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bohn-gettler y kaakinen (1) (español)

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Procesos discursivos
ISSN: (impreso) (en línea) Página de inicio de la revista: https://www.tandfonline.com/loi/hdsp20
Introducción al número especial sobre las emociones en
la lectura, el aprendizaje y la comunicación
Catherine M. Bohn-Gettler y Johanna K. Kaakinen
Para citar este artículo: Catherine M. Bohn-Gettler & Johanna K. Kaakinen (2021): Introducción al
número especial sobre las emociones en la lectura, el aprendizaje y la comunicación, Discourse
Processes, DOI: 10.1080/0163853X.2021.1899369
Para enlazar con este artículo: https://doi.org/10.1080/0163853X.2021.1899369
2021 Los autores. Publicado con licencia
por Taylor & Francis Group, LLC.
Publicado en línea: 24 mar 2021.
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PROCESOS DISCURSIVOS
https://doi.org/10.1080/0163853X.2021.1899369
Introducción al número especial sobre las emociones en la lectura, el
aprendizaje y la comunicación
Catherine M. Bohn-Gettler
a y Johanna K. Kaakinen b
aCollege of Saint Benedict, St. John's University; bDepartment of Psychology, University of Turku, Turku, Finlandia
RESUMEN
En nuestra era actual, los alumnos se enfrentan a muchas y variadas fuentes
de información, como los medios de comunicación, los libros, los sitios web,
las redes sociales, los artículos científicos, las interacciones comunicativas,
etcétera. Además, los individuos deben aprender de dichas fuentes, por lo
que es importante examinar críticamente los factores que subyacen al
aprendizaje a partir del texto y el discurso. Es importante destacar que la
valencia y la activación de las emociones de los lectores pueden influir en la
calidad de su procesamiento, lo que podría ayudar o dificultar la capacidad
del alumno para comprender y aprender de textos relacionados con temas
importantes. Aunque los trabajos teóricos y empíricos documentan el papel
de las emociones en el aprendizaje y la motivación, se necesitan modelos
específicos para la lectura y el discurso. En la actualidad, la bibliografía que
analiza la lectura presenta resultados contradictorios en relación con la
influencia de las emociones en el procesamiento textual. Sin embargo, tal y
como se propone en el marco Proceso, Emoción, Tarea (PET), los resultados
discrepantes relacionados con los procesos de lectura pueden explicarse por
las interacciones entre las emociones específicas del lector y el tipo de tarea.
Por lo tanto, examinar tanto las emociones como las características del texto es
fundamental a la hora de considerar cómo apoyar la capacidad de los lectores
para comprender, evaluar y aprender del texto. Este artículo presenta un
número especial de Discourse Processes que reúne a expertos dedicados a
estudios empíricos sobre cómo la emoción influye en el aprendizaje y el
procesamiento de diversos tipos de texto en diferentes contextos. Nuestro
objetivo es seguir trabajando en el desarrollo de una comprensión más
coherente de la influencia de las emociones del lector en el apoyo al
aprendizaje, la comprensión, el procesamiento y el cambio conceptual, y
establecer conexiones importantes con los campos más amplios del texto y
el discurso, el aprendizaje y la motivación. Tales conexiones son
parapresentes
mejorar las
aprendizajeyen
variedad cotidianos. Por ejemplo,
Lasfundamentales
emociones están
enexperiencias
la lectura, eldeaprendizaje
la una
comunicación
de entornos y aumentar la relevancia de la investigación sobre el
pueden
surgir sentimientos de amenaza cuando interactuamos con textos o personas que presentan
procesamiento del discurso.
información que entra en conflicto con nuestras creencias. Los detalles emocionales, que son
interesantes pero irrelevantes para las ideas principales de un texto, pueden captar la atención del
lector y distraerle del aprendizaje de las ideas principales de un texto. Otro ejemplo: las obras literarias
y artísticas están diseñadas para evocar determinadas respuestas emocionales, como el suspense y la
empatía. En resumen, las emociones desempeñan un papel fundamental durante las experiencias
textuales y discursivas.
El trabajo teórico y empírico documenta el papel de las emociones en el aprendizaje y la
motivación (Pekrun, 2017), y ha habido intentos de explicar la interacción de los procesos cognitivos
y emocionales que subyacen a las experiencias artísticas literarias (Jacobs, 2015). Sin embargo,
también es fundamental tener en cuenta la emoción en los modelos específicos de la lectura y el
discurso para comprender mejor las formas en que las diferentes emociones influyen en el
procesamiento y el aprendizaje situados en las experiencias de lectura y discurso. Por lo tanto, este
número especial de Discourse Processes se centra en cómo las emociones influyen en el aprendizaje y
el procesamiento de textos no literarios.
CONTACTO Johanna K.
[email protected]
Departamento de Psicología, Universidad de Turku,
Turku 20014, Finlandia. Este artículo ha sido corregido con cambios menores. Estos cambios no afectan al contenido académico del
artículo.
