The Husky and his White cat Shizun. Autor: -Meatbun dosen’t eat meatAño: 2017 Estado: 311 capítulos + 19 Extras: 1. Volumen I: Diferentes caminos 2. Volumen II: Mismo destino 3. Volumen III: Batalla decisiva Traducción por: Sizhui Basado en la traducción de Rynn, Suika, Peri Sinopsis: Mo Ran sintió que tomar a Chu Wan Ning como su maestro fue un error. Su Shizun era muy similar a un gato, mientras que él era como un perro tonto. Los perros y los gatos eran biológicamente diferentes. El perro tonto originalmente no tenía la intención de poner sus patas peludas en ese gato. Originalmente pensó que los perros deberían estar con perros, como su hermano mayor, que era hermoso y dócil, como un lindo Spint japonés. Se verían muy bien juntos. Pero después de morir y volver a la vida, después de vivir dos vidas, al que él había llevado a su guarida las dos veces fue el gatito blanco como la nieve, Shizun, al que ni siquiera había puesto atención al principio. Sinopsis: Mo Ran sintió que tomar a Chu Wan Ning como su maestro fue un error. Su Shizun era muy difícil de entender, no sabía cómo descifrar a este bloque de hielo. Debido a esto ocurren una serie de eventos desafortunados que llevan a que su persona amada muera a manos de su maestro, no vuelve a mostrar el mínimo respeto o aprecio a aquella persona que le dio un hogar y se empecina con tomar la vida y el poder de toda persona que se encuentre en su camino de ser el Emperador del mundo de la cultivación. Taxian-jun, el emperador del mundo del cultivo, lleno de resentimiento mata y toma como prisionero a aquel culpable de su desgracia, su maestro Chu Wan Ning. Luego de una vida de haberlo odiado y torturado, cegado por la tristeza y de haberlo perdido absolutamente todo, decide acabar con el vació en su interior y descansar para siempre. CAPÍTULO 1: ESTE VENERABLE HA MUERTO. Ese poco tiempo antes de que Mo Ran fuera el emperador, siempre había alguien que le llamaba perro. El gerente lo llamó: “Hijo de perra” Los clientes lo llamaron: “Cachorro de perra” Su primo menor lo llamó: “Perro de mierda” Y su madre era la mejor, diciendo que fue criado por una perra. Por supuesto, había otras metáforas relacionadas con el perro que eran tan malas. Por ejemplo, sus aventuras de una noche siempre se quejaban con cierta petulancia de que la fuerza de sus caderas eran como las de un perro macho; la miel goteaba de sus labios atrayendo el alma, pero el arma de abajo le estaba robando la dulzura de su vida. Pero luego se volvían y se jactaban de los demás, hasta el punto de que todo el distrito sabía que el hombre Mo Wei Yu era a la vez guapo en apariencia y agresivo con su herramienta; los que lo intentaban estaban satisfechos con su comida, y los que no lo habían estado, estaban muy tentados. Había que decir que todos esos nombres eran muy acertados. Mo Ran era de hecho muy parecido a un perro que menea la cola. No fue hasta que se convirtió en el emperador del mundo de la cultivación que este tipo de apodos desapareció en un instante. Un día, una pequeña secta de una tierra lejana le regaló un cachorro. El cachorro tenía una capa de gris blanquecino, tres ráfagas de llamas en la frente, algo así como un lobo. Pero, era tan grande como un melón, y parecía algo estúpido, regordete y redondo, pero todavía pensaba que era bastante poderoso, corriendo por todo el salón salvajemente. Varias veces intentó subir los escalones muy, muy altos para ver claramente a la persona que se sentaba en el trono tan serenamente, pero debido a que sus piernas eran demasiado cortas, finalmente abandonó el esfuerzo. Mo Ran miró fijamente a esa bola de pelo que no tenía ingenio, pero sí mucha energía y de repente se río, riendo mientras lo llamaban “Perro de mierda”. El cachorro pronto creció y se convirtió en un perro grande; el perro grande se convirtió en un perro viejo, y el perro viejo se convirtió en un perro muerto. Mo Ran cerró los ojos, luego los abrió con un parpadeo. Su vida estaba llena del flujo y reflujo del prestigio y la vergüenza, a veces hacia abajo. Antes de que se diera cuenta, habían pasado treinta y dos años de su vida. Había jugado con todo y había cansado de ello. Todo era del mal gusto y solitario, y en los últimos años, había cada vez menos gente que conocía a su lado, incluso el perro Tres llamas había pasado al cielo. Era hora, pensó. Es hora de acabar con todo. Recogió una uva reluciente y peló lánguidamente su piel púrpura. Su movimiento era suave y practicado, como Rey Yu en su campamento quitando las túnicas de la princesa Hu, pero había una pereza en ello como si estuviese cansado de todo eso. La brillante fruta temblaba ligeramente en las yemas de sus dedos, su jugo brotaba y fluía, delicadamente púrpura, como un ganso salvaje deslizándose por acantilados rojos, como flores Haitang entrando en su sueño. Pero más como la sangre sucia. Miró fijamente a sus propios mientras tragaba esa dulzura abrumadora en su boca, y luego abrió perezosamente los ojos. Ya era hora, pensó. Ya era hora de que descendiera al infierno. Mo Ran, nombre de Mo Wei Yu. El primer emperador del mundo de la cultivación. Realmente no fue fácil llegar a esta posición. El requisito no era simplemente el de poderes espirituales sobresalientes; sino que también se necesitaba una cara gruesa que fuera tan dura como una roca. Antes de él, las diez sectas más grandes del mundo de la cultivación habían dividido territorios, luchando y acaparando unos contra otros en sus dominios. Con las sectas enfrentándose entre sí, no había nadie que pudiera gobernar el mundo y tomar todas las decisiones. Y además, cada líder de secta estaba extraordinariamente instruido, así que aunque quisieran concederse un título por diversión, desconfiarían de lo que los historiadores escribirían, temerosos de recibir la desgracia en los libros de la historia. Pero Mo Ran era diferente. Era un matón. Lo que los otros no se atrevían a hacer, él lo había hecho todo. Bebiendo el mejor vino del reino de los mortales, casándose con la mujer más bella del mundo. Primero se convirtió en el líder de la Alianza en el mundo de la cultivación “Taxian-jun”, luego se otorgó el título de emperador. Todos se postraron y se rindieron ante él. Los que se negaron a arrodillarse, los masacró a todos. Los años en que afirmó su dominio, la sangre fluía como un diluvio y los lamentos de luto estaban por todas partes. Innumerables hombres justos se sacrificaron, incluso la Secta Ru Feng de las Diez Grandes Sectas fue completamente aniquilada. Y más tarde, incluso el honorable maestro que le enseñó a Mo Ran no pudo escapar de sus garras demoníacas. En una batalla final con Mo Ran fue derrotado, y fue tomado prisionero en el palacio por su discípulo amado, ahora su paradero desconocido. La tierra, que había sido hermosa y tranquila, fue repentinamente empujada hacia el caos. El emperador perro, Mo Ran no leyó muchos libros y era alguien que no tenía miedo de nada, así que mientras estuvo en el poder, el mundo nunca estuvo exento de asuntos ridículos. Como los títulos de los años reinantes. En el primer período de tres años de su reinado, el título era “Wangba”. Fue algo en lo que pensó mientras alimentaba a los peces junto al estanque. En el segundo período de tres años, el título era “Croak”, la razón por la que escuchó a las ranas croar en el jardín en verano, y determinó que era la inspiración concedida por los cielos y que no debía darse por sentada. Todos los eruditos del país creían que nunca podría haber títulos más trágicos que “Wangba” y “Croak”, pero, desgraciadamente, no entendían nada de Mo Ran. En el tercer período de tres años, los disturbios comenzaron a sacudir varias regiones locales, ya fueran budistas, taoístas o cultivadores espirituales, todos esos cultivadores justos en el mundo comenzaron a levantarse en rebelión. Así, esta vez, Mo Ran contempló profundamente durante mucho tiempo, y después de desechar muchos borradores, nació un título que sacudió los cielos e hizo llorar a los fantasmas y a los dioses: “Cesar la batalla”. Se suponía que tenía una connotación bien intencionada. El primer emperador usó todo su cerebro para inventar esas palabras, tomando de la expresión fortuita “Cesar las batallas y soltar las armas”. Sólo que, cuando se hablaba en voz alta en el mundo común, era extremadamente incómodo. Especialmente para aquellos que no sabían leer, era aún más incómodo escuchar el título. El primer año fue llamado el primer año de Cese de batalla, pero por qué sonaba como el año de las Bolas de pene. El tercer año del pene. Algunos lo maldecirían detrás de las puertas cerradas. –– ¡Qué tontería! ¿Por qué no darle el título “Ji Ba Chen” para completar el círculo? Así que la próxima vez que veas a un hombre, no hace falta que preguntes cuántos años tiene, ¡Sólo pregúntales qué edad tiene su polla! ¡Los maestros de cientos de años pueden llamarse Pene Centenario! Después de tres largos años, finalmente llegó el momento de reemplazar el nombre de la era en curso “Ji Ba”. La gente de todo el mundo estaba esperando ansiosamente a ver qué se le ocurría a Su Majestad el Emperador para el cuarto título, pero esta vez, Mo Ran ya no tenía ningún interés en escribir un nombre. Desde que, este año, los disturbios en el mundo de la cultivación finalmente estallaron por completo. Después de haber aguantado durante casi una década. Los justos artistas marciales y héroes del mundo de la cultivación, que habían sufrido en silencio durante casi una década se reunieron y formaron un ejército de millones de personas, cargando hacia el Primer Emperador Mo Wei Yu. El mundo de la cultivación realmente no necesitaba un emperador. Especialmente no un tirano como este. Después de muchos meses de batallas bañadas de sangre, el ejército rebelde finalmente llegó al pie del Pico Sisheng. Este lugar estaba situado en la provincia de SiChuan, sobre peligrosos acantilados de montaña, rodeado de arroyos, de nubes y niebla durante todo el año. El grandioso y majestuoso palacio de Mo Ran se sentaba en su cima. Era demasiado tarde para dar marcha atrás, y el derrocamiento de la tiranía estaba a sólo un golpe de distancia. Sin embargo, esta última batalla fue también la más traicionera. El rayo de esperanza de victoria estaba ante sus ojos, pero los pensamientos llenos de dudas empezaron a crecer internamente dentro del ejército aliado que se reunió para luchar contra el mismo enemigo. Con la aniquilación del viejo imperio, se debe construir un nuevo régimen. Nadie quería malgastar sus fuerzas innecesariamente en este momento, y por lo tanto nadie quería encabezar el frente de batalla, cargar primero hacia las montañas. Todos temían que este astuto y victorioso tirano cayera repentinamente de los cielos, mostrará sus brillantes dientes blancos como de bestia, y destrozara a todos aquellos que se atrevieran a rodear y destruir su palacio, y los destrozara en pedazos. Algunos decían, con una expresión sombría: –– Los poderes espirituales de Mo Wei Yu son grandes, y su persona astuta. Debemos ser cautelosos para no caer en sus trampas. Todos los líderes estaban de acuerdo. En ese momento, un joven extremadamente guapo y llamativo se adelantó. Llevaba una armadura de color azul plateado, una armadura clara, un cinturón adornado con la cabeza de un León, el pelo atado en una cola de caballo con una exquisita horquilla de plata asegurada en las raíces. La expresión de ese joven era extremadamente sombría. Él dijo: –– Ya hemos llegado al pie de la montaña. ¿Qué están haciendo todos ustedes, arrastrando los pies para subir? ¿Están esperando a que Mo Wei Yu baje por sí mismo? ¡Qué montón de gatos asustadizos! La ira explotó por todas partes por sus palabras. –– ¡Qué abuso, joven maestro Xue! ¿Qué quieres decir con gatos asustadizos? Un soldado deber ser siempre muy prudente. Si todos somos descarados e imprudentes como tú, ¿Quién será responsable si algo sale mal? Otro se burló sarcásticamente al instante: –– Jeje, el joven maestro Xue es el querido por los cielos, no somas más que simples plebeyos. Si el querido de los cielos no puede esperar para luchar contra el emperador del reino de los mortales, entonces, por favor, suba primero la montaña, para esperar su regreso con la cabeza de Mo Wei Yu, ¿No sería estupendo? Ese fue un comentario bastante agravante. Uno de los viejos monjes de la alianza detuvo inmediatamente al joven que estaba a punto de estallar, y le puso una expresión amable, persuadiéndolo con una voz suave: –– Joven maestro Xue, escucha a este viejo monje. Este viejo monje sabe que tú y Mo Wei Yu comparten un profundo rencor personal. Sin embargo, esta invasión en el palacio es un asunto crítico; debe pensar en todos, no deje que sus emociones lo arrastren. Al que todos llamaban “Joven maestro Xue” se llamaba Xue Meng. Hace más de una década, fue elogiado por todos como un joven genio, el querido de los cielos. Sin embargo, como todas las cosas cambian con el flujo del tiempo, ahora debe soportar las burlas y ridículos de esas personas, aunque sólo sea para subir la montaña y ver la cara de Mo Ran una vez más. La cara de Xue Meng se retorcía de ira, sus labios temblaban, pero aun así se reprimía arduamente, exigiendo: –– Entonces, ¿Cuánto tiempo planean esperar? –– Tenemos que observar al menos cualquier movimiento, ¿Verdad? –– Sí, ¿Y si Mo Wei Yu hubiera puesto trampas? El viejo monje que acababa de hacer de mediador también exhortaba: –– Joven maestro Xue, no sea impaciente. Como ya hemos llegado al pie de la montaña, es mejor que seamos cautelosos. De cualquier manera, Mo Wei Yu ya está atrapado dentro del palacio y no pude bajar. Ahora está al límite, nada saldrá de nada, así que ¿Por qué debemos ser impacientes y actuar con imprudencia? Hay tantos de nosotros aquí abajo, con tantos nobles y figuras prominentes entre nosotros, si perdieran la vida por accidente, ¿Quién sería el responsable? Xue Meng explotó de rabia. –– ¿RESPOSABLE? ENTONCES DÉJAME PREGUNTAR, ¿Quién ES EL RESPONSABLE DE LA VIDA DE MI SHIZUN? ¡MO RAN HA ENCARCELADO A MI SHIZUN DURANTE DIEZ AÑOS! ¡DIEZ AÑOS ENTEROS! ¿AHORA MI SHIZUN ESTÁ EN LA MONTAÑA Y ESTÁS DICIENDO QUE ESPERE? Al escuchar a Xue Meng mencionar a su Shizun, la multitud pudo sentir un poco de vergüenza. Algunos parecían avergonzados, otros miraban a diestra y Si Niestra, murmurando, pero no hablando. –– Hace diez años, Mo Ran se tituló a sí mismo Taxian-jun, No le importó masacrar a las setenta y dos fortalezas en la ciudad de la Secta Ru Feng, también planeó aniquilar al resto de las Diez Grandes Sectas. Más tarde, cuando Mo Ran se convirtió en emperador, intentó erradicar a todos. Ambos desastres, ¿Quién fue el que lo detuvo al final? Si no fuera por mi Shizun el que peleó con su vida en juego, ¿Todavía estarían vivos? ¿Pueden seguir parados aquí y hablarme como si no fuera nada? Finalmente, alguien se aclaró la garganta y dijo suavemente: –– Joven maestro Xue, no se enoje. En cuanto a Chu-zongshi, todos nos sentimos culpables y agradecidos. Como usted dice, ha estado preso durante diez años, así que, si algo hubiera pasado, ya habría… Ya ha pasado diez años, esperar otro momento no le hará daño, ¿No cree? –– ¿QUE PIENSO? ¡CREO QUE ES UNA MIERDA! Ese hombre abrió los ojos de par en par: –– ¿Por qué grita sí? –– ¿Por QUE NO TE GRITARIA ASÍ? SHIZUN PONIA SU VIDA EN RIESGO Y FUE PARA SALVAR A ESTE TIPO DE… ESTIPO DE… No pudo continuar más, con un sollozo apretando su garganta. –– Siento que no valía la pena. Al final, Xue Meng sacudió bruscamente la cabeza, sus hombros temblando ligeramente mientras contenía las lágrimas. –– No como si hubiéramos dicho que no íbamos a rescatar a Chuzongshi… –– Sí, todos recordamos lo que el buen Chu-zongshi ha hecho por nosotros, nunca lo olvidaremos. Joven maestro Xue, nos está acusando a todos de ser injustos e ingratos, ¡No lo permitiremos! –– Pero hablando de eso, ¿No es Mo Ran también discípulo de Chuzongshi? Alguien susurró: –– Tengo que decir, como maestro, debe asumir responsabilidad por las malas acciones de su discípulo. Como dicen, un hijo indisciplinado es culpa del padre; un hijo mal educado es la negligencia del maestro. Todo el asunto no puede evitarse, así que, ¿De que quien hay que quejarse? Ahora bien, eso fue rudo, y alguien gritó instantáneamente: –– ¡QUE LOCURAS ESTAS DICIENDO! ¡CUIDA LO QUE DICES! Luego se giraron para persuadir a Xue Meng con una cara amable. –– Joven Maestro Xue, no sea impaciente… –– ¿COMO PUEDO NO ESTAR PACIENTE? –– Xue Meng los calló, sus ojos parecían a punto de estallar. –– NO SIENTEN NADA EN SU POSICION, ¡PERO ESE ES MI SHIZUN! ¡MÍO! ¡NO LE HE VISTO EN TANTOS AÑOS! NO SÉ SI ESTÁ VIVO O MUERTO, NO SÉ CÓMO ESTÁ VIVIENDO, ¿POR QUÉ CREEN QUE ESTOY AQUÍ? Respiraba con dificultad, el borde de sus ojos rojos. –– ¿Piensan que, esperando aquí, Mo Wei Yu bajará el mismo de la montaña y se arrodillará delante de todos ustedes para pedir misericordia? –– Joven maestro Xue… –– Además de Shizun, no me queda familia en este mudo. –– Xue Meng se liberó del agarre del viejo monje en sus mangas y dijo con voz ronca: –– Si ustedes no irán, yo iré. Dejando atrás esas palabras, subió a la montaña por su cuenta sin nada más que su espada. A través del viento frio y húmedo los crujidos de las hojas se mezclaban con los escalofriantes gritos, la espesa niebla se arrastraba como incontables fantasmas enfadados y espíritus agraviados entre los árboles, murmurando en voz baja. Xue Meng caminó hasta el pico solo. El majestuoso palacio en el que se encontraba Mo Ran tenía una tranquila luz de las velas que iluminaba la noche. De repente vio que antes de la Torre Tong Tian había tres tumbas. Cuando se acercó para mirar más de cerca, en la cabeza de la primera tumba carecían largas malezas, la lápida grabada con las palabras torcidas y obstinadas “Tumba de la Consorte Chu la consorte noble al vapor.” En contraste con esta “Consorte noble al vapor”, la segunda tumba era nueva, y la tierra se había llenado recientemente. Talladas en la lápida estaban las palabras “Tumba de la Emperatriz Song, la emperatriz fría”. ––… Si hubiera sido hace más de diez años, Xue Meng se habría echado a reír a carcajadas cuando viera esta escena indignante. En aquel entonces, él y Mo Ran habían estado bajo el mismo maestro. Mo Ran había sido el más bromista más grande de todos. Aunque a Xue Meng nunca le agradó mucho, a menudo le divertían las payasadas del otro. Quién sabe de qué iba esta Emperatriz Frita y Consorte al vapor. Tal vez al estilo con el que el erudito Mo había agraciado a sus dos esposas era el mismo que el de “Bastardo” “Croak” y “Cesar la batalla”. Aunque, la razón por la que les dio tales títulos sería desconocida. Xue Meng movió su mirada hacia la tercera tumba. Bajo el cielo nocturno, la tierra desea tumba aún estaba abierta. Había un ataúd dentro, pero no había ningún cuerpo en ese ataúd, y la lápida aún no había sido marcada. Junto a la tumba había una pequeña jarra de vino blanco de flores de pera, un tazón de Wontonss picante ahora frio, unos cuantos platos de acompañamiento picantes, todos ellos eran los favoritos de Mo Ran. Xue Meng miró fijamente a la tumba de aturdido, y de repente su mente se volvió loca, ¿Podría ser que Mo Ran no tenía la intención de luchar, y había cavado desde hace mucho tiempo su propia tumba, listo para morir? El sudor frio rodaba. No se lo creía. Mo Ran siempre había sido alguien que nunca conoció la fatiga, ni siquiera al borde de la muerte. Él no sabía nada sobre rendirse, y basado en la forma que actuó, seguramente habría luchado con el ejército rebelde hasta el final, así que, ¿Porqué…? Estos últimos diez años, Mo Ran había estado en la cima del poder. ¿Qué es lo que vio exactamente? ¿Y qué pasó exactamente? Nadie lo sabía. Xue Meng se giró, su figura se convirtió en una con la noche. Caminó hacia el salón Wu Shan, que estaba brillantemente iluminado. Dentro del salón Wu Shan, los ojos de Mo Ran estaban cerrados, su cara mortalmente pálida. Xue Meng había adivinado bien. Mo Ran estaba decidido a morir. Ese túmulo fue cavado por él mismo. Hace dos horas, había usado el hechizo de comunicación para despedir a sus sirvientes, mientras tragaba veneno mortal. Su cultivo era fuerte, y por eso los efectos de ese veneno era particularmente lentos en disolverse y circular en su cuerpo. Por la tanto, la agonía de tener sus órganos internos disolviéndose era también muy vívida. Creak… las puertas del pasillo se abrieron. Mo Ran no levantó la vista y sólo jadeó roncamente: –– Xue Meng. Eres tú, ¿Verdad? ¿Has venido? Sobre el piso dorado del salón, Xue Meng estaba erguido y orgulloso, su cola de caballo cayendo recta, su armadura ligera brillando. Fue una reunión de compañeros de la misma secta de hace mucho tiempo. Mo Ran estaba sentado inclinado, levantando su barbilla, su expresión vacía, con sus finas y gruesas pestañas colgando ante sus ojos. Todos sabían que era un monstruo y un demonio salvaje, sus labios finos y húmedos, su apariencia irradia amabilidad y dulzura. Por el sólo aspecto, cualquiera pensaría que es una persona buena y amable. Cuando Xue Meng vio su cara, supo que Mo Ran había tomado veneno como sospechaba. Era difícil diseccionar lo que sentía, y abrió la boca para hablar, pero no salió ninguna palabra. Al final, apretó los puños y sólo exigió: –– ¿Dónde está Shizun? ––… ¿Qué? Xue Meng volvió a repetir con fuerza: –– Dije, ¿Dónde está SHIZUN? EL TUYO, EL MIO, ¡NUESTRO SHIZUN! –– Oh–- Mo Ran se encorvó suavemente y finalmente, lentamente, parpadeó abriendo sus ojos, sus pupilas negras con toques de púrpura, su mirada aparentemente pasaba a través de años y años antes de aterrizar en Xue Meng. –– Ahora que lo pienso, desde la despida del palacio Ta Xue en el Monte Kun Lun, han pasado cinco años desde que tú y Shizun se vieron. Mo Ran sonrió débilmente mientras hablaba. –– Xue Meng, ¿Lo extrañas? –– ¡DEJA TUS TONTERIAS! ¡DEVUÉLMELO! Mo Ran miró con calma, soportando el dolor agobiante de su estómago, y sus labios ser curvaron hasta convertirse en una mueca de desprecio mientras yacía pesadamente sobre la parte posterior del trono del emperador. Olas de oscuridad invadieron su vista, casi podía sentir como sus entrañas se desgarraban, se derretían, y disolvían en apestosos y sangrientos desperdicios. Mo Ran respondió perezosamente: –– ¿Devolvértelo? Tonto. ¿Por qué no usas tu cerebro para pensar un poco? Shizun y yo compartimos un odio tan profundo entre nosotros, ¿Por qué le permitiría vivir en este mundo? –– ¡TÚ…! –– La sangre se drenó de la cara de Xue Meng, con los ojos saltones mientras retrocedía. –– Tú no podrías haber… No lo harías… –– ¿No haría qué? –– Mo Ran se rió. –– ¿Por qué no me lo dices, por qué no lo haría? La voz de Xue Meng tembló. –– Pero él es tu… Es tu Shizun después de todo… ¿Cómo pudiste soportar matarlo? Miró a Mo Ran, que estaba sentado en lo alto del asiento del emperador. Fu Xi estaba en los cielos, Yan Luo en el inframundo y Mo Wei Yu en el reino de los mortales. Pero para Xue Meng, incluso si Mo Ran se hubiera convertido en el eminente emperador del reino de los mortales, no debería haberse convertido en esto. Todo el cuerpo de Xue Meng temblaba, sus lágrimas se derramaban por la indignación. –– Mo Wei Yu, ¿Aun eres humano? Él una vez… Mo Ran levantó los ojos, en voz baja. –– ¿Él una vez qué? La voz de Xue Meng tembló. –– Debería saber muy bien cómo te trató una vez… Mo Ran se rió de repente: –– ¿Estás tratando de recordarme que una vez me golpeó tan fuerte que mi cuerpo estaba cubierto de sangre, que me hizo arrodillarme ante todos para admitir mis crímenes? ¿O querías recordarme que una vez, por ti, por las personas irrelevantes, tres veces bloqueó delante de mí e impidió mi trabajo, arruinando mis grandes esfuerzos? Xue Meng agitó la cabeza con dolor. ––… No, Mo Ran. Piensa bien. Deja ir tu odio salvaje. Mira hacia atrás. Una vez te entrenó, practicó artes marciales y te protegió. Una vez te enseñó a escribir y leer, a componer poesía y a pintar cuadros. Una vez, por ti, aprendió a cocinar, era tan torpe que se lastimó las manos por todas partes. Una vez… esperó a que volvieras a casa, día y noche, solo, desde el anochecer hasta el amanecer. Todas las palabras se le atascaron en la garganta, pero al final, Xue Meng sólo pudo sollozar. –– Su… su temperamento es malo, y sus palabras son duras, pero incluso yo sé que te trató muy bien, así que por qué… cómo pudiste… Xue Meng levantó la cabeza, pero después de contener tantas lágrimas, su garganta estaba aún más construida, y no podía decir nada más. Fue una larga pausa antes de que el suave suspiro de Mo Ran flotara desde el trono. –– Sí. –– Pero Xue Meng. ¿Lo sabías? –– La voz de Mo Ran estaba claramente agotada. ––Él una vez causó la muerte de la única persona que he amado. El único. El silencio se prolongó durante mucho tiempo. El dolor en su estómago era como una llama furiosa, como si su carne y su sangre estuvieran siendo desgarradas en pedazos. –– Aun así, hemos sido maestro y discípulo una vez. Su cadáver descansa en el Pabellón del Loto Rojo en el Pico Sur. Está recostado entre las flores de loto, muy bien conservado, como si sólo se hubiera dormido. –– Mo Ran recuperó el aliento y se obligó a calmarse. Cuando dijo esto, su expresión estaba en blanco, pero sus dedos se clavaban en el largo escritorio de palisandro, sus articulaciones pálidas hasta el punto de magullarse. –– Su cadáver es mantenido por mis poderes espirituales. Si lo extrañas, no pierdas el tiempo conmigo. Vete antes de que me muera. Un mal sabor le subió por la garganta. Mo Ran dio unas cuantas toses; Cuando volvió a abrir la boca, tenía los labios y los dientes ensangrentados, pero tenía una mirada tranquila en sus ojos. Él dijo con una voz ronca: –– Ve, ve a verlo. Si llegas demasiado tarde y yo muero, los poderes espirituales se romperán, él se convertirá en polvo. Después de estas palabras, cerró los ojos. El veneno llegado a su corazón, quemándolo por dentro. El dolor parecía desgarrar su corazón y sus pulmones. Incluso los gritos y aullidos agonizantes de Xue Meng parecía tan distante, como si hubiera un océano que se extendía miles de kilómetros entre ellos, y su voz llegaba a través de las aguas. La sangre continuó saliendo de las comisuras de sus labios, y Mo Ran apretó fuertemente sus mangas, sus músculos espasmódicos. Cuando abrió los ojos llorosos, Xue Meng se había ido hace mucho tiempo. El qinggong de ese bastardo no estaba mal; no le llevaría mucho tiempo correr desde aquí hasta el Pico sur. Debería poder ver a Shizun por última vez. Mo Ran se levantó, y se tambaleó cuando se puso de pie. Usando las manos manchadas de sangre, formó un sello de mano, enviándose a sí mismo a la parte delantera de la Torre Tong Tian del Pico Sisheng. Era un otoño profundo. Las flores de Haitang eran hermosamente gruesas y fluían con el viento. Él no sabía por qué a final escogió este lugar para terminar su vida pecaminosa, pero sentía que como las flores estaban floreciendo tan vibrantemente, sería un buen entierro. Se tendió en el ataúd abierto, mirando las flores en la noche mientras caían en silencio. Se deslizaron hacia el ataúd, flotando sobre su mejilla. Se dispersaron, al igual que las cosas del pasado se marchitaron. En esta vida, experimentó innumerables cosas, pasando de ser un hijo bastardo sin nada a convertirse en el único Emperador del mundo. Había blasfemado, sus manos cubiertas de sangre. Todo lo que amaba, todo lo que odiaba, todo lo que adoraba, todo lo que resentía, al final, al final no quedó nada. Al final, tampoco había escrito nunca un epitafio para sí mismo utilizando esa escritura tan confiada y salvaje. Y se trate de un descarado “Emperador de la era” o de algo ridículo como “Frito” o “Vaporizado”, él no escribió nada. La tumba del primer emperador del mundo de la cultivación, al final, se quedó sin palabras. Un espectáculo sin sentido que duró una década, finalmente dejó caer sus cortinas. Después de muchas, muchas horas más tarde la multitud encendió sus antorchas e invadió el palacio del emperador como una serpiente de fuego. Sin embargo, lo que les esperaba era un salón Wu Shan vacío, un pico Sisheng sin almas, y Xue Meng que yacía en el suelo, entumecido, después de haber llorado tanto, cubierto de cenizas al lado del Pabellón del Loto Rojo. Y, frente a la Torre Tong Tian, Mo Wei Yu cuyo cadáver ya estaba frío. CAPÍTULO 2: ESTE VENERABLE VIVE. –– Mi corazón ya se había calmado y mis pensamientos convertidos en cenizas, pero inesperadamente la luz de la primavera brilla a través de la fría noche. ¿Podría ser que los cielos compadezcan a la hoja de hierba en el valle aislado? Sin embargo, sólo temo que el mundo sea imprescindible y lleno de dificultades. La voz nítida de una mujer pasó por su oído, versos poéticos rodando como perlas y jades, pero todo lo que hicieron fue hacer que la cabeza de Mo Ran palpitaba, la vena de su frente temblaba como loca. –– ¡Qué pasa con todo el ruido! ¿De dónde vino este lamento prohibido? ¡Sirvientes, echen a esta perra de la montaña! Sólo después de gritar, Mo Ran se dio cuenta de que algo no estaba bien. … El no murió. El odio y la frialdad, el dolor y la soledad apuñalaron su pecho. Los ojos de Mo Ran se abrieron de golpe. Todo lo que sucedió justo antes de muerte se dispersó como la nieve en el viento. Se encontró acostado en una cama; no la cama en el Pico Sisheng, sino una cama tallada con dragón y ave fénix, la madera que huele a polvo. El viejo edredón era de color rosa y púrpura, bordado con patos mandarín, el tipo de cama que sólo se encontraría en un burdel. ––… Mo Ran se congeló. Él sabía dónde estaba esto. Este fue el distrito de entretenimiento cerca del Pico Sisheng. El llamado distrito de entretenimiento sólo significa burdel, lo que fácil viene, fácil se va. Mo Ran tuvo un periodo de libertinaje en su juventud y pasó la mayor parte de la mitad de un mes en ese establecimiento. Pero este lugar se vendió y se convirtió en una tienda de vinos cuando tenía veintitantos años. ¿Cómo terminó aquí de todos los lugares después de la muerte? ¿Transgredió demasiado en la vida, maltrató a demasiadas personas, y entonces el rey del inframundo lo castigó para reencarnarse en un prostíbulo y llevar clientes? Mo Ran se volteó mientras su imaginación se volvía loca. E inesperadamente se encontró cara a cara con una persona adormecida. ––… ¡Qué demonios! ¿Por qué había una persona junto a él? ¡Un hombre, totalmente desnudo! Era encantador y agradable a la vista, y bastante andrógino. Mo Ran no mostró ninguna expresión, pero su corazón estaba lleno de confusión. Se quedó mirando fijamente el rostro de ese niño bonito y de repente lo recordó. ¿No era este niño-juguete que le gustaba cuando era joven, llamado… Rong San? ¿O fue Rong Jiu? No importa si se trata de San o Jiu, lo que importaba era que esta prostituta contrajo una enfermedad de transmisión sexual y murió hace años, incluso sus huesos ya deberían haberse podrido. Sin embargo, aquí está, delicadamente acurrucado a su lado, cuello y hombros salpicados de azul y púrpura, llenos de mordidas de amor. Mo Ran hizo una mueca, levantó el edredón y miró abajo. ––… Este Rong algo, no sabe si Jiu San, llamémoslo Rong Jiu. El bonito y pequeño cuerpo de Rong Jiu estaba cubierto de marcas de soga, y sus muslos pálidos y tiernos aún estaban atados intricadamente con una cuerda roja. Mo Ran se acarició la barbilla: que interesante. Mira este exquisito arte con cuerda, esta hábil técnica, esta escena familiar. ¿¡No lo hizo él mismo!? Como cultivador, había leído sobre el concepto de renacimiento. Empezó a sospechar si de alguna manera había retrocedido el tiempo. Para confirmar sus sospechas, Mo Ran encontró un espejo de cobre. El espejo estaba gastado, pero lo suficientemente bueno como para distinguir vagamente su apariencia. Mo Ran tenía treinta y dos años cuando murió, pero el rostro en el espejo era bastante joven; Era una cara encantadora que emanaba una arrogancia juvenil, que no tenía más de quince o dieciséis años. No había nadie más en la habitación. Así, él una vez cruel gobernante del mundo de la cultivación, malvado tirano de BaShu, emperador del reino humano, señor del Pico Sisheng, Taxian-jun, Mo Ran mismo, después de mucha consideración expresó honestamente sus pensamientos. –– Mierda… El dormido Rong Jiu se despertó al oír el sonido. La cosa bonita se sentó lánguidamente, la delgada colcha se deslizó de su hombro para revelar una gran extensión de piel pálida. Recogió su largo y suave cabello, y alzando sus ojos de flor durazno con tinta roja manchada, bostezó. –– Oh… Mo-gongzi, se ha levantado temprano hoy. Mo Ran no respondió. En aquel entonces, de hecho, le gustaba el tipo de Rong Jiu; delicado y andrógino. Pero ahora, el Taxian-jun de treinta y dos años no podía entender qué demonios estaba pensado para encontrar para encontrar a este tipo atractivo. –– ¿No durmió bien anoche? ¿Pesadilla? Este venerable maldito murió, que tal eso para una pesadilla. Rong Jiu pensó que su continuo silencio era porque estaba de mal humor, así que se levantó de la cama para colocarse frente a la ventana tallada, envolviendo sus brazos alrededor de Mo Ran desde atrás. –– Mo-gongzi, ponme atención~ ¿Por qué esta distraído? La cara de Mo Ran se puso azul con ese abrazo. No quería nada más que arrancar a este imbécil de sí mismo y otorgarle a esa cara de aspecto frágil unas diecisiete, dieciocho bofetadas, pero logró reprimir el impulso. Todavía se sentía un poco mareado e inseguro de la situación. Después de todo, si realmente renació, entonces no puede golpear a Rong Jiu de la nada después de pasar el día anterior todo amoroso con él. Parecía que ha perdido los estribos. Definitivamente no puede hacer eso. Mo Ran arregló su expresión, fingiendo olvido: –– ¿Qué día es hoy? Rong Jiu miró por un segundo, luego sonrió: –– Cuatro de mayo. –– ¿Trigésimo tercer año? –– Eso fue el año pasado. Es el Trigésimo cuarto año ahora. Dicen que los grandes tienden a ser olvidadizos. El trigésimo cuarto año… Los engranajes en la cabeza de Mo Ran giraron rápidamente. Ese año, tenía dieciséis años, y acababa de ser identificado como el sobrino perdido del Señor del Pico Sisheng, transformándose de un patético e intimidado perro a un fénix en la rama de la noche a la mañana. Entonces, ¿Realmente renació? O, ¿Era sólo un sueño vacío en la muerte? Rong Jiu sonrió –– Mo-gongzi tiene tanta hambre que ya ni siquiera recuerda la fecha. Espere aquí un minuto, iré a buscar algo de comida. ¿Qué tal panqueque frito? Mo Ran acababa de renacer y todavía no estaba de cómo lidiar con todo esto. Pero, debería estar bien si él simplemente siguió el mismo enfoque que antes. Así que recordó su estilo carismático en ese entonces, y reprimiendo su disgusto, pellizcó juguetonamente el muslo de Rong Jiu. –– ¡Suena delicioso! Quiero congee también, y quiero que me alimentes también. Rong Jiu se puso algo de ropa y se fue, luego regresó con una bandeja que contenía un tazón de congee de calabaza, dos pasteles de youxuan y un plato de acompañamiento. Sucedió que Mo Ran estaba un poco hambriento y estaba a punto de comer los pasteles cuando Rong Jiu apartó su mano: –– Gongzi, permítame servirle. ––… Rong Jiu pensó que se estaba poniendo caliente otra vez: –– ¿Por qué me mira? La comida se va a enfriar. Mo Ran se quedó en silencio por un momento. Al recordar la “buena acción” que hizo Rong Jiu a sus espaldas en la vida anterior, las comisuras de sus labios se curvaron en una dulce sonrisa. Él, el gran Taxian-jun, no era lejano a los actos asquerosos. Mientras le apeteciera, no había nada demasiado repugnante para él. Esto en este momento era simplemente un espectáculo; un juego de niños. Mo Ran, casualmente se recostó contra la silla, sonriendo: –– Siéntate. –– Yo… ya estoy sentado. –– Sabes dónde te digo que te sientes. Rong Jiu se sonrojó: –– ¿Por qué tanta prisa? Qué tal si gongzi termina de comer el cong… ¡Ah! Antes de que pudiera terminar, Mo Ran lo empujó hacia delante y lo presionó hacia abajo. La mano de Rong Jiu se sacudió y golpeó el tazón de congee. Se las arregló entre jadeos: –– Mo-gongzi, el tazón… –– No importa. –– P-pero aún debe comer primero… nn… ah –– ¿No estoy comiendo ahora? –– Mo Ran se aferró a su cintura, viendo el cuello extendido de Rong Jiu y su rostro encantador reflejado en sus pupilas negras. En la vida anterior, le gustaba besar esos cautivadores labios rojos durante la intimidad. Después de todo, él era bonito y sabía exactamente las palabras adecuadas para decir. Sería una mentira decir que Mo Ran nunca sintió nada por él. Pero ahora que Mo Ran sabía lo que hacían esos labios a sus espaldas, los encontró insoportablemente asquerosos, y definitivamente no tenía ningún interés en besarlos. Mo Ran, de treinta y dos años, era diferente de Mo Ran, de dieciséis años, en muchos aspectos. Por ejemplo, el joven de dieciséis años de edad, todavía sabia de la dulzura en el amor y la intimidad. Sin embargo, a los treinta y dos años solo le quedaba violencia. Luego, mirando a Rong Jiu, quien se había desmayado después de ser follado a una pulgada de su vida, sus ojos tumultuosos se curvaron ligeramente, incluso con un toque de la dulce sonrisa. Era muy guapo cuando sonreía, sus ojos eran de negro profundo y púrpura con un toque de arrogancia desde ciertos ángulos. En este momento arrastró a Rong Jiu a la cama por el pelo, casualmente, recogió un fragmento del cuenco roto del suelo, sosteniéndolo cerca del rostro de Rong Jiu. Siempre había vengado cualquier agravio: Ahora mismo no es diferente. Pensando en lo mucho que se había ocupado de Rong Jiu y sus negocios en su vida pasada, en cómo había pensado incluso en comprar su libertad, y en cómo Rong Jiu le había devuelto el favor al conspirar contra él con otros, sus ojos no pudieron sonreír mientras presionar el fragmento contra la mejilla de Rong Jiu. Su cuerpo era su negocio; sin esta cara, no tendría nada. Se vería obligado a vagar por las calles como un perro, a arrastrarse por el suelo, a ser pateado, a sufrir todo tipo de desprecio y abuso… estaba tan encantado con el mero pensamiento que incluso el disgusto que sentía por follar a esta persona justo ahora desapareció como humo. La sonrisa de Mo Ran se hizo aún más encantadora. Sólo un poco de presión, un hilo de sangre, cautivadoramente rojo, se filtró. La persona desmayada pareció haber sentido el dolor y gimió suavemente con una voz ronca, con un aspecto bastante lamentable, con lágrimas aún pegadas a sus pestañas. La mano de Mo Ran de repente se detuvo. Recordó a un querido amigo. ––… Entonces, como se hubiera dado cuenta de lo que estaba haciendo, se quedó aturdido durante unos segundos y finalmente, lentamente, bajó la mano. Hizo tanto mal que se había vuelto habitual. Incluso olvidó que había renacido. Ahora mismo, todo tiene que suceder, los errores irrevocables no han sido cometidos, y esa persona… aún vive. No había necesidad de caminar por el mismo camino cruel; podía empezar de nuevo. Se sentó y apoyó el pie en la cama, jugando distraídamente con el trozo de porcelana rota en la mano. De repente, notando el panqueque grasoso que todavía estaba sobre la mesa, lo agarró, sacó el papel de cera y lo desgarró con sus dientes, migajas por todas partes y labios brillantes con grasa. El panqueque era la especialidad de este burdel. No es nada especial, especialmente en comparación con las delicias que probó más tarde. Pero desde que este lugar se fue a la bancarrota. Mo Ran nunca volvió a comerlo. Ahora, el sabor familiar del panqueque, a través de los turbulentos eventos del pasado, una vez más regresó a la punta de su lengua. El sentimiento irreal del renacimiento disminuyó con cada trago. Para cuando terminó el panqueque, finalmente se despertó del estupor en el que había estado todo este tiempo. Realmente renació. Todo lo que odiaba en la vida, todo lo que podía recuperar, todo eso estaba aún por llegar. Aún no había matado a su tía y tío, aún no se había casado, aún no… Nadie había muerto todavía. Saboreó el sabor en su boca, lamiendo sus dientes y sintiendo el hilo de alegría en su pecho inflándose rápidamente en una especie de excitación febril. Reprendió a Cielo y Tierra en su última vida, sumergiéndose en las tres técnicas prohibidas del reino humano. Había dominado a cada una de las otras dos; sólo la última, el "renacimiento", lo eludió a pesar de su talento. Inesperadamente, lo que no pudo obtener en vida cayó sin esfuerzo en su regazo en la muerte. Todo el disgusto, la repugnancia, la desolación, la soledad, todos los sentimientos complicados de su vida anterior estaban encerrados en su pecho. La vista del ejército que marchaba hacia el Pico Sisheng, el fuego encendido por diez mil brazas, aún permanecía en su mente. Esa vez, él realmente no quería vivir más. La gente dijo que su propia existencia maldijo a todos los que se le acercaban, que estaba destinado a morir solo. Todos le dieron la espalda. Hacia el final, incluso él mismo se sentía como un muerto andante, sin sentido, solitario. No sabía lo que había salido mal para que una persona irredimiblemente malvada como él, después de terminar con su propia vida, tuviera la oportunidad de rehacerlo todo. ¿Por qué destruir la cara de Rong Jiu por tan miserable rencor de hace tanto tiempo? Rong Jiu amaba el dinero. Él simplemente no pagará esta vez, y tomará un poco de plata como castigo. En cuanto a su vida, todavía no quiere esa carga. –– Te estoy dejando ir fácil, Rong Jiu. Mo Ran dijo con una sonrisa, tirando el pedazo de porcelana por la ventana. Luego vació las joyas y los objetos de valor de Rong Jiu, metiendo todo en su bolsa. Se tomó su tiempo para vestirse y arreglarse antes de salir tranquilamente del lugar. Tío, tía, primo Xue Meng, Shizun y... Los ojos de Mo Ran se suavizaron al pensar en esa persona. Shige, ya voy. CAPÍTULO 3: EL SHIGE DE ESTE VENERABLE. Hm... Ya que su alma fue transportada en el tiempo, ¿Tal vez su cultivo también llegó con el viaje? Mo Ran recitó un encantamiento y sintió que la energía espiritual de su cuerpo se precipitaba. Era abundante, pero no fuerte. Es decir, su cultivo no se mantuvo. No importa. Era inteligente y perceptivo, y bendecido con talento innato; Él sólo debía cultivarse de nuevo, no era gran cosa. El renacimiento fue un evento bendecido de proporciones sin paralelo, una pequeña imperfección era perfectamente normal. Pensando así, Mo Ran rápidamente reorganizó su expresión sombría y feroz en una más apropiada para un joven de dieciséis años, y se dirigió alegremente hacia su secta. Era pleno verano. Los carruajes tirados por caballos pasaron a toda velocidad, las ruedas rodaron, y nadie prestó atención a Mo Ran, de dieciséis años. Sólo una mujer ocasional del pueblo, tomando un descanso de atender los campos y levantando la vista para secarse el sudor, notó a este joven excepcionalmente guapo y se quedó mirando un poco. Mo Ran devolvió las miradas con una sonrisa, sin moderación, hasta que las mujeres casadas se sonrojaron y desviaron la mirada. Mo Ran llegó a la Ciudad Wu Chang por la tarde. El Pico Sisheng estaba cerca, las nubes encendidas por el sol rojo sangre enmarcaron los altos picos. Se tocó el estómago vacío y se dirigió a un restaurante, miró el menú y golpeó el mostrador, haciendo un pedido rápido: –– Camarero, un pollo salteado, un plato de despojos de ternera marido-esposa, dos catties de soju y un plato de ternera en rodajas. Mucha gente estaba tomando un descanso aquí, y estaba lleno de actividad. Un narrador de historias estaba en el escenario, sacudiendo su abanico y contando la historia del Pico Sisheng de una manera animada, saliva volando por todas partes. Mo Ran eligió una habitación privada junto a una ventana, escuchando mientras comía. –– Como estoy seguro de que todos ya saben, el mundo de la cultivación se divide en las regiones de cultivo superior e inferior. Hoy hablaremos sobre la secta más grande en la región de cultivo inferior, el Pico Sisheng. ¿Sabían qué, hace cien años, nuestra ciudad Wu Chang era un lugar pobre y desolado debido a su proximidad a la entrada del reino de los demonios? Nadie se atrevía a salir después del anochecer; si realmente debían viajar por la noche, tenían que agitar una campana de exorcismo, esparcir incienso y papel moneda mientras cantaban "los humanos cruzan las montañas, los demonios cruzan el papel" y pasar rápidamente. Pero en estos días, nuestra ciudad es bulliciosa y floreciente, no es diferente de ningún otro lugar, todo gracias al cuidado del Pico Sisheng. Esta secta justa se encuentra justo en la puerta del reino de los demonios, entre el límite del yin y el yang. Aunque la secta sólo se estableció no hace mucho tiempo... Mo Ran ha escuchado esta historia tantas veces que a sus oídos casi le salen callos, por lo que comenzó a mirar fuera de la ventana. Dio la casualidad de que había un puesto debajo donde varios extraños de fuera de la ciudad vestidos con atuendos de sacerdotes taoístas llevaban una jaula cubierta con un paño negro, realizando trucos en las calles. Esto es mucho más interesante que la historia del narrador. La atención de Mo Ran fue atraída. –– ¡Vengan, vengan todos! ¡Echen un vistazo a estos cachorros pixiu, fieras bestias míticas domesticadas por nosotros para realizar obedientemente trucos, e incluso hacer matemáticas! No es fácil viajar para realizar actos caballerescos, todos ahorran algunos consejos y se quedan. Vengan a ver el primer truco... ¡Ábaco de pixiu! Los sacerdotes taoístas arrancaron la tela negra con un gesto elegante para revelar un par de monstruos con rostro humano y cuerpo de oso en la jaula. Mo Ran: ––… ¿Solo cachorros de osos difusos como estos? ¿Y realmente se atreven a decir que son pixiu? Eso es una gran tontería, sólo los cerebros de burro lo creerían. Pero los puntos de vista de Mo Ran se ampliaron muy pronto, cuando veinte, treinta cerebros de burro se reunieron para mirar, vitoreando y aplaudiendo, atrayendo también la atención de todos los presentes en el restaurante, lo que hizo que las cosas fueran bastante incómodas para el narrador. –– El maestro del Pico Sisheng en este momento es un hombre conocido en todo el mundo por su fuerza y brillantez... –– ¡Bien! ¡Otra vez! Animado, el narrador miró hacia el dueño de la voz para encontrar a un cliente cuya cara brillaba de rojo por la emoción, pero cuya mirada estaba fijada en los artistas callejeros de abajo, no en sí mismo. –– ¿Oh? ¿El pixiu está haciendo matemáticas en el ábaco? –– ¡Wow, bastante impresionante! –– ¡Buen espectáculo! ¡Haz que tire manzanas otra vez! Todos en el restaurante se reían, reuniéndose todos en las ventanas para ver la escena a continuación. El narrador todavía estaba patéticamente tratando de continuar: –– El maestro es mejor conocido por ese abanico suyo, él... –– Ajajaja, ese pixiu de color claro quiere comerse la manzana, ¡Mírala rodando por el suelo! El narrador se secó la cara con una toalla, sus labios temblaban de ira. Mo Ran frunció los labios y sonrió, gritando tranquilamente desde detrás de la cortina de perlas: –– Olvídate del Pico Sisheng, cuenta la historia de «Dieciocho toques», en cambio, te garantizo que atraerá la atención de todos. El narrador no sabía que la persona detrás de la cortina era el joven maestro del Pico Sisheng, Mo Ran, y reunió toda la integridad moral que tenía para tartamudear: –– Las historias vulgares no son aptas para un salón elegante. Mo Ran se rió: –– ¿Llamas a este lugar un salón elegante? ¿Cómo no te avergüenzas? Un estallido de ruido vino desde abajo. –– ¡Ah! ¡Qué caballo más rápido! –– ¡Debe ser un cultivador del Pico Sisheng! En medio de la charla, un caballo negro galopó desde la dirección del Pico Sisheng y llegó al espectáculo callejero como un rayo. Había dos personas en el caballo, una con un sombrero negro de bambú y envuelta en una capa negra, cubierto completamente que era imposible saber la edad o el género. La otra era una mujer de treinta o cuarenta años, con las manos ásperas y la cara desgastada. La mujer se echó a llorar en cuanto vio a los osos. Se bajó del caballo y tropezó hacia ellos, arrodillándose para abrazar a uno de ellos en sus brazos, gimiendo: –– ¡Mi hijo! Oh, hijo mío... La audiencia estaba perpleja. Alguien murmuró mientras se rascaba la cabeza: –– ¿Eh? ¿No son estos cachorros pixiu? ¿Por qué esta mujer lo llama hijo? –– Tal vez sea una madre pixiu? –– Vaya, eso es algo impresionante, si la mujer puede incluso tomar una forma humana. Estos aldeanos no tienen conocimiento ni experiencia, y sólo estaban balbuceando tonterías, pero Mo Ran lo descubrió. Corre el rumor de que a algunos sacerdotes taoístas en Jianghu les gusta secuestrar a los niños, arrancarles la lengua para que no puedan hablar, quemarles la piel con agua hirviendo y pegar piel de animal a sus cuerpos ensangrentados para que el niño y la piel se conviertan en uno cuando la sangre se congele, pareciéndose así a monstruos. Estos niños no pueden hablar ni escribir, y no tienen más remedio que sufrir el abuso y realizar obedientemente trucos como "ábaco de pixiu", con cualquier resistencia sólo se ganarían una paliza. No es de extrañar que no percibiera ninguna energía demoníaca, estos "pixiu" no son monstruos en absoluto, sino que en realidad son seres humanos vivos... Mientras pensaba para sí mismo, la persona con capa negra le susurró algo a los sacerdotes taoístas, que se enfurecieron al instante: –– ¿Disculparme? ¡Eso no está en mi vocabulario! –– Entonces, ¿Qué pasa si eres del Pico Sisheng? –– ¡Ocúpate de tus propios asuntos! ¡Dale una paliza! –– Se abalanzaron sobre él de capa negra para darle una paliza. –– ¡Vaya! Al ver a su compañero discípulo recibir una paliza, Mo Ran sólo dejó escapar una risita ahogada. –– Qué miedo. Él no tiene ninguna intención de ayudar. Siempre ha odiado los caminos justos y entrometidos de su secta, incluso en la vida anterior. La mayoría de ellos se apresuraron a lanzarse a cualquier problema que surgiera como tantos idiotas, incluso algunos inconvenientes menores como que el gato de la Madam Wang se quedara atascado en el árbol era algo con lo que tenían que molestarse. Toda la secta, desde el líder hasta los sirvientes, cada uno de ellos era un imbécil. Hay tantas cosas injustas en el mundo, ¿Qué les importa, no están cansados? –– ¡Están peleando, están peleando! ¡Hoh! ¡Qué puñetazo! Dentro y fuera del restaurante, todos se reunieron para mirar. –– Muchos de ustedes se unen contra una persona, ¡No están avergonzados! –– ¡Cuidado detrás de usted señor! ¡Vaya! ¡Demasiado cerca! Wah— –– ¡Bien esquivado! A estas personas les encantaba una buena pelea, pero a Mo Ran no le importaba mirar; ha visto un montón de derramamiento de sangre, los eventos que se desarrollan actualmente son como una mosca zumbando para él. Sacudió perezosamente las migas de cacahuete de su ropa y se levantó para irse. Abajo, los sacerdotes taoístas y el de capa negra se encontraban en un punto muerto, con las espadas agitadas. Mo Ran se cruzó de brazos y se apoyó en la puerta del restaurante, echó un vistazo y chasqueó la lengua con molestia. Qué desgracia. Todas las personas del Pico Sisheng eran luchadores feroces, cada uno igual a diez hombres, pero el de capa negra era patético en una pelea, incluso cuando era arrastrada fuera del caballo, rodeado y pateado, la persona todavía se estaba conteniendo. Sólo diciendo cortésmente: –– Los hombres honorables hablan con la boca, no con los puños, estoy tratando de razonar con ustedes, ¿Por qué no escuchan? Sacerdotes taoístas: ––... Mo Ran: ––... Los sacerdotes taoístas estaban pensando, ¿Qué demonios? ¿Esta persona ya está tan gravemente golpeada y todavía está predicando ese disparate? Él debe tener mantou por cerebro. Pero la cara de Mo Ran cambió abruptamente, su cabeza giró por un segundo. Contuvo el aliento, sus ojos se abrieron con incredulidad, esa voz... –– ¡Shi Mei! –– Gritó Mo Ran y corrió hacia adelante con preocupación, ¡Soltando un ataque lleno de poder espiritual que instantáneamente derribó a cinco de los estafadores sacerdotes taoístas del Jianghu! Se arrodilló en el suelo para ayudar a la persona de capa negra que estaba cubierta de marcas de botas con barro, incluso su voz tembló un poco. –– Shi Mei, ¿Eres tú? CAPÍTULO 4: EL PRIMO DE ESTE VENERABLE. Este Shi Mei (nombre) no era esa clase de shi-mei (hermana menor). Shi Mei era genuinamente masculino y, considerando su tiempo de entrada, era en realidad el shixiong de Mo Ran. La razón por la que tenía un nombre tan desafortunado se debió a la falta de intelecto del líder del Pico Sisheng. Shi Mei era huérfano, y el Líder del Pico lo encontró en estado salvaje. Era un niño débil y enfermizo. El líder pensó que debería darle a este niño un nombre humilde, ya que los nombres humildes traen una vida más fácil. De niño era muy guapo, como si fuera una jovencita amable. Después de mucho pensar, el líder inventó el nombre Xue Ya, que significa Chickee. Xue Ya creció cada vez más y, junto con los años, también prosperó su belleza. Poseía una figura esbelta con un encanto tóxico; incluso las puntas de sus cejas y ojos estaban bañadas en una irresistible tentación y de un atractivo encanto legendario. Los campesinos toscos e incultos de los pueblos no pensaban que era un error usar el nombre Xue Ya, pero ¿Alguien había oído hablar alguna vez de una belleza legendaria llamada "Bolas de Perro" o "Pene de Acero"? Sus compañeros de la misma generación no lo consideraron apropiado y gradualmente dejaron de llamarlo "Xue Ya". Pero como era un nombre otorgado por el Líder del Pico, no se atrevieron a cambiarlo presuntuosamente, así que empezaron a llamarlo shi-mei. Shi-mei esto, shi-mei aquello; después de un tiempo, por amable consideración, el Líder del Pico sacudió sus mangas largas y propuso: –– Xue Ya, ¿Por qué no cambias tu nombre a Shi Mei de una vez por todas? Usando el carácter "mei" de la palabra Mengmei, que significa confundido. En realidad, tuvo el descaro de preguntar... ¿Qué persona normal no aborrecería un nombre así? Aún así, Shi Mei tenía un temperamento dulce, y cuando vio que el Líder del Pico lo estaba observando con entusiasmo, pensando que había hecho una acción asombrosa, Shi Mei no tuvo el valor de declinar. Incluso si se sentía ofendido, no podía avergonzar al Líder del Pico, así que se arrodilló y aceptó el nombre con gracia. A partir de ese día, su nombre fue cambiado a Shi Mei. La persona con capa negra tosió unas cuantas veces, finalmente recobrando el aliento. Su mirada cayó sobre Mo Ran. –– ¿Mn? ¿A-Ran? ¿Qué estás haciendo aquí? Detrás de una fina capa de organza, un par de ojos gentiles como agua de manantial y brillantes como las estrellas de la noche penetraron en el corazón de Mo Ran. Con esta mirada, el sello de los sentimientos ocultos de Taxian-jun se rompió de repente. Era Shi Mei. No hubo ningún error. Mo Ran era un sinvergüenza. En su vida pasada, jugó con muchos hombres y mujeres. Incluso a él le sorprendió que no muriera de sobreesfuerzo. Sin embargo, a la única persona a la que le entregó su corazón, no se atrevió a tocarlo. Él y Shi Mei eran cercanos. Sin embargo, hasta la muerte de Shi Mei, Mo Ran sólo le cogió la mano y una vez, por accidente, se besaron. Mo Ran pensó que Shi Mei era puro y que él mismo era sucio; demasiado sucio para ser digno de él. En vida, lo apreciaba. Después de su muerte, se convirtió en la luz de luna de Taxian-jun. Por mucho que intentara desesperadamente revivir sus recuerdos, el difunto seguía perteneciendo al pasado, disuelto en nada más que un pedazo de tierra. En el inframundo, los rastros de esa figura trascendente habían sido oscurecidos durante mucho tiempo. En este momento, Shi Mei apareció ante él, vivo. Mo Ran tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para contener sus emociones. Mo Ran le ayudó a levantarse y le dio una palmadita al polvo en su capa. Sintió un dolor en el corazón. –– ¡Si no hubiera estado aquí, te habrían intimidado aún más! ¿Por qué no les devolviste el golpe? –– Quería intentar razonar con ellos primero... –– ¡No puedes razonar con esta gente! ¿Estás herido? ¿Dónde te duele? Con Un poco de tos Shi Mei respondió: –– A-Ran, estoy bien. Mo Ran giró la cabeza, su expresión feroz. Dijo a los sacerdotes taoístas: – – ¿Osan poner las manos encima de alguien del Pico Sisheng? Qué agallas tienen ahí. –– A-Ran, no te preocupes –– ¿Quieren pelear? ¡Vengan aquí! ¡Peleen conmigo! El grupo de sacerdotes recibió un sólo golpe de Mo Ran y se dieron cuenta de que sus habilidades de cultivo estaban muy por encima de las suyas. Se retiraron, con miedo de meterse en una pelea con él. Shi Mei suspiró, y aconsejó: –– A-Ran, deja de pelear, perdona y olvida. Mo Ran se volvió hacia Shi Mei, sentimientos de pena y dolor surgiendo de su corazón. Shi Mei siempre había sido de buen corazón. En su vida pasada, en su lecho de muerte, no hubo resentimiento ni odio. Intentó persuadir a Mo Ran para que no odiase a su Shizun que eligió permanecer de brazos cruzados, aunque claramente podría haber salvado la vida de Shi Mei. –– Pero ellos... –– Pero estoy bien, verás, no ha pasado nada. Tener menos problemas es mejor que tener más problemas, por favor, escucha a este shige. Mo Ran suspiró. –– Está bien, te escucharé, escucharé todo lo que digas. – – Agitó la cabeza y luego miró a los taoístas. –– ¿Escucharon eso? ¡Mi shige suplicó en su nombre! ¡Dense prisa y piérdanse! ¿Por qué siguen aquí? ¿Esperan que los acompañe a la salida? –– ¡Sí, sí, sí nos vamos, nos vamos! –– Esperen. –– Shi Mei dijo al grupo de taoístas. Asumieron que, después de golpear a Shi Mei, no iba a dejarlos ir fácilmente. Así, se arrodillaron en el suelo, inclinándose. –– ¡Señor, señor! Estábamos equivocados, éramos ignorantes. ¡Por favor, déjanos ir! –– No me escucharon antes cuando traté de razonar con ustedes. –– Shi Mei suspiró. –– Secuestraron al hijo de alguien, rompiendo el corazón de sus padres; ¿Cómo pueden vivir con su conciencia? –– ¡Lo sentimos! ¡Lo sentimos! ¡Señor, cometimos un error! ¡Nunca lo volveremos a hacer! ¡No lo volveremos a hacer nunca más! –– De ahora en adelante deben vivir una vida justa, no más malas acciones, ¿Entienden? –– ¡Por supuesto! ¡Nos enseñaste una buena lección! ¡Nosotros, nosotros hemos aprendido! ¡Hemos aprendido! –– Entonces, por favor, discúlpense con esta señora, y curen a su hijo con cuidado. Este incidente finalmente llegó a su fin. Mo Ran ayudó a Shi Mei a subir a su caballo, y luego alquiló otro. Los dos regresan a su secta, uno al lado del otro. La luna brillaba en lo alto del cielo, su luz atravesando las hojas para esparcirse por el sendero. Mientras cabalgaba, Mo Ran comenzó a sentirse muy feliz. Inicialmente pensó que no podría ver a Shi Mei hasta que regresara al Pico Sisheng. No esperaba que Shi Mei bajara de la montaña para hacer mandados, por casualidad encontrándose con él. Esto llevó a Mo Ran a creer que él y Shi Mei estaban realmente predestinados. Esta vez, Shi Mei y él tampoco estaban juntos. Pero lo que haya pasado en su vida pasada también sucederá en esta vida. Lo único de lo que tenía que preocuparse era de proteger a Shi Mei. Para asegurarse de que lo de ese año no se repitiera, viéndolo morir en sus brazos... Shi Mei no sabía que Mo Ran había renacido, así que conversó con él como cualquier otro día. Pronto, llegaron al pie del Pico Sisheng. ¿Quién iba a pensar que, en la oscuridad de la noche, una persona estaría de pie frente a la puerta de la montaña, mirándolo con una mirada amenazadora? –– ¡Mo Ran! ¿Finalmente te acordaste de volver? –– ¿Eh? Mo Ran levantó la vista. ¡Ah! Qué chico tan molesto. Era nada menos que un joven Xue Meng. Comparada con el que vio antes de su muerte, esta versión de 15 o 16 años era mucho más atractiva. Estaba vestido con una armadura ligera, con una base negra y adornos azules, una cola de caballo alta atada con una horquilla plateada. Un cinturón adornado con una cabeza de león se ajustaba a su fuerte y delgada cintura, con polainas alrededor de su muñeca y tobillos. Una delgada cimitarra brillaba con una fría luz en su espalda, y la aljaba de su brazo izquierdo brillaba de plata. Mo Ran suspiró en silencio, pensando. Hmm, llamativo. Xue Meng, ya sea un adolescente o un adulto, es muy llamativo. Sólo míralo; en lugar de dormir, se viste con la armadura completa. ¿Qué está haciendo? ¿Está aquí para hacer la llamada de apareamiento de un faisán? ¿Cómo un pavo real mostrando sus plumas? A Mo Ran no le agradaba Xue Meng. A Xue Meng también le caía mal. Mo Ran era un niño bastardo. Cuando era pequeño, no sabía quién era su padre. Se ganaba la vida haciendo trabajos ocasionales en una casa de espectáculos en XiangTan. Tenía catorce años antes de ser encontrado por sus parientes y llevado al Pico Sisheng. Xue Meng era el joven maestro del Pico Sisheng, así como el primo de Mo Ran. Era un prodigio, con gente que lo llamaba "príncipe de los cielos" e "hijo del fénix". Para un cultivador, en promedio, los primeros tres años se dedicaron a aprender lo básico. Para formar un núcleo espiritual, se necesitaron diez años. Con el talento innato de Xue Meng, sólo le llevó cinco años conseguir todo eso. Pero a los ojos de Mo Ran, ya fuera un ave fénix o un pollo, un pavo real o un pato, todos eran pájaros. La única diferencia era la longitud de sus plumas. Mo Ran vio a Xue Meng como un pájaro. Xue Meng vio a Mo Ran como un perro. Quizás era de familia, pero Mo Ran también tenía un talento sorprendente, incluso más que Xue Meng. Cuando Mo Ran llegó por primera vez, Xue Meng se consideraba de clase superior. Era más hábil, más educado, más fuerte y más guapo que su primo analfabeto. Así, este fénix narcisista se jactaba ante sus sirvientes: –– Escuchen, este Mo Ran es un holgazán, un mestizo absoluto de la calle. No se les permite prestarle atención. Sólo finjan que es un perro. Los sirvientes alabaron: –– El joven maestro tiene razón, Mo Ran ya tiene catorce años. Para empezar a cultivar ahora, tendría que estudiar lo básico durante diez años, y veinte años para formar su núcleo espiritual. Para entonces, el joven maestro ya habría ascendido, y sólo podrá mirar desde abajo. Xue Meng se mofó. –– ¿Veinte? Hmph, mirando este pedazo de basura, dudo que pueda formar un núcleo espiritual. Quién iba a pensar que, después de sólo un año de estudiar con su Shizun, este pedazo de basura obtuvo su núcleo espiritual. El ave fénix sintió que fue alcanzado por un rayo. La dura verdad era difícil de tragar. Así que, en secreto, lo maldijo para que se resbalara y cayera cuando viajaba con su espada, recitando hasta que su lengua se retorció. Cada vez que veía a Mo Ran, el pequeño fénix, Xue Meng no podía evitar poner los ojos en blanco, y su burla se oía a tres millas de distancia. Cuando Mo Ran recordó estos recuerdos de su infancia, sonrió. Hacía mucho tiempo que no experimentaba cosas tan triviales. Después de diez años de soledad, incluso las cosas desagradables del pasado se volvieron muy dulces para él. Shi Mei desmontó su caballo después de ver a Xue Meng. Se quitó el sombrero de bambú, revelando su impresionante cara. Tenía sentido que saliera sólo vestido así. Mo Ran miró de reojo desde un costado, sintiendo euforia y anhelo. Esta persona era verdaderamente atractiva, fuera de este mundo. Shi Mei saludó. –– Joven maestro. Xue Meng asintió. –– ¿Has vuelto? ¿Te encargaste del incidente del hombre-oso? Shi Mei sonrió. –– Ya me he encargado de todo, gracias a la ayuda de ARan. Xue Meng miró hacia arriba y hacia abajo a Mo Ran, y luego rápidamente miró hacia otro lado con disgusto, arrugando sus cejas como si una mirada más a Mo Ran le ensuciara los ojos. –– Shi Mei, vete a casa y descansa. Deja de salir con él, es un ladrón mezquino. Sólo aprenderás a ser malo con él. Mo Ran no mostró ninguna debilidad, y se burló. –– ¿Aprender de mí? ¿Qué puede aprender de ti? Vestido con armadura completa en medio de la noche, sacando la cola como un pájaro. ¿Príncipe de los Cielos...? ¡Hahahaha! ¡Más bien como la Princesa de los Cielos! Xue Meng estaba furioso. –– ¡Mo Ran! ¡Cuidado con lo que dices! ¡Esta es mi casa! ¿¡Quién te crees que eres!? Mo Ran contempló. –– Soy tu primo mayor, estoy más calificado que tú si lo piensas. Como si le hubieran tirado mierda de perro, frunció el ceño: –– ¿Quién quiere un primo como tú? ¡No te hagas ilusiones! ¡En mis ojos no eres más que un perro revolcándose en el lodo! Xue Meng era alguien a quien realmente le gustaba llamar 'perro' a otras personas. Como engendro de perro, cosa de perro, hijo de perra. Mo Ran estaba acostumbrado. Se rascó la oreja, sin importarle nada. Pero a su lado, Shi Mei se sentía incómodo. Susurró unas cuantas palabras persuasivas. Con una mueca de desprecio, Xue Meng finalmente cerró su pico. Shi Mei se rió, y luego preguntó suavemente: –– Joven maestro, es tan tarde. ¿Esperas a alguien? –– ¿Qué otra cosa podría estar haciendo? ¿Mirando la luna? Mo Ran se rió a carcajadas. –– No me extraña que estés vestido así, ¡Estás esperando a tu cita! Ay, ¿Quién es la desafortunada? La compadezco. Jajajajajajaja. La expresión de Xue Meng se oscureció, y él dijo. –– ¡Tú! –– ¿Yo? –– Te estoy esperando, ¿Qué vas a hacer al respecto? Mo Ran: –– ¿...? CAPÍTULO 5: ESTE VENERABLE NO ROBÓ. El Salón Dan Xin estaba muy iluminado. Shi Mei se separó de ellos hace un tiempo. Mo Ran entró al salón después de Xue Meng, perplejo, pero de repente entendió la situación al ver la escena en el interior. Rong Jiu, ese marica. Mo Ran le robó algo de dinero antes de irse, y de hecho tuvo el descaro de venir a quejarse al Pico Sisheng. Rong Jiu lloraba miserablemente mientras se acurrucaba en los brazos de un hombre grande y fornido. Cuando Mo Ran y Xue Meng entraron en el salón, sus sollozos crecieron tres veces más, como si pudiera sacar espuma de la boca y desmayarse si no era por los brazos que lo sostenían. En el estrado, detrás de la cortina de perlas, una delicada dama estaba sentada, completamente perdida. Mo Ran no escatima ni una sola mirada a la repulsiva pareja, sino que saluda a la dama: –– Tía, he vuelto. Era la maestra del Pico Sisheng, Madam Wang. A diferencia de esas heroínas que eran rivales para sus homólogos masculinos, ella era una mansa ama de casa que no se metía en asuntos externos. Sin su esposo aquí, ella realmente no sabía cómo lidiar con esto, diciendo tímidamente: –– A-Ran, finalmente has regresado. Mo Ran actuó como si ni siquiera hubiera visto a la pareja aquí para quejarse, y le sonrió: –– La tía se ha levantado tan tarde, ¿Me necesita para algo? –– Em. Verás, este Rong-gongzi dice que tú... ¿Qué tomaste su dinero? Tenía una cara delgada, demasiado avergonzada como para decir que Mo Ran fue a un burdel, así que eligió en su lugar abordar la ofensa menor. Los ojos de Mo Ran se curvaron en una sonrisa: –– ¿En serio? No es que me falte dinero, ¿Por qué tendría que llevarme el de ellos? Además, no me resultan familiares, ¿Te conozco? El fornido hombre se mofó: –– Mí apellido es Chang, el mayor de mi familia. Como hombre de negocios, las formalidades menores importan poco; puedes llamarme Chang Da. Mo Ran sonrió, y a propósito dio vuelta su nombre: –– Ah, así que es Da Chang-gongzi, es un honor conocerte finalmente, por favor disculpa mi grosería. Y este otro caballero es... Da Chang-gongzi: –– Hah, Mo-gongzi seguro que es aficionado a actuar como un tonto. Es la primera vez que nos vemos, pero en los treinta días de este mes, has pasado quince noches en la habitación de Jiu-er. ¿Te has quedado ciego? ¿Cómo es que no lo reconoces? Mo Ran estaba completamente tranquilo, aun sonriendo mientras miraba a Rong Jiu: –– ¿Qué es esto, tratan de calumniarme? Soy una persona decente y honorable, por supuesto que nunca me he acostado con ningún San-er o Jiu-er. La cara de Rong Jiu estaba enrojecida de ira, pero seguía acurrucado contra el pecho de Da Chang, sollozando: –– Mo, Mo-gongzi, sé que mi estatus es bajo e indecoroso... si no me hubiera explotado tan cruelmente, no habría venido a buscarlo, pero para ser tratado así, yo... yo... yo... El tono de Mo Ran era como si fuera él el que estaba siendo agraviado: –– Realmente no te conozco, ni siquiera puedo decir si eres hombre o mujer, ¿Cómo podríamos habernos conocido? –– Anoche fue mi cliente, ¿Cómo puede ser tan frío? Chang-gongzi, Chang gongzi, tiene que hacerme justicia. –– Se metió aún más en los brazos de Da Chang, llorando más fuerte que antes. A un lado, toda la cara de Xue Meng estaba cenicienta, frunciendo el ceño mientras escuchaba este asunto absurdo. Si no fuera por su autocontrol como joven maestro, habría sacado a esta repulsiva pareja de la montaña hace mucho tiempo. Da Chang-gongzi palmeó la cabeza de Rong Jiu mientras lo calmaba con palabras suaves, y luego declaró amenazadoramente: –– Madam Wang, el Pico Sisheng es una secta virtuosa y justa, ¡Pero este Mo-gongzi es vulgar y despreciable! Jiu-er trabaja duro por su dinero, todo para comprar su libertad lo antes posible. Pero este tipo, como si maltratar a Jiu-er no fuera suficiente, ¡Hasta robó todos los ahorros por los que sudaba y sangraba! En la familia Chang no somos cultivadores, pero tenemos dinero y hemos estado en el negocio por generaciones. ¡Si su secta no nos da una explicación satisfactoria hoy, nos aseguraremos de hacérsela pasar mal a todos ustedes en BaShu! Madam Wang se puso nerviosa: –– Ah... Chang gongzi por favor cálmese, yo, yo... Mo Ran se mofó internamente. En la familia Chang eran comerciantes de sal, ridículamente ricos. ¿Quién iba a creer que el hijo mayor de la familia Chang no podía permitirse comprar la libertad de Rong Jiu, y tenía que dejar que su Jiu-er se ganara la vida por sí mismo? Huele a pescado, por no decir más. Pero sus labios seguían sonriendo: –– Ah, así que Da Chang-xiong es el hijo de la rica familia de comerciantes de YiZhou, impresionante y dominante como se esperaba. ¡Verdaderamente admirable, admirable! El Da Chang-gongzi parecía bastante petulante: –– Hmph, así que conoces tu lugar. ¿Por qué no te lo pones fácil y confiesas, dónde están las cosas de Jiuer? Date prisa y devuélvelas. Mo Ran dijo sonriendo: –– Qué extraño, tu Jiu-er recibe tantos clientes a diario, incluso si perdió algo, ¿Por qué me culpan a mí? –– ¡Tú! –– Da Chang-gongzi rechinó los dientes, burlándose. –– ¡Bien, bien, bien, bien, sabía que intentarías salir de esto! Madam Wang, como acaba de ver, Mo-gongzi no habla con razón, y se niega a confesar, no gastaré más mi aliento con él. Usted es la que manda, ¡Usted decida! Madam Wang sabía poco y menos de esos asuntos, sus palabras tropezaban por su nerviosismo: –– Yo... A-Ran... Meng-er... No dispuesto a dejar que su madre fuera puesta en un aprieto como este, Xue Meng se adelantó: –– Chang gongzi, el Pico Sisheng tiene reglas estrictas de disciplina. Si sus acusaciones resultan ser ciertas, si Mo Ran realmente violó los mandatos contra la avaricia y la promiscuidad, nosotros naturalmente le aplicaremos un castigo severo. Sin embargo, es su palabra contra la de él, ¿Tiene alguna prueba? Da Chang-gongzi sonrió con suficiencia: –– Sabía que su secta sacaría esto, por eso nos apresuramos a llegar aquí antes de que llegara Mo Ran, para enfrentar a Madam Wang. –– Se aclaró la garganta, diciendo: –– Todos ustedes escuchen bien, Jiu-er perdió dos hu de perlas, diez lingotes de oro, un par de pulseras de flores de ciruelo de oro, un par de horquillas de jade y un colgante de mariposas de jade. Busquen en Mo Ran estos artículos, y la verdad de mis acusaciones será aclarada. Mo Ran se opuso: –– ¿Qué derecho tienes a registrarme? –– Hmph, me parece una conciencia culpable. Madam Wang, ¿Cuál es el castigo por los pecados de robo y lujuria en el Pico Sisheng? Madam Wang contestó en voz baja: –– Uhm... mi marido siempre ha sido el encargado de los asuntos de la secta, de verdad... no lo sé... –– Dudoso, dudoso. Creo que Madam Wang se hace la tonta a propósito para proteger a su sobrino. Quién iba a pensar que el Pico Sisheng era en realidad un lugar tan corrupto y sucio... –– Ya es suficiente. Mi tía ya dijo que no está acostumbrada a tomar este tipo de decisiones, ¿No has terminado de intimidar a una ama de casa todavía? –– Mo Ran interrumpió, finalmente harto de su parloteo. Incluso la sonrisa despreocupada que suele aparecer en la cara de Mo Ran cayó un poco. Dirigió una mirada de reojo a la repulsiva pareja. –– Bien, regístrame entonces. Pero si no se encuentra nada, por calumniar a mi secta hasta tal punto, ¿Qué se debe hacer entonces? –– Entonces me disculparé inmediatamente con Mo-gongzi. –– Claro. –– Mo Ran estuvo de acuerdo con facilidad: –– Pero sólo una cosa. Si te equivocas, entonces tienes que arrastrarte fuera del Pico Sisheng con las manos y las rodillas como disculpa. Viendo la confianza de Mo Ran, Da Chang-gongzi no pudo evitar plantar una semilla de duda en su corazón. Desde muy joven ha tenido en alta estima a los cultivadores, pero desafortunadamente él mismo no tenía talento para el cultivo. Hace un par de días, escuchó que su viejo amante Rong Jiu se había ganado el favor de Mo Ran, por lo que ambos llegaron a un acuerdo. Rong Jiu encontraría una oportunidad para apoderarse del cultivo de Mo Ran, y Da Chang-gongzi compraría su libertad a cambio. No sólo eso, también prometió llevar a Rong Jiu a su casa y cuidar de él de por vida. Da Chang-gongzi anhelaba cultivar, Rong Jiu codiciaba riquezas. Los dos sinvergüenzas estaban bien emparejados en su colusión. Mo Ran había caído en sus planes en la vida pasada. Al final se desquitó, pero sufrió bastante. Esta vez, su estratagema quedó completamente vacío, pues Mo Ran dio media vuelta de repente y sin razón aparente; estaba todavía en un estupor de embriaguez hace apenas unos días, acurrucado tiernamente en los brazos de Rong Jiu, Jiu-er esto, Jiu-er aquello. Pero esta mañana folló brutalmente a Rong Jiu dos veces, luego inesperadamente tomó todas sus pertenencias y objetos de valor y huyó. Da Chang-gongzi estaba furioso, e inmediatamente arrastró a Rong Jiu al Pico Sisheng para quejarse. Este comerciante de sal gongzi era un astuto hombre de negocios; pensó que, si terminaba atrapando a Mo Ran, podría obligar a Madam Wang a dispersar su cultivo. Vino preparado con un colgante de jade que absorbe el cultivo para reunir más tarde algunas cosas fáciles de asimilar en su propio depósito espiritual. Pero mirando a Mo Ran ahora, Da Chang-gongzi dudó. Mo Ran era un hombre astuto. ¿Y si ya vendió los bienes robados y estaba esperando para arrastrarlo? Pero, de nuevo, las cosas ya han llegado a este punto, sería un desperdicio rendirse ahora. Tal vez sólo está fingiendo... Él que todavía estaba luchando con sus pensamientos, pero Mo Ran ya había empezado a desvestirse allí. Se quitó la túnica exterior, la tiró a un lado, y sonriendo hizo un gesto de invitación: –– Adelante, tómate tu tiempo para buscar. Después de todo ese alboroto, no encontraron nada más que un cambio adicional. La cara entera de Da Chang-gongzi se volcó. –– ¡Imposible! ¡Definitivamente estás jugando un truco! Mo Ran entrecerró los ojos de color púrpura, acariciando su barbilla: –– Ya me has registrado diez veces y me has tocado siete u ocho veces. No hay nada más que hacer que desnudarse totalmente, ¿Y aún así no te das por vencido? –– Mo Ran, tú... Mo Ran se dio cuenta de repente: –– ¡Ah, ya entiendo! Da Chang-gongzi, ¿Podría ser que has estado deseando mi buen aspecto, y has montado todo este espectáculo sólo para aprovecharte de mí y tocarme? Da Chang-gongzi estaba a punto de desmayarse de rabia, toda su cara estaba roja de ira, señalando a Mo Ran, pero incapaz de manejar una sola palabra. Xue Meng, por su parte, había sobrepasado los límites de su paciencia; puede que desapruebe a Mo Ran, pero Mo Ran seguía siendo miembro del Pico Sisheng, los forasteros no tenían derecho a degradarlo. Xue Meng avanzó sin dejar rastro de cortesía, levantó la mano y sin dudarlo le rompió el dedo a Da Chang-gongzi, advirtiéndole: –– ¡Te seguimos la corriente la mitad de la noche, pero resulta que sólo estabas creando problemas de la nada! Da Chang-gongzi aulló de dolor, acunando su dedo. –– ¡T-Todos ustedes! ¡Están todos juntos en esto! No me extraña que las cosas no estuvieran en Mo Ran, ¡Deben haberlas escondido! ¡Tú también desnúdate, déjame buscar! ¿¡Alguien se atreve a ordenarle que se desnude!? Xue Meng se enfureció inmediatamente por la humillación: –– ¡Desvergonzado! ¿Realmente crees que esas patas de perro tuyas son aptas para tocar incluso la esquina de mi túnica? ¡Lárgate de aquí! Ahora que el joven maestro ha hablado, los sirvientes en el Salón Dan Xin, también hartos de esta fachada desde hace mucho tiempo, salieron inmediatamente para sacar a esta pareja de gente común y corriente sin medios de resistencia, echándolos de la montaña. El furioso chillido de Da Chan-gongzi se podía escuchar desde la distancia: –– ¡Mo Ran, espera! ¡No he terminado contigo todavía! De pie fuera del Salón Dan Xin, Mo Ran miró al cielo nocturno, sus ojos curvados en una sonrisa, suspirando: –– Estoy tan asustado... Xue Meng le lanzó una mirada fría: –– ¿De qué tienes miedo? Mo Ran se preocupó genuinamente: –– Son vendedores de sal, me temo que no tendré más sal en el futuro... ––... Xue Meng se quedó en silencio durante un momento, antes de preguntar: – – ¿De verdad no te acostaste con el prostituto? –– No. –– ¿Y realmente no robaste? –– Realmente no lo hice. Xue Meng: –– Humph, no te creo. Mo Ran levantó una mano, riendo: –– Que los cielos me golpeen con un rayo si estoy mintiendo. Xue Meng levantó repentinamente su mano, sosteniendo el brazo de Mo Ran con un fuerte agarre. Mo Ran lo miró fijamente: –– ¿Qué estás haciendo? –– Xue Meng volvió a hablar, y rápidamente cantó un conjuro. Se podían escuchar sonidos dispersos cuando un puñado de perlas, cada una del tamaño de una soja, se deslizaron de la manga de Mo Ran y cayeron al suelo. Xue Meng reunió energía espiritual en su mano y señaló a las perlas. Las perlas comenzaron a brillar y a crecer en tamaño, convirtiéndose en una pila de joyas y objetos de valor, pulseras de flores de ciruelo y pendientes de jade, dorados y brillantes en el suelo. Mo Ran: ––... Somos discípulos de la misma secta, no hagas las cosas difíciles." Xue Meng frunció el ceño: –– Mo Wei Yu, no tienes vergüenza. –– Jeje. Xue Meng rugió: –– ¡Nadie se está riendo contigo! Mo Ran suspiró: –– No es como si pudiera llorar cuando me lo ordenan. La cara de Xue Meng era sombría: –– ¿Es así como usas la técnica de ocultación del Pico Sisheng? –– Mhm, aplicaciones prácticas... La ira de Xue Meng volvió: –– Ese comerciante de sal era un perro molesto, así que no te asé delante de él. Pero esa mierda de perro tenía razón en una cosa: violar los mandatos contra el robo y la lujuria como lo has hecho, no importa en qué secta estés, ¡Te lo mereces! Mo Ran sonrió sin desanimarse: –– ¿Y qué vas a hacer al respecto? ¿Esperar a que el tío vuelva y contárselo? Ni siquiera estaba preocupado; su tío lo malcriaba hasta el cansancio, lo máximo que podía hacer era regañarlo un poco, nunca tendría el corazón para golpearlo. Xue Meng se dio la vuelta, cepillándose el pelo, un par de ojos brillando de desprecio en la oscuridad de la noche. –– ¿Papá? No, está en Kun Lun y no volverá en un mes o dos. La sonrisa de Mo Ran se congeló, una sensación ominosa se apoderó de él. De repente recordó a cierta persona. Pero... Si estuviera aquí, entonces debería haber sido él quien recibió a Changgongzi en el Salón Dan Xin hoy, no la inconsciente Madam Wang. Esa persona... no debería estar aquí... ¿Verdad...? Viendo los parpadeos en sus ojos, el aire de desdén de Xue Meng se hizo aún más obvio. –– Papá te mima demasiado, pero, aquí en el Pico Sisheng, ¿No hay alguien que no te mima? Mo Ran retrocedió lentamente unos pasos, una forzada sonrisa en su cara: –– Mi estimado primo, ya es muy tarde, no molestemos la paz y tranquilidad del anciano, me equivoqué, no habrá una próxima vez, ¿Qué te parece? Por favor, ve a descansar, jeje, pareces tan cansado. E inmediatamente salió corriendo. ¡Tienes que estar bromeando! ¡Este Xue Meng es demasiado despiadado! Ahora mismo no es Taxian-jun, gobernante del mundo humano, ¿Cómo podría arriesgarse a caer en manos de esa persona? Si esa persona se enterara de que ha robado y prostituido, ¡Probablemente le rompería las dos piernas! ¡Si no huye ahora, no tendrá la oportunidad de hacerlo nunca más! CAPÍTULO 6: EL SHIZUN DE ESTE VENERABLE. Xue Meng había crecido en el Pico Sisheng después de todo, y conocía todos sus entresijos y atajos, así que al final consiguió capturar a Mo Ran. Después de arrestarlo y arrastrarlo, llegaron a la parte trasera de la montaña. Toda la montaña trasera del Pico Sisheng era el lugar más cercano del reino mortal al reino fantasma, y entre los dos reinos había una barrera, más allá estaba el inframundo. Echando un vistazo al terrible estado de la barrera, Mo Ran supo inmediatamente por qué, aunque esa persona estaba en casa, seguía siendo Madam Wang la que apareció en el salón principal saludando y recibiendo a la audiencia. No era que esa persona no quisiera ayudar, era que realmente no podía alejarse... La barrera del reino fantasma se había roto repentinamente. En este momento y lugar, toda la parte trasera de la montaña estaba llena de la esencia del mal. Espíritus que aún no habían formado un cuerpo sólido se arremolinaban en el aire y lloraban desesperados, sus aullidos llenos de rencor. En la entrada de las puertas de la montaña se podía ver una gigantesca brecha abierta en el cielo, y detrás de esa brecha estaba el reino fantasma. Desde la fisura de la barrera se asomó una larga y verde escalera de piedra de miles de escalones, y amenazantes fantasmas que ya habían cultivado una forma carnosa se arrastraban en gran número, arrastrándose desde el reino fantasma hasta el reino mortal. Si se tratara de una persona normal, si vieran este tipo de escena, sin duda se asustarían de terror. La primera vez que Mo Ran vio esto, también estaba empapado de sudor frío por el miedo, pero hacía tiempo que se había acostumbrado a ello. La barrera entre los reinos mortal y fantasma fue construida primero por Fu Xi en tiempos antiguos, y a través de los siglos, ahora, se había vuelto delgada y débil, a menudo agrietándose y rompiéndose en varios lugares, necesitando reparación por inmortales cultivados. Sin embargo, una tarea como esta no sólo no elevaba mucho la cultivación de uno, sino que también era increíblemente agotador para el poder espiritual; trabajar duro por nada, es trabajo puro, así que no muchos cultivadores en el mundo de la cultivación estaban dispuestos a asumir la carga. Cuando los espíritus amenazantes entraron en el mundo, los primeros en atacar fueron las personas comunes del mundo de la cultivación inferior, y como protectores del mundo de la cultivación inferior, el Pico Sisheng asumió la tarea de reparar la barrera. La montaña trasera de la secta se enfrentaba al punto más débil de la barrera, simplemente por el hecho de poder hacer tales reparaciones a tiempo. Esta barrera irregular se filtraba al menos cuatro o cinco veces al año, como si fuera una maceta de segunda mano: inútil. En ese momento, en la entrada del reino fantasma, sobre la verde escalera de piedra, se encontraba un hombre, con sus túnicas blancas como la nieve ondeando, sus mangas anchas volando en el viento, el aura de la espada que lo envolvía, su dorada luz brillando, y sólo con sus poderes, estaba barriendo a esos espíritus amenazantes, limpiando a esos malvados fantasmas, reparando la grieta en la barrera. Ese hombre era delgado en forma y elegante en apariencia con el aura de una santidad trascendente, un rostro elaborado con una belleza hermosa. Desde lejos, sería fácil imaginar que es un erudito digno con un aire de otro mundo estudiando bajo un árbol en flor. Pero de cerca, su expresión era aguda como la espada, sus ojos de fénix inclinados hacia arriba, su nariz elegante y delgada, la apariencia misma de sofisticación y refinados modales, pero con aspereza en sus ojos, luciendo particularmente distantes y fríos. Mo Ran lo observó desde la distancia. Aunque ya estaba preparado, sinceramente, para ver de nuevo a esa persona aparecer sana y salva, aún así, cada fragmento de sus huesos temblaba incesantemente. La mitad fue por miedo, la otra mitad fue... emoción. Su Shizun. Chu Wan Ning. En la vida anterior, la persona por la que Xue Meng lloró y rogó ver cuando llegó al Salón Wu Shang era él. Fue este hombre quien arruinó los grandes planes de Mo Ran. Arruinó los ambiciosos ideales de Mo Ran y fue encarcelado y torturado hasta la muerte por Mo Ran al final. Técnicamente, por derrotar a un oponente y poder vengarse, Mo Ran debería haber estado contento. El océano estaba libre para que los peces nadaran, el cielo abierto para que los pájaros volaran, ya nadie podía detenerlo. Originalmente, Mo Ran también había pensado que pensaba de esa manera. Pero, no lo parecía. Después de la muerte de Shizun, parecía que había algo más que estaba enterrado junto con el odio. Mo Ran no era un hombre de cultura, y no sabía que ese sentimiento era lo que ellos llamaban "Igualado con un oponente digno". Sólo sabía que, a partir de ese momento en el mundo, ya no había más archienemigos en su contra. Cuando su Shizun vivía, estaba asustado, temeroso y ansioso. En el momento en que veía la vid de sauce en las manos de su Shizun, el pelo de su espalda se pondría de pie, igual que el de un perro derrotado que estaba acostumbrado a ser disciplinado, el mero sonido de un palo de madera golpeando hacía que sus dientes se marchitaran, sus piernas cedieran y la baba goteara por la comisura de sus labios. Sus tripas se retorcerían por los nervios. Después de la muerte de su Shizun, la persona a la que Mo Ran más temía falleció. De repente, Mo Ran sintió que creció, maduró y finalmente pudo cometer el pecado de asesinar a su mentor. Después de eso, mientras sus ojos recorrían el mundo mortal, nadie se atrevió a obligarlo a arrodillarse. Nunca más hubo nadie que se atreviera a abofetearlo. Para celebrarlo, abrió un frasco de vino blanco de flores de pera y se sentó en el tejado a beber toda la noche. Esa noche, por la influencia del alcohol, las cicatrices en su espalda de los azotes dados por su Shizun en su juventud parecieron arder una vez más, doloridos por las quemaduras. Ahora, en este momento y lugar, para ver con sus propios ojos a Shizun aparecer ante él una vez más, Mo Ran lo miró fijamente, tanto asustado como resentido. Sin embargo, también parecía haber un rastro de retorcida y loca alegría. Haber recuperado a un oponente así después de haberlo perdido, ¿Cómo no iba a estar encantado? Chu Wan Ning ignoró a los dos discípulos que se metieron en la montaña trasera y todavía estaba completamente concentrado en luchar contra las almas dispersas de los muertos. Tenía una cara elegante, un par de cejas largas, sus ojos de fénix bajos y fríos, gráciles y de otro mundo, dignos en su comportamiento, su expresión inmutable ante el aire demoníaco y la lluvia de sangre, parecía excesivamente frío, como si no fuera extraño que se sentara en el lugar para encender incienso y tocar el Guqin. Sin embargo, un hombre tan elegante y sombrío estaba empuñando actualmente una espada larga y escalofriante que goteaba gotas de sangre. Una vez movió su ancha manga, el aura de la espada cortó e hizo explotar los verdes escalones de piedra, los restos y escombros rodaron hacia abajo. Desde las puertas de la montaña en la parte superior que se dividen hasta la parte inferior de la montaña, una grieta de profundidad indiscernible se abrió por esa escalera de miles de escalones. Una ferocidad tan brutal. ¿Cuántos años habían pasado desde que fue testigo de la fuerza de Shizun? Esa fuerza valiente y dominante hizo que las piernas de Mo Ran se debilitaran por costumbre. Inestable, se arrodilló en el suelo. Chu Wan Ning no tardó mucho tiempo en aniquilar a todos los fantasmas y llenar el agujero hacia el reino fantasma. Después de completar su tarea, descendió del cielo ligera y lánguidamente, aterrizando ante Mo Ran y Xue Meng. Primero miró al Mo Ran arrodillado en el suelo antes de mirar a Xue Meng, sus ojos de fénix algo helados. –– ¿Otra vez causando problemas? Mo Ran admitió. Shizun poseía la habilidad de discernir instantáneamente cualquier cosa con precisión. –– Shizun, Mo Ran bajó de la montaña y cometió los crímenes de robo y libertinaje, ruego para que Shizun conceda el castigo. –– dijo Xue Meng. Chu Wan Ning se quedó en silencio con una expresión en blanco y luego dijo fríamente: –– Ya veo. Mo Ran: ––… Xue Meng: ––… Ambos estaban un poco desconcertados. ¿Y entonces? ¿Eso fue todo? Pero justo cuando Mo Ran empezaba a sentirse afortunado, cuando vislumbró a Chu Wan Ning, vio un destello de luz dorada, que atravesaba el aire violentamente, y un crujido como los gritos de un relámpago fue lanzado directamente sobre la mejilla de Mo Ran. ¡La sangre salpicó! La velocidad de esa luz dorada era demasiado impactante; no importa esquivar, incluso cerrando los ojos, Mo Ran no había tenido tiempo antes de que la carne de su cara se abriera, la herida ardiendo dolorosamente. Chu Wan Ning estaba de pie con los puños cerrados, parado fríamente en la brisa mortal de la profunda noche, el aire aún sucio y espeso con el hedor de espíritus malignos, y ahora estaba mezclado con el asqueroso olor de la sangre humana, haciendo que los terrenos prohibidos de la montaña trasera parecieran espeluznantes y horripilantes. Lo que azotó a Mo Ran fue la vid de sauce que apareció de la nada en la mano de Chu Wan Ning. Esa vid era delgada y larga, con hojas verdes y tiernas que brotaban todavía, colgaba hasta abajo junto a sus botas. Aunque era un objeto elegante y debería haber hecho que las personas pensarán en versos tan sonoros que describían las tiernas y delicadas manos de una dama. Qué lástima. Chu Wan Ning no era tierno ni poseía un amante. La vid de sauce en su mano era en realidad un arma sagrada llamada "Tian Wen". En este tiempo y lugar, una brillante luz dorada y carmesí recorría a Tian Wen, iluminando la oscuridad a su alrededor, y también iluminaba los profundos ojos de Chu Wan Ning, dándoles vida. Los labios de Chu Wan Ning se apretaron y dijo escalofriantemente: –– Mo Wei Yu, sí que tienes agallas. ¿Realmente crees que no te voy a disciplinar? Si realmente fuera Mo Ran, de dieciséis años, tal vez no se hubiera tomado sus palabras en serio, pensando que Shizun sólo estaba fanfarroneando para asustarlo. Sin embargo, el renacido Mo Wei Yu ya había pagado con sangre y fue educado a fondo en los caminos de "disciplina" de Shizun en su vida anterior. En un instante pudo sentir que incluso le dolían las raíces de los dientes. La sangre se le subió a la cabeza y empezó a negar todo agresivamente, con la esperanza de limpiar su propia cuenta. –– Shizun... Su mejilla sangraba, Mo Ran levantó los ojos, llenándolos con un brillo de niebla. Sabía que su disposición actual era extremadamente patética y lastimosa. –– Este discípulo nunca ha robado... y nunca ha sido libertino... ¿Cómo es que Shizun me golpeó primero sin preguntarme nada después de haber escuchado sólo la versión de la historia de Xue Meng? ––… Contra su tío, Mo Ran tenía dos trucos fundamentales: primero, ser lindo, segundo, ser lamentable. Ahora estaba usando ambos movimientos en Chu Wan Ning, mirándose tan afligido que sus lágrimas iban a caer. –– ¿Este discípulo es realmente tan inútil a tus ojos? ¿Cómo es que Shizun ni siquiera me da la oportunidad de explicarme? Junto a ellos, Xue Meng estaba pisoteando de rabia. –– ¡MO RAN! ¡Tú, pedazo de pata de perro! ¡Tú, tú eres un sinvergüenza! ¡Shizun, no lo escuches! ¡No dejes que este bastardo te confunda! ¡Realmente robó! ¡Todo el botín sigue aquí! Chu Wan Ning bajó los ojos, su expresión fría y distante. –– Mo Ran, ¿Realmente nunca has robado? –– Nunca. ––... Deberías saber cuáles son las consecuencias por mentirme. A Mo Ran se le puso la piel de gallina por todo el cuerpo. ¿Cómo podría no saberlo? Sin embargo, se mantuvo terco como una mula: –– ¡Ruego a Shizun para que investigue! Chu Wan Ning levantó la mano, y esa vid resplandeciente volvió a barrer, pero esta vez no fue para azotar la cara de Mo Ran, sino que envolvió a Mo Ran en un firme agarre. Esta sensación era demasiado familiar. Aparte de azotar a la gente a diario, la vid de sauce “Tian Wen” tenía otro uso... Chu Wan Ning miró fijamente a Mo Ran, quien estaba mortalmente detenido por Tian Wen y preguntó de nuevo: –– ¿Nunca has robado? Mo Ran sólo podía sentir una agonía familiar penetrando directamente en su corazón, como si una pequeña serpiente de colmillos afilados se deslizara repentinamente hacia su pecho y causara estragos en sus órganos. Acompañando el dolor había una tentación que era difícil de descartar, y Mo Ran abrió la boca a pesar de sí mismo, con la voz quebrada. –– ¡Yo... NUNCA... NUNCA... AH...! Como si sintiera que estaba mintiendo, la luz dorada de Tian Wen se estaba volviendo más salvaje, pero, aunque el sudor frío empapó a Mo Ran, aun así, luchó contra esta tortura con todo lo que tenía. Este fue el segundo uso de Tian Wen después azotar: interrogación. Una vez atado por Tian Wen, no había nadie que pudiera mentir ante él. No importa si es humano o fantasma, vivo o muerto, Tian Wen tenía la habilidad de forzarlos a hablar, dando las respuestas que Chu Wan Ning exigía. Sólo había una persona en la vida anterior que, con su fuerte cultivo, finalmente fue capaz de ocultar secretos ante Tian Wen. Esa persona era Mo Wei Yu que se convirtió en el emperador del mundo mortal. Después del renacimiento, Mo Ran todavía se aferró a un sentido de buena fortuna, pensando que todavía debería ser capaz de ser como una vez lo fue y luchar contra el poderoso interrogatorio de Tian Wen. Sin embargo, después de morderse los labios durante un rato, grandes gotas de sudor rodaron por sus cejas negras como la tinta, todo su cuerpo temblando, al final todavía se derrumbó de dolor ante las botas de Chu Wan Ning, aspirando grandes respiraciones de aire con dificultad. –– Yo... yo... robé... El dolor desapareció abruptamente. Mo Ran ni siquiera había recuperado el aliento antes de escuchar la siguiente pregunta de Chu Wan Ning, que sonaba más fría que antes. –– ¿Has cometido libertinaje? Los hombres listos no hacen estupideces. Como no pudo aguantar antes, entonces era aún más imposible ahora. Esta vez, Mo Ran ni siquiera se molestó en objetar; en el momento en que llegó el dolor gritó: –– ¡Lo hice, lo hice, lo hice! ¡SHIZUN POR FAVOR! ¡NO MÁS! La cara de Xue Meng se ponía azul, con la mirada completamente atónita: –– ¿Cómo pudiste...? Ese Rong Jiu es un hombre, y tú... Nadie se preocupó por él, y la dorada luz de Tian Wen se atenuó lentamente. Mo Ran aspiraba grandes bocados de aire, todo su cuerpo empapado como si fuera sacado del agua, su cara blanca como una sábana, y sus labios todavía temblaban incesantemente, tumbado en el suelo sin poder moverse. A través de sus pestañas cubiertas de sudor, podía ver la silueta borrosa y elegante de Chu Wan Ning, que llevaba una corona de jade verde y mangas expansivas que se extendían hasta el suelo. Una ola de fuerte odio se derramó repentinamente en su corazón: –– ¡CHU WAN NING! ¡Este venerable no se equivocó al tratarte como lo hizo en la vida pasada! Aunque viva una vez más, eres un fastidio por mucho que te mire. ¡QUÉ SE JODAN A LAS DIECIOCHO GENERACIONES DE TUS ANCESTROS! Chu Wan Ning no sabía que su bestia de discípulo se iba a follar a las dieciocho generaciones de sus antepasados, y se quedó dónde estaba por el momento, con la cara sombría. Entonces, dijo: –– Xue Meng. Aunque Xue Meng sabía que en la actualidad estaba de moda que las casas ricas encontraran placer en la forma masculina, que a muchos les gustaba jugar con chicos prostitutos porque era refrescante, pero eso no significaba que realmente les gustaran los hombres, aún así encontró ese hecho bastante difícil de tragar, y se quedó petrificado por un momento antes de responder: –– Shizun, este discípulo está presente. –– Mo Ran transgredió los tres mandatos contra el robo codicioso, el libertinaje y el engaño. Llévalo al Salón Yan Luo para su penitencia. Tráelo a la Plataforma del Pecado y la Virtud a primera hora mañana para que sea castigado ante todos. Xue Meng se sorprendió. –– ¿Q-Qué? ¿Para ser castigado ante todos? Ser castigado ante todos significaba que el discípulo que había cometido pecados graves sería arrastrado ante todos los discípulos de la secta, incluso las abuelas en el comedor serían traídas, sentenciadas y castigadas delante de todos. Ser avergonzado y humillado. ¡Mo Ran era un joven maestro del Pico Sisheng! Aunque se puede decir que las reglas de la secta son estrictas, pero debido a que el estatus de Mo Ran era especial, su tío lamentaba la pérdida de sus padres desde muy joven y que haya estado varado por catorce años, siempre defendía a Mo Ran con indulgencia, e incluso si Mo Ran cometía errores, seguía dándole conferencias en privado, sin haberle pegado ni una sola vez. Pero Shizun ni siquiera salvaría la cara del líder de la secta, y en realidad arrastraría a su precioso sobrino a la Plataforma del Pecado y la Virtud para castigar y avergonzar a Mo-gongzi ante toda la secta. Esto era algo que Xue Meng nunca había esperado. Sin embargo, Mo Ran no se sorprendió en absoluto. Se tumbó en el suelo, sus labios curvándose en una mueca de desprecio. Mira lo justo que era su Shizun, tan lleno de justicia. La sangre de Chu Wan Ning estaba fría. En la vida anterior, Shi Mei murió ante él y Mo Ran lloró y suplicó, tirando del borde de su túnica, arrodillándose en el suelo pidiendo su ayuda. Pero Chu Wan Ning los ignoró como si no hubiera oído nada. Así, el aliento de su discípulo disminuía frente a él mientras Mo Ran lloraba a todo pulmón a su lado, y aún así no les prestó atención, dándoles la espalda con desdén. En este momento no era más que arrastrarlo a la Plataforma del Pecado y la Virtud para sentenciarlo en público, nada fuera de lo común. Mo Ran sólo podía resentir su propio cultivo débil; que no podía pelar la piel de Chu Wan Ning, sacarle los nervios, beber su sangre; que no podía tirar de su pelo hacia atrás para violarlo y corromperlo a gusto de su corazón, que no podía profanar su honor torturándolo, hacerle vivir una vida peor que la muerte... El salvajismo bestial en sus ojos no se escondió inmediatamente, y Chu Wan Ning lo vio. Miró en silencio a la cara de Mo Ran, esa elegante cara de erudito que no tenía ni una pizca de sentimiento. –– ¿En qué estás pensando? ¡Mierda! ¡Tian Wen no había sido retirado todavía! Mo Ran pudo sentir una vez más la vid que lo ató, apretando y retorciéndose, y sus órganos sintieron como si se fueran a desgarrar en papilla. Gritó en agonía, tratando de rugir toda la ira en su mente. –– ¡CHU WAN NING! ¿¡CREES QUÉ ERES TAN DURO!? ¡MÍRAME FOLLARTE HASTA LA MUERTE! Todo estaba en silencio. Chu Wan Ning: ––… Incluso Xue Meng se quedó boquiabierto. ––… Tian Wen regresó repentinamente a la palma de la mano de Chu Wan Ning, transformándose en destellos de luz dorada y desapareciendo de la vista. Tian Wen formó parte de los huesos y la sangre de Chu Wan Ning, apareciendo exactamente cuándo fue llamado y desapareciendo a voluntad. La cara de Xue Meng estaba pálida e incluso tartamudeó. –– Shi-Shi-ShiShizun... Chu Wan Ning no habló. Con sus largas, exuberantes y negras pestañas cayendo, parecía perdido en sus pensamientos mirando su propia mano. Fue un buen momento antes de levantar la cortina de sus ojos, su cara aún intacta, sólo que su expresión era más fría que antes. Con ojos que decían –– Tú bestia de discípulo mereces la muerte. –– Miró a Mo Ran por un momento antes de decir en voz baja: –– Tian Wen está roto. Voy a arreglarlo. Después de pronunciar esas palabras, Chu Wan Ning se dio la vuelta y se fue. Xue Meng no era un niño brillante. –– ¿Cómo puede romperse un arma sagrada como Tian Wen? Chu Wan Ning lo escuchó y una vez más usó los ojos de "Tú estúpido discípulo mereces la muerte" para mirarlo de nuevo. Xue Meng sintió un escalofrío. Mo Ran yacía en el suelo medio muerto, su expresión en blanco. Antes realmente estaba pensando en encontrar una oportunidad para follar a Chu Wan Ning, sabiendo profundamente que este anciano Chu al que la gente llama "Yu Heng del Cielo Nocturno", "Bei Dou Inmortal" era alguien que siempre enfatizaba los refinados modales y la rectitud, y que nunca soportaba que nadie lo pisara y oprimiera, ensuciando su persona. ¡Pero cómo pudo dejar que Chu Wan Ning descubriera algo así! Mo Ran aulló patéticamente como un perro abandonado, cubriéndose la cara. Recordando los ojos de Chu Wan Ning cuando se fue, sintió que probablemente no le quedaba mucho tiempo de vida. CAPÍTULO 7: ESTE VENERABLE LE GUSTAN LOS WONTONS. El sol brillaba desde lo alto. Las escaleras del Pico Sisheng se extendían por cientos de millas. Como recién llegada entre las sectas de cultivo, era diferente de las otras sectas famosas de la región de cultivo superior. Tomemos por ejemplo la secta Ru Feng en Linyi. Su salón principal se llama "Salón de las Seis Virtudes", para animar a los discípulos a ser "Sabios, Fieles, Santos, Justos, Benévolos y Leales". Los discípulos residían en un área llamada "Puerta de los Seis Comportamientos", pidiendo que los discípulos fueran "Filiales, Cordiales, Armoniosos, Marciales, Responsables, Compasivos" unos con otros. Y el área de estudio se denominó "Plataforma de las Seis Artes", lo que significa que los discípulos debían ser maestros en "Ritual, Música, Tiro con Arco, Equitación, Caligrafía y Aritmética". En otras palabras, elegancia sin fin. El Pico Sisheng, en cambio, se estableció desde un lugar de pobreza, y sus nombres eran... complicados. "Salón Dan Xin" y "Plataforma Shan'E" seguían siendo aceptables, pero tal vez porque el padre y el tío de Mo Ran no eran exactamente eruditos y no podían retener tantos nombres decentes, empezaron a hacer tonterías hacia el final, asignando "Xue Ya", nombres antiguos a diestra y Siniestra. Por lo tanto, el Pico Sisheng tenía muchos nombres plagiados del inframundo. Por ejemplo, el Salón de autorreflexión se llamaba Yan Luo. El puente que conectaba las áreas de recreación y estudio es llamado Puente Naihe. El comedor Salón Meng Po. El campo de entrenamiento se llamaba DaoShan HuoHai El área prohibida detrás de la montaña se llamaba Si Gui Jian. Y así sucesivamente. Incluso éstos eran relativamente aceptables. Las áreas más alejadas fueron llamadas sin rodeos "Esto es montaña", "Esto es agua", "Esto es un agujero", y no pueden olvidar los famosos acantilados de "Aaaaaah" y "Waaaaah". Los cuartos de los ancianos tampoco escaparon ilesos, y cada uno tenía su propio apodo. Naturalmente, Chu Wan Ning no fue la excepción. Le gustaba la paz y la tranquilidad y no quería vivir cerca de los demás. Su residencia estaba situada en el lado sur del Pico Sisheng, escondida en una arboleda de bambú como un océano de jade. Había un estanque antes del salón principal, cubierto de flor de loto rojo a lo largo de las estaciones gracias a una abundancia de energía espiritual, resplandeciente como nubes de color carmesí. Los discípulos llamaron secretamente a este elegante y pintoresco lugar: Infierno del Loto Rojo. Pensando en ello, Mo Ran no pudo evitar reírse. Chu Wan Ning tenía una cara sombría y agria día tras día, para los discípulos verlo era como ver al diablo mismo, ¿Cómo debería llamarse el hogar del diablo si no infierno? Xue Meng interrumpió su ensueño: –– ¡De qué demonios te ríes! Date prisa y termina tu desayuno, tengo que llevarte a la Plataforma Shan'E después. ¡Olvidaste que Shizun te va a disciplinar en público hoy! Mo Ran suspiró, cautelosamente tocando la marca del látigo en su cara: –– Hss... ow. –– ¡Te lo mereces! Mo Ran suspiró tranquilamente: –– Me pregunto si Tian Wen ya ha sido arreglado, por favor que no me interrogue de nuevo si no, quién sabe qué otra tontería podría decir. Frente a las preocupaciones genuinas de Mo Ran, Xue Meng se sonrojó de ira, amenazando: –– ¡Si te atreves a ser inapropiado con Shizun en público, te arrancaré la lengua! Mo Ran se cubrió la cara con una mano, agitando la otra, y gruñó débilmente: –– No es necesario, no es necesario, si Shizun me ata de nuevo con esa vid de sauce, me suicidaré en el acto para probar mi inocencia. En chen shi [7-9 am], Mo Ran fue llevado a la Plataforma Shan'E de acuerdo con las costumbres; abajo, un mar de personas vestidas de azul oscuro se extendía hasta donde alcanza la vista. Los discípulos del Pico Sisheng, todos vestidos con el uniforme de la secta, armadura ligera tan azul como para ser casi negro, cinturón de cabeza de león, muñequera y ropa adornada con plata brillante. El sol salió en el este; debajo de la Plataforma Shan'E, un mar de relucientes armaduras. Mo Ran se arrodilló en la plataforma, escuchando al anciano Jie Lu leer la larga acusación. –– Mo Wei Yu, discípulo del anciano Yu Heng, hizo caso omiso de los mandamientos e ignoró las enseñanzas, faltó al respeto a las reglas de la secta y abandonó la moralidad. Ha violado los mandatos cuarto, noveno y decimoquinto. Como castigo, recibirá ochenta golpes, copiará las reglas de la secta cien veces y reflexionará en confinamiento durante un mes. Mo Wei Yu, ¿Tienes alguna objeción? Mo Ran miró a la silueta blanca en la distancia. Ese anciano era la única persona en todo el Pico Sisheng que no tenía que usar el uniforme azul estándar con adornos plateados. Chu Wan Ning vestido con satén blanco como la nieve, con una tela exterior de seda plateada con patrones de nubes, como si estuviera envuelto en escarcha clara desde lo más alto de los cielos, pero la persona misma parecía más fría que incluso la nieve y la escarcha. Se sentó tranquilamente, demasiado lejos para que Mo Ran viera su expresión, pero sabía, sin necesidad de verlo, que esta persona probablemente estaba totalmente tranquila. Inhalando profundamente, contestó Mo Ran: –– No tengo ninguna objeción. Luego, siguiendo las costumbres, el anciano Jie Lu preguntó a los discípulos reunidos abajo: –– Si alguien no está de acuerdo con la sentencia, o tiene alguna otra apelación, puede hablar. Los discípulos se agitaron, mirándose unos a otros. Nadie había pensado que el anciano Yu Heng, Chu Wan Ning enviaría a su propio discípulo a la Plataforma Shan'E para ser castigado en público. Esto... por decirlo educadamente, era estricto e imparcial; pero para decirlo francamente, se le llamaba ser un demonio de sangre fría. El demonio de sangre fría Chu Wan Ning tenía un aire de indiferencia, sentado en su asiento con la barbilla elevada. De repente, alguien gritó usando una técnica de amplificación: –– Anciano Yu Heng, a este discípulo le gustaría pedir clemencia en nombre de Mo-shidi. ––... ¿Es así? Mo Ran era el sobrino del Señor del Pico; el discípulo claramente pensó que, incluso si se equivocaba, sus perspectivas eran aún brillantes y prometedoras, y decidió aprovechar la oportunidad de ganar el favor de Mo Ran. Empezó a balbucear tonterías: –– Aunque Mo-shidi se había equivocado, es cordial con sus compañeros discípulos y compasivo con los pequeños y débiles en su conducta diaria, pido al anciano que sea indulgente en vista de su naturaleza bondadosa. No era el único que esperaba conseguir el favor de Mo-shidi. Más y más gente empezó a hablar en nombre de Mo Ran, por motivos fantásticos y variados, incluso el propio Mo Ran se avergonzaba de escucharlos: ¿Cuándo ha sido "puro e inocente, de mente amplia y abierta"? ¿Era esta asamblea para castigarlo o elogiarlo? –– Anciano Yu Heng, Mo-shidi una vez me ayudó a derrotar demonios y a matar bestias viciosas; me gustaría pedir reconocimiento por los méritos de Mo-shidi, los méritos deshacen los deméritos, ¡Pido al anciano que disminuya el castigo! –– Anciano Yu Heng, cuando experimenté una desviación de Qi, fue Moshidi quien me ayudó a disipar mis demonios internos; creo que Mo-shidi sólo se equivocó debido a un breve lapso en el juicio, ¡Solicito al anciano que aliviane el castigo de Shidi! –– Anciano Yu Heng, Mo-Shidi una vez me dio una panacea para salvar a mi madre, él es virtuoso y benevolente por naturaleza, ¡Anciano, por favor, sea indulgente! El pretexto de la última persona fue tomado por la persona que lo precedió, y se quedó sin palabras. La mirada fría de Chu Wan Ning se dirigió hacia él, y dudó con pánico: –– Anciano Yu Heng, Mo-shidi una vez me ayudó a cultivar dos... –– Pfft. –– Alguien no pudo contener su risa. Aquel discípulo se sonrojó hasta los oídos y se retiró avergonzado. –– Yu Heng, cálmate, cálmate...