Bertolt Brecht Madre coraje y sus hijos I . Reclutador. COÑO CABO! QUE HAGO PARA RECLUTAR GENTE AQUÍ! HE HECHO DE TODO Y NO LOGRO RECLUTAR A NADIE. PARA ESTA GENTE No HAY PALABRA QUE VALGA, NI FE NI LEALTAD , NI HONOR Cabo : demasiado tiempo sin sufrir una guerra. ¿De dónde van a tener moral?, La paz relaja el espíritu. Sólo la guerra trae orden. En la paz la humanidad se corrompe. Las gentes y las bestias se despilfarran, como si no valiesen nada. Sólo don- de hay guerra hay listas ordenadas y registros, y el calzado y el pan se distribuye de manera racional Reclutador. ¡shhhhh! ahí viene una carreta. Madre Coraje. ¡Buenos días, Cabo! Cabo. (Cerrándoles el paso) ¡Buenos días, gentes! Madre Coraje. Comerciantes. Cabo. Documentos! Madre Coraje. ¿Documentos? Requesón. ¡Pero si es Madre Coraje!... Cabo. Yo no conozco ninguna Madre Coraje Madre Coraje. Aquí tiene todos mis documentos Cabo. Licencia, tiene que tener una licencia! Madre Coraje. Mi cara honrada es licencia suficiente para el segundo regimiento- si no sabe leer en ella peor ´para usted, no voy a dejarme poner un puño. Cabo. ¡Nombre! Madre Coraje. Anna Fierling. Cabo. ¿entonces todos son Fierling ? Madre Coraje. Yo soy Fierling. Ellos, no. Cabo. ¿Son tus hijos o no? Madre Coraje. Lo son, pero no por eso tienen el mismo nombre. Este por ejemplo, se llama Eilif Noiótski, como su padre, aunque no lo conoció. Cabo: Y este Página 1 de 73 Bertolt Brecht Madre coraje y sus hijos Madre Coraje; se llama Féios, un nombre que no tiene nada que ver con su padre. Cabo. ¿Entonces cómo es que se llama Féios? Madre Coraje. se llama Féios porque cuando vino al mundo yo estaba con un húngaro, Yo le llamo Requesón, como que es bueno para ir halando la carreta. Y ella se llama Catalina es medio alemana. Cabo. Anotaremos todo eso. (Anota). Madre coraje: Pasando a otra cosa oficiales, no necesitan un par de capotes nuevos¡ El suyo se ve muy ripiado cabo. Cabo: Necesito hombres. porque tus hijos están saludables y no están en el ejército? Madre Coraje. No hay caso, Cabo. Mis hijos no sirven para el oficio de guerreros. Cabo . ¿Pero qué tienes en contra del ejercito mujer? Ahí tu hijo puede convertirse en un héroe Madre Coraje. Somos gente pacífica, vivimos de vender lienzos y jamones. Pero si tratan de llevarse a mis hijos, los rajo carajo! Cabo . Pero como puede haber guerra si no tenemos soldados, Madre Coraje. No tienen por qué ser los míos. Cabo.¿Quieres que tus hijos engorden con la guerra sin que tú pagues un impuesto. Coraje te llamas, ¿eh? Pero le temes la guerra. Tus hijos no la temen, Eilif. Yo no temo guerra alguna. Cabo. ¿Por qué tendrías que temerle ? Mírame a mí, ¿crees que me ha perjudicado la vida de soldado?. Madre Coraje. Pero llevas la muerte en el rostro, lo veo. Sabes que lo veo¡? Requesón. Si ella lo dice es verdad, todo el mundo sabe que es vidente. Cabo. Tu no te burlas de mi madre coraje. Tu bastardo se ira con nosotros, será un soldado. Eilif. Yo quiero ir, madre. Madre Coraje. Cierra esa trompa, demonio finés. Eilif. El Requesón también quiere. Página 2 de 73 Bertolt Brecht Madre coraje y sus hijos Madre Coraje. Soldados! Muertos están ¡estar a mi lado y ser prudentes es lo único que los ´puede salvar. Reclutador Cabo a usted no le vendría mañ un capote nuevo. VerdadMadre Coraje. Dos florines y es suyo Cabo Nuevo no es , veremos si tienes algo mejor. Madre Coraje. No tengo nada mejor eh. Mire un florin y es suyo. Cabo Creo que puede valer medio florín Madre Coraje. Trato hecho, ya vera lo abrigadito que va a estar. Cabo: Hay algo que no comprendo, para qué quiero un capote si me voy a morir. Reclutador. (Ha