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Estabilizacion lumbopelvica

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Efectividad de un programa de estabilización lumbopélvica para el
tratamiento del dolor de espalda bajo inespecífico. Una revisión sistemática de
la literatura
Article · January 2015
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Alberto Manzanares
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Universidad de Sevilla
Departamento de Educación Física y Deporte
Facultad de Ciencias de la Educación
Sevilla, España
TRABAJO FIN DE GRADO
Efectividad de un programa de estabilización
lumbopélvica para el tratamiento del dolor de espalda bajo
inespecífico. Una revisión sistemática de la literatura
Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte
4º curso
Trabajo fin de Grado presentado por:
D. Alberto Manzanares Villarán
Bajo la dirección de:
D. Jesús del Pozo Cruz
Año 2015
2
Dr. D. JESÚS DEL POZO CRUZ, DOCTOR EN CIENCIAS DE LA ACTIVIDAD
FÍSICA Y DEL DEPORTE Y PROFESOR DEL DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN
FÍSICA Y DEPORTE, EN LA SECCIÓN DEPARTAMENTAL A, DE LA
UNIVERSIDAD DE SEVILLA
CERTIFICA:
QUE EL TRABAJO FIN DE GRADO REALIZADO POR D. ALBERTO
MANZANARES VILLARÁN CON TÍTULO: “EFECTIVIDAD DE UN
PROGRAMA DE ESTABILIZACIÓN LUMBOPÉLVICA PARA EL
TRATAMIENTO DEL DOLOR DE ESPALDA BAJO INESPECÍFICO. UNA
REVISIÓN SISTEMÁTICA DE LA LITERATURA”, REALIZADO BAJO MI
DIRECCIÓN, REÚNE LOS REQUISITOS NECESARIOS DE ORIGINALIDAD Y
RIGOR CIENTÍFICO PARA SER DEFENDIDO PUBLICAMENTE Y OPTAR AL
GRADO EN CIENCIAS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y DEL DEPORTE DE LA
UNIVERSIDAD DE SEVILLA
Y PARA QUE CONSTE A LOS EFECTOS OPORTUNOS, FIRMO LA PRESENTE
EN SEVILLA, A DE SEPTIEMBRE DE 2015
Dr. D. JESÚS DEL POZO CRUZ
3
4
5
ÍNDICE DE CONTENIDOS
ÍNDICE DE TABLAS Y FIGURAS………………………..……….…...…………….7
RESUMEN Y PALABRAS CLAVE……..……………………………………….......10
LISTA DE ABREVIATURAS……………………………………………………......11
1. INTRODUCCIÓN……………………………..………………………..…...........12
1.1 El dolor de espalda bajo en la sociedad actual…………………..………………..13
1.2 El dolor de espalda baja…………………………………………...……………..15
2. DOLOR DE ESPALDA BAJO INESPECÍFICO……………………………….16
2.1 Concepto..……………………………………………….…..…………………..16
2.2 Diagnóstico……………………………...………………………………………16
2.3 Factores de riesgo…………………………………..……………………............16
2.4 Etiología…………………………...………………………………………….…17
2.5 Relación ejercicio y evolución………...…………………………………….......17
2.6 Clasificación ………………………...………………………………………......17
2.7 Tratamiento..………………………...…………………………………………..18
3. ANATOMÍA Y BIOMECÁNICA DE LA ZONA BAJA DE LA ESPALDA…..20
4. EJERCICIO TERAPÉUTICO PARA EL DOLOR DE ESPALDA BAJA
INESPECÍFICO……………………………………………………………..........24
5. LOS EJERCICIO DE ESTABILIZACIÓN LUMBAR.…………………...........25
5.1 Musculatura implicada………………………………………….……………….25
5.2 La importancia del multífido………………..……………………………...........26
5.3 Quién puede formar parte del programa……...………………………………….26
5.4 Conceptos que debemos conocer previamente…………………………………..27
5.5 La hipótesis sobre la inestabilidad espinal de Panjabi……………………............27
5.6 Disbalance muscular ………………………….…………………………………28
5.7 Diagnóstico según el modelo de estabilización lumbopélvica……………...........31
5.7.1 Test de valoración física………..…………………………………...........31
5.7.2 Valoración del estado general relacionado con el dolor de espalda
bajo…………………………………..…...………………………………40
5.8 Objetivos del método de estabilización…………...….………...….…………….40
6. PROGRAMA DE ESTABILIZACIÓN LUMBOPÉLVICA……….…………..41
6.1 Fases del tratamiento……………………………………………………………42
6.1.1 Etapa inicial…….......…………………….……………………….……….42
6.1.2 Etapa intermedia...……………………….…………………………...........43
6.1.3 Etapa final……………………………….…………………………….......45
7. JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS…………...…………………..………...........48
8. METODOLOGÍA…………………………….……………..…………………….49
8.1 Criterios de inclusión y exclusión………………………………………………..49
6
8.2 Estrategias de búsqueda………………………………………………………….49
8.3 Evaluación de la calidad. Riesgo de sesgo…….…………………………………51
9. RESULTADOS………………....……………………..………..…………………53
9.1 Artículos seleccionados…………………………………………………………53
9.2 Análisis de la calidad y riesgo de sesgo…………………………………………53
9.3 Resultados artículos incluidos…………………………………………………...53
10. DISCUSIÓN Y LIMITACIONES….…….………..…………………….……….61
10.1 Discusión ……………………...……………………………………………….61
10.2 Limitaciones…………………….……………………………..……………….62
11. CONCLUSIONES………………………………………………………………...64
BIBLIOGRAFÍA………………….………………………………………………….65
7
ÍNDICE DE TABLAS Y FIGURA
TABLAS
Tabla 1. Enfermedades reumatoides distribuidas por frecuencia en relación a la edad en
la población española……………………………………………………………...........12
Tabla 2. Visitas al médico, consumo de pastillas anti-inflamatorias no esteroideas, y
compensaciones por discapacidad relacionada con afecciones musculoesqueléticas
específicas en población española………………………………………………………13
Tabla 3. Prevalencia por 100 habitantes de las principales enfermedades en España, por
sexos……………………………………………………………………………………14
Tabla 4. Factores de riesgo para el dolor lumbar ocupacional…………………………..17
Tabla 5. Clasificación del dolor de espalda bajo inespecífico…..………………………18
Tabla 6. Clasificación de músculos estabilizadores y movilizadores que afectan al
DEB…...………………………………………………………………………………..29
Tabla 7. Métodos utilizados en los artículos de la revisión bibliográfica para evaluar dolor,
condición física, discapacidad física y Calidad de Vida Relacionada con la Salud entre
otros parámetros………………………………………………………………………...40
Tabla 8. Nivel de evidencia del Instituto Holandés para la mejora de la salud
CBO…………………………………………………………………………………….51
Tabla 9. Resultados escala PEDro y CBO………………………………….…………..52
Tabla 10. Características de los artículos incluidos…………………………….……….58
FIGURAS
Figura 1. Representación de la columna vertebral………….………………….………..20
Figura 2. Representación de las vértebras lumbares…………………………………….21
Figura 3. Representación de los ligamentos vertebrales…….…………………………..22
Figura 4. Representación básica de las raíces nerviosas a nivel de la columna
lumbar…………………………………………………………………………………..22
Figura 5. Representación del músculo multífido…………………….………………….26
Figura 6. Disbalance muscular relacionado con la postura……..……………………….30
Figura 7. Rigidez corporal relativa………………………………………………...........30
Figura 8.a. Thomas test (sin acortamiento)………………………..…………………….32
Figura 8.b. Thomas test (Psoas-iliaco acortado)…………………………………...........32
8
Figura 8.c. Thomas test (Recto femoral acortado)…………………….…………...........33
Figura 9.a. Ober test (Posición inicial)………………………..………………………...33
Figura 9.b. Ober test (Posición final)……………………….……………………...........34
Figura 10. Test de elevación de la pierna recta…………………………….……………34
Figura 11.a. Valoración del balance muscular en el glúteo medio (Posición
inicial)…………………………………………………….…………………………….35
Figura 11.b. Valoración del balance muscular en el glúteo medio (Posición
final)………………………………………………………………...……….………….35
Figura 12. Test de Biering Sorensen…………………………..…………..…………….36
Figura
13.
Test
prono
de
vaciamiento
abdominal
utilizando
biofeedback……………………………………………………………….…………….37
Figura 14.a. Test rock-back (Posición inicial)……………………………….………….38
Figura 14.b. Test rock-back (Posición final) ……………………………...…………….38
Figura 15. Test elevación pierna……………………………………..………………….39
Figura 16. Test flexión de cadera……………………………………….……………….39
Figura 17. Contracción abdominal con flexión de cadera……………………………….42
Figura 18. Contracción abdominal con elevaciones alternativas de las
extremidades……………………………………………………………...…………….43
Figura 19. Cuadrupedia con co-contracción de transverso y el multífido.
…………………………………………………………………………....…………….44
Figura 20. Cuadrupedia con elevación de una pierna y el brazo contrario mientras
mantenemos la contracción………………………………………….………………….44
Figura 21. Extensión del tronco………………………………………...……………….45
Figura 22.a. Puente lateral………………………………………………...…………….46
Figura 22.b. Puente lateral + Elevación extremidad superior………………..………….46
Figura 22.c. Puente lateral + Elevación extremidad superior…………………...……….46
Figura 23. Equilibrio sobre superficie inestable…………………………………...........47
Figura 24. Diafragma de flujo de la búsqueda. …………………………..….…………..50
9
10
RESUMEN Y PALABRAS CLAVE
CONTEXTO: Los ejercicios de estabilización lumbopélvica son frecuentemente
prescritos para el tratamiento en pacientes con dolor de espalda baja. Existen programas
de ejercicios basados en dos estrategias principales en el caso del dolor de espalda bajo,
una basada en el control motor y otra con un enfoque a ejercicios más generales.
OBJETIVO: La presente revisión bibliográfica está enfocada a la realizar un análisis
sobre la efectividad de los programas de ejercicios estabilizadores en personas con dolor
de espalda baja inespecífico sobre el dolor, la calidad de vida y otros aspectos
relacionados con la patología.
MÉTODO: Para la revisión sistemática se llevaron a cabo consultas científicas en
diferentes fuentes de datos (Pubmed, PEDro, Dialnet Plus y Sport Discus), dentro del
periodo entre los años 2010 a 2015 con las combinaciones “Low Back Pain” “AND”
“Stabilization Exercises”. Fueron revisados los ensayos clínicos aleatorios que llevaron a
cabo una evaluación de los efectos de un programa de ejercicios estabilizadores basados
en el control motor, respecto a un enfoque de ejercicio general o complementariamente
en sujetos con dolor de espalda baja. La calidad de la literatura fue medida mediante la
escala PEDro y las directrices de CBO.
RESULTADOS: Se seleccionaron diez estudios. La evidencia de estos estudios sugiere
que el tratamiento mediante un programa de ejercicios de estabilizadores, basados en el
control motor, puede ser eficaz para la reducción de aspectos relacionados con el dolor
de espalda bajo inespecífico.
CONCLUSIONES: Los ejercicios de estabilización en pacientes con dolor de espalda
baja inespecífico son una herramienta útil para la disminución del dolor y la discapacidad,
así como para la mejora de otros aspectos relacionados con la patología, además de tener
una mayor efectividad respecto a tratamientos de ejercicios generales.
PALABRAS CLAVE: Dolor de espalda baja, Ejercicios estabilizadores, Multífidos,
Transverso Abdominal
11
LISTA DE ABREVIATURAS
CVRS - Calidad de Vida Relacionada con la Salud
CBO - National Organization for Quality Assurance in Hospitals
DEB - Dolor de Espalda Bajo
DEBI - Dolor de Espalda Bajo Inespecífico
DEBC - Dolor de Espalda Bajo Crónico
EADG - Escala de Ansiedad y Depresión de Golberg
EES - Encuesta Europea de Salud
EPR – Test Elevación de la Pierna Recta
EQ-5D-5L - Questionnaire, five dimensions, three levels
FRI - Functional Rating Index questionnaire
INE – Instituto Nacional de Estadística
IPAQ - International Physical Activity Questionnaire
MF – Músculo multífido
ODI - Oswestry Disability Index
PBU – Unidad de Presión Biofeedback
PEDro - Physiotherapy Evidence Database
PRISMA - Preferred Reporting Items for Systematic reviews and Meta-Analyses
RMDQ - Cuestionario Rolland Morris
SF-36 - Short Form Health Survey
SER - Sociedad Española de Reumatológica
ESL - Ejercicios Estabilizadores
TR - Músculo transverso abdominal
VAS - Visual Analog Scale
12
1. INTRODUCCIÓN
Acabar con el dolor crónico o al menos disminuir su repercusión social, es un reto para
los investigadores actualmente (Gureje, Von Korff, Simon, & Gater, 1998). El dolor
cuando es persistente en el tiempo, no sólo merma el bienestar del individuo, si no que
afecta negativamente a sus relaciones sociales y familiares, además de afectar al
desarrollo normal de sus obligaciones laborales (Manchikanti, Singh, Datta, Cohen, &
Hirsch, 2009).
Los datos muestran como el dolor crónico lejos de disminuir, crece entre la población
(Freburger et al., 2009; Harkness, Macfarlane, Silman, & McBeth, 2005), ayudar al
diagnóstico y tratamiento es de importancia capital para atenuar su impacto sobre todo
tipo de aspectos y ámbitos de la vida (Elliott, Smith, Hannaford, Smith, & Chambers,
2002; Stewart, Ricci, Chee, Morganstein, & Lipton, 2003). A día de hoy podemos decir
que se han producido grandes avances en el manejo del dolor crónico (Gatchel, Peng,
Peters, Fuchs, & Turk, 2007), pero estamos lejos aún lejos de tenerlo bajo control.
De entre todas las afecciones que pueden producir dolor crónico, son las enfermedades
reumáticas y musculoesqueléticas las de mayor importancia, estas son causa importante
de morbilidad en Europa. Según el Eurobarómetro de 2007, el 22% de la población
europea sufre o ha sufrido alguna enfermedad crónica musculoesquelética. El dolor es un
síntoma frecuente en las enfermedades musculoesqueléticas y uno de los principales
motivos de discapacidad asociada. Según el Eurobarómetro, un tercio de las personas
encuestadas (32 %) refería dolor en músculos, articulaciones, cuello o espalda hasta el
punto de afectar a sus actividades diarias normales en la semana previa a la encuesta, y
un 25 % habían experimentado dolor crónico musculoesquelético limitante.
Según el último estudio de la Sociedad Española de Reumatológica (SER) dentro de las
enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas, mostró una prevalencia de la lumbalgia
de un 44.8%, la artrosis de rodilla 10.2%, la artrosis de mano 6.2%, la osteoporosis 3.4%,
la fibromialgia 2.4% y la artritis reumatoide 0.5%. Su distribución varía en función del
sexo y los grupos de edad. Otros determinantes son el tipo de población y clase social.
Todos estos inciden negativamente, y de forma significativa en las puntuaciones en los
cuestionarios de función y calidad de vida, existiendo además diferencias significativas
frente a otras enfermedades crónicas (TABLA 1).
Tabla 1. Enfermedades reumatoides distribuidas por frecuencia en relación a la
edad en la población española.
Intervalos de edad
Afección
20-29
30-39
40-49
50-59
60-69
Artritis reumatoide
1 (.2)
1 (.2)
2 (.5)
1 (.3)
3 (1.0)
Dolor de espalda bajo
29 (8.9)
53 (16.3)
57 (17.5)
64 (21.2)
69 (21.2)
Osteoartritis de rodilla
2 (.4)
3 (.7)
13 (3.5)
32 (9.8)
88 (28.1)
Osteoartritis de mano
4 (1.1)
22 (6.7)
48 (15.3)
Fibromialgia
7 (1.6)
18 (4.9)
12 (3.7)
9 (2.9)
Valores expresados como porcentaje (%) ± DE. Fuente. Adaptado de Carmona y cols. (2001)
70-79
1 (.5)
40 (12.3)
69 (33.7)
49 (23.9)
6 2.9)
≥ 80
1 (2.7)
13 (4.0)
16 (21.3)
13 (17.3)
-
Un 20,6% de la población española consume pastillas antiinflamatorias no esteroideas
regularmente y un 33% consulta anualmente al médico por problemas osteomusculares.