–– El anciano Jie Lu, viendo este giro de los acontecimientos, intentó apresuradamente calmarlo. Chu Wan Ning habló con frialdad: –– Nunca he visto a una persona tan descarada. ¿Cuál es su nombre? ¿Discípulo de quién es? Jie Lu dudó un poco, y luego se forzó a responder en voz baja: –– Mi discípulo, Yao Lian. Chu Wan Ning elevó las cejas: –– ¿Tu discípulo? ¿Salva tu cara? Fue muy incómodo para el anciano Jie Lu, cuya vieja cara era de un rojo brillante mientras intentaba cambiar el tema: –– Su voz para cantar no es mala, es útil mantenerlo cuando se reciben ofrendas. Chu Wan Ning 'humph' y se alejó, no queriendo perder más aliento con este desvergonzado anciano Jie Lu. Había miles de personas en el Pico Sisheng. Un par de aduladores aquí y allá no era nada fuera de lo común. Mirando la persistente convicción de sus hermanos de secta, incluso el propio Mo Ran casi comenzó a creerles. Impresionante, impresionante. Resulta que no era el único en esta secta adepto a arrojar mentiras a plena luz del día, este lugar estaba lleno de gente talentosa. Después de incontables súplicas de "Anciano Yu Heng por favor, sea misericordioso", Chu Wan Ning finalmente habló. –– ¿Rogando en nombre de Mo Wei Yu? –– Se detuvo antes de continuar: –– Muy bien. Suban. –– Sin saber qué esperar, subieron con miedo y temor. Una luz dorada centelleó en la mano de Chu Wan Ning, y Tian Wen apareció como se le había ordenado, envolviendo a más de una docena de personas en un fardo con un woosh, atándolos firmemente en el lugar. ¡Otra vez esto, no! Mo Ran estaba a punto de perder toda esperanza. El mero hecho de ver a Tian Wen hizo que sus piernas se ablandaran; de dónde diablos sacó Chu Wan Ning un arma tan desviada, fue bueno que nunca se hubiera casado en su vida anterior, pobre de la mujer que se quede con él, podría morir azotada o ser sometida a un interrogatorio. La mirada de Chu Wan Ning estaba llena de desprecio, preguntó a uno de los miembros del grupo: –– ¿Mo Ran te ayudó a derrotar demonios? El discípulo no tuvo ninguna oportunidad contra la tortura de Tian Wen, gritando inmediatamente: –– ¡No! ¡No! ¡No! Preguntó a otro: –– ¿Mo Ran te ayudó a escapar de una desviación de Qi? –– ¡AAAH! ¡Nunca! ¡Nunca! –– ¿Mo Ran te dio una panacea? –– ¡Ah...! ¡Ayuda! ¡No no no! ¡Lo inventé! ¡Me lo inventé! Chu Wan Ning aflojó el agarre, pero inmediatamente después levantó la mano en un blandir despiadado, chispas volando por todas partes mientras Tian Wen se elevaba para aterrizar brutalmente contra las espaldas de esos discípulos mentirosos. Se escucharon gritos al instante, la sangre salpicó. Chu Wan Ning frunció el ceño, regañando: –– ¿Por qué gritan? ¡Arrodíllense! ¡Encargado de disciplina! –– Presente. –– ¡Otorgue el castigo! –– ¡Entendido! Al final, estas personas no sólo no lograron ganar ningún favor, sino que cada uno de ellos ganó diez golpes por violar el mandato contra el engaño, además de un bono cortesía del anciano Yu Heng. Al anochecer, Mo Ran estaba acostado en la cama. A pesar de que se ha aplicado un ungüento medicinal, su espalda estaba cubierta de heridas entrecruzadas, y era imposible darse la vuelta. Dejó salir unos cuantos suspiros, ojos llorosos por el dolor. Con su linda apariencia, este tipo de lloriqueo le hacía parecer un gatito esponjoso y maltratado. Desafortunadamente sus pensamientos internos no se parecían en nada a los de un gatito. Agarró la manta y mordió las sábanas, imaginando a ese bastardo de Chu Wan Ning en su lugar. ¡Él mordió! ¡Pisoteó! ¡Pateó! ¡Desgarró! Su único consuelo fue que Shi Mei vino a visitarlo con un cuenco de Wontonss hecho por él. Bajo la mirada amable y compasiva de Shi Mei, las lágrimas de Mo Ran se derramaron aún más ferozmente. No le importaban conceptos como "los hombres no lloran". Le encantaba actuar mimado frente a la persona que le gustaba. –– ¿Duele mucho? ¿Eres capaz de sentarte? –– Shi Mei estaba sentado al borde de su cama, un suspiro tras otro. –– Shizun, él... su mano es demasiado pesada. Mira tus heridas... algunas de ellas siguen sangrando. El calor se elevó en el pecho de Mo Ran, escuchando sus simpáticas palabras. Levantó la vista con ojos llorosos, y batió sus pestañas. –– Como Shi Mei se preocupa tanto por mí, ya no siento dolor. Shi Mei suspiró preocupado. –– Mira tu condición, ¿Cómo puede no doler? No es que no conozcas el temperamento de Shizun; ¿Aún te atreves a cometer errores en el futuro? Shi Mei lo miró con igual impotencia y simpatía, sus expresivos ojos brillando a la luz de las velas como un cálido manantial. El corazón de Mo Ran dio un vuelco, contestó obedientemente: –– No volverá a pasar. Lo juro. –– ¿Quién se toma en serio tus juramentos? –– Shi Mei regañó, pero estaba sonriendo. –– El Wontonss se enfría, ¿Puedes levantarte? Quédate dónde estás si no, te daré de comer. Mo Ran ya estaba a mitad de camino, pero se tumbó inmediatamente al oír estas palabras. Shi Mei: ––… Tanto en esta vida como la pasada, los Wontonss de Shi Mei eran los favoritos de Mo Ran. Con envolturas finas como nubes y rellenos delicados como crema, cada bocado era húmedo y satisfactorio, suave y sabroso, derritiéndose en la boca y dejando un delicioso regusto. Especialmente la sopa, cocida a fuego lento hasta obtener una rica consistencia lechosa, espolvoreada con trozos de cebollas verdes picadas y tiernos lienzos de huevos amarillos, y finalmente una cucharada de pimiento con aceite de chile salteado en pasta de ajo, que calienta todo su ser cuando se come. Shi Mei lo alimentó atentamente, cucharada a cucharada, diciendo: –– No he añadido aceite de chile hoy, tus heridas son demasiado graves, y la comida picante no es buena para la recuperación; confórmate con el caldo, ¿Bien? La mirada de Mo Ran estaba fija en él, incapaz y poco dispuesta a mirar hacia otro lado, sonrió: –– Todo lo que haces es delicioso, picante o no. –– Halagador. –– Shi Mei le devolvió la sonrisa, eligiendo el huevo escalfado de la sopa. –– Aquí hay un huevo como recompensa, sé que te gustan. Mo Ran se rió 'jeje', un tonto mechón de pelo resaltaba en su cabeza, como una flor floreciendo: –– Shi Mei. –– ¿Sí? –– Nada, sólo me apetecía llamar tu nombre. ––… El caldo se balanceó de un lado a otro. –– Shi Mei. Shi Mei suprimió una carcajada: –– ¿Sólo llamando de nuevo? –– Mhn, sólo decir tu nombre me hace feliz. Shi Mei dudó un momento, y luego suavemente tocó su frente: –– Niño tonto, ¿Estás quemando de fiebre? Mo Ran se rió 'pu', dio media vuelta y lo miró de reojo, con los ojos brillantes y llenos de estrellas. –– Ojalá pudiera comer el Wontonss de Shi Mei todos los días. Lo dijo en serio. Después de la muerte de Shi Mei, Mo Ran siempre había anhelado volver a probar sus Wontonss hechos a mano, pero ese sabor se había ido para siempre. En ese momento, Chu Wan Ning aún no había roto completamente todas las relaciones con él. Tal vez debido a su conciencia culpable, viendo la forma en que Mo Ran permaneció arrodillado frente al ataúd de Shi Mei en un estupor, Chu Wan Ning fue silenciosamente a la cocina, amasó la masa y la rellenó con picados, y cuidadosamente dobló unos cuantos Wontonss. Pero Mo Ran lo vio antes de poder terminar. Mo Ran, que acababa de perder a su verdadero amor, no podía tolerar esto en absoluto. Le pareció que Chu Wan Ning se estaba burlando de él, el torpe intento de copiar, una puñalada deliberada. Shi Mei estaba muerto. Chu Wan Ning pudo haberle salvado, pero se negó a ayudar, y después se atrevió a tratar de hacer los Wontonss en lugar de Shi Mei. ¿Pensó que eso lo haría feliz? Se apresuró a entrar en la cocina y tiró todo, unos gordos Wontonss blancos rodando por todo el suelo. Le gritó a Chu Wan Ning: –– ¿Quién demonios te crees que eres? ¿Tienes derecho a usar las cosas que él usó? ¿Para hacer la comida que hizo? Shi Mei está muerto, ¿Estás contento ahora? ¿O tienes que molestar a todos tus discípulos hasta la muerte o la locura antes de estar satisfecho? ¡Chu Wan Ning! No queda nadie en este mundo que pueda hacer esos Wontonss nunca más, no importa cuánto lo imites, ¡Ni siquiera te acercarás! Comiendo este tazón de Wontonss ahora, él estaba encantado, y también profundamente conmovido. Seguía sonriendo mientras comía, pero sus ojos se humedecían un poco. Afortunadamente, la luz de las velas era tenue, y Shi Mei no podía ver con claridad tan pequeños detalles de su expresión. Mo Ran: –– Shi Mei. –– ¿Mm? –– Gracias. Shi Mei se detuvo un segundo, y luego sonrió suavemente: –– ¿No es sólo un tazón de Wontonss? No hay necesidad de ser tan formal, si te gusta, te lo haré más a menudo. Mo Ran quería decir que el agradecimiento no es sólo por los Wontonss. Gracias también, tanto en esta vida como en la pasada, por ser la única persona que nunca me despreció, a la que no le importaban mis orígenes, a la que no le importaban los catorce años que pasé luchando para sobrevivir por cualquier medio justo o sucio. Gracias también, porque si no fuera por el hecho de que te recordé, cuando renací, probablemente habría matado a Rong Jiu, habría repetido un grave error y habría seguido el mismo camino amargo. Afortunadamente renací antes de tu muerte, definitivamente te protegeré esta vez. Si algo te pasara, aunque ese demonio de sangre fría, Chu Wan Ning, no te salve, lo haré yo. Pero no había forma de que pudiera decir nada de esto. Al final, Mo Ran terminó la sopa sin decir nada, dejando ni siquiera un trozo de cebolla picada. Se mojó los labios como si aún quisiera más, con hoyuelos profundos y encantadores, con un aspecto tan lindo como el de un gatito peludo. –– ¿Puedo tener más mañana? Shi Mei no sabía si reír o llorar: –– ¿No quieres probar otra cosa? ¿No te cansarás de ello? –– ¡Nunca me cansaré de tus Wontonss, mientras tú no te canses de mí! Shi Mei se rió, agitando la cabeza: –– No estoy seguro de cuánta harina queda. Si no hay suficiente harina para los Wontonss, ¿Qué tal huevo en sopa dulce? Recuerdo que a ti también te gusta eso. –– ¡Bien! Mientras lo hagas, todo está bien. Mo Ran estaba eufórico, tan feliz que rodaba abrazando el edredón. Mira qué amable es Shi Mei; Chu Wan Ning, ¡Adelante, azótame! ¡Hay una belleza para cuidarme si término en cama, jeje! Sólo pensar en ese Shizun suyo encendió una llama de ira en medio de sus gentiles sentimientos. Mo Ran cavó resentido en la grieta entre la cama y la cabecera una vez más, maldiciendo internamente, ¡Qué Yu Heng del Cielo Nocturno, ¡qué Bei Dou Inmortal!, ¡Toda una mierda! Chu Wan Ning, en esta vida, ¡Sólo tienes que esperar y ver! CAPÍTULO 8: ESTE VENERABLE FUE CASTIGADO. Mo Ran estuvo acostado en la cama como un pez muerto durante tres días enteros. Sus heridas acababan de curarse un poco, y ya había recibido una citación para que fuera al Pabellón del Loto Rojo a hacer trabajos manuales. Esto fue parte del castigo también; Mo Ran no puede bajar de la montaña durante el período de castigo, pero tampoco puede quedarse sentado, sino que debe ayudar haciendo trabajos ocasionales alrededor de la secta. Estos trabajos ocasionales eran generalmente cosas como ayudar a la señora del comedor en el Salón Meng Po a lavar los platos, limpiar los trescientos sesenta y cinco leones de piedra sobre los pilares del Puente Naihe, transcribir copias de archivos y escrituras viejas y aburridas, y así sucesivamente. ¿Qué clase de lugar es el Pabellón del Loto Rojo? Es la residencia de ese bastardo de Chu Wan Ning, el lugar maldito que todo el mundo llama Infierno del Loto Rojo. Muy pocas personas en el Pico Sisheng han ido allí. De los que lo hicieron, todos regresaron con los brazos o con las piernas rotas. Así, además del Infierno del Loto Rojo, la residencia de Chu Wan Ning tenía otro apodo aún más realista: Pabellón de las piernas rotas. Los discípulos de la secta hacían una broma interna: –– Dentro del Pabellón se esconde una belleza; dentro de las manos de la belleza se esconde Tian Wen. Entra por mis puertas para romperte una pierna; entenderás la agonía de una pierna rota. Si quieres morir, el anciano Yu Heng te ayudará, servicio inigualable, satisfacción garantizada. Hubo una vez una discípula que se rió ante la muerte, cuya lujuria alcanzó los cielos y se atrevió a codiciar la belleza del anciano Yu Heng. Se escabulló al sur de la montaña en una noche sin luna y subió al techo, con la esperanza de ver al anciano mientras se bañaba. El resultado fue obvio. Esa mujer guerrera fue escoltada hasta la línea divisoria entre la vida y la muerte por Tian Wen, y quedó en cama durante no menos de cien días miserables. Además, Chu Wan Ning declaró que si hubiera más transgresiones, le sacaría los ojos directamente. ¿Lo ven? ¡Qué tosquedad contundente! ¡Qué gestos tan insensibles! ¡Qué hombre tan repugnante! Dentro de la secta, había un número de jóvenes ingenuas y tontas que al principio usaron el hecho de que eran mujeres y pensaron que el anciano Yu Heng se compadecería de ellas y mostraría compasión. Se reían y bromeaban, con la esperanza de despertar su atención. Sin embargo, desde que el anciano masacró a la delincuente femenina, nadie se atrevió a intentar ligar con él. El anciano Yu Heng era indiscriminado cuando se trataba de azotar, sin tener nada de la disposición de un caballero apropiado, y aparte de su cara bonita, no quedaba nada más, esa era la crítica de los discípulos dentro de la secta. El pequeño mensajero Shi-Di miró a Mo Ran con simpatía en sus ojos, intentó contenerse pero al final no pudo. –– Mo-Shixiong... –– ¿Hm? ––... El temperamento del anciano Yu Heng es tan malo que nadie que entre en el Pabellón del Loto Rojo puede salir de pie. ¿Por qué no vas a ver si puedes decir que tus heridas no se han curado y suplicar al anciano Yu Heng que te deje ir a lavar los platos? Mo Ran estaba muy agradecido por el bondadoso corazón de Buda de este Shi-Di, pero luego rechazó la idea. ¿Rogar a Chu Wan Ning? Por favor. No quería que le sirviera Tian Wen para otra ronda. Así se vistió con un inmenso esfuerzo, y arrastró sus pesados pies hacia el lado sur del Pico Sisheng con gran reticencia. El Pabellón del Loto Rojo, el Infierno del Loto Rojo, la residencia de Chu Wan Ning no tenía ni una sola alma a la vista en cien millas. Nadie quería acercarse a donde él vivía; el terrible gusto de Chu Wan Ning y su temperamento impredecible hacían que todos en la secta se mantuvieran alejados y sólo observaran con respeto. Mo Ran todavía estaba un poco nervioso, sin saber lo que Chu Wan Ning le haría hacer como castigo, llegando al sur del pico mientras sus pensamientos se volvían locos durante todo el camino. Después de cruzar a través de un denso campo de bambú, una gran extensión de vívidos lotos rojos carmesí entró en su visión. Apenas era de madrugada, el sol acababa de salir del este, reflejando un resplandor deslumbrante en el horizonte; las nubes rojas y las hojas de loto rojas en el estanque se reflejan entre sí de manera brillante y magnífica, cada uno absorbiendo y reflejando al otro, amplificando su resplandor, impresionante para la vista. Sobre el estanque, el sinuoso puente en zigzag conducía al Pabellón que se erguía en una elegancia tranquila. Con un telón de fondo montañoso que fluía con una cortina de cascadas, gotas de agua como fragmentos de cristales golpeaban las rocas tintineando en el fondo, la neblina acuosa humeante, y la luz brillaba a través de la bruma, creando un ambiente etéreo en medio de la calma. Esto provocó en Mo Ran un sentimiento de náuseas. En donde viva Chu Wan Ning, no importa lo hermoso que sea, ¡Siempre le causara náuseas! Miren, cuán lujoso y extravagante es, tan derrochador, la residencia de los discípulos era pequeña y los cuartos ocupaban poco espacio. En cambio el anciano Yu Heng, su única persona se apoderó de toda la cima de una montaña, e incluso cavó tres estanques gigantescos y los llenó con abundantes flores de loto, aunque estas flores de loto eran variedades especiales, podían ser refinadas en una rara medicina de calidad, pero... De todos modos, no era agradable. ¡Qué pena que no pudiera incendiar este pabellón! Sin embargo, quejarse no es más que quejarse. Como este año sólo tenía dieciséis años y no podía competir con Shizun, Mo Ran aún se acercó a la residencia de Chu Wan Ning y se detuvo en la entrada principal. Entrecerró los ojos en una sonrisa y gritó con una voz asquerosamente dulce, fingiendo ser dócil. –– Este discípulo Mo Ran saluda a Shizun. –– Mn. Entra. Era un gran desastre dentro de la casa. Ese demonio de sangre fría, Chu Wan Ning, estaba vestido todo de blanco, el cuello de sus túnicas entrecruzado alto y apretado, emitiendo un aire de castidad. Hoy se había atado una cola de caballo alta, con un par de guanteletes de metal negro, y estaba sentado en el suelo rodeado de partes mecánicas, un pincel mordido entre sus labios. Miró a Mo Ran sin emoción alguna, y con el pincel en la boca, dijo en voz baja: –– Ven aquí. Mo Ran se acercó. Realmente fue un poco difícil porque no había espacio en la casa siquiera para caminar; los planos, los troncos rotos y las partes metálicas estaban esparcidos por todo el lugar. Las cejas de Mo Ran estaban temblando. En la vida anterior no había entrado en la habitación de Chu Wan Ning, y no sabía que un hombre apuesto y guapo como él vivía en tal desorden... era un sentimiento difícil de describir. –– Shizun, ¿Qué estás haciendo? –– Guardián de la Noche Sagrada. –– ¿Eh? Chu Wan Ning estaba un poco gruñón, probablemente porque tenía un pincel en la boca y no era fácil hablar. –– El Guardián de la Noche Sagrada. Mo Ran miró con mutismo las partes esparcidas por todo el suelo. A este Shizun suyo también se le dio el título de "Maestro Chu", un nombre que no era sólo un título vacío. Hablando sinceramente, Chu Wan Ning era un hombre notable, ya fueran sus tres armas sagradas, sus poderes de reparación de barreras o su ingeniería mecánica, todos ellos merecían el nombre de "el más alto de la cima". Esta era también la razón por la que no importaba cuán malhumorado estaba, cuán difícil era complacerlo, todas las grandes sectas de cultivo se peleaban por quién podía mantenerlo. En cuanto a este 'Guardián de la Noche Sagrada', el renacido Mo Ran era más que conocedor de él. Esta era una armadura mecánica que Chu Wan Ning había creado; era barata en precio pero muy fuerte y efectiva en batalla, y podía proteger a la gente común en el mundo del cultivo inferior de intrusiones demoníacas por la noche. En la vida anterior, el Guardián de la Noche Sagrada terminado se convirtió en una armadura común que se usaba en prácticamente todos los hogares. Cada una de las armaduras tenía el mismo precio que una escoba, y era más efectiva que las imágenes de los guardianes de las puertas y sus bocas abiertas con los dientes abiertos. Después de la muerte de Chu Wan Ning, los Guardianes de la Noche Sagrada aún protegían a las familias pobres que no podían pagar los servicios de un cultivador. Esta compasión sincera, comparada con la indiferencia con la que trataba a sus discípulos... heh, llenó a Mo Ran de desprecio. Mo Ran se sentó y observó al Guardián de la Noche Sagrada que no era más que un montón de partes en este momento, y los acontecimientos del pasado se deslizaron lánguidamente mientras tomaba una de las articulaciones de los dedos de uno de los Guardianes de la Noche Sagrada a pesar de sí mismo, y la miró de cerca. Chu Wan Ning unió las espigas de las partes que tenía en sus manos, y finalmente liberó una mano para quitarse el pincel que había estado entre sus labios y miró a Mo Ran. –– Ese ha sido engrasado, no lo toques. –– Oh...–– Mo Ran bajó la articulación del dedo y recompuso sus pensamientos. Aún desempeñando el papel de alguien que era lindo e inofensivo, preguntó con una sonrisa feliz: –– ¿Shizun me convocó aquí para que lo ayudara? –– Mn. –– Chu Wan Ning dijo. –– ¿Qué quieres que haga? –– Limpia la casa. La sonrisa de Mo Ran se congeló, y miró a la habitación que parecía que acababa de sufrir un terremoto. ––… Chu Wan Ning era un genio cuando se trataba del arte de los hechizos, pero un idiota cuando se trataba de la vida cotidiana. Después de limpiar la quinta taza de té rota que no había sido barrida, Mo Ran finalmente no pudo soportarlo más. –– Shizun, ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que limpiaste? Dios mío, ¡Está tan desordenado! Chu Wan Ning estaba mirando un plano, y no levantó la vista ni siquiera cuando oyó la pregunta: –– Alrededor de un año. Mo Ran: ––… –– ¿Dónde duermes normalmente? –– ¿Qué?–– Ese plano probablemente tenía algunos errores, y para que alguien lo molestara, Chu Wan Ning parecía aún más gruñón de lo habitual. Se revolvió el pelo y respondió, furioso: –– En la cama, por supuesto. Mo Ran echó un vistazo a esa cama, que estaba repleta con varios artilugios y accesorios que estaban casi terminados. También había sierras, hachas, limas y otras herramientas similares, cada una de ellas extremadamente afiladas y brillantes. Asombroso. ¿Cómo pudo dormir esta persona sin cortarse la cabeza? Trabajando por más de medio día, todo el aserrín y la suciedad del piso llenaron tres recogedores de polvo. Los estantes de limpieza y más de diez trapos blancos eran ahora negros. Cuando llegó el mediodía, sólo la mitad del lugar estaba organizado. Maldito Chu Wan Ning. Realmente era más malvado que una arpía. Limpiar una habitación no parecía un castigo severo en la superficie, y si alguien lo escuchara tampoco sonaría como algo laborioso. Sin embargo, ¿Quién sabía que era para barrer un lugar infernal que no había sido limpiado en trescientos sesenta y cinco días? No importa que estuviera cubierto de azotes ahora mismo, aunque estuviera perfectamente sano, una tortura fastidiosa como esta lo mataría a medias. –– Shizun... –– ¿Hm? –– Esta pila de ropa tuya...–– Probablemente estuvo ahí durante tres meses. Chu Wan Ning finalmente terminó de conectar un brazo del Guardián de la Noche Sagrada. Se frotó sus doloridos hombros y miró hacia arriba para mirar la cesta de ropa que estaba apilada como una montaña de túnicas y dijo con frialdad: –– La lavaré yo mismo. Mo Ran dio un suspiro de alivio. Gracias al cielo. Luego, después, sintió curiosidad: –– ¿Eh? ¿Shizun sabes lavar ropa? Chu Wan Ning le echó un vistazo y, al cabo de un rato, respondió fríamente: –– ¿Qué tan difícil puede ser? Tirarla al agua, remojarla un poco y luego tenderla hasta que esté seca. Hecho. ––…–– De verdad. ¿Qué pensarían las damas que en secreto admiraban y se enamoraban del Maestro Chu si supieran esto? Mo Ran creía de todo corazón que este hombre sólo era bueno en apariencia y nada más, repulsivo y repugnante. Si esto saliera, ¿Cuántos corazones tiernos rompería? –– Se está haciendo tarde. Sígueme al comedor y haz el resto cuando volvamos. El Salón Meng Po estaba lleno de actividad, con gente yendo y viniendo. Los discípulos del Pico Sisheng se reunieron en grupos de tres y cinco para comer juntos. Chu Wan Ning colocó algunos platos en su bandeja de madera y fue a sentarse tranquilamente en un rincón. Poco a poco, en un radio de seis metros alrededor de él se fue quedando completamente desierto. Nadie se atrevió a sentarse cerca del anciano Yu Heng, en caso de que algo lo molestara Tian Wen saldría a dar una paliza. Chu Wan Ning era consciente de ello, pero no le importaba en absoluto, sentado solo como una belleza fría, comiendo de una manera refinada. Pero hoy era un poco diferente. Mo Ran vino aquí con él, y naturalmente tuvo que quedarse con él. Todos los demás le tenían miedo, y Mo Ran no era diferente. Pero al menos ya había muerto una vez, así que no le temía demasiado a Chu Wan Ning. Especialmente cuando el temor de su primer encuentro se había desvanecido, y el odio que sentía hacia Chu Wan Ning en la vida pasada resurgió lentamente. ¿Y qué si es feroz? Todavía murió por sus propias manos en la vida anterior. Mo Ran se sentó frente a él, masticando tranquilamente las dulces y agrias costillas de su cuenco, crujiendo y crujiendo, una pequeña colina de huesos materializándose rápidamente. Chu Wan Ning golpeó sus palillos repentinamente. Mo Ran parpadeó. ––... ¿Puedes no chasquear los labios cuando comes? –– Estoy masticando costillas, ¿Cómo mastico sin chasquear los labios? –– Entonces no comas costillas. –– Pero me gustan las costillas. –– Entonces piérdete y vete a comer a otro lado. Su discusión se hizo cada vez más fuerte, y algunos discípulos ya estaban comenzando a mirarlos de reojo. Mo Ran reprimió el impulso de voltear el tazón de comida sobre la cabeza de Chu Wan Ning, sus labios, relucientes de aceite, fruncidos en una línea. Después de un rato, entrecerró los ojos, las comisuras de sus labios convirtiéndose en una dulce sonrisa. –– No grites tan fuerte Shizun; si otros lo oyen, ¿No se burlarán de nosotros? Chu Wan Ning siempre ha tenido una cara delgada, efectivamente, bajó la voz, diciendo en voz baja: –– Lárgate. Mo Ran se rió tanto que casi se cae. Chu Wan Ning: ––… –– Ah, no me mires así Shizun, por favor come, come. Intentaré comer tranquilamente. Mo Ran se divirtió, y volvió a su acto bueno y obediente, comiendo sus costillas mucho menos ruidosamente. Chu Wan Ning era susceptible de persuadir pero no a coaccionar; viendo que Mo Ran hizo lo que se le dijo, su expresión se relajó un poco y ya no parecía tan amargado y resentido. Bajó la cabeza, y continuó comiendo elegantemente su comida de vegetales y tofu. La paz no duró mucho antes de que Mo Ran empezara a actuar de nuevo. Tampoco sabía por qué hizo lo que hizo; lo que sí sabía es que cada vez que veía a Chu Wan Ning en esta vida, sólo quería enojarlo, de una forma u otra. Así, Chu Wan Ning notó que, aunque Mo Ran ya no masticaba ruidosamente, ahora comía con las manos, los dedos cubiertos de grasa, salsa brillante y goteando. Las venas de las sienes de Chu Wan Ning se abultaron con enojo, tratando de soportar. Bajó sus párpados, dejando que sus pestañas colgaran y no mirando a Mo Ran, comiendo su propia comida. Tal vez porque Mo Ran se estaba divirtiendo demasiado comiendo, olvidando la forma y los modales, terminó de masticar un hueso y descuidadamente lo tiró al tazón de Chu Wan Ning. Chu Wan Ning miró con ira la costilla que yacía en su tazón, el aire a su alrededor congelándose visiblemente a una velocidad espantosa. –– ¡Mo Ran...! –– Shizun...–– Mo Ran estaba un poco aterrorizado, pero quién sabe cuánto de eso era real, cuánto fingido. –– Eso... uh, no quise hacer eso. Sí, claro. ––… –– No te enojes, lo sacaré enseguida. Dicho esto, realmente extendió sus palillos y rápidamente los metió en el tazón de Chu Wan Ning para recuperar el hueso de la costilla que le ofendía. La cara de Chu Wan Ning era azul, y parecía que estaba a punto de desmayarse por el asco. Las pestañas de Mo Ran temblaban, sus delicados rasgos parecían un poco lastimeros como si hubiera sido agraviado: –– ¿Shizun me encuentra tan repulsivo? ––… –– Shizun, lo siento mucho. Olvídalo. Chu Wan Ning pensó para sí mismo. No había necesidad de discutir con los más jóvenes. Abandonó el impulso de llamar a Tian Wen y darle una paliza a Mo Ran, pero su apetito había desaparecido. Se puso de pie: –– Estoy lleno. –– ¿Eh? ¿Eso es todo lo que vas a comer? Shizun, apenas has tocado tu comida. Chu Wan Ning dijo con frialdad: –– No tenía hambre. Mo Ran estaba encantado por dentro, pero su boca seguía diciendo palabras dulces: –– Entonces yo tampoco comeré más. Volvamos al Inf... tos, al Pabellón del Loto Rojo. Los ojos de Chu Wan Ning se entrecerraron: –– ¿Volvamos?–– Su mirada era desdeñosa. –– ¿Quién está contigo? Los ancianos y los jóvenes tienen un orden y distinción, cuidado con lo que dices. Mo Ran respondió agradablemente por fuera, los ojos curvados en una sonrisa, inteligente, obediente y adorable. Pero él pensaba por dentro, ¿Ancianos y jóvenes? ¿Cuidar mis palabras? Heh, si Chu Wan Ning sólo supiera lo que había sucedido en la vida anterior, entonces se daría cuenta, al final, en este mundo, sólo él, Mo Wei Yu, será el superior. No importa cuán noble y arrogante fuera Chu Wan Ning, cuán incomparable fuera, al final fue reducido a un mero pedazo de barro en la parte inferior de las botas de Mo Ran, viviendo sin propósito sólo por su gracia. Mo Ran caminó más rápido para igualar el ritmo de Shizun, aun sonriendo alegremente. Si Shi Mei es la luz blanca y pura de la luna en su corazón, entonces Chu Wan Ning es el trozo de hueso de pescado atascado en su garganta, lo sacará y lo aplastará, o de lo contrario lo tragará y dejará que se disuelva con ácido estomacal. En esta vida renacida, podía perdonar a cualquiera. Pero nunca perdonará a Chu Wan Ning. Pero, parece que Chu Wan Ning tampoco tenía la intención de dejarlo ir. Mo Ran estaba frente a la biblioteca en el Infierno del Loto Rojo, mirando los cincuenta estantes, cada uno con diez niveles de altura, y pensó que seguramente había escuchado mal. –– Shizun, ¿Qué... has dicho? Chu Wan Ning, indiferente: –– Limpia todos los libros de aquí. ––… –– Y ordénalos. ––… –– Lo revisaré por la mañana. –– ¡! ¡Qué demonios! ¿Va a quedarse atrapado aquí en el Infierno del Loto Rojo toda la noche? ¡Pero ya hizo arreglos con Shi Mei para cambiar sus vendas esta noche! Abrió la boca para negociar, pero Chu Wan Ning lo ignoró, se dio la vuelta con un barrido de sus mangas y se fue al cuarto de máquinas, incluso cerrando la puerta tras él. La noche de cita, sumariamente frustrada, Mo Ran se hundió profundamente en sus sentimientos de desdén por Chu Wan Ning, ¡Quería quemar todos los libros de Chu Wan Ning! ¡Espera! Los engranajes de su cabeza giraron mientras pensaba en una idea aún más ruinosa... CAPÍTULO 9: ESTE VENERABLE NO ES UN ACTOR. Los gustos de Chu Wan Ning eran realmente terribles. Seco, tedioso, desesperanzador. ¡Mira los libros de mierda con los que está llena esta estantería! "Catálogo de Barreras Antiguas", "Archivo Ilustrado de Flora Inusual", "Arreglo Musical de la Cítara de la Secta Linyi Ru Feng", "Colección de Plantas", hubo sólo unos pocos libros que contaron como material de lectura aceptable, como "Guía de Viajes Regional de BaShu" y "Recetas de BaShu". Mo Ran escogió algunos libros más nuevos, los que Chu Wan Ning probablemente no leía a menudo, y garabateó un montón de porno en las páginas. Mo Ran pensó mientras dibujaba, heh, hay por lo menos ocho, si no diez mil libros aquí, quién sabe cuánto tiempo le tomará a Chu Wan Ning descubrir que un par de ellos había sido modificado para convertirse en libros prohibidos, y para entonces no habrá manera de saber quién lo hizo, simplemente se quedará atrapado enfurecido. Era tan increíblemente inteligente. Pensando en ello, Mo Ran no pudo evitar reírse 'jeje', abrazando los libros con alegría. Mo Ran destrozó más de una docena de libros sin parar, dejando correr su imaginación salvaje y desenfrenada, todo tipo de escenas eróticas apareciendo bajo su mano. Sus pinceladas eran seductoras y elegantes, las telas ahora se aferran a las figuras como si estuvieran saliendo del agua, y luego se extendían como si soplara el viento. Si alguien tomara prestados libros del anciano Yu Heng y escogiera estos, uno podría fácilmente imaginar el tipo de rumores que se esparcirían... –– ¡El anciano Yu Heng es realmente una bestia de dos caras, para insertar pinturas eróticas de hombres y mujeres entre las páginas de «Arte de la meditación»! –– ¡El anciano Yu Heng es un maestro fraudulento que esconde ilustraciones secuenciales de obscenidad homosexual en sus manuales de técnicas de espada! –– ¡Bei Dou Inmortal mi culo! ¡Es literalmente una bestia con piel humana! Cuanto más pensaba Mo Ran en ello, más divertido se volvía, hasta que estaba rodando por el suelo riendo, agarrándose el estómago y pateando las piernas de alegría. Estaba tan absorto que ni siquiera se dio cuenta cuando alguien apareció en la puerta de la biblioteca. Y así, la imagen que saludó a Shi Mei mientras se acercaba fue la de Mo Ran rodando en un montón de libros, riendo como si se hubiera vuelto loco. Shi Mei: ––... A-Ran, ¿Qué estás haciendo? Mo Ran se asustó y se sentó apresuradamente, cubriendo frenéticamente todos los dibujos lascivos y poniendo una cara más presentable: –– Limpiando el suelo. Shi Mei retuvo una risa: –– ¿Con tu ropa? Mo Ran tosió para ocultar su incomodidad: –– No pude encontrar un trapo de limpieza. De todos modos, ¿Qué haces aquí tan tarde, Shi Mei? –– No te encontraba en tu habitación, así que pregunté por ahí y me dijeron que estabas en casa de Shizun.–– Shi Mei entró en la biblioteca y ayudó a Mo Ran a limpiar los libros esparcidos por el suelo, con una suave sonrisa en sus labios. –– No había nada que hacer, así que vine a verte. Mo Ran estaba encantado y abrumado. Frunció los labios; por alguna razón, su habitual suavidad y encanto no se encontraban en ninguna parte, y en realidad no se le ocurría qué decir ahora mismo. –– ¡Entonces... um... entonces por favor toma asiento!–– Mo Ran giró emocionado en su lugar, y luego dijo, un poco nervioso. –– ¡Iré a buscarte té! –– No es necesario, me colé aquí, habrá problemas si Shizun se entera. Mo Ran se rascó la cabeza: –– Supongo...–– ¡Chu Wan Ning, ese monstruo! ¡Lo derribaré tarde o temprano, y saldré de debajo de su pulgar! –– Probablemente no has comido todavía, ¿Verdad? Te traje la cena. Los ojos de Mo Ran se iluminaron: –– ¿Wontonss? –– Pfft, realmente no estás cansado de eso, eh. El Pabellón del Loto Rojo está un poco lejos, temía que los Wontonss se hubieran pegado para cuando llegué aquí, así que no traje ninguno. Toma, ¿Ve si este sofrito es de tu gusto? Shi Mei abrió la caja de comida que trajo, revelando los platos de color rojo que había dentro. Un plato de orejas de cerdo shunfeng, un plato de tiras de cerdo yuxiang, un plato de pollo en cubitos kungpao, un plato de pepino picado y un tazón de arroz. –– Ah, ¿Has añadido chile esta vez? –– Sólo un poco, para no tener que retratarte. –– Dijo Shi Mei, sonriendo. A ambos les encantaba la comida picante, por supuesto que él entendía el concepto de sin especias no hay alegría. –– Pero tus heridas aún no se han curado del todo, así que sólo puse un poco, sólo para darle un poco de sabor, mejor que no tener ni una pizca de rojo. Mo Ran masticaba sus palillos alegremente, sus hoyuelos eran dulces como la miel a la luz de las velas: –– ¡Wah! ¡Voy a llorar de gratitud! Shi Mei suprimió una risa: –– La comida estará fría para cuando termines de llorar. Puedes llorar después de comer. Mo Ran aplaudió, los palillos volando a una velocidad impresionante. Mo Ran siempre comía como un perro hambriento; Chu Wan Ning odiaba la forma indecorosa en que comía, pero a Shi Mei no le importaría. Shi Mei es siempre tan amable, riéndose y diciéndole que coma más despacio, mientras le ofrece una taza de té. Los platos se vaciaron en poco tiempo; Mo Ran se dio una palmadita en la barriga con un suspiro de satisfacción, sus ojos felizmente entrecerrados: –– Eso dio en el punto... Preguntó Shi Mei con un aire de indiferencia: –– ¿Qué sabe mejor, los Wontonss o estos platos? Cuando se trataba de comida, Mo Ran estaba dedicado de la misma manera que lo estaba a su primer amor. Inclinó la cabeza, sus ojos negros y claros, suaves y fijos en Shi Mei, sonriendo: –– Wontonss. ––…–– Shimei agitó la cabeza, sonriendo. Volvió a hablar al cabo de un rato: –– A-Ran, déjame ayudarte a cambiar tus vendas y a aplicarte una nueva medicina. El ungüento medicinal fue hecho por Madam Wang. Madam Wang era discípula de la secta médica "Gu Yue Ye", su aptitud marcial era baja y no le gustaba la lucha, pero le gustaba estudiar medicina. El Pico Sisheng tenía un jardín de hierbas medicinales, ella personalmente plantó muchas hierbas preciosas allí, por lo que el suministro de medicinas de la secta nunca se agotó. Mo Ran se quitó la camisa y se sentó frente a Shi Mei. Las cicatrices en su espalda aún le dolían ligeramente, pero mientras los dedos calientes de Shi Mei se frotaban suavemente y esparcían el ungüento, gradualmente se olvidó del dolor, y en su lugar empezó a ponerse enérgico. –– Todo hecho. –– Shi Mei envolvió nuevas vendas alrededor de Mo Ran, y cuidadosamente hizo un nudo. –– Ya puedes ponerte la ropa. Mo Ran giró la cabeza para mirar a Shi Mei. Bajo la tenue luz amarilla de las velas, la piel de Shi Mei era pálida como la nieve, y su deseo ardía aún más. Su garganta se sentía seca y realmente no quería vestirse, pero después de un momento de vacilación, bajó la cabeza y rápidamente colocó su túnica exterior sobre sus hombros. –– Shi Mei. –– ¿Mm? Sólo ellos dos en esta biblioteca, aislados y escondidos, el ambiente era bastante bueno. Mo Ran originalmente quería decir algún poema romántico, pero desafortunadamente él era un analfabeto que incluso podía hacer que su propia era se llamara algo así como "Pene". Se ahogó con sus palabras durante un buen rato, hasta que incluso su cara se puso roja, pero sólo consiguió ahogar tres palabras: –– Eres muy amable. –– No lo menciones, es algo natural. –– Yo también voy a ser muy amable contigo. –– Mo Ran controlaba cuidadosamente su tono para estar tranquilo, pero sus palmas sudaban sin parar, traicionando las tormentosas olas de su corazón. –– Cuando me haga fuerte, no dejaré que nadie te intimide. Ni siquiera Shizun. Shi Mei no sabía porque de repente dijo estas cosas, y dudó un momento, pero aún así contestó suavemente: –– De acuerdo, entonces, contaré con ARan de ahora en adelante. –– Mhm... Mo Ran murmuró una respuesta, pero se puso cada vez más inquieto bajo la mirada expresiva de Shi Mei. No se atrevió a seguir mirando y bajó la cabeza. Siempre es meticulosamente cuidadoso con esta persona, determinado en su dedicación. –– Ah, ¿Shizun te pidió que limpiaras todos estos libros y catalogarlos de un día para otro también? Frente a la persona que le gusta, Mo Ran tenía que salvar su cara: –– No está tan mal, puedo hacerlo, sólo tengo que acelerar un poco el paso. Shi Mei: –– Déjame ayudar. –– De ninguna manera, si Shizun se entera, te castigará a ti también. –– Mo Ran habló con decisión. –– Se hace tarde, deberías volver y descansar, tenemos clase mañana por la mañana. Shi Mei cogió su mano, riendo en voz baja: –– No te preocupes, no se dará cuenta. Estaremos súper silenciosos... Ni siquiera terminó de hablar antes de que una voz helada hablara. –– ¿Y qué estás haciendo exactamente en silencio? Sin que ellos lo supieran, Chu Wan Ning había salido de la sala de máquinas, su expresión fría, sus ojos de fénix llenos de escarcha sin fin. Los miró sin expresión alguna en su cara desde donde estaba en la puerta de la biblioteca con una delgada capa de túnicas blancas. Su mirada se detuvo en sus manos entrelazadas durante un momento antes de alejarse. –– Shi Ming Jing, Mo Wei Yu, tienen agallas. La cara de Shi Mei palideció instantáneamente y repentinamente soltó la mano de Mo Ran, diciendo con una pequeña voz: –– Shizun... Mo Ran también reconoció que la situación era mala, bajando la cabeza: – – Shizun. Chu Wan Ning entró, ignorando a Mo Ran para mirar a Shi Mei, que estaba arrodillado en el suelo. Habló con frialdad: –– Hay barreras en todo el Pabellón del Loto Rojo; ¿Realmente pensaste que no sabría si llegaba un invitado inesperado? Shi Mei bajó su cabeza al suelo, asustado: –– Este discípulo estaba equivocado. Mo Ran entró en pánico: –– Shizun, Shi Mei sólo vino a ayudarme a cambiar las vendas, estaba a punto de irse, por favor no lo regañes. Shi Mei también entró en pánico: –– Shizun, esto no tiene nada que ver con Mo shidi. Este discípulo estaba equivocado, dispuesto a aceptar el castigo. ––… La cara de Chu Wan Ning estaba empezando a ponerse azul. Apenas ha dicho nada, y estos dos ya estaban tratando apresuradamente de cubrirse el uno al otro, como si fuera algún tipo de flagelo contra el que tuvieran que unirse. Chu Wan Ning se quedó en silencio durante un rato, consiguiendo reprimir el movimiento de sus cejas con cierta dificultad. Habló de manera distante: –– Qué compasión entre compañeros discípulos, qué conmovedor. Parece que soy el único malo en esta habitación. Mo Ran: –– Shizun... ––... No me llames. Chu Wan Ning agitó las mangas anchas y no tenía ganas de decir nada más. Mo Ran no estaba seguro de por qué estaba tan enojado, tal vez porque siempre ha odiado que la gente se pusiera sentimental frente a él, sin importar qué tipo de sentimentalismo, todo eso ensuciaba sus ojos. Las tres personas se quedaron calladas durante mucho tiempo. Chu Wan Ning se giró repentinamente para irse. Los bordes de los ojos de Shi Mei estaban rojos cuando levantó la vista, indefenso y confundido: –– ¿Shizun? –– Copia las reglas de la secta diez veces. Puedes volver. Shi Mei bajó sus pestañas, se detuvo un momento, y contestó en voz baja: ––... Entendido. Mo Ran permaneció arrodillado en el mismo lugar. Shi Mei se levantó, miró a Mo Ran, y dudó. Después de un largo rato, se arrodilló para suplicarle a Chu Wan Ning. –– Shizun, las heridas de Mo shidi acaban de curarse. Podría este discípulo ser tan audaz como para suplicarte que seas indulgente con él. Chu Wan Ning no respondió desde donde estaba solo bajo la luz parpadeante de las velas de la linterna. Al cabo de un rato, giró la cabeza hacia ellos de repente, levantó unas cejas afiladas y unos ojos ardientes, una reprimenda furiosa en sus labios. –– ¿¡No estás lleno de tonterías, todavía no te vas!? Chu Wan Ning era excesivamente guapo, pero carecía por completo de gentileza, e incluso más aterrador cuando estaba enfadado. Shi Mei se estremeció temerosamente y rápidamente se fue con una reverencia para evitar provocar aún más a Shizun, lo que trajo a Mo Ran aún más problemas. Con sólo los dos en la biblioteca, Mo Ran suspiró secretamente: –– Shizun, este discípulo estaba equivocado. Este discípulo continuará la catalogación inmediatamente. Inesperadamente, Chu Wan Ning dijo, sin siquiera girar la cabeza: –– Puedes volver si estás cansado. La cabeza de Mo Ran se rompió. Chu Wan Ning continuó fríamente: –– No te retendré. ¿Por qué me dejaría salir tan fácilmente? ¡Debe ser una trampa! Mo Ran se creyó muy listo: –– No me iré. Chu Wan Ning se detuvo y luego sonrió fríamente: ––... Bien, como quieras. Dicho esto, se barrió las mangas, se giró y se fue. Mo Ran estaba aturdido... ¿No era una trampa? Estaba seguro de que Chu Wan Ning le iba a regalar otra ronda con la vid de sauce. No terminó hasta bien entrada la noche. Mo Ran bostezó y se fue de la biblioteca. Ya era muy tarde, pero desde el dormitorio de Chu Wan Ning se podía ver una tenue luz amarilla. ¿Eh? ¿Ese molesto demonio aún no se ha ido a la cama? Mo Ran fue a darle las buenas noches a Chu Wan Ning antes de irse. Una vez dentro, se dio cuenta de que Chu Wan Ning ya se había quedado dormido, es sólo que el hombre olvidadizo se olvidó de apagar las velas mientras se iba a la cama. O tal vez se desmayó de cansancio en medio de hacer algo. Mo Ran pensó que eso fue probablemente lo que pasó cuando vio el prototipo del Guardián de la Noche Sagrada junto a la cama, los guantes de metal que Chu Wan Ning no se había quitado, y el medio pedazo de cierre mecánico todavía apretado con fuerza en su mano. Chu Wan Ning no era tan duro y frío cuando dormía, acurrucado en la cama apilada con piezas de máquina, sierras y hachas. Había demasiadas cosas esparcidas por todas partes y no quedaba mucho espacio para acomodar a una persona, así que se acurrucó fuertemente, con el cuerpo encorvado, las pestañas largas cayendo, pareciendo inesperadamente solitario. Mo Ran le miró inexpresivamente durante un momento. ¿Por qué estaba tan enfadado Chu Wan Ning hoy? ¿Fue sólo porque Shi Mei entró en el Pabellón del Loto Rojo, y trató de ayudarlo a organizar los libros? Mo Ran se acercó a la cama y puso los ojos en blanco. Se inclinó cerca de la oreja de Chu Wan Ning, y con una voz muy, muy baja, gritó experimentalmente: –– ¿Shizun? ––... Mm...–– Chu Wan Ning gimió suavemente, y abrazó aún más fuerte las frías partes de la máquina en sus brazos. Estaba en un sueño profundo, incluso su respiración. El afilado guante de metal que aún tenía en la mano yacía junto a su cara, pareciendo como las garras de un gato o un leopardo. Viendo que probablemente no se despertaría pronto, Mo Ran sintió una sacudida en su corazón y entrecerró los ojos, las comisuras de sus labios curvándose en una sonrisa traviesa. Se cernía sobre el oído de Chu Wan Ning, probando con voz baja: –– Shizun, despierta. ––… –– ¿Shizun? ––… –– ¿Chu Wan Ning? ––… –– Je, está muy dormido. –– Mo Ran estaba encantado. Puso su brazo junto a la almohada y lo miró con una sonrisa. –– Perfecto, aprovecharé esta oportunidad para ajustar cuentas contigo. Sin saber que alguien quería saldar cuentas con él, Chu Wan Ning permaneció profundamente dormido, con unos rasgos hermosos que parecían bastante pacíficos. Mo Ran asumió una postura imponente. Desafortunadamente, creció en una casa de entretenimiento y no tenía mucha educación formal, sino que estaba más influenciado por las discusiones callejeras y las historias populares, por lo que las frases que improvisaba eran especialmente poco convincentes y ridículas. –– Chu, radical audaz, mentiroso traidor, te atreves a despreciar a tu honorable emperador, tú... hmm, tú... Se rascó la cabeza, quedándose sin palabras. Incluso cuando se convirtió en emperador, las palabras que salieron de su boca fueron o esa perra o ese bastardo. Pero estas palabras parecían inadecuadas para Chu Wan Ning. Se devanó los sesos durante un buen rato antes de recordar repentinamente algo que solía decir una hermana mayor en la casa de entretenimiento. Aunque no estaba muy seguro de lo que significaba, parecía bastante bien. Las cejas torcidas, él escupió: –– Tú inconstante, ingrato y despreciable casco de burro, ¿Reconoces tus fechorías? Chu Wan Ning: ––… –– ¡Si no hablas, este venerable lo considerará una confesión! Chu Wan Ning emitió otro gemido, tal vez perturbado por el ruido, pero siguió durmiendo mientras se aferraba a las piezas de la máquina. –– Tus transgresiones son graves; según la ley, este venerable te condena... hm, ¡Te condena a Zui Xing! ¡Liu-gonggong! Sólo después de llamar por costumbre se dio cuenta de que Liu-gonggong ya era una persona de su vida pasada. Mo Ran pensó por un momento, y decidió rebajarse para representar el papel de gonggong. Así que respondió en un tono halagador: –– Su Alteza, su viejo sirviente está presente. Luego se aclaró la garganta y dijo solemnemente: –– Lleva a cabo el castigo inmediatamente. –– Como ordene, su Alteza. Muy bien, ya terminé con las formalidades. Mo Ran flexionó los dedos y comenzó a "llevar a cabo el castigo” hacia Chu Wan Ning. Este llamado Zui Xing no existía; Mo Ran lo inventó en el acto. Entonces, ¿Cómo se debe llevar a cabo este castigo improvisado? El otrora tirano emperador Mo Ran aclaró solemnemente su garganta. Mirando con frialdad y maldad, lentamente se acercó a la cara que parecía helada como un claro manantial en un valle nevado, y gradualmente se acercó a ese par de labios de color claro. Y luego... Mo Ran se detuvo. Mirando a Chu Wan Ning, maldijo, enunciando cada palabra lentamente: –– Chu Wan Ning, que te jodan a ti y a tu mezquindad sin igual. Pa. Pa. Dos bofetadas en el aire. ¡Jeje, castigo completo! ¡Sí mierda! Mo Ran estaba en medio del regocijo cuando sintió un pinchazo repentino en su cuello y un cambio en la atmósfera. Miró hacia abajo abruptamente, y fue recibido por un par de fríos y elevados ojos de Fénix. Mo Ran: ––… La voz de Chu Wan Ning era como el rompimiento del hielo, difícil de decir si es más elegante o más helada: –– ¿Qué estás haciendo? –– Este venerable... pah. Tu viejo sirv... ¡Pah pah pah pah!–– Afortunadamente habló en voz baja; Chu Wan Ning frunció un poco el ceño, pero parece que no lo ha oído. Golpeado por una idea repentina, Mo Ran extendió la mano y abofeteó al aire cerca de la cara de Chu Wan Ning dos veces más. ––… Ante la oscura expresión de su Shizun, él una vez emperador del mundo mostró una sonrisa tranquilizadora: –– Este-este discípulo estaba matando mosquitos para Shizun. CAPÍTULO 10: ESTE VENERABLE VA A SU PRIMERA MISIÓN. Afortunadamente para Mo Ran, Chu Wan Ning no escuchó mucho de su simulación de juego "Zui Xing". Se las arregló para escapar con algunas tonterías inventadas, pero sólo algunas. Ya era muy tarde cuando regresó a su habitación. Mo Ran tomó una siesta y asistió a las clases matutinas como de costumbre al día siguiente. Después de las clases de la mañana llegó su actividad matutina favorita: el desayuno. Cuando las clases de la mañana terminaron, el Salón Meng Po se llenó gradualmente de personas. Mo Ran se sentó frente a Shi Mei; Xue Meng llegó tarde y el lugar al lado de Shi Mei ya había sido tomado por otra persona, por lo que solo podía sentarse de mala gana al lado de Mo Ran con una cara sombría. Si Mo Ran dijera cuál es el mejor aspecto de las enseñanzas del Pico Sisheng, definitivamente sería que el cultivo de esta secta no requiere ayuno. A diferencia de las elevadas sectas etéreas del mundo de cultivo superior, el método de cultivo del Pico Sisheng no requiere la abstinencia de la carne ni de ningún otro alimento, por lo que la comida aquí siempre ha sido suntuosa. Mo Ran bebió de un tazón de sabrosa sopa picante, sorbiendo las migas de maní y la soja crujiente que había dentro. Un plato de panecillos fritos de color amarillo crujiente que pidió sólo para Shi Mei que se sentó enfrente. Xue Meng miró de reojo a Mo Ran y se burló: –– Mo Ran, es realmente increíble que hayas ido al Infierno del Loto Rojo y, de hecho, hayas podido volver a salir con tus propias piernas. Realmente inspirador. Mo Ran respondió sin siquiera molestarse en levantar la cabeza: –– Por supuesto, ¿Quién crees que soy? –– ¿Quién creo que eres?–– Xue Meng se burló. –– Sólo porque Shizun no te rompió las piernas, ¿Ya te has olvidado de qué barra de cebolla eres? –– Oh, entonces si soy una barra de cebolla, entonces ¿Qué eres tú? Xue Meng se mofó: –– Soy el mejor discípulo de Shizun. –– ¿Autoproclamado? Oye, ¿Por qué no vas a pedirle a Shizun su sello de aprobación para que puedas encuadrarlo y colgarlo en la pared? Debes por lo menos eso a tu título de discípulo superior. Xue Meng rompió sus palillos con un crack. Shi Mei se apresuró a jugar como mediador: –– Por favor, no peleen, apresúrense y coman. Xue Meng: ––... Hmph. Mo Ran lo imitó con una sonrisa de mierda en su rostro: –– Hmph. Xue Meng se levantó, golpeando la mesa: –– ¡Cómo te atreves! Al ver que la situación se deterioraba rápidamente, Shi Mei reprimió a Xue Meng a toda prisa: –– Joven maestro, todos están observando; coma, coma, y no pelee. Estos dos signos de estrellas eran verdaderamente incompatibles, son primos pero terminan peleando cada vez que se encuentran. Shi Mei intentó sin éxito disuadir a Xue Meng, y tuvo que recurrir físicamente a meterse entre los dos para aliviar la tensión, aplacando a la izquierda y la derecha. Ahora preguntando a Xue Meng: –– Joven maestro, ¿Sabes cuándo dará a luz el gato de Madam? Xue Meng respondió: –– Oh, ¿Te refieres a A-Li? Mamá se equivocó, no está embarazada, sólo tenía una gran barriga por comer demasiado. Shi Mei: ––… Ahora preguntó a Mo Ran: –– A-Ran, ¿Todavía tienes que ir a la residencia de Shizun para hacer las tareas hoy? –– No debería tener que hacerlo más, todo lo que necesitaba ser arreglado ha sido hecho. Te ayudaré a copiar las reglas de la secta hoy. Shi Mei se rió: –– ¿Incluso tienes tiempo para ayudarme? ¿No tienes que copiarlas cien veces? Xue Meng levantó una ceja, mirando con cierto asombro a Shi Mei, que generalmente ni siquiera pone un dedo del pie fuera de lugar: –– ¿Cómo terminaste teniendo que copiar las reglas también? Shi Mei se veía avergonzado. De repente, antes de que pudiera hablar, los sonidos de la conversación en el comedor se apagaron abruptamente. Los tres se dieron la vuelta para ver a Chu Wan Ning. Al entrar al Salón Meng Po, con su túnica blanca ondeando detrás de él. Caminó hacia los mostradores de comida sin ninguna expresión y comenzó a seleccionar pasteles. Había más de mil personas comiendo en el salón, pero con la adición de un sólo Chu Wan Ning, de repente se convirtió en un cementerio. Todos los discípulos bajaron sus cabezas para comer su comida; si alguien hablaba, estaba en los tonos más bajos. Al ver a Chu Wan Ning llevar su bandeja a la esquina en la que generalmente se sentaba, comiendo tranquilamente el congee solo, Shi Mei dejó escapar un suave suspiro y no pudo evitar decir: –– En realidad, a veces siento algo de pena por Shizun. Mo Ran levantó la vista: –– ¿Por qué es eso? –– Solo mira, nadie se atreve a acercarse a donde está sentado, nadie se atreve a hablar en voz alta con él. Todavía estaba bien cuando el Señor del Pico estaba aquí, pero sin él, ni siquiera tiene a nadie con quien hablar, ¿No es eso tan solitario? Mo Ran 'humph': –– Se lo buscó él mismo. Xue Meng se enojó de nuevo: –– ¿Te atreves a burlarte de Shizun? –– ¿Cómo me estoy burlando de él? Sólo estoy diciendo la verdad. –– Mo Ran puso otro bollo en el plato de Shi Mei. –– Con un temperamento como ese, ¿Quién querría estar con él? –– ¡Tú...! La sonrisa de come mierda estaba de vuelta en la cara de Mo Ran cuando miró a Xue Meng, hablando perezosamente: –– ¿Tienes un problema con eso? Siéntete libre de sentarte con Shizun para tus comidas entonces, no te sientes con nosotros. Xue Meng cerró la boca de inmediato. Sentía un gran respeto por Chu Wan Ning, pero sentía un miedo aún mayor, no diferente a los demás. Enfadado y humillado, pero no teniendo nada que decir en represalia, le dio dos patadas a la pata de la mesa y se enfurruñó solo. Mo Ran era la imagen de la suficiencia lánguida, dirigiendo burlonamente una mirada al pequeño fénix. Luego su mirada, a través de la multitud, aterrizó en Chu Wan Ning. No sabía por qué, pero al mirar a la única figura de color blanco en el salón lleno de personas vestidas de azul oscuro con armaduras plateadas, de repente pensó en esa persona durmiendo acurrucada entre la pila de metal frío la noche anterior. Shi Mei no estaba equivocado, Chu Wan Ning realmente era bastante lamentable. Pero ¿Qué hay de eso? Cuanto más lamentable era, más feliz era Mo Ran. Pensando en ello, no pudo evitar que el sentimiento de satisfacción en la esquina de sus labios se hiciera más evidente. Los días pasaron volando. Chu Wan Ning no lo llamó nuevamente al Pabellón del Loto Rojo; Las tareas diarias de Mo Ran se convirtieron en cosas ociosas como lavar los platos, alimentar a los pollitos y patitos que mantenía Madam Wang, y desyerbar el jardín de hierbas medicinales. El mes de confinamiento terminó en un abrir y cerrar de ojos. Hoy, Madam Wang llamó a Mo Ran al Salón Dan Xin. Ella preguntó mientras le daba palmaditas en la cabeza: –– A-Ran, ¿Cómo están tus heridas? Mo Ran respondió sonriendo: –– Gracias por preocuparse por mí tía, ya estoy curado. –– Eso es bueno. Sé más atento en el futuro, no cometas errores tan grandes y no enojes a tu Shizun nuevamente, ¿Entiendes? Mo Ran era un experto en actuar lamentable: –– Tía, entiendo. –– Y una cosa más–– Madam Wang sacó una carta de la mesita de palisandro amarillo. –– Ha pasado un año completo desde que ingresaste a la secta, eso significa que es hora de que asumas los deberes de exorcismo. Esta carta de tu tío llegó ayer en una paloma mensajera; Sus instrucciones son para que desciendas la montaña y completes esta tarea, una vez que finalice tu período de confinamiento. Las costumbres del Pico Sisheng dictaban que los discípulos deben ir a ver el mundo y adquirir experiencia práctica como exorcistas después de un año completo en la secta. En la primera misión, el maestro acompañará al discípulo y brindará asistencia según sea necesario; Además, el discípulo también debe invitar a un compañero discípulo. Esto es para fomentar el compañerismo entre los discípulos, para que comprendan el significado de "Lealtad del corazón evidente, la vida o la muerte inmutable.” Mo Ran, con los ojos brillantes, aceptó la carta de asignación, la abrió, leyó a toda prisa e inmediatamente comenzó a sonreír de alegría. Madam Wang se preocupó: –– A-Ran, tu tío te confió una gran responsabilidad en tu misión con la esperanza de que puedas hacerte un nombre. El anciano Yu Heng es un poderoso cultivador, pero las espadas son indiscriminadas en la batalla, y pueda que no necesariamente pueda protegerte. No juegues demasiado y asegúrate de no tomar al enemigo a la ligera. –– ¡No lo haré, no lo haré!–– Mo Ran agitó las manos, sonriendo. –– No se preocupe, tía, me cuidaré, ¡No hay problema!–– E inmediatamente salió corriendo a empacar. –– Este niño...–– Madam Wang lo observó mientras se retiraba, su rostro gentil y agraciado con preocupación. –– ¿Cómo está tan feliz de haber recibido una misión? ¿Cómo podría Mo Ran no ser feliz? La misión de su tío es investigar un incidente en la Ciudad Cai Die a petición de un cierto propietario llamado Chen. A quién le importa qué tipo de fantasma o demonio fue, lo importante es que, en la vida anterior, fue donde cayó bajo la influencia de un veneno demoníaco y, en un estado de confusión, besó a Shi Mei por la fuerza en el reino ilusorio. También fue una de las pocas veces en que Mo Ran llegó a ser tan íntimo con Shi Mei, estaba tan extasiado que prácticamente estaba en la novena nube. Además de eso, porque estaba bajo la influencia del veneno demoníaco, Shi Mei ni siquiera podía quejarse. ¡Beso gratis! ¡No hay consecuencias adjuntas! Mo Ran estaba tan feliz que sus ojos se curvaron en forma de media luna. Ni siquiera le importó el hecho de que Chu Wan Ning también tenía que venir a la misión. Él podría simplemente dejarle el exorcismo a su Shizun mientras coquetea con Shi Mei, ¿Quién diría que no a este tipo de trabajo fácil? Después de invitar a Shi Mei e informar a Shizun, los tres se dirigieron a la Ciudad Cai Die con caballos al galope. Los productos especiales de esta ciudad eran las flores. Los campos de flores se extendían por muchos kilómetros fuera del área residencial, y mariposas de todos los colores revoloteaban por el interior de la ciudad, de ahí su nombre. Ya era de noche cuando llegaron los tres, pero la entrada del pueblo estaba llena de actividad. El sonido de los tambores se oía alto y claro como una procesión de artistas todos vestidos de rojo y tocando el caramillo que salía de un callejón. Shi Mei estaba desconcertado: –– ¿Es esta una procesión matrimonial? ¿Por qué es de noche? Chu Wan Ning: –– Es un matrimonio fantasma. El matrimonio fantasma, también conocido como matrimonio Yin, era una tradición entre la gente común para hacer coincidir a hombres y mujeres solteros que habían muerto jóvenes en matrimonio póstumo. Este tipo de tradición era rara en las zonas más pobres, pero la Ciudad Cai Die era bastante próspera, por lo que la práctica era común aquí. La llamativa procesión se dividió en dos grupos, uno con satenes y sedas reales, el otro con papel moneda y lingotes de burla, escoltando un sedán decorado en rojo y blanco. La procesión, iluminada con faroles dorados, salió del lugar. El grupo de Mo Ran detuvo sus caballos y se hizo a un lado para dejar pasar la procesión matrimonial fantasma. El sedán se acercó; adentro no era una persona viva, sino una novia fantasma hecha de papel. Los labios de la novia fantasma estaban pintados de un brillante color escarlata, con dos ruedas de color rojo en sus mejillas que enmarcaban un rostro pálido como la muerte, la apariencia sonriente era extremadamente aterradora. –– Qué clase de mala tradición es esta: el dinero se quema en un agujero del bolsillo de esta ciudad o qué. –– Mo Ran murmuró entre dientes. Chu Wan Ning: –– La gente de la Ciudad Cai Die es extremadamente supersticiosa, creen que las tumbas solitarias atraerán a las almas solitarias y los espíritus extraviados, lo que traerá la desgracia a la familia. ––... Eso no es real, ¿Verdad? –– Es real mientras la gente del pueblo lo crea. Suspiro. –– La Ciudad Cai Die ha existido por cientos de años, si alguien les dijera que todo en lo que creen no existe en realidad, probablemente no podrían aceptarlo. Shi Mei preguntó en voz baja: –– ¿Adónde va la procesión matrimonial de fantasmas? Chu Wan Ning: –– Pasamos un templo antes. El que estaba consagrado dentro no era un dios, y había un personaje de Xi colocado en la puerta. El altar estaba amontonado con satén rojo escrito con 'fósforo hecho en el cielo', 'armonía en la otra vida' y cosas por el estilo. Creo que ese es probablemente su destino. –– También noté ese templo. –– Shi Mei parecía pensativo. –– Shizun, ¿Es el que está consagrado dentro una maestra fantasma de ceremonias? –– Eso es correcto. La maestra fantasma de ceremonias era un personaje fantasma nacido de la imaginación de la gente común. Creían que el matrimonio entre las almas de los difuntos también tenía que pasar por las costumbres adecuadas y ser presenciado por un maestro de ceremonias, para certificar que la pareja de fallecidos se había convertido en marido y mujer. Como el matrimonio de fantasmas era una tradición común en la Ciudad Cai Die, se deduce que harían un cuerpo de oro para que la maestra de ceremonias se consagrara antes del cementerio fuera de la ciudad. Las familias que celebraban matrimonios fantasmas se detenían con la novia fantasma para adorar en el templo antes del entierro. Mo Ran rara vez veía acontecimientos tan ridículos y observaba con gran interés, pero Chu Wan Ning sólo le dio una breve mirada distante antes de dar la vuelta a su caballo: –– Vamos, tenemos que ir a ver a la familia que está siendo perseguida. –– Honorables Daozhang, ¡He sufrido mucho! ¡Por fin han venido! Si alguien no viene a ocuparse de esto pronto, yo... ¡Ya ni siquiera podré vivir! El cliente que solicitó al Pico Sisheng que realizara un exorcismo fue el comerciante más rico de la ciudad, el propietario Chen. La familia Chen vendió polvo perfumado y tuvo cuatro hijos y una hija. Cuando el hijo mayor se casó, a su esposa no le gustaba el ruido en la familia, por lo que la pareja quería mudarse. La familia Chen tenía riquezas y reputación de sobra, por lo que compraron una gran parcela de tierra en un área aislada junto a la montaña del norte; Incluso tenía un estanque natural de aguas termales, un lugar bastante agradable. Pero el día que comenzaron a construir allí, sólo un par de palas en él y habían golpeado algo duro. La esposa se acercó para echar un vistazo e inmediatamente se desmayó por el miedo: ¡De alguna manera habían desenterrado un nuevo ataúd pintado de rojo en la montaña del norte! La Ciudad Cai Die tenía un cementerio designado, todos los difuntos estaban enterrados allí, pero este ataúd solitario había aparecido inexplicablemente en la montaña del norte. No sólo eso, no había tumba ni marcador, y todo el ataúd estaba pintado de rojo sangre. Por supuesto que no se atrevieron a continuar, y rápidamente lo cubrieron de nuevo. Pero ya era demasiado tarde. Desde ese día, cosas extrañas seguían sucediéndole a la familia Chen. –– Primero fue mi nuera. –– El propietario Chen se lamentó: –– El susto afectó a su bebé y ella abortó. Después fue mi hijo mayor; fue a la montaña para recolectar hierbas medicinales para ayudar a su esposa a recuperarse, pero resbaló y cayó, y ya estaba muerto cuando lo encontramos... ¡Aaah! Dejó escapar un largo suspiro y agitó la mano, demasiado decaído para continuar. Madam Chen se secó las lágrimas con un pañuelo: –– Mi esposo tiene razón, en los meses posteriores a eso, nuestros hijos se encontraron con un percance uno tras otro, si no desaparecieron, murieron... de nuestros cuatro hijos, ¡Tres ya se han ido! Las cejas de Chu Wan Ning se fruncieron cuando miró a la pareja Chen, su mirada se posó en el hijo menor de rostro pálido. Parecía tener la misma edad que Mo Ran, de quince o dieciséis años, tenía rasgos delicados pero estaban retorcidos de miedo. Shi Mei: –– ¿Le importaría decirnos cómo murieron los otros hijos...? –– Ah, nuestro segundo hijo fue a buscar a su hermano y fue mordido por una serpiente en el camino. Era sólo una serpiente de hierba normal, no venenosa, por lo que nadie le prestó atención en ese momento, pero un par de días más tarde se cayó mientras comía, y luego... wuu, hijo mío... Shi Mei exhaló, sintiéndose terrible por tener que empujar: –– Entonces, ¿Hubo signos de envenenamiento en el cuerpo? –– ¡Ah, qué veneno, nuestra familia definitivamente ha sido maldecida! ¡Todos los hijos mayores están muertos, el más joven es el siguiente! ¡El hijo menor es el siguiente! Chu Wan Ning frunció el ceño, mirando a Madam Chen con la velocidad del rayo: –– ¿Cómo sabe que el hijo menor es el siguiente y no usted? ¿Este espíritu maligno sólo mata a los hombres? El hijo más joven de la familia Chen se acurrucó a un lado, con las piernas temblando y los ojos hinchados como melocotones, incluso su voz chirrió y se contorsionó: –– ¡Soy yo! ¡Voy a ser yo! ¡Lo sé! ¡La persona en el ataúd rojo se acerca! ¡Él está viniendo! ¡Daozhang, Daozhang sálvame! ¡Daozhang sálvame! Comenzó a perder la razón mientras hablaba, luchando por abrazar el muslo de Chu Wan Ning. Chu Wan Ning siempre ha sido reacio al contacto físico con extraños y lo evitó de inmediato. Levantó la cabeza para mirar a la pareja Chen: –– ¿De qué se trata exactamente? La pareja intercambió una mirada y habló con voz temblorosa: –– Hay un lugar en esta casa, tenemos miedo de volver a ir... Daozhang lo entenderá cuando vea que es verdaderamente malo, en verdad... Chu Wan Ning interrumpió: –– ¿Qué lugar? Dudaron por un momento, luego señalaron hacia el santuario ancestral con manos temblorosas: –– Ahí... Chu Wan Ning abrió el camino, seguido de cerca por Mo Ran y Shi Mei. La familia Chen siguió en la distancia. Empujando la puerta para abrirla, el interior no se veía diferente a los santuarios ancestrales de otras grandes familias, con filas de tablillas conmemorativas flanqueadas a ambos lados por un fuego de vela pálido. Todas las tablillas de la habitación estaban pintadas de amarillo, con los nombres y las posiciones de los difuntos grabados en ellas. La escritura fue pulcra y cuidadosa: Estimado Espíritu de tal y tal Ancestro, Estimado Espíritu de Tal y Tal Antepasado. A excepción de la tablilla en el medio; la inscripción en esa no fue tallada y pintada, sino escrita en rojo: Espíritu de Chen Yan Ji. Erigido por la persona viva del clan Chen-Sun. La familia Chen, desde donde se escondían, se asomaron a la sala del santuario a flote con seda blanca, tal vez esperando una casualidad. Pero las letras en la tableta todavía estaban allí, como si estuvieran escritas con sangre, y se rompieron inmediatamente. Madam Chen gimió en voz alta, y el rostro del hijo menor estaba tan pálido que casi no parecía vivo. Primero, las letras en esta tablilla no se ajustaban a los ritos; segundo, la escritura era extremadamente complicada, como si la persona estuviera a punto de quedarse dormida y apenas lograra escribir, tanto que era casi ilegible. Shi Mei se volvió para preguntar: –– ¿Quién es Chen Yan Ji? El hijo menor, con la voz temblando por los sollozos, respondió detrás de él: –– Yo-soy yo. El propietario Chen lloró mientras hablaba: –– Daozhang, es así, desde que nuestro segundo hijo falleció, notamos que... se había agregado una nueva tablilla al santuario ancestral, pero los nombres escritos en ella son los de personas vivas de nuestra familia. Una vez que aparezca un nombre, esa persona definitivamente se encontrará con el desastre dentro de siete días. Cuando el nombre de nuestro tercer hijo apareció en la tablilla, lo encerramos en su habitación y esparcimos incienso en polvo en la puerta, incluso conseguimos que alguien viniera a realizar taumaturgia, lo intentamos todo, ¡Pero en el séptimo día! Él todavía murió... sin causa alguna, ¡Sólo murió! Se volvió más emocional, más asustado, cuanto más habló, y se arrodilló también: –– ¡Nunca he cometido ningún delito en mi vida, por qué los Cielos deben tratarme así! ¡Por qué! El corazón de Shi Mei dolía y se apresuró a consolar al anciano que lloraba al cielo. Levantó la vista y llamó suavemente: –– Shizun, esto... Chu Wan Ning ni siquiera se había dado vuelta. Todavía miraba esa tablilla con gran interés, como si las flores estuvieran a punto de florecer. De repente, Chu Wan Ning preguntó: –– Persona viva, clan Chen-Sun, ¿Eso se refiere a usted, señora Chen? CAPÍTULO 11: ESTE VENERABLE VA A BESARTE, ¡ALÉGRATE! –– S-sí, ¡Soy yo!–– Madam Chen lloró. –– ¡Pero yo no escribí en la tablilla! ¿Por qué maldeciría a mi propio hijo? Yo... –– De hecho, no lo habría hecho despierta, pero eso no es necesariamente cierto cuando está dormida. Chu Wan Ning levantó la mano para recoger la tablilla conmemorativa mientras hablaba, canalizando energía espiritual hacia su palma. De repente, los gritos brotaron de la tablilla, seguidos inmediatamente por el olor pesado y feroz de la sangre que brotaba de ella. Los ojos de Chu Wan Ning eran fríos y penetrantes, con voz severa dijo: – – ¡Espíritu malvado arrogante, te atreves a huir! Contra el pesado poder espiritual reunido en su palma, la escritura en la tablilla en realidad se vio obligada a retroceder poco a poco entre los gritos, desvaneciéndose, y finalmente, desapareciendo por completo. ¡Chu Wan Ning apretó con sus dedos pálidos y delgados, y toda la tablilla conmemorativa se rompió! La familia Chen, observando desde atrás, estaba aturdida. Incluso Shi Mei estaba aturdido. No pudo evitar decir: –– Qué feroz. Mo Ran tampoco pudo evitar murmurar internamente, qué cruel. El rostro de Chu Wan Ning se volvió ligeramente en dirección a ellos, sus elegantes rasgos carentes de expresión; unas cuantas manchas de sangre habían salpicado en su mejilla. Levantó la mano para examinar la sangre en las puntas de sus dedos antes de hablar con la familia Chen: –– Todos ustedes permanezcan hoy en el patio, no vayan a ningún lado. Por supuesto, ninguno de ellos se atrevió a hacer nada más que obedecer después de esa exhibición ahora mismo respondiendo rápidamente: –– ¡Sí! ¡Sí! ¡Obedeceremos todas las instrucciones de Daozhang! Chu Wan Ning salió de la sala del santuario, limpiándose las manchas de sangre de su cara con indiferencia. Levantó un dedo para señalar a Madam Chen: –– Especialmente usted, no se quede dormida bajo ninguna circunstancia. Esa cosa es capaz de poseerla, debe permanecer despierta sin importar cuán somnolienta esté. –– Sí... ¡Sí, sí, sí!–– Madam Chen estuvo de acuerdo repetidamente, luego preguntó entre lágrimas y vacilante. –– Daozhang, entonces, mi... hijo... es... ¿Está a salvo? –– Por ahora. Madam Chen lo miró sin comprender: –– ¿Por ahora? ¿No siempre? Entonces, ¿Qué se debe hacer para mantener a mi hijo a salvo? Chu Wan Ning: –– Capturar al espíritu malvado. En su preocupación de pánico, Madam Chen se olvidó de sus modales y lanzó su cortesía a un lado, empujando con urgencia: –– ¿Y cuándo está planeando Daozhang ir a capturarlo? –– Ahora mismo. La mirada de Chu Wan Ning recorrió a la familia Chen: –– ¿Quién de ustedes conoce el lugar exacto en el que fue desenterrado el ataúd rojo? Que lideré el camino. El apellido de la esposa del hijo mayor era Yao. A pesar de ser mujer, era alta y galante. Su rostro también mostraba temor, pero estaba relativamente tranquila en comparación con los demás, y de inmediato se ofreció: –– Conozco la ubicación, ya que ese lugar fue seleccionado por mi difunto esposo y yo. Guiaré a Daozhang. Los tres siguieron a Chen-Yao, dirigiéndose hacia el norte por todo el camino, y rápidamente llegaron a la parcela de tierra comprada por los Chen. El área ya estaba acordonada. Las plantas estaban oscuras y demasiado crecidas, y nadie estaba alrededor por millas. Estaba completamente en silencio, incluso los sonidos de pájaros e insectos estaban ausentes. A medio camino de la montaña, el espacio se abrió de repente. Chen-Yao dijo: –– Honorables Daozhang, este es el lugar. Había una roca de supresión de tumbas en la parte superior de donde se desenterró el ataúd rojo. Mo Ran se echó a reír al verlo: –– ¿De qué sirve esa roca de mierda? Claramente es trabajo de aficionados, tírenlo a un lado. Chen-Yao se mostró aprensiva: –– Pero el señor de la ciudad dijo que la bestia demoníaca en el interior detiene al espíritu maligno para evitar que salga. Mo Ran sonrió sarcásticamente: –– Ese señor seguro ha sido efectivo hasta ahora. ––… Chen-Yao tosió tratando de calmar su incomodidad. Chu Wan Ning dijo con frialdad: –– No es necesario. –– Levantó la mano, con las yemas de los dedos brillando doradas cuando Tian Wen respondió a la llamada. ¡Un sólo golpe de la vid de sauce y la roca se rompió en pedazos! Chu Wan Ning caminó inexpresivamente para pararse entre los escombros, levantando su mano una vez más en una amenaza: –– ¿Para qué te escondes? ¡Vete al infierno! Un extraño sonido –– Geh geh–– vino de abajo. De repente, un ataúd de madera de doce pies de alto brotó del suelo, rociando la tierra por todas partes, volando el polvo. Shi Mei se sobresaltó: –– ¡Este ataúd tiene una energía resentida tan pesada! Chu Wan Ning: –– Retrocede. Tian Wen golpeó el ataúd rojo herméticamente sellado en un golpe de revés, lanzando chispas. Hubo un momento de silencio, luego la tapa del ataúd se abrió, y el objeto en el interior se reveló cuando el humo espeso se dispersó. Dentro del ataúd había un hombre, completamente desnudo. Tenía la nariz recta y rasgos bonitos, y parecía casi como si estuviera simplemente dormido, si no fuera por la palidez de su piel. La mirada de Mo Ran se enfocó debajo de la cintura del hombre, luego hizo una mueca para taparse los ojos: –– Vaya, el apestoso imbécil no lleva pantalones. Shi Mei: ––… Chu Wan Ning: ––… Chen-Yao gritó sorprendida: –– ¡Esposo!–– Y corrió hacia el ataúd sin pensarlo dos veces. Chu Wan Ning se acercó para contenerla, preguntándole con una ceja levantada: –– ¿Este es su esposo? –– ¡Sí! ¡Él es mi esposo!–– Chen-Yao se sintió abrumada por el miedo y el dolor. –– ¿Cómo terminó él aquí? Definitivamente lo enterramos en la tumba ancestral, completamente vestido con ropa de entierro, ¿Cómo...? Ella comenzó a llorar antes de poder terminar, golpeando su pecho con angustia: –– ¡Cómo pudo pasar esto! ¡Qué miserable! ¡Qué miserable! ¡Mi esposo... mi esposo! Shi Mei suspiró: –– Señora Chen, por favor, refrene su dolor. Chu Wan Ning y Mo Ran ignoraron a la mujer que lloraba; Chu Wan Ning no sabía cómo consolar a la gente, y Mo Ran no tenía ninguna compasión de la que hablar. Los dos miraron fijamente el cadáver en el ataúd. Mo Ran ya había pasado por esto en la vida anterior y más o menos sabía lo que venía, pero aún tenía que hacer su parte, así que habló, acariciando su barbilla: –– Shizun, hay algo raro en este cadáver. Chu Wan Ning: –– Lo sé. ––… Mo Ran tenía un discurso completo planeado, arrancado directamente de la explicación y análisis original de Chu Wan Ning en la vida anterior. Quería sacarlo en esta vida y darle un susto a Chu Wan Ning, pero quién hubiera pensado que simplemente tiraría un –– Lo sé. Como maestro, ¿No se suponía que él alentaría a sus discípulos a expresar sus propios pensamientos y alabarlos y recompensarlos? Mo Ran no se rindió. Fingió no haber oído el "Lo sé" y siguió: –– No hay señales de descomposición en este cadáver. El maestro Chen murió hace más de medio mes; en este tipo de ambiente, hace mucho que debería haber empezado a pudrirse y derramar pus, y ya debería haber una capa de fluido de cadáver acumulado en el ataúd. Este es el primer punto. Chu Wan Ning le disparó un frío "puedes continuar" mientras lo miraba: – –… –– Segundo.–– Mo Ran no se vio afectado, continuando recitando la explicación de Chu Wan Ning de la vida anterior –– La energía resentida que venía de este ataúd rojo era muy fuerte antes de que se abriera, pero por el contrario desapareció después de abrirse. Además, prácticamente no hay energía resentida en el cadáver, lo que también es bastante anormal. Chu Wan Ning: ––… –– Tercero, ¿Has notado que, desde el momento en que se abrió el ataúd, ha habido una dulce fragancia en el viento? El olor era muy tenue, uno no lo habría notado en absoluto sin prestar atención cuidadosa. Tras las palabras de Mo Ran, Shi Mei y Chen-Yao se dieron cuenta de que en realidad había un leve olor dulce en el aire. Shi Mei: –– Tienes razón. Chen-Yao olfateó, su rostro cambió de color: –– Esta fragancia... Shi Mei: –– Señora Chen, ¿Qué es? Chen-Yao estaba tan asustada que incluso su voz cambió de tono: –– ¡Esta fragancia es la receta secreta de mi suegra, el polvo Bai Die! Nadie habló por un momento. Esa línea escrita en la tablilla conmemorativa en el santuario, “Erigido por una persona viva del clan Chen", apareció ante sus ojos. Shi Mei habló: ––... ¿Podría ser que todo esto sea obra de Madam Chen? Mo Ran: –– Es poco probable. Chu Wan Ning: –– No lo es. Los dos hablaron casi al mismo tiempo, luego se miraron. La expresión de Chu Wan Ning se mantuvo uniforme: –– Adelante. Mo Ran habló sin modestia: –– Hasta donde sé, la familia Chen hizo su fortuna con el polvo único Bai Die de la señora. Su receta se mantiene en secreto, pero el producto final no es difícil de obtener. De cada diez mujeres en la Ciudad Cai Die, cinco o seis usan esta fragancia. Además, observamos esto de antemano, y parece que al maestro Chen también le gustó bastante el polvo Bai Die de su madre, y que a menudo lo mezclaba en el agua del baño cuando se baña, por lo que no es extraño que su cuerpo tenga este olor. Lo que es extraño es que... Giró la cabeza hacia el hombre desnudo en el ataúd mientras hablaba. –– Ya lleva muerto medio mes, pero esta fragancia es fresca como si recién se aplicara. ¿Tengo razón, Shizun? Chu Wan Ning: ––… –– Podrías simplemente elogiarme un poco si tengo razón ~ Chu Wan Ning: –– Mn. Mo Ran se rió: –– Realmente no te gusta desperdiciar palabras. Antes de que diera dos carcajadas, las túnicas estaban repentinamente ondeando cuando Chu Wan Ning lo agarró y rápidamente se movió hacia atrás por varios pies, Tian Wen en su mano brillando brillantemente dorado, bailando en una luz de fuego. –– Estén atentos. El olor a polvo Bai Die en el aire se espesó repentinamente, una niebla blanca se materializó cuando el olor llenó el aire, extendiéndose con una velocidad alarmante. ¡Toda el área se convirtió en un mar de niebla casi instantáneamente, tan densa que uno ni siquiera podía ver los dedos en su propia mano! El corazón de Mo Ran se agitó. El reino ilusorio se estaba abriendo. –– ¡Ah!–– El chillido de Chen-Yao fue lo primero que se escuchó en la espesa niebla. –– Daozhang he... Ella no pudo terminar de hablar antes de que el sonido se cortara de repente. La punta de los dedos de Chu Wan Ning se iluminó en azul cuando colocó un encantamiento de rastreo en la frente de Mo Ran: –– Ten cuidado mientras voy a revisar la situación. Luego desapareció rápidamente en la espesa niebla, siguiendo la dirección de la voz. Mo Ran se tocó la frente, riendo en voz baja: –– Bueno, bueno, incluso la posición del encantamiento es exactamente la misma que en la vida anterior. Chu Wan Ning, realmente no has cambiado en absoluto. La niebla llegó rápido pero también se dispersó rápidamente, y desapareció por completo en poco tiempo. La escena que se reveló ante él, sin embargo, fue incluso más sorprendente que la niebla. Mo Ran se asustó bastante, al menos en la vida anterior, cuando la niebla desapareció, la montaña desolada y cubierta de maleza desapareció. En su lugar había una vasta extensión de intrincados y elegantes jardines, pabellones y terrazas sinuosas, jardines de rocas y árboles verdes, con un camino de adoquines que se extendía más allá de lo que el ojo podía ver. La mera vista de este lugar hizo que Mo Ran quisiera rodar por el suelo con alegría. Él había estado pensando en este reino ilusorio todo el día. En su vida anterior, se separaron aquí también; Mo Ran se encontró con Shi Mei primero, y bajo la hipnosis de la ilusión, lo besó por primera y única vez, en su vida. Desafortunadamente, esa vez, Shi Mei se escapó tan pronto como Mo Ran lo soltó, tal vez por miedo. Le quitaron el dulce néctar antes de que él apenas lo probara, y se quedó insatisfecho. Más tarde, después de que se había roto el reino ilusorio, Shi Mei ni siquiera se molestó por este asunto con él. Era como si el beso nunca hubiera sucedido, y ninguno de ellos lo había vuelto a mencionar. A veces, a mitad de la noche, Mo Ran se preguntaba si era sólo una fantasía nacida de su profunda obsesión. Fantasía o no, pensó Mo Ran mientras se lamía los labios, ¡Shi Mei no se iba a escapar tan fácilmente esta vez! ¡Lo va a llenar de besos! CAPÍTULO 12: ESTE VENERABLE BESÓ A LA PERSONA EQUIVOCADA... Incluso después de haber caminado por un buen rato, todavía no podía decir qué dirección era cuál. Pero el olor del polvo Bai Die en el aire se hacía más fuerte. Este olor hace que las personas expuestas a él por mucho tiempo tengan emociones intensas y sentidos mejorados, y los induce a hacer todo tipo de cosas irrazonables. Mo Ran se fue volviendo cada vez más agitado e inquieto, era como si se hubiera encendido una llama en su estómago y estuviera hirviendo lentamente la sangre que corría por su cuerpo. Agua, necesita encontrar un poco de agua. Sabía que había un manantial en el reino ilusorio. Ya estaba sediento y mareado cuando lo encontró en su vida anterior y, al no tener otra opción, recogió y bebió varios puñados de agua, pensando que la muerte por veneno todavía era preferible a la muerte por sed. Sintió que su conciencia se volvía cada vez más borrosa después de beber el agua de manantial. Su consciencia estaba desapareciendo cuando Shi Mei lo encontró; Shi Mei cultivó las artes curativas y rápidamente comenzó a disipar el veneno en su cuerpo. Y él, mareado y confundido, cayó bajo la influencia del veneno en ese momento y besó a Shi Mei en los labios como si estuviera poseído. El ex emperador del mundo humano era veloz como el viento y contundente como un trueno, y quería desesperadamente una repetición de su encuentro de ensueño con la persona que desea. Deambuló por el reino ilusorio durante mucho tiempo antes de finalmente escuchar el tintineo del agua de manantial. Lleno de alegría, corrió y bebió hasta el fondo de su corazón sin dudarlo. Como era de esperar, el agua de manantial exacerbó aún más la inquietante agitación provocada por el olor. Incontrolablemente no quería nada más que ir más profundo en el manantial, y la mitad de su cuerpo ya estaba sumergido antes de que lo supiera. Y al igual que en su vida anterior, cuando Mo Ran estaba a punto de perder el conocimiento, una mano de repente lo levantó haciendo que el agua volara por todas partes. El aire se precipitó de vuelta a su nariz y Mo Ran se quedó sin aliento, las pestañas colgando con gotas de agua revoloteando para mirar a la figura que tenía delante. La figura se enfocó lentamente, acompañada por una voz que sonaba casi enojada. –– ¿Qué pasa contigo, bebiendo el agua de aquí, estás tratando de morir? Mo Ran se sacudió el agua como si fuera un perro mojado y respiró aliviado cuando confirmó quién era: –– Shi Mei... –– ¡Deja de hablar y toma esta medicina! Mo Ran abrió la boca y obedientemente tragó la píldora púrpura, con los ojos fijos en el rostro incomparablemente hermoso de Shi Mei todo el tiempo. De repente, al igual que en su vida anterior, los intensos sentimientos de agitación lo hicieron perder toda moderación, no es que fuera un hombre honorable, capturó la muñeca de Shi Mei, presionando sus labios rápidamente antes de que el otro pudiera reaccionar. Al instante, las chispas volaron por todas partes y su mente quedó totalmente en blanco. Era un hombre con una sórdida historia de promiscuidad, pero la pasión entre las sábanas no necesitaba contacto entre los labios, ni afectos innecesarios. Por lo tanto, sus enredos carnales fueron muchos, pero sus besos lamentablemente pocos. Shi Mei no esperaba ser atacado de esta manera, y se congeló en aturdimiento hasta que una lengua se entrometió en su interior, y sólo entonces finalmente reaccionó y comenzó a luchar. –– ¿Qué estás haciendo... mmn?–– Sólo logró media frase antes de que su rostro se volviera bruscamente y sus labios se cubrieran una vez más. Mo Ran besó con más intensidad de lo que lo había hecho en la vida anterior, los dos enredados en un montón al lado del manantial. Mo Ran mantuvo a Shi Mei firmemente presionado debajo de su cuerpo mientras besaba esos labios húmedos, algo fríos, el toque impresionante como lo recordaba, y su mejilla y su oreja... –– Deja de moverte...–– La ronquera de su voz sorprendió incluso a él mismo. Mierda. ¿El efecto del agua de manantial parece de alguna manera más intenso que la última vez? Como habían ido las cosas en la vida anterior, en realidad no pudo abrazar a Shi Mei por tanto tiempo. Mo Ran todavía era joven en ese momento y fue golpeado por su conciencia después de recibir sólo unos pocos besos; su agarre se aflojó y Shi Mei se levantó inmediatamente y huyó pisando el agua con su qinggong. Pero fue vil y desvergonzado en esta vida, sin conciencia para golpearlo, sólo deseo instarlo. Besó todo lo que le gustaba, sosteniendo a la otra persona al lado del manantial. Debajo de él, Shi Mei luchó y gritó con ira, pero su corazón ya estaba poseído, y no podía entender lo que el otro estaba diciendo en absoluto. Sólo podía ver esa hermosa cara balanceándose de un lado a otro en su visión, ese par de labios húmedos y seductores que se abrían y cerraban. Se sentía como si una bola de fuego se hubiera encendido en su abdomen. Mo Ran se entregó a sus deseos, besos cada vez más voraces cuando abrió la mandíbula del otro y empujó su lengua para saquear la dulzura en su interior. El corazón le palpitaba como tambores en el pecho. En medio del caos, ya había arrancado la intrincada túnica externa de Shi Mei y le había abierto el cinturón. Su mano se deslizó dentro y acarició una piel suave y firme. La persona que estaba debajo de él saltó al tocarlo, pero Mo Ran volvió a presionarlo. Mordió el oído de Shi Mei y susurró: –– Sé obediente, será bueno para los dos. –– ¡Mo Wei Yu! –– Vaya, ¿Estás tan enfadado como para llamarme como un extraño?–– Mo Ran sonrió mientras lamía el lóbulo de su oreja, la mano tampoco permanecía ociosa, a tientas directamente hacia su cintura. ¡Jodido idiota, Mo Ran, el mocoso de dieciséis años de esa época no podía compararse con el burro veterano de treinta y dos años del presente! ¡El rostro de esta persona se volvió más grueso con cada día que pasó! El cuerpo entero de Shi Mei estaba tenso, y Mo Ran podía sentirlo temblando ligeramente. Realmente, se veía como una persona tan delgada, pero los contornos de su cuerpo estaban sorprendentemente tonificados bajo su mano. Sus deseos corrieron aún más desenfrenados, sin restricción se deslizó aún más mientras tiraba de las ropas internas del otro. Shi Mei finalmente llegó a los límites de su resistencia. –– ¡Mo Wei Yu! ¡Estás buscando la muerte! Hubo un fuerte estallido, ¡Y una explosión de poderosa energía espiritual de repente lo arrojó a un lado! Su poder era feroz, y Mo Ran quedó atrapado con la guardia baja, todo su cuerpo se volcó y se estrelló contra una roca al lado del manantial, casi escupiendo sangre. Shi Mei se aferró a su ropa desordena mientras se levantaba, nervioso. La energía espiritual dorada crepitaba frenéticamente en su palma, las chispas volaban audiblemente, reflejando la furia en sus ojos. Mo Ran estaba mareado por el impacto, pero todavía sentía vagamente que algo estaba mal. –– ¡Tian Wen, ven! Después del furioso bramido, una vid de sauce dorada apareció en la mano de Shi Mei cuando Tian Wen respondió a la llamada. La vid de sauce brillaba brillantemente, rayos de fuego y chispas de oro a lo largo de su longitud, hojas de sauce girando en el aire. Mo Ran se quedó estupefacto. ¿Cuándo aprendió Shi Mei a convocar a Tian Wen? ¡El pensamiento ni siquiera se había establecido en su mente antes de que Tian Wen se precipitara en el aire violentamente hacia él! No hubo restricción alguna detrás del azote, y la sangre del despreciable canalla Taxian-jun se derramó sin piedad. Si alguien como Rong Jiu, que había sufrido en las manos de Mo Ran, viera esta escena, seguramente aplaudiría y celebraría: –– ¡Hermoso! ¡Increíble! ¡Hazlo otra vez! ¡Vence el mal! ¡Qué buena acción! Mo Ran finalmente se puso serio ante esta implacable tormenta de brutales azotes. Shi Mei es tan amable, ¿Cómo podría este ser él? Para ser experto en azotar a las personas, ¿Quién más podría ser sino Chu Wan Ning? La mano de Chu Wan Ning se cansó de azotar, y sólo entonces se detuvo para respirar, frotándose la muñeca. Estaba a punto de continuar cuando Mo Ran, recostado contra la roca, de repente tosió una gran bocanada de sangre. ––... No más, realmente moriré... Mo Ran tosió más sangre y sintió que su corazón se hundía en las profundidades del abismo. Ese fue definitivamente el mejor, el más notable, el punto culminante de su historia de libertinaje. ¿Por qué diablos fue Chu Wan Ning quien vino? Lo que es más, Chu Wan Ning tenía la cara de Shi Mei por alguna razón, ¡E incluso su voz sonaba exactamente igual! Se limpió la sangre de las comisuras de la boca y miró hacia arriba, jadeando. Tal vez debido a la paliza, o tal vez porque la medicina que le dio antes Chu Wan Ning finalmente comenzó a funcionar, pero cuando levantó la cabeza esta vez, la persona que tenía delante ya no era Shi Mei. Chu Wan Ning brotó de donde estaba parado debajo del árbol, con el rostro sombrío mientras miraba a Mo Ran con ojos llenos de rayos. Esta mirada viciosa y enfurecida realmente era aterradora. Pero... Mo Ran lo miró por unos segundos. Y notó que él... se había vuelto descaradamente duro. Chu Wan Ning siempre vestía de manera inmaculada, sin un cabello fuera de lugar, pero su intrincada túnica blanca, usualmente vestido con cuellos altos y fuertemente cerrados, ahora era un desorden sostenido sólo por el apretón de su mano pálida y delgada. Sus labios estaban rojos e hinchados por los besos, y las mordidas de amor salpicaban el costado de su cuello. Su expresión era feroz, pero eso sólo aumentaba el atractivo. Todos esos recuerdos de Chu Wan Ning de la vida anterior, la locura, la sed de sangre, el odio, el desenfreno, la conquista, el placer, todos los recuerdos se habían acumulado. Mo Ran no quería pensar en eso, no había planeado recordar nada de eso, pero en este aire con olor a óxido de sangre mezclado con el polvo Bai Die, los recuerdos no serían moderados. Aumentó como la marea e inundó sus pensamientos. Mierda, no puede ver a Chu Wan Ning con este aspecto, después de todo. Incluso si lo odiaba, lo odiaba, tanto que quería cortarlo y convertirlo en Wontonss y comerlo. Mo Ran todavía tenía que admitir. En la vida anterior, sus enredos más fervientes, sus clímax más intensos, todos se desprendieron del cuerpo de Chu Wan Ning. Odiarlo era una cosa. Pero como un hombre, especialmente un hombre vulgar y desvergonzado como Mo Ran, la reacción instintiva del cuerpo era otra cuestión. Chu Wan Ning dejó escapar un suspiro. Parecía realmente furioso, su mano sosteniendo a Tian Wen temblando ligeramente. –– ¿Despierto ahora? Mo Ran se forzó a tragar un bocado de sangre: ––... Sí, Shizun. Chu Wan Ning parecía que aún no había terminado con la golpiza, pero reconoció que Mo Ran estaba bajo la influencia de la ilusión y que no debía ser culpado por todo. Dudó por un momento, pero al final dejó la vid de sauce. –– Lo que pasó hoy... Mo Ran se apresuró a hablar antes de terminar: –– ¡Nadie lo sabrá, además de Shizun y yo! ¡Absolutamente no diré nada! ¡Que los cielos me golpeen con un rayo si digo una palabra! Chu Wan Ning se quedó callado por un momento, luego sonrió sombríamente: –– He escuchado ese juramento tuyo no menos de cien veces, y ni una sola vez fue serio. –– ¡Definitivamente es serio esta vez!–– Claro que su cuerpo tuvo una reacción, pero en lo que a Mo Ran se refería, querer follar a Chu Wan Ning era como querer comer tofu apestoso, ninguno de los dos debe ser blandido en público. Sólo come tu tofu apestoso en un rincón alejado de los demás para que no tengan que olerlo. Querer acostarse con Chu Wan Ning era lo mismo. Mo Ran siempre ha odiado a Chu Wan Ning. ¿Cómo podía hacerle saber a alguien que lo odiaba por un lado, pero que en secreto quería follarlo por el otro? ¿Qué tipo de enfermedad fue esa? Y el negocio sórdido de la vida anterior con Chu Wan Ning, él realmente no quiere ni siquiera mencionarlo, perdonarlo. –– La influencia de esta ilusión es fuerte, quien sea que te encuentres dentro toma la apariencia de la persona que tu corazón más quiere ver. Chu Wan Ning explicó mientras caminaba junto a Mo Ran. –– Debes mantener la calma y la concentración para evitar su influencia. –– Oh... Eh ¡Espera un segundo! Mo Ran de repente pensó en algo, y se estremeció. Si es así, entonces el Shi Mei que conoció en el mundo ilusorio de la vida anterior también podría no haber sido Shi Mei. ¿Y si también fue...? Echó una mirada de reojo a Chu Wan Ning y se estremeció de nuevo. ¡De ninguna manera! Si ese era Chu Wan Ning a quien besó en la vida anterior, ¡Definitivamente habría recibido una buena ronda de azotes! ¡O una bofetada como mínimo! ¡No pudo haber sido Chu Wan Ning! ¡Definitivamente no! Mientras estaba ocupado teniendo un intenso debate interno, Chu Wan Ning repentinamente se detuvo y metió a Mo Ran detrás de él: –– Espera. –– ¿Qué es? –– Hay movimiento por delante. Las cosas se habían vuelto completamente diferentes de los acontecimientos de la vida anterior, por lo que Mo Ran ya no sabía qué esperar. Ante las palabras de Chu Wan Ning, preguntó de inmediato: –– ¿Tal vez sea Shi Mei? Chu Wan Ning frunció el ceño: –– Mientras estés en este reino ilusorio, no debes imaginarte con quién podrías encontrarte antes, o de lo contrario, cualquiera que sea o lo que sea que te encuentres tomará la apariencia de esa persona. Elimina las distracciones, enfoca tus pensamientos. ––…–– Mo Ran lo intentó, pero no pudo hacerlo. Chu Wan Ning lo miró. Una daga surgió de su mano formada por energía espiritual concentrada, se clavó sin ceremonias en el brazo de Mo Ran. –– ¡Ah! –– No grites.–– Chu Wan Ning había anticipado esto, su otra mano ya tocaba los labios de Mo Ran con una luz dorada, y de repente Mo Ran no pudo hacer un sonido. –– ¿Duele? ––…–– ¡Qué piensas! ¿Por qué no te apuñalas también y ves si duele? Mo Ran, con los ojos llorosos, asintió lastimosamente. –– Bueno. Enfócate en el dolor y no pienses en nada más. Sigue detrás de mí, vamos a echar un vistazo. Mo Ran maldijo en silencio a Chu Wan Ning mientras seguía en silencio detrás de él por el sinuoso camino. Inesperadamente, los sonidos de charlas y risas se podían escuchar a medida que se acercaban, verdaderamente desconfiados en un lugar tan desolado. Después de rodear una pared alta y continua, los dos finalmente llegaron al lugar del que provenían las voces: Era una mansión envuelta en colores vibrantes, brillantes, sedas rojas que se mecían suavemente. Había más de cien mesas de banquetes en el gran patio con todos los modales de exquisitos platos. El lugar estaba lleno de actividad, los invitados bebían y se divertían. Más allá de las puertas abiertas del salón principal había un enorme personaje llamativo de Xi en un brillante escarlata; Parecía ser un banquete de bodas por todas las apariencias. –– Shizun...