Subido por Lisa Román

2ha Libro 1

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The Husky and his White cat Shizun.
Autor: -Meatbun dosen’t eat meatAño: 2017
Estado: 311 capítulos + 19 Extras:
1. Volumen I: Diferentes caminos
2. Volumen II: Mismo destino
3. Volumen III: Batalla decisiva
Traducción por:

Sizhui

Basado en la traducción de Rynn, Suika, Peri
Sinopsis:
Mo Ran sintió que tomar a Chu Wan Ning como su maestro fue un error.
Su Shizun era muy similar a un gato, mientras que él era como un perro
tonto.
Los perros y los gatos eran biológicamente diferentes. El perro tonto
originalmente no tenía la intención de poner sus patas peludas en ese gato.
Originalmente pensó que los perros deberían estar con perros, como su
hermano mayor, que era hermoso y dócil, como un lindo Spint japonés. Se
verían muy bien juntos.
Pero después de morir y volver a la vida, después de vivir dos vidas, al que
él había llevado a su guarida las dos veces fue el gatito blanco como la nieve,
Shizun, al que ni siquiera había puesto atención al principio.
Sinopsis:
Mo Ran sintió que tomar a Chu Wan Ning como su maestro fue un error.
Su Shizun era muy difícil de entender, no sabía cómo descifrar a este
bloque de hielo.
Debido a esto ocurren una serie de eventos desafortunados que llevan a
que su persona amada muera a manos de su maestro, no vuelve a mostrar el
mínimo respeto o aprecio a aquella persona que le dio un hogar y se empecina
con tomar la vida y el poder de toda persona que se encuentre en su camino de
ser el Emperador del mundo de la cultivación.
Taxian-jun, el emperador del mundo del cultivo, lleno de resentimiento
mata y toma como prisionero a aquel culpable de su desgracia, su maestro Chu
Wan Ning.
Luego de una vida de haberlo odiado y torturado, cegado por la tristeza y
de haberlo perdido absolutamente todo, decide acabar con el vació en su
interior y descansar para siempre.
CAPÍTULO 1: ESTE VENERABLE HA MUERTO.
Ese poco tiempo antes de que Mo Ran fuera el emperador, siempre había
alguien que le llamaba perro.
El gerente lo llamó: “Hijo de perra”
Los clientes lo llamaron: “Cachorro de perra”
Su primo menor lo llamó: “Perro de mierda”
Y su madre era la mejor, diciendo que fue criado por una perra.
Por supuesto, había otras metáforas relacionadas con el perro que eran tan
malas. Por ejemplo, sus aventuras de una noche siempre se quejaban con cierta
petulancia de que la fuerza de sus caderas eran como las de un perro macho; la
miel goteaba de sus labios atrayendo el alma, pero el arma de abajo le estaba
robando la dulzura de su vida. Pero luego se volvían y se jactaban de los
demás, hasta el punto de que todo el distrito sabía que el hombre Mo Wei Yu
era a la vez guapo en apariencia y agresivo con su herramienta; los que lo
intentaban estaban satisfechos con su comida, y los que no lo habían estado,
estaban muy tentados.
Había que decir que todos esos nombres eran muy acertados. Mo Ran era
de hecho muy parecido a un perro que menea la cola.
No fue hasta que se convirtió en el emperador del mundo de la cultivación
que este tipo de apodos desapareció en un instante.
Un día, una pequeña secta de una tierra lejana le regaló un cachorro. El
cachorro tenía una capa de gris blanquecino, tres ráfagas de llamas en la frente,
algo así como un lobo. Pero, era tan grande como un melón, y parecía algo
estúpido, regordete y redondo, pero todavía pensaba que era bastante
poderoso, corriendo por todo el salón salvajemente. Varias veces intentó subir
los escalones muy, muy altos para ver claramente a la persona que se sentaba
en el trono tan serenamente, pero debido a que sus piernas eran demasiado
cortas, finalmente abandonó el esfuerzo.
Mo Ran miró fijamente a esa bola de pelo que no tenía ingenio, pero sí
mucha energía y de repente se río, riendo mientras lo llamaban “Perro de
mierda”.
El cachorro pronto creció y se convirtió en un perro grande; el perro
grande se convirtió en un perro viejo, y el perro viejo se convirtió en un perro
muerto.
Mo Ran cerró los ojos, luego los abrió con un parpadeo. Su vida estaba
llena del flujo y reflujo del prestigio y la vergüenza, a veces hacia abajo. Antes
de que se diera cuenta, habían pasado treinta y dos años de su vida.
Había jugado con todo y había cansado de ello. Todo era del mal gusto y
solitario, y en los últimos años, había cada vez menos gente que conocía a su
lado, incluso el perro Tres llamas había pasado al cielo. Era hora, pensó. Es
hora de acabar con todo.
Recogió una uva reluciente y peló lánguidamente su piel púrpura. Su
movimiento era suave y practicado, como Rey Yu en su campamento quitando
las túnicas de la princesa Hu, pero había una pereza en ello como si estuviese
cansado de todo eso. La brillante fruta temblaba ligeramente en las yemas de
sus dedos, su jugo brotaba y fluía, delicadamente púrpura, como un ganso
salvaje deslizándose por acantilados rojos, como flores Haitang entrando en su
sueño.
Pero más como la sangre sucia.
Miró fijamente a sus propios mientras tragaba esa dulzura abrumadora en
su boca, y luego abrió perezosamente los ojos.
Ya era hora, pensó.
Ya era hora de que descendiera al infierno.
Mo Ran, nombre de Mo Wei Yu.
El primer emperador del mundo de la cultivación.
Realmente no fue fácil llegar a esta posición. El requisito no era
simplemente el de poderes espirituales sobresalientes; sino que también se
necesitaba una cara gruesa que fuera tan dura como una roca.
Antes de él, las diez sectas más grandes del mundo de la cultivación
habían dividido territorios, luchando y acaparando unos contra otros en sus
dominios. Con las sectas enfrentándose entre sí, no había nadie que pudiera
gobernar el mundo y tomar todas las decisiones. Y además, cada líder de secta
estaba extraordinariamente instruido, así que aunque quisieran concederse un
título por diversión, desconfiarían de lo que los historiadores escribirían,
temerosos de recibir la desgracia en los libros de la historia.
Pero Mo Ran era diferente.
Era un matón.
Lo que los otros no se atrevían a hacer, él lo había hecho todo. Bebiendo el
mejor vino del reino de los mortales, casándose con la mujer más bella del
mundo. Primero se convirtió en el líder de la Alianza en el mundo de la
cultivación “Taxian-jun”, luego se otorgó el título de emperador.
Todos se postraron y se rindieron ante él.
Los que se negaron a arrodillarse, los masacró a todos. Los años en que
afirmó su dominio, la sangre fluía como un diluvio y los lamentos de luto
estaban por todas partes. Innumerables hombres justos se sacrificaron, incluso
la Secta Ru Feng de las Diez Grandes Sectas fue completamente aniquilada.
Y más tarde, incluso el honorable maestro que le enseñó a Mo Ran no
pudo escapar de sus garras demoníacas. En una batalla final con Mo Ran fue
derrotado, y fue tomado prisionero en el palacio por su discípulo amado, ahora
su paradero desconocido.
La tierra, que había sido hermosa y tranquila, fue repentinamente
empujada hacia el caos.
El emperador perro, Mo Ran no leyó muchos libros y era alguien que no
tenía miedo de nada, así que mientras estuvo en el poder, el mundo nunca
estuvo exento de asuntos ridículos. Como los títulos de los años reinantes.
En el primer período de tres años de su reinado, el título era “Wangba”.
Fue algo en lo que pensó mientras alimentaba a los peces junto al estanque.
En el segundo período de tres años, el título era “Croak”, la razón por la
que escuchó a las ranas croar en el jardín en verano, y determinó que era la
inspiración concedida por los cielos y que no debía darse por sentada.
Todos los eruditos del país creían que nunca podría haber títulos más
trágicos que “Wangba” y “Croak”, pero, desgraciadamente, no entendían nada
de Mo Ran.
En el tercer período de tres años, los disturbios comenzaron a sacudir
varias regiones locales, ya fueran budistas, taoístas o cultivadores espirituales,
todos esos cultivadores justos en el mundo comenzaron a levantarse en
rebelión.
Así, esta vez, Mo Ran contempló profundamente durante mucho tiempo, y
después de desechar muchos borradores, nació un título que sacudió los cielos
e hizo llorar a los fantasmas y a los dioses: “Cesar la batalla”.
Se suponía que tenía una connotación bien intencionada. El primer
emperador usó todo su cerebro para inventar esas palabras, tomando de la
expresión fortuita “Cesar las batallas y soltar las armas”. Sólo que, cuando se
hablaba en voz alta en el mundo común, era extremadamente incómodo.
Especialmente para aquellos que no sabían leer, era aún más incómodo
escuchar el título.
El primer año fue llamado el primer año de Cese de batalla, pero por qué
sonaba como el año de las Bolas de pene.
El tercer año del pene.
Algunos lo maldecirían detrás de las puertas cerradas. –– ¡Qué tontería!
¿Por qué no darle el título “Ji Ba Chen” para completar el círculo? Así que la
próxima vez que veas a un hombre, no hace falta que preguntes cuántos años
tiene, ¡Sólo pregúntales qué edad tiene su polla! ¡Los maestros de cientos de
años pueden llamarse Pene Centenario!
Después de tres largos años, finalmente llegó el momento de reemplazar el
nombre de la era en curso “Ji Ba”.
La gente de todo el mundo estaba esperando ansiosamente a ver qué se le
ocurría a Su Majestad el Emperador para el cuarto título, pero esta vez, Mo
Ran ya no tenía ningún interés en escribir un nombre. Desde que, este año, los
disturbios en el mundo de la cultivación finalmente estallaron por completo.
Después de haber aguantado durante casi una década. Los justos artistas
marciales y héroes del mundo de la cultivación, que habían sufrido en silencio
durante casi una década se reunieron y formaron un ejército de millones de
personas, cargando hacia el Primer Emperador Mo Wei Yu.
El mundo de la cultivación realmente no necesitaba un emperador.
Especialmente no un tirano como este.
Después de muchos meses de batallas bañadas de sangre, el ejército
rebelde finalmente llegó al pie del Pico Sisheng. Este lugar estaba situado en la
provincia de SiChuan, sobre peligrosos acantilados de montaña, rodeado de
arroyos, de nubes y niebla durante todo el año. El grandioso y majestuoso
palacio de Mo Ran se sentaba en su cima.
Era demasiado tarde para dar marcha atrás, y el derrocamiento de la tiranía
estaba a sólo un golpe de distancia. Sin embargo, esta última batalla fue
también la más traicionera. El rayo de esperanza de victoria estaba ante sus
ojos, pero los pensamientos llenos de dudas empezaron a crecer internamente
dentro del ejército aliado que se reunió para luchar contra el mismo enemigo.
Con la aniquilación del viejo imperio, se debe construir un nuevo régimen.
Nadie quería malgastar sus fuerzas innecesariamente en este momento, y por
lo tanto nadie quería encabezar el frente de batalla, cargar primero hacia las
montañas.
Todos temían que este astuto y victorioso tirano cayera repentinamente de
los cielos, mostrará sus brillantes dientes blancos como de bestia, y destrozara
a todos aquellos que se atrevieran a rodear y destruir su palacio, y los
destrozara en pedazos.
Algunos decían, con una expresión sombría: –– Los poderes espirituales
de Mo Wei Yu son grandes, y su persona astuta. Debemos ser cautelosos para
no caer en sus trampas.
Todos los líderes estaban de acuerdo.
En ese momento, un joven extremadamente guapo y llamativo se adelantó.
Llevaba una armadura de color azul plateado, una armadura clara, un cinturón
adornado con la cabeza de un León, el pelo atado en una cola de caballo con
una exquisita horquilla de plata asegurada en las raíces.
La expresión de ese joven era extremadamente sombría. Él dijo: –– Ya
hemos llegado al pie de la montaña. ¿Qué están haciendo todos ustedes,
arrastrando los pies para subir? ¿Están esperando a que Mo Wei Yu baje por sí
mismo? ¡Qué montón de gatos asustadizos!
La ira explotó por todas partes por sus palabras.
–– ¡Qué abuso, joven maestro Xue! ¿Qué quieres decir con gatos
asustadizos? Un soldado deber ser siempre muy prudente. Si todos somos
descarados e imprudentes como tú, ¿Quién será responsable si algo sale mal?
Otro se burló sarcásticamente al instante: –– Jeje, el joven maestro Xue es
el querido por los cielos, no somas más que simples plebeyos. Si el querido de
los cielos no puede esperar para luchar contra el emperador del reino de los
mortales, entonces, por favor, suba primero la montaña, para esperar su
regreso con la cabeza de Mo Wei Yu, ¿No sería estupendo?
Ese fue un comentario bastante agravante. Uno de los viejos monjes de la
alianza detuvo inmediatamente al joven que estaba a punto de estallar, y le
puso una expresión amable, persuadiéndolo con una voz suave: –– Joven
maestro Xue, escucha a este viejo monje. Este viejo monje sabe que tú y Mo
Wei Yu comparten un profundo rencor personal. Sin embargo, esta invasión en
el palacio es un asunto crítico; debe pensar en todos, no deje que sus
emociones lo arrastren.
Al que todos llamaban “Joven maestro Xue” se llamaba Xue Meng. Hace
más de una década, fue elogiado por todos como un joven genio, el querido de
los cielos.
Sin embargo, como todas las cosas cambian con el flujo del tiempo, ahora
debe soportar las burlas y ridículos de esas personas, aunque sólo sea para
subir la montaña y ver la cara de Mo Ran una vez más.
La cara de Xue Meng se retorcía de ira, sus labios temblaban, pero aun así
se reprimía arduamente, exigiendo: –– Entonces, ¿Cuánto tiempo planean
esperar?
–– Tenemos que observar al menos cualquier movimiento, ¿Verdad?
–– Sí, ¿Y si Mo Wei Yu hubiera puesto trampas?
El viejo monje que acababa de hacer de mediador también exhortaba: ––
Joven maestro Xue, no sea impaciente. Como ya hemos llegado al pie de la
montaña, es mejor que seamos cautelosos. De cualquier manera, Mo Wei Yu
ya está atrapado dentro del palacio y no pude bajar. Ahora está al límite, nada
saldrá de nada, así que ¿Por qué debemos ser impacientes y actuar con
imprudencia? Hay tantos de nosotros aquí abajo, con tantos nobles y figuras
prominentes entre nosotros, si perdieran la vida por accidente, ¿Quién sería el
responsable?
Xue Meng explotó de rabia. –– ¿RESPOSABLE? ENTONCES DÉJAME
PREGUNTAR, ¿Quién ES EL RESPONSABLE DE LA VIDA DE MI
SHIZUN? ¡MO RAN HA ENCARCELADO A MI SHIZUN DURANTE
DIEZ AÑOS! ¡DIEZ AÑOS ENTEROS! ¿AHORA MI SHIZUN ESTÁ EN
LA MONTAÑA Y ESTÁS DICIENDO QUE ESPERE?
Al escuchar a Xue Meng mencionar a su Shizun, la multitud pudo sentir
un poco de vergüenza.
Algunos parecían avergonzados, otros miraban a diestra y Si Niestra,
murmurando, pero no hablando.
–– Hace diez años, Mo Ran se tituló a sí mismo Taxian-jun, No le importó
masacrar a las setenta y dos fortalezas en la ciudad de la Secta Ru Feng,
también planeó aniquilar al resto de las Diez Grandes Sectas. Más tarde,
cuando Mo Ran se convirtió en emperador, intentó erradicar a todos. Ambos
desastres, ¿Quién fue el que lo detuvo al final? Si no fuera por mi Shizun el
que peleó con su vida en juego, ¿Todavía estarían vivos? ¿Pueden seguir
parados aquí y hablarme como si no fuera nada?
Finalmente, alguien se aclaró la garganta y dijo suavemente: –– Joven
maestro Xue, no se enoje. En cuanto a Chu-zongshi, todos nos sentimos
culpables y agradecidos. Como usted dice, ha estado preso durante diez años,
así que, si algo hubiera pasado, ya habría… Ya ha pasado diez años, esperar
otro momento no le hará daño, ¿No cree?
–– ¿QUE PIENSO? ¡CREO QUE ES UNA MIERDA!
Ese hombre abrió los ojos de par en par: –– ¿Por qué grita sí?
–– ¿Por QUE NO TE GRITARIA ASÍ? SHIZUN PONIA SU VIDA EN
RIESGO Y FUE PARA SALVAR A ESTE TIPO DE… ESTIPO DE…
No pudo continuar más, con un sollozo apretando su garganta. –– Siento
que no valía la pena.
Al final, Xue Meng sacudió bruscamente la cabeza, sus hombros
temblando ligeramente mientras contenía las lágrimas.
–– No como si hubiéramos dicho que no íbamos a rescatar a Chuzongshi…
–– Sí, todos recordamos lo que el buen Chu-zongshi ha hecho por
nosotros, nunca lo olvidaremos. Joven maestro Xue, nos está acusando a todos
de ser injustos e ingratos, ¡No lo permitiremos!
–– Pero hablando de eso, ¿No es Mo Ran también discípulo de Chuzongshi? Alguien susurró: –– Tengo que decir, como maestro, debe asumir
responsabilidad por las malas acciones de su discípulo. Como dicen, un hijo
indisciplinado es culpa del padre; un hijo mal educado es la negligencia del
maestro. Todo el asunto no puede evitarse, así que, ¿De que quien hay que
quejarse?
Ahora bien, eso fue rudo, y alguien gritó instantáneamente: –– ¡QUE
LOCURAS ESTAS DICIENDO! ¡CUIDA LO QUE DICES!
Luego se giraron para persuadir a Xue Meng con una cara amable. ––
Joven Maestro Xue, no sea impaciente…
–– ¿COMO PUEDO NO ESTAR PACIENTE? –– Xue Meng los calló, sus
ojos parecían a punto de estallar. –– NO SIENTEN NADA EN SU
POSICION, ¡PERO ESE ES MI SHIZUN! ¡MÍO! ¡NO LE HE VISTO EN
TANTOS AÑOS! NO SÉ SI ESTÁ VIVO O MUERTO, NO SÉ CÓMO
ESTÁ VIVIENDO, ¿POR QUÉ CREEN QUE ESTOY AQUÍ?
Respiraba con dificultad, el borde de sus ojos rojos. –– ¿Piensan que,
esperando aquí, Mo Wei Yu bajará el mismo de la montaña y se arrodillará
delante de todos ustedes para pedir misericordia?
–– Joven maestro Xue…
–– Además de Shizun, no me queda familia en este mudo. –– Xue Meng se
liberó del agarre del viejo monje en sus mangas y dijo con voz ronca: –– Si
ustedes no irán, yo iré.
Dejando atrás esas palabras, subió a la montaña por su cuenta sin nada más
que su espada.
A través del viento frio y húmedo los crujidos de las hojas se mezclaban
con los escalofriantes gritos, la espesa niebla se arrastraba como incontables
fantasmas enfadados y espíritus agraviados entre los árboles, murmurando en
voz baja.
Xue Meng caminó hasta el pico solo. El majestuoso palacio en el que se
encontraba Mo Ran tenía una tranquila luz de las velas que iluminaba la
noche. De repente vio que antes de la Torre Tong Tian había tres tumbas.
Cuando se acercó para mirar más de cerca, en la cabeza de la primera tumba
carecían largas malezas, la lápida grabada con las palabras torcidas y
obstinadas “Tumba de la Consorte Chu la consorte noble al vapor.”
En contraste con esta “Consorte noble al vapor”, la segunda tumba era
nueva, y la tierra se había llenado recientemente. Talladas en la lápida estaban
las palabras “Tumba de la Emperatriz Song, la emperatriz fría”.
––…
Si hubiera sido hace más de diez años, Xue Meng se habría echado a reír a
carcajadas cuando viera esta escena indignante.
En aquel entonces, él y Mo Ran habían estado bajo el mismo maestro. Mo
Ran había sido el más bromista más grande de todos. Aunque a Xue Meng
nunca le agradó mucho, a menudo le divertían las payasadas del otro.
Quién sabe de qué iba esta Emperatriz Frita y Consorte al vapor. Tal vez al
estilo con el que el erudito Mo había agraciado a sus dos esposas era el mismo
que el de “Bastardo” “Croak” y “Cesar la batalla”. Aunque, la razón por la que
les dio tales títulos sería desconocida.
Xue Meng movió su mirada hacia la tercera tumba.
Bajo el cielo nocturno, la tierra desea tumba aún estaba abierta. Había un
ataúd dentro, pero no había ningún cuerpo en ese ataúd, y la lápida aún no
había sido marcada.
Junto a la tumba había una pequeña jarra de vino blanco de flores de pera,
un tazón de Wontonss picante ahora frio, unos cuantos platos de
acompañamiento picantes, todos ellos eran los favoritos de Mo Ran.
Xue Meng miró fijamente a la tumba de aturdido, y de repente su mente se
volvió loca, ¿Podría ser que Mo Ran no tenía la intención de luchar, y había
cavado desde hace mucho tiempo su propia tumba, listo para morir?
El sudor frio rodaba.
No se lo creía. Mo Ran siempre había sido alguien que nunca conoció la
fatiga, ni siquiera al borde de la muerte. Él no sabía nada sobre rendirse, y
basado en la forma que actuó, seguramente habría luchado con el ejército
rebelde hasta el final, así que, ¿Porqué…?
Estos últimos diez años, Mo Ran había estado en la cima del poder. ¿Qué
es lo que vio exactamente? ¿Y qué pasó exactamente?
Nadie lo sabía.
Xue Meng se giró, su figura se convirtió en una con la noche. Caminó
hacia el salón Wu Shan, que estaba brillantemente iluminado.
Dentro del salón Wu Shan, los ojos de Mo Ran estaban cerrados, su cara
mortalmente pálida.
Xue Meng había adivinado bien. Mo Ran estaba decidido a morir. Ese
túmulo fue cavado por él mismo. Hace dos horas, había usado el hechizo de
comunicación para despedir a sus sirvientes, mientras tragaba veneno mortal.
Su cultivo era fuerte, y por eso los efectos de ese veneno era particularmente
lentos en disolverse y circular en su cuerpo. Por la tanto, la agonía de tener sus
órganos internos disolviéndose era también muy vívida.
Creak… las puertas del pasillo se abrieron.
Mo Ran no levantó la vista y sólo jadeó roncamente: –– Xue Meng. Eres
tú, ¿Verdad? ¿Has venido?
Sobre el piso dorado del salón, Xue Meng estaba erguido y orgulloso, su
cola de caballo cayendo recta, su armadura ligera brillando.
Fue una reunión de compañeros de la misma secta de hace mucho tiempo.
Mo Ran estaba sentado inclinado, levantando su barbilla, su expresión vacía,
con sus finas y gruesas pestañas colgando ante sus ojos.
Todos sabían que era un monstruo y un demonio salvaje, sus labios finos y
húmedos, su apariencia irradia amabilidad y dulzura. Por el sólo aspecto,
cualquiera pensaría que es una persona buena y amable.
Cuando Xue Meng vio su cara, supo que Mo Ran había tomado veneno
como sospechaba. Era difícil diseccionar lo que sentía, y abrió la boca para
hablar, pero no salió ninguna palabra. Al final, apretó los puños y sólo exigió:
–– ¿Dónde está Shizun?
––… ¿Qué?
Xue Meng volvió a repetir con fuerza: –– Dije, ¿Dónde está SHIZUN? EL
TUYO, EL MIO, ¡NUESTRO SHIZUN!
–– Oh–- Mo Ran se encorvó suavemente y finalmente, lentamente,
parpadeó abriendo sus ojos, sus pupilas negras con toques de púrpura, su
mirada aparentemente pasaba a través de años y años antes de aterrizar en Xue
Meng.
–– Ahora que lo pienso, desde la despida del palacio Ta Xue en el Monte
Kun Lun, han pasado cinco años desde que tú y Shizun se vieron.
Mo Ran sonrió débilmente mientras hablaba.
–– Xue Meng, ¿Lo extrañas?
–– ¡DEJA TUS TONTERIAS! ¡DEVUÉLMELO!
Mo Ran miró con calma, soportando el dolor agobiante de su estómago, y
sus labios ser curvaron hasta convertirse en una mueca de desprecio mientras
yacía pesadamente sobre la parte posterior del trono del emperador.
Olas de oscuridad invadieron su vista, casi podía sentir como sus entrañas
se desgarraban, se derretían, y disolvían en apestosos y sangrientos
desperdicios.
Mo Ran respondió perezosamente: –– ¿Devolvértelo? Tonto. ¿Por qué no
usas tu cerebro para pensar un poco? Shizun y yo compartimos un odio tan
profundo entre nosotros, ¿Por qué le permitiría vivir en este mundo?
–– ¡TÚ…! –– La sangre se drenó de la cara de Xue Meng, con los ojos
saltones mientras retrocedía. –– Tú no podrías haber… No lo harías…
–– ¿No haría qué? –– Mo Ran se rió. –– ¿Por qué no me lo dices, por qué
no lo haría?
La voz de Xue Meng tembló. –– Pero él es tu… Es tu Shizun después de
todo… ¿Cómo pudiste soportar matarlo?
Miró a Mo Ran, que estaba sentado en lo alto del asiento del emperador.
Fu Xi estaba en los cielos, Yan Luo en el inframundo y Mo Wei Yu en el reino
de los mortales.
Pero para Xue Meng, incluso si Mo Ran se hubiera convertido en el
eminente emperador del reino de los mortales, no debería haberse convertido
en esto.
Todo el cuerpo de Xue Meng temblaba, sus lágrimas se derramaban por la
indignación. –– Mo Wei Yu, ¿Aun eres humano? Él una vez…
Mo Ran levantó los ojos, en voz baja. –– ¿Él una vez qué?
La voz de Xue Meng tembló. –– Debería saber muy bien cómo te trató una
vez…
Mo Ran se rió de repente: –– ¿Estás tratando de recordarme que una vez
me golpeó tan fuerte que mi cuerpo estaba cubierto de sangre, que me hizo
arrodillarme ante todos para admitir mis crímenes? ¿O querías recordarme que
una vez, por ti, por las personas irrelevantes, tres veces bloqueó delante de mí
e impidió mi trabajo, arruinando mis grandes esfuerzos?
Xue Meng agitó la cabeza con dolor. ––…
No, Mo Ran.
Piensa bien. Deja ir tu odio salvaje. Mira hacia atrás. Una vez te entrenó,
practicó artes marciales y te protegió.
Una vez te enseñó a escribir y leer, a componer poesía y a pintar cuadros.
Una vez, por ti, aprendió a cocinar, era tan torpe que se lastimó las manos
por todas partes.
Una vez… esperó a que volvieras a casa, día y noche, solo, desde el
anochecer hasta el amanecer.
Todas las palabras se le atascaron en la garganta, pero al final, Xue Meng
sólo pudo sollozar. –– Su… su temperamento es malo, y sus palabras son
duras, pero incluso yo sé que te trató muy bien, así que por qué… cómo
pudiste…
Xue Meng levantó la cabeza, pero después de contener tantas lágrimas, su
garganta estaba aún más construida, y no podía decir nada más.
Fue una larga pausa antes de que el suave suspiro de Mo Ran flotara desde
el trono. –– Sí.
–– Pero Xue Meng. ¿Lo sabías? –– La voz de Mo Ran estaba claramente
agotada. ––Él una vez causó la muerte de la única persona que he amado. El
único.
El silencio se prolongó durante mucho tiempo.
El dolor en su estómago era como una llama furiosa, como si su carne y su
sangre estuvieran siendo desgarradas en pedazos.
–– Aun así, hemos sido maestro y discípulo una vez. Su cadáver descansa
en el Pabellón del Loto Rojo en el Pico Sur. Está recostado entre las flores de
loto, muy bien conservado, como si sólo se hubiera dormido. –– Mo Ran
recuperó el aliento y se obligó a calmarse. Cuando dijo esto, su expresión
estaba en blanco, pero sus dedos se clavaban en el largo escritorio de
palisandro, sus articulaciones pálidas hasta el punto de magullarse.
–– Su cadáver es mantenido por mis poderes espirituales. Si lo extrañas,
no pierdas el tiempo conmigo. Vete antes de que me muera.
Un mal sabor le subió por la garganta. Mo Ran dio unas cuantas toses;
Cuando volvió a abrir la boca, tenía los labios y los dientes ensangrentados,
pero tenía una mirada tranquila en sus ojos.
Él dijo con una voz ronca: –– Ve, ve a verlo. Si llegas demasiado tarde y
yo muero, los poderes espirituales se romperán, él se convertirá en polvo.
Después de estas palabras, cerró los ojos. El veneno llegado a su corazón,
quemándolo por dentro.
El dolor parecía desgarrar su corazón y sus pulmones. Incluso los gritos y
aullidos agonizantes de Xue Meng parecía tan distante, como si hubiera un
océano que se extendía miles de kilómetros entre ellos, y su voz llegaba a
través de las aguas.
La sangre continuó saliendo de las comisuras de sus labios, y Mo Ran
apretó fuertemente sus mangas, sus músculos espasmódicos.
Cuando abrió los ojos llorosos, Xue Meng se había ido hace mucho
tiempo. El qinggong de ese bastardo no estaba mal; no le llevaría mucho
tiempo correr desde aquí hasta el Pico sur.
Debería poder ver a Shizun por última vez.
Mo Ran se levantó, y se tambaleó cuando se puso de pie. Usando las
manos manchadas de sangre, formó un sello de mano, enviándose a sí mismo a
la parte delantera de la Torre Tong Tian del Pico Sisheng.
Era un otoño profundo. Las flores de Haitang eran hermosamente gruesas
y fluían con el viento.
Él no sabía por qué a final escogió este lugar para terminar su vida
pecaminosa, pero sentía que como las flores estaban floreciendo tan
vibrantemente, sería un buen entierro.
Se tendió en el ataúd abierto, mirando las flores en la noche mientras caían
en silencio.
Se deslizaron hacia el ataúd, flotando sobre su mejilla. Se dispersaron, al
igual que las cosas del pasado se marchitaron.
En esta vida, experimentó innumerables cosas, pasando de ser un hijo
bastardo sin nada a convertirse en el único Emperador del mundo.
Había blasfemado, sus manos cubiertas de sangre. Todo lo que amaba,
todo lo que odiaba, todo lo que adoraba, todo lo que resentía, al final, al final
no quedó nada.
Al final, tampoco había escrito nunca un epitafio para sí mismo utilizando
esa escritura tan confiada y salvaje. Y se trate de un descarado “Emperador de
la era” o de algo ridículo como “Frito” o “Vaporizado”, él no escribió nada. La
tumba del primer emperador del mundo de la cultivación, al final, se quedó sin
palabras.
Un espectáculo sin sentido que duró una década, finalmente dejó caer sus
cortinas.
Después de muchas, muchas horas más tarde la multitud encendió sus
antorchas e invadió el palacio del emperador como una serpiente de fuego. Sin
embargo, lo que les esperaba era un salón Wu Shan vacío, un pico Sisheng sin
almas, y Xue Meng que yacía en el suelo, entumecido, después de haber
llorado tanto, cubierto de cenizas al lado del Pabellón del Loto Rojo.
Y, frente a la Torre Tong Tian, Mo Wei Yu cuyo cadáver ya estaba frío.
CAPÍTULO 2: ESTE VENERABLE VIVE.
–– Mi corazón ya se había calmado y mis pensamientos convertidos en
cenizas, pero inesperadamente la luz de la primavera brilla a través de la fría
noche. ¿Podría ser que los cielos compadezcan a la hoja de hierba en el valle
aislado? Sin embargo, sólo temo que el mundo sea imprescindible y lleno de
dificultades.
La voz nítida de una mujer pasó por su oído, versos poéticos rodando
como perlas y jades, pero todo lo que hicieron fue hacer que la cabeza de Mo
Ran palpitaba, la vena de su frente temblaba como loca.
–– ¡Qué pasa con todo el ruido! ¿De dónde vino este lamento prohibido?
¡Sirvientes, echen a esta perra de la montaña!
Sólo después de gritar, Mo Ran se dio cuenta de que algo no estaba bien.
… El no murió.
El odio y la frialdad, el dolor y la soledad apuñalaron su pecho. Los ojos
de Mo Ran se abrieron de golpe.
Todo lo que sucedió justo antes de muerte se dispersó como la nieve en el
viento. Se encontró acostado en una cama; no la cama en el Pico Sisheng, sino
una cama tallada con dragón y ave fénix, la madera que huele a polvo. El viejo
edredón era de color rosa y púrpura, bordado con patos mandarín, el tipo de
cama que sólo se encontraría en un burdel.
––…
Mo Ran se congeló.
Él sabía dónde estaba esto.
Este fue el distrito de entretenimiento cerca del Pico Sisheng.
El llamado distrito de entretenimiento sólo significa burdel, lo que fácil
viene, fácil se va.
Mo Ran tuvo un periodo de libertinaje en su juventud y pasó la mayor
parte de la mitad de un mes en ese establecimiento. Pero este lugar se vendió y
se convirtió en una tienda de vinos cuando tenía veintitantos años. ¿Cómo
terminó aquí de todos los lugares después de la muerte?
¿Transgredió demasiado en la vida, maltrató a demasiadas personas, y
entonces el rey del inframundo lo castigó para reencarnarse en un prostíbulo y
llevar clientes?
Mo Ran se volteó mientras su imaginación se volvía loca.
E inesperadamente se encontró cara a cara con una persona adormecida.
––…
¡Qué demonios! ¿Por qué había una persona junto a él?
¡Un hombre, totalmente desnudo!
Era encantador y agradable a la vista, y bastante andrógino.
Mo Ran no mostró ninguna expresión, pero su corazón estaba lleno de
confusión. Se quedó mirando fijamente el rostro de ese niño bonito y de
repente lo recordó.
¿No era este niño-juguete que le gustaba cuando era joven, llamado…
Rong San?
¿O fue Rong Jiu?
No importa si se trata de San o Jiu, lo que importaba era que esta prostituta
contrajo una enfermedad de transmisión sexual y murió hace años, incluso sus
huesos ya deberían haberse podrido. Sin embargo, aquí está, delicadamente
acurrucado a su lado, cuello y hombros salpicados de azul y púrpura, llenos de
mordidas de amor.
Mo Ran hizo una mueca, levantó el edredón y miró abajo.
––…
Este Rong algo, no sabe si Jiu San, llamémoslo Rong Jiu. El bonito y
pequeño cuerpo de Rong Jiu estaba cubierto de marcas de soga, y sus muslos
pálidos y tiernos aún estaban atados intricadamente con una cuerda roja.
Mo Ran se acarició la barbilla: que interesante.
Mira este exquisito arte con cuerda, esta hábil técnica, esta escena familiar.
¿¡No lo hizo él mismo!?
Como cultivador, había leído sobre el concepto de renacimiento. Empezó a
sospechar si de alguna manera había retrocedido el tiempo.
Para confirmar sus sospechas, Mo Ran encontró un espejo de cobre. El
espejo estaba gastado, pero lo suficientemente bueno como para distinguir
vagamente su apariencia.
Mo Ran tenía treinta y dos años cuando murió, pero el rostro en el espejo
era bastante joven; Era una cara encantadora que emanaba una arrogancia
juvenil, que no tenía más de quince o dieciséis años.
No había nadie más en la habitación. Así, él una vez cruel gobernante del
mundo de la cultivación, malvado tirano de BaShu, emperador del reino
humano, señor del Pico Sisheng, Taxian-jun, Mo Ran mismo, después de
mucha consideración expresó honestamente sus pensamientos.
–– Mierda…
El dormido Rong Jiu se despertó al oír el sonido.
La cosa bonita se sentó lánguidamente, la delgada colcha se deslizó de su
hombro para revelar una gran extensión de piel pálida. Recogió su largo y
suave cabello, y alzando sus ojos de flor durazno con tinta roja manchada,
bostezó.
–– Oh… Mo-gongzi, se ha levantado temprano hoy.
Mo Ran no respondió. En aquel entonces, de hecho, le gustaba el tipo de
Rong Jiu; delicado y andrógino. Pero ahora, el Taxian-jun de treinta y dos años
no podía entender qué demonios estaba pensado para encontrar para encontrar
a este tipo atractivo.
–– ¿No durmió bien anoche? ¿Pesadilla?
Este venerable maldito murió, que tal eso para una pesadilla.
Rong Jiu pensó que su continuo silencio era porque estaba de mal humor,
así que se levantó de la cama para colocarse frente a la ventana tallada,
envolviendo sus brazos alrededor de Mo Ran desde atrás.
–– Mo-gongzi, ponme atención~ ¿Por qué esta distraído?
La cara de Mo Ran se puso azul con ese abrazo. No quería nada más que
arrancar a este imbécil de sí mismo y otorgarle a esa cara de aspecto frágil
unas diecisiete, dieciocho bofetadas, pero logró reprimir el impulso.
Todavía se sentía un poco mareado e inseguro de la situación.
Después de todo, si realmente renació, entonces no puede golpear a Rong
Jiu de la nada después de pasar el día anterior todo amoroso con él. Parecía
que ha perdido los estribos.
Definitivamente no puede hacer eso.
Mo Ran arregló su expresión, fingiendo olvido: –– ¿Qué día es hoy?
Rong Jiu miró por un segundo, luego sonrió: –– Cuatro de mayo.
–– ¿Trigésimo tercer año?
–– Eso fue el año pasado. Es el Trigésimo cuarto año ahora. Dicen que los
grandes tienden a ser olvidadizos.
El trigésimo cuarto año…
Los engranajes en la cabeza de Mo Ran giraron rápidamente.
Ese año, tenía dieciséis años, y acababa de ser identificado como el
sobrino perdido del Señor del Pico Sisheng, transformándose de un patético e
intimidado perro a un fénix en la rama de la noche a la mañana.
Entonces, ¿Realmente renació? O, ¿Era sólo un sueño vacío en la muerte?
Rong Jiu sonrió –– Mo-gongzi tiene tanta hambre que ya ni siquiera
recuerda la fecha. Espere aquí un minuto, iré a buscar algo de comida. ¿Qué tal
panqueque frito?
Mo Ran acababa de renacer y todavía no estaba de cómo lidiar con todo
esto. Pero, debería estar bien si él simplemente siguió el mismo enfoque que
antes. Así que recordó su estilo carismático en ese entonces, y reprimiendo su
disgusto, pellizcó juguetonamente el muslo de Rong Jiu.
–– ¡Suena delicioso! Quiero congee también, y quiero que me alimentes
también.
Rong Jiu se puso algo de ropa y se fue, luego regresó con una bandeja que
contenía un tazón de congee de calabaza, dos pasteles de youxuan y un plato
de acompañamiento.
Sucedió que Mo Ran estaba un poco hambriento y estaba a punto de
comer los pasteles cuando Rong Jiu apartó su mano: –– Gongzi, permítame
servirle.
––…
Rong Jiu pensó que se estaba poniendo caliente otra vez: –– ¿Por qué me
mira? La comida se va a enfriar.
Mo Ran se quedó en silencio por un momento. Al recordar la “buena
acción” que hizo Rong Jiu a sus espaldas en la vida anterior, las comisuras de
sus labios se curvaron en una dulce sonrisa. Él, el gran Taxian-jun, no era
lejano a los actos asquerosos. Mientras le apeteciera, no había nada demasiado
repugnante para él. Esto en este momento era simplemente un espectáculo; un
juego de niños.
Mo Ran, casualmente se recostó contra la silla, sonriendo: –– Siéntate.
–– Yo… ya estoy sentado.
–– Sabes dónde te digo que te sientes.
Rong Jiu se sonrojó: –– ¿Por qué tanta prisa? Qué tal si gongzi termina de
comer el cong… ¡Ah!
Antes de que pudiera terminar, Mo Ran lo empujó hacia delante y lo
presionó hacia abajo. La mano de Rong Jiu se sacudió y golpeó el tazón de
congee. Se las arregló entre jadeos: –– Mo-gongzi, el tazón…
–– No importa.
–– P-pero aún debe comer primero… nn… ah
–– ¿No estoy comiendo ahora? –– Mo Ran se aferró a su cintura, viendo el
cuello extendido de Rong Jiu y su rostro encantador reflejado en sus pupilas
negras.
En la vida anterior, le gustaba besar esos cautivadores labios rojos durante
la intimidad.
Después de todo, él era bonito y sabía exactamente las palabras adecuadas
para decir. Sería una mentira decir que Mo Ran nunca sintió nada por él.
Pero ahora que Mo Ran sabía lo que hacían esos labios a sus espaldas, los
encontró insoportablemente asquerosos, y definitivamente no tenía ningún
interés en besarlos.
Mo Ran, de treinta y dos años, era diferente de Mo Ran, de dieciséis años,
en muchos aspectos.
Por ejemplo, el joven de dieciséis años de edad, todavía sabia de la dulzura
en el amor y la intimidad.
Sin embargo, a los treinta y dos años solo le quedaba violencia.
Luego, mirando a Rong Jiu, quien se había desmayado después de ser
follado a una pulgada de su vida, sus ojos tumultuosos se curvaron
ligeramente, incluso con un toque de la dulce sonrisa. Era muy guapo cuando
sonreía, sus ojos eran de negro profundo y púrpura con un toque de arrogancia
desde ciertos ángulos. En este momento arrastró a Rong Jiu a la cama por el
pelo, casualmente, recogió un fragmento del cuenco roto del suelo,
sosteniéndolo cerca del rostro de Rong Jiu.
Siempre había vengado cualquier agravio: Ahora mismo no es diferente.
Pensando en lo mucho que se había ocupado de Rong Jiu y sus negocios
en su vida pasada, en cómo había pensado incluso en comprar su libertad, y en
cómo Rong Jiu le había devuelto el favor al conspirar contra él con otros, sus
ojos no pudieron sonreír mientras presionar el fragmento contra la mejilla de
Rong Jiu.
Su cuerpo era su negocio; sin esta cara, no tendría nada.
Se vería obligado a vagar por las calles como un perro, a arrastrarse por el
suelo, a ser pateado, a sufrir todo tipo de desprecio y abuso… estaba tan
encantado con el mero pensamiento que incluso el disgusto que sentía por
follar a esta persona justo ahora desapareció como humo.
La sonrisa de Mo Ran se hizo aún más encantadora.
Sólo un poco de presión, un hilo de sangre, cautivadoramente rojo, se
filtró.
La persona desmayada pareció haber sentido el dolor y gimió suavemente
con una voz ronca, con un aspecto bastante lamentable, con lágrimas aún
pegadas a sus pestañas.
La mano de Mo Ran de repente se detuvo.
Recordó a un querido amigo.
––…
Entonces, como se hubiera dado cuenta de lo que estaba haciendo, se
quedó aturdido durante unos segundos y finalmente, lentamente, bajó la mano.
Hizo tanto mal que se había vuelto habitual. Incluso olvidó que había
renacido.
Ahora mismo, todo tiene que suceder, los errores irrevocables no han sido
cometidos, y esa persona… aún vive. No había necesidad de caminar por el
mismo camino cruel; podía empezar de nuevo.
Se sentó y apoyó el pie en la cama, jugando distraídamente con el trozo de
porcelana rota en la mano. De repente, notando el panqueque grasoso que
todavía estaba sobre la mesa, lo agarró, sacó el papel de cera y lo desgarró con
sus dientes, migajas por todas partes y labios brillantes con grasa.
El panqueque era la especialidad de este burdel. No es nada especial,
especialmente en comparación con las delicias que probó más tarde. Pero
desde que este lugar se fue a la bancarrota. Mo Ran nunca volvió a comerlo.
Ahora, el sabor familiar del panqueque, a través de los turbulentos eventos del
pasado, una vez más regresó a la punta de su lengua.
El sentimiento irreal del renacimiento disminuyó con cada trago.
Para cuando terminó el panqueque, finalmente se despertó del estupor en
el que había estado todo este tiempo.
Realmente renació.
Todo lo que odiaba en la vida, todo lo que podía recuperar, todo eso estaba
aún por llegar.
Aún no había matado a su tía y tío, aún no se había casado, aún no…
Nadie había muerto todavía.
Saboreó el sabor en su boca, lamiendo sus dientes y sintiendo el hilo de
alegría en su pecho inflándose rápidamente en una especie de excitación febril.
Reprendió a Cielo y Tierra en su última vida, sumergiéndose en las tres
técnicas prohibidas del reino humano. Había dominado a cada una de las otras
dos; sólo la última, el "renacimiento", lo eludió a pesar de su talento.
Inesperadamente, lo que no pudo obtener en vida cayó sin esfuerzo en su
regazo en la muerte.
Todo el disgusto, la repugnancia, la desolación, la soledad, todos los
sentimientos complicados de su vida anterior estaban encerrados en su pecho.
La vista del ejército que marchaba hacia el Pico Sisheng, el fuego encendido
por diez mil brazas, aún permanecía en su mente.
Esa vez, él realmente no quería vivir más. La gente dijo que su propia
existencia maldijo a todos los que se le acercaban, que estaba destinado a
morir solo. Todos le dieron la espalda. Hacia el final, incluso él mismo se
sentía como un muerto andante, sin sentido, solitario.
No sabía lo que había salido mal para que una persona irredimiblemente
malvada como él, después de terminar con su propia vida, tuviera la
oportunidad de rehacerlo todo.
¿Por qué destruir la cara de Rong Jiu por tan miserable rencor de hace
tanto tiempo? Rong Jiu amaba el dinero. Él simplemente no pagará esta vez, y
tomará un poco de plata como castigo. En cuanto a su vida, todavía no quiere
esa carga.
–– Te estoy dejando ir fácil, Rong Jiu.
Mo Ran dijo con una sonrisa, tirando el pedazo de porcelana por la
ventana.
Luego vació las joyas y los objetos de valor de Rong Jiu, metiendo todo en
su bolsa. Se tomó su tiempo para vestirse y arreglarse antes de salir
tranquilamente del lugar.
Tío, tía, primo Xue Meng, Shizun y...
Los ojos de Mo Ran se suavizaron al pensar en esa persona.
Shige, ya voy.
CAPÍTULO 3: EL SHIGE DE ESTE VENERABLE.
Hm... Ya que su alma fue transportada en el tiempo, ¿Tal vez su cultivo
también llegó con el viaje?
Mo Ran recitó un encantamiento y sintió que la energía espiritual de su
cuerpo se precipitaba.
Era abundante, pero no fuerte. Es decir, su cultivo no se mantuvo.
No importa. Era inteligente y perceptivo, y bendecido con talento innato;
Él sólo debía cultivarse de nuevo, no era gran cosa. El renacimiento fue un
evento bendecido de proporciones sin paralelo, una pequeña imperfección era
perfectamente normal. Pensando así, Mo Ran rápidamente reorganizó su
expresión sombría y feroz en una más apropiada para un joven de dieciséis
años, y se dirigió alegremente hacia su secta.
Era pleno verano. Los carruajes tirados por caballos pasaron a toda
velocidad, las ruedas rodaron, y nadie prestó atención a Mo Ran, de dieciséis
años.
Sólo una mujer ocasional del pueblo, tomando un descanso de atender los
campos y levantando la vista para secarse el sudor, notó a este joven
excepcionalmente guapo y se quedó mirando un poco.
Mo Ran devolvió las miradas con una sonrisa, sin moderación, hasta que
las mujeres casadas se sonrojaron y desviaron la mirada. Mo Ran llegó a la
Ciudad Wu Chang por la tarde. El Pico Sisheng estaba cerca, las nubes
encendidas por el sol rojo sangre enmarcaron los altos picos. Se tocó el
estómago vacío y se dirigió a un restaurante, miró el menú y golpeó el
mostrador, haciendo un pedido rápido: –– Camarero, un pollo salteado, un
plato de despojos de ternera marido-esposa, dos catties de soju y un plato de
ternera en rodajas.
Mucha gente estaba tomando un descanso aquí, y estaba lleno de
actividad. Un narrador de historias estaba en el escenario, sacudiendo su
abanico y contando la historia del Pico Sisheng de una manera animada, saliva
volando por todas partes.
Mo Ran eligió una habitación privada junto a una ventana, escuchando
mientras comía.
–– Como estoy seguro de que todos ya saben, el mundo de la cultivación
se divide en las regiones de cultivo superior e inferior. Hoy hablaremos sobre
la secta más grande en la región de cultivo inferior, el Pico Sisheng. ¿Sabían
qué, hace cien años, nuestra ciudad Wu Chang era un lugar pobre y desolado
debido a su proximidad a la entrada del reino de los demonios? Nadie se
atrevía a salir después del anochecer; si realmente debían viajar por la noche,
tenían que agitar una campana de exorcismo, esparcir incienso y papel moneda
mientras cantaban "los humanos cruzan las montañas, los demonios cruzan el
papel" y pasar rápidamente. Pero en estos días, nuestra ciudad es bulliciosa y
floreciente, no es diferente de ningún otro lugar, todo gracias al cuidado del
Pico Sisheng. Esta secta justa se encuentra justo en la puerta del reino de los
demonios, entre el límite del yin y el yang. Aunque la secta sólo se estableció
no hace mucho tiempo...
Mo Ran ha escuchado esta historia tantas veces que a sus oídos casi le
salen callos, por lo que comenzó a mirar fuera de la ventana. Dio la casualidad
de que había un puesto debajo donde varios extraños de fuera de la ciudad
vestidos con atuendos de sacerdotes taoístas llevaban una jaula cubierta con un
paño negro, realizando trucos en las calles.
Esto es mucho más interesante que la historia del narrador.
La atención de Mo Ran fue atraída.
–– ¡Vengan, vengan todos! ¡Echen un vistazo a estos cachorros pixiu,
fieras bestias míticas domesticadas por nosotros para realizar obedientemente
trucos, e incluso hacer matemáticas! No es fácil viajar para realizar actos
caballerescos, todos ahorran algunos consejos y se quedan. Vengan a ver el
primer truco... ¡Ábaco de pixiu!
Los sacerdotes taoístas arrancaron la tela negra con un gesto elegante para
revelar un par de monstruos con rostro humano y cuerpo de oso en la jaula.
Mo Ran: ––…
¿Solo cachorros de osos difusos como estos? ¿Y realmente se atreven a
decir que son pixiu? Eso es una gran tontería, sólo los cerebros de burro lo
creerían.
Pero los puntos de vista de Mo Ran se ampliaron muy pronto, cuando
veinte, treinta cerebros de burro se reunieron para mirar, vitoreando y
aplaudiendo, atrayendo también la atención de todos los presentes en el
restaurante, lo que hizo que las cosas fueran bastante incómodas para el
narrador.
–– El maestro del Pico Sisheng en este momento es un hombre conocido
en todo el mundo por su fuerza y brillantez...
–– ¡Bien! ¡Otra vez!
Animado, el narrador miró hacia el dueño de la voz para encontrar a un
cliente cuya cara brillaba de rojo por la emoción, pero cuya mirada estaba
fijada en los artistas callejeros de abajo, no en sí mismo.
–– ¿Oh? ¿El pixiu está haciendo matemáticas en el ábaco?
–– ¡Wow, bastante impresionante!
–– ¡Buen espectáculo! ¡Haz que tire manzanas otra vez!
Todos en el restaurante se reían, reuniéndose todos en las ventanas para
ver la escena a continuación.
El narrador todavía estaba patéticamente tratando de continuar: –– El
maestro es mejor conocido por ese abanico suyo, él...
–– Ajajaja, ese pixiu de color claro quiere comerse la manzana, ¡Mírala
rodando por el suelo!
El narrador se secó la cara con una toalla, sus labios temblaban de ira.
Mo Ran frunció los labios y sonrió, gritando tranquilamente desde detrás
de la cortina de perlas: –– Olvídate del Pico Sisheng, cuenta la historia de
«Dieciocho toques», en cambio, te garantizo que atraerá la atención de todos.
El narrador no sabía que la persona detrás de la cortina era el joven
maestro del Pico Sisheng, Mo Ran, y reunió toda la integridad moral que tenía
para tartamudear: –– Las historias vulgares no son aptas para un salón
elegante.
Mo Ran se rió: –– ¿Llamas a este lugar un salón elegante? ¿Cómo no te
avergüenzas?
Un estallido de ruido vino desde abajo.
–– ¡Ah! ¡Qué caballo más rápido!
–– ¡Debe ser un cultivador del Pico Sisheng!
En medio de la charla, un caballo negro galopó desde la dirección del Pico
Sisheng y llegó al espectáculo callejero como un rayo.
Había dos personas en el caballo, una con un sombrero negro de bambú y
envuelta en una capa negra, cubierto completamente que era imposible saber la
edad o el género. La otra era una mujer de treinta o cuarenta años, con las
manos ásperas y la cara desgastada.
La mujer se echó a llorar en cuanto vio a los osos. Se bajó del caballo y
tropezó hacia ellos, arrodillándose para abrazar a uno de ellos en sus brazos,
gimiendo: –– ¡Mi hijo! Oh, hijo mío...
La audiencia estaba perpleja. Alguien murmuró mientras se rascaba la
cabeza: –– ¿Eh? ¿No son estos cachorros pixiu? ¿Por qué esta mujer lo llama
hijo?
–– Tal vez sea una madre pixiu?
–– Vaya, eso es algo impresionante, si la mujer puede incluso tomar una
forma humana.
Estos aldeanos no tienen conocimiento ni experiencia, y sólo estaban
balbuceando tonterías, pero Mo Ran lo descubrió.
Corre el rumor de que a algunos sacerdotes taoístas en Jianghu les gusta
secuestrar a los niños, arrancarles la lengua para que no puedan hablar,
quemarles la piel con agua hirviendo y pegar piel de animal a sus cuerpos
ensangrentados para que el niño y la piel se conviertan en uno cuando la
sangre se congele, pareciéndose así a monstruos. Estos niños no pueden hablar
ni escribir, y no tienen más remedio que sufrir el abuso y realizar
obedientemente trucos como "ábaco de pixiu", con cualquier resistencia sólo
se ganarían una paliza.
No es de extrañar que no percibiera ninguna energía demoníaca, estos
"pixiu" no son monstruos en absoluto, sino que en realidad son seres humanos
vivos...
Mientras pensaba para sí mismo, la persona con capa negra le susurró algo
a los sacerdotes taoístas, que se enfurecieron al instante: –– ¿Disculparme?
¡Eso no está en mi vocabulario!
–– Entonces, ¿Qué pasa si eres del Pico Sisheng?
–– ¡Ocúpate de tus propios asuntos! ¡Dale una paliza! –– Se abalanzaron
sobre él de capa negra para darle una paliza.
–– ¡Vaya!
Al ver a su compañero discípulo recibir una paliza, Mo Ran sólo dejó
escapar una risita ahogada. –– Qué miedo.
Él no tiene ninguna intención de ayudar. Siempre ha odiado los caminos
justos y entrometidos de su secta, incluso en la vida anterior. La mayoría de
ellos se apresuraron a lanzarse a cualquier problema que surgiera como tantos
idiotas, incluso algunos inconvenientes menores como que el gato de la
Madam Wang se quedara atascado en el árbol era algo con lo que tenían que
molestarse. Toda la secta, desde el líder hasta los sirvientes, cada uno de ellos
era un imbécil.
Hay tantas cosas injustas en el mundo, ¿Qué les importa, no están
cansados?
–– ¡Están peleando, están peleando! ¡Hoh! ¡Qué puñetazo!
Dentro y fuera del restaurante, todos se reunieron para mirar.
–– Muchos de ustedes se unen contra una persona, ¡No están
avergonzados!
–– ¡Cuidado detrás de usted señor! ¡Vaya! ¡Demasiado cerca! Wah—
–– ¡Bien esquivado!
A estas personas les encantaba una buena pelea, pero a Mo Ran no le
importaba mirar; ha visto un montón de derramamiento de sangre, los eventos
que se desarrollan actualmente son como una mosca zumbando para él.
Sacudió perezosamente las migas de cacahuete de su ropa y se levantó para
irse.
Abajo, los sacerdotes taoístas y el de capa negra se encontraban en un
punto muerto, con las espadas agitadas. Mo Ran se cruzó de brazos y se apoyó
en la puerta del restaurante, echó un vistazo y chasqueó la lengua con molestia.
Qué desgracia.
Todas las personas del Pico Sisheng eran luchadores feroces, cada uno
igual a diez hombres, pero el de capa negra era patético en una pelea, incluso
cuando era arrastrada fuera del caballo, rodeado y pateado, la persona todavía
se estaba conteniendo.
Sólo diciendo cortésmente: –– Los hombres honorables hablan con la
boca, no con los puños, estoy tratando de razonar con ustedes, ¿Por qué no
escuchan?
Sacerdotes taoístas: ––...
Mo Ran: ––...
Los sacerdotes taoístas estaban pensando, ¿Qué demonios? ¿Esta persona
ya está tan gravemente golpeada y todavía está predicando ese disparate? Él
debe tener mantou por cerebro.
Pero la cara de Mo Ran cambió abruptamente, su cabeza giró por un
segundo. Contuvo el aliento, sus ojos se abrieron con incredulidad, esa voz...
–– ¡Shi Mei! –– Gritó Mo Ran y corrió hacia adelante con preocupación,
¡Soltando un ataque lleno de poder espiritual que instantáneamente derribó a
cinco de los estafadores sacerdotes taoístas del Jianghu! Se arrodilló en el
suelo para ayudar a la persona de capa negra que estaba cubierta de marcas de
botas con barro, incluso su voz tembló un poco.
–– Shi Mei, ¿Eres tú?
CAPÍTULO 4: EL PRIMO DE ESTE VENERABLE.
Este Shi Mei (nombre) no era esa clase de shi-mei (hermana menor). Shi
Mei era genuinamente masculino y, considerando su tiempo de entrada, era en
realidad el shixiong de Mo Ran.
La razón por la que tenía un nombre tan desafortunado se debió a la falta
de intelecto del líder del Pico Sisheng.
Shi Mei era huérfano, y el Líder del Pico lo encontró en estado salvaje. Era
un niño débil y enfermizo. El líder pensó que debería darle a este niño un
nombre humilde, ya que los nombres humildes traen una vida más fácil.
De niño era muy guapo, como si fuera una jovencita amable. Después de
mucho pensar, el líder inventó el nombre Xue Ya, que significa Chickee.
Xue Ya creció cada vez más y, junto con los años, también prosperó su
belleza. Poseía una figura esbelta con un encanto tóxico; incluso las puntas de
sus cejas y ojos estaban bañadas en una irresistible tentación y de un atractivo
encanto legendario.
Los campesinos toscos e incultos de los pueblos no pensaban que era un
error usar el nombre Xue Ya, pero ¿Alguien había oído hablar alguna vez de
una belleza legendaria llamada "Bolas de Perro" o "Pene de Acero"?
Sus compañeros de la misma generación no lo consideraron apropiado y
gradualmente dejaron de llamarlo "Xue Ya". Pero como era un nombre
otorgado por el Líder del Pico, no se atrevieron a cambiarlo presuntuosamente,
así que empezaron a llamarlo shi-mei.
Shi-mei esto, shi-mei aquello; después de un tiempo, por amable
consideración, el Líder del Pico sacudió sus mangas largas y propuso: –– Xue
Ya, ¿Por qué no cambias tu nombre a Shi Mei de una vez por todas? Usando el
carácter "mei" de la palabra Mengmei, que significa confundido.
En realidad, tuvo el descaro de preguntar... ¿Qué persona normal no
aborrecería un nombre así? Aún así, Shi Mei tenía un temperamento dulce, y
cuando vio que el Líder del Pico lo estaba observando con entusiasmo,
pensando que había hecho una acción asombrosa, Shi Mei no tuvo el valor de
declinar. Incluso si se sentía ofendido, no podía avergonzar al Líder del Pico,
así que se arrodilló y aceptó el nombre con gracia. A partir de ese día, su
nombre fue cambiado a Shi Mei.
La persona con capa negra tosió unas cuantas veces, finalmente
recobrando el aliento. Su mirada cayó sobre Mo Ran.
–– ¿Mn? ¿A-Ran? ¿Qué estás haciendo aquí?
Detrás de una fina capa de organza, un par de ojos gentiles como agua de
manantial y brillantes como las estrellas de la noche penetraron en el corazón
de Mo Ran.
Con esta mirada, el sello de los sentimientos ocultos de Taxian-jun se
rompió de repente.
Era Shi Mei.
No hubo ningún error.
Mo Ran era un sinvergüenza. En su vida pasada, jugó con muchos
hombres y mujeres. Incluso a él le sorprendió que no muriera de
sobreesfuerzo. Sin embargo, a la única persona a la que le entregó su corazón,
no se atrevió a tocarlo.
Él y Shi Mei eran cercanos. Sin embargo, hasta la muerte de Shi Mei, Mo
Ran sólo le cogió la mano y una vez, por accidente, se besaron.
Mo Ran pensó que Shi Mei era puro y que él mismo era sucio; demasiado
sucio para ser digno de él.
En vida, lo apreciaba. Después de su muerte, se convirtió en la luz de luna
de Taxian-jun. Por mucho que intentara desesperadamente revivir sus
recuerdos, el difunto seguía perteneciendo al pasado, disuelto en nada más que
un pedazo de tierra. En el inframundo, los rastros de esa figura trascendente
habían sido oscurecidos durante mucho tiempo.
En este momento, Shi Mei apareció ante él, vivo. Mo Ran tuvo que usar
toda su fuerza de voluntad para contener sus emociones.
Mo Ran le ayudó a levantarse y le dio una palmadita al polvo en su capa.
Sintió un dolor en el corazón.
–– ¡Si no hubiera estado aquí, te habrían intimidado aún más! ¿Por qué no
les devolviste el golpe?
–– Quería intentar razonar con ellos primero...
–– ¡No puedes razonar con esta gente! ¿Estás herido? ¿Dónde te duele?
Con Un poco de tos Shi Mei respondió: –– A-Ran, estoy bien.
Mo Ran giró la cabeza, su expresión feroz. Dijo a los sacerdotes taoístas: –
– ¿Osan poner las manos encima de alguien del Pico Sisheng? Qué agallas
tienen ahí.
–– A-Ran, no te preocupes
–– ¿Quieren pelear? ¡Vengan aquí! ¡Peleen conmigo!
El grupo de sacerdotes recibió un sólo golpe de Mo Ran y se dieron cuenta
de que sus habilidades de cultivo estaban muy por encima de las suyas. Se
retiraron, con miedo de meterse en una pelea con él.
Shi Mei suspiró, y aconsejó: –– A-Ran, deja de pelear, perdona y olvida.
Mo Ran se volvió hacia Shi Mei, sentimientos de pena y dolor surgiendo
de su corazón.
Shi Mei siempre había sido de buen corazón. En su vida pasada, en su
lecho de muerte, no hubo resentimiento ni odio. Intentó persuadir a Mo Ran
para que no odiase a su Shizun que eligió permanecer de brazos cruzados,
aunque claramente podría haber salvado la vida de Shi Mei.
–– Pero ellos...
–– Pero estoy bien, verás, no ha pasado nada. Tener menos problemas es
mejor que tener más problemas, por favor, escucha a este shige.
Mo Ran suspiró. –– Está bien, te escucharé, escucharé todo lo que digas. –
– Agitó la cabeza y luego miró a los taoístas. –– ¿Escucharon eso? ¡Mi shige
suplicó en su nombre! ¡Dense prisa y piérdanse! ¿Por qué siguen aquí?
¿Esperan que los acompañe a la salida?
–– ¡Sí, sí, sí nos vamos, nos vamos!
–– Esperen. –– Shi Mei dijo al grupo de taoístas.
Asumieron que, después de golpear a Shi Mei, no iba a dejarlos ir
fácilmente. Así, se arrodillaron en el suelo, inclinándose. –– ¡Señor, señor!
Estábamos equivocados, éramos ignorantes. ¡Por favor, déjanos ir!
–– No me escucharon antes cuando traté de razonar con ustedes. –– Shi
Mei suspiró. –– Secuestraron al hijo de alguien, rompiendo el corazón de sus
padres; ¿Cómo pueden vivir con su conciencia?
–– ¡Lo sentimos! ¡Lo sentimos! ¡Señor, cometimos un error! ¡Nunca lo
volveremos a hacer! ¡No lo volveremos a hacer nunca más!
–– De ahora en adelante deben vivir una vida justa, no más malas
acciones, ¿Entienden?
–– ¡Por supuesto! ¡Nos enseñaste una buena lección! ¡Nosotros, nosotros
hemos aprendido! ¡Hemos aprendido!
–– Entonces, por favor, discúlpense con esta señora, y curen a su hijo con
cuidado.
Este incidente finalmente llegó a su fin. Mo Ran ayudó a Shi Mei a subir a
su caballo, y luego alquiló otro. Los dos regresan a su secta, uno al lado del
otro.
La luna brillaba en lo alto del cielo, su luz atravesando las hojas para
esparcirse por el sendero.
Mientras cabalgaba, Mo Ran comenzó a sentirse muy feliz. Inicialmente
pensó que no podría ver a Shi Mei hasta que regresara al Pico Sisheng. No
esperaba que Shi Mei bajara de la montaña para hacer mandados, por
casualidad encontrándose con él. Esto llevó a Mo Ran a creer que él y Shi Mei
estaban realmente predestinados.
Esta vez, Shi Mei y él tampoco estaban juntos. Pero lo que haya pasado en
su vida pasada también sucederá en esta vida.
Lo único de lo que tenía que preocuparse era de proteger a Shi Mei. Para
asegurarse de que lo de ese año no se repitiera, viéndolo morir en sus brazos...
Shi Mei no sabía que Mo Ran había renacido, así que conversó con él
como cualquier otro día. Pronto, llegaron al pie del Pico Sisheng.
¿Quién iba a pensar que, en la oscuridad de la noche, una persona estaría
de pie frente a la puerta de la montaña, mirándolo con una mirada
amenazadora?
–– ¡Mo Ran! ¿Finalmente te acordaste de volver?
–– ¿Eh?
Mo Ran levantó la vista. ¡Ah! Qué chico tan molesto.
Era nada menos que un joven Xue Meng.
Comparada con el que vio antes de su muerte, esta versión de 15 o 16 años
era mucho más atractiva. Estaba vestido con una armadura ligera, con una base
negra y adornos azules, una cola de caballo alta atada con una horquilla
plateada. Un cinturón adornado con una cabeza de león se ajustaba a su fuerte
y delgada cintura, con polainas alrededor de su muñeca y tobillos. Una delgada
cimitarra brillaba con una fría luz en su espalda, y la aljaba de su brazo
izquierdo brillaba de plata.
Mo Ran suspiró en silencio, pensando.
Hmm, llamativo.
Xue Meng, ya sea un adolescente o un adulto, es muy llamativo.
Sólo míralo; en lugar de dormir, se viste con la armadura completa. ¿Qué
está haciendo? ¿Está aquí para hacer la llamada de apareamiento de un faisán?
¿Cómo un pavo real mostrando sus plumas?
A Mo Ran no le agradaba Xue Meng. A Xue Meng también le caía mal.
Mo Ran era un niño bastardo. Cuando era pequeño, no sabía quién era su
padre. Se ganaba la vida haciendo trabajos ocasionales en una casa de
espectáculos en XiangTan. Tenía catorce años antes de ser encontrado por sus
parientes y llevado al Pico Sisheng.
Xue Meng era el joven maestro del Pico Sisheng, así como el primo de Mo
Ran. Era un prodigio, con gente que lo llamaba "príncipe de los cielos" e "hijo
del fénix". Para un cultivador, en promedio, los primeros tres años se
dedicaron a aprender lo básico. Para formar un núcleo espiritual, se
necesitaron diez años. Con el talento innato de Xue Meng, sólo le llevó cinco
años conseguir todo eso.
Pero a los ojos de Mo Ran, ya fuera un ave fénix o un pollo, un pavo real o
un pato, todos eran pájaros. La única diferencia era la longitud de sus plumas.
Mo Ran vio a Xue Meng como un pájaro.
Xue Meng vio a Mo Ran como un perro.
Quizás era de familia, pero Mo Ran también tenía un talento sorprendente,
incluso más que Xue Meng.
Cuando Mo Ran llegó por primera vez, Xue Meng se consideraba de clase
superior. Era más hábil, más educado, más fuerte y más guapo que su primo
analfabeto.
Así, este fénix narcisista se jactaba ante sus sirvientes: –– Escuchen, este
Mo Ran es un holgazán, un mestizo absoluto de la calle. No se les permite
prestarle atención. Sólo finjan que es un perro.
Los sirvientes alabaron: –– El joven maestro tiene razón, Mo Ran ya tiene
catorce años. Para empezar a cultivar ahora, tendría que estudiar lo básico
durante diez años, y veinte años para formar su núcleo espiritual. Para
entonces, el joven maestro ya habría ascendido, y sólo podrá mirar desde
abajo.
Xue Meng se mofó. –– ¿Veinte? Hmph, mirando este pedazo de basura,
dudo que pueda formar un núcleo espiritual.
Quién iba a pensar que, después de sólo un año de estudiar con su Shizun,
este pedazo de basura obtuvo su núcleo espiritual.
El ave fénix sintió que fue alcanzado por un rayo. La dura verdad era
difícil de tragar.
Así que, en secreto, lo maldijo para que se resbalara y cayera cuando
viajaba con su espada, recitando hasta que su lengua se retorció.
Cada vez que veía a Mo Ran, el pequeño fénix, Xue Meng no podía evitar
poner los ojos en blanco, y su burla se oía a tres millas de distancia.
Cuando Mo Ran recordó estos recuerdos de su infancia, sonrió. Hacía
mucho tiempo que no experimentaba cosas tan triviales. Después de diez años
de soledad, incluso las cosas desagradables del pasado se volvieron muy
dulces para él.
Shi Mei desmontó su caballo después de ver a Xue Meng. Se quitó el
sombrero de bambú, revelando su impresionante cara.
Tenía sentido que saliera sólo vestido así. Mo Ran miró de reojo desde un
costado, sintiendo euforia y anhelo. Esta persona era verdaderamente atractiva,
fuera de este mundo.
Shi Mei saludó. –– Joven maestro.
Xue Meng asintió. –– ¿Has vuelto? ¿Te encargaste del incidente del
hombre-oso?
Shi Mei sonrió. –– Ya me he encargado de todo, gracias a la ayuda de ARan.
Xue Meng miró hacia arriba y hacia abajo a Mo Ran, y luego rápidamente
miró hacia otro lado con disgusto, arrugando sus cejas como si una mirada más
a Mo Ran le ensuciara los ojos.
–– Shi Mei, vete a casa y descansa. Deja de salir con él, es un ladrón
mezquino. Sólo aprenderás a ser malo con él.
Mo Ran no mostró ninguna debilidad, y se burló. –– ¿Aprender de mí?
¿Qué puede aprender de ti? Vestido con armadura completa en medio de la
noche, sacando la cola como un pájaro. ¿Príncipe de los Cielos...? ¡Hahahaha!
¡Más bien como la Princesa de los Cielos!
Xue Meng estaba furioso. –– ¡Mo Ran! ¡Cuidado con lo que dices! ¡Esta
es mi casa! ¿¡Quién te crees que eres!?
Mo Ran contempló. –– Soy tu primo mayor, estoy más calificado que tú si
lo piensas.
Como si le hubieran tirado mierda de perro, frunció el ceño: –– ¿Quién
quiere un primo como tú? ¡No te hagas ilusiones! ¡En mis ojos no eres más
que un perro revolcándose en el lodo!
Xue Meng era alguien a quien realmente le gustaba llamar 'perro' a otras
personas. Como engendro de perro, cosa de perro, hijo de perra. Mo Ran
estaba acostumbrado. Se rascó la oreja, sin importarle nada. Pero a su lado, Shi
Mei se sentía incómodo. Susurró unas cuantas palabras persuasivas. Con una
mueca de desprecio, Xue Meng finalmente cerró su pico.
Shi Mei se rió, y luego preguntó suavemente: –– Joven maestro, es tan
tarde. ¿Esperas a alguien?
–– ¿Qué otra cosa podría estar haciendo? ¿Mirando la luna?
Mo Ran se rió a carcajadas. –– No me extraña que estés vestido así, ¡Estás
esperando a tu cita! Ay, ¿Quién es la desafortunada? La compadezco.
Jajajajajajaja.
La expresión de Xue Meng se oscureció, y él dijo. –– ¡Tú!
–– ¿Yo?
–– Te estoy esperando, ¿Qué vas a hacer al respecto?
Mo Ran: –– ¿...?
CAPÍTULO 5: ESTE VENERABLE NO ROBÓ.
El Salón Dan Xin estaba muy iluminado.
Shi Mei se separó de ellos hace un tiempo. Mo Ran entró al salón después
de Xue Meng, perplejo, pero de repente entendió la situación al ver la escena
en el interior.
Rong Jiu, ese marica.
Mo Ran le robó algo de dinero antes de irse, y de hecho tuvo el descaro de
venir a quejarse al Pico Sisheng.
Rong Jiu lloraba miserablemente mientras se acurrucaba en los brazos de
un hombre grande y fornido. Cuando Mo Ran y Xue Meng entraron en el
salón, sus sollozos crecieron tres veces más, como si pudiera sacar espuma de
la boca y desmayarse si no era por los brazos que lo sostenían.
En el estrado, detrás de la cortina de perlas, una delicada dama estaba
sentada, completamente perdida.
Mo Ran no escatima ni una sola mirada a la repulsiva pareja, sino que
saluda a la dama: –– Tía, he vuelto.
Era la maestra del Pico Sisheng, Madam Wang.
A diferencia de esas heroínas que eran rivales para sus homólogos
masculinos, ella era una mansa ama de casa que no se metía en asuntos
externos. Sin su esposo aquí, ella realmente no sabía cómo lidiar con esto,
diciendo tímidamente: –– A-Ran, finalmente has regresado.
Mo Ran actuó como si ni siquiera hubiera visto a la pareja aquí para
quejarse, y le sonrió: –– La tía se ha levantado tan tarde, ¿Me necesita para
algo?
–– Em. Verás, este Rong-gongzi dice que tú... ¿Qué tomaste su dinero?
Tenía una cara delgada, demasiado avergonzada como para decir que Mo
Ran fue a un burdel, así que eligió en su lugar abordar la ofensa menor.
Los ojos de Mo Ran se curvaron en una sonrisa: –– ¿En serio? No es que
me falte dinero, ¿Por qué tendría que llevarme el de ellos? Además, no me
resultan familiares, ¿Te conozco?
El fornido hombre se mofó: –– Mí apellido es Chang, el mayor de mi
familia. Como hombre de negocios, las formalidades menores importan poco;
puedes llamarme Chang Da.
Mo Ran sonrió, y a propósito dio vuelta su nombre: –– Ah, así que es Da
Chang-gongzi, es un honor conocerte finalmente, por favor disculpa mi
grosería. Y este otro caballero es...
Da Chang-gongzi: –– Hah, Mo-gongzi seguro que es aficionado a actuar
como un tonto. Es la primera vez que nos vemos, pero en los treinta días de
este mes, has pasado quince noches en la habitación de Jiu-er. ¿Te has
quedado ciego? ¿Cómo es que no lo reconoces?
Mo Ran estaba completamente tranquilo, aun sonriendo mientras miraba a
Rong Jiu: –– ¿Qué es esto, tratan de calumniarme? Soy una persona decente y
honorable, por supuesto que nunca me he acostado con ningún San-er o Jiu-er.
La cara de Rong Jiu estaba enrojecida de ira, pero seguía acurrucado
contra el pecho de Da Chang, sollozando: –– Mo, Mo-gongzi, sé que mi
estatus es bajo e indecoroso... si no me hubiera explotado tan cruelmente, no
habría venido a buscarlo, pero para ser tratado así, yo... yo... yo...
El tono de Mo Ran era como si fuera él el que estaba siendo agraviado: ––
Realmente no te conozco, ni siquiera puedo decir si eres hombre o mujer,
¿Cómo podríamos habernos conocido?
–– Anoche fue mi cliente, ¿Cómo puede ser tan frío? Chang-gongzi,
Chang gongzi, tiene que hacerme justicia. –– Se metió aún más en los brazos
de Da Chang, llorando más fuerte que antes.
A un lado, toda la cara de Xue Meng estaba cenicienta, frunciendo el ceño
mientras escuchaba este asunto absurdo. Si no fuera por su autocontrol como
joven maestro, habría sacado a esta repulsiva pareja de la montaña hace mucho
tiempo.
Da Chang-gongzi palmeó la cabeza de Rong Jiu mientras lo calmaba con
palabras suaves, y luego declaró amenazadoramente: –– Madam Wang, el Pico
Sisheng es una secta virtuosa y justa, ¡Pero este Mo-gongzi es vulgar y
despreciable! Jiu-er trabaja duro por su dinero, todo para comprar su libertad
lo antes posible. Pero este tipo, como si maltratar a Jiu-er no fuera suficiente,
¡Hasta robó todos los ahorros por los que sudaba y sangraba! En la familia
Chang no somos cultivadores, pero tenemos dinero y hemos estado en el
negocio por generaciones. ¡Si su secta no nos da una explicación satisfactoria
hoy, nos aseguraremos de hacérsela pasar mal a todos ustedes en BaShu!
Madam Wang se puso nerviosa: –– Ah... Chang gongzi por favor cálmese,
yo, yo...
Mo Ran se mofó internamente. En la familia Chang eran comerciantes de
sal, ridículamente ricos. ¿Quién iba a creer que el hijo mayor de la familia
Chang no podía permitirse comprar la libertad de Rong Jiu, y tenía que dejar
que su Jiu-er se ganara la vida por sí mismo? Huele a pescado, por no decir
más.
Pero sus labios seguían sonriendo: –– Ah, así que Da Chang-xiong es el
hijo de la rica familia de comerciantes de YiZhou, impresionante y dominante
como se esperaba. ¡Verdaderamente admirable, admirable!
El Da Chang-gongzi parecía bastante petulante: –– Hmph, así que conoces
tu lugar. ¿Por qué no te lo pones fácil y confiesas, dónde están las cosas de Jiuer? Date prisa y devuélvelas.
Mo Ran dijo sonriendo: –– Qué extraño, tu Jiu-er recibe tantos clientes a
diario, incluso si perdió algo, ¿Por qué me culpan a mí?
–– ¡Tú! –– Da Chang-gongzi rechinó los dientes, burlándose. –– ¡Bien,
bien, bien, bien, sabía que intentarías salir de esto! Madam Wang, como acaba
de ver, Mo-gongzi no habla con razón, y se niega a confesar, no gastaré más
mi aliento con él. Usted es la que manda, ¡Usted decida!
Madam Wang sabía poco y menos de esos asuntos, sus palabras
tropezaban por su nerviosismo: –– Yo... A-Ran... Meng-er...
No dispuesto a dejar que su madre fuera puesta en un aprieto como este,
Xue Meng se adelantó: –– Chang gongzi, el Pico Sisheng tiene reglas estrictas
de disciplina. Si sus acusaciones resultan ser ciertas, si Mo Ran realmente
violó los mandatos contra la avaricia y la promiscuidad, nosotros naturalmente
le aplicaremos un castigo severo. Sin embargo, es su palabra contra la de él,
¿Tiene alguna prueba?
Da Chang-gongzi sonrió con suficiencia: –– Sabía que su secta sacaría
esto, por eso nos apresuramos a llegar aquí antes de que llegara Mo Ran, para
enfrentar a Madam Wang. –– Se aclaró la garganta, diciendo: –– Todos
ustedes escuchen bien, Jiu-er perdió dos hu de perlas, diez lingotes de oro, un
par de pulseras de flores de ciruelo de oro, un par de horquillas de jade y un
colgante de mariposas de jade. Busquen en Mo Ran estos artículos, y la verdad
de mis acusaciones será aclarada.
Mo Ran se opuso: –– ¿Qué derecho tienes a registrarme?
–– Hmph, me parece una conciencia culpable. Madam Wang, ¿Cuál es el
castigo por los pecados de robo y lujuria en el Pico Sisheng?
Madam Wang contestó en voz baja: –– Uhm... mi marido siempre ha sido
el encargado de los asuntos de la secta, de verdad... no lo sé...
–– Dudoso, dudoso. Creo que Madam Wang se hace la tonta a propósito
para proteger a su sobrino. Quién iba a pensar que el Pico Sisheng era en
realidad un lugar tan corrupto y sucio...
–– Ya es suficiente. Mi tía ya dijo que no está acostumbrada a tomar este
tipo de decisiones, ¿No has terminado de intimidar a una ama de casa todavía?
–– Mo Ran interrumpió, finalmente harto de su parloteo. Incluso la sonrisa
despreocupada que suele aparecer en la cara de Mo Ran cayó un poco. Dirigió
una mirada de reojo a la repulsiva pareja.
–– Bien, regístrame entonces. Pero si no se encuentra nada, por calumniar
a mi secta hasta tal punto, ¿Qué se debe hacer entonces?
–– Entonces me disculparé inmediatamente con Mo-gongzi.
–– Claro. –– Mo Ran estuvo de acuerdo con facilidad: –– Pero sólo una
cosa. Si te equivocas, entonces tienes que arrastrarte fuera del Pico Sisheng
con las manos y las rodillas como disculpa.
Viendo la confianza de Mo Ran, Da Chang-gongzi no pudo evitar plantar
una semilla de duda en su corazón.
Desde muy joven ha tenido en alta estima a los cultivadores, pero
desafortunadamente él mismo no tenía talento para el cultivo.
Hace un par de días, escuchó que su viejo amante Rong Jiu se había
ganado el favor de Mo Ran, por lo que ambos llegaron a un acuerdo. Rong Jiu
encontraría una oportunidad para apoderarse del cultivo de Mo Ran, y Da
Chang-gongzi compraría su libertad a cambio. No sólo eso, también prometió
llevar a Rong Jiu a su casa y cuidar de él de por vida.
Da Chang-gongzi anhelaba cultivar, Rong Jiu codiciaba riquezas. Los dos
sinvergüenzas estaban bien emparejados en su colusión.
Mo Ran había caído en sus planes en la vida pasada. Al final se desquitó,
pero sufrió bastante. Esta vez, su estratagema quedó completamente vacío,
pues Mo Ran dio media vuelta de repente y sin razón aparente; estaba todavía
en un estupor de embriaguez hace apenas unos días, acurrucado tiernamente en
los brazos de Rong Jiu, Jiu-er esto, Jiu-er aquello. Pero esta mañana folló
brutalmente a Rong Jiu dos veces, luego inesperadamente tomó todas sus
pertenencias y objetos de valor y huyó.
Da Chang-gongzi estaba furioso, e inmediatamente arrastró a Rong Jiu al
Pico Sisheng para quejarse.
Este comerciante de sal gongzi era un astuto hombre de negocios; pensó
que, si terminaba atrapando a Mo Ran, podría obligar a Madam Wang a
dispersar su cultivo. Vino preparado con un colgante de jade que absorbe el
cultivo para reunir más tarde algunas cosas fáciles de asimilar en su propio
depósito espiritual.
Pero mirando a Mo Ran ahora, Da Chang-gongzi dudó.
Mo Ran era un hombre astuto. ¿Y si ya vendió los bienes robados y estaba
esperando para arrastrarlo?
Pero, de nuevo, las cosas ya han llegado a este punto, sería un desperdicio
rendirse ahora. Tal vez sólo está fingiendo...
Él que todavía estaba luchando con sus pensamientos, pero Mo Ran ya
había empezado a desvestirse allí.
Se quitó la túnica exterior, la tiró a un lado, y sonriendo hizo un gesto de
invitación: –– Adelante, tómate tu tiempo para buscar.
Después de todo ese alboroto, no encontraron nada más que un cambio
adicional. La cara entera de Da Chang-gongzi se volcó.
–– ¡Imposible! ¡Definitivamente estás jugando un truco!
Mo Ran entrecerró los ojos de color púrpura, acariciando su barbilla: ––
Ya me has registrado diez veces y me has tocado siete u ocho veces. No hay
nada más que hacer que desnudarse totalmente, ¿Y aún así no te das por
vencido?
–– Mo Ran, tú...
Mo Ran se dio cuenta de repente: –– ¡Ah, ya entiendo! Da Chang-gongzi,
¿Podría ser que has estado deseando mi buen aspecto, y has montado todo este
espectáculo sólo para aprovecharte de mí y tocarme?
Da Chang-gongzi estaba a punto de desmayarse de rabia, toda su cara
estaba roja de ira, señalando a Mo Ran, pero incapaz de manejar una sola
palabra. Xue Meng, por su parte, había sobrepasado los límites de su
paciencia; puede que desapruebe a Mo Ran, pero Mo Ran seguía siendo
miembro del Pico Sisheng, los forasteros no tenían derecho a degradarlo.
Xue Meng avanzó sin dejar rastro de cortesía, levantó la mano y sin
dudarlo le rompió el dedo a Da Chang-gongzi, advirtiéndole: –– ¡Te seguimos
la corriente la mitad de la noche, pero resulta que sólo estabas creando
problemas de la nada!
Da Chang-gongzi aulló de dolor, acunando su dedo. –– ¡T-Todos ustedes!
¡Están todos juntos en esto! No me extraña que las cosas no estuvieran en Mo
Ran, ¡Deben haberlas escondido! ¡Tú también desnúdate, déjame buscar!
¿¡Alguien se atreve a ordenarle que se desnude!? Xue Meng se enfureció
inmediatamente por la humillación: –– ¡Desvergonzado! ¿Realmente crees que
esas patas de perro tuyas son aptas para tocar incluso la esquina de mi túnica?
¡Lárgate de aquí!
Ahora que el joven maestro ha hablado, los sirvientes en el Salón Dan Xin,
también hartos de esta fachada desde hace mucho tiempo, salieron
inmediatamente para sacar a esta pareja de gente común y corriente sin medios
de resistencia, echándolos de la montaña.
El furioso chillido de Da Chan-gongzi se podía escuchar desde la
distancia: –– ¡Mo Ran, espera! ¡No he terminado contigo todavía!
De pie fuera del Salón Dan Xin, Mo Ran miró al cielo nocturno, sus ojos
curvados en una sonrisa, suspirando: –– Estoy tan asustado...
Xue Meng le lanzó una mirada fría: –– ¿De qué tienes miedo?
Mo Ran se preocupó genuinamente: –– Son vendedores de sal, me temo
que no tendré más sal en el futuro...
––...
Xue Meng se quedó en silencio durante un momento, antes de preguntar: –
– ¿De verdad no te acostaste con el prostituto?
–– No.
–– ¿Y realmente no robaste?
–– Realmente no lo hice.
Xue Meng: –– Humph, no te creo.
Mo Ran levantó una mano, riendo: –– Que los cielos me golpeen con un
rayo si estoy mintiendo.
Xue Meng levantó repentinamente su mano, sosteniendo el brazo de Mo
Ran con un fuerte agarre. Mo Ran lo miró fijamente: –– ¿Qué estás haciendo?
–– Xue Meng volvió a hablar, y rápidamente cantó un conjuro. Se podían
escuchar sonidos dispersos cuando un puñado de perlas, cada una del tamaño
de una soja, se deslizaron de la manga de Mo Ran y cayeron al suelo.
Xue Meng reunió energía espiritual en su mano y señaló a las perlas. Las
perlas comenzaron a brillar y a crecer en tamaño, convirtiéndose en una pila de
joyas y objetos de valor, pulseras de flores de ciruelo y pendientes de jade,
dorados y brillantes en el suelo.
Mo Ran: ––... Somos discípulos de la misma secta, no hagas las cosas
difíciles."
Xue Meng frunció el ceño: –– Mo Wei Yu, no tienes vergüenza.
–– Jeje.
Xue Meng rugió: –– ¡Nadie se está riendo contigo!
Mo Ran suspiró: –– No es como si pudiera llorar cuando me lo ordenan.
La cara de Xue Meng era sombría: –– ¿Es así como usas la técnica de
ocultación del Pico Sisheng?
–– Mhm, aplicaciones prácticas...
La ira de Xue Meng volvió: –– Ese comerciante de sal era un perro
molesto, así que no te asé delante de él. Pero esa mierda de perro tenía razón
en una cosa: violar los mandatos contra el robo y la lujuria como lo has hecho,
no importa en qué secta estés, ¡Te lo mereces!
Mo Ran sonrió sin desanimarse: –– ¿Y qué vas a hacer al respecto?
¿Esperar a que el tío vuelva y contárselo?
Ni siquiera estaba preocupado; su tío lo malcriaba hasta el cansancio, lo
máximo que podía hacer era regañarlo un poco, nunca tendría el corazón para
golpearlo.
Xue Meng se dio la vuelta, cepillándose el pelo, un par de ojos brillando
de desprecio en la oscuridad de la noche.
–– ¿Papá? No, está en Kun Lun y no volverá en un mes o dos.
La sonrisa de Mo Ran se congeló, una sensación ominosa se apoderó de él.
De repente recordó a cierta persona.
Pero...
Si estuviera aquí, entonces debería haber sido él quien recibió a Changgongzi en el Salón Dan Xin hoy, no la inconsciente Madam Wang.
Esa persona... no debería estar aquí... ¿Verdad...?
Viendo los parpadeos en sus ojos, el aire de desdén de Xue Meng se hizo
aún más obvio.
–– Papá te mima demasiado, pero, aquí en el Pico Sisheng, ¿No hay
alguien que no te mima?
Mo Ran retrocedió lentamente unos pasos, una forzada sonrisa en su cara:
–– Mi estimado primo, ya es muy tarde, no molestemos la paz y tranquilidad
del anciano, me equivoqué, no habrá una próxima vez, ¿Qué te parece? Por
favor, ve a descansar, jeje, pareces tan cansado.
E inmediatamente salió corriendo.
¡Tienes que estar bromeando! ¡Este Xue Meng es demasiado despiadado!
Ahora mismo no es Taxian-jun, gobernante del mundo humano, ¿Cómo
podría arriesgarse a caer en manos de esa persona? Si esa persona se enterara
de que ha robado y prostituido, ¡Probablemente le rompería las dos piernas!
¡Si no huye ahora, no tendrá la oportunidad de hacerlo nunca más!
CAPÍTULO 6: EL SHIZUN DE ESTE VENERABLE.
Xue Meng había crecido en el Pico Sisheng después de todo, y conocía
todos sus entresijos y atajos, así que al final consiguió capturar a Mo Ran.
Después de arrestarlo y arrastrarlo, llegaron a la parte trasera de la
montaña. Toda la montaña trasera del Pico Sisheng era el lugar más cercano
del reino mortal al reino fantasma, y entre los dos reinos había una barrera,
más allá estaba el inframundo.
Echando un vistazo al terrible estado de la barrera, Mo Ran supo
inmediatamente por qué, aunque esa persona estaba en casa, seguía siendo
Madam Wang la que apareció en el salón principal saludando y recibiendo a la
audiencia.
No era que esa persona no quisiera ayudar, era que realmente no podía
alejarse...
La barrera del reino fantasma se había roto repentinamente.
En este momento y lugar, toda la parte trasera de la montaña estaba llena
de la esencia del mal. Espíritus que aún no habían formado un cuerpo sólido se
arremolinaban en el aire y lloraban desesperados, sus aullidos llenos de rencor.
En la entrada de las puertas de la montaña se podía ver una gigantesca brecha
abierta en el cielo, y detrás de esa brecha estaba el reino fantasma. Desde la
fisura de la barrera se asomó una larga y verde escalera de piedra de miles de
escalones, y amenazantes fantasmas que ya habían cultivado una forma
carnosa se arrastraban en gran número, arrastrándose desde el reino fantasma
hasta el reino mortal.
Si se tratara de una persona normal, si vieran este tipo de escena, sin duda
se asustarían de terror. La primera vez que Mo Ran vio esto, también estaba
empapado de sudor frío por el miedo, pero hacía tiempo que se había
acostumbrado a ello.
La barrera entre los reinos mortal y fantasma fue construida primero por
Fu Xi en tiempos antiguos, y a través de los siglos, ahora, se había vuelto
delgada y débil, a menudo agrietándose y rompiéndose en varios lugares,
necesitando reparación por inmortales cultivados. Sin embargo, una tarea
como esta no sólo no elevaba mucho la cultivación de uno, sino que también
era increíblemente agotador para el poder espiritual; trabajar duro por nada, es
trabajo puro, así que no muchos cultivadores en el mundo de la cultivación
estaban dispuestos a asumir la carga.
Cuando los espíritus amenazantes entraron en el mundo, los primeros en
atacar fueron las personas comunes del mundo de la cultivación inferior, y
como protectores del mundo de la cultivación inferior, el Pico Sisheng asumió
la tarea de reparar la barrera. La montaña trasera de la secta se enfrentaba al
punto más débil de la barrera, simplemente por el hecho de poder hacer tales
reparaciones a tiempo.
Esta barrera irregular se filtraba al menos cuatro o cinco veces al año,
como si fuera una maceta de segunda mano: inútil.
En ese momento, en la entrada del reino fantasma, sobre la verde escalera
de piedra, se encontraba un hombre, con sus túnicas blancas como la nieve
ondeando, sus mangas anchas volando en el viento, el aura de la espada que lo
envolvía, su dorada luz brillando, y sólo con sus poderes, estaba barriendo a
esos espíritus amenazantes, limpiando a esos malvados fantasmas, reparando
la grieta en la barrera.
Ese hombre era delgado en forma y elegante en apariencia con el aura de
una santidad trascendente, un rostro elaborado con una belleza hermosa. Desde
lejos, sería fácil imaginar que es un erudito digno con un aire de otro mundo
estudiando bajo un árbol en flor. Pero de cerca, su expresión era aguda como
la espada, sus ojos de fénix inclinados hacia arriba, su nariz elegante y
delgada, la apariencia misma de sofisticación y refinados modales, pero con
aspereza en sus ojos, luciendo particularmente distantes y fríos.
Mo Ran lo observó desde la distancia. Aunque ya estaba preparado,
sinceramente, para ver de nuevo a esa persona aparecer sana y salva, aún así,
cada fragmento de sus huesos temblaba incesantemente.
La mitad fue por miedo, la otra mitad fue... emoción.
Su Shizun.
Chu Wan Ning.
En la vida anterior, la persona por la que Xue Meng lloró y rogó ver
cuando llegó al Salón Wu Shang era él.
Fue este hombre quien arruinó los grandes planes de Mo Ran. Arruinó los
ambiciosos ideales de Mo Ran y fue encarcelado y torturado hasta la muerte
por Mo Ran al final.
Técnicamente, por derrotar a un oponente y poder vengarse, Mo Ran
debería haber estado contento.
El océano estaba libre para que los peces nadaran, el cielo abierto para que
los pájaros volaran, ya nadie podía detenerlo. Originalmente, Mo Ran también
había pensado que pensaba de esa manera.
Pero, no lo parecía.
Después de la muerte de Shizun, parecía que había algo más que estaba
enterrado junto con el odio.
Mo Ran no era un hombre de cultura, y no sabía que ese sentimiento era lo
que ellos llamaban "Igualado con un oponente digno".
Sólo sabía que, a partir de ese momento en el mundo, ya no había más
archienemigos en su contra.
Cuando su Shizun vivía, estaba asustado, temeroso y ansioso. En el
momento en que veía la vid de sauce en las manos de su Shizun, el pelo de su
espalda se pondría de pie, igual que el de un perro derrotado que estaba
acostumbrado a ser disciplinado, el mero sonido de un palo de madera
golpeando hacía que sus dientes se marchitaran, sus piernas cedieran y la baba
goteara por la comisura de sus labios. Sus tripas se retorcerían por los nervios.
Después de la muerte de su Shizun, la persona a la que Mo Ran más temía
falleció. De repente, Mo Ran sintió que creció, maduró y finalmente pudo
cometer el pecado de asesinar a su mentor.
Después de eso, mientras sus ojos recorrían el mundo mortal, nadie se
atrevió a obligarlo a arrodillarse. Nunca más hubo nadie que se atreviera a
abofetearlo.
Para celebrarlo, abrió un frasco de vino blanco de flores de pera y se sentó
en el tejado a beber toda la noche.
Esa noche, por la influencia del alcohol, las cicatrices en su espalda de los
azotes dados por su Shizun en su juventud parecieron arder una vez más,
doloridos por las quemaduras.
Ahora, en este momento y lugar, para ver con sus propios ojos a Shizun
aparecer ante él una vez más, Mo Ran lo miró fijamente, tanto asustado como
resentido. Sin embargo, también parecía haber un rastro de retorcida y loca
alegría.
Haber recuperado a un oponente así después de haberlo perdido, ¿Cómo
no iba a estar encantado?
Chu Wan Ning ignoró a los dos discípulos que se metieron en la montaña
trasera y todavía estaba completamente concentrado en luchar contra las almas
dispersas de los muertos.
Tenía una cara elegante, un par de cejas largas, sus ojos de fénix bajos y
fríos, gráciles y de otro mundo, dignos en su comportamiento, su expresión
inmutable ante el aire demoníaco y la lluvia de sangre, parecía excesivamente
frío, como si no fuera extraño que se sentara en el lugar para encender incienso
y tocar el Guqin.
Sin embargo, un hombre tan elegante y sombrío estaba empuñando
actualmente una espada larga y escalofriante que goteaba gotas de sangre. Una
vez movió su ancha manga, el aura de la espada cortó e hizo explotar los
verdes escalones de piedra, los restos y escombros rodaron hacia abajo. Desde
las puertas de la montaña en la parte superior que se dividen hasta la parte
inferior de la montaña, una grieta de profundidad indiscernible se abrió por esa
escalera de miles de escalones.
Una ferocidad tan brutal.
¿Cuántos años habían pasado desde que fue testigo de la fuerza de Shizun?
Esa fuerza valiente y dominante hizo que las piernas de Mo Ran se
debilitaran por costumbre. Inestable, se arrodilló en el suelo.
Chu Wan Ning no tardó mucho tiempo en aniquilar a todos los fantasmas
y llenar el agujero hacia el reino fantasma. Después de completar su tarea,
descendió del cielo ligera y lánguidamente, aterrizando ante Mo Ran y Xue
Meng.
Primero miró al Mo Ran arrodillado en el suelo antes de mirar a Xue
Meng, sus ojos de fénix algo helados.
–– ¿Otra vez causando problemas?
Mo Ran admitió.
Shizun poseía la habilidad de discernir instantáneamente cualquier cosa
con precisión.
–– Shizun, Mo Ran bajó de la montaña y cometió los crímenes de robo y
libertinaje, ruego para que Shizun conceda el castigo. –– dijo Xue Meng.
Chu Wan Ning se quedó en silencio con una expresión en blanco y luego
dijo fríamente: –– Ya veo.
Mo Ran: ––…
Xue Meng: ––…
Ambos estaban un poco desconcertados. ¿Y entonces? ¿Eso fue todo?
Pero justo cuando Mo Ran empezaba a sentirse afortunado, cuando
vislumbró a Chu Wan Ning, vio un destello de luz dorada, que atravesaba el
aire violentamente, y un crujido como los gritos de un relámpago fue lanzado
directamente sobre la mejilla de Mo Ran.
¡La sangre salpicó!
La velocidad de esa luz dorada era demasiado impactante; no importa
esquivar, incluso cerrando los ojos, Mo Ran no había tenido tiempo antes de
que la carne de su cara se abriera, la herida ardiendo dolorosamente.
Chu Wan Ning estaba de pie con los puños cerrados, parado fríamente en
la brisa mortal de la profunda noche, el aire aún sucio y espeso con el hedor de
espíritus malignos, y ahora estaba mezclado con el asqueroso olor de la sangre
humana, haciendo que los terrenos prohibidos de la montaña trasera parecieran
espeluznantes y horripilantes.
Lo que azotó a Mo Ran fue la vid de sauce que apareció de la nada en la
mano de Chu Wan Ning. Esa vid era delgada y larga, con hojas verdes y
tiernas que brotaban todavía, colgaba hasta abajo junto a sus botas.
Aunque era un objeto elegante y debería haber hecho que las personas
pensarán en versos tan sonoros que describían las tiernas y delicadas manos de
una dama.
Qué lástima. Chu Wan Ning no era tierno ni poseía un amante.
La vid de sauce en su mano era en realidad un arma sagrada llamada "Tian
Wen". En este tiempo y lugar, una brillante luz dorada y carmesí recorría a
Tian Wen, iluminando la oscuridad a su alrededor, y también iluminaba los
profundos ojos de Chu Wan Ning, dándoles vida.
Los labios de Chu Wan Ning se apretaron y dijo escalofriantemente: ––
Mo Wei Yu, sí que tienes agallas. ¿Realmente crees que no te voy a
disciplinar?
Si realmente fuera Mo Ran, de dieciséis años, tal vez no se hubiera tomado
sus palabras en serio, pensando que Shizun sólo estaba fanfarroneando para
asustarlo.
Sin embargo, el renacido Mo Wei Yu ya había pagado con sangre y fue
educado a fondo en los caminos de "disciplina" de Shizun en su vida anterior.
En un instante pudo sentir que incluso le dolían las raíces de los dientes. La
sangre se le subió a la cabeza y empezó a negar todo agresivamente, con la
esperanza de limpiar su propia cuenta.
–– Shizun...
Su mejilla sangraba, Mo Ran levantó los ojos, llenándolos con un brillo de
niebla. Sabía que su disposición actual era extremadamente patética y
lastimosa. –– Este discípulo nunca ha robado... y nunca ha sido libertino...
¿Cómo es que Shizun me golpeó primero sin preguntarme nada después de
haber escuchado sólo la versión de la historia de Xue Meng?
––…
Contra su tío, Mo Ran tenía dos trucos fundamentales: primero, ser lindo,
segundo, ser lamentable. Ahora estaba usando ambos movimientos en Chu
Wan Ning, mirándose tan afligido que sus lágrimas iban a caer. –– ¿Este
discípulo es realmente tan inútil a tus ojos? ¿Cómo es que Shizun ni siquiera
me da la oportunidad de explicarme?
Junto a ellos, Xue Meng estaba pisoteando de rabia. –– ¡MO RAN! ¡Tú,
pedazo de pata de perro! ¡Tú, tú eres un sinvergüenza! ¡Shizun, no lo
escuches! ¡No dejes que este bastardo te confunda! ¡Realmente robó! ¡Todo el
botín sigue aquí!
Chu Wan Ning bajó los ojos, su expresión fría y distante. –– Mo Ran,
¿Realmente nunca has robado?
–– Nunca.
––... Deberías saber cuáles son las consecuencias por mentirme.
A Mo Ran se le puso la piel de gallina por todo el cuerpo. ¿Cómo podría
no saberlo? Sin embargo, se mantuvo terco como una mula: –– ¡Ruego a
Shizun para que investigue!
Chu Wan Ning levantó la mano, y esa vid resplandeciente volvió a barrer,
pero esta vez no fue para azotar la cara de Mo Ran, sino que envolvió a Mo
Ran en un firme agarre.
Esta sensación era demasiado familiar. Aparte de azotar a la gente a diario,
la vid de sauce “Tian Wen” tenía otro uso...
Chu Wan Ning miró fijamente a Mo Ran, quien estaba mortalmente
detenido por Tian Wen y preguntó de nuevo: –– ¿Nunca has robado?
Mo Ran sólo podía sentir una agonía familiar penetrando directamente en
su corazón, como si una pequeña serpiente de colmillos afilados se deslizara
repentinamente hacia su pecho y causara estragos en sus órganos.
Acompañando el dolor había una tentación que era difícil de descartar, y
Mo Ran abrió la boca a pesar de sí mismo, con la voz quebrada. –– ¡Yo...
NUNCA... NUNCA... AH...!
Como si sintiera que estaba mintiendo, la luz dorada de Tian Wen se
estaba volviendo más salvaje, pero, aunque el sudor frío empapó a Mo Ran,
aun así, luchó contra esta tortura con todo lo que tenía.
Este fue el segundo uso de Tian Wen después azotar: interrogación.
Una vez atado por Tian Wen, no había nadie que pudiera mentir ante él.
No importa si es humano o fantasma, vivo o muerto, Tian Wen tenía la
habilidad de forzarlos a hablar, dando las respuestas que Chu Wan Ning
exigía.
Sólo había una persona en la vida anterior que, con su fuerte cultivo,
finalmente fue capaz de ocultar secretos ante Tian Wen.
Esa persona era Mo Wei Yu que se convirtió en el emperador del mundo
mortal.
Después del renacimiento, Mo Ran todavía se aferró a un sentido de buena
fortuna, pensando que todavía debería ser capaz de ser como una vez lo fue y
luchar contra el poderoso interrogatorio de Tian Wen. Sin embargo, después
de morderse los labios durante un rato, grandes gotas de sudor rodaron por sus
cejas negras como la tinta, todo su cuerpo temblando, al final todavía se
derrumbó de dolor ante las botas de Chu Wan Ning, aspirando grandes
respiraciones de aire con dificultad.
–– Yo... yo... robé...
El dolor desapareció abruptamente.
Mo Ran ni siquiera había recuperado el aliento antes de escuchar la
siguiente pregunta de Chu Wan Ning, que sonaba más fría que antes.
–– ¿Has cometido libertinaje?
Los hombres listos no hacen estupideces. Como no pudo aguantar antes,
entonces era aún más imposible ahora. Esta vez, Mo Ran ni siquiera se
molestó en objetar; en el momento en que llegó el dolor gritó: –– ¡Lo hice, lo
hice, lo hice! ¡SHIZUN POR FAVOR! ¡NO MÁS!
La cara de Xue Meng se ponía azul, con la mirada completamente atónita:
–– ¿Cómo pudiste...? Ese Rong Jiu es un hombre, y tú...
Nadie se preocupó por él, y la dorada luz de Tian Wen se atenuó
lentamente. Mo Ran aspiraba grandes bocados de aire, todo su cuerpo
empapado como si fuera sacado del agua, su cara blanca como una sábana, y
sus labios todavía temblaban incesantemente, tumbado en el suelo sin poder
moverse.
A través de sus pestañas cubiertas de sudor, podía ver la silueta borrosa y
elegante de Chu Wan Ning, que llevaba una corona de jade verde y mangas
expansivas que se extendían hasta el suelo.
Una ola de fuerte odio se derramó repentinamente en su corazón: –– ¡CHU
WAN NING! ¡Este venerable no se equivocó al tratarte como lo hizo en la
vida pasada! Aunque viva una vez más, eres un fastidio por mucho que te
mire. ¡QUÉ SE JODAN A LAS DIECIOCHO GENERACIONES DE TUS
ANCESTROS!
Chu Wan Ning no sabía que su bestia de discípulo se iba a follar a las
dieciocho generaciones de sus antepasados, y se quedó dónde estaba por el
momento, con la cara sombría. Entonces, dijo: –– Xue Meng.
Aunque Xue Meng sabía que en la actualidad estaba de moda que las casas
ricas encontraran placer en la forma masculina, que a muchos les gustaba jugar
con chicos prostitutos porque era refrescante, pero eso no significaba que
realmente les gustaran los hombres, aún así encontró ese hecho bastante difícil
de tragar, y se quedó petrificado por un momento antes de responder: ––
Shizun, este discípulo está presente.
–– Mo Ran transgredió los tres mandatos contra el robo codicioso, el
libertinaje y el engaño. Llévalo al Salón Yan Luo para su penitencia. Tráelo a
la Plataforma del Pecado y la Virtud a primera hora mañana para que sea
castigado ante todos.
Xue Meng se sorprendió. –– ¿Q-Qué? ¿Para ser castigado ante todos?
Ser castigado ante todos significaba que el discípulo que había cometido
pecados graves sería arrastrado ante todos los discípulos de la secta, incluso las
abuelas en el comedor serían traídas, sentenciadas y castigadas delante de
todos.
Ser avergonzado y humillado.
¡Mo Ran era un joven maestro del Pico Sisheng! Aunque se puede decir
que las reglas de la secta son estrictas, pero debido a que el estatus de Mo Ran
era especial, su tío lamentaba la pérdida de sus padres desde muy joven y que
haya estado varado por catorce años, siempre defendía a Mo Ran con
indulgencia, e incluso si Mo Ran cometía errores, seguía dándole conferencias
en privado, sin haberle pegado ni una sola vez.
Pero Shizun ni siquiera salvaría la cara del líder de la secta, y en realidad
arrastraría a su precioso sobrino a la Plataforma del Pecado y la Virtud para
castigar y avergonzar a Mo-gongzi ante toda la secta. Esto era algo que Xue
Meng nunca había esperado.
Sin embargo, Mo Ran no se sorprendió en absoluto.
Se tumbó en el suelo, sus labios curvándose en una mueca de desprecio.
Mira lo justo que era su Shizun, tan lleno de justicia.
La sangre de Chu Wan Ning estaba fría. En la vida anterior, Shi Mei murió
ante él y Mo Ran lloró y suplicó, tirando del borde de su túnica, arrodillándose
en el suelo pidiendo su ayuda.
Pero Chu Wan Ning los ignoró como si no hubiera oído nada.
Así, el aliento de su discípulo disminuía frente a él mientras Mo Ran
lloraba a todo pulmón a su lado, y aún así no les prestó atención, dándoles la
espalda con desdén.
En este momento no era más que arrastrarlo a la Plataforma del Pecado y
la Virtud para sentenciarlo en público, nada fuera de lo común.
Mo Ran sólo podía resentir su propio cultivo débil; que no podía pelar la
piel de Chu Wan Ning, sacarle los nervios, beber su sangre; que no podía tirar
de su pelo hacia atrás para violarlo y corromperlo a gusto de su corazón, que
no podía profanar su honor torturándolo, hacerle vivir una vida peor que la
muerte...
El salvajismo bestial en sus ojos no se escondió inmediatamente, y Chu
Wan Ning lo vio.
Miró en silencio a la cara de Mo Ran, esa elegante cara de erudito que no
tenía ni una pizca de sentimiento.
–– ¿En qué estás pensando?
¡Mierda!
¡Tian Wen no había sido retirado todavía!
Mo Ran pudo sentir una vez más la vid que lo ató, apretando y
retorciéndose, y sus órganos sintieron como si se fueran a desgarrar en papilla.
Gritó en agonía, tratando de rugir toda la ira en su mente.
–– ¡CHU WAN NING! ¿¡CREES QUÉ ERES TAN DURO!? ¡MÍRAME
FOLLARTE HASTA LA MUERTE!
Todo estaba en silencio.
Chu Wan Ning: ––…
Incluso Xue Meng se quedó boquiabierto. ––…
Tian Wen regresó repentinamente a la palma de la mano de Chu Wan
Ning, transformándose en destellos de luz dorada y desapareciendo de la vista.
Tian Wen formó parte de los huesos y la sangre de Chu Wan Ning,
apareciendo exactamente cuándo fue llamado y desapareciendo a voluntad.
La cara de Xue Meng estaba pálida e incluso tartamudeó. –– Shi-Shi-ShiShizun...
Chu Wan Ning no habló. Con sus largas, exuberantes y negras pestañas
cayendo, parecía perdido en sus pensamientos mirando su propia mano. Fue un
buen momento antes de levantar la cortina de sus ojos, su cara aún intacta, sólo
que su expresión era más fría que antes. Con ojos que decían –– Tú bestia de
discípulo mereces la muerte. –– Miró a Mo Ran por un momento antes de
decir en voz baja:
–– Tian Wen está roto. Voy a arreglarlo.
Después de pronunciar esas palabras, Chu Wan Ning se dio la vuelta y se
fue.
Xue Meng no era un niño brillante. –– ¿Cómo puede romperse un arma
sagrada como Tian Wen?
Chu Wan Ning lo escuchó y una vez más usó los ojos de "Tú estúpido
discípulo mereces la muerte" para mirarlo de nuevo. Xue Meng sintió un
escalofrío.
Mo Ran yacía en el suelo medio muerto, su expresión en blanco.
Antes realmente estaba pensando en encontrar una oportunidad para follar
a Chu Wan Ning, sabiendo profundamente que este anciano Chu al que la
gente llama "Yu Heng del Cielo Nocturno", "Bei Dou Inmortal" era alguien
que siempre enfatizaba los refinados modales y la rectitud, y que nunca
soportaba que nadie lo pisara y oprimiera, ensuciando su persona.
¡Pero cómo pudo dejar que Chu Wan Ning descubriera algo así!
Mo Ran aulló patéticamente como un perro abandonado, cubriéndose la
cara.
Recordando los ojos de Chu Wan Ning cuando se fue, sintió que
probablemente no le quedaba mucho tiempo de vida.
CAPÍTULO 7: ESTE VENERABLE LE GUSTAN LOS
WONTONS.
El sol brillaba desde lo alto.
Las escaleras del Pico Sisheng se extendían por cientos de millas.
Como recién llegada entre las sectas de cultivo, era diferente de las otras
sectas famosas de la región de cultivo superior.
Tomemos por ejemplo la secta Ru Feng en Linyi. Su salón principal se
llama "Salón de las Seis Virtudes", para animar a los discípulos a ser "Sabios,
Fieles, Santos, Justos, Benévolos y Leales". Los discípulos residían en un área
llamada "Puerta de los Seis Comportamientos", pidiendo que los discípulos
fueran "Filiales, Cordiales, Armoniosos, Marciales, Responsables,
Compasivos" unos con otros. Y el área de estudio se denominó "Plataforma de
las Seis Artes", lo que significa que los discípulos debían ser maestros en
"Ritual, Música, Tiro con Arco, Equitación, Caligrafía y Aritmética".
En otras palabras, elegancia sin fin.
El Pico Sisheng, en cambio, se estableció desde un lugar de pobreza, y sus
nombres eran... complicados. "Salón Dan Xin" y "Plataforma Shan'E" seguían
siendo aceptables, pero tal vez porque el padre y el tío de Mo Ran no eran
exactamente eruditos y no podían retener tantos nombres decentes, empezaron
a hacer tonterías hacia el final, asignando "Xue Ya", nombres antiguos a
diestra y Siniestra.
Por lo tanto, el Pico Sisheng tenía muchos nombres plagiados del
inframundo. Por ejemplo, el Salón de autorreflexión se llamaba Yan Luo.
El puente que conectaba las áreas de recreación y estudio es llamado
Puente Naihe. El comedor Salón Meng Po. El campo de entrenamiento se
llamaba DaoShan HuoHai El área prohibida detrás de la montaña se llamaba
Si Gui Jian. Y así sucesivamente.
Incluso éstos eran relativamente aceptables. Las áreas más alejadas fueron
llamadas sin rodeos "Esto es montaña", "Esto es agua", "Esto es un agujero", y
no pueden olvidar los famosos acantilados de "Aaaaaah" y "Waaaaah".
Los cuartos de los ancianos tampoco escaparon ilesos, y cada uno tenía su
propio apodo.
Naturalmente, Chu Wan Ning no fue la excepción. Le gustaba la paz y la
tranquilidad y no quería vivir cerca de los demás. Su residencia estaba situada
en el lado sur del Pico Sisheng, escondida en una arboleda de bambú como un
océano de jade. Había un estanque antes del salón principal, cubierto de flor de
loto rojo a lo largo de las estaciones gracias a una abundancia de energía
espiritual, resplandeciente como nubes de color carmesí.
Los discípulos llamaron secretamente a este elegante y pintoresco lugar:
Infierno del Loto Rojo.
Pensando en ello, Mo Ran no pudo evitar reírse.
Chu Wan Ning tenía una cara sombría y agria día tras día, para los
discípulos verlo era como ver al diablo mismo, ¿Cómo debería llamarse el
hogar del diablo si no infierno?
Xue Meng interrumpió su ensueño: –– ¡De qué demonios te ríes! Date
prisa y termina tu desayuno, tengo que llevarte a la Plataforma Shan'E
después. ¡Olvidaste que Shizun te va a disciplinar en público hoy!
Mo Ran suspiró, cautelosamente tocando la marca del látigo en su cara: ––
Hss... ow.
–– ¡Te lo mereces!
Mo Ran suspiró tranquilamente: –– Me pregunto si Tian Wen ya ha sido
arreglado, por favor que no me interrogue de nuevo si no, quién sabe qué otra
tontería podría decir.
Frente a las preocupaciones genuinas de Mo Ran, Xue Meng se sonrojó de
ira, amenazando: –– ¡Si te atreves a ser inapropiado con Shizun en público, te
arrancaré la lengua!
Mo Ran se cubrió la cara con una mano, agitando la otra, y gruñó
débilmente: –– No es necesario, no es necesario, si Shizun me ata de nuevo
con esa vid de sauce, me suicidaré en el acto para probar mi inocencia.
En chen shi [7-9 am], Mo Ran fue llevado a la Plataforma Shan'E de
acuerdo con las costumbres; abajo, un mar de personas vestidas de azul oscuro
se extendía hasta donde alcanza la vista. Los discípulos del Pico Sisheng,
todos vestidos con el uniforme de la secta, armadura ligera tan azul como para
ser casi negro, cinturón de cabeza de león, muñequera y ropa adornada con
plata brillante.
El sol salió en el este; debajo de la Plataforma Shan'E, un mar de
relucientes armaduras.
Mo Ran se arrodilló en la plataforma, escuchando al anciano Jie Lu leer la
larga acusación.
–– Mo Wei Yu, discípulo del anciano Yu Heng, hizo caso omiso de los
mandamientos e ignoró las enseñanzas, faltó al respeto a las reglas de la secta
y abandonó la moralidad. Ha violado los mandatos cuarto, noveno y
decimoquinto. Como castigo, recibirá ochenta golpes, copiará las reglas de la
secta cien veces y reflexionará en confinamiento durante un mes. Mo Wei Yu,
¿Tienes alguna objeción?
Mo Ran miró a la silueta blanca en la distancia.
Ese anciano era la única persona en todo el Pico Sisheng que no tenía que
usar el uniforme azul estándar con adornos plateados.
Chu Wan Ning vestido con satén blanco como la nieve, con una tela
exterior de seda plateada con patrones de nubes, como si estuviera envuelto en
escarcha clara desde lo más alto de los cielos, pero la persona misma parecía
más fría que incluso la nieve y la escarcha. Se sentó tranquilamente,
demasiado lejos para que Mo Ran viera su expresión, pero sabía, sin necesidad
de verlo, que esta persona probablemente estaba totalmente tranquila.
Inhalando profundamente, contestó Mo Ran: –– No tengo ninguna
objeción.
Luego, siguiendo las costumbres, el anciano Jie Lu preguntó a los
discípulos reunidos abajo: –– Si alguien no está de acuerdo con la sentencia, o
tiene alguna otra apelación, puede hablar.
Los discípulos se agitaron, mirándose unos a otros.
Nadie había pensado que el anciano Yu Heng, Chu Wan Ning enviaría a
su propio discípulo a la Plataforma Shan'E para ser castigado en público.
Esto... por decirlo educadamente, era estricto e imparcial; pero para decirlo
francamente, se le llamaba ser un demonio de sangre fría.
El demonio de sangre fría Chu Wan Ning tenía un aire de indiferencia,
sentado en su asiento con la barbilla elevada. De repente, alguien gritó usando
una técnica de amplificación: –– Anciano Yu Heng, a este discípulo le gustaría
pedir clemencia en nombre de Mo-shidi.
––... ¿Es así?
Mo Ran era el sobrino del Señor del Pico; el discípulo claramente pensó
que, incluso si se equivocaba, sus perspectivas eran aún brillantes y
prometedoras, y decidió aprovechar la oportunidad de ganar el favor de Mo
Ran. Empezó a balbucear tonterías: –– Aunque Mo-shidi se había equivocado,
es cordial con sus compañeros discípulos y compasivo con los pequeños y
débiles en su conducta diaria, pido al anciano que sea indulgente en vista de su
naturaleza bondadosa.
No era el único que esperaba conseguir el favor de Mo-shidi.
Más y más gente empezó a hablar en nombre de Mo Ran, por motivos
fantásticos y variados, incluso el propio Mo Ran se avergonzaba de
escucharlos: ¿Cuándo ha sido "puro e inocente, de mente amplia y abierta"?
¿Era esta asamblea para castigarlo o elogiarlo?
–– Anciano Yu Heng, Mo-shidi una vez me ayudó a derrotar demonios y a
matar bestias viciosas; me gustaría pedir reconocimiento por los méritos de
Mo-shidi, los méritos deshacen los deméritos, ¡Pido al anciano que disminuya
el castigo!
–– Anciano Yu Heng, cuando experimenté una desviación de Qi, fue Moshidi quien me ayudó a disipar mis demonios internos; creo que Mo-shidi sólo
se equivocó debido a un breve lapso en el juicio, ¡Solicito al anciano que
aliviane el castigo de Shidi!
–– Anciano Yu Heng, Mo-Shidi una vez me dio una panacea para salvar a
mi madre, él es virtuoso y benevolente por naturaleza, ¡Anciano, por favor, sea
indulgente!
El pretexto de la última persona fue tomado por la persona que lo
precedió, y se quedó sin palabras. La mirada fría de Chu Wan Ning se dirigió
hacia él, y dudó con pánico: –– Anciano Yu Heng, Mo-shidi una vez me ayudó
a cultivar dos...
–– Pfft. –– Alguien no pudo contener su risa.
Aquel discípulo se sonrojó hasta los oídos y se retiró avergonzado.
–– Yu Heng, cálmate, cálmate...–– El anciano Jie Lu, viendo este giro de
los acontecimientos, intentó apresuradamente calmarlo.
Chu Wan Ning habló con frialdad: –– Nunca he visto a una persona tan
descarada. ¿Cuál es su nombre? ¿Discípulo de quién es?
Jie Lu dudó un poco, y luego se forzó a responder en voz baja: –– Mi
discípulo, Yao Lian.
Chu Wan Ning elevó las cejas: –– ¿Tu discípulo? ¿Salva tu cara?
Fue muy incómodo para el anciano Jie Lu, cuya vieja cara era de un rojo
brillante mientras intentaba cambiar el tema: –– Su voz para cantar no es mala,
es útil mantenerlo cuando se reciben ofrendas.
Chu Wan Ning 'humph' y se alejó, no queriendo perder más aliento con
este desvergonzado anciano Jie Lu.
Había miles de personas en el Pico Sisheng. Un par de aduladores aquí y
allá no era nada fuera de lo común.
Mirando la persistente convicción de sus hermanos de secta, incluso el
propio Mo Ran casi comenzó a creerles. Impresionante, impresionante.
Resulta que no era el único en esta secta adepto a arrojar mentiras a plena luz
del día, este lugar estaba lleno de gente talentosa.
Después de incontables súplicas de "Anciano Yu Heng por favor, sea
misericordioso", Chu Wan Ning finalmente habló.
–– ¿Rogando en nombre de Mo Wei Yu? –– Se detuvo antes de continuar:
–– Muy bien. Suban. –– Sin saber qué esperar, subieron con miedo y temor.
Una luz dorada centelleó en la mano de Chu Wan Ning, y Tian Wen
apareció como se le había ordenado, envolviendo a más de una docena de
personas en un fardo con un woosh, atándolos firmemente en el lugar.
¡Otra vez esto, no!
Mo Ran estaba a punto de perder toda esperanza. El mero hecho de ver a
Tian Wen hizo que sus piernas se ablandaran; de dónde diablos sacó Chu Wan
Ning un arma tan desviada, fue bueno que nunca se hubiera casado en su vida
anterior, pobre de la mujer que se quede con él, podría morir azotada o ser
sometida a un interrogatorio.
La mirada de Chu Wan Ning estaba llena de desprecio, preguntó a uno de
los miembros del grupo: –– ¿Mo Ran te ayudó a derrotar demonios?
El discípulo no tuvo ninguna oportunidad contra la tortura de Tian Wen,
gritando inmediatamente: –– ¡No! ¡No! ¡No!
Preguntó a otro: –– ¿Mo Ran te ayudó a escapar de una desviación de Qi?
–– ¡AAAH! ¡Nunca! ¡Nunca!
–– ¿Mo Ran te dio una panacea?
–– ¡Ah...! ¡Ayuda! ¡No no no! ¡Lo inventé! ¡Me lo inventé!
Chu Wan Ning aflojó el agarre, pero inmediatamente después levantó la
mano en un blandir despiadado, chispas volando por todas partes mientras
Tian Wen se elevaba para aterrizar brutalmente contra las espaldas de esos
discípulos mentirosos.
Se escucharon gritos al instante, la sangre salpicó.
Chu Wan Ning frunció el ceño, regañando: –– ¿Por qué gritan?
¡Arrodíllense! ¡Encargado de disciplina!
–– Presente.
–– ¡Otorgue el castigo!
–– ¡Entendido!
Al final, estas personas no sólo no lograron ganar ningún favor, sino que
cada uno de ellos ganó diez golpes por violar el mandato contra el engaño,
además de un bono cortesía del anciano Yu Heng.
Al anochecer, Mo Ran estaba acostado en la cama. A pesar de que se ha
aplicado un ungüento medicinal, su espalda estaba cubierta de heridas
entrecruzadas, y era imposible darse la vuelta. Dejó salir unos cuantos
suspiros, ojos llorosos por el dolor.
Con su linda apariencia, este tipo de lloriqueo le hacía parecer un gatito
esponjoso y maltratado. Desafortunadamente sus pensamientos internos no se
parecían en nada a los de un gatito.
Agarró la manta y mordió las sábanas, imaginando a ese bastardo de Chu
Wan Ning en su lugar. ¡Él mordió! ¡Pisoteó! ¡Pateó! ¡Desgarró!
Su único consuelo fue que Shi Mei vino a visitarlo con un cuenco de
Wontonss hecho por él. Bajo la mirada amable y compasiva de Shi Mei, las
lágrimas de Mo Ran se derramaron aún más ferozmente.
No le importaban conceptos como "los hombres no lloran". Le encantaba
actuar mimado frente a la persona que le gustaba.
–– ¿Duele mucho? ¿Eres capaz de sentarte? –– Shi Mei estaba sentado al
borde de su cama, un suspiro tras otro. –– Shizun, él... su mano es demasiado
pesada. Mira tus heridas... algunas de ellas siguen sangrando.
El calor se elevó en el pecho de Mo Ran, escuchando sus simpáticas
palabras. Levantó la vista con ojos llorosos, y batió sus pestañas.
–– Como Shi Mei se preocupa tanto por mí, ya no siento dolor.
Shi Mei suspiró preocupado. –– Mira tu condición, ¿Cómo puede no
doler? No es que no conozcas el temperamento de Shizun; ¿Aún te atreves a
cometer errores en el futuro?
Shi Mei lo miró con igual impotencia y simpatía, sus expresivos ojos
brillando a la luz de las velas como un cálido manantial.
El corazón de Mo Ran dio un vuelco, contestó obedientemente: –– No
volverá a pasar. Lo juro.
–– ¿Quién se toma en serio tus juramentos? –– Shi Mei regañó, pero
estaba sonriendo. –– El Wontonss se enfría, ¿Puedes levantarte? Quédate
dónde estás si no, te daré de comer.
Mo Ran ya estaba a mitad de camino, pero se tumbó inmediatamente al oír
estas palabras.
Shi Mei: ––…
Tanto en esta vida como la pasada, los Wontonss de Shi Mei eran los
favoritos de Mo Ran. Con envolturas finas como nubes y rellenos delicados
como crema, cada bocado era húmedo y satisfactorio, suave y sabroso,
derritiéndose en la boca y dejando un delicioso regusto.
Especialmente la sopa, cocida a fuego lento hasta obtener una rica
consistencia lechosa, espolvoreada con trozos de cebollas verdes picadas y
tiernos lienzos de huevos amarillos, y finalmente una cucharada de pimiento
con aceite de chile salteado en pasta de ajo, que calienta todo su ser cuando se
come.
Shi Mei lo alimentó atentamente, cucharada a cucharada, diciendo: –– No
he añadido aceite de chile hoy, tus heridas son demasiado graves, y la comida
picante no es buena para la recuperación; confórmate con el caldo, ¿Bien?
La mirada de Mo Ran estaba fija en él, incapaz y poco dispuesta a mirar
hacia otro lado, sonrió: –– Todo lo que haces es delicioso, picante o no.
–– Halagador. –– Shi Mei le devolvió la sonrisa, eligiendo el huevo
escalfado de la sopa. –– Aquí hay un huevo como recompensa, sé que te
gustan.
Mo Ran se rió 'jeje', un tonto mechón de pelo resaltaba en su cabeza, como
una flor floreciendo: –– Shi Mei.
–– ¿Sí?
–– Nada, sólo me apetecía llamar tu nombre.
––…
El caldo se balanceó de un lado a otro. –– Shi Mei.
Shi Mei suprimió una carcajada: –– ¿Sólo llamando de nuevo?
–– Mhn, sólo decir tu nombre me hace feliz.
Shi Mei dudó un momento, y luego suavemente tocó su frente: –– Niño
tonto, ¿Estás quemando de fiebre?
Mo Ran se rió 'pu', dio media vuelta y lo miró de reojo, con los ojos
brillantes y llenos de estrellas.
–– Ojalá pudiera comer el Wontonss de Shi Mei todos los días.
Lo dijo en serio.
Después de la muerte de Shi Mei, Mo Ran siempre había anhelado volver
a probar sus Wontonss hechos a mano, pero ese sabor se había ido para
siempre.
En ese momento, Chu Wan Ning aún no había roto completamente todas
las relaciones con él. Tal vez debido a su conciencia culpable, viendo la forma
en que Mo Ran permaneció arrodillado frente al ataúd de Shi Mei en un
estupor, Chu Wan Ning fue silenciosamente a la cocina, amasó la masa y la
rellenó con picados, y cuidadosamente dobló unos cuantos Wontonss. Pero Mo
Ran lo vio antes de poder terminar. Mo Ran, que acababa de perder a su
verdadero amor, no podía tolerar esto en absoluto. Le pareció que Chu Wan
Ning se estaba burlando de él, el torpe intento de copiar, una puñalada
deliberada.
Shi Mei estaba muerto. Chu Wan Ning pudo haberle salvado, pero se negó
a ayudar, y después se atrevió a tratar de hacer los Wontonss en lugar de Shi
Mei. ¿Pensó que eso lo haría feliz? Se apresuró a entrar en la cocina y tiró
todo, unos gordos Wontonss blancos rodando por todo el suelo.
Le gritó a Chu Wan Ning: –– ¿Quién demonios te crees que eres? ¿Tienes
derecho a usar las cosas que él usó? ¿Para hacer la comida que hizo? Shi Mei
está muerto, ¿Estás contento ahora? ¿O tienes que molestar a todos tus
discípulos hasta la muerte o la locura antes de estar satisfecho? ¡Chu Wan
Ning! No queda nadie en este mundo que pueda hacer esos Wontonss nunca
más, no importa cuánto lo imites, ¡Ni siquiera te acercarás!
Comiendo este tazón de Wontonss ahora, él estaba encantado, y también
profundamente conmovido. Seguía sonriendo mientras comía, pero sus ojos se
humedecían un poco. Afortunadamente, la luz de las velas era tenue, y Shi Mei
no podía ver con claridad tan pequeños detalles de su expresión.
Mo Ran: –– Shi Mei.
–– ¿Mm?
–– Gracias.
Shi Mei se detuvo un segundo, y luego sonrió suavemente: –– ¿No es sólo
un tazón de Wontonss? No hay necesidad de ser tan formal, si te gusta, te lo
haré más a menudo.
Mo Ran quería decir que el agradecimiento no es sólo por los Wontonss.
Gracias también, tanto en esta vida como en la pasada, por ser la única
persona que nunca me despreció, a la que no le importaban mis orígenes, a la
que no le importaban los catorce años que pasé luchando para sobrevivir por
cualquier medio justo o sucio.
Gracias también, porque si no fuera por el hecho de que te recordé, cuando
renací, probablemente habría matado a Rong Jiu, habría repetido un grave
error y habría seguido el mismo camino amargo.
Afortunadamente renací antes de tu muerte, definitivamente te protegeré
esta vez. Si algo te pasara, aunque ese demonio de sangre fría, Chu Wan Ning,
no te salve, lo haré yo.
Pero no había forma de que pudiera decir nada de esto.
Al final, Mo Ran terminó la sopa sin decir nada, dejando ni siquiera un
trozo de cebolla picada. Se mojó los labios como si aún quisiera más, con
hoyuelos profundos y encantadores, con un aspecto tan lindo como el de un
gatito peludo.
–– ¿Puedo tener más mañana?
Shi Mei no sabía si reír o llorar: –– ¿No quieres probar otra cosa? ¿No te
cansarás de ello?
–– ¡Nunca me cansaré de tus Wontonss, mientras tú no te canses de mí!
Shi Mei se rió, agitando la cabeza: –– No estoy seguro de cuánta harina
queda. Si no hay suficiente harina para los Wontonss, ¿Qué tal huevo en sopa
dulce? Recuerdo que a ti también te gusta eso.
–– ¡Bien! Mientras lo hagas, todo está bien.
Mo Ran estaba eufórico, tan feliz que rodaba abrazando el edredón.
Mira qué amable es Shi Mei; Chu Wan Ning, ¡Adelante, azótame! ¡Hay
una belleza para cuidarme si término en cama, jeje!
Sólo pensar en ese Shizun suyo encendió una llama de ira en medio de sus
gentiles sentimientos.
Mo Ran cavó resentido en la grieta entre la cama y la cabecera una vez
más, maldiciendo internamente, ¡Qué Yu Heng del Cielo Nocturno, ¡qué Bei
Dou Inmortal!, ¡Toda una mierda!
Chu Wan Ning, en esta vida, ¡Sólo tienes que esperar y ver!
CAPÍTULO 8: ESTE VENERABLE FUE CASTIGADO.
Mo Ran estuvo acostado en la cama como un pez muerto durante tres días
enteros. Sus heridas acababan de curarse un poco, y ya había recibido una
citación para que fuera al Pabellón del Loto Rojo a hacer trabajos manuales.
Esto fue parte del castigo también; Mo Ran no puede bajar de la montaña
durante el período de castigo, pero tampoco puede quedarse sentado, sino que
debe ayudar haciendo trabajos ocasionales alrededor de la secta.
Estos trabajos ocasionales eran generalmente cosas como ayudar a la
señora del comedor en el Salón Meng Po a lavar los platos, limpiar los
trescientos sesenta y cinco leones de piedra sobre los pilares del Puente Naihe,
transcribir copias de archivos y escrituras viejas y aburridas, y así
sucesivamente.
¿Qué clase de lugar es el Pabellón del Loto Rojo? Es la residencia de ese
bastardo de Chu Wan Ning, el lugar maldito que todo el mundo llama Infierno
del Loto Rojo.
Muy pocas personas en el Pico Sisheng han ido allí. De los que lo
hicieron, todos regresaron con los brazos o con las piernas rotas.
Así, además del Infierno del Loto Rojo, la residencia de Chu Wan Ning
tenía otro apodo aún más realista: Pabellón de las piernas rotas.
Los discípulos de la secta hacían una broma interna: –– Dentro del
Pabellón se esconde una belleza; dentro de las manos de la belleza se esconde
Tian Wen. Entra por mis puertas para romperte una pierna; entenderás la
agonía de una pierna rota. Si quieres morir, el anciano Yu Heng te ayudará,
servicio inigualable, satisfacción garantizada.
Hubo una vez una discípula que se rió ante la muerte, cuya lujuria alcanzó
los cielos y se atrevió a codiciar la belleza del anciano Yu Heng. Se escabulló
al sur de la montaña en una noche sin luna y subió al techo, con la esperanza
de ver al anciano mientras se bañaba.
El resultado fue obvio. Esa mujer guerrera fue escoltada hasta la línea
divisoria entre la vida y la muerte por Tian Wen, y quedó en cama durante no
menos de cien días miserables.
Además, Chu Wan Ning declaró que si hubiera más transgresiones, le
sacaría los ojos directamente.
¿Lo ven? ¡Qué tosquedad contundente! ¡Qué gestos tan insensibles! ¡Qué
hombre tan repugnante!
Dentro de la secta, había un número de jóvenes ingenuas y tontas que al
principio usaron el hecho de que eran mujeres y pensaron que el anciano Yu
Heng se compadecería de ellas y mostraría compasión. Se reían y bromeaban,
con la esperanza de despertar su atención. Sin embargo, desde que el anciano
masacró a la delincuente femenina, nadie se atrevió a intentar ligar con él.
El anciano Yu Heng era indiscriminado cuando se trataba de azotar, sin
tener nada de la disposición de un caballero apropiado, y aparte de su cara
bonita, no quedaba nada más, esa era la crítica de los discípulos dentro de la
secta.
El pequeño mensajero Shi-Di miró a Mo Ran con simpatía en sus ojos,
intentó contenerse pero al final no pudo. –– Mo-Shixiong...
–– ¿Hm?
––... El temperamento del anciano Yu Heng es tan malo que nadie que
entre en el Pabellón del Loto Rojo puede salir de pie. ¿Por qué no vas a ver si
puedes decir que tus heridas no se han curado y suplicar al anciano Yu Heng
que te deje ir a lavar los platos?
Mo Ran estaba muy agradecido por el bondadoso corazón de Buda de este
Shi-Di, pero luego rechazó la idea.
¿Rogar a Chu Wan Ning?
Por favor. No quería que le sirviera Tian Wen para otra ronda.
Así se vistió con un inmenso esfuerzo, y arrastró sus pesados pies hacia el
lado sur del Pico Sisheng con gran reticencia.
El Pabellón del Loto Rojo, el Infierno del Loto Rojo, la residencia de Chu
Wan Ning no tenía ni una sola alma a la vista en cien millas.
Nadie quería acercarse a donde él vivía; el terrible gusto de Chu Wan Ning
y su temperamento impredecible hacían que todos en la secta se mantuvieran
alejados y sólo observaran con respeto.
Mo Ran todavía estaba un poco nervioso, sin saber lo que Chu Wan Ning
le haría hacer como castigo, llegando al sur del pico mientras sus pensamientos
se volvían locos durante todo el camino. Después de cruzar a través de un
denso campo de bambú, una gran extensión de vívidos lotos rojos carmesí
entró en su visión. Apenas era de madrugada, el sol acababa de salir del este,
reflejando un resplandor deslumbrante en el horizonte; las nubes rojas y las
hojas de loto rojas en el estanque se reflejan entre sí de manera brillante y
magnífica, cada uno absorbiendo y reflejando al otro, amplificando su
resplandor, impresionante para la vista. Sobre el estanque, el sinuoso puente en
zigzag conducía al Pabellón que se erguía en una elegancia tranquila. Con un
telón de fondo montañoso que fluía con una cortina de cascadas, gotas de agua
como fragmentos de cristales golpeaban las rocas tintineando en el fondo, la
neblina acuosa humeante, y la luz brillaba a través de la bruma, creando un
ambiente etéreo en medio de la calma.
Esto provocó en Mo Ran un sentimiento de náuseas.
En donde viva Chu Wan Ning, no importa lo hermoso que sea, ¡Siempre le
causara náuseas!
Miren, cuán lujoso y extravagante es, tan derrochador, la residencia de los
discípulos era pequeña y los cuartos ocupaban poco espacio. En cambio el
anciano Yu Heng, su única persona se apoderó de toda la cima de una
montaña, e incluso cavó tres estanques gigantescos y los llenó con abundantes
flores de loto, aunque estas flores de loto eran variedades especiales, podían
ser refinadas en una rara medicina de calidad, pero...
De todos modos, no era agradable. ¡Qué pena que no pudiera incendiar
este pabellón!
Sin embargo, quejarse no es más que quejarse. Como este año sólo tenía
dieciséis años y no podía competir con Shizun, Mo Ran aún se acercó a la
residencia de Chu Wan Ning y se detuvo en la entrada principal. Entrecerró los
ojos en una sonrisa y gritó con una voz asquerosamente dulce, fingiendo ser
dócil.
–– Este discípulo Mo Ran saluda a Shizun.
–– Mn. Entra.
Era un gran desastre dentro de la casa. Ese demonio de sangre fría, Chu
Wan Ning, estaba vestido todo de blanco, el cuello de sus túnicas entrecruzado
alto y apretado, emitiendo un aire de castidad. Hoy se había atado una cola de
caballo alta, con un par de guanteletes de metal negro, y estaba sentado en el
suelo rodeado de partes mecánicas, un pincel mordido entre sus labios.
Miró a Mo Ran sin emoción alguna, y con el pincel en la boca, dijo en voz
baja: –– Ven aquí.
Mo Ran se acercó.
Realmente fue un poco difícil porque no había espacio en la casa siquiera
para caminar; los planos, los troncos rotos y las partes metálicas estaban
esparcidos por todo el lugar.
Las cejas de Mo Ran estaban temblando. En la vida anterior no había
entrado en la habitación de Chu Wan Ning, y no sabía que un hombre apuesto
y guapo como él vivía en tal desorden... era un sentimiento difícil de describir.
–– Shizun, ¿Qué estás haciendo?
–– Guardián de la Noche Sagrada.
–– ¿Eh?
Chu Wan Ning estaba un poco gruñón, probablemente porque tenía un
pincel en la boca y no era fácil hablar. –– El Guardián de la Noche Sagrada.
Mo Ran miró con mutismo las partes esparcidas por todo el suelo.
A este Shizun suyo también se le dio el título de "Maestro Chu", un
nombre que no era sólo un título vacío. Hablando sinceramente, Chu Wan
Ning era un hombre notable, ya fueran sus tres armas sagradas, sus poderes de
reparación de barreras o su ingeniería mecánica, todos ellos merecían el
nombre de "el más alto de la cima". Esta era también la razón por la que no
importaba cuán malhumorado estaba, cuán difícil era complacerlo, todas las
grandes sectas de cultivo se peleaban por quién podía mantenerlo.
En cuanto a este 'Guardián de la Noche Sagrada', el renacido Mo Ran era
más que conocedor de él.
Esta era una armadura mecánica que Chu Wan Ning había creado; era
barata en precio pero muy fuerte y efectiva en batalla, y podía proteger a la
gente común en el mundo del cultivo inferior de intrusiones demoníacas por la
noche.
En la vida anterior, el Guardián de la Noche Sagrada terminado se
convirtió en una armadura común que se usaba en prácticamente todos los
hogares. Cada una de las armaduras tenía el mismo precio que una escoba, y
era más efectiva que las imágenes de los guardianes de las puertas y sus bocas
abiertas con los dientes abiertos.
Después de la muerte de Chu Wan Ning, los Guardianes de la Noche
Sagrada aún protegían a las familias pobres que no podían pagar los servicios
de un cultivador. Esta compasión sincera, comparada con la indiferencia con la
que trataba a sus discípulos... heh, llenó a Mo Ran de desprecio.
Mo Ran se sentó y observó al Guardián de la Noche Sagrada que no era
más que un montón de partes en este momento, y los acontecimientos del
pasado se deslizaron lánguidamente mientras tomaba una de las articulaciones
de los dedos de uno de los Guardianes de la Noche Sagrada a pesar de sí
mismo, y la miró de cerca.
Chu Wan Ning unió las espigas de las partes que tenía en sus manos, y
finalmente liberó una mano para quitarse el pincel que había estado entre sus
labios y miró a Mo Ran. –– Ese ha sido engrasado, no lo toques.
–– Oh...–– Mo Ran bajó la articulación del dedo y recompuso sus
pensamientos. Aún desempeñando el papel de alguien que era lindo e
inofensivo, preguntó con una sonrisa feliz: –– ¿Shizun me convocó aquí para
que lo ayudara?
–– Mn. –– Chu Wan Ning dijo.
–– ¿Qué quieres que haga?
–– Limpia la casa.
La sonrisa de Mo Ran se congeló, y miró a la habitación que parecía que
acababa de sufrir un terremoto.
––…
Chu Wan Ning era un genio cuando se trataba del arte de los hechizos,
pero un idiota cuando se trataba de la vida cotidiana.
Después de limpiar la quinta taza de té rota que no había sido barrida, Mo
Ran finalmente no pudo soportarlo más. –– Shizun, ¿Cuánto tiempo ha pasado
desde la última vez que limpiaste? Dios mío, ¡Está tan desordenado!
Chu Wan Ning estaba mirando un plano, y no levantó la vista ni siquiera
cuando oyó la pregunta: –– Alrededor de un año.
Mo Ran: ––…
–– ¿Dónde duermes normalmente?
–– ¿Qué?–– Ese plano probablemente tenía algunos errores, y para que
alguien lo molestara, Chu Wan Ning parecía aún más gruñón de lo habitual. Se
revolvió el pelo y respondió, furioso: –– En la cama, por supuesto.
Mo Ran echó un vistazo a esa cama, que estaba repleta con varios
artilugios y accesorios que estaban casi terminados. También había sierras,
hachas, limas y otras herramientas similares, cada una de ellas
extremadamente afiladas y brillantes.
Asombroso. ¿Cómo pudo dormir esta persona sin cortarse la cabeza?
Trabajando por más de medio día, todo el aserrín y la suciedad del piso
llenaron tres recogedores de polvo. Los estantes de limpieza y más de diez
trapos blancos eran ahora negros. Cuando llegó el mediodía, sólo la mitad del
lugar estaba organizado.
Maldito Chu Wan Ning. Realmente era más malvado que una arpía.
Limpiar una habitación no parecía un castigo severo en la superficie, y si
alguien lo escuchara tampoco sonaría como algo laborioso. Sin embargo,
¿Quién sabía que era para barrer un lugar infernal que no había sido limpiado
en trescientos sesenta y cinco días? No importa que estuviera cubierto de
azotes ahora mismo, aunque estuviera perfectamente sano, una tortura
fastidiosa como esta lo mataría a medias.
–– Shizun...
–– ¿Hm?
–– Esta pila de ropa tuya...–– Probablemente estuvo ahí durante tres
meses.
Chu Wan Ning finalmente terminó de conectar un brazo del Guardián de
la Noche Sagrada. Se frotó sus doloridos hombros y miró hacia arriba para
mirar la cesta de ropa que estaba apilada como una montaña de túnicas y dijo
con frialdad: –– La lavaré yo mismo.
Mo Ran dio un suspiro de alivio. Gracias al cielo. Luego, después, sintió
curiosidad: –– ¿Eh? ¿Shizun sabes lavar ropa?
