que sea su calidad e importante su
obra, si ésta no es adecuadamente conocida no sólo en el mundo hispanoamericano sino también en otros países de
otros idiomas. Con ediciones tan limitadas como las que en Panamá se hacen,
sin editores y sin empresas especializadas para su promoción en el extranjero,
la situación de nuestro candidato se encontraría en evidente desventaja. De allí
la necesidad de promover organizadamente la candidatura de Sinán, a fin de
que por lo menos tenga la oportunidad
de que se juzgue su postulación con conocimiento de causa .
Creo que lo primero que requeriría la.
campaña de promoción de la candidatura de Sinán a los premios Gallegos y Cervantes, sería la edición digna y autorizada de sus obras completas. Es cierto que
la mayor parte de la obra del maestro
panameño ha sido varias veces editada.
Pero muchas veces, por razones económicas, la presentación no ha sido la más
adecuada. Necesitamos una edición de
superior calidad, que pueda ser distribuida en todo el mundo hispanoamericano : a través de los periodistas y escritores amigos que muchos tenemos en el
exterior, pero también a través de nuestras representaciones diplomáticas y
consulares.
No se trata de regar libros para que se
apolillen en las bibliotecas públicas o
particulares, sino de orientar y estimular
su lectura, haciendo uso de los avanzados recursos que utilizan las grandes editoriales . Incluso habría que organizar
convivios, seminarios y conferencias. De
allí la necesidad de que la Comisión aludida tenga entre sus miembros no sólo a
las academias de la lengua y de la historia sino también al Sindicato de Periodistas y a otros organismos cívicos, sociale y culturales que tengan vinculaciones con entidades similares de los países
latinoamericanos y España.
6 .- PERSONALIDAD
Rogelio Sinán tiene ya ochenta y dos
años. Más de sesenta de ellos los ha dedicado a la creación literaria para enriquecer y enaltecer la personalidad cultural
de Panamá. No hay duda de que merece
un gran homenaje nacional. Y el mejor
sería el de presentarlo ante la comunidad de naciones hispanoamericanos como lo que es: nuestro más importante
valor literario . No debemos ilusionamos
con la seguridad de que obtendrá alguno
de los galardones mencionados . Pero sí
podemos estar seguros de que su vida y
su obra destacará la personalidad de Panamá en el mundo de la cultura y de las
letras castellanas . Y eso es tanto o más
importante y trascendente para el país
que cualquier obra material que pudiera
construirse con el dinero que sería necesario para promover su candidatura a los
premios Gallegos y Cervantes . Porque
los altos valores del espíritu pueden ser
abstractos, pero tienen una potencialidad fecunda para la orientación y la estimulación de las nuevas generaciones. Y
ese es uno de los aspectos que con mayor urgencia y profundidad necesita fortalecer la estructura de la nación Panameña.
*Tomado de La República, 13 de enero de
1985.
"A la orilla de las estatuas maduras"
(cuento)
Allí en el río era donde mejor estaba. Ni los sollozos
de la tía Josefina que andaba siempre de un lado para
otro quejándose del reuma, ni los gritos delgados de
su madrina José María que no hacía más que darle
con el chicote siempre que cometía alguna diablura,
ni los recados a casa del compadre, ni el tirapié del
Juez, ni el rosario, ni nada.
Rogelio Sinán
cía muy bien los rebencazos del tirapié . Dolían primero un poco; después le iba quedando como una especie de picazón en todo el cuerpo ; se secaban las lágrimas antes de los sollozos, y el dolor se dormía . Al día
siguiente se repetía la cosa.
Por el camino largo -sudor y sol- se había topado con
gente de campo. Que tuviera cuidado, le dijeron ; ¡Sí, señor. Allí estaba tranquilo!
andaba por allí un toro suelto . Y, ahora, sentado allí
entre el matorral, hacía sus cálculos de huída . Había
Una cosa era estar al pie del zapatero con el "Cristo que estar alerta por si acaso caía por allí el bicho. Y
A. B. C." entre las manos -la de la horqueta era la Y,
¿qué? Nada tan fácil como subirse a un árbol. ¿A cuál?
la de los palos, la U- y otra cosa era estar a la orilla del Miró aquí. Miró allá . Puso la vista en uno . Entre los
río, con su tapón, esperando a la tórtola.
muchos que había del lado acá, ése era el indicado.