13
Las enfermedades osteomusculares están relacionadas en el 50,7% de las incapacidades
laborales (Carmona, Gabriel, Ballina, & Laffon, 2001).
El gasto en recursos sanitarios (medicamentos, ingresos médicos y consultas médicas),
derivado de estas enfermedades, en algunos casos crónicas, en España alcanza cifras
llamativas (TABLA 2). Los medicamentos contra el dolor osteoarticular o muscular son
los consumidos por un mayor porcentaje de población en las últimas dos semanas de la
Encuesta Europea de Salud (EES) de 2009 en España.
Tabla 2. Visitas al médico, consumo de pastillas anti-inflamatorias no esteroideas, y
compensaciones por discapacidad relacionada con afecciones musculoesqueléticas
específicas en población española
Afección
Artritis reumatoide
Dolor de espalda bajo
Cualquier
número
72.7*
61.2*
Osteoartritis de rodilla
Osteoartritis de mano
66.4*
58.8*
En el pasado año
Consultó al médico por síntomas musculoesqueléticos
≥ 2 médicos
Consumió AINE >
Recibió compensaciones por discapacidad
1
27.3
63.6*
9.1*
25.8*
40.9*
8.0*
26.8*
22.8*
45.7*
38.2*
5.4*
2.2†
Fibromialgia
76.9*
42.3*
55.8*
7.7*
Otras distintas
25.3*
8.1*
14.3*
1.7*
Valores expresados como %; *: p< 01 y †: p<.05 referidos a las diferencias existentes entre sujetos que se ven afectados por las
condiciones musculoesqueléticas definidas en comparación con aquellos sujetos no afectados por dichas condiciones. Fuente.
Tomado de Carmona y cols. (2001)
La enfermedad reumática en la que vamos a centrarnos es el dolor de espalda bajo (DEB),
también denominado dolor lumbar.
1.1 El dolor de espalda bajo en la sociedad actual
En las sociedades occidentales el dolor de espalda, y concretamente el de la zona baja de
la espalda, es uno de los mayores problemas de salud pública en la población. Acompaña
al ser humano debido a su condición bípeda, pues esta es responsable del excesivo soporte
de peso del segmento vertebral L3-L5, de sus estructuras nerviosas, vasculares y músculo
ligamentosas. La zona baja de la espalda o zona lumbar suele soportar grandes
sobrecargas y se ve sometida a dolor en muchas ocasiones (Seguí Díaz & Gérvas, 2002).
El dolor lumbar en la población general se estima que oscila en entre el 22 y el 65%
(Walker, 2000). Según la ESS de 2009 en España, el DEB y cervical aparece como uno
de los trastornos más frecuentes en la población adulta, sólo superado por la hipertensión
arterial. Además, los datos muestran un aumento con la edad y a medida que
desciendemos en la escala social.
El 80% de la población padecerá DEB en algún momento a lo largo de sus vida (Poole,
Kumpfer, & Pett), y de este porcentaje, entre un 7-10% desarrollará dolor crónico de
espalda y el 1% discapacidad física (Nykänen & Koivisto, 2004). El DEB no sólo produce
dolor, también puede afectar a la pérdida de función y al estilo de vida (Katz, 2006).
El dolor de espalda es cada vez más común en pacientes de entre 20 y 40 años, debido
especialmente al desarrollo económico y a los cambios laborales que se están dando en la
14
sociedad (Puolakka, Ylinen, Neva, Kautiainen, & Häkkinen, 2008). El DEB tiene una alta
recurrencia y es uno de los problemas que produce mayor gasto sanitario, en Estados
Unidos, por ejemplo, de cada 30 billones de dólares gastados en su tratamiento,
aproximadamente el 95% es destinado a pacientes recurrentes (Soni, 2013). Incluso con
los tratamientos más habituales que incluyen la psicología conductual y la terapia
farmacológica, más del 80% de las personas tendrán un dolor persistente por más de 12
meses (Institute of Medicine, 2011).
Según la Encuesta Nacional de Salud del Instituto Nacional de Estadística (INE)
(2011/12) de España, es el trastorno crónico más frecuente afectando a un 18.6% de la
población adulta (15 y más años), con una mayor prevalencia en mujeres que hombres,
además aparece como la segunda enfermedad crónica en mujeres con un 22.8% de
prevalencia y la segunda en hombres con un 14.3% de casos (Woolf & Pfleger, 2003).
Tabla 3. Prevalencia por 100 habitantes de las principales enfermedades en España,
por sexos
Enfermedad
Prevalencia
(%)
Intervalo de
confianza
(IC) (95%)
[12.2-17.4]
[2.6-4.2]
[8.5-11.9]
[5.9-6.5]
Total población
afectada (n)
Mujeres
(%)
Hombres
(%)
Lumbalgia puntual
14.81
6.000.000
17.8
11.3
Osteoporosis
10.5
4.320.000
15.6
8.4
Artrosis de rodilla
10.2
4.200.000
14.0
5.7
Artrosis de manos
6.2
2.500.000
9.5
2.3
Artrosis de cadera (1)
4.0
200.000
4.0
4.0
Fibromialgia
2.4
[1.5-3.2]
900.000
4.2
0.2
Artritis reumatoide
0.5
[0.3-0.9]
200.000
0.8
0.2
Espondilitis anquilosante
0.1
41.000
0.01
1.0
(1)
Lupus
eritematoso
0.009
4.000
0.01
0.0001
sistémico
* Todos los datos son nacionales y tomados de EPISER (Sociedad Española de Reumatología, 2000) (1) excepto los datos
de artrosis de rodilla y espondilitis anquilosante (2004) que son datos no publicados para población española de Dawson
J, Linsell L, Zondervan K, Rose P, Randall T, Carr A, et al. Epidemiology of hip and knee pain and its impact on overall
health
status
in
older
adults.
Reumatology
(Oxford).
2004;43;497-504.
Tomado
de
http://www.msssi.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/Estrategia_en_enfermedades_reumaticas_Accesible.pdf
El DEB es en la actualidad una patología muy frecuente en la población de las sociedades
occidentales como hemos podidos ver, pero no sólo conlleva consecuencias físicas,
socioeconómicas, generadas por el dolor y que afecta a la calidad de vida, el desarrollo
de actividades cotidianas, laborales y sociales.
Existe actualmente una creciente necesidad de controlar el impacto que las afecciones
crónicas producen. En el caso del DEB, mediante el ejercicio físico podemos intentar
mitigar sus efectos y consecuencias, mediante la prevención de su aparición o la
cronificación en el tiempo.
Según las investigaciones y la literatura a nivel internacional podemos saber que un 80%
del gasto económico empleado en el tratamiento del DEB es consumido por un grupo
reducido (10%) de pacientes que desarrollan una sintomatología crónica (Murphy &
Courtney, 2000). Se estima que en un 12% de los casos de personas tratadas de DEB, el
problema es suficientemente grave como para afectar a la calidad de vida individual, a
15
sus relaciones familiares-sociales y a su capacidad laboral (Hoy et al., 2010). Por tanto se
trata de un problema a nivel internacional, especialmente de países desarrollados.
Los datos sitúan a nuestro país a la cabeza de la Unión Europea en relación a la afección
del DEB. Siendo la principal causa de baja laboral, según los últimos datos, con un
promedio del 12.54% sobre el total de bajas laborales. Los costes medios anuales
derivados de las jornadas laborales no desarrolladas por consecuencia del DEB conllevan
un 10.67% de los costes totales dedicados a incapacidades laborales, llegando a la cifra
de 195 millones de euros/año (Salvans & González-Viejo, 2008). Por tanto tiene unos
enormes gastos económicos en relación al ámbito laboral y sanitario.
1.2 El dolor de espalda bajo
Encontramos diferentes definiciones del DEB, también denominado dolor lumbar,
lumbalgia o lumbago. Anderson en 1986 define el dolor lumbar como cualquier sensación
dolorosa localizada por debajo de la duodécima costilla y por encima del pliegue glúteo
inferior, con o sin dolor en la pierna (Anderson, 1986) esta definición es la más extendidas
en la actualidad en las consultas médicas.
Dentro de los tipos de dolor lumbar, nos queremos centrar en el de mayor prevalencia
según datos de EPISER, concretamente nos vamos a centrar en el Dolor de Espalda Bajo
Inespecífico (DEBI) en relación a la causa de la patología.
16
2. DOLOR DE ESPALDA BAJO INESPECÍFICO
2.1 Concepto
El concepto DEB suele emplearse para referirse a todos los pacientes que acuden a la
consulta médica con dolor en la zona baja de la espalda, entre la última costilla y el pliegue
glúteo. Los pacientes con dolor en esta zona y que se les irradia además a la zona de la
pierna (la llamada “ciática”), son también incluidos dentro de los pacientes con DEB, ya
que el dolor emana de la zona posterior y está relacionado con sus estructuras nerviosas
(Kovacs, Abraira, Zamora, & Fernández, 2005). El dolor lumbar o DEB es clasificado
generalmente en: a) Patologías específicas del raquis, b) Dolor de la raíz nerviosa o
radicular, c) Dolor lumbar inespecífico (cuya causa se desconoce) (Napolitano & Marcus,
2002). Además suele mencionarse que el DEB es crónico cuando supera las 12 semanas
de duración. Es clasificado como subagudo cuando aparece después de al menos 6 meses
sin aparecer, con una duración de 2 a 6 semanas y agudo cuando dura entre 1 y 2 semanas.
2.2 Diagnóstico
No existe consenso sobre el diagnóstico del DEB, lo cual no ayuda a su tratamiento, ni
tampoco ofrece garantías sobre su recuperación y arroja incertidumbre sobre su
pronóstico como enfermedad (Nordin, Balaguér, & Cedraschi, 2006).
2.3 Factores de riesgo
Los factores de riesgo aumentan o disminuyen la probabilidad de que aparezca una
determinada enfermedad. En el caso del DEBI se determinan la siguiente clasificación
(Ferguson, Allread, Burr, Heaney, & Marras, 2012):
Individuales:
- Físicos: Se incluyen la edad, el sexo, el tabaquismo, antecedentes y la raza como
factores de riesgo en el DEBI (Ferguson et al., 2012). A estos se les puede incluir el
nivel de fitness y el nivel de fuerza de la espalda (M. and B. W. K. Van Tulder, 2007).
Biomecánicos: se consideran factores de riesgo biomecánicos a la manipulación de
objetos pesados, movimientos del tronco como la flexión y torsión, el trabajo físico
elevado o intenso, la frecuencia, la exposición a vibraciones, los ejercicios isométricos,
etc. (Nelson-Wong, Gregory, Winter, & Callaghan, 2008; Pargali & Jowkar, 2010; Shaw,
Main, & Johnston, 2011).
Psicosociales: Laborales, el estrés, la ansiedad, el estado de ánimo, funcionalidad y el
comportamiento ante el dolor (Kumar et al., 2012; M. and B. W. K. Van Tulder, 2007)
- Laborales: un 37% de los casos de dolor lumbar son atribuibles a factores de riesgo
laborales, del cual en un 85% de los casos no existe ninguna patología orgánica
específica e identificable (Kumar et al., 2012). La satisfacción con el empleo, el estrés
laboral y el reconocimiento del trabajo (Lefevre-Colau et al., 2009). Un comité
estableció una serie de factores de riesgo para el dolor lumbar ocupacional
(relacionado con la actividad laboral) clasificados de mayor a menor con una
puntuación (Tabla 4).
17
Tabla 4. Factores de riesgo para el dolor lumbar ocupacional
Factores
Descripción
Puntuación
Factores laborales
Requerimientos físicos del trabajo,
ocupación, satisfacción del trabajo,
trabajador independiente e historial
laboral, entre otros
20.1 puntos
Factores psicosociales
Síntomas psicológicos, autoeficacia,
tipo de personalidad, problemas
cotidianos
20.1 puntos
Factores de lesión
Compensabilidad y falta de
percepción
18.5 puntos
Factores diagnósticos
Dolor, ausencia de ciática, hallazgos
físicos
15.4 puntos
Factores demográficos
Educación, edad y otros
8.2 puntos
Factores de historia médica
7.9 puntos
Factores de comportamiento en salud
5.4 puntos
Factores antropométricos
4.5 puntos
Basado en (Frymoyer, 1992). Fuente. Tomado de (Tolosa-Guzmán, Romero, & Mora, 2012)
2.4 Etiología
En solo un 20% de las lumbalgias de origen mecánico se conoce la causa que las produce,
según el Manual de la SER de diagnóstico y tratamiento de las enfermedades reumáticas
autoinmunes y sistemáticas. El resto son por causa desconocida. Además la falta de
consenso no ayuda a poder hallar respuesta y no ayuda al tratamiento como ya hemos
mencionado anteriormente.
2.5 Relación ejercicio y evolución
El ejercicio es hasta la actualidad el método que mayores evidencias ha arrojado sobre su
idoneidad en el tratamiento del DEB, con mejoras o beneficios que superan con creces el
dolor producido por el tratamiento y en función de su comparación con otra intervención
(Hayden, van Tulder, Malmivaara, & Koes, 2005).
La prescripción de ejercicio terapéutico, abarca una amplia gama de intervenciones, desde
técnicas de estiramientos, fortalecimiento, acondicionamiento aeróbico y anaeróbico,
hasta el diseño de ejercicios para la mejora del control motor sobre la columna vertebral
y sus movimientos (Jorge Rodrigo Vásquez-Ríos, & Tania Inés, 2014). Vamos a
centrarnos en estos últimos, ejercicios que mejoran el control sobre la columna vertebral
y sus movimientos, en este caso nos centraremos en los ejercicios estabilizadores (ESL).
2.6 Clasificación
Una de las clasificaciones más comunes del DEB se realiza en función del tiempo de
evolución y su etiología (causa que lo produce). En la tabla 5 podemos observar dicha
clasificación.
18
Tabla 5. Clasificación del Dolor de Espala Bajo Inespecífico
En función del tiempo de evolución
En función de la etiología
Agudo (el episodio de DEB es inferior a 6 semanas)
No mecánica o secundaria (supone un 10% de casos
de DEB.
Se incluyen en este grupo los producidos por causas
inflamatorias, infecciosas, metabólicas (osteoporosis),
tumorales (primario o metástasis), viscerales,
congénitas (espina bífida) o secundarias a los efectos de
otras enfermedades sistémicas)
Sub-agudo (el episodio de DEB dura entre 6 y 12
semanas)
Mecánica o degenerativa representan el 90% de casos
de DEB. Son aquellos casos en los que se ven afectadas
la estructura osteoarticular (cuerpo vertebral, discos
intervertebrales, ligamentos, articulaciones
interapofisarias) y la estructura muscular del raquis
generando una alteración de la biomecánica lumbar)
Crónico (el episodio de DEB persiste más de 12
semanas)
Radicular o lumbociática (debido principalmente a
alteraciones estructurales del disco (protrusiones,
hernias) o de la vértebra (fracturas, desplazamientos)
provocando la compresión de raíces nerviosas o de la
médula espinal. También está asociado a otras
patologías como defectos congénitos (espina bífida),
enfermedades infecciosas (espondilitis anquilosante),
tumores, patología visceral u otras alteraciones
neurológicas)
DEB: Dolor de Espalda Bajo. Fuente: elaboración propia. Fuente. Elaboración propia.