tomado del brazo a Eilif y le lleva consigo hacia el fondo). Diez florines de entrada, te portas como un valiente, luchas por tu rey y zas! las mujeres se vuelven locas por ti... si te dije eso no fue para ofenderte (Ambos se van. La muda Catalina suena la campanita). Madre Coraje. Ay Catalina, ya voy. El señor Cabo está pagando. (Muerde la moneda). Vamos, vamos. ¿y Eilif ? Requesón. Se fue con el reclutador. Cabo. Asi es la cosa Coraje que tu hijo sea soldado no es lo peor. No se puede vivir de la guerra, y querer estar a salvo de ella. Página 3 de 73 Bertolt Brecht Madre coraje y sus hijos II Madre Coraje. ¿Ave mísera esta bestia rechoncha? ¿Me va a decir que no vale sesenta monedas? Ya me va a contar si no tiene nada para el almuerzo! Cocinero. Treinta Madre coraje_ cuarenta Cocinero. Treinta, cuarenta no. He dicho treinta. Madre Coraje. Oiga, éste no es un pato cualquiera. Era una bestia talentosa; me han dicho que sólo se dormía con música, yse imagina lo suave que debe tener la carne? . El Mariscal le arrancará las orejas si no le sirves un buen almuerzo. Cocinero. No lo creo porque aquí tengo un trozo de carne de vaca y lo freiré. Madre Coraje. Fríela. Es del año pasado. Échele mucha pimienta, para que el Mariscal no sienta la peste. Mariscal.. Adelante, hijo mío, hoy comerás a la derecha de tu Mariscal. brindemos por Dios. cuando la ciudad sea mia recibirás tu brazalete de oro. Hemos venido aquí para salvarles las almas, ¿y qué hacen ellos, arrean su ganado para llevárselo a sus curas. Quieres algo más hijo mio Eilif. ¿Una lonja de carne, si pudiese ser? Mariscal. ¡Carne para tres, cocinero! La mas suave que tengas Cocinero. Y Encima se trae invitados Madre Coraje. Jesús, es mi Eilif. Cocinero. ¿Quién? Madre Coraje. Mi hijo mayor. Hace dos años que lo perdi y ahora almuerza con un Mariscal. Y tú, ¿qué tienes para darle de comer al huésped de tu mariscal? Mariscal. (Se ha sentado, junto a Eilif y el Capellán, y grita). ¡Algo para comer,bestia cocinera, o te mato! Cocinero. ¡desplumalo! Mariscal. Toma más, hijo mío; Y ahora, cuéntanos, con pelos y señales, cómo hiciste para vencer tu solo a esos labriegos y quitarles las veinte reses. Eilif. Pues bien: Averigüé que los campesinos tenían escondidos sus bueyes en el bosque Página 4 de 73 Bertolt Brecht Madre coraje y sus hijos para después llevarlos a la ciudad los vigile y espere a que se durmieran y cuado ya estaba moviendo las reses uno de ellos se despertó y los cuatro me arrinconaron contra un árbol. Yo trate de defenderme pero tenían grandes garrotes y me hicieron saltar la espada de las manos. Rindete, me dijeron, y yo me preguntaba qué hacer si me muevo estos me hacen picadillo Mariscal. ¿Y qué hiciste? Eilif. Me reí. Mariscal. ¿Qué? Eilif. Me reí. Y empezamos a conversar. y les dije que les compraba los bueyes en quince floreines , ellos que no, que veinte, les dije no, 20 es demasiado, si quieren les puedo dar quince aquí mismo. Se atormtenaron entonces uno empezó a rascarse la cabeza y me dio la espalda entonces aaaaaaa!!!! Saqjue mi espada y me lo llevé de ventajas. Con los otros fue mas fácil no tuvieron tiempo de reaccionar. Contra la miseria no hay mandamientos, ¿no es así? Capellán. Considerándolo estrictamente, no hay tal proverbio en la Biblia. Mariscal. (Ríe) Eilif tiene temple de héroe. Tendrías que ver al rey. Eilif. Lo he visto antes. Tiene algo así como un brillo en los ojos. Le quiero tomar por ejemplo. Mariscal. Algo de él ya tienes. Aprecio a un soldado como tú, Eilif, a un valiente. Y le trato como a un hijo. (Le conduce frente a un mapa). Ven te explico la situación, Página 5 de 73