Subido por María Agustina Viveros

UNIDAD I-Politica exterior argentina

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POLITICA EXTERIOR ARGENTINA UNIDAD 1
TRATADO DE LIMITES CON CHILE DE 1881
El tratado de límites de 1881 fue firmado en la ciudad de Santiago, Chile, el 29 de julio por Francisco Borja cónsul
general de chile en Buenos Aires y Bernardo Irigoyen ministro de relaciones exteriores de la Argentina representando
a los respectivos países para establecer los límites precisos a lo largo de su frontera común, es así es así que estos países
llegaron a un acuerdo transitorio sobre las tierras y los mares australes. Antes de conocer el contenido del acuerdo
vamos a mencionar los antecedentes del mismo. Entre ellos tenemos al tratado Irigoyen- Barros Arana (haciendo
alusión a los representantes diplomáticos de ambos países), por el se acordó fijar:
Cómo frontera arcifinia: a las más altas cumbres que dividen aguas.
El estrecho de Magallanes pertenecería a Chile hasta punta arenas. Se acordó preservar una situación de estatus quo
incluyendo la costa atlántica y Santa Cruz (hasta que se visibilizar a su dominio efectivo mediante un arbitraje con una
potencia internacional). Chile se arrepintió enormemente de esta decisión.
Este convenio no perduró ya que chile se encontraba en desacuerdo, inclusive impidió la navegación por el río Santa
Cruz. Avellaneda ordenó al general roca ministro de guerra avanzar militarmente hacia Santa Cruz, agudizando las
tensiones, hasta que concluyó abruptamente por temor a un enfrentamiento entre las dos naciones.
Se creía que Argentina Perú y Bolivia eran un bando contra chile y Brasil. Estados Unidos e Inglaterra se mostraron
neutrales a pesar de tener grandes influencias y pretensiones en la región.
Al comenzar las hostilidades en contra Bolivia (ocupación de Antofagasta) y la intervención de Perú en su defensa,
chile detuvo su expansión hacia el Atlántico.
Más tarde Argentina no participó de la guerra del Pacífico por lo que vio las ventajas de esto al anexar toda la
jurisdicción patagónica (Río Negro, Chubut y Santa Cruz en la actualidad) a su territorio.
Chile triunfo en la guerra del Pacífico en 1880 Estados Unidos ayudo diplomáticamente intercediendo entre Buenos
Aires y Santiago en favor a que negociaran un acuerdo de límites que dejara ambas partes satisfechas, así se conoció el
proyecto Osborn (proyecto nombrado así por los generales que lo plantearon), que luego vio la luz al ser consentido
por ambos países abrir las negociaciones con Los embajadores plenipotenciarios respectivamente.
Es así que el acuerdo se compone de siete artículos que definen los límites entre chile y Argentina:
 se definió como límite a la Cordillera de los Andes cómo frontera arcifinia y al sur de la misma, dicha
altura hace referencia a la línea divisoria de aguas, de norte a sur, hasta el paralelo 52 de latitud. (Art. 1 y 2)
 Hace navegable del canal de Beagle
 Chile no podía reclamar ninguna tierra de la Patagonia. Sin embargo considero que las islas del canal de
Beagle: Picton, Lennox y Nueva eran de su jurisdicción.
 La Isla dos estados era para Argentina
 La isla de navarino quedó bajo soberanía chilena
 La Isla de tierra del Fuego se dividiría en dos el Oriente del archipiélago es argentino y la parte occidental
es de Chile.
 Estrecho Magallanes queda neutralizado a perpetuidad y se asegura su libre navegación para toda nación.
 Por medio de un acuerdo internacional la isla de los estados quedaría para Argentina mientras que la isla
navarino quedaría bajo soberanía chilena.
 La isla de tierra del fuego sería dividida en dos partes iguales: Argentina le correspondería el Oriente del
archipiélago y a Chile la parte occidental. Sin embargo esto fue provisional pero siguió existiendo una tensión
menor con Chile ya que con el paso del tiempo siempre judicializaba internacionalmente los reclamos de
límites y tierras con Argentina.
Este tratado se consideró como un triunfo de la diplomacia Argentina cuándo Chile renunció a sus pretensiones sobre
el territorio de la Patagonia aunque Argentina tuvo que abandonar el estrecho de Magallanes.
Ley 1420 ruptura de las relaciones de Argentina con el Vaticano
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Antes de abordar completamente la cuestión de ruptura de relaciones diplomáticas con la iglesia católica, primero
debemos comprender el contexto sociopolítico en el que se encontraba el país a fines del siglo 19. Así con el gobierno
de roca a partir de 1880 se construyó un modelo conservador liberal fuertemente centralizado llevado a cabo por el
liberalismo. En este punto la Iglesia católica como institución desde su establecimiento jugó un papel preponderante
en la educación de la sociedad y los sectores dirigentes.
La llegada de Roca al poder en conjunto con su ministro de educación Eduardo Wilde, supuso la inauguración del
congreso pedagógico de 1884, el cual, en un principio los debates relativos a la faceta confesional no despertaron
grandes disidencias, sin embargo un grupo adherido a la doctrina positivista recordemos la influencia que está corriente
europea tuvo sobre la llamada generación del 80 presentó una moción rechazando la enseñanza del catecismo en las en
la escuela primaria la cual resultó en una votación favorable con su conservante aplicación. En este sentido y bajo el
marco de la ya aprobada ley de educación general de la república por Pizarro, se encuentra la lógica a esta ley marcada
por un distanciamiento progresivo entre el estado y la iglesia, empero en el texto definitivo, no se discutía la enseñanza
católica y otras confesiones pero debían implementar se fuera de las horas de clase.
Entre sus principales efectos podemos destacar tanto la denominada asociación católica fundada por los católicos para
manifestar su malestar en el diario La Unión contra el diario El nacional (Sarmiento); como el discurso del monseñor
Claris quien condenó a la escuela normal por su raigambre educadora protestante. De esta manera para junio se
aprobaría la ley 1420 relativa a la educación obligatoria gratuita y laica, creándose el Consejo General de Educación
que tendría a su cargo la enseñanza en nivel primario y con jurisdicción en el orden nacional.
La situación entre el estado nacional y la iglesia católica continúa agravándose , es así que el antiguo presidente Julio
a Roca no dudo en tomar decisiones severas con el apoyo apostólico, es así que canceló la acreditación diplomática y
expulsó del país de monseñor Materra quién se había opuesto y coordinando la oposición la oposición a tal ley. El
presidente Roca también envió una carta al papa León XIII explicando la situación producida en los asuntos de estado
del representante papal. Esto si bien entorpeció las relaciones, no provoco una ruptura definitiva de lazos con la Santa
Sede, estás quedaron interrumpidas por 16 años hasta el segundo mandato de Roca 1900, en dónde se restauraron.
Finalmente destacar también la existencia de la ley de matrimonio y el despojo de la Iglesia de su facultad de llevar el
Estado civil de la Nación.
CRISIS BARING BROTHERS
A mitad de la presidencia de Juárez Celman, en 1889, comienzan a precipitarse sobre la economía del régimen, ciertos
indicios angustiantes que echaron por tierra el desmesurado optimismo de fines de la década, donde se presentaron
sombríos nubarrones en el campo interno y en la política exterior.
La crisis económica, había sentado profundas raíces y el Estado se había quedado sin recursos para afrontar el pago de
la deuda externa, llegando hasta la extrema situación de imprimir dinero clandestino. Los acontecimientos se
precipitaron cuando el Banco Nacional le comunicó a la Casa Baring Brothers, que no podía hacer frente a sus
obligaciones, por el movimiento especulativo de la Bolsa de Buenos Aires, donde los capitales fueron succionados;
presentándose, en consecuencia, una desaceleración de la economía, producto de la gran astringencia monetaria
sobreviviente, lo que obligó a los bancos a minimizar los créditos, a lo que se agregó la suba del costo de las mercaderías
en relación directamente proporcional a la suba del oro, impactando esto en los salarios de los sectores de escasos
recursos.
La desvalorización del peso, llegó a ser una cruda realidad, elevando el costo de vida; por eso, no tardaron en producirse
huelgas de obreros y artesanos. El avance de la crisis llevó de la mano a que la oposición se abroquelara en una nueva
fuerza política: la Unión Cívica, que anunció su participación en las cercanas elecciones para diputados nacionales por
la capital, a comienzos de 1890; la que luego se abstuvo en los comicios por carecer de los suficientes inscriptos en las
parroquias de la ciudad.
Los grupos patronales, apoyaron al gobierno para luego aumentar los salarios de los trabajadores, concluyendo
abruptamente las huelgas en ese momento. Sin embargo, el clima político comenzó de nuevo a enrarecerse frente a los
desmanejos del gobierno, promoviéndose una situación en que la conmoción llegaría a los límites del abismo.
En abril de 1890, la Unión Cívica organizó un importante mitin en el Frontón Buenos Aires, un gran local en donde
hablarían políticos de envergadura, como del Valle, Alem, Mitre, Estrada, Goyena y jóvenes dirigentes. La vorágine
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de la crisis, estuvo a punto de arrastrar todo a su paso. Se comenzó a tramar una conspiración en la que los cívicos
decidieron tomar las armas para derrocar al gobierno mediante un movimiento revolucionario, con ayuda de algunas
unidades del ejército y el apoyo de la joven oficialidad.