2.7 Tratamiento
Los objetivos posibles que persiguen los tratamientos del DEB son por un lado aliviar el
dolor, optimizar la capacidad funcional y favorecer las actividades diarias (entre ellas las
laborales), además de reducir las posibles alteraciones psicológicas y conductuales,
aumentando el estado global de salud y evitando que se asuma un rol de enfermo por parte
del paciente (Alcántara Bumbiedro & García Pérez, 2003). Una vez restablecido el estado
funcional normal, se intenta cambiar el estilo de vida del individuo hacia un estilo de vida
activo y saludable, intentando evitar o atenuar posibles episodios de DEB en el futuro.
La etapa sub-aguda es clave para aplicar intensivamente los tratamientos para el DEBI.
No existen unas guías claras donde encontremos pautas para el tratamiento del DEBI en
su fase sub-aguda, pero el tratamiento debe ser siempre escalonado (Nordin et al., 2006).
Por las evidencias científicas biopsicosociales del DEB (G Waddell, 1987), se puede
reconocer la contribución de factores psicológicos, sociales y biológicos sobre la
patología y su cronificación en el tiempo, reemplazándose de este modo el modelo
tradicional para el manejo de esta afección (Gordon Waddell, 2005). Es adecuado atender
a dichos factores para el tratamiento del DEB. Cuando el dolor no mejora tras un periodo
de 2 a 6 semanas desde el episodio agudo, se pasa a evaluar los indicadores psicosociales
de un pronóstico inadecuado funcional. Los tratamientos farmacológicos combinados
(entre otros, el uso de paracetamol y antinflamatorios no esteroideos) (Kovacs et al.,
2006), junto a otras terapias, no farmacológicas como las físicas, en su vertiente pasiva o
activa del ejercicio físico (Airaksinen et al., 2006; Burton et al., 2006; M. van Tulder
et al., 2006), las terapias de tipo cognitivo-conductual o de educación para la salud
19
(Johnson et al., 2007), aparecen como tratamientos efectivos tanto para la prevención
como para el tratamiento secundario en casos de pacientes con DEB.
Dentro de las terapias físicas más usadas encontramos:
-
-
-
La terapia interferencial: es definida como “agente electro físico que se produce
mediante la aplicación de una frecuencia media alternada con frecuencias bajas por
encima de 150 Hercios” (Hurley et al., 2001)
Láser: consiste en la aplicación de ondas de calor que sirven para aliviar el dolor
(Basford, Sheffield, & Harmsen, 1999).
Soporte lumbar: definido como “corrector ortopédico para evitar rangos de
movimiento peligrosos usado en ámbito ocupacionales de riesgo para evitar lesiones
lumbares” (Calmels & Fayolle-Minon, 1996).
Terapia de ultrasonido: consiste en la aplicación de ondas electromagnéticas
(ROMAN, 1960), en este caso en la zona afectada, lumbar.
Aplicación de calor en la zona afectada por el DEB.
La acupuntura (Tsui & Cheing, 2004)
La electro estimulación nerviosa (Khadilkar, Odebiyi, Brosseau, & Wells, 2008)
El masaje (Furlan, Brosseau, Imamura, & Irvin, 2002)
El ejercicio físico (J, Mw, a, & Bw, 2011)
Pese al gran número de terapias disponibles para los pacientes con DEB, no existe
evidencia efectiva en ninguna de ellas comparándolas entre sí (M. van Tulder et al., 2006),
aunque sí parece ser efectivo una combinación de las mismas (Molde Hagen, Grasdal, &
Eriksen, 2003).
20
3. ANATOMÍA Y BIOMECÁNICA DE LA ZONA BAJA DE LA
ESPALDA
Para comprender bien las lesiones que se pueden producir en la zona baja de la espalda,
así como su tratamiento, es indispensable tener un conocimiento mínimo sobre la
anatomía y biomecánica de la zona. Nos centraremos en la zona lumbar o zona baja de la
espalda.
El segmento lumbar se compone de cinco vértebras articuladas entre sí, separadas por
discos intervertebrales, con ligamentos y músculos, este sistema permite su
mantenimiento estático, además de la movilidad en diferentes planos. En reposo
encontramos (en personas sanas) una curvatura lordótica en esta zona, con un mayor
rango de movimiento en el plano sagital con movimientos de flexo-extensión, también
puede realizar movimientos de rotación e inclinación en menor medida (Moore, Dalley,
& Agur, 2010). El segmento de movimiento está formado por dos vértebras adyacentes
y su estructura de interconexión. Entre las vértebras encontramos los discos
intervertebrales y las articulaciones facetarias.
Figura 1. Representación de la columna vertebral
(http://www.energiacraneosacral.com/anatomia_musculoesqueletica/columna_vertebral.html)
Cada vertebra tiene un cuerpo vertebral, que en el caso de las vértebras lumbares es
mayor que las torácicas y cervicales. Este cuerpo tiene un mayor diámetro transversal,
esta anatomía se debe al soporte de cargas longitudinales principalmente. La estabilidad
en otros planos tiene una mayor dependencia de otras estructuras posteriores.
21
El cuerpo y el disco vertebral soportan un 85% de las cargas. Los pedículos conectan las
vértebras desde la zona posterior con el cuerpo, y además transmiten la carga hacia él.
Además los elementos posteriores (láminas y apófisis) son lugar de inserción de músculos
y ligamentos. Podemos encontrar apófisis transversas, espinosas y articulares. Las
láminas se encargan de la protección del contenido del canal vertebral. En la Figura 2
podemos observar los diferentes elementos y su disposición. La unión de las apófisis
articulares entre sí de diferentes vértebras forman las articulaciones facetarias, estás
pueden llegan a soportar el 15% de cargas en la zona lumbar (Moore et al., 2010). Las
articulaciones facetarias tienen funciones de orientación del movimiento, de transferencia
de cargas y de orientación del movimiento (Bergmark, 1989).
Figura 2. Representación de las vértebras lumbares (http://www.datuopinion.com/vertebra-lumbar)
Los discos vertebrales están formados por un núcleo pulposo y un anillo fibroso. El
núcleo pulposo tiene capacidad para deformarse, distribuir y soportar cargas
multidireccionales, tiene una consistencia semifluida. El anillo fibroso rodea al núcleo
pulposo, tiene la función de restringir el movimiento, dentro del segmento móvil, es la
principal estructura estabilizadora entre los dos cuerpos (Moore et al., 2010).
Delimitado por los discos intervertebrales, la lámina, el ligamento longitudinal posterior,
los ligamentos amarillos y el cuerpo, podemos encontrar el foramen vertebral. Con la
unión de todas las vértebras los forámenes vertebrales forman un canal, que en el caso del
22
canal lumbar variará de tamaño y forma en función de diversos factores, como el
desgaste o las dimensiones de los componentes vertebrales (Moore et al., 2010).
Los principales componentes ligamentosos son: el ligamento longitudinal posterior y
anterior, además del el ligamento flavo o amarillo (Figura 3). Los ligamentos
longitudinales resisten los movimientos excesivos de flexión y extensión. En el caso del
ligamento amarillo tiene la función de resistir la separación excesiva de las láminas
(Moore et al., 2010).
Figura 3. Representación de los ligamentos vertebrales. (http://columnavertebral.net/ligamentos-de-lacolumna-vertebral/)
La musculatura tiene importancia en la estabilización y movilización de la espalda.
Podemos distinguir dos sistemas, un sistema muscular local y profundo que tiene el
papel de estabilizar, que en el caso de la zona lumbar está formado por el TRA, el oblicuo
interno y MF, y otro sistema muscular global y superficial que tiene el papel de generar
movimiento, que en la zona lumbar lo forma el recto abdominal, el cuadrado lumbar,
oblicuo externo, etc. (Bergmark, 1989).
Figura 4. Representación básica de las raíces nerviosas a nivel de la columna lumbar.
(https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/esp_imagepages/19504.htm)
La médula espinal viene por el canal medular aproximadamente hasta L1-L2, desde
donde se distribuye por las raíces nerviosas lumbares y sacras, en la llamada cola de
23
caballo. Las raíces anterior y posterior forman el nervio raquídeo que abandona el
conducto por el agujero de conjunción. Este nervio con fibras nerviosas y sensitivas, da
lugar a ramificaciones que inervan a su vez la musculatura lumbar y de las extremidades
inferiores (Moore et al., 2010).
24
4. EJERCICIO TERAPEÚTICO PARA EL DOLOR DE ESPALDA
BAJO INESPECÍFICO
El ejercicio como terapia activa desempeña un papel clave en el tratamiento del DEBI
(Riggle, 1992). Las guías de tratamiento del dolor hablan sobre la idoneidad de una
actitud activa y centrada en la persona, pero pocas hablan sobre actividades concretas a
desarrollar (Hayden, van Tulder, & Tomlinson, 2005).
No existe una evidencia científica clara acerca de que el ejercicio pueda disminuir el
DEBI, pero si sobre el aumento de la tolerancia al dolor (Mannion, Taimela, Müntener,
& Dvorak, 2001), esto nos sirve como base para la realización de un programa de ejercicio
físico continuado y así beneficiarnos de la mejoras sobre la musculatura a nivel morfofuncional, especialmente la extensora, ayudar a estabilizar los segmentos raquídeos para
lograr un control automático y casi subconsciente de la activación-relajación muscular,
así como aumentar la capacidad cardiovascular del individuo y su capacidad funcional;
reduciendo con todo esto la incapacidad funcional (discapacidad) que puede producir el
dolor (van der Velde & Mierau, 2000).
Como método de prevención del DEBI podemos citar varios beneficios aportados por el
ejercicio realizado de forma adecuada: incremento de la flexibilidad del tronco,
fortalecimiento de la espalda, aumento del riego sanguíneo y una mejora del estado
anímico, lo cual tendrá consecuencias sobre su percepción del dolor (Linton & van
Tulder, 2001). Los beneficios varían en función del sujeto y de la etapa del dolor en la
que se encuentre (aguda, subaguda o crónica), las características sociales, biológicas y
psicológicas, y es que estás características hacen variar el impacto del dolor lumbar
común. El ejercicio físico ha demostrado mayores beneficios en pacientes crónicos
(Alcántara Bumbiedro & García Pérez, 2003), aunque en pacientes agudos y subagudos
se ha mostrado beneficios para evitar la cronicidad de la afección (Wright, Lloyd-Davies,
Williams, Ellis, & Strike, 2005).
25
5. LOS EJERCICIOS DE ESTABILIZACIÓN LUMBAR
Entre los métodos utilizados para la prevención y tratamiento del DEB destaca el método
de estabilización lumbo-pélvica. El método de estabilización es un método activo que
utiliza el ejercicio para el control motor, a través de los cuales tomamos conciencia de
cuales son las posturas y movimientos inadecuados que pueden estar relacionados con la
aparición del dolor. El objetivo principal de este programa es el restablecimiento del
control motor sobre la zona neutral a través de la recuperación de la función normal de
los músculos estabilizadores espinales.
A partir de la década de 1930 Williams comenzó a popularizar el ejercicio para el
tratamiento de pacientes con DEB menores de 50 años con hiperlordosis lumbar y con
disminución de los espacios interóseos lumbares. Para ello utilizaba la activación de la
musculatura abdominal, acompañada por una relajación pasiva de la musculatura
paravertebral lumbar. Estos ejercicios han ido actualizándose mediante la aportación de
estudios de activación mediante electromiografía sobre la musculatura paraespinal,
evitándose ejercicios de bipedestación y de inclinación anterior, para conseguir una
menor activación de la musculatura paraespinal y reducir de este modo el dolor lumbar
(Blackburn & Portney, 1981).
5.1 Musculatura implicada
El modelo experimental desarrollado por Hodges & Richardson, 1996 mostró que las
personas que presentan historial de DEB muestran un retraso en la contracción del
músculo transverso del abdomen (TRA) llevando a la inadecuada estabilización del
tronco, lo cual provoca recurrencia. En las primeras 24 horas de episodio de DEB se
muestra dolor isolateral relacionado con la pérdida de masa muscular que no se recupera
incluso después de desaparecer los síntomas (Hides, Stokes, Saide, Jull, & Cooper, 1994).
Los ESL se desarrollan para corregir la contracción insuficiente del TRA y recuperar la
activación del músculo multífido (MF). Estos ejercicios se basan en la contracción aislada
de tales músculos, mientras mantenemos la columna en una posición neutra (C.
Richardson, Hodges, & Hides, 2004). Los ESL están basados en el aprendizaje motor
mediante el cual identificar cuáles son los movimientos y posturas inadecuados que se
realizan en la vida cotidiana y que están relacionados con la patología (Jorge Rodrigo
Vásquez-Ríos & Tania Inés, 2014).
Hides, Jull, & Richardson, en 2001 concluyó que los pacientes tratados con ESL desde el
primer episodio de DEB, lograron una disminución de las recurrencias.
La contracción aislada del TRA en decúbito supino y la cocontracción con el MF en
decúbito prono, así como una contracción isométrica del glúteo mayor son los ejercicios
más adecuados (C. A. Richardson & Jull, 1995; C. Richardson et al., 2004; Sahrmann,
2002; Shaw et al., 2011). Para asegurar que el tronco mantenga una lordosis lumbar neutra
se adquiere una posición con flexión de las caderas (Sahrmann, 2002).
26
5.2 La importancia del multífido
Muchos autores hablan acerca de la importancia del MF en el control dinámico de la zona
espinal (L. A. Danneels, Vanderstraeten, Cambier, Witvrouw, Stevens, et al., 2001; Goel,
Kong, Han, Weinstein, & Gilbertson, 1993; Panjabi, 1992a; Wilke, Wolf, Claes, Arand,
& Wiesend, 1995). Estudios de tomografía recientes han observado como el MF en los
casos de DEBC mostraba una atrofia selectiva y mediante estudios de resonancia
magnética se observó atrofia en un 80% de los casos. Esto puede relacionarse con la
inestabilidad espinal y por tanto ser un factor de riesgo para la cronificación del dolor.
L. A. Danneels en 2001 intentó demostrar si la atrofia del MF era reversible mediante tres
tratamientos diferentes, y pudo demostrar como un entrenamiento estabilizador
combinado con una dinámico-estática carga de trabajo de los músculos paravertebrales
es el método más adecuado para revertir esta atrofia del MF.
Figura 5. Representación del músculo multífido
(http://metrocrossfit.com/anatomy-day-multifidus/)
5.3 Quién puede formar parte del programa
Se ha demostrado como los programas de ESL producen mejoras a corto plazo sobre la
percepción global de la recuperación y las actividades en personas con DEB,
manteniéndose estos resultados entre 6 y 12 meses (Costa et al., 2009). Los ESL centrados
en el core han demostrado eficacia en personas con dolor de espalda, para la disminución
del dolor y la discapacidad (Brumitt, Matheson, & Meira, 2013). Las mejoras en la
percepción del dolor y la capacidad funcional también se pueden observar en pacientes
que sufren espondilolistesis o espondilólisis (O’Sullivan, 2000). Además de producirse
una disminución significativa de los síntomas en pacientes con hipermovilidad (Fritz,
Whitman, & Childs, 2005). Siempre se deben llevar a cabo bajo supervisión de
profesionales y con un diseño específico para cada paciente.