Chu Wan Ning le echó un vistazo y, al cabo de un rato, respondió
fríamente: –– ¿Qué tan difícil puede ser? Tirarla al agua, remojarla un poco y
luego tenderla hasta que esté seca. Hecho.
––…–– De verdad. ¿Qué pensarían las damas que en secreto admiraban y
se enamoraban del Maestro Chu si supieran esto? Mo Ran creía de todo
corazón que este hombre sólo era bueno en apariencia y nada más, repulsivo y
repugnante. Si esto saliera, ¿Cuántos corazones tiernos rompería?
–– Se está haciendo tarde. Sígueme al comedor y haz el resto cuando
volvamos.
El Salón Meng Po estaba lleno de actividad, con gente yendo y viniendo.
Los discípulos del Pico Sisheng se reunieron en grupos de tres y cinco para
comer juntos. Chu Wan Ning colocó algunos platos en su bandeja de madera y
fue a sentarse tranquilamente en un rincón.
Poco a poco, en un radio de seis metros alrededor de él se fue quedando
completamente desierto.
Nadie se atrevió a sentarse cerca del anciano Yu Heng, en caso de que algo
lo molestara Tian Wen saldría a dar una paliza. Chu Wan Ning era consciente
de ello, pero no le importaba en absoluto, sentado solo como una belleza fría,
comiendo de una manera refinada.
Pero hoy era un poco diferente.
Mo Ran vino aquí con él, y naturalmente tuvo que quedarse con él.
Todos los demás le tenían miedo, y Mo Ran no era diferente. Pero al
menos ya había muerto una vez, así que no le temía demasiado a Chu Wan
Ning.
Especialmente cuando el temor de su primer encuentro se había
desvanecido, y el odio que sentía hacia Chu Wan Ning en la vida pasada
resurgió lentamente. ¿Y qué si es feroz? Todavía murió por sus propias manos
en la vida anterior.
Mo Ran se sentó frente a él, masticando tranquilamente las dulces y agrias
costillas de su cuenco, crujiendo y crujiendo, una pequeña colina de huesos
materializándose rápidamente.
Chu Wan Ning golpeó sus palillos repentinamente. Mo Ran parpadeó.
––... ¿Puedes no chasquear los labios cuando comes?
–– Estoy masticando costillas, ¿Cómo mastico sin chasquear los labios?
–– Entonces no comas costillas.
–– Pero me gustan las costillas.
–– Entonces piérdete y vete a comer a otro lado.
Su discusión se hizo cada vez más fuerte, y algunos discípulos ya estaban
comenzando a mirarlos de reojo.
Mo Ran reprimió el impulso de voltear el tazón de comida sobre la cabeza
de Chu Wan Ning, sus labios, relucientes de aceite, fruncidos en una línea.
Después de un rato, entrecerró los ojos, las comisuras de sus labios
convirtiéndose en una dulce sonrisa.
–– No grites tan fuerte Shizun; si otros lo oyen, ¿No se burlarán de
nosotros?
Chu Wan Ning siempre ha tenido una cara delgada, efectivamente, bajó la
voz, diciendo en voz baja: –– Lárgate.
Mo Ran se rió tanto que casi se cae.
Chu Wan Ning: ––…
–– Ah, no me mires así Shizun, por favor come, come. Intentaré comer
tranquilamente.
Mo Ran se divirtió, y volvió a su acto bueno y obediente, comiendo sus
costillas mucho menos ruidosamente.
Chu Wan Ning era susceptible de persuadir pero no a coaccionar; viendo
que Mo Ran hizo lo que se le dijo, su expresión se relajó un poco y ya no
parecía tan amargado y resentido. Bajó la cabeza, y continuó comiendo
elegantemente su comida de vegetales y tofu.
La paz no duró mucho antes de que Mo Ran empezara a actuar de nuevo.
Tampoco sabía por qué hizo lo que hizo; lo que sí sabía es que cada vez
que veía a Chu Wan Ning en esta vida, sólo quería enojarlo, de una forma u
otra.
Así, Chu Wan Ning notó que, aunque Mo Ran ya no masticaba
ruidosamente, ahora comía con las manos, los dedos cubiertos de grasa, salsa
brillante y goteando.
Las venas de las sienes de Chu Wan Ning se abultaron con enojo, tratando
de soportar. Bajó sus párpados, dejando que sus pestañas colgaran y no
mirando a Mo Ran, comiendo su propia comida.
Tal vez porque Mo Ran se estaba divirtiendo demasiado comiendo,
olvidando la forma y los modales, terminó de masticar un hueso y
descuidadamente lo tiró al tazón de Chu Wan Ning.
Chu Wan Ning miró con ira la costilla que yacía en su tazón, el aire a su
alrededor congelándose visiblemente a una velocidad espantosa.
–– ¡Mo Ran...!
–– Shizun...–– Mo Ran estaba un poco aterrorizado, pero quién sabe
cuánto de eso era real, cuánto fingido.
–– Eso... uh, no quise hacer eso.
Sí, claro.
––…
–– No te enojes, lo sacaré enseguida.
Dicho esto, realmente extendió sus palillos y rápidamente los metió en el
tazón de Chu Wan Ning para recuperar el hueso de la costilla que le ofendía.
La cara de Chu Wan Ning era azul, y parecía que estaba a punto de
desmayarse por el asco.
Las pestañas de Mo Ran temblaban, sus delicados rasgos parecían un poco
lastimeros como si hubiera sido agraviado: –– ¿Shizun me encuentra tan
repulsivo?
––…
–– Shizun, lo siento mucho.
Olvídalo.
Chu Wan Ning pensó para sí mismo.
No había necesidad de discutir con los más jóvenes.
Abandonó el impulso de llamar a Tian Wen y darle una paliza a Mo Ran,
pero su apetito había desaparecido. Se puso de pie: –– Estoy lleno.
–– ¿Eh? ¿Eso es todo lo que vas a comer? Shizun, apenas has tocado tu
comida.
Chu Wan Ning dijo con frialdad: –– No tenía hambre.
Mo Ran estaba encantado por dentro, pero su boca seguía diciendo
palabras dulces: –– Entonces yo tampoco comeré más. Volvamos al Inf... tos,
al Pabellón del Loto Rojo.
Los ojos de Chu Wan Ning se entrecerraron: –– ¿Volvamos?–– Su mirada
era desdeñosa. –– ¿Quién está contigo? Los ancianos y los jóvenes tienen un
orden y distinción, cuidado con lo que dices.
Mo Ran respondió agradablemente por fuera, los ojos curvados en una
sonrisa, inteligente, obediente y adorable.
Pero él pensaba por dentro, ¿Ancianos y jóvenes? ¿Cuidar mis palabras?
Heh, si Chu Wan Ning sólo supiera lo que había sucedido en la vida
anterior, entonces se daría cuenta, al final, en este mundo, sólo él, Mo Wei Yu,
será el superior.
No importa cuán noble y arrogante fuera Chu Wan Ning, cuán
incomparable fuera, al final fue reducido a un mero pedazo de barro en la parte
inferior de las botas de Mo Ran, viviendo sin propósito sólo por su gracia.
Mo Ran caminó más rápido para igualar el ritmo de Shizun, aun sonriendo
alegremente.
Si Shi Mei es la luz blanca y pura de la luna en su corazón, entonces Chu
Wan Ning es el trozo de hueso de pescado atascado en su garganta, lo sacará y
lo aplastará, o de lo contrario lo tragará y dejará que se disuelva con ácido
estomacal.
En esta vida renacida, podía perdonar a cualquiera.
Pero nunca perdonará a Chu Wan Ning.
Pero, parece que Chu Wan Ning tampoco tenía la intención de dejarlo ir.
Mo Ran estaba frente a la biblioteca en el Infierno del Loto Rojo, mirando
los cincuenta estantes, cada uno con diez niveles de altura, y pensó que
seguramente había escuchado mal.
–– Shizun, ¿Qué... has dicho?
Chu Wan Ning, indiferente: –– Limpia todos los libros de aquí.
––…
–– Y ordénalos.
––…
–– Lo revisaré por la mañana.
–– ¡!
¡Qué demonios! ¿Va a quedarse atrapado aquí en el Infierno del Loto Rojo
toda la noche? ¡Pero ya hizo arreglos con Shi Mei para cambiar sus vendas
esta noche!
Abrió la boca para negociar, pero Chu Wan Ning lo ignoró, se dio la
vuelta con un barrido de sus mangas y se fue al cuarto de máquinas, incluso
cerrando la puerta tras él.
La noche de cita, sumariamente frustrada, Mo Ran se hundió
profundamente en sus sentimientos de desdén por Chu Wan Ning, ¡Quería
quemar todos los libros de Chu Wan Ning!
¡Espera!
Los engranajes de su cabeza giraron mientras pensaba en una idea aún más
ruinosa...
CAPÍTULO 9: ESTE VENERABLE NO ES UN ACTOR.
Los gustos de Chu Wan Ning eran realmente terribles.
Seco, tedioso, desesperanzador.
¡Mira los libros de mierda con los que está llena esta estantería! "Catálogo
de Barreras Antiguas", "Archivo Ilustrado de Flora Inusual", "Arreglo Musical
de la Cítara de la Secta Linyi Ru Feng", "Colección de Plantas", hubo sólo
unos pocos libros que contaron como material de lectura aceptable, como
"Guía de Viajes Regional de BaShu" y "Recetas de BaShu".
Mo Ran escogió algunos libros más nuevos, los que Chu Wan Ning
probablemente no leía a menudo, y garabateó un montón de porno en las
páginas.
Mo Ran pensó mientras dibujaba, heh, hay por lo menos ocho, si no diez
mil libros aquí, quién sabe cuánto tiempo le tomará a Chu Wan Ning descubrir
que un par de ellos había sido modificado para convertirse en libros
prohibidos, y para entonces no habrá manera de saber quién lo hizo,
simplemente se quedará atrapado enfurecido. Era tan increíblemente
inteligente. Pensando en ello, Mo Ran no pudo evitar reírse 'jeje', abrazando
los libros con alegría.
Mo Ran destrozó más de una docena de libros sin parar, dejando correr su
imaginación salvaje y desenfrenada, todo tipo de escenas eróticas apareciendo
bajo su mano. Sus pinceladas eran seductoras y elegantes, las telas ahora se
aferran a las figuras como si estuvieran saliendo del agua, y luego se extendían
como si soplara el viento. Si alguien tomara prestados libros del anciano Yu
Heng y escogiera estos, uno podría fácilmente imaginar el tipo de rumores que
se esparcirían...
–– ¡El anciano Yu Heng es realmente una bestia de dos caras, para insertar
pinturas eróticas de hombres y mujeres entre las páginas de «Arte de la
meditación»!
–– ¡El anciano Yu Heng es un maestro fraudulento que esconde
ilustraciones secuenciales de obscenidad homosexual en sus manuales de
técnicas de espada!
–– ¡Bei Dou Inmortal mi culo! ¡Es literalmente una bestia con piel
humana!
Cuanto más pensaba Mo Ran en ello, más divertido se volvía, hasta que
estaba rodando por el suelo riendo, agarrándose el estómago y pateando las
piernas de alegría. Estaba tan absorto que ni siquiera se dio cuenta cuando
alguien apareció en la puerta de la biblioteca.
Y así, la imagen que saludó a Shi Mei mientras se acercaba fue la de Mo
Ran rodando en un montón de libros, riendo como si se hubiera vuelto loco.
Shi Mei: ––... A-Ran, ¿Qué estás haciendo?
Mo Ran se asustó y se sentó apresuradamente, cubriendo frenéticamente
todos los dibujos lascivos y poniendo una cara más presentable: –– Limpiando
el suelo.
Shi Mei retuvo una risa: –– ¿Con tu ropa?
Mo Ran tosió para ocultar su incomodidad: –– No pude encontrar un trapo
de limpieza. De todos modos, ¿Qué haces aquí tan tarde, Shi Mei?
–– No te encontraba en tu habitación, así que pregunté por ahí y me
dijeron que estabas en casa de Shizun.–– Shi Mei entró en la biblioteca y
ayudó a Mo Ran a limpiar los libros esparcidos por el suelo, con una suave
sonrisa en sus labios. –– No había nada que hacer, así que vine a verte.
Mo Ran estaba encantado y abrumado. Frunció los labios; por alguna
razón, su habitual suavidad y encanto no se encontraban en ninguna parte, y en
realidad no se le ocurría qué decir ahora mismo.
–– ¡Entonces... um... entonces por favor toma asiento!–– Mo Ran giró
emocionado en su lugar, y luego dijo, un poco nervioso. –– ¡Iré a buscarte té!
–– No es necesario, me colé aquí, habrá problemas si Shizun se entera.
Mo Ran se rascó la cabeza: –– Supongo...–– ¡Chu Wan Ning, ese
monstruo! ¡Lo derribaré tarde o temprano, y saldré de debajo de su pulgar!
–– Probablemente no has comido todavía, ¿Verdad? Te traje la cena.
Los ojos de Mo Ran se iluminaron: –– ¿Wontonss?
–– Pfft, realmente no estás cansado de eso, eh. El Pabellón del Loto Rojo
está un poco lejos, temía que los Wontonss se hubieran pegado para cuando
llegué aquí, así que no traje ninguno. Toma, ¿Ve si este sofrito es de tu gusto?
Shi Mei abrió la caja de comida que trajo, revelando los platos de color
rojo que había dentro. Un plato de orejas de cerdo shunfeng, un plato de tiras
de cerdo yuxiang, un plato de pollo en cubitos kungpao, un plato de pepino
picado y un tazón de arroz.
–– Ah, ¿Has añadido chile esta vez?
–– Sólo un poco, para no tener que retratarte. –– Dijo Shi Mei, sonriendo.
A ambos les encantaba la comida picante, por supuesto que él entendía el
concepto de sin especias no hay alegría. –– Pero tus heridas aún no se han
curado del todo, así que sólo puse un poco, sólo para darle un poco de sabor,
mejor que no tener ni una pizca de rojo.
Mo Ran masticaba sus palillos alegremente, sus hoyuelos eran dulces
como la miel a la luz de las velas: –– ¡Wah! ¡Voy a llorar de gratitud!
Shi Mei suprimió una risa: –– La comida estará fría para cuando termines
de llorar. Puedes llorar después de comer.
Mo Ran aplaudió, los palillos volando a una velocidad impresionante.
Mo Ran siempre comía como un perro hambriento; Chu Wan Ning odiaba
la forma indecorosa en que comía, pero a Shi Mei no le importaría.
Shi Mei es siempre tan amable, riéndose y diciéndole que coma más
despacio, mientras le ofrece una taza de té. Los platos se vaciaron en poco
tiempo; Mo Ran se dio una palmadita en la barriga con un suspiro de
satisfacción, sus ojos felizmente entrecerrados: –– Eso dio en el punto...
Preguntó Shi Mei con un aire de indiferencia: –– ¿Qué sabe mejor, los
Wontonss o estos platos?
Cuando se trataba de comida, Mo Ran estaba dedicado de la misma
manera que lo estaba a su primer amor. Inclinó la cabeza, sus ojos negros y
claros, suaves y fijos en Shi Mei, sonriendo: –– Wontonss.
––…–– Shimei agitó la cabeza, sonriendo. Volvió a hablar al cabo de un
rato: –– A-Ran, déjame ayudarte a cambiar tus vendas y a aplicarte una nueva
medicina.
El ungüento medicinal fue hecho por Madam Wang.
Madam Wang era discípula de la secta médica "Gu Yue Ye", su aptitud
marcial era baja y no le gustaba la lucha, pero le gustaba estudiar medicina. El
Pico Sisheng tenía un jardín de hierbas medicinales, ella personalmente plantó
muchas hierbas preciosas allí, por lo que el suministro de medicinas de la secta
nunca se agotó.
Mo Ran se quitó la camisa y se sentó frente a Shi Mei. Las cicatrices en su
espalda aún le dolían ligeramente, pero mientras los dedos calientes de Shi
Mei se frotaban suavemente y esparcían el ungüento, gradualmente se olvidó
del dolor, y en su lugar empezó a ponerse enérgico.
–– Todo hecho. –– Shi Mei envolvió nuevas vendas alrededor de Mo Ran,
y cuidadosamente hizo un nudo. –– Ya puedes ponerte la ropa.
Mo Ran giró la cabeza para mirar a Shi Mei. Bajo la tenue luz amarilla de
las velas, la piel de Shi Mei era pálida como la nieve, y su deseo ardía aún
más. Su garganta se sentía seca y realmente no quería vestirse, pero después de
un momento de vacilación, bajó la cabeza y rápidamente colocó su túnica
exterior sobre sus hombros.
–– Shi Mei.
–– ¿Mm?
Sólo ellos dos en esta biblioteca, aislados y escondidos, el ambiente era
bastante bueno. Mo Ran originalmente quería decir algún poema romántico,
pero desafortunadamente él era un analfabeto que incluso podía hacer que su
propia era se llamara algo así como "Pene". Se ahogó con sus palabras durante
un buen rato, hasta que incluso su cara se puso roja, pero sólo consiguió
ahogar tres palabras: –– Eres muy amable.
–– No lo menciones, es algo natural.
–– Yo también voy a ser muy amable contigo. –– Mo Ran controlaba
cuidadosamente su tono para estar tranquilo, pero sus palmas sudaban sin
parar, traicionando las tormentosas olas de su corazón. –– Cuando me haga
fuerte, no dejaré que nadie te intimide. Ni siquiera Shizun.
Shi Mei no sabía porque de repente dijo estas cosas, y dudó un momento,
pero aún así contestó suavemente: –– De acuerdo, entonces, contaré con ARan de ahora en adelante.
–– Mhm...
Mo Ran murmuró una respuesta, pero se puso cada vez más inquieto bajo
la mirada expresiva de Shi Mei. No se atrevió a seguir mirando y bajó la
cabeza.
Siempre es meticulosamente cuidadoso con esta persona, determinado en
su dedicación.
–– Ah, ¿Shizun te pidió que limpiaras todos estos libros y catalogarlos de
un día para otro también?
Frente a la persona que le gusta, Mo Ran tenía que salvar su cara: –– No
está tan mal, puedo hacerlo, sólo tengo que acelerar un poco el paso.
Shi Mei: –– Déjame ayudar.
–– De ninguna manera, si Shizun se entera, te castigará a ti también. ––
Mo Ran habló con decisión. –– Se hace tarde, deberías volver y descansar,
tenemos clase mañana por la mañana.
Shi Mei cogió su mano, riendo en voz baja:
–– No te preocupes, no se dará cuenta. Estaremos súper silenciosos...
Ni siquiera terminó de hablar antes de que una voz helada hablara.
–– ¿Y qué estás haciendo exactamente en silencio?
Sin que ellos lo supieran, Chu Wan Ning había salido de la sala de
máquinas, su expresión fría, sus ojos de fénix llenos de escarcha sin fin. Los
miró sin expresión alguna en su cara desde donde estaba en la puerta de la
biblioteca con una delgada capa de túnicas blancas. Su mirada se detuvo en sus
manos entrelazadas durante un momento antes de alejarse.
–– Shi Ming Jing, Mo Wei Yu, tienen agallas.
La cara de Shi Mei palideció instantáneamente y repentinamente soltó la
mano de Mo Ran, diciendo con una pequeña voz: –– Shizun...
Mo Ran también reconoció que la situación era mala, bajando la cabeza: –
– Shizun.
Chu Wan Ning entró, ignorando a Mo Ran para mirar a Shi Mei, que
estaba arrodillado en el suelo. Habló con frialdad: –– Hay barreras en todo el
Pabellón del Loto Rojo; ¿Realmente pensaste que no sabría si llegaba un
invitado inesperado?
Shi Mei bajó su cabeza al suelo, asustado: –– Este discípulo estaba
equivocado.
Mo Ran entró en pánico: –– Shizun, Shi Mei sólo vino a ayudarme a
cambiar las vendas, estaba a punto de irse, por favor no lo regañes.
Shi Mei también entró en pánico: –– Shizun, esto no tiene nada que ver
con Mo shidi. Este discípulo estaba equivocado, dispuesto a aceptar el castigo.
––…
La cara de Chu Wan Ning estaba empezando a ponerse azul.
Apenas ha dicho nada, y estos dos ya estaban tratando apresuradamente de
cubrirse el uno al otro, como si fuera algún tipo de flagelo contra el que
tuvieran que unirse. Chu Wan Ning se quedó en silencio durante un rato,
consiguiendo reprimir el movimiento de sus cejas con cierta dificultad. Habló
de manera distante: –– Qué compasión entre compañeros discípulos, qué
conmovedor. Parece que soy el único malo en esta habitación.
Mo Ran: –– Shizun...
––... No me llames.
Chu Wan Ning agitó las mangas anchas y no tenía ganas de decir nada
más. Mo Ran no estaba seguro de por qué estaba tan enojado, tal vez porque
siempre ha odiado que la gente se pusiera sentimental frente a él, sin importar
qué tipo de sentimentalismo, todo eso ensuciaba sus ojos.
Las tres personas se quedaron calladas durante mucho tiempo.
Chu Wan Ning se giró repentinamente para irse.
Los bordes de los ojos de Shi Mei estaban rojos cuando levantó la vista,
indefenso y confundido: –– ¿Shizun?
–– Copia las reglas de la secta diez veces. Puedes volver.
Shi Mei bajó sus pestañas, se detuvo un momento, y contestó en voz baja:
––... Entendido.
Mo Ran permaneció arrodillado en el mismo lugar.
Shi Mei se levantó, miró a Mo Ran, y dudó. Después de un largo rato, se
arrodilló para suplicarle a Chu Wan Ning.
–– Shizun, las heridas de Mo shidi acaban de curarse. Podría este discípulo
ser tan audaz como para suplicarte que seas indulgente con él.
Chu Wan Ning no respondió desde donde estaba solo bajo la luz
parpadeante de las velas de la linterna. Al cabo de un rato, giró la cabeza hacia
ellos de repente, levantó unas cejas afiladas y unos ojos ardientes, una
reprimenda furiosa en sus labios.
–– ¿¡No estás lleno de tonterías, todavía no te vas!?
Chu Wan Ning era excesivamente guapo, pero carecía por completo de
gentileza, e incluso más aterrador cuando estaba enfadado. Shi Mei se
estremeció temerosamente y rápidamente se fue con una reverencia para evitar
provocar aún más a Shizun, lo que trajo a Mo Ran aún más problemas.
Con sólo los dos en la biblioteca, Mo Ran suspiró secretamente: ––
Shizun, este discípulo estaba equivocado. Este discípulo continuará la
catalogación inmediatamente.
Inesperadamente, Chu Wan Ning dijo, sin siquiera girar la cabeza: ––
Puedes volver si estás cansado.
La cabeza de Mo Ran se rompió.
Chu Wan Ning continuó fríamente: –– No te retendré.
¿Por qué me dejaría salir tan fácilmente? ¡Debe ser una trampa!
Mo Ran se creyó muy listo: –– No me iré.
Chu Wan Ning se detuvo y luego sonrió fríamente: ––... Bien, como
quieras.
Dicho esto, se barrió las mangas, se giró y se fue.
Mo Ran estaba aturdido... ¿No era una trampa? Estaba seguro de que Chu
Wan Ning le iba a regalar otra ronda con la vid de sauce.
No terminó hasta bien entrada la noche. Mo Ran bostezó y se fue de la
biblioteca.
Ya era muy tarde, pero desde el dormitorio de Chu Wan Ning se podía ver
una tenue luz amarilla.
¿Eh? ¿Ese molesto demonio aún no se ha ido a la cama?
Mo Ran fue a darle las buenas noches a Chu Wan Ning antes de irse. Una
vez dentro, se dio cuenta de que Chu Wan Ning ya se había quedado dormido,
es sólo que el hombre olvidadizo se olvidó de apagar las velas mientras se iba
a la cama.
O tal vez se desmayó de cansancio en medio de hacer algo. Mo Ran pensó
que eso fue probablemente lo que pasó cuando vio el prototipo del Guardián
de la Noche Sagrada junto a la cama, los guantes de metal que Chu Wan Ning
no se había quitado, y el medio pedazo de cierre mecánico todavía apretado
con fuerza en su mano.
Chu Wan Ning no era tan duro y frío cuando dormía, acurrucado en la
cama apilada con piezas de máquina, sierras y hachas. Había demasiadas cosas
esparcidas por todas partes y no quedaba mucho espacio para acomodar a una
persona, así que se acurrucó fuertemente, con el cuerpo encorvado, las
pestañas largas cayendo, pareciendo inesperadamente solitario.
Mo Ran le miró inexpresivamente durante un momento.
¿Por qué estaba tan enfadado Chu Wan Ning hoy?
¿Fue sólo porque Shi Mei entró en el Pabellón del Loto Rojo, y trató de
ayudarlo a organizar los libros?
Mo Ran se acercó a la cama y puso los ojos en blanco. Se inclinó cerca de
la oreja de Chu Wan Ning, y con una voz muy, muy baja, gritó
experimentalmente: –– ¿Shizun?
––... Mm...–– Chu Wan Ning gimió suavemente, y abrazó aún más fuerte
las frías partes de la máquina en sus brazos. Estaba en un sueño profundo,
incluso su respiración. El afilado guante de metal que aún tenía en la mano
yacía junto a su cara, pareciendo como las garras de un gato o un leopardo.
Viendo que probablemente no se despertaría pronto, Mo Ran sintió una
sacudida en su corazón y entrecerró los ojos, las comisuras de sus labios
curvándose en una sonrisa traviesa. Se cernía sobre el oído de Chu Wan Ning,
probando con voz baja: –– Shizun, despierta.
––…
–– ¿Shizun?
––…
–– ¿Chu Wan Ning?
––…
–– Je, está muy dormido. –– Mo Ran estaba encantado. Puso su brazo
junto a la almohada y lo miró con una sonrisa. –– Perfecto, aprovecharé esta
oportunidad para ajustar cuentas contigo.
Sin saber que alguien quería saldar cuentas con él, Chu Wan Ning
permaneció profundamente dormido, con unos rasgos hermosos que parecían
bastante pacíficos.
Mo Ran asumió una postura imponente. Desafortunadamente, creció en
una casa de entretenimiento y no tenía mucha educación formal, sino que
estaba más influenciado por las discusiones callejeras y las historias populares,
por lo que las frases que improvisaba eran especialmente poco convincentes y
ridículas.
–– Chu, radical audaz, mentiroso traidor, te atreves a despreciar a tu
honorable emperador, tú... hmm, tú...
Se rascó la cabeza, quedándose sin palabras. Incluso cuando se convirtió
en emperador, las palabras que salieron de su boca fueron o esa perra o ese
bastardo. Pero estas palabras parecían inadecuadas para Chu Wan Ning.
Se devanó los sesos durante un buen rato antes de recordar repentinamente
algo que solía decir una hermana mayor en la casa de entretenimiento. Aunque
no estaba muy seguro de lo que significaba, parecía bastante bien. Las cejas
torcidas, él escupió:
–– Tú inconstante, ingrato y despreciable casco de burro, ¿Reconoces tus
fechorías?
Chu Wan Ning: ––…
–– ¡Si no hablas, este venerable lo considerará una confesión!
Chu Wan Ning emitió otro gemido, tal vez perturbado por el ruido, pero
siguió durmiendo mientras se aferraba a las piezas de la máquina.
–– Tus transgresiones son graves; según la ley, este venerable te condena...
hm, ¡Te condena a Zui Xing! ¡Liu-gonggong!
Sólo después de llamar por costumbre se dio cuenta de que Liu-gonggong
ya era una persona de su vida pasada.
Mo Ran pensó por un momento, y decidió rebajarse para representar el
papel de gonggong. Así que respondió en un tono halagador: –– Su Alteza, su
viejo sirviente está presente.
Luego se aclaró la garganta y dijo solemnemente: –– Lleva a cabo el
castigo inmediatamente.
–– Como ordene, su Alteza.
Muy bien, ya terminé con las formalidades.
Mo Ran flexionó los dedos y comenzó a "llevar a cabo el castigo” hacia
Chu Wan Ning.
Este llamado Zui Xing no existía; Mo Ran lo inventó en el acto.
Entonces, ¿Cómo se debe llevar a cabo este castigo improvisado?
El otrora tirano emperador Mo Ran aclaró solemnemente su garganta.
Mirando con frialdad y maldad, lentamente se acercó a la cara que parecía
helada como un claro manantial en un valle nevado, y gradualmente se acercó
a ese par de labios de color claro.
Y luego...
Mo Ran se detuvo. Mirando a Chu Wan Ning, maldijo, enunciando cada
palabra lentamente: –– Chu Wan Ning, que te jodan a ti y a tu mezquindad sin
igual.
Pa. Pa.
Dos bofetadas en el aire.
¡Jeje, castigo completo!
¡Sí mierda!
Mo Ran estaba en medio del regocijo cuando sintió un pinchazo repentino
en su cuello y un cambio en la atmósfera. Miró hacia abajo abruptamente, y
fue recibido por un par de fríos y elevados ojos de Fénix.
Mo Ran: ––…
La voz de Chu Wan Ning era como el rompimiento del hielo, difícil de
decir si es más elegante o más helada: –– ¿Qué estás haciendo?
–– Este venerable... pah. Tu viejo sirv... ¡Pah pah pah pah!––
Afortunadamente habló en voz baja; Chu Wan Ning frunció un poco el ceño,
pero parece que no lo ha oído. Golpeado por una idea repentina, Mo Ran
extendió la mano y abofeteó al aire cerca de la cara de Chu Wan Ning dos
veces más.
––…
Ante la oscura expresión de su Shizun, él una vez emperador del mundo
mostró una sonrisa tranquilizadora: –– Este-este discípulo estaba matando
mosquitos para Shizun.
CAPÍTULO 10: ESTE VENERABLE VA A SU
PRIMERA MISIÓN.
Afortunadamente para Mo Ran, Chu Wan Ning no escuchó mucho de su
simulación de juego "Zui Xing". Se las arregló para escapar con algunas
tonterías inventadas, pero sólo algunas.
Ya era muy tarde cuando regresó a su habitación. Mo Ran tomó una siesta
y asistió a las clases matutinas como de costumbre al día siguiente. Después de
las clases de la mañana llegó su actividad matutina favorita: el desayuno.
Cuando las clases de la mañana terminaron, el Salón Meng Po se llenó
gradualmente de personas. Mo Ran se sentó frente a Shi Mei; Xue Meng llegó
tarde y el lugar al lado de Shi Mei ya había sido tomado por otra persona, por
lo que solo podía sentarse de mala gana al lado de Mo Ran con una cara
sombría.
Si Mo Ran dijera cuál es el mejor aspecto de las enseñanzas del Pico
Sisheng, definitivamente sería que el cultivo de esta secta no requiere ayuno.
A diferencia de las elevadas sectas etéreas del mundo de cultivo superior,
el método de cultivo del Pico Sisheng no requiere la abstinencia de la carne ni
de ningún otro alimento, por lo que la comida aquí siempre ha sido suntuosa.
Mo Ran bebió de un tazón de sabrosa sopa picante, sorbiendo las migas de
maní y la soja crujiente que había dentro. Un plato de panecillos fritos de color
amarillo crujiente que pidió sólo para Shi Mei que se sentó enfrente.
Xue Meng miró de reojo a Mo Ran y se burló: –– Mo Ran, es realmente
increíble que hayas ido al Infierno del Loto Rojo y, de hecho, hayas podido
volver a salir con tus propias piernas. Realmente inspirador.
Mo Ran respondió sin siquiera molestarse en levantar la cabeza: –– Por
supuesto, ¿Quién crees que soy?
–– ¿Quién creo que eres?–– Xue Meng se burló. –– Sólo porque Shizun no
te rompió las piernas, ¿Ya te has olvidado de qué barra de cebolla eres?
–– Oh, entonces si soy una barra de cebolla, entonces ¿Qué eres tú?
Xue Meng se mofó: –– Soy el mejor discípulo de Shizun.
–– ¿Autoproclamado? Oye, ¿Por qué no vas a pedirle a Shizun su sello de
aprobación para que puedas encuadrarlo y colgarlo en la pared? Debes por lo
menos eso a tu título de discípulo superior.
Xue Meng rompió sus palillos con un crack. Shi Mei se apresuró a jugar
como mediador: –– Por favor, no peleen, apresúrense y coman.
Xue Meng: ––... Hmph.
Mo Ran lo imitó con una sonrisa de mierda en su rostro: –– Hmph.
Xue Meng se levantó, golpeando la mesa: –– ¡Cómo te atreves!
Al ver que la situación se deterioraba rápidamente, Shi Mei reprimió a
Xue Meng a toda prisa: –– Joven maestro, todos están observando; coma,
coma, y no pelee.
Estos dos signos de estrellas eran verdaderamente incompatibles, son
primos pero terminan peleando cada vez que se encuentran. Shi Mei intentó
sin éxito disuadir a Xue Meng, y tuvo que recurrir físicamente a meterse entre
los dos para aliviar la tensión, aplacando a la izquierda y la derecha.
Ahora preguntando a Xue Meng: –– Joven maestro, ¿Sabes cuándo dará a
luz el gato de Madam?
Xue Meng respondió: –– Oh, ¿Te refieres a A-Li? Mamá se equivocó, no
está embarazada, sólo tenía una gran barriga por comer demasiado.
Shi Mei: ––…
Ahora preguntó a Mo Ran: –– A-Ran, ¿Todavía tienes que ir a la
residencia de Shizun para hacer las tareas hoy?
–– No debería tener que hacerlo más, todo lo que necesitaba ser arreglado
ha sido hecho. Te ayudaré a copiar las reglas de la secta hoy.
Shi Mei se rió: –– ¿Incluso tienes tiempo para ayudarme? ¿No tienes que
copiarlas cien veces?
Xue Meng levantó una ceja, mirando con cierto asombro a Shi Mei, que
generalmente ni siquiera pone un dedo del pie fuera de lugar: –– ¿Cómo
terminaste teniendo que copiar las reglas también?
Shi Mei se veía avergonzado. De repente, antes de que pudiera hablar, los
sonidos de la conversación en el comedor se apagaron abruptamente. Los tres
se dieron la vuelta para ver a Chu Wan Ning.
Al entrar al Salón Meng Po, con su túnica blanca ondeando detrás de él.
Caminó hacia los mostradores de comida sin ninguna expresión y comenzó a
seleccionar pasteles.
Había más de mil personas comiendo en el salón, pero con la adición de
un sólo Chu Wan Ning, de repente se convirtió en un cementerio. Todos los
discípulos bajaron sus cabezas para comer su comida; si alguien hablaba,
estaba en los tonos más bajos.
Al ver a Chu Wan Ning llevar su bandeja a la esquina en la que
generalmente se sentaba, comiendo tranquilamente el congee solo, Shi Mei
dejó escapar un suave suspiro y no pudo evitar decir: –– En realidad, a veces
siento algo de pena por Shizun.
Mo Ran levantó la vista: –– ¿Por qué es eso?
–– Solo mira, nadie se atreve a acercarse a donde está sentado, nadie se
atreve a hablar en voz alta con él. Todavía estaba bien cuando el Señor del
Pico estaba aquí, pero sin él, ni siquiera tiene a nadie con quien hablar, ¿No es
eso tan solitario?
Mo Ran 'humph': –– Se lo buscó él mismo.
Xue Meng se enojó de nuevo: –– ¿Te atreves a burlarte de Shizun?
–– ¿Cómo me estoy burlando de él? Sólo estoy diciendo la verdad. –– Mo
Ran puso otro bollo en el plato de Shi Mei. –– Con un temperamento como
ese, ¿Quién querría estar con él?
–– ¡Tú...!
La sonrisa de come mierda estaba de vuelta en la cara de Mo Ran cuando
miró a Xue Meng, hablando perezosamente: –– ¿Tienes un problema con eso?
Siéntete libre de sentarte con Shizun para tus comidas entonces, no te sientes
con nosotros.
Xue Meng cerró la boca de inmediato.
Sentía un gran respeto por Chu Wan Ning, pero sentía un miedo aún
mayor, no diferente a los demás. Enfadado y humillado, pero no teniendo nada
que decir en represalia, le dio dos patadas a la pata de la mesa y se enfurruñó
solo.
Mo Ran era la imagen de la suficiencia lánguida, dirigiendo burlonamente
una mirada al pequeño fénix. Luego su mirada, a través de la multitud, aterrizó
en Chu Wan Ning.
No sabía por qué, pero al mirar a la única figura de color blanco en el
salón lleno de personas vestidas de azul oscuro con armaduras plateadas, de
repente pensó en esa persona durmiendo acurrucada entre la pila de metal frío
la noche anterior.
Shi Mei no estaba equivocado, Chu Wan Ning realmente era bastante
lamentable.
Pero ¿Qué hay de eso? Cuanto más lamentable era, más feliz era Mo Ran.
Pensando en ello, no pudo evitar que el sentimiento de satisfacción en la
esquina de sus labios se hiciera más evidente.
Los días pasaron volando.
Chu Wan Ning no lo llamó nuevamente al Pabellón del Loto Rojo; Las
tareas diarias de Mo Ran se convirtieron en cosas ociosas como lavar los
platos, alimentar a los pollitos y patitos que mantenía Madam Wang, y
desyerbar el jardín de hierbas medicinales.
El mes de confinamiento terminó en un abrir y cerrar de ojos.
Hoy, Madam Wang llamó a Mo Ran al Salón Dan Xin. Ella preguntó
mientras le daba palmaditas en la cabeza: –– A-Ran, ¿Cómo están tus heridas?
Mo Ran respondió sonriendo: –– Gracias por preocuparse por mí tía, ya
estoy curado.
–– Eso es bueno. Sé más atento en el futuro, no cometas errores tan
grandes y no enojes a tu Shizun nuevamente, ¿Entiendes?
Mo Ran era un experto en actuar lamentable: –– Tía, entiendo.
–– Y una cosa más–– Madam Wang sacó una carta de la mesita de
palisandro amarillo. –– Ha pasado un año completo desde que ingresaste a la
secta, eso significa que es hora de que asumas los deberes de exorcismo. Esta
carta de tu tío llegó ayer en una paloma mensajera; Sus instrucciones son para
que desciendas la montaña y completes esta tarea, una vez que finalice tu
período de confinamiento.
Las costumbres del Pico Sisheng dictaban que los discípulos deben ir a ver
el mundo y adquirir experiencia práctica como exorcistas después de un año
completo en la secta.
En la primera misión, el maestro acompañará al discípulo y brindará
asistencia según sea necesario; Además, el discípulo también debe invitar a un
compañero discípulo. Esto es para fomentar el compañerismo entre los
discípulos, para que comprendan el significado de "Lealtad del corazón
evidente, la vida o la muerte inmutable.”
Mo Ran, con los ojos brillantes, aceptó la carta de asignación, la abrió,
leyó a toda prisa e inmediatamente comenzó a sonreír de alegría.
Madam Wang se preocupó: –– A-Ran, tu tío te confió una gran
responsabilidad en tu misión con la esperanza de que puedas hacerte un
nombre. El anciano Yu Heng es un poderoso cultivador, pero las espadas son
indiscriminadas en la batalla, y pueda que no necesariamente pueda protegerte.
No juegues demasiado y asegúrate de no tomar al enemigo a la ligera.
–– ¡No lo haré, no lo haré!–– Mo Ran agitó las manos, sonriendo. –– No
se preocupe, tía, me cuidaré, ¡No hay problema!–– E inmediatamente salió
corriendo a empacar.
–– Este niño...–– Madam Wang lo observó mientras se retiraba, su rostro
gentil y agraciado con preocupación.
–– ¿Cómo está tan feliz de haber recibido una misión?
¿Cómo podría Mo Ran no ser feliz?
La misión de su tío es investigar un incidente en la Ciudad Cai Die a
petición de un cierto propietario llamado Chen.
A quién le importa qué tipo de fantasma o demonio fue, lo importante es
que, en la vida anterior, fue donde cayó bajo la influencia de un veneno
demoníaco y, en un estado de confusión, besó a Shi Mei por la fuerza en el
reino ilusorio. También fue una de las pocas veces en que Mo Ran llegó a ser
tan íntimo con Shi Mei, estaba tan extasiado que prácticamente estaba en la
novena nube.
Además de eso, porque estaba bajo la influencia del veneno demoníaco,
Shi Mei ni siquiera podía quejarse. ¡Beso gratis! ¡No hay consecuencias
adjuntas!
Mo Ran estaba tan feliz que sus ojos se curvaron en forma de media luna.
Ni siquiera le importó el hecho de que Chu Wan Ning también tenía que venir
a la misión.
Él podría simplemente dejarle el exorcismo a su Shizun mientras coquetea
con Shi Mei, ¿Quién diría que no a este tipo de trabajo fácil?
Después de invitar a Shi Mei e informar a Shizun, los tres se dirigieron a la
Ciudad Cai Die con caballos al galope.
Los productos especiales de esta ciudad eran las flores. Los campos de
flores se extendían por muchos kilómetros fuera del área residencial, y
mariposas de todos los colores revoloteaban por el interior de la ciudad, de ahí
su nombre.
Ya era de noche cuando llegaron los tres, pero la entrada del pueblo estaba
llena de actividad. El sonido de los tambores se oía alto y claro como una
procesión de artistas todos vestidos de rojo y tocando el caramillo que salía de
un callejón.
Shi Mei estaba desconcertado: –– ¿Es esta una procesión matrimonial?
¿Por qué es de noche?
Chu Wan Ning: –– Es un matrimonio fantasma.
El matrimonio fantasma, también conocido como matrimonio Yin, era una
tradición entre la gente común para hacer coincidir a hombres y mujeres
solteros que habían muerto jóvenes en matrimonio póstumo. Este tipo de
tradición era rara en las zonas más pobres, pero la Ciudad Cai Die era bastante
próspera, por lo que la práctica era común aquí.
La llamativa procesión se dividió en dos grupos, uno con satenes y sedas
reales, el otro con papel moneda y lingotes de burla, escoltando un sedán
decorado en rojo y blanco. La procesión, iluminada con faroles dorados, salió
del lugar.
El grupo de Mo Ran detuvo sus caballos y se hizo a un lado para dejar
pasar la procesión matrimonial fantasma. El sedán se acercó; adentro no era
una persona viva, sino una novia fantasma hecha de papel. Los labios de la
novia fantasma estaban pintados de un brillante color escarlata, con dos ruedas
de color rojo en sus mejillas que enmarcaban un rostro pálido como la muerte,
la apariencia sonriente era extremadamente aterradora.
–– Qué clase de mala tradición es esta: el dinero se quema en un agujero
del bolsillo de esta ciudad o qué. –– Mo Ran murmuró entre dientes.
Chu Wan Ning: –– La gente de la Ciudad Cai Die es extremadamente
supersticiosa, creen que las tumbas solitarias atraerán a las almas solitarias y
los espíritus extraviados, lo que traerá la desgracia a la familia.
––... Eso no es real, ¿Verdad?
–– Es real mientras la gente del pueblo lo crea.
Suspiro. –– La Ciudad Cai Die ha existido por cientos de años, si alguien
les dijera que todo en lo que creen no existe en realidad, probablemente no
podrían aceptarlo.
Shi Mei preguntó en voz baja: –– ¿Adónde va la procesión matrimonial de
fantasmas?
Chu Wan Ning: –– Pasamos un templo antes. El que estaba consagrado
dentro no era un dios, y había un personaje de Xi colocado en la puerta. El
altar estaba amontonado con satén rojo escrito con 'fósforo hecho en el cielo',
'armonía en la otra vida' y cosas por el estilo. Creo que ese es probablemente
su destino.
–– También noté ese templo. –– Shi Mei parecía pensativo. –– Shizun, ¿Es
el que está consagrado dentro una maestra fantasma de ceremonias?
–– Eso es correcto.
La maestra fantasma de ceremonias era un personaje fantasma nacido de la
imaginación de la gente común. Creían que el matrimonio entre las almas de
los difuntos también tenía que pasar por las costumbres adecuadas y ser
presenciado por un maestro de ceremonias, para certificar que la pareja de
fallecidos se había convertido en marido y mujer. Como el matrimonio de
fantasmas era una tradición común en la Ciudad Cai Die, se deduce que harían
un cuerpo de oro para que la maestra de ceremonias se consagrara antes del
cementerio fuera de la ciudad. Las familias que celebraban matrimonios
fantasmas se detenían con la novia fantasma para adorar en el templo antes del
entierro.
Mo Ran rara vez veía acontecimientos tan ridículos y observaba con gran
interés, pero Chu Wan Ning sólo le dio una breve mirada distante antes de dar
la vuelta a su caballo: –– Vamos, tenemos que ir a ver a la familia que está
siendo perseguida.
–– Honorables Daozhang, ¡He sufrido mucho! ¡Por fin han venido! Si
alguien no viene a ocuparse de esto pronto, yo... ¡Ya ni siquiera podré vivir!
El cliente que solicitó al Pico Sisheng que realizara un exorcismo fue el
comerciante más rico de la ciudad, el propietario Chen.
La familia Chen vendió polvo perfumado y tuvo cuatro hijos y una hija.
Cuando el hijo mayor se casó, a su esposa no le gustaba el ruido en la familia,
por lo que la pareja quería mudarse. La familia Chen tenía riquezas y
reputación de sobra, por lo que compraron una gran parcela de tierra en un
área aislada junto a la montaña del norte; Incluso tenía un estanque natural de
aguas termales, un lugar bastante agradable.
Pero el día que comenzaron a construir allí, sólo un par de palas en él y
habían golpeado algo duro. La esposa se acercó para echar un vistazo e
inmediatamente se desmayó por el miedo: ¡De alguna manera habían
desenterrado un nuevo ataúd pintado de rojo en la montaña del norte!
La Ciudad Cai Die tenía un cementerio designado, todos los difuntos
estaban enterrados allí, pero este ataúd solitario había aparecido
inexplicablemente en la montaña del norte. No sólo eso, no había tumba ni
marcador, y todo el ataúd estaba pintado de rojo sangre.
Por supuesto que no se atrevieron a continuar, y rápidamente lo cubrieron
de nuevo. Pero ya era demasiado tarde. Desde ese día, cosas extrañas seguían
sucediéndole a la familia Chen.
–– Primero fue mi nuera. –– El propietario Chen se lamentó: –– El susto
afectó a su bebé y ella abortó. Después fue mi hijo mayor; fue a la montaña
para recolectar hierbas medicinales para ayudar a su esposa a recuperarse, pero
resbaló y cayó, y ya estaba muerto cuando lo encontramos... ¡Aaah!
Dejó escapar un largo suspiro y agitó la mano, demasiado decaído para
continuar. Madam Chen se secó las lágrimas con un pañuelo: –– Mi esposo
tiene razón, en los meses posteriores a eso, nuestros hijos se encontraron con
un percance uno tras otro, si no desaparecieron, murieron... de nuestros cuatro
hijos, ¡Tres ya se han ido!
Las cejas de Chu Wan Ning se fruncieron cuando miró a la pareja Chen,
su mirada se posó en el hijo menor de rostro pálido. Parecía tener la misma
edad que Mo Ran, de quince o dieciséis años, tenía rasgos delicados pero
estaban retorcidos de miedo.
Shi Mei: –– ¿Le importaría decirnos cómo murieron los otros hijos...?
–– Ah, nuestro segundo hijo fue a buscar a su hermano y fue mordido por
una serpiente en el camino. Era sólo una serpiente de hierba normal, no
venenosa, por lo que nadie le prestó atención en ese momento, pero un par de
días más tarde se cayó mientras comía, y luego... wuu, hijo mío...
Shi Mei exhaló, sintiéndose terrible por tener que empujar: –– Entonces,
¿Hubo signos de envenenamiento en el cuerpo?
–– ¡Ah, qué veneno, nuestra familia definitivamente ha sido maldecida!
¡Todos los hijos mayores están muertos, el más joven es el siguiente! ¡El hijo
menor es el siguiente!
Chu Wan Ning frunció el ceño, mirando a Madam Chen con la velocidad
del rayo: –– ¿Cómo sabe que el hijo menor es el siguiente y no usted? ¿Este
espíritu maligno sólo mata a los hombres?
El hijo más joven de la familia Chen se acurrucó a un lado, con las piernas
temblando y los ojos hinchados como melocotones, incluso su voz chirrió y se
contorsionó: –– ¡Soy yo! ¡Voy a ser yo! ¡Lo sé! ¡La persona en el ataúd rojo se
acerca! ¡Él está viniendo! ¡Daozhang, Daozhang sálvame! ¡Daozhang
sálvame!
Comenzó a perder la razón mientras hablaba, luchando por abrazar el
muslo de Chu Wan Ning.
Chu Wan Ning siempre ha sido reacio al contacto físico con extraños y lo
evitó de inmediato. Levantó la cabeza para mirar a la pareja Chen: –– ¿De qué
se trata exactamente?
La pareja intercambió una mirada y habló con voz temblorosa: –– Hay un
lugar en esta casa, tenemos miedo de volver a ir... Daozhang lo entenderá
cuando vea que es verdaderamente malo, en verdad...
Chu Wan Ning interrumpió: –– ¿Qué lugar?
Dudaron por un momento, luego señalaron hacia el santuario ancestral con
manos temblorosas: –– Ahí...
Chu Wan Ning abrió el camino, seguido de cerca por Mo Ran y Shi Mei.
La familia Chen siguió en la distancia.
Empujando la puerta para abrirla, el interior no se veía diferente a los
santuarios ancestrales de otras grandes familias, con filas de tablillas
conmemorativas flanqueadas a ambos lados por un fuego de vela pálido.
Todas las tablillas de la habitación estaban pintadas de amarillo, con los
nombres y las posiciones de los difuntos grabados en ellas.
La escritura fue pulcra y cuidadosa: Estimado Espíritu de tal y tal
Ancestro, Estimado Espíritu de Tal y Tal Antepasado.
A excepción de la tablilla en el medio; la inscripción en esa no fue tallada
y pintada, sino escrita en rojo:
Espíritu de Chen Yan Ji. Erigido por la persona viva del clan Chen-Sun.
La familia Chen, desde donde se escondían, se asomaron a la sala del
santuario a flote con seda blanca, tal vez esperando una casualidad. Pero las
letras en la tableta todavía estaban allí, como si estuvieran escritas con sangre,
y se rompieron inmediatamente.
Madam Chen gimió en voz alta, y el rostro del hijo menor estaba tan
pálido que casi no parecía vivo.
Primero, las letras en esta tablilla no se ajustaban a los ritos; segundo, la
escritura era extremadamente complicada, como si la persona estuviera a punto
de quedarse dormida y apenas lograra escribir, tanto que era casi ilegible.
Shi Mei se volvió para preguntar: –– ¿Quién es Chen Yan Ji?
El hijo menor, con la voz temblando por los sollozos, respondió detrás de
él: –– Yo-soy yo.
El propietario Chen lloró mientras hablaba: –– Daozhang, es así, desde
que nuestro segundo hijo falleció, notamos que... se había agregado una nueva
tablilla al santuario ancestral, pero los nombres escritos en ella son los de
personas vivas de nuestra familia. Una vez que aparezca un nombre, esa
persona definitivamente se encontrará con el desastre dentro de siete días.
Cuando el nombre de nuestro tercer hijo apareció en la tablilla, lo encerramos
en su habitación y esparcimos incienso en polvo en la puerta, incluso
conseguimos que alguien viniera a realizar taumaturgia, lo intentamos todo,
¡Pero en el séptimo día! Él todavía murió... sin causa alguna, ¡Sólo murió!
Se volvió más emocional, más asustado, cuanto más habló, y se arrodilló
también: –– ¡Nunca he cometido ningún delito en mi vida, por qué los Cielos
deben tratarme así! ¡Por qué!
El corazón de Shi Mei dolía y se apresuró a consolar al anciano que
lloraba al cielo. Levantó la vista y llamó suavemente: –– Shizun, esto...
Chu Wan Ning ni siquiera se había dado vuelta. Todavía miraba esa
tablilla con gran interés, como si las flores estuvieran a punto de florecer.
De repente, Chu Wan Ning preguntó: –– Persona viva, clan Chen-Sun,
¿Eso se refiere a usted, señora Chen?
CAPÍTULO 11: ESTE VENERABLE VA A BESARTE,
¡ALÉGRATE!
–– S-sí, ¡Soy yo!–– Madam Chen lloró. –– ¡Pero yo no escribí en la
tablilla! ¿Por qué maldeciría a mi propio hijo? Yo...
–– De hecho, no lo habría hecho despierta, pero eso no es necesariamente
cierto cuando está dormida.
Chu Wan Ning levantó la mano para recoger la tablilla conmemorativa
mientras hablaba, canalizando energía espiritual hacia su palma. De repente,
los gritos brotaron de la tablilla, seguidos inmediatamente por el olor pesado y
feroz de la sangre que brotaba de ella.
Los ojos de Chu Wan Ning eran fríos y penetrantes, con voz severa dijo: –
– ¡Espíritu malvado arrogante, te atreves a huir!
Contra el pesado poder espiritual reunido en su palma, la escritura en la
tablilla en realidad se vio obligada a retroceder poco a poco entre los gritos,
desvaneciéndose, y finalmente, desapareciendo por completo. ¡Chu Wan Ning
apretó con sus dedos pálidos y delgados, y toda la tablilla conmemorativa se
rompió!
La familia Chen, observando desde atrás, estaba aturdida. Incluso Shi Mei
estaba aturdido. No pudo evitar decir: –– Qué feroz.
Mo Ran tampoco pudo evitar murmurar internamente, qué cruel.
El rostro de Chu Wan Ning se volvió ligeramente en dirección a ellos, sus
elegantes rasgos carentes de expresión; unas cuantas manchas de sangre
habían salpicado en su mejilla. Levantó la mano para examinar la sangre en las
puntas de sus dedos antes de hablar con la familia Chen: –– Todos ustedes
permanezcan hoy en el patio, no vayan a ningún lado.
Por supuesto, ninguno de ellos se atrevió a hacer nada más que obedecer
después de esa exhibición ahora mismo respondiendo rápidamente: –– ¡Sí! ¡Sí!
¡Obedeceremos todas las instrucciones de Daozhang!
Chu Wan Ning salió de la sala del santuario, limpiándose las manchas de
sangre de su cara con indiferencia. Levantó un dedo para señalar a Madam
Chen: –– Especialmente usted, no se quede dormida bajo ninguna
circunstancia. Esa cosa es capaz de poseerla, debe permanecer despierta sin
importar cuán somnolienta esté.
–– Sí... ¡Sí, sí, sí!–– Madam Chen estuvo de acuerdo repetidamente, luego
preguntó entre lágrimas y vacilante. –– Daozhang, entonces, mi... hijo... es...
¿Está a salvo?
–– Por ahora.
Madam Chen lo miró sin comprender: –– ¿Por ahora? ¿No siempre?
Entonces, ¿Qué se debe hacer para mantener a mi hijo a salvo?
Chu Wan Ning: –– Capturar al espíritu malvado.
En su preocupación de pánico, Madam Chen se olvidó de sus modales y
lanzó su cortesía a un lado, empujando con urgencia: –– ¿Y cuándo está
planeando Daozhang ir a capturarlo?
–– Ahora mismo.
La mirada de Chu Wan Ning recorrió a la familia Chen: –– ¿Quién de
ustedes conoce el lugar exacto en el que fue desenterrado el ataúd rojo? Que
lideré el camino.
El apellido de la esposa del hijo mayor era Yao. A pesar de ser mujer, era
alta y galante. Su rostro también mostraba temor, pero estaba relativamente
tranquila en comparación con los demás, y de inmediato se ofreció: ––
Conozco la ubicación, ya que ese lugar fue seleccionado por mi difunto esposo
y yo. Guiaré a Daozhang.
Los tres siguieron a Chen-Yao, dirigiéndose hacia el norte por todo el
camino, y rápidamente llegaron a la parcela de tierra comprada por los Chen.
El área ya estaba acordonada. Las plantas estaban oscuras y demasiado
crecidas, y nadie estaba alrededor por millas. Estaba completamente en
silencio, incluso los sonidos de pájaros e insectos estaban ausentes.
A medio camino de la montaña, el espacio se abrió de repente. Chen-Yao
dijo: –– Honorables Daozhang, este es el lugar.
Había una roca de supresión de tumbas en la parte superior de donde se
desenterró el ataúd rojo. Mo Ran se echó a reír al verlo: –– ¿De qué sirve esa
roca de mierda? Claramente es trabajo de aficionados, tírenlo a un lado.
Chen-Yao se mostró aprensiva: –– Pero el señor de la ciudad dijo que la
bestia demoníaca en el interior detiene al espíritu maligno para evitar que
salga.
Mo Ran sonrió sarcásticamente: –– Ese señor seguro ha sido efectivo hasta
ahora.
––…
Chen-Yao tosió tratando de calmar su incomodidad.
Chu Wan Ning dijo con frialdad: –– No es necesario. –– Levantó la mano,
con las yemas de los dedos brillando doradas cuando Tian Wen respondió a la
llamada. ¡Un sólo golpe de la vid de sauce y la roca se rompió en pedazos!
Chu Wan Ning caminó inexpresivamente para pararse entre los escombros,
levantando su mano una vez más en una amenaza: –– ¿Para qué te escondes?
¡Vete al infierno!
Un extraño sonido –– Geh geh–– vino de abajo. De repente, un ataúd de
madera de doce pies de alto brotó del suelo, rociando la tierra por todas partes,
volando el polvo.
Shi Mei se sobresaltó: –– ¡Este ataúd tiene una energía resentida tan
pesada!
Chu Wan Ning: –– Retrocede.
Tian Wen golpeó el ataúd rojo herméticamente sellado en un golpe de
revés, lanzando chispas. Hubo un momento de silencio, luego la tapa del ataúd
se abrió, y el objeto en el interior se reveló cuando el humo espeso se dispersó.
Dentro del ataúd había un hombre, completamente desnudo. Tenía la nariz
recta y rasgos bonitos, y parecía casi como si estuviera simplemente dormido,
si no fuera por la palidez de su piel.
La mirada de Mo Ran se enfocó debajo de la cintura del hombre, luego
hizo una mueca para taparse los ojos: –– Vaya, el apestoso imbécil no lleva
pantalones.
Shi Mei: ––…
Chu Wan Ning: ––…
Chen-Yao gritó sorprendida: –– ¡Esposo!–– Y corrió hacia el ataúd sin
pensarlo dos veces. Chu Wan Ning se acercó para contenerla, preguntándole
con una ceja levantada: –– ¿Este es su esposo?
–– ¡Sí! ¡Él es mi esposo!–– Chen-Yao se sintió abrumada por el miedo y el
dolor. –– ¿Cómo terminó él aquí? Definitivamente lo enterramos en la tumba
ancestral, completamente vestido con ropa de entierro, ¿Cómo...?
Ella comenzó a llorar antes de poder terminar, golpeando su pecho con
angustia: –– ¡Cómo pudo pasar esto! ¡Qué miserable! ¡Qué miserable! ¡Mi
esposo... mi esposo!
Shi Mei suspiró: –– Señora Chen, por favor, refrene su dolor.
Chu Wan Ning y Mo Ran ignoraron a la mujer que lloraba; Chu Wan Ning
no sabía cómo consolar a la gente, y Mo Ran no tenía ninguna compasión de la
que hablar. Los dos miraron fijamente el cadáver en el ataúd.
Mo Ran ya había pasado por esto en la vida anterior y más o menos sabía
lo que venía, pero aún tenía que hacer su parte, así que habló, acariciando su
barbilla: –– Shizun, hay algo raro en este cadáver.
Chu Wan Ning: –– Lo sé.
––…
Mo Ran tenía un discurso completo planeado, arrancado directamente de
la explicación y análisis original de Chu Wan Ning en la vida anterior. Quería
sacarlo en esta vida y darle un susto a Chu Wan Ning, pero quién hubiera
pensado que simplemente tiraría un –– Lo sé.
Como maestro, ¿No se suponía que él alentaría a sus discípulos a expresar
sus propios pensamientos y alabarlos y recompensarlos?
Mo Ran no se rindió. Fingió no haber oído el "Lo sé" y siguió: –– No hay
señales de descomposición en este cadáver. El maestro Chen murió hace más
de medio mes; en este tipo de ambiente, hace mucho que debería haber
empezado a pudrirse y derramar pus, y ya debería haber una capa de fluido de
cadáver acumulado en el ataúd. Este es el primer punto.
Chu Wan Ning le disparó un frío "puedes continuar" mientras lo miraba: –
–…
–– Segundo.–– Mo Ran no se vio afectado, continuando recitando la
explicación de Chu Wan Ning de la vida anterior –– La energía resentida que
venía de este ataúd rojo era muy fuerte antes de que se abriera, pero por el
contrario desapareció después de abrirse. Además, prácticamente no hay
energía resentida en el cadáver, lo que también es bastante anormal.
Chu Wan Ning: ––…
–– Tercero, ¿Has notado que, desde el momento en que se abrió el ataúd,
ha habido una dulce fragancia en el viento?
El olor era muy tenue, uno no lo habría notado en absoluto sin prestar
atención cuidadosa. Tras las palabras de Mo Ran, Shi Mei y Chen-Yao se
dieron cuenta de que en realidad había un leve olor dulce en el aire.
Shi Mei: –– Tienes razón.
Chen-Yao olfateó, su rostro cambió de color: –– Esta fragancia...
Shi Mei: –– Señora Chen, ¿Qué es?
Chen-Yao estaba tan asustada que incluso su voz cambió de tono: –– ¡Esta
fragancia es la receta secreta de mi suegra, el polvo Bai Die!
Nadie habló por un momento. Esa línea escrita en la tablilla
conmemorativa en el santuario, “Erigido por una persona viva del clan Chen",
apareció ante sus ojos.
Shi Mei habló: ––... ¿Podría ser que todo esto sea obra de Madam Chen?
Mo Ran: –– Es poco probable.
Chu Wan Ning: –– No lo es.
Los dos hablaron casi al mismo tiempo, luego se miraron. La expresión de
Chu Wan Ning se mantuvo uniforme: –– Adelante.
Mo Ran habló sin modestia: –– Hasta donde sé, la familia Chen hizo su
fortuna con el polvo único Bai Die de la señora. Su receta se mantiene en
secreto, pero el producto final no es difícil de obtener. De cada diez mujeres en
la Ciudad Cai Die, cinco o seis usan esta fragancia. Además, observamos esto
de antemano, y parece que al maestro Chen también le gustó bastante el polvo
Bai Die de su madre, y que a menudo lo mezclaba en el agua del baño cuando
se baña, por lo que no es extraño que su cuerpo tenga este olor. Lo que es
extraño es que...
Giró la cabeza hacia el hombre desnudo en el ataúd mientras hablaba.
–– Ya lleva muerto medio mes, pero esta fragancia es fresca como si
recién se aplicara. ¿Tengo razón, Shizun?
Chu Wan Ning: ––…
–– Podrías simplemente elogiarme un poco si tengo razón ~
Chu Wan Ning: –– Mn.
Mo Ran se rió: –– Realmente no te gusta desperdiciar palabras.
Antes de que diera dos carcajadas, las túnicas estaban repentinamente
ondeando cuando Chu Wan Ning lo agarró y rápidamente se movió hacia atrás
por varios pies, Tian Wen en su mano brillando brillantemente dorado,
bailando en una luz de fuego.
–– Estén atentos.
El olor a polvo Bai Die en el aire se espesó repentinamente, una niebla
blanca se materializó cuando el olor llenó el aire, extendiéndose con una
velocidad alarmante. ¡Toda el área se convirtió en un mar de niebla casi
instantáneamente, tan densa que uno ni siquiera podía ver los dedos en su
propia mano!
El corazón de Mo Ran se agitó.
El reino ilusorio se estaba abriendo.
–– ¡Ah!–– El chillido de Chen-Yao fue lo primero que se escuchó en la
espesa niebla. –– Daozhang he...
Ella no pudo terminar de hablar antes de que el sonido se cortara de
repente.
La punta de los dedos de Chu Wan Ning se iluminó en azul cuando colocó
un encantamiento de rastreo en la frente de Mo Ran: –– Ten cuidado mientras
voy a revisar la situación.
Luego desapareció rápidamente en la espesa niebla, siguiendo la dirección
de la voz. Mo Ran se tocó la frente, riendo en voz baja: –– Bueno, bueno,
incluso la posición del encantamiento es exactamente la misma que en la vida
anterior. Chu Wan Ning, realmente no has cambiado en absoluto.
La niebla llegó rápido pero también se dispersó rápidamente, y
desapareció por completo en poco tiempo. La escena que se reveló ante él, sin
embargo, fue incluso más sorprendente que la niebla. Mo Ran se asustó
bastante, al menos en la vida anterior, cuando la niebla desapareció, la
montaña desolada y cubierta de maleza desapareció.
En su lugar había una vasta extensión de intrincados y elegantes jardines,
pabellones y terrazas sinuosas, jardines de rocas y árboles verdes, con un
camino de adoquines que se extendía más allá de lo que el ojo podía ver.
La mera vista de este lugar hizo que Mo Ran quisiera rodar por el suelo
con alegría. Él había estado pensando en este reino ilusorio todo el día. En su
vida anterior, se separaron aquí también; Mo Ran se encontró con Shi Mei
primero, y bajo la hipnosis de la ilusión, lo besó por primera y única vez, en su
vida.
Desafortunadamente, esa vez, Shi Mei se escapó tan pronto como Mo Ran
lo soltó, tal vez por miedo. Le quitaron el dulce néctar antes de que él apenas
lo probara, y se quedó insatisfecho.
Más tarde, después de que se había roto el reino ilusorio, Shi Mei ni
siquiera se molestó por este asunto con él. Era como si el beso nunca hubiera
sucedido, y ninguno de ellos lo había vuelto a mencionar. A veces, a mitad de
la noche, Mo Ran se preguntaba si era sólo una fantasía nacida de su profunda
obsesión.
Fantasía o no, pensó Mo Ran mientras se lamía los labios, ¡Shi Mei no se
iba a escapar tan fácilmente esta vez! ¡Lo va a llenar de besos!
CAPÍTULO 12: ESTE VENERABLE BESÓ A LA
PERSONA EQUIVOCADA...
Incluso después de haber caminado por un buen rato, todavía no podía
decir qué dirección era cuál.
Pero el olor del polvo Bai Die en el aire se hacía más fuerte. Este olor hace
que las personas expuestas a él por mucho tiempo tengan emociones intensas y
sentidos mejorados, y los induce a hacer todo tipo de cosas irrazonables.
Mo Ran se fue volviendo cada vez más agitado e inquieto, era como si se
hubiera encendido una llama en su estómago y estuviera hirviendo lentamente
la sangre que corría por su cuerpo.
Agua, necesita encontrar un poco de agua.
Sabía que había un manantial en el reino ilusorio. Ya estaba sediento y
mareado cuando lo encontró en su vida anterior y, al no tener otra opción,
recogió y bebió varios puñados de agua, pensando que la muerte por veneno
todavía era preferible a la muerte por sed.
Sintió que su conciencia se volvía cada vez más borrosa después de beber
el agua de manantial. Su consciencia estaba desapareciendo cuando Shi Mei lo
encontró; Shi Mei cultivó las artes curativas y rápidamente comenzó a disipar
el veneno en su cuerpo. Y él, mareado y confundido, cayó bajo la influencia
del veneno en ese momento y besó a Shi Mei en los labios como si estuviera
poseído.
El ex emperador del mundo humano era veloz como el viento y
contundente como un trueno, y quería desesperadamente una repetición de su
encuentro de ensueño con la persona que desea. Deambuló por el reino ilusorio
durante mucho tiempo antes de finalmente escuchar el tintineo del agua de
manantial. Lleno de alegría, corrió y bebió hasta el fondo de su corazón sin
dudarlo.
Como era de esperar, el agua de manantial exacerbó aún más la inquietante
agitación provocada por el olor. Incontrolablemente no quería nada más que ir
más profundo en el manantial, y la mitad de su cuerpo ya estaba sumergido
antes de que lo supiera.
Y al igual que en su vida anterior, cuando Mo Ran estaba a punto de
perder el conocimiento, una mano de repente lo levantó haciendo que el agua
volara por todas partes. El aire se precipitó de vuelta a su nariz y Mo Ran se
quedó sin aliento, las pestañas colgando con gotas de agua revoloteando para
mirar a la figura que tenía delante.
La figura se enfocó lentamente, acompañada por una voz que sonaba casi
enojada.
–– ¿Qué pasa contigo, bebiendo el agua de aquí, estás tratando de morir?
Mo Ran se sacudió el agua como si fuera un perro mojado y respiró
aliviado cuando confirmó quién era: –– Shi Mei...
–– ¡Deja de hablar y toma esta medicina!
Mo Ran abrió la boca y obedientemente tragó la píldora púrpura, con los
ojos fijos en el rostro incomparablemente hermoso de Shi Mei todo el tiempo.
De repente, al igual que en su vida anterior, los intensos sentimientos de
agitación lo hicieron perder toda moderación, no es que fuera un hombre
honorable, capturó la muñeca de Shi Mei, presionando sus labios rápidamente
antes de que el otro pudiera reaccionar.
Al instante, las chispas volaron por todas partes y su mente quedó
totalmente en blanco. Era un hombre con una sórdida historia de
promiscuidad, pero la pasión entre las sábanas no necesitaba contacto entre los
labios, ni afectos innecesarios. Por lo tanto, sus enredos carnales fueron
muchos, pero sus besos lamentablemente pocos.
Shi Mei no esperaba ser atacado de esta manera, y se congeló en
aturdimiento hasta que una lengua se entrometió en su interior, y sólo entonces
finalmente reaccionó y comenzó a luchar.
–– ¿Qué estás haciendo... mmn?–– Sólo logró media frase antes de que su
rostro se volviera bruscamente y sus labios se cubrieran una vez más. Mo Ran
besó con más intensidad de lo que lo había hecho en la vida anterior, los dos
enredados en un montón al lado del manantial. Mo Ran mantuvo a Shi Mei
firmemente presionado debajo de su cuerpo mientras besaba esos labios
húmedos, algo fríos, el toque impresionante como lo recordaba, y su mejilla y
su oreja...
–– Deja de moverte...–– La ronquera de su voz sorprendió incluso a él
mismo.
Mierda.
¿El efecto del agua de manantial parece de alguna manera más intenso que
la última vez?
Como habían ido las cosas en la vida anterior, en realidad no pudo abrazar
a Shi Mei por tanto tiempo. Mo Ran todavía era joven en ese momento y fue
golpeado por su conciencia después de recibir sólo unos pocos besos; su agarre
se aflojó y Shi Mei se levantó inmediatamente y huyó pisando el agua con su
qinggong.
Pero fue vil y desvergonzado en esta vida, sin conciencia para golpearlo,
sólo deseo instarlo. Besó todo lo que le gustaba, sosteniendo a la otra persona
al lado del manantial.
Debajo de él, Shi Mei luchó y gritó con ira, pero su corazón ya estaba
poseído, y no podía entender lo que el otro estaba diciendo en absoluto. Sólo
podía ver esa hermosa cara balanceándose de un lado a otro en su visión, ese
par de labios húmedos y seductores que se abrían y cerraban.
Se sentía como si una bola de fuego se hubiera encendido en su abdomen.
Mo Ran se entregó a sus deseos, besos cada vez más voraces cuando abrió la
mandíbula del otro y empujó su lengua para saquear la dulzura en su interior.
El corazón le palpitaba como tambores en el pecho.
En medio del caos, ya había arrancado la intrincada túnica externa de Shi
Mei y le había abierto el cinturón. Su mano se deslizó dentro y acarició una
piel suave y firme. La persona que estaba debajo de él saltó al tocarlo, pero Mo
Ran volvió a presionarlo.
Mordió el oído de Shi Mei y susurró: –– Sé obediente, será bueno para los
dos.
–– ¡Mo Wei Yu!
–– Vaya, ¿Estás tan enfadado como para llamarme como un extraño?––
Mo Ran sonrió mientras lamía el lóbulo de su oreja, la mano tampoco
permanecía ociosa, a tientas directamente hacia su cintura.
¡Jodido idiota, Mo Ran, el mocoso de dieciséis años de esa época no podía
compararse con el burro veterano de treinta y dos años del presente!
¡El rostro de esta persona se volvió más grueso con cada día que pasó!
El cuerpo entero de Shi Mei estaba tenso, y Mo Ran podía sentirlo
temblando ligeramente. Realmente, se veía como una persona tan delgada,
pero los contornos de su cuerpo estaban sorprendentemente tonificados bajo su
mano.
Sus deseos corrieron aún más desenfrenados, sin restricción se deslizó aún
más mientras tiraba de las ropas internas del otro.
Shi Mei finalmente llegó a los límites de su resistencia.
–– ¡Mo Wei Yu! ¡Estás buscando la muerte!
Hubo un fuerte estallido, ¡Y una explosión de poderosa energía espiritual
de repente lo arrojó a un lado! Su poder era feroz, y Mo Ran quedó atrapado
con la guardia baja, todo su cuerpo se volcó y se estrelló contra una roca al
lado del manantial, casi escupiendo sangre.
Shi Mei se aferró a su ropa desordena mientras se levantaba, nervioso. La
energía espiritual dorada crepitaba frenéticamente en su palma, las chispas
volaban audiblemente, reflejando la furia en sus ojos.
Mo Ran estaba mareado por el impacto, pero todavía sentía vagamente que
algo estaba mal. –– ¡Tian Wen, ven!
Después del furioso bramido, una vid de sauce dorada apareció en la mano
de Shi Mei cuando Tian Wen respondió a la llamada. La vid de sauce brillaba
brillantemente, rayos de fuego y chispas de oro a lo largo de su longitud, hojas
de sauce girando en el aire.
Mo Ran se quedó estupefacto.
¿Cuándo aprendió Shi Mei a convocar a Tian Wen?
¡El pensamiento ni siquiera se había establecido en su mente antes de que
Tian Wen se precipitara en el aire violentamente hacia él! No hubo restricción
alguna detrás del azote, y la sangre del despreciable canalla Taxian-jun se
derramó sin piedad. Si alguien como Rong Jiu, que había sufrido en las manos
de Mo Ran, viera esta escena, seguramente aplaudiría y celebraría: ––
¡Hermoso! ¡Increíble! ¡Hazlo otra vez! ¡Vence el mal! ¡Qué buena acción!
Mo Ran finalmente se puso serio ante esta implacable tormenta de brutales
azotes.
Shi Mei es tan amable, ¿Cómo podría este ser él?
Para ser experto en azotar a las personas, ¿Quién más podría ser sino Chu
Wan Ning?
La mano de Chu Wan Ning se cansó de azotar, y sólo entonces se detuvo
para respirar, frotándose la muñeca. Estaba a punto de continuar cuando Mo
Ran, recostado contra la roca, de repente tosió una gran bocanada de sangre.
––... No más, realmente moriré...
Mo Ran tosió más sangre y sintió que su corazón se hundía en las
profundidades del abismo. Ese fue definitivamente el mejor, el más notable, el
punto culminante de su historia de libertinaje.
¿Por qué diablos fue Chu Wan Ning quien vino?
Lo que es más, Chu Wan Ning tenía la cara de Shi Mei por alguna razón,
¡E incluso su voz sonaba exactamente igual!
Se limpió la sangre de las comisuras de la boca y miró hacia arriba,
jadeando.
Tal vez debido a la paliza, o tal vez porque la medicina que le dio antes
Chu Wan Ning finalmente comenzó a funcionar, pero cuando levantó la
cabeza esta vez, la persona que tenía delante ya no era Shi Mei.
Chu Wan Ning brotó de donde estaba parado debajo del árbol, con el
rostro sombrío mientras miraba a Mo Ran con ojos llenos de rayos.
Esta mirada viciosa y enfurecida realmente era aterradora.
Pero...
Mo Ran lo miró por unos segundos.
Y notó que él... se había vuelto descaradamente duro.
Chu Wan Ning siempre vestía de manera inmaculada, sin un cabello fuera
de lugar, pero su intrincada túnica blanca, usualmente vestido con cuellos altos
y fuertemente cerrados, ahora era un desorden sostenido sólo por el apretón de
su mano pálida y delgada. Sus labios estaban rojos e hinchados por los besos,
y las mordidas de amor salpicaban el costado de su cuello. Su expresión era
feroz, pero eso sólo aumentaba el atractivo.
Todos esos recuerdos de Chu Wan Ning de la vida anterior, la locura, la
sed de sangre, el odio, el desenfreno, la conquista, el placer, todos los
recuerdos se habían acumulado.
Mo Ran no quería pensar en eso, no había planeado recordar nada de eso,
pero en este aire con olor a óxido de sangre mezclado con el polvo Bai Die, los
recuerdos no serían moderados. Aumentó como la marea e inundó sus
pensamientos.
Mierda, no puede ver a Chu Wan Ning con este aspecto, después de todo.
Incluso si lo odiaba, lo odiaba, tanto que quería cortarlo y convertirlo en
Wontonss y comerlo.
Mo Ran todavía tenía que admitir.
En la vida anterior, sus enredos más fervientes, sus clímax más intensos,
todos se desprendieron del cuerpo de Chu Wan Ning.
Odiarlo era una cosa.
Pero como un hombre, especialmente un hombre vulgar y desvergonzado
como Mo Ran, la reacción instintiva del cuerpo era otra cuestión.
Chu Wan Ning dejó escapar un suspiro. Parecía realmente furioso, su
mano sosteniendo a Tian Wen temblando ligeramente.
–– ¿Despierto ahora?
Mo Ran se forzó a tragar un bocado de sangre: ––... Sí, Shizun.
Chu Wan Ning parecía que aún no había terminado con la golpiza, pero
reconoció que Mo Ran estaba bajo la influencia de la ilusión y que no debía
ser culpado por todo. Dudó por un momento, pero al final dejó la vid de sauce.
–– Lo que pasó hoy...
Mo Ran se apresuró a hablar antes de terminar: –– ¡Nadie lo sabrá, además
de Shizun y yo! ¡Absolutamente no diré nada! ¡Que los cielos me golpeen con
un rayo si digo una palabra!
Chu Wan Ning se quedó callado por un momento, luego sonrió
sombríamente: –– He escuchado ese juramento tuyo no menos de cien veces, y
ni una sola vez fue serio.
–– ¡Definitivamente es serio esta vez!–– Claro que su cuerpo tuvo una
reacción, pero en lo que a Mo Ran se refería, querer follar a Chu Wan Ning era
como querer comer tofu apestoso, ninguno de los dos debe ser blandido en
público.
Sólo come tu tofu apestoso en un rincón alejado de los demás para que no
tengan que olerlo. Querer acostarse con Chu Wan Ning era lo mismo.
Mo Ran siempre ha odiado a Chu Wan Ning. ¿Cómo podía hacerle saber a
alguien que lo odiaba por un lado, pero que en secreto quería follarlo por el
otro? ¿Qué tipo de enfermedad fue esa?
Y el negocio sórdido de la vida anterior con Chu Wan Ning, él realmente
no quiere ni siquiera mencionarlo, perdonarlo.
–– La influencia de esta ilusión es fuerte, quien sea que te encuentres
dentro toma la apariencia de la persona que tu corazón más quiere ver.
Chu Wan Ning explicó mientras caminaba junto a Mo Ran.
–– Debes mantener la calma y la concentración para evitar su influencia.
–– Oh...
Eh ¡Espera un segundo!
Mo Ran de repente pensó en algo, y se estremeció.
Si es así, entonces el Shi Mei que conoció en el mundo ilusorio de la vida
anterior también podría no haber sido Shi Mei. ¿Y si también fue...?
Echó una mirada de reojo a Chu Wan Ning y se estremeció de nuevo.
¡De ninguna manera!
Si ese era Chu Wan Ning a quien besó en la vida anterior,
¡Definitivamente habría recibido una buena ronda de azotes! ¡O una bofetada
como mínimo!
¡No pudo haber sido Chu Wan Ning! ¡Definitivamente no!
Mientras estaba ocupado teniendo un intenso debate interno, Chu Wan
Ning repentinamente se detuvo y metió a Mo Ran detrás de él: –– Espera.
–– ¿Qué es?
–– Hay movimiento por delante.
Las cosas se habían vuelto completamente diferentes de los
acontecimientos de la vida anterior, por lo que Mo Ran ya no sabía qué
esperar. Ante las palabras de Chu Wan Ning, preguntó de inmediato: –– ¿Tal
vez sea Shi Mei?
Chu Wan Ning frunció el ceño: –– Mientras estés en este reino ilusorio, no
debes imaginarte con quién podrías encontrarte antes, o de lo contrario,
cualquiera que sea o lo que sea que te encuentres tomará la apariencia de esa
persona. Elimina las distracciones, enfoca tus pensamientos.
––…–– Mo Ran lo intentó, pero no pudo hacerlo.
Chu Wan Ning lo miró. Una daga surgió de su mano formada por energía
espiritual concentrada, se clavó sin ceremonias en el brazo de Mo Ran. ––
¡Ah!
–– No grites.–– Chu Wan Ning había anticipado esto, su otra mano ya
tocaba los labios de Mo Ran con una luz dorada, y de repente Mo Ran no pudo
hacer un sonido. –– ¿Duele?
––…–– ¡Qué piensas! ¿Por qué no te apuñalas también y ves si duele?
Mo Ran, con los ojos llorosos, asintió lastimosamente.
–– Bueno. Enfócate en el dolor y no pienses en nada más. Sigue detrás de
mí, vamos a echar un vistazo.
Mo Ran maldijo en silencio a Chu Wan Ning mientras seguía en silencio
detrás de él por el sinuoso camino. Inesperadamente, los sonidos de charlas y
risas se podían escuchar a medida que se acercaban, verdaderamente
desconfiados en un lugar tan desolado.
Después de rodear una pared alta y continua, los dos finalmente llegaron al
lugar del que provenían las voces:
Era una mansión envuelta en colores vibrantes, brillantes, sedas rojas que
se mecían suavemente. Había más de cien mesas de banquetes en el gran patio
con todos los modales de exquisitos platos. El lugar estaba lleno de actividad,
los invitados bebían y se divertían.
Más allá de las puertas abiertas del salón principal había un enorme
personaje llamativo de Xi en un brillante escarlata; Parecía ser un banquete de
bodas por todas las apariencias.
–– Shizun...–– Mo Ran susurró. –– Mira a estas personas... ¡No tienen
caras!
CAPÍTULO 13: LA NOVIA DE ESTE VENERABLE.
Por supuesto, Chu Wan Ning ya había notado eso sin el comentario de Mo
Ran. Los invitados charlaban alegremente, pero no había manera de decir de
dónde venían las voces. Las personas sentadas, de pie, jugando juegos de mesa
o haciendo brindis, cada una de ellas tenía una cara completamente en blanco,
como si estuviera hecha de papel.
–– ¿Qué debemos hacer? ¿Entrar allí y beber con ellos?
Chu Wan Ning no se rió ante el mal intento de broma de Mo Ran, sino que
se centró en el asunto en cuestión con la cabeza baja.
De repente, pasos dispersos vinieron de lejos, y dos largas filas de
personas que se movían en procesión aparecieron en la niebla, dirigiéndose
lentamente hacia la mansión.
Chu Wan Ning y Mo Ran se movieron por reflejo para esconderse detrás
de una gran roca en el jardín. Las filas se acercaron, dirigidas por un par de
sonrientes niño dorado y doncella de jade con rasgos faciales claros y
coloridos; en la penumbra de la noche, se parecían a las muñecas de papel de
niño y niña que fueron quemadas para los muertos.
Cada uno sostenía una vela roja, las velas eran tan gruesas como sus
brazos y decoradas con dragones y fénix entrelazados, desprendían un fuerte
olor a polvo Cai Die mientras se quemaban. Mo Ran casi pierde sus sentidos
por el olor otra vez, pero afortunadamente el dolor sordo de la herida en su
mano donde Chu Wan Ning lo apuñaló antes lo mantuvo en tierra. Él golpeó la
herida de nuevo con una buena medida.
Chu Wan Ning lo miró.
Mo Ran: ––... tos, esto es bastante efectivo.
Hizo una pausa y luego preguntó: –– Shizun, ¿Por qué no necesitas hacer
un agujero en ti mismo para mantener tu conciencia?
Chu Wan Ning: –– El olor no tiene ningún efecto en mí.
–– ¡Ah! ¿Por qué no?
Chu Wan Ning, con un aire de frialdad: –– Mi base de cultivo es fuerte.
Mo Ran: ––…
Dirigidas por el niño dorado y la doncella de jade, las filas caminaron
lentamente por un tramo de escaleras. Chu Wan Ning los observó por un rato
antes de decir en voz baja –– ¿Hm?
Rara vez se sorprendía; Mo Ran siguió su mirada con curiosidad, y
también se sorprendió.
Las filas estaban formadas por cadáveres. Retuvieron sus rasgos faciales
en vida, pero sus ojos estaban cerrados y su piel estaba mortalmente pálida, y
se balanceaban mientras caminaban. La mayoría de ellos eran bastante
jóvenes, probablemente menores de veinte años, tanto hombres como mujeres,
y una silueta entre ellos parecía especialmente familiar:
El hijo mayor de los Chen, que estaba en el ataúd antes, había aparecido de
alguna manera en esta procesión, y caminaba lentamente detrás del extraño
aroma de las velas con los ojos cerrados.
Todos los demás en las filas estaban emparejados, sólo que él era
diferente: no había una persona a su lado, sino una novia fantasma hecha de
papel.
Como si el joven maestro Chen no fuera suficiente, cuando la procesión
avanzó más y vieron a las personas al final de las líneas, el color desapareció
instantáneamente de la cara de Mo Ran.
Shi Mei y Chen-Yao siguieron detrás de las filas de cadáveres con la
cabeza gacha. Sus ojos también estaban cerrados, las caras pálidas, caminando
de la misma manera que los cadáveres que tenían delante, y era imposible
saber si todavía estaban vivos o no.
Mo Ran estaba a punto de perder la razón. Se levantó de un salto y trató de
correr de inmediato, pero fue detenido por el agarre de Chu Wan Ning en su
hombro: –– Espera.
–– Pero Shi Mei...!
–– Lo sé. –– Chu Wan Ning observó cómo avanzaban las líneas
lentamente, y susurró: –– No te apresures. Mira hacia allá, hay una barrera
forzada en el lugar. Si te apresuras, comenzará a gritar, y las cosas quedarán
fuera de nuestras manos si todos los fantasmas sin rostro en el patio atacan a la
vez.
Chu Wan Ning era un maestro en barreras; Sus barreras eran formidables,
y sus ojos agudos. Mo Ran miró y vio que había un velo casi transparente en la
entrada del patio.
Cuando el niño dorado y la doncella de jade llegaron ante el patio,
soplaron suavemente las velas que sostenían para hacer que las llamas ardieran
aún más, luego cruzaron la barrera y entraron en el patio.
Detrás de ellos, uno por uno, los hombres y las mujeres los siguieron a
través de la barrera sin ninguna interferencia. Las personas sin rostro que
bebían en el patio se volvieron para verlos entrar, y comenzaron a vitorear y
aplaudir.
Chu Wan Ning habló: –– Ve, sigue detrás de ellos. Cierra los ojos y no
respires cuando cruces la barrera. Copia lo que hacen los cadáveres sin
importar lo que pase, y absolutamente no hables.
Mo Ran estaba ansioso por salvar a Shi Mei y no necesitaba que él dijera
nada más. Los dos se deslizaron en el grupo de cadáveres. Cada línea tenía el
mismo número de cadáveres.
Chu Wan Ning tomó su lugar detrás de Shi Mei, por lo que Mo Ran solo
pudo alinearse detrás de Chen-Yao. La procesión se movió a un ritmo
agonizante. Mo Ran siguió mirando a Shi Mei, pero sólo podía ver el lado de
su cara pálida y un poco de cuello blanco como la nieve inclinado, indefenso.
Finalmente, al llegar a la barrera, ambos contuvieron el aliento y pasaron
sin incidentes. El patio era aún más grande desde el interior de lo que parecía
desde fuera. Aparte de la mansión de tres pisos decorada con faroles y
pancartas de colores, los lados del patio también estaban llenos de al menos un
centenar de pequeñas habitaciones laterales, cada una con un gran carácter
escarlata "Xi" en la ventana y una linterna roja colgada en la puerta.
De repente, los invitados sin rostro se pusieron de pie ante el sonido de
petardos y chirimías.
Un oficial de ceremonia sin rostro se presentó ante la mansión, anunciando
con entonación vacilante: –– La hora propicia está sobre nosotros, las novias y
los novios han llegado...
Mo Ran se asombró, ¿Qué? ¿Estás filas de cadáveres son novios y novias?
Miró apresuradamente a Chu Wan Ning en busca de ayuda, pero las cejas
del Inmortal Bei Dou estaban fuertemente fruncidas, perdido en sus propios
pensamientos, y ni siquiera le echó una mirada a Mo Ran.
... Mo Ran pensó para sí mismo, los esfuerzos del tío estaban
verdaderamente mal dirigidos, bajar de la montaña para adquirir experiencia
práctica con este tipo de maestro hace más daño a su orgullo que no llevar al
maestro consigo en absoluto.
De repente, un grupo de niños sonrientes corrieron al patio, vestidos de
rojo brillante pero con el pelo atado con cintas blancas. Se amontonaron
alrededor de las dos filas de personas como tantos peces pequeños, cada uno
tirando de una persona hacia las habitaciones en cada lado.
Mo Ran, completamente perdido, articuló a Chu Wan Ning: –– Shizun,
¿Qué hacemos?
Chu Wan Ning negó con la cabeza y señaló hacia los cadáveres que
seguían obedientemente a los niños y niñas pequeños, el significado fue claro,
síguelos.
Al no tener otras opciones, Mo Ran sólo podía tropezar detrás cuando un
niño pequeño con un moño lo llevó a una de las habitaciones. Tan pronto
como entraron, el niño agitó su brazo y la puerta se cerró de golpe.
Mo Ran miró al niño, desconfiando de lo que el pequeño fantasma sin
rostro iba a hacerle.
En la vida anterior, Chu Wan Ning rescató a Shi Mei y atravesó el reino
ilusorio por su cuenta. Mo Ran no tuvo que hacer nada en absoluto y el mal
fue vencido. Después, estaba demasiado ocupado pensando en el dulce regusto
de los labios de Shi Mei como para prestar atención a la explicación de Chu
Wan Ning.
Por eso, dado que la situación resultó diferente, no tenía idea de qué
esperar a continuación y sólo podía prepararse para lo que pudiera ocurrir.
Había un tocador en la habitación con un espejo de cobre, y un conjunto
de túnicas intrincadas con bordados negros y rojos de boda que colgaban
cuidadosamente en un estante.
El niño palmeó el banco, haciendo un gesto a Mo Ran para que se sentara.
Mo Ran observó que los fantasmas aquí no eran demasiado inteligentes.
Bastantes tontos, en realidad. Mientras él no hablara, ni siquiera podían
distinguir a los vivos de entre los muertos. Así que se sentó ante el tocador
como le indicaron, y el niño se acercó para ayudarlo a lavarse y cambiarse...
De repente, una flor Haitang flotó desde la ventana y suavemente aterrizó en el
agua dentro del lavabo.
Los ojos de Mo Ran se iluminaron. Esa flor también fue conocida como
Yu Heng del cielo nocturno, utilizada específicamente por Chu Wan Ning para
la comunicación silenciosa.
Sacó la flor del agua, la flor Haitang floreció instantáneamente en su
palma para revelar una mota de suave luz dorada en su centro.
Recogió la mota de luz entre las puntas de sus dedos y se la puso en la
oreja. La voz de Chu Wan Ning vino desde adentro.
–– Mo Ran, utilicé a Tian Wen para confirmar que este reino ilusorio fue
creado por la maestra de ceremonias de la Ciudad Cai Die. Se las había
arreglado para convertirse en una deidad real debido a recibir el incienso y el
culto de los aldeanos durante cientos de años. Cada matrimonio fantasma la
hace más poderosa, por lo que se deleita en presidir estas ceremonias. Los
cadáveres en las filas son probablemente las parejas de fantasmas de la Ciudad
Cai Die de estos últimos doscientos años, de las bodas que presenciaron. Le
gusta la alegría, por lo que llama a los cadáveres a regresar al reino ilusorio
todas las noches para volver a hacerlo, y se hace cada vez más fuerte.
Mo Ran pensó: ¡Qué desviada!
Si otras deidades se aburrieran, a lo sumo podrían jugar a ser casamenteros
con hombres y mujeres jóvenes. Pero esta maestra fantasma de ceremonias
seguro que era otra cosa, puede tener el cuerpo de una deidad, pero debe
haberse olvidado de crecer una cabeza, tener este tipo de pasatiempo, de jugar
a ser la casamentera de los cadáveres, y no sólo una vez, sino de convocarlos
de sus tumbas todas las noches para que lo hicieran una y otra vez.
¿Son las orgías de cadáveres tan fascinantes?
Esta deidad solterona, qué maldita loca.
Chu Wan Ning: –– Su cuerpo real no está aquí. No actúes
descuidadamente, sólo sigue al niño dorado y a la doncella de jade más tarde,
tendrá que aparecer en persona para absorber la energía de las bodas de
fantasmas.
Mo Ran quiso preguntar: ¿Qué pasa con Shi Mei? ¿Está bien?
–– No hay necesidad de preocuparse por Shi Mei. Tanto él como la señora
Chen están temporalmente inconscientes debido al polvo. –– Chu Wan Ning
fue muy concienzudo y anticipó todo lo que Mo Ran podría preguntar. ––
Cuídate. Me encargaré de todo.
La voz se desvaneció después de eso.
Al mismo tiempo, el niño también terminó de preocuparse por el atuendo
de Mo Ran. Su reflejo en el espejo era hermoso, las comisuras de sus labios se
curvaban naturalmente hacia arriba, los rasgos faciales claros y audaces. El
cuello de la prenda de boda rojo ardiente estaba cuidadosamente doblado, y su
largo cabello estaba arreglado con una cinta blanca para el cabello, que parecía
ser la parte del novio fantasma.
El niño hizo un gesto de invitación, y la puerta cerrada se abrió con un
chirrido. En el pasillo había una fila de cadáveres vestidos con ropa de boda,
hombres y mujeres. Parece que esta maestra fantasma de ceremonias y su
cabeza de barro realmente no entendían la forma de las cosas, simplemente
tomaron cualquier par al azar para realizar la ceremonia de boda, sin
importarle en lo más mínimo si la pareja era hombre y mujer, hombre y
hombre o mujer y mujer.
Sólo había una fila de cadáveres en este corredor, la otra estaba al otro
lado del patio, demasiado lejos para ver si Chu Wan Ning y Shi Mei ya habían
salido.
La fila avanzó lentamente, y la voz del oficial de ceremonia se podía
escuchar una y otra vez desde la mansión mientras las parejas completaban la
ceremonia de boda una por una.
Mo Ran miró a Chen-Yao parada frente a él, y sintió que algo no estaba
bien. Se quedó perplejo por un largo rato, la fila se fue acortando cada vez
más, y cuando sólo quedaban los últimos pares, este sinvergüenza finalmente
lo descubrió: ¡Ah! Con las filas ordenadas así, ¿No significa eso que la mujer
que está frente a él se va a casar con Shi Mei? ¿Y no se emparejará él con el
miserable de Chu Wan Ning? ¡Eso no es aceptable!
Este ex emperador del mundo humano se enojó de inmediato. Frunciendo
los labios hacia abajo, tiró de Chen-Yao hacia atrás sin ceremonias y saltó la
línea para pararse frente a ella.
El niño que estaba a su lado se quedó pasmado, pero Mo Ran
inmediatamente bajó la cabeza y se hizo como un fantasma ahorcado, cayendo
junto con los otros cadáveres. El cultivo del niño dorado y la doncella de jade
no era alto, estaban desconcertados por un momento, pero ni siquiera podían
averiguar dónde había ocurrido el problema, por lo que terminaron sin hacer
absolutamente nada al respecto, como un par de tontos.
Mo Ran estaba bastante contento consigo mismo, y siguió a la fila
alegremente mientras esperaba encontrarse con Shi Mei.
Al mismo tiempo.
Chu Wan Ning miró a Shi Mei de pie frente a él. No había manera de decir
qué peligros podrían venir por delante.
Siempre ha tenido una lengua afilada pero un corazón amable;
independientemente de lo mucho que lo resientan por su dureza, en realidad,
mientras esté aquí, no iba a permitir que sus discípulos se pusieran en peligro.
Por lo tanto, también extendió la mano y sacó al aturdido Shi Mei detrás
de él, cambiando de lugar.
Fue su turno.
Al final del pasillo, un ayudante sostenía una bandeja negra y roja, riendo
mientras Chu Wan Ning se acercaba, el tintineo de la voz de una mujer joven
proveniente de esa cara sin rasgos.
–– Felicitaciones mi señora, felicitaciones mi señora, primer encuentro
como viejos amigos, serenidad hasta la vejez.
La cara de Chu Wan Ning se oscureció instantáneamente.
¿S-señora...? ¿No tienes ojos?
Mirando de nuevo el rostro en blanco del asistente fantasma, se contuvo.
De hecho, no tenía ojos.
El asistente fantasma continuó riéndose mientras levantaba el velo rojo en
la bandeja y cubría la cara de Chu Wan Ning. Entonces su mano helada se
extendió y lo agarró ligeramente con una delicada risa: –– Mi señora, de esta
manera, por aquí por favor.
CAPÍTULO 14: ESTE VENERABLE SE CASÓ.
Todavía podía ver con el delgado velo rojo que colgaba ante sus ojos, pero
la vista era algo confusa. Con el rostro oculto, la expresión de Chu Wan Ning
se compuso mientras dejaba que el asistente fantasma lo guiara hacia el
pabellón de recepción.
Mirando a la persona que está allí de pie a través de la neblina roja, la
temperatura alrededor de Chu Wan Ning bajó instantáneamente varios grados.
Mo Ran también se sorprendió.
No, pero... ¿No debería haber sido Shi Mei?
Un velo cubría la cara de la "novia" ante él vestida de rojo espléndido. No
podía ver el rostro detrás del velo con demasiada claridad, pero no importa
cómo lo viera, definitivamente es el rostro hermoso pero helado de Chu Wan
Ning, que actualmente lo miraba con un aire de disgusto y la intención de
matar.
Mo Ran: ––…
Al principio se quedó estupefacto y luego su expresión comenzó a hacerse
cada vez más complicada. Todo tipo de emociones cruzaron su rostro antes de
finalmente establecerse en una extraña clase de silencio mientras se encontraba
cara a cara con Chu Wan Ning, mirándose con inquietud.
Fue entonces cuando el niño dorado y la doncella de jade detrás de ellos se
rieron y aplaudieron, y luego comenzaron a cantar.
"Agua del Emperador Blanco, olas resplandecientes y luminosas; El
espíritu de las aves los saluda, portando flores entre sus picos. Dentro de este
ataúd, dos se unirán; Dentro de este santuario, dos mentirán. Intención en la
vida, revelada en la muerte. De aquí en adelante, dos pasarán bajo los cielos;
De aquí en adelante en la muerte las almas solitarias nunca se separarán."
Había un par de muñecas de papel masculinas y femeninas ante el altar.
No tenían caras, pero eran benevolentes y lujosamente vestidas, probablemente
para representar a los padres de las parejas fantasmas.
El oficial de ceremonia comenzó a cantar en un bramido sonoro: –– La
nueva novia amorosa escapa de las palabras, mira con ternura desde debajo de
las pestañas bajadas, la seda roja envuelve una delicada sonrisa, que el esposo,
por favor, levante el velo.
––…–– Mo Ran originalmente no estaba dispuesto, pero al escuchar estas
palabras, casi perdió la cabeza tratando de contener la risa.
Jajajaja, la nueva novia amorosa se escapa de las palabras, ¡Jajajaja!
La cara de Chu Wan Ning se puso pálida cuando intentó reprimir su ira,
cerrando los ojos como si eso también pudiera interrumpir su audición.
El asistente fantasma soltó una risita y le entregó a Mo Ran un abanico
plegable; Las palabras para "abanico" y "virtuoso" se pronunciaron igual, para
indicar que este matrimonio estaba predestinado.
–– Novio, por favor levante el velo.
Mo Ran reprimió su risa y lo siguió, usando el abanico para levantar el
velo de seda que colgaba ante los ojos de Chu Wan Ning. Incluso sus pestañas
temblaban por la risa reprimida mientras miraba la conmovedora expresión en
la cara de Chu Wan Ning.
Pareciendo haber sentido su mirada burlona, Chu Wan Ning intentó
soportarlo por un tiempo, pero finalmente falló. Fuego y relámpagos bailaban
en sus ojos cuando se abrieron de golpe con un aura asesina.
Sin embargo, junto con el velo rojo que se aferraba a su cabello y la
prenda escarlata que adornaba su cuerpo, aunque no parecía menos feroz, el
ligero toque de rojo en las esquinas de sus ojos por la ira y el agravio pintó de
forma inesperada una imagen de singular atractivo.
Mirando a ojos como estos, Mo Ran se sobresaltó involuntariamente, con
una sonrisa congelada en su rostro. El Shizun ante él de repente se veía igual
que lo hizo en un momento determinado de la vida pasada, los dos se
superponen en su visión, y de repente no podía decir en qué vida estaba.
Fue sólo un instante, pero Mo Ran se empapó de sudor frío.
Una vez había cometido tres actos despiadados a Chu Wan Ning:
Primero: Asesinato; Él usó la técnica de asesinato en Chu Wan Ning.
Segundo: Humillación; forzó a Chu Wan Ning a saciar sus deseos
carnales.
Tercero...
El tercero fue lo más gratificante que había hecho en su vida anterior, pero
también su mayor pesar al final.
Por supuesto, el emperador del mundo humano nunca admitiría lamentar
ninguna de sus acciones, pero nunca logró escapar del tormento en lo profundo
de su corazón.
Maldita sea. Por qué recordaba ese absurdo pasado. Por qué recordó el
Chu Wan Ning de aquellos días.
Mo Ran sacudió la cabeza y se mordió los labios, tratando arduamente de
borrar el rostro de Chu Wan Ning en sus recuerdos para mirar a la persona que
tenía delante con ojos nuevos.
Chu Wan Ning todavía lo estaba mirando con una mirada de tipo "Te voy
a matar". Mo Ran no quería provocar más a esta difícil persona, por lo que
sólo podía sonreír disculpándose con una cara llena de impotencia.
El oficial de ceremonia habló: –– Novio y novia, realizan el rito Woguan.
El rito Woguan dictó que los recién casados primero deben limpiarse
individualmente y luego lavar las manos del otro.
El asistente fantasma sacó un recipiente de porcelana lleno de agua clara,
levantándolo para invitar a los dos a lavarse las manos, el agua fluyó hacia un
cuenco abajo.
La cara de Chu Wan Ning estaba llena de aversión, teniendo que lavarse a
sí mismo y luego al otro. Mo Ran estaba distraído, y en silencio lavó las manos
de Chu Wan Ning sin hacer un escándalo, pero Chu Wan Ning fue de mal
genio y vertió sin ceremonias todo el cuenco sobre Mo Ran, empapando la
mitad de su manga.
––…
Mo Ran se quedó mirando su manga empapada por un rato. No sabía a
dónde se había alejado su mente, pero estaba tan preocupado que su rostro
apenas mostraba una reacción, sólo una tenue luz que flotaba en las
profundidades de sus ojos negros como la tinta.
Su corazón latía salvajemente mientras pensaba.
Chu Wan Ning no ha cambiado, nunca ha cambiado.
Cada una de sus acciones, cada pensamiento, en su anterior vida y esta,
todo fue exactamente lo mismo, no cambió en lo más mínimo...
Levantó la cabeza lentamente, y por un instante, se sintió como si
estuviera en el Pico Sisheng, parado frente al Salón Wu Shan mientras Chu
Wan Ning caminaba hacia él en un largo tramo de escaleras, y en el momento
siguiente se arrodillaba ante él, esa cabeza orgullosa tocaba el suelo, esa
columna vertebral recta se doblaba, y Chu Wan Ning se postraba ante sus pies
durante mucho tiempo.
–– Rito Woguan completo.
El canto abrupto del asistente fantasma despertó a Mo Ran de sus
recuerdos.
De repente, sus ojos se encontraron con los de Chu Wan Ning, esas
pupilas negras que brillaban con una luz fría como el reflejo de una espada, se
veía bastante aterrador.
Mo Ran: ––…
…Uh, la vida anterior es la vida anterior, algo como hacer que Chu Wan
Ning se arrodille ante él, tendrá que conformarse con sólo pensar en ello en
esta vida, el costo de que esto suceda es realmente demasiado grande...
Después del rito Woguan fue el rito Tong Lao, y luego el rito He Jin.
El asistente fantasma cantó lentamente: –– El esposo y la esposa
comparten una copa de vino, de aquí en adelante hasta el fin del mundo.
Las copas de vino se intercambiaron en el rito He Jin, después de eso se
hizo el ritual de reverencia al cielo y la tierra.
Chu Wan Ning estaba tan enojado que realmente parecía que estaba a
punto de perder la paciencia, sus ojos de fénix se estrecharon peligrosamente.
Cuando todo esto termine, Mo Ran no se sorprendería si al menos cortara a la
maestra de ceremonias.
Pero realmente no podía mirar a Chu Wan Ning demasiado de cerca
cuando era así.
Incluso sólo una mirada extra y corre el riesgo de caer de nuevo en esos
recuerdos caóticos y sucios, de los que es incapaz de liberarse.
–– Primera reverencia -al cielo y la tierra-
Mo Ran pensó que incluso si seguían jugando, con el orgulloso
temperamento de Chu Wan Ning, no había forma de arrodillarse. Pero
inesperadamente, para terminar lo que comenzó, cerró los ojos, frunció el
ceño, pero en realidad se arrodilló, y los dos se arrodillaron juntos.
–– Segunda reverencia -a los padresBien, arrodillarse para las muñecas de papel sin rostro, ¿Se puede llamar a
esos padres?
–– Tercera reverencia, marido y mujer entre sí...
Las gruesas pestañas de Chu Wan Ning colgaban bajas, se giró y se
arrodilló directa y rápidamente sin ni siquiera echar una mirada a Mo Ran,
pero sus dientes estaban bien apretados.
Quién hubiera sabido que los dos tenían una coordinación tan pobre, se
arrodillaron un poco demasiado y sus cabezas se juntaron con un ruido sordo.
Chu Wan Ning aspiró un suspiro por el dolor, sosteniendo su frente y
levantando los ojos llorosos para mirar vengativamente a Mo Wei Yu, quien
también se frotaba la frente.
––…–– Mo Ran sólo pudo decir en voz baja. –– Lo siento.
Chu Wan Ning no habló, su rostro se oscureció y puso los ojos en blanco.
Después de eso se celebró el rito Jie Fa, el oficial de ceremonia cantó: ––
Atar el cabello para convertirse en marido y mujer, nunca debe dudarse del
amor conyugal.–– El asistente fantasma les ofreció un par de tijeras doradas, y
Mo Ran no pudo evitar estremecerse, preocupado de que Chu Wan Ning
podría matarlo a puñaladas en su disgusto. El pensamiento parece haber
pasado por la mente de Chu Wan Ning, pero al final sólo se cortaron un
mechón de cabello y los colocaron en una bolsa de brocado presentada por el
niño dorado y la doncella de jade, para que la "novia" los guarde.
Mo Ran realmente quería preguntar, sé que estás enojado, pero no usarías
mi cabello para maldecirme o hacer una muñeca vudú o algo así, ¿Verdad?
El oficial de ceremonia cantó: –– Ceremonia completa.
Ambos suspiraron aliviados y se levantaron. Pero inesperadamente, la
ceremonia oficial continuó: –– La hora propicia ha llegado, entren en la
cámara nupcial
¡Qué demonios!
Mo Ran se congeló al instante. ¡Casi escupió una bocanada de sangre!
¡Qué clase de broma era esta, si se atrevía a consumar con Chu Wan Ning,
esta boda realmente se convertirá en una maldita boda fantasma! Seguro que el
dicho decía que si uno moría bajo una flor de peonía, uno seguiría siendo
encantador como un fantasma, pero en esta vida quería... ¡No espera, en ambas
vidas quería al virtuoso Shi Mei, no a este demonio de sangre fría Chu Wan
Ning que ataría a cualquiera que lo codiciara y lo arrojaría a un estanque de
lodo!
¿Es demasiado tarde para huir del matrimonio?
CAPÍTULO 15: ESTE VENERABLE PRESENCIA POR
PRIMERA VEZ ESTE TIPO DE NOCHE DE BODAS.
Por supuesto, algo así como huir de la boda era sólo una ilusión. Shi Mei
todavía estaba aquí, así que no puede irse sin importar nada.
Esta maldita maestra fantasma de ceremonias, sin embargo, ¿No es un
poco jodidamente diligente?
Mo Ran tenía el rostro pálido tanto por la ira como por el esfuerzo de
contenerse, refunfuñando en su corazón, no es suficiente con sólo supervisar
los ritos nupciales, ¿Cómo es la noche de bodas tu jodido asunto? ¡Además!
¡Aquí están todos los cadáveres! ¿¡Cómo diablos iba a funcionar la noche de
bodas!?
En cuanto a cómo se veía el rostro de Chu Wan Ning en este momento,
estaba demasiado asustado para mirar, ocupado jugando al tonto con los ojos
pegados a la alfombra. Realmente quería agarrar a esa maestra fantasma de
ceremonias, donde sea que estuviera escondida, y rugir en su cara...
¡MIERDA! ¡TÚ! ¡Tú hija de perra! ¡Muéstrame como se hace entonces!
El niño dorado y la doncella de jade se agruparon alrededor de ellos,
empujándolos hacia la parte posterior del pasillo.
Un ataúd puesto allí, pintado en un escarlata brillante. Era enorme, dos
veces el tamaño de los ataúdes normales, y se veía exactamente como el que
habían desenterrado antes.
Chu Wan Ning murmuró algo en voz baja al comprender.
Mo Ran también lo descubrió poco después, y dejó escapar un gran
suspiro de alivio.
Por supuesto, los muertos no pueden tener una verdadera noche de bodas;
esta llamada noche de bodas probablemente sólo significaba ser sellados en el
mismo ataúd para que estuvieran "Juntos en la muerte".
El niño dorado y la doncella de jade confirmaron sus sospechas: –– La
novia, primero entre en la cámara nupcial.
Chu Wan Ning enderezó sus mangas anchas y se acostó adentro con una
expresión fría.
–– A continuación, el novio, por favor entre en la cámara nupcial.
Mo Ran agarró el borde del ataúd y parpadeó; Chu Wan Ning ya había
ocupado más de la mitad del espacio interior. El ataúd puede ser espacioso,
pero aun así es un poco apretado para dos hombres enteros. Entró al interior,
inevitablemente acostado sobre la ropa extendida de Chu Wan Ning y sacando
una mirada furiosa del otro.
El niño dorado y la doncella de jade rodearon el ataúd y comenzaron a
cantar de nuevo, era la misma misteriosa y triste elegía de antes.
"Agua del Emperador Blanco, olas resplandecientes y luminosas. El
espíritu de las aves los saluda, portando flores entre sus picos.
Dentro de este ataúd, dos se unirán. Dentro de este santuario, dos
mentirán.
Intención en la vida, revelada en la muerte.
De aquí en adelante, dos pasarán bajo los cielos. De aquí en adelante en la
muerte las almas solitarias nunca se separarán."
La canción terminó, los niños se colocaron uno a la izquierda y otro a la
derecha, empujando lentamente la tapa del ataúd en su lugar. Con un ruido
sordo, estaban rodeados por la oscuridad total.
Chu Wan Ning y Mo Ran fueron sellados dentro del ataúd.
El ataúd era lo suficientemente grueso como para que pudieran hablar en
voz baja sin ser escuchados desde el exterior. Chu Wan Ning levantó la mano
y colocó una barrera de insonorización para asegurarse de que definitivamente
no serían escuchados. Habiendo hecho todo eso, lo primero que dijo fue: ––
Muévete, estás en mi brazo.
Mo Ran: ––…
¿No hay cuestiones más apremiantes que "Estás sobre mi brazo" que
deberían discutirse ahora?
A pesar de la queja interna, Mo Ran todavía se movió.
–– Muévete más, no hay espacio para mis piernas.
Moverse más.
–– ¡Muévete más! ¡Estás justo al lado de mi cara!
Mo Ran se quejó, agraviado: –– Shizun, ya estoy contra el costado, ¿Qué
más quieres?
Chu Wan Ning finalmente lo dejó y se quedó en silencio.
Mo Ran estuvo apretado en la esquina por un rato antes de que el ataúd se
sacudiera de repente, fue levantado por personas en el exterior que
comenzaron a moverse lentamente en una dirección desconocida, meciendo el
ataúd con cada paso. Mo Ran se esforzó por escuchar los sonidos del exterior
mientras él se enfurecía, pensando en cómo Shi Mei estaba probablemente
atrapado en un ataúd con Chen-Yao en este momento, pero no había nada que
pudiera hacer al respecto.
La barrera de Chu Wan Ning era poderosa, evitando que los sonidos del
interior salieran a la vez que permitían que pasaran los sonidos del exterior.
Los sonidos de petardos y chirridos se podían escuchar a través de la pared del
ataúd. Mo Ran preguntó: –– Este grupo de fantasmas y demonios seguramente
están aburridos, ¿A dónde están llevando estos ataúdes?
Estaba demasiado oscuro dentro del ataúd para ver la cara de la otra
persona, por lo que sólo podía escuchar su voz: –– Es lo mismo que la
tradición de la Ciudad Cai Die, el destino debe ser el templo fuera de la
ciudad.
Mo Ran asintió y se concentró en escuchar un rato: ––…Shizun, parece
que hay más y más pasos afuera.
–– Los fantasmas viajan por la noche, todos los ataúdes se llevarán juntos.
Si mi suposición es correcta, la maestra de ceremonias aparecerá en su
verdadera forma en el templo para atraer los "méritos" de las parejas recién
casadas.
Mo Ran preguntó: –– ¿La gente no notará que cientos de ataúdes son
transportados por la ciudad?
–– Ellos no lo harán. –– Chu Wan Ning respondió: –– Los ataúdes son
llevados por los fantasmas dorados y las doncellas de jade. La gente común no
puede ver objetos llevados por fantasmas.
Mo Ran preguntó: –– ¿Cómo estás tan seguro de eso?
Chu Wan Ning: –– Usé a Tian Wen para interrogar a un niño fantasma
dorado en el vestidor antes.
Mo Ran: ––…
Se quedaron en silencio por un rato antes de que él cuestionara: –– ¿Cuál
fue el trato con ese ataúd rojo en la montaña entonces, con el joven maestro
Chen en él? ¿Y por qué la gente sigue muriendo en la familia Chen?
Chu Wan Ning: –– No estoy seguro.
Mo Ran se sorprendió un poco: –– ¿El niño dorado no te lo dijo?
Chu Wan Ning: –– El niño dorado fantasma dijo que tampoco sabía.
Mo Ran: ––…
Volvió a estar tranquilo por un rato, luego Chu Wan Ning habló: –– Pero
creo que esa familia nos está ocultando algo.
–– ¿Por qué dices eso?
–– Recuerda, aunque lo que está consagrado en ese templo exuda energía
maligna, todavía es un ser que se ha cultivado en una deidad y depende de la
adoración de la gente para crecer.
Mo Ran nunca prestó atención a las lecciones de Chu Wan Ning en su vida
anterior, por lo que terminó sin tener una gran cantidad de los conocimientos
generales básicos necesarios para manejar ciertos asuntos más adelante. Pensó
que tal vez debería ser realmente modesto y buscar alguna instrucción en esta
vida, y le preguntó: –– ¿Qué tienen de importante las deidades?
––… ¿Qué estabas haciendo durante la lección del mes pasado sobre las
diferencias entre deidades, fantasmas, dioses y demonios?
Mo Ran pensó para sí mismo: este venerable renació, ¡Por supuesto que
este venerable no recordaría lo que estaba haciendo durante una lección de
hace más de diez años! Pero probablemente estaba metiendo sus pies debajo
de la mesa, leyendo "Las aventuras de los nueve dragones y un Fénix",
mirando a Shi Mei mientras estaba perdido en sus pensamientos o mirando
fijamente el cuello de Chu Wan Ning mientras gesticulaba secretamente las
diversas formas de cortar la cabeza de esa persona.
Chu Wan Ning reprendió: –– Copia 'Registro de conocimiento de los Seis
Reinos' diez veces como castigo cuando regresemos.
––…Oh.
El precio por saltarse las clases, que agonía.
–– Las deidades se diferencian de los dioses. Los dioses pueden actuar
como les plazca, pero las deidades no pueden inmiscuirse en los asuntos
mortales sin que se les pida que lo hagan.
Mo Ran sintió que un escalofrío le recorría la espalda: –– ¿Lo que
significa que mató a los miembros de la familia Chen a instancias de una
persona?
La voz de Chu Wan Ning sonaba ominosa en la oscuridad.
–– El suplicante puede no ser necesariamente una persona viva.
Mo Ran abrió la boca para hacer más preguntas, pero antes de que pudiera
hacerlo, el ataúd se sacudió bruscamente y se inclinó hacia la izquierda, tal vez
porque el niño dorado y la doncella de jade que llevaban el ataúd se
encontraron con una colina o algo así.
Con la repentina sacudida, el resbaladizo interior y la falta completa de
algo a lo que agarrarse, Mo Ran se volcó y golpeó firmemente en el pecho de
su Shizun.
–– Nn...
Mo Ran se puso una mano sobre la nariz adolorida y levantó la cabeza,
desorientado, pero un poco de la débil fragancia de las flores Haitang flotó en
su nariz. El olor era ligero como la niebla al amanecer, con un toque de frío
nocturno. Tales olores generalmente arruinaban a la gente en una bruma, pero
esta era limpia y refrescante, y en cambio, despejaba la cabeza.
Mo Ran se congeló, y de inmediato se puso duro.
Él no podría estar más familiarizado con esta fragancia. Era el olor de Chu
Wan Ning. Pero para Mo Ran, este olor siempre estaba entrelazado con el
deseo.
Entonces, y allí, una cierta depravación profundamente arraigada, como un
incendio forestal lo golpeó como un rayo, disparándole directamente a la
cabeza.
CAPÍTULO 16: ESTE VENERABLE ESTÁ
ATURDIDO.
Mo Ran realmente no puede ser culpado por ser tan bestial; atrapado en un
espacio estrecho con alguien que se ha acostado contigo innumerables veces,
sin importar si fue sincero o fingido, por venganza o cariño, oliendo su aroma
familiar, los pensamientos de cualquier otra persona también vacilarían en una
situación como esta.
Además, Mo Ran era un reprobado para empezar.
Shi Mei era su luz de luna, no tenía el corazón para tocarlo, no podía
arriesgarse a arruinarlo.
Pero no tuvo reparos en destruir a Chu Wan Ning. Hacia Chu Wan Ning,
podía descargar todas sus inmoralidades, deseos bestiales y salvajismo sin
restricciones.
Moler a esta persona en polvo, acorralarlo, despedazarlo, atravesarlo,
someterlo a todo lo que nunca se le ocurriría hacerle a Shi Mei.
En la vida pasada, cada vez que veía a Chu Wan Ning con la cabeza
echada hacia atrás, con el cuello al descubierto y la punta de su garganta
moviéndose, sentía que podría perderse y convertirse en una bestia sedienta de
sangre, consumida por el deseo de abrirle la garganta, chorrear su sangre y
aplastar sus huesos.
No le importaba Chu Wan Ning, por lo que no le ocultó nada.
Incluso su cuerpo desarrolló un hábito de todo lo profanador; sólo el olor
de Chu Wan Ning encendería un fuego en su abdomen y haría que su corazón
le picara, lo que le haría querer atar a esta persona a la cama y follarla.
Los frenéticos latidos de Mo Ran se podían escuchar en el silencio del
ataúd.
Sabía que la cara de Chu Wan Ning estaba en algún lugar cerca, podía
sentir su respiración. Si él se lanzara hacia adelante para morderlo ahora, Chu
Wan Ning no podría escapar, pero...
No importa.
Mo Ran se arrastró hacia atrás lejos de Chu Wan Ning con mucha
dificultad, el ataúd realmente estaba apretado.
–– Lo siento, Shizun.–– Mo Ran se rió con torpeza. –– No esperaba que el
ataúd...!
Mientras hablaba, el ataúd se inclinó de nuevo. Mo Ran rodó a los brazos
de Chu Wan Ning una vez más.
Chu Wan Ning: ––…
Mo Ran retrocedió de nuevo, y el ataúd se sacudió de nuevo. Esto se
repitió una y otra vez.
–– ¿Me maldijeron o qué?–– Mo Ran se alejó una vez más.
El niño dorado y la niña de jade probablemente estaban subiendo una
pendiente. Estaba demasiado resbaladizo dentro del ataúd, y Mo Ran rodó sin
poder hacer nada hacia Chu Wan Ning de nuevo en poco tiempo.
–– Shizun...–– Mo Ran se mordió el labio, poniendo aires lamentables.
Este chico nació con miradas atractivas, podría esconder su cola de lobo y
hacer un convincente acto de cachorro si se lo propusiera.
Chu Wan Ning no dijo nada.
Mo Ran realmente no quería rodar más, así que simplemente renunció a
luchar por eso: –– Realmente no lo estoy haciendo a propósito.
Chu Wan Ning: ––…
Mo Ran continuó en voz baja: –– Las heridas en mi espalda me dolieron
por golpear la pared...
En la oscuridad, Chu Wan Ning pareció suspirar suavemente. Los gongos
y tambores de afuera eran demasiado fuertes, y Mo Ran no podía estar seguro
de si había oído bien.
Pero en el siguiente momento, el olor a las flores Haitang se hizo más
fuerte cuando Chu Wan Ning colocó su mano detrás de la espalda de Mo Ran
para bloquear la brecha allí, de modo que no se tope con ella nuevamente.
No fue un abrazo, Chu Wan Ning sostuvo su brazo a cierta distancia y se
aseguró de no hacer ningún contacto con el cuerpo de Mo Ran, sólo su ropa
cubriendo a Mo Ran, pero esta posición aún era un poco íntima.
–– Ten cuidado, no lo golpees de nuevo. –– Su voz era profunda, como
porcelana sumergida en un arroyo, firme y digna; Hubiera sido sorprendente si
uno escuchara sin un velo de odio.
–– Mn.
Nadie habló después de eso.
Mo Ran todavía era un adolescente en crecimiento en este momento, no
tan alto como lo sería un adulto. En este momento, en los brazos de Chu Wan
Ning, su frente sólo alcanzó su barbilla.
Este tipo de sentimiento era muy familiar, pero también muy desconocido.
La parte familiar era la persona que yacía a su lado.
La parte desconocida era la posición en la que estaban.
En la vida anterior, no hace mucho tiempo, siempre había estado acostado
en el Salón Wu Shan del Pico Sisheng, un Taxian-jun solitario sin nadie a
quien acudir, en una oscuridad tan interminable que apenas podía respirar,
sosteniendo a Chu Wan Ning con fuerza en sus brazos.
Ya era más alto que Chu Wan Ning en ese momento, más fuerte que su
Shizun. Sus brazos eran como abrazaderas, como grilletes, que se aferraban al
poco de calor restante en sus brazos, como si se sostuviera la última brasa de
fuego en este mundo.
Bajó la cabeza para besar el negro cabello como la tinta de Chu Wan Ning,
luego se inclinó hacia abajo, insaciable, y se acurrucó en el hueco de su cuello,
mordiendo, royendo sin piedad.
–– Te odio, Chu Wan Ning. Realmente te odio mucho.
Su voz era un poco ronca.
–– Pero eres todo lo que me queda.
Mo Ran fue sacado abruptamente de sus recuerdos por una serie de
choques y golpes. Los sonidos de los gongos y tambores se detuvieron, y un
silencio mortal se apoderó de todo.
–– Shizun...
Chu Wan Ning extendió la mano y se llevó un dedo a los labios,
advirtiendo en voz baja: –– No hables. Están aquí.
Efectivamente, no había más pasos afuera, sólo silencio.
La punta de los dedos de Chu Wan Ning se iluminó con una tenue luz
dorada, y un corte en la pared del ataúd abrió un estrecho hueco, lo suficiente
para que pudieran mirar afuera.
De hecho, los habían llevado a las afueras de la Ciudad Cai Die. El frente
del templo ya estaba densamente lleno de ataúdes, y la fuerte esencia de la
fragancia Bai Die en el aire se hizo aún más pesada, a través de la abertura
hacia el ataúd.
Mo Ran de repente se dio cuenta de que algo no estaba bien: –– Shizun,
¿Parece que este olor, y el del reino ilusorio también, son exactamente el
mismo olor que el del ataúd del joven maestro Chen?
––... ¿Cómo es eso?
Mo Ran tenía un agudo sentido del olfato: –– En la montaña del norte
antes, cuando el ataúd se abrió por primera vez, el olor que se desprendía olía
agradable y no me causaba ninguna molestia, esa era seguramente la fragancia
Bai Die. Pero desde que entramos en el reino ilusorio, seguía sintiendo que el
olor, aunque similar, era algo diferente, pero no lograba identificarlo, pero
ahora... creo que sé lo que es.
Chu Wan Ning se volvió para mirarlo: –– ¿No te gusta este olor?
Mo Ran todavía estaba presionado contra la abertura, mirando hacia
afuera: –– Mn. Odio el olor a incienso desde que era pequeño. El olor aquí y
en el reino ilusorio no es la fragancia Bai Die, sino el aroma del incienso
especial que la gente de la Ciudad Cai Die quema para la maestra fantasma de
ceremonias. Mira allá...
Chu Wan Ning siguió su mirada y vio tres palitos de incienso en el
quemador de incienso frente al templo, su aroma se difundía pausadamente en
el flujo de aire.
La gente de Cai Die hizo todo tipo de productos perfumados con flores,
incluso su incienso fue producido localmente. Dado que todo estaba hecho de
flores cultivadas en la ciudad, los olores resultantes eran muy similares a las
personas que no estaban familiarizadas con el arte.
Chu Wan Ning reflexionó: –– ¿Podría ser que el aroma en el ataúd del
joven maestro Chen en realidad no tenga nada que ver con el de la ilusión?
Antes de que pudiera terminar de reflexionar sobre este nuevo detalle, sus
pensamientos fueron interrumpidos por una penetrante luz roja desde el
interior del templo. Ambos miraron en esa dirección para ver la luz brillando
resplandeciente, iluminando toda el área. Una hilera de lámparas de loto rojas,
usadas para hacer deseos, se sentaban en un soporte al lado del templo; Una
por una, todas se iluminaron.
Los niños fantasmas que escoltaban a los ataúdes se arrodillaron todos a la
vez, cantando: –– La maestra de ceremonias ha descendido, oramos para que
guíe a estas almas solitarias a escapar del sufrimiento y encuentren
compañeros, se unan en el entierro, y se acompañen en el más allá.
La estatua de la maestra fantasma de ceremonias dentro del templo emitió
una sagrada luz dorada en medio del canto atronador, luego bajó los párpados,
las comisuras de sus labios se movieron lentamente y saltó con gracia del altar.
Movimiento elegante, rodamiento equilibrado.
Desafortunadamente, el cuerpo, hecho de arcilla, era demasiado pesado, y
la joven doncella aterrizó con un ruido sordo y estrelló un enorme cráter en el
suelo.
Mo Ran: –– Pfft...
Chu Wan Ning: ––…
La maestra fantasma también parecía estar consciente de ello. Se quedó
mirando el cráter durante bastante tiempo antes de salir con pasos lentos y
deliberados, reorganizando su ropa.
Su apariencia era la de una doncella envuelta en rojos ricos, cara pintada
con maquillaje y una hebra de ciprés en su cabello, con un aspecto bastante
festivo. En la oscuridad de la noche, giró el cuello hacia un lado y luego hacia
el otro, y se detuvo frente a los cien ataúdes. La brisa estaba impregnada con el
hedor de la podredumbre de los cadáveres; su estado de ánimo parecía
mejorar, y lentamente extendió sus brazos, dejando escapar un sonido de risa
"jeje”.
–– A todos los que creen en mí y me adoran se les otorgará una pareja en
matrimonio, cumpliendo con lo que se les negó en la vida. –– La voz delicada
se desvió en la noche, y los fantasmas y monstruos comenzaron a inclinarse
con gratitud.
–– La maestra de ceremonias bendice...
–– La maestra de ceremonias reza para otorgar matrimonios.
Tales súplicas vinieron ola tras ola; la maestra fantasma parecía encantada
mientras se movía lentamente entre las filas de ataúdes, arrastrando sus largas
uñas pintadas de color escarlata a lo largo de ellas, el sonido era agudo y
penetrante para las orejas.
Mo Ran preguntó: –– Shizun, recuerdo que mencionaste antes que los
monstruos, las deidades, los fantasmas, los dioses, los demonios y los humanos
ocupaban sus propios reinos. ¿Por qué esta deidad anda con los fantasmas aquí
abajo en lugar de vivir en el Noveno Cielo arriba?
–– Debido a que está a cargo de los matrimonios de fantasmas, y se
sustenta en la adoración de los fantasmas. –– Chu Wan Ning respondió: ––
Los fantasmas le otorgan inmensos méritos, de lo contrario no se habría
convertido en una deidad en unos pocos cientos de años. Con un arreglo tan
ventajoso, naturalmente es un placer mantener la compañía de estos "amigos"
del inframundo.
La maestra fantasma dio vueltas alrededor del grupo de ataúdes y regresó
al frente, la delicada voz sonó una vez más: –– A cada ataúd que se abrirá se le
otorgará un matrimonio. Empezando de la izquierda.
Siguiendo su orden, el primer ataúd en el lado izquierdo se abrió
lentamente, un par de un niño dorado y una niña de jade se inclinaron
respetuosamente a su lado. Los cadáveres del interior salieron inestablemente,
sus caras se veían incluso más pálidas contra el rojo vibrante de sus prendas de
boda.
La pareja se dirigió lentamente hacia la maestra fantasma y se arrodilló.
La maestra fantasma puso su mano entre ellos y habló: –– Como la
maestra de ceremonias, les confiero un matrimonio póstumo. De ahora en
adelante ustedes son marido y mujer, hombre y mujer felices en la unión.
Mo Ran puso los ojos en blanco y murmuró: –– No hables poéticamente si
no sabes cómo. Estos votos matrimoniales suenan obscenos.
Chu Wan Ning comentó fríamente: –– Tienes bastante imaginación
indecente.
Mo Ran se calló.
Pero, en poco tiempo, la maestra de ceremonias demostró sin demora que,
de hecho, el indecente aquí no era Mo Ran, sino esta deidad a cargo de los
matrimonios de fantasmas.
Era como si la pareja de cadáveres recién casados hubiera consumido
afrodisíacos; claramente ya estaban muertos, sin embargo, rasgaban la ropa del
otro, besándose y abrazándose en un frenético enredo en ese mismo momento,
descaradamente al aire libre delante de todos.
Chu Wan Ning: ––…
Mo Ran: ––…
–– Como la maestra de ceremonias, les concedo las alegrías del orden
natural. ¡Yin y Yang pueden aparearse, la vida o la muerte no importan!
El chillido de la maestra fantasma se hizo cada vez más agudo y altanero.
Los movimientos de los cadáveres también se hicieron cada vez más
exagerados. El cadáver masculino se despojó de sus ropas y era ridículamente
vigoroso, no era diferente de una persona viva.
Mo Ran estaba totalmente aturdido: ––… ¿No puedes simplemente…
mierda… hacer eso?
CAPÍTULO 17: EL SHIZUN DE ESTE VENERABLE
FUE HERIDO, ESTE VENERABLE REALMENTE...
¿Qué hace esta maestra fantasma?, ¡Incluso siendo maestra de ceremonias,
cambia su carrera y vende afrodisíacos en su lugar! Los afrodisíacos de otras
personas pueden, en el mejor de los casos, hacer que una persona viva
marchita muestre algunas proezas masculinas, pero estos dioses y deidades son
realmente otra cosa, un leve movimiento de la mano e incluso una persona
muerta puede levantarse, ¡Verdaderamente milagrosa!
Justo cuando estaba empezando realmente el show, Chu Wan Ning de
repente extendió la mano y cubrió las orejas de Mo Ran.
Mo Ran: –– ¿Eh?
La expresión de Chu Wan Ning estaba congelada: –– No mires esa
obscenidad.
–– ¿Pero por qué estás cubriendo mis oídos en lugar de mis ojos?
Chu Wan Ning, inexpresivo: –– No mires ni escuches, tú mismo puedes
cerrar los ojos.
Mo Ran: –– Pfft. Shizun, realmente eres...–– Echa un vistazo a tu propia
cara sonrojada, incluso tus orejas son rojas, quien debería estar cerrando los
ojos aquí eres claramente tú.
Mo Ran no pudo evitar sentir diversión. Chu Wan Ning fue una persona
hecha de hielo y nieve, que nunca ha visto una sola pintura erótica; para tener
que presenciar un enganche en lugares tan cercanos ahora, puede que
simplemente se ahogue.
La pareja muerta casi parece cobrar vida mientras se atornillan, incluso sus
gargantas rígidas que no deberían ser capaces de producir ningún ruido de
alguna manera comenzaron a hacer gemidos y jadeos reales.
Chu Wan Ning parecía disgustado y se apartó de la vista.
La diversión de Mo Ran sólo creció. Con una sonrisa maliciosa, se estiró
para voltear su rostro hacia atrás con toda intención de burlarse.
Chu Wan Ning retrocedió de inmediato como si le picaran: –– ¿Qué estás
haciendo?
–– Nada en absoluto.–– La voz de Mo Ran era dulce como la miel con un
toque de burla mientras lo miraba.
¿Cuántos años tienes ya, con la cara roja por estas cosas…
Oh, espera, es más como verde y rojo al mismo tiempo. Bastante hilarante
en realidad.
–– Shizun, ¿No nos enseñaste a asegurarnos siempre de las capacidades
del oponente antes de comprometernos? Al menos tienes que mirar y ver las
capacidades de la maestra fantasma.
–– ¿Qué hay para ver? No estoy mirando.
Mo Ran suspiró: –– ¿Cómo es tu cara tan delgada?
Chu Wan Ning replicó: –– ¡El libertinaje es sucio, dañino para los ojos!
–– Supongo que tendré que mirar entonces.–– Dijo Mo Ran mientras yacía
descaradamente, mirando afuera y proporcionando un comentario continuo de
"ah" "wow" "impresionante", "vaya" y así sucesivamente. Chu Wan Ning vio
rojo, bramando en voz baja: –– ¡Mira si quieres, no hables!
Mo Ran jugó inocente: –– Pensé que querrías saberlo.
Chu Wan Ning finalmente no pudo soportarlo más. Agarrando a Mo Ran
por el cuello, siseó con los dientes apretados: –– ¡Si haces un sonido más, te
echaré para alimentar a los muertos!
Mo Ran se divirtió mucho; A Chu Wan Ning, realmente no puedes
empujarlo demasiado lejos a menos que quieras el servicio completo de Tian
Wen, por lo que Mo Ran mostró cierta moderación y obedientemente se quedó
allí observando sin hacer ruido.
Cuando el placer de la pareja fantasma alcanzó su punto máximo, el
hombre soltó un rugido grave y se espamó sobre el cadáver femenino. Una
brizna de humo verde se levantó repentinamente de sus cuerpos, y la maestra
fantasma abrió su boca, succionándola con avidez hasta que se consumió hasta
el último zarcillo de humo. Se limpió las comisuras de la boca con
satisfacción, sus ojos brillando.
Parece que ese es el "Mérito" de las parejas de fantasmas que aumentan su
cultivo.
–– Jaja, Jajaja…–– Habiendo probado, la maestra fantasma estaba radiante
aún más. Cuando volvió a hablar, su débil voz a la deriva se había vuelto
mucho más clara; gritó, bramó, como si su aguda voz pudiera atravesar la
noche interminable. –– ¡Levántense! ¡Levántense! ¡Todos ustedes solteros y
solteras! ¡Les concedo las bendiciones de la intimidad! ¡Me proporcionarán
adoración a cambio! ¡Arriba! ¡Arriba! ¡Todos ustedes, arriba!
El corazón de Mo Ran latía con fuerza: mierda…
¿Qué es lo que planea hacer?
La sacudida simultánea de los cientos de ataúdes a su alrededor confirmó
los peores temores de Mo Ran. ¡La maestra fantasma iba a llamar a las parejas
en todos los ataúdes para poder consumir todos los méritos a la vez!
Esto no era un asunto de broma, Mo Ran tiró de Chu Wan Ning: ––
Shizun!
–– ¡Qué es esta vez!
–– ¡Deprisa! ¡Tenemos que salir de aquí! ¡Shi Mei está atrapado con esa
mujer Chen!–– Mo Ran estaba fuera de sí con pánico. –– ¡Tenemos que
apresurarnos y salvarlo!
Chu Wan Ning miró hacia afuera; ¿Quién hubiera pensado que la maestra
fantasma tendría tanto apetito, saltándose parejas individuales para comérselo
todo de una vez?
Los ataúdes que los rodeaban se sacudían cada vez más violentamente
cuando las parejas de matrimonios fantasmas en el interior se veían obligadas
a hacer la acción. Chu Wan Ning se atragantó con el pensamiento, el color
desapareció de su rostro aún más. Justo entonces, la radiante maestra fantasma
parecía sentir algo; su cabeza se torció bruscamente, un par de ojos negros y
sin pupilas pasaron por encima del resto para mirar directamente al ataúd de
Mo Ran y Chu Wan Ning.
Puede que no sea inteligente, pero podría sentir la ausencia de la energía
venérea familiar de ese ataúd.
No hay adoración.
No hay...
¡Están vivos!
Su espalda se arqueó abruptamente y cargó, chillando, con su ropa
ondeando detrás de ella, y un par de garras rojas como la sangre, afiladas
directamente atravesaron la madera del ataúd.
El ataque fue demasiado repentino, Mo Ran no tuvo tiempo de esquivar o
defenderse, y además, casi no había espacio para comenzar el movimiento
dentro del ataúd. Justo cuando cinco nuevos agujeros estaban a punto de ser
agregados a su cabeza por las garras óseas, fue repentinamente desplazado
hacia abajo... Chu Wan Ning lo había recogido rápidamente en sus brazos,
cubriéndolo con su propio cuerpo. ¡Las cinco garras de la maestra fantasma se
hundieron brutalmente en el hombro de Chu Wan Ning!
¡Profundo hasta los huesos!
––…
Chu Wan Ning dejó escapar un gemido silencioso, pero lo soportó sin
gritar. Su mano ilesa brillaba con un hechizo de silencio mientras presionaba
un dedo en los labios de Mo Ran, bloqueando el sonido que estaba a punto de
hacer.
Las garras de la maestra fantasma se clavaron en la carne de Chu Wan
Ning, rasguñando y rasgando.
Tenía arcilla por cabeza, y sólo podía distinguir a los vivos de entre los
muertos por el sonido. Siendo así la situación, Chu Wan Ning realmente no
hizo un sólo ruido mientras la sangre brotaba de su hombro. Mo Ran no podía
ver su herida desde donde estaba presionado contra su pecho, pero claramente
podía sentirlo temblando...
¿Vivo o muerto? No había manera de que una persona viva no hiciera
ningún ruido por esto. La maestra de los fantasmas no podía dar sentido a las
cosas, las garras en el hombro de Chu Wan Ning brutalmente cavando,
rasgando.
Pero aun así no vaciló, mordiéndose el labio mientras protegía al discípulo
en sus brazos, como si realmente se hubiera convertido en un cadáver,
bloqueando la abertura en el ataúd como metal forjado.
La maestra fantasma finalmente pareció satisfecha de que la gente que
estaba dentro no podría estar viva. Sacó bruscamente sus garras, salpicando
sangre, acompañado por el sonido pegajoso de los dedos deslizándose contra
la carne y el hueso, haciendo que el cabello se erizara.
Toda la fuerza se drenó del cuerpo tenso de Chu Wan Ning a la vez. Soltó
a Mo Ran, jadeando en voz baja.
El olor a sangre dentro del ataúd era sofocante.
Mo Ran levantó la cabeza. Por la luz tenue que fluía a través de los
agujeros, podía ver las pestañas bajadas de Chu Wan Ning y la humedad en
aquellos ojos silenciosos.
Ese par de ojos de fénix se empañaron de dolor, pero fue aún más feroz y
testarudo, con capas de humedad…
Mo Ran quería hablar, pero Chu Wan Ning negó con la cabeza y mantuvo
el hechizo de silencio en sus labios. Pasó un rato antes de que él dejara escapar
un lento suspiro y escribiera en el dorso de la mano de Mo Ran con un dedo
tembloroso: –– La barrera se ha roto, no hables.
Afuera, la maestra fantasma inclinó su cabeza, incapaz de entender por
qué las personas que están adentro definitivamente no estaban vivas, pero se
negaron a obedecer sus órdenes, sin sentir ninguna adoración por ella.
Chu Wan Ning vislumbró a través de la grieta, una luz dorada envolvía su
mano ilesa cuando apareció una vid de sauce, la luz del fuego corría a través
de ella.
Entrecerró los ojos, con Tian Wen en mano.
¡Y en el siguiente momento estalló el ataúd!
El ataúd se separó y Chu Wan Ning voló como un relámpago, Tian Wen
atacó con una precisión perfecta para envolver el cuello de la maestra fantasma
mientras dejaba escapar un chillido que perforaba las orejas…
–– ¡Quién eres tú! ¡Cómo te atreves!
La respuesta de Chu Wan Ning fue una sola palabra: –– ¡Lárgate!
Las batas de boda carmesí bramaban como olas de nubes. ¡Había
aguantado todo para que este golpe contara, y Tian Wen se retorció con
brutalidad, rompiendo directamente el cuello de la maestra fantasma!
Una densa niebla roja mezclada con un extraño perfume brotó del cuello
cortado. Chu Wan Ning retrocedió rápidamente para evitarlo, gritando una
orden: –– ¡Mo Ran! ¡Mil golpes!
Mo Ran estaba listo esperando. Al escuchar la orden, canalizó la energía
espiritual en la hoja oculta en su manga y dirigió el golpe al cuerpo de la
maestra fantasma que estaba a tientas por su cabeza.
El cuerpo de barro se agrietó, revelando su verdadero cuerpo translúcido
que irradia una luz roja en él. Chu Wan Ning levantó a Tian Wen de nuevo y
arrancó el espíritu celestial de la maestra fantasma. Un grito vino desde dentro
de ese cuerpo sin cabeza: –– ¡Cómo te atreves! ¡Cómo te atreves! ¡Levántate!
¡Levántate! ¡Mátalos! ¡Mátalos!
Ojos rojos como la sangre se iluminaron repentinamente en los rostros sin
rasgos de esos chicos dorados y chicas de jade, cientos de ellos chillando
mientras se lanzaban hacia Mo Ran y Chu Wan Ning.
Los ataúdes en el suelo también se rompieron uno tras otro, los cadáveres
dentro de pie y corriendo hacia los dos como una marea.
La mirada de Mo Ran se deslizo rápidamente entre la multitud, buscando a
Shi Mei. Chu Wan Ning dijo ásperamente: –– ¡Qué estás haciendo mirando a
los muertos! ¡Date prisa y defiéndete!
En el caos de la batalla con la maestra fantasma, habían terminado de pie
sobre un ataúd, con los cadáveres en movimiento lento reunidos a su
alrededor. Mo Ran encendió un puñado de talismanes de exorcismo y los
arrojó, las explosiones siguieron, pero había demasiados, una ola derrotada
rápidamente reemplazada por la siguiente.
Mo Ran estaba perdiendo la cabeza: –– ¿Por qué hay tanta gente muerta en
la Ciudad Cai Die? ¿¡Cuántas parejas de matrimonios fantasmas hay!?
Chu Wan Ning se agravó: –– ¡Mira la cultivación de esta maestra
fantasma, por supuesto que no habría tantos jóvenes muriendo por causas
naturales! ¡Ocho o nueve de cada diez fueron probablemente hechizados para
suicidarse! ¡Ataca por aquí!
Mo Ran lanzó otro talismán en la dirección que Chu Wan Ning indicó,
huesos blancos y carne podrida volaron por la explosión.
–– ¿Cómo es que esta maestra fantasma no está muerta por eso?
–– Las armas normales no pueden dañarla.
–– Entonces, ¿Qué hay de Tian Wen?
Chu Wan Ning estaba indignado: –– ¿No ves que Tian Wen la está atando
ahora mismo? ¡Esta cosa es extremadamente rápida, si la libero,
probablemente se habrá escapado antes del próximo azote!
Más y más cadáveres se amontonaban. Mo Ran buscó a Shi Mei entre la
multitud mientras los eliminaba por temor a lesionarlo accidentalmente. Un
niño dorado se lanzó contra él y lo mordió salvajemente en la pierna, maldijo
en voz baja y lanzó un talismán en la cara antes de patearlo entre la multitud
de cadáveres donde explotó con un fuerte golpe.
Chu Wan Ning: –– ¿Ya ves a Shi Mei y la señora Chen?
Mo Ran buscó frenéticamente antes de finalmente detectar dos figuras
oscilantes en la distancia, exclamando: –– ¡Los veo!
–– ¡Vete y llévalos tan lejos como puedas!
–– ¡Lo tengo!–– Mo Ran respondió, luego se detuvo. –– ¿Qué vas a hacer?
Chu Wan Ning, exasperado: –– No puedo levantar mi otro brazo para
invocar otra arma, así que tendré que usar a Tian Wen. ¡Destruiré toda esta
área en cuanto suelte a la maestra fantasma, así que, si no quieres morir,
piérdete!
CAPÍTULO 18: ESTE VENERABLE TE ROGÓ UNA
VEZ.
