Subido por Sabrina Olguin

EL SURGIMIENTO DE LA POLIS 1

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EL SURGIMIENTO DE LA POLIS
Prof. y Lic. Paula M. Cardozo
La época Arcaica es probablemente el periodo más importante de la historia de
Grecia. Aunque la Grecia Clásica, más brillante y mejor conocida, sea más atrayente, no
puede concebirse sin la etapa que la precedió en la que se dieron importantes innovaciones.
Hechos como la reaparición de la escritura y la colonización nos lo señalan. Pero lo
más significativo fue el surgimiento de la polis1, que será por varios siglos el marco esencial
para el desarrollo dela civilización griega.
Estudiar el nacimiento de la polis nos resulta un tema oscuro, ya que no se desarrolló
en todos los ámbitos del mundo griego ni siguió el mismo ritmo en todos los asentamientos.
Los testimonios contemporáneos son escasos y no muy claros: en HOMERO no está bien
definido el papel de la polis y en HESÍODO no tiene aún la polis su característica esencial
de unión entre el campo y la ciudad. En cuanto a la Arqueología tampoco nos es de gran
ayuda, porque urbanización no significa desarrollo de polis.
Para ubicar en el tiempo el surgimiento de la polis seguimos a Austin y Vidal Naquet
y decimos que “La mayor evidencia de los comienzos de la polis la proporciona la
colonización, iniciada, aproximadamente a mediados del s VIIII aC (…) : las colonias (
…)son todas desde un principio poleis, que imitan las instituciones de sus metrópolis, prueba
evidente de la existencia de las poleis desde los comienzos de la colonización”. (Austin y
Vidal Naquet, 1972, p 58)
Si tomamos como causa el factor geográfico vemos que el relieve irregular de la
Península con sus montañas, llanuras y valles tendió a aislar a los diferentes grupos de
habitantes. El fraccionamiento físico de Grecia puede haber influido en el fraccionamiento
político. Pero no se puede caer en determinismos (el hombre es libre) y hay hechos que nos
lo dicen, porque la polis hace una aparición relativamente tardía en la historia de Grecia y el
factor geográfico hubiera debido intervenir antes. Por otro lado la repartición de poleis no
concuerda siempre con el fraccionamiento físico: el Ática, región fragmentada, formará una
sola ciudad, Atenas; mientras que Beocia, más uniforme, tendrá varias.
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La polis fue la forma típica de organización socio política griega que se distingue sobre todo por su carácter urbano.
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En cuanto a los procedimientos como se formaron las poleis, son tan variados como
lo es la multitud de ciudades. Según Fustel de Coulanges la polis surge como término de
llegada de un proceso de crecimiento por acumulación (de la familia a la fratría, de ésta a la
tribu y de la tribu a la ciudad) en una especie de desenvolvimiento por círculos concéntricos.
Glotz sostiene que la polis aparece por mecanismos complejos en los que las
migraciones desempeñaron un papel principal. Entre ambas hipótesis se dividen las
opiniones, pero hay dos puntos de coincidencia: en el nacimiento de las poleis tuvo
importancia la época micénica, y los grupos al igual que los individuos imponen su huella en
las instituciones políticas.
En plena época histórica vemos que tribus, fratrías y genos desempeñan un papel
importante. Todos tienen un rasgo común: el carácter religioso que los une en el culto a un
determinado dios.
Una de las formas en que surgen poleis es el sinecismo o sinoikismo del que habla
Aristóteles en La Política. Este fenómeno consiste en que varias aldeas se reúnen para
formar una ciudad en torno a la ciudadela.
Burckhardt dice que se trata de un proceso normal que se repite a lo largo de la vida
griega. Cuando había que crear una fuerza política central se producía esta concentración
de un pueblo en una unidad ciudadana (o sea la integración de comunidades en una unidad
política mayor en torno a la ciudadela) dentro de los límites de una localidad generalmente
preexistente, pero qué podía elegirse especialmente por sus condiciones para defensa.
Este origen de la polis no es gradual, sino de una vez y para siempre. Es consecuencia
de una decisión firme y generalmente es una empresa llevada a cabo por una minoría fuerte.