27
5.4 Conceptos básicos que debemos conocer previamente
Conceptos tomados de (Panjabi, 1992b)
- Posición neutral. “Posición de la columna en la cual la tensión interna y el esfuerzo
muscular son mínimos” (Panjabi, 1992b)
- Rango de Movimiento (ROM). “Se trata de todo el rango de movimiento fisiológico
medido desde la posición neutral. Es dividido en dos zonas; elásticas y neutrales”
(Panjabi, 1992b)
- Zona neutral. “Es la parte del movimiento intervertebral fisiológica, medida desde
la posición neutral, dentro de la cual el movimiento espinal se produce con una
resistencia interna mínima. Es la zona de alta flexibilidad o laxitud” (Panjabi, 1992b)
- Zona elástica. “Es la parte del movimiento intervertebral fisiológico, medido desde
el final de la zona neutral hasta el límite fisiológico. Dentro de la zona elástica el
movimiento espinal se produce contra una resistencia interna significativa. Es la zona
de alta rigidez” (Panjabi, 1992b)
- Inestabilidad espinal. "Disminución significativa en la capacidad del sistema de
estabilización de la columna vertebral para mantener las zonas neutrales
intervertebrales dentro de los límites fisiológicos, de modo que no hay una disfunción
neurológica, sin deformidad importante, y no hay dolor incapacitante" (Panjabi,
1992b). Por lo tanto según Panjabi un segmento espinal inestable podría no ser capaz
de mantener una alineación vertebral correcta. El movimiento excesivo puede o bien
estirar o bien comprimir estructuras sensibles al dolor, lo que llevaría a su inflamación
(Panjabi, 1992b). Hay que diferenciar entre los conceptos de inestabilidad e
hipermovilidad, mientras la hipermovilidad podría ser asintomática, en el caso de la
inestabilidad puede causar disfunciones, que podrían causar dolor al realizar
movimientos fisiológicos activos (Paris, 1985).
5.5 La hipótesis sobre la inestabilidad espinal de Panjabi
Los diferentes subsistemas de Panjabi
Panjabi conceptualizó las bases del sistema de estabilización para la columna vertebral,
subdividiéndolo en tres sistemas diferentes: pasivo, activo y de control neutral.
 El subsistema pasivo (ligamentoso)
Los componentes que forman el subsistema pasivo no generan ninguna estabilidad a la
columna vertebral en las proximidades a la posición neutral. Produce fuerzas reactivas al
final de los rangos de movimiento de la columna. Probablemente actúen como
transductores de señales al sistema neuronal, para enviar cualquier sentido en relación a
movimientos y posiciones vertebrales, especialmente los producidos en la proximidad a
la posición neutral (Panjabi, 1992a).
 El subsistema activo (musculotendinoso)
Los músculos y tendones forman el subsistema activo a través del cual el sistema espinal
genera fuerza y proporciona estabilidad a la columna vertebral. Esta fuerza tiene una
magnitud que es medida por los transductores de fuerza que se encuentran en los tendones
del músculo. Este aspecto de los tendones forma parte del subsistema de control neuronal
(Panjabi, 1992a). Un mal control postural sobre la columna vertebral la hace vulnerable
a las lesiones causada por la tensión excesiva de los tejidos (Kendall et al., 2005).
28
 El subsistema de control neuronal
El subsistema neuronal recibe información sensorial de los transductores del sistema
pasivo, determinando los requisitos para la estabilidad de la columna y hace que el
subsistema activo se active para lograr la estabilidad de la columna. La tensión muscular
individual es medida y ajustada hasta la requerida para lograr la estabilidad del segmento.
En una situación normal, los tres subsistemas proporcionaran la estabilidad necesaria para
cumplir con las demandas de estabilidad que variarán constantemente en función de la
postura y de las cargas estáticas y dinámica a las que se ve sometida la columna vertebral.
Sin embargo, esta armonía entre los tres subsistemas no siempre se da, la disfunción entre
estos tres componentes podría incitar a un fallo en todo el sistema, lo que podrá conducir
con el tiempo a la disfunción crónica y al dolor (Panjabi, 1992-a)
Cada uno de los tres subsistemas tiene un papel en el mantenimiento de la estabilidad de
la columna vertebral. Los ligamentos proporcionan apoyo pasivo, los tejidos contráctiles
un apoyo activo y los centros de control neuronal vincula a los sistemas pasivos y activos,
recibiendo información postural y mecánica y las coordinadas y el control de la capacidad
para contraer el músculo y mantener la estabilidad, aumentando la rigidez y reduciendo
el tamaño de la zona neutral. Esto va a depender del sistema nervioso por tanto, de la
velocidad y precisión con la que se transmite el impulso desde los transductores. El
programa de estabilización de la columna por tanto enfatiza en la precisión de los
movimientos en principio y de la velocidad después. La estrategia principal intenta
reducir el tamaño de la zona neutral mediante un aumento en la rigidez de los músculos
de contracción (Norris, 2000).
Centrándonos en el sistema activo, el programa de estabilización de la columna vertebral
evita el desequilibrio que ocurre cuando un músculo, “agonista”, es más potente que el
“antagonista”, o cuando alguno de ellos está anormalmente acortado (hipertónico) o
alargado (hipotónico).
5.6 Disbalance muscular
Un disbalance muscular viene a ocurrir cuando un agonista es significativamente más
fuerte que su antagonista, o bien cuando uno u otro se encuentra anormalmente acortado
o estirado. El cuerpo intenta compensar estos desequilibrios generalmente empeorando el
problema y puede llevarlo a serias discapacidades (Norris, 2000).
El subsistema activo juega un papel fundamental en la estabilización de la columna,
estudios recientes han podido demostrar la relación existente entre la coordinación, la
fuerza y la activación de la musculatura, con la estabilización del segmento, y por tanto
con la cronicidad y la recurrencia del DEB (Bono, 2004; L. a Danneels et al., 2001;
Hayden, van Tulder, Malmivaara, et al., 2005).
Podemos clasificar los músculos en dos grupos: (1) Músculos estabilizadores o
“posturales”, que son músculos que primariamente estabilizan una articulación y
aproximan las superficies articulares. (2) Músculos movilizadores o “de tarea”, que son
los músculos primariamente responsables del movimiento (desarrollan una rotación
angular más efectiva que los estabilizadores).
29
(1) Músculos estabilizadores o “posturales”
Estabilizan y aproximan a las superficies articulares. Suelen ser músculos más profundos
y por lo general son monoarticulares. Los músculos estabilizadores a su vez pueden ser
subdivididos en primarios y secundarios (Tabla 6). Los estabilizadores primarios tienen
una fijación muy profunda, se encuentra cerca del eje de rotación de la articulación. En
esta posición son incapaces de producir torsión pero podrán aproximar la articulación.
Los estabilizadores secundarios son los principales torsionadores, son músculos
monoarticulares largos (Norris, 2000).
Los músculos intertransversos e interespinales han demostrado influencia sobre el DEB.
Se han encontrado cambios en el control automático del TRA en personas con esta
patología (Ferreira, Ferreira, & Hodges, 2004), casos de retraso en su contracción
(Hodges & Richardson, 1996), y una pérdida de su tonicidad y funcionalidad (Hodges,
1999). Esto nos indica un déficit del control motor y una consecuente estabilización
muscular ineficiente (Hodges & Richardson, 1996; Hodges, 1999). La estabilización de
otros grupos musculares estabilizadores parece también deficiente, pero en una menor
medida (Hodges, 1999).
(2) Músculos movilizadores o “de tarea”
Son músculos superficiales y a menudo biarticulares. Pueden desarrollar la rotación
angular con una mayor eficacia que los músculos estabilizadores. Los movilizadores
actúan como estabilizadores solo en condiciones de extrema necesidad. Cuando lo hacen,
se pierde precisión en el movimiento.
Tabla 6. Clasificación de músculos estabilizadores y movilizadores que afectan al
DEB
Estabilizadores
Movilizadores
Primarios
Multífidos
Secundarios
Glúteo mayor
Transverso abdominal
Cuádriceps
Tendón de la corva
Oblicuo interno
Psoas iliaco*
Tensor de la fascia lata
Glúteo medio
Subescapular
Aductores de cadera
Vasto medial
Infraespinoso
Piriforme
Serrato anterior
Trapecio superior
Recto abdominal
Oblicuo externo
Cuadrado lumbar*
Trapecio inferior
Cuadrado lumbar*
Erector espinal
Flexores profundos del cuello
Psoas iliaco*
Recto femoral
Trapecio superior
Elevador de la escápula
Esternocleidomastoideo
Escalenos
Romboides
Pectoral menor
Pectoral mayor
(*) Músculos que pueden trabajarse de diferentes formas. Fuente. Tomado de (LuqueSuárez & Díaz-Mohedo, 2010).
Cuando aparece un disbalance muscular se producen dos cambios según Norris, 2000:
(1) Endurecimiento del movilizador (biarticular) músculo.
30
(2) Pérdida de fuerza dentro del rango de movimiento interno (monoarticular) de los
músculos estabilizadores, que surge a causa de un estiramiento anormal.
Ambos cambios son valorados mediante test para conocer el grado de desequilibrio
muscular.
(3) Cambios en la alineación postural y el control segmentario (como capacidad de
mover un segmento corporal aisladamente). También son examinados mediante
test de desequilibrio muscular.
En el caso del disbalance muscular podemos ver de un lado un músculo con un exceso de
tensión y por el otro lado uno demasiado acortado, se producirá un desalineamiento de la
articulación hacia el músculo más tenso (Figura 6). Cuando se encuentra un balance entre
el tono del agonista y antagonista la articulación toma una posición de descanso, con las
cargas repartidas en las articulaciones y sin un exceso de estrés sobre los tejidos.
Figura 6. Disbalance muscular relacionado con la postura. (a) Tono muscular equilibrado, produce un
alineamiento articular. (b) Desigual tono muscular tracciona la articulación hacia el desalineamiento, y como
resultado un postura inadecuada o defectuosa. Adaptado de: Norris, 2000
Figura 7. Rigidez corporal relativa. (a) La flexión anterior debe combinar inclinación pélvica igual y flexión de
la columna. (b) Los isquiotibiales limitan inclinación de la pelvis, haciendo hincapié en los tejidos de la médula
más débiles. Adaptado de: Norris, 2000
31
5.7 Diagnóstico según el modelo de estabilización lumbopélvica
Mediante un diagnóstico eficaz podemos lograr identificar un control segmentario que no
es eficaz y puede estar produciendo o empeorando la lesión. Algunos de los problemas
relacionados con el DEB ya se han venido mencionando o se mencionaran en el trabajo,
algunos ejemplos son la hipermovilidad, la atrofia muscular y el inadecuado control
segmentario.
Relacionados con el control segmentario y la adecuada alineación postural ya se llevó a
cabo una explicación en el punto anterior, donde se habla de los disbalances musculares
que lo provocan.
Los radiólogos utilizan para diagnosticar la instabilidad espinal técnicas de imagen como
radiografía, para determinar si la columna tiene una movilidad dentro de rangos normales.
Las más comunes son las radiografías de flexión y extensión, desde un plano sagital.
Estas medidas no se realizan habitualmente en el ámbito práctico clínico, si son más
habituales determinadas pruebas sobre músculos laxos, cortos o con un control motor
inadecuado o desigual, para ello se presentan a continuación algunas de estas pruebas
comunes como ejemplo.
5.7.1 Test de Valoración física
Los siguientes test son útiles para medir el grado de estabilidad que presenta el paciente
a nivel lumbar. Han sido tomados de (Luque-Suárez & Díaz-Mohedo, 2010). Existen un
gran número de test para valorar la condición física en pacientes con DEB, esta batería se
trata de un ejemplo que se utilizó en la fuente para valorar a personas con DEB sin
ninguna patología asociada.
Es útil la realización previa de una entrevista clínica al paciente y la realización de una
serie de test y cuestionarios en los que nos vamos a centra en los factores de riesgo y la
descripción del dolor por parte del propio paciente. Se debe llevar además a cabo un
examen físico centrándonos en la actitud postural del paciente y llevar a cabo una
palpación.
Test de músculos acortados (rígidos)
 Thomas test
Objetivo: valorar una posible cortedad en el psoas iliaco y el recto femoral.
El paciente se coloca al final de la mesa de examen en decúbito supino manteniendo la
zona lumbar de la espalda próxima a la superficie. Se le pide que aproxime sus rodillas al
pecho. Mientras se mantiene una pierna cerca del pecho para mantener la posición de la
pelvis, pídale que baje la otra pierna hasta la superficie, manteniendo un ángulo de 90º en
la rodilla (Figura 8.a). Si se produce un aumento de la lordosis lumbar o la imposibilidad
de completar la extensión de la rodilla nos indica que los flexores de la cadera,
especialmente el psoas están acortados (Figura 8.b). Una alineación óptima se producirá
cuando el fémur coincida con el plano sagital (sin abducción); con el hombro, la cadera
32
y la rodilla, más o menos en línea. Si el recto femoral está acortado, al enderezar la rodilla
la otra pierna caerá hacia abajo (Figura 8.c). Si la rodilla se endereza y la pierna
permanece en su lugar, indica tensión en los iliopsoas. La prueba será negativa si la tibia
sigue estando vertical.
Figura 8.a. Thomas test (sin acortamiento)
Tomado de (Luque-Suárez & Díaz-Mohedo, 2010)
Figura 8.b. Thomas test (Psoas-iliaco acortado)
Tomado de (Luque-Suárez & Díaz-Mohedo, 2010)
33
Figura 8.c. Thomas test (Recto femoral acortado)
Tomado de (Luque-Suárez & Díaz-Mohedo, 2010)
 Ober test
Objetivo: Evaluar la longitud del tensor de la fascia lata.
El paciente se encuentra tumbado en decúbito lateral con la pelvis en posición neutral. La
rodilla contralateral se flexiona con el objetivo de mejorar la estabilidad, mientras tanto
el examinador debe estabilizar la pelvis para evitar una inmersión pélvica lateral (Figura
9.a). El paciente abducirá la pierna homolateral hasta 15º respecto a la horizontal y a
continuación extenderá la cadera sobre 15º. Mientras se mantiene en extensión pedimos
que realice una aducción de su pierna (Figura 9.b). La longitud muscular óptima se
produciría si es capaz de aproximar la pierna homolateral al nivel de la superficie.
Figura 9.a. Ober test (Posición inicial)
Tomado de (Luque-Suárez & Díaz-Mohedo, 2010)
34
Figura 9.b. Ober test (Posición final)
Tomado de (Luque-Suárez & Díaz-Mohedo, 2010)
 Test de elevación de la pierna recta (EPR)
Objetivo: Valorar la cortedad de los músculos isquiosurales.
El paciente se tumbar sobre la mesa de examen en decúbito supino con una pierna
ligeramente flexionada. Se le pide que eleve la otra pierna manteniéndola completamente
extendida. El examinador debe palpar la zona anterior de la pelvis para notar el momento
en el que la pelvis comienza a inclinarse posteriormente debido a la tensión del
Isquiosural (Figura 10). Para conocer los valores se utilizará un medidor de ángulos y en
función del valor expresará:
-
Normalidad: 75º o más
Síndrome de Cortedad Isquiosural de grado I: entre 61 y 74º
Síndrome de Cortedad Isquiosural de grado II: <60º
Figura 10. Test de elevación de la pierna recta
Tomado de (Luque-Suárez & Díaz-Mohedo, 2010)
35
Test de músculos débiles (alargados)
 Valoración del balance muscular en el glúteo medio
Objetivo: Determinar el balance del músculo glúteo medio.
En este test se combinará la abducción de la cadera con una ligera rotación lateral para
acentuar la acción de las fibras posteriores del músculo. El paciente se coloca en posición
de decúbito lateral con la pierna próxima a la superficie extendida y la superior flexionada
(Figura 11.a). Instruya al paciente a abducir y rotar externamente la pierna de forma que
el fémur se encuentre en un ángulo de 45º respecto a la superficie y la rodilla flexionada
a unos 45º. Entonces debe girar el pecho hacia la mesa de examen, manteniendo la pierna
superior en su posición. (Jull 1994) (Figura 11.b).