–– Mo Ran susurró. –– Mira a estas personas... ¡No tienen caras! CAPÍTULO 13: LA NOVIA DE ESTE VENERABLE. Por supuesto, Chu Wan Ning ya había notado eso sin el comentario de Mo Ran. Los invitados charlaban alegremente, pero no había manera de decir de dónde venían las voces. Las personas sentadas, de pie, jugando juegos de mesa o haciendo brindis, cada una de ellas tenía una cara completamente en blanco, como si estuviera hecha de papel. –– ¿Qué debemos hacer? ¿Entrar allí y beber con ellos? Chu Wan Ning no se rió ante el mal intento de broma de Mo Ran, sino que se centró en el asunto en cuestión con la cabeza baja. De repente, pasos dispersos vinieron de lejos, y dos largas filas de personas que se movían en procesión aparecieron en la niebla, dirigiéndose lentamente hacia la mansión. Chu Wan Ning y Mo Ran se movieron por reflejo para esconderse detrás de una gran roca en el jardín. Las filas se acercaron, dirigidas por un par de sonrientes niño dorado y doncella de jade con rasgos faciales claros y coloridos; en la penumbra de la noche, se parecían a las muñecas de papel de niño y niña que fueron quemadas para los muertos. Cada uno sostenía una vela roja, las velas eran tan gruesas como sus brazos y decoradas con dragones y fénix entrelazados, desprendían un fuerte olor a polvo Cai Die mientras se quemaban. Mo Ran casi pierde sus sentidos por el olor otra vez, pero afortunadamente el dolor sordo de la herida en su mano donde Chu Wan Ning lo apuñaló antes lo mantuvo en tierra. Él golpeó la herida de nuevo con una buena medida. Chu Wan Ning lo miró. Mo Ran: ––... tos, esto es bastante efectivo. Hizo una pausa y luego preguntó: –– Shizun, ¿Por qué no necesitas hacer un agujero en ti mismo para mantener tu conciencia? Chu Wan Ning: –– El olor no tiene ningún efecto en mí. –– ¡Ah! ¿Por qué no? Chu Wan Ning, con un aire de frialdad: –– Mi base de cultivo es fuerte. Mo Ran: ––… Dirigidas por el niño dorado y la doncella de jade, las filas caminaron lentamente por un tramo de escaleras. Chu Wan Ning los observó por un rato antes de decir en voz baja –– ¿Hm? Rara vez se sorprendía; Mo Ran siguió su mirada con curiosidad, y también se sorprendió. Las filas estaban formadas por cadáveres. Retuvieron sus rasgos faciales en vida, pero sus ojos estaban cerrados y su piel estaba mortalmente pálida, y se balanceaban mientras caminaban. La mayoría de ellos eran bastante jóvenes, probablemente menores de veinte años, tanto hombres como mujeres, y una silueta entre ellos parecía especialmente familiar: El hijo mayor de los Chen, que estaba en el ataúd antes, había aparecido de alguna manera en esta procesión, y caminaba lentamente detrás del extraño aroma de las velas con los ojos cerrados. Todos los demás en las filas estaban emparejados, sólo que él era diferente: no había una persona a su lado, sino una novia fantasma hecha de papel. Como si el joven maestro Chen no fuera suficiente, cuando la procesión avanzó más y vieron a las personas al final de las líneas, el color desapareció instantáneamente de la cara de Mo Ran. Shi Mei y Chen-Yao siguieron detrás de las filas de cadáveres con la cabeza gacha. Sus ojos también estaban cerrados, las caras pálidas, caminando de la misma manera que los cadáveres que tenían delante, y era imposible saber si todavía estaban vivos o no. Mo Ran estaba a punto de perder la razón. Se levantó de un salto y trató de correr de inmediato, pero fue detenido por el agarre de Chu Wan Ning en su hombro: –– Espera. –– Pero Shi Mei...! –– Lo sé. –– Chu Wan Ning observó cómo avanzaban las líneas lentamente, y susurró: –– No te apresures. Mira hacia allá, hay una barrera forzada en el lugar. Si te apresuras, comenzará a gritar, y las cosas quedarán fuera de nuestras manos si todos los fantasmas sin rostro en el patio atacan a la vez. Chu Wan Ning era un maestro en barreras; Sus barreras eran formidables, y sus ojos agudos. Mo Ran miró y vio que había un velo casi transparente en la entrada del patio. Cuando el niño dorado y la doncella de jade llegaron ante el patio, soplaron suavemente las velas que sostenían para hacer que las llamas ardieran aún más, luego cruzaron la barrera y entraron en el patio. Detrás de ellos, uno por uno, los hombres y las mujeres los siguieron a través de la barrera sin ninguna interferencia. Las personas sin rostro que bebían en el patio se volvieron para verlos entrar, y comenzaron a vitorear y aplaudir. Chu Wan Ning habló: –– Ve, sigue detrás de ellos. Cierra los ojos y no respires cuando cruces la barrera. Copia lo que hacen los cadáveres sin importar lo que pase, y absolutamente no hables. Mo Ran estaba ansioso por salvar a Shi Mei y no necesitaba que él dijera nada más. Los dos se deslizaron en el grupo de cadáveres. Cada línea tenía el mismo número de cadáveres. Chu Wan Ning tomó su lugar detrás de Shi Mei, por lo que Mo Ran solo pudo alinearse detrás de Chen-Yao. La procesión se movió a un ritmo agonizante. Mo Ran siguió mirando a Shi Mei, pero sólo podía ver el lado de su cara pálida y un poco de cuello blanco como la nieve inclinado, indefenso. Finalmente, al llegar a la barrera, ambos contuvieron el aliento y pasaron sin incidentes. El patio era aún más grande desde el interior de lo que parecía desde fuera. Aparte de la mansión de tres pisos decorada con faroles y pancartas de colores, los lados del patio también estaban llenos de al menos un centenar de pequeñas habitaciones laterales, cada una con un gran carácter escarlata "Xi" en la ventana y una linterna roja colgada en la puerta. De repente, los invitados sin rostro se pusieron de pie ante el sonido de petardos y chirimías. Un oficial de ceremonia sin rostro se presentó ante la mansión, anunciando con entonación vacilante: –– La hora propicia está sobre nosotros, las novias y los novios han llegado... Mo Ran se asombró, ¿Qué? ¿Estás filas de cadáveres son novios y novias? Miró apresuradamente a Chu Wan Ning en busca de ayuda, pero las cejas del Inmortal Bei Dou estaban fuertemente fruncidas, perdido en sus propios pensamientos, y ni siquiera le echó una mirada a Mo Ran. ... Mo Ran pensó para sí mismo, los esfuerzos del tío estaban verdaderamente mal dirigidos, bajar de la montaña para adquirir experiencia práctica con este tipo de maestro hace más daño a su orgullo que no llevar al maestro consigo en absoluto. De repente, un grupo de niños sonrientes corrieron al patio, vestidos de rojo brillante pero con el pelo atado con cintas blancas. Se amontonaron alrededor de las dos filas de personas como tantos peces pequeños, cada uno tirando de una persona hacia las habitaciones en cada lado. Mo Ran, completamente perdido, articuló a Chu Wan Ning: –– Shizun, ¿Qué hacemos? Chu Wan Ning negó con la cabeza y señaló hacia los cadáveres que seguían obedientemente a los niños y niñas pequeños, el significado fue claro, síguelos. Al no tener otras opciones, Mo Ran sólo podía tropezar detrás cuando un niño pequeño con un moño lo llevó a una de las habitaciones. Tan pronto como entraron, el niño agitó su brazo y la puerta se cerró de golpe. Mo Ran miró al niño, desconfiando de lo que el pequeño fantasma sin rostro iba a hacerle. En la vida anterior, Chu Wan Ning rescató a Shi Mei y atravesó el reino ilusorio por su cuenta. Mo Ran no tuvo que hacer nada en absoluto y el mal fue vencido. Después, estaba demasiado ocupado pensando en el dulce regusto de los labios de Shi Mei como para prestar atención a la explicación de Chu Wan Ning. Por eso, dado que la situación resultó diferente, no tenía idea de qué esperar a continuación y sólo podía prepararse para lo que pudiera ocurrir. Había un tocador en la habitación con un espejo de cobre, y un conjunto de túnicas intrincadas con bordados negros y rojos de boda que colgaban cuidadosamente en un estante. El niño palmeó el banco, haciendo un gesto a Mo Ran para que se sentara. Mo Ran observó que los fantasmas aquí no eran demasiado inteligentes. Bastantes tontos, en realidad. Mientras él no hablara, ni siquiera podían distinguir a los vivos de entre los muertos. Así que se sentó ante el tocador como le indicaron, y el niño se acercó para ayudarlo a lavarse y cambiarse... De repente, una flor Haitang flotó desde la ventana y suavemente aterrizó en el agua dentro del lavabo. Los ojos de Mo Ran se iluminaron. Esa flor también fue conocida como Yu Heng del cielo nocturno, utilizada específicamente por Chu Wan Ning para la comunicación silenciosa. Sacó la flor del agua, la flor Haitang floreció instantáneamente en su palma para revelar una mota de suave luz dorada en su centro. Recogió la mota de luz entre las puntas de sus dedos y se la puso en la oreja. La voz de Chu Wan Ning vino desde adentro. –– Mo Ran, utilicé a Tian Wen para confirmar que este reino ilusorio fue creado por la maestra de ceremonias de la Ciudad Cai Die. Se las había arreglado para convertirse en una deidad real debido a recibir el incienso y el culto de los aldeanos durante cientos de años. Cada matrimonio fantasma la hace más poderosa, por lo que se deleita en presidir estas ceremonias. Los cadáveres en las filas son probablemente las parejas de fantasmas de la Ciudad Cai Die de estos últimos doscientos años, de las bodas que presenciaron. Le gusta la alegría, por lo que llama a los cadáveres a regresar al reino ilusorio todas las noches para volver a hacerlo, y se hace cada vez más fuerte. Mo Ran pensó: ¡Qué desviada! Si otras deidades se aburrieran, a lo sumo podrían jugar a ser casamenteros con hombres y mujeres jóvenes. Pero esta maestra fantasma de ceremonias seguro que era otra cosa, puede tener el cuerpo de una deidad, pero debe haberse olvidado de crecer una cabeza, tener este tipo de pasatiempo, de jugar a ser la casamentera de los cadáveres, y no sólo una vez, sino de convocarlos de sus tumbas todas las noches para que lo hicieran una y otra vez. ¿Son las orgías de cadáveres tan fascinantes? Esta deidad solterona, qué maldita loca. Chu Wan Ning: –– Su cuerpo real no está aquí. No actúes descuidadamente, sólo sigue al niño dorado y a la doncella de jade más tarde, tendrá que aparecer en persona para absorber la energía de las bodas de fantasmas. Mo Ran quiso preguntar: ¿Qué pasa con Shi Mei? ¿Está bien? –– No hay necesidad de preocuparse por Shi Mei. Tanto él como la señora Chen están temporalmente inconscientes debido al polvo. –– Chu Wan Ning fue muy concienzudo y anticipó todo lo que Mo Ran podría preguntar. –– Cuídate. Me encargaré de todo. La voz se desvaneció después de eso. Al mismo tiempo, el niño también terminó de preocuparse por el atuendo de Mo Ran. Su reflejo en el espejo era hermoso, las comisuras de sus labios se curvaban naturalmente hacia arriba, los rasgos faciales claros y audaces. El cuello de la prenda de boda rojo ardiente estaba cuidadosamente doblado, y su largo cabello estaba arreglado con una cinta blanca para el cabello, que parecía ser la parte del novio fantasma. El niño hizo un gesto de invitación, y la puerta cerrada se abrió con un chirrido. En el pasillo había una fila de cadáveres vestidos con ropa de boda, hombres y mujeres. Parece que esta maestra fantasma de ceremonias y su cabeza de barro realmente no entendían la forma de las cosas, simplemente tomaron cualquier par al azar para realizar la ceremonia de boda, sin importarle en lo más mínimo si la pareja era hombre y mujer, hombre y hombre o mujer y mujer. Sólo había una fila de cadáveres en este corredor, la otra estaba al otro lado del patio, demasiado lejos para ver si Chu Wan Ning y Shi Mei ya habían salido. La fila avanzó lentamente, y la voz del oficial de ceremonia se podía escuchar una y otra vez desde la mansión mientras las parejas completaban la ceremonia de boda una por una. Mo Ran miró a Chen-Yao parada frente a él, y sintió que algo no estaba bien. Se quedó perplejo por un largo rato, la fila se fue acortando cada vez más, y cuando sólo quedaban los últimos pares, este sinvergüenza finalmente lo descubrió: ¡Ah! Con las filas ordenadas así, ¿No significa eso que la mujer que está frente a él se va a casar con Shi Mei? ¿Y no se emparejará él con el miserable de Chu Wan Ning? ¡Eso no es aceptable! Este ex emperador del mundo humano se enojó de inmediato. Frunciendo los labios hacia abajo, tiró de Chen-Yao hacia atrás sin ceremonias y saltó la línea para pararse frente a ella. El niño que estaba a su lado se quedó pasmado, pero Mo Ran inmediatamente bajó la cabeza y se hizo como un fantasma ahorcado, cayendo junto con los otros cadáveres. El cultivo del niño dorado y la doncella de jade no era alto, estaban desconcertados por un momento, pero ni siquiera podían averiguar dónde había ocurrido el problema, por lo que terminaron sin hacer absolutamente nada al respecto, como un par de tontos. Mo Ran estaba bastante contento consigo mismo, y siguió a la fila alegremente mientras esperaba encontrarse con Shi Mei. Al mismo tiempo. Chu Wan Ning miró a Shi Mei de pie frente a él. No había manera de decir qué peligros podrían venir por delante. Siempre ha tenido una lengua afilada pero un corazón amable; independientemente de lo mucho que lo resientan por su dureza, en realidad, mientras esté aquí, no iba a permitir que sus discípulos se pusieran en peligro. Por lo tanto, también extendió la mano y sacó al aturdido Shi Mei detrás de él, cambiando de lugar. Fue su turno. Al final del pasillo, un ayudante sostenía una bandeja negra y roja, riendo mientras Chu Wan Ning se acercaba, el tintineo de la voz de una mujer joven proveniente de esa cara sin rasgos. –– Felicitaciones mi señora, felicitaciones mi señora, primer encuentro como viejos amigos, serenidad hasta la vejez. La cara de Chu Wan Ning se oscureció instantáneamente. ¿S-señora...? ¿No tienes ojos? Mirando de nuevo el rostro en blanco del asistente fantasma, se contuvo. De hecho, no tenía ojos. El asistente fantasma continuó riéndose mientras levantaba el velo rojo en la bandeja y cubría la cara de Chu Wan Ning. Entonces su mano helada se extendió y lo agarró ligeramente con una delicada risa: –– Mi señora, de esta manera, por aquí por favor. CAPÍTULO 14: ESTE VENERABLE SE CASÓ. Todavía podía ver con el delgado velo rojo que colgaba ante sus ojos, pero la vista era algo confusa. Con el rostro oculto, la expresión de Chu Wan Ning se compuso mientras dejaba que el asistente fantasma lo guiara hacia el pabellón de recepción. Mirando a la persona que está allí de pie a través de la neblina roja, la temperatura alrededor de Chu Wan Ning bajó instantáneamente varios grados. Mo Ran también se sorprendió. No, pero... ¿No debería haber sido Shi Mei? Un velo cubría la cara de la "novia" ante él vestida de rojo espléndido. No podía ver el rostro detrás del velo con demasiada claridad, pero no importa cómo lo viera, definitivamente es el rostro hermoso pero helado de Chu Wan Ning, que actualmente lo miraba con un aire de disgusto y la intención de matar. Mo Ran: ––… Al principio se quedó estupefacto y luego su expresión comenzó a hacerse cada vez más complicada. Todo tipo de emociones cruzaron su rostro antes de finalmente establecerse en una extraña clase de silencio mientras se encontraba cara a cara con Chu Wan Ning, mirándose con inquietud. Fue entonces cuando el niño dorado y la doncella de jade detrás de ellos se rieron y aplaudieron, y luego comenzaron a cantar. "Agua del Emperador Blanco, olas resplandecientes y luminosas; El espíritu de las aves los saluda, portando flores entre sus picos. Dentro de este ataúd, dos se unirán; Dentro de este santuario, dos mentirán. Intención en la vida, revelada en la muerte. De aquí en adelante, dos pasarán bajo los cielos; De aquí en adelante en la muerte las almas solitarias nunca se separarán." Había un par de muñecas de papel masculinas y femeninas ante el altar. No tenían caras, pero eran benevolentes y lujosamente vestidas, probablemente para representar a los padres de las parejas fantasmas. El oficial de ceremonia comenzó a cantar en un bramido sonoro: –– La nueva novia amorosa escapa de las palabras, mira con ternura desde debajo de las pestañas bajadas, la seda roja envuelve una delicada sonrisa, que el esposo, por favor, levante el velo. ––…–– Mo Ran originalmente no estaba dispuesto, pero al escuchar estas palabras, casi perdió la cabeza tratando de contener la risa. Jajajaja, la nueva novia amorosa se escapa de las palabras, ¡Jajajaja! La cara de Chu Wan Ning se puso pálida cuando intentó reprimir su ira, cerrando los ojos como si eso también pudiera interrumpir su audición. El asistente fantasma soltó una risita y le entregó a Mo Ran un abanico plegable; Las palabras para "abanico" y "virtuoso" se pronunciaron igual, para indicar que este matrimonio estaba predestinado. –– Novio, por favor levante el velo. Mo Ran reprimió su risa y lo siguió, usando el abanico para levantar el velo de seda que colgaba ante los ojos de Chu Wan Ning. Incluso sus pestañas temblaban por la risa reprimida mientras miraba la conmovedora expresión en la cara de Chu Wan Ning. Pareciendo haber sentido su mirada burlona, Chu Wan Ning intentó soportarlo por un tiempo, pero finalmente falló. Fuego y relámpagos bailaban en sus ojos cuando se abrieron de golpe con un aura asesina. Sin embargo, junto con el velo rojo que se aferraba a su cabello y la prenda escarlata que adornaba su cuerpo, aunque no parecía menos feroz, el ligero toque de rojo en las esquinas de sus ojos por la ira y el agravio pintó de forma inesperada una imagen de singular atractivo. Mirando a ojos como estos, Mo Ran se sobresaltó involuntariamente, con una sonrisa congelada en su rostro. El Shizun ante él de repente se veía igual que lo hizo en un momento determinado de la vida pasada, los dos se superponen en su visión, y de repente no podía decir en qué vida estaba. Fue sólo un instante, pero Mo Ran se empapó de sudor frío. Una vez había cometido tres actos despiadados a Chu Wan Ning: Primero: Asesinato; Él usó la técnica de asesinato en Chu Wan Ning. Segundo: Humillación; forzó a Chu Wan Ning a saciar sus deseos carnales. Tercero... El tercero fue lo más gratificante que había hecho en su vida anterior, pero también su mayor pesar al final. Por supuesto, el emperador del mundo humano nunca admitiría lamentar ninguna de sus acciones, pero nunca logró escapar del tormento en lo profundo de su corazón. Maldita sea. Por qué recordaba ese absurdo pasado. Por qué recordó el Chu Wan Ning de aquellos días. Mo Ran sacudió la cabeza y se mordió los labios, tratando arduamente de borrar el rostro de Chu Wan Ning en sus recuerdos para mirar a la persona que tenía delante con ojos nuevos. Chu Wan Ning todavía lo estaba mirando con una mirada de tipo "Te voy a matar". Mo Ran no quería provocar más a esta difícil persona, por lo que sólo podía sonreír disculpándose con una cara llena de impotencia. El oficial de ceremonia habló: –– Novio y novia, realizan el rito Woguan. El rito Woguan dictó que los recién casados primero deben limpiarse individualmente y luego lavar las manos del otro. El asistente fantasma sacó un recipiente de porcelana lleno de agua clara, levantándolo para invitar a los dos a lavarse las manos, el agua fluyó hacia un cuenco abajo. La cara de Chu Wan Ning estaba llena de aversión, teniendo que lavarse a sí mismo y luego al otro. Mo Ran estaba distraído, y en silencio lavó las manos de Chu Wan Ning sin hacer un escándalo, pero Chu Wan Ning fue de mal genio y vertió sin ceremonias todo el cuenco sobre Mo Ran, empapando la mitad de su manga. ––… Mo Ran se quedó mirando su manga empapada por un rato. No sabía a dónde se había alejado su mente, pero estaba tan preocupado que su rostro apenas mostraba una reacción, sólo una tenue luz que flotaba en las profundidades de sus ojos negros como la tinta. Su corazón latía salvajemente mientras pensaba. Chu Wan Ning no ha cambiado, nunca ha cambiado. Cada una de sus acciones, cada pensamiento, en su anterior vida y esta, todo fue exactamente lo mismo, no cambió en lo más mínimo... Levantó la cabeza lentamente, y por un instante, se sintió como si estuviera en el Pico Sisheng, parado frente al Salón Wu Shan mientras Chu Wan Ning caminaba hacia él en un largo tramo de escaleras, y en el momento siguiente se arrodillaba ante él, esa cabeza orgullosa tocaba el suelo, esa columna vertebral recta se doblaba, y Chu Wan Ning se postraba ante sus pies durante mucho tiempo. –– Rito Woguan completo. El canto abrupto del asistente fantasma despertó a Mo Ran de sus recuerdos. De repente, sus ojos se encontraron con los de Chu Wan Ning, esas pupilas negras que brillaban con una luz fría como el reflejo de una espada, se veía bastante aterrador. Mo Ran: ––… …Uh, la vida anterior es la vida anterior, algo como hacer que Chu Wan Ning se arrodille ante él, tendrá que conformarse con sólo pensar en ello en esta vida, el costo de que esto suceda es realmente demasiado grande... Después del rito Woguan fue el rito Tong Lao, y luego el rito He Jin. El asistente fantasma cantó lentamente: –– El esposo y la esposa comparten una copa de vino, de aquí en adelante hasta el fin del mundo. Las copas de vino se intercambiaron en el rito He Jin, después de eso se hizo el ritual de reverencia al cielo y la tierra. Chu Wan Ning estaba tan enojado que realmente parecía que estaba a punto de perder la paciencia, sus ojos de fénix se estrecharon peligrosamente. Cuando todo esto termine, Mo Ran no se sorprendería si al menos cortara a la maestra de ceremonias. Pero realmente no podía mirar a Chu Wan Ning demasiado de cerca cuando era así. Incluso sólo una mirada extra y corre el riesgo de caer de nuevo en esos recuerdos caóticos y sucios, de los que es incapaz de liberarse. –– Primera reverencia -al cielo y la tierra- Mo Ran pensó que incluso si seguían jugando, con el orgulloso temperamento de Chu Wan Ning, no había forma de arrodillarse. Pero inesperadamente, para terminar lo que comenzó, cerró los ojos, frunció el ceño, pero en realidad se arrodilló, y los dos se arrodillaron juntos. –– Segunda reverencia -a los padresBien, arrodillarse para las muñecas de papel sin rostro, ¿Se puede llamar a esos padres? –– Tercera reverencia, marido y mujer entre sí... Las gruesas pestañas de Chu Wan Ning colgaban bajas, se giró y se arrodilló directa y rápidamente sin ni siquiera echar una mirada a Mo Ran, pero sus dientes estaban bien apretados. Quién hubiera sabido que los dos tenían una coordinación tan pobre, se arrodillaron un poco demasiado y sus cabezas se juntaron con un ruido sordo. Chu Wan Ning aspiró un suspiro por el dolor, sosteniendo su frente y levantando los ojos llorosos para mirar vengativamente a Mo Wei Yu, quien también se frotaba la frente. ––…–– Mo Ran sólo pudo decir en voz baja. –– Lo siento. Chu Wan Ning no habló, su rostro se oscureció y puso los ojos en blanco. Después de eso se celebró el rito Jie Fa, el oficial de ceremonia cantó: –– Atar el cabello para convertirse en marido y mujer, nunca debe dudarse del amor conyugal.–– El asistente fantasma les ofreció un par de tijeras doradas, y Mo Ran no pudo evitar estremecerse, preocupado de que Chu Wan Ning podría matarlo a puñaladas en su disgusto. El pensamiento parece haber pasado por la mente de Chu Wan Ning, pero al final sólo se cortaron un mechón de cabello y los colocaron en una bolsa de brocado presentada por el niño dorado y la doncella de jade, para que la "novia" los guarde. Mo Ran realmente quería preguntar, sé que estás enojado, pero no usarías mi cabello para maldecirme o hacer una muñeca vudú o algo así, ¿Verdad? El oficial de ceremonia cantó: –– Ceremonia completa. Ambos suspiraron aliviados y se levantaron. Pero inesperadamente, la ceremonia oficial continuó: –– La hora propicia ha llegado, entren en la cámara nupcial ¡Qué demonios! Mo Ran se congeló al instante. ¡Casi escupió una bocanada de sangre! ¡Qué clase de broma era esta, si se atrevía a consumar con Chu Wan Ning, esta boda realmente se convertirá en una maldita boda fantasma! Seguro que el dicho decía que si uno moría bajo una flor de peonía, uno seguiría siendo encantador como un fantasma, pero en esta vida quería... ¡No espera, en ambas vidas quería al virtuoso Shi Mei, no a este demonio de sangre fría Chu Wan Ning que ataría a cualquiera que lo codiciara y lo arrojaría a un estanque de lodo! ¿Es demasiado tarde para huir del matrimonio? CAPÍTULO 15: ESTE VENERABLE PRESENCIA POR PRIMERA VEZ ESTE TIPO DE NOCHE DE BODAS. Por supuesto, algo así como huir de la boda era sólo una ilusión. Shi Mei todavía estaba aquí, así que no puede irse sin importar nada. Esta maldita maestra fantasma de ceremonias, sin embargo, ¿No es un poco jodidamente diligente? Mo Ran tenía el rostro pálido tanto por la ira como por el esfuerzo de contenerse, refunfuñando en su corazón, no es suficiente con sólo supervisar los ritos nupciales, ¿Cómo es la noche de bodas tu jodido asunto? ¡Además! ¡Aquí están todos los cadáveres! ¿¡Cómo diablos iba a funcionar la noche de bodas!? En cuanto a cómo se veía el rostro de Chu Wan Ning en este momento, estaba demasiado asustado para mirar, ocupado jugando al tonto con los ojos pegados a la alfombra. Realmente quería agarrar a esa maestra fantasma de ceremonias, donde sea que estuviera escondida, y rugir en su cara... ¡MIERDA! ¡TÚ! ¡Tú hija de perra! ¡Muéstrame como se hace entonces! El niño dorado y la doncella de jade se agruparon alrededor de ellos, empujándolos hacia la parte posterior del pasillo. Un ataúd puesto allí, pintado en un escarlata brillante. Era enorme, dos veces el tamaño de los ataúdes normales, y se veía exactamente como el que habían desenterrado antes. Chu Wan Ning murmuró algo en voz baja al comprender. Mo Ran también lo descubrió poco después, y dejó escapar un gran suspiro de alivio. Por supuesto, los muertos no pueden tener una verdadera noche de bodas; esta llamada noche de bodas probablemente sólo significaba ser sellados en el mismo ataúd para que estuvieran "Juntos en la muerte". El niño dorado y la doncella de jade confirmaron sus sospechas: –– La novia, primero entre en la cámara nupcial. Chu Wan Ning enderezó sus mangas anchas y se acostó adentro con una expresión fría. –– A continuación, el novio, por favor entre en la cámara nupcial. Mo Ran agarró el borde del ataúd y parpadeó; Chu Wan Ning ya había ocupado más de la mitad del espacio interior. El ataúd puede ser espacioso, pero aun así es un poco apretado para dos hombres enteros. Entró al interior, inevitablemente acostado sobre la ropa extendida de Chu Wan Ning y sacando una mirada furiosa del otro. El niño dorado y la doncella de jade rodearon el ataúd y comenzaron a cantar de nuevo, era la misma misteriosa y triste elegía de antes. "Agua del Emperador Blanco, olas resplandecientes y luminosas. El espíritu de las aves los saluda, portando flores entre sus picos. Dentro de este ataúd, dos se unirán. Dentro de este santuario, dos mentirán. Intención en la vida, revelada en la muerte. De aquí en adelante, dos pasarán bajo los cielos. De aquí en adelante en la muerte las almas solitarias nunca se separarán." La canción terminó, los niños se colocaron uno a la izquierda y otro a la derecha, empujando lentamente la tapa del ataúd en su lugar. Con un ruido sordo, estaban rodeados por la oscuridad total. Chu Wan Ning y Mo Ran fueron sellados dentro del ataúd. El ataúd era lo suficientemente grueso como para que pudieran hablar en voz baja sin ser escuchados desde el exterior. Chu Wan Ning levantó la mano y colocó una barrera de insonorización para asegurarse de que definitivamente no serían escuchados. Habiendo hecho todo eso, lo primero que dijo fue: –– Muévete, estás en mi brazo. Mo Ran: ––… ¿No hay cuestiones más apremiantes que "Estás sobre mi brazo" que deberían discutirse ahora? A pesar de la queja interna, Mo Ran todavía se movió. –– Muévete más, no hay espacio para mis piernas. Moverse más. –– ¡Muévete más! ¡Estás justo al lado de mi cara! Mo Ran se quejó, agraviado: –– Shizun, ya estoy contra el costado, ¿Qué más quieres? Chu Wan Ning finalmente lo dejó y se quedó en silencio. Mo Ran estuvo apretado en la esquina por un rato antes de que el ataúd se sacudiera de repente, fue levantado por personas en el exterior que comenzaron a moverse lentamente en una dirección desconocida, meciendo el ataúd con cada paso. Mo Ran se esforzó por escuchar los sonidos del exterior mientras él se enfurecía, pensando en cómo Shi Mei estaba probablemente atrapado en un ataúd con Chen-Yao en este momento, pero no había nada que pudiera hacer al respecto. La barrera de Chu Wan Ning era poderosa, evitando que los sonidos del interior salieran a la vez que permitían que pasaran los sonidos del exterior. Los sonidos de petardos y chirridos se podían escuchar a través de la pared del ataúd. Mo Ran preguntó: –– Este grupo de fantasmas y demonios seguramente están aburridos, ¿A dónde están llevando estos ataúdes? Estaba demasiado oscuro dentro del ataúd para ver la cara de la otra persona, por lo que sólo podía escuchar su voz: –– Es lo mismo que la tradición de la Ciudad Cai Die, el destino debe ser el templo fuera de la ciudad. Mo Ran asintió y se concentró en escuchar un rato: ––…Shizun, parece que hay más y más pasos afuera. –– Los fantasmas viajan por la noche, todos los ataúdes se llevarán juntos. Si mi suposición es correcta, la maestra de ceremonias aparecerá en su verdadera forma en el templo para atraer los "méritos" de las parejas recién casadas. Mo Ran preguntó: –– ¿La gente no notará que cientos de ataúdes son transportados por la ciudad? –– Ellos no lo harán. –– Chu Wan Ning respondió: –– Los ataúdes son llevados por los fantasmas dorados y las doncellas de jade. La gente común no puede ver objetos llevados por fantasmas. Mo Ran preguntó: –– ¿Cómo estás tan seguro de eso? Chu Wan Ning: –– Usé a Tian Wen para interrogar a un niño fantasma dorado en el vestidor antes. Mo Ran: ––… Se quedaron en silencio por un rato antes de que él cuestionara: –– ¿Cuál fue el trato con ese ataúd rojo en la montaña entonces, con el joven maestro Chen en él? ¿Y por qué la gente sigue muriendo en la familia Chen? Chu Wan Ning: –– No estoy seguro. Mo Ran se sorprendió un poco: –– ¿El niño dorado no te lo dijo? Chu Wan Ning: –– El niño dorado fantasma dijo que tampoco sabía. Mo Ran: ––… Volvió a estar tranquilo por un rato, luego Chu Wan Ning habló: –– Pero creo que esa familia nos está ocultando algo. –– ¿Por qué dices eso? –– Recuerda, aunque lo que está consagrado en ese templo exuda energía maligna, todavía es un ser que se ha cultivado en una deidad y depende de la adoración de la gente para crecer. Mo Ran nunca prestó atención a las lecciones de Chu Wan Ning en su vida anterior, por lo que terminó sin tener una gran cantidad de los conocimientos generales básicos necesarios para manejar ciertos asuntos más adelante. Pensó que tal vez debería ser realmente modesto y buscar alguna instrucción en esta vida, y le preguntó: –– ¿Qué tienen de importante las deidades? ––… ¿Qué estabas haciendo durante la lección del mes pasado sobre las diferencias entre deidades, fantasmas, dioses y demonios? Mo Ran pensó para sí mismo: este venerable renació, ¡Por supuesto que este venerable no recordaría lo que estaba haciendo durante una lección de hace más de diez años! Pero probablemente estaba metiendo sus pies debajo de la mesa, leyendo "Las aventuras de los nueve dragones y un Fénix", mirando a Shi Mei mientras estaba perdido en sus pensamientos o mirando fijamente el cuello de Chu Wan Ning mientras gesticulaba secretamente las diversas formas de cortar la cabeza de esa persona. Chu Wan Ning reprendió: –– Copia 'Registro de conocimiento de los Seis Reinos' diez veces como castigo cuando regresemos. ––…Oh. El precio por saltarse las clases, que agonía. –– Las deidades se diferencian de los dioses. Los dioses pueden actuar como les plazca, pero las deidades no pueden inmiscuirse en los asuntos mortales sin que se les pida que lo hagan. Mo Ran sintió que un escalofrío le recorría la espalda: –– ¿Lo que significa que mató a los miembros de la familia Chen a instancias de una persona? La voz de Chu Wan Ning sonaba ominosa en la oscuridad. –– El suplicante puede no ser necesariamente una persona viva. Mo Ran abrió la boca para hacer más preguntas, pero antes de que pudiera hacerlo, el ataúd se sacudió bruscamente y se inclinó hacia la izquierda, tal vez porque el niño dorado y la doncella de jade que llevaban el ataúd se encontraron con una colina o algo así. Con la repentina sacudida, el resbaladizo interior y la falta completa de algo a lo que agarrarse, Mo Ran se volcó y golpeó firmemente en el pecho de su Shizun. –– Nn... Mo Ran se puso una mano sobre la nariz adolorida y levantó la cabeza, desorientado, pero un poco de la débil fragancia de las flores Haitang flotó en su nariz. El olor era ligero como la niebla al amanecer, con un toque de frío nocturno. Tales olores generalmente arruinaban a la gente en una bruma, pero esta era limpia y refrescante, y en cambio, despejaba la cabeza. Mo Ran se congeló, y de inmediato se puso duro. Él no podría estar más familiarizado con esta fragancia. Era el olor de Chu Wan Ning. Pero para Mo Ran, este olor siempre estaba entrelazado con el deseo. Entonces, y allí, una cierta depravación profundamente arraigada, como un incendio forestal lo golpeó como un rayo, disparándole directamente a la cabeza. CAPÍTULO 16: ESTE VENERABLE ESTÁ ATURDIDO. Mo Ran realmente no puede ser culpado por ser tan bestial; atrapado en un espacio estrecho con alguien que se ha acostado contigo innumerables veces, sin importar si fue sincero o fingido, por venganza o cariño, oliendo su aroma familiar, los pensamientos de cualquier otra persona también vacilarían en una situación como esta. Además, Mo Ran era un reprobado para empezar. Shi Mei era su luz de luna, no tenía el corazón para tocarlo, no podía arriesgarse a arruinarlo. Pero no tuvo reparos en destruir a Chu Wan Ning. Hacia Chu Wan Ning, podía descargar todas sus inmoralidades, deseos bestiales y salvajismo sin restricciones. Moler a esta persona en polvo, acorralarlo, despedazarlo, atravesarlo, someterlo a todo lo que nunca se le ocurriría hacerle a Shi Mei. En la vida pasada, cada vez que veía a Chu Wan Ning con la cabeza echada hacia atrás, con el cuello al descubierto y la punta de su garganta moviéndose, sentía que podría perderse y convertirse en una bestia sedienta de sangre, consumida por el deseo de abrirle la garganta, chorrear su sangre y aplastar sus huesos. No le importaba Chu Wan Ning, por lo que no le ocultó nada. Incluso su cuerpo desarrolló un hábito de todo lo profanador; sólo el olor de Chu Wan Ning encendería un fuego en su abdomen y haría que su corazón le picara, lo que le haría querer atar a esta persona a la cama y follarla. Los frenéticos latidos de Mo Ran se podían escuchar en el silencio del ataúd. Sabía que la cara de Chu Wan Ning estaba en algún lugar cerca, podía sentir su respiración. Si él se lanzara hacia adelante para morderlo ahora, Chu Wan Ning no podría escapar, pero... No importa. Mo Ran se arrastró hacia atrás lejos de Chu Wan Ning con mucha dificultad, el ataúd realmente estaba apretado. –– Lo siento, Shizun.–– Mo Ran se rió con torpeza. –– No esperaba que el ataúd...! Mientras hablaba, el ataúd se inclinó de nuevo. Mo Ran rodó a los brazos de Chu Wan Ning una vez más. Chu Wan Ning: ––… Mo Ran retrocedió de nuevo, y el ataúd se sacudió de nuevo. Esto se repitió una y otra vez. –– ¿Me maldijeron o qué?–– Mo Ran se alejó una vez más. El niño dorado y la niña de jade probablemente estaban subiendo una pendiente. Estaba demasiado resbaladizo dentro del ataúd, y Mo Ran rodó sin poder hacer nada hacia Chu Wan Ning de nuevo en poco tiempo. –– Shizun...–– Mo Ran se mordió el labio, poniendo aires lamentables. Este chico nació con miradas atractivas, podría esconder su cola de lobo y hacer un convincente acto de cachorro si se lo propusiera. Chu Wan Ning no dijo nada. Mo Ran realmente no quería rodar más, así que simplemente renunció a luchar por eso: –– Realmente no lo estoy haciendo a propósito. Chu Wan Ning: ––… Mo Ran continuó en voz baja: –– Las heridas en mi espalda me dolieron por golpear la pared... En la oscuridad, Chu Wan Ning pareció suspirar suavemente. Los gongos y tambores de afuera eran demasiado fuertes, y Mo Ran no podía estar seguro de si había oído bien. Pero en el siguiente momento, el olor a las flores Haitang se hizo más fuerte cuando Chu Wan Ning colocó su mano detrás de la espalda de Mo Ran para bloquear la brecha allí, de modo que no se tope con ella nuevamente. No fue un abrazo, Chu Wan Ning sostuvo su brazo a cierta distancia y se aseguró de no hacer ningún contacto con el cuerpo de Mo Ran, sólo su ropa cubriendo a Mo Ran, pero esta posición aún era un poco íntima. –– Ten cuidado, no lo golpees de nuevo. –– Su voz era profunda, como porcelana sumergida en un arroyo, firme y digna; Hubiera sido sorprendente si uno escuchara sin un velo de odio. –– Mn. Nadie habló después de eso. Mo Ran todavía era un adolescente en crecimiento en este momento, no tan alto como lo sería un adulto. En este momento, en los brazos de Chu Wan Ning, su frente sólo alcanzó su barbilla. Este tipo de sentimiento era muy familiar, pero también muy desconocido. La parte familiar era la persona que yacía a su lado. La parte desconocida era la posición en la que estaban. En la vida anterior, no hace mucho tiempo, siempre había estado acostado en el Salón Wu Shan del Pico Sisheng, un Taxian-jun solitario sin nadie a quien acudir, en una oscuridad tan interminable que apenas podía respirar, sosteniendo a Chu Wan Ning con fuerza en sus brazos. Ya era más alto que Chu Wan Ning en ese momento, más fuerte que su Shizun. Sus brazos eran como abrazaderas, como grilletes, que se aferraban al poco de calor restante en sus brazos, como si se sostuviera la última brasa de fuego en este mundo. Bajó la cabeza para besar el negro cabello como la tinta de Chu Wan Ning, luego se inclinó hacia abajo, insaciable, y se acurrucó en el hueco de su cuello, mordiendo, royendo sin piedad. –– Te odio, Chu Wan Ning. Realmente te odio mucho. Su voz era un poco ronca. –– Pero eres todo lo que me queda. Mo Ran fue sacado abruptamente de sus recuerdos por una serie de choques y golpes. Los sonidos de los gongos y tambores se detuvieron, y un silencio mortal se apoderó de todo. –– Shizun... Chu Wan Ning extendió la mano y se llevó un dedo a los labios, advirtiendo en voz baja: –– No hables. Están aquí. Efectivamente, no había más pasos afuera, sólo silencio. La punta de los dedos de Chu Wan Ning se iluminó con una tenue luz dorada, y un corte en la pared del ataúd abrió un estrecho hueco, lo suficiente para que pudieran mirar afuera. De hecho, los habían llevado a las afueras de la Ciudad Cai Die. El frente del templo ya estaba densamente lleno de ataúdes, y la fuerte esencia de la fragancia Bai Die en el aire se hizo aún más pesada, a través de la abertura hacia el ataúd. Mo Ran de repente se dio cuenta de que algo no estaba bien: –– Shizun, ¿Parece que este olor, y el del reino ilusorio también, son exactamente el mismo olor que el del ataúd del joven maestro Chen? ––... ¿Cómo es eso? Mo Ran tenía un agudo sentido del olfato: –– En la montaña del norte antes, cuando el ataúd se abrió por primera vez, el olor que se desprendía olía agradable y no me causaba ninguna molestia, esa era seguramente la fragancia Bai Die. Pero desde que entramos en el reino ilusorio, seguía sintiendo que el olor, aunque similar, era algo diferente, pero no lograba identificarlo, pero ahora... creo que sé lo que es. Chu Wan Ning se volvió para mirarlo: –– ¿No te gusta este olor? Mo Ran todavía estaba presionado contra la abertura, mirando hacia afuera: –– Mn. Odio el olor a incienso desde que era pequeño. El olor aquí y en el reino ilusorio no es la fragancia Bai Die, sino el aroma del incienso especial que la gente de la Ciudad Cai Die quema para la maestra fantasma de ceremonias. Mira allá... Chu Wan Ning siguió su mirada y vio tres palitos de incienso en el quemador de incienso frente al templo, su aroma se difundía pausadamente en el flujo de aire. La gente de Cai Die hizo todo tipo de productos perfumados con flores, incluso su incienso fue producido localmente. Dado que todo estaba hecho de flores cultivadas en la ciudad, los olores resultantes eran muy similares a las personas que no estaban familiarizadas con el arte. Chu Wan Ning reflexionó: –– ¿Podría ser que el aroma en el ataúd del joven maestro Chen en realidad no tenga nada que ver con el de la ilusión? Antes de que pudiera terminar de reflexionar sobre este nuevo detalle, sus pensamientos fueron interrumpidos por una penetrante luz roja desde el interior del templo. Ambos miraron en esa dirección para ver la luz brillando resplandeciente, iluminando toda el área. Una hilera de lámparas de loto rojas, usadas para hacer deseos, se sentaban en un soporte al lado del templo; Una por una, todas se iluminaron. Los niños fantasmas que escoltaban a los ataúdes se arrodillaron todos a la vez, cantando: –– La maestra de ceremonias ha descendido, oramos para que guíe a estas almas solitarias a escapar del sufrimiento y encuentren compañeros, se unan en el entierro, y se acompañen en el más allá. La estatua de la maestra fantasma de ceremonias dentro del templo emitió una sagrada luz dorada en medio del canto atronador, luego bajó los párpados, las comisuras de sus labios se movieron lentamente y saltó con gracia del altar. Movimiento elegante, rodamiento equilibrado. Desafortunadamente, el cuerpo, hecho de arcilla, era demasiado pesado, y la joven doncella aterrizó con un ruido sordo y estrelló un enorme cráter en el suelo. Mo Ran: –– Pfft... Chu Wan Ning: ––… La maestra fantasma también parecía estar consciente de ello. Se quedó mirando el cráter durante bastante tiempo antes de salir con pasos lentos y deliberados, reorganizando su ropa. Su apariencia era la de una doncella envuelta en rojos ricos, cara pintada con maquillaje y una hebra de ciprés en su cabello, con un aspecto bastante festivo. En la oscuridad de la noche, giró el cuello hacia un lado y luego hacia el otro, y se detuvo frente a los cien ataúdes. La brisa estaba impregnada con el hedor de la podredumbre de los cadáveres; su estado de ánimo parecía mejorar, y lentamente extendió sus brazos, dejando escapar un sonido de risa "jeje”. –– A todos los que creen en mí y me adoran se les otorgará una pareja en matrimonio, cumpliendo con lo que se les negó en la vida. –– La voz delicada se desvió en la noche, y los fantasmas y monstruos comenzaron a inclinarse con gratitud. –– La maestra de ceremonias bendice... –– La maestra de ceremonias reza para otorgar matrimonios. Tales súplicas vinieron ola tras ola; la maestra fantasma parecía encantada mientras se movía lentamente entre las filas de ataúdes, arrastrando sus largas uñas pintadas de color escarlata a lo largo de ellas, el sonido era agudo y penetrante para las orejas. Mo Ran preguntó: –– Shizun, recuerdo que mencionaste antes que los monstruos, las deidades, los fantasmas, los dioses, los demonios y los humanos ocupaban sus propios reinos. ¿Por qué esta deidad anda con los fantasmas aquí abajo en lugar de vivir en el Noveno Cielo arriba? –– Debido a que está a cargo de los matrimonios de fantasmas, y se sustenta en la adoración de los fantasmas. –– Chu Wan Ning respondió: –– Los fantasmas le otorgan inmensos méritos, de lo contrario no se habría convertido en una deidad en unos pocos cientos de años. Con un arreglo tan ventajoso, naturalmente es un placer mantener la compañía de estos "amigos" del inframundo. La maestra fantasma dio vueltas alrededor del grupo de ataúdes y regresó al frente, la delicada voz sonó una vez más: –– A cada ataúd que se abrirá se le otorgará un matrimonio. Empezando de la izquierda. Siguiendo su orden, el primer ataúd en el lado izquierdo se abrió lentamente, un par de un niño dorado y una niña de jade se inclinaron respetuosamente a su lado. Los cadáveres del interior salieron inestablemente, sus caras se veían incluso más pálidas contra el rojo vibrante de sus prendas de boda. La pareja se dirigió lentamente hacia la maestra fantasma y se arrodilló. La maestra fantasma puso su mano entre ellos y habló: –– Como la maestra de ceremonias, les confiero un matrimonio póstumo. De ahora en adelante ustedes son marido y mujer, hombre y mujer felices en la unión. Mo Ran puso los ojos en blanco y murmuró: –– No hables poéticamente si no sabes cómo. Estos votos matrimoniales suenan obscenos. Chu Wan Ning comentó fríamente: –– Tienes bastante imaginación indecente. Mo Ran se calló. Pero, en poco tiempo, la maestra de ceremonias demostró sin demora que, de hecho, el indecente aquí no era Mo Ran, sino esta deidad a cargo de los matrimonios de fantasmas. Era como si la pareja de cadáveres recién casados hubiera consumido afrodisíacos; claramente ya estaban muertos, sin embargo, rasgaban la ropa del otro, besándose y abrazándose en un frenético enredo en ese mismo momento, descaradamente al aire libre delante de todos. Chu Wan Ning: ––… Mo Ran: ––… –– Como la maestra de ceremonias, les concedo las alegrías del orden natural. ¡Yin y Yang pueden aparearse, la vida o la muerte no importan! El chillido de la maestra fantasma se hizo cada vez más agudo y altanero. Los movimientos de los cadáveres también se hicieron cada vez más exagerados. El cadáver masculino se despojó de sus ropas y era ridículamente vigoroso, no era diferente de una persona viva. Mo Ran estaba totalmente aturdido: ––… ¿No puedes simplemente… mierda… hacer eso? CAPÍTULO 17: EL SHIZUN DE ESTE VENERABLE FUE HERIDO, ESTE VENERABLE REALMENTE... ¿Qué hace esta maestra fantasma?, ¡Incluso siendo maestra de ceremonias, cambia su carrera y vende afrodisíacos en su lugar! Los afrodisíacos de otras personas pueden, en el mejor de los casos, hacer que una persona viva marchita muestre algunas proezas masculinas, pero estos dioses y deidades son realmente otra cosa, un leve movimiento de la mano e incluso una persona muerta puede levantarse, ¡Verdaderamente milagrosa! Justo cuando estaba empezando realmente el show, Chu Wan Ning de repente extendió la mano y cubrió las orejas de Mo Ran. Mo Ran: –– ¿Eh? La expresión de Chu Wan Ning estaba congelada: –– No mires esa obscenidad. –– ¿Pero por qué estás cubriendo mis oídos en lugar de mis ojos? Chu Wan Ning, inexpresivo: –– No mires ni escuches, tú mismo puedes cerrar los ojos. Mo Ran: –– Pfft. Shizun, realmente eres...–– Echa un vistazo a tu propia cara sonrojada, incluso tus orejas son rojas, quien debería estar cerrando los ojos aquí eres claramente tú. Mo Ran no pudo evitar sentir diversión. Chu Wan Ning fue una persona hecha de hielo y nieve, que nunca ha visto una sola pintura erótica; para tener que presenciar un enganche en lugares tan cercanos ahora, puede que simplemente se ahogue. La pareja muerta casi parece cobrar vida mientras se atornillan, incluso sus gargantas rígidas que no deberían ser capaces de producir ningún ruido de alguna manera comenzaron a hacer gemidos y jadeos reales. Chu Wan Ning parecía disgustado y se apartó de la vista. La diversión de Mo Ran sólo creció. Con una sonrisa maliciosa, se estiró para voltear su rostro hacia atrás con toda intención de burlarse. Chu Wan Ning retrocedió de inmediato como si le picaran: –– ¿Qué estás haciendo? –– Nada en absoluto.–– La voz de Mo Ran era dulce como la miel con un toque de burla mientras lo miraba. ¿Cuántos años tienes ya, con la cara roja por estas cosas… Oh, espera, es más como verde y rojo al mismo tiempo. Bastante hilarante en realidad. –– Shizun, ¿No nos enseñaste a asegurarnos siempre de las capacidades del oponente antes de comprometernos? Al menos tienes que mirar y ver las capacidades de la maestra fantasma. –– ¿Qué hay para ver? No estoy mirando. Mo Ran suspiró: –– ¿Cómo es tu cara tan delgada? Chu Wan Ning replicó: –– ¡El libertinaje es sucio, dañino para los ojos! –– Supongo que tendré que mirar entonces.–– Dijo Mo Ran mientras yacía descaradamente, mirando afuera y proporcionando un comentario continuo de "ah" "wow" "impresionante", "vaya" y así sucesivamente. Chu Wan Ning vio rojo, bramando en voz baja: –– ¡Mira si quieres, no hables! Mo Ran jugó inocente: –– Pensé que querrías saberlo. Chu Wan Ning finalmente no pudo soportarlo más. Agarrando a Mo Ran por el cuello, siseó con los dientes apretados: –– ¡Si haces un sonido más, te echaré para alimentar a los muertos! Mo Ran se divirtió mucho; A Chu Wan Ning, realmente no puedes empujarlo demasiado lejos a menos que quieras el servicio completo de Tian Wen, por lo que Mo Ran mostró cierta moderación y obedientemente se quedó allí observando sin hacer ruido. Cuando el placer de la pareja fantasma alcanzó su punto máximo, el hombre soltó un rugido grave y se espamó sobre el cadáver femenino. Una brizna de humo verde se levantó repentinamente de sus cuerpos, y la maestra fantasma abrió su boca, succionándola con avidez hasta que se consumió hasta el último zarcillo de humo. Se limpió las comisuras de la boca con satisfacción, sus ojos brillando. Parece que ese es el "Mérito" de las parejas de fantasmas que aumentan su cultivo. –– Jaja, Jajaja…–– Habiendo probado, la maestra fantasma estaba radiante aún más. Cuando volvió a hablar, su débil voz a la deriva se había vuelto mucho más clara; gritó, bramó, como si su aguda voz pudiera atravesar la noche interminable. –– ¡Levántense! ¡Levántense! ¡Todos ustedes solteros y solteras! ¡Les concedo las bendiciones de la intimidad! ¡Me proporcionarán adoración a cambio! ¡Arriba! ¡Arriba! ¡Todos ustedes, arriba! El corazón de Mo Ran latía con fuerza: mierda… ¿Qué es lo que planea hacer? La sacudida simultánea de los cientos de ataúdes a su alrededor confirmó los peores temores de Mo Ran. ¡La maestra fantasma iba a llamar a las parejas en todos los ataúdes para poder consumir todos los méritos a la vez! Esto no era un asunto de broma, Mo Ran tiró de Chu Wan Ning: –– Shizun! –– ¡Qué es esta vez! –– ¡Deprisa! ¡Tenemos que salir de aquí! ¡Shi Mei está atrapado con esa mujer Chen!–– Mo Ran estaba fuera de sí con pánico. –– ¡Tenemos que apresurarnos y salvarlo! Chu Wan Ning miró hacia afuera; ¿Quién hubiera pensado que la maestra fantasma tendría tanto apetito, saltándose parejas individuales para comérselo todo de una vez? Los ataúdes que los rodeaban se sacudían cada vez más violentamente cuando las parejas de matrimonios fantasmas en el interior se veían obligadas a hacer la acción. Chu Wan Ning se atragantó con el pensamiento, el color desapareció de su rostro aún más. Justo entonces, la radiante maestra fantasma parecía sentir algo; su cabeza se torció bruscamente, un par de ojos negros y sin pupilas pasaron por encima del resto para mirar directamente al ataúd de Mo Ran y Chu Wan Ning. Puede que no sea inteligente, pero podría sentir la ausencia de la energía venérea familiar de ese ataúd. No hay adoración. No hay... ¡Están vivos! Su espalda se arqueó abruptamente y cargó, chillando, con su ropa ondeando detrás de ella, y un par de garras rojas como la sangre, afiladas directamente atravesaron la madera del ataúd. El ataque fue demasiado repentino, Mo Ran no tuvo tiempo de esquivar o defenderse, y además, casi no había espacio para comenzar el movimiento dentro del ataúd. Justo cuando cinco nuevos agujeros estaban a punto de ser agregados a su cabeza por las garras óseas, fue repentinamente desplazado hacia abajo... Chu Wan Ning lo había recogido rápidamente en sus brazos, cubriéndolo con su propio cuerpo. ¡Las cinco garras de la maestra fantasma se hundieron brutalmente en el hombro de Chu Wan Ning! ¡Profundo hasta los huesos! ––… Chu Wan Ning dejó escapar un gemido silencioso, pero lo soportó sin gritar. Su mano ilesa brillaba con un hechizo de silencio mientras presionaba un dedo en los labios de Mo Ran, bloqueando el sonido que estaba a punto de hacer. Las garras de la maestra fantasma se clavaron en la carne de Chu Wan Ning, rasguñando y rasgando. Tenía arcilla por cabeza, y sólo podía distinguir a los vivos de entre los muertos por el sonido. Siendo así la situación, Chu Wan Ning realmente no hizo un sólo ruido mientras la sangre brotaba de su hombro. Mo Ran no podía ver su herida desde donde estaba presionado contra su pecho, pero claramente podía sentirlo temblando... ¿Vivo o muerto? No había manera de que una persona viva no hiciera ningún ruido por esto. La maestra de los fantasmas no podía dar sentido a las cosas, las garras en el hombro de Chu Wan Ning brutalmente cavando, rasgando. Pero aun así no vaciló, mordiéndose el labio mientras protegía al discípulo en sus brazos, como si realmente se hubiera convertido en un cadáver, bloqueando la abertura en el ataúd como metal forjado. La maestra fantasma finalmente pareció satisfecha de que la gente que estaba dentro no podría estar viva. Sacó bruscamente sus garras, salpicando sangre, acompañado por el sonido pegajoso de los dedos deslizándose contra la carne y el hueso, haciendo que el cabello se erizara. Toda la fuerza se drenó del cuerpo tenso de Chu Wan Ning a la vez. Soltó a Mo Ran, jadeando en voz baja. El olor a sangre dentro del ataúd era sofocante. Mo Ran levantó la cabeza. Por la luz tenue que fluía a través de los agujeros, podía ver las pestañas bajadas de Chu Wan Ning y la humedad en aquellos ojos silenciosos. Ese par de ojos de fénix se empañaron de dolor, pero fue aún más feroz y testarudo, con capas de humedad… Mo Ran quería hablar, pero Chu Wan Ning negó con la cabeza y mantuvo el hechizo de silencio en sus labios. Pasó un rato antes de que él dejara escapar un lento suspiro y escribiera en el dorso de la mano de Mo Ran con un dedo tembloroso: –– La barrera se ha roto, no hables. Afuera, la maestra fantasma inclinó su cabeza, incapaz de entender por qué las personas que están adentro definitivamente no estaban vivas, pero se negaron a obedecer sus órdenes, sin sentir ninguna adoración por ella. Chu Wan Ning vislumbró a través de la grieta, una luz dorada envolvía su mano ilesa cuando apareció una vid de sauce, la luz del fuego corría a través de ella. Entrecerró los ojos, con Tian Wen en mano. ¡Y en el siguiente momento estalló el ataúd! El ataúd se separó y Chu Wan Ning voló como un relámpago, Tian Wen atacó con una precisión perfecta para envolver el cuello de la maestra fantasma mientras dejaba escapar un chillido que perforaba las orejas… –– ¡Quién eres tú! ¡Cómo te atreves! La respuesta de Chu Wan Ning fue una sola palabra: –– ¡Lárgate! Las batas de boda carmesí bramaban como olas de nubes. ¡Había aguantado todo para que este golpe contara, y Tian Wen se retorció con brutalidad, rompiendo directamente el cuello de la maestra fantasma! Una densa niebla roja mezclada con un extraño perfume brotó del cuello cortado. Chu Wan Ning retrocedió rápidamente para evitarlo, gritando una orden: –– ¡Mo Ran! ¡Mil golpes! Mo Ran estaba listo esperando. Al escuchar la orden, canalizó la energía espiritual en la hoja oculta en su manga y dirigió el golpe al cuerpo de la maestra fantasma que estaba a tientas por su cabeza. El cuerpo de barro se agrietó, revelando su verdadero cuerpo translúcido que irradia una luz roja en él. Chu Wan Ning levantó a Tian Wen de nuevo y arrancó el espíritu celestial de la maestra fantasma. Un grito vino desde dentro de ese cuerpo sin cabeza: –– ¡Cómo te atreves! ¡Cómo te atreves! ¡Levántate! ¡Levántate! ¡Mátalos! ¡Mátalos! Ojos rojos como la sangre se iluminaron repentinamente en los rostros sin rasgos de esos chicos dorados y chicas de jade, cientos de ellos chillando mientras se lanzaban hacia Mo Ran y Chu Wan Ning. Los ataúdes en el suelo también se rompieron uno tras otro, los cadáveres dentro de pie y corriendo hacia los dos como una marea. La mirada de Mo Ran se deslizo rápidamente entre la multitud, buscando a Shi Mei. Chu Wan Ning dijo ásperamente: –– ¡Qué estás haciendo mirando a los muertos! ¡Date prisa y defiéndete! En el caos de la batalla con la maestra fantasma, habían terminado de pie sobre un ataúd, con los cadáveres en movimiento lento reunidos a su alrededor. Mo Ran encendió un puñado de talismanes de exorcismo y los arrojó, las explosiones siguieron, pero había demasiados, una ola derrotada rápidamente reemplazada por la siguiente. Mo Ran estaba perdiendo la cabeza: –– ¿Por qué hay tanta gente muerta en la Ciudad Cai Die? ¿¡Cuántas parejas de matrimonios fantasmas hay!? Chu Wan Ning se agravó: –– ¡Mira la cultivación de esta maestra fantasma, por supuesto que no habría tantos jóvenes muriendo por causas naturales! ¡Ocho o nueve de cada diez fueron probablemente hechizados para suicidarse! ¡Ataca por aquí! Mo Ran lanzó otro talismán en la dirección que Chu Wan Ning indicó, huesos blancos y carne podrida volaron por la explosión. –– ¿Cómo es que esta maestra fantasma no está muerta por eso? –– Las armas normales no pueden dañarla. –– Entonces, ¿Qué hay de Tian Wen? Chu Wan Ning estaba indignado: –– ¿No ves que Tian Wen la está atando ahora mismo? ¡Esta cosa es extremadamente rápida, si la libero, probablemente se habrá escapado antes del próximo azote! Más y más cadáveres se amontonaban. Mo Ran buscó a Shi Mei entre la multitud mientras los eliminaba por temor a lesionarlo accidentalmente. Un niño dorado se lanzó contra él y lo mordió salvajemente en la pierna, maldijo en voz baja y lanzó un talismán en la cara antes de patearlo entre la multitud de cadáveres donde explotó con un fuerte golpe. Chu Wan Ning: –– ¿Ya ves a Shi Mei y la señora Chen? Mo Ran buscó frenéticamente antes de finalmente detectar dos figuras oscilantes en la distancia, exclamando: –– ¡Los veo! –– ¡Vete y llévalos tan lejos como puedas! –– ¡Lo tengo!–– Mo Ran respondió, luego se detuvo. –– ¿Qué vas a hacer? Chu Wan Ning, exasperado: –– No puedo levantar mi otro brazo para invocar otra arma, así que tendré que usar a Tian Wen. ¡Destruiré toda esta área en cuanto suelte a la maestra fantasma, así que, si no quieres morir, piérdete! CAPÍTULO 18: ESTE VENERABLE TE ROGÓ UNA VEZ. Tian Wen tenía una técnica de matanza sin puntos ciegos. Su nombre era simple, sólo una palabra, "viento". Una vez activado, borra todo lo que toca en el área circundante. Por supuesto, Mo Ran había probado personalmente la ferocidad de "Viento" antes; también era muy consciente de las capacidades de Chu Wan Ning y sabía que no había necesidad de preocuparse. Miró por última vez al hombre de rostro pálido vestido con una túnica de boda roja como la sangre, y arrojó el último de sus talismanes de exorcismo para ganar algo de tiempo para Chu Wan Ning, luego saltó a un lado, sosteniendo a Shi Mei en un brazo y agarrando a la señora Chen con el otro para llevar a las dos personas inconscientes a esconderse a cierta distancia. Chu Wan Ning, con un dolor abrasador, se obligó a mover la otra mano. Tian Wen se iluminó de inmediato con una deslumbrante luz dorada, y Chu Wan Ning retiró la vid de sauce con un movimiento brusco. Una vez liberada de la restricción, el rostro de la maestra fantasma se torció cuando saltó y se dirigió directamente hacia Chu Wan Ning. Las ropas de Chu Wan Ning bailaban como las llamas en el viento. Con una expresión feroz y la sangre empapada en la mitad de su túnica, levantó la mano hacia los cielos, la luz dorada de Tian Wen se intensificó amenazadoramente mientras comenzaba a girar. La vid de sauce creció repentinamente varias docenas de pies mientras giraba en un vórtice dorado, atrayendo todo lo que estaba a su alrededor, los fantasmas, los cadáveres, los niños dorados y las doncellas de jade, e incluso la maestra fantasma que gruñía, ¡Todo fue arrastrado hacia el centro de "Viento" y se cortó instantáneamente por la rápida ferocidad de Tian Wen! "Viento" fue indiscriminadamente destructivo, incluso la hierba y los árboles en el área fueron arrancados de raíz, nada escapó de su ataque. Con Chu Wan Ning como su centro, una resplandeciente tormenta dorada de inmensas proporciones cubrió los cielos, los ataúdes y los cadáveres barridos por el viento. Se consumió todo al alcance, todo ello sumido en la tormenta y desgarrado por el veloz giro de Tian Wen. Destrozado en tantos escombros... Cuando el polvo se asentó, Chu Wan Ning se encontraba en medio de un desierto estéril. Aparte de su figura solitaria de pie en medio de las ruinas envueltas en un brillante escarlata, como un loto rojo floreciente, una flor Haitang caída, sólo había un suelo cubierto de huesos blancos destrozados y un Tian Wen aterrador con una luz dorada que aún recorre su longitud. Parece que Chu Wan Ning realmente estaba siendo bastante considerado cuando azotó a los discípulos. Teniendo en cuenta la demostración anterior, definitivamente podría pulverizar a cada uno de ellos en la Plataforma Shan'E en un instante si lo desea… La luz dorada se desvaneció gradualmente. Tian Wen se convirtió en polvo de estrellas y regresó a la palma de Chu Wan Ning. Exhaló profundamente, frunció el ceño y caminó lentamente hacia sus discípulos en la distancia, ignorando el dolor en su hombro. –– ¿Cómo está Shi Mei? Chu Wan Ning preguntó a su lado, todavía aguantando en silencio. Mo Ran miró a la belleza inconsciente de Shi Mei que tenía en sus brazos, todavía no despierto, sus respiraciones superficiales y su mejilla fría al tacto. Esta escena era demasiado familiar, una pesadilla de la que Mo Ran no pudo escapar ni en vida o en la muerte. En ese momento, Shi Mei también estaba acostado en sus brazos, así, cuando gradualmente dejó de respirar... Chu Wan Ning se inclinó para presionar sus dedos contra el cuello de la señora Chen y Shi Mei, sintiendo su pulso. Murmuró: –– ¿Hm? ¿Cómo es el envenenamiento tan profundo? La cabeza de Mo Ran se elevó: –– ¿Veneno? ¿No dijiste que no era nada de qué preocuparse? ¿No dijiste que estaban simplemente hipnotizados? Las cejas de Chu Wan Ning se fruncieron: –– La maestra fantasma usa la fragancia en su hipnosis, es un tipo de veneno. Sólo esperaba una intoxicación menor, no algo de esta magnitud. ––… –– Llévalos primero a la residencia Chen. –– Chu Wan Ning continuó: –– No es difícil extraer el veneno, lo importante es que están vivos. Hablaba con un tono plano, indiferente. A pesar de que así era como hablaba Chu Wan Ning, en estas circunstancias actuales, lo hacía parecer insensible y desdeñoso. Mo Ran fue empujado violentamente de regreso a sus recuerdos de la tormenta de nieve ese año, cuando se arrodilló en la nieve sosteniendo a Shi Mei en sus brazos mientras su vida se desvanecía poco a poco. Su rostro estaba manchado de lágrimas, gritando ronco cuando le rogó a Chu Wan Ning que se diera la vuelta, para darle una mirada a su discípulo, le rogó a Chu Wan Ning que levantara una mano y salvara la vida de su discípulo. Pero, ¿Qué dijo Chu Wan Ning entonces? En una voz desdeñosa, con un tono impasible. Así, se había negado la única vez que Mo Ran se había arrodillado y suplicado en su vida. En medio de la nieve que caía, la persona en sus brazos se enfrió gradualmente como los copos de nieve que cayeron sobre sus hombros y se aferraron a sus pestañas. Ese día, Chu Wan Ning mató a dos de sus discípulos con sus propias manos. Uno era Shi Ming Jing, a quien pudo haber salvado pero no pudo. Otro fue Mo Wei Yu, cuyo corazón se ahogó de dolor cuando se arrodilló en la nieve. Su corazón se sobrecogió repentinamente de temor, de rencor, de malicia y salvajismo sin reconciliar que se deslizaban como una serpiente. Por un instante sintió el violento impulso de cerrar sus manos alrededor del cuello de Chu Wan Ning, de deshacerse de este amable disfraz y desnudar su apariencia demoníaca, de convertirse en un fantasma vicioso de la vida pasada y de desgarrar su carne, escupir algunas palabras, vengarse de manera precisa... Venganza por las vidas de esos dos discípulos indefensos en la nieve. Pero cuando levantó la vista, su mirada se posó en el hombro ensangrentado de Chu Wan Ning. El rugido bestial murió en su garganta. No hizo ningún otro sonido mientras miraba la cara de Chu Wan Ning con una mirada que bordeaba de odio, pero Chu Wan Ning no se dio cuenta. Después de un rato, bajó la cabeza para mirar la cara pálida de Shi Mei. Su mente se puso en blanco. Si algo le pasa a Shi Mei otra vez, entonces... La persona en sus brazos de repente dejó escapar un ataque de tos. Mo Ran se sobresaltó, el corazón le temblaba... Shi Mei abrió lentamente los ojos y murmuró con voz ronca y débil. –– A-Ran…? –– ¡Sí! ¡Soy yo!–– El alivio y la alegría borraron todas sus ansiedades, los ojos de Mo Ran se abrieron de par en par mientras presionaba una mano contra la mejilla fría de Shi Mei, sus ojos parpadeaban. –– Shi Mei, ¿Cómo te sientes? ¿Te duele en alguna parte? Shi Mei sonrió ligeramente, expresión suave. Miró a su alrededor: ––… ¿Cómo llegamos aquí?... Me desmayé… ¡Ah! Shizun…–– tosió un poco y volvió a hablar–– Este discípulo fue incompetente… este discípulo… Chu Wan Ning: –– No hables. Le dio a Shi Mei una pastilla: –– Ya que estás despierto, mantén esta pastilla limpiadora de veneno en la boca, no te la tragues. Shi Mei lo hizo obedientemente, luego se sobresaltó, incluso más color se drenó de su ya pálida cara: –– Shizun, ¿Cómo te lesionaste? Estás cubierto de sangre… Chu Wan Ning contestó con la misma voz, exasperantemente plana e indiferente: –– No es nada. Se puso de pie y miró a Mo Ran. –– Tú, llévalos de vuelta a la residencia Chen. Ahora que Shi Mei estaba despierto, el abatimiento de Mo Ran se disipó. Él asintió amablemente: –– ¡De acuerdo! –– Voy a regresar primero, hay algo que necesito preguntarle a la familia Chen. Chu Wan Ning giró y se fue. Frente a la noche sin límites, con nada más que hierva marchitada en todas direcciones, finalmente no pudo aguantarlo más, frunciendo el ceño dejó que el dolor que sentía se notara en su rostro. Su hombro entero fue perforado por las cinco garras, la carne y los tendones desgarrados. Las garras de la maestra fantasma cortaron profundamente hasta el hueso. Por mucho que haya fingido compostura y lo haya soportado, sellando las venas para que no se desmayara por la pérdida de sangre, todavía era sólo un humano. Todavía sentía dolor... Pero, y qué pasa si duele. Un pie delante del otro, túnicas de boda revoloteando en el aire. Todos estos años, todos lo respetaban, le temían, pero nunca nadie se atrevía a estar a su lado, nunca nadie se preocupaba por su bienestar. Ya estaba acostumbrado a ello. Yu Heng del cielo nocturno, Inmortal Bei Dou. Sin amor de la cabeza a los pies, sin cuidado, ya sea vivo, muerto, enfermo o sufriendo. Parecía que, desde su nacimiento, nunca había necesitado el apoyo de otra persona, nunca había necesitado nada de lo que depender, y nunca había necesitado a nadie para compañía. Así que no había necesidad de decir que duele, y menos aún de llorar. Simplemente regresará y se vendara él mismo, cortará la carne desgarrada y muerta, aplicará un poco de ungüento, y estará bien. No importa que nadie se preocupara por él. De todos modos, ya ha llegado hasta aquí solo. Todos estos años, ha estado bien. Podía cuidar de sí mismo. Llegó a las puertas de la residencia Chen, pero antes de que pudiera entrar en el patio, un estallido de gritos agudos llegó desde dentro. Sin prestar atención a las heridas que se rasgaron, Chu Wan Ning se apresuró a entrar, sólo para ver a Madam Chen con la cabeza despeinada y los ojos cerrados, persiguiendo a su hijo y esposo por todo el lugar. Sólo la joven hija de la familia Chen se salvó; se puso nerviosa a un lado, el pequeño cuerpo encogido por el miedo y temblando incontrolablemente. Al ver a Chu Wan Ning, el propietario Chen y su hijo menor se lanzaron hacia él con gritos de terror: –– ¡Daozhang! ¡Daozhang, sálvanos! Chu Wan Ning los protegió detrás de sí mismo, recorriendo con su mirada los ojos cerrados de Madam Chen, regañando: –– ¡No dije que mantuvieran sus ojos en ella y que se aseguraran de que no durmiera! –– ¡No podíamos vigilarla todo el tiempo! La salud de mi esposa es débil, por lo que generalmente duerme temprano. Después de que se fue, ella trató de mantenerse despierta al principio, ¡Pero luego se quedó dormida y comenzó a enloquecer! Gritando algo… gritando… El propietario Chen se encogió detrás de Chu Wan Ning, temblando, y no se dio cuenta de que el Daozhang llevaba una túnica de boda o la herida abierta en su hombro. Chu Wan Ning frunció el ceño: –– ¿Gritar sobre qué? Antes de que el propietario Chen incluso abriera la boca para responder, Madam enloquecida cargaba con los dientes al descubierto, pero el grito de luto que salía de sus labios estaba en la voz de una joven: –– ¡Sin corazón y deshonesto! ¡Sin corazón y deshonesto! ¡Págame con tu vida! ¡Quiero que todos ustedes mueran! Chu Wan Ning: ––… Posesión fantasma. –– Miró al propietario Chen y le preguntó con voz áspera: –– ¿Conoce esta voz? Los labios del propietario Chen temblaron, sus ojos se movían de un lado a otro, tragando nerviosamente: –– No sé, no es familiar, ¡No la reconozco! ¡Daozhang por favor, sálvanos! ¡Daozhang, por favor, exorciza al fantasma! A estas alturas, Madam Chen estaba a pocos pasos de distancia. Chu Wan Ning levantó su brazo ileso y la señaló, un relámpago golpeó instantáneamente desde los cielos y atrapó a Madam Chen dentro de una barrera. Chu Wan Ning habló fríamente con una mirada de reojo: –– ¿Realmente no la reconoce? El propietario Chen gritó repetidamente: –– ¡Realmente no lo hago! ¡Realmente no! Chu Wan Ning no se molestó en perder más palabras. Sacó a Tian Wen y ató a Madam Chen dentro de la barrera. En lugar de eso, debería haber atado al propietario Chen, habría sido más conveniente y más fácil de interrogar. Pero Chu Wan Ning tenía sus propios principios; no utilizó a la ligera a Tian Wen para interrogar a la gente normal. Así que se saltó el blanco fácil para interrogar al fantasma en el cuerpo de Madam Chen. Interrogar a los fantasmas era diferente de interrogar a las personas. Al interrogar a una persona con Tian Wen, la persona no podrá soportar el tormento y confesara directamente. Pero al interrogar a un fantasma con Tian Wen, se formará una barrera con sólo Chu Wan Ning y el fantasma dentro, donde el fantasma recuperará su apariencia en la vida y divulgará la información a Chu Wan Ning. Tian Wen de repente se encendió en llamas, surgiendo a lo largo de la vid desde su lado hasta Madam Chen. La señora gritó y empezó a temblar cuando las llamas rojas de la vid de sauce se convirtieron repentinamente en un espeluznante fuego fantasmal azul que ardía desde el lado de la señora hasta el lado de Chu Wan Ning. Chu Wan Ning cerró los ojos. Las llamas ardieron a lo largo de la vid de sauce hasta su mano, pero el fuego fantasmal no pudo herirlo, incluso mientras quemaba la longitud de su brazo hasta su pecho, y luego se apagó. ––… La familia Chen observaba con horror y aprensión, sin saber qué hacía Chu Wan Ning. Las pestañas de Chu Wan Ning se agitaron ligeramente, ambos ojos seguían cerrados, pero un rayo de luz blanca apareció lentamente ante sus ojos, seguido por un pie de piel clara que salía de la viga, y una joven de unos diecisiete o dieciocho años apareció en su vista. CAPÍTULO 19: ESTE VENERABLE TE CONTARÁ UNA HISTORIA. Esa joven era de piel clara y ordenada con una cara ovalada, sus ojos grandes y redondos, muy encantadores. Llevaba un Ruqun rosa claro, con el pelo recogido, con el aspecto inocente e inexperto de una nueva esposa. Se frotó los ojos aturdida en la oscuridad, mirando a su alrededor. –– ¿Dónde estoy? –– Estás dentro de la Barrera de Restauración de la Verdad que he establecido–– respondió Chu Wan Ning. La joven se sorprendió y le preguntó, desconcertada. –– ¿Quién eres? ¿Por qué está completamente negro aquí? No te veo, ¿Quién está hablando? –– ¿Has olvidado?... Ya estás muerta–– dijo Chu Wan Ning. Los ojos de la joven se ensancharon. –– Ya estoy... Yo... Luego, poco a poco, recordó. Inclinó la cabeza, cruzó las manos sobre el pecho, y no hubo ningún latido ondulante. Ella hizo un "ah" y suavemente murmuró: –– Estoy... Ya estoy muerta... –– Sólo las almas pueden llegar a esta Barrera de Restauración de la Verdad. El odio se borra aquí. Aquellos que han fallecido, no importa si se han transformado en un fantasma amenazador o un fantasma regular, mantendrán el carácter y la apariencia de cuando estaban vivos. De ahí, “Restauración de la verdad”. Aturdida, la joven se perdió en sus pensamientos por un momento, como si estuviera recordando gradualmente su vida pasada en el mundo. Entonces, de repente, bajó la cara y comenzó a llorar en silencio. –– ¿Tienes... alguna queja?–– Preguntó Chu Wan Ning. La voz de la joven estaba llena de lágrimas: –– ¿Eres el rey del inframundo? ¿O eres el saludador de los muertos? ¿Estás aquí para hacerme justicia? Chu Wan Ning apoyó una mano en su sien ––… No soy el Rey del Inframundo, ni soy el Saludador de los Muertos. La joven lloraba suavemente. Chu Wan Ning permaneció en silencio por un rato y no habló, esperando hasta que ella se recuperó antes de que él volviera a hablar. –– Sin embargo, ciertamente estoy aquí para hacer justicia. Al escuchar esto, la joven levantó la vista aunque su respiración aún estaba dificultada, y exclamó con alegría y angustia: –– ¡Realmente eres el Rey del inframundo! ––…–– Chu Wan Ning decidió no continuar ese tema con ella y cambió la pregunta: –– ¿Sabes lo que has estado haciendo después de tu muerte? –– No sé... no está claro. Sólo recuerdo que estaba muy triste, muy triste. Quería venganza... quería encontrarlos... luego quería encontrarlo... Cuando las almas se despertaban por primera vez, habría muchas cosas que no podrían recordar temporalmente, pero eso estaba bien. Chu Wan Ning preguntó pacientemente: –– ¿A quién querías encontrar? La joven respondió suavemente: –– Mi esposo, Chen Bo Huan. Chu Wan Ning fue devuelto. Chen Bo Huan... ¿No era ese el nombre del hijo mayor de la familia Chen? –– ¿Cuál es tu nombre? ¿De dónde eres?–– Preguntó. Los poderes de Tian Wen llenaron este mundo de ilusiones detrás de la barrera, y la mayoría de los fallecidos que vienen dentro conversarían con Chu Wan Ning con sinceridad y honestidad. Así, la joven respondió: –– Esta humilde mujer se llama Luo Xian Xian, de la Ciudad Cai Die. –– Antes de venir, revisé una vez el pergamino de ascendencia de la Ciudad Cai Die, y esta ciudad sólo tiene unas quinientas familias, ninguna de las cuales se apellida Luo. ¿Quién era tu padre? La joven se tomó su tiempo para recordar los detalles, y la angustia en sus ojos creció: –– Mi padre solía ser un erudito en esta ciudad y era un amigo íntimo de mi suegro. Hace varios años, contrajo una enfermedad de los pulmones y falleció. Después, sólo estaba yo en la casa. –– Entonces, ¿Por qué moriste? La joven se sorprendió y luego lloró más fuerte: –– Aparte de la muerte, no tenía otros caminos. Ellos, engañaron a mi papá y lo hicieron dejar atrás la fórmula secreta para la fragancia. También me golpearon y me gritaron, me amenazaron, me hicieron salir de la Ciudad Cai Die. Yo… soy una mujer débil, ¿Adónde más podría haber ido? No me quedan más parientes en este mundo... el mundo es tan grande, pero ¿Adónde puedo ir? Aparte de la Tierra de los Muertos, ¿Adónde más iría…? Una vez que sus recuerdos de la vida pasada regresaron, su corazón parecía estar lleno de infinitos sufrimientos y angustias, ansiosa por contarle a otro. A pesar de que Chu Wan Ning no buscó más preguntas, ella continuó hablando lentamente por su cuenta. Resulta que esta Luo Xian Xian había perdido a su madre desde que era muy joven y, a través de las palabras de su papá, supo que tenía un hermano mayor. Sin embargo, su hermano desapareció durante un disturbio en el Mundo de Cultivo Inferior, y nunca lo habían vuelto a ver, sin saber si estaba vivo o muerto. Cuando su hermano desapareció, ella aún no había cumplido un año de edad, todavía envuelta en pañales. Más tarde, cuando trató de recordar a su hermano mayor, aún no podía recordar ninguna impresión. La casa Luo sólo tenía a Xian Xian y su padre, los dos dependían el uno del otro para sobrevivir. Se desplazaron a todas partes antes de finalmente construir una pequeña casa en la Ciudad Cai Die donde se establecieron. Ese año, Luo Xian Xian tenía cinco años. El hijo mayor de la casa Chen, Chen Bo Huan, tenía dos años más que ella. En ese momento, la casa Chen todavía no se había hecho rica. La familia de tantos estaba exprimida en una casita de tierra con dos habitaciones, y junto a la pared baja en el patio había un árbol de clementina. Cuando llegaba el otoño, el árbol daría frutos, las ramas densas que crecían más allá del muro bajo se asomaban al patio de la familia Luo. Luo Xian Xian miró hacia arriba con la cabeza levantada; Las ramas que colgaban de las clementinas eran como las linternas encendidas en el Festival de las Linternas. Era una niña introvertida y no jugaba con los demás, y sólo se sentaba tranquilamente en su pequeño banco plegable, pelando semillas de soja mientras miraba furtivamente a las clementinas que se asomaban desde el patio de los Chen. Las clementinas eran alegres y atractivas; de espaldas a la luz, era fácil imaginar sus jugos agridulces llenos, rebosantes. Luo Xian Xian los miraba fijamente, tragando saliva de vez en cuando, con las mejillas doloridas por la gula. Sin embargo, nunca había extendido su mano para recogerlos. Su papá era un erudito mediocre e ineficaz que reprobó los exámenes; sin embargo, nunca falló en su dignidad e integridad. El erudito agrio probablemente se rompió la cabeza, constantemente advirtiendo a su hija de ser un 'hombre de integridad'. Luo Xian Xian ya sabía a la edad de tres años que la riqueza no debe ser mal utilizada y la pobreza no debe mover voluntades. Sus ojos pueden ser codiciosos, pero sus manos nunca se han acercado ni un centímetro a esas clementinas. Una noche, Luo Xian Xian tomó prestada la luz de la luna y se sentó en el patio zumbando mientras lavaba la ropa. La salud de su papá no era buena y hacía mucho que se había ido a descansar. Los niños empobrecidos aprenden a cuidar los hogares temprano; la pequeña niña tenía sus mangas enrolladas, sus delgados y pequeños brazos empapados en el cubo de madera, y su carita estaba hinchada mientras frotaba y amasaba con vigor. De repente, un ruido ronco y de tos llegó desde la puerta principal, y fue un hombre joven cubierto de sangre el que había tropezado, quien ahora la estaba mirando. La niña estaba petrificada, tanto que incluso se olvidó de gritar. Ese joven tenía el rostro cubierto de sangre y mugre, pero sus cejas eran fuertes y hermosas. Dos personas, grande y pequeña, se miraban entre sí, congelados en sus lugares. Finalmente, ese joven ya no pudo aguantar más y se sentó lentamente mientras se apoyaba contra una pared. Su respiración era laboriosa, y gritó: –– Dame un poco de agua. Tal vez fue porque ese joven no tenía el aspecto de un villano, o tal vez era la bondad de Luo Xian Xian, pero aunque tenía miedo, seguía corriendo y llenaba una tetera, llevándola a los labios de ese joven. Ese joven tampoco se contuvo, tragando el agua profundamente, y cuando terminó, se limpió las comisuras de los labios, levantó las pestañas para mirar fijamente el rostro encantador de Luo Xian Xian, sus ojos un poco atentos, pero no dijo una palabra. Él no habló, Luo Xian Xian tampoco habló, y sólo parpadeó ansiosamente, manteniéndose a una distancia que ella consideraba segura, sosteniendo sus manos no demasiado cerca ni demasiado lejos, mirando a ese extraño. ––…. Te pareces mucho a alguien que conocí.–– Ese joven repentinamente curvó sus labios, sus ojos se ensancharon mientras le sonreía fríamente. Con toda esa sangre en su rostro a juego con la sonrisa, parecía algo salvaje. –– Especialmente los ojos, grandes y redondos. Simplemente hace que las personas deseen desenterrarlos, meterles un dedo y tragarlos enteros uno por uno. Palabras tan terriblemente Siniestras fueron tan sosas y sencillas de decir, e incluso hubo una pequeña risa. Luo Xian Xian estaba temblando aún más fuerte, cubriendo sus ojos inconscientemente. –– Je, qué niña más inteligente. –– Ese joven dijo: –– Sigue tapándote los ojos así, no me mires fijamente. De lo contrario no puedo decir lo que harán mis manos. Cuando habló su lengua se curvó; su acento era del norte. La luz de la luna se derramó en el patio, y ese joven se estaba lamiendo los labios agrietados cuando de repente vio el árbol de clementina en el patio. Por alguna razón, sus ojos se iluminaron, sus pupilas brillaron intensamente, pero ese brillo no duró hasta que se desvaneció, luego se frotó la barbilla, gesticulando. –– Niñita. Luo Xian Xian: ––… –– Elige una clementina y pélala por mí. Luo Xian Xian finalmente movió sus labios para hablar, su voz era pequeña y temblorosa, pero sin dudarlo –– Da gege, ese árbol frutal no pertenece a mi familia. Es de alguien más, no puedo elegirlo. Ese joven fue sorprendido. Parecía recordar algo de nuevo y su rostro lentamente se volvió oscuro. –– Si yo digo tómalo, entonces vas y lo tomas. Quiero comer esa clementina, ¡Así que es mejor que vayas a elegir una ahora mismo!–– La última parte fue gruñida agresivamente, como si el sonido fuera roído en pedazos entre sus dientes antes de que se escupieran. Luo Xian Xian estaba temblando de miedo, pero ella seguía allí donde estaba obstinadamente. La niña tenía un carácter suave, pero su espina dorsal era rotundamente extrema como su papá. –– No lo haré. Ese joven de repente entrecerró los ojos, arqueó la nariz y su expresión cambió como el clima: –– ¿¡Sabes con quién estás hablando!? –– Si quieres agua, yo te serviré un poco. Si quieres comida, también hay algo en la casa. Pero el árbol de clementina no pertenece a mi familia, no puedo tomarlo. Papá dijo, tomar sin pedir es robar. Soy un hombre íntegro, la riqueza no será mal utilizada, la pobreza no debe, no moverá las agallas… En medio del nerviosismo, habló mal y dijo "Agallas" en lugar de "Voluntad", una pequeña niña jugando a fingir, con la cara roja e hinchada, aferrada obstinadamente a las enseñanzas de su papá, farfullando y tartamudeando, soltando todo lo que quería para decir, sin embargo, bajo la vigilancia de ese joven, ella ya temblaba con tanta fuerza que cruzaba los pies. Ese joven estaba en silencio. Si no fuera por el momento incorrecto, escuchar de los labios de esta pequeña niña, las palabras de "Tomar sin pedir es robar", "La riqueza no debe ser mal utilizada, la pobreza no debe mover voluntades", y "Soy un hombre de integridad" Pfft, él realmente no sería capaz de contener su risa. Pero no pudo reír. En cambio, había una ira violenta que pisoteaba su pecho como caballos, pisando fuerte su corazón. –– Odio a las personas como tú, que se hacen llamar…–– Se aferró a la pared y se puso de pie temblorosamente, apretando las palabras de sus labios: –– Hombres de compasión, hombres de integridad, hombres de caridad, héroes. Bajo la mirada aterrorizada de Luo Xian Xian, barajó cuidadosamente sus pies heridos y se metió debajo de ese árbol de clementina. Levantó la cabeza, olfateando el olor de las clementinas con ansia codiciosa, luego un carmesí de odio brilló en sus ojos, y antes de que Luo Xian Xian supiera lo que pasó, se subió a ese árbol y comenzó a sacudirlo violentamente, patearlo y golpearlo. Ramas de clementinas fueron sacudidas del árbol, cayendo al suelo, rodando hacia un lado. La sonrisa de ese joven se torció, y gritó con orgullo: – – ¡TOMAR SIN PEDIR ES ROBAR! ¡LA RIQUEZA NO SERÁ MAL UTILIZADA! –– ¡Da gege! ¡Qué estás haciendo! ¡Por favor deja de! ¡Papá! ¡Papá! Luo Xian Xian no había querido llamar a papá, su padre era débil de salud, un erudito sin fuerza en su cuerpo, e incluso si salía no había mucho que pudiera hacer. Aún así, ella era una niña después de todo. Después de haberse mantenido en este punto, finalmente se asustó y se derrumbó. –– ¡POR QUÉ ESTÁS GRITANDO! ¡Si tu papá sale, yo también lo cortaré! La niña estaba aterrorizada. Las lágrimas llenaron sus ojos, y gotas de agua giraron en sus grandes y redondos ojos. La familia Chen fue a visitar a familiares en el pueblo vecino, nadie en la familia estaba en casa, nadie para detener a este pequeño lunático. El pequeño lunático se sacudió hasta que todas las clementinas cayeron del árbol, pero incluso entonces su locura no pudo detenerse, y pisoteó pesadamente el suelo, aplastando muchas de las frutas. Luego, con una repentina agresión usando un estallido de fuerza de quién sabe dónde, saltó y se lanzó al patio de los Chen, encontró un hacha y cortó el árbol. Luego se dio la vuelta y se rió con ganas. Rió y rió, luego se detuvo abruptamente, se puso en cuclillas y comenzó a espaciarse, con los ojos desenfocados. De repente, giró la cabeza y le hizo señas a Luo Xian Xian diciendo: –– Niñita, ven aquí. ––…–– Luo Xian Xian no se movió. Se quedó dónde estaba, arrastrando los pequeños zapatos de tela bordados con flores amarillas. Ese joven vio que ella vacilaba y suavizó su tono, hablando con tanta amabilidad como pudo reunir. –– Ven, tengo algo bueno para ti. –– Yo... no quiero... no, no voy a ir...–– Murmuró Luo Xian Xian, pero antes de que ella terminara su frase, ese joven estalló de rabia otra vez. –– ¡SI NO VENES AQUÍ EN ESTE INSTANTE, ESTE VIEJO MAESTRO ENTRARA A TU CASA AHORA MISMO Y PICARA A TU PADRE! Luo Xian Xian se estremeció violentamente y finalmente, poco a poco, se arrastró hacia él. Ese hombre joven la miró –– Date prisa, no tengo tiempo para ver a tu planta de arroz. Cuando Luo Xian Xian lo alcanzó con su cabeza inclinada, a unos pocos pasos de distancia, de repente extendió su mano y la detuvo. Luo Xian Xian chilló, pero el chillido se atascó en su garganta cuando algo áspero bloqueó su voz. Ese joven había metido una clementina en su boca, la piel sin pelar y sin lavar; La fruta fue clavada en su boca junto con barro. ¿Cómo podría Luo Xian Xian comer una clementina en sólo un bocado? Ese joven la metió a la fuerza y la clementina se rasgó, aplastó y manchó la mitad de su cara con jugo y barro. Ese lunático seguía riéndose, aplastando la fruta en su cara, tratando de meterla en sus labios fuertemente cerrados. –– ¿No eres un hombre de integridad? ¿No robarías? Entonces, ¿Qué estás comiendo en este momento, eh? ¿Qué ESTÁS COMIENDO AHORA? –– Wuuu... no... no lo quiero... papá... papá... –– Trágalo. –– Ese joven sonrió con sus ojos y metió el último trozo de fruta en la boca de Luo Xian Xian, sus ojos brillaban de manera oscura y fría. –– ¡TRÁGATE LA MALDITA COSA! Viendo a Luo Xian Xian forzarse a tragar la clementina, sollozando ahogándose mientras lloraba débilmente por su papá, ese joven se quedó callado por un momento y de repente sonrió. Esa sonrisa era más aterradora que su expresión salvaje. Alborotó el cabello de Luo Xian Xian, satisfecho, y dijo cálidamente mientras continuaba agachándose allí –– ¿Por qué llamar a tu papá? ¿No deberías llamar a Da Gege? ¿La clementina que gege te dio es dulce? ¿Está buena? Luego, recogió otra del suelo. Esta vez no trató de forzarla en su boca. En vez de eso, le quitó la piel con atención, incluso recogiendo las fibras blancas que se pegaban a la carne antes de limpiarse las manos, sacando un pedazo y lo llevó a los labios de Luo Xian Xian. Dijo con una voz suave y complaciente: –– Si te gusta, come un poco más. Luo Xian Xian comprendió que se había encontrado con una persona que estaba mentalmente perturbada hoy, y sin ninguna opción, inclinó la cabeza y, sin decir nada, masticó la clementina que el lunático le pasó, su jugo agridulce se difundió en su garganta, causando olas turbulentas en su estómago... Ese joven continuó agachado allí, alimentándose con clementinas pieza por pieza, pareciendo estar de buen humor otra vez, incluso canturreando una melodía. Su voz era áspera como una cesta dañada con la brisa que sopla a través de los agujeros, borrosa y poco clara, pero algunas de las palabras flotaron en los oídos de Luo Xian Xian. “Tres cuatro gotas de pétalos en el estanque. Uno de los dos gritos de cuerdas sonó desde la orilla. Los años de juventud antes del canto son los mejores años. Las pezuñas iluminan a los caballos rápido Ve los confines del mundo… –– Niñita–– dijo de repente. ––… –– Tsk. –– Chasqueó la lengua y tomó la carita de Luo Xian Xian con la mano. -–Déjame echar un vistazo a tus ojos. Luo Xian Xian estaba temblando, pero sin poder tomar represalias, sólo podía permitir que ese joven examinara sus ojos a fondo, dejando que esos dedos sangrientos se frotaran sobre sus cejas centímetro a centímetro. –– Tan parecidos Luo Xian Xian gimió mientras cerraba los ojos, asustada de que este lunático sacara sus ojos de la manera en que lo hizo con las frutas por un capricho. Pero ese joven no los tomó. Él solo le dijo con una voz sombría y escalofriante: –– ¿Me enseñaste “La riqueza no debe ser mal utilizada, la pobreza no debe mover voluntades”? Da Gege también tiene algo que decirte. –– Wuu… –– Abre tus ojos. Los ojos de Luo Xian Xian estaban fuertemente cerrados. Ese joven se rió con exasperación y dijo con voz ronca: –– ¡No voy a desenterrar tus ojos, ahora ábrelos! ––… ¿Crees que no podré sacarte los ojos si los tienes cerrados? Luo Xian Xian sólo pudo obedecer y abrió sus grandes y redondos ojos, sus largas y suaves pestañas temblaron y grandes gotas de lágrimas cayeron. De alguna manera, su expresión temerosa y lamentable encantó a ese joven de orígenes desconocidos; de repente aflojó la mano que le apretaba la mejilla y la colgó en el aire, luego, suavemente, le dio una palmadita en la cabeza. La miró intensamente a los ojos, con una sonrisa temblorosa en la esquina de sus labios, su sonrisa era siete partes torcidas, dos partes salvajes y una parte de tristeza. Él dijo: –– Hay un hombre de Linyi cuyo corazón murió a los veinte años. Luego, se dio la vuelta y su figura entró en la oscuridad, desapareciendo lentamente en las sombras. Sólo el desorden dejado en el suelo mostró algún indicio de que un hombre que se bañó en sangre había venido aquí en la noche profunda. CAPÍTULO 20: ESTE VENERABLE TE CONTARÁ UNA HISTORIA PARTE 2. A la mañana siguiente, la familia Chen regresó de visitar a sus familiares. Notaron que el árbol de clementinas se había caído y los frutos se esparcieron por todo el suelo. No había muchos residentes en el área, y sólo la familia Luo estaba cerca. Recordaron la forma en que Luo Xian Xian tenía una mirada hambrienta a las clementinas, y de inmediato concluyeron: ¡Las clementinas deben haber sido robadas por esa desafortunada niña, Luo Xian Xian! ¡No sólo robó, por celos, sino que incluso derribó el árbol! La familia Chen fue inmediatamente al señor Luo lleno de acusaciones. El Señor Luo no pudo manejar este tipo de humillación, llamó rápidamente a su hija y le preguntó con rabia si las clementinas fueron robadas por ella. Luo Xian Xian lloró mientras respondía que no fue ella. Entonces le preguntaron si ella había cortaba el árbol. Luo Xian Xian continuó respondiendo que no fue ella. Y luego le preguntaron si comía clementinas a escondidas. Luo Xian Xian no sabía mentir, sólo pudo responder que ella lo hizo. Antes de que tuviera tiempo de explicarse, su padre exasperado le ordenó que se arrodillara. Él la disciplinó frente a la familia Chen, y continuó mientras la golpeaba: –– ¡Criar a las niñas es inferior a criar a los niños! ¿Cómo puedes cometer este tipo de acto engañoso a una edad tan temprana? ¡Ridículo! ¡Una vergüenza para tu padre! Como tu castigo, no se te permitirá comer hoy. Enfréntate a la pared durante tres días, arrepiéntete meticulosamente hasta que puedas empezar de nuevo... –– Papá, ¡No fui yo! ¡Realmente no fui yo! –– ¡No te atrevas a hablar conmigo! Y nadie le creyó. Aunque el círculo de Cultivo Inferior se encontraba en un estado desordenado, la Ciudad Cai Die era una excepción. Los residentes de esta ciudad siempre habían sido modestos y honestos, nadie cerraba las puertas con llave por la noche. ¿Para decir que un lunático cubierto de sangre apareció en medio de la noche? ¿Quién creería eso? La piel de las manos de Luo Xian Xian estaba en carne viva y sangraba por los golpes. La familia Chen observaba con frialdad en sus ojos. Sólo el hijo mayor era diferente, tiró de la esquina de la ropa de su madre, como si quisiera decir algo. Su madre no le prestó atención, por lo que no pudo hacer nada más. Frunció su cara bastante bien proporcionada, y se quedó a un lado, sin corazón para seguir observando. Por la noche, Luo Xian Xian tenía demasiado miedo de regresar al interior, se agachó bajo el techo de su casa y lamentablemente llevó a cabo su castigo. Su padre era un erudito, y el robo era la cosa más intolerable para él. Tiende a detenerse en las cosas, y no es más que terco. No tenía sentido hablar con él ya que se negaba a escuchar la razón. Después de un día de hambre, Luo Xian Xian comenzó a sentirse débil. De repente, una pequeña voz la llamó: –– Señorita Luo. Luo Xian Xian se dio vuelta, notó que una cabeza con rasgos faciales bien proporcionados apareció detrás de las paredes. Fue el niño que intentó abogar por ella durante el día, el hijo mayor de la casa Chen, Chen Bo Huan. Chen Bo Huan miró a su alrededor y, después de asegurarse de que no había nadie, trepó por el muro. Él sostenía un mantou caliente en su brazo, y lo metió en su mano sin ninguna explicación. –– Te vi parada al pie de esta pared durante todo el día, sin comer nada. Te daré este mantou, cómetelo rápido. –– Yo… –– Luo Xian Xian era tímida por naturaleza, aunque ya había vivido aquí durante algunos meses, apenas tuvo un intercambio de palabras con él chico de al lado. En este momento, mientras lo miraba tan cerca, involuntariamente retrocedió un par de pasos y se golpeó la cabeza contra la pared con un golpe. Tartamudeó: –– No puedo tomarlo... Papá no me deja... Él... dijo… Ella habló incoherentemente y no pudo formar ninguna oración completa todo el tiempo. Chen Bo Huan dijo: –– Vaya, tu papá sólo sabe hablar como un libro, ¿Por qué te molestas tanto con él? Te enfermarás si no comes, come, antes de que se enfríe. El mantou era blanco y tierno, suave y esponjoso, el vapor salía del interior. Luo Xian Xian bajó la cabeza y lo miró por un momento, y se tragó la saliva de un trago. Sin embargo, ella estaba hambrienta. Integridad o no, ella agarró el mantou y llenó su cara con eso, en poco tiempo, todo había desaparecido. Después de que ella terminó, miró hacia arriba con sus ojos redondos. La primera frase completa que le dijo a Chen Bo Huan fue: –– El árbol de clementina no fue cortado por mí, y no quería robar. Chen Bo Huan se sorprendió por un momento, luego comenzó a sonreír lentamente –– Emm… –– Pero ninguno de ellos me creyó...–– Bajo su mirada que no contenía desprecio, Luo Xian Xian comenzó a abrirse gradualmente. Todas las emociones hirientes comenzaron a derretirse como hielo y nieve. Abrió la boca y soltó un "Wah", y comenzó a llorar mientras se limpiaba las lágrimas. –– Ninguno de ellos me creyó... no robé... no robé... Chen Bo Huan le dio palmaditas frenéticamente: –– Sé que no robaste, te quedaste debajo del árbol todos los días, sin tomar una sola clementina, si quisieras robar habrías robado hace mucho tiempo... –– ¡No fui yo! ¡No fui yo!–– Ella gimió aún más fuerte, lágrimas y mocos cayeron goteando. Chen Bo Huan continuó dándole palmaditas: –– No fuiste tú, no fuiste tú. Los dos comenzaron a familiarizarse entre sí de esta manera. Más tarde, se produjo un homicidio en el pueblo vecino. Hace un par de noches, un bandido empapado en sangre irrumpió en una casa y exigió una habitación para pasar la noche. El propietario se negó, por lo que el bandido mató a toda la familia. Luego, en la habitación que ahora estaba llena de cadáveres, durmió tranquilamente durante la noche y no se fue hasta el día siguiente. Pero no se fue sólo de esa forma, usando sangre, escribió un largo y elocuente ensayo en las paredes. Él documentó todos los hechos maravillosos que había hecho, como si temiera que el mundo no supiera sobre la existencia de tal demonio. La noticia se extendió como un incendio forestal, y pronto llegó a la Ciudad Cai Die. Después de comparar los tiempos, fue exactamente la noche en que Luo Xian Xian se reunió con el "Gege lunático". El señor Luo y la familia Chen se quedaron sin palabras. Las dos familias se acercaron mucho después de que se resolvió el malentendido. La pareja Chen se dio cuenta de que Luo Xian Xian era realmente linda, una belleza trabajadora y reflexiva. Teniendo en cuenta sus propias circunstancias familiares, probablemente era difícil encontrar una mejor nuera. Y así dispusieron un compromiso para ellos. Una vez que alcanzaran la edad adulta, tendrían una ceremonia formal. El Señor Luo pensó que su hija y Chen Bo Huan eran una buena pareja, por lo que aceptó felizmente. El tiempo pasó día a día. Si el señor Luo no estuviera interesado en el arte de la fragancia, tal vez las dos familias hubieran permanecido como lo que inicialmente pensaron que sería, una vida pobre pero pacífica. Pero desafortunadamente, por accidente, el señor Luo creó esta "Fragancia Bai Die". Aunque el olor de la fragancia no era nada especial, no había mucha diferencia con las comunes que se encontraban en la ciudad. Pero tenía un beneficio que las otras fragancias no tenían: El olor duró cien días, perduró sin cesar. La fragancia Bai Die se mantuvo perfumada durante mucho tiempo, era exactamente el tipo de producto de alta calidad y bajo precio que buscaban todos los hogares. El señor Luo creyó en "Todo es inferior, sólo el conocimiento es superior". Aunque creó la fragancia, no estaba dispuesto a venderla, creía que arruinaría su identidad. Él no la vendería, pero, por supuesto, alguien más tenía su mente en ello. Madam Chen intentó obtener la receta del señor Luo y lo alentó a abrir una tienda. Sólo para ser rechazada por él. Después de unas cuantas veces, Madam Chen no quería seguir haciendo el ridículo, por lo que ya no mencionaba este asunto. Sin embargo, en el fondo de su corazón, ella recordaba esto con firmeza. El año en que Luo Xian Xian cumplió quince años, se presentó una oportunidad. El señor Luo siempre había estado enfermo, contrajo tuberculosis y falleció después de unos meses de sufrimiento. Como suegra de Luo Xian Xian, a pesar de que todavía no se habían casado oficialmente, los sentimientos estaban allí. Ella ayudó a llevar a cabo el funeral, ocupada entrando y saliendo. Luo Xian Xian derramó lágrimas de gratitud, pero no se dio cuenta de que Madam Chen tenía otras intenciones. Mientras ella organizaba las pertenencias del señor Luo, ella silenciosamente robó la receta. Esa noche, Madam Chen estaba llena de emoción. Iluminada por la luz de la linterna de aceite, estaba lista para leer la receta. Sin embargo, después de una sola mirada, ella se quedó estupefacta. La escritura del señor Lou era como un baile entre un dragón y un fénix, todo era arañazos de pollo. La miró durante medio día, y ni una sola palabra se entendió. No se podía hacer nada más, sólo podía devolver la receta en silencio. Pasaron unos meses, después de que Luo Xian Xian se hubo calmado, invitó a la joven a comer. Durante su charla informal, ella "Involuntariamente" sacó a relucir la fragancia Bai Die. Luo Xian Xian pensó para sí misma que la receta no se había usado si sólo estaba escondida en la casa. Madam Chen siempre había sido amable con ella, y si la quería, podía dársela. Así que sacó las posesiones de su padre, e incluso ayudó a Madam Chen a interpretar la escritura. Poco a poco, ella resolvió la compleja receta. Madam Chen estaba sobre la luna. Una vez que obtuvo la receta, comenzó a planear la apertura de un taller de perfumes en polvo con su esposo. Por supuesto, en ese momento Madam Chen todavía atesoraba a esta gentil y sensible futura nuera. Cuanto más crecía, más bella se volvía. A pesar de que su familia fue desafortunada, su apariencia era de una en cien. Unos cuantos jóvenes del pueblo comenzaron a notarla. Las complicaciones pueden surgir cuanto más tiempo esperen, pensó Madam Chen para sí misma, deben ocuparse de este asunto lo más rápido posible. Sin embargo, Luo Xian Xian acababa de perder a su padre, según las tradiciones de la Ciudad Cai Die. Si ambos padres fallecen, uno no debe casarse dentro de tres años. Pero, ¿Cómo podría Madam Chen esperar tres años? Ella lo pensó todo y se le ocurrió una solución: Ese día, Luo Xian Xian estaba trenzando el cabello para la hija menor de la familia Chen. Ella tenía una estrecha amistad con esta niña. Todos los días era Luo Jiejie esto y Luo Jiejie eso, ella la seguía como una cola. Madam Chen entró en el patio y llamó a Luo Xian Xian al salón interior y le dijo: –– Xian Xian, Chen Bo Huan y tú han sido novios desde la infancia, también hay un compromiso. Ahora que tu padre ha fallecido, estás completamente sola y la vida ha sido bastante difícil. Se suponía que debías casarte con nuestra familia este año, pero la regla de los tres años debe cumplirse, y ahora ni siquiera puedes casarte. Así que pensé, después de estos tres años, ¿Cuántos años tendrías? Luo Xian Xian bajó la cabeza y no dijo nada. Pero era inteligente, casi podría adivinar lo que Madam Chen estaba a punto de decir a continuación, por lo que sus mejillas comenzaron a ponerse rosadas. Efectivamente, Madam Chen continuó. –– Vivir sola es difícil y agotador. Por qué no... Primero, cásate con nuestra familia, podemos hacer la ceremonia a puerta cerrada, mantenernos tranquilos para los forasteros. Si alguien pregunta, puedes decirles que te estoy cuidando. De esta manera podemos llevar a cabo las costumbres y no ser controlados por otros. Tu padre también estará tranquilo. Una vez que terminen los tres años, tendremos una ceremonia apropiada con estilo. ¿Está eso bien? Todas estas palabras sonaron como si fueran todas por el bien de Luo Xian Xian. Desde entonces, ella no era alguien con malas intenciones, por lo que tampoco pensaría demasiado de los demás, así que estuvo de acuerdo. Luego, más tarde, a través de las ventas de la fragancia Bai Die, la familia Chen se hizo rica. Se mudaron de su antigua casa y compraron un gran terreno en la ciudad. Con muchos edificios y renovaciones, se convirtieron en una gran familia influyente. Luo Xian Xian se convirtió en una sombra oculta dentro de esta gran familia, como alguien que apenas mostraba su rostro. Todos en la ciudad realmente pensaron que la razón por la que Luo Xian Xian vivía con ellos era simplemente porque Madam Chen la cuidaba amablemente. No sabían que ella y Chen Bo Huan ya se habían casado. Aunque un poco descontenta con este tipo de estilo de vida, Luo Xian Xian sólo pensó que su suegra lo hizo para evitar los rumores, y todo fue por su propio bien. Así que ella no tenía ninguna queja. Además, Chen Bo Huan la trató con sinceridad, los momentos que pasaron juntos fueron dulces y amorosos. Sólo esperaban que pasaran los tres años, cuando todo volvería a la normalidad. Pero el día de la ceremonia oficial de matrimonio nunca llegó. El negocio de la familia Chen floreció, y Chen Bo Huan era bastante guapo. Muy pronto, no sólo las niñas en la Ciudad Cai Die, incluso las hijas de familias ricas en las aldeas vecinas comenzaron a mirar al hijo mayor de la familia Chen. Poco a poco, Madam Chen comenzó a vacilar. Cuando organizó el compromiso entre los niños en ese entonces, fue porque eran una familia campesina y no iban a encontrar nada mejor, y apresuradamente reclamaron a Luo Xian Xian. ¿Quién podría haber anticipado esta inversión en la fortuna, que la familia Chen algún día se volvería tan exitosa? Cuando miraba a Luo Xian Xian ahora, sentía que la niña no era lo suficientemente bonita o inteligente, que era tonta y aburrida como la maldita y seca raíz de árbol de un anciano, encontraba a la niña irritante cuanto más la miraba. Ella lo lamentó un poco. Hasta que la aparición de la señorita Yao la convirtió "Ligeramente" en "Completamente". La señorita Yao era la hija mimada del gobernador, marimacho y con preferencia por el atuendo marcial. Un día, regresando de cacería sobre un buen caballo, pasó por una tienda de fragancias y se detuvo a mirar, pero en lugar de elegir fragancias, eligió al joven guapo y trabajador dentro de la tienda. Ese joven no era otro que Chen Bo Huan, el marido de Luo Xian Xian en todo menos en el nombre. CAPÍTULO 21: ESTE VENERABLE TE CONTARÁ UNA HISTORIA PARTE 3. La preciosa hija del gobernador Yao, tenía una personalidad animada. Incluso se olvidó de la comida y la bebida una vez que llegó a casa, dedicando todo su tiempo a molestar a su papá para preguntar por esta persona Chen Bo Huan. Aunque Chen Bo Huan ya estaba casado, la ceremonia se realizó a puertas cerradas, ¿Quién en el exterior lo sabría? La gente del pueblo ni siquiera sabía sobre el compromiso concertado entre las familias Luo y Chen desde hace mucho tiempo. Y así fue como la preciosa señorita Yao fue informada de que este joven maestro Chen estaba "Soltero". El gobernador no escatimó esfuerzos para mirar a esta persona, y al final decidió que Xiao Chen era un hombre capaz con un temperamento amable y una situación familiar satisfactoria, por lo que envió un mensaje a la pareja Chen con una propuesta de matrimonio. El propietario Chen estaba tan lleno de pesar que sus intestinos se volvieron azules. Le dijeron cortésmente al mensajero del gobernador que necesitaban algo de tiempo para pensarlo, cerraron la puerta e inmediatamente comenzaron a discutir entre ellos. El propietario Chen gritó: –– ¡Mira a dónde nos llevó tu prisa! El erudito murió temprano, su hija debería haber estado de luto por tres años, si no los hubieras instado a casarse antes de tiempo, ¡Nuestro hijo todavía podría haber salido de esto! ¡Mira este lío ahora! Madam Chen estaba igual de ansiosa: –– Oh, ¿Me culpas ahora? ¿No eras tú quién quería arreglar el compromiso en aquel entonces? ¡Esta es la preciosa hija del gobernador de la que estamos hablando! ¿Cómo podría esa Xian… Luo Xian Xian compararse? El par de viejos bastardos discutieron a puerta cerrada hasta que se pusieron rojos de la cara y se quedaron sin fuerza, ambos respirando con dificultad sobre la mesa. El propietario Chen preguntó: –– ¿Qué debemos hacer? Tal vez deberíamos rechazar al gobernador. Madam Chen protestó: ––… Absolutamente no. Nuestra familia cuenta con esta preciosa señorita de fama y fortuna. El propietario Chen respondió enfadado: –– ¿De verdad crees que la preciada hija de la familia Yao estaría dispuesta a ser una concubina? ¿Tú sí? Nuestro hijo ya tiene a alguien, ¿Cómo le empujaríamos a otra? Y además, ¡Mira lo enamorados que están! ––…–– Madam Chen se quedó en silencio por un rato, luego sus ojos se iluminaron y murmuró: –– Oye, viejo Chen, tal como lo veo, nadie fuera de nuestra familia ni siquiera sabe sobre esto entre Luo Xian Xian y nuestro hijo... Permaneció en silencio durante un rato mientras el propietario Chen miraba fijamente, antes de comprender repentinamente el significado de su esposa. Estaba temblando un poco, la mitad por aprensión, la otra mitad por la emoción. –– T-te refieres a... –– Si nadie lo sabe, entonces el matrimonio nunca ocurrió. –– Madam Chen dijo: –– La convenceremos de una forma u otra, si las palabras no funcionan, entonces usaremos la fuerza. Todo el mundo sabe que nuestro hijo todavía no está casado. ¿Y recuerdas aquella vez cuando ella robó clementinas cuando era joven? ¡Mientras todos nos atengamos a la historia, incluso si a ella le crecen bocas extras para llorar por eso, quién le creería! El propietario Chen se dirigió a la puerta para asegurarse de que estaba bien cerrada, después se acercó. Los dos estaban discutiendo como un par de gallos de pelea hace un momento, pero ahora estaban juntos maquinando en susurros. Propietario Chen: –– No creo que funcione. –– ¿Por qué no? –– Nuestro hijo nunca lo aceptará. Le ha gustado Luo Xian Xian desde que era pequeño, pero ahora quieres que la abandone, ¿Cree que va a aceptar eso? Madam Chen pensó por un momento, después acariciar la mano de su marido y le dijo: –– No te preocupes, yo me encargo de ella. Al poco tiempo, Madam Chen de repente sufrió una grave enfermedad. Era una extraña enfermedad, el médico no pudo encontrar nada malo, pero ella estaba desquiciada día tras día, murmurando tonterías e insistiendo en que estaba siendo poseída por un fantasma. El propietario Chen estaba preocupado. Invitó a un sacerdote taoísta que llevaba un batidor de cola de caballo y un aire de propiedad taoísta. El sacerdote apretó sus dedos y discernió que había algo en la familia Chen que causaba mal a Madam Chen, y que si no se resolvía, ella no viviría para ver el próximo año. Chen Bo Huan era muy filial y preguntó ansiosamente: –– ¿Quién tiene mala voluntad hacia mi madre? El sacerdote caminó por un buen rato con una enigmática pretensión antes de decir que era "Una belleza que nunca ve el sol". Todos en la sala se sorprendieron. Uno por uno, los hermanos Chen se giraron para mirar fijamente a Luo Xian Xian. Luo Xian Xian estaba igual de sorprendida. Desde que era pequeña, otros siempre han dicho cosas sobre ella, que tuvo mala suerte, que trajo infortunios a todos los que la rodeaban, que mató a su madre al nacer, luego a su hermano y luego a su padre. Ahora, los dedos la estaban señalando otra vez, diciendo que iba a matar a su suegra. Afligidos, los hermanos Chen se turnaron para hablar con ella, pidiéndole que se fuera, diciendo que nadie de fuera sabía que estaba casada, su reputación seguía intacta, le darían algo de dinero y podría ir a buscar otra familia. Luo Xian Xian estaba ansiosa y asustada, preocupada de que realmente fuera la que maldijo a Madam Chen, y lloró día tras día. A Chen Bo Huan le dolía el corazón, al ver a su madre debilitarse cada día, atrapado entre las dos; no quería que Xian Xian se fuera, pero tampoco quería que su madre sufriera. Perdió peso rápidamente. Los hermanos Chen tuvieron suficiente. Un día, mientras el hermano mayor estaba fuera, fueron a buscar a su cuñada. Luo Xian Xian estaba en el invernadero haciendo polvo Bai Die cuando la encontraron y rompieron todas sus herramientas. Estaba cubierta de polvo; era como si el fuerte olor empapara sus huesos, imposible de lavar. Los hermanos la rodearon al principio, sermoneando sobre los principios y el "deber de la mujer", "los padres antes que la esposa". Pero Luo Xian Xian era resistente, era tímida pero terca, lloraba porque no quería irse y les rogaba que pensaran en otra manera. El segundo hermano Chen se agitó. Se adelantó y la abofeteó, exigiendo: – – ¡Heraldo del desastre, maldiciendo a nuestra madre hasta la muerte! Si hubiera otra manera, ¿Tu papá habría muerto? ¿Tu mamá? ¿Qué hay de tu hermano, vivo o muerto desconocido? Con este golpe, los otros también se apresuraron, juntándose alrededor de ella con golpes y patadas, gritando “Vete a la mierda" "Plaga desafortunada" "Portadora de la muerte". Estos hermanos eran de la misma opinión que su madre, y ha estado en su plan desde hace mucho tiempo. Aprovechando esta oportunidad mientras el hermano mayor estaba fuera, trabajaron juntos para expulsar a Luo Xian Xian, amenazándola con golpearla todos los días si se atrevía a regresar. No tenía familia, incluso si la mataban, a nadie le importaría hacerle justicia. Estaba nevando esa noche. Luo Xian Xian fue arrojada a la nieve cubierta de azul y púrpura, incluso uno de sus zapatos se había caído. Se arrastró hacia adelante lentamente, ahogada entre sollozos como los gritos de un cachorro moribundo. La noche se hizo más profunda. Con la nieve cayendo así, todos se quedaron dentro. Se arrastró en la nieve interminable, sin saber a dónde ir, sin saber a dónde podría ir. Los hermanos Chen tenían razón. Ella no tenía familia, ningún padre, ningún hermano, nadie a quien acudir, nadie que la acogiera. Este mundo blanco puro era tan vasto, pero no tenía lugar para ella. Su cuerpo era frágil para empezar, y no llevaba mucho cuando fue expulsada. Temblando, sus piernas y pies rápidamente se adormecieron y perdieron todo sentido. Se arrastró a las afueras de la ciudad, al templo de la maestra fantasma, refugiándose en el interior, acurrucándose en sí misma, los labios azules por el frío, el corazón frío por el dolor. Levantó la vista hacia el ídolo de barro pintado, espléndido, y no pudo evitar las lágrimas rodando por sus mejillas. Pensando en las costumbres del reino de cultivo inferior, los matrimonios deben ser presenciados por un maestro de ceremonias. Pero en ese entonces, todo lo que tenía era una flor roja escondida en su sien cuando ella, sonriente, se arrodilló frente al Chen Bo Huan y se inclinó en el suelo. La ceremonia a puerta cerrada no fue más que un sueño, el rostro enrojecido en el espejo de cobre ese día, un mero ensueño nacido de sus deseos más profundos. Se arrodilló ante la estatua de la maestra fantasma, arrastrando su cuerpo congelado que aumentaba de peso cada minuto, acurrucándose una y otra vez, las lágrimas se mezclaban con la risa. –– Atar el cabello para convertirse en marido y mujer, nunca debe dudarse del amor conyugal. Bendición... en esta... víspera... Ella se mareó, su visión se volvió borrosa. Era como si un brillo de luz de luna iluminara un espejismo de ese año, en el patio, cuando ella lloró: –– No fui yo, no fui yo, no robé las clementinas. –– Pero el rumor repetido se convierte en un hecho, el chisme es una cosa espantosa; Nadie escucharía su versión de la historia. Incluso ahora, sabía que, incluso si iba a ir a llorar a la gente, incluso si juraba de arriba abajo que era la esposa de Chen Bo Huan, nadie le creería. Seguía siendo la niña junto a la pared de que nadie escucharía, igual que en aquel entonces. Nada había cambiado. Al menos en ese momento, todavía había alguien que se subía a la pared y le ponía un mantou blanco en sus manos y le decía: –– Debes tener hambre, date prisa y come. Pero... ¿Dónde está esa persona ahora...? Cuando regrese y no pueda encontrarla, ¿Se preocupará, o respirará en secreto un suspiro de alivio porque su madre ya no será maldecida por ella? Luo Xian Xian se acurrucó en el templo, las lágrimas que derramó se secaron lentamente. Ella susurró: –– Maestra de Ceremonias, quiero estar con él. Soy su esposa... no había nadie para presenciar nuestra boda... eres una maestra fantasma, y no tratas con personas vivas, pero... yo sólo puedo... sólo puedo hablar contigo... Sus últimas palabras salieron con un sollozo roto: –– No mentí... No mentí. La nieve siguió cayendo sin sonido en la noche larga y silenciosa. Al día siguiente, algunas personas que pasaban por el templo encontraron el cuerpo helado de Luo Xian Xian. CAPÍTULO 22: EL SHIZUN DE ESTE VENERABLE ESTÁ A PUNTO DE ENOJARSE. Chu Wan Ning, después de haber escuchado esto, ya estaba lívido. Sólo deseaba poder retirar la vid de sauce y dirigirla con vigor hacia la pareja Chen. Pero no podía abrir los ojos para maldecirlos todavía, porque la ilusión de la restauración desaparecería de inmediato si lo hiciera. Un fantasma sólo puede ser atrapado por la Barrera de Restauración de la Verdad una vez; si se le interrumpe, nunca podrá escuchar el resto de lo que Luo Xian Xian tuvo que decir. Así que sólo pudo soportar la furia ardiente mientras escuchaba el resto de la historia de Luo Xian Xian. Después de la muerte, su espíritu se dirigió al inframundo, soñolienta y desorientada. Ella sólo recordaba a una dama vestida de colores resplandecientes, que se parecía bastante a la maestra fantasma en el templo, parada frente a ella y preguntando con voz calmada: –– Tú y Chen Bo Huan no podían estar juntos en vida, pero ¿Deseas ser enterrados juntos en la muerte? Ella respondió con pánico: –– ¡Yo... lo hago! –– Entonces haré que venga a hacerte compañía de inmediato, ¿De acuerdo? Luo Xian Xian casi soltó un ansioso acuerdo sin pensar, pero de repente recordó algo y se detuvo: –– ¿Estoy muerta? –– Sí. Soy la Maestra Fantasma de Ceremonias del Inframundo, puedo otorgarte una buena pareja, cumplir tu deseo de hace mucho tiempo. Luo Xian Xian, aturdida: –– Entonces, si él viene a hacerme compañía, ¿él... también morirá? –– Sí. Pero los cielos son compasivos, la vida o la muerte es insignificante, sólo un cierre de los ojos, ¿Cuál es la diferencia? Chu Wan Ning pensó para sí mismo que, como era de esperar, esta maestra fantasma utilizaba trucos para atraer a la gente a pedir deseos en las vidas de otros, una verdadera deidad abominable. Aunque Luo Xian Xian murió de una muerte injusta, ella no era un fantasma malicioso. Ella negó con la cabeza repetidamente: –– No, no lo mates, no fue su culpa. La maestra fantasma le dio una sonrisa melancólica: –– Qué amabilidad, pero ¿Qué obtendrás a cambio?