alianza chilena

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Alianza Chilena Para el Comercio Justo y Responsable
ACJR
Liberalización de los Servicios de Educación Superior en Chile:
2º Borrador 1
Cristián Candia
Margarita Iglesias
Rodrigo Roco
Santiago de Chile, Abril 2002
Primera Parte:
I.- Antecedentes generales de la liberalización comercial de los servicios
Durante las últimas décadas, hemos sido protagonistas, -bajo diversas formas-, de los
grandes
cambios surgidos en el ámbito del desarrollo económico, social y cultural en nuestras
sociedades.
Estas profundas transformaciones han sido desatadas fundamentalmente por el fuerte
impulso que los
gobiernos le han otorgado al desarrollo de los mercados bajo él supuesto que: una mayor
presencia
de éste en todas las dimensiones de la vida humana, por si mismo generaría una mayor
eficiencia
social y resolvería los problemas fundamentales de la sociedad moderna. Esta idea de
“universalizar”
el mercado para todas las áreas de la vida humana, se fue materializando a un ritmo muy
acelerado
durante los últimos treinta años.
Como consecuencia de lo anterior, se trasladó del ámbito de los derechos de las personas
a la salud,
a la educación y a todas las prestaciones de servicios llamados básicos (que otrora eran
proveídas por
los estados) hacia el ámbito de lo mercantil. En estos días resulta muy difícil escuchar a
economistas,
académicos y políticos abogar por el derecho a la educación o el derecho a la salud, (a
pesar de que
múltiples instancias intergubernamentales los consagran como parte sustancial de los
derechos
humanos), en reemplazo de ello, se argumenta que los estados deberían promover el
acceso a estos
servicios sin cuestionar ni el carácter ni la forma de la provisión de estos, la que se realiza
con
creciente participación de las empresas privadas locales y transnacionales.
La revolución de las tecnologías de la información y la microelectrónica también han
contribuido al
incremento de la oferta de nuevos servicios comerciales, sobretodo en el ámbito de los
servicios
financieros, comunicaciones, y más recientemente en la educación a distancia. La
inserción a estos
circuito de parte de las naciones menos desarrolladas ha sido “periférica”. De hecho el rol
de las
economías menos desarrollados en este mercado mundial de tecnología es ser meros
agentes
consumidores y en forma muy poco relevante como proveedores, tanto de tecnologías
como de
servicios asociados a ella. Lo anterior, debido a la secularizada migración de cerebros
hacia las
economías más desarrollada. Ello ha sido posibilitado por la baja inversión de los países en
desarrollo
en programas de investigación y tecnologías y por las escasas perspectivas de formación
de nuevo
conocimiento en los centros de formación profesional.
La revalorización de los mercados locales en el ámbito de la apertura a las inversiones
externas y a la
inserción de las economías domesticas en el ámbito internacional, ha permitido que se
hayan
desarrollados iniciativas de liberalización multilateral. A partir de la creación de la OMC, se
consolidó
una nueva institucionalidad global del comercio. Esta progresivamente ha ido
sobrepasando los
aspectos “meramente” comerciales, incluyendo en la agenda de liberalización diversos
temas que
exceden claramente los aspectos arancelarios y aduaneros, tales como el comercio de
servicios, leyes
de propiedad intelectual, compras gubernamentales, etc.. Todo ello ha sido posible por el
fuerte lobby
realizado por las Empresas Transnacionales con los gobiernos de los países desarrollados,
para
fortalecer sus propias posiciones al interior de la OMC.
En el acuerdo que creó esta nueva institución, se aspiraba a que el nuevo régimen
mundial de
comercio permitiera: “Elevar el nivel de vida en todo el mundo, asegurar el pleno empleo y
un gran
volumen de ingreso real y demanda efectiva en constante crecimiento, y expandir la
producción y el
comercio de productos y servicios, permitiendo a la vez un uso óptimo de los recursos
mundiales en
concordancia con el objetivo de desarrollo sustentable, buscando tanto proteger como
preservar el
medioambiente y mejorar los medios para hacerlo de manera coherente con sus
necesidades e
inquietudes respectivas a distintos niveles de desarrollo económico”.
La practica ha confirmado que se tendió a confundir liberalización de comercio con
promoción del
desarrollo. Desde una perspectiva institucional, se creyó que el desarrollo de los mercados
permitiría a
todas las naciones lograr elevados niveles de desarrollo, generando una confusión entre
medios y
fines. Los gobiernos que suscribieron esta nueva institucionalidad creyeron que la
liberalización
comercial por si misma contribuirá al mejoramiento de la calidad de vida de la población,
es decir que
los mercados por si mismo promoverían la competencia, y que la existencia de esta misma
generaría
mejores y mayores oportunidades a los ciudadanos para alcanzar los beneficios generados
por las
mismas políticas (Rodrick, 2001).
A la luz de los hechos, parece que muchos países en desarrollo no comprendieron las
implicancias
para sus economías y sociedades. En el pasado, los problemas tratados en el marco del
GATT eran
referidos a las llamadas “políticas de frontera”, sin embargo desde la creación de la OMC
estos se han
ido centrando en obligaciones de los miembros en cuestiones domésticas de política
económica y
social. Lo que no obstante, resulta sorprendente es que en un marco de profundas
asimetrías entre
países, la nueva institucionalidad asuma la homogeneidad en el trato a sus miembros, ello
resulta
particularmente importante para los países en desarrollo, debido a que en lo fundamental
los
acuerdos de la OMC tienden a consolidar los aspectos más fundamentales de las políticas
de corte
neoliberal, las que como hemos señalado implican el desplazamiento del sector público a
favor del
sector privado en las actividades comerciales y la desregulación de las reglas de comercio
e inversión.
En el ámbito de la educación, en la mayoría de los países, esta se provee en forma mixta,
a través de
entidades de propiedad estatal y por instituciones privada, particularmente importante en
el subsector
educación superior, por tanto éste se convierte en un sector con altas probabilidades de
ser materia
negociable para cualquier acuerdo de liberalización.
En el caso de Chile, el riesgo de que la educación superior pueda ser incluida en listas de
compromisos, es relativamente alto, debido al interés que ha mostrado Estados Unidos y
otros países
desarrollados en la liberalización de los servicios de educación superior. En el caso de
Chile, las
probabilidades son altas, debido a que los sucesivos gobiernos han sido muy aplicados
frente a los
edictos de la ideología neoliberal. De hecho resulto ser el primer país de la región que
suscribió las
estrategias promovidas por las Instituciones financieras multilaterales, e incluso
profundizando
fuertemente en aspectos tales como la privatización de la previsión social, del sistema de
salud y de la
educación, en particular en la apertura a la inversión de capitales privados nacionales en la
esfera de
la educación primaria, secundaria y superior.
Evaluaciones recientes realizadas por la propia OMC ubican a nuestro país como un
ejemplo en la
forma de avanzar en la liberalización comercial, de hecho se destaca que Chile ha ido
incluso más allá
de los compromisos suscritos al interior de los acuerdos de la OMC, tornándose en un país
emblemático dentro de los promotores del libre comercio.
Por ello en las páginas siguientes revisaremos los aspectos básicos del GATS, y los
elemento que
condicionan el desarrollo de la educación superior como servicio de comercialización
internacional.
II.- El Acuerdo sobre servicios de la OMC, marco para comprender la liberalización
de los
servicios
La ronda Uruguay dio lugar a la transformación del GATT en la Organización Mundial de
Comercio
OMC, entidad que surgió como depositaria de la voluntad de los países miembros y con
grandes
facultades para gestionar la liberalización del comercio mundial sobre la base de la
expansión a
nuevas áreas como la agricultura (ASA), los servicios (GATS), los derechos de propiedad
intelectual
(TRIPS)2 y las medidas de inversión relacionadas con el comercio (TRIMS).
Desde su origen la OMC se convirtió en un mecanismo institucional bastante sólido,
sobretodo porque
se le asignó un sistema integrado de solución de controversias de carácter casi
jurisdiccional al
servicio de las disposiciones de los acuerdos señalados previamente.
En el ámbito de los servicios, las normas del GATS tienden a la eliminación progresiva de
la regulación
doméstica de la importación y operación de servicios, así como promover la competencia
entre los
servicios y los proveedores de estos en los distintos países. Este acuerdo provee un marco
para que
los países elijan sectores y establezcan las condiciones de ingreso y trato nacional, sobre
la base del
criterio de liberalización progresiva de varios sectores en los países miembros.
Al momento del nacimiento de la OMC, 34 países de Latinoamérica y El Caribe suscribieron
compromisos específicos con relación al GATS. De ellos 30 presentaron sus listas de
ofertas al concluir
dicha ronda y los cuatro restantes lo hicieron durante el proceso de adhesión a la OMC 3 .
Cabe hacer
nota que los países de América Latina y El Caribe al momento de suscribir compromisos en
GATS, no
evaluaron la implicancia ni el alcance de tales compromisos, ello debido a la ausencia de
datos y
también a la presión que ejercieron los países desarrollados para acelerar el proceso de
liberalización
multilateral.
El GATS se contiene en un documento que reglamenta los derechos y obligaciones de los
países
miembros. El texto consta de 6 partes, las que contienen un total de 29 artículos, en los
que se hace
referencia a cada aspecto especifico del acuerdo. La primera parte contiene el alcance y
definición del
acuerdo, la segunda establece las obligaciones y disciplinas generales, la tercera se refiere
a los
compromisos específicos, la liberalización progresiva es tratada en la cuarta parte, en la
quinta y sexta
se establecen disposiciones y disposiciones finales respectivamente (ver recuadro N°1).
En la primera parte del texto del GATS (Art. I.1), Se define como se entenderá el comercio
de
servicios, pero básicamente se hace referencia al “suministro de un servicio”. Es
importante destacar
que no se encuentra en el texto una definición explicita de lo que se entenderá como
servicio, es decir
no se aclara cual será el contenido que permitirá discriminar a este de una mercancía, lo
que
constituye un aspecto vital para la posterior comprensión de un acuerdo de esta
naturaleza.
Simplemente se concuerda la definición básica del comercio de servicios, como el
suministro de los
mismos 4 .
En este sentido el GATS plantea que el término “servicios” comprenderá “todo servicio de
cualquier
sector, excepto los servicios suministrados en el ejercicio de facultades gubernamentales”,
este se
entenderá como aquellos servicios que no sean suministrados en forma comercial ni
competitivamente. Esta formulación refleja el sentido de “universalidad” que se le desea
proporcionar
a estos. Para ello se definen las cuatro formas de suministro de servicios: a) del territorio
de un
Miembro al territorio de cualquier otro Miembro. b) en el territorio de un Miembro a un
consumidor de
servicios de cualquier otro Miembro. c) por un proveedor de servicios de un Miembro
mediante
presencia comercial en el territorio de cualquier otro Miembro. d) por un proveedor de
servicios de un
Miembro mediante la presencia de personas físicas de un Miembro en el territorio de
cualquier otro
Miembro
Este acuerdo sobre servicios se sostiene sobre los siguientes principios básicos: a)Nodiscriminación;
este alude al precepto básico del sistema multilateral, donde se incorporan la practica de
Nación Mas
Favorecida y Trato Nacional 5 . b)Transparencia; esta referido a los compromiso de los
gobiernos de
poner a disposición del público todas las leyes y reglamentaciones pertinentes a los
servicios.
c)Liberalización progresiva; esto corresponde al proceso continuo de negociaciones para
extender las
disciplinas acordadas a un mayor número de sectores y subsectores de servicios.
La liberalización del comercio de servicios se realiza por medio de listas positivas, lo que
significa que
sólo se someten a las disciplinas de liberalización aquellos sectores específicos incluidos en
las listas
nacionales. Esto permitiría a los países escoger los servicios respecto de los cuales están
dispuestos a
adoptar compromisos de acceso a mercado y trato nacional, limitar el grado de acceso al
mercado y
de trato nacional que otorguen y establecer excepciones respecto de la obligación de
Nación Más
Favorecida.
En síntesis, los servicios son una materia de incorporación reciente a las negociaciones
para la
conformación de la liberalización multilateral del comercio mundial. En este proceso se ha
reglamentado la forma de llevar adelante su liberalización. La que se basa en los mismos
principios
utilizados en la liberalización del comercio de mercancías además se define bajo las cuatro
formas de
suministro de estos en ausencia de una definición formal y específica de servicios. Ello con
la
pretensión de abarcar la totalidad de los servicios que se prestan al interior de las
economías
nacionales.
III.- América Latina y Chile frente al GATS
Evaluaciones realizadas por CEPAL y la UNCTAD concluyen que “los compromisos suscritos
por los
países de América Latina y El Caribe revelan que la liberalización ha sido más importante
por aspectos
de calidad y valor comercial, más que por el número de compromisos suscritos”, en
particular al
comparar estos con los compromisos asumidos por los países desarrollados. Ello a pesar
que los
países de la región han suscrito compromisos específicos sobre seis sectores en promedio,
en
circunstancias que los países desarrollados lo hicieron sobre 11 sectores en promedio 6 .
Comparativamente la región ha otorgado un mayor porcentaje en compromisos de acceso
a mercados
y trato nacional para los tres primeros modos de suministro, con relación a los países
desarrollados 7 .
Los países de América Latina y El Caribe han concentrado sus ofertas en el tercer modo de
suministro
de servicios (presencia comercial), por sobre los modos restantes. Esto también ha sido la
constante
para los países desarrollados. Al contrario, los compromisos en el cuarto modo de
suministro,
movimiento de personas físicas, solo se han limitado a la facilitación del movimiento de
personal
superior.
Chile, en particular ha comprometido en el GATS servicios a empresas, comunicaciones,
servicios
financieros, servicios de turismo y relacionados con viajes y servicios de transporte. En el
ámbito de
servicios de Educación y Educación Superior, hay que señalar que Chile aún no ha suscrito
compromisos.
A pesar de los bajos niveles de compromisos suscritos por América Latina y Chile, resulta
significativa
la prioridad que se ha dado estos al tercer modo de suministro, presencia comercial, ya
que revela la
intención de promover la inversión extranjera al interior de las fronteras nacionales. Ello
resulta
consistente con la lógica de generar las mayores garantías a los capitales externos para
permitir el
ingreso de estos y aprovechar esta inversión en subsidio de las menguadas capacidades
internas para
la inversión en servicios
IV.- Los servicios de Educación en el GATS y la posición de los Estados Unidos
En el ámbito de los servicios de educación, tan sólo un reducido número de miembros de
la OMC ha
contraídos compromisos en el sector, casi la mayoría de los países que suscriben el GATS
permiten
que proveedores del sector privado suministren servicios de enseñanza superior,
enseñanza para
adultos y capacitación.
En relación a la enseñanza superior Estados Unidos y otros países desarrollados han hecho
llegar sus
respectivas comunicaciones al Consejo del Comercio de Servicios 8 . En particular los
Estados Unidos ha
reconocido “que la enseñanza es en gran medida una función del gobierno, pero que en la
mayoría de
los países permiten que la enseñanza privada coexista con la enseñanza pública”. Por lo
que en su
propuesta al CCS intenta contribuir a la liberalización del comercio de “este importante
sector de la
economía Mundial”.
El objetivo explicito de los Estados unidos con su comunicación “es ayudar a establecer
condiciones
favorables a los proveedores de servicios de enseñanza superior, enseñanza para adultos
y
capacitación, mediante la reducción de los obstáculos que se oponen a la transmisión de
esos
servicios más allá de las fronteras nacionales por medios electrónicos o materiales o al
establecimiento y explotación de instalaciones para proporcionar servicios a los
estudiantes en su país
o en el extranjero. Esto sería aplicable a los países que permiten la enseñanza privada, no
a los países
que mantienen sistemas de enseñanza exclusivamente públicos”, este no parece ser el
caso de la
mayoría de los países de Latinoamérica, salvo Cuba, en el ámbito de la educación se
permite la
provisión privada de los servicios educacionales .