Figura 11.a. Valoración del balance muscular en el glúteo medio (Posición inicial)
Tomado de (Luque-Suárez & Díaz-Mohedo, 2010)
Figura 11.b. Valoración del balance muscular en el glúteo medio (Posición final)
Tomado de (Luque-Suárez & Díaz-Mohedo, 2010)
36
 Test de Biering Sorensen
Objetivo: Medir la fuerza isométrica de la zona lumbar
La prueba o test consiste en medir el tiempo que podemos mantener la parte superior del
cuerpo sin apoyo en una posición prono con la parte inferior del cuerpo fija en la mesa,
es posible que con la ayuda del examinador (Figura 12).
Los valores máximos son:
- Mujeres sanas: 171 segundos
- Hombres sanos: 239 segundos
- Dolor de espalda en mujeres: 99 segundos
- Dolor de espalda en hombres: 109 segundos
Figura 12. Test de Biering Sorensen
Tomado de (Luque-Suárez & Díaz-Mohedo, 2010)
 Test prono de vaciamiento abdominal utilizando biofeedback
Objetivo: Evaluar la capacidad de mantener el rango interno de los músculos abdominales
profundos.
El paciente se coloca en decúbito prono, utilizaremos un biofeedback de estabilización de
presión que se colocará bajo el abdomen en la zona inferior. Utilizaremos una presión de
70 mmHg y el paciente llevará a cabo una maniobra de vaciamiento abdominal (Figura
13). El objetivo es reducir la presión en la unidad de biofeedback hasta 6 a 10 mmHg y
que el paciente sea capaz de mantener esta contracción durante 10 repeticiones de 10
segundos cada una mientras respira de forma normal (Hodges & Richardson, 1996).
37
Figura 13. Test prono de vaciamiento abdominal utilizando biofeedback
Tomado de (Luque-Suárez & Díaz-Mohedo, 2010)
Test para valorar movimientos segmentarios deteriorados
 Test para valorar movimientos funcionales de la espalda baja
Objetivo: determinar la calidad de los movimientos aislados (flexión, flexión lateral,
rotación y extensión)
El paciente de pie debe realizar cada uno de estos movimientos aisladamente.
La pelvis y la espalda baja se monitorizan en cualquier momento de forma cuantitativa y
cualitativa.
 Test a rock-back
Objetivo: determinar el control de la cadera en relación con la región lumbar-pélvica de
rodillas.
El paciente se coloca en cuadrupedia, con las palmas de las manos apoyadas
directamente debajo de los hombros y las rodillas debajo de su cadera (Figura 14.a). La
prueba comienza con la columna lumbar en una posición neutra y un movimiento hacia
atrás, tirando de la cadera detrás de las rodillas. El examinador debe supervisar el
ángulo de inclinación de la pelvis y la lordosis lumbar. El movimiento debe comenzar
en la cadera para un óptimo control segmentario. Una vez que la flexión de cadera pasa
de 120º su pelvis debe tener una inclinación posterior y la columna lumbar encontrarse
aplanada. El examinador debe asegurarse de que se mueve lentamente, y determinar si
la secuencia es cadera pelvis-zona lumbar (Figura 14.b). Se considera que se produce un
mal control segmentaria cuando las inclinaciones pélvicas y de la zona lumbar de la
columna se encuentran aplanada en el comienzo del test (momento de los cuatro apoyos
en fuerza isométrica).
38
Figura 14.a. Test rock-back (Posición inicial)
Tomado de (Luque-Suárez & Díaz-Mohedo, 2010)
Figura 14.b. Test rock-back (Posición final)
Tomado de (Luque-Suárez & Díaz-Mohedo, 2010)
 Test elevación pierna
Objetivo: evaluar el control lumbo-pélvico
El paciente se sitúa lateral a una superficie de apoyo por si lo necesitara para mantener el
equilibrio. Se le pide que eleve una de las piernas lentamente con la rodilla flexionada a
unos 90º. La pierna debe alcanzar con facilidad una posición por encima de la cadera y
luego bajar sin problemas (Figura 15). El examinador observa el movimiento primero
frontalmente y posteriormente desde el lateral. Será óptima la alineación si el paciente
nivela horizontalmente la pelvis mientras eleva la pierna y se debe producir una secuencia
debe ser flexión de cadera, inclinación posterior de pelvis, seguido por un aplanamiento
y un posterior movimiento lumbar (la lordosis de aplana y seguidamente se invierte). Se
produce un mal control cuando la pelvis cae a medida que la pierna se eleva y cuando la
columna lumbar se flexiona durante las primeras etapas del movimiento.
39
Figura 15. Test elevación pierna
Tomado de (Luque-Suárez & Díaz-Mohedo, 2010)
 Flexión de cadera
Objetivo: determinar el control lumbo-pélvico en flexión.
Utilizaremos una silla, el paciente se encuentra en bipedestación con ambos pies a la
altura de sus hombros, mirando hacia la silla. El paciente recibe instrucciones de
flexionarse hasta tocar con sus dedos la parte superior de la silla y volver hacia atrás de
nuevo (en una especie de sentadilla) (Figura 16). El control óptimo se producirá si el
paciente abre sus rodilla e inclina la pelvis hacia adelante en el movimiento, flexionando
la zona lumbar de la espalda. Se producirá un mal control si bloquea e hiperextiende las
rodillas, el paciente además no debe inclinar la pelvis sino que debe flexionar la
columna lumbar y torácica.
Figura 16. Test flexión de cadera
Tomado de (Luque-Suárez & Díaz-Mohedo, 2010)
40
5.7.2 Valoración del estado general relacionado con el dolor de espalda bajo
Dentro de la bibliografía que forma parte de uno de los puntos del trabajo, donde se llevó
a cabo una recopilación de estudios donde se analice la eficacia de los ESL, se utiliza para
analizar su eficacia una serie de pruebas que se presentan en la tabla 7.
Tabla 7. Métodos utilizados en los artículos de la revisión bibliográfica para evaluar,
condición física, dolor, discapacidad física y Calidad de Vida Relacionada con la
Salud entre otros parámetros.
Nombre
Abreviatura
Medición
Visual Analog Scale
VAS
Dolor
Índice de discapacidad Oswestry
ODI
Discapacidad
Short Form Health Survey
SF-36
Calidad de vida
Mc Gill Pain Questionnaire
Mc Gill
Dolor
Unidad de presión biofeedback
PBU
Capacidad de activación del transverso
abdominal
Lumbar extensión machine MedX
Medx
Fuerza de extensión lumbar
Functional Rating Index questionnaire
FRI
Discapacidad
Imagen Ultrasonido (Ecografia)
-
Espesor muscular de TRA y MF
Tomografía computerizada
TC
Sección transversal muscular TRA y MF
Tetrax balancing
scale
-
Analizar las diferencias de soporte de
peso
Mediciones de equilibrio mediante grabación
-
Equilibrio
Registro de lesiones
-
Lesiones
Cuestionario Rolland Morris
RMDQ
Discapacidad
Kraus-Weber test
KW
Resistencia muscular abdominal
Sorensen-Test
ST
Resistencia muscular de los extensores
dorsales
Stand test
TSS
Habilidad funcional
*Estos test están tomados de los artículos de la revisión bibliográfica, los usos expuestos son los que se les da en los
artículos, pueden en algún caso tener algún uso útil además del expuesto.
Fuente. Elaboración propia.
5.8 Objetivos del método de estabilización
El método de estabilización lumbo-pélvica tiene una serie de objetivos (Ferreira, Ferreira,
Maher, Herbert, & Refshauge, 2006; Jorge Rodrigo Vásquez-Ríos & Tania Inés, 2014;
Vezina & Hubley-Kozey, 2000):
a) Aumentar la rigidez de la zona lumbar espinal para soportar posibles
microtraumatrismos
b) Mantenimiento de la zona neutra dentro de unos límites fisiológicos adecuados
c) Control motor. Mejora coordinativa de la actividad muscular
d) Incremento de la resistencia y la fuerza muscular
e) Disminuir y prevenir el DEB, su recurrencia y cronificación en el tiempo.
41
6. PROGRAMA DE ESTABILIZACIÓN LUMBO-PÉLVICA
En los últimos años se vienen diseñando numerosos ESL. Por lo general los ESL consisten
en mantener la columna en una posición neutra, donde se conservan sus curvaturas
fisiológicas. Aparece la contracción aislada del TRA en decúbito supino y con una
cocontracción del MF en decúbito prono, así como una contracción isométrica para el
glúteo mayor como los ejercicios más adecuados
Es importante resaltar que no existe una serie de ejercicios que dejen cerrado un programa
único, sino que estos ejercicios deben ser diseñados y seleccionados en función de las
características del paciente. Para ello el programa debe apoyarse en una serie de pruebas
clínicas, donde se reflejen los mecanismos de disfunción, y de este modo diseñar el
programa ideal.
La progresión entre las etapas dependerá de las habilidades del paciente, el nivel de dolor
y la etapa de la lesión. (Ferreira et al., 2006; Hayden, Cartwright, Riley, & Vantulder,
2012; Kolber & Beekhuizen, 2007)
Lo recomendable es que el paciente realice el programa a diario en la etapa inicial, con el
objetivo de acondicionar los grupos musculares y realizar un proceso de activación neural,
buscando un dominio sobre las tareas; posteriormente progresaremos hasta tres sesiones
semanales combinándolas con un programa global de entrenamiento (Ferreira et al., 2006;
Hayden et al., 2012; Hayden, van Tulder, & Tomlinson, 2005; Kolber & Beekhuizen,
2007).
6.1 Fases del tratamiento
Antes de establecer las fases del tratamiento es importante realizar las pruebas oportunas,
algunas de ellas presentadas como ejemplo en el apartado anterior. Estos procesos de
evaluación nos dan información esencial sobre los mecanismos de protección
lumbopélvica, el programa debe tener un enfoque a la resolución de problemas. Las
pruebas clínicas se utilizan para decidir hacia donde enfocaremos el tratamiento para un
paciente en concreto. Para ello se simplifica y divide el tratamiento en etapas, en las cuales
el paciente va progresando por diferentes fases del tratamiento. Es muy importante
finalizar una etapa con su evaluación pertinente antes de proceder a la siguiente.



Primera etapa de control segmentario sobre los estabilizadores primarios
(especialmente TRA, MF profundo, el suelo pélvico y el diafragman)
Una segunda etapa de cadena cerrada, con bajas velocidad y una baja carga de trabajo
Una tercera etapa de cadena abierta, con mayores cargas y una más alta velocidad de
movimiento.
Los ejercicios para cada una de las etapas que se exponen a continuación han sido
tomados de (Kolber & Beekhuizen, 2007), no existe una guía de ejercicios cerrada para
cada una de las etapas, este estudio solo expone un ejemplo en este caso para atletas con
DEB, tenemos que tomar estos ejercicios como ejemplo. A la hora de tratas a un paciente
debemos adecuar las tareas al problema, para ello se puede consultar la bibliografía en
una búsqueda tanto de ejercicios como pruebas más adecuados o exhaustivas.
42
6.1.1 Etapa inicial
Control segmentario de los estabilizadores primarios
En esta etapa se incluyen tres ejercicios progresivos. El nivel del individuo de
acondicionamiento físico no va a influir directamente en la capacidad de este para activar
la musculatura local tras un periodo de dolor lumbar, por tanto sea cual sea el estado de
forma esta etapa se convierte en crucial (Kolber & Beekhuizen, 2007). Esta etapa tiene
como objetivo la activación de los estabilizadores primarios sin verse estos
descompensados por los grandes estabilizadores globales. Va a requerir una adecuada
activación neuronal y coordinación muscular. El objetivo final de la etapa es conseguir
mantener una co-contracción de los estabilizadores globales en el desarrollo de
movimientos rápidos de las extremidades alternativamente en el plano sagital.
Ejercicio 1. Contracción abdominal con flexión de caderas
El paciente se coloca en decúbito supino con las rodillas flexionadas a 45º con las plantas
apoyadas en la superficie. Se le pide al paciente que continuando la exhalación realice
una activación de los músculos del abdomen en una especie de intento de aproxima el
ombligo a la columna vertebral (Figura 17). Debemos evitar realizar una basculación
pélvica. Podemos empezar por mantener de 5 a 8 segundos la contracción hasta 30
segundos durante un total de 10 repeticiones. Como progresión para cuando ya se domina
la co-contracción, mientras mantenemos la contracción elevamos un brazo y la pierna
contraria con un ángulo de flexión de 90º. En este ejercicio se lleva a cabo una contracción
simultánea del MF al mantener la lordosis natural de la espalda, así como del TRA al
mantener la contracción abdominal. (Kolber & Beekhuizen, 2007).
Figura 17. Contracción abdominal con flexión de caderas.
Tomado de (Kolber & Beekhuizen, 2007)
Ejercicio 2. Contracción abdominal con elevaciones alternativas de las extremidades
Conlleva una co-contracción del MF y TRA mientras llevamos a cabo una flexión de los
brazos rápida alternando durante 1 minuto por 3-5 repeticiones (Figura 18). La
contracción del TRA y el MF aumenta en respuesta a los movimientos de las
extremidades superiores e inferiores (Hodges & Richardson, 1997, 1999). Cuando
tengamos un control sobre los movimientos de la extremidad superior mientras podemos
controlar la co-contracción de forma adecuada pasamos a alternarlo con una rápida
43
flexión de cadera mantenida unos 6-12”, una vez somos capaces de mantener los
movimientos de ambas extremidades alternativamente mientras mantenemos la cocontracción podemos avanzar al siguiente ejercicio.
Figura 18. Contracción abdominal con elevaciones alternativas de las extremidades.
Tomado de (Kolber & Beekhuizen, 2007)
Ejercicio 3. Contracción abdominal con movimientos alternativos rápidos de
caderas y brazos
Este ejercicio se realiza recostado sobre la espalda. Conlleva una co-contracción del TRA
y el MF, además de mantener la lordosis natural, mientras llevamos a cabo movimientos
alternativos de brazos y flexiones de cadera. Debemos elevar de forma simultánea la
cadera y la extremidad superior contraria, seguido de un movimiento con la cadera y el
brazo contrario, realizaremos estos movimientos de forma alternativa durante 3 series de
20 repeticiones o bien durante 3-5 series de 1 minuto. Podremos avanzar hasta la etapa 2
del proceso de recuperación una vez demostremos capacidad para mantener la cocontracción mientras realizamos los movimientos alternativos de cadera y brazos con
cierta soltura (Kolber & Beekhuizen, 2007).
6.1.2 Etapa intermedia
Cadena cerrada, con bajas velocidad y una baja carga de trabajo
Esta segunda etapa está compuesta por ejercicios que requieren de una co-contracción del
MF y el TRA, mientras adquirimos posiciones concretas, que conllevaran además una
activación del erector espinal, hombro y los extensores de la cadera. Por lo tanto
comienzan a tener un mayor protagonismo los músculos movilizadores.
Ejercicio 1. Cuadrupedia con co-contracción de transverso y el multífido
El individuo adquiere una posición de cuadrupedia mientras mantiene una co-contracción
de los estabilizadores locales. Manteniéndose en esta posición y con la contracción, el
individuo deberá llevar a cabo flexiones de hombros, alternando derecho e izquierdo
(Figura 19). Una vez se lleva a cabo esta acción con dominio, pasaremos a realizar
elevaciones de cadera alternativas.
44
Figura 19. Cuadrupedia con co-contracción de transverso y el multífido.
Tomado de (Kolber & Beekhuizen, 2007)
Ejercicio 2. Cuadrupedia con elevación de una pierna y el brazo contrario mientras
mantenemos la contracción
Se realizan movimientos alternativos simultáneos de las extremidades superiores e
inferiores (brazo derecho-pierna izquierda, pierna derecha-brazo izquierdo), mientras
realizamos los movimientos mantendremos una co-contracción del TRA y el MF. Se
llevarán a cabo 3 series de 20 repeticiones o bien 10 repeticiones de 10 segundos en
isométrico en la posición de extensión de cadera y flexión de hombro (Figura 20). Este
ejercicio si se realiza de un modo adecuado va a conllevar la activación de los
estabilizadores locales y de los globales. Para progresar al siguiente ejercicio el individuo
debe realizar la tarea sin oscilaciones, especialmente en la pelvis y además ser capaz de
realizar la tarea manteniendo la co-contracción del TRA y MF.