Siempre implicaba sacrificios reales o simbólicos, por ejemplo, el desplazamiento
violento o aniquilamiento de los que se resistían. O el sacrificio de los que adherían a la
empresa al tener que dejar sus aldeas o poblados; al tener que alejarse de los sepulcros de
sus antepasados; al renunciar al culto de los muertos. Todo ese dolor acumulado en el
recinto de la polis hacía que se tuviera un profundo apego al solar, una veneración por él.
Nos dice el autor que en muchas ciudades encontramos, en algún lugar, señalado el
sepulcro de un hombre que en tiempos remotos había dado su vida por el nacimiento o
conservación de la ciudad.
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Posiblemente los sacrificios humanos se sustituyeron por acciones más inocentes que
consistían en enterrar objetos misteriosos ya que “había que asegurar para siempre la suerte
de la ciudad mágicamente”.
Lo importante es tener en cuenta que la polis no surge por simple agregación de
grupos sociales (genos, fratrías, tribus), sino que surge cuando una entidad política superior
integra y somete a disciplina a otras comunidades inferiores mediante una Constitución. No
significa que desaparecen los grupos gentilicios, sino que han sido creadas las instituciones
y organismos de gobierno a los cuales todos están sometidos.
Pero nos preguntamos ahora qué es la polis.
La polis es la comunidad de los politai, sin hacer referencia al lugar, pero esta
definición es teórica y sólo en algunos casos se dio así, por ejemplo los atenienses fuera de
Atenas, en Samos, reunidos en Asamblea eran la polis. En general cada polis se da sobre
un territorio en el que no se diferencian el campo de la ciudad.
Para el griego la polis era la única estructura adecuada para la vida civilizada. Así lo
expresó Aristóteles al definir al hombre como un zoonpolitikon.
Nos dice un autor que la ciudad griega es la célula política y social de la vida helénica:
el medio en el que el griego encuentra reunidas las condiciones de su desenvolvimiento
económico y personal, el foco de toda civilización. Más aún, el templo de los dioses.
Si hacemos un poco de historia de la polis nos encontramos con que los primeros
griegos, los aqueos, eran pastores seminómades de la Península Balcánica. No habían
formado nunca un estado, eran grupos independientes unos de otros. Su patria era el clan
patriarcal al que llamaban GENOS, cuyos miembros descendían de un antepasado común
y adoraban a un mismo dios. Estos clanes se asociaban en FRATRÍAS (gremios de guerra).
Y cuando hacían grandes expediciones las fratrías se organizaban en muy pocas (3 o 4)
TRIBUS.
Cada tribu tenía su dios, su ejército y obedecía a su rey, el FILOBASILEUS. Pero
todas reconocían la autoridad de un rey supremo, el BASILEUS.
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Los genos fueron asentándose en suelo griego y formando comunidades en los
lugares en que se detenían. La organización de los mismos siguió siendo la misma y
gozaban de una completa independencia. Todo lo que formaba parte del grupo estaba unido
por lazos de solidaridad absoluta, la FILOTES, especie de amistad que designaba más una
relación jurídica que un sentimiento.
El genos para ser independiente tenía que bastarse a sí mismo, necesitaba autarquía.
La propiedad de la tierra era colectiva e indivisible y se transmitía sin reglas de sucesión
eternamente de todos los muertos a todos los vivos.
El rey del genos era también el sacerdote y para hacer reinar la paz proclamaba,
interpretaba y hacía ejecutar la voluntad divina. Por eso es que conocía las TEMISTAS,
código misterioso y sagrado de la justicia familiar.
Pero los genos estaban en continuas relaciones, por eso surgió un derecho más
amplio que la TEMIS, la DIKÉ. Por encima del derecho familiar, la costumbre creaba poco a
poco el derecho interfamiliar (del que surgirá paulatinamente el Derecho Público).
Así organizados los aqueos vinieron a establecerse en medio de los pueblos que
habitaban las orillas del Egeo. Los pre-helenos, siempre sedentarios, tenían también una
organización de tipo gentilicia. Y en general sus caseríos y aldeas se establecían cerca de
una colina que servía de refugio en caso de guerra y donde el jefe se reunía con los ancianos
para tomar resoluciones. La mayoría de estas colinas estaban fortificadas.