–– Pero no intentó cambiar su opinión; como una deidad, persuadir a la gente para que hiciera deseos malévolos estaba bien, pero la coerción no lo estaba. Poco a poco, su figura se desvaneció y su voz se volvió borrosa. –– El espíritu regresa al séptimo día. Cuando regreses al mundo de los vivos en el séptimo día, ve a ver qué está haciendo la familia Chen. Luego, volveré a preguntarte, a ver si todavía te encuentras sin arrepentimientos en ese momento. Siete días después, el día de regresar. El espíritu de Luo Xian Xian recuperó la conciencia y regresó al mundo de los vivos. Ella siguió los caminos familiares hacia la residencia Chen, ansiosa por ver a su esposo por última vez. Inesperadamente, la residencia Chen estaba adornada festivamente con linternas y pancartas, el área de recepción amontonada con regalos de boda, y había un carácter masivo de "Xi" en el salón principal. Toda la cara de Madam Chen estaba radiante, no había ningún signo de enfermedad alguna, ya que, de manera sonriente, ordenó a los sirvientes que empacaran los regalos de compromiso con seda roja y decoraciones ornamentales. ¿Quién... se va a casar? ¿Quién está… preparando los regalos de bodas? Quién… no escatima en gastos, qué grandioso. Quién es... Ella zigzagueo entre la ajetreada multitud, escuchando el zumbido de las voces. –– Madam Chen, felicitaciones por el compromiso de su hijo con la hija del gobernador Yao, ¿Cuándo es la fiesta de compromiso? –– Madam Chen es verdaderamente bendecida. –– ¡La señorita Yao realmente es la estrella de la suerte de la familia Chen! El compromiso se acaba de establecer y Madam Chen ya se ve mucho mejor. –– Su hijo y la señorita Yao son como el oro y el jade, una pareja hecha en el cielo. Estoy tan envidiosa, jajajaja. Su hijo... Su hijo... ¿Cuál hijo? ¿Quién se va a casar con la hija de la familia Yao? Frenéticamente, recorría los pasillos y el patio familiares, buscando esa silueta familiar entre la charla y la risa. Ella lo encontró. Chen Bo Huan estaba de pie ante las peonías en la sala trasera, con el rostro pálido y las mejillas hundidas. Pero estaba vestido de rojo, no con túnicas de boda, sino con las tradicionales túnicas rojas bordadas con mariposas de la Ciudad Cai Die que lleva el yerno cuando va a la casa de la novia para proponer. ¿Él... Se va a proponer? Todos estos lujosos regalos, llenos de oro, plata y perlas, todo fue preparado por él... ¿Por Chen Bo Huan, su esposo, para la hija de la familia Yao? De repente recordó cuando los dos se casaron. No había nada, sólo dos personas, un corazón, y nada más. No había maestro de ceremonias, ni dama de honor ni padrino, ni regalos. La familia Chen aún no había prosperado y ni siquiera tenía ni un sólo conjunto de joyas decentes. Él había caminado hacia el árbol de clementina en el patio que plantaron juntos y arrancó una delicada flor, cuidadosamente metiéndola en su cabello. Ella le había preguntado: –– ¿Cómo me veo? –– Hermosa. –– Había dicho él. Luego se quedó en silencio por un momento antes de acariciarle el pelo, disculpándose: –– Te mereces algo mejor. Luo Xian Xian sonrió y dijo que no le importaba. Chen Bo Huan le había dicho que cuando se casaran formalmente dentro de tres años, definitivamente lo compensaría con una gran ceremonia, todos serían invitados. Él la recogerá de un gran sedán llevado por ocho hombres, la adornará con oro y plata, y la recepción se llenará de regalos de esponsales. La promesa hecha ese año sonó en sus oídos. Aquí y ahora, la ceremonia fue grandiosa, y todos fueron invitados. Pero se estaba casando con alguien más. La ira y el dolor la inundaron. Luo Xian Xian gritó mientras rasgaba las sedas rojas y los brocados en la habitación. Pero, siendo un fantasma, no podía tocar nada de eso. Como si sintiera algo, Chen Bo Huan miró hacia atrás, con la mirada vacía mientras miraba fijamente las sedas en la habitación, flotando a pesar de que no había viento. Su hermanita se acercó. Había una horquilla de jade blanco en su cabello, llorando secretamente por alguien. Ella dijo: –– Da ge, por favor, come algo, no has comido bien durante días, y aún tienes que viajar a la residencia del gobernador para proponerte más tarde, tu cuerpo no se mantendrá así. Chen Bo Huan preguntó de repente de la nada: –– Xiao Mei, ¿Escuchas a alguien llorando? ––… eh? ¿No? Da ge, ¿Estás...?–– Ella apretó los dientes y no terminó el pensamiento. Chen Bo Huan siguió mirando en el lugar donde las sedas flotaban. –– ¿Cómo está mamá, está de buen humor? ¿Se ha recuperado de su enfermedad? ––… Da ge. ––… Es bueno que ella se recuperó. –– Chen Bo Huan se quedó allí pasmado por un tiempo, murmurando para sí: –– Ya he perdido a Xian Xian, no puedo perder mi madre también. –– Da ge, por favor ve a comer… Luo Xian Xian lloró, gritó, sostuvo su cabeza y gimió de angustia. –– No... no te vayas... no me dejes... Chen Bo Huan dijo: ––… Está bien. La figura agotada dobló una esquina y desapareció. Luo Xian Xian estaba allí sola, aturdida, y gotas de lágrimas caían por sus mejillas. Por casualidad, las voces de los hermanos Chen que habían causado su muerte se desviaron, el segundo y el más joven susurrando entre ellos. –– Madre está muy feliz, suspiro, las cosas finalmente están cayendo en su lugar. –– ¡Ni lo digas! Le tomó medio año pretender estar enferma para finalmente expulsar a esa desafortunada plaga, ¿Cómo podría no ser feliz? El hermano menor chasqueó la lengua y luego de repente dijo: –– Aunque no puedo creer que ella se haya levantado y haya muerto. Sólo la echamos, no es como si quisiéramos matarla. Qué estúpida era ella, ¿Ni siquiera sabía cómo buscar ayuda? –– Quién sabe, tal vez ella era como su padre. No es culpa nuestra que ella muriera. Madre pudo haberla engañado, pero las cosas también son difíciles para nosotros. Sólo piénsalo, entre la hija del gobernador y una chica campesina, sólo un idiota la escogería. Además, si ofendemos a la preciosa hija de los Yao, las cosas no terminarán bien para nosotros. –– Tienes razón, ella es sólo una idiota. Si ella quiere morir congelada, eso no es problema de nadie. Las palabras se dirigieron a sus oídos. Sólo en la muerte, Luo Xian Xian finalmente entendió que el llamado "portador de la desgracia" sólo significaba que era pobre y de bajo estatus, y no podía compararse con la hija honrada del gobernador. Sólo un idiota elegiría a la campesina. Ella finalmente lo perdió. Regresó al templo de la maestra fantasma, con el corazón lleno de odio y resentimiento. Ella murió allí, débil e indefensa. Ella regresó allí, amargada y de corazón de piedra. Una vez fue tan amable y bondadosa, pero ahora evocó todo el odio en su vida y toda la maldad en su carácter que nunca antes había soltado. Ella gritó con voz ronca, los ojos rojos, el alma temblando. Ella gritó: –– Yo, Luo Xian Xian, estoy dispuesta a renunciar a mi alma para convertirme en un fantasma malicioso, ¡Le ruego a la Maestra Fantasma sólo por venganza! ¡Quiero que toda la familia Chen, muera miserablemente! Yo quiero... ¡Quiero que mi suegra, que es peor que una bestia, mate a sus hijos con sus propias manos! ¡Todos ellos! ¡Quiero que Chen Bo Huan venga a hacerme compañía en el infierno! ¡Para ser enterrados juntos! ¡Me niego a aceptar esto! ¡Lo odio! ¡LO ODIO! En el santuario, el ídolo de arcilla bajó los párpados, la esquina de sus labios se curvó en una sonrisa. Una voz hizo eco dentro del templo. –– Tu adoración ha sido aceptada y tu deseo se cumplirá. De ahora en adelante, tú eres un fantasma malicioso, sal y mata a todos los que te han hecho mal. Una luz penetrante, de color rojo sangre, brilló, y Luo Xian Xian no recordó nada después de eso. Pero Chu Wan Ning ya sabía lo que pasó después. La maestra fantasma controló al fantasma malicioso de Luo Xian Xian para que posea a Madam Chen y asesine a la familia Chen uno por uno. Y la razón por la que Chen Bo Huan estaba en ese ataúd rojo desenterrado en la montaña fue también para cumplir el deseo de Luo Xian Xian: "Quiero que Chen Bo Huan sea enterrado junto a mí". Además de eso, colocó intencionalmente el ataúd donde él y su nueva esposa iban a construir su casa para maldecir y vengar. En cuanto al olor dentro del ataúd de Chen Bo Huan, era el de la fragancia Bai Die en el cuerpo de Luo Xian Xian cuando murió. El ataúd estaba lleno de una fuerte energía resentida y una fuerte fragancia porque el alma de Luo Xian Xian dormía dentro con Chen Bo Huan. Luo Xian Xian ya no tenía familia. Cuando una persona así muere, por lo general es cremada y no enterrada. Por lo tanto, ella ya no tenía un cuerpo, y sólo podía tomar su forma dentro del ataúd de la maestra fantasma. En ese entonces, cuando Chu Wan Ning abrió el ataúd con un golpe, el alma de Luo Xian Xian perdió su refugio y se dispersó, temporalmente incapaz de volver a reunirse. Esa fue la razón por la cual la energía resentida del ataúd era fuerte cuando estaba cerrado, pero se desvaneció una vez que se abrió. Aun así, en el reino ilusorio, ¿Por qué todos los cadáveres se emparejaron en pares, excepto Chen Bo Huan, que fue emparejado con una novia fantasma de papel? Chu Wan Ning reflexionó un momento y lo descubrió: La maestra fantasma no rompería su propia promesa; esa novia fantasma estaba destinada a ser el "Cuerpo" de Luo Xian Xian, o un medio, en otras palabras, ya que sólo Luo Xian Xian podría ser enterrada junto con Chen Bo Huan. Todo quedó claro. Chu Wan Ning miró a la niña indefensa en la ilusión. Quería decir algo, pero no sabía qué decir. El anciano Yu Heng realmente fue malo con las palabras, todo lo que dijo salió rígido, así que el silencio se prolongó, y terminó sin decir nada después de todo. La joven permaneció en la oscuridad sin fin, sus suaves pero brillantes ojos redondos. Chu Wan Ning la miró a los ojos y, de repente, ya no tuvo corazón para soportarlo. Quería irse, incapaz de aguantar otra mirada. Estaba a punto de abrir los ojos y abandonar la barrera cuando la joven habló de repente. –– Yan Luo gege, hay algo más que quería decirte. Chu Wan Ning: ––… Mn. La joven bajó la cabeza y comenzó a llorar en sus manos. Suavemente, ella dijo: –– Yan Luo gege, no sé lo que hice después, pero, yo... realmente no quiero que maten a mi marido. No quiero ser un fantasma malicioso. De Verdad... –– No robé las clementinas, realmente soy la esposa de Chen Bo Huan, y durante toda mi vida, realmente nunca quise hacerle daño a nadie. –– Realmente no quería lastimar a nadie, por favor, te lo ruego, por favor, créeme.–– Su voz temblorosa se rompió en sollozos. –– Yo... no... mentí... No mentí. ¿Por qué es que en toda mi vida, casi nadie me creyó? Ella sollozó miserablemente. La voz de Chu Wan Ning resonó en la oscuridad. No dijo mucho, pero fue sin dudarlo. –– Mn. El pequeño cuerpo de Luo Xian Xian se sacudió. Chu Wan Ning dijo: –– Te creo. Luo Xian Xian trató de limpiar sus lágrimas pero no pudo dejar de llorar. Al final, se cubrió la cara llena de lágrimas con las manos y se inclinó profundamente hacia la persona que no podía ver en la oscuridad. Chu Wan Ning abrió los ojos. No dijo nada durante mucho tiempo. El tiempo pasó de manera diferente dentro de la barrera que en la realidad. Estuvo dentro durante mucho tiempo, pero fue sólo un instante para los que estaban afuera. Mo Ran no había llegado todavía, y los miembros restantes de la familia Chen todavía lo observaban con aprensión. Chu Wan Ning, de repente, apartó la vid de sauce y habló hacia Madam Chen: –– Expresaré tus quejas, ahora puedes descansar. Madam Chen miró fijamente con los ojos rojos como la sangre, luego de repente se desplomó en el suelo con un ruido sordo, inconsciente. Chu Wan Ning levantó la cabeza de nuevo, su mirada recorrió el rostro del propietario Chen y luego se posó en el hijo menor. Su voz era plana y fría. –– Lo preguntaré por última vez. –– Él habló lentamente, enunciando claramente cada palabra. –– ¿Realmente no saben de quién era esa voz? CAPÍTULO 23: ESTE VENERABLE NO PUDO DETENERLO. El hijo menor tembló incontrolablemente, ambas piernas temblaban mientras miraba a su padre. Los ojos del propietario Chen se lanzaron hacia la izquierda y hacia la derecha; después de un rato, insistió: –– N... No lo sé. ¡No la reconozco! La cara de Chu Wan Ning estaba fría como la escarcha. Habló en voz baja: –– Mentiroso. Tenía una apariencia severa para empezar, ahora, con las cejas fruncidas y un aura furiosa, se veía aún más cruel, incluso más aterrador que un fantasma malicioso. El propietario Chen inconscientemente dio dos pasos hacia atrás. De repente, Chu Wan Ning golpeó el suelo con Tian Wen, chispas que brotaban de la vid mientras las hojas volaban en el aire. El propietario Chen rápidamente cayó sobre su trasero. –– ¿La fragancia Bai Die fue realmente creada por su familia? ¿Era el primer matrimonio de tu hijo mayor? ¿Luo Xian Xian le suena? ¿¡Qué tan desvergonzado es en esta edad madura!? La boca del propietario Chen se abrió, se cerró, luego se abrió de nuevo, pero no pudo pronunciar una sola palabra al final, ya que su rostro se volvió de ceniciento a escarlata. La joven hija de la familia Chen, que había estado escondida a un lado todo el tiempo, escuchó el nombre de "Luo Xian Xian" e inmediatamente comenzó a llorar. Se tambaleó para arrodillarse ante su madre, sacudiendo ese cuerpo inconsciente: –– ¡Luo jiejie! Luo jiejie, ¿Todo esto lo hiciste tú? Sé que te hicieron daño, que no puedes aceptarlo, pero por favor te ruego que, aunque sólo sea por mí, perdona a mi familia... Luo jiejie... Chu Wan Ning se inclinó, Tian Wen en su mano resplandeciendo dorado, y usó su empuñadura para levantar la cara del propietario Chen. Tenía fobia de tocar a la gente que encontraba repugnante, se le pone la piel de gallina. –– ¿De verdad cree que no puedo saber cuándo alguien me está mintiendo?–– Hablaba fríamente, mirando fijamente el rostro del propietario Chen y viendo el suyo reflejado en esos ojos asustados. De hecho, es una cara desagradable, fría y dura, como una hoja cubierta de escarcha. Y qué. Yu Heng del Cielo Nocturno nunca necesitó el afecto de otras personas. –– Daozhang, Daozhang, el Pico Sisheng te envió, y yo soy el cliente, ¿Cómo pudiste entrometerte en mi negocio privado de esta manera? Yo... Chu Wan Ning: –– Bien, saldré de tu negocio entonces. Tú puedes morir. –– ¡Espere! ¡Espera, espera, espera! No puede... –– ¿No puedo?–– El peligro parpadeó en los ojos entrecerrados de Chu Wan Ning. –– ¿No puedo qué? –– Soy... eres... tú... –– Si alguien como tú fuera un discípulo de mi secta–– Chu Wan Ning acarició a Tian Wen. –– Te azotaría y te rompería los huesos aquí mismo. Al oír eso, el propietario Chen finalmente se dio por vencido al tratar de hacerse el tonto. Al ver la actitud viciosa de Chu Wan Ning, sin un indicio de la compasión que uno esperaría de un cultivador, sus piernas empezaron a temblar involuntariamente y se arrodilló, tirando todo el respeto a sí mismo por la ventana para llorar: –– ¡Daozhang, no teníamos otra elección, no nos podíamos permitir ofender a la hija del gobernador! Nosotros, estábamos tan preocupados que apenas podíamos comer, Daozhang... Extendió la mano para abrazar los muslos de Chu Wan Ning mientras gemía. La fobia de Chu Wan Ning se encendió al ver que el propietario Chen estaba a punto de tocarlo, atrajo la vid de sauce sin pensarlo dos veces, exclamando con disgusto: –– ¡No me toques! –– ¡Aaah!–– El dorso de su mano fue azotado por Tian Wen, y aunque no hubo energía espiritual detrás del ataque, el propietario Chen todavía aulló de dolor, gritando: –– ¡Increíble! ¡El cultivador del Pico Sisheng golpea a la gente común! –– ¡Tú...! Cuando Mo Ran, apoyando a los dos inválidos, entró en la residencia Chen, lo que lo saludó fue el Propietario Chen llorando de mala gana cuando se arrodilló en el suelo, señalando a Chu Wan Ning con un dedo tembloroso, gritando:–– ¿Qué otra secta hace esto? Su Pico Sisheng tomó la paga y, y no sólo no protegió al cliente, ¡Sino que lo atacó! Son así, así de... ¡Tan descarados! ¡Voy a decirles a todos! ¡Lo anunciaré al mundo! Me aseguraré de que todos sepan sobre la actitud de su secta... ¡La actitud de su secta! ¡Destruiré la reputación de su secta y me aseguraré de que nunca le paguen otro cobre! Chu Wan Ning gruñó: –– ¿Y qué si tienes dinero? ¿El dinero te permite voltear el bien y el mal, pagar la bondad con crueldad? ¿El dinero te permite hacer lo que quieras, romper todas tus promesas? El hijo menor de la familia Chen habló tímidamente desde el costado: –– No es como si matáramos a Luo Xian Xian, sólo la golpeamos un poco y la expulsamos, ella es la que no quería vivir, no es culpa nuestra que ella no buscara refugio en la nieve, ¿Puedes culparnos por eso? No matamos a nadie, no puedes simplemente señalar con el dedo lo que quieras, sólo porque eres un gran cultivador. Sus palabras fueron extremadamente astutas. Técnicamente, los Chen no rompieron ninguna ley; incluso si Chu Wan Ning los arrastrara a los tribunales, a lo sumo el funcionario podría reprenderlos por ser crueles y deshonesto, pero ninguno de ellos sería condenado por nada. –– No maté al tío, pero el tío murió por mi culpa. Bueno, sin duda ustedes se han limpiado a ustedes mismos. La mano de Chu Wan Ning, apretada alrededor de la vid de sauce, temblaba de ira. El propietario Chen, esa vieja comadreja, ya había recogido su ingenio de donde estaba disperso por el susto inicial. Tenía miedo de que Chu Wan Ning los abandonara sin antes ocuparse del fantasma, pero al pensarlo otra vez, este bárbaro Daozhang aún era enviado por el Pico Sisheng. Como la secta más importante del reino de cultivo inferior, dado que ya han cobrado la tarifa, definitivamente terminarán el trabajo, eso es de conocimiento general. Una vez que llegó a esta conclusión, dejó de tener tanto miedo. Se aferró a su propio casco con un pequeño corte, lágrimas y mocos mientras gritaba: –– ¿Limpiado? Nosotros los Chen, nunca hemos hecho nada atroz, ni asesinado ni provocado un incendio, si esa Luo Xian Xian no quisiera vivir, ¿Cómo es eso nuestra culpa? ¡Si no exorcizas adecuadamente a este fantasma hoy, iré al Pico Sisheng y presentaré una queja sobre ti de inmediato! ¿Quién hace las cosas como ustedes? Si le quitas el dinero a alguien, tienes que resolver sus problemas, ¿Cómo no entiendes algo tan básico, y...? Antes de que terminara, Chu Wan Ning tomó su propio monedero y lo tiró al suelo ante él sin parpadear: –– Su pago a la secta, lo he devuelto por completo. ¡En cuanto a quejarse, siéntase libre! Tian Wen brillaba intensamente, hojas de sauce afiladas como cuchillos. Cogido por sorpresa, el propietario Chen gritó y chilló, cubriéndose la cabeza y corriendo como una rata, incluso arrastrando a su propia hija para bloquear las puertas en su frenesí. Afortunadamente, Chu Wan Ning era un experto en el azote de personas, y Tian Wen era uno con su mente, la vid de sauce retrocedió inmediatamente para evitar golpear a la hija Chen antes de dar la vuelta y dirigirse directamente hacia la cara del propietario Chen, con fuertes gritos y salpicaduras de sangre al instante. El propietario Chen no había esperado que Chu Wan Ning estuviera tan completamente inmutable en su postura, su aire de arrogancia se fundió instantáneamente en un charco de barro, asustado mientras huía y aullaba: –– ¡Espera, espera, detén el látigo! ¡Detén el látigo! ¡Daozhang! ¡Daozhang! ¡Estaba hablando sin sentido! ¡Sólo tonterías! ¡Ah! ¡Daozhang perdóname! Por favor, te lo ruego, ¡No puedo soportar esto! ¡Daozhang ten piedad, fue nuestra culpa! ¡Fue nuestra culpa! Chu Wan Ning ni siquiera lo escuchaba. Su pecho estaba lleno de ira, los ojos de fénix se estrecharon con dureza mientras Tian Wen bailaba en el aire y el propietario Chen rodaba por el suelo con dolor, llorando lamentablemente. Mo Ran se quedó en la puerta, aturdido: ––… Nunca antes había visto a Chu Wan Ning azotar a un plebeyo con Tian Wen, y tan despiadadamente, como si estuviera azotando a una bestia, la vid de sauce se movía tan rápido que apenas era visible. ¿Qué tipo de desastre fue este? El contratista que golpea al cliente, ya sea en el ámbito de cultivo superior o inferior, destruiría definitivamente la reputación de ese cultivador para siempre. No importa cuán malo sea el genio de Chu Wan Ning, o cuánto dejó que su corazón dominara su cabeza, ¿Cómo pudo haber llegado tan lejos como para cometer un error tan grande? Esto fue mucho más serio que su "Robo y libertinaje". La cara de Shi Mei estaba pálida por el asombro. Tiró de Mo Ran preso del pánico: –– ¡Date prisa y detén a Shizun! Mo Ran le entregó a Shi Mei la aún inconsciente Chen-Yao, es decir, a la preciada hija de la familia Yao, y dio un paso adelante para agarrar la muñeca de Chu Wan Ning, alarmado y aprensivo: –– Shizun... tú... ¿Qué estás haciendo? Chu Wan Ning estaba de un humor terrible, frunció el ceño y gritó: –– Suéltame. –– Shizun, esto va contra las reglas... –– ¿Necesitó que me lo digas? ¿Cuál de las setecientas cincuenta reglas del Pico Sisheng no conozco mejor que tú? ¡Suéltame! Mo Ran levantó la voz: –– ¿Entonces por qué no te detienes? Chu Wan Ning no tuvo ganas de perder el aliento con él, abruptamente arrebatando su mano, otro latigazo aterrizó implacablemente sobre el propietario Chen. –– ¡¡Shizun!! Chu Wan Ning gruñó, con los ojos fríos: –– ¡Piérdete! El propietario Chen vio que Mo Ran se veía guapo y amable, definitivamente una buena persona, y se arrastró apresuradamente detrás de Mo Ran y tiró de la esquina de su túnica: –– Daozhang, habla con tu Shizun, yo, mis viejos huesos, incluso si estaba equivocado, incluso si estaba equivocado, mis viejos huesos no pueden soportar este tipo de golpes... Pero, al contrario de lo que esperaba, cuando Mo Ran se dio la vuelta y vio su rostro cubierto de mocos y lágrimas, no sintió lástima sino disgusto, alejándose rápidamente con un "Ah" y murmurando con desdén: –– No me toques. ––…–– El propietario Chen vio que no se podía confiar en este, y su mirada se movió hacia Shi Mei, quien estaba ayudando a Chen-Yao a sentarse en una silla no muy lejos. Aferrándose a su último poco de esperanza, se arrastró hacia Shi Mei, llorando y sollozando. –– Daozhang, Daozhang, muestra bondad, muestra misericordia, sé que estaba equivocado, fue mi mal, todo mi mal, por favor, te ruego que hables con tu Shizun, me equivoqué, admito mi culpa... Yo... Haré lo que digan, pero por favor, no me peguen más, soy viejo, mi cuerpo no puede soportarlo... no puedo soportarlo... Lloró lamentablemente, suplicando genuinamente por su vida mientras se arrastraba al lado de Shi Mei y tiraba de su ropa. ––…–– Shi Mei se llenó de lástima, girándose para implorar a Chu Wan Ning. –– Shizun, ya que el anciano ya sabe que está equivocado, por favor, muestra algo de misericordia y para... Chu Wan Ning: –– Fuera del camino. Shi Mei: ––… Chu Wan Ning, dijo con dureza: –– ¿¡No me escuchaste!? Shi Mei se estremeció de miedo y se apartó del camino. Tian Wen arrancó por el aire con un "woosh", se dirigió directamente al propietario Chen, quien se cubrió la cabeza con ambos brazos y dejó escapar un grito de miedo. El sonido era realmente demasiado lamentable, y Shi Mei no pudo evitar dar un paso al frente, bloqueando el golpe por él. El látigo aterrizó de manera contundente. Shi Mei se movió demasiado rápido, Chu Wan Ning trató de retirarse, pero ya era demasiado tarde. Las gotas de sangre volaron. Shi Mei en su estado debilitado cayó rápidamente de rodillas por el golpe. Cubrió su delicada mejilla, pero no pudo evitar que la sangre goteara entre sus dedos... CAPÍTULO 24: ESTE VENERABLE LE DECLARA LA GUERRA FRÍA. Por un momento, todos permanecieron en silencio, y sólo se oyeron los sollozos del propietario Chen. Shi Mei bajó la cabeza, con la mano cubriendo su mejilla, pero sus ojos se pusieron serios cuando miró a Chu Wan Ning: –– Shizun, por favor, detén esto. Si continuas, el Pico Sisheng es el que tendrá la culpa... El alma de Mo Ran estaba a punto de salir volando de su boca. Él puede ser un reprobado, pero estaba completamente dedicado a Shi Mei. En esta vida renacida, se había jurado tratar a Shi Mei con cuidado y protegerlo bien, pero sólo han pasado un par de días y Shi Mei ya ha sido herido y azotado, ¡Cómo puede ser esto! Ni siquiera tenía en él la posibilidad de ajustar la puntuación con Chu Wan Ning en este momento, apresurándose al lado de Shi Mei para revisar la herida en su mejilla. Shi Mei dijo suavemente: –– Estoy bien... –– Déjame ver de todos modos. –– En realidad no es nada. Shi Mei trató de resistirse, pero Mo Ran aún logró retirar su mano cubriendo la herida. Sus pupilas se contrajeron al instante. Era una herida profunda, cruda y sangrienta, que se extendía hasta el cuello, con la sangre aun corriendo... Mo Ran vio rojo. Se mordió el labio y lo miró durante un largo rato antes de voltearse para gritarle a Chu Wan Ning: –– ¿¡Ya terminaste!? Chu Wan Ning, con el rostro sombrío, guardó silencio. No se disculpó ni se acercó, sólo se mantuvo enraizado en el mismo lugar, sosteniendo a Tian Wen sin canalizar ninguna energía espiritual. ––… Mo Ran sintió que había innumerables demonios frenéticos en su pecho. ¿Quién podría tolerar que su persona amada, que ya había muerto una vez en una vida pasada, sufriera una y otra vez así? Él y Chu Wan Ning se miraron fijamente, sin retroceder, sin rendirse. Los ojos de Mo Ran empezaron a inyectarse en sangre; ha odiado a Chu Wan Ning durante tantos años, el odio se filtró hasta el fondo de su médula ósea, ¿Por qué esta persona delante de él siempre iba en su contra? Cuando se unió a la secta por primera vez, había hecho algo mal y casi muere en manos de Chu Wan Ning. Más tarde, cuando Shi Mei resultó herido, Chu Wan Ning, que sólo tenía tres discípulos en toda su vida, simplemente se puso de pie y observó. Luego, Shi Mei murió, el Pico Sisheng fue destruido, y Mo Wei Yu se convirtió en el único señor del mundo de la cultivación, toda persona bajo el sol se arrastraba ante él. Sólo Chu Wan Ning se oponía a él en todo momento, se interponía en su camino de izquierda a derecha, lo apuñalaba en la conciencia, recordándole constantemente de que no importaba lo poderoso que fuera el Emperador Taxian-jun, debajo de todo esto, sólo era un loco abandonado por todos los que estaban cerca de él. Chu Wan Ning. Chu Wan Ning... ¡En la vida y en la muerte, siempre es él! Los dos seguían vestidos con túnicas de boda a juego, cara a cara, pero era como si el espacio entre ellos estuviera dividido por un abismo abierto. Chu Wan Ning finalmente apartó a Tian Wen. El propietario Chen dejó escapar un gran suspiro de alivio, arrodillándose frente a Shi Mei haciendo una reverencia sin parar: –– Muy amable, muy amable, el buen señor es verdaderamente un Buda viviente, nuestro salvador, gracias por salvar a toda mi familia, señor, gracias señor, gracias señor. Siempre termina así. Él fue quien se encargó del espíritu maligno, pero también fue él quien dio el azote. Chu Wan Ning hizo lo que se suponía que tenía que hacer, pero también lo que no se suponía que hiciera, y al final alguien más era el salvador compasivo, y él era el villano. Siempre ha sido así. Estaba malhumorado, ya se había resignado a ello. Él tampoco se arrepintió. Habiendo golpeado accidentalmente a su propio discípulo, por supuesto que se sentía mal por eso, pero tenía una cara delgada y no podía levantarse y decir algunas palabras cálidas y amables, así que se alejó y fue a pararse frente a la hija menor de la familia Chen en su lugar. La niña lo miró e inconscientemente, dio un paso atrás con miedo, temblando. De toda la familia Chen, ella era la única con amabilidad. Chu Wan Ning suavizó su tono: –– Tu madre sufrió una posesión fantasma, y su vida útil se ha reducido en al menos veinte años. Si ella no se arrepiente y continúa siendo inmoral, estará plagada de energía negativa y morirá incluso antes. Cuando se despierte, dile que prepare una tablilla conmemorativa para la señorita Luo con madera de durazno rojo y que reconozca claramente su estado al respecto. "Luo Xian Xian fue la esposa de Chen Bo Huan", este hecho que su familia ha mantenido oculto durante años también debe hacerse público para cumplir el deseo de su vida. Hizo una pausa, luego le entregó un libro de escrituras: –– Además, toda la familia debe arrodillarse y recitar el “Encantamiento de Liberación” tres veces al día para ayudar al alma de la señorita Luo a encontrar la paz y purgar los espíritus que acechan a su familia. Esto debe hacerse durante diez años sin parar, de lo contrario, la señorita Luo regresará por venganza. La voz de la niña tembló: ––… Sí, gracias, Daozhang... Chu Wan Ning se volvió para mirar al propietario Chen y a su hijo, con la mirada aguda como una daga cubierta de nieve: –– Cuando la señorita Yao se despierte, ustedes dos deben contarle todo y dejar que ella tome su propia decisión. ¡Si tratan de ocultar algo, les arrancaré a ambos la lengua! Estos dos no eran más que cobardes que no se atrevían a ofrecer resistencia ahora que las cosas habían llegado a esto, ambos postrados en el suelo, jurando de arriba y hacia abajo para seguir todas las instrucciones. –– En cuanto a la fragancia Bai Die, fue creada sólo por el señor Luo, pero ustedes la reclamaron como su propia fórmula. Saben lo que tienen que hacer, no malgastaré más aliento.–– Chu Wan Ning agitó sus mangas y se marchó. –– D-definitivamente iremos a hacer correcciones en la tienda y aclarar que esta fragancia fue hecha por... por el señor Luo... Después de que todo fue arreglado, Chu Wan Ning le ordenó a Mo Ran llevar a la señorita Yao adentro para sacar el veneno. Aunque Mo Ran tenía odio en su corazón, sabía muy bien que en su juventud era aún más respetuoso que desafiante hacia su Shizun, así que permaneció en silencio, apretando la mano de Shi Mei y susurrando: –– Ve a tratar tu cara y detener el sangrado... La llevaré dentro. Todavía había un gran personaje rojo de "Xi" en la habitación del hijo mayor Chen. Todo había sucedido tan rápido que probablemente se olvidaron de tomarlo en cuenta. En este momento, con Chen Bo Huan ya convertido en polvo, parecía extremadamente burlesco. La señorita Yao fue un daño colateral en esta ridícula farsa plagada de avaricia. ¿Qué elegirá ella cuando despierte? Como una persona normal, ella no era tan tenaz como Shi Mei. Chu Wan Ning extrajo la sangre envenenada y le dio una pastilla en silencio. Todo el tiempo, Mo Ran se quedó a un lado sosteniendo un recipiente con agua y entregando toallas, pero los dos no se hablaron, ni siquiera se miraron. Cuando se iba, la mirada de Chu Wan Ning cruzó la pared con indiferencia antes de darse cuenta repentinamente de algo, su mirada se desvió para mirar el poema que colgaba de la pared. Las columnas de letras estaban escritas regularmente, limpias y rectas; La tinta no se había secado durante mucho tiempo y los bordes del papel aún no habían comenzado a ponerse amarillos. Lo escrito fue: “Manos de un tinte delicado, vierten vino dorado. En toda la ciudad es primavera, y ella, el sauce detrás de la muralla del palacio. Y el viento del este, lleno de malicia. Trajo fina alegría, Y una madeja de penas. Años de separación. mal, mal, mal. Primavera tranquila primavera. Somos nosotros, sin razón, los que nos consumimos. Las lágrimas rayan ásperas, manchando la fina seda. Flores de durazno caen, tu habitación junto al estanque, vacía. ¿Qué tan buenos han sido nuestros votos como montañas? Con cartas incluso prohibidas... Y nada, nada, nada.” El corazón de Chu Wan Ning se sintió repentinamente sofocado. La escritura fue pulcra y cuidadosa. Firmado por, Chen Bo Huan, las tres letras brillantemente visibles. El joven maestro Chen se casó con la hija de la familia Yao en contra de su voluntad, y sólo pudo mantener la miseria en su corazón para él solo. ¿Pasó los últimos días de su vida de pie junto a la ventana, pincel en mano, indefenso, transcribiendo "Chai Tou Feng", una oda de pérdida y despedidas? No quería quedarse en la residencia de Chen ni un momento más. Ignorando el dolor abrasador en su hombro, se dio la vuelta y se fue. Chu Wan Ning y Shi Mei resultaron heridos, no eran aptos para regresar al Pico Sisheng de inmediato, y a Chu Wan Ning le disgustaba especialmente viajar con espada, por lo que decidieron pasar la noche en una posada, y de esta manera también podían echar un vistazo al templo el día siguiente para garantizar que las cosas fueran debidamente atendidas. A pesar de que los "demonios" y los cadáveres fueron pulverizados por "Viento" de Chu Wan Ning, sólo fueron sus cuerpos los que fueron destruidos, no sus espíritus. No había nada malo en quedarse unos días para asegurarse de que nada se había escapado para seguir causando problemas. Chu Wan Ning caminó en silencio, sus dos discípulos siguieron detrás. Shi Mei parecía haber recordado algo de repente, preguntando: –– A-Ran, la ropa que tú y Shizun están usando... ¿Qué... qué sucedió? Mo Ran se sorprendió antes de recordar que él y Shizun todavía llevaban la túnica de boda. Tenía un miedo mortal de que Shi Mei pudiera malinterpretar, y se apresuró a quitárselo. –– Esto... uhm, la ilusión de antes, no lo pienses demasiado, yo... A mitad de sus palabras, miró de nuevo y se dio cuenta de que, dado que Shi Mei también había sido arrastrado a través de la boda de fantasmas, él también llevaba una túnica de boda, era sólo que tenía un diseño diferente y no se veía demasiado reconocible debido a los rasgones y lágrimas. Pero no importa qué, todavía era una túnica de boda. De pie junto a Shi Mei de esta manera, podía imaginar que era Shi Mei cuyas manos retenía entonces en la ilusión de la maestra fantasma, con quien se inclinaba, con quien compartía el vino. Ya no quería quitárselo, mirando a Shi Mei aturdido. Shi Mei sonrió cálidamente: –– ¿Qué es? No terminaste tu oración. Mo Ran murmuró: ––… No es nada. Chu Wan Ning estaba unos pasos por delante de ellos, sin saber cuánto escuchaba, pero se detuvo y se dio la vuelta. El cielo empezaba a iluminarse. Después de una noche de conmoción, la primera luz del amanecer emergió del horizonte, el sol carmesí como un corazón desgarrado y sangrante saliendo del abismo de la oscuridad, pintando los cielos con espléndidos colores. Chu Wan Ning se puso de pie, retro iluminado, mientras el final de la larga noche se iluminaba, mientras el sol naciente iluminaba las nubes. Se quedó de lado, con túnicas de boda rojas como la sangre, el sol naciente arrojaba un halo dorado detrás de él, difuminando la expresión de su rostro. De repente, la energía espiritual surgió, rompiendo las túnicas de boda en pedazos. Fragmentos de rojo revoloteaban como tantos pétalos de flores Haitang que se marchitan. El viento se elevó, dispersando las piezas por todas partes. Las túnicas blancas debajo fluían en el viento junto con su cabello negro como la tinta. Sangre en su hombro. Piezas de tela en el viento. La mancha de sangre en la que resultó herido al proteger a Mo Ran era aún más vívida y conspicua en esas túnicas blancas. Pasó un largo rato antes de que Chu Wan Ning se burlara con frialdad, como en ridículo: –– Mo Wei Yu, ¿Qué hay entre tú y yo para ser mal entendido? Llamó a Mo Ran "Mo Wei Yu" cada vez que estaba enojado, frío y sin distante, una forma distante de dirección educada sin un toque de calidez. Mo Ran se atragantó, con la guardia baja no tuvo nada que decir. Chu Wan Ning se dio la vuelta y se alejó. A esa hora no había nadie, caminaba solo, ya que la tierra y el cielo parecían difuminarse. Su expresión áspera y burlona se derrumbó tan pronto como llegó a la habitación de la posada y cerró la puerta. Chu Wan Ning apretó los dientes, con una expresión de dolor en su rostro mientras levantaba una mano para tocar su hombro. Las garras de la maestra fantasma eran una especie de cuerpo celeste, no menos que Tian Wen, ambas armas extremadamente poderosas. Su hombro entero estaba desgarrado, pero no había tiempo para cuidarlo durante el ataque. A estas alturas, ya se había extendido y comenzó a infectarse, el dolor era insoportable. De pie en la habitación, Chu Wan Ning exhaló lentamente y trató de quitarse las túnicas, pero la tela se pegó a su piel donde la sangre ya se había secado, y el tirón envió rayos de dolor a través de su cuerpo. La habitación de Mo Ran estaba justo al lado. La posada apenas estaba insonorizada, y no quería que nadie lo supiera, así que se mordió el labio y arrancó la tela con un movimiento despiadado. –– ¡Nngh...! Chu Wan Ning dejó escapar un gruñido ahogado, luego lo soltó lentamente, sangre en sus dientes y labios donde había mordido demasiado fuerte. Jadeó para respirar, la cara completamente desprovista de color, el cuerpo cubierto de sudor frío. Bajó sus largas pestañas, temblando ligeramente mientras miraba hacia abajo para absorber el daño. No estaba tan mal. Aún manejables... Sosteniéndose de la mesa para apoyarse, se sentó lentamente en la silla. Poco a poco, soportando el dolor, usó el agua y la toalla que el sirviente de la posada trajo para limpiar la herida con su mano ilesa. Luego, usando un cuchillo afilado, cortó la carne muerta. Después de eso, aplicó el ungüento que hizo Madam Wang. Y finalmente, lentamente, con dificultad, envolvió las vendas alrededor de su hombro solo. No estaba acostumbrado a mostrar debilidad frente a los demás. Había pasado por este tipo de dolor muchas veces antes, y cada vez lo había superado por su cuenta. Un animal herido encontrará un lugar para esconderse y lamer sus heridas. A veces sentía que no era diferente de esas bestias, y que esta existencia solitaria probablemente continuará en el futuro también. Sabía que era desagradable, por lo que no quería rogar lastimosamente por la ayuda de nadie. Tenía su propia idea inefable de dignidad. Pero cuando se quitó la túnica, una bolsa de brocado había caído al suelo. El satén rojo estaba bordado con flores de árbol de seda. Sus dedos temblaron por el dolor mientras abría lentamente. Dentro había dos mechones de pelo atados juntos. De él y de Mo Ran. La mente de Chu Wan Ning se quedó en blanco por un momento. Quería sujetar la bolsa a la llama de la vela y quemarla junto con su contenido ridículo. Pero no pudo soportar hacerlo al final. Atar el cabello para convertirse en marido y mujer, el amor conyugal nunca debe dudarse. Casi podía oír las risitas tranquilas del niño dorado y de la doncella de jade. Era consciente de las palpitaciones profundas en su propio corazón, y se odiaba aún más por ello. Apretó la bolsa suave con fuerza en su mano y lentamente cerró los ojos. No podía aceptar estos pensamientos que tenía hacia Mo Ran. Sólo deseaba poder extraer su propio corazón y eliminar los despreciables pensamientos internos, desgarrar, desgarrar y arrojar. ¿Dónde estaba su decencia, su propiedad? ¿Era Mo Wei Yu alguien en quien debería pensar? ¿Qué clase de maestro era él? ¡Verdaderamente peor que una bestia! Los golpes vinieron de la puerta de repente. Chu Wan Ning, en medio de reprenderse, se sobresaltó, abriendo los ojos de par en par mientras metía apresuradamente la bolsa de brocado en su manga. Su rostro se posó de nuevo en una expresión de mal humor. –– ¿Quién es? ––… Shizun, soy yo. –– La voz de Mo Ran vino desde afuera, y los latidos del corazón de Chu Wan Ning se aceleraron un poco. –– ¿Puedo entrar? CAPÍTULO 25: ¡ESTE VENERABLES REALMENTE NO PUEDE SOPORTARLO! Chu Wan Ning permaneció en silencio por un largo rato, con la cara llena de pesimismo y pesadumbre, las palabras "Vete al infierno" se atascaron en su garganta todo el tiempo antes de salir a regañadientes como "entra al infierno" al final. –– ¿Eh? ¿Tu puerta no está cerrada con llave?–– Mo Ran intentaba reconciliarse con él después de un día entero de guerra fría, así que abrió la puerta y entró actuando como si nada estuviera mal. Chu Wan Ning lo miró sin ninguna expresión desde donde estaba sentado junto a la mesa. Hablando con el corazón, Mo Ran realmente fue agradable de ver, iluminando toda la habitación con su sola presencia. La firme piel del joven casi parecía brillar, y las comisuras de los labios tenían una curva natural, de modo que parecía que estaba sonriendo incluso con una expresión neutral. Chu Wan Ning mantuvo su compostura firmemente bajo control mientras alejaba su mirada de Mo Ran y bajaba sus largas pestañas, levantando una mano para apagar el palo de incienso sobre la mesa antes de preguntar impasiblemente: –– ¿Qué estás haciendo aquí? –– Vine para... verificar tu herida. –– Mo Ran tosió ligeramente, luego su mirada se posó en el hombro de Chu Wan Ning y se detuvo. –– ¿Ya la has tratado? Chu Wan Ning dijo suavemente: –– Mn. Mo Ran se quedó sin habla: ––… Es cierto que tenía rencor contra Chu Wan Ning, y también estaba enojado con él por lastimar a Shi Mei. Pero una vez que se había calmado, no era como si Mo Ran no tuviera ninguna conciencia en absoluto; El odio era una cosa, pero no había olvidado cómo se lastimó el hombro de Chu Wan Ning. Dentro de ese sofocante ataúd, Chu Wan Ning lo había abrazado con fuerza en sus brazos, usando su propio cuerpo para bloquear las garras de la maestra fantasma, negándose a soltarlo incluso cuando todo su cuerpo temblaba por el dolor... Mo Ran definitivamente detestaba a Chu Wan Ning. Pero aparte de la aversión, por alguna razón, siempre hubo otros sentimientos complicados mezclados también. Era una persona tosca que no recibió ninguna educación en su niñez. A pesar de que estudió y lo compensó un poco más tarde, aún le costaba mucho entender algunos de los asuntos más delicados, especialmente los relacionados con las emociones. Por ejemplo, cuando se trataba de Chu Wan Ning, Mo Ran se había rascado la cabeza y lo había reflexionado durante mucho tiempo, pero simplemente no podía descubrir qué era esta emoción. Sólo reconoció las emociones simples: gusto, disgusto, odio, feliz, infeliz. Pero varias emociones mezcladas dieron al brillante y poderoso Emperador Taxian-jun vértigo, lo hacía ver estrellas. No lo entiende, no tiene sentido, qué es esto, sálvame, de mi mente. Así que Mo Ran simplemente no se molestó en pensar en eso por más tiempo, no le importaba desperdiciar ese tipo de energía en nadie más que en Shi Mei. Internamente, puso el incidente anterior en la cuenta de Chu Wan Ning y conspiró secretamente para devolverle el doble cuando tuviera la oportunidad de resolver el puntaje, pero al mismo tiempo, también se sentía culpable. Luchó consigo mismo internamente antes de finalmente llamar a la puerta de Chu Wan Ning. Él no quería estar en deuda. Pero Chu Wan Ning era aún más testarudo de lo que había pensado. Mo Ran se quedó mirando el montón de vendas manchadas de sangre en la mesa, el agua de color carmesí en el tazón del lavabo y el cuchillo que había sido arrojado casualmente a un lado, con trozos de carne ensangrentada todavía pegados a la punta. Sintió que le dolía la cabeza. ¿Cómo se las arregló para tratar su propia lesión? ¿Realmente cortó sin pestañear la carne muerta alrededor de su herida con su propia mano, así de simple? El cuero cabelludo de Mo Ran se sentía entumecido sólo de pensarlo, ¿Este tipo era incluso humano? Shi Mei había gemido suavemente por el dolor con lágrimas en sus ojos cuando Mo Ran estaba limpiando su herida justo ahora; a pesar de lo mucho que no le gustaba Chu Wan Ning, no pudo evitar inclinarse mentalmente ante él. El anciano Yu Heng era, de hecho, el jefe de la mierda, impresionante, realmente impresionante. Mo Ran se quedó allí por un momento, luego rompió el silencio primero. Tosió ligeramente dos veces, tocó el suelo y murmuró torpemente: –– Antes, en la residencia de los Chen... lo siento, Shizun. Chu Wan Ning no dijo nada. Mo Ran le echó un vistazo: –– No debí haberte gritado. Chu Wan Ning siguió ignorándolo, una cara de indiferencia como siempre. Nunca lo diría, pero en el fondo, se sintió injusto. Mo Ran se acercó. Sólo de cerca vio que Chu Wan Ning había hecho un lío con el vendaje, la gasa envuelta alrededor de su hombro como si estuviera atando un cangrejo. ––… Entonces, otra vez, ¿Qué esperaba de alguien que ni siquiera sabía cómo lavar la ropa? Suspirando, Mo Ran dijo: –– Shizun, no te enojes más. –– ¿Cuál de tus globos oculares me vio enojado?–– Chu Wan Ning respondió furioso. Mo Ran: ––… Después de un tiempo. –– Shizun, así no es como se venda... Otra respuesta agria: –– ¿Crees que sabes más que yo? Mo Ran: ––… Levantó la mano, queriendo rehacer los vendajes de Chu Wan Ning, luego miró su expresión y vaciló, calculando la probabilidad de recibir una bofetada en la cara por atreverse a tocarlo era bastante alta. La mano bajó, luego la levantó. Esto se repitió varias veces. Chu Wan Ning se irritó y le lanzó una mirada de reojo: –– ¿Qué, quieres golpearme o algo así? ––…–– Él realmente quería golpearlo, pero no ahora. Mo Ran sonrió con exasperación y de repente extendió la mano para presionar su mano contra el hombro de Chu Wan Ning, escatimando las consecuencias. Aparecieron hoyuelos en sus mejillas: –– Shizun, aquí, te ayudaré a rehacer los vendajes. Chu Wan Ning originalmente quería negarse, pero los cálidos dedos de Mo Ran ya estaban sobre él y su boca estaba repentinamente seca. Sus labios se movieron ligeramente pero al final no dijo nada y sólo dejó que Mo Ran hiciera lo que quisiera. La gasa se desenvolvió capa por capa, ya empapada de sangre, hasta que los cinco agujeros escalofriantes fueron revelados. Sólo con verlo lo hizo estremecerse; el daño fue mucho peor que el corte en la cara de Shi Mei. Mo Ran se quedó un rato mirando, y luego, por alguna razón que incluso él mismo no entendió, preguntó en voz baja: –– ¿Te duele? Chu Wan Ning, con las pestañas largas colgando bajo, sólo dijo suavemente: –– No mucho. Mo Ran: –– Seré amable. Chu Wan Ning no sabía en qué estaba pensando, pero los lóbulos de sus orejas se pusieron un poco rojos y se enojó de sí mismo otra vez, pensando que debía estar perdiendo la cabeza por tener pensamientos tan absurdos. Así que su expresión se volvió aún más rígida, su estado de ánimo empeoró y murmuró secamente: –– Como quieras. La llama de la vela crepitaba. Por su tenue luz amarilla, Mo Ran pudo ver que el bálsamo medicinal ni siquiera se había aplicado en algunos lugares. Estaba realmente sin palabras; Debe ser por algún tipo de milagro que Chu Wan Ning logró vivir hasta el día de hoy. –– Shizun. –– ¿Hm? –– ¿Qué pasó en la residencia de los Chen hoy? ¿Por qué los golpeaste?–– Preguntó mientras aplicaba el ungüento. Chu Wan Ning se quedó en silencio por un momento antes de responder: – – Estaba enojado, eso es todo. Mo Ran: –– ¿Qué te hizo enojar tanto? Chu Wan Ning no tenía ganas de molestarse con un menor en este momento, así que le contó brevemente a Mo Ran sobre Luo Xian Xian. Mo Ran sacudió la cabeza cuando terminó de contar: –– Eso fue una tontería de tu parte. Algo como esto, no importa cuánto te enoje, todavía no deberías haber reaccionado así. Si fuera yo, sólo inventaría algunas cosas, fingiría el exorcismo, luego me sacudiría las manos y me iría, dejando que las cosas sigan su curso. Tienes que adaptarte a la situación a veces. Mírate, has hecho un gran lío con un desgraciado despreciable, e incluso golpeaste accidentalmente a Shi Mei... Mo Ran se detuvo a medio camino de la oración. Se calló y miró a Chu Wan Ning. Estaba demasiado concentrado en hacer el vendaje y se olvidó de sí mismo por un momento, y había hablado sin saberlo con Chu Wan Ning en el tono imprudente de su yo de treinta y dos años. Chu Wan Ning también lo había notado claramente. Miraba fríamente a Mo Ran por las esquinas de sus ojos, sólo la mirada transmitía esa línea familiar: –– Te mataré a golpes. –– Erm... Todavía estaba luchando para pensar en una excusa cuando Chu Wan Ning habló primero. Dijo impasible: –– ¿Crees que quería golpear a Shi Ming Jing? Tan pronto como se mencionó a Shi Mei, la razón dejó el cerebro de Mo Ran y la voluntad se hizo cargo, incluso su tono se volvió irritable: –– ¿No fue así? Chu Wan Ning también lamentó el golpe, pero su rostro era delgado y estaba mortificado por eso, así que frunció el ceño y no dijo nada. Chu Wan Ning era testarudo, Mo Ran estaba enamorado y chispas volaban donde sus miradas chocaban en el aire. La atmósfera que sólo se había aliviado un poco una vez más se convirtió en un callejón sin salida. Mo Ran dijo: –– No es como si Shi Mei haya hecho algo malo. Shizun, ¿No puedes al menos disculparte por haberlo lastimado accidentalmente? Los ojos de Chu Wan Ning se estrecharon peligrosamente: –– ¿Me estás interrogando? ––…No. –– Mo Ran hizo una pausa –– Estoy molesto porque él fue herido injustamente, pero Shizun ni siquiera lo lamentó. Bajo la luz de las velas, el joven apuesto terminó de curar las heridas de Chu Wan Ning y ató cuidadosamente un nudo. La escena todavía parecía algo tierna como lo había sido hace un momento, pero ambos estados de ánimo ya eran muy diferentes. Especialmente para Chu Wan Ning, era como si un frasco entero de vinagre se hubiera derramado dentro de su pecho, el sabor amargo de los celos se hinchaba sin parar, metiéndose debajo de su piel. ¿Lo siento? ¿Cómo escribes lo siento? Alguien por favor enséñele. Mo Ran continuó: –– Tomará al menos medio año para que ese corte en su cara se desvanezca, pero antes, cuando lo estaba ayudando a aplicar la medicina, él todavía dijo que no debía culparte. Shizun, es cierto que no te culpa, pero aun así, ¿Realmente crees que estás en lo correcto? Sus palabras sólo agregaron combustible al fuego. Chu Wan Ning intentó y no pudo soportarlo. Gruñó en voz baja: –– Vete al infierno. Mo Ran: ––… Chu Wan Ning espetó: –– ¡Fuera! Mo Ran fue expulsado, la puerta se cerró de golpe en su cara y casi en sus dedos. Mo Ran alzó el cuello. ¡Mira esto, sólo mira! ¿Cuál es su problema? ¡Es sólo una disculpa! Esa cara de él es preciosa, ¿Qué tan difícil es simplemente pedir perdón? Incluso este venerable Emperador Taxian-jun supo disculparse, ¡Pero el simple Inmortal Bei Dou tiene que lanzar un ataque sibilante sin ninguna razón! ¡No es de extrañar que nadie lo quiera a pesar de su hermoso rostro! Un maldito desperdicio es lo que es, va a estar soltero de por vida, ¡Le queda bien! Ya que Chu Wan Ning cerró la puerta en su cara y no le prestó atención, el alto y poderoso Taxian-jun, el Emperador del reino humano, obviamente no sólo rodaría fuera de la puerta como un perro desvergonzado. Era extremadamente persistente, se aferraba como un caramelo pegajoso e imposible de arrancar, pero a quien se aferraba era a Shi Mei, no a Shizun. No podía importarle menos, e inmediatamente se fue para ir a hacer compañía a Shi Mei. –– ¿Ya volviste?–– El bello Shi Mei estaba acostado descansando cuando Mo Ran entró. Se detuvo antes de sentarse, con un largo cabello negro que caía sobre su cuerpo. –– ¿Cómo está Shizun? –– Está bien, y también su temperamento. Shi Mei: ––… Mo Ran levantó una silla y la colocó a horcajadas hacia atrás, con las manos apoyadas en su espalda, con una sonrisa perezosa jugando en sus labios mientras observaba a Shi Mei con su largo y suave cabello suelto. Shi Mei dijo: –– Tal vez debería ir a verlo después de todo... –– Wah, no te hagas eso a ti mismo. –– Mo Ran puso los ojos en blanco. – – Está lanzando un ataque en este momento. –– ¿Lo hiciste enojar de nuevo? –– ¿Incluso necesita a alguien que lo haga enojar? Incluso puede enojarse consigo mismo. El tipo probablemente está hecho de madera, se incendia con la menor chispa. Shi Mei negó con la cabeza, atrapado entre la risa y el llanto. Mo Ran dijo: –– Vuelve a descansar, voy a bajar y pediré prestada la cocina para cocinar algo para ustedes. Shi Mei: –– ¿Vas a tener tantos problemas? También estuviste despierto toda la noche, ¿No deberías dormir? –– Jaja, estoy bien despierto.–– Mo Ran se rió. –– Pero si no quieres que me vaya todavía, ¿Puedo hacerte compañía hasta que te duermas? Shi Mei agitó apresuradamente una mano y dijo suavemente: –– No es necesario, no podré dormir contigo aquí observando. También deberías intentar descansar un poco, no te sobre esfuerces. Mo Ran estaba un poco abatido, la sonrisa en sus labios se puso un poco rígida. Shi Mei fue amable con él, pero siempre parecía mantener una cierta distancia indiscernible. Estaba justo frente a él, pero también era como la ilusión de la luna en el espejo, la flor reflejada en el agua, a la vista pero inalcanzable. ––…Está bien. –– Hizo lo mejor que pudo para animarse, forzando la sonrisa en su rostro. Mo Ran tenía una sonrisa radiante, y era tonto hasta el punto de ser lindo cuando no era travieso. –– Sólo llámame si necesitas algo, estaré justo al lado o abajo. –– Mn. Mo Ran levantó una mano, deseando acariciarle el cabello, pero logró contenerse y volvió la mano para rascarse la cabeza. –– Me voy entonces. Una vez afuera, Mo Ran no pudo resistir un estornudo. El suspiró. La Ciudad Cai Die se especializaba en la producción de fragancias y los inciensos de todo tipo eran bastante baratos, por lo que la posada no era tacaña. Una barra larga de incienso especial se quemó en cada habitación, una para mantener alejados a los espíritus malignos, dos para eliminar la humedad y tres para hacer que las habitaciones olieran bien. El olor a incienso hizo que Mo Ran se sintiera incómodo, pero a Shi Mei le gustó, así que lo soportó. En la planta baja, Mo Ran se dirigió al posadero y deslizó un lingote de plata, con los ojos entrecerrados en una sonrisa: –– Oye, posadero, hazme un favor. Al ver el lingote de plata, la sonrisa del posadero fue aún más cortés: –– ¿Qué necesita el buen señor? Mo Ran dijo: –– No veo a mucha gente aquí para desayunar, de todos modos, ¿Puedo molestarte para que rechaces a los otros huéspedes y me prestes la cocina por la mañana? ¿Cuántos cobres valía el desayuno? Incluso la mitad de un mes de desayunos no puede ganar un sólo lingote de plata. El posadero estuvo de acuerdo con entusiasmo, sonrió mientras conducía a Mo Wei Yu, todavía arrogante, a la cocina de la posada. –– ¿Qué va a cocinar el señor? Por qué no lo hace nuestro cocinero, él es realmente bueno. –– No es necesario. –– Mo Ran sonrió. –– ¿Has oído hablar del Salón Zui Yu en XiangTan? –– Ah... ¿La famosa casa de entretenimiento que se quemó hace poco más de un año? Mo Ran: –– Mhm. El posadero echó un vistazo afuera para asegurarse de que su esposa estaba ocupada trabajando y no escuchando antes de sonreír: –– ¿Quién no ha oído hablar de ese lugar? Fue el teatro más famoso del río Xiang, e incluso produjo una cantante estrella, conocida en todo el mundo. Lástima que esté tan lejos, o me gustaría escucharla tocar también. Mo Ran se rió: –– Bien, gracias por el cumplido, en su nombre. –– ¿En su nombre? ¿En su nombre?–– El posadero estaba desconcertado. –– ¿La conoces o algo? Mo Ran respondió: –– Más que sólo conocerla. –– Wow... no lo habría sabido sólo con mirarte, ¿Eh? Pero pueden los cultivadores incluso... uh... Mo Ran lo interrumpió con una carcajada: –– Además de la cantante estrella, ¿Sabes algo más? –– Um... Escuché que la comida allí también era inigualable." Los labios de Mo Ran se curvaron en una alegre sonrisa cuando levantó el cuchillo de la cocina con un aire de familiaridad: –– Antes de ser cultivador, trabajé como asistente en la cocina del Salón Zui Yu durante muchos años. ¿Quién crees que cocina mejor, tu cocinero o yo? El posadero estaba aún más sorprendido, tropezando con sus palabras: –– El buen señor es verdaderamente... verdaderamente... Él siguió murmurando "verdaderamente" pero no pudo encontrar la palabra. Mo Ran lo miró por el rabillo del ojo, con una sonrisa engreída en su rostro con un aire de pereza seguro de sí mismo: –– Está bien, entonces vete, este venerable cocinero se pondrá a trabajar. El posadero no tenía idea de que en ese momento estaba hablando con el ex señor de la oscuridad, e imploró descaradamente: –– Hace mucho que escuché sobre las delicias del Salón Zui Yu, quizás cuando haya terminado el buen señor, ¿Podría a este humilde permitirle probar un poco? Pensó que era una pequeña petición, y que Mo Ran definitivamente estaría de acuerdo. Quién sabía que los ojos de Mo Ran se entrecerrarían en una sonrisa pícara: –– ¿Quieres probarlo? –– ¡Mhm! –– ¡Sigue soñando!–– Mo Ran hizo un "hmph" con un aire de arrogancia, murmurando –– ¿Pensaste que este venerable iba a cocinar para cualquiera? Esto es para Shi Mei, si no es para él, este venerable ni siquiera se metería en la cocina... Escogió un rábano y comenzó a cortarlo mientras murmuraba para sí mismo. ––…–– El posadero fue derribado, y sólo pudo pararse torpemente a un lado frotándose las manos y sonriendo de manera apacible por un rato antes de alejarse silenciosamente. También murmuró para sí mismo por dentro. ¿Qué fue todo eso de 'este venerable'? El chico es tan joven, que probablemente ni siquiera ha formado un núcleo dorado todavía. Escúchalo divagando, Shimei esto Shimei aquello, pero no había ni una sola chica en su grupo hoy. El posadero puso los ojos en blanco. Debe estar loco, y no sólo un poco. Mo Ran se ocupó de la cocina durante cuatro horas enteras; Era casi mediodía antes de que terminara. Corrió escalera arriba, expectante para despertar a Shi Mei. Sus pasos se ralentizaron cuando pasó frente a la habitación de Chu Wan Ning. Si él lo llama a comer también... Pensando en el mal genio de Chu Wan Ning, Mo Ran frunció el ceño con disgusto. No, sólo hizo un poco de todos modos, ¡Nada para él! CAPÍTULO 26: EL PRIMER ENCUENTRO DE ESTE VENERABLE CONTIGO. El sol se elevaba en lo alto del cielo, y más y más personas venían a comer a la posada. Mo Ran lo encontró ruidoso en la planta baja, así que hizo que un sirviente trajera los platos que preparó a su habitación. Él invitó a Chu Wan Ning al final. Shizun era el más alto clasificado, después de todo; Él no era un emperador del reino humano en este momento, así que tenía que cumplir las reglas. En la mesa cuadrada había tres platos de sopa de fideos. Él mismo hizo los fideos, suaves y duros, mucho mejor de lo que se podía comprar afuera. En la parte superior se apilaban rebanadas de carne gruesa, junto con salchichas fritas, brotes de arvejas frescas y tiernas, repollo napa regordete e hilo de huevo de color dorado, los coloridos ingredientes dispuestos artísticamente. Pero lo más notable no eran las verduras rociadas, los generosos cortes de carne, o incluso la abundancia de ingredientes, sino el caldo que se había cocinado a fuego lento durante cuatro horas. El caldo blanco lechoso tenía una capa de aceite de ají de sésamo encima; Mo Ran había molido las especias calientes él mismo en un molinillo de piedra y lo coció a fuego lento con un caldo para un sabor rico y un aroma tentador. Había usado grandes cantidades de aceite de chile y pimientos, pensando en el amor de Shi Mei por los alimentos picantes. Viendo a Shi Mei cavar con gusto ahora, la sonrisa de Mo Ran se extendió aún más. Robó algunas miradas y no pudo resistirse a preguntar: –– ¿Es bueno? Shi Mei dijo: –– Es delicioso. Chu Wan Ning no dijo nada, todavía con un rostro sombrío como si el cielo le debiera cien montañas de oro y plata. Mo Ran estaba bastante satisfecho de sí mismo: –– Entonces, avísame cuando quieras comerlo de nuevo, lo haré para ti. Los ojos de Shi Mei estaban llorosos por el sabor picante cuando levantó la vista para sonreír a Mo Ran, con una expresión amable. Ante tal belleza, si no fuera por Chu Wan Ning, que estaba sentado a un lado y congeló la mitad de la habitación con su mera presencia, a Mo Ran le resultaría difícil decidir entre comer los fideos en su tazón o a Shi Mei. Shi Mei no comió gran parte de los brotes de guisantes y la salchicha, pero la carne y el repollo desaparecieron rápidamente. Mo Ran, que había estado observando en silencio desde un costado, extendió la mano con sus palillos y movió los brotes de guisantes y la salchicha a su propio tazón, luego movió varios trozos de carne desde su tazón hasta Shi Mei. Todos los discípulos del Pico Sisheng comieron en el Salón Meng Po, a menudo intercambiando platos entre sí, así que Shi Mei sonrió y no pensó en nada: –– A-Ran, ¿No te gusta la carne de res? –– Mhm, me gustan los brotes de guisantes. Entonces él comenzó a masticar. Las puntas de sus orejas eran un poco rojas. Chu Wan Ning, inexpresivo, escogió los brotes de guisantes en su tazón y los arrojó todos al tazón de Mo Ran. –– No me gustan los brotes de guisantes. También arrojó toda la carne en su tazón a Shi Mei: –– Tampoco me gusta la carne. Luego miró el resto de la comida en su tazón con las cejas fruncidas, apretó los labios y no dijo nada. Shi Mei preguntó con cuidado: –– Shizun... ¿No es de tu agrado? Chu Wan Ning: ––… Él no respondió, sólo bajó la cabeza y en silencio recogió un trozo de repollo, dando un pequeño bocado. Su expresión empeoró instantáneamente y dejó sus palillos con un 'pa'. –– Mo Wei Yu, ¿Vertiste un frasco entero de salsa picante en la sopa? Mo Ran hizo una pausa y miró hacia arriba, con un fideo aun colgando de su boca; no había anticipado que el desayuno en el que tanto había trabajado recibiría tan duras críticas. Parpadeó a Chu Wan Ning, desconcertado, incapaz de creer en sus propios oídos por un momento, antes de sorber el fideo en su boca: –– ¿Qué? Chu Wan Ning fue incluso menos cortés esta vez: –– ¿Esto es incluso comida para personas? ¿Es incluso comestible? Mo Ran parpadeó varias veces más antes de que finalmente se diera cuenta de que este imbécil de Chu Wan Ning lo estaba asando. Le disparó indignado: –– ¿Cómo es que no es comida para personas? El espacio entre las cejas de Chu Wan Ning se contrajo cuando comentó: – – Es realmente desagradable. Mo Ran se atragantó. Sin importar qué, sus habilidades las aprendió a escondidas de los mejores de los mejores en el Salón Zui Yu. –– Shizun no eres... un poco demasiado exigente. Shi Mei también dijo: –– Shizun, no has comido en todo el día, aunque no te guste, aún trata de comer algo. Chu Wan Ning se levantó y dijo fríamente: –– No como comidas picantes. Luego se dio la vuelta y se fue. Los dos que quedaron en la mesa cayeron en un incómodo silencio. Shi Mei quedó estupefacto: –– ¿Shizun no come comidas picantes? ¿Cómo es que no sabía que... A-Ran, tú tampoco lo sabías? –– Yo... Mo Ran se quedó mirando fijamente durante un rato los fideos que Chu Wan Ning había dejado prácticamente intactos, luego asintió. –– Mn. No lo sabía. Eso fue una mentira. Mo Ran sabía que Chu Wan Ning no podía comer comida picante. Es sólo que lo olvidó. Había estado enredado con esta persona durante la mayor parte de su vida anterior, después de todo. Sabía exactamente qué comidas le gustaban y cuáles no le gustaban a Chu Wan Ning. Pero no se molestó en tenerlo en cuenta, por lo que nunca recordó. Chu Wan Ning regresó a su habitación y se acostó, todavía vestido. Se enfrentó a la pared con los ojos bien abiertos, incapaz de dormir. Había perdido mucha sangre y había usado demasiada energía espiritual. Además de eso, no ha comido ni un solo bocado desde ayer, su estómago ha estado vacío durante mucho tiempo y se sentía horrible. Esta persona no sabía cómo cuidarse en absoluto. Estaba de mal humor, así que simplemente no comió, como si pudiera llenar su estómago de ira. No sabía por qué estaba enojado. O más bien, no quería saber. Pero en el silencio, una cara apareció ante sus ojos desenfocados, las esquinas de los labios se curvaron suavemente en una sonrisa brillante, la luz parpadeaba en un par de ojos negros claros, suaves con un toque de púrpura. Cálido y cómodo, y algo perezoso. Chu Wan Ning agarró la manta, las articulaciones de sus dedos palidecieron por la fuerza. No quería hundirse en ello, cerrando los ojos en un intento por escapar de esa cara y risa descuidada. Pero el pasado surgió aún más con los ojos cerrados, y lo inundó como una marea... La primera vez que se encontró con Mo Ran fue en la Torre Tong Tian en el Pico Sisheng. El sol era feroz ese día, los veinte ancianos estaban presentes, hablando entre ellos en voz baja. El anciano Yu Heng naturalmente, era una excepción. No era tan tonto como para pararse allí con el resto de ellos para hornearse en el sol. En cambio, se paró debajo de un árbol en flor, preocupado por examinar la flexibilidad de la nueva garra de metal negro en su mano. Por supuesto que él mismo no tenía necesidad de tales cosas; estaba forjando estas garras para los discípulos de nivel inferior del Pico Sisheng. El reino de cultivo inferior bordeaba el reino fantasma, y por lo tanto era a menudo peligroso. No era raro que los discípulos de nivel inferior se lesionaran o incluso perdieran la vida. Nunca dijo nada al respecto, pero Chu Wan Ning había estado tratando de encontrar una solución, quería hacer un arma que fuera ligera, ágil y fácil de usar. Los otros se quedaron a un lado, charlando. –– ¿Escuchaste? Ese sobrino perdido del Líder de la Secta apenas fue salvado de un incendio. Nadie más sobrevivió al lugar quemándose. Si el líder estuviera incluso un paso más tarde, el sobrino probablemente también se habría convertido en polvo, fue realmente un golpe de suerte. –– Debe haber sido su difunto padre protegiéndolo del otro lado. Es desgarrador que se haya separado tan joven y pase por tantas dificultades, suspiro... –– ¿El niño se llama Mo Ran? Quince años ¿Verdad? Es hora de que reciba un nombre de cortesía, ¿Tiene uno? –– Anciano Xuan Ji, el niño creció en una casa de entretenimiento, con suerte y tiene un nombre, mucho menos un nombre de cortesía. –– Escuché que el Líder de la secta ya había pensado en un par, y ahora sólo está eligiendo entre ellos. Me pregunto qué elegirá al final. –– El líder seguro que valora a su sobrino. –– ¿Tú no lo sabes? No sólo el Líder, también, Madam lo adora sin cesar. Jeh, probablemente el único disgustado en todo el Pico Sisheng es nuestro querido por los cielos... –– ¡Anciano Tan Lang! ¡No debes hablar con tanta indiscreción! –– Jaja, mi error, me resbalé! Pero nuestro querido por los cielos se vuelve salvaje y no le presta mucha atención a la propiedad, no respeta a los ancianos y se relaja ociosamente todo el día con un aire de derecho nato, realmente le falta algo de disciplina. –– Anciano Tan Lang, ¿Cuánto ha bebido hoy...?–– La persona que estaba a su lado le dirigió una mirada significativa, gesticulando con la barbilla hacia Chu Wan Ning, que estaba a una distancia, el significado era obvio. El querido por los cielos, Xue Meng, fue el discípulo de Chu Wan Ning. Decir que Xue Meng carecía de disciplina era sólo un insulto indirecto a las enseñanzas de Chu Wan Ning. Este anciano Yu Heng estaba compuesto y refinado en apariencia, como si estuviera por encima de los asuntos del reino mortal, rodeado de un aire altivo. Pero todos sabían sobre su temperamento volátil; si alguien lo tocaba de manera equivocada, también podría limpiarse el cuello y esperar la muerte por azotes. Chu Wan Ning escuchó cada palabra de sus chismes. Pero no les prestó atención. Tenía menos interés en lo que otros tenían que decir sobre él que en los patrones decorativos en la garra del dedo. Hablando de eso, la garra del dedo era bastante buena, pero no lo suficientemente fuerte, podría no ser capaz de romper la gruesa piel de algunos demonios de un sólo golpe. Intentará agregar un poco de polvo de huesos de dragón cuando regrese, eso debería ayudar. Los otros ancianos vieron que Chu Wan Ning no reaccionó, así que se relajaron un poco y volvieron a su charla. –– El Líder de la secta probablemente nos convocó a todos aquí hoy para elegir un maestro para ese joven maestro Mo, ¿Eh? –– Eso es extraño, ¿Por qué el Líder no le enseña él mismo? –– Supuestamente, la naturaleza de la cultivación del pequeño sobrino es incompatible con el método de cultivación del Líder. –– Alguien murmuró. –– Pero incluso entonces, ¿No es demasiado reunir a todos los ancianos para que el joven maestro elija a alguien? El anciano Lu Cun dejó escapar un suave suspiro y apartó su suave y elegante cabello largo, lamentándose: –– Mi humilde ser se siente como un repollo napa barato en este momento, dispuesto en el puesto para que lo recoja el pequeño joven maestro Mo. Todo el mundo: ––… ¿Podría este petimetre, por favor, no dejar escapar toda la verdad sin un toque de delicadeza? Esperaron un buen rato antes de que finalmente llegara el Líder de la secta. Subió los mil escalones para llegar ante la Torre Tong Tian, un joven lo seguía. Chu Wan Ning sólo miró brevemente, y ni siquiera se molestó en ver con claridad antes de apartar la mirada para continuar examinando su garra sin una segunda mirada. El procedimiento del Pico Sisheng para que el aprendiz eligiera un maestro fue bueno y realmente no convencional. En cada otra secta, el maestro era alto y poderoso, apoyando su mano sobre la cabeza de un nuevo discípulo y diciendo: –– Joven, tu aptitud es satisfactoria, de ahora en adelante serás mi discípulo. –– El discípulo ni siquiera tenía la oportunidad de decir "no". O bien, el maestro agitaba su manga con una cara de burla fría, declarando: –– Joven, tu frente es demasiado grande, los ojos demasiado apagados, la parte posterior del cráneo sobresale demasiado, no es la apariencia adecuada para mí secta. Tú y yo no estamos destinados a ser, no te aceptaré como discípulo. –– El discípulo ni siquiera tenía la oportunidad de probarse a sí mismo antes de que el maestro se alejara con su espada y lo sacara de allí más rápido que a un perro. Las cosas eran diferentes aquí en el Pico Sisheng, el maestro y el discípulo se eligieron mutuamente. ¿Qué significa eso? El Pico Sisheng tiene veinte ancianos. Cuando un nuevo discípulo ingresa a la secta, primero pasa un período de tiempo conviviendo con todos y sopesando sus opciones antes de entregar una carta de intención a un anciano que exprese su deseo de buscar su guía. Si el anciano acepta, entonces todo funciona perfectamente. Si el anciano declina, el discípulo podría continuar insistiendo hasta que el anciano ceda o el discípulo se rinda. Por todas las apariencias, Chu Wan Ning era excepcionalmente hábil y guapo para comenzar, así que uno esperaría que su patio delantero se llenara hasta el borde a todas horas del día con discípulos esperanzados que lo perseguían implacablemente como maestro. Pero la realidad era muy diferente. La apariencia de Chu Wan Ning era elegante, pero su genio era tan malo que hacía que el cabello de la gente se pusiera de punta. Corre el rumor de que cuando se enoja, azota a las discípulas como si fueran discípulos masculinos, y hunde directamente a los discípulos masculinos. No muchas personas fueron lo suficientemente valientes para este tipo de Shizun. Por lo tanto, la residencia del anciano Yu Heng era tranquila y solitaria. Aparte del querido por los cielos, Xue Meng y el amigo íntimo de Xue Meng, Shi Mei, nunca había aceptado a ningún otro discípulo. Todo el mundo preferiría llamarlo respetuosamente "Anciano" que llamarlo íntimamente "Shizun". Chu Wan Ning tenía una expresión altiva e insistió en que no le molestaba en absoluto, con la cabeza baja mientras seguía jugueteando con el arma helada en sus manos, como si no pudiera importarle menos. Todo lo que él diseñó, desde las armas escondidas en la manga hasta los silbatos de emergencia, fue para otros. Cuanto antes termine, más personas evitarán el sufrimiento. Así que no esperaba en absoluto que Mo Ran lo eligiera sin dudarlo. En ese momento, sus cejas estaban fruncidas mientras acariciaba las espinas de la garra del dedo, reflexionando sobre cómo mejorarlas y ni siquiera prestaba atención a lo que el Líder de la secta y todos los demás estaban diciendo. Sin que él lo notara, todo se había calmado. Sólo después de haber pensado en un método de mejora, Chu Wan Ning se dio cuenta repentinamente de que el entorno que estaba lleno de conversación hace un momento ahora parecía demasiado tranquilo. Así que finalmente apartó su mirada de la garra del dedo, mirando hacia arriba con algo de impaciencia e incomprensión. Fue entonces cuando vio una cara. Tan brillantemente iluminada por el sol que era casi deslumbrante. Un joven apuesto, con la cabeza inclinada hacia atrás, lo estaba mirando. Las esquinas de los labios del joven estaban curvadas en una débil y perezosa sonrisa, y un par de hoyuelos adornaban sus mejillas; un poco de olor a humo y fuego de un mercado, y un poco de inocencia sin culpa. Un par de ojos negros teñidos de púrpura lo miraron sin parpadear, llenos de fervor y curiosidad. Era nuevo y no conocía las reglas, tan cerca que era casi imprudente. Con alguien apareciendo tan repentinamente justo frente a él, Chu Wan Ning se sobresaltó y dio un paso atrás como si se estuviera quemando. La parte posterior de su cabeza se encontró con el tronco del árbol con un golpe. Los ojos del joven se abrieron un poco: –– Ah... Chu Wan Ning ––… Joven: ––… Chu Wan Ning: –– ¿Qué estás haciendo? El joven sonrió: –– Señor, te he estado observando durante tanto tiempo, ¿Por qué no te fijas en mí? CAPÍTULO 27: ESTE VENERABLE TE HARÁ UN TAZÓN DE FIDEOS. La cabeza de Chu Wan Ning se tambaleó. Fue culpa suya por estar demasiado preocupado y no mantener la guardia en alto en el Pico Sisheng, hasta el punto de que ni siquiera se dio cuenta de que alguien se había acercado tanto. ¿Qué está pasando? ¿De dónde viene el niño? Ah, espera, ¿Es ese Mo algo... Mo, otra vez? ¿Mo Shao? ¿Mo Zhu? ¿Mo... Yu? Acomodó su expresión en una de "Los extraños no se acerquen" con facilidad practicada, barriendo rápidamente el sobresalto y el nerviosismo de sus ojos de fénix para ser reemplazados por su habitual y elevado distanciamiento. –– Tú... Estaba a punto de abrir la boca y entregar un regaño por costumbre cuando de repente tomaron su mano. Chu Wan Ning se quedó pasmado. Durante toda su vida, nadie se había atrevido a agarrarlo por la muñeca de esta manera. Estuvo congelado en el lugar por un momento, con el rostro oscuro, sin idea de cómo reaccionar. ¿Debe sacar su mano, seguido de una bofetada de revés… Y gritar "¡No molestes!" él sería la imagen de una dama ofendida. Entonces, ¿Sacar la mano, sin bofetadas? ¿No parecerá un poco demasiado despreocupado? Chu Wan Ning todavía estaba congelado por la indecisión cuando el joven sonrió: –– ¿Qué es esto en tu mano? Es tan bonito, ¿Enseñas cómo hacer estas cosas? Todos los demás ya se presentaron, sólo tú todavía no has dicho nada, ¿Qué anciano eres? Ah, ¿Está bien tu cabeza? ¿Por lo del árbol justo ahora? Al ser golpeado con tantas preguntas seguidas, la cabeza de Chu Wan Ning que no le dolía antes, ahora sí. Su cabeza palpitaba como si estuviera a punto de abrirse... En su agitación, un débil brillo dorado comenzó a acumularse en su otra mano, Tian Wen a punto de aparecer. Los otros ancianos estaban horrorizados, ¿Estaba loco Chu Wan Ning? ¿Se atrevería a azotar incluso al joven maestro Mo? Pero Mo Ran también tomó esa mano. Ahora sus dos manos fueron capturadas por el joven. Mo Ran no tenía idea de cuánto peligro corría cuando se paró frente a él, tomándole las manos y mirando hacia arriba con una cara sonriente: –– Soy Mo Ran, no conozco a nadie aquí, pero basándome sólo en tu cara, me gustas más ¿Qué tal si eres mi maestro? Nadie había anticipado este giro de los acontecimientos, y todos se horrorizaron aún más; algunos de los rostros de los ancianos ya parecían como si se hubieran convertido en piedra y se partieran por la mitad. Anciano Xuan Ji: –– ¿Eh? Anciano Po Jun: –– ¡Guau! Anciano Qi Sha: –– ¿Oh? Anciano Jie Lu: –– Uh... Anciano Tan Lang: –– Hah, esto es muy gracioso. El anciano Lu Cun, en todo su esplendor, giró un mechón de cabello alrededor de un dedo y batió sus ojos de flor de durazno: –– Vaya, el pequeño joven maestro es audaz, verdaderamente joven y valiente, para atreverse a tantear incluso el trasero del anciano Yu Heng. ––… ¿Podrías por favor no decir algo tan nauseabundo como eso?–– Dijo Qi Sha con desdén. Lu Cun con gracia puso los ojos en blanco y murmuró: –– Hm, lo diré de una manera más refinada, entonces, verdaderamente joven y valiente, como para atreverse incluso a ir detrás del anciano Yu Heng. Qi Sha: ––…Sólo mátalo y termina con eso. De todos los ancianos, el amable y gentil Xuan Ji era el más popular. Su método de cultivación era fácil de aprender, y era magnánimo y sobresaliente, por lo que la mayoría de los discípulos del Pico Sisheng estudiaron bajo su mando. Chu Wan Ning pensó que Mo Ran no sería una excepción. Incluso si no elegía a Xuan Ji, definitivamente iría por el anciano Po Jun directo y animado; En cualquier caso, quien quiera que eligiera, seguramente no sería él mismo. Pero él se detuvo frente a él, a escasos centímetros de distancia, con la cara llena de intimidad y cariño, cosas con las que no estaba familiarizado. Se sentía como si le hubieran designado el papel de alivio cómico de la nada, y se encontró repentinamente nervioso sin ninguna razón y con una pérdida total de qué hacer. Chu Wan Ning sólo sabía cómo lidiar con el "respeto", el "miedo", el "odio"; algo como "cariño" era demasiado difícil. Rechazó a Mo Ran de inmediato y sin pensar. Mo Ran se quedó en su lugar, aturdido, el par de ojos bajo esas largas pestañas inesperadamente abatidas pero sin reservas. Pensó en ello por un largo rato con la cabeza agachada, luego murmuró obstinadamente en voz baja: –– Bueno, serás tú de todos modos. Chu Wan Ning: ––… El Líder de la secta miraba desde el lado con diversión, y no pudo resistirse a preguntar con una risa: –– A-Ran, ¿Sabes quién es él? –– Cómo podría saberlo, él no me lo ha dicho. –– Jaja, si ni siquiera sabes quién es él, entonces ¿Por qué estás tan concentrado en él? Mo Ran, aun sosteniendo las manos de Chu Wan Ning, se dio la vuelta y respondió con una sonrisa: –– ¡Porque se ve más gentil y sencillo por supuesto! En la oscuridad, los ojos de Chu Wan Ning se abrieron bruscamente, con la visión flotando. ….Qué demonios. Se preguntó qué era exactamente lo que estaba mal con los ojos de Mo Ran en aquel entonces, para encontrarlo gentil. Tampoco estaba sólo en ese momento; todo el Pico Sisheng escuchó sobre el incidente, y todos miraron al joven maestro Mo Ran con expresiones preocupadas de "qué niño tan tonto". Chu Wan Ning levantó una mano para presionarla contra su palpitante sien. Por el dolor en el hombro, sus pensamientos eran un desastre, su estómago estaba vacío, su cabeza mareada. No estaba descansando en absoluto. Se acostó en la cama, aturdido, con las extremidades extendidas por un rato antes de sentarse, estaba a punto de encender un palito de incienso para ayudarlo a calmarse cuando los golpes volvieron a sonar en la puerta. Era Mo Ran de nuevo. Chu Wan Ning: ––… Él lo ignoró, no dijo entra o vete. Pero esta vez, la puerta se abrió sola. Chu Wan Ning levantó la cabeza sombríamente, pero el fósforo ya encendido entre sus dedos se detuvo en el aire sin tocar el incienso, y después de un rato, se apagó por sí solo. Chu Wan Ning habló: –– Vete al infierno. Mo Ran entró al infierno. Tenía un tazón de fideos humeantes en sus manos, recién hecho. Esta vez fue más simple, fideos sencillos en caldo blanco puro, salpicados con cebolla picada y semillas de sésamo blancas, algunas costillas de cerdo en la parte superior, repollo napa y un huevo escalfado ligeramente crujiente alrededor de los bordes. Chu Wan Ning estaba hambriento, pero su rostro permaneció impasible. Miró los fideos, miró a Mo Ran, luego volvió la cara sin decir una palabra. Mo Ran dejó el tazón sobre la mesa y dijo suavemente: –– Hice que la cocinera de la posada hiciera estos fideos. Chu Wan Ning bajó las pestañas. Por supuesto que Mo Ran no lo haría él mismo. –– Trata de comer algo. –– Mo Ran dijo: –– Este tazón no es picante, y no hay carne de res o guisantes. –– Luego se fue, cerrando la puerta al salir. Se sintió mal por la lesión de Chu Wan Ning. Pero esto era todo lo que podía hacer. Dentro de la habitación, Chu Wan Ning se sentó junto a la ventana, perdido en sus pensamientos, con los brazos cruzados mientras miraba ese tazón de fideos con costilla desde muy lejos, hasta que el vapor desapareció, hasta que los fideos se enfriaron, sin un toque de calor... Sólo entonces, finalmente se acercó y se sentó, recogiendo el frío tazón de fideos ya amontonados por los palillos y lentamente comenzó a comer. El caso de la inquietante residencia Chen fue concluido. Al día siguiente, recogieron sus caballos negros de los establos y se dirigieron de nuevo a la secta por el mismo camino que tomaron para llegar aquí. En toda la ciudad, desde los puestos de té hasta los puestos de comida, todos en la Ciudad Cai Die hablaban de lo que pasó con la familia Chen. En un pueblo tan mediano, un escándalo como este fue suficiente para ser la comidilla del pueblo durante al menos un año. –– ¿Quién hubiera pensado que el joven maestro Chen ya se había casado con la señorita Luo a puerta cerrada? Pobre señorita Luo. –– Si me preguntas, esto no habría sucedido si los Chen no se hubieran hecho ricos. –– Realmente no puedes permitir que los hombres se hagan ricos, o todas las malas aguas en sus vientres inundarán y ahogarán a toda la ciudad. Un hombre se mostró insatisfecho al escuchar y dijo: –– El joven maestro Chen no hizo nada malo, fue todo obra de su padre y su madre. Espero que los hijos y nietos futuros del bastardo propietario Chen, nazcan idiotas. Alguien más dijo: –– Los muertos son lamentables, pero ¿Qué pasa con los vivos? Mira a la señorita Yao, preciada hija de la familia Yao, obtuvo el extremo más corto del palo, sin importar cómo lo mires. Esa vieja perra Chen de corazón negro estafó a la pobre muchacha, ¿Qué debería hacer ahora? –– Volver a casarse, por supuesto. La persona rodó los ojos, burlándose: –– ¿Volver a casarse? ¿Tú la tomarías? El campesino que se burló de ella sonrió con cariño, tocando la brecha entre sus dientes mientras decía: –– Si mi mujer está bien con eso, claro, por qué no. La señorita Yao es muy bonita, no me importaría que fuera viuda. –– Ja, sigue soñando, incluso como artículo de segunda mano está fuera de tu alcance. Las orejas de Mo Ran se levantaron desde donde estaba sentado en su caballo, escuchando con energía por aquí y mirando por allí. Si no fuera por Chu Wan Ning que tenía los ojos cerrados y las cejas fruncidas, con "demasiado malditamente ruidoso" escrito en su frente, Mo Ran podría incluso haberse movido para unirse al chisme. Montando lado a lado, finalmente salieron de la ciudad y llegaron a las afueras. Shi Mei de repente dejó escapar un sonido de sorpresa y señaló a la distancia: –– Shizun, mira hacia allá. Un gran grupo de granjeros vestidos con ropa gruesa se reunieron frente al templo destruido, transportando ladrillos por todas partes. Parecían tener la intención de reconstruir el templo y reconstruir la estatua de la maestra de ceremonias. Shi Mei se preocupó: –– Shizun, la anterior maestra se ha ido, pero están haciendo otra. ¿Se cultivará esta en una deidad y también causará problemas? Chu Wan Ning: –– No lo sé. –– ¿Deberíamos ir y tratar de disuadirlos de eso? Chu Wan Ning: "La tradición del matrimonio fantasma en la Ciudad Cai Die ha existido desde hace generaciones, no es algo que se pueda cambiar con lo que digamos. Vámonos. Luego se alejó galopando, dejando nubes de polvo detrás. Ya era de noche cuando regresaron al Pico Sisheng. Chu Wan Ning instruyó a sus discípulos en la puerta principal: –– Ustedes dos vayan al Salón Dan Xin. Iré a la Corte de Disciplina. Mo Ran no entendió: –– ¿Para qué vas allí? Pero la preocupación estaba escrita claramente en el rostro de Shi Mei: –– … La expresión de Chu Wan Ning seguía siendo impasible: –– Para recibir un castigo. El dicho podría decir que un crimen fue un crimen ya sea cometido por un campesino o el emperador, pero ¿Qué emperador ha sido encarcelado para esperar la decapitación por matar a un hombre? No fue diferente aquí en el ámbito de la cultivación. Una transgresión fue una transgresión, ya sea cometida por un discípulo o un anciano; estas fueron palabras vacías en la gran mayoría de las sectas. En realidad, un anciano que comete una transgresión, como mucho podría escribir una carta de disculpa, ¿Qué idiota iría y recibiría obedientemente su ronda de azotes o una docena de golpes? Es por eso que el rostro del anciano Jie Lu estaba verde cuando terminó de escuchar la confesión de Chu Wan Ning. –– No es sólo eso, anciano Yu Heng, realmente... ¿Realmente golpeaste al cliente? Chu Wan Ning respondió suavemente: –– Mn. –– Realmente eres demasiado... Chu Wan Ning levantó la mirada para lanzarle una mirada. Jie Lu se calló. –– De acuerdo con las reglas, el castigo por esta transgresión es de doscientos golpes, tres días de arrodillamiento prolongado en el Salón Yan Luo y tres meses de confinamiento. –– Chu Wan Ning declaró: –– No tengo disputas y estoy preparado para recibir el castigo. Jie Lu: ––… Miró a izquierda y derecha, luego enganchó su dedo. Las puertas de la Corte de Disciplina se cerraron con un ruido sordo, dejando sólo a los dos de pie cara a cara en el silencio. Chu Wan Ning: –– ¿Cuál es el significado de esto? –– Cómo decirlo... Anciano Yu Heng, no es que no lo sepas, las reglas son reglas, pero en realidad no se aplican a ti. Las puertas están cerradas, esto se queda entre tú y yo, ¿Qué te parece si dejamos que esto pase? Si realmente te golpeo, y el Líder de la secta se entera, él tendrá mi vieja piel. Chu Wan Ning no tenía ganas de perder el aliento, así que simplemente dijo: –– Hago a los demás cumplir las reglas, y me mantendré igual a mí mismo. Luego se arrodilló justo enfrente del pasillo, frente a la placa sobre la puerta que decía "Disciplina". –– Ejecuta el castigo. CAPÍTULO 28: LA MENTE DE ESTE VENERABLE ES UN DESASTRE. La noticia de que el anciano Yu Heng estaba siendo castigado por infringir las reglas se extendió como si le hubieran brotado un par de alas; ni siquiera tomó hasta la mañana siguiente, prácticamente todos los miembros de la secta se enteraron esa misma noche. Doscientos golpes probablemente conducirían a la muerte a una persona común y corriente. Incluso para un cultivador, todavía sería bastante insoportable. Xue Meng se levantó de un salto cuando escuchó: –– ¿¡Qué!? ¿Shizun fue al Salón de Disciplina? –– Joven maestro, por favor, apúrate y habla con el Líder de la secta, Shizun ya está herido, ¿Cómo podría soportar doscientos golpes? Xue Meng estaba tan ansioso que estaba a punto de volverse loco: –– ¿Mi papá? Eso no servirá, todavía no ha regresado del Palacio Ta Xue, un mensaje por ave no llegará hasta mañana como mínimo. ¿Por qué no detuvieron a Shizun? Mo Ran y Shi Mei intercambiaron una mirada. ¿Detener a Chu Wan Ning? ¿Quién en este mundo entero era capaz de eso? –– Maldita sea, voy a ir tras él en este momento.–– Xue Meng corrió hacia el Salón de Disciplina a toda prisa. Ni siquiera había entrado en el patio cuando vio a un grupo de discípulos del anciano Jie Lu amontonados alrededor de las puertas del salón principal, susurrando entre ellos. –– ¿Qué están haciendo todos parados allí? ¡Fuera de mi camino! ¡Muévanse! –– ¡Joven maestro! –– Ah, el joven maestro está aquí. –– Abran paso al joven maestro. Los discípulos se separaron rápidamente a los lados para dejar pasar a Xue Meng. Las puertas del Salón Qing Tian estaban abiertas. Chu Wan Ning se arrodilló adentro con la espalda recta y los ojos cerrados, sin decir una palabra. El anciano Jie Lu, sostenía una barra de metal, mientras leía en voz alta las reglas del Pico Sisheng, cada regla era acompañada por un golpe brutal en la espalda de Chu Wan Ning. –– Regla noventa y uno de la secta: no lastimar a los inocentes, no usar técnicas de cultivación contra la gente común. Debajo de la vara, ¿Tienes alguna queja? –– Sin quejas. –– Regla noventa y dos de la secta: no actúes precipitadamente por tu propia cuenta, no te permitas la auto-gratificación. Bajo la vara, ¿Tienes alguna queja? –– Sin quejas. El anciano Jie Lu no se atrevió a moderarse al castigar. Noventa golpes y las túnicas blancas de Chu Wan Ning ya estaban empapadas de sangre. Xue Meng mantuvo a Chu Wan Ning en la más alta estima. Sus ojos se volvieron instantáneamente inyectados en sangre ante la vista, gritando a todo pulmón: – – ¡SHIZUN! Chu Wan Ning fingió no escuchar; sus ojos permanecieron cerrados, sus cejas se fruncieron ligeramente. El anciano Jie Lu miró hacia la puerta y dijo en voz baja: –– Anciano Yu Heng, el joven maestro está aquí. –– No estoy sordo, lo he oído. –– La sangre brotó de las comisuras de su boca, pero aún así no levantó la vista. –– Sólo está siendo un niño ruidoso, no le hagas caso. El anciano Jie Lu suspiró: –– Yu Heng, ¿Es esto realmente necesario? –– No se puede evitar que mis discípulos siempre estén siendo desobedientes. –– Chu Wan Ning habló con suavidad: –– Si no recibo mí debido castigo hoy, ¿Cómo tendré la cara para disciplinar a alguien más en el futuro? ––… –– Por favor continua. –– Ah...