El 26 de julio de 1890, estalló la Revolución del Parque, en donde habían confluido civiles y militares, formándose una
Junta de Guerra, con el General Manuel Campos, Alem, Goyena y del Valle. En Retiro, se congregaron las fuerzas
leales al gobierno, dirigidas por Levalle. Mientras tanto, el Jefe de la Policía, Coronel Capdevila, reunió a sus hombres
para rodear a los sublevados del Parque. El Comando General estuvo a cargo del Vicepresidente Pellegrini, quien no
pudo doblegar desde un comienzo al conato subversivo, frente a la pasividad de las fuerzas de Campos, conformadas
por algunas legiones y regimientos ciudadanos. Al día siguiente, se produjeron algunos combates y se ordenó el cese
del fuego por la Junta de Guerra con el objeto de negociar un armisticio, al momento en que la escuadra se sublevó y
comenzó a bombardear Retiro. El día 28, se realizaron gestiones para imponer el orden y la paz entre los contendientes,
solicitándose la renuncia del Presidente de la Nación, yla amnistía para los militares rebeldes, de parte del mando
revolucionario, pero tanto Roca como Pellegrini, descartaron tal propuesta como parte de la imposición revolucionaria.
A la tarde del mismo día, se reiniciaron las hostilidades por la dificultad de alcanzar un acuerdo perentorio; no obstante,
el día veinte continuaron las deliberaciones y tras extensos debates, los revolucionarios aceptaron deponer las armas
frente a una comisión mediadora, firmando las bases para la capitulación.
Se obtuvo la amnistía para los civiles y militares, pero muchos revolucionarios se mostraron disconformes con la
capitulación, y fueron renuentes a entregar las armas hasta el último instante.
Se puso fin a la Revolución del '90, y Juárez Celman se encontró n1ás solo que nunca, frente al entendimiento manifiesto
entre Pellegrini y Roca. En la sesión de la Legislatura, Pizarro sostuvo que« ¡La Revolución está vencida pero el
gobierno ha muerto!». Tal era el panorama que se vivía en la Capital, en la que reaparecieron las viejas antinomias
entre porteños y provincianos; hasta que el 6 de agosto, el Presidente presentó su renuncia, redactada por su ex candidato
a sucederlo: Ramón J. Cárcano, frente a los inútiles esfuerzos para poder encaminar su gobierno; y aunque conjurada
la revolución, el orden constitucional se encontró profundamente debilitado.
En la jornada siguiente, Pellegrini asumió como nuevo Presidente de la Nación, previa aceptación por la Asamblea
Legislativa de la renuncia presentada por Juárez Celman; y conformó su gabinete con el General Roca en el Ministerio
del Interior; Vicente López en Hacienda; Eduardo Costa en Relaciones Exteriores; Levalle en Guerra; y José María
Gutiérrez en Instrucción Pública.
De ahora en más, el gobierno tendría que hacer frente a la crisis financiera. Se elaboró un plan conocido como
«Pellegrini -López», de saneamiento de la economía y las finanzas, para pagar la deuda externa. Victorino de la Plaza
fue comisionado a Londres, con el propósito de gestionar un crédito que permitiría cancelar los compromisos externos,
para los años próximos.
En ese entonces, la Argentina no alcanzó a cumplir sus pagos con la Casa Baring Brothers, la que clausuró sus puertas
para hacer frente a la quiebra que se avecinaba.
En abril de 1891, aconteció una corrida de pequeños ahorristas, lo que obligó al Banco de la Provincia de Buenos Aires
a ingresar en cesación de pagos; y días posteriores, también al Banco Nacional. Las posibilidades de una intervención
armada por parte de Inglaterra, no fue una situación remota; lo que hubiese implicado la enajenación de la Aduana
Nacional, en la que se obtendrían los recursos para el pago de los intereses y la amortización de la deuda. Cuando la
problemática del caos llegó a ser casi irreversible, se hizo presente una nueva esperanza a partir de las excelentes
cosechas de 1890 y 1891. La balanza comercial fue muy favorable para el país,junto a otras medidas proteccionistas
que López puso en efecto para reducir la llegada del exterior de productos que se hacían en el país; como vinos, cervezas,
azúcar y alcohol.
La creación del Banco Nación y la eliminación de los bancos garantidos que emitían moneda expúrea y clandestina,
fue un avance formidable para el saneamiento de la economía argentina.
Desaconsejando a la Banca Rothschild, los diplomáticos del Foreign Office (Ministerio de Asuntos Exteriores
Británico), propiciaron una mejora en las relaciones con la Argentina, arribándose a un acuerdo en cuanto a que la
Nación ofrecería como garantía su cosecha gruesa para una renegociación de sus compromisos internacionales, con
una quita en el capital de la deuda externa y un pago fijo de 1.560.000 libras esterlinas anuales a los acreedores de los
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préstamos, y 500.000 libras esterlinas a las empresas ferroviarias. De esta forma, se alejó el fantasma de la moratoria;
y la Argentina pudo cancelar sus deudas, mejorando notablemente sus relaciones con Inglaterra, Francia y Alemania;
para después continuar hasta 1930, con su crecimiento casi ininterrumpido.
LA TENSIÓN LIMÍTROFE CON CHILE Y LOS PACTOS DE MAYO (1895-1902)
Algunos Antecedentes
Instrumentos jurídicos anteriores, con los que ambas naciones intentaron zanjar esta cuestión:
- el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación firmado el 30 de agosto de 1855: que tendría un vigencia de doce
años cuyo artículo 39 establecía que ambas partes contratantes reconocen como límites de sus respectivos territorios
los que poseían como tales al tiempo de separarse de la dominación española el año 1810, y convienen en aplazar las
cuestiones que han podido o puedan suscitarse sobre esta materia, para discutirlas después pacífica y amigablemente,
sin recurrir jamás a medidas violentas, y en caso de no arribar a un completo arreglo, someter la decisión al arbitraje
de una nación amiga. De aquí en más, saltando por sobre este articulado, las demandas y pretensiones chilenas irán en
aumento; ya iniciadas en 1843 cuando Chile instaló el fuerte Bulnes en el estrecho de Magallanes, lo que motivó una
reclamación del gobierno argentino.
-En enero de 1878 se ajustó el Tratado Barros Arana - Elizalde que estableció la línea limítrofe ente ambos países
en las más altas cumbres que dividen aguas, con lo que se alejaba la pretensión chilena sobre la Patagonia y el acceso
al Océano Atlántico, aspiración buscada por Chile, para mantener una relación más directa con el mundo occidental
europeo.
Chile se aferrará a la divisoria de aguas y Argentina a las más altas cumbres, la cordillera, al sur del paralelo de 40° se
bifurca y ríos que nacen al este la atraviesan para volcar sus aguas en el Océano Pacifico debido a que la masa
continental sufre una inclinación general en esa dirección. La divisoria de aguas no coincide con las más altas cumbres
principalmente desde Cerro Tronador y lago Nahuel Huapi al sur.
-Bernardo de Irigoyen y Francisco de Borja Echeverria estamparon sus firmas, en julio de 1881, en el Tratado
que pretendió solucionar definitivamente el conflicto limítrofe con el vecino país, (a instancias de Estados Unidos
que había ofrecido su mediación diplomática ante un posible desenlace armado). Sus siete artículos, de ambigua
redacción, no pusieron fin a las divergencias.
- El Tratado de 1881, se reveló ineficaz a la hora de establecer una frontera definitiva entre los dos países; más aún
cuando la Argentina se percató que Chile continuaba ocupando hacia 1889 la puna de Atacama, desde la Guerra del
Pacífico; cuyos derechos fueron receptados por nuestro país a cambio de ceder a Bolivia, la ciudad de Tarija. Mientras
la Argentina seguía al pie de la letra con el límite sobre las más altas cumbres que dividen aguas, Chile optó por el
inexplicable divortia aquarum. La situación se tomó grave y en marzo de 1893, se acordó con el gobierno trasandino
un Protocolo Complementario del Tratado de 1881.
Se decidió que ambas partes propusieran una comisión mixta en 1899, para que se solucionara el problema de la Puna.
La diatriba entre los americanistas y localistas de ambas naciones, fomentó el clima belicista de la época demostrando
que Chile inclinaría la balanza a su favor, ya que su ejército y armada se encontraban pertrechadas en inmejorables
condiciones, con armas muy modernas, gran cantidad de buques y un importante entrenamiento con asesores
extranjeros.
En el transcurso de la Presidencia de José Evaristo Uriburu ( 1895-1898), las ríspidas relaciones con Chile, casi
colapsaron hasta los límites de un conflicto armado. Una vez que los trasandinos ocuparon los territorios de Antofagasta,
en Bolivia; y Tacna y Arica, en el Perú, para la explotación de fertilizantes que se exportaban a los mercados europeos;
el sector expansionista de aquel país comenzó a incitar al gobierno y a la opinión pública para que la Patagonia
Argentina pasase a manos chilenas. La situación parecía propicia para el país andino, porque la Argentina todavía se
encontraba convaleciente por la crisis del '90.
Ambas naciones hicieron gastos en una carrera armamentista que las llevó a aumentar su deuda pública. El
gobierno de Uriburu, comenzó la tarea de mejorar la performance de sus propias fuerzas, con la ampliación de diques
y arsenales, la construcción de varios acorazados en el exterior y la extensión de los ferrocarriles a Neuquén; llegando
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a equilibrar el poder de fuego con el vecino país. De todos modos, la competencia armamentista continuó, adquiriendo
la Argentina tres acorazados de 7000 toneladas: el «San Martín», el «Belgrano» y el «Pueyrredón».
Este fue el más grave problema tanto de política exterior como de finanzas, al que debió hacer frente Julio A. Roca al
llegar a su segunda presidencia, quien concertó con el presidente chileno Federico Errázuriz una entrevista personal en
el Estrecho de Magallanes. En febrero de 1899 en Punta Arenas, ambos presidentes no resolvieron nada, pero se creó
lo que se llamó el espíritu del Estrecho, luego de la reunión que alejaba el fantasma de una guerra inminente. De aquí
surgieron los Pactos de Mayo.
No obstante, en 1901, al asumir Germán Riesco la presidencia en el vecino país por la muerte de Errázuriz, volvió la
carrera armamentista originada por una serie de incidentes fronterizos en el sur, lo que hizo decir a Roca que si estallaba
la guerra ellos se quedarán en cueros y nosotros en paños menores.