Los aqueos que eran una minoría guerrera eligieron para asentarse los llanos más
ricos y las posiciones más fuertes. Ocuparon los lugares altos rodeados de muros para que
sirvieran de refugio. En el interior de estas ciudadelas se levantaron los Palacios de los
Reyes y cuando había espacio las casas de los oficiales y dignatarios. A esto se llamó
POLIS.
Al pie de las colinas-fortalezas creció con el tiempo un conjunto de cabañas para los
habitantes menos poderosos como campesinos, artesanos y mercaderes que abastecían
sus necesidades. Esto era el ASTY.
Con el tiempo y por hallarse la POLIS en lo alto de la colina (AKRÉ) comenzó a recibir
el nombre más restrictivo de ACRÓPOLIS. Tal vez porque ya el nombre de POLIS abarcaba
a todas las aldeas rurales que vivían a su sombra, designando a toda la región que obedecía
a un mismo jefe.
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Es importante destacar que la polis pudo convertirse en un organismo político sin
suprimir genos, fratrías o tribus. Antes bien la polis englobó a estos grupos que ocupaban
un territorio más o menos vasto que se denominaba DEMOS; palabra que con el tiempo
pasó a significar el conjunto de gentes que lo habitaban. La ciudad le dio al DEMOS la unidad
que le faltaba, pero se trataba de sociedades gentilicias que estaban vinculadas unas con
otras y no de individuos.
Cuando este proceso estaba culminando la transformación, se produjo la invasión de
otros griegos semi bárbaros: desde el siglo XII aC y en oleadas sucesivas llegaron a Grecia
los dorios. Esto provocó un trastorno general y hubo que recomenzarlo todo de nuevo.
POLIS significó nuevamente el lugar fortificado desde donde el conquistador vigilaba
a los conquistados.
Ante esta invasión algunos aqueos se fueron a Asia Menor formando así las primeras
colonias. Fue hacia allí hacia donde los griegos, fugitivos de los dorios, pudieron transportar
las instituciones que les eran propias. Surgieron nuevas poleis sobre la base de las tribus
gentilicias. Pero había además griegos desarraigados de su estirpe que no formaban por
tanto parte de los grupos gentilicios. Según Glotz estos individuos, para no aislarse, formaron
grupos ficticios análogos a los genos y fratrías pero diferentes por su origen: las TIASAS.
Estas asociaciones se agregaron a las fratrías y a las otras tribus en pie de igualdad.
Fue en Asia Menor donde se ve operar la transformación y el nacimiento de un género
nuevo de polis en el que los grupos eran inferiores a las instituciones ciudadanas.
En Grecia también se dio este proceso en forma similar aunque más lenta y para
nosotros más oscura.
En el siglo VIII aC surgió un nuevo género de polis que poco a poco fue tomando
conciencia de sí misma, fue desarrollando el concepto de sí misma.
Y en los siglos VII y VI aC POLIS eran todos los grupos inferiores que la integraban y
que estaban sometidos a su superior autoridad. El hombre pasó a ser ante todo ciudadano,
POLITÉS, y en segundo término miembro de un genos, una fratría o una tribu.
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CARACTERÍSTICAS DE LA POLIS
Si bien el origen de la polis es un tema oscuro para nosotros, las características y
elementos constitutivos en la polis ya existente se ven con más claridad. A continuación
analizaremos algunas de esas notas distintivas de la ciudad griega:
1- Naturaleza religiosa.
Esta característica es la que nos descubre la originalidad espiritual de la ciudad y al
mismo tiempo nos ayuda a comprender su fuerza interna y nos explica el culto del
ciudadano hacia ella.
Este carácter divino es el que más nos cuesta entender hoy que el Estado se ha
laicizado, se ha hecho indiferente a las creencias religiosas cuando no hostil hacia ellas.
El mérito de haber advertido el carácter sagrado de la polis corresponde a Fustel de
Coulanges quien señaló que la idea religiosa ha sido entre los antiguos el “soplo inspirador
y organizador de la sociedad”.
La ciudad era algo sagrado, algo divino y sus leyes eran veneradas en ella hasta la
superstición castigándose a quien atentara contra las mismas con la muerte o con el
destierro.