2021 Los autores. Publicado con licencia por Taylor & Francis Group, LLC.
Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la Licencia de Atribución Creative Commons
(http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/), que permite el uso, distribución y reproducción sin restricciones en cualquier medio, siempre que se cite
adecuadamente la obra original.
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BOHN-GETTLER Y KAAKINEN
En el pasado, gran parte de la bibliografía sobre experiencias de texto y aprendizaje presentaba lo
que parecían ser hallazgos inconexos o contradictorios relacionados con la influencia de la emoción
en el aprendizaje y el procesamiento de textos. Por ejemplo, algunos estudios documentaban cómo las
emociones con valencia positiva podían facilitar el procesamiento y/o el aprendizaje en relación con
las emociones con valencia negativa (Bohn-Gettler & Rapp, 2011; Ellis, Ottaway et al., 1997; Scrimin
& Mason, 2015; Von Hecker & Meiser, 2005). Otros trabajos presentaron evidencias de que las
emociones negativas facilitan el rendimiento en relación con las emociones con valencia positiva
(Storbeck & Clore, 2005; Trevors et al., 2018). En respuesta, Bohn-Gettler (2019) propuso el marco
Proceso, Emoción, Tarea (PET), argumentando que los hallazgos aparentemente discrepantes
relacionados con los procesos de lectura pueden ser una función de la falta de precisión al dar cuenta
del proceso específico, la emoción y el tipo de tarea bajo investigación. Aumentar la claridad al
examinar las emociones es fundamental a la hora de considerar cómo apoyar las capacidades de los
individuos para comprender, evaluar y aprender de las experiencias discursivas.
Este número especial de Discourse Processes da un paso importante hacia la comprensión de las
formas en que las emociones influyen en la comprensión de textos, el aprendizaje y las experiencias
comunicativas. En este número, reunimos a expertos que llevan a cabo estudios empíricos sobre cómo
la emoción influye en el aprendizaje y el procesamiento de diversos tipos de texto en diferentes
contextos, con el importante objetivo de desarrollar una comprensión más coherente de la influencia
de las emociones del lector en el apoyo a la comprensión, el aprendizaje y la revisión del
conocimiento. Los autores y ponentes establecen importantes conexiones con los campos más
amplios del texto y el discurso, el aprendizaje y la motivación. En esta introducción al número
especial, definimos en primer lugar las emociones y cómo se experimentan, y describimos el tipo de
métodos que suelen emplear los investigadores para estudiar las emociones. A continuación, unimos
las teorías de la emoción con las teorías del procesamiento del discurso, destacamos cómo se alinean
los artículos de este número especial y describimos las áreas que merecen una investigación futura.
Conceptualizar y medir las emociones en el contexto del procesamiento del discurso
Para entender cómo las emociones pueden influir en el procesamiento y la comprensión del texto y el
discurso, primero tenemos que definir el término emoción. En psicología, la emoción suele definirse
como las respuestas experienciales, fisiológicas y conductuales a acontecimientos importantes o de
relevancia personal (Mauss y Robinson, 2009). La experiencia de la alegría, por ejemplo, va
acompañada de una respuesta fisiológica que indica la activación del sistema nervioso autónomo
(SNA) y un comportamiento observable como la sonrisa. Se cree que las respuestas emocionales son
relativamente efímeras y a menudo se distinguen de los estados de ánimo de , que suelen ser más
duraderos y no están necesariamente relacionados con ningún acontecimiento específico. El afecto
hace referencia a un estado fisiológico que subyace tanto a las respuestas emocionales como a los
estados de ánimo (Russell, 2003).
Visiones discretas frente a visiones dimensionales de la emoción
Las teorías psicológicas de la emoción difieren según definan las emociones como categorías discretas
o como estados que pueden describirse en dimensiones (normalmente, dos o más). Los puntos de
vista discretos postulan que existen categorías básicas de emociones (como la ira, el miedo, el asco, la
tristeza, la felicidad y la sorpresa), que muestran un patrón único y universal de reacciones
experienciales, fisiológicas y conductuales (por ejemplo, Ekman y Cordaro, 2011). Sin embargo, estos
puntos de vista han sido criticados por su dependencia de las etiquetas verbales , y algunos
investigadores afirman que las categorías de emoción se refieren a categorías abstractas y específicas
del contexto en lugar de universales (Betz et al., 2019; Hoemann et al., 2019).
Según los puntos de vista dimensionales, las emociones pueden describirse de acuerdo con dos (o
más) dimensiones , como la valencia o lo agradable (negativo-positivo) y la activación (tranquilizantedespertante; p o r ejemplo, Posner et al., 2005). El miedo, por ejemplo, podría describirse como una
emoción muy excitante y muy negativa, que difiere del aburrimiento, que es ligeramente negativo y
muy poco excitante. Recientemente, en se sugirió que existen docenas de variedades distintas de
PROCESOS DISCURSIVOS
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emoción y que las experiencias emocionales se describirían mejor cuando se mapean en un espacio
multidimensional continuo (Cowen et al., 2019). Según este punto de vista, las experiencias
emocionales podrían caracterizarse por gradientes que van, por ejemplo, de la calma a la apreciación
estética y al asombro.