El peligro bélico originó gestiones de paz llevadas a cabo por el banquero argentino Ernesto Tornquist, el político
chileno Jorge Huneeus y la diplomacia de Gran Bretaña. Luego de las conversaciones previas se designaron para
concretar las negociaciones a dos nuevos ministros plenipotenciarios; por Argentina, José A. Terry y por Chile José
Francisco Vergara Donoso. Por otro lado, el ministro de relaciones exteriores argentino, Dr. Amancio Alcorta, murió
a comienzos del mes de mayo; antes de su deceso tenía preparadas las instrucciones a las que debía ajustarse Terry,
instrucciones que no fueron modificadas por su sucesor, Joaquín V. González., quien ocupó el nuevo cargo por poco
tiempo.
Una vez Roca en el segundo mandato, propuso a su colega chileno, el Presidente Errázuriz, un encuentro para consolidar
la amistad argentino-chilena. Se trató de un acto de fraternidad y no se firmó ningún tratado al respecto,
intercambiándose los lugares de encuentro, un día fue en el acorazado «O'Higgins», y al día siguiente, la recepción se
hizo en el acorazado «Belgrano».
Fiel a su ejecutividad, Roca acordó con Errázuriz, un poco antes de la Reunión del Estrecho, acelerar los trámites
diplomáticos a los efectos de solucionar definitivamente el trazado de los límites en la Puna de Atacama, tal como se
lo había dispuesto en 1895; nombrándose cinco delegados por país, y proponiéndose el laudo al Ministro
Plenipotenciario Buchanam, de los EE.UU.
Este diplomático fraccionó la Puna en dos partes, lo que llevó a que el conflicto se descomprimiera rápidamente. Este
fallo, fue aprobado por el Congreso de la Nación en mayo de 1899.
El clima de concordia entre las dos naciones, duró hasta mediados de 1901, cuando el expansionismo y el localismo
chilenos nuevamente se opusieron abiertamente al ideario americanista, después de que fuerzas militares chilenas
avanzaban para ganar espacio en los territorios sometidos al arbitraje británico.
La carrera armamentista se recalentó a partir del reclamo argentino y la respuesta sin fundamento del gobierno chileno
de que no se trataba de un avance militar sino del simple tránsito por algunos senderos sin utilidad militar. Chile hizo
caso omiso a la situación de no innovar, de acuerdo con lo firmado en un protocolo anterior, abriéndose de nuevo las
expectativas de un conflicto bélico. Ricchieri, reemplazante del General Campos en el Ministerio de Guerra, puso en
marcha el servicio militar obligatorio en nuestro país, movilizando a las fuerzas armadas en un acto de prevención
frente a las maniobras chilenas.
En diciembre de 1901, se estuvo al borde del desastre, pero la situación estratégica favorecía a la Argentina en esta
oportunidad, por la expansión de los ferrocarriles y una correlación superior en material de guerra y pertrechos.
Los localistas de los dos países, entendieron que la cuestión de límites debería tratarse exclusivamente entre argentinos
y chilenos; de todas maneras, la paz se impuso a partir del fallo del Rey Eduardo VII de Inglaterra, el que no tardaría
en ser aceptado por las dos partes. La actuación diplomática argentina fue equívoca en esta situación, por el conflicto
que aún mantenía con el Reino Unido por la soberanía de los archipiélagos australes. A fines de mayo de 1902, se
finiquitaron en Santiago de Chile, los Pactos que supuestamente ponían fin al equívoco argentino-chileno; no
abrigándose propósitos de avance territorial de aquí en más. Finalmente el Tratado se aprobó por cuarenta y siete votos
a favor y catorce en contra.
Los Pactos de Mayo
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Los instrumentos diplomáticos que integran los Pactos de Mayo son:
A. El Acta Preliminar al Tratado de Arbitraje por la que ambos ministros plenipotenciarios acuerdan
solucionar todos los problemas de modo amistoso;
B. El Tratado General de Arbitraje: a través de sus quince artículos, ambas naciones se obligan a someter
a juicio arbitral todas las controversias que no puedan ser solucionadas mediante negociaciones directas; se
designa como árbitro a Su Majestad Británica que deberá decidir de acuerdo con los principios de Derecho
Internacional y cuya sentencia sería inapelable (salvo algunos casos en que se admitiría recurso de revisión ante
el mismo árbitro), la sentencia deberá decidir definitivamente cada punto en litigio, con expresión de sus
fundamentos.
C. La Convención sobre limitación de armamentos navales: con sus cinco artículos ambas naciones se
comprometen a no aumentar sus armamentos navales por cinco años, a desistir de las naves de guerra que tienen
en construcción, y a disminuir sus escuadras produciendo una discreta equivalencia de fuerzas.
D. Acta sobre demarcación de la frontera. Los diplomáticos, interpretando los tratados y protocolos
anteriormente firmados, acordaron pedir al árbitro la designación de una comisión para fijar en el terreno los
deslindes que determine la sentencia.
Los Pactos fueron rubricados el 28 de mayo de 1902 en la ciudad de Santiago de Chile por Vergara Donoso y
José Terry, firmándose meses más tarde, instrumentos complementarios que aclararon algunos puntos. Uno de
los más conflictivos resultó la obligación de una discreta equivalencia entre las dos escuadras; se estableció entonces
que no era necesaria la enajenación de buques, buscándose por otros medios ese equilibrio a fin de que ambos Gobiernos
conserven las escuadras necesarias, el uno para la defensa natural y el destino permanente de la República de Chile en
el Pacífico y el otro para la defensa natural y el destino permanente de la República Argentina en el Atlántico y Río de
la Plata.
Fue difícil la ratificación de los Pactos en los Congresos de ambas naciones.
En nuestro país, en sesiones secretas, Joaquín V. González, ministro interino de Relaciones Exteriores, debió hablar en
cada una de las Cámaras defendiendo la negociación. Justificó la elección de Inglaterra como árbitro y subrayó el
europeísmo de nuestra población y de nuestra cultura y las diferencias que nos separan de las demás naciones
sudamericanas (aunque más tarde González habría de alinearse en una posición nacional muy distinta de la que sostuvo
en ese momento)
El senador por Jujuy, Domingo T. Pérez fue el único opositor en el Senado, enfatizando que no era válido el argumento
de que Argentina no tenía intereses en el Pacífico.
Las discusiones más ríspidas tuvieron lugar en la Cámara de Diputados de la Nación, donde las voces contrarias más
fuertes fueron las de Adolfo Mujica y Rómulo Naón. Interesa mencionar que se refutó a Joaquín V. González y a
Manuel Quintana sobre la posición de Argentina y su política continental desde la época de la emancipación exponiendo
interesantes ideas que diferencian lo que deben ser, por un lado, las relaciones políticas entre los Estados y por el otro,
los intereses económicos que cada uno defiende.
Otras opiniones favorables a los Pactos fueron las de Carlos Pellegrini, Luis María Drago, Luis V. Varela; se
manifestaron opositores Indalecio Gómez, Victorino de la Plaza, Estanislao Zeballos. Este último, a través de la Revista
de Derecho, Historia y Letras, escribió una serie de artículos que puntualizaban su posición contraria a los Pactos. Esta
Revista se hizo eco de todas las críticas hacia la resolución tomada por el gobierno de Roca.
El laudo arbitral fue firmado por Eduardo VII el 20 de noviembre de 1902. Estaban en litigio 94.000 km2 de
territorios ubicados entre las más altas cumbres (tesis argentina) y la divisoria de las aguas (tesis chilena); el
resultado del fallo otorgó 54.000 km2 para Chile y 40.000 km2 para Argentina. Los dos diarios rectores del
periodismo, La Nación y La Prensa tuvieron posiciones encontradas frente al arbitraje. El primero opinó que el texto
del laudo era sobrio y preciso y que estaba pronunciada la última palabra en la cuestión a la que no cabía agregar ningún
comentario. Por su parte, el diario La Prensa impugnó el laudo de manera terminante.
El Presidente Roca consideró a los Pactos como el hecho de mayor trascendencia de su gobierno. Y en cierto
sentido así fue, pues garantizó por décadas una cordial relación con Chile que permitió centrar la tarea de gobierno en
otros objetivos.
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Dice Ferrari que los Pactos de Mayo se inscriben en dos constantes de la política exterior argentina, que son el
pacifismo y el aislacionismo. A la primera respondía la Convención del desarme naval y el recurso ilimitado al arbitraje,
aún a riesgo de que se tradujera en pérdidas territoriales. La tendencia al aislamiento continental afloraba en la renuncia
a intervenir en las cuestiones del Pacífico.
El entonces Obispo de Cuyo, Monseñor Marcolino Benavente, unido a la feligresía católica de la provincia, había
animado las rogativas que se elevaron pidiendo por la solución pacífica del conflicto; interesó a los poderes oficiales y
a varios particulares para dejar testimonio de la acción de gracias por la solución de paz que se había alcanzado. Esta
se concretó en la estatua del Cristo Redentor que desde entonces se levanta en la frontera argentino-chilena, mirando
hacia el NO, como siguiendo la línea demarcatoria de los límites.
En Buenos Aires, muchos notables percibieron que los pactos no solucionaban las diferencias; si no que por el contrario,
luego de una relativa calma en lo que todo parecía solucionarse, aparecían de repente nuevas pretensiones chilenas, el
recalentamiento de las negociaciones y otra vez una situación arbitral; que como recurso definitivo, era una gran
solución. No obstante, la forma en que la Argentina venía negociando implicaba un estado de decadencia en el rumbo
diplomático a largo plazo. Se conformó una comisión compuesta por Rodríguez Larreta, Roque Sáenz Peña, Indalecio
Gómez, Vicente Fidel López, Lisandro de la Torre y Matías Sánchez Sorondo, quienes se opusieron a los Pactos con
Chile, los que fueron repudiados en un acto público.