Estaba sobre el agua en forma de arco y parecía que
—Muchacho, anda a comprarme tachuelitas—, le habían estuviera tirándose de cabeza como lo hacía él cuando
dicho.
venía a bañarse con los otros muchachos . El gran árbol
tenía mucha fronda . Metía sus ramas en el agua (¿paPero él había comprado maíz . El zapatero se quedaría ra pescar?). Era fácil subir y acomodarse allí, escondiesperándolo. La vuelta era lo malo . Ya él cono- do entre lo verde, mirando abajo.
182
La inquietud de probar -ya había probado tantas veces- lo aferró por un brazo . Al fin de cuentas, no era
malo ensayar. Aquella vez -la culpa era del Ñopo- casi
se rompe el cuello . Se habían fugado todos de la escuela. Eran cinco . El Ñato, el Ñopo, Pedro, Goyo
Gancho, Fulo Encuero y . . . ¡Ah! Sí, el Culizo . Andaban por allí echándose abajo, desde el árbol al agua.
La rama se fue haciendo resbalosa . El perdió el equilibrio . Y cayó, no en el agua, sino en la tierra firme . El
tanganazo fue padre. Desde entonces le habían prohibido ir al río . ¡Pero hoy se había fugado, que diablos!
Si el animal venía, él, de un salto, se treparía en el
árbol. No era malo probar . Se alzó . Se echó a correr y
¡pum! ¡arriba! . . . El árbol se meneó como un gran
trampolín y sumergió sus ramas, que sacó luego a flote chorreando agua . Se acomodó a caballo sobre el
doblado tronco -¿arco para qué flecha? ¿puente para
qué ruta?- lo zarandeó otra vez encaprichado y luego,
pareciéndole buena la prueba, bajó rápido . Se escondió nuevamente entre los matorrales y siguió preparando su tapón para cazar palomas.
cho podía quedarse con su tapón en casa . Ya el había
terminado el suyo propio . ¡Y mejor!
Seguía el ruido del viento y del agua . Pero ya comenzaba a oír en la distancia el tira y jala del turrututeo.
Había puesto la trampa con su poquito de maíz debajo y se había colocado un poco lejos, bien escondido
entre las hojas. De pronto oyó a su espalda un alocado sacudimiento de ramas . Pensó en el toro ; y algo se
le subió a la garganta . Loco revoloteo. ¿Una paloma?
Se envolvió en un silencio pequeñito . Sintió de nuevo
rápida repercusión de golpes entre la fronda . Oyó un
zumbido largo como de bala y . . . ¡zas!. . . allí cerquita, sobre una rama, se paró la paloma! Se zarandeó un
poquito . Abrió y cerró las alas . Alzó el pico . Miró a
un lado y a otro . Y se quedó un momento como escuchando . Después se dio espulgarse.
Goyo Gancho tenía un tapón que -¡púchas!- era tamaño grande . Goyo Gancho sabía muchas cosas. Era
un buen amigo . Amigo para el, río solamente o para
robar mangos en la finca de Chago López, porque en
cuanto al tapón . . .
(--¿Me lo prestas, Goyito? Voy al río no más y te lo
traigo como si náa . . .)
. . . no había querido ni dejárselo oler. Y no hubo más
remedio que hacer uno de la mejor manera posible.
Había ido recortando ramitas secas, las más derechas
que había hallado . Ahora, ya estaba casi lista la tapa,
en forma de pirámide . ¿Y si el toro venía? Seguramente era ése que había traído de la feria Don Patrocinio . Lo había visto una tarde embestir a un potro.
Por poquito le saca las tripas. Miró para el árbol. Se
bamboleaba . De allí arriba, ni Cristo . . .