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BOHN-GETTLER Y KAAKINEN
Emociones y procesamiento del discurso
Las experiencias emocionales durante el procesamiento del discurso están influidas por el contexto, el
texto y las características del lector, oyente o alumno. Cuando se lee un texto literario por placer, un
lector puede experimentar sentimientos evaluativos, estéticos, narrativos o incluso de
automodificación (por ejemplo, Kneepkens & Zwaan, 1994; Miall & Kuiken, 2002; Oatley, 1995). Por
otro lado, cuando se lee un texto expositivo para adquirir conocimientos, pueden surgir emociones de
logro y epistémicas (Pekrun, 2017).
Según la Teoría del Control-Valor de las Emociones de Logro (véase Pekrun, 2006, 2017; Pekrun et
al., 2007; Pekrun y Perry, 2014), las emociones surgen de las apreciaciones de control y valor de las
actividades de aprendizaje y los resultados. Las emociones de logro pueden describirse según tres
dimensiones: (1) si la atención se centra en el resultado (por ejemplo, una buena nota en un examen)
o en la actividad en sí (por ejemplo, el placer de aprender cosas nuevas), (2) el valor hedónico (es
decir, si la emoción es agradable frente a desagradable), y (3) la activación (o arousal, es decir, el nivel
de energía de la emoción como activador frente a desactivador). Las emociones inducidas por las
expectativas de logro influyen en el uso de estrategias de procesamiento y aprendizaje, los recursos
cognitivos disponibles, la motivación y la autorregulación del aprendizaje, todo lo cual está
relacionado con los resultados del aprendizaje.
Las emociones epistémicas se refieren a las emociones que surgen cuando hay una discrepancia de
información, como cuando un lector encuentra información que contradice sus creencias o
conocimientos previos o cuando diferentes textos presentan información incoherente (Muis et al.,
2015; Pekrun et al., 2017). Dependiendo de las creencias epistémicas de un individuo (es decir, las
creencias sobre la naturaleza del conocimiento), la información puede inducir emociones activadoras
o desactivadoras positivas (curiosidad, disfrute), negativas (confusión, ansiedad, frustración) o
neutras (sorpresa), lo que repercute en las estrategias de procesamiento de la información. Por
ejemplo, la información que contradice las creencias previas de un lector puede inducir una emoción
activadora positiva de curiosidad y lectura atenta de los materiales del texto. Por el contrario, la
emoción activadora negativa de confusión se asocia con efectos inconsistentes sobre el aprendizaje y
el procesamiento (véase D'Mello et al., 2014; Vogl et al., 2020, 2019). La comprensión de la
controversia o la revisión de los conocimientos previos dependen, por tanto, de las emociones
experimentadas.
Medidas experimentales, fisiológicas y conductuales de la emoción
Se pueden utilizar diferentes metodologías para medir las facetas experienciales, fisiológicas y
conductuales de una respuesta emocional (Mauss y Robinson, 2009). La forma de medir las
emociones depende del enfoque teórico adoptado. Por ejemplo, si uno está interesado en las
dimensiones emocionales de valencia y excitación, se utilizan medidas que reflejan esos aspectos de la
emoción. Por otro lado, si la pregunta de investigación examina categorías emocionales específicas,
entonces es probable que se elijan metodologías dirigidas a categorías emocionales.
La experiencia de las emociones suele medirse con autoinformes, que pueden abarcar las diferentes
dimensiones (p. ej., valencia y excitación) de la emoción experimentada (p. ej., SAM; Bradley y Lang,
1994). Algunas medidas de autoinforme se centran en categorías de emoción, como emociones
positivas y negativas (p. ej., PANAS y PANAS-X; Watson y Clark, 1994; Watson et al., 1988), o en
diferentes tipos de arousal (p. ej., enérgico frente a tenso; UWIST Mood Adjective Checklist;
Matthews et al., 1990). Por ejemplo, Bohn-Gettler y McCrudden (este número) utilizaron el PANASX (Watson y Clark, 1994) para medir las emociones positivas experimentadas antes de la tarea de
lectura. Trevors (en este número) presentó una lista de etiquetas de emociones que incluían
emociones positivas, emociones negativas y una emoción neutra y luego utilizó el análisis factorial
para establecer subescalas de emociones positivas, negativas y epistémicas. Estas escalas se utilizaron
después para examinar las emociones inducidas por un texto de refutación.