Los Pactos de Mayo, fueron analizados en sesiones secretas por el Senado a fines de junio de 1902, en las que algunos
legisladores afirmaron que sus consecuencias acarrearían una paz armada permanente, con la ruina esperando en
potencia y la guerra en el horizonte.
Una vez aprobados los Pactos, quedaron otros pleitos sin resolver, uno de los cuales era la disputa por las altas cumbres
o el divortia aquarum, que fue sometido al fallo de la corona británica. El 20 de noviembre de 1902, se dio a conocer
el laudo arbitral sobre los 94.000 Km en disputa: 54.000 Km fueron para Chile y los restantes 40.000 para Argentina,
lo que representó un claro despojo para nuestro país.
DOCTRINA DRAGO
A comienzos del siglo XX, la República de Venezuela se encontraba fuertemente endeudada con particulares europeos,
no pudiendo cumplir con los compromisos contraídos en aquel entonces, lo que motivó que Gran Bretaña, Alemania e
Italia enviaran sus respectivas escuadras para presionar a aquel país mediante el bombardeo de sus puertos más
importantes, a fin de exigir el cobro de las deudas pendientes.
Cipriano Castro, quien gobernó Venezuela desde 1899 a 1908, tuvo que aceptar las condiciones impuestas por los
europeos, debido al apoyo norteamericano, lo que se tradujo en el inmediato pago de una parte de la deuda. Se
intervinieron las Aduanas de La Guayra y Puerto Cabello, donde se estableció que el 30 % de los ingresos serían
controlados por funcionarios belgas y percibidos por los mismos para saldar los capitales e intereses que hubieran
permanecido impagos.
La noticia de la intervención europea en Venezuela, generó un rechazo generalizado en toda América Latina, y comenzó
a calificarse a la Doctrina Monroe como una ficción. Muchos países de la región, impulsados por la prensa de la época,
llegaron a pergeñar el apotegma de «Sudamérica para los sudamericanos».
La República Argentina, no permaneció indiferente ante estas circunstancias internacionales, protestando el gobierno
del General Roca a través de su Canciller Luis María Drago, quien preparó un documento sobre la situación en
Venezuela en diciembre de 1902, conociéndose más tarde en el Derecho Internacional como la «Doctrina Drago». La
postura de la Cancillería Argentina, constituyó un respaldo a la Doctrina Monroe de 1824, y al mismo tiempo una
crítica demoledora en contra de los países intervencionistas en la región. El mensaje emitido por Drago, implicó los
siguientes fundamentos:
«... Entre los principios fundamentales del Derecho Público Internacional que la humanidad ha consagrado, es uno de
los más preciosos el que determina que todos los Estados, cualquiera que sea la fuerza de que dispongan, son entidades
de derecho, perfectamente iguales entre sí y recíprocamente acreedoras, por ello, a las mismas consideraciones y respeto.
El reconocimiento de la deuda, la liquidación de su importe, pueden y deben ser hechos por la nación, sin menoscabo
de sus derechos primordiales como entidad soberana, pero el cobro compulsivo e inmediato en un momento dado, por
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medio de la fuerza, no traería otra cosa que la ruina de las naciones más débiles y la absorción de su Gobierno con todas
las facultades que le son inherentes por los fuertes de la tierra. Otros son los principios proclamados en este Continente
de América.»
No puede haber expansión territorial europea en América, ni opresión de los pueblos de este Continente, porque una
desgraciada situación financiera pudiese llevar a alguno de ellos a diferir el cumplimiento de sus compromisos.
En una palabra (continúa Drago), el principio que quisiera ver reconocido, es el de que la deuda pública no puede dar
lugar a la intervención armada, ni menos a la ocupación material del suelo de las naciones americanas por una potencia
europea.
Drago demostró a través de su escrito, el respaldo explícito a la Doctrina Monroe; a la vez que denotó su preocupación
por el uso de la fuerza: la ocupación de un territorio. Los preceptos de Drago golpearon duramente a la Administración
de Theodore Roosevelt, a comienzos del siglo XX, con su política del Big Stick, su corolario a la Doctrina Monroe y
la búsqueda de un nuevo Destino Manifiesto, mostrando el nuevo perfil expansionista de su política internacional en la
búsqueda de nuevos mercados, la conformación de una fuerte talasocracia para el dominio del Atlántico y el Mar Caribe
como «mare nostrum».
Como el apoyo de los EE.UU. fue demasiado explícito hacia la intervención de las naciones europeas, presentándose
una visible contradicción con la Doctrina Monroe, el Secretario de Estado norteamericano John Hay, salió al cruce
sobre la incómoda situación en la que se hallaba Norteamérica, y parafraseando al Presidente Roosevelt en cuanto a lo
que éste manifestó en el Congreso, en diciembre de 1901, de que «no garantizamos a ningún estado contra la represión
que pueda acarrearle su inconducta, con tal que esa represión no asuma la forma de adquisición de territorio por ningún
poder no americano.»
El Presidente de los Estados Unidos sostuvo un año después que «Ninguna nación independiente de América debe
abrigar el más mínimo temor de una agresión de parte de los Estados Unidos. Corresponde que cada una de ellas
mantenga el orden dentro de sus fronteras, y cumpla sus justas obligaciones con los extranjeros. Hecho esto, pueden
descansar en la seguridad de que, fuertes o débiles, nada tienen que temer de intervenciones externas.»
Roosevelt vería con muy buen agrado que los conflictos diplomáticos entre las naciones del continente pudieran
resolverse en el marco del Derecho Internacional, invocando la participación de un Tribunal de Árbitros para dirimir
los conflictos con las garantías de una justicia imparcial en los fallos que se dictaren. Propiciaba el intervencionismo
unilateral de los EE.UU., disimulado con un ropaje panamericano diferente al propiciado por Drago, de rango más
amplio y con un fuerte contenido axiológico.
El corolario Roosevelt, basado en el rechazo a las relaciones multilaterales, agravó la xenofobia en el clima político
de América Latina rechazó la usurpación por algunas naciones de Europa del patrimonio de Venezuela; y también
rebatió la ideología expansiva de la diplomacia norteamericana, que por un lado intervenía directamente en América
Central, diferente en Sudamérica, referida a ejercer la diplomacia del control.
Si bien EE.UU. aceptó la no-intervención extracontinental por problemas financieros con América Latina, de manera
parcial con la Doctrina Drago, se reservó para sí el derecho a su propia intervención para el cobro de la deuda pública
con las naciones declaradas insolventes, aun cuando sostuvo que la Convención de La Haya determinaría la solución a
los litigios internacionales, excepto los acuerdos particulares entre las partes.
URUGUAY Y LA LÍNEA MEDIA DEL Río DE LA PLATA
A comienzos del siglo XX, una corriente ideológica del localismo uruguayo comenzó a solicitar que la Isla Martín
García, dejara de estar bajo soberanía argentina y fuera «devuelta» a la República del Paraguay. El fundamento que se
alentaba giraba en tomo a que esta isla estaba más cerca de la costa oriental que de la occidental.
La política exterior brasileña, salió en apoyo de esta tesis jurisdiccional; negando el Canciller Argentino Zeballos, que
el Río de la Plata fuese argentino en su totalidad, y afirmando que el canal balizado para el tránsito marítimo era de
propiedad común entre Argentina y Uruguay; demostrando, asimismo, que la pretensión uruguaya representaba una
visión unilateral del problema; el que impediría a nuestro país la defensa de las aguas territoriales adyacentes al puerto
de Buenos Aires.
8
POLITICA EXTERIOR ARGENTINA UNIDAD 1
Luego de una serie de incidentes menores en el río platense, el Presidente Figueroa Alcorta le solicitó la renuncia a
Zeballos; y en su reemplazo designó al Dr. Victorino de la Plaza, el cual no pudo arribar a una definitiva solución en
el diferendo, dado que los problemas en el canal de navegación se producían periódicamente.
Hubo sugerencias internacionales para someter el conflicto al arbitraje de una tercera potencia, fue rechazada por ambas
partes, porque el fallo que pudiera emitirse por el laudo arbitral, podía ser muy distinto al que pretendían ambas naciones.
Por ser el estuario de un río, según el Derecho Internacional de los mares libres, le corresponderían a cada una de las
partes, cinco millas a partir de la costa.
Recién en 1909, se dieron los primeros escarceos para arribar a una solución, cuando la elección de Roque Sáenz Peña
como presidente argentino estuvo asegurada; brindando el candidato presidencial la seguridad para un acuerdo con el
Uruguay, firmándose un protocolo bilateral en enero de 1910.
No hubo trazado de límites, dejándose que la solución se fuera avizorando con el transcurrir del tiempo. Mientras tanto,
cualquier conflicto que surgiera se resolvería por la buena predisposición de las partes.
Esta consideración de ambos lados, dejó abierta la posibilidad para un casus belli de mayores proporciones; lo que llegó
a ser realidad en la década de los '70 del siglo pasado, después de un episodio de violencia en el Río de la Plata, en el
que el fantasma de la guerra puso al borde del abismo a los dos países.
ABC (Argentina-Brasil-Chile)
Una guerra civil en México entre el presidente Gral. Huertas y el partido constitucional al que respondía el Gral.
Carranza llevo a EEUU (W.Wilson) a qué interviniera comunicando que se veían obligados a intervenir para salvar la
democracia de ese país.el gobierno argentino precedido por Sáenz Peña contesto que no podía manifestar su
conformidad porque su política era opuesta a la injerencia en los asuntos internos de otros Estados. No obstante esto,
una escuadra americano atacó Veracruz y ocupó con fuerzas de desembarco esa costa.
