Melanie Klein Fantasía Antes de abordar el concepto de la fantasía según Klein, es importante remontarnos a Freud, ya que su trabajo es fundamental para comprender este tema. Freud formuló muchos conceptos del psicoanálisis basándose en lo antropomórfico, como el superyó, cuya estructura contenía elementos de esta naturaleza. Sin embargo, al considerar la fantasía inconsciente, este pensamiento podría cambiar. El superyó no implica que en el inconsciente existe literalmente un hombrecito que desempeñe este papel. Sin embargo, se puede considerar como una fantasía inconsciente de los contenidos de nuestra psique. Esto no significa que el superyó sea una fantasía, sino que está conformado por las fantasías que un niño tiene hacia una figura paternal, que probablemente estén distorsionadas por las proyecciones del propio niño. Por otro lado, Klein decidió profundizar un poco más en las fantasías inconscientes y menciona que estas siempre están presentes en lo individuos y esto no indica un índice de enfermedad o de desconexión con la realidad, sino que son representaciones internas de deseos, miedos o conflictos de la persona que están integradas en la mente desde el nacimiento. Desde el nacimiento, los niños crean fantasías inconscientes como una forma de procesar sus experiencias y emociones. Estas fantasías no son solo reacciones a la realidad externa, sino también expresiones de su mundo interno. Las fantasías en los niños son representaciones simbólicas de sus deseos y miedos. En los primeros meses de vida, el niño divide su mundo en objetos buenos y malos. Las fantasías en esta etapa implican principalmente a la figura materna en donde es vista como una persona completamente buena o mala, posteriormente el niño comienza a integrar ambos objetos y desarrolla una visión mas elaborada de las figuras parentales. Para acceder a las fantasías inconscientes de los niños, Klein utilizo juegos en donde estos expresaban sus deseos, miedos y conflictos de manera simbólica. Ya que las fantasías se pueden utilizar como mecanismos de defensa que pueden ayudar a los niños a construir y entender el tipo de relaciones que tiene con los demás. LAPOSICION ESQUIZO-PARANOIDE Melanie Klein plantea que nacemos con suficiente yo para sentir ansiedad, utilizar mecanismos de defensa y establever relaciones objetales en la fantasía y en la realidad. Esto nos ayuda a entender como es que mediante el yo desarrollamos un mecanismo de defensa temprano alucido a la muerte, este ocurre en el comienzo de la vida. Como ya se menciono el yo es capaz de hacer sentir ansiedad, mecanismos de defensa y establecer relaciones objetales, sin embargp, no significa que al nacer el yo esta completamente desarrollado ya que este se desarrolla dependiendo de distintos factores. El yo del bebe esta constantemente expuesto al impacto de la realidad externa que produce situaciones de ansiedad, una de las primeras situaciones de ansiedad que vivencia un niño es al momento de nacer e incluso en este punto se genera la pulsión de muerte que según Klein es una proyección en parte de la conversión del instinto de muerte en una agresión. El yo proyecta esta pulsión en un objeto externo para experimentar algo malo y amenazador para el yo, lo que genera un miedo al instinto de muerte y lo transforma en otro miedo. Al mismo tiempo, se esta generando una relación con un objeto ideal. Para evitar la ansiedad que surge al contener el instinto de muerte. Ya teniendo establecido un objeto de satisfacción se proyecta la libido generando una relación libidinal entre el niño y el objeto para que el yo quiera conservar la vida. Es por esto que las característica de ansiedad y de las relaciones objetales durante el desarrollo llevaron a Klein a denominar la posición esquizo paranoide, ya que la ansiedad predominante es la paranoia y el estado del yo se caracteriza por lo esquizoide Melanie Klein plantea que nacemos con suficiente yo para experimentar ansiedad, emplear mecanismos de defensa y establecer relaciones objetales tanto en la fantasía como en la realidad. Este enfoque nos permite comprender cómo, desde el inicio de la vida, el yo desarrolla un mecanismo de defensa temprano relacionado con la muerte. Aunque el yo es capaz de generar ansiedad, utilizar mecanismos de defensa y establecer relaciones objetales, no está completamente desarrollado al nacer, ya que su desarrollo depende de diversos factores. Desde el principio, el yo del bebé se ve enfrentado al impacto de la realidad externa, lo que provoca situaciones de ansiedad. Una de las primeras experiencias de ansiedad para un niño ocurre en el momento del nacimiento, donde según Klein, se origina la pulsión de muerte como una proyección parcial del instinto de muerte convertido en agresión. En este contexto, el yo proyecta esta pulsión de muerte hacia un objeto externo para experimentar algo malo y amenazante, lo cual genera miedo al instinto de muerte y lo transforma en otra forma de miedo. Simultáneamente, se establece una relación con un objeto idealizado. Para mitigar la ansiedad que surge al contener el instinto de muerte, el yo busca establecer un objeto de satisfacción. Así, se proyecta la libido para formar una relación libidinal entre el niño y el objeto, con el fin de preservar la vida. Estas características de ansiedad y relaciones objetales durante el desarrollo llevaron a Melanie Klein a denominar esta fase como la posición esquizo-paranoide. En este estado, la ansiedad predominante es la paranoia, y el estado del yo se caracteriza por lo esquizoide, reflejando la división temprana del mundo en objetos buenos y malos, y la compleja interacción entre el yo, el instinto de muerte, y los objetos internos y externos. Melanie Klein describe la posición esquizo-paranoide como una fase inicial en el desarrollo emocional del niño, que ocurre en los primeros meses de vida. Durante esta etapa, el yo del niño percibe y experimenta el mundo en términos de objetos buenos y malos. Los objetos buenos son vistos como ideales y gratificantes cuando satisfacen las necesidades del niño, mientras que los objetos malos son percibidos como amenazantes y persecutorios cuando el niño experimenta malestar o frustración. El yo en desarrollo juega un papel crucial en esta dinámica, ya que utiliza mecanismos primitivos de defensa para manejar las tensiones internas y las experiencias emocionales intensas asociadas con estos objetos buenos y malos. Por ejemplo, la madre que alimenta y conforta puede ser internalizada como buena cuando el yo del bebé se siente seguro y satisfecho, pero como mala si el yo del bebé está angustiado o insatisfecho. Esta división del mundo en objetos buenos y malos refleja las fantasías inconscientes del niño, donde los objetos externos son internalizados y representados de manera extrema según las experiencias emocionales del momento. A través de estas fantasías, el yo del niño busca comprender y manejar las complejidades del mundo interno y externo. La posición esquizo-paranoide es crucial en la teoría de Klein porque establece las bases para el desarrollo emocional posterior del niño. A medida que el yo del niño se desarrolla y madura, Klein sugiere que estas percepciones extremas de objetos buenos y malos se integrarán y diferenciarán más gradualmente en la siguiente etapa, conocida como la posición depresiva.