Figura 20. Cuadrupedia con elevación de una pierna y el brazo contrario mientras mantenemos la contracción
Tomado de (Kolber & Beekhuizen, 2007)
45
Ejercicio 3. Cuadrupedia con elevación de una pierna y el brazo contrario mientras
mantenemos la contracción con peso adicional
Se trata de una progresión del ejercicio 2, se llevará a cabo la misma tarea con la misma
secuencia de ejecución, pero esta vez tendremos peso adicional en los tobillos, de este
modo intentaremos comprometer la estabilización, aumentando la activación de los
músculos de la pierna encargados de la extensión de cadera, así como conseguir una
mayor activación de los grupos estabilizadores debido al desequilibrio que puede
conllevar el peso adicional.
6.1.3 Etapa final
Etapa de cadena abierta, con mayores cargas y una más alta velocidad de
movimiento.
Esta etapa conlleva haber superado todas las anteriores y ser capaz de mantener una
contracción abdominal y una lordosis natural mediante la co-contracción muscular
durante la ejecución de los ejercicios de activación de los estabilizadores globales. Los
ejercicios de esta tercera etapa pueden ser en algún caso particular de un nivel inadecuado
para ciertos pacientes, depende del supervisor realizar las adaptaciones oportunas para
que sean ideales para cada individuo, así como podrán variar en función de la tolerancia
al dolor de este y la progresión.
Ejercicio 1. Extensión del tronco
El paciente se recostara sobre la superficie en decúbito prono. En primer lugar el paciente
llevará a cabo una contracción abdominal a la vez que comenzará a realizar una extensión
de la espalda hasta su límite de movimiento. Los pies deben permanecer libres, sin ser
sujetos por nada. Este ejercicio busca una activación de los extensores de la columna
principalmente (Figura 21). Existe la opción de colocar una almohada o cojín bajo la
cintura del paciente para de este modo aumentar el rango de movimiento, mediante una
extensión de los brazos o bien utilizando peso adicional con manguitos o algún peso
adicional suave en las muñecas podemos también aumentar la exigencia de la tarea.
Figura 21. Extensión del tronco
Tomado de (Kolber & Beekhuizen, 2007)
46
Ejercicio 2. Puente lateral + Puente lateral con elevación de la extremidad superior
distal respecto a la superficie
Este ejercicio solo podrá ser llevado a cabo si el individuo es capaz de realizar un “puente
lateral”, ejercicio que se utiliza para fortalecer el cuadrado lumbar tradicionalmente. El
paciente adquiere la posición de “puente lateral” con ambas piernas extendidas, y
apoyándose además con el antebrazo. El paciente debe poder elevar la cadera mientras se
mantiene sobre estos dos puntos de apoyo. Deberá mantenerse en esta posición elevada
mientras mantiene una co-contracción del TRA y el MF durante 10 segundos por un total
de 10 repeticiones cada lado (derecho e izquierdo) (Figura 22.a). Como progresión se le
pedirá al paciente que eleve un brazo hacia el frente (Figura 22.b) y posteriormente hasta
una apertura total (Figura 22.c), todo esto mientras mantiene la cadera elevada, además
de la co-contracción.
Figura 22.a. Puente lateral
Tomado de (Kolber & Beekhuizen, 2007)
Figura 22.b. Puente lateral + Elevación extremidad superior
Tomado de (Kolber & Beekhuizen, 2007)
Figura 22.c. Puente lateral + Elevación extremidad superior
Tomado de (Kolber & Beekhuizen, 2007)
47
Ejercicio 3. Equilibrio sobre superficie inestable
Este ejercicio requiere que el individuo pueda mantenerse de pie sobre una superficie
inestable, como un Bosu o una tabla de equilibrio. Esto exige que lleve a cabo un
reclutamiento de la musculatura estabilizadora para mantener el equilibrio. Mientras se
mantiene de pie sobre la superficie inestable el paciente recibe instrucciones para asumir
una posición con una ligera flexión de rodillas y cadera, mientras lleva a cabo una cocontracción de los estabilizadores locales. Durante el ejercicio además deberá llevar a
cabo una flexión de brazos alternativa mientras mantiene el equilibrio y la posición de
flexión (Figura 23). Como progresión podemos aumentar la dificultad incluyendo pesas
de pocos kilos. Llevaremos a cabo 2-5 repeticiones de 1 minuto. Tras su dominio para
aumentar la dificultad podemos incluir órdenes como que los ojos estén cerrados o
lanzamiento y recepción de un balón desde unos 2 metros, todo esto mientras se mantiene
la postura y el equilibrio.
Figura 23. Equilibrio sobre superficie inestable.
Tomado de (Kolber & Beekhuizen, 2007)
48
7. JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS
Partimos de la base del grave problema que representa el DEB en la sociedad actual con
unos altos niveles de afección y recurrencia, unos elevados gastos sanitarios y laborales,
así como una gran influencia en la calidad de vida de las personas que la sufren.
A lo largo de los últimos años hemos podidos observar como el ejercicio físico y
concretamente los ESL han ido ganando protagonismo en el tratamiento de esta patología.
El uso terapéutico de los ESL tiene una fuerte fundamentación teórica y el respaldo que
le da su uso clínico generalizado. Pero no parece quedar del todo claro los efectos que
este tratamiento tiene respecto a otros basados en ejercicios generales.
Es primordial a la hora de tratar a los pacientes encontrar la metodología más eficiente y
eficaz, de este modo se lograrán mejoras en el menor tiempo posible y hasta un punto
óptimo. Además de evitar generar incertidumbre y estrés añadido al que la propia
patología pueda estar produciendo ya en el paciente.
El objetivo que persigue la siguiente revisión bibliográfica es analizar las evidencias
científicas que existen sobre los efectos aportados por los ESL en pacientes con DEBI,
así como conocer en mayor profundidad las teorías en las que se fundamentan y sus
beneficios respecto a otras técnicas de ejercicio terapéutico.
49
8. METODOLOGÍA
En este apartado se llevará a cabo un análisis sobre los criterios de selección e inclusión,
estrategias de búsqueda y la evaluación de la calidad de los artículos seleccionados.
La metodología empleada para esta revisión sistemática se basa en el método PRISMA
(Preferred Reporting Items for Systematic reviews and Meta-Analyses).
8.1 Estudios y participantes
Esta revisión incluye estudios que examinan cuales son los efectos de los ESL. El método
de estabilización de la columna lumbo-pélvica es un enfoque activo basado en el
aprendizaje de una serie de ejercicios de control motor a través de los cuales tomamos
conciencia de las posturas y movimientos inadecuados que pueden estar relacionados con
la aparición del dolor de espalda. El objetivo principal de este programa es el
restablecimiento del control motor sobre la zona neutral a través de la recuperación de la
función normal de los músculos estabilizadores espinales. Dentro de la revisión fueron
incluidos estudios que van desde 2010 a la actualidad. Los criterios de selección e
inclusión se desarrollarán en el siguiente punto.
8.2 Criterios de selección e inclusión
Basándonos en los objetivos que persigue esta revisión se han ido eliminando fuentes de
información, revisiones, documentos y artículos que no estaban relacionados con dichos
objetivos o que no resultaron útiles para dicho fin, además de otros artículos sin una clara
base científica.
Los criterios de inclusión de la revisión sistemática fueron:
- Sexo: indiferente
- Edad: personas adultas
- Que presenten DEB
- Randomized Controlled Trial (RCT)
- Idioma: abierto
Se excluyeron los estudios que incluían a pacientes con alguna patología asociada al DEB,
como pueden ser hernias, espondilolistesis, etc. Ya que esto podría influir en los
resultados. Se seleccionaron aquellos estudios que tenían como objetivo comprobar el
efecto de los ESL en personas con DEBI y en cualquiera de sus fases (aguda, subaguda y
crónica).
8.3 Estrategias de búsqueda
La forma específica de recopilar información de los diferentes artículos científicos sobre
la relación entre los ESL y el DEB, así como para la información recopilada entorno a los
ESL anteriormente expuesta a lo largo del trabajo ha empleado distintas fuentes de
información:

Fuentes primarias directas, búsqueda en literatura específica sobre los ESL, libros de
anatomía, biomecánica y fisiología, para la búsqueda de información que verifique
las teorías sobre el tratamiento estabilizador, libros de reeducación postural,
prescripción de ejercicios, fisioterapia, etc.
50

Fuentes secundarias, realización de búsqueda en Metabuscadores de la Universidad
de Sevilla así como diferentes bases de datos como Dialnet, Pubmed, Sport Discus y
PEDro; donde se recopilaron diferentes documentos, artículos y revisiones sobre la
materia.
Estas últimas se han empleado para la realización de la revisión sistemática los
descriptores empleados son menos amplios y concretos. Para ello utilizamos las bases de
datos Pubmed, Sport Discus, PEDro y Dialnet Plus. Los términos empleados fueron “Low
Back Pain” AND “Stabilization exercises”. Se llevaron a cabo filtros sobre la fecha (de
los últimos 5 años) y el diseño (Ensayos clínicos aleatorios). En Dialnet Plus y PEDro se
realizó la búsqueda mediante el descriptor “Low Back Pain Stabilization”, por no aceptar
el uso del operador “AND”, en el PEDro se realizó la búsqueda en el campo “Título y
Resumen”. Seleccionados en función de la idoneidad para el objetivo de la presente
revisión bibliográfica, del total de artículos se llevó a cabo un exhaustivo examen y fueron
seleccionaron aquellos artículos cuyo criterios estaban dentro de los de inclusión.
Artículos totales
encontrados:
Pubmed: 22
Dialnet Plus: 4
PEDro: 43
Sport Discus: 14
TOTAL: 83
23 Artículos
duplicados
Artículos que no cumplen los
criterios de inclusión:
TOTAL: 60
Pubmed: 17
Dialnet Plus: 3
PEDro: 20
Sport Discus: 3
TOTAL: 17
Artículos revisados:
Pubmed:
Dialnet Plus:
PEDro:
Sport Discus:
TOTAL: 10
Figura 24. Diagrama de flujo de la búsqueda.
8.4 Evaluación de la calidad. Riesgo de sesgo
51
Los criterios utilizados para evaluar la calidad y las características metodológicas de los
artículos encontrados fueron evaluados mediante Escala PEDro (Physiotherapy Evidence
Database). La escala PEDro está basada en la lista Delphi desarrollada por Verhagen y
colaboradores en el Departamento de Epidemiología, de la Universidad de Maastricht
(Verhagen et al., 1998). A la que se le han unido los ítems 8 y 10. La tabla 9 muestra los
resultados sobre los artículos seleccionados.
Los niveles de evidencia se evaluaron mediante las pautas del Instituto Holándes para la
Mejora de la Salud CBO (National Organization for Quality Assurance in Hospitals)
(Rosenbrand, Van Croonenborg, & Wittenberg, 2008). La tabla 8 muestra los resultados.
La escala CBO mide el nivel de evidencia de los artículos.
Tabla 8. Nivel de evidencia del Instituto Holandés para la mejora de la salud CBO.
Nivel de evidencia en estudios individuales
A1 Revisión sistemática con al menos 2 estudios de nivel A2
A2 Ensayo clínico aleatorizado doble ciego, buena calidad y potencia suficiente
B
Otro estudio comparativo, sin alguno de los aspectos mencionados en el nivel A2
C
Estudios no comparativos
D
Opinión de un experto
Tomado de (Manterola, Asenjo-Lobos, & Otzen, 2014)
52
Tabla 9. Resultados escala PEDro y CBO
Escala
PEDro
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
TOTAL
Escala
CBO
(França,
Burke,
Caffaro,
Ramos, &
Marques,
2012)
+
+
+
+
+
+
+
+
+
9
B
(STANKOVIC
et al., 2012)
(Moon et al.,
2013)
+
+
+
+
+
+
6
+
+
+
+
+
+
+
7
(Hosseinifar,
Akbari,
Behtash,
Amiri, &
Sarrafzadeh,
2013)
+
+
+
+
+
+
6
B
B
B
(Chung, Lee,
& Yoon, 2013)
(Rhee, Kim, &
Sung, 2012)
(Moussouli
et al., 2014)
(Alp, Mengi,
Avsaroglu,
Mert, &
Sigirli, 2014)
+
+
+
+
+
+
+
7
+
+
+
+
+
+
+
6
+
+
+
+
+
+
+
6
+
+
+
+
+
+
+
+
8
(Javadian,
Akbari, Talebi,
TaghipourDarzi, &
Janmohammadi,
2015)
+
+
+
+
+
+
6
B
B
B
B
B
(Childs et al.,
2010)
+
+
+
+
+
+
+
+
+
9
B
(+ = Afirmativo) (- =Negativo / No aparece) Criterios calidad escala PEDro: 1. Los criterios de elección fueron especificados, 2. Los sujetos fueron asignados al azar a los grupos, 3. La
asignación fue oculta, 4. Los grupos fueron similares al inicio en relación a los indicadores de pronostico más importantes, 5. Todos los sujetos fueron cegados, 6. Todos los terapeutas que
administraron la terapia fueron cegados, 7. Todos los evaluadores que midieron al menos un resultado clave fueron cegados, 8. Las medidas de al menos uno de los resultados clave fueron obtenidas
de más del 85% de los sujetos inicialmente asignados a los grupos, 9. Se presentaron resultados de todos los sujetos que recibieron tratamiento o fueron asignados al grupo control, o cuando esto
no pudo ser, los datos para al menos un resultado clave fueron analizados por “intención de tratar”, 10. Los resultados de comparaciones estadísticas entre grupos fueron informados para al menos
un resultado clave, 11. El estudio proporciona medidas puntuales y de variabilidad para al menos un resultado clave. Fuente. Tomado de: http://www.pedro.org.au/spanish/downloads/pedro-scale/
53
9. RESULTADOS
9.1 Artículos seleccionados
Dentro de la Figura 4 se muestra el diagrama de flujo de la búsqueda en las bases de datos.
Comenzó con una primera búsqueda inicial dio con un total de 83 artículos, de los cuales
fueron descartados 23 por encontrarse duplicados. De los 60 artículos restantes, 38 fueron
descartados directamente con la lectura de su título y/o resumen por no cumplir los
requisitos de inclusión. Esto dio lugar a un total de 17 artículos, de los cuales tras un
examen exhaustivo y profundo se seleccionados 10 que cumplían con los criterios de
selección y se consideraron útiles para el objetivo de la revisión. Estos 10 artículos fueron
analizados en la revisión bibliográfica.
9.2 Análisis de la calidad y riesgo de sesgo
Los 10 artículos seleccionados para el estudio fueron analizados mediante escala PEDro
y CBO, los resultados aparecen en la tabla 9.
Relacionado con la escala CBO, los artículos fueron asignados en “B”, respecto a su nivel
de evidencia, ya que se tratan de estudios comparativos, sin alguno de los aspectos
mencionados en el nivel A2 (Ensayo clínico aleatorizado doble ciego, buena calidad y
potencia suficiente).
Dentro de la escala PEDro los criterios 1 y 2 relacionados con la selección y la asignación
al azar en grupos, se cumplen en todos los artículos. Los criterios 8, 9 y 10 también se
cumplen en todos los artículos revisados, estos dos últimos expresan la interpretación
estadística del estudio, y el 8 está relacionado con los resultados del mismo.