El ataque extranjero redundo en beneficio de Huerta y la opinión mundial reclamo por el atropello americano para
decirles que no era la manera de salvar la democracia, en este sentido la democracia argentina encabezaba el petitorio.
El ministro Muratore invitó a los gobiernos de Brasil y Chile a qué mediaran en el conflicto.
En Niagara Falls se reunieron los delegados el ABC (se llamó así a la acción conjunta entre Argentina, Brasil y Chile)
con los representantes de EEUU y los de ambos bandos mexicanos en busca de la paz. El general Huerta que había
querido llevar la agresión al Tribunal Internacional de la Haya, fue convencido de que América Latina sería mejor juez.
Los delegados del ABC una vez abierta la conferencia reconocieron al caudillo revolucionario Carranza como jefe de
México, esto motivó el retiro de las fuerzas de Veracruz por parte de EEUU.
El tratado del ABC fue firmado en Bs.As. Por el brasileño Miuller y Barceló Lira de Chile considerado un tratado de
pacificación.
Al año siguiente el congreso argentino debía aprobar el tratado pero no fue ratificado por el congreso ni tampoco por
Chile y Brasil, pero ya había cumplido la finalidad que le dio nacimiento (que se retire EEUU de Veracruz).
Para Irigoyen el pacto del ABC no era garantía ni de justicia ni de paz por qué eso coloca a las tres naciones en un
plano superior a las demás. Sostenía que ningún pueblo se considera menos que otro y establecer diferencias es ofender.
Para Irigoyen ese pensamiento era una expresión de alguien (EEUU) que nos quería dividir.
El ABC, tuvo dos momentos en su evolución. La primera parte, con el fin de la República Conservadora; y un segundo
momento, con el advenimiento de los radicales al poder y la República Demo-Liberal, que alcanzaría su cenit con el
gobierno de Hipólito Yrigoyen.
Con la Generación del '80, apareció sin lugar a dudas el despegue durante 50 años de una economía agroexportadora
adaptada a los cánones del liberalismo en una sociedad que comenzó a tener movilidad social con la llegada de los
elementos inmigrantes, pero con una tradición política conservadora y autoritaria, que luego tuvo que adaptarse al juego
bipartidista de la etapa demoliberal desde 1916 a 1930. Sin embargo, se puede decir que fue el único grupo de poder
que tuvo un proyecto de Estado y conducción en las relaciones internacionales de la época, llegando la República
Argentina a detentar el sexto o séptimo lugar entre las naciones del orbe.
La influencia del Positivismo en las elites gobernantes e intelectuales, tuvo su sesgo particular que propició la mirada
hacia Europa y otros países desarrollados; no obstante, el pensamiento de Alberdi y Sarmiento no pudo modelarse en
su totalidad por la evolución misma de la División Mundial del Trabajo, quedando el país sujeto a los vaivenes propios
de la economía internacional..
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POLITICA EXTERIOR ARGENTINA UNIDAD 1
Hacia 1913, la mayoría de las inversiones extranjeras. Provenían de capitales privados; y después de la Gran Guerra,
se produjo una suba de los productos de exportación, al nivel de una bonanza sin precedentes; a lo que algún
historiógrafo catalogó como da Era de la Argentina opulenta.
Al calor de la época, se formó una industria nacional incipiente, como producto de la cesación abrupta de las
manufacturas provenientes de Europa. Por un lado, se mantuvieron estables las exportaciones a Inglaterra hasta 1930;
pero por otro, no se pudo acceder a nuevos mercados crecientes y estables en los Estados Unidos.
Los embates de la época, el crack de Wall Street y la crisis del modelo agroexportador, abonaron el camino definitivo
hacia un nuevo enfoque del mercado interno a través de la industrialización por la sustitución de importaciones y el
establecimiento por más de medio siglo del Estado de Bienestar, que reemplazó al arcaico estado gendarme.
Porque Argentina fue neutral en la 1era GM
La 1Gm se desarrolla en Europa entre 1914 y 1918. No solo involucró a aquellos países que formaron parte del conflicto,
sino que además obligó al resto de las naciones a tomar partido. En Argentina el inicio de la guerra coincidió con el
año en que murió el presidente Roque Sáenz Peña. Su sucesor el vicepresidente Victorino de la Plaza mantuvo la
neutralidad. Cuando dos años después fue elegido presidente Hipólito Irigoyen Alemania había comenzado la guerra
submarina que provocó el ingreso de EE UU al conflicto.
El nuevo presidente Hipólito Irigoyen, soporto fuerte presiones internas para mantener la neutralidad, ambas cámaras
(senadores y diputados) se expidieron a favor de la ruptura con los imperios centrales. A esto hubo que sumarle por
otra parte la presión de los gobiernos aliados de GB y Francia, junto con el norteamericano para que ingresará al
conflicto.
En 1917 dos buques argentinos fueron hundidos por fuerzas alemanas, motivo por el cual el gobierno argentino expresó
formalmente sus protestas por el hundimiento del buque monte protegido y Foro que transportaban lanas, carnes, grasas
y cueros.
A pesar de este suceso, el presidente Hipólito Irigoyen sostuvo que el país debía mantenerse al margen del conflicto
que involucra a las principales potencias.
La neutralidad Argentina estuvo relacionada con el hecho de que no era percibida como una amenaza para los intereses
británicos, aunque si para los norteamericanos. De acuerdo con esta línea de razonamiento los gobiernos aliados
europeos procuraron que la Argentina les proveyese sus productos primarios para los cuál la neutralidad resultaba
necesaria, aparte desde la óptica norteamericana si Argentina entraba en la guerra, estás circunstancia obligaría a una
modificación de su economía que permitiría un aumento de la injerencia norteamericana en el mercado argentino a
través de créditos, armamentos, barcos y empréstitos, abonando el terreno para que una vez finalizada la guerra el
capital yanqui logrará desplazar al británico en Argentina.
En cambio los intereses británicos se ubicaron en el polo opuesto al de los norteamericanos, ya que el capital británico
había logrado crear un aparato de dominio en el mercado argentino (casa comercial, bancos, inversiones, ferrocarriles,
frigoríficos, etc.), Por lo tanto si argentina entraba en el conflicto la estabilidad de ese aparato del poder británico podía
venirse abajo.
Otras causas de la neutralidad:
1) la dependencia de la economía argentina del comercio exterior que la obligaba a no descartar a ningún probable
socio comercial.
2) el control por parte de Alemania de importantes sectores de exportación (en el caso argentino el comercio de granos).
El cual no podía ser eliminado sin afectar el comercio exterior de nuestro país.
3) la existencia de una mayor simpática hacia Alemania que hacía EEUU, por factores económicos (Argentina era
perjudicada por el proteccionismo americano) y políticos (por la resistencia al panamericanismo estadounidense)
4) en el aspecto militar el ejército argentino se había formado y se entrenaba bajo el modelo del ejército alemán, este
hecho llevaba a qué la mayoría de la oficialidad argentina no deseara la beligerancia con Alemania.
LA POLITICA EXTERIOR ARGENTINA DEL RADICALISMO EN EL PODER
LA NEUTRALIDAD BENEVOLA
En 1916 la Unión Cívica Radical triunfó sobre los Conservadores-Liberales, en base a la Ley Sáenz Peña de Sufragio
Universal, Secreto y Obligatorio basado en el Padrón Militar. Una vez asumido el presidente Yrigoyen no hubo una
ruptura con las orientaciones básicas de la política exterior argentina.
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POLITICA EXTERIOR ARGENTINA UNIDAD 1
Es una etapa de dependencia con Inglaterra en la búsqueda de algunos “atisbos autonomistas”, lo cual se intentó de
superar la fuerte vinculación con la esfera de influencia británica y las pretensiones hegemónicas derivadas de las
políticas llevadas a cabo por Estados Unidos.
En las primeras presidencias hay estrechas relaciones con las naciones vecinas. Hay una postura neutral ante la Primera
Guerra Mundial. La neutralidad respondió al idealismo Krausista al que adhería el presidente, de las búsquedas de
relaciones armónicas entre las naciones y no de conflicto.
Hubo una guerra submarina irrestricta declarada por Alemania contra los países de la triple Entente, y fueron hundidos
buques argentinos con provisiones hacia Inglaterra. Las naves fueron el “Monte Protegido”, el Toro y otros; pero no se
rompieron las RRII con Alemania a pesar de la diatriba en el Senado llevada a cabo por el dirigente de la oposición
Joaquín V. González, quien pidió la ruptura contra Alemana y el Impero Austro-Húngaro.
Para Yrigoyen había que buscar un pensamiento común en Hispanoamérica, que propenda hacia la paz y en eso había
una sintonía con la ley Estrada de México sobre la autodeterminación de los pueblos y la no injerencia en los asuntos
internos de otros países.
En cuanto al proyecto de la Liga de Naciones la Argentina aceptó la invitación a participar, y al reconocimiento de los
principios universales de la Liga, y la igualdad de todos los Estados soberanos para ser admitidos en la misma. Sin
embargo, cuando las potencias vencedoras rechazaron la participación de las naciones vencidas, el presidente invocó
la ética de las convicciones y ordenó al canciller Pueyrredón que informara a la Asamblea el retiro de la Argentina.
Fundamento: La Sociedad de Naciones se declaraba universal pero no incluiría a los países que habían perdido la guerra.
Alvear embajador en Francia no estuvo de acuerdo con la decisión de Yrigoyen.
La guerra trajo aparejada otras consecuencias en el ámbito económico. La suspensión del envío de manufacturas por
Gran Bretaña tuvo como efecto la falta de las mismas en el mercado interno, las cuales eran productos y repuestos para
los ferrocarriles, tranvías y maquinaria en general.
Ante este escenario nuestro país comenzó a tener una mayor vinculación comercial con Estados Unidos que reemplazó
a Europa en el rol de abastecedor de manufacturas.