Tian Wen tenía una técnica de matanza sin puntos ciegos. Su nombre era
simple, sólo una palabra, "viento". Una vez activado, borra todo lo que toca en
el área circundante.
Por supuesto, Mo Ran había probado personalmente la ferocidad de
"Viento" antes; también era muy consciente de las capacidades de Chu Wan
Ning y sabía que no había necesidad de preocuparse. Miró por última vez al
hombre de rostro pálido vestido con una túnica de boda roja como la sangre, y
arrojó el último de sus talismanes de exorcismo para ganar algo de tiempo para
Chu Wan Ning, luego saltó a un lado, sosteniendo a Shi Mei en un brazo y
agarrando a la señora Chen con el otro para llevar a las dos personas
inconscientes a esconderse a cierta distancia.
Chu Wan Ning, con un dolor abrasador, se obligó a mover la otra mano.
Tian Wen se iluminó de inmediato con una deslumbrante luz dorada, y Chu
Wan Ning retiró la vid de sauce con un movimiento brusco.
Una vez liberada de la restricción, el rostro de la maestra fantasma se
torció cuando saltó y se dirigió directamente hacia Chu Wan Ning.
Las ropas de Chu Wan Ning bailaban como las llamas en el viento. Con
una expresión feroz y la sangre empapada en la mitad de su túnica, levantó la
mano hacia los cielos, la luz dorada de Tian Wen se intensificó
amenazadoramente mientras comenzaba a girar.
La vid de sauce creció repentinamente varias docenas de pies mientras
giraba en un vórtice dorado, atrayendo todo lo que estaba a su alrededor, los
fantasmas, los cadáveres, los niños dorados y las doncellas de jade, e incluso la
maestra fantasma que gruñía, ¡Todo fue arrastrado hacia el centro de "Viento"
y se cortó instantáneamente por la rápida ferocidad de Tian Wen!
"Viento" fue indiscriminadamente destructivo, incluso la hierba y los
árboles en el área fueron arrancados de raíz, nada escapó de su ataque.
Con Chu Wan Ning como su centro, una resplandeciente tormenta dorada
de inmensas proporciones cubrió los cielos, los ataúdes y los cadáveres
barridos por el viento.
Se consumió todo al alcance, todo ello sumido en la tormenta y desgarrado
por el veloz giro de Tian Wen. Destrozado en tantos escombros...
Cuando el polvo se asentó, Chu Wan Ning se encontraba en medio de un
desierto estéril.
Aparte de su figura solitaria de pie en medio de las ruinas envueltas en un
brillante escarlata, como un loto rojo floreciente, una flor Haitang caída, sólo
había un suelo cubierto de huesos blancos destrozados y un Tian Wen
aterrador con una luz dorada que aún recorre su longitud.
Parece que Chu Wan Ning realmente estaba siendo bastante considerado
cuando azotó a los discípulos.
Teniendo en cuenta la demostración anterior, definitivamente podría
pulverizar a cada uno de ellos en la Plataforma Shan'E en un instante si lo
desea…
La luz dorada se desvaneció gradualmente.
Tian Wen se convirtió en polvo de estrellas y regresó a la palma de Chu
Wan Ning.
Exhaló profundamente, frunció el ceño y caminó lentamente hacia sus
discípulos en la distancia, ignorando el dolor en su hombro.
–– ¿Cómo está Shi Mei?
Chu Wan Ning preguntó a su lado, todavía aguantando en silencio.
Mo Ran miró a la belleza inconsciente de Shi Mei que tenía en sus brazos,
todavía no despierto, sus respiraciones superficiales y su mejilla fría al tacto.
Esta escena era demasiado familiar, una pesadilla de la que Mo Ran no pudo
escapar ni en vida o en la muerte.
En ese momento, Shi Mei también estaba acostado en sus brazos, así,
cuando gradualmente dejó de respirar...
Chu Wan Ning se inclinó para presionar sus dedos contra el cuello de la
señora Chen y Shi Mei, sintiendo su pulso. Murmuró: –– ¿Hm? ¿Cómo es el
envenenamiento tan profundo?
La cabeza de Mo Ran se elevó: –– ¿Veneno? ¿No dijiste que no era nada
de qué preocuparse? ¿No dijiste que estaban simplemente hipnotizados?
Las cejas de Chu Wan Ning se fruncieron: –– La maestra fantasma usa la
fragancia en su hipnosis, es un tipo de veneno. Sólo esperaba una intoxicación
menor, no algo de esta magnitud.
––…
–– Llévalos primero a la residencia Chen. –– Chu Wan Ning continuó: ––
No es difícil extraer el veneno, lo importante es que están vivos.
Hablaba con un tono plano, indiferente. A pesar de que así era como
hablaba Chu Wan Ning, en estas circunstancias actuales, lo hacía parecer
insensible y desdeñoso.
Mo Ran fue empujado violentamente de regreso a sus recuerdos de la
tormenta de nieve ese año, cuando se arrodilló en la nieve sosteniendo a Shi
Mei en sus brazos mientras su vida se desvanecía poco a poco. Su rostro estaba
manchado de lágrimas, gritando ronco cuando le rogó a Chu Wan Ning que se
diera la vuelta, para darle una mirada a su discípulo, le rogó a Chu Wan Ning
que levantara una mano y salvara la vida de su discípulo.
Pero, ¿Qué dijo Chu Wan Ning entonces?
En una voz desdeñosa, con un tono impasible.
Así, se había negado la única vez que Mo Ran se había arrodillado y
suplicado en su vida.
En medio de la nieve que caía, la persona en sus brazos se enfrió
gradualmente como los copos de nieve que cayeron sobre sus hombros y se
aferraron a sus pestañas.
Ese día, Chu Wan Ning mató a dos de sus discípulos con sus propias
manos.
Uno era Shi Ming Jing, a quien pudo haber salvado pero no pudo.
Otro fue Mo Wei Yu, cuyo corazón se ahogó de dolor cuando se arrodilló
en la nieve.
Su corazón se sobrecogió repentinamente de temor, de rencor, de malicia y
salvajismo sin reconciliar que se deslizaban como una serpiente.
Por un instante sintió el violento impulso de cerrar sus manos alrededor
del cuello de Chu Wan Ning, de deshacerse de este amable disfraz y desnudar
su apariencia demoníaca, de convertirse en un fantasma vicioso de la vida
pasada y de desgarrar su carne, escupir algunas palabras, vengarse de manera
precisa...
Venganza por las vidas de esos dos discípulos indefensos en la nieve.
Pero cuando levantó la vista, su mirada se posó en el hombro
ensangrentado de Chu Wan Ning.
El rugido bestial murió en su garganta.
No hizo ningún otro sonido mientras miraba la cara de Chu Wan Ning con
una mirada que bordeaba de odio, pero Chu Wan Ning no se dio cuenta.
Después de un rato, bajó la cabeza para mirar la cara pálida de Shi Mei.
Su mente se puso en blanco.
Si algo le pasa a Shi Mei otra vez, entonces...
La persona en sus brazos de repente dejó escapar un ataque de tos. Mo Ran
se sobresaltó, el corazón le temblaba... Shi Mei abrió lentamente los ojos y
murmuró con voz ronca y débil.
–– A-Ran…?
–– ¡Sí! ¡Soy yo!–– El alivio y la alegría borraron todas sus ansiedades, los
ojos de Mo Ran se abrieron de par en par mientras presionaba una mano contra
la mejilla fría de Shi Mei, sus ojos parpadeaban. –– Shi Mei, ¿Cómo te
sientes? ¿Te duele en alguna parte?
Shi Mei sonrió ligeramente, expresión suave. Miró a su alrededor: ––…
¿Cómo llegamos aquí?... Me desmayé… ¡Ah! Shizun…–– tosió un poco y
volvió a hablar–– Este discípulo fue incompetente… este discípulo…
Chu Wan Ning: –– No hables.
Le dio a Shi Mei una pastilla: –– Ya que estás despierto, mantén esta
pastilla limpiadora de veneno en la boca, no te la tragues.
Shi Mei lo hizo obedientemente, luego se sobresaltó, incluso más color se
drenó de su ya pálida cara: –– Shizun, ¿Cómo te lesionaste? Estás cubierto de
sangre…
Chu Wan Ning contestó con la misma voz, exasperantemente plana e
indiferente: –– No es nada.
Se puso de pie y miró a Mo Ran.
–– Tú, llévalos de vuelta a la residencia Chen.
Ahora que Shi Mei estaba despierto, el abatimiento de Mo Ran se disipó.
Él asintió amablemente: –– ¡De acuerdo!
–– Voy a regresar primero, hay algo que necesito preguntarle a la familia
Chen.
Chu Wan Ning giró y se fue. Frente a la noche sin límites, con nada más
que hierva marchitada en todas direcciones, finalmente no pudo aguantarlo
más, frunciendo el ceño dejó que el dolor que sentía se notara en su rostro.
Su hombro entero fue perforado por las cinco garras, la carne y los
tendones desgarrados. Las garras de la maestra fantasma cortaron
profundamente hasta el hueso. Por mucho que haya fingido compostura y lo
haya soportado, sellando las venas para que no se desmayara por la pérdida de
sangre, todavía era sólo un humano.
Todavía sentía dolor...
Pero, y qué pasa si duele. Un pie delante del otro, túnicas de boda
revoloteando en el aire.
Todos estos años, todos lo respetaban, le temían, pero nunca nadie se
atrevía a estar a su lado, nunca nadie se preocupaba por su bienestar. Ya estaba
acostumbrado a ello.
Yu Heng del cielo nocturno, Inmortal Bei Dou.
Sin amor de la cabeza a los pies, sin cuidado, ya sea vivo, muerto, enfermo
o sufriendo.
Parecía que, desde su nacimiento, nunca había necesitado el apoyo de otra
persona, nunca había necesitado nada de lo que depender, y nunca había
necesitado a nadie para compañía.
Así que no había necesidad de decir que duele, y menos aún de llorar.
Simplemente regresará y se vendara él mismo, cortará la carne desgarrada y
muerta, aplicará un poco de ungüento, y estará bien.
No importa que nadie se preocupara por él.
De todos modos, ya ha llegado hasta aquí solo. Todos estos años, ha
estado bien. Podía cuidar de sí mismo.
Llegó a las puertas de la residencia Chen, pero antes de que pudiera entrar
en el patio, un estallido de gritos agudos llegó desde dentro.
Sin prestar atención a las heridas que se rasgaron, Chu Wan Ning se
apresuró a entrar, sólo para ver a Madam Chen con la cabeza despeinada y los
ojos cerrados, persiguiendo a su hijo y esposo por todo el lugar. Sólo la joven
hija de la familia Chen se salvó; se puso nerviosa a un lado, el pequeño cuerpo
encogido por el miedo y temblando incontrolablemente.
Al ver a Chu Wan Ning, el propietario Chen y su hijo menor se lanzaron
hacia él con gritos de terror: –– ¡Daozhang! ¡Daozhang, sálvanos!
Chu Wan Ning los protegió detrás de sí mismo, recorriendo con su mirada
los ojos cerrados de Madam Chen, regañando: –– ¡No dije que mantuvieran
sus ojos en ella y que se aseguraran de que no durmiera!
–– ¡No podíamos vigilarla todo el tiempo! La salud de mi esposa es débil,
por lo que generalmente duerme temprano. Después de que se fue, ella trató de
mantenerse despierta al principio, ¡Pero luego se quedó dormida y comenzó a
enloquecer! Gritando algo… gritando…
El propietario Chen se encogió detrás de Chu Wan Ning, temblando, y no
se dio cuenta de que el Daozhang llevaba una túnica de boda o la herida
abierta en su hombro.
Chu Wan Ning frunció el ceño: –– ¿Gritar sobre qué?
Antes de que el propietario Chen incluso abriera la boca para responder,
Madam enloquecida cargaba con los dientes al descubierto, pero el grito de
luto que salía de sus labios estaba en la voz de una joven:
–– ¡Sin corazón y deshonesto! ¡Sin corazón y deshonesto! ¡Págame con tu
vida! ¡Quiero que todos ustedes mueran!
Chu Wan Ning: ––… Posesión fantasma. –– Miró al propietario Chen y le
preguntó con voz áspera: –– ¿Conoce esta voz?
Los labios del propietario Chen temblaron, sus ojos se movían de un lado a
otro, tragando nerviosamente: –– No sé, no es familiar, ¡No la reconozco!
¡Daozhang por favor, sálvanos! ¡Daozhang, por favor, exorciza al fantasma!
A estas alturas, Madam Chen estaba a pocos pasos de distancia. Chu Wan
Ning levantó su brazo ileso y la señaló, un relámpago golpeó instantáneamente
desde los cielos y atrapó a Madam Chen dentro de una barrera.
Chu Wan Ning habló fríamente con una mirada de reojo: –– ¿Realmente
no la reconoce?
El propietario Chen gritó repetidamente: –– ¡Realmente no lo hago!
¡Realmente no!
Chu Wan Ning no se molestó en perder más palabras. Sacó a Tian Wen y
ató a Madam Chen dentro de la barrera.
En lugar de eso, debería haber atado al propietario Chen, habría sido más
conveniente y más fácil de interrogar. Pero Chu Wan Ning tenía sus propios
principios; no utilizó a la ligera a Tian Wen para interrogar a la gente normal.
Así que se saltó el blanco fácil para interrogar al fantasma en el cuerpo de
Madam Chen.
Interrogar a los fantasmas era diferente de interrogar a las personas.
Al interrogar a una persona con Tian Wen, la persona no podrá soportar el
tormento y confesara directamente.
Pero al interrogar a un fantasma con Tian Wen, se formará una barrera con
sólo Chu Wan Ning y el fantasma dentro, donde el fantasma recuperará su
apariencia en la vida y divulgará la información a Chu Wan Ning.
Tian Wen de repente se encendió en llamas, surgiendo a lo largo de la vid
desde su lado hasta Madam Chen.
La señora gritó y empezó a temblar cuando las llamas rojas de la vid de
sauce se convirtieron repentinamente en un espeluznante fuego fantasmal azul
que ardía desde el lado de la señora hasta el lado de Chu Wan Ning.
Chu Wan Ning cerró los ojos. Las llamas ardieron a lo largo de la vid de
sauce hasta su mano, pero el fuego fantasmal no pudo herirlo, incluso mientras
quemaba la longitud de su brazo hasta su pecho, y luego se apagó.
––…
La familia Chen observaba con horror y aprensión, sin saber qué hacía
Chu Wan Ning.
Las pestañas de Chu Wan Ning se agitaron ligeramente, ambos ojos
seguían cerrados, pero un rayo de luz blanca apareció lentamente ante sus ojos,
seguido por un pie de piel clara que salía de la viga, y una joven de unos
diecisiete o dieciocho años apareció en su vista.
CAPÍTULO 19: ESTE VENERABLE TE CONTARÁ
UNA HISTORIA.
Esa joven era de piel clara y ordenada con una cara ovalada, sus ojos
grandes y redondos, muy encantadores. Llevaba un Ruqun rosa claro, con el
pelo recogido, con el aspecto inocente e inexperto de una nueva esposa. Se
frotó los ojos aturdida en la oscuridad, mirando a su alrededor.
–– ¿Dónde estoy?
–– Estás dentro de la Barrera de Restauración de la Verdad que he
establecido–– respondió Chu Wan Ning.
La joven se sorprendió y le preguntó, desconcertada. –– ¿Quién eres? ¿Por
qué está completamente negro aquí? No te veo, ¿Quién está hablando?
–– ¿Has olvidado?... Ya estás muerta–– dijo Chu Wan Ning.
Los ojos de la joven se ensancharon. –– Ya estoy... Yo...
Luego, poco a poco, recordó. Inclinó la cabeza, cruzó las manos sobre el
pecho, y no hubo ningún latido ondulante. Ella hizo un "ah" y suavemente
murmuró: –– Estoy... Ya estoy muerta...
–– Sólo las almas pueden llegar a esta Barrera de Restauración de la
Verdad. El odio se borra aquí. Aquellos que han fallecido, no importa si se han
transformado en un fantasma amenazador o un fantasma regular, mantendrán
el carácter y la apariencia de cuando estaban vivos. De ahí, “Restauración de la
verdad”.
Aturdida, la joven se perdió en sus pensamientos por un momento, como si
estuviera recordando gradualmente su vida pasada en el mundo. Entonces, de
repente, bajó la cara y comenzó a llorar en silencio.
–– ¿Tienes... alguna queja?–– Preguntó Chu Wan Ning.
La voz de la joven estaba llena de lágrimas: –– ¿Eres el rey del
inframundo? ¿O eres el saludador de los muertos? ¿Estás aquí para hacerme
justicia?
Chu Wan Ning apoyó una mano en su sien ––… No soy el Rey del
Inframundo, ni soy el Saludador de los Muertos.
La joven lloraba suavemente. Chu Wan Ning permaneció en silencio por
un rato y no habló, esperando hasta que ella se recuperó antes de que él
volviera a hablar. –– Sin embargo, ciertamente estoy aquí para hacer justicia.
Al escuchar esto, la joven levantó la vista aunque su respiración aún estaba
dificultada, y exclamó con alegría y angustia: –– ¡Realmente eres el Rey del
inframundo!
––…–– Chu Wan Ning decidió no continuar ese tema con ella y cambió la
pregunta: –– ¿Sabes lo que has estado haciendo después de tu muerte?
–– No sé... no está claro. Sólo recuerdo que estaba muy triste, muy triste.
Quería venganza... quería encontrarlos... luego quería encontrarlo...
Cuando las almas se despertaban por primera vez, habría muchas cosas
que no podrían recordar temporalmente, pero eso estaba bien. Chu Wan Ning
preguntó pacientemente: –– ¿A quién querías encontrar?
La joven respondió suavemente: –– Mi esposo, Chen Bo Huan.
Chu Wan Ning fue devuelto. Chen Bo Huan... ¿No era ese el nombre del
hijo mayor de la familia Chen?
–– ¿Cuál es tu nombre? ¿De dónde eres?–– Preguntó.
Los poderes de Tian Wen llenaron este mundo de ilusiones detrás de la
barrera, y la mayoría de los fallecidos que vienen dentro conversarían con Chu
Wan Ning con sinceridad y honestidad. Así, la joven respondió: –– Esta
humilde mujer se llama Luo Xian Xian, de la Ciudad Cai Die.
–– Antes de venir, revisé una vez el pergamino de ascendencia de la
Ciudad Cai Die, y esta ciudad sólo tiene unas quinientas familias, ninguna de
las cuales se apellida Luo. ¿Quién era tu padre?
La joven se tomó su tiempo para recordar los detalles, y la angustia en sus
ojos creció: –– Mi padre solía ser un erudito en esta ciudad y era un amigo
íntimo de mi suegro. Hace varios años, contrajo una enfermedad de los
pulmones y falleció. Después, sólo estaba yo en la casa.
–– Entonces, ¿Por qué moriste?
La joven se sorprendió y luego lloró más fuerte: –– Aparte de la muerte,
no tenía otros caminos. Ellos, engañaron a mi papá y lo hicieron dejar atrás la
fórmula secreta para la fragancia. También me golpearon y me gritaron, me
amenazaron, me hicieron salir de la Ciudad Cai Die. Yo… soy una mujer
débil, ¿Adónde más podría haber ido? No me quedan más parientes en este
mundo... el mundo es tan grande, pero ¿Adónde puedo ir? Aparte de la Tierra
de los Muertos, ¿Adónde más iría…?
Una vez que sus recuerdos de la vida pasada regresaron, su corazón
parecía estar lleno de infinitos sufrimientos y angustias, ansiosa por contarle a
otro. A pesar de que Chu Wan Ning no buscó más preguntas, ella continuó
hablando lentamente por su cuenta.
Resulta que esta Luo Xian Xian había perdido a su madre desde que era
muy joven y, a través de las palabras de su papá, supo que tenía un hermano
mayor. Sin embargo, su hermano desapareció durante un disturbio en el
Mundo de Cultivo Inferior, y nunca lo habían vuelto a ver, sin saber si estaba
vivo o muerto. Cuando su hermano desapareció, ella aún no había cumplido un
año de edad, todavía envuelta en pañales. Más tarde, cuando trató de recordar
a su hermano mayor, aún no podía recordar ninguna impresión.
La casa Luo sólo tenía a Xian Xian y su padre, los dos dependían el uno
del otro para sobrevivir. Se desplazaron a todas partes antes de finalmente
construir una pequeña casa en la Ciudad Cai Die donde se establecieron.
Ese año, Luo Xian Xian tenía cinco años. El hijo mayor de la casa Chen,
Chen Bo Huan, tenía dos años más que ella.
En ese momento, la casa Chen todavía no se había hecho rica. La familia
de tantos estaba exprimida en una casita de tierra con dos habitaciones, y junto
a la pared baja en el patio había un árbol de clementina. Cuando llegaba el
otoño, el árbol daría frutos, las ramas densas que crecían más allá del muro
bajo se asomaban al patio de la familia Luo.
Luo Xian Xian miró hacia arriba con la cabeza levantada; Las ramas que
colgaban de las clementinas eran como las linternas encendidas en el Festival
de las Linternas. Era una niña introvertida y no jugaba con los demás, y sólo se
sentaba tranquilamente en su pequeño banco plegable, pelando semillas de
soja mientras miraba furtivamente a las clementinas que se asomaban desde el
patio de los Chen.
Las clementinas eran alegres y atractivas; de espaldas a la luz, era fácil
imaginar sus jugos agridulces llenos, rebosantes.
Luo Xian Xian los miraba fijamente, tragando saliva de vez en cuando,
con las mejillas doloridas por la gula.
Sin embargo, nunca había extendido su mano para recogerlos. Su papá era
un erudito mediocre e ineficaz que reprobó los exámenes; sin embargo, nunca
falló en su dignidad e integridad. El erudito agrio probablemente se rompió la
cabeza, constantemente advirtiendo a su hija de ser un 'hombre de integridad'.
Luo Xian Xian ya sabía a la edad de tres años que la riqueza no debe ser
mal utilizada y la pobreza no debe mover voluntades. Sus ojos pueden ser
codiciosos, pero sus manos nunca se han acercado ni un centímetro a esas
clementinas.
Una noche, Luo Xian Xian tomó prestada la luz de la luna y se sentó en el
patio zumbando mientras lavaba la ropa.
La salud de su papá no era buena y hacía mucho que se había ido a
descansar. Los niños empobrecidos aprenden a cuidar los hogares temprano; la
pequeña niña tenía sus mangas enrolladas, sus delgados y pequeños brazos
empapados en el cubo de madera, y su carita estaba hinchada mientras frotaba
y amasaba con vigor.
De repente, un ruido ronco y de tos llegó desde la puerta principal, y fue
un hombre joven cubierto de sangre el que había tropezado, quien ahora la
estaba mirando.
La niña estaba petrificada, tanto que incluso se olvidó de gritar.
Ese joven tenía el rostro cubierto de sangre y mugre, pero sus cejas eran
fuertes y hermosas. Dos personas, grande y pequeña, se miraban entre sí,
congelados en sus lugares. Finalmente, ese joven ya no pudo aguantar más y se
sentó lentamente mientras se apoyaba contra una pared. Su respiración era
laboriosa, y gritó: –– Dame un poco de agua.
Tal vez fue porque ese joven no tenía el aspecto de un villano, o tal vez era
la bondad de Luo Xian Xian, pero aunque tenía miedo, seguía corriendo y
llenaba una tetera, llevándola a los labios de ese joven.
Ese joven tampoco se contuvo, tragando el agua profundamente, y cuando
terminó, se limpió las comisuras de los labios, levantó las pestañas para mirar
fijamente el rostro encantador de Luo Xian Xian, sus ojos un poco atentos,
pero no dijo una palabra.
Él no habló, Luo Xian Xian tampoco habló, y sólo parpadeó ansiosamente,
manteniéndose a una distancia que ella consideraba segura, sosteniendo sus
manos no demasiado cerca ni demasiado lejos, mirando a ese extraño.
––…. Te pareces mucho a alguien que conocí.–– Ese joven
repentinamente curvó sus labios, sus ojos se ensancharon mientras le sonreía
fríamente. Con toda esa sangre en su rostro a juego con la sonrisa, parecía algo
salvaje. –– Especialmente los ojos, grandes y redondos. Simplemente hace que
las personas deseen desenterrarlos, meterles un dedo y tragarlos enteros uno
por uno.
Palabras tan terriblemente Siniestras fueron tan sosas y sencillas de decir,
e incluso hubo una pequeña risa. Luo Xian Xian estaba temblando aún más
fuerte, cubriendo sus ojos inconscientemente.
–– Je, qué niña más inteligente. –– Ese joven dijo: –– Sigue tapándote los
ojos así, no me mires fijamente. De lo contrario no puedo decir lo que harán
mis manos.
Cuando habló su lengua se curvó; su acento era del norte.
La luz de la luna se derramó en el patio, y ese joven se estaba lamiendo los
labios agrietados cuando de repente vio el árbol de clementina en el patio. Por
alguna razón, sus ojos se iluminaron, sus pupilas brillaron intensamente, pero
ese brillo no duró hasta que se desvaneció, luego se frotó la barbilla,
gesticulando.
–– Niñita.
Luo Xian Xian: ––…
–– Elige una clementina y pélala por mí.
Luo Xian Xian finalmente movió sus labios para hablar, su voz era
pequeña y temblorosa, pero sin dudarlo –– Da gege, ese árbol frutal no
pertenece a mi familia. Es de alguien más, no puedo elegirlo.
Ese joven fue sorprendido. Parecía recordar algo de nuevo y su rostro
lentamente se volvió oscuro.
–– Si yo digo tómalo, entonces vas y lo tomas. Quiero comer esa
clementina, ¡Así que es mejor que vayas a elegir una ahora mismo!–– La
última parte fue gruñida agresivamente, como si el sonido fuera roído en
pedazos entre sus dientes antes de que se escupieran. Luo Xian Xian estaba
temblando de miedo, pero ella seguía allí donde estaba obstinadamente.
La niña tenía un carácter suave, pero su espina dorsal era rotundamente
extrema como su papá.
–– No lo haré.
Ese joven de repente entrecerró los ojos, arqueó la nariz y su expresión
cambió como el clima: –– ¿¡Sabes con quién estás hablando!?
–– Si quieres agua, yo te serviré un poco. Si quieres comida, también hay
algo en la casa. Pero el árbol de clementina no pertenece a mi familia, no
puedo tomarlo. Papá dijo, tomar sin pedir es robar. Soy un hombre íntegro, la
riqueza no será mal utilizada, la pobreza no debe, no moverá las agallas…
En medio del nerviosismo, habló mal y dijo "Agallas" en lugar de
"Voluntad", una pequeña niña jugando a fingir, con la cara roja e hinchada,
aferrada obstinadamente a las enseñanzas de su papá, farfullando y
tartamudeando, soltando todo lo que quería para decir, sin embargo, bajo la
vigilancia de ese joven, ella ya temblaba con tanta fuerza que cruzaba los pies.
Ese joven estaba en silencio.
Si no fuera por el momento incorrecto, escuchar de los labios de esta
pequeña niña, las palabras de "Tomar sin pedir es robar", "La riqueza no debe
ser mal utilizada, la pobreza no debe mover voluntades", y "Soy un hombre de
integridad" Pfft, él realmente no sería capaz de contener su risa.
Pero no pudo reír.
En cambio, había una ira violenta que pisoteaba su pecho como caballos,
pisando fuerte su corazón.
–– Odio a las personas como tú, que se hacen llamar…–– Se aferró a la
pared y se puso de pie temblorosamente, apretando las palabras de sus labios:
–– Hombres de compasión, hombres de integridad, hombres de caridad,
héroes.
Bajo la mirada aterrorizada de Luo Xian Xian, barajó cuidadosamente sus
pies heridos y se metió debajo de ese árbol de clementina. Levantó la cabeza,
olfateando el olor de las clementinas con ansia codiciosa, luego un carmesí de
odio brilló en sus ojos, y antes de que Luo Xian Xian supiera lo que pasó, se
subió a ese árbol y comenzó a sacudirlo violentamente, patearlo y golpearlo.
Ramas de clementinas fueron sacudidas del árbol, cayendo al suelo,
rodando hacia un lado. La sonrisa de ese joven se torció, y gritó con orgullo: –
– ¡TOMAR SIN PEDIR ES ROBAR! ¡LA RIQUEZA NO SERÁ MAL
UTILIZADA!
–– ¡Da gege! ¡Qué estás haciendo! ¡Por favor deja de! ¡Papá! ¡Papá!
Luo Xian Xian no había querido llamar a papá, su padre era débil de salud,
un erudito sin fuerza en su cuerpo, e incluso si salía no había mucho que
pudiera hacer. Aún así, ella era una niña después de todo. Después de haberse
mantenido en este punto, finalmente se asustó y se derrumbó.
–– ¡POR QUÉ ESTÁS GRITANDO! ¡Si tu papá sale, yo también lo
cortaré!
La niña estaba aterrorizada. Las lágrimas llenaron sus ojos, y gotas de
agua giraron en sus grandes y redondos ojos.
La familia Chen fue a visitar a familiares en el pueblo vecino, nadie en la
familia estaba en casa, nadie para detener a este pequeño lunático.
El pequeño lunático se sacudió hasta que todas las clementinas cayeron del
árbol, pero incluso entonces su locura no pudo detenerse, y pisoteó
pesadamente el suelo, aplastando muchas de las frutas. Luego, con una
repentina agresión usando un estallido de fuerza de quién sabe dónde, saltó y
se lanzó al patio de los Chen, encontró un hacha y cortó el árbol. Luego se dio
la vuelta y se rió con ganas.
Rió y rió, luego se detuvo abruptamente, se puso en cuclillas y comenzó a
espaciarse, con los ojos desenfocados.
De repente, giró la cabeza y le hizo señas a Luo Xian Xian diciendo: ––
Niñita, ven aquí.
––…–– Luo Xian Xian no se movió. Se quedó dónde estaba, arrastrando
los pequeños zapatos de tela bordados con flores amarillas.
Ese joven vio que ella vacilaba y suavizó su tono, hablando con tanta
amabilidad como pudo reunir. –– Ven, tengo algo bueno para ti.
–– Yo... no quiero... no, no voy a ir...–– Murmuró Luo Xian Xian, pero
antes de que ella terminara su frase, ese joven estalló de rabia otra vez.
–– ¡SI NO VENES AQUÍ EN ESTE INSTANTE, ESTE VIEJO
MAESTRO ENTRARA A TU CASA AHORA MISMO Y PICARA A TU
PADRE!
Luo Xian Xian se estremeció violentamente y finalmente, poco a poco, se
arrastró hacia él.
Ese hombre joven la miró –– Date prisa, no tengo tiempo para ver a tu
planta de arroz.
Cuando Luo Xian Xian lo alcanzó con su cabeza inclinada, a unos pocos
pasos de distancia, de repente extendió su mano y la detuvo. Luo Xian Xian
chilló, pero el chillido se atascó en su garganta cuando algo áspero bloqueó su
voz. Ese joven había metido una clementina en su boca, la piel sin pelar y sin
lavar; La fruta fue clavada en su boca junto con barro.
¿Cómo podría Luo Xian Xian comer una clementina en sólo un bocado?
Ese joven la metió a la fuerza y la clementina se rasgó, aplastó y manchó la
mitad de su cara con jugo y barro. Ese lunático seguía riéndose, aplastando la
fruta en su cara, tratando de meterla en sus labios fuertemente cerrados.
–– ¿No eres un hombre de integridad? ¿No robarías? Entonces, ¿Qué estás
comiendo en este momento, eh? ¿Qué ESTÁS COMIENDO AHORA?
–– Wuuu... no... no lo quiero... papá... papá...
–– Trágalo. –– Ese joven sonrió con sus ojos y metió el último trozo de
fruta en la boca de Luo Xian Xian, sus ojos brillaban de manera oscura y fría.
–– ¡TRÁGATE LA MALDITA COSA!
Viendo a Luo Xian Xian forzarse a tragar la clementina, sollozando
ahogándose mientras lloraba débilmente por su papá, ese joven se quedó
callado por un momento y de repente sonrió.
Esa sonrisa era más aterradora que su expresión salvaje.
Alborotó el cabello de Luo Xian Xian, satisfecho, y dijo cálidamente
mientras continuaba agachándose allí –– ¿Por qué llamar a tu papá? ¿No
deberías llamar a Da Gege? ¿La clementina que gege te dio es dulce? ¿Está
buena?
Luego, recogió otra del suelo.
Esta vez no trató de forzarla en su boca. En vez de eso, le quitó la piel con
atención, incluso recogiendo las fibras blancas que se pegaban a la carne antes
de limpiarse las manos, sacando un pedazo y lo llevó a los labios de Luo Xian
Xian. Dijo con una voz suave y complaciente: –– Si te gusta, come un poco
más.
Luo Xian Xian comprendió que se había encontrado con una persona que
estaba mentalmente perturbada hoy, y sin ninguna opción, inclinó la cabeza y,
sin decir nada, masticó la clementina que el lunático le pasó, su jugo agridulce
se difundió en su garganta, causando olas turbulentas en su estómago...
Ese joven continuó agachado allí, alimentándose con clementinas pieza
por pieza, pareciendo estar de buen humor otra vez, incluso canturreando una
melodía.
Su voz era áspera como una cesta dañada con la brisa que sopla a través de
los agujeros, borrosa y poco clara, pero algunas de las palabras flotaron en los
oídos de Luo Xian Xian.
“Tres cuatro gotas de pétalos en el estanque.
Uno de los dos gritos de cuerdas sonó desde la orilla.
Los años de juventud antes del canto son los mejores años.
Las pezuñas iluminan a los caballos rápido
Ve los confines del mundo…
–– Niñita–– dijo de repente.
––…
–– Tsk. –– Chasqueó la lengua y tomó la carita de Luo Xian Xian con la
mano. -–Déjame echar un vistazo a tus ojos.
Luo Xian Xian estaba temblando, pero sin poder tomar represalias, sólo
podía permitir que ese joven examinara sus ojos a fondo, dejando que esos
dedos sangrientos se frotaran sobre sus cejas centímetro a centímetro.
–– Tan parecidos
Luo Xian Xian gimió mientras cerraba los ojos, asustada de que este
lunático sacara sus ojos de la manera en que lo hizo con las frutas por un
capricho.
Pero ese joven no los tomó.
Él solo le dijo con una voz sombría y escalofriante: –– ¿Me enseñaste “La
riqueza no debe ser mal utilizada, la pobreza no debe mover voluntades”? Da
Gege también tiene algo que decirte.
–– Wuu…
–– Abre tus ojos.
Los ojos de Luo Xian Xian estaban fuertemente cerrados. Ese joven se rió
con exasperación y dijo con voz ronca:
–– ¡No voy a desenterrar tus ojos,
ahora ábrelos!
––… ¿Crees que no podré sacarte los ojos si los tienes cerrados?
Luo Xian Xian sólo pudo obedecer y abrió sus grandes y redondos ojos,
sus largas y suaves pestañas temblaron y grandes gotas de lágrimas cayeron.
De alguna manera, su expresión temerosa y lamentable encantó a ese joven de
orígenes desconocidos; de repente aflojó la mano que le apretaba la mejilla y
la colgó en el aire, luego, suavemente, le dio una palmadita en la cabeza.
La miró intensamente a los ojos, con una sonrisa temblorosa en la esquina
de sus labios, su sonrisa era siete partes torcidas, dos partes salvajes y una
parte de tristeza.
Él dijo: –– Hay un hombre de Linyi cuyo corazón murió a los veinte años.
Luego, se dio la vuelta y su figura entró en la oscuridad, desapareciendo
lentamente en las sombras.
Sólo el desorden dejado en el suelo mostró algún indicio de que un
hombre que se bañó en sangre había venido aquí en la noche profunda.
CAPÍTULO 20: ESTE VENERABLE TE CONTARÁ
UNA HISTORIA PARTE 2.
A la mañana siguiente, la familia Chen regresó de visitar a sus familiares.
Notaron que el árbol de clementinas se había caído y los frutos se esparcieron
por todo el suelo. No había muchos residentes en el área, y sólo la familia Luo
estaba cerca. Recordaron la forma en que Luo Xian Xian tenía una mirada
hambrienta a las clementinas, y de inmediato concluyeron: ¡Las clementinas
deben haber sido robadas por esa desafortunada niña, Luo Xian Xian!
¡No sólo robó, por celos, sino que incluso derribó el árbol!
La familia Chen fue inmediatamente al señor Luo lleno de acusaciones. El
Señor Luo no pudo manejar este tipo de humillación, llamó rápidamente a su
hija y le preguntó con rabia si las clementinas fueron robadas por ella.
Luo Xian Xian lloró mientras respondía que no fue ella.
Entonces le preguntaron si ella había cortaba el árbol.
Luo Xian Xian continuó respondiendo que no fue ella.
Y luego le preguntaron si comía clementinas a escondidas.
Luo Xian Xian no sabía mentir, sólo pudo responder que ella lo hizo.
Antes de que tuviera tiempo de explicarse, su padre exasperado le ordenó
que se arrodillara. Él la disciplinó frente a la familia Chen, y continuó mientras
la golpeaba: –– ¡Criar a las niñas es inferior a criar a los niños! ¿Cómo puedes
cometer este tipo de acto engañoso a una edad tan temprana? ¡Ridículo! ¡Una
vergüenza para tu padre! Como tu castigo, no se te permitirá comer hoy.
Enfréntate a la pared durante tres días, arrepiéntete meticulosamente hasta que
puedas empezar de nuevo...
–– Papá, ¡No fui yo! ¡Realmente no fui yo!
–– ¡No te atrevas a hablar conmigo!
Y nadie le creyó. Aunque el círculo de Cultivo Inferior se encontraba en
un estado desordenado, la Ciudad Cai Die era una excepción. Los residentes
de esta ciudad siempre habían sido modestos y honestos, nadie cerraba las
puertas con llave por la noche. ¿Para decir que un lunático cubierto de sangre
apareció en medio de la noche? ¿Quién creería eso?
La piel de las manos de Luo Xian Xian estaba en carne viva y sangraba
por los golpes.
La familia Chen observaba con frialdad en sus ojos. Sólo el hijo mayor era
diferente, tiró de la esquina de la ropa de su madre, como si quisiera decir
algo.
Su madre no le prestó atención, por lo que no pudo hacer nada más.
Frunció su cara bastante bien proporcionada, y se quedó a un lado, sin corazón
para seguir observando.
Por la noche, Luo Xian Xian tenía demasiado miedo de regresar al interior,
se agachó bajo el techo de su casa y lamentablemente llevó a cabo su castigo.
Su padre era un erudito, y el robo era la cosa más intolerable para él.
Tiende a detenerse en las cosas, y no es más que terco. No tenía sentido hablar
con él ya que se negaba a escuchar la razón.
Después de un día de hambre, Luo Xian Xian comenzó a sentirse débil. De
repente, una pequeña voz la llamó: –– Señorita Luo.
Luo Xian Xian se dio vuelta, notó que una cabeza con rasgos faciales bien
proporcionados apareció detrás de las paredes. Fue el niño que intentó abogar
por ella durante el día, el hijo mayor de la casa Chen, Chen Bo Huan.
Chen Bo Huan miró a su alrededor y, después de asegurarse de que no
había nadie, trepó por el muro. Él sostenía un mantou caliente en su brazo, y lo
metió en su mano sin ninguna explicación. –– Te vi parada al pie de esta pared
durante todo el día, sin comer nada. Te daré este mantou, cómetelo rápido.
–– Yo… –– Luo Xian Xian era tímida por naturaleza, aunque ya había
vivido aquí durante algunos meses, apenas tuvo un intercambio de palabras
con él chico de al lado. En este momento, mientras lo miraba tan cerca,
involuntariamente retrocedió un par de pasos y se golpeó la cabeza contra la
pared con un golpe. Tartamudeó: –– No puedo tomarlo... Papá no me deja...
Él... dijo…
Ella habló incoherentemente y no pudo formar ninguna oración completa
todo el tiempo.
Chen Bo Huan dijo: –– Vaya, tu papá sólo sabe hablar como un libro, ¿Por
qué te molestas tanto con él? Te enfermarás si no comes, come, antes de que se
enfríe.
El mantou era blanco y tierno, suave y esponjoso, el vapor salía del
interior.
Luo Xian Xian bajó la cabeza y lo miró por un momento, y se tragó la
saliva de un trago.
Sin embargo, ella estaba hambrienta. Integridad o no, ella agarró el
mantou y llenó su cara con eso, en poco tiempo, todo había desaparecido.
Después de que ella terminó, miró hacia arriba con sus ojos redondos. La
primera frase completa que le dijo a Chen Bo Huan fue: –– El árbol de
clementina no fue cortado por mí, y no quería robar.
Chen Bo Huan se sorprendió por un momento, luego comenzó a sonreír
lentamente –– Emm…
–– Pero ninguno de ellos me creyó...–– Bajo su mirada que no contenía
desprecio, Luo Xian Xian comenzó a abrirse gradualmente. Todas las
emociones hirientes comenzaron a derretirse como hielo y nieve. Abrió la boca
y soltó un "Wah", y comenzó a llorar mientras se limpiaba las lágrimas. ––
Ninguno de ellos me creyó... no robé... no robé...
Chen Bo Huan le dio palmaditas frenéticamente: –– Sé que no robaste, te
quedaste debajo del árbol todos los días, sin tomar una sola clementina, si
quisieras robar habrías robado hace mucho tiempo...
–– ¡No fui yo! ¡No fui yo!–– Ella gimió aún más fuerte, lágrimas y mocos
cayeron goteando.
Chen Bo Huan continuó dándole palmaditas: –– No fuiste tú, no fuiste tú.
Los dos comenzaron a familiarizarse entre sí de esta manera.
Más tarde, se produjo un homicidio en el pueblo vecino. Hace un par de
noches, un bandido empapado en sangre irrumpió en una casa y exigió una
habitación para pasar la noche. El propietario se negó, por lo que el bandido
mató a toda la familia. Luego, en la habitación que ahora estaba llena de
cadáveres, durmió tranquilamente durante la noche y no se fue hasta el día
siguiente. Pero no se fue sólo de esa forma, usando sangre, escribió un largo y
elocuente ensayo en las paredes. Él documentó todos los hechos maravillosos
que había hecho, como si temiera que el mundo no supiera sobre la existencia
de tal demonio.
La noticia se extendió como un incendio forestal, y pronto llegó a la
Ciudad Cai Die. Después de comparar los tiempos, fue exactamente la noche
en que Luo Xian Xian se reunió con el "Gege lunático". El señor Luo y la
familia Chen se quedaron sin palabras.
Las dos familias se acercaron mucho después de que se resolvió el
malentendido. La pareja Chen se dio cuenta de que Luo Xian Xian era
realmente linda, una belleza trabajadora y reflexiva. Teniendo en cuenta sus
propias circunstancias familiares, probablemente era difícil encontrar una
mejor nuera. Y así dispusieron un compromiso para ellos. Una vez que
alcanzaran la edad adulta, tendrían una ceremonia formal.
El Señor Luo pensó que su hija y Chen Bo Huan eran una buena pareja,
por lo que aceptó felizmente.
El tiempo pasó día a día. Si el señor Luo no estuviera interesado en el arte
de la fragancia, tal vez las dos familias hubieran permanecido como lo que
inicialmente pensaron que sería, una vida pobre pero pacífica.
Pero desafortunadamente, por accidente, el señor Luo creó esta "Fragancia
Bai Die".
Aunque el olor de la fragancia no era nada especial, no había mucha
diferencia con las comunes que se encontraban en la ciudad. Pero tenía un
beneficio que las otras fragancias no tenían: El olor duró cien días, perduró sin
cesar.
La fragancia Bai Die se mantuvo perfumada durante mucho tiempo, era
exactamente el tipo de producto de alta calidad y bajo precio que buscaban
todos los hogares.
El señor Luo creyó en "Todo es inferior, sólo el conocimiento es superior".
Aunque creó la fragancia, no estaba dispuesto a venderla, creía que arruinaría
su identidad.
Él no la vendería, pero, por supuesto, alguien más tenía su mente en ello.
Madam Chen intentó obtener la receta del señor Luo y lo alentó a abrir una
tienda. Sólo para ser rechazada por él. Después de unas cuantas veces, Madam
Chen no quería seguir haciendo el ridículo, por lo que ya no mencionaba este
asunto. Sin embargo, en el fondo de su corazón, ella recordaba esto con
firmeza.
El año en que Luo Xian Xian cumplió quince años, se presentó una
oportunidad. El señor Luo siempre había estado enfermo, contrajo tuberculosis
y falleció después de unos meses de sufrimiento. Como suegra de Luo Xian
Xian, a pesar de que todavía no se habían casado oficialmente, los
sentimientos estaban allí. Ella ayudó a llevar a cabo el funeral, ocupada
entrando y saliendo.
Luo Xian Xian derramó lágrimas de gratitud, pero no se dio cuenta de que
Madam Chen tenía otras intenciones. Mientras ella organizaba las pertenencias
del señor Luo, ella silenciosamente robó la receta.
Esa noche, Madam Chen estaba llena de emoción. Iluminada por la luz de
la linterna de aceite, estaba lista para leer la receta. Sin embargo, después de
una sola mirada, ella se quedó estupefacta.
La escritura del señor Lou era como un baile entre un dragón y un fénix,
todo era arañazos de pollo. La miró durante medio día, y ni una sola palabra se
entendió.
No se podía hacer nada más, sólo podía devolver la receta en silencio.
Pasaron unos meses, después de que Luo Xian Xian se hubo calmado,
invitó a la joven a comer. Durante su charla informal, ella "Involuntariamente"
sacó a relucir la fragancia Bai Die.
Luo Xian Xian pensó para sí misma que la receta no se había usado si sólo
estaba escondida en la casa. Madam Chen siempre había sido amable con ella,
y si la quería, podía dársela.
Así que sacó las posesiones de su padre, e incluso ayudó a Madam Chen a
interpretar la escritura. Poco a poco, ella resolvió la compleja receta.
Madam Chen estaba sobre la luna. Una vez que obtuvo la receta, comenzó
a planear la apertura de un taller de perfumes en polvo con su esposo.
Por supuesto, en ese momento Madam Chen todavía atesoraba a esta gentil
y sensible futura nuera. Cuanto más crecía, más bella se volvía. A pesar de que
su familia fue desafortunada, su apariencia era de una en cien. Unos cuantos
jóvenes del pueblo comenzaron a notarla.
Las complicaciones pueden surgir cuanto más tiempo esperen, pensó
Madam Chen para sí misma, deben ocuparse de este asunto lo más rápido
posible.
Sin embargo, Luo Xian Xian acababa de perder a su padre, según las
tradiciones de la Ciudad Cai Die. Si ambos padres fallecen, uno no debe
casarse dentro de tres años.
Pero, ¿Cómo podría Madam Chen esperar tres años? Ella lo pensó todo y
se le ocurrió una solución:
Ese día, Luo Xian Xian estaba trenzando el cabello para la hija menor de
la familia Chen. Ella tenía una estrecha amistad con esta niña. Todos los días
era Luo Jiejie esto y Luo Jiejie eso, ella la seguía como una cola.
Madam Chen entró en el patio y llamó a Luo Xian Xian al salón interior y
le dijo: –– Xian Xian, Chen Bo Huan y tú han sido novios desde la infancia,
también hay un compromiso. Ahora que tu padre ha fallecido, estás
completamente sola y la vida ha sido bastante difícil. Se suponía que debías
casarte con nuestra familia este año, pero la regla de los tres años debe
cumplirse, y ahora ni siquiera puedes casarte. Así que pensé, después de estos
tres años, ¿Cuántos años tendrías?
Luo Xian Xian bajó la cabeza y no dijo nada. Pero era inteligente, casi
podría adivinar lo que Madam Chen estaba a punto de decir a continuación,
por lo que sus mejillas comenzaron a ponerse rosadas.
Efectivamente, Madam Chen continuó.
–– Vivir sola es difícil y agotador. Por qué no... Primero, cásate con
nuestra familia, podemos hacer la ceremonia a puerta cerrada, mantenernos
tranquilos para los forasteros. Si alguien pregunta, puedes decirles que te estoy
cuidando. De esta manera podemos llevar a cabo las costumbres y no ser
controlados por otros. Tu padre también estará tranquilo. Una vez que
terminen los tres años, tendremos una ceremonia apropiada con estilo. ¿Está
eso bien?
Todas estas palabras sonaron como si fueran todas por el bien de Luo Xian
Xian. Desde entonces, ella no era alguien con malas intenciones, por lo que
tampoco pensaría demasiado de los demás, así que estuvo de acuerdo.
Luego, más tarde, a través de las ventas de la fragancia Bai Die, la familia
Chen se hizo rica. Se mudaron de su antigua casa y compraron un gran terreno
en la ciudad. Con muchos edificios y renovaciones, se convirtieron en una
gran familia influyente.
Luo Xian Xian se convirtió en una sombra oculta dentro de esta gran
familia, como alguien que apenas mostraba su rostro.
Todos en la ciudad realmente pensaron que la razón por la que Luo Xian
Xian vivía con ellos era simplemente porque Madam Chen la cuidaba
amablemente. No sabían que ella y Chen Bo Huan ya se habían casado.
Aunque un poco descontenta con este tipo de estilo de vida, Luo Xian
Xian sólo pensó que su suegra lo hizo para evitar los rumores, y todo fue por
su propio bien. Así que ella no tenía ninguna queja. Además, Chen Bo Huan la
trató con sinceridad, los momentos que pasaron juntos fueron dulces y
amorosos. Sólo esperaban que pasaran los tres años, cuando todo volvería a la
normalidad.
Pero el día de la ceremonia oficial de matrimonio nunca llegó.
El negocio de la familia Chen floreció, y Chen Bo Huan era bastante
guapo. Muy pronto, no sólo las niñas en la Ciudad Cai Die, incluso las hijas de
familias ricas en las aldeas vecinas comenzaron a mirar al hijo mayor de la
familia Chen. Poco a poco, Madam Chen comenzó a vacilar.
Cuando organizó el compromiso entre los niños en ese entonces, fue
porque eran una familia campesina y no iban a encontrar nada mejor, y
apresuradamente reclamaron a Luo Xian Xian.
¿Quién podría haber anticipado esta inversión en la fortuna, que la familia
Chen algún día se volvería tan exitosa? Cuando miraba a Luo Xian Xian
ahora, sentía que la niña no era lo suficientemente bonita o inteligente, que era
tonta y aburrida como la maldita y seca raíz de árbol de un anciano, encontraba
a la niña irritante cuanto más la miraba.
Ella lo lamentó un poco.
Hasta que la aparición de la señorita Yao la convirtió "Ligeramente" en
"Completamente".
La señorita Yao era la hija mimada del gobernador, marimacho y con
preferencia por el atuendo marcial. Un día, regresando de cacería sobre un
buen caballo, pasó por una tienda de fragancias y se detuvo a mirar, pero en
lugar de elegir fragancias, eligió al joven guapo y trabajador dentro de la
tienda.
Ese joven no era otro que Chen Bo Huan, el marido de Luo Xian Xian en
todo menos en el nombre.
CAPÍTULO 21: ESTE VENERABLE TE CONTARÁ
UNA HISTORIA PARTE 3.
La preciosa hija del gobernador Yao, tenía una personalidad animada.
Incluso se olvidó de la comida y la bebida una vez que llegó a casa, dedicando
todo su tiempo a molestar a su papá para preguntar por esta persona Chen Bo
Huan. Aunque Chen Bo Huan ya estaba casado, la ceremonia se realizó a
puertas cerradas, ¿Quién en el exterior lo sabría? La gente del pueblo ni
siquiera sabía sobre el compromiso concertado entre las familias Luo y Chen
desde hace mucho tiempo.
Y así fue como la preciosa señorita Yao fue informada de que este joven
maestro Chen estaba "Soltero".
El gobernador no escatimó esfuerzos para mirar a esta persona, y al final
decidió que Xiao Chen era un hombre capaz con un temperamento amable y
una situación familiar satisfactoria, por lo que envió un mensaje a la pareja
Chen con una propuesta de matrimonio.
El propietario Chen estaba tan lleno de pesar que sus intestinos se
volvieron azules. Le dijeron cortésmente al mensajero del gobernador que
necesitaban algo de tiempo para pensarlo, cerraron la puerta e inmediatamente
comenzaron a discutir entre ellos.
El propietario Chen gritó: –– ¡Mira a dónde nos llevó tu prisa! El erudito
murió temprano, su hija debería haber estado de luto por tres años, si no los
hubieras instado a casarse antes de tiempo, ¡Nuestro hijo todavía podría haber
salido de esto! ¡Mira este lío ahora!
Madam Chen estaba igual de ansiosa: –– Oh, ¿Me culpas ahora? ¿No eras
tú quién quería arreglar el compromiso en aquel entonces? ¡Esta es la preciosa
hija del gobernador de la que estamos hablando! ¿Cómo podría esa Xian…
Luo Xian Xian compararse?
El par de viejos bastardos discutieron a puerta cerrada hasta que se
pusieron rojos de la cara y se quedaron sin fuerza, ambos respirando con
dificultad sobre la mesa.
El propietario Chen preguntó: –– ¿Qué debemos hacer? Tal vez
deberíamos rechazar al gobernador.
Madam Chen protestó: ––… Absolutamente no. Nuestra familia cuenta
con esta preciosa señorita de fama y fortuna.
El propietario Chen respondió enfadado: –– ¿De verdad crees que la
preciada hija de la familia Yao estaría dispuesta a ser una concubina? ¿Tú sí?
Nuestro hijo ya tiene a alguien, ¿Cómo le empujaríamos a otra? Y además,
¡Mira lo enamorados que están!
––…–– Madam Chen se quedó en silencio por un rato, luego sus ojos se
iluminaron y murmuró: –– Oye, viejo Chen, tal como lo veo, nadie fuera de
nuestra familia ni siquiera sabe sobre esto entre Luo Xian Xian y nuestro
hijo...
Permaneció en silencio durante un rato mientras el propietario Chen
miraba fijamente, antes de comprender repentinamente el significado de su
esposa.
Estaba temblando un poco, la mitad por aprensión, la otra mitad por la
emoción.
–– T-te refieres a...
–– Si nadie lo sabe, entonces el matrimonio nunca ocurrió. –– Madam
Chen dijo: –– La convenceremos de una forma u otra, si las palabras no
funcionan, entonces usaremos la fuerza. Todo el mundo sabe que nuestro hijo
todavía no está casado. ¿Y recuerdas aquella vez cuando ella robó clementinas
cuando era joven? ¡Mientras todos nos atengamos a la historia, incluso si a ella
le crecen bocas extras para llorar por eso, quién le creería!
El propietario Chen se dirigió a la puerta para asegurarse de que estaba
bien cerrada, después se acercó. Los dos estaban discutiendo como un par de
gallos de pelea hace un momento, pero ahora estaban juntos maquinando en
susurros.
Propietario Chen: –– No creo que funcione.
–– ¿Por qué no?
–– Nuestro hijo nunca lo aceptará. Le ha gustado Luo Xian Xian desde que
era pequeño, pero ahora quieres que la abandone, ¿Cree que va a aceptar eso?
Madam Chen pensó por un momento, después acariciar la mano de su
marido y le dijo: –– No te preocupes, yo me encargo de ella.
Al poco tiempo, Madam Chen de repente sufrió una grave enfermedad.
Era una extraña enfermedad, el médico no pudo encontrar nada malo, pero ella
estaba desquiciada día tras día, murmurando tonterías e insistiendo en que
estaba siendo poseída por un fantasma.
El propietario Chen estaba preocupado. Invitó a un sacerdote taoísta que
llevaba un batidor de cola de caballo y un aire de propiedad taoísta. El
sacerdote apretó sus dedos y discernió que había algo en la familia Chen que
causaba mal a Madam Chen, y que si no se resolvía, ella no viviría para ver el
próximo año.
Chen Bo Huan era muy filial y preguntó ansiosamente: –– ¿Quién tiene
mala voluntad hacia mi madre?
El sacerdote caminó por un buen rato con una enigmática pretensión antes
de decir que era "Una belleza que nunca ve el sol".
Todos en la sala se sorprendieron. Uno por uno, los hermanos Chen se
giraron para mirar fijamente a Luo Xian Xian.
Luo Xian Xian estaba igual de sorprendida.
Desde que era pequeña, otros siempre han dicho cosas sobre ella, que tuvo
mala suerte, que trajo infortunios a todos los que la rodeaban, que mató a su
madre al nacer, luego a su hermano y luego a su padre.
Ahora, los dedos la estaban señalando otra vez, diciendo que iba a matar a
su suegra.
Afligidos, los hermanos Chen se turnaron para hablar con ella, pidiéndole
que se fuera, diciendo que nadie de fuera sabía que estaba casada, su
reputación seguía intacta, le darían algo de dinero y podría ir a buscar otra
familia.
Luo Xian Xian estaba ansiosa y asustada, preocupada de que realmente
fuera la que maldijo a Madam Chen, y lloró día tras día.
A Chen Bo Huan le dolía el corazón, al ver a su madre debilitarse cada día,
atrapado entre las dos; no quería que Xian Xian se fuera, pero tampoco quería
que su madre sufriera. Perdió peso rápidamente.
Los hermanos Chen tuvieron suficiente. Un día, mientras el hermano
mayor estaba fuera, fueron a buscar a su cuñada. Luo Xian Xian estaba en el
invernadero haciendo polvo Bai Die cuando la encontraron y rompieron todas
sus herramientas. Estaba cubierta de polvo; era como si el fuerte olor
empapara sus huesos, imposible de lavar.
Los hermanos la rodearon al principio, sermoneando sobre los principios y
el "deber de la mujer", "los padres antes que la esposa". Pero Luo Xian Xian
era resistente, era tímida pero terca, lloraba porque no quería irse y les rogaba
que pensaran en otra manera.
El segundo hermano Chen se agitó. Se adelantó y la abofeteó, exigiendo: –
– ¡Heraldo del desastre, maldiciendo a nuestra madre hasta la muerte! Si
hubiera otra manera, ¿Tu papá habría muerto? ¿Tu mamá? ¿Qué hay de tu
hermano, vivo o muerto desconocido?
Con este golpe, los otros también se apresuraron, juntándose alrededor de
ella con golpes y patadas, gritando “Vete a la mierda" "Plaga desafortunada"
"Portadora de la muerte".
Estos hermanos eran de la misma opinión que su madre, y ha estado en su
plan desde hace mucho tiempo. Aprovechando esta oportunidad mientras el
hermano mayor estaba fuera, trabajaron juntos para expulsar a Luo Xian Xian,
amenazándola con golpearla todos los días si se atrevía a regresar. No tenía
familia, incluso si la mataban, a nadie le importaría hacerle justicia.
Estaba nevando esa noche. Luo Xian Xian fue arrojada a la nieve cubierta
de azul y púrpura, incluso uno de sus zapatos se había caído.
Se arrastró hacia adelante lentamente, ahogada entre sollozos como los
gritos de un cachorro moribundo.
La noche se hizo más profunda. Con la nieve cayendo así, todos se
quedaron dentro. Se arrastró en la nieve interminable, sin saber a dónde ir, sin
saber a dónde podría ir.
Los hermanos Chen tenían razón.
Ella no tenía familia, ningún padre, ningún hermano, nadie a quien acudir,
nadie que la acogiera.
Este mundo blanco puro era tan vasto, pero no tenía lugar para ella.
Su cuerpo era frágil para empezar, y no llevaba mucho cuando fue
expulsada. Temblando, sus piernas y pies rápidamente se adormecieron y
perdieron todo sentido.
Se arrastró a las afueras de la ciudad, al templo de la maestra fantasma,
refugiándose en el interior, acurrucándose en sí misma, los labios azules por el
frío, el corazón frío por el dolor.
Levantó la vista hacia el ídolo de barro pintado, espléndido, y no pudo
evitar las lágrimas rodando por sus mejillas. Pensando en las costumbres del
reino de cultivo inferior, los matrimonios deben ser presenciados por un
maestro de ceremonias.
Pero en ese entonces, todo lo que tenía era una flor roja escondida en su
sien cuando ella, sonriente, se arrodilló frente al Chen Bo Huan y se inclinó en
el suelo.
La ceremonia a puerta cerrada no fue más que un sueño, el rostro
enrojecido en el espejo de cobre ese día, un mero ensueño nacido de sus
deseos más profundos.
Se arrodilló ante la estatua de la maestra fantasma, arrastrando su cuerpo
congelado que aumentaba de peso cada minuto, acurrucándose una y otra vez,
las lágrimas se mezclaban con la risa.
–– Atar el cabello para convertirse en marido y mujer, nunca debe dudarse
del amor conyugal. Bendición... en esta... víspera...
Ella se mareó, su visión se volvió borrosa.
Era como si un brillo de luz de luna iluminara un espejismo de ese año, en
el patio, cuando ella lloró: –– No fui yo, no fui yo, no robé las clementinas. ––
Pero el rumor repetido se convierte en un hecho, el chisme es una cosa
espantosa; Nadie escucharía su versión de la historia.
Incluso ahora, sabía que, incluso si iba a ir a llorar a la gente, incluso si
juraba de arriba abajo que era la esposa de Chen Bo Huan, nadie le creería.
Seguía siendo la niña junto a la pared de que nadie escucharía, igual que en
aquel entonces.
Nada había cambiado.
Al menos en ese momento, todavía había alguien que se subía a la pared y
le ponía un mantou blanco en sus manos y le decía: –– Debes tener hambre,
date prisa y come.
Pero... ¿Dónde está esa persona ahora...?
Cuando regrese y no pueda encontrarla, ¿Se preocupará, o respirará en
secreto un suspiro de alivio porque su madre ya no será maldecida por ella?
Luo Xian Xian se acurrucó en el templo, las lágrimas que derramó se
secaron lentamente. Ella susurró: –– Maestra de Ceremonias, quiero estar con
él. Soy su esposa... no había nadie para presenciar nuestra boda... eres una
maestra fantasma, y no tratas con personas vivas, pero... yo sólo puedo... sólo
puedo hablar contigo...
Sus últimas palabras salieron con un sollozo roto: –– No mentí...
No mentí.
La nieve siguió cayendo sin sonido en la noche larga y silenciosa.
Al día siguiente, algunas personas que pasaban por el templo encontraron
el cuerpo helado de Luo Xian Xian.
CAPÍTULO 22: EL SHIZUN DE ESTE VENERABLE
ESTÁ A PUNTO DE ENOJARSE.
Chu Wan Ning, después de haber escuchado esto, ya estaba lívido. Sólo
deseaba poder retirar la vid de sauce y dirigirla con vigor hacia la pareja Chen.
Pero no podía abrir los ojos para maldecirlos todavía, porque la ilusión de la
restauración desaparecería de inmediato si lo hiciera. Un fantasma sólo puede
ser atrapado por la Barrera de Restauración de la Verdad una vez; si se le
interrumpe, nunca podrá escuchar el resto de lo que Luo Xian Xian tuvo que
decir.
Así que sólo pudo soportar la furia ardiente mientras escuchaba el resto de
la historia de Luo Xian Xian.
Después de la muerte, su espíritu se dirigió al inframundo, soñolienta y
desorientada.
Ella sólo recordaba a una dama vestida de colores resplandecientes, que se
parecía bastante a la maestra fantasma en el templo, parada frente a ella y
preguntando con voz calmada: –– Tú y Chen Bo Huan no podían estar juntos
en vida, pero ¿Deseas ser enterrados juntos en la muerte?
Ella respondió con pánico: –– ¡Yo... lo hago!
–– Entonces haré que venga a hacerte compañía de inmediato, ¿De
acuerdo?
Luo Xian Xian casi soltó un ansioso acuerdo sin pensar, pero de repente
recordó algo y se detuvo: –– ¿Estoy muerta?
–– Sí. Soy la Maestra Fantasma de Ceremonias del Inframundo, puedo
otorgarte una buena pareja, cumplir tu deseo de hace mucho tiempo.
Luo Xian Xian, aturdida: –– Entonces, si él viene a hacerme compañía,
¿él... también morirá?
–– Sí. Pero los cielos son compasivos, la vida o la muerte es insignificante,
sólo un cierre de los ojos, ¿Cuál es la diferencia?
Chu Wan Ning pensó para sí mismo que, como era de esperar, esta
maestra fantasma utilizaba trucos para atraer a la gente a pedir deseos en las
vidas de otros, una verdadera deidad abominable.
Aunque Luo Xian Xian murió de una muerte injusta, ella no era un
fantasma malicioso. Ella negó con la cabeza repetidamente: –– No, no lo
mates, no fue su culpa.
La maestra fantasma le dio una sonrisa melancólica: –– Qué amabilidad,
pero ¿Qué obtendrás a cambio?–– Pero no intentó cambiar su opinión; como
una deidad, persuadir a la gente para que hiciera deseos malévolos estaba bien,
pero la coerción no lo estaba. Poco a poco, su figura se desvaneció y su voz se
volvió borrosa.
–– El espíritu regresa al séptimo día. Cuando regreses al mundo de los
vivos en el séptimo día, ve a ver qué está haciendo la familia Chen. Luego,
volveré a preguntarte, a ver si todavía te encuentras sin arrepentimientos en ese
momento.
Siete días después, el día de regresar.
El espíritu de Luo Xian Xian recuperó la conciencia y regresó al mundo de
los vivos.
Ella siguió los caminos familiares hacia la residencia Chen, ansiosa por
ver a su esposo por última vez.
Inesperadamente, la residencia Chen estaba adornada festivamente con
linternas y pancartas, el área de recepción amontonada con regalos de boda, y
había un carácter masivo de "Xi" en el salón principal. Toda la cara de Madam
Chen estaba radiante, no había ningún signo de enfermedad alguna, ya que, de
manera sonriente, ordenó a los sirvientes que empacaran los regalos de
compromiso con seda roja y decoraciones ornamentales.
¿Quién... se va a casar? ¿Quién está… preparando los regalos de bodas?
Quién… no escatima en gastos, qué grandioso. Quién es...
Ella zigzagueo entre la ajetreada multitud, escuchando el zumbido de las
voces.
–– Madam Chen, felicitaciones por el compromiso de su hijo con la hija
del gobernador Yao, ¿Cuándo es la fiesta de compromiso?
–– Madam Chen es verdaderamente bendecida.
–– ¡La señorita Yao realmente es la estrella de la suerte de la familia
Chen! El compromiso se acaba de establecer y Madam Chen ya se ve mucho
mejor.
–– Su hijo y la señorita Yao son como el oro y el jade, una pareja hecha en
el cielo. Estoy tan envidiosa, jajajaja.
Su hijo... Su hijo... ¿Cuál hijo? ¿Quién se va a casar con la hija de la
familia Yao?
Frenéticamente, recorría los pasillos y el patio familiares, buscando esa
silueta familiar entre la charla y la risa.
Ella lo encontró.
Chen Bo Huan estaba de pie ante las peonías en la sala trasera, con el
rostro pálido y las mejillas hundidas. Pero estaba vestido de rojo, no con
túnicas de boda, sino con las tradicionales túnicas rojas bordadas con
mariposas de la Ciudad Cai Die que lleva el yerno cuando va a la casa de la
novia para proponer.
¿Él... Se va a proponer? Todos estos lujosos regalos, llenos de oro, plata y
perlas, todo fue preparado por él... ¿Por Chen Bo Huan, su esposo, para la hija
de la familia Yao? De repente recordó cuando los dos se casaron.
No había nada, sólo dos personas, un corazón, y nada más.
No había maestro de ceremonias, ni dama de honor ni padrino, ni regalos.
La familia Chen aún no había prosperado y ni siquiera tenía ni un sólo
conjunto de joyas decentes. Él había caminado hacia el árbol de clementina en
el patio que plantaron juntos y arrancó una delicada flor, cuidadosamente
metiéndola en su cabello.
Ella le había preguntado: –– ¿Cómo me veo?
–– Hermosa. –– Había dicho él. Luego se quedó en silencio por un
momento antes de acariciarle el pelo, disculpándose: –– Te mereces algo
mejor.
Luo Xian Xian sonrió y dijo que no le importaba.
Chen Bo Huan le había dicho que cuando se casaran formalmente dentro
de tres años, definitivamente lo compensaría con una gran ceremonia, todos
serían invitados. Él la recogerá de un gran sedán llevado por ocho hombres, la
adornará con oro y plata, y la recepción se llenará de regalos de esponsales.
La promesa hecha ese año sonó en sus oídos. Aquí y ahora, la ceremonia
fue grandiosa, y todos fueron invitados.
Pero se estaba casando con alguien más.
La ira y el dolor la inundaron. Luo Xian Xian gritó mientras rasgaba las
sedas rojas y los brocados en la habitación.
Pero, siendo un fantasma, no podía tocar nada de eso.
Como si sintiera algo, Chen Bo Huan miró hacia atrás, con la mirada vacía
mientras miraba fijamente las sedas en la habitación, flotando a pesar de que
no había viento.
Su hermanita se acercó. Había una horquilla de jade blanco en su cabello,
llorando secretamente por alguien.
Ella dijo: –– Da ge, por favor, come algo, no has comido bien durante días,
y aún tienes que viajar a la residencia del gobernador para proponerte más
tarde, tu cuerpo no se mantendrá así.
Chen Bo Huan preguntó de repente de la nada: –– Xiao Mei, ¿Escuchas a
alguien llorando?
––… eh? ¿No? Da ge, ¿Estás...?–– Ella apretó los dientes y no terminó el
pensamiento. Chen Bo Huan siguió mirando en el lugar donde las sedas
flotaban.
–– ¿Cómo está mamá, está de buen humor? ¿Se ha recuperado de su
enfermedad?
––… Da ge.
––… Es bueno que ella se recuperó. –– Chen Bo Huan se quedó allí
pasmado por un tiempo, murmurando para sí: –– Ya he perdido a Xian Xian,
no puedo perder mi madre también.
–– Da ge, por favor ve a comer…
Luo Xian Xian lloró, gritó, sostuvo su cabeza y gimió de angustia.
–– No... no te vayas... no me dejes...
Chen Bo Huan dijo: ––… Está bien.
La figura agotada dobló una esquina y desapareció.
Luo Xian Xian estaba allí sola, aturdida, y gotas de lágrimas caían por sus
mejillas. Por casualidad, las voces de los hermanos Chen que habían causado
su muerte se desviaron, el segundo y el más joven susurrando entre ellos.
–– Madre está muy feliz, suspiro, las cosas finalmente están cayendo en su
lugar.
–– ¡Ni lo digas! Le tomó medio año pretender estar enferma para
finalmente expulsar a esa desafortunada plaga, ¿Cómo podría no ser feliz?
El hermano menor chasqueó la lengua y luego de repente dijo: –– Aunque
no puedo creer que ella se haya levantado y haya muerto. Sólo la echamos, no
es como si quisiéramos matarla. Qué estúpida era ella, ¿Ni siquiera sabía cómo
buscar ayuda?
–– Quién sabe, tal vez ella era como su padre. No es culpa nuestra que ella
muriera. Madre pudo haberla engañado, pero las cosas también son difíciles
para nosotros. Sólo piénsalo, entre la hija del gobernador y una chica
campesina, sólo un idiota la escogería. Además, si ofendemos a la preciosa
hija de los Yao, las cosas no terminarán bien para nosotros.
–– Tienes razón, ella es sólo una idiota. Si ella quiere morir congelada, eso
no es problema de nadie.
Las palabras se dirigieron a sus oídos.
Sólo en la muerte, Luo Xian Xian finalmente entendió que el llamado
"portador de la desgracia" sólo significaba que era pobre y de bajo estatus, y
no podía compararse con la hija honrada del gobernador.
Sólo un idiota elegiría a la campesina.
Ella finalmente lo perdió.
Regresó al templo de la maestra fantasma, con el corazón lleno de odio y
resentimiento.
Ella murió allí, débil e indefensa. Ella regresó allí, amargada y de corazón
de piedra.
Una vez fue tan amable y bondadosa, pero ahora evocó todo el odio en su
vida y toda la maldad en su carácter que nunca antes había soltado. Ella gritó
con voz ronca, los ojos rojos, el alma temblando.
Ella gritó: –– Yo, Luo Xian Xian, estoy dispuesta a renunciar a mi alma
para convertirme en un fantasma malicioso, ¡Le ruego a la Maestra Fantasma
sólo por venganza! ¡Quiero que toda la familia Chen, muera miserablemente!
Yo quiero... ¡Quiero que mi suegra, que es peor que una bestia, mate a sus
hijos con sus propias manos! ¡Todos ellos! ¡Quiero que Chen Bo Huan venga a
hacerme compañía en el infierno! ¡Para ser enterrados juntos! ¡Me niego a
aceptar esto! ¡Lo odio! ¡LO ODIO!
En el santuario, el ídolo de arcilla bajó los párpados, la esquina de sus
labios se curvó en una sonrisa.
Una voz hizo eco dentro del templo.
–– Tu adoración ha sido aceptada y tu deseo se cumplirá. De ahora en
adelante, tú eres un fantasma malicioso, sal y mata a todos los que te han
hecho mal.
Una luz penetrante, de color rojo sangre, brilló, y Luo Xian Xian no
recordó nada después de eso.
Pero Chu Wan Ning ya sabía lo que pasó después. La maestra fantasma
controló al fantasma malicioso de Luo Xian Xian para que posea a Madam
Chen y asesine a la familia Chen uno por uno.
Y la razón por la que Chen Bo Huan estaba en ese ataúd rojo desenterrado
en la montaña fue también para cumplir el deseo de Luo Xian Xian: "Quiero
que Chen Bo Huan sea enterrado junto a mí". Además de eso, colocó
intencionalmente el ataúd donde él y su nueva esposa iban a construir su casa
para maldecir y vengar.
En cuanto al olor dentro del ataúd de Chen Bo Huan, era el de la fragancia
Bai Die en el cuerpo de Luo Xian Xian cuando murió. El ataúd estaba lleno de
una fuerte energía resentida y una fuerte fragancia porque el alma de Luo Xian
Xian dormía dentro con Chen Bo Huan.
Luo Xian Xian ya no tenía familia. Cuando una persona así muere, por lo
general es cremada y no enterrada. Por lo tanto, ella ya no tenía un cuerpo, y
sólo podía tomar su forma dentro del ataúd de la maestra fantasma. En ese
entonces, cuando Chu Wan Ning abrió el ataúd con un golpe, el alma de Luo
Xian Xian perdió su refugio y se dispersó, temporalmente incapaz de volver a
reunirse. Esa fue la razón por la cual la energía resentida del ataúd era fuerte
cuando estaba cerrado, pero se desvaneció una vez que se abrió.
Aun así, en el reino ilusorio, ¿Por qué todos los cadáveres se emparejaron
en pares, excepto Chen Bo Huan, que fue emparejado con una novia fantasma
de papel?
Chu Wan Ning reflexionó un momento y lo descubrió: La maestra
fantasma no rompería su propia promesa; esa novia fantasma estaba destinada
a ser el "Cuerpo" de Luo Xian Xian, o un medio, en otras palabras, ya que sólo
Luo Xian Xian podría ser enterrada junto con Chen Bo Huan.
Todo quedó claro.
Chu Wan Ning miró a la niña indefensa en la ilusión. Quería decir algo,
pero no sabía qué decir.
El anciano Yu Heng realmente fue malo con las palabras, todo lo que dijo
salió rígido, así que el silencio se prolongó, y terminó sin decir nada después
de todo.
La joven permaneció en la oscuridad sin fin, sus suaves pero brillantes
ojos redondos.
Chu Wan Ning la miró a los ojos y, de repente, ya no tuvo corazón para
soportarlo. Quería irse, incapaz de aguantar otra mirada. Estaba a punto de
abrir los ojos y abandonar la barrera cuando la joven habló de repente.
–– Yan Luo gege, hay algo más que quería decirte.
Chu Wan Ning: ––… Mn.
La joven bajó la cabeza y comenzó a llorar en sus manos. Suavemente,
ella dijo: –– Yan Luo gege, no sé lo que hice después, pero, yo... realmente no
quiero que maten a mi marido. No quiero ser un fantasma malicioso. De
Verdad...
–– No robé las clementinas, realmente soy la esposa de Chen Bo Huan, y
durante toda mi vida, realmente nunca quise hacerle daño a nadie.
–– Realmente no quería lastimar a nadie, por favor, te lo ruego, por favor,
créeme.–– Su voz temblorosa se rompió en sollozos.
–– Yo... no... mentí...
No mentí.
¿Por qué es que en toda mi vida, casi nadie me creyó?
Ella sollozó miserablemente. La voz de Chu Wan Ning resonó en la
oscuridad. No dijo mucho, pero fue sin dudarlo.
–– Mn.
El pequeño cuerpo de Luo Xian Xian se sacudió.
Chu Wan Ning dijo: –– Te creo.
Luo Xian Xian trató de limpiar sus lágrimas pero no pudo dejar de llorar.
Al final, se cubrió la cara llena de lágrimas con las manos y se inclinó
profundamente hacia la persona que no podía ver en la oscuridad.
Chu Wan Ning abrió los ojos.
No dijo nada durante mucho tiempo.
El tiempo pasó de manera diferente dentro de la barrera que en la realidad.
Estuvo dentro durante mucho tiempo, pero fue sólo un instante para los que
estaban afuera. Mo Ran no había llegado todavía, y los miembros restantes de
la familia Chen todavía lo observaban con aprensión.
Chu Wan Ning, de repente, apartó la vid de sauce y habló hacia Madam
Chen: –– Expresaré tus quejas, ahora puedes descansar.
Madam Chen miró fijamente con los ojos rojos como la sangre, luego de
repente se desplomó en el suelo con un ruido sordo, inconsciente.
Chu Wan Ning levantó la cabeza de nuevo, su mirada recorrió el rostro del
propietario Chen y luego se posó en el hijo menor. Su voz era plana y fría.
–– Lo preguntaré por última vez. –– Él habló lentamente, enunciando
claramente cada palabra. –– ¿Realmente no saben de quién era esa voz?
CAPÍTULO 23: ESTE VENERABLE NO PUDO
DETENERLO.
El hijo menor tembló incontrolablemente, ambas piernas temblaban
mientras miraba a su padre.
Los ojos del propietario Chen se lanzaron hacia la izquierda y hacia la
derecha; después de un rato, insistió: –– N... No lo sé. ¡No la reconozco!
La cara de Chu Wan Ning estaba fría como la escarcha. Habló en voz baja:
–– Mentiroso.
Tenía una apariencia severa para empezar, ahora, con las cejas fruncidas y
un aura furiosa, se veía aún más cruel, incluso más aterrador que un fantasma
malicioso.
El propietario Chen inconscientemente dio dos pasos hacia atrás. De
repente, Chu Wan Ning golpeó el suelo con Tian Wen, chispas que brotaban
de la vid mientras las hojas volaban en el aire. El propietario Chen
rápidamente cayó sobre su trasero.
–– ¿La fragancia Bai Die fue realmente creada por su familia? ¿Era el
primer matrimonio de tu hijo mayor? ¿Luo Xian Xian le suena? ¿¡Qué tan
desvergonzado es en esta edad madura!?
La boca del propietario Chen se abrió, se cerró, luego se abrió de nuevo,
pero no pudo pronunciar una sola palabra al final, ya que su rostro se volvió de
ceniciento a escarlata.
La joven hija de la familia Chen, que había estado escondida a un lado
todo el tiempo, escuchó el nombre de "Luo Xian Xian" e inmediatamente
comenzó a llorar.
Se tambaleó para arrodillarse ante su madre, sacudiendo ese cuerpo
inconsciente: –– ¡Luo jiejie! Luo jiejie, ¿Todo esto lo hiciste tú? Sé que te
hicieron daño, que no puedes aceptarlo, pero por favor te ruego que, aunque
sólo sea por mí, perdona a mi familia... Luo jiejie...
Chu Wan Ning se inclinó, Tian Wen en su mano resplandeciendo dorado,
y usó su empuñadura para levantar la cara del propietario Chen.
Tenía fobia de tocar a la gente que encontraba repugnante, se le pone la
piel de gallina.
–– ¿De verdad cree que no puedo saber cuándo alguien me está
mintiendo?–– Hablaba fríamente, mirando fijamente el rostro del propietario
Chen y viendo el suyo reflejado en esos ojos asustados.
De hecho, es una cara desagradable, fría y dura, como una hoja cubierta de
escarcha.
Y qué.
Yu Heng del Cielo Nocturno nunca necesitó el afecto de otras personas.
–– Daozhang, Daozhang, el Pico Sisheng te envió, y yo soy el cliente,
¿Cómo pudiste entrometerte en mi negocio privado de esta manera? Yo...
Chu Wan Ning: –– Bien, saldré de tu negocio entonces. Tú puedes morir.
–– ¡Espere! ¡Espera, espera, espera! No puede...
–– ¿No puedo?–– El peligro parpadeó en los ojos entrecerrados de Chu
Wan Ning. –– ¿No puedo qué?
–– Soy... eres... tú...
–– Si alguien como tú fuera un discípulo de mi secta–– Chu Wan Ning
acarició a Tian Wen. –– Te azotaría y te rompería los huesos aquí mismo.
Al oír eso, el propietario Chen finalmente se dio por vencido al tratar de
hacerse el tonto. Al ver la actitud viciosa de Chu Wan Ning, sin un indicio de
la compasión que uno esperaría de un cultivador, sus piernas empezaron a
temblar involuntariamente y se arrodilló, tirando todo el respeto a sí mismo
por la ventana para llorar: –– ¡Daozhang, no teníamos otra elección, no nos
podíamos permitir ofender a la hija del gobernador! Nosotros, estábamos tan
preocupados que apenas podíamos comer, Daozhang...
Extendió la mano para abrazar los muslos de Chu Wan Ning mientras
gemía.
La fobia de Chu Wan Ning se encendió al ver que el propietario Chen
estaba a punto de tocarlo, atrajo la vid de sauce sin pensarlo dos veces,
exclamando con disgusto: –– ¡No me toques!
–– ¡Aaah!–– El dorso de su mano fue azotado por Tian Wen, y aunque no
hubo energía espiritual detrás del ataque, el propietario Chen todavía aulló de
dolor, gritando: –– ¡Increíble! ¡El cultivador del Pico Sisheng golpea a la gente
común!
–– ¡Tú...!
Cuando Mo Ran, apoyando a los dos inválidos, entró en la residencia
Chen, lo que lo saludó fue el Propietario Chen llorando de mala gana cuando
se arrodilló en el suelo, señalando a Chu Wan Ning con un dedo tembloroso,
gritando:–– ¿Qué otra secta hace esto? Su Pico Sisheng tomó la paga y, y no
sólo no protegió al cliente, ¡Sino que lo atacó! Son así, así de... ¡Tan
descarados! ¡Voy a decirles a todos! ¡Lo anunciaré al mundo! Me aseguraré de
que todos sepan sobre la actitud de su secta... ¡La actitud de su secta!
¡Destruiré la reputación de su secta y me aseguraré de que nunca le paguen
otro cobre!
Chu Wan Ning gruñó: –– ¿Y qué si tienes dinero? ¿El dinero te permite
voltear el bien y el mal, pagar la bondad con crueldad? ¿El dinero te permite
hacer lo que quieras, romper todas tus promesas?
El hijo menor de la familia Chen habló tímidamente desde el costado: ––
No es como si matáramos a Luo Xian Xian, sólo la golpeamos un poco y la
expulsamos, ella es la que no quería vivir, no es culpa nuestra que ella no
buscara refugio en la nieve, ¿Puedes culparnos por eso? No matamos a nadie,
no puedes simplemente señalar con el dedo lo que quieras, sólo porque eres un
gran cultivador.
Sus palabras fueron extremadamente astutas. Técnicamente, los Chen no
rompieron ninguna ley; incluso si Chu Wan Ning los arrastrara a los
tribunales, a lo sumo el funcionario podría reprenderlos por ser crueles y
deshonesto, pero ninguno de ellos sería condenado por nada.
–– No maté al tío, pero el tío murió por mi culpa. Bueno, sin duda ustedes
se han limpiado a ustedes mismos.
La mano de Chu Wan Ning, apretada alrededor de la vid de sauce,
temblaba de ira.
El propietario Chen, esa vieja comadreja, ya había recogido su ingenio de
donde estaba disperso por el susto inicial. Tenía miedo de que Chu Wan Ning
los abandonara sin antes ocuparse del fantasma, pero al pensarlo otra vez, este
bárbaro Daozhang aún era enviado por el Pico Sisheng. Como la secta más
importante del reino de cultivo inferior, dado que ya han cobrado la tarifa,
definitivamente terminarán el trabajo, eso es de conocimiento general.
Una vez que llegó a esta conclusión, dejó de tener tanto miedo.
Se aferró a su propio casco con un pequeño corte, lágrimas y mocos
mientras gritaba: –– ¿Limpiado? Nosotros los Chen, nunca hemos hecho nada
atroz, ni asesinado ni provocado un incendio, si esa Luo Xian Xian no quisiera
vivir, ¿Cómo es eso nuestra culpa? ¡Si no exorcizas adecuadamente a este
fantasma hoy, iré al Pico Sisheng y presentaré una queja sobre ti de inmediato!
¿Quién hace las cosas como ustedes? Si le quitas el dinero a alguien, tienes
que resolver sus problemas, ¿Cómo no entiendes algo tan básico, y...?
Antes de que terminara, Chu Wan Ning tomó su propio monedero y lo tiró
al suelo ante él sin parpadear: –– Su pago a la secta, lo he devuelto por
completo. ¡En cuanto a quejarse, siéntase libre!
Tian Wen brillaba intensamente, hojas de sauce afiladas como cuchillos.
Cogido por sorpresa, el propietario Chen gritó y chilló, cubriéndose la
cabeza y corriendo como una rata, incluso arrastrando a su propia hija para
bloquear las puertas en su frenesí.
Afortunadamente, Chu Wan Ning era un experto en el azote de personas, y
Tian Wen era uno con su mente, la vid de sauce retrocedió inmediatamente
para evitar golpear a la hija Chen antes de dar la vuelta y dirigirse
directamente hacia la cara del propietario Chen, con fuertes gritos y
salpicaduras de sangre al instante.
El propietario Chen no había esperado que Chu Wan Ning estuviera tan
completamente inmutable en su postura, su aire de arrogancia se fundió
instantáneamente en un charco de barro, asustado mientras huía y aullaba: ––
¡Espera, espera, detén el látigo! ¡Detén el látigo! ¡Daozhang! ¡Daozhang!
¡Estaba hablando sin sentido! ¡Sólo tonterías! ¡Ah! ¡Daozhang perdóname! Por
favor, te lo ruego, ¡No puedo soportar esto! ¡Daozhang ten piedad, fue nuestra
culpa! ¡Fue nuestra culpa!
Chu Wan Ning ni siquiera lo escuchaba. Su pecho estaba lleno de ira, los
ojos de fénix se estrecharon con dureza mientras Tian Wen bailaba en el aire y
el propietario Chen rodaba por el suelo con dolor, llorando lamentablemente.
Mo Ran se quedó en la puerta, aturdido: ––…
Nunca antes había visto a Chu Wan Ning azotar a un plebeyo con Tian
Wen, y tan despiadadamente, como si estuviera azotando a una bestia, la vid
de sauce se movía tan rápido que apenas era visible.
¿Qué tipo de desastre fue este? El contratista que golpea al cliente, ya sea
en el ámbito de cultivo superior o inferior, destruiría definitivamente la
reputación de ese cultivador para siempre. No importa cuán malo sea el genio
de Chu Wan Ning, o cuánto dejó que su corazón dominara su cabeza, ¿Cómo
pudo haber llegado tan lejos como para cometer un error tan grande?
Esto fue mucho más serio que su "Robo y libertinaje".
La cara de Shi Mei estaba pálida por el asombro. Tiró de Mo Ran preso
del pánico: –– ¡Date prisa y detén a Shizun!
Mo Ran le entregó a Shi Mei la aún inconsciente Chen-Yao, es decir, a la
preciada hija de la familia Yao, y dio un paso adelante para agarrar la muñeca
de Chu Wan Ning, alarmado y aprensivo: –– Shizun... tú... ¿Qué estás
haciendo?
Chu Wan Ning estaba de un humor terrible, frunció el ceño y gritó: ––
Suéltame.
–– Shizun, esto va contra las reglas...
–– ¿Necesitó que me lo digas? ¿Cuál de las setecientas cincuenta reglas
del Pico Sisheng no conozco mejor que tú? ¡Suéltame!
Mo Ran levantó la voz: –– ¿Entonces por qué no te detienes?
Chu Wan Ning no tuvo ganas de perder el aliento con él, abruptamente
arrebatando su mano, otro latigazo aterrizó implacablemente sobre el
propietario Chen.
–– ¡¡Shizun!!
Chu Wan Ning gruñó, con los ojos fríos: –– ¡Piérdete!
El propietario Chen vio que Mo Ran se veía guapo y amable,
definitivamente una buena persona, y se arrastró apresuradamente detrás de
Mo Ran y tiró de la esquina de su túnica: –– Daozhang, habla con tu Shizun,
yo, mis viejos huesos, incluso si estaba equivocado, incluso si estaba
equivocado, mis viejos huesos no pueden soportar este tipo de golpes...
Pero, al contrario de lo que esperaba, cuando Mo Ran se dio la vuelta y vio
su rostro cubierto de mocos y lágrimas, no sintió lástima sino disgusto,
alejándose rápidamente con un "Ah" y murmurando con desdén: –– No me
toques.
––…–– El propietario Chen vio que no se podía confiar en este, y su
mirada se movió hacia Shi Mei, quien estaba ayudando a Chen-Yao a sentarse
en una silla no muy lejos. Aferrándose a su último poco de esperanza, se
arrastró hacia Shi Mei, llorando y sollozando.
–– Daozhang, Daozhang, muestra bondad, muestra misericordia, sé que
estaba equivocado, fue mi mal, todo mi mal, por favor, te ruego que hables con
tu Shizun, me equivoqué, admito mi culpa... Yo... Haré lo que digan, pero por
favor, no me peguen más, soy viejo, mi cuerpo no puede soportarlo... no puedo
soportarlo...
Lloró lamentablemente, suplicando genuinamente por su vida mientras se
arrastraba al lado de Shi Mei y tiraba de su ropa.
––…–– Shi Mei se llenó de lástima, girándose para implorar a Chu Wan
Ning. –– Shizun, ya que el anciano ya sabe que está equivocado, por favor,
muestra algo de misericordia y para...
Chu Wan Ning: –– Fuera del camino.
Shi Mei: ––…
Chu Wan Ning, dijo con dureza: –– ¿¡No me escuchaste!?
Shi Mei se estremeció de miedo y se apartó del camino. Tian Wen arrancó
por el aire con un "woosh", se dirigió directamente al propietario Chen, quien
se cubrió la cabeza con ambos brazos y dejó escapar un grito de miedo. El
sonido era realmente demasiado lamentable, y Shi Mei no pudo evitar dar un
paso al frente, bloqueando el golpe por él.
El látigo aterrizó de manera contundente.
Shi Mei se movió demasiado rápido, Chu Wan Ning trató de retirarse, pero
ya era demasiado tarde.
Las gotas de sangre volaron. Shi Mei en su estado debilitado cayó
rápidamente de rodillas por el golpe. Cubrió su delicada mejilla, pero no pudo
evitar que la sangre goteara entre sus dedos...
CAPÍTULO 24: ESTE VENERABLE LE DECLARA LA
GUERRA FRÍA.
Por un momento, todos permanecieron en silencio, y sólo se oyeron los
sollozos del propietario Chen.
Shi Mei bajó la cabeza, con la mano cubriendo su mejilla, pero sus ojos se
pusieron serios cuando miró a Chu Wan Ning: –– Shizun, por favor, detén
esto. Si continuas, el Pico Sisheng es el que tendrá la culpa...
El alma de Mo Ran estaba a punto de salir volando de su boca. Él puede
ser un reprobado, pero estaba completamente dedicado a Shi Mei. En esta vida
renacida, se había jurado tratar a Shi Mei con cuidado y protegerlo bien, pero
sólo han pasado un par de días y Shi Mei ya ha sido herido y azotado, ¡Cómo
puede ser esto!
Ni siquiera tenía en él la posibilidad de ajustar la puntuación con Chu Wan
Ning en este momento, apresurándose al lado de Shi Mei para revisar la herida
en su mejilla.
Shi Mei dijo suavemente: –– Estoy bien...
–– Déjame ver de todos modos.
–– En realidad no es nada.
Shi Mei trató de resistirse, pero Mo Ran aún logró retirar su mano
cubriendo la herida.
Sus pupilas se contrajeron al instante.
Era una herida profunda, cruda y sangrienta, que se extendía hasta el
cuello, con la sangre aun corriendo...
Mo Ran vio rojo. Se mordió el labio y lo miró durante un largo rato antes
de voltearse para gritarle a Chu Wan Ning: –– ¿¡Ya terminaste!?
Chu Wan Ning, con el rostro sombrío, guardó silencio. No se disculpó ni
se acercó, sólo se mantuvo enraizado en el mismo lugar, sosteniendo a Tian
Wen sin canalizar ninguna energía espiritual.
––…
Mo Ran sintió que había innumerables demonios frenéticos en su pecho.
¿Quién podría tolerar que su persona amada, que ya había muerto una vez
en una vida pasada, sufriera una y otra vez así?
Él y Chu Wan Ning se miraron fijamente, sin retroceder, sin rendirse. Los
ojos de Mo Ran empezaron a inyectarse en sangre; ha odiado a Chu Wan Ning
durante tantos años, el odio se filtró hasta el fondo de su médula ósea, ¿Por
qué esta persona delante de él siempre iba en su contra?
Cuando se unió a la secta por primera vez, había hecho algo mal y casi
muere en manos de Chu Wan Ning. Más tarde, cuando Shi Mei resultó herido,
Chu Wan Ning, que sólo tenía tres discípulos en toda su vida, simplemente se
puso de pie y observó. Luego, Shi Mei murió, el Pico Sisheng fue destruido, y
Mo Wei Yu se convirtió en el único señor del mundo de la cultivación, toda
persona bajo el sol se arrastraba ante él. Sólo Chu Wan Ning se oponía a él en
todo momento, se interponía en su camino de izquierda a derecha, lo
apuñalaba en la conciencia, recordándole constantemente de que no importaba
lo poderoso que fuera el Emperador Taxian-jun, debajo de todo esto, sólo era
un loco abandonado por todos los que estaban cerca de él.
Chu Wan Ning.
Chu Wan Ning...
¡En la vida y en la muerte, siempre es él!
Los dos seguían vestidos con túnicas de boda a juego, cara a cara, pero era
como si el espacio entre ellos estuviera dividido por un abismo abierto.
Chu Wan Ning finalmente apartó a Tian Wen.
El propietario Chen dejó escapar un gran suspiro de alivio, arrodillándose
frente a Shi Mei haciendo una reverencia sin parar: –– Muy amable, muy
amable, el buen señor es verdaderamente un Buda viviente, nuestro salvador,
gracias por salvar a toda mi familia, señor, gracias señor, gracias señor.
Siempre termina así.
Él fue quien se encargó del espíritu maligno, pero también fue él quien dio
el azote. Chu Wan Ning hizo lo que se suponía que tenía que hacer, pero
también lo que no se suponía que hiciera, y al final alguien más era el salvador
compasivo, y él era el villano.
Siempre ha sido así.
Estaba malhumorado, ya se había resignado a ello.
Él tampoco se arrepintió.
Habiendo golpeado accidentalmente a su propio discípulo, por supuesto
que se sentía mal por eso, pero tenía una cara delgada y no podía levantarse y
decir algunas palabras cálidas y amables, así que se alejó y fue a pararse frente
a la hija menor de la familia Chen en su lugar.
La niña lo miró e inconscientemente, dio un paso atrás con miedo,
temblando.
De toda la familia Chen, ella era la única con amabilidad. Chu Wan Ning
suavizó su tono: –– Tu madre sufrió una posesión fantasma, y su vida útil se
ha reducido en al menos veinte años. Si ella no se arrepiente y continúa siendo
inmoral, estará plagada de energía negativa y morirá incluso antes. Cuando se
despierte, dile que prepare una tablilla conmemorativa para la señorita Luo con
madera de durazno rojo y que reconozca claramente su estado al respecto.
"Luo Xian Xian fue la esposa de Chen Bo Huan", este hecho que su familia ha
mantenido oculto durante años también debe hacerse público para cumplir el
deseo de su vida.
Hizo una pausa, luego le entregó un libro de escrituras:
–– Además, toda la familia debe arrodillarse y recitar el “Encantamiento
de Liberación” tres veces al día para ayudar al alma de la señorita Luo a
encontrar la paz y purgar los espíritus que acechan a su familia. Esto debe
hacerse durante diez años sin parar, de lo contrario, la señorita Luo regresará
por venganza.
La voz de la niña tembló: ––… Sí, gracias, Daozhang...
Chu Wan Ning se volvió para mirar al propietario Chen y a su hijo, con la
mirada aguda como una daga cubierta de nieve: –– Cuando la señorita Yao se
despierte, ustedes dos deben contarle todo y dejar que ella tome su propia
decisión. ¡Si tratan de ocultar algo, les arrancaré a ambos la lengua!
Estos dos no eran más que cobardes que no se atrevían a ofrecer
resistencia ahora que las cosas habían llegado a esto, ambos postrados en el
suelo, jurando de arriba y hacia abajo para seguir todas las instrucciones.
–– En cuanto a la fragancia Bai Die, fue creada sólo por el señor Luo, pero
ustedes la reclamaron como su propia fórmula. Saben lo que tienen que hacer,
no malgastaré más aliento.–– Chu Wan Ning agitó sus mangas y se marchó.
–– D-definitivamente iremos a hacer correcciones en la tienda y aclarar
que esta fragancia fue hecha por... por el señor Luo...
Después de que todo fue arreglado, Chu Wan Ning le ordenó a Mo Ran
llevar a la señorita Yao adentro para sacar el veneno.
Aunque Mo Ran tenía odio en su corazón, sabía muy bien que en su
juventud era aún más respetuoso que desafiante hacia su Shizun, así que
permaneció en silencio, apretando la mano de Shi Mei y susurrando: –– Ve a
tratar tu cara y detener el sangrado... La llevaré dentro.
Todavía había un gran personaje rojo de "Xi" en la habitación del hijo
mayor Chen. Todo había sucedido tan rápido que probablemente se olvidaron
de tomarlo en cuenta. En este momento, con Chen Bo Huan ya convertido en
polvo, parecía extremadamente burlesco.
La señorita Yao fue un daño colateral en esta ridícula farsa plagada de
avaricia. ¿Qué elegirá ella cuando despierte?
Como una persona normal, ella no era tan tenaz como Shi Mei. Chu Wan
Ning extrajo la sangre envenenada y le dio una pastilla en silencio. Todo el
tiempo, Mo Ran se quedó a un lado sosteniendo un recipiente con agua y
entregando toallas, pero los dos no se hablaron, ni siquiera se miraron.
Cuando se iba, la mirada de Chu Wan Ning cruzó la pared con indiferencia
antes de darse cuenta repentinamente de algo, su mirada se desvió para mirar
el poema que colgaba de la pared.
Las columnas de letras estaban escritas regularmente, limpias y rectas; La
tinta no se había secado durante mucho tiempo y los bordes del papel aún no
habían comenzado a ponerse amarillos.
Lo escrito fue:
“Manos de un tinte delicado, vierten vino dorado. En toda la ciudad es
primavera, y ella, el sauce detrás de la muralla del palacio. Y el viento del este,
lleno de malicia. Trajo fina alegría, Y una madeja de penas. Años de
separación. mal, mal, mal.
Primavera tranquila primavera. Somos nosotros, sin razón, los que nos
consumimos. Las lágrimas rayan ásperas, manchando la fina seda. Flores de
durazno caen, tu habitación junto al estanque, vacía. ¿Qué tan buenos han sido
nuestros votos como montañas? Con cartas incluso prohibidas... Y nada, nada,
nada.”
El corazón de Chu Wan Ning se sintió repentinamente sofocado. La
escritura fue pulcra y cuidadosa. Firmado por, Chen Bo Huan, las tres letras
brillantemente visibles.
El joven maestro Chen se casó con la hija de la familia Yao en contra de
su voluntad, y sólo pudo mantener la miseria en su corazón para él solo. ¿Pasó
los últimos días de su vida de pie junto a la ventana, pincel en mano,
indefenso, transcribiendo "Chai Tou Feng", una oda de pérdida y despedidas?
No quería quedarse en la residencia de Chen ni un momento más.
Ignorando el dolor abrasador en su hombro, se dio la vuelta y se fue.
Chu Wan Ning y Shi Mei resultaron heridos, no eran aptos para regresar al
Pico Sisheng de inmediato, y a Chu Wan Ning le disgustaba especialmente
viajar con espada, por lo que decidieron pasar la noche en una posada, y de
esta manera también podían echar un vistazo al templo el día siguiente para
garantizar que las cosas fueran debidamente atendidas.
A pesar de que los "demonios" y los cadáveres fueron pulverizados por
"Viento" de Chu Wan Ning, sólo fueron sus cuerpos los que fueron destruidos,
no sus espíritus. No había nada malo en quedarse unos días para asegurarse de
que nada se había escapado para seguir causando problemas.
Chu Wan Ning caminó en silencio, sus dos discípulos siguieron detrás.
Shi Mei parecía haber recordado algo de repente, preguntando: –– A-Ran,
la ropa que tú y Shizun están usando... ¿Qué... qué sucedió?
Mo Ran se sorprendió antes de recordar que él y Shizun todavía llevaban
la túnica de boda. Tenía un miedo mortal de que Shi Mei pudiera
malinterpretar, y se apresuró a quitárselo.
–– Esto... uhm, la ilusión de antes, no lo pienses demasiado, yo...
A mitad de sus palabras, miró de nuevo y se dio cuenta de que, dado que
Shi Mei también había sido arrastrado a través de la boda de fantasmas, él
también llevaba una túnica de boda, era sólo que tenía un diseño diferente y no
se veía demasiado reconocible debido a los rasgones y lágrimas.
Pero no importa qué, todavía era una túnica de boda.
De pie junto a Shi Mei de esta manera, podía imaginar que era Shi Mei
cuyas manos retenía entonces en la ilusión de la maestra fantasma, con quien
se inclinaba, con quien compartía el vino.
Ya no quería quitárselo, mirando a Shi Mei aturdido.
Shi Mei sonrió cálidamente: –– ¿Qué es? No terminaste tu oración.
Mo Ran murmuró: ––… No es nada.
Chu Wan Ning estaba unos pasos por delante de ellos, sin saber cuánto
escuchaba, pero se detuvo y se dio la vuelta.
El cielo empezaba a iluminarse. Después de una noche de conmoción, la
primera luz del amanecer emergió del horizonte, el sol carmesí como un
corazón desgarrado y sangrante saliendo del abismo de la oscuridad, pintando
los cielos con espléndidos colores.
Chu Wan Ning se puso de pie, retro iluminado, mientras el final de la larga
noche se iluminaba, mientras el sol naciente iluminaba las nubes.
Se quedó de lado, con túnicas de boda rojas como la sangre, el sol naciente
arrojaba un halo dorado detrás de él, difuminando la expresión de su rostro.
De repente, la energía espiritual surgió, rompiendo las túnicas de boda en
pedazos.
Fragmentos de rojo revoloteaban como tantos pétalos de flores Haitang
que se marchitan. El viento se elevó, dispersando las piezas por todas partes.
Las túnicas blancas debajo fluían en el viento junto con su cabello negro
como la tinta.
Sangre en su hombro. Piezas de tela en el viento.
La mancha de sangre en la que resultó herido al proteger a Mo Ran era aún
más vívida y conspicua en esas túnicas blancas.
Pasó un largo rato antes de que Chu Wan Ning se burlara con frialdad,
como en ridículo: –– Mo Wei Yu, ¿Qué hay entre tú y yo para ser mal
entendido?
Llamó a Mo Ran "Mo Wei Yu" cada vez que estaba enojado, frío y sin
distante, una forma distante de dirección educada sin un toque de calidez.
Mo Ran se atragantó, con la guardia baja no tuvo nada que decir.
Chu Wan Ning se dio la vuelta y se alejó.
A esa hora no había nadie, caminaba solo, ya que la tierra y el cielo
parecían difuminarse.
Su expresión áspera y burlona se derrumbó tan pronto como llegó a la
habitación de la posada y cerró la puerta.
Chu Wan Ning apretó los dientes, con una expresión de dolor en su rostro
mientras levantaba una mano para tocar su hombro.
Las garras de la maestra fantasma eran una especie de cuerpo celeste, no
menos que Tian Wen, ambas armas extremadamente poderosas. Su hombro
entero estaba desgarrado, pero no había tiempo para cuidarlo durante el ataque.
A estas alturas, ya se había extendido y comenzó a infectarse, el dolor era
insoportable.
De pie en la habitación, Chu Wan Ning exhaló lentamente y trató de
quitarse las túnicas, pero la tela se pegó a su piel donde la sangre ya se había
secado, y el tirón envió rayos de dolor a través de su cuerpo.
La habitación de Mo Ran estaba justo al lado. La posada apenas estaba
insonorizada, y no quería que nadie lo supiera, así que se mordió el labio y
arrancó la tela con un movimiento despiadado.
–– ¡Nngh...!
Chu Wan Ning dejó escapar un gruñido ahogado, luego lo soltó
lentamente, sangre en sus dientes y labios donde había mordido demasiado
fuerte. Jadeó para respirar, la cara completamente desprovista de color, el
cuerpo cubierto de sudor frío.
Bajó sus largas pestañas, temblando ligeramente mientras miraba hacia
abajo para absorber el daño.
No estaba tan mal. Aún manejables...
Sosteniéndose de la mesa para apoyarse, se sentó lentamente en la silla.
Poco a poco, soportando el dolor, usó el agua y la toalla que el sirviente de la
posada trajo para limpiar la herida con su mano ilesa.
Luego, usando un cuchillo afilado, cortó la carne muerta.
Después de eso, aplicó el ungüento que hizo Madam Wang.
Y finalmente, lentamente, con dificultad, envolvió las vendas alrededor de
su hombro solo.
No estaba acostumbrado a mostrar debilidad frente a los demás. Había
pasado por este tipo de dolor muchas veces antes, y cada vez lo había superado
por su cuenta.
Un animal herido encontrará un lugar para esconderse y lamer sus heridas.
A veces sentía que no era diferente de esas bestias, y que esta existencia
solitaria probablemente continuará en el futuro también.
Sabía que era desagradable, por lo que no quería rogar lastimosamente por
la ayuda de nadie. Tenía su propia idea inefable de dignidad.
Pero cuando se quitó la túnica, una bolsa de brocado había caído al suelo.
El satén rojo estaba bordado con flores de árbol de seda. Sus dedos
temblaron por el dolor mientras abría lentamente. Dentro había dos mechones
de pelo atados juntos.
De él y de Mo Ran.
La mente de Chu Wan Ning se quedó en blanco por un momento. Quería
sujetar la bolsa a la llama de la vela y quemarla junto con su contenido
ridículo. Pero no pudo soportar hacerlo al final.
Atar el cabello para convertirse en marido y mujer, el amor conyugal
nunca debe dudarse.
Casi podía oír las risitas tranquilas del niño dorado y de la doncella de
jade.
Era consciente de las palpitaciones profundas en su propio corazón, y se
odiaba aún más por ello. Apretó la bolsa suave con fuerza en su mano y
lentamente cerró los ojos.
No podía aceptar estos pensamientos que tenía hacia Mo Ran. Sólo
deseaba poder extraer su propio corazón y eliminar los despreciables
pensamientos internos, desgarrar, desgarrar y arrojar.
¿Dónde estaba su decencia, su propiedad?
¿Era Mo Wei Yu alguien en quien debería pensar? ¿Qué clase de maestro
era él? ¡Verdaderamente peor que una bestia!
Los golpes vinieron de la puerta de repente. Chu Wan Ning, en medio de
reprenderse, se sobresaltó, abriendo los ojos de par en par mientras metía
apresuradamente la bolsa de brocado en su manga. Su rostro se posó de nuevo
en una expresión de mal humor.
–– ¿Quién es?
––… Shizun, soy yo. –– La voz de Mo Ran vino desde afuera, y los latidos
del corazón de Chu Wan Ning se aceleraron un poco. –– ¿Puedo entrar?
CAPÍTULO 25: ¡ESTE VENERABLES REALMENTE
NO PUEDE SOPORTARLO!
Chu Wan Ning permaneció en silencio por un largo rato, con la cara llena
de pesimismo y pesadumbre, las palabras "Vete al infierno" se atascaron en su
garganta todo el tiempo antes de salir a regañadientes como "entra al infierno"
al final.
–– ¿Eh? ¿Tu puerta no está cerrada con llave?–– Mo Ran intentaba
reconciliarse con él después de un día entero de guerra fría, así que abrió la
puerta y entró actuando como si nada estuviera mal. Chu Wan Ning lo miró sin
ninguna expresión desde donde estaba sentado junto a la mesa.
Hablando con el corazón, Mo Ran realmente fue agradable de ver,
iluminando toda la habitación con su sola presencia. La firme piel del joven
casi parecía brillar, y las comisuras de los labios tenían una curva natural, de
modo que parecía que estaba sonriendo incluso con una expresión neutral.
Chu Wan Ning mantuvo su compostura firmemente bajo control mientras
alejaba su mirada de Mo Ran y bajaba sus largas pestañas, levantando una
mano para apagar el palo de incienso sobre la mesa antes de preguntar
impasiblemente: –– ¿Qué estás haciendo aquí?
–– Vine para... verificar tu herida. –– Mo Ran tosió ligeramente, luego su
mirada se posó en el hombro de Chu Wan Ning y se detuvo. –– ¿Ya la has
tratado?
Chu Wan Ning dijo suavemente: –– Mn.
Mo Ran se quedó sin habla: ––…
Es cierto que tenía rencor contra Chu Wan Ning, y también estaba enojado
con él por lastimar a Shi Mei. Pero una vez que se había calmado, no era como
si Mo Ran no tuviera ninguna conciencia en absoluto; El odio era una cosa,
pero no había olvidado cómo se lastimó el hombro de Chu Wan Ning.
Dentro de ese sofocante ataúd, Chu Wan Ning lo había abrazado con
fuerza en sus brazos, usando su propio cuerpo para bloquear las garras de la
maestra fantasma, negándose a soltarlo incluso cuando todo su cuerpo
temblaba por el dolor...
Mo Ran definitivamente detestaba a Chu Wan Ning.
Pero aparte de la aversión, por alguna razón, siempre hubo otros
sentimientos complicados mezclados también.
Era una persona tosca que no recibió ninguna educación en su niñez. A
pesar de que estudió y lo compensó un poco más tarde, aún le costaba mucho
entender algunos de los asuntos más delicados, especialmente los relacionados
con las emociones.
Por ejemplo, cuando se trataba de Chu Wan Ning, Mo Ran se había
rascado la cabeza y lo había reflexionado durante mucho tiempo, pero
simplemente no podía descubrir qué era esta emoción.
Sólo reconoció las emociones simples: gusto, disgusto, odio, feliz, infeliz.
Pero varias emociones mezcladas dieron al brillante y poderoso
Emperador Taxian-jun vértigo, lo hacía ver estrellas.
No lo entiende, no tiene sentido, qué es esto, sálvame, de mi mente.
Así que Mo Ran simplemente no se molestó en pensar en eso por más
tiempo, no le importaba desperdiciar ese tipo de energía en nadie más que en
Shi Mei.
Internamente, puso el incidente anterior en la cuenta de Chu Wan Ning y
conspiró secretamente para devolverle el doble cuando tuviera la oportunidad
de resolver el puntaje, pero al mismo tiempo, también se sentía culpable.
Luchó consigo mismo internamente antes de finalmente llamar a la puerta de
Chu Wan Ning.
Él no quería estar en deuda.
Pero Chu Wan Ning era aún más testarudo de lo que había pensado.
Mo Ran se quedó mirando el montón de vendas manchadas de sangre en la
mesa, el agua de color carmesí en el tazón del lavabo y el cuchillo que había
sido arrojado casualmente a un lado, con trozos de carne ensangrentada
todavía pegados a la punta. Sintió que le dolía la cabeza.
¿Cómo se las arregló para tratar su propia lesión?
¿Realmente cortó sin pestañear la carne muerta alrededor de su herida con
su propia mano, así de simple? El cuero cabelludo de Mo Ran se sentía
entumecido sólo de pensarlo, ¿Este tipo era incluso humano?
Shi Mei había gemido suavemente por el dolor con lágrimas en sus ojos
cuando Mo Ran estaba limpiando su herida justo ahora; a pesar de lo mucho
que no le gustaba Chu Wan Ning, no pudo evitar inclinarse mentalmente ante
él.
El anciano Yu Heng era, de hecho, el jefe de la mierda, impresionante,
realmente impresionante.
Mo Ran se quedó allí por un momento, luego rompió el silencio primero.
Tosió ligeramente dos veces, tocó el suelo y murmuró torpemente: –– Antes,
en la residencia de los Chen... lo siento, Shizun.
Chu Wan Ning no dijo nada.
Mo Ran le echó un vistazo: –– No debí haberte gritado.
Chu Wan Ning siguió ignorándolo, una cara de indiferencia como siempre.
Nunca lo diría, pero en el fondo, se sintió injusto.
Mo Ran se acercó. Sólo de cerca vio que Chu Wan Ning había hecho un
lío con el vendaje, la gasa envuelta alrededor de su hombro como si estuviera
atando un cangrejo.
––…
Entonces, otra vez, ¿Qué esperaba de alguien que ni siquiera sabía cómo
lavar la ropa?
Suspirando, Mo Ran dijo: –– Shizun, no te enojes más.
–– ¿Cuál de tus globos oculares me vio enojado?–– Chu Wan Ning
respondió furioso.
Mo Ran: ––…
Después de un tiempo.
–– Shizun, así no es como se venda...
Otra respuesta agria: –– ¿Crees que sabes más que yo?
Mo Ran: ––…
Levantó la mano, queriendo rehacer los vendajes de Chu Wan Ning, luego
miró su expresión y vaciló, calculando la probabilidad de recibir una bofetada
en la cara por atreverse a tocarlo era bastante alta.
La mano bajó, luego la levantó. Esto se repitió varias veces. Chu Wan
Ning se irritó y le lanzó una mirada de reojo: –– ¿Qué, quieres golpearme o
algo así?
––…–– Él realmente quería golpearlo, pero no ahora.
Mo Ran sonrió con exasperación y de repente extendió la mano para
presionar su mano contra el hombro de Chu Wan Ning, escatimando las
consecuencias. Aparecieron hoyuelos en sus mejillas: –– Shizun, aquí, te
ayudaré a rehacer los vendajes.
Chu Wan Ning originalmente quería negarse, pero los cálidos dedos de
Mo Ran ya estaban sobre él y su boca estaba repentinamente seca. Sus labios
se movieron ligeramente pero al final no dijo nada y sólo dejó que Mo Ran
hiciera lo que quisiera.
La gasa se desenvolvió capa por capa, ya empapada de sangre, hasta que
los cinco agujeros escalofriantes fueron revelados.
Sólo con verlo lo hizo estremecerse; el daño fue mucho peor que el corte
en la cara de Shi Mei.
Mo Ran se quedó un rato mirando, y luego, por alguna razón que incluso
él mismo no entendió, preguntó en voz baja: –– ¿Te duele?
Chu Wan Ning, con las pestañas largas colgando bajo, sólo dijo
suavemente: –– No mucho.
Mo Ran: –– Seré amable.
Chu Wan Ning no sabía en qué estaba pensando, pero los lóbulos de sus
orejas se pusieron un poco rojos y se enojó de sí mismo otra vez, pensando que
debía estar perdiendo la cabeza por tener pensamientos tan absurdos. Así que
su expresión se volvió aún más rígida, su estado de ánimo empeoró y murmuró
secamente: –– Como quieras.
La llama de la vela crepitaba. Por su tenue luz amarilla, Mo Ran pudo ver
que el bálsamo medicinal ni siquiera se había aplicado en algunos lugares.
Estaba realmente sin palabras; Debe ser por algún tipo de milagro que Chu
Wan Ning logró vivir hasta el día de hoy.
–– Shizun.
–– ¿Hm?
–– ¿Qué pasó en la residencia de los Chen hoy? ¿Por qué los golpeaste?––
Preguntó mientras aplicaba el ungüento.
Chu Wan Ning se quedó en silencio por un momento antes de responder: –
– Estaba enojado, eso es todo.
Mo Ran: –– ¿Qué te hizo enojar tanto?
Chu Wan Ning no tenía ganas de molestarse con un menor en este
momento, así que le contó brevemente a Mo Ran sobre Luo Xian Xian. Mo
Ran sacudió la cabeza cuando terminó de contar: –– Eso fue una tontería de tu
parte. Algo como esto, no importa cuánto te enoje, todavía no deberías haber
reaccionado así. Si fuera yo, sólo inventaría algunas cosas, fingiría el
exorcismo, luego me sacudiría las manos y me iría, dejando que las cosas
sigan su curso. Tienes que adaptarte a la situación a veces. Mírate, has hecho
un gran lío con un desgraciado despreciable, e incluso golpeaste
accidentalmente a Shi Mei...
Mo Ran se detuvo a medio camino de la oración. Se calló y miró a Chu
Wan Ning.
Estaba demasiado concentrado en hacer el vendaje y se olvidó de sí mismo
por un momento, y había hablado sin saberlo con Chu Wan Ning en el tono
imprudente de su yo de treinta y dos años.
Chu Wan Ning también lo había notado claramente. Miraba fríamente a
Mo Ran por las esquinas de sus ojos, sólo la mirada transmitía esa línea
familiar: –– Te mataré a golpes.
–– Erm...
Todavía estaba luchando para pensar en una excusa cuando Chu Wan
Ning habló primero.
Dijo impasible: –– ¿Crees que quería golpear a Shi Ming Jing?
Tan pronto como se mencionó a Shi Mei, la razón dejó el cerebro de Mo
Ran y la voluntad se hizo cargo, incluso su tono se volvió irritable: –– ¿No fue
así?
Chu Wan Ning también lamentó el golpe, pero su rostro era delgado y
estaba mortificado por eso, así que frunció el ceño y no dijo nada.
Chu Wan Ning era testarudo, Mo Ran estaba enamorado y chispas volaban
donde sus miradas chocaban en el aire. La atmósfera que sólo se había aliviado
un poco una vez más se convirtió en un callejón sin salida.
Mo Ran dijo: –– No es como si Shi Mei haya hecho algo malo. Shizun,
¿No puedes al menos disculparte por haberlo lastimado accidentalmente?
Los ojos de Chu Wan Ning se estrecharon peligrosamente: –– ¿Me estás
interrogando?
––…No. –– Mo Ran hizo una pausa –– Estoy molesto porque él fue herido
injustamente, pero Shizun ni siquiera lo lamentó.
Bajo la luz de las velas, el joven apuesto terminó de curar las heridas de
Chu Wan Ning y ató cuidadosamente un nudo. La escena todavía parecía algo
tierna como lo había sido hace un momento, pero ambos estados de ánimo ya
eran muy diferentes. Especialmente para Chu Wan Ning, era como si un frasco
entero de vinagre se hubiera derramado dentro de su pecho, el sabor amargo de
los celos se hinchaba sin parar, metiéndose debajo de su piel.
¿Lo siento? ¿Cómo escribes lo siento? Alguien por favor enséñele.
Mo Ran continuó: –– Tomará al menos medio año para que ese corte en su
cara se desvanezca, pero antes, cuando lo estaba ayudando a aplicar la
medicina, él todavía dijo que no debía culparte. Shizun, es cierto que no te
culpa, pero aun así, ¿Realmente crees que estás en lo correcto?
Sus palabras sólo agregaron combustible al fuego.
Chu Wan Ning intentó y no pudo soportarlo. Gruñó en voz baja: –– Vete
al infierno.
Mo Ran: ––…
Chu Wan Ning espetó: –– ¡Fuera!
Mo Ran fue expulsado, la puerta se cerró de golpe en su cara y casi en sus
dedos. Mo Ran alzó el cuello. ¡Mira esto, sólo mira! ¿Cuál es su problema?
¡Es sólo una disculpa! Esa cara de él es preciosa, ¿Qué tan difícil es
simplemente pedir perdón? Incluso este venerable Emperador Taxian-jun supo
disculparse, ¡Pero el simple Inmortal Bei Dou tiene que lanzar un ataque
sibilante sin ninguna razón!
¡No es de extrañar que nadie lo quiera a pesar de su hermoso rostro!
Un maldito desperdicio es lo que es, va a estar soltero de por vida, ¡Le
queda bien!
Ya que Chu Wan Ning cerró la puerta en su cara y no le prestó atención, el
alto y poderoso Taxian-jun, el Emperador del reino humano, obviamente no
sólo rodaría fuera de la puerta como un perro desvergonzado. Era
extremadamente persistente, se aferraba como un caramelo pegajoso e
imposible de arrancar, pero a quien se aferraba era a Shi Mei, no a Shizun.
No podía importarle menos, e inmediatamente se fue para ir a hacer
compañía a Shi Mei.
–– ¿Ya volviste?–– El bello Shi Mei estaba acostado descansando cuando
Mo Ran entró. Se detuvo antes de sentarse, con un largo cabello negro que
caía sobre su cuerpo. –– ¿Cómo está Shizun?
–– Está bien, y también su temperamento.
Shi Mei: ––…
Mo Ran levantó una silla y la colocó a horcajadas hacia atrás, con las
manos apoyadas en su espalda, con una sonrisa perezosa jugando en sus labios
mientras observaba a Shi Mei con su largo y suave cabello suelto.
Shi Mei dijo: –– Tal vez debería ir a verlo después de todo...
–– Wah, no te hagas eso a ti mismo. –– Mo Ran puso los ojos en blanco. –
– Está lanzando un ataque en este momento.
–– ¿Lo hiciste enojar de nuevo?
–– ¿Incluso necesita a alguien que lo haga enojar? Incluso puede enojarse
consigo mismo. El tipo probablemente está hecho de madera, se incendia con
la menor chispa.
Shi Mei negó con la cabeza, atrapado entre la risa y el llanto.
Mo Ran dijo: –– Vuelve a descansar, voy a bajar y pediré prestada la
cocina para cocinar algo para ustedes.
Shi Mei: –– ¿Vas a tener tantos problemas? También estuviste despierto
toda la noche, ¿No deberías dormir?
–– Jaja, estoy bien despierto.–– Mo Ran se rió. –– Pero si no quieres que
me vaya todavía, ¿Puedo hacerte compañía hasta que te duermas?
Shi Mei agitó apresuradamente una mano y dijo suavemente: –– No es
necesario, no podré dormir contigo aquí observando. También deberías
intentar descansar un poco, no te sobre esfuerces.
Mo Ran estaba un poco abatido, la sonrisa en sus labios se puso un poco
rígida.
Shi Mei fue amable con él, pero siempre parecía mantener una cierta
distancia indiscernible. Estaba justo frente a él, pero también era como la
ilusión de la luna en el espejo, la flor reflejada en el agua, a la vista pero
inalcanzable.
––…Está bien. –– Hizo lo mejor que pudo para animarse, forzando la
sonrisa en su rostro. Mo Ran tenía una sonrisa radiante, y era tonto hasta el
punto de ser lindo cuando no era travieso. –– Sólo llámame si necesitas algo,
estaré justo al lado o abajo.
–– Mn.
Mo Ran levantó una mano, deseando acariciarle el cabello, pero logró
contenerse y volvió la mano para rascarse la cabeza.
–– Me voy entonces.
Una vez afuera, Mo Ran no pudo resistir un estornudo.
El suspiró.
La Ciudad Cai Die se especializaba en la producción de fragancias y los
inciensos de todo tipo eran bastante baratos, por lo que la posada no era
tacaña. Una barra larga de incienso especial se quemó en cada habitación, una
para mantener alejados a los espíritus malignos, dos para eliminar la humedad
y tres para hacer que las habitaciones olieran bien.
El olor a incienso hizo que Mo Ran se sintiera incómodo, pero a Shi Mei
le gustó, así que lo soportó.
En la planta baja, Mo Ran se dirigió al posadero y deslizó un lingote de
plata, con los ojos entrecerrados en una sonrisa: –– Oye, posadero, hazme un
favor.
Al ver el lingote de plata, la sonrisa del posadero fue aún más cortés: ––
¿Qué necesita el buen señor?
Mo Ran dijo: –– No veo a mucha gente aquí para desayunar, de todos
modos, ¿Puedo molestarte para que rechaces a los otros huéspedes y me
prestes la cocina por la mañana?
¿Cuántos cobres valía el desayuno? Incluso la mitad de un mes de
desayunos no puede ganar un sólo lingote de plata. El posadero estuvo de
acuerdo con entusiasmo, sonrió mientras conducía a Mo Wei Yu, todavía
arrogante, a la cocina de la posada.
–– ¿Qué va a cocinar el señor? Por qué no lo hace nuestro cocinero, él es
realmente bueno.
–– No es necesario. –– Mo Ran sonrió. –– ¿Has oído hablar del Salón Zui
Yu en XiangTan?
–– Ah... ¿La famosa casa de entretenimiento que se quemó hace poco más
de un año?
Mo Ran: –– Mhm.
El posadero echó un vistazo afuera para asegurarse de que su esposa
estaba ocupada trabajando y no escuchando antes de sonreír: –– ¿Quién no ha
oído hablar de ese lugar? Fue el teatro más famoso del río Xiang, e incluso
produjo una cantante estrella, conocida en todo el mundo. Lástima que esté tan
lejos, o me gustaría escucharla tocar también.
Mo Ran se rió: –– Bien, gracias por el cumplido, en su nombre.
–– ¿En su nombre? ¿En su nombre?–– El posadero estaba desconcertado.
–– ¿La conoces o algo?
Mo Ran respondió: –– Más que sólo conocerla.
–– Wow... no lo habría sabido sólo con mirarte, ¿Eh? Pero pueden los
cultivadores incluso... uh...
Mo Ran lo interrumpió con una carcajada: –– Además de la cantante
estrella, ¿Sabes algo más?
–– Um... Escuché que la comida allí también era inigualable."
Los labios de Mo Ran se curvaron en una alegre sonrisa cuando levantó el
cuchillo de la cocina con un aire de familiaridad: –– Antes de ser cultivador,
trabajé como asistente en la cocina del Salón Zui Yu durante muchos años.
¿Quién crees que cocina mejor, tu cocinero o yo?
El posadero estaba aún más sorprendido, tropezando con sus palabras: ––
El buen señor es verdaderamente... verdaderamente...
Él siguió murmurando "verdaderamente" pero no pudo encontrar la
palabra.
Mo Ran lo miró por el rabillo del ojo, con una sonrisa engreída en su
rostro con un aire de pereza seguro de sí mismo: –– Está bien, entonces vete,
este venerable cocinero se pondrá a trabajar.
El posadero no tenía idea de que en ese momento estaba hablando con el
ex señor de la oscuridad, e imploró descaradamente: –– Hace mucho que
escuché sobre las delicias del Salón Zui Yu, quizás cuando haya terminado el
buen señor, ¿Podría a este humilde permitirle probar un poco?
Pensó que era una pequeña petición, y que Mo Ran definitivamente estaría
de acuerdo.
Quién sabía que los ojos de Mo Ran se entrecerrarían en una sonrisa
pícara: –– ¿Quieres probarlo?
–– ¡Mhm!
–– ¡Sigue soñando!–– Mo Ran hizo un "hmph" con un aire de arrogancia,
murmurando –– ¿Pensaste que este venerable iba a cocinar para cualquiera?
Esto es para Shi Mei, si no es para él, este venerable ni siquiera se metería en
la cocina...
Escogió un rábano y comenzó a cortarlo mientras murmuraba para sí
mismo.
––…–– El posadero fue derribado, y sólo pudo pararse torpemente a un
lado frotándose las manos y sonriendo de manera apacible por un rato antes de
alejarse silenciosamente.
También murmuró para sí mismo por dentro.
¿Qué fue todo eso de 'este venerable'? El chico es tan joven, que
probablemente ni siquiera ha formado un núcleo dorado todavía. Escúchalo
divagando, Shimei esto Shimei aquello, pero no había ni una sola chica en su
grupo hoy.
El posadero puso los ojos en blanco.
Debe estar loco, y no sólo un poco.
Mo Ran se ocupó de la cocina durante cuatro horas enteras; Era casi
mediodía antes de que terminara. Corrió escalera arriba, expectante para
despertar a Shi Mei.
Sus pasos se ralentizaron cuando pasó frente a la habitación de Chu Wan
Ning.
Si él lo llama a comer también...
Pensando en el mal genio de Chu Wan Ning, Mo Ran frunció el ceño con
disgusto.
No, sólo hizo un poco de todos modos, ¡Nada para él!
CAPÍTULO 26: EL PRIMER ENCUENTRO DE ESTE
VENERABLE CONTIGO.
El sol se elevaba en lo alto del cielo, y más y más personas venían a comer
a la posada. Mo Ran lo encontró ruidoso en la planta baja, así que hizo que un
sirviente trajera los platos que preparó a su habitación.
Él invitó a Chu Wan Ning al final. Shizun era el más alto clasificado,
después de todo; Él no era un emperador del reino humano en este momento,
así que tenía que cumplir las reglas.
En la mesa cuadrada había tres platos de sopa de fideos. Él mismo hizo los
fideos, suaves y duros, mucho mejor de lo que se podía comprar afuera. En la
parte superior se apilaban rebanadas de carne gruesa, junto con salchichas
fritas, brotes de arvejas frescas y tiernas, repollo napa regordete e hilo de
huevo de color dorado, los coloridos ingredientes dispuestos artísticamente.
Pero lo más notable no eran las verduras rociadas, los generosos cortes de
carne, o incluso la abundancia de ingredientes, sino el caldo que se había
cocinado a fuego lento durante cuatro horas. El caldo blanco lechoso tenía una
capa de aceite de ají de sésamo encima; Mo Ran había molido las especias
calientes él mismo en un molinillo de piedra y lo coció a fuego lento con un
caldo para un sabor rico y un aroma tentador.
Había usado grandes cantidades de aceite de chile y pimientos, pensando
en el amor de Shi Mei por los alimentos picantes. Viendo a Shi Mei cavar con
gusto ahora, la sonrisa de Mo Ran se extendió aún más. Robó algunas miradas
y no pudo resistirse a preguntar: –– ¿Es bueno?
Shi Mei dijo: –– Es delicioso.
Chu Wan Ning no dijo nada, todavía con un rostro sombrío como si el
cielo le debiera cien montañas de oro y plata.
Mo Ran estaba bastante satisfecho de sí mismo: –– Entonces, avísame
cuando quieras comerlo de nuevo, lo haré para ti.
Los ojos de Shi Mei estaban llorosos por el sabor picante cuando levantó
la vista para sonreír a Mo Ran, con una expresión amable. Ante tal belleza, si
no fuera por Chu Wan Ning, que estaba sentado a un lado y congeló la mitad
de la habitación con su mera presencia, a Mo Ran le resultaría difícil decidir
entre comer los fideos en su tazón o a Shi Mei.
Shi Mei no comió gran parte de los brotes de guisantes y la salchicha, pero
la carne y el repollo desaparecieron rápidamente.
Mo Ran, que había estado observando en silencio desde un costado,
extendió la mano con sus palillos y movió los brotes de guisantes y la
salchicha a su propio tazón, luego movió varios trozos de carne desde su tazón
hasta Shi Mei.
Todos los discípulos del Pico Sisheng comieron en el Salón Meng Po, a
menudo intercambiando platos entre sí, así que Shi Mei sonrió y no pensó en
nada: –– A-Ran, ¿No te gusta la carne de res?
–– Mhm, me gustan los brotes de guisantes.
Entonces él comenzó a masticar. Las puntas de sus orejas eran un poco
rojas.
Chu Wan Ning, inexpresivo, escogió los brotes de guisantes en su tazón y
los arrojó todos al tazón de Mo Ran. –– No me gustan los brotes de guisantes.
También arrojó toda la carne en su tazón a Shi Mei: –– Tampoco me gusta
la carne.
Luego miró el resto de la comida en su tazón con las cejas fruncidas,
apretó los labios y no dijo nada.
Shi Mei preguntó con cuidado: –– Shizun... ¿No es de tu agrado?
Chu Wan Ning: ––…
Él no respondió, sólo bajó la cabeza y en silencio recogió un trozo de
repollo, dando un pequeño bocado. Su expresión empeoró instantáneamente y
dejó sus palillos con un 'pa'.
–– Mo Wei Yu, ¿Vertiste un frasco entero de salsa picante en la sopa?
Mo Ran hizo una pausa y miró hacia arriba, con un fideo aun colgando de
su boca; no había anticipado que el desayuno en el que tanto había trabajado
recibiría tan duras críticas. Parpadeó a Chu Wan Ning, desconcertado, incapaz
de creer en sus propios oídos por un momento, antes de sorber el fideo en su
boca: –– ¿Qué?
Chu Wan Ning fue incluso menos cortés esta vez: –– ¿Esto es incluso
comida para personas? ¿Es incluso comestible?
Mo Ran parpadeó varias veces más antes de que finalmente se diera cuenta
de que este imbécil de Chu Wan Ning lo estaba asando. Le disparó indignado:
–– ¿Cómo es que no es comida para personas?
El espacio entre las cejas de Chu Wan Ning se contrajo cuando comentó: –
– Es realmente desagradable.
Mo Ran se atragantó. Sin importar qué, sus habilidades las aprendió a
escondidas de los mejores de los mejores en el Salón Zui Yu. –– Shizun no
eres... un poco demasiado exigente.
Shi Mei también dijo: –– Shizun, no has comido en todo el día, aunque no
te guste, aún trata de comer algo.
Chu Wan Ning se levantó y dijo fríamente: –– No como comidas picantes.
Luego se dio la vuelta y se fue.
Los dos que quedaron en la mesa cayeron en un incómodo silencio. Shi
Mei quedó estupefacto: –– ¿Shizun no come comidas picantes? ¿Cómo es que
no sabía que... A-Ran, tú tampoco lo sabías?
–– Yo...
Mo Ran se quedó mirando fijamente durante un rato los fideos que Chu
Wan Ning había dejado prácticamente intactos, luego asintió.
–– Mn. No lo sabía.
Eso fue una mentira. Mo Ran sabía que Chu Wan Ning no podía comer
comida picante. Es sólo que lo olvidó.
Había estado enredado con esta persona durante la mayor parte de su vida
anterior, después de todo. Sabía exactamente qué comidas le gustaban y cuáles
no le gustaban a Chu Wan Ning.
Pero no se molestó en tenerlo en cuenta, por lo que nunca recordó.
Chu Wan Ning regresó a su habitación y se acostó, todavía vestido. Se
enfrentó a la pared con los ojos bien abiertos, incapaz de dormir.
Había perdido mucha sangre y había usado demasiada energía espiritual.
Además de eso, no ha comido ni un solo bocado desde ayer, su estómago ha
estado vacío durante mucho tiempo y se sentía horrible.
Esta persona no sabía cómo cuidarse en absoluto. Estaba de mal humor,
así que simplemente no comió, como si pudiera llenar su estómago de ira.
No sabía por qué estaba enojado. O más bien, no quería saber.
Pero en el silencio, una cara apareció ante sus ojos desenfocados, las
esquinas de los labios se curvaron suavemente en una sonrisa brillante, la luz
parpadeaba en un par de ojos negros claros, suaves con un toque de púrpura.
Cálido y cómodo, y algo perezoso.
Chu Wan Ning agarró la manta, las articulaciones de sus dedos
palidecieron por la fuerza. No quería hundirse en ello, cerrando los ojos en un
intento por escapar de esa cara y risa descuidada. Pero el pasado surgió aún
más con los ojos cerrados, y lo inundó como una marea...
La primera vez que se encontró con Mo Ran fue en la Torre Tong Tian en
el Pico Sisheng.
El sol era feroz ese día, los veinte ancianos estaban presentes, hablando
entre ellos en voz baja.
El anciano Yu Heng naturalmente, era una excepción. No era tan tonto
como para pararse allí con el resto de ellos para hornearse en el sol. En
cambio, se paró debajo de un árbol en flor, preocupado por examinar la
flexibilidad de la nueva garra de metal negro en su mano.
Por supuesto que él mismo no tenía necesidad de tales cosas; estaba
forjando estas garras para los discípulos de nivel inferior del Pico Sisheng.
El reino de cultivo inferior bordeaba el reino fantasma, y por lo tanto era a
menudo peligroso. No era raro que los discípulos de nivel inferior se
lesionaran o incluso perdieran la vida. Nunca dijo nada al respecto, pero Chu
Wan Ning había estado tratando de encontrar una solución, quería hacer un
arma que fuera ligera, ágil y fácil de usar.
Los otros se quedaron a un lado, charlando.
–– ¿Escuchaste? Ese sobrino perdido del Líder de la Secta apenas fue
salvado de un incendio. Nadie más sobrevivió al lugar quemándose. Si el líder
estuviera incluso un paso más tarde, el sobrino probablemente también se
habría convertido en polvo, fue realmente un golpe de suerte.
–– Debe haber sido su difunto padre protegiéndolo del otro lado. Es
desgarrador que se haya separado tan joven y pase por tantas dificultades,
suspiro...
–– ¿El niño se llama Mo Ran? Quince años ¿Verdad? Es hora de que
reciba un nombre de cortesía, ¿Tiene uno?
–– Anciano Xuan Ji, el niño creció en una casa de entretenimiento, con
suerte y tiene un nombre, mucho menos un nombre de cortesía.
–– Escuché que el Líder de la secta ya había pensado en un par, y ahora
sólo está eligiendo entre ellos. Me pregunto qué elegirá al final.
–– El líder seguro que valora a su sobrino.
–– ¿Tú no lo sabes? No sólo el Líder, también, Madam lo adora sin cesar.
Jeh, probablemente el único disgustado en todo el Pico Sisheng es nuestro
querido por los cielos...
–– ¡Anciano Tan Lang! ¡No debes hablar con tanta indiscreción!
–– Jaja, mi error, me resbalé! Pero nuestro querido por los cielos se vuelve
salvaje y no le presta mucha atención a la propiedad, no respeta a los ancianos
y se relaja ociosamente todo el día con un aire de derecho nato, realmente le
falta algo de disciplina.
–– Anciano Tan Lang, ¿Cuánto ha bebido hoy...?–– La persona que estaba
a su lado le dirigió una mirada significativa, gesticulando con la barbilla hacia
Chu Wan Ning, que estaba a una distancia, el significado era obvio.
El querido por los cielos, Xue Meng, fue el discípulo de Chu Wan Ning.
Decir que Xue Meng carecía de disciplina era sólo un insulto indirecto a las
enseñanzas de Chu Wan Ning.
Este anciano Yu Heng estaba compuesto y refinado en apariencia, como si
estuviera por encima de los asuntos del reino mortal, rodeado de un aire altivo.
Pero todos sabían sobre su temperamento volátil; si alguien lo tocaba de
manera equivocada, también podría limpiarse el cuello y esperar la muerte por
azotes.
Chu Wan Ning escuchó cada palabra de sus chismes. Pero no les prestó
atención. Tenía menos interés en lo que otros tenían que decir sobre él que en
los patrones decorativos en la garra del dedo.
Hablando de eso, la garra del dedo era bastante buena, pero no lo
suficientemente fuerte, podría no ser capaz de romper la gruesa piel de algunos
demonios de un sólo golpe. Intentará agregar un poco de polvo de huesos de
dragón cuando regrese, eso debería ayudar.
Los otros ancianos vieron que Chu Wan Ning no reaccionó, así que se
relajaron un poco y volvieron a su charla.
–– El Líder de la secta probablemente nos convocó a todos aquí hoy para
elegir un maestro para ese joven maestro Mo, ¿Eh?
–– Eso es extraño, ¿Por qué el Líder no le enseña él mismo?
–– Supuestamente, la naturaleza de la cultivación del pequeño sobrino es
incompatible con el método de cultivación del Líder. –– Alguien murmuró. ––
Pero incluso entonces, ¿No es demasiado reunir a todos los ancianos para que
el joven maestro elija a alguien?
El anciano Lu Cun dejó escapar un suave suspiro y apartó su suave y
elegante cabello largo, lamentándose: –– Mi humilde ser se siente como un
repollo napa barato en este momento, dispuesto en el puesto para que lo recoja
el pequeño joven maestro Mo.
Todo el mundo: ––…
¿Podría este petimetre, por favor, no dejar escapar toda la verdad sin un
toque de delicadeza?
Esperaron un buen rato antes de que finalmente llegara el Líder de la secta.
Subió los mil escalones para llegar ante la Torre Tong Tian, un joven lo
seguía.
Chu Wan Ning sólo miró brevemente, y ni siquiera se molestó en ver con
claridad antes de apartar la mirada para continuar examinando su garra sin una
segunda mirada.
El procedimiento del Pico Sisheng para que el aprendiz eligiera un
maestro fue bueno y realmente no convencional. En cada otra secta, el maestro
era alto y poderoso, apoyando su mano sobre la cabeza de un nuevo discípulo
y diciendo: –– Joven, tu aptitud es satisfactoria, de ahora en adelante serás mi
discípulo. –– El discípulo ni siquiera tenía la oportunidad de decir "no". O
bien, el maestro agitaba su manga con una cara de burla fría, declarando: ––
Joven, tu frente es demasiado grande, los ojos demasiado apagados, la parte
posterior del cráneo sobresale demasiado, no es la apariencia adecuada para mí
secta. Tú y yo no estamos destinados a ser, no te aceptaré como discípulo. ––
El discípulo ni siquiera tenía la oportunidad de probarse a sí mismo antes de
que el maestro se alejara con su espada y lo sacara de allí más rápido que a un
perro.
Las cosas eran diferentes aquí en el Pico Sisheng, el maestro y el discípulo
se eligieron mutuamente.
¿Qué significa eso?
El Pico Sisheng tiene veinte ancianos. Cuando un nuevo discípulo ingresa
a la secta, primero pasa un período de tiempo conviviendo con todos y
sopesando sus opciones antes de entregar una carta de intención a un anciano
que exprese su deseo de buscar su guía.
Si el anciano acepta, entonces todo funciona perfectamente. Si el anciano
declina, el discípulo podría continuar insistiendo hasta que el anciano ceda o el
discípulo se rinda.
Por todas las apariencias, Chu Wan Ning era excepcionalmente hábil y
guapo para comenzar, así que uno esperaría que su patio delantero se llenara
hasta el borde a todas horas del día con discípulos esperanzados que lo
perseguían implacablemente como maestro. Pero la realidad era muy diferente.
La apariencia de Chu Wan Ning era elegante, pero su genio era tan malo
que hacía que el cabello de la gente se pusiera de punta. Corre el rumor de que
cuando se enoja, azota a las discípulas como si fueran discípulos masculinos, y
hunde directamente a los discípulos masculinos. No muchas personas fueron lo
suficientemente valientes para este tipo de Shizun.
Por lo tanto, la residencia del anciano Yu Heng era tranquila y solitaria.
Aparte del querido por los cielos, Xue Meng y el amigo íntimo de Xue Meng,
Shi Mei, nunca había aceptado a ningún otro discípulo.
Todo el mundo preferiría llamarlo respetuosamente "Anciano" que
llamarlo íntimamente "Shizun".
Chu Wan Ning tenía una expresión altiva e insistió en que no le molestaba
en absoluto, con la cabeza baja mientras seguía jugueteando con el arma
helada en sus manos, como si no pudiera importarle menos. Todo lo que él
diseñó, desde las armas escondidas en la manga hasta los silbatos de
emergencia, fue para otros. Cuanto antes termine, más personas evitarán el
sufrimiento.
Así que no esperaba en absoluto que Mo Ran lo eligiera sin dudarlo.
En ese momento, sus cejas estaban fruncidas mientras acariciaba las
espinas de la garra del dedo, reflexionando sobre cómo mejorarlas y ni siquiera
prestaba atención a lo que el Líder de la secta y todos los demás estaban
diciendo. Sin que él lo notara, todo se había calmado.
Sólo después de haber pensado en un método de mejora, Chu Wan Ning se
dio cuenta repentinamente de que el entorno que estaba lleno de conversación
hace un momento ahora parecía demasiado tranquilo.
Así que finalmente apartó su mirada de la garra del dedo, mirando hacia
arriba con algo de impaciencia e incomprensión.
Fue entonces cuando vio una cara.
Tan brillantemente iluminada por el sol que era casi deslumbrante.
Un joven apuesto, con la cabeza inclinada hacia atrás, lo estaba mirando.
Las esquinas de los labios del joven estaban curvadas en una débil y perezosa
sonrisa, y un par de hoyuelos adornaban sus mejillas; un poco de olor a humo
y fuego de un mercado, y un poco de inocencia sin culpa. Un par de ojos
negros teñidos de púrpura lo miraron sin parpadear, llenos de fervor y
curiosidad.
Era nuevo y no conocía las reglas, tan cerca que era casi imprudente.
Con alguien apareciendo tan repentinamente justo frente a él, Chu Wan
Ning se sobresaltó y dio un paso atrás como si se estuviera quemando. La parte
posterior de su cabeza se encontró con el tronco del árbol con un golpe.
Los ojos del joven se abrieron un poco: –– Ah...
Chu Wan Ning ––…
Joven: ––…
Chu Wan Ning: –– ¿Qué estás haciendo?
El joven sonrió: –– Señor, te he estado observando durante tanto tiempo,
¿Por qué no te fijas en mí?
CAPÍTULO 27: ESTE VENERABLE TE HARÁ UN
TAZÓN DE FIDEOS.
La cabeza de Chu Wan Ning se tambaleó.
Fue culpa suya por estar demasiado preocupado y no mantener la guardia
en alto en el Pico Sisheng, hasta el punto de que ni siquiera se dio cuenta de
que alguien se había acercado tanto.