9.3 Resultados artículos incluidos
Esta sección del trabajo está dedicada a la presentación de los resultados de los artículos
que incluyen la revisión bibliográfica realizada, sobre los efectos de los ESL en el dolor,
la discapacidad, funcionalidad, etc. en personas con DEB. La mayoría de las
intervenciones son establecidas en una etapa de dolor crónico, además de ser en ambos
sexos, salvo dos estudios que se desarrollan solo en mujeres y otro en el que se utilizaron
como sujetos militares estadounidenses. En la tabla 10 aparece un resumen de todos los
artículos seleccionados.
França, Burke, Caffaro, Ramos, & Marques, 2012, estudio los efectos de los estiramientos
musculares y los ESL sobre la discapacidad y el dolor en pacientes con Dolor de Espalda
Baja Crónico (DEBC) mediante un ensayo controlado aleatorio. Para ello comparó el
efecto de dos programas de ejercicio sobre la discapacidad funcional, el dolor y la
activación del TRA, un grupo con un programa de ejercicios de estabilización
segmentaria y otro grupo con un programa basado en estiramientos de los músculos del
core e isquiotibiales. Para ello contó con 30 participantes con DEBC, asignados
aleatoriamente en dos grupos en función de la intervención. El grupo de ESL llevó a cabo
ejercicios centrados en el MF y el TRA, mientras que en el grupo de estiramientos, los
estiramientos estuvieron centrados en los músculos erectores espinales, isquiotibiales y
tríceps sural. Se llevaron a cabo medidas sobre el dolor (VAS) y discapacidad (ODI) y
sobre la capacidad de activación del TRA (mediante una unidad Biofeedback de presión).
En comparación con los valores iniciales, se produjeron mejoras en ambos tratamientos
en el alivio del dolor y la mejora de la discapacidad (P< 0.001). En el grupo ESL se dieron
unas ganancias significativamente más altas para todas las variables. El grupo de
54
estiramiento no logró una activación eficaz del TRA (P=94). Las conclusiones a las que
se llegó fueron que ambas intervenciones, tanto estiramientos como los ESL producen
mejoras sobre la percepción del dolor y la discapacidad relacionada con el DEB. Las
variables relacionadas con el DEB obtuvieron mayores mejoras mediante las técnicas de
ESL.
STANKOVIC et al., 2012, estudio el efecto de los ejercicios estabilizadores,
complementándolos con ejercicios de fortalecimiento y estiramiento en pacientes con
DEBC. Buscó estudiar la efectividad de los ESL sobre el dolor y funcionalidad en
pacientes con DEBC. Se llevó a cabo un seguimiento de los sujetos durante más de dos
años, un total de 160 sujetos participaron, todos con DEBC diagnosticado y que
cumplieron con los criterios de inclusión. La intervención fue de 20 sesiones de 30
minutos cada una durante un total de 4 semanas. Los pacientes fueron divididos en dos
grupos, un primer grupo con 100 que llevó a cabo ESL, y un grupo control con 60
pacientes que siguieron un programa tradicional de ejercicios de estiramiento y
fortalecimiento de la espalda. Se llevaron a cabo medidas sobre discapacidad (ODI) y
calidad de vida (SF-36). Los resultados demostraron una reducción del dolor en ambos
grupos, con una mayor significación (p< 0.001) en el grupo de ESL. Se produjeron
además mejoras en la puntuación ODI superiores significativamente (p< 0.001) en el
grupo de intervención respecto al grupo control. Los datos obtenidos dieron lugar a una
reducción de la discapacidad de 23.44±14.4 en los ESL mientras que en los ejercicios
tradicionales fue de 32.43±17.9. Además de una disminución del dolor de 2.03±1.18 en
los ESL y de 2.77±1.36 en los ejercicios tradicionales. Las conclusiones a las que se
llegaron fueron que un programa de ESL parece ser más eficaz para la reducción del dolor
y la mejora de la funcionalidad en pacientes con DEBC.
El objetivo de Moon et al., 2013 fue analizar los efectos de los ESL y los ejercicios de
fortalecimiento dinámicos en paciente con DEBC. Se llevó a cabo la intervención sobre
21 pacientes con DEB durante más de 3 meses y fueron divididos aleatoriamente en dos
grupos, un primer grupo con ejercicios ESL y un grupo control con una intervención
basada en ejercicios de fortalecimiento dinámico. Se llevaron a cabo medidas sobre la
fuerza de los extensores lumbar en los ángulos de 0º a 72º, en intervalos de 12º, para ello
utilizaron el aparato MedX, también se midió el dolor (VAS) y discapacidad (ODI), antes
y después de la intervención. Respecto a los resultados iniciales se produjeron mejoras en
la fuerza de extensión lumbar en ambos grupos significativas. Aunque estas mejoras
fueron significativamente mayores en el grupo de ESL a 0º y 12º de flexión lumbar. Los
datos de VAS disminuyeron significativamente después del tratamiento, pero no hubo
diferencias significativas entre ambos grupos. Las puntuaciones de ODI mejoraron
significativamente solo en el grupo de ESL. Por tanto las conclusiones obtenidas por este
estudio fueron que tanto los ESL como los de fortalecimiento dinámico son útiles para el
fortalecimiento de los extensores lumbares y la reducción del dolor lumbar. No obstante,
los ESL parecen ser más eficaces en el fortalecimiento de la musculatura extensora
lumbar y para la mejora funcional en paciente con DEBC.
El estudio llevado a cabo por Hosseinifar et al., 2013, se centró en comparar la eficacia
de un programa de ESL respecto al método Mckenzie, sobre el dolor, la discapacidad y
el grosor del TRA y el MF en paciente con DEBI. 30 sujetos, divididos en dos grupos al
azar, recibieron tratamiento, un grupo con ejercicios de la metodología Mckenzie y otro
grupo con ESL. Se llevaron a cabo medidas sobre dolor, discapacidad y grosor de los MF
y el TRA antes y después del tratamiento. Las evaluaciones se llevaron a cabo mediante
55
VAS (dolor), FRI (funcionalidad) y ECO (espesor muscular). El programa tuvo una
duración de 18 sesiones. Tras las intervenciones la puntuación del dolor fue inferior en
ambos grupos, las de discapacidad solo se vio reducida en el grupo de ESL y el grosor
del MF izquierdo se incrementó significativamente en el grupo de ESL. Además el
espesor del TRA derecho durante la maniobra de vaciado abdominal y el grosor del TRA
izquierdo durante la elevación de la pierna recta activamente se incrementó
significativamente en el grupo de ESL. La intensidad del dolor, la puntuación de
discapacidad, el espesor del TRA derecho durante el vaciado abdominal y el grosor del
TRA izquierdo durante la maniobra de elevación de la pierna recta activa en el grupo de
estabilización fueron superiores que en el grupo de la técnica Mckenzie. Es por tanto que
este estudio llegó a las conclusiones de que los ESL son más eficaces que el método
Mckenzie para el tratamiento del dolor y para la funcionalidad, además de para el aumento
del grosor muscular en el TRA para pacientes con DEBC.
El fitball es útil para la realización de ESL, Chung et al., 2013, desarrollaron un estudio
para conocer el efecto que tienen los ESL realizados con fitball, sobre la sección
transversal del MF, el soporte del peso, el dolor y la funcionalidad en pacientes con
DEBC. Participaron en el estudio 12 pacientes divididos en dos grupos, uno que llevó a
cabo ESL con fitball y otro grupo control que los realizó sobre base estable, en este caso
esterilla. Se desarrolló una intervención de 8 semanas con 3 sesiones semanales. Se
realizaron mediciones mediante tomografía computarizada para analizar el MF y para las
mediciones del equilibrio de pesos se utilizó la escala Tetrax. Ambos grupos tuvieron
cambios significativos en la sección transversal del MF tras la intervención (p< 0.05) y el
grupo experimental mostró un mayor aumento en L4 (F = 9.854, p = 0.005) y L5 (F =
39.266, p = 0.000). Ambos grupos mostraron significativas disminuciones en la carga de
peso, de 9.25% a 5.83% en el grupo experimental y de 9.33% a 4.25 en el grupo control
(p <0.05), pero estas diferencias no fueron significativas entre ambos grupos. Los
resultados dieron como conclusión que el uso de ESL con fitball son útiles para aumentar
la sección transversal del MF, mejorar el soporte del peso, aliviar el dolor y la
recuperación de la funcionalidad, así como para mejorar la sección transversal del MF en
los segmentos de L4 y L5 para pacientes con DEBC.
Rhee et al., 2012, investigó la eficacia de los ESL para el manejo del dolor y el aumento
del equilibrio en pacientes con DEB recurrente. Formaron parte del estudio 21 pacientes,
divididos en dos grupos, uno de ESL y otro grupo control que no realizó ejercicio y
recibieron una hoja con recomendaciones como tiempo de reposo, cese de actividad, etc.
Se llevó a cabo una intervención durante 4 semanas, 5 veces semanales. Se realizaron
mediciones del dolor (VAS) y discapacidad (ODI). Para la medición del equilibrio se
utilizaron grabaciones del movimiento antero-posterior y medio-lateral respecto al punto
de equilibrio durante 3 movimientos consecutivos. Los resultados mostraron que el nivel
de dolor y discapacidad disminuyeron significativamente después del tratamiento en
ambos grupos. Aunque el equilibrio medio lateral no fue significativamente diferente en
ambos grupos (p= 0.86) hubo una significativa diferencia en el tiempo del movimiento
antero-posterior (p= 0.04). El desplazamiento antero-posterior del grupo que recibió ESL
disminuyó significativamente en comparación con el grupo de control. Las conclusiones
del estudio fueron que los ESL pueden ser útiles para prescribirse en paciente con DEB
como estrategia de rehabilitación y para la reducción del desplazamiento antero-posterior.
Moussouli et al., 2014 examinaron los efectos sobre la calidad de vida relacionada con la
salud (CVRS) de un programa de ESL isométricos e isotónicos realizados de forma
56
intensiva durante 4 semanas, en mujeres con DEBC. Fueron sujeto de estudio un total de
39 mujeres a las que se les realizaron mediciones durante 9 meses. Se dividieron en 3
grupos aleatoriamente, uno de ESL isométricos, otro ESL isotónicos y uno de control que
no llevó a cabo ningún tipo de ejercicio. Se llevaron a cabo medidas sobre CVRS
mediante SF-36, antes, inmediatamente después de la intervención y cuatro veces después
durante un periodo de 9 meses. Los resultados mostraron sobre el grupo de ESL
isométricos grandes mejoras en dolor y vitalidad. Estos efectos se mantuvieron durante 9
meses tras el programa. Esto sugiere que el uso de ESL isométrica es útil para la reducción
y la mejora de la vitalidad con efectos duraderos de al menos 9 meses.
Alp et al., 2014 llevaron a cabo comparaciones entre un grupo al que se le aplicó ESL y
otro grupo el cual realizó ejercicios convencionales en casa durante 6 semanas. Se
llevaron a cabo mediciones antes y después de los 3 meses de tratamiento sobre el dolor,
la discapacidad, la resistencia de los extensores dorsales y la limitación del rol físico. Los
resultados mostraron mejoras significativas en todas las variables, pero estas diferencias
fueron más significativas en el caso del grupo de ESL en la resistencia de los extensores
lumbares y en la medición de la limitación del rol físico.
Uno de los problemas asociados a la inestabilidad espinal y que por tanto se relaciona con
el DEB suele ser la hipermovilidad espinal, Javadian et al., 2015, llevó a cabo un estudio
para analizar la relación entre la reducción de la hipermovilidad vertebral mediante ESL
y su asociación con el dolor de espalda bajo crónico inespecífico (DEBCI) y la
inestabilidad de la espalda baja. En el estudio fueron incluidos 30 pacientes con DEBCI
divididos aleatoriamente en dos grupos. El grupo de intervención realizó ejercicios
generales, además de ESL durante un periodo de 8 semanas, mientras que el grupo control
recibió solamente tratamiento mediante ejercicios generales. Los valores de traslación
vertebral (medida en milímetros) y la rotación (en grados) de la sección lumbar en el
plano sagital fue determinada mediante radiografía de flexión y extensión, antes y después
del tratamiento. Las medidas primarias fueron determinar los cambios medidos de
traslación y rotación de las vértebras lumbares en el plano sagital después de 8 semanas
de intervención en cada grupo. Estos resultados fueron comparados entre los dos grupos.
Los resultados demostraron que el valor de traslación y rotación vertebral lumbar se
redujo significativamente en ambos grupos (p< 0.05), excepto la traslación de L3 en el
grupo control. Tras la intervención el valor medio de traslación de L4 (P= 0.04) y L5
(p=0.001) y la rotación de L5 (P= 0.01) en el grupo de tratamiento fue significativamente
menor que en el grupo control. Las conclusiones de este estudio indican que en pacientes
que presentan DEBCI debido a la inestabilidad segmentaria lumbar es útil el uso de ESL
complementándolo con ejercicios generales, esto parece ser más eficaz que el uso de
ejercicios generales solamente para la mejora de la traslación y la rotación excesiva de
las vértebras lumbares.
Childs et al., 2010 estudió la eficacia de los ESL sobre soldados del ejército de los Estados
Unidos. El ejército utiliza tradicionalmente ejercicios de abdominales con rodillas
flexionadas tradicionalmente como parte de su entrenamiento y pruebas. Se desconoce
los efectos a corto plazo los ESL del core sobre la disminución de las lesiones
musculoesqueléticas y las bajas que impiden llevar a cabo el trabajo normal, en
comparación con el entrenamiento tradicional. El objetivo de Childs et al., en este estudio
fue explorar los efectos de un programa de ESL a corto plazo sobre la incidencia de las
lesiones musculoesqueléticas y las lesiones que conllevan restricciones del trabajo. Se
llevó a cabo un entrenamiento de 16 semanas, los participantes fueron un total de 1141
57
soldados de una media de edad de 22.9 años. El grupo de ESL incluyó en su rutina
ejercicios dirigidos al TRA y el MF. El grupo de ejercicios tradicionales ejercicios
dirigidos a la musculatura del recto abdominal y oblicuo, así como a la musculatura
flexora de la cadera. Se realizaron mediciones sobre todas las lesiones habituales que
impiden realizar las tareas en este cuerpo del ejército. De un 44,8% (511) de los soldados
se conocen lesiones musculoesqueléticas previas que les restringieron de la realización
de trabajos durante el entrenamiento. No se produjo diferencia significativa en el
porcentaje de soldados con lesiones musculoesqueléticas, tampoco se dieron diferencias
en el número de días de restricción del trabajo por estas lesiones. Sin embargo, los
soldados del grupo de ESL que experimentaron una baja por lesión en la espalda tuvieron
más días de baja 8.3 días (SD_14.5), respecto a los 4.2 días (SD=8.0) del grupo de
ejercicios tradicionales. Una de las limitaciones que encontraron a la hora de realizar el
estudio, fue la inconsistente información de las lesiones durante el entrenamiento. Las
conclusiones que extrajeron del estudio fue que la incidencia de lesiones
musculoesqueléticas fue similar entre el grupo de ejercicios tradicionales y el de ESL.
Además de parecer conllevar una restricción del trabajo más duradera por lesiones de
espalda baja con ESL respecto a ejercicios tradicionales.
