“Faltan coraje y fidelidad” Entrevista en el diario. El cosmopolita Christian Dörfflinger (C.D.) Christian Dörfflinger, de la ciudad de Constanza, ha sido siempre un viajero del mundo. Después de siete meses de viaje por el continente americano, C.D. volvió a casa. Hablamos con el: Usted ha estado siete meses de viaje, ¿porque lo ha hecho? C.D.: Tenía que cumplir una promesa: Visitar a una muy buena amiga en Buenos Aires, y por eso empezé el viaje por Argentina, de Sur a Norte (Arg. / Chile / Bolivia / Perú / Cuba / Canada). Entre Sudamerica, América central y Norteamerica hay mucha diferencia. ¿Esto era lo que buscaba? C.D.: Cuando crucé el charco, no sólo por dos o tres semanas, sino por mas tiempo, yo no solo quería conocer la cara turistica del país, sino que también quería conocer la vida real de la gente. Usted cuenta que quiere conocer a “la gente” ¿Comó puede un viajero realizar esto? C.D.: Presentandose abiertamente y además, compartiendo todo: La situación actual de las personas, las condiciones de la vida diaria y, muy importante, la alegría compartida de vivir el momento. El camino directo, sin escondites, muy a menudo es el mejor. También los desvíos y las dificultades pueden mostrar el camino. ¿Cual fue su experiencia? C.D.: Muchas veces la resonancia era positiva, daba igual el color de la piel, la edad, sexo y modo de ser. Lo principal es tener el corazón abierto. Naturalmente hay cosas tristes, por ejemplo: Guantánamo. Pero también ahí se puede hacer algo por parte de cada uno. No girar la cara sino mirar bien. Ponerse de rodillas y ofrecer una mano, mejor dos. Cuando cruzó la frontera de EEUU, se complicaron las cosas. ¿Que paso y como sé puede explicar? C.D.: Fui como amigo y con buenas intenciones para cambiar mi punto de vista negativo por una visión nueva y mejor. Lamentablemente se esfumó de una manera fria, ciega e insensible. De tal manera que se reforzo mi prejuicio de la “Democracia N° 1” del mundo: Seis uniformados se echaron sobre mi y me esposaron. Durante 40 minutos evidentemente me consideraron criminal. Uno de los problemas de los Estadounidenses es la sospecha general contra todo lo ajeno, que no lleve el sello “Made in USA”. ¿Considera que este viaje le cambio como persona y cómo? C.D.: Si y no. Los fundamentos permanecen, el punto de vista cambia. El materialismo y el consumismo, asi como la gente acelerada e impaciente me ponen triste y me hacen reflexionar. Estanterías super llenas, hombres inquietos por la prisa, y sobre todo las “langostas devoradoras”, que, sea como organización o sea como individuos, solamente persiguen la ventaja maxima personal sin pensar en los demas. Faltan principios, rectitud, coraje y fidelidad a sí mismo y a los demás. Nadie sin valores internos puede crear valores externos. ¿Volverá a viajar? C.D.: Si, a Canadá, para cerrar el círculo. ¿Por qué Canada? C.D.: Tengo amigos, quiero intensificar la conexión. ¿Cómo ha “digerido” su viaje? C.D.: Yo me retiré por tres semanas en ”ultramar”, cerca de Meersburg en una vieja torre del siglo 17 en medio de vinedos. Para grabar las experiencias de mi viaje, que me han enriquecido mucho; quizás me basta con escribir un libro . . . Preguntas por Dieter Pilz “Quien se siente libre, es libre. Quien libre tiene corazon y mente, vive su vida plenamente.“ C.D.