¿Qué está pasando? ¿De dónde viene el niño? Ah, espera, ¿Es ese Mo
algo... Mo, otra vez? ¿Mo Shao? ¿Mo Zhu? ¿Mo... Yu?
Acomodó su expresión en una de "Los extraños no se acerquen" con
facilidad practicada, barriendo rápidamente el sobresalto y el nerviosismo de
sus ojos de fénix para ser reemplazados por su habitual y elevado
distanciamiento.
–– Tú...
Estaba a punto de abrir la boca y entregar un regaño por costumbre cuando
de repente tomaron su mano. Chu Wan Ning se quedó pasmado.
Durante toda su vida, nadie se había atrevido a agarrarlo por la muñeca de
esta manera. Estuvo congelado en el lugar por un momento, con el rostro
oscuro, sin idea de cómo reaccionar.
¿Debe sacar su mano, seguido de una bofetada de revés… Y gritar "¡No
molestes!" él sería la imagen de una dama ofendida.
Entonces, ¿Sacar la mano, sin bofetadas? ¿No parecerá un poco demasiado
despreocupado?
Chu Wan Ning todavía estaba congelado por la indecisión cuando el joven
sonrió: –– ¿Qué es esto en tu mano? Es tan bonito, ¿Enseñas cómo hacer estas
cosas? Todos los demás ya se presentaron, sólo tú todavía no has dicho nada,
¿Qué anciano eres? Ah, ¿Está bien tu cabeza? ¿Por lo del árbol justo ahora?
Al ser golpeado con tantas preguntas seguidas, la cabeza de Chu Wan
Ning que no le dolía antes, ahora sí. Su cabeza palpitaba como si estuviera a
punto de abrirse...
En su agitación, un débil brillo dorado comenzó a acumularse en su otra
mano, Tian Wen a punto de aparecer. Los otros ancianos estaban horrorizados,
¿Estaba loco Chu Wan Ning? ¿Se atrevería a azotar incluso al joven maestro
Mo?
Pero Mo Ran también tomó esa mano.
Ahora sus dos manos fueron capturadas por el joven. Mo Ran no tenía idea
de cuánto peligro corría cuando se paró frente a él, tomándole las manos y
mirando hacia arriba con una cara sonriente: –– Soy Mo Ran, no conozco a
nadie aquí, pero basándome sólo en tu cara, me gustas más ¿Qué tal si eres mi
maestro?
Nadie había anticipado este giro de los acontecimientos, y todos se
horrorizaron aún más; algunos de los rostros de los ancianos ya parecían como
si se hubieran convertido en piedra y se partieran por la mitad.
Anciano Xuan Ji: –– ¿Eh?
Anciano Po Jun: –– ¡Guau!
Anciano Qi Sha: –– ¿Oh?
Anciano Jie Lu: –– Uh...
Anciano Tan Lang: –– Hah, esto es muy gracioso.
El anciano Lu Cun, en todo su esplendor, giró un mechón de cabello
alrededor de un dedo y batió sus ojos de flor de durazno: –– Vaya, el pequeño
joven maestro es audaz, verdaderamente joven y valiente, para atreverse a
tantear incluso el trasero del anciano Yu Heng.
––… ¿Podrías por favor no decir algo tan nauseabundo como eso?–– Dijo
Qi Sha con desdén.
Lu Cun con gracia puso los ojos en blanco y murmuró: –– Hm, lo diré de
una manera más refinada, entonces, verdaderamente joven y valiente, como
para atreverse incluso a ir detrás del anciano Yu Heng.
Qi Sha: ––…Sólo mátalo y termina con eso.
De todos los ancianos, el amable y gentil Xuan Ji era el más popular. Su
método de cultivación era fácil de aprender, y era magnánimo y sobresaliente,
por lo que la mayoría de los discípulos del Pico Sisheng estudiaron bajo su
mando.
Chu Wan Ning pensó que Mo Ran no sería una excepción. Incluso si no
elegía a Xuan Ji, definitivamente iría por el anciano Po Jun directo y animado;
En cualquier caso, quien quiera que eligiera, seguramente no sería él mismo.
Pero él se detuvo frente a él, a escasos centímetros de distancia, con la cara
llena de intimidad y cariño, cosas con las que no estaba familiarizado. Se
sentía como si le hubieran designado el papel de alivio cómico de la nada, y se
encontró repentinamente nervioso sin ninguna razón y con una pérdida total de
qué hacer.
Chu Wan Ning sólo sabía cómo lidiar con el "respeto", el "miedo", el
"odio"; algo como "cariño" era demasiado difícil. Rechazó a Mo Ran de
inmediato y sin pensar.
Mo Ran se quedó en su lugar, aturdido, el par de ojos bajo esas largas
pestañas inesperadamente abatidas pero sin reservas. Pensó en ello por un
largo rato con la cabeza agachada, luego murmuró obstinadamente en voz
baja: –– Bueno, serás tú de todos modos.
Chu Wan Ning: ––…
El Líder de la secta miraba desde el lado con diversión, y no pudo
resistirse a preguntar con una risa: –– A-Ran, ¿Sabes quién es él?
–– Cómo podría saberlo, él no me lo ha dicho.
–– Jaja, si ni siquiera sabes quién es él, entonces ¿Por qué estás tan
concentrado en él?
Mo Ran, aun sosteniendo las manos de Chu Wan Ning, se dio la vuelta y
respondió con una sonrisa: –– ¡Porque se ve más gentil y sencillo por
supuesto!
En la oscuridad, los ojos de Chu Wan Ning se abrieron bruscamente, con
la visión flotando.
….Qué demonios.
Se preguntó qué era exactamente lo que estaba mal con los ojos de Mo
Ran en aquel entonces, para encontrarlo gentil. Tampoco estaba sólo en ese
momento; todo el Pico Sisheng escuchó sobre el incidente, y todos miraron al
joven maestro Mo Ran con expresiones preocupadas de "qué niño tan tonto".
Chu Wan Ning levantó una mano para presionarla contra su palpitante
sien. Por el dolor en el hombro, sus pensamientos eran un desastre, su
estómago estaba vacío, su cabeza mareada. No estaba descansando en
absoluto.
Se acostó en la cama, aturdido, con las extremidades extendidas por un
rato antes de sentarse, estaba a punto de encender un palito de incienso para
ayudarlo a calmarse cuando los golpes volvieron a sonar en la puerta.
Era Mo Ran de nuevo.
Chu Wan Ning: ––…
Él lo ignoró, no dijo entra o vete.
Pero esta vez, la puerta se abrió sola.
Chu Wan Ning levantó la cabeza sombríamente, pero el fósforo ya
encendido entre sus dedos se detuvo en el aire sin tocar el incienso, y después
de un rato, se apagó por sí solo.
Chu Wan Ning habló: –– Vete al infierno.
Mo Ran entró al infierno.
Tenía un tazón de fideos humeantes en sus manos, recién hecho. Esta vez
fue más simple, fideos sencillos en caldo blanco puro, salpicados con cebolla
picada y semillas de sésamo blancas, algunas costillas de cerdo en la parte
superior, repollo napa y un huevo escalfado ligeramente crujiente alrededor de
los bordes.
Chu Wan Ning estaba hambriento, pero su rostro permaneció impasible.
Miró los fideos, miró a Mo Ran, luego volvió la cara sin decir una palabra.
Mo Ran dejó el tazón sobre la mesa y dijo suavemente: –– Hice que la
cocinera de la posada hiciera estos fideos.
Chu Wan Ning bajó las pestañas.
Por supuesto que Mo Ran no lo haría él mismo.
–– Trata de comer algo. –– Mo Ran dijo: –– Este tazón no es picante, y no
hay carne de res o guisantes. –– Luego se fue, cerrando la puerta al salir.
Se sintió mal por la lesión de Chu Wan Ning. Pero esto era todo lo que
podía hacer.
Dentro de la habitación, Chu Wan Ning se sentó junto a la ventana,
perdido en sus pensamientos, con los brazos cruzados mientras miraba ese
tazón de fideos con costilla desde muy lejos, hasta que el vapor desapareció,
hasta que los fideos se enfriaron, sin un toque de calor...
Sólo entonces, finalmente se acercó y se sentó, recogiendo el frío tazón de
fideos ya amontonados por los palillos y lentamente comenzó a comer.
El caso de la inquietante residencia Chen fue concluido. Al día siguiente,
recogieron sus caballos negros de los establos y se dirigieron de nuevo a la
secta por el mismo camino que tomaron para llegar aquí.
En toda la ciudad, desde los puestos de té hasta los puestos de comida,
todos en la Ciudad Cai Die hablaban de lo que pasó con la familia Chen. En un
pueblo tan mediano, un escándalo como este fue suficiente para ser la
comidilla del pueblo durante al menos un año.
–– ¿Quién hubiera pensado que el joven maestro Chen ya se había casado
con la señorita Luo a puerta cerrada? Pobre señorita Luo.
–– Si me preguntas, esto no habría sucedido si los Chen no se hubieran
hecho ricos.
–– Realmente no puedes permitir que los hombres se hagan ricos, o todas
las malas aguas en sus vientres inundarán y ahogarán a toda la ciudad.
Un hombre se mostró insatisfecho al escuchar y dijo: –– El joven maestro
Chen no hizo nada malo, fue todo obra de su padre y su madre. Espero que los
hijos y nietos futuros del bastardo propietario Chen, nazcan idiotas.
Alguien más dijo: –– Los muertos son lamentables, pero ¿Qué pasa con
los vivos? Mira a la señorita Yao, preciada hija de la familia Yao, obtuvo el
extremo más corto del palo, sin importar cómo lo mires. Esa vieja perra Chen
de corazón negro estafó a la pobre muchacha, ¿Qué debería hacer ahora?
–– Volver a casarse, por supuesto.
La persona rodó los ojos, burlándose: –– ¿Volver a casarse? ¿Tú la
tomarías?
El campesino que se burló de ella sonrió con cariño, tocando la brecha
entre sus dientes mientras decía: –– Si mi mujer está bien con eso, claro, por
qué no. La señorita Yao es muy bonita, no me importaría que fuera viuda.
–– Ja, sigue soñando, incluso como artículo de segunda mano está fuera de
tu alcance.
Las orejas de Mo Ran se levantaron desde donde estaba sentado en su
caballo, escuchando con energía por aquí y mirando por allí. Si no fuera por
Chu Wan Ning que tenía los ojos cerrados y las cejas fruncidas, con
"demasiado malditamente ruidoso" escrito en su frente, Mo Ran podría incluso
haberse movido para unirse al chisme.
Montando lado a lado, finalmente salieron de la ciudad y llegaron a las
afueras.
Shi Mei de repente dejó escapar un sonido de sorpresa y señaló a la
distancia: –– Shizun, mira hacia allá.
Un gran grupo de granjeros vestidos con ropa gruesa se reunieron frente al
templo destruido, transportando ladrillos por todas partes. Parecían tener la
intención de reconstruir el templo y reconstruir la estatua de la maestra de
ceremonias.
Shi Mei se preocupó: –– Shizun, la anterior maestra se ha ido, pero están
haciendo otra. ¿Se cultivará esta en una deidad y también causará problemas?
Chu Wan Ning: –– No lo sé.
–– ¿Deberíamos ir y tratar de disuadirlos de eso?
Chu Wan Ning: "La tradición del matrimonio fantasma en la Ciudad Cai
Die ha existido desde hace generaciones, no es algo que se pueda cambiar con
lo que digamos. Vámonos.
Luego se alejó galopando, dejando nubes de polvo detrás.
Ya era de noche cuando regresaron al Pico Sisheng.
Chu Wan Ning instruyó a sus discípulos en la puerta principal: –– Ustedes
dos vayan al Salón Dan Xin. Iré a la Corte de Disciplina.
Mo Ran no entendió: –– ¿Para qué vas allí?
Pero la preocupación estaba escrita claramente en el rostro de Shi Mei: ––
…
La expresión de Chu Wan Ning seguía siendo impasible: –– Para recibir
un castigo.
El dicho podría decir que un crimen fue un crimen ya sea cometido por un
campesino o el emperador, pero ¿Qué emperador ha sido encarcelado para
esperar la decapitación por matar a un hombre? No fue diferente aquí en el
ámbito de la cultivación.
Una transgresión fue una transgresión, ya sea cometida por un discípulo o
un anciano; estas fueron palabras vacías en la gran mayoría de las sectas.
En realidad, un anciano que comete una transgresión, como mucho podría
escribir una carta de disculpa, ¿Qué idiota iría y recibiría obedientemente su
ronda de azotes o una docena de golpes?
Es por eso que el rostro del anciano Jie Lu estaba verde cuando terminó de
escuchar la confesión de Chu Wan Ning.
–– No es sólo eso, anciano Yu Heng, realmente... ¿Realmente golpeaste al
cliente?
Chu Wan Ning respondió suavemente: –– Mn.
–– Realmente eres demasiado...
Chu Wan Ning levantó la mirada para lanzarle una mirada. Jie Lu se calló.
–– De acuerdo con las reglas, el castigo por esta transgresión es de
doscientos golpes, tres días de arrodillamiento prolongado en el Salón Yan
Luo y tres meses de confinamiento. –– Chu Wan Ning declaró: –– No tengo
disputas y estoy preparado para recibir el castigo.
Jie Lu: ––…
Miró a izquierda y derecha, luego enganchó su dedo. Las puertas de la
Corte de Disciplina se cerraron con un ruido sordo, dejando sólo a los dos de
pie cara a cara en el silencio.
Chu Wan Ning: –– ¿Cuál es el significado de esto?
–– Cómo decirlo... Anciano Yu Heng, no es que no lo sepas, las reglas son
reglas, pero en realidad no se aplican a ti. Las puertas están cerradas, esto se
queda entre tú y yo, ¿Qué te parece si dejamos que esto pase? Si realmente te
golpeo, y el Líder de la secta se entera, él tendrá mi vieja piel.
Chu Wan Ning no tenía ganas de perder el aliento, así que simplemente
dijo: –– Hago a los demás cumplir las reglas, y me mantendré igual a mí
mismo.
Luego se arrodilló justo enfrente del pasillo, frente a la placa sobre la
puerta que decía "Disciplina".
–– Ejecuta el castigo.
CAPÍTULO 28: LA MENTE DE ESTE VENERABLE
ES UN DESASTRE.
La noticia de que el anciano Yu Heng estaba siendo castigado por infringir
las reglas se extendió como si le hubieran brotado un par de alas; ni siquiera
tomó hasta la mañana siguiente, prácticamente todos los miembros de la secta
se enteraron esa misma noche.
Doscientos golpes probablemente conducirían a la muerte a una persona
común y corriente. Incluso para un cultivador, todavía sería bastante
insoportable.
Xue Meng se levantó de un salto cuando escuchó: –– ¿¡Qué!? ¿Shizun fue
al Salón de Disciplina?
–– Joven maestro, por favor, apúrate y habla con el Líder de la secta,
Shizun ya está herido, ¿Cómo podría soportar doscientos golpes?
Xue Meng estaba tan ansioso que estaba a punto de volverse loco: –– ¿Mi
papá? Eso no servirá, todavía no ha regresado del Palacio Ta Xue, un mensaje
por ave no llegará hasta mañana como mínimo. ¿Por qué no detuvieron a
Shizun?
Mo Ran y Shi Mei intercambiaron una mirada. ¿Detener a Chu Wan Ning?
¿Quién en este mundo entero era capaz de eso?
–– Maldita sea, voy a ir tras él en este momento.–– Xue Meng corrió hacia
el Salón de Disciplina a toda prisa. Ni siquiera había entrado en el patio
cuando vio a un grupo de discípulos del anciano Jie Lu amontonados alrededor
de las puertas del salón principal, susurrando entre ellos.
–– ¿Qué están haciendo todos parados allí? ¡Fuera de mi camino!
¡Muévanse!
–– ¡Joven maestro!
–– Ah, el joven maestro está aquí.
–– Abran paso al joven maestro.
Los discípulos se separaron rápidamente a los lados para dejar pasar a Xue
Meng. Las puertas del Salón Qing Tian estaban abiertas. Chu Wan Ning se
arrodilló adentro con la espalda recta y los ojos cerrados, sin decir una palabra.
El anciano Jie Lu, sostenía una barra de metal, mientras leía en voz alta las
reglas del Pico Sisheng, cada regla era acompañada por un golpe brutal en la
espalda de Chu Wan Ning.
–– Regla noventa y uno de la secta: no lastimar a los inocentes, no usar
técnicas de cultivación contra la gente común. Debajo de la vara, ¿Tienes
alguna queja?
–– Sin quejas.
–– Regla noventa y dos de la secta: no actúes precipitadamente por tu
propia cuenta, no te permitas la auto-gratificación. Bajo la vara, ¿Tienes
alguna queja?
–– Sin quejas.
El anciano Jie Lu no se atrevió a moderarse al castigar. Noventa golpes y
las túnicas blancas de Chu Wan Ning ya estaban empapadas de sangre. Xue
Meng mantuvo a Chu Wan Ning en la más alta estima. Sus ojos se volvieron
instantáneamente inyectados en sangre ante la vista, gritando a todo pulmón: –
– ¡SHIZUN!
Chu Wan Ning fingió no escuchar; sus ojos permanecieron cerrados, sus
cejas se fruncieron ligeramente. El anciano Jie Lu miró hacia la puerta y dijo
en voz baja: –– Anciano Yu Heng, el joven maestro está aquí.
–– No estoy sordo, lo he oído. –– La sangre brotó de las comisuras de su
boca, pero aún así no levantó la vista. –– Sólo está siendo un niño ruidoso, no
le hagas caso.
El anciano Jie Lu suspiró: –– Yu Heng, ¿Es esto realmente necesario?
–– No se puede evitar que mis discípulos siempre estén siendo
desobedientes. –– Chu Wan Ning habló con suavidad: –– Si no recibo mí
debido castigo hoy, ¿Cómo tendré la cara para disciplinar a alguien más en el
futuro?
––…
–– Por favor continua.
–– Ah...–– El anciano Jie Lu miró su pálido y delicado cuello expuesto
sobre los cuellos abiertos, inclinándose suavemente hacia abajo como una fina
neblina, no pudo evitar sugerir: –– ¿Entonces lo haré más fácil?
––…Eso no sería diferente al engaño. –– Chu Wan Ning dijo: –– No te
preocupes, sólo son doscientas golpes, puedo manejarlo.
–– Anciano Yu Heng...
–– Jie Lu, no hay necesidad de decir nada más, continúa. –– La barra de
metal cayó una vez más.
Incluso la voz de Xue Meng se distorsionó: –– ¡Anciano Jie Lu! ¿Todavía
no te estás deteniendo? ¿No tienes en cuenta a tu joven maestro? ¡Es a mi
Shizun al que estás golpeando! ¡Mi Shizun!
Jie Lu sólo podía obligarse a fingir que no oía.
Los pulmones de Xue Meng estaban a punto de explotar por la ira: –– ¿Te
has vuelto sordo, viejo de mierda? ¡Tu joven maestro te está ordenando que te
detengas! S-si te atreves a golpearlo de nuevo, yo, yo, yo…
Se quedó atascado en el "yo" y no podía pensar en qué decir. Después de
todo, sólo era un joven de quince años, "querido por los cielos" o no, su fuerza
y estatus aún estaban muy por debajo de los ancianos. Al final, con la cara
roja, sólo pudo ahogar un obstinado –– ¡Se lo diré a mi padre!
Anciano Jie Lu: ––…
Chu Wan Ning dejó escapar un suspiro casi imperceptible.
Noventa y siete golpes. Noventa y ocho golpes. Noventa y nueve golpes.
Cien golpes...
Incluso la tela se rasgó por los golpes. La sangre era espantosamente roja.
Xue Meng no pudo más. Con los ojos enrojecidos por el pánico, se dirigió
al salón de forma temeraria, pero Chu Wan Ning abrió repentinamente los ojos
y blandió una mano, una barrera partió de inmediato el espacio en dos,
bloqueó la puerta y obligó a Xue Meng a retroceder varios pasos, cayendo al
suelo.
Chu Wan Ning tosió sangre, su par de ojos de fénix entrecerrados, tan
ásperos como un rayo. –– Vergonzoso. ¡Vuelve de dónde vienes!
–– ¡Shizun!
Chu Wan Ning dijo ásperamente: –– ¿Desde cuándo puede el joven
maestro del Pico Sisheng ordenar al anciano Jie Lu que rompa las reglas?
¡Date prisa y piérdete!
Xue Meng lo miró con los ojos muy abiertos, con un brillo de humedad en
sus ojos.
Mo Ran se colocó a un lado acariciando su barbilla, las comisuras de sus
labios se curvaban: –– Vaya, oh no, el pequeño fénix va a llorar.
Al oír estas palabras, Xue Meng giró la cabeza y miró a Mo Ran. Sus ojos
estaban bordeados de rojo, pero se negó obstinadamente a dejar que las
lágrimas cayeran. No se quejó, y no respondió. Sólo se arrastró del suelo y se
sacudió el polvo con la cabeza baja y los dientes apretados, luego se arrodilló
frente al Salón Qing Tian: –– Shizun, este discípulo estaba equivocado.
Chu Wan Ning todavía soportaba los golpes, su espalda se mantenía recta
y nunca se inclinó, pero su rostro estaba pálido y tenía un brillo de sudor frío
en la frente.
Xue Meng continuó obstinadamente: –– Pero no me voy. Me quedaré a
hacerle compañía a Shizun. –– Dicho esto, se arrodilló y se negó a levantarse.
Los ojos de Mo Ran estaban a punto de salirse de sus cuencas. Xue Meng,
Xue Zi Ming, el querido por los cielos, sólo se rebajaría hasta este punto frente
a Chu Wan Ning. Era un fénix para todos los demás, pero una codorniz para
Shizun. Si Mo Ran no estuviera tan seguro de que Xue Meng no tiene interés
en los hombres, probablemente dudaría de si estaba enamorado de Chu Wan
Ning, por estar tan empeñado y sin remordimientos. Si Shizun le abofetease, la
pequeña codorniz pondría humildemente la otra mejilla.
Bien, bien. Realmente extraordinario.
Su corazón sintió desprecio, pero su boca tenía un sabor agrio por alguna
razón. Mo Ran miró a Xue Meng por un rato, cada vez más agitado mientras
miraba, pensando que no podía dejar que fuera el único en mostrar devoción.
A Chu Wan Ning ya no le agradaba, con este truco que Xue Meng está
haciendo, ¿No será aún más parcial en el futuro?
Así se arrodillo también, junto a Xue Meng.
–– También haré compañía a Shizun.
Naturalmente, Shi Mei también siguió su ejemplo, los tres discípulos,
todos arrodillados esperando afuera. Los otros discípulos de los ancianos, al
escuchar las noticias, todos encontraron alguna excusa u otra para venir a la
Corte de Disciplina y ver el espectáculo.
–– Cielos, cómo podría el anciano Yu Heng...
–– Escuché que golpeó a una persona común en un ataque de rabia.
–– ¡Ah! ¿Tan temible?
–– Shh, silencio, ¡Si el anciano Yu Heng oye serás el próximo en recibir
azotes!
Alguien más: –– ¿Pero por qué está arrodillado el joven maestro?
–– El joven maestro Mo también...
Mo Ran era guapo y encantador, y se había ganado el favor de
innumerables discípulas en su vida diaria. Muchos de los espectadores
sintieron pena por él, susurrando: –– Pobre joven maestro Mo... ¿Qué
hacemos, deberíamos ir a hacer una declaración en su nombre?
–– Probablemente no deberíamos meternos en sus asuntos de maestrodiscípulo. Puedes ir si tienes agallas, pero no quiero morir todavía. ¿Ya te
olvidaste de la Shijie que fue azotada cientos de veces por el anciano Yu
Heng...?
––…
Los doscientos golpes terminaron. La barrera fue finalmente retirada.
Xue Meng se levantó del suelo y tropezó frenéticamente en el Salón Qing
Tian. Cuando se acercó y vio la condición de Chu Wan Ning, soltó un furioso
"AH" y se giró para agarrar al anciano Jie Lu por el cuello, gritando: –– ¡Tú
viejo de mierda! ¿¡No sabes, al menos, contenerte!?
–– Xue Zi Ming. –– Los ojos de Chu Wan Ning estaban cerrados, los
labios manchados de sangre se abrían y cerraban, su voz era ronca pero
dominante.
––…
Las articulaciones de Xue Meng crujieron audiblemente cuando dejó ir al
anciano Jie Lu y lo empujó a un lado. Mo Ran llegó también en este momento,
todavía sonriendo, pensando que el anciano Jie Lu definitivamente se
contendría al golpear en consideración al estado de Chu Wan Ning. Pero esa
sonrisa se congeló bruscamente en su rostro cuando miró la condición de Chu
Wan Ning.
¿En serio no le contó al anciano Jie Lu sobre la lesión en su hombro?
La mayoría de esos doscientos golpes habían aterrizado sin piedad en ese
hombro.
Nuevas heridas encima de las viejas.
Chu Wan Ning, tú... ¿¡Has perdido la cabeza!?
Las pupilas de Mo Ran se contrajeron, una oleada de intenso odio se
apoderó de él.
No sabía qué era exactamente lo que detestaba, o simplemente por lo que
estaba tan enojado, sólo que un infierno furioso se elevaba por su estómago y
quemaba todos sus órganos. Estaba acostumbrado a que Chu Wan Ning fuera
atormentado hasta el punto de ruptura en sus propias manos mientras aplastaba
su dignidad y contaminaba su pureza. ¡Pero Mo Ran no pudo soportar que Chu
Wan Ning estuviera magullado y marcado por las manos de otro!
Tal vez fue porque no pudo olvidar lo que sucedió en su vida anterior,
pero Mo Ran inconscientemente sintió que esta persona le pertenecía, para que
él viviera o muriera, ser detestado o ser odiado, todo eso le pertenecía.
Originalmente, no le importaba que Chu Wan Ning fuera castigado,
pensando que era un anciano por lo que los doscientos golpes definitivamente
no serían con ninguna fuerza real. O, como mínimo, que los golpes evitarían
las heridas aún sin cicatrizar en su hombro.
¡Pero Chu Wan Ning en realidad no habló sobre eso! ¡Él no habló sobre
eso! ¿Por qué esta persona tan loca es tan terca? ¿Para qué se está forzando a
través de todo esto? ¿Qué demonios estaba tratando de demostrar este estúpido
idiota?
Con la cabeza en un desastre completo, Mo Ran levantó una mano para
apoyar a Chu Wan Ning, pero Xue Meng lo golpeó y ya lo estaba ayudando a
levantarse.
––…–– La mano de Mo Ran se detuvo en medio del aire, luego volvió a
bajar después de un rato.
Los observó alejarse, Xue Meng apoyando a Chu Wan Ning, una
sensación desconocida surgió en su pecho.
Quería seguirlo, pero no podía mover los pies.
Todo lo que sucedió en la vida anterior fue en el pasado.
Ahora, Chu Wan Ning era sólo su Shizun.
Ninguno de los enredos confusos, odiosos y gentiles entre ellos había
ocurrido.
Él no debería tener estos pensamientos. No le importaba quién golpeara a
Chu Wan Ning, quién lo apoyara, con quién pasara el tiempo o, incluso, si
alguien lo matara, nada de eso tuvo nada que ver con él.
Shi Mei caminó a su lado: –– Vamos, vamos con ellos y echemos un
vistazo.
–– Voy a pasar, Xue Meng lo tiene cubierto. No puedo ayudar de todos
modos, y demasiadas personas sólo causaran un desastre. –– La expresión de
Mo Ran no cambió, pero su mente estaba un poco desordenada.
Él realmente, realmente no podía entender qué era lo que sentía en este
momento.
¿Fue odio?
CAPÍTULO 29: ESTE VENERABLE NO QUIERE QUE
MUERAS.
Esa noche, Mo Ran yacía en su cama en el Pico Sisheng con las manos
detrás de la cabeza, mirando las vigas del techo, completamente incapaz de
dormir.
Los eventos del pasado se desarrollaron en su mente uno por uno, hasta
que finalmente, en cada fragmento estaba el rostro de Chu Wan Ning, elegante
hasta el punto de ser frío.
A decir verdad, Mo Ran nunca entendió cómo se sentía con respecto a esta
persona.
La primera vez que lo vio fue debajo del árbol en flor frente a la Torre
Tong Tian. Llevaba una túnica suelta con mangas anchas, el único de los
veinte ancianos que no estaba vestido con las atractivas armaduras azulplateadas del Pico Sisheng.
Ese día, jugueteando distraídamente con la garra blindada en su mano con
la cabeza baja, su perfil parecía concentrado pero suave, como un gato blanco
bañado en luz del sol cálida y dorada.
Mo Ran miró desde lejos, y no pudo apartar la vista.
Su primera impresión de Chu Wan Ning fue positivamente brillante.
Pero no podía resistir la negligencia, los castigos y la fría dureza que
sucedía una tras otra. Los dientes afilados y las garras de ese gato blanco lo
dejaron cubierto de heridas.
Apenas se aferraba con un hilo a su vida cuando el tío lo salvó del mar de
fuego. Pensó que, una vez en el Pico Sisheng, tendría un Shizun para tratarlo
con compasión, para cuidarlo con sinceridad.
Pero por mucho que intentara agradar, por mucho trabajo que hiciera, era
como si Chu Wan Ning no viera nada de eso. Por el contrario, los errores más
pequeños le hicieron ganar una ronda de azotes despiadados, y siempre salía
crudo y sangrando.
Más tarde, se enteró de que Chu Wan Ning lo despreciaba desde el fondo
de su corazón.
–– Deficiente por naturaleza, sin remedio.
Fue probablemente lo que esa persona que estaba parada debajo del árbol
en flor, vestida de blanco como la nieve, pensó de él.
Una vez consideró a Chu Wan Ning como la luna fría en el noveno cielo,
lo respetaba de todo corazón, lo adoraba. Pero, ¿Qué era él para esa luna fría,
en realidad?
Un discípulo que no tenía más remedio que aceptar.
Un delincuente que era humilde hasta los huesos.
Un niño inútil criado en un teatro, un sucio réprobo.
Mo Ran siempre se echó a reír como si no le importara, pero lentamente
comenzó a odiar a Chu Wan Ning, una especie de odio mezclado con una
agresiva falta de voluntad para ceder.
Se negó a aceptarlo.
Una vez, manteniendo el resentimiento que sentía que crecía día a día,
siguió provocando a Chu Wan Ning en sus intentos por llamar su atención, sus
elogios, su asombro.
Durante ese tiempo, si Shi Mei lo elogiaba "bien hecho", habría volado al
cielo con felicidad.
Pero si Chu Wan Ning estuviera dispuesto a darle un "no está mal", con
mucho gusto habría dado su vida.
Pero Chu Wan Ning nunca lo elogió.
No importaba cuánto lo intentará, lo diligente que era, lo bien que lo hacía,
esa persona distante nunca le dio más que una leve inclinación de cabeza antes
de apartar la cara.
Mo Ran estaba a punto de romperse.
¡Dios sabe cuánto quería agarrar a Chu Wan Ning por la cara en ese
entonces y hacer que se diera la vuelta, obligarlo a verlo, a verlo a él, y que
recuperara ese "Deficiente por naturaleza, sin remedio"!
Pero sólo podía arrodillarse ante Chu Wan Ning como un perro callejero
dócil, agachando la cabeza y diciendo con el mayor respeto: "Este discípulo
tendrá en cuenta las enseñanzas de Shizun.”
Frente a Chu Wan Ning, Mo Wei Yu era humilde.
Incluso si él era un "joven maestro", todavía no valía nada.
Finalmente entendió que alguien como Chu Wan Ning nunca lo miraría
con nada más que desprecio.
Incluso más tarde, después de que muchas cosas habían sucedido.
Mo Ran se hizo cargo del Pico Sisheng, luego apuntó a la cima y se
convirtió en el primer emperador del mundo de la cultivación. Bajo su oscuro
estandarte, todos temblaban de miedo y ni siquiera se atrevían a pronunciar su
nombre en más que susurros silenciosos. Nadie recordaba su mancha, sus
orígenes innombrables...
De aquí en adelante, no hubo más Mo Wei Yu, sólo Taxian-jun.
Taxian-jun.
Todos lo odiaban, lo odiaban al extremo. ¡Monstruo Mo Wei Yu, que sea
condenado a la eternidad sin renacimiento ni redención!
Taxian-jun Mo Wei Yu
Taxian-jun Mo Wei Yu
Taxian-junTa. Xian. Jun…
Pero ¿Y qué si están asustados? El Pico Sisheng todavía resonaba con el
retumbar de voces que gritaban al unísono cuando miles se postraron ante él
frente al Salón Wu Shan, todas esas cabezas inclinándose ante él en
veneración.
"Larga vida al emperador Taxian-jun."
Se sintió fantástico.
Hasta que vio la cara de Chu Wan Ning en la multitud.
El cultivo de Chu Wan Ning ya había sido abolido para entonces. Estaba
atado debajo del pasillo, reducido a un mero prisionero bajo los escalones.
Mo Ran ya había decidido ejecutarlo. Pero no quería que Chu Wan Ning
tuviera una muerte rápida y fácil, por lo que le amarró las extremidades, le
cortó un pequeño corte en la arteria de su cuello y encantó la herida para que
no se coagulara. La sangre goteaba gota a gota, la vida se drenaba poco a poco.
El sol ardía en lo alto. La ceremonia de coronación se había llevado a cabo
durante un tiempo, y la sangre de Chu Wan Ning debía estar casi drenada.
Con la muerte de esta persona, Mo Ran finalmente sería liberado de su
pasado, por lo que, a propósito, dispuso que se desangrara en su coronación.
De esta manera, cuando se convirtiera en el maestro del mundo de la
cultivación, Chu Wan Ning sería un cadáver sin vida.
Y todo lo que sucedió en el pasado sería borrado.
Perfecto.
Pero, ¿Por qué, incluso en las puertas de la muerte, esta persona seguía
siendo tan indiferente? Todavía tan elegante como frío... su rostro estaba
completamente sin color, pero su expresión aún era impasible. Cuando miró a
Taxian-jun, no hubo alabanza ni miedo.
Sólo repulsión, desdén, y…
Mo Ran pensó que se había vuelto loco. O Chu Wan Ning se había vuelto
loco.
Y un poco de compasión.
¡Chu Wan Ning, que estaba al borde de la muerte, que había sido
derrotado por él, lo compadecía! Realmente lo compadecía, él que estaba en el
ápice por encima de todo lo demás, él que tenía un poder ilimitado. Él, él en
realidad... ¡Se atrevía!
La rabia que se había acumulado durante más de diez años finalmente
volvió loco a Mo Ran. Justo allí, en el Salón Dan Xin, ya renombrado como el
Salón Wu Shan, frente a las miles de personas reunidas allí, rodeado por el
estruendo de su aclamación y su adulación, se levantó bruscamente, con
túnicas negras ondeando, y bajó los escalones.
Frente a toda esa gente, agarró a Chu Wan Ning por la barbilla, con una
sonrisa dulce pero amenazadora en su cara distorsionada.
–– Shizun, hoy es un gran día para este discípulo, ¿Por qué sigues siendo
tan infeliz?
Las miles de personas cayeron instantáneamente en un silencio mortal.
Chu Wan Ning no fue ni deferente ni dominante, su expresión fría como el
hielo: –– No tengo un discípulo como tú.
Mo Ran se echó a reír, el sonido de su risa desenfrenada rodeaba el
taburete del salón dorada como tantos buitres.
–– Shizun es tan despiadado, este venerable está decepcionado. –– Él se
rió mientras hablaba, su voz resonaba: –– ¿No tienes un discípulo como yo?
¿Quién me enseñó mi camino de cultivación entonces? ¿Quién me enseñó mis
habilidades marciales? Y mi crueldad y sangre fría, ¿Quién me enseñó eso? Y
las cicatrices de azotes en todo mi cuerpo que no desaparecerán... ¡Déjame
preguntarte quién me las hizo!
Dejó de sonreír, su voz sonó repentinamente cruel, una luz fría en sus ojos.
–– ¡Chu Wan Ning! ¿Te avergüenzas de tener a un discípulo como yo?
¿Son mis huesos demasiado bajos o es mi sangre demasiado sucia? Déjame
preguntarte, Chu Wan Ning, déjame preguntarte: ¿Qué significa 'deficiente por
naturaleza, sin remedio'?
Se estaba volviendo loco, con la voz retorcida mientras gritaba.
–– ¡Nunca me has visto como tu discípulo, nunca pensaste nada de mí!
Pero yo, una vez, realmente te vi como mi maestro, realmente te respeté, te
adoré. ¿Por qué me trataste así? ¿¡Por qué nunca me dirigiste una sola palabra
de alabanza, por qué no importaba lo que hiciera, nunca pude obtener ni la más
mínima aprobación de ti!?
El cuerpo entero de Chu Wan Ning se estremeció, su cara se puso aún más
pálida.
Esos ojos de fénix se ensancharon ligeramente mientras miraba a Mo Ran.
Sus labios se movieron, como si quisiera decir algo, pero al final no salió nada.
Todos los que solían estar en el Pico Sisheng ya se habían ido; los dos
últimos que quedaron de aquellos días pasados se miraron el uno al otro así.
Mo Ran pareció calmarse finalmente en el incómodo silencio que siguió.
Cerró los ojos, y cuando se abrieron de nuevo, una vez más lució esa sonrisa
detestable que hizo temblar a la gente.
Dijo con amabilidad y cordialidad: –– Shizun, ¿No siempre me has
menospreciado, siempre has pensado que era poca cosa?
Se detuvo, la mirada recorrió a los miles que estaban arrodillados ante su
palacio como tantos perros agazapados, todos reconociéndolo como el señor
del mundo de la cultivación, por encima de los asuntos mortales.
Mo Ran sonrió: –– ¿Qué tal ahora? Antes de morir, déjame preguntarte
otra vez. En este mundo, ¿Quién es poca cosa y quién el respetable? ¿Quién es
el que pisa a quién? ¿Quién ganó al final? ¿Quién perdió?
Las pestañas de Chu Wan Ning bajaron, como si todavía estuviera perdido
en la confesión de Mo Ran desde hace un momento. Finalmente, Mo Ran
agarró su barbilla y con fuerza levantó su cara. Pero en ese instante, Mo Ran se
paralizó de repente.
Fue la primera vez que vio arrepentimiento en el rostro de Chu Wan Ning.
Esa expresión era demasiado desconocida; Mo Ran retiró bruscamente la
mano, como si se hubiera quemado.
–– Tú...
La expresión de Chu Wan Ning era dolorosa, como si soportara en silencio
una especie de agonía que se clavaba en sus huesos, una especie de angustia
que desgarraba los órganos.
Su voz tranquila, flotaba en el viento, escuchada sólo por Mo Ran.
Él dijo: –– Lo siento, Mo Ran. Este maestro estaba equivocado…
De repente el mundo se quedó en silencio. El sonido del viento, el crujido
de las hojas, la ondulación de las túnicas, todo se desvaneció.
Sólo estaba el rostro de Chu Wan Ning mirándolo. Era lo único en todo el
mundo que estaba claro, todo lo que podía ver.
Mucho debería haber pasado por su mente en ese momento. Júbilo,
engreimiento, éxtasis. Pero nada de eso lo hizo.
Sólo había un pensamiento extraño en su mente, y sólo uno: ¿Cuándo se
volvió... mucho más alto que Chu Wan Ning?
Mucho tiempo realmente había pasado.
Y muchas cosas habían cambiado.
Los labios de Mo Ran se movieron entrecortadamente en un susurro: ––
¿Qué... acabas de decir?
Pero Chu Wan Ning sólo sonrió, una sonrisa que Mo Ran no conocía, y en
ese par de ojos de fénix vio el reflejo de su propia expresión retorcida.
Luego esos ojos se cerraron lentamente, y Chu Wan Ning cayó hacia
atrás... Mo Ran lo agarró por los hombros en ese mismo instante, su bramido
enloquecido y enojado como el de una bestia se hizo pedazos.
–– ¡Chu Wan Ning! Chu Wan Ning ¿Qué dijiste? ¡Dilo otra vez!
La persona en sus brazos no respondió, sus labios pálidos como la pera en
flor. Esa cara bonita siempre se veía tan distante, pero ahora, momentos antes
de la muerte, se quedó congelada en una sonrisa triste, una leve curva en las
comisuras de los labios, como la cara en los recuerdos de Mo Ran de cuando
lo vio por primera vez frente a la Torre Tong Tian.
Una pequeña y suave sonrisa. –– ¡Chu Wan Ning!
Esa dulzura se hizo añicos, las flores Haitang se secaron y se esparcieron
por todo el suelo.
Finalmente consiguió lo que quería, pisando la vida de su Shizun bajo sus
pies mientras ascendía a la cima del mundo. Pero ¿Qué fue esto? ¡Qué era
esto!
La angustia y el odio en su pecho sólo empeoraron, ¿Qué diablos era esto?
Una leve niebla negra se reunió en la mano de Mo Ran cuando golpeó
rápidamente las venas de Chu Wan Ning, sellando los últimos restos de su
vida. –– ¿Estabas esperando morir así?–– Los ojos de Mo Ran se
sobresaltaron, con una expresión cruel. –– No he terminado contigo, Chu Wan
Ning, todavía tengo un puntero que resolver contigo, ¡No he terminado!
¡Todavía no he terminado! Si no me lo dices con claridad, aplastaré a Xue
Meng, el Palacio Ta Xue y a todas las personas que quedaron que querías
proteger. ¡Los haré pedazos a todos! ¡Será mejor que lo pienses de nuevo!
Olvídate de la ceremonia, saca a las miles de personas que aún están
arrodilladas allí.
Él cambió de opinión. Ya no quería que Chu Wan Ning muriera.
Lo odiaba, quería que Chu Wan Ning viviera…
Recogió a la persona que había perdido demasiada sangre en un
movimiento y, evocando su qinggong, saltó sobre los altos aleros
sobresalientes de un salto, batiendo sus túnicas como un águila solitaria
desplegando sus alas. Voló rápidamente a través de un techo tras otro,
dirigiéndose directamente hacia el pico sur, directo al Pabellón del Loto Rojo,
donde una vez vivió Chu Wan Ning.
Ese lugar tenía una abundancia de energía espiritual y numerosas hierbas
medicinales. Él iba a traer a Chu Wan Ning de vuelta.
Una persona debe estar viva para ser odiada; Si esa persona muere, ya no
puede haber una razón para odiarla. ¿Estaba loco antes, queriendo matar a Chu
Wan Ning con sus propias manos?
Si Chu Wan Ning muere, entonces, ¿Qué le queda en este mundo...?
Acostado en la cama, el sabor de los recuerdos pasados en su lengua.
Ya era tarde en la noche, pero no podía dormir en absoluto.
Mo Ran se levantó, se lavó la cara, se vistió, y con una linterna en la
mano, se dirigió hacia el Salón Yan Luo.
Chu Wan Ning definitivamente vendó sus heridas descuidadamente antes
de ir allí para arrodillarse y recibir su castigo. Mo Ran sabía cómo era, terco
hasta el extremo e inflexible, sin dar siquiera un ápice de consideración sobre
si su propio cuerpo podía soportarlo, y Xue Meng no podía detenerlo incluso si
lo intentaba.
Efectivamente, se podía ver una pequeña lámpara desde fuera del Salón
Yan Luo, que ardía por sí sola y la cera de la vela goteaba lentamente.
Chu Wan Ning se arrodilló con la espalda hacia la puerta, con la espalda
recta y erguida como un pino.
Mo Ran lamentó un poco cuando vio esa figura. Era a mitad de la noche,
¿Qué estaba haciendo? ¿Viniendo a ver a Chu Wan Ning? ¿Se había vuelto
loco?
Pero él ya estaba aquí, y sería ridículo dar media vuelta y marcharse de
nuevo.
Pensó por un momento y llegó a un acuerdo. Ligeramente, dejó la linterna
a sus pies. No se iría, pero tampoco entrará. De pie frente a la ventana, apoyó
los codos en el marco, apoyó las mejillas en sus manos y miró a Chu Wan
Ning desde muy lejos.
Las campanas de cobre que colgaban de las esquinas del techo se
balanceaban suavemente, la dulce fragancia de las flores y las plantas llenaban
el aire nocturno. Los dos, uno de pie, otro de rodillas, separados por una
ventana de celosía bermellón, separados por el silencio vacío en el salón.
Si esto hubiera sido antes del renacimiento, Mo Ran habría tenido la
autoridad de caminar hacia el salón y ordenarle a Chu Wan Ning que dejara de
reflexionar y volviera a descansar.
Si Chu Wan Ning se negara, habría tenido la capacidad de sellar el
movimiento de sus extremidades y llevárselo a la fuerza.
Pero en este momento, no tenía ni la autoridad ni la capacidad.
Ni siquiera era tan alto como Chu Wan Ning.
La cabeza de Mo Ran estaba toda desordenada. Observó a esa persona
desde afuera de la ventana, pero la persona adentro nunca se dio cuenta. No
podía ver la cara de Chu Wan Ning, y Chu Wan Ning no podía ver la suya.
Y así, el gato blanco se arrodilló toda la noche, y nunca se dio la vuelta.
Y así, el perro mudo estuvo de pie toda la noche, y nunca se alejó.
CAPÍTULO 30: ESTE VENERABLE NO QUIERE
COMER TOFU.
–– Oye, hey, ¿Ya has oído? El anciano Yu Heng estará arrodillado en el
Salón Yan Luo durante tres días como castigo por romper las reglas.
En las clases de la mañana del día siguiente, los discípulos se reunieron en
la Plataforma Shan'E para meditar. Los discípulos eran todos bastante jóvenes,
adolescentes y veinteañeros; algo como sentarse a meditar, con el corazón en
paz como agua sin gas, era una tarea imposible para ellos, y charlaron en voz
baja tan pronto como el maestro desvió la mirada.
La noticia de que Chu Wan Ning fue castigado se extendió como un
incendio forestal. Los discípulos que lo presenciaron ayer compartieron el
chisme sin reservas.
–-Wow, ¿Cómo no lo sabes? Ohh... tuve que ir a recoger las flores de
rocío de la noche en la montaña con el anciano Lukun ayer, ¿Eh? ¡Bueno,
déjame decirte lo que te perdiste! Anoche en el Salón Qing Tian, la sangre
salpicó el suelo, ¡Una completa carnicería! ¡El anciano Yu Heng recibió más
de doscientos golpes! ¡Más de doscientos! ¡Y cada golpe fue brutal también,
totalmente despiadado!
Ese discípulo puntuaba cada oración con una expresión exagerada,
bastante complacido consigo mismo en medio de los jadeos de sus shidi y
shimei reunidos a su alrededor.
–– ¿Puedes siquiera imaginar doscientos y pico de golpes con la barra?
Incluso un hombre grande y resistente podría no sobrevivir a eso, mucho
menos el anciano Yu Heng. ¡Se desmayó allí mismo! Ese joven maestro
nuestro casi pierde la cabeza, corrió allí mismo y comenzó a pelearse con el
anciano Jie Lu, no le permitió tocar ni un pelo del anciano Yu Heng, hombre,
qué escena fue…
Con el rostro fruncido como un cochinillo con una animada emoción,
levantó un dedo y lo movió para concluir: –– Tsk tsk tsk.
Una pequeña shimei palideció de inmediato: –– ¡Oh no! ¿El anciano Yu
Heng se desmayó?
–– ¿El joven maestro peleó seriamente con el anciano Jie Lu?
–– No me sorprende que el anciano Yu Heng no estuviera en las clases
matutinas de hoy... eso es horrible... ¿Qué regla rompió?
–– Escuché que golpeó a un cliente en un ataque de rabia.
––…
El chisme ocioso se deslizaba en los oídos de Xue Meng de vez en cuando.
El joven maestro del Pico Sisheng heredó el terrible temperamento de su
Shizun, pero desafortunadamente para él, todos en la Plataforma Shan'E, no
sólo una o dos personas, charlaban acerca de que el anciano Yu Heng fue
castigado; en el clamor sacudió sus plumas, pero no pudo hacer nada al
respecto.
La vena en la frente de Xue Meng palpitaba sin cesar, mientras que Mo
Ran bostezaba sin parar, por no haber dormido ni un poco en toda la noche.
Xue Meng no tenía otra salida, por lo que le gruñó con rencor a Mo Ran: –
– La mañana es el momento más importante del día, ¿Qué estás haciendo
siendo un perro perezoso a primera hora de la mañana? ¿Es así como Shizun te
enseñó?
–– ¿Hah?–– Mo Ran, con los ojos nublados, bostezó otra vez –– Xue
Meng, ¿Estás aburrido o algo así? Shizun dándome una conferencia es una
cosa, pero ¿Tú quién demonios eres? Muéstrale a tu primo mayor algo de
respeto, mocoso descarado.
Xue Meng, venenosamente dijo: –– Mi primo mayor es un perro, pero oye,
¡Si insistes!
Mo Ran se echó a reír: –– Qué mal niño, siendo grosero con tu hermano
mayor, Shizun estaría tan decepcionado si lo supiera.
–– ¿Cómo es que tienes el valor de nombrar a Shizun? ¿Por qué no le
impediste ir a la Corte de Disciplina ayer?
–– Meng Meng, estás hablando de Shizun, Yu Heng del Cielo Nocturno,
¿El Inmortal Bei Dou? Me gustaría verte detenerlo.
Xue Meng explotó de rabia, sus cejas se juntaron con ira cuando se levantó
de un salto y sacó su espada: –– ¿¡Cómo mierda me llamaste!?
Mo Ran sonrió, con la mejilla en la mano: –– Meng Meng, sé un buen
chico y vuelve a sentarte
Xue Meng rugió: –– ¡Mo Wei Yu, te voy a matar!
Atrapado entre los dos y sus disputas rutinarias, Shi Mei dejó escapar un
largo suspiro y se frotó las sienes, tratando de concentrarse en su libro: ––
Llenar el recipiente día y noche; El núcleo espiritual se formará con el tiempo.
El orden celestial es absoluto; la vida y la muerte permanecerán separadas
como las estrellas de Shen y Shang...
Tres días pasaron en un instante. Chu Wan Ning completó su castigo
arrodillándose en reflexión. De acuerdo con las reglas, los siguientes tres
meses fueron de confinamiento, durante los cuales no puede abandonar el Pico
Sisheng, y debe realizar trabajos ocasionales como ayudar con las tareas
domésticas en el Salón Meng Po, limpiar los pilares en el Puente Naihe, barrer
las escaleras en la puerta, y otros similares.
El anciano Jie Lu se preocupó: –– Anciano Yu Heng, para ser honesto,
creo que deberías saltarte esta parte. Eres un eminente maestro de la
cultivación, después de todo, cosas como lavar los platos y limpiar el piso...
están verdaderamente por debajo de ti. –– Tácticamente optó por no expresar
el resto de sus pensamientos.
Lo más importante es que este anciano realmente duda de que incluso
sepas cómo hacer tareas básicas como barrer el piso, cocinar o lavar la ropa.
Chu Wan Ning, por otro lado, fue a informar al Salón Meng Po sin
siquiera un indicio de duda sobre sus propias habilidades.
Todos en el Salón Meng Po, desde los asistentes hasta el supervisor, se
pusieron pálidos de miedo y de alarma al escuchar que Chu Wan Ning iba a
hacer tareas como castigo, como si viniera un enemigo formidable.
Chu Wan Ning llegó, con túnicas blancas flotando. Su hermoso rostro era
tranquilo y sereno, completamente desprovisto de expresiones. Añadiendo una
nube debajo de sus pies y un batidor de cola de caballo en su brazo, no se vería
diferente a los inmortales en las pinturas.
El supervisor del Salón Meng Po se sintió extremadamente incómodo e
inquieto por tener que usar a un hombre tan hermoso para cosas como lavar
verduras y cocinar.
Pero Chu Wan Ning, totalmente inconsciente de su estatus de hombre
hermoso, simplemente entró en la cocina. Las personas que trabajan en el
interior no pudieron evitar retroceder un paso mientras su fría mirada los
recorría.
––…–– Chu Wan Ning fue directo al grano –– ¿Qué debo hacer?
El supervisor jugueteaba tímidamente con el borde de su ropa y pensó en
ello por un momento antes de decir cuidadosamente: –– ¿Al anciano le
importaría lavar las verduras?
Chu Wan Ning: –– Claro.
El supervisor dejó escapar un suspiro de alivio. Originalmente, realmente
no creía que las elegantes manos de Chu Wan Ning fueran adecuadas para el
trabajo duro y que no estuviera dispuesto a hacer cosas como la limpieza. Sin
embargo, todos los demás trabajos que no implicaban ensuciarse requerían
cierto nivel de habilidad, y le preocupaba que Chu Wan Ning no pudiera
manejar bien las tareas. Al ver que Chu Wan Ning aceptó lavar las verduras
con tanta franqueza, pensó que ya no tenía que preocuparse más.
Al final resultó que, este supervisor era demasiado ingenuo.
Hay un arroyo pequeño y claro frente al Salón Meng Po. Chu Wan Ning,
abrazando una cesta de repollo verde intenso, subió al arroyo y se arremangó
las mangas para comenzar a lavarlos.
Como esta área pertenecía al anciano Xuan Ji, sus discípulos pasaban de
vez en cuando. Cuando vieron que Chu Wan Ning estaba realmente lavando
vegetales, todos se sorprendieron hasta el punto de no poder hacer nada más
que tartamudear oraciones incompletas. Después de frotarse los ojos tres o
cuatro veces y confirmar, sí, sus ojos no estaban equivocados, tartamudearon –
– Anciano Y-Yu Heng, b-buen día.
Chu Wan Ning levantó la vista. –– Buen día.
Los discípulos del anciano Xuan Ji se sacudieron en su lugar y luego
huyeron frenéticamente.
––…
Chu Wan Ning no se molestó en perder el tiempo con ellos y sólo se
concentró en el repollo, enjuagándolos y luego tirándolos a la canasta.
Los lavó con la mayor seriedad, pelando cuidadosamente el repollo
abriendo hoja por hoja y lavando cuidadosamente cada una de ellas una y otra
vez. Como resultado, cuando llegó el mediodía, la cesta de repollo aún no se
había lavado.
Los asistentes esperaban en la cocina, paseando de un lado a otro en
apuros. –– ¿Qué debemos hacer? Si él no vuelve, tampoco lo hará el repollo;
¿Cómo vamos a hacer carne salteada en verduras?
El supervisor miró qué tan alto estaba el sol en el cielo en este punto y
dijo: –– Olvídenlo, no esperen más; Sólo cambien el plato a carne asada.
Y así, cuando Chu Wan Ning regresó, la carne del Salón Meng Po ya
estaba cocida en una olla sabrosa y absorbiendo todos los ricos sabores.
Claramente ya no había necesidad de repollo. Chu Wan Ning acunó el repollo
en el que trabajó tanto tiempo en sus brazos y frunció el ceño con tristeza,
diciendo: –– ¿Por qué me hiciste lavar el repollo si ni siquiera lo ibas a usar?
El supervisor comenzó a sudar frío, agarrando un poco de papel para
limpiarse la frente. En su pánico, dijo palabras que terminaría lamentando para
siempre: –– ¡Eso es porque esperábamos que el anciano hiciera una olla de
tofu y estofado de repollo!
Chu Wan Ning sostuvo su repollo sin expresión, sin decir nada más
contemplando en silencio. ––…
El supervisor apresuró a añadir: –– Si el anciano no quiere, eso está
absolutamente bien…
Antes de que pudiera terminar, Chu Wan Ning interrumpió sin rodeos: ––
¿Dónde está el tofu?
––… Anciano Yu Heng, ¿Sabe... cocinar?
–– No soy completamente ignorante de eso. Puedo intentarlo.
Cuando llegó el mediodía, los discípulos se pasearon por el Salón Meng
Po como solían hacer, alegres y habladores. Encontraron sus lugares en grupos
de tres a cinco, y fueron al mostrador para tomar su comida.
La comida siempre había sido deliciosa y rica; no esperaban que hoy fuera
diferente.
La carne asada tenía la grasa perfecta, la carne de cerdo Yu Xiang rallada
era rica en color y fragancia, las tiras de carne de cerdo Nong Jia eran doradas
y crujientes, y el pescado salpicado era en un rojo hermoso y apetitoso. Todos
los discípulos se apresuraron a hacer fila para tomar sus comidas favoritas,
esperando que el cocinero les diera una costilla dulce y agridulce, o que
agregaran un poco de salsa o aceite de chile a su arroz.
Los más rápidos en la fila fueron siempre los discípulos del anciano Lu
Cun. El joven de delante lucía un gran grano en su cara, pero aún esperaba con
impaciencia su tofu mapo. Llevó cautelosamente su bandeja hasta el final de la
fila y dijo, sin siquiera levantar la vista: –– Cocinero, quiero un tazón de tofu.
Los elegantes y pálidos dedos del cocinero le entregaron una generosa
porción de tofu.
Sin embargo, no era el tofu mapo al que estaba acostumbrado. En cambio,
era un cuenco de alguna sustancia negra, una masa indiscernible de
abominación.
El discípulo lo miró alarmado. –– ¿Qué demonios es esto?
–– Tofu y repollo guisado. –– El Salón Meng Po comenzó a llenarse de
murmullos. El discípulo se negó a tomarse el tiempo para reconocer la voz de
la persona que contestó, diciendo enojado: –– ¿¡Estabas tratando de hacer
algún tipo de poción para la inmortalidad!? ¿En qué mundo es esta cosa tofu y
repollo guisado? ¡No quiero esto, llévatelo de vuelta!
En medio de su diatriba, levantó la mirada para mirar al cocinero, pero tan
pronto como vio quién estaba detrás del mostrador, el discípulo chilló de terror
y casi tiró la bandeja entera.
–– ¡Anciano Yu-Yu Heng!
–– Mn.
El discípulo estaba a punto de llorar. –– No, yo... eso es... no quise decir
eso, justo ahora... yo...
–– Si no lo comes, devuélvelo–– dijo Chu Wan Ning completamente
inexpresivo. –– No lo desperdicies.
El discípulo recogió el tazón robóticamente y se lo entregó rígidamente a
Chu Wan Ning, luego se retiró torpemente.
A estas alturas, todos sabían que el anciano Yu Heng se encontraba en el
extremo del mostrador, por lo que el Salón Meng Po, una vez animado,
descendió al silencio.
Al igual que los perros siendo arrastrados por su collar, los discípulos se
alinearon adecuadamente y llenaron sus platos con pánico. Caminaron
deferencialmente hasta el final del mostrador, tartamudearon saludos rotos al
anciano, y luego salieron corriendo tan rápido como pudieron.
–– Saludos, anciano Yu Heng.
–– Mn.
–– Buen día, anciano Yu Heng.
–– Buen día.
–– Perdón por las molestias, anciano Yu Heng.
––…
Todos los discípulos fueron respetuosos y cautelosos hasta el extremo, así
que Chu Wan Ning aceptó todos sus saludos nerviosos... pero ninguno de ellos
pidió el tofu y repollo guisado en su olla.
Lentamente, la línea se hizo cada vez más corta, y la comida frente a todos
los otros cocineros casi se había ido. Sólo la olla en frente de Chu Wan Ning
seguía llena hasta el borde, la comida en el interior se enfrió, y aún nadie
quería ninguna parte de ella.
La cara de Chu Wan Ning no traicionó nada, pero sintió un sentimiento
familiar en su corazón. Había trabajado duro para lavarlo durante toda la
mañana...
En ese momento, sus tres discípulos entraron. Xue Meng, vestido con su
habitual uniforme plateado azul claro, se acercó con energía. Felizmente se
acercó a él y le dijo: –– ¡Shizun! ¿Cómo estás? ¿Todavía te duelen las heridas?
–– No–– dijo Chu Wan Ning con calma.
–– Entonces, entonces eso es bueno–– respondió Xue Meng.
Chu Wan Ning lo miró y dijo de repente: –– ¿Quieres comer tofu?"
––…
CAPÍTULO 31: EL TÍO DE ESTE VENERABLE.
Para mostrar a Shizun su sinceridad, el joven maestro del Pico Sisheng
pidió tres porciones enteras de tofu carbonizado, y prometió comer cada
porción sin desperdiciar.
Chu Wan Ning estaba muy contento, con una aprobación rara vez vista en
sus ojos.
Mo Ran, viendo esto, estaba muy disgustado. El emperador Taxian-jun
tuvo una fijación inexplicable por el reconocimiento de Chu Wan Ning, e
inmediatamente pidió también tres porciones de tofu. Chu Wan Ning lo miró:
–– ¿Puedes comerlo todo?
Mo Ran absolutamente tuvo que hacerlo mejor que Xue Meng: –– Tres
porciones no son nada, incluso tres más no son un problema.
Chu Wan Ning, suavemente: –– Está bien.
Dio a Mo Ran seis porciones de tofu y dijo: –– Tú también, no
desperdicies.
Mo Ran: ––…
Ya que los otros dos lo hicieron, Shi Mei naturalmente siguió su ejemplo
con una sonrisa: –– Entonces... Shizun, también tendré tres porciones.
Y así, en el primer día del período de confinamiento del anciano Yu Heng,
sus tres discípulos se libraron de una intoxicación alimentaria. En el segundo
día, el anciano Jie Lu buscó a Chu Wan Ning y transmitió con tacto que el
Salón Meng Po no necesitaba ayudantes adicionales, y le pidió de favor que
fuera a barrer las hojas caídas y limpiar las columnas en el Puente Naihe.
El Puente Nai Heconectaba las áreas principales del Pico Sisheng con las
habitaciones de los discípulos, era lo suficientemente ancho como para que
cinco carruajes de caballos pasen lado a lado. Era una estructura majestuosa,
con nueve bestias de jade blanco que representaban a los nueve hijos del
dragón sobre sus pilares principales, y trescientos sesenta pilares bajos
decorados con cabezas de león.
Chu Wan Ning barrió tranquilamente el suelo, luego comenzó a limpiar
diligentemente las bestias de jade.
La tarea llevó la mayor parte del día. El cielo comenzó a oscurecerse, y la
lluvia empezó a caer.
La mayoría de los discípulos que regresaban de sus clases no tenían
paraguas, gritando mientras corrían hacia sus cuartos, salpicando charcos de
agua en el suelo. Gotas de lluvia caían en los escalones de piedra. Chu Wan
Ning miró a los discípulos en la distancia, los jóvenes y doncellas estaban
empapados, pero las sonrisas en sus rostros eran brillantes y despreocupadas.
––…–– Chu Wan Ning sabía que esas sonrisas desaparecerían en el
momento en que lo vieran; Miró a su alrededor y fue a pararse debajo del
puente.
Los discípulos que corrieron por delante y llegaron al puente primero no
pudieron evitar pronunciar "¿Eh?" Cuando observaron lo que tenían ante ellos.
–– ¿Una barrera?
–– ¿Por qué hay una barrera sobre el Puente Naihe?
–– Probablemente fue creada por el anciano Xuan Ji. –– Uno de los
discípulos adivinó: –– El anciano Xuan Ji siempre es tan amable con nosotros.
La barrera dorada translúcida cubrió el Puente Naihe, extendiéndose
resplandeciente hasta la pasarela principal de los aposentos de los discípulos,
protegiéndolos de la lluvia el resto del camino.
–– Este es definitivamente el trabajo del anciano Xuan Ji, él está a cargo
de esta área, ¿Verdad?
–– El anciano Xuan Ji es el mejor.
–– Qué bonita barrera, el anciano Xuan Ji es increíble.
Los discípulos se sacudieron el agua que goteaba de sus cabellos,
empujándose juguetonamente el uno al otro y riéndose mientras se agachaban
bajo la barrera y continuaban hacia sus habitaciones, charlando todo el camino.
Chu Wan Ning estaba de pie bajo el puente, escuchando como pasaba el
alboroto de arriba, hasta que todos los discípulos se fueron y todo quedó en
silencio una vez más, antes de retirar lentamente la barrera y salir
tranquilamente.
–– Shizun.
Se sorprendió al escuchar a alguien que lo llamaba. Chu Wan Ning levantó
la vista bruscamente, pero no había nadie en la orilla. –– Estoy por aquí.
Siguiendo la voz, vio a Mo Ran sentado de lado en el puente de jade
blanco, vestido con la habitual armadura ligera azul plateada de la secta, con
una pierna colgando perezosamente sobre el borde.
El joven tenía rasgos llamativos, pestañas largas y gruesas como un par de
abanicos que colgaban sobre sus ojos. Sostenía un paraguas de papel de aceite,
y casi parecía sonreír, pero también no, mientras miraba a Chu Wan Ning.
Uno en el puente, hojas crujientes en el viento; Uno debajo del puente,
lluvia salpicando en el río. Por un momento, ninguno de los dos habló, ambos
simplemente mirando al otro.
La neblina de la lluvia difuminó la línea entre el cielo y la tierra de manera
casi conmovedora. Hojas de bambú caídas a la deriva entre los dos de vez en
cuando, llevadas por el viento y la lluvia.
Finalmente, Mo Ran se rió y dijo burlonamente: –– Anciano Xuan Ji, te
estás empapando.
Chu Wan Ning habló casi al mismo tiempo, fríamente: –– ¿Cómo supiste
que era yo?
Mo Ran apretó sus labios, con hoyuelos profundos y ojos curvados en una
sonrisa: –– Una barrera tan grande probablemente está más allá del anciano
Xuan Ji, ¿Verdad? ¿Quién más podría ser si no es Shizun?
Chu Wan Ning: ––…
Mo Ran sabía que no podía molestarse en poner una barrera para sí
mismo, pero una idea surgió en su cabeza, y arrojó el paraguas. –– Te daré
esto, atrápalo.
El paraguas de papel rojo brillante se deslizó lentamente hacia abajo. Chu
Wan Ning lo atrapó. El brillante mango de bambú de color verde jade aún
conservaba un poco de calor, gotitas de lluvia se deslizaban a lo largo de la
parte superior del paraguas brillando mientras caían. Chu Wan Ning lo miró: –
– Entonces, ¿Qué hay de ti?
Mo Ran sonrió maliciosamente: –– ¿No volveré perfectamente bien si
Shizun sólo usa un pequeño hechizo?
Chu Wan Ning soltó un hmph, pero su mano todavía se agitaba
ligeramente en su manga, una barrera dorada translúcida se extendió
inmediatamente sobre Mo Ran. Levantó la vista y se echó a reír: –– Jaja, qué
bonita, incluso tiene patrones de peonía. Gracias.
Chu Wan Ning le lanzó una mirada: –– Esas son flores Haitang, sólo
tienen cinco pétalos.
Luego se fue, con sus túnicas blancas debajo de un paraguas escarlata,
dejando a Mo Ran bajo la lluvia para contar los pétalos de las flores: –– Uno,
dos, tres, cuatro, cinco... ah, en realidad sólo tiene cinco pétalos...
Cuando volvió a mirar, Chu Wan Ning ya se había alejado.
De pie bajo la barrera, Mo Ran entrecerró los ojos, la sonrisa infantil en su
rostro se desvaneció lentamente para ser reemplazada por una expresión
complicada.
De repente, no entendía en qué estaba pensando.
Si sólo sus sentimientos hacia el otro pudieran ser simplemente cariño o
simplemente odio.
La lluvia no paró en cuatro días. Cuando las nubes se despejaron por fin,
una comitiva de caballos y carruajes, campanas tintineando, salpicando los
charcos de agua, rompiendo los cielos y las nubes reflejadas en el suelo, se
detuvo frente a la puerta principal del Pico Sisheng. La pantalla de bambú se
levantó y un abanico plegable con una borla roja se asomó desde dentro.
Inmediatamente después, un par de botas de batalla azules con adornos
plateados salieron al suelo con un fuerte golpe, lanzando polvo.
Era un hombre corpulento con cejas gruesas, ojos grandes y una barba
bien cuidada, de unos cuarenta años de edad, que llevaba un conjunto
completo de armadura ligera de color azul plateado. Parecía brusco, pero esas
grandes manos agitaban un delicado y fino abanico, creando una visión
bastante extraña.
El abanico se abrió con un pop. En el lado opuesto a los otros estaba
escrito: –– Xue es hermoso.
Pero en el lado que estaba frente a sí mismo estaba escrito: –– Los demás
son feos.
Este abanico era conocido en todo el reino, tanto por la destreza marcial de
su propietario como por la escritura extremadamente vergonzosa en él.
Un lado se jactaba del dueño, mientras que el otro se burlaba de todos los
demás.
Una ligera onda del abanico, y todos dentro de cien li podían oler el
narcisismo del propietario. Cada persona en el ámbito de la cultivación sabía
de este abanico.
Pero ¿Quién era el dueño? No era otro que el Líder del Pico Sisheng que
había estado ausente durante más de dos meses, el padre de Xue Meng, el tío
de Mo Ran, el Señor Xue, Xue Zheng Yong.
El dicho decía que los dragones crían dragones, las aves fénix tienen aves
fénix, el hijo de un ratón cava hoyos. Era igual de cierto a la inversa: el
anciano con un hijo pavo real era tan propenso a mostrar las plumas de su cola.
La delicada apariencia de Xue Meng era completamente diferente a la de
su musculoso padre, pero lo mismo corría en sus huesos.
Ambos sintieron que "Xue es hermoso, los demás son feos.”
Xue Zheng Yong se estiró, sacudió sus extremidades, se tronó el cuello y
sonrió: –– Finalmente en casa, mi trasero está entumecido por todo el tiempo
que estuve sentado.
Dentro del Salón Dan Xin, Madam Wang estaba ocupada mezclando
medicina, con Mo Ran y Xue Meng sentados a su lado.
Ella dijo suavemente: –– Cuatro taels de hierbas aromáticas, y un
shouyang de ginseng, por favor.
–– Aquí tienes, mamá, ya ha sido pesado. –– Xue Meng le entregó las
hierbas desde donde estaba sentado con las piernas cruzadas a su lado. Madam
Wang sostuvo las hierbas para olerlas y dijo: –– Estas no son buenas, han sido
contaminadas por estar almacenadas con pachulí por mucho tiempo, la
decocción no será tan efectiva al usarlas. Por favor, ve a buscar algunas
nuevas.
–– Está bien.–– Xue Meng se levantó para ir a buscar en el botiquín en la
habitación interior.
Madam Wang continuó: –– Tres qian de wulingzhi, y un qian de cuscuta.
Mo Ran pasó los materiales con destreza: –– Tía, ¿Cuánto tiempo tomará
hervir la medicina?
–– No hay necesidad de hervir, esta puede ser preparada. –– Madame
Wang respondió: –– Cuando termine de moler la medicina, ¿A-Ran podrías
llevársela al anciano Yu Heng?
Mo Ran no quería hacerlo al principio, pero lanzando una mirada en
dirección a Xue Meng, sabía que si no lo hacía, Xue Meng lo haría.
Por alguna razón, simplemente no le gustaba la idea de que Xue Meng
pasara tiempo a solas con Chu Wan Ning, por lo que dijo: –– Claro.
Después de una pausa, preguntó: –– Oh sí, ¿Es amargo?
–– Algo. ¿Por qué preguntas?
Mo Ran sonrió: –– No hay razón. –– Pero tomó un puñado de dulces del
tazón de frutas y se los metió en la manga.
Las personas que se encontraban en el vestíbulo trabajaban arduamente
para hacer la medicina cuando, de repente, un estallido de risas audaces y sin
restricciones llegó desde la puerta. Xue Zheng Yong entró en la sala con una
sonrisa radiante: –– ¡Esposa, he vuelto! ¡Jajajajaja!
Su llegada fue completamente inesperada a pesar de su estatus de Líder de
la secta, sorprendiendo tanto a Madam Wang que casi derramó toda la
medicina en polvo en la cuchara. Sus bonitos ojos se ensancharon: ––
¿Esposo?
Mo Ran también se puso de pie saludando: –– Tío.
–– Ah, ¿Ran-er también está aquí?–– La apariencia de Xue Zheng Yong
fue poderosa e imponente, pero su forma de hablar fue muy amable. Su gran
mano golpeó el hombro de Mo Ran –– Mi muchacho, no he estado fuera tanto
tiempo, ¿Te has vuelto más alto? ¿Cómo te fue en la Ciudad Cai Die?
Mo Ran sonrió: –– Estuvo bien.
–– ¡Bien, bien, bien, bien! Sabía que nada podía salir mal con Chu Wan
Ning allí, jajajaja... oh sí, ¿Dónde está él por cierto? ¿Acurrucado solo jugando
con esos juguetes otra vez?
Al oír eso, Mo Ran se mostró un poco incómodo: –– Uh, Shizun...
Su tío tenía un temperamento ardiente y era propenso a actuar
impulsivamente. Su muerte en la última vida fue causada principalmente por
este temperamento suyo. Por supuesto, Mo Ran no quiso decirle directamente
que Chu Wan Ning recibió doscientos golpes y estaría confinado durante tres
meses como máximo. Estaba pensando en cómo dar la noticia cuando un "ah"
vino detrás de él.
Xue Meng había regresado con una pila de hierbas en sus brazos, y estaba
encantado de ver a su padre: –– ¡Papá!
–– ¡Meng-er!
Mo Ran secretamente dejó escapar un suspiro de alivio. Cada vez que esta
pareja de padre e hijo se reunían, era inevitable un ataque de mutua adulación,
lo que le da mucho tiempo para pensar en una manera de dar a conocer con
tacto la noticia de que Chu Wan Ning ha sido castigado.
Efectivamente, el par de padre e hijo de pavo real extendieron sus plumas
de la cola y se entretuvieron cubriéndose uno a otro con elogios.
–– ¡Mi hijo se puso aún más guapo en estos últimos dos meses! ¡Te ves
más y más como tu padre!
Xue Meng se parecía totalmente a su madre y no se parecía en nada a su
padre, pero se lo creyó: –– ¡Y papá tiene incluso un amortiguador!
Xue Zheng Yong agitó su gran mano, sonriendo: –– ¡Todo el tiempo que
estuve en el Palacio Ta Xue en Kun Lun, seguí pensando en cómo ninguno de
los jóvenes puede sostenerle una vela a mi hijo y mi sobrino! Vaya, me cansé
tanto de mirar esa manada de muchachos afeminados. Meng-er, ¿Aún
recuerdas a Mei Han Xue?
Xue Meng inmediatamente miró con desprecio: –– El gordito que ha
estado entrenando en aislamiento durante una docena de años, me enteré de
que es el discípulo más viejo del Palacio Ta Xue. ¿Finalmente salió?
–– Jajaja, que buena memoria, ese es él. El chico se quedó con nosotros
durante un tiempo, ustedes dos incluso compartieron una cama.
––… ¿Cómo podría olvidarlo? Gordo como un perro, y pateando en su
sueño también. Me echó de la cama tantas veces. ¿Tú lo viste a él?
–– Lo vi, lo vi. –– Xue Zheng Yong giró su barba, y parecía estar
reflexionando sobre algo. Xue Meng fue el querido por los cielos, compitiendo
hasta el extremo, y preguntó con impaciencia: –– ¿Y?
Xue Zheng Yong se rió: –– Por supuesto que estás mejor. El maestro del
niño le enseñó cosas como instrumentos y baile por alguna razón olvidada por
Dios, incluso para el uso de su qinggong hizo que los pétalos de las flores
volaran a todas partes, tu padre casi muere de risa, ¡Jajajaja!
Xue Meng arrugó la nariz, como si estuviera disgustado. Un pequeño
gordinflón con grasa de bebé, tocando instrumentos y bailando mientras los
pétalos revolotea...
–– Entonces, ¿Cómo está su cultivación?–– Mei Han Xue se había
entrenado en aislamiento durante más de diez años, después de todo; acaba de
salir estos últimos meses, y todavía no había generado mucha conmoción en el
mundo.
Ya que ganó en términos de "apariencia", Xue Meng iba a comparar
"cultivo" a continuación.
Xue Zheng Yong no respondió de inmediato esta vez. Pensó un rato y
luego dijo: –– No pude ver mucho sus habilidades. No importa, Meng-er
seguramente llegarás a cruzar espadas con él en la competencia Ling Shan de
todos modos.
La ceja de Xue Meng se contrajo: –– Hmph, quién sabe si ese estúpido
gordo incluso podría desafiarme.
Madam Wang terminó de mezclar la medicina y se levantó, acariciando la
cabeza de Xue Meng con una sonrisa: –– Meng-er no debes ser tan arrogante,
recuerda ser modesto y respetuoso.
Xue Meng dijo: –– ¿Qué sentido tiene ser modesto? Eso es para los
débiles, prefiero ser franco como papá.
Xue Zheng Yong se rió: –– Mira, este padre tigre no tuvo ningún perro
como hijo.
Madam Wang estaba disgustada: –– Esto es todo lo que haces,
enseñándole todos estos malos hábitos y ninguno de los buenos, no lo puedo
creer.
Xue Zheng Yong vio irritación en su expresión y supo que realmente era
un poco infeliz. De inmediato compuso su sonrisa y se rascó la cabeza: ––
Esposa, estaba equivocado. Haremos lo que diga la esposa, no te enfades.
Mo Ran: ––….
Xue Meng: ––…
Madam Wang fue discípula de Gu Yue Ye en sus primeros años, y se
rumoreaba que Xue Zheng Yong la había robado. Quién sabe si ese rumor era
cierto o no, pero lo que Mo Ran sabe es que su tío estaba profundamente
enamorado de su tía, tanto que sus huesos de hierro se convirtieron en hilos
suaves para envolver alrededor de su dedo. Pero Madam Wang no era tan
apasionada hacia su esposo; ella era una persona amable, pero a menudo se
enojaba con él por pequeñas cosas.
Los años pasaron sin parar así. Cualquiera con ojos podía ver quién sentía
más profundamente por el otro entre esta pareja.
Por supuesto, Xue Meng no iba a quedarse para ver a sus propios padres
coquetear. Un poco asqueado, chasqueó la lengua y se giró para irse.
Madam Wang estaba bastante avergonzada, apresuradamente llamando: ––
¿Meng-er?
Xue Meng agitó su mano y se fue rápidamente.
Mo Ran tampoco quiso interferir la reunión de la pareja y usó esta excusa
para esquivar convenientemente las preguntas de su tío también. El tema del
castigo de Chu Wan Ning era mejor que fuera mencionado por Madam Wang,
después de todo. No quería ser el que se ocupara de ello. Después de recoger la
medicina en la mesa, se escapó con una sonrisa en su rostro, incluso cerrando
la puerta para ellos.
Con la medicina en la mano, caminó pausadamente hacia el Pabellón del
Loto Rojo.
El cuerpo de Chu Wan Ning era débil en estos días debido a su lesión, por
lo que derribó las barreras que normalmente rodeaban el pabellón. Por lo tanto,
no tenía forma de saber si alguien entraba.
Y así, fue bajo estas circunstancias que Mo Ran vio esta escena...
Chu Wan Ning, bañándose en el estanque de lotos.
Habría sido una cosa si se estuviera bañando solo, pero en ese estanque de
lotos para el uso exclusivo del virtuoso e incorruptible anciano Yu Heng,
estaban las siluetas de otras dos personas...
CAPÍTULO 32: ESTE VENERABLE TE CUIDARÁ UN
POCO, LO HARÁ.
Detrás de la miríada de hojas de loto, Mo Ran se quedó horrorizado e
inmóvil como si hubiera sido alcanzado por un rayo. Algo dentro de él se
rompió, y se mostró en la expresión agrietada en su rostro.
La conmoción, la indignación, los celos y la irritación explotaron como
fuegos artificiales en su cabeza. Movió sus labios, pero no salieron palabras.
Ni siquiera sabía por qué estaba furioso. Sólo un pensamiento pasó por su
mente:
¿¡Cómo se atreve alguien a tocar lo que ha sido reclamado por este
venerable!?
¡Chu Wan Ning, tú puta engañosa, doble cara! Te atreves... te atreves a...
Olvidó que el Chu Wan Ning de este tiempo no tenía relaciones íntimas
con él en absoluto. En ese momento, todo sentido abandonó su mente.
Habían pasado diez años, toda una vida, desde el nacimiento hasta la
muerte, después de todo.
Él podía dejarlo de lado y mantener el control cuando estaba lúcido.
Pero bajo estas circunstancias, con la cabeza en desorden,
inconscientemente sintió que Chu Wan Ning era suyo. Sólo ahora se daba
cuenta de lo claramente que recordaba incluso el sabor de los labios de Chu
Wan Ning, por no decir nada de la pasión y el deseo que se entrelazaban, el
éxtasis que consumía en su mismo ser...
Después de haber renacido, hizo todo lo posible para no pensar en esas
cosas.
Pero ahora, viendo la espalda desnuda de Chu Wan Ning, esa figura
familiar con hombros anchos y piernas largas, músculos tensos y una cintura
delgada pero fuerte sumergida en el agua clara...
Todos los recuerdos y emociones que trató tan arduamente de reprimir
regresaron sin previo aviso.
Incluso el cuero cabelludo de Mo Ran se entumeció.
…Su cuerpo, también, reaccionó a estas cosas.
Era el tipo de reacción involuntaria tan feroz que no podía hacer nada para
detenerla, y su parte inferior del cuerpo ardía mientras observaba.
Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, ya estaba alzando la voz
con enojo y gritando: –– ¡Chu Wan Ning!
Chu Wan Ning realmente tuvo el descaro de ignorarlo.
Era difícil ver a las dos personas apoyándose en sus hombros debido a que
la niebla se asentaba en la parte superior del estanque de lotos, por lo que no
podía distinguir sus apariencias. Pero estaban muy cerca de él, la distancia
entre ellos apenas distinguible.
Mo Ran gritó e irrumpió en el estanque, vadeando el agua hacia Chu Wan
Ning, y cuando se acercó, se dio cuenta de que...
¡Esas, esas dos personas eran realmente golems hechos de metal y madera
de cedro!
Peor aún, parecía que habían estado utilizando el estanque de lotos para
transferir energía a Chu Wan Ning, y Mo Ran había roto el límite del campo
espiritual cuando se precipitó al agua...
No estaba seguro de qué tipo de matriz estaba usando Chu Wan Ning, pero
estaba aturdido e inconsciente apoyado contra los golems mientras la luz fluía
continuamente a través de sus palmas hacia la herida en su hombro. Mirando
hacia atrás en la situación, estaba claramente en medio de curarse a sí mismo.
Cuando Mo Ran corrió a través del límite, la luz se dispersó. Para su
horror, la matriz comenzó a revertirse.
Tan pronto como la luz se dispersó, la herida de Chu Wan Ning comenzó a
devorarse a sí misma. Frunció el ceño, dejando escapar un sonido de
incomodidad, y tosió una bocanada de sangre. Entonces, todas las cicatrices en
su cuerpo comenzaron a desgarrarse nuevamente. La sangre que brotó empapó
el estanque de rojo en un instante.
Mo Ran se quedó estupefacto. ¡Esta fue la "Técnica de sacrificio del
espíritu de la flor" de Chu Wan Ning!
Se dio cuenta de que pudo haber... cometido un grave error...
La energía espiritual de Chu Wan Ning era de los elementos de metal y
madera. La energía espiritual del elemento metal, incluyendo a "Tian Wen", se
usó para ofensiva, mientras que la energía espiritual del elemento de madera se
usó para la curación.
La técnica de sacrificio del espíritu de la flor era una de ellas; Chu Wan
Ning podía manipular la esencia espiritual de la flora para curar sus heridas.
Sin embargo, si alguien más ingresara a la matriz durante este proceso, los
espíritus de la flora se dispersarían inmediatamente, y no sólo no habría un
efecto curativo, sino que empeoraría la lesión. En el peor de los casos, los
espíritus de la flora incluso podrían devorar el núcleo espiritual de Chu Wan
Ning.
Afortunadamente, Mo Ran tenía una familiaridad pasajera con la técnica
de sacrificio del espíritu de la flor de su vida anterior, y actuó de inmediato
para interrumpir el flujo de energía. Habiendo perdido el apoyo de los golems
que lo sostenían, Chu Wan Ning se inclinó hacia adelante. Mo Ran lo atrapó y
lo mantuvo firme.
El rostro inconsciente de Shizun estaba pálido, sus labios azules, el cuerpo
tan frío como el hielo.
Sin pensar en mucho más, Mo Ran lo sacó del estanque. Medio cargando y
medio arrastrando, llevó a Chu Wan Ning a su habitación y lo puso en su
cama.
–– ¿Shizun? ¡Shizun!
Llamó varias veces, pero Chu Wan Ning no movió ni una sola pestaña. No
se veía diferente de los muertos, excepto por el leve ascenso y caída de su
pecho.
Ver a Chu Wan Ning así le recordó a Mo Ran el pasado.
Inexplicablemente, sintió que su garganta se cerraba y su corazón
comenzaba a sentir pánico.
En su vida anterior, dos personas murieron en sus brazos.
Shi Mei.
Chu Wan Ning.
Uno de ellos fue el amor de su vida en quien pensó día y noche. El otro era
su enemigo mortal con quien se había entrelazado toda la vida.
Cuando Shi Mei murió, Mo Wei Yu desapareció del mundo.
¿Y cuando murió Chu Wan Ning...?
Mo Ran no lo sabía. Todo lo que conocía era la sensación de que la
persona en sus brazos se enfriaba lentamente ese día. No lloró, ni se rió; la
alegría y la pena crecieron fuera de su alcance.
Cuando Chu Wan Ning murió, Mo Wei Yu desconoció lo que era el
mundo incluso más.
A la luz de la vela, vio el torso desnudo de Chu Wan Ning.
Usualmente, Yu Heng del cielo nocturno usaba ropa que mostraba la
menor cantidad de piel posible. Llevaba ropa con cuello alto y se envolvía el
cinturón alrededor de tres veces, una imagen de dignidad y propiedad.
Debido a eso, nadie vio qué tipo de lesión dejaron esos doscientos golpes
en su cuerpo...
A pesar de que Mo Ran había visto las heridas en la espalda de Chu Wan
Ning con sus propios ojos el día del castigo, todo lo que sabía era que su carne
había sufrido graves daños. Al ver a Chu Wan Ning de pie y caminar como
siempre en los días posteriores, pensó que no podría haber sido tan malo
después de todo.
Ahora se dio cuenta de que las heridas de Chu Wan Ning eran mucho
peores de lo que había imaginado.
Las cinco heridas dejadas por la maestra fantasma se abrieron, y en las
peores partes pudo ver todo el camino hasta el hueso.
Probablemente, Chu Wan Ning nunca le pidió a nadie que lo ayudara a
cambiar sus vendajes y trató de hacer todo por sí mismo. El ungüento no se
aplicó de manera uniforme, y los lugares a los que no podía llegar ya estaban
infectados y supurando.
Sin mencionar todos los moretones azul-púrpura de los golpes con la
barra. Se extendieron por toda su espalda, sin dejar parte de su piel moteada.
Encima de ello, las cicatrices desgarradas del rebote espiritual le bañaron la
espalda de sangre. Fluyó sin cesar, empapando las sábanas debajo de él en
rojo.
Si Mo Ran no lo hubiera visto con sus propios ojos, nunca hubiera creído
que el hombre que había insistido en limpiar pilares cerca del puente y crear
una enorme barrera para proteger a los discípulos de la lluvia era este, este
mismo hombre frente a él, cuyas heridas eran tan graves y terribles que
pertenecía a la sección de cuidados intensivos de un hospital.
Si no fuera por el hecho de que Chu Wan Ning estaba inconsciente, a Mo
Ran realmente le hubiera gustado agarrar su cuello y sacudirlo, exigiendo...
Chu Wan Ning, ¿Qué diablos está mal contigo y con tu estúpido orgullo?
¿Qué tiene de malo mostrar un poco de debilidad por una vez en tu vida?
¿Por qué eres tan jodidamente terco? ¿Eres un hombre adulto y ni siquiera
sabes cuidarte? ¿Tratarte un poco mejor?
¿Por qué no le pediste a nadie que te ayudara a curar tus heridas?
¿Cómo es posible que prefieras hacer golems para usar tu estúpido sistema
de curación a simplemente abrir la boca y pedir ayuda? Chu Wan Ning, ¿Eres
un maldito imbécil?
Mientras lo maldijo en su mente, trabajó rápidamente para detener la
hemorragia. Luego sacó un balde de agua tibia y limpió la sangre en la espalda
de Chu Wan Ning... Desinfectando un cuchillo en la llama, se dispuso a cortar
la carne que se había deteriorado por completo.
En el primer corte, Chu Wan Ning gimió de dolor y sacudió el cuerpo. Mo
Ran lo sostuvo y murmuró acaloradamente: –– ¡Demonios, tienes que gemir!
¿Me vas a maldecir? Si emites otro sonido, apuñalaré este cuchillo justo en tu
pecho. ¡No sentirás una maldita cosa una vez que estés muerto! ¡Problema
resuelto!
Sin embargo, sólo ahora Mo Ran podía dejar que su naturaleza real y
vehemente se mostrara, gritándole como lo hizo en el pasado.
Pero había demasiadas heridas que se habían infectado, la piel se había
vuelto blanca y muerta. Chu Wan Ning respiró pesadamente mientras lo
cortaba poco a poco.
Incluso inconsciente, esta persona sofocó su voz y se negó a gritar de
dolor, pero comenzó a sudar frío, empapando el cuerpo que acababa de
limpiarse.
Después de lo que parecieron horas, Mo Ran finalmente terminó de aplicar
la medicina y vendar las heridas.
Ayudó a Chu Wan Ning a ponerse unas túnicas, luego encontró una colcha
gruesa y la colocó sobre su febril Shizun, y sólo entonces suspiró aliviado.
Recordando la medicina de Madam Wang que todavía estaba guardada en una
bolsa de papel, se levantó y preparó un tazón de medicina, llevándolo de vuelta
a la cama de Chu Wan Ning.
–– Vamos, es hora de tu medicina.
Con una mano, levantó a la persona dormida en sus brazos y lo apoyó
contra su hombro. Usó la otra para llevar el tazón de medicina a sus labios,
soplando ligeramente el vapor y tomando un sorbo para probarlo primero.
Mo Ran hizo una mueca y puso cara de "Ugh, tan amargo". Aun así, dejó
que se enfriara y se lo dio a Chu Wan Ning.
Pero él sólo recibió media cucharada antes de que Chu Wan Ning no
pudiera manejarlo y tosiera todo, obteniendo la mayor parte la ropa de Mo
Ran.
––…
Sabía que a Chu Wan Ning no le gustaban las cosas amargas, tanto que se
podía decir que tenía miedo de las cosas amargas.
Pero el anciano Yu Heng era terco como una mula; si estuviera despierto,
definitivamente lo soportaría y vaciaría todo el tazón de una vez sin quejarse.
A lo sumo, él discretamente comería un pedazo de caramelo después.
Desafortunadamente, Chu Wan Ning estaba actualmente en coma.
No había nada que hacer al respecto; No es como si pudiera perder la
paciencia con una persona inconsciente. Sólo tenía que aspirarlo y alimentarlo
pacientemente con pequeños bocados, incluso con una toalla para limpiar las
comisuras de la boca a veces.
Algo como esto no fue difícil para Mo Ran. Después de todo, en su vida
pasada, hubo un período de tiempo en el que le había dado medicamentos a
Chu Wan Ning así todos los días. En ese entonces, Chu Wan Ning incluso
había intentado resistirse a él, por lo que lo abofeteaba antes de agarrarlo por la
barbilla y apretar sus labios con fuerza, empujando con la lengua para abrir su
boca, el aroma cobrizo de la sangre...
En un esfuerzo por dejar de pensar en eso lo más rápido posible, las
últimas cucharadas que Mo Ran le dio de comer fueron un poco apresuradas, y
la mayoría terminó siendo tosida nuevamente. Luego lo acostó de nuevo en la
cama y lo acomodó de forma no muy gentil.
–– Estoy haciendo esto por la generosidad de mi corazón. No te atrevas a
patear este edredón en la noche, ya estás febril y te resfriarás...
A mitad de su discurso, su genio se encendió de repente y pateó la pata de
la cama. –– Lo que sea, ¿Por qué debería importarme si te resfrías o no?
Espero que lo hagas. Espero que sea terrible y te mueras por ello.
Se dio la vuelta y se marchó.
Llegó a la puerta, pero tenía la sensación de que todavía no podía
descansar, por lo que se volvió y entrecerró los ojos para mirar la habitación.
Después de descubrir qué le estaba molestando, se acercó y apagó la vela.
Luego se fue de nuevo.
Esta vez, llegó hasta el estanque de lotos. Al ver las flores que habían
crecido y florecido después de absorber la sangre vital de Chu Wan Ning, la
irritación en su corazón sólo empeoró.
Estaba lleno de agravación, pero todavía marchaba, rígido, fuera de ritmo,
con el brazo y la pierna del mismo lado moviéndose juntos, de vuelta al
dormitorio.
Sonando como un viejo golem oxidado, arrastró sus pies en círculo
alrededor de toda la habitación hasta que finalmente, a regañadientes, se
detuvo junto a la cama de Chu Wan Ning.
La luz de la luna brillaba suavemente desde la ventana de bambú medio
abierta, iluminando el rostro pacífico de Chu Wan Ning.
Sus labios estaban pálidos, y sus cejas estaban ligeramente juntas.
Mo Ran lo consideró por un momento, luego cerró la ventana para él.
Vivía en un lugar húmedo, después de todo, no era bueno para la salud dejar la
ventana abierta mientras dormía. Después de hacer esto, Mo Ran puso su pie
abajo y juró:
Si regresó por esa puerta una vez más, ¡Seré un perro!
Justo cuando llegó a la puerta, escuchó un golpe. Chu Wan Ning en
realidad tiró todo el edredón de sí mismo.
––…
¿Qué va a hacer con el hábito de esta persona de deshacerse de sus mantas
cuando duerme?
Para que no fuera un perro, el emperador Taxian-jun, de dieciséis años,
soportó la situación con mucha tolerancia y se fue.
Él no volvería en sus palabras; ¡Absolutamente no regresará por esa puerta
otra vez!
Así que, después de un tiempo. — El brillante y poderoso emperador abrió
la ventana y saltó a la habitación de esa manera.
Levantó el edredón del suelo y lo dejó sobre Chu Wan Ning. Al escuchar
la respiración dolorida y fatigada de Chu Wan Ning y al ver que su espalda se
estremecía cuando estaba acurrucado en el rincón de la cama, Mo Ran no pudo
contener nada de la ira que solía tener hacia él.
Él podría decir "te sirve bien" todo lo que quería, pero su corazón aún se
movía por él.
Se sentó junto a la cama de Chu Wan Ning, vigilando para asegurarse de
que no tirara el edredón de nuevo.
Ya era tarde, Mo Ran había tenido un largo día, el agotamiento finalmente
se asentó. Su cabeza se inclinó lentamente y se quedó dormido.
Este sueño no fue para nada reparador. Chu Wan Ning siguió dando
vueltas y girando, y Mo Ran pudo oírlo gemir en voz baja a través de la bruma
del sueño.
En su sueño nebuloso y ligero, Mo Ran no pudo decir qué hora era, o
cuándo terminó acostado junto a Chu Wan Ning en la cama, abrazando al
hombre tembloroso en sus brazos. Todavía medio dormido, lo abrazó y le
acarició suavemente la espalda, murmurando: –– Estarás bien... shhh... shhh...
Mientras dormía, Mo Ran sintió que había regresado al Pico Sisheng de su
vida pasada, al vacío y sombrío Salón Wu Shan.
Después de la muerte de Chu Wan Ning, él nunca durmió abrazando a
alguien más.
Ya sea por el arrepentimiento ardiente o por los sentimientos persistentes,
pensar en esas emociones en los días fríos y llenos de soledad, hicieron que su
corazón doliera. La ilusión lo consumió.
Pero no importaba cuánto lo deseara, Chu Wan Ning no volvería.
Había perdido la última llama de su vida.
Mo Ran sostuvo a Chu Wan Ning toda la noche. Entre sus sueños y la
bruma del sueño, a veces sabía claramente que había renacido, pero sentía
como si todavía estuviera en su vida pasada.
De repente, casi tuvo miedo de abrir los ojos. Tenía miedo de que cuando
se despertase por la mañana, se encontraría con una almohada fría y vacía y
cortinas con corrientes de aire. Y, por el resto de su vida, estaría
completamente solo.
Estaba seguro de que odiaba a Chu Wan Ning.
Pero, sosteniéndolo en sus brazos, sintió que la humedad se acumulaba en
las comisuras de sus ojos.
Este fue un calor que Taxian-jun, de treinta y dos años, pensó una vez que
nunca podría volver a tener.
–– Wan Ning, estarás bien...
Fue en este estado nebuloso, acariciando el cabello del hombre en sus
brazos como si fuera el Mo Ran del pasado, que una frase tan tierna escapó de
su boca.
Estaba tan cansado que no se dio cuenta de lo que había dicho, o de cómo
había llamado a la otra persona. Las palabras se escaparon naturalmente y él
no pensó mucho en ellas. Mo Ran dejó escapar un suspiro y cayó en un sueño
más profundo.
A la mañana siguiente, las pestañas de Chu Wan Ning se agitaron mientras
lentamente se despertaba.
Debido a su fuerte cultivo, la alta fiebre que tenía la noche anterior ya
había bajado.
Chu Wan Ning abrió ociosamente los ojos, con la mente aún nublada por
el sueño. Pero cuando trató de levantarse, descubrió que había alguien más
tumbado en la cama con él.
¿Mo, Mo Wei Yu?
Se sorprendió por decir lo menos. Chu Wan Ning palideció, pero no podía
recordar por su vida lo que sucedió la noche anterior. Peor aún, sus
movimientos despertaron a Mo Ran también.
El joven bostezó, con un rostro juvenil ligeramente sonrojado por el sueño.
Miró a la luz de la mañana, miró a Chu Wan Ning y dijo vagamente: –– Ah...
deja que este venerable duerma un poco más... Ya que estás despierto, por qué
no me haces huevos y gachas de carne...
––…
¿Qué tipo de tontería era esta? ¿Hablar en sueños?
La mente de Mo Ran aún estaba borrosa. Cuando vio que Chu Wan Ning
no se levantaba para hacerle el desayuno, no insistió en el asunto. En cambio,
sonrió perezosamente y extendió la mano, acercando la cara de Chu Wan Ning
y presionando un beso casto en sus labios.
–– Si no quieres levantarte, eso también está bien. Este venerable acaba de
tener el sueño más terrible. En el... ah... no importa. –– Suspiró, abrazando a la
persona que se había quedado inmóvil a estas alturas. Apoyó la barbilla contra
la cabeza del hombre en sus brazos y murmuró: –– Chu Wan Ning, déjame
abrazarte un poco más.
CAPÍTULO 33: ESTE VENERABLE VA EN BUSCA DE
SU ARMA.
Chu Wan Ning se sorprendió tanto por el repentino beso que ni siquiera
pudo procesar lo que Mo Ran estaba diciendo. Todo le sonaba como un
murmullo distante, como si una lluvia intensa hubiera comenzado a caer contra
su cabeza.
Mo Ran, por otro lado, murmuró inconscientemente algunas palabras más
y volvió a dormirse.
––…
Chu Wan Ning quiso sacudirlo para despertarlo.
Sin embargo, había un árbol Haitang balanceándose en plena floración
fuera de la ventana. Justo cuando Chu Wan Ning levantó la mano, un pétalo de
flor rosa pálido aterrizó suavemente en la punta de la nariz de Mo Ran.
––…
Mo Ran se frotó la nariz un poco incómodo, pero estaba durmiendo tan
dulcemente que no se despertó. El brazo que Chu Wan Ning estiró para
empujarlo cambió su curso, sin ninguna razón discernible para sí mismo, y
levantó el pétalo de flor entre sus dedos para examinarlo.
Mientras se perdía en sus pensamientos al mirar el pétalo, algunas cosas
volvieron lentamente hacia él.
Recordó que, ayer, Mo Ran había curado sus heridas y le había dado
medicamentos.
Después, Mo Ran lo sostuvo en sus brazos, acariciando suavemente su
cabello y la espalda durante la noche y susurrando suavemente en su oído.
Chu Wan Ning estaba desconcertado. Eso tenía que ser un sueño,
¿Verdad?
Las puntas de sus orejas se pusieron rojas, el color brillante no muy
diferente al pétalo de Haitang entre sus dedos.
Las palabras de regaño murieron en su garganta.
Él realmente... ni siquiera sabía cómo empezar.
“¿Cómo terminaste en mi cama?”
Eso suena como una joven doncella que había cometido un error.
“¡Lárgate, quién te dejó dormir aquí!”
Eso suena como un demonio que había cometido un error de cálculo.
“¿Cómo te atreves a besarme?”
Si uno realmente lo pensaba, era sólo un toque de dos labios. Comparado
con ese tiempo en la ilusión, apenas podría llamarse un beso. Hacer un
escándalo sólo haría que pareciera que realmente tenía algo que ocultar.
––…
El anciano Yu Heng, estaba completamente perdido, sólo podía rodar y
enterrar su cara en el edredón. Sus dedos delgados se aferraron a la esquina
con irritación y vergüenza.
Al final, decidió alejar a Mo Ran de sí mismo, sentarse y vestirse
inmaculadamente primero, y luego sacudir al otro para que se despertara.
Y así, cuando Mo Ran abrió los ojos con sueño, la imagen que lo saludó
fue la del anciano Yu Heng sentado en el borde de la cama con una expresión
indescifrable y fría en su rostro.
Él comenzó a sudar frío de inmediato.
–– Shizun, yo...
Chu Wan Ning respondió inexpresivamente: –-¿Rompiste el límite del
espíritu de la flora ayer?
–– No quise...
–– Olvídalo–– dijo Chu Wan Ning bruscamente y agitó la mano como si
no fuera nada. –– Deberías levantarte. Clases matutinas.
Mo Ran estaba a punto de colapsar. Se rascó la cabeza con agitación: –¿Cómo me dormí aquí...?
–– Te ves cansado–– Chu Wan Ning estaba perfectamente tranquilo. ––
No parece que hayas descansado mucho ayer.
Echó un vistazo a la medicina en la mesa y dijo: –– En el futuro, no entres
en el Pabellón del Loto Rojo por tu cuenta. Si necesitas algo, dímelo con
antelación.
–– Sí, Shizun.
–– Puedes irte.
Taxian-jun sintió que había escapado por poco de la muerte, y se apresuró
a correr lo más lejos posible.
Después de que él se fue, Chu Wan Ning se recostó en su cama y levantó
su brazo, extendiendo su mano. Desde el espacio entre sus dedos, observó
cómo las flores radiantes de su ventana se movían y caían como nieve en el
viento.
Los colores suaves de los pétalos Haitang eran como los vagos recuerdos
de la noche anterior.
Delicados. Difícil de distinguir la realidad de una ilusión.
Decidió que preferiría morir antes que mencionar lo sucedido ayer.
¡Era demasiado vergonzoso!
El anciano Yu Heng se preocupó por su orgullo por encima de todo; Él
preferiría salvar su rostro a su vida. Así la próxima vez que Mo Ran vio a Chu
Wan Ning unos días más tarde, el anciano Yu Heng era elegante y estaba
compuesto de la manera habitual, con túnicas blancas ondeando con gracia.
Ninguno de ellos mencionó lo de esa noche. Pero a veces cuando sus ojos
se encontraban, la mirada de Mo Ran parecía detenerse en Chu Wan Ning un
poco más antes de perseguir habitualmente a Shi Mei.
¿Y qué hay de Chu Wan Ning?
Tan pronto como su mirada se encontraba con la de Mo Ran, se alejaría de
inmediato y con frialdad. Pero entonces, cuando pensó que Mo Ran no estaba
mirando, robaría otra mirada como si fuera un accidente.
Xue Zheng Yong descubrió rápidamente acerca del castigo de Chu Wan
Ning.
Como se esperaba, el Líder del Pico Sisheng fue protector ante una falla, e
inmediatamente lanzó un ataque. Pero no podía dirigirse correctamente a nadie
en particular, y sólo podía cerrar su puerta y enfurruñarse solo.
–– Si hubiera sabido que esto sucedería cuando establecieron las reglas por
primera vez, habría agregado una más: las reglas no se aplican a los ancianos.
Madam Wang se tomó una taza de té y habló por un tiempo con Xue
Zheng Yong antes de que finalmente se calmara. Él dijo: –– El anciano Yu
Heng es realmente muy terco, si trata de hacer esto de nuevo en el futuro, por
favor, ayúdame a disuadirlo. Las sectas del reino de la cultivación superior ni
siquiera podían rogarle que se uniera a ellas, pero un maestro de cultivación
tan eminente terminó sufriendo así aquí, ¿Cómo voy a vivir conmigo mismo?
Madam Wang suspiró: –-No es que no lo haya intentado. Ya sabes cómo
es, terco hasta la médula.
Xue Zheng Yong dijo: –– Ah, olvídalo. Esposa, dame algunos de esos
analgésicos y medicamentos para el crecimiento muscular que hiciste, iré a ver
a Yu Heng.
–-El blanco debe tomarse por vía oral, el rojo es para la aplicación
externa.–– Madam Wang le dio dos pequeños frascos de porcelana y luego
dijo: –– Ran-er mencionó que el anciano Yu Heng ha estado limpiando los
leones en el Puente Nai Heúltimamente. Deberías poder encontrarlo allí.
Xue Zheng Yong guardó las botellas en el bolsillo y corrió hacia el puente
de jade.
Chu Wan Ning estaba de hecho allí. Poco después del mediodía, todos los
discípulos estaban ocupados practicando su cultivación, y pocas personas
pasaron por el Puente Naihe. Chu Wan Ning estaba solo en la suave curva del
puente, su figura alta y recta.
Las hojas crujían suavemente en las orillas; su túnica blanca entre el
agraciado bambú era una imagen de refinamiento.
Xue Zheng Yong se acercó sonriendo: –– ¿Anciano Yu Heng, estás viendo
los peces?
El rostro de Chu Wan Ning se volvió hacia él: –– El Líder de la secta debe
estar bromeando, este río se conecta con los manantiales amarillos del
inframundo, no hay peces.
–– Jaja, sólo tirando de tu pierna. Eres tan elegante, sin humor, ¡Realmente
me preocupa que no encuentres una esposa!
Chu Wan Ning: ––...
–– Aquí, medicina. Mi esposa lo hizo. Toma el blanco oralmente, aplica el
rojo externamente. Súper efectivo. Para ti.
––…–– Chu Wan Ning no lo quería al principio, pero al ver lo orgulloso
que estaba Xue Zheng Yong, como si la medicina de su esposa fuera la cosa
más preciosa, no podía negarse, por lo que aceptó con un leve "Gracias."
Xue Zheng Yong era un hombre tosco, pero era bastante más reservado
frente a Chu Wan Ning, y no simplemente dejó escapar las cosas. Pensó un
poco antes de decidirse por un tema: –– Dime, Yu Heng, la competencia Ling
Shan estará llegando en tres años. Jóvenes talentos de todas las sectas se
reunirán para competir por estar en la cima. ¿Cuáles crees que son las
probabilidades de Meng-er y Ran-er?
Chu Wan Ning respondió: –– Tres años es mucho tiempo; No puedo decir
en la actualidad. Pero en este momento, Mo Ran carece del impulso para
mejorar, y Xue Meng es demasiado engreído y propenso a subestimar a sus
oponentes. Tampoco tiene la actitud correcta.
Sus palabras fueron contundentes y cortantes, directamente al corazón del
asunto.
Xue Zheng Yong estaba un poco avergonzado, murmurando: –– Bueno,
son sólo jóvenes...
Chu Wan Ning dijo: –– Ya han alcanzado la mayoría de edad, ya no son
jóvenes.
Xue Zheng Yong: –– No te equivocas, pero aun así, ni siquiera tienen
veinte años, no puedo evitar dejar de ser un poco parcial como su padre y su
tío, jaja.
Chu Wan Ning: –– Un niño indisciplinado es culpa de un padre negligente
y un maestro irresponsable. Si los dos terminan caminando por el camino
equivocado en el futuro, esa culpa recaerá directamente en ti y en mí. ¿Cómo
serás parcial entonces?
––…
Chu Wan Ning continuó: –– ¿El Líder de la secta todavía recuerda la Secta
Ru Feng en Linyi y los dos queridos por los cielos de hace algunos años?
El corazón de Xue Zheng Yong cayó ante la mera mención.
Hace veinte años, había un par de hermanos de la Secta Ru Feng, la secta
más importante del reino de cultivo superior. Ambos eran inmensamente
dotados y extremadamente hábiles a una edad temprana; a la edad de diez
años, cada uno de ellos podía derribar individualmente demonios de cien años,
y a los quince años, ya eran capaces de idear nuevos hechizos e incluso
comenzar su propia secta si así lo deseaban.
Pero el mundo de la cultivación no era lo suficientemente grande para los
dos. Los dos hermanos eran demasiado excepcionales, y finalmente terminaron
peleando el uno contra el otro. En la competencia Ling Shan ese año, el
hermano menor incluso robó la técnica desarrollada en secreto por el hermano
mayor, y fue censurado por todas las sectas y despreciado por todos los
ancianos por ello. Tan pronto como la competencia terminó, el hermano menor
fue inmediatamente castigado por su padre. Su orgullo no podía soportarlo. De
aquí en adelante él guardó un profundo rencor y se cultivó en métodos
inescrupulosos, y al final se convirtió en un monstruo enloquecido.
Para mencionar esto ahora, Chu Wan Ning, sin duda, estaba tratando de
recordarle a Xue Zheng Yong que Xue Meng y Mo Ran pueden ser
excepcionales, pero el corazón era mucho más importante que la habilidad.
Desafortunadamente, Xue Zheng Yong fue duro consigo mismo, serio con
sus discípulos, pero confuso irremediablemente cuando se trataba de su hijo y
su sobrino, hasta el punto de estropearlos. Así que realmente no tomó en serio
las palabras de Chu Wan Ning, sólo se rió cuando dijo: –– No terminarán
como esos hermanos con el anciano Yu Heng guiando su camino.
Chu Wan Ning negó con la cabeza.
–– La naturaleza humana establecida, no se cambia tan fácilmente sin una
resolución tremenda.
Xue Zheng Yong no pudo evitar sentirse un poco incómodo ante las
palabras de Chu Wan Ning, sin saber si tenían un significado oculto. Dudó por
un tiempo, pero terminó preguntando después de todo: –– Yu Heng, tú... no te
enojes, pero ¿Quizás menosprecias a ese tonto sobrino mío?
Chu Wan Ning no había querido decir eso en absoluto. El malentendido
inesperado lo tomó tan desprevenido que sus palabras se ahogaron en su
garganta.
Xue Zheng Yong continuó preocupado: –– En realidad, no me importa si
salen ganando en la competencia o no. Especialmente Ran-er, realmente no fue
fácil para él, al crecer, no se puede evitar si es un poco difícil o desobediente.
Espero que no te disguste por haber sido criado en una casa de
entretenimiento. Él es todo lo que me queda de mi Da ge. No puedo dejar de
sentirme culpable por no haber estado ahí para él todos esos años...
Chu Wan Ning lo interrumpió: –– El Líder de la secta está equivocado. No
lo desprecio en absoluto. Si me importara su pasado, no lo habría aceptado
como discípulo.
Habló directamente y con certeza. Xue Zheng Yong se sintió aliviado: ––
Bien, bien.
La mirada de Chu Wan Ning se volvió hacia las corrientes del río que
corrían debajo del puente, surgiendo y chocando, y no dijo nada más.
Desafortunadamente, la conversación entre ellos, y la confesión de Chu Wan
Ning, fueron absorbidas por las ondulantes aguas como en la vida anterior.
Que no le disgustara o no despreciara a Mo Ran, nunca fue escuchado por
una tercera persona.
Pasaron los tres meses de confinamiento.
Este día, Chu Wan Ning llamó a sus tres discípulos al Pabellón del Loto
Rojo y dijo: –– Ya que sus núcleos espirituales se han estabilizado, los he
llamado a todos aquí hoy para llevarlos al Pico Xu Ying, donde pueden
intentar convocar a su propia arma.
Tanto los ojos de Xue Meng como los de Shi Mei se agrandaron, sus caras
estaban extasiadas.
El Pico Xu Ying era una montaña sagrada ubicada en el reino de cultivo
superior, de miles de pies de altura, acantilados empinados e insondables.
Según la leyenda, el Pico Xu Ying fue donde el dios Gou Chen-shanggong
una vez forjó armas. Gou Chen-shanggong, el Dios del armamento, supervisó
los extremos más al norte y más al sur de los cielos y controló todas las armas
del mundo.
Durante la guerra del Emperador Celestial para librar al reino de los
demonios, Gou Chen-shanggong forjó la primera "espada" verdadera del
mundo utilizando las montañas como material, los mares como estanque de
fundición y su propia sangre celestial como las llamas de forja. Esta espada
atravesó los cielos y la tierra por igual, y con un sólo golpe, dividió la tierra en
pedazos y provocó que los mares fluyeran en sentido inverso.
Con "espada" en mano, el Emperador Celestial suprimió a la raza de
demonios debajo de la tierra, a partir de entonces fueron incapaz de levantarse,
usando sólo dos ataques.
Esos dos ataques cortaron horizontalmente a través del reino humano,
llevando un par de profundos cortes a la tierra. Después de la guerra, los cielos
lloraron y los fantasmas aullaban a través de las noches, las inundaciones y la
desolación plagaron el reino mientras la lluvia torrencial caía por mil años,
llenando el par de cortes, que se convirtieron en los ríos Yangtze y Amarillo
que alimentaron innumerables vidas.
Y el Pico Xu Ying, el lugar de nacimiento de la espada sagrada, por lo
tanto, se convirtió en un lugar sagrado, con muchos cultivadores peregrinando.
Incluso ahora, la energía espiritual dejada por los antiguos dioses sigue siendo
fuerte allí, e innumerables criaturas misteriosas vagan por las montañas donde
prospera todo tipo de flora peculiar. El Pico Xu Ying fue también el lugar
donde muchos cultivadores alcanzaron la iluminación y ascendieron a los
cielos.
Pero para la mayoría de las personas, el mayor atractivo de esta increíble
montaña donde se forjó la espada sagrada fue su Lago Jin Cheng.
El lago helado en la cima del pico se congeló durante todo el año,
brillando mientras reflejaba la luz del sol naciente.
La leyenda decía que cuando Gou Chen-shanggong abrió la palma de la
mano y usó su propia sangre para forjar la espada sagrada, una gota cayó sobre
la abolladura de la cima. Esa gota de sangre que, aún no se ha agotado incluso
después de mil años, se convirtió en el Lago Jin Cheng, sus aguas tan claras
que se podía ver desde el fondo.
Independientemente de si la leyenda era cierta o no, las maravillas del
Lago Jin Cheng eran reales. Aunque estaba cubierto por tres pies de hielo
durante todo el año, algunos cultivadores pudieron usar el poder de su propio
núcleo espiritual para descongelar temporalmente el lago. En ese momento,
una antigua bestia mítica saltaría a tierra, sosteniendo un arma en la boca y
ofreciéndola a la persona.
Xue Meng preguntó con entusiasmo: –– Shizun, ¿Qué tipo de bestia mítica
surgió cuando fuiste a buscar tu arma sagrada?
Chu Wan Ning respondió: –– Kun Peng.
Los ojos de Xue Meng brillaron: –– ¡Impresionante! ¡No puedo esperar a
ver un Kun Peng!
Mo Ran se burló: –– No cuentes tus Kun Peng antes de derretir ese lago.
–– ¿Que se supone que significa eso?¿Crees que no puedo derretir el Lago
Jin Cheng o algo así?
Mo Ran se rió: –– Vaya, no te enojes tanto, no dije eso.
Chu Wan Ning dijo: –– No necesariamente será un Kun Peng. Se dice que
cientos de bestias míticas viven dentro del lago, custodiando las armas
sagradas. El que más te guste será el que venga a ofrecerte un arma que haya
adquirido. Además, cada bestia mítica tiene su propio temperamento único. Te
hará una petición; si no puedes completar su solicitud, tomará el arma y
regresará al lago.
Xue Meng reflexionó: –– ¿Así es cómo funciona? Entonces, Shizun, ¿Qué
te pidió el Kun Peng?
–– Dijo que quería comer un bollo de carne–– respondió Chu Wan Ning.
Los tres discípulos se quedaron en silencio por un momento, y luego se
echaron a reír. Xue Meng se rió: –– Me asustaste, casi pensé que sería algo
desafiante.
Chu Wan Ning también sonrió un poco y dijo: –– Yo tuve suerte. Los
requisitos que tienen estas bestias míticas son extraños; Podrían pedir
cualquier cosa. Una vez escuché de alguien que convocó a un Xi Shu. Esa
pequeña rata le pidió que le diera la mano de su esposa en matrimonio. Se
negó, por lo que la rata tomó el arma de vuelta y se fue. Al final, ese hombre
nunca más tuvo otra oportunidad de adquirir un arma sagrada.
Shi Mei murmuró: –– Eso es una pena...
Chu Wan Ning lo miró y dijo: –– ¿Qué hay que compadecer?
Honestamente, lo respeto por su noble carácter.
Shi Mei se corrigió apresuradamente: –– Shizun entiende mal, no quise
decir eso. Por supuesto, la esposa de uno no puede ser reemplazada por las
armas más poderosas. Sólo creo que es una pena que se haya perdido un arma
sagrada.
–– De todos modos, es sólo un rumor–– dijo Chu Wan Ning. ––
Desafortunadamente, no pude ver a un hombre así por mí mismo. Más bien,
hace muchos años en el Lago Jin Cheng, lo que vi fueron cosas repulsivas que
ensuciaron mis ojos.
Hizo una pausa, como si recordara algo, su expresión se oscureció cuando
sus cejas se fruncieron.
–– No importa olvídalo. En estos mil años, quién sabe de cuántos casos de
lealtad inquebrantable ha sido testigo este lago, y cuántos casos de
escalofriante crueldad. Realmente, ¿Cuántas personas son incluso capaces de
resistir el atractivo de un arma sagrada, de abandonar su oportunidad de
avanzar, sólo para permanecer fieles a su corazón...? Heh.
Chu Wan Ning dejó escapar una risita fría, como si estuviera perturbado
por algo en sus recuerdos, antes de reorganizar su expresión volviendo a su
impasibilidad habitual. Pero sus cejas estaban fruncidas un poco, como si
estuviera disgustado, y apretó los labios con fuerza, sin hablar más del asunto.
–– Shizun, se dice que todas las armas sagradas del Lago Jin Cheng tienen
un temperamento propio. ¿Fue fácil para ti dominar tu arma cuando la
obtuviste por primera vez?–– Xue Meng vio que parecía infeliz y preguntó
para cambiar el tema.
Chu Wan Ning levantó una ceja y dijo inexpresivamente: –– Este maestro
tiene tres armas sagradas, ¿Sobre cuál de ellas estás preguntando?
CAPÍTULO 34: ESTE VENERABLE CAYÓ EN
DESGRACIA.
Sólo Chu Wan Ning podía decir algo tan asombroso como eso de una
manera tan calmada. Los tres discípulos tenían sus propios pensamientos sobre
el asunto.
Los de Xue Meng fueron los más simples, sólo una exclamación: “¡Ah!”
Mo Ran fue un poco más complicado cuando se acarició la barbilla con
una mano y recordó algunas cosas de la vida anterior, pensó que
definitivamente nunca quiere ver la tercera arma de Chu Wan Ning en esta
vida.
En cuanto a Shi Mei, ladeó la cabeza, una tenue luz parpadeando en ese
par de brumosos ojos de flor de melocotón, como en reverencia o fascinación.
–– ¿Conseguiste a Tian Wen del Lago Jin Cheng?
Chu Wan Ning: –– Mn.
–– Luego los otros dos...
Chu Wan Ning: –– Uno también era de aquí, pero el otro no. Los
temperamentos de las armas no tienden a ser demasiado feroces, por lo que
deberían ser manejables. No hay necesidad de preocuparse.
Xue Meng suspiró con admiración: –– Ojalá pudiera ver las otras armas
sagradas de Shizun también.
Chu Wan Ning dijo: –– Tian Wen es más que suficiente para la mayoría de
los propósitos. En cuanto a las otras dos, sería mejor si nunca tuviera que
usarlas.
Xue Meng a regañadientes hizo un ruido en acuerdo, pero una luz aún
bailaba en sus ojos. Chu Wan Ning se dio cuenta; sabía que Xue Meng era
combativo por naturaleza, y que esas cosas no se reprimían tan fácilmente,
pero afortunadamente su corazón estaba en el lugar correcto, por lo que, con
cierta orientación, debería haber pocas razones para preocuparse.
Mo Ran, de pie a un lado, todavía estaba acariciando su barbilla, con una
expresión sonriente pero no.
El propósito de un arma era tomar la vida de otro; un hombre justo sólo
recurriría a eso si realmente no hubiera otra opción. Chu Wan Ning... Ya sea
en esta vida o en la vida pasada, esa justicia suya fue su perdición.
Toda esa mierda sobre la justicia que siempre triunfaba sobre el mal eran
sólo palabras en los libros, pero este idiota insistía en tomarse esas cosas en
serio. A pesar de su talento excepcional y su destreza marcial, le sirvió bien
terminar como un simple prisionero bajo los escalones, con los huesos en el
polvo.
–– Shizun. –– La voz de Shi Mei interrumpió sus pensamientos. –– Este
discípulo escuchó que cientos, si no miles, escalan el Pico Xu Ying cada año
en busca de un arma, pero sólo uno o dos son capaces de derretir el Lago Jin
Cheng. Además de eso, nadie lo ha logrado en los últimos años. La cultivación
de este discípulo es débil... en realidad... no hay ninguna posibilidad en
absoluto. A-Ran y el joven maestro son excelentes, tal vez debería quedarme
atrás y practicar mis fundamentos.
Chu Wan Ning: ––…
No habló, con la cara como porcelana fina en capas con una ligera niebla,
como si estuviera sumido en sus pensamientos.
En la vida anterior, Shi Mei también rechazó la oportunidad de ir al Pico
Xu Ying debido a su poca confianza en sí mismo. Al ver esto, Mo Ran
inmediatamente sonrió: –– No hay nada de malo en intentarlo. Incluso si no
funciona, sólo imagínalo como un viaje. Mejor que estar encerrado en el Pico
Sisheng todo el día, por qué no salir y ver el mundo en su lugar.
Shi Mei sólo se puso aún más nervioso: –– No, pero realmente soy
demasiado débil y hay mucha gente en el Pico Xu Ying, si los discípulos de
otra secta me desafían a pelear, definitivamente perderé y avergonzaré a
Shizun...
Chu Wan Ning levantó los ojos: –– ¿Es eso a lo que temes?
Las palabras eran extrañas, como si estuviera cuestionando, pero también
como si fueran simplemente retóricas. Los otros dos no sintieron nada apagado,
pero Shi Mei sintió un escalofrío en su corazón, y cuando levantó la vista, sus
ojos se encontraron con la mirada fría y mordaz de Chu Wan Ning.
–– Shizun...
La expresión de Chu Wan Ning permaneció inmóvil mientras hablaba: ––
Te especializas en curar; Las peleas no son tu fuerte para empezar. Si alguien
te molesta por eso, simplemente recházalo, no hay vergüenza en eso.
Mo Ran sonrió: –– No te preocupes, Shi Mei, me tienes a mí.
Y así los tres empacaron para el viaje y partieron.
El destino esta vez fue bastante lejos, en el reino de la cultivación superior.
Montar caballos sería demasiado agotador, y Chu Wan Ning todavía no quería
viajar en la espada, por lo que viajaron en un carruaje a un ritmo relajado
durante más de diez días antes de llegar finalmente a una ciudad al pie del Pico
Xu Ying.
Los tres discípulos ya habían salido del carruaje, pero Chu Wan Ning
todavía no tenía ganas de moverse.
Levantó la pantalla de bambú del carruaje y dijo: –– Pasaremos la noche
aquí. Un poco más de viaje mañana y estaremos en el Pico Xu Ying.
Su parada de descanso se llama Ciudad Dai; No es una ciudad demasiado
grande, pero es rica y bulliciosa. Las mujeres llevaban sedas y jades, y los
hombres iban vestidos con caros brocados. Era incluso más opulento que los
lugares más ricos del reino de la cultivación inferior.
Xue Meng chasqueó la lengua: –– Mira a estos perros del reino de la
cultivación superior, el olor a carne y vino brotando de las puertas de los ricos
mientras los pobres mueren de hambre y se congelan en las calles.
A Mo Ran también le disgustó, y por lo tanto no discutió con Xue Meng
por una vez. En cambio, se burló de la escena que tenía ante él con una dulce
sonrisa en su rostro: –– No es broma, estoy tan celoso. No es de extrañar que
muchas personas estén tan desesperadas por mudarse al reino de la cultivación
superior. Incluso ser una persona común y no un cultivador aquí es una vida
mucho mejor que allá.
Chu Wan Ning sacó y se puso una máscara de plata antes de salir
tranquilamente del carruaje. Miró a su alrededor en el ajetreo y el bullicio,
pensando en una cosa u otra.
Xue Meng estaba desconcertado: –– ¿Por qué Shizun está usando una
máscara?
Chu Wan Ning respondió: –– Esto es LinYi área de la Secta Ru Feng. Es
mejor si no muestro mi cara aquí.
Al ver la confusión persistente en la expresión de Xue Meng, Mo Ran
suspiró: –– El pequeño fénix debe haber dejado su cabeza en casa, para olvidar
que Shizun solía ser el maestro invitado de la Secta Ru Feng.
Sus palabras sacudieron la memoria de Xue Meng, pero el querido de los
cielos no estaba dispuesto a admitir que realmente lo había olvidado. Entonces,
con la cara roja, puso los ojos en su lugar: –– ¡Oh, por supuesto que lo sabía!
Pero Shizun era sólo un maestro invitado allí, no es como si lo hubieran
comprado ni nada, no hay razón para que no pueda levantarse e irse. Incluso si
la gente de la Secta Ru Feng lo ve, ¿Qué van a hacer, arrastrarlo de vuelta?
Mo Ran dijo: –– Tú tonto, ¿En serio nunca has escuchado? Desde que
Shizun dejó la Secta Ru Feng, básicamente nadie del reino de la cultivación
superior ni siquiera sabe a dónde fue. Siempre que nos preguntan de quién
somos aprendices mientras estamos en misiones de exorcismo, ¿No siempre
hemos dicho que del Pico Sisheng sin especificar a nuestro maestro?
Xue Meng se sorprendió por un momento antes de comprender: –– Oh,
¿Entonces el paradero de Shizun es un secreto aquí? Pero Shizun es tan fuerte,
¿Por qué la necesidad de esconderse?
–– No es que me esté escondiendo con cuidado, simplemente no quiero
que me molesten. –– Chu
Wan Ning dijo: –– Vamos a buscar una posada.
–– Bienvenidos, ¿Los buenos señores se quedarán con nosotros?–– El
encargado de la posada corrió, su grasienta cara brillando.
Xue Meng dijo: –– Cuatro habitaciones.
El encargado forzó una sonrisa mientras se retorcía las manos: –– Lo
siento señor, todas las posadas en la ciudad han estado bastante llenas
recientemente, así que me temo que no tenemos cuatro habitaciones de sobra,
¿Estarían bien los buenos señores con dos?
No hay nada que hacer al respecto, ellos sólo tienen que compartir.
Pero surgió un pequeño problema a la hora de asignar habitaciones.
–– Me voy a la habitación con Shi Mei. –– Mo Ran dijo con firmeza dónde
estaban reunidos los tres discípulos mientras Chu Wan Ning pagaba la cuenta.
Xue Meng no lo tenía: –– Eres como un demonio.
Mo Ran fingió conmoción: –– ¿Eh? ¿Creí que te gustaba pegarte a Shizun?
–– E-Eso no significa que quiera...
Sentía el mayor respeto por Chu Wan Ning, pero también le tenía miedo.
A decir verdad, incluso él no podría decir si sentía más adoración o temor
hacia el hombre.
Mirando la cara enrojecida de Xue Meng, Mo Ran sonrió con suficiencia:
–– Pequeño hermano, ¿Por qué tengo la sensación de que no es que no quieres
dormir con Shizun, sino que estás demasiado asustado?
Los ojos de Xue Meng eran redondos como orbes: –– No es como si
Shizun fuera a comerme, ¿Por qué tendría miedo?
–– Oh. –– La sonrisa de mierda de Mo Ran sólo se amplió. –– Pero Shizun
golpea a la gente en sus sueños, ¿Lo sabías?
Xue Meng: ––….
Xue Meng tartamudeó, con su rostro pálido a azul y viceversa, antes de
que de repente se diera cuenta de algo y respondiera furioso: –– ¡Cómo sabes
cómo es Shizun mientras duerme! ¿Te has acostado con él antes?
Eso fue un poco ambiguo, aunque Xue Meng definitivamente no quiso
decir eso. Mo Ran se burló de sí mismo, este venerable no sólo se había
acostado con él antes, este venerable también ha dormido con él antes.
Pero los hombres reales no hacen alarde de las conquistas, así que sólo
continuó sonriendo: –– Si no me crees, ve y compruébalo esta noche. Ah, sí,
no olvides traer una botella de ungüento, la necesitarás.
Xue Meng estaba a punto de enojarse cuando Chu Wan Ning terminó de
pagar y se acercó.
Los miró levemente y les dijo: –– Vamos.
Los tres jóvenes siguieron a su Shizun escaleras arriba como tres pequeñas
colas. De pie frente a las habitaciones, los tres miraron dócilmente y esperaron
a que Chu Wan Ning hablara, a pesar de las disputas en este momento.
Sus disputas en realidad no tienen ningún peso en absoluto. Cuando llegó
el momento de asignar las habitaciones, todos se callaron y esperaron a que
Chu Wan Ning decidiera.
Chu Wan Ning hizo una pausa antes de decir: –– Sólo hay dos
habitaciones, ¿Quién de ustedes...
Vaciló, sintiéndose un poco cohibido.
Cuando dijo: –– ¿Quién de ustedes quiere estar conmigo?
Sonaba un poco cauteloso y lamentable incluso para él, demasiado
impropio del estilo del anciano Yu Heng .
¿Cómo debería decirlo entonces?
–– Mo Wei Yu, vienes conmigo
¿Así?
...Olvídalo. Agrega un palo con pinchos y una piel de tigre, y no será
diferente de un bandido sombrío que roba a la hija de una familia. Era un
respetado maestro de la cultivación, tenía que salvar su rostro.
Además, desde aquella noche en el Pabellón del Loto Rojo, ambos se
sintieron incómodos y evitaron estar juntos a solas.
El rostro de Chu Wan Ning permaneció impasible, pero miles de
pensamientos cruzaron por su mente. Un buen tiempo pasó antes de que
tranquilo y sereno, levantó la barbilla y asintió con la cabeza ligeramente hacia
Xue Meng.
–– Xue Meng vienes conmigo a la habitación.
Xue Meng: ––…
La sonrisa de Mo Ran se desvaneció de su rostro, estupefacto.
De hecho, esperaba que Xue Meng estuviera con Chu Wan Ning para
poder estar con Shi Mei.
Pero escuchar esta elección salir de la boca de Chu Wan Ning de alguna
manera lo puso muy furioso.
Él no era consciente de esto, pero era como un cachorro callejero que no
sabía cuán alto era el cielo. El cachorro callejero conoció a un hombre. Esa
persona no era exactamente la más agradable para él, pero al menos le arrojaba
unos huesos para roer en cada comida del día.
Pero al cachorro callejero no le gustaba este tipo malo. Mordió el hueso y,
cuando terminó, sólo se lamió la pata y le ladró sin parar. No veía a este tipo
como su dueño en absoluto.
Por alguna razón desconocida para el cachorro, un día cuando este hombre
salió con un cuenco en la mano, ya no tenía el hueso con el que estaba
familiarizado, sino las semillas de mijo. Un hermoso pájaro con brillante
plumaje voló hacia abajo y se posó en su hombro, con sus ojos pequeños y
brillantes que lo miraban mientras frotaba su pico cariñosamente contra su
mejilla.
El hombre se giró para mirar hacia un lado, acariciando al ave mientras la
alimentaba pacientemente.
El cachorro callejero se quedó estupefacto.
Después de todo, estaba tan seguro de que Chu Wan Ning lo elegiría a él...
CAPITULO 35: ESTE VENERABLE RESBALÓ.
Esa noche, Mo Ran se quedó mirando la pared, con una mano en su
mejilla.
Al otro lado de esa pared estaba la habitación de Chu Wan Ning y Xue
Meng.
A Shi Mei le gustaba la limpieza, por lo que había dejado un cambio de
ropa cuidadosamente doblado en la cama y había bajado las escaleras para
pedirle al asistente que trajera agua caliente para bañarse.
Las paredes de la posada no estaban muy insonorizadas. En la tranquilidad,
podía escuchar débilmente los sonidos de la habitación contigua.
Chu Wan Ning parecía haber dicho algo, no podía escuchar con claridad.
Pero escuchó la voz de Xue Meng fuerte y clara:
–– Parece un poco apretado.
Las orejas de Mo Ran se levantaron como las de un perro, moviéndose un
poco.
Al otro lado de la pared, el pequeño fénix dijo: –– Shizun, ¿Duele?
–– Está bien, puedes seguir.
–– Seré amable, déjame saber si te duele.
–– Hablas demasiado. Hazlo o no.
Los ojos de Mo Ran se abrieron alarmados: ––…
Seguramente no había manera de algo como eso entre esos dos, pero ¿Qué
tipo de intercambio fue este? ¿Qué están haciendo?
Las orejas del cachorro estaban prácticamente pegadas contra la pared.
Hubo un leve crujido de la ropa, y si se esforzaba, podía incluso oír los
sofocados gemidos de Chu Wan Ning.
Había escuchado a Chu Wan Ning hacer este tipo de sonidos en la cama
innumerables veces antes. A su Shizun no le gustaba hacer ningún ruido
cuando se sentía realmente bien o realmente dolorido, siempre mordiendo con
fuerza su labio inferior mientras las lágrimas se derramaban de sus ojos. En
ese momento, todo lo que tenía que hacer era empujar un poco más fuerte para
arrancarle suaves respiraciones de su garganta...
–– E-espera. –– La voz de Chu Wan Ning fue baja y áspera. –– No... no
toques allí.
–– Está bien. –– Xue Meng dudó, luego dijo en voz baja: –– Entonces...
¿Shizun lo hará él mismo?
–– Mn.
¿Dónde?
¿Qué tontería es esta? ¿No toques dónde? ¿Hacerlo él mismo? ¡Qué están
haciendo!
La cara entera de Mo Ran se oscureció.
Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, ya había llamado a la
puerta vecina.
Una ráfaga de ruidos llegaban desde el interior. La expresión del cachorro
se volvió aún más oscura. Levantó la voz: –– Shizun, ¿Qué estás...?
La puerta se abrió con un crujido.
Xue Meng estaba allí, completamente vestido, con la mano aún
sosteniendo un trozo de gasa manchada de sangre. Entrecerró los ojos mientras
miraba a Mo Ran con desconcierto.
–– ¿Qué quieres, haciendo tal alboroto a estas horas de la noche?
¿Tropezaste con un fantasma o algo así?
La boca de Mo Ran se abrió y luego se cerró estúpidamente. Miró más allá
de Xue Meng hacia donde Chu Wan Ning estaba sentado junto a la mesa con
ungüento medicinal y vendas frescas en ella.
–– ¿Qué estaban haciendo...?
Xue Meng continuó con claridad: –– Aplicar medicina, por supuesto. La
lesión en el hombro de Shizun no se ha curado todavía. El vendaje no se ha
cambiado por unos días y algunas de las heridas se infectaron de nuevo.
Mo Ran: ––…
Él preguntó tontamente –– Entonces, lo que era demasiado apretado...
–– ¿Muy apretado? –– Xue Meng pensó por un momento, frunciendo el
ceño. –– Oh, los vendajes. Estaban envueltos demasiado apretados antes,
algunos se pegaban a las heridas con sangre y casi no se salían.
Dejó de hablar de repente y miró a Mo Ran con sospecha.
–– ¿Estabas escuchando a escondidas?
Mo Ran puso los ojos en blanco y se apresuró a salvar su triste cara: ––
¡Quién está escuchando a escondidas! Las paredes aquí son tan delgadas que
incluso puedes escuchar sonidos de respiración si te apoyas contra ellas, ve a
verificar si no me crees.
–– Oh. ¿De verdad? –– Xue Meng asintió, pero luego de un momento
después sintió que algo no estaba bien. ––…Espera, ¿Cómo lo sabes? ¿Te
apoyabas contra la pared para escuchar?
Mo Ran: ––…
Xue Meng, enojado: –– Mo Wei Yu, ¡Eres un bicho raro!
Mo Ran, igual de enojado: –– ¡Quién sabe qué cosas bestiales podrías
hacerle a Shizun!
Xue Meng era una persona pura que no sabía nada de tales asuntos. No
tenía ni idea de qué hablaba Mo Ran, así que sólo se enojó más: –– ¡Qué
tonterías estás hablando!–– Y se volvió para quejarse. –– Shizun, él...
Chu Wan Ning se puso la túnica exterior, manteniéndola cerrada con una
mano mientras se alisaba el cabello con la otra, caminó tranquilamente y miró
a Mo Ran de arriba abajo.
–– ¿Necesitas algo?
–– Yo... oí... –– Mo Ran buscó las palabras. –– Um, esas cosas, así que
pensé que Xue Meng te estaba molestando...
–– ¿Qué?–– Chu Wan Ning no entendió en absoluto, entrecerró los ojos. –
– ¿Quién me está molestando?
Mo Ran quiso abofetearse a sí mismo: ––…
Estaban en medio de mirarse torpemente el uno al otro cuando Shi Mei
subió las escaleras.
–– ¿A-Ran? ¿Qué estás haciendo fuera de la habitación de Shizun?
–– Yo... uh... –– Mo Ran tartamudeó. –– Eso, um, hubo un malentendido.
Shi Mei sonrió: –– Bueno, ¿Se ha resuelto?
–– Sí, sí. –– Mo Ran dijo apresuradamente: –– Shi Mei, ¿No fuiste a
pedirle agua al asistente? Probablemente, Shizun tampoco se haya bañado, voy
a pedirles que traigan algo adicional.
Shi Mei dijo: –– No es necesario. –– Sacó cuatro tabletas de bambú y
sonrió. –– El asistente dijo que hay una fuente termal natural en la posada que
el posadero construyó en un baño. Estas tabletas son pases, tengo una para
todos.
Mo Ran pensó que él, un manga cortada, probablemente no debería
sumergirse en las aguas termales con los otros tres.
Xue Meng era lo que fuera; Shi Mei era puro y sagrado en sus ojos, y ni
siquiera se atrevía a pensar en ningún pensamiento sucio sobre él. Pero Chu
Wan Ning... era muy consciente, por el par de contactos cercanos que tuvieron
desde su renacimiento, que probablemente perdería la cabeza si veía a esa
persona desnudarse.
Mo Ran se cubrió la cara con una mano: –– Voy a pasar.
Xue Meng, se sorprendió: –– ¿No te bañas antes de acostarte? ¡Bruto!
Mo Ran dijo: –– Le pediré al asistente que envíe agua caliente.
Shi Mei estaba desconcertado: –– Aquí no hierven agua caliente, ya que
todos los invitados van a las aguas termales.
Mo Ran: ––…
Al no tener otra opción, Mo Ran sólo podía tomar un cambio de ropa e ir a
las aguas termales con todos los demás. Esta posada era bastante diligente para
ganarse el favor; sabía bien que la mayoría de las personas que vienen para
quedarse son cultivadores que se dirigen al Lago Jin Cheng con la esperanza
de tener un arma, y así se llamar al baño "Reflexión del amanecer en Jin
Cheng" para invitar algo de suerte.
Mo Ran tenía miedo de perder los sentidos y no se atrevió a tocar a los
otros dos. Se cambió a toda prisa, envolviendo la toalla con fuerza alrededor
de su cintura, y salió corriendo hacia la fuente termal primero para encontrar
un lugar apartado.
Ya era bastante tarde, así que no había mucha gente en el baño, y los que
estaban allí estaban dispersos a lo lejos. Con un cuadro de toalla blanca en la
parte superior de su cabeza, Mo Ran se hundió en el agua, dejando solo la
mitad de su cara en la superficie, y dejó escapar un suspiro, soplando burbujas
'gulugulu'.
La primera persona en terminar de cambiarse salió con las piernas largas y
desnudas.
Mo Ran lanzó una mirada y dejó escapar un suspiro de alivio. Gracias a
los dioses, era sólo Xue Meng.
Xue Meng puede ser guapo, pero no era el tipo de Taxian-jun, no importa
cómo lo mires. Sus miradas se encontraron, y Xue Meng lo señaló: –– Tú,
aléjate de mí.
–– ¿Qué te dio?
–– Estás sucio.
Mo Ran: –– Jeje.
El baño estaba empañado con el vapor del agua. Después de un rato, Xue
Meng se detuvo en medio de frotarse para gritar: –– ¡Shizun, por aquí!
Mo Ran, con la mitad de su cara bajo el agua, casi se ahoga. Sabía muy
bien que no debía mirar, pero su mirada aún no podía evitar vagar.
Esa simple mirada casi lo mata. Se sobresaltó tanto que tragó dos bocados
completos de agua de baño y ni siquiera tuvo tiempo de sentirse asqueado,
sino que se apresuró a hundirse aún más en el agua hasta que sólo sus ojos
estuvieran por encima del agua.
No esperaba que Chu Wan Ning y Shi Mei salieran juntos.
Shi Mei era delgado y suavemente hermoso, con un largo cabello negro
como la tinta sobre sus hombros y envuelto en una toalla.
Por todos los derechos, Mo Ran debería haber querido echarle un vistazo
más a él, pero su mirada se lanzó rápidamente más allá de él. Él realmente
respeta a Shi Mei como la brillante luna, y no se atrevió a mirarlo en público.
Chu Wan Ning, por otro lado, era alto y fríamente guapo, con hombros
anchos y cintura estrecha, cuerpo tonificado y piel firme. Tenía el cabello
recogido en una coleta alta, y llevaba una gran bata blanca que cubría todo su
cuerpo, excepto la parte delantera, que era demasiado ancha para cerrarse y
revelaba una gran extensión de pecho liso y firme.
Al mirarlo, Mo Ran sintió que iba a asfixiarse y hervir en el agua.
Quería apartar la mirada.
Pero sus ojos traidores se negaron a escuchar, y su mirada se fijó allí sin
moverse en lo más mínimo. Sus orejas lentamente se pusieron rojas.
Al otro lado de la pesada niebla, Chu Wan Ning parecía haberlo mirado, o
tal vez no. Puso una capa de barrera impermeable sobre sus vendas y se metió
en el agua. Sus piernas se podían ver entre la bata flotante, largas y delgadas,
equilibradas con contornos ajustados.
Mo Ran: ––…
Realmente ya no podía ver más, cerrando los ojos se hundió hasta el fondo
del agua.
Incluso cubierto por la toalla envuelta alrededor de su cintura, su reacción
fue realmente demasiado...
Mo Ran se sintió extremadamente mal.
Realmente no le gustaba Chu Wan Ning, realmente odiaba a Chu Wan
Ning.
Pero su cuerpo recordaba su ferviente actividad amorosa, esos frenéticos
entrelazamientos que podían convertir hasta los huesos de acero en ternura, y
todas las cosas absurdas entre los dos que hacían que su cara se enrojeciera y
su corazón se acelerara.
La punta de su garganta se agitó cuando una guerra celestial estalló en su
interior.
Mo Ran estaba realmente a punto de llorar.
Era la primera vez en su vida que se odiaba a sí mismo, entonces, ¿Por qué
fue así? Shi Mei estaba allí, ¿Qué diablos estaba haciendo perdiendo su
maldita mente por Chu Wan Ning?
Incluso si se hubieran presionado piel contra piel como lo hicieron en la
vida anterior.
Todo eso fue en el pasado.
No importa cuán colgado estuviera por el cuerpo de Chu Wan Ning,
¿Cómo podría hacerle esto a Shi Mei? Esto era demasiado irrespetuoso para él,
se merecía algo mejor.
Mo Ran bajó la cabeza y se concentró en disipar esos malos pensamientos
durante bastante tiempo antes de finalmente lograr suprimir el fuego en su
abdomen. Salió del agua y sacudió las gotas, se secó la cara con la toalla y
abrió los ojos llorosos.
Y se encontró cara a cara con Chu Wan Ning.
Peor aún, el agua que acababa de sacudir salpicó directamente en la cara
de Chu Wan Ning. Observó cómo una gota se deslizaba pausadamente por su
afilada ceja negra, y luego lentamente se deslizaba hacia abajo, casi a punto de
entrar en ese hermoso ojo de fénix.
Chu Wan Ning: ––…
Mo Ran: ––…
Esto fue realmente lo peor. No podía ver los alrededores antes cuando
estaba sumergido bajo el agua conteniendo la respiración.
Chu Wan Ning tampoco tenía idea de que Mo Ran estaba debajo del agua
aquí, y sólo estaba pensando en sus propios asuntos al venir aquí a buscar la
caja de barras de fragancias. Ni siquiera llegó a la caja antes de ser salpicado
por una cara llena de agua.
La fuente termal era bastante profunda, la flotabilidad del agua era fuerte.
Mo Ran, con la cabeza nadando, trató de retroceder, pero terminó resbalándose
y cayendo directamente en los brazos de Chu Wan Ning.
–– ¡Ah!
––….
Capitulo 36: Este venerable probablemente había
perdido la razón.
Sin pensarlo, Chu Wan Ning se estiró para estabilizarlo. Mientras los dos
estaban pegados el uno al otro en el agua tibia del manantial, Mo Ran sintió
que una chispa recorría todo su cuerpo, junto con la piel de gallina.