También hay medidas subjetivas diseñadas para aprovechar tipos específicos de emociones, como
las emociones estéticas (Schindler et al., 2017), las emociones de logro (Pekrun et al., 2011) o las
emociones epistémicas (Pekrun et al., 2017). Estas escalas incluyen conjuntos de etiquetas de emoción
PROCESOS DISCURSIVOS
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que son típicas de las experiencias emocionales estéticas, de logro o epistémicas, y se pide a los
participantes que respondan cuánto sienten de cada emoción. En los artículos incluidos en este
número especial de Discourse Processes,
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BOHN-GETTLER Y KAAKINEN
la escala de emoción epistémica (EES; Pekrun et al., 2017) se utilizó para estudiar las respuestas de los
lectores a los textos de refutación (Jacobson et al., en este número) y a los detalles seductores
(Mensink, en este número).
Por último, otra forma de medir las experiencias emocionales es el paradigma emote-aloud
(D'Mello et al., 2006), en el que los participantes producen nubes de pensamientos centradas en su
experiencia subjetiva. A continuación, se codifica el contenido emocional de los pensamientos en voz
alta. Un punto fuerte de esta metodología en comparación con las escalas de emociones específicas es
que no restringe las opciones de respuesta a un conjunto predefinido de palabras emocionales que
podrían guiar las respuestas de los participantes. Sin embargo, este método depende de que los
participantes informen de forma coherente y precisa sobre sus experiencias emocionales subjetivas.
Las medidas fisiológicas de la emoción aprovechan la activación de los sistemas simpático y
parasimpático del sistema nervioso autónomo (SNA; Kreibig, 2010). Por ejemplo, la frecuencia cardíaca, la
conductancia de la piel y el tamaño de la pupila son sensibles a las fluctuaciones de la excitación (por
ejemplo, Bradley et al., 2008; Wang et al., 2018) y se han aplicado para estudiar la excitación emocional
durante el procesamiento de textos (por ejemplo, Kaakinen y Simola, 2020; Mason et al., 2018, 2020). La
variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC), que es un índice del tono vagal cardíaco, se ha relacionado
con la regulación de la emoción durante actividades relacionadas con el aprendizaje (Mason et al.,
2018; Scrimin et al., 2017, 2018).
Las expresiones faciales son una manifestación conductual de las emociones y subyacen a la
formulación de las teorías de las emociones básicas (por ejemplo, Ekman y Friesen, 1978). Se ha
aplicado un análisis de la actividad de diferentes músculos faciales para detectar automáticamente las
expresiones de diferentes emociones a partir de imágenes y vídeos (Taub et al., 2020). Estas
herramientas automatizadas de análisis facial pueden aplicarse para rastrear emociones durante tareas
de lectura y aprendizaje, como en Dever et al. (este número). También se pueden rastrear otros
comportamientos observables, como , como los movimientos de la cabeza y el cuerpo, para examinar
el aspecto conductual de la emoción (por ejemplo, Ballenghein et al., 2019; Westlund et al., 2015).
Inducción de emociones frente a emociones que evolucionan orgánicamente
Los efectos de las emociones en el procesamiento de textos y discursos pueden estudiarse mediante la
inducción de emociones o la observación de emociones que surgen orgánicamente en el contexto de
estudio o durante el procesamiento. En los paradigmas de inducción de emociones, se induce una
emoción específica en el participante antes de la tarea experimental. Esto puede ocurrir presentando
estímulos emocionales, como vídeos o música, o pidiendo a los participantes que recuerden o
imaginen acontecimientos emocionales (véase Siedlecka y Denson, 2019). Las comparaciones del
rendimiento de procesamiento y comprensión en diferentes condiciones de inducción de emociones
proporcionan información sobre cómo una emoción específica impacta en los procesos subyacentes a
la comprensión. Un desafío con este enfoque es que incluso si la inducción de la emoción tiene éxito,
podría no ser duradera y la emoción puede cambiar durante la tarea experimental, mitigando
potencialmente los efectos de la inducción de la emoción.
Otro enfoque consiste en observar las emociones que surgen espontáneamente en el contexto de
estudio y medir la emoción o el estado emocional de base del participante y su asociación con el
procesamiento y la comprensión (Bohn-Gettler y McCrudden, en este número). También se puede
medir la respuesta emocional inducida por los materiales o la tarea que está realizando el participante.
Por ejemplo, Jacobson et al. (este número) y Trevors (este número) estudiaron las respuestas
emocionales a los textos de refutación y Mensink (este número ) examinó las respuestas emocionales
durante la lectura y el recuerdo de textos que incluían detalles seductores. Dever et al. (este número)
rastrearon las emociones surgidas durante el uso de un entorno de aprendizaje basado en juegos. El
problema es que las respuestas emocionales pueden variar en función del estado emocional "de base"
del participante, lo que debe tenerse en cuenta a la hora de interpretar los resultados de las
manipulaciones de textos.
Conclusión
PROCESOS DISCURSIVOS
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Las teorías de la emoción no presentan actualmente una visión unificada de la naturaleza de las
emociones, y el marco teórico adoptado guía las decisiones metodológicas sobre cómo se miden las
emociones durante el procesamiento de textos y discursos. A pesar de sus diferentes puntos de vista,
las teorías son informativas para comprender las formas en que las emociones pueden influir en la
cognición y el aprendizaje, a los que nos referiremos a continuación. Al considerar esto, destacamos
específicamente cómo las teorías de la emoción se vinculan con las teorías del procesamiento del
discurso para situar los artículos de este número especial dentro de un marco cohesivo.