Hacía calor . Se secó con la manga la frente . Debía ser
mediodía. Era la hora propicia al aguaite . A poquito
caerían a beber agua las palomas . Puso el oído . . .
¡Nada! Sólo el viento movía fuerte las ramas ; pero
también se oía la música del agua, que corre siempre
quién sabe a donde . "Lo mismo que la gente" . El señor cura tenía razón . Era una lata, sin embargo, ir los
domingos a la doctrina porque había que ponerse los
zapatos. Pero el padre Camilo era bueno, y decía muchas cosas, y daba confites. A las muchachas sí que
las regañaba . ¿Por qué? Después de todo, Goyo Gan-
Hecho un ovillo de silencios, él la estuvo acechando.
Le parecía que el viento mugía ahora con más furia.
una piedra le hacía mal en el muslo . Se quería acomodar. ¡Cuidadito! si se movía, volaba . ¿Por qué harían tanta bulla las aguas del río? La paloma hizo un
movimiento, abrió sus alas, y descendió a otra rama.
¡Esta caía, seguro! Al diablo Goyo Gancho con su tapón y todo . El viento remeció fuerte las ramas. La paloma planeó y, suavemente, apoyó sus patitas en el
suelo . No una sola : ¡muchas iba a coger! Ponía el pico en la yerba ; volvía a alzarlo ; y saltaba con pausas
hacia el grano. Todo el pueblo se asomaría a mirarlo.
¿Y si el toro venía? La paloma avanzaba . Que no viniera . Y él pasaría orgulloso por la plaza. La paloma
movía la cabecita. Subirse al árbol, era la salvación.
Un collar de palomas alrededor del cuello para que las
mirara todo el mundo . Ya iba a picar los granos. .¿Y el
zapatero? Goyo Gancho lo miraría con rabia . Movió
el viento las ramas.
183
La paloma levantó la cabeza y quedó un momentito
asustada. Se iba . . . ¡Se iba! Echó un paso adelante . . .
y picó un grano . "¡Mire, madrina, cuánta paloma traigo!" Picó otro, sin moverse . La madrina se quedaría
mirándolo sin decirle palabra . Un paso más y. . .
¡pum! O bien se haría la brava y le diría : "Pon ahí
eso y anda véme a comprar medio de achiote" . Ya estaba por caer, pero a lo lejos, se encendieron de pronto unas voces. ¿Muchachas? La paloma se echó un poquito atrás. Y ¿quién diablos sería? Alzó el pico asustada . Las voces se agrandaron rápidamente . Abrió y
cerró las alas . Tomó empuje . Ruido grande de voces.
Viento . Gritos . La paloma desdobló su inquietud y
alzó en parábola su vuelo sin ruta . ¡Todo perdido!
¿Y quién, caray, a esa hora?
caliente, caliente". ¿Si vendrían a buscar!o estas muchachas a él .? Pegaría una carrera . Ni Gayo Gancho
pudo alcanzarlo un día. Corría como caballo . Volaba.
Lástima, la paloma . El rencor le volvió, por un instante, a los puños . Pero ahí estaban las risas. Iban a aparecer. Su rabia se cambío en curiosidad.
Asomó la pequeña cara entre las ramas y se quedó esperando.
Una muchacha - ¡ Vengan, vengan!- llena de sol y risa,
desembocó al galope.
—¡E! río está pa 'comérselo!
El no había visto gente así rubia en el pueblo.
Y llegaron en yunta otras dos. Se veía, por lo rojo del
rostro, que habían andado por ahí robando mangos.