Esta situación que fue espontánea en un principio, hizo que el gobierno alentara un proceso de sustitución de
importaciones que fue el motor para el desarrollo de una incipiente industria nacional.
En 1922, Yrigoyen creó la Dirección de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, porque la Argentina importaba productos
estratégicos como petróleo y carbón, los cuales eran insuficientes para el mercado interno.
Sin embargo, los radicales reconocieron que la vinculación con Inglaterra y Europa era “beneficiosa” para la Argentina,
sobre todo por el tema de los transportes.
Tampoco a Gran Bretaña le interesaba que Argentina participara abiertamente en la Guerra, porque temían que sus
provisiones de materia prima corrieran el riesgo de verse interrumpidas por el conflicto. Esta tensión con los Estados
Unidos, generó dos bandos: los rupturistas y los neutrales.
La inserción periférica de Argentina con respecto a Europa, la llevaron a crecer económica y geopolíticamente en el
continente americano. En esta etapa Argentina se regía por un proyecto de política exterior que encajaba perfectamente
en el contexto decimonónico pero que se encontraba desfasado por importantes cambios seculares. La posición de
nuestro país durante la Primera Guerra Mundial da cuenta de ello.
Así Yrigoyen mantuvo su postura de no involucrarse en las luchas de las potencias en función de resguardar los intereses
argentinos desde el punto de vista comercial en donde las exportaciones constituían una cuestión capital que había que
defender. En este contexto se enmarcó, también, el impulso que desde el gobierno se le otorgó a la nacionalización de
los recursos petroleros. Estos móviles económicos estuvieron acompañados por una fuerte convicción principista que
delimitó los pasos a seguir en materia de política exterior durante su primera gestión gubernamental.
Luego del primer mandato de Yrigoyen, la Convención Radical designó a Marcelo Torcuato de Alvear como candidato
a presidente de la nación para el período 1922-1928.
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POLITICA EXTERIOR ARGENTINA UNIDAD 1
Alvear siguió en materia de política exterior una mirada más pragmática que Yrigoyen, es decir, que le interesaba el
prestigio económico y cultural que había ganado la Argentina en el mundo, mucho más, que el principismo ético de
Yrigoyen; este pragmatismo lo llevó a reincorporarse a la Liga de Naciones, invocando que la misma tenía que tener
principios democráticos más firmes, buscando la igualdad política y jurídica entre los Estados.
Hubo diferendos entre Argentina con Chile y Brasil por la carrera armamentística con estas naciones en la conferencia
Panamericana de Santiago de Chile.
En la Conferencia Panamericana de 1928, hubo un enfrentamiento diplomático entre Argentina y los Estados Unidos,
Pueyrredón que en estos momentos pasó a ser embajador de los Estados Unidos, cuestionó la aplicación de la Doctrina
Monroe, que justificó la invasión a Nicaragua por el país del norte.
En las relaciones internacionales económicas Alvear, puso aranceles para proteger la producción nacional de textiles
de 1922-1924. Sin embargo el bilateralismo con Inglaterra dio lugar a un proceso de triangulación por el cual Argentina
era acreedora de Inglaterra y deudora de los Estados Unidos de Norteamérica.
1922-1928: los desajustes en el triángulo, entre el bilateralismo profundizado y la diversificación comercial: la
presidencia de Marcelo T. de Alvear. Finalizando el periodo presidencial de Hipólito Yrigoyen, la UCR proclamó la
fórmula Marcelo T. de Alvear - Elpidio González, la cual finalmente obtuvo el triunfo en los comicios electorales, al
obtener más de 450.000 votos.
De esta manera Alvear inicia el segundo gobierno radical durante el cual dicho partido sufrirá una fragmentación en
dos grandes grupos: los personalistas por un lado y los antipersonalistas por el otro. Los primeros seguidores de
Yrigoyen, y los últimos un grupo heterogéneo identificado con la figura de Alvear. Esta división hacia las filas del
Partido Radical, tendencia marcada fundamentalmente por los estilos distintos de ambos líderes, debilitó en gran
medida al gobierno, principalmente porque los yrigoyenistas conformaron la mayoría en la Cámara de Diputados.
Respecto a los temas que preponderaron en su política exterior, según Simonoff, podríamos referirnos principalmente
a cinco aspectos: la cuestión del prestigio, las relaciones económicas internacionales, la relación con América, la
situación en la Liga de las Naciones y finalmente las relaciones con Gran Bretaña.
Siguiendo el análisis del autor, la cuestión del prestigio fue el eje que enmarcó la totalidad de su política y fue en un
aspecto el lugar donde se evidenció una profunda diferencia con el gobierno de Yrigoyen. Esta cuestión fue una
constante a lo largo de toda la presidencia de Alvear, y en el marco de la misma las relaciones con el mundo eran
concebidas como el producto del crecimiento económico y cultural de la República, pero también de su hospitalidad.
Esta cuestión es una constante a lo largo de toda la presidencia de Alvear, y en el marco de la misma las relaciones con
el mundo son concebidas como el producto del crecimiento económico y cultural de la república, pero también de su
hospitalidad.
Tal vez, esta característica respecto a la manera de ver las cosas que presentaba Alvear fue producto del tiempo que
había vivido fuera del país, como embajador argentino en París o como representante argentino en la Liga de las
Naciones, y de las influencias que durante ese tiempo pudo haber recibido. Alvear, incluso residía en Europa al
momento de ser electo Presidente, desde donde tuvo que volver para asumir la presidencia de la Nación. Esta visión
del mundo significó para el Presidente, pensar tanto la política interna como la política externa de nuestro país,
intentando en ciertos casos replicar perfiles de política europea.
Durante este período también, existen dos momentos que vale la pena destacar respecto de la cuestión del
relacionamiento con los países de Latinoamérica.
Estos son las dos conferencias panamericanas que se sucedieron: la primera tuvo lugar en Santiago de Chile y la última
en La Habana.
El caso de Santiago (1923), a la que asistió el ministro de Relaciones Exteriores argentino, Ángel Gallardo, casi llega
al fracaso debido fundamentalmente a los conflictos que había con Brasil y con Chile por la carrera armamentística. En
este caso en el gobierno argentino primó el criterio de armonizar políticas, siendo esta una decisión donde se percibe
una diferencia con el enfoque sostenido por los radicales durante la etapa previa, cuando se reclamaba una política de
equilibrio de poder. En este caso, se privilegió avanzar con el entendimiento entre la Argentina, Brasil y Chile y
parcializar la posibilidad de conflicto con ambos países.
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POLITICA EXTERIOR ARGENTINA UNIDAD 1
En la Conferencia Panamericana de 1928, hubo un enfrentamiento diplomático entre Argentina y los Estados Unidos,
Pueyrredón que en estos momentos pasó a ser embajador de los Estados Unidos, cuestionó la aplicación de la Doctrina
Monroe, que justificó la invasión a Nicaragua por el país del norte.
En las relaciones internacionales económicas Alvear, puso aranceles para proteger la producción nacional de textiles
de 1922-1924. Sin embargo el bilateralismo con Inglaterra dio lugar a un proceso de triangulación por el cual Argentina
era acreedora de Inglaterra y deudora de los Estados Unidos de Norteamérica.
Este dato es importante para entender los lineamientos que se fueron gestando en el plano económico los cuales
atendieron o trataron de responder a la lógica tradicional de relacionamiento bilateral con Gran Bretaña. Pero el mundo
de posguerra mostraría que los mercados deberían diversificarse si queríamos continuar en una posición importante en
el escenario internacional. Es por esto, que el gobierno radical de Alvear necesitó mirar hacia el continente americano,
el cual le traería de por sí dos ventajas: América Latina como nuevo mercado de ventas y Estados Unidos como fuente
proveedora de inversiones
A nivel interno, sin embargo se producía una contradicción: los principales frigoríficos (en manos extranjeras)
presionaban para que se mantenga una venta segura de carne enfriada hacia el gobierno británico pero esto no era
compatible con las afinidades políticas. La oligarquía
argentina era adepta a los lineamientos del Partido
Conservador británico, pero como éste tenía una campaña
de protección de la producción interna y del Imperio, se
hacía más conveniente a nivel económico las negociaciones
con el Partido Laborista y los industriales con intereses
internacionales, ya que para ellos la carne enfriada era la
base de alimento de la clase obrera que sustentaba su poder.
Se produce así lo que se ha denominado como
“triangulación”: una forma de relacionamiento entre
Gran Bretaña, Argentina y Estados Unidos, que incluía
varios aspectos como el comercial, de transacciones de
capital y naviero. Se puede entender esta situación como la suma de flujos unilaterales dentro del mismo triángulo. Así
es que las ventas de materias primas hacia Gran Bretaña, producían un cierto superávit que le permitía a la Argentina
comprar manufacturas (principalmente de origen industrial y utilizado en la esfera agro-ganadera) a Estados Unidos.
Otro de los flujos era el que provenía de las inversiones, cada vez más crecientes, de Estados Unidos hacia nuestro país.
La expansión económica de Estados Unidos en la década de 1920 se manifestó en primer lugar en un fuerte impulso
exportador de automóviles, camiones y neumáticos –para los que la Argentina se convirtió en uno de sus principales
clientes-, fonógrafos y radios, maquinaria agrícola y maquinaria industrial.
Para asegurar su presencia en un mercado tentador, y saltar por sobre eventuales barreras arancelarias, las grandes
empresas industriales -General Motors, General Electric, Colgate, entre otras- realizaron aquí inversiones significativas,
que al principio se destinaron sólo a armar localmente las piezas importadas. También avanzaron sobre las empresas
de servicios públicos -electricidad y tranvías- como propietarias y como proveedoras, en particular de los Ferrocarriles
del Estado, los únicos que por entonces crecieron.