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BOHN-GETTLER Y KAAKINEN
Unir las teorías de la emoción con los procesos del discurso
Los trabajos clásicos y actuales aportan valiosas ideas para estudiar la emoción en el contexto de los
procesos del discurso, proporcionando formas significativas de considerar cómo conectar la teoría de
la cognición con la emoción. Todos los trabajos incluidos en este número especial se sitúan en la
teoría cognitiva, asumiendo que los individuos construyen representaciones mentales, llamadas
modelos de situación, de textos y experiencias (Johnson- Laird, 1983; Kintsch & van Dijk, 1978).
Dentro de estas representaciones mentales, los conceptos están conectados a través de una red
semántica en la memoria, en la que la activación de un concepto puede conducir a la coactivación de
información relevante a través de una propagación de la activación (Kintsch, 1998; O'Brien & Cook,
2016; van den Broek et al., 1999). A través de estos procesos, la información se integra en la
representación mental y se valida con el conocimiento previo (Cook & O'Brien, 2014; Kendeou, 2014;
Richter, 2015; Singer, 2013) y los individuos realizan inferencias para completar la información que
falta (Graesser et al., 1994; Kintsch & van Dijk, 1978). Estos procesos están sujetos a limitaciones en
los recursos cognitivos (Kintsch & van Dijk, 1978; Miller, 1956), características de la tarea,
características del texto o materiales y diferencias individuales (Bohn-Gettler & Kendeou, 2014; Snow,
2002; van den Broek & Kremer, 1999).
El marco PET
En un esfuerzo por conectar la emoción y la literatura de procesamiento del discurso, Bohn-Gettler
(2019) propuso el marco PET, argumentando la importancia de una mayor especificidad con respecto
al proceso bajo investigación, la emoción que se estudia, y la tarea específica en la que los individuos
están participando. Todos los artículos de este número especial tienen cuidado de especificar cada
uno de estos componentes. Por ejemplo, Jacobson et al. (en este número) y Trevors (en este número)
examinaron las emociones epistémicas al enfrentarse a textos de refutación para combatir conceptos
erróneos. Mensink (este número) examinó las emociones epistémicas que surgían en función de la
interacción con textos que contenían detalles seductores, y Dever et al. (este número) estudiaron las
emociones discretas y no discretas que surgían al interactuar con un entorno de aprendizaje basado
en juegos. Bohn-Gettler y McCrudden (en este número) estudiaron las emociones positivas que
interactuaban con los objetivos y creencias de lectura al pensar en voz alta sobre un texto de posición
dual.
En relación con la emoción investigada, el marco de la TEP se basa en la investigación que indica
que las diferentes emociones se asocian con distintos patrones de procesamiento (Fiedler, 2000;
Fiedler y Beier, 2014; Forgas, 1995; Pekrun, 2017; Pekrun y Stephens, 2012). Por ejemplo, las
emociones de activación positiva se asocian con un procesamiento descendente y asimilativo. Este
procesamiento asimilativo se produce cuando los individuos incorporan la información entrante a las
representaciones mentales existentes, sin realizar cambios significativos en las representaciones
mentales (Fiedler y Beier, 2014). También se ha descubierto que las emociones activadoras positivas
de están vinculadas a búsquedas abiertas de información que pueden facilitar la resolución flexible de
problemas y el procesamiento creativo (Bless y Fiedler, 1995; Fiedler y Beier, 2014; Gasper y Clore,
2002; Huntsinger y otros, 2010; Isen, 2001; Isen y otros, 1987; Storbeck y Clore, 2005).
Por el contrario, las emociones negativas y desactivadoras se asocian a un procesamiento
ascendente y acomodativo. Dicho procesamiento se refleja en el cambio de la estructura de la propia
representación mental en respuesta a la información entrante (Fiedler y Beier, 2014). Esto se asocia
con un enfoque más incremental y local (Beukeboom y Semin, 2006; Fiedler y Beier, 2014; Sinclair y
Mark, 1995; Von Hecker y Meiser, 2005). Por lo tanto, las emociones positivas pueden facilitar el
procesamiento para tareas que favorecen el procesamiento descendente, como las inferencias y la
creatividad; mientras que las emociones negativas pueden facilitar el procesamiento para tareas que
favorecen el procesamiento ascendente, como la reproducción del contenido o un enfoque en detalles
locales (Bohn- Gettler, 2019). Estos patrones de procesamiento se examinan de diversas maneras a
través de los artículos incluidos en este número especial de Discourse Processes-por ejemplo, en BohnGettler y McCrudden; Mensink; Jacobson et al., y Trevors (todos en este número).