En relación al alcance de la propuesta, Estados Unidos reclama la necesidad de especificar
el alcance
de cada tipo particular de enseñanza con mayor precisión de lo que se especifica en el
GATS. Y
propone incluir adicionalmente a los señalados servicios de enseñanza terciaria tradicional,
la
enseñanza para adultos, otros dos tipos de servicios, estos son los servicios de
capacitación y los
servicios de pruebas educativas, esto en virtud de que “los servicios de capacitación se
encuentran
particularmente relacionados con la enseñanza superior, la enseñanza para adultos y otros
servicios
de enseñanaza” y “los servicios de pruebas educativas se hayan relacionados
generalmente con todos
los tipos de enseñanza 9 ”.
En especifico, el comunicado de Estados Unidos convoca a que los países expliciten
compromisos
sobre los servicios de enseñanza superior, de adultos y capacitación. Establece que a
pesar de que se
debe aplicar las disciplinas vigentes en el GATS, los gobiernos se reservarían el derecho de
reglamentación para lograr los objetivos de política nacional.
Estados Unidos ha confeccionado un listado de obstáculos en el conjunto de países
miembros de la
OMC, sobre los cuales llama a los gobiernos a remover, estos son:
1. Prohibición de los servicios de enseñanza superior, enseñanza para adultos y
capacitación
ofrecidos por entidades extranjeras.
2. Falta de oportunidades para que los proveedores extranjeros de servicios de enseñanza
superior, enseñanza para adultos y capacitación puedan ser considerados instituciones que
otorgan títulos.
3. Restricciones inapropiadas a la transmisión por medios electrónicos de los materiales de
los
cursos.
4. Prueba de necesidades económicas impuesta a los proveedores de esos servicios
5. Medidas que prescriben la existencia de un socio local.
6. Denegación del permiso a los proveedores del sector privado de servicios de enseñanza
superior, enseñanza para adultos y capacitación para crear de modo voluntario empresas
conjuntas con socios locales o no locales, o abandonarlas.
8
7. Casos en que se prescribe la aprobación gubernamental, pero ese proceso sufre
retrasos
excepcionalmente largos, y en que, cuando se deniega la aprobación, no se exponen las
razones de ésta ni se proporciona información sobre que debe hacerse para obtener la
aprobación en el futuro.
8. Trato fiscal discriminatorio de los proveedores extranjeros
9. Trato menos favorable dado a los socios extranjeros en una empresa conjunta que a los
socios locales.
10. Trato menos favorable dado a las franquicias que a otras formas de organización
empresarial.
11. Leyes y aplicaciones poco claras y aplicadas con parcialidad.
12. Falta de información clara y transparente sobre las subvenciones otorgadas a la
educación
superior, la enseñanza para adultos y la capacitación.
13. Las prescripciones mínimas sobre contratación local son excesivamente estrictas, lo
cual
determina que las operaciones no sean rentables.
14. El personal especializado necesario con carácter temporal (inclusive directivos,
especialistas
en informática y conferenciantes) tiene dificultad para obtener autorización para entrar en
el
país y salir de el.
15. La repatriación de utilidades está sujeta a derechos excesivamente altos y/o impuestos
respecto de las operaciones de cambio.
16. Se imponen derechos e impuestos excesivos a los pagos hechos en concepto de
licencias o
regalías.
En relación a este listado de restricciones, la pretensión de los Estados Unidos iría tratando
de dar a
los servicios de educación transfronterizo, el mismo tratamiento que a la provisión de
cualquier tipo
de servicio comercial. Sin considerar las especificidades que tiene un servicio como la
educación, es
decir las implicancias de esa en la cultura y tradición de los pueblos.
V.- Problemas presentes en la arquitectura del GATS
En el ámbito de la eventual liberalización de los servicios de educación, debemos realizar
algunas
consideraciones relevantes de tipo general, por ejemplo el principio de liberalización
progresiva 10
(Artículo XIX), establece una tendencia sucesiva en las rondas de negociación orientada a
lograr
incrementar el “nivel general de compromisos específicos”. Ello implica que los países se
encuentran
bajo el imperativo de incrementar sus compromisos obligatorios de liberalización en cada
nueva ronda
de negociaciones. Al contrario, las posibilidades de retractación se encuentran cada vez
con menores
márgenes de acción, dado que ello obligaría a generar lad compensaciones necesarias en
otro(s)
sector(es) a los miembros del acuerdo. Esto nos lleva a preguntarnos ¿Qué compensación
se
consideraría adecuada por parte de las naciones desarrolladas, en el caso de que un país
en
desarrollo se retracte?.
En el mismo articulo XIX, el punto número 2 señala que los países en desarrollo tendrán la
“flexibilidad apropiada” para “ir abriendo algunos sectores, liberalizando algunos tipos de
transacciones, progresivamente extendiendo el acceso a los mercados en línea con su
situación de
desarrollo...”. Es decir, los propios países se podrían autodeterminar los ritmos y alcances
de la
liberalización de los servicios, pero en la practica, ello no siempre ocurre así. En las
negociaciones
para el acuerdo sobre servicios financieros de 1997 los países desarrollados ejercieron
fuertes
presiones a los países en desarrollo para que ofreciesen más compromisos. La situación
más extrema
se demostró en el caso de Estados Unidos con Malasia 11 .
En este sentido podemos estimar que si la educación se incorporará en la agenda de
liberalización en
los países subdesarrollados, claramente prevalecerán los intereses de las naciones
desarrolladas.
VI.- Presiones para cambiar las pautas de negociación
A pesar que dentro del GATS existen principios normas y pautas que orientan el proceso
de
negociación al interior de este, han existido iniciativas y presiones para cambiar dichas
pautas. En las
negociaciones de servicios iniciadas en 2000, Estados Unidos, en particular, planteó la
eliminación
significativa de las restricciones en todos los sectores de servicios mediante medidas
actualmente
sujetas a la disciplina del GATS y otras medidas actualmente no sujetas, que abarquen
todas las
formas de suministro de servicios”. Esto muestra una intención de avanzar en
liberalizaciones
significativas, superando claramente el criterio de progresividad explicita en el acuerdo. De
aceptarse
esta propuesta, en general se modificaría de manera sustancial la arquitectura del GATS.
Otra propuesta ha sido tratar el GATS desde una modalidad horizontal, lo que implicaría
que las
negociaciones se realizarían sobre compromisos de todos los miembros, todos los sectores
y todas las
formas de suministro. Esto se opone a los enfoques “vertical” y de “pedido-oferta”, en los
cuales cada
país elige los rubros que incluiría en su programa de liberalización 12 .
Por otra parte, están los intentos de acelerar el proceso a través de un ejercicio de
clasificación y/o
reclasificación. Una de las propuestas consistiría en aplicar un “enfoque de racimo” en el
cual se
agrupen varios servicios y cualquier concesión realizada en un servicio determinado se
aplique a los
otros servicios del mismo “racimo”13 .
VII.- El problema de los efectos del GATS sobre los servicios sociales
En el marco de la negociación del GATS, se ve con especial preocupación la posibilidad
cierta de que
se limite el acceso de los usuarios a los servicios sociales tales como salud, educación,
suministro de
agua y bienestar social, los que han sido tradicionalmente proporcionados por el sector
público. Sobre
esto, algunos autores sostienen que “el GATS somete las acciones gubernamentales sobre
servicios a
la supervisión de la OMC; expone a contramedidas a las acciones gubernamentales que
supuestamente alteran las condiciones de competencia a favor de proveedores domésticos
de
servicios; prohíbe cierto tipo de políticas públicas y es hostil a los servicios públicos,
tratándolos como
oportunidades comerciales perdidas, competencia desleal o barreras a la entrada de
servicios
extranjeros 14 ”. En la práctica estos elementos condicionaran, (si no lo han hecho todavía)
la forma de
provisión de los servicios en general y los sociales en particular.
Aunque la propia OMC ha planteado que el GATS no impone la privatización o
desregulación de
ningún servicio, sobre la base de que “todos los miembros de la OMC pueden elegir las
opciones
políticas perfectamente legitimas”15 . Lo que plantea la OMC es una ingenuidad, -por decir
lo menos-,
puesto que el marco de la liberalización supone que lo que se negocia es la desregulación
y la
generación de mercados para la realización de las nuevas mercancías, en una lógica
correspondencia
con el enfoque formulado tanto desde el FMI como del BM.
VIII.- El GATS, el secretismo y la falta de democracia
La OMC ha realizado ingentes esfuerzos por tratar de desmentir acusaciones que califican
a las
propias negociaciones del GATS como secretas y antidemocráticas. La OMC Reconoce que
efectivamente estas “se llevan a cabo entre gobiernos y que las reuniones no están
abiertas a la
prensa, al público ni a la rama de actividad”16 . Sin embargo debido a las fuertes presiones
y
demandas de la sociedad civil y grupos de presión en los últimos años, esta organización
ha
demostrado interés en proporcionar información, sin embargo, a pesar de ello aún existe
un cúmulo
de información, como por ejemplo las posturas de los propios países al interior del
acuerdo que no
son informadas a la sociedad civil.
Con relación al carácter “democrático” de las negociaciones la OMC, plantea que “No
obstante, los
gobiernos son los representantes de los intereses de un país en su conjunto...”. Ello puede
contrastarse con un ejemplo, la mayoría de los gobiernos de los países de América Latina
eran
dictaduras al iniciarse las negociaciones de la Ronda Uruguay, lo cual pone en entredicho
la
representación de los intereses de los ciudadanos en dicho foro internacional.
Desde fines de los ochenta y en adelante se vino recuperando la democracia en la región,
no
obstante, aún persiste una debilidad de la institucionalidad democrática en América Latina,
la que se
torna cada vez más evidente. Lo podemos constatar a través de la emergencia de
numerosos
gobiernos de interinato 17 , los que han surgidos producto de crisis, escándalos políticos y
caos social.
En la mayoría de estos casos el accionar de los gobernantes nada ha tenido que ver con
los intereses
de los propios gobernados y por tanto se han generado estallidos sociales que han llevado
al
reemplazo de las autoridades elegidas. Este problema es básico y urgente de ser resuelto
debido a las
implicancias que tendrá para la propia integración de estos países.
Otra situación antidemocrática se expresa en la aplicación (en la mayoría de los países de
la región)
de reformas “amigables al mercado”, que han impulsado los organismos financieros
multilaterales, lo
que ha llevado a que en el plano del diseño y aplicación de las políticas económicas,
surjan como
interlocutores del interés público las empresas transnacionales, las que actúan como un
poder político
más gravitante que la soberanía emanada de los electores.
Por otra parte, el déficit democrático parece alcanzar a la propia OMC, debido a que en las
rondas de
negociaciones se designan los presidentes de las comisiones, de acuerdo a procedimientos
arbitrarios
que no evidencian una expresa voluntad democrática al interior de la propia OMC.
Una situación vergonzosa se registró cuando reporteros de BBC Newnight, denunciaron
que se habían
realizado 14 reuniones de carácter secreto entre los principales negociadores de servicios
del Reino
Unido el Banco de Inglaterra y los hombres claves en el mundo de los negocios euroestadounidenses,
en las que se compartieron documentos confidenciales sobre negociaciones entre la
UE, EE.UU. y los países en desarrollo 18 .
Resulta clara la intención de los funcionarios de la OMC en la manipulación de la
información. Esta
situación se grafica con el hecho de que los directivos de la agencia de noticias Reuters,
han
planteado expresamente al Comité de Servicios que “estarían muy dispuestos a aportarles
publicidad
para presentar de la mejor forma posible los puntos de vista de los empresarios”19
El Comité de Servicios y otros grupos de presión corporativos habrían logrado un
sorprendente éxito
al hacer que los gobiernos occidentales adopten sus planes para expandir radicalmente el
alcance del
GATS. Según investigadores del Corporate Europe Observatory, un memorando
confidencial (obtenido
del interior del secretariado de la OMC), indica que los negociadores europeos habrían
aceptado
modificaciones al artículo V. I. 4, llamado la prueba de necesidad 20 . Según este
documento “los
negociadores europeos llegaron a un consenso privado de modificar el GATS para que
incluya una
forma incluso más dura de prueba de necesidad que se encuentra en el NAFTA. Este
acuerdo sólo
requiere que las regulaciones de un país contengan el “mínimo de restricciones para el
comercio”.
Otro aspecto tocado en el documento en cuestión es que los ministros de comercio se han
puesto de
acuerdo durante reuniones secretas multilaterales en que, ante un tribunal de la OMC, una
defensa
basada en “la salvaguarda del interés público... sería rechazada”. En lugar de la defensa
del “interés
público”, el Secretario de la OMC sugiere que el organismo del comercio adopte un
principio de
eficiencia. Este tendría la ventaja -en palabras del grupo de trabajo oficial-, de permitir a
los
presidentes y a los primeros ministros hostiles a las regulaciones de protección del
ambiente, que las
eliminen –no con los votos de un parlamento de un país, si no que a través de un edicto
de la OMC
que no podría ser revocado por la nación. Según el memorando “podría ser más aceptado
políticamente, que los países acepten obligaciones internacionales que den primacía a la
eficiencia
económica”.
IX.- Caracterización del comercio internacional de servicios comerciales y su
relevancia
para América Latina y el Caribe
A pesar de las dificultades metodológicas, tanto para el conteo al interior de una
economía, como
para la comparación estadística entre países, la evidencia de los datos nos muestra que
los servicios
se han constituido en los últimos años en uno de los principales sectores en la
contribución al
producto y también a la contratación de fuerza de trabajo. En Chile, por ejemplo, la
contribución al
producto se empina casi al 60% y desde la perspectivas del empleo el sector servicios
generó en 2000
ocupación para el 63% de la fuerza de trabajo ocupada.
La región y Chile en particular se caracterizan por ser importadores neto de servicios. En
contraste
con Estados Unidos quién es exportador neto de servicios. Esto refleja dos cosas: uno que
este último
tiene una fuerte capacidad de “producción” de estos y por tanto excedentes de
exportación y por otro
la incapacidad de los países de la región de generar una oferta de servicios que satisfaga
sus propios
mercados.
Cuadro Nº 1
Balanza de Servicios Comerciales, 2000
(en millones de dólares)
Países /Región Exportaciones Importaciones Saldo Comercial
Estados Unidos 274,566 198,905 75,661
América Latina 60,700 71,600 -10,900
Chile 3,843 4,336 -493
Fuente: OMC
X.- Dificultades para la comparación entre países y para el detallado análisis
sectorial
Al intentar comparar la evolución de los servicios, se presenta un problema grave en como
se
acumulan los datos estadísticos sobre el comercio de servicios. Estos son consolidados de
forma
sumamente agregada y por ello se vuelven poco significativos, a su vez estos se basan en
transacciones internacionales entre los residentes y los no residentes, por tanto, tampoco
reflejan la
definición de comercio de servicios de la OMC ni los cuatro modos de prestación de estos.
Lo que
dificulta la realización de análisis sectorial. Los únicos datos existentes son los elaborados
por el FMI,
quien acumula estadísticas sobre transacciones internacionales de servicios que incluyen
los
directamente asociados al transporte de mercancías, al turismo (computándose para este
mismo sólo
los viajes). Los llamados "Otros Servicios" constituyen un conjunto heterogéneo,
normalmente
llamados “servicios a los productores”21 .
A pesar de las dificultades metodológicas, tanto para el conteo al interior de una
economía, como
para la comparación estadística entre países, la evidencia del estudio nos muestra que los
servicios en
América Latina se han constituido durante los últimos años en uno de los principales
sectores en la
contribución al Producto Interno Bruto y también a la contratación de fuerza de trabajo.
Los servicios han logrado un fuerte dinamismo debido a las transformaciones de las
telecomunicaciones, los transportes y la innovación tecnológica, como también por la
contribución de
las políticas de liberalización comercial, que han aplicado la mayoría de los países desde
mediados de
la década de los ochenta.
XI.- Evolución del comercio de Servicios en el Mundo
Durante la década, América del Norte duplicó el volumen de comercio de servicios,
acelerándose a
partir de la segunda mitad de los noventa, en momentos en que comienza a funcionar el
GATS, a
diferencia de los otros continentes, cuyo mayor dinámica se alcanzó en los primeros cinco
años de la
década (ver cuadro Nº 2).