Se veían hechas agua, del sudor. Sin medias y con las
zapatillas en la mano . . . ¡Ah, sí! las conocía. Que habían estado allí el otro verano . Cuando la junta de
Alba y el paseo con iguana . Mejor la junta -cumbia y
chica- con María Molinillo que gritaba borracha y Goyo Gancho que se cayó del bayo . Sí, como ahora, se
reían y gritaban, con la vela en la mano, bailando
cumbia . Habrían llegado ayer en la balandra del Ñopo
Juan . Más grandes. Más bonitas . Las estaba mirando
desde su gruta de hojas . No oía lo que decían . Se habían sentado . Una que otra palabra le llegaba al oído
desmenuzada. El viento las partía con sus tijeras de
éter . Así desgranaba él cada mazorca, por las mañanas,
cuando le daba el grano a los pollitos. Uno se había
enfermado . Debía echarle limón en el pico . Si estuviera más cerca oiría claro . Pero el agua hacía bulla y el
viento mugía . Una tenía las piernas desnudas, en horqueta, y él miraba un poquito . Otra, con una rama,
meneaba la corriente del río. La que estaba de espaldas al tronco era mejor que las otras . Rumiaba un
mango verde.
Un pequeño disgusto de fracaso le hizo cerrar los puños. ¿Escaparían del toro? Una vez había visto en un
sueño a una muchacha vestida de rojo perseguida por
torazo negro . La muchacha resultó ser él mismo . Pero
las risas que oía no eran de miedo . Eran risas de risa.
Una ola que avanzaba. Allá en el pueblo era bello reírse por reírse, en la plaza con luna o en el rincón del
atrio . Ya lo echarían de menos su madrina y el Juez.
"Apenas venga le pego" . El chicote pendía de una
horqueta. Ya las voces estaban allí al lado ; pero no
veía a nadie . ¿De dónde habrían sacado ese chicote?
Una vez lo escondió . Todo el mundo buscaba. Y él repetía dentro de sí, como en el juego, frío . . . frío. . .
184
En la finca de Chago López habrían estado . O en la
hacienda de doña Gumercinda . Allí era peligroso, por
el ganao . ¿ Y si el toro venía? Ya las veía corriendo y
dando gritos ; como cuando hubo el fuego, que todas
las mujeres corrían de un lado para otro chillando con
los brazos al aire . Se iba a calmar el viento . Se calmaba . Le llegaban ahora al oído palabras claras . La que
tenía la espalda «apoyada del árbol decía -se reía, movía las manos- : "su boca tenía gusto a tabaco y me
apretaba tanto el seno . . . y me apretaba tanto . . . "El
viento sopló fuerte . Le llegaban trocitos de otras palabras y el pentagrama fresco de las risas . Otra se levantó manado el torso y tarareando una rumba.
Con ésta había bailado él una cumbia en la junta de
Alba . No quería. Reculaba. Goyo Gancho lo había
hecho caer a la rueda . Y había bailado largo . Un borracho lo echó a un lado diciendo : "¡Fuera chiquillo
baboso!" Ahora ella se meneaba como entonces y
cantaba una rumba . Las otras comenzaron a imitarla,
cada una por su lado, con la blusita levantada . Y él
notaba como las blusas iban subiendo poco a poco . A
la madrina José María le había visto una noche desnuda. Había entrado al baño, sin saber, de golpe, y allí
estaba la vieja desnudita . "¡Muchacho, del diablo,
cierra la puerta!"
Tenía el alma en cuclillas por eso nuevo, bello y fuerte que veía ; porque de entre los círculos del ritmo habían ido saliendo ellas -¡las tres!- desnudas . Por un
instante su cabecita fue una veleta sin norte . Se acomodó mejor entre las hojas . Se había calmado el viento. Sentía calor . Goyo Gancho no iba a creer la cosa.
"¡Qué va, hombre!"- Pero sería mejor no decírselo a
nadie. De pronto una muchacha cambió el motivo de
su juego y de un brinco quedó sobre la curva del árbol.
Lo zarandeó un poquito de arriba abajo e hizo el gesto de echarse, pero no se atrevió y bajó de nuevo . A él
le venían ahora unas ganas inmensas de bañarse con
ellas ; de mostrarles un montón de piruetas que sabía;
por ejemplo, tirarse del árbol dando dos vueltas en el
aire o nadar bajo el agua muchos metros . Nadando bajo el agua se había topado una vez con algo blando.
Una culebra acaso o un cocodrilo . El agua estaba turbia. No se veía . Y había salido a tierra despavorido.