A pesar de que ya había sostenido a Chu Wan Ning casi desnudo en el
Pabellón del Loto Rojo en ese entonces, las circunstancias en ese momento
habían sido terribles. No había tiempo para detenerse en la situación, por lo
que no había pensado mucho en ello.
Pero ahora mismo, con una mano contra el pecho de Chu Wan Ning y la
otra apoyando inconscientemente la cintura de Shizun, sus piernas se
enredaron bajo el agua, con el manantial haciendo que su piel se sienta más
cálida y resbaladiza, la cabeza de Mo Ran se cortocircuitó por completo.
Él, por Chu Wan Ning...
Sin hacer nada más que tocar la cintura del otro...
Su cuerpo reaccionó con la intensidad de la corriente de un río.
–– Sh-Shizun, yo…
Mientras intentaba frenéticamente levantarse y alejarse, sus partes
inferiores al rojo vivo se pusieron en contacto con la otra persona en la lucha.
Los ojos de Chu Wan Ning se abrieron de repente, su hermoso rostro se
llenó de horror, y se apartó de inmediato. Al mismo tiempo, la gota de agua
que había estado pegada a sus pestañas goteaba en su ojo. Se puso cada vez
más agitado, cerrando los ojos y frotándolos, pero no tenía una toalla de baño
para limpiar el agua.
–– Shizun, usa, usa la mía.
La cara de Mo Ran se puso roja, mortificada hasta la muerte absoluta. Aún
haciendo todo lo posible por fingir que nada estaba mal, usó su propia toalla
para limpiar las gotas de agua de la cara de Chu Wan Ning por él.
Cuando finalmente Chu Wan Ning abrió sus ojos de fénix de nuevo,
todavía tenía una mirada desconcertada de angustia en su rostro, con una pizca
de pánico debajo. Pero sólo duró un momento antes de que rápidamente se
obligara a calmarse. Fingió que no había sentido nada en absoluto y dijo con
voz ronca: –– Aroma terapia, pásamelo.
–– Oh... oh, está bien.
Mo Ran caminó con dificultad hacia el borde de la piscina, recogiendo la
caja de aroma terapia que estaba situada en la orilla.
–– ¿Qué fragancia quiere Shizun?
–– Lo que sea.
La cabeza de Mo Ran estaba aturdida. Después de mirar fijamente la caja
durante un largo rato, se volvió y dijo sinceramente: –– Aquí no hay una
fragancia llamada 'Lo que sea'.
––…
Chu Wan Ning suspiró pesadamente. –– Flor del ciruelo, Haitang.
–– Bien.
Mo Ran tomó dos barras de fragancia y se las dio a Chu Wan Ning.
Tan pronto como sus dedos se tocaron, hubo otro estallido de temblores.
Por mucho que lo deseara, era imposible deshacerse de todos esos
recuerdos del pasado.
Si esto fuera en el pasado, ya estaría enredado fervientemente con él en un
lado de la piscina. Una visión apareció espontáneamente ante sus ojos, de Chu
Wan Ning medio arrodillado en el suelo mientras soportaba su ardiente pasión
feroz, sus ojos entrecerrados y su cuerpo temblando incontrolablemente
mientras lo tomaba, pero aun así fue follado hasta que el clímax lo inundó...
Mo Ran no pudo soportarlo más; Esos deseos carnales hicieron que sus
ojos vieran rojo. No se atrevió a mirar a Chu Wan Ning en absoluto. Sintió que
incluso mirar a Shi Mei en este momento sería más seguro que mirar a Chu
Wan Ning.
Cómo podría ser esto...
¿Cómo pudo pasar esto?
Rápidamente terminó de lavarse y, aprovechando el hecho de que los otros
tres todavía estaban sumergidos en la piscina, Mo Ran dijo algunas palabras
vagas fingiendo estar somnoliento y se fue primero.
Una vez que regresó a su habitación, echó a correr y cerró la puerta.
Mo Ran no pudo soportarlo más, y se movió para aliviarse. No quería
pensar en la apariencia de Chu Wan Ning en un momento como este. Incluso
preferiría ensuciar la imagen pura de Shi Mei; al menos eso sería más fácil de
aceptar para su corazón confundido.
Pero ni su cuerpo ni su mente querían escuchar, y cada imagen que se
presentaba ante sus ojos era la de él y Chu Wan Ning en el pasado, cuello
contra cuello mientras buscaban placer entre sí. Era como si las compuertas se
hubieran abierto esta noche, todos esos recuerdos tórridos regresaron a su
mente en un frenesí, junto con olas tras olas de temblores.
Se trató casi con rudeza, como si estuviera sobre el cuerpo de ese hombre,
y al borde de la ruina, echó la cabeza hacia atrás como si se negara a aceptarlo,
pero su aliento salió con jadeos y pantalones embarrados.
Dijo su nombre en voz baja sin darse cuenta.
–– Wan Ning...
Llamando a este nombre, dejó escapar un gemido ahogado, temblando
levemente mientras se venía sin contener nada, cubriendo su palma con
humedad...
Una vez que terminó, Mo Ran se inclinó para apoyar su frente contra la
pared fría. Sus ojos estaban inundados de confusión.
Vergüenza, culpa, odio, excitación.
Nunca esperó que todavía tuviera reacciones tan fuertes ante Chu Wan
Ning incluso después de haber renacido.
De repente se llenó de disgusto hacia sí mismo.
Como nunca tocó a Shi Mei en su vida pasada, descargó toda su pasión en
otras relaciones frívolas. Pero a pesar de que lo hacía parecer un amor
apasionado, en realidad no significaba nada para él.
Después de que se apagó la luz de las velas, todo era sólo sexo, de todos
modos, no importa con quién esté.
Incluso la forma en que su corazón se movió hacia Rong Jiu fue sólo
porque se parecía en algo a Shi Mei.
Pero los tipos de sentimientos que tenía hacia Chu Wan Ning eran
completamente diferentes. Se dio cuenta, mientras más arduamente pensaba en
ello, que a pesar de que no estaban haciendo nada sexual, el placer intenso que
obtenía era diferente a todo lo que alguna vez podía sentir con esas prostitutas.
No era sólo físico, y...
Se negó a detenerse en ello.
Estaba enamorado de Shi Mei, siempre lo había estado y siempre lo estará.
Sus sentimientos absolutamente no cambiarían.
Después de repetirse esto varias veces, Mo Ran calmó su respiración,
frunció el ceño y luego cerró los ojos.
Se sintió ansioso, molesto y agravado al mismo tiempo.
Él no quería esto.
En asuntos de lujuria, no pudo evitar pensar en Chu Wan Ning. Cuando la
lujuria se calmó, no quería pensar en nada que tuviera que ver con Chu Wan
Ning, ya fuera un pelo en la cabeza o una mirada fugaz.
Frenéticamente pensó para sí mismo, casi hasta el punto de la paranoia,
que el que le gustaba, el que amaba profundamente... es Shi Mei...
La mente de Chu Wan Ning estaba en el mismo estado de angustia.
Totalmente inesperado, había visto y, además, sentido el deseo de Mo Ran.
El cuerpo del joven ya era bastante maduro, demasiado abrumador, duro y tan
caliente como para quemar cuando estaba excitado, como el hierro caliente
esperando a ser forjado.
A pesar de que Chu Wan Ning compuso rápidamente su rostro en una
calma en blanco, y se negó a decir nada después, el encuentro hizo que su
cabeza se entumeciera y lo llenara de incredulidad.
Para empeorar las cosas, su propio cuerpo también había reaccionado.
Afortunadamente, tenía una cara delgada y por eso siempre llevaba una
bata de baño incluso en aguas termales. Cubrió todo su cuerpo y nadie vio
nada, de lo contrario, nunca podría volver a mostrar su rostro.
Pero ¿Por qué Mo Ran...?
Mientras yacía en la cama esa noche, reflexionó en silencio durante horas.
Ni siquiera se atrevía a imaginar... eso, tal vez, a Mo Ran también le gusta...
Ese tipo de pensamiento era demasiado ilusorio y vergonzoso.
Incluso el pensamiento cauteloso de “Quizás Mo Ran también gusta de..."
La palabra "mi" ni siquiera tuvo tiempo de aparecer en su mente antes de
que Chu Wan Ning se pellizcara furiosamente. Ese par de ojos de fénix claros
y brillantes parpadeaban como si tratara de esconderse.
Ni siquiera se atrevió a entretener todo el pensamiento.
Además, su personalidad era dura, se apresuraba a golpear a la gente, sus
palabras eran venenosas y tenía mal genio, no era tan hermoso como Shi Mei
en apariencia, y sin mencionar que ya no era joven. Incluso si a Mo Ran le
gustaran los hombres, no sería lo suficientemente ciego como para gustar de él.
En el exterior, él era distante y altanero.
Pero en el interior, la verdad era que había sido tratado con frialdad por
otros durante tanto tiempo, había sido temido durante tanto tiempo, que
mientras caminaba por este largo y solitario camino, su opinión de sí mismo se
había convertido lentamente en polvo.
Se despertaron al día siguiente.
Mo Ran y Chu Wan Ning se encontraron en el pasillo de la posada, ambos
con secretos en sus corazones. Ambos se miraron, pero ninguno se dignó
hablar primero.
Al final, fue Mo Ran quien primero continuó como si todo fuera normal.
Sonrió hacia Chu Wan Ning y dijo: –– Shizun.
Chu Wan Ning se sintió aliviado; él realmente no sabía cómo lidiar con
esta situación. Al ver que Mo Ran optó por no mencionar nada de lo que
sucedió ayer, estaba perfectamente dispuesto a hacerlo. Él asintió una vez,
ligeramente.
–– Ya que estamos listos, deberíamos ir a despertar a Shi Mei también.
Después de empacar rápidamente, podemos partir hacia el Pico Xu Ying.
El Pico Xu Ying estuvo cubierto de nieve durante todo el año, y era
extremadamente frío. Incluso para un cultivador, sería difícil soportar un clima
tan frío. Chu Wan Ning fue con un sastre para comprar capas de invierno y
guantes para los discípulos, para que pudieran usarlos cuando bajara la
temperatura.
La vendedora fumó su pipa y sonrió, con los labios pintados en un color
rojo brillante y dándole la bienvenida a los clientes. Cuando vio a Mo Ran,
dijo: –– ¡Qué joven tan guapo! Mira esta capa negra con un dragón dorado en
ella; El bordado es de la más alta calidad. ¿Ves la luz en sus ojos? ¡Me tomó
más de tres meses completarlo!
Mo Ran se echó a reír avergonzado. –– Las palabras de la señorita son
muy dulces, pero sólo voy a las montañas a buscar un arma. No hay necesidad
de que me ponga algo tan formal y adornado.
Al ver que esta perspectiva fracasó, la vendedora se volvió hacia Shi Mei.
–– ¡Oh, este joven príncipe es hermoso sin comparación, incluso más adorable
que la chica más hermosa de esta ciudad! Señor, si me lo permitiera, esta capa
de mariposa roja y peonía le quedaría perfecta. ¿Qué tal si lo intenta?
Shi Mei forzó una sonrisa. –– Señorita, ¿No son esas ropas de mujer?
Xue Meng odiaba comprar ropa, así que se negó a venir y se limitó a
esperar. Chu Wan Ning eligió una capa negra con forro púrpura para él, con
conejos blancos bordados alrededor del borde.
La vendedora dijo: –– Señor, esta capa es un poco pequeña para usted.
Sería más adecuada para un adolescente.
–– Es para mí discípulo–– dijo Chu Wan Ning inexpresivamente.
–– ¡Oh, ooh! –– La vendedora se dio cuenta de su error y sonrió
rápidamente. –– Qué gran maestro. –– Puede que haya sido la primera vez que
Chu Wan Ning fue llamado un "gran maestro". Se quedó inmóvil, y su rostro
no traicionó nada, pero sus pasos no estaban sincronizados cuando se alejó,
con el brazo y la pierna del mismo lado moviéndose juntos durante unos
cuantos pasos.
Al final, Mo Ran eligió una capa gris claro, Shi Mei una blanca como la
luna, y Chu Wan Ning una blanca lisa con un forro morado oscuro. Después
de hacer sus compras, volvieron con Xue Meng.
Cuando Xue Meng vio su capa, sus ojos se agrandaron.
–– ¿Qué es? –– Dijo Chu Wan Ning, sin entender su reacción.
–– Es, no es nada.
Cuando Chu Wan Ning se alejó lo suficiente Xue Meng pensó que no
podía oír, miró el forro de la capa y murmuró: –– ¿Púrpura? No me gusta el
púrpura.
No esperaba escuchar la voz de Chu Wan Ning diciendo con frialdad: ––
¡Qué tontería! Si no te la pones, puedes subir desnudo.
––…
Viajaron tranquilamente hasta el final del camino, y los cuatro llegaron al
pie del Pico Xu Ying antes del anochecer.
El Pico Xu Ying era rico en poder espiritual y hogar de muchas bestias y
monstruos. Incluso los cultivadores no se atreverían a apresurarse a menos que
fueran significativamente fuertes.
Sin embargo, como Chu Wan Ning estaba allí, no tenían que preocuparse
por cosas así. Chu Wan Ning conjuró tres pétalos Haitang en el aire,
otorgándoles propiedades repelentes a espíritus y metiéndolos en los
cinturones de sus tres discípulos. –– Vamos.
Mo Ran contempló los picos ocultos en el cielo nocturno, como una
inmensa bestia antigua agazapada, y una gran cantidad de emociones se
derramaron en su corazón.
En el pasado, fue en el Pico Xu Ying donde él declaró al sol y la luna,
fantasmas y demonios, que él, Mo Ran, no estaba satisfecho con el mundo de
la cultivación actual, y se instaló como el nuevo gobernante.
Fue ese mismo año en que, en el Pico Xu Ying, había tomado una esposa y
una concubina.
Todavía recordaba el rostro de esa esposa, Song Qiu Tong, una verdadera
belleza sin igual. Desde ciertos ángulos, se parecía mucho a Shi Mei.
Él no era una persona que se preocupaba mucho por la etiqueta o el honor,
y ni siquiera se molestaba con esos tediosos ritos matrimoniales. En ese
momento, él sólo tomó la delicada mano de Song Qiu Tong, llevó a la mujer
con el velo rojo por un tramo de miles de escaleras, y caminaron durante más
de una hora.
Finalmente, los pies de Song Qiu Tong dolieron demasiado para caminar.
Mo Ran tenía mal genio, le levantó el velo y estuvo a punto de gritarle.
Pero, bajo la luz de la luna, los tristes ojos de Song Qiu Tong la hacían
parecerse a esa persona que había perdido hacía mucho tiempo.
Las palabras de enojo murieron en su boca y, después de respirar con
dificultad, finalmente dijo:
–– Shi Mei, te llevaré.
En términos de antigüedad, si Song Qiu Tong hubiera sido su igual, ella
habría sido su shimei. Así que sólo se detuvo un poco en este tipo de dirección,
razonando que dado que Mo Ran había eliminado toda la Secta Ru Feng,
naturalmente ahora era parte del Pico Sisheng. Siendo ese el caso, no estaba
mal que la llamara shimei, así que sólo sonrió y dijo:
–– Está bien.
Y así, durante los últimos miles de pasos, Taxian-jun, Maestro del Reino
Humano, Gobernante de las Sombras, constantemente, un pie delante del otro,
llevó a su novia adornada de rojo al pico.
Bajó la cabeza y observó sus sombras de formas extrañas moviéndose en
el suelo, superponiéndose entre sí.
Se rió un poco y dijo con la garganta seca: –– Shi Mei, ahora soy el
Maestro del Reino Humano. A partir de este día, nadie podrá lastimarte.
La mujer en su espalda no sabía qué decir a esto, vaciló un poco, y
finalmente sólo dijo: –– Mn.
La voz era suave. Tal vez porque era demasiado suave, era difícil
distinguirla como una voz femenina y el tono era vago.
Ni un alma podía ver el rostro de Mo Ran cuando sus ojos se pusieron
rojos. Él murmuró: –– Lo siento, te he hecho esperar por este día demasiado
tiempo.
Song Qiu Tong pensó que Mo Ran estaba diciendo que había tenido
sentimientos por ella durante mucho tiempo, así que ella respondió
suavemente: –– Esposo...
La voz de esta mujer era clara y crujiente, como el rocío de la mañana,
agradable de escuchar.
Pero los pies de Mo Ran se detuvieron repentinamente.
–– ¿Qué pasa?
––… Nada.
Cuando comenzó a caminar de nuevo, la voz de Mo Ran se volvió firme y
perdió su ronquera.
Después de una pausa, dijo: –– En el futuro, es mejor si me llamas A-Ran.
Song Qiu Tong fue atrapada con la guardia baja, y no se atrevió a llamar
así a Taxian-jun.
–– Esposo, esto... Tengo miedo...
La voz de Mo Ran se volvió áspera y violenta. –– Si no escuchas, ¡Te
echaré de esta montaña!
–– A, A-Ran!–– Song Qiu Tong cambió rápidamente su discurso. –– ARan, me equivoqué.
Mo Ran no dijo nada más.
Bajó la cabeza de nuevo, caminando en silencio hacia adelante.
Las sombras en el suelo eran todavía sombras.
Mirando hacia atrás, era fácil ver que, en realidad, era sólo una sombra.
Las cosas teñidas de rosa que había querido ver eran todas falsas.
Al final, lo que tenía no era más que una ilusión.
Todo fue en vano.
–– Shi Mei.
–– ¿Mn?–– La persona que caminaba al lado de Mo Ran giró la cabeza y
preguntó. Los sonidos de desplazamiento de las hojas, la hierba crujiente y la
luz de la luna, todo se reflejaba en el rostro de esta persona. –– A-Ran, ¿Qué
pasa?
–– ¿Estás... cansado de caminar? –– Mo Ran miró a Chu Wan Ning y Xue
Meng que caminaban frente a ellos y le susurró: –– Si estás cansado, ¿Qué te
parece si te llevo a cuestas?
Antes de que Shi Mei pudiera responder, Chu Wan Ning volvió la cabeza
para mirarlos.
Miró fríamente a Mo Ran y dijo: –– ¿Están rotas las piernas de Shi Ming
Jing? ¿Necesita que lo lleves?
–– Shizun–– dijo Shi Mei apresuradamente. –– A-Ran estaba bromeando,
no te enojes.
Chu Wan Ning frunció el ceño y sus cejas se juntaron en una expresión
severa. –– Ridículo. ¿De qué tengo que enojarme?
Tan pronto como terminó de hablar, se giró con un movimiento de su
manga.
Mo Ran: ––…
Shi Mei: ––…
–– Shizun parece enojado...
–– Sabes cómo es él–– susurró Mo Ran al oído de Shi Mei. –– Su propio
corazón es más pequeño que la punta de una aguja, de sangre fría y sin
corazón. Ni siquiera puede soportar ver a otras personas haciendo cosas
buenas por sus compañeros. –– Arrugó la nariz y bajó la voz aún más,
concluyendo: –– En serio, lo peor.
De repente, la voz de Chu Wan Ning sonó desde delante de ellos. –– Mo
Wei Yu, si dices una palabra más, ¡Te encontrarás arrojado por la montaña!
Mo Ran se calló a sí mismo como en obediencia, pero en secreto sonrió a
Shi Mei y dijo en voz baja: –– ¿Ves, no tengo razón?
Capítulo 37: Este venerable encontró a un Dios.
“La fría luna se refleja en la nieve helada; La gélida montaña abraza al
lago congelado. El más alto de los altos no puede ser cruzado, y la
desesperación del mundo está en este momento oportuno.”
Xue Meng limpió la nieve de la gran roca, usando guantes de piel de
venado en sus manos, mientras leía en voz alta la inscripción en cinabrio. Miró
hacia atrás y dijo: –– Shizun, estamos aquí.
El Pico Xu Ying fue embellecido por la nieve durante todo el año. En ese
momento, una exuberante luna creciente estaba en lo alto del cielo, un brillo
resplandeciente se observaba en el lago congelado. Aire frío perforando a
través de espesas hojas del bosque en un mundo absoluto de hielo. El Lago Jin
Cheng estaba congelado sin rastros de nieve, como si se tratara de joyas
hechas de cristal a través del cielo y la tierra, la Vía Láctea misma cayó sobre
simples mortales, estrellas fugaces vistas hasta diez mil millas, una escena sin
igual en magnificencia. Era como si uno realmente hubiera viajado al fin de la
humanidad, a un mundo cubierto de nieve bellamente impoluta.
El grupo se dirigió al lago, la superficie lisa como un espejo y llena de una
luz magnífica y resplandeciente. Un terraplén de piedra atravesó todo el
camino hasta el centro del lago. Había una tablilla de piedra al lado del
terraplén cubierta de escarcha. En la piedra se entrecruzaron patrones que se
extendían a través de la piedra, y en ella sólo estaba escrito "El camino a
seguir es difícil" en una caligrafía imponente. Después de miles de años, las
palabras seguían siendo claras, y parecía que las personas a menudo las
repintaban.
Chu Wan Ning se detuvo frente al terraplén de piedra y dijo: –– Sólo una
persona puede ir al Lago Jin Cheng a la vez para buscar un arma. ¿Quién de
ustedes irá primero?
Xue Meng apenas pudo contenerse antes de soltar. –– ¡Shizun, yo iré
primero!
Chu Wan Ning lo miró, lo pensó un momento y negó con la cabeza. ––
Eres demasiado temerario, me sentiría incómodo.
Después de eso, Shi Mei se rió un poco a su lado y dijo: –– Shizun, ¿Qué
tal si entro primero, ya que probablemente no pueda romper el lago congelado
de todos modos?
Shi Mei recorrió el terraplén de piedra sobre el lago congelado que sólo
dejaba pasar una persona a la vez. Caminó lentamente hasta el final.
De acuerdo con las costumbres, él produjo una bola de energía espiritual
en su mano, y luego se inclinó para colocar su palma contra el hielo. La
energía espiritual de Shi Mei viajó incesantemente a lo largo de la superficie
del hielo, y pudieron ver una luz blanca parpadeando desde la distancia.
Mo Ran se paró desde lejos y contuvo el aliento, apretando su mano en un
puño.
Pero no importó cuánto tiempo intentó Shi Mei en el lago, el hielo no se
movió en absoluto. Dio una sonrisa forzada mientras se rendía y caminaba de
regreso, diciéndole a Chu Wan Ning. –– Shizun, mis disculpas.
–– No importa, inténtalo de nuevo después de cultivar unos años más.
Mo Ran suspiró un poco, de alguna manera más decepcionado que
cualquiera de ellos, pero aun así fue a consolar a Shi Mei y dijo: –– Está bien,
tendrás más oportunidades. La próxima vez vendré contigo para intentarlo de
nuevo.
Chu Wan Ning dijo: –– No hables demasiado. Da un paso adelante, es tu
turno ahora.
En su vida pasada, cuando Mo Ran fue a buscar un arma, fue durante sus
días más despreocupados de juventud. No tenía más que un entusiasmo
ilimitado hacia la perspectiva de un arma sagrada. En esta vida, no era nada
más que venir a recoger un arma; él ya sabía qué tipo de cosas le estarían
esperando. No había nada de esa ansiedad o expectativa. Por otro lado, sentía
una especie de calidez, como si estuviera a punto de reunirse con un viejo
amigo.
Caminó por el terraplén de piedra y se arrodilló ante el lago congelado.
Inclinándose, presionó su palma contra la superficie de hielo.
Mo Ran cerró los ojos.
Su espada larga sin funda...
Esa espada pecaminosa y viciosa que vio con él todas las flores del mundo
y probó toda la sangre en el reino humano.
Mo Ran abrió los ojos y susurró a la superficie del lago: –– Bu Gui, estoy
aquí.
Como si sintiera la llamada de su maestro destinado, una enorme sombra
negra apareció de repente bajo la superficie de hielo del Lago Jin Cheng. Las
sombras se reunieron bajo el hielo, cada vez más claras, cada vez más vívidas.
De repente, los miles de pies de hielo se rompieron ruidosamente, y Mo
Ran pudo escuchar el grito de alarma de Xue Meng desde la orilla.
–– ¡El hielo se ha ido!
El agua del lago surgió, las olas rompieron. Un enorme dragón negroturquesa irrumpió en la superficie, cada escala de su cuerpo de siete pies de
ancho. En un instante, la superficie del Lago Jin Cheng se inundó, una espesa
niebla rodó sobre él. El dragón brilló brillantemente bajo la luz de la luna y
soltó un suspiro de su nariz.
Al mismo tiempo, una antigua barrera cayó alrededor del borde del lago,
separando a Mo Ran de Chu Wan Ning y los demás.
Dentro de la barrera, humano y dragón se miraron.
Mo Ran entrecerró los ojos a través de la niebla plateada y miró al dragón.
Podía ver que el dragón sostenía una espada sin funda en sus mandíbulas.
Aunque antigua, la hoja aún era gruesa y afilada, capaz de tallar hierro y
destrozar oro. El dragón transformó la espada en un tamaño utilizable para un
humano, y lentamente bajó su cuerpo serpenteante radiante y de colores
vibrantes al suelo, colocando la espada frente a Mo Ran.
No levantó la cabeza de inmediato, sino que volteó sus ojos, dorados y
grandes como la altura del cuerpo de un hombre adulto, para mirar al otro.
Los ojos del dragón eran como dos grandes espejos de bronce, el reflejo de
Mo Ran brillando claramente dentro de ellos. Mo Ran se quedó quieto con
gran expectación, y esperó a que hablara.
Si nada era diferente, entonces todo lo que tenía que hacer era recuperar
una flor de ciruelo del pie de la montaña y traerla de vuelta. Terminó
dejándolo fácil porque el viejo dragón sólo buscaba paz y elegancia.
Poco sabía, después de esperar un buen rato, descubriría que este no era el
mismo dragón que el de su vida pasada que le entregó el arma tan fácilmente.
Su barba revoloteaba mientras estrechaba sus dos enormes ojos dorados, luego
levantó su garra delantera para escribir dos palabras en la nieve ante Mo Ran:
–– ¿Un mortal?
Mo Ran lo miró fijamente.
Claramente recordó que el dragón en su pasado podía hablar. ¿Cómo se
hizo mudo en esta vida?
Después de que el dragón mudo escribió estas dos palabras,
inmediatamente las negó y borró la escritura con una garra escamosa para
escribir otra oración:
–– No, un mortal no tendría una energía espiritual tan fuerte. Entonces,
¿Eres un Dios?
Mo Ran: ––…
El dragón pensó por un momento, luego volvió a pasar su mano y escribió:
–– No un Dios; Tienes energía maligna en tu cuerpo. ¿Eres una especie de
demonio?
Mo Ran gritó en su cabeza, ¿Qué tipo de tontería es esta? Este venerable
acaba de renacer, no hay nada de lo que se pueda deliberar. ¡Sólo dale a este
venerable su espada ya!
El viejo dragón parecía que podía sentir su impaciencia por su arma, y de
repente levantó sus garras escamosas y presionó la espada debajo de su pie.
Con un pie en la espada, usó el otro para borrar su escritura y continuar con
otro parche de nieve:
–– No hay necesidad de ofenderse. Vi otras dos sombras en tu cuerpo.
Nunca he visto nada igual en mi vida.
Entonces dime, ¿Eres un mortal o un fantasma? ¿Dios o demonio?
Mo Ran levantó una ceja y respondió: –– Por supuesto que soy un humano.
¿Es esto algo que incluso hay que decir?–– Era sólo un humano que ya había
muerto una vez.
El viejo dragón se detuvo por un momento, luego escribió: –– Un alma
humana, dividida así. Esto realmente nunca se ha visto antes, sin precedentes.
El dragón sacudió su cabeza de un lado a otro de una manera
desconcertada, y Mo Ran no pudo evitar encontrarlo gracioso. –– ¿Qué tiene
eso de extraño? De todos modos, anciano, ¿Qué costará que me des esa espada
tuya?
El viejo dragón lo evaluó por un rato y escribió:
–– Entonces, quédate allí y no te muevas. Déjame usar una técnica para
mirar dentro de tu alma, y te daré la espada. ¿Qué tal eso?
––…
No esperaba que se le diera tal solicitud. Bajo esa mirada profunda,
comenzó a sentir un poco de vacilación.
Entonces pensó, ¿Y si esta cosa vieja pudiera ver su vida pasada? ¿Qué
pasaría entonces?
Pero Bu Gui estaba casi a su alcance. Esta espada poseía un poder fuerte y
feroz; Fue una de las armas sagradas más raras en existencia. Si se negaba
ahora, nunca tendría la oportunidad de volver a ponerla en sus manos.
Con una pequeña pausa, Mo Ran levantó la vista y dijo: –– Está bien y
todo pero, anciano, ¿Me darás la espada sin importar lo que veas dentro de mí?
El viejo dragón dibujó en el suelo:
–– Estos son los términos; Naturalmente seguiré mis palabras.
–– ¿No importa si fui bueno o malo en el pasado?
El viejo dragón se detuvo por un momento, y luego escribió:
–– Incluso si fueras malvado en el pasado, no puedo hacer nada al respecto.
Sólo puedo esperar que persigas la bondad en el futuro.
Mo Ran sonrió en su mano y dijo: –– Muy bien, ya que el anciano lo dice,
no tengo ninguna objeción. Por favor, examina todo lo que quieras.
El viejo dragón se levantó ligeramente. Su cuerpo radiante y serpenteante
se arqueó y dejó escapar un suspiro por la nariz, y luego ambos ojos
comenzaron a emitir una neblina roja brillante.
Pero esta vez, Mo Ran se sorprendió al descubrir que, reflejado en los ojos
del dragón, había otras dos sombras borrosas y confusas, además de él. Una a
su izquierda, otra a su derecha, ligeramente detrás de él.
Mo Ran inmediatamente se giró conmocionado, pero detrás de él sólo
había vacío y nevaba incesantemente.
¿De dónde vienen las otras dos figuras?
Cuando se volvió de nuevo, vio que las figuras en los ojos del dragón se
volvían cada vez más claras, como si algo hundido en el agua estuviera
flotando lentamente hacia la superficie.
Mo Ran siguió mirando fijamente, y de repente se dio cuenta de que las
dos siluetas eran extremadamente familiares: ¡No pudo evitar dar un paso
adelante, e inmediatamente las figuras con ojos cerrados ante él abrieron los
ojos de golpe!
¡Shi Mei!
¿¡Chu Wan Ning!?
Nunca esperó que fueran ellos. Mo Ran tropezó al sentirse sorprendido por
tal cosa, tambaleándose hacia atrás y tartamudeando tanto que no podía formar
oraciones completas. –– Cómo... esto es...
Las tres personas en los ojos del viejo dragón se quedaron en silencio, con
expresiones serenas y sin un toque de emoción, y miraron así a la distancia.
Mo Ran sólo pudo estar asombrado. Al cabo de un rato, la niebla de sangre
roja se levantó de nuevo y las figuras en los ojos del dragón empezaron a
desdibujarse hasta que finalmente desaparecieron por completo.
El viejo dragón soltó un resoplido de su nariz, sacudió su cuerpo y luego
escribió rápidamente: –– No puedo darle sentido. He visto mucho en mi vida,
pero nunca he visto el alma de una persona con las huellas de otras dos
personas en ella. Ciertamente, completamente desconcertante.
–– ¿Mi, mi alma... tiene sus huellas en ella?
–– Sí.
Después de escribir esa palabra, el viejo dragón se detuvo. Entonces,
continuó: –– No sé qué te ha pasado. ¿Hasta dónde debe llegar una obsesión
para que otra persona se enrede tan fuertemente en tu propia alma?
Mo Ran miró fijamente las líneas desordenadas en la nieve, y su rostro
comenzó a ponerse rojo como si estuviera siendo asfixiado.
Su obsesión con Shi Mei corría tan profundamente a través de sus huesos,
que incluso si estaba impreso en su alma, e incluso si el dragón también podía
ver a Shi Mei cuando lo miraba, no lo pensaría demasiado.
Pero... ¿Qué demonios estaba pasando con Chu Wan Ning?
¿Qué tipo de sincera obsesión tenía él hacia Chu Wan Ning?
¿El odio extremo también era obsesión suficiente para que se considerara
enredo?
Este humano y dragón estaban tan inmersos en la contemplación, que no
se dieron cuenta cuando la superficie del Lago Jin Cheng comenzó a ondularse
de forma poco natural.
Cuando el agua se precipitó y las olas rompieron, ya era demasiado tarde.
Todo lo que vieron fue que el agua del Lago Jin Cheng se partió, como si
se cortara por la mitad con una espada, y el agua de ambos lados se precipitó
hacia el cielo. Dos grupos apretados de bestias salieron de entre las olas.
Tenían los cuerpos de leopardos y las cabezas de bueyes. Aunque no eran tan
grandes como el dragón, los cuernos en sus cabezas brillaban fríamente, y
todas sus garras eran afiladas y amenazadoras. Aunque se reunieron cientos, el
viejo dragón no mostró ningún miedo. Los miró de reojo con sus ojos dorados.
–– ¿Qué pasó?–– Dijo Mo Ran.
El viejo dragón se detuvo, y luego escribió: –– Gou Chen-shanggong.
Cuando leyó esas cuatro palabras, Mo Ran inmediatamente sintió como si
hubiera sido alcanzado por un rayo. Gou Chen-shanggong era el Dios de las
armas, señor de todas las armas del mundo. Este Dios fundador creó la primera
espada del mundo, ayudando a Fu Xi a destruir a sus enemigos demoníacos.
¿Ese imponente Dios primigenio era en realidad estos cientos de vacas?
La idea era demasiado horrible para que Mo Ran la aceptara. Mientras
miraba fijamente, sin comprender, de repente escuchó los sonidos de una
ocarina que venía de muy lejos.
La ocarina era un instrumento antiguo. No mucha gente de su edad todavía
sabía cómo tocarla. A medida que los sonidos de la ocarina se acercaban, el
escandaloso grupo de bestias se calmó y dobló sus patas delanteras, una a una,
hasta que se arrodillaron en ambos lados. Un hombre que vestía espléndidas
ropas y llevaba una larga espada cabalgó sobre un qilin a través del camino
hecho por las bestias.
El hombre tenía una cara hermosa, con rasgos delicados y totalmente
benignos.
Se quedó de pie en el viento mientras la nieve caía sobre él y su túnica
ondulaba suavemente. La ocarina de arcilla en sus manos era suave y de color
profundo. Sus dedos fueron colocados ligeramente sobre los agujeros mientras
se la llevaba a los labios para tocar.
Cuando la música terminó de sonar con suavidad, las cientos de bestias se
disolvieron repentinamente en agua, revelando que sólo habían sido creaciones
transfiguradas. El hombre dejó la ocarina de arcilla, recorrió con los ojos a Mo
Ran por un momento y luego sonrió amablemente: –– Verdaderamente una
persona extraña, a la que no se puede encontrar en milenios. Con razón
despertaste el interés de Wang Yue. Soy Gou Chen-shanggong, que vive en el
Lago Jin Cheng. Todas las armas en este lago fueron forjadas por mí mismo.
Sólo cosas de poca importancia; por favor, disculpa mi humilde trabajo.
A pesar de que el viejo dragón lo escribió, y este hombre lo dijo también,
Mo Ran todavía no podía creerlo. Su rostro palideció cuando dijo: –– ¿Tú eres
Gou Chen-shanggong?
El hombre sonrió pacientemente y respondió: –– Sí, yo soy él.
Mo Ran estaba a punto de ahogarse. ––… ¿Dios de las mil armas? ¿Ese
tipo?
–– Correcto. –– Gou Chen-shanggong arqueó las cejas con delicadeza, con
una sonrisa en sus ojos. –– Las generaciones posteriores parecen llamarme así,
qué vergüenza. Sólo forjo unas pocas espadas y ato unos cuantos látigos
cuando estoy aburrido, pero la gente me idolatra tanto.
Mo Ran: ––…
La gente fuerte que actuaba con humildad era la cosa más irritante de la
tierra. Chu Wan Ning dijo con toda naturalidad "Tengo tres armas sagradas",
pero este Gou Chen-shanggong fue aún más irritante. En realidad anduvo por
ahí llamando a las armas que creó "espadas miserables" y “pequeños látigos";
¿Por qué no llama al emperador Fu Xi "viejo verde" ya que está en ello?
Mo Ran se tomó un tiempo para procesar esto y finalmente dijo: ––
Entonces, entonces eso, ¿No deberías estar en el reino celestial? ¿Cómo
puedes estar en este... este lago...?
–– Me gusta pelear y entrenar, así que a menudo terminé perturbando la
paz y la tranquilidad del Emperador. Después de estar en el lado receptor de su
apestoso ojo, pensé que podría también descender.
–– Entonces, ¿Cuánto tiempo llevas aquí? –– Dijo Mo Ran, estupefacto.
Gou Chen-shanggong se quedó pensativo. Luego sonrió y dijo: –– No
mucho, sólo unos pocos cientos de años.
––…Unos pocos cientos de años–– repitió Mo Ran, y luego se echó a reír
secamente. –– ¿No cree el estimado Dios que eso es un poco largo?
La expresión de Gou Chen-shanggong fue plácida mientras sonreía,
agitando sus mangas despreocupadamente.
–– No es demasiado largo. Además, forjar una espada para el Emperador
celestial consumió gran parte de mi poder espiritual. Y permanecer en un reino
celestial tan abundantemente opulento se vuelve bastante aburrido; Es mucho
mejor aquí.
Aunque Mo Ran tenía mucha curiosidad por saber más acerca de este dios
de las armas de la leyenda, en realidad no era su lugar para seguir insistiendo
en asuntos personales. Pensó en ello y decidió que había asuntos más
importantes a la mano, así que dijo: –– Estimado anciano, no acaba de venir a
verme hoy porque pensó que mi alma era especial, ¿Verdad?
–– ¿Por qué no? Tu poder espiritual es raro, difícil de encontrar–– sonrió
Gou Chen-shanggong.
–– Me preocupa que si te doy esta espada, sería un potencial desperdiciado.
–– Jaja, no está tan mal–– respondió Mo Ran. –– Esta espada parece que
me conviene.
–– También lo pensé al principio–– continuó Gou Chen-shanggong con
amabilidad. –– Pero después de un examen más detenido, encontré que no es
el caso. Tienes un talento raro, así que me dio curiosidad. Salí hoy porque
quería invitarte al fondo del lago para conversar. Me gustaría ver cuál de todas
esas espadas sería la más adecuado para ti.
––…
Esto no era un asunto pequeño en sí mismo. A pesar de que Taxian-jun
había experimentado una gran variedad de cosas en su vida, todavía se
atragantó un poco.
El Dios de las mil armas en realidad lo invitó a... ¿Elegir un arma?
Gou Chen-shanggong tomó su silencio como un signo de que era reacio a
ir por miedo. –– No hay necesidad de que te preocupes, aunque hay muchos
monstruos bajo el agua, todos me obedecen. Te garantizo que no te harán daño.
Wang Yue puede atestiguarlo.
El viejo dragón no dijo nada, y lentamente se inclinó a un lado.
Cuando Mo Ran vio que realmente se le estaba dando una invitación
genuina, no pudo evitar sentir una sacudida en su corazón. Luego dijo: ––
Entonces, si voy, ¿Puede el estimado Dios concederme una petición?
–– ¿Qué tipo de petición?
–– La persona que buscó un arma antes de mí es un amigo mío. ––
Mientras Mo Ran hablaba, señaló las orillas más allá de la barrera y trajo su
atención a Shi Mei. –– Se le negó hace un momento, por lo que estoy
pensando, si concedo el deseo del estimado Dios, entonces ¿Puede el estimado
Dios otorgar mi deseo también y darle un arma?
–– ¿Qué soy yo? Algo como eso no es un esfuerzo para mí. –– Gou Chenshanggong se rió. De repente movió su mano, y la antigua barrera que cubría
el cielo desapareció inmediatamente.
–– Este es un asunto muy simple. Deja que los tres vengan, entonces. Si
cualquier arma les llama la atención, es tan buena como ellos.
Mo Ran quedó encantado con el inesperado giro de los acontecimientos.
Nunca pensó que encontraría una forma de resolver el problema con el que
luchaba tan fácilmente. Estaba más emocionado ante la posibilidad de que Shi
Mei recibiera un arma sagrada que la perspectiva de su propia mejora.
Inmediatamente accedió a Gou Chen-shanggong, y trajo a Shi Mei y a los
demás. Mientras relataba lo que estaba pasando a los otros tres, los ojos de Shi
Mei y Xue Meng se agrandaron cada vez más, e incluso Chu Wan Ning
reaccionó ligeramente.
Gou Chen-shanggong miró desde un lado y dijo bruscamente: –– ¿Hm? ––
Como si de repente se diera cuenta de algo. Se quedó mirando a Chu Wan
Ning.
–– ¿Eres tú?
CAPÍTULO 38: ESTE VENERABLE VIAJÓ VEINTE
MIL LEGUAS BAJO EL MAR.
La indiferencia de Chu Wan Ning se extendió incluso a los dioses e
inmortales. Dijo suavemente: –– ¿Me reconoce el estimado Dios?
–– ¿Cómo podría no hacerlo?–– Gou Chen-shanggong sonrió de una
manera refinada. –– Hace muchos años, cuando llegaste al Lago Jin Cheng en
busca de un arma, la profundidad y la pureza de tu fuerza espiritual eran tales
que casi no pude resistirme a salir y verte. Entonces, ¿Cómo es, el arma de tu
agrado?
–– ¿A qué arma se refiere el estimado Dios?
––…Ah. –– Gou Chen-shanggong se sobresaltó un poco, luego dijo con
una sonrisa: –– Qué distraído de mi parte, olvidar que te di dos.
Chu Wan Ning dijo: –– No importa. Tian Wen funciona muy bien.
–– ¿Tian Wen?
–– La vid de sauce.
–– Oh. Ya veo. –– Gou Chen-shanggong sonrió. –– ¿Así que la llamaste
Tian Wen? ¿Y qué hay de la otra? ¿Cómo se llama?
Chu Wan Ning respondió: –– Jiu Ge.
–– ¿Y cómo está Jiu Ge?
–– Tiene una naturaleza escalofriante, rara vez es usada.
Gou Chen-shanggong suspiró: –– Qué vergüenza.
Conversando, Gou Chen-shanggong se dio la vuelta y dijo lánguidamente:
–– Wang Yue, los llevaré abajo. No es bueno que tu cuerpo esté arriba del
agua, donde la energía espiritual es tan escasa, así que regresa pronto.
El viejo dragón asintió, levantando una gran ola mientras se lanzaba de
nuevo al lago, con escamas brillantes.
Mientras tanto, Chu Wan Ning se dedicó a lanzar hechizos repelentes al
agua sobre los otros tres. Gou Chen-shanggong lo observó con interés y pensó:
este nivel de capacidad es raro entre los cultivadores, ¿Me pregunto quién es
su maestro?
Pero Chu Wan Ning tenía un aire distante que no era agradable para una
pequeña charla, y Gou Chen-shanggong sabía que era mejor no entrometerse.
Una vez que se hicieron todos los preparativos, el grupo se adentró en las
heladas aguas del Lago Jin Cheng.
Debido al hechizo, se movieron sin obstáculos en el agua como en la tierra.
Un mundo submarino sin límites apareció lentamente a medida que se
acercaban al fondo.
El fondo del lago estaba cubierto de fina arena blanca, las plantas
acuáticas se movían suavemente en la corriente y filas y filas de edificios
finamente detallados se alineaban a los lados de las calles entrecruzadas. Todo
tipo de monstruos y bestias iban y venían por las calles y en los callejones;
incluso algunas criaturas que normalmente no podían coexistir vivían aquí en
armonía.
Gou Chen-shanggong dijo: –– El Lago Jin Cheng tiene una energía
espiritual abundante y, por lo tanto, encarna una especie de paraíso. Las
criaturas que hacen sus hogares se queden aquí durante generaciones sin salir,
por lo que muchas cosas son bastante diferentes de lo que podrías esperar ver
en el reino humano. Los invitamos a mirar los alrededores si lo desean.
Mientras hablaba, un espíritu de conejo blanco como la nieve con ojos
escarlatas pasó por delante de un tigre. El conejo estaba vestido con túnicas
blancas, toda la pompa y el equilibrio con una mirada de arrogancia, ya que
incesantemente reprendió al tigre para ir más rápido. El tigre, por otro lado, era
manso y obediente, sin siquiera un indicio de dignidad.
El grupo observó, sin palabras: ––…
Gou Chen-shanggong los condujo por el camino principal. Innumerables
tiendas abarrotaban ambos lados de la calle, y todo tipo de criaturas pasaban
por allí. Muy pronto, llegaron al centro de la ciudad donde se reunían aún más
demonios, lo que causó una visión bastante extraña.
–– El Lago Jin Cheng rara vez tiene contacto con el mundo exterior, pero
puedes regatear por casi cualquier cosa que necesites aquí.
Xue Meng preguntó: –– La leyenda dice que el Lago Jin Cheng se formó a
partir de su sangre, entonces ¿Eso no lo convertiría en el amo de este lugar, ya
que es su energía espiritual la que sostiene todo aquí?
–– No iría tan lejos. –– Gou Chen-shanggong sonrió un poco. –– Además,
todo eso ya está en el pasado. Dejé el reino de los dioses hace mucho tiempo, y
mi fuerza espiritual no se parece en nada a lo que solía ser. Pensando ahora,
esas cosas que destrozan el cielo y la tierra parecen casi como si hubieran
ocurrido en un sueño, ¿Qué relación tiene esto con el yo actual? En este
momento, sólo soy un simple herrero.
Les mostró alrededor del centro de la ciudad mientras hablaba. Las
criaturas en el fondo del lago, habiendo vivido con Gou Chen-shanggong todo
este tiempo, parecían haber olvidado su condición de dios fundador, y no
tuvieron mucha reacción incluso cuando caminaba junto a ellas, ocupadas
pensando en su propio negocio vendiendo sus mercancías.
–– ¡Mantou de sangre de pescado, recién hecho!
–– Piel de la serpiente Shuai Ran, material para ropa de primera calidad,
¡Sólo queda un metro! Una vez que todo se haya ido, tendrás que esperar a mi
próxima muda~
–– Vendo relleno de cejas con tinta de calamar, hecho con tinta fresca
escupida esta mañana por su servidor, hará maravillas con tus cejas: hey, hey
espera, señorita, ¡No te vayas!
El mercado se inundó con los sonidos de varias criaturas que pregonaban
sus mercancías, y las vistas inusuales no eran menos maravillosas.
Un fantasma sin cabeza estaba sentado junto a su puesto, vendiendo peines
y maquillaje. Sostenía un peine entre dos dedos con largas uñas pintadas de
color escarlata mientras cepillaba el cabello sobre su propia cabeza
ensangrentada que descansaba sobre sus rodillas, ofreciendo con una suave
voz: –– Peines de huesos de alta calidad, llévese uno a casa hoy.
Los ojos de Xue Meng estaban muy abiertos cuando miró a izquierda y
derecha. Vio a un boticario al lado del personal formado por tritones que
vendían todo tipo de hierbas medicinales que nunca antes había visto y estaba
a punto de ir y ver si podía llevar algo a casa para su madre cuando sonó una
voz aguda y penetrante. Detrás de él: –– ¡Haz camino, haz camino! ¡Déjenme
pasar!
El pie de Xue Meng se congeló a medio paso, pero no había nadie allí
cuando se volvió para mirar. Gou Chen-shanggong sonrió: –– Mira con
cuidado, debajo de tu pie.
Efectivamente, Xue Meng entrecerró los ojos y vio un montón de
pequeñas rocas moviéndose por su cuenta.
–– Bueno, eso es nuevo, incluso las rocas pueden caminar aquí. ¿Es un
espíritu de roca o algo así?–– Murmuró Xue Meng.
Chu Wan Ning lo corrigió: –– Un insecto fuban.
–– ¿Bougie?
––…–– Chu Wan Ning lo fulminó con la mirada. –– Es una cosa si Mo
Ran no presta atención en clases, ¿Pero tú también?
Xue Meng se sumergió en las artes marciales con todo su ser, pero ni
siquiera pudo concentrarse un poco cuando se trataba de cosas como la
literatura y la historia. Se sentó recto y correcto en las conferencias de Chu
Wan Ning, medio temiendo por su imponente aura, pero todo entró por un
oído y salió por el otro. Su rostro entero ardía al haber sido atrapado en el acto
por Shizun.
Mo Ran se rió: –– Las palabras de Shizun no son justas para mí, escuché
totalmente en esa conferencia.
Xue Meng no estaba dispuesto a dar marcha atrás: –– ¿Oh? Explícalo tú
entonces.
–– Fuban es un tipo de bicho, muy codicioso por naturaleza. Intenta reunir
todas y cada una de las rocas bonitas que ve, y por lo general termina siendo
aplastado bajo su pila de rocas.
Mo Ran miró expectante a Chu Wan Ning con una sonrisa en su rostro.
–– Shizun, ¿Tengo razón?
Chu Wan Ning asintió y dijo: –– Este insecto ya se ha extinguido en el
mundo exterior. No esperaba ver uno aquí.
Gou Chen-shanggong explicó con una sonrisa: –– Este tuvo suerte, sólo
está vivo gracias al boticario local. Mira, aquí viene.
Observaron cómo el insecto se dirigía a los escalones del boticario con
gran esfuerzo, donde de repente gritó: –– ¡No puedo soportarlo más! ¡Date
prisa y sálvame doctor!
Un dragón marino de color turquesa salió nadando rápidamente. Él estaba
claramente acostumbrado a manejar esta situación, sonriendo tranquilamente
mientras sacaba una botella de porcelana blanca y vertía una medicina líquida
de color rojo dorado en el insecto como si ocurriera lo más normal: –– Hola,
inteligente, ¿Buena cosecha hoy?
El "inteligente" resopló, con voz perezosa mientras disfrutaba del baño
medicinal: –– Hmph, no está tan mal, no está tan mal. Cien más mañana, y
tendré cuatro millones ochenta y cinco mil seiscientos diecisiete rocas en casa.
Mo Ran: ––…
Chu Wan Ning: ––…
Shi Mei murmuró: –– Eso es... un gran tesoro.
El dragón terminó de verter la medicina y dijo: –– Recuerda venir
temprano mañana, más tarde e incluso este rocío fortalecedor no te salvará.
–– Sí, sí, vendré antes. –– El insecto respondió a medias, pero luego una
piedra amarilla clara en la esquina llamó su atención, y comenzó a gritar: ––
Oye, anguila... quise decir, Dr. Dragón. ¿Podría por favor molestarte para
poner esa bonita roca de allí en mi espalda? De esa manera, mañana tendré
cuatro millones ochenta y cinco mil seiscientos dieciocho rocas.
Xue Meng no pudo resistirse a caminar para preguntar: –– ¿Para qué
necesitas tantas rocas? ¿Estás construyendo una casa?
La voz grave y engreída del insecto vino de debajo de la pila de rocas: ––
¿Qué? ¿Un normal? Vaya, no he tenido que ver uno durante tanto tiempo,
¿Cómo es de tu incumbencia el motivo por el que estoy juntando rocas? Por
supuesto que no es para construir una casa, ¡No estoy tan aburrido!
Shi Mei también tenía curiosidad: –– ¿Para qué, si no es para eso?
El insecto dijo con arrogancia: –– ¡Para contar, por supuesto!
––…
Todos quedaron totalmente sin palabras.
De todos modos, después de pasear un rato, Gou Cheng-shanggong los
llevó de regreso a su residencia.
En una esquina de la calle había una enorme concha, como una pantalla
plegable en el mundo exterior, y detrás de ella había un gran patio dividido en
seis secciones, magnífico y espacioso.
Salones y pasillos conducían a las alas laterales y jardines de flores, y las
cortinas de cuentas hechas de perlas y algas se mecían suavemente en el agua.
Algunas de las habitaciones laterales estaban oscuras, mientras que otras
estaban iluminadas con la luz de las velas, con débiles notas de arpa y ocarina
a la deriva apenas audibles.
Al igual que en el boticario, todos los sirvientes en la residencia del dios
eran tritones.
Algunos mantuvieron sus colas de dragón, mientras que otros cambiaron
sus colas a pies, prefirieron caminar en su lugar, pero a ellos no parecía
gustarles mucho los zapatos, ya que todos caminaban descalzos.
Al ver la confusión en sus rostros, Gou Chen-shanggong sonrió y explicó
airadamente: –– Vivo con mi buen amigo Wang Yue, que una vez fue el
príncipe heredero de los mares del este. Estos son los sirvientes que trajo con
él cuando se estableció aquí.
Wang Yue era el nombre de ese viejo dragón.
Mo Ran le tenía bastante cariño a ese dragón negro, ya que obtuvo de él su
arma sagrada en la vida pasada, por lo que no pudo evitar preguntar con una
sonrisa: –– ¿Dónde está él, de todos modos? Probablemente asume una forma
diferente aquí abajo, ¿Verdad? Es tan grande, dudo que pueda encajar aquí de
otra manera.
Gou Chen-shanggong asintió y dijo alegremente: –– Esa es una cuestión
de rutina, pero se cansa fácilmente en su vejez, y probablemente ya esté
descansando ahora después de haber salido del agua antes. Tendrás que
esperar a que se despierte si quieres verlo.
En ese momento, un hombre con cabello largo y castaño flotó y se inclinó
profundamente ante Gou Chen-shanggong, luego dijo con una voz suave y
elegante:
–– Estimado Dios, bienvenido de vuelta. Wang Yue-dianxia ya le ha
contado todo a este humilde sirviente, ¿Le gustaría al estimado Dios llevar a
los invitados al arsenal de armas sagradas de inmediato?
Gou Chen-shanggong no respondió de inmediato, en su lugar miró
cortésmente a los invitados primero, sólo asintió cuando vio que no les
importaba: –– Sí, muy bien. Por favor, haz que la cocina prepare comida y
vino, cenaremos cuando regresemos del arsenal.
Pasaron por los patios a la sección más profunda. En el centro de este patio
había un enorme sauce llorón que se alzaba hacia los cielos. Este sauce debía
ser una especie diferente de los del mundo exterior, su tronco era tan grueso
que se necesitarían diez hombres adultos de pie para envolverlo, su corteza
antigua y retorcida, miles de enredaderas de sauce colgando como una cortina
esmeralda.
La voz de Xue Meng era un poco seca: –– Wow, ¿Qué edad tiene este
árbol?
Gou Chen-shanggong respondió: –– No he mantenido la cuenta, pero al
menos cien mil años.
Xue Meng, se sorprendió: –– ¿Qué tipo de árbol es, para vivir tanto tiempo?
–– Los árboles viven naturalmente más que los humanos, y este en
particular fue alimentado por la energía espiritual del Lago Jin Cheng, por lo
que no es realmente inesperado. De todos modos, por favor, sigan de cerca, la
entrada al arsenal está en el hueco de este árbol. –– Gou Chen-shanggong se
detuvo de repente y miró a Xue Meng.
–– Por favor, no toques las ramas. Este árbol ya se ha cultivado en un
espíritu, puede sentir dolor.
Pero habló un poco demasiado tarde; Xue Meng ya había arrancado una
hoja.
–– ¡Ah!–– Él gritó al mismo tiempo que un débil gemido resonaba en el
aire vacío, como si una voz ronca suspirara suavemente. –– Ow.
Xue Meng palideció y apresuradamente tiró la hoja, como si fuera un rayo:
–– ¿Qué? ¿Por qué hay sangre?
Efectivamente, un chorro de sangre brotó de la rama donde se rompió la
hoja, y la hoja que se tiró a un lado se retorció y convulsionó en el suelo como
si estuviera viva por un tiempo antes de caer gradualmente hacia el suelo y
marchitarse rápidamente.
Gou Chen-shanggong dijo impotente: –– Como dije, es un espíritu. ¿Por
qué el joven...?–– Él sacudió la cabeza y caminó para examinar la rama rota,
usando su energía espiritual para calmar al sauce y detener su sangrado.
Chu Wan Ning dijo: –– Xue Meng, ven aquí, no toques nada más.
–– Sí, Shizun. –– Xue Meng sabía que había cometido un error, y caminó
obedientemente con la cabeza inclinada.
Afortunadamente, este incidente no causó mayores problemas. Chu Wan
Ning se disculpó con Gou Chen-shanggong, y el dios fundador, magnánimo
como se esperaba, sólo sonrió y dijo: –– El joven maestro es bastante rápido.
Xue Meng no dijo una palabra, se puso rojo brillante mientras seguía
detrás de Chu Wan Ning con la cabeza gacha. Pasaron por la cortina de
exuberantes ramas y llegaron al tronco. El sauce era aún más
abrumadoramente colosal de lo que parecía desde la distancia; La
aproximación inicial de diez hombres fue una gran subestimación de su grosor.
Había un hueco en el tronco del sauce, o más bien, sería más exacto
llamarlo una enorme puerta de entrada en arco, lo suficientemente ancha para
que tres hombres musculosos pasen al mismo tiempo. Gou Chen-shanggong
disipó las numerosas barreras complicadas que se encontraban frente al hueco
una por una, luego se volvió y dijo con una sonrisa: –– El arsenal de armas
sagradas está justo dentro. Es un poco pequeño y un poco desordenado, por
favor, no le presten atención.
Mo Ran se mostró bastante curioso y se movió para seguir a Gou Chenshanggong inmediatamente, pero Chu Wan Ning lo detuvo, como por reflejo,
y dijo suavemente: –– No hay necesidad de apresurarse. –– Pero entró.
Mo Ran ya estaba acostumbrado a hacer esto; en la vida pasada, cada vez
que los cuatro iban a reprimir demonios, Chu Wan Ning siempre había
caminado en el frente. En ese entonces, había pensado que Shizun era
impaciente y arrogante, y no quería ser superado por aquellos más jóvenes que
él. Pero el Mo Ran de ahora, después de su renacimiento, vio las cosas de
manera algo diferente. Al ver las túnicas blancas de Chu Wan Ning
desaparecer en la oscuridad del hueco del árbol, de repente surgió un hilo de
vacilación en su corazón:
¿Esta persona realmente se apresuraba a estar en el frente debido a la
impaciencia y arrogancia?
CAPÍTULO 39: LA NUEVA ARMA DE ESTE
VENERABLE.
Dentro del hueco del árbol había un pasaje estrecho. Caminaron a lo largo
de un tramo de escaleras hechas de piedra lisa, la sensación resbaladiza viajaba
desde la planta de sus pies hasta lo profundo de su corazón, a través del pasaje
y a la luz brillante al final.
El arsenal de armas sagradas "pequeño y un poco desordenado" de Gou
Chen-shanggong no se parecía en nada al tamaño que parecía tener desde el
exterior. El árbol antiguo ya era enorme, pero su interior era aún más
expansivo, como si abarcara los cielos de arriba y tragara la tierra de abajo.
Estantes elevados llenos de decenas de miles de armas exhibidas con orgullo
se alineaban en el interior. Ni siquiera podían ver el techo cuando miraban
hacia arriba. Las filas y filas de estantes llenas de magníficas armas alcanzaron
una visión de grandeza ilimitada y un inmenso esplendor.
Y en el centro del arsenal había una pileta de fundición con oleadas de
calor abrasador que salía del metal fundido al rojo vivo, con varias armas sin
terminar remojándose en el interior.
Todas y cada una de las armas fabricadas por Gou Chen-shanggong
superaron con creces a la talla de Zi Dian Qing Shuang; En lugar de verse
empañadas por el intenso calor abrasador, las espadas y las puntas de estas
armas brillaban aún más, radiantes y resplandecientes.
Aún más maravillosas fueron las diversas partes de armas que se elevaban
en el aire solas bajo el efecto de la serie de hechizos en el árbol antiguo.
Las pequeñas piezas decorativas y las joyas ornamentales bailaban en lo
alto como tantas pequeñas hadas, con colisiones ocasionales que lanzaban
chispas y llenaban el aire con encantadores tintineos.
Gou Chen-shanggong miró hacia atrás con una sonrisa: –– Es un poco
estrecho aquí, eh.
Shi Mei: ––…
Hm
Xue Meng: ––…
¿Estrecho? Entonces, ¿Qué es espacioso para ti?
Mo Ran: ––…
¿Se me permite decir hijo de puta?
Chu Wan Ning: ––…
Gou Chen-shanggong le dijo a Xue Meng y Shi Mei que miren a su
alrededor y escojan un arma, y que son bienvenidos a tomar la que más les
guste. En cuanto a Mo Ran, Gou Chen-shanggong estaba especialmente
interesado en él, por lo que hizo que probara varias armas diferentes, pero no
estaba satisfecho con ninguna de ellas.
–– Feng Ming Jiao Wei. –– Gou Chen-shanggong, no desanimado en lo
más mínimo, entregó la decimocuarta arma: –– Prueba esta.
Mo Ran: –– Um... No sé cómo tocar.
–– No importa, sólo dale un rasgueo.
El Guqin era liso y brillante en el frente, negro quemado en la espalda. Mo
Ran lo tocó un par de veces según las instrucciones, pero las cuerdas
empezaron a vibrar inesperadamente, resonando con un tono agudo.
Gou Chen-shanggong inmediatamente tiró a Feng Ming a un lado; un
hechizo llevó al Guqin a su posición y lo cambió por una pipa de jade.
Mo Ran: ––…Vamos a omitir este. –– Tocar la pipa era realmente
demasiado femenino para él, déjalo para los afeminados del Palacio Ta Xue.
Pero Gou Chen-shanggong insistió: –– Pruébalo.
––… Bien. –– Mo Ran sólo podía ceder y tomar la pipa ofrecida, pero su
queja era un poco demasiado fuerte, y la cuerda se rompió bajo su mano
después de sólo un par de toques.
––….
Gou Chen-shanggong se quedó mirando esa cuerda rota y, después de un
rato, dijo: –– ¿Sabes de qué está hecha esa cuerda?
Mo Ran: ––… No vas a hacerme pagar por eso, ¿Verdad?
–– El cabello blanco de la diosa Wu Shan. –– Gou Chen-shanggong
murmuró. –– Esencia espiritual del elemento tierra, inmune tanto a la espada
como al fuego. Pero tú... tú...
Mo Ran giró la cabeza para mirar hacia atrás, alarmado: –– ¡Shizun! ¡No
tengo dinero para pagarlo!
Chu Wan Ning ––…
Gou Chen-shanggong giró la cuerda entre sus dedos, murmurando para sí
mismo: –– El elemento de tierra es naturalmente débil al elemento de madera;
Que seas capaz de destruir una esencia espiritual elemental de tierra, ¿Podría
ser que el arma adecuada para ti es una del elemento de madera?
–– ¿Qué?
–– Pero no debería ser... –– Gou Chen-shanggong lanzó una mirada a Chu
Wan Ning por alguna razón. Chu Wan Ning notó su mirada y preguntó: ––
¿Qué no debería ser?
En lugar de responder, Gou Chen-shanggong levantó el brazo y lo agitó
para que saliera una ocarina de cerámica. Sopló en ella, y cuando el sonido
comenzó a desvanecerse gradualmente, el espacio de arriba se abrió
repentinamente por una matriz de invocación de color rojo sangre.
–– Ji Bai Hua, sal.
La cabeza de Mo Ran se levantó hacia arriba; Xue Meng y Shi Mei, al oír
la conmoción, también se acercaron. Observaron cómo el aire se arremolinaba
alrededor de los dedos de Gou Chen-shanggong con poder, girando la
intrincada matriz de arriba, y luego un espíritu de zorro con esponjosas y
lujosas colas apareció desde la matriz, acompañado de espléndidas luces y una
lluvia de plata reluciente.
El espíritu zorro rodeó el aire y flotó pausadamente para aterrizar frente a
Mo Ran.
El espíritu zorro era bastante bonito; de cerca, se podía ver que era un
hombre, con un punto de color rojo entre las cejas y un par de ojos de flor de
durazno ligeramente levantados, como si estuviera algo enojado pero
reservado de manera educada. Estaba envuelto en prendas adornadas,
finamente bordadas y sostenía una caja de brocado dorada en sus manos. Miró
a Gou Chen-shanggong y sonrió: –– Estimado Dios.
Gou Chen dijo: –– ¿Tú ya deberías saber para qué te llamé?
–– Este humilde sabe.
Gou Chen preguntó: –– ¿Y qué piensas?
Ji Bai Hua sonrió: –– No está mal, vale la pena intentarlo.
Los dos iban y venían, sin prestar atención a los otros cuatro presentes.
Mo Ran no pudo resistirse a preguntar: –– ¿De qué están hablando
exactamente?
–– ¿Hm? ¿Ya se está impacientando este joven? –– El espíritu zorro Ji Bai
Hua dijo con una sonrisa: –– Hablando de eso, es muy interesante, pero antes
de que apareciera, sentí tu energía espiritual y pensé con seguridad que serías
un anciano de cabello blanco, me sorprende en realidad eres un apuesto joven.
Mo Ran: ––…
Gou Chen-shanggong habló: –– Ji Bai Hua, los asuntos serios primero.
–– Está bien, me estaba divirtiendo un poco. –– Ji Bai Hua entrecerró los
ojos, agitando las colas. –– ¿Cuál fue el asunto serio de nuevo? Vaya, no me
mires con furia, Xiao-Gou, sobre esto, es realmente una historia tan larga...
Mo Ran dijo sonriendo: –– Entonces, ¿Podrías por favor hacer corta la
larga historia?
Ji Bai Hua respondió con una sonrisa: –– Sí, sí, si quieres la versión corta,
en realidad es súper corta.
Evocando energía espiritual, dejó flotar la caja de brocado en sus manos
sobre Mo Ran.
–– Aquí tómalo.
... Eso fue realmente muy corto.
Mo Ran tomó la caja de brocado, pesándola en sus manos y girándola para
examinarla.
La caja era dorada y resplandeciente, envuelta en una luz brillante, pero no
daba pistas sobre qué tipo de arma sagrada había dentro. Además, la caja no
tenía costuras ni grietas, y la única decoración era un par de peces koi en la
parte superior, uno negro y otro blanco, cada uno con la cola del otro en su
boca para formar el símbolo yin-yang.
–– ¿Cómo se abre?
Ji Bai Hua: –– El método de apertura tendrá que ser entre nosotros dos,
nadie más debe saberlo.
Xue Meng preguntó: –– ¿Estás tratando de decir que debemos excusarnos?
Ji Bai Hua respondió con una sonrisa: –– Eso no será necesario, sólo
pediré prestado a este joven por un minuto. –– Agitó una mano, y la vista de
Mo Ran se oscureció de repente se encontró con los dos solos en una pequeña
cámara secreta.
–– No te pongas nervioso, sólo nos tele transporté. Esta caja que contiene
el arma es un artefacto mágico de mi diseño exclusivo y secreto, por eso no
puedo decirte cómo abrirla frente a todos los demás.
Mo Ran sonrió: –– Está bien. Pero, ¿Qué arma es esa para justificar que
sea retenida en esta caja?
–– Eso no te lo puedo decir. –– Ji Bai Hua dijo: –– Las armas sagradas
tienen sus propios temperamentos, a esta en particular no le gusta que su forma
sea conocida. Si la ofendes, se negará a reconocerte como su maestro incluso
si logras abrir la caja.
––…–– Mo Ran se quedó sin habla por un momento, y sólo pudo forzar
una sonrisa. –– ¿Qué arma? Un temperamento tan extraño. Bien, bien, dime
entonces, ¿Cómo puedo abrir la caja?
Al ver que no forzó el problema, Ji Bai Hua aprobó a Mo Ran. Juntó las
manos con una carcajada: "Ya que eres tan sencillo, tampoco voy a andar por
las ramas. Esta caja se llama Chang Xiang Si [Profundo Anhelo]. Como viste,
es completamente sin fisuras. Dos condiciones deben cumplirse con el fin de
abrirla."
Mo Ran: –– ¿Y las condiciones son?
Ji Bai Hua: –– Nosotros los espíritus zorros creemos en el amor
predestinado. Y así, primero, sólo hay una persona en este mundo que puede
abrir Chang Xiang Si. Esta persona es extremadamente importante en tu vida;
Debes amar a esta persona con mucho cariño, y esta persona también debe
amarte a ti, y estar completamente dedicada a ti.
Mo Ran sonrió: –– Ya veo. Es una condición extraña, seguro, pero no
parece difícil. –– Confiaba en sus sentimientos hacia Shi Mei.
Pero las esquinas de los labios de Ji Bai Hua se curvaron levemente hacia
arriba ante sus palabras: –– ¿Cómo podría no ser difícil? Desde tiempos
inmemoriales, el corazón de otro ha sido lo más incognoscible, lo que piensas
que es verdad no necesariamente lo es. He permanecido en este mundo durante
mucho tiempo y he visto demasiadas personas que perdieron de vista sus
corazones, que no conocían a su persona más querida. Estos miles de años,
lamentablemente pocos habían logrado abrir Chang Xiang Si.
Mo Ran, sorprendido: –– ¿Por qué es eso? Incluso si te equivocas de
persona, sólo intenta con otra, incluso si tienes que probar a todas las personas
que conoces, definitivamente puedes encontrar a la llamada persona más
importante en tu vida, ¿No?
Ji Bai Hua dijo: –– Ahí es donde entra en juego la segunda condición.
Aparte de ti, sólo otra persona puede tocar Chang Xiang Si. En otras palabras,
sólo tienes una oportunidad. Si eliges a la persona equivocada, entonces
permanecerá cerrada para siempre, y nadie podrá adquirir el objeto dentro.
Mo Ran se rió: –– No me extraña que hayas separado a todos los demás.
Ciertamente sería difícil de manejar si los demás también escucharan esto. Qué
incómodo sería si supieran que a quien le ofrezco la caja es a quien me gusta. –
– Hizo una pausa, jugando con la caja de brocado en sus manos, antes de
continuar: –– De todos modos, esto seguro que es interesante. Así que
básicamente es un candado con una cerradura de un solo uso, y la llave
incorrecta lo deshabilitará para siempre.
–– Por supuesto, sólo tienes una oportunidad de abrirla, ¿Qué esperabas? –
– Ji Bai Hua lo miró con furia: –– Ustedes, los mortales, están tan preocupados
con la autocomplacencia en sus pocas décadas de vida, ¿Cuánto amor
predestinado se ha desperdiciado sin siquiera saberlo? El amor no es diferente
a esta Chang Xiang Si; No puedes retirar tan fácilmente una elección
equivocada.
–– Jaja, no te preocupes, Gran Zorro Inmortal. Otros podrían elegir mal,
pero tengo esto en el bolsillo. –– Mo Ran se inclinó hacia él y le dijo con una
sonrisa: –– No desperdiciaré este anhelo.
Ji Bai Hua le lanzó una mirada, con una voz suave y agraciada mientras
hablaba: –– No estés tan seguro de eso, joven. Como lo veo, en realidad no
pareces conocer a tu persona predestinada en absoluto.
Mo Ran hizo una pausa, con una sonrisa congelada en su rostro: –– ¿Qué
quieres decir con eso?
Pero el apuesto inmortal, este autoproclamado "creyente del amor
predestinado", no estaba dispuesto a decir nada más, sólo suspirando
suavemente: –– Anhelar sin saberlo, rompe la rama de sauce. –– suspiró con
un toque romántico.
Mo Ran no era un hombre culto, y no entendía esta mierda erudita de
sabor amargo, pero no podía evitar la sensación de que el espíritu del zorro
intentaba recordarle algo de manera sutil.
Desafortunadamente, él era demasiado tonto para entender qué podría ser
ese algo, por mucho que lo intentara.
Estaba a punto de volver a preguntar cuando Ji Bai Hua, sabiendo que su
tarea estaba completa, sonrió levemente y agitó una mano para enviar a Mo
Ran de vuelta. Luego, repentinamente se congeló y se puso rígido, poco
después se rompió en pedazos con un estruendo; todo lo que quedaba era una
pieza de ajedrez negro que cayó donde él estuvo una vez.
Era una lástima que Mo Ran no llegó a ver esto. Muchas cosas en el fondo
de este lago podrían haber sido diferentes si él hubiera visto...
Cuando Mo Ran llegó, ya estaba de vuelta en el arsenal de armas sagradas,
con Chang Xiang Si en sus manos. Los otros cuatro lo estaban esperando; Gou
Chen-shanggong sonrió ampliamente a su regreso: –– Ese pequeño zorro es
realmente demasiado, tanto ruido secreto para abrir una caja. Pues bien,
¿Sabes cómo abrirla ahora?
Ahora que el momento de la verdad ya estaba sobre él, Mo Ran no tuvo
tiempo de reflexionar demasiado profundamente de todos modos. Él sonrió: ––
Sí, es fácil.
Caminó hacia Shi Mei, muy casualmente: –– La cerradura tiene un diseño
tan interesante e inteligente que probablemente no podrían resolverlo, incluso
en ocho o diez años. ¿Quieres probar?
Dicho esto, le ofreció la caja a Shi Mei, muy casualmente.
La caja de brocado brillaba brillantemente frente a Shi Mei, su brillo
dorado iluminaba su rostro amable y elegante.
–– Shi Mei, ¿Por qué no lo intentas primero?–– Mo Ran intentó actuar con
indiferencia, pero su corazón se había atado en un nudo y sus palmas no
dejaban de sudar.
En esto se jugaba su oportunidad de tener un arma sagrada, realmente
debería tener cuidado al respecto, pero sentía que ya era bastante cuidadoso.
Después de todo, él ya había muerto una vez, ¿Cómo podría él todavía no
saber quién le importaba?
No es como si fuera tonto.
Shi Mei vaciló un poco, pero al final tomó la caja ofrecida.
El corazón de Mo Ran saltó a su garganta. Miró fijamente, pero pasó un
largo rato y no pasó nada.
Mo Ran: ––…
Shi Mei sostuvo la caja con cuidado mientras la examinaba, trazando el
pez koi yin-yang con sus dedos y sorprendiéndose: –– No hay ninguna costura
en absoluto, y tampoco pude encontrar ninguna cerradura.
¿Por qué no hay reacción?
Shi Mei tocó Chang Xiang Si, pero ¿Por qué no sucede nada?
Podría ser... ¡Ah! ¡Debe ser por eso! ¡Los guantes!
Mo Ran miró los guantes de piel de ciervo en las manos de Shi Mei con
repentina realización.
Estaba a punto de pedirle a Shi Mei que se los quitara y vuelva a intentarlo
cuando, de repente y sin advertencia, una mano con dedos delgados se acercó
y tomó con calma a Chang Xiang Si.
Mo Ran gritó fuerte y miserablemente, como si hubiera sido alcanzado por
un rayo:
–– ¡Shizun!
Chu Wan Ning casi saltó y dejó caer la caja, pero su exterior compuesto
estaba tan practicado que ya había llegado hasta sus huesos, a tal punto de que
su turbulencia interna no se mostraba en absoluto en el exterior.
Mo Ran aulló afligido: –– ¡Shizun!
A Xue Meng se le puso la piel de gallina por todas partes: –– ¡Qué estás
lamentando! ¡Es sólo una caja! ¿Qué sucede contigo? Gritando como si
alguien te robara a tu esposa o algo así.
–– Yo... yo... –– Mo Ran estaba realmente a punto de desmayarse por la
ira, pero no podía decir por qué. Sólo pudo cubrir su rostro y aullar sin poder
hacer nada: –– Oh, Dios mío...
¡Chu Wan Ning! ¿Por qué no llevas guantes?
¡Por qué, cuando tienes tanto miedo del frío!
Todo es hielo y nieve, todos llevamos guantes, ¿Por qué solo tú...?
Mo Ran hizo una pausa.
Oh...
Cada uno de ellos llevaba flores Haitang repelentes de demonios que
debían estar vinculadas a la energía espiritual de Chu Wan Ning a través de
sus palmas, por lo que ni siquiera se compró un par de guantes para empezar.
La razón por la que no usó guantes fue para protegerlos.
Pero Mo Ran nunca le escatimó ni un solo pensamiento todo este tiempo;
sólo ahora, en este momento crucial de la apertura de Chang Xiang Si, notó de
repente que Chu Wan Ning, quien era el que más temía al frío, se había estado
congelando todo este tiempo.
Mo Ran quiso llorar, pero no salieron lágrimas. Lamentó su mala suerte, al
dejar que el arma sagrada se deslizara entre sus dedos de esta manera. Su
pecho estaba indeciblemente tapado cuando, de repente, cuando los dedos de
Chu Wan Ning rozaron ligeramente el pez koi yin-yang, ese par de koi hechos
de metal cobraron vida y comenzaron a tejer ágilmente alrededor de la caja.
Un latido de silencio.
Y luego, con dos chasquidos nítidos, los peces koi yin-yang se juntaron y
se levantaron para sobresalir en la superficie, convirtiéndose en un par de asas.
Chu Wan Ning giró los mangos, y Chang Xiang Si se dividió en dos para
revelar el objeto radiante en el interior, brillando dorado.
Mo Ran se quedó estupefacto.
Las palabras de Ji Bai Hua sonaron en sus oídos.
–– Sólo hay una persona en este mundo que puede abrir Chang Xiang Si.
Esta persona es extremadamente importante en tu vida; Debes amar a esta
persona con mucho cariño, y esta persona también debe amarte a ti, y estar
completamente dedicada a ti.
... ¿Esa persona era Chu Wan Ning?
¿Cómo podría ser Chu Wan Ning?
¡De ninguna manera, absolutamente de ninguna manera en el infierno!
¿Cómo podría él amar a Chu Wan Ning, y cómo podría gustarle a Chu Wan
Ning? ¡Qué broma!
Esto debe ser un error. Algo está mal con la caja. La caja está
definitivamente rota.
Todavía estaba colgado de esto cuando Chu Wan Ning sacó el arma
sagrada dentro de Chang Xiang Si, y algo más sorprendente sucedió.
Esta vez, no sólo Mo Ran, sino que los otros tres también se sorprendieron.
Incluso la expresión de Chu Wan Ning cambió ligeramente.
Una brillante vid de sauce iluminó sus rostros, su luz trascendente se
reflejó en sus ojos.
Chu Wan Ning: ––….
Xue Meng: ––….
Shi Mei: ––…
Mo Ran se atragantó con las dos palabras durante bastante tiempo antes de
finalmente escupirlas con mucha dificultad e incluso más incredulidad.
––... ¿¡Tian Wen!?
CAPÍTULO 40: ESTE VENERABLE NO PUEDE
CREER ESTO, QUE DEMONIOS.
El arma en el interior de Chang Xiang Si era Tian Wen, o más bien, una
vid de sauce dorada igual a Tian Wen, exactamente igual en todos los aspectos,
desde los patrones en la enredadera hasta la construcción.
Anhelar sin saberlo rompe la rama de sauce.
Chu Wan Ning tenía una expresión interesante cuando entregó la vid de
sauce a Mo Ran, luego, reuniendo luz en su palma, llamó a Tian Wen. Las dos
eran como el reflejo de la otra, ni la más mínima diferencia.
Nadie había anticipado que algo como esto sucedería, incluso Mo Ran no
podía creer lo que veía, como alguien que había estado en el extremo receptor
de Tian Wen por aproximadamente mil veces en la vida pasada, nunca hubiera
esperado recibir exactamente la misma arma del Lago Jin Cheng.
¿Qué estaba pasando exactamente?
La mirada de todos se volvió colectivamente hacia Gou Chen-shanggong.
Gou Chen-shanggong también pareció sorprendido: ––... En realidad,
¿Hay dos esencias espirituales elementales de madera en el mundo
simultáneamente?
Xue Meng preguntó: –– ¿Qué significa esencia espiritual elemental de
madera, de todos modos?
–– Ah, es así.–– Gou Chen-shanggong explicó: –– Hay cinco elementos en
el mundo, como todos ustedes saben. Al cultivar un núcleo espiritual, cada
persona está alineada con uno o dos de los elementos. La persona que
contenga más abundante Qi de cierto elemento es la esencia espiritual de ese
elemento; por ejemplo, la diosa Wu Shan del pasado era la esencia espiritual
del elemento tierra. Sin embargo, en términos generales, sólo puede existir una
esencia espiritual de cualquier elemento en particular en una sola generación, y
actualmente ya existe una esencia espiritual del elemento madera, a quien le
regalé la primera arma elemental de madera hace muchos años.
Su mirada se posó en Chu Wan Ning.
–– Cuando forjé las cinco armas sagradas de nivel superior, originalmente
planeé hacer sólo una de cada elemento. Todo salió como estaba previsto para
las otras cuatro, pero el arma sagrada del elemento de madera se rompió en dos
pedazos dentro de la fragua.
–– Lo reconocí como la voluntad de los cielos, e hice las dos mitades de la
vid de sauce por separado en dos armas. Pero aún así, estaba seguro de que
estas dos armas nunca encontrarían dueños al mismo tiempo, así que confié
una a Ji Bai Hua y su caja de brocado, como medida de precaución contra
cualquier maquinación sin escrúpulos. Nunca hubiera esperado...
Gou Chen-shanggong negó con la cabeza, y estaba a punto de decir algo
más cuando, de repente, un estallido de brillante luz de fuego roja brotó de la
vid de sauce en la mano de Mo Ran cuando su brillo dorado se convirtió
gradualmente en el escarlata de un infierno furioso. Los pensamientos de Mo
Ran aún estaban en completo desorden, y soltó sin pensar: –– ¡Ah! ¡Qué
demonios!
Chu Wan Ning intentó detenerlo, pero fue demasiado tarde.
Y así, tanto él como Gou Chen-shanggong sólo podían mirar a Mo Ran
con lástima. Mo Ran también se dio cuenta rápidamente de la razón detrás de
sus miradas. Él recordó: La primera vez que un arma sagrada cambia de color
indica un reconocimiento de su dueño y una solicitud para que su nuevo
maestro le otorgue un nombre...
Por desgracia, ya era demasiado tarde. Sólo podían ver impotentes
mientras tres caracteres escritos con una caligrafía exquisita y poderosa
aparecían lentamente en el mango plateado de la vid de sauce:
¡Ah! Qué demonios [Jian Gui].
Arma sagrada –– ¡Ah! Qué demonios.
Mo Ran: ––.... ¡AAAAAAAAAAAAAH!
Aunque Xue Meng y Shi Mei no sabían sobre la práctica de nombrar
armas sagradas, pusieron dos y dos juntos con bastante facilidad. Xue Meng se
dobló de risa, apretándose el estómago con ambas manos y riendo tan fuerte
que casi estaba llorando: –– ¡Sólo tú puedes manejar un nombre así! Jajajaja,
buen nombre, buen nombre. Tian Wen de Shizun y tú ¡Ah! ¡Qué demonios!
¡Ahahahahahaha!
Como Mo Ran ya tenía un arma sagrada, Xue Meng y Shi Mei también
eligieron el arma que les gustaba: Xue Meng eligió una espada larga y Shi Mei
optó por una flauta corta. Ninguna de sus armas cambió de color,
evidentemente aún no estaban dispuestas a someterse a sus nuevos maestros.
Pero no importaba, ya se les ocurriría algo más tarde.
Y así, todos regresaron a la finca para la fiesta de la noche con bastante
buen humor. Gou Chen-shanggong nunca antes había llevado a los mortales al
Lago Jin Cheng; los invitó generosamente a quedarse la noche antes de irse y
no escatimó esfuerzos como anfitrión. Las mesas del banquete estaban llenas
de carne y vino, y los sonidos enérgicos de los tambores acompañaban su
diversión. Todos salieron un poco borrachos.
Después, Gou Chen-shanggong hizo que el chambelán llevará a los
invitados a sus habitaciones para que descansaran.
Las habitaciones de huéspedes estaban adyacentes al arsenal de armas
sagradas. Mirando ese enorme árbol, Mo Ran pensó en "Jian Gui" que acababa
de recibir, y no pudo evitar llamar a la vid de sauce para examinarla.
Anhelar sin saberlo rompe la rama de sauce.
¿Qué sabía exactamente ese espíritu zorro Ji Bai Hua, por qué dijo algo así,
y qué quiso decir exactamente con esas palabras?
Estaba un poco borracho, el alcohol en su sistema confundía sus
pensamientos, pero no tenía sentido para él... Si Chang Xiang Si no estaba rota,
entonces ¿Cómo la abrió Chu Wan Ning?
Por supuesto que no le gustaba Chu Wan Ning. En cuanto a que Chu Wan
Ning esté profundamente enamorado de él... no lo hagas reír.
Pensando así, miró hacia su Shizun.
Pero inesperadamente, Chu Wan Ning también lo estaba mirando. Sus ojos
se encontraron, y Mo Ran sintió que su corazón temblaba ligeramente, como
pinchado por una cosa diminuta y aguda, junto con un débil sentimiento
agridulce. Sin pensarlo, ya le estaba sonriendo con dientes a Chu Wan Ning,
pero la sensación duró sólo un instante antes de que se llenara de
arrepentimiento.
Obviamente no le gustaba Chu Wan Ning, pero ¿Por qué se sentía tan en
paz, tan cálido, cuando a veces lo miraba?
Chu Wan Ning, por otro lado, parecía impasible como siempre. Vio que
Mo Ran había llamado a Jian Gui, pensó por un momento, y también llamó a
Tian Wen.
Caminó hacia Mo Ran.
Jian Gui parecía tener un poco de genio; al sentir que se acercaba otro
elemento de madera fuerte, crepitaba con chispas de luz escarlata, algunas
salpicando sobre Xue Meng de vez en cuando, como si fuera una muestra de
agresiva competitividad.
En contraste, aunque Tian Wen también parecía haber sentido la presencia
de otro como él, ya estaba habituado a los modales de Chu Wan Ning por
haber pasado tanto tiempo con él, y así, a pesar de ser orgullosamente
combativo, su luz dorada no se agitó en un frenesí agitado como el de Jian Gui,
sino que se iluminó poco a poco, y viendo que su maestro no lo desaprobaba,
se hizo deslumbrantemente brillante, como si estuviera decidido a mostrarle a
Jian Gui la calma con la que un arma excepcional debería enfrentarse a la
batalla.
Dos armas sagradas, originalmente una rama.
Una era joven e inexperta, mientras que la otra fue condenada a través de
cientos de batallas.
Una estalló con una luz roja, como un joven impaciente y emocionado aún
mojado detrás de las orejas; la otra corría con un resplandor dorado, como un
maestro orgulloso y altanero que se encuentra en la cima del pico más alto.
Chu Wan Ning miró la vid de sauce en su mano con un silencioso ruido de
contemplación, luego su mirada, desde debajo de las pestañas gruesas y bajas,
se volvió hacia Jian Gui. Él habló: –– Mo Ran.
–– ¿Shizun?
–– Toma tu... –– Fue un poco vergonzoso decir Jian Gui [qué demonios].
Chu Wan Ning se detuvo, y luego dijo: –– Toma tu vid de sauce, tengamos
una pelea.
La papilla en el cerebro de Mo Ran hervía y burbujeaba, pero no podía
hacer nada al respecto.
Se apretó el puente de la nariz y forzó una sonrisa: –– Por favor, no
bromees así, Shizun, ten piedad.
–– Te dejaré hacer los primeros tres movimientos.
–– Nunca he usado una vid de sauce antes...
–– Diez movimientos.
–– PeroSin desperdiciar más palabras, Chu Wan Ning movió su muñeca y un
destello dorado deslumbrante se dirigió directamente hacia él. Mo Ran, cuyo
miedo a Tian Wen ya estaba profundamente arraigado en su ser, estaba muerto
de miedo e inmediatamente levantó a Jian Gui para bloquear. Las vides de
sauce dividieron los cielos, entrelazándose en el aire como un par de dragones
inmersos en la batalla, chispas doradas y escarlatas volaban incesantemente
con la fricción. Mo Ran nunca había estudiado cómo usar esta inusual arma,
pero había observado el estilo de combate de Chu Wan Ning durante mucho
tiempo, y combinado con su excepcional talento innato, en realidad logró
defenderse contra el ataque de Chu Wan Ning, aunque sólo un poco.
Intercambiaron varias docenas de golpes en el agua helada del lago. Chu
Wan Ning se estaba conteniendo, pero el desempeño de Mo Ran al defenderse
contra él todavía era sobresaliente y superó sus expectativas.
El dorado de Tian Wen y el escarlata de Jian Gui bailaban juntos, la luz
resplandeciente a su paso, magnífica para contemplar. Las vides de sauce
rasgaron a través de las aguas que antes eran tranquilas, agitándolas y
desgarrándolas: ¡Dorado y escarlata entrelazados, uniformemente emparejados,
y reacios a separarse!
La mirada de Chu Wan Ning fue de alabanza, pero Mo Ran, jadeando sin
aliento y completamente agotado por la pelea, no se dio cuenta en absoluto.
Chu Wan Ning dijo: –– Tian Wen, regresa.
La vid de sauce dorada que era feroz e implacable hace un momento se
hizo inmediatamente flexible, como hielo negro derritiéndose en agua de
manantial, brillando mientras regresaba obedientemente a la palma de la mano
de Chu Wan Ning.
El pecho de Mo Ran se agitaba mientras jadeaba en busca de aliento, Jian
Gui aún chispeaba con la luz del fuego en su mano. Sus piernas se rindieron
después de un rato y cayó sobre su trasero justo ahí, en el suelo nevado, una
queja escrita por toda su cara: –– No más, no más, Shizun me está intimidando.
Chu Wan Ning: ––... Te dejé tener diez movimientos.
Mo Ran se quejó petulantemente: –– ¡Cómo es posible que diez
movimientos sean suficientes, cien sería más apropiado! Ay, mi mano, mis
brazos, se van a caer. Shi Mei, Shi Mei, dame algunos masajes.–– Parloteó
mientras Xue Meng se reía burlonamente y Shi Mei hizo todo lo que pudo para
calmar a ambos.
Chu Wan Ning los miró en silencio y no dijo nada más.
En las verdes aguas del lago glacial, las esquinas de los labios de Chu Wan
Ning parecían moverse ligeramente, como en una leve pero cálida sonrisa,
pero no había forma de estar seguro y fue sólo por un instante, y en el
siguiente momento ya se había dado la vuelta, una mano sostenida
casualmente detrás de su espalda mientras contemplaba el enorme árbol en el
centro del patio con sus miles de ramas caídas, pensamientos incognoscibles.
Esa noche, Mo Ran se sentó en una habitación de huéspedes con un suelo
suave y limpio de arena blanca, las paredes pintadas de aguamarina con un
suave resplandor de los rayos de luz que penetraban en el agua. La ventana
estaba medio abierta, la cortina de perlas se movía suavemente con la brisa del
atardecer, y sobre la mesa había una lámpara hecha de perlas que iluminaban
la habitación en un entorno relajante.
Una gran concha de mar estaba situada en el centro de la habitación, su
interior forrado con capas de suave y fino satén. Mo Ran se hundió en la cama
y volvió a llamar a Jian Gui, sosteniéndola en su mano y mirándola fijamente.
Tal vez estaba demasiado cansado, pero se durmió al poco tiempo, después de
haberla examinado durante un rato.
Tumbada sobre el pecho de Mo Ran, Jian Gui palpitó con una tenue luz
roja, como si siguiera a su maestro hacia el sueño... Mo Ran no sabía cuánto
tiempo había dormido, pero cuando se despertó, lo primero que sintió fue un
escalofrío helado, seguido inmediatamente por una ráfaga de dolor abrasador
en su muñeca.
Aspiró un poco de aire y, sosteniendo su cabeza, se sentó lentamente. El
extraño dolor en su muñeca se hizo más evidente a medida que recuperaba la
conciencia, y se sorprendió al descubrir que una herida había sido cortada en
su muñeca, y que ya había sido rasguñada con sangre coagulada.
¿Qué está pasando?
¿¡Dónde es esto!?
Los ojos de Mo Ran se abrieron de golpe.
Sobrio, se encontró en una oscura y completamente desconocida
habitación de piedra con sólo una pequeña abertura de ventilación en el techo.
La fría luz del lago entraba por esa abertura al estrecho espacio, de apenas
unos metros de ancho; las paredes de piedra verde ceniza, húmedas y viscosas,
brillaban tenuemente en la débil luz.
CAPÍTULO 41: ESTE VENERABLE BESÓ A LA
PERSONA EQUIVOCADA OTRA VEZ...
La habitación de piedra no tenía nada para ver, sólo muros lisos en tres
lados y barrotes mágicos en el cuarto que corrían con una luz roja. El único
accesorio en la habitación era una cama de piedra cubierta de paja.
No había nada más que hacer que acostarse en la cama de piedra. Sus
manos y pies estaban encadenados, las cadenas sonaban con cada movimiento.
Peor aún, algo parecía estar suprimiendo sus poderes espirituales, y no podía
invocar nada de ello. Su mente estaba corriendo con pensamientos de ansiedad
cuando escuchó un repentino crujido y se giró para ver entrar a dos tritones.
–– ¡Tú!–– Mo Ran gruñó con enfado: –– ¡Lunáticos! ¿Qué está pasando
exactamente? ¿Qué creen que están haciendo? ¿Dónde están mi shixiong y mi
shidi? ¿Dónde está Gou Chen-shanggong?... ¡Oye! ¡Estoy hablando contigo!
Pero no importaba cuánto gritara o maldijera Mo Ran, los tritones no le
prestaban atención.
Llevaban algo envuelto en un trozo de piel de zorro rojo, algo con forma
humana, que dejaron caer sin expresión sobre la cama de piedra.
Mo Ran gruñó: –– Pequeñas anguilas...
–– Ya deja de ladrar. –– Uno de ellos finalmente habló, con una voz llena
de desprecio. –– Eres una esencia espiritual, no será un mal trato para ti.
El otro también se burló: –– Más bien un trato muy dulce.
Mo Ran estaba a punto de escupir sangre por la rabia: –– ¿Qué es lo que
quieren? ¿Por qué me encerraron aquí? ¿Y qué es eso en la cama?
–– ¿Qué es eso en la cama? –– Uno replicó.
–– La persona que te gusta, por supuesto. –– El otro dijo.
Las yemas de los dedos de Mo Ran se enfriaron por el asombro: ––... ¿Shi
Mei?
Los tritones no lo confirmaron ni lo negaron, sólo se burlaron: –– La
primavera en la juventud es algo tan efímero. Ya que están destinados a estar
juntos, los dejaremos pasar esta noche juntos. Cuando todo esto termine,
entonces sabrás por qué el estimado Dios se tomó tantas molestias.
Tirando estas palabras, se fueron.
La habitación estaba en un silencio sepulcral.
Con las manos y los pies sujetos, Mo Ran no podía moverse en absoluto.
Un minuto se convirtió en el siguiente, sin manera de saber cuánto tiempo
había pasado. Luchó en vano, hasta que sus muñecas y tobillos estaban
desgarrados y ensangrentados.
Jadeando suavemente, Mo Ran se giró para mirar a la persona que estaba a
su lado, envuelta firmemente en la piel de zorro de la cabeza a los pies con
sólo una larga hebra de cabello negro como la tinta a la vista. Miró fijamente a
ese mechón de pelo, su corazón latía erráticamente con pánico y agitación.
No sabía por qué ese cretino de Gou Chen-shanggong estaba haciendo esto,
pero si esto le permitía realizar sus codiciosos deseos con Shi Mei...
Sus pensamientos se detuvieron repentinamente, como si fuera a profanar
a esa bella persona.
Mo Ran se quedó mirando fijamente al techo, respirando pesadamente y
sofocado como si tuviera un peso en el pecho. Había anhelado esto durante
tanto tiempo, pero ahora que había llegado la oportunidad, todo lo que sentía
era inquietud.
Esa emoción inicial, sucia, se fue desvaneciendo poco a poco a medida
que mil pensamientos pasaban por su mente. Poco a poco se fue calmando.
Lo que fuera que Gou Chen-shanggong estaba planeando, no podía ser
bueno. Sería una cosa si sólo se dirigiera hacia él, pero ¿Cómo podría
soportarlo si Shi Mei también se viera arrastrado a ello?
Además, toda esta situación fue diseñada por alguien más, Shi Mei no
había accedido a nada en absoluto. Mo Ran puede ser una escoria, pero quería
proteger, no herir, a la persona que le gustaba. Resolvió que no importa lo que
hiciera Gou Chen-shanggong, definitivamente no se aprovecharía de Shi Mei
cuando se despertara.
Pasó un largo rato en silencio antes de que la persona que estaba a su lado
se moviera finalmente.
Mo Ran giró apresuradamente su cabeza hacia allí, con voz ronca: –– ShiEl "Mei" ni siquiera había salido antes de dar una vuelta en U en la punta
de su lengua y volvió a entrar. Se lo tragó, su garganta temblorosa antes de
poder escupir la segunda parte.
–– ¿Zun?
¿¡Shizun!? La mirada de Mo Ran, resuelta y llena de convicción
caballeresca hace sólo un momento, titubeó tan pronto como vio el rostro que
se le reveló desde debajo de la piel de zorro.
Toda su fortaleza mental se vino abajo en un instante, las barricadas en su
pecho que había trabajado tan arduamente para levantar, arrasadas hasta los
cimientos, se convirtieron en escombros en medio de un bombardeo de
estallidos.
Todo eso de proteger, de no aprovecharse, de no profanar, cada uno era
como una bofetada en la cara, cada uno más fuerte que el anterior.
La cara de Mo Ran se puso pálida.
Finalmente pudo decir con absoluta certeza que cada habitante de este
Lago Jin Cheng, incluso y especialmente ese Gou Chen-shanggong, ¡Estaba
ciego como la mierda!
¿Pensar que le gustaba Chu Wan Ning?
¡Ugh!
Primero ese zorro, ahora estos tritones, realmente no podía entender lo que
les hacía pensar que la niña de sus ojos era Chu Wan Ning. ¿Podría ser que de
alguna manera se dieron cuenta de que él se ha acostado con él antes, y todavía
quiere acostarse con él incluso ahora? ¡Ridículo!
¡No es como si querer acostarse con alguien fuera lo mismo que querer a
esa persona!
Mo Ran deliraba por dentro, lleno de indignación santurrona, pero no
podía ni siquiera decir media palabra por fuera, sólo miraba fijamente mientras
ese par de ojos de fénix se abrían lentamente.
... Oh, Dios.
Casi podía oír el sonido de algo en su cabeza rompiéndose. Pasó un
segundo, y algo pareció encenderse de los escombros dentro de su pecho, junto
con un olor fétido, cenizas negras, y un tipo de calor retorcido.
Hacía mucho calor.
Como si un dragón que escupe fuego se elevara repentinamente a través de
la quietud mortal de esta noche oscura, como si la lava ardiente y las llamas
furiosas hubieran estallado repentinamente en el silencioso abismo.
Toda su premeditada razón y autocontrol se quemaron en el estruendoso
fuego. Esto fue lo último que pudo haber anticipado.
Los ojos penetrantes de Chu Wan Ning estaban nublados por el sueño,
lánguidos y aturdidos, como un bosque de bambú después de la lluvia, cada
hoja y sonido cargado de rocío.
A juzgar por esa expresión, algo parecía controlar su conciencia. Se sentó
lentamente, el pelaje de zorro se deslizaba de su hombro y revelaba grandes
extensiones de piel suave, pues estaba completamente desnudo por debajo,
pero su espalda y sus hombros estaban cubiertos de moretones, mordiscos de
amor en tonos rojos y azules¿Cómo...? ¿Cómo puede ser esto...?
Mo Ran sentía que se estaba volviendo loco.
¿Quién hizo esto?
¿Quién le hizo este tipo de cosas a su....su...su...su Shizun?
Él era Chu Wan Ning...
Cada hueso de su cuerpo temblaba de rabia, su sangre gritando de odio.
¡Era Chu Wan Ning!
¡Quién tocó a esta persona que le pertenecía! Esta persona era suMo Ran estaba tan abrumado por el odio que ni siquiera se detuvo a
considerar que Chu Wan Ning no le pertenecía en absoluto en esta vida, no
pertenecía a nadie. Todo lo que vio fue el cuerpo firme y bien proporcionado
de Chu Wan Ning, y esas marcas desconocidas en ese cuerpo familiar.
–– ¡Shizun!
Su voz era baja y distorsionada, pero Chu Wan Ning no parecía oír su
grito ronco en absoluto.
Bajó las pestañas y, como una marioneta en una cuerda, se inclinó sobre
Mo Ran, una mano acariciando su cara mientras sus ojos se miraban fijamente
por un momento, y luego cerró los ojos y se inclinó hacia él, esos labios
húmedos capturando los suyos.
Rara vez Chu Wan Ning lo había besado primero; al tocarlo, todos los
campos de su corazón se secaron, los colores brillantes y frenéticos estallaron
ante sus ojos mientras su corazón latía salvajemente, febrilmente.
El cuerpo de Chu Wan Ning era frío, pero el calor se encendió de todos
modos donde los dientes se raspaban cuando sus labios se encontraban. Mo
Ran aún estaba agonizando y celoso por haber sido degradado por otro, pero
no pudo resistirse a ser seducido por este hombre familiar, adolorido y
excitado al mismo tiempo.
Mo Ran respiraba con dificultad cuando se separaron. Abrió los ojos sólo
para ver los ojos de Chu Wan Ning vidriosos y la piel enrojecida de deseo. Su
sangre corrió, y no pudo evitar querer alcanzar y acariciar su cara.
Pero todavía estaba atado con cadenas, incapaz de moverse. Chu Wan
Ning miró los grilletes pero no dijo nada, sino que se puso de rodillas y se
movió a horcajadas sobre él. Mo Ran tragó con fuerza, su garganta
moviéndose, pero luego notó, entre las largas y bien formadas piernas de Chu
Wan Ning, una inconfundible viscosidad se deslizaba lentamente por sus
muslos con el movimiento...
Mo Ran vio rojo, sus ojos se abrieron de golpe mientras trataba de
levantarse, pero fue empujado hacia atrás por las cadenas, golpeando
fuertemente contra la cama. –– ¿Quién...?
No podía soportarlo más, rugiendo como una bestia enjaulada, desprovista
de toda razón.
–– ¿¡Quién mierda te hizo esto!? ¡Lo mataré! ¡Lo mataré!
No le importaba si era Gou Chen-shanggong o el propio Emperador
Celestial, si era un Dios, demonio, fantasma o el jodido Buda, ¡Era Taxian-jun!
¡Chu Wan Ning era de Taxian-jun! Aunque estuviera atrapado en este joven
cuerpo ahora mismo, en lo más profundo de sus huesos seguía siendo el
Emperador del Reino Humano, ¿Quién se atrevió a tocar a su... jodido Shizun,
quién se atrevió a tocar a su persona? De él, de Mo Wei Yu, la persona de
Taxian-jun.
–– ¡Mo Ran!–– Alguien parecía estar llamándolo.
Pero estaba envuelto en las llamas de la ira, sus sentidos confundidos,
parecía oír pero también no.
–– ¡Mo Ran!
... Tendrá que matarlos a todos. Imperdonable. ¿Dónde estaba Jian Gui? A
dónde fueron sus poderes espirituales, por qué no pudo convocar a Jian Gui,
estaba realmente a punto de perder el control.
Humillación insoportable, rencor odioso, humillación insoportable, rencor
odioso.
¿Quién se atrevió a tocar a Chu Wan Ning? ¡En la vida anterior, sacó los
ojos de cualquiera que se atreviera a mirar a Yu Heng del Cielo Nocturno
demasiadas veces y les hizo tragarse sus propios ojos! Y luego, por la noche,
sostenía a Chu Wan Ning debajo de sí mismo y lo filmaba hasta el cansancio,
pero en esta vida–– ¡Mo Wei Yu!–– Quién lo llamaba, tan persistente.
Pero esa voz le resultaba muy familiar.
Como si la hubiera escuchado una vez en algún lugar antes...
No, no es eso. Era como si la hubiera escuchado todo el tiempo antes, en
todas partes, como si el dueño de esa voz le hubiera hecho compañía durante
años...
–– Mo Wei Yu, ¡Despierta ya! ¿Has perdido la cabeza? ¿¡Qué estás
haciendo!?
––!!!
Los ojos de Mo Ran se abrieron. Siguió la voz para ver las prístinas
túnicas blancas como la nieve fuera de la celda, un par de ojos agudos con una
expresión escrita con preocupación, las cejas tensas y unidas con un aura de
intención asesina, ¡No era otro que Chu Wan Ning!
–– ¿¡Shizun!? –– Mo Ran palideció.
Luego, en la cama- Dio la vuelta a su cabeza y casi se muere de miedo por
esa cara a pocos centímetros de la suya. ¡Esto no era Chu Wan Ning en
absoluto! ¡Era claramente un monstruo muerto con un cuerpo humano pero
con cara de zorro!
La parte muerta no era un adorno; muerta, literalmente muerta. La cosa
que se apretaba contra él, que estaba apasionadamente besándolo hace un
momento, era realmente una cosa muerta.
Los ojos del monstruo zorro estaban vacíos, su piel pálida, ni una pizca de
vida.
Mo Ran casi enloqueció pensando en cómo estaba besando a esa cosa
mientras estaba atrapado por alguna ilusión, su cara de un color interesante: ––
¡Qué está pasando!
Fuera de la celda, Chu Wan Ning tenía un talismán maldito entre dos
dedos. Viendo que el monstruo zorro ya no se movía, Mo Ran adivinó que
probablemente había usado un hechizo para arrancar el talismán del cadáver
del zorro en el momento justo.
Evocó su energía espiritual, y un torrente de sangre roja oscura brotó del
talismán junto con gritos escalofriantes mientras el papel ardía en cenizas.
Chu Wan Ning abrió la mano, las cenizas quemadas se acumularon
lentamente en la palma de su mano y se convirtieron en una pieza de ajedrez
de color negro azabache. Miró fijamente esa pieza de ajedrez, con expresión
de preocupación.
–– Realmente es la Formación de Ajedrez Zhen Long... –– Chu Wan Ning
murmuró, antes de mirar repentinamente hacia arriba y clavar su mirada en Mo
Ran: –– ¿Qué comida suele preparar Shi Ming Jing para ti cuando estás
enfermo? ¡Dilo!
–– ¿Eh? Uh... –– Demasiadas cosas habían sucedido en muy poco tiempo,
la cabeza de Mo Ran estaba en completo desorden. Sólo podía decir en voz
baja: –– ¿Por qué preguntas sobre eso?
Chu Wan Ning dijo con dureza: –– ¡Sólo dilo!
–– ¿¡Wontons!?
Sólo entonces la expresión de Chu Wan Ning se relajó un poco, pero sus
cejas todavía estaban arrugadas mientras hablaba: –– Mo Ran, escucha
atentamente, ése Gou Chen-shanggong es un impostor, no es el verdadero Dios
de las Armas. Esta persona es experta en ilusiones, y conoce la Formación de
Ajedrez Zhen Long, una de las tres técnicas prohibidas. Por eso tenía que tener
cuidado, en caso de que tú también fueras una de sus ilusiones.
Mo Ran estaba a punto de llorar de indignación: –– ¿Por qué iba a estar
atado si fuera una ilusión?
Chu Wan Ning: ––...Te sacaré de ahí ahora mismo.
Asintiendo frenéticamente, Mo Ran preguntó: –– Oh sí, Shizun, ¿Qué hay
de Shi Mei y Xue Meng?
–– Al igual que tú, también sucumbieron a las drogas del vino, y fueron
encerrados en otro lugar.
Viendo la expresión de Mo Ran, Chu Wan Ning añadió: –– No hay de qué
preocuparse, ahora están bien. Es sólo que no había forma de saber qué tipo de
peligros había aquí, así que los hice esperar afuera. Podrás verlos una vez que
salgamos de aquí.
En cuanto a la Formación de Ajedrez Zhen Long, Chu Wan Ning no dio
más explicaciones, ni tuvo que hacerlo.
Fue una de las tres poderosas y notorias técnicas prohibidas del mundo de
la cultivación.
Como su nombre lo indica, la Formación de Ajedrez Zhen Long es una
técnica que utiliza a otros como piezas de ajedrez, para ser maniobrados a
voluntad como en una partida de ajedrez.
El usuario normalmente no aparece en persona en el campo de batalla,
sino que coloca un tablero de ajedrez y manipula las piezas de ajedrez desde
las sombras, forzando a que todo, desde gente viva hasta los fantasmas de los
muertos, desde las bestias en la tierra hasta los pájaros en los cielos estén a su
disposición a cualquier hora y en cualquier momento. Una criatura viva bajo el
control de la Formación de Ajedrez Zhen Long es leal al usuario hasta la
muerte, y una criatura muerta hará su voluntad hasta que se desgarre miembro
por miembro.
Sin embargo, lo que el usuario podía controlar dependía de su fuerza
espiritual. Las personas y bestias recién fallecidas eran las más fáciles de
controlar, seguidas por las que llevaban mucho tiempo muertas, luego las
bestias vivas, y finalmente, cultivadas al más alto nivel, permitían al usuario
controlar a las personas vivas.
Muy pocas personas en el mundo eran capaces de lograr este nivel tan alto
en la Formación de Ajedrez Zhen Long, pero cuando Mo Ran se nombró a sí
mismo emperador, ya había perfeccionado la técnica. Ese año, cuando se
enfrentó a Chu Wan Ning en un combate a muerte, dejó un pergamino de 30
metros de largo, un tablero de ajedrez con tinta salpicada, un ejército de piezas
esparcidas.
En esa batalla, cientos de miles de piezas de ajedrez aterrizaron
simultáneamente, bestias aladas borraron el sol dorado y dragones estallaron
en los mares furiosos. Mo Ran convocó a un sinfín de bestias tanto de tierra
como del cielo, y comandó un ejército de incontables personas vivas. Una
escena como esa sería una rara vista incluso en el infierno.
Este cadáver de zorro era obviamente algo controlado por la Formación de
Ajedrez Zhen Long, con una capa adicional de magia de ilusión a su lado.
Se rumoreaba que la piel del primer antepasado del zorro del Clan Qing
Qiu fue dividida en cuarenta y nueve piezas de varios tamaños y convertida en
artefactos mágicos. Si uno tomara la sangre de alguien y la goteara sobre la
piel de zorro, y luego envolviera esa piel alrededor de algo, cualquier cosa,
incluso un bloque de madera podrida tomaría la apariencia del deseo del
corazón de esa persona.
La piel envuelta alrededor de este cadáver de zorro era uno de esos
artefactos. Sin embargo, esta magia sólo funcionaba en el dueño original de la
sangre; para cualquier otro, se veía como siempre lo había hecho.
Fue una tarea sencilla liberar a Mo Ran. Cuando Chu Wan Ning lo sacó de
allí, ya había terminado de explicarle todo.
Lo que Mo Ran no pudo entender fue: –– Shizun, ¿Cómo sabías que Gou
Chen-shanggong era falso?
CAPÍTULO 42: ESTE VENERABLE ESTABA UN
POCO INQUIETO.
Chu Wan Ning respondió: –– Si fuera el verdadero Gou Chen-shanggong,
¿Por qué usaría cosas muertas en lugar de seres vivos? Y aunque los poderes
de este hombre son bastante fuertes, no son nada comparados con los de un
dios.
Esto tenía mucho sentido, pero Mo Ran todavía estaba confundido en
algunas partes. –– ¿Fue cuando Shizun vio a este zorro muerto que se dio
cuenta de que ese tipo era un impostor?
Chu Wan Ning agitó la cabeza. –– No.
–– Entonces, ¿Cómo pudiste decir...?
–– ¿Todavía recuerdas lo que Gou Chen me preguntó cuando apareció por
primera vez?
Mo Ran lo pensó un momento y dijo: –– Creo que te preguntó algo sobre
tu arma.
–– Así es–– confirmó Chu Wan Ning. –– Nunca he escondido el aura de
las armas sagradas en mi persona; se pueden sentir con sólo un poco de
percepción. Pero incluso como el Dios de las Mil Armas, no podía decir
inmediatamente que yo tenía dos armas sagradas del Lago Jin Cheng y asumió
que yo sólo tenía una. Yo sospeché entonces, pero el asunto en cuestión era la
adquisición de armas, así que no había un buen momento para hablar de ello.
Sólo vigile de cerca todo lo que hizo desde entonces, para que no se saliera
con la suya.
–– Pero... –– Mo Ran dijo: –– Si no es Gou Chen-shanggong, ¿Cómo
podría crear las armas sagradas?
–– En primer lugar, Gou Chen creando todas las armas es sólo un rumor.
Nadie sabe realmente por qué este lago tiene tantas armas en su interior, por lo
que las armas sagradas no fueron fabricadas necesariamente por Gou Chen. En
segundo lugar, esta persona simplemente te dejó escoger lo que quisieras del
arsenal sagrado, pero quién sabe si son de él para dar. Además, acabo de mirar
de cerca las armas de Xue Meng y Shi Mei, totalmente falsas.
Ante esto, Mo Ran se alarmó. –– ¿Falso?
–– Mn.
Mo Ran se quedó en blanco durante un momento, antes de darse cuenta
finalmente de algo que le pertenecía. –– ¿Entonces Jian Gui...?
–– Jian Gui es real. Pero su objetivo no era sólo darte un arma.
–– ¿Entonces qué quería hacer?–– Dijo Mo Ran, mirando asqueado al
cadáver del zorro que yacía en la cama de piedra. –– Primero gastó todo este
esfuerzo en encerrarnos, y luego puso algo asqueroso como esto. ¿Qué es lo
que quiere de todo esto?
–– A ti.
–– ¿Eh?
–– Lo que acabas de decir es verdad a medias. Gou Chen no pasó por todo
esto para atraparnos; al final lo que él quiere es a ti.
–– ¿Qué quiere de mí?–– Mo Ran se rió secamente. –– Sólo soy un idiota.
Chu Wan Ning respondió: –– Nunca he conocido a un idiota que pueda
cultivar un núcleo en un año.
Mo Ran iba a continuar, pero de repente se dio cuenta de algo y se detuvo.
… ¿Chu Wan Ning acaba de elogiarlo?
El darse cuenta hizo que su corazón latiera más rápido, y miró a Chu Wan
Ning con la boca abierta. Pasaron unos momentos antes de que parpadeara
lentamente. La cara gruesa de la que siempre había estado tan orgulloso se
estaba sonrojando un poco.
Chu Wan Ning ni siquiera lo miraba, murmurando para sí mismo. ––
Además, Tian Wen y Jian Gui parecen tener algo que ver con ese sauce en el
patio, algo que ya he leído en textos antiguos. Cuando Gou Chen-shanggong
descendió al reino de los mortales, trajo tres ramas de sauce de la corte
imperial. Pero a los textos antiguos les faltaba mucho; nunca supe lo que Gou
Chen hizo con esas tres ramas de sauce celestial.
Se detuvo antes de continuar. –– Pero si los rumores son ciertos, es posible
que Tian Wen, Jian Gui y el viejo árbol del patio sean de hecho esas tres ramas
de sauce. Dos se convirtieron en armas sagradas, y uno fue llevado al fondo
del Lago Jin Cheng, convirtiéndose en el poderoso guardián del arsenal de
Gou Chen.
–– ¿Pero qué tiene que ver eso conmigo?–– dijo Mo Ran.
Chu Wan Ning agitó la cabeza. –– ¿Cómo podría no tener algo que ver
contigo? Tú eres el que despertó a Jian Gui.
Mo Ran suspiró. –– ¡Cómo dije, en serio, qué demonios!
–– Mi suposición es que todo lo que él quiere al final tiene que ver con el
sauce en el patio. Pero eso es todo lo que puedo deducir de lo que hemos
recopilado. No sé nada más aparte de eso por ahora.
Esto fue casi toda una conjetura por parte de Chu Wan Ning, pero Mo Ran
pensó que, como era tan inteligente, si esa era la conclusión a la que había
llegado, entonces probablemente era bastante cercana a la verdad.
Mientras consideraban estas cosas, caminaron rápidamente por el sombrío
sendero de la mazmorra submarina. Cuando pasaron por el tortuoso y sinuoso
sendero, caminaron por otro hasta que finalmente llegaron a la salida. Se
aprovecharon del hecho de que los tritones que patrullaban de ida y vuelta no
los esperaban, y escaparon.
La salida de la oscura celda subterránea estaba justo en el patio donde
estaba el sauce gigante. Cuando salieron a la superficie, la escena ante los ojos
de Mo Ran lo conmocionó.
Ante el sauce gigante se colocaron cuatro ataúdes, uno de ellos vacío. En
los otros tres yacían Chu Wan Ning, Shi Mei y Xue Meng.
Mo Ran palideció y gritó: –– ¿Qué demonios es esto?
–– Esos son ataúdes de sacrificio de cadáveres–– dijo Chu Wan Ning. ––
¿Ves la vid envuelta alrededor del borde del ataúd? El otro extremo está ligado
al sauce gigante. El falso Gou Chen sólo te necesita a ti, así que después de
drogarnos, hizo que el tritón te llevará a la celda y nos metiera a los tres en
estos ataúdes. Usando los ataúdes de sacrificio de cadáveres, puede transferir
el cultivo de toda la vida de una persona al interior del sauce gigante. Es
similar a la extracción de sangre.
Viendo la expresión sombría de Mo Ran, Chu Wan Ning continuó: –– No
te preocupes, Shi Mei y Xue Meng están ilesos. Fingí estar inconsciente y
esperé una oportunidad para ocuparme de los tres tritones que custodiaban los
ataúdes. Las tres personas que ves frente a ti son en realidad los cuerpos de
esos demonios.
Dijo todo esto con toda naturalidad, pero Mo Ran no pudo evitar levantar
las cejas y mirar a escondidas al otro.
¿Cuán alto era el cultivo de los tritones en el Lago Jin Cheng? El llamado
y sencillo "esperar una oportunidad para despachar" de Chu Wan Ning
significaba que tendría que haberse ocupado de los tres tritones de un sólo
golpe, sin hacer ruido.
Exactamente cuán hábil era esta persona...
Habían pasado demasiados años desde la última vez que luchó en igualdad
de condiciones con Chu Wan Ning, así que estaba un poco aturdido cuando
escuchó esta frase. Fue como si las tormentas y el granizo de su vida pasada
pasaran ante sus ojos, y vio la figura que sacudía el cielo y la tierra, su rostro
ligeramente girado hacia un lado, sus ojos brillando como Mercurio.
Chu Wan Ning lo vio perdido en sus pensamientos y preguntó: –– ¿Qué
pasa?
Mo Ran regresó a su consciencia. –– Nada.
––…
–– Sólo me preguntaba, ¿Cómo Shizun convirtió a los tritones en estas
formas?
Chu Wan Ning sonrió fríamente: –– Ilusiones simples. Si ese Gou Chenshanggong falso puede hacerlo, ¿Cómo no podría hacerlo yo también? Deje
los cuerpos falsos aquí para evitar ser descubiertos por esas anguilas. Dale un
poco de su propia medicina.
––…
En cualquier caso, la zona era peligrosa, por lo que no podían permanecer
allí mucho tiempo.
Se tomaron un breve respiro y luego se fueron inmediatamente. Sin
embargo, cuando corrieron al lugar de reunión que Xue Meng y los demás
habían acordado, encontraron que estaba vacío; no había nadie allí.
La cara de Mo Ran se puso completamente blanca. –– ¿Dónde está Shi
Mei?
La expresión de Chu Wan Ning también estaba un poco inquieta. No
respondió, sino que levantó su dedo anular y produjo una capa de luz dorada
sobre él. Podía usar las flores Haitang, que había metido en las cinturas de los
tres discípulos antes de subir al Pico Xu Ying, para seguirles la pista.
Después de un corto período de tiempo, Chu Wan Ning maldijo en voz
baja y retiró la luz. –– Algo que no esperábamos pudo haber ocurrido aquí.
Los dos probablemente huyeron de esta zona para esconderse de los tritones
que patrullaban de un lado a otro, posiblemente hacia el mercado. Ven, vamos
a ver.
Los dos eran extremadamente hábiles, evitando fácilmente a todos los
tritones que patrullaban.
Voltearon rápidamente las altas paredes del patio y corrieron en dirección
al mercado al que Gou Chen-shanggong los había llevado durante el día.
Normalmente, no habría tal cosa como la noche y el día bajo el agua, pero
el Lago Jin Cheng era diferente; uno podía percibir la salida del sol y la puesta
de la luna. En ese momento, la larga noche ya se había terminado y el sol
estaba saliendo por el este.
Mo Ran pudo ver el mercado matutino del Lago Jin Cheng a lo lejos, el
bullicioso centro de la ciudad lleno de gente que se reunía en él, y
subconscientemente liberó la respiración que había estado aguantando. Parecía
que Shi Mei y el resto estaban a salvo; de lo contrario, la escena ante ellos no
sería tan pacífica.
Por otro lado, la expresión de Chu Wan Ning no se veía muy bien por
alguna razón. No dijo nada, pero en silencio tiró de Mo Ran hacia él.
–– ¿Shizun?
–– Ven aquí.
–– ¿Qué pasa?
–– No te alejes mucho. –– La voz de Chu Wan Ning parecía tener algo de
auto-reproche, aunque parecía tan fría como siempre. –– Xue Meng y Shi Mei
ya se han perdido, me temo que si no tengo cuidado, tú también...
Mo Ran vio que la cara de Chu Wan Ning estaba un poco pálida, y en
realidad parecía no preocuparse por él. Al principio, miró fijamente. Luego,
por razones que no podía entender, su corazón se movía levemente y hablaba
para consolarlo: –– No me perderé. Vamos, Shizun, vamos a buscarlos.
Empezó a caminar hacia adelante mientras hablaba, y mientras lo hacía,
giró su muñeca y casualmente tomó la mano de Chu Wan Ning en la suya.
––…
Las puntas de los dedos de Chu Wan Ning en la palma de su mano
parecían temblar por un segundo.
Pero el segundo era demasiado breve y débil; el corazón de Mo Ran estaba
preocupado por Shi Mei, así que no pensó mucho en ello, atribuyéndolo a sus
propias percepciones erróneas.
–– ¡Mantou de sangre de pescado, recién hecho!
–– Piel de Serpiente Shuai Ran, material de primera calidad, ¡Sólo quedan
tres pies! Una vez que todo se haya ido, tendrás que esperar a mi próxima
muda...
–– Vendo rellenador de cejas de tinta de calamar, hecho con tinta fresca
escupida esta mañana por su servidor, hará maravillas con sus cejas--hey, hey,
espere, señorita, ¡No se vaya!
Los gritos de los vendedores ambulantes en el mercado caían
incesantemente sobre sus oídos, la extraordinaria escena era demasiado para
que los ojos la asimilaran.
Mo Ran arrastró a Chu Wan Ning con una tonta sonrisa en la cara durante
dos pasos y, en ese momento abrupto, de repente se dio cuenta de que algo no
estaba bien. Inmediatamente se detuvo, sus ojos se abrieron de par en par, y
sintió que toda la sangre de su cuerpo se congelaba.
¡Algo va mal! ¡Hay algo muy malo aquí!
Barrió su mirada alrededor y, por supuesto...
Un fantasma sin cabeza estaba sentado junto a su puesto, vendiendo peines
y maquillaje.
Sostenía un peine entre dos dedos con uñas largas y pintadas en escarlata
mientras cepillaba el cabello sobre su propia cabeza ensangrentada que
descansaba sobre sus rodillas, ofreciendo con voz suave: –– Peines de hueso
de alta calidad, llévate uno a casa hoy.
¡Cómo lo pensaba!
¡Justo lo que él pensaba! En este centro de la ciudad, los movimientos de
cada persona, las palabras de cada persona, las expresiones de cada persona,
eran exactamente las mismas que cuando Gou Chen-shanggong los trajo aquí
ayer.
Mo Ran retrocedió bruscamente unos pasos, chocando contra el pecho de
Chu Wan Ning.
Inmediatamente levantó la cabeza y dijo roncamente: –– Shizun, ¿Qué es
esto?
Chu Wan Ning parecía haber tenido sus sospechas durante un tiempo, pero
después de confirmarlo con sus propios ojos, su corazón aún cayó en su pecho.
Agarró a Mo Ran con fuerza.
–– ¿Qué está pasando? ¿Qué es esto? ¿Una ilusión?
Chu Wan Ning agitó la cabeza, pero pensó en ello durante un momento.
De repente, dijo lentamente: –– Mo Ran, ¿Has pensado alguna vez en esto? El
Lago Jin Cheng tiene muchas bestias y criaturas diferentes, y al menos algunas
de ellas deben haber visto antes al verdadero Gou Chen-shanggong. En ese
caso, ¿Cómo es posible que no se den cuenta de que éste es falso?
El color desapareció de la cara de Mo Ran, y sintió un poco de miedo. ––
Sí... tienes razón.
–– Y permíteme preguntar–– continuó Chu Wan Ning. –– Si estuvieras
fingiendo ser Gou Chen-shanggong y escondiéndote en el Lago Jin Cheng,
¿Cómo harías que todos los demás dijeran lo que tú quieres que digan, hicieran
lo que tú quieres que hagan, escucharan cada una de tus palabras y que
actuaran por ti?
Mo Ran lo entendió inmediatamente.
¡Formación de Ajedrez Zhen Long!
Las piezas de ajedrez blanco y negro caen en su lugar, y todo bajo el cielo
cae en línea. Nadie mejor que él conocía la fuerza de esta técnica prohibida.
Casi lo soltó, pero un vistazo a los ojos de Chu Wan Ning, y se las arregló para
detenerse justo a tiempo.
¿Cómo podía el joven de dieciséis años pensar tan fácilmente en las tres
técnicas prohibidas?
Y así, todo lo que dijo fue: –– Eso sería muy difícil.
–– No–– dijo Chu Wan Ning. –– Es muy fácil.
Se detuvo un momento y dijo: –– Sólo necesitas que todos estén muertos.
CAPÍTULO 43: ¿¡ESTE VENERABLE ES UNA
OFRENDA DE SACRIFICIO!?
Mo Ran ni siquiera tuvo la oportunidad de responder antes de que una voz
penetrantemente aguda sonará detrás de él: –– ¡Abran paso, abran paso!
¡Déjenme pasar!
¿¡Era el Fuban!?
Llevando la pesada pila de rocas, el fuban se dirigió al mismo boticario
que antes, donde gritó: –– ¡No puedo soportarlo más! ¡Apúrate y sálvame,
doctor!
Un tritón de pelo blanco nadó hacia afuera, pero su cola era distinta a la de
los demás, toda su longitud resplandeciendo como el oro que fluye. Tenía el
pelo recogido con simples pinzas y colgaba sobre sus hombros, y su cara,
aunque arrugada, estaba bien proporcionada, con una nariz recta y una
agradable curva en los labios, y esos ojos dorados eran tan tranquilos como
una llovizna; era fácil imaginar lo guapo que debe haber sido en su mejor
momento.
Mo Ran tembló.
Esto era diferente de antes; ¿Adónde fue ese dragón de mar de color
turquesa?
El viejo tritón los miro desde lejos, pero no dijo nada, sino que se dirigió a
la puerta y se inclinó para quitarle las piedras de la espalda al fuban una por
una.
Con la extracción de la última roca, la ilusión se hizo añicos y el fuban
explotó, su sangre se difundió en el agua como una niebla de humo. Casi
simultáneamente, todos los monstruos y criaturas del mercado se endurecieron
durante una fracción de segundo antes de caer deshuesados mientras sus
cuerpos se contaminaban y llenaban el agua del lago con un miasma de sangre.
El agua estaba teñida de rojo, el color se profundizaba rápidamente a
medida que más y más sangre se filtraba. Se hizo difícil ver las cosas a lo lejos,
entonces el área inmediata fue sofocada, y muy pronto, el rojo escarlata llenó
su visión y ni siquiera podían ver sus manos frente a ellos.
Chu Wan Ning dijo: –– Mo Ran.
Mo Ran lo conocía bien, y no necesitaba que dijera más: –– Shizun, estoy
aquí, no te preocupes.
Chu Wan Ning era un hombre de pocas palabras, o mejor dicho, no era
bueno con las palabras.
Se quedó en silencio un momento antes de sólo decir: –– Ten cuidado.
A través del agua sucia con sangre, Mo Ran no podía ver la cara que no
cambiaría de color incluso si el cielo se caía, pero podía sentir más fácilmente
la preocupación en la voz de Shizun.
Rara vez sentía el calor de Chu Wan Ning en la vida diaria, y de repente su
pecho se calentó.
Agarró con más fuerza la mano del otro, respondiendo: –– De acuerdo.
Parados cerca, espalda con espalda, podían sentir los latidos del corazón y
la respiración del otro aunque no podían ver. Como la situación era peligrosa,
Chu Wan Ning convocó a Tian Wen, y Mo Ran hizo lo mismo con Jian Gui,
habiendo recuperado ya su fuerza espiritual.
Después de que ellos llamaron a sus armas sagradas, Mo Ran exclamó
repentinamente: –– ¡Shizun, mira allí!
Chu Wan Ning se volvió para mirar hacia el boticario, donde el viejo tritón
estaba limpiando la pila de rocas hace un momento, para ver que un par de
docenas de puntos de luz de color blanco de varios tamaños habían aparecido
en el suelo. De la mano, los dos caminaron, seguramente, los puntos de luz
eran las rocas del Fuban.
El viejo tritón había dispuesto las varias docenas de rocas en tres filas
ordenadas, cada pieza brillando con un suave resplandor. Lentamente, una
figura apareció ante las rocas. Parecía ser el mismo hombre de pelo blanco de
antes.
Mo Ran lo intentó: –– ¿Quién eres tú?
No respondió, sólo mirando a Chu Wan Ning, y luego a Mo Ran, antes de
levantar la mano sin decir palabra y señalar las rocas en el suelo.
Mo Ran preguntó: –– ¿Quieres que recojamos las rocas?
El tritón de pelo blanco asintió, y luego extendió un sólo dedo. ––
¿Quieres que... escoja sólo una?
El tritón de pelo blanco asintió, luego agitó la cabeza, señaló a Mo Ran, y
luego señaló a Chu Wan Ning.
Mo Ran lo descifró: –– ¿Deberíamos tomar una cada uno?
Esta vez el hombre de pelo blanco asintió vigorosamente antes de
quedarse quieto y mirar fijamente a los dos.
Mo Ran preguntó: –– Shizun, ¿Deberíamos hacer lo que dijo?
–– Podría ser, no tenemos ninguna otra idea de todos modos.
Así que cada uno escogió una roca, pero inesperadamente, tan pronto
como las puntas de sus dedos tocaron la roca, una variedad de colores
distorsionados aparecieron ante sus ojos mientras el mundo giraba a toda
velocidad. Cuando las cosas se calmaron, el interminable rojo había
desaparecido.
Mirando de cerca, ¡Habían sido tele transportados al arsenal de armas
sagradas!
–– ¡Shizun!
–– ¡Shizun, A-Ran!
Y Xue Meng y Shi Mei también estaban aquí. Sorprendidos y contentos de
ver a Chu Wan Ning, se apresuraron a acercarse para darles la bienvenida. Chu
Wan Ning no esperaba que las rocas brillantes fueran encantadas con un
hechizo de tele transportación, y todavía tenía un poco de náuseas por el
rápido giro. Se puso una mano en la frente, y la otra aún sosteniendo
fuertemente la mano de Mo Ran.
Mientras estaban dentro del lago de sangre, sus manos habían estado
unidas todo el tiempo sin separarse.
Siendo el estatus de Chu Wan Ning lo que era, rara vez tuvo la
oportunidad de tomarse de la mano con Mo Ran. La mayor parte del tiempo,
sólo podía pararse un poco lejos, observando a distancia la cercanía entre sus
discípulos. Y así, cautelosamente acarició este raro calor en su palma...
–– ¡Shi Mei!
Pero la calidez que era un tesoro tan precioso para él era, para el otro, tal
vez inútil como un par de zapatos desgastados, tal vez no valía la pena
mencionarlo, o tal vez ni siquiera lo notó en lo más mínimo.
En el momento en que vio a Shi Mei, Mo Ran soltó su mano muy
casualmente. Las yemas de los dedos de Chu Wan Ning se movieron
ligeramente y, por un instante, pareció como si quisiera agarrarlo.
¿Pero qué excusa tenía para eso?
Ya no tenía el coraje de gustar de alguien.
No quería perder el patético orgullo que le quedaba.
Viendo a Mo Ran sonreír tan fácilmente a Shi Mei, abrazándolo tan
casualmente y acariciando su cabello tan suavemente.
Las yemas de los dedos de Chu Wan Ning volvieron a caer.
Con algo de vergüenza, con algo de incomodidad.
Afortunadamente.
Su rostro era habitualmente impasible, por lo que las emociones no se
notaban demasiado. Tal vez porque estaba envejeciendo, y siendo una persona
tan rígida, después de ese giro en la matriz de tele transportación, su pecho se
sentía un poco frío.
Pero no estaba tan mal, todavía le quedaba un poco de calor en la punta de
los dedos.
Apoyándose en ese hilo de calor que pronto desaparecería, se puso de pie
lentamente y ordenó su expresión y su mirada, correcta y ordenada.
–– Shizun, ¿Te sientes bien? Tu cara está tan pálida...
Chu Wan Ning asintió a Xue Meng: –– Estoy bien.
Se detuvo un momento, y luego preguntó: –– ¿Ustedes dos también fueron
tele transportados aquí por ese tritón?
Antes de que Xue Meng tuviera la oportunidad de responder, se produjo
una ráfaga de sonidos burbujeantes. Chu Wan Ning se giró para ver media cara
ensangrentada, y justo después, una persona desfigurada emergió de la
hirviente y ardiente pileta de fundición con un chapoteo.
Esta persona definitivamente no era mortal, o definitivamente no estaba
viva, pues ningún mortal podía sobrevivir sumergido en el ardiente metal
fundido. Pero esta persona, aunque cruda y quemada por todas partes,
claramente aún respiraba. Las cadenas encadenaron sus cuatro miembros y lo
mantuvieron dentro de la pileta de fundición para que sufriera.
Lentamente abrió los ojos y se inclinó una y otra vez hacia el grupo,
mirándolos fijamente, rogándoles que se acercaran a la pileta de fundición.
Aunque no podía hablar, tenía otros medios para comunicarse. Vieron como
agitaba sus brazos, su carne ensangrentada apenas se aferraba a los huesos, y
una pequeña ola surgió del metal fundido en la pileta para formar varias filas
de antiguas escrituras en el aire.
Xue Meng, sorprendido: –– ¿Qué clase de escritura es ésta? ¿Por qué no
puedo leer un solo carácter?
Chu Wan Ning: –– Es un antiguo guión de Cang Jie, algo que aún no te he
enseñado.
Mo Ran: –– Entonces... ¿Qué dice?
Chu Wan Ning se acercó y estudió cuidadosamente la escritura: ––Él está...
pidiendo ayuda.
Según la leyenda, la escritura antigua de Cang Jie era la escritura del
Reino Celestial. Era prácticamente un arte perdido en el mundo humano; muy
poca gente la conocía ya, e incluso un zongshi consumado como Chu Wan
Ning no podía leerlo todo, pero al menos podía captar lo esencial.
Chu Wan Ning estudió la escritura durante un tiempo, interpretando
lentamente: –– Dice que él es el espíritu de este sauce, llamado Zhai Xin Liu
[Corazón-Afortunado de sauce]. Cuando era un árbol joven, Gou Chenshanggong lo trajo aquí desde el séptimo cielo del Reino de los Dioses.
Después, Gou Chen abandonó este mundo por razones desconocidas. Zhai
Xin Liu no lo ha visto desde entonces, y ni siquiera sabe si aún vive.
Pero incluso sin él aquí, Zhai Xin Liu siempre había seguido sus
instrucciones estos cientos de miles de años, protegiendo el Lago Jin Cheng,
resguardando el arsenal de armas sagradas.
Alimentado por la energía espiritual de este lugar, se fue cultivando
gradualmente en una forma humana, y los días pasaron sin incidentes hasta
que un día, cuando unChu Wan Ning dejó de leer repentinamente. –– ¿Qué pasa? –– Preguntó
Mo Ran
––... No reconozco a estos tres caracteres. Parece ser un nombre. –– Chu
Wan Ning dijo, levantando una mano para señalar a los complejos y retorcidos
caracteres. –– De todos modos, esta persona vino al Lago Jin Cheng. Era
poderoso y cruel, masacró todo lo que había en el lago y usó la Formación de
Ajedrez Zhen Long para controlarlos. Zhai Xin Liu no fue una excepción.
Mo Ran gritó inmediatamente: –– ¡Esa persona es probablemente el Gou
Chen falso!
Oyendo sus palabras, los ojos de Zhai Xin Liu parpadearon, y asintió dos
veces de acuerdo.
––... Huh, realmente lo adiviné. –– Mo Ran sonrió, un poco avergonzado,
y se rascó la cabeza. –– Jaja, soy bastante listo eh.
Chu Wan Ning lo miró levemente, y luego continuó: –– En los años
transcurridos desde entonces, Zhai Xin Liu ha estado en un estado
inconsciente continúo, sin siquiera medio día de claridad.
Afortunadamente, las otras dos ramas de sauce que habían estado
conectadas con él en cuerpo y espíritu -Tian Wen y Jian Gui- despertaron.
Tomando prestada su fuerza, Zhai Xin Liu fue temporalmente capaz de
recuperar la conciencia. Si no fuera por eso, probablemente ya habría perdido
el control y lastimado a todos aquí.
Escuchando eso, "todos aquí" eran incrédulos o aprensivos, los tres
jóvenes levantaron colectivamente la cabeza para mirar fijamente al ser en la
pileta de fundición, inseguros de cómo tomar su auto-introducción.
Mo Ran comenzó: –– Liu-qianbei [Señor Sauce]Xue Meng: –– ¿Liu-qianbei?
–– Bueno, ¿Qué más debería decir, Zhai-qianbei?–– Mo Ran miró a Xue
Meng, y luego continuó: –– Voy a decir algo que probablemente no te gustará,
pero parece que hay algunos agujeros en tu historia.
Zhai Xin Liu no podía hablar, pero podía entender las palabras habladas.
Se volvió hacia Mo Ran.
Mo Ran: –– Primero dijiste que estabas bajo el control del falso Gou Chen,
pero luego recuperaste la conciencia bajo la influencia del despertar de Tian
Wen y Jian Gui. Pero el falso Gou Chen fue el que me dio a Jian Gui, ¿Cómo
es posible que no supiera las consecuencias de hacer eso?
Zhai Xin Liu agitó la cabeza, y los caracteres frente a Chu Wan Ning
cambiaron.
–– Soy del Reino de los Dioses, él sabe poco de mí, y no es consciente de
que las armas sagradas podrían afectar mi conciencia. En su búsqueda de las
tres técnicas prohibidas, necesita recurrir a mi poder, pero mi vida está
llegando a su fin, y ha estado buscando frenéticamente una manera de extender
mi vida. Pero realmente no deseo seguir viviendo, la muerte es mucho más
preferible que ayudar a este villano, es sólo que estoy bajo su control, y no
puedo actuar por mi propia voluntad...
Ante esto, Chu Wan Ning se detuvo en la contemplación: –– Por eso trajo
a Mo Ran aquí. Mo Ran es una esencia espiritual elemental de madera, ese
falso Gou Chen debe estar planeando combinar su poder espiritual con el de
Jian Gui y ofrecerte eso como sacrificio.
Zhai Xin Liu asintió.
Mo Ran aún no lo entendía del todo: –– Pero ese falso Gou Chen lo dijo él
mismo, hay dos esencias espirituales elementales de madera. Shizun también
es uno, ¿Por qué sólo me encerró a mi?
Zhai Xin Liu escribió: –– Las ofrendas de sacrificio siempre han sido
mejores cuanto más jóvenes son, y se debe tener aún más cuidado cuando se
hace una ofrenda a un espíritu de árbol.
Además, la ofrenda debe saciar su apetito y el deseo, satisfaciendo cada
necesidad, y su vida debe ser tomada mientras está inmerso en tal ilusión
eufórica, sin su más mínimo conocimiento.
De lo contrario, la ofrenda tendrá remordimientos y la energía resentida
acelerará mi marchitamiento.
Ante esto, los pensamientos de Mo Ran se dirigieron al monstruo espíritu
de zorro en la celda que tomó la apariencia de Chu Wan Ning.
Así que eso era para saciar sus deseos, como engordar un cerdo antes de la
matanza para que sea más sabroso.
Eso también explicaría por qué vio a Chu Wan Ning en lugar de a Shi Mei.
Apreciaba demasiado a Shi Mei como para profanarlo. Cuando se trataba de la
cuestión del deseo, en verdad deseaba a Chu Wan Ning mucho más de lo que
deseaba a Shi Mei...
Viendo la extraña expresión en la cara de Mo Ran, Chu Wan Ning pensó
que aún estaba inquieto, y, queriendo consolarlo, preguntó: –– ¿En qué estás
pensando?
–– N-nada.
La cara de Mo Ran empezó a ponerse roja. Chu Wan Ning miró fijamente
durante un segundo antes de que comprendiera lo que estaba pasando y cerró
inmediatamente la boca. Pasó un rato antes de que se diera la vuelta en un
arrebato de furia avergonzada.
¿Qué intranquilidad? Este chico definitivamente estaba pensando en esos
llamados 'deseos' ahora mismo, soñando despierto, incluso.
Chu Wan Ning lanzó sus mangas con ira indignada, y, con la cara helada,
murmuró: –– Desvergonzado.
Mo Ran: ––…
Menos mal que Chu Wan Ning no sabía quién satisfacía sus deseos en esa
ilusión, o probablemente lo despellejaría vivo en un ataque de ira. Estaba en
medio de la reflexión cuando el suelo del arsenal de armas sagradas comenzó a
temblar de repente. Xue Meng gritó, sorprendido: –– ¿Qué está pasando?
CAPÍTULO 44: ESTE VENERABLE NO QUIERE
DEBERTE NADA.
Zhai Xin Liu no tuvo oportunidad de responder antes de que su expresión
se retorciera y agarrara su cabeza con dolor, la boca abierta en un grito
silencioso. Pero aunque no podía hacer ningún sonido, los gritos agonizantes
eran prácticamente audibles en esa expresión horrible y esos ojos saltones.
––Sálvenme.
–– ¡Sálvenme...!
Sus labios se retorcieron en una forma inconcebible, venas sangrientas
extendiéndose rápidamente por sus ojos. Si no fuera por esas cadenas que lo
encadenan en su lugar, es probable que ya se hubiera abalanzado y
violentamente terminado su propia vida.
––Te lo ruego... date prisa... y destrúyeme...
Parecía que el dominio de Zhai Xin Liu sobre su conciencia se estaba
acercando a su límite; luchó en agonía, pero no sirvió de nada mientras una
niebla negra salía de la pileta de fundición, dañando y atacando el cuerpo
atrapado en su interior. Las cadenas se agitaron bruscamente mientras las
chispas volaban.
Viendo este rápido giro de los acontecimientos, Chu Wan Ning se movió
rápidamente, barriendo con su larga manga mientras protegía a los discípulos
que estaban detrás de él: –– ¿Cómo puedo salvarte?
Zhai Xin Liu se movió lentamente, pero aún podía controlar el metal
fundido de la pileta. Más filas de antiguas escrituras de Cang Jie se formaron
en el aire.
––Estoy a punto de perder la conciencia y atacarte. No es mi intención
lastimarte, pero está fuera de mi control y no hay tiempo para explicarlo. Lo
único que puedo hacer por ti ahora es informarte de las técnicas que tengo a mi
disposición, te ruego que tengas cuidado...
El metal fundido se transformó repentinamente.
––Estoy bien versado en tres técnicas. Primero, Dulce Sueño, una técnica
de pesadilla que pone a los afectados a dormir y les concede lo que desean en
un sueño maravilloso. Como tal, incluso aquellos con fuertes poderes
espirituales, que podrían percibir que es una ilusión, permanecerán
voluntariamente en ella, para nunca despertar.
––En segundo lugar, Tentación del Corazón, usando como incentivo lo
más preciado por una persona, induce a los afligidos a sacrificarse los unos a
los otros.
––Tercero, Corazón Arrancado...
Pero su energía espiritual se agotó en ese momento, y ya no pudo controlar
el metal fundido para formar más palabras. Y, así de fácil, los efectos de la
técnica de Corazón Arrancado fueron dejados a lo desconocido.
Una nube de sangre estalló de Zhai Xin Liu. Ya no pudo controlar el metal
fundido, arrastró su dedo a través de la sangre derramada, un par de ojos
saltones y espasmódicos fijados en Chu Wan Ning, negándose a ceder.
–– ¡Shizun!–– Xue Meng lo agarró apresuradamente mientras se acercaba.
–– ¡No te acerques, podría ser una trampa!
Zhai Xin Liu, incapaz de hablar, sólo podía sostener ese dedo bañado en
sangre. De repente, las lágrimas brotaron de sus ojos.
Chu Wan Ning: ––... ¿Quieres que me acerque?
Zhai Xin Liu asintió lentamente.
––…
–– ¡Shizun!
Xue Meng intentó detenerlo una vez más, pero Chu Wan Ning sólo agitó
la cabeza antes de acercarse a la pileta de fundición él solo y extender una
mano.
Zhai Xin Liu parecía muy emocionado. Miró profundamente a Chu Wan
Ning y luchó por agitar sus brazos, como si tratara de inclinarse. Entonces,
soportando la agonía abrasadora, agarró la mano de Chu Wan Ning y escribió
temblorosamente en la palma de su mano:
Sorteen su suerte, rompan la pesadilla.
No pierdan de vista su corazón.
Una vez que... la pesadilla se rompe el juicio... ¡Termina!
Todavía no había terminado de escribir la última palabra cuando de
repente se desmoronó como un montón de barro y cayó de nuevo en la pileta
de fundición hirviendo, desapareciendo de la vista.
Al mismo tiempo, una enorme ola de escarlata se elevó de la piscina con
un fuerte estruendo, el metal fundido elevándose hacia el cielo mientras nueve
pilares de llamas se formaban cada uno con la forma de un dragón rugiendo
desde el suelo. Chu Wan Ning se vio obligado a retirarse, el fuego reflejándose
en sus ojos.
De repente, cuatro fichas se alejaron de los ardientes pilares de metal
fundido para colgar en el aire.