Si bien los niveles de inversiones británicas habían disminuido, no podían competir en modo alguno con el crecimiento
del 25% que demostraban tener las norteamericanas y principalmente en áreas afines como ser los bonos públicos y las
áreas de servicios y agroindustria. Gran Bretaña sufría una crisis en su balanza de pagos y eso le permitía a Estados
Unidos exportar capital, encubriendo los desajustes producidos. La vieja relación “especial” con Gran Bretaña se
sostenía sobre bases mínimas: las compras británicas de cereales y carne, que pagaban con los beneficios obtenidos por
la venta de material ferroviario, carbón, textiles, y con las ganancias que daban los ferrocarriles y otras empresas de
servicios. Sus insuficiencias eran cada vez más evidentes.
Durante el gobierno de Alvear de esta manera, se tomaron medidas proteccionistas por la crisis de 1922-1924 creando
aranceles y restricciones principalmente en los sectores textil y metalúrgico. A partir del año 1924, con un escenario
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POLITICA EXTERIOR ARGENTINA UNIDAD 1
mundial más estable Los buques que Gran Bretaña recibía de nuestro país llegaban cargados de materias primas y
volvían con desechos ferroviarios y de la reconstrucción de su país; a su vez, los que venían cargados a la Argentina de
manufacturas estadounidenses, volvían vacíos ya que no vendíamos nuestros productos al país del norte. Este triángulo,
se vería posteriormente desfavorecido en el período de entre guerras por la escasez de buques, generando así una falta
de abastecimiento.
El no haber percibido el debilitamiento de la potencia británica y el inminente auge de Estados Unidos como
hegemónico a nivel internacional, jugó para Argentina un papel más que importante. Esto produjo como era de
esperarse, que los cambios a nivel interno se sintieran con mayor gravedad y no pudiéramos sostener un modelo
económico duradero.
1928-1930 Segunda Presidencia de Yrigoyen: los primeros “atisbos autonomistas”.
Con el radicalismo dividido entre personalistas y antipersonalistas en la época de Alvear, quedó demostrado que esta
fractura impactaría y condicionaría el segundo mandato de Yrigoyen. La Argentina opulenta de Alvear había terminado,
se concretó el Acuerdo D’ Abernon con Inglaterra donde la Argentina seguía adscripta a la esfera británica. “Comprar
a quien nos compra” era el lema que se aceptaba conceptualmente dentro del radicalismo, pero era el lema de la
Sociedad Rural Argentina.
Pero las condiciones internacionales no eran las mismas cuando Yrigoyen asumió en 1916.
Yrigoyen a partir de este segundo gobierno tuvo un acercamiento con los sectores medios urbanos y rurales, en contra
de los alvearistas, quienes tenían muy buenas relaciones con los sectores oligárquicos.
El mundo eurocéntrico, de antes de la guerra había dejado de existir, pero la clase política argentina parecía no haberse
dado cuenta que la potencia dominante en el mundo de ahora en más, eran los Estados Unidos.
No obstante el presidente argentino, se opuso al liderazgo regional de la potencia del norte, y más aún cuando Estados
Unidos se transformó en la acreedora de todo el mundo, por los préstamos otorgados después del conflicto mundial.
El Acuerdo D’ Abernon implicaba parecerse a un trueque con Gran Bretaña en donde se compensarían las exportaciones
agropecuarias con la importación de materiales ferroviarios. Sin embargo, para algunos relacionistas internacionales,
Yrigoyen buscó un tipo de relacionamiento multipolar que superara el triángulo económico y financiero entre los tres
países, algo que después Perón tomará esta forma de relacionamiento internacional.
Una de las políticas que sobresale en este período es el tema de la nacionalización del Petróleo por parte del presidente,
ya que el carbón estaba pasando a un segundo plano, pero la idea de Mosconi, era la de un sistema mixto entre lo
privado y lo estatal.
Esto trajo aparejado un conflicto con la Standard Oil Company de Estados Unidos, quienes tenían concesiones en el
Norte del país, con especial referencia a la Provincia de Salta. Para Yrigoyen el subsuelo era pertenencia de la Nación,
sin embargo, para algunas provincias el subsuelo era perteneciente a las mismas.
Esta puja estratégica por la energía fue la que empujó al golpe de Estado en contra de Yrigoyen.
Empero, el petróleo representaba un bien estratégico para la defensa nacional, e YPF intentaba mantener bajo los
precios en contra de los monopolios extranjeros Royal Ducht Shell y la Standard Oil Company.
La crisis mundial económica y financiera de 1929, puso en jaque al liberalismo librecambista ejercido hasta ese
entonces. El golpe contra Yrigoyen de la corporación militar, tenía un fuerte olor a Petróleo. Yrigoyen tenía mayoría
en la cámara de diputados, pero no así en la cámara alta.
El partido militar ingresó a tener preponderancia en la política argentina hasta 1983, ya sea participando del poder
o entre bambalinas observando como gobernaban los civiles.
La crisis mundial de 1929 dislocó el sistema triangular vigente hasta ese entonces, por negociaciones bilaterales que se
profundizarán a partir de una nueva política exterior argentina.
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POLITICA EXTERIOR ARGENTINA UNIDAD 1
El efecto dominó de la crisis, pasó de Estados Unidos a Europa para luego impactar en el resto del continente americano.
Era el fin de la división mundial del trabajo y de la modalidad librecambista. Todos los países a partir de ahora se
transformarán en proteccionistas, a los efectos de proteger su mercado interno y la producción de manufacturas
nacionales.
Es el momento de consolidación del Sistema ISI, industrialización por sustitución de importaciones.
También Yrigoyen tenía su pensamiento estratégico vinculado con la salida al Pacífico a través del ramal C 14, con la
República de Chile, desde la Provincia de Salta, hasta el puerto de Antofagasta, a los efectos de evitar el encarecimiento
de la producción del noroeste, en cuanto al desemboque de sus productos por el puerto de Buenos Aires. Esta obra de
infraestructura se inició con su mandato, a cargo del ingeniero Maury de los Estados Unidos, obra que recién se
inauguró durante el mandato de Perón.
El siglo XX fue el de los derechos políticos, las potencias occidentales, Francia, Inglaterra, Estados Unidos, se
consideran, a partir de los tratados de paz de 1918-1919, custodios de una concepción de sociedad política cuya
soberanía está radicada en el pueblo.
Elecciones que permitan la alternancia en el ejercicio del poder, prensa libre, libertad de religión y pensamiento,
igualdad ante la ley, pluralismo político, sindicatos como sistema de organización del proletariado, derecho a circular
libremente por el territorio del país o por el extranjero, por encima de todo, la ausencia del terror son algunos de los
parámetros que definen la concepción de la democracia en el siglo XX.
De todas maneras, la mayoría de estos preceptos quedaron en agua de borrajas, cuando Uriburu dio el golpe de Estado
del 6 de Septiembre de 1930.
En todos los órdenes, en el político, militar o económico, la Primera Guerra Mundial deja como herencia la pérdida de
hegemonía del continente europeo al tiempo que se consolidad su categoría de grandes potencias Estados Unidos y
Japón, y así comprobamos como la flota inglesa comparte su función de custodia de los mares con marinas que navegan
bajo otros pabellones, los capitales inversores corresponden a firmas norteamericanas y el centro mundial de las
finanzas se traslada de Londres a Nueva York.
Los Estados Unidos se convierten en banqueros del mundo. A pesar de la pérdida de hegemonía de Europa, los años
veinte son, en conjunto, de expansión para la economía mundial. No obstante, en esta fase de crecimiento subsisten
algunas debilidades como ser:
El paro, barreras aduaneras, descensos de los precios agrícolas, inflación. El Tratado de Versalles impuso que Alemania,
responsable del conflicto, debe reparar todas las pérdidas y daños ocasionados.
Durante cuatro años la economía mundial vive en un ambiente de optimismo, apoyado sobre dos procesos que no
podían mantenerse de manera indefinida: la superproducción y la especulación.
La superproducción se considera unánimemente como la causante de la depresión que se inicia en el año 29. Durante
la guerra mundial los países de ultramar habían desarrollado ciertos sectores industriales con el fin de suplir las
exportaciones europeas, este es el caso de Argentina.
Terminada la contienda, la producción industrial europea y la extraeuropea se suman, sin que paralelamente aumente
el consumo; este estado de sobreproducción general provocó un aumento continuo de los stocks.
Con la crisis mundial se produce la caída ruinosa de los commodities, en nuestro caso el derrumbe de los precios
agrícola-ganaderos. En el futuro la Argentina deberá renegociar sus exportaciones con Gran Bretaña.
Se trató de una crisis de tipo nuevo. La de 1873 se había producido por la insuficiente rentabilidad de los ferrocarriles
y la siderurgia. En el siglo XX los motores de la expansión económica son el automóvil y el petróleo.
Sin embargo, no es el exceso de inversión en estos sectores la que provoca el caos. El crack del 29 parece ser un reflejo,
y una demostración de que la economía no puede apoyarse preferentemente en el dinero con olvido de los mecanismos
de producción y consumo.
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La crisis del comercio internacional contribuye a aumentar el caos, la crisis alimenta la crisis. Se recurre a acuerdos
limitados entre dos países para equilibrar la balanza comercial y evitar el movimiento escaso de divisas. En algunos
casos se recurre al dumping, a la conquista de mercados con precios de pérdida. La crisis económica comienza
afectando a los países industrializados, pero pronto sacude a los países periféricos. Los países monoproductores se
tienen que reconvertir.
LA GRAN DEPRESIÓN DEL 30
También conocida como crisis del 29 fue una crisis económica mundial que se prolongó durante la década del 30. Su
duración depende de los países que se analicen, en la mayoría comenzó alrededor de 1929 y se extendió hasta finales
de los 30 o principios de los 40'. Fue la depresión más larga y de mayor profundidad que afectó a la mayoría de los
países en el siglo XX. En el siglo XXI ha Sido utilizada como paradigma para determinar hasta que punto se puede
producir un deterioro de la economía a escala mundial.