Quién sabe qué animal era aquel . A poquito no más y
se lo come . "Ya ves, eso te pasa por travieso", le había dicho la tía Josefina.
Cogidas de las manos, las muchachas andaban dando
vueltas. Y sus cuerpos sudados brillaban
bajo el sol. "Cojo una
mano, cojo la otra". La noche de San Juan habían hecho en la plaza del pueblo una rueda de treinta personas que giraban alrededor de una gran fogata . Y daba
miedo ver cómo brillaban, al resplandor, las caras de
los borrachos. Chicha fuerte y arroz a la Juliana en casa de Rita Pacheco . Goyo Gancho se había llevado en
su caballo a Rosario Pinto. . .
Seguían ellas, su juego, cantando ". . .sentadita en su
huerta limón". Estaban allí brinca que te brinca y el
bicho podía venir. Bueno . Ya las vería él corriendo.
Pero, de pronto, sin saber él por qué, las tres muchachas detuvieron su juego y, por el árbol -trampolín seguro- cayeron como frutas, unas tras otra, al agua . Como la orilla era alta, él las dejó de ver. Sólo siguió escuchando el chapaleo y las voces. Podía él desnudarse
ahora, sin que lo vieran y echarse al río de golpe.
De izq . a derecha : Berta María Cabezas, Carlos Cocchioli y Sinán
de pie : José de Jesús Martínez y Tristán Solarte
¿Qué pasaría? De vez en cuando subía una, se trepaba, en el árbol y . . . ¡pundumbum!. . . se echaba. Por
el ruido que hacían al caer, él notaba que lo hacían
mal. Caían al agua de barriga. A él sí tenía que verlo.
Ni Goyo Gancho, ni el Culizo que tenía tanta fama.
Como seguía sin verlas, la impresión de los cuerpos se
diluyó en su mente . Y comenzó a pensar como chiquillo . Comenzó nuevamente a ser muchacho . Y se le
fue metiendo entre las cejas un pequeño capricho.
¿Ah, si les escondiera las ropas? El Fulo José Manuel
había tenido que irse por entre el monte, desnudito,
hasta la finca de Goyo. Todos lo habían sabido en el
pueblo . Por eso le decían Fulo Encuero. De veras, era
bueno esconderlos la ropa. Le habían hecho espantar
la paloma . ¡Con la bulla que hacían! Ya no salían de
vez en cuando las ramas. Un remolino de hojas secas y
polvo se elevó cerca de él. ¿Cómo esconder la ropa? .
¿De una sola carrera, aunque lo vieran, o arrastrándose poco a poco para que no se dieran cuenta? Mejor
así. Pero. . . ¿y si el bicho venía de repente? Todavía
185
no se había movido, y ya se estaba viendo lleno de
miedo en la actitud del robo.
Le pasó, cerca, zumbando, la bala de una paloma . Miró el tapón. Muerta ya su inquietud, estaba allí caído
a sus pies como una cosa inacabada e inútil. Mañana
volvería. Había que preparar mejor la trampa . ¿Qué
horas serían? El zapatero estaría ya en casa poniéndole las quejas a la madrina . Pero ella no le pegaba duro.
Cuando él llegara, ya estaría con el chicote en mano.
"¡Ven acá, muchacho! ¿Dónde diablo has estado? "
Tía Josefina, siempre quejándose del reuma, saldrían
en su defensa . "¡Déjalo estar, mujer, estaría por ahí!"
Un rebencazo aquí y otro allá, que ni siquiera lo tocaban de lleno, porque él sabía muy bien defenderse, esquivando los golpes que casi siempre caían sobre los
muebles . Eso era todo . Lo demás eran gritos . De la
madrina, de él y de la tía. Los chillidos de la madrina
José María se oían hasta en la casa del señor cura . Y
la tía Josefina la cogía al fin con él, pues, con el ajetreo, los dolores del reuma le volvían de fijo. . . Y si
lo molestaba otra vez el Culizo con aquello de "Venacá-muchacho" le iba a mandar un golpe . Ya lo tenía
cansado.