La vida helénica estaba toda impregnada de religiosidad, cada acto de la vida y
sobre todo cada acto público poseía un carácter ritual. Nada se hacía sin consultar o
invocar a los dioses. La ciudad era un santuario en el que no había límites precisos entre lo
humano y lo divino: tres sociedades cohabitaban en la polis la de los vivos, la de los
muertos y la de los dioses.
Las magistraturas poseían carácter sacerdotal porque toda institución tenía un
origen religioso. La filiación divina del Rey era total en la realeza y quedó después en el
Arconte Basileus que cumplía funciones religiosas .
El recinto sagrado que mantenía unida a toda la ciudad era el PRITANEO. Allí ardía
perpetuamente el fuego sagrado y era donde se ofrecían sacrificios para invocar la
protección de los dioses.
Las leyes también eran sagradas: las THESMOI que eran las reglas esenciales del
Derecho Público tenían una naturaleza religiosa y no separaban lo temporal de lo
espiritual. Eran prescripciones rituales en la misma medida que disposiciones legislativas.
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Las leyes habían sido establecidas por los dioses para toda la eternidad. No
necesitaban explicar razones ni admitían considerandos, se transmitían oralmente en
textos breves rimados para facilitar su memorización.
Más tarde serían leyes escritas y generales, NOMOI, también sagradas por haber
sido sancionadas por la polis.
La polis misma estaba encarnada en una divinidad por eso exigía un culto y lo era
todo para el ciudadano: su bien, su seguridad, su fe y su dios. Por ello mismo era casi
imposible que el interés privado se hallase en desacuerdo con el interés público.
Patriotismo y religión se hallaban confundidos. La piedad patriótica era la virtud suprema.
El propio ciudadano era sagrado. La calidad de ciudadano no se adquiría mediante
los derechos civiles y políticos sino cuando se admitía al individuo en el culto de la ciudad.
El ciudadano era, al decir de Fustel de Coulanges, el hombre que poseía la religión de la
ciudad. El día en que el hombre se hacía ciudadano juraba practicar el culto de los dioses
de la ciudad y luchar por ellos, es decir participaba de las cosas sagradas.
El ciudadano era protegido por los dioses, a diferencia del extranjero quien carecía
de esta protección y ni siquiera tenía el derecho a invocarlos. Si un extranjero entraba en
un recinto sagrado era reo de muerte, si tocaba un objeto destinado al culto, lo profanaba.
El extranjero permanecía excluido de la religión y del derecho, no podía ser propietario, ni
ejercer el comercio, ni concertar contratos. El único medio que tenía el extranjero para vivir
en la ciudad era tomar como patrono a un ciudadano convirtiéndose en su cliente y
quedando así ligado a la ciudad. Pero no podía llevar a cabo ningún acto civil si no era a
través de su patrono.
Desde este punto de vista la situación del extranjero era inferior a la del esclavo ya,
que este último se hallaba ligado a los dioses a través de su dueño.
La tierra misma, el soporte material de la polis, la GE POLITIKE (tierra cívica) era
sagrada y sus límites estaban garantizados por los dioses. Esto se ve en el juramento que
hacían los efebos al comprometerse a no transmitir la tierra disminuida.
2- El aristocratismo
Esta característica se halla estrechamente ligada a la anterior ya que en Grecia
nobleza y religión constituyen una sola y misma cosa. Esto explicaría el motivo por el cual
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fue tan lenta la emancipación de las clases humildes, por razón de su inferioridad religiosa
en virtud de la cual se hallaban excluidas de los cultos reservados a los eupátridas o
descendientes de los fundadores de la ciudad. La clase de los eupátridas es la
organización hereditaria de la religión y del Estado. A partir de ellos la ciudad constituirá,
hasta su extinción, un medio cerrado y exclusivo incluso bajo el régimen democrático. No
importa que el sistema sea monárquico, oligárquico o democrático, siempre el cuerpo de
los ciudadanos se presenta ante los esclavos y extranjeros como una élite restringida y
cerrada.
El aristocratismo está fundado en la religión. Cada ciudad tiene sus propios dioses,
ofenderla es ofender a sus antepasados, a sus héroes, a su fundador, a sus dioses.
