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1.2. Ensayo argumentativo del centro educativo como núcleo de desarrollo profesional

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Doctorado en Ciencias de la educación
Investigación Educativa
Diego Alejandro Velandia Silva
000-00-5808
1.2 Ensayo argumentativo
del centro educativo como núcleo de desarrollo profesional
Unidad 1
Francisco Javier Pedroza Cabrera
Enero 16 / 2022
Introducción
Como profesional de la educación y estudiante de Doctorado, es indispensable llevar
acabo procesos de reflexión sobre la misma práctica docente. De acuerdo con Roget
(2020), la reflexión, como cualidad humana, es el punto de partida necesario para situar
cualquier tipo de análisis. En este sentido la idea fundamental es pensar en el centro
educativo como núcleo de desarrollo profesional.
Para encontrar la relación entre las características que pueda llegar a tener el centro
educativo y cómo a partir de ellas el profesor puede llevar a cabo un desarrollo
profesional, se desarrolla la idea tomando la escuela (o centro educativo) como un
escenario de aprendizaje y el concepto de desarrollo profesional como un proceso del
maestro que se da en tres tipos de aprendizaje (Vezub, 2003). Así pues, conociendo los
tres tipos de aprendizaje, se ubican dentro de un contexto escolar en el que el maestro
puede llegar a su mencionado desarrollo por medio de una serie de actos, actitudes y
comportamientos.
Dentro del desarrollo de la idea, también se esbozan algunas cuestiones de tipo político
y administrativo que en alguna medida interfieren en el pleno logro del mencionado
desarrollo profesional, mencionando por ejemplo la deuda histórica que se tiene con el
profesorado en general (Elacqua, 2018), en cuanto al desprestigio generalizado de la
profesión a causa de la mala gestión en la administración educativa desde las entidades
gubernamentales.
Finalmente se invita al docente a ser el escritor de su propia historia.
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La escuela como núcleo de desarrollo profesional
Cuando se habla de educación y se analiza el significado de la escuela cualquier persona
tiene en su mente alguna idea de lo que podría ser. Ahora, si ese mismo cuestionamiento
se le dirige a un profesor, las respuestas podrían ser más elaboradas; sin embargo, para
este caso, siendo concisos y concretos, se entenderá la escuela como un entorno de
colaboración, aprendizaje e innovación. En todo caso, en la mayoría de las veces, se
piensa la escuela como el lugar en donde los niños van a aprender. Dicho esto, ahora el
trabajo es reflexionar sobre cómo, ese entorno puede ser un núcleo del desarrollo
profesional de los docentes.
De acuerdo con Vezub (2003), el desarrollo profesional se da en tres tipos de
aprendizajes: pedagógico, personal e institucional, cosa que, por demás, resulta
interesante, ya que, aunque de alguna manera pareciera obvio, muy pocas veces se hace
explícito y es el hecho de que la escuela es un espacio en donde el profesor también
aprende.
En primera medida, en cuanto a lo pedagógico, se puede decir que un docente se
desarrolla de manera profesional cuando tiene la oportunidad de diseñar su propio
currículo, explorar sobre su propia práctica y modificarla según su criterio, retroalimentar
su trabajo con el de otros compañeros, aplicando nuevas teorías que cambien sus
estrategias y generando nuevos recursos desde su aula. Por otro lado, el docente
también se desarrolla profesionalmente cuando tiene la oportunidad de formarse y
actualizarse lo cual permite su autorreconocimiento y autocomprensión, y genera nuevos
deseos de educar y hacerlo de otras maneras, de inventar, innovar y reinventarse.
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Finalmente, el desarrollo profesional también se da en contextos grupales,
intercambiando experiencias, creando proyectos, redes profesionales y de socialización.
Ahora bien, partiendo de este contexto escolar de aprendizajes, la oportunidad de
desarrollo profesional requiere de una profesionalización de la carrera docente en la que
las políticas públicas atiendan las necesidades de formación y actualización permanente
de los docentes, contemplando las necesidades institucionales y de los contextos
sociales en donde se desarrolla la labor educativa. Sin embargo, en la mayoría de los
casos, el docente es señalado como responsable de las deficiencias del sistema
educativo, de los malos resultados en las pruebas estandarizadas e incluso de su propia
desactualización académica.
En Colombia por ejemplo, Las pruebas PISA indican que los estudiantes están
considerablemente por debajo del promedio de los países de la OCDE, con un rezago de
aproximadamente 2 años en el aprendizaje (Barrera-Osorio et al., 2012; OCDE, 2016 y
2018) y las carreras en educación no logran atraer a los mejores estudiantes, tal y como
lo indican los resultados obtenidos en las pruebas de Estado (Barrera et al., 2012; Barón
et al., 2014; Balcázar et al., 2015; Elacqua et al., 2018; Figueroa et al., 2018, citado en
Bonilla, 2018). Esto se explica en parte por los salarios. Los cuales son bajos en
comparación con las carreras que efectivamente atraen a los mejores estudiantes (García
et al., 2014; Saavedra et al., 2017). En este sentido, existe una deuda pendiente con los
maestros y es devolverle el prestigio a la profesión. (Elacqua, 2018).