Un moscardón le zumbó en el oído . "¡Mosca el diablo!". Le tiró un manotazo. Eso faltaba, que una
mosca viniera a picarlo . De todos modos las ropas tenía que escondérselas. Le habían hecho espantar la
paloma
. Aunque lo vieran. Eso no le importaba.
Yse
arrastró un poquito, en-cuatro-patas, muy lentamente.
- ¡Mucho cuidado!- Sus ojitos viajaban del río a la ropa y de la ropa al río . Seguía oyendo los gritos de las
muchachas. Pero no les veía . Se habían dado a otro
juego, seguramente, porque sólo veía, de vez en cuando, algo como pelota que hacía arcos en el aire . Oía
claro las voces . "¡A mí a mí!" Rumor de agua . Zumbidos de viento . "No la tires tan fuerte" . Adivinaba a
veces, a través de las ramas, una cabeza rubia que pasaba y un chapaleo confuso.
Ya las veía corriendo . Y él se veía a sí mismo, en medio de ellas, allá arriba en el árbol . Un chapaleo confuso entre las ramas . ¿Confesaría el pecado? "¡Zambúllete a cogerla, idiota ; no la dejes perder!" Veinticuatro avemarías y un credo, de penitencia . Y además . . . las blusitas estaban sudadas . Las aferró en
conjunto . Y, cuando iba a volverse atrás para esconderlas, oyó de pronto el trote fuerte de la bestia que
se acercaba . Era el toro . Era el toro . En un zig-zag de
espanto le pasó la gran bestia por la mente . Enorme.
Embravecida . Mugiente . Y el grito le salió como trueno:
! ¡El toooro! ¡ ¡ ¡El toroooo!!!
Soltó la ropa . Huyó por entre el monte . Bala perdida.
Cada estatua desgajó su lamento . Los lamentos se
unieron en mazo . Y el viento, por su cuenta, hizo del
mazo un bloque de alaridos . El chapaleo confuso, hecho de espanto, partió el agua en estelas hasta el árbol
Era el refugio próximo . Y cada una puso en él su
inquietud. Se súbieron de un salto, sin percepción
exacta de lo que hacían . Se apretujaron, una al lado
de la otra . Entre las hojas verdes, los tres cuerpos desnudos se balancearon un momento chorreando agua.
Ahora sólo eran un racimito de miedos y silencios.
Los pasos de la bestia de acercaban bebiendo suelo.
Ni una palabra . Ni un grito . Ni un lamento . El gran
miedo había puesto su cartel a la entrada del árbol
como en los cines, "No se habla". Sólo se oía la música del viento y el coro ruso del agua . Los golpes de
tambor de las pisadas se hacían siempre más claros.
Con los ojitos puestos en la pequeña boca del camino,
las tres estatuas se apretujaban cada vez más sobre el
árbol. Ya la idea era una sola, un punto : EL TORO.
Ya estaba allí cerquita . ¡Iba ya aparecer! ¡Ya estaba
allí! ¡Oh!
No era el toro.
Se iba acercando lentamente a la ropa. Le palpitaba el
alma. ¿Si lo vetan? El viento levantó nuevamente su
remolino de polvo y hojas secas. Cerró los ojos . ¿Si
lo vetan? ¡El las había mirado desnuditas! ¿Le tendría que confesar esto también al cura? "Acúsome,
padre, que. . . "Oía las voces . "¡Tira aquí, tira aquí". . .
"he visto a tres muchachas en cuero" . Le zumbó nuevamente el moscardón . "¿Y eso cómo, muchacho?"
Era mejor no decirlo. Ni a Goyo Gancho tampoco. Ni
al Culizo . Chapaleo, chapaleo. Gritos y viento . Después de todo . . . "¡Oye, no tires fuerte!" Una sola vez
él no había confesado un pecado . ¿Y si el toro venía?
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Era el cura del pueblo que venía caballero en su mulita.