Este exclusivismo religioso está unido al exclusivismo social, al genos, porque el
culto familiar es el culto de los antepasados, del fundador, y ésta es la esencia misma de la
idea aristocrática. La idea religiosa se halla estrechamente ligada a la idea de la familia
consanguínea. Si trasladamos esta concepción de la familia a la fratría, a la tribu y a la
ciudad comprenderemos por qué esta última conserva su naturaleza aristocrática.
Otro rasgo aristocrático de la ciudad es la supervivencia del pasado y el culto de los
muertos. Es tal el respeto por el pasado que la ciudad le añade nuevos elementos pero no
se atreve a quitar nada de él.
Y en cuanto al culto de los muertos sabemos que los héroes recibían un culto
semejante al de los dioses y en ese mundo de los muertos es donde se confunden la
humanidad y la divinidad. Al ciudadano se le proponía la idea de servir a la patria de
manera tal que después de su muerte pudiera él mismo convertirse en objeto de culto.
Semejante culto implica en su origen un pueblo esencialmente aristocrático, y unos
hombres educados para tener plena conciencia de sí mismos, de sus deberes tanto como
de su honra.
3- La configuración del suelo: la cantonalidad
La tierra griega es montañosa y su relieve produce compartimentos, cada uno de los
cuales constituye un medio cerrado formando así innumerables cantones. La división física
facilitó la división política, pero es importante no caer en determinismos por las razones
expuestas con anterioridad.
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Al definir a la polis dijimos que es la comunidad de los politai, definición en la que
teóricamente polis estaría desligada del territorio. Pero la polis para lograr su plena
independencia supone la posesión del territorio. La polis sería entonces esa comunidad de
ciudadanos viviendo en común sobre un territorio político.
Es por eso que la ciudad se definía jurídicamente al apropiarse del suelo sobre el
que la autoridad pública se ejercía de manera inmediata. Suelo o territorio del cual ya
vimos su sacralidad.
4- El urbanismo.
Al tratar el origen de la polis vimos cómo la ciudadela fue convirtiéndose en una
ciudad. Sobre una colina surgió el centro político, religioso y de defensa, es decir la polis.
Alrededor del cual, en la parte baja se hallaba el hábitat del demo, la tierra cívica. La parte
alta se denominó ACRÓPOLIS y la parte baja ASTY. Ambas constituyeron la polis.
Ahora bien, una vez asentado el grupo humano, ¿qué edificios necesitaba para su
defensa, para sus dioses, para su vida política y para su propia subsistencia?
Sobre la colina, en la ACRÓPOLIS, se hallaba el PRITANEO: era el santuario, el
hogar común donde los ciudadanos celebraban el culto a la divinidad poliada. En él estaba
el altar donde ardía perpetuamente el fuego sagrado. Así como cada familia se reunía
entorno al altar del hogar doméstico, los ciudadanos celebraban el culto en ese hogar
común. Allí se ofrecían los sacrificios para atraer la protección celeste, allí tenían lugar las
comidas oficiales.
No lejos del Pritaneo se elevaba el BOULETERION, donde residía el Consejo.
Cualquiera fuese el régimen político de la ciudad era indispensable el Consejo local para
deliberar. Este Consejo se llamó BULÉ, o GERUSÍA según la ciudad. El Buleterion
separado del Pritaneo se remonta a tiempos muy antiguos.
También sobre la colina, si el recinto no era demasiado estrecho, se levantaban las
residencias de los funcionarios más importantes.
Al pie de la colina, en el asty, se hallaba una plaza pública donde se reunía el
conjunto del pueblo y donde generalmente tenía lugar el mercado: el ÁGORA.
Para Burckhardt el centro de la ciudad era el Ágora, era el órgano vital de la misma.
El nombre de la plaza deriva de un verbo que significa reunir, pero también circular,
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comprar, conversar, consultar en el mercado. Nos dice el citado autor que sin conversación
es muy difícil imaginar el desarrollo del espíritu griego y que el Ágora y el banquete eran
las dos grandes ocasiones de conversar de que disponía el griego.