La llamada Gran Depresión se originó en EEUU a partir de la caída de la bolsa el martes 29 de octubre de 1929
(conocido como martes negro) y se extendió rápidamente a casi todos los países del mundo. Está depresión tuvo efectos
desgarradores en países ricos y pobres, dónde la inseguridad y la miseria se transmitieron como una epidemia, cayó la
renta nacional, los ingresos fiscales, los beneficios empresariales y los precios. El comercio internacional descendió
entre un 50 y un 60%. El desempleo en USA aumentó un 25% y en algunos países llegó al 35%. Ciudades de todo el
mundo se vieron afectadas especialmente las que dependían de la industria pesada y la industria de la construcción.
Los países comenzaron a recuperarse recién a mediados de la década del 30'. La elección de Roosevelt como presidente
y el establecimiento del New Deal en 1932 marcaron el inicio del final de la depresión en ese país. Sin embargo en
Alemania la desaparición de la financiación exterior a principios del 30 más el aumento de las dificultades económicas
propiciaron la aparición del Nacional Socialismo y la llegada de Adolf Hitler al poder.
ANTECEDENTES
La primera guerra mundial tuvo consecuencias económicas profundas al poner fin al orden económico internacional
existente desde la 2da mitad del siglo XIX. Supuso un descenso demográfico de alrededor del 10% de la población
europea y de un 4% del capital existente. Desde el punto de vista financiero el conflicto conllevó un gasto público
descomunal en Europa financiado por la deuda pública tanto interna como externa que supuso la multiplicación de la
deuda ya existente. También generó la creación de dinero lo que supuso una fuerte presión inflacionista.
En el trascurso de la guerra diversas naciones no participantes en el conflicto como EEUU y Japón, se apoderaron de
los mercados internacionales tradicionalmente dominados por los europeos que en ese momento centraban sus
esfuerzos industriales en la producción militar. En el sector agrícola, la demanda de productos alimenticios de los países
participantes creció durante el conflicto lo que estimuló la producción de los países neutrales.
La guerra también estableció un nuevo mapa político de Europa con nuevas fronteras que trastoco la estructura
económica y comercial del continente. Las reparaciones económicas impuestas por los vencedores de la guerra a los
derrotados fueron astronómicas. Solo por dar un ejemplo la cantidad fijada para Alemania por el comité de reparaciones
le significó el pago anual del 6%del PBI de ese país.
Tras el final de la primera guerra EEUU experimentó un enorme crecimiento económico y desplazó a Gran Bretaña del
liderazgo mundial. De este optimismo y bonanza económica también participó la bolsa, que vivió un prolongado
incremento de las cotizaciones lo que permitió la formación de una burbuja especulativa, financiada por el crédito.
Al mismo tiempo los americanos complicaban la posición de los europeos ya que la deuda internacional no podía
pagarse sino con oro y este país disponía de las mayores reservas.
Continuando con la crisis del 30
Crisis bancaria
La inexistencia en estados unidos de un sector bancario fuertemente ámbito Internacional hizo que la crisis bancaria se
entendiera a todo el país, lo que multiplicó sus efectos. La reserva federal era la única que podría haber evitado una
caída de los bancos mediante concesión de liquidez de forma masiva, pero muy por el contrario redujeron la oferta
monetaria y subieron los tipos de interés provocando una oleada masiva de quiebras bancarias. Esta reducción de oferta
monetaria también provocó el inicio de un proceso deflacionista y la reducción drástica del consumo, y el comienzo de
una fuerte depresión.
Efectos de la crisis
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Los sectores más gravemente afectados por la depresión fueron la agricultura, la producción de bienes de consumo y
la industria pesada. Esto provocó qué ciudades como Detroit y Chicago (qué dependían de la industria pesada) sufrieran
de la crisis con mayor intensidad.
También en el sector de la vivienda fue saturado ya qué los propietarios no podían hacer frente a las hipotecas. Pero lo
que más se resintió fue la confianza de los empresarios quienes dejaron de invertir en este sector. También las cosechas
fueron afectadas porque no se vendían, la gran mayoría de los pequeños agricultores estaban endeudados, lo que forzaba
a vender sus productos a un bajo costo o a perder sus propiedades.
La difusión de la crisis
La depresión estadounidense de la actividad económica fue acompañada por una marcada reducción del préstamo hacia
el extranjero y una fuerte contracción de la demanda de importaciones. Esto produjo una gran reducción del flujo de
dólares hacia Europa y el resto del mundo. Dada la importancia de eu en la economía mundial, el impacto de su crisis
sobre el resto del mundo fue muy fuerte, por eso se dice que eu exportó su crisis.
A principios de 1931, si bien persistía la deflación y la desocupación, los países más afectados eran los exportadores
de materias primas y varios de ellos debieron abandonar el patrón oro. Sin embargo con la quiebra del principal banco
de Austria (credit ansttalt), se produjo una fuga de capitales en Alemania, gran bretaña y también en eu, quien decidió
a partir de ahí terminar con el patrón oro. Ya hacia finales de 1932 casi todos los países del mundo lo habían hecho.
En el caso de Alemania, la alta desocupación creó un clima de conflictivas social y política qué allano el camino para
la llegada de Hitler al poder. Gran bretaña por su parte abandonó el sistema monetario tradicional, dejando flotar la
libra, esto produjo su depreciación.
Toda esta situación produjo en poco tiempo la desorganización y la destrucción parcial de la maquinaria qué movía a
la economía Internacional. Los países buscaron una salida individual a la crisis al desaparecer la crisis financiera. Esto
produjo un deterioro de los términos de intercambio, y significó el descenso de los precios de las materias primas
respecto a los productos manufacturados.
En el caso de los países periféricos y en un contexto de escases de créditos tuvo como resultado la pérdida de reservas
y la depreciación del tipo de cambio. Los países periféricos adoptaron dos tipos de políticas, las pasivas y las activas.
La pasividad fue el mantenimiento de la ortodoxa monetaria y cambiaria con respecto a los países centrales, esto fue
realizado por pequeños países con alta dependencia del mercado, como Haití, Honduras Panamá. Las políticas activas
fueron modificar el tipo de cambio, controlar las importaciones, intervenciones estatales e industrialización por
sustitución de importaciones, esta política fueron llevadas adelante por países como Argentina, Brasil y Uruguay.
El hundimiento del comercio Internacional
Uno de los factores de la propagación de la crisis fue el hundimiento brutal del comercio Internacional y las razones
principales fueron las políticas comerciales proteccionistas encabezados por eu y gran bretaña, que desencadenaron una
guerra comercial qué junto con la bajada de la demanda (económica) redujo el comercio mundial. Durante esta década
se tomaron diversas medidas:
A. Control de cambios
B. Acuerdos bilaterales
C. Aranceles al comercio
El papel del keynesianismo
Keynes, economista británico considerado uno de los más influyentes del siglo xx y cuyas ideas tuvieron una gran
repercusión en las teorías y políticas económicas posteriores a la crisis.
La crisis del 30 puso en duda las concepciones neoclásicas qué destacadas que los desajustes ocasionados por las
variaciones de la actividad económica serian superados a partir del libre funcionamiento de la fuerza del mercado. En
el marco de la crisis del 30 surgieron posturas heterodoxas qué recomendaban una política activa frente a la depresión,
la más importante es el keynesianismo cuyos aspectos principales son 2:
1. Los fenómenos deben ser contemplados desde una perspectiva global y macroeconómica.
2. El rol del estado, que ocupa un lugar significativo dentro del sistema económico.
La argumentación de keynes atacaba la concepción neoclásica del desempleo. Si los empresarios reducen los salarios
en una situación de desempleo, el flujo de la capacidad adquisitiva (es decir, la demanda agregada) disminuye con la
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bajada de los sueldos. La contracción de la demanda afectará por lo tanto a los empresarios y aumentará el desempleo.
Por lo tanto, no puede esperarse en este supuesto una reacción espontánea de las fuerzas qué corrigieran la situación,
pues el equilibrio con el desempleo y la producción son permanentes. De no aparecer inversión privada, sería el Estado
el qué debe intervenir para elevar el nivel de la inversión, incrementando el gasto Público para recuperar la demanda.
Esto corresponde a una política económica anticiclica, que se traduce necesariamente en un aumento del déficit fiscal
en momentos de crisis para lograr reactivar la economía.
El impacto de la crisis en Argentina
La gran depresión afectó especialmente a Argentina por el repentino descenso de la demanda europea y estadounidense
de sus productos ganaderos. Como los ingresos aduaneros se desplomaron, el gobierno tuvo serios problemas para
pagar sueldos a los trabajadores públicos.
Los militares aprovechando la crisis económica dieron un golpe de estado en 1930 contra el presidente democrático
Hipólito Yrigoyen, estableciendo de esta manera, un precedente para eliminar a los gobiernos en tiempos de dificultades
económicas. A partir de ahí y durante todo el siglo xx gobernaron más militares qué civiles.
La crisis del 29 significó para nuestro país un grave deterioro de los precios de las exportaciones con respecto a las
importaciones. Esto hizo necesario un cambio de enfoque concentrándose en el mercado interno más que en el
intercambio Exterior. El estado argentino comienza tímidamente a ejercer un rol más activo en la economía,
interviniendo en los mercados monetarios y de préstamos, fijando mayores aranceles y cupos a las importaciones, y
actuando como motor de la demanda.
También se forman algunas empresas estatales y se comienzan a canalizar los esfuerzos del sector Privado a la
producción de bienes de consumo industriales para diversificar la economía. Con el triunfo del peronismo en 1946 se
produce un boom de la industrialización, frenado solamente por la necesidad de generar divisas para la adquisición de
bienes de capital para la industria.
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