Sin embargo, la influencia de la emoción en el procesamiento no se produce en todas las
PROCESOS DISCURSIVOS
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circunstancias, y la forma en que la emoción influye en el procesamiento también puede variar en
función de la tarea. De ahí que el marco de la TEP defienda la importancia de tener en cuenta la tarea
investigada (Bohn-Gettler, 2019). Emociones
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BOHN-GETTLER Y KAAKINEN
es menos probable que influyan en el procesamiento de tareas que requieren un procesamiento
reproductivo, es decir, acceder directamente a la información de la memoria de forma no
transformativa. Por el contrario, las tareas que implican un procesamiento constructivo, en las que se
requiere la transformación del contenido, es más probable que se vean influidas por la emoción
(Forgas, 1995). Algunos ejemplos de procesamiento constructivo pueden ser la resolución de
problemas, la elaboración y la cumplimentación de la información que falta. En este contexto, algunos
estudios que no encuentran efectos de las emociones pueden estar utilizando tareas más
reproductivas en contraposición a tareas más constructivas (Bohn-Gettler, 2019). Por ejemplo, BohnGettler y McCrudden (este número) encontraron que las emociones positivas facilitaban la adopción
del procesamiento inferencial al pensar en voz alta sobre texto consistente en creencias. Estas
hipótesis relacionadas con la tarea se beneficiarían de la validación en futuras investigaciones que
comparen directamente diferentes tipos de tareas para determinar las influencias relativas de la
emoción. Por último, el modo en que las emociones influyen en el procesamiento puede depender del
proceso que se esté investigando (Bohn-Gettler, 2019). Por ejemplo, una teoría relevante que surge de
la literatura de la cognición es que todos los individuos poseen limitaciones en sus recursos
cognitivos-particularmente su memoria de trabajo o a corto plazo (Kintsch & van Dijk, 1978; Miller,
1956). En investigaciones anteriores se ha documentado que la información emocional ( ),
especialmente la información emocional con valencia negativa o altamente activadora, es más
destacada que la información no emocional (Payne y Corrigan, 2007). Por lo tanto, la información
emocional utiliza más recursos cognitivos que la información no emocional, lo que impone
restricciones adicionales a unos recursos cognitivos ya de por sí limitados (Meinhardt y Pekrun,
2003). Esto puede influir en los recursos de atención/procesamiento , en las dificultades para inhibir
la producción de pensamientos irrelevantes para la tarea y en la resolución de problemas.
estrategias de resolución de problemas (Ellis y Ashbrook, 1988, 1989; Seibert y Ellis, 1991).
En línea con las teorías de asignación de recursos, el marco PET (Bohn-Gettler, 2019) propone que
las emociones (especialmente las negativas) pueden introducir restricciones adicionales en los
recursos cognitivos que pueden interferir con el procesamiento del texto y del discurso para tareas
constructivas (pero no siempre reproductivas) (Bohn-Gettler & Rapp, 2011; Ellis, Moore et al., 1997;
Yang et al., 2013). Sin embargo, las condiciones en las que las emociones imponen restricciones
adicionales en la memoria y cómo esto influye en el rendimiento es un área digna de investigación
futura. Mensink (en este número) estudia cómo los detalles seductores contienen información
emocional, que desvía la atención del contenido más informativo y relevante para el punto principal
del texto.
Como ejemplo de otro proceso invocado en las experiencias discursivas, Bower y sus colegas
teorizaron que las emociones representan conceptos dentro de una red semántica, descubriendo que
experimentar una emoción o encontrarse con información emocional activa conceptos relacionados
con la emoción a través de una propagación de la activación (Bower, 1981; Schwarz y Skurnik, 2003).
Por ejemplo, cuando se aprenden contenidos mientras se experimenta una emoción concreta, es más
probable que los individuos atiendan, interpreten, aprendan y recuerden información congruente con
su emoción (Bower et al., 1981; Mayer, 1986). También son más propensos a recordar ese contenido
más tarde al experimentar la emoción que estaba presente cuando aprendieron inicialmente la
información (Bower et al., 1978; De l'etoile, 2002). Como otro ejemplo, los individuos son más
propensos a interpretar información ambigua de forma congruente con sus emociones (Ferraro et al.,
2003; Halberstadt et al., 1995).