Shi Mei, recordando las palabras de Zhai Xin Liu de antes, dijo
inmediatamente: –– ¿Son estas las fichas para sortear que Zhai Xin Liu
mencionó?
Se acercó, pero Chu Wan Ning lo detuvo: ––No lo toques. Todos ustedes,
quédense detrás de mí.
Shi Mei: ––Shizun...
––Estoy aquí, todo estará bien. –– Chu Wan Ning dijo: ––No se arriesguen,
déjenme ir primero.
Habló suavemente, incluso sin mucha entonación, pero el corazón de Mo
Ran tembló. Por alguna razón, el Chu Wan Ning ante sus ojos se superpuso
repentinamente con esa persona sin corazón de su vida pasada, la que vio
morir fríamente a su propio discípulo.
Si podía decir algo así, ¿Por qué se quedó parado y no hizo nada en el
pasado mientras su discípulo moría?
De repente, Mo Ran sintió que nunca había entendido a Chu Wan Ning.
También murmuró, a su pesar: ––Shizun...
Chu Wan Ning no les prestó atención mientras levantaba una mano y
sacaba una de las fichas en el aire. La ficha estaba hecha de jade, de color
amarillo claro. La miró por delante y por detrás, murmurando en voz baja ––
¿Hm?
–– ¿Qué pasa?–– Preguntó Xue Meng.
Chu Wan Ning dijo: ––No hay nada en ella.
–– ¿Cómo puede ser eso?–– Xue Meng estaba perplejo. ––Déjame
intentarlo.
Cada uno de ellos escogió una de las cuatro fichas. Las fichas de jade de
Xue Meng y Shi Mei eran igual a la de Chu Wan Ning, sin una palabra escrita
en ellas. Los ojos de Mo Ran se abrieron de par en par mientras volteaba su
ficha:
–– ¿Narena?
Los otros tres miraron a la vez. Xue Meng frunció el ceño: –– ¿Qué es
Narena?
Mo Ran apuntó con un dedo su ficha: ––Eso es lo que dice.
Xue Meng se acercó arrastrando los pies para echar un vistazo, e
inmediatamente empezó a gritar enfadado: –– ¡Pah! ¡Más bien como si
hubieras leído sólo la mitad tú realmente sabes leer!
––... Es un reloj de arena de sangre. –– Dijo abruptamente Chu Wan Ning.
Podía leer la mayoría de las escrituras antiguas de Cang Jie, y no
inventaría cosas si no estuviera seguro. Así que si eso es lo que él dice que está
escrito en la ficha, entonces eso es lo que está escrito en la ficha.
Mo Ran miró fijamente: –– ¿Qué significa reloj de arena de sangre?
Chu Wan Ning negó con la cabeza: ––No lo sé.
Como en respuesta, un bajo sonido retumbante vino del techo del arsenal,
y un enorme reloj de arena de cobre moteado con óxido descendió. A
diferencia de otros relojes de arena, éste tenía una cruz montada sobre él, cuyo
propósito era desconocido.
Chu Wan Ning miró el reloj de arena, y luego bajó la vista al objeto que
Mo Ran tenía en la mano.
Un reloj de arena de sangre.
De repente entendió lo que significaba "sortear la suerte.”
La expresión de Chu Wan Ning cambió bruscamente mientras gritaba con
voz severa: –– ¡Mo Ran, date prisa y tira la ficha!
La orden no dejaba lugar a discusión; incluso sin saber la razón, Mo Ran
se movió para obedecer, casi inconscientemente.
No lo habría notado si no hubiera intentado, pero ahora que lo estaba
intentando, Mo Ran se dio cuenta de que la ficha de jade estaba firmemente
pegada a su mano, y ni siquiera podía desprenderla.
Chu Wan Ning maldijo en voz baja y se apresuró a cambiar su propia ficha
por la de Mo Ran.
Pero en ese momento, docenas de enredaderas espinosas surgieron
repentinamente de ese oxidado reloj de arena y se dirigieron directamente a
Mo Ran!
–– ¡Muévete!
–– ¡Shizun!
–– ¡Shizun!
La sangre salpicó por todas partes. En el último segundo, Chu Wan Ning
había empujado a Mo Ran a un lado, pero las espinas penetraron en Chu Wan
Ning como tantas flechas.
Mo Ran con su cuerpo juvenil no estaba a la altura de la fuerza del empuje
de Chu Wan Ning.
Pero al tropezar hacia atrás y caer al suelo, el sonido de la carne rasgada
era horriblemente claro, y los retorcidos gritos de Xue Meng y Shi Mei eran
fuertes y estridentes.
De ninguna manera.
¿Cómo puede ser esto...?
Pero este era Chu Wan Ning, el que lo golpeó y lo regañó, el que nunca lo
miró amablemente.
El que insensiblemente vio morir a su propio discípulo justo delante de él.
El que fríamente dijo "Deficiente por naturaleza, sin remedio". El que...
Mo Ran levantó la vista.
En medio del caos, vio la sangre empapando las ropas de esa persona.
Enredaderas afiladas y densamente apretadas atravesaron desde su espalda
hasta el frente, exactamente en el mismo lugar donde había sido herido por la
maestra fantasma. La vieja herida aún no se había curado, y ahora estaba otra
vez desgarrada en un desastre sangriento.
El que... el que lo protegió con su propio cuerpo en el ataúd, el que no hizo
ningún ruido ni siquiera cuando las garras lo apuñalaron...
El que, escondido bajo el puente, puso secretamente una barrera para
proteger a todos de la lluvia y el viento, pero que no se atrevió a mostrar su
rostro.
El que, después de la muerte de Shi Mei en la vida pasada, fue a la cocina
e hizo torpemente Wontonss para que pudiera comer algo.
El que tiene tan mal genio y poca habilidad con las palabras, el que tiene
miedo de la amargura de la medicina y tose por la comida picante, el que
mejor lo conoce.
Aquel a quien nunca recordó cuidar, a quien odiaba con los dientes
apretados, pero que también sentía que era bastante lamentable...
Chu Wan Ning.
Wan Ning...
–– ¡Shizun!
Mo Ran gritó mientras corría hacia él. –– ¡Shizun!
––Tu ficha... –– La mano de Chu Wan Ning tembló cuando la levantó. Su
rostro estaba pálido, pero su expresión era firme como siempre: ––Intercambia
conmigo...
La mano que extendió hacia Mo Ran tenía su propia ficha en blanco. La
levantó lentamente, con dificultad, todo su brazo temblaba de dolor.
Sus ojos eran brillantes y decididos, con una capa de humedad.
–– ¡Deprisa, dámela!
Mo Ran ni siquiera se había levantado; medio gateaba, medio se arrastraba
hacia Chu Wan Ning y miraba impotente a esa horrible herida.
––No... Shizun...
–– ¡Shizun!
Xue Meng y Shi Mei se movieron para ir también. La expresión de Chu
Wan Ning fue de exasperación cuando levantó una barrera para mantenerlos
fuera, y luego llamó severamente: –– ¡Tian Wen!
¡Tian Wen apareció cuando se le llamó, cortando limpio a través de las
docenas de enredaderas que atravesaban a Chu Wan Ning!
Pero esas enredaderas no eran una entidad ordinaria. Chu Wan Ning podía
sentir claramente que devoraban su energía espiritual desde donde estaban
enterradas en su carne. Al no tener otra opción, sólo podía apretar los dientes,
agarrar los extremos rotos de esas enredaderas, y, endureciéndose, arrancarlas.
¡Un torrente de sangre se derramó instantáneamente! Chu Wan Ning tiró
las enredaderas a un lado y dejó salir un suspiro, luego rápidamente tocó sus
meridianos, deteniendo temporalmente la pérdida de sangre. Luego dirigió una
mirada a Mo Ran, su voz ronca: ––Dámela.
––Shizun...
–– ¡Intercambia fichas conmigo!–– Dijo exigente Chu Wan Ning.
En este momento, Mo Ran también se había dado cuenta de lo que
significaba "reloj de arena de sangre". La maldición que dejó Gou Chen hace
millones de años no fue diferente de cómo había atormentado a Chu Wan Ning
en la vida anterior.
De hecho, ya sea dios, demonio, humano o fantasma, a todos se les ocurrió
más o menos lo mismo cuando trataban de ser tan crueles como podían serlo.
Reloj de arena de sangre.
Vierta la sangre de una persona en el reloj de arena en lugar de arena o
agua para mantener el tiempo.
El intervalo de tiempo termina cuando la persona se desangre.
En su ceremonia de coronación como Taxian-jun en la vida pasada, ¿No
había usado a Chu Wan Ning como un reloj de arena de sangre, lo había hecho
observar mientras pisaba las sectas restantes mientras ascendía al trono, lo
había desangrado gota a gota frente a él?
Pero en esta vida, frente al reloj de arena de Gou Chen.
Chu Wan Ning estaba dispuesto a intercambiar por su cuenta, su seguridad,
su ficha, e ir a la cruz en su lugar, él...
El corazón de Mo Ran latía sin ritmo en su pecho.
Ni siquiera podía pensar. ¿Cómo puede ser esto...? ¿¡Cómo puede ser esto!?
El reloj de arena de cobre perdió su primer golpe y no pudo agarrar a una
persona. Blandía sus espinosas enredaderas, preparándose para un segundo
ataque.
Chu Wan Ning lo miró fijamente, sus ojos parpadeando con una luz que
temblaba levemente.
Su cara estaba pálida por el dolor mientras jadeaba suavemente: ––Mo
Ran, es... escúchame, date prisa y cambia conmigo.
––…
––Date prisa... –– La cara de Chu Wan Ning estaba pálida como la nieve
fresca iluminada por la luz de la luna. ––.... ¿¡Estás tratando de hacer que
bloquee un segundo ataque por ti!?
––Shizun...
Las enredaderas volvieron a salir disparadas.
En ese instante, Mo Ran finalmente levantó su ficha, y Chu Wan Ning la
tomó sin pensarlo.
Pero inesperadamente, justo cuando sus manos estaban a punto de tocarse,
los ojos de Mo Ran brillaron cuando tiró de su mano hacia atrás y en su lugar
se giró para proteger al desprotegido Chu Wan Ning que estaba detrás de él.
La segunda ola de enredaderas ya había llegado hasta ellos, y Mo Ran las
enfrentó de frente. Todo su cuerpo fue envuelto y tragado por las enredaderas
en un instante, y arrastrado hasta el reloj de arena de cobre.
–– ¡Mo Ran!
Docenas de enredaderas se enroscaron y lo clavaron fuertemente en la cruz.
Mo Ran se giró para mirar hacia Chu Wan Ning. Sus labios se movieron.
Los ojos de Chu Wan Ning se abrieron abruptamente.
La voz de Mo Ran era silenciosa, pero él la escuchó claramente, no hubo
error.
Él dijo: ––Shizun, realmente no estoy... más allá del remedio...
Así que, por favor, no te rindas conmigo.
Pero no pudo terminar la última mitad de la oración. En la vida pasada,
quería decirlo pero no lo hizo; en esta vida, ya era demasiado tarde.
Si Chu Wan Ning se dio por vencido o no, ya no era importante para él.
No quería deberle nada a esta persona, eso era todo.
Era realmente demasiado tonto, y ya no podía entender lo que sentía hacia
Chu Wan Ning. No quería que las cosas se complicaran aún más.
En esta vida, pensó Mo Ran, quien le importaba, quien le gustaba, era Shi
Mei y nadie más.
No quería intercambiar fichas con Chu Wan Ning sólo porque no quería
deberle un favor, sólo porque no quería...
No quería ver a Chu Wan Ning desangrarse de nuevo.
Su corazón no estaba hecho de piedra. Nada lo hacía más feliz que tener a
alguien agradable con él.
Con un poco de bondad, y su sonrisa sería tan brillante como la primavera.
Pero si es mucha, mucha amabilidad, entonces moriría voluntariamente sin
quejarse.
De repente, de las densas enredaderas surgió una brillante espada.
La espada era sin duda un arma sagrada; era antigua, pero llevaba un aura
abrumadora de valor. Un par de anillos rodeaban la empuñadura, y el mango
estaba grabado con patrones espinosos. La espada era delgada, con una
intrincada efigie de un dragón cabeza de toro incrustada en ella, la hoja
corriendo con un resplandor azul que podía cortar todo, desde el cabello más
suave hasta el metal más duro.
Mo Ran sólo tuvo tiempo de ver el "Gou Chen" escrito en la espada, ni
siquiera el "shanggong", antes de que la espada del Dios de las Armas fuera
clavada directamente en su pecho.
La sangre brotó a borbotones, hacia el reloj de arena.
Al mismo tiempo, una cortina de agua se desbordó repentinamente en el
arsenal, separando a Mo Ran y a los otros en dos lados, el abrupto diluvio
torrencial atrapó a todos los demás en el otro lado.
Shi Mei gritó: –– ¡A-Ran! ¡A-Ran...!
El rápido aguacero bloqueó su línea de visión; no podían ver claramente
cómo Mo Ran estaba del otro lado. Chu Wan Ning intentó una y otra vez
atravesar el agua, pero fue empujado una y otra vez, hasta que se empapó por
completo, sus ojos se oscurecieron con una cara ansiosa, sus labios totalmente
descoloridos.
La voz de Chu Wan Ning era ronca: –– ¡Mo Ran...!
No era muy fuerte, pero temblaba terriblemente. Él mismo no se dio
cuenta, pero Shi Mei se asustó y se volvió para mirarlo, sólo para ver al
habitualmente tranquilo y sereno Shizun empapado y despeinado, sus largas
pestañas temblando al no poder reprimir sus emociones y la preocupación
coloreando sus rasgos.
Invocó a Tian Wen, salvajismo escrito entre sus cejas, como una cuerda
estirada y tensa. Shi Mei se aferró a él con inquietud: –– ¡Shizun, no vayas
más! ¡No hay forma de pasar!
Chu Wan Ning se lo quitó de encima, sus ojos afilados como espadas, y
silenciosamente levantó una barrera para intentarlo de nuevo. Pero la cascada
estaba infundida con la abundante energía espiritual del Lago Jin Cheng; no
sólo fue incapaz de entrar, sino que el agua lo golpeó como si fueran mil
flechas, cortando y perforando.
Ya debilitado por sus graves lesiones anteriores, este intenso impacto hizo
que le resultara difícil permanecer de pie. Se agarró el pecho y trató de
aguantar, pero aún así se vio forzado a arrodillarse, con la cara pálida por las
heridas en su espalda que se abrieron y empezaron a derramar sangre.
No había forma de saber si la humedad en la cara de Shi Mei era agua o
lágrimas. Lloró en señal de socorro: –– ¡Shizun! Todo esto... para qué...
–– ¿Qué quieres decir con para qué? Si ese fueras tú o Xue Meng––
escupió Chu Wan Ning.
Realmente le dolió demasiado; frunciendo el ceño, no pudo terminar la
frase.
Inesperadamente, una espada apareció repentinamente detrás de la cascada,
cortando sin esfuerzo el torrencial aguacero por la mitad como si fuera tofu.
La energía de esa espada era extraordinaria e inmensa. Cortó exactamente
hacia donde estaba Shi Mei, y estaba a punto de golpearlo cuando Chu Wan
Ning agitó su manga y usó todo el resto de su energía espiritual para levantar
una barrera protectora alrededor de Shi Mei; tosió una bocanada de sangre por
el esfuerzo excesivo.
Una profunda y clara voz masculina resonó sin prisa, reverberando dentro
del arsenal de armas sagradas: ––Soy el Dios de las armas, Gou Chenshanggong. ¡Cómo se atreven a invadir el territorio prohibido de las armas
sagradas!
CAPÍTULO 45: ESTE VENERABLE SABÍA QUE
VENDRÍAS.
Xue Meng rugió hacia el cielo: –– ¿¡Qué clase de Dios de mierda eres!?
¿Estás jodidamente ciego? ¿Por dónde nos ves entrar sin autorización?
Nosotros somos los que fueron secuestrados, ¡Recuerda tus malditos hechos!
Shi Mei dijo: ––Es inútil, no está aquí, es sólo una voz que dejó atrás. El
falso Gou Chen debe haber confundido el juicio de Zhai Xin Liu, para que nos
vea como intrusos sin escrúpulos.
La voz continuó: ––Aquellos que son dignos de armas sagradas deben
entender la virtud y la resolución como algo natural, deben ser insensibles a la
atracción de ilusiones fantásticas y capaces de permanecer fieles a su corazón.
Ya que has venido, debes llevar a cabo mi prueba. Si pasas, te ofreceré un paso
seguro y un arma sagrada. ¡Pero si eres egoísta y vacilante, entonces no eres
apto para ser el maestro de un arma sagrada!
Chu Wan Ning dijo sombríamente entre labios manchados de sangre: ––
Virtud... ¿Es esta llamada virtud tuya usar a alguien como un reloj de arena de
sangre?
Por supuesto que sabía que Gou Chen-shanggong no podía oír, pero aún
así, la ira lo llevó a escupir las palabras, incluso si cada expresión le hacía
respirar con dificultad y tiraba de sus heridas, simplemente no podía controlar
esa implacable boca suya.
La voz, descuidada, continuó resonando en el arsenal: ––Como prueba de
su temperamento, todos ustedes estarán inminentemente sumergidos en la
ilusión del sueño de Zhai Xin Liu. Si no despiertan de la ilusión a tiempo, su
compañero se desangrará y perecerá.
Con estas palabras, el color desapareció de los tres rostros.
Shi Mei murmuró: ––Qué...
Así que, en otras palabras, los tres estaban a punto de ser sumergidos en
una ilusión. Y si no se las arreglaban para despertar a tiempo, ¿Entonces se
quedarían eternamente atrapados en un sueño maravilloso, mientras que Mo
Ran se desangraba en la realidad?
Xue Meng se quedó atónito durante un momento antes de gritar con furia:
–– ¿¡Qué clase de Dios eres tú!? Si cultivar hasta ser inmortal significa
terminar como tú, no me dignaré a tocar otra espada por el resto de mi vida.
Chu Wan Ning también se enojó: –– ¡Qué absurdo!
–– ¡Shizun! –– Shi Mei intentó apresuradamente aplacarlo. ––No te enojes,
por favor, cuida tu herida.
Pero Gou Chen-shanggong, ese bastardo, eligió este momento para
empezar a recitar poesía: ––El agua derramada sobre la tierra fluye a cada uno
a su manera. La vida está predestinada, incluso si suspiras mientras caminas y
mientes cuando piensas. Llena tu copa como consuelo, canción interrumpida
por un brindis, pero el camino permanece siempre arduo. El corazón no es de
madera ni de piedra, cómo podría ser insensible, las palabras no pronunciadas
y los pasos sin dar, no queda nada que decir.
Xue Meng estaba a punto de desmayarse de la ira: –– ¿¡Qué demonios
estás murmurando!?
Shi Mei explicó: ––Es de "Caminos Difíciles” de Bao Zhao, el significado
general es que cada persona tiene su propio destino, por qué revolcarse en el
remordimiento y beber por alivio, el brindis interrumpiendo la canción. Como
los corazones de las personas no están hechos de piedra, es imposible no tener
sentimientos, y muchas cosas no se dicen.
Gou Chen-shanggong dio un largo suspiro: –– ¿Cuántas personas en este
vasto mundo estarían dispuestas a abandonar un sueño perfecto sólo para
salvar a otro? El mundo está lleno de guerras y matanzas incesantes. Si un
arma sagrada cayera en manos inescrupulosas, la culpa sería mía, y cómo
podría yo, el mismo creador de armas, perdonarme por los pecados de tales.
De repente, el arsenal de armas sagradas se oscureció, y las partes que
volaban por el aire dejaron de moverse. Una tenue luz vino desde lo alto, como
si las estrellas de un cielo resplandeciente descendieran lentamente una a una,
su luz iluminando el suelo.
Susurró una voz intangible en el aire: ––Duerme...
La luz suavemente translúcida parecía tener algún tipo de efecto
hipnotizante. El cultivo de Shi Mei y Xue Meng era más bajo, y rápidamente
se hundieron en el sueño.
––Duerme...
Chu Wan Ning apretó los dientes y tercamente se obligó a resistir, pero el
poder de un Dios fundador era insuperable, y al final fue incapaz de resistir la
calma, y también cayó en un sueño.
Dentro del arsenal de armas sagradas:
Como reloj de arena de sangre, Mo Ran era el único que seguía despierto.
La sangre brotaba cuando tosía. Al otro lado de la disminuida cascada, podía
ver vagamente a los tres atrapados en sueños.
Chu Wan Ning, Shi Mei y Xue Meng, todos dormidos.
Escuchó las palabras de Gou Chen, y sabía que la única manera de romper
el hechizo, y la única manera de salvarse, era que uno de ellos despertara a
tiempo. Pero el tiempo pasó, su cabeza se mareó más y su cuerpo se sintió más
frío, y nadie se despertó.
Tal vez todo lo que se va vuelve; así fue como trató a Chu Wan Ning en la
vida anterior, y ahora le tocó a él sentir cómo se le derramaba la sangre gota a
gota.
Qué risible.
Entre ellos, ¿Quién podría abandonar el mejor sueño de su vida, sobre lo
que más deseaban tener, sólo para venir a salvarlo?
Xue Meng definitivamente no lo haría.
Chu Wan Ning... no importa, no va a pensar en él.
Si hay alguien, probablemente debería ser Shi Mei.
Refunfuñó con estupor, pero ya había perdido demasiada sangre, y el
control de su conciencia estaba empezando a decaer.
Mo Ran bajó la cabeza y miró hacia abajo por debajo de sus pies. La
sangre que había caído en el fondo del reloj de arena de cobre se mezcló con el
agua que había en su interior, tiñendo el reluciente líquido de un rojo tenue.
De repente se preguntó, si él también caía en la ilusión de Gou Chen, ¿Qué
vería? ¿Soñaría con delicados y translúcidos Wontonss, la sonrisa amable de
Shi Mei, el elogio y la aprobación de Chu Wan Ning, y la primera vez que
llegó al Pico Sisheng, las flores Haitang a la deriva a través del cielo,
transportadas por la brisa...?
––Mo Ran...
Escuchó que alguien lo llamaba.
La cabeza de Mo Ran seguía inclinada. Sentía que estaba a punto de
desmayarse; tal vez ya estaba alucinando, escuchando cosas.
––Mo Ran.
–– ¡Mo Ran!
¡No fue una alucinación!
Levantó abruptamente la cabeza.
Sus pupilas se contrajeron al ver quién lo llamaba.
Su voz era casi ronca mientras lloraba: –– ¡Shi Mei!
¡Era Shi Mei!
Aquel que despertó del sueño, que abandonó la perfección y renunció a la
felicidad, quien, aun cuando todo era exactamente como deseaba, todavía se
acordaba de él.
Era Shi Mei...
Viendo a esa persona frágil atravesar la cascada y caminar hacia él, Mo
Ran de repente se sintió sofocado.
––Shi Mei... tú...
No estaba seguro de qué decir. Mo Ran cerró los ojos, su voz ronca. ––
Gracias... incluso en un sueño maravilloso, todavía... todavía te acuerdas de
mí...
Shi Mei vadeó el agua, sus ojos y cejas aún más negros contra su ropa
empapada.
Su mirada era gentil como la primera vez que Mo Ran lo vio, gentil como
los incontables sueños en los que había aparecido en la vida pasada, gentil
como la forma en que lo recordaba cuando todo su cuerpo se sentía frío y no
tenía nada más a lo que apegarse.
Shi Mei dijo: ––No seas tonto, por qué me lo agradeces.
Sólo cuando se acercó, Mo Ran notó que sus pies sangraban.
No sabía cuándo se había calentado el suelo; Gou Chen-shanggong parecía
tener la intención de probar hasta qué punto una persona estaría dispuesta a ir
por su compañero, y el hechizo del sueño fue seguido por un tormento
despiadado.
Las botas de Shi Mei ya habían sido quemadas. Si no caminaba, el suelo se
quedaría como está, pero si insistía en caminar hacia adelante, cada paso iría
acompañado de una oleada de llamas bajo los pies, no tan caliente como para
que no pudiera moverse directamente, pero lo suficiente como para que se
sintiera terriblemente agonizante.
Pero esa persona gentil, claramente adolorida, sólo miró hacia abajo una
vez antes de que su mirada se volviera aún más inquebrantable y caminó hacia
Mo Ran, con un pie delante del otro.
––Mo Ran, aguanta un poco más. –– Él dijo. ––Te bajaré de ahí.
Sus ojos se encontraron, y Mo Ran sabía que no tenía sentido decir "no
vengas".
Su mirada era demasiado decidida, demasiado persistente.
Nunca antes había visto este tipo de expresión en la cara de Shi Mei.
Si Mo Ran estuviera en un estado más tranquilo, seguramente lo habría
encontrado extraño.
Shi Mei siempre lo había llamado "A-Ran", ¿Cuándo lo había llamado Mo
Ran?
Estaba tan absorto en la bondad de Shi Mei hacia él que no se dio cuenta
de que la persona que tenía delante no era Shi Mei, peroChu Wan Ning.
La última técnica del viejo sauce se llamaba Corazón Arrancado.
Este llamado Corazón arrancado fue un intercambio de corazón y espíritu
entre dos personas.
Cuando Chu Wan Ning se liberó del sueño y se despertó, descubrió que
había cambiado de lugar con Shi Mei. La magia de Zhai Xin Liu había
transferido su conciencia al cuerpo de Shi Mei, y probablemente viceversa.
Pero Shi Mei permaneció dormido, y por eso no tenía ni idea de que había
cambiado de cuerpo.
Chu Wan Ning no tuvo tiempo de explicarlo, y Mo Ran, completamente
inconsciente de la verdad, pensó que la persona que estaba ante él era
realmente Shi Mei.
Creía firmemente que Shi Mei definitivamente soportaría el dolor y
llegaría hasta él, así como no pudo olvidar su bondad incluso a través de la
muerte. Las personas eran criaturas obstinadas.
Pero fue demasiado cruel.
Cuando Chu Wan Ning finalmente llegó al reloj de arena de cobre y
comenzó a subir por la imponente enredadera hacia Mo Ran, innumerables
espinas diminutas y ardientes brotaron repentinamente de la enredadera.
Chu Wan Ning fue tomado desprevenido, con las manos quemadas y
perforadas a la vez.
Intentó agarrarse y seguir escalando, pero el cuerpo y la cultivación de Shi
Mei eran débiles, y las espinas le atravesaron la piel y la carne de sus manos
mientras caía por las enredaderas.
––…
Chu Wan Ning maldijo en voz baja, las cejas arrugadas por el dolor.
¡Este cuerpo inútil de Shi Ming Jing!
Mo Ran: –– ¡Shi Mei!
Chu Wan Ning cayó al suelo sobre sus rodillas, su piel quemándose
instantáneamente donde tocó el suelo.
Con las cejas fruncidas, se mordió el labio por costumbre y se negó a
gritar.
Esta clase de expresión se vería obstinada y feroz en su propia cara, pero
en la suave y bella cara de Shi Mei, de alguna manera sólo era desgarrador.
Después de todo, no podía compararse.
––Shi Mei...
Mo Ran abrió la boca para hablar, pero las lágrimas rodaron hacia abajo.
Su corazón se sentía como si estuviera siendo cortado con cuchillos. A
través de su visión borrosa, observó ese cuerpo delgado y frágil, esa persona
frágil, lentamente, poco a poco, trepando por las enredaderas.
Las espinas le atravesaron las manos, las llamas quemaron su carne.
Todo estaba teñido de escarlata, un rastro de manchas de sangre a su paso.
Mo Ran cerró los ojos, la sangre burbujeaba en su garganta. Se ahogó, y
cada palabra tembló: ––Shi... Mei...
Esa persona estaba cerca ahora. Mo Ran vio un breve destello de dolor en
sus ojos; realmente parecía tener mucho dolor, incluso la voz de Mo Ran
parecía ser una especie de tormento para él.
Su expresión era inquebrantable, pero esos ojos casi podían describirse
como suplicantes.
––No me llames más.
––…
––Mo Ran, espera un poco más, te voy a bajar... de... ahí...
Mientras hablaba, sus ojos brillaban con determinación, como el
desenvainar de una espada, más allá de las palabras de ese rostro normalmente
gentil.
Las túnicas de Chu Wan Ning ondeaban mientras saltaba sobre el reloj de
arena de cobre.
Su cara estaba pálida y estaba de pie de forma inestable, casi al borde del
colapso. Aparte de la subida y caída de su pecho, parecía poco diferente de los
muertos.
En ese momento, Mo Ran sintió que sería mejor para él desangrarse y
morir que tener que sufrir así.
Incluso su voz salió destrozada: ––Lo siento.
Chu Wan Ning sabía que esta pena no era para él. Quería explicarlo, pero,
mirando la espada azul plateada de Gou Chen-shanggong que sobresalía del
pecho de Mo Ran, probablemente la espada era la fuente de energía espiritual
para las enredaderas, le preocupaba que Mo Ran pudiera lesionarse más si lo
explicaba, y por eso seguía fingiendo ser su "Shi Mei", preguntando:
––Mo Ran, ¿Confías en mí?
––Confío en ti. –– Sin dudarlo.
Chu Wan Ning le lanzó una mirada desde debajo de sus pestañas y agarró
la empuñadura; la espada estaba cerca de la arteria principal, el más mínimo
deslizamiento podía costarle la vida a Mo Ran.
––… –– La mano de Chu Wan Ning tembló un poco donde se envolvía
alrededor de la espada, y no se movió.
Los bordes de los ojos de Mo Ran aún estaban rojos, pero de repente
sonrió: ––Shi Mei.
––... Mn.
Mo Ran: ––... Estoy a punto de morir.
––... No lo harás.
––Si estoy a punto de morir, ¿Puedo... puedo abrazarte?
Lo dijo con tanta cautela, sus ojos brillando con humedad, que el corazón
de Chu Wan Ning se ablandó a pesar de sí mismo.
Pero, recordando que la persona en los ojos de Mo Ran era en realidad otra
persona, esa suavidad se congeló instantáneamente de nuevo.
De repente se sintió como el insignificante alivio cómico en el escenario
de una obra de teatro, opacado detrás de las hermosas y fluidas mangas de la
protagonista femenina, pasando totalmente desapercibido.
En esta conmovedora y desgarradora narración, él era innecesario, no
deseado.
O tal vez su único uso era usar la fea cara del payaso y, con una sonrisa
exagerada pintada, actuar como un florete para las alegrías y las penas, el amor
y el odio de otras personas.
Qué risible.
Pero Mo Ran no sabía nada de lo que pensaba. Vio el parpadeo en los ojos
de Chu Wan Ning y pensó que era la falta de voluntad de Shi Mei, y
rápidamente dijo: ––Sólo por un momento. Un poco de tiempo es suficiente.
Un suave suspiro, apenas audible. ––En realidad, yo...
Mo Ran: –– ¿Qué pasa?
––... No importa.–– Chu Wan Ning dijo: ––No es nada.
Se acercó, pero no demasiado, por miedo a golpear accidentalmente esa
espada, y luego extendió la mano y suavemente envolvió un brazo alrededor
del hombro de Mo Ran.
Escuchó a Mo Ran susurrando a su oído: ––Shi Mei, gracias por
despertarte, gracias por seguir recordándome incluso en ese sueño.
Chu Wan Ning miró hacia abajo, las pestañas temblando como el aleteo de
las alas de una mariposa, y luego sonrió levemente: ––Ni lo menciones.
Una pausa, y luego dijo: ––Mo Ran.
–– ¿Hm?
Chu Wan Ning lo abrazó, acariciando su cabello, como si aún estuviera en
un sueño, y suspiró suavemente, –– ¿Sabías que los sueños más maravillosos
rara vez son reales?
Luego se alejó, el abrazo rápido como el ligero toque de una libélula sobre
el agua.
Mo Ran levantó la vista. Realmente no entendía lo que Shi Mei quería
decir; todo lo que sabía era que el breve abrazo era la bondad de Shi Mei hacia
él, un caramelo dado por lástima.
Dulce y agrio, un toque de acidez en la lengua.
En el momento en que esa espada fue sacada, la sangre floreció en el aire
como tantas flores Haitang sopladas de las ramas por un fuerte viento.
Una agonía aguda le atravesó el pecho a Mo Ran. Pensó que estaba a
punto de morir, y todo lo que no podía dejar ir inundó sus pensamientos al
instante. De repente, soltó: ––Shi Mei, en realidad, siempre me has gustado.
¿Y tú...?
Con el sonido de la espada cayendo al suelo, las enredaderas se disiparon
en un instante, el tumultuoso flujo de agua cesó abruptamente, y el arsenal de
armas sagradas regresó a su antigua tranquilidad.
Siempre me has gustado.
¿Y tú...?
El cuerpo de Mo Ran había alcanzado sus límites, y la oscuridad se
apoderó de su visión.
Un par de manos manchadas de sangre lo atraparon mientras caía en los
brazos de Shi Mei.
No sabía si estaba viendo cosas, pero las delgadas cejas de Shi Mei se
unieron mientras cerraba lentamente los ojos, y una brillante humedad parecía
deslizarse lentamente hacia abajo.
Pareció escuchar a Shi Mei susurrar en voz baja: ––Yo también.
Mo Ran: –– ¡!
Debe estar viendo cosas, ¿Por qué otra razón Shi Mei se vería tan
miserable mientras respondía?
––A mí también... me gustas.
Finalmente incapaz de aguantar más, Mo Ran se hundió en la
inconsciencia.
CAPÍTULO 46: ESTE VENERABLE DESPIERTA.
Cuando despertó, Mo Ran descubrió que todavía estaba dentro del arsenal
de armas sagradas.
Parecía haber estado dormido durante mucho tiempo, pero cuando abrió
los ojos, se dio cuenta de que no había pasado mucho tiempo, de hecho, podría
haber sido sólo un parpadeo.
No sabía si era porque el hechizo se había roto con éxito, pero cuando se
despertó, descubrió que estaba tendido en el suelo sin una sola lesión. Esa
herida brutal, esa sangre sangrienta, eran sólo una pesadilla, sin dejar rastro en
su cuerpo.
Mo Ran estaba sorprendido y encantado a pesar de sí mismo, luego miró a
Shi Mei. No sabía cuándo Shi Mei perdió el conocimiento, pero también
estaba libre de cualquier daño.
¿Podría ser que después de pasar la prueba de Gou Chen-shanggong, Gou
Chen no sólo rompió la ilusión, sino que también sanó todas las heridas que
recibieron dentro de la ilusión?
Aunque ahora que lo pensaba, Gou Chen-shanggong no tenía la intención
de hacerles daño, así que esto era más apropiado para el objetivo inicial de
probarlos. Aún así, Mo Ran no lo sentía real, y seguía sintiendo que apenas
había escapado con vida.
Entre los cuatro, él fue el primero en despertar.
Luego, fue Shi Mei. Al ver que las pestañas de Shi Mei se abrían
lentamente, Mo Ran se llenó de alegría y exclamó con entusiasmo: –– ¡Shi
Mei! Estamos bien ¡Muy bien! ¡Rápido, mírame!
Dentro de los ojos de Shi Mei hubo primero un destello de confusión,
luego gradualmente se volvieron más lúcidos, y abrió los ojos abruptamente. –
– ¿A-Ran? Tú...
Antes de que terminara, Mo Ran lo envolvió en un fuerte abrazo.
Shi Mei no pudo evitar sorprenderse, pero aún así le dio una palmadita en
el hombro. –– ¿Qué te pasa...?
––Lamento haberte hecho sufrir tanto.
Shi Mei estaba confundido. ––Bueno, no fue nada, sólo tuve un sueño, eso
es todo.
–– ¡Pero el dolor aún era real!–– Exclamó Mo Ran.
––... ¿Qué dolor?–– Shi Mei preguntó.
Justo en ese momento, Xue Meng también se despertó, y quién sabe con
qué soñó, pero gritó: –– ¡INSOLENTE RUFIÁN! ¡Te atreves a tocarme! –– Y
se levantó.
Shi Mei vio que estaba despierto y se acercó. ––Joven maestro.
––Huh... ¿Por qué eres tú? ¿Por qué estás aquí?–– Xue Meng pensó que
todavía estaba en un sueño.
Mo Ran estaba de muy buen humor, por lo que su actitud hacia Xue Meng
también fue muy amable, y sonrió mientras daba cuenta de las cosas que
sucedieron. Sólo entonces Xue Meng volvió a la realidad.
––Así que fue un sueño... Y yo que pensaba...
Para ocultar su incomodidad, Xue Meng aclaró su garganta, y de repente
descubrió que Chu Wan Ning, el más poderoso en la realidad todavía estaba
dormido, aún no había despertado, y estaba asombrado a pesar de sí mismo.
–– ¿Cómo es que Shizun no se ha despertado todavía?
Se acercaron y examinaron las heridas de Chu Wan Ning. Dado que Chu
Wan Ning ya estaba herido antes de que se activara la ilusión, y por el diseño
de Gou Chen-shanggong, sólo las heridas sufridas dentro de la ilusión podían
curarse, el hombro de Chu Wan Ning todavía estaba empapado en grandes
cantidades de sangre, una visión impactante.
Mo Ran suspiró: ––Esperemos un poco más y veamos.
Tomó alrededor de un palo de incienso de tiempo antes de que Chu Wan
Ning finalmente volviera en sí.
Lentamente abrió sus ojos de fénix, y cuando despertó, sus ojos estaban
vacíos y fríos, como si acabara de nevar pesadamente en una gruesa manta
blanca. Pasó mucho tiempo antes de que sus ojos se movieran, y su mirada se
posó en Mo Ran.
Sin embargo, parecía ser como Xue Meng, y no había salido del estado de
sueño en ese momento. Miró a Mo Ran, luego lentamente extendió la mano, su
voz temblando. ––Tú...
––Shizun–– declaró Mo Ran.
Oyendo a Mo Ran llamarlo así, la mano de Chu Wan Ning se detuvo en el
aire, y un rastro de calor pareció finalmente aparecer en su rostro pálido, y sus
ojos también se iluminaron de repente. ––Mn...
–– ¡Shizun!
Xue Meng empujó a Mo Ran a un lado y se lanzó hacia Chu Wan Ning,
agarrando su mano. –– ¿Estás bien? ¿Te sientes mejor? Shizun, no te
despertaste en mucho tiempo, ¡Iba a morir de preocupación!
Cuando Chu Wan Ning vio a Xue Meng, se quedó un poco perplejo, y
entonces la fina capa de niebla en sus ojos se desvaneció gradualmente.
Cuando miró más de cerca a Mo Ran, vio que mientras el otro también miraba
hacia atrás, sostenía la mano de Shi Mei con fuerza, sin soltarla ni un segundo.
––…
Así, Chu Wan Ning se despertó completamente, su expresión se enfrió.
Luego, como un pez en un estanque seco, murió completamente.
Shi Mei preguntó con preocupación: ––Shizun, ¿Estás bien? ¿Te duele el
hombro?
Chu Wan Ning respondió tranquilamente: ––Estoy bien. No duele.
Con la ayuda de Xue Meng, se levantó lentamente. Mo Ran estaba un
poco confundido; Chu Wan Ning se había lastimado el hombro, así que, ¿Por
qué dio un paso tan cauteloso cuando se levantó, como si fueran sus pies los
que estaban lesionados?
Mo Ran pensó que Chu Wan Ning no sabía lo que había sucedido en la
ilusión anterior, y dio otro breve relato.
Cuando Shi Mei escuchó el relato la primera vez pensó que algo no estaba
bien, y ahora que volvió a escucharlo, se sintió aún más perplejo y dijo,
incapaz de contenerse: ––A-Ran, ¿Dijiste que yo era el que te había salvado?
––Sí.
Shi Mei se quedó en silencio por un momento y luego dijo lentamente: ––
Pero yo... he estado soñando todo el tiempo antes, nunca me desperté.
Mo Ran se sorprendió, y de inmediato se echó a reír: ––Deja de bromear.
––No estoy bromeando–– dijo Shi Mei ––Soñé... Soñé con mi madre y mi
padre, que todavía estaban vivos. Ese sueño era demasiado real, no pensé... No
creí que pudiera dejarlos atrás, de verdad...
No había terminado antes de que oyeran a Chu Wan Ning decir
rotundamente: ––Eso no es nada extraño. Gou Cheng probablemente borró tu
memoria de rescatar a otros. De cualquier manera, ni yo ni Xue Meng lo
salvamos, y como dijo que fuiste tú quien lo salvó, entonces fuiste tú.
Shi Mei: ––…
––Si no, ¿Qué? ¿Piensas que Gou Chen tiene una forma de intercambiar
las almas de las personas?–– Dijo Chu Wan Ning con frialdad.
No había querido sufrir por nada, y originalmente había querido contarle la
verdad a Mo Ran.
También esperaba que Mo Ran se diera cuenta de que la persona dentro de
la ilusión no era Shi Mei, sino él que había intercambiado corazones con Shi
Mei.
Sin embargo, la confesión de Mo Ran hacia Shi Mei al final para Chu Wan
Ning, fue realmente demasiado vergonzoso.
Cuando se despertó, miró los brillantes ojos negros de Mo Ran. Hubo un
momento en el que Chu Wan Ning pensó, quizás en el corazón de Mo Ran, le
importaba aunque fuera un poco.
Una expectativa tan humilde; pasó mucho tiempo antes de que un
pensamiento tan débil y vulnerable se atreviera a espiar en secreto.
Pero todo estaba en su cabeza.
La sangre que sangraba, las heridas que sufrió, Mo Ran no sabía nada de
ellas, y tampoco había necesidad de que él lo supiera.
Chu Wan Ning no era tonto. Incluso si Mo Ran no decía nada, era fácil ver
cuánto apreciaba a esa persona tan amable y hermosa. Por qué Mo Ran lo
miraría, parado en la esquina como una muñeca llena de polvo.
Sin embargo, cuando escuchó a Mo Ran decir con sus labios "Siempre me
has gustado", Chu Wan Ning sintió que había perdido por completo, una
derrota miserable.
Ese abrazo dentro de la ilusión, para Mo Ran, era una caridad otorgada por
Shi Mei.
Pero Mo Ran nunca sabría que ese abrazo era él otorgando caridad a otra
alma lamentable.
Chu Wan Ning nunca había creído que Mo Ran se enamoraría de él, así
que hizo todo lo que pudo para suprimir sus sentimientos, sin intentar forzar su
mano, sin causar ninguna molestia, sin tocarlo.
Ese afecto temerario, esos enredos apasionados y obsesivos, sólo crecieron
en el suelo de la juventud.
Cuando era joven también esperaba que hubiera alguien que pudiera
quedarse a su lado, brindando bajo la luna, pero esperó y esperó, y aún así esta
persona nunca apareció. Más tarde, el tiempo pasó día a día, su nombre dentro
del mundo de la cultivación subió cada vez más alto, y todo el mundo se
detuvo ante la admiración, corriendo la voz de que era un personaje
irrazonable.
Era como si estuviera escondido en un capullo, y el tiempo giraba
continuamente a su alrededor. Al principio todavía podía ver algo de luz desde
el exterior filtrándose a través del capullo, pero año tras año, había más y más
seda y el capullo se hacía más y más grueso, hasta el punto de que ya no podía
ver la luz. Dentro del capullo sólo estaba él, y la oscuridad.
No creía en el amor, no creía en los encuentros fortuitos, y ciertamente no
quería ir detrás de nada. Si mordiera arduamente el capullo, cubriéndose de
heridas, y saliera arrastrándose torpemente sin que nadie lo esperara al otro
lado, ¿Qué haría él?
Puede que guste de Mo Ran, pero este chico era demasiado joven, estaba
demasiado lejos de su alcance y era demasiado ardiente. Chu Wan Ning no
quería acercarse, no sea que un día fuera quemado hasta las cenizas por
semejante llama.
Por lo tanto, había tomado todos los caminos de retiro que había.
No sabía lo que había hecho mal.
Qué había hecho, que incluso un sueño tan pequeño se ahogara por la
lluvia fría y tempestuosa.
–– ¡Shizun, mira hacia allá, rápido! –– El grito de sorpresa de Xue Meng
devolvió la mente de Chu Wan Ning, y su mirada siguió el sonido sólo para
ver que el metal fundido rugiente estaba rodando una vez más en la pileta de
fundición. El antiguo espíritu de sauce volvió a atravesar las aguas, rodeado de
llamas. Sin embargo, los ojos del espíritu de sauce se volvieron hacia atrás,
obviamente en un estado de locura. En sus manos, sostenía esa espada sagrada
plateada y resplandeciente de Gou Chen-shanggong.
–– ¡Corran! ¡Rápido! –– Ordenó Chu Wan Ning.
No hubo necesidad de que repita; los discípulos inmediatamente corrieron
hacia la salida.
El manipulado espíritu de sauce levantó la cabeza hacia el cielo y gritó, las
cadenas de hierro en todo su cuerpo sonaron ruidosamente, tintineando y
haciendo ruido. Nadie había hablado, pero los cuatro escucharon una voz en
sus oídos al mismo tiempo.
––Deténganlos, no escapará ni uno solo.
Xue Meng gritó consternado: –– ¡Alguien está hablando en mis oídos!
––No le hagas caso–– respondió Chu Wan Ning. –– ¡Es la técnica de Zhai
Xin Liu, Tentación del Corazón! ¡Sólo concéntrate en escapar!
Ahora que lo dijo, todos los demás lo recordaron. Cuando Zhai Xin Liu
aún estaba consciente, les había dicho una vez. La técnica de Tentación del
Corazón utiliza la codicia y el deseo en el corazón de uno como cebo para
obligar a las personas a matarse entre sí.
Efectivamente, esa voz en los oídos de Chu Wan Ning siseaba. ––Chu
Wan Ning, ¿No estás cansado?
Estimado Zongshi, Yu Heng del Cielo Nocturno. Un personaje así, pero
sólo puedes amar a escondidas a tu propio discípulo en secreto. Le has dado
mucho, pero él lo dio todo por sentado.
Nunca tuvo ojos para ti, sólo le gusta ese pequeño y hermoso Shige. Que
lamentable.
La cara de Chu Wan Ning era muy oscura. Ignoró completamente el ruido
en sus oídos y continuó corriendo hacia la salida.
––Ven a mi lado, toma esta Espada Ancestral, mata a Shi Mei, y nadie se
interpondrá entre ustedes dos. Ven a mi lado, puedo ayudarte a lograr tu deseo,
tener a tu amado amor sólo para ti. Ven a mi lado...
Chu Wan Ning gritó con furia: –– ¡Qué desgraciado, vete al infierno!
Obviamente, todos los demás habían escuchado los diferentes términos
que la voz proponía, y aunque su ritmo se había ralentizado, aún podían luchar
contra las tentaciones. Cuanto más se acercaban a la salida, más Zhai Xin Liu
parecía enloquecer, y los aullidos en sus oídos prácticamente se estaban
volviendo retorcidos.
–– ¡PIÉNSALO! ¡UNA VEZ FUERA DE ESTA PUERTA, NUNCA
HABRÁ OTRA OPORTUNIDAD! –– Las voces dentro de los oídos de todos
eran diferentes, gritando fuertemente.
CHU WAN NING, CHU WAN NING, ¿REALMENTE ESTARÁS SOLO
POR EL RESTO DE TU
VIDA?
MO WEI YU, SÓLO YO SÉ DÓNDE ESTÁ LA PÍLDORA DE LA
RESURRECCIÓN, VEN A MI LADO, DÉJAME DECIRTE...
SHI MING JING, ¡CONOZCO EL DESEO EN LO MÁS PROFUNDO
DE TU CORAZÓN, SÓLO YO PUEDO AYUDARTE!
XUE ZI MING, ¡EL ARMA SAGRADA QUE HAS ELEGIDO ES
FALSA! SÓLO QUEDA UN ARMA FORJADA POR GOU CHEN
SHANGGONG EN EL LAGO JIN CHENG. ¡REGRESA, Y ESTA ESPADA
ANCESTRAL TE PERTENECERÁ! ¿No QUERÍAS EL ARMA DE LOS
DIOSES? ¿No QUIERES SER EL QUERIDO DE LOS CIELOS? ¡SIN UN
ARMA SAGRADA NUNCA PODRÁS COMPETIR CON NADIE MÁS!
VEN A MI LADO...
–– ¡XUE MENG! –– Mo Ran de repente descubrió que su primo que
corría a su lado había desaparecido.
Giró la cabeza y vio que los pasos de Xue Meng se estaban desacelerando
hasta que finalmente se detuvo, mirando hacia atrás para contemplar esa
espada sagrada de color azul plateado que flotaba arriba y abajo en la pileta de
fundición.
El corazón de Mo Ran se estremeció.
Sabía lo obsesionado que estaba Xue Meng con las armas sagradas.
Cuando este bastardo descubrió que el arma que recibió era falsa, debió estar
muy deprimido. Zhai Xin Liu tentándolo con la Espada Ancestral realmente
fue la mejor táctica.
–– ¡Xue Meng, no le creas, no te vayas!
Shi Mei intervino también. ––Joven maestro, vamos, ¡Ya casi estamos en
la salida!
Mirando perdido, Xue Meng volvió la cabeza hacia atrás y los miró
mientras los ecos de los ruidos se volvían aún más encantadores: ––Están
celosos de ti, no quieren que tengas un arma sagrada. Piensa en Mo Wei Yu; él
ya ha ganado su arma, por supuesto que preferiría que no tuvieras nada.
Ustedes dos son hermanos, pero si no eres el mejor, entonces la honrosa
posición de líder del Pico Sisheng caerá naturalmente en sus manos.
Xue Meng murmuró: ––Cállate.
Ante él, Mo Ran parecía estar gritándole algo con ansiedad, pero no podía
oír con claridad, y sólo podía abrazar su cabeza y gritar repetidamente: ––
¡CIERRA LA BOCA! ¡CALLATE!
––Xue Zi Ming, ya no hay más armas adecuadas para ti en el arsenal de
armas sagradas. Si te pierdes la Espada Ancestral, sólo podrás someterte a la
servidumbre de Mo Wei Yu en el futuro.
Cuando llegue ese momento, él será tu maestro, debes arrodillarte ante él,
obedecer todas sus órdenes. ¡Piensa que si lo matas, nada de eso sucederá! El
fratricidio no es infrecuente a lo largo de la historia, ¡Y sólo es tu primo! ¿Qué
hay que dudar? Ven... permíteme darte la espada...
–– ¡XUE MENG!
–– ¡JOVEN MAESTRO!
Xue Meng dejó de luchar de repente, y sus ojos se abrieron de par en par,
con las pupilas rojas.
––Ven a mi lado... Tú eres el querido por los cielos... Eres digno de liderar
un ejército de millones...
Chu Wan Ning gritó con fuerza. –– ¡XUE MENG!
––Ven... Sólo cuando te conviertas en el líder del Pico Sisheng, el mundo
de la cultivación inferior conocerá la paz... Piensa en aquellos que sufren,
piensa en toda la injusticia que todos ustedes sufrieron... Xue Zi Ming, déjame
ayudarte...
Sin quererlo, Xue Meng ya se había presentado ante la burbujeante pileta
de fundición, y el espíritu de Zhai Xin Liu presentó la Espada Ancestral de
Gou Chen-shanggong, el blanco de sus ojos estaba repleto de venas de sangre.
––Muy bien. ¡Toma esta espada y ve a detenerlos!
Xue Meng levantó lentamente su temblorosa mano, y cogió esa espada
sagrada azul plateada.
––Mátalos.
––Mata a Mo Wei Yu.
––Ve... ¡AAAAHHHHH!
Xue Meng sacó abruptamente la larga espada, una espléndida flor de acero
en su mano. Se balanceó hacia atrás y golpeó rápidamente, el hermoso rostro
del querido por los cielos se reflejaba brillantemente en el aura espiritual de la
Espada Ancestral, y, iluminado por el brillo de la espada, sus ojos eran más
claros y brillantes que nunca antes, y no estaban inundados en absoluto de sed
de sangre.
Ese golpe no estaba dirigido a Mo Ran, sino que se lanzó directamente
hacia el cuerpo de Zhai Xin Liu, atravesando su abdomen.
Instantáneamente, la tierra tembló, y el antiguo sauce se sacudió.
El hechizo se rompió y el interior del arsenal de armas sagradas comenzó a
quebrarse y colapsar.
Xue Meng jadeó ásperamente; había usado todo lo que tenía para liberarse
del encantamiento. Miró a Zhai Xin Liu, su joven cara llena de determinación
juvenil e inocencia. En esos ojos brillantes brillaban tanto el orgullo como la
ingenuidad.
El polluelo fénix no sólo estaba hecho de principios marciales.
––No me confundas, y ni siquiera pienses en dañar a alguien más.
Xue Meng jadeó cuando terminó de hablar, ¡Y rápidamente arrancó la
larga espada!
En un instante, hubo un estallido del astringente hedor a sangre de Zhai
Xin Liu, y al caer en la muerte, su conciencia regresó a su cuerpo, y la energía
resentida dentro de él se dispersó completamente.
Agarrando su pecho, estabilizó arduamente su cuerpo caído, levantó su
cara, abrió y cerró su boca, y aunque no había voz, la forma de sus labios era
fácil de interpretar.
––Gracias... por... detenerme...
El cuerpo original de Zhai Xin Liu era un espíritu antiguo, emparejado en
poder con la Espada Ancestral, y cuando los dos se enfrentaron, ambos
sufrieron una grave pérdida. La Espada Ancestral en la mano de Xue Meng
también perdió su aura espiritual, oscureciendo y debilitándose.
De repente, el espíritu del sauce de un millón de años disipó su forma.
En un instante, millones de destellos se esparcieron por las aguas, y como
luciérnagas, bailaron y dieron vueltas alrededor de ellos, revoloteando y
fluyendo, los destellos dorados brillaron, hasta que finalmente se
desvanecieron, sin ser vistos.
––Joven maestro, venga aquí, ¡Rápido! ¡Este lugar va a colapsar! –– Shi
Mei llamó.
La tierra temblaba, no podían quedarse mucho tiempo.
Xue Meng miró hacia atrás y dio una última mirada al arsenal de armas
sagradas, y luego, con un sonido metálico, lanzó la Espada Ancestral destruida,
dejándola atrás. Y detrás de él, ladrillos y tejas se derrumbaron como el
choque de una avalancha.
CAPÍTULO 47: ESTE VENERABLE SIENTE COMO SI
ALGO ESTUVIERA APAGADO.
Chu Wan Ning resultó herido y los otros tres estaban agotados, así que una
vez que llegaron al corredor fuera del arsenal, Chu Wan Ning les ordenó que
descansaran un poco. Nadie habló durante un rato, ya sea de pie o sentados
mientras inspeccionaban las lesiones en sí mismos o en otra persona,
recuperando su fuerza.
Excepto por Xue Meng, quien estaba despistado con la cabeza inclinada,
perdido pensando en algo.
Mo Ran murmuró: ––Xue Meng...
Xue Meng no prestó atención a nadie más, sólo caminó rígidamente para
pararse ante Chu Wan Ning, levantó la vista, y cuando abrió la boca, su voz
era como un cristal roto.
––Shizun.
Mirándolo, Chu Wan Ning sintió la necesidad de acariciar su pelo revuelto,
pero al final se las arregló para empujarlo hacia atrás.
––El arma sagrada que elegí antes, ¿Era falsa?
Chu Wan Ning estaba en silencio.
Los bordes de los ojos de Xue Meng se volvieron aún más rojos y sus ojos
se volvieron inyectados en sangre. Si no fuera por su orgullo y su terquedad
que lo sostienen, probablemente las lágrimas habrían empezado a caer en el
acto.
–– ¿Significa esto que nunca podré tener un arma sagrada?
Chu Wan Ning cerró los ojos con un suspiro.
El pasillo estaba en silencio, salvo por la clara voz de Chu Wan Ning.
––... Niño tonto.
Un sólo "niño tonto", dijo en un suspiro de impotencia, y lo último de la
racionalidad de Xue Meng se desmoronó. Incapaz de aguantar más tiempo, se
lanzó a los brazos de Chu Wan Ning y, aferrado a su cintura, empezó a llorar.
––Shizun... Shizun...
El no poder obtener un arma sagrada del Lago Jin Cheng equivalía a
perder las calificaciones de uno para elevarse en el mundo de la cultivación, y
renunciar a la posibilidad de estar siempre en la cima. Todos estaban bien
conscientes de esto; Los poderes de un mortal eran finitos, sin un arma sagrada,
por más fuerte que fuera, una persona todavía estaba limitada por su cuerpo de
carne y hueso.
Los jóvenes maestros de las sectas en el reino de la cultivación superior
más o menos todos tienen armas sagradas transmitidas por sus predecesores.
Estas armas, aunque no fueran completamente compatibles con su energía
espiritual, eran todavía considerablemente poderosas. Sólo Xue Meng, ya que
Xue Zheng Yong y su hermano habían empezado de cero, nunca recibió un
arma sagrada del Lago Jin Cheng.
Y así, cuando eligió blandir la Espada Ancestral contra Zhai Xin Liu en la
destrucción mutua, fue lo mismo que renunciar a sus ambiciones de elevarse
por encima de todo.
Chu Wan Ning no preguntó nada, y no dijo nada más, sólo sostuvo a Xue
Meng y le acarició el pelo mientras él lloraba. Xue Meng creció mimado,
nunca sufrió realmente ninguna injusticia; pasó todos sus días pavoneándose
arrogantemente, y nunca había llorado desde que era lo suficientemente mayor
para recordar.
Pero ahora mismo, las lágrimas se derramaban por su rostro juvenil, y
todas sus palabras salían rotas, como el arma sagrada que nunca tendría, como
las aspiraciones de corazón de león que una vez pensó que eran algo seguro,
todo eso se hizo añicos.
––Xue Meng.–– Chu Wan Ning sostuvo al discípulo en sus brazos,
consolándolo.
Las olas en el fondo del lago ondularon entre la capa blanca de Chu Wan
Ning y su largo cabello negro como la tinta. En ese instante, Mo Ran sólo
pudo ver su fina cortina de pestañas bajando sobre los fragmentos de luz suave
que había debajo. Luego las olas se elevaron, revolviendo el cabello y la ropa,
y ya no podía ver el rostro de Chu Wan Ning claramente en la tenue luz.
Sólo lo escuchó decir: ––No llores, ya eres genial.
Su voz no era muy suave, pero al salir de la boca de Chu Wan Ning, las
palabras eran indescriptiblemente suaves.
Dentro del corredor, todo el mundo se quedó en silencio mientras cada uno
moraba en sus propios pensamientos.
Mo Ran se apoyó en la fría pared, viendo a Chu Wan Ning sostener a Xue
Meng, palmeando su hombro, y su corazón se sintió pesado.
Este viaje al Lago Jin Cheng.
Llegaron frescos y energizados.
Pero los dejó cargados de heridas.
Xue Meng había sido el querido por los cielos durante quince años.
Bien considerado y de alto espíritu.
Pero en el lapso de un día, todo se derrumbó.
A partir de ahora, tendrá que usar el resto de su larga vida para tratar de
olvidar estos quince años de gloria de vanguardia.
Cuando escaparon del arsenal, vieron a Zhai Xin Liu colapsar lentamente
en la pileta, como un antiguo coloso finalmente agotado, como la muerte de un
gentil gigante, la desaparición del propio sol. El resto de los tritones se
dispersaron de miedo.
El arsenal de armas sagradas de millones de años de antigüedad fue
destruido en un instante.
El árbol celestial cayó con un estruendo ensordecedor, desencadenando
una marea en el Lago Jin Cheng. Enfrentados al enorme remolino resultante,
los tritones se transformaron de nuevo en sus grandes formas originales en un
intento por capear la tormenta; El lago Jin Cheng se llenó instantáneamente de
escamas brillantes, con poco espacio para los simples mortales.
Mo Ran gritó: –– ¡No podemos salir de esta manera!
Justo cuando dijo eso, una cola gruesa de dragón de mar se estrelló. Mo
Ran se apartó rápidamente y apenas logró esquivarlo.
De repente apareció un dragón negro, más grande que todos los demás,
con escamas negras y brillantes de color dorado.
Mo Ran, sorprendido: –– ¿¡Wang Yue!?
Wang Yue dejó escapar un fuerte rugido, y el mudo dragón de repente
habló, con una voz baja como la campana de un gran reloj: ––Suban a mi
espalda; con la destrucción de Zhai Xin Liu, el Lago Jin Cheng pronto lo
seguirá. ¡Rápido! ¡Los sacaré de aquí!
Al no tener otras opciones, sólo podían hacer lo que se les había ordenado,
incluso sin saber si Wang Yue era amigo o enemigo. Wang Yue, cargando a
los cuatro, surgió a través de las peligrosas olas llenas de miles de dragones,
las aguas dividiéndose a su paso.
–– ¡Agárrense fuerte!
Fue la única advertencia que recibieron antes de que el antiguo dragón
saliera del agua y se elevara a los cielos. La presión los golpeó como una
tonelada de ladrillos, el flujo del agua como mil caballos galopando contra sus
cuerpos. No podían abrir los ojos, apenas podían respirar, aferrándose
desesperadamente a la espalda del dragón con todas sus fuerzas para no ser
arrojados de nuevo al lago.
Cuando pudieron abrir sus ojos de nuevo, ya estaban en lo alto del Lago
Jin Cheng, volando a través de las nubes en la cima del Pico XuYing. Gotas de
agua salieron volando de las grandes escamas como espejos de dragón, y el
rocío se convirtió en incontables destellos de luz que se materializaron en un
arco iris en el cielo. Wang Yue levantó su cabeza en un rugido mientras el
color bañaba la tierra.
Mo Ran escuchó la voz de Xue Meng desde detrás de él contra el fuerte
vendaval, lleno de emoción. Realmente era joven, después de todo, se distrajo
fácilmente de sus preocupaciones.
–– ¡Oh Dios mío! ¡Estoy volando! ¡En un dragón!
Wang Yue voló en círculos sobre el Pico XuYing, disminuyendo
gradualmente de tamaño mientras descendía, hasta aterrizar en la orilla del
Lago Jin Cheng a menos de la mitad de su tamaño original para no aplastar las
rocas y la flora de los alrededores, y permaneció en silencio en su lugar
mientras desmontaban.
Se volvieron para mirar hacia el Lago Jin Cheng, sólo para ver la gruesa
capa de hielo derretida, las olas agitando y esparciendo fragmentos de hielo.
La primera luz del amanecer coloreó los cielos del este con un blanco puro, la
luz del sol se derramó en el Lago Jin Cheng, resplandeciendo brillantemente.
De repente, Shi Mei gritó: –– ¡Mira a los dragones en el lago!
Los dragones retorciéndose y enrollándose en el lago, subiendo y bajando
con las olas, gradualmente dejaron de moverse y luego se desmoronaron, uno
tras otro, convirtiéndose en muchas motas de polvo, y piezas negras de ajedrez
flotaron desde el lago, reuniéndose en el aire.
Mo Ran murmuró: ––Formación de Ajedrez Zhen Long...
Todo en el lago, desde los dragones de mar hasta el propio Zhai Xin Liu,
estaba bajo el control de la Formación de Ajedrez Zhen Long. ¡Todo fue un
combate creado por alguien que se escondía en las sombras!
Mo Ran se estremeció.
Algo estaba mal con esta era renacida; ciertas cosas sucedieron antes de lo
que deberían haber sucedido sin razón aparente.
Cuando tenía dieciséis años en la vida anterior, definitivamente no había
nadie que pudiera dominar la Formación de Ajedrez Zhen Long tan bien.
¿Quién era este falso Gou Chen?
Xue Meng gritó: –– ¡Wang Yue!
Mo Ran se dio la vuelta, sólo para ver a Wang Yue agachado en el suelo
sin moverse. No había ninguna pieza de ajedrez negra en su cuerpo, pero
parecía extremadamente débil, con los ojos medio cerrados.
––Ustedes... hicieron bien... es mucho más preferible que se destruya el
Lago Jin Cheng de nuestro Estimado Dios Gou Chen, que... que caiga en
manos de un villano...
Cuando terminó de hablar, todo su cuerpo repentinamente comenzó a
brillar dorado, y cuando la luz se disipó, había tomado forma humana.
–– ¿¡Fuiste tu!?
Mo Ran y Xue Meng exclamaron simultáneamente.
El Wang Yue que tenían ante ellos era el mismo viejo tritón de pelo blanco
de antes que los había llevado al arsenal de armas sagradas. Wang Yue levantó
la cabeza, un indicio de culpa en sus ojos.
––Fui yo.
Xue Meng se sorprendió: ––T-Tú, ¿Por qué nos llevaste al arsenal?
¿Quieres ayudarnos o hacernos daño? Si es daño, entonces ¿Por qué nos
trajiste a tierra? pero si quieres ayudar, entonces si no hubiéramos pasado el
juicio de Zhai Xin Liu, no tendríamos...
Wang Yue miró hacia abajo, con voz ronca: ––Por favor, acepta mis
disculpas. Siendo las circunstancias lo que eran, no había nada más que
pudiera hacer. El propio cultivo del falso Gou Chen es insuficiente, y confió
totalmente en el poder espiritual de Zhai Xin Liu para ejercer la técnica
prohibida. La única forma de disipar su magia era vencer a Zhai Xin Liu. No
tuve más remedio que depositar mi esperanza en ustedes cuatro.
Chu Wan Ning sacudió levemente la cabeza, caminó hacia él y comenzó a
canalizar la energía espiritual para curar sus heridas.
Wang Yue dio un largo suspiro: ––Daozhang es amable, pero no hay
necesidad. Es mi momento.
Soy igual que las otras criaturas del lago, viviendo de la energía espiritual
de Zhai Xin Liu, y ahora que ha caído, no tardaré mucho en dejar este mundo.
Chu Wan Ning: ––…
Continuó Wang Yue: ––El orden de la vida y la muerte no puede ser
alterado. Haber vivido para ver la pesadilla del Lago Jin Cheng rota, mi deseo
ya se ha cumplido. Pero estoy terriblemente arrepentido por haberlos
involucrado en los peligros.
Chu Wan Ning dijo: ––No importa... ¿Sabes quién es el impostor y qué
quiere?
Wang Yue contestó: ––No sé quién es, pero su objetivo es obtener el poder
de Zhai Xin Liu para dominar las tres técnicas prohibidas.
Murmuró Chu Wan Ning: ––Las técnicas prohibidas requieren una
increíble cantidad de energía espiritual, de hecho sería mucho más fácil con la
ayuda de un espíritu antiguo de árbol.
––Sí, esa persona dijo lo mismo. Dijo que los espíritus antiguos son
inmensamente poderosos pero extremadamente difíciles de encontrar. El único
que se puede rastrear de los registros antiguos era Zhai Xin Liu.
Apareció hace poco, y desde que tomó el control del Lago Jin Cheng, pasó
todo su tiempo en el fondo del lago, usando el poder de Zhai Xin Liu para
practicar las técnicas prohibidas de Renacimiento y la Formación de Ajedrez
Zhen Long.
Wang Yue suspiró, sus ojos algo vacíos y apagados.
Mo Ran sintió caer su corazón.
Seguramente, este viaje al Lago Jin Cheng fue completamente diferente al
de la vida pasada, y todos los cambios ocurrieron no hace mucho tiempo. ¿Qué
salió mal para que todo cambiara de rumbo?
––Él no tenía la fuerza para controlar a las criaturas vivientes, por lo que
mató a innumerables criaturas en el lago y trató de controlar a los muertos en
su lugar. Lo consiguió, y en unas pocas semanas, masacró a casi todas las
criaturas en el lago y las convirtió en piezas de ajedrez. Dejó sólo unos pocos
vivos para experimentar, siendo yo uno de ellos.
Mo Ran preguntó: ––Cuando saliste del agua para encontrarte conmigo,
¿Estabas siendo controlado por el falso Gou Chen?
––No.–– Wang Yue cerró los ojos lentamente. ––Puede que sea capaz de
controlar a los demás, como el espíritu del zorro o incluso Zhai Xin Liu, pero
no puede controlarme a mí. Soy una bestia espiritual domesticada por el
estimado Gou Chen en la creación del mundo, hace milenios.
Cuando me sometí a ser su corcel, me marcaron con su sello, para ser leal
a un sólo maestro en la vida y en la muerte.
––Entonces, ¿Por qué...?
––Era una actuación, no tenía elección. –– Wang Yue suspiró: ––El
intruso no pudo controlarme completamente, pero la marca del estimado Gou
Chen tiene millones de años de antigüedad, su efectividad es una mera
fracción de la original. Una parte de mi cuerpo cayó bajo la influencia del falso
Gou Chen, la razón por la que me quedé mudo en nuestra primera reunión fue
porque esa persona tenía el control de mi garganta, sólo cuando su magia se
disipó fui capaz de hablar de nuevo.
Mo Ran preguntó: –– ¿Ese Gou Chen falso sabía que estabas fingiendo?
––Lo dudo. –– Wang Yue miró a Mo Ran mientras hablaba. ––Había
planeado tomar tu núcleo espiritual hoy para extender la vida de Zhai Xin Liu.
Pero no anticipó que los llevaría al arsenal de armas sagradas para destruir al
sauce antiguo, y no tomó ninguna precaución contra mi interferencia.
Pero Chu Wan Ning de repente habló: ––Tal vez no es que no haya
tomado precauciones contra ti, sino que no tuvo la fuerza suficiente para
hacerlo.
–– ¿Qué significa Daozhang?
Chu Wan Ning dijo: ––Hay algo más que es extraño en el farsante.
CAPÍTULO 48: EL VIEJO DRAGÓN DE ESTE
VENERABLE.
Ahora que lo mencionó, Mo Ran no pudo evitar estar de acuerdo.
Shizun tenía razón.
Había un ligero olor en el Gou Chen falso. Mo Ran pensó que sólo lo
estaba imaginando, pero como Chu Wan Ning también lo notó, entonces no
podía haber error.
El olor de la muerte. Este Gou Chen-shanggong no sólo no era el dios
mismo, ¡Ni siquiera era una persona viva! En otras palabras, el que estaba
detrás de todo esto estaba tirando de los hilos de un cadáver vestido como el
Dios de las Armas. El verdadero titiritero ni siquiera estaba aquí.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por una baja y dolorida risa desde
la dirección del Lago Jin Cheng. Inmediatamente después, un cuerpo
mortalmente pálido salió del agua como una flecha cuando el falso Gou Chen
saltó al aire. Pero tanto su apariencia como su comportamiento se habían
vuelto aterradores, su piel arrugada como una serpiente en medio de la muda, o
un gusano de seda tratando de atravesar su capullo. ––Yu Heng del Cielo
Nocturno, el Inmortal Bei Dou. Chu-zongshi, realmente haces honor a tu
nombre.
El falso Gou Chen flotaba sobre el agua cristalina del lago, su cara
retorciéndose en una especie de sonrisa retorcida incluso pedazos se
desprendían. –– ¿Cómo es que la Secta Ru Feng dejó que alguien como tú se
escurriera de entre sus dedos en ese entonces?
La voz de Chu Wan Ning era fría: –– ¿Quién eres exactamente?
––No necesitas saber quién soy.–– El falso Gou Chen dijo: ––Y tampoco
te diré quién soy yo. Puedes pensar en mí como alguien que debería haber
muerto hace mucho tiempo, pero que se arrastró fuera del infierno sólo para
quitarles la vida a los tipos honrados y honorables.
Rugió Wang Yue: –– ¡Desvergonzado! ¡Zhai Xin Liu ha sido destruido!
Sólo con tu fuerza, sin la ayuda del árbol sagrado, no tienes forma de usar las
técnicas prohibidas, o de llevar a cabo más transgresiones.
El falso Gou Chen se mofó: ––Vieja anguila, en tu último aliento aún
tratas de interponerte en mi camino. ¿Qué te hace pensar que tienes derecho a
hablar aquí? ¡Piérdete!
De repente, Chu Wan Ning habló: –– ¿Y crees que tú, como pieza de
ajedrez blanca, tienes derecho a hablar?
La "pieza de ajedrez blanca", como su nombre lo indica, es un tipo
especial de pieza en la Formación de Ajedrez Zhen Long.
El usuario puede colocar una porción de su alma en un cuerpo recién
fallecido y fusionarlos para formar una pieza de ajedrez que sea blanca como
el jade puro.
La "Pieza de ajedrez blanca" era diferente de la común "pieza de ajedrez
negra" que simplemente obedecía órdenes. En otras palabras, una pieza de
ajedrez blanca era un sustituto para el usuario; además de tener un poder
espiritual más débil que el original, podían pensar y actuar independientemente,
y las cosas que veían y escuchaban podían ser transmitidas al usuario original.
La identidad del falso Gou Chen fue expuesta, pero su reacción fue reír y
aplaudir: –– ¡Muy bien, muy bien! ¡Bien!
Después de los tres gritos de "bien", la cara del falso Gou Chen se volvió
aún más rota y distorsionada.
Parecía que el hechizo estaba llegando a su fin y no podía sostener la pieza
de ajedrez blanca durante mucho más tiempo, y la forma original del cadáver
estaba empezando a aparecer.
––Chu Wan Ning, no seas tan engreído. ¿Realmente crees que esto me
detendrá? Incluso si Zhai Xin Liu fue destruido, mi original siempre puede
encontrar otras fuentes de energía espiritual. Pero tú, por otro lado...
Mientras hablaba, sus ojos, cada vez más tenues y desenfocados por
segundo, de repente pasó junto a Chu Wan Ning para aterrizar junto a Mo Ran
con intenciones maliciosas.
¡Mo Ran fue golpeado por una repentina ola de aprensión!
El falso Gou Chen dijo lentamente, burlonamente: ––Si crees que soy el
único en este mundo que conoce las tres técnicas prohibidas, me temo que no
te quedará mucho tiempo de vida.
Chu Wan Ning bajó las cejas frunciendo el ceño y preguntó severamente:
–– ¿Qué quieres decir con eso?
Pero el falso Gou Chen de repente dejó de hablar. Se congeló y luego
explotó en pedazos malolientes, una pieza de ajedrez de color blanco jade salió
de su cuerpo y giró en el aire, retro iluminada por el sol naciente, antes de caer
en el Lago Jin Cheng con un golpe.
Parecía que el titiritero en las sombras, habiendo perdido la ayuda de Zhai
Xin Liu, había agotado su energía espiritual.
Simultáneamente, Wang Yue, que también dependía de la energía
espiritual de Zhai Xin Liu para sobrevivir, se tambaleó y cayó al suelo con un
ruido sordo. Murmuró: ––Ah...
Xue Meng soltó un grito de asombro: –– ¡Wang Yue!
Mo Ran también exclamó: –– ¡Wang Yue!
Los cuatro se reunieron alrededor del viejo dragón. Wang Yue apenas se
sostenía, sus labios eran incoloros. Los miró y habló con voz ronca como el sol
poniente.
––No... no crean las tonterías de esa persona. Había más... más mentiras
que verdades en sus palabras...
La cara de Shi Mei estaba llena de preocupación y tristeza, dijo
suavemente: ––Anciano, por favor, no hables más y déjame curarte.
––No, no es necesario. Si ni siquiera tu maestro pudo hacerlo... entonces...
tú... ––Wang Yue tosió varias veces y luego dijo, jadeando: ––En estos años,
muchos vinieron en busca de armas. Pero... cuando ese villano vino, Zhai Xin
Liu no quería que las armas sagradas dejadas por su maestro fueran usadas por
él, y así las destruyó a todas. Las únicas que quedaban... eran... eran una vid de
sauce igual a él en poder, y la, la espada del estimado Dios...
Ante esta mención, la expresión de Xue Meng se oscureció, su boca se
quedó sin palabras en una delgada línea.
––La vid de sauce... fue para este joven Daozhang. –– Wang Yue miró a
Mo Ran: ––Ese día, a orillas del lago, te dije que aunque fueras malvado en el
pasado, no te detendría, y que sólo puedo esperar que busques la bondad en el
futuro... pero en realidad... en la realidad, siguiendo los deseos de mi maestro,
las armas sagradas deberían pertenecer sólo a los virtuosos. Por eso, espero
que tú... que tú...
Mo Ran vio que ya le resultaba difícil hablar, y así interrumpió: ––No te
preocupes, anciano, lo entiendo.
El tritón murmuró: ––Eso es bueno... eso es bueno... entonces puedo...
descansar tranquilo...
Miró hacia el cielo, sus labios temblando un poco.
––Se dice que cuando uno va al Lago Jin Cheng en busca de un arma, una
criatura del lago... hará una petición. La mayoría de esas peticiones... eran para
medir el carácter moral del buscador, pero había excepciones ocasionales...
La voz de Wang Yue se hizo más tranquila y silenciosa, decenas de miles
de años revoloteando ante sus ojos como una linterna de tiovivo. ––Tenía un
acuerdo con mi maestro; cuando se fuera, yo debía quedarme y vigilar el Lago
Jin Cheng, sin salir... pero quién iba a saber que estaría vigilando durante
milenios y milenios... las vistas que contemplaba en mi juventud, las montañas
y los ríos... nunca llegué a... volver... a ver... otra vez...
Giró lentamente su cabeza para mirar a Mo Ran, sus ojos parpadeando con
una cálida humedad.
En ese instante, Mo Ran de repente supo lo que estaba a punto de decir.
En efecto, dijo en voz baja Wang Yue: ––Joven Daozhang, las flores de
ciruelo en la cintura de la montaña florecen espléndidamente durante todo el
año, me gustaban mucho cuando era joven. Aunque ya tengas tu arma sagrada,
¿Estarías dispuesto a...?
Mo Ran estaba a punto de decir, sí, iré a buscarte una rama.
Pero antes de que pudiera decir que sí, la luz en los ojos dorados de Wang
Yue se apagó abruptamente.
Jiang Nan tiene poco más, que un regalo de primavera en forma de una
rama en flor.
Los picos nevados se elevaban majestuosamente en la distancia, brillando
como el oro bailando resplandeciente en la superficie del lago mientras el sol
naciente bañaba las aguas con su luz de color rojo, las olas y las brisas
rompían los rayos para convertirlos en un carmesí resplandeciente.
Wang Yue había fallecido.
Él fue uno de los primeros dragones en la creación del mundo, una vez
había sido poderoso y estremecedor, una vez se había inclinado en la
servidumbre y había llevado a su maestro a todos los rincones del mundo.
Todo el mundo dijo que la marca forzó su sumisión, pero fue por respeto a
Gou Chen que mantuvo su promesa de milenios.
En este vasto mundo, quedaban pocos que recordaban la fundación del
mundo. Pero Wang Yue sabía que aunque el verdadero Gou Chen-shanggong
tenía sangre demoníaca corriendo por sus venas, su madre fue tomada en
contra de su voluntad; aborrecía a los demonios, y estaba con Fu Xi en contra
de la invasión demoníaca, usando su poderosa sangre demoníaca para forjar la
primera y verdadera espada del mundo para Fu Xi, y ayudándole a expulsar a
la raza demoníaca de la tierra.
Pero después de la unificación del cielo y la tierra, Fu Xi albergó recelos y
resentimientos hacia Gou Chen-shanggong debido a su sangre mitad demonio.
Gou Chen-shanggong no era tonto; cien años después, se excusó del reino de
los dioses por su propia voluntad, y llegó al reino de los hombres.
Durante su viaje, vio el sufrimiento y la matanza sin fin. Sentía que no
debía haber traído la "espada" a la existencia, y estaba lleno de remordimientos.
Así que reunió gran parte de las armas que había dejado en el reino humano,
las selló en el arsenal del Lago Jin Cheng, plantó a Zhai Xin Liu como
guardián, e instruyó a las criaturas en el lago que de los que venían a buscarlas,
sólo los virtuosos eran dignos de obtenerlas.
Pero ahora, Gou Chen ya no estaba, y Wang Yue había muerto. De ahora
en adelante no habrá más armas sagradas dentro del Lago Jin Cheng, ni más
tritones. Todos los pecados y el arrepentimiento, la distorsión y la dedicación,
con la estruendosa caída de Zhai Xin Liu, se habían esparcido como humo y
cenizas.
Por un momento, nadie habló. En la feroz tormenta de nieve, las palabras
escarlatas escritas en la tabla de piedra al lado del Lago Jin Cheng "El camino
hacia adelante es difícil" seguían siendo las mismas que cuando las vieron por
primera vez, y la superficie ahora serena del lago ocultaba toda la calamidad y
el sufrimiento que había ocurrido debajo.
Cuando subieron por primera vez al Pico Xu Ying, no sabían nada de la
sangrienta historia que se escondía detrás de "El camino hacia delante es
difícil".
Mo Ran miró al cielo. Sobre el precipicio, un águila solitaria se elevó
contra la ventisca de nieve.
De repente pensó: en la vida pasada, Wang Yue le había dado una espada
larga y poderosa, pero en esta vida, la espada que vio era sólo una falsa, y la
verdadera que le pertenecía probablemente ya había sido destruida por Zhai
Xin Liu, antes de que pudiera siquiera verla.
Pasó un rato, y su mente evocó viejos recuerdos sin que nadie se los
pidiera.
Ese año, había venido al Lago Jin Cheng en busca de un arma. Wang Yue
emergió del agua, lo estudió con ojos dorados que eran gentiles y amigables, y
luego dijo.
––Las flores de ciruelo en la cintura de la montaña están floreciendo
maravillosamente, ¿Podrías ir a buscarme una rama?
Mo Ran cerró los ojos y levantó un brazo para cubrirlos.
No sabía nada de los acontecimientos bajo el lago en su vida pasada, y
sólo pensó que la petición de Wang Yue era una pretensión sin sentido...
Pasaron muchos días antes de que regresaran al Pico Sisheng. El hombro
de Chu Wan Ning estaba gravemente herido, y los tres jóvenes estaban
exhaustos, por lo que descansaron en la Ciudad Dai durante varios días antes
de regresar.
Xue Meng no dijo nada de lo que le sucedió a Xue Zheng Yong y a
Madam Wang; orgulloso como era, sin importar si sus padres reaccionaban
con desilusión o simpatía, para él, cualquiera de las dos sería como sal en la
herida. Chu Wan Ning lo notó y le dolió el corazón, así que se enterró en
antiguos tomos y pergaminos todo el día, buscando otra forma de obtener un
arma sagrada para Xue Meng, o bien algún medio de permitir que un mortal
rivalizara en fuerza con un arma sagrada.
Aparte de eso, ¿Quién era ese falso Gou Chen y dónde estaba su verdadero
yo? ¿Y qué significaba lo último que dijo esa "pieza de ajedrez blanca" antes
de explotar?
Había muchas y más cosas de las que preocuparse; la vela de la biblioteca
del Pabellón del Loto Rojo ardió toda la noche mientras el reloj de agua
goteaba, los pergaminos se desplazaban con complicadas escrituras en el suelo,
y en las profundidades de los archivos estaba la cara exhausta de Chu Wan
Ning.
––Yu Heng, mira el estado en que está tu hombro, no seas tan descuidado.
–– Xue Zheng Yong, sosteniendo una taza de té caliente, estaba sentado a su
lado y charlando. ––El anciano Tan Lang es grandioso en las artes de curación,
haz que venga a echar un vistazo.
––No es necesario, ya ha empezado a sanar.
Xue Zheng Yong chasqueó la lengua: ––Eso no funcionará, mírate, te has
visto terrible desde que volviste. Nueve de cada diez personas que te han visto
dicen que pareces a punto de desmayarte. Si me preguntas, hay algo extraño en
esa herida, podría ser algún tipo de veneno o algo así, es mejor tener cuidado.
Chu Wan Ning levantó la vista: ––Me veo como si estuviera a punto de
desmayarme. –– Se detuvo y sonrió fríamente: –– ¿Quién dijo eso?
Xue Zheng Yong: ––…
––Vaya, Yu Heng, ¿Podrías no actuar como si estuvieras hecho de metal
todo el tiempo, y todos los demás hechos de papel?
Chu Wan Ning dijo: ––Conozco mis propios límites.
Xue Zheng Yong murmuró algo inaudiblemente, muy posiblemente
"conoces tus límites, mi trasero" por el movimiento de sus labios.
Afortunadamente, Chu Wan Ning estaba demasiado absorto en su libro como
para verlo.
Charlaron un rato más, hasta que Xue Zheng Yong se dio cuenta de que se
estaba haciendo tarde, y se levantó para ir a hacerle compañía a su esposa.
Antes de irse, se aseguró de quejarse un poco más: ––Yu Heng, no te quedes
despierto hasta muy tarde. Meng-er morirá de culpa si te ve así.
Chu Wan Ning lo ignoró con gusto.
Al encontrarse con un clavo helado como éste, Xue Zheng Yong se rascó
la cabeza torpemente y se marchó.
Chu Wan Ning bebió un poco de medicina y luego volvió a la mesa para
continuar su investigación hasta que comenzó a sentirse un poco mareado.
Sostuvo su frente con una mano, sintiendo náuseas.
Pero las náuseas desaparecieron en poco tiempo, así que lo atribuyó a
cansancio y no le prestó atención.
La noche se hizo tarde y, finalmente, demasiado mareado para continuar,
se durmió con las cejas juntas, su cabeza almohadillada sobre una manga
ancha junto a la pequeña montaña de libros, un pergamino inacabado que aún
yacía sobre sus rodillas, el dobladillo de sus ropas cayendo al suelo como una
ola de agua.
Esa noche, él soñó.
Este sueño, a diferencia de otros, era claro y distinto, casi real.
Estaba de pie dentro del Salón Dan Xin del Pico Sisheng, pero este Salón
Dan Xin era algo diferente al que él conocía, muchos muebles y detalles
habían sido alterados. Pero antes de tener la oportunidad de mirar más de cerca,
las puertas se abrieron, dejando las cortinas carmesí a la deriva.
Una persona entró.
––Shizun.
La persona tenía una cara hermosa, ojos negros profundos con un toque
púrpura. Era un hombre joven, pero parecía casi infantil cuando se curvaron
las comisuras de sus labios.
–– ¿Mo Ran?
Chu Wan Ning se levantó y estaba a punto de caminar, pero descubrió que
sus muñecas y tobillos estaban encadenados por cuatro cadenas de metal que
fluían con poder espiritual, encadenándolo en su lugar y haciéndolo incapaz de
moverse.
Conmoción seguida de una rabia desbordante, Chu Wan Ning miró con
incredulidad las cadenas, la ira retorciendo su expresión y ahogando sus
palabras, y pasó un tiempo antes de que levantara la cabeza para decir
severamente: ––Mo Wei Yu, ¿Qué crees que estás haciendo? ¡Desátame de
una vez!
Pero la persona actuó como si no hubiera oído ni una palabra de sus
furiosos bramidos, una sonrisa perezosa y un par de hoyuelos en su cara
mientras caminaba y agarraba a Chu Wan Ning por la mandíbula.
CAPÍTULO 49: EL SHIZUN DE ESTE VENERABLE
SIEMPRE ESTÁ TAN ENFADADO.
La incredulidad de Chu Wan Ning ya no se podía describir con palabras.
Sus ojos se abrieron de par en par, mirando al Mo Ran en su sueño como si
estuviese mirando a un fantasma.
El adulto Mo Wei Yu era muy galante, con hombros anchos y piernas
largas, y media cabeza más alto que él.
Y cuando lo miró hacia abajo, había reflexiones y burlas en las esquinas de
sus ojos.
––Querido Shizun de este Venerable, deberías mirarte en el espejo.
Su dedo se deslizó por la mejilla de Chu Wan Ning para descansar junto a
su oreja, sus ojos fríos y amenazadores.
Pasó un momento en silencio, luego soltó un frío hmph y se inclinó
abruptamente, acompañado de una suave y abrasadora sensación de calor
mientras capturaba los labios de Chu Wan Ning con los suyos.
Cogido completamente desprevenido, la cabeza de Chu Wan Ning
zumbaba con ruido en blanco, y algo en su mente parecía haberse... roto...
Mo Ran lo estaba besando. Su aliento lo invadió, húmedo, agitado, lleno
de sucio y pecaminoso deseo.
Los labios se encontraron ásperamente con los dientes rozándose mientras
las tormentosas olas surgían en su pecho.
Chu Wan Ning estaba casi temblando de susto, sus ojos de fénix bien
abiertos, su mente en partes iguales furiosa y estupefacta. Pero era como si
hubiera perdido sus poderes espirituales en el sueño, apenas podía reunir
fuerza física; estaba apretado contra el pecho de Mo Ran, y no podía liberarse
de su agarre en absoluto.
El Mo Ran en su sueño era completamente diferente al que él conocía por
alguna razón.
No hubo nada de congraciamiento deferente, sino que fue reemplazado por
una tiranía despótica.
Podía sentir claramente el acalorado aliento de Mo Ran, bajo y rápido,
cuando exhalaba, el deseo salvaje quemaba como lava, amenazando con
derretirlo en carne y hueso por igual.
La cara de Chu Wan Ning estaba pálida de ira, casi a punto de escupir
sangre. Nunca se hubiera imaginado que Mo Ran lo sostendría sin la fuerza
para resistir, y aún más difícil de aceptar era la acumulación de calor en su
abdomen y la debilidad en sus brazos por la fricción húmeda y frenética de los
besos. Temblaba en sus brazos; el pecho de Mo Ran estaba ardiendo, tan
caliente que podía derretirse y ahogarse incluso a través de las capas de tela.
Quería luchar desesperadamente, pero no pudo reunir las fuerzas.
Para cuando se separaron, las piernas de Chu Wan Ning estaban débiles.
Mo Ran, que aún lo sostenía, se giró para presionar su cara contra la parte
posterior de su oreja. Podía sentir las caricias de su cálido y húmedo aliento en
la base de su cuello mientras jadeaba. Entonces escuchó a Mo Ran decir: ––
¿No querías discutir las condiciones con este venerable?
Su voz era ronca, tanto que sonaba casi desconocida para Chu Wan Ning.
Chu Wan Ning miró hacia abajo sólo para ver cómo se balanceaba su
garganta, con un movimiento de tragar mientras luchaba una batalla perdida
para mantener el control.
––Pero tienes poco más de valor para este venerable, así que tendrás que
negociar con lo último que te queda.
La voz de Chu Wan Ning también se volvió ronca, pero no sabía si era por
ira o por deseo; en voz baja, dijo: –– ¿Qué cosa...?
Mo Ran lo empujó contra una pared, y luego levantó abruptamente una
mano para golpear la dura superficie, la otra mano cerrándose fuertemente
alrededor de la muñeca encadenada de Chu Wan Ning.
Sin rencor malicioso, pero también sin un deseo tímido, se inclinó para
capturar el lóbulo de una oreja entre sus labios.
Chu Wan Ning se estremeció violentamente, un aterrador entumecimiento
subiendo por su columna vertebral y extendiéndose por todo su cuero
cabelludo.
La voz de Mo Ran era ronca, su respiración pesada y opresiva.
––Déjame follarte, y te daré lo que quieras.
Los ojos de Chu Wan Ning se abrieron de par en par, la humedad en sus
ojos se tiñó por la agitación, pero aún más por la incredulidad.
La mano de Mo Ran ya había llegado hasta su cintura, sus labios
moviéndose contra el costado de su cuello, palabras venenosas pronunciadas
con la voz más tierna.
––Pero este venerable odia tanto a Shizun, que probablemente será difícil
despertar el interés en el cuerpo de Shizun. Tendrás que trabajar un poco para
que sea un buen momento.
Mo Ran se detuvo, pero lo acercó aún más y continuó acariciando su
cintura.
––Así que piénsalo bien, y si estás dispuesto, ponte de rodillas como un
buen chico y pon tu boca a trabajar, sírveme bien, luego ve a acostarte en la
cama y suplícame que te folle.
––…
Chu Wan Ning estaba a punto de perder la razón.
El virtuoso, orgulloso, puro y austero Anciano Yu Heng mantuvo su
distancia de hombres y mujeres por igual y no se entregó ni al arte erótico ni a
los cantos amorosos, siempre incorruptiblemente casto y distante.
O, en palabras más sencillas, no sabía prácticamente nada en asuntos de
amor y lujuria.
Y así, muy desafortunadamente para él, a pesar de su rabia, todas sus
defensas se derrumbaron ante este sentimiento intenso y desconocido; fue
totalmente derrotado.
Mo Ran esperó un rato, pero no recibió ninguna reacción. Maldijo en voz
baja y empezó a besarlo de nuevo, sin poder contenerse. Cuando tuvo sus
labios llenos, sacó la lengua, con un hilo traslúcido, antes de morder
inmediatamente sin demasiada delicadeza su cuello, lamiendo y besando a lo
largo de su cuello, hombro y oreja.
La piel de gallina de Chu Wan Ning aumentó cuando Mo Ran comenzó a
tirar y rasgar bruscamente de sus túnicas, murmurando –– ¿¡Por qué te haces
pasar por tan virtuoso y santo!?
Pero también como la lava caliente del deseo atrapada bajo capas de rocas,
que finalmente se desborda después de largos años de contención.
Chu Wan Ning, como quemado por la intensidad de su mirada
depredadora, quiso mirar hacia otro lado, pero Mo Ran vio a través de sus
pensamientos y agarró su cara antes de que pudiera.
––Mírame.
Su voz era áspera y acalorada, temblando levemente por la agitación -o
quizás por algo más-, llena del deseo de una bestia que estaba a punto de
devorar a su presa.
–– ¡He dicho que me mires!
Chu Wan Ning cerró los ojos temblorosamente.
Este sueño era realmente demasiado absurdo...
––Shizun. –– La voz junto a su oído se volvió de repente suave y cálida
como el tono que conocía. ––Shizun, despierta.
Chu Wan Ning vio claramente la cara de Mo Ran flotando a pocos
centímetros de la suya, y reaccionó inmediatamente con una bofetada feroz y
bien dirigida que aterrizó profundamente en la mejilla del otro.
Mo Ran, sorprendido con la guardia baja, tomo la bofetada. Soltó un "ah"
y abrió los ojos de par en par: ––Shizun, ¿Por qué fue eso?
––…
Chu Wan Ning se sentó, sus ojos de fénix parpadeando de ira y alarma.
Su cuerpo todavía temblaba un poco, el sueño y la realidad se mezclaban y
lo volvían loco. ––Shizun...
–– ¡Mantente alejado!
Chu Wan Ning gritó rudamente con las cejas fruncidas. Mo Ran se
sorprendió por la reacción extrema, y pasó un rato antes de que preguntara con
cautela: –– ¿Tuviste una pesadilla?
Pesadilla...
Así es, fue un sueño... fue sólo un sueño.
Chu Wan Ning miró inexpresivamente a la persona que tenía delante de él
durante un rato antes de que pudiera recoger lentamente los fragmentos de su
compostura.
Estaba acostado en la biblioteca del Pabellón del Loto Rojo, el Salón Dan
Xin, y el Mo Ran adulto no estaban en ninguna parte para ser vistos. Lo único
que tenía frente a él era una cara que aún era joven e infantil.
Finalmente totalmente despierto, Chu Wan Ning se detuvo por un
momento para transformar su expresión en una de decoro mientras hacía como
si estuviera arreglando su ropa con sus delgados dedos que aún temblaban un
poco, suprimiendo la agitación y el desasosiego que aún quedaban, y dijo: ––...
Mn, estaba soñando y... golpeaba a alguien.
Mo Ran frotó su mejilla enrojecida y siseó con un poco de dolor: –– ¿Con
qué soñaba Shizun? Qué golpe tan contundente...
La vergüenza apareció en el rostro de Chu Wan Ning. Frunció los labios y,
girándose un poco, no dijo nada.
Su cara era como aguas tranquilas, pero su corazón estaba lleno de olas
que chocaban salvajemente. Prácticamente podía sentir su propio orgullo a
punto de romperse en un millón de pedacitos: no podía creer que soñaría con
algo tan indescriptiblemente absurdo, con palabras tan sucias, tan
absolutamente desvergonzadas, cómo podía llamarse a sí mismo maestro.
Peor aún, este cuerpo inútil suyo realmente reaccionó a ese sueño
humillante, realmente quería desplomarse...
Afortunadamente sus túnicas eran anchas y holgadas, escondiendo su
vergüenza de los ojos de los demás.
Pero la cara de Chu Wan Ning seguía oscurecida sombríamente mientras
sostenía su frente con una mano.
No podía agarrar al Mo Ran de su sueño para desahogar su ira, pero el que
tenía frente a sus ojos que convenientemente llegó a su puerta estaba
disponible. Así que, mirando fijamente, preguntó secamente: –– ¿Qué haces
irrumpiendo en mi habitación privada en medio de la noche como si fueras el
dueño del Pabellón del Loto Rojo? ¿Desde cuándo eres el anciano Yu Heng?
––…
Primero una bofetada sin razón alguna, luego una paliza verbal; Mo Ran
se sintió un poco ofendido, murmurando con una voz débil: –– ¿Por qué estás
tan enfadado esta vez...?
Chu Wan Ning frunció el ceño: ––No estoy enfadado, voy a volver a
dormir, ¡Fuera!
Mo Ran dijo: ––Pero Shizun, ya es de día.
Chu Wan Ning: ––…
––Sólo me atreví a entrar en el Pabellón del Loto Rojo sin permiso para
buscarte porque ya llevamos bastante tiempo esperando en la Plataforma
Shan'E, pero Shizun nunca llegó.
Chu Wan Ning: ––…
Abrió una ventana y, por supuesto, el sol ya había salido en el cielo, los
pájaros cantaban y los bichos zumbaban.
El ceño fruncido de Chu Wan Ning se profundizo aún más.
Parecía que podría convocar a Tian Wen y empezar a azotar en cualquier
momento.
Haber estado inmerso en un sueño primaveral hasta la mañana siguiente, y
si no hubiera sido por Mo Ran que vino a buscarlo, el sueño podría haber
continuado - el pensamiento hizo que la vena en la sien de Chu Wan Ning
palpitara, las articulaciones de sus dedos se volvieron pálidas como el jade
donde su agarre se apretaba en el marco de la ventana.
Chu Wan Ning practicó el cultivo de la mente, cultivando su mente con
moderación y disciplina, y era muy hábil en la supresión de los deseos; nunca
ha tenido un pensamiento impropio antes de esto, mucho menos un sueño
primaveral.
Siendo sus principios lo que eran, Chu Wan Ning era como un hombre de
madera, estúpido, torpe y rígido en la parte superior. Su cultivación mental
estaba tan avanzada que cortó por completo todo deseo, y a menudo
despreciaba a las parejas de amantes y a los compañeros de cultivación cuando
no tenía nada más que hacer, sintiéndose muy satisfecho de que era virtuoso e
incorruptible.
¿Quién iba a pensar que caería así al final?
En las manos de su propio discípulo.
El sabio, noble y distante Chu-zongshi ni siquiera se atrevió a mirar a Mo
Ran mientras escupía enfadado: –– ¡Deprisa, vamos a la Plataforma Shan'E
para las prácticas matutinas! –– Antes de girarse y salir abruptamente,
desapareciendo en un instante.
Xue Meng y Shi Mei ya habían estado esperando durante mucho tiempo, y
estaban sentados en la sombra de un árbol charlando cuando llegó Chu Wan
Ning.
Shi Mei estaba angustiado: ––Shizun nunca llega tarde, ¿Sucedió algo? Ya
es muy tarde y todavía no se le ve por ninguna parte.
Xue Meng estaba aún más angustiado: –– ¿No fue Mo Ran a buscar a
Shizun? Ya ha pasado un tiempo y todavía no ha vuelto, si hubiera sabido que
esto iba a pasar me habría ido con él. Espero que Shizun no esté enfermo.
Shi Mei dijo: ––La herida del hombro de Shizun era bastante severa,
incluso con el cuidado adecuado, su cuerpo es frágil por naturaleza, así que eso
no es improbable...
Al oír eso, Xue Meng se puso aún más inquieto hasta que se puso de pie
abruptamente: ––No puedo esperar más, no puedo contar con ese perro poco
fiable de Mo Ran, ¡Voy a ir a ver a Shizun yo mismo!
Pero cuando se dio la vuelta, allí estaba Chu Wan Ning, con sus prístinas
túnicas revoloteando mientras caminaba.
La pareja bajo el árbol gritó simultáneamente: –– ¡Shizun!
Chu Wan Ning: ––Me retrasé por algo. Los llevaré a la práctica marcial de
hoy, vamos.
Cuando Chu Wan Ning no estaba prestando atención, Shi Mei se giró
hacia Mo Ran, que lo seguía y le preguntó en voz baja: –– ¿Está bien Shizun?
¿A qué se debió el retraso?
Mo Ran puso los ojos en blanco: ––Sólo se quedó dormido.
–– ¿Eh?
––Shhh, actúa como si no lo supieras. –– Mo Ran se frotó la mejilla, aún
dolorida por la bofetada anterior; definitivamente no quería un bono.
Shi Mei parpadeó: –– ¿Por qué tienes la mejilla izquierda tan roja?
Dijo Mo Ran en voz baja: ––Si sigues preguntando, mi mejilla derecha se
unirá a ella. Déjalo, apurémonos y sigamos.
Cuando llegaron al área de prácticas, Chu Wan Ning instruyó a Mo Ran y
Shi Mei para que fueran a practicar primero, dejando a Xue Meng atrás.
Chu Wan Ning dijo: ––Siéntate.
Aunque Xue Meng no sabía la razón, siempre había obedecido cada
palabra de Shizun como si fuera ley, y rápidamente la cumplió, sentándose en
el lugar.
Chu Wan Ning también se sentó frente a él, diciendo: ––La Competencia
Ling Shan es en tres años, ¿Cuáles son tus planes?
Xue Meng miró hacia abajo, y pasó un momento antes de decir con dientes
apretados: ––Ganar.
Si Chu Wan Ning le hubiera preguntado antes de su viaje al Lago Jin
Cheng, Xue Meng le habría respondido con orgullo y certeza.
Pero ahora, todo lo que quedó detrás de esta palabra fue una simple y
obstinada negación a renunciar a su orgullo.
No era que no tuviera conciencia de sí mismo, sino que se negaba a
hacerse a un lado y entregar su título de "Querido por los cielos" a otra persona
sin luchar.
Después de que Xue Meng soltó la palabra "ganar", echó un vistazo a Chu
Wan Ning, con el corazón lleno de ansiedad.
Chu Wan Ning lo miraba sin la más mínima burla ni duda alguna.
Sólo dijo, simplemente: ––Bien.
Los ojos de Xue Meng se iluminaron inmediatamente: ––Shizun, ¿Crees...
crees... crees que todavía puedo...?–– Se tropezó con sus palabras en su
emoción.
Chu Wan Ning dijo: ––Mis discípulos no se rinden antes de la pelea.
––Shizun...
––Jóvenes destacados de todas las sectas participan en la Competencia
Ling Shan. Aquellos sin armas sagradas no son naturalmente rivales para ti,
pero incluso si tu oponente tiene un arma sagrada, no hay necesidad de tener
miedo. –– Chu Wan Ning dijo: ––Un arma sagrada no es algo que se pueda
dominar fácilmente en un corto período de tiempo. Aunque tu espada Long
Cheng es ligeramente inferior en comparación, sigue siendo un arma de alta
calidad de artesanía mortal.
Mientras entrenes y practiques diligentemente en estos tres años, ganar no
está fuera de tus posibilidades.
Era bien sabido que Chu-zongshi tenía un ojo perspicaz y un juicio sólido
en el reino de las artes marciales.
Además, no era el tipo de persona que decía mentiras blancas alentadoras
por simpatía, así que el espíritu de Xue Meng se elevó inmensamente con sus
palabras.
––Shizun, ¿Realmente lo dices en serio?
Chu Wan Ning entrecerró los ojos, diciendo suavemente: –– ¿Cuántos
años tienes, Xue Meng? No mimo a nadie mayor de cinco años.
Xue Meng, un poco avergonzado, se frotó la nariz y empezó a sonreír.
Chu Wan Ning continuó: ––La victoria o la derrota es impredecible, sólo
el orgullo no puede ser tomado a la ligera; sólo haz lo mejor que puedas y no
te preocupes demasiado por el resultado.
Xue Meng contestó: –– ¡Entiendo!
Habiendo aliviado las preocupaciones de Xue Meng, Chu Wan Ning se
dirigió hacia el campo de entrenamiento, llegando a la parte trasera donde
estaban los maniquíes de entrenamiento.
Para evitar que los discípulos hirieran accidentalmente a las personas que
pasaban mientras entrenaban con los maniquíes, esta área se construyó fuera
del camino, y uno tenía que pasar por un largo pasillo y luego doblar una
esquina para llegar hasta allí.
Shi Mei y Mo Ran estaban conversando de espaldas hacia él, no muy cerca
y no muy lejos, a corta distancia.
––Ustedes dos... –– Chu Wan Ning estaba a punto de llamarlos, pero al ver
la escena ante él, de repente dejó de hablar.
CAPÍTULO 50: A ESTE VENERABLE LE GUSTAS.
Como alguien que aprecia las armas, este tipo de escena hizo que Chu
Wan Ning se enfadara tanto que ni siquiera podía hablar.
Vio a un imbécil.
Bajo el árbol floreciente no muy lejos, Mo Ran convocó a Jian Gui. El
tamaño de un arma sagrada se podía cambiar a voluntad; a la mayoría de la
gente le gustaba hacer su arma más grande y más impresionante, o al menos
mantener su tamaño normal como lo hizo Chu Wan Ning.
Pero Mo Ran había convertido a Jian Gui en diminuto, a lo largo y ancho
de una cinta para atar el pelo, sus hojas minúsculas; el arma sagrada digna
parecía absolutamente lamentable.
Las personas tenían diferentes energías espirituales; Tian Wen brillaba
dorado cuando Chu Wan Ning vertía su energía espiritual, pero Jian Gui
brillaba en un color escarlata.
Así que, dejando a un lado las hojas, Jian Gui parecía un hilo rojo del
destino...
––Shi Mei, ata esto a tu mano, quiero ver si Jian Gui tiene el mismo poder
que Tian Wen, para sonsacar la verdad a la gente.
––Uh... ¿Quieres probarlo conmigo?
Mo Ran sonrió: ––Sí, porque soy el más cercano a ti, y sé que nunca me
mentirías.
Shi Mei todavía dudaba: ––Es verdad, pero...
––No te pediré nada difícil. Si no me crees, ¿Juramos con el dedo meñique?
–– Dijo sacando su meñique.
Shi Mei no sabía si reír o llorar: –– ¿Cuántos años tienes ya, no es un poco
infantil?
––Vamos, juremos con el meñique, si está bien a las ocho, entonces está
bien a los dieciocho, ochenta y ocho también, nada infantil. –– Mo Ran agarró
la mano derecha de Shi Mei y le sacó el meñique con una sonrisa descarada.
Shi Mei, atrapado entre enfadarse y reírse de sus payasadas, al final sólo pudo
aceptarlas.
Pero, inesperadamente, en lugar de enganchar sus meñiques juntos, Mo
Ran sonrió, sus ojos se convirtieron en pequeñas semi lunas: ––Jian Gui, hora
de ir a trabajar.
Jian Gui se acercó más rápido que un rayo, y en un instante se había atado
alrededor del meñique de Shi Mei, con su otro extremo alrededor del de Mo
Ran.
El apuesto joven se rió como un astuto zorro que había planeado su
camino hacia la ascensión. Dijo felizmente, enmarcado con hoyuelos: ––
Felicidades, te lo has creído.
Shi Mei no sabía si reír o llorar: –– ¡Tú!... Date prisa y suéltame.
––Más tarde, más tarde. –– Mo Ran sonrió. ––Sólo un par de preguntas
primero.
A decir verdad, Mo Ran se había sentido incómodo desde aquel momento
en el Lago Jin Cheng, cuando consiguió a Chang Xiang Si y Shi Mei no pudo
abrir la caja.
A pesar de que Shi Mei llevaba guantes en ese momento y no tocó
directamente la caja, Mo Ran no pudo disipar sus dudas. Es más, fue Chu Wan
Ning quien abrió la caja al final.
Chu Wan Ning... Cómo fue eso posible...
Así que Mo Ran decidió que la caja debía estar rota.
Pero quería usar a Jian Gui para confirmarlo, sólo para asegurarse.
Estaba absolutamente seguro de sus sentimientos por Shi Mei, pero le
preocupaba que quizás no tuviera el mismo peso en el corazón de Shi Mei. En
cuanto a esa confesión en el Lago Jin Cheng, no podía estar seguro de no
haberla imaginado.
Shi Mei tenía un temperamento gentil y era amable con todos. A
diferencia de ese Chu Wan Ning, con una cara hosca día tras día, como si todo
el mundo le debiera algo, totalmente incomprensible.
Taxian-Jun puede ser una persona tosca, pero cuando se trataba del deseo
de su corazón, él insistiría con eso durante tanto tiempo que tropezaba con sus
propios pensamientos.
––En primer lugar. –– El corazón de Mo Ran estaba lleno de ansiedad,
pero él seguía sonriendo y fingiendo ser casual. Decidió tirar un par de
preguntas fáciles, no consecuentes, primero como relleno.
–– ¿Qué piensas de Xue Meng?
Una punzada en su dedo, y Shi Mei confesó: ––El joven maestro es una
buena persona, pero es demasiado directo, a veces intolerablemente torpe.
Mo Ran se echó a reír, aplaudiendo de alegría: –– ¿Eh? ¿Incluso tú puedes
hartarte de él? Jajaja, comprensible, es demasiado molesto.
Shi Mei se puso rojo: ––... No hables tan fuerte, ¿Y si el joven maestro te
escucha?
––Bien, bien, bien. –– Mo Ran sonrió. ––Pero me hace feliz cuando hablas
mal de él.
Shi Mei: ––…
Mo Ran continuó: –– ¿Y qué piensas de Shizun?
––Shizun también es bueno, sólo que su temperamento es un poco... ––
Shi Mei parecía que no quería criticar a Chu Wan Ning, pero estaba atado por
Jian Gui, así que se mordió el labio por un tiempo, pero aún así terminó
teniendo que decir: ––Su temperamento es un poco escueto.
––Jaja, ¿Un poco escueto? Más bien ridículamente escueto. Se enoja cada
dos días y ni siquiera admite estar enojado, es mucho peor que la propia
emperatriz.
Chu Wan Ning, de pie en la esquina: ––….
Mo Ran le preguntó: ––Si sabes del mal genio de Shizun, ¿Por qué lo
escogiste para estudiar?
Shi Mei dijo: ––Shizun es frío por fuera, pero amable por dentro. No soy
tan naturalmente dotado como los demás, pero no le importa si soy lento en la
captación. Dijo que todos merecen aprender, y como no soy bueno en el
combate, me enseñó a sanar. Es realmente muy amable conmigo.
Mo Ran, originalmente muy alegre, se quedó callado al escuchar esto, la
sonrisa desapareciendo de su cara. Pasó un tiempo antes de que él dijera: ––
¿Cuándo ha sido bueno contigo? Todo lo que hizo fue enseñarte algunas
técnicas, tal vez de vez en cuando cuidarte, eso es lo que se espera de cualquier
maestro.
––Eso es diferente...
Mo Ran se enfadó, sus mejillas se hincharon: –– ¡De todas formas, no es
bueno para ti! Lo que sea que haga por ti, yo también puedo hacerlo.
Shi Mei dejó de hablar.
En el silencio incómodo que siguió, Mo Ran apagó lentamente las llamas
de su corazón. Ver a Shi Mei mirando sin decir palabra hacia abajo le llenó de
culpa, y susurró en voz baja: ––Lo siento.
––Está bien. –– Pero un momento después, Shi Mei repentinamente dijo: –
–Una vez, hace algunos años, antes de que llegaras al Pico Sisheng, estaba
caminando por un sendero cuando de repente inició una tormenta.
––Yo no era un discípulo de Shizun en ese momento. Me topé con él
mientras corría bajo la lluvia. Sostenía un paraguas de papel de aceite rojo y,
viendo mi lamentable estado, se ofreció a compartirlo conmigo. Había oído
hablar de su fría reputación, así que estaba muy nervioso caminando a su lado.
–– ¿Y luego?
Shi Mei tenía una expresión suave: –– ¿Entonces? Entonces no dijimos
una sola palabra en todo el camino.
Mo Ran asintió: ––Es una persona tan estirada, qué hay que decirle.
––Sí. –– Shi Mei sonrió un poco. ––Shizun no habla mucho. Pero, cuando
me acompañó hasta la puerta y me volví para darle las gracias, vi que su
hombro derecho estaba completamente empapado. Caminaba a su izquierda, y
no llovió en absoluto.
Mo Ran: ––…
––Era un paraguas pequeño, lo suficientemente grande para una sola
persona, y lo usaba casi todo para cubrirme. Lo vi alejarse bajo la lluvia, y
luego, tan pronto como llegué a mi cuarto, escribí una carta de intención
pidiéndole que me aceptara como discípulo.
––Es suficiente. –– Mo Ran dijo de repente: ––Eres demasiado blando de
corazón, si continúas, sentiré que eres demasiado lamentable.
Shi Mei dijo en voz baja: ––A-Ran, ¿No sientes que Shizun es el que es
lamentable? Sólo tiene un paraguas pequeño, porque siempre está solo, nadie
quiere caminar con él. Por eso, incluso si Shizun es un poco estricto conmigo a
veces, o me regaña un poco a veces, no me importa. Porque recuerdo su
hombro empapado.
Mo Ran no dijo nada, la punta de su nariz un poco roja, su corazón un
poco desamparado.
Era una especie de vago sentimiento de tristeza, y ni siquiera estaba seguro
de por quién era.
––A-Ran, déjame preguntarte algo.
––Mn, adelante.
–– ¿Te disgusta Shizun?
Mo Ran se detuvo: ––Yo...
––O, en otras palabras, no te gusta, ¿Verdad?
Por alguna razón, la suave y serena mirada de Shi Mei parecía algo aguda
cuando le preguntó esto. Mo Ran, sorprendido con la guardia baja, de repente
se quedó sin habla.
En su aturdimiento, Mo Ran no asintió ni agitó la cabeza. Pasó mucho
tiempo antes de que forzara una sonrisa en su cara: ––Vaya, ¿No se supone
que soy yo el que hace las preguntas aquí? ¡No puedo dejar que gires las cosas
así!
Shi Mei no se perdió el hecho de que Mo Ran sólo esquivó la pregunta,
pero no forzó la cuestión, sonriendo: ––Sólo me preguntaba, no te lo tomes a
pecho.
––Mn. –– Mo Ran calmó sus emociones y miró a través de sus pestañas a
la cara de Shi Mei, no menos bella que la brillante luna en el cielo.
Había planeado preguntarle a Shi Mei si gustaba de él para la tercera
pregunta, pero el intercambio acaba de dejar su corazón apesadumbrado. Mo
Ran se quedó en silencio durante un rato, los labios apretados, antes de decir
abruptamente: ––Es sólo mi Shizun, nada más que eso. Gustar o no es
irrelevante.
Escuchando estas palabras en las sombras, las pestañas de Chu Wan Ning
temblaron un poco, como las alas de una mariposa herida.
Aunque en lo más profundo de su corazón ya lo sabía, escucharlo
confirmado así hizo que su cuerpo se sintiera tan ligero que podría flotar, y su
corazón tan pesado que podría hundirse en el mar. Chu Wan Ning sintió frío;
tal vez el otoño llegó temprano este año.
Mo Ran y Shi Mei seguían hablando en la distancia. Cerró los ojos, la
ligera náusea que había estado yendo y viniendo últimamente, arrastrándose
una vez más.
De repente, sintiéndose exhausto, se giró para irse.
Pero sólo había dado unos pocos pasos cuando el viento otoñal arrastró
débilmente la voz de Mo Ran. Dejó de caminar a pesar de sí mismo.
Mo Ran le estaba haciendo a Shi Mei su tercera pregunta: –– Bueno, has
dado tus pensamientos sobre Xue Meng y Shizun, soy el siguiente.
Intentó sonar tan indiferente como pudo, y con mucho cuidado, preguntó
casi patéticamente: ––Shi Mei, ¿Qué piensas de mí?
Shi Mei estaba en silencio.
Jian Gui parecía tener la misma capacidad de interrogación que Tian Wen.
Shi Mei se negó a contestar, por lo que el resplandor escarlata de Jian Gui se
hizo más brillante en el lugar donde se enrolló fuertemente alrededor del dedo
de Shi Mei.
Shi Mei frunció un poco el ceño: ––Ow...
––Sólo di algo. –– El corazón de Mo Ran sufría por él, pero esta pregunta
se le había clavado tan profundamente en el corazón, en esta vida y en la
pasada, que prácticamente se había convertido en su demonio personal, así que
insistió: –– ¿Qué piensas de mí?
Shi Mei agitó la cabeza y cerró los ojos, como si tuviera mucho dolor,
largas pestañas temblando y sudor acumulándose en su frente.
––…–– Mo Ran suspiró, incapaz de soportar hacerle daño de esta manera.
––Olvídalo...
Estaba a punto de retirar a Jian Gui cuando Shi Mei llegó al límite de su
resistencia, y, con la cara pálida, dijo roncamente: ––Creo que eres... genial.
Los ojos de Mo Ran se abrieron de par en par.
La cara de Shi Mei pasó de pálida a roja muy rápidamente, como si
estuviese enfadado. Miró hacia abajo, las pestañas bajadas, y no se atrevió a
mirar a Mo Ran.
Jian Gui se convirtió en motas de luz roja brillante que revoloteaban como
los pétalos de flores destrozadas en la palma de Mo Ran. Con la cabeza baja,
Mo Ran no pudo evitar reírse en silencio, y cuando volvió a mirar a Shi Mei,
su rostro estaba cálido como la primera flor de primavera.
Había una sonrisa perezosa en su voz, pero sus ojos estaban un poco
húmedos, cuando dijo: ––Me alegro, gracias. Creo que tú también eres genial.
Ya te lo dije antes en el Lago Jin Cheng, pero como no recuerdas nada de eso,
quiero repetirlo. Eres realmente... realmente muy agradable.
No especificó qué tipo de gusto, pero Shi Mei se sonrojó hasta el cuello y
no pudo encontrar ninguna palabra.
Mo Ran lo miraba con profundos ojos de tinta que brillaban con una luz
clara y brillante, como un océano lleno de estrellas, como suaves olas en el
cielo nocturno.
––Quiero tratarte bien, quiero hacerte feliz.
Shi Mei no era denso, y el significado de Mo Ran estaba claramente
escrito en toda su expresión. Shi Mei no pudo evitar bajar la cabeza.
El corazón de Mo Ran se estremeció, y levantó la mano para acariciar el
cabello de Shi Mei.
Pero antes de que pudiera acercarse, hubo un repentino destello de luz
dorada, y un látigo de vid golpeó a Mo Ran en la cara con un chasquido
audible.
–– ¡Ah! –– Sintiendo la picadura, Mo Ran se dio la vuelta conmocionado.
Chu Wan Ning estaba de pie frente a las paredes, blancas con aleros
verdes, túnicas prístinas más pálidas que la nieve y una mano detrás de su
espalda, mirándolos fríamente. Tian Wen se enrollaba en el suelo como una
serpiente sibilante, las hojas de sauce crujiendo, la luz dorada corriendo a lo
largo de su longitud con alguna chispa ocasional.
Shi Mei, sorprendido: ––Shizun...
Mo Ran, sosteniendo su cara: ––Shizun.
¿Y qué si era odiado, y qué si no era querido?
Otra persona podría llorar miserablemente, pero Chu Wan Ning... ¿Llorar?
Ridículo. Por supuesto que daría una paliza en su lugar.
La expresión de Chu Wan Ning era fría. Caminó lentamente, con voz
helada: –– ¿Dejando de entrenar para charlar en vez de eso? Mo Wei Yu,
¿Crees que eres tan impresionante sólo porque tienes la última arma sagrada?
¿Crees que eres todopoderoso e invencible ahora? ¿No estás tan relajado y
despreocupado?
––Shizun, yo sólo estaba...
Chu Wan Ning lo fulminó con la mirada. Mo Ran se calló.
––Shi Ming Jing, entrena conmigo. Mo Wei Yu. –– Se detuvo y dijo
resentido: ––Ve a practicar. Si no puedes aguantar al menos diez movimientos
contra mí más tarde, entonces regresa y copia el libro de técnicas de
meditación trescientas veces como castigo. Ahora, piérdete.
¿Diez movimientos?
Será mejor que se vaya y empiece a copiar.
CAPÍTULO 51: EL SHIZUN DE ESTE VENERABLE...
PFFT JAJAJA.
Durante los tres días siguientes, Chu Wan Ning estuvo aún más
malhumorado de lo habitual, su temperamento aún peor.
El resentimiento estaba escrito claramente en todos los rasgos del anciano
Yu Heng, y una neblina de miasma le seguía por todas partes. Los discípulos
se dispersaron como animales de presa a su sola vista. Incluso Xue Zheng
Yong no se atrevía a hablarle demasiado por miedo a su aura asesina.
Chu Wan Ning no quería admitir que tenía sentimientos extraños hacia Mo
Ran, pero al ver a sus dos discípulos reunidos con los maniquíes de
entrenamiento y actuando tan afectuosamente, simplemente no pudo evitar la
rabia que estalló y el sentimiento agrio que inundó su pecho.
Se sintió asqueado.
No sólo por los demás, sino también por sí mismo.
Él y Mo Wei Yu eran maestro y discípulo, nada más. ¿Cómo era su asunto
si a Mo Ran le gustaba alguien o con quien quería estar involucrado?
¿Qué derecho tenía a agitar su vid de sauce sólo porque no le gustaba lo
que veía? Si le gustaba alguien o le gustaba estar cerca de alguien, ¿Qué tiene
que ver eso con él? ¿Le causó algún inconveniente? Chu Wan Ning, ¿Cómo es
que eres tan patéticamente mezquino?
De todos modos, retrocediendo mil pasos, ¿Y qué si sintió un anhelo
indescriptible hacia Mo Ran? Tenía su orgullo y mucho autocontrol, más que
suficiente para mantener sus sentimientos bajo control, más que suficiente para
suprimir ese anhelo aterrador por todo el tiempo que sea necesario.
Nadie sabrá nunca de su desagradable afecto.
No quedará nada más que la bolsa de brocado con los dos mechones de
pelo dentro.
Mo Ran no sabrá de sus sentimientos, como nunca sabrá que, en el fondo
del Lago Jin Cheng, el que sufrió una agonía abrasadora para salvarlo no fue
Shi Mei, sino él.
Pero, ¿Qué es este sentimiento? ¿Son... celos?
El simple pensamiento hizo que Chu Wan Ning se atragantara.
Durante meses después de eso, trató de evitar a Mo Ran tanto como fuera
posible, minimizando todas las interacciones fuera de las instrucciones de
rutina en el cultivo y entrenamiento.
El tiempo pasó volando, y fue casi el final del año antes de que alguien se
diera cuenta. Un día, cuando Chu Wan Ning regresaba de un viaje por la
montaña para reprimir a los monstruos, empezó a nevar justo cuando llegaba a
las puertas delanteras.
El Pico Sisheng se cubrió rápidamente con un velo de plata. Chu Wan
Ning no era bueno con el frío; tirando de sus ropas para calentarse, caminó
enérgicamente hacia el Salón Dan Xin.
Un abundante fuego calentó el interior del salón, la leña chisporroteando
dentro del cuenco de cobre.
Chu Wan Ning vino a reportarse con Xue Zheng Yong, pero el maestro de
la secta no estaba en ninguna parte. En vez de eso, se encontró con Mo Ran.
No había nadie más en el Salón Dan Xin. Esta fue la primera vez que Chu
Wan Ning estuvo a solas con él en muchos meses, y no pudo evitar sentirse un
poco incómodo. Y lo que es más, aquí fue donde tuvo lugar ese sueño absurdo.
Hablando de eso, Chu Wan Ning tuvo ese sueño varias veces más, claro y
vívido cada vez.
Trató de luchar las primeras veces, pero se acostumbró después de un
tiempo y dejó que el Mo Ran en el sueño se corriera en su boca como un
lunático, mientras ociosamente contaba las pestañas de Mo Ran por puro
aburrimiento, uno, dos, tres...
Pero ese sueño siempre terminaba abruptamente en un cierto momento
crítico; después de muchas repeticiones de lo mismo, Chu-zongshi decidió que
debía ser debido a su innata pureza y nobleza, que incluso las fantasías no se
volvían demasiado sórdidas.
Habiendo llegado a tal conclusión, el anciano Yu Heng y su frágil corazón
de cristal de doncella finalmente lograron recuperar un poco de dignidad.
Pero la combinación de Mo Ran y el Salón Dan Xin le dio a Chu Wan
Ning una intuitiva sensación de peligro.
Desafortunadamente, ese joven no tenía la menor idea de nada de esto. Al
verlo, la cara de Mo Ran se iluminó con una sonrisa dentada: ––Shizun, has
vuelto.
––... Mn.
–– ¿Buscas a mi tío? La tía se siente un poco mal, así que ha estado
cuidando de ella. ¿Qué necesitabas? Se lo haré saber.
Chu Wan Ning apretó los labios y dijo suavemente: ––No es necesario.
Inmediatamente después se giró para irse.
Pero Mo Ran lo llamó: ––Shizun, por favor, espera.
–– ¿Qué es...?
Se giró para mirar hacia atrás mientras hablaba, pero se encontró
inesperadamente con la mano extendida de Mo Ran rozando su frente.
Mo Ran lo sacudió un par de veces, diciendo como si fuera la cosa más
natural del mundo: ––Mírate, estás cubierto de nieve.
Chu Wan Ning se congeló.
Sin saber qué hacer, se quedó inmóvil mientras el joven pronunciaba sus
palabras y le quitaba la nieve, luego sacó un pañuelo blanco para secarle el
pelo.
Chu Wan Ning no era bueno con el frío; no podía estar expuesto al frío, o
se enfermaría fácilmente.
Pero esta persona nunca supo cuidar de sí misma. En su vida pasada,
después de ser encarcelado, a menudo le gustaba sentarse en el patio y ver a
los peces koi en el estanque, sin hacer caso incluso cuando empezaba a nevar.
Así que se resfriaba y tenía fiebre todo el tiempo. Shizun era aún más
frágil después de que su núcleo espiritual fue destruido; se quedaba en cama
durante al menos medio mes cada vez que se enfermaba, y tazón tras tazón de
decocción medicinal prácticamente no tenía efecto.
Y así, cuando Mo Ran lo vio cubierto de nieve, medio derretida, medio
congelada, reflexivamente empezó a quitarle la nieve.
Pero a mitad de camino de secarle el pelo, se dio cuenta tardíamente de
que sus acciones podrían haber sido un poco demasiado íntimas. Su cabeza se
levantó justo a tiempo para enfrentarse cara a cara con un par de reticentes
ojos de Fénix.
Chu Wan Ning lo estaba fulminado con la mirada: ––…
Las manos de Mo Ran se retiraron tímidamente: ––Jajajaja, este discípulo
sobrepasó sus límites, Shizun puede secarse, por supuesto.
Chu Wan Ning se sintió muy aliviado de que retrocediera.
Ese sueño era sólo un sueño, después de todo.
Su discípulo seguía siendo el mismo de antes, nada parecido a aquel tipo
de su sueño que se refería a sí mismo como "Este venerable".
Chu Wan Ning se quedó en silencio durante un rato antes de tomar el
pañuelo que le ofrecía Mo Ran. Se quitó la capa y caminó hacia el fuego para
calentarse las manos, y luego se limpió la nieve derretida de su cabello.
–– ¿Desde cuándo finalmente aprendiste cuales eran los límites?–– Cara
iluminada por la cálida luz del fuego, miró de reojo a Mo Ran con los ojos
entrecerrados: –– ¿No has sido siempre ajeno a esas cosas?
Mo Ran: ––…
Ninguno de los dos habló por un momento. Chu Wan Ning terminó de
secarse el pelo y distraídamente escondió el pañuelo, y luego miró
impasiblemente a Mo Ran.
––De todos modos, ¿Qué haces aquí?
Mo Ran contestó apresuradamente: ––Es fin de año, hay un año de
archivos que necesitan ser organizados, así que estoy ayudando...
Chu Wan Ning lo interrumpió: ––Sé que los archivos deben ser
organizados, ¿Pero no es ese el trabajo de Shi Ming Jing? ¿Por qué lo haces?
Mo Ran: ––... La memoria de Shizun es realmente impresionante.
Chu Wan Ning se mostró totalmente impasible ante la adulación: ––
¿Dónde está?
––Dijo que tenía un poco de fiebre y dolor de cabeza esta mañana.––
Viendo la mirada en los ojos de Chu Wan Ning, Mo Ran continuó
apresuradamente: ––Lo siento, Shizun, fui yo quien le dijo que descansara un
poco, así que por favor no lo culpes.
Tal cubierta era como una aguja afilada que pinchaba a Chu Wan Ning y
hacía que sus cejas se juntaran. Se quedó callado durante un rato, y luego
preguntó: –– ¿Está bien?
Viendo que no lo culpaba, Mo Ran dio un respiro de alivio: ––Le di
medicina y esperé a que se durmiera antes de irme. Acaba de coger un
resfriado, estará bien en dos o tres días. Gracias por la preocupación, Shizun.
––Quién dijo que estoy preocupado por ustedes, sólo preguntaba.
Mo Ran: ––…
––Te dejo con tu organización, entonces.
Chu Wan Ning se fue.
El Pico Sisheng prohíbe a sus discípulos cumplir con los deberes de los
demás. Mo Ran pensó que iba a ser castigado por Shizun, pero Chu Wan Ning
lo había dejado ir inesperadamente tan fácilmente. Permaneció de pie en su
sitio aturdido durante un buen rato, y no reaccionó hasta que Chu Wan Ning ya
estaba a una cierta distancia.
Mo Ran cogió el paraguas apoyado en la puerta y corrió tras la solitaria
figura en la nieve.
–– ¡Shizun!
–– ¡Shizun, espera!
Chu Wan Ning se dio la vuelta. Mo Ran se detuvo frente a él, sacudió la
nieve del paraguas y lo abrió por encima de los dos.
––La nieve está cayendo, llévate el paraguas contigo.
Chu Wan Ning le echó un vistazo: ––No es necesario.
Mo Ran intentó entregar el paraguas, pero Chu Wan Ning sólo sintió
irritación y se negó a aceptarlo. El paraguas cayó en la lucha de ida y vuelta
justo cuando el viento se levantó, y fue lanzado a varios metros de distancia.
Chu Wan Ning miró fijamente a ese paraguas plantado en la nieve. Se
quedó mirando fijamente durante un rato. Esto no era un problema; quería
darse la vuelta y marcharse con indiferencia, como siempre lo había hecho en
el pasado. Pero sus pies se negaron a moverse.
Así como una vela siempre se apagará al final, e incluso un antiguo pozo
se secará con el tiempo.
Incluso la persona más tolerante eventualmente se romperá.
Chu Wan Ning se giró con un movimiento de su manga y dijo enfadado: –
–Mo Wei Yu, ¿Puedes dejar de meterte conmigo? No soy Shi Ming Jing, no
necesito que alguien más me cuide.
Una luz dorada se juntó en su mano mientras hablaba, y Mo Ran dio
instintivamente un paso atrás, pensando que iba a invocar de nuevo a Tian
Wen para darle una paliza. Pero en cambio, la luz se elevó hacia el cielo como
un manantial de oro y formó una barrera resplandeciente, bloqueando la nieve
y el viento por igual.
Mo Ran: ––…
Oh, una barrera para bloquear la lluvia y la nieve...
La expresión de Chu Wan Ning era frígida, incluso sus cejas: –– ¿Parezco
alguien que necesita un paraguas?
Parecía estar verdaderamente enojado, la barrera cambiaba rápidamente de
color con el movimiento de las yemas de sus dedos, de dorado a rojo, púrpura,
azul y luego verde.
El efecto de la barrera cambió con el color; una sólo protegía contra la
nieve, otra bloqueaba el viento, y otra incluso mantenía caliente el interior de
la barrera a pesar de la helada tormenta de nieve.
Estas técnicas eran bastante poderosas, y Chu Wan Ning normalmente no
gastaría su energía espiritual para bloquear la nieve de esta manera. Una
exhibición tan malhumorada y vistosa era tan infantil que Mo Ran se quedó
completamente sin habla por un momento.
––Shizun, no te enfades...
–– ¿Quién dijo que estoy enfadado?–– La cara de Chu Wan Ning estaba
pálida de ira. –– ¡Piérdete ya!
––Bien, bien, bien, me estoy perdiendo. –– Mo Ran miró a la barrera. ––
No malgastes tu energía así...
–– ¡Vete! ¡Piérdete!
Con una ola de la mano de Chu Wan Ning, la energía espiritual que
formaba la barrera de repente se reunió en un rayo que cayó justo delante de
Mo Ran.
Mo Ran le estaba mostrando un poco de preocupación por la bondad de su
corazón, pero casi le cae un rayo por ello. Se sintió un poco resentido y estaba
a punto de decir algo, pero cuando levantó la vista, vio a Chu Wan Ning de pie
en la nieve, con la cara pálida a juego, pero los bordes de sus ojos estaban un
poco rojos.
Mo Ran, sorprendido: ––Tú...
––Tú y yo sólo somos maestro y discípulo, nada más que eso. No hay
necesidad de ninguna preocupación innecesaria entre nosotros. Así que coge tu
paraguas y piérdete.
Mo Ran se sobresaltó, entendiendo de repente lo que estaba pasando.
––Shizun, ese día en el campo de entrenamiento, cuando estaba hablando
con Shi Mei, tú...
... Escuchaste.
Pero Chu Wan Ning no dijo nada, sólo se giró para irse.
Mo Ran no lo llamó esta vez, y no se giró para mirar atrás.
Un poco más lejos, Chu Wan Ning estornudó. Sus pasos vacilaron, luego
bajó la cabeza y caminó aún más rápido, como si estuviera enojado, pero
también como si estuviera huyendo.
Mo Ran estuvo de pie en la nieve todo el tiempo, mirando fijamente a su
espalda hasta que desapareció, perdido en sus pensamientos.
Chu Wan Ning se enfermó tan pronto como regresó al Pabellón del Loto
Rojo.
Podía usar barreras para protegerse de la lluvia y la nieve, pero nunca se
molestó cuando se trataba de sí mismo, ya que lo veía como un desperdicio de
energía espiritual. Por eso, cuando llovía, usaba un paraguas de papel de aceite
como cualquier otra persona normal.
Estornudó un montón, y el dolor de cabeza y la fiebre también le siguieron
rápidamente. Ya estaba acostumbrado a auto medicarse de todas las veces que
se enfermó, y un poco de frío no era nada a lo que siquiera pudiera prestar
atención, así que tomó un medicamento, se lavó y se cambió de ropa, y luego
se metió en la cama para dormir.
Tal vez se debió al frío, pero las náuseas que habían aparecido desde que
se lesionó en el Lago Jin Cheng fueron especialmente agudas esta noche. La
noche pasó en un sueño nebuloso, todo su cuerpo empapado en un sudor frío
pero ardiendo como un horno.
Chu Wan Ning no se despertó hasta el mediodía del día siguiente.
Parpadeando, sus ojos se abrieron claramente, y se quedó allí acostado durante
un rato antes de levantarse lentamente de la cama para ponerse los zapatos.
Se detuvo y miró fijamente.
Sus botas parecían haberse hecho más grandes de la noche a la mañana...
Miró con más cuidado.
Chu Wan Ning: ––…
Ni siquiera la compostura del anciano Yu Heng podía soportar este tipo de
conmoción.
No era que sus botas se hubieran hecho más grandes.
Chu Wan Ning miró fijamente sus manos, sus piernas, sus pies descalzos,
y el hombro por el que se había deslizado su túnica.
Era que él... ¿Se había hecho más pequeño?
CAPÍTULO 52: ESTE VENERABLE NI SIQUIERA
APARECIÓ.
Xue Zheng Yong estaba practicando con la espada en el pico norte cuando
una flor Haitang flotó sobre él. Expresó un curioso "eh" y la cogió mientras se
secaba el sudor con una toalla, murmurando para sí mismo: –– ¿El mensajero
de Yu Heng, Haitang? ¿Ya ni siquiera puede molestarse en venir a hablar?
¿Cuándo se volvió tan perezoso?
Pero aún así tomó la esfera dorada de luz del centro de la flor y la colocó
en su oreja.
Salió la voz desconocida de un niño: ––Líder de la secta, por favor venga
al Pabellón del Loto Rojo lo antes posible...
Xue Zheng Yong no lo creyó al principio, pero cuando se bajó de su
espada frente a la residencia de Chu Wan Ning, quedó completamente atónito.
Un niño de unos cinco o seis años estaba de pie en el pabellón junto al
estanque de loto con una mano en la espalda, mirando al loto con cara sombría.
Mirando de lado, esta persona tenía una expresión fría y ojos helados a juego;
estaba vestido con las túnicas de Chu Wan Ning, pero en realidad eran
demasiado grandes para él, acumulándose en el suelo, dobladillo de manga y
todo, pareciéndose a un pez remolcando detrás de él una enorme cola.
Xue Zheng Yong: ––…
El niño se dio la vuelta “Si te ríes te mato y luego me mato a mí mismo"
prácticamente escrito en su cara.
Xue Zheng Yong: ––PFFT... JAJAJAJAJAJAJAJAJA.
El niño golpeó la mesa con enojo: –– ¡De qué te ríes! ¡Qué es tan gracioso!
––Definitivamente no soy lau--jajajajajaja oh Dios, no puedo, Yu Heng, te
dije que fueras con el anciano Tan Lang para que te revisara esa herida, pero
no me escuchaste, jajajajajajaja, no puedo respirar. –– Xue Zheng Yong rugió
de risa, agarrándose el estómago con ambas manos: ––Nunca había visto a un
niño con un aura tan asesina, jajajajajjajajajaja.
Este niño no era otro que el Chu Wan Ning que se había despertado para
descubrir que se había encogido. La vid que le perforó el hombro en el Lago
Jin Cheng debe haber estado encantada con algún tipo de maldición que
convierte a los afectados de nuevo en sus seres de cinco o seis años de edad.
Afortunadamente, su poder espiritual no se revirtió, de lo contrario, Chu Wan
Ning sintió que era mejor que muriera.
Xue Zheng Yong fue a buscar un uniforme pequeño para los discípulos
más jóvenes, riendo todo el camino de ida y vuelta.
Chu Wan Ning finalmente se veía un poco menos cómico después de
cambiarse a la ropa más adecuada. Enderezó los guardamanos azules con
bordes plateados, levantó la vista para mirar a Xue Zheng Yong, y luego dijo
con vehemencia: ––Si te atreves a decírselo a alguien, acabaré contigo.
Xue Zheng Yong se rió: ––No lo haré, no lo haré. ¿Pero qué vas a hacer al
respecto? No sé nada de curación, así que tienes que hacer que alguien te eche
un vistazo. ¿Qué tal si le pido al anciano Tan Lang que venga...
Chu Wan Ning sacudió sus mangas con enojo, pero las mangas de los
uniformes de los discípulos eran apretadas y ajustadas, agitándolas alrededor
no tenían el mismo efecto en absoluto. Se puso aún más gruñón: –– ¿Venir y
hacer qué, reírse de mí?
––Entonces, ¿Qué tal si le pido a mi esposa que venga a echar un vistazo?
Chu Wan Ning apretó los labios y no dijo nada, indignado.
––Tomaré eso como un sí, ¿Entonces?
Chu Wan Ning sólo le dio la espalda. Xue Zheng Yong sabía que estaba
de mal humor, pero la vista era demasiado divertida; intentó contenerse, pero
al final fracasó, y una vez más estalló en una risa escandalosa.
Tian Wen apareció con un 'woosh', Chu Wan Ning mirándolo de reojo por
el rabillo del ojo: –– ¡Te reto a que vuelvas a reír!
––Bien, bien, bien, no más risas. Iré a llamar a mi esposa de inmediato,
ahahahahahaha.
Xue Zheng Yong huyó y regresó enseguida con una preocupada Madam
Wang a cuestas. Madam Wang se congeló tan pronto como vio a Chu Wan
Ning, y pasó mucho tiempo antes de que finalmente se las arreglara con
incredulidad: ––Anciano Yu Heng...
Chu Wan Ning: ––…
Afortunadamente, Madam Wang era una doctora amable y compasiva, a
diferencia de su esposo. Ella le hizo algunas preguntas a Chu Wan Ning
mientras lo miraba, y luego dijo en voz baja: ––La circulación de la energía
espiritual del anciano está bien, y tampoco hay nada anormal en su cuerpo.
Nada parece haber cambiado aparte de haberse convertido en un niño.
Preguntó Chu Wan Ning: –– ¿Conoce Madam una forma de romper la
maldición?
Madam Wang agitó la cabeza: ––La herida del anciano fue causada por
una antigua vid de sauce, me temo que no hay otro caso conocido de esta
enfermedad, así que no sé cómo tratarla.
Chu Wan Ning bajó las pestañas, se quedó aturdido y sin palabras durante
un rato.
Madam Wang no pudo soportar la vista, y se apresuró a decir: ––Anciano
Yu Heng, basado en lo que he visto, la causa más probable de su estado actual
es que las vides de sauce probablemente contenían una secreción auto curativa
que se metió en su herida, y no una maldición, de lo contrario no habría
tomado tanto tiempo para que surtiera efecto. Probablemente era sólo una
cantidad muy pequeña de la secreción, y sólo fue capaz de afectar a su cuerpo
porque usted estaba trabajando demasiado día tras día. ¿Qué tal si se cuida y
descansa unos días, y ve si algo cambia?
Chu Wan Ning se quedó en silencio un rato y luego suspiró: ––No hay
nada más. Muchas gracias, Madam.
––De nada.
Madam Wang le dio otro cuidadoso repaso: ––Con la apariencia actual del
anciano, mientras no se diga, nadie podrá decir que es usted.
Ella no estaba equivocada; incluso el propio Chu Wan Ning había
olvidado cómo era a los cinco o seis años. Mirando su reflejo en el estanque,
aparte de algunas vagas similitudes en los rasgos faciales, no se parecía mucho
a su yo adulto en absoluto. Finalmente, sintiéndose un poco aliviado, miró a
Xue Zheng Yong para decir: ––Líder de la secta, voy a recluirme en el
Pabellón del Loto Rojo por unos días. Por favor, cuida de mis discípulos.
––Eso es algo natural, Xue-er es mi hijo, Ran-er es mi sobrino, y Shi Mei
es un discípulo del Pico Sisheng, por supuesto que cuidaré de ellos. –– Xue
Zheng Yong sonrió. ––Sólo preocúpate por ti mismo.
Pero tres días de meditación y aún no había ni la más mínima señal de que
su cuerpo volviera a la normalidad. Chu Wan Ning no pudo evitar sentirse aún
más ansioso, totalmente incapaz de "Cuidarse y descansar" como le dijo
Madam Wang.
Una noche, Chu Wan Ning ya no pudo soportar la sensación de inquietud.
La meditación no estaba haciendo nada de todos modos, así que bien podría ir
a dar un paseo por la montaña y sacarse algunas cosas de la cabeza.
Fue después de la cena y antes de las clases nocturnas, y los senderos y
corredores del Pico Sisheng estaban llenos de discípulos, pero nadie le prestó
atención. Chu Wan Ning caminó un rato y luego se dirigió al bosque de bambú
cerca de la Plataforma Shan'E.
Cada uno de los ancianos tenía su propia área de práctica favorita a la que
siempre llevaban a sus discípulos para su cultivo y entrenamiento. Este bosque
de bambú era de Chu Wan Ning.
El tranquilo susurro de las hojas de bambú llenó el aire. Chu Wan Ning
arrancó una hoja y ociosamente hizo sonar una melodía con ella, las nítidas y
serenas notas calmaron su agitada mente. Pero no pasó mucho tiempo antes de
que el sonido de pasos se acercara y se detuviera cerca de él.
––Oye, niño.
Chu Wan Ning abrió los ojos.
Era Xue Meng, de piernas largas y cintura delgada, de pie orgulloso en
medio del bosque de bambú, su espada Long Cheng brillando en sus manos
mientras declaraba hacia él.
––Voy a practicar con la espada aquí, vete a soplar tu hoja a otro lado.
––…–– El final de la ceja de Chu Wan Ning subió un poco. Era una
sensación bastante extraña que Xue Meng le diera órdenes así. Pensó durante
un momento, y luego dijo: ––Tocaré mi hoja, puedes practicar tu espada, no
hay interferencia.
Xue Meng dijo: ––De ninguna manera. Date prisa y vete, mi espada te
hará daño.
––No puedes hacerme daño.
Xue Meng chasqueó su lengua, la paciencia se le fue de las manos: ––No
digas que no te lo advertí entonces. Si te lesionas más tarde, no es asunto mío.
–– Dijo, desenfundando a Long Cheng con un sonido poderoso, como el
silbido de una serpiente que emerge de las profundidades de una laguna y se
eleva hacia los cielos.
Al instante, Long Cheng se convirtió en una sombra danzante en la mano
de Xue Meng entre las hojas voladoras, un brillante rastro en su estela
mientras la luz se reflejaba en la hoja. Un corte convirtió una hoja en diez
pedazos, la fuerza de la misma arrancando más hojas de los bambúes. Perfora,
empuja, desliza y corta, cada movimiento era suave como el deslizamiento de
la nieve en el viento.
Incluso un cultivador de cincuenta años alabaría una exhibición tan
impresionante, sin mencionar a un niño de cinco años.
Pero incluso cuando Xue Meng había pasado por diez formas, el niño
seguía sentado en su roca tocando su hoja, como si no hubiera nada
sorprendente o incluso digno de mención delante de él.
Xue Meng, irritado, envainó su espada y saltó desde las regiones altas del
bosque de bambú, aterrizando ligeramente ante Chu Wan Ning.
––Niño.
––…
––Oye, niño, te estoy hablando.