Europa, a pesar de ser el continente con mayor importancia en el comercio de servicios,
ha venido
decayendo en la participación del mercado mundial de servicios. América del Norte avanzó
en el
incremento de su participación consolidándose en torno al 20%. América Latina y El
Caribe a pesar de
haber incrementado su participación en el comercio mundial de servicios, distan mucho
para tener
una participación significativa en el escenario mundial de los servicios.
XII.- Las asimetrías en el comercio mundial de servicios
El listado de 10 primeros países exportadores e importadores de servicios comerciales del
año 2000, muestra el fuerte liderazgo ejercido por los Estados Unidos. El Reino Unido,
mucho más
atrás, se ubicó como segundo exportador de servicios, alcanzando menos de la mitad de
lo que
capturó Estados Unidos, en el periodo. El segundo mayor importador fue Alemania
Cabe notar que
22
.
los diez países más relevantes del comercio mundial de servicios, capturan el 59,3% de las
exportaciones y el 56,7% de las importaciones. Esto muestra la fuerte concentración del
comercio de
servicios en los países del norte del Hemisferio.
En relación a las exportaciones de servicios Estados Unidos explica 87,5% del TLCAN,
seguido de
Canadá con un 12% y finalmente México se aproxima con un 0,6%. En importaciones
Estados unidos
captura el 77% de las que tienen como mercado el TLCAN, Canadá sigue con 16% y
MÉXICO CON
7%
En relación a las asimetrías en el comercio exterior de servicios cabe hacer notar que USA
exporta
cinco veces más que el total de los países de A. Latina. Comparado con Chile, USA exporta
71 veces el
total de las exportaciones nacionales de servicios. Desde la perspectiva de las
importaciones, USA
importa 3 veces lo que importa AL, en relación a Chile esta magnitud alcanza a 46 veces.
Es evidente el fuerte crecimiento del comercio de servicios mundial, sin embargo este
incremento
tiende a ser menor a partir de la segunda mitad de los noventa y América Latina tiene una
participación "periférica" del comercio mundial de servicios. Esta actividad, al final de la
década sigue
como al principio, concentrado fundamentalmente entre países desarrollados. En particular
en el
Hemisferio se observa una profunda asimetría, tanto en la producción como en la
exportación, este
aspecto resulta básico para considerar los impactos en los servicios educacionales, con
especial
relevancia en aquellos orientados a la generación de nuevo conocimiento y de nuevas
tecnologías.
XIII.- Problemas para la generación de una oferta exportable de servicios de los
países en
desarrollo
Un estudio de la UNCTAD sobre la capacidad de los países en desarrollo para insertarse en
el mercado
mundial de los servicios concluye que: “Los esfuerzos de los países en desarrollo para
convertir a los
servicios en un rubro importante de exportación y factor de desarrollo, así como para
penetrar el
mercado mundial de servicios, se han enfrentado con barreras considerables, entre ellas
barreras al
acceso a los mercados y al tratamiento nacional, según la definición de los artículos XVI y
XVII del
GATS, así como dificultades causadas por prácticas anticompetitivas, subsidios y similares
23 ”.
Además la UNCTAD identificó tres deficiencias básicas para la formación de un sector
competitivo de
servicios en los países en desarrollo. Entre ellos destacan las limitaciones a la oferta, la
existencia de
barreras de acceso a los mercados y la conformación de estructuras y practicas
anticompetitivas.
Desde la perspectiva de las limitaciones a la oferta, el informe de la UNCTAD destaca la
falta de
Recursos Humanos y Tecnologías que garanticen el cumplimiento de las normas
profesionales y
de calidad, el déficit de infraestructura de telecomunicaciones, la ausencia de una
estrategia
nacional para la exportación de servicios, falta de apoyo gubernamental a las empresas de
servicios
en especial a las pequeñas y medianas, débil capacidad financiera de las compañías,
ausencia de
presencia comercial en los principales mercados y falta de capacidad para ofrecer
paquetes de
servicios.
En el ámbito de las barreras de acceso a los mercados, el estudio señala:
Falta de compromisos sobre el movimiento de persona físicas 24 , prohibición del acceso de
extranjeros
a mercados de servicios reservados para proveedores domésticos, precios discriminatorios
en tasas de
aterrizaje, portuarias y derechos de licencia, subsidios otorgados en países desarrollados
que tienen
un impacto adverso sobre las exportaciones de los países en desarrollo, normas técnicas y
licencias
con efecto restrictivo, acceso discriminatorio a canales de información y redes de
información y
prácticas de megaempresas.
Con relación a las estructuras y prácticas anticompetitivas que afectan a las exportaciones
de los
Países en desarrollo, UNCTAD señala que muchos mercados se encuentran dominados por
algunas
pocas grandes empresas transnacionales y por otras pocas compañías menores. En los
países en
desarrollo los proveedores de servicios son principalmente proveídos por empresas
pequeñas y
medianas, que enfrentan la competencia de grandes empresas transnacionales de
servicios con una
fuerte capacidad financiera, acceso a la tecnología de punta, redes de trabajo mundiales y
compleja
infraestructura de información. En el último tiempo la tendencia a la concentración ha
tendido a
profundizarse, debido a la emergencia fusiones, adquisiciones y alianzas estratégicas
realizadas en
magnitudes desconocidas hasta antes de la década de los noventa. A modo de ejemplo la
UNCTAD ha
señalado que: “En relación al turismo y transporte aéreo, las alianzas estratégicas
mundiales y los
sistemas de distribución mundial han restringido la competencia y se han transformado en
barreras de
mercado para los países en desarrollo 25 ”
XIV.- El Banco Mundial, el FMI y los programas de ajuste estructural
Uno de los elementos que ha incidido en la velocidad del desarrollo de los mercados de los
servicios
han sido los programas de ajuste estructural impuestos el BM y FMI desde los ochenta. El
Banco
Mundial ha utilizado la condicionalidad para la introducción de cambios institucionales a
través de
los programas de ajuste.
Hasta mediados de los ochenta el Banco Mundial se interesaba sobretodo en la creación
de
condiciones físicas de infraestructura del desarrollo, independiente de la orientación
político-económica
de los gobiernos. Desde esa fecha hasta ahora el Banco ha ampliado la cobertura de su
agenda y sus campos de intervención tanto a las políticas económicas de los gobiernos
como a la
política en tanto tal.
Dicha ampliación tuvo lugar tras cambios sustanciales en la acción del Banco, a saber: el
paso de la
financiación de proyectos a la financiación de programas, la necesidad de fortalecer el
sector privado
como espina dorsal del desarrollo económico y la relevancia del la “good governance”
como parte de
un nuevo entendimiento de las estrategias para el desarrollo 26 . Este cambio se conoció
como “policy-based
lending” o prestamos basados en políticas A partir de este giro, la realización de
prestamos a
programas estaba atada al acuerdo y cumplimiento de determinadas condiciones,
generalmente
relativas a cambios en las políticas en el orden macroeconómicos y que en algunos casos
debían
ocurrir antes de los desembolsos. Con los prestamos basados en el cumplimiento de
determinadas
políticas se potenció el instrumento de condicionalidad del Banco sobre los países
prestatarios, el cual
nunca le ha sido ajeno desde sus orígenes.
En el ámbito de las barreras de acceso a los mercados, el estudio señala:
Falta de compromisos sobre el movimiento de persona físicas 24 , prohibición del acceso de
extranjeros
a mercados de servicios reservados para proveedores domésticos, precios discriminatorios
en tasas de
aterrizaje, portuarias y derechos de licencia, subsidios otorgados en países desarrollados
que tienen
un impacto adverso sobre las exportaciones de los países en desarrollo, normas técnicas y
licencias
con efecto restrictivo, acceso discriminatorio a canales de información y redes de
información y
prácticas de megaempresas.
Con relación a las estructuras y prácticas anticompetitivas que afectan a las exportaciones
de los
Países en desarrollo, UNCTAD señala que muchos mercados se encuentran dominados por
algunas
pocas grandes empresas transnacionales y por otras pocas compañías menores. En los
países en
desarrollo los proveedores de servicios son principalmente proveídos por empresas
pequeñas y
medianas, que enfrentan la competencia de grandes empresas transnacionales de
servicios con una
fuerte capacidad financiera, acceso a la tecnología de punta, redes de trabajo mundiales y
compleja
infraestructura de información. En el último tiempo la tendencia a la concentración ha
tendido a
profundizarse, debido a la emergencia fusiones, adquisiciones y alianzas estratégicas
realizadas en
magnitudes desconocidas hasta antes de la década de los noventa. A modo de ejemplo la
UNCTAD ha
señalado que: “En relación al turismo y transporte aéreo, las alianzas estratégicas
mundiales y los
sistemas de distribución mundial han restringido la competencia y se han transformado en
barreras de
mercado para los países en desarrollo 25 ”
XIV.- El Banco Mundial, el FMI y los programas de ajuste estructural
Uno de los elementos que ha incidido en la velocidad del desarrollo de los mercados de los
servicios
han sido los programas de ajuste estructural impuestos el BM y FMI desde los ochenta. El
Banco
Mundial ha utilizado la condicionalidad para la introducción de cambios institucionales a
través de
los programas de ajuste.
Hasta mediados de los ochenta el Banco Mundial se interesaba sobretodo en la creación
de
condiciones físicas de infraestructura del desarrollo, independiente de la orientación
político-económica
de los gobiernos. Desde esa fecha hasta ahora el Banco ha ampliado la cobertura de su
agenda y sus campos de intervención tanto a las políticas económicas de los gobiernos
como a la
política en tanto tal.
Dicha ampliación tuvo lugar tras cambios sustanciales en la acción del Banco, a saber: el
paso de la
financiación de proyectos a la financiación de programas, la necesidad de fortalecer el
sector privado
como espina dorsal del desarrollo económico y la relevancia del la “good governance”
como parte de
un nuevo entendimiento de las estrategias para el desarrollo 26 . Este cambio se conoció
como “policy-based
lending” o prestamos basados en políticas A partir de este giro, la realización de
prestamos a
programas estaba atada al acuerdo y cumplimiento de determinadas condiciones,
generalmente
relativas a cambios en las políticas en el orden macroeconómicos y que en algunos casos
debían
ocurrir antes de los desembolsos. Con los prestamos basados en el cumplimiento de
determinadas
políticas se potenció el instrumento de condicionalidad del Banco sobre los países
prestatarios, el cual
nunca le ha sido ajeno desde sus orígenes.
del capital, la extinción de los monopolios estatales, por la privatización de las empresas
públicas,
ausencia de territorialidad de la producción y por una nueva división social del trabajo 29 .
El ajuste estructural significó en el ámbito de la educación en general y en el de la
educación superior
la contracción significativa de los aportes al desarrollo del sector. El sector privado emerge
por tanto
con condiciones de privilegio en la provisión de los servicios de educación
complementando al sector
público en esta misión.
En materia de enfoque del diseño de las políticas se sigue en la misma línea, de hecho en
su
documento estratégico para la educación en América Latina y El Caribe, el Banco Mundial
diagnostica
que: “En cuanto a la capacidad de la educación de mejorar la movilidad social en América
Latina y El
Caribe, ésta todavía no cumple su potencial de mejorar la movilidad social. Más aún, en la
región la
probabilidad de que niños pobres terminen la instrucción básica es menor que en algunos de
los países
más pobres de África”.
En relación a las metas planteadas por el propio Banco Mundial, este señala: “De
conformidad con la
misión del BM, de reducir la pobreza mundial mediante el crecimiento económico y
servicios e
inversión a favor de los pobres, la meta para América Latina y El Caribe es elevar el
Capital Humano
de la región, particularmente el de los pobres”.
Para lograr esta meta, se plantea entre varias actividades prioritarias:
Incluir a los excluidos, cuando sea posible, a través de intervenciones dirigidas a ellos, en
educación se formula: mejorar la asistencia escolar por medio de incentivos financieros
para
familias pobres, aumento de oportunidades de educación secundaria y terciaria por medio
de
becas ajustadas a ingresos
Elevar la calidad pedagógica y revitalizar las escuelas públicas para alumnos pobres al
apoyar
mejoras en la enseñanza y el aprendizaje,......
Mejorar la transición de la escuela al mundo adulto, mediante un ajuste del contenido de la
educación secundaria para equipar a la juventud con los conocimientos y los valores que les
permitan participar productivamente en el trabajo y la sociedad,....
Lograr que funcione la descentralización mediante una reingeniería de los ministerios de
educación.
Diversificar y reformar la educación terciaria para mejorar la calidad y eficiencia, mejorar
el
acceso para los dos quintiles de menores ingresos, y fortalecer el papel integral del sector
privado en el financiamiento y la prestación de la educación
Estimular y evaluar las innovaciones educacionales, especialmente en el uso de tecnología
para
la educación, a fin de identificar las maneras más eficaces en función de los costos de usar
tecnología para aumentar el acceso y mejorar la calidad.
XV.- El Multilateralismo, regionalismos, y Acuerdos de libre comercio
Los esfuerzos de integración regional de las economías de la región son de larga data.
Desde 1960
que se han venido generando acuerdos de tipo subregional. El primero de ellos, el
Mercado Común
Centroamericano se suscribió precisamente en 1960, el acuerdo de Cartagena, que dio
origen al
llamado Pacto Andino; se firmó en 1969 y El CARICOM en 1973, siendo el más reciente el
MERCOSUR,
que se suscribió en 1991.
Sin embargo, la lógica de la integración ha ido variando desde una perspectiva de mayor
restrictividad, hacia una con mayor énfasis en la liberalización comercial 30 . Según CEPAL
esto se ha
manifestado en tres áreas:
a. En la ampliación del universo de productos a los que se aplica la desgravación
arancelaria,
proceso en el que las negociaciones se concentran en la lista de excepciones y no en las
listas
cuyo comercio se liberalizará
b. En la desgravación arancelaria total, que se refleja en la adopción de un programa que
debe
conducir gradualmente a una eliminación de aranceles, en lugar de su reducción y
c. En la posible eliminación de las restricciones no arancelarias 31
Al final de los años ochenta e inicio de la década de los noventa, las discusiones sobre el
futuro del
sistema de comercio mundial, revelaban una percepción generalizada de que el
multilateralismo vivía
un nuevo periodo de crisis 32 . Esta fue una de las motivaciones para la emergencia de
alternativas a
esta forma de apertura, surgiendo el unilatelarismo y el regionalismo.
En otras palabras, es a partir de las dificultades del régimen multilateral de comercio que
tales
opciones ganaron espacio desde la segunda mitad de la década de los ochenta. Otros
aspectos que
incidieron en estos cambios fue el proceso de liberalización comercial y de restricciones a
la inversión
extranjera, la enajenación de activos estatales 33 , todos ellos como continuidad y en
concordancia con
el paquete de ajuste estructural aplicado para superar la crisis de la deuda.
La percepción de que la liberalización unilateral, al menos en teoría, puede hacer posible
que un país
maximice su ingreso. A ello se suma a una nueva valoración de los mercados de la región
basados en
la experiencia de los países asiáticos y de la Unión Europea. De esta forma se comenzaron
a formular
estrategias conducentes a la integración económica en el ámbito subregional.
También influyó –posteriormente-, la consolidación del proceso de liberalización
multilateral en el seno
de la OMC, contribuyendo como un marco referencial para los procesos de asociación
comercial y
generando mecanismos y criterios “validados internacionalmente” para impulsar procesos
de
integración.
En el ámbito de las expectativas, la liberalización comercial unilateral o la creación de una
zona de
libre intercambio comercial también permite, al menos en teoría, reforzar la credibilidad de
las
políticas económicas y de la consolidación de las reformas. Este efecto, llamado “cerrojo
institucional”34 ofrecería una certeza para la atracción de capitales externos y estabilidad a
los socios
comerciales, de tal forma de incrementar las ganancias del libre comercio. En general, la
posición de
los países es de "regionalismo abierto" o de "nuevo regionalismo" que consagra la trilogía:
apertura proceso de integración - reformas estructurales 35 .
