EL AHORRO NACIONAL ¿ un bien público

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Reflexiones de un estudiante
El
viaje de vuelta a Guatemala me dio la oportunidad de meditar sobre los resultados del
Curso a la luz de mis expectativas personales. Como parte de los estudios de políticas públicas
que estoy concluyendo, había escogido como tema de mi tesis los efectos de la liberalización
financiera en Guatemala. Por eso fue que decidí asistir al Curso. Anteriormente, había leído
unos cuantos trabajos sobre este tema pero eran básicamente en inglés y desde la perspectiva
de las economías desarrolladas, por lo que escuchar directamente de los economistas
latinoamericanos y la lectura de los textos en español fue una experiencia valiosa y
refrescante.
Me di cuenta que la liberalización financiera está en el centro de las reformas
estructurales de los años ochenta (aunque Guatemala sólo adoptó la liberalización financiera
hasta 1989) y que a su vez ésta (la liberalización financiera) no es más que consecuencia
directa de otro fenómeno más amplio llamado la globalización financiera.
Creo que subyacente a las presentaciones que escuchamos estuvo siempre el deseo
de encontrar una estrategia de desarrollo. Preguntarse ¿por qué estamos como estamos?
debería ser suficiente estímulo intelectual para entrar en las dos dimensiones de Ricardo
Martner: el análisis empírico y los contenidos normativos (MARTNER 2000 Pág. 15). Y
efectivamente ahí nos entretuvimos por cuatro semanas, entre el estancamiento de la región
reflejado en los números y los gráficos, y las experiencias prácticas de los países
latinoamericanos (aspecto enfatizado por Juan Cristóbal y que resultó muy provechoso).
Algunos conferencistas fueron muy generosos en compartir sus interrogantes más que
sus conclusiones. Demostraron que han pensado profundamente sobre el tema. Otros se
limitaron al conocimiento. Pero de todos aprendimos, sin lugar a dudas.
Sin embargo, aterrizando en mis propias percepciones, quisiera comentar que
después del Curso estoy más que convencido que la nueva estrategia del desarrollo para
nuestros países pasa por una redefinición de esos tres marcos institucionales que se
entrelazan: el mercado como mecanismo de asignación de recursos, la sociedad civil como
expresión de la voluntad popular y democratizadora y la capacidad de gestión del Estado.
Aún más. Retomando mi interés en la liberalización financiera tuve que arribar al tema
de la importancia del sector financiero y dentro de éste, del ahorro nacional (público y privado).
Y aquí es donde se me ocurre que un paso previo para redefinir el papel de la política
monetaria pro-desarrollo sería la conceptualización del ahorro como un “bien público”.
Es decir, ese ahorro producto del esfuerzo de la actividad productiva de empresarios y
trabajadores no puede desligarse del ámbito público no estatal (que es diferente al ámbito
público y estatal). Porque en definitiva es el resultado del trabajo, de la inventiva, del marco
institucional provisto por el Estado,( y algunos dirían hasta “de la buena suerte….”.) Por ello se
justifica que sea de propiedad privada mas no ajeno al interés público. Así se legitimiza que el
Estado no lo confisque sino que mantenga un papel tutelar sobre el ahorro para protegerlo y
regular a quienes son los depositarios del mismo. Como también es cierto que el ahorro es en
cierta forma un “bien nacional”. Eso explicó mi entusiasmo por la exposición del Profesor
Gunther Held.
No pueden, por tanto, las entidades públicas abstraerse de regular y promover el
ahorro. Junto con la inversión es la clave del crecimiento económico como lo vimos
reiteradamente en el Curso. Especialmente en el caso de Brasil.
Hasta aquí esta pequeña reflexión que quería compartirles, después de haber disfrutado de la
academia, de la experiencia profesional de los compañeros, pero sobre todo de haber sido
parte de esa experiencia única de los humanos y que se llama: AMISTAD. A todos y todas
muchas gracias.
Que tengan muchos éxitos y felices fiestas,
Marco Cajas.
(Guatemala)
3 Dicbre. 2003.
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