–– El anciano Jie Lu miró su pálido y delicado cuello expuesto sobre los cuellos abiertos, inclinándose suavemente hacia abajo como una fina neblina, no pudo evitar sugerir: –– ¿Entonces lo haré más fácil? ––…Eso no sería diferente al engaño. –– Chu Wan Ning dijo: –– No te preocupes, sólo son doscientas golpes, puedo manejarlo. –– Anciano Yu Heng... –– Jie Lu, no hay necesidad de decir nada más, continúa. –– La barra de metal cayó una vez más. Incluso la voz de Xue Meng se distorsionó: –– ¡Anciano Jie Lu! ¿Todavía no te estás deteniendo? ¿No tienes en cuenta a tu joven maestro? ¡Es a mi Shizun al que estás golpeando! ¡Mi Shizun! Jie Lu sólo podía obligarse a fingir que no oía. Los pulmones de Xue Meng estaban a punto de explotar por la ira: –– ¿Te has vuelto sordo, viejo de mierda? ¡Tu joven maestro te está ordenando que te detengas! S-si te atreves a golpearlo de nuevo, yo, yo, yo… Se quedó atascado en el "yo" y no podía pensar en qué decir. Después de todo, sólo era un joven de quince años, "querido por los cielos" o no, su fuerza y estatus aún estaban muy por debajo de los ancianos. Al final, con la cara roja, sólo pudo ahogar un obstinado –– ¡Se lo diré a mi padre! Anciano Jie Lu: ––… Chu Wan Ning dejó escapar un suspiro casi imperceptible. Noventa y siete golpes. Noventa y ocho golpes. Noventa y nueve golpes. Cien golpes... Incluso la tela se rasgó por los golpes. La sangre era espantosamente roja. Xue Meng no pudo más. Con los ojos enrojecidos por el pánico, se dirigió al salón de forma temeraria, pero Chu Wan Ning abrió repentinamente los ojos y blandió una mano, una barrera partió de inmediato el espacio en dos, bloqueó la puerta y obligó a Xue Meng a retroceder varios pasos, cayendo al suelo. Chu Wan Ning tosió sangre, su par de ojos de fénix entrecerrados, tan ásperos como un rayo. –– Vergonzoso. ¡Vuelve de dónde vienes! –– ¡Shizun! Chu Wan Ning dijo ásperamente: –– ¿Desde cuándo puede el joven maestro del Pico Sisheng ordenar al anciano Jie Lu que rompa las reglas? ¡Date prisa y piérdete! Xue Meng lo miró con los ojos muy abiertos, con un brillo de humedad en sus ojos. Mo Ran se colocó a un lado acariciando su barbilla, las comisuras de sus labios se curvaban: –– Vaya, oh no, el pequeño fénix va a llorar. Al oír estas palabras, Xue Meng giró la cabeza y miró a Mo Ran. Sus ojos estaban bordeados de rojo, pero se negó obstinadamente a dejar que las lágrimas cayeran. No se quejó, y no respondió. Sólo se arrastró del suelo y se sacudió el polvo con la cabeza baja y los dientes apretados, luego se arrodilló frente al Salón Qing Tian: –– Shizun, este discípulo estaba equivocado. Chu Wan Ning todavía soportaba los golpes, su espalda se mantenía recta y nunca se inclinó, pero su rostro estaba pálido y tenía un brillo de sudor frío en la frente. Xue Meng continuó obstinadamente: –– Pero no me voy. Me quedaré a hacerle compañía a Shizun. –– Dicho esto, se arrodilló y se negó a levantarse. Los ojos de Mo Ran estaban a punto de salirse de sus cuencas. Xue Meng, Xue Zi Ming, el querido por los cielos, sólo se rebajaría hasta este punto frente a Chu Wan Ning. Era un fénix para todos los demás, pero una codorniz para Shizun. Si Mo Ran no estuviera tan seguro de que Xue Meng no tiene interés en los hombres, probablemente dudaría de si estaba enamorado de Chu Wan Ning, por estar tan empeñado y sin remordimientos. Si Shizun le abofetease, la pequeña codorniz pondría humildemente la otra mejilla. Bien, bien. Realmente extraordinario. Su corazón sintió desprecio, pero su boca tenía un sabor agrio por alguna razón. Mo Ran miró a Xue Meng por un rato, cada vez más agitado mientras miraba, pensando que no podía dejar que fuera el único en mostrar devoción. A Chu Wan Ning ya no le agradaba, con este truco que Xue Meng está haciendo, ¿No será aún más parcial en el futuro? Así se arrodillo también, junto a Xue Meng. –– También haré compañía a Shizun. Naturalmente, Shi Mei también siguió su ejemplo, los tres discípulos, todos arrodillados esperando afuera. Los otros discípulos de los ancianos, al escuchar las noticias, todos encontraron alguna excusa u otra para venir a la Corte de Disciplina y ver el espectáculo. –– Cielos, cómo podría el anciano Yu Heng... –– Escuché que golpeó a una persona común en un ataque de rabia. –– ¡Ah! ¿Tan temible? –– Shh, silencio, ¡Si el anciano Yu Heng oye serás el próximo en recibir azotes! Alguien más: –– ¿Pero por qué está arrodillado el joven maestro? –– El joven maestro Mo también... Mo Ran era guapo y encantador, y se había ganado el favor de innumerables discípulas en su vida diaria. Muchos de los espectadores sintieron pena por él, susurrando: –– Pobre joven maestro Mo... ¿Qué hacemos, deberíamos ir a hacer una declaración en su nombre? –– Probablemente no deberíamos meternos en sus asuntos de maestrodiscípulo. Puedes ir si tienes agallas, pero no quiero morir todavía. ¿Ya te olvidaste de la Shijie que fue azotada cientos de veces por el anciano Yu Heng...? ––… Los doscientos golpes terminaron. La barrera fue finalmente retirada. Xue Meng se levantó del suelo y tropezó frenéticamente en el Salón Qing Tian. Cuando se acercó y vio la condición de Chu Wan Ning, soltó un furioso "AH" y se giró para agarrar al anciano Jie Lu por el cuello, gritando: –– ¡Tú viejo de mierda! ¿¡No sabes, al menos, contenerte!? –– Xue Zi Ming. –– Los ojos de Chu Wan Ning estaban cerrados, los labios manchados de sangre se abrían y cerraban, su voz era ronca pero dominante. ––… Las articulaciones de Xue Meng crujieron audiblemente cuando dejó ir al anciano Jie Lu y lo empujó a un lado. Mo Ran llegó también en este momento, todavía sonriendo, pensando que el anciano Jie Lu definitivamente se contendría al golpear en consideración al estado de Chu Wan Ning. Pero esa sonrisa se congeló bruscamente en su rostro cuando miró la condición de Chu Wan Ning. ¿En serio no le contó al anciano Jie Lu sobre la lesión en su hombro? La mayoría de esos doscientos golpes habían aterrizado sin piedad en ese hombro. Nuevas heridas encima de las viejas. Chu Wan Ning, tú... ¿¡Has perdido la cabeza!? Las pupilas de Mo Ran se contrajeron, una oleada de intenso odio se apoderó de él. No sabía qué era exactamente lo que detestaba, o simplemente por lo que estaba tan enojado, sólo que un infierno furioso se elevaba por su estómago y quemaba todos sus órganos. Estaba acostumbrado a que Chu Wan Ning fuera atormentado hasta el punto de ruptura en sus propias manos mientras aplastaba su dignidad y contaminaba su pureza. ¡Pero Mo Ran no pudo soportar que Chu Wan Ning estuviera magullado y marcado por las manos de otro! Tal vez fue porque no pudo olvidar lo que sucedió en su vida anterior, pero Mo Ran inconscientemente sintió que esta persona le pertenecía, para que él viviera o muriera, ser detestado o ser odiado, todo eso le pertenecía. Originalmente, no le importaba que Chu Wan Ning fuera castigado, pensando que era un anciano por lo que los doscientos golpes definitivamente no serían con ninguna fuerza real. O, como mínimo, que los golpes evitarían las heridas aún sin cicatrizar en su hombro. ¡Pero Chu Wan Ning en realidad no habló sobre eso! ¡Él no habló sobre eso! ¿Por qué esta persona tan loca es tan terca? ¿Para qué se está forzando a través de todo esto? ¿Qué demonios estaba tratando de demostrar este estúpido idiota? Con la cabeza en un desastre completo, Mo Ran levantó una mano para apoyar a Chu Wan Ning, pero Xue Meng lo golpeó y ya lo estaba ayudando a levantarse. ––…–– La mano de Mo Ran se detuvo en medio del aire, luego volvió a bajar después de un rato. Los observó alejarse, Xue Meng apoyando a Chu Wan Ning, una sensación desconocida surgió en su pecho. Quería seguirlo, pero no podía mover los pies. Todo lo que sucedió en la vida anterior fue en el pasado. Ahora, Chu Wan Ning era sólo su Shizun. Ninguno de los enredos confusos, odiosos y gentiles entre ellos había ocurrido. Él no debería tener estos pensamientos. No le importaba quién golpeara a Chu Wan Ning, quién lo apoyara, con quién pasara el tiempo o, incluso, si alguien lo matara, nada de eso tuvo nada que ver con él. Shi Mei caminó a su lado: –– Vamos, vamos con ellos y echemos un vistazo. –– Voy a pasar, Xue Meng lo tiene cubierto. No puedo ayudar de todos modos, y demasiadas personas sólo causaran un desastre. –– La expresión de Mo Ran no cambió, pero su mente estaba un poco desordenada. Él realmente, realmente no podía entender qué era lo que sentía en este momento. ¿Fue odio? CAPÍTULO 29: ESTE VENERABLE NO QUIERE QUE MUERAS. Esa noche, Mo Ran yacía en su cama en el Pico Sisheng con las manos detrás de la cabeza, mirando las vigas del techo, completamente incapaz de dormir. Los eventos del pasado se desarrollaron en su mente uno por uno, hasta que finalmente, en cada fragmento estaba el rostro de Chu Wan Ning, elegante hasta el punto de ser frío. A decir verdad, Mo Ran nunca entendió cómo se sentía con respecto a esta persona. La primera vez que lo vio fue debajo del árbol en flor frente a la Torre Tong Tian. Llevaba una túnica suelta con mangas anchas, el único de los veinte ancianos que no estaba vestido con las atractivas armaduras azulplateadas del Pico Sisheng. Ese día, jugueteando distraídamente con la garra blindada en su mano con la cabeza baja, su perfil parecía concentrado pero suave, como un gato blanco bañado en luz del sol cálida y dorada. Mo Ran miró desde lejos, y no pudo apartar la vista. Su primera impresión de Chu Wan Ning fue positivamente brillante. Pero no podía resistir la negligencia, los castigos y la fría dureza que sucedía una tras otra. Los dientes afilados y las garras de ese gato blanco lo dejaron cubierto de heridas. Apenas se aferraba con un hilo a su vida cuando el tío lo salvó del mar de fuego. Pensó que, una vez en el Pico Sisheng, tendría un Shizun para tratarlo con compasión, para cuidarlo con sinceridad. Pero por mucho que intentara agradar, por mucho trabajo que hiciera, era como si Chu Wan Ning no viera nada de eso. Por el contrario, los errores más pequeños le hicieron ganar una ronda de azotes despiadados, y siempre salía crudo y sangrando. Más tarde, se enteró de que Chu Wan Ning lo despreciaba desde el fondo de su corazón. –– Deficiente por naturaleza, sin remedio. Fue probablemente lo que esa persona que estaba parada debajo del árbol en flor, vestida de blanco como la nieve, pensó de él. Una vez consideró a Chu Wan Ning como la luna fría en el noveno cielo, lo respetaba de todo corazón, lo adoraba. Pero, ¿Qué era él para esa luna fría, en realidad? Un discípulo que no tenía más remedio que aceptar. Un delincuente que era humilde hasta los huesos. Un niño inútil criado en un teatro, un sucio réprobo. Mo Ran siempre se echó a reír como si no le importara, pero lentamente comenzó a odiar a Chu Wan Ning, una especie de odio mezclado con una agresiva falta de voluntad para ceder. Se negó a aceptarlo. Una vez, manteniendo el resentimiento que sentía que crecía día a día, siguió provocando a Chu Wan Ning en sus intentos por llamar su atención, sus elogios, su asombro. Durante ese tiempo, si Shi Mei lo elogiaba "bien hecho", habría volado al cielo con felicidad. Pero si Chu Wan Ning estuviera dispuesto a darle un "no está mal", con mucho gusto habría dado su vida. Pero Chu Wan Ning nunca lo elogió. No importaba cuánto lo intentará, lo diligente que era, lo bien que lo hacía, esa persona distante nunca le dio más que una leve inclinación de cabeza antes de apartar la cara. Mo Ran estaba a punto de romperse. ¡Dios sabe cuánto quería agarrar a Chu Wan Ning por la cara en ese entonces y hacer que se diera la vuelta, obligarlo a verlo, a verlo a él, y que recuperara ese "Deficiente por naturaleza, sin remedio"! Pero sólo podía arrodillarse ante Chu Wan Ning como un perro callejero dócil, agachando la cabeza y diciendo con el mayor respeto: "Este discípulo tendrá en cuenta las enseñanzas de Shizun.” Frente a Chu Wan Ning, Mo Wei Yu era humilde. Incluso si él era un "joven maestro", todavía no valía nada. Finalmente entendió que alguien como Chu Wan Ning nunca lo miraría con nada más que desprecio. Incluso más tarde, después de que muchas cosas habían sucedido. Mo Ran se hizo cargo del Pico Sisheng, luego apuntó a la cima y se convirtió en el primer emperador del mundo de la cultivación. Bajo su oscuro estandarte, todos temblaban de miedo y ni siquiera se atrevían a pronunciar su nombre en más que susurros silenciosos. Nadie recordaba su mancha, sus orígenes innombrables... De aquí en adelante, no hubo más Mo Wei Yu, sólo Taxian-jun. Taxian-jun. Todos lo odiaban, lo odiaban al extremo. ¡Monstruo Mo Wei Yu, que sea condenado a la eternidad sin renacimiento ni redención! Taxian-jun Mo Wei Yu Taxian-jun Mo Wei Yu Taxian-junTa. Xian. Jun… Pero ¿Y qué si están asustados? El Pico Sisheng todavía resonaba con el retumbar de voces que gritaban al unísono cuando miles se postraron ante él frente al Salón Wu Shan, todas esas cabezas inclinándose ante él en veneración. "Larga vida al emperador Taxian-jun." Se sintió fantástico. Hasta que vio la cara de Chu Wan Ning en la multitud. El cultivo de Chu Wan Ning ya había sido abolido para entonces. Estaba atado debajo del pasillo, reducido a un mero prisionero bajo los escalones. Mo Ran ya había decidido ejecutarlo. Pero no quería que Chu Wan Ning tuviera una muerte rápida y fácil, por lo que le amarró las extremidades, le cortó un pequeño corte en la arteria de su cuello y encantó la herida para que no se coagulara. La sangre goteaba gota a gota, la vida se drenaba poco a poco. El sol ardía en lo alto. La ceremonia de coronación se había llevado a cabo durante un tiempo, y la sangre de Chu Wan Ning debía estar casi drenada. Con la muerte de esta persona, Mo Ran finalmente sería liberado de su pasado, por lo que, a propósito, dispuso que se desangrara en su coronación. De esta manera, cuando se convirtiera en el maestro del mundo de la cultivación, Chu Wan Ning sería un cadáver sin vida. Y todo lo que sucedió en el pasado sería borrado. Perfecto. Pero, ¿Por qué, incluso en las puertas de la muerte, esta persona seguía siendo tan indiferente? Todavía tan elegante como frío... su rostro estaba completamente sin color, pero su expresión aún era impasible. Cuando miró a Taxian-jun, no hubo alabanza ni miedo. Sólo repulsión, desdén, y… Mo Ran pensó que se había vuelto loco. O Chu Wan Ning se había vuelto loco. Y un poco de compasión. ¡Chu Wan Ning, que estaba al borde de la muerte, que había sido derrotado por él, lo compadecía! Realmente lo compadecía, él que estaba en el ápice por encima de todo lo demás, él que tenía un poder ilimitado. Él, él en realidad... ¡Se atrevía! La rabia que se había acumulado durante más de diez años finalmente volvió loco a Mo Ran. Justo allí, en el Salón Dan Xin, ya renombrado como el Salón Wu Shan, frente a las miles de personas reunidas allí, rodeado por el estruendo de su aclamación y su adulación, se levantó bruscamente, con túnicas negras ondeando, y bajó los escalones. Frente a toda esa gente, agarró a Chu Wan Ning por la barbilla, con una sonrisa dulce pero amenazadora en su cara distorsionada. –– Shizun, hoy es un gran día para este discípulo, ¿Por qué sigues siendo tan infeliz? Las miles de personas cayeron instantáneamente en un silencio mortal. Chu Wan Ning no fue ni deferente ni dominante, su expresión fría como el hielo: –– No tengo un discípulo como tú. Mo Ran se echó a reír, el sonido de su risa desenfrenada rodeaba el taburete del salón dorada como tantos buitres. –– Shizun es tan despiadado, este venerable está decepcionado. –– Él se rió mientras hablaba, su voz resonaba: –– ¿No tienes un discípulo como yo? ¿Quién me enseñó mi camino de cultivación entonces? ¿Quién me enseñó mis habilidades marciales? Y mi crueldad y sangre fría, ¿Quién me enseñó eso? Y las cicatrices de azotes en todo mi cuerpo que no desaparecerán... ¡Déjame preguntarte quién me las hizo! Dejó de sonreír, su voz sonó repentinamente cruel, una luz fría en sus ojos. –– ¡Chu Wan Ning! ¿Te avergüenzas de tener a un discípulo como yo? ¿Son mis huesos demasiado bajos o es mi sangre demasiado sucia? Déjame preguntarte, Chu Wan Ning, déjame preguntarte: ¿Qué significa 'deficiente por naturaleza, sin remedio'? Se estaba volviendo loco, con la voz retorcida mientras gritaba. –– ¡Nunca me has visto como tu discípulo, nunca pensaste nada de mí! Pero yo, una vez, realmente te vi como mi maestro, realmente te respeté, te adoré. ¿Por qué me trataste así? ¿¡Por qué nunca me dirigiste una sola palabra de alabanza, por qué no importaba lo que hiciera, nunca pude obtener ni la más mínima aprobación de ti!? El cuerpo entero de Chu Wan Ning se estremeció, su cara se puso aún más pálida. Esos ojos de fénix se ensancharon ligeramente mientras miraba a Mo Ran. Sus labios se movieron, como si quisiera decir algo, pero al final no salió nada. Todos los que solían estar en el Pico Sisheng ya se habían ido; los dos últimos que quedaron de aquellos días pasados se miraron el uno al otro así. Mo Ran pareció calmarse finalmente en el incómodo silencio que siguió. Cerró los ojos, y cuando se abrieron de nuevo, una vez más lució esa sonrisa detestable que hizo temblar a la gente. Dijo con amabilidad y cordialidad: –– Shizun, ¿No siempre me has menospreciado, siempre has pensado que era poca cosa? Se detuvo, la mirada recorrió a los miles que estaban arrodillados ante su palacio como tantos perros agazapados, todos reconociéndolo como el señor del mundo de la cultivación, por encima de los asuntos mortales. Mo Ran sonrió: –– ¿Qué tal ahora? Antes de morir, déjame preguntarte otra vez. En este mundo, ¿Quién es poca cosa y quién el respetable? ¿Quién es el que pisa a quién? ¿Quién ganó al final? ¿Quién perdió? Las pestañas de Chu Wan Ning bajaron, como si todavía estuviera perdido en la confesión de Mo Ran desde hace un momento. Finalmente, Mo Ran agarró su barbilla y con fuerza levantó su cara. Pero en ese instante, Mo Ran se paralizó de repente. Fue la primera vez que vio arrepentimiento en el rostro de Chu Wan Ning. Esa expresión era demasiado desconocida; Mo Ran retiró bruscamente la mano, como si se hubiera quemado. –– Tú... La expresión de Chu Wan Ning era dolorosa, como si soportara en silencio una especie de agonía que se clavaba en sus huesos, una especie de angustia que desgarraba los órganos. Su voz tranquila, flotaba en el viento, escuchada sólo por Mo Ran. Él dijo: –– Lo siento, Mo Ran. Este maestro estaba equivocado… De repente el mundo se quedó en silencio. El sonido del viento, el crujido de las hojas, la ondulación de las túnicas, todo se desvaneció. Sólo estaba el rostro de Chu Wan Ning mirándolo. Era lo único en todo el mundo que estaba claro, todo lo que podía ver. Mucho debería haber pasado por su mente en ese momento. Júbilo, engreimiento, éxtasis. Pero nada de eso lo hizo. Sólo había un pensamiento extraño en su mente, y sólo uno: ¿Cuándo se volvió... mucho más alto que Chu Wan Ning? Mucho tiempo realmente había pasado. Y muchas cosas habían cambiado. Los labios de Mo Ran se movieron entrecortadamente en un susurro: –– ¿Qué... acabas de decir? Pero Chu Wan Ning sólo sonrió, una sonrisa que Mo Ran no conocía, y en ese par de ojos de fénix vio el reflejo de su propia expresión retorcida. Luego esos ojos se cerraron lentamente, y Chu Wan Ning cayó hacia atrás... Mo Ran lo agarró por los hombros en ese mismo instante, su bramido enloquecido y enojado como el de una bestia se hizo pedazos. –– ¡Chu Wan Ning! Chu Wan Ning ¿Qué dijiste? ¡Dilo otra vez! La persona en sus brazos no respondió, sus labios pálidos como la pera en flor. Esa cara bonita siempre se veía tan distante, pero ahora, momentos antes de la muerte, se quedó congelada en una sonrisa triste, una leve curva en las comisuras de los labios, como la cara en los recuerdos de Mo Ran de cuando lo vio por primera vez frente a la Torre Tong Tian. Una pequeña y suave sonrisa. –– ¡Chu Wan Ning! Esa dulzura se hizo añicos, las flores Haitang se secaron y se esparcieron por todo el suelo. Finalmente consiguió lo que quería, pisando la vida de su Shizun bajo sus pies mientras ascendía a la cima del mundo. Pero ¿Qué fue esto? ¡Qué era esto! La angustia y el odio en su pecho sólo empeoraron, ¿Qué diablos era esto? Una leve niebla negra se reunió en la mano de Mo Ran cuando golpeó rápidamente las venas de Chu Wan Ning, sellando los últimos restos de su vida. –– ¿Estabas esperando morir así?–– Los ojos de Mo Ran se sobresaltaron, con una expresión cruel. –– No he terminado contigo, Chu Wan Ning, todavía tengo un puntero que resolver contigo, ¡No he terminado! ¡Todavía no he terminado! Si no me lo dices con claridad, aplastaré a Xue Meng, el Palacio Ta Xue y a todas las personas que quedaron que querías proteger. ¡Los haré pedazos a todos! ¡Será mejor que lo pienses de nuevo! Olvídate de la ceremonia, saca a las miles de personas que aún están arrodilladas allí. Él cambió de opinión. Ya no quería que Chu Wan Ning muriera. Lo odiaba, quería que Chu Wan Ning viviera… Recogió a la persona que había perdido demasiada sangre en un movimiento y, evocando su qinggong, saltó sobre los altos aleros sobresalientes de un salto, batiendo sus túnicas como un águila solitaria desplegando sus alas. Voló rápidamente a través de un techo tras otro, dirigiéndose directamente hacia el pico sur, directo al Pabellón del Loto Rojo, donde una vez vivió Chu Wan Ning. Ese lugar tenía una abundancia de energía espiritual y numerosas hierbas medicinales. Él iba a traer a Chu Wan Ning de vuelta. Una persona debe estar viva para ser odiada; Si esa persona muere, ya no puede haber una razón para odiarla. ¿Estaba loco antes, queriendo matar a Chu Wan Ning con sus propias manos? Si Chu Wan Ning muere, entonces, ¿Qué le queda en este mundo...? Acostado en la cama, el sabor de los recuerdos pasados en su lengua. Ya era tarde en la noche, pero no podía dormir en absoluto. Mo Ran se levantó, se lavó la cara, se vistió, y con una linterna en la mano, se dirigió hacia el Salón Yan Luo. Chu Wan Ning definitivamente vendó sus heridas descuidadamente antes de ir allí para arrodillarse y recibir su castigo. Mo Ran sabía cómo era, terco hasta el extremo e inflexible, sin dar siquiera un ápice de consideración sobre si su propio cuerpo podía soportarlo, y Xue Meng no podía detenerlo incluso si lo intentaba. Efectivamente, se podía ver una pequeña lámpara desde fuera del Salón Yan Luo, que ardía por sí sola y la cera de la vela goteaba lentamente. Chu Wan Ning se arrodilló con la espalda hacia la puerta, con la espalda recta y erguida como un pino. Mo Ran lamentó un poco cuando vio esa figura. Era a mitad de la noche, ¿Qué estaba haciendo? ¿Viniendo a ver a Chu Wan Ning? ¿Se había vuelto loco? Pero él ya estaba aquí, y sería ridículo dar media vuelta y marcharse de nuevo. Pensó por un momento y llegó a un acuerdo. Ligeramente, dejó la linterna a sus pies. No se iría, pero tampoco entrará. De pie frente a la ventana, apoyó los codos en el marco, apoyó las mejillas en sus manos y miró a Chu Wan Ning desde muy lejos. Las campanas de cobre que colgaban de las esquinas del techo se balanceaban suavemente, la dulce fragancia de las flores y las plantas llenaban el aire nocturno. Los dos, uno de pie, otro de rodillas, separados por una ventana de celosía bermellón, separados por el silencio vacío en el salón. Si esto hubiera sido antes del renacimiento, Mo Ran habría tenido la autoridad de caminar hacia el salón y ordenarle a Chu Wan Ning que dejara de reflexionar y volviera a descansar. Si Chu Wan Ning se negara, habría tenido la capacidad de sellar el movimiento de sus extremidades y llevárselo a la fuerza. Pero en este momento, no tenía ni la autoridad ni la capacidad. Ni siquiera era tan alto como Chu Wan Ning. La cabeza de Mo Ran estaba toda desordenada. Observó a esa persona desde afuera de la ventana, pero la persona adentro nunca se dio cuenta. No podía ver la cara de Chu Wan Ning, y Chu Wan Ning no podía ver la suya. Y así, el gato blanco se arrodilló toda la noche, y nunca se dio la vuelta. Y así, el perro mudo estuvo de pie toda la noche, y nunca se alejó. CAPÍTULO 30: ESTE VENERABLE NO QUIERE COMER TOFU. –– Oye, hey, ¿Ya has oído? El anciano Yu Heng estará arrodillado en el Salón Yan Luo durante tres días como castigo por romper las reglas. En las clases de la mañana del día siguiente, los discípulos se reunieron en la Plataforma Shan'E para meditar. Los discípulos eran todos bastante jóvenes, adolescentes y veinteañeros; algo como sentarse a meditar, con el corazón en paz como agua sin gas, era una tarea imposible para ellos, y charlaron en voz baja tan pronto como el maestro desvió la mirada. La noticia de que Chu Wan Ning fue castigado se extendió como un incendio forestal. Los discípulos que lo presenciaron ayer compartieron el chisme sin reservas. –-Wow, ¿Cómo no lo sabes? Ohh... tuve que ir a recoger las flores de rocío de la noche en la montaña con el anciano Lukun ayer, ¿Eh? ¡Bueno, déjame decirte lo que te perdiste! Anoche en el Salón Qing Tian, la sangre salpicó el suelo, ¡Una completa carnicería! ¡El anciano Yu Heng recibió más de doscientos golpes! ¡Más de doscientos! ¡Y cada golpe fue brutal también, totalmente despiadado! Ese discípulo puntuaba cada oración con una expresión exagerada, bastante complacido consigo mismo en medio de los jadeos de sus shidi y shimei reunidos a su alrededor. –– ¿Puedes siquiera imaginar doscientos y pico de golpes con la barra? Incluso un hombre grande y resistente podría no sobrevivir a eso, mucho menos el anciano Yu Heng. ¡Se desmayó allí mismo! Ese joven maestro nuestro casi pierde la cabeza, corrió allí mismo y comenzó a pelearse con el anciano Jie Lu, no le permitió tocar ni un pelo del anciano Yu Heng, hombre, qué escena fue… Con el rostro fruncido como un cochinillo con una animada emoción, levantó un dedo y lo movió para concluir: –– Tsk tsk tsk. Una pequeña shimei palideció de inmediato: –– ¡Oh no! ¿El anciano Yu Heng se desmayó? –– ¿El joven maestro peleó seriamente con el anciano Jie Lu? –– No me sorprende que el anciano Yu Heng no estuviera en las clases matutinas de hoy... eso es horrible... ¿Qué regla rompió? –– Escuché que golpeó a un cliente en un ataque de rabia. ––… El chisme ocioso se deslizaba en los oídos de Xue Meng de vez en cuando. El joven maestro del Pico Sisheng heredó el terrible temperamento de su Shizun, pero desafortunadamente para él, todos en la Plataforma Shan'E, no sólo una o dos personas, charlaban acerca de que el anciano Yu Heng fue castigado; en el clamor sacudió sus plumas, pero no pudo hacer nada al respecto. La vena en la frente de Xue Meng palpitaba sin cesar, mientras que Mo Ran bostezaba sin parar, por no haber dormido ni un poco en toda la noche. Xue Meng no tenía otra salida, por lo que le gruñó con rencor a Mo Ran: – – La mañana es el momento más importante del día, ¿Qué estás haciendo siendo un perro perezoso a primera hora de la mañana? ¿Es así como Shizun te enseñó? –– ¿Hah?–– Mo Ran, con los ojos nublados, bostezó otra vez –– Xue Meng, ¿Estás aburrido o algo así? Shizun dándome una conferencia es una cosa, pero ¿Tú quién demonios eres? Muéstrale a tu primo mayor algo de respeto, mocoso descarado. Xue Meng, venenosamente dijo: –– Mi primo mayor es un perro, pero oye, ¡Si insistes! Mo Ran se echó a reír: –– Qué mal niño, siendo grosero con tu hermano mayor, Shizun estaría tan decepcionado si lo supiera. –– ¿Cómo es que tienes el valor de nombrar a Shizun? ¿Por qué no le impediste ir a la Corte de Disciplina ayer? –– Meng Meng, estás hablando de Shizun, Yu Heng del Cielo Nocturno, ¿El Inmortal Bei Dou? Me gustaría verte detenerlo. Xue Meng explotó de rabia, sus cejas se juntaron con ira cuando se levantó de un salto y sacó su espada: –– ¿¡Cómo mierda me llamaste!? Mo Ran sonrió, con la mejilla en la mano: –– Meng Meng, sé un buen chico y vuelve a sentarte Xue Meng rugió: –– ¡Mo Wei Yu, te voy a matar! Atrapado entre los dos y sus disputas rutinarias, Shi Mei dejó escapar un largo suspiro y se frotó las sienes, tratando de concentrarse en su libro: –– Llenar el recipiente día y noche; El núcleo espiritual se formará con el tiempo. El orden celestial es absoluto; la vida y la muerte permanecerán separadas como las estrellas de Shen y Shang... Tres días pasaron en un instante. Chu Wan Ning completó su castigo arrodillándose en reflexión. De acuerdo con las reglas, los siguientes tres meses fueron de confinamiento, durante los cuales no puede abandonar el Pico Sisheng, y debe realizar trabajos ocasionales como ayudar con las tareas domésticas en el Salón Meng Po, limpiar los pilares en el Puente Naihe, barrer las escaleras en la puerta, y otros similares. El anciano Jie Lu se preocupó: –– Anciano Yu Heng, para ser honesto, creo que deberías saltarte esta parte. Eres un eminente maestro de la cultivación, después de todo, cosas como lavar los platos y limpiar el piso... están verdaderamente por debajo de ti. –– Tácticamente optó por no expresar el resto de sus pensamientos. Lo más importante es que este anciano realmente duda de que incluso sepas cómo hacer tareas básicas como barrer el piso, cocinar o lavar la ropa. Chu Wan Ning, por otro lado, fue a informar al Salón Meng Po sin siquiera un indicio de duda sobre sus propias habilidades. Todos en el Salón Meng Po, desde los asistentes hasta el supervisor, se pusieron pálidos de miedo y de alarma al escuchar que Chu Wan Ning iba a hacer tareas como castigo, como si viniera un enemigo formidable. Chu Wan Ning llegó, con túnicas blancas flotando. Su hermoso rostro era tranquilo y sereno, completamente desprovisto de expresiones. Añadiendo una nube debajo de sus pies y un batidor de cola de caballo en su brazo, no se vería diferente a los inmortales en las pinturas. El supervisor del Salón Meng Po se sintió extremadamente incómodo e inquieto por tener que usar a un hombre tan hermoso para cosas como lavar verduras y cocinar. Pero Chu Wan Ning, totalmente inconsciente de su estatus de hombre hermoso, simplemente entró en la cocina. Las personas que trabajan en el interior no pudieron evitar retroceder un paso mientras su fría mirada los recorría. ––…–– Chu Wan Ning fue directo al grano –– ¿Qué debo hacer? El supervisor jugueteaba tímidamente con el borde de su ropa y pensó en ello por un momento antes de decir cuidadosamente: –– ¿Al anciano le importaría lavar las verduras? Chu Wan Ning: –– Claro. El supervisor dejó escapar un suspiro de alivio. Originalmente, realmente no creía que las elegantes manos de Chu Wan Ning fueran adecuadas para el trabajo duro y que no estuviera dispuesto a hacer cosas como la limpieza. Sin embargo, todos los demás trabajos que no implicaban ensuciarse requerían cierto nivel de habilidad, y le preocupaba que Chu Wan Ning no pudiera manejar bien las tareas. Al ver que Chu Wan Ning aceptó lavar las verduras con tanta franqueza, pensó que ya no tenía que preocuparse más. Al final resultó que, este supervisor era demasiado ingenuo. Hay un arroyo pequeño y claro frente al Salón Meng Po. Chu Wan Ning, abrazando una cesta de repollo verde intenso, subió al arroyo y se arremangó las mangas para comenzar a lavarlos. Como esta área pertenecía al anciano Xuan Ji, sus discípulos pasaban de vez en cuando. Cuando vieron que Chu Wan Ning estaba realmente lavando vegetales, todos se sorprendieron hasta el punto de no poder hacer nada más que tartamudear oraciones incompletas. Después de frotarse los ojos tres o cuatro veces y confirmar, sí, sus ojos no estaban equivocados, tartamudearon – – Anciano Y-Yu Heng, b-buen día. Chu Wan Ning levantó la vista. –– Buen día. Los discípulos del anciano Xuan Ji se sacudieron en su lugar y luego huyeron frenéticamente. ––… Chu Wan Ning no se molestó en perder el tiempo con ellos y sólo se concentró en el repollo, enjuagándolos y luego tirándolos a la canasta. Los lavó con la mayor seriedad, pelando cuidadosamente el repollo abriendo hoja por hoja y lavando cuidadosamente cada una de ellas una y otra vez. Como resultado, cuando llegó el mediodía, la cesta de repollo aún no se había lavado. Los asistentes esperaban en la cocina, paseando de un lado a otro en apuros. –– ¿Qué debemos hacer? Si él no vuelve, tampoco lo hará el repollo; ¿Cómo vamos a hacer carne salteada en verduras? El supervisor miró qué tan alto estaba el sol en el cielo en este punto y dijo: –– Olvídenlo, no esperen más; Sólo cambien el plato a carne asada. Y así, cuando Chu Wan Ning regresó, la carne del Salón Meng Po ya estaba cocida en una olla sabrosa y absorbiendo todos los ricos sabores. Claramente ya no había necesidad de repollo. Chu Wan Ning acunó el repollo en el que trabajó tanto tiempo en sus brazos y frunció el ceño con tristeza, diciendo: –– ¿Por qué me hiciste lavar el repollo si ni siquiera lo ibas a usar? El supervisor comenzó a sudar frío, agarrando un poco de papel para limpiarse la frente. En su pánico, dijo palabras que terminaría lamentando para siempre: –– ¡Eso es porque esperábamos que el anciano hiciera una olla de tofu y estofado de repollo! Chu Wan Ning sostuvo su repollo sin expresión, sin decir nada más contemplando en silencio. ––… El supervisor apresuró a añadir: –– Si el anciano no quiere, eso está absolutamente bien… Antes de que pudiera terminar, Chu Wan Ning interrumpió sin rodeos: –– ¿Dónde está el tofu? ––… Anciano Yu Heng, ¿Sabe... cocinar? –– No soy completamente ignorante de eso. Puedo intentarlo. Cuando llegó el mediodía, los discípulos se pasearon por el Salón Meng Po como solían hacer, alegres y habladores. Encontraron sus lugares en grupos de tres a cinco, y fueron al mostrador para tomar su comida. La comida siempre había sido deliciosa y rica; no esperaban que hoy fuera diferente. La carne asada tenía la grasa perfecta, la carne de cerdo Yu Xiang rallada era rica en color y fragancia, las tiras de carne de cerdo Nong Jia eran doradas y crujientes, y el pescado salpicado era en un rojo hermoso y apetitoso. Todos los discípulos se apresuraron a hacer fila para tomar sus comidas favoritas, esperando que el cocinero les diera una costilla dulce y agridulce, o que agregaran un poco de salsa o aceite de chile a su arroz. Los más rápidos en la fila fueron siempre los discípulos del anciano Lu Cun. El joven de delante lucía un gran grano en su cara, pero aún esperaba con impaciencia su tofu mapo. Llevó cautelosamente su bandeja hasta el final de la fila y dijo, sin siquiera levantar la vista: –– Cocinero, quiero un tazón de tofu. Los elegantes y pálidos dedos del cocinero le entregaron una generosa porción de tofu. Sin embargo, no era el tofu mapo al que estaba acostumbrado. En cambio, era un cuenco de alguna sustancia negra, una masa indiscernible de abominación. El discípulo lo miró alarmado. –– ¿Qué demonios es esto? –– Tofu y repollo guisado. –– El Salón Meng Po comenzó a llenarse de murmullos. El discípulo se negó a tomarse el tiempo para reconocer la voz de la persona que contestó, diciendo enojado: –– ¿¡Estabas tratando de hacer algún tipo de poción para la inmortalidad!? ¿En qué mundo es esta cosa tofu y repollo guisado? ¡No quiero esto, llévatelo de vuelta! En medio de su diatriba, levantó la mirada para mirar al cocinero, pero tan pronto como vio quién estaba detrás del mostrador, el discípulo chilló de terror y casi tiró la bandeja entera. –– ¡Anciano Yu-Yu Heng! –– Mn. El discípulo estaba a punto de llorar. –– No, yo... eso es... no quise decir eso, justo ahora... yo... –– Si no lo comes, devuélvelo–– dijo Chu Wan Ning completamente inexpresivo. –– No lo desperdicies. El discípulo recogió el tazón robóticamente y se lo entregó rígidamente a Chu Wan Ning, luego se retiró torpemente. A estas alturas, todos sabían que el anciano Yu Heng se encontraba en el extremo del mostrador, por lo que el Salón Meng Po, una vez animado, descendió al silencio. Al igual que los perros siendo arrastrados por su collar, los discípulos se alinearon adecuadamente y llenaron sus platos con pánico. Caminaron deferencialmente hasta el final del mostrador, tartamudearon saludos rotos al anciano, y luego salieron corriendo tan rápido como pudieron. –– Saludos, anciano Yu Heng. –– Mn. –– Buen día, anciano Yu Heng. –– Buen día. –– Perdón por las molestias, anciano Yu Heng. ––… Todos los discípulos fueron respetuosos y cautelosos hasta el extremo, así que Chu Wan Ning aceptó todos sus saludos nerviosos... pero ninguno de ellos pidió el tofu y repollo guisado en su olla. Lentamente, la línea se hizo cada vez más corta, y la comida frente a todos los otros cocineros casi se había ido. Sólo la olla en frente de Chu Wan Ning seguía llena hasta el borde, la comida en el interior se enfrió, y aún nadie quería ninguna parte de ella. La cara de Chu Wan Ning no traicionó nada, pero sintió un sentimiento familiar en su corazón. Había trabajado duro para lavarlo durante toda la mañana... En ese momento, sus tres discípulos entraron. Xue Meng, vestido con su habitual uniforme plateado azul claro, se acercó con energía. Felizmente se acercó a él y le dijo: –– ¡Shizun! ¿Cómo estás? ¿Todavía te duelen las heridas? –– No–– dijo Chu Wan Ning con calma. –– Entonces, entonces eso es bueno–– respondió Xue Meng. Chu Wan Ning lo miró y dijo de repente: –– ¿Quieres comer tofu?" ––… CAPÍTULO 31: EL TÍO DE ESTE VENERABLE. Para mostrar a Shizun su sinceridad, el joven maestro del Pico Sisheng pidió tres porciones enteras de tofu carbonizado, y prometió comer cada porción sin desperdiciar. Chu Wan Ning estaba muy contento, con una aprobación rara vez vista en sus ojos. Mo Ran, viendo esto, estaba muy disgustado. El emperador Taxian-jun tuvo una fijación inexplicable por el reconocimiento de Chu Wan Ning, e inmediatamente pidió también tres porciones de tofu. Chu Wan Ning lo miró: –– ¿Puedes comerlo todo? Mo Ran absolutamente tuvo que hacerlo mejor que Xue Meng: –– Tres porciones no son nada, incluso tres más no son un problema. Chu Wan Ning, suavemente: –– Está bien. Dio a Mo Ran seis porciones de tofu y dijo: –– Tú también, no desperdicies. Mo Ran: ––… Ya que los otros dos lo hicieron, Shi Mei naturalmente siguió su ejemplo con una sonrisa: –– Entonces... Shizun, también tendré tres porciones. Y así, en el primer día del período de confinamiento del anciano Yu Heng, sus tres discípulos se libraron de una intoxicación alimentaria. En el segundo día, el anciano Jie Lu buscó a Chu Wan Ning y transmitió con tacto que el Salón Meng Po no necesitaba ayudantes adicionales, y le pidió de favor que fuera a barrer las hojas caídas y limpiar las columnas en el Puente Naihe. El Puente Nai Heconectaba las áreas principales del Pico Sisheng con las habitaciones de los discípulos, era lo suficientemente ancho como para que cinco carruajes de caballos pasen lado a lado. Era una estructura majestuosa, con nueve bestias de jade blanco que representaban a los nueve hijos del dragón sobre sus pilares principales, y trescientos sesenta pilares bajos decorados con cabezas de león. Chu Wan Ning barrió tranquilamente el suelo, luego comenzó a limpiar diligentemente las bestias de jade. La tarea llevó la mayor parte del día. El cielo comenzó a oscurecerse, y la lluvia empezó a caer. La mayoría de los discípulos que regresaban de sus clases no tenían paraguas, gritando mientras corrían hacia sus cuartos, salpicando charcos de agua en el suelo. Gotas de lluvia caían en los escalones de piedra. Chu Wan Ning miró a los discípulos en la distancia, los jóvenes y doncellas estaban empapados, pero las sonrisas en sus rostros eran brillantes y despreocupadas. ––…–– Chu Wan Ning sabía que esas sonrisas desaparecerían en el momento en que lo vieran; Miró a su alrededor y fue a pararse debajo del puente. Los discípulos que corrieron por delante y llegaron al puente primero no pudieron evitar pronunciar "¿Eh?" Cuando observaron lo que tenían ante ellos. –– ¿Una barrera? –– ¿Por qué hay una barrera sobre el Puente Naihe? –– Probablemente fue creada por el anciano Xuan Ji. –– Uno de los discípulos adivinó: –– El anciano Xuan Ji siempre es tan amable con nosotros. La barrera dorada translúcida cubrió el Puente Naihe, extendiéndose resplandeciente hasta la pasarela principal de los aposentos de los discípulos, protegiéndolos de la lluvia el resto del camino. –– Este es definitivamente el trabajo del anciano Xuan Ji, él está a cargo de esta área, ¿Verdad? –– El anciano Xuan Ji es el mejor. –– Qué bonita barrera, el anciano Xuan Ji es increíble. Los discípulos se sacudieron el agua que goteaba de sus cabellos, empujándose juguetonamente el uno al otro y riéndose mientras se agachaban bajo la barrera y continuaban hacia sus habitaciones, charlando todo el camino. Chu Wan Ning estaba de pie bajo el puente, escuchando como pasaba el alboroto de arriba, hasta que todos los discípulos se fueron y todo quedó en silencio una vez más, antes de retirar lentamente la barrera y salir tranquilamente. –– Shizun. Se sorprendió al escuchar a alguien que lo llamaba. Chu Wan Ning levantó la vista bruscamente, pero no había nadie en la orilla. –– Estoy por aquí. Siguiendo la voz, vio a Mo Ran sentado de lado en el puente de jade blanco, vestido con la habitual armadura ligera azul plateada de la secta, con una pierna colgando perezosamente sobre el borde. El joven tenía rasgos llamativos, pestañas largas y gruesas como un par de abanicos que colgaban sobre sus ojos. Sostenía un paraguas de papel de aceite, y casi parecía sonreír, pero también no, mientras miraba a Chu Wan Ning. Uno en el puente, hojas crujientes en el viento; Uno debajo del puente, lluvia salpicando en el río. Por un momento, ninguno de los dos habló, ambos simplemente mirando al otro. La neblina de la lluvia difuminó la línea entre el cielo y la tierra de manera casi conmovedora. Hojas de bambú caídas a la deriva entre los dos de vez en cuando, llevadas por el viento y la lluvia. Finalmente, Mo Ran se rió y dijo burlonamente: –– Anciano Xuan Ji, te estás empapando. Chu Wan Ning habló casi al mismo tiempo, fríamente: –– ¿Cómo supiste que era yo? Mo Ran apretó sus labios, con hoyuelos profundos y ojos curvados en una sonrisa: –– Una barrera tan grande probablemente está más allá del anciano Xuan Ji, ¿Verdad? ¿Quién más podría ser si no es Shizun? Chu Wan Ning: ––… Mo Ran sabía que no podía molestarse en poner una barrera para sí mismo, pero una idea surgió en su cabeza, y arrojó el paraguas. –– Te daré esto, atrápalo. El paraguas de papel rojo brillante se deslizó lentamente hacia abajo. Chu Wan Ning lo atrapó. El brillante mango de bambú de color verde jade aún conservaba un poco de calor, gotitas de lluvia se deslizaban a lo largo de la parte superior del paraguas brillando mientras caían. Chu Wan Ning lo miró: – – Entonces, ¿Qué hay de ti? Mo Ran sonrió maliciosamente: –– ¿No volveré perfectamente bien si Shizun sólo usa un pequeño hechizo? Chu Wan Ning soltó un hmph, pero su mano todavía se agitaba ligeramente en su manga, una barrera dorada translúcida se extendió inmediatamente sobre Mo Ran. Levantó la vista y se echó a reír: –– Jaja, qué bonita, incluso tiene patrones de peonía. Gracias. Chu Wan Ning le lanzó una mirada: –– Esas son flores Haitang, sólo tienen cinco pétalos. Luego se fue, con sus túnicas blancas debajo de un paraguas escarlata, dejando a Mo Ran bajo la lluvia para contar los pétalos de las flores: –– Uno, dos, tres, cuatro, cinco... ah, en realidad sólo tiene cinco pétalos... Cuando volvió a mirar, Chu Wan Ning ya se había alejado. De pie bajo la barrera, Mo Ran entrecerró los ojos, la sonrisa infantil en su rostro se desvaneció lentamente para ser reemplazada por una expresión complicada. De repente, no entendía en qué estaba pensando. Si sólo sus sentimientos hacia el otro pudieran ser simplemente cariño o simplemente odio. La lluvia no paró en cuatro días. Cuando las nubes se despejaron por fin, una comitiva de caballos y carruajes, campanas tintineando, salpicando los charcos de agua, rompiendo los cielos y las nubes reflejadas en el suelo, se detuvo frente a la puerta principal del Pico Sisheng. La pantalla de bambú se levantó y un abanico plegable con una borla roja se asomó desde dentro. Inmediatamente después, un par de botas de batalla azules con adornos plateados salieron al suelo con un fuerte golpe, lanzando polvo. Era un hombre corpulento con cejas gruesas, ojos grandes y una barba bien cuidada, de unos cuarenta años de edad, que llevaba un conjunto completo de armadura ligera de color azul plateado. Parecía brusco, pero esas grandes manos agitaban un delicado y fino abanico, creando una visión bastante extraña. El abanico se abrió con un pop. En el lado opuesto a los otros estaba escrito: –– Xue es hermoso. Pero en el lado que estaba frente a sí mismo estaba escrito: –– Los demás son feos. Este abanico era conocido en todo el reino, tanto por la destreza marcial de su propietario como por la escritura extremadamente vergonzosa en él. Un lado se jactaba del dueño, mientras que el otro se burlaba de todos los demás. Una ligera onda del abanico, y todos dentro de cien li podían oler el narcisismo del propietario. Cada persona en el ámbito de la cultivación sabía de este abanico. Pero ¿Quién era el dueño? No era otro que el Líder del Pico Sisheng que había estado ausente durante más de dos meses, el padre de Xue Meng, el tío de Mo Ran, el Señor Xue, Xue Zheng Yong. El dicho decía que los dragones crían dragones, las aves fénix tienen aves fénix, el hijo de un ratón cava hoyos. Era igual de cierto a la inversa: el anciano con un hijo pavo real era tan propenso a mostrar las plumas de su cola. La delicada apariencia de Xue Meng era completamente diferente a la de su musculoso padre, pero lo mismo corría en sus huesos. Ambos sintieron que "Xue es hermoso, los demás son feos.” Xue Zheng Yong se estiró, sacudió sus extremidades, se tronó el cuello y sonrió: –– Finalmente en casa, mi trasero está entumecido por todo el tiempo que estuve sentado. Dentro del Salón Dan Xin, Madam Wang estaba ocupada mezclando medicina, con Mo Ran y Xue Meng sentados a su lado. Ella dijo suavemente: –– Cuatro taels de hierbas aromáticas, y un shouyang de ginseng, por favor. –– Aquí tienes, mamá, ya ha sido pesado. –– Xue Meng le entregó las hierbas desde donde estaba sentado con las piernas cruzadas a su lado. Madam Wang sostuvo las hierbas para olerlas y dijo: –– Estas no son buenas, han sido contaminadas por estar almacenadas con pachulí por mucho tiempo, la decocción no será tan efectiva al usarlas. Por favor, ve a buscar algunas nuevas. –– Está bien.–– Xue Meng se levantó para ir a buscar en el botiquín en la habitación interior. Madam Wang continuó: –– Tres qian de wulingzhi, y un qian de cuscuta. Mo Ran pasó los materiales con destreza: –– Tía, ¿Cuánto tiempo tomará hervir la medicina? –– No hay necesidad de hervir, esta puede ser preparada. –– Madame Wang respondió: –– Cuando termine de moler la medicina, ¿A-Ran podrías llevársela al anciano Yu Heng? Mo Ran no quería hacerlo al principio, pero lanzando una mirada en dirección a Xue Meng, sabía que si no lo hacía, Xue Meng lo haría. Por alguna razón, simplemente no le gustaba la idea de que Xue Meng pasara tiempo a solas con Chu Wan Ning, por lo que dijo: –– Claro. Después de una pausa, preguntó: –– Oh sí, ¿Es amargo? –– Algo. ¿Por qué preguntas? Mo Ran sonrió: –– No hay razón. –– Pero tomó un puñado de dulces del tazón de frutas y se los metió en la manga. Las personas que se encontraban en el vestíbulo trabajaban arduamente para hacer la medicina cuando, de repente, un estallido de risas audaces y sin restricciones llegó desde la puerta. Xue Zheng Yong entró en la sala con una sonrisa radiante: –– ¡Esposa, he vuelto! ¡Jajajajaja! Su llegada fue completamente inesperada a pesar de su estatus de Líder de la secta, sorprendiendo tanto a Madam Wang que casi derramó toda la medicina en polvo en la cuchara. Sus bonitos ojos se ensancharon: –– ¿Esposo? Mo Ran también se puso de pie saludando: –– Tío. –– Ah, ¿Ran-er también está aquí?–– La apariencia de Xue Zheng Yong fue poderosa e imponente, pero su forma de hablar fue muy amable. Su gran mano golpeó el hombro de Mo Ran –– Mi muchacho, no he estado fuera tanto tiempo, ¿Te has vuelto más alto? ¿Cómo te fue en la Ciudad Cai Die? Mo Ran sonrió: –– Estuvo bien. –– ¡Bien, bien, bien, bien! Sabía que nada podía salir mal con Chu Wan Ning allí, jajajaja... oh sí, ¿Dónde está él por cierto? ¿Acurrucado solo jugando con esos juguetes otra vez? Al oír eso, Mo Ran se mostró un poco incómodo: –– Uh, Shizun... Su tío tenía un temperamento ardiente y era propenso a actuar impulsivamente. Su muerte en la última vida fue causada principalmente por este temperamento suyo. Por supuesto, Mo Ran no quiso decirle directamente que Chu Wan Ning recibió doscientos golpes y estaría confinado durante tres meses como máximo. Estaba pensando en cómo dar la noticia cuando un "ah" vino detrás de él. Xue Meng había regresado con una pila de hierbas en sus brazos, y estaba encantado de ver a su padre: –– ¡Papá! –– ¡Meng-er! Mo Ran secretamente dejó escapar un suspiro de alivio. Cada vez que esta pareja de padre e hijo se reunían, era inevitable un ataque de mutua adulación, lo que le da mucho tiempo para pensar en una manera de dar a conocer con tacto la noticia de que Chu Wan Ning ha sido castigado. Efectivamente, el par de padre e hijo de pavo real extendieron sus plumas de la cola y se entretuvieron cubriéndose uno a otro con elogios. –– ¡Mi hijo se puso aún más guapo en estos últimos dos meses! ¡Te ves más y más como tu padre! Xue Meng se parecía totalmente a su madre y no se parecía en nada a su padre, pero se lo creyó: –– ¡Y papá tiene incluso un amortiguador! Xue Zheng Yong agitó su gran mano, sonriendo: –– ¡Todo el tiempo que estuve en el Palacio Ta Xue en Kun Lun, seguí pensando en cómo ninguno de los jóvenes puede sostenerle una vela a mi hijo y mi sobrino! Vaya, me cansé tanto de mirar esa manada de muchachos afeminados. Meng-er, ¿Aún recuerdas a Mei Han Xue? Xue Meng inmediatamente miró con desprecio: –– El gordito que ha estado entrenando en aislamiento durante una docena de años, me enteré de que es el discípulo más viejo del Palacio Ta Xue. ¿Finalmente salió? –– Jajaja, que buena memoria, ese es él. El chico se quedó con nosotros durante un tiempo, ustedes dos incluso compartieron una cama. ––… ¿Cómo podría olvidarlo? Gordo como un perro, y pateando en su sueño también. Me echó de la cama tantas veces. ¿Tú lo viste a él? –– Lo vi, lo vi. –– Xue Zheng Yong giró su barba, y parecía estar reflexionando sobre algo. Xue Meng fue el querido por los cielos, compitiendo hasta el extremo, y preguntó con impaciencia: –– ¿Y? Xue Zheng Yong se rió: –– Por supuesto que estás mejor. El maestro del niño le enseñó cosas como instrumentos y baile por alguna razón olvidada por Dios, incluso para el uso de su qinggong hizo que los pétalos de las flores volaran a todas partes, tu padre casi muere de risa, ¡Jajajaja! Xue Meng arrugó la nariz, como si estuviera disgustado. Un pequeño gordinflón con grasa de bebé, tocando instrumentos y bailando mientras los pétalos revolotea... –– Entonces, ¿Cómo está su cultivación?–– Mei Han Xue se había entrenado en aislamiento durante más de diez años, después de todo; acaba de salir estos últimos meses, y todavía no había generado mucha conmoción en el mundo. Ya que ganó en términos de "apariencia", Xue Meng iba a comparar "cultivo" a continuación. Xue Zheng Yong no respondió de inmediato esta vez. Pensó un rato y luego dijo: –– No pude ver mucho sus habilidades. No importa, Meng-er seguramente llegarás a cruzar espadas con él en la competencia Ling Shan de todos modos. La ceja de Xue Meng se contrajo: –– Hmph, quién sabe si ese estúpido gordo incluso podría desafiarme. Madam Wang terminó de mezclar la medicina y se levantó, acariciando la cabeza de Xue Meng con una sonrisa: –– Meng-er no debes ser tan arrogante, recuerda ser modesto y respetuoso. Xue Meng dijo: –– ¿Qué sentido tiene ser modesto? Eso es para los débiles, prefiero ser franco como papá. Xue Zheng Yong se rió: –– Mira, este padre tigre no tuvo ningún perro como hijo. Madam Wang estaba disgustada: –– Esto es todo lo que haces, enseñándole todos estos malos hábitos y ninguno de los buenos, no lo puedo creer. Xue Zheng Yong vio irritación en su expresión y supo que realmente era un poco infeliz. De inmediato compuso su sonrisa y se rascó la cabeza: –– Esposa, estaba equivocado. Haremos lo que diga la esposa, no te enfades. Mo Ran: ––…. Xue Meng: ––… Madam Wang fue discípula de Gu Yue Ye en sus primeros años, y se rumoreaba que Xue Zheng Yong la había robado. Quién sabe si ese rumor era cierto o no, pero lo que Mo Ran sabe es que su tío estaba profundamente enamorado de su tía, tanto que sus huesos de hierro se convirtieron en hilos suaves para envolver alrededor de su dedo. Pero Madam Wang no era tan apasionada hacia su esposo; ella era una persona amable, pero a menudo se enojaba con él por pequeñas cosas. Los años pasaron sin parar así. Cualquiera con ojos podía ver quién sentía más profundamente por el otro entre esta pareja. Por supuesto, Xue Meng no iba a quedarse para ver a sus propios padres coquetear. Un poco asqueado, chasqueó la lengua y se giró para irse. Madam Wang estaba bastante avergonzada, apresuradamente llamando: –– ¿Meng-er? Xue Meng agitó su mano y se fue rápidamente. Mo Ran tampoco quiso interferir la reunión de la pareja y usó esta excusa para esquivar convenientemente las preguntas de su tío también. El tema del castigo de Chu Wan Ning era mejor que fuera mencionado por Madam Wang, después de todo. No quería ser el que se ocupara de ello. Después de recoger la medicina en la mesa, se escapó con una sonrisa en su rostro, incluso cerrando la puerta para ellos. Con la medicina en la mano, caminó pausadamente hacia el Pabellón del Loto Rojo. El cuerpo de Chu Wan Ning era débil en estos días debido a su lesión, por lo que derribó las barreras que normalmente rodeaban el pabellón. Por lo tanto, no tenía forma de saber si alguien entraba. Y así, fue bajo estas circunstancias que Mo Ran vio esta escena... Chu Wan Ning, bañándose en el estanque de lotos. Habría sido una cosa si se estuviera bañando solo, pero en ese estanque de lotos para el uso exclusivo del virtuoso e incorruptible anciano Yu Heng, estaban las siluetas de otras dos personas... CAPÍTULO 32: ESTE VENERABLE TE CUIDARÁ UN POCO, LO HARÁ. Detrás de la miríada de hojas de loto, Mo Ran se quedó horrorizado e inmóvil como si hubiera sido alcanzado por un rayo. Algo dentro de él se rompió, y se mostró en la expresión agrietada en su rostro. La conmoción, la indignación, los celos y la irritación explotaron como fuegos artificiales en su cabeza. Movió sus labios, pero no salieron palabras. Ni siquiera sabía por qué estaba furioso. Sólo un pensamiento pasó por su mente: ¿¡Cómo se atreve alguien a tocar lo que ha sido reclamado por este venerable!? ¡Chu Wan Ning, tú puta engañosa, doble cara! Te atreves... te atreves a... Olvidó que el Chu Wan Ning de este tiempo no tenía relaciones íntimas con él en absoluto. En ese momento, todo sentido abandonó su mente. Habían pasado diez años, toda una vida, desde el nacimiento hasta la muerte, después de todo. Él podía dejarlo de lado y mantener el control cuando estaba lúcido. Pero bajo estas circunstancias, con la cabeza en desorden, inconscientemente sintió que Chu Wan Ning era suyo. Sólo ahora se daba cuenta de lo claramente que recordaba incluso el sabor de los labios de Chu Wan Ning, por no decir nada de la pasión y el deseo que se entrelazaban, el éxtasis que consumía en su mismo ser... Después de haber renacido, hizo todo lo posible para no pensar en esas cosas. Pero ahora, viendo la espalda desnuda de Chu Wan Ning, esa figura familiar con hombros anchos y piernas largas, músculos tensos y una cintura delgada pero fuerte sumergida en el agua clara... Todos los recuerdos y emociones que trató tan arduamente de reprimir regresaron sin previo aviso. Incluso el cuero cabelludo de Mo Ran se entumeció. …Su cuerpo, también, reaccionó a estas cosas. Era el tipo de reacción involuntaria tan feroz que no podía hacer nada para detenerla, y su parte inferior del cuerpo ardía mientras observaba. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, ya estaba alzando la voz con enojo y gritando: –– ¡Chu Wan Ning! Chu Wan Ning realmente tuvo el descaro de ignorarlo. Era difícil ver a las dos personas apoyándose en sus hombros debido a que la niebla se asentaba en la parte superior del estanque de lotos, por lo que no podía distinguir sus apariencias. Pero estaban muy cerca de él, la distancia entre ellos apenas distinguible. Mo Ran gritó e irrumpió en el estanque, vadeando el agua hacia Chu Wan Ning, y cuando se acercó, se dio cuenta de que... ¡Esas, esas dos personas eran realmente golems hechos de metal y madera de cedro! Peor aún, parecía que habían estado utilizando el estanque de lotos para transferir energía a Chu Wan Ning, y Mo Ran había roto el límite del campo espiritual cuando se precipitó al agua... No estaba seguro de qué tipo de matriz estaba usando Chu Wan Ning, pero estaba aturdido e inconsciente apoyado contra los golems mientras la luz fluía continuamente a través de sus palmas hacia la herida en su hombro. Mirando hacia atrás en la situación, estaba claramente en medio de curarse a sí mismo. Cuando Mo Ran corrió a través del límite, la luz se dispersó. Para su horror, la matriz comenzó a revertirse. Tan pronto como la luz se dispersó, la herida de Chu Wan Ning comenzó a devorarse a sí misma. Frunció el ceño, dejando escapar un sonido de incomodidad, y tosió una bocanada de sangre. Entonces, todas las cicatrices en su cuerpo comenzaron a desgarrarse nuevamente. La sangre que brotó empapó el estanque de rojo en un instante. Mo Ran se quedó estupefacto. ¡Esta fue la "Técnica de sacrificio del espíritu de la flor" de Chu Wan Ning! Se dio cuenta de que pudo haber... cometido un grave error... La energía espiritual de Chu Wan Ning era de los elementos de metal y madera. La energía espiritual del elemento metal, incluyendo a "Tian Wen", se usó para ofensiva, mientras que la energía espiritual del elemento de madera se usó para la curación. La técnica de sacrificio del espíritu de la flor era una de ellas; Chu Wan Ning podía manipular la esencia espiritual de la flora para curar sus heridas. Sin embargo, si alguien más ingresara a la matriz durante este proceso, los espíritus de la flora se dispersarían inmediatamente, y no sólo no habría un efecto curativo, sino que empeoraría la lesión. En el peor de los casos, los espíritus de la flora incluso podrían devorar el núcleo espiritual de Chu Wan Ning. Afortunadamente, Mo Ran tenía una familiaridad pasajera con la técnica de sacrificio del espíritu de la flor de su vida anterior, y actuó de inmediato para interrumpir el flujo de energía. Habiendo perdido el apoyo de los golems que lo sostenían, Chu Wan Ning se inclinó hacia adelante. Mo Ran lo atrapó y lo mantuvo firme. El rostro inconsciente de Shizun estaba pálido, sus labios azules, el cuerpo tan frío como el hielo. Sin pensar en mucho más, Mo Ran lo sacó del estanque. Medio cargando y medio arrastrando, llevó a Chu Wan Ning a su habitación y lo puso en su cama. –– ¿Shizun? ¡Shizun! Llamó varias veces, pero Chu Wan Ning no movió ni una sola pestaña. No se veía diferente de los muertos, excepto por el leve ascenso y caída de su pecho. Ver a Chu Wan Ning así le recordó a Mo Ran el pasado. Inexplicablemente, sintió que su garganta se cerraba y su corazón comenzaba a sentir pánico. En su vida anterior, dos personas murieron en sus brazos. Shi Mei. Chu Wan Ning. Uno de ellos fue el amor de su vida en quien pensó día y noche. El otro era su enemigo mortal con quien se había entrelazado toda la vida. Cuando Shi Mei murió, Mo Wei Yu desapareció del mundo. ¿Y cuando murió Chu Wan Ning...? Mo Ran no lo sabía. Todo lo que conocía era la sensación de que la persona en sus brazos se enfriaba lentamente ese día. No lloró, ni se rió; la alegría y la pena crecieron fuera de su alcance. Cuando Chu Wan Ning murió, Mo Wei Yu desconoció lo que era el mundo incluso más. A la luz de la vela, vio el torso desnudo de Chu Wan Ning. Usualmente, Yu Heng del cielo nocturno usaba ropa que mostraba la menor cantidad de piel posible. Llevaba ropa con cuello alto y se envolvía el cinturón alrededor de tres veces, una imagen de dignidad y propiedad. Debido a eso, nadie vio qué tipo de lesión dejaron esos doscientos golpes en su cuerpo... A pesar de que Mo Ran había visto las heridas en la espalda de Chu Wan Ning con sus propios ojos el día del castigo, todo lo que sabía era que su carne había sufrido graves daños. Al ver a Chu Wan Ning de pie y caminar como siempre en los días posteriores, pensó que no podría haber sido tan malo después de todo. Ahora se dio cuenta de que las heridas de Chu Wan Ning eran mucho peores de lo que había imaginado. Las cinco heridas dejadas por la maestra fantasma se abrieron, y en las peores partes pudo ver todo el camino hasta el hueso. Probablemente, Chu Wan Ning nunca le pidió a nadie que lo ayudara a cambiar sus vendajes y trató de hacer todo por sí mismo. El ungüento no se aplicó de manera uniforme, y los lugares a los que no podía llegar ya estaban infectados y supurando. Sin mencionar todos los moretones azul-púrpura de los golpes con la barra. Se extendieron por toda su espalda, sin dejar parte de su piel moteada. Encima de ello, las cicatrices desgarradas del rebote espiritual le bañaron la espalda de sangre. Fluyó sin cesar, empapando las sábanas debajo de él en rojo. Si Mo Ran no lo hubiera visto con sus propios ojos, nunca hubiera creído que el hombre que había insistido en limpiar pilares cerca del puente y crear una enorme barrera para proteger a los discípulos de la lluvia era este, este mismo hombre frente a él, cuyas heridas eran tan graves y terribles que pertenecía a la sección de cuidados intensivos de un hospital. Si no fuera por el hecho de que Chu Wan Ning estaba inconsciente, a Mo Ran realmente le hubiera gustado agarrar su cuello y sacudirlo, exigiendo... Chu Wan Ning, ¿Qué diablos está mal contigo y con tu estúpido orgullo? ¿Qué tiene de malo mostrar un poco de debilidad por una vez en tu vida? ¿Por qué eres tan jodidamente terco? ¿Eres un hombre adulto y ni siquiera sabes cuidarte? ¿Tratarte un poco mejor? ¿Por qué no le pediste a nadie que te ayudara a curar tus heridas? ¿Cómo es posible que prefieras hacer golems para usar tu estúpido sistema de curación a simplemente abrir la boca y pedir ayuda? Chu Wan Ning, ¿Eres un maldito imbécil? Mientras lo maldijo en su mente, trabajó rápidamente para detener la hemorragia. Luego sacó un balde de agua tibia y limpió la sangre en la espalda de Chu Wan Ning... Desinfectando un cuchillo en la llama, se dispuso a cortar la carne que se había deteriorado por completo. En el primer corte, Chu Wan Ning gimió de dolor y sacudió el cuerpo. Mo Ran lo sostuvo y murmuró acaloradamente: –– ¡Demonios, tienes que gemir! ¿Me vas a maldecir? Si emites otro sonido, apuñalaré este cuchillo justo en tu pecho. ¡No sentirás una maldita cosa una vez que estés muerto! ¡Problema resuelto! Sin embargo, sólo ahora Mo Ran podía dejar que su naturaleza real y vehemente se mostrara, gritándole como lo hizo en el pasado. Pero había demasiadas heridas que se habían infectado, la piel se había vuelto blanca y muerta. Chu Wan Ning respiró pesadamente mientras lo cortaba poco a poco. Incluso inconsciente, esta persona sofocó su voz y se negó a gritar de dolor, pero comenzó a sudar frío, empapando el cuerpo que acababa de limpiarse. Después de lo que parecieron horas, Mo Ran finalmente terminó de aplicar la medicina y vendar las heridas. Ayudó a Chu Wan Ning a ponerse unas túnicas, luego encontró una colcha gruesa y la colocó sobre su febril Shizun, y sólo entonces suspiró aliviado. Recordando la medicina de Madam Wang que todavía estaba guardada en una bolsa de papel, se levantó y preparó un tazón de medicina, llevándolo de vuelta a la cama de Chu Wan Ning. –– Vamos, es hora de tu medicina. Con una mano, levantó a la persona dormida en sus brazos y lo apoyó contra su hombro. Usó la otra para llevar el tazón de medicina a sus labios, soplando ligeramente el vapor y tomando un sorbo para probarlo primero. Mo Ran hizo una mueca y puso cara de "Ugh, tan amargo". Aun así, dejó que se enfriara y se lo dio a Chu Wan Ning. Pero él sólo recibió media cucharada antes de que Chu Wan Ning no pudiera manejarlo y tosiera todo, obteniendo la mayor parte la ropa de Mo Ran. ––… Sabía que a Chu Wan Ning no le gustaban las cosas amargas, tanto que se podía decir que tenía miedo de las cosas amargas. Pero el anciano Yu Heng era terco como una mula; si estuviera despierto, definitivamente lo soportaría y vaciaría todo el tazón de una vez sin quejarse. A lo sumo, él discretamente comería un pedazo de caramelo después. Desafortunadamente, Chu Wan Ning estaba actualmente en coma. No había nada que hacer al respecto; No es como si pudiera perder la paciencia con una persona inconsciente. Sólo tenía que aspirarlo y alimentarlo pacientemente con pequeños bocados, incluso con una toalla para limpiar las comisuras de la boca a veces. Algo como esto no fue difícil para Mo Ran. Después de todo, en su vida pasada, hubo un período de tiempo en el que le había dado medicamentos a Chu Wan Ning así todos los días. En ese entonces, Chu Wan Ning incluso había intentado resistirse a él, por lo que lo abofeteaba antes de agarrarlo por la barbilla y apretar sus labios con fuerza, empujando con la lengua para abrir su boca, el aroma cobrizo de la sangre... En un esfuerzo por dejar de pensar en eso lo más rápido posible, las últimas cucharadas que Mo Ran le dio de comer fueron un poco apresuradas, y la mayoría terminó siendo tosida nuevamente. Luego lo acostó de nuevo en la cama y lo acomodó de forma no muy gentil. –– Estoy haciendo esto por la generosidad de mi corazón. No te atrevas a patear este edredón en la noche, ya estás febril y te resfriarás... A mitad de su discurso, su genio se encendió de repente y pateó la pata de la cama. –– Lo que sea, ¿Por qué debería importarme si te resfrías o no? Espero que lo hagas. Espero que sea terrible y te mueras por ello. Se dio la vuelta y se marchó. Llegó a la puerta, pero tenía la sensación de que todavía no podía descansar, por lo que se volvió y entrecerró los ojos para mirar la habitación. Después de descubrir qué le estaba molestando, se acercó y apagó la vela. Luego se fue de nuevo. Esta vez, llegó hasta el estanque de lotos. Al ver las flores que habían crecido y florecido después de absorber la sangre vital de Chu Wan Ning, la irritación en su corazón sólo empeoró. Estaba lleno de agravación, pero todavía marchaba, rígido, fuera de ritmo, con el brazo y la pierna del mismo lado moviéndose juntos, de vuelta al dormitorio. Sonando como un viejo golem oxidado, arrastró sus pies en círculo alrededor de toda la habitación hasta que finalmente, a regañadientes, se detuvo junto a la cama de Chu Wan Ning. La luz de la luna brillaba suavemente desde la ventana de bambú medio abierta, iluminando el rostro pacífico de Chu Wan Ning. Sus labios estaban pálidos, y sus cejas estaban ligeramente juntas. Mo Ran lo consideró por un momento, luego cerró la ventana para él. Vivía en un lugar húmedo, después de todo, no era bueno para la salud dejar la ventana abierta mientras dormía. Después de hacer esto, Mo Ran puso su pie abajo y juró: Si regresó por esa puerta una vez más, ¡Seré un perro! Justo cuando llegó a la puerta, escuchó un golpe. Chu Wan Ning en realidad tiró todo el edredón de sí mismo. ––… ¿Qué va a hacer con el hábito de esta persona de deshacerse de sus mantas cuando duerme? Para que no fuera un perro, el emperador Taxian-jun, de dieciséis años, soportó la situación con mucha tolerancia y se fue. Él no volvería en sus palabras; ¡Absolutamente no regresará por esa puerta otra vez! Así que, después de un tiempo. — El brillante y poderoso emperador abrió la ventana y saltó a la habitación de esa manera. Levantó el edredón del suelo y lo dejó sobre Chu Wan Ning. Al escuchar la respiración dolorida y fatigada de Chu Wan Ning y al ver que su espalda se estremecía cuando estaba acurrucado en el rincón de la cama, Mo Ran no pudo contener nada de la ira que solía tener hacia él. Él podría decir "te sirve bien" todo lo que quería, pero su corazón aún se movía por él. Se sentó junto a la cama de Chu Wan Ning, vigilando para asegurarse de que no tirara el edredón de nuevo. Ya era tarde, Mo Ran había tenido un largo día, el agotamiento finalmente se asentó. Su cabeza se inclinó lentamente y se quedó dormido. Este sueño no fue para nada reparador. Chu Wan Ning siguió dando vueltas y girando, y Mo Ran pudo oírlo gemir en voz baja a través de la bruma del sueño. En su sueño nebuloso y ligero, Mo Ran no pudo decir qué hora era, o cuándo terminó acostado junto a Chu Wan Ning en la cama, abrazando al hombre tembloroso en sus brazos. Todavía medio dormido, lo abrazó y le acarició suavemente la espalda, murmurando: –– Estarás bien... shhh... shhh... Mientras dormía, Mo Ran sintió que había regresado al Pico Sisheng de su vida pasada, al vacío y sombrío Salón Wu Shan. Después de la muerte de Chu Wan Ning, él nunca durmió abrazando a alguien más. Ya sea por el arrepentimiento ardiente o por los sentimientos persistentes, pensar en esas emociones en los días fríos y llenos de soledad, hicieron que su corazón doliera. La ilusión lo consumió. Pero no importaba cuánto lo deseara, Chu Wan Ning no volvería. Había perdido la última llama de su vida. Mo Ran sostuvo a Chu Wan Ning toda la noche. Entre sus sueños y la bruma del sueño, a veces sabía claramente que había renacido, pero sentía como si todavía estuviera en su vida pasada. De repente, casi tuvo miedo de abrir los ojos. Tenía miedo de que cuando se despertase por la mañana, se encontraría con una almohada fría y vacía y cortinas con corrientes de aire. Y, por el resto de su vida, estaría completamente solo. Estaba seguro de que odiaba a Chu Wan Ning. Pero, sosteniéndolo en sus brazos, sintió que la humedad se acumulaba en las comisuras de sus ojos. Este fue un calor que Taxian-jun, de treinta y dos años, pensó una vez que nunca podría volver a tener. –– Wan Ning, estarás bien... Fue en este estado nebuloso, acariciando el cabello del hombre en sus brazos como si fuera el Mo Ran del pasado, que una frase tan tierna escapó de su boca. Estaba tan cansado que no se dio cuenta de lo que había dicho, o de cómo había llamado a la otra persona. Las palabras se escaparon naturalmente y él no pensó mucho en ellas. Mo Ran dejó escapar un suspiro y cayó en un sueño más profundo. A la mañana siguiente, las pestañas de Chu Wan Ning se agitaron mientras lentamente se despertaba. Debido a su fuerte cultivo, la alta fiebre que tenía la noche anterior ya había bajado. Chu Wan Ning abrió ociosamente los ojos, con la mente aún nublada por el sueño. Pero cuando trató de levantarse, descubrió que había alguien más tumbado en la cama con él. ¿Mo, Mo Wei Yu? Se sorprendió por decir lo menos. Chu Wan Ning palideció, pero no podía recordar por su vida lo que sucedió la noche anterior. Peor aún, sus movimientos despertaron a Mo Ran también. El joven bostezó, con un rostro juvenil ligeramente sonrojado por el sueño. Miró a la luz de la mañana, miró a Chu Wan Ning y dijo vagamente: –– Ah... deja que este venerable duerma un poco más... Ya que estás despierto, por qué no me haces huevos y gachas de carne... ––… ¿Qué tipo de tontería era esta? ¿Hablar en sueños? La mente de Mo Ran aún estaba borrosa. Cuando vio que Chu Wan Ning no se levantaba para hacerle el desayuno, no insistió en el asunto. En cambio, sonrió perezosamente y extendió la mano, acercando la cara de Chu Wan Ning y presionando un beso casto en sus labios. –– Si no quieres levantarte, eso también está bien. Este venerable acaba de tener el sueño más terrible. En el... ah... no importa. –– Suspiró, abrazando a la persona que se había quedado inmóvil a estas alturas. Apoyó la barbilla contra la cabeza del hombre en sus brazos y murmuró: –– Chu Wan Ning, déjame abrazarte un poco más. CAPÍTULO 33: ESTE VENERABLE VA EN BUSCA DE SU ARMA. Chu Wan Ning se sorprendió tanto por el repentino beso que ni siquiera pudo procesar lo que Mo Ran estaba diciendo. Todo le sonaba como un murmullo distante, como si una lluvia intensa hubiera comenzado a caer contra su cabeza. Mo Ran, por otro lado, murmuró inconscientemente algunas palabras más y volvió a dormirse. ––… Chu Wan Ning quiso sacudirlo para despertarlo. Sin embargo, había un árbol Haitang balanceándose en plena floración fuera de la ventana. Justo cuando Chu Wan Ning levantó la mano, un pétalo de flor rosa pálido aterrizó suavemente en la punta de la nariz de Mo Ran. ––… Mo Ran se frotó la nariz un poco incómodo, pero estaba durmiendo tan dulcemente que no se despertó. El brazo que Chu Wan Ning estiró para empujarlo cambió su curso, sin ninguna razón discernible para sí mismo, y levantó el pétalo de flor entre sus dedos para examinarlo. Mientras se perdía en sus pensamientos al mirar el pétalo, algunas cosas volvieron lentamente hacia él. Recordó que, ayer, Mo Ran había curado sus heridas y le había dado medicamentos. Después, Mo Ran lo sostuvo en sus brazos, acariciando suavemente su cabello y la espalda durante la noche y susurrando suavemente en su oído. Chu Wan Ning estaba desconcertado. Eso tenía que ser un sueño, ¿Verdad? Las puntas de sus orejas se pusieron rojas, el color brillante no muy diferente al pétalo de Haitang entre sus dedos. Las palabras de regaño murieron en su garganta. Él realmente... ni siquiera sabía cómo empezar. “¿Cómo terminaste en mi cama?” Eso suena como una joven doncella que había cometido un error. “¡Lárgate, quién te dejó dormir aquí!” Eso suena como un demonio que había cometido un error de cálculo. “¿Cómo te atreves a besarme?” Si uno realmente lo pensaba, era sólo un toque de dos labios. Comparado con ese tiempo en la ilusión, apenas podría llamarse un beso. Hacer un escándalo sólo haría que pareciera que realmente tenía algo que ocultar. ––… El anciano Yu Heng, estaba completamente perdido, sólo podía rodar y enterrar su cara en el edredón. Sus dedos delgados se aferraron a la esquina con irritación y vergüenza. Al final, decidió alejar a Mo Ran de sí mismo, sentarse y vestirse inmaculadamente primero, y luego sacudir al otro para que se despertara. Y así, cuando Mo Ran abrió los ojos con sueño, la imagen que lo saludó fue la del anciano Yu Heng sentado en el borde de la cama con una expresión indescifrable y fría en su rostro. Él comenzó a sudar frío de inmediato. –– Shizun, yo... Chu Wan Ning respondió inexpresivamente: –-¿Rompiste el límite del espíritu de la flora ayer? –– No quise... –– Olvídalo–– dijo Chu Wan Ning bruscamente y agitó la mano como si no fuera nada. –– Deberías levantarte. Clases matutinas. Mo Ran estaba a punto de colapsar. Se rascó la cabeza con agitación: –¿Cómo me dormí aquí...? –– Te ves cansado–– Chu Wan Ning estaba perfectamente tranquilo. –– No parece que hayas descansado mucho ayer. Echó un vistazo a la medicina en la mesa y dijo: –– En el futuro, no entres en el Pabellón del Loto Rojo por tu cuenta. Si necesitas algo, dímelo con antelación. –– Sí, Shizun. –– Puedes irte. Taxian-jun sintió que había escapado por poco de la muerte, y se apresuró a correr lo más lejos posible. Después de que él se fue, Chu Wan Ning se recostó en su cama y levantó su brazo, extendiendo su mano. Desde el espacio entre sus dedos, observó cómo las flores radiantes de su ventana se movían y caían como nieve en el viento. Los colores suaves de los pétalos Haitang eran como los vagos recuerdos de la noche anterior. Delicados. Difícil de distinguir la realidad de una ilusión. Decidió que preferiría morir antes que mencionar lo sucedido ayer. ¡Era demasiado vergonzoso! El anciano Yu Heng se preocupó por su orgullo por encima de todo; Él preferiría salvar su rostro a su vida. Así la próxima vez que Mo Ran vio a Chu Wan Ning unos días más tarde, el anciano Yu Heng era elegante y estaba compuesto de la manera habitual, con túnicas blancas ondeando con gracia. Ninguno de ellos mencionó lo de esa noche. Pero a veces cuando sus ojos se encontraban, la mirada de Mo Ran parecía detenerse en Chu Wan Ning un poco más antes de perseguir habitualmente a Shi Mei. ¿Y qué hay de Chu Wan Ning? Tan pronto como su mirada se encontraba con la de Mo Ran, se alejaría de inmediato y con frialdad. Pero entonces, cuando pensó que Mo Ran no estaba mirando, robaría otra mirada como si fuera un accidente. Xue Zheng Yong descubrió rápidamente acerca del castigo de Chu Wan Ning. Como se esperaba, el Líder del Pico Sisheng fue protector ante una falla, e inmediatamente lanzó un ataque. Pero no podía dirigirse correctamente a nadie en particular, y sólo podía cerrar su puerta y enfurruñarse solo. –– Si hubiera sabido que esto sucedería cuando establecieron las reglas por primera vez, habría agregado una más: las reglas no se aplican a los ancianos. Madam Wang se tomó una taza de té y habló por un tiempo con Xue Zheng Yong antes de que finalmente se calmara. Él dijo: –– El anciano Yu Heng es realmente muy terco, si trata de hacer esto de nuevo en el futuro, por favor, ayúdame a disuadirlo. Las sectas del reino de la cultivación superior ni siquiera podían rogarle que se uniera a ellas, pero un maestro de cultivación tan eminente terminó sufriendo así aquí, ¿Cómo voy a vivir conmigo mismo? Madam Wang suspiró: –-No es que no lo haya intentado. Ya sabes cómo es, terco hasta la médula. Xue Zheng Yong dijo: –– Ah, olvídalo. Esposa, dame algunos de esos analgésicos y medicamentos para el crecimiento muscular que hiciste, iré a ver a Yu Heng. –-El blanco debe tomarse por vía oral, el rojo es para la aplicación externa.–– Madam Wang le dio dos pequeños frascos de porcelana y luego dijo: –– Ran-er mencionó que el anciano Yu Heng ha estado limpiando los leones en el Puente Nai Heúltimamente. Deberías poder encontrarlo allí. Xue Zheng Yong guardó las botellas en el bolsillo y corrió hacia el puente de jade. Chu Wan Ning estaba de hecho allí. Poco después del mediodía, todos los discípulos estaban ocupados practicando su cultivación, y pocas personas pasaron por el Puente Naihe. Chu Wan Ning estaba solo en la suave curva del puente, su figura alta y recta. Las hojas crujían suavemente en las orillas; su túnica blanca entre el agraciado bambú era una imagen de refinamiento. Xue Zheng Yong se acercó sonriendo: –– ¿Anciano Yu Heng, estás viendo los peces? El rostro de Chu Wan Ning se volvió hacia él: –– El Líder de la secta debe estar bromeando, este río se conecta con los manantiales amarillos del inframundo, no hay peces. –– Jaja, sólo tirando de tu pierna. Eres tan elegante, sin humor, ¡Realmente me preocupa que no encuentres una esposa! Chu Wan Ning: ––... –– Aquí, medicina. Mi esposa lo hizo. Toma el blanco oralmente, aplica el rojo externamente. Súper efectivo. Para ti. ––…–– Chu Wan Ning no lo quería al principio, pero al ver lo orgulloso que estaba Xue Zheng Yong, como si la medicina de su esposa fuera la cosa más preciosa, no podía negarse, por lo que aceptó con un leve "Gracias." Xue Zheng Yong era un hombre tosco, pero era bastante más reservado frente a Chu Wan Ning, y no simplemente dejó escapar las cosas. Pensó un poco antes de decidirse por un tema: –– Dime, Yu Heng, la competencia Ling Shan estará llegando en tres años. Jóvenes talentos de todas las sectas se reunirán para competir por estar en la cima. ¿Cuáles crees que son las probabilidades de Meng-er y Ran-er? Chu Wan Ning respondió: –– Tres años es mucho tiempo; No puedo decir en la actualidad. Pero en este momento, Mo Ran carece del impulso para mejorar, y Xue Meng es demasiado engreído y propenso a subestimar a sus oponentes. Tampoco tiene la actitud correcta. Sus palabras fueron contundentes y cortantes, directamente al corazón del asunto. Xue Zheng Yong estaba un poco avergonzado, murmurando: –– Bueno, son sólo jóvenes... Chu Wan Ning dijo: –– Ya han alcanzado la mayoría de edad, ya no son jóvenes. Xue Zheng Yong: –– No te equivocas, pero aun así, ni siquiera tienen veinte años, no puedo evitar dejar de ser un poco parcial como su padre y su tío, jaja. Chu Wan Ning: –– Un niño indisciplinado es culpa de un padre negligente y un maestro irresponsable. Si los dos terminan caminando por el camino equivocado en el futuro, esa culpa recaerá directamente en ti y en mí. ¿Cómo serás parcial entonces? ––… Chu Wan Ning continuó: –– ¿El Líder de la secta todavía recuerda la Secta Ru Feng en Linyi y los dos queridos por los cielos de hace algunos años? El corazón de Xue Zheng Yong cayó ante la mera mención. Hace veinte años, había un par de hermanos de la Secta Ru Feng, la secta más importante del reino de cultivo superior. Ambos eran inmensamente dotados y extremadamente hábiles a una edad temprana; a la edad de diez años, cada uno de ellos podía derribar individualmente demonios de cien años, y a los quince años, ya eran capaces de idear nuevos hechizos e incluso comenzar su propia secta si así lo deseaban. Pero el mundo de la cultivación no era lo suficientemente grande para los dos. Los dos hermanos eran demasiado excepcionales, y finalmente terminaron peleando el uno contra el otro. En la competencia Ling Shan ese año, el hermano menor incluso robó la técnica desarrollada en secreto por el hermano mayor, y fue censurado por todas las sectas y despreciado por todos los ancianos por ello. Tan pronto como la competencia terminó, el hermano menor fue inmediatamente castigado por su padre. Su orgullo no podía soportarlo. De aquí en adelante él guardó un profundo rencor y se cultivó en métodos inescrupulosos, y al final se convirtió en un monstruo enloquecido. Para mencionar esto ahora, Chu Wan Ning, sin duda, estaba tratando de recordarle a Xue Zheng Yong que Xue Meng y Mo Ran pueden ser excepcionales, pero el corazón era mucho más importante que la habilidad. Desafortunadamente, Xue Zheng Yong fue duro consigo mismo, serio con sus discípulos, pero confuso irremediablemente cuando se trataba de su hijo y su sobrino, hasta el punto de estropearlos. Así que realmente no tomó en serio las palabras de Chu Wan Ning, sólo se rió cuando dijo: –– No terminarán como esos hermanos con el anciano Yu Heng guiando su camino. Chu Wan Ning negó con la cabeza. –– La naturaleza humana establecida, no se cambia tan fácilmente sin una resolución tremenda. Xue Zheng Yong no pudo evitar sentirse un poco incómodo ante las palabras de Chu Wan Ning, sin saber si tenían un significado oculto. Dudó por un tiempo, pero terminó preguntando después de todo: –– Yu Heng, tú... no te enojes, pero ¿Quizás menosprecias a ese tonto sobrino mío? Chu Wan Ning no había querido decir eso en absoluto. El malentendido inesperado lo tomó tan desprevenido que sus palabras se ahogaron en su garganta. Xue Zheng Yong continuó preocupado: –– En realidad, no me importa si salen ganando en la competencia o no. Especialmente Ran-er, realmente no fue fácil para él, al crecer, no se puede evitar si es un poco difícil o desobediente. Espero que no te disguste por haber sido criado en una casa de entretenimiento. Él es todo lo que me queda de mi Da ge. No puedo dejar de sentirme culpable por no haber estado ahí para él todos esos años... Chu Wan Ning lo interrumpió: –– El Líder de la secta está equivocado. No lo desprecio en absoluto. Si me importara su pasado, no lo habría aceptado como discípulo. Habló directamente y con certeza. Xue Zheng Yong se sintió aliviado: –– Bien, bien. La mirada de Chu Wan Ning se volvió hacia las corrientes del río que corrían debajo del puente, surgiendo y chocando, y no dijo nada más. Desafortunadamente, la conversación entre ellos, y la confesión de Chu Wan Ning, fueron absorbidas por las ondulantes aguas como en la vida anterior. Que no le disgustara o no despreciara a Mo Ran, nunca fue escuchado por una tercera persona. Pasaron los tres meses de confinamiento. Este día, Chu Wan Ning llamó a sus tres discípulos al Pabellón del Loto Rojo y dijo: –– Ya que sus núcleos espirituales se han estabilizado, los he llamado a todos aquí hoy para llevarlos al Pico Xu Ying, donde pueden intentar convocar a su propia arma. Tanto los ojos de Xue Meng como los de Shi Mei se agrandaron, sus caras estaban extasiadas. El Pico Xu Ying era una montaña sagrada ubicada en el reino de cultivo superior, de miles de pies de altura, acantilados empinados e insondables. Según la leyenda, el Pico Xu Ying fue donde el dios Gou Chen-shanggong una vez forjó armas. Gou Chen-shanggong, el Dios del armamento, supervisó los extremos más al norte y más al sur de los cielos y controló todas las armas del mundo. Durante la guerra del Emperador Celestial para librar al reino de los demonios, Gou Chen-shanggong forjó la primera "espada" verdadera del mundo utilizando las montañas como material, los mares como estanque de fundición y su propia sangre celestial como las llamas de forja. Esta espada atravesó los cielos y la tierra por igual, y con un sólo golpe, dividió la tierra en pedazos y provocó que los mares fluyeran en sentido inverso. Con "espada" en mano, el Emperador Celestial suprimió a la raza de demonios debajo de la tierra, a partir de entonces fueron incapaz de levantarse, usando sólo dos ataques. Esos dos ataques cortaron horizontalmente a través del reino humano, llevando un par de profundos cortes a la tierra. Después de la guerra, los cielos lloraron y los fantasmas aullaban a través de las noches, las inundaciones y la desolación plagaron el reino mientras la lluvia torrencial caía por mil años, llenando el par de cortes, que se convirtieron en los ríos Yangtze y Amarillo que alimentaron innumerables vidas. Y el Pico Xu Ying, el lugar de nacimiento de la espada sagrada, por lo tanto, se convirtió en un lugar sagrado, con muchos cultivadores peregrinando. Incluso ahora, la energía espiritual dejada por los antiguos dioses sigue siendo fuerte allí, e innumerables criaturas misteriosas vagan por las montañas donde prospera todo tipo de flora peculiar. El Pico Xu Ying fue también el lugar donde muchos cultivadores alcanzaron la iluminación y ascendieron a los cielos. Pero para la mayoría de las personas, el mayor atractivo de esta increíble montaña donde se forjó la espada sagrada fue su Lago Jin Cheng. El lago helado en la cima del pico se congeló durante todo el año, brillando mientras reflejaba la luz del sol naciente. La leyenda decía que cuando Gou Chen-shanggong abrió la palma de la mano y usó su propia sangre para forjar la espada sagrada, una gota cayó sobre la abolladura de la cima. Esa gota de sangre que, aún no se ha agotado incluso después de mil años, se convirtió en el Lago Jin Cheng, sus aguas tan claras que se podía ver desde el fondo. Independientemente de si la leyenda era cierta o no, las maravillas del Lago Jin Cheng eran reales. Aunque estaba cubierto por tres pies de hielo durante todo el año, algunos cultivadores pudieron usar el poder de su propio núcleo espiritual para descongelar temporalmente el lago. En ese momento, una antigua bestia mítica saltaría a tierra, sosteniendo un arma en la boca y ofreciéndola a la persona. Xue Meng preguntó con entusiasmo: –– Shizun, ¿Qué tipo de bestia mítica surgió cuando fuiste a buscar tu arma sagrada? Chu Wan Ning respondió: –– Kun Peng. Los ojos de Xue Meng brillaron: –– ¡Impresionante! ¡No puedo esperar a ver un Kun Peng! Mo Ran se burló: –– No cuentes tus Kun Peng antes de derretir ese lago. –– ¿Que se supone que significa eso?¿Crees que no puedo derretir el Lago Jin Cheng o algo así? Mo Ran se rió: –– Vaya, no te enojes tanto, no dije eso. Chu Wan Ning dijo: –– No necesariamente será un Kun Peng. Se dice que cientos de bestias míticas viven dentro del lago, custodiando las armas sagradas. El que más te guste será el que venga a ofrecerte un arma que haya adquirido. Además, cada bestia mítica tiene su propio temperamento único. Te hará una petición; si no puedes completar su solicitud, tomará el arma y regresará al lago. Xue Meng reflexionó: –– ¿Así es cómo funciona? Entonces, Shizun, ¿Qué te pidió el Kun Peng? –– Dijo que quería comer un bollo de carne–– respondió Chu Wan Ning. Los tres discípulos se quedaron en silencio por un momento, y luego se echaron a reír. Xue Meng se rió: –– Me asustaste, casi pensé que sería algo desafiante. Chu Wan Ning también sonrió un poco y dijo: –– Yo tuve suerte. Los requisitos que tienen estas bestias míticas son extraños; Podrían pedir cualquier cosa. Una vez escuché de alguien que convocó a un Xi Shu. Esa pequeña rata le pidió que le diera la mano de su esposa en matrimonio. Se negó, por lo que la rata tomó el arma de vuelta y se fue. Al final, ese hombre nunca más tuvo otra oportunidad de adquirir un arma sagrada. Shi Mei murmuró: –– Eso es una pena... Chu Wan Ning lo miró y dijo: –– ¿Qué hay que compadecer? Honestamente, lo respeto por su noble carácter. Shi Mei se corrigió apresuradamente: –– Shizun entiende mal, no quise decir eso. Por supuesto, la esposa de uno no puede ser reemplazada por las armas más poderosas. Sólo creo que es una pena que se haya perdido un arma sagrada. –– De todos modos, es sólo un rumor–– dijo Chu Wan Ning. –– Desafortunadamente, no pude ver a un hombre así por mí mismo. Más bien, hace muchos años en el Lago Jin Cheng, lo que vi fueron cosas repulsivas que ensuciaron mis ojos. Hizo una pausa, como si recordara algo, su expresión se oscureció cuando sus cejas se fruncieron. –– No importa olvídalo. En estos mil años, quién sabe de cuántos casos de lealtad inquebrantable ha sido testigo este lago, y cuántos casos de escalofriante crueldad. Realmente, ¿Cuántas personas son incluso capaces de resistir el atractivo de un arma sagrada, de abandonar su oportunidad de avanzar, sólo para permanecer fieles a su corazón...? Heh. Chu Wan Ning dejó escapar una risita fría, como si estuviera perturbado por algo en sus recuerdos, antes de reorganizar su expresión volviendo a su impasibilidad habitual. Pero sus cejas estaban fruncidas un poco, como si estuviera disgustado, y apretó los labios con fuerza, sin hablar más del asunto. –– Shizun, se dice que todas las armas sagradas del Lago Jin Cheng tienen un temperamento propio. ¿Fue fácil para ti dominar tu arma cuando la obtuviste por primera vez?–– Xue Meng vio que parecía infeliz y preguntó para cambiar el tema. Chu Wan Ning levantó una ceja y dijo inexpresivamente: –– Este maestro tiene tres armas sagradas, ¿Sobre cuál de ellas estás preguntando? CAPÍTULO 34: ESTE VENERABLE CAYÓ EN DESGRACIA. Sólo Chu Wan Ning podía decir algo tan asombroso como eso de una manera tan calmada. Los tres discípulos tenían sus propios pensamientos sobre el asunto. Los de Xue Meng fueron los más simples, sólo una exclamación: “¡Ah!” Mo Ran fue un poco más complicado cuando se acarició la barbilla con una mano y recordó algunas cosas de la vida anterior, pensó que definitivamente nunca quiere ver la tercera arma de Chu Wan Ning en esta vida. En cuanto a Shi Mei, ladeó la cabeza, una tenue luz parpadeando en ese par de brumosos ojos de flor de melocotón, como en reverencia o fascinación. –– ¿Conseguiste a Tian Wen del Lago Jin Cheng? Chu Wan Ning: –– Mn. –– Luego los otros dos... Chu Wan Ning: –– Uno también era de aquí, pero el otro no. Los temperamentos de las armas no tienden a ser demasiado feroces, por lo que deberían ser manejables. No hay necesidad de preocuparse. Xue Meng suspiró con admiración: –– Ojalá pudiera ver las otras armas sagradas de Shizun también. Chu Wan Ning dijo: –– Tian Wen es más que suficiente para la mayoría de los propósitos. En cuanto a las otras dos, sería mejor si nunca tuviera que usarlas. Xue Meng a regañadientes hizo un ruido en acuerdo, pero una luz aún bailaba en sus ojos. Chu Wan Ning se dio cuenta; sabía que Xue Meng era combativo por naturaleza, y que esas cosas no se reprimían tan fácilmente, pero afortunadamente su corazón estaba en el lugar correcto, por lo que, con cierta orientación, debería haber pocas razones para preocuparse. Mo Ran, de pie a un lado, todavía estaba acariciando su barbilla, con una expresión sonriente pero no. El propósito de un arma era tomar la vida de otro; un hombre justo sólo recurriría a eso si realmente no hubiera otra opción. Chu Wan Ning... Ya sea en esta vida o en la vida pasada, esa justicia suya fue su perdición. Toda esa mierda sobre la justicia que siempre triunfaba sobre el mal eran sólo palabras en los libros, pero este idiota insistía en tomarse esas cosas en serio. A pesar de su talento excepcional y su destreza marcial, le sirvió bien terminar como un simple prisionero bajo los escalones, con los huesos en el polvo. –– Shizun. –– La voz de Shi Mei interrumpió sus pensamientos. –– Este discípulo escuchó que cientos, si no miles, escalan el Pico Xu Ying cada año en busca de un arma, pero sólo uno o dos son capaces de derretir el Lago Jin Cheng. Además de eso, nadie lo ha logrado en los últimos años. La cultivación de este discípulo es débil... en realidad... no hay ninguna posibilidad en absoluto. A-Ran y el joven maestro son excelentes, tal vez debería quedarme atrás y practicar mis fundamentos. Chu Wan Ning: ––… No habló, con la cara como porcelana fina en capas con una ligera niebla, como si estuviera sumido en sus pensamientos. En la vida anterior, Shi Mei también rechazó la oportunidad de ir al Pico Xu Ying debido a su poca confianza en sí mismo. Al ver esto, Mo Ran inmediatamente sonrió: –– No hay nada de malo en intentarlo. Incluso si no funciona, sólo imagínalo como un viaje. Mejor que estar encerrado en el Pico Sisheng todo el día, por qué no salir y ver el mundo en su lugar. Shi Mei sólo se puso aún más nervioso: –– No, pero realmente soy demasiado débil y hay mucha gente en el Pico Xu Ying, si los discípulos de otra secta me desafían a pelear, definitivamente perderé y avergonzaré a Shizun... Chu Wan Ning levantó los ojos: –– ¿Es eso a lo que temes? Las palabras eran extrañas, como si estuviera cuestionando, pero también como si fueran simplemente retóricas. Los otros dos no sintieron nada apagado, pero Shi Mei sintió un escalofrío en su corazón, y cuando levantó la vista, sus ojos se encontraron con la mirada fría y mordaz de Chu Wan Ning. –– Shizun... La expresión de Chu Wan Ning permaneció inmóvil mientras hablaba: –– Te especializas en curar; Las peleas no son tu fuerte para empezar. Si alguien te molesta por eso, simplemente recházalo, no hay vergüenza en eso. Mo Ran sonrió: –– No te preocupes, Shi Mei, me tienes a mí. Y así los tres empacaron para el viaje y partieron. El destino esta vez fue bastante lejos, en el reino de la cultivación superior. Montar caballos sería demasiado agotador, y Chu Wan Ning todavía no quería viajar en la espada, por lo que viajaron en un carruaje a un ritmo relajado durante más de diez días antes de llegar finalmente a una ciudad al pie del Pico Xu Ying. Los tres discípulos ya habían salido del carruaje, pero Chu Wan Ning todavía no tenía ganas de moverse. Levantó la pantalla de bambú del carruaje y dijo: –– Pasaremos la noche aquí. Un poco más de viaje mañana y estaremos en el Pico Xu Ying. Su parada de descanso se llama Ciudad Dai; No es una ciudad demasiado grande, pero es rica y bulliciosa. Las mujeres llevaban sedas y jades, y los hombres iban vestidos con caros brocados. Era incluso más opulento que los lugares más ricos del reino de la cultivación inferior. Xue Meng chasqueó la lengua: –– Mira a estos perros del reino de la cultivación superior, el olor a carne y vino brotando de las puertas de los ricos mientras los pobres mueren de hambre y se congelan en las calles. A Mo Ran también le disgustó, y por lo tanto no discutió con Xue Meng por una vez. En cambio, se burló de la escena que tenía ante él con una dulce sonrisa en su rostro: –– No es broma, estoy tan celoso. No es de extrañar que muchas personas estén tan desesperadas por mudarse al reino de la cultivación superior. Incluso ser una persona común y no un cultivador aquí es una vida mucho mejor que allá. Chu Wan Ning sacó y se puso una máscara de plata antes de salir tranquilamente del carruaje. Miró a su alrededor en el ajetreo y el bullicio, pensando en una cosa u otra. Xue Meng estaba desconcertado: –– ¿Por qué Shizun está usando una máscara? Chu Wan Ning respondió: –– Esto es LinYi área de la Secta Ru Feng. Es mejor si no muestro mi cara aquí. Al ver la confusión persistente en la expresión de Xue Meng, Mo Ran suspiró: –– El pequeño fénix debe haber dejado su cabeza en casa, para olvidar que Shizun solía ser el maestro invitado de la Secta Ru Feng. Sus palabras sacudieron la memoria de Xue Meng, pero el querido de los cielos no estaba dispuesto a admitir que realmente lo había olvidado. Entonces, con la cara roja, puso los ojos en su lugar: –– ¡Oh, por supuesto que lo sabía! Pero Shizun era sólo un maestro invitado allí, no es como si lo hubieran comprado ni nada, no hay razón para que no pueda levantarse e irse. Incluso si la gente de la Secta Ru Feng lo ve, ¿Qué van a hacer, arrastrarlo de vuelta? Mo Ran dijo: –– Tú tonto, ¿En serio nunca has escuchado? Desde que Shizun dejó la Secta Ru Feng, básicamente nadie del reino de la cultivación superior ni siquiera sabe a dónde fue. Siempre que nos preguntan de quién somos aprendices mientras estamos en misiones de exorcismo, ¿No siempre hemos dicho que del Pico Sisheng sin especificar a nuestro maestro? Xue Meng se sorprendió por un momento antes de comprender: –– Oh, ¿Entonces el paradero de Shizun es un secreto aquí? Pero Shizun es tan fuerte, ¿Por qué la necesidad de esconderse? –– No es que me esté escondiendo con cuidado, simplemente no quiero que me molesten. –– Chu Wan Ning dijo: –– Vamos a buscar una posada. –– Bienvenidos, ¿Los buenos señores se quedarán con nosotros?–– El encargado de la posada corrió, su grasienta cara brillando. Xue Meng dijo: –– Cuatro habitaciones. El encargado forzó una sonrisa mientras se retorcía las manos: –– Lo siento señor, todas las posadas en la ciudad han estado bastante llenas recientemente, así que me temo que no tenemos cuatro habitaciones de sobra, ¿Estarían bien los buenos señores con dos? No hay nada que hacer al respecto, ellos sólo tienen que compartir. Pero surgió un pequeño problema a la hora de asignar habitaciones. –– Me voy a la habitación con Shi Mei. –– Mo Ran dijo con firmeza dónde estaban reunidos los tres discípulos mientras Chu Wan Ning pagaba la cuenta. Xue Meng no lo tenía: –– Eres como un demonio. Mo Ran fingió conmoción: –– ¿Eh? ¿Creí que te gustaba pegarte a Shizun? –– E-Eso no significa que quiera... Sentía el mayor respeto por Chu Wan Ning, pero también le tenía miedo. A decir verdad, incluso él no podría decir si sentía más adoración o temor hacia el hombre. Mirando la cara enrojecida de Xue Meng, Mo Ran sonrió con suficiencia: –– Pequeño hermano, ¿Por qué tengo la sensación de que no es que no quieres dormir con Shizun, sino que estás demasiado asustado? Los ojos de Xue Meng eran redondos como orbes: –– No es como si Shizun fuera a comerme, ¿Por qué tendría miedo? –– Oh. –– La sonrisa de mierda de Mo Ran sólo se amplió. –– Pero Shizun golpea a la gente en sus sueños, ¿Lo sabías? Xue Meng: ––…. Xue Meng tartamudeó, con su rostro pálido a azul y viceversa, antes de que de repente se diera cuenta de algo y respondiera furioso: –– ¡Cómo sabes cómo es Shizun mientras duerme! ¿Te has acostado con él antes? Eso fue un poco ambiguo, aunque Xue Meng definitivamente no quiso decir eso. Mo Ran se burló de sí mismo, este venerable no sólo se había acostado con él antes, este venerable también ha dormido con él antes. Pero los hombres reales no hacen alarde de las conquistas, así que sólo continuó sonriendo: –– Si no me crees, ve y compruébalo esta noche. Ah, sí, no olvides traer una botella de ungüento, la necesitarás. Xue Meng estaba a punto de enojarse cuando Chu Wan Ning terminó de pagar y se acercó. Los miró levemente y les dijo: –– Vamos. Los tres jóvenes siguieron a su Shizun escaleras arriba como tres pequeñas colas. De pie frente a las habitaciones, los tres miraron dócilmente y esperaron a que Chu Wan Ning hablara, a pesar de las disputas en este momento. Sus disputas en realidad no tienen ningún peso en absoluto. Cuando llegó el momento de asignar las habitaciones, todos se callaron y esperaron a que Chu Wan Ning decidiera. Chu Wan Ning hizo una pausa antes de decir: –– Sólo hay dos habitaciones, ¿Quién de ustedes... Vaciló, sintiéndose un poco cohibido. Cuando dijo: –– ¿Quién de ustedes quiere estar conmigo? Sonaba un poco cauteloso y lamentable incluso para él, demasiado impropio del estilo del anciano Yu Heng . ¿Cómo debería decirlo entonces? –– Mo Wei Yu, vienes conmigo ¿Así? ...Olvídalo. Agrega un palo con pinchos y una piel de tigre, y no será diferente de un bandido sombrío que roba a la hija de una familia. Era un respetado maestro de la cultivación, tenía que salvar su rostro. Además, desde aquella noche en el Pabellón del Loto Rojo, ambos se sintieron incómodos y evitaron estar juntos a solas. El rostro de Chu Wan Ning permaneció impasible, pero miles de pensamientos cruzaron por su mente. Un buen tiempo pasó antes de que tranquilo y sereno, levantó la barbilla y asintió con la cabeza ligeramente hacia Xue Meng. –– Xue Meng vienes conmigo a la habitación. Xue Meng: ––… La sonrisa de Mo Ran se desvaneció de su rostro, estupefacto. De hecho, esperaba que Xue Meng estuviera con Chu Wan Ning para poder estar con Shi Mei. Pero escuchar esta elección salir de la boca de Chu Wan Ning de alguna manera lo puso muy furioso. Él no era consciente de esto, pero era como un cachorro callejero que no sabía cuán alto era el cielo. El cachorro callejero conoció a un hombre. Esa persona no era exactamente la más agradable para él, pero al menos le arrojaba unos huesos para roer en cada comida del día. Pero al cachorro callejero no le gustaba este tipo malo. Mordió el hueso y, cuando terminó, sólo se lamió la pata y le ladró sin parar. No veía a este tipo como su dueño en absoluto. Por alguna razón desconocida para el cachorro, un día cuando este hombre salió con un cuenco en la mano, ya no tenía el hueso con el que estaba familiarizado, sino las semillas de mijo. Un hermoso pájaro con brillante plumaje voló hacia abajo y se posó en su hombro, con sus ojos pequeños y brillantes que lo miraban mientras frotaba su pico cariñosamente contra su mejilla. El hombre se giró para mirar hacia un lado, acariciando al ave mientras la alimentaba pacientemente. El cachorro callejero se quedó estupefacto. Después de todo, estaba tan seguro de que Chu Wan Ning lo elegiría a él... CAPITULO 35: ESTE VENERABLE RESBALÓ. Esa noche, Mo Ran se quedó mirando la pared, con una mano en su mejilla. Al otro lado de esa pared estaba la habitación de Chu Wan Ning y Xue Meng. A Shi Mei le gustaba la limpieza, por lo que había dejado un cambio de ropa cuidadosamente doblado en la cama y había bajado las escaleras para pedirle al asistente que trajera agua caliente para bañarse. Las paredes de la posada no estaban muy insonorizadas. En la tranquilidad, podía escuchar débilmente los sonidos de la habitación contigua. Chu Wan Ning parecía haber dicho algo, no podía escuchar con claridad. Pero escuchó la voz de Xue Meng fuerte y clara: –– Parece un poco apretado. Las orejas de Mo Ran se levantaron como las de un perro, moviéndose un poco. Al otro lado de la pared, el pequeño fénix dijo: –– Shizun, ¿Duele? –– Está bien, puedes seguir. –– Seré amable, déjame saber si te duele. –– Hablas demasiado. Hazlo o no. Los ojos de Mo Ran se abrieron alarmados: ––… Seguramente no había manera de algo como eso entre esos dos, pero ¿Qué tipo de intercambio fue este? ¿Qué están haciendo? Las orejas del cachorro estaban prácticamente pegadas contra la pared. Hubo un leve crujido de la ropa, y si se esforzaba, podía incluso oír los sofocados gemidos de Chu Wan Ning. Había escuchado a Chu Wan Ning hacer este tipo de sonidos en la cama innumerables veces antes. A su Shizun no le gustaba hacer ningún ruido cuando se sentía realmente bien o realmente dolorido, siempre mordiendo con fuerza su labio inferior mientras las lágrimas se derramaban de sus ojos. En ese momento, todo lo que tenía que hacer era empujar un poco más fuerte para arrancarle suaves respiraciones de su garganta... –– E-espera. –– La voz de Chu Wan Ning fue baja y áspera. –– No... no toques allí. –– Está bien. –– Xue Meng dudó, luego dijo en voz baja: –– Entonces... ¿Shizun lo hará él mismo? –– Mn. ¿Dónde? ¿Qué tontería es esta? ¿No toques dónde? ¿Hacerlo él mismo? ¡Qué están haciendo! La cara entera de Mo Ran se oscureció. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, ya había llamado a la puerta vecina. Una ráfaga de ruidos llegaban desde el interior. La expresión del cachorro se volvió aún más oscura. Levantó la voz: –– Shizun, ¿Qué estás...? La puerta se abrió con un crujido. Xue Meng estaba allí, completamente vestido, con la mano aún sosteniendo un trozo de gasa manchada de sangre. Entrecerró los ojos mientras miraba a Mo Ran con desconcierto. –– ¿Qué quieres, haciendo tal alboroto a estas horas de la noche? ¿Tropezaste con un fantasma o algo así? La boca de Mo Ran se abrió y luego se cerró estúpidamente. Miró más allá de Xue Meng hacia donde Chu Wan Ning estaba sentado junto a la mesa con ungüento medicinal y vendas frescas en ella. –– ¿Qué estaban haciendo...? Xue Meng continuó con claridad: –– Aplicar medicina, por supuesto. La lesión en el hombro de Shizun no se ha curado todavía. El vendaje no se ha cambiado por unos días y algunas de las heridas se infectaron de nuevo. Mo Ran: ––… Él preguntó tontamente –– Entonces, lo que era demasiado apretado... –– ¿Muy apretado? –– Xue Meng pensó por un momento, frunciendo el ceño. –– Oh, los vendajes. Estaban envueltos demasiado apretados antes, algunos se pegaban a las heridas con sangre y casi no se salían. Dejó de hablar de repente y miró a Mo Ran con sospecha. –– ¿Estabas escuchando a escondidas? Mo Ran puso los ojos en blanco y se apresuró a salvar su triste cara: –– ¡Quién está escuchando a escondidas! Las paredes aquí son tan delgadas que incluso puedes escuchar sonidos de respiración si te apoyas contra ellas, ve a verificar si no me crees. –– Oh. ¿De verdad? –– Xue Meng asintió, pero luego de un momento después sintió que algo no estaba bien. ––…Espera, ¿Cómo lo sabes? ¿Te apoyabas contra la pared para escuchar? Mo Ran: ––… Xue Meng, enojado: –– Mo Wei Yu, ¡Eres un bicho raro! Mo Ran, igual de enojado: –– ¡Quién sabe qué cosas bestiales podrías hacerle a Shizun! Xue Meng era una persona pura que no sabía nada de tales asuntos. No tenía ni idea de qué hablaba Mo Ran, así que sólo se enojó más: –– ¡Qué tonterías estás hablando!–– Y se volvió para quejarse. –– Shizun, él... Chu Wan Ning se puso la túnica exterior, manteniéndola cerrada con una mano mientras se alisaba el cabello con la otra, caminó tranquilamente y miró a Mo Ran de arriba abajo. –– ¿Necesitas algo? –– Yo... oí... –– Mo Ran buscó las palabras. –– Um, esas cosas, así que pensé que Xue Meng te estaba molestando... –– ¿Qué?