Una característica general de los países latinoamericanos, es que todos ellos son
miembros de la
OMC. Además todos los países exceptuando Cuba han suscrito la voluntad de participar en
la creación
del Área de Libre Comercio de la Américas ALCA. Esta debería ser la culminación de la
llamada
Iniciativa para las Américas lanzada en junio de 1990 por George Bush padre, y que ha ido
avanzando
lentamente durante la década de los noventa, logrando materialidad sólo la configuración
del Acuerdo
de Libre Comercio de América del Norte (ALCAN o NAFTA). Sin embargo la voluntad
expresa de los
gobiernos es conformarla no después del 2005.
En los hechos el multilateralismo se ha ido imbricando con una mayor regionalización del
comercio,
estableciéndose entre ambos procesos una relación de conflicto y potenciamiento en
forma
simultánea.
XVI.- El ALCA, orígenes y perspectivas
Durante la década de los noventa la hegemonía económica norteamericana perdía fuerza,
debido a los
problemas que venía arrastrando desde las dos décadas precedente y por el relativo buen
desempeño
de las economías japonesa y alemana, quienes se venían constituyendo en competidores
cada vez
más cercanos. y la evidencia empírica mostraba que la mayor parte del comercio mundial
se explicaba
por el mayor comercio intrabloques, como resultado de la constitución de bloques
comerciales que se
comienza a desarrollar a partir de los avances en la integración Europea y como hemos
señalado por
la suscripción de múltiples acuerdos de integración que se activaron desde inicio de los
noventa 36 .
El ALCA se debe entender como una continuidad de la iniciativa Iniciativa para las
Américas, la que en
su origen tuvo tres objetivos básicos: Aumentar el comercio dentro del Hemisferio,
aumentar las
inversiones norteamericanas en la región, y reducir la deuda externa latinoamericana.
Ello suponía avanzar a través de la concreción de múltiples acuerdos bilaterales con los
países de la
región que se hubiesen alineado con las políticas de liberalización del comercio y con la
reforma del
estado. Durante los primeros años de los noventa Estados Unidos logró incorporar por la
vía de
tratados bilaterales a Canadá y México en el llamado NAFTA o TLCAN.
Los componentes económicos para la imposición prescriptiva hacia los futuros socios, se
fueron
afinando durante los gobiernos de Clinton. Estos se plasmaron en los llamados “criterios
de
elegibilidad” que deberían ser cubiertos por los países para participar en el Área, estos son
37 :
Funcionamiento económico orientado hacia el mercado.
Acceso “justo y equitativo” para las mercancías y capitales estadounidenses.
Políticas macroeconómicas estables.
20
Capacidad institucional para cumplir con los compromisos que se contraigan
Aceptación para que en temas laborales y medioambientales se apliquen criterios
semejantes a
los del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
No exigencia de trato preferencial de parte de los países atrasados
El ALCA se explica por tanto, por la necesidad de mejorar su posición hegemónica en un
mundo
establecido en bloques comerciales, donde su posición se ve desmejorada. Y la prioridad
de impulsar
la integración comercial con América Latina se explica por a lo menos tres factores 38 :
i. Estados Unidos es a la fecha el país con mayores inversiones e importantes vínculos en
la
región.
ii. En el mundo van quedando cada vez menos regiones que no participen de un proceso
de
integración comercial con uno o varios países de los más desarrollados del mundo.
iii. América Latina después de los años de ajuste de los ochenta, comenzó a tener un
crecimiento importante, superior al de otras regiones del mundo. Lo cual la hace más
atractiva comercial y económicamente. Aunque el protagonismo de la región tiene un
carácter periférico, como hemos señalado anteriormente
Sin embargo, en el marco de la incorporación al ALCA o en el marco de un tratado
bilateral “El
tratamiento que se le otorga a las inversiones y a los servicios, es un aspecto muy
delicado, ello por
que en gran medida los estados, en el marco de una concepción histórica, no sólo brindan
los
servicios básicos para la organización de la sociedad, si no que intervienen en áreas
estratégicas para
el desarrollo, la justicia social y la redistribución del ingreso 39 ”. Por ello, significaría una
restricción
adicional a los gobiernos, para el diseño y eventual rediseño de las políticas públicas,
particularmente
en el ámbito de la provisión de servicios de educación.
En el ALCA, los alcances de las negociaciones en servicios comerciales son de un carácter
mucho más
ambicioso que en el marco del GATS: “Liberalizar los servicios hemisféricos, incorporando
derechos y
obligaciones de carácter integral”. Esto implica que comprende las normativas de los
gobiernos
nacionales en materias de suministro o regulación de servicios. Se proyecta la
liberalización de la
totalidad de los servicios y que la potestad reguladora de los gobiernos se ejerza en forma
compatible
con las “disciplinas establecidas en el contexto del tratado del ALCA”. En la practica los
servicios
públicos quedan abiertos a la competencia con empresas transnacionales, evidentemente
con una
finalidad de lucro.
XVII.- Nudos cruciales del ALCA
Al interior del ALCA se ha logrado Consenso sobre seis elementos básicos:
Ámbitos de aplicación: “Se aplicara a todas las medidas adoptadas por las partes que
afecten
el comercio en servicios, en todos los sectores y en todos los modos de suministro,
incluidos
aquellos provenientes de la prestación de servicios comerciales por parte del sector
público...”
. Se entenderán por medidas todas aquellas adoptadas o mantenidas por los gobiernos o
autoridades “sea en forma de ley, decreto, reglamento, regla, procedimiento, decisión,
resolución administrativa o cualquier otra forma”. Ello implicar que el objetivo del acuerdo
sería restringir los aspectos básicos de la institucionalidad interna, subordinando esta al
sentido comercial del acuerdo. En ello se comprenden las actividades que realizan las
empresas estatales, monopolios e, incluso, ONGs. Se excluyen “ciertos servicios de
transporte
aéreo” y “aquellos servicios suministrados en el ejercicio de la autoridad gubernamental,
de
manera no comercial”
Cobertura sectorial: Cobertura universal de todos los sectores de servicios. los gobiernos
mantendrían el derecho a regular servicios y se mencionan ciertas excepciones
El principio de Nación Mas Favorecida: Este se aplicará a todos los subsectores y
proveedores
de servicios
Trato Nacional: Se aplicará no sólo a los inversionistas/empresas de todos los países, si no
que
también se extiende a proveedores de servicios en todos los subsectores. Es decir se
amplía la
cobertura de trato naciona.
Acceso a mercados: NMF Y TN se incluyen a los proveedores de servicios
También se adiciona al texto el “comercio transfronterizo de servicios financieros”
En resumen el acuerdo comprendería a todos los sectores “El presente capítulo tendrá, en
principio,
una cobertura universal de todos los sectores de servicios”
Otro planteamiento alternativo se formula en el siguiente sentido sobre la cobertura
sectorial: “el
alcance de la cobertura estarà vinculado a la magniud y el ritmo de la liberalización de los
modos de
suministro para la prestación de servicios”. Señalando que “se prestará especial atención a
las
economías más pequeñas”. Ello implica que la cobertura universal es un objetivo a
alcanzar.
El acuerdo cubriría adicionalmente a “todos los modos de suministro, incluidos aquellos
provenientes
de la prestación de servicios comerciales por parte del sector publico”. Por ello se recogen
las cuatro
modalidades de suministro de un servicio:
Del territorio de una parte a cualquier otra parte
En el territorio de una parte a un consumidor de servicios de cualquier otra parte
Por un proveedor de servicios de una parte mediante la presencia comercial en el territorio
de
cualquier otra parte
Por un proveedor de servicios de una parte mediante la presencia de personas físicas de
una parte en
el territorio de cualquier otra parte
Compras del sector público
Otro aspecto del Documento involucrado es la comisión relativa a las compras del sector
público. El
que prohibiría a los gobiernos nacionales o municipales otorgar un trato preferencial a
proveedores
locales. En caso de hacerlo las ETNs tendrían el derecho de entablar juicio contra cualquier
gobierno,
a efectos de ser indemnizado
Inverisones
Por otra parte, el mandato para la comisión sobre liberalización de las inversiones se
inspira en el
capítulo 11 del TLCAN. Ello implica otorgar primacía jurídica a las disposiciones del
tratado, sobre las
legislaciones nacionales en la materia. Esto es que empresas radicadas en los países
signatarios que
se consideren afectadas por acciones de un gobierno tendrán derecho a demandarlo
directamente
(sin pasar por su propio gobierno) por el lucro cesante actual o futuro, aún cuando se
trate de temas
como los servicios públicos, la contaminación ambiental o la seguridad social.
El énfasis manifiesto en asegurar condiciones para la Ix y para las actividades de E´s X.
Apertura total
y excepciones están minuciosamente reguladas.
Orientación a la libre transferencia de de I´s y utilidades
Ausencia de propuestas sustantivas a las regulaciones al flujo de K, aspectos laborales,
sociales o
ambientales
Los artículos sobre regulaciones de las Inversiones, TN y disputas entre empresas son
similares al
TLCAN. En particular el capitulo 11. Las disposiciones del capítulo Requisitos de
desempeño, prohibe
expresamente que los gobiernos exijan algún tipo de desempeño a las empresas
extranjeras, en
relación a volumen de exportaciones, encadenamientos productivos internos, compra de
insumos
nacionales, saldo de balanza comercial, transferencia de tecnologías, localización
geográfica y
generación de empleo. (codigos de conducta a las ETN).
También se introduce un articulo que fue rechazado en la OCDE, en el llamado AMI, ello
esta presente
el NAFTA y se pretende incluir aquí:
“Las Empresas nacionales o extranjeras pueden demandar a los Estados, toda vez que
afirmen que
una medida gubernamental determinara la posible pérdida de sus ganancias, ya que es
posible
posible definir esos hechos como exporpiaciones o nacionalizaciones indebidas 40 ”.
En la práctica las disputas y el arbitraje entran en el ámbito del comercial internacional y
por fuera de
las judicaturas nacionales. Sin embargo no se reconoce el mismo derecho a los propios
ciudadanos
Chile, ha sido el país que ha marcado la pauta en la liberalización, mientras desarrolló una
intensa
política de acuerdos bilaterales regionales y extraregionales, privilegió un acercamiento
con Estados
Unidos. Lo que ha tenido dificultades para concretarse, por ello se asoció al Mercosur.
Pero,
nuevamente está en el primer punto de agenda la relación con la primera potencia,
ocasionando
fricciones con sus asociados del Mercosur 41 .
En el caso de Chile, la política de múltiples acuerdos bilaterales le ha servido de
experimentación.
Adicionalmente mantiene una estrecha coordinación con su sector privado (en
comparación a la
existente en otros países de la región) que no sólo se da en las negociaciones
internacionales. De
hecho es parte de una política deliberada para definir metas de largo plazo en la
estrategia de
crecimiento implementada, donde la llave maestra es la relación Estado–sector privado.
La agenda comercial del ALCA asume en general y con algunas variaciones en el ritmo y
profundidad
la agenda de la OMC. Por tanto, es probable que muchos países no asuman compromisos
hasta que
se aclare el panorama en el ámbito multilateral. Durante el 2001 se lanzó en Qatar una
nueva ronda
global de negociaciones de la OMC, la que obviamente incluye los servicios. Se estima que
ésta podría
ser un factor positivo para impulsar el proceso ALCA, dependiendo de la salida de la crisis
recesiva
mundial y de la salida que tiene la conflictividad instalada en la región.
En servicios, Estados Unidos pretende alcanzar una absoluta liberalización de los
mercados, de modo
tal que les permita a sus empresas consolidar su presencia frente a la dura competencia
europea a
nivel global y en la región. En virtud de lo anterior han llegado a plantear el retiro del
Modo 3
(presencia comercial) del GATS e impulsar un acuerdo global de inversiones que ya han
experimentado en NAFTA. La que ha sido rechazada por la mayoría de países de la región.
Otro foco de conflicto se genera en cuanto a la modalidad de avanzar en la liberalización.
Por su parte
Estados Unidos plantea la utilizada en el TLCAN, el que es un enfoque que se formula a
partir de la
presentación de listas negativas. En contrapartida algunos países, en particular el
Mercosur defiende
la utilización de listas positivas, la que es utilizada en el GATS. En las últimas rondas de
negociación
se han planteado mecanismos intermedios, donde esta por verse cuales son los criterios
que
prevalecerán.
Diferencias fundamentales se dan también en relación a los aspectos de propiedad
intelectual y sobre
todo cuanto se profundiza en relación a los TRIPS. Estados Unidos defiende
enérgicamente los
intereses de patentes de empresas transnacionales, en especifico farmacéuticas y
laboratorios, los
que entran en conflicto con productores nacionales de los países latinoamericanos.
XVIII.- Los Servicios de Educación: Una mirada Global
La liberalización de los servicios en el marco del GATT
Las suscripciones de los gobiernos: Declaración mundial sobre la ESUP.
La educación superior como un derecho humano: (13 millones 1960, 82 millones 1995)
Disparidad entre países: acceso e invesigación
La sociedad se funda cada vez màs en el conocimiento
Unesco 1998, Declaración mundial sobre la Educación superior:
“Toda persona tiene derecho a la educación” y que el “acceso a la educación superior será
igual para
todos, en función con los méritos respectivos”
Los estados partes se comprometieron a “hacer accesible a todos, en condiciones de
igualdad total
y según la capacidad de cada uno, la enseñanaza superior”
“Nos comprometemos a abrir las escuelas, colegios y universidades a los educandos
adultos......Pidiendo a la conferencia que fomente la transformación de las instituciones de
enseñanza
postsencundaria en instituciones de educación permanente, y defina en consecuencia la
función de las
universidades.
Igualdad de acceso: el acceso a los estudios superiores debería estar basado en los
méritos, la
capacidad, los esfuerzos, la perseverancia y la determinación de los aspirantes y, en la
perspectiva de
la educación a lo largo de la vida, podrá tener lugar a cualquier edad, tomando
debidamente enn
cuenta las competencias adquiridas anteriormente. En consecuencia, en el acceso a la
educación
superior no se podrá admintir ninguna discriminación fundada en la raza, el sexo, el
idioma, la religión
o en consideraciones económicas, culturales o sociales ni en incapacidades físicas.
Equidad: La equidad en el acceso a la Esup debería empezar por el fortalecimiento, y de
ser
necesario, una nueva orientación de su vinculación con los demás niveles de enseñanza, y
más
concretamente con la enseñanza secundaria......
En los noventa Estados Unidos ha tratado de generar una nueva zona de libre comercio
para
resguardar su primacía en la región, de hecho la velocidad que se le ha impreso al ALCA,
muestra la
intención de superar el ritmo que han tenido las negociaciones multilaterales al interior de
la OMC.
XIX.- La educación superior en las Américas
La educación es una dimensión que claramente nos muestra las asimetrías existentes
entre los países
de la región y los países desarrollados, UNESCO destaca que América Latina Y el Caribe en
relación
con Europa y Estados Unidos evidencia un rezago temporal de entre setenta y ochenta
años. Es decir,
el despegue educativo en América Latina Y El Caribe comenzó muy tardíamente. Tal es el
caso que
recién desde mediados de la década de los sesenta se aceleró el proceso de reducción del
analfabetismo en la región, se realizaron programas que permitieron reducir la brecha en
esta
dimensión de la educación, pero la brecha en educación universitaria y superior siguió
siendo
importante.
UNESCO ha identificado un conjunto de insuficiencias en el desarrollo del sector
educación,
destacando que la expansión del sistema educativo durante las últimas décadas ha tenido
cinco
grandes deficiencias: La cobertura creció de modo desacelerado, el avance fue desigual y
dejo
poblaciones olvidadas, el sistema sobreinvirtió en los más ricos, los resultados académicos
son de
mala calidad y la inversión estatal fue muy poco eficiente.
Las reformas liberalizadoras aplicadas en la región desde la década de los ochenta, han
entrañado un
“mayor y riguroso control fiscal y financiero, una mayor receptividad a la inversión
extranjera, una
mayor flexibilidad en el mercado del trabajo y la ejecución de grandes programas de
privatización 42 ”.