Con el tiempo se separarán el lugar de reunión de la Asamblea y el del mercado,
siguiendo el consejo de Aristóteles.
La capital (donde se encuentran el Pritaneo, el Bouleterion y el Ágora) tenía barrios
más o menos extensos que le eran indispensables para vivir. Y en ellos casi siempre se
encontraba un puerto que le servía a la ciudad para relacionarse con el mundo exterior y
para abastecerse de los recursos que le faltaban. El puerto se hallaba un tanto alejado de
la ciudad por razones de seguridad, pero unido a ella por una buena carretera.
Esta parte baja de la ciudad, denominada asty, albergaba las viviendas de
campesinos, artesanos, mercaderes.
5- El humanismo.
Lo que determina a la polis no es el territorio, ni el conjunto de edificios, sino los
hombres, los ciudadanos, los POLITÉS.
Sabemos que la polis es la comunidad de los ciudadanos, pero esto no implica a la
totalidad de los habitantes que viven en el territorio cívico. El ciudadano o POLITÉS es el
que participa de la POLITEIA. En cambio la totalidad de los habitantes constituye el
CUERPO CÍVICO.
Participar en la Politeia es gozar de los derechos cívicos y participar en las
instituciones políticas, militares, judiciales y religiosas.
Los griegos no conocían la noción abstracta de Estado. El Estado se identifica con
el cuerpo cívico y se encarna en ellos: los atenienses, los corintios, etc.
La condición privilegiada de ciudadano se recibe o adquiere por razones sociales
independientes del lugar de habitación. En todas las polis los ciudadanos o polités son una
minoría a la que se restringe el acceso.
La cualidad de ciudadano depende de distintos criterios como el nacimiento, la
fortuna, edad o educación.
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En cuanto a las clases de politeia, la extensión y los grados de la misma son
variables y están en la base de la diferenciación de los regímenes políticos.
En las Aristocracias debía ser originario de una familia cívica, lo que equivale a decir
de una familia integrada en genos, fratrías y tribus. Se reconocía la jerarquía del
nacimiento. Sólo los AGATOI o buenos tenían la plenitud de la politeia.
En las Oligarquías se sustituyeron los criterios de nacimiento por los de fortuna y
hubo cierta movilidad social. En este régimen son los oligoi o poco numerosos:
-
podía darse en el seno de aristocracia y seguía rigiendo el principio de
nacimiento
-
plutocracia abierta a nuevos ricos
-
oligarquía moderada
-
democracia moderada.
En las Democracias, incluso en las más avanzadas, jamás se abolió totalmente el
criterio de la riqueza.
Analizando otro de los requisitos para ser ciudadano, vemos que ciertos cargos
estaban destinados solo a hombres maduros (gerontocracia), como en Atenas que para
ser miembro de la Boulé había que tener 30 años, o en Esparta 60 años para integrar la
Gerusía.
Por último tomamos la educación como otro requisito para la ciudadanía, como la
agogé en Esparta y la efebeia en Atenas, aunque esta última con el tiempo no fue
indispensable para la condición de ciudadano.
Esta característica humana de la polis supone:
a- Desenvolvimiento militar
La ciudad es un refugio que debe su nacimiento a la necesidad de defensa. Y si bien
está formada por hombres, estos hombres son soldados. Dice Aristóteles en La Política: un
pueblo republicano es aquel cuyos ciudadanos son todos ellos naturalmente guerreros. Se
adquiere la calidad de ciudadano activo el día en que se reciben las armas y se presta el
juramento.
En la polis griega el pueblo es el ejército; la Asamblea del pueblo, la reunión de sus
guerreros armados; el Basileus, el caudillo militar. Ejército, religión y organización política
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están íntimamente relacionados. Las magistraturas implican en su origen mandos militares
y nadie puede tocar al ejército sin tocar a la ciudad y viceversa. La caballería es la nobleza,
la infantería es la clase de los hombres libres que poseen medios suficientes para ser
dueños de armas pesadas y una armadura, y las clases inferiores proporcionarán remeros
a la flota. La flota y la infantería adquirirán cada vez más importancia mientras disminuye la
de la caballería. Pero a medida que más se exija del Infante y del marino, mayor número
de privilegios y derechos será preciso concederles y reclamarán su parte en el Gobierno de
la ciudad.
b- Autarquía
Para que la polis fuera autónoma era indispensable la autarquía. Esta característica
deriva del asty, la ciudad baja y el mercado.