–– Chu Wan Ning no entendió en absoluto, entrecerró los ojos. – – ¿Quién me está molestando? Mo Ran quiso abofetearse a sí mismo: ––… Estaban en medio de mirarse torpemente el uno al otro cuando Shi Mei subió las escaleras. –– ¿A-Ran? ¿Qué estás haciendo fuera de la habitación de Shizun? –– Yo... uh... –– Mo Ran tartamudeó. –– Eso, um, hubo un malentendido. Shi Mei sonrió: –– Bueno, ¿Se ha resuelto? –– Sí, sí. –– Mo Ran dijo apresuradamente: –– Shi Mei, ¿No fuiste a pedirle agua al asistente? Probablemente, Shizun tampoco se haya bañado, voy a pedirles que traigan algo adicional. Shi Mei dijo: –– No es necesario. –– Sacó cuatro tabletas de bambú y sonrió. –– El asistente dijo que hay una fuente termal natural en la posada que el posadero construyó en un baño. Estas tabletas son pases, tengo una para todos. Mo Ran pensó que él, un manga cortada, probablemente no debería sumergirse en las aguas termales con los otros tres. Xue Meng era lo que fuera; Shi Mei era puro y sagrado en sus ojos, y ni siquiera se atrevía a pensar en ningún pensamiento sucio sobre él. Pero Chu Wan Ning... era muy consciente, por el par de contactos cercanos que tuvieron desde su renacimiento, que probablemente perdería la cabeza si veía a esa persona desnudarse. Mo Ran se cubrió la cara con una mano: –– Voy a pasar. Xue Meng, se sorprendió: –– ¿No te bañas antes de acostarte? ¡Bruto! Mo Ran dijo: –– Le pediré al asistente que envíe agua caliente. Shi Mei estaba desconcertado: –– Aquí no hierven agua caliente, ya que todos los invitados van a las aguas termales. Mo Ran: ––… Al no tener otra opción, Mo Ran sólo podía tomar un cambio de ropa e ir a las aguas termales con todos los demás. Esta posada era bastante diligente para ganarse el favor; sabía bien que la mayoría de las personas que vienen para quedarse son cultivadores que se dirigen al Lago Jin Cheng con la esperanza de tener un arma, y así se llamar al baño "Reflexión del amanecer en Jin Cheng" para invitar algo de suerte. Mo Ran tenía miedo de perder los sentidos y no se atrevió a tocar a los otros dos. Se cambió a toda prisa, envolviendo la toalla con fuerza alrededor de su cintura, y salió corriendo hacia la fuente termal primero para encontrar un lugar apartado. Ya era bastante tarde, así que no había mucha gente en el baño, y los que estaban allí estaban dispersos a lo lejos. Con un cuadro de toalla blanca en la parte superior de su cabeza, Mo Ran se hundió en el agua, dejando solo la mitad de su cara en la superficie, y dejó escapar un suspiro, soplando burbujas 'gulugulu'. La primera persona en terminar de cambiarse salió con las piernas largas y desnudas. Mo Ran lanzó una mirada y dejó escapar un suspiro de alivio. Gracias a los dioses, era sólo Xue Meng. Xue Meng puede ser guapo, pero no era el tipo de Taxian-jun, no importa cómo lo mires. Sus miradas se encontraron, y Xue Meng lo señaló: –– Tú, aléjate de mí. –– ¿Qué te dio? –– Estás sucio. Mo Ran: –– Jeje. El baño estaba empañado con el vapor del agua. Después de un rato, Xue Meng se detuvo en medio de frotarse para gritar: –– ¡Shizun, por aquí! Mo Ran, con la mitad de su cara bajo el agua, casi se ahoga. Sabía muy bien que no debía mirar, pero su mirada aún no podía evitar vagar. Esa simple mirada casi lo mata. Se sobresaltó tanto que tragó dos bocados completos de agua de baño y ni siquiera tuvo tiempo de sentirse asqueado, sino que se apresuró a hundirse aún más en el agua hasta que sólo sus ojos estuvieran por encima del agua. No esperaba que Chu Wan Ning y Shi Mei salieran juntos. Shi Mei era delgado y suavemente hermoso, con un largo cabello negro como la tinta sobre sus hombros y envuelto en una toalla. Por todos los derechos, Mo Ran debería haber querido echarle un vistazo más a él, pero su mirada se lanzó rápidamente más allá de él. Él realmente respeta a Shi Mei como la brillante luna, y no se atrevió a mirarlo en público. Chu Wan Ning, por otro lado, era alto y fríamente guapo, con hombros anchos y cintura estrecha, cuerpo tonificado y piel firme. Tenía el cabello recogido en una coleta alta, y llevaba una gran bata blanca que cubría todo su cuerpo, excepto la parte delantera, que era demasiado ancha para cerrarse y revelaba una gran extensión de pecho liso y firme. Al mirarlo, Mo Ran sintió que iba a asfixiarse y hervir en el agua. Quería apartar la mirada. Pero sus ojos traidores se negaron a escuchar, y su mirada se fijó allí sin moverse en lo más mínimo. Sus orejas lentamente se pusieron rojas. Al otro lado de la pesada niebla, Chu Wan Ning parecía haberlo mirado, o tal vez no. Puso una capa de barrera impermeable sobre sus vendas y se metió en el agua. Sus piernas se podían ver entre la bata flotante, largas y delgadas, equilibradas con contornos ajustados. Mo Ran: ––… Realmente ya no podía ver más, cerrando los ojos se hundió hasta el fondo del agua. Incluso cubierto por la toalla envuelta alrededor de su cintura, su reacción fue realmente demasiado... Mo Ran se sintió extremadamente mal. Realmente no le gustaba Chu Wan Ning, realmente odiaba a Chu Wan Ning. Pero su cuerpo recordaba su ferviente actividad amorosa, esos frenéticos entrelazamientos que podían convertir hasta los huesos de acero en ternura, y todas las cosas absurdas entre los dos que hacían que su cara se enrojeciera y su corazón se acelerara. La punta de su garganta se agitó cuando una guerra celestial estalló en su interior. Mo Ran estaba realmente a punto de llorar. Era la primera vez en su vida que se odiaba a sí mismo, entonces, ¿Por qué fue así? Shi Mei estaba allí, ¿Qué diablos estaba haciendo perdiendo su maldita mente por Chu Wan Ning? Incluso si se hubieran presionado piel contra piel como lo hicieron en la vida anterior. Todo eso fue en el pasado. No importa cuán colgado estuviera por el cuerpo de Chu Wan Ning, ¿Cómo podría hacerle esto a Shi Mei? Esto era demasiado irrespetuoso para él, se merecía algo mejor. Mo Ran bajó la cabeza y se concentró en disipar esos malos pensamientos durante bastante tiempo antes de finalmente lograr suprimir el fuego en su abdomen. Salió del agua y sacudió las gotas, se secó la cara con la toalla y abrió los ojos llorosos. Y se encontró cara a cara con Chu Wan Ning. Peor aún, el agua que acababa de sacudir salpicó directamente en la cara de Chu Wan Ning. Observó cómo una gota se deslizaba pausadamente por su afilada ceja negra, y luego lentamente se deslizaba hacia abajo, casi a punto de entrar en ese hermoso ojo de fénix. Chu Wan Ning: ––… Mo Ran: ––… Esto fue realmente lo peor. No podía ver los alrededores antes cuando estaba sumergido bajo el agua conteniendo la respiración. Chu Wan Ning tampoco tenía idea de que Mo Ran estaba debajo del agua aquí, y sólo estaba pensando en sus propios asuntos al venir aquí a buscar la caja de barras de fragancias. Ni siquiera llegó a la caja antes de ser salpicado por una cara llena de agua. La fuente termal era bastante profunda, la flotabilidad del agua era fuerte. Mo Ran, con la cabeza nadando, trató de retroceder, pero terminó resbalándose y cayendo directamente en los brazos de Chu Wan Ning. –– ¡Ah! ––…. Capitulo 36: Este venerable probablemente había perdido la razón. Sin pensarlo, Chu Wan Ning se estiró para estabilizarlo. Mientras los dos estaban pegados el uno al otro en el agua tibia del manantial, Mo Ran sintió que una chispa recorría todo su cuerpo, junto con la piel de gallina. A pesar de que ya había sostenido a Chu Wan Ning casi desnudo en el Pabellón del Loto Rojo en ese entonces, las circunstancias en ese momento habían sido terribles. No había tiempo para detenerse en la situación, por lo que no había pensado mucho en ello. Pero ahora mismo, con una mano contra el pecho de Chu Wan Ning y la otra apoyando inconscientemente la cintura de Shizun, sus piernas se enredaron bajo el agua, con el manantial haciendo que su piel se sienta más cálida y resbaladiza, la cabeza de Mo Ran se cortocircuitó por completo. Él, por Chu Wan Ning... Sin hacer nada más que tocar la cintura del otro... Su cuerpo reaccionó con la intensidad de la corriente de un río. –– Sh-Shizun, yo… Mientras intentaba frenéticamente levantarse y alejarse, sus partes inferiores al rojo vivo se pusieron en contacto con la otra persona en la lucha. Los ojos de Chu Wan Ning se abrieron de repente, su hermoso rostro se llenó de horror, y se apartó de inmediato. Al mismo tiempo, la gota de agua que había estado pegada a sus pestañas goteaba en su ojo. Se puso cada vez más agitado, cerrando los ojos y frotándolos, pero no tenía una toalla de baño para limpiar el agua. –– Shizun, usa, usa la mía. La cara de Mo Ran se puso roja, mortificada hasta la muerte absoluta. Aún haciendo todo lo posible por fingir que nada estaba mal, usó su propia toalla para limpiar las gotas de agua de la cara de Chu Wan Ning por él. Cuando finalmente Chu Wan Ning abrió sus ojos de fénix de nuevo, todavía tenía una mirada desconcertada de angustia en su rostro, con una pizca de pánico debajo. Pero sólo duró un momento antes de que rápidamente se obligara a calmarse. Fingió que no había sentido nada en absoluto y dijo con voz ronca: –– Aroma terapia, pásamelo. –– Oh... oh, está bien. Mo Ran caminó con dificultad hacia el borde de la piscina, recogiendo la caja de aroma terapia que estaba situada en la orilla. –– ¿Qué fragancia quiere Shizun? –– Lo que sea. La cabeza de Mo Ran estaba aturdida. Después de mirar fijamente la caja durante un largo rato, se volvió y dijo sinceramente: –– Aquí no hay una fragancia llamada 'Lo que sea'. ––… Chu Wan Ning suspiró pesadamente. –– Flor del ciruelo, Haitang. –– Bien. Mo Ran tomó dos barras de fragancia y se las dio a Chu Wan Ning. Tan pronto como sus dedos se tocaron, hubo otro estallido de temblores. Por mucho que lo deseara, era imposible deshacerse de todos esos recuerdos del pasado. Si esto fuera en el pasado, ya estaría enredado fervientemente con él en un lado de la piscina. Una visión apareció espontáneamente ante sus ojos, de Chu Wan Ning medio arrodillado en el suelo mientras soportaba su ardiente pasión feroz, sus ojos entrecerrados y su cuerpo temblando incontrolablemente mientras lo tomaba, pero aun así fue follado hasta que el clímax lo inundó... Mo Ran no pudo soportarlo más; Esos deseos carnales hicieron que sus ojos vieran rojo. No se atrevió a mirar a Chu Wan Ning en absoluto. Sintió que incluso mirar a Shi Mei en este momento sería más seguro que mirar a Chu Wan Ning. Cómo podría ser esto... ¿Cómo pudo pasar esto? Rápidamente terminó de lavarse y, aprovechando el hecho de que los otros tres todavía estaban sumergidos en la piscina, Mo Ran dijo algunas palabras vagas fingiendo estar somnoliento y se fue primero. Una vez que regresó a su habitación, echó a correr y cerró la puerta. Mo Ran no pudo soportarlo más, y se movió para aliviarse. No quería pensar en la apariencia de Chu Wan Ning en un momento como este. Incluso preferiría ensuciar la imagen pura de Shi Mei; al menos eso sería más fácil de aceptar para su corazón confundido. Pero ni su cuerpo ni su mente querían escuchar, y cada imagen que se presentaba ante sus ojos era la de él y Chu Wan Ning en el pasado, cuello contra cuello mientras buscaban placer entre sí. Era como si las compuertas se hubieran abierto esta noche, todos esos recuerdos tórridos regresaron a su mente en un frenesí, junto con olas tras olas de temblores. Se trató casi con rudeza, como si estuviera sobre el cuerpo de ese hombre, y al borde de la ruina, echó la cabeza hacia atrás como si se negara a aceptarlo, pero su aliento salió con jadeos y pantalones embarrados. Dijo su nombre en voz baja sin darse cuenta. –– Wan Ning... Llamando a este nombre, dejó escapar un gemido ahogado, temblando levemente mientras se venía sin contener nada, cubriendo su palma con humedad... Una vez que terminó, Mo Ran se inclinó para apoyar su frente contra la pared fría. Sus ojos estaban inundados de confusión. Vergüenza, culpa, odio, excitación. Nunca esperó que todavía tuviera reacciones tan fuertes ante Chu Wan Ning incluso después de haber renacido. De repente se llenó de disgusto hacia sí mismo. Como nunca tocó a Shi Mei en su vida pasada, descargó toda su pasión en otras relaciones frívolas. Pero a pesar de que lo hacía parecer un amor apasionado, en realidad no significaba nada para él. Después de que se apagó la luz de las velas, todo era sólo sexo, de todos modos, no importa con quién esté. Incluso la forma en que su corazón se movió hacia Rong Jiu fue sólo porque se parecía en algo a Shi Mei. Pero los tipos de sentimientos que tenía hacia Chu Wan Ning eran completamente diferentes. Se dio cuenta, mientras más arduamente pensaba en ello, que a pesar de que no estaban haciendo nada sexual, el placer intenso que obtenía era diferente a todo lo que alguna vez podía sentir con esas prostitutas. No era sólo físico, y... Se negó a detenerse en ello. Estaba enamorado de Shi Mei, siempre lo había estado y siempre lo estará. Sus sentimientos absolutamente no cambiarían. Después de repetirse esto varias veces, Mo Ran calmó su respiración, frunció el ceño y luego cerró los ojos. Se sintió ansioso, molesto y agravado al mismo tiempo. Él no quería esto. En asuntos de lujuria, no pudo evitar pensar en Chu Wan Ning. Cuando la lujuria se calmó, no quería pensar en nada que tuviera que ver con Chu Wan Ning, ya fuera un pelo en la cabeza o una mirada fugaz. Frenéticamente pensó para sí mismo, casi hasta el punto de la paranoia, que el que le gustaba, el que amaba profundamente... es Shi Mei... La mente de Chu Wan Ning estaba en el mismo estado de angustia. Totalmente inesperado, había visto y, además, sentido el deseo de Mo Ran. El cuerpo del joven ya era bastante maduro, demasiado abrumador, duro y tan caliente como para quemar cuando estaba excitado, como el hierro caliente esperando a ser forjado. A pesar de que Chu Wan Ning compuso rápidamente su rostro en una calma en blanco, y se negó a decir nada después, el encuentro hizo que su cabeza se entumeciera y lo llenara de incredulidad. Para empeorar las cosas, su propio cuerpo también había reaccionado. Afortunadamente, tenía una cara delgada y por eso siempre llevaba una bata de baño incluso en aguas termales. Cubrió todo su cuerpo y nadie vio nada, de lo contrario, nunca podría volver a mostrar su rostro. Pero ¿Por qué Mo Ran...? Mientras yacía en la cama esa noche, reflexionó en silencio durante horas. Ni siquiera se atrevía a imaginar... eso, tal vez, a Mo Ran también le gusta... Ese tipo de pensamiento era demasiado ilusorio y vergonzoso. Incluso el pensamiento cauteloso de “Quizás Mo Ran también gusta de..." La palabra "mi" ni siquiera tuvo tiempo de aparecer en su mente antes de que Chu Wan Ning se pellizcara furiosamente. Ese par de ojos de fénix claros y brillantes parpadeaban como si tratara de esconderse. Ni siquiera se atrevió a entretener todo el pensamiento. Además, su personalidad era dura, se apresuraba a golpear a la gente, sus palabras eran venenosas y tenía mal genio, no era tan hermoso como Shi Mei en apariencia, y sin mencionar que ya no era joven. Incluso si a Mo Ran le gustaran los hombres, no sería lo suficientemente ciego como para gustar de él. En el exterior, él era distante y altanero. Pero en el interior, la verdad era que había sido tratado con frialdad por otros durante tanto tiempo, había sido temido durante tanto tiempo, que mientras caminaba por este largo y solitario camino, su opinión de sí mismo se había convertido lentamente en polvo. Se despertaron al día siguiente. Mo Ran y Chu Wan Ning se encontraron en el pasillo de la posada, ambos con secretos en sus corazones. Ambos se miraron, pero ninguno se dignó hablar primero. Al final, fue Mo Ran quien primero continuó como si todo fuera normal. Sonrió hacia Chu Wan Ning y dijo: –– Shizun. Chu Wan Ning se sintió aliviado; él realmente no sabía cómo lidiar con esta situación. Al ver que Mo Ran optó por no mencionar nada de lo que sucedió ayer, estaba perfectamente dispuesto a hacerlo. Él asintió una vez, ligeramente. –– Ya que estamos listos, deberíamos ir a despertar a Shi Mei también. Después de empacar rápidamente, podemos partir hacia el Pico Xu Ying. El Pico Xu Ying estuvo cubierto de nieve durante todo el año, y era extremadamente frío. Incluso para un cultivador, sería difícil soportar un clima tan frío. Chu Wan Ning fue con un sastre para comprar capas de invierno y guantes para los discípulos, para que pudieran usarlos cuando bajara la temperatura. La vendedora fumó su pipa y sonrió, con los labios pintados en un color rojo brillante y dándole la bienvenida a los clientes. Cuando vio a Mo Ran, dijo: –– ¡Qué joven tan guapo! Mira esta capa negra con un dragón dorado en ella; El bordado es de la más alta calidad. ¿Ves la luz en sus ojos? ¡Me tomó más de tres meses completarlo! Mo Ran se echó a reír avergonzado. –– Las palabras de la señorita son muy dulces, pero sólo voy a las montañas a buscar un arma. No hay necesidad de que me ponga algo tan formal y adornado. Al ver que esta perspectiva fracasó, la vendedora se volvió hacia Shi Mei. –– ¡Oh, este joven príncipe es hermoso sin comparación, incluso más adorable que la chica más hermosa de esta ciudad! Señor, si me lo permitiera, esta capa de mariposa roja y peonía le quedaría perfecta. ¿Qué tal si lo intenta? Shi Mei forzó una sonrisa. –– Señorita, ¿No son esas ropas de mujer? Xue Meng odiaba comprar ropa, así que se negó a venir y se limitó a esperar. Chu Wan Ning eligió una capa negra con forro púrpura para él, con conejos blancos bordados alrededor del borde. La vendedora dijo: –– Señor, esta capa es un poco pequeña para usted. Sería más adecuada para un adolescente. –– Es para mí discípulo–– dijo Chu Wan Ning inexpresivamente. –– ¡Oh, ooh! –– La vendedora se dio cuenta de su error y sonrió rápidamente. –– Qué gran maestro. –– Puede que haya sido la primera vez que Chu Wan Ning fue llamado un "gran maestro". Se quedó inmóvil, y su rostro no traicionó nada, pero sus pasos no estaban sincronizados cuando se alejó, con el brazo y la pierna del mismo lado moviéndose juntos durante unos cuantos pasos. Al final, Mo Ran eligió una capa gris claro, Shi Mei una blanca como la luna, y Chu Wan Ning una blanca lisa con un forro morado oscuro. Después de hacer sus compras, volvieron con Xue Meng. Cuando Xue Meng vio su capa, sus ojos se agrandaron. –– ¿Qué es? –– Dijo Chu Wan Ning, sin entender su reacción. –– Es, no es nada. Cuando Chu Wan Ning se alejó lo suficiente Xue Meng pensó que no podía oír, miró el forro de la capa y murmuró: –– ¿Púrpura? No me gusta el púrpura. No esperaba escuchar la voz de Chu Wan Ning diciendo con frialdad: –– ¡Qué tontería! Si no te la pones, puedes subir desnudo. ––… Viajaron tranquilamente hasta el final del camino, y los cuatro llegaron al pie del Pico Xu Ying antes del anochecer. El Pico Xu Ying era rico en poder espiritual y hogar de muchas bestias y monstruos. Incluso los cultivadores no se atreverían a apresurarse a menos que fueran significativamente fuertes. Sin embargo, como Chu Wan Ning estaba allí, no tenían que preocuparse por cosas así. Chu Wan Ning conjuró tres pétalos Haitang en el aire, otorgándoles propiedades repelentes a espíritus y metiéndolos en los cinturones de sus tres discípulos. –– Vamos. Mo Ran contempló los picos ocultos en el cielo nocturno, como una inmensa bestia antigua agazapada, y una gran cantidad de emociones se derramaron en su corazón. En el pasado, fue en el Pico Xu Ying donde él declaró al sol y la luna, fantasmas y demonios, que él, Mo Ran, no estaba satisfecho con el mundo de la cultivación actual, y se instaló como el nuevo gobernante. Fue ese mismo año en que, en el Pico Xu Ying, había tomado una esposa y una concubina. Todavía recordaba el rostro de esa esposa, Song Qiu Tong, una verdadera belleza sin igual. Desde ciertos ángulos, se parecía mucho a Shi Mei. Él no era una persona que se preocupaba mucho por la etiqueta o el honor, y ni siquiera se molestaba con esos tediosos ritos matrimoniales. En ese momento, él sólo tomó la delicada mano de Song Qiu Tong, llevó a la mujer con el velo rojo por un tramo de miles de escaleras, y caminaron durante más de una hora. Finalmente, los pies de Song Qiu Tong dolieron demasiado para caminar. Mo Ran tenía mal genio, le levantó el velo y estuvo a punto de gritarle. Pero, bajo la luz de la luna, los tristes ojos de Song Qiu Tong la hacían parecerse a esa persona que había perdido hacía mucho tiempo. Las palabras de enojo murieron en su boca y, después de respirar con dificultad, finalmente dijo: –– Shi Mei, te llevaré. En términos de antigüedad, si Song Qiu Tong hubiera sido su igual, ella habría sido su shimei. Así que sólo se detuvo un poco en este tipo de dirección, razonando que dado que Mo Ran había eliminado toda la Secta Ru Feng, naturalmente ahora era parte del Pico Sisheng. Siendo ese el caso, no estaba mal que la llamara shimei, así que sólo sonrió y dijo: –– Está bien. Y así, durante los últimos miles de pasos, Taxian-jun, Maestro del Reino Humano, Gobernante de las Sombras, constantemente, un pie delante del otro, llevó a su novia adornada de rojo al pico. Bajó la cabeza y observó sus sombras de formas extrañas moviéndose en el suelo, superponiéndose entre sí. Se rió un poco y dijo con la garganta seca: –– Shi Mei, ahora soy el Maestro del Reino Humano. A partir de este día, nadie podrá lastimarte. La mujer en su espalda no sabía qué decir a esto, vaciló un poco, y finalmente sólo dijo: –– Mn. La voz era suave. Tal vez porque era demasiado suave, era difícil distinguirla como una voz femenina y el tono era vago. Ni un alma podía ver el rostro de Mo Ran cuando sus ojos se pusieron rojos. Él murmuró: –– Lo siento, te he hecho esperar por este día demasiado tiempo. Song Qiu Tong pensó que Mo Ran estaba diciendo que había tenido sentimientos por ella durante mucho tiempo, así que ella respondió suavemente: –– Esposo... La voz de esta mujer era clara y crujiente, como el rocío de la mañana, agradable de escuchar. Pero los pies de Mo Ran se detuvieron repentinamente. –– ¿Qué pasa? ––… Nada. Cuando comenzó a caminar de nuevo, la voz de Mo Ran se volvió firme y perdió su ronquera. Después de una pausa, dijo: –– En el futuro, es mejor si me llamas A-Ran. Song Qiu Tong fue atrapada con la guardia baja, y no se atrevió a llamar así a Taxian-jun. –– Esposo, esto... Tengo miedo... La voz de Mo Ran se volvió áspera y violenta. –– Si no escuchas, ¡Te echaré de esta montaña! –– A, A-Ran!–– Song Qiu Tong cambió rápidamente su discurso. –– ARan, me equivoqué. Mo Ran no dijo nada más. Bajó la cabeza de nuevo, caminando en silencio hacia adelante. Las sombras en el suelo eran todavía sombras. Mirando hacia atrás, era fácil ver que, en realidad, era sólo una sombra. Las cosas teñidas de rosa que había querido ver eran todas falsas. Al final, lo que tenía no era más que una ilusión. Todo fue en vano. –– Shi Mei. –– ¿Mn?–– La persona que caminaba al lado de Mo Ran giró la cabeza y preguntó. Los sonidos de desplazamiento de las hojas, la hierba crujiente y la luz de la luna, todo se reflejaba en el rostro de esta persona. –– A-Ran, ¿Qué pasa? –– ¿Estás... cansado de caminar? –– Mo Ran miró a Chu Wan Ning y Xue Meng que caminaban frente a ellos y le susurró: –– Si estás cansado, ¿Qué te parece si te llevo a cuestas? Antes de que Shi Mei pudiera responder, Chu Wan Ning volvió la cabeza para mirarlos. Miró fríamente a Mo Ran y dijo: –– ¿Están rotas las piernas de Shi Ming Jing? ¿Necesita que lo lleves? –– Shizun–– dijo Shi Mei apresuradamente. –– A-Ran estaba bromeando, no te enojes. Chu Wan Ning frunció el ceño y sus cejas se juntaron en una expresión severa. –– Ridículo. ¿De qué tengo que enojarme? Tan pronto como terminó de hablar, se giró con un movimiento de su manga. Mo Ran: ––… Shi Mei: ––… –– Shizun parece enojado... –– Sabes cómo es él–– susurró Mo Ran al oído de Shi Mei. –– Su propio corazón es más pequeño que la punta de una aguja, de sangre fría y sin corazón. Ni siquiera puede soportar ver a otras personas haciendo cosas buenas por sus compañeros. –– Arrugó la nariz y bajó la voz aún más, concluyendo: –– En serio, lo peor. De repente, la voz de Chu Wan Ning sonó desde delante de ellos. –– Mo Wei Yu, si dices una palabra más, ¡Te encontrarás arrojado por la montaña! Mo Ran se calló a sí mismo como en obediencia, pero en secreto sonrió a Shi Mei y dijo en voz baja: –– ¿Ves, no tengo razón? Capítulo 37: Este venerable encontró a un Dios. “La fría luna se refleja en la nieve helada; La gélida montaña abraza al lago congelado. El más alto de los altos no puede ser cruzado, y la desesperación del mundo está en este momento oportuno.” Xue Meng limpió la nieve de la gran roca, usando guantes de piel de venado en sus manos, mientras leía en voz alta la inscripción en cinabrio. Miró hacia atrás y dijo: –– Shizun, estamos aquí. El Pico Xu Ying fue embellecido por la nieve durante todo el año. En ese momento, una exuberante luna creciente estaba en lo alto del cielo, un brillo resplandeciente se observaba en el lago congelado. Aire frío perforando a través de espesas hojas del bosque en un mundo absoluto de hielo. El Lago Jin Cheng estaba congelado sin rastros de nieve, como si se tratara de joyas hechas de cristal a través del cielo y la tierra, la Vía Láctea misma cayó sobre simples mortales, estrellas fugaces vistas hasta diez mil millas, una escena sin igual en magnificencia. Era como si uno realmente hubiera viajado al fin de la humanidad, a un mundo cubierto de nieve bellamente impoluta. El grupo se dirigió al lago, la superficie lisa como un espejo y llena de una luz magnífica y resplandeciente. Un terraplén de piedra atravesó todo el camino hasta el centro del lago. Había una tablilla de piedra al lado del terraplén cubierta de escarcha. En la piedra se entrecruzaron patrones que se extendían a través de la piedra, y en ella sólo estaba escrito "El camino a seguir es difícil" en una caligrafía imponente. Después de miles de años, las palabras seguían siendo claras, y parecía que las personas a menudo las repintaban. Chu Wan Ning se detuvo frente al terraplén de piedra y dijo: –– Sólo una persona puede ir al Lago Jin Cheng a la vez para buscar un arma. ¿Quién de ustedes irá primero? Xue Meng apenas pudo contenerse antes de soltar. –– ¡Shizun, yo iré primero! Chu Wan Ning lo miró, lo pensó un momento y negó con la cabeza. –– Eres demasiado temerario, me sentiría incómodo. Después de eso, Shi Mei se rió un poco a su lado y dijo: –– Shizun, ¿Qué tal si entro primero, ya que probablemente no pueda romper el lago congelado de todos modos? Shi Mei recorrió el terraplén de piedra sobre el lago congelado que sólo dejaba pasar una persona a la vez. Caminó lentamente hasta el final. De acuerdo con las costumbres, él produjo una bola de energía espiritual en su mano, y luego se inclinó para colocar su palma contra el hielo. La energía espiritual de Shi Mei viajó incesantemente a lo largo de la superficie del hielo, y pudieron ver una luz blanca parpadeando desde la distancia. Mo Ran se paró desde lejos y contuvo el aliento, apretando su mano en un puño. Pero no importó cuánto tiempo intentó Shi Mei en el lago, el hielo no se movió en absoluto. Dio una sonrisa forzada mientras se rendía y caminaba de regreso, diciéndole a Chu Wan Ning. –– Shizun, mis disculpas. –– No importa, inténtalo de nuevo después de cultivar unos años más. Mo Ran suspiró un poco, de alguna manera más decepcionado que cualquiera de ellos, pero aun así fue a consolar a Shi Mei y dijo: –– Está bien, tendrás más oportunidades. La próxima vez vendré contigo para intentarlo de nuevo. Chu Wan Ning dijo: –– No hables demasiado. Da un paso adelante, es tu turno ahora. En su vida pasada, cuando Mo Ran fue a buscar un arma, fue durante sus días más despreocupados de juventud. No tenía más que un entusiasmo ilimitado hacia la perspectiva de un arma sagrada. En esta vida, no era nada más que venir a recoger un arma; él ya sabía qué tipo de cosas le estarían esperando. No había nada de esa ansiedad o expectativa. Por otro lado, sentía una especie de calidez, como si estuviera a punto de reunirse con un viejo amigo. Caminó por el terraplén de piedra y se arrodilló ante el lago congelado. Inclinándose, presionó su palma contra la superficie de hielo. Mo Ran cerró los ojos. Su espada larga sin funda... Esa espada pecaminosa y viciosa que vio con él todas las flores del mundo y probó toda la sangre en el reino humano. Mo Ran abrió los ojos y susurró a la superficie del lago: –– Bu Gui, estoy aquí. Como si sintiera la llamada de su maestro destinado, una enorme sombra negra apareció de repente bajo la superficie de hielo del Lago Jin Cheng. Las sombras se reunieron bajo el hielo, cada vez más claras, cada vez más vívidas. De repente, los miles de pies de hielo se rompieron ruidosamente, y Mo Ran pudo escuchar el grito de alarma de Xue Meng desde la orilla. –– ¡El hielo se ha ido! El agua del lago surgió, las olas rompieron. Un enorme dragón negroturquesa irrumpió en la superficie, cada escala de su cuerpo de siete pies de ancho. En un instante, la superficie del Lago Jin Cheng se inundó, una espesa niebla rodó sobre él. El dragón brilló brillantemente bajo la luz de la luna y soltó un suspiro de su nariz. Al mismo tiempo, una antigua barrera cayó alrededor del borde del lago, separando a Mo Ran de Chu Wan Ning y los demás. Dentro de la barrera, humano y dragón se miraron. Mo Ran entrecerró los ojos a través de la niebla plateada y miró al dragón. Podía ver que el dragón sostenía una espada sin funda en sus mandíbulas. Aunque antigua, la hoja aún era gruesa y afilada, capaz de tallar hierro y destrozar oro. El dragón transformó la espada en un tamaño utilizable para un humano, y lentamente bajó su cuerpo serpenteante radiante y de colores vibrantes al suelo, colocando la espada frente a Mo Ran. No levantó la cabeza de inmediato, sino que volteó sus ojos, dorados y grandes como la altura del cuerpo de un hombre adulto, para mirar al otro. Los ojos del dragón eran como dos grandes espejos de bronce, el reflejo de Mo Ran brillando claramente dentro de ellos. Mo Ran se quedó quieto con gran expectación, y esperó a que hablara. Si nada era diferente, entonces todo lo que tenía que hacer era recuperar una flor de ciruelo del pie de la montaña y traerla de vuelta. Terminó dejándolo fácil porque el viejo dragón sólo buscaba paz y elegancia. Poco sabía, después de esperar un buen rato, descubriría que este no era el mismo dragón que el de su vida pasada que le entregó el arma tan fácilmente. Su barba revoloteaba mientras estrechaba sus dos enormes ojos dorados, luego levantó su garra delantera para escribir dos palabras en la nieve ante Mo Ran: –– ¿Un mortal? Mo Ran lo miró fijamente. Claramente recordó que el dragón en su pasado podía hablar. ¿Cómo se hizo mudo en esta vida? Después de que el dragón mudo escribió estas dos palabras, inmediatamente las negó y borró la escritura con una garra escamosa para escribir otra oración: –– No, un mortal no tendría una energía espiritual tan fuerte. Entonces, ¿Eres un Dios? Mo Ran: ––… El dragón pensó por un momento, luego volvió a pasar su mano y escribió: –– No un Dios; Tienes energía maligna en tu cuerpo. ¿Eres una especie de demonio? Mo Ran gritó en su cabeza, ¿Qué tipo de tontería es esta? Este venerable acaba de renacer, no hay nada de lo que se pueda deliberar. ¡Sólo dale a este venerable su espada ya! El viejo dragón parecía que podía sentir su impaciencia por su arma, y de repente levantó sus garras escamosas y presionó la espada debajo de su pie. Con un pie en la espada, usó el otro para borrar su escritura y continuar con otro parche de nieve: –– No hay necesidad de ofenderse. Vi otras dos sombras en tu cuerpo. Nunca he visto nada igual en mi vida. Entonces dime, ¿Eres un mortal o un fantasma? ¿Dios o demonio? Mo Ran levantó una ceja y respondió: –– Por supuesto que soy un humano. ¿Es esto algo que incluso hay que decir?–– Era sólo un humano que ya había muerto una vez. El viejo dragón se detuvo por un momento, luego escribió: –– Un alma humana, dividida así. Esto realmente nunca se ha visto antes, sin precedentes. El dragón sacudió su cabeza de un lado a otro de una manera desconcertada, y Mo Ran no pudo evitar encontrarlo gracioso. –– ¿Qué tiene eso de extraño? De todos modos, anciano, ¿Qué costará que me des esa espada tuya? El viejo dragón lo evaluó por un rato y escribió: –– Entonces, quédate allí y no te muevas. Déjame usar una técnica para mirar dentro de tu alma, y te daré la espada. ¿Qué tal eso? ––… No esperaba que se le diera tal solicitud. Bajo esa mirada profunda, comenzó a sentir un poco de vacilación. Entonces pensó, ¿Y si esta cosa vieja pudiera ver su vida pasada? ¿Qué pasaría entonces? Pero Bu Gui estaba casi a su alcance. Esta espada poseía un poder fuerte y feroz; Fue una de las armas sagradas más raras en existencia. Si se negaba ahora, nunca tendría la oportunidad de volver a ponerla en sus manos. Con una pequeña pausa, Mo Ran levantó la vista y dijo: –– Está bien y todo pero, anciano, ¿Me darás la espada sin importar lo que veas dentro de mí? El viejo dragón dibujó en el suelo: –– Estos son los términos; Naturalmente seguiré mis palabras. –– ¿No importa si fui bueno o malo en el pasado? El viejo dragón se detuvo por un momento, y luego escribió: –– Incluso si fueras malvado en el pasado, no puedo hacer nada al respecto. Sólo puedo esperar que persigas la bondad en el futuro. Mo Ran sonrió en su mano y dijo: –– Muy bien, ya que el anciano lo dice, no tengo ninguna objeción. Por favor, examina todo lo que quieras. El viejo dragón se levantó ligeramente. Su cuerpo radiante y serpenteante se arqueó y dejó escapar un suspiro por la nariz, y luego ambos ojos comenzaron a emitir una neblina roja brillante. Pero esta vez, Mo Ran se sorprendió al descubrir que, reflejado en los ojos del dragón, había otras dos sombras borrosas y confusas, además de él. Una a su izquierda, otra a su derecha, ligeramente detrás de él. Mo Ran inmediatamente se giró conmocionado, pero detrás de él sólo había vacío y nevaba incesantemente. ¿De dónde vienen las otras dos figuras? Cuando se volvió de nuevo, vio que las figuras en los ojos del dragón se volvían cada vez más claras, como si algo hundido en el agua estuviera flotando lentamente hacia la superficie. Mo Ran siguió mirando fijamente, y de repente se dio cuenta de que las dos siluetas eran extremadamente familiares: ¡No pudo evitar dar un paso adelante, e inmediatamente las figuras con ojos cerrados ante él abrieron los ojos de golpe! ¡Shi Mei! ¿¡Chu Wan Ning!? Nunca esperó que fueran ellos. Mo Ran tropezó al sentirse sorprendido por tal cosa, tambaleándose hacia atrás y tartamudeando tanto que no podía formar oraciones completas. –– Cómo... esto es... Las tres personas en los ojos del viejo dragón se quedaron en silencio, con expresiones serenas y sin un toque de emoción, y miraron así a la distancia. Mo Ran sólo pudo estar asombrado. Al cabo de un rato, la niebla de sangre roja se levantó de nuevo y las figuras en los ojos del dragón empezaron a desdibujarse hasta que finalmente desaparecieron por completo. El viejo dragón soltó un resoplido de su nariz, sacudió su cuerpo y luego escribió rápidamente: –– No puedo darle sentido. He visto mucho en mi vida, pero nunca he visto el alma de una persona con las huellas de otras dos personas en ella. Ciertamente, completamente desconcertante. –– ¿Mi, mi alma... tiene sus huellas en ella? –– Sí. Después de escribir esa palabra, el viejo dragón se detuvo. Entonces, continuó: –– No sé qué te ha pasado. ¿Hasta dónde debe llegar una obsesión para que otra persona se enrede tan fuertemente en tu propia alma? Mo Ran miró fijamente las líneas desordenadas en la nieve, y su rostro comenzó a ponerse rojo como si estuviera siendo asfixiado. Su obsesión con Shi Mei corría tan profundamente a través de sus huesos, que incluso si estaba impreso en su alma, e incluso si el dragón también podía ver a Shi Mei cuando lo miraba, no lo pensaría demasiado. Pero... ¿Qué demonios estaba pasando con Chu Wan Ning? ¿Qué tipo de sincera obsesión tenía él hacia Chu Wan Ning? ¿El odio extremo también era obsesión suficiente para que se considerara enredo? Este humano y dragón estaban tan inmersos en la contemplación, que no se dieron cuenta cuando la superficie del Lago Jin Cheng comenzó a ondularse de forma poco natural. Cuando el agua se precipitó y las olas rompieron, ya era demasiado tarde. Todo lo que vieron fue que el agua del Lago Jin Cheng se partió, como si se cortara por la mitad con una espada, y el agua de ambos lados se precipitó hacia el cielo. Dos grupos apretados de bestias salieron de entre las olas. Tenían los cuerpos de leopardos y las cabezas de bueyes. Aunque no eran tan grandes como el dragón, los cuernos en sus cabezas brillaban fríamente, y todas sus garras eran afiladas y amenazadoras. Aunque se reunieron cientos, el viejo dragón no mostró ningún miedo. Los miró de reojo con sus ojos dorados. –– ¿Qué pasó?–– Dijo Mo Ran. El viejo dragón se detuvo, y luego escribió: –– Gou Chen-shanggong. Cuando leyó esas cuatro palabras, Mo Ran inmediatamente sintió como si hubiera sido alcanzado por un rayo. Gou Chen-shanggong era el Dios de las armas, señor de todas las armas del mundo. Este Dios fundador creó la primera espada del mundo, ayudando a Fu Xi a destruir a sus enemigos demoníacos. ¿Ese imponente Dios primigenio era en realidad estos cientos de vacas? La idea era demasiado horrible para que Mo Ran la aceptara. Mientras miraba fijamente, sin comprender, de repente escuchó los sonidos de una ocarina que venía de muy lejos. La ocarina era un instrumento antiguo. No mucha gente de su edad todavía sabía cómo tocarla. A medida que los sonidos de la ocarina se acercaban, el escandaloso grupo de bestias se calmó y dobló sus patas delanteras, una a una, hasta que se arrodillaron en ambos lados. Un hombre que vestía espléndidas ropas y llevaba una larga espada cabalgó sobre un qilin a través del camino hecho por las bestias. El hombre tenía una cara hermosa, con rasgos delicados y totalmente benignos. Se quedó de pie en el viento mientras la nieve caía sobre él y su túnica ondulaba suavemente. La ocarina de arcilla en sus manos era suave y de color profundo. Sus dedos fueron colocados ligeramente sobre los agujeros mientras se la llevaba a los labios para tocar. Cuando la música terminó de sonar con suavidad, las cientos de bestias se disolvieron repentinamente en agua, revelando que sólo habían sido creaciones transfiguradas. El hombre dejó la ocarina de arcilla, recorrió con los ojos a Mo Ran por un momento y luego sonrió amablemente: –– Verdaderamente una persona extraña, a la que no se puede encontrar en milenios. Con razón despertaste el interés de Wang Yue. Soy Gou Chen-shanggong, que vive en el Lago Jin Cheng. Todas las armas en este lago fueron forjadas por mí mismo. Sólo cosas de poca importancia; por favor, disculpa mi humilde trabajo. A pesar de que el viejo dragón lo escribió, y este hombre lo dijo también, Mo Ran todavía no podía creerlo. Su rostro palideció cuando dijo: –– ¿Tú eres Gou Chen-shanggong? El hombre sonrió pacientemente y respondió: –– Sí, yo soy él. Mo Ran estaba a punto de ahogarse. ––… ¿Dios de las mil armas? ¿Ese tipo? –– Correcto. –– Gou Chen-shanggong arqueó las cejas con delicadeza, con una sonrisa en sus ojos. –– Las generaciones posteriores parecen llamarme así, qué vergüenza. Sólo forjo unas pocas espadas y ato unos cuantos látigos cuando estoy aburrido, pero la gente me idolatra tanto. Mo Ran: ––… La gente fuerte que actuaba con humildad era la cosa más irritante de la tierra. Chu Wan Ning dijo con toda naturalidad "Tengo tres armas sagradas", pero este Gou Chen-shanggong fue aún más irritante. En realidad anduvo por ahí llamando a las armas que creó "espadas miserables" y “pequeños látigos"; ¿Por qué no llama al emperador Fu Xi "viejo verde" ya que está en ello? Mo Ran se tomó un tiempo para procesar esto y finalmente dijo: –– Entonces, entonces eso, ¿No deberías estar en el reino celestial? ¿Cómo puedes estar en este... este lago...? –– Me gusta pelear y entrenar, así que a menudo terminé perturbando la paz y la tranquilidad del Emperador. Después de estar en el lado receptor de su apestoso ojo, pensé que podría también descender. –– Entonces, ¿Cuánto tiempo llevas aquí? –– Dijo Mo Ran, estupefacto. Gou Chen-shanggong se quedó pensativo. Luego sonrió y dijo: –– No mucho, sólo unos pocos cientos de años. ––…Unos pocos cientos de años–– repitió Mo Ran, y luego se echó a reír secamente. –– ¿No cree el estimado Dios que eso es un poco largo? La expresión de Gou Chen-shanggong fue plácida mientras sonreía, agitando sus mangas despreocupadamente. –– No es demasiado largo. Además, forjar una espada para el Emperador celestial consumió gran parte de mi poder espiritual. Y permanecer en un reino celestial tan abundantemente opulento se vuelve bastante aburrido; Es mucho mejor aquí. Aunque Mo Ran tenía mucha curiosidad por saber más acerca de este dios de las armas de la leyenda, en realidad no era su lugar para seguir insistiendo en asuntos personales. Pensó en ello y decidió que había asuntos más importantes a la mano, así que dijo: –– Estimado anciano, no acaba de venir a verme hoy porque pensó que mi alma era especial, ¿Verdad? –– ¿Por qué no? Tu poder espiritual es raro, difícil de encontrar–– sonrió Gou Chen-shanggong. –– Me preocupa que si te doy esta espada, sería un potencial desperdiciado. –– Jaja, no está tan mal–– respondió Mo Ran. –– Esta espada parece que me conviene. –– También lo pensé al principio–– continuó Gou Chen-shanggong con amabilidad. –– Pero después de un examen más detenido, encontré que no es el caso. Tienes un talento raro, así que me dio curiosidad. Salí hoy porque quería invitarte al fondo del lago para conversar. Me gustaría ver cuál de todas esas espadas sería la más adecuado para ti. ––… Esto no era un asunto pequeño en sí mismo. A pesar de que Taxian-jun había experimentado una gran variedad de cosas en su vida, todavía se atragantó un poco. El Dios de las mil armas en realidad lo invitó a... ¿Elegir un arma? Gou Chen-shanggong tomó su silencio como un signo de que era reacio a ir por miedo. –– No hay necesidad de que te preocupes, aunque hay muchos monstruos bajo el agua, todos me obedecen. Te garantizo que no te harán daño. Wang Yue puede atestiguarlo. El viejo dragón no dijo nada, y lentamente se inclinó a un lado. Cuando Mo Ran vio que realmente se le estaba dando una invitación genuina, no pudo evitar sentir una sacudida en su corazón. Luego dijo: –– Entonces, si voy, ¿Puede el estimado Dios concederme una petición? –– ¿Qué tipo de petición? –– La persona que buscó un arma antes de mí es un amigo mío. –– Mientras Mo Ran hablaba, señaló las orillas más allá de la barrera y trajo su atención a Shi Mei. –– Se le negó hace un momento, por lo que estoy pensando, si concedo el deseo del estimado Dios, entonces ¿Puede el estimado Dios otorgar mi deseo también y darle un arma? –– ¿Qué soy yo? Algo como eso no es un esfuerzo para mí. –– Gou Chenshanggong se rió. De repente movió su mano, y la antigua barrera que cubría el cielo desapareció inmediatamente. –– Este es un asunto muy simple. Deja que los tres vengan, entonces. Si cualquier arma les llama la atención, es tan buena como ellos. Mo Ran quedó encantado con el inesperado giro de los acontecimientos. Nunca pensó que encontraría una forma de resolver el problema con el que luchaba tan fácilmente. Estaba más emocionado ante la posibilidad de que Shi Mei recibiera un arma sagrada que la perspectiva de su propia mejora. Inmediatamente accedió a Gou Chen-shanggong, y trajo a Shi Mei y a los demás. Mientras relataba lo que estaba pasando a los otros tres, los ojos de Shi Mei y Xue Meng se agrandaron cada vez más, e incluso Chu Wan Ning reaccionó ligeramente. Gou Chen-shanggong miró desde un lado y dijo bruscamente: –– ¿Hm? –– Como si de repente se diera cuenta de algo. Se quedó mirando a Chu Wan Ning. –– ¿Eres tú? CAPÍTULO 38: ESTE VENERABLE VIAJÓ VEINTE MIL LEGUAS BAJO EL MAR. La indiferencia de Chu Wan Ning se extendió incluso a los dioses e inmortales. Dijo suavemente: –– ¿Me reconoce el estimado Dios? –– ¿Cómo podría no hacerlo?–– Gou Chen-shanggong sonrió de una manera refinada. –– Hace muchos años, cuando llegaste al Lago Jin Cheng en busca de un arma, la profundidad y la pureza de tu fuerza espiritual eran tales que casi no pude resistirme a salir y verte. Entonces, ¿Cómo es, el arma de tu agrado? –– ¿A qué arma se refiere el estimado Dios? ––…Ah. –– Gou Chen-shanggong se sobresaltó un poco, luego dijo con una sonrisa: –– Qué distraído de mi parte, olvidar que te di dos. Chu Wan Ning dijo: –– No importa. Tian Wen funciona muy bien. –– ¿Tian Wen? –– La vid de sauce. –– Oh. Ya veo. –– Gou Chen-shanggong sonrió. –– ¿Así que la llamaste Tian Wen? ¿Y qué hay de la otra? ¿Cómo se llama? Chu Wan Ning respondió: –– Jiu Ge. –– ¿Y cómo está Jiu Ge? –– Tiene una naturaleza escalofriante, rara vez es usada. Gou Chen-shanggong suspiró: –– Qué vergüenza. Conversando, Gou Chen-shanggong se dio la vuelta y dijo lánguidamente: –– Wang Yue, los llevaré abajo. No es bueno que tu cuerpo esté arriba del agua, donde la energía espiritual es tan escasa, así que regresa pronto. El viejo dragón asintió, levantando una gran ola mientras se lanzaba de nuevo al lago, con escamas brillantes. Mientras tanto, Chu Wan Ning se dedicó a lanzar hechizos repelentes al agua sobre los otros tres. Gou Chen-shanggong lo observó con interés y pensó: este nivel de capacidad es raro entre los cultivadores, ¿Me pregunto quién es su maestro? Pero Chu Wan Ning tenía un aire distante que no era agradable para una pequeña charla, y Gou Chen-shanggong sabía que era mejor no entrometerse. Una vez que se hicieron todos los preparativos, el grupo se adentró en las heladas aguas del Lago Jin Cheng. Debido al hechizo, se movieron sin obstáculos en el agua como en la tierra. Un mundo submarino sin límites apareció lentamente a medida que se acercaban al fondo. El fondo del lago estaba cubierto de fina arena blanca, las plantas acuáticas se movían suavemente en la corriente y filas y filas de edificios finamente detallados se alineaban a los lados de las calles entrecruzadas. Todo tipo de monstruos y bestias iban y venían por las calles y en los callejones; incluso algunas criaturas que normalmente no podían coexistir vivían aquí en armonía. Gou Chen-shanggong dijo: –– El Lago Jin Cheng tiene una energía espiritual abundante y, por lo tanto, encarna una especie de paraíso. Las criaturas que hacen sus hogares se queden aquí durante generaciones sin salir, por lo que muchas cosas son bastante diferentes de lo que podrías esperar ver en el reino humano. Los invitamos a mirar los alrededores si lo desean. Mientras hablaba, un espíritu de conejo blanco como la nieve con ojos escarlatas pasó por delante de un tigre. El conejo estaba vestido con túnicas blancas, toda la pompa y el equilibrio con una mirada de arrogancia, ya que incesantemente reprendió al tigre para ir más rápido. El tigre, por otro lado, era manso y obediente, sin siquiera un indicio de dignidad. El grupo observó, sin palabras: ––… Gou Chen-shanggong los condujo por el camino principal. Innumerables tiendas abarrotaban ambos lados de la calle, y todo tipo de criaturas pasaban por allí. Muy pronto, llegaron al centro de la ciudad donde se reunían aún más demonios, lo que causó una visión bastante extraña. –– El Lago Jin Cheng rara vez tiene contacto con el mundo exterior, pero puedes regatear por casi cualquier cosa que necesites aquí. Xue Meng preguntó: –– La leyenda dice que el Lago Jin Cheng se formó a partir de su sangre, entonces ¿Eso no lo convertiría en el amo de este lugar, ya que es su energía espiritual la que sostiene todo aquí? –– No iría tan lejos. –– Gou Chen-shanggong sonrió un poco. –– Además, todo eso ya está en el pasado. Dejé el reino de los dioses hace mucho tiempo, y mi fuerza espiritual no se parece en nada a lo que solía ser. Pensando ahora, esas cosas que destrozan el cielo y la tierra parecen casi como si hubieran ocurrido en un sueño, ¿Qué relación tiene esto con el yo actual? En este momento, sólo soy un simple herrero. Les mostró alrededor del centro de la ciudad mientras hablaba. Las criaturas en el fondo del lago, habiendo vivido con Gou Chen-shanggong todo este tiempo, parecían haber olvidado su condición de dios fundador, y no tuvieron mucha reacción incluso cuando caminaba junto a ellas, ocupadas pensando en su propio negocio vendiendo sus mercancías. –– ¡Mantou de sangre de pescado, recién hecho! –– Piel de la serpiente Shuai Ran, material para ropa de primera calidad, ¡Sólo queda un metro! Una vez que todo se haya ido, tendrás que esperar a mi próxima muda~ –– Vendo relleno de cejas con tinta de calamar, hecho con tinta fresca escupida esta mañana por su servidor, hará maravillas con tus cejas: hey, hey espera, señorita, ¡No te vayas! El mercado se inundó con los sonidos de varias criaturas que pregonaban sus mercancías, y las vistas inusuales no eran menos maravillosas. Un fantasma sin cabeza estaba sentado junto a su puesto, vendiendo peines y maquillaje. Sostenía un peine entre dos dedos con largas uñas pintadas de color escarlata mientras cepillaba el cabello sobre su propia cabeza ensangrentada que descansaba sobre sus rodillas, ofreciendo con una suave voz: –– Peines de huesos de alta calidad, llévese uno a casa hoy. Los ojos de Xue Meng estaban muy abiertos cuando miró a izquierda y derecha. Vio a un boticario al lado del personal formado por tritones que vendían todo tipo de hierbas medicinales que nunca antes había visto y estaba a punto de ir y ver si podía llevar algo a casa para su madre cuando sonó una voz aguda y penetrante. Detrás de él: –– ¡Haz camino, haz camino! ¡Déjenme pasar! El pie de Xue Meng se congeló a medio paso, pero no había nadie allí cuando se volvió para mirar. Gou Chen-shanggong sonrió: –– Mira con cuidado, debajo de tu pie. Efectivamente, Xue Meng entrecerró los ojos y vio un montón de pequeñas rocas moviéndose por su cuenta. –– Bueno, eso es nuevo, incluso las rocas pueden caminar aquí. ¿Es un espíritu de roca o algo así?–– Murmuró Xue Meng. Chu Wan Ning lo corrigió: –– Un insecto fuban. –– ¿Bougie? ––…–– Chu Wan Ning lo fulminó con la mirada. –– Es una cosa si Mo Ran no presta atención en clases, ¿Pero tú también? Xue Meng se sumergió en las artes marciales con todo su ser, pero ni siquiera pudo concentrarse un poco cuando se trataba de cosas como la literatura y la historia. Se sentó recto y correcto en las conferencias de Chu Wan Ning, medio temiendo por su imponente aura, pero todo entró por un oído y salió por el otro. Su rostro entero ardía al haber sido atrapado en el acto por Shizun. Mo Ran se rió: –– Las palabras de Shizun no son justas para mí, escuché totalmente en esa conferencia. Xue Meng no estaba dispuesto a dar marcha atrás: –– ¿Oh? Explícalo tú entonces. –– Fuban es un tipo de bicho, muy codicioso por naturaleza. Intenta reunir todas y cada una de las rocas bonitas que ve, y por lo general termina siendo aplastado bajo su pila de rocas. Mo Ran miró expectante a Chu Wan Ning con una sonrisa en su rostro. –– Shizun, ¿Tengo razón? Chu Wan Ning asintió y dijo: –– Este insecto ya se ha extinguido en el mundo exterior. No esperaba ver uno aquí. Gou Chen-shanggong explicó con una sonrisa: –– Este tuvo suerte, sólo está vivo gracias al boticario local. Mira, aquí viene. Observaron cómo el insecto se dirigía a los escalones del boticario con gran esfuerzo, donde de repente gritó: –– ¡No puedo soportarlo más! ¡Date prisa y sálvame doctor! Un dragón marino de color turquesa salió nadando rápidamente. Él estaba claramente acostumbrado a manejar esta situación, sonriendo tranquilamente mientras sacaba una botella de porcelana blanca y vertía una medicina líquida de color rojo dorado en el insecto como si ocurriera lo más normal: –– Hola, inteligente, ¿Buena cosecha hoy? El "inteligente" resopló, con voz perezosa mientras disfrutaba del baño medicinal: –– Hmph, no está tan mal, no está tan mal. Cien más mañana, y tendré cuatro millones ochenta y cinco mil seiscientos diecisiete rocas en casa. Mo Ran: ––… Chu Wan Ning: ––… Shi Mei murmuró: –– Eso es... un gran tesoro. El dragón terminó de verter la medicina y dijo: –– Recuerda venir temprano mañana, más tarde e incluso este rocío fortalecedor no te salvará. –– Sí, sí, vendré antes. –– El insecto respondió a medias, pero luego una piedra amarilla clara en la esquina llamó su atención, y comenzó a gritar: –– Oye, anguila... quise decir, Dr. Dragón. ¿Podría por favor molestarte para poner esa bonita roca de allí en mi espalda? De esa manera, mañana tendré cuatro millones ochenta y cinco mil seiscientos dieciocho rocas. Xue Meng no pudo resistirse a caminar para preguntar: –– ¿Para qué necesitas tantas rocas? ¿Estás construyendo una casa? La voz grave y engreída del insecto vino de debajo de la pila de rocas: –– ¿Qué? ¿Un normal? Vaya, no he tenido que ver uno durante tanto tiempo, ¿Cómo es de tu incumbencia el motivo por el que estoy juntando rocas? Por supuesto que no es para construir una casa, ¡No estoy tan aburrido! Shi Mei también tenía curiosidad: –– ¿Para qué, si no es para eso? El insecto dijo con arrogancia: –– ¡Para contar, por supuesto! ––… Todos quedaron totalmente sin palabras. De todos modos, después de pasear un rato, Gou Cheng-shanggong los llevó de regreso a su residencia. En una esquina de la calle había una enorme concha, como una pantalla plegable en el mundo exterior, y detrás de ella había un gran patio dividido en seis secciones, magnífico y espacioso. Salones y pasillos conducían a las alas laterales y jardines de flores, y las cortinas de cuentas hechas de perlas y algas se mecían suavemente en el agua. Algunas de las habitaciones laterales estaban oscuras, mientras que otras estaban iluminadas con la luz de las velas, con débiles notas de arpa y ocarina a la deriva apenas audibles. Al igual que en el boticario, todos los sirvientes en la residencia del dios eran tritones. Algunos mantuvieron sus colas de dragón, mientras que otros cambiaron sus colas a pies, prefirieron caminar en su lugar, pero a ellos no parecía gustarles mucho los zapatos, ya que todos caminaban descalzos. Al ver la confusión en sus rostros, Gou Chen-shanggong sonrió y explicó airadamente: –– Vivo con mi buen amigo Wang Yue, que una vez fue el príncipe heredero de los mares del este. Estos son los sirvientes que trajo con él cuando se estableció aquí. Wang Yue era el nombre de ese viejo dragón. Mo Ran le tenía bastante cariño a ese dragón negro, ya que obtuvo de él su arma sagrada en la vida pasada, por lo que no pudo evitar preguntar con una sonrisa: –– ¿Dónde está él, de todos modos? Probablemente asume una forma diferente aquí abajo, ¿Verdad? Es tan grande, dudo que pueda encajar aquí de otra manera. Gou Chen-shanggong asintió y dijo alegremente: –– Esa es una cuestión de rutina, pero se cansa fácilmente en su vejez, y probablemente ya esté descansando ahora después de haber salido del agua antes. Tendrás que esperar a que se despierte si quieres verlo. En ese momento, un hombre con cabello largo y castaño flotó y se inclinó profundamente ante Gou Chen-shanggong, luego dijo con una voz suave y elegante: –– Estimado Dios, bienvenido de vuelta. Wang Yue-dianxia ya le ha contado todo a este humilde sirviente, ¿Le gustaría al estimado Dios llevar a los invitados al arsenal de armas sagradas de inmediato? Gou Chen-shanggong no respondió de inmediato, en su lugar miró cortésmente a los invitados primero, sólo asintió cuando vio que no les importaba: –– Sí, muy bien. Por favor, haz que la cocina prepare comida y vino, cenaremos cuando regresemos del arsenal. Pasaron por los patios a la sección más profunda. En el centro de este patio había un enorme sauce llorón que se alzaba hacia los cielos. Este sauce debía ser una especie diferente de los del mundo exterior, su tronco era tan grueso que se necesitarían diez hombres adultos de pie para envolverlo, su corteza antigua y retorcida, miles de enredaderas de sauce colgando como una cortina esmeralda. La voz de Xue Meng era un poco seca: –– Wow, ¿Qué edad tiene este árbol? Gou Chen-shanggong respondió: –– No he mantenido la cuenta, pero al menos cien mil años. Xue Meng, se sorprendió: –– ¿Qué tipo de árbol es, para vivir tanto tiempo? –– Los árboles viven naturalmente más que los humanos, y este en particular fue alimentado por la energía espiritual del Lago Jin Cheng, por lo que no es realmente inesperado. De todos modos, por favor, sigan de cerca, la entrada al arsenal está en el hueco de este árbol. –– Gou Chen-shanggong se detuvo de repente y miró a Xue Meng. –– Por favor, no toques las ramas. Este árbol ya se ha cultivado en un espíritu, puede sentir dolor. Pero habló un poco demasiado tarde; Xue Meng ya había arrancado una hoja. –– ¡Ah!–– Él gritó al mismo tiempo que un débil gemido resonaba en el aire vacío, como si una voz ronca suspirara suavemente. –– Ow. Xue Meng palideció y apresuradamente tiró la hoja, como si fuera un rayo: –– ¿Qué? ¿Por qué hay sangre? Efectivamente, un chorro de sangre brotó de la rama donde se rompió la hoja, y la hoja que se tiró a un lado se retorció y convulsionó en el suelo como si estuviera viva por un tiempo antes de caer gradualmente hacia el suelo y marchitarse rápidamente. Gou Chen-shanggong dijo impotente: –– Como dije, es un espíritu. ¿Por qué el joven...?–– Él sacudió la cabeza y caminó para examinar la rama rota, usando su energía espiritual para calmar al sauce y detener su sangrado. Chu Wan Ning dijo: –– Xue Meng, ven aquí, no toques nada más. –– Sí, Shizun. –– Xue Meng sabía que había cometido un error, y caminó obedientemente con la cabeza inclinada. Afortunadamente, este incidente no causó mayores problemas. Chu Wan Ning se disculpó con Gou Chen-shanggong, y el dios fundador, magnánimo como se esperaba, sólo sonrió y dijo: –– El joven maestro es bastante rápido. Xue Meng no dijo una palabra, se puso rojo brillante mientras seguía detrás de Chu Wan Ning con la cabeza gacha. Pasaron por la cortina de exuberantes ramas y llegaron al tronco. El sauce era aún más abrumadoramente colosal de lo que parecía desde la distancia; La aproximación inicial de diez hombres fue una gran subestimación de su grosor. Había un hueco en el tronco del sauce, o más bien, sería más exacto llamarlo una enorme puerta de entrada en arco, lo suficientemente ancha para que tres hombres musculosos pasen al mismo tiempo. Gou Chen-shanggong disipó las numerosas barreras complicadas que se encontraban frente al hueco una por una, luego se volvió y dijo con una sonrisa: –– El arsenal de armas sagradas está justo dentro. Es un poco pequeño y un poco desordenado, por favor, no le presten atención. Mo Ran se mostró bastante curioso y se movió para seguir a Gou Chenshanggong inmediatamente, pero Chu Wan Ning lo detuvo, como por reflejo, y dijo suavemente: –– No hay necesidad de apresurarse. –– Pero entró. Mo Ran ya estaba acostumbrado a hacer esto; en la vida pasada, cada vez que los cuatro iban a reprimir demonios, Chu Wan Ning siempre había caminado en el frente. En ese entonces, había pensado que Shizun era impaciente y arrogante, y no quería ser superado por aquellos más jóvenes que él. Pero el Mo Ran de ahora, después de su renacimiento, vio las cosas de manera algo diferente. Al ver las túnicas blancas de Chu Wan Ning desaparecer en la oscuridad del hueco del árbol, de repente surgió un hilo de vacilación en su corazón: ¿Esta persona realmente se apresuraba a estar en el frente debido a la impaciencia y arrogancia? CAPÍTULO 39: LA NUEVA ARMA DE ESTE VENERABLE. Dentro del hueco del árbol había un pasaje estrecho. Caminaron a lo largo de un tramo de escaleras hechas de piedra lisa, la sensación resbaladiza viajaba desde la planta de sus pies hasta lo profundo de su corazón, a través del pasaje y a la luz brillante al final. El arsenal de armas sagradas "pequeño y un poco desordenado" de Gou Chen-shanggong no se parecía en nada al tamaño que parecía tener desde el exterior. El árbol antiguo ya era enorme, pero su interior era aún más expansivo, como si abarcara los cielos de arriba y tragara la tierra de abajo. Estantes elevados llenos de decenas de miles de armas exhibidas con orgullo se alineaban en el interior. Ni siquiera podían ver el techo cuando miraban hacia arriba. Las filas y filas de estantes llenas de magníficas armas alcanzaron una visión de grandeza ilimitada y un inmenso esplendor. Y en el centro del arsenal había una pileta de fundición con oleadas de calor abrasador que salía del metal fundido al rojo vivo, con varias armas sin terminar remojándose en el interior. Todas y cada una de las armas fabricadas por Gou Chen-shanggong superaron con creces a la talla de Zi Dian Qing Shuang; En lugar de verse empañadas por el intenso calor abrasador, las espadas y las puntas de estas armas brillaban aún más, radiantes y resplandecientes. Aún más maravillosas fueron las diversas partes de armas que se elevaban en el aire solas bajo el efecto de la serie de hechizos en el árbol antiguo. Las pequeñas piezas decorativas y las joyas ornamentales bailaban en lo alto como tantas pequeñas hadas, con colisiones ocasionales que lanzaban chispas y llenaban el aire con encantadores tintineos. Gou Chen-shanggong miró hacia atrás con una sonrisa: –– Es un poco estrecho aquí, eh. Shi Mei: ––… Hm Xue Meng: ––… ¿Estrecho? Entonces, ¿Qué es espacioso para ti? Mo Ran: ––… ¿Se me permite decir hijo de puta? Chu Wan Ning: ––… Gou Chen-shanggong le dijo a Xue Meng y Shi Mei que miren a su alrededor y escojan un arma, y que son bienvenidos a tomar la que más les guste. En cuanto a Mo Ran, Gou Chen-shanggong estaba especialmente interesado en él, por lo que hizo que probara varias armas diferentes, pero no estaba satisfecho con ninguna de ellas. –– Feng Ming Jiao Wei. –– Gou Chen-shanggong, no desanimado en lo más mínimo, entregó la decimocuarta arma: –– Prueba esta. Mo Ran: –– Um... No sé cómo tocar. –– No importa, sólo dale un rasgueo. El Guqin era liso y brillante en el frente, negro quemado en la espalda. Mo Ran lo tocó un par de veces según las instrucciones, pero las cuerdas empezaron a vibrar inesperadamente, resonando con un tono agudo. Gou Chen-shanggong inmediatamente tiró a Feng Ming a un lado; un hechizo llevó al Guqin a su posición y lo cambió por una pipa de jade. Mo Ran: ––…Vamos a omitir este. –– Tocar la pipa era realmente demasiado femenino para él, déjalo para los afeminados del Palacio Ta Xue. Pero Gou Chen-shanggong insistió: –– Pruébalo. ––… Bien. –– Mo Ran sólo podía ceder y tomar la pipa ofrecida, pero su queja era un poco demasiado fuerte, y la cuerda se rompió bajo su mano después de sólo un par de toques. ––…. Gou Chen-shanggong se quedó mirando esa cuerda rota y, después de un rato, dijo: –– ¿Sabes de qué está hecha esa cuerda? Mo Ran: ––… No vas a hacerme pagar por eso, ¿Verdad? –– El cabello blanco de la diosa Wu Shan. –– Gou Chen-shanggong murmuró. –– Esencia espiritual del elemento tierra, inmune tanto a la espada como al fuego. Pero tú... tú... Mo Ran giró la cabeza para mirar hacia atrás, alarmado: –– ¡Shizun! ¡No tengo dinero para pagarlo! Chu Wan Ning ––… Gou Chen-shanggong giró la cuerda entre sus dedos, murmurando para sí mismo: –– El elemento de tierra es naturalmente débil al elemento de madera; Que seas capaz de destruir una esencia espiritual elemental de tierra, ¿Podría ser que el arma adecuada para ti es una del elemento de madera? –– ¿Qué? –– Pero no debería ser... –– Gou Chen-shanggong lanzó una mirada a Chu Wan Ning por alguna razón. Chu Wan Ning notó su mirada y preguntó: –– ¿Qué no debería ser? En lugar de responder, Gou Chen-shanggong levantó el brazo y lo agitó para que saliera una ocarina de cerámica. Sopló en ella, y cuando el sonido comenzó a desvanecerse gradualmente, el espacio de arriba se abrió repentinamente por una matriz de invocación de color rojo sangre. –– Ji Bai Hua, sal. La cabeza de Mo Ran se levantó hacia arriba; Xue Meng y Shi Mei, al oír la conmoción, también se acercaron. Observaron cómo el aire se arremolinaba alrededor de los dedos de Gou Chen-shanggong con poder, girando la intrincada matriz de arriba, y luego un espíritu de zorro con esponjosas y lujosas colas apareció desde la matriz, acompañado de espléndidas luces y una lluvia de plata reluciente. El espíritu zorro rodeó el aire y flotó pausadamente para aterrizar frente a Mo Ran. El espíritu zorro era bastante bonito; de cerca, se podía ver que era un hombre, con un punto de color rojo entre las cejas y un par de ojos de flor de durazno ligeramente levantados, como si estuviera algo enojado pero reservado de manera educada. Estaba envuelto en prendas adornadas, finamente bordadas y sostenía una caja de brocado dorada en sus manos. Miró a Gou Chen-shanggong y sonrió: –– Estimado Dios. Gou Chen dijo: –– ¿Tú ya deberías saber para qué te llamé? –– Este humilde sabe. Gou Chen preguntó: –– ¿Y qué piensas? Ji Bai Hua sonrió: –– No está mal, vale la pena intentarlo. Los dos iban y venían, sin prestar atención a los otros cuatro presentes. Mo Ran no pudo resistirse a preguntar: –– ¿De qué están hablando exactamente? –– ¿Hm? ¿Ya se está impacientando este joven? –– El espíritu zorro Ji Bai Hua dijo con una sonrisa: –– Hablando de eso, es muy interesante, pero antes de que apareciera, sentí tu energía espiritual y pensé con seguridad que serías un anciano de cabello blanco, me sorprende en realidad eres un apuesto joven. Mo Ran: ––… Gou Chen-shanggong habló: –– Ji Bai Hua, los asuntos serios primero. –– Está bien, me estaba divirtiendo un poco. –– Ji Bai Hua entrecerró los ojos, agitando las colas. –– ¿Cuál fue el asunto serio de nuevo? Vaya, no me mires con furia, Xiao-Gou, sobre esto, es realmente una historia tan larga... Mo Ran dijo sonriendo: –– Entonces, ¿Podrías por favor hacer corta la larga historia? Ji Bai Hua respondió con una sonrisa: –– Sí, sí, si quieres la versión corta, en realidad es súper corta. Evocando energía espiritual, dejó flotar la caja de brocado en sus manos sobre Mo Ran. –– Aquí tómalo. ... Eso fue realmente muy corto. Mo Ran tomó la caja de brocado, pesándola en sus manos y girándola para examinarla. La caja era dorada y resplandeciente, envuelta en una luz brillante, pero no daba pistas sobre qué tipo de arma sagrada había dentro. Además, la caja no tenía costuras ni grietas, y la única decoración era un par de peces koi en la parte superior, uno negro y otro blanco, cada uno con la cola del otro en su boca para formar el símbolo yin-yang. –– ¿Cómo se abre? Ji Bai Hua: –– El método de apertura tendrá que ser entre nosotros dos, nadie más debe saberlo. Xue Meng preguntó: –– ¿Estás tratando de decir que debemos excusarnos? Ji Bai Hua respondió con una sonrisa: –– Eso no será necesario, sólo pediré prestado a este joven por un minuto. –– Agitó una mano, y la vista de Mo Ran se oscureció de repente se encontró con los dos solos en una pequeña cámara secreta. –– No te pongas nervioso, sólo nos tele transporté. Esta caja que contiene el arma es un artefacto mágico de mi diseño exclusivo y secreto, por eso no puedo decirte cómo abrirla frente a todos los demás. Mo Ran sonrió: –– Está bien. Pero, ¿Qué arma es esa para justificar que sea retenida en esta caja? –– Eso no te lo puedo decir. –– Ji Bai Hua dijo: –– Las armas sagradas tienen sus propios temperamentos, a esta en particular no le gusta que su forma sea conocida. Si la ofendes, se negará a reconocerte como su maestro incluso si logras abrir la caja. ––…–– Mo Ran se quedó sin habla por un momento, y sólo pudo forzar una sonrisa. –– ¿Qué arma? Un temperamento tan extraño. Bien, bien, dime entonces, ¿Cómo puedo abrir la caja? Al ver que no forzó el problema, Ji Bai Hua aprobó a Mo Ran. Juntó las manos con una carcajada: "Ya que eres tan sencillo, tampoco voy a andar por las ramas. Esta caja se llama Chang Xiang Si [Profundo Anhelo]. Como viste, es completamente sin fisuras. Dos condiciones deben cumplirse con el fin de abrirla." Mo Ran: –– ¿Y las condiciones son? Ji Bai Hua: –– Nosotros los espíritus zorros creemos en el amor predestinado. Y así, primero, sólo hay una persona en este mundo que puede abrir Chang Xiang Si. Esta persona es extremadamente importante en tu vida; Debes amar a esta persona con mucho cariño, y esta persona también debe amarte a ti, y estar completamente dedicada a ti. Mo Ran sonrió: –– Ya veo. Es una condición extraña, seguro, pero no parece difícil. –– Confiaba en sus sentimientos hacia Shi Mei. Pero las esquinas de los labios de Ji Bai Hua se curvaron levemente hacia arriba ante sus palabras: –– ¿Cómo podría no ser difícil? Desde tiempos inmemoriales, el corazón de otro ha sido lo más incognoscible, lo que piensas que es verdad no necesariamente lo es. He permanecido en este mundo durante mucho tiempo y he visto demasiadas personas que perdieron de vista sus corazones, que no conocían a su persona más querida. Estos miles de años, lamentablemente pocos habían logrado abrir Chang Xiang Si. Mo Ran, sorprendido: –– ¿Por qué es eso? Incluso si te equivocas de persona, sólo intenta con otra, incluso si tienes que probar a todas las personas que conoces, definitivamente puedes encontrar a la llamada persona más importante en tu vida, ¿No? Ji Bai Hua dijo: –– Ahí es donde entra en juego la segunda condición. Aparte de ti, sólo otra persona puede tocar Chang Xiang Si. En otras palabras, sólo tienes una oportunidad. Si eliges a la persona equivocada, entonces permanecerá cerrada para siempre, y nadie podrá adquirir el objeto dentro. Mo Ran se rió: –– No me extraña que hayas separado a todos los demás. Ciertamente sería difícil de manejar si los demás también escucharan esto. Qué incómodo sería si supieran que a quien le ofrezco la caja es a quien me gusta. – – Hizo una pausa, jugando con la caja de brocado en sus manos, antes de continuar: –– De todos modos, esto seguro que es interesante. Así que básicamente es un candado con una cerradura de un solo uso, y la llave incorrecta lo deshabilitará para siempre. –– Por supuesto, sólo tienes una oportunidad de abrirla, ¿Qué esperabas? – – Ji Bai Hua lo miró con furia: –– Ustedes, los mortales, están tan preocupados con la autocomplacencia en sus pocas décadas de vida, ¿Cuánto amor predestinado se ha desperdiciado sin siquiera saberlo? El amor no es diferente a esta Chang Xiang Si; No puedes retirar tan fácilmente una elección equivocada. –– Jaja, no te preocupes, Gran Zorro Inmortal. Otros podrían elegir mal, pero tengo esto en el bolsillo. –– Mo Ran se inclinó hacia él y le dijo con una sonrisa: –– No desperdiciaré este anhelo. Ji Bai Hua le lanzó una mirada, con una voz suave y agraciada mientras hablaba: –– No estés tan seguro de eso, joven. Como lo veo, en realidad no pareces conocer a tu persona predestinada en absoluto. Mo Ran hizo una pausa, con una sonrisa congelada en su rostro: –– ¿Qué quieres decir con eso? Pero el apuesto inmortal, este autoproclamado "creyente del amor predestinado", no estaba dispuesto a decir nada más, sólo suspirando suavemente: –– Anhelar sin saberlo, rompe la rama de sauce. –– suspiró con un toque romántico. Mo Ran no era un hombre culto, y no entendía esta mierda erudita de sabor amargo, pero no podía evitar la sensación de que el espíritu del zorro intentaba recordarle algo de manera sutil. Desafortunadamente, él era demasiado tonto para entender qué podría ser ese algo, por mucho que lo intentara. Estaba a punto de volver a preguntar cuando Ji Bai Hua, sabiendo que su tarea estaba completa, sonrió levemente y agitó una mano para enviar a Mo Ran de vuelta. Luego, repentinamente se congeló y se puso rígido, poco después se rompió en pedazos con un estruendo; todo lo que quedaba era una pieza de ajedrez negro que cayó donde él estuvo una vez. Era una lástima que Mo Ran no llegó a ver esto. Muchas cosas en el fondo de este lago podrían haber sido diferentes si él hubiera visto... Cuando Mo Ran llegó, ya estaba de vuelta en el arsenal de armas sagradas, con Chang Xiang Si en sus manos. Los otros cuatro lo estaban esperando; Gou Chen-shanggong sonrió ampliamente a su regreso: –– Ese pequeño zorro es realmente demasiado, tanto ruido secreto para abrir una caja. Pues bien, ¿Sabes cómo abrirla ahora? Ahora que el momento de la verdad ya estaba sobre él, Mo Ran no tuvo tiempo de reflexionar demasiado profundamente de todos modos. Él sonrió: –– Sí, es fácil. Caminó hacia Shi Mei, muy casualmente: –– La cerradura tiene un diseño tan interesante e inteligente que probablemente no podrían resolverlo, incluso en ocho o diez años. ¿Quieres probar? Dicho esto, le ofreció la caja a Shi Mei, muy casualmente. La caja de brocado brillaba brillantemente frente a Shi Mei, su brillo dorado iluminaba su rostro amable y elegante. –– Shi Mei, ¿Por qué no lo intentas primero?–– Mo Ran intentó actuar con indiferencia, pero su corazón se había atado en un nudo y sus palmas no dejaban de sudar. En esto se jugaba su oportunidad de tener un arma sagrada, realmente debería tener cuidado al respecto, pero sentía que ya era bastante cuidadoso. Después de todo, él ya había muerto una vez, ¿Cómo podría él todavía no saber quién le importaba? No es como si fuera tonto. Shi Mei vaciló un poco, pero al final tomó la caja ofrecida. El corazón de Mo Ran saltó a su garganta. Miró fijamente, pero pasó un largo rato y no pasó nada. Mo Ran: ––… Shi Mei sostuvo la caja con cuidado mientras la examinaba, trazando el pez koi yin-yang con sus dedos y sorprendiéndose: –– No hay ninguna costura en absoluto, y tampoco pude encontrar ninguna cerradura. ¿Por qué no hay reacción? Shi Mei tocó Chang Xiang Si, pero ¿Por qué no sucede nada? Podría ser... ¡Ah! ¡Debe ser por eso! ¡Los guantes! Mo Ran miró los guantes de piel de ciervo en las manos de Shi Mei con repentina realización. Estaba a punto de pedirle a Shi Mei que se los quitara y vuelva a intentarlo cuando, de repente y sin advertencia, una mano con dedos delgados se acercó y tomó con calma a Chang Xiang Si. Mo Ran gritó fuerte y miserablemente, como si hubiera sido alcanzado por un rayo: –– ¡Shizun! Chu Wan Ning casi saltó y dejó caer la caja, pero su exterior compuesto estaba tan practicado que ya había llegado hasta sus huesos, a tal punto de que su turbulencia interna no se mostraba en absoluto en el exterior. Mo Ran aulló afligido: –– ¡Shizun! A Xue Meng se le puso la piel de gallina por todas partes: –– ¡Qué estás lamentando! ¡Es sólo una caja! ¿Qué sucede contigo? Gritando como si alguien te robara a tu esposa o algo así. –– Yo... yo... –– Mo Ran estaba realmente a punto de desmayarse por la ira, pero no podía decir por qué. Sólo pudo cubrir su rostro y aullar sin poder hacer nada: –– Oh, Dios mío... ¡Chu Wan Ning! ¿Por qué no llevas guantes? ¡Por qué, cuando tienes tanto miedo del frío! Todo es hielo y nieve, todos llevamos guantes, ¿Por qué solo tú...? Mo Ran hizo una pausa. Oh... Cada uno de ellos llevaba flores Haitang repelentes de demonios que debían estar vinculadas a la energía espiritual de Chu Wan Ning a través de sus palmas, por lo que ni siquiera se compró un par de guantes para empezar. La razón por la que no usó guantes fue para protegerlos. Pero Mo Ran nunca le escatimó ni un solo pensamiento todo este tiempo; sólo ahora, en este momento crucial de la apertura de Chang Xiang Si, notó de repente que Chu Wan Ning, quien era el que más temía al frío, se había estado congelando todo este tiempo. Mo Ran quiso llorar, pero no salieron lágrimas. Lamentó su mala suerte, al dejar que el arma sagrada se deslizara entre sus dedos de esta manera. Su pecho estaba indeciblemente tapado cuando, de repente, cuando los dedos de Chu Wan Ning rozaron ligeramente el pez koi yin-yang, ese par de koi hechos de metal cobraron vida y comenzaron a tejer ágilmente alrededor de la caja. Un latido de silencio. Y luego, con dos chasquidos nítidos, los peces koi yin-yang se juntaron y se levantaron para sobresalir en la superficie, convirtiéndose en un par de asas. Chu Wan Ning giró los mangos, y Chang Xiang Si se dividió en dos para revelar el objeto radiante en el interior, brillando dorado. Mo Ran se quedó estupefacto. Las palabras de Ji Bai Hua sonaron en sus oídos. –– Sólo hay una persona en este mundo que puede abrir Chang Xiang Si. Esta persona es extremadamente importante en tu vida; Debes amar a esta persona con mucho cariño, y esta persona también debe amarte a ti, y estar completamente dedicada a ti. ... ¿Esa persona era Chu Wan Ning? ¿Cómo podría ser Chu Wan Ning? ¡De ninguna manera, absolutamente de ninguna manera en el infierno! ¿Cómo podría él amar a Chu Wan Ning, y cómo podría gustarle a Chu Wan Ning? ¡Qué broma! Esto debe ser un error. Algo está mal con la caja. La caja está definitivamente rota. Todavía estaba colgado de esto cuando Chu Wan Ning sacó el arma sagrada dentro de Chang Xiang Si, y algo más sorprendente sucedió. Esta vez, no sólo Mo Ran, sino que los otros tres también se sorprendieron. Incluso la expresión de Chu Wan Ning cambió ligeramente. Una brillante vid de sauce iluminó sus rostros, su luz trascendente se reflejó en sus ojos. Chu Wan Ning: ––…. Xue Meng: ––…. Shi Mei: ––… Mo Ran se atragantó con las dos palabras durante bastante tiempo antes de finalmente escupirlas con mucha dificultad e incluso más incredulidad. ––... ¿¡Tian Wen!? CAPÍTULO 40: ESTE VENERABLE NO PUEDE CREER ESTO, QUE DEMONIOS. El arma en el interior de Chang Xiang Si era Tian Wen, o más bien, una vid de sauce dorada igual a Tian Wen, exactamente igual en todos los aspectos, desde los patrones en la enredadera hasta la construcción. Anhelar sin saberlo rompe la rama de sauce. Chu Wan Ning tenía una expresión interesante cuando entregó la vid de sauce a Mo Ran, luego, reuniendo luz en su palma, llamó a Tian Wen. Las dos eran como el reflejo de la otra, ni la más mínima diferencia. Nadie había anticipado que algo como esto sucedería, incluso Mo Ran no podía creer lo que veía, como alguien que había estado en el extremo receptor de Tian Wen por aproximadamente mil veces en la vida pasada, nunca hubiera esperado recibir exactamente la misma arma del Lago Jin Cheng. ¿Qué estaba pasando exactamente? La mirada de todos se volvió colectivamente hacia Gou Chen-shanggong. Gou Chen-shanggong también pareció sorprendido: ––... En realidad, ¿Hay dos esencias espirituales elementales de madera en el mundo simultáneamente? Xue Meng preguntó: –– ¿Qué significa esencia espiritual elemental de madera, de todos modos? –– Ah, es así.–– Gou Chen-shanggong explicó: –– Hay cinco elementos en el mundo, como todos ustedes saben. Al cultivar un núcleo espiritual, cada persona está alineada con uno o dos de los elementos. La persona que contenga más abundante Qi de cierto elemento es la esencia espiritual de ese elemento; por ejemplo, la diosa Wu Shan del pasado era la esencia espiritual del elemento tierra. Sin embargo, en términos generales, sólo puede existir una esencia espiritual de cualquier elemento en particular en una sola generación, y actualmente ya existe una esencia espiritual del elemento madera, a quien le regalé la primera arma elemental de madera hace muchos años. Su mirada se posó en Chu Wan Ning. –– Cuando forjé las cinco armas sagradas de nivel superior, originalmente planeé hacer sólo una de cada elemento. Todo salió como estaba previsto para las otras cuatro, pero el arma sagrada del elemento de madera se rompió en dos pedazos dentro de la fragua. –– Lo reconocí como la voluntad de los cielos, e hice las dos mitades de la vid de sauce por separado en dos armas. Pero aún así, estaba seguro de que estas dos armas nunca encontrarían dueños al mismo tiempo, así que confié una a Ji Bai Hua y su caja de brocado, como medida de precaución contra cualquier maquinación sin escrúpulos. Nunca hubiera esperado... Gou Chen-shanggong negó con la cabeza, y estaba a punto de decir algo más cuando, de repente, un estallido de brillante luz de fuego roja brotó de la vid de sauce en la mano de Mo Ran cuando su brillo dorado se convirtió gradualmente en el escarlata de un infierno furioso. Los pensamientos de Mo Ran aún estaban en completo desorden, y soltó sin pensar: –– ¡Ah! ¡Qué demonios! Chu Wan Ning intentó detenerlo, pero fue demasiado tarde. Y así, tanto él como Gou Chen-shanggong sólo podían mirar a Mo Ran con lástima. Mo Ran también se dio cuenta rápidamente de la razón detrás de sus miradas. Él recordó: La primera vez que un arma sagrada cambia de color indica un reconocimiento de su dueño y una solicitud para que su nuevo maestro le otorgue un nombre... Por desgracia, ya era demasiado tarde. Sólo podían ver impotentes mientras tres caracteres escritos con una caligrafía exquisita y poderosa aparecían lentamente en el mango plateado de la vid de sauce: ¡Ah! Qué demonios [Jian Gui]. Arma sagrada –– ¡Ah! Qué demonios. Mo Ran: ––.... ¡AAAAAAAAAAAAAH! Aunque Xue Meng y Shi Mei no sabían sobre la práctica de nombrar armas sagradas, pusieron dos y dos juntos con bastante facilidad. Xue Meng se dobló de risa, apretándose el estómago con ambas manos y riendo tan fuerte que casi estaba llorando: –– ¡Sólo tú puedes manejar un nombre así! Jajajaja, buen nombre, buen nombre. Tian Wen de Shizun y tú ¡Ah! ¡Qué demonios! ¡Ahahahahahaha! Como Mo Ran ya tenía un arma sagrada, Xue Meng y Shi Mei también eligieron el arma que les gustaba: Xue Meng eligió una espada larga y Shi Mei optó por una flauta corta. Ninguna de sus armas cambió de color, evidentemente aún no estaban dispuestas a someterse a sus nuevos maestros. Pero no importaba, ya se les ocurriría algo más tarde. Y así, todos regresaron a la finca para la fiesta de la noche con bastante buen humor. Gou Chen-shanggong nunca antes había llevado a los mortales al Lago Jin Cheng; los invitó generosamente a quedarse la noche antes de irse y no escatimó esfuerzos como anfitrión. Las mesas del banquete estaban llenas de carne y vino, y los sonidos enérgicos de los tambores acompañaban su diversión. Todos salieron un poco borrachos. Después, Gou Chen-shanggong hizo que el chambelán llevará a los invitados a sus habitaciones para que descansaran. Las habitaciones de huéspedes estaban adyacentes al arsenal de armas sagradas. Mirando ese enorme árbol, Mo Ran pensó en "Jian Gui" que acababa de recibir, y no pudo evitar llamar a la vid de sauce para examinarla. Anhelar sin saberlo rompe la rama de sauce. ¿Qué sabía exactamente ese espíritu zorro Ji Bai Hua, por qué dijo algo así, y qué quiso decir exactamente con esas palabras? Estaba un poco borracho, el alcohol en su sistema confundía sus pensamientos, pero no tenía sentido para él... Si Chang Xiang Si no estaba rota, entonces ¿Cómo la abrió Chu Wan Ning? Por supuesto que no le gustaba Chu Wan Ning. En cuanto a que Chu Wan Ning esté profundamente enamorado de él... no lo hagas reír. Pensando así, miró hacia su Shizun. Pero inesperadamente, Chu Wan Ning también lo estaba mirando. Sus ojos se encontraron, y Mo Ran sintió que su corazón temblaba ligeramente, como pinchado por una cosa diminuta y aguda, junto con un débil sentimiento agridulce. Sin pensarlo, ya le estaba sonriendo con dientes a Chu Wan Ning, pero la sensación duró sólo un instante antes de que se llenara de arrepentimiento. Obviamente no le gustaba Chu Wan Ning, pero ¿Por qué se sentía tan en paz, tan cálido, cuando a veces lo miraba? Chu Wan Ning, por otro lado, parecía impasible como siempre. Vio que Mo Ran había llamado a Jian Gui, pensó por un momento, y también llamó a Tian Wen. Caminó hacia Mo Ran. Jian Gui parecía tener un poco de genio; al sentir que se acercaba otro elemento de madera fuerte, crepitaba con chispas de luz escarlata, algunas salpicando sobre Xue Meng de vez en cuando, como si fuera una muestra de agresiva competitividad. En contraste, aunque Tian Wen también parecía haber sentido la presencia de otro como él, ya estaba habituado a los modales de Chu Wan Ning por haber pasado tanto tiempo con él, y así, a pesar de ser orgullosamente combativo, su luz dorada no se agitó en un frenesí agitado como el de Jian Gui, sino que se iluminó poco a poco, y viendo que su maestro no lo desaprobaba, se hizo deslumbrantemente brillante, como si estuviera decidido a mostrarle a Jian Gui la calma con la que un arma excepcional debería enfrentarse a la batalla. Dos armas sagradas, originalmente una rama. Una era joven e inexperta, mientras que la otra fue condenada a través de cientos de batallas. Una estalló con una luz roja, como un joven impaciente y emocionado aún mojado detrás de las orejas; la otra corría con un resplandor dorado, como un maestro orgulloso y altanero que se encuentra en la cima del pico más alto. Chu Wan Ning miró la vid de sauce en su mano con un silencioso ruido de contemplación, luego su mirada, desde debajo de las pestañas gruesas y bajas, se volvió hacia Jian Gui. Él habló: –– Mo Ran. –– ¿Shizun? –– Toma tu... –– Fue un poco vergonzoso decir Jian Gui [qué demonios]. Chu Wan Ning se detuvo, y luego dijo: –– Toma tu vid de sauce, tengamos una pelea. La papilla en el cerebro de Mo Ran hervía y burbujeaba, pero no podía hacer nada al respecto. Se apretó el puente de la nariz y forzó una sonrisa: –– Por favor, no bromees así, Shizun, ten piedad. –– Te dejaré hacer los primeros tres movimientos. –– Nunca he usado una vid de sauce antes... –– Diez movimientos. –– PeroSin desperdiciar más palabras, Chu Wan Ning movió su muñeca y un destello dorado deslumbrante se dirigió directamente hacia él. Mo Ran, cuyo miedo a Tian Wen ya estaba profundamente arraigado en su ser, estaba muerto de miedo e inmediatamente levantó a Jian Gui para bloquear. Las vides de sauce dividieron los cielos, entrelazándose en el aire como un par de dragones inmersos en la batalla, chispas doradas y escarlatas volaban incesantemente con la fricción. Mo Ran nunca había estudiado cómo usar esta inusual arma, pero había observado el estilo de combate de Chu Wan Ning durante mucho tiempo, y combinado con su excepcional talento innato, en realidad logró defenderse contra el ataque de Chu Wan Ning, aunque sólo un poco. Intercambiaron varias docenas de golpes en el agua helada del lago. Chu Wan Ning se estaba conteniendo, pero el desempeño de Mo Ran al defenderse contra él todavía era sobresaliente y superó sus expectativas. El dorado de Tian Wen y el escarlata de Jian Gui bailaban juntos, la luz resplandeciente a su paso, magnífica para contemplar. Las vides de sauce rasgaron a través de las aguas que antes eran tranquilas, agitándolas y desgarrándolas: ¡Dorado y escarlata entrelazados, uniformemente emparejados, y reacios a separarse! La mirada de Chu Wan Ning fue de alabanza, pero Mo Ran, jadeando sin aliento y completamente agotado por la pelea, no se dio cuenta en absoluto. Chu Wan Ning dijo: –– Tian Wen, regresa. La vid de sauce dorada que era feroz e implacable hace un momento se hizo inmediatamente flexible, como hielo negro derritiéndose en agua de manantial, brillando mientras regresaba obedientemente a la palma de la mano de Chu Wan Ning. El pecho de Mo Ran se agitaba mientras jadeaba en busca de aliento, Jian Gui aún chispeaba con la luz del fuego en su mano. Sus piernas se rindieron después de un rato y cayó sobre su trasero justo ahí, en el suelo nevado, una queja escrita por toda su cara: –– No más, no más, Shizun me está intimidando. Chu Wan Ning: ––... Te dejé tener diez movimientos. Mo Ran se quejó petulantemente: –– ¡Cómo es posible que diez movimientos sean suficientes, cien sería más apropiado! Ay, mi mano, mis brazos, se van a caer. Shi Mei, Shi Mei, dame algunos masajes.–– Parloteó mientras Xue Meng se reía burlonamente y Shi Mei hizo todo lo que pudo para calmar a ambos. Chu Wan Ning los miró en silencio y no dijo nada más. En las verdes aguas del lago glacial, las esquinas de los labios de Chu Wan Ning parecían moverse ligeramente, como en una leve pero cálida sonrisa, pero no había forma de estar seguro y fue sólo por un instante, y en el siguiente momento ya se había dado la vuelta, una mano sostenida casualmente detrás de su espalda mientras contemplaba el enorme árbol en el centro del patio con sus miles de ramas caídas, pensamientos incognoscibles. Esa noche, Mo Ran se sentó en una habitación de huéspedes con un suelo suave y limpio de arena blanca, las paredes pintadas de aguamarina con un suave resplandor de los rayos de luz que penetraban en el agua. La ventana estaba medio abierta, la cortina de perlas se movía suavemente con la brisa del atardecer, y sobre la mesa había una lámpara hecha de perlas que iluminaban la habitación en un entorno relajante. Una gran concha de mar estaba situada en el centro de la habitación, su interior forrado con capas de suave y fino satén. Mo Ran se hundió en la cama y volvió a llamar a Jian Gui, sosteniéndola en su mano y mirándola fijamente. Tal vez estaba demasiado cansado, pero se durmió al poco tiempo, después de haberla examinado durante un rato. Tumbada sobre el pecho de Mo Ran, Jian Gui palpitó con una tenue luz roja, como si siguiera a su maestro hacia el sueño... Mo Ran no sabía cuánto tiempo había dormido, pero cuando se despertó, lo primero que sintió fue un escalofrío helado, seguido inmediatamente por una ráfaga de dolor abrasador en su muñeca. Aspiró un poco de aire y, sosteniendo su cabeza, se sentó lentamente. El extraño dolor en su muñeca se hizo más evidente a medida que recuperaba la conciencia, y se sorprendió al descubrir que una herida había sido cortada en su muñeca, y que ya había sido rasguñada con sangre coagulada. ¿Qué está pasando? ¿¡Dónde es esto!? Los ojos de Mo Ran se abrieron de golpe. Sobrio, se encontró en una oscura y completamente desconocida habitación de piedra con sólo una pequeña abertura de ventilación en el techo. La fría luz del lago entraba por esa abertura al estrecho espacio, de apenas unos metros de ancho; las paredes de piedra verde ceniza, húmedas y viscosas, brillaban tenuemente en la débil luz. CAPÍTULO 41: ESTE VENERABLE BESÓ A LA PERSONA EQUIVOCADA OTRA VEZ... La habitación de piedra no tenía nada para ver, sólo muros lisos en tres lados y barrotes mágicos en el cuarto que corrían con una luz roja. El único accesorio en la habitación era una cama de piedra cubierta de paja. No había nada más que hacer que acostarse en la cama de piedra. Sus manos y pies estaban encadenados, las cadenas sonaban con cada movimiento. Peor aún, algo parecía estar suprimiendo sus poderes espirituales, y no podía invocar nada de ello. Su mente estaba corriendo con pensamientos de ansiedad cuando escuchó un repentino crujido y se giró para ver entrar a dos tritones. –– ¡Tú!–– Mo Ran gruñó con enfado: –– ¡Lunáticos! ¿Qué está pasando exactamente? ¿Qué creen que están haciendo? ¿Dónde están mi shixiong y mi shidi? ¿Dónde está Gou Chen-shanggong?... ¡Oye! ¡Estoy hablando contigo! Pero no importaba cuánto gritara o maldijera Mo Ran, los tritones no le prestaban atención. Llevaban algo envuelto en un trozo de piel de zorro rojo, algo con forma humana, que dejaron caer sin expresión sobre la cama de piedra. Mo Ran gruñó: –– Pequeñas anguilas... –– Ya deja de ladrar. –– Uno de ellos finalmente habló, con una voz llena de desprecio. –– Eres una esencia espiritual, no será un mal trato para ti. El otro también se burló: –– Más bien un trato muy dulce. Mo Ran estaba a punto de escupir sangre por la rabia: –– ¿Qué es lo que quieren? ¿Por qué me encerraron aquí? ¿Y qué es eso en la cama? –– ¿Qué es eso en la cama? –– Uno replicó. –– La persona que te gusta, por supuesto. –– El otro dijo. Las yemas de los dedos de Mo Ran se enfriaron por el asombro: ––... ¿Shi Mei? Los tritones no lo confirmaron ni lo negaron, sólo se burlaron: –– La primavera en la juventud es algo tan efímero. Ya que están destinados a estar juntos, los dejaremos pasar esta noche juntos. Cuando todo esto termine, entonces sabrás por qué el estimado Dios se tomó tantas molestias. Tirando estas palabras, se fueron. La habitación estaba en un silencio sepulcral. Con las manos y los pies sujetos, Mo Ran no podía moverse en absoluto. Un minuto se convirtió en el siguiente, sin manera de saber cuánto tiempo había pasado. Luchó en vano, hasta que sus muñecas y tobillos estaban desgarrados y ensangrentados. Jadeando suavemente, Mo Ran se giró para mirar a la persona que estaba a su lado, envuelta firmemente en la piel de zorro de la cabeza a los pies con sólo una larga hebra de cabello negro como la tinta a la vista. Miró fijamente a ese mechón de pelo, su corazón latía erráticamente con pánico y agitación. No sabía por qué ese cretino de Gou Chen-shanggong estaba haciendo esto, pero si esto le permitía realizar sus codiciosos deseos con Shi Mei... Sus pensamientos se detuvieron repentinamente, como si fuera a profanar a esa bella persona. Mo Ran se quedó mirando fijamente al techo, respirando pesadamente y sofocado como si tuviera un peso en el pecho. Había anhelado esto durante tanto tiempo, pero ahora que había llegado la oportunidad, todo lo que sentía era inquietud. Esa emoción inicial, sucia, se fue desvaneciendo poco a poco a medida que mil pensamientos pasaban por su mente. Poco a poco se fue calmando. Lo que fuera que Gou Chen-shanggong estaba planeando, no podía ser bueno. Sería una cosa si sólo se dirigiera hacia él, pero ¿Cómo podría soportarlo si Shi Mei también se viera arrastrado a ello? Además, toda esta situación fue diseñada por alguien más, Shi Mei no había accedido a nada en absoluto. Mo Ran puede ser una escoria, pero quería proteger, no herir, a la persona que le gustaba. Resolvió que no importa lo que hiciera Gou Chen-shanggong, definitivamente no se aprovecharía de Shi Mei cuando se despertara. Pasó un largo rato en silencio antes de que la persona que estaba a su lado se moviera finalmente. Mo Ran giró apresuradamente su cabeza hacia allí, con voz ronca: –– ShiEl "Mei" ni siquiera había salido antes de dar una vuelta en U en la punta de su lengua y volvió a entrar. Se lo tragó, su garganta temblorosa antes de poder escupir la segunda parte. –– ¿Zun? ¿¡Shizun!? La mirada de Mo Ran, resuelta y llena de convicción caballeresca hace sólo un momento, titubeó tan pronto como vio el rostro que se le reveló desde debajo de la piel de zorro. Toda su fortaleza mental se vino abajo en un instante, las barricadas en su pecho que había trabajado tan arduamente para levantar, arrasadas hasta los cimientos, se convirtieron en escombros en medio de un bombardeo de estallidos. Todo eso de proteger, de no aprovecharse, de no profanar, cada uno era como una bofetada en la cara, cada uno más fuerte que el anterior. La cara de Mo Ran se puso pálida. Finalmente pudo decir con absoluta certeza que cada habitante de este Lago Jin Cheng, incluso y especialmente ese Gou Chen-shanggong, ¡Estaba ciego como la mierda! ¿Pensar que le gustaba Chu Wan Ning? ¡Ugh! Primero ese zorro, ahora estos tritones, realmente no podía entender lo que les hacía pensar que la niña de sus ojos era Chu Wan Ning. ¿Podría ser que de alguna manera se dieron cuenta de que él se ha acostado con él antes, y todavía quiere acostarse con él incluso ahora? ¡Ridículo! ¡No es como si querer acostarse con alguien fuera lo mismo que querer a esa persona! Mo Ran deliraba por dentro, lleno de indignación santurrona, pero no podía ni siquiera decir media palabra por fuera, sólo miraba fijamente mientras ese par de ojos de fénix se abrían lentamente. ... Oh, Dios. Casi podía oír el sonido de algo en su cabeza rompiéndose. Pasó un segundo, y algo pareció encenderse de los escombros dentro de su pecho, junto con un olor fétido, cenizas negras, y un tipo de calor retorcido. Hacía mucho calor. Como si un dragón que escupe fuego se elevara repentinamente a través de la quietud mortal de esta noche oscura, como si la lava ardiente y las llamas furiosas hubieran estallado repentinamente en el silencioso abismo. Toda su premeditada razón y autocontrol se quemaron en el estruendoso fuego. Esto fue lo último que pudo haber anticipado. Los ojos penetrantes de Chu Wan Ning estaban nublados por el sueño, lánguidos y aturdidos, como un bosque de bambú después de la lluvia, cada hoja y sonido cargado de rocío. A juzgar por esa expresión, algo parecía controlar su conciencia. Se sentó lentamente, el pelaje de zorro se deslizaba de su hombro y revelaba grandes extensiones de piel suave, pues estaba completamente desnudo por debajo, pero su espalda y sus hombros estaban cubiertos de moretones, mordiscos de amor en tonos rojos y azules¿Cómo...? ¿Cómo puede ser esto...? Mo Ran sentía que se estaba volviendo loco. ¿Quién hizo esto? ¿Quién le hizo este tipo de cosas a su....su...su...su Shizun? Él era Chu Wan Ning... Cada hueso de su cuerpo temblaba de rabia, su sangre gritando de odio. ¡Era Chu Wan Ning! ¡Quién tocó a esta persona que le pertenecía! Esta persona era suMo Ran estaba tan abrumado por el odio que ni siquiera se detuvo a considerar que Chu Wan Ning no le pertenecía en absoluto en esta vida, no pertenecía a nadie. Todo lo que vio fue el cuerpo firme y bien proporcionado de Chu Wan Ning, y esas marcas desconocidas en ese cuerpo familiar. –– ¡Shizun! Su voz era baja y distorsionada, pero Chu Wan Ning no parecía oír su grito ronco en absoluto. Bajó las pestañas y, como una marioneta en una cuerda, se inclinó sobre Mo Ran, una mano acariciando su cara mientras sus ojos se miraban fijamente por un momento, y luego cerró los ojos y se inclinó hacia él, esos labios húmedos capturando los suyos. Rara vez Chu Wan Ning lo había besado primero; al tocarlo, todos los campos de su corazón se secaron, los colores brillantes y frenéticos estallaron ante sus ojos mientras su corazón latía salvajemente, febrilmente. El cuerpo de Chu Wan Ning era frío, pero el calor se encendió de todos modos donde los dientes se raspaban cuando sus labios se encontraban. Mo Ran aún estaba agonizando y celoso por haber sido degradado por otro, pero no pudo resistirse a ser seducido por este hombre familiar, adolorido y excitado al mismo tiempo. Mo Ran respiraba con dificultad cuando se separaron. Abrió los ojos sólo para ver los ojos de Chu Wan Ning vidriosos y la piel enrojecida de deseo. Su sangre corrió, y no pudo evitar querer alcanzar y acariciar su cara. Pero todavía estaba atado con cadenas, incapaz de moverse. Chu Wan Ning miró los grilletes pero no dijo nada, sino que se puso de rodillas y se movió a horcajadas sobre él. Mo Ran tragó con fuerza, su garganta moviéndose, pero luego notó, entre las largas y bien formadas piernas de Chu Wan Ning, una inconfundible viscosidad se deslizaba lentamente por sus muslos con el movimiento... Mo Ran vio rojo, sus ojos se abrieron de golpe mientras trataba de levantarse, pero fue empujado hacia atrás por las cadenas, golpeando fuertemente contra la cama. –– ¿Quién...? No podía soportarlo más, rugiendo como una bestia enjaulada, desprovista de toda razón. –– ¿¡Quién mierda te hizo esto!? ¡Lo mataré! ¡Lo mataré! No le importaba si era Gou Chen-shanggong o el propio Emperador Celestial, si era un Dios, demonio, fantasma o el jodido Buda, ¡Era Taxian-jun! ¡Chu Wan Ning era de Taxian-jun! Aunque estuviera atrapado en este joven cuerpo ahora mismo, en lo más profundo de sus huesos seguía siendo el Emperador del Reino Humano, ¿Quién se atrevió a tocar a su... jodido Shizun, quién se atrevió a tocar a su persona? De él, de Mo Wei Yu, la persona de Taxian-jun. –– ¡Mo Ran!–– Alguien parecía estar llamándolo. Pero estaba envuelto en las llamas de la ira, sus sentidos confundidos, parecía oír pero también no. –– ¡Mo Ran! ... Tendrá que matarlos a todos. Imperdonable. ¿Dónde estaba Jian Gui? A dónde fueron sus poderes espirituales, por qué no pudo convocar a Jian Gui, estaba realmente a punto de perder el control. Humillación insoportable, rencor odioso, humillación insoportable, rencor odioso. ¿Quién se atrevió a tocar a Chu Wan Ning? ¡En la vida anterior, sacó los ojos de cualquiera que se atreviera a mirar a Yu Heng del Cielo Nocturno demasiadas veces y les hizo tragarse sus propios ojos! Y luego, por la noche, sostenía a Chu Wan Ning debajo de sí mismo y lo filmaba hasta el cansancio, pero en esta vida–– ¡Mo Wei Yu!–– Quién lo llamaba, tan persistente. Pero esa voz le resultaba muy familiar. Como si la hubiera escuchado una vez en algún lugar antes... No, no es eso. Era como si la hubiera escuchado todo el tiempo antes, en todas partes, como si el dueño de esa voz le hubiera hecho compañía durante años... –– Mo Wei Yu, ¡Despierta ya! ¿Has perdido la cabeza? ¿¡Qué estás haciendo!? ––!!! Los ojos de Mo Ran se abrieron. Siguió la voz para ver las prístinas túnicas blancas como la nieve fuera de la celda, un par de ojos agudos con una expresión escrita con preocupación, las cejas tensas y unidas con un aura de intención asesina, ¡No era otro que Chu Wan Ning! –– ¿¡Shizun!? –– Mo Ran palideció. Luego, en la cama- Dio la vuelta a su cabeza y casi se muere de miedo por esa cara a pocos centímetros de la suya. ¡Esto no era Chu Wan Ning en absoluto! ¡Era claramente un monstruo muerto con un cuerpo humano pero con cara de zorro! La parte muerta no era un adorno; muerta, literalmente muerta. La cosa que se apretaba contra él, que estaba apasionadamente besándolo hace un momento, era realmente una cosa muerta. Los ojos del monstruo zorro estaban vacíos, su piel pálida, ni una pizca de vida. Mo Ran casi enloqueció pensando en cómo estaba besando a esa cosa mientras estaba atrapado por alguna ilusión, su cara de un color interesante: –– ¡Qué está pasando! Fuera de la celda, Chu Wan Ning tenía un talismán maldito entre dos dedos. Viendo que el monstruo zorro ya no se movía, Mo Ran adivinó que probablemente había usado un hechizo para arrancar el talismán del cadáver del zorro en el momento justo. Evocó su energía espiritual, y un torrente de sangre roja oscura brotó del talismán junto con gritos escalofriantes mientras el papel ardía en cenizas. Chu Wan Ning abrió la mano, las cenizas quemadas se acumularon lentamente en la palma de su mano y se convirtieron en una pieza de ajedrez de color negro azabache. Miró fijamente esa pieza de ajedrez, con expresión de preocupación. –– Realmente es la Formación de Ajedrez Zhen Long... –– Chu Wan Ning murmuró, antes de mirar repentinamente hacia arriba y clavar su mirada en Mo Ran: –– ¿Qué comida suele preparar Shi Ming Jing para ti cuando estás enfermo? ¡Dilo! –– ¿Eh? Uh... –– Demasiadas cosas habían sucedido en muy poco tiempo, la cabeza de Mo Ran estaba en completo desorden. Sólo podía decir en voz baja: –– ¿Por qué preguntas sobre eso? Chu Wan Ning dijo con dureza: –– ¡Sólo dilo! –– ¿¡Wontons!? Sólo entonces la expresión de Chu Wan Ning se relajó un poco, pero sus cejas todavía estaban arrugadas mientras hablaba: –– Mo Ran, escucha atentamente, ése Gou Chen-shanggong es un impostor, no es el verdadero Dios de las Armas. Esta persona es experta en ilusiones, y conoce la Formación de Ajedrez Zhen Long, una de las tres técnicas prohibidas. Por eso tenía que tener cuidado, en caso de que tú también fueras una de sus ilusiones. Mo Ran estaba a punto de llorar de indignación: –– ¿Por qué iba a estar atado si fuera una ilusión? Chu Wan Ning: ––...Te sacaré de ahí ahora mismo. Asintiendo frenéticamente, Mo Ran preguntó: –– Oh sí, Shizun, ¿Qué hay de Shi Mei y Xue Meng? –– Al igual que tú, también sucumbieron a las drogas del vino, y fueron encerrados en otro lugar. Viendo la expresión de Mo Ran, Chu Wan Ning añadió: –– No hay de qué preocuparse, ahora están bien. Es sólo que no había forma de saber qué tipo de peligros había aquí, así que los hice esperar afuera. Podrás verlos una vez que salgamos de aquí. En cuanto a la Formación de Ajedrez Zhen Long, Chu Wan Ning no dio más explicaciones, ni tuvo que hacerlo. Fue una de las tres poderosas y notorias técnicas prohibidas del mundo de la cultivación. Como su nombre lo indica, la Formación de Ajedrez Zhen Long es una técnica que utiliza a otros como piezas de ajedrez, para ser maniobrados a voluntad como en una partida de ajedrez. El usuario normalmente no aparece en persona en el campo de batalla, sino que coloca un tablero de ajedrez y manipula las piezas de ajedrez desde las sombras, forzando a que todo, desde gente viva hasta los fantasmas de los muertos, desde las bestias en la tierra hasta los pájaros en los cielos estén a su disposición a cualquier hora y en cualquier momento. Una criatura viva bajo el control de la Formación de Ajedrez Zhen Long es leal al usuario hasta la muerte, y una criatura muerta hará su voluntad hasta que se desgarre miembro por miembro. Sin embargo, lo que el usuario podía controlar dependía de su fuerza espiritual. Las personas y bestias recién fallecidas eran las más fáciles de controlar, seguidas por las que llevaban mucho tiempo muertas, luego las bestias vivas, y finalmente, cultivadas al más alto nivel, permitían al usuario controlar a las personas vivas. Muy pocas personas en el mundo eran capaces de lograr este nivel tan alto en la Formación de Ajedrez Zhen Long, pero cuando Mo Ran se nombró a sí mismo emperador, ya había perfeccionado la técnica. Ese año, cuando se enfrentó a Chu Wan Ning en un combate a muerte, dejó un pergamino de 30 metros de largo, un tablero de ajedrez con tinta salpicada, un ejército de piezas esparcidas. En esa batalla, cientos de miles de piezas de ajedrez aterrizaron simultáneamente, bestias aladas borraron el sol dorado y dragones estallaron en los mares furiosos. Mo Ran convocó a un sinfín de bestias tanto de tierra como del cielo, y comandó un ejército de incontables personas vivas. Una escena como esa sería una rara vista incluso en el infierno. Este cadáver de zorro era obviamente algo controlado por la Formación de Ajedrez Zhen Long, con una capa adicional de magia de ilusión a su lado. Se rumoreaba que la piel del primer antepasado del zorro del Clan Qing Qiu fue dividida en cuarenta y nueve piezas de varios tamaños y convertida en artefactos mágicos. Si uno tomara la sangre de alguien y la goteara sobre la piel de zorro, y luego envolviera esa piel alrededor de algo, cualquier cosa, incluso un bloque de madera podrida tomaría la apariencia del deseo del corazón de esa persona. La piel envuelta alrededor de este cadáver de zorro era uno de esos artefactos. Sin embargo, esta magia sólo funcionaba en el dueño original de la sangre; para cualquier otro, se veía como siempre lo había hecho. Fue una tarea sencilla liberar a Mo Ran. Cuando Chu Wan Ning lo sacó de allí, ya había terminado de explicarle todo. Lo que Mo Ran no pudo entender fue: –– Shizun, ¿Cómo sabías que Gou Chen-shanggong era falso? CAPÍTULO 42: ESTE VENERABLE ESTABA UN POCO INQUIETO. Chu Wan Ning respondió: –– Si fuera el verdadero Gou Chen-shanggong, ¿Por qué usaría cosas muertas en lugar de seres vivos? Y aunque los poderes de este hombre son bastante fuertes, no son nada comparados con los de un dios. Esto tenía mucho sentido, pero Mo Ran todavía estaba confundido en algunas partes. –– ¿Fue cuando Shizun vio a este zorro muerto que se dio cuenta de que ese tipo era un impostor? Chu Wan Ning agitó la cabeza. –– No. –– Entonces, ¿Cómo pudiste decir...? –– ¿Todavía recuerdas lo que Gou Chen me preguntó cuando apareció por primera vez? Mo Ran lo pensó un momento y dijo: –– Creo que te preguntó algo sobre tu arma. –– Así es–– confirmó Chu Wan Ning. –– Nunca he escondido el aura de las armas sagradas en mi persona; se pueden sentir con sólo un poco de percepción. Pero incluso como el Dios de las Mil Armas, no podía decir inmediatamente que yo tenía dos armas sagradas del Lago Jin Cheng y asumió que yo sólo tenía una. Yo sospeché entonces, pero el asunto en cuestión era la adquisición de armas, así que no había un buen momento para hablar de ello. Sólo vigile de cerca todo lo que hizo desde entonces, para que no se saliera con la suya. –– Pero... –– Mo Ran dijo: –– Si no es Gou Chen-shanggong, ¿Cómo podría crear las armas sagradas? –– En primer lugar, Gou Chen creando todas las armas es sólo un rumor. Nadie sabe realmente por qué este lago tiene tantas armas en su interior, por lo que las armas sagradas no fueron fabricadas necesariamente por Gou Chen. En segundo lugar, esta persona simplemente te dejó escoger lo que quisieras del arsenal sagrado, pero quién sabe si son de él para dar. Además, acabo de mirar de cerca las armas de Xue Meng y Shi Mei, totalmente falsas. Ante esto, Mo Ran se alarmó. –– ¿Falso? –– Mn. Mo Ran se quedó en blanco durante un momento, antes de darse cuenta finalmente de algo que le pertenecía. –– ¿Entonces Jian Gui...? –– Jian Gui es real. Pero su objetivo no era sólo darte un arma. –– ¿Entonces qué quería hacer?–– Dijo Mo Ran, mirando asqueado al cadáver del zorro que yacía en la cama de piedra. –– Primero gastó todo este esfuerzo en encerrarnos, y luego puso algo asqueroso como esto. ¿Qué es lo que quiere de todo esto? –– A ti. –– ¿Eh? –– Lo que acabas de decir es verdad a medias. Gou Chen no pasó por todo esto para atraparnos; al final lo que él quiere es a ti. –– ¿Qué quiere de mí?–– Mo Ran se rió secamente. –– Sólo soy un idiota. Chu Wan Ning respondió: –– Nunca he conocido a un idiota que pueda cultivar un núcleo en un año. Mo Ran iba a continuar, pero de repente se dio cuenta de algo y se detuvo. … ¿Chu Wan Ning acaba de elogiarlo? El darse cuenta hizo que su corazón latiera más rápido, y miró a Chu Wan Ning con la boca abierta. Pasaron unos momentos antes de que parpadeara lentamente. La cara gruesa de la que siempre había estado tan orgulloso se estaba sonrojando un poco. Chu Wan Ning ni siquiera lo miraba, murmurando para sí mismo. –– Además, Tian Wen y Jian Gui parecen tener algo que ver con ese sauce en el patio, algo que ya he leído en textos antiguos. Cuando Gou Chen-shanggong descendió al reino de los mortales, trajo tres ramas de sauce de la corte imperial. Pero a los textos antiguos les faltaba mucho; nunca supe lo que Gou Chen hizo con esas tres ramas de sauce celestial. Se detuvo antes de continuar. –– Pero si los rumores son ciertos, es posible que Tian Wen, Jian Gui y el viejo árbol del patio sean de hecho esas tres ramas de sauce. Dos se convirtieron en armas sagradas, y uno fue llevado al fondo del Lago Jin Cheng, convirtiéndose en el poderoso guardián del arsenal de Gou Chen. –– ¿Pero qué tiene que ver eso conmigo?