Dado que la educación es uno de los principales determinante de la calidad de vida de las
familias,
como también de la productividad y de la empleabilidad de las personas; la situación
actual, en la que
las oportunidades de éstas dependen directamente de la posición socioeconómica de las
familias. Se
percibe como un riesgo muy serio de secularización de la pobreza en los sectores más
vulnerables.
Por tanto el incremento de los salarios relativos de las personas con mayor instrucción y
calificación
tiende a profundizar la ya muy desequilibrada distribución del ingreso en la región.
El perfil demográfico que ha tomado la región como un conjunto (con gran dispersión
entre países),
incremento de 1,5% de la población al año. Ello permite afirmar que en 2010 habrá una
población en
edad escolar estable y en la primera mitad del siglo xxi un porcentaje decreciente de
jóvenes. El caso
de Chile, Argentina y Uruguay el porcentaje de personas de 60 años y más es similar al de
los países
de la OCDE. Debido a que en esta fase de la transición las tasas de dependencia de los
niños
disminuyen rápidamente, mientras que la proporción de personas de edad sigue siendo
baja, se
presenta la oportunidad de concentrarse en la calidad de la instrucción, sin que sean
necesario
aumentar el presupuesto de educación (UNESCO 2001).
Los países de la región se han comprometido a modernizar y reformar sus sistemas de
educación.
Declaración de Cochabamba:
“Como la educación es un derecho humano fundamental, los gobiernos tienen la
obligación
de consolidar el sistema público de educación, como garantía de una verdadera
democratización social”
“Fortalecimiento de la autonomía administrativa y pedagógica de las escuelas, incluyendo
una adecuada provisión de recursos financieros, humanos y materiales, especialmente
para
aquellas instituciones ubicadas en áreas marginales”.
Creación de mecanismos flexibles destinados a incrementar la participación de la sociedad
civil en las actividades educativas incluyendo la planificación, ejecución y evaluación del
impacto de las políticas educativas.
Incrementar el uso de la tecnología de la información y la comunicación en la educación,
incluyendo la explotación de su potencialidad para la educación a distancia y nuevos
canales
de aprendizaje.
“La enseñanza superior tiene como objetivo la formación teórica y la preparación
profesional de los
estudiantes, pero cumple también una función social y estratégica de definición de las
necesidades de
la sociedad en su conjunto y de reflexión intelectual màs allá de las limitaciones políticas y
económicas. En América Latina, la universidad ha tenido en muchas ocasiones un papel
central en las
transformaciones sociales, haciendose a menudo eco de las reivindicaciones de distintos
orígenes.
Inversamente, los cambios socioeconómicos observados en los últimos años
(mundialización, nuevas
tecnologías, recorte de los presupuestos públicos) han influido en la introducción de
diferentes
reformas en la universidad, particularmente aquellas relacionadas con la modificación del
financiamiento público, la autonomía, la homologación de diplomas y la evaluación de la
calidad de la
enseñanza”43 .
La participación en la educación superior es menos importante que en la primaria y
secundaria. Se
puede explicar por:
La necesidad de los jóvenes por ingresar al mundo del trabajo al finalizar la enseñanaza
media
El elevado costo de la enseñanza superior por alumno para los gobiernos (entre dos y
ocho
veces superior al de la primaria)
Por el hecho de que en muchos países de la región esta enseñanza es mayoritariamente
privada.
Sin embargo durante la década de los noventa se produjo un crecimiento relativamente
importante de
la matrícula de la educación superior, sobretodo en los programas cortos más técnicos y
orientados
hacia el mercado del trabajo. Las reducciones presupuestarias del sector público,
consecuencia de las
políticas de reestructuración económica y la presión or una adquisición más rápida de
conocimientos
prácticos desde el punto de visa laboral, explican en parte este proceso.
UNESCO estima que entre 1990 y 1998, la matricula de alumnos en educación superior
creció en dos
millones y medio. En la actualidad la masa de estudiantes matriculados en este segmento
de la
educación alcanza a más de nueve y medio millones de estudiantes.
Del total de alumnos en educación superior en América Latina, Chile alcanzó en 1998 el
séptimo lugar
con una participación de 4,6% de la masa total regional, Brasil México y Argentina
explicaron el
62,4% de la matricula en educación superior de la región (Ver Cuadro)
Desde la perspectiva de la población inscrita en educación superior, Chile ocupó en 1998
el quinto
lugar en la región con 2,7% de la población inscrita, por detrás de Uruguay, Venezuela,
Perú y
Argentina, esta registra un notable 4,23% de población inscrita en Educación Superior.
La enseñanza superior privada, en la que destacan un gran número de instituciones
respaldadas por
entidades religiosas, tiene una fuerte incidencia en Chile alcanza el 71% de la matricula.
Los países
con mayor presencia pública en la enseñanza superior son: Cuba (100%); Uruguay (82%),
Bolivia
(79%) Argentina y México (71%)
La masificación, el aumento de las instituciones no universitarias y la privatización se han
producido al
mismo tiempo. Se ha producido una gran expansión del sector privado en educación
superior
organizado por instituciones religiosas y empresas de tipo profesional
A pesar de los avances logrados en el sector durante los últimos años, existe un consenso
que el
“aprovechamiento de los recursos y el desarrollo económico que ha impulsado el nuevo
modelo
económico no ha mejorado la equidad social para un desarrollo estable 44 ”
XX.- Chile, evolución y principales problemas en la Educación Superior
1. Si se tuvieran que caracterizar los últimos 20 años de la educación superior en Chile
habría que
decir que la década de los 80 corresponde al momento del ajuste estructural en donde el
Estado
genera un marco legislativo, político y financiero propicio para que la provisión de
educación
superior, especialmente la docencia de pregrado, se realice por medio de agentes
privados.
2. El modelo ha retirado al Estado de un rol preponderante en el establecimiento,
desarrollo y
financiamiento de la educación superior. Los privados, es decir, las empresas y las familias
que
desean acceder a bienes proporcionados por universidades e instituciones de educación
superior
(investigación y formación) pasan a jugar un rol fundamental, ya sea en la demanda y
financiamiento de los mismos, como en la instalación de instituciones para ello.45
3. Al mismo tiempo ha modificado los mecanismos en que el Estado interviene en la
educación
superior, no sólo restringiendo montos sino que sobre todo cambiando la relación de
financiamiento con las instituciones. Es así como en Chile, las propias instituciones del
Estado
cobran aranceles y prestan gran cantidad de servicios a empresas e instituciones locales y
estatales. Así también –y por razones históricas que determinaron la coyuntura política al
momento de implementar la reforma de 1981– existen hoy 9 instituciones privadas que
integran el
Consejo de Rectores y que reciben aportes directos de libre disposición de parte del
Estado en
iguales –e incluso mejores– condiciones que a las Universidades que jurídicamente son del
Estado,
pertenencia que en los hechos se expresa más en controles y en estatutos impuestos que
en un
apoyo creciente sostenido privativo de ellas. Esta característica es, en América Latina,
prácticamente exclusiva de Chile.
4. Al permitir la existencia de un mercado en la educación superior se obliga a todas las
instituciones
–más allá de su naturaleza, misiones y origen– a competir por recursos, estudiantes
(clientes),
profesores (empleados), prestigio y presencia institucional, etc. Con ello se establece un
patrón de
conductas y modelamiento institucional de tendencia uniforme y que a su vez formatea el
tipo y
contenidos de la enseñanza. Las declaraciones fundantes de la reforma neoliberal de 1980
señalan
expresamente que será esta competencia el mecanismo principal por el cual se
desarrollará el
sistema y la calidad del mismo.
5. Durante los 90 se avanza en un perfeccionamiento del modelo, expresado en pequeñas
reformas y
también en paliativos contra sus efectos sociales más notorios, pero que no cuestionan la
esencia
de éste (becas Mineduc, reforma al crédito universitario, creación de Fondos concursables
para
investigación y desarrollo institucional, aporte extraordinario a la U. de Chile, etc.). Si en
los 80 el
sistema se impuso por la vía de la fuerza, en los 90 se busca legitimarlo ideológica y
operativamente ante la sociedad.
6. Para dicha década, los dos fetiches más recurrentes en el discurso oficial son: 1) la
focalización de
los subsidios como un esfuerzo concreto por que las ayudas estatales para estudiar vayan
a los
dos primeros quintiles; 2) la exaltación del rol de las instituciones privadas en el aumento
de la
oferta y la cobertura, y la consolidación del sistema, sus niveles y características. En esto
último
cabe destacar que la mayor parte de la repartición de autonomías para universidades e
institutos
privados –con todas las ventajas de mercado que la ley permite una vez entregadas
éstas– ha
sido realizada durante los 90. La llamada “acreditación” pasa a ser un elemento político
del último
tercio de la década, y la forma en que ésta se propone no altera sustancialmente el
objetivo
trazado. Si en los 80 se trataba de crear un mercado de la educación superior, en los
noventa se
intenta legitimar dicha condición y hacerla plenamente operativa.
7. El esfuerzo de la década de los 90, sobre todo en sus inicios, por no discutir el
problema de la
educación superior tiene entre sus objetivos un manifiesto interés por permitir un periodo
suficiente de capitalización económica por parte de las nuevas empresas-universidades de
manera
tal de avanzar luego (hacia el final de la década) en un ofensiva sin precendentes de
legitimación
y publicidad ante la sociedad. Así, en todo este periodo, cada grupo ideológico y de
influencia en
el país –incluso al interior de grandes conglomerados como es el caso de la Iglesia
Católica con
universidades asociadas a cada una de sus sensibilidades– logró constituir una
universidad. La
base política y legislativa para lo anterior esta dada por el alto grado de desregulación que
permite
la actual LOCE. La facilidad para fundar instituciones y para luego avanzar en obtener
autonomía
es el sello distintivo.
La tendencia para la década del 2000 es claramente a la agrupación de instituciones
evitando el
cierre de las instituciones menos rentables con escándalo público –y que de paso perjudica
la
credibilidad del total del sistema– y consolidando grandes bloques
8. Ahora bien, a inicios del 2000 el modelo de educación superior chileno efectivamente
presenta casi
un 200% más de estudiantes que a inicios de los 80. Sin embargo, esta variable,
presentada como
el elemento fundamental de análisis y reafirmación social, esconde numerosos problemas
propios
de la liberalización y de la retirada del Estado en lo que a desarrollo, planificación e
inversión se
refiere en la educación superior. Al tomar las características que la UNESCO señala para la
educación superior en América Latina deberíamos decir que efectivamente en Chile se
cumple la
máxima de expansión de la matrícula. También ha aumentado a niveles altamente
satisfactorios la
escolarización femenina.
9. Sin embargo, si miramos lo que la UNESCO llama la conformación de Sistemas
Nacionales de
Formación Técnica, es evidente que en Chile tal avance no se registra, subsistiendo un
gran
bolsón de problemas, áreas desatendidas, escasa calidad, poca legitimidad del sector,
inversión
absoluta de la relación óptima entre número de profesionales por número de técnicos (4 a
5
profesionales por cada técnico).
En otras palabras, si bien es cierto que la educación técnica se ha extendido y su matrícula
entre
1981 y 1989 aumenta significativamente, al entregarse el 90% de tal formación a
instituciones
privadas y a la regulación de mercado, estamos lejos de poder decir que se ha
consolidado un
sistema de formación técnica a nivel país.
La mayor parte de las carreras técnicas que imparte el grueso de los CFT pertenecen al
sector
servicios, son carreras de bajo presupuesto de implementación en instituciones carentes
de la más
mínima regulación (su certificación se hace por el Ministerio de Educación quién en los
hechos se
limita prácticamente a recibir las actas de constitución) y certificación pública de calidad.
Este
enfoque ha derivado en:
•La incapacidad de contraponer al ya elevado prestigio social de la “universidad” como
meta
educacional, la alternativa de una educación técnica con un mínimo reconocimiento social,
y
como una vía natural
•La no existencia de Centros de Formación Técnica públicos que sirvan de parámetro para
dar
forma a un sistema.
•La desatención de áreas en las que es necesaria la formación de técnicos calificados en
mayor
número (agricultura, minería, industria, salud, etc.). Este punto esta en estrecha relación
con
la carencia actual de un proyecto nacional que establezca áreas prioritarias de desarrollo.
•El estancamiento de la matrícula durante la década de los 90, en detrimento de la
creciente
matrícula universitaria.
10. En relación al desarrollo de una “multiplicidad de nuevos planes e innovaciones
pedagógicas” es
posible decir que el crecimiento de la oferta educacional ha llevado consigo a la
proposición de
nuevas carreras. Sin embargo no es menos cierto que, en general, las universidades
privadas
posteriores a 1981 se han dedicado a copiar los programas de las principales
universidades del
Consejo de Rectores (las 8 tradicionales existentes a 1980). La existencia de ofertas
educativas
realmente nuevas a lo que ha sido la educación superior en Chile en los últimos 35 años
son muy
escasas. La incorporación de nuevas tecnologías a la enseñanza se ha hecho cuando más
desde
una perspectiva adaptativa antes que reformulativo-creativa.
El modelo escolar, de clases presenciales y de tradición universitaria sigue siendo la norma
en el
sistema. Y la estructura de la enseñanza con curriculums rígidos posee también una
inercia muy
fuerte que en general no ha variado en los últimos 25 años. Para el caso de los grupos
que crean
universidades privadas, esto se puede deber en parte a que sus objetivos son, antes que
el
desarrollo de un proyecto educacional distinto, obtener una rápida y abundante tasa de
retorno y
en esa perspectiva aumentar su influencia en la sociedad. Recién en el 2000 es posible
apreciar
una preocupación mayor por asociar esto último a proyectos que tengan un distingo
formativo y
pedagógico propio, primando en todo caso como idea publicitaria. Parecerse a las
universidades
tradicionales sigue siendo un factor de réplica social.
Avances con perspectiva y que sean notorios a nivel de la estructura de la enseñanza han
sido por
ejemplo, la implementación de sistemas de bachillerato y que suponen una formación de
corte
más general y universal previa a la especialización, han empezado aplicarse en las
principales
universidades (la UCH y la PUC) desde mediado de los 90. Estos sistemas no están
generalizados
y coexisten con el tradicional sistema de carriles cerrados hacia la obtención de un
determinado
titulo. En el caso de algunas universidades privadas que han tomado este modelo, ya sea
por
áreas del conocimiento o en general la experiencia ha estado fuertemente ligada al hecho
de que
uno o dos años más de estudio representan un aumento significativo en sus ingresos de
aranceles
estudiantiles.
En el caso de la UCH desde el año 1999 –y de un proceso similar que vive la PUC– se
viene
gestando un proyecto de reorganización académica del pregrado en base a la distinción y
articulación de diferentes tipos de formación: básica, general, especializada e
instrumental, y que
apunta entre otras a la flexibilización de los curriculums y a la ampliación de las
posibilidades de
formación de los estudiantes en miras a una mejor comprensión del mundo, al desarrollo
de
capacidades críticas, y a un mejor desenvolvimiento laboral futuro. Esta reforma,
altamente
revolucionaria para la estructura de los pregrados universitarios está aún en fase de
aplicación
experimental y encuentra opiniones a favor pero también resistencias en los claustros, aún
cuando
su necesidad parece ser indiscutible.
Por último, aparte de las labores extensionales hacia la comunidad a través de la entrega
de
cursos que no son parte de pregrados –como el caso de TELEDUC que data desde 1977–
y otro
tipo de servicios, las experiencias de formación a distancia aún son incipientes y carecen
de una
legitimidad social instalada, aún cuando el alto grado de desregulación del sistema las
favorecería
en su aplicación. No obstante, este es un servicio de educación superior que claramente
va en
aumento.
11. Hoy por hoy el marco competitivo mercantil al que están sometidas todas las
instituciones, sean estatales o privadas, presenta como efecto la estandarización de
planes y
programas, lo que se aprecia nítidamente en las áreas de administración y economía, y se
extiende hacia otros dominios. Al mismo tiempo, la desregulación presente ha
desfavorecido el
establecimiento de mínimos necesarios en áreas que lo requieren. Uno de los efectos más
notorios
de esta situación es que las universidades ingresan al circuito del pensamiento único
perdiendo su
característica histórica como centros del pensamiento crítico y como espacio promotor del
cambio
social. El pensamiento único encuentra entonces un nicho natural y la formación
universitaria
tiende, ya no a la ciudadanización sino que a la generación de capital humano dotado de
ciertas
destrezas y entrenamientos básicos.