58
Tabla 10. Características de los artículos incluidos
Grupos de intervención
Autores
Título
Objetivo
Control
Participantes
Resultados
Tratamiento (Duración programa, frecuencia)
(França
et al.,
2012)
(STAN
KOVIC
et al.,
2012)
(Moon
et al.,
2013)
Effects of muscular
stretching and segmental
stabilization on functional
disability and pain in
patients with chronic low
back pain: a randomized,
controlled trial
Lumbar Stabilization
Exercises in Addition to
Strengthening
and Stretching Exercises
Reduce Pain and Increase
Function
in Patients With Chronic
Low Back Pain:
Randomized Clinical
Open-Label Study
Effect of Lumbar
Stabilization and
Dynamic Lumbar
Strengthening Exercises in
Patients With Chronic Low
Back Pain
Comparar los efectos de dos
programas de ejercicios,
ejercicios de estabilización
segmentaria y estiramientos de
los músculos del tronco e
isquiotibiales, sobre la
incapacidad funcional, el dolor, y
la activación del músculo
transverso abdominal, en
individuos con dolor lumbar
crónico
Establecer el efecto de ejercicios
de estabilización en la reducción
de dolor y mejorar
funcionalidad en los pacientes
con dolor de espalda crónico Baja
Comparar los efectos de los
ejercicios de estabilización
lumbar y los ejercicios de
fortalecimiento dinámico de
lumbares en la fuerza isométrica
máxima de los extensores
lumbares, la intensidad del dolor
y la discapacidad funcional en
pacientes con DEB crónico
N= 30
Dolor de Espalda
Baja Crónico
6 semanas de intervención, con 2 sesiones semanales de 30
minutos cada una
N= 15
Ejercicios de estabilización
segmentaria
N= 15
Ejercicios de estiramiento
muscular
Ambas técnicas producen mejoras en el dolor y la
discapacidad. Los ejercicios estabilizadores
produjeron mejoras superiores al estiramiento
muscular para las variables medidas relacionadas con
el dolor de espalda baja crónico
4 semanas de intervención, 5 días por semana, cada sesión
de 30 minutos
N= 160
Dolor de Espalda
Baja Crónico
N= 21
Dolor lumbar
inespecífico por
más de 3 meses
N=100
Ejercicios de estabilización
lumbar
N=60
Programa de ejercicios
tradicional
8 semanas, dos veces por semana por una hora
N=11
Ejercicios estabilizadores
lumbares
N= 10
Ejercicios dinámicos de
fortalecimiento lumbar
Reducción del dolor en ambos grupos
con una mayor significación estadística en el grupo
de ejercicios de estabilización (p <0,001) en relación
al grupo control (ejercicios tradicionales y
estiramientos) en los ítems analizados
La fuerza de extensión lumbar mejoró
significativamente en ambos grupos. Con mejoras
significativamente mayores en el grupo de ejercicios
de estabilización a 0º y 12º de flexión lumbar. Los
datos de Visual Analog Scale disminuyeron
significativamente tras el tratamiento; sin embargo,
los cambios no tuvieron diferencias significativas
entre ambos grupos. Puntuaciones ODI mejoraron
significativamente sólo en el grupo de ejercicios
estabilizadores
59
(Hossei
nifar
et al.,
2013)
The Effects of Stabilization
and Mckenzie Exercises on
Transverse Abdominis and
Multifidus Muscle
Thickness, Pain, and
Disability: A Randomized
Controlled Trial in
NonSpecific Chronic Low
Back
Pain
(Chung
et al.,
2013)
Effects of Stabilization
Exercise Using a Ball on
Mutifidus Cross-Sectional
Area
in Patients with Chronic
Low Back Pain
(Rhee
et al.,
2012)
A randomized controlled
trial to determine the effect
of spinal stabilization
exercise intervention based
on pain level and standing
balance differences in
patients with low back pain
Comparar la eficacia de la
estabilización y los ejercicios de
Mckenzie sobre el dolor, la
discapacidad y el grosor de los
músculos transverso del abdomen
y el multífidos en pacientes con
dolor de espalda baja inespecífico
Comparar los efectos de los
ejercicios de estabilización
lumbar utilizando balones, para
conocer los efectos que estos
ejercicios de estabilización ejerce
sobre el músculo multífido, el
soporte del peso, el dolor y la
funcionalidad en pacientes con
dolor de espalda bajo crónico
El propósito de este estudio fue
investigar la eficacia de los
ejercicios de estabilización de la
columna vertebral para el manejo
del dolor y el aumento del
equilibrio en pacientes con
diagnóstico de dolor lumbar
recurrente
N= 30
Dolor de espalda
bajo inespecífico
N= 12
Dolor de espalda
bajo crónico
N= 42
Dolor de espalda
bajo recurrente
18 sesiones (6 semanas) con 3 sesiones semanales
N= 15
Ejercicios estabilizadores
N= 15
Técnicas Mckenzie
8 semanas, 3 sesiones semanales
N= 6
Grupo de intervención
realizó los ejercicios
estabilizadores con fitball
N= 6
Grupo control realizo los
ejercicios sobre esterillas
5 veces por semana en un periodo de 4 semanas, de 20
minutos
N= 21
Ejercicios estabilizadores
N=21
Recomendaciones en papel
Los ejercicios de estabilización son más eficaces que
las técnicas de ejercicios de McKenzie para la mejora
de la intensidad del dolor y la puntuación de la
función y en el aumento del espesor del músculo
transverso abdominal.
El uso de ejercicios de estabilización con pelotas
producen aumentos en la sección transversal del
músculo multífido, mejora el soporte del peso, alivia
el dolor y ayuda a la recuperación de la funcionalidad
de los trastorno y los incrementos de la sección
transversal del músculo multífido de la L4 y los
segmentos L5 para pacientes con dolor lumbar
El nivel de dolor y discapacidad disminuyeron
significativamente. La movilidad medio-lateral no fue
significativamente diferente en ambos grupos hubo
una diferencia significativa la antero-posterior, el
grupo de ejercicios estabilizadores disminuyó
significativamente el movimiento antero-posterior
respecto al grupo de control. Esto puede ser útil en la
prevención de lesiones
60
(Moussouli
et al., 2014)
Effects of
Stabilization
Exercises on HealthRelated Quality of
Life in Women With
Chronic Low Back
Pain
(Alp et al.,
2014)
Efficacy of Core
Stabilization Exercise
and Its Comparison
with Home-Based
Conventional
Exercise in Low Back
Pain Patients
(Javadian et al.,
2015)
Influence of core
stability exercise on
lumbar vertebral
instability in patients
presented with
chronic low back
pain: A randomized
clinical trial
(Childs et al.,
2010)
Effects of Traditional
Sit-up Training
Versus Core
Stabilization
Exercises on ShortTerm Musculoskeletal
Injuries in US Army
Soldiers: A Cluster
Randomized Trial
Examinar los efectos de un
programa de ejercicios de
estabilización isométrica e
isotónica intensivos de 4
semana en las dimensiones de
la calidad de vida en mujeres
con dolor lumbar crónico
Investigar la eficacia de los
ejercicios estabilizadores del
core y compararlo con
ejercicios convencionales
desarrollados en el hogar para
pacientes con dolor lumbar
crónico
Investigar el efecto del
ejercicio de estabilidad del
core en la traslación y la
rotación de las vértebras
lumbares en el plano sagital
en pacientes con dolor lumbar
crónico inespecífico
Explorar los efectos a corto
plazo de un programa de
ejercicios de estabilización
del core sin el entrenamiento
de abdominales y un
programa de ejercicios
tradicionales en la incidencia
de la lesiones musculo
esqueléticas y la restricción
del trabajo
N= 39
Dolor de espalda
crónica
Sexo femenino
Obtención de datos
durante 9 meses
N= 48
Sexo femenino
Dolor de espalda
crónico
4 semanas de un intensivo programa de entrenamiento
isométrico estabilizador
N= 12
Ejercicios de estabilización
isométrica
N= 13
Ejercicios de estabilización
isotónicos
Intervención de 6 semanas, 3 sesiones semanales de 60
minutos de duración
N= 24
Ejercicios estabilizadores
N= 24
Ejercicios convencionales
8 semanas
N= 30
Dolor lumbar
crónico inespecífico
con inestabilidad
espinal lumbar
N=13
No participó en ningún tipo
de ejercicio
N= 15
Ejercicios de estabilización
lumbar
N=15
Ejercicios generales
16 semanas de intervención.
N= 1141
Militares del
ejército de Estados
Unidos sanos
N= 542
N= 599
Programa de ejercicios
estabilizadores
Programa de ejercicios
tradicionales
Los ejercicios de estabilización isométrica pueden
reducir el dolor y mejorar la calidad de vida relacionada
con la salud entre las mujeres con dolor crónico de
espalda baja con efectos duraderos durante al menos 9
meses
Se encontró eficaz la relación con las áreas de dolor, la
resistencia, la funcionalidad, y la calidad de vida diaria
con el dolor en paciente con dolor lumbar crónico, el
grupo de ejercicios estabilizadores fue superior la
resistencia de los músculos extensores dorsales y en la
mejora de la discapacidad
Los pacientes con dolor lumbar crónico no específico
por inestabilidad lumbar que reciben ejercicios de
estabilidad del core más ejercicios generales son más
eficaces para la mejora de la hipermovilidad vertebral y
la rotación, que sólo con ejercicios generales.
No se dieron diferencias en las lesiones durante los
periodos de descanso, ni en cuanto a lesiones
musculoesqueléticas, sin embargo, los soltados que
realizaron el programa de ejercicios tradicionales que
experimentaron alguna lesión de la espalda baja durante
el periodo de intervención, tuvieron un periodo de baja
significativamente mayor.
61
10. DISCUSIÓN Y LIMITACIONES
10.1 Discusión
Los resultados obtenidos se enfocan a la valoración de la efectividad de los ESL en
algunos casos comparándose o complementándose con otras técnicas sobre la mejora de
del DEBI. Esta revisión supone una actualización sobre el tema, realizada exclusivamente
con los últimos estudios sobre el tema. Los estudios incluidos dentro de la revisión están
considerados de buena calidad, en cuanto a la metodología (Moseley, Herbert,
Sherrington, & Maher, 2002), según escala PEDro (> 5) (tabla 9).
Los estudios analizados en su mayoría intervinieron sobre sujetos con DEBIC (Alp et al.,
2014; Chung et al., 2013; França et al., 2012; Javadian et al., 2015; Moussouli et al., 2014;
STANKOVIC et al., 2012). En otros casos sólo se menciona que los pacientes tuvieron
episodios de DEBI por más de 3 meses (Hosseinifar et al., 2013; Moon et al., 2013),
aunque son considerados como crónicos o recurrentes (Rhee et al., 2012). En el caso de
la literatura científica de Childs et al., 2010, el estudio se desarrolló sobre sujetos sanos,
militares activos en este caso.
Los ESL parecen tener una mayor efectividad para la mejora de las patologías asociadas
al DEBI, como son dolor y discapacidad, respecto a las técnicas de estiramientos
musculares (França et al., 2012).
Varios son los estudios que comparan los ESL respecto a ejercicios tradicionales (Alp
et al., 2014; Childs et al., 2010; STANKOVIC et al., 2012), encontrándose mayores
mejoras con los ESL sobre dolor y la funcionalidad (STANKOVIC et al., 2012), además
de unas mejoras más significativas en la resistencia de los músculos extensores y la
discapacidad (Alp et al., 2014), pero no se logró demostrar que fueran mejores en la
prevención de lesiones musculoesqueléticas (Childs et al., 2010).
Comparándose con las técnicas Mckenzie, los ESL muestran ser más eficaces para el
tratamiento del dolor y la funcionalidad, además del aumento del espesor del TRA
(Hosseinifar et al., 2013).
La literatura científica (Chung et al., 2013) comparó los ESL realizados sobre superficie
estable con su realización con inestabilidad (fitball), observándose unas mayores mejoras
en inestabilidad, sobre el aumento de la sección transversal del MF, soporte del peso, el
alivio del dolor y la recuperación de la funcionalidad, además de incrementar la sección
transversal MF de L4 y L5.
En la literatura científica de (Moussouli et al., 2014) se compara una intervención en un
grupo con ESL respecto a un grupo en el que no se realizó ningún tipo de intervención,
esta comparación puede verse afectada por el simple efecto placebo del ejercicio, al no
utilizarse ninguna intervención en el grupo de control.
Son varios los estudios que demuestran la efectividad a largo plazo de los ESL, tomándose
datos durante 9 meses relacionados con la CVRS (Moussouli et al., 2014). En la literatura
científica de (Alp et al., 2014) se realizaron mediciones durante un periodo de 3 meses
antes y después de la intervención, mostrándose una mayor eficacia tanto los ejercicios
convencionales como los ESL, en la mejora del dolor, resistencia, funcionalidad y CVRS,
62
aunque estas mejoras fueron significativamente mayores en la resistencia de los
extensores musculares y la discapacidad en el grupo intervenido con ESL.
El protocolo empleado por la literatura de (França et al., 2012) se basa en C. Richardson
et al., 2004, con ejercicios basados en la co-contracción del MF y TRA. El resto de
literatura basándose en esto diseña ejercicios por parte de los autores o bien se tomaron
de diferentes fuentes, pero no se desarrolla un protocolo estándar en la literatura
analizada. La no utilización de un protocolo común puede haber afectado a las diferencias
existentes entre los resultados analizados.
El DEBI recurrente esta relacionado con un retraso en la contracción del TRA y una
inadecuada estabilización del tronco (Hodges & Richardson, 1996). Los ESL se
desarrollan para combatir estos problemas mediante una mejora del control motor de los
mismos. Son ejercicios que se basan en una contracción aislada de los estabilizadores y
el TRA mientras se mantiene la columna en posición neutra (C. Richardson et al., 2004).
Además la mejora del control motor es útil para identificar cuáles son las posturas y
movimientos inadecuados que pueden estar relacionados con el DEB (Jorge Rodrigo
Vásquez-Ríos & Tania Inés, 2014).
10.2 Limitaciones
Entre las limitaciones de la literatura analizada podemos mencionar que el número de
sujetos que forman parte de las intervenciones aparentemente es reducido, esto puede
restar veracidad a los resultados obtenidos.
La falta de un protocolo de ESL a desarrollar, puede influir en los resultados de los
estudios, en algunos casos vimos ejercicios totalmente diferentes, en los cuales la
activación muscular parece ser diferentes, al menos podemos deducirlo basándonos en la
observación de las posturas adquiridas. Los estudios en su mayoría desarrollan
intervenciones con ejercicios diseñados por el propio autor, todos bajo el nombre de ESL,
lo mismo ocurre cuando se habla de ejercicios tradicionales, sin pararse a realizar una
definición clara en la mayoría de casos, esto lleva a que unos estudios tengan unas
intervenciones totalmente dispares a los otros, para buscar un mismo fin, que es el de la
eficacia de los ESL en el DEB, pero empleándose ejercicios totalmente diferentes, aún
más en el caso de los tradicionales.
A la hora de revisar la bibliografía parece útil la realización de futuros estudios que
utilicen un tratamiento complementario a los ESL, como técnicas fisioterapéuticas y de
correcciones posturales, esto podría ser un complemento útil a los ESL, ya que se han
venido demostrando la efectividad de cada una de estas técnicas por separado.
La falta de un seguimiento continuo sobre la ejecución de los ejercicios también parece
mejorable en la mayoría de estudios analizados. En algunos casos se lleva a cabo un
seguimiento en una primera sesión, y en el resto se desarrollan libremente.
Una de las limitaciones a mencionar por último, se basa en la mención de los pacientes
como pacientes en fase crónica, en algunos casos refiriéndose a este cuando tiene DEB
por más de 3 meses, mientras en otros casos se tienen en cuenta valores mayores.
63
64
11. CONCLUSIONES

Los ejercicios estabilizadores son útiles para la reducción del dolor y la discapacidad
en DEB

Los ejercicios estabilizadores tienen mayor eficacia que las técnicas Mckenzie, los
estiramientos, los ejercicios de fortalecimiento lumbar y los ejercicios tradicionales y
generales para la reducción del dolor y la mejora de la discapacidad en el DEB

Falta información sobre cuáles son los ESL concretos a realizar, no existe una guía
establecida, sería útil para el futuro establecer una guía clara

La realización de los ejercicios estabilizadores sobre superficie inestable produce unas
mayores mejoras en la mejora de la funcionalidad, el aumento de la sección
transversal, el reparto de pesos y la reducción del dolor
65
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