–– dijo Mo Ran. Chu Wan Ning agitó la cabeza. –– ¿Cómo podría no tener algo que ver contigo? Tú eres el que despertó a Jian Gui. Mo Ran suspiró. –– ¡Cómo dije, en serio, qué demonios! –– Mi suposición es que todo lo que él quiere al final tiene que ver con el sauce en el patio. Pero eso es todo lo que puedo deducir de lo que hemos recopilado. No sé nada más aparte de eso por ahora. Esto fue casi toda una conjetura por parte de Chu Wan Ning, pero Mo Ran pensó que, como era tan inteligente, si esa era la conclusión a la que había llegado, entonces probablemente era bastante cercana a la verdad. Mientras consideraban estas cosas, caminaron rápidamente por el sombrío sendero de la mazmorra submarina. Cuando pasaron por el tortuoso y sinuoso sendero, caminaron por otro hasta que finalmente llegaron a la salida. Se aprovecharon del hecho de que los tritones que patrullaban de ida y vuelta no los esperaban, y escaparon. La salida de la oscura celda subterránea estaba justo en el patio donde estaba el sauce gigante. Cuando salieron a la superficie, la escena ante los ojos de Mo Ran lo conmocionó. Ante el sauce gigante se colocaron cuatro ataúdes, uno de ellos vacío. En los otros tres yacían Chu Wan Ning, Shi Mei y Xue Meng. Mo Ran palideció y gritó: –– ¿Qué demonios es esto? –– Esos son ataúdes de sacrificio de cadáveres–– dijo Chu Wan Ning. –– ¿Ves la vid envuelta alrededor del borde del ataúd? El otro extremo está ligado al sauce gigante. El falso Gou Chen sólo te necesita a ti, así que después de drogarnos, hizo que el tritón te llevará a la celda y nos metiera a los tres en estos ataúdes. Usando los ataúdes de sacrificio de cadáveres, puede transferir el cultivo de toda la vida de una persona al interior del sauce gigante. Es similar a la extracción de sangre. Viendo la expresión sombría de Mo Ran, Chu Wan Ning continuó: –– No te preocupes, Shi Mei y Xue Meng están ilesos. Fingí estar inconsciente y esperé una oportunidad para ocuparme de los tres tritones que custodiaban los ataúdes. Las tres personas que ves frente a ti son en realidad los cuerpos de esos demonios. Dijo todo esto con toda naturalidad, pero Mo Ran no pudo evitar levantar las cejas y mirar a escondidas al otro. ¿Cuán alto era el cultivo de los tritones en el Lago Jin Cheng? El llamado y sencillo "esperar una oportunidad para despachar" de Chu Wan Ning significaba que tendría que haberse ocupado de los tres tritones de un sólo golpe, sin hacer ruido. Exactamente cuán hábil era esta persona... Habían pasado demasiados años desde la última vez que luchó en igualdad de condiciones con Chu Wan Ning, así que estaba un poco aturdido cuando escuchó esta frase. Fue como si las tormentas y el granizo de su vida pasada pasaran ante sus ojos, y vio la figura que sacudía el cielo y la tierra, su rostro ligeramente girado hacia un lado, sus ojos brillando como Mercurio. Chu Wan Ning lo vio perdido en sus pensamientos y preguntó: –– ¿Qué pasa? Mo Ran regresó a su consciencia. –– Nada. ––… –– Sólo me preguntaba, ¿Cómo Shizun convirtió a los tritones en estas formas? Chu Wan Ning sonrió fríamente: –– Ilusiones simples. Si ese Gou Chenshanggong falso puede hacerlo, ¿Cómo no podría hacerlo yo también? Deje los cuerpos falsos aquí para evitar ser descubiertos por esas anguilas. Dale un poco de su propia medicina. ––… En cualquier caso, la zona era peligrosa, por lo que no podían permanecer allí mucho tiempo. Se tomaron un breve respiro y luego se fueron inmediatamente. Sin embargo, cuando corrieron al lugar de reunión que Xue Meng y los demás habían acordado, encontraron que estaba vacío; no había nadie allí. La cara de Mo Ran se puso completamente blanca. –– ¿Dónde está Shi Mei? La expresión de Chu Wan Ning también estaba un poco inquieta. No respondió, sino que levantó su dedo anular y produjo una capa de luz dorada sobre él. Podía usar las flores Haitang, que había metido en las cinturas de los tres discípulos antes de subir al Pico Xu Ying, para seguirles la pista. Después de un corto período de tiempo, Chu Wan Ning maldijo en voz baja y retiró la luz. –– Algo que no esperábamos pudo haber ocurrido aquí. Los dos probablemente huyeron de esta zona para esconderse de los tritones que patrullaban de un lado a otro, posiblemente hacia el mercado. Ven, vamos a ver. Los dos eran extremadamente hábiles, evitando fácilmente a todos los tritones que patrullaban. Voltearon rápidamente las altas paredes del patio y corrieron en dirección al mercado al que Gou Chen-shanggong los había llevado durante el día. Normalmente, no habría tal cosa como la noche y el día bajo el agua, pero el Lago Jin Cheng era diferente; uno podía percibir la salida del sol y la puesta de la luna. En ese momento, la larga noche ya se había terminado y el sol estaba saliendo por el este. Mo Ran pudo ver el mercado matutino del Lago Jin Cheng a lo lejos, el bullicioso centro de la ciudad lleno de gente que se reunía en él, y subconscientemente liberó la respiración que había estado aguantando. Parecía que Shi Mei y el resto estaban a salvo; de lo contrario, la escena ante ellos no sería tan pacífica. Por otro lado, la expresión de Chu Wan Ning no se veía muy bien por alguna razón. No dijo nada, pero en silencio tiró de Mo Ran hacia él. –– ¿Shizun? –– Ven aquí. –– ¿Qué pasa? –– No te alejes mucho. –– La voz de Chu Wan Ning parecía tener algo de auto-reproche, aunque parecía tan fría como siempre. –– Xue Meng y Shi Mei ya se han perdido, me temo que si no tengo cuidado, tú también... Mo Ran vio que la cara de Chu Wan Ning estaba un poco pálida, y en realidad parecía no preocuparse por él. Al principio, miró fijamente. Luego, por razones que no podía entender, su corazón se movía levemente y hablaba para consolarlo: –– No me perderé. Vamos, Shizun, vamos a buscarlos. Empezó a caminar hacia adelante mientras hablaba, y mientras lo hacía, giró su muñeca y casualmente tomó la mano de Chu Wan Ning en la suya. ––… Las puntas de los dedos de Chu Wan Ning en la palma de su mano parecían temblar por un segundo. Pero el segundo era demasiado breve y débil; el corazón de Mo Ran estaba preocupado por Shi Mei, así que no pensó mucho en ello, atribuyéndolo a sus propias percepciones erróneas. –– ¡Mantou de sangre de pescado, recién hecho! –– Piel de Serpiente Shuai Ran, material de primera calidad, ¡Sólo quedan tres pies! Una vez que todo se haya ido, tendrás que esperar a mi próxima muda... –– Vendo rellenador de cejas de tinta de calamar, hecho con tinta fresca escupida esta mañana por su servidor, hará maravillas con sus cejas--hey, hey, espere, señorita, ¡No se vaya! Los gritos de los vendedores ambulantes en el mercado caían incesantemente sobre sus oídos, la extraordinaria escena era demasiado para que los ojos la asimilaran. Mo Ran arrastró a Chu Wan Ning con una tonta sonrisa en la cara durante dos pasos y, en ese momento abrupto, de repente se dio cuenta de que algo no estaba bien. Inmediatamente se detuvo, sus ojos se abrieron de par en par, y sintió que toda la sangre de su cuerpo se congelaba. ¡Algo va mal! ¡Hay algo muy malo aquí! Barrió su mirada alrededor y, por supuesto... Un fantasma sin cabeza estaba sentado junto a su puesto, vendiendo peines y maquillaje. Sostenía un peine entre dos dedos con uñas largas y pintadas en escarlata mientras cepillaba el cabello sobre su propia cabeza ensangrentada que descansaba sobre sus rodillas, ofreciendo con voz suave: –– Peines de hueso de alta calidad, llévate uno a casa hoy. ¡Cómo lo pensaba! ¡Justo lo que él pensaba! En este centro de la ciudad, los movimientos de cada persona, las palabras de cada persona, las expresiones de cada persona, eran exactamente las mismas que cuando Gou Chen-shanggong los trajo aquí ayer. Mo Ran retrocedió bruscamente unos pasos, chocando contra el pecho de Chu Wan Ning. Inmediatamente levantó la cabeza y dijo roncamente: –– Shizun, ¿Qué es esto? Chu Wan Ning parecía haber tenido sus sospechas durante un tiempo, pero después de confirmarlo con sus propios ojos, su corazón aún cayó en su pecho. Agarró a Mo Ran con fuerza. –– ¿Qué está pasando? ¿Qué es esto? ¿Una ilusión? Chu Wan Ning agitó la cabeza, pero pensó en ello durante un momento. De repente, dijo lentamente: –– Mo Ran, ¿Has pensado alguna vez en esto? El Lago Jin Cheng tiene muchas bestias y criaturas diferentes, y al menos algunas de ellas deben haber visto antes al verdadero Gou Chen-shanggong. En ese caso, ¿Cómo es posible que no se den cuenta de que éste es falso? El color desapareció de la cara de Mo Ran, y sintió un poco de miedo. –– Sí... tienes razón. –– Y permíteme preguntar–– continuó Chu Wan Ning. –– Si estuvieras fingiendo ser Gou Chen-shanggong y escondiéndote en el Lago Jin Cheng, ¿Cómo harías que todos los demás dijeran lo que tú quieres que digan, hicieran lo que tú quieres que hagan, escucharan cada una de tus palabras y que actuaran por ti? Mo Ran lo entendió inmediatamente. ¡Formación de Ajedrez Zhen Long! Las piezas de ajedrez blanco y negro caen en su lugar, y todo bajo el cielo cae en línea. Nadie mejor que él conocía la fuerza de esta técnica prohibida. Casi lo soltó, pero un vistazo a los ojos de Chu Wan Ning, y se las arregló para detenerse justo a tiempo. ¿Cómo podía el joven de dieciséis años pensar tan fácilmente en las tres técnicas prohibidas? Y así, todo lo que dijo fue: –– Eso sería muy difícil. –– No–– dijo Chu Wan Ning. –– Es muy fácil. Se detuvo un momento y dijo: –– Sólo necesitas que todos estén muertos. CAPÍTULO 43: ¿¡ESTE VENERABLE ES UNA OFRENDA DE SACRIFICIO!? Mo Ran ni siquiera tuvo la oportunidad de responder antes de que una voz penetrantemente aguda sonará detrás de él: –– ¡Abran paso, abran paso! ¡Déjenme pasar! ¿¡Era el Fuban!? Llevando la pesada pila de rocas, el fuban se dirigió al mismo boticario que antes, donde gritó: –– ¡No puedo soportarlo más! ¡Apúrate y sálvame, doctor! Un tritón de pelo blanco nadó hacia afuera, pero su cola era distinta a la de los demás, toda su longitud resplandeciendo como el oro que fluye. Tenía el pelo recogido con simples pinzas y colgaba sobre sus hombros, y su cara, aunque arrugada, estaba bien proporcionada, con una nariz recta y una agradable curva en los labios, y esos ojos dorados eran tan tranquilos como una llovizna; era fácil imaginar lo guapo que debe haber sido en su mejor momento. Mo Ran tembló. Esto era diferente de antes; ¿Adónde fue ese dragón de mar de color turquesa? El viejo tritón los miro desde lejos, pero no dijo nada, sino que se dirigió a la puerta y se inclinó para quitarle las piedras de la espalda al fuban una por una. Con la extracción de la última roca, la ilusión se hizo añicos y el fuban explotó, su sangre se difundió en el agua como una niebla de humo. Casi simultáneamente, todos los monstruos y criaturas del mercado se endurecieron durante una fracción de segundo antes de caer deshuesados mientras sus cuerpos se contaminaban y llenaban el agua del lago con un miasma de sangre. El agua estaba teñida de rojo, el color se profundizaba rápidamente a medida que más y más sangre se filtraba. Se hizo difícil ver las cosas a lo lejos, entonces el área inmediata fue sofocada, y muy pronto, el rojo escarlata llenó su visión y ni siquiera podían ver sus manos frente a ellos. Chu Wan Ning dijo: –– Mo Ran. Mo Ran lo conocía bien, y no necesitaba que dijera más: –– Shizun, estoy aquí, no te preocupes. Chu Wan Ning era un hombre de pocas palabras, o mejor dicho, no era bueno con las palabras. Se quedó en silencio un momento antes de sólo decir: –– Ten cuidado. A través del agua sucia con sangre, Mo Ran no podía ver la cara que no cambiaría de color incluso si el cielo se caía, pero podía sentir más fácilmente la preocupación en la voz de Shizun. Rara vez sentía el calor de Chu Wan Ning en la vida diaria, y de repente su pecho se calentó. Agarró con más fuerza la mano del otro, respondiendo: –– De acuerdo. Parados cerca, espalda con espalda, podían sentir los latidos del corazón y la respiración del otro aunque no podían ver. Como la situación era peligrosa, Chu Wan Ning convocó a Tian Wen, y Mo Ran hizo lo mismo con Jian Gui, habiendo recuperado ya su fuerza espiritual. Después de que ellos llamaron a sus armas sagradas, Mo Ran exclamó repentinamente: –– ¡Shizun, mira allí! Chu Wan Ning se volvió para mirar hacia el boticario, donde el viejo tritón estaba limpiando la pila de rocas hace un momento, para ver que un par de docenas de puntos de luz de color blanco de varios tamaños habían aparecido en el suelo. De la mano, los dos caminaron, seguramente, los puntos de luz eran las rocas del Fuban. El viejo tritón había dispuesto las varias docenas de rocas en tres filas ordenadas, cada pieza brillando con un suave resplandor. Lentamente, una figura apareció ante las rocas. Parecía ser el mismo hombre de pelo blanco de antes. Mo Ran lo intentó: –– ¿Quién eres tú? No respondió, sólo mirando a Chu Wan Ning, y luego a Mo Ran, antes de levantar la mano sin decir palabra y señalar las rocas en el suelo. Mo Ran preguntó: –– ¿Quieres que recojamos las rocas? El tritón de pelo blanco asintió, y luego extendió un sólo dedo. –– ¿Quieres que... escoja sólo una? El tritón de pelo blanco asintió, luego agitó la cabeza, señaló a Mo Ran, y luego señaló a Chu Wan Ning. Mo Ran lo descifró: –– ¿Deberíamos tomar una cada uno? Esta vez el hombre de pelo blanco asintió vigorosamente antes de quedarse quieto y mirar fijamente a los dos. Mo Ran preguntó: –– Shizun, ¿Deberíamos hacer lo que dijo? –– Podría ser, no tenemos ninguna otra idea de todos modos. Así que cada uno escogió una roca, pero inesperadamente, tan pronto como las puntas de sus dedos tocaron la roca, una variedad de colores distorsionados aparecieron ante sus ojos mientras el mundo giraba a toda velocidad. Cuando las cosas se calmaron, el interminable rojo había desaparecido. Mirando de cerca, ¡Habían sido tele transportados al arsenal de armas sagradas! –– ¡Shizun! –– ¡Shizun, A-Ran! Y Xue Meng y Shi Mei también estaban aquí. Sorprendidos y contentos de ver a Chu Wan Ning, se apresuraron a acercarse para darles la bienvenida. Chu Wan Ning no esperaba que las rocas brillantes fueran encantadas con un hechizo de tele transportación, y todavía tenía un poco de náuseas por el rápido giro. Se puso una mano en la frente, y la otra aún sosteniendo fuertemente la mano de Mo Ran. Mientras estaban dentro del lago de sangre, sus manos habían estado unidas todo el tiempo sin separarse. Siendo el estatus de Chu Wan Ning lo que era, rara vez tuvo la oportunidad de tomarse de la mano con Mo Ran. La mayor parte del tiempo, sólo podía pararse un poco lejos, observando a distancia la cercanía entre sus discípulos. Y así, cautelosamente acarició este raro calor en su palma... –– ¡Shi Mei! Pero la calidez que era un tesoro tan precioso para él era, para el otro, tal vez inútil como un par de zapatos desgastados, tal vez no valía la pena mencionarlo, o tal vez ni siquiera lo notó en lo más mínimo. En el momento en que vio a Shi Mei, Mo Ran soltó su mano muy casualmente. Las yemas de los dedos de Chu Wan Ning se movieron ligeramente y, por un instante, pareció como si quisiera agarrarlo. ¿Pero qué excusa tenía para eso? Ya no tenía el coraje de gustar de alguien. No quería perder el patético orgullo que le quedaba. Viendo a Mo Ran sonreír tan fácilmente a Shi Mei, abrazándolo tan casualmente y acariciando su cabello tan suavemente. Las yemas de los dedos de Chu Wan Ning volvieron a caer. Con algo de vergüenza, con algo de incomodidad. Afortunadamente. Su rostro era habitualmente impasible, por lo que las emociones no se notaban demasiado. Tal vez porque estaba envejeciendo, y siendo una persona tan rígida, después de ese giro en la matriz de tele transportación, su pecho se sentía un poco frío. Pero no estaba tan mal, todavía le quedaba un poco de calor en la punta de los dedos. Apoyándose en ese hilo de calor que pronto desaparecería, se puso de pie lentamente y ordenó su expresión y su mirada, correcta y ordenada. –– Shizun, ¿Te sientes bien? Tu cara está tan pálida... Chu Wan Ning asintió a Xue Meng: –– Estoy bien. Se detuvo un momento, y luego preguntó: –– ¿Ustedes dos también fueron tele transportados aquí por ese tritón? Antes de que Xue Meng tuviera la oportunidad de responder, se produjo una ráfaga de sonidos burbujeantes. Chu Wan Ning se giró para ver media cara ensangrentada, y justo después, una persona desfigurada emergió de la hirviente y ardiente pileta de fundición con un chapoteo. Esta persona definitivamente no era mortal, o definitivamente no estaba viva, pues ningún mortal podía sobrevivir sumergido en el ardiente metal fundido. Pero esta persona, aunque cruda y quemada por todas partes, claramente aún respiraba. Las cadenas encadenaron sus cuatro miembros y lo mantuvieron dentro de la pileta de fundición para que sufriera. Lentamente abrió los ojos y se inclinó una y otra vez hacia el grupo, mirándolos fijamente, rogándoles que se acercaran a la pileta de fundición. Aunque no podía hablar, tenía otros medios para comunicarse. Vieron como agitaba sus brazos, su carne ensangrentada apenas se aferraba a los huesos, y una pequeña ola surgió del metal fundido en la pileta para formar varias filas de antiguas escrituras en el aire. Xue Meng, sorprendido: –– ¿Qué clase de escritura es ésta? ¿Por qué no puedo leer un solo carácter? Chu Wan Ning: –– Es un antiguo guión de Cang Jie, algo que aún no te he enseñado. Mo Ran: –– Entonces... ¿Qué dice? Chu Wan Ning se acercó y estudió cuidadosamente la escritura: ––Él está... pidiendo ayuda. Según la leyenda, la escritura antigua de Cang Jie era la escritura del Reino Celestial. Era prácticamente un arte perdido en el mundo humano; muy poca gente la conocía ya, e incluso un zongshi consumado como Chu Wan Ning no podía leerlo todo, pero al menos podía captar lo esencial. Chu Wan Ning estudió la escritura durante un tiempo, interpretando lentamente: –– Dice que él es el espíritu de este sauce, llamado Zhai Xin Liu [Corazón-Afortunado de sauce]. Cuando era un árbol joven, Gou Chenshanggong lo trajo aquí desde el séptimo cielo del Reino de los Dioses. Después, Gou Chen abandonó este mundo por razones desconocidas. Zhai Xin Liu no lo ha visto desde entonces, y ni siquiera sabe si aún vive. Pero incluso sin él aquí, Zhai Xin Liu siempre había seguido sus instrucciones estos cientos de miles de años, protegiendo el Lago Jin Cheng, resguardando el arsenal de armas sagradas. Alimentado por la energía espiritual de este lugar, se fue cultivando gradualmente en una forma humana, y los días pasaron sin incidentes hasta que un día, cuando unChu Wan Ning dejó de leer repentinamente. –– ¿Qué pasa? –– Preguntó Mo Ran ––... No reconozco a estos tres caracteres. Parece ser un nombre. –– Chu Wan Ning dijo, levantando una mano para señalar a los complejos y retorcidos caracteres. –– De todos modos, esta persona vino al Lago Jin Cheng. Era poderoso y cruel, masacró todo lo que había en el lago y usó la Formación de Ajedrez Zhen Long para controlarlos. Zhai Xin Liu no fue una excepción. Mo Ran gritó inmediatamente: –– ¡Esa persona es probablemente el Gou Chen falso! Oyendo sus palabras, los ojos de Zhai Xin Liu parpadearon, y asintió dos veces de acuerdo. ––... Huh, realmente lo adiviné. –– Mo Ran sonrió, un poco avergonzado, y se rascó la cabeza. –– Jaja, soy bastante listo eh. Chu Wan Ning lo miró levemente, y luego continuó: –– En los años transcurridos desde entonces, Zhai Xin Liu ha estado en un estado inconsciente continúo, sin siquiera medio día de claridad. Afortunadamente, las otras dos ramas de sauce que habían estado conectadas con él en cuerpo y espíritu -Tian Wen y Jian Gui- despertaron. Tomando prestada su fuerza, Zhai Xin Liu fue temporalmente capaz de recuperar la conciencia. Si no fuera por eso, probablemente ya habría perdido el control y lastimado a todos aquí. Escuchando eso, "todos aquí" eran incrédulos o aprensivos, los tres jóvenes levantaron colectivamente la cabeza para mirar fijamente al ser en la pileta de fundición, inseguros de cómo tomar su auto-introducción. Mo Ran comenzó: –– Liu-qianbei [Señor Sauce]Xue Meng: –– ¿Liu-qianbei? –– Bueno, ¿Qué más debería decir, Zhai-qianbei?–– Mo Ran miró a Xue Meng, y luego continuó: –– Voy a decir algo que probablemente no te gustará, pero parece que hay algunos agujeros en tu historia. Zhai Xin Liu no podía hablar, pero podía entender las palabras habladas. Se volvió hacia Mo Ran. Mo Ran: –– Primero dijiste que estabas bajo el control del falso Gou Chen, pero luego recuperaste la conciencia bajo la influencia del despertar de Tian Wen y Jian Gui. Pero el falso Gou Chen fue el que me dio a Jian Gui, ¿Cómo es posible que no supiera las consecuencias de hacer eso? Zhai Xin Liu agitó la cabeza, y los caracteres frente a Chu Wan Ning cambiaron. –– Soy del Reino de los Dioses, él sabe poco de mí, y no es consciente de que las armas sagradas podrían afectar mi conciencia. En su búsqueda de las tres técnicas prohibidas, necesita recurrir a mi poder, pero mi vida está llegando a su fin, y ha estado buscando frenéticamente una manera de extender mi vida. Pero realmente no deseo seguir viviendo, la muerte es mucho más preferible que ayudar a este villano, es sólo que estoy bajo su control, y no puedo actuar por mi propia voluntad... Ante esto, Chu Wan Ning se detuvo en la contemplación: –– Por eso trajo a Mo Ran aquí. Mo Ran es una esencia espiritual elemental de madera, ese falso Gou Chen debe estar planeando combinar su poder espiritual con el de Jian Gui y ofrecerte eso como sacrificio. Zhai Xin Liu asintió. Mo Ran aún no lo entendía del todo: –– Pero ese falso Gou Chen lo dijo él mismo, hay dos esencias espirituales elementales de madera. Shizun también es uno, ¿Por qué sólo me encerró a mi? Zhai Xin Liu escribió: –– Las ofrendas de sacrificio siempre han sido mejores cuanto más jóvenes son, y se debe tener aún más cuidado cuando se hace una ofrenda a un espíritu de árbol. Además, la ofrenda debe saciar su apetito y el deseo, satisfaciendo cada necesidad, y su vida debe ser tomada mientras está inmerso en tal ilusión eufórica, sin su más mínimo conocimiento. De lo contrario, la ofrenda tendrá remordimientos y la energía resentida acelerará mi marchitamiento. Ante esto, los pensamientos de Mo Ran se dirigieron al monstruo espíritu de zorro en la celda que tomó la apariencia de Chu Wan Ning. Así que eso era para saciar sus deseos, como engordar un cerdo antes de la matanza para que sea más sabroso. Eso también explicaría por qué vio a Chu Wan Ning en lugar de a Shi Mei. Apreciaba demasiado a Shi Mei como para profanarlo. Cuando se trataba de la cuestión del deseo, en verdad deseaba a Chu Wan Ning mucho más de lo que deseaba a Shi Mei... Viendo la extraña expresión en la cara de Mo Ran, Chu Wan Ning pensó que aún estaba inquieto, y, queriendo consolarlo, preguntó: –– ¿En qué estás pensando? –– N-nada. La cara de Mo Ran empezó a ponerse roja. Chu Wan Ning miró fijamente durante un segundo antes de que comprendiera lo que estaba pasando y cerró inmediatamente la boca. Pasó un rato antes de que se diera la vuelta en un arrebato de furia avergonzada. ¿Qué intranquilidad? Este chico definitivamente estaba pensando en esos llamados 'deseos' ahora mismo, soñando despierto, incluso. Chu Wan Ning lanzó sus mangas con ira indignada, y, con la cara helada, murmuró: –– Desvergonzado. Mo Ran: ––… Menos mal que Chu Wan Ning no sabía quién satisfacía sus deseos en esa ilusión, o probablemente lo despellejaría vivo en un ataque de ira. Estaba en medio de la reflexión cuando el suelo del arsenal de armas sagradas comenzó a temblar de repente. Xue Meng gritó, sorprendido: –– ¿Qué está pasando? CAPÍTULO 44: ESTE VENERABLE NO QUIERE DEBERTE NADA. Zhai Xin Liu no tuvo oportunidad de responder antes de que su expresión se retorciera y agarrara su cabeza con dolor, la boca abierta en un grito silencioso. Pero aunque no podía hacer ningún sonido, los gritos agonizantes eran prácticamente audibles en esa expresión horrible y esos ojos saltones. ––Sálvenme. –– ¡Sálvenme...! Sus labios se retorcieron en una forma inconcebible, venas sangrientas extendiéndose rápidamente por sus ojos. Si no fuera por esas cadenas que lo encadenan en su lugar, es probable que ya se hubiera abalanzado y violentamente terminado su propia vida. ––Te lo ruego... date prisa... y destrúyeme... Parecía que el dominio de Zhai Xin Liu sobre su conciencia se estaba acercando a su límite; luchó en agonía, pero no sirvió de nada mientras una niebla negra salía de la pileta de fundición, dañando y atacando el cuerpo atrapado en su interior. Las cadenas se agitaron bruscamente mientras las chispas volaban. Viendo este rápido giro de los acontecimientos, Chu Wan Ning se movió rápidamente, barriendo con su larga manga mientras protegía a los discípulos que estaban detrás de él: –– ¿Cómo puedo salvarte? Zhai Xin Liu se movió lentamente, pero aún podía controlar el metal fundido de la pileta. Más filas de antiguas escrituras de Cang Jie se formaron en el aire. ––Estoy a punto de perder la conciencia y atacarte. No es mi intención lastimarte, pero está fuera de mi control y no hay tiempo para explicarlo. Lo único que puedo hacer por ti ahora es informarte de las técnicas que tengo a mi disposición, te ruego que tengas cuidado... El metal fundido se transformó repentinamente. ––Estoy bien versado en tres técnicas. Primero, Dulce Sueño, una técnica de pesadilla que pone a los afectados a dormir y les concede lo que desean en un sueño maravilloso. Como tal, incluso aquellos con fuertes poderes espirituales, que podrían percibir que es una ilusión, permanecerán voluntariamente en ella, para nunca despertar. ––En segundo lugar, Tentación del Corazón, usando como incentivo lo más preciado por una persona, induce a los afligidos a sacrificarse los unos a los otros. ––Tercero, Corazón Arrancado... Pero su energía espiritual se agotó en ese momento, y ya no pudo controlar el metal fundido para formar más palabras. Y, así de fácil, los efectos de la técnica de Corazón Arrancado fueron dejados a lo desconocido. Una nube de sangre estalló de Zhai Xin Liu. Ya no pudo controlar el metal fundido, arrastró su dedo a través de la sangre derramada, un par de ojos saltones y espasmódicos fijados en Chu Wan Ning, negándose a ceder. –– ¡Shizun!–– Xue Meng lo agarró apresuradamente mientras se acercaba. –– ¡No te acerques, podría ser una trampa! Zhai Xin Liu, incapaz de hablar, sólo podía sostener ese dedo bañado en sangre. De repente, las lágrimas brotaron de sus ojos. Chu Wan Ning: ––... ¿Quieres que me acerque? Zhai Xin Liu asintió lentamente. ––… –– ¡Shizun! Xue Meng intentó detenerlo una vez más, pero Chu Wan Ning sólo agitó la cabeza antes de acercarse a la pileta de fundición él solo y extender una mano. Zhai Xin Liu parecía muy emocionado. Miró profundamente a Chu Wan Ning y luchó por agitar sus brazos, como si tratara de inclinarse. Entonces, soportando la agonía abrasadora, agarró la mano de Chu Wan Ning y escribió temblorosamente en la palma de su mano: Sorteen su suerte, rompan la pesadilla. No pierdan de vista su corazón. Una vez que... la pesadilla se rompe el juicio... ¡Termina! Todavía no había terminado de escribir la última palabra cuando de repente se desmoronó como un montón de barro y cayó de nuevo en la pileta de fundición hirviendo, desapareciendo de la vista. Al mismo tiempo, una enorme ola de escarlata se elevó de la piscina con un fuerte estruendo, el metal fundido elevándose hacia el cielo mientras nueve pilares de llamas se formaban cada uno con la forma de un dragón rugiendo desde el suelo. Chu Wan Ning se vio obligado a retirarse, el fuego reflejándose en sus ojos. De repente, cuatro fichas se alejaron de los ardientes pilares de metal fundido para colgar en el aire. Shi Mei, recordando las palabras de Zhai Xin Liu de antes, dijo inmediatamente: –– ¿Son estas las fichas para sortear que Zhai Xin Liu mencionó? Se acercó, pero Chu Wan Ning lo detuvo: ––No lo toques. Todos ustedes, quédense detrás de mí. Shi Mei: ––Shizun... ––Estoy aquí, todo estará bien. –– Chu Wan Ning dijo: ––No se arriesguen, déjenme ir primero. Habló suavemente, incluso sin mucha entonación, pero el corazón de Mo Ran tembló. Por alguna razón, el Chu Wan Ning ante sus ojos se superpuso repentinamente con esa persona sin corazón de su vida pasada, la que vio morir fríamente a su propio discípulo. Si podía decir algo así, ¿Por qué se quedó parado y no hizo nada en el pasado mientras su discípulo moría? De repente, Mo Ran sintió que nunca había entendido a Chu Wan Ning. También murmuró, a su pesar: ––Shizun... Chu Wan Ning no les prestó atención mientras levantaba una mano y sacaba una de las fichas en el aire. La ficha estaba hecha de jade, de color amarillo claro. La miró por delante y por detrás, murmurando en voz baja –– ¿Hm? –– ¿Qué pasa?–– Preguntó Xue Meng. Chu Wan Ning dijo: ––No hay nada en ella. –– ¿Cómo puede ser eso?–– Xue Meng estaba perplejo. ––Déjame intentarlo. Cada uno de ellos escogió una de las cuatro fichas. Las fichas de jade de Xue Meng y Shi Mei eran igual a la de Chu Wan Ning, sin una palabra escrita en ellas. Los ojos de Mo Ran se abrieron de par en par mientras volteaba su ficha: –– ¿Narena? Los otros tres miraron a la vez. Xue Meng frunció el ceño: –– ¿Qué es Narena? Mo Ran apuntó con un dedo su ficha: ––Eso es lo que dice. Xue Meng se acercó arrastrando los pies para echar un vistazo, e inmediatamente empezó a gritar enfadado: –– ¡Pah! ¡Más bien como si hubieras leído sólo la mitad tú realmente sabes leer! ––... Es un reloj de arena de sangre. –– Dijo abruptamente Chu Wan Ning. Podía leer la mayoría de las escrituras antiguas de Cang Jie, y no inventaría cosas si no estuviera seguro. Así que si eso es lo que él dice que está escrito en la ficha, entonces eso es lo que está escrito en la ficha. Mo Ran miró fijamente: –– ¿Qué significa reloj de arena de sangre? Chu Wan Ning negó con la cabeza: ––No lo sé. Como en respuesta, un bajo sonido retumbante vino del techo del arsenal, y un enorme reloj de arena de cobre moteado con óxido descendió. A diferencia de otros relojes de arena, éste tenía una cruz montada sobre él, cuyo propósito era desconocido. Chu Wan Ning miró el reloj de arena, y luego bajó la vista al objeto que Mo Ran tenía en la mano. Un reloj de arena de sangre. De repente entendió lo que significaba "sortear la suerte.” La expresión de Chu Wan Ning cambió bruscamente mientras gritaba con voz severa: –– ¡Mo Ran, date prisa y tira la ficha! La orden no dejaba lugar a discusión; incluso sin saber la razón, Mo Ran se movió para obedecer, casi inconscientemente. No lo habría notado si no hubiera intentado, pero ahora que lo estaba intentando, Mo Ran se dio cuenta de que la ficha de jade estaba firmemente pegada a su mano, y ni siquiera podía desprenderla. Chu Wan Ning maldijo en voz baja y se apresuró a cambiar su propia ficha por la de Mo Ran. Pero en ese momento, docenas de enredaderas espinosas surgieron repentinamente de ese oxidado reloj de arena y se dirigieron directamente a Mo Ran! –– ¡Muévete! –– ¡Shizun! –– ¡Shizun! La sangre salpicó por todas partes. En el último segundo, Chu Wan Ning había empujado a Mo Ran a un lado, pero las espinas penetraron en Chu Wan Ning como tantas flechas. Mo Ran con su cuerpo juvenil no estaba a la altura de la fuerza del empuje de Chu Wan Ning. Pero al tropezar hacia atrás y caer al suelo, el sonido de la carne rasgada era horriblemente claro, y los retorcidos gritos de Xue Meng y Shi Mei eran fuertes y estridentes. De ninguna manera. ¿Cómo puede ser esto...? Pero este era Chu Wan Ning, el que lo golpeó y lo regañó, el que nunca lo miró amablemente. El que insensiblemente vio morir a su propio discípulo justo delante de él. El que fríamente dijo "Deficiente por naturaleza, sin remedio". El que... Mo Ran levantó la vista. En medio del caos, vio la sangre empapando las ropas de esa persona. Enredaderas afiladas y densamente apretadas atravesaron desde su espalda hasta el frente, exactamente en el mismo lugar donde había sido herido por la maestra fantasma. La vieja herida aún no se había curado, y ahora estaba otra vez desgarrada en un desastre sangriento. El que... el que lo protegió con su propio cuerpo en el ataúd, el que no hizo ningún ruido ni siquiera cuando las garras lo apuñalaron... El que, escondido bajo el puente, puso secretamente una barrera para proteger a todos de la lluvia y el viento, pero que no se atrevió a mostrar su rostro. El que, después de la muerte de Shi Mei en la vida pasada, fue a la cocina e hizo torpemente Wontonss para que pudiera comer algo. El que tiene tan mal genio y poca habilidad con las palabras, el que tiene miedo de la amargura de la medicina y tose por la comida picante, el que mejor lo conoce. Aquel a quien nunca recordó cuidar, a quien odiaba con los dientes apretados, pero que también sentía que era bastante lamentable... Chu Wan Ning. Wan Ning... –– ¡Shizun! Mo Ran gritó mientras corría hacia él. –– ¡Shizun! ––Tu ficha... –– La mano de Chu Wan Ning tembló cuando la levantó. Su rostro estaba pálido, pero su expresión era firme como siempre: ––Intercambia conmigo... La mano que extendió hacia Mo Ran tenía su propia ficha en blanco. La levantó lentamente, con dificultad, todo su brazo temblaba de dolor. Sus ojos eran brillantes y decididos, con una capa de humedad. –– ¡Deprisa, dámela! Mo Ran ni siquiera se había levantado; medio gateaba, medio se arrastraba hacia Chu Wan Ning y miraba impotente a esa horrible herida. ––No... Shizun... –– ¡Shizun! Xue Meng y Shi Mei se movieron para ir también. La expresión de Chu Wan Ning fue de exasperación cuando levantó una barrera para mantenerlos fuera, y luego llamó severamente: –– ¡Tian Wen! ¡Tian Wen apareció cuando se le llamó, cortando limpio a través de las docenas de enredaderas que atravesaban a Chu Wan Ning! Pero esas enredaderas no eran una entidad ordinaria. Chu Wan Ning podía sentir claramente que devoraban su energía espiritual desde donde estaban enterradas en su carne. Al no tener otra opción, sólo podía apretar los dientes, agarrar los extremos rotos de esas enredaderas, y, endureciéndose, arrancarlas. ¡Un torrente de sangre se derramó instantáneamente! Chu Wan Ning tiró las enredaderas a un lado y dejó salir un suspiro, luego rápidamente tocó sus meridianos, deteniendo temporalmente la pérdida de sangre. Luego dirigió una mirada a Mo Ran, su voz ronca: ––Dámela. ––Shizun... –– ¡Intercambia fichas conmigo!–– Dijo exigente Chu Wan Ning. En este momento, Mo Ran también se había dado cuenta de lo que significaba "reloj de arena de sangre". La maldición que dejó Gou Chen hace millones de años no fue diferente de cómo había atormentado a Chu Wan Ning en la vida anterior. De hecho, ya sea dios, demonio, humano o fantasma, a todos se les ocurrió más o menos lo mismo cuando trataban de ser tan crueles como podían serlo. Reloj de arena de sangre. Vierta la sangre de una persona en el reloj de arena en lugar de arena o agua para mantener el tiempo. El intervalo de tiempo termina cuando la persona se desangre. En su ceremonia de coronación como Taxian-jun en la vida pasada, ¿No había usado a Chu Wan Ning como un reloj de arena de sangre, lo había hecho observar mientras pisaba las sectas restantes mientras ascendía al trono, lo había desangrado gota a gota frente a él? Pero en esta vida, frente al reloj de arena de Gou Chen. Chu Wan Ning estaba dispuesto a intercambiar por su cuenta, su seguridad, su ficha, e ir a la cruz en su lugar, él... El corazón de Mo Ran latía sin ritmo en su pecho. Ni siquiera podía pensar. ¿Cómo puede ser esto...? ¿¡Cómo puede ser esto!? El reloj de arena de cobre perdió su primer golpe y no pudo agarrar a una persona. Blandía sus espinosas enredaderas, preparándose para un segundo ataque. Chu Wan Ning lo miró fijamente, sus ojos parpadeando con una luz que temblaba levemente. Su cara estaba pálida por el dolor mientras jadeaba suavemente: ––Mo Ran, es... escúchame, date prisa y cambia conmigo. ––… ––Date prisa... –– La cara de Chu Wan Ning estaba pálida como la nieve fresca iluminada por la luz de la luna. ––.... ¿¡Estás tratando de hacer que bloquee un segundo ataque por ti!? ––Shizun... Las enredaderas volvieron a salir disparadas. En ese instante, Mo Ran finalmente levantó su ficha, y Chu Wan Ning la tomó sin pensarlo. Pero inesperadamente, justo cuando sus manos estaban a punto de tocarse, los ojos de Mo Ran brillaron cuando tiró de su mano hacia atrás y en su lugar se giró para proteger al desprotegido Chu Wan Ning que estaba detrás de él. La segunda ola de enredaderas ya había llegado hasta ellos, y Mo Ran las enfrentó de frente. Todo su cuerpo fue envuelto y tragado por las enredaderas en un instante, y arrastrado hasta el reloj de arena de cobre. –– ¡Mo Ran! Docenas de enredaderas se enroscaron y lo clavaron fuertemente en la cruz. Mo Ran se giró para mirar hacia Chu Wan Ning. Sus labios se movieron. Los ojos de Chu Wan Ning se abrieron abruptamente. La voz de Mo Ran era silenciosa, pero él la escuchó claramente, no hubo error. Él dijo: ––Shizun, realmente no estoy... más allá del remedio... Así que, por favor, no te rindas conmigo. Pero no pudo terminar la última mitad de la oración. En la vida pasada, quería decirlo pero no lo hizo; en esta vida, ya era demasiado tarde. Si Chu Wan Ning se dio por vencido o no, ya no era importante para él. No quería deberle nada a esta persona, eso era todo. Era realmente demasiado tonto, y ya no podía entender lo que sentía hacia Chu Wan Ning. No quería que las cosas se complicaran aún más. En esta vida, pensó Mo Ran, quien le importaba, quien le gustaba, era Shi Mei y nadie más. No quería intercambiar fichas con Chu Wan Ning sólo porque no quería deberle un favor, sólo porque no quería... No quería ver a Chu Wan Ning desangrarse de nuevo. Su corazón no estaba hecho de piedra. Nada lo hacía más feliz que tener a alguien agradable con él. Con un poco de bondad, y su sonrisa sería tan brillante como la primavera. Pero si es mucha, mucha amabilidad, entonces moriría voluntariamente sin quejarse. De repente, de las densas enredaderas surgió una brillante espada. La espada era sin duda un arma sagrada; era antigua, pero llevaba un aura abrumadora de valor. Un par de anillos rodeaban la empuñadura, y el mango estaba grabado con patrones espinosos. La espada era delgada, con una intrincada efigie de un dragón cabeza de toro incrustada en ella, la hoja corriendo con un resplandor azul que podía cortar todo, desde el cabello más suave hasta el metal más duro. Mo Ran sólo tuvo tiempo de ver el "Gou Chen" escrito en la espada, ni siquiera el "shanggong", antes de que la espada del Dios de las Armas fuera clavada directamente en su pecho. La sangre brotó a borbotones, hacia el reloj de arena. Al mismo tiempo, una cortina de agua se desbordó repentinamente en el arsenal, separando a Mo Ran y a los otros en dos lados, el abrupto diluvio torrencial atrapó a todos los demás en el otro lado. Shi Mei gritó: –– ¡A-Ran! ¡A-Ran...! El rápido aguacero bloqueó su línea de visión; no podían ver claramente cómo Mo Ran estaba del otro lado. Chu Wan Ning intentó una y otra vez atravesar el agua, pero fue empujado una y otra vez, hasta que se empapó por completo, sus ojos se oscurecieron con una cara ansiosa, sus labios totalmente descoloridos. La voz de Chu Wan Ning era ronca: –– ¡Mo Ran...! No era muy fuerte, pero temblaba terriblemente. Él mismo no se dio cuenta, pero Shi Mei se asustó y se volvió para mirarlo, sólo para ver al habitualmente tranquilo y sereno Shizun empapado y despeinado, sus largas pestañas temblando al no poder reprimir sus emociones y la preocupación coloreando sus rasgos. Invocó a Tian Wen, salvajismo escrito entre sus cejas, como una cuerda estirada y tensa. Shi Mei se aferró a él con inquietud: –– ¡Shizun, no vayas más! ¡No hay forma de pasar! Chu Wan Ning se lo quitó de encima, sus ojos afilados como espadas, y silenciosamente levantó una barrera para intentarlo de nuevo. Pero la cascada estaba infundida con la abundante energía espiritual del Lago Jin Cheng; no sólo fue incapaz de entrar, sino que el agua lo golpeó como si fueran mil flechas, cortando y perforando. Ya debilitado por sus graves lesiones anteriores, este intenso impacto hizo que le resultara difícil permanecer de pie. Se agarró el pecho y trató de aguantar, pero aún así se vio forzado a arrodillarse, con la cara pálida por las heridas en su espalda que se abrieron y empezaron a derramar sangre. No había forma de saber si la humedad en la cara de Shi Mei era agua o lágrimas. Lloró en señal de socorro: –– ¡Shizun! Todo esto... para qué... –– ¿Qué quieres decir con para qué? Si ese fueras tú o Xue Meng–– escupió Chu Wan Ning. Realmente le dolió demasiado; frunciendo el ceño, no pudo terminar la frase. Inesperadamente, una espada apareció repentinamente detrás de la cascada, cortando sin esfuerzo el torrencial aguacero por la mitad como si fuera tofu. La energía de esa espada era extraordinaria e inmensa. Cortó exactamente hacia donde estaba Shi Mei, y estaba a punto de golpearlo cuando Chu Wan Ning agitó su manga y usó todo el resto de su energía espiritual para levantar una barrera protectora alrededor de Shi Mei; tosió una bocanada de sangre por el esfuerzo excesivo. Una profunda y clara voz masculina resonó sin prisa, reverberando dentro del arsenal de armas sagradas: ––Soy el Dios de las armas, Gou Chenshanggong. ¡Cómo se atreven a invadir el territorio prohibido de las armas sagradas! CAPÍTULO 45: ESTE VENERABLE SABÍA QUE VENDRÍAS. Xue Meng rugió hacia el cielo: –– ¿¡Qué clase de Dios de mierda eres!? ¿Estás jodidamente ciego? ¿Por dónde nos ves entrar sin autorización? Nosotros somos los que fueron secuestrados, ¡Recuerda tus malditos hechos! Shi Mei dijo: ––Es inútil, no está aquí, es sólo una voz que dejó atrás. El falso Gou Chen debe haber confundido el juicio de Zhai Xin Liu, para que nos vea como intrusos sin escrúpulos. La voz continuó: ––Aquellos que son dignos de armas sagradas deben entender la virtud y la resolución como algo natural, deben ser insensibles a la atracción de ilusiones fantásticas y capaces de permanecer fieles a su corazón. Ya que has venido, debes llevar a cabo mi prueba. Si pasas, te ofreceré un paso seguro y un arma sagrada. ¡Pero si eres egoísta y vacilante, entonces no eres apto para ser el maestro de un arma sagrada! Chu Wan Ning dijo sombríamente entre labios manchados de sangre: –– Virtud... ¿Es esta llamada virtud tuya usar a alguien como un reloj de arena de sangre? Por supuesto que sabía que Gou Chen-shanggong no podía oír, pero aún así, la ira lo llevó a escupir las palabras, incluso si cada expresión le hacía respirar con dificultad y tiraba de sus heridas, simplemente no podía controlar esa implacable boca suya. La voz, descuidada, continuó resonando en el arsenal: ––Como prueba de su temperamento, todos ustedes estarán inminentemente sumergidos en la ilusión del sueño de Zhai Xin Liu. Si no despiertan de la ilusión a tiempo, su compañero se desangrará y perecerá. Con estas palabras, el color desapareció de los tres rostros. Shi Mei murmuró: ––Qué... Así que, en otras palabras, los tres estaban a punto de ser sumergidos en una ilusión. Y si no se las arreglaban para despertar a tiempo, ¿Entonces se quedarían eternamente atrapados en un sueño maravilloso, mientras que Mo Ran se desangraba en la realidad? Xue Meng se quedó atónito durante un momento antes de gritar con furia: –– ¿¡Qué clase de Dios eres tú!? Si cultivar hasta ser inmortal significa terminar como tú, no me dignaré a tocar otra espada por el resto de mi vida. Chu Wan Ning también se enojó: –– ¡Qué absurdo! –– ¡Shizun! –– Shi Mei intentó apresuradamente aplacarlo. ––No te enojes, por favor, cuida tu herida. Pero Gou Chen-shanggong, ese bastardo, eligió este momento para empezar a recitar poesía: ––El agua derramada sobre la tierra fluye a cada uno a su manera. La vida está predestinada, incluso si suspiras mientras caminas y mientes cuando piensas. Llena tu copa como consuelo, canción interrumpida por un brindis, pero el camino permanece siempre arduo. El corazón no es de madera ni de piedra, cómo podría ser insensible, las palabras no pronunciadas y los pasos sin dar, no queda nada que decir. Xue Meng estaba a punto de desmayarse de la ira: –– ¿¡Qué demonios estás murmurando!? Shi Mei explicó: ––Es de "Caminos Difíciles” de Bao Zhao, el significado general es que cada persona tiene su propio destino, por qué revolcarse en el remordimiento y beber por alivio, el brindis interrumpiendo la canción. Como los corazones de las personas no están hechos de piedra, es imposible no tener sentimientos, y muchas cosas no se dicen. Gou Chen-shanggong dio un largo suspiro: –– ¿Cuántas personas en este vasto mundo estarían dispuestas a abandonar un sueño perfecto sólo para salvar a otro? El mundo está lleno de guerras y matanzas incesantes. Si un arma sagrada cayera en manos inescrupulosas, la culpa sería mía, y cómo podría yo, el mismo creador de armas, perdonarme por los pecados de tales. De repente, el arsenal de armas sagradas se oscureció, y las partes que volaban por el aire dejaron de moverse. Una tenue luz vino desde lo alto, como si las estrellas de un cielo resplandeciente descendieran lentamente una a una, su luz iluminando el suelo. Susurró una voz intangible en el aire: ––Duerme... La luz suavemente translúcida parecía tener algún tipo de efecto hipnotizante. El cultivo de Shi Mei y Xue Meng era más bajo, y rápidamente se hundieron en el sueño. ––Duerme... Chu Wan Ning apretó los dientes y tercamente se obligó a resistir, pero el poder de un Dios fundador era insuperable, y al final fue incapaz de resistir la calma, y también cayó en un sueño. Dentro del arsenal de armas sagradas: Como reloj de arena de sangre, Mo Ran era el único que seguía despierto. La sangre brotaba cuando tosía. Al otro lado de la disminuida cascada, podía ver vagamente a los tres atrapados en sueños. Chu Wan Ning, Shi Mei y Xue Meng, todos dormidos. Escuchó las palabras de Gou Chen, y sabía que la única manera de romper el hechizo, y la única manera de salvarse, era que uno de ellos despertara a tiempo. Pero el tiempo pasó, su cabeza se mareó más y su cuerpo se sintió más frío, y nadie se despertó. Tal vez todo lo que se va vuelve; así fue como trató a Chu Wan Ning en la vida anterior, y ahora le tocó a él sentir cómo se le derramaba la sangre gota a gota. Qué risible. Entre ellos, ¿Quién podría abandonar el mejor sueño de su vida, sobre lo que más deseaban tener, sólo para venir a salvarlo? Xue Meng definitivamente no lo haría. Chu Wan Ning... no importa, no va a pensar en él. Si hay alguien, probablemente debería ser Shi Mei. Refunfuñó con estupor, pero ya había perdido demasiada sangre, y el control de su conciencia estaba empezando a decaer. Mo Ran bajó la cabeza y miró hacia abajo por debajo de sus pies. La sangre que había caído en el fondo del reloj de arena de cobre se mezcló con el agua que había en su interior, tiñendo el reluciente líquido de un rojo tenue. De repente se preguntó, si él también caía en la ilusión de Gou Chen, ¿Qué vería? ¿Soñaría con delicados y translúcidos Wontonss, la sonrisa amable de Shi Mei, el elogio y la aprobación de Chu Wan Ning, y la primera vez que llegó al Pico Sisheng, las flores Haitang a la deriva a través del cielo, transportadas por la brisa...? ––Mo Ran... Escuchó que alguien lo llamaba. La cabeza de Mo Ran seguía inclinada. Sentía que estaba a punto de desmayarse; tal vez ya estaba alucinando, escuchando cosas. ––Mo Ran. –– ¡Mo Ran! ¡No fue una alucinación! Levantó abruptamente la cabeza. Sus pupilas se contrajeron al ver quién lo llamaba. Su voz era casi ronca mientras lloraba: –– ¡Shi Mei! ¡Era Shi Mei! Aquel que despertó del sueño, que abandonó la perfección y renunció a la felicidad, quien, aun cuando todo era exactamente como deseaba, todavía se acordaba de él. Era Shi Mei... Viendo a esa persona frágil atravesar la cascada y caminar hacia él, Mo Ran de repente se sintió sofocado. ––Shi Mei... tú... No estaba seguro de qué decir. Mo Ran cerró los ojos, su voz ronca. –– Gracias... incluso en un sueño maravilloso, todavía... todavía te acuerdas de mí... Shi Mei vadeó el agua, sus ojos y cejas aún más negros contra su ropa empapada. Su mirada era gentil como la primera vez que Mo Ran lo vio, gentil como los incontables sueños en los que había aparecido en la vida pasada, gentil como la forma en que lo recordaba cuando todo su cuerpo se sentía frío y no tenía nada más a lo que apegarse. Shi Mei dijo: ––No seas tonto, por qué me lo agradeces. Sólo cuando se acercó, Mo Ran notó que sus pies sangraban. No sabía cuándo se había calentado el suelo; Gou Chen-shanggong parecía tener la intención de probar hasta qué punto una persona estaría dispuesta a ir por su compañero, y el hechizo del sueño fue seguido por un tormento despiadado. Las botas de Shi Mei ya habían sido quemadas. Si no caminaba, el suelo se quedaría como está, pero si insistía en caminar hacia adelante, cada paso iría acompañado de una oleada de llamas bajo los pies, no tan caliente como para que no pudiera moverse directamente, pero lo suficiente como para que se sintiera terriblemente agonizante. Pero esa persona gentil, claramente adolorida, sólo miró hacia abajo una vez antes de que su mirada se volviera aún más inquebrantable y caminó hacia Mo Ran, con un pie delante del otro. ––Mo Ran, aguanta un poco más. –– Él dijo. ––Te bajaré de ahí. Sus ojos se encontraron, y Mo Ran sabía que no tenía sentido decir "no vengas". Su mirada era demasiado decidida, demasiado persistente. Nunca antes había visto este tipo de expresión en la cara de Shi Mei. Si Mo Ran estuviera en un estado más tranquilo, seguramente lo habría encontrado extraño. Shi Mei siempre lo había llamado "A-Ran", ¿Cuándo lo había llamado Mo Ran? Estaba tan absorto en la bondad de Shi Mei hacia él que no se dio cuenta de que la persona que tenía delante no era Shi Mei, peroChu Wan Ning. La última técnica del viejo sauce se llamaba Corazón Arrancado. Este llamado Corazón arrancado fue un intercambio de corazón y espíritu entre dos personas. Cuando Chu Wan Ning se liberó del sueño y se despertó, descubrió que había cambiado de lugar con Shi Mei. La magia de Zhai Xin Liu había transferido su conciencia al cuerpo de Shi Mei, y probablemente viceversa. Pero Shi Mei permaneció dormido, y por eso no tenía ni idea de que había cambiado de cuerpo. Chu Wan Ning no tuvo tiempo de explicarlo, y Mo Ran, completamente inconsciente de la verdad, pensó que la persona que estaba ante él era realmente Shi Mei. Creía firmemente que Shi Mei definitivamente soportaría el dolor y llegaría hasta él, así como no pudo olvidar su bondad incluso a través de la muerte. Las personas eran criaturas obstinadas. Pero fue demasiado cruel. Cuando Chu Wan Ning finalmente llegó al reloj de arena de cobre y comenzó a subir por la imponente enredadera hacia Mo Ran, innumerables espinas diminutas y ardientes brotaron repentinamente de la enredadera. Chu Wan Ning fue tomado desprevenido, con las manos quemadas y perforadas a la vez. Intentó agarrarse y seguir escalando, pero el cuerpo y la cultivación de Shi Mei eran débiles, y las espinas le atravesaron la piel y la carne de sus manos mientras caía por las enredaderas. ––… Chu Wan Ning maldijo en voz baja, las cejas arrugadas por el dolor. ¡Este cuerpo inútil de Shi Ming Jing! Mo Ran: –– ¡Shi Mei! Chu Wan Ning cayó al suelo sobre sus rodillas, su piel quemándose instantáneamente donde tocó el suelo. Con las cejas fruncidas, se mordió el labio por costumbre y se negó a gritar. Esta clase de expresión se vería obstinada y feroz en su propia cara, pero en la suave y bella cara de Shi Mei, de alguna manera sólo era desgarrador. Después de todo, no podía compararse. ––Shi Mei... Mo Ran abrió la boca para hablar, pero las lágrimas rodaron hacia abajo. Su corazón se sentía como si estuviera siendo cortado con cuchillos. A través de su visión borrosa, observó ese cuerpo delgado y frágil, esa persona frágil, lentamente, poco a poco, trepando por las enredaderas. Las espinas le atravesaron las manos, las llamas quemaron su carne. Todo estaba teñido de escarlata, un rastro de manchas de sangre a su paso. Mo Ran cerró los ojos, la sangre burbujeaba en su garganta. Se ahogó, y cada palabra tembló: ––Shi... Mei... Esa persona estaba cerca ahora. Mo Ran vio un breve destello de dolor en sus ojos; realmente parecía tener mucho dolor, incluso la voz de Mo Ran parecía ser una especie de tormento para él. Su expresión era inquebrantable, pero esos ojos casi podían describirse como suplicantes. ––No me llames más. ––… ––Mo Ran, espera un poco más, te voy a bajar... de... ahí... Mientras hablaba, sus ojos brillaban con determinación, como el desenvainar de una espada, más allá de las palabras de ese rostro normalmente gentil. Las túnicas de Chu Wan Ning ondeaban mientras saltaba sobre el reloj de arena de cobre. Su cara estaba pálida y estaba de pie de forma inestable, casi al borde del colapso. Aparte de la subida y caída de su pecho, parecía poco diferente de los muertos. En ese momento, Mo Ran sintió que sería mejor para él desangrarse y morir que tener que sufrir así. Incluso su voz salió destrozada: ––Lo siento. Chu Wan Ning sabía que esta pena no era para él. Quería explicarlo, pero, mirando la espada azul plateada de Gou Chen-shanggong que sobresalía del pecho de Mo Ran, probablemente la espada era la fuente de energía espiritual para las enredaderas, le preocupaba que Mo Ran pudiera lesionarse más si lo explicaba, y por eso seguía fingiendo ser su "Shi Mei", preguntando: ––Mo Ran, ¿Confías en mí? ––Confío en ti. –– Sin dudarlo. Chu Wan Ning le lanzó una mirada desde debajo de sus pestañas y agarró la empuñadura; la espada estaba cerca de la arteria principal, el más mínimo deslizamiento podía costarle la vida a Mo Ran. ––… –– La mano de Chu Wan Ning tembló un poco donde se envolvía alrededor de la espada, y no se movió. Los bordes de los ojos de Mo Ran aún estaban rojos, pero de repente sonrió: ––Shi Mei. ––... Mn. Mo Ran: ––... Estoy a punto de morir. ––... No lo harás. ––Si estoy a punto de morir, ¿Puedo... puedo abrazarte? Lo dijo con tanta cautela, sus ojos brillando con humedad, que el corazón de Chu Wan Ning se ablandó a pesar de sí mismo. Pero, recordando que la persona en los ojos de Mo Ran era en realidad otra persona, esa suavidad se congeló instantáneamente de nuevo. De repente se sintió como el insignificante alivio cómico en el escenario de una obra de teatro, opacado detrás de las hermosas y fluidas mangas de la protagonista femenina, pasando totalmente desapercibido. En esta conmovedora y desgarradora narración, él era innecesario, no deseado. O tal vez su único uso era usar la fea cara del payaso y, con una sonrisa exagerada pintada, actuar como un florete para las alegrías y las penas, el amor y el odio de otras personas. Qué risible. Pero Mo Ran no sabía nada de lo que pensaba. Vio el parpadeo en los ojos de Chu Wan Ning y pensó que era la falta de voluntad de Shi Mei, y rápidamente dijo: ––Sólo por un momento. Un poco de tiempo es suficiente. Un suave suspiro, apenas audible. ––En realidad, yo... Mo Ran: –– ¿Qué pasa? ––... No importa.–– Chu Wan Ning dijo: ––No es nada. Se acercó, pero no demasiado, por miedo a golpear accidentalmente esa espada, y luego extendió la mano y suavemente envolvió un brazo alrededor del hombro de Mo Ran. Escuchó a Mo Ran susurrando a su oído: ––Shi Mei, gracias por despertarte, gracias por seguir recordándome incluso en ese sueño. Chu Wan Ning miró hacia abajo, las pestañas temblando como el aleteo de las alas de una mariposa, y luego sonrió levemente: ––Ni lo menciones. Una pausa, y luego dijo: ––Mo Ran. –– ¿Hm? Chu Wan Ning lo abrazó, acariciando su cabello, como si aún estuviera en un sueño, y suspiró suavemente, –– ¿Sabías que los sueños más maravillosos rara vez son reales? Luego se alejó, el abrazo rápido como el ligero toque de una libélula sobre el agua. Mo Ran levantó la vista. Realmente no entendía lo que Shi Mei quería decir; todo lo que sabía era que el breve abrazo era la bondad de Shi Mei hacia él, un caramelo dado por lástima. Dulce y agrio, un toque de acidez en la lengua. En el momento en que esa espada fue sacada, la sangre floreció en el aire como tantas flores Haitang sopladas de las ramas por un fuerte viento. Una agonía aguda le atravesó el pecho a Mo Ran. Pensó que estaba a punto de morir, y todo lo que no podía dejar ir inundó sus pensamientos al instante. De repente, soltó: ––Shi Mei, en realidad, siempre me has gustado. ¿Y tú...? Con el sonido de la espada cayendo al suelo, las enredaderas se disiparon en un instante, el tumultuoso flujo de agua cesó abruptamente, y el arsenal de armas sagradas regresó a su antigua tranquilidad. Siempre me has gustado. ¿Y tú...? El cuerpo de Mo Ran había alcanzado sus límites, y la oscuridad se apoderó de su visión. Un par de manos manchadas de sangre lo atraparon mientras caía en los brazos de Shi Mei. No sabía si estaba viendo cosas, pero las delgadas cejas de Shi Mei se unieron mientras cerraba lentamente los ojos, y una brillante humedad parecía deslizarse lentamente hacia abajo. Pareció escuchar a Shi Mei susurrar en voz baja: ––Yo también. Mo Ran: –– ¡! Debe estar viendo cosas, ¿Por qué otra razón Shi Mei se vería tan miserable mientras respondía? ––A mí también... me gustas. Finalmente incapaz de aguantar más, Mo Ran se hundió en la inconsciencia. CAPÍTULO 46: ESTE VENERABLE DESPIERTA. Cuando despertó, Mo Ran descubrió que todavía estaba dentro del arsenal de armas sagradas. Parecía haber estado dormido durante mucho tiempo, pero cuando abrió los ojos, se dio cuenta de que no había pasado mucho tiempo, de hecho, podría haber sido sólo un parpadeo. No sabía si era porque el hechizo se había roto con éxito, pero cuando se despertó, descubrió que estaba tendido en el suelo sin una sola lesión. Esa herida brutal, esa sangre sangrienta, eran sólo una pesadilla, sin dejar rastro en su cuerpo. Mo Ran estaba sorprendido y encantado a pesar de sí mismo, luego miró a Shi Mei. No sabía cuándo Shi Mei perdió el conocimiento, pero también estaba libre de cualquier daño. ¿Podría ser que después de pasar la prueba de Gou Chen-shanggong, Gou Chen no sólo rompió la ilusión, sino que también sanó todas las heridas que recibieron dentro de la ilusión? Aunque ahora que lo pensaba, Gou Chen-shanggong no tenía la intención de hacerles daño, así que esto era más apropiado para el objetivo inicial de probarlos. Aún así, Mo Ran no lo sentía real, y seguía sintiendo que apenas había escapado con vida. Entre los cuatro, él fue el primero en despertar. Luego, fue Shi Mei. Al ver que las pestañas de Shi Mei se abrían lentamente, Mo Ran se llenó de alegría y exclamó con entusiasmo: –– ¡Shi Mei! Estamos bien ¡Muy bien! ¡Rápido, mírame! Dentro de los ojos de Shi Mei hubo primero un destello de confusión, luego gradualmente se volvieron más lúcidos, y abrió los ojos abruptamente. – – ¿A-Ran? Tú... Antes de que terminara, Mo Ran lo envolvió en un fuerte abrazo. Shi Mei no pudo evitar sorprenderse, pero aún así le dio una palmadita en el hombro. –– ¿Qué te pasa...? ––Lamento haberte hecho sufrir tanto. Shi Mei estaba confundido. ––Bueno, no fue nada, sólo tuve un sueño, eso es todo. –– ¡Pero el dolor aún era real!–– Exclamó Mo Ran. ––... ¿Qué dolor?–– Shi Mei preguntó. Justo en ese momento, Xue Meng también se despertó, y quién sabe con qué soñó, pero gritó: –– ¡INSOLENTE RUFIÁN! ¡Te atreves a tocarme! –– Y se levantó. Shi Mei vio que estaba despierto y se acercó. ––Joven maestro. ––Huh... ¿Por qué eres tú? ¿Por qué estás aquí?–– Xue Meng pensó que todavía estaba en un sueño. Mo Ran estaba de muy buen humor, por lo que su actitud hacia Xue Meng también fue muy amable, y sonrió mientras daba cuenta de las cosas que sucedieron. Sólo entonces Xue Meng volvió a la realidad. ––Así que fue un sueño... Y yo que pensaba... Para ocultar su incomodidad, Xue Meng aclaró su garganta, y de repente descubrió que Chu Wan Ning, el más poderoso en la realidad todavía estaba dormido, aún no había despertado, y estaba asombrado a pesar de sí mismo. –– ¿Cómo es que Shizun no se ha despertado todavía? Se acercaron y examinaron las heridas de Chu Wan Ning. Dado que Chu Wan Ning ya estaba herido antes de que se activara la ilusión, y por el diseño de Gou Chen-shanggong, sólo las heridas sufridas dentro de la ilusión podían curarse, el hombro de Chu Wan Ning todavía estaba empapado en grandes cantidades de sangre, una visión impactante. Mo Ran suspiró: ––Esperemos un poco más y veamos. Tomó alrededor de un palo de incienso de tiempo antes de que Chu Wan Ning finalmente volviera en sí. Lentamente abrió sus ojos de fénix, y cuando despertó, sus ojos estaban vacíos y fríos, como si acabara de nevar pesadamente en una gruesa manta blanca. Pasó mucho tiempo antes de que sus ojos se movieran, y su mirada se posó en Mo Ran. Sin embargo, parecía ser como Xue Meng, y no había salido del estado de sueño en ese momento. Miró a Mo Ran, luego lentamente extendió la mano, su voz temblando. ––Tú... ––Shizun–– declaró Mo Ran. Oyendo a Mo Ran llamarlo así, la mano de Chu Wan Ning se detuvo en el aire, y un rastro de calor pareció finalmente aparecer en su rostro pálido, y sus ojos también se iluminaron de repente. ––Mn... –– ¡Shizun! Xue Meng empujó a Mo Ran a un lado y se lanzó hacia Chu Wan Ning, agarrando su mano. –– ¿Estás bien? ¿Te sientes mejor? Shizun, no te despertaste en mucho tiempo, ¡Iba a morir de preocupación! Cuando Chu Wan Ning vio a Xue Meng, se quedó un poco perplejo, y entonces la fina capa de niebla en sus ojos se desvaneció gradualmente. Cuando miró más de cerca a Mo Ran, vio que mientras el otro también miraba hacia atrás, sostenía la mano de Shi Mei con fuerza, sin soltarla ni un segundo. ––… Así, Chu Wan Ning se despertó completamente, su expresión se enfrió. Luego, como un pez en un estanque seco, murió completamente. Shi Mei preguntó con preocupación: ––Shizun, ¿Estás bien? ¿Te duele el hombro? Chu Wan Ning respondió tranquilamente: ––Estoy bien. No duele. Con la ayuda de Xue Meng, se levantó lentamente. Mo Ran estaba un poco confundido; Chu Wan Ning se había lastimado el hombro, así que, ¿Por qué dio un paso tan cauteloso cuando se levantó, como si fueran sus pies los que estaban lesionados? Mo Ran pensó que Chu Wan Ning no sabía lo que había sucedido en la ilusión anterior, y dio otro breve relato. Cuando Shi Mei escuchó el relato la primera vez pensó que algo no estaba bien, y ahora que volvió a escucharlo, se sintió aún más perplejo y dijo, incapaz de contenerse: ––A-Ran, ¿Dijiste que yo era el que te había salvado? ––Sí. Shi Mei se quedó en silencio por un momento y luego dijo lentamente: –– Pero yo... he estado soñando todo el tiempo antes, nunca me desperté. Mo Ran se sorprendió, y de inmediato se echó a reír: ––Deja de bromear. ––No estoy bromeando–– dijo Shi Mei ––Soñé... Soñé con mi madre y mi padre, que todavía estaban vivos. Ese sueño era demasiado real, no pensé... No creí que pudiera dejarlos atrás, de verdad... No había terminado antes de que oyeran a Chu Wan Ning decir rotundamente: ––Eso no es nada extraño. Gou Cheng probablemente borró tu memoria de rescatar a otros. De cualquier manera, ni yo ni Xue Meng lo salvamos, y como dijo que fuiste tú quien lo salvó, entonces fuiste tú. Shi Mei: ––… ––Si no, ¿Qué? ¿Piensas que Gou Chen tiene una forma de intercambiar las almas de las personas?–– Dijo Chu Wan Ning con frialdad. No había querido sufrir por nada, y originalmente había querido contarle la verdad a Mo Ran. También esperaba que Mo Ran se diera cuenta de que la persona dentro de la ilusión no era Shi Mei, sino él que había intercambiado corazones con Shi Mei. Sin embargo, la confesión de Mo Ran hacia Shi Mei al final para Chu Wan Ning, fue realmente demasiado vergonzoso. Cuando se despertó, miró los brillantes ojos negros de Mo Ran. Hubo un momento en el que Chu Wan Ning pensó, quizás en el corazón de Mo Ran, le importaba aunque fuera un poco. Una expectativa tan humilde; pasó mucho tiempo antes de que un pensamiento tan débil y vulnerable se atreviera a espiar en secreto. Pero todo estaba en su cabeza. La sangre que sangraba, las heridas que sufrió, Mo Ran no sabía nada de ellas, y tampoco había necesidad de que él lo supiera. Chu Wan Ning no era tonto. Incluso si Mo Ran no decía nada, era fácil ver cuánto apreciaba a esa persona tan amable y hermosa. Por qué Mo Ran lo miraría, parado en la esquina como una muñeca llena de polvo. Sin embargo, cuando escuchó a Mo Ran decir con sus labios "Siempre me has gustado", Chu Wan Ning sintió que había perdido por completo, una derrota miserable. Ese abrazo dentro de la ilusión, para Mo Ran, era una caridad otorgada por Shi Mei. Pero Mo Ran nunca sabría que ese abrazo era él otorgando caridad a otra alma lamentable. Chu Wan Ning nunca había creído que Mo Ran se enamoraría de él, así que hizo todo lo que pudo para suprimir sus sentimientos, sin intentar forzar su mano, sin causar ninguna molestia, sin tocarlo. Ese afecto temerario, esos enredos apasionados y obsesivos, sólo crecieron en el suelo de la juventud. Cuando era joven también esperaba que hubiera alguien que pudiera quedarse a su lado, brindando bajo la luna, pero esperó y esperó, y aún así esta persona nunca apareció. Más tarde, el tiempo pasó día a día, su nombre dentro del mundo de la cultivación subió cada vez más alto, y todo el mundo se detuvo ante la admiración, corriendo la voz de que era un personaje irrazonable. Era como si estuviera escondido en un capullo, y el tiempo giraba continuamente a su alrededor. Al principio todavía podía ver algo de luz desde el exterior filtrándose a través del capullo, pero año tras año, había más y más seda y el capullo se hacía más y más grueso, hasta el punto de que ya no podía ver la luz. Dentro del capullo sólo estaba él, y la oscuridad. No creía en el amor, no creía en los encuentros fortuitos, y ciertamente no quería ir detrás de nada. Si mordiera arduamente el capullo, cubriéndose de heridas, y saliera arrastrándose torpemente sin que nadie lo esperara al otro lado, ¿Qué haría él? Puede que guste de Mo Ran, pero este chico era demasiado joven, estaba demasiado lejos de su alcance y era demasiado ardiente. Chu Wan Ning no quería acercarse, no sea que un día fuera quemado hasta las cenizas por semejante llama. Por lo tanto, había tomado todos los caminos de retiro que había. No sabía lo que había hecho mal. Qué había hecho, que incluso un sueño tan pequeño se ahogara por la lluvia fría y tempestuosa. –– ¡Shizun, mira hacia allá, rápido! –– El grito de sorpresa de Xue Meng devolvió la mente de Chu Wan Ning, y su mirada siguió el sonido sólo para ver que el metal fundido rugiente estaba rodando una vez más en la pileta de fundición. El antiguo espíritu de sauce volvió a atravesar las aguas, rodeado de llamas. Sin embargo, los ojos del espíritu de sauce se volvieron hacia atrás, obviamente en un estado de locura. En sus manos, sostenía esa espada sagrada plateada y resplandeciente de Gou Chen-shanggong. –– ¡Corran! ¡Rápido! –– Ordenó Chu Wan Ning. No hubo necesidad de que repita; los discípulos inmediatamente corrieron hacia la salida. El manipulado espíritu de sauce levantó la cabeza hacia el cielo y gritó, las cadenas de hierro en todo su cuerpo sonaron ruidosamente, tintineando y haciendo ruido. Nadie había hablado, pero los cuatro escucharon una voz en sus oídos al mismo tiempo. ––Deténganlos, no escapará ni uno solo. Xue Meng gritó consternado: –– ¡Alguien está hablando en mis oídos! ––No le hagas caso–– respondió Chu Wan Ning. –– ¡Es la técnica de Zhai Xin Liu, Tentación del Corazón! ¡Sólo concéntrate en escapar! Ahora que lo dijo, todos los demás lo recordaron. Cuando Zhai Xin Liu aún estaba consciente, les había dicho una vez. La técnica de Tentación del Corazón utiliza la codicia y el deseo en el corazón de uno como cebo para obligar a las personas a matarse entre sí. Efectivamente, esa voz en los oídos de Chu Wan Ning siseaba. ––Chu Wan Ning, ¿No estás cansado? Estimado Zongshi, Yu Heng del Cielo Nocturno. Un personaje así, pero sólo puedes amar a escondidas a tu propio discípulo en secreto. Le has dado mucho, pero él lo dio todo por sentado. Nunca tuvo ojos para ti, sólo le gusta ese pequeño y hermoso Shige. Que lamentable. La cara de Chu Wan Ning era muy oscura. Ignoró completamente el ruido en sus oídos y continuó corriendo hacia la salida. ––Ven a mi lado, toma esta Espada Ancestral, mata a Shi Mei, y nadie se interpondrá entre ustedes dos. Ven a mi lado, puedo ayudarte a lograr tu deseo, tener a tu amado amor sólo para ti. Ven a mi lado... Chu Wan Ning gritó con furia: –– ¡Qué desgraciado, vete al infierno! Obviamente, todos los demás habían escuchado los diferentes términos que la voz proponía, y aunque su ritmo se había ralentizado, aún podían luchar contra las tentaciones. Cuanto más se acercaban a la salida, más Zhai Xin Liu parecía enloquecer, y los aullidos en sus oídos prácticamente se estaban volviendo retorcidos. –– ¡PIÉNSALO! ¡UNA VEZ FUERA DE ESTA PUERTA, NUNCA HABRÁ OTRA OPORTUNIDAD! –– Las voces dentro de los oídos de todos eran diferentes, gritando fuertemente. CHU WAN NING, CHU WAN NING, ¿REALMENTE ESTARÁS SOLO POR EL RESTO DE TU VIDA? MO WEI YU, SÓLO YO SÉ DÓNDE ESTÁ LA PÍLDORA DE LA RESURRECCIÓN, VEN A MI LADO, DÉJAME DECIRTE... SHI MING JING, ¡CONOZCO EL DESEO EN LO MÁS PROFUNDO DE TU CORAZÓN, SÓLO YO PUEDO AYUDARTE! XUE ZI MING, ¡EL ARMA SAGRADA QUE HAS ELEGIDO ES FALSA! SÓLO QUEDA UN ARMA FORJADA POR GOU CHEN SHANGGONG EN EL LAGO JIN CHENG. ¡REGRESA, Y ESTA ESPADA ANCESTRAL TE PERTENECERÁ! ¿No QUERÍAS EL ARMA DE LOS DIOSES? ¿No QUIERES SER EL QUERIDO DE LOS CIELOS? ¡SIN UN ARMA SAGRADA NUNCA PODRÁS COMPETIR CON NADIE MÁS! VEN A MI LADO... –– ¡XUE MENG! –– Mo Ran de repente descubrió que su primo que corría a su lado había desaparecido. Giró la cabeza y vio que los pasos de Xue Meng se estaban desacelerando hasta que finalmente se detuvo, mirando hacia atrás para contemplar esa espada sagrada de color azul plateado que flotaba arriba y abajo en la pileta de fundición. El corazón de Mo Ran se estremeció. Sabía lo obsesionado que estaba Xue Meng con las armas sagradas. Cuando este bastardo descubrió que el arma que recibió era falsa, debió estar muy deprimido. Zhai Xin Liu tentándolo con la Espada Ancestral realmente fue la mejor táctica. –– ¡Xue Meng, no le creas, no te vayas! Shi Mei intervino también. ––Joven maestro, vamos, ¡Ya casi estamos en la salida! Mirando perdido, Xue Meng volvió la cabeza hacia atrás y los miró mientras los ecos de los ruidos se volvían aún más encantadores: ––Están celosos de ti, no quieren que tengas un arma sagrada. Piensa en Mo Wei Yu; él ya ha ganado su arma, por supuesto que preferiría que no tuvieras nada. Ustedes dos son hermanos, pero si no eres el mejor, entonces la honrosa posición de líder del Pico Sisheng caerá naturalmente en sus manos. Xue Meng murmuró: ––Cállate. Ante él, Mo Ran parecía estar gritándole algo con ansiedad, pero no podía oír con claridad, y sólo podía abrazar su cabeza y gritar repetidamente: –– ¡CIERRA LA BOCA! ¡CALLATE! ––Xue Zi Ming, ya no hay más armas adecuadas para ti en el arsenal de armas sagradas. Si te pierdes la Espada Ancestral, sólo podrás someterte a la servidumbre de Mo Wei Yu en el futuro. Cuando llegue ese momento, él será tu maestro, debes arrodillarte ante él, obedecer todas sus órdenes. ¡Piensa que si lo matas, nada de eso sucederá! El fratricidio no es infrecuente a lo largo de la historia, ¡Y sólo es tu primo! ¿Qué hay que dudar? Ven... permíteme darte la espada... –– ¡XUE MENG! –– ¡JOVEN MAESTRO! Xue Meng dejó de luchar de repente, y sus ojos se abrieron de par en par, con las pupilas rojas. ––Ven a mi lado... Tú eres el querido por los cielos... Eres digno de liderar un ejército de millones... Chu Wan Ning gritó con fuerza. –– ¡XUE MENG! ––Ven... Sólo cuando te conviertas en el líder del Pico Sisheng, el mundo de la cultivación inferior conocerá la paz... Piensa en aquellos que sufren, piensa en toda la injusticia que todos ustedes sufrieron... Xue Zi Ming, déjame ayudarte... Sin quererlo, Xue Meng ya se había presentado ante la burbujeante pileta de fundición, y el espíritu de Zhai Xin Liu presentó la Espada Ancestral de Gou Chen-shanggong, el blanco de sus ojos estaba repleto de venas de sangre. ––Muy bien. ¡Toma esta espada y ve a detenerlos! Xue Meng levantó lentamente su temblorosa mano, y cogió esa espada sagrada azul plateada. ––Mátalos. ––Mata a Mo Wei Yu. ––Ve... ¡AAAAHHHHH! Xue Meng sacó abruptamente la larga espada, una espléndida flor de acero en su mano. Se balanceó hacia atrás y golpeó rápidamente, el hermoso rostro del querido por los cielos se reflejaba brillantemente en el aura espiritual de la Espada Ancestral, y, iluminado por el brillo de la espada, sus ojos eran más claros y brillantes que nunca antes, y no estaban inundados en absoluto de sed de sangre. Ese golpe no estaba dirigido a Mo Ran, sino que se lanzó directamente hacia el cuerpo de Zhai Xin Liu, atravesando su abdomen. Instantáneamente, la tierra tembló, y el antiguo sauce se sacudió. El hechizo se rompió y el interior del arsenal de armas sagradas comenzó a quebrarse y colapsar. Xue Meng jadeó ásperamente; había usado todo lo que tenía para liberarse del encantamiento. Miró a Zhai Xin Liu, su joven cara llena de determinación juvenil e inocencia. En esos ojos brillantes brillaban tanto el orgullo como la ingenuidad. El polluelo fénix no sólo estaba hecho de principios marciales. ––No me confundas, y ni siquiera pienses en dañar a alguien más. Xue Meng jadeó cuando terminó de hablar, ¡Y rápidamente arrancó la larga espada! En un instante, hubo un estallido del astringente hedor a sangre de Zhai Xin Liu, y al caer en la muerte, su conciencia regresó a su cuerpo, y la energía resentida dentro de él se dispersó completamente. Agarrando su pecho, estabilizó arduamente su cuerpo caído, levantó su cara, abrió y cerró su boca, y aunque no había voz, la forma de sus labios era fácil de interpretar. ––Gracias... por... detenerme... El cuerpo original de Zhai Xin Liu era un espíritu antiguo, emparejado en poder con la Espada Ancestral, y cuando los dos se enfrentaron, ambos sufrieron una grave pérdida. La Espada Ancestral en la mano de Xue Meng también perdió su aura espiritual, oscureciendo y debilitándose. De repente, el espíritu del sauce de un millón de años disipó su forma. En un instante, millones de destellos se esparcieron por las aguas, y como luciérnagas, bailaron y dieron vueltas alrededor de ellos, revoloteando y fluyendo, los destellos dorados brillaron, hasta que finalmente se desvanecieron, sin ser vistos. ––Joven maestro, venga aquí, ¡Rápido! ¡Este lugar va a colapsar! –– Shi Mei llamó. La tierra temblaba, no podían quedarse mucho tiempo. Xue Meng miró hacia atrás y dio una última mirada al arsenal de armas sagradas, y luego, con un sonido metálico, lanzó la Espada Ancestral destruida, dejándola atrás. Y detrás de él, ladrillos y tejas se derrumbaron como el choque de una avalancha. CAPÍTULO 47: ESTE VENERABLE SIENTE COMO SI ALGO ESTUVIERA APAGADO. Chu Wan Ning resultó herido y los otros tres estaban agotados, así que una vez que llegaron al corredor fuera del arsenal, Chu Wan Ning les ordenó que descansaran un poco. Nadie habló durante un rato, ya sea de pie o sentados mientras inspeccionaban las lesiones en sí mismos o en otra persona, recuperando su fuerza. Excepto por Xue Meng, quien estaba despistado con la cabeza inclinada, perdido pensando en algo. Mo Ran murmuró: ––Xue Meng... Xue Meng no prestó atención a nadie más, sólo caminó rígidamente para pararse ante Chu Wan Ning, levantó la vista, y cuando abrió la boca, su voz era como un cristal roto. ––Shizun. Mirándolo, Chu Wan Ning sintió la necesidad de acariciar su pelo revuelto, pero al final se las arregló para empujarlo hacia atrás. ––El arma sagrada que elegí antes, ¿Era falsa? Chu Wan Ning estaba en silencio. Los bordes de los ojos de Xue Meng se volvieron aún más rojos y sus ojos se volvieron inyectados en sangre. Si no fuera por su orgullo y su terquedad que lo sostienen, probablemente las lágrimas habrían empezado a caer en el acto. –– ¿Significa esto que nunca podré tener un arma sagrada? Chu Wan Ning cerró los ojos con un suspiro. El pasillo estaba en silencio, salvo por la clara voz de Chu Wan Ning. ––... Niño tonto. Un sólo "niño tonto", dijo en un suspiro de impotencia, y lo último de la racionalidad de Xue Meng se desmoronó. Incapaz de aguantar más tiempo, se lanzó a los brazos de Chu Wan Ning y, aferrado a su cintura, empezó a llorar. ––Shizun... Shizun... El no poder obtener un arma sagrada del Lago Jin Cheng equivalía a perder las calificaciones de uno para elevarse en el mundo de la cultivación, y renunciar a la posibilidad de estar siempre en la cima. Todos estaban bien conscientes de esto; Los poderes de un mortal eran finitos, sin un arma sagrada, por más fuerte que fuera, una persona todavía estaba limitada por su cuerpo de carne y hueso. Los jóvenes maestros de las sectas en el reino de la cultivación superior más o menos todos tienen armas sagradas transmitidas por sus predecesores. Estas armas, aunque no fueran completamente compatibles con su energía espiritual, eran todavía considerablemente poderosas. Sólo Xue Meng, ya que Xue Zheng Yong y su hermano habían empezado de cero, nunca recibió un arma sagrada del Lago Jin Cheng. Y así, cuando eligió blandir la Espada Ancestral contra Zhai Xin Liu en la destrucción mutua, fue lo mismo que renunciar a sus ambiciones de elevarse por encima de todo. Chu Wan Ning no preguntó nada, y no dijo nada más, sólo sostuvo a Xue Meng y le acarició el pelo mientras él lloraba. Xue Meng creció mimado, nunca sufrió realmente ninguna injusticia; pasó todos sus días pavoneándose arrogantemente, y nunca había llorado desde que era lo suficientemente mayor para recordar. Pero ahora mismo, las lágrimas se derramaban por su rostro juvenil, y todas sus palabras salían rotas, como el arma sagrada que nunca tendría, como las aspiraciones de corazón de león que una vez pensó que eran algo seguro, todo eso se hizo añicos. ––Xue Meng.–– Chu Wan Ning sostuvo al discípulo en sus brazos, consolándolo. Las olas en el fondo del lago ondularon entre la capa blanca de Chu Wan Ning y su largo cabello negro como la tinta. En ese instante, Mo Ran sólo pudo ver su fina cortina de pestañas bajando sobre los fragmentos de luz suave que había debajo. Luego las olas se elevaron, revolviendo el cabello y la ropa, y ya no podía ver el rostro de Chu Wan Ning claramente en la tenue luz. Sólo lo escuchó decir: ––No llores, ya eres genial. Su voz no era muy suave, pero al salir de la boca de Chu Wan Ning, las palabras eran indescriptiblemente suaves. Dentro del corredor, todo el mundo se quedó en silencio mientras cada uno moraba en sus propios pensamientos. Mo Ran se apoyó en la fría pared, viendo a Chu Wan Ning sostener a Xue Meng, palmeando su hombro, y su corazón se sintió pesado. Este viaje al Lago Jin Cheng. Llegaron frescos y energizados. Pero los dejó cargados de heridas. Xue Meng había sido el querido por los cielos durante quince años. Bien considerado y de alto espíritu. Pero en el lapso de un día, todo se derrumbó. A partir de ahora, tendrá que usar el resto de su larga vida para tratar de olvidar estos quince años de gloria de vanguardia. Cuando escaparon del arsenal, vieron a Zhai Xin Liu colapsar lentamente en la pileta, como un antiguo coloso finalmente agotado, como la muerte de un gentil gigante, la desaparición del propio sol. El resto de los tritones se dispersaron de miedo. El arsenal de armas sagradas de millones de años de antigüedad fue destruido en un instante. El árbol celestial cayó con un estruendo ensordecedor, desencadenando una marea en el Lago Jin Cheng. Enfrentados al enorme remolino resultante, los tritones se transformaron de nuevo en sus grandes formas originales en un intento por capear la tormenta; El lago Jin Cheng se llenó instantáneamente de escamas brillantes, con poco espacio para los simples mortales. Mo Ran gritó: –– ¡No podemos salir de esta manera! Justo cuando dijo eso, una cola gruesa de dragón de mar se estrelló. Mo Ran se apartó rápidamente y apenas logró esquivarlo. De repente apareció un dragón negro, más grande que todos los demás, con escamas negras y brillantes de color dorado. Mo Ran, sorprendido: –– ¿¡Wang Yue!? Wang Yue dejó escapar un fuerte rugido, y el mudo dragón de repente habló, con una voz baja como la campana de un gran reloj: ––Suban a mi espalda; con la destrucción de Zhai Xin Liu, el Lago Jin Cheng pronto lo seguirá. ¡Rápido! ¡Los sacaré de aquí! Al no tener otras opciones, sólo podían hacer lo que se les había ordenado, incluso sin saber si Wang Yue era amigo o enemigo. Wang Yue, cargando a los cuatro, surgió a través de las peligrosas olas llenas de miles de dragones, las aguas dividiéndose a su paso. –– ¡Agárrense fuerte! Fue la única advertencia que recibieron antes de que el antiguo dragón saliera del agua y se elevara a los cielos. La presión los golpeó como una tonelada de ladrillos, el flujo del agua como mil caballos galopando contra sus cuerpos. No podían abrir los ojos, apenas podían respirar, aferrándose desesperadamente a la espalda del dragón con todas sus fuerzas para no ser arrojados de nuevo al lago. Cuando pudieron abrir sus ojos de nuevo, ya estaban en lo alto del Lago Jin Cheng, volando a través de las nubes en la cima del Pico XuYing. Gotas de agua salieron volando de las grandes escamas como espejos de dragón, y el rocío se convirtió en incontables destellos de luz que se materializaron en un arco iris en el cielo. Wang Yue levantó su cabeza en un rugido mientras el color bañaba la tierra. Mo Ran escuchó la voz de Xue Meng desde detrás de él contra el fuerte vendaval, lleno de emoción. Realmente era joven, después de todo, se distrajo fácilmente de sus preocupaciones. –– ¡Oh Dios mío! ¡Estoy volando! ¡En un dragón! Wang Yue voló en círculos sobre el Pico XuYing, disminuyendo gradualmente de tamaño mientras descendía, hasta aterrizar en la orilla del Lago Jin Cheng a menos de la mitad de su tamaño original para no aplastar las rocas y la flora de los alrededores, y permaneció en silencio en su lugar mientras desmontaban. Se volvieron para mirar hacia el Lago Jin Cheng, sólo para ver la gruesa capa de hielo derretida, las olas agitando y esparciendo fragmentos de hielo. La primera luz del amanecer coloreó los cielos del este con un blanco puro, la luz del sol se derramó en el Lago Jin Cheng, resplandeciendo brillantemente. De repente, Shi Mei gritó: –– ¡Mira a los dragones en el lago! Los dragones retorciéndose y enrollándose en el lago, subiendo y bajando con las olas, gradualmente dejaron de moverse y luego se desmoronaron, uno tras otro, convirtiéndose en muchas motas de polvo, y piezas negras de ajedrez flotaron desde el lago, reuniéndose en el aire. Mo Ran murmuró: ––Formación de Ajedrez Zhen Long... Todo en el lago, desde los dragones de mar hasta el propio Zhai Xin Liu, estaba bajo el control de la Formación de Ajedrez Zhen Long. ¡Todo fue un combate creado por alguien que se escondía en las sombras! Mo Ran se estremeció. Algo estaba mal con esta era renacida; ciertas cosas sucedieron antes de lo que deberían haber sucedido sin razón aparente. Cuando tenía dieciséis años en la vida anterior, definitivamente no había nadie que pudiera dominar la Formación de Ajedrez Zhen Long tan bien. ¿Quién era este falso Gou Chen? Xue Meng gritó: –– ¡Wang Yue! Mo Ran se dio la vuelta, sólo para ver a Wang Yue agachado en el suelo sin moverse. No había ninguna pieza de ajedrez negra en su cuerpo, pero parecía extremadamente débil, con los ojos medio cerrados. ––Ustedes... hicieron bien... es mucho más preferible que se destruya el Lago Jin Cheng de nuestro Estimado Dios Gou Chen, que... que caiga en manos de un villano... Cuando terminó de hablar, todo su cuerpo repentinamente comenzó a brillar dorado, y cuando la luz se disipó, había tomado forma humana. –– ¿¡Fuiste tu!? Mo Ran y Xue Meng exclamaron simultáneamente. El Wang Yue que tenían ante ellos era el mismo viejo tritón de pelo blanco de antes que los había llevado al arsenal de armas sagradas. Wang Yue levantó la cabeza, un indicio de culpa en sus ojos. ––Fui yo. Xue Meng se sorprendió: ––T-Tú, ¿Por qué nos llevaste al arsenal? ¿Quieres ayudarnos o hacernos daño? Si es daño, entonces ¿Por qué nos trajiste a tierra? pero si quieres ayudar, entonces si no hubiéramos pasado el juicio de Zhai Xin Liu, no tendríamos... Wang Yue miró hacia abajo, con voz ronca: ––Por favor, acepta mis disculpas. Siendo las circunstancias lo que eran, no había nada más que pudiera hacer. El propio cultivo del falso Gou Chen es insuficiente, y confió totalmente en el poder espiritual de Zhai Xin Liu para ejercer la técnica prohibida. La única forma de disipar su magia era vencer a Zhai Xin Liu. No tuve más remedio que depositar mi esperanza en ustedes cuatro. Chu Wan Ning sacudió levemente la cabeza, caminó hacia él y comenzó a canalizar la energía espiritual para curar sus heridas. Wang Yue dio un largo suspiro: ––Daozhang es amable, pero no hay necesidad. Es mi momento. Soy igual que las otras criaturas del lago, viviendo de la energía espiritual de Zhai Xin Liu, y ahora que ha caído, no tardaré mucho en dejar este mundo. Chu Wan Ning: ––… Continuó Wang Yue: ––El orden de la vida y la muerte no puede ser alterado. Haber vivido para ver la pesadilla del Lago Jin Cheng rota, mi deseo ya se ha cumplido. Pero estoy terriblemente arrepentido por haberlos involucrado en los peligros. Chu Wan Ning dijo: ––No importa... ¿Sabes quién es el impostor y qué quiere? Wang Yue contestó: ––No sé quién es, pero su objetivo es obtener el poder de Zhai Xin Liu para dominar las tres técnicas prohibidas. Murmuró Chu Wan Ning: ––Las técnicas prohibidas requieren una increíble cantidad de energía espiritual, de hecho sería mucho más fácil con la ayuda de un espíritu antiguo de árbol. ––Sí, esa persona dijo lo mismo. Dijo que los espíritus antiguos son inmensamente poderosos pero extremadamente difíciles de encontrar. El único que se puede rastrear de los registros antiguos era Zhai Xin Liu. Apareció hace poco, y desde que tomó el control del Lago Jin Cheng, pasó todo su tiempo en el fondo del lago, usando el poder de Zhai Xin Liu para practicar las técnicas prohibidas de Renacimiento y la Formación de Ajedrez Zhen Long. Wang Yue suspiró, sus ojos algo vacíos y apagados. Mo Ran sintió caer su corazón. Seguramente, este viaje al Lago Jin Cheng fue completamente diferente al de la vida pasada, y todos los cambios ocurrieron no hace mucho tiempo. ¿Qué salió mal para que todo cambiara de rumbo? ––Él no tenía la fuerza para controlar a las criaturas vivientes, por lo que mató a innumerables criaturas en el lago y trató de controlar a los muertos en su lugar. Lo consiguió, y en unas pocas semanas, masacró a casi todas las criaturas en el lago y las convirtió en piezas de ajedrez. Dejó sólo unos pocos vivos para experimentar, siendo yo uno de ellos. Mo Ran preguntó: ––Cuando saliste del agua para encontrarte conmigo, ¿Estabas siendo controlado por el falso Gou Chen? ––No.–– Wang Yue cerró los ojos lentamente. ––Puede que sea capaz de controlar a los demás, como el espíritu del zorro o incluso Zhai Xin Liu, pero no puede controlarme a mí. Soy una bestia espiritual domesticada por el estimado Gou Chen en la creación del mundo, hace milenios. Cuando me sometí a ser su corcel, me marcaron con su sello, para ser leal a un sólo maestro en la vida y en la muerte. ––Entonces, ¿Por qué...? ––Era una actuación, no tenía elección. –– Wang Yue suspiró: ––El intruso no pudo controlarme completamente, pero la marca del estimado Gou Chen tiene millones de años de antigüedad, su efectividad es una mera fracción de la original. Una parte de mi cuerpo cayó bajo la influencia del falso Gou Chen, la razón por la que me quedé mudo en nuestra primera reunión fue porque esa persona tenía el control de mi garganta, sólo cuando su magia se disipó fui capaz de hablar de nuevo. Mo Ran preguntó: –– ¿Ese Gou Chen falso sabía que estabas fingiendo? ––Lo dudo. –– Wang Yue miró a Mo Ran mientras hablaba. ––Había planeado tomar tu núcleo espiritual hoy para extender la vida de Zhai Xin Liu. Pero no anticipó que los llevaría al arsenal de armas sagradas para destruir al sauce antiguo, y no tomó ninguna precaución contra mi interferencia. Pero Chu Wan Ning de repente habló: ––Tal vez no es que no haya tomado precauciones contra ti, sino que no tuvo la fuerza suficiente para hacerlo. –– ¿Qué significa Daozhang? Chu Wan Ning dijo: ––Hay algo más que es extraño en el farsante. CAPÍTULO 48: EL VIEJO DRAGÓN DE ESTE VENERABLE. Ahora que lo mencionó, Mo Ran no pudo evitar estar de acuerdo. Shizun tenía razón. Había un ligero olor en el Gou Chen falso. Mo Ran pensó que sólo lo estaba imaginando, pero como Chu Wan Ning también lo notó, entonces no podía haber error. El olor de la muerte. Este Gou Chen-shanggong no sólo no era el dios mismo, ¡Ni siquiera era una persona viva! En otras palabras, el que estaba detrás de todo esto estaba tirando de los hilos de un cadáver vestido como el Dios de las Armas. El verdadero titiritero ni siquiera estaba aquí. Sus pensamientos fueron interrumpidos por una baja y dolorida risa desde la dirección del Lago Jin Cheng. Inmediatamente después, un cuerpo mortalmente pálido salió del agua como una flecha cuando el falso Gou Chen saltó al aire. Pero tanto su apariencia como su comportamiento se habían vuelto aterradores, su piel arrugada como una serpiente en medio de la muda, o un gusano de seda tratando de atravesar su capullo. ––Yu Heng del Cielo Nocturno, el Inmortal Bei Dou. Chu-zongshi, realmente haces honor a tu nombre. El falso Gou Chen flotaba sobre el agua cristalina del lago, su cara retorciéndose en una especie de sonrisa retorcida incluso pedazos se desprendían. –– ¿Cómo es que la Secta Ru Feng dejó que alguien como tú se escurriera de entre sus dedos en ese entonces? La voz de Chu Wan Ning era fría: –– ¿Quién eres exactamente? ––No necesitas saber quién soy.–– El falso Gou Chen dijo: ––Y tampoco te diré quién soy yo. Puedes pensar en mí como alguien que debería haber muerto hace mucho tiempo, pero que se arrastró fuera del infierno sólo para quitarles la vida a los tipos honrados y honorables. Rugió Wang Yue: –– ¡Desvergonzado! ¡Zhai Xin Liu ha sido destruido! Sólo con tu fuerza, sin la ayuda del árbol sagrado, no tienes forma de usar las técnicas prohibidas, o de llevar a cabo más transgresiones. El falso Gou Chen se mofó: ––Vieja anguila, en tu último aliento aún tratas de interponerte en mi camino. ¿Qué te hace pensar que tienes derecho a hablar aquí? ¡Piérdete! De repente, Chu Wan Ning habló: –– ¿Y crees que tú, como pieza de ajedrez blanca, tienes derecho a hablar? La "pieza de ajedrez blanca", como su nombre lo indica, es un tipo especial de pieza en la Formación de Ajedrez Zhen Long. El usuario puede colocar una porción de su alma en un cuerpo recién fallecido y fusionarlos para formar una pieza de ajedrez que sea blanca como el jade puro. La "Pieza de ajedrez blanca" era diferente de la común "pieza de ajedrez negra" que simplemente obedecía órdenes. En otras palabras, una pieza de ajedrez blanca era un sustituto para el usuario; además de tener un poder espiritual más débil que el original, podían pensar y actuar independientemente, y las cosas que veían y escuchaban podían ser transmitidas al usuario original. La identidad del falso Gou Chen fue expuesta, pero su reacción fue reír y aplaudir: –– ¡Muy bien, muy bien! ¡Bien! Después de los tres gritos de "bien", la cara del falso Gou Chen se volvió aún más rota y distorsionada. Parecía que el hechizo estaba llegando a su fin y no podía sostener la pieza de ajedrez blanca durante mucho más tiempo, y la forma original del cadáver estaba empezando a aparecer. ––Chu Wan Ning, no seas tan engreído. ¿Realmente crees que esto me detendrá? Incluso si Zhai Xin Liu fue destruido, mi original siempre puede encontrar otras fuentes de energía espiritual. Pero tú, por otro lado... Mientras hablaba, sus ojos, cada vez más tenues y desenfocados por segundo, de repente pasó junto a Chu Wan Ning para aterrizar junto a Mo Ran con intenciones maliciosas. ¡Mo Ran fue golpeado por una repentina ola de aprensión! El falso Gou Chen dijo lentamente, burlonamente: ––Si crees que soy el único en este mundo que conoce las tres técnicas prohibidas, me temo que no te quedará mucho tiempo de vida. Chu Wan Ning bajó las cejas frunciendo el ceño y preguntó severamente: –– ¿Qué quieres decir con eso? Pero el falso Gou Chen de repente dejó de hablar. Se congeló y luego explotó en pedazos malolientes, una pieza de ajedrez de color blanco jade salió de su cuerpo y giró en el aire, retro iluminada por el sol naciente, antes de caer en el Lago Jin Cheng con un golpe. Parecía que el titiritero en las sombras, habiendo perdido la ayuda de Zhai Xin Liu, había agotado su energía espiritual. Simultáneamente, Wang Yue, que también dependía de la energía espiritual de Zhai Xin Liu para sobrevivir, se tambaleó y cayó al suelo con un ruido sordo. Murmuró: ––Ah... Xue Meng soltó un grito de asombro: –– ¡Wang Yue! Mo Ran también exclamó: –– ¡Wang Yue! Los cuatro se reunieron alrededor del viejo dragón. Wang Yue apenas se sostenía, sus labios eran incoloros. Los miró y habló con voz ronca como el sol poniente. ––No... no crean las tonterías de esa persona. Había más... más mentiras que verdades en sus palabras... La cara de Shi Mei estaba llena de preocupación y tristeza, dijo suavemente: ––Anciano, por favor, no hables más y déjame curarte. ––No, no es necesario. Si ni siquiera tu maestro pudo hacerlo... entonces... tú... ––Wang Yue tosió varias veces y luego dijo, jadeando: ––En estos años, muchos vinieron en busca de armas. Pero... cuando ese villano vino, Zhai Xin Liu no quería que las armas sagradas dejadas por su maestro fueran usadas por él, y así las destruyó a todas. Las únicas que quedaban... eran... eran una vid de sauce igual a él en poder, y la, la espada del estimado Dios... Ante esta mención, la expresión de Xue Meng se oscureció, su boca se quedó sin palabras en una delgada línea. ––La vid de sauce... fue para este joven Daozhang. –– Wang Yue miró a Mo Ran: ––Ese día, a orillas del lago, te dije que aunque fueras malvado en el pasado, no te detendría, y que sólo puedo esperar que busques la bondad en el futuro... pero en realidad... en la realidad, siguiendo los deseos de mi maestro, las armas sagradas deberían pertenecer sólo a los virtuosos. Por eso, espero que tú... que tú... Mo Ran vio que ya le resultaba difícil hablar, y así interrumpió: ––No te preocupes, anciano, lo entiendo. El tritón murmuró: ––Eso es bueno... eso es bueno... entonces puedo... descansar tranquilo... Miró hacia el cielo, sus labios temblando un poco. ––Se dice que cuando uno va al Lago Jin Cheng en busca de un arma, una criatura del lago... hará una petición. La mayoría de esas peticiones... eran para medir el carácter moral del buscador, pero había excepciones ocasionales... La voz de Wang Yue se hizo más tranquila y silenciosa, decenas de miles de años revoloteando ante sus ojos como una linterna de tiovivo. ––Tenía un acuerdo con mi maestro; cuando se fuera, yo debía quedarme y vigilar el Lago Jin Cheng, sin salir... pero quién iba a saber que estaría vigilando durante milenios y milenios... las vistas que contemplaba en mi juventud, las montañas y los ríos... nunca llegué a... volver... a ver... otra vez... Giró lentamente su cabeza para mirar a Mo Ran, sus ojos parpadeando con una cálida humedad. En ese instante, Mo Ran de repente supo lo que estaba a punto de decir. En efecto, dijo en voz baja Wang Yue: ––Joven Daozhang, las flores de ciruelo en la cintura de la montaña florecen espléndidamente durante todo el año, me gustaban mucho cuando era joven. Aunque ya tengas tu arma sagrada, ¿Estarías dispuesto a...? Mo Ran estaba a punto de decir, sí, iré a buscarte una rama. Pero antes de que pudiera decir que sí, la luz en los ojos dorados de Wang Yue se apagó abruptamente. Jiang Nan tiene poco más, que un regalo de primavera en forma de una rama en flor. Los picos nevados se elevaban majestuosamente en la distancia, brillando como el oro bailando resplandeciente en la superficie del lago mientras el sol naciente bañaba las aguas con su luz de color rojo, las olas y las brisas rompían los rayos para convertirlos en un carmesí resplandeciente. Wang Yue había fallecido. Él fue uno de los primeros dragones en la creación del mundo, una vez había sido poderoso y estremecedor, una vez se había inclinado en la servidumbre y había llevado a su maestro a todos los rincones del mundo. Todo el mundo dijo que la marca forzó su sumisión, pero fue por respeto a Gou Chen que mantuvo su promesa de milenios. En este vasto mundo, quedaban pocos que recordaban la fundación del mundo. Pero Wang Yue sabía que aunque el verdadero Gou Chen-shanggong tenía sangre demoníaca corriendo por sus venas, su madre fue tomada en contra de su voluntad; aborrecía a los demonios, y estaba con Fu Xi en contra de la invasión demoníaca, usando su poderosa sangre demoníaca para forjar la primera y verdadera espada del mundo para Fu Xi, y ayudándole a expulsar a la raza demoníaca de la tierra. Pero después de la unificación del cielo y la tierra, Fu Xi albergó recelos y resentimientos hacia Gou Chen-shanggong debido a su sangre mitad demonio. Gou Chen-shanggong no era tonto; cien años después, se excusó del reino de los dioses por su propia voluntad, y llegó al reino de los hombres. Durante su viaje, vio el sufrimiento y la matanza sin fin. Sentía que no debía haber traído la "espada" a la existencia, y estaba lleno de remordimientos. Así que reunió gran parte de las armas que había dejado en el reino humano, las selló en el arsenal del Lago Jin Cheng, plantó a Zhai Xin Liu como guardián, e instruyó a las criaturas en el lago que de los que venían a buscarlas, sólo los virtuosos eran dignos de obtenerlas. Pero ahora, Gou Chen ya no estaba, y Wang Yue había muerto. De ahora en adelante no habrá más armas sagradas dentro del Lago Jin Cheng, ni más tritones. Todos los pecados y el arrepentimiento, la distorsión y la dedicación, con la estruendosa caída de Zhai Xin Liu, se habían esparcido como humo y cenizas. Por un momento, nadie habló. En la feroz tormenta de nieve, las palabras escarlatas escritas en la tabla de piedra al lado del Lago Jin Cheng "El camino hacia adelante es difícil" seguían siendo las mismas que cuando las vieron por primera vez, y la superficie ahora serena del lago ocultaba toda la calamidad y el sufrimiento que había ocurrido debajo. Cuando subieron por primera vez al Pico Xu Ying, no sabían nada de la sangrienta historia que se escondía detrás de "El camino hacia delante es difícil". Mo Ran miró al cielo. Sobre el precipicio, un águila solitaria se elevó contra la ventisca de nieve. De repente pensó: en la vida pasada, Wang Yue le había dado una espada larga y poderosa, pero en esta vida, la espada que vio era sólo una falsa, y la verdadera que le pertenecía probablemente ya había sido destruida por Zhai Xin Liu, antes de que pudiera siquiera verla. Pasó un rato, y su mente evocó viejos recuerdos sin que nadie se los pidiera. Ese año, había venido al Lago Jin Cheng en busca de un arma. Wang Yue emergió del agua, lo estudió con ojos dorados que eran gentiles y amigables, y luego dijo. ––Las flores de ciruelo en la cintura de la montaña están floreciendo maravillosamente, ¿Podrías ir a buscarme una rama? Mo Ran cerró los ojos y levantó un brazo para cubrirlos. No sabía nada de los acontecimientos bajo el lago en su vida pasada, y sólo pensó que la petición de Wang Yue era una pretensión sin sentido... Pasaron muchos días antes de que regresaran al Pico Sisheng. El hombro de Chu Wan Ning estaba gravemente herido, y los tres jóvenes estaban exhaustos, por lo que descansaron en la Ciudad Dai durante varios días antes de regresar. Xue Meng no dijo nada de lo que le sucedió a Xue Zheng Yong y a Madam Wang; orgulloso como era, sin importar si sus padres reaccionaban con desilusión o simpatía, para él, cualquiera de las dos sería como sal en la herida. Chu Wan Ning lo notó y le dolió el corazón, así que se enterró en antiguos tomos y pergaminos todo el día, buscando otra forma de obtener un arma sagrada para Xue Meng, o bien algún medio de permitir que un mortal rivalizara en fuerza con un arma sagrada. Aparte de eso, ¿Quién era ese falso Gou Chen y dónde estaba su verdadero yo? ¿Y qué significaba lo último que dijo esa "pieza de ajedrez blanca" antes de explotar? Había muchas y más cosas de las que preocuparse; la vela de la biblioteca del Pabellón del Loto Rojo ardió toda la noche mientras el reloj de agua goteaba, los pergaminos se desplazaban con complicadas escrituras en el suelo, y en las profundidades de los archivos estaba la cara exhausta de Chu Wan Ning. ––Yu Heng, mira el estado en que está tu hombro, no seas tan descuidado. –– Xue Zheng Yong, sosteniendo una taza de té caliente, estaba sentado a su lado y charlando. ––El anciano Tan Lang es grandioso en las artes de curación, haz que venga a echar un vistazo. ––No es necesario, ya ha empezado a sanar. Xue Zheng Yong chasqueó la lengua: ––Eso no funcionará, mírate, te has visto terrible desde que volviste. Nueve de cada diez personas que te han visto dicen que pareces a punto de desmayarte. Si me preguntas, hay algo extraño en esa herida, podría ser algún tipo de veneno o algo así, es mejor tener cuidado. Chu Wan Ning levantó la vista: ––Me veo como si estuviera a punto de desmayarme. –– Se detuvo y sonrió fríamente: –– ¿Quién dijo eso? Xue Zheng Yong: ––… ––Vaya, Yu Heng, ¿Podrías no actuar como si estuvieras hecho de metal todo el tiempo, y todos los demás hechos de papel? Chu Wan Ning dijo: ––Conozco mis propios límites. Xue Zheng Yong murmuró algo inaudiblemente, muy posiblemente "conoces tus límites, mi trasero" por el movimiento de sus labios. Afortunadamente, Chu Wan Ning estaba demasiado absorto en su libro como para verlo. Charlaron un rato más, hasta que Xue Zheng Yong se dio cuenta de que se estaba haciendo tarde, y se levantó para ir a hacerle compañía a su esposa. Antes de irse, se aseguró de quejarse un poco más: ––Yu Heng, no te quedes despierto hasta muy tarde. Meng-er morirá de culpa si te ve así. Chu Wan Ning lo ignoró con gusto. Al encontrarse con un clavo helado como éste, Xue Zheng Yong se rascó la cabeza torpemente y se marchó. Chu Wan Ning bebió un poco de medicina y luego volvió a la mesa para continuar su investigación hasta que comenzó a sentirse un poco mareado. Sostuvo su frente con una mano, sintiendo náuseas. Pero las náuseas desaparecieron en poco tiempo, así que lo atribuyó a cansancio y no le prestó atención. La noche se hizo tarde y, finalmente, demasiado mareado para continuar, se durmió con las cejas juntas, su cabeza almohadillada sobre una manga ancha junto a la pequeña montaña de libros, un pergamino inacabado que aún yacía sobre sus rodillas, el dobladillo de sus ropas cayendo al suelo como una ola de agua. Esa noche, él soñó. Este sueño, a diferencia de otros, era claro y distinto, casi real. Estaba de pie dentro del Salón Dan Xin del Pico Sisheng, pero este Salón Dan Xin era algo diferente al que él conocía, muchos muebles y detalles habían sido alterados. Pero antes de tener la oportunidad de mirar más de cerca, las puertas se abrieron, dejando las cortinas carmesí a la deriva. Una persona entró. ––Shizun. La persona tenía una cara hermosa, ojos negros profundos con un toque púrpura. Era un hombre joven, pero parecía casi infantil cuando se curvaron las comisuras de sus labios. –– ¿Mo Ran? Chu Wan Ning se levantó y estaba a punto de caminar, pero descubrió que sus muñecas y tobillos estaban encadenados por cuatro cadenas de metal que fluían con poder espiritual, encadenándolo en su lugar y haciéndolo incapaz de moverse. Conmoción seguida de una rabia desbordante, Chu Wan Ning miró con incredulidad las cadenas, la ira retorciendo su expresión y ahogando sus palabras, y pasó un tiempo antes de que levantara la cabeza para decir severamente: ––Mo Wei Yu, ¿Qué crees que estás haciendo? ¡Desátame de una vez! Pero la persona actuó como si no hubiera oído ni una palabra de sus furiosos bramidos, una sonrisa perezosa y un par de hoyuelos en su cara mientras caminaba y agarraba a Chu Wan Ning por la mandíbula. CAPÍTULO 49: EL SHIZUN DE ESTE VENERABLE SIEMPRE ESTÁ TAN ENFADADO. La incredulidad de Chu Wan Ning ya no se podía describir con palabras. Sus ojos se abrieron de par en par, mirando al Mo Ran en su sueño como si estuviese mirando a un fantasma. El adulto Mo Wei Yu era muy galante, con hombros anchos y piernas largas, y media cabeza más alto que él. Y cuando lo miró hacia abajo, había reflexiones y burlas en las esquinas de sus ojos. ––Querido Shizun de este Venerable, deberías mirarte en el espejo. Su dedo se deslizó por la mejilla de Chu Wan Ning para descansar junto a su oreja, sus ojos fríos y amenazadores. Pasó un momento en silencio, luego soltó un frío hmph y se inclinó abruptamente, acompañado de una suave y abrasadora sensación de calor mientras capturaba los labios de Chu Wan Ning con los suyos. Cogido completamente desprevenido, la cabeza de Chu Wan Ning zumbaba con ruido en blanco, y algo en su mente parecía haberse... roto... Mo Ran lo estaba besando. Su aliento lo invadió, húmedo, agitado, lleno de sucio y pecaminoso deseo. Los labios se encontraron ásperamente con los dientes rozándose mientras las tormentosas olas surgían en su pecho. Chu Wan Ning estaba casi temblando de susto, sus ojos de fénix bien abiertos, su mente en partes iguales furiosa y estupefacta. Pero era como si hubiera perdido sus poderes espirituales en el sueño, apenas podía reunir fuerza física; estaba apretado contra el pecho de Mo Ran, y no podía liberarse de su agarre en absoluto. El Mo Ran en su sueño era completamente diferente al que él conocía por alguna razón. No hubo nada de congraciamiento deferente, sino que fue reemplazado por una tiranía despótica. Podía sentir claramente el acalorado aliento de Mo Ran, bajo y rápido, cuando exhalaba, el deseo salvaje quemaba como lava, amenazando con derretirlo en carne y hueso por igual. La cara de Chu Wan Ning estaba pálida de ira, casi a punto de escupir sangre. Nunca se hubiera imaginado que Mo Ran lo sostendría sin la fuerza para resistir, y aún más difícil de aceptar era la acumulación de calor en su abdomen y la debilidad en sus brazos por la fricción húmeda y frenética de los besos. Temblaba en sus brazos; el pecho de Mo Ran estaba ardiendo, tan caliente que podía derretirse y ahogarse incluso a través de las capas de tela. Quería luchar desesperadamente, pero no pudo reunir las fuerzas. Para cuando se separaron, las piernas de Chu Wan Ning estaban débiles. Mo Ran, que aún lo sostenía, se giró para presionar su cara contra la parte posterior de su oreja. Podía sentir las caricias de su cálido y húmedo aliento en la base de su cuello mientras jadeaba. Entonces escuchó a Mo Ran decir: –– ¿No querías discutir las condiciones con este venerable? Su voz era ronca, tanto que sonaba casi desconocida para Chu Wan Ning. Chu Wan Ning miró hacia abajo sólo para ver cómo se balanceaba su garganta, con un movimiento de tragar mientras luchaba una batalla perdida para mantener el control. ––Pero tienes poco más de valor para este venerable, así que tendrás que negociar con lo último que te queda. La voz de Chu Wan Ning también se volvió ronca, pero no sabía si era por ira o por deseo; en voz baja, dijo: –– ¿Qué cosa...? Mo Ran lo empujó contra una pared, y luego levantó abruptamente una mano para golpear la dura superficie, la otra mano cerrándose fuertemente alrededor de la muñeca encadenada de Chu Wan Ning. Sin rencor malicioso, pero también sin un deseo tímido, se inclinó para capturar el lóbulo de una oreja entre sus labios. Chu Wan Ning se estremeció violentamente, un aterrador entumecimiento subiendo por su columna vertebral y extendiéndose por todo su cuero cabelludo. La voz de Mo Ran era ronca, su respiración pesada y opresiva. ––Déjame follarte, y te daré lo que quieras. Los ojos de Chu Wan Ning se abrieron de par en par, la humedad en sus ojos se tiñó por la agitación, pero aún más por la incredulidad. La mano de Mo Ran ya había llegado hasta su cintura, sus labios moviéndose contra el costado de su cuello, palabras venenosas pronunciadas con la voz más tierna. ––Pero este venerable odia tanto a Shizun, que probablemente será difícil despertar el interés en el cuerpo de Shizun. Tendrás que trabajar un poco para que sea un buen momento. Mo Ran se detuvo, pero lo acercó aún más y continuó acariciando su cintura. ––Así que piénsalo bien, y si estás dispuesto, ponte de rodillas como un buen chico y pon tu boca a trabajar, sírveme bien, luego ve a acostarte en la cama y suplícame que te folle. ––… Chu Wan Ning estaba a punto de perder la razón. El virtuoso, orgulloso, puro y austero Anciano Yu Heng mantuvo su distancia de hombres y mujeres por igual y no se entregó ni al arte erótico ni a los cantos amorosos, siempre incorruptiblemente casto y distante. O, en palabras más sencillas, no sabía prácticamente nada en asuntos de amor y lujuria. Y así, muy desafortunadamente para él, a pesar de su rabia, todas sus defensas se derrumbaron ante este sentimiento intenso y desconocido; fue totalmente derrotado. Mo Ran esperó un rato, pero no recibió ninguna reacción. Maldijo en voz baja y empezó a besarlo de nuevo, sin poder contenerse. Cuando tuvo sus labios llenos, sacó la lengua, con un hilo traslúcido, antes de morder inmediatamente sin demasiada delicadeza su cuello, lamiendo y besando a lo largo de su cuello, hombro y oreja. La piel de gallina de Chu Wan Ning aumentó cuando Mo Ran comenzó a tirar y rasgar bruscamente de sus túnicas, murmurando –– ¿¡Por qué te haces pasar por tan virtuoso y santo!? Pero también como la lava caliente del deseo atrapada bajo capas de rocas, que finalmente se desborda después de largos años de contención. Chu Wan Ning, como quemado por la intensidad de su mirada depredadora, quiso mirar hacia otro lado, pero Mo Ran vio a través de sus pensamientos y agarró su cara antes de que pudiera. ––Mírame. Su voz era áspera y acalorada, temblando levemente por la agitación -o quizás por algo más-, llena del deseo de una bestia que estaba a punto de devorar a su presa. –– ¡He dicho que me mires! Chu Wan Ning cerró los ojos temblorosamente. Este sueño era realmente demasiado absurdo... ––Shizun. –– La voz junto a su oído se volvió de repente suave y cálida como el tono que conocía. ––Shizun, despierta. Chu Wan Ning vio claramente la cara de Mo Ran flotando a pocos centímetros de la suya, y reaccionó inmediatamente con una bofetada feroz y bien dirigida que aterrizó profundamente en la mejilla del otro. Mo Ran, sorprendido con la guardia baja, tomo la bofetada. Soltó un "ah" y abrió los ojos de par en par: ––Shizun, ¿Por qué fue eso? ––… Chu Wan Ning se sentó, sus ojos de fénix parpadeando de ira y alarma. Su cuerpo todavía temblaba un poco, el sueño y la realidad se mezclaban y lo volvían loco. ––Shizun... –– ¡Mantente alejado! Chu Wan Ning gritó rudamente con las cejas fruncidas. Mo Ran se sorprendió por la reacción extrema, y pasó un rato antes de que preguntara con cautela: –– ¿Tuviste una pesadilla? Pesadilla... Así es, fue un sueño... fue sólo un sueño. Chu Wan Ning miró inexpresivamente a la persona que tenía delante de él durante un rato antes de que pudiera recoger lentamente los fragmentos de su compostura. Estaba acostado en la biblioteca del Pabellón del Loto Rojo, el Salón Dan Xin, y el Mo Ran adulto no estaban en ninguna parte para ser vistos. Lo único que tenía frente a él era una cara que aún era joven e infantil. Finalmente totalmente despierto, Chu Wan Ning se detuvo por un momento para transformar su expresión en una de decoro mientras hacía como si estuviera arreglando su ropa con sus delgados dedos que aún temblaban un poco, suprimiendo la agitación y el desasosiego que aún quedaban, y dijo: ––... Mn, estaba soñando y... golpeaba a alguien. Mo Ran frotó su mejilla enrojecida y siseó con un poco de dolor: –– ¿Con qué soñaba Shizun? Qué golpe tan contundente... La vergüenza apareció en el rostro de Chu Wan Ning. Frunció los labios y, girándose un poco, no dijo nada. Su cara era como aguas tranquilas, pero su corazón estaba lleno de olas que chocaban salvajemente. Prácticamente podía sentir su propio orgullo a punto de romperse en un millón de pedacitos: no podía creer que soñaría con algo tan indescriptiblemente absurdo, con palabras tan sucias, tan absolutamente desvergonzadas, cómo podía llamarse a sí mismo maestro. Peor aún, este cuerpo inútil suyo realmente reaccionó a ese sueño humillante, realmente quería desplomarse... Afortunadamente sus túnicas eran anchas y holgadas, escondiendo su vergüenza de los ojos de los demás. Pero la cara de Chu Wan Ning seguía oscurecida sombríamente mientras sostenía su frente con una mano. No podía agarrar al Mo Ran de su sueño para desahogar su ira, pero el que tenía frente a sus ojos que convenientemente llegó a su puerta estaba disponible. Así que, mirando fijamente, preguntó secamente: –– ¿Qué haces irrumpiendo en mi habitación privada en medio de la noche como si fueras el dueño del Pabellón del Loto Rojo? ¿Desde cuándo eres el anciano Yu Heng? ––… Primero una bofetada sin razón alguna, luego una paliza verbal; Mo Ran se sintió un poco ofendido, murmurando con una voz débil: –– ¿Por qué estás tan enfadado esta vez...? Chu Wan Ning frunció el ceño: ––No estoy enfadado, voy a volver a dormir, ¡Fuera! Mo Ran dijo: ––Pero Shizun, ya es de día. Chu Wan Ning: ––… ––Sólo me atreví a entrar en el Pabellón del Loto Rojo sin permiso para buscarte porque ya llevamos bastante tiempo esperando en la Plataforma Shan'E, pero Shizun nunca llegó. Chu Wan Ning: ––… Abrió una ventana y, por supuesto, el sol ya había salido en el cielo, los pájaros cantaban y los bichos zumbaban. El ceño fruncido de Chu Wan Ning se profundizo aún más. Parecía que podría convocar a Tian Wen y empezar a azotar en cualquier momento. Haber estado inmerso en un sueño primaveral hasta la mañana siguiente, y si no hubiera sido por Mo Ran que vino a buscarlo, el sueño podría haber continuado - el pensamiento hizo que la vena en la sien de Chu Wan Ning palpitara, las articulaciones de sus dedos se volvieron pálidas como el jade donde su agarre se apretaba en el marco de la ventana. Chu Wan Ning practicó el cultivo de la mente, cultivando su mente con moderación y disciplina, y era muy hábil en la supresión de los deseos; nunca ha tenido un pensamiento impropio antes de esto, mucho menos un sueño primaveral. Siendo sus principios lo que eran, Chu Wan Ning era como un hombre de madera, estúpido, torpe y rígido en la parte superior. Su cultivación mental estaba tan avanzada que cortó por completo todo deseo, y a menudo despreciaba a las parejas de amantes y a los compañeros de cultivación cuando no tenía nada más que hacer, sintiéndose muy satisfecho de que era virtuoso e incorruptible. ¿Quién iba a pensar que caería así al final? En las manos de su propio discípulo. El sabio, noble y distante Chu-zongshi ni siquiera se atrevió a mirar a Mo Ran mientras escupía enfadado: –– ¡Deprisa, vamos a la Plataforma Shan'E para las prácticas matutinas! –– Antes de girarse y salir abruptamente, desapareciendo en un instante. Xue Meng y Shi Mei ya habían estado esperando durante mucho tiempo, y estaban sentados en la sombra de un árbol charlando cuando llegó Chu Wan Ning. Shi Mei estaba angustiado: ––Shizun nunca llega tarde, ¿Sucedió algo? Ya es muy tarde y todavía no se le ve por ninguna parte. Xue Meng estaba aún más angustiado: –– ¿No fue Mo Ran a buscar a Shizun? Ya ha pasado un tiempo y todavía no ha vuelto, si hubiera sabido que esto iba a pasar me habría ido con él. Espero que Shizun no esté enfermo. Shi Mei dijo: ––La herida del hombro de Shizun era bastante severa, incluso con el cuidado adecuado, su cuerpo es frágil por naturaleza, así que eso no es improbable... Al oír eso, Xue Meng se puso aún más inquieto hasta que se puso de pie abruptamente: ––No puedo esperar más, no puedo contar con ese perro poco fiable de Mo Ran, ¡Voy a ir a ver a Shizun yo mismo! Pero cuando se dio la vuelta, allí estaba Chu Wan Ning, con sus prístinas túnicas revoloteando mientras caminaba. La pareja bajo el árbol gritó simultáneamente: –– ¡Shizun! Chu Wan Ning: ––Me retrasé por algo. Los llevaré a la práctica marcial de hoy, vamos. Cuando Chu Wan Ning no estaba prestando atención, Shi Mei se giró hacia Mo Ran, que lo seguía y le preguntó en voz baja: –– ¿Está bien Shizun? ¿A qué se debió el retraso? Mo Ran puso los ojos en blanco: ––Sólo se quedó dormido. –– ¿Eh? ––Shhh, actúa como si no lo supieras. –– Mo Ran se frotó la mejilla, aún dolorida por la bofetada anterior; definitivamente no quería un bono. Shi Mei parpadeó: –– ¿Por qué tienes la mejilla izquierda tan roja? Dijo Mo Ran en voz baja: ––Si sigues preguntando, mi mejilla derecha se unirá a ella. Déjalo, apurémonos y sigamos. Cuando llegaron al área de prácticas, Chu Wan Ning instruyó a Mo Ran y Shi Mei para que fueran a practicar primero, dejando a Xue Meng atrás. Chu Wan Ning dijo: ––Siéntate. Aunque Xue Meng no sabía la razón, siempre había obedecido cada palabra de Shizun como si fuera ley, y rápidamente la cumplió, sentándose en el lugar. Chu Wan Ning también se sentó frente a él, diciendo: ––La Competencia Ling Shan es en tres años, ¿Cuáles son tus planes? Xue Meng miró hacia abajo, y pasó un momento antes de decir con dientes apretados: ––Ganar. Si Chu Wan Ning le hubiera preguntado antes de su viaje al Lago Jin Cheng, Xue Meng le habría respondido con orgullo y certeza. Pero ahora, todo lo que quedó detrás de esta palabra fue una simple y obstinada negación a renunciar a su orgullo. No era que no tuviera conciencia de sí mismo, sino que se negaba a hacerse a un lado y entregar su título de "Querido por los cielos" a otra persona sin luchar. Después de que Xue Meng soltó la palabra "ganar", echó un vistazo a Chu Wan Ning, con el corazón lleno de ansiedad. Chu Wan Ning lo miraba sin la más mínima burla ni duda alguna. Sólo dijo, simplemente: ––Bien. Los ojos de Xue Meng se iluminaron inmediatamente: ––Shizun, ¿Crees... crees... crees que todavía puedo...?