12. Con respecto a lo que la UNESCO califica como “grandes esfuerzos financieros
de parte
de los Estados” en el caso de Chile es necesario tener en cuenta que la inversión estatal
se ha
limitado a recuperar, tras 20 años, los mismos niveles de inversión existentes a 1981. En
otras
palabras, el ajuste y la liberalización iniciada en los 80 se expresaron a través de una muy
drástica
reducción del gasto fiscal en educación superior, lo que trajo aparejado, entre otros
problemas, el
grave deterioro y pérdidas a las que fueron sometidas las universidades estatales,
particularmente
aquellas de mayor complejidad y envergadura.
13. Ahora bien, mientras la UNESCO señala que la “cobertura de matrícula creció
lentamente en América Latina, para el caso chileno la oferta y cobertura ha ido
ascendiendo de manera creciente y de manera acelerada, más aún si consideramos la
fuerte constricción que se dio entre los años 73 y 81 46 . Al respecto cabe comentar que:
Tal ampliación de la cobertura se ha dado principalmente por la acción de los privados.
Las
universidades que reciben aportes directos del Estado, y entre ellas las estatales, se han
visto
forzadas durante la década de los 90 –no por efecto de una política explícita de parte de
los
gobiernos– a ampliar sus matrículas como una forma de aumentar su financiamiento vía
aranceles
y AFI. Con ello han contribuido a la expansión de la matrícula en un contexto en el cual no
existe
ninguna regulación a la calidad.
14. Es así como a la vez, dicho contexto de desregulación y crecimiento inorgánico es
fomentado, por
ejemplo, por ciertos mecanismos de financiamiento como es el caso del AFI el que además
desde
1987 se entrega a instituciones privadas (Ues., IPs. y CFTs). Al ser un subsidio estatal que
se
reparte entre las instituciones que captan a los 27.500 mejores puntajes de la P.A.A., este
fondo
ha incentivado la apertura de un mismo tipo de carreras y ofertas, tanto en el área privada
como
en las universidades que reciben aportes directos, como una manera de lograr la
captación de los
recursos que vienen asociados a los puntajes de los potenciales matriculados. Con ello se
han
fortalecido características como: a) una mayoritaria concentración del AFI en la región
metropolitana y en las universidades de mayor desarrollo, b) la duplicación reiterada de
ciertas
carreras (de mayor prestigio social) en desmedro de otras, c) el desarrollo de estrategias
institucionales basadas en la publicidad antes que la solidificación de proyectos
educacionales, d)
todo ello junto a que, en general, los mejores puntajes están asociados a las capas más
altas de la
sociedad. El AFI es un ejemplo de “sobreinversión en los sectores más ricos” sin que estos
retribuyan tal aporte. Es además un mecanismo perverso desde el punto de vista de la
configuración de un sistema de educación superior basado en la pertinencia, equidad y la
calidad,
objetivo este último que es el que supuestamente le justifica como instrumento de política.
Durante la década del 90 el AFI ha tendido a mantenerse estable en una participación
relativa al
interior de los aportes estatales cercana al 10%, pero se debe considerar que la previsión
de 1981
señalaba que este mecanismo debía llegar a representar el 33% de tales aportes. No
obstante
esta diferencia, su existencia ha permitido a varias universidades privadas allegarse
recursos
públicos.
15. La ampliación de la cobertura tampoco logra resolver el problema del acceso, el
cual
sigue siendo restringido, es decir, la mayor parte de la cobertura se mantiene en los
sectores de
más altos ingresos para los cuales las instituciones privadas ofrecen la ventaja de no exigir
requisitos académicos. Así, el crecimiento de la oferta y la cobertura mantiene importantes
sectores postergados y no ha tenido un avance igualitario.
El actual Fondo Solidario, principal mecanismo de subsidio existente hasta hoy y que
opera en las
16 universidades estatales y las 9 privadas que integran el Consejo de Rectores, presenta
año a
año déficit y no cubre toda la demanda que se presenta. Además obliga a las
universidades a
comportarse como financieras prestamistas y cobradoras según la ley 19.287. Se cumple
así con el
dogma de la subsidiareidad, el cliente se entiende con la institución, el Estado se retira y
se dejan
intactas las claves ideológicas del modelo.
El que año a año los déficit de crédito sean un problema recurrente a nivel del sub-sistema
público
es un claro indicador de que el acceso, bajo el modelo de educación superior chileno, no
está
garantizado en absoluto para los sectores más desposeídos, aún cuando incluso éstos
hayan
logrado sortear con éxito las barreras académicas existentes. Así mismo, los sectores
medios se
han visto seriamente afectados en sus posibilidades de acceder a beneficios quedando
ante la
obligación de pagar aranceles que no están en condiciones de solventar (de entre 170 a
350
dólares al mes por estudiante; como referencia el salario mínimo asciende a menos de 175
dólares).
Este es un punto sustancial en donde se hace notar el tipo de Estado neoliberal, el cual se
limita a
entregar (limitados) subsidios, mayoritariamente en forma de créditos. De tal forma la
educación
superior es un bien pagado (al contado o a crédito) en un sistema en donde quienes
pueden
pagar (al contado) poseen muchísimas más posibilidades de éxito frente a quienes no. La
creación
de mecanismos de endeudamiento bancario con respaldo estatal –los créditos Bancarios
con
respaldo CORFO creados en 1996– es un claro signo de ello, concentrándose por un lado
en
carreras y por otro en familias e individuos capaces de acreditar rentabilidad y solvencia.
Otro ejemplo de lo anterior es la Libreta de Ahorro para la Educación Superior –en vías de
implementación– con acceso a premio estatal por medio de la cual los postulantes a
beneficios
estatales que acrediten un determinado nivel de ahorro tendrán preferencia por sobre
quienes aún
cuando en otras variables –académicas por ejemplo– se hallen en las mismas condiciones.
De esa
manera se vuelve sobre lo mismo: facilidades e incentivos para quienes ya tienen
capacidad de
ahorro y de pago.
16. Ahora bien, paralelo a esta insuficiencia el gobierno actual ha anunciado su
intención
de entregar créditos públicos a estudiantes de universidades privadas que posean
autonomía según el sistema de acreditación vigente (establecido por la LOCE). Al respecto
no se
puede negar que la matrícula en el nivel educación superior se duplicó en la última
década. En
1990 había 245.408 estudiantes de educación superior y en el 2000 se llegó a 441.065,
con un
69% de la matrícula en universidades, un 18% en IPs, y un 12% en CFTs (Datos
MINEDUC 2000).
De este total un 45.5% estudia en las 25 universidades que reciben aporte directo del
Estado,
existiendo en el sistema 249 instituciones en total, aproximadamente una para cada 1.700
estudiantes y una por cada 60 mil habitantes. Sin embargo, basar el discurso oficial sólo
en este
aspecto –obviando otros problemas significativos, sus relaciones mutuas, y especialmente
las
causas de los mismos– resulta estrecho, poco eficaz y además peligrosamente
demagógico.
El primer problema que salta a la vista es la voluntad política de traspasar recursos del
Estado a
las universidades privadas creadas con posterioridad a 1981 a través del crédito dirigido a
los
estudiantes que se matriculen en ellas. Tanto rectores de universidades privadas como
autoridades de gobierno han insistido en que es necesario superar la inequidad que
significa
marginar a miles de estudiantes de la posibilidad de acceder a ayudas públicas bajo la
discriminación odiosa de que ellas son privativas para quienes se matriculen en las Ues.
del
Consejo de Rectores. No obstante el problema es si corresponde que el Estado –bajo el
supuesto
de la libertad de escoger– contribuya al financiamiento de instituciones sin voluntad de
regulación,
que no discriminan por calidad, que poseen claros fines de lucro, y que no otorgan una
garantía
real de que la opción de financiar a los más capaces en instituciones serias, plurales y de
calidad –
cuestiones que si son deber del Estado– se cumplirán con éxito.
Hay que considerar que las 9 instituciones privadas adscritas al Consejo de Rectores,
fueron
asimiladas por el Estado en su origen como instituciones que colaboraban con las
funciones de
éste en la educación superior, lo cual se dio en un contexto nacional y mundial en donde
el
desarrollo de la educación superior aún no evidenciaba las complejidades y exigencias
actuales.
Por lo mismo, hacer un símil con respecto a las instituciones privadas creadas tras 1981 no
tiene
asidero real.
Entre los problemas que esta opción plantea para el diseño de una política de Estado esta
la
necesidad de considerar aranceles de referencia por carrera para otorgar créditos como
una
mínima regulación para la asignación de recursos. Sin embargo, al no explicitar cómo ellos
se
calcularán es muy posible que éstos se establezcan en base a precios y no en base a
costos reales
por calidad y requisitos básicos. Si esa es la alternativa –cuestión previsible– se
perjudicará una
vez más y de manera grave a las universidades –mayoritariamente estatales– en donde
existen
precios inferiores al costo real de una docencia ligada a la investigación y la creación, con
profesores a tiempo completo y otras características “ineficientes” desde el punto de vista
mercantil pero eficaces para una misión universitaria que no sea de fantasía.
Es posible agregar que en este caso un tema fundamental como definición de política es
que si las
instituciones privadas desean ser merecedoras de recibir recursos estatales por la vía de
ayudas
estudiantiles deben ser capaces de asimilarse a un perfil de interés público en su
comportamiento,
organización y actividad.
Las preguntas obvias bajo el modelo chileno y su altísimo grado de desregulación son:
¿están
dispuestos los empresarios y juntas de accionistas que operan detrás de las universidades
privadas a someterse a procesos reales de acreditación académica y no a una mera
certificación
formal? ¿Están dispuestos a que sus instituciones den garantías de pluralidad, solidez y de
una
actividad académica consistente y relevante? ¿Están dispuestos a exigir para el ingreso a
ellas la
aplicación de instrumentos objetivos que garanticen igualdad de oportunidades (como la
PAA, más
allá de las imperfecciones que ésta pueda tener)?
Por último, un tema recurrente en el que las autoridades entre el 2000 y 2002 no han
querido
pronunciarse –y salir así de los anuncios y discursos del tipo “aseguraremos que todo
joven con
capacidad pueda estudiar en la universidad”–, es explicitar de dónde saldrán los recursos
públicos
necesarios para extender las ayudas estudiantiles. Extensión que deberá ser horizontal, es
decir, a
más estudiantes de más instituciones; y a la vez debiera ser también vertical, es decir a
más
estudiantes por institución, reformulando las políticas de focalización para aplicar líneas
racionales
de acreditación socioeconómica que den cuenta de que el 85% de la población percibe un
ingreso
mensual total per cápita inferior a $200.000 (340 dólares) (Casen 2000), problema este
último que
está en la base de la crisis recurrente del Fondo Solidario, generando la llamada
marginación de la
clase media puesto que en su mecánica busca suponer que el espectro necesitado es
menor al
realmente existente.
17. En el caso de los “resultados académicos” se puede afirmar que estos son
diversos en lo que
a calidad se refiere pero de tendencia negativa en la generalidad. Existen instituciones y
áreas de
investigación y programas al interior de instituciones con un alto grado de desarrollo y
calidad
acreditable a nivel internacional, pero la generalidad del sistema y sus propias dinámicas
internas
no apuntan hacia el desarrollo de una mayor calidad. La experiencia chilena puede ser un
buen
ejemplo de como la mercantilización de la educación superior tiende a su mediocratización
en
términos generales. Ante esta situación, la opción de las instituciones podría ser la
diferenciación.
Sin embargo, la tendencia se mantiene en copiar y repetir aquello que funciona bien entre
la
oferta y la demanda de capacitación. Otro aspecto subyacente a la situación actual es la
separación entre Ues. “complejas” (que realizan investigación y abarcan diversas áreas del
conocimiento) e instituciones fundamentalmente docentes (IPs, CFTs, y Ues. dedicadas
sólo al
pregrado).
Por otra parte, los resultados generales de mediciones hechas sobre el total de la
población
señalan que existen serios déficits de comprensión de lectura, incluidas aquellas personas
que
poseen educación superior.
18. De esta manera, la suma de lo anterior configura un modelo de educación superior
chileno
en donde destaca la absoluta carencia de una perspectiva estratégica de desarrollo
como sistema de educación. Ello se refleja especialmente en el decaimiento y la situación
de
supervivencia de las Universidades Estatales, pese a que es el área pública la que nutre al
resto
del sistema con profesores, conocimiento acumulado, etc., lo que constituye una muestra
más de
la privatización de los activos que por largos años genero el Estado. Si hubiera que
resumir ciertas
características generales del sistema de educación superior chileno habría que decir que:
•Existe un carencia manifiesta de investigación y planificación educacional a todo nivel.
•Los resultados de mediciones nacionales e internacionales tales como: PAA, SIMCE,
TIMSS,
SIALS, etc., además de ser insatisfactorios, reflejan muchas veces magros y preocupantes
resultados.
•A nivel de la educación superior, y tras la reforma de 1981, las principales características
del sistema son en la actualidad:
a) la ausencia de regulación y sistemas de acreditación consolidados,
b) la considerable expansión de la matrícula
c) la inequidad en el acceso y en la composición de la oferta educacional,
d) la fuerte ausencia de criterios académicos, expresados a través de procesos estables y
objetivos, para la distribución de los presupuestos públicos,
e) el financiamiento insuficiente para planes de I & D
f) la inestabilidad del sub–sistema universitario estatal.
•La suma de características positivas y negativas del momento actual del sistema chileno
genere un campo favorable a intereses económicos particulares por sobre intereses
sociales de largo plazo. Las consecuencias de ello aún no han sido lo suficientemente
aquilatadas en el debate público.
•Es notoria la falta de una voluntad política para modificar lo heredado desde 1981, y a la
vez el escaso respaldo técnico–académico con que las políticas, procesos y decisiones en
éste ámbito se han diseñado y aplicado hasta el presente.
•Hay una desarticulación palpable y probablemente creciente entre los procesos de
enseñanza básica y media en relación con los de la educación superior. La crisis actual
sobre el significado de la PAA es una expresión de ello.
•La institucionalidad cultural del país aún no adquiere forma, pese a que su concreción es
parte del debate político público actual. Sin embargo, las universidades en general han
sido
34
marginadas de dicho proceso pese a poseer un acervo histórico al respecto y una
influencia actual concreta.
•Existen muchos recursos materiales y humanos desaprovechados en lo que a políticas de
desarrollo cultural se refiere. Un ejemplo de ello es la crisis de sentido y concreción de la
tradicional “extensión universitaria”.
•El cambio tecnológico y comunicacional no ha sido incorporado de manera sistemática a
la
reflexión y formulación de políticas sobre desarrollo educacional y cultural, ni al interior de
las instituciones (por ej.: en su docencia) ni en lo que a políticas públicas se refiere (por
ej.: generación de una cultura sustentable y con arraigo de realidad en cuanto a manejo y
acceso a tecnologías comunicacionales).
Discursivamente y en ciertos sectores pareciera haber consenso sobre la necesidad de
cambios
profundos en la educación superior chilena. Sin embargo, existe poca claridad sobre cómo
y hacia
dónde encaminar dichos cambios, y a la vez, un alto grado de desconocimiento de otras
experiencias internacionales, escenario que es el pleno reflejo de un Estado que renuncia
a poseer
un proyecto de desarrollo nacional, cuestión que repercute directa y manifiestamente en
su
educación superior, en las políticas de investigación y desarrollo.