Basado en las teorías de la red semántica, el marco de la TEP (Bohn-Gettler, 2019) plantea la
hipótesis de que la experiencia de las emociones puede activar otros conceptos relevantes para la
emoción dentro de la red semántica, que pueden dar lugar a los efectos de congruencia descritos
anteriormente (Bower, 1981; Ferraro et al., 2003; De l'etoile, 2002; Schwarz & Skurnik, 2003). Sin
embargo, las emociones también pueden influir en el número de conceptos de la red semántica
considerados relevantes al servicio de la comprensión de un texto o experiencia discursiva. Por
ejemplo, las emociones negativas pueden restringir el número de conceptos considerados relevantes;
mientras que, las emociones positivas mantienen o amplían el número de conceptos considerados
relevantes (Bohn-Gettler, 2019; Fiedler & Beier, 2014; Gasper & Clore, 2002; Serano et al., 2015;
Srinivasan & Hanif, 2010). Esta es un área digna de futuras pruebas e investigaciones. En este número
PROCESOS DISCURSIVOS
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especial, Mensink descubrió que los lectores que experimentaban emociones positivas eran más
susceptibles a los detalles seductores de un texto, lo que se traducía en una disminución del recuerdo
del contenido científico. Del mismo modo, Bohn-Gettler y McCrudden (en este número)
descubrieron que los participantes con emociones positivas más elevadas eran más propensos a pasar
más tiempo leyendo textos irrelevantes para la tarea que textos relevantes para la tarea, y a
proporcionar elaboraciones. Ambos estudios sugieren que las emociones positivas
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BOHN-GETTLER Y KAAKINEN
las emociones aumentaron el número de conceptos considerados relevantes o no disminuyeron lo
que se consideraba relevante.
Un componente importante de las experiencias de lectura y discurso es que los individuos integran
la información entrante con su representación mental en desarrollo y luego validan esta información
de acuerdo con su conocimiento previo para determinar su probabilidad y precisión (Cook y O'Brien,
2014; Richter, 2015). Además, los individuos a menudo deben hacer inferencias para completar la
información que falta en el texto o en la interacción comunicativa (Graesser et al., 1994). El marco
TEP argumenta que las emociones positivas deberían facilitar en general dichos procesos de
integración, validación e inferencia debido al procesamiento flexible y a la activación más amplia
asociada a las emociones positivas, pero solo cuando se requiere un procesamiento asimilativo (BohnGettler, 2019). Cuando se requiere acomodación, como cuando se trabaja para superar un concepto
erróneo, las emociones negativas pueden facilitar la integración y la validación. Además, la naturaleza
de la tarea importa; tales efectos de la emoción se observaron solo para tareas con un cierto grado de
ambigüedad y que, por lo tanto, requerían un procesamiento más constructivo (Bohn-Gettler, 2019;
Bohn-Gettler y Rapp, 2011).
Jacobson et al. (este número) y Trevors (este número) demuestran que las emociones con valencia
negativa que facilitan la acomodación pueden no producirse cuando el nivel de amenaza es lo
suficientemente alto como para desencadenar un procesamiento asimilativo que promueva la
protección de las creencias. Por lo tanto, el modo en que las emociones influyen en el procesamiento
puede producirse a través de distintos canales. En ausencia de una amenaza para la propia identidad,
las emociones positivas pueden estar asociadas con el procesamiento asimilativo y las emociones
negativas con el procesamiento acomodativo. Sin embargo, los sentimientos de amenaza podrían
inducir un objetivo descendente de preservación de creencias, anulando los efectos tradicionales de la
emoción. Esto habla de la importancia de considerar las características de la tarea y el contexto al
estudiar las emociones y el procesamiento (Bohn-Gettler, 2019). Las investigaciones futuras deberían
centrarse en comprender no solo si se producen efectos diferenciales en función de los procesos de
integración, validación e inferencia, sino también en las condiciones en las que esto ocurre.
Conclusiones
El estudio de las emociones durante las experiencias de procesamiento del discurso es complejo y
multifacético, por lo que es crucial que la investigación futura sea específica sobre el proceso, la
emoción y la tarea bajo investigación (Bohn-Gettler, 2019). Los artículos de este número especial
atienden a estas cuestiones, ofreciendo una interpretación más coherente de los hallazgos, a la vez que
ayudan a identificar retos clave y áreas de fortaleza.
Debido a que el campo de las emociones en el aprendizaje y el procesamiento del discurso está
todavía en sus primeras etapas, el campo está maduro para nuevas investigaciones que identifiquen y
llenen los vacíos en nuestro conocimiento. Como ejemplo, aunque el marco PET (Bohn-Gettler,
2019) y el modelo de poética neurocognitiva (Jacobs, 2015) ofrecen hipótesis relacionadas con cómo
las emociones desempeñan un papel durante el procesamiento del discurso y las experiencias
estéticas, es necesario probar más conexiones entre la emoción y la cognición. Es importante entender
cómo las emociones influyen en el procesamiento general, pero es fundamental considerar también
cómo las emociones pueden cambiar dinámicamente durante las experiencias discursivas. Tal trabajo
puede requerir innovaciones metodológicas relacionadas con el estudio de la valencia frente a la
activación, y requiere que las categorías de emoción (por ejemplo, Dever et al., en este número) se
prueben de manera continua a través de la lectura y las experiencias comunicativas.