Chu Wan Ning bajó la hoja y lentamente abrió los ojos para mirarlo sin
expresión: –– ¿Qué es esto? ¿No te enseñó tu maestro a ser cortés al hablar con
los demás? No vayas sólo diciendo, oye esto, oye eso, tengo un nombre.
–– ¿Por qué me importaría saber tu nombre?–– Xue Meng iba a ser amable
al respecto, pero el resto de su buen humor desapareció después de esas
espinosas palabras: ––Las espadas no tienen ojos, huye hacia un lado antes de
que la mía te corte la cabeza.
Chu Wan Ning contestó con un aire de indiferencia: ––Si ni siquiera
puedes evitar mi cabeza, ¿Tiene sentido que practiques con la espada?
–– ¡Tú!–– Xue Meng nunca había sido disputado así en toda su vida, y por
un discípulo principiante que ni siquiera le llega al muslo. Enfadado e
indignado, dijo: ––Eres un insolente, ¿Sabes quién soy?
Chu Wan Ning lo miró levemente: –– ¿Quién eres tú?
––Soy el joven maestro del Pico Sisheng. –– Xue Meng estaba a punto de
ahogarse por la indignación: –– ¿Cómo es que ni siquiera sabes esto?
Las esquinas de los labios de Chu Wan Ning se arquearon un poco. La
sonrisa habría parecido muy burlona en su cara original, pero en su actual cara
infantil y adorable, era aún más burlona.
––Sólo eres el joven maestro, no es como si fueras el líder de la secta, ¿Por
qué iba a saber de ti?
–– ¿Qué, qué, qué, qué dijiste?
––Deja de darte aires y práctica con tu espada.
Chu Wan Ning bajó sus largas pestañas y volvió a tocar su hoja, la
melodía flotando tranquilamente en el viento, las notas subiendo y bajando.
Xue Meng realmente podía morir por lo enojado que estaba; dio un grito y
realmente se metió en esto con un niño pequeño. Pero no importaba lo enojado
que estuviera, no quería pegarle a un niño, así que sólo podía saltar y atacar
despiadadamente a los bambúes, que se rompían y caían en tandas en medio de
la serena melodía.
Su espada era rápida y despiadada; varios destellos, y docenas de bambúes
habían sido cortados en puntos contundentes. Contra un enemigo, los puntos
habrían sido muy agudos, pero esto fue suficiente para enseñarle una lección a
un discípulo menor.
Cientos de palos de bambú puntiagudos cayeron directamente hacia Chu
Wan Ning, y estaban a pocos centímetros de herirlo. Xue Meng corrió hacia
abajo para mover a este pequeño y descarado discípulo fuera del camino.
En realidad no quería lastimar al niño, sólo asustarlo un poco. Pero
inesperadamente, en el mismo instante en que se precipitó, el niño dejó de
tocar y movió la hoja entre las yemas de sus dedos, la tierna hoja de bambú de
repente se convirtió en cientos de finos hilos.
Instantáneamente, los cientos de hilos se lanzaron hacia las puntas que
caían con una precisión asombrosa.
Incluso el viento parecía dejar de fluir.
Chu Wan Ning se puso de pie. Simultáneamente, los cientos de picos que
lo rodeaban se convirtieron en mero polvo.
¡Absolutamente destruidos!
Xue Meng se quedó paralizado por el asombro, con la cara pálida y roja,
incapaz de pronunciar ni media palabra.
El niño ante sus ojos levantó la vista, con el uniforme azul plateado
revoloteando, y sonrió a Xue Meng: –– ¿Quieres intentar de nuevo?
Xue Meng: ––…
––Tus golpes son vigorosas pero sin orden. Demasiado errático e inestable.
Xue Meng abrió la boca, y luego la cerró.
Chu Wan Ning continuó: ––Empieza de nuevo desde la forma de gorrión.
Sigue mi música, revisa cada forma a tiempo con los segmentos de la melodía
y no más rápido que eso.
Para ser instruido así por un niño pequeño, la cara de Xue Meng se volvió
aún más nublada, mordiéndose el labio y no moviéndose en absoluto. Chu
Wan Ning no lo apresuró, esperando en silencio para ver si Xue Meng dejaba
su ego para mejorar, si estaba dispuesto a escuchar a un niño medio adulto.
Pasó un rato antes de que Xue Meng repentinamente pisoteara abatido, tiró
su espada, y se giró para irse.
Viéndolo marchar con un berrinche, la expresión de Chu Wan Ning se
oscureció un poco, pensando que era realmente una lástima que Xue Meng no
pudiera humillarse a sí mismo para aceptar la guía...
Pero antes de que pudiera siquiera terminar ese hilo de pensamiento, vio a
Xue Meng coger una rama del suelo y darse la vuelta para decir enfadado: ––
Entonces, entonces usaré una rama, en caso de que te golpee.
Chu Wan Ning se detuvo, y luego asintió con una sonrisa: ––Está bien.
Xue Meng arrancó una hoja de bambú y la limpió antes de entregarla: ––
Toma, Xiao Didi, para ti.
¿Así que ahora es "Xiao Didi", en vez de "niño"?
Chu Wan Ning le echó una mirada divertida, aceptó la hoja y, sentado de
nuevo en la roca, sin prisa volvió a tocar. Xue Meng tenía una personalidad
temeraria; esta maniobra incluye un movimiento en el que el portador salta y
gira en el aire mientras suelta seis puñaladas seguidas de un golpe. Pero Xue
Meng nunca pudo hacerlo bien, a menudo apuñalando más de una docena de
veces antes del golpe, lo que hace que se pierda por mucho la ventana óptima.
Xue Meng lo estropeó cinco, seis veces seguidas, sus cejas se tensaron
cada vez más a medida que se agitaba más y más.
En su agitación, vislumbró al niño sentado en la roca tocando la hoja de
bambú; a pesar de sus tiernos años, era la imagen misma de la serenidad, sin la
más mínima queja, y Xue Meng no pudo evitar la sensación de vergüenza que
se arrastraba.
Así que reunió su espíritu y lo intentó varias veces más, lentamente
sintiéndolo en el ritmo de la melodía. Pero no se adelantó y se mantuvo hasta
altas horas de la noche, cuando la luna colgaba en lo alto del cielo, y
finalmente pudo completar la maniobra de manera impecable.
Xue Meng se secó el sudor de sus cejas, exclamando con alegría: ––Hoy
ha sido todo gracias a ti. ¿De qué anciano eres discípulo, hermanito? Eres
increíble, ¿Cómo es que no sabía de ti antes?
Chu Wan Ning ya estaba preparado para la pregunta: El anciano Xuan Ji
tenía muchos discípulos, tantos que ni siquiera podía recordar a todos. Guardó
la hoja y dijo con una pequeña sonrisa: ––Soy discípulo del anciano Xuan Ji.
Xue Meng parecía pensar poco de Xuan Ji. El hizo 'Hmph': ––Oh, el Rey
de la Basura.
–– ¿Rey de la basura?
––Ah, perdóname. –– Xue Meng malinterpretó la sorpresa en los ojos de
Chu Wan Ning, y pensó que el niño estaba molesto porque se había burlado de
su Shizun.
Sonrió y explicó: ––Es sólo un apodo. Tu Shizun acepta a todos y cada
uno; la parte de la basura se refiere a esos discípulos suyos que no tienen
talento, no al anciano Xuan Ji en persona, no te preocupes, hermanito.
Chu Wan Ning: –– ¿Suelen ponerle apodos a los ancianos en privado?
CAPÍTULO 53: EL PRIMO DE ESTE VENERABLE
NO ES MUY INTELIGENTE.
––Por supuesto, todos tienen apodos, nadie consigue un pase. –– Xue
Meng parecía estar de buen humor, deseoso de mostrar a Chu Wan Ning las
cuerdas. ––Pareces muy joven; ¿Qué tienes, cinco años? Entonces, tú debes ser
nuevo en el Pico Sisheng, no has llegado a conocer a todo el mundo todavía.
Una vez que te hayas instalado, descubrirás que los discípulos tienen apodos
para los veinte ancianos.
––Oh. –– Chu Wan Ning le lanzó una mirada indescifrable. –– ¿Por
ejemplo?
––Oh hombre, por dónde empiezo. Pero ya es tarde y tengo hambre. Como
agradecimiento por todos los consejos que me diste hoy, te llevaré a tomar un
bocadillo nocturno en la montaña y te lo diré en la comida.
Chu Wan Ning pensó por un momento con la cabeza baja, luego sonrió y
dijo: ––Mn, está bien.
Xue Meng apartó a Long Cheng y tomó la mano de Chu Wan Ning, el
discípulo ignorante y el maestro reducido caminando por los escalones de
piedra entre el bosque de bambú hacia la puerta principal.
––Pequeño hermano, ¿Cómo te llamas?–– Preguntó Xue Meng mientras
caminaban.
Chu Wan Ning respondió con calma: ––Mi apellido es Xia.
–– ¿Xia qué?
––Xia Si Ni. –– [Suena como 'Asustarte hasta la muerte']
Xue Meng no se dio cuenta, incluso felizmente preguntando: ––Es un
bonito nombre. ¿Escrito con qué caracteres?
Chu Wan Ning lo miró de reojo con una mirada reservada para los idiotas:
––Si como en Discípulo Si, Ni como en Discípulo Ni. Xia Si Ni.
––Oooh. –– Xue Meng, aún sonriendo, le preguntaba: –– ¿Y cuántos años
tienes? ¿Tenía razón antes o qué, no puedes tener más de cinco años?
––… –– Toda la cara de Chu Wan Ning estaba oscura. Afortunadamente
para Xue Meng, estaba mirando a la carretera y no a su cara, o definitivamente
se llevaría el susto de su vida. ––No, el joven maestro adivinó mal... Este año
cumplo seis años.
Xue Meng: ––Entonces tienes un talento increíble, pero no tanto como yo
a tu edad, por supuesto. De todos modos, con un poco de guía, definitivamente
crecerás para ser excepcional.
¿Por qué no dejas de ser discípulo de Xuan Ji? Llámame Shige, e iré a
suplicar a mi Shizun para que te acepte como discípulo, ¿Qué te parece?
Chu Wan Ning logró, con esfuerzo, no poner los ojos en blanco: ––
¿Cómo me dijiste que te llamara?
––Shige. –– Xue Meng, aún sonriendo, se inclinó y le dio una palmadita
en la frente a Chu Wan Ning. ––Esta es una rara oportunidad que tienes.
La expresión de Chu Wan Ning era complicada: ––…
¿Qué, sin palabras por la alegría abrumadora?
Chu Wan Ning: ––…
Los dos se rieron y charlaron mientras caminaban, al menos, Xue Meng
pensó que se estaban riendo y charlando, cuando de repente una voz vino de
detrás de ellos y terminó con esta línea de conversación que podría haber
llevado a la inoportuna muerte de Xue Meng.
–– ¿Eh? Meng Meng, ¿Qué haces aquí?
En todo el Pico Sisheng, para tener el valor de llamar a Xue Meng "Meng
Meng", ¿Quién más podría ser? Xue Meng empezó a maldecir antes de que
terminara de girar la cabeza.
––Mo Ran, maldito perro, llámame así una vez más y te arrancaré la
lengua de perro.
Por supuesto, Mo Ran estaba detrás de ellos bajo la clara luz de la luna, la
ropa ondeando con la brisa y una sonrisa tranquila en su cara. Estaba a punto
de lanzar una réplica para burlarse un poco más de Xue Meng cuando se fijó
en el delicado niño que estaba a su lado y gritó hasta detenerse: ––Este es...
Xue Meng empujó a Chu Wan Ning detrás de él, mirando a Mo Ran: ––
No es asunto tuyo.
––No no no, no lo escondas. –– Mo Ran dio la vuelta y agarró la mano de
Xue Meng, sacando a Chu Wan Ning y agachándose para darle un cuidadoso
vistazo. Hizo un sonido interrogativo, murmurando: ––Este niño me resulta
muy familiar.
Chu Wan Ning, alarmado por dentro: ––…
––Siento como si lo hubiera visto antes en alguna parte.
A Chu Wan Ning no le gustó adónde iba esto; si lo atraparon aquí, ¿Cómo
volverá a enfrentar a alguien? Dio un paso atrás subconsciente y se dio la
vuelta para correr.
–– ¡Alto! –– Mo Ran lo agarró con una sonrisa traviesa, luego se acercó y
juguetonamente le frotó la nariz y dijo en voz baja: ––Ven, pequeño Didi, dile
a Gege tu nombre.
La nariz que acababa de ser tocada se sentía grasosa; incómodo y tímido,
Chu Wan Ning seguía tratando de retroceder.
Mo Ran pensó que estaba asustado, y se rió mientras decía: –– ¿Por qué te
escondes? Sé bueno y dile a Gege que te llamas Xue.
Xue Meng: –– ¿?
Mo Ran señaló a Xue Meng y preguntó sonriendo: –– ¿Es tu papá? Di la
verdad, este gege te comprará caramelos.
–– ¡Cuál es tu problema, Mo Wei Yu! –– Xue Meng explotó, con la cara
llena de plumas rojas y brillantes erizadas. –– ¿Qué demonios estás pensando?
¡Eres despreciable! ¡Asqueroso! ¡Sin vergüenza!
Chu Wan Ning también se quedó sin palabras durante un tiempo, pero en
secreto se sintió algo aliviado: ––Mi apellido es Xia, discípulo del anciano
Xuan Ji, Xia Si Ni.
–– ¿Morirte de miedo? –– Mo Ran captó el significado inmediatamente y
sus ojos se curvaron en pedazos de diversión. ––Jaja, qué interesante.
––…
–– ¡En serio, qué te pasa! –– Xue Meng empujó a Mo Ran y dijo enojado:
––Es mi nuevo amigo, no te metas. Vamos por un bocadillo nocturno, fuera
del camino.
––De acuerdo. –– Mo Ran se apartó del camino, pero luego se colocó a su
lado, sonriendo y pavoneándose.
Xue Meng le rugió: –– ¿Qué crees que estás haciendo?
––Yo también quiero comer algo. –– Mo Ran dijo inocentemente: –– ¿Qué,
no se me permite?
Xue Meng: ––…
En la Ciudad Wu Chang.
Esta pequeña ciudad fue una vez infestada de toda clase de fantasmas y
demonios, pero gracias a la fundación del Pico Sisheng en las cercanías,
recuperó gradualmente su paz con el paso de los años, e incluso podría
llamarse animada en estos días.
Era suficientemente tarde para que el mercado nocturno ya estuviera
abierto. El grupo pasó por los numerosos puestos a los lados de la calle y
eligió un lugar para la sopa gudong [olla caliente/shabu-shabu], tomando
asiento en una mesa baja de madera en el área exterior.
La "sopa Gudong" usa una olla sostenida sobre una estufa, con el fuego
ardiendo mientras se come. El caldo es generalmente muy picante; los
ingredientes frescos y crudos se colocan sobre la mesa y se sumergen en el
caldo hirviendo para ser cocinados al momento de comerlos. Se le llama sopa
gudong por el sonido "gudong" de la comida que se arroja al caldo.
Este era un plato famoso de la provincia de Chuan Shu, pero Chu Wan
Ning sólo lo comía con un caldo claro y sin pimientos; cualquier cosa picante
le hacía ahogarse.
Xue Meng nació aquí, y Mo Ran creció alrededor de XiangTan; ambos
estaban acostumbrados a la comida picante, y naturalmente asumieron que
'Xia Si Ni' también podía manejarlo.
Cuando se sentaron a ordenar, Xue Meng gritó un montón de platos con
familiaridad, y añadió: ––Con pimientos extra y aceite de chile en el caldo.
Pero Chu Wan Ning de repente tiró de su manga y dijo en voz baja: ––
Quiero una olla gemela.
–– ¿Qué? –– Xue Meng pensó que había escuchado mal.
La expresión de Chu Wan Ning era oscura: ––Olla gemela, mitad picante
y mitad suave.
Xue Meng: –– ¿No eres de aquí?
––Mn.
––Ah. –– Xue Meng asintió con la cabeza, pero había sorpresa en sus ojos
mientras miraba a Chu Wan Ning: ––Haber dejado tu casa a una edad tan
temprana, es realmente tan... no importa. –– Él suspiró y se giro hacia el
camarero. ––Muy bien, olla gemela entonces.
Pero parecía haber una pizca de resistencia en el tono de Xue Meng.
Muy pronto se dio cuenta de que en realidad no se estaba imaginando
cosas, que Xue Meng se mostraba reacio a aceptarlo, quejándose
incesantemente mientras esperaban su comida: ––Shidi, cuando estés en
Chuan Shu, debes hacer lo mismo que la gente de Chuan Shu: tienes que
aprender a comer comida picante. ¿Cómo vas a hacer amigos cuando salgas si
no comes picante? No es necesario conocer el dialecto local, pero la comida
picante no es negociable. Oh sí, ¿De dónde eres, de todos modos?
Chu Wan Ning: ––Lin-An.
––Oh. –– Xue Meng lo reflexionó, pero sabía poco y menos de esa región
del sur, así que preguntó mientras mordisqueaba las puntas de sus palillos: ––
¿Ustedes comen cabezas de conejo allí?
Antes de que Chu Wan Ning pudiera siquiera responder, Mo Ran ya había
sonreído desde el costado: ––Por supuesto que no.
Xue Meng lo fulminó con la mirada, y Chu Wan Ning también lo miró.
Mo Ran tenía un pie en el banco de madera y un brazo apoyado
casualmente en su rodilla mientras hacía girar hábilmente los palillos en su
mano. Viendo sus reacciones, sonrió e inclinó la cabeza: –– ¿Qué? ¡Por qué la
mirada!, realmente no se comen eso.
Xue Meng se giró para preguntarle a Chu Wan Ning: –– ¿Es eso cierto?
––Mhm.
Xue Meng volvió a mirar a Mo Ran: –– ¿Cómo supiste eso? ¿Has estado
allí?
––No. –– Mo Ran hizo una mueca graciosa. ––Pero Xia-xiong y nuestro
Shizun son del mismo lugar, ¿No sabes que Shizun no come cabeza de conejo?
Cuando elige platos fríos en el Salón Meng Po, es tofu con cebollín o raíz de
loto dulce con Osmanto, míralo tú mismo la próxima vez si no me crees.
Chu Wan Ning: ––…
––Ah, supongo que nunca antes había prestado atención. No he tenido las
agallas de mirar lo que hay en el plato de Shizun desde esa vez que vi su
desayuno, demasiado aterrador. –– Xue Meng se frotó la barbilla y dejó que el
disgusto se notara en su cara: ––Los gustos de Shizun son realmente
indescriptibles. ¿Lo sabías? En realidad come pudín de tofu agridulce.
Chu Wan Ning: ––…
Mientras hablaba, Xue Meng se giró hacia él y dijo, sinceramente y con la
mayor importancia: ––Pequeño shidi, definitivamente, absolutamente, no
hagas lo mismo que el anciano Yu Heng, nadie querrá comer contigo.
Recuerda, la cabeza de conejo y las comidas picantes son obligatorias, y
cuando desayunes pudín de tofu, no lo comas con salsa agridulce.
––No te olvides de las algas y los camarones secos. –– Añadió Mo Ran.
––Correcto, algas y camarones secos también. –– Fue un raro caso de Xue
Meng y Mo Ran uniéndose contra un enemigo común. ––Absolutamente
inaceptable.
Chu Wan Ning miró a la pareja de idiotas, su cara desprovista de
expresión: ––Oh.
Sus platos no tardaron en llegar: brotes de bambú frescos y crujientes,
repollo muy verde, tofu tierno, suculentos filetes de pescado, rollos de cordero
cortados finamente apilados en un plato de porcelana, carne frita hasta quedar
dorada y espolvoreada con comino y pimienta, y un frasco de leche de soja
recién hecho al costado, la mesita crujiendo bajo el peso.
La comida une a la gente, especialmente una comida animada como la
sopa gudong; un par de platos de cordero y unas tazas de leche de soja más
tarde, incluso la tensa relación entre Xue Meng y Mo Ran se hizo más relajada
en el espeso vapor, al menos por el momento.
Xue Meng escudriñó el caldo picante con sus palillos: ––Oye, oye,
¿Dónde está el cerebro que puse aquí?
–– ¿No está pegado a tu cuello? –– Mo Ran se rió.
–– ¡Me refería al cerebro de cerdo!
Mo Ran mordió su palillo con una sonrisa pícara: ––Mhm, ese es.
––Maldito perro te atreves a insultarme...
–– ¡Oh, hey! ¡Tu cerebro flotó hacia arriba! ¡Hora de comer!
Xue Meng cayó en su trampa en un momento de agitación, gritando: ––
¡Guarda tu pata de perro! Ni siquiera pienses en robarlo, ¡Ese es mi cerebro!
Chu Wan Ning se sentó en su pequeño taburete, bebiendo tranquilamente
su frasco de dulce leche de soja mientras miraba a los mocosos pelearse. No
tenía prisa; todo el lado suave de la olla era suyo.
Terminó la leche de soja y se mojó los labios como si quisiera más. Mo
Ran lo vio y preguntó con una sonrisa: –– ¿Le gusta al pequeño Shidi?
Chu Wan Ning se tomó un momento para digerir el hecho de que acababa
de ser llamado "pequeño shidi" y calculó internamente la posibilidad de evitar
que lo hiciera, sólo para llegar a la conclusión de que sus posibilidades son
prácticamente nulas, por lo que sólo podía responder secamente: ––Mn, no
está mal.
Así que Mo Ran se volvió hacia el camarero: ––Disculpe, otro frasco de
leche de soja para mi shidi.
Y así Chu Wan Ning comenzó a beber un segundo frasco.
Siempre le han gustado los dulces, pero le ha causado caries haber comido
demasiados pasteles antes, y el anciano Tan Lang tuvo que tomarse la molestia
de restaurarlo por él. Desde entonces, Chu Wan Ning se ha abstenido de comer
demasiados dulces por el bien de su delgada cara.
Volver a la forma de un niño tuvo el beneficio inesperado de dejarle comer
todos los dulces que quería.
Mo Ran lo vio comer con la mejilla apoyada en una mano: ––Tus gustos
son como los de Shizun.
Chu Wan Ning se ahogó un poco pero logró mantener su plácida expresión:
–– ¿Shixiong está hablando del anciano Yu Heng?
––Sí. –– Mo Ran asintió con una sonrisa mientras empujaba una cesta de
vapor hacia Chu Wan Ning. ––Prueba esto. Creo que a ti también te gustará.
Chu Wan Ning cogió un panecillo al vapor envuelto en hojas de bambú y
dio un pequeño mordisco; salió vapor caliente del panecillo, y dentro de la
envoltura suave y glutinosa había un relleno de pasta dulce de frijoles.
–– ¿Te gusta?
Chu Wan Ning dio otro mordisco antes de asentir con la cabeza: ––Mn.
Mo Ran sonrió: ––Entonces come un poco más.
Los tres charlaron mientras comían. Chu Wan Ning recordó
repentinamente el tema anterior y, después de terminar su cuarto bollo, le
preguntó a Xue Meng con fingida indiferencia: ––Por cierto, joven maestro,
antes mencionó que todo anciano tiene un apodo. Si mi Shizun Xuan Ji es
llamado el Rey de la Basura, entonces ¿Cuál es el apodo del anciano Yu Heng?
CAPÍTULO 54: ESTE VENERABLE PELEA POR LOS
PASTELES.
–– ¿Shizun? –– La expresión de Xue Meng se volvió seria durante unos
segundos: ––Es el único que no tiene ningún apodo de todos en el Pico
Sisheng. Nadie se atreve a bromear sobre él.
––Tonterías, todo el mundo sabe que te agrada Shizun, así que todos se
callan a tu alrededor.
Mo Ran puso los ojos en blanco, detuvo a Chu Wan Ning y le susurró en
voz alta: ––No lo escuches, te diré que de todos los que habitan en el Pico
Sisheng, el anciano Yu Heng es el que tiene más apodos.
–– ¿Oh? ¿En serio? –– Chu Wan Ning alzó levemente las cejas, mostrando
un poco de interés.
–– ¿Por ejemplo?
––Por ejemplo, uno de los más corteses sería fantasma vestido de blanco.
–– ¿Por qué lo llaman así?
––Porque sólo usa ropa blanca todos los días.
––... ¿Qué más hay?
––Pequeño repollo napa.
––... ¿Por qué es eso?
––Porque sólo usa ropa blanca todos los días.
––... ¿Qué más?
––Gran Mantou.
–– ¿Por qué?
––Porque sólo usa ropa blanca todos los días.
–– ¿Qué más hay?
––Pequeña viuda.
Chu Wan Ning: –– ¿?
–– ¿Sabes por qué lo llaman así? –– Mo Ran seguía riendo estúpidamente,
totalmente inconsciente del destello de intención asesina que resplandecía en
los ojos de Chu Wan Ning. ––Es porque sólo usa ropa blanca todos los días.
––…
Si el humor de Chu Wan Ning no hubiera sido tan bueno, no habría podido
mantener la compostura: –– ¿Qué, qué más hay?
––Aiyo. –– Mo Ran miró la expresión de Xue Meng, y susurró
suavemente con una voz que no era sutil en absoluto: ––Si digo algo más,
temo que mi primo me eche toda la olla en la cabeza.
Xue Meng golpeó la mesa, rechinando los dientes enfadado: –– ¡Eso es
ridículo! ¿Quién les permitió burlarse así de Shizun? ¿Qué clase de repollo
napa o gran mantou, por no hablar de pequeña viuda? ¿Están hartos de vivir?
––Ah. –– Mo Ran respondió, riéndose a carcajadas: ––No puedo creer que
ya estés tan molesto por estos apodos. Ni siquiera has oído cómo las discípulas
llaman a Shizun, te pondrá la piel de gallina.
Los ojos de Xue Meng se abrieron de par en par: –– ¿Cómo lo llaman?
Mo Ran se detuvo perezosamente: ––Cómo podrían llamarlo, son chicas
después de todo, deben ser más refinadas. Algo así como la flor de pera bajo la
pálida luna, la nieve de primavera, el Señor Chu de Lin’ An, la bella flor de
loto. Mi Dios.
Chu Wan Ning: ––…
Xue Meng: ––…
––Estos apodos aún están bien. En comparación, alguien como el anciano
Tan Lang, con un temperamento tan terrible y un aspecto promedio, tiene unos
mucho peores.
De todos los veinte ancianos del Pico Sisheng, con el que Chu Wan Ning
tenía la peor relación era con el anciano Tan Lang. Preguntó Chu Wan Ning: –
– ¿Cómo lo llaman?
––Algo así como pepinillos de invierno o hojas de mostaza, porque su piel
es oscura. –– Mo Ran dijo, riendo.
––Meng Meng, no me pongas esa cara, tú también tienes tu parte de
apodos.
Xue Meng parecía que se había tragado un huevo entero: –– ¿Qué? ¿Yo
también?
––Por supuesto. –– Mo Ran dijo, sonriendo.
Xue Meng trató de parecer que no le importaba, y se aclaró la garganta,
preguntando: ––Bueno, ¿Cómo me llaman?
––Coño.
––... ¿Por qué?
–– ¿Qué quieres decir con por qué, no es obvio? –– Mo Ran se encogió de
hombros, pronunciando esas palabras con alegría, pero no pudo resistirse más,
y golpeó la mesa, riendo. ––Eres como un pavo real abanicando sus plumas de
la cola por todas partes, jajajajajaja...
Xue Meng se puso de pie, gritando de rabia: –– ¡MO RAN! ¡TE
MATARÉ!
Para cuando los tres ya habían comido hasta saciarse y bebido lo suficiente,
ya era pasada la medianoche. Regresaron al Pico Sisheng, y Chu Wan Ning
fue enviado por primera vez por los dos estúpidos discípulos a la residencia del
anciano Xuan Ji. Se despidió de ellos. Xue Meng hizo planes para reunirse
mañana cerca del bosque de bambú, pero Chu Wan Ning no sabía cuándo
podría volver a su forma original, y no se atrevió a aceptar. En cambio, dijo
que iría a ver a Xue Meng si tenía tiempo libre.
Chu Wan Ning esperó hasta que los dos discípulos se alejaron, y sólo
entonces voló ligeramente hacia arriba, pisando los bordes de los tejados y
volviendo al Pabellón del Loto Rojo.
A la segunda mañana, Chu Wan Ning se despertó, y se sintió un poco
desanimado después de ver que todavía estaba atrapado en el cuerpo de un
niño.
Chu Wan Ning se quedó con cara de piedra, pisando un taburete de
madera, y miró a la persona en el espejo durante un largo rato. Sentía como si
no tuviera la motivación para peinarse adecuadamente. Después de reflexionar,
sintió que no podía soportarlo más, e inmediatamente fue a buscar a Xue
Zheng Yong.
–– ¿Qué? ¿Viste a Meng-er y Ran-er ayer?
––Sí, dije que era discípulo del anciano Xuan Ji, y no parecían dudar de
ello. –– Chu Wan Ning dijo: ––Pero si Xue Meng viene a preguntarte, por
favor recuerda cubrirme. Pero lo más importante es que ya he cultivado
durante más de diez días, y nada ha cambiado realmente. Esto no está
funcionando, tendré que pedirle a Tan Lang que se ocupe de todo.
––Oho, ¿Nuestro anciano Yu Heng y su cara delgada de repente ya no está
preocupado por perder la cara?
Chu Wan Ning le dirigió una mirada fría. Sin embargo, esa mirada que
venía de un niño pequeño no era imponente en absoluto, sino que parecía que
el niño estaba sufriendo un ataque.
Chu Wan Ning era bastante adorable de niño, y Xue Zheng Yong no pudo
evitar conmoverse un poco, extendiendo la mano para acariciar su cabeza. Chu
Wan Ning dijo de repente: ––Líder de la Secta, cuando mi cuerpo regrese a la
normalidad, ¿Podrías pedirle al Salón Huan Sha que me haga un nuevo
conjunto de túnicas del Pico Sisheng? Que no sean blancas.
Xue Zheng Yong se congeló en estado de conmoción: –– ¡Pensé que no te
gustaba llevar una armadura ligera!
––Ocasionalmente cambiar de imagen también es bueno. –– Chu Wan
Ning dijo con una expresión sombría mientras se alejaba.
Aunque el anciano Tan Lang no se llevaba bien con Chu Wan Ning, tuvo
que contenerse un poco en presencia del líder de su secta. No se mofó
abiertamente de Chu Wan Ning, pero estaba claro lo que pensaba por sus ojos.
Chu Wan Ning miró al anciano Tan Lang sin expresión alguna. Los ojos
de Tan Lang brillaban de alegría, casi como si hubiera fuegos artificiales.
Chu Wan Ning: ––…
––El diagnóstico de Madam Wang era más o menos correcto. –– El
anciano Tan Lang soltó la muñeca de Chu Wan Ning después de tomarle el
pulso, y Chu Wan Ning inmediatamente tiró de su mano y empujó su manga
hacia abajo.
–– ¿Entonces por qué han pasado diez días sin ningún cambio?
Tan Lang respondió: ––Aunque no se contrajo con mucha savia del viejo
sauce, sus efectos son bastante fuertes, así que me temo que tardará bastante
tiempo en volver a su forma original.
–– ¿Cuánto tiempo tomará? –– Chu Wan Ning le preguntó casualmente.
Tan Lang dijo: ––No estoy seguro, pero probablemente unos diez años. ––
Los ojos de Chu Wan Ning se abrieron de par en par inmediatamente. El
anciano Tan Lang hizo todo lo posible por mantener la cara seria, pero sus ojos
rebosaban de alegría ante la desgracia de Chu Wan Ning: ––Sí, vas a necesitar
diez años para volver a tu forma original.
Chu Wan Ning le miró durante un rato, y luego dijo sombríamente: ––
¿Me estás engañando?
––No pienses demasiado, no me atrevería a engañar al gran anciano Yu
Heng. –– Tan Lang dijo con una sonrisa: ––De todos modos, si me preguntas,
esto está muy bien. Tu cuerpo es más pequeño, tu mentalidad un poco más
juvenil, y además, tu cultivo no se ve afectado, ¿Cuál es la prisa por volver a la
normalidad?
Chu Wan Ning, con cara cenicienta, se quedó sin palabras durante un rato.
Tan Lang continuó: ––Sin embargo, durante estos diez años, no hay
garantía de que vayas a tomar la forma de un niño todo el tiempo. Este tipo de
savia arbórea migra por los mismos caminos que tu energía espiritual, así que
si no usas ninguna técnica espiritual durante tres a cinco meses, deberías ser
capaz de volver a tu forma original.
–– ¡Eso también funciona! –– Los ojos de Xue Zheng Yong se iluminaron
como si estuviera viendo la primera luz del amanecer.
Pero Tan Lang sonrió y continuó: ––Líder de la secta, no te apresures tanto,
aún no he terminado de explicarlo. Incluso después de que el anciano Yu Heng
vuelva a su forma adulta, no podrá usar demasiadas técnicas, porque una vez
que su energía espiritual se agote por el uso excesivo, la savia del sauce podrá
ejercer su influencia de nuevo, y se convertirá otra vez en un niño.
–– ¿Uso excesivo? Entonces, ¿Cuánto contaría como demasiado? ––
exclamó Xue Zheng Yong.
––Sobre eso, ya que la savia ya se ha extendido por todo su cuerpo. –– Tan
Lang dijo: ––Como mucho, sólo podría usar dos movimientos al día.
Chu Wan Ning habló con una voz fría y dura como el acero: ––La barrera
del reino fantasma genera brechas que necesitan ser reparadas todo el tiempo,
la fabricación de golems también utiliza energía espiritual. Si sólo puedo usar
dos movimientos al día, seré tan bueno como un inútil.
––Bueno, eso es todo lo que tengo. –– Tan Lang respondió
sarcásticamente: ––Después de todo, si el reino humano sufriera la pérdida del
Inmortal Bei Dou, ni siquiera el sol podría salir por el oeste mañana.
Xue Zheng Yong se preocupó: ––Tan Lang, deja ya el sarcasmo. En todo
el mundo de la cultivación, tus técnicas médicas están en lo alto, por favor
piensa en algo. Incluso si el cultivo de Yu Heng no se ha visto afectado,
todavía está en el cuerpo de un niño, así que sus habilidades definitivamente
no son las mismas que antes. Sin mencionar que si las otras sectas se enteran
de que Yu Heng fue herido en el Lago Jin Cheng, podrían pensar en intentar
algo gracioso. Diez años es demasiado tiempo, ¿Podrías buscar algunas
medicinas o algo que tal vez...?
El anciano Tan Lang se mofó e interrumpió a mitad de la frase: ––Líder de
la secta, la savia con la que fue infectado el Inmortal BeiDou es de un antiguo
árbol espiritual, no de un veneno común. ¿Realmente piensa que puedo
encontrar una cura de inmediato?
Xue Zheng Yong: ––…
––Es suficiente por ahora, tengo que ir a extraer la medicina para las
píldoras. –– Tan Lang dijo con indiferencia: –– ¿Por qué no se van ustedes dos?
Xue Zheng Yong: –– ¡Tan Lang! –– Todavía quería decir algo, pero Chu
Wan Ning cogió el dobladillo de su túnica y dijo: ––Líder de la secta, vamos.
Cuando llegaron a la puerta, la voz de Tan Lang flotó repentinamente
desde atrás. ––Chu Wan Ning, si estás dispuesto a rogarme apropiada y
humildemente, entonces, ¿Quién sabe? Podría estar dispuesto a ayudarte a
encontrar una cura para ti. Aunque nunca he visto a alguien con tu condición
antes, no necesariamente no puedo ayudar. Así que, ¿Por qué no lo piensas
cuidadosamente?
––… –– Chu Wan Ning miró hacia atrás y respondió: –– ¿Qué es lo que se
considera apropiado y humilde?
Tan Lang se reclinó en el sofá, desordenando perezosamente los fajos de
agujas de plata que había en la mesa, y levantó la vista al oír la voz de Chu
Wan Ning, el desdén se veía en sus ojos: ––Cuando otras personas están al
final de sus cuerdas, se arrodillan para postrarse y pedir ayuda. Somos
compañeros, así que no te pediré que te postres y golpees la cabeza en el suelo,
pero si te arrodillas y me dices unas palabras bonitas, entonces te ayudaré.
Chu Wan Ning no dijo nada, sólo lo miró con indiferencia.
Sólo después de un tiempo dijo: ––Pepinillos de invierno, debes estar
soñando.
Con eso, Chu Wan Ning sacudió sus mangas y se fue. El anciano Tan
Lang fue dejado allí aturdido pensando en lo que significaba pepinillos de
invierno.
Los días pasaban lentamente. El anciano Yu Heng declaró que iba a
recluirse para meditar, cuando en realidad, estaba atrapado en el cuerpo de un
niño y no podía volver a su forma original. Xue Zheng Yong, Madam Wang y
el anciano Tan Lang se enteraron uno tras otro y, para evitar que el secreto
fuera descubierto, también se informó al anciano Xuan Ji.
Pasaron unos meses en un abrir y cerrar de ojos, las puertas del Pabellón
del Loto Rojo habían estado cerradas para los visitantes durante bastante
tiempo, y Xue Meng y los demás no pudieron evitar estar preocupados.
––Shizun ha estado recluido por más de setenta días, ¿Por qué no ha salido
todavía?
––Tal vez está mejorando su nivel de cultivo. –– Shi Mei tomó un sorbo
de rocío de Ling Shan de su taza, y miró hacia el cielo oscuro y nublado fuera
de la ventana. ––Va a nevar, y pronto será año nuevo, me pregunto si Shizun
saldrá antes.
Mo Ran estaba hojeando perezosamente un manual de técnicas de espada,
y al oír las palabras de Shi Mei, dijo: ––Probablemente no. ¿No nos envió un
mensaje con su flor Haitang hace un par de días para decirnos que aún tardaría
un poco? Dudo que salga a tiempo.
Era un día de descanso en el pico Sisheng, cuando los discípulos no
necesitaban practicar la cultivación. Mo Ran y los otros dos se reunieron para
disfrutar de un té recién hecho y vino caliente. Los telones de bambú del
pequeño pabellón del patio estaban medio cerrados, las pesadas cortinas
ocultaban a sus ocupantes, y el vapor se agitaba levemente desde abajo.
Últimamente, ha habido una nueva adición que a menudo sale con ellos:
Xia Si Ni, discípulo del anciano Xuan Ji.
Desde ese día en que conoció a Xue Meng, Xue Meng lo había arrastrado
a cultivar o jugar juntos cada dos días, y en poco tiempo, el grupo se había
vuelto inseparable.
Y así, el grupo de tres discípulos del anciano Yu Heng obtuvo
misteriosamente un cuarto. En ese momento, Chu Wan Ning, asumiendo el
nombre de Xia Si Ni, estaba sentado frente a la mesa comiendo pasteles.
Comía de una manera refinada, pero no le faltaba en absoluto la velocidad con
la que comía.
Xue Meng lo miró inadvertidamente, se detuvo sorprendido, luego su
mirada se volvió hacia el plato y pronunció sorprendido: ––Wow, pequeño
shidi, ¿De quién heredaste este estómago sin fondo?
Chu Wan Ning masticaba tranquilamente un trozo de pastel de Osmanto.
El pastel estaba delicioso, y no se molestó en responder a Xue Meng; después
de todo, había alguien peleando por la comida con él.
Las manos de Mo Ran y Chu Wan Ning cayeron sobre el último pedazo de
crujiente pastel de loto al mismo tiempo. Sus ojos se abrieron y parecía como
si hubiera un relámpago crepitando entre sus miradas.
Chu Wan Ning: ––Suéltalo.
Mo Ran: ––No.
––Quita las manos.
––Ya te has comido ocho trozos, este es mío.
––Puedes comer cualquiera de los otros, pero no el pastel de loto.
Mo Ran miró al pequeño compañero durante un rato antes de sacar su
carta de triunfo: ––Shidi, si comes demasiados dulces te saldrán caries.
––Está bien. –– Chu Wan Ning estaba muy tranquilo. ––Tengo seis años,
no sería vergonzoso.
Mo Ran: ––…
Hubo un fuerte "PA" cuando la palmada de Xue Meng aterrizó junto a sus
molestas quejas: ––Mo Wei Yu, ¿Cuántos años tienes para seguir luchando
contra Shidi por comida?
En ese momento, Mo Ran se cubrió la cabeza con un "Aiyo", Chu Wan
Ning ya había arrebatado rápidamente el pastel de loto, con las manos rápidas
y la cara sin expresión alguna, sintiéndose bastante satisfecho mientras comía
un pequeño bocado.
–– ¡Shidi...!
Chu Wan Ning lo ignoró, totalmente dedicado a mordisquear sus dulces.
Los cuatro estaban ocupados haciendo un escándalo cuando un agudo
silbido atravesó los cielos, reverberando por todo el Pico Sisheng. La cara de
Chu Wan Ning cayó: –– ¿El silbato de reunión?
Xue Meng levantó las cortinas colgantes a la mitad para mirar por la
ventana. Los otros discípulos que habían estado caminando afuera también se
detuvieron en su lugar para mirar a su alrededor con expresiones de sorpresa.
Al sonar el silbato de reunión, todos en el Pico Sisheng deben reunirse
afuera en el patio frente al Salón Dan Qing. Esto también significaba que el
silbato sólo se haría sonar cuando hubiera una emergencia. Antes de que Chu
Wan Ning se uniera a la secta, este silbato había sonado a menudo cuando la
barrera del reino fantasma había sido quebrantada. Pero desde que Chu Wan
Ning se unió, el silbato no se había escuchado en mucho tiempo.
Shi Mei dejó el libro entre sus manos y se levantó para caminar al lado de
Xue Meng: ––Qué extraño, ¿Qué puede ser tan urgente?
––No lo sé. No tiene sentido preguntarse, vamos a echar un vistazo
primero.
Sólo Mo Ran se quedó en silencio. Presionó sus labios, y sus pestañas
revolotearon hacia abajo, cubriendo el destello de algo antinatural que pasaba
por sus ojos. Sabía lo que este silbato predijo, pero el momento era
ligeramente diferente de lo que recordaba, no pensó que ocurriría tan pronto...
Los cuatro llegaron al Pico Sisheng, y los otros discípulos también
vinieron uno tras otro. Poco después, todo el patio del Salón Dan Xin se llenó
con todos los ancianos y sus discípulos.
Una vez que todos se habían reunido, Xue Zheng Yong salió de las puertas
herméticamente cerradas del Salón Dan Xin para pararse frente a la barandilla
de la plataforma con franjas de jade, por encima de los peldaños de piedra
caliza. Seis hermosas mujeres lo seguían, algunas encantadoras, otras de
aspecto frío, pero todas eran increíblemente hermosas. Se pararon contra el
viento, usando sólo delgadas túnicas de muselina en un clima tan terriblemente
frío, y de un vistazo, sus faldas rojas eran como las nubes al amanecer, sus
ojos parecían iluminados con llamas escarlatas en medio del delicado
revoloteo de las cintas de seda, y el espacio que había entre cada una de las
cejas se marcaba con un resplandor de color carmesí.
Xue Meng estaba aturdido.
No sólo él, las expresiones de casi todas las personas en el patio cambiaron
al ver a las seis mujeres.
Xue Meng miró fijamente durante mucho tiempo antes de poder hablar
con voz temblorosa: ––Las enviadas de la tribu emplumada... Eh, ¿Vinieron de
Zhu Que, la tierra de los inmortales?
CAPÍTULO 55: ESTE VENERABLE SE SIENTE
INCÓMODO.
Zhu Que puede ser llamada la tierra de los inmortales, pero sus residentes
no son, en realidad, inmortales. Más bien, sino un pueblo de sangre mixta
mitad inmortal y mitad demonio.
En el mundo de la cultivación, son los seres que más se parecen a los
inmortales, y también son conocidos como la "Tribu emplumada".
La tribu emplumada siempre ha vivido en su propio Jardín de Flores de
Melocotón más allá del laberinto de la Montaña Jiu Hua, raramente
interfiriendo en asuntos del mundo humano. Pero la mitad de la sangre que
fluía por sus cuerpos seguía siendo mortal después de todo, así que no estaban
completamente distanciados. Así, a menudo aparecían en momentos de
agitación o desastre en el mundo de la cultivación y usaban sus inmensos
poderes para ayudar a los mortales a superar la crisis.
Cuando Mo Ran estaba creando un infierno y poniendo el mundo de
cabeza en la vida pasada, la tribu emplumada había aparecido en masa. Pero su
poder no podía superar al emperador que ya había perfeccionado la técnica
prohibida al final, y Mo Ran había perseguido y matado a cada uno de ellos,
pisando el suelo cubierto de sangre y plumas quemadas.
Zhu Que, la tierra de los inmortales fue quemada en un día.
Era un recuerdo extremadamente frenético, tanto que incluso Mo Ran se
ponía a sudar frío cada vez que lo recordaba después. Pensó que era como un
hombre poseído en ese momento, infinitamente cruel.
Pero ahora mismo, claramente no tenía la fuerza para luchar con la tribu
emplumada. De hecho, debido a la superioridad natural de su sangre, la gran
mayoría de los cultivadores se quedaron cortos en términos de fuerza espiritual.
De todo el Pico Sisheng, sólo unos pocos de los ancianos más brillantes podían
incluso intercambiar golpes con ellos.
Xue Meng sin querer vio la cara de Mo Ran y se llevó un buen susto: ––
¿Qué pasa contigo? ¿Por qué tienes la cara tan pálida?
––No es nada. –– Mo Ran bajó sus pestañas y susurró. ––Corrí demasiado
rápido antes.
La llegada de la tribu emplumada marcó el comienzo de la tragedia de Shi
Mei en la última vida. El corazón de Mo Ran saltó a su garganta; pensó que
pasaría un tiempo antes de que estos eventos sucedieran, ¿Por qué el progreso
de tantas cosas cambió tanto desde antes?
El tenue sol invernal colgaba débilmente en el cielo, iluminando al mundo
con una capa de blanco mortal.
De pie debajo, Mo Ran no pudo evitar tender la mano y tomar la de Shi
Mei.
Shi Mei parpadeó: –– ¿Qué pasa?
––… –– Mo Ran agitó la cabeza y no dijo nada.
Justo en ese momento, Xue Zheng Yong empezó a hablar. Sus palabras no
fueron muy diferentes de lo que dijo en la vida pasada.
––La razón por la que llamé a todos aquí hoy es porque las enviadas de la
tribu emplumada han venido una vez más. Al igual que hace ochenta años,
vinieron del Jardín de Flores de Melocotón al mundo humano para ayudar en
una calamidad anunciada.
Una pausa mientras miraba lentamente a los discípulos reunidos abajo.
––Como todos saben, la barrera del reino fantasma fue establecida
originalmente por el Dios Fu Xi, pero se ha debilitado gradualmente en estos
últimos millones de años, y se rompería cada pocas décadas. En los últimos
años, su poder se desvanece día a día, y a pesar de los esfuerzos de todos...
Xue Meng resopló en voz baja: ––Papá está diciendo tonterías, son
claramente los esfuerzos de Shizun.
––A pesar de los grandes esfuerzos de todos, la brecha se hace aún más
grande, y la barrera eventualmente se romperá como lo hizo hace décadas.
Cuando llegue ese momento, el límite entre el reino humano y el reino
fantasma se romperá, miles de fantasmas y espíritus saldrán corriendo y la
gente común sufrirá. Para evitar esta calamidad, las enviadas de la tribu
emplumada han venido a las sectas a seleccionar a aquellos con la energía
espiritual más adecuada y la habilidad innata para ir al Jardín de Flores de
Melocotón y cultivar en reclusión.
Sus palabras causaron conmoción en la multitud.
¿¡La tribu emplumada está escogiendo gente para avanzar en su cultivo en
el Jardín de Flores de Melocotón en la tierra de los inmortales!?
Todos los discípulos pasaron de asombro a emoción, y, a pesar de su
capacidad real, cada uno tenía esperanzas y expectativas en secreto.
Sólo Mo Ran no estaba ni un poco contento, sino que sus rasgos
mostraban sutilmente la ansiedad.
Normalmente era muy bueno fingiendo apariencias, hasta el punto de que
otros ni siquiera podían distinguir lo real de lo falso, pero ahora mismo, no
podía ocultar sus sentimientos...
Esto tenía que ver con la supervivencia de Shi Mei. En ese entonces, Shi
Mei fue seleccionado por la tribu emplumada y fue al Jardín de Flores de
Melocotón para cultivar. Poco después de su regreso, la brecha sufrió un
colapso a gran escala, y grandes hordas de fantasmas subieron del infierno.
Shi Mei luchó junto a Chu Wan Ning en la siguiente batalla, cada uno
tomó un lado de la matriz, trabajando juntos para reparar la gran brecha. Sin
embargo, Shi Mei no era tan fuerte como Chu Wan Ning, y los incontables
fantasmas, viendo que el reino mortal estaba a punto de cerrarse, todos
cargaron contra Shi Mei en una corriente asesina mientras se concentraba en
mantener el equilibrio en la barrera, ¡Y lo atravesaron en un instante!
La energía demoníaca atravesó su corazón y su alma.
Chu Wan Ning ni siquiera levantó un dedo para ayudar, ni siquiera intentó
detenerlos. Cuando Shi Mei cayó de lo alto de la columna del dragón en
espiral, decidió usar todo el resto de su poder para sellar el resto de la barrera
que Shi Mei no era capaz de sellar.
Ese día estaba nevando. La caída de la forma de Shi Mei parecía como si
fuera otro de los incontables pequeños e insignificantes copos de nieve.
La nieve caía sin parar, cubriendo el cielo. A nadie le importaría si un
copo de cristal congelado estuviera a punto de derretirse, al igual que
generación tras generación de personas, las décadas de sus vidas desde el
nacimiento hasta la muerte, nadie más que sus parientes cercanos se
preocuparían por la muerte de una persona común.
En esa nieve, en ese pandemonio, Mo Ran sostuvo a Shi Mei mientras su
respiración se hacía cada vez más superficial, arrodillándose en el suelo
rogando a Chu Wan Ning que por favor le echara una mirada, que por favor lo
salvara.
Pero al final Chu Wan Ning sólo se dio la vuelta, eligió caminar hacia el
blanco ilimitado, para lograr su propio prestigio, cortando los lazos entre
maestro y discípulo.
Qué risible.
Las cosas que le gustaban a Chu Wan Ning, las cosas que le importaban,
las cosas que perseguía, todo eso era tan risible.
Por ejemplo, a Chu Wan Ning le gustaba el sonido de la lluvia en el
estanque del loto, y le gustaban los versos melancólicos del poeta Du, con esa
espantosamente estricta adherencia a la forma.
Por ejemplo, a Chu Wan Ning le importaba el brote de las plantas en
primavera, la muerte de las cigarras con la llegada del otoño; le importaba
dónde se encendían de nuevo las llamas de la guerra, y dónde luchaba la gente
común.
Por ejemplo, Chu Wan Ning siempre les había enseñado a ser justos, a
poner a la gente antes que a sí mismos.
Pero Mo Ran pensó, ¡A la mierda con la gente!
No conocía ni le importaban esas personas, ¿Qué le importaba si vivían o
morían?
Si la lluvia de Chu Wan Ning caía sobre los murmullos de las almas
perdidas, si sus plantas se salpicaban con las lágrimas de los refugiados, a Mo
Ran no le importaba. Su lluvia era normal, y sus plantas eran plantas ordinarias.
La 'gente común' eran sólo palabras en un pedazo de papel, a quién diablos le
importa.
Y entonces pensó, Chu Wan Ning era despreciable, un hipócrita que
gritaba palabras de deber y compasión como si su corazón fuera lo
suficientemente grande como para mantenerlo todo bajo el cielo, pero en
realidad, ese patéticamente estrecho pecho suyo ni siquiera tenía lugar para su
propio discípulo.
Después, le preguntó a Chu Wan Ning, ¿Te duele el corazón? ¿Sientes
algún tipo de malestar?
¡Dijiste poner a las personas antes que a ti mismo pero aún estás vivo
mientras Shi Mei murió siguiendo tus órdenes! ¡Tú eres el que hizo que lo
mataran, hipócrita, mentiroso!
¿Si quiera tienes corazón?
Cuando Shi Mei cayó de la plataforma, te estaba llamando, te estaba
llamando Shizun, ¿Lo escuchaste? ¿Lo escuchaste? ¿Por qué no lo salvaste?
¿Por qué no lo salvaste?
Chu Wang Ning, tienes piedra por corazón.
Tú...
Nunca te preocupaste por nosotros.
No te importó... No te importó...
Y entonces, todo terminó de la forma en que lo hicieron.
Chu Wan Ning fue adorado y respetado por todos en el mundo de la
cultivación, prácticamente un rey sin corona, y nadie escatimó un solo
pensamiento para aquellos que habían perecido; la muerte de Shi Mei fue
como un paso sin importancia bajo los pies del victorioso.
Cambió a un discípulo no dotado por la paz y prosperidad, la llamada paz
mundial.
Nadie diría que estaba equivocado en eso.
Sólo Mo Ran vio que la brillante corona que tenía sobre su cabeza estaba
hecha de los huesos de los muertos, que su éxito se debía a la muerte de Shi
Mei.
Odiaba hasta el fondo de su corazón.
––Hola, joven.
––Hey...
De repente, tenía una mano cálida en la frente. Mo Ran se sobresaltó y
abrió los ojos al ser arrancado de sus recuerdos oscuros.
Ante él había un rostro delicado, brillante y encantador. Una de las
enviadas de la tribu emplumada se había acercado sin que él lo supiera, y le
sonreía suavemente.
–– ¿Dejando pasar una gran oportunidad justo delante de ti?
––Ah, hermana mayor, por favor, no te preocupes. –– Mo Ran hizo todo lo
posible para animarse y no levantar sospechas, sonriendo al enviado: ––
Siempre me ha gustado soñar despierto, y esperaba tanto ser seleccionado que
me perdí en mi imaginación de cómo podría ser el Jardín de Flores de
Melocotón, lo siento tanto.
Resultó que, mientras Mo Ran estaba perdido en sus recuerdos, las
enviadas de la tribu emplumada ya habían bajado y comenzado a escoger
gente, pero él estaba tan atrapado en sus enredados pensamientos que no sabía
nada de lo que pasaba a su alrededor.
La enviada sonrió dulcemente, y luego dijo algo que Mo Ran no esperaba
en absoluto: ––Tu energía espiritual es pura, y tu cultivo y aptitud también son
notables. Si quieres ir al Jardín de Flores de Melocotón, entonces ven conmigo.
Mo Ran: ––…
Mo Ran: ––!!!!
¿Al Jardín de Flores de Melocotón?
Sólo Shi Mei y Chu Wan Ning fueron elegidos en la vida anterior, por qué
esta vida es...
Estaba demasiado conmocionado para hablar. Afortunadamente, ser
elegido por la tribu emplumada es naturalmente algo digno de conmoción y
asombro, por lo que las personas cercanas no encontraron su reacción extraña
en absoluto, sólo lo miraban con envidia.
La enviada lo llevó al Salón Dan Xin, y a medida que la conmoción inicial
disminuyó y su corazón dejó de martillar en su pecho, sus ojos comenzaron a
llenarse de un éxtasis que nadie más vio.
Las cosas eran diferentes en esta vida.
Aunque todavía no sabía si estos cambios eran para bien o para mal, y por
qué exactamente el destino había cambiado, al menos podía ir al Jardín de
Flores de Melocotón también. Si también estudia bajo la tribu emplumada,
entonces la pesada tarea de reparar la barrera podría no caer sobre Shi Mei
cuando llegue el momento.
No era un hombre culto; incluso después de vivir dos vidas, todavía no
entendía lo que significaba poner a las personas antes que a sí mismo.
Pero Shi Mei era la persona más amable con él en este mundo, y nada más
importaba delante de esa persona.
Incluyendo su propio saco de carne y esta media pizca de alma devuelta.
Mientras Shi Mei viva, lo tiraría todo por la borda.
Pero cuando las enviadas terminaron su selección y los reunieron a todos
frente al Salón Dan Xin, Mo Ran descubrió que la alineación era
completamente diferente a la de la vida pasada.
Shi Mei estuvo aquí como antes, pero como resultado de estar recluido,
Chu Wan Ning se perdió la selección, así que no estaba entre los elegidos, y en
su lugar estaba el discípulo del anciano Xuan Ji, Xia Si Ni.
Y aún más sorprendente fue el hecho de que Xue Meng también había sido
invitado al Jardín de Flores de Melocotón según las palabras de la enviada:
"Hay un poder persistente de la espada de Gou Chen-Shanggong en tu persona,
qué interesante."
Desde la cercana Torre Tong Tian llegó el sonido profundo de un reloj que
reverberaba por todo el Pico Sisheng.
Del Pico Sisheng del reino de cultivo inferior, los elegidos son Xue Zi
Ming, Mo Wei Yu, Shi Ming Jing, y Xia Si Ni, para un total de cuatro." La
líder de los enviados se dirigió a Xue Zheng Yong antes de liberar a un ave
miná mensajera.
Levantando la mano con el pájaro de vivos colores encaramado sobre la
punta de un dedo, continuó con una voz clara: ––Estos cuatro son individuos
excepcionales, adecuados en aptitud y genuinos en carácter. Así concluye este
informe.
Con eso, soltó al pájaro. El miná memorizó sus palabras y, con un aleteo
de sus poderosas alas, rápidamente desapareció en los vastos cielos.
Poder ir a cultivar al Jardín de Flores de Melocotón era una oportunidad
poco común, más aún que adquirir un arma sagrada, y nadie la rechazaría.
Además, estarían estudiando técnicas para protegerse contra el derrumbe de la
barrera del reino fantasma, el mismo deber y obligación de aquellos que
cultivan, y nadie podría rechazarlo.
En cuanto al tiempo, podría tomar desde un par de meses hasta tres o
incluso cinco años.
Pero la tribu emplumada no era irrazonable; viendo que era casi el final
del año, dijeron que primero se quedaran y pasaran el Año Nuevo, luego
vendrán para llevar al grupo al Jardín de Flores de Melocotón en la Montaña
Jiu Hua.
Pensando en cómo pronto podrá ir junto con Shi Mei al Jardín de Flores de
Melocotón, Mo Ran no pudo evitar sentirse muy contento. Sin embargo, no
pasó mucho tiempo antes de que la alegría se desvaneciera. Al principio no
entendía por qué, hasta que un día, al pasar por el pie del pico sur del Pico
Sisheng, levantó la vista para ver el Pabellón del Loto Rojo sellado.
Los pasos de Mo Ran se ralentizaron subconscientemente, y luego se
detuvieron por completo.
Se quedó allí, mirando hacia arriba, donde la montaña desaparecía entre
las nubes.
Chu Wan Ning había estado recluido durante más de tres meses.
En esta vida, el odio que tenía hacia esta persona parecía desvanecerse...
Aunque se recordaba a sí mismo una y otra vez que no debía olvidar la mirada
en la cara de Chu Wan Ning cuando lo abandonó a él y a Shi Mei, todavía
había momentos en que empatizaba con él, cuando se sentía confundido y
desconcertado.
Xia Si Ni estaba caminando con él. Viendo la extraña expresión en la cara
de Mo Ran y la forma en que miraba el pico sur perdido en sus pensamientos,
su corazón dio un vuelco y preguntó: –– ¿Qué pasa?
––Pequeño Shidi, ¿Crees que saldrá antes de que nos vayamos?
––... ¿Él?
––Ah. –– Mo Ran se detuvo, volviendo a sus sentidos, y sonrió hacia Chu
Wan Ning. Después de haber pasado bastante tiempo juntos, sintió que este
pequeño shidi era inteligente y sensato, y le gustaba mucho, ––Estaba
hablando de mi Shizun, el anciano Yu Heng.
Chu Wan Ning: ––Ya veo...
Mo Ran suspiró, murmurando: ––Nunca había estado tanto tiempo
recluido. ¿Podría ser que la lesión que sufrió en el Lago Jin Cheng fuera
realmente muy grave?
Esta fue la primera vez en mucho tiempo que sacó a relucir su Shizun por
propia iniciativa.
Chu Wan Ning ya sabía que era imposible, pero aún así no pudo evitar
preguntar: –– ¿Lo... extrañas?
CAPÍTULO 56: ESTE VENERABLE ESTÁ OCUPADA
ENVOLVIENDO BOLITAS DE MASA.
Para que le hicieran esa pregunta, la cara de Mo Ran era de desconcierto.
¿Lo extraño?
A pesar del profundo e inolvidable resentimiento de su vida anterior, Chu
Wan Ning nunca le había hecho daño en ésta. En vez de eso, lo había
protegido una y otra vez del peligro, y él era el que estaba cubierto de pies a
cabeza con heridas y con moretones negros y azules en lugar de él.
Después de mucho tiempo, finalmente respondió: ––Mhn... Todas estas
veces que ha estado herido, fue por mi culpa...
Al ver la expresión de su rostro, Chu Wan Ning sintió una punzada de
calor en su corazón.
Quería decirle algo a Mo Ran, pero se detuvo después de escuchar lo que
dijo a continuación.
––Ha hecho demasiado por mí, y sólo puedo esperar ayudarle a
recuperarse un poco más rápido. No quiero deberle demasiado.
Ese destello de calor en su corazón parece haber muerto, completamente
inmóvil, congelado.
Chu Wan Ning se quedó inmóvil durante un rato, sintiéndose como si
fuera extremadamente risible.
Mo Ran ya le dijo que lo único entre ellos era la relación de maestro y
discípulo. Fue culpa suya que su cabeza se mareó de emoción ante la más
mínima esperanza, volando como una polilla en un fuego ardiente, y siendo
quemado en cenizas; no podía culpar a nadie más.
Chu Wan Ning sonrió; probablemente fue una sonrisa fea y desanimada.
––Lo estás pensando demasiado. Eres su discípulo, así que no hay tal cosa
como deberle algo. Todo lo que hace, lo hace voluntariamente.
Los ojos de Mo Ran se volvieron hacia él: ––Y tú... todavía eres tan
pequeño, pero siempre estás levantando la nariz, dando la mejilla e imitando
cómo hablan los adultos. –– Dijo, riendo alegremente, y frotó la cabeza de Xia
Si Ni.
A Chu Wan Ning le dieron palmaditas en la cabeza durante un rato. Al
principio seguía riendo, pero al cabo de un rato, sus ojos comenzaron a
llenarse lentamente de lágrimas, y, frente a la deslumbrante y brillante cara
que tenía ante él, dijo en voz baja: ––Mo Ran, no quiero jugar más contigo,
suéltame.
El cráneo de Mo Ran era varios centímetros más grueso, así que no notó
ningún cambio en la expresión de su shidi. Además, se había acostumbrado
tanto a bromear y a gritar con "Xia Si Ni" que no dudó en pellizcar las suaves
mejillas del niño. Los labios de Mo Ran se arquearon suavemente, e hizo una
cara graciosa.
––Pfft, ¿Por qué está enfadado el pequeño Shidi esta vez?
Chu Wan Ning miró al niño reflejado en los ojos del otro, con una sonrisa
tan fea en su cara pellizcada, como un monstruo patético de aspecto gracioso.
––Suéltame.
Mo Ran no se dio cuenta, y continuó burlándose de él como antes: ––Bien,
bien, no te enfades, no diré que estás fingiendo ser un adulto, ¿Hm? Ven aquí,
vamos a hacer las paces, llámame Shige~
––Suéltame...
––Sé bueno, llámame shige, y te compraré pastel de Osmanto para comer
en un momento.
Chu Wan Ning cerró los ojos, las pestañas temblando un poco, y
finalmente habló, su voz ronca.
––Mo Ran, no estoy bromeando, realmente no quiero jugar más contigo.
¿Puedes soltarme, suéltame, si? –– Sus delgadas cejas se fruncieron y las
lágrimas no salían de sus ojos porque estaban bien cerrados. Sin embargo,
habló con una voz llena de sollozos. ––Mo Ran, duele...
Duele demasiado sostener a una persona en su corazón, así que la escondió
cuidadosamente en las profundidades de su corazón. Estaba bien si a esa
persona no le gustaba, siempre y cuando pudiera pensar en esa persona en
silencio, protegerla en silencio; estaba bien si no podía tener a esa persona,
todo estaba bien.
Pero el calor y la ternura de esa persona sólo se daban a los demás, y las
únicas cosas que se le ofrecían eran púas y espinas. Lo sostenía en su corazón,
y cada vez que esa persona se movía, su corazón comenzaba a sangrar. Día
tras día, nuevas heridas aparecían antes de que las viejas se hubieran curado.
Fue entonces cuando Chu Wan Ning supo que aunque no estuviera
compitiendo para obtener el afecto de esta persona, cada momento que lo
sostenía en su corazón lo lastimaría hasta el fondo.
No sabía cuánto tiempo podría soportar este tipo de dolor, y no sabía
cuándo se desmoronaría por completo.
Mo Ran finalmente se dio cuenta de que algo estaba mal, y lo dejó ir
frenéticamente. Tocó las mejillas rojas del otro, sin saber qué hacer. Chu Wan
Ning de repente pensó que estar en el cuerpo de un niño no era algo malo.
Al menos, de esta manera, podría decir lo que le doliera sin restricciones,
podría mostrar un poco de su lado vulnerable.
Al menos, de esta manera, miraría hacia él con preocupación.
Esto era algo en lo que nunca se hubiera atrevido a pensar antes.
En un abrir y cerrar de ojos, ya era Nochevieja. Esta era la época más
animada del año en el Pico Sisheng. Todos los discípulos estaban ocupados
poniendo talismanes de papel rojo y barriendo ventisqueros. El jefe de cocina
del Salón Meng Po estuvo ocupado desde el amanecer hasta el anochecer,
preparando delicias para la fiesta de fin de año. Además, todos los ancianos
prepararon hechizos y amuletos en los que se especializaron para agregarlos a
las festividades para ayudar a dar la bienvenida al Año Nuevo. Por ejemplo, el
anciano Tan Lang transformó un charco de agua fresca de manantial en vino
fragante, y el anciano Xuan Ji liberó a los tres mil ratones con luz de fuego que
había estado criando, permitiéndoles dispersarse alrededor de la secta y vigilar
dondequiera que estuvieran, llevando a todos un poco de calor y alivio del frío.
El anciano Lu Cun hechizó a los muñecos de nieve que todos hicieron para
correr alrededor del pico y gritar ––Feliz Año Nuevo–– a todos los que se
toparon con ellos.
Nadie esperaba que el anciano Yu Heng hiciera nada; de hecho, seguía
recluido. Había estado fuera durante mucho tiempo y no se había presentado
ante nadie desde el principio.
Xue Meng estaba de pie junto a la ventana, con la cara alzada hacia arriba,
mirando los pétalos de las flores Haitang que revoloteaban desde el cielo,
habló como si estuviera preocupado por algo: ––Nos iremos después de hoy.
Parece que no podremos verlo antes de irnos después de todo... ¿Me pregunto
qué estará haciendo Shizun ahora mismo?
––Definitivamente está cultivando. –– Mo Ran dijo a través de una boca
llena de manzana: ––Hablando de eso, se supone que todos los ancianos tienen
que hacer una presentación esta noche. Es una mierda que Shizun no esté aquí;
si lo estuviera, también tendría que actuar. Me pregunto qué podría hacer.
Mo Ran se rió antes de continuar: ––Tal vez una exhibición de 'Cómo
enfadarse', ¿Eh?
Xue Meng lo miró con ira: –– ¿Qué tal una actuación de 'Azotando a Mo
Wei Yu hasta la muerte'?
Era Año Nuevo, así que Mo Ran no se enfadó por la dura broma de Xue
Meng. De repente pensó en algo, y preguntó: –– Oh sí, ¿Has visto al pequeño
Shidi hoy?
–– ¿Te refieres a Xia Si Ni? –– Xue Meng respondió: ––No lo he visto,
pero en todo caso, es discípulo del anciano Xuan Ji. Xuan Ji ya tiene la
amabilidad de que no le importe que esté con nosotros todos los días, pero si
se quedara con nosotros incluso durante las festividades de Año Nuevo, su
Shizun podría perder la cabeza.
Mo Ran se rió: ––Supongo.
Los rayos del sol poniente se convirtieron en una tarde sobre el Pabellón
del Loto Rojo.
Chu Wan Ning tenía una pastilla en la mano, mirándola cuidadosamente.
Xue Zheng Yong estaba sentado frente a él y se sirvió una taza de té, ya que
Chu Wan Ning no lo invitó a tomarla. También se comió un pastel crujiente
del plato, maldita sea la etiqueta.
Chu Wan Ning lo fulminó con la mirada, pero Xue Zheng Yong siguió
masticando sin darse cuenta: ––Yu Heng, ¿No has terminado de mirarla
todavía? Tan Lang puede ser bastante duro con sus palabras, pero sus
intenciones no son malas en absoluto. No es como si te hubiera hecho daño.
––... ¿Qué estás diciendo, líder de la secta? –– Chu Wan Ning respondió a
la ligera: ––Estaba pensando que como el anciano Tan Lang ya se ha tomado
la molestia de inventar una píldora que me permite recuperar mi forma adulta
por un día, ¿Por qué no extrae un par más de ellas? De esa manera, puedo
tomar una cuando sea necesario.
––Aiya, si tan sólo fuera tan fácil–– dijo Xue Zheng Yong. ––Las materias
primas que se usaron en la fabricación de esta píldora son raras más allá de
toda medida, y Tan Lang ya se ha quedado sin materiales después de refinar
tres de ellas. No es un plan a largo plazo.
––Ya veo. –– Contestó Chu Wan Ning, muy pensativo. ––Así que así son
las cosas, por favor, dale las gracias.
––Jaja. –– Xue Zheng Yong hizo un gesto con la mano: ––Ustedes dos son
bastante parecidos, ya sabes, bruscos con sus palabras, pero no malos de
corazón.
Chu Wan Ning lo miró fijamente, pero no dijo nada. Se sirvió una taza de
té, y tragó la medicina que le permitiría volver a su forma original.
Xue Zheng Yong estaba a punto de comer otro pastel cuando Chu Wan
Ning detuvo su mano.
–– ¿Qué? –– Dijo el líder de la secta infelizmente.
Chu Wan Ning habló: ––Mío.
Xue Zheng Yong: ––…
Cuando cayó la noche en el Pico Sisheng, todos los discípulos se reunieron
en el Salón Meng Po, uno tras otro. Cada anciano trajo a sus discípulos y se
sentaron juntos para amasar masa y hacer albóndigas. Tanto los muñecos de
nieve como los ratones con luz de fuego atravesaban las multitudes de
personas, pasándoles frascos de sal, pimienta roja en polvo, platillos de
cebolletas picadas y otras cosas misceláneas.
Cada mesa estaba llena de emoción y risas parlanchinas. La mesa del
anciano Yu Heng era la única excepción: todos los discípulos estaban aquí,
pero el maestro estaba ausente.
Xue Meng miró a su alrededor un momento, suspirando: ––Extraño a
Shizun.
Shi Mei respondió cálidamente: –– ¿No nos envió Shizun una carta hace
unos días, diciéndonos que disfrutáramos de las festividades y que
trabajáramos duro en nuestro cultivo en el Jardín de Flores de Melocotón, y
que vendría a vernos tan pronto como saliera del reclusión?
––Él dijo eso, pero justo cuando saldrá de reclusión...
Xue Meng suspiró con tristeza, sus ojos pasaban apáticos por las puertas,
cuando de repente se sentó derecho, sus ojos se abrieron como un gato y miró
fijamente a las puertas.
La cara de Xue Meng palideció y luego se coloreó, enrojeció con un tono
vertiginoso de rojo, y sus ojos brillaron intensamente. Estaba tan emocionado
que ni siquiera podía hablar correctamente: ––Esto... esto es... esto es...
Mo Ran pensó que una de las raras bestias espirituales que el anciano
Xuan Ji crió había escapado para animar un poco las cosas, y pensó que Xue
Meng estaba sorprendido porque era inexperto y reaccionaba exageradamente.
Él se rió: ––Mírate, es como si hubieras visto a un inmortal o algo así, qué hay
para estar tan sor...
Se dio la vuelta, aún sonriendo alegremente, y levantó la vista con
indiferencia.
Y no pudo terminar el resto de su oración.
De pie en el nevado atardecer afuera de la puerta estaba Chu Wan Ning,
vestido con una túnica blanca y una capa de color rojo vivo. Se giró
elegantemente hacia un lado para guardar su paraguas y sacudirse los copos de
nieve, y luego sus pestañas se elevaron para revelar un par de brillantes y
delgados ojos de fénix debajo, una leve mirada sobre ellos.
Con una sola mirada, para cuando Mo Ran volvió en sí, su corazón ya latía
rápido y sus palmas estaban cubiertas de sudor, e incluso su respiración se
había ralentizado involuntariamente.
La charla en el Salón Meng Po se fue calmando poco a poco.
Normalmente, cuando Chu Wan Ning aparecía en el Salón Meng Po, los
discípulos no se atrevían a causar un alboroto. Más aún ahora, al aparecer
repentinamente en la víspera de Año Nuevo después de haber estado recluido
durante tanto tiempo, los copos de nieve sobre él parecían hacer su rostro aún
más justo y hermoso, e hicieron que sus cejas parecieran más oscuras y más
definidas.
Mo Ran se puso de pie, murmurando: ––Shizun...
Xue Meng se levantó y corrió con la emoción de un gatito hacia Chu Wan
Ning, gritando –– ¡SHIZUN! –– mientras corría hacia los brazos de Chu Wan
Ning.
La ropa de Chu Wan Ning estaba completamente helada por el frío amargo
de afuera, pero Xue Meng llevaba una expresión como si estuviera sosteniendo
flores de melocotón a principios de la primavera, o fuego de carbón a finales
del verano, infinitamente cálido. Xue Meng empezó a gritar ruidosamente, sin
parar para respirar: –– ¡Shizun, finalmente has salido! ¡Pensé que no
podríamos verte antes de irnos, pero nos amas después de todo! Shizun,
Shizun...
Shi Mei también se acercó y se inclinó respetuosamente, su cara
resplandeciente de alegría: ––Felicitaciones a Shizun por salir de reclusión.
Chu Wan Ning acarició la cabeza de Xue Meng, y asintió en dirección a
Shi Mei: ––Este maestro ha llegado un poco tarde, pero vamos a saludar el año
nuevo juntos.
Se sentó en el banquete, con Xue Meng a su lado y Mo Ran frente a él.
Con la llegada de Chu Wan Ning, y después de que el alboroto y la
emoción iniciales se calmaron, los tres discípulos actuaron con sus hábitos
usuales, sentados erguidos y quietos como su Shizun. Su mesa estaba
extrañamente silenciosa.
Había harina, carne molida, huevos y muchos otros tipos de ingredientes
en la mesa, junto con una moneda de cobre nueva.
Mo Ran era el que tenía las mejores habilidades culinarias en su grupo.
Por lo tanto, todos decidieron que él sería el que daría las instrucciones.
––Bueno, entonces supongo que yo me haré cargo. –– Mo Ran contestó
riendo: –– ¿Saben cómo se hace la masa?
Nadie pronunció una palabra.
––... Bien, voy a desenrollar las envolturas entonces. –– Mo Ran dijo: ––
Shi Mei, tú haces los mejores Wontonss, y el relleno de albóndigas no es tan
diferente, así que ¿Por qué no lo haces tú?
Shi Mei dudó un momento antes de decir: ––Esto... hay alguna diferencia
después de todo, me temo que no seré capaz de hacerlo correctamente.
Chu Wan Ning contestó a la ligera: ––Está bien mientras sea comestible,
no te preocupes demasiado.
Shi Mei sonrió: ––Está bien entonces.
––Xue Meng, puedes pasar el agua o ayudarnos a remangar nuestras
mangas o algo. Simplemente no te metas en el camino.
Xue Meng: ––…
––En cuanto a Shizun. –– Mo Ran sonrió. –– ¿Le gustaría a Shizun
sentarse a un lado y tomar una buena taza de té?
Chu Wan Ning contestó con frialdad: ––Voy a envolver las albóndigas.
–– ¿Ah? –– Mo Ran exclamó, sorprendido, pensando que podría haberse
quedado violentamente sordo por ambos oídos. –– ¿Qué quieres hacer?
––Dije que envolveré las albóndigas.
Mo Ran: ––…
De repente, Mo Ran pensó que, después de todo, hubiera preferido quedar
violentamente sordo en ambos oídos.
CAPÍTULO 57: ESTE VENERABLE LO ESCUCHA
TOCAR EL GUQIN UNA VEZ MÁS.
Inesperadamente, aunque la técnica de envoltura de albóndigas de Chu
Wan Ning era torpe, el producto final no estaba mal. Las albóndigas hechas
por esos largos dedos suyos eran adorablemente redondas, alineadas
ordenadamente sobre la mesa.
Los tres discípulos se quedaron atónitos.
––Shizun realmente sabe cómo hacer albóndigas...
–– ¿Estoy soñando ahora mismo?
––También es muy bueno en eso.
––Wow...
Por supuesto que sus murmullos silenciosos no escaparon de las orejas de
Chu Wan Ning. Chu Wan Ning apretó los labios, las pestañas revoloteaban
imperceptiblemente, y aunque no tenía expresión como siempre, las puntas de
sus orejas se volvieron un poco rosadas.
Xue Meng no pudo resistirse a preguntar: ––Shizun, ¿Es tu primera vez
haciendo albóndigas?
––...Mn.
––Entonces, ¿Cómo las haces tan bonitas?
––... No es tan diferente de hacer golems, sólo doblar unos cuantos
pliegues, no hay nada en ello.
Mo Ran lo miró desde el otro lado de la mesa de madera, y poco a poco se
fue perdiendo en sus pensamientos.
La única vez que había visto a Chu Wan Ning cocinar en la vida pasada
fue después de la muerte de Shi Mei. Ese día, había ido a la cocina y poco a
poco hizo los Wontonss que eran la especialidad de Shi Mei.
Pero antes de que pudieran llegar a la olla, fueron tirados al suelo por un
Mo Ran que había perdido todo sentido, los Wontonss nevados rodaron por
todo el suelo.
Mo Ran no recordaba en absoluto si esos Wontonss eran redondos o
planos, bien hechos o deformados.
Lo único que recordaba era la mirada en la cara de Chu Wan Ning, la
forma en que lo había mirado sin decir una palabra, con un poco de harina en
la cara, con un aspecto extrañamente desconocido, algo perdido, incluso un
poco tonto...
Mo Ran había pensado que se enfadaría, pero Chu Wan Ning no dijo nada
al final, sólo se agachó y, con la cabeza gacha, recogió en silencio los sucios
Wontonss uno por uno, los juntó y luego los tiró a la basura.
¿Qué estaba pasando por la mente de Chu Wan Ning en ese momento?
Mo Ran no lo sabía; nunca había pensado en ello, no quería pensar en ello,
y, sinceramente, no se atrevía a pensar en ello.
Las albóndigas ya estaban envueltas y los pequeños muñecos de nieve se
las llevaron a la cocina para que las hiciesen hervir. De acuerdo con la
tradición, Chu Wan Ning puso una moneda de cobre en una de ellas; quien la
reciba tendrá buena suerte.
No pasó mucho tiempo antes de que los muñecos de nieve trajeran de
vuelta albóndigas cocidas, con salsa picante y agria en la bandeja de madera.
Xue Meng dijo: ––Shizun, por favor, tú primero.
Chu Wan Ning no se negó. Tomó una albóndiga con sus palillos y la puso
en su tazón, pero no se la comió, sino que recogió tres más y se las dio a Xue
Meng, Mo Ran y Shi Mei.
––Feliz Año Nuevo. –– Dijo suavemente Chu Wan Ning.
Los discípulos se quedaron atónitos por un momento antes de que todos
sonrieran: ––Shizun, feliz Año Nuevo.
Por casualidad, Mo Ran mordió la moneda de cobre con un crack en la
primera albóndiga. Lo tomaron con la guardia baja y casi se rompe un diente.
Mirando la mueca en su cara, Shi Mei se rió: ––A-Ran seguro que tendrá
buena suerte este año.
Xue Meng: ––Tch, bastardo afortunado
Mo Ran, con los ojos llorosos: ––Shizunn, ¿No eres un poco demasiado
bueno para elegir? Me mordí la lengua...
Chu Wan Ning: ––Habla correctamente.
Mo Ran: ––Mmi lengua.
Chu Wan Ning: ––…
Mo Ran se frotó la mejilla y tomó un sorbo del té que Shi Mei le ofrecía
antes de que el dolor finalmente desapareciera un poco, e inmediatamente
empezó a bromear: ––Jaja, ¿Podría ser que Shizun memorizara qué albóndiga
tenía la moneda de cobre y me la diera deliberadamente?
––Ya quisieras.
Chu Wan Ning dijo con frialdad, luego bajó la cabeza y empezó a comer.
Mo Ran no estaba seguro de si estaba viendo cosas, pero bajo la cálida luz
de las velas, la cara de Chu Wan Ning parecía un poco roja.
Después de las albóndigas, se ofreció una suntuosa cena preparada por el
jefe de cocina, platos de carne y pescado que cubrían toda la mesa.
El Salón Meng Po se volvió aún más animado. Desde el asiento de honor,
Xue Zheng Yong y Madam Wang ordenaron a los pequeños muñecos de nieve
que entregaran paquetes rojos a cada mesa.
Un pequeño muñeco de nieve golpeó insistentemente contra la rodilla de
Chu Wan Ning, las piedras que tiene como ojos giraron alrededor mientras lo
miraba fijamente.
Chu Wan Ning parpadeó: –– ¿Hm? ¿Incluso yo tengo uno?
Aceptó el paquete rojo y lo abrió para encontrar un puñado de valiosas
hojas doradas. Un poco perplejo de palabras, miró a Xue Zheng Yong, sólo
para ver al hombre despreocupado sonreírle antes de levantar la copa de vino
que tenía en la mano hacia él en un brindis.
Qué tontería.
Pero de nuevo, Xue Zheng Yong era realmente... realmente...
Chu Wan Ning lo miró fijamente durante un rato, y no pudo evitar la leve
sonrisa que curvó las comisuras de sus labios. Levantó su propia copa en
respuesta hacia el líder de la secta, y la bebió de un trago.
Chu Wan Ning dividió las hojas doradas entre sus discípulos. Tres rondas
de bebidas más tarde, acompañadas de actuaciones ininterrumpidas en el
escenario, el ambiente en la mesa finalmente se animó también.
Sobre todo por el hecho de que parece que los tres mocosos le tienen
menos miedo.
En cuanto a Chu Wan Ning, siempre ha sido capaz de soportar el alcohol.
––Shizun, Shizun, ¿Déjame leerte la palma de la mano?
Xue Meng fue el primero en emborracharse.
Agarró la mano de Chu Wan Ning y la sostuvo frente a sus ojos para
examinarla cuidadosamente. Si no fuera por las tres copas de vino en su
sistema, nunca se hubiera atrevido a ser tan audaz.
––Tu línea de vida es larga pero desarticulada, lo que significa que tu
salud no es muy buena.
Xue Meng murmuró. ––Te enfermas fácilmente.
Mo Ran se rió: ––Eso es bastante exacto.
Chu Wan Ning le lanzó una mirada fulminante.
––Un dedo anular largo y delgado, Shizun tiene buena suerte con el dinero.
––Tres líneas desde un punto común, la línea del amor se ramifica en su
punta para fundirse en la línea de la sabiduría, típicamente indica una voluntad
de sacrificio por amor... –– Xue Meng la miró sin comprender por un
momento antes de levantar la cabeza para preguntar: –– ¿Es eso cierto?
Con cara cenicienta, Chu Wan Ning siseó entre dientes apretados: ––Xue
Zi Ming, ¿Estás cansado de estar vivo?
Pero Xue Meng, estaba demasiado borracho para detectar el peligro mortal
en el que se encontraba, sonrió sinceramente y siguió mirando, murmurando: –
–Ah, y la línea del amor forma una isla, justo debajo del dedo anular, Shizun,
tu gusto por las personas es espantoso... absolutamente abismal...
Chu Wan Ning ya había tenido suficiente. Él tiró de su mano y sacudió su
manga para irse.
Mo Ran estaba a punto de morir de risa, se dobló, sosteniendo su
estómago y riendo a carcajadas, cuando de repente captó la mirada helada y
asesina de Chu Wan Ning y se tragó por la fuerza su risa, sus costillas
doliendo con el esfuerzo.
Chu Wan Ning dijo enfadado: –– ¿De qué te ríes? ¿Qué es tan gracioso?
Estaba a punto de irse furioso cuando Xue Meng se aferró a su manga.
Inmediatamente después, todas las risas desaparecieron de la cara de Mo Ran
mientras Xue Meng empujaba a Chu Wan Ning hacia abajo en un aturdimiento
de ebriedad y se lanzaba a sus brazos, con la frente apretada contra los
pliegues de las túnicas de Shizun y los brazos envueltos alrededor de su cintura,
acariciando con cariño.
––Shizun... –– Llegó la voz suave y aterciopelada del adolescente,
completa con un matiz de actuación linda, ––No te vayas ~ Ven, ven, bebe otra
ronda ~
Chu Wan Ning parecía que se iba a ahogar.
–– ¡Xue Zi Ming! ¿Q-Qué crees que estás haciendo? ¡Suéltame!
Pero en este momento, los pequeños muñecos de nieve en el escenario de
repente se agolparon. Resultó que la presentación del baile de espada del
anciano Tan Lang había terminado, y ahora le tocaba a Chu Wan Ning
presentar un espectáculo.
Desafortunadamente, esto también significó que todos los ojos en el Salón
se giraron colectivamente hacia Chu Wan Ning justo a tiempo para ver a un
Xue Meng borracho aferrado a la cintura del anciano Yu Heng y enterrándose
en los brazos del otro como un niño mimado. Los otros discípulos estaban
absolutamente atónitos, con alguien que incluso sostenía sus palillos al revés,
con todos los ojos fijos en su esquina.
Chu Wan Ning: ––…
La escena fue extremadamente incómoda durante un momento; el anciano
Yu Heng no podía ni estar de pie ni sentarse, bloqueado rígidamente en su sitio
por la forma en que Xue Meng se aferraba a él.
Un largo rato pasó en silencio antes de que dos risitas secas y forzadas
vinieran de la dirección de Mo Ran: ––Vamos, Xue Meng, ¿Todavía actúas tan
mimado a tu edad? –– Extendió la mano y trató de arrastrarlo. ––Suéltalo
ahora, no te aferres a Shizun de esa manera.
Xue Meng no actuaba mimado a propósito; de hecho, si todavía recuerda
esto cuando el efecto del alcohol desaparezca, probablemente se abofetearía a
sí mismo.
Pero estaba borracho más allá de todo sentido ahora mismo, y Mo Ran
tuvo que entrometerse y tirar durante un buen rato antes de que finalmente
lograra arrancarlo de Chu Wan Ning.
––Siéntate. ¿Qué número es este?
Con las cejas fruncidas, Xue Meng entrecerró los ojos ante el único dedo
que Mo Ran extendió: ––Tres.
Mo Ran: ––…
Shi Mei se rió y no pudo resistirse a burlarse de él: –– ¿Quién soy yo?
––Eres Shi Mei, duh. –– Xue Meng puso los ojos en blanco con
impaciencia.
Mo Ran se unió: ––Entonces, ¿Quién soy yo?
Xue Meng lo miró con ira durante un rato, y luego dijo: ––Un perro.
––… –– Mo Ran rugió. –– ¡Xue Zi Ming, te haré comer esas palabras!
De repente, de la mesa contigua, un discípulo del Pico Sisheng -quién sabe
si es naturalmente valiente o si el alcohol le quitó todas sus inhibicionesapuntó a Chu Wan Ning y le preguntó alegremente con voz aguda: ––Eh,
joven maestro, mira allí, ¿Quién es?
Xue Meng, un auténtico peso ligero, ya no podía ni siquiera sentarse. Se
desplomó sobre la mesa, apoyó su mejilla en una mano, y entrecerró los ojos
ante Chu Wan Ning larga y duramente.
Chu Wan Ning: ––…
Xue Meng: ––…
Chu Wan Ning: ––…
Xue Meng: ––…
El punto muerto duró mucho tiempo, pero justo cuando todos pensaban
que Xue Meng estaba a punto de desmayarse de borracho, de repente sonrió
ampliamente y trató de agarrar la manga de Chu Wan Ning de nuevo.
––Gege-Inmortal.
Las palabras eran claras e inequívocas.
Todos los discípulos: ––…
––Pfft...
No había manera de saber quién empezó a reír primero, pero todos
perdieron el control y se unieron. Incluso si la cara de Chu Wan Ning era
sombría y su mecha era corta, pensaron que si todos estaban involucrados,
entonces no es como si pudiera sacar a Tian Wen y azotar a cada una de las
personas aquí.
Y así, el animado Salón Meng Po rugió con risas, todos repiqueteando
sobre la carne y el alcohol, lo que contribuyó al caos.
––Jaja, Gege inmortal.
––El anciano Yu Heng es tan hermoso que parece un inmortal.
––Si me preguntas, tendré que usar un dicho común. Cada vez que lo veo,
pienso en ello.
Alguien preguntó: –– ¿Qué dicho?
––Aparte de las tres capas de nieve sobre ti, ¿Quién más en este mundo
podría vestirse con túnicas blancas?
––... Eres tan inculto.
La cara de Chu Wan Ning pasó por una ruleta de colores antes de que
finalmente decidiera fingir serenidad y fingir no haber oído nada.
Estaba acostumbrado a ser venerado por todos a distancia, pero esta súbita
cercanía, nacida de la atmósfera festiva y de la abundancia de vino, lo dejó
completamente perdido. Ante tal situación, realmente no sabía cómo
reaccionar, y sólo podía obligarse a fingir una calma que no sentía.
Pero la flor rosada en sus orejas traicionó la expresión congelada de su
hermoso rostro.
Mo Ran se dio cuenta. Apretó los labios y no dijo nada, pero por alguna
razón, un estallido de celos le atravesó irritantemente el pecho.
No es que no reconociera el buen aspecto de Chu Wan Ning, pero, como
todos los demás, sabía bien que la belleza de Chu Wan Ning era una belleza
afilada, como el filo de una espada, y que era frío como la nieve y la escarcha
cuando no estaba sonriendo, prohibiendo el acercamiento.
Desde su perspectiva tenue y estrecha, Chu Wan Ning era como un plato
de carne crujiente, aromática y sabrosa, pero colocado en una caja sucia y rota,
y él era el único en el mundo entero que había abierto la caja y había llegado a
saborear lo delicioso que había dentro. No tenía que preocuparse de que
alguien más descubriera este manjar y se babeara por él.
Pero esta noche, bañados en el calor del fuego de la estufa y achispados
por el vino caliente, tantos pares de ojos se giraron hacia esa caja que antes no
interesaba a nadie.
Mo Ran de repente se puso nervioso. Quería cubrir la caja y ahuyentar a
estas personas salivando tras su comida como si fueran moscas molestas.
Pero entonces recordó que, en esta vida, la carne crujiente no le pertenecía.
Sus manos estaban llenas de claros y translúcidos Wontonss, no tuvo tiempo
de ahuyentar a los lobos salivando tras la carne.
Para sorpresa de Mo Ran y los demás, Chu Wan Ning realmente vino
preparado con un espectáculo de Año Nuevo como los otros ancianos: una
actuación de Guqin. Los discípulos tenían los ojos llenos de estrellas, y alguien
susurró: –– ¿Quién iba a pensar que el anciano Yu Heng sabía cómo tocar el
Guqin...
––Y es tan bueno en eso, que casi olvido probar la carne.
Mo Ran se sentó en silencio sin decir nada. Xue Meng se había quedado
dormido desde hace un rato, respiraba profundamente incluso desde donde
estaba tumbado en la mesa. Mo Ran tomó la jarra de vino en su mano y llenó
su propia copa, bebiendo de ella mientras escuchaba mientras miraba a la
persona en el escenario, perdido en sus pensamientos.
La irritación en su pecho empeoró.
En la vida pasada, Chu Wan Ning no tocó nada en la fiesta de fin de año.
Muy pocas personas sabían cómo se veía cuando tocaba el Guqin.
Había un Guqin hecho de madera de paulonio en el patio cuando Mo Ran
lo tenía prisionero.
Un día, tal vez para desahogar sus frustraciones, se sentó junto a él, cerró
los ojos y tocó una canción.
El sonido del Guqin flotaba por el aire, atrayendo a pájaros y mariposas
por igual. Cuando Mo Ran regresó, la imagen que lo saludó fue la del perfil de
Chu Wan Ning en el patio, indescriptiblemente noble y sereno.
¿Y cómo lo había tratado en ese entonces?
Oh, cierto.
Lo había empujado hacia abajo y se lo había follado junto al Guqin,
violando a este hombre que era claro y frío como la luz de la luna allí mismo
en el patio. A Mo Ran sólo le importaba perseguir su propio placer, ni siquiera
pensaba en el dolor y la incomodidad de Chu Wan Ning, ni siquiera en el
hecho de que ya era invierno, y su Shizun, que no podía soportar el frío, estaba
tendido sobre el adoquinado helado con su túnica arrancada, siendo follado por
él hasta que realmente no pudo soportarlo más y se desmayó.
Después, no se recuperó completamente, incluso después de meses de
cuidadosa atención.
En ese momento, Mo Ran le había dicho en un tono frío: ––Chu Wan Ning,
de ahora en adelante, tienes prohibido tocar el Guqin delante de otros. ¿Tienes
alguna idea, la forma en que te ves cuando tocas es tan...
Apretó los labios, pero no pudo encontrar las palabras correctas, así que no
terminó la frase.
¿Y qué?
Era claramente una mirada serena y digna, pero por alguna razón, era tan
seductora que destruía todo su autocontrol.
Chu Wan Ning no dijo nada, con los labios pálidos y los ojos cerrados, el
conjunto de sus cejas severas.
Mo Ran levantó una mano y dudó un segundo antes de tocar el estrecho
espacio que había entre sus cejas. Los gestos de Taxian-Jun eran casi gentiles,
pero su voz seguía siendo fría y despiadada.
––Si no escuchas, este venerable te encadenará a la cama, y entonces no
serás capaz de hacer nada más que dormir con este venerable. No creas que
este venerable no lo hará.
¿Y cómo había respondido Chu Wan Ning en ese entonces?
Mo Ran tomó otro sorbo, mirando a la persona en el escenario, y continuó
su melancólico recuerdo.
No podía estar seguro; tal vez no había dicho nada.
O tal vez había abierto los ojos y dijo fríamente: ––Lárgate de aquí.
Ya no podía recordar con claridad.
En esa vida, había estado enredado con Chu Wan Ning durante tanto
tiempo que muchas cosas se habían vuelto borrosas en los bordes.
Al final, como una bestia, sólo sabía una cosa: Chu Wan Ning era suyo.
Incluso si no le gustaba, era suyo para romperlo y arruinarlo. Prefiere destrozar
a Chu Wan Ning con sus propias manos, morder su caja torácica y arrancarle
los órganos como una bestia, que permitir que alguien más lo toque.
Quería que la sangre de Chu Wan Ning siguiera su curso con su deseo, que
sus huesos soportaran su maldición y que su cuerpo se llenara de su pasión.
¿No fue siempre tan virtuoso e intocable?
¿Y al final? ¿No tenía que abrir las piernas para que el villano más
malvado del mundo, en la cama del tirano más despiadado, le quitara la vida el
arma ardiente del hombre? Lo profanó, lo ensució, por dentro, por fuera, por
todas partes.
La ropa rasgada no era tan fácil de poner.
Mo Ran cerró los ojos, los nudillos blancos, el corazón golpeando.
Sumergido en sus recuerdos, ya no podía escuchar la alegría de las
festividades de fin de año, ni los sonidos relajantes del Guqin de Chu Wan
Ning.
Todo lo que quedaba en su mente era una voz insensible y enloquecida,
que volvía del pasado y flotaba como un buitre.
––El infierno es demasiado frío. Chu Wan Ning, serás enterrado conmigo.
––Así es, eres dios, eres la luz de todos, todos ellos, Xue Meng, Mei Han
Xue, y toda la gente común está esperando que brilles sobre ellos. Chuzongshi, qué santo eres. –– La voz rió dulcemente, rió y rió, hasta que de
repente se volvió cruel, como un alma partida por la mitad, tronando: –– ¡Pero
qué hay de mí! ¿Alguna vez has brillado sobre mí? ¿Alguna vez me has dado
calor? ¡Todo lo que me has dado fueron estas cicatrices en mi cuerpo! ¡Qué
santo eres, Chu Wan Ning!
––Tu cuerpo es mío, y tu vida también. Quieres ser su luz, pero te llevaré a
la tumba conmigo, te haré brillar sobre mi cadáver y nada más. Quiero que te
pudras conmigo.
––Vivir o morir no depende de ti...
De repente, hubo un fuerte vitoreo y aplausos.
Los ojos de Mo Ran se abrieron. Su espalda estaba empapada de sudor frío.
La función había terminado, y todos los discípulos aplaudían con
entusiasmo. Sentado entre la multitud, Mo Ran sintió que su visión latía y se le
nublaba, desapareciendo y saliendo. Vio a Chu Wan Ning caminar lentamente
por los escalones de madera, sosteniendo un Guqin hecho de madera de
paulonio.
En ese momento, por primera vez en su vida, sintió de repente que todo
era tan absurdo, que su pasado debe haber sido una locura.
Chu Wan Ning no era realmente un mal tipo... ¿Por qué estaba... haciendo
algo como esto?
Tragó saliva, sintiendo el ardor del alcohol en su garganta, pero
sintiéndose no menos perdido, exhausto y confundido, hasta que finalmente
cayó inconsciente por la embriaguez.
CAPÍTULO 58: ESTE VENERABLE SE SIENTE UN
POCO CONFUSO.
En realidad, Mo Ran podía aguantar bastante bien el licor.
Fue sólo que esa noche, con el fin de encubrir sus ansiedades y fingir una
indiferencia que no sentía, se bebió cinco jarras enteras de vino blanco de
flores de pera, sonriendo todo el tiempo, hasta que su conciencia se tornó
confusa.
Cuando Shi Mei lo arrastró y lo llevó a su habitación y se tumbó en la
cama, la garganta de Mo Ran se movió, queriendo decir el nombre de Shi Mei.
Pero el hábito era algo espantoso.
Durante todos esos años en el pasado, el que estaba a su lado no era la luz
de la luna de su corazón, sino la sangre de mosquito que estaba harto de ver.
El nombre que salió de su boca era el de la persona que siempre había
pensado que odiaba.
––Chu Wan Ning...
Salió todo confuso.
––Wan Ning... yo...
Shi Mei dudó, y luego se giró para mirar hacia Chu Wan Ning, que estaba
de pie junto a la puerta. Chu Wan Ning había llevado a Xue Meng de vuelta a
su habitación, y acababa de entrar, con un tazón de sopa en la mano, justo a
tiempo para escuchar el murmullo de Mo Ran.
Después de la sorpresa inicial, se convenció inmediatamente de que había
escuchado mal.
Después de todo, Mo Ran siempre le había llamado Shizun. Una cosa era
que lo llamara Chu Wan Ning, pero llamarlo Wan Ning...
No podía evitar recordar aquella noche en el Pabellón del Loto Rojo,
cuando dormían abrazados, cuando Mo Ran, profundamente dormido, había
llamado claramente 'Wan Ning', y luego le dio un beso en los labios, ligero
como el toque de una libélula en el agua.
¿Era posible qué, en el corazón de Mo Ran, hubiera un poco de...?
Asfixió ese pensamiento antes de que tuviera tiempo de echar raíces.
Chu Wan Ning siempre había sido directo y decidido. Excepto en
cuestiones del corazón, sabía bien que era un cobarde lerdo en esas cosas.
––Shizun. –– Los ojos brillantes de Shi Mei, sin igual en elegancia, lo
miraron con incertidumbre.
–– ¿Hm?
––... En realidad, no es nada. Ya que Shizun está aquí para cuidar de ARan, yo, me iré.
Chu Wan Ning habló: ––Espera.
–– ¿Tiene Shizun alguna otra instrucción?
Chu Wan Ning dijo: –– ¿Se van a ir mañana al Jardín de Flores de
Melocotón?
––... Mhm.
No había mucha expresión en la cara de Chu Wan Ning. Pasó un rato antes
de que volviera a hablar: ––Ve a descansar un poco. Asegúrense de cuidarse
los unos a los otros allá afuera, y... –– Se detuvo, y luego dijo: ––Vuelvan
pronto.
Shi Mei se fue.
Chu Wan Ning caminó a la cabecera de la cama, con la cara impasible
mientras apoyaba a Mo Ran y le daba de comer la sopa para sobriedad,
cucharada a cucharada.
A Mo Ran no le gustó el sabor agrio, y vomitó todo de nuevo poco
después. Pero se despejó un poco, abriendo los ojos y mirando, medio
despierto, a Chu Wan Ning. Murmuró: –– ¿Shizun?
––Mn. Estoy aquí.
––Pfft. –– Empezó a reírse por alguna razón, su risa enmarcada por
hoyuelos mientras decía: ––Gege Inmortal.
Chu Wan Ning: ––…
Mo Ran se desmayó después de eso, y se tumbó boca abajo.
Preocupado por si se resfriaba, Chu Wan Ning se quedó a su lado,
levantando la manta y metiéndolo de vez en cuando.
Fuera de la habitación, muchos discípulos aún no se habían dormido,
permaneciendo despiertos hasta el Año Nuevo. La mayoría de ellos estaban
reunidos en grupos charlando y riendo, jugando pai gow o haciendo trucos de
magia.
Cuando el reloj de arena que colgaba frente al Salón Dan Xin terminó de
gotear, lo que significaba el cambio del año, los discípulos salieron corriendo y
comenzaron a encender fuegos artificiales y petardos, llenando
instantáneamente el cielo nocturno con flores plateadas y ramas de fuego.
Los sonidos ensordecedores del exterior despertaron a Mo Ran de su
nebuloso sueño.
Abrió un ojo y apretó una mano contra su palpitante sien, pero el
espectáculo que lo saludó fue el de Chu Wan Ning sentado al lado de su cama,
con sus bellos rasgos serenos e impasibles.
Viéndolo despierto, dijo, levemente: –– ¿El ruido te despertó?
––Shizun...
Al despertar se sobresaltó.
¿Por qué Chu Wan Ning era el que lo cuidaba? ¿Dónde estaba Shi Mei?
No dijo nada en sus sueños que no debiera, ¿Verdad?
Mo Ran le echó una mirada de aprensión a la cara de Chu Wan Ning, y
sólo soltó el aliento que contenía cuando parecía que nada estaba fuera de lo
normal.
El crujido de los petardos continuó afuera. Los dos se miraron torpemente
el uno al otro durante un rato.
Chu Wan Ning: –– ¿Quieres ir a ver los fuegos artificiales?
Mo Ran: –– ¿Dónde está Shi Mei?
Lo dijo prácticamente al mismo tiempo.
Ya era demasiado tarde para retractarse.
Los ojos de Mo Ran se abrieron de par en par, se asustó y lo miró
fijamente durante un largo rato como si no lo reconociera.
Pasó un momento en silencio, y entonces Chu Wan Ning se levantó
indiferente para irse, girando hacia la puerta para decir: ––Todos están
celebrando el Año Nuevo, así que probablemente no se haya dormido todavía.
Deberías ir a buscarlo.
Era de esperar. Tenía tan mal genio, después de todo. Aunque reuniera
todo su coraje para pedirle que fueran a ver los fuegos artificiales juntos, por
supuesto que sería rechazado.
No debería haber preguntado, qué humillante.
Chu Wan Ning regresó al Pabellón del Loto Rojo y se sentó solo bajo el
árbol Haitang que floreció durante todo el año. Allí, solo, con una capa sobre
sus hombros, observó las brillantes flores que florecían en el cielo nocturno.
A lo lejos, las habitaciones de los discípulos estaban iluminadas con una
cálida luz, sus alegres risas se desvanecían, pero nada de eso tenía que ver con
él.
Debería haberse acostumbrado a esto hace mucho tiempo.
Pero por alguna razón, su pecho se sentía congestionado.
Tal vez porque al ver la alegría de los demás le resultaba más difícil volver
a su propia soledad.
En silencio, vio florecer los fuegos artificiales, uno, dos, escuchó las voces
de las personas deseándose un feliz año nuevo, tres, cinco.
Apoyado en el árbol, cerró los ojos, sintiéndose un poco cansado.
No estaba seguro de cuánto tiempo había pasado, pero de repente sintió
una intrusión en las barreras.
Su corazón se estremeció, pero no se atrevió a abrir los ojos. Escuchó el
sonido de la respiración, ligeramente sin aliento, y esos pasos familiares,
deteniéndose no muy lejos.
La voz del joven llevaba una pizca de vacilación.
––Shizun.
Chu Wan Ning: ––….
––Me iré mañana.
––…
––Pasará bastante tiempo antes de que pueda volver.
––…
––En realidad, no pasa nada esta noche, y tenemos que madrugar mañana,
así que creo que Shi Mei ya se ha ido a la cama.
El sonido de los pasos se acercó y se detuvo muy cerca.
Mo Ran dijo: ––Así que, si todavía quieres, yo... –– abrió la boca, pero el
resto de la frase fue tragada por el estallido de una explosión de fuegos
artificiales especialmente grande.
Las pestañas de Chu Wan Ning se agitaban al levantar la vista. Retro
iluminado por el espléndido río de estrellas en el cielo nocturno y la dispersión
de flores de fuego como escarcha plateada, el apuesto joven se puso de pie
ante él, compadeciéndose y un poco tímido.
––…
Chu Wan Ning siempre había sido orgulloso. No le importaba la compañía
nacida de la compasión. Pero ahora mismo, mirándolo, las palabras de rechazo
no salían de repente.
Tal vez el vino también le había llegado a él.
Chu Wan Ning sintió un pinchazo en el pecho, pero también calor.
––Ya que estás aquí, siéntate conmigo. –– Luego agregó, suavemente. ––
Miraré contigo.
Miró al cielo con una expresión impasible, pero los dedos escondidos en
sus mangas se habían apretado nerviosamente. No se atrevía a mirar de cerca a
la persona que estaba a su lado, sino que fijaba sus ojos en los fuegos
artificiales de arriba, en el ilimitado cielo nocturno salpicado con un brillo
resplandeciente.
Preguntó en voz baja Chu Wan Ning: –– ¿Están todos bien estos días?
––Mhm. –– Mo Ran contestó: ––Nos hicimos amigos de un lindo shidi,
que mencionamos en una carta a Shizun antes. ¿Cómo está la herida de Shizun?
––No es nada. No te culpes a ti mismo.
Un fuego artificial estalló en el cielo, dispersándose resplandeciente.
Esa noche, fuegos artificiales y linternas iluminaron el cielo, los petardos
crepitaban sin parar, y el leve olor a humo llenaba el aire nevado. Los dos
dieron la bienvenida al nuevo año bajo el árbol en flor; Chu Wan Ning era un
hombre de pocas palabras, pero Mo Ran buscó cosas de las que hablar, hasta
que finalmente se cansó y se quedó dormido.
A la mañana siguiente, Mo Ran se despertó temprano, aún debajo del árbol,
con la cabeza en el regazo de Chu Wan Ning y una capa de piel muy gruesa
pero suave que lo cubría. Era la capa de zorro de fuego de Chu Wan Ning,
suave y exquisitamente hecha.
Un poco sorprendido, Mo Ran levantó la vista para ver a Chu Wan Ning
apoyado en el tronco del árbol, profundamente dormido. Sus largas pestañas
caían sobre sus mejillas, temblando ligeramente con cada respiración como
mariposas en el viento.
¿Realmente acaban de dormir bajo el árbol así?
¿Cómo ha podido pasar eso?
Con la naturaleza compulsiva de Chu Wan Ning, debería haber vuelto a su
habitación para dormir sin importar lo cansado que estuviera. ¿Cómo podría
haber estado dispuesto a conformarse con descansar descuidadamente bajo el
árbol de esta manera, y esta capa de piel...?
¿Lo cubrió con eso?
Mo Ran se sentó, su pelo negro como la tinta un poco despeinado. Se
quedó mirando, envuelto en la capa de Chu Wan Ning, un poco perplejo.
No estaba tan borracho anoche. Aunque algunas cosas estaban un poco
borrosas, podía recordar más o menos la mayor parte de ellas.
Incluso correr aquí al Pabellón del Loto Rojo por su propia iniciativa para
dar la bienvenida al nuevo año junto con Chu Wan Ning fue una elección
sobria y consciente.
Claramente había odiado a esta persona una vez, pero cuando lo escuchó
preguntarle –– ¿Quieres ir a ver los fuegos artificiales? –– cuando lo vio darse
la vuelta con tristeza para irse con la cabeza gacha.
En realidad había sentido un dolor en el corazón...
Había pensado que, de todos modos, no se volverían a ver en mucho
tiempo, no tenía muchas quejas hacia él en esta vida, y Chu Wan Ning estaba
tan solo, que no era gran cosa si le hacía compañía hasta la mañana de vez en
cuando.
Y así, descaradamente, se acercó.
Pensando en ello ahora, sintió que él también estaba realmente...
Chu Wan Ning se despertó antes de poder terminar el pensamiento.
Mo Ran tartamudeó: –– S-Shizun.
––... Mn. –– Se frotó la sien, las cejas un poco juntas por haberse
despertado: –– ¿Tú... Aún no te has ido?
––M-me acabo de despertar.
Últimamente, por alguna razón, cada vez que veía la cara impasible de
Chu Wan Ning, esa lengua plateada suya se ataba en un nudo.
Mo Ran estuvo inmóvil por un momento antes de recordar repentinamente
que aún llevaba puesta la capa de Chu Wan Ning. Se la quitó apresuradamente
y, en su lugar, la envolvió alrededor de la otra persona.
Mientras le cubría los hombros con la capa, Mo Ran se dio cuenta de que
aunque Chu Wan Ning llevaba varias capas de ropa, todavía era un poco
delgada sin la capa como la prenda exterior en toda esta nieve.
El pensamiento hizo sus movimientos aún más frenéticos, y terminó
atando su propio dedo en el nudo mientras intentaba sujetar el cordón de la
borla.
Mo Ran: ––…
Chu Wan Ning lo miró y extendió la mano para desatarlo, diciendo: "Lo
haré yo mismo."
––... Bien.
Y, añadido en un murmullo: ––Lo siento.
––Está bien.
Mo Ran se puso de pie, y dudó: ––Shizun, tengo que ir a empacar y
desayunar, y luego me iré.
––Mn.
––... ¿Te gustaría que fuéramos a desayunar juntos? –– ¡Pah! ¡Quería
morderse la lengua y morir allí mismo después de decir eso! ¡Qué demonios le
pasa! ¡Por qué hizo eso!
Quizás vio el arrepentimiento que apareció en la cara de Mo Ran justo
después de preguntar eso, pero Chu Wan Ning hizo una pausa, y luego dijo: ––
Yo paso. Adelante, ve.
Mo Ran tenía un miedo mortal de que pudiera decir algo aún más
escandaloso si se quedaba más tiempo, así que dijo: ––M-me voy entonces...
Chu Wan Ning: ––Está bien.
Después de que Mo Ran se fue, Chu Wan Ning se sentó sin expresión bajo
el árbol durante un rato más antes de levantarse lentamente, con una mano en
el tronco para apoyarse, pero luego no hizo más movimientos.
Sus piernas estaban completamente entumecidas por haber servido como
almohada de Mo Ran toda la noche; no podía caminar en absoluto con los
alfileres y las agujas en ellos.
Permaneció allí sombríamente durante un buen rato antes de que su
circulación sanguínea volviera a la normalidad, y finalmente pudo volver a
entrar cojeando.
Efectivamente, después de pasar la noche al aire libre en un clima tan frío,
incluso con el árbol Haitang protegiéndolos de la nieve, terminó cogiendo un
resfriado.
–– ¡Achoo!
Estornudó, las comisuras de sus ojos ya enrojecidas.
Cubriéndose la nariz con un pañuelo, Chu Wan Ning pensó, maldita sea...
Probablemente... cogí un resfriado...
Anciano Yu Heng.
El dueño de tres armas sagradas, y el gran zongshi número uno más
buscado por todas las sectas del mundo de la cultivación. El simple hecho de
ver a Tian Wen domaba los cuatro mares, el blanco de sus túnicas superaba
todos los colores del mundo.
Un personaje tan impresionante, que incluso podría decirse que es el
cultivador más fuerte de la época.
Desafortunadamente, incluso la persona más fuerte estaba destinada a
tener una debilidad. La debilidad de Chu Wan Ning era que no podía manejar
el frío, y se enfermaría fácilmente si se exponía. Por lo tanto, cuando Mo Ran
y Shi Mei partieron del Pico Sisheng, Chu-zongshi no sólo se había vuelto
pequeño de nuevo por el efecto de la píldora, sino que, además, estaba
estornudando y moqueando sin parar.
Y así, cuando la tribu emplumada llegó al mediodía para escoltarlos, se
encontraron con Xue Meng, Mo Ran y Shi Mei, que estaban perfectamente
sanos, y un lamentable shidi "Xia Si Ni" que no podía dejar de estornudar.
CAPÍTULO 59: ESTE VENERABLE ES TAN SIMPLE.
No había nada para ello; incluso si el pequeño Shidi no podía parar de
estornudar, todavía tenían que irse. La tribu emplumada los llevó hacia el este,
a un puerto en el río Yangtze.
Convocaron un transbordador auto-navegable y, con una barrera
protegiendo el barco, se dirigieron al mar.
Esa noche fue la primera vez que Mo Ran pudo pasar tiempo con Shi Mei
en una excursión sin Shizun alrededor, pero extrañamente, no parecía estar tan
emocionado como pensaba.
Xue Meng y Xia Si Ni ya se habían ido a la cama. Mo Ran yacía solo en la
cubierta, los brazos cruzados detrás de su cabeza, mirando hacia el cielo
estrellado.
Shi Mei salió del camarote con algo de pescado seco que habían comprado
antes a los pescadores y se sentó junto a Mo Ran. Los dos mordisqueaban
ociosamente el bocadillo mientras charlaban.
––A-Ran, ya que vamos a ir al Jardín de Flores de Melocotón, puede que
no lleguemos a la competencia Ling Shan. No importa mucho para mí, pero tú
y el joven maestro son tan fuertes, ¿No te arrepentirás si te pierdes la
oportunidad de hacer un gran debut?
Mo Ran giró la cabeza con una sonrisa: ––No importa, cosas como la
reputación y todo eso son sólo palabras, pero ir al Jardín de Flores de
Melocotón y aprender habilidades reales y útiles para proteger a aquellos que
son importantes para mí, eso es lo que importa.
La mirada de Shi Mei pareció sonreír, y dijo suavemente: ––Que pienses
así, Shizun estaría tan feliz si lo supiera.
–– ¿Y qué hay de ti? ¿Estás feliz?
––Claro que yo también estoy feliz.
Las olas se estrellaron contra el transbordador, el barco de madera
balanceándose en el mar.
Mo Ran miró fijamente a Shi Mei durante un rato desde donde yacía de
costado. Quería burlarse un poco de él, pero luego no supo qué decir. En sus
ojos, Shi Mei era puro e inalcanzable.
Tal vez fue debido a esta pureza que le resultó difícil tener alguno de los
pensamientos lascivos que tenía hacia Chu Wan Ning cuando se enfrentaba a
Shi Mei.
Mo Ran se apartó por un tiempo.
Shi Mei se dio cuenta de que lo miraban fijamente. Se giró, metiendo los
mechones de cabello sueltos que soplaba la brisa marina detrás de una oreja, y
sonrió: –– ¿Qué pasa?
Mo Ran se sonrojó y giró la cabeza: ––Nada.
Originalmente planeaba usar esta salida como una oportunidad para
confesarse - cuidadosamente- a Shi Mei. Pero cada vez que las palabras
estaban en sus labios, no podía abrir la boca.
Confesión.
¿Y entonces?
Mo Ran no podía ser áspero ni enérgico con esta persona pura y amable.
Tenía miedo al rechazo, pero incluso si sus sentimientos eran devueltos, tenía
miedo de no saber cómo actuar hacia Shi Mei.
Después de todo, él realmente actuó terriblemente durante el poco tiempo
que pasaron juntos en la vida anterior... aparte de ese momento de intimidad
dentro de la ilusión de la maestra fantasma, él nunca lo besó.
Y sin mencionar, que después de lo que pasó en esta vida, ni siquiera
podía estar seguro de si esa persona en la ilusión de entonces era Shi Mei o
Chu Wan Ning.
Shi Mei seguía sonriendo: ––Pero realmente parece que quieres decirme
algo.
Por un momento impulsivo, Mo Ran quiso simplemente pasar sin cuidado
a través de la delgada capa de papel en la ventana.
Pero, por alguna razón, una figura vestida de blanco, con una cara que no
le gustaba sonreír, apareció de repente en su mente, una figura que siempre se
mantuvo reservada, que parecía tan solitaria.
De repente, fue como si su garganta se hubiera cerrado y no pudiera hablar
más.
Mo Ran se volvió para mirar el cielo nocturno lleno de estrellas.
Pasó un rato antes de que él dijera, en voz baja: ––Shi Mei, eres realmente
muy importante para mí.
––Mn. Lo sé. Eres igual para mí.
Mo Ran continuó: –– ¿Lo sabías? Tuve una pesadilla una vez, y en ella tú...
ya no estabas allí. Estaba tan triste.
Shi Mei sonrió: ––A veces eres tan tonto.
Mo Ran: –– ... Definitivamente te protegeré.
––Bien, entonces tendré que agradecerle a mi buen Shidi primero.
El corazón de Mo Ran se sacudió, y no pudo evitar decir: ––Yo...
Shi Mei preguntó con voz suave: –– ¿Querías decir algo más?
El transbordador tembló, y el sonido de las olas pareció más fuerte. Shi
Mei lo miró en silencio, como esperando a que dijese esas últimas palabras.
Pero Mo Ran cerró los ojos: ––No es nada. ¿Por qué no vuelves adentro y
duermes un poco? Hace frío por la noche.
––…–– Shi Mei se quedó callado un momento antes de decir: –– ¿Y tú?
Mo Ran era bastante débil a veces: ––Voy a mirar las estrellas un rato más,
sentir la brisa en mi cara.
Shi Mei no se movió. Pasó un tiempo antes de que sonriera: ––De acuerdo,
entonces seguiré adelante. No te quedes despierto hasta muy tarde.
Luego se giró y se fue.
Bajo el cielo sin límites, el transbordador navegó a través del mar.
Ese tipo acostado en la cubierta no tenía ni idea de lo que acababa de
extrañar; incluso era un poco despistado mientras intentaba desenterrar lo que
realmente sentía en lo más profundo de su corazón. Lo pensó durante mucho
tiempo, pero era un poco tonto, y así, incluso cuando el sol de la mañana pintó
los cielos del este de un blanco suave, todavía no había descubierto nada.
Pasó cada momento de vigilia con Shi Mei, y los sentimientos entre ellos
eran profundos y sinceros. Mo Ran había pensado que definitivamente querría
confesarse a Shi Mei tan pronto como estuvieran solos, incapaz de esperar otro
momento. Pero cuando el transbordador llegó al final del puente, descubrió
que ese no era el caso en absoluto. Tal vez fue porque pensó que era
demasiado torpe, que si iba y confesaba precipitadamente a Shi Mei en ese
momento, definitivamente lo asustaría, o incluso si no lo hacía, eso no sería un
buen comienzo.
Estaba más acostumbrado a esta confusa vaguedad entre Shi Mei y él
mismo. A veces su corazón revoloteaba, extendía la mano y tomaba la mano
de Shi Mei como si no lo pensara, y su pecho se desbordaba de ternura dulce
como la miel.
Era una sensación tan natural que no quería destruirla de inmediato.
Ya era tarde cuando volvió al camarote, y todos ya se habían ido a dormir.
Mo Ran yacía sobre la colchoneta, mirando fijamente a la noche fuera de la
estrecha claraboya. Poco a poco, la figura de Chu Wan Ning apareció ante sus
ojos, a veces en silencio con los ojos cerrados, a veces con una expresión
severa en la cara.
Por supuesto, también pensó en cómo se veía esa persona cuando estaba
acurrucada, dormida, sola y sin pretensiones, como una flor Haitang que a
nadie le importaba porque había florecido demasiado alto en la rama.
Dejando a un lado el odio, el enredo de Chu Wan Ning con él en la vida
pasada fue verdaderamente más profundo que el de cualquier otra persona en
este mundo.
Había tomado muchas primicias de Chu Wan Ning, sin importar si estaba
dispuesto o no.
Su primer beso, su primera vez cocinando, su primera vez llorando.
Y su primera vez.
Maldita sea, sólo de pensarlo hizo que su cuerpo se sintiera caliente y su
sangre corriera hacia abajo.
Y, a cambio, también le había dado a Chu Wan Ning algunas de sus
primeras veces, independientemente de si las quería o no.
Su primera vez como aprendiz, su primera vez persuadiendo a alguien, su
primera vez regalando flores.
Su primera vez decepcionado.
Y las primeras sacudidas de su corazón.
Sí, las primeras sacudidas de su corazón.
Cuando llegó al Pico Sisheng, la primera persona de la que se enamoró no
fue Shi Mei, sino Chu Wan Ning.
Ese día, bajo el árbol Haitang, aquel joven de túnicas blancas era tan
hermoso, tan concentrado, que Mo Ran sólo tuvo que echar una mirada para
decidir que quería que esa persona fuera su maestro, que nadie más lo haría.
Pero, ¿Cuándo cambió todo?
Exactamente cuándo el que le importaba se convirtió en Shi Mei, y al que
odiaba, Shizun...
Lo había pensado mucho durante los últimos dos meses. Probablemente
comenzó con ese malentendido.
Esa fue la primera vez que fue azotado por Chu Wan Ning como castigo.
El joven de quince años volvió a su cuarto, magullado y maltratado, y se
acurrucó solo en su cama, los ojos enrojecidos, ahogándose en sollozos de
nuevo. Las heridas en su espalda le habían dolido menos que la fría expresión
en la cara de Shizun cuando bajó a Tian Wen sin un hilo de misericordia,
como si hubiese golpeado a un perro callejero.
Era verdad que había robado una flor Haitang del jardín de medicina, pero
no tenía idea de cuán precioso había sido ese Haitang, ni de cuán
cuidadosamente lo había cuidado Madam Wang durante los últimos cinco años
para que uno finalmente floreciese.
Lo único que sabía era que, caminando a casa por la noche ese día, un
blanco luminoso en la punta de una rama le había llamado la atención.
Los pétalos de la flor eran claros y helados, su fragancia suave y delicada.
Inclinó la cabeza hacia atrás para admirarla, pensando en su Shizun. Había
un latido en su corazón por alguna razón, e incluso las puntas de sus dedos se
sentían calientes. Antes de darse cuenta, ya había arrancado la flor, con
cuidado y con los movimientos más suaves, temiendo sacudir accidentalmente
incluso una sola gota de rocío de los pétalos.
A través de la gruesa cortina de sus pestañas, miró a esa flor Haitang
cargada de rocío bajo la luz de la luna. En ese momento, aún no sabía cuán
pura era la ternura y el afecto que sentía por Chu Wan Ning, ni sabía que,
después de ese día, durante los siguientes diez años, veinte años, hasta la
muerte, nunca volvería a tenerlo.
Antes de que pudiera darle la flor a Shizun, se encontró con Xue Meng,
que había venido a recoger hierbas medicinales para su madre.
El joven maestro lo arrastró hasta donde Shizun con rabia. Chu Wan Ning
dejó su pergamino, su mirada helada mientras escuchaba. Echó un vistazo a
Mo Ran y le preguntó si tenía alguna explicación.
Mo Ran comenzó: ––Recogí la flor porque quería dársela a...
Todavía se aferraba a esa flor Haitang, con motas de escarcha y gotas de
rocío que aún se aferraban a sus pétalos recién florecidos, helados pero
indescriptiblemente hermosos.
Pero la mirada de Chu Wan Ning era demasiado fría, tan fría que helaba el
calor de la lava en su pecho.
Ya no podía decir la palabra "Shizun"
Ese sentimiento le resultaba demasiado familiar. Antes de que lo trajeran
al Pico Sisheng, cuando tenía que corretear entre las cantantes y los clientes,
encogiéndose en su delgado y desnutrido cuerpo para parecer más pequeño y
menos obstructivo, había pasado todos los días bajo ese tipo de mirada.
Ese tipo de desprecio, ese tipo de desdén....
Un escalofrío lo recorrió.
¿Podría ser que Shizun realmente lo mirara con desprecio?
Ante el frío interrogatorio de Chu Wan Ning, Mo Ran sintió que su
corazón se congelaba. Bajó la cabeza y dijo, en voz baja: ––… Yo... no tengo
nada que decir.
Y el resto era historia.
A causa de esa flor Haitang, Chu Wan Ning lo azotó hasta que toda su
afición inicial se rompió en pedazos, cuarenta golpes en total.
En ese momento, si sólo Mo Ran hubiera explicado un poco más, si sólo
Chu Wan Ning hubiera preguntado un poco más, entonces, tal vez las cosas no
habrían salido como lo hicieron, tal vez el maestro y el discípulo no habrían
dado ese primer paso en el camino más allá de la redención.
Pero no había muchos "Qué pasaría si"...
Fue en ese momento cuando Shi Mei, cálido y gentil, apareció a su lado.
Después de regresar de la casa de Chu Wan Ning, Mo Ran no fue a comer,
ni siquiera encendió una lámpara, sólo se acurrucó en su cama.
Esta rígida figura acurrucada en la oscuridad era el espectáculo que
saludaba a Shi Mei cuando abrió la puerta. Puso el tazón de Wontonss con
aceite de chile en sus manos suavemente sobre la mesa, luego se acercó a la
cama y llamó, suavemente: –– ¿A-Ran?
Mo Ran todavía no tenía ningún sentimiento particular hacia Shi Mei en
ese momento. Ni siquiera se dio la vuelta, aún mirando a la pared con los ojos
rojos e hinchados, y su voz estaba ronca cuando dijo:
––Vete.
––Te traje un poco de...
––Dije que te fueras.
––A-Ran, no seas así.
––…
––Shizun tiene mal genio, pero sólo toma un poco de tiempo
acostumbrarse. Ven, levántate y come algo.
Pero Mo Ran era terco como un burro, inamovible aunque fuera arrastrado
por diez caballos enteros.
––No lo quiero. No tengo hambre.
––... Al menos come algo, si no comes, Shizun se pondrá fu-–– Mo Ran se
levantó de la cama antes de que pudiera terminar la frase, sus ojos llorosos,
enojados e indignados, temblando un poco bajo sus pestañas.
–– ¿Furioso? ¿Por qué iba a estar furioso? Es mi cuerpo, ¿Cómo es posible
que sea asunto suyo si como o no? Ni siquiera me quiere como discípulo de
todos modos, más vale que me muera de hambre, menos molestias para él, será
más feliz de esa manera.
Shi Mei: ––…
No esperaba que sus palabras tocaran el punto doloroso de Mo Ran de esta
manera, y se quedó sin palabras por un tiempo, mirando impotente al pequeño
Shidi que tenía frente a él.
Pasó un largo momento. Mo Ran se recompuso y miró hacia abajo, con el
pelo largo cubriéndole la mitad de la cara.
Mo Ran: ––… Lo siento.
Shi Mei no podía ver su cara, solo el tenue temblor de sus hombros y las
venas en la parte posterior de sus apretados puños.
Pero, después de todo, el chico de quince años era todavía demasiado
joven. Intentó soportarlo un rato, pero al final no pudo; enterrando su cara en
sus brazos, se acurrucó en sí mismo y lloró fuertemente, la voz ronca y rota,
histérica y perdida, dolorida y afligida por el dolor.
Entre los sollozos incontrolables, repetía las mismas cosas una y otra vez.
––Sólo quería tener un hogar... estos quince años, yo sólo quería un hogar...
por qué me miran así... por qué me menosprecian... por qué, por qué me miran
así... por qué, por qué me menosprecian...
Lloró durante mucho tiempo, y Shi Mei se sentó con él durante mucho
tiempo.
Cuando Mo Ran había llorado lo suficiente, Shi Mei le entregó un pañuelo
impecable, y luego le entregó el cuenco de Wontonss ya fríos.
Gentilmente, él dijo: –– No digas más tonterías como morir de hambre.
Viniste al Pico Sisheng y fuiste aprendiz de Shizun, así que eres mi Shidi.
También perdí a mis padres cuando era joven, así que si quieres, seré tu
familia. Vamos, come algo.
––…
––Yo hice estos Wontonss. Aunque no le pongas cara a Shizun, al menos
dame un poco, ¿Hm?
Los labios de Shi Mei se curvaron en una pequeña sonrisa mientras
tomaba un Wontonss redondo y translúcido y lo llevaba a los labios de Mo
Ran. ––Pruébalo.
Los bordes de los ojos de Mo Ran aún estaban rojos. Esos ojos llorosos
miraban a la persona junto a su cama, pero finalmente abrió la boca y permitió
que esa persona amable le diera de comer.
A decir verdad, ese tazón de Wontonss ya se había enfriado y habían
estado remojados durante demasiado tiempo, así que ya no era tan bueno como
podría haber sido.
Pero, en ese momento, bajo la luz de las velas, este tazón de Wontonss, ese
rostro incomparablemente hermoso, y esos ojos gentiles fueron grabados
profundamente en su corazón. En la vida y en la muerte, para no ser olvidados
nunca.
Probablemente comenzó esa noche.
Su odio hacia Shizun se hizo cada vez más profundo. Y fue entonces
cuando se convenció de que Shi Mei era la persona más importante de su vida.
Después de todo, todos querían calidez.
Especialmente un perro callejero que se había congelado tantas veces en el
frío amargo que la mera visión de los caminos salados le hacía temblar en
anticipación a la nieve, del invierno venidero.
Taxian-jun parecía imponente, pero solo él sabía la verdad.
En realidad sólo era un vagabundo. Un perro callejero que siempre había
estado buscando un lugar en el que pudiera acurrucarse, un lugar al que
pudiera llamar "Hogar", pero pasó quince años buscando y aún así no pudo
encontrarlo.
Y así, su amor y odio se volvieron ridículamente simples...
Si alguien le diera una paliza, odiaría a esa persona.
Si alguien le diera un tazón de sopa, le encantaría esa persona.
Después de todo, era tan simple.
CAPÍTULO 60: ESTE VENERABLE DESCUBRIÓ UN
SECRETO.
Con los hechizos lanzados en el transbordador, el viaje fue rápido, y a la
mañana siguiente ya habían llegado al puerto de Yang zhou. Ya había
enviados en el puerto que los recibían, estableciendo muchos de los caballos.
La tripulación desayunó en el puerto, pero como la tribu emplumada no
necesitaba sustento, se sentaron en el borde del puerto con los ojos cerrados,
descansando su espíritu. Apenas había amanecido, y no había muchos
mercaderes alrededor haciendo negocios, pero los marineros ya se habían
levantado, reunidos en tres y cinco, comiendo gachas de avena y panecillos al
vapor, asomándose y robando miradas curiosas a ellos de vez en cuando.
Mordiscos y charlas de esos hombres fornidos con simples túnicas de
trabajo mientras masticaban su comida cayeron en los oídos de Mo Ran.
––Sí, sí, reconozco sus ropas. Son gente del Reino de la Cultivación
Inferior.
––El Reino de la Cultivación Inferior está tan lejos, y nuestra secta
raramente interactúa con ellos, así que ¿Cómo lo sabes?
––Mira el escudo de armas de sus antebrazos. ¿No es exactamente igual
que el del Guardián de la Noche Sagrada?
–– ¿Estás hablando de esos dispositivos de madera que expulsan el mal? –
– Alguien echó un vistazo a la manga de Xue Meng y exclamó asombrado
mientras masticaba los pepinillos crujientes:
––Aiyoh, es verdad. ¿Quién fue el que hizo a los Guardianes otra vez?
––Oí que fue el anciano Yu Heng del Pico Sisheng quien lo hizo.
–– ¿Quién es el anciano Yu Heng? ¿Es tan poderoso como nuestro líder de
la secta Jiang de Gu Yue Ye?
––Jeje, quién sabe. Quién puede decir algo sobre el mundo de los
cultivadores.
Los obreros de la cubierta hablaban con un pesado dialecto Su y Mo Ran
no podía comprender, pero Chu Wan Ning podía entender lo que esa gente
estaba diciendo. Al enterarse de que los Guardianes de la Noche Sagrada que
él había inventado se estaban distribuyendo con éxito por todo el mundo
común, no pudo evitar sentirse reconfortado. Así, comenzó a conspirar
mentalmente, pensando que después de su regreso debería inventar bueyes o
caballos de madera más ligeros, y hacer más bien.
Una vez terminado el desayuno, el grupo se dio prisa, y no tardaron más
de cuatro horas en llegar al pie de la Montaña Jiu Hua. Todavía era temprano
en el día, el sol de un día de invierno acababa de alcanzar su punto álgido, y
millones de hilos de luz dorada se rozaban como la seda, hundiendo la cima
nevada en una luminiscencia cristalina, resplandeciendo magníficamente. En
las laderas de la cima había cientos de frondosos y antiguos pinos que
permanecían siempre verdes, firmes en la helada, como un cultivador ermitaño
con un aire inmortal, las mangas bajas, los ojos entrecerrados, en un silencio
mortífero mientras permanecían de pie a ambos lados del sendero de la
montaña.
No fue por nada que los mortales llamaron a la cima de la Montaña Jiu
Feng el "Mundo Inmortal".
La tribu emplumada silbó tres veces al pie de la montaña, y un pequeño
canario dorado con¡ plumas vibrantes y encantadoras salió volando del blanco
y nevado pie de la montaña, y aterrizó ligeramente ante ellos. El grupo siguió
el ejemplo del canario dorado, dirigiéndose hacia el oeste durante todo el
camino, y llegaron ante una cortina de turbulenta y tempestuosa cascada.
––Mis señores cultivadores, por favor, retrocedan.
La líder de la tribu emplumada estaba delante, su mano imitando la mano
de Buda, y ella recitó en silencio un hechizo. De repente, apretó los labios
escarlata y sopló suavemente contra el viento.
Sorprendentemente, un rayo de llamas apareció en el aire, lanzándose
directamente hacia la cascada, ¡Dividiendo la cortina de agua en dos!
La tribu emplumada giró y sonrió con alegría: ––Invito sinceramente a mis
señores a entrar en el Jardín de Flores de Melocotón.
Siguieron a la tribu emplumada y pasaron a través de la cortina de agua.
Después de cruzar la barrera, el paisaje se iluminó repentinamente ante sus
ojos. Este lugar era vasto sin un final a la vista, pero bullicioso y animado
como el otro mundo. El Jardín de Flores de Melocotón era un mundo
protegido sin muchas conexiones con el mundo de la cultivación, y aunque no
podía compararse con la verdadera Tierra de los Inmortales, nunca se habló de
ella como si fuera igual, sin embargo, esta tierra era rica en qi espiritual.
Dentro del jardín, los paisajes eran como si salieran de la poesía y la pintura,
los colores elegantes y delicados, y después de haber caminado un rato,
descubrieron que el cambio de estaciones también era aleatorio.
Con la tribu emplumada a la cabeza, primero pasaron por el desierto, y el
sonido de los ríos corriendo rugió en sus oídos, los gritos de simios y bestias
en ambas orillas. Entonces llegaron a las afueras de la ciudad, y vieron vastos
campos de cultivo con senderos entrecruzados, donde el trigo se balanceaba
junto con la brisa.
Finalmente, cuando entraron en la fortaleza de la ciudad, había edificios
inmaculados y detallados hasta donde alcanzaba la vista, el alero alto y grande.
La capital principal de esta Tierra de Flores de Melocotón era magnífica y
bella, la ciudad misma grande, sus provisiones completas, no apareciendo nada
menos que los animados centros urbanos del reino mortal. Sólo que, las flores
que caían y los copos de nieve a la deriva bailaban juntos en el aire, los pájaros
raros y las garzas inmortales volaban juntos en manadas, y todos los miembros
de la tribu emplumada que pasaban por allí eran de cuello alto y hermosos, con
figuras pintorescas y joviales, y cada uno de ellos se parecía a una especie de
mariposa sin parangón que emergió de las pinturas.
Sin embargo, mientras que una escena tan etérea parecía bastante nueva e
interesante para Xue Meng y compañía, pero como ya habían sido testigos de
la extraña vista del Lago Jin Cheng, esto ya no era algo que les sorprendería.
Llegaron a una bifurcación en el camino, y vieron a alguien de la tribu
emplumada vestida con un gran abrigo de plumas bordado con un ave fénix
dorado y un blanco puro debajo de la capa, de pie junto a un árbol antiguo, tan
alto que llegó hasta los cielos. Esa marca de llama en su frente era mucho más
profunda que cualquiera de las otras, señalando que sus poderes eran mucho
mayores que los de los demás miembros de la tribu emplumada.
Las enviadas que lideraban el camino llevaron al grupo ante ella, y luego
se arrodillaron ante ella, presentando sus respetos: ––Gran Señor Inmortal, los
cuatro xianjun del Pico Sisheng han llegado.
––Gracias por su duro trabajo, pueden retirarse.
––Sí, mi señora.
La persona de la tribu emplumada que estaba bellamente vestida sonrió
suavemente, su voz clara y conmovedora como el canto de un joven fénix.
––Me llamo Dieciocho. Por el reconocimiento del anciano inmortal de mi
familia, se me otorgó el gran título de Gran Señor Inmortal del Jardín de Flores
de Melocotón. Estamos muy agradecidos de que mis señores estén dispuestos
a mostrarnos la cortesía de venir a entrenar en esta humilde morada. Si los
Xianjun encuentran alguna recepción inadecuada en la duración de su estancia
aquí, por favor, perdónennos y no tengan miedo de hacérnoslo saber.
Con tanta belleza y tanta gracia cuando hablaba, daba ciertamente una
buena impresión.
Aunque a Xue Meng no le gustaban los hombres que se veían mejor que él,
estaba en una edad en la que empezaba a apreciar la belleza y los afectos, por
lo que, naturalmente, no descartaba a las damas tan hermosas que parecía
como si surgieran de las pinturas. Así, sonrió en respuesta. ––Xianjun es
demasiado amable, pero este nombre Dieciocho ciertamente es extraño.
¿Puedo preguntar por el apellido de Xianjun?
Dieciocho le respondió amable y cortésmente: ––No tengo apellido.
Dieciocho es todo.
Mo Ran se rió a carcajadas: ––Si te llamas Dieciocho, ¿Hay alguien aquí
llamado Diecisiete?
Eso iba a ser una broma, pero quién sabía que cuando Dieciocho lo oyó,
ella sonrió a pesar de sí misma. ––Xianjun es sabio. Diecisiete es mi hermana.
Mo Ran: ––…
Dieciocho explicaba: ––Nosotros, la tribu emplumada, nacemos de las
plumas caídas del Dios celestial Zhu Que. Cuando nuestro cultivo es poco
profundo, solemos aparecer en forma de ibis crestado. El primero en aparecer
fue el anciano inmortal de mi familia, y el resto de la tribu emplumada se
llama así por orden de aparición, empezando por Uno, Dos... Soy la
decimoctava, así que me llamo Dieciocho.
––…
Después de que Mo Ran se enteró, se quedó sin habla. Originalmente
había pensado que Xue Zheng Yong ya era horrible a la hora de dar nombres,
pero no había pensado que hubiera alguien que fuera incluso peor aquí, yendo
directamente por números.
Entonces, Dieciocho dijo algo que lo dejó aún más atónito.
––Bien. Vayamos al grano. Es la primera vez que vienen a este lugar y aún
no conocen las reglas de entrenamiento del Jardín de Flores de Melocotón. ––
Dieciocho dijo: ––En el reino mortal, durante siglos, la cultivación ha sido
dividida por escuelas y sectas. Este lugar es diferente. La tribu emplumada
siempre ha sido muy clara al dividir el trabajo. Hay quienes se especializan en
'Defensa', quienes se especializan en 'Ataque', y quienes se especializan en
'Curación'. Hay tres divisiones en total, y su entrenamiento también se llevará
a cabo en consecuencia.
Mo Ran sonrió. ––Eso es fantástico.
Dieciocho asintió hacia él. ––Gracias por pensar así, pequeño xianjun. Los
cultivadores de Gu Yue Ye también vinieron hace varios días, y cuando se
enteraron de este método de entrenamiento, todos estaban bastante disgustados.
Mo Ran se sintió incrédulo. ––Defensa es defensa, ataque es ataque y
curación es curación. ¿No es una división tan clara algo bueno? ¿Por qué son
infelices?
––Verás–– respondió Dieciocho. ––Hay un joven maestro Duan de Gu ue
Ye que pertenecía a 'Defensa', y necesitaba residir con los otros xianjun de la
misma división. Pero, su Shijie pertenecía a 'Ataque', y debe entrenar y residir
con los xianjun de la División de Ataque. Aunque no entiendo muy bien los
afectos y las relaciones de los mortales, todavía puedo decir que el joven
maestro no estaba dispuesto a separarse de su hermana jurada.
––Jaja, ¿Qué pasa con... espera, qué has dicho? –– Mo Ran dejó de reírse a
mitad de camino cuando de repente se dio cuenta y sus ojos se abrieron de par
en par: ––No sólo los que pertenecen a diferentes divisiones tienen que
entrenar por separado, sino que también tienen que vivir separados...
Dieciocho no sabían por qué su rostro cambió de repente y respondió en
confusión: ––Así es.
Toda la cara de Mo Ran se puso azul. ––…
¿¡Qué clase de broma era esta!?
Una hora más tarde, Mo Ran, que había fracasado en su negociación con
Dieciocho, se quedó estupefacto ante una luminosa y espaciosa residencia de
cuatro lados en el patio, y se sumergió en un largo y profundo silencio.
Él, Xue Meng, y Xia Si Ni pertenecían a la división de Ataque, y fueron
enviados al lado este del Jardín de Flores de Melocotón. Pero el lado este, no
era cualquier pequeño terreno asignado, sino el lugar donde vivían todos los
xianjun que pertenecían a 'Ataque'. Ya había más de veinte de esas residencias
en el patio que albergaban a cuatro, y también había montañas y lagos, calles y
mercados, construidos muy parecidos a los del Reino Mortal. Parecía que era
porque la tribu emplumada sabía que iban a vivir aquí durante mucho tiempo,
así que fue construido para ayudarles a deshacerse de su nostalgia.
En cuanto a Shi Mei, como pertenecía a "Curación", fue enviado al lado
sur del Jardín de Flores de Melocotón. Estaba excepcionalmente lejos de
donde residían Mo Ran y los demás, e incluso había una barrera establecida en
el medio que sólo podía ser atravesada con el personal de autoridad. Esto
significaba que, mientras que Mo Ran y Shi Mei estaban dentro del Jardín de
Flores de Melocotón, aparte de la reunión diaria de las tres divisiones para
aprender el método de cultivo para principiantes de la tribu emplumada, no
había básicamente ninguna otra oportunidad para que se vieran entre ellos.
Esto tampoco fue lo peor de todo.
De repente, Mo Ran levantó la vista y miró hacia el patio a través de sus
gruesas cortinas de pestañas al Xue Meng que estaba dando vueltas por todo el
patio, obviamente planeando elegir la habitación más cómoda para él. Mo Ran
podía sentir las venas de su frente estallar a pesar de sí mismo.
Xue Meng...
Eso es correcto. Jodido infierno. ¡A partir de hoy, tendría que vivir en el
mismo patio que Xue Meng todos los días! Tal vez por mucho tiempo, tendría
que experimentar a fondo dos de los ocho grandes sufrimientos de la vida: la
separación de los seres queridos y el encuentro con enemigos...
La tribu emplumada había estado yendo del Reino de la Cultivación
Superior al Reino de la Cultivación Inferior para encontrar a sus elegidos, y
para cuando llegaron al Pico Sisheng, ya estaban al final de su viaje. Así, los
enviados de todas las demás sectas ya se habían instalado antes que ellos, y
Xue Meng pronto descubrió que una de las habitaciones de su pequeño patio
de cuatro lados ya estaba ocupada.
––Raro. Me pregunto quién se ha instalado aquí. –– Xue Meng murmuró
mientras miraba la manta que estaba siendo colgada para que se secase en el
patio.
––No importa quién sea, no debería ser nadie que haga tanto alboroto. ––
Mo Ran dijo.
–– ¿Qué quieres decir?
––Déjame preguntarte–– dijo Mo Ran. –– ¿Qué habitación elegiste?
Xue Meng inmediatamente se mostró cauteloso. –– ¿Qué estás planeando?
Ya he hecho mi elección, la que está situada en el norte, mirando al sur, es mía.
Si vas a pelear conmigo por ello, entonces yo...
Todavía no se había dado cuenta de lo que iba a hacer antes de que Mo
Ran lo interrumpiera riendo: ––No me gustan las habitaciones demasiado
grandes, así que no voy a pelear contigo. Pero permíteme preguntarte, si esta
residencia todavía estaba vacía–– Dijo, y señaló la pequeña habitación a la
que alguien ya se había mudado, y continuó su pregunta. –– ¿Cambiarías con
él?
Xue Meng miró primero a esa sencilla casita de paja antes de mirar a Mo
Ran. –– ¿Crees que soy tonto? Por supuesto que no cambiaré.
Mo Ran se rió. ––Por eso dije que esa persona no es alguien que haría un
escándalo. Cuando llegó, las cuatro habitaciones de este patio estaban vacías,
pero no escogió la mejor, y sólo escogió esa pequeña y diminuta casucha. Si
este hombre no es un tonto, entonces es un humilde caballero.
––…
Este análisis no estaba equivocado, pero Xue Meng sintió como si su cara
hubiera sido arrancada por el cuchillo escondido en la sonrisa de Mo Ran. El
otro hombre era un caballero, que dejaba la mejor habitación para dormir en
una choza en ruinas, entonces, ¿No era él un hombre apestoso, vulgar, común,
un mezquino tacaño?