Las señales de política desde el Estado hacia el sistema son altamente confusas
puesto
que en los hechos equivalen a exigir a cada institución –estatal o privada– una
permanente estrategia del día a día que consiste en sobrevivir a cómo de lugar en el
contexto de un mercado altamente desregulado. Es así como las resultantes de esta
situación se evidencian en la tendencia a una baja global en la calidad, en que la
pertinencia deja
de ser un parámetro orientador, quedando áreas del conocimiento escasamente cubiertas,
generando un ambiente propicio para el pensamiento único y la pérdida del sentido crítico
de la
educación superior. Potenciando la consolidación de grupos de poder e influencia
ideológica que
desarrollan sus propios centros de formación y producción de conocimiento, acotados a
sus
intereses y lejos de la esfera pública, que buscan pautear desde allí al Estado y a la
sociedad.
Existe una conexión directa entre la propiedad de medios de comunicación, intereses
económicos
y empresariales y universidades privadas.
En Chile no existe hoy un sistema de educación superior que posea una perspectiva
estratégica
más allá del sometimiento de éste a las leyes de la oferta y la demanda. Este rasgo
sumado a las
escasas exigencias para la instalación de universidades en territorio nacional, en el
contexto de
tratados de libre comercio, deja al país en una situación muy precaria para futuras y
necesarias
reformulaciones de su sistema educacional, y a la vez permite la penetración explícita de
intereses
extra-nacionales en su educación superior.
El sistema educacional Chileno es una prueba palpable de que si hay un área en donde el
mercado
se revela como pésimo asignador y potenciador de recursos en el mediano y largo plazo,
esa es la
educación.
19. Hoy es absolutamente indispensable replantear las bases del sistema, toda su
estructura y
regulación. Entre otras medidas se propone:
•Avanzar a un modelo coherente de créditos estatales (y/o con respaldo estatal)
asequibles
para estudiantes de instituciones privadas adscritas a un esquema público de regulación y
acreditación serio y robusto, y al alcance también de sectores de ingresos altos y medio
altos,
sobre la base de que tales préstamos serán efectivamente devueltos.
35
Lo anterior supone un nuevo proceso y momento de acreditación institucional, la creación
de
un órgano regulador democrático y representativo de la sociedad, y el establecimiento de
parámetros académicos exigentes, de vías de financiamiento consistentes y estables. Todo
ello
expresado en una nueva legislación general para la educación superior.
•Es necesario acabar de una vez por todas con el falso principio de una autonomía
universitaria
que equivale a decir “Chile ya no tiene universidades, ellas son del mercado y cada una
sobrevive como puede en ese contexto”, pues en nombre de ella se ha distorsionado e
hipotecado el verdadero sentido de la autonomía como responsabilidad ante la Nación y
como
resguardo a la libertad y la creación intelectual, y se ha inhibido al Estado en el desarrollo
de
políticas que precisamente, y entre otras cosas, fomenten la autonomía académica y
ordenen
a favor del bien común la relación Universidad–Sociedad.
•Con respecto a la formación de técnicos –hoy entregada fundamentalmente a los
privados, y
que ésta muy disminuida en proporción a la cantidad de estudiantes universitarios–
debería
crearse una política de Estado –a través de sus universidades– para potenciar la existencia
de
instituciones técnicas de carácter público que sirvieran para atender áreas no cubiertas por
el
mercado, dar más oportunidades a más jóvenes, y establecer un mínimo patrón de calidad
y
perfil institucional que sea útil para resolver la asignación de recursos y acreditaciones.
•Se requiere reformular la estructura de distribución de presupuestos estatales para las
universidades (normada por el DFL Nº4 de 1981).
Se debe eliminar el actual AFI.
El AFD debe ser modificado en su temporalidad de entrega (que hoy es por montos
anuales) por ciclos de 5 a 7 años. Sus montos deben ser calculados no de acuerdo a
parámetros históricos sino a variables e indicadores académicos medibles en el tiempo.
Debe abarcar ítems de recursos como: inversión, mantención, personal, funcionamiento
base, etc.
La investigación debe ser financiada en parte por fondos concursables pero a la vez debe
existir una base de desarrollo de masa crítica y de una infraestructura garantizada por el
AFD.
Los fondos institucionales concursables deben quedar reservados al desarrollo de grandes
proyectos académicos y no ser una vía paliativa para las insuficiencias de inversión de las
instituciones.
•En el área de las universidades estatales una propuesta que busca conjugar el rol y
esencia de
la universidad pública en lo que a acceso se refiere, y a la vez con una mayor justicia en la
distribución del ingreso, es el Fondo Nacional de Arancel Diferenciado y Becas de Apoyo.
Dicha propuesta se fundamenta en el principio de que, sin dejar de reconocer las
diferencias
que existen hoy en los niveles de ingreso de las familias chilenas, la educación debe ser
asumida en primer lugar como un bien social y como un derecho, y por tanto como
responsabilidad estatal. Esta no es una aspiración romántica. Por el contrario, se trata de
asumir (para corregir) la actual desigualdad extrema en la distribución de la riqueza, y a la
vez
ser consistentes con que el desarrollo de capital humano y social, más la creación de
conocimiento científico y tecnológico, son las bases fundamentales para salir del
subdesarrollo.
Recordemos por último que las capacidades y habilidades están repartidas en toda la
población
y no estamos en condiciones de seguir dándonos el triste lujo de desaprovecharlas.
De esa manera, quienes estén en condiciones de aportar a prorratear los costos que
demanda
una buena formación, deberán hacerlo en base a sus condiciones económicas
debidamente
acreditadas y revisadas. Quienes no puedan hacerlo, ya sea de manera total o parcial,
deberán
ser subsidiados por el Estado en el monto que corresponda. Así, el arancel diferenciado,
como
mecanismo de financiamiento para el costeo de los aranceles de las universidades
públicas, es
diferente a la gratuidad o no cobro. Por cierto la contempla, pero no para todos. Avanzar
en él
implicará además separar el costeo de los aranceles de las indispensables becas de apoyo
a
quiénes las necesiten. Becas para alimentación, locomoción, útiles, vivienda, etc.,
cuestiones
básicas para estudiar y que hoy no están garantizadas como política de Estado.
También supone establecer una línea de pobreza realista, y que se haga cargo de la
verdadera
situación de distribución de la riqueza en el Chile de hoy. En efecto, si buscamos
realmente
equidad hay que recordar que el 80% de las familias chilenas vive con un ingreso mensual
total
per capita de menos de $155.595 , y que entre el 20% restante –los usualmente llamados
“privilegiados”– hay muchos jóvenes cuyas familias, aunque profesionales y con ingresos
más
holgados, no perciben recursos que les permitan enfrentar aranceles universitarios para
uno o
más hijos. Para ello, es ilustrativo mirar la distribución de la riqueza no por quintiles de
ingreso
sino que por deciles y percentiles pues ahí se capta la exacta dimensión de la
concentración de la
riqueza en Chile, y por tanto se pueden establecer políticas sociales más eficaces. (VER
GRAFICO
ANEXO)
Así, la propuesta del Fondo Nacional de Arancel Diferenciado y Becas restituye a la
educación un
estatus digno, acorde con su esencia y con niveles de calidad muy superiores a los que
permite la
mercantilización actual. Desde un punto de vista social, se trata de cambiar la
incertidumbre y la discriminación económica vigente por incentivos reales –no
publicitarios ni de caridad– para todos los niños, jóvenes y familias chilenas,
estableciendo garantías efectivas de que el ingreso, permanencia y egreso en la
universidad pública estará al alcance de todos quienes acrediten las mínimas
capacidades en cada caso.
Por último, con respecto al tema de la devolución del apoyo recibido por parte de
quienes
logren ser profesionales –y por esa vía logren incrementar sus ingresos, pero
también
contribuir al desarrollo nacional– es perfectamente coherente pensar en un sistema de
múltiples opciones. Lo cierto es que el IVA no es la única vía por la cual financiar una
educación
democratizadora y de calidad para todos los chilenos. El punto de fondo entonces vuelven
a ser
las voluntades políticas reales para hacer de la educación un factor de desarrollo social y
de
construcción de una comunidad más sana, democrática, responsable y solidaria.
Es posible por ejemplo, combinar el trabajo temporal de los futuros profesionales en
servicios
públicos (experiencia al respecto existe) con diversas vías para financiar la educación
superior:
disminuir los gastos militares, hacer que las grandes empresas del cobre tributen
efectivamente,
etc. Se puede pensar además en un impuesto del 1% a todos los profesionales como una
manera
de reemplazar la actual mecánica individualista (crediticia) por una en donde es la
sociedad quien
asume la responsabilidad de proveer el bien educación. Ello tanto para los hijos de
quienes al
momento de acceder a la universidad estuvieron en condiciones de aportar para costear
sus
estudios (y lo hicieron), como para los de quienes fueron subvencionados.
No faltará quien observe que en esta fórmula habría quienes aportarían “doblemente” por
sus
estudios –a través del pago directo o a crédito, más los impuestos–. Precisamente esa es
la lógica
que debemos romper. Se trata de establecer un sistema sostenible en que el esfuerzo y
las
capacidades sean las únicas limitantes, y en que esté plenamente garantizada la
oportunidad realde adquirir y acceder a una buena formación. Se trata de lograr además,
de parte del futuro
profesional, una perspectiva solidaria y responsable ética y disciplinalmente hacia la
sociedad que
hace posible su educación. Así, los que más pueden económicamente aportarán más, pero
el
beneficio social para todos que ello supone será infinitamente superior al supuesto “doble
pago”.
Ciertamente, este cambio de perspectiva en la educación superior le daría un rostro muy
diferente y más humano a nuestra sociedad.
XXII.- Globalización, Comercio, discriminación de Género y Educación Superior.
La Educación como derecho.
Al ser la educación un derecho adquirido, por hombres y mujeres, ha sido reconocida
como un
derecho individual. Este derecho tiene una contrapartida social y económica, que hasta la
década de
los ochenta, en casi todos los países latinoamericanos recayó en la responsabilidad del
Estado, al
haber sido aceptada como una necesidad de orden público y social en donde se
enmarcaba el derecho
individual que tenía que ser resguardado por encima de intereses particulares y sin
discriminación
respecto a la pertenencia de clase, etnia, económica o social de las personas, pues es un
derecho
individual de alcances sociales y de responsabilidad por tanto pública.
XXIII.- El derecho como medio de inserción laboral e instrumento de movilidad
social, sin
distinción de sexo.
Durante el siglo XX, este derecho fue entendido como un medio para lograr una mejor
inserción en el
mercado laboral, aumentar la productividad económica y social y al mismo tiempo
aumentar los
ingresos de las personas y los núcleos familiares; por lo que se entendió también como un
instrumento de movilidad social de las personas, sin distinción de sexo.
En este sentido la Educación esta íntimamente ligada a las posibilidades de desarrollo de
los países,
sus economías y las personas.
XXIV.- Breve reseña histórica del comportamiento de género en la educación
chilena.
Hasta 1981, en Chile, acceder a la enseñanza superior significaba entrar a la universidad,
proceso mas o menos similar en toda América Latina. A partir de 1981, con el proceso
obligado de
diversificación de la enseñanza superior, este concepto incluye la universidad, los institutos
profesionales y los centros de formación técnica superior.
En la historia educacional de Chile, en el segundo tercio del siglo XX, sólo el 1,4 % de los
jóvenes entre 20 y 24 años ingresaba a la universidad.
En 1940, los universitarios hombres representaban el 2,7% de la población en edad de
estudios superiores y las mujeres el 0,8%. En 1950 , las mujeres representan el 2,0% y
los hombres
el 3,4 %. En 1960, los hombres son el 5,1 % y las mujeres el 2,9 %. En 1970, los
hombres son el
11,4 % y las mujeres el 7,1 %. Entre 1975 y 1985 existe una mayor cobertura de la
educación
superior en el país, siendo el momento más significativo el de 1975 en que la población
masculina
representa el 18, 8 % y la población femenina el 13,6%.
A partir de 1975, existe un descenso de educación superior para ambos sexos llegando a
su
nivel más bajo, en 1985 en porcentajes semejantes a los del año 1970; 12,9% para los
hombres y 8,6
% para las mujeres. A partir de los años 70, la política de restricción universitaria es
impulsada por el
gobierno dictatorial. Mientras la población juvenil aumentó entre 1975 y 1985 en 304.442
personas,
los cupos universitarios disminuyeron en 16.718 para el período.
El proceso significativo de la incorporación de las mujeres a la Educación universitaria en
Chile
se sitúa entre 1940 y 1955; del 25,1 % en el primer año, pasan a ocupar al 39,4 % en
1955 de la
población universitaria total. Después de 1955, se observa un cierto incremento de
matrículas
femeninas en la enseñanza universitaria en los años, 1976, 1977 y 1978, para estancarse
y comenzar
a decaer a partir de 1982 encontrándose un nivel de matrículas en 1985, equivalente al de
1922.
A pesar que en 1985, se registran 51.505 mujeres inscritas en la enseñanza universitaria,
en
pregrado, que hacen el 39,5 % de los estudiantes universitarios, en proporción son la
misma que en
1955, 39,4 % donde se encontraban inscritas 7.782 mujeres. A nivel de los postrados, en
1985, las
mujeres representaban el 36, 8% del total de estudiantes.
En 1985 se puede constatar el incremento de estudiantes de educación superior ; ambos
sexos
confundidos será 196.937 representando el 16,27 % de la población entre 20 y 24 años;
de estos
113.366 se encuentran en las universidades; 22.736 en los Institutos profesionales y
50.835 en los
Centros de Formación Técnica.
La proporción de mujeres es más significativa en la Educación superior no universitaria
hasta
1985. Entre 1984 y 1986, representan el 49 % del total de matriculas en estas áreas,
contra el 36 %
de hombres. En la Educación universitaria existe un neto predominio masculino, 61,1 %
de hombres
contra 38,9 % de mujeres. En los Institutos Profesionales, las mujeres superan en un 10
% a los
hombres, manteniéndose sin embargo prácticamente igual en los Centros de Formación
Técnica. Para
los mismos años, se observa un leve repunte de la matrículas de mujeres en las
universidades y un
leve descenso correlativo de la matrícula masculina.
Si bien es cierto esta progresiva incursión de las mujeres en la educación superior, es
necesario relacionar este antecedente con las posibilidades de inserción laboral, las
condiciones de las
mismas y las resistencias familiares a la participación activa de las mujeres en la sociedad
actual.
Para que estos logros pudieran ser efectivos, habría que cumplir con los compromisos
adquiridos respecto a la desigualdad de género imperante actualmente: erradicar la
pobreza, ya que
esta afecta mayoritariamente y crecientemente a las mujeres; promoción del pleno empleo
y la
integración social teniendo en cuenta que en las definiciones actuales, no se tiene en
cuenta la
discriminación histórica entre los sexos.
XXV.- Mujeres y expansión de la educación superior en América Latina.
Desde el punto de vista cepaliano, la educación ha sido evaluada como un “acervo de
conocimientos
que tiene gran incidencia en las oportunidades y logros laborales, y por lo tanto esta
directamente
ligada a las desigualdades” de ingresos en el continente latinoamericano.
Entre las recientes constataciones, se muestra que en la década de los noventa asistimos
a
una ampliación de la cobertura educacional en todos los niveles en América Latina, siendo
más
relevante este fenómeno para las mujeres, constatándose contradictoriamente que esta
mejor
cobertura a nivel de la educación ha significado mayores diferencias en el mercado laboral
y sólo ha
incidido en el traspaso del umbral de la pobreza, cuando los estudios han superado los
doce años , es
decir el ciclo primario y secundario de educación.; situación que ha conllevado al mismo
tiempo el
aumento de la desigualdad según la cantidad de años estudiados o ciclos completados.
Actualmente,
asistimos a lo que Thelma Gálvez llama una “depreciación” de la educación, puesto que
para que
exista una relación de menor desigualdad de salarios, se necesitan cada vez más años de
estudios, es
decir de especialización profesional. (T. Galvez, 2001; 53,54)
Según la UNESCO, se estima que en 1998 unos 9 millones y medio de personas estaban
inscritas en las enseñanza superior en América Latina, de las cuales la mitad eran mujeres.
La tasa
bruta regional se estima en un poco menos de 20%, dándose diferencias importantes
entre los países,
por ejemplo la tasa más elevada, que corresponde a Argentina, es de un 47 % de inscritos
en la
educación superior, que es cuatro veces superior a la mas baja de la región, 12% en
Nicaragua. En
1990 esta taza total alcanzaba al 17% o sea se incremento en un 3%, de 7 millones de
inscritos, paso
a 9 millones y medio.
