SALUDO DEL OBISPO DE ÁVILA A LOS JÓVENES (Encuentro Europeo, Ávila, 5 de agosto de 2015) ¡Bienvenidos a Ávila! Llegáis Ávila, a la ciudad donde nació, hace quinientos años, Santa Teresa de Jesús. Como un retablo de piedra, tenéis delante de vuestros ojos la muralla que se construyó en siglo XII. Teresa la atravesó frecuentemente mientras vivió. La espadaña que veis sobre la muralla, a vuestra izquierda, pertenecía a un convento donde vivió San Juan de la Cruz cinco años. Sobre la ladera verde que estáis contemplando, San Juan Pablo II celebró su primera misa en España el año 1982. Y dentro de la muralla están las iglesias donde la Santa rezó, las calles que ella pisó, las casas que visitó. Esta es vuestra casa durante los próximos cinco días. ¿Conocéis bien a Santa Teresa? Es una mujer excepcional, sorprendente, psicóloga, pedagoga, escritora, fundadora, reformadora. Muchos colectivos la han reclamado como patrona: escritores, abogados, ajedrecistas, gastrónomos, el Cuerpo militar de Intendencia, además de multitud de pueblos y ciudades de España y del mundo. Cientos de miles de personas han venido este año para celebrar el Jubileo Teresiano. Pero ¿sabéis por qué la Santa fue una mujer tan fascinante? Ella te lo confiesa personalmente: “¡Parecíame andar siempre a mi lado Jesucristo!” El secreto de su vida era… ¡su amistad con Jesucristo! Su secreto era la oración, que ella define como “trato de amistad con Aquel que sabemos nos ama”. La oración es un diálogo confidencial con un amigo. Ahora entendéis por qué el lema de este encuentro es precisamente: “Amigos fuertes de Dios”. Este Encuentro Europeo pretende que consolidemos nuestra amistad con Jesucristo. Cada uno, y todos como comunidad de jóvenes. No sé qué razones te han traído a Ávila para participar en este encuentro. Estoy seguro de que muchos jóvenes sois cristianos muy comprometidos en la vida de la Iglesia, otros quizás tengáis dudas de fe y algunos es posible que vengáis porque un amigo os ha invitado a pasar unos días de buen rollito. Lo que sí puedo asegurarte es que aquí te ha traído Teresa de Jesús. ¿Sabes para qué? Para llevarte a Jesucristo. Seguir las huellas de Teresa es seguir a Jesucristo. Todos vamos a tener con Teresa unas bellas experiencias de amor a Jesucristo. Él es quien está en el interior de la muralla, en la habitación central del Castillo, que corresponde a tu propio corazón. ¡Estate atento! El Papa Francisco os dirigió parte de un mensaje en este año Jubilar: “¿Qué consejos das tú, Teresa, hoy a los jóvenes? –preguntaba el Papa- y concretaba: “De la mano de Teresa, los jóvenes tendrán valor para huir de la mediocridad y tibieza y albergar en su alma grandes deseos, nobles aspiraciones dignas de las mejores causas. Me parece oírla ahora advertirles con su gracejo que si no tienen altas miras serán como “sapos”, que caminan lenta y rastreramente, y se contentarán con “sólo cazar lagartijas”, dando importancia a minucias en lugar de a las cosas que cuentan de verdad”. Sea cual sea tu situación, querido joven, te deseo que descubras estos días lo mejor que podemos ofrecerte: aquél Jesús Resucitado cuyo amor sedujo a Teresa y le llevó a cambiar el mundo para hacerlo un poquito mejor. Ojalá este encuentro te ayude a descubrir y renovar la alegría de ser amigo de Dios en los tiempos recios que ahora vivimos. ¡BIENVENIDOS A AVILA!