Pero Mo Ran no llamó a Xue Meng por su nombre, así que el joven
maestro Xue no pudo gritarle, ni pudo soportarlo, así que en el momento, toda
su cara se enrojeció.
––De cualquier manera... estoy acostumbrado a vivir bien. –– Xue Meng
se ahogó en el resentimiento y reprendió con una cara oscura: ––En cualquier
caso, no puedo soportar los lugares ruinosos, así que quien quiera ser un
caballero puede seguir adelante. No me importa.
Después de hacer su declaración, se giró y se fue.
Así, las cuatro habitaciones de la residencia del patio fueron tomadas por
diferentes maestros.
Xue Meng eligió la exquisita residencia del norte, las paredes pálidas y el
tejado negro, el umbral forrado de dorado; la habitación más lujosa. Mo Ran
escogió la casa de piedra al oeste, un árbol de durazno plantado en la entrada,
las flores en pleno florecimiento. En cuanto a Chu Wan Ning, pidió el edificio
de bambú en el lado este, y cuando el sol se hundió al atardecer en el oeste, los
tiernos y suaves bambúes eran como jades iluminados, brillantes y nítidos.
Y en el lado sur, en esa humilde y sencilla choza de paja residía ese
'caballero' que aún no habían conocido.
El resfriado de Chu Wan Ning aún no se había curado, y su cabeza giraba
alocadamente, así que se había ido a descansar muy temprano. Xue Meng se
quedó con él un rato, pero como este pequeño Shidi no se acurrucaba ni
lloriqueaba, ni le importaba escuchar historias, envolviéndose como una
pequeña bola de arroz pegajosa y sólo se preocupaba por dormir en una paz
amortiguada, Xue Meng se sentó en el borde de su cama durante un rato antes
de que le resultará innecesario, se sacudió el polvo y se fue.
En el patio, Mo Ran había sacado una silla y estaba levantando las piernas,
con los brazos apoyados detrás de la cabeza mientras veía como se hundía el
sol dorado en el oeste y como se desprendían los ardientes rayos del sol en su
tiempo libre.
Viendo salir a Xue Meng, preguntó: –– ¿Xia-Shidi está durmiendo ahora?
––Mn.
–– ¿Le ha bajado la fiebre?
––Si te preocupas por él, ¿Por qué no entras y lo ves por ti mismo?
Mo Ran se rió a carcajadas. ––El pequeño probablemente aún no está
profundamente dormido, mi torpeza podría despertarlo.
Xue Meng le dio una mirada. ––Bueno, por lo menos eres consciente de ti
mismo. Y yo que pensaba que eras como los perros y gatos que mamá crió, y
que sólo sabías cómo relajarte en el patio y ser perezoso.
––Jaja, ¿Y cómo sabes que estoy siendo perezoso? –– Mo Ran giró con
una flor de melocotón entre los dedos y levantó la vista con una sonrisa: ––El
tiempo que pasé aquí sentado en el patio fue suficiente para descubrir un
secreto espantoso e importante.
Xue Meng obviamente no quería preguntar, pero aún así era curioso, y
después de soportarlo por un buen rato, con la cara todavía rígida, elaboró una
expresión de indiferencia antes de murmurar. ––... ¿Qué gran secreto?
Mo Ran le hizo un gesto con la mano y entrecerró los ojos. ––Acerca tu
oreja y te lo diré en secreto.
––…
Increíblemente renuente, Xue Meng bajó la oreja. Mo Ran se acercó, y se
rió en silencio. ––Jeje, te tengo. Tonto Meng Meng.
Los ojos de Xue Meng sobresalían en círculos redondos e inmediatamente
estalló en indignación, tirando del cuello de Mo Ran: –– ¿Me has mentido?
¿¡QUÉ TAN INFANTIL ERES!?
Mo Ran se rió. –– ¿Cómo he mentido? Descubrí un secreto, pero tampoco
quería decírtelo, eso es todo.
Las cejas oscuras de Xue Meng se agudizaron. –– ¡Si sigo creyendo en ti,
entonces soy un verdadero tonto!
Los dos discutieron como un pájaro picoteando a un perro y un perro
mordiendo a un pájaro, y Mo Ran estaba a punto de decir burlonamente otra
cosa para provocar al otro a enfurecerse aún más cuando, de repente, una voz
extraña mezclada con confusión desde atrás, dijo: –– ¿Eh? –– antes de hablar:
–– ¿Son ustedes dos nuevos compañeros de entrenamiento?
La voz de este hombre era clara y nítida, más suave y brillante que la de
cualquier otro joven.
Mo Ran y Xue Meng volvieron la cabeza hacia atrás, y vieron en el rojo
sangre carmesí del remanente sol, a un hombre vestido con un traje ajustado
que estaba parado allí contra el viento.
Este hombre nació con rasgos profundos, sus cejas negras, una corona de
jade negro en su cabeza, y su rostro color miel era a la vez hermoso y lleno de
vida. Aunque su cuerpo no era alto ni musculoso, su figura era imponente, más
estimada que la de los distinguidos y con clase.
Sobre todo esas piernas largas: con las ataduras de un traje negro ajustado,
parecían aún más formidables y poderosas, rectas y galantes.
La expresión de Mo Ran cambió instantáneamente, y sintió como si la
sangre y los pecados de un mundo separado brillaran ante sus ojos.
Era como si viera una silueta arrodillada en la tempestad de sangre, las
clavículas atravesadas por una cadena de acero, la carne en la mitad de la cara
arrancada, pero prefería morir antes que rendirse, negándose a ceder.
Su corazón temblaba, como una gota de rocío de cristal que goteaba de
una hoja, y Mo Ran no podía describir lo que sentía.
Si había alguien a quien había respetado y admirado en su vida anterior,
entonces el que tenía ante sus ojos era definitivamente uno de ellos.
Así que el honorable caballero que iba a vivir con ellos... era en realidad él,
¿Eh?
CAPÍTULO 61: ¿ESTE VENERABLE ES
REALMENTE GRANDIOSO?
Los dos hermanos dejaron de discutir y se pusieron de pie al mismo
tiempo.
La persona frente a ellos tenía un aire extremadamente distinguido. Xue
Meng miró fijamente durante un momento antes de reaccionar finalmente,
asintiendo. ––Mn. Eso es correcto. ¿Quién eres tú?
Xue Meng había sido testarudo desde su nacimiento, y aunque Madam
Wang le enseñó la etiqueta una y otra vez, nunca se lo tomó en serio. Por lo
tanto, nunca preguntó por los nombres de cortesía de las personas, no se
molestó con los honoríficos, y tampoco dio su propio nombre.
En esencia, fue muy grosero.
Pero Mo Ran sabía que esta persona era demasiado digna para hacer una
escena por tales acciones. Después de todo, este fue...
––Soy un discípulo de la Secta Ru Feng, Ye Wang Xi. –– Como era de
esperar, el joven estaba tranquilo y sereno, y no se enojó. Bajo sus oscuras y
negras cejas había un par de ojos que brillaban como la luz de las estrellas,
excepcionalmente brillantes y penetrantes. –– ¿Puedo preguntar tu nombre?
–– ¿Ye Wang Xi? –– Xue Meng frunció el ceño, murmurando. ––Nunca
he oído hablar de él, no debe tener mucha reputación.
Sus murmullos no eran fuertes, pero la única manera en que el otro no
podría oírlo sería si fuera sordo. Así, Mo Ran tiró discretamente de la manga
de Xue Meng para que se contuviera un poco, luego enmascaró las emociones
en su propia cara y sonrió ligeramente. ––Soy Mo Ran, un discípulo del Pico
Sisheng, y el que está a mi lado es mi maleducado hermanito, Xue Meng.
Xue Meng se apartó de él, mirándole con ira.
––No me toques, ¿Quién es tu hermanito?
––Oh, Xue Meng, tú... –– Mo Ran suspiró. Se volvió hacia Ye Wang Xi,
sus ojos se curvaban y sonreían. ––Mi hermano menor es un poco terco, por
favor, no le hagas caso, Ye-xiong.
No es que de repente decidiera cambiar toda su actitud y empezar a ser
cortés con Xue Meng.
Más bien, fue porque Ye Wang Xi era un genio sobresaliente entre sus
compañeros. Aunque este Ye Wang Xi no se había hecho de un nombre
todavía, en su vida anterior, Ye Wang Xi era el segundo después de Chu Wan
Ning en todo el mundo de la cultivación.
Dios sabe cuánto había sufrido Mo Ran en manos de Ye Wang Xi en su
vida anterior. Después de haber renacido en esta vida, viendo que el otro
todavía estaba filoso como un borde de cuchillo, un héroe recto, puro y noble....
incluso si no podía obtener sus buenas gracias, por lo menos, Mo Ran no
quería ser su enemigo de nuevo.
Sólo Chu Wan Ning fue suficiente para vencerlo en negro y azul. ¿Cómo
podría vivir en paz si Ye Wang Xi se sumara a la mezcla?
Ye Wang Xi era un hombre de pocas palabras, así que después de unas
pocas palabras educadas, regresó a su propia habitación.
Tan pronto como se fue, la expresión de Mo Ran volvió a su molesta
sonrisa. –– ¿Qué te parece?
–– ¿Qué pienso de qué?
––Esa persona–– contestó Mo Ran. –– ¿Te agrada? ¿Piensas que es guapo?
–– ¿…?–– Xue Meng lo miró como si estuviera loco y se mofó. ––Raro.
Mo Ran se rió. ––Los cuatro vivimos en el mismo patio, nos
encontraremos en cada esquina. Deberías alegrarte de que sea con él con quien
estamos viviendo.
Xue Meng estaba perplejo. ––Por la forma en que hablas, ¿Suena como si
ya lo conocieras?
Por supuesto, Mo Ran no podía decirle la verdad, así que bromeó sin una
pizca de seriedad: ––No, no lo conozco, pero sólo juzgo a las personas por sus
caras. Es guapo, así que me gusta mucho.
Xue Meng despreció. –– ¡Qué asco!
Mo Ran se rió, agitando su mano mientras se daba la vuelta, haciendo un
gesto ofensivo con la mano a Xue Meng a sus espaldas. Luego regresó
perezosamente a su propia casita de piedra, cerró la puerta con un trozo de
piedra y cortó todas las maldiciones y palabrotas de Xue Meng en el exterior.
A la mañana del día siguiente, Mo Ran se levantó temprano.
Los cultivadores emplumados retrasaron la práctica de cultivo durante tres
días para poder acostumbrarse a la vida en el Jardín de Flores de Melocotón.
Después de que Mo Ran se refrescó, vio que Ye Wang Xi se fue por su cuenta.
Los otros dos tampoco se habían despertado todavía, así que fue a pasear por
las calles.
En medio de la fina capa de niebla matutina, bastantes cultivadores se
desplazaron con pasos ligeros, corriendo a sus propios campos de cultivo.
Mo Ran pasó por un puesto de desayuno y vio una olla fresca de bollos al
vapor. Pensó en su pequeño shidi, que aún estaba enfermo, y se acercó para
decir: ––Tomaré ocho bollos fritos y un tazón de congee dulce para llevar,
señora vendedora.
La dueña del puesto ni siquiera levantó la cabeza y respondió: ––Dame
seis plumas.
Mo Ran miró inexpresivamente. –– ¿Seis qué?
––Seis plumas.
––… Entonces, ¿Necesito encontrar un pollo ahora mismo y arrancarle un
par de plumas?
Esa vendedora emplumada levantó los ojos para echarle un vistazo. ––
¿Sin plumas y todavía quieres comida? Vete, piérdete.
Mo Ran estaba irritado y enfurecido, pero justo cuando estaba a punto de
preguntar de nuevo, una voz familiar apareció de repente detrás de él. Una
mano envuelta en vendas se extendió, seis brillantes y resplandecientes plumas
doradas apretadas entre sus dedos.
––Señora vendedora, gachas de avena, por favor. Yo invito.
La vendedora emplumada tomó las plumas, no queriendo perder más
tiempo con ellos, y se volvió para empacar el desayuno para llevar. Mo Ran
giró la cabeza y vio que Ye Wang Xi estaba a su lado, de pie, alto y apuesto,
su presencia elegante.
––Muchas gracias. –– Mo Ran agarró los panecillos calientes y el dulce
congee, y se fue con Ye Wang Xi. ––Si no me hubiera encontrado contigo hoy,
me temo que podríamos haber pasado hambre.
––No te preocupes–– dijo Ye Wang Xi. ––La señorita Dieciocho no tiene
buena memoria, y siempre se olvida de dar plumas a los recién llegados.
También me encontré contigo por casualidad; no es nada del otro mundo, así
que no te preocupes.
Mo Ran le preguntó: –– ¿Necesitas estas plumas para hacer todo lo
necesario en el Jardín de Flores de Melocotón?
––Así es.
–– ¿De dónde vienen las plumas?
Ye Wang Xi respondió: ––Son arrancadas.
––A...Aranca...das... –– Mo Ran se sintió un poco aturdido. ¿Éstas plumas
fueron arrancadas directamente del cuerpo de un pájaro? ¿Entonces los pájaros
de por aquí no terminarían completamente calvos?
Viendo su cara de asombro, Ye Wang Xi lo miró con diversión: –– ¿En
qué estás pensando? En el Jardín de Flores de Melocotón, hay un lugar
llamado el Abismo Ancestral. La leyenda dice que allí fue donde ascendió el
inmortal Zhu Que. El fondo del abismo está lleno de llamas rugientes, está
caliente más allá de toda medida y es difícil de soportar. Ni una pulgada de
hierba puede crecer allí, y ninguna bestia puede sobrevivir tampoco.
Mo Ran escuchó su descripción, e inmediatamente pensó en el cielo rojo
sangre que había visto a lo lejos cuando pasó ayer por las afueras de la ciudad.
–– ¿Está el abismo cerca de la parte norte de la ciudad?
––Tienes razón.
–– ¿Qué tiene que ver eso con las plumas?
Ye Wang Xi respondió: ––Es así: aunque ninguna otra criatura puede vivir
alrededor del Abismo Ancestral, hay una bandada de búhos furiosos que viven
en su interior. Hacen sus nidos en el fuego, se esconden durante el día y salen
por la noche. Sus plumas pueden ayudar a la gente de la tribu de los
cultivadores emplumados a refinar su cultivo.
––Así que así es como es–– sonrió Mo Ran. ––No es de extrañar que
quieran cambiar bienes por plumas, entonces.
––Mn. Pero hay que tener cuidado, porque cuando salen de noche, sus
plumas se convierten en plumas normales, las mismas que las de los búhos
normales. Incluso si los atrapas entonces, no serán útiles en absoluto. Sólo al
amanecer todos los días, cuando el sol sale por el este, la bandada de búhos
regresará al Abismo Ancestral por centenares y miles. En el momento justo
antes de entrar en el abismo, sus plumas se volverán de nuevo doradas, y sólo
entonces será útil arrancarlas.
––Jaja, ¿No sería lo mismo que practicar el juego de piernas y las
habilidades de vuelo? Si tus habilidades son inferiores, entonces caerás y te
convertirás en barbacoa. Si no vas a recolectar plumas, probablemente te
morirás de hambre.
Mo Ran no pudo evitar chasquear su lengua. ––Eso es bastante duro.
Ye Wang Xi preguntó. –– ¿Será que no eres bueno para el juego de
piernas ligeras?
Mo Ran se rió. ––Sólo un poco más o menos.
––Eso no bastará–– respondió Ye Wang Xi. ––Los movimientos de los
búhos son rápidos y violentos, no más lentos que los de un halcón o un gavilán.
Si no practicas diligentemente, entonces pasarás hambre después de un par de
días.
––Así que así es como es...
Cuando vio que Mo Ran aún estaba distraído, Ye Wang Xi suspiró y
volvió a hablar: ––He adquirido bastantes plumas, y no me faltan por el
momento. Si los tres necesitan un poco, pídemelo ahora.
Mo Ran volvió a agitar su mano, sonriendo. –– ¿Cómo podríamos hacer
eso? Contemos esto como si yo te pidiera prestadas estas seis plumas. Voy a
volver a comer algo de comida primero, y si puedo recoger algunas plumas
mañana, te las devolveré. Muchas gracias.
Mo Ran se despidió de Ye Wang Xi, llevando el congee y la comida de
vuelta al patio.
La habitación de Xue Meng estaba vacía. Probablemente se despertó y se
aburrió, y salió a dar un paseo. Mo Ran luego fue a la casa de bambú de Chu
Wan Ning.
Chu Wan Ning aún no se había despertado. Mo Ran puso el congee y los
bollos fritos al vapor sobre la mesa, y se fue a su lado. Bajó la cabeza para
echar un vistazo.
De repente, una sensación familiar lo inundó.
La apariencia de este pequeño Shidi mientras duerme... ¿Por qué se
parecía a cierta persona?
Pero no podía pensar exactamente a quién se parecía el aspecto de su Shidi.
Sólo tenía una impresión borrosa de otra persona que era así, alguien que
siempre se acurrucaba en una bola mientras estaba acostado en su cama, con
las manos debajo de las mejillas, pero, ¿Quién era exactamente?
Mientras se perdía en sus pensamientos, Chu Wan Ning se despertó.
––Wuuh... –– Se dio la vuelta. Chu Wan Ning vio a la persona junto a su
cama, y de repente abrió los ojos de par en par. –– ¿Mo Ran?
––Cuántas veces te he dicho que me llames Shixiong. –– Mo Ran le
despeinó un poco el cabello, y luego le tomó la temperatura al palparle la
frente: ––Parece que tu fiebre se ha ido. Vamos, levántate y come algo.
––Comer comida... –– El niño en la cama repitió en blanco, su cabello
desordenado haciendo que su cara se viera más linda.
––Mira lo mucho que le importas a Shixiong, me levanté tan temprano
para ir a comprar el desayuno. Deberías comerlo mientras esté caliente.
Chu Wan Ning se puso sus inmaculadas túnicas interiores y se bajó de la
cama, caminando hacia la mesa del comedor. En la parte superior de la mesa
del comedor, había una sola hoja de loto fresca. Los bollos fritos al vapor
tenían pieles finas y fondos crujientes, con trozos de cebolla verde jade picada
y sésamo negro esparcidos por encima. En el otro lado, había un pequeño
cuenco de longan y congee de Osmanto. Era suave y pegajoso, pero espeso y
rico al mismo tiempo, todavía caliente, con nubes de vapor saliendo de él.
El normalmente fuerte y firme anciano Yu Heng se sintió de repente
inseguro de sí mismo.
–– ¿Para mí?
–– ¿Ah?
–– ¿Compraste todo esto... para mí?
Mo Ran se quedó atónito por un segundo. ––Así es.
Vio a Chu Wan Ning, que parecía indeciso e inseguro. Lo pensó y sonrió:
––Date prisa y come, si no, se enfriará.
Aunque Chu Wan Ning había estado en el pico Sisheng durante muchos
años, y todo el mundo lo respetaba, casi nadie comía con él debido a su fría y
rígida personalidad. Era aún menos probable que le trajeran una porción de
desayuno del comedor. A veces, observaba a los discípulos cuidándose unos a
otros, y no estaba dispuesto a admitirlo, pero no podía evitar estar ligeramente
celoso de ellos en su corazón. Y así, frente a este tazón de avena y un par de
panecillos, no se atrevió a comérselos. Pasó mucho tiempo en silencio.
Mo Ran lo vio sentado en el taburete, mirando la comida que tenía
enfrente y sin mover los palillos, y pensó que la comida podría no ser de su
gusto. –– ¿Qué pasa? –– preguntó Mo Ran. –– ¿Es demasiado grasoso para ti?
––…
Chu Wan Ning le miró y agitó la cabeza. Cogió su cuchara, recogiendo
una cucharada de congee. Sopló sobre ella, y tomó un sorbo cuidadoso.
Si aún fuera el hermoso, frío y distante Chu-zongshi de antes, entonces
parecería elegante y refinado comiendo congee de tal manera, como si
estuviera practicando la moderación.
Pero en el cuerpo de un niño, parecía un poco incómodo y lastimoso.
Mo Ran malinterpretó sus dudas y le dijo: –– ¿No te gustan los longan?
Puedes cogerlos y dejarlos a un lado, no es gran cosa.
––No. –– La cara del pequeño Shidi no era muy expresiva, pero cuando
volvió a mirar a Mo Ran, sus ojos negros como de cuervos eran amables. ––
Me gusta.
––Oh... Haha, eso es bueno entonces, pensé que no te gustaba.
La gruesa cortina de pestañas de Chu Wan Ning descendió hacia abajo, y
él repitió sus palabras en voz baja: ––Me gusta. Nadie ha cuidado de mí de
esta manera antes.
Mientras hablaba, levantó los ojos para mirar a Mo Ran. Volvió a hablar,
sinceramente.
––Muchas gracias, Shixiong.
Mo Ran no esperaba que dijera algo así, y no pudo evitar sentirse aturdido.
No era una persona naturalmente amable, y no le gustaban los niños. Sólo
trató bien a Xia Si Ni porque sus habilidades eran inusualmente buenas a una
edad temprana, y parecía un joven con el que valía la pena hacerse amigo.
Mo Ran sólo estaba pensando en cosas prácticas, pero viendo cómo Chu
Wan Ning estaba tratando este asunto con sinceridad, no pudo evitar
ruborizarse de vergüenza. Sin embargo, después de escuchar lo que su Shidi
había dicho, pensó que era un poco extraño. Mo Ran hizo un gesto con la
mano para decirle a Chu Wan Ning que no necesitaba darle las gracias, y le
preguntó: –– ¿Nadie te ha comprado el desayuno antes?
Chu Wan Ning asintió sin expresión alguna.
–– ¿Los discípulos del anciano Xuan Ji no saben cuidarse unos a otros o
algo así?
Chu Wan Ning respondió: ––No salgo mucho con ellos.
–– ¿Y antes de venir a la secta? Cuando vivías en tu antigua casa, tu mamá
y tu papá...
Después de decir la primera mitad de su oración, Mo Ran se detuvo.
Viendo cómo su pequeño Shidi era tan ingenioso y puro como la nieve,
¿Qué clase de padres tendrían el corazón de dejar a un niño así en la cima de
una montaña para que cultivase, y no volver nunca más a visitarlo? Parecía
que había sufrido las mismas experiencias que Shi Mei y él mismo.
Como era de esperar, Chu Wan Ning habló con calma: ––Mis padres me
abandonaron, y yo no tenía más parientes, así que no había nadie que me
cuidara.
Mo Ran se quedó en silencio durante mucho tiempo antes de dar un gran
suspiro. Pensó: Originalmente sólo quería ser amigo de este niño, uno, porque
su nivel de cultivo es bastante alto, y dos, porque es estable y maduro, a
diferencia del niño alborotador habitual. ¿Quién iba a pensar que tenía los
mismos antecedentes que yo...?
Mirando al pequeño Shidi que tenía delante, Mo Ran no pudo evitar
pensar en su propia infancia y recordar aquellos años llenos de amargura y
penurias. Sintió una oleada de emoción atravesar su pecho que lo llenó de
simpatía y una sensación de intimidad. De repente, habló: ––Antes no había
nadie que se ocupara de ti, pero lo habrá a partir de ahora. Ya que me has
llamado tu Shixiong, te cuidaré bien de ahora en adelante.
Parecía que Chu Wan Ning no esperaba que dijera esto, y estaba un poco
sorprendido.
Después de un rato, sus rasgos se fundieron lentamente en una pequeña
sonrisa, y habló: –– ¿Cuidarás de mí?
––Mn. Si te quedas conmigo de ahora en adelante, te enseñaré a meditar y
a usar la espada.
La sonrisa de Chu Wan Ning se amplió. –– ¿Me enseñarás meditación y
técnicas con la espada?
Mo Ran malinterpretó su expresión y se rascó la cabeza, diciendo: ––No te
burles de mí, sé que tu nivel de cultivo ya es bastante bueno, pero todavía eres
joven, después de todo, y tienes mucho que aprender. Hay muchos discípulos
bajo el mando del anciano Xuan Ji, y probablemente no podrá enseñarte
individualmente. ¿Qué tiene de malo aprender un poco de mí? Al menos, sigo
siendo una persona con un arma espiritual.
Chu Wan Ning se quedó en silencio durante un momento, y finalmente
habló: ––No me estaba burlando de ti. Yo... creo que eres genial.
Chu Wan Ning nunca habría podido decir algo así antes. Sin embargo,
desde que su cuerpo se había vuelto más pequeño, parecía como si su
personalidad se hubiera vuelto más suave y amable también. Era como si
estuviera escondido bajo un manto de oscuridad y finalmente pudiera quitarse
su dura máscara de roca.
En cuanto a Mo Ran, aunque había vivido dos vidas, esta fue la primera
vez que alguien lo elogió así y le dijo "Eres genial". Aunque el que lo alababa
era sólo un niño pequeño, aún no sabía qué hacer, abrumado por la agradable
sorpresa. Mo Ran no pudo hacer otra cosa que balbucear por un tiempo. Su
piel, que siempre había sido tan gruesa como los muros de la ciudad, en
realidad enrojeció.
Repitió lo que le dijeron, tartamudeando. ––Yo, yo, yo, yo, yo soy genial...
¿Realmente piensas que soy genial?
De repente, Mo Ran recordó vagamente que, cuando era joven, había
querido ser una buena persona.
Pero ese pequeño y gentil deseo suyo de entonces, muy parecido a todos
sus otros pequeños deseos: "Cuando crezca, quiero pedirle a Li-zizi de la
tienda de maquillaje que se case conmigo", "Cuando tenga dinero, quiero
comer buñuelos de panqueques todos los días", "Si pudiera tener sólo dos
trozos de carne asada por cada comida, no la cambiaría ni siquiera por la
inmortalidad", todo al final, se ha convertido en nada más que recuerdos
arrastrados por el viento y dispersados en la nieve.
CAPÍTULO 62: ESTE VENERABLE LLEGA AL
ANTIGUO LIN-AN.
Su entrenamiento comenzó sin tardanza. A Mo Ran le gustaba juntar
plumas, después de todo, no es como si realmente esperara aprender mucho de
estos perdedores a los que ya había derrotado por completo en la vida anterior
tener los fondos para darse el gusto era lo que estaba haciendo.
Todos los días, antes del amanecer, iban al Abismo Ancestral a saquear
plumas doradas. Lo siguiente fue la meditación en la cueva Zhu Rong para
refinar su cultivo entrenando su energía espiritual interior contra la energía
Yang ardiente de la cueva. Y cuatro horas después de eso fue la práctica de
supresión de demonios con la tribu emplumada.
Otras cuatro horas de eso, y luego irían a la Arena Asura a practicar
combates entre ellos. Y finalmente, por la tarde, antes de que cayera la noche,
la señorita Dieciocho daría una conferencia sobre "Compendio de los
demonios" y "Arte del exorcismo" en los Acantilados de Observación de
Estrellas de el Jardín de Flores de Melocotón.
Por supuesto, la hora favorita de Mo Ran era la conferencia nocturna en
los acantilados de observación de estrellas, porque esa era la única lección a la
que asistían los cultivadores de las tres divisiones especializadas.
Sabía que Shi Mei no era muy bueno en el trabajo de piernas, y se
preocupaba si tenía suficiente para comer, así que se aseguró de darle a Shi
Mei la mitad de sus plumas recolectadas todos los días. Pero fuera de eso,
apenas tuvo oportunidad de interactuar con Shi Mei. En vez de eso, pasó todos
los días con Chu Wan Ning, los dos gradualmente se volvieron inseparables.
Durante este lapso de tiempo, a menudo se les podía ver juntos, día tras día,
nublados y soleados, con Chu Wan Ning sentado en la barandilla de un puente
tocando una melodía con una hoja, y Mo Ran sentado a su lado, con la mejilla
apoyada en una mano.
O, a veces, Chu Wan Ning alimentaba a los peces junto al río, y Mo Ran
se paraba a un lado sosteniendo un paraguas, observando cómo saltaban los
peces koi, escamas doradas que brillaban contra las aguas de jade claro.
Cuando llovía en el Jardín de Flores de Melocotón, Mo Ran sostenía la
mano de Chu Wan Ning mientras caminaban por un sendero de piedra caliza,
las piedras agrietadas por el paso del tiempo, un paraguas de papel de aceite
sostenido uniformemente por encima de los dos.
Si el agua de lluvia comenzaba a acumularse en el suelo, Mo Ran tomaba
a su pequeño Shidi y lo cargaba en su espalda, y el pequeño se sostenía
silenciosamente de sus hombros mientras las gotas de lluvia se esparcían por
todas partes a su alrededor.
Y si el contacto cercano llegaba a ser un poco demasiado cálido y el sudor
comenzaba a acumularse en su frente, el Shidi que estaba en su espalda, sin
palabras extendía la mano y le limpiaba el sudor con un pañuelo. El pañuelo
era blanco liso, con una flor Haitang cosida en una esquina. Mo Ran seguía
sintiendo que le resultaba familiar, como si lo hubiera visto antes, pero el
pensamiento descuidado huyó y se perdió, como las gotas de lluvia que caía en
un profundo estanque.
Un día, Chu Wan Ning estaba descansando en el patio cuando Mo Ran
desató su trenza por capricho y ató su cabello en una cola de caballo alta en su
lugar. Estaba a medio cepillado del cabello cuando Ye Wang Xi entró
sujetando su hombro izquierdo, con expresión sombría.
Mo Ran, siempre atento, levantó las cejas ligeramente: –– ¿Se lastimó Yexiong?
––Mn. –– Ye Wang Xi se detuvo, y luego frunció el ceño. ––No es nada,
sólo me rozaron en una pelea. Pero ese tipo era realmente un depravado
lascivo, ¡Qué despreciable!
––… ––
Mo Ran balbuceó con incredulidad: –– ¿Te manosearon?
Ye Wang Xi le miró con desprecio y le dijo con frialdad: –– ¿En qué estás
pensando exactamente?
––Jajaja, sólo bromeaba. –– Mo Ran se rió torpemente, pero no pudo
resistir la curiosidad. –– ¿Quién era?
Ye Wang Xi contestó: –– ¿Quién más podría ser sino ese coqueto del
Palacio Kun Lun?
Mo Ran soltó un "ah" con estas palabras, pensando: ¿Podría ser ese tipo?
Recientemente, a menudo se encontró con discípulas en el Jardín de Flores
de Melocotón susurrando entre ellas, "Da-shixiong" esto, "Da-shixiong"
aquello. Era una cosa para los más jóvenes, pero justo ayer vio a una
cultivadora de cuarenta, tal vez cincuenta y tantos años de edad, histérica junto
a los arbustos de flores, murmurando con ojos desviados: ––Ni un sólo hombre
en este mundo podría sostener una vela a Da-shixiong... si tan sólo mirara
hacia mí, me hablara, iría voluntariamente al infierno sin arrepentirme.
Mo Ran había perdido la razón y se había reído de la exhibición de amor.
Tenía una sospecha furtiva de quién podría ser este "Da-shixiong", pero el
Jardín de Flores de Melocotón estaba lleno de cultivadores que apenas
interactuaban, por lo que nunca había visto a esta persona a pesar de oír
mencionar su nombre una y otra vez, y sabía lo suficiente de la vergüenza
como para no meterse en los chismes de las discípulas, por lo que no podía
estar seguro.
––Estaba tomando una copa en la Taberna Ling Hu en el mercado del
oeste–– dijo Ye Wang Xi. ––Ese bastardo también estaba allí, con una chica en
cada brazo. Fue un depravado, pero es su elección y no es asunto mío, así que
no pude decir nada.
Mo Ran estuvo de acuerdo: ––Tiene sentido.
––Pero entonces, una discípula de Gu Yue Ye entró corriendo, mirando a
su alrededor con expresión de ansiedad, buscando claramente a alguien.
Mo Ran se rió: ––Déjame adivinar, ¿Estaba buscando ese Da-shixiong?
–– ¿Has oído hablar de este Da-shixiong también?
––Jaja, bueno, quiero decir, si incluso un individuo honesto como tú ha
oído hablar de su conducta promiscua, ¿Cómo podría una persona chismosa
como yo no saberlo?
Ye Wang Xi le echó una mirada sin palabras, y luego continuó: ––Ese dashixiong es realmente una obra de arte. Resulta que la chica de Gu Yue Ye
vino a buscarlo porque había intercambiado muestras de afecto con ella hace
unos días, diciendo que él será su compañero de cultivo y se quedará a su lado
para siempre.
Mo Ran se volvió a reír: ––Sí, eso es mentira. Apuesto a que ese Dashixiong tiene como diecisiete copias de esa "muestra de afecto", una por cada
chica que busca. Probablemente diga la misma promesa de amor eterno
palabra por palabra.
Chu Wan Ning había estado escuchando en silencio, pero ahora miró a Mo
Ran y dijo, disgustado: ––Por supuesto que lo sabrías.
Pero quién iba a pensar que Ye Wang Xi se pondría del lado de Mo Ran: –
–Mo-xiong tiene derecho a ello, la verdad es exactamente así. Esa chica era
una admiradora secreta de ese Da-shixiong para empezar, así que le tomó la
palabra y le dio su virginidad esa misma noche.
Mo Ran se apresuró a cubrir las orejas de Chu Wan Ning con un "Aiyo".
Chu Wan Ning, imperturbable: –– ¿Qué estás haciendo?
––Los pequeños no pueden escuchar esto, es malo para tu cultivo.
Chu Wan Ning: ––…
Mo Ran se aseguró de que los oídos de Chu Wan Ning estuvieran bien
tapados, y luego preguntó inmediatamente, con destellos en los ojos: –– ¿Y
luego?
Ye Wang Xi era un individuo respetable; no tenía idea de que Mo Ran, el
bribón, estaba escuchando su relato de justa indignación como si fuera un
romance de porquería, por lo que contestó con un aire de integridad: –– ¿Qué
piensas? Ese Da-shixiong lo negó, por supuesto, ni siquiera quería darle la
hora del día y decir unas palabras al menos. Esa chica sacó la borla de la
espada que él le dio como recuerdo, pero no esperaba que las dos en los brazos
de Da-shixiong sacaran las suyas propias, diciendo que él le da una a cada
amiga, que no era algo especial para una compañera de cultivo.
––Tsk tsk tsk, ese no tiene vergüenza.
–– ¿Verdad? –– Ye Wang Xi dijo: ––No podía sentarme y mirar, así que
fui a hablar con él.
Su expresión cambió un poco, y hubo una pausa antes de continuar: ––La
charla no llegó a ninguna parte, así que nos peleamos.
Mo Ran sonrió: ––Ya veo.
Pero en realidad estaba pensando: Esa no es probablemente toda la historia.
Si este "Da-shixiong" fuera realmente la persona que él pensaba que era,
entonces, basándose en su personalidad, definitivamente no se pelearía con
alguien por algo así. Ye Wang Xi probablemente omitió algo por vergüenza.
Pero como Ye Wang Xi no quería decirlo, Mo Ran no presionó el tema,
sino que lo cambió: ––Ese Da-shixiong debe ser bastante bueno en una pelea
entonces, no puedo imaginarme a cualquier persona al azar siendo capaz de
darle un golpe a Ye-xiong.
Lo que evidentemente no era lo correcto, ya que sólo parecía enfurecer
aún más a Ye Wang Xi, la ira parpadeando como un relámpago en esos ojos
oscuros.
–– ¿Bastante bueno? Sí, claro. –– Ye Wang Xi dijo con indignación: ––Él
mismo no puede ser más mediocre, las mujeres lucharon por él, ¡Qué bueno
para nada!
–– ¿Ah? Jajajajajajaja–– Con estas palabras, Mo Ran miró más de cerca a
Ye Wang Xi y descubrió que, aparte de la herida de la espada en el hombro,
tenía un par de arañazos sangrientos en la mejilla que eran claramente de las
uñas de una mujer, y casi se cayó de risa. ––Da-shixiong está a la altura de su
reputación, jajaja.
Chu Wan Ning no dijo nada. Parecía haber estado pensando en algo desde
que Ye Wang Xi dijo: ––La charla no llegó a ninguna parte, así que nos
peleamos.
Esperó hasta que Ye Wang Xi se fue a vendar sus heridas a su habitación
antes de decir: ––Mo Ran.
Mo Ran le golpeó la cabeza: ––Llámame Shixiong.
––…–– Chu Wan Ning continuó. ––Este Da-shixiong, ¿Es Mei Han Xue?
Mo Ran dijo con una sonrisa: ––Eso es lo que pienso.
Chu Wan Ning se quedó en silencio otra vez, muy pensativo.
Entonces, como si de repente se diera cuenta, sus ojos se abrieron de par
en par: –– ¿Podría ser que Ye Wang Xi consiguió...
–– ¡Shhh! ¡Silencio!–– Mo Ran se llevó un dedo a los labios en un gesto
de silencio, y luego se agachó a la altura de Chu Wan Ning, sonriendo. –– ¿No
eres demasiado joven para pensar en esas cosas?
––… He oído que esta persona Mei Han Xue es muy... poco fiable, que ha
hecho todo tipo de cosas absurdas, pero pensar que se atrevería a intentarlo
incluso con un discípulo de la Secta Ru Feng...
Mo Ran se rió: ––Jajajaja, poco fiable es una forma de decirlo. Pero de
todos modos, no nos metamos en los asuntos de los demás. Toma, deja que
Shixiong termine de arreglarte el pelo. Vi una bonita horquilla para el pelo
mientras estaba en la calle oeste antes, y tampoco era muy cara, así que la
tomé. Vamos a probártela.
Al igual que a Mo Ran no le gustaban los gustos de Chu Wan Ning, Chu
Wan Ning tampoco estaba tan impresionado con los gustos de Mo Ran.
Chu Wan Ning miró en silencio a esa horquilla de pelo demasiado vibrante
y honestamente llamativa decorada con orquídeas doradas y mariposas: ––…
¿Estás seguro de que eso es para mí?
–– ¡Sí! Los niños pequeños deben usar colores vibrantes como el dorado y
el rojo.
Chu Wan Ning: ––…
Realmente no la quería, pero pensando en ello de nuevo, parece ser la
primera vez que Mo Ran le regaló algo, así que cerró la boca y no dijo nada,
con la cara llena de desánimo mientras Mo Ran le sujetaba la horquilla a su
cola de caballo. Las orquídeas y mariposas doradas resplandecían
brillantemente en su largo y colorido pelo.
Chu Wan Ning bajó las pestañas.
De repente sintió que esto no estaba mal.
Este tipo de color, este tipo de Mo Ran, este tipo de sí mismo. Si estuviera
en su forma normal, nada de esto habría pasado.
Era como si las mariposas hubieran venido de un sueño.
Las nubes sobre el cielo se movieron y colorearon mientras el sol y la luna
se perseguían uno al otro a través del cielo.
Medio año de entrenamiento en el Jardín de Flores de Melocotón pasó
volando en un abrir y cerrar de ojos.
La señorita Dieciocho había dicho que se les haría una prueba al cabo de
medio año para medir su progreso.
––Esta será la primera prueba desde que llegaron aquí. –– Dieciocho
anunció con gracia en la Asamblea: ––El contenido de la prueba variará
dependiendo de su división, con tres escenarios de desastres diferentes. Los de
la división de defensa entrarán en el «Dominio del Río de Sangre», los de la
división de curación entrarán en el «Dominio de los Grandes Dolores», y los
de la división de ataque entrarán en el «Dominio de Asura».
––Cada uno de los tres escenarios es un reino ilusorio que ha sido
reconstruido usando recuerdos de la invasión del reino fantasma de hace
cientos de años. No será ningún peligro mientras estén dentro, y volverán aquí
una vez que hayan resuelto la crisis.
––Hasta dos personas pueden entrar en el reino ilusorio a la vez. En otras
palabras, pueden desafiarlo solos o invitar a otra persona a ir juntos. En cuanto
al orden de las pruebas, los enviados lo anunciarán de inmediato.
La asamblea fue despedida y comenzaron las pruebas. Mo Ran no sabía
cómo iban las cosas en las divisiones de defensa y curación, pero para la
división de ataque al menos media docena de personas ya han pasado, y todos
lo han hecho bastante bien, así que parecía que la prueba probablemente no era
demasiado dura.
Diez días después, era el turno de Mo Ran.
Dieciocho era la encargada de la división de ataque. Ella sonrió y preguntó:
–– ¿Mo-xianjun irá con un compañero?
Mo Ran lo pensó: ––Si elijo a alguien para que me acompañe, ¿Estaría
exento de tener que volver a pasar por la prueba?
––Por supuesto.
––Entonces traeré mi Shidi. –– Mo Ran señaló a Chu Wan Ning: ––
Todavía es joven, me preocuparé si lo hace solo.
La luna colgaba brillantemente sobre sus cabezas mientras seguían a
Dieciocho hasta una cueva negruzca, su entrada cubierta con una delgada capa
de neblina dorada rojiza.
Dieciocho dijo: ––Por favor, escuchen bien: la escena dentro del Dominio
de Asura es la de la calamidad de hace doscientos años, la primera ruptura de
la barrera del reino fantasma. En ese momento, debido a que la barrera no
pudo ser reparada a tiempo, masas de fantasmas vengativos y espíritus
malignos escaparon al reino humano y mataron a incontables seres vivos.
Este reino ilusorio es una emulación basada en los recuerdos de un
superviviente de Lin-An de entonces. Al entrar en esta cueva los llevará a la
Ciudad Lin-An, destrozada por la batalla hace doscientos años. Maten al rey
fantasma que lidera el ejército, y la ilusión se disipará por sí sola.
Mo Ran miró a Chu Wan Ning, y luego se volvió para sonreírle a
Dieciocho: ––Hermana mayor, soy fuerte, así que no importa, pero mi Shidi
sólo tiene seis años, y las espadas no tienen ojos, ¿Y si se lesiona...?
––No hay necesidad de preocuparse, las armas dentro de la ilusión no
harán daño. –– Dieciocho explicó: ––Cualquier daño que sufran sólo será
marcado con un indicador espiritual. Sin embargo, si son marcados en un área
vital que representa una lesión fatal, habrán fallado el desafío.
Aliviado, Mo Ran juntó sus manos y sonrió: ––Ya veo, gracias por las
amables consideraciones.
Y así, Mo Ran y Chu Wan Ning se dirigieron a la prueba sin
preocupaciones. La cueva era de color negruzco; al entrar se sentía como si les
faltara un paso, como si sus cuerpos estuvieran abruptamente suspendidos en
el aire, seguido inmediatamente por imágenes borrosas que parpadeaban ante
sus ojos, incontables rostros contorsionados que fluían juntos hacia un río que
pasaba por debajo de ellos.
Cuando sus pies aterrizaron de nuevo en tierra firme, se encontraron
transportados a la antigua Lin-An, en una carretera en las afueras. Era
mediodía, el sol brillaba desde arriba, y un olor pútrido llenaba el aire.
La vista de la antigua Ciudad Lin-An de hace doscientos años, plagada por
la noche por hordas de fantasmas, acompañados por el pesado hedor de la
carne podrida, se desplegó lentamente ante los ojos de Mo Ran y Chu Wan
Ning como un pergamino desgastado y chamuscado por las llamas de la guerra.
CAPÍTULO 63: ESTE VENERABLE VIO... ¿¡A
QUIÉN!?
La Ciudad Lin-An estaba entonces inmersa en medio de la guerra, la
sangre coagulada cubría el suelo en todas partes donde el ojo podía ver, y a su
alrededor había paredes derrumbadas y casas en ruinas. Asfixiados por el
pesado miasma de los fantasmas maliciosos, los árboles y la flora se habían
marchitado.
Mo Ran ni siquiera se había recuperado todavía cuando escuchó algunos
sonidos extraños y levantó la vista. No muy lejos, entrañas frescas colgaban de
la rama de un viejo árbol de pagoda, y una docena de cuervos se habían puesto
sobre ella en un festín, con sangre y carne goteando sin parar.
Y debajo del árbol estaba el cadáver de un hombre de mediana edad,
sangre y órganos derramándose de su estómago donde había sido rasgado por
las garras. Nadie sabría nunca si había muerto con los ojos abiertos o cerrados,
porque sus ojos ya habían sido picoteados.
Mo Ran no era ajeno a estas escenas.
En su vida pasada, había cruzado una vez la amplitud del mundo humano
para someter a las setenta y dos ciudades de la secta Ru Feng con su espada.
En aquel entonces, la sangre fluía como ríos y los cadáveres cubrían la tierra,
lo que permitía una visión muy parecida a ésta.
Pero por alguna razón no podía entender, aunque se había deleitado en la
sangre derramada en esa vida, con cada fibra de su ser rugiendo
voluntariamente, ver de repente una escena similar de devastación ante él
ahora, sintió en cambio una simpatía mordaz... ¿Había estado fingiendo
mansedumbre durante tanto tiempo que su verdadera naturaleza en realidad
había cambiado sin querer?
Estaba pensando cuando escuchó el sonido de las pezuñas desde arriba,
acompañado por una nube de polvo.
Cualquiera que galopara en tiempos de guerra probablemente era una mala
noticia.
Mo Ran inmediatamente puso a Chu Wan Ning detrás de sí mismo, pero
no había donde esconderse en este viejo y estéril camino. Un grupo de jinetes
emergió rápidamente de la nube de polvo, una docena en total, pero cuando se
acercaron a ver, era evidente que sus caballos eran lo opuesto de fuertes: unos
pocos estaban tan hambrientos que sus costillas sobresalían.
Estaban vestidos con el mismo estilo de atuendo blanco con patrones en
rojo brillante, llevaban cascos adornados con plumas de colores similares, y
cada uno llevaba un anillo de dragones entrelazados. La ropa estaba sucia pero
bien puesta, y las personas eran delgadas pero enérgicas. Aún más inusual era
el hecho de que cada uno de ellos tenía un arco y un carcaj de flechas en la
espalda.
En tiempos de guerra, las dos cosas más valiosas eran la comida y las
armas.
Claramente no se trataba de personas corrientes.
Mo Ran todavía estaba tratando de decidir si los recién llegados eran
buenos o malos, amigos o enemigos, cuando uno de ellos -un joven de sólo
catorce o quince años- gritó horrorizado: –– ¡Papá! ¡Papá!
El joven tropezó de su caballo y cayó en el suelo fangoso de abajo, pero
inmediatamente se arrastró y se tambaleó hacia el árbol para lanzarse sobre el
cuerpo destrozado del hombre de mediana edad, llorando miserablemente: ––
¡Papá! ¡Papá!
Los demás llevaban expresiones de piedad, pero todos habían visto ya
demasiada muerte, tanto que se habían entumecido ante ella. Así que el joven
sostuvo el cadáver y lloró de dolor, pero nadie más se bajó de su caballo para
ofrecer consuelo alguno.
Uno de ellos se dio cuenta de que Mo Ran y Chu Wan Ning estaban de pie
no muy lejos, y se sorprendió por un momento antes de preguntar con un
acento marcado de Lin-An: ––Ustedes no son de por aquí, ¿Verdad?
Mo Ran respondió: ––Sí... somos de la zona Shu.
–– ¿Tan lejos? –– El que preguntaba se sorprendió: ––Tal como está el
mundo hoy en día, los fantasmas están en todas partes tan pronto como cae la
noche, ¿Cómo sobrevivieron los dos hasta aquí?
––… Yo puedo pelear un poco. –– Mo Ran sabía que era mejor revelar lo
menos posible, y como estas personas no parecen ser maliciosas, sacó a Chu
Wan Ning para cambiar de tema: ––Este es mi hermano pequeño, pasábamos
por aquí y nos detuvimos a descansar un rato.
Algunos de los jinetes, al ver a Chu Wan Ning, parecían un poco
sorprendidos; un par de ellos se volvieron para susurrar entre ellos.
Mo Ran, alarmado: –– ¿Pasa algo malo?
––No es nada. –– El joven que estaba a la cabeza del grupo dijo: ––Pero en
cuanto a asuntos serios, deberías ir a la ciudad si quieres descansar. Puede que
no haya ningún monstruo en este momento, pero los fantasmas se arrastrarán
por las calles una vez que caiga la noche. El padre adoptivo de Xiao Man salió
a buscar comida durante el día de ayer, pero hubo una tormenta y no pudo
volver antes del anochecer, y entonces... ––Suspiró pesadamente y no terminó
la frase.
Xiao Man era el nombre de ese joven llorón, y el que estaba bajo el árbol
era su padre adoptivo.
Tales acontecimientos eran comunes en estos tiempos caóticos; alguien en
una familia salía a buscar comida, perfectamente bien cuando se iban por la
mañana, pero nunca volvían por la noche.
Aún sabiendo que estos ya eran eventos de hace doscientos años, Mo Ran,
viendo a ese joven llorar miserablemente como si estuviera a punto de llorar
sangre, sintió una opresión en su pecho.
Seguido inmediatamente por un repentino malestar.
¿Se había vuelto tan blando? Apenas pestañeaba cuando mataba personas
en su vida pasada.
Rápidamente tomó a Chu Wan Ning y se despidió del grupo.
El líder del grupo dijo: ––Cuando llegues a la Ciudad Lin-An, busca un
lugar donde quedarte por un tiempo. Estamos planeando trasladar a todos a Pu
Tuo pronto, donde la abundancia de energía espiritual ha evitado la invasión
de los fantasmas, al menos por el momento. Deberían venir con nosotros, en
lugar de viajar sólo ustedes dos.
–– ¿Reubicarse?
––Así es. –– Los ojos del líder destellaron con vida, e incluso su rostro
pareció iluminarse ante esto: ––Todo gracias al brillante plan de Chu-gongzi,
todos en la ciudad, desde los ancianos hasta los niños, podrán mantener sus
vidas ahora. Pero basta de charla, todavía tenemos que patrullar alrededor de la
ciudad antes de que oscurezca, ver si podemos encontrar más sobrevivientes
para traer de vuelta--ah, Xiao Man, vamos, deberíamos irnos.
Pero Xiao Man sólo siguió llorando, sosteniendo el cadáver de su padre
sin siquiera darse la vuelta.
Mo Ran suspiró y tiró de Chu Wan Ning, diciendo en voz baja: ––
Vayamos a la ciudad primero.
Chu Wan Ning asintió, pero de repente preguntó: –– ¿Crees que lo
consiguieron al final?
Mo Ran, sosteniendo su pequeña mano que se sentía un poco fría: ––
¿Quieres la verdad o una mentira?
––La verdad, por supuesto.
––La mentira sería mejor para los niños pequeños.
Así que Chu Wan Ning respondió a su propia pregunta: ––No lo hicieron.
––Tienes razón. –– Mo Ran dijo: ––Mira, tú ya sabías la respuesta, pero
aún así tenías que preguntar, como si eso fuera a cambiar el resultado.
Chu Wan Ning lo ignoró y siguió preguntando: –– ¿Sabes por qué no lo
lograron?
––No es como si fuera un demonio de doscientos años, ¿Cómo voy a
saberlo?
Chu Wan Ning se quedó en silencio durante un rato antes de decir
sombríamente: ––Hace doscientos años, prácticamente nadie en Lin-An
sobrevivió.
Mo Ran: ––…
Chu Wan Ning: ––Sólo unos pocos escaparon.
––Espera, Shidi, eres tan joven, ¿Cómo sabes tanto?
Chu Wan Ning le lanzó una mirada fulminante: ––El anciano Yu Heng
repasó esto en las lecciones de historia más de una vez. Decides no prestar
atención en clase, luego te das la vuelta y me preguntas cómo sé las cosas, qué
despreciable.
Mo Ran se quedó sin palabras, pensando: Claro que me distraje en clase,
pero ni siquiera mi propio Shizun me regañó, ¿Por qué me regañas? Pero no
tiene sentido discutir con un niño pequeño, así que lo dejará pasar.
Los dos se dirigieron hacia la ciudad, charlando por el camino, y llegaron
a las puertas de la ciudad en poco tiempo. La antigua ciudad se erguía en la
orilla del río Qian Tang, y ya estaba fuertemente fortificada contra fantasmas y
demonios, con estructuras defensivas en las murallas y en el perímetro.
Incontables cadáveres con marcas de maldición apilados fuera de la ciudad.
Estos restos, si no se cuidan, se reanimarán por la noche.
Había cultivadores afuera esparciendo ceniza de incienso sobre los
cadáveres mientras el sol aún estaba en lo alto del cielo y la energía Yang era
fuerte. Y para los que sufrían de maldiciones especialmente fuertes, realizaban
exorcismos utilizando talismanes dibujados con cinabrio bañado en vino.
Un par de guardias estaban frente a los marcos defensivos de las puertas
de la ciudad, vestidos igual que los jinetes con los que se habían encontrado
antes, con un atuendo blanco adornado de rojo, anillos de dragones, arcos en
los brazos y un carcaj lleno de flechas en la espalda.
––Deténgase, identifíquese.
Mo Ran repitió su historia de antes. Los guardias no estaban allí para
denegar la entrada a nadie, sino sólo para registrar a los recién llegados, por lo
que se les dejó pasar después de anotar sus nombres.
Antes de marcharse, Mo Ran recordó que los jinetes habían mencionado a
un "Chu-gongzi"; como la mudanza fue idea de este Chu-gongzi, él debe ser
crucial para romper la ilusión.
––Disculpe la molestia, señor, pero ¿Puedo preguntar por alguien? –– Mo
Ran dijo.
El guardia lo miró: –– ¿No eres de Shu? ¿Conoces a alguien aquí?
Mo Ran sonrió: ––No, pero antes conocimos a algunos centinelas que
mencionaron a un gongzi de nombre Chu que va a llevar a todos en la ciudad a
Pu Tuo en dos días, así que me preguntaba quién era este Chu-gongzi.
Conozco un poco de magia, y quería ver si podía ayudar de alguna manera.
El guardia lo miró de arriba a abajo, y probablemente decidió que debía
tener alguna habilidad para poder traer a un niño pequeño hasta aquí sin
ningún percance, así que dijo: ––Chu-gongzi es el hijo mayor del señor
gobernador. El señor gobernador fue asesinado hace un mes cuando el rey
fantasma descendió, y el gongzi nos ha guiado desde entonces.
–– ¿El hijo del gobernador? –– Mo Ran y Chu Wan Ning intercambiaron
una mirada, y luego Mo Ran se giró para preguntar: ––Qué extraño, ¿Cómo es
que el hijo del gobernador conoce de magia?
–– ¡Qué hay de extraño en eso! –– El guardia miró a Mo Ran. –– ¿Desde
cuándo hay una regla que dice que hay que estar en una gran secta para
cultivar, que la gente común no puede hacerlo?
––…
Claro, había cultivadores independientes, pero nunca llegaron a nada.
Mo Ran pensó para sí mismo, ¿Podría ser que este principiante Chugongzi y su idea a medias fue lo que hizo que todos en Lin-An murieran?
Pero mientras seguían las instrucciones del guardia hacia la residencia del
gobernador, Mo Ran inmediatamente se dio cuenta de lo equivocado que
estaba. Este estimado personaje que por casualidad compartía un nombre con
su Shizun, claramente no era un aficionado.
Porque vio una barrera Shang Qing.
La barrera Shang Qing era una poderosa barrera formada con energía
purificada, capaz de proteger de todos los males. Mientras esta barrera se
mantuvo, ni siquiera los espíritus maliciosos de mil años pueden aspirar a
entrar, y mucho menos un fantasma promedio.
Pero esta barrera requería que el lanzador permaneciera dentro de su rango
para poder realizar el hechizo, y protegía un área relativamente pequeña.
Incluso un poderoso zongshi como Chu Wan Ning sólo podía cubrir la mitad
del Pico Sisheng con una barrera Shang Qing.
Pero aquí y ahora, este Chu-gongzi de hace doscientos años había
levantado una barrera Shang Qing que cubría un radio de diez li [5 km]
alrededor de la residencia del gobernador.
Aunque muy alejado de las capacidades de Chu Wan Ning, ciertamente no
fue un logro ordinario.
Los dos se dirigieron hacia las puertas de la residencia. Mo Ran iba a
probar su suerte y hacer que alguien notificara al gobernador Gongzi que un
cultivador estaba ofreciendo ayuda, para ver si estaba dispuesto a mostrarles la
cortesía de una reunión personal.
Pero cuando doblaron la esquina, se encontraron con la inesperada visión
de tres largas filas de personas haciendo cola frente a las puertas. Seis
asistentes femeninas, vestidas como los guardias, sacaban grandes barriles de
madera, y cientos de personas demacradas, ancianos, enfermos, mujeres y
niños, esperaban su turno para recibir gachas de avena.
Los que habían obtenido sus gachas de avena se fueron a un árbol Haitang
cerca de la residencia. Un hombre vestido de blanco, con su largo cabello
como tinta suelto hacia atrás, se paró bajo el árbol, repartiendo talismanes de
protección y repitiendo pacientemente las instrucciones.
Su espalda estaba hacia Mo Ran, así que no podía ver cómo era.
Pero escuchó a las personas que habían recibido los talismanes
murmurando ––Muchas gracias por la amabilidad Chu-gongzi, muchas gracias
por la amabilidad Chu-gongzi... –– Mientras se dispersaban.
¿Así que este era el gobernador Gongzi?
Mo Ran, curioso, arrastró a su pequeño shidi para ver su cara.
Una sola mirada, y los ojos de Mo Ran se salían de sus órbitas, como si
hubiera sido alcanzado por un rayo.
¿No es este Chu Wan Ning?
No sólo Mo Ran, incluso el mismo Chu Wan Ning se quedó estupefacto.
Esforzándose por ver desde su lugar al final de la línea, este gobernador Chugongzi tenía una cara delgada, con cejas como espadas y ojos de fénix, pero
una curva gentil en la línea de la nariz, ¡E incluso se vestía todo de blanco,
igual que él mismo!
Chu Wan Ning: ––…
Mo Ran: ––…
Después de un largo rato de estar congelado, Mo Ran dijo
temblorosamente: ––Shidi-a.
––Mn.
–– ¿No sientes cómo...? ¿Este Chu-gongzi se parece a cierto alguien?
Chu Wan Ning, secamente: ––Como el anciano Yu Heng.
Mo Ran se golpeó la pierna: –– ¿¡Cierto!? ¿Qué pasa con eso? ¿Quién es
este? ¿Cuál es su relación con Shizun?
––… Por qué me preguntas, cómo podría saberlo.
––Pensé que habías prestado atención en clase. –– Mo Ran estaba histérico.
––Esto obviamente no es el contenido de ninguna clase. –– Chu Wan Ning
estaba molesto.
Luego volvieron a callarse, avanzando lentamente con la línea, ambos
mirando sin pestañear al gongzi.
Al examinarlo más de cerca, Chu-gongzi no se veía exactamente como
Chu Wan Ning. Los rasgos de este gongzi eran más suaves y sabios, sus ojos
no eran tan largos y estrechos, sus pupilas eran más suaves, y su mirada era
mucho más gentil que la de Chu Wan Ning.
Mo Ran miró y miró fijamente, y de repente soltó un –– ¿Eh? –– y se
volvió para mirar a su pequeño Shidi.
––Déjame mirarte.
–– ¿Qué quieres...? –– Chu Wan Ning, enfadado, volteó la cara.
Pero Mo Ran sólo se volvió más persistente en eso, extendiendo la mano
para agarrar su cara y darle la vuelta con fuerza. Miró fijamente durante un
rato antes de finalmente darse cuenta y murmurar: ––Aiya.
Chu Wan Ning se obligó a mantener la calma: –– ¿Qué pasa?
Mo Ran entrecerró los ojos: ––No es de extrañar que las personas de fuera
de la ciudad murmuraran entre sí cuando te vieron. Acabo de darme cuenta,
pero tú también te pareces a Shizun.
––…
Chu Wan Ning se desprendió apresuradamente de las garras de Mo Ran,
con las puntas de sus orejas enrojecidas: ––Tonterías.
–– ¿Pero cómo es que esos guardias lo notaron inmediatamente, pero ni
siquiera se me ocurrió durante tanto tiempo?
Chu Wan Ning: ––…
En medio del desconcierto, la voz de un niño pequeño gritó: ––Papá.
CAPÍTULO 64: ESTE VENERABLE LE CUENTA UNA
HISTORIA A SU SHIDI.
Mo Ran miró en la dirección de donde provenía la voz y vio su fuente
caminando inestablemente en un pequeño trote desde los escalones de piedra
de la residencia.
Era un niño pequeño, de tres o cuatro años de edad, con un molinete de
bambú en la mano mientras se dirigía hacia Chu-gongzi. Estaba vestido de
forma sencilla, con un colgante de jade colgando de su cuello, junto con un
candado de nombre confiado para la buena fortuna y un amuleto de protección
de seda roja, y se parecía cada vez más al pequeño Shidi, sólo que más
pequeño.
––… –– Ahora Mo Ran realmente sabía la razón por la que esos jinetes
estaban cotilleando.
No pudo evitar murmurar: ––Shidi-a, tú y Shizun son ambos de Lin-An, y
Shizun incluso tiene el nombre Chu. ¿Crees que esta familia Chu de hace
doscientos años podrían haber sido sus antepasados, y que ustedes dos podrían
ser parientes lejanos...? A mí me parece muy probable.
Chu Wan Ning no dijo nada, mirando al padre y al hijo.
Nunca conoció sus propios orígenes, y tampoco recordaba mucho de su
infancia.
Podría este Chu-gongzi ser realmente su antepasado...
Todavía estaba reflexionando cuando Mo Ran llegó al frente de la línea.
Chu-gongzi estaba a punto de entregarle a Mo Ran un talismán cuando
levantó la vista para ver una cara desconocida. Se detuvo minuciosamente
antes de sonreír gentilmente: –– ¿Es tu primera vez aquí?
Su voz era suave y refinada, un mundo aparte de la fría severidad de Chu
Wan Ning.
––Uh... uh s-sí.
El que alguien que se parecía a su Shizun le hablara de repente de una
manera tan abierta y amistosa hizo que Mo Ran se sintiera de alguna manera, y
tuvo que luchar por orientarse.
El gobernador Gongzi sonrió: ––Mi nombre es Chu Xun, ¿Puedo
preguntar tu nombre?
––Mi nombre es Mo, M-Mo Ran.
–– ¿De dónde viene Mo-gongzi?
––M-Muy lejos, de-desde uh, Shu. –– Chu Xun-gongzi era gentil y amable,
pero Mo Ran no podía evitar la sensación de que podía ver a través de él.
Chu Xun estuvo de acuerdo con una sonrisa: ––Eso está bastante lejos. ––
Se detuvo, su mirada bajando hacia Chu Wan Ning, mostrando sorpresa en sus
refinados rasgos.
––Y este es...
––Mi nombre es Xia Si Ni. –– Chu Wan Ning respondió.
Mo Ran lo acercó y le dio una palmadita en la cabeza, forzando una
sonrisa: ––Este es mi hermano pequeño.
No se parece a mí, pero se parece a ti.
Tal vez porque había una batalla inminente y asuntos más urgentes, y Chu
Xun no tuvo tiempo de pensar en ello, o tal vez porque era simplemente parte
de una ilusión y no podía reaccionar mucho a algo que no pertenecía a la
ilusión para empezar. Cualquiera que fuera el caso, miró a Chu Wan Ning
durante un rato con las cejas fruncidas, y luego simplemente le dio a cada uno
un talismán.
––Ustedes son nuestros invitados de muy lejos, especialmente en estos
tiempos difíciles, así que por favor acepten estos talismanes. Y si no tienen
otros planes, quédense un par de días.
Mo Ran dijo: ––Ya me he enterado de que Gongzi tiene la intención de
llevar a las personas de la ciudad a Pu Tuo? ¿Y para qué son los talismanes?
––Estos son talismanes que apagan el espíritu. –– Chu Xun explicó. ––
Pueden ocultar el aura de los vivos cuando se llevan en el cuerpo.
Mo Ran entendió de inmediato: ––Ah, ya entiendo. Si el aura de los vivos
está sellada, entonces los fantasmas no serán capaces de distinguir a los vivos
de los muertos, de esa manera, incluso si pasamos junto a cualquier fantasma,
estarán demasiado confundidos para hacer algo.
Chu Xun sonrió: ––Precisamente.
Viendo que estaba bastante ocupado, Mo Ran no quería perder más tiempo
con preguntas, así que agradeció a Chu Xun-gongzi y llevó a su pequeño Shidi
a un lado.
Los dos encontraron un lugar junto a la pared para sentarse. Mo Ran se
volvió hacia Chu Wan Ning para ver a su pequeño Shidi descansando con ese
talismán, y preguntó: –– ¿En qué estás pensando?
––Estaba pensando que este es un plan sólido. –– Chu Wan Ning dijo en
voz baja, aún pensando profundamente: ––Entonces, ¿Qué ocurrió, que al final
no pudieron lograrlo?
–– ¿No está en los libros?
Chu Wan Ning dijo: ––Este desastre de hace doscientos años está cubierto
con más detalles en «Registros de Lin-An», e incluso ese libro sólo tiene unas
pocas líneas de texto sobre eso.
Mo Ran preguntó: –– ¿Y qué dice?
––Lin-An estaba sitiada, la situación era desconocida. En el momento en
que el ejército de la resistencia se abrió paso, los cadáveres esparcieron los
caminos y la gran mayoría de las casas estaban vacías. De las
aproximadamente cien personas en la residencia del gobernador y las
setecientas cuarenta personas comunes, ninguna sobrevivió.
––… –– Mo Ran dijo: –– ¿Nada sobre cómo murieron?
––Nada. La Ciudad Lin-An estaba completamente rodeada, y casi nadie
sobrevivió. La tribu emplumada salvó a unos pocos afortunados supervivientes
más tarde, pero rara vez se involucraron en asuntos mortales, por lo que vieron
las cosas de forma diferente a como lo haríamos nosotros. En lo que a ellos
respecta, la verdad de lo que pasó no era tan importante, e incluso si lo
supieran, no hablarían de ello a menos que hubiera una necesidad particular de
hacerlo.
Chu Wan Ning se detuvo antes de continuar: ––Pero, ya que se irán en dos
días de todos modos, averiguaremos lo que pasó muy pronto. Mientras tanto,
podríamos dar una vuelta y ver si podemos encontrar algunas pistas.
Los dos guardaron sus talismanes que apagan el espíritu para su custodia,
y apenas se levantaban para irse cuando se produjo un repentino estallido de
pisadas, seguido de un tirón en la manga de Chu Wan Ning.
––Gege.
Chu Wan Ning se dio la vuelta. Fue el pequeño gongzi que se parecía a él;
dijo con una voz pequeña e infantil: ––Gege, papá dijo que ustedes dos no
tienen dónde quedarse, así que si no les importa, pueden quedarse con nosotros
esta noche.
––Um...
Chu Wan Ning y Mo Ran se miraron.
Mo Ran preguntó: –– ¿De verdad está bien? Tu papá ya está muy ocupado.
––Está bien. –– El pequeñín sonrió sin la menor argucia: ––Ya hay mucha
gente que no tiene dónde quedarse con nosotros, todos vivimos juntos. Papá
mantiene alejados a los fantasmas por la noche, así que no tenemos que tener
miedo.
Hablaba con pequeñas pausas, aún no acostumbrado a unir tantas palabras,
pero la sinceridad abierta era reconfortante.
Mo Ran dijo: ––De acuerdo, entonces te estaremos molestando esta noche.
Gracias, Didi.
––Jeje, no te preocupes, no te preocupes.
Viéndolo brincar, Mo Ran tiró de la mano de Chu Wan Ning: ––Oye, en
serio, tengo que decir algo.
––Sé lo que quieres decir, así que cállate.
–– Jajajajaja, ¿Has vuelto a leer mi mente? –– Mo Ran le revolvió el pelo,
sonriendo. ––Una vez que volvamos al pico, realmente tengo que preguntarle a
Shizun sobre esto. Ustedes dos, uno se parece al padre, el otro al hijo, no hay
forma de que no sean parientes del Gobernador Chu.
Chu Wan Ning: ––… Y entonces qué, ¿Incluso si resulta que somos
parientes?
–– ¿Eh?
Chu Wan Ning miró suavemente al padre y al hijo bajo el árbol, y luego
dijo sin expresión alguna: ––De todas formas, todo está en el pasado. Ya están
todos muertos.
Luego se dio la vuelta y se alejó.
Mo Ran permaneció arraigado en su sitio durante un rato antes de correr
tras él, murmurando: –– ¿No eres demasiado joven para estar tan desanimado?
Incluso si están muertos, siguen siendo tus ancestros. Si yo fuera tú,
definitivamente pondría un santuario para ellos, con una estatua de dos metros
de alto, completamente de oro, adornado con joyas, y quemaría incienso para
ellos cada año. Cuento con mis ancestros como protección, ya sabes... oye, oye,
oye, oye, ¡Por qué caminas tan rápido!
Mientras caminaban por la ciudad, se dieron cuenta de que todas las
familias estaban recogiendo paja y haciendo falsos hombres de paja...
Al preguntar al respecto, se les dijo que era algo que Chu-Xun gongzi
había pedido: todos en la ciudad, jóvenes y ancianos por igual, tenían que tener
un hombre de paja en el cual debían poner un talismán con una gota de sangre
de la persona, para sustituirla con una "Marioneta falsa".
Era la misma idea que arrojar Mantous rellenos de carne al río como
ofrendas a una deidad del río que exigía cabezas humanas.
Algunos fantasmas y deidades eran simples y fundamentalmente no tan
inteligentes; cualquier pequeño truco podía engañarlos, como esa maestra
fantasma de antes, con nada más que barro sacudiéndose entre los oídos.
Parecía que Chu Xun había dispuesto al menos dos capas de precauciones
para los ciudadanos. La primera fueron los talismanes que apagan el espíritu,
para que no sean descubiertos por los fantasmas mientras huyen.
Y la segunda fueron las marionetas de paja, que actúan como señuelos
para ganar tiempo para su huida, de modo que los fantasmas no se den cuenta
de inmediato de que todos en la ciudad se han ido de repente y se pongan
furiosos.
Pero esto sólo hizo que la neblina en sus corazones fuera aún más pesada.
¿Cómo es que un plan tan cuidadosamente elaborado terminó fracasando?
Regresaron a la residencia del gobernador llenos de recelo. Ya estaba
oscuro para entonces, y muchas familias habían traído ropa de cama para pasar
la noche dentro de la barrera Shang Qing en lugar de regresar a sus hogares.
El gobernador mantenía sus puertas abiertas por la noche, con sólo algunos
guardias patrullando el lugar.
Cuando llegaron los dos, todas las habitaciones de la residencia ya estaban
llenas, con al menos tres o cuatro familias apiñadas en cada una. Había
personas amontonadas por todas partes, sin apenas espacio para estar de pie.
Al final, sólo pudieron encontrar un pasillo para descansar. No había ropa
de cama, por supuesto, así que Mo Ran acolchó el suelo con un poco de paja
que había pedido a los guardias, recogió a Chu Wan Ning, y lo puso en el
improvisado jergón.
––Tendrás que conformarte con esto esta noche.
Chu Wan Ning dijo: ––Parece bastante cómodo.
–– ¿De verdad? –– Mo Ran se rió. ––Yo también lo pensé.
Se tumbó al lado de Chu Wan Ning y se estiró, luego cruzó los brazos por
detrás de su cabeza y miró las vigas de madera del techo de arriba.
––Shidi, mira, esa gente pájaro no es tan mala creando ilusiones. Incluso
con los recuerdos de un superviviente como base, sigue siendo algo tan
detallado que incluso se puede ver la textura de la madera en el techo.
Chu Wan Ning dijo: ––La tribu emplumada es medio inmortal, después de
todo. Incluso si no son todopoderosos, son capaces de algunas cosas que están
más allá de las habilidades de los mortales.
––Supongo que sí. –– Mo Ran parpadeó, y luego se giró hacia Chu Wan
Ning, levantando la cabeza: ––No puedo dormir.
––… –– Chu Wan Ning lo miró. –– ¿Qué quieres, un cuento para dormir?
Estaba siendo sarcástico, pero la cara de Mo Ran era tan gruesa como las
murallas de la ciudad, riendo: –– ¡Sí, por favor! Quiero el de Dong Yong y las
siete hadas.
Chu Wan Ning no esperaba que se lo tomara en serio, y se sorprendió por
un momento antes de darse la vuelta: ––Ya quisieras. ¿Cuántos años tienes ya?
¿No te da vergüenza?
Mo Ran sonrió: ––Es humano querer las cosas que no podemos tener, nada
que ver con la edad.
Nunca tuve a nadie que me contara cuentos para dormir cuando era
pequeño, y siempre pensaba en lo bonito que sería tener a alguien así. Pero esa
persona nunca apareció, y luego crecí y dejé de pensar en ello. Pero, en el
fondo, aún lo quiero.
Chu Wan Ning: ––…
––Tampoco tenías a nadie que te contara cuentos para dormir, ¿Verdad?
––Mm.
––Jaja, así que no sabes cómo va la historia de Dong Yong y las siete
hadas, ¿Verdad?
Chu Wan Ning: ––… Cuál es el sentido de esas historias tontas, de todos
modos.
––Sólo admite que no lo sabes, no la consideres una historia tonta. Si no,
te convertirás en una persona aburrida como mi Shizun, y todos te evitarán.
Chu Wan Ning, enfadado: ––A quién le importa si todos me evitan. Me
voy a dormir.
Y con eso, se recostó y cerró los ojos.
Mo Ran se revolcó de risa hasta que rodó al lado de Chu Wan Ning.
Mirando a su pequeño Shidi con los ojos cerrados, las pestañas largas y
oscuras, con un aspecto adorable, no pudo evitar estirar la mano para pellizcar
su mejilla.
–– ¿De verdad estás dormido?
––Estoy realmente dormido.
––Jaja. –– Mo Ran se rió. ––Entonces continúa durmiendo, y te contaré un
cuento para dormir.
–– ¿Conoces cuentos para dormir?
––Sí, así como puedes hablar dormido.
Chu Wan Ning dejó de hablar.
Mo Ran yacía junto a él en la cama de paja, sus cabezas a pocos
centímetros de distancia. Se rió un rato, pero viendo que su Shidi lo estaba
ignorando, dejó de ser tan bullicioso al cabo de un rato para mirar al techo, los
ojos aún curvados de alegría. El olor de la paja flotaba de vez en cuando,
acompañado por los silenciosos sonidos de la noche.
––La historia que voy a contarte, la inventé yo mismo. Envidiaba a los que
tenían cuentos para dormir cuando yo era joven, pero no había nada que hacer,
así que todos los días me contaba historias mientras estaba acostado en la cama.
Te diré mi favorita, se llama ‹Buey come hierba›.
CAPÍTULO 65: LA HISTORIA DE ESTE VENERABLE
ES SÚPER MALA.
Habiendo hablado hasta este punto, Mo Ran volvió a sonreír antes de
continuar: ––Hace mucho tiempo, había un pequeño niño.
Los ojos de Chu Wan Ning continuaban cerrados. –– ¿No era un buey
pastando? ¿Cómo es que es un niño?
––Déjame terminar. –– Mo Ran sonrió tarareando: ––Había una vez un
pequeño niño, muy pobre. No tenía padre ni madre, y era un niño trabajador en
la casa de un arrendador. Tuvo que lavar los platos, lavar la ropa, limpiar los
pisos, y también tuvo que llevar a los bueyes a pastar. La casa del arrendador
le dio tres panqueques para comer todos los días, y el niño estaba muy
contento de que pudiera llenar su estómago.
––Un día, sacó el buey a pastar como siempre. En el camino, se toparon
con un perro rabioso que mordió la pata del buey. Debido a esto, el arrendador,
como era de esperar, le dio una ronda de golpes. Después de los golpes, el
arrendador lo obligó a matar a ese perro rabioso para desahogarse, de lo
contrario no dejaría que el niño se comiera sus panqueques.
El niño estaba muy asustado, y sólo podía seguir órdenes y trajo de vuelta
a ese perro rabioso después de que lo golpeara hasta la muerte. Sin embargo,
cuando llegó a casa, el arrendador descubrió que el perro que mordió la pata de
su ganado era en realidad el amado canino del maestro del condado.
Chu Wan Ning abrió los ojos. –– ¿Entonces qué pueden hacer?
–– ¿Qué más pueden hacer? Ese perro era el favorito del maestro del
condado, así que el perro estaba acostumbrado a salirse con la suya, usando la
fuerza y el poder a sus espaldas. Quién iba a saber que sería golpeado hasta la
muerte así de repente, y si el maestro del condado se enterara, no lo dejaría
pasar tan fácilmente. Así que, cuanto más lo pensaba el arrendador, más se
enojaba, así que al final, nunca le dio al pequeño niño sus panqueques. Incluso
amenazó, si el maestro del condado venía en busca de problemas, le daría el
niño.
––… Qué es este desastre, tan irrazonable. –– Chu Wan Ning dijo: ––No
voy a seguir escuchando esto.
––Hay muchas cosas que no son razonables en primer lugar. –– Mo Ran se
rió. ––Es cuestión de quién tiene más dinero, quién tiene el puño más duro y
quién tiene una posición más alta. Al día siguiente, el maestro del condado
llamó a la puerta. El niño fue entregado. Pero, como era demasiado joven, el
maestro del condado no tenía la cara para encerrarlo, así que fue azotado
fuertemente diez veces antes de que lo soltaran.
––Y ese niño huyó después de que lo soltaron, ¿Verdad? –– preguntó Chu
Wan Ning.
––Jaja, no se escapó. –– Mo Ran respondió: ––El niño volvió a la casa del
arrendador, se recuperó de sus heridas y volvió a pastar el buey por ellos.
Todavía comiendo tres panqueques al día.
–– ¿No está enfadado?
––Mientras su estómago esté lleno, no se enfadará. –– Mo Ran dijo: ––
Una ronda de golpes es una ronda de golpes, cuando se acaba, se acaba. Y las
cosas fueron pacíficas durante más de una década. Más tarde, el niño boyero
creció. Siguió a los que tenían la misma edad, así como al hijo del arrendador.
Un día, varios huéspedes estimados vinieron a la casa del arrendador, y el hijo
del arrendador vio que uno de los huéspedes había traído una botella de rapé
de ágata particularmente hermosa. Le encantaba, así que la robó.
Esa botella de rapé era una reliquia, extremadamente preciosa. El invitado
estaba muy asustado y buscó por toda la casa en busca de su posesión. El hijo
del arrendador vio que ya no podía esconderse, así que metió la botella de rapé
en las manos de ese niño y le dijo: si se atrevía a decir la verdad, no volvería a
recibir ninguna comida y moriría de hambre.
––… –– Habiendo escuchado este punto, Chu Wan Ning se quedó sin
palabras. Pensó interiormente, mientras Mo Ran había vagado por las calles
desde que era joven, habiendo quedado huérfano, pero al menos había crecido
en una casa de entretenimiento, su madre era gerente, así que aunque no fueron
sus días más felices, tampoco era miserable, entonces ¿Por qué todas las
historias que se inventó eran tan sombrías y tristes?
Mo Ran continuó, disfrutando bastante. ––La botella de rapé pronto fue
encontrada.
Por el bien de las comidas, ese niño boyero sólo podía obligarse a cargar
con la culpa, y naturalmente, lo que siguió fue otra ronda de golpes crueles.
Esta vez, lo golpearon tan fuerte que no pudo levantarse de la cama por tres
días. El hijo del arrendador se salió con la suya esta vez, así que secretamente
le dio un bollo al vapor relleno de cerdo marinado al niño boyero. Ese niño
devoró la comida y dejó de resentirse con el chico que le hizo daño. Como
nunca antes había probado tales exquisiteces, mientras sostenía el bollo, no
paraba de decirle al hijo del arrendador: Gracias, gracias.
––No voy a escuchar más. –– Esta vez, Chu Wan Ning se sintió realmente
molesto: –– ¿Cómo puede detener su resentimiento? ¿Un bollo al vapor y todo
está perdonado? ¡Y dándole las gracias a él también! ¿¡Qué hay que agradecer!?
––No, no estás escuchando atentamente. –– Mo Ran parpadeó
inocentemente.
–– ¿Cómo es que no estoy escuchando atentamente?
Mo Ran enderezó la cara. ––Era un bollo al vapor relleno de cerdo
marinado, te digo.
Chu Wan Ning: ––…
––Jaja, mira tu cara, no lo entiendes, ¿Verdad? Por lo general, ese niño
sólo podía conseguir uno o dos pedazos de carne grasosa durante la víspera de
Año Nuevo. Originalmente había pensado que iba a morir sin saber a qué sabía
el cerdo marinado, así que, por supuesto, se lo agradecería a la otra parte.
Viendo que su pequeño Shidi se quedó atónito por sus palabras, Mo Ran
sonrió brillantemente, y continuó:
––De cualquier manera, este incidente pasó sin más. Todavía recogía sus
tres panqueques, y pasaba día a día. Un día...
Ahora Chu Wan Ning había tenido una idea del patrón de los cuentos de
Mo Ran. En el momento en que "Un día" apareció, nunca hubo nada bueno.
Mo Ran dijo: ––Un día, el hijo del arrendador cometió otro crimen.
––Esta vez, se comportó indecentemente con una señorita vecina en el
molino, y casualmente, el desafortunado joven boyero se topó con la escena.
––… ¿Y ese niño va a cargar con la culpa de nuevo? –– Preguntó Chu
Wan Ning.
––Aiyah. –– Mo Ran se rió. ––Así es. Felicidades, felicidades, ahora
también sabes contar historias.
––… Me voy a dormir.
––No, ya casi he terminado la historia. –– Mo Ran dijo: ––Esta es la
primera vez que le cuento a alguien una historia, así que dame algo de cara,
¿Quieres?
Chu Wan Ning: ––…
––Esta vez, el joven boyero debe asumir la culpa. Porque, esa señorita no
pudo soportar la vergüenza y se comprometió a golpearse la cabeza contra la
pared. Pero el joven boyero no era tonto. Una vida por una vida, no había
forma de que renunciara a su vida por el hijo del arrendador. –– Mo Ran dijo:
––No lo aceptó, así que el hijo del arrendador lo encerró a él y a la señorita
muerta dentro del molino, y salió corriendo a reportarlo a las autoridades.
Este joven boyero tiene un historial; cuando era joven golpeó
aleatoriamente al perro del maestro del condado hasta matarlo, luego robó una
botella de rapé de un huésped, y esta vez, acosó sexualmente a una señorita
común. Naturalmente, sus crímenes no podían ser absueltos.
Nadie estaba dispuesto a escucharlo explicarse. Lo encontraron con las
manos en la masa con todas las pruebas, así que lo arrestaron.
Chu Wan Ning abrió los ojos de par en par. –– ¿Y entonces?
––Y entonces, se quedó en la cárcel durante unos meses. Cuando llegó el
otoño, fue condenado a pena de muerte, para ser enviado a la plataforma de
ejecución fuera de la ciudad. Mientras seguía a lo largo de la tropa de
ejecución que serpenteaba por los campos, de repente vio que alguien estaba
matando a un buey no muy lejos. Se dio cuenta con sólo una mirada; ese buey
era el que había llevado a pastar desde que era joven, pero ahora que era viejo,
ya no tenía energía para arar los campos. Pero ese buey tuvo que pastar hierba.
Si sólo comía pero no hacía ningún trabajo, ¿Por qué querría el arrendador
conservarlo? Les ayudó a arar los campos de toda una vida, pero al final, iban
a masacrarlo, a comer su carne.–– Incluso mientras contaba algo tan cruel, Mo
Ran no estaba triste, y sonrió: ––Pero ese joven boyero había crecido montado
la espalda de ese buey, le había contado muchos de sus secretos, le había dado
de comer heno, le había abrazado el cuello y llorado cuando fue agraviado, y
lo había tomado por su única familia en este mundo. Entonces, se arrodilló y le
rogó al verdugo que lo dejara ir a despedirse de ese buey. Por supuesto, el
verdugo no creía que hubiera sentimientos entre el hombre y las bestias, así
que pensó que el joven sólo trataba de hacer bromas y no lo permitió.
––… ¿Y luego?
–– ¿Y luego? Y entonces ese joven boyero fue colgado hasta la muerte. El
buey fue masacrado.
La sangre caliente fluía por todo el suelo, y los que se reunieron para ver el
espectáculo se dispersaron. Esa noche, en la casa del arrendador comieron
carne de res, pero la carne era vieja y se les atascaba entre los dientes.
Tuvieron un poco, no les gustó, y tiraron todo.
Chu Wan Ning: ––…
Mo Ran se dio la vuelta, le sonrió alegremente. ––Listo, eso es todo.
¿Cómo es?
––Vete. –– Chu Wan Ning dijo.
––Oye, la primera vez que me inventé esto lloré. Tu corazón está tan frío,
ni siquiera una gota de lágrima.
––Eres tú quien lo dijo tan mal...
Mo Ran dio dos carcajadas, puso su brazo sobre el hombro de su pequeña
Shidi, y acarició su cabello. ––Bueno, eso no se puede evitar. Tu Shixiong
tiene tanto talento. Muy bien, la historia está finalizada. Vamos a dormir.
Chu Wan Ning no lo reconoció, pero después de mucho tiempo, preguntó
de repente. –– Mo Ran.
––Llámame Shixiong.
–– ¿Por qué la historia se llama ‹Buey come hierba›?
––Porque como la gente, un buey tiene que comer. Por el bien de la
alimentación, hay que trabajar mucho. Si un día ya no puedes trabajar,
entonces a nadie le importa si estás vivo o muerto.
Chu Wan Ning dejó de hablar de nuevo.
Los susurros en el patio eran las pequeñas voces de los que buscaban
refugio, y de vez en cuando había uno o dos gritos siniestros de fantasmas y
demonios que venían de fuera de la barrera.
––Mo Ran.
––Aiyah, qué descarado. Llámame Shixiong.
Chu Wan Ning lo ignoró y sólo preguntó: –– ¿Ese niño existe realmente?
––No. –– Mo Ran se quedó en silencio durante un momento, y de repente
sonrió, sus hoyuelos profundos y marcados. Enrolló al pequeño niño en sus
brazos y le dijo cálidamente: ––Por supuesto que está hecho para jugar contigo.
Sé bueno. Duerme.
Sin embargo, inesperadamente, no había pasado mucho tiempo antes de
que se produjera una conmoción repentina en el patio.
Alguien gritaba enfadado: –– ¡PREGUNTANDO AL GONGZI POR
TODO! EL GONGZI ESTÁ OCUPADO, ¿QUIÉN TIENE TIEMPO PARA
OCUPARSE DE SUS ASUNTOS? ¡LIMPIA ESE CADÁVER! ¿NO SABES
QUE LOS QUE TIENEN MANCHAS AZULES SE LEVANTARÁN?
¿INTENTAS MATARNOS A TODOS?
Esta voz era como un trueno en medio de una noche oscura, y en el
momento en que se mencionó "El cadáver se levantará", todos estallaron. De
repente, todos los que estaban dormidos se sentaron y miraron hacia donde
estaba la conmoción.
Mo Ran bloqueó frente a su pequeño Shidi y lanzó una mirada, frunciendo
el ceño mientras hablaba en voz baja. –– ¿Hm? ¿Es esa persona del mediodía
de antes?
El que estaba arrodillado y siendo regañado era en realidad ese joven
llamado Xiao Man de el mediodía de ese día. Todavía llevaba puesto el traje
ajustado de durante el día, pero su espíritu y aura eran completamente
diferentes.
Era como si toda su persona estuviera vacía, sólo abrazando fuertemente el
cadáver de su padre adoptivo. Las uñas de ese cadáver habían crecido
significativamente, el mismo signo de un cadáver a punto de levantarse.
Cuando los otros lo vieron, todos retrocedieron. El administrador del
gobernador lo regañaba severamente.
––Tu padre era mi colega, me siento mal porque lo mataron también. Pero,
¿Y qué? Tú fuiste el que lloró de hambre anoche y salió a buscarte comida. Tú
fuiste el que causó la muerte de tu padre, ¿Así que nos vas a hacer morir a
todos ahora?
Xiao Man estaba arrodillado en el suelo, con el pelo completamente
despeinado, los ojos rojos. ––N-no, no soy... papá, papá. Por favor, te lo ruego,
déjame ver el gongzi, el gongzi tiene una manera para que el cadáver de papá
no se levante, quiero enterrar a papá adecuadamente, por favor, les ruego a
todos ustedes que no... no lo desmiembren... Sollozo...
Cuando pronunció la palabra "Desmembrar" ya estaba sollozando muy
fuerte. Enterró su cara en las palmas de sus manos, limpiándose
desordenadamente, sus labios temblando. ––Por favor, se lo ruego a todos...
déjenme esperar hasta que vuelva el gongzi...
––Pronto será medianoche, el gongzi está fuera, así que, ¿Cómo puede
ocuparse de tus asuntos? Sabes que los cadáveres normales pueden ser
purificados, pero las manchas azules y las uñas de tu padre ya han cambiado,
así que, ¿Cómo puede aguantar hasta que vuelva el gongzi?
––No... Él puede, tío Liu... Te lo ruego, haré lo que sea por ti, pensaré en
una forma de pagarte después, por favor te lo ruego, no toques a mi padre... te
lo ruego... te lo ruego...
Viéndole rogar así, aquel administrador de mediana edad suspiró largo
rato, con los ojos también enrojecidos, pero aún así respondió: ––Sabes, estás
pidiendo por todas nuestras vidas aquí... ¡Guardias!
–– ¡NO! ¡NO LO HAGAS!
Pero ya era demasiado tarde. Nadie iría a ayudarlo. Cualquiera sabía que si
este cadáver se conservaba, entonces cuando llegara la medianoche se
convertiría en un espíritu feroz.
El cadáver del padre adoptivo de Xiao Man fue arrastrado a la fuerza, para
ser desmembrado fuera. Xiao Man fue retenido por varias personas a su
izquierda y derecha, y sus amargas lágrimas fluyeron ferozmente, manchando
toda su cara, y aullidos como de bestia escaparon de sus labios. Pero al final,
todavía estaba medio tirado, medio arrastrado en la distancia.
Una vez pasada la tormenta, el patio volvió a su tranquilo silencio tras
unos murmullos.
Chu Wan Ning, sin embargo, no se volvió a dormir. Bajó la cabeza
pensativamente.
Mo Ran miró de reojo a su pequeño Shidi. –– ¿En qué estás pensando?
––Esta persona perdió a su familia cercana amargamente e hizo una cosa
tan tonta. Que el cuerpo de su padre adoptivo fuera tomado, por supuesto que
culparía a los otros. Tengo una conjetura incierta. Me pregunto si la migración
fallida de Lin-An podría deberse a él.
Mo Ran respondió sin perder el ritmo: ––Yo también pensé en esto.
Chu Wan Ning agitó la cabeza. ––Pero es demasiado pronto para decirlo,
no podemos hacer afirmaciones concluyentes. Mantengámoslo vigilado
primero.
CAPÍTULO 66: ESTE VENERABLE VE LA GRIETA
EN EL CIELO POR PRIMERA VEZ.
Segundo día. No había pasado nada inusual.
Chu Xun envió guardias para contar el número de hombres de paja en la
ciudad, asegurándose de que coincida con el número de personas, mientras que
las personas se ocupaban de empacar las pocas posesiones que tenían. Sólo
una noche más, y luego saldrán a primera hora de la mañana para refugiarse en
Pu Tuo de acuerdo con el plan de Chu Xun.
Mo Ran se sentó junto a la puerta de la residencia del gobernador, mirando
a las personas ir y venir. Suspiró: ––El plan de Chu Xun es hermético; sin
alguien filtrando la información, el fantasma promedio no tendría el cerebro
para darse cuenta de que lo único queda en la ciudad son las marionetas
señuelo. Alguien debe haberlo divulgado, entonces. Shidi, ¿Qué opinas?
No hay respuesta.
–– ¿Eh? ¿Shidi?
Mo Ran se dio la vuelta. Sin que se diera cuenta, su pequeño Shidi se
había alejado para ver a una caballería de jinetes preparándose, y en su lugar
estaba el hijo de Chu-gongzi, sentado con sus mejillas en la mano.
––Da-gege...
Mo Ran casi salta ante su repentina aparición: –– ¿Qué pasa?
El pequeño señaló un viejo árbol de paulonia en un lado con una cometa
colgando de una rama alta, articulando con cierta dificultad: ––Mamá me lo
dio, se atascó, no puedo alcanzarlo. ¿Da-gege me ayudas?
––No hay problema, no hay problema. –– Mo Ran saltó ágilmente a la
copa del árbol usando un ligero movimiento de pies, recuperó la cometa en
forma de mariposa y aterrizó de nuevo en el suelo, sonriendo mientras la
devolvía. ––Aquí tienes, no la pierdas otra vez, ¿Bien?
El pequeño asintió con la cabeza.
Mo Ran lo observó vagando solo por un rato, pensando en cómo Chu Xun
probablemente no tiene tiempo para cuidar a su hijo, así que preguntó: ––
¿Dónde está tu mamá? Está un poco caótico aquí, te llevaré con tu mamá.
–– ¿Mamá? Mamá está en las montañas, en la parte de atrás.
Mo Ran, desconcertado: –– ¿Qué hace en las montañas?
––Durmiendo. –– El pequeño niño lo miró con total inocencia y respondió
con voz suave: ––Mamá siempre está durmiendo allí. Papá me lleva a verla
cuando las flores florecen en primavera.
––Ah. –– Mo Ran dijo con voz tranquila, perplejo de palabras.
Pero al pequeño no le importaba; todavía era demasiado joven para
entender lo que significaba la muerte. Jugó alegremente con la cometa en sus
manos durante un rato, luego miró a Mo Ran y se acercó, diciendo en un
susurro: ––Gege, gracias, te daré... tengo algo que darte.
Hurgó en su bolsillo mientras hablaba, y finalmente sacó una pequeña
mitad de un bollo envuelto en hojas de caña.
Nadie en la ciudad tenía suficiente para comer en estos días, era un
misterio cómo el pequeño se las arregló para conservar un trozo de bollo. Lo
partió por la mitad, y le dio el pedazo más pequeño a Mo Ran.
––Da-gege, para ti... shh, no se lo digas a nadie más, ya no tengo más.
Mo Ran estaba a punto de aceptarlo cuando el pequeño de repente cambió
de opinión y recuperó la parte más pequeña, ofreciéndole la mitad más grande
en su lugar.
––Es realmente delicioso, hay pasta de frijoles dulce dentro.
El pequeño acto hizo que el corazón de Mo Ran se sintiera cálido y
confuso; estaba acostumbrado a ser tratado mal, por lo que no sabía muy bien
cómo responder a la amabilidad. Extendió la mano y se llevó el dulce con un
murmullo de agradecimiento. El pequeño parecía muy contento, sonriendo
brillantemente, la curva de sus oscuras pestañas llena de calidez y amabilidad.
Mo Ran no podía soportar comer el pastel de flores, así que lo envolvió
usando una hoja del árbol de paulonia y lo metió en sus túnicas. Iba a hablar
un poco más con el pequeño, pero era un niño con la capacidad de atención de
un niño pequeño después de todo, y ya había saltado muy lejos.
Chu Wan Ning regresó en ese momento, sólo para ver a Mo Ran de pie ahí
distraído. Levantó una ceja: –– ¿Qué pasa?
Mo Ran vio al pequeño desaparecer en la distancia, suspirando: ––Estaba
pensando, todas estas personas... ¿Cómo es que todos tuvieron que morir?
La noche descendió. Oscuras nubes cubrían los cielos, con ocasionales
relámpagos rasgando los cielos, y a medida que la noche se hacía más
profunda, un terrible vendaval aullaba en medio de un torrencial aguacero.
La lluvia y la energía Yin que la acompañaba aumentaron los poderes de
los fantasmas y otros demonios; Chu Xun reunió a todos los sobrevivientes de
Lin-An cerca de la residencia, y les ordenó que permanecieran dentro de la
barrera Shang Qing en todo momento.
Debido a la lluvia, muchas de las áreas que normalmente podrían
funcionar como lugar de descanso ya no se encuentran disponibles.
Mo Ran estaba vigilando a Xiao Man, pero luego más y más personas se
apiñaron en el interior para refugiarse de la lluvia, y Xiao Man se escabulló de
la vista.
Mo Ran murmuró: ––Maldición.
Chu Wan Ning era pequeño, e inmediatamente dijo: ––Iré tras él.
Diciendo eso, se sumergió entre la multitud y desapareció en un instante.
Volvió después de un rato con una expresión de enojo: ––Se escapó.
–– ¿Fuera de la barrera?
––Mn.
Mo Ran se quedó en silencio, mirando el aguacero que había fuera y a las
personas que iban y venían.
Todo esto era sólo una ilusión de hechos que ya habían ocurrido hace
doscientos años.
Pero de repente se sintió tan desdichado; las personas a su alrededor tenían
tanta esperanza en sus rostros, creyendo que Chu Xun los sacará de este
infierno infestado de fantasmas para ir a Pu Tuo tan pronto como amanezca.
En medio de la lluvia torrencial, los guardias vestidos de blanco y rojo estaban
poniendo todo su empeño en hacer los preparativos finales para que estuvieran
listos para moverse al amanecer.
Ninguno de ellos sabía el poco tiempo que les quedaba.
La noche se hizo más tarde aún, y el alboroto se calmó cuando las
personas se adormecieron, apoyándose unas contra otras.
Pero Chu Wan Ning y Mo Ran estaban bien despiertos. Su tarea era
esperar a que apareciera el rey fantasma y matarlo. Como Xiao Man ya había
abandonado la barrera, el punto de inflexión debe ser esta noche.
Mo Ran se volvió para mirar a Chu Wan Ning: –– ¿Por qué no descansas
un poco? Te despertaré si pasa algo.
Chu Wan Ning: ––No tengo sueño.
Mo Ran le acarició el pelo: –– ¿Entonces come algo? No hemos comido
desde que llegamos aquí.
––Yo... –– Mirando el bollo que Mo Ran sacó, las palabras "No tengo
hambre" fueron reemplazadas por un trago.
Mo Ran lo entregó: ––Aquí tienes.
Chu Wan Ning aceptó el dulce y lo partió por la mitad, dándole la mitad
más grande a Mo Ran y quedándose con la parte más pequeña para él. Mo Ran
lo miró fijamente, con una cara ilegible.
Chu Wan Ning dio un mordisco, pronunció un ''¿Hm?'' y luego preguntó: –
– ¿Esto es del Jardín de Flores de Melocotón? El sabor es un poco diferente de
los anteriores.
–– ¿Cómo es eso?
––Sabe a flores de Osmanto.
Mo Ran forzó una sonrisa: –– ¿Oh? El hijo de Chu Xun me lo dio,
probablemente sea el sabor de Lin-An.
––Es de hecho el sabor de Lin-An. –– Chu Wan Ning estaba abriendo la
boca para dar otro mordisco cuando se congeló abruptamente, como si de
repente se hubiera dado cuenta de algo, y todo el color se le drenó de la cara.
–– ¡Eso no está bien!
Chu Wan Ning se puso en pie, sus ojos bien abiertos y su expresión
horrorizada.
Mo Ran no tenía ni idea de cuál era el problema: –– ¿Qué es lo que no está
bien?
Chu Wan Ning no respondió, sino que entró en el patio y miró a su
alrededor bajo la lluvia torrencial antes de coger una piedra afilada y cortar
firmemente su propio brazo; la sangre brotó instantáneamente.
Mo Ran lo agarró apresuradamente: –– ¿Estás loco?
Mo Ran miró fijamente la sangre que le corría por el brazo durante un rato
antes de que se le rompiera la cabeza, con una mirada intensa: –– ¿Aún no te
has dado cuenta? –– Dijo con severidad: –– ¡Alguien está tratando de herirnos!
Sangre corría por su brazo sin parar, carmesí diluido por la lluvia.
La cara de Chu Wan Ning estaba pálida en la lluvia, sus oscuras cejas bien
unidas, empapadas por el incesante aguacero.
Truenos retumbaron y relámpagos dividieron los cielos, la luz áspera
convirtió la noche en día por un instante.
El repentino trueno sacudió a Mo Ran para que se diera cuenta.
Subconscientemente dio un paso atrás.
Sabía lo que no estaba bien.
Nada en una ilusión era real, por muy realista que pudiera parecer.
Debería ser imposible para un bollo tener algún sabor, para un arma
realmente causar una lesión. En resumen, debería ser imposible que algo
dentro de la ilusión los afecte.
––Alguien materializó la ilusión. –– Dijo en voz baja Chu Wan Ning.
La materialización de una ilusión, también conocida como "Manifestación
de la ilusión", no fue tarea fácil. Los más hábiles en esta técnica fueron los de
la Secta Gu Yue Ye, cuyo lema era "Medicina para las personas, médico
divino para el corazón", refiriéndose en la segunda mitad al hecho de que
algunos de ellos se especializan en el arte de materializar ilusiones; muchas
personas son incapaces de aceptar el fallecimiento de un ser amado; a través de
la manifestación de la ilusión, los muertos aún pueden acompañar a los vivos.
Sin embargo, tales ilusiones manifestadas eran extremadamente difíciles,
por lo que, en general, sólo se podían crear escenas cortas e individuales, como
compartir un trago o tomar una siesta juntos, sólo una cosa como mucho.
Pero con la naturaleza extensiva y continua de esta ilusión construida por
la tribu emplumada, junto con la gran variedad de acontecimientos, incluso el
propio líder de la Secta Gu Yue Ye podría no ser capaz de manifestarlo todo.
Mo Ran pensó inmediatamente en alguien, ¿Podría ser ese Gou Chen falso
del Lago Jin Cheng?
Pero antes de que pudiera pensar más en ello, un extraño sonido surgió de
los cielos de arriba.
Las personas dormidas se despertaron como pájaros asustados, mirando a
su alrededor con los ojos muy abiertos antes de mirar finalmente hacia arriba.
Durante un momento permaneció un silencio mortal, y luego estallaron
gritos como la explosión de gotas de agua en aceite hirviendo.
Todos trataron de huir por todas partes, sólo para descubrir que no había
adónde ir, y los gritos vinieron de todas partes. El cielo se había agrietado, y
un enorme ojo fantasma rojo sangre miraba de forma inquietante desde arriba.
El ojo estaba tan cerca que estaba prácticamente contra la barrera.
Una áspera y confusa voz resonó: ––Chu Xun, qué audaz de tu parte, un
mero mortal que se atreve a engañar a este Venerable.
Mo Ran murmuró: ––Rey fantasma...
Había nueve reyes en el reino fantasma, algunos mucho más fuertes que
otros. El que tenían ante ellos aún no se había mostrado, por lo que no había
forma de saber quién era. Ese globo ocular sólo se asomaba en el cielo,
goteando sangre mientras miraba al edificio de abajo: –– ¡Qué arrogancia,
absurda! Patético mortal... ¿Quieres salvarlos? Puede que no haya aniquilado a
la ciudad antes, pero ya que quieren ir en mi contra, ¡Los mataré a todos!
¡Nadie se salvará!
Con un chillido estridente, una luz roja y cegadora surgió del ojo del
fantasma, ¡Apuntando directamente a la barrera!
El rojo chocó contra el dorado y por un instante todos los demás colores
del mundo desaparecieron. La fuerza del impacto hizo que los escombros
volaran hacia los vendavales aullantes y la lluvia incesante, las ramas de los
árboles del patio rompiéndose una tras otra. Las personas que estaban dentro
de la barrera estaban histéricas, llorando mientras se acurrucaban juntas.
La barrera Shang Qing resistió el primer golpe, pero otro destello de rojo
le siguió inmediatamente después, golpeando el mismo punto. La barrera
resistió, pero apareció una grieta.
–– ¡Qué arrogante! ¡Insoportable!
La luz roja golpeaba una y otra vez, impactos tronando y chispas volando.
Al ver la barrera al borde del colapso, la sangre de Chu Wan Ning se congeló;
ahora que la ilusión se ha materializado, un ataque aquí no sería diferente de
uno en el mundo real. Si ese ataque aterrizara, tanto Mo Ran como él mismo
podrían morir aquí.
Una luz dorada se reunió en la punta de sus dedos.
Esto seguramente arruinaría su cubierta, pero siendo la situación lo que era,
no había otra opción. Estaba a punto de convocar a Tian Wen y acabar con
esto cuando un resplandeciente rayo de luz voló a través del cielo como una
flecha, ¡Dirigiéndose directamente al epicentro de las grietas en la barrera!
La multitud se volvió para ver a Chu Xun de pie sobre un techo alto.
Sujetaba un arpa de fénix, las yemas de sus dedos danzando sobre sus
cuerdas y enviando rayos de luz que se extendían para juntarse en la barrera,
cada sonido agudo y poderoso como la ruptura del metal, reforzando
instantáneamente la barrera Shang Qing que estaba a punto de colapsar.
–– ¡Gongzi está aquí!
–– ¡Gongzi!
Las personas de abajo exclamaban una tras otra, algunas incluso llorando
de alegría. Chu Xun se mantuvo firme contra el ojo del rey fantasma, los dos
ya habían intercambiado cien movimientos en un instante, el rey fantasma
completamente incapaz de invadir la barrera.
La fría voz sonó aún más amenazante en el cielo.
––Chu Xun, con tus habilidades, podrías haber escapado fácilmente tú solo.
¡Por qué insistes en interferir en asuntos ajenos y convertirte en enemigo del
reino fantasma!
––Su Majestad desea hacer daño a mis ciudadanos, ¿Cómo podría ser algo
sin relación a mí?
–– ¡Ridículo! ¡Los fantasmas nos alimentamos de las almas de los vivos,
no hay diferencia entre nosotros comiendo almas y tú comiendo carne! ¡Pronto
lo entenderás, una vez que estés muerto!
Chu Xun no perdió el ritmo, las notas del arpa nunca se detuvieron: ––
Entonces tendremos que ver si Su Majestad puede tomar esta cabeza sobre mis
hombros.
Mientras hablaba, los acordes bajo sus dedos se elevaron a un crescendo
hasta que una luz brillante atravesó los cielos hasta llegar a ese ojo sangriento
en el cielo.
–– ¡AH...!
El grito aterrador sacudió el mismo suelo en el que estaban parados.
Sangre fétida salía de donde el ojo había sido quemado por el ataque de Chu
Xun, el aguacero de sangre mezclándose con los chillidos estridentes. En su ira,
el rey fantasma lanzó una espada de luz muchas veces, cada vez más fuerte
que las anteriores, golpeando en medio de la lluvia de sangre. Chu Xun se
movió para bloquear, pero este ataque fue diferente a los otros, y la fuerza del
impacto le obligó a retroceder varios pasos, las notas de su arpa titubeando.
–– ¡Gongzi...!
–– ¡Crujido! ¡Hay una grieta! ¡La barrera se va a romper!
––Mamá-MamáLa multitud entró en pánico; los que tenían familiares se acurrucaban
juntos llorando, los que no se acurrucaban en los rincones temblando.
Chu Xun rechinó los dientes, fuego en sus ojos, negándose a rendirse tan
fácilmente. Justo cuando estaba atrapado en un punto muerto con el rey
fantasma, las luces se encendieron a ambos lados de él. Miró hacia un lado y
vio a Mo Ran y Chu Wan Ning de pie junto a él, luz escarlata y dorada
fluyendo constantemente hacia la suya, sellando una vez más la barrera.
Un rugido aterrador vino de arriba.
El ojo fantasma desapareció.
Los tres descendieron al suelo. Del cielo llovió sangre podrida durante un
rato más antes de que finalmente volviera al agua límpida.
Chu Xun, con la cara pálida, se inclinó ante Mo Ran y Chu Wan Ning: ––
Muchas gracias por su ayuda.
––Ni lo menciones. –– Mo Ran hizo un gesto con las manos: ––Ve a
descansar, te ves terrible.
Chu Xun asintió, de hecho había quemado demasiadas de sus reservas, por
lo que Mo Ran lo apoyó hasta el pasillo. Las personas que estaban alborotadas
hace sólo un momento, viendo que Chu-gongzi había reparado la barrera y los
había salvado, todos se congregaron en gratitud, ofreciéndole agua y
cubriéndole la ropa sobre los hombros.
Alguien dijo: ––Chu-gongzi, estás empapado, por favor, ve a calentarte
junto al fuego.
Chu Xun les dio las gracias uno por uno, pero estaba demasiado cansado
para moverse, así que sólo pudo rechazar la invitación de esa persona.
Impertérritos, las personas llevaron ramas y en su lugar hicieron una hoguera
junto a él.
Las cosas se calmaron gradualmente, excepto por el crepitar del fuego. De
repente, alguien preguntó: ––Gongzi, tomamos tantas precauciones, pero el rey
fantasma de alguna manera vio a través de todo esto... ah, ¿Qué debemos hacer?
––Sí, sí...
–– ¿Cómo sabían que nos íbamos a ir? Gongzi dijo que estos fantasmas no
pueden distinguir a los títeres de las personas reales, así que cómo sucedió
esto... podría ser... –– La voz de la persona disminuyó y miró a hurtadillas
hacia Chu Xun, claramente queriendo decir que tal vez Chu Xun estaba
equivocado, tal vez se equivocó en algo en alguna parte.
Los guardias vestidos de blanco se percataron de esa mirada, y uno de
ellos reprendió inmediatamente con las cejas arrugadas: –– ¡Qué estás tratando
de decir! ¡Obviamente es porque alguien no pudo mantener la boca cerrada y
filtró el plan al rey fantasma!
La persona murmuró: –– ¿Quién le contaría a los fantasmas? No es como
si hubiera algo que ganar con eso... –– Y entonces, viendo todas las miradas
furiosas que se dirigían hacia él, dejó de hablar, descontento.
Pasó un rato en silencio antes de que alguien más preguntara: ––Gongzi,
ese maldito fantasma definitivamente no lo dejará así, ¿Qué debemos hacer?
Chu Xun, exhausto, no abrió los ojos, pero su voz era gentil todavía: ––
Sólo tenemos que aguantar hasta el amanecer y luego seguir nuestro camino,
no hay nada que puedan hacer a la luz del día.
––Pero tenemos tantas personas, ancianos, jóvenes y algunos heridos
también, ¿Podemos llegar a la Montaña Pu Tuo en un día?
Chu Xun, suavemente: ––No te preocupes por eso. Descansa un poco.
Concéntrate en el viaje de mañana, yo me encargaré del resto.
Chu-gongzi siempre los había protegido; desde que él lo dijo, todos
escucharon e hicieron lo que se les indicó. Un niño pequeño vino con un
caramelo de sésamo y se lo ofreció a Chu Xun.
Chu Xun abrió un poco los ojos y palmeó su cabeza con una sonrisa, y
estaba a punto de decir algo cuando un guardia se precipitó con pánico,
gritando: –– ¡Gongzi! ¡Gongzi, es terrible!
–– ¿Qué pasó?
––El pequeño gongzi- el pequeño gongzi-Xiao Man- fuera del Templo
Cheng Huang- –– El guardia estaba demasiado conmocionado como para decir
una frase completa; tartamudeó un poco más, luego repentinamente cayó de
rodillas y comenzó a llorar miserablemente.
Chu Xun se puso de pie, el poco color que le quedaba en la cara se le
drenó por completo mientras corría bajo la lluvia.
CAPÍTULO 67: LA ANGUSTIA SINCERA DE ESTE
VENERABLE.
El Templo Cheng Huang estaba al borde de la extensión de los poderes de
Chu Xun; la barrera llegaba hasta las escaleras del templo, pero no más allá.
Dentro del templo, las velas parpadeaban débilmente.
Una docena de fantasmas que habían cultivado formas corpóreas se
alineaban a ambos lados, y en medio de ellos, atada de espalda a ellos, había
una mujer vestida de rojo, con la cabeza inclinada hacia atrás mientras miraba
la estatua que estaba sobre el altar.
Y junto a ella, con los ojos inclinados, estaba Xiao Man, sosteniendo
firmemente a un niño pequeño.
Chu Xun gritó: –– ¡Lan-er!
El niño no era otro que el hijo de Chu Xun, Chu Lan. El corazón de Mo
Ran se estremeció al ver al pequeño en problemas; todavía podía saborear la
masa en su lengua. Se dirigió hacia allí, pero fue bloqueado por Chu Wan
Ning.
––No te vayas.
–– ¡Por qué no!
Chu Wan Ning le miró, y luego dijo, en voz baja: ––Ya han muerto todos,
hace doscientos años. La ilusión se ha materializado, no quiero que te lastimes.
––… –– Era verdad, no importaba lo que hiciera ahora, los muertos ya se
habían ido, no había manera de cambiar nada de eso.
El pequeño gimoteó desde fuera de la barrera, casi ininteligible: –– ¡Papá!
¡Papá, ayúdame! ¡Papá, por favor, ayuda a Lan-er!
Los labios de Chu Xun temblaron. Le gritó a Xiao Man: –– ¿Qué estás
haciendo? Nunca te he hecho nada malo, ¡Déjalo ir!
Xiao Man lo ignoró, la cabeza aún inclinada, como si no hubiese oído
nada de eso. Pero las manos que sostenían a Chu Lan traicionaron su
vacilación interior: había un lunar entre el pulgar y el índice de su mano
izquierda, y sus manos temblaban sin parar, las venas de la parte posterior de
ellas sobresalían fuertemente.
A estas alturas, todos los que se refugiaban en la residencia del gobernador
también habían llegado, todos horrorizados y furiosos ante la vista dentro del
templo, murmurando: ––Ese es el hijo del gongzi...
–– ¿Cómo pudo pasar esto...?
Xiao Man cortó las cuerdas que ataban a la mujer vestida de rojo con un
solo movimiento.
Parecía volver a sus cabales y giró lentamente: era hermosa, pura como
una flor de loto, su cuello largo y fino, pero su cara era pálida como el papel y
sus labios estaban teñidos de rojo como la sangre, y la sonrisa que dirigió hacia
Chu Xun era más aterradora que encantadora.
La luz baja de las velas iluminó su cara. En el momento en que la vieron,
Chu Xun y los que estaban detrás de él se congelaron.
Había tristeza en su sonrisa. Suavemente, ella dijo: ––Esposo.
Mo Ran: ––!¡
Chu Wan Ning: ––…
¡La mujer no era otra que la difunta esposa de Chu Xun!
La señora Chu miró a su lado e inmediatamente se acercó para llevarse a
su hijo de Xiao Man.
Xiao Man no estaba dispuesto, pero la señora Chu ahora era un fantasma,
mucho más fuerte que él ahora que ella había sido liberada de las ataduras, y
fácilmente sacó al niño de sus garras.
Pero ella había muerto de una enfermedad antes de que su hijo tuviera un
mes de edad, así que el pequeño nunca había visto a su madre y sólo seguía
llorando por su padre para que lo salvara.
––Sé un buen niño y no llores más, mamá te llevará con tu papá.
La señora Chu levantó al niño en sus delicados brazos y lentamente salió
del templo, bajando por los escalones de piedra empapados por la lluvia, hasta
el borde de la barrera Shang Qing. Se puso de pie frente a Chu Xun, alegría
mezclada con pesar.
––Mi esposo, ha pasado mucho tiempo. ¿Has... has estado bien?
Chu Xun no podía hablar. Las puntas de sus dedos temblaron
incontrolablemente a sus lados mientras esos ojos de fénix miraban fijamente a
la mujer que estaba al otro lado de la barrera, con los bordes lentamente
volviéndose rojos.
La señora Chu continuó en voz baja: ––Lan-er ya ha crecido tanto, y tú
también has crecido cada vez más firme, un poco diferente de lo que recuerdo...
Déjame echarte un buen vistazo.
Ella extendió la mano, presionada contra la barrera, no podía cruzar, no
siendo su cuerpo el de un fantasma, sólo podía mirar en silencio a la persona
del otro lado, a través de los colores que fluyen de la barrera.
Chu Xun cerró los ojos, la humedad se aferró a sus pestañas.
Presionó su mano contra la de ella, separada por la barrera, y luego abrió
los ojos. Los dos se miraron el uno al otro, a través de la vida y la muerte, al
igual que el día anterior.
Chu Xun ahogó un sollozo: ––Esposa...
La familia había estado separada por la vida y la muerte durante muchos
años, pero la cantidad de tiempo que pasaron juntos podía contarse con una
sola mano.
––El árbol Haitang que planté en el patio ese año, ¿Ha echado raíces?
Chu Xun sonrió con ojos llorosos: ––Ya ha crecido alto y hermoso.
La señora Chu, sonriendo gentilmente: ––Me alegro.
Chu Xun hizo todo lo posible por mantener la sonrisa también: ––A Lan-er
le encanta ese árbol Haitang, siempre está jugando debajo de él en primavera.
Le gustan las flores Haitang, como a ti, cada... cada año, durante Qing Ming...
–– Incapaz de mantener el acto por más tiempo, presionó su frente contra la
barrera, las lágrimas caían sin cesar, su voz rompiéndose: ––Todos los años,
durante Qing Ming, siempre recogía la flor más bonita para ponerla ante tu
tumba. Wan-er, Wan-er, ¿Lo viste? Cada... cada año, ¿Lo viste?
Estaba abrumado por los sollozos al final, cada palabra desangrando
miseria, hasta que su compostura finalmente se vino abajo.
Los ojos de la señora Chu también se pusieron rojos; era un fantasma y no
tenía lágrimas que derramar, pero su miserable expresión no era menos
inquietante para los espectadores.
Por un momento todos se quedaron en silencio, todos observando sin
palabras la escena que tenían ante ellos, y alguien estaba sollozando en
silencio.
Pero en ese momento, una voz fría resonó desde arriba.
––Por supuesto que lo sabe. Pero no por mucho tiempo.
La cara de Mo Ran cambió inmediatamente: –– ¡Es el Rey Fantasma!
La expresión de Chu Wan Ning también era oscura: –– ¡Este cobarde ni
siquiera se muestra, sinvergüenza!
La risa del rey fantasma sonaba como clavos contra el metal, haciendo que
la sangre corriera fría.
––Lin Wan-er es uno de nuestros fantasmas ahora. No quería herirla, pero
como estás tan empeñado en oponerte a mí y hasta arruinaste uno de mis ojos,
¡Tendré que sacarte el corazón, infligirte un dolor mayor! –– Ante sus
palabras, los fantasmas en el templo comenzaron a recitar encantamientos.
––El corazón ya no existe, que el pasado sea borrado... –– Los ojos de la
señora Chu se abrieron de golpe y su voz tembló: –– ¡Esposo, Lan-er, toma a
Lan-er!
––El corazón ya no existe, que las relaciones se cercenen...
–– ¡Lan-er! ¡Rápido! ¡Ve con tu papá!
La señora Chu intentó empujar a su hijo a través de la barrera, pero la fina
capa de luz lo mantuvo fuera como si fuera un fantasma.
Xiao Man los miró desde donde estaba junto a la barandilla del templo; su
cara, originalmente encantadora, retorcida por una mezcla de dolor y alegría.
––Es inútil. Le puse una marca de fantasma, como ordenó el Rey
Fantasma. Ahora es como un fantasma, la barrera no lo dejará entrar.
Detrás de ellos, el encantamiento se elevaba como una marea: –– El
corazón ya no existe, que la razón se destruya...
–– ¡Esposo! –– La señora Chu ya estaba aterrorizada, aferrándose a su hijo
y golpeando contra la barrera: ––Esposo, quita la barrera, quítala, deja entrar a
Lan-er, tienes que protegerlo, tienes que protegerlo... Casi... estoy... estoy...
––El corazón ya no existe, que la compasión sea asfixiada...
–– ¡ESPOSO!
La señora Chu cayó de rodillas, los ojos muy abiertos mientras todo su
cuerpo temblaba incontrolablemente, marcas de maldición de color sangre
subiendo lentamente por su cara. ––Nuestro hijo... Lan-er... me prometiste, me
prometiste que cuidarías de él... por favor, quítala... por favor, te ruego... te
ruego, quítala... ¡Esposo!
Chu Xun sintió como si le estuvieran destrozando las entrañas. Varias
veces su mano se levantó para disipar la barrera, sólo para caer al final.
Fuera de la barrera, Chu Lan estaba llorando fuertemente, mirándolo con
la cara manchada de lágrimas, sus pequeñas manos acercándose a él: –– ¿Papá
ya no quiere a Lan-er...? Lan-er quiere que papá.... Papá me abrace...
La señora Chu lo sostuvo fuertemente en sus brazos, besando su mejilla.
La pareja de madre e hijo, uno arrodillado, otro llorando, rogando a Chu Xun
que derribara la barrera Shang Qing y dejara entrar al niño.
Repentinamente, alguien en la multitud gritó: –– ¡Gongzi, no puedes! No
puedes quitar la barrera, eso condenaría a todos los cientos de personas que
quedan en Lin-An... ¡Esa es la estrategia de los fantasmas! ¡Gongzi! ¡No
puedes quitar la barrera!
–– ¡Eso es cierto, la barrera debe mantenerse! –– El deseo de vivir hizo
que la gente común se arrodillara una tras otra y se arrastrara hacia Chu Xun,
suplicando: –– Gongzi, por favor, no puedes quitar la barrera, o todos
moriremos.
––Señora, por favor... –– Uno de ellos se agachó y se inclinó hacia la
señora Chu. –– Señora, por favor tenga piedad, por favor sea benevolente, le
estaremos agradecidos para siempre, por favor no haga que gongzi derribe la
barrera, siempre fue tan compasiva, por favor, se lo suplicamos...
En un instante, aparte de los guardias y un puñado de gente común, todos
los demás estaban de rodillas suplicando y llorando, sus voces ahogando la de
la señora Chu y la de su hijo en la parte exterior de la barrera.
Chu Xun se sintió como si estuviera parado en la punta de una aguja y
siendo apuñalado por miles de cuchillos afilados, a cada cuchilla creciéndole
púas dentro de su carne y desgarrándole sus órganos.
Ante él estaban su esposa y su hijo, detrás de él estaban las vidas de
cientos de personas.
Atormentado, se sintió como si ya hubiera muerto, como si hubiera sido
tragado por las llamas y quemado hasta las cenizas.
Pero el canto continuó, aún más penetrante que antes.
––El corazón ya no existe, que la emoción sea expurgada...
––El corazón ya no existe, que el deseo se disperse...
Más y más marcas de maldición subían por el cuello de la señora Chu, casi
cubriendo toda su cara, y comenzando a sangrar en sus ojos.
Apenas podía hablar, solo miraba a su esposo desesperada mientras se
esforzaba por hablar: ––Si tú... yo... te... odiaré... toma... toma... toma a Laner... Te odio... Yo...
Las marcas de maldición se filtraban en sus pupilas. Todo su cuerpo se
estremeció, como en agonía, y apretó los ojos.
–– ¡YO... ODIO!
¡Un grito miserable desgarró el aire, pero el final se convirtió en un grito
como de bestia!
Los ojos de la señora Chu se abrieron. Sus gentiles ojos en forma de
almendra estaban manchados del color de la sangre, y el blanco de sus ojos
había desaparecido, pues ahora había cuatro pupilas en cada ojo.
–– ¡Wan-er!
Chu Xun lloró con una inmensa angustia, olvidando por un momento que
la barrera Shang Qing requería que su lanzador permaneciese dentro,
queriendo sólo estar con su esposa. Pero justo cuando estaba a punto de salir
de la barrera, una flecha atravesó el cielo y se clavó firmemente en su hombro,
y el brazo que estaba levantando cayó de nuevo a su costado.
Era un joven de la guardia, aún posando con el arco en la mano.
Le dijo a Chu Xun, con justicia: –– ¡Gongzi! ¡Despierte! Siempre nos has
enseñado que los justos prefieren a las personas antes que a sí mismos, ¿Son
sólo palabras bonitas? ¿Vas a tirar las vidas de cientos para salvar a una
persona tan pronto como te concierne?
Una anciana junto al joven dijo titubeante: ––Baja ese arco, ¿Cómo
pudiste lastimar al gongzi?
Todo, todo es la elección de gongzi,
gongzi ya ha hecho todo lo posible, cómo, cómo pudiste.... ¡Cómo pudiste ser
tan ingrato!
Mientras discutían, de repente estallaron gritos de miedo en el frente.
La señora Chu se había transformado completamente. Había sostenido a su
hijo con tanto amor hace solo un momento, pero ahora no era diferente de una
bestia, aullando hacia el cielo con saliva que goteaba de su boca, y sus dientes
crecían a cada segundo.
Y en sus brazos, la voz de Chu Lan se había vuelto ronca por llorar, pero
entre sollozos aún gritaba: –– Mamá...
¡Lo que le respondió fueron las garras rojas de la señora Chu, perforando
su garganta!
Todos los sonidos desaparecieron del mundo.
Gotas de sangre flotaban por el aire como tantas flores.
Al igual que ese año, cuando la señora Chu se paró junto a la ventana
sosteniendo a su hijo recién nacido, mirando los pétalos de flores Haitang
recién florecidas danzando en el patio.
Ella había acunado al niño suavemente en sus brazos, cantando
suavemente: ––Haitang rojo, Haitang amarillo, flotando suavemente en el
viento. Niños en una tierra lejana, extrañando a sus padres.
Haitang rojo... Haitang amarillo...
La mano que había acariciado tan tiernamente a Chu Lan ese año le
rompió el cráneo, las extremidades, la carne.
Flotando suavemente en el viento.
La lluvia cayó como un diluvio, la sangre se acumuló y fluyó por el suelo.
La madre se comió las entrañas de su hijo.
Niños en una tierra lejana.
Los aleros del Templo Cheng Huang sobresalían solemnemente sobre
ellos.
El año en que nació Chu Lan, se había arrodillado ante el Templo Cheng
Huang y había estrechado sus delicadas y cálidas manos en oración. La
campana de un reloj había dispersado a todos los pájaros, y en la neblina de las
fragantes velas, se inclinó profundamente para rezar por la salud y la felicidad
de su hijo, para que pudiera vivir hasta cien años y tener una vida libre de
preocupaciones...
Extrañando a sus padres.
El corazón de Chu Lan fue sacado de su cuerpo destrozado. La señora Chu
hundió sus dientes en él, insaciable, sangre goteando por las comisuras de su
boca.
–– ¡AAAHHHHH! –– Chu Xun se derrumbó, sosteniéndose la cabeza
donde había caído de rodillas, golpeando su cabeza repetidamente contra el
suelo. Él lloró, miserable y desdichado, arrodillado bajo la lluvia en la sangre
delante de su esposa e hijo frente a todas las personas de Lin-An, se arrodilló
ante la imagen de Dios, se arrodilló en el barro bajo sus pies.
Se arrodilló en las profundidades del pecado, se arrodilló en las alturas de
la virtud.
Se arrodilló con una gratitud incalculable, se arrodilló con el mayor odio.
Se encorvó en el polvo, su alma destrozada y extinguida.
Desintegrado en polvo.
Pasó mucho tiempo antes de que alguien finalmente hablara con voz
temblorosa.
––Gongzi...
––Gongzi, mis condolencias...
––La benevolencia de Gongzi no será olvidada...
–– ¡Chu-gongzi es justo, una persona verdaderamente amable!
Verdaderamente una persona amable...
Alguien acercó a su propio hijo y le tapó los ojos para que no viera la
escena sangrienta, sólo hace un momento dejándole ir para decirle a Chu Xun:
––Gongzi, nos salvaste la vida a todos. La señora y el pequeño gongzi, ellos...
seguramente ascenderán al paraíso...
Alguien más escupió: –– ¡Agarra a tu hijo y piérdete! ¿¡Por qué no fueron
tú y tu hijo al paraíso en su lugar!?
Esa persona retrocedió tímidamente.
Pero todo sonaba tan lejano. Chu Xun se sintió como si ya hubiera muerto.
Las voces sonaban como si vinieran del otro lado del océano, del otro lado de
la vida.
En el torrencial aguacero, el hombre estaba cubierto de barro, esa delgada
capa de luz transparente que lo separaba de su esposa e hijo, los muertos de un
lado y los moribundos del otro. Mirando la escena ante él, Mo Ran pensó
repentinamente en su última vida, cuando había masacrado sin querer a los
inocentes, y se preguntó si había creado más de un Chu Xun, más de un Chu
Lan, más de una señora Chu...
Miró sus manos.
Por una fracción de segundo, sus manos parecieron estar cubiertas de
sangre.
Pero luego parpadeó, y era sólo la lluvia helada que se acumulaba en sus
palmas y fluía por sus manos.
Temblaba.
Pero al momento siguiente, una mano cálida tomó la suya.
Salió de eso como si se hubiese despertado de una pesadilla para encontrar
a su pequeño Shidi mirándole con preocupación. Se parecía tanto a Chu Lan.
Mo Ran se inclinó lentamente para estar a la altura de sus ojos, como un
pecador pidiendo perdón a las almas de los muertos, mirándolo con los ojos
llorosos por la lluvia y las lágrimas.
Chu Wan Ning no dijo nada, sólo levantó la mano y le dio una palmadita
en la cabeza.
––Ya ha ocurrido. –– Chu Wan Ning dijo en voz baja. ––Ya está todo en
el pasado.
––Tienes razón. –– Pasó un tiempo antes de que Mo Ran sonriera con una
triste sonrisa. Bajando las pestañas, murmuró: ––Ya está todo en el pasado.
Pero incluso si todo eso ya estaba en el pasado, todo eran cosas que él
había hecho. No había matado a Chu Lan, pero ¿Cuánta gente como Chu Lan
había muerto por su culpa?
Cuanto más lo pensaba, más miedo tenía, más le dolía.
¿Por qué había sido tan cruel? ¿Por qué había sido tan obstinado?
CAPÍTULO 68: ESTE VENERABLE NO PUEDE
SOPORTARLO.
Chu Lan estaba muerto, pero la ilusión continuó.
Aún faltaban horas para el amanecer, y la larga pesadilla aún no había
terminado. Los sobrevivientes regresaron a la residencia, preparándose para
partir hacia la Montaña Pu Tuo tan pronto como amanezca.
Era difícil de creer que alguien pudiera seguir adelante después de sufrir
ese tipo de dolor. A decir verdad, realmente parecía que todo lo que quedaba
de Chu Xun era una cáscara andante, su alma ya se había ido.
Mo Ran caminó por la ciudad y escuchó a mucha gente preocupada después de todo, Chu Xun había sufrido tanto que, dejando de lado la
posibilidad de que pudiera estar guardando rencor, incluso si todavía estaba
dispuesto a sacar a todos de aquí, sus posibilidades disminuyeron
significativamente con él en ese estado.
Pero no todos pensaban sólo en sí mismos; no eran muchos, pero al menos
había unas cuantas personas que estaban genuinamente tristes por Chu Xun.
Se guisaban en ansiedad mientras esperaban que el cielo se iluminara.
Pero lo que llegó antes de que saliera el sol fue esa voz fría y ahora
familiar, rompiendo el pesado cielo nocturno y resonando por encima de la
barrera.
Esta vez el rey fantasma no se dirigió a Chu Xun, sino a todos los demás
en la ciudad.
––El sol saldrá pronto. Este Venerable sabe que todos ustedes planean irse
una vez que sea de día. Pero, ¿Realmente lo ha pensado bien? Pu Tuo está muy
lejos de aquí, no hay forma de que lleguen allí en un solo día. Una vez que
caiga la noche, todos ustedes tendrán que depender de Chu Xun para su
protección. ¿Pero piensan que Chu Xun los protegerá?
––Mamá...
Un niño comenzó a llorar de miedo ante la voz aterradora, hundiéndose en
los brazos de su madre. Todos miraban al cielo.
Sólo Chu Xun, de pie frente a la residencia y apoyado en el árbol Haitang,
tenía los ojos cerrados como si no oyera nada.
––Su esposa y su hijo están muertos por su culpa. ¿Realmente piensan que
Chu Xun los protegerá? Probablemente tiene algo más en mente para vengar a
su familia, algo que los haga desear estar muertos. Es sólo la naturaleza
humana, después de todo... este Venerable también fue una vez humano, saben.
Seguro que hay personas amables, pero sólo lo hacen por su reputación. Los
humanos son viles por naturaleza, cualquier persona que se llame buena sólo
está tratando de sacar algo de ello. Pero seamos honestos, una vez acorralados,
no les importará si otras personas viven o mueren.
La espeluznante voz del rey fantasma resonó desde arriba.
––Este Venerable ya lo ha dicho antes, pero no iba a quitarles la vida a
todos. De hecho, los vivos pueden servirnos a los fantasmas. Si no me creen,
sólo mírenlo...
Mientras hablaba, una nube negra se elevó hacia la barrera con Xiao Man
encima. Y, junto a él, un hombre amable de unos cuarenta o cincuenta años.
Alguien gritó sorprendido: –– ¡Es el padre de Xiao Man!
–– ¡Es el padre de Xiao Man! ¿No murió?
––Incluso su cuerpo fue desmembrado, todos lo vieron. ¿¡Cómo puede ser
esto!?
El rey fantasma continuó: ––Como uno de los nueve reyes del inframundo,
aunque este Venerable no ejerce control sobre la vida y la muerte como lo
hace el Emperador Yan Luo, algo así como restaurar la apariencia de los
muertos no es más que un simple asunto. Si me sirven, les concederé la
compañía duradera de sus seres queridos fallecidos. Pero si se oponen a mí,
terminarán como su Chu-gongzi, viendo a su esposa matar a su hijo con sus
propios ojos, impotente para hacer algo al respecto.
Todos estaban en silencio dentro de la barrera.
–– ¿De verdad confiarán en él? ¿Confiar en que no se vengará por su
esposa e hijo?
–– ¿Realmente creen que los llevará desde aquí hasta Pu Tuo?
Alguien miró hacia Chu Xun, sus ojos ya parpadeando de malicia.
Chu Xun finalmente levantó la vista desde donde estaba bajo el árbol en
flor para nivelarlos con una mirada tranquila. Realmente no sabía qué decir en
ese momento; pasó mucho tiempo antes de que finalmente dijera: ––Ya es lo
que es, ¿Qué sentido tendría mutilarlos ahora?
––HAHAHAHAHAHAHAHAHAHA- ––La risa espantosa del rey
fantasma resonó desde arriba de la barrera. ––Muy bien, muy bien, dice que no
les hará daño. Si le creen, entonces sigan adelante y vayan con él. Pero si me
creen...
Su voz retumbó con creciente intensidad, como si pudiera atravesar los
tímpanos hasta llegar al corazón.
––Si me creen, serán recompensados. Puedo traer de vuelta a sus
familiares. Todo lo que tienen que hacer es entregar a Chu Xun, ¡Sólo tienen
que entregarlo a mí! Mi rencor está contra él, no contra ninguno de ustedes.
Entréguenlo y no tendrán que abandonar sus casas. Entréguenlo y podrán
reunirse con su familia. Sólo entréguenlo y todo habrá terminado.
La voz del rey fantasma se volvió débil.
––Estaré esperando en el Templo Cheng Huang, hasta que salga el sol.
La voz se desvaneció.
Una extraña especie de alboroto surgió del silencio mortal mientras todos
los ojos de la multitud miraban a Chu Xun. Chu Xun les miró con una
expresión tranquila y plana.
Alguien empezó a murmurar impotente: ––Qué debemos hacer...
–– ¿Qué debemos hacer, esposo? Tengo tanto miedo...
–– ¡Mami, tengo miedo, no quiero que me coman!
Alguien más dijo en voz baja: ––El Rey Fantasma no se equivoca... estas
personas supuestamente bondadosas sólo tienen motivos ocultos, ya hemos
visto a muchos de su clase antes. Chu.... Chu-gongzi puede que no haya hecho
nada todavía, pero míralo, medio muerto como está, quién dice que no hará
ninguna locura en el futuro.
Otra persona, escuchando sus palabras, susurró de acuerdo: ––Tienes
razón. Por lo que sabemos, está guardando rencor y esperando a que nos maten
a todos. La traición a última hora no es algo inaudito...
De repente, un hombre de aspecto rudo sobresalió de entre la multitud y
gritó: –– ¡Agárrenlo! ¡Podemos vivir si lo entregamos!
Todos se quedaron en silencio. Pasaron unos momentos antes de que una
joven saliera y se bloquease delante del hombre, su voz suave pero
determinada: –– ¿Cómo puedes ser tan desagradecido? ¿No tienes dignidad de
hombre?
–– ¡Vete a la mierda! –– El hombre pateó a la mujer al suelo y le escupió
en la cara: ––Eres una puta estúpida que se acuesta con hombres, sin familia,
¿Para qué demonios estás tendiendo tu trampa? Tengo que cuidar de jóvenes y
mayores, no voy a dejar que mi familia pase por nada.
¡Chu-gongzi, vas a tener que entender!
Y con eso, se dispuso a capturar a Chu Xun.
Pero ni siquiera había dado un paso antes de que le agarraran firmemente
la pierna. Miró hacia abajo y rugió con furia: –– ¿Sigues estorbando, puta tonta?
Vete a morir sola si quieres, ¡Cómo te atreves a arrastrar a los demás contigo!
La mujer no se enfureció menos: ––Puedo ser una prostituta, pero al
menos puedo distinguir el bien del mal. Si hasta los perros y los gatos saben
devolver las bondades, ¿Cómo podríamos no hacerlo los humanos?
–– ¡Cierra la puta boca!
El hombre dirigió sus botas a su cabeza hasta que toda su cara estaba
manchada de moretones. Para entonces, el resto de la multitud también se
había acercado y formado un círculo alrededor de Chu Xun. Algunos de ellos
trataron de detenerlos como lo había hecho la mujer del burdel, pero fue un
esfuerzo inútil, como una sola hoja atrapada en una corriente enfurecida, que
fue tragada en un abrir y cerrar de ojos.
–– ¡Gongzi, Gongzi, apúrate y sal de aquí!
Una anciana gritó temerosa a Chu Xun: –– ¡Chu-gongzi, vete! ¡Sólo vete!
¡No te quedes por el bien de estos animales! ¡Vete!
También estaba la tierna voz de un niño pequeño: ––Dejen de pelear,
mami, papi, no lastimen el gongzi, no lo lastimen...
Un torbellino de conmoción, desorden y caos.
Chu Xun estaba solo bajo la lluvia. Sintió como si estuviera mirando a una
horda de fantasmas que se habían arrastrado desde las profundidades del
infierno. Por un momento, quiso irse.
Pero entonces su mirada se posó en esas personas, esas personas que viven,
respiran y lloran. Vio al niño pequeño, llorando mientras intentaba detener a
sus padres. Vio a la joven que fue la primera en defenderlo, cuya cara estaba
ahora magullada e hinchada. Miró a la anciana temblando bajo la lluvia, y a la
otra docena de personas que estaban de espaldas a él, haciendo todo lo posible
para detener a los demás.
El pie que estaba a punto de salir se detuvo.
No han hecho nada malo. Si derriba la barrera, estas personas también
morirán. Así que resulta que lo más repugnante en este mundo no eran los
fantasmas y los demonios, sino esas bestias cobardes y despreciables con piel
humana escondidas entre la multitud, dispuestas a decir y hacer cualquier cosa
sólo para asegurar su propia supervivencia.
Y, después de todo, ellos decían: ––Sólo quería vivir, soy lamentable e
impotente, no he hecho nada malo.
Había pensado que las personas a las que protegía eran todas indefensas,
buenas personas.
Pero estaba equivocado.
Esas bestias se quitaron la piel humana ahora, revelando sus feas y
maliciosas caras de color rojo sangre....
Estaban tan bien escondidos... tan bien escondidos.
Ya no quería llorar y sangrar por esas bestias vestidas de humanos, pero
eran tan astutas, escondidas tan bien entre las personas buenas y amables, sus
rostros riéndose de él, deleitándose en su impotencia.
––No tienes más remedio que salvarnos; si rompes la barrera, llevaremos
al infierno a las personas que quieres salvar, las personas que realmente te lo
agradecen, junto con nosotros en el infierno.
No tienes elección, por mucho que te enferme.
Elegiste ser virtuoso, elegiste ser una buena persona.
Ya que esa es la decisión que tomaste, entonces es sólo tu deber
sacrificarte para salvar a todos los demás. Si te niegas, entonces eres un
embustero, un impostor, un farsante, peor que una bestia.
Era como si pudiera oír a esas personas aullar, escuchar sus risas
estridentes: No tienes otra opción. ¡No tienes elección!
En ese frenético pandemonio, en la tempestad de la lluvia y el viento, Chu
Xun levantó lentamente su cabeza hacia el cielo.
El amanecer estaba finalmente a punto de comenzar.
El incesante aguacero había lavado la sangre de los escalones de piedra del
Templo Cheng- Huang. Chu Xun y los que habían tratado de protegerlo
estaban todos atados, caminando hacia el templo.
La escena era a la vez dolorosa y ridícula; esas personas habían atado a
Chu Xun tan fuertemente, satisfechos de haber capturado a una persona tan
poderosa, completamente inconscientes de que Chu Xun podía fácilmente
convertir las cuerdas en cenizas con un solo hechizo.
Pero no lo hizo. Tampoco derribó la barrera Shang Qing.
Ya se había derramado suficiente sangre en Lin-An. No quería que más
gente inocente muriera sólo por su propia venganza.
Y así fue como la fina capa de luz los protegió a todos, tanto a las ingratas
bestias que se volvieron contra él como a las personas que se mantuvieron
sinceramente a su lado. Llegaron al templo, pero el rey fantasma no apareció.
En vez de eso, había una vela que desprendía un humo negro que se retorcía en
una silueta oscura.
–– ¡Por qué... no has disipado la barrera!" En el momento en que vio a
Chu Xun, esa voz se enfureció y dijo: –– ¡Discipa la barrera!
Chu Xun dijo, calmadamente: ––Sobre mi cadáver.
El humo negro emitió un grito estridente: –– ¡Chu Xun, debes estar loco!
¡Ustedes... todos ustedes... mátenlo, o les quitaré la vida en cuanto llegue la
noche!
Al amanecer.
La primera luz del día iluminó la noche sin fin.
El rey fantasma, incapaz de mantener su forma en la luz del día, huyó a la
oscuridad. La vela que desprendía el humo negro parpadeó y se apagó.
Chu Xun se recompuso. El Templo Cheng Huang estaba en un lugar
elevado; desde aquí podía ver la niebla matutina cubriendo suavemente las
montañas y los ríos, escondiendo las cicatrices de la vista, y por un momento,
todo se parecía a los días de antaño: era una hermosa primavera.
––Chu-gongzi, lo siento.
––No es que seamos crueles y sin corazón ni nada, es sólo que el Rey
Fantasma te guarda rencor por arruinarle el ojo... no tenemos otra opción...
–– ¿¡Por qué siguen lloriqueando!? No lo prolongues, no queremos
sorpresas. ¡Tengo una familia allá atrás que quiere vivir! ¿Quién es más
importante, este tipo o todos nosotros? ¡Los justos prefieren a las personas
antes que a sí mismos, son sus palabras, no las mías!
Chu Wan Ning se paró en la distancia, mirando a esa persona de relación
desconocida consigo mismo, sus sentimientos complicados.
De repente, un par de manos cubrieron sus ojos.
Murmuró Chu Wan Ning: –– ¿Qué estás haciendo?
––No dejarte ver.
––... ¿Por qué?
––Estarás triste.
Chu Wan Ning se quedó callado por un momento, sus pestañas temblando
contra la parte inferior de las manos de Mo Ran: "No lo haré. Ya he dicho que
todo está en el pasado, hace ya, doscientos años atrás."
Mo Ran suspiró suavemente desde detrás de él: ––...Pequeño tonto,
¿Entonces por qué están mojadas mis palmas?
No sabía cuánto tiempo había pasado: un palito de incienso [30 min], un
shichen [2 horas], o sólo una fracción de segundo.
El tiempo se difuminó en esta locura, este caos.
Cuando Chu Wan Ning volvió a abrir los ojos, la barrera Shang Qing se
había disipado. Chu Xun yacía en un charco de sangre, rodeado de personas y
fantasmas, por demonios que vestían piel humana, inhalando el aroma de
sangre fresca.
Éxtasis y culpabilidad; calamidades del pasado, el resto de sus vidas ahora
están expuestas.
La agonía y el pecado; los corazones de las personas, indistinguibles de los
de las bestias.
El aire apestaba a muerte.
El reino humano, o tal vez el infierno.
Era difícil de decir.
Lentamente, la multitud se dispersó. No había miedo por los fantasmas
durante el día, así que fueron a buscar comida, a descansar, a esperar a que el
rey fantasma volviera por la noche e inspeccionar el cuerpo en el templo y
recompensarles la reunión prometida con sus seres queridos fallecidos.
Poco a poco, sólo una docena de personas permanecieron en el templo,
llorando de dolor. La joven del burdel estaba allí, y la anciana de pelo blanco.
El pequeño niño, y sus padres que lo habían escuchado. Un mendigo, un
erudito, un narrador, un hijo de una familia que alguna vez fue rica, una viuda
con su hijo pequeño en brazos, un maestro y un granjero.
Nadie más.
Pero mientras lloraban sobre su cuerpo, el hombre que yacía muerto en un
charco de su propia sangre abrió lentamente los ojos.
–– ¡Gongzi!
–– ¡Chu-gongzi!
El corazón de Mo Ran tembló. Incapaz de soportarlo, dijo: ––No.... esto
es...
Este hechizo era un arte perdido en la era moderna, no esperaba que se
utilizara en esta ilusión.
––El hechizo de voz persistente. Ya está muerto, pero usó este hechizo en
sí mismo antes de morir. –– Chu Wan Ning se detuvo antes de continuar. ––
Todavía tenía asuntos sin resolver, cosas que le preocupaban.
Chu Xun tenía los ojos en blanco, las pupilas dilatadas, y su voz era plana
cuando hablaba: ––Los demonios y los fantasmas son traicioneros, no deben
creer sus palabras. Sin la barrera Shang Qing, invadirán la ciudad una vez que
caiga la noche y serán masacrados a voluntad. Por favor, abandonen este lugar
y diríjanse a Pu Tuo.
––Go
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