¿Cómo doblar la risa en pedacitos para que no saliera? Ya ellas lo conocían. Era severo . Si las veía desnudas. ¡ Vírgen Santa! Era un santo señor. Cada domingo hacía un sermón larguísimo sobre las buenas costumbres. ¿ Y ahora qué pasaría?
Se bajó de la mula . ¿A qué vendría? Era tan puritano.
¿No vendría ciertamente a bañarse? La mulita se fue
derecho al agua, y se puso a beber. El señor cura, en
cambio . . . ¡Qué fastidio! Se estaba tan sabroso en el
agua. Sacó de la mochila una gran toalla blanca y un
libro viejo . Los puso al pie del árbol ¿Vendría a bañarse? ¿Y eso de cuándo a dónde? ¡Era tan tímido!
Nunca miraba a nadie . Y andaba siempre con los ojos
en las páginas.
Pero el buen cura no podía concentrarse . El pensaba
que todo le iba mal. El había cometido algún pecado
gravísimo, porque, la noche antes, el demonio lo había vuelto a tentar. Carmela era la causa. Pero, Señor,
¿qué culpa tenía la pobre muchachita de tener buenas
formas? Pero no eran su formas solamente, eran sus
ojos verdes . ¿Por qué, cada mañana, cuando venía a
traerle el desayuno, se le quedaba ella mirando con
esa sumisión de cabra? Ese era su tormento . Cada noche lo tentaba el demonio . El habría cometido un
gran pecado, porque el Señor le había retirado su ayuda . Noche a noche sentía una desazón insostenible . Y
no lograba, ni conciliar el sueño, ni apartar de su mente los ojos verdes de aquella criaturita . Pasaba sus vigilias noche a noche empapado en un sudor frío y pegajoso que le brotaba como la sangre al Cristo . Se había
dicho : "Mañana me daré un baño en el río" . Y había
venido precisamente a esa hora en que el calor hace
estar en su casa a todo el mundo . Pero no estaba bien
sumergirse en seguida . Estaba sofocado y la emoción
del frío podía causarle mal . Había traído un libro, pero no conseguía concentrarse . ¿Cuál era quel varón
-Santo varón- de la Tebaida que sucumbió a la tentación del demonio? Señor, no recordaba . . . Padre Zósimo no era . Padre Zósimo era aquel que tenía su vida
entroncada con la de aquella otra gran Santa que se
llamó María Egipcíaca. Tampoco era el Santo Francisco de Asís . . . Ni San Antonio tampoco . Definitivamente no recordaba, o no sabía a ciencia cierta . Con
perdón del Señor . Que todas estas cosas las debería
saber un buen siervo de Dios . Pero en alguna parte había él leído aquella historia . En la Leyenda Aurea seguramente . Tenía que repasarla. Y había también leído en alguna parte unos consejos contra las tentaciones del Maligno . Ayunos y cilicios decían los padres
de la iglesia . ¡Ay, Señor, cómo se adivinaba que ellos
no habían vivido en el Trópico! ¡Qué extraño! Cierta
oculta inquietud lo dominaba casi inconcientemente.
Tenía abierto su libro, y por más que hacía esfuerzos,
no podía percibir exactamente, no podía darse cuenta
del texto . Las miradas se le iban siempre al agua . Algo
tenían las ondas . ¿Acaso lo tentaba nuevamente el demonio? Pensó en los ojos verdes. ¡Qué laxitud de cabra tenía aquella bendita criatura del Señor! En sus
últimas noches, sus sueños habían sido una cruel geometría de líneas dóciles, mórbidas, flexibles . Ancas,
senos y piernas de mujeres . Pero ahora no dormía.
¿Por qué en las ondas veía también reflejos de ancas,
piernas y senos? Quería mirar de nuevo . Quería cerciorarse . Pero no se atrevía . Sentía en la nuca la mismísima garra del Maligno . "¡Ave gratia plena dominus tecum!" Sintió valor . Hizo un esfuerzo duro, y
posó la mirada, casi desfallecida, sobre las ondas. ¡Oh,
Señor! ¡Sí, Señor! La geometría infernal estaba allí,
de nuevo, como en el sueño . ¡Exacta! Se movían en
las ondas, se cruzaban, las líneas dóciles . ¡Ancas, piernas y senos de mujeres! "Satanás, vade retro". Se persignó angustiado . Tiró el libro . Se alzó . Cogió su ropa.