Para comprobar las hipótesis sobre cómo surgen las emociones y cómo afectan al procesamiento y
la comprensión del discurso, se deben emplear medidas que reflejen el procesamiento emocional y
cognitivo en curso. Por ejemplo, la vinculación de las medidas ANS de excitación emocional con las
medidas de procesamiento (por ejemplo, el seguimiento ocular) permitiría a los investigadores probar
hipótesis sobre cómo las emociones afectan a la asignación de la atención y al procesamiento de la
información que se va a aprender (véase Mason et al., 2020). Medir tanto el procesamiento como los
cambios emocionales a medida que ocurren conjuntamente ofrecería información sobre cómo
interactúan los procesos emocionales y cognitivos; por ejemplo, si las emociones positivas facilitan la
PROCESOS DISCURSIVOS
13
integración y la elaboración de la información y si las emociones negativas restringen el alcance del
procesamiento (Bohn-Gettler, 2019). Además, se necesitarían combinaciones de medidas que
aprovechen las diferentes facetas de la emoción (experiencial, fisiológica, conductual) y el
procesamiento para comprender plenamente la naturaleza de las diferentes respuestas emocionales y
la interacción de los procesos emocionales y cognitivos. La triangulación de medidas
14
BOHN-GETTLER Y KAAKINEN
avanzar en la comprensión del vínculo entre la experiencia subjetiva de una emoción y su
manifestación en la fisiología y el comportamiento en diferentes contextos.
Existe un debate teórico en curso sobre la naturaleza de las emociones, que influye en las opciones
metodológicas para medir las emociones. Por ejemplo, pruebas neurocientíficas recientes sugieren que
diferentes categorías de emociones activan distintas redes neuronales en el cerebro (véase Nummenmaa y
Saarimäki, 2019) y, por lo tanto, cabe esperar que ejerzan diferentes influencias en los procesos cognitivos.
Para avanzar en la comprensión de la interacción de las emociones y la cognición durante el
procesamiento del discurso, sería útil especificar qué emoción se está investigando. Naturalmente, la
elección de las categorías de emoción a priori que se van a investigar depende del punto de vista
teórico adoptado, lo que podría restringir las conclusiones que se pueden sacar.
Otra importante vía de investigación es estudiar las emociones dentro de los contextos y
experiencias de los individuos. Por ejemplo, Rouet et al. (2017) propusieron el modelo RESOLV, que
explica cómo los lectores se acercan a los textos con objetivos particulares. Estos objetivos y experiencias
dan cuenta de los contextos (social, comunicativo, físico) en los que los lectores se acercan a un texto.
Por lo tanto, documentan cómo los individuos se involucran en la lectura intencional que está
influenciada por la tarea y los contextos sociales y emocionales, que pueden cambiar la forma en que
los lectores procesan la información. Establecer nuevas conexiones con este tipo de trabajos ampliará
el significado y la amplitud del estudio de las emociones dentro del campo del procesamiento del
discurso.
En este sentido, es fundamental comprender el papel que desempeñan las emociones en la
interacción y la comunicación. Las interacciones comunicativas son complejas y ofrecen importantes
oportunidades para estudiar las emociones (Clark, 1996; Clark y Brennan, 1991; Fox Tree y Clark,
2013). Las diversas experiencias discursivas que implican diversas formas de comunicación implican
innegablemente emociones y merecen ser investigadas. Aunque los artículos de este número especial
se centran en el lector y el texto informativo, los hallazgos proporcionan puntos útiles para una
consideración profunda de cómo la emoción puede desempeñar un papel cuando los individuos
colaboran, comunican sus puntos de vista y perspectivas, construyen significados y comprenden ideas
en otras interacciones discursivas que implican discusión verbal, interacciones no verbales, lenguaje
de signos y más. Por ejemplo, cuando se aprende en díadas o en grupos pequeños, ¿de qué manera las
interacciones comunicativas y los contextos desencadenan emociones que podrían influir en el
procesamiento, el aprendizaje y las interacciones comunicativas? O bien, el contexto de un entorno en
línea, ya sea un entorno de aprendizaje o incluso un entorno de medios sociales, puede instigar
emociones de diferentes maneras (por ejemplo, Anderson et al., 2014; Kramer et al., 2014).
El estudio de la emoción en el procesamiento del discurso abre la puerta a la comprensión de la
lectura, el aprendizaje y la comunicación de una manera matizada que refleja los complejos contextos
en los que se producen las actividades. Aunque la realización de tal trabajo presenta desafíos y
complicaciones, también amplía la relevancia del campo del procesamiento del discurso a campos
como el aprendizaje, el comportamiento, la emoción y la educación. Esperamos que este número
especial inspire más investigación que construya puentes interdisciplinares y mejore nuestras vidas a
través de la mejora de la comunicación, el aprendizaje y la comprensión.
Declaración de divulgación
No tenemos ningún conflicto de intereses que revelar.
Financiación
Este trabajo ha contado con el apoyo de la beca [334266] de la Academia de Finlandia a Johanna K. Kaakinen.
ORCID
Catherine M. Bohn-Gettler http://orcid.org/0000-0002-8036-4466
Johanna K. Kaakinen http://orcid.org/0000-0002-2970-826X
PROCESOS DISCURSIVOS
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