Estos avances en Educación para las mujeres no han redundado necesariamente en un
mejoramiento de las condiciones en que estas se integran al trabajo, mercado laboral ya
que
persisten diferencias de género que aún son discriminatorias hacia las mujeres.
En América Latina, donde las mujeres han alcanzado mayores niveles de educación en
muchos
países del continente, y especialmente las niñas en edad escolar básica y secundaria, las
investigaciones recientes demuestran que “la creencia de las menores ganancias de las
mujeres son
el resultado de sus niveles inferiores de educación, es un mito. En promedio, las mujeres
en el
mercado laboral tienen un nivel de educación superior al de los hombres. En el nivel más
elevado,
(mas de 13 años de escolarización),[Educación Superior, objeto de nuestro estudio] la
participación de
las mujeres en la fuerza laboral es casi la misma que la de los hombres, pero sus ingresos
están muy
por debajo de aquéllos de los hombres. En ningún país los hombres y las mujeres con el
mismo nivel
de educación reciben salarios idénticos”(UNIFEM; 2000; 72)
Desde una perspectiva de género, las mujeres aventajarían a los hombres en cuanto a
Educación se refiere , dada las constataciones del sistema educacional en la década de los
noventa;
esto puede deberse a que los hombres entran mas tempranamente al mercado del trabajo
dada las
exigencias sociales, y también al entravamiento que este mismo mercado del trabajo
propone a las
mujeres.
Según los datos de Galvez, comparando nueve países de América Latina en los sectores
extremos, es decir en el 20 % de hogares con menores ingresos y el 20 % de hogares de
mayor
ingreso, definidos como quintiles 1 y 5 según parámetros de CEPAL (T. Galvez; 2001,55),
los hombres
y mujeres en edad de Educación superior, -20-24 años- obtienen un diploma superior a
sus
progenitores; los hombres representan el 26 % y las mujeres el 35 % en zonas de
urbanización.
XXVI.- Personal docente
América Latina cuenta con una población de 484 millones de habitantes, en 1998 6,5
millones
ejercían la docencia, para atender una población de 143 millones de alumnos. En la
enseñanza
primaria se concentra la mayor cantidad de estos 43%, seguida de la enseñanza
secundaria con
34% del total. Alrededor del 13% de los docentes ejercía en la enseñanza superior.
La actividad docente es realizada en gran medida por mujeres, en 1998 se empleaba casi
cuatro y
medio millones de docentes de sexo femenino (casi 70% del total). Se estima que las
mujeres
representan el 40% de los profesores de enseñanza superior. Es este segmento se
encuentra la
proporción más pequeña de mujeres docentes, alrededor de un 40%.
XXVII.- Efectos perversos de la globalización: Educación e incorporación al
“mercado
laboral”
En el actual modelo económico imperante, el ajuste estructural es visto como una manera
de asegurar
que los Estados ganen suficientes divisas a través de las exportaciones para continuar
dando servicios
a las deudas existentes. El dejar de pagar las deudas desestabilizaría la economía global.
Dada esta
situación en la reestructuración global se observa el aumento de la influencia de las
cooperaciones
transnacionales en la idea de eliminar las barreras comerciales e intercambiar concesiones
para
ampliar el acceso a los mercados, reservándose varios países industrializados el derecho a
protección
en áreas de crucial importancia en el desarrollo económico. (OMC; 2000 Red del tercer
Mundo 2001,
F. Fuentes; 2002)
Se reduce así la capacidad de los gobiernos nacionales de manejar la economía a
diferencia del
régimen Keynesiano de bien estar. (F. Fuentes; 2002) La globalización también ha dejado
obsoleta la
regulación de las relaciones laborales, y de la educación, dos factores que se agravaran en
contra de
las mujeres dada la persistencia de la desigualdad genérica.
Siendo el ajuste estructural permanente, cuyo objetivo central es la minimización del
Estado y la
liberalización económica obstaculiza en la práctica la capacidad fiscal y administrativas de
los
gobiernos, lo que redunda en la capacidad o intención de esos, cuándo existe, de orientar
sus
políticas hacia las demandas sociales de las mayorías de sus poblaciones. Esta situación
determinante
en el actual modelo económico globalizado, tiende a agudizar la desigualdad genérica,
siempre en
contra de las mujeres.
Los mercados, además de considerarse neutros al género, operan sin reconocer el trabajo
no
remunerado de reproducción y mantención de la fuerza de trabajo, tareas que contribuyen
a la
realización de las relaciones formales del mercado. El Estado de bienestar a menudo se
construyó
alrededor de la definición de ciudadanía que descansa sobre el empleo o la continua
corriente de
ingreso arriba del nivel de pobreza. Tales definiciones reforzaron el parámetro masculino
de
ciudadanía económica y política, que no reconoce la simétrica división del trabajo no
remunerado. En
América Latina, los programas de pensiones y las asignaciones familiares no están
dirigidos a todos
los ciudadanos, ni aquellos más necesitados; si no. Que están dirigidos a un grupo de
hombres
remunerados. Es por esto que la desigualdad ciudadana, reproducida por el Estado, como
el mercado,
refuerzan los términos desiguales de la participación de las mujeres tanto en la educación
como en el
mercado laboral. (F.Fuentes; 2002)
La gran magnitud de la brecha de ingresos entre ambos sexos está revelando hasta qué
punto
hoy, en América Latina, está presente la división social del trabajo por sexo entre el
trabajo
remunerado y el trabajo doméstico y de reproducción.
La entrada de las mujeres al mercado laboral ha hecho que muchas de las actividades que
ellas realizaban en su hogar sean ofrecidas en el mercado. Por otra parte el mercado ha
ido
absorbiendo parte de este trabajo realizado en y para los hogares, como, por ejemplo, el
cuidado y
atención de niños en el hogar o en un jardín infantil o la venta en establecimiento
comerciales de
comidas preparadas. Estas nuevas formas de mercado están dando como resultado un
tipo de trabajo
permanente, globalizado y sin diferenciación en la vida de las mujeres, por lo que la
recreación,
descanso o formación pasa a ser un asunto indeterminado para este segmento de la
población.
Aunque aumenta la presencia femenina en la actividad económica, disminuye la brecha de
ingresos y
mejoran los niveles educativos, las mujeres de la región aun no consiguen eliminar las
distancias que
las separan de sus pares varones y siguen enfrentando no solo una mayor carga de
trabajo incluido el
trabajo doméstico no remunerado y el trabajo comunitario, si no que además obtienen
menores
beneficios de los sistemas previsionales y no consiguen superar la brecha de género en la
toma de
decisiones. (T. Gálvez: 2001;11)
La consideración de las diferencias por sexo amplía el espectro de los temas. En general,
el estudio de
las inequidades se ha centrado en las carencias y exclusiones que afectan a las mayorías
en términos
de ingresos, de educación, de participación. Al examinar las inequidades que se producen
entre
hombres y mujeres surgen también carencias y exclusiones que afectan a las mujeres al
interior de
cada segmento social y los alcances de las políticas económicas, laborales y o comerciales
en una
situación que profundiza la brecha de las discriminaciones, siendo más relevante aún para
América
Latina, como lo ha constatado T. Gálvez, que aparecen las exclusiones de las mujeres
incluso en las
minorías de la sociedad como acceso a los puestos de trabajo de mayores ingresos, a la
educación de
postgrado, a la ciencia y tecnología, a la participación en las esferas del poder. Sobre todo
al nivel de
la toma de decisiones.
regulación de las relaciones laborales, y de la educación, dos factores que se agravaran en
contra de
las mujeres dada la persistencia de la desigualdad genérica.
Siendo el ajuste estructural permanente, cuyo objetivo central es la minimización del
Estado y la
liberalización económica obstaculiza en la práctica la capacidad fiscal y administrativas de
los
gobiernos, lo que redunda en la capacidad o intención de esos, cuándo existe, de orientar
sus
políticas hacia las demandas sociales de las mayorías de sus poblaciones. Esta situación
determinante
en el actual modelo económico globalizado, tiende a agudizar la desigualdad genérica,
siempre en
contra de las mujeres.
Los mercados, además de considerarse neutros al género, operan sin reconocer el trabajo
no
remunerado de reproducción y mantención de la fuerza de trabajo, tareas que contribuyen
a la
realización de las relaciones formales del mercado. El Estado de bienestar a menudo se
construyó
alrededor de la definición de ciudadanía que descansa sobre el empleo o la continua
corriente de
ingreso arriba del nivel de pobreza. Tales definiciones reforzaron el parámetro masculino
de
ciudadanía económica y política, que no reconoce la simétrica división del trabajo no
remunerado. En
América Latina, los programas de pensiones y las asignaciones familiares no están
dirigidos a todos
los ciudadanos, ni aquellos más necesitados; si no. Que están dirigidos a un grupo de
hombres
remunerados. Es por esto que la desigualdad ciudadana, reproducida por el Estado, como
el mercado,
refuerzan los términos desiguales de la participación de las mujeres tanto en la educación
como en el
mercado laboral. (F.Fuentes; 2002)
La gran magnitud de la brecha de ingresos entre ambos sexos está revelando hasta qué
punto
hoy, en América Latina, está presente la división social del trabajo por sexo entre el
trabajo
remunerado y el trabajo doméstico y de reproducción.
La entrada de las mujeres al mercado laboral ha hecho que muchas de las actividades que
ellas realizaban en su hogar sean ofrecidas en el mercado. Por otra parte el mercado ha
ido
absorbiendo parte de este trabajo realizado en y para los hogares, como, por ejemplo, el
cuidado y
atención de niños en el hogar o en un jardín infantil o la venta en establecimiento
comerciales de
comidas preparadas. Estas nuevas formas de mercado están dando como resultado un
tipo de trabajo
permanente, globalizado y sin diferenciación en la vida de las mujeres, por lo que la
recreación,
descanso o formación pasa a ser un asunto indeterminado para este segmento de la
población.
Aunque aumenta la presencia femenina en la actividad económica, disminuye la brecha de
ingresos y
mejoran los niveles educativos, las mujeres de la región aun no consiguen eliminar las
distancias que
las separan de sus pares varones y siguen enfrentando no solo una mayor carga de
trabajo incluido el
trabajo doméstico no remunerado y el trabajo comunitario, si no que además obtienen
menores
beneficios de los sistemas previsionales y no consiguen superar la brecha de género en la
toma de
decisiones. (T. Gálvez: 2001;11)
La consideración de las diferencias por sexo amplía el espectro de los temas. En general,
el estudio de
las inequidades se ha centrado en las carencias y exclusiones que afectan a las mayorías
en términos
de ingresos, de educación, de participación. Al examinar las inequidades que se producen
entre
hombres y mujeres surgen también carencias y exclusiones que afectan a las mujeres al
interior de
cada segmento social y los alcances de las políticas económicas, laborales y o comerciales
en una
situación que profundiza la brecha de las discriminaciones, siendo más relevante aún para
América
Latina, como lo ha constatado T. Gálvez, que aparecen las exclusiones de las mujeres
incluso en las
minorías de la sociedad como acceso a los puestos de trabajo de mayores ingresos, a la
educación de
postgrado, a la ciencia y tecnología, a la participación en las esferas del poder. Sobre todo
al nivel de
la toma de decisiones.
remuneraciones o trabajos en sus domicilios sin ninguna seguridad ni protección. UN caso
similar pasa
con una gran cantidad de mujeres de América Latina que deben generar sus propios
recursos en la
actualidad: trabajan a trato en sus hogares, par así cumplir con todas las exigencias de
cuidado del
hogar, cuidado de hijos y mantención de la fuerza de trabajo masculina.
Acuerdos internacionales y propuestas gubernamentales para disminuir la desigualdad y
discriminación de género.
Para que realmente una política de intercambio comercial sirva efectivamente a mejorar
las
condiciones de vida de las mayoría de las poblaciones, debiera tomar en cuenta estas
diferencias
genéricas y las transformaciones que han operado en el trabajo y las relaciones
productivas, que
tienen efectos inmediatos en los servicios prestados fuera del mercado formal y que
concierne en un
porcentaje significativo a las mujeres, puesto que todas estas transformaciones han
feminizado la
pobreza.
La liberalización comercial en particular y la económica en general han restringido las
capacidades
fiscales y administrativas de los gobiernos para ocuparse de las consecuencias sociales
perversas de
estas medidas dejando sin protección social y abandonando su rol de mediadores de una
sociedad a
favor de las mayorías, lo que redunda en la indefensión total de quienes pierden sus
empleos y no
tienen oportunidad de acceso en igualdad de condiciones a las nuevas relaciones laborales
y
productivas generadas por la globalizacion de las economías sin diferenciación de
volúmenes y
situación de desarrollo de los países y poblaciones implicados, que hoy día es el conjunto
de la
humanidad.
¿Cuáles pueden ser estas medidas, que además han sido recomendadas por las
conferencias de El
Cairo, Copenhague y Beijing en las cuales se comprometieron los gobiernos, incluidos el
chileno y los
latinoamericanos:
-Regular los mercados y mitigar “los impactos negativos que presentan la fuerzas del
mercado”
-Controlar el impacto de la liberalización del comercio en los que respecta a la satisfacción
de
la necesidades básicas en los países en desarrollo: salud, educación, trabajo, vivienda.
-Difundir e informar sobre los impactos de la liberalización del comercio y de las
inversiones
económicas respecto a las sociedades.
Es necesario repensar los acuerdos y tratados económicos teniendo en cuenta la
precariedad de las
mujeres en relación a:
-el ajuste estructural que fue pensado desde perspectivas macro económicas sin
diferenciación
de género,
- la carga social del impacto de la deuda externa, especialmente en los países pobres o en
vías de desarrollo que al disminuir el gasto social, afecta de forma prioritaria a las mujeres
y a los países más pobres.
- Esta situación, que no ha sido corregida por los organismos mundiales como el Banco
Mundial, ni menos el FMI, ni puesta en acción por los gobiernos ha obligado a una enorme
cantidad de mujeres a abandonar el sistema regular de educación y a trabajar cada vez
más informalmente para paliar los costos de los ajustes y acuerdos de libre comercio; se
ha incrementado el trabajo tanto al interior como fuera de los hogares dado que se
asumen además aquellos servicios que los Estados asumían a su cargo y costo; salud,
educación y protección social de necesidades básicas para la sobrevida
- La constatación de la feminización de la pobreza se puso de relieve en la plataforma de
Beijing, ningún gobierno discutió el hecho de que en las últimas décadas ha aumentado
significativamente el número de mujeres que viven en la pobreza, aumento sin relación
respecto a los hombres por lo que se comprometieron a:
- Adoptar y mantener políticas macroeconómicas y estrategias de desarrollo que
contemplen
las necesidades de las mujeres que viven en la pobreza;
- Revisar las leyes y las prácticas administrativas para asegurar igualdad de derechos para
las mujeres y el acceso a recursos económicos,
- Facilitar el acceso de las mujeres a los mecanismos e instituciones de ahorro y crédito
- Desarrollar metodologías relacionadas con el género y realizar una investigación para
hacer frente a la feminización de la pobreza.
Los gobiernos se comprometieron para estos efectos a:
Promocionar y fortalecer las microempresas, los pequeños negocios nuevos, las
cooperativas, los
mercados de expansión y otras oportunidades de empleo, y facilitar sus transición del
sector informal
al informal,
Alentar a los bancos centrales y a las instituciones bancarias privadas a reformas
reguladoras que
respalden los esfuerzos de las instituciones financieras para satisfacer las necesidades
económicas de
las empresas gestionadas por mujeres;
Incidir en que los bancos comerciales y el sector privado reduzca los costos de
transacción, redefinir
el riesgo, abrir los préstamos a las mujeres, simplificar las prácticas bancarias, y asegurar
la
participación de las clientas en el proceso de toma de decisión de las instituciones
financieras y de
crédito.
A obtener que las organizaciones de desarrollo internacional brinden créditos a las
empresas de
mujeres.
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