Dice Burckhardt “una campiña que procurara los medios de vida más necesarios, un
comercio y un artesanado que atendiera modestamente a las demás necesidades; y
finalmente una tropa de hoplitas tan fuerte por lo menos como las de las ciudades vecinas,
casi siempre enemigas: he aquí las condiciones exigidas por la autarquía”.
El desenvolvimiento económico de la polis sufrirá las grandes transformaciones y
consecuencias de la colonización, el comercio y la industria.
c- Medio restringido
La polis fue un estado pequeño no sólo por las condiciones de parcelamiento físico
de Grecia sino por un principio político: para que el hombre sea plenamente hombre el
medio político debe ser restringido, tanto en cuanto al territorio como en cuanto al número
de ciudadanos.
En cuanto a la extensión territorial, Esparta y Atenas fueron excepciones, con 8.400
km2 la primera y 2.650 km2 la segunda. Existen otros ejemplos como las 22 soberanías que
había en los 1.615 km2 de la Fócida.
Nos dice Glotz que la polis es un territorio pequeñísimo y que basta con subir a la
acrópolis para abarcarlo todo con la mirada.
La ciudad griega fue modesta tanto en la extensión del territorio como el número de
habitantes. En este tema de la cantidad de habitantes hay distintas opiniones como la de
Hipodamos de Mileto quien sostiene que el número ideal sería el de 10.000 ciudadanos.
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Platón dice que el número de ciudadanos debería ser lo suficientemente grande como para
que la ciudad pueda defenderse de sus vecinos o ayudarlos en caso de necesidad, pero al
mismo tiempo bastante restringido como para que puedan conocerse entre ellos y elegir
los magistrados con discernimiento. Aristóteles dice que la experiencia demuestra que es
difícil y casi imposible organizar bien un estado demasiado populoso.
6- Su fuerza educadora
La polis cuidaba y protegía a sus miembros desde los comienzos y durante toda su
vida. Los educaba con la enseñanza tradicional (gimnástica y musical) y también en todas
las fiestas cívicas, en los edificios artísticos, en el culto, en las obras de arte, en las
representaciones del teatro, etc. La vida en la ciudad era una educación prolongada: en el
mandar (ejercicio de funciones), en el obedecer (las leyes), en la participación de todas las
actividades propias de la ciudad.
En la civilización griega todo se refiere a la polis y a sus dioses: el arte, los
espectáculos, las fiestas, las ceremonias, el teatro, la poesía, la música, la educación física
e intelectual, la filosofía, la retórica. Al respecto afirma Jaeger “Solo en la polis está todo lo
que abraza la vida espiritual y humana”.
La polis tenía una fuerza pedagógica y formaba en virtudes ciudadanas. Se dio una
nueva areté política (de la polis) que consistía en someterse a las leyes y a la justicia.
Este foco de cultura y centro educativo que fue la polis creó un tipo de hombre, el
polités, el hombre de la ciudad, el hombre libre que tiene conciencia de sí mismo y de su
responsabilidad dentro de la comunidad.
Bibliografía y fuentes consultadas:
Austin, Michel, Vidal-Naquet, Pierre. (1986). Economía y sociedad en la Antigua
Grecia. Barcelona: Paidos
Aristóteles. (1.988). Política. Madrid: Gredos. Introducción, traducción y notas de Manuel
García Valdés
Burckhardt, Jacob. (1.947) Historia de la cultura griega. vol 1. Barcelona: Obras Maestras,
Ed. Iberia
13
Glotz, Gustave. (1.957). La ciudad griega. México: UTEHA
Fustel de Coulanges, Numa D. (2.003). La ciudad antigua. Estudio sobre el culto, el derecho
y las instituciones de Grecia y Roma.(13ª edición) México: Porrúa
Jaeger, Werner. (1.956) Paideia. Los ideales de la cultura griega. México: Fondo de Cultura
Económica
Murray, Oswald.(1.981). Grecia Antigua. Madrid: Taurus
14
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