Y cuando iba a verstirse -¡Alabado sea Dios!- oyó risas agudas, largas, estentóreas, que caían de los árboles. ¡Oh, ya no pudo más! Todos los diablos del inflar,
habían venido a tentarlo . Y huyó tal como estaba,
por el camino lleno de sol . Una nube de polvo y carcajadas lo seguía como un rabo, como una maldición . . .
París, 1932
PROXIMO NUMERO DE "MAGA"
El No . 7 (julio-septiembre 1985) será el de la buena suerte, la consolidación . Lea en sus páginas, entre otras cosas:
" Psicología y arte " (Alberto Gil Picota B .)
"Qué es la crítica literaria" (Antonio Alatorre)
"Sonetos casi desconocidos " (Federcio García Lorca)
"Fundamentos filosóficos de la transferencia de tecnología"
(Enrique Andrade)
* "Teatro marginal en Israel" (Mijael Handelsaltz)
* 'Duplicaciones o los reflejos de la soledad" (Rafael Pernett
y Morales)
* "Por la reivindicación de Pedro Prestán " (Max Salabarría
Patiño)
* "Guillermo Andreve y la 'Biblioteca Cultura Nacional' "
(Ismael García S .)
*
*
*
*
* "Diez errores o mentiras frecuentes sobre literatura y cultura en América Latina" (Eduardo Galeano)
* " El teatro contemporáneo en Costa Rica " (Samuel Rovinski)
* Poemas de : Ricardo Miró ; Zoraida Díaz ; Aiban Wagua ; Dora Pasternak (panameños) ; Carlos Cortés (costarricense);
Carlos Zipfel y García (guatemalteco)
* Cuentos de : Ramón H . Jurado ; Boris Zachrisson ; Ricardo
Laviery ; Raúl Leis ; Juan Antonio Gómez (panameños);
Carlos Meneses (peruano)
* Además : Correo de la Maga ; Reseñas ; Papeles de la Maga
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Isla de Taboga . Foto de Ricaurte Martínez
BIBLIOGRAFÍA
Onda (poesía), Case Edifrice, Roma, Italia, 1929 ; Biblioteca Cultural, Panamá, 1939 ; Revista
"Lotería", No. 11, Panamá, septiembre' de 1964 ; Edic Formato Dieciseis (Universidad de Panamá), 1983.
La cucarachita mandinga (farsa para teatro infantil), Panamá 1937.
Incendio (poema), Panamá, 1944.
A la orilla de las estatuas maduras (cuentos), Panamá, 1946, SEP ., México 1967.
Todo un conflicto de sangre (cuentos), Panamá, 1946.
Dos aventuras en el lejano oriente (cuentos), Panamá, 1947 ; 1953.
Plenilunio (novela), Panamá, 1947 ; México, 1953 ; Panamá, 1961 ; Madrid, España, 1972.
Semana Santa en la niebla (poesía), Panamá, 1949 ; 1969.
La boina roja (cuentos), Panamá, 1954 ; Edcs . del Min . de Educación, Panamá, 1961 ; Madrid, España, 1972.
Los pájaros del sueño (cuento), México, 1957.
Los valores humanos en la lírica de Maples Arce (ensayo), México, 1959.
Chiquilinga (farsa para teatro infantil), Panamá, 1961.
Cuna común (cuento), Edcs. de la revista Tareas, Panamá, 1963.
Saloma sin salomar (poesía), Panamá, 1969.
Cuentos de Rogelio Sinán (cuentos), EDUCA, San José, Costa Rica, 197E 1972
La isla mágica (novela), INAC, Panamá, 1979.
Homenaje a Rogelio Sinán (poesía y cuento), Ed . Signos, México, 1982.
El candelabro de los malos ofidios y otros cuentos, Ed . Signos, Panamá, 1982.
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