Por ahora, la escuela es núcleo de desarrollo profesional para algunos docentes que
logran cazar oportunidades de actualización académica que permiten mejorar su práctica
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docente y así mismo sus condiciones personales y sociales; sin embargo, es la gran
mayoría la que aún no ha podido vivir la escuela como ese espacio de realización
profesional.
En relación con la investigación educativa como aspecto clave dentro de la realización y
desarrollo profesional, es importante mencionar que a excepción de los pocos que
acceden a ella, la práctica docente se ha limitado a un papel secundario de replicar las
propuestas pedagógicas de los investigadores, siendo ignorados sus propios intereses,
sus saberes y conocimientos adquiridos a través de su experiencia docente, muchas
veces sin resolver las necesidades de sus centros escolares (Korthagen 2007, citado en
Roget, 2020).
No obstante, también es importante mencionar el aspecto que tiene que ver con la
motivación interna del profesor, motivación en términos de interés, porque no siempre
esta realización depende de agentes externos y en toda realización profesional y personal
la responsabilidad está principalmente en la misma persona. Ahora bien, ante una
situación de reto, se necesita un poco de ímpetu y rebeldía.
De la misma manera, ese interés por de los docentes con respecto a la investigación y
actualización académica, aplica para los demás aspectos que hacen parte de su
desarrollo profesional. Es importante en primera medida, tener claro que lo primero que
se necesita es la fuerza interna, la motivación y el interés para lograr cualquier objetivo,
después de esto, sigue la lucha por todos los medios para que los agentes externos
también se pongan a disposición de esa empresa.
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Conclusiones
La escuela como espacio de aprendizaje, por sí sola no podrá ser núcleo de desarrollo
profesional si quienes la viven diariamente no construyen en ella un contexto que permita
todos los procesos complejos que ello requiere. En este sentido, es preciso que la
competencia investigadora forme parte del perfil profesional del docente y que desde su
propio interés sea él quien vea la necesidad de formarse, actualizarse en nuevas
competencias y entender la práctica educativa como una actividad que requiere de
cambios y nuevos conocimientos.
La realización profesional del docente está directamente ligada con el aprendizaje, por
esta razón, es el mismo docente quien debe llevar a cabo procesos de reflexión en los
que encuentre respuestas que le indiquen diferentes formas de renovar su interés por su
práctica profesional, renovar sus conceptos, actualizar sus miradas y darle un nuevo
sentido a su forma de vivir la escuela.
El docente como profesional de la educación debe estar dispuesto a ser protagonista en
cualquier escenario que tenga que ver con la educación. Si bien es cierto que hay agentes
externos que afectan de manera directa o indirecta las posibilidades de crecimiento y
desarrollo profesional, es responsabilidad personal encargarse de su propio progreso.
El proceso de pensamiento que se lleva a cabo al realizar un ensayo argumentativo,
reflexionando sobre un aspecto tan directo, cercano y cotidiano como lo es la propia
práctica docente, pone a prueba dentro del mismo desarrollo del ejercicio, la confianza
en las capacidades y habilidades para comunicar con claridad las ideas, realizar crítica
de manera sustentada, abreviar información y desarrollar competencias necesarias para
los procesos comunicativos.
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Bibliografía
Bonilla-Mejía, L., Cardona-Sosa, L. M., Londoño-Ortega, E., Trujillo-Escalante, L. D.,
Bonilla-Mejía, L., & Cardona-Sosa, L. (2018). ¿Quiénes son los docentes en Colombia?
Características generales y brechas regionales. Documento de Trabajo sobre Economía
Regional y Urbana; No. 276. Recuperado de https://www.opinioncaribe.com/wpcontent/uploads/2018/12/DTSERU-276.pdf
Elacqua, G., Hincapié, D., Vegas, E., Alfonso, M., Montalva, V., & Paredes, D.
(2018). Profesión: Profesor en América Latina:¿ Por qué se perdió el prestigio docente y
cómo
recuperarlo?.
Inter-American
Development
Bank.
Recuperado
de
https://publications.iadb.org/en/profesion-profesor-en-america-latina-por-que-se-perdioel-prestigio-docente-y-como-recuperarlo
Roget, À. D. (Ed.). (2020). Profesorado reflexivo e investigador: propuestas y
experiencias formativas. Narcea
Ediciones. https://elibro.net/es/lc/ucuauhtemoc/titulos/142533
Vezub, L. F. (2003). El desarrollo profesional docente centrado en la escuela (Doctoral
dissertation, Unesco). Recuperado de
http://www.ub.edu/obipd/docs/el_desarrollo_prof_docentecentrado_en_la_escuela.pdf
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