–– Se tropezó con sus palabras en su emoción. Chu Wan Ning dijo: ––Mis discípulos no se rinden antes de la pelea. ––Shizun... ––Jóvenes destacados de todas las sectas participan en la Competencia Ling Shan. Aquellos sin armas sagradas no son naturalmente rivales para ti, pero incluso si tu oponente tiene un arma sagrada, no hay necesidad de tener miedo. –– Chu Wan Ning dijo: ––Un arma sagrada no es algo que se pueda dominar fácilmente en un corto período de tiempo. Aunque tu espada Long Cheng es ligeramente inferior en comparación, sigue siendo un arma de alta calidad de artesanía mortal. Mientras entrenes y practiques diligentemente en estos tres años, ganar no está fuera de tus posibilidades. Era bien sabido que Chu-zongshi tenía un ojo perspicaz y un juicio sólido en el reino de las artes marciales. Además, no era el tipo de persona que decía mentiras blancas alentadoras por simpatía, así que el espíritu de Xue Meng se elevó inmensamente con sus palabras. ––Shizun, ¿Realmente lo dices en serio? Chu Wan Ning entrecerró los ojos, diciendo suavemente: –– ¿Cuántos años tienes, Xue Meng? No mimo a nadie mayor de cinco años. Xue Meng, un poco avergonzado, se frotó la nariz y empezó a sonreír. Chu Wan Ning continuó: ––La victoria o la derrota es impredecible, sólo el orgullo no puede ser tomado a la ligera; sólo haz lo mejor que puedas y no te preocupes demasiado por el resultado. Xue Meng contestó: –– ¡Entiendo! Habiendo aliviado las preocupaciones de Xue Meng, Chu Wan Ning se dirigió hacia el campo de entrenamiento, llegando a la parte trasera donde estaban los maniquíes de entrenamiento. Para evitar que los discípulos hirieran accidentalmente a las personas que pasaban mientras entrenaban con los maniquíes, esta área se construyó fuera del camino, y uno tenía que pasar por un largo pasillo y luego doblar una esquina para llegar hasta allí. Shi Mei y Mo Ran estaban conversando de espaldas hacia él, no muy cerca y no muy lejos, a corta distancia. ––Ustedes dos... –– Chu Wan Ning estaba a punto de llamarlos, pero al ver la escena ante él, de repente dejó de hablar. CAPÍTULO 50: A ESTE VENERABLE LE GUSTAS. Como alguien que aprecia las armas, este tipo de escena hizo que Chu Wan Ning se enfadara tanto que ni siquiera podía hablar. Vio a un imbécil. Bajo el árbol floreciente no muy lejos, Mo Ran convocó a Jian Gui. El tamaño de un arma sagrada se podía cambiar a voluntad; a la mayoría de la gente le gustaba hacer su arma más grande y más impresionante, o al menos mantener su tamaño normal como lo hizo Chu Wan Ning. Pero Mo Ran había convertido a Jian Gui en diminuto, a lo largo y ancho de una cinta para atar el pelo, sus hojas minúsculas; el arma sagrada digna parecía absolutamente lamentable. Las personas tenían diferentes energías espirituales; Tian Wen brillaba dorado cuando Chu Wan Ning vertía su energía espiritual, pero Jian Gui brillaba en un color escarlata. Así que, dejando a un lado las hojas, Jian Gui parecía un hilo rojo del destino... ––Shi Mei, ata esto a tu mano, quiero ver si Jian Gui tiene el mismo poder que Tian Wen, para sonsacar la verdad a la gente. ––Uh... ¿Quieres probarlo conmigo? Mo Ran sonrió: ––Sí, porque soy el más cercano a ti, y sé que nunca me mentirías. Shi Mei todavía dudaba: ––Es verdad, pero... ––No te pediré nada difícil. Si no me crees, ¿Juramos con el dedo meñique? –– Dijo sacando su meñique. Shi Mei no sabía si reír o llorar: –– ¿Cuántos años tienes ya, no es un poco infantil? ––Vamos, juremos con el meñique, si está bien a las ocho, entonces está bien a los dieciocho, ochenta y ocho también, nada infantil. –– Mo Ran agarró la mano derecha de Shi Mei y le sacó el meñique con una sonrisa descarada. Shi Mei, atrapado entre enfadarse y reírse de sus payasadas, al final sólo pudo aceptarlas. Pero, inesperadamente, en lugar de enganchar sus meñiques juntos, Mo Ran sonrió, sus ojos se convirtieron en pequeñas semi lunas: ––Jian Gui, hora de ir a trabajar. Jian Gui se acercó más rápido que un rayo, y en un instante se había atado alrededor del meñique de Shi Mei, con su otro extremo alrededor del de Mo Ran. El apuesto joven se rió como un astuto zorro que había planeado su camino hacia la ascensión. Dijo felizmente, enmarcado con hoyuelos: –– Felicidades, te lo has creído. Shi Mei no sabía si reír o llorar: –– ¡Tú!... Date prisa y suéltame. ––Más tarde, más tarde. –– Mo Ran sonrió. ––Sólo un par de preguntas primero. A decir verdad, Mo Ran se había sentido incómodo desde aquel momento en el Lago Jin Cheng, cuando consiguió a Chang Xiang Si y Shi Mei no pudo abrir la caja. A pesar de que Shi Mei llevaba guantes en ese momento y no tocó directamente la caja, Mo Ran no pudo disipar sus dudas. Es más, fue Chu Wan Ning quien abrió la caja al final. Chu Wan Ning... Cómo fue eso posible... Así que Mo Ran decidió que la caja debía estar rota. Pero quería usar a Jian Gui para confirmarlo, sólo para asegurarse. Estaba absolutamente seguro de sus sentimientos por Shi Mei, pero le preocupaba que quizás no tuviera el mismo peso en el corazón de Shi Mei. En cuanto a esa confesión en el Lago Jin Cheng, no podía estar seguro de no haberla imaginado. Shi Mei tenía un temperamento gentil y era amable con todos. A diferencia de ese Chu Wan Ning, con una cara hosca día tras día, como si todo el mundo le debiera algo, totalmente incomprensible. Taxian-Jun puede ser una persona tosca, pero cuando se trataba del deseo de su corazón, él insistiría con eso durante tanto tiempo que tropezaba con sus propios pensamientos. ––En primer lugar. –– El corazón de Mo Ran estaba lleno de ansiedad, pero él seguía sonriendo y fingiendo ser casual. Decidió tirar un par de preguntas fáciles, no consecuentes, primero como relleno. –– ¿Qué piensas de Xue Meng? Una punzada en su dedo, y Shi Mei confesó: ––El joven maestro es una buena persona, pero es demasiado directo, a veces intolerablemente torpe. Mo Ran se echó a reír, aplaudiendo de alegría: –– ¿Eh? ¿Incluso tú puedes hartarte de él? Jajaja, comprensible, es demasiado molesto. Shi Mei se puso rojo: ––... No hables tan fuerte, ¿Y si el joven maestro te escucha? ––Bien, bien, bien. –– Mo Ran sonrió. ––Pero me hace feliz cuando hablas mal de él. Shi Mei: ––… Mo Ran continuó: –– ¿Y qué piensas de Shizun? ––Shizun también es bueno, sólo que su temperamento es un poco... –– Shi Mei parecía que no quería criticar a Chu Wan Ning, pero estaba atado por Jian Gui, así que se mordió el labio por un tiempo, pero aún así terminó teniendo que decir: ––Su temperamento es un poco escueto. ––Jaja, ¿Un poco escueto? Más bien ridículamente escueto. Se enoja cada dos días y ni siquiera admite estar enojado, es mucho peor que la propia emperatriz. Chu Wan Ning, de pie en la esquina: ––…. Mo Ran le preguntó: ––Si sabes del mal genio de Shizun, ¿Por qué lo escogiste para estudiar? Shi Mei dijo: ––Shizun es frío por fuera, pero amable por dentro. No soy tan naturalmente dotado como los demás, pero no le importa si soy lento en la captación. Dijo que todos merecen aprender, y como no soy bueno en el combate, me enseñó a sanar. Es realmente muy amable conmigo. Mo Ran, originalmente muy alegre, se quedó callado al escuchar esto, la sonrisa desapareciendo de su cara. Pasó un tiempo antes de que él dijera: –– ¿Cuándo ha sido bueno contigo? Todo lo que hizo fue enseñarte algunas técnicas, tal vez de vez en cuando cuidarte, eso es lo que se espera de cualquier maestro. ––Eso es diferente... Mo Ran se enfadó, sus mejillas se hincharon: –– ¡De todas formas, no es bueno para ti! Lo que sea que haga por ti, yo también puedo hacerlo. Shi Mei dejó de hablar. En el silencio incómodo que siguió, Mo Ran apagó lentamente las llamas de su corazón. Ver a Shi Mei mirando sin decir palabra hacia abajo le llenó de culpa, y susurró en voz baja: ––Lo siento. ––Está bien. –– Pero un momento después, Shi Mei repentinamente dijo: – –Una vez, hace algunos años, antes de que llegaras al Pico Sisheng, estaba caminando por un sendero cuando de repente inició una tormenta. ––Yo no era un discípulo de Shizun en ese momento. Me topé con él mientras corría bajo la lluvia. Sostenía un paraguas de papel de aceite rojo y, viendo mi lamentable estado, se ofreció a compartirlo conmigo. Había oído hablar de su fría reputación, así que estaba muy nervioso caminando a su lado. –– ¿Y luego? Shi Mei tenía una expresión suave: –– ¿Entonces? Entonces no dijimos una sola palabra en todo el camino. Mo Ran asintió: ––Es una persona tan estirada, qué hay que decirle. ––Sí. –– Shi Mei sonrió un poco. ––Shizun no habla mucho. Pero, cuando me acompañó hasta la puerta y me volví para darle las gracias, vi que su hombro derecho estaba completamente empapado. Caminaba a su izquierda, y no llovió en absoluto. Mo Ran: ––… ––Era un paraguas pequeño, lo suficientemente grande para una sola persona, y lo usaba casi todo para cubrirme. Lo vi alejarse bajo la lluvia, y luego, tan pronto como llegué a mi cuarto, escribí una carta de intención pidiéndole que me aceptara como discípulo. ––Es suficiente. –– Mo Ran dijo de repente: ––Eres demasiado blando de corazón, si continúas, sentiré que eres demasiado lamentable. Shi Mei dijo en voz baja: ––A-Ran, ¿No sientes que Shizun es el que es lamentable? Sólo tiene un paraguas pequeño, porque siempre está solo, nadie quiere caminar con él. Por eso, incluso si Shizun es un poco estricto conmigo a veces, o me regaña un poco a veces, no me importa. Porque recuerdo su hombro empapado. Mo Ran no dijo nada, la punta de su nariz un poco roja, su corazón un poco desamparado. Era una especie de vago sentimiento de tristeza, y ni siquiera estaba seguro de por quién era. ––A-Ran, déjame preguntarte algo. ––Mn, adelante. –– ¿Te disgusta Shizun? Mo Ran se detuvo: ––Yo... ––O, en otras palabras, no te gusta, ¿Verdad? Por alguna razón, la suave y serena mirada de Shi Mei parecía algo aguda cuando le preguntó esto. Mo Ran, sorprendido con la guardia baja, de repente se quedó sin habla. En su aturdimiento, Mo Ran no asintió ni agitó la cabeza. Pasó mucho tiempo antes de que forzara una sonrisa en su cara: ––Vaya, ¿No se supone que soy yo el que hace las preguntas aquí? ¡No puedo dejar que gires las cosas así! Shi Mei no se perdió el hecho de que Mo Ran sólo esquivó la pregunta, pero no forzó la cuestión, sonriendo: ––Sólo me preguntaba, no te lo tomes a pecho. ––Mn. –– Mo Ran calmó sus emociones y miró a través de sus pestañas a la cara de Shi Mei, no menos bella que la brillante luna en el cielo. Había planeado preguntarle a Shi Mei si gustaba de él para la tercera pregunta, pero el intercambio acaba de dejar su corazón apesadumbrado. Mo Ran se quedó en silencio durante un rato, los labios apretados, antes de decir abruptamente: ––Es sólo mi Shizun, nada más que eso. Gustar o no es irrelevante. Escuchando estas palabras en las sombras, las pestañas de Chu Wan Ning temblaron un poco, como las alas de una mariposa herida. Aunque en lo más profundo de su corazón ya lo sabía, escucharlo confirmado así hizo que su cuerpo se sintiera tan ligero que podría flotar, y su corazón tan pesado que podría hundirse en el mar. Chu Wan Ning sintió frío; tal vez el otoño llegó temprano este año. Mo Ran y Shi Mei seguían hablando en la distancia. Cerró los ojos, la ligera náusea que había estado yendo y viniendo últimamente, arrastrándose una vez más. De repente, sintiéndose exhausto, se giró para irse. Pero sólo había dado unos pocos pasos cuando el viento otoñal arrastró débilmente la voz de Mo Ran. Dejó de caminar a pesar de sí mismo. Mo Ran le estaba haciendo a Shi Mei su tercera pregunta: –– Bueno, has dado tus pensamientos sobre Xue Meng y Shizun, soy el siguiente. Intentó sonar tan indiferente como pudo, y con mucho cuidado, preguntó casi patéticamente: ––Shi Mei, ¿Qué piensas de mí? Shi Mei estaba en silencio. Jian Gui parecía tener la misma capacidad de interrogación que Tian Wen. Shi Mei se negó a contestar, por lo que el resplandor escarlata de Jian Gui se hizo más brillante en el lugar donde se enrolló fuertemente alrededor del dedo de Shi Mei. Shi Mei frunció un poco el ceño: ––Ow... ––Sólo di algo. –– El corazón de Mo Ran sufría por él, pero esta pregunta se le había clavado tan profundamente en el corazón, en esta vida y en la pasada, que prácticamente se había convertido en su demonio personal, así que insistió: –– ¿Qué piensas de mí? Shi Mei agitó la cabeza y cerró los ojos, como si tuviera mucho dolor, largas pestañas temblando y sudor acumulándose en su frente. ––…–– Mo Ran suspiró, incapaz de soportar hacerle daño de esta manera. ––Olvídalo... Estaba a punto de retirar a Jian Gui cuando Shi Mei llegó al límite de su resistencia, y, con la cara pálida, dijo roncamente: ––Creo que eres... genial. Los ojos de Mo Ran se abrieron de par en par. La cara de Shi Mei pasó de pálida a roja muy rápidamente, como si estuviese enfadado. Miró hacia abajo, las pestañas bajadas, y no se atrevió a mirar a Mo Ran. Jian Gui se convirtió en motas de luz roja brillante que revoloteaban como los pétalos de flores destrozadas en la palma de Mo Ran. Con la cabeza baja, Mo Ran no pudo evitar reírse en silencio, y cuando volvió a mirar a Shi Mei, su rostro estaba cálido como la primera flor de primavera. Había una sonrisa perezosa en su voz, pero sus ojos estaban un poco húmedos, cuando dijo: ––Me alegro, gracias. Creo que tú también eres genial. Ya te lo dije antes en el Lago Jin Cheng, pero como no recuerdas nada de eso, quiero repetirlo. Eres realmente... realmente muy agradable. No especificó qué tipo de gusto, pero Shi Mei se sonrojó hasta el cuello y no pudo encontrar ninguna palabra. Mo Ran lo miraba con profundos ojos de tinta que brillaban con una luz clara y brillante, como un océano lleno de estrellas, como suaves olas en el cielo nocturno. ––Quiero tratarte bien, quiero hacerte feliz. Shi Mei no era denso, y el significado de Mo Ran estaba claramente escrito en toda su expresión. Shi Mei no pudo evitar bajar la cabeza. El corazón de Mo Ran se estremeció, y levantó la mano para acariciar el cabello de Shi Mei. Pero antes de que pudiera acercarse, hubo un repentino destello de luz dorada, y un látigo de vid golpeó a Mo Ran en la cara con un chasquido audible. –– ¡Ah! –– Sintiendo la picadura, Mo Ran se dio la vuelta conmocionado. Chu Wan Ning estaba de pie frente a las paredes, blancas con aleros verdes, túnicas prístinas más pálidas que la nieve y una mano detrás de su espalda, mirándolos fríamente. Tian Wen se enrollaba en el suelo como una serpiente sibilante, las hojas de sauce crujiendo, la luz dorada corriendo a lo largo de su longitud con alguna chispa ocasional. Shi Mei, sorprendido: ––Shizun... Mo Ran, sosteniendo su cara: ––Shizun. ¿Y qué si era odiado, y qué si no era querido? Otra persona podría llorar miserablemente, pero Chu Wan Ning... ¿Llorar? Ridículo. Por supuesto que daría una paliza en su lugar. La expresión de Chu Wan Ning era fría. Caminó lentamente, con voz helada: –– ¿Dejando de entrenar para charlar en vez de eso? Mo Wei Yu, ¿Crees que eres tan impresionante sólo porque tienes la última arma sagrada? ¿Crees que eres todopoderoso e invencible ahora? ¿No estás tan relajado y despreocupado? ––Shizun, yo sólo estaba... Chu Wan Ning lo fulminó con la mirada. Mo Ran se calló. ––Shi Ming Jing, entrena conmigo. Mo Wei Yu. –– Se detuvo y dijo resentido: ––Ve a practicar. Si no puedes aguantar al menos diez movimientos contra mí más tarde, entonces regresa y copia el libro de técnicas de meditación trescientas veces como castigo. Ahora, piérdete. ¿Diez movimientos? Será mejor que se vaya y empiece a copiar. CAPÍTULO 51: EL SHIZUN DE ESTE VENERABLE... PFFT JAJAJA. Durante los tres días siguientes, Chu Wan Ning estuvo aún más malhumorado de lo habitual, su temperamento aún peor. El resentimiento estaba escrito claramente en todos los rasgos del anciano Yu Heng, y una neblina de miasma le seguía por todas partes. Los discípulos se dispersaron como animales de presa a su sola vista. Incluso Xue Zheng Yong no se atrevía a hablarle demasiado por miedo a su aura asesina. Chu Wan Ning no quería admitir que tenía sentimientos extraños hacia Mo Ran, pero al ver a sus dos discípulos reunidos con los maniquíes de entrenamiento y actuando tan afectuosamente, simplemente no pudo evitar la rabia que estalló y el sentimiento agrio que inundó su pecho. Se sintió asqueado. No sólo por los demás, sino también por sí mismo. Él y Mo Wei Yu eran maestro y discípulo, nada más. ¿Cómo era su asunto si a Mo Ran le gustaba alguien o con quien quería estar involucrado? ¿Qué derecho tenía a agitar su vid de sauce sólo porque no le gustaba lo que veía? Si le gustaba alguien o le gustaba estar cerca de alguien, ¿Qué tiene que ver eso con él? ¿Le causó algún inconveniente? Chu Wan Ning, ¿Cómo es que eres tan patéticamente mezquino? De todos modos, retrocediendo mil pasos, ¿Y qué si sintió un anhelo indescriptible hacia Mo Ran? Tenía su orgullo y mucho autocontrol, más que suficiente para mantener sus sentimientos bajo control, más que suficiente para suprimir ese anhelo aterrador por todo el tiempo que sea necesario. Nadie sabrá nunca de su desagradable afecto. No quedará nada más que la bolsa de brocado con los dos mechones de pelo dentro. Mo Ran no sabrá de sus sentimientos, como nunca sabrá que, en el fondo del Lago Jin Cheng, el que sufrió una agonía abrasadora para salvarlo no fue Shi Mei, sino él. Pero, ¿Qué es este sentimiento? ¿Son... celos? El simple pensamiento hizo que Chu Wan Ning se atragantara. Durante meses después de eso, trató de evitar a Mo Ran tanto como fuera posible, minimizando todas las interacciones fuera de las instrucciones de rutina en el cultivo y entrenamiento. El tiempo pasó volando, y fue casi el final del año antes de que alguien se diera cuenta. Un día, cuando Chu Wan Ning regresaba de un viaje por la montaña para reprimir a los monstruos, empezó a nevar justo cuando llegaba a las puertas delanteras. El Pico Sisheng se cubrió rápidamente con un velo de plata. Chu Wan Ning no era bueno con el frío; tirando de sus ropas para calentarse, caminó enérgicamente hacia el Salón Dan Xin. Un abundante fuego calentó el interior del salón, la leña chisporroteando dentro del cuenco de cobre. Chu Wan Ning vino a reportarse con Xue Zheng Yong, pero el maestro de la secta no estaba en ninguna parte. En vez de eso, se encontró con Mo Ran. No había nadie más en el Salón Dan Xin. Esta fue la primera vez que Chu Wan Ning estuvo a solas con él en muchos meses, y no pudo evitar sentirse un poco incómodo. Y lo que es más, aquí fue donde tuvo lugar ese sueño absurdo. Hablando de eso, Chu Wan Ning tuvo ese sueño varias veces más, claro y vívido cada vez. Trató de luchar las primeras veces, pero se acostumbró después de un tiempo y dejó que el Mo Ran en el sueño se corriera en su boca como un lunático, mientras ociosamente contaba las pestañas de Mo Ran por puro aburrimiento, uno, dos, tres... Pero ese sueño siempre terminaba abruptamente en un cierto momento crítico; después de muchas repeticiones de lo mismo, Chu-zongshi decidió que debía ser debido a su innata pureza y nobleza, que incluso las fantasías no se volvían demasiado sórdidas. Habiendo llegado a tal conclusión, el anciano Yu Heng y su frágil corazón de cristal de doncella finalmente lograron recuperar un poco de dignidad. Pero la combinación de Mo Ran y el Salón Dan Xin le dio a Chu Wan Ning una intuitiva sensación de peligro. Desafortunadamente, ese joven no tenía la menor idea de nada de esto. Al verlo, la cara de Mo Ran se iluminó con una sonrisa dentada: ––Shizun, has vuelto. ––... Mn. –– ¿Buscas a mi tío? La tía se siente un poco mal, así que ha estado cuidando de ella. ¿Qué necesitabas? Se lo haré saber. Chu Wan Ning apretó los labios y dijo suavemente: ––No es necesario. Inmediatamente después se giró para irse. Pero Mo Ran lo llamó: ––Shizun, por favor, espera. –– ¿Qué es...? Se giró para mirar hacia atrás mientras hablaba, pero se encontró inesperadamente con la mano extendida de Mo Ran rozando su frente. Mo Ran lo sacudió un par de veces, diciendo como si fuera la cosa más natural del mundo: ––Mírate, estás cubierto de nieve. Chu Wan Ning se congeló. Sin saber qué hacer, se quedó inmóvil mientras el joven pronunciaba sus palabras y le quitaba la nieve, luego sacó un pañuelo blanco para secarle el pelo. Chu Wan Ning no era bueno con el frío; no podía estar expuesto al frío, o se enfermaría fácilmente. Pero esta persona nunca supo cuidar de sí misma. En su vida pasada, después de ser encarcelado, a menudo le gustaba sentarse en el patio y ver a los peces koi en el estanque, sin hacer caso incluso cuando empezaba a nevar. Así que se resfriaba y tenía fiebre todo el tiempo. Shizun era aún más frágil después de que su núcleo espiritual fue destruido; se quedaba en cama durante al menos medio mes cada vez que se enfermaba, y tazón tras tazón de decocción medicinal prácticamente no tenía efecto. Y así, cuando Mo Ran lo vio cubierto de nieve, medio derretida, medio congelada, reflexivamente empezó a quitarle la nieve. Pero a mitad de camino de secarle el pelo, se dio cuenta tardíamente de que sus acciones podrían haber sido un poco demasiado íntimas. Su cabeza se levantó justo a tiempo para enfrentarse cara a cara con un par de reticentes ojos de Fénix. Chu Wan Ning lo estaba fulminado con la mirada: ––… Las manos de Mo Ran se retiraron tímidamente: ––Jajajaja, este discípulo sobrepasó sus límites, Shizun puede secarse, por supuesto. Chu Wan Ning se sintió muy aliviado de que retrocediera. Ese sueño era sólo un sueño, después de todo. Su discípulo seguía siendo el mismo de antes, nada parecido a aquel tipo de su sueño que se refería a sí mismo como "Este venerable". Chu Wan Ning se quedó en silencio durante un rato antes de tomar el pañuelo que le ofrecía Mo Ran. Se quitó la capa y caminó hacia el fuego para calentarse las manos, y luego se limpió la nieve derretida de su cabello. –– ¿Desde cuándo finalmente aprendiste cuales eran los límites?–– Cara iluminada por la cálida luz del fuego, miró de reojo a Mo Ran con los ojos entrecerrados: –– ¿No has sido siempre ajeno a esas cosas? Mo Ran: ––… Ninguno de los dos habló por un momento. Chu Wan Ning terminó de secarse el pelo y distraídamente escondió el pañuelo, y luego miró impasiblemente a Mo Ran. ––De todos modos, ¿Qué haces aquí? Mo Ran contestó apresuradamente: ––Es fin de año, hay un año de archivos que necesitan ser organizados, así que estoy ayudando... Chu Wan Ning lo interrumpió: ––Sé que los archivos deben ser organizados, ¿Pero no es ese el trabajo de Shi Ming Jing? ¿Por qué lo haces? Mo Ran: ––... La memoria de Shizun es realmente impresionante. Chu Wan Ning se mostró totalmente impasible ante la adulación: –– ¿Dónde está? ––Dijo que tenía un poco de fiebre y dolor de cabeza esta mañana.–– Viendo la mirada en los ojos de Chu Wan Ning, Mo Ran continuó apresuradamente: ––Lo siento, Shizun, fui yo quien le dijo que descansara un poco, así que por favor no lo culpes. Tal cubierta era como una aguja afilada que pinchaba a Chu Wan Ning y hacía que sus cejas se juntaran. Se quedó callado durante un rato, y luego preguntó: –– ¿Está bien? Viendo que no lo culpaba, Mo Ran dio un respiro de alivio: ––Le di medicina y esperé a que se durmiera antes de irme. Acaba de coger un resfriado, estará bien en dos o tres días. Gracias por la preocupación, Shizun. ––Quién dijo que estoy preocupado por ustedes, sólo preguntaba. Mo Ran: ––… ––Te dejo con tu organización, entonces. Chu Wan Ning se fue. El Pico Sisheng prohíbe a sus discípulos cumplir con los deberes de los demás. Mo Ran pensó que iba a ser castigado por Shizun, pero Chu Wan Ning lo había dejado ir inesperadamente tan fácilmente. Permaneció de pie en su sitio aturdido durante un buen rato, y no reaccionó hasta que Chu Wan Ning ya estaba a una cierta distancia. Mo Ran cogió el paraguas apoyado en la puerta y corrió tras la solitaria figura en la nieve. –– ¡Shizun! –– ¡Shizun, espera! Chu Wan Ning se dio la vuelta. Mo Ran se detuvo frente a él, sacudió la nieve del paraguas y lo abrió por encima de los dos. ––La nieve está cayendo, llévate el paraguas contigo. Chu Wan Ning le echó un vistazo: ––No es necesario. Mo Ran intentó entregar el paraguas, pero Chu Wan Ning sólo sintió irritación y se negó a aceptarlo. El paraguas cayó en la lucha de ida y vuelta justo cuando el viento se levantó, y fue lanzado a varios metros de distancia. Chu Wan Ning miró fijamente a ese paraguas plantado en la nieve. Se quedó mirando fijamente durante un rato. Esto no era un problema; quería darse la vuelta y marcharse con indiferencia, como siempre lo había hecho en el pasado. Pero sus pies se negaron a moverse. Así como una vela siempre se apagará al final, e incluso un antiguo pozo se secará con el tiempo. Incluso la persona más tolerante eventualmente se romperá. Chu Wan Ning se giró con un movimiento de su manga y dijo enfadado: – –Mo Wei Yu, ¿Puedes dejar de meterte conmigo? No soy Shi Ming Jing, no necesito que alguien más me cuide. Una luz dorada se juntó en su mano mientras hablaba, y Mo Ran dio instintivamente un paso atrás, pensando que iba a invocar de nuevo a Tian Wen para darle una paliza. Pero en cambio, la luz se elevó hacia el cielo como un manantial de oro y formó una barrera resplandeciente, bloqueando la nieve y el viento por igual. Mo Ran: ––… Oh, una barrera para bloquear la lluvia y la nieve... La expresión de Chu Wan Ning era frígida, incluso sus cejas: –– ¿Parezco alguien que necesita un paraguas? Parecía estar verdaderamente enojado, la barrera cambiaba rápidamente de color con el movimiento de las yemas de sus dedos, de dorado a rojo, púrpura, azul y luego verde. El efecto de la barrera cambió con el color; una sólo protegía contra la nieve, otra bloqueaba el viento, y otra incluso mantenía caliente el interior de la barrera a pesar de la helada tormenta de nieve. Estas técnicas eran bastante poderosas, y Chu Wan Ning normalmente no gastaría su energía espiritual para bloquear la nieve de esta manera. Una exhibición tan malhumorada y vistosa era tan infantil que Mo Ran se quedó completamente sin habla por un momento. ––Shizun, no te enfades... –– ¿Quién dijo que estoy enfadado?–– La cara de Chu Wan Ning estaba pálida de ira. –– ¡Piérdete ya! ––Bien, bien, bien, me estoy perdiendo. –– Mo Ran miró a la barrera. –– No malgastes tu energía así... –– ¡Vete! ¡Piérdete! Con una ola de la mano de Chu Wan Ning, la energía espiritual que formaba la barrera de repente se reunió en un rayo que cayó justo delante de Mo Ran. Mo Ran le estaba mostrando un poco de preocupación por la bondad de su corazón, pero casi le cae un rayo por ello. Se sintió un poco resentido y estaba a punto de decir algo, pero cuando levantó la vista, vio a Chu Wan Ning de pie en la nieve, con la cara pálida a juego, pero los bordes de sus ojos estaban un poco rojos. Mo Ran, sorprendido: ––Tú... ––Tú y yo sólo somos maestro y discípulo, nada más que eso. No hay necesidad de ninguna preocupación innecesaria entre nosotros. Así que coge tu paraguas y piérdete. Mo Ran se sobresaltó, entendiendo de repente lo que estaba pasando. ––Shizun, ese día en el campo de entrenamiento, cuando estaba hablando con Shi Mei, tú... ... Escuchaste. Pero Chu Wan Ning no dijo nada, sólo se giró para irse. Mo Ran no lo llamó esta vez, y no se giró para mirar atrás. Un poco más lejos, Chu Wan Ning estornudó. Sus pasos vacilaron, luego bajó la cabeza y caminó aún más rápido, como si estuviera enojado, pero también como si estuviera huyendo. Mo Ran estuvo de pie en la nieve todo el tiempo, mirando fijamente a su espalda hasta que desapareció, perdido en sus pensamientos. Chu Wan Ning se enfermó tan pronto como regresó al Pabellón del Loto Rojo. Podía usar barreras para protegerse de la lluvia y la nieve, pero nunca se molestó cuando se trataba de sí mismo, ya que lo veía como un desperdicio de energía espiritual. Por eso, cuando llovía, usaba un paraguas de papel de aceite como cualquier otra persona normal. Estornudó un montón, y el dolor de cabeza y la fiebre también le siguieron rápidamente. Ya estaba acostumbrado a auto medicarse de todas las veces que se enfermó, y un poco de frío no era nada a lo que siquiera pudiera prestar atención, así que tomó un medicamento, se lavó y se cambió de ropa, y luego se metió en la cama para dormir. Tal vez se debió al frío, pero las náuseas que habían aparecido desde que se lesionó en el Lago Jin Cheng fueron especialmente agudas esta noche. La noche pasó en un sueño nebuloso, todo su cuerpo empapado en un sudor frío pero ardiendo como un horno. Chu Wan Ning no se despertó hasta el mediodía del día siguiente. Parpadeando, sus ojos se abrieron claramente, y se quedó allí acostado durante un rato antes de levantarse lentamente de la cama para ponerse los zapatos. Se detuvo y miró fijamente. Sus botas parecían haberse hecho más grandes de la noche a la mañana... Miró con más cuidado. Chu Wan Ning: ––… Ni siquiera la compostura del anciano Yu Heng podía soportar este tipo de conmoción. No era que sus botas se hubieran hecho más grandes. Chu Wan Ning miró fijamente sus manos, sus piernas, sus pies descalzos, y el hombro por el que se había deslizado su túnica. Era que él... ¿Se había hecho más pequeño? CAPÍTULO 52: ESTE VENERABLE NI SIQUIERA APARECIÓ. Xue Zheng Yong estaba practicando con la espada en el pico norte cuando una flor Haitang flotó sobre él. Expresó un curioso "eh" y la cogió mientras se secaba el sudor con una toalla, murmurando para sí mismo: –– ¿El mensajero de Yu Heng, Haitang? ¿Ya ni siquiera puede molestarse en venir a hablar? ¿Cuándo se volvió tan perezoso? Pero aún así tomó la esfera dorada de luz del centro de la flor y la colocó en su oreja. Salió la voz desconocida de un niño: ––Líder de la secta, por favor venga al Pabellón del Loto Rojo lo antes posible... Xue Zheng Yong no lo creyó al principio, pero cuando se bajó de su espada frente a la residencia de Chu Wan Ning, quedó completamente atónito. Un niño de unos cinco o seis años estaba de pie en el pabellón junto al estanque de loto con una mano en la espalda, mirando al loto con cara sombría. Mirando de lado, esta persona tenía una expresión fría y ojos helados a juego; estaba vestido con las túnicas de Chu Wan Ning, pero en realidad eran demasiado grandes para él, acumulándose en el suelo, dobladillo de manga y todo, pareciéndose a un pez remolcando detrás de él una enorme cola. Xue Zheng Yong: ––… El niño se dio la vuelta “Si te ríes te mato y luego me mato a mí mismo" prácticamente escrito en su cara. Xue Zheng Yong: ––PFFT... JAJAJAJAJAJAJAJAJA. El niño golpeó la mesa con enojo: –– ¡De qué te ríes! ¡Qué es tan gracioso! ––Definitivamente no soy lau--jajajajajaja oh Dios, no puedo, Yu Heng, te dije que fueras con el anciano Tan Lang para que te revisara esa herida, pero no me escuchaste, jajajajajajaja, no puedo respirar. –– Xue Zheng Yong rugió de risa, agarrándose el estómago con ambas manos: ––Nunca había visto a un niño con un aura tan asesina, jajajajajjajajajaja. Este niño no era otro que el Chu Wan Ning que se había despertado para descubrir que se había encogido. La vid que le perforó el hombro en el Lago Jin Cheng debe haber estado encantada con algún tipo de maldición que convierte a los afectados de nuevo en sus seres de cinco o seis años de edad. Afortunadamente, su poder espiritual no se revirtió, de lo contrario, Chu Wan Ning sintió que era mejor que muriera. Xue Zheng Yong fue a buscar un uniforme pequeño para los discípulos más jóvenes, riendo todo el camino de ida y vuelta. Chu Wan Ning finalmente se veía un poco menos cómico después de cambiarse a la ropa más adecuada. Enderezó los guardamanos azules con bordes plateados, levantó la vista para mirar a Xue Zheng Yong, y luego dijo con vehemencia: ––Si te atreves a decírselo a alguien, acabaré contigo. Xue Zheng Yong se rió: ––No lo haré, no lo haré. ¿Pero qué vas a hacer al respecto? No sé nada de curación, así que tienes que hacer que alguien te eche un vistazo. ¿Qué tal si le pido al anciano Tan Lang que venga... Chu Wan Ning sacudió sus mangas con enojo, pero las mangas de los uniformes de los discípulos eran apretadas y ajustadas, agitándolas alrededor no tenían el mismo efecto en absoluto. Se puso aún más gruñón: –– ¿Venir y hacer qué, reírse de mí? ––Entonces, ¿Qué tal si le pido a mi esposa que venga a echar un vistazo? Chu Wan Ning apretó los labios y no dijo nada, indignado. ––Tomaré eso como un sí, ¿Entonces? Chu Wan Ning sólo le dio la espalda. Xue Zheng Yong sabía que estaba de mal humor, pero la vista era demasiado divertida; intentó contenerse, pero al final fracasó, y una vez más estalló en una risa escandalosa. Tian Wen apareció con un 'woosh', Chu Wan Ning mirándolo de reojo por el rabillo del ojo: –– ¡Te reto a que vuelvas a reír! ––Bien, bien, bien, no más risas. Iré a llamar a mi esposa de inmediato, ahahahahahaha. Xue Zheng Yong huyó y regresó enseguida con una preocupada Madam Wang a cuestas. Madam Wang se congeló tan pronto como vio a Chu Wan Ning, y pasó mucho tiempo antes de que finalmente se las arreglara con incredulidad: ––Anciano Yu Heng... Chu Wan Ning: ––… Afortunadamente, Madam Wang era una doctora amable y compasiva, a diferencia de su esposo. Ella le hizo algunas preguntas a Chu Wan Ning mientras lo miraba, y luego dijo en voz baja: ––La circulación de la energía espiritual del anciano está bien, y tampoco hay nada anormal en su cuerpo. Nada parece haber cambiado aparte de haberse convertido en un niño. Preguntó Chu Wan Ning: –– ¿Conoce Madam una forma de romper la maldición? Madam Wang agitó la cabeza: ––La herida del anciano fue causada por una antigua vid de sauce, me temo que no hay otro caso conocido de esta enfermedad, así que no sé cómo tratarla. Chu Wan Ning bajó las pestañas, se quedó aturdido y sin palabras durante un rato. Madam Wang no pudo soportar la vista, y se apresuró a decir: ––Anciano Yu Heng, basado en lo que he visto, la causa más probable de su estado actual es que las vides de sauce probablemente contenían una secreción auto curativa que se metió en su herida, y no una maldición, de lo contrario no habría tomado tanto tiempo para que surtiera efecto. Probablemente era sólo una cantidad muy pequeña de la secreción, y sólo fue capaz de afectar a su cuerpo porque usted estaba trabajando demasiado día tras día. ¿Qué tal si se cuida y descansa unos días, y ve si algo cambia? Chu Wan Ning se quedó en silencio un rato y luego suspiró: ––No hay nada más. Muchas gracias, Madam. ––De nada. Madam Wang le dio otro cuidadoso repaso: ––Con la apariencia actual del anciano, mientras no se diga, nadie podrá decir que es usted. Ella no estaba equivocada; incluso el propio Chu Wan Ning había olvidado cómo era a los cinco o seis años. Mirando su reflejo en el estanque, aparte de algunas vagas similitudes en los rasgos faciales, no se parecía mucho a su yo adulto en absoluto. Finalmente, sintiéndose un poco aliviado, miró a Xue Zheng Yong para decir: ––Líder de la secta, voy a recluirme en el Pabellón del Loto Rojo por unos días. Por favor, cuida de mis discípulos. ––Eso es algo natural, Xue-er es mi hijo, Ran-er es mi sobrino, y Shi Mei es un discípulo del Pico Sisheng, por supuesto que cuidaré de ellos. –– Xue Zheng Yong sonrió. ––Sólo preocúpate por ti mismo. Pero tres días de meditación y aún no había ni la más mínima señal de que su cuerpo volviera a la normalidad. Chu Wan Ning no pudo evitar sentirse aún más ansioso, totalmente incapaz de "Cuidarse y descansar" como le dijo Madam Wang. Una noche, Chu Wan Ning ya no pudo soportar la sensación de inquietud. La meditación no estaba haciendo nada de todos modos, así que bien podría ir a dar un paseo por la montaña y sacarse algunas cosas de la cabeza. Fue después de la cena y antes de las clases nocturnas, y los senderos y corredores del Pico Sisheng estaban llenos de discípulos, pero nadie le prestó atención. Chu Wan Ning caminó un rato y luego se dirigió al bosque de bambú cerca de la Plataforma Shan'E. Cada uno de los ancianos tenía su propia área de práctica favorita a la que siempre llevaban a sus discípulos para su cultivo y entrenamiento. Este bosque de bambú era de Chu Wan Ning. El tranquilo susurro de las hojas de bambú llenó el aire. Chu Wan Ning arrancó una hoja y ociosamente hizo sonar una melodía con ella, las nítidas y serenas notas calmaron su agitada mente. Pero no pasó mucho tiempo antes de que el sonido de pasos se acercara y se detuviera cerca de él. ––Oye, niño. Chu Wan Ning abrió los ojos. Era Xue Meng, de piernas largas y cintura delgada, de pie orgulloso en medio del bosque de bambú, su espada Long Cheng brillando en sus manos mientras declaraba hacia él. ––Voy a practicar con la espada aquí, vete a soplar tu hoja a otro lado. ––…–– El final de la ceja de Chu Wan Ning subió un poco. Era una sensación bastante extraña que Xue Meng le diera órdenes así. Pensó durante un momento, y luego dijo: ––Tocaré mi hoja, puedes practicar tu espada, no hay interferencia. Xue Meng dijo: ––De ninguna manera. Date prisa y vete, mi espada te hará daño. ––No puedes hacerme daño. Xue Meng chasqueó su lengua, la paciencia se le fue de las manos: ––No digas que no te lo advertí entonces. Si te lesionas más tarde, no es asunto mío. –– Dijo, desenfundando a Long Cheng con un sonido poderoso, como el silbido de una serpiente que emerge de las profundidades de una laguna y se eleva hacia los cielos. Al instante, Long Cheng se convirtió en una sombra danzante en la mano de Xue Meng entre las hojas voladoras, un brillante rastro en su estela mientras la luz se reflejaba en la hoja. Un corte convirtió una hoja en diez pedazos, la fuerza de la misma arrancando más hojas de los bambúes. Perfora, empuja, desliza y corta, cada movimiento era suave como el deslizamiento de la nieve en el viento. Incluso un cultivador de cincuenta años alabaría una exhibición tan impresionante, sin mencionar a un niño de cinco años. Pero incluso cuando Xue Meng había pasado por diez formas, el niño seguía sentado en su roca tocando su hoja, como si no hubiera nada sorprendente o incluso digno de mención delante de él. Xue Meng, irritado, envainó su espada y saltó desde las regiones altas del bosque de bambú, aterrizando ligeramente ante Chu Wan Ning. ––Niño. ––… ––Oye, niño, te estoy hablando. Chu Wan Ning bajó la hoja y lentamente abrió los ojos para mirarlo sin expresión: –– ¿Qué es esto? ¿No te enseñó tu maestro a ser cortés al hablar con los demás? No vayas sólo diciendo, oye esto, oye eso, tengo un nombre. –– ¿Por qué me importaría saber tu nombre?–– Xue Meng iba a ser amable al respecto, pero el resto de su buen humor desapareció después de esas espinosas palabras: ––Las espadas no tienen ojos, huye hacia un lado antes de que la mía te corte la cabeza. Chu Wan Ning contestó con un aire de indiferencia: ––Si ni siquiera puedes evitar mi cabeza, ¿Tiene sentido que practiques con la espada? –– ¡Tú!–– Xue Meng nunca había sido disputado así en toda su vida, y por un discípulo principiante que ni siquiera le llega al muslo. Enfadado e indignado, dijo: ––Eres un insolente, ¿Sabes quién soy? Chu Wan Ning lo miró levemente: –– ¿Quién eres tú? ––Soy el joven maestro del Pico Sisheng. –– Xue Meng estaba a punto de ahogarse por la indignación: –– ¿Cómo es que ni siquiera sabes esto? Las esquinas de los labios de Chu Wan Ning se arquearon un poco. La sonrisa habría parecido muy burlona en su cara original, pero en su actual cara infantil y adorable, era aún más burlona. ––Sólo eres el joven maestro, no es como si fueras el líder de la secta, ¿Por qué iba a saber de ti? –– ¿Qué, qué, qué, qué dijiste? ––Deja de darte aires y práctica con tu espada. Chu Wan Ning bajó sus largas pestañas y volvió a tocar su hoja, la melodía flotando tranquilamente en el viento, las notas subiendo y bajando. Xue Meng realmente podía morir por lo enojado que estaba; dio un grito y realmente se metió en esto con un niño pequeño. Pero no importaba lo enojado que estuviera, no quería pegarle a un niño, así que sólo podía saltar y atacar despiadadamente a los bambúes, que se rompían y caían en tandas en medio de la serena melodía. Su espada era rápida y despiadada; varios destellos, y docenas de bambúes habían sido cortados en puntos contundentes. Contra un enemigo, los puntos habrían sido muy agudos, pero esto fue suficiente para enseñarle una lección a un discípulo menor. Cientos de palos de bambú puntiagudos cayeron directamente hacia Chu Wan Ning, y estaban a pocos centímetros de herirlo. Xue Meng corrió hacia abajo para mover a este pequeño y descarado discípulo fuera del camino. En realidad no quería lastimar al niño, sólo asustarlo un poco. Pero inesperadamente, en el mismo instante en que se precipitó, el niño dejó de tocar y movió la hoja entre las yemas de sus dedos, la tierna hoja de bambú de repente se convirtió en cientos de finos hilos. Instantáneamente, los cientos de hilos se lanzaron hacia las puntas que caían con una precisión asombrosa. Incluso el viento parecía dejar de fluir. Chu Wan Ning se puso de pie. Simultáneamente, los cientos de picos que lo rodeaban se convirtieron en mero polvo. ¡Absolutamente destruidos! Xue Meng se quedó paralizado por el asombro, con la cara pálida y roja, incapaz de pronunciar ni media palabra. El niño ante sus ojos levantó la vista, con el uniforme azul plateado revoloteando, y sonrió a Xue Meng: –– ¿Quieres intentar de nuevo? Xue Meng: ––… ––Tus golpes son vigorosas pero sin orden. Demasiado errático e inestable. Xue Meng abrió la boca, y luego la cerró. Chu Wan Ning continuó: ––Empieza de nuevo desde la forma de gorrión. Sigue mi música, revisa cada forma a tiempo con los segmentos de la melodía y no más rápido que eso. Para ser instruido así por un niño pequeño, la cara de Xue Meng se volvió aún más nublada, mordiéndose el labio y no moviéndose en absoluto. Chu Wan Ning no lo apresuró, esperando en silencio para ver si Xue Meng dejaba su ego para mejorar, si estaba dispuesto a escuchar a un niño medio adulto. Pasó un rato antes de que Xue Meng repentinamente pisoteara abatido, tiró su espada, y se giró para irse. Viéndolo marchar con un berrinche, la expresión de Chu Wan Ning se oscureció un poco, pensando que era realmente una lástima que Xue Meng no pudiera humillarse a sí mismo para aceptar la guía... Pero antes de que pudiera siquiera terminar ese hilo de pensamiento, vio a Xue Meng coger una rama del suelo y darse la vuelta para decir enfadado: –– Entonces, entonces usaré una rama, en caso de que te golpee. Chu Wan Ning se detuvo, y luego asintió con una sonrisa: ––Está bien. Xue Meng arrancó una hoja de bambú y la limpió antes de entregarla: –– Toma, Xiao Didi, para ti. ¿Así que ahora es "Xiao Didi", en vez de "niño"? Chu Wan Ning le echó una mirada divertida, aceptó la hoja y, sentado de nuevo en la roca, sin prisa volvió a tocar. Xue Meng tenía una personalidad temeraria; esta maniobra incluye un movimiento en el que el portador salta y gira en el aire mientras suelta seis puñaladas seguidas de un golpe. Pero Xue Meng nunca pudo hacerlo bien, a menudo apuñalando más de una docena de veces antes del golpe, lo que hace que se pierda por mucho la ventana óptima. Xue Meng lo estropeó cinco, seis veces seguidas, sus cejas se tensaron cada vez más a medida que se agitaba más y más. En su agitación, vislumbró al niño sentado en la roca tocando la hoja de bambú; a pesar de sus tiernos años, era la imagen misma de la serenidad, sin la más mínima queja, y Xue Meng no pudo evitar la sensación de vergüenza que se arrastraba. Así que reunió su espíritu y lo intentó varias veces más, lentamente sintiéndolo en el ritmo de la melodía. Pero no se adelantó y se mantuvo hasta altas horas de la noche, cuando la luna colgaba en lo alto del cielo, y finalmente pudo completar la maniobra de manera impecable. Xue Meng se secó el sudor de sus cejas, exclamando con alegría: ––Hoy ha sido todo gracias a ti. ¿De qué anciano eres discípulo, hermanito? Eres increíble, ¿Cómo es que no sabía de ti antes? Chu Wan Ning ya estaba preparado para la pregunta: El anciano Xuan Ji tenía muchos discípulos, tantos que ni siquiera podía recordar a todos. Guardó la hoja y dijo con una pequeña sonrisa: ––Soy discípulo del anciano Xuan Ji. Xue Meng parecía pensar poco de Xuan Ji. El hizo 'Hmph': ––Oh, el Rey de la Basura. –– ¿Rey de la basura? ––Ah, perdóname. –– Xue Meng malinterpretó la sorpresa en los ojos de Chu Wan Ning, y pensó que el niño estaba molesto porque se había burlado de su Shizun. Sonrió y explicó: ––Es sólo un apodo. Tu Shizun acepta a todos y cada uno; la parte de la basura se refiere a esos discípulos suyos que no tienen talento, no al anciano Xuan Ji en persona, no te preocupes, hermanito. Chu Wan Ning: –– ¿Suelen ponerle apodos a los ancianos en privado? CAPÍTULO 53: EL PRIMO DE ESTE VENERABLE NO ES MUY INTELIGENTE. ––Por supuesto, todos tienen apodos, nadie consigue un pase. –– Xue Meng parecía estar de buen humor, deseoso de mostrar a Chu Wan Ning las cuerdas. ––Pareces muy joven; ¿Qué tienes, cinco años? Entonces, tú debes ser nuevo en el Pico Sisheng, no has llegado a conocer a todo el mundo todavía. Una vez que te hayas instalado, descubrirás que los discípulos tienen apodos para los veinte ancianos. ––Oh. –– Chu Wan Ning le lanzó una mirada indescifrable. –– ¿Por ejemplo? ––Oh hombre, por dónde empiezo. Pero ya es tarde y tengo hambre. Como agradecimiento por todos los consejos que me diste hoy, te llevaré a tomar un bocadillo nocturno en la montaña y te lo diré en la comida. Chu Wan Ning pensó por un momento con la cabeza baja, luego sonrió y dijo: ––Mn, está bien. Xue Meng apartó a Long Cheng y tomó la mano de Chu Wan Ning, el discípulo ignorante y el maestro reducido caminando por los escalones de piedra entre el bosque de bambú hacia la puerta principal. ––Pequeño hermano, ¿Cómo te llamas?–– Preguntó Xue Meng mientras caminaban. Chu Wan Ning respondió con calma: ––Mi apellido es Xia. –– ¿Xia qué? ––Xia Si Ni. –– [Suena como 'Asustarte hasta la muerte'] Xue Meng no se dio cuenta, incluso felizmente preguntando: ––Es un bonito nombre. ¿Escrito con qué caracteres? Chu Wan Ning lo miró de reojo con una mirada reservada para los idiotas: ––Si como en Discípulo Si, Ni como en Discípulo Ni. Xia Si Ni. ––Oooh. –– Xue Meng, aún sonriendo, le preguntaba: –– ¿Y cuántos años tienes? ¿Tenía razón antes o qué, no puedes tener más de cinco años? ––… –– Toda la cara de Chu Wan Ning estaba oscura. Afortunadamente para Xue Meng, estaba mirando a la carretera y no a su cara, o definitivamente se llevaría el susto de su vida. ––No, el joven maestro adivinó mal... Este año cumplo seis años. Xue Meng: ––Entonces tienes un talento increíble, pero no tanto como yo a tu edad, por supuesto. De todos modos, con un poco de guía, definitivamente crecerás para ser excepcional. ¿Por qué no dejas de ser discípulo de Xuan Ji? Llámame Shige, e iré a suplicar a mi Shizun para que te acepte como discípulo, ¿Qué te parece? Chu Wan Ning logró, con esfuerzo, no poner los ojos en blanco: –– ¿Cómo me dijiste que te llamara? ––Shige. –– Xue Meng, aún sonriendo, se inclinó y le dio una palmadita en la frente a Chu Wan Ning. ––Esta es una rara oportunidad que tienes. La expresión de Chu Wan Ning era complicada: ––… ¿Qué, sin palabras por la alegría abrumadora? Chu Wan Ning: ––… Los dos se rieron y charlaron mientras caminaban, al menos, Xue Meng pensó que se estaban riendo y charlando, cuando de repente una voz vino de detrás de ellos y terminó con esta línea de conversación que podría haber llevado a la inoportuna muerte de Xue Meng. –– ¿Eh? Meng Meng, ¿Qué haces aquí? En todo el Pico Sisheng, para tener el valor de llamar a Xue Meng "Meng Meng", ¿Quién más podría ser? Xue Meng empezó a maldecir antes de que terminara de girar la cabeza. ––Mo Ran, maldito perro, llámame así una vez más y te arrancaré la lengua de perro. Por supuesto, Mo Ran estaba detrás de ellos bajo la clara luz de la luna, la ropa ondeando con la brisa y una sonrisa tranquila en su cara. Estaba a punto de lanzar una réplica para burlarse un poco más de Xue Meng cuando se fijó en el delicado niño que estaba a su lado y gritó hasta detenerse: ––Este es... Xue Meng empujó a Chu Wan Ning detrás de él, mirando a Mo Ran: –– No es asunto tuyo. ––No no no, no lo escondas. –– Mo Ran dio la vuelta y agarró la mano de Xue Meng, sacando a Chu Wan Ning y agachándose para darle un cuidadoso vistazo. Hizo un sonido interrogativo, murmurando: ––Este niño me resulta muy familiar. Chu Wan Ning, alarmado por dentro: ––… ––Siento como si lo hubiera visto antes en alguna parte. A Chu Wan Ning no le gustó adónde iba esto; si lo atraparon aquí, ¿Cómo volverá a enfrentar a alguien? Dio un paso atrás subconsciente y se dio la vuelta para correr. –– ¡Alto! –– Mo Ran lo agarró con una sonrisa traviesa, luego se acercó y juguetonamente le frotó la nariz y dijo en voz baja: ––Ven, pequeño Didi, dile a Gege tu nombre. La nariz que acababa de ser tocada se sentía grasosa; incómodo y tímido, Chu Wan Ning seguía tratando de retroceder. Mo Ran pensó que estaba asustado, y se rió mientras decía: –– ¿Por qué te escondes? Sé bueno y dile a Gege que te llamas Xue. Xue Meng: –– ¿? Mo Ran señaló a Xue Meng y preguntó sonriendo: –– ¿Es tu papá? Di la verdad, este gege te comprará caramelos. –– ¡Cuál es tu problema, Mo Wei Yu! –– Xue Meng explotó, con la cara llena de plumas rojas y brillantes erizadas. –– ¿Qué demonios estás pensando? ¡Eres despreciable! ¡Asqueroso! ¡Sin vergüenza! Chu Wan Ning también se quedó sin palabras durante un tiempo, pero en secreto se sintió algo aliviado: ––Mi apellido es Xia, discípulo del anciano Xuan Ji, Xia Si Ni. –– ¿Morirte de miedo? –– Mo Ran captó el significado inmediatamente y sus ojos se curvaron en pedazos de diversión. ––Jaja, qué interesante. ––… –– ¡En serio, qué te pasa! –– Xue Meng empujó a Mo Ran y dijo enojado: ––Es mi nuevo amigo, no te metas. Vamos por un bocadillo nocturno, fuera del camino. ––De acuerdo. –– Mo Ran se apartó del camino, pero luego se colocó a su lado, sonriendo y pavoneándose. Xue Meng le rugió: –– ¿Qué crees que estás haciendo? ––Yo también quiero comer algo. –– Mo Ran dijo inocentemente: –– ¿Qué, no se me permite? Xue Meng: ––… En la Ciudad Wu Chang. Esta pequeña ciudad fue una vez infestada de toda clase de fantasmas y demonios, pero gracias a la fundación del Pico Sisheng en las cercanías, recuperó gradualmente su paz con el paso de los años, e incluso podría llamarse animada en estos días. Era suficientemente tarde para que el mercado nocturno ya estuviera abierto. El grupo pasó por los numerosos puestos a los lados de la calle y eligió un lugar para la sopa gudong [olla caliente/shabu-shabu], tomando asiento en una mesa baja de madera en el área exterior. La "sopa Gudong" usa una olla sostenida sobre una estufa, con el fuego ardiendo mientras se come. El caldo es generalmente muy picante; los ingredientes frescos y crudos se colocan sobre la mesa y se sumergen en el caldo hirviendo para ser cocinados al momento de comerlos. Se le llama sopa gudong por el sonido "gudong" de la comida que se arroja al caldo. Este era un plato famoso de la provincia de Chuan Shu, pero Chu Wan Ning sólo lo comía con un caldo claro y sin pimientos; cualquier cosa picante le hacía ahogarse. Xue Meng nació aquí, y Mo Ran creció alrededor de XiangTan; ambos estaban acostumbrados a la comida picante, y naturalmente asumieron que 'Xia Si Ni' también podía manejarlo. Cuando se sentaron a ordenar, Xue Meng gritó un montón de platos con familiaridad, y añadió: ––Con pimientos extra y aceite de chile en el caldo. Pero Chu Wan Ning de repente tiró de su manga y dijo en voz baja: –– Quiero una olla gemela. –– ¿Qué? –– Xue Meng pensó que había escuchado mal. La expresión de Chu Wan Ning era oscura: ––Olla gemela, mitad picante y mitad suave. Xue Meng: –– ¿No eres de aquí? ––Mn. ––Ah. –– Xue Meng asintió con la cabeza, pero había sorpresa en sus ojos mientras miraba a Chu Wan Ning: ––Haber dejado tu casa a una edad tan temprana, es realmente tan... no importa. –– Él suspiró y se giro hacia el camarero. ––Muy bien, olla gemela entonces. Pero parecía haber una pizca de resistencia en el tono de Xue Meng. Muy pronto se dio cuenta de que en realidad no se estaba imaginando cosas, que Xue Meng se mostraba reacio a aceptarlo, quejándose incesantemente mientras esperaban su comida: ––Shidi, cuando estés en Chuan Shu, debes hacer lo mismo que la gente de Chuan Shu: tienes que aprender a comer comida picante. ¿Cómo vas a hacer amigos cuando salgas si no comes picante? No es necesario conocer el dialecto local, pero la comida picante no es negociable. Oh sí, ¿De dónde eres, de todos modos? Chu Wan Ning: ––Lin-An. ––Oh. –– Xue Meng lo reflexionó, pero sabía poco y menos de esa región del sur, así que preguntó mientras mordisqueaba las puntas de sus palillos: –– ¿Ustedes comen cabezas de conejo allí? Antes de que Chu Wan Ning pudiera siquiera responder, Mo Ran ya había sonreído desde el costado: ––Por supuesto que no. Xue Meng lo fulminó con la mirada, y Chu Wan Ning también lo miró. Mo Ran tenía un pie en el banco de madera y un brazo apoyado casualmente en su rodilla mientras hacía girar hábilmente los palillos en su mano. Viendo sus reacciones, sonrió e inclinó la cabeza: –– ¿Qué? ¡Por qué la mirada!, realmente no se comen eso. Xue Meng se giró para preguntarle a Chu Wan Ning: –– ¿Es eso cierto? ––Mhm. Xue Meng volvió a mirar a Mo Ran: –– ¿Cómo supiste eso? ¿Has estado allí? ––No. –– Mo Ran hizo una mueca graciosa. ––Pero Xia-xiong y nuestro Shizun son del mismo lugar, ¿No sabes que Shizun no come cabeza de conejo? Cuando elige platos fríos en el Salón Meng Po, es tofu con cebollín o raíz de loto dulce con Osmanto, míralo tú mismo la próxima vez si no me crees. Chu Wan Ning: ––… ––Ah, supongo que nunca antes había prestado atención. No he tenido las agallas de mirar lo que hay en el plato de Shizun desde esa vez que vi su desayuno, demasiado aterrador. –– Xue Meng se frotó la barbilla y dejó que el disgusto se notara en su cara: ––Los gustos de Shizun son realmente indescriptibles. ¿Lo sabías? En realidad come pudín de tofu agridulce. Chu Wan Ning: ––… Mientras hablaba, Xue Meng se giró hacia él y dijo, sinceramente y con la mayor importancia: ––Pequeño shidi, definitivamente, absolutamente, no hagas lo mismo que el anciano Yu Heng, nadie querrá comer contigo. Recuerda, la cabeza de conejo y las comidas picantes son obligatorias, y cuando desayunes pudín de tofu, no lo comas con salsa agridulce. ––No te olvides de las algas y los camarones secos. –– Añadió Mo Ran. ––Correcto, algas y camarones secos también. –– Fue un raro caso de Xue Meng y Mo Ran uniéndose contra un enemigo común. ––Absolutamente inaceptable. Chu Wan Ning miró a la pareja de idiotas, su cara desprovista de expresión: ––Oh. Sus platos no tardaron en llegar: brotes de bambú frescos y crujientes, repollo muy verde, tofu tierno, suculentos filetes de pescado, rollos de cordero cortados finamente apilados en un plato de porcelana, carne frita hasta quedar dorada y espolvoreada con comino y pimienta, y un frasco de leche de soja recién hecho al costado, la mesita crujiendo bajo el peso. La comida une a la gente, especialmente una comida animada como la sopa gudong; un par de platos de cordero y unas tazas de leche de soja más tarde, incluso la tensa relación entre Xue Meng y Mo Ran se hizo más relajada en el espeso vapor, al menos por el momento. Xue Meng escudriñó el caldo picante con sus palillos: ––Oye, oye, ¿Dónde está el cerebro que puse aquí? –– ¿No está pegado a tu cuello? –– Mo Ran se rió. –– ¡Me refería al cerebro de cerdo! Mo Ran mordió su palillo con una sonrisa pícara: ––Mhm, ese es. ––Maldito perro te atreves a insultarme... –– ¡Oh, hey! ¡Tu cerebro flotó hacia arriba! ¡Hora de comer! Xue Meng cayó en su trampa en un momento de agitación, gritando: –– ¡Guarda tu pata de perro! Ni siquiera pienses en robarlo, ¡Ese es mi cerebro! Chu Wan Ning se sentó en su pequeño taburete, bebiendo tranquilamente su frasco de dulce leche de soja mientras miraba a los mocosos pelearse. No tenía prisa; todo el lado suave de la olla era suyo. Terminó la leche de soja y se mojó los labios como si quisiera más. Mo Ran lo vio y preguntó con una sonrisa: –– ¿Le gusta al pequeño Shidi? Chu Wan Ning se tomó un momento para digerir el hecho de que acababa de ser llamado "pequeño shidi" y calculó internamente la posibilidad de evitar que lo hiciera, sólo para llegar a la conclusión de que sus posibilidades son prácticamente nulas, por lo que sólo podía responder secamente: ––Mn, no está mal. Así que Mo Ran se volvió hacia el camarero: ––Disculpe, otro frasco de leche de soja para mi shidi. Y así Chu Wan Ning comenzó a beber un segundo frasco. Siempre le han gustado los dulces, pero le ha causado caries haber comido demasiados pasteles antes, y el anciano Tan Lang tuvo que tomarse la molestia de restaurarlo por él. Desde entonces, Chu Wan Ning se ha abstenido de comer demasiados dulces por el bien de su delgada cara. Volver a la forma de un niño tuvo el beneficio inesperado de dejarle comer todos los dulces que quería. Mo Ran lo vio comer con la mejilla apoyada en una mano: ––Tus gustos son como los de Shizun. Chu Wan Ning se ahogó un poco pero logró mantener su plácida expresión: –– ¿Shixiong está hablando del anciano Yu Heng? ––Sí. –– Mo Ran asintió con una sonrisa mientras empujaba una cesta de vapor hacia Chu Wan Ning. ––Prueba esto. Creo que a ti también te gustará. Chu Wan Ning cogió un panecillo al vapor envuelto en hojas de bambú y dio un pequeño mordisco; salió vapor caliente del panecillo, y dentro de la envoltura suave y glutinosa había un relleno de pasta dulce de frijoles. –– ¿Te gusta? Chu Wan Ning dio otro mordisco antes de asentir con la cabeza: ––Mn. Mo Ran sonrió: ––Entonces come un poco más. Los tres charlaron mientras comían. Chu Wan Ning recordó repentinamente el tema anterior y, después de terminar su cuarto bollo, le preguntó a Xue Meng con fingida indiferencia: ––Por cierto, joven maestro, antes mencionó que todo anciano tiene un apodo. Si mi Shizun Xuan Ji es llamado el Rey de la Basura, entonces ¿Cuál es el apodo del anciano Yu Heng? CAPÍTULO 54: ESTE VENERABLE PELEA POR LOS PASTELES. –– ¿Shizun? –– La expresión de Xue Meng se volvió seria durante unos segundos: ––Es el único que no tiene ningún apodo de todos en el Pico Sisheng. Nadie se atreve a bromear sobre él. ––Tonterías, todo el mundo sabe que te agrada Shizun, así que todos se callan a tu alrededor. Mo Ran puso los ojos en blanco, detuvo a Chu Wan Ning y le susurró en voz alta: ––No lo escuches, te diré que de todos los que habitan en el Pico Sisheng, el anciano Yu Heng es el que tiene más apodos. –– ¿Oh? ¿En serio? –– Chu Wan Ning alzó levemente las cejas, mostrando un poco de interés. –– ¿Por ejemplo? ––Por ejemplo, uno de los más corteses sería fantasma vestido de blanco. –– ¿Por qué lo llaman así? ––Porque sólo usa ropa blanca todos los días. ––... ¿Qué más hay? ––Pequeño repollo napa. ––... ¿Por qué es eso? ––Porque sólo usa ropa blanca todos los días. ––... ¿Qué más? ––Gran Mantou. –– ¿Por qué? ––Porque sólo usa ropa blanca todos los días. –– ¿Qué más hay? ––Pequeña viuda. Chu Wan Ning: –– ¿? –– ¿Sabes por qué lo llaman así? –– Mo Ran seguía riendo estúpidamente, totalmente inconsciente del destello de intención asesina que resplandecía en los ojos de Chu Wan Ning. ––Es porque sólo usa ropa blanca todos los días. ––… Si el humor de Chu Wan Ning no hubiera sido tan bueno, no habría podido mantener la compostura: –– ¿Qué, qué más hay? ––Aiyo. –– Mo Ran miró la expresión de Xue Meng, y susurró suavemente con una voz que no era sutil en absoluto: ––Si digo algo más, temo que mi primo me eche toda la olla en la cabeza. Xue Meng golpeó la mesa, rechinando los dientes enfadado: –– ¡Eso es ridículo! ¿Quién les permitió burlarse así de Shizun? ¿Qué clase de repollo napa o gran mantou, por no hablar de pequeña viuda? ¿Están hartos de vivir? ––Ah. –– Mo Ran respondió, riéndose a carcajadas: ––No puedo creer que ya estés tan molesto por estos apodos. Ni siquiera has oído cómo las discípulas llaman a Shizun, te pondrá la piel de gallina. Los ojos de Xue Meng se abrieron de par en par: –– ¿Cómo lo llaman? Mo Ran se detuvo perezosamente: ––Cómo podrían llamarlo, son chicas después de todo, deben ser más refinadas. Algo así como la flor de pera bajo la pálida luna, la nieve de primavera, el Señor Chu de Lin’ An, la bella flor de loto. Mi Dios. Chu Wan Ning: ––… Xue Meng: ––… ––Estos apodos aún están bien. En comparación, alguien como el anciano Tan Lang, con un temperamento tan terrible y un aspecto promedio, tiene unos mucho peores. De todos los veinte ancianos del Pico Sisheng, con el que Chu Wan Ning tenía la peor relación era con el anciano Tan Lang. Preguntó Chu Wan Ning: – – ¿Cómo lo llaman? ––Algo así como pepinillos de invierno o hojas de mostaza, porque su piel es oscura. –– Mo Ran dijo, riendo. ––Meng Meng, no me pongas esa cara, tú también tienes tu parte de apodos. Xue Meng parecía que se había tragado un huevo entero: –– ¿Qué? ¿Yo también? ––Por supuesto. –– Mo Ran dijo, sonriendo. Xue Meng trató de parecer que no le importaba, y se aclaró la garganta, preguntando: ––Bueno, ¿Cómo me llaman? ––Coño. ––... ¿Por qué? –– ¿Qué quieres decir con por qué, no es obvio? –– Mo Ran se encogió de hombros, pronunciando esas palabras con alegría, pero no pudo resistirse más, y golpeó la mesa, riendo. ––Eres como un pavo real abanicando sus plumas de la cola por todas partes, jajajajajaja... Xue Meng se puso de pie, gritando de rabia: –– ¡MO RAN! ¡TE MATARÉ! Para cuando los tres ya habían comido hasta saciarse y bebido lo suficiente, ya era pasada la medianoche. Regresaron al Pico Sisheng, y Chu Wan Ning fue enviado por primera vez por los dos estúpidos discípulos a la residencia del anciano Xuan Ji. Se despidió de ellos. Xue Meng hizo planes para reunirse mañana cerca del bosque de bambú, pero Chu Wan Ning no sabía cuándo podría volver a su forma original, y no se atrevió a aceptar. En cambio, dijo que iría a ver a Xue Meng si tenía tiempo libre. Chu Wan Ning esperó hasta que los dos discípulos se alejaron, y sólo entonces voló ligeramente hacia arriba, pisando los bordes de los tejados y volviendo al Pabellón del Loto Rojo. A la segunda mañana, Chu Wan Ning se despertó, y se sintió un poco desanimado después de ver que todavía estaba atrapado en el cuerpo de un niño. Chu Wan Ning se quedó con cara de piedra, pisando un taburete de madera, y miró a la persona en el espejo durante un largo rato. Sentía como si no tuviera la motivación para peinarse adecuadamente. Después de reflexionar, sintió que no podía soportarlo más, e inmediatamente fue a buscar a Xue Zheng Yong. –– ¿Qué? ¿Viste a Meng-er y Ran-er ayer? ––Sí, dije que era discípulo del anciano Xuan Ji, y no parecían dudar de ello. –– Chu Wan Ning dijo: ––Pero si Xue Meng viene a preguntarte, por favor recuerda cubrirme. Pero lo más importante es que ya he cultivado durante más de diez días, y nada ha cambiado realmente. Esto no está funcionando, tendré que pedirle a Tan Lang que se ocupe de todo. ––Oho, ¿Nuestro anciano Yu Heng y su cara delgada de repente ya no está preocupado por perder la cara? Chu Wan Ning le dirigió una mirada fría. Sin embargo, esa mirada que venía de un niño pequeño no era imponente en absoluto, sino que parecía que el niño estaba sufriendo un ataque. Chu Wan Ning era bastante adorable de niño, y Xue Zheng Yong no pudo evitar conmoverse un poco, extendiendo la mano para acariciar su cabeza. Chu Wan Ning dijo de repente: ––Líder de la Secta, cuando mi cuerpo regrese a la normalidad, ¿Podrías pedirle al Salón Huan Sha que me haga un nuevo conjunto de túnicas del Pico Sisheng? Que no sean blancas. Xue Zheng Yong se congeló en estado de conmoción: –– ¡Pensé que no te gustaba llevar una armadura ligera! ––Ocasionalmente cambiar de imagen también es bueno. –– Chu Wan Ning dijo con una expresión sombría mientras se alejaba. Aunque el anciano Tan Lang no se llevaba bien con Chu Wan Ning, tuvo que contenerse un poco en presencia del líder de su secta. No se mofó abiertamente de Chu Wan Ning, pero estaba claro lo que pensaba por sus ojos. Chu Wan Ning miró al anciano Tan Lang sin expresión alguna. Los ojos de Tan Lang brillaban de alegría, casi como si hubiera fuegos artificiales. Chu Wan Ning: ––… ––El diagnóstico de Madam Wang era más o menos correcto. –– El anciano Tan Lang soltó la muñeca de Chu Wan Ning después de tomarle el pulso, y Chu Wan Ning inmediatamente tiró de su mano y empujó su manga hacia abajo. –– ¿Entonces por qué han pasado diez días sin ningún cambio? Tan Lang respondió: ––Aunque no se contrajo con mucha savia del viejo sauce, sus efectos son bastante fuertes, así que me temo que tardará bastante tiempo en volver a su forma original. –– ¿Cuánto tiempo tomará? –– Chu Wan Ning le preguntó casualmente. Tan Lang dijo: ––No estoy seguro, pero probablemente unos diez años. –– Los ojos de Chu Wan Ning se abrieron de par en par inmediatamente. El anciano Tan Lang hizo todo lo posible por mantener la cara seria, pero sus ojos rebosaban de alegría ante la desgracia de Chu Wan Ning: ––Sí, vas a necesitar diez años para volver a tu forma original. Chu Wan Ning le miró durante un rato, y luego dijo sombríamente: –– ¿Me estás engañando? ––No pienses demasiado, no me atrevería a engañar al gran anciano Yu Heng. –– Tan Lang dijo con una sonrisa: ––De todos modos, si me preguntas, esto está muy bien. Tu cuerpo es más pequeño, tu mentalidad un poco más juvenil, y además, tu cultivo no se ve afectado, ¿Cuál es la prisa por volver a la normalidad? Chu Wan Ning, con cara cenicienta, se quedó sin palabras durante un rato. Tan Lang continuó: ––Sin embargo, durante estos diez años, no hay garantía de que vayas a tomar la forma de un niño todo el tiempo. Este tipo de savia arbórea migra por los mismos caminos que tu energía espiritual, así que si no usas ninguna técnica espiritual durante tres a cinco meses, deberías ser capaz de volver a tu forma original. –– ¡Eso también funciona! –– Los ojos de Xue Zheng Yong se iluminaron como si estuviera viendo la primera luz del amanecer. Pero Tan Lang sonrió y continuó: ––Líder de la secta, no te apresures tanto, aún no he terminado de explicarlo. Incluso después de que el anciano Yu Heng vuelva a su forma adulta, no podrá usar demasiadas técnicas, porque una vez que su energía espiritual se agote por el uso excesivo, la savia del sauce podrá ejercer su influencia de nuevo, y se convertirá otra vez en un niño. –– ¿Uso excesivo? Entonces, ¿Cuánto contaría como demasiado? –– exclamó Xue Zheng Yong. ––Sobre eso, ya que la savia ya se ha extendido por todo su cuerpo. –– Tan Lang dijo: ––Como mucho, sólo podría usar dos movimientos al día. Chu Wan Ning habló con una voz fría y dura como el acero: ––La barrera del reino fantasma genera brechas que necesitan ser reparadas todo el tiempo, la fabricación de golems también utiliza energía espiritual. Si sólo puedo usar dos movimientos al día, seré tan bueno como un inútil. ––Bueno, eso es todo lo que tengo. –– Tan Lang respondió sarcásticamente: ––Después de todo, si el reino humano sufriera la pérdida del Inmortal Bei Dou, ni siquiera el sol podría salir por el oeste mañana. Xue Zheng Yong se preocupó: ––Tan Lang, deja ya el sarcasmo. En todo el mundo de la cultivación, tus técnicas médicas están en lo alto, por favor piensa en algo. Incluso si el cultivo de Yu Heng no se ha visto afectado, todavía está en el cuerpo de un niño, así que sus habilidades definitivamente no son las mismas que antes. Sin mencionar que si las otras sectas se enteran de que Yu Heng fue herido en el Lago Jin Cheng, podrían pensar en intentar algo gracioso. Diez años es demasiado tiempo, ¿Podrías buscar algunas medicinas o algo que tal vez...? El anciano Tan Lang se mofó e interrumpió a mitad de la frase: ––Líder de la secta, la savia con la que fue infectado el Inmortal BeiDou es de un antiguo árbol espiritual, no de un veneno común. ¿Realmente piensa que puedo encontrar una cura de inmediato? Xue Zheng Yong: ––… ––Es suficiente por ahora, tengo que ir a extraer la medicina para las píldoras. –– Tan Lang dijo con indiferencia: –– ¿Por qué no se van ustedes dos? Xue Zheng Yong: –– ¡Tan Lang! –– Todavía quería decir algo, pero Chu Wan Ning cogió el dobladillo de su túnica y dijo: ––Líder de la secta, vamos. Cuando llegaron a la puerta, la voz de Tan Lang flotó repentinamente desde atrás. ––Chu Wan Ning, si estás dispuesto a rogarme apropiada y humildemente, entonces, ¿Quién sabe? Podría estar dispuesto a ayudarte a encontrar una cura para ti. Aunque nunca he visto a alguien con tu condición antes, no necesariamente no puedo ayudar. Así que, ¿Por qué no lo piensas cuidadosamente? ––… –– Chu Wan Ning miró hacia atrás y respondió: –– ¿Qué es lo que se considera apropiado y humilde? Tan Lang se reclinó en el sofá, desordenando perezosamente los fajos de agujas de plata que había en la mesa, y levantó la vista al oír la voz de Chu Wan Ning, el desdén se veía en sus ojos: ––Cuando otras personas están al final de sus cuerdas, se arrodillan para postrarse y pedir ayuda. Somos compañeros, así que no te pediré que te postres y golpees la cabeza en el suelo, pero si te arrodillas y me dices unas palabras bonitas, entonces te ayudaré. Chu Wan Ning no dijo nada, sólo lo miró con indiferencia. Sólo después de un tiempo dijo: ––Pepinillos de invierno, debes estar soñando. Con eso, Chu Wan Ning sacudió sus mangas y se fue. El anciano Tan Lang fue dejado allí aturdido pensando en lo que significaba pepinillos de invierno. Los días pasaban lentamente. El anciano Yu Heng declaró que iba a recluirse para meditar, cuando en realidad, estaba atrapado en el cuerpo de un niño y no podía volver a su forma original. Xue Zheng Yong, Madam Wang y el anciano Tan Lang se enteraron uno tras otro y, para evitar que el secreto fuera descubierto, también se informó al anciano Xuan Ji. Pasaron unos meses en un abrir y cerrar de ojos, las puertas del Pabellón del Loto Rojo habían estado cerradas para los visitantes durante bastante tiempo, y Xue Meng y los demás no pudieron evitar estar preocupados. ––Shizun ha estado recluido por más de setenta días, ¿Por qué no ha salido todavía? ––Tal vez está mejorando su nivel de cultivo. –– Shi Mei tomó un sorbo de rocío de Ling Shan de su taza, y miró hacia el cielo oscuro y nublado fuera de la ventana. ––Va a nevar, y pronto será año nuevo, me pregunto si Shizun saldrá antes. Mo Ran estaba hojeando perezosamente un manual de técnicas de espada, y al oír las palabras de Shi Mei, dijo: ––Probablemente no. ¿No nos envió un mensaje con su flor Haitang hace un par de días para decirnos que aún tardaría un poco? Dudo que salga a tiempo. Era un día de descanso en el pico Sisheng, cuando los discípulos no necesitaban practicar la cultivación. Mo Ran y los otros dos se reunieron para disfrutar de un té recién hecho y vino caliente. Los telones de bambú del pequeño pabellón del patio estaban medio cerrados, las pesadas cortinas ocultaban a sus ocupantes, y el vapor se agitaba levemente desde abajo. Últimamente, ha habido una nueva adición que a menudo sale con ellos: Xia Si Ni, discípulo del anciano Xuan Ji. Desde ese día en que conoció a Xue Meng, Xue Meng lo había arrastrado a cultivar o jugar juntos cada dos días, y en poco tiempo, el grupo se había vuelto inseparable. Y así, el grupo de tres discípulos del anciano Yu Heng obtuvo misteriosamente un cuarto. En ese momento, Chu Wan Ning, asumiendo el nombre de Xia Si Ni, estaba sentado frente a la mesa comiendo pasteles. Comía de una manera refinada, pero no le faltaba en absoluto la velocidad con la que comía. Xue Meng lo miró inadvertidamente, se detuvo sorprendido, luego su mirada se volvió hacia el plato y pronunció sorprendido: ––Wow, pequeño shidi, ¿De quién heredaste este estómago sin fondo? Chu Wan Ning masticaba tranquilamente un trozo de pastel de Osmanto. El pastel estaba delicioso, y no se molestó en responder a Xue Meng; después de todo, había alguien peleando por la comida con él. Las manos de Mo Ran y Chu Wan Ning cayeron sobre el último pedazo de crujiente pastel de loto al mismo tiempo. Sus ojos se abrieron y parecía como si hubiera un relámpago crepitando entre sus miradas. Chu Wan Ning: ––Suéltalo. Mo Ran: ––No. ––Quita las manos. ––Ya te has comido ocho trozos, este es mío. ––Puedes comer cualquiera de los otros, pero no el pastel de loto. Mo Ran miró al pequeño compañero durante un rato antes de sacar su carta de triunfo: ––Shidi, si comes demasiados dulces te saldrán caries. ––Está bien. –– Chu Wan Ning estaba muy tranquilo. ––Tengo seis años, no sería vergonzoso. Mo Ran: ––… Hubo un fuerte "PA" cuando la palmada de Xue Meng aterrizó junto a sus molestas quejas: ––Mo Wei Yu, ¿Cuántos años tienes para seguir luchando contra Shidi por comida? En ese momento, Mo Ran se cubrió la cabeza con un "Aiyo", Chu Wan Ning ya había arrebatado rápidamente el pastel de loto, con las manos rápidas y la cara sin expresión alguna, sintiéndose bastante satisfecho mientras comía un pequeño bocado. –– ¡Shidi...! Chu Wan Ning lo ignoró, totalmente dedicado a mordisquear sus dulces. Los cuatro estaban ocupados haciendo un escándalo cuando un agudo silbido atravesó los cielos, reverberando por todo el Pico Sisheng. La cara de Chu Wan Ning cayó: –– ¿El silbato de reunión? Xue Meng levantó las cortinas colgantes a la mitad para mirar por la ventana. Los otros discípulos que habían estado caminando afuera también se detuvieron en su lugar para mirar a su alrededor con expresiones de sorpresa. Al sonar el silbato de reunión, todos en el Pico Sisheng deben reunirse afuera en el patio frente al Salón Dan Qing. Esto también significaba que el silbato sólo se haría sonar cuando hubiera una emergencia. Antes de que Chu Wan Ning se uniera a la secta, este silbato había sonado a menudo cuando la barrera del reino fantasma había sido quebrantada. Pero desde que Chu Wan Ning se unió, el silbato no se había escuchado en mucho tiempo. Shi Mei dejó el libro entre sus manos y se levantó para caminar al lado de Xue Meng: ––Qué extraño, ¿Qué puede ser tan urgente? ––No lo sé. No tiene sentido preguntarse, vamos a echar un vistazo primero. Sólo Mo Ran se quedó en silencio. Presionó sus labios, y sus pestañas revolotearon hacia abajo, cubriendo el destello de algo antinatural que pasaba por sus ojos. Sabía lo que este silbato predijo, pero el momento era ligeramente diferente de lo que recordaba, no pensó que ocurriría tan pronto... Los cuatro llegaron al Pico Sisheng, y los otros discípulos también vinieron uno tras otro. Poco después, todo el patio del Salón Dan Xin se llenó con todos los ancianos y sus discípulos. Una vez que todos se habían reunido, Xue Zheng Yong salió de las puertas herméticamente cerradas del Salón Dan Xin para pararse frente a la barandilla de la plataforma con franjas de jade, por encima de los peldaños de piedra caliza. Seis hermosas mujeres lo seguían, algunas encantadoras, otras de aspecto frío, pero todas eran increíblemente hermosas. Se pararon contra el viento, usando sólo delgadas túnicas de muselina en un clima tan terriblemente frío, y de un vistazo, sus faldas rojas eran como las nubes al amanecer, sus ojos parecían iluminados con llamas escarlatas en medio del delicado revoloteo de las cintas de seda, y el espacio que había entre cada una de las cejas se marcaba con un resplandor de color carmesí. Xue Meng estaba aturdido. No sólo él, las expresiones de casi todas las personas en el patio cambiaron al ver a las seis mujeres. Xue Meng miró fijamente durante mucho tiempo antes de poder hablar con voz temblorosa: ––Las enviadas de la tribu emplumada... Eh, ¿Vinieron de Zhu Que, la tierra de los inmortales? CAPÍTULO 55: ESTE VENERABLE SE SIENTE INCÓMODO. Zhu Que puede ser llamada la tierra de los inmortales, pero sus residentes no son, en realidad, inmortales. Más bien, sino un pueblo de sangre mixta mitad inmortal y mitad demonio. En el mundo de la cultivación, son los seres que más se parecen a los inmortales, y también son conocidos como la "Tribu emplumada". La tribu emplumada siempre ha vivido en su propio Jardín de Flores de Melocotón más allá del laberinto de la Montaña Jiu Hua, raramente interfiriendo en asuntos del mundo humano. Pero la mitad de la sangre que fluía por sus cuerpos seguía siendo mortal después de todo, así que no estaban completamente distanciados. Así, a menudo aparecían en momentos de agitación o desastre en el mundo de la cultivación y usaban sus inmensos poderes para ayudar a los mortales a superar la crisis. Cuando Mo Ran estaba creando un infierno y poniendo el mundo de cabeza en la vida pasada, la tribu emplumada había aparecido en masa. Pero su poder no podía superar al emperador que ya había perfeccionado la técnica prohibida al final, y Mo Ran había perseguido y matado a cada uno de ellos, pisando el suelo cubierto de sangre y plumas quemadas. Zhu Que, la tierra de los inmortales fue quemada en un día. Era un recuerdo extremadamente frenético, tanto que incluso Mo Ran se ponía a sudar frío cada vez que lo recordaba después. Pensó que era como un hombre poseído en ese momento, infinitamente cruel. Pero ahora mismo, claramente no tenía la fuerza para luchar con la tribu emplumada. De hecho, debido a la superioridad natural de su sangre, la gran mayoría de los cultivadores se quedaron cortos en términos de fuerza espiritual. De todo el Pico Sisheng, sólo unos pocos de los ancianos más brillantes podían incluso intercambiar golpes con ellos. Xue Meng sin querer vio la cara de Mo Ran y se llevó un buen susto: –– ¿Qué pasa contigo? ¿Por qué tienes la cara tan pálida? ––No es nada. –– Mo Ran bajó sus pestañas y susurró. ––Corrí demasiado rápido antes. La llegada de la tribu emplumada marcó el comienzo de la tragedia de Shi Mei en la última vida. El corazón de Mo Ran saltó a su garganta; pensó que pasaría un tiempo antes de que estos eventos sucedieran, ¿Por qué el progreso de tantas cosas cambió tanto desde antes? El tenue sol invernal colgaba débilmente en el cielo, iluminando al mundo con una capa de blanco mortal. De pie debajo, Mo Ran no pudo evitar tender la mano y tomar la de Shi Mei. Shi Mei parpadeó: –– ¿Qué pasa? ––… –– Mo Ran agitó la cabeza y no dijo nada. Justo en ese momento, Xue Zheng Yong empezó a hablar. Sus palabras no fueron muy diferentes de lo que dijo en la vida pasada. ––La razón por la que llamé a todos aquí hoy es porque las enviadas de la tribu emplumada han venido una vez más. Al igual que hace ochenta años, vinieron del Jardín de Flores de Melocotón al mundo humano para ayudar en una calamidad anunciada. Una pausa mientras miraba lentamente a los discípulos reunidos abajo. ––Como todos saben, la barrera del reino fantasma fue establecida originalmente por el Dios Fu Xi, pero se ha debilitado gradualmente en estos últimos millones de años, y se rompería cada pocas décadas. En los últimos años, su poder se desvanece día a día, y a pesar de los esfuerzos de todos... Xue Meng resopló en voz baja: ––Papá está diciendo tonterías, son claramente los esfuerzos de Shizun. ––A pesar de los grandes esfuerzos de todos, la brecha se hace aún más grande, y la barrera eventualmente se romperá como lo hizo hace décadas. Cuando llegue ese momento, el límite entre el reino humano y el reino fantasma se romperá, miles de fantasmas y espíritus saldrán corriendo y la gente común sufrirá. Para evitar esta calamidad, las enviadas de la tribu emplumada han venido a las sectas a seleccionar a aquellos con la energía espiritual más adecuada y la habilidad innata para ir al Jardín de Flores de Melocotón y cultivar en reclusión. Sus palabras causaron conmoción en la multitud. ¿¡La tribu emplumada está escogiendo gente para avanzar en su cultivo en el Jardín de Flores de Melocotón en la tierra de los inmortales!? Todos los discípulos pasaron de asombro a emoción, y, a pesar de su capacidad real, cada uno tenía esperanzas y expectativas en secreto. Sólo Mo Ran no estaba ni un poco contento, sino que sus rasgos mostraban sutilmente la ansiedad. Normalmente era muy bueno fingiendo apariencias, hasta el punto de que otros ni siquiera podían distinguir lo real de lo falso, pero ahora mismo, no podía ocultar sus sentimientos... Esto tenía que ver con la supervivencia de Shi Mei. En ese entonces, Shi Mei fue seleccionado por la tribu emplumada y fue al Jardín de Flores de Melocotón para cultivar. Poco después de su regreso, la brecha sufrió un colapso a gran escala, y grandes hordas de fantasmas subieron del infierno. Shi Mei luchó junto a Chu Wan Ning en la siguiente batalla, cada uno tomó un lado de la matriz, trabajando juntos para reparar la gran brecha. Sin embargo, Shi Mei no era tan fuerte como Chu Wan Ning, y los incontables fantasmas, viendo que el reino mortal estaba a punto de cerrarse, todos cargaron contra Shi Mei en una corriente asesina mientras se concentraba en mantener el equilibrio en la barrera, ¡Y lo atravesaron en un instante! La energía demoníaca atravesó su corazón y su alma. Chu Wan Ning ni siquiera levantó un dedo para ayudar, ni siquiera intentó detenerlos. Cuando Shi Mei cayó de lo alto de la columna del dragón en espiral, decidió usar todo el resto de su poder para sellar el resto de la barrera que Shi Mei no era capaz de sellar. Ese día estaba nevando. La caída de la forma de Shi Mei parecía como si fuera otro de los incontables pequeños e insignificantes copos de nieve. La nieve caía sin parar, cubriendo el cielo. A nadie le importaría si un copo de cristal congelado estuviera a punto de derretirse, al igual que generación tras generación de personas, las décadas de sus vidas desde el nacimiento hasta la muerte, nadie más que sus parientes cercanos se preocuparían por la muerte de una persona común. En esa nieve, en ese pandemonio, Mo Ran sostuvo a Shi Mei mientras su respiración se hacía cada vez más superficial, arrodillándose en el suelo rogando a Chu Wan Ning que por favor le echara una mirada, que por favor lo salvara. Pero al final Chu Wan Ning sólo se dio la vuelta, eligió caminar hacia el blanco ilimitado, para lograr su propio prestigio, cortando los lazos entre maestro y discípulo. Qué risible. Las cosas que le gustaban a Chu Wan Ning, las cosas que le importaban, las cosas que perseguía, todo eso era tan risible. Por ejemplo, a Chu Wan Ning le gustaba el sonido de la lluvia en el estanque del loto, y le gustaban los versos melancólicos del poeta Du, con esa espantosamente estricta adherencia a la forma. Por ejemplo, a Chu Wan Ning le importaba el brote de las plantas en primavera, la muerte de las cigarras con la llegada del otoño; le importaba dónde se encendían de nuevo las llamas de la guerra, y dónde luchaba la gente común. Por ejemplo, Chu Wan Ning siempre les había enseñado a ser justos, a poner a la gente antes que a sí mismos. Pero Mo Ran pensó, ¡A la mierda con la gente! No conocía ni le importaban esas personas, ¿Qué le importaba si vivían o morían? Si la lluvia de Chu Wan Ning caía sobre los murmullos de las almas perdidas, si sus plantas se salpicaban con las lágrimas de los refugiados, a Mo Ran no le importaba. Su lluvia era normal, y sus plantas eran plantas ordinarias. La 'gente común' eran sólo palabras en un pedazo de papel, a quién diablos le importa. Y entonces pensó, Chu Wan Ning era despreciable, un hipócrita que gritaba palabras de deber y compasión como si su corazón fuera lo suficientemente grande como para mantenerlo todo bajo el cielo, pero en realidad, ese patéticamente estrecho pecho suyo ni siquiera tenía lugar para su propio discípulo. Después, le preguntó a Chu Wan Ning, ¿Te duele el corazón? ¿Sientes algún tipo de malestar? ¡Dijiste poner a las personas antes que a ti mismo pero aún estás vivo mientras Shi Mei murió siguiendo tus órdenes! ¡Tú eres el que hizo que lo mataran, hipócrita, mentiroso! ¿Si quiera tienes corazón? Cuando Shi Mei cayó de la plataforma, te estaba llamando, te estaba llamando Shizun, ¿Lo escuchaste? ¿Lo escuchaste? ¿Por qué no lo salvaste? ¿Por qué no lo salvaste? Chu Wang Ning, tienes piedra por corazón. Tú... Nunca te preocupaste por nosotros. No te importó... No te importó... Y entonces, todo terminó de la forma en que lo hicieron. Chu Wan Ning fue adorado y respetado por todos en el mundo de la cultivación, prácticamente un rey sin corona, y nadie escatimó un solo pensamiento para aquellos que habían perecido; la muerte de Shi Mei fue como un paso sin importancia bajo los pies del victorioso. Cambió a un discípulo no dotado por la paz y prosperidad, la llamada paz mundial. Nadie diría que estaba equivocado en eso. Sólo Mo Ran vio que la brillante corona que tenía sobre su cabeza estaba hecha de los huesos de los muertos, que su éxito se debía a la muerte de Shi Mei. Odiaba hasta el fondo de su corazón. ––Hola, joven. ––Hey... De repente, tenía una mano cálida en la frente. Mo Ran se sobresaltó y abrió los ojos al ser arrancado de sus recuerdos oscuros. Ante él había un rostro delicado, brillante y encantador. Una de las enviadas de la tribu emplumada se había acercado sin que él lo supiera, y le sonreía suavemente. –– ¿Dejando pasar una gran oportunidad justo delante de ti? ––Ah, hermana mayor, por favor, no te preocupes. –– Mo Ran hizo todo lo posible para animarse y no levantar sospechas, sonriendo al enviado: –– Siempre me ha gustado soñar despierto, y esperaba tanto ser seleccionado que me perdí en mi imaginación de cómo podría ser el Jardín de Flores de Melocotón, lo siento tanto. Resultó que, mientras Mo Ran estaba perdido en sus recuerdos, las enviadas de la tribu emplumada ya habían bajado y comenzado a escoger gente, pero él estaba tan atrapado en sus enredados pensamientos que no sabía nada de lo que pasaba a su alrededor. La enviada sonrió dulcemente, y luego dijo algo que Mo Ran no esperaba en absoluto: ––Tu energía espiritual es pura, y tu cultivo y aptitud también son notables. Si quieres ir al Jardín de Flores de Melocotón, entonces ven conmigo. Mo Ran: ––… Mo Ran: ––!!!! ¿Al Jardín de Flores de Melocotón? Sólo Shi Mei y Chu Wan Ning fueron elegidos en la vida anterior, por qué esta vida es... Estaba demasiado conmocionado para hablar. Afortunadamente, ser elegido por la tribu emplumada es naturalmente algo digno de conmoción y asombro, por lo que las personas cercanas no encontraron su reacción extraña en absoluto, sólo lo miraban con envidia. La enviada lo llevó al Salón Dan Xin, y a medida que la conmoción inicial disminuyó y su corazón dejó de martillar en su pecho, sus ojos comenzaron a llenarse de un éxtasis que nadie más vio. Las cosas eran diferentes en esta vida. Aunque todavía no sabía si estos cambios eran para bien o para mal, y por qué exactamente el destino había cambiado, al menos podía ir al Jardín de Flores de Melocotón también. Si también estudia bajo la tribu emplumada, entonces la pesada tarea de reparar la barrera podría no caer sobre Shi Mei cuando llegue el momento. No era un hombre culto; incluso después de vivir dos vidas, todavía no entendía lo que significaba poner a las personas antes que a sí mismo. Pero Shi Mei era la persona más amable con él en este mundo, y nada más importaba delante de esa persona. Incluyendo su propio saco de carne y esta media pizca de alma devuelta. Mientras Shi Mei viva, lo tiraría todo por la borda. Pero cuando las enviadas terminaron su selección y los reunieron a todos frente al Salón Dan Xin, Mo Ran descubrió que la alineación era completamente diferente a la de la vida pasada. Shi Mei estuvo aquí como antes, pero como resultado de estar recluido, Chu Wan Ning se perdió la selección, así que no estaba entre los elegidos, y en su lugar estaba el discípulo del anciano Xuan Ji, Xia Si Ni. Y aún más sorprendente fue el hecho de que Xue Meng también había sido invitado al Jardín de Flores de Melocotón según las palabras de la enviada: "Hay un poder persistente de la espada de Gou Chen-Shanggong en tu persona, qué interesante." Desde la cercana Torre Tong Tian llegó el sonido profundo de un reloj que reverberaba por todo el Pico Sisheng. Del Pico Sisheng del reino de cultivo inferior, los elegidos son Xue Zi Ming, Mo Wei Yu, Shi Ming Jing, y Xia Si Ni, para un total de cuatro." La líder de los enviados se dirigió a Xue Zheng Yong antes de liberar a un ave miná mensajera. Levantando la mano con el pájaro de vivos colores encaramado sobre la punta de un dedo, continuó con una voz clara: ––Estos cuatro son individuos excepcionales, adecuados en aptitud y genuinos en carácter. Así concluye este informe. Con eso, soltó al pájaro. El miná memorizó sus palabras y, con un aleteo de sus poderosas alas, rápidamente desapareció en los vastos cielos. Poder ir a cultivar al Jardín de Flores de Melocotón era una oportunidad poco común, más aún que adquirir un arma sagrada, y nadie la rechazaría. Además, estarían estudiando técnicas para protegerse contra el derrumbe de la barrera del reino fantasma, el mismo deber y obligación de aquellos que cultivan, y nadie podría rechazarlo. En cuanto al tiempo, podría tomar desde un par de meses hasta tres o incluso cinco años. Pero la tribu emplumada no era irrazonable; viendo que era casi el final del año, dijeron que primero se quedaran y pasaran el Año Nuevo, luego vendrán para llevar al grupo al Jardín de Flores de Melocotón en la Montaña Jiu Hua. Pensando en cómo pronto podrá ir junto con Shi Mei al Jardín de Flores de Melocotón, Mo Ran no pudo evitar sentirse muy contento. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que la alegría se desvaneciera. Al principio no entendía por qué, hasta que un día, al pasar por el pie del pico sur del Pico Sisheng, levantó la vista para ver el Pabellón del Loto Rojo sellado. Los pasos de Mo Ran se ralentizaron subconscientemente, y luego se detuvieron por completo. Se quedó allí, mirando hacia arriba, donde la montaña desaparecía entre las nubes. Chu Wan Ning había estado recluido durante más de tres meses. En esta vida, el odio que tenía hacia esta persona parecía desvanecerse... Aunque se recordaba a sí mismo una y otra vez que no debía olvidar la mirada en la cara de Chu Wan Ning cuando lo abandonó a él y a Shi Mei, todavía había momentos en que empatizaba con él, cuando se sentía confundido y desconcertado. Xia Si Ni estaba caminando con él. Viendo la extraña expresión en la cara de Mo Ran y la forma en que miraba el pico sur perdido en sus pensamientos, su corazón dio un vuelco y preguntó: –– ¿Qué pasa? ––Pequeño Shidi, ¿Crees que saldrá antes de que nos vayamos? ––... ¿Él? ––Ah. –– Mo Ran se detuvo, volviendo a sus sentidos, y sonrió hacia Chu Wan Ning. Después de haber pasado bastante tiempo juntos, sintió que este pequeño shidi era inteligente y sensato, y le gustaba mucho, ––Estaba hablando de mi Shizun, el anciano Yu Heng. Chu Wan Ning: ––Ya veo... Mo Ran suspiró, murmurando: ––Nunca había estado tanto tiempo recluido. ¿Podría ser que la lesión que sufrió en el Lago Jin Cheng fuera realmente muy grave? Esta fue la primera vez en mucho tiempo que sacó a relucir su Shizun por propia iniciativa. Chu Wan Ning ya sabía que era imposible, pero aún así no pudo evitar preguntar: –– ¿Lo... extrañas? CAPÍTULO 56: ESTE VENERABLE ESTÁ OCUPADA ENVOLVIENDO BOLITAS DE MASA. Para que le hicieran esa pregunta, la cara de Mo Ran era de desconcierto. ¿Lo extraño? A pesar del profundo e inolvidable resentimiento de su vida anterior, Chu Wan Ning nunca le había hecho daño en ésta. En vez de eso, lo había protegido una y otra vez del peligro, y él era el que estaba cubierto de pies a cabeza con heridas y con moretones negros y azules en lugar de él. Después de mucho tiempo, finalmente respondió: ––Mhn... Todas estas veces que ha estado herido, fue por mi culpa... Al ver la expresión de su rostro, Chu Wan Ning sintió una punzada de calor en su corazón. Quería decirle algo a Mo Ran, pero se detuvo después de escuchar lo que dijo a continuación. ––Ha hecho demasiado por mí, y sólo puedo esperar ayudarle a recuperarse un poco más rápido. No quiero deberle demasiado. Ese destello de calor en su corazón parece haber muerto, completamente inmóvil, congelado. Chu Wan Ning se quedó inmóvil durante un rato, sintiéndose como si fuera extremadamente risible. Mo Ran ya le dijo que lo único entre ellos era la relación de maestro y discípulo. Fue culpa suya que su cabeza se mareó de emoción ante la más mínima esperanza, volando como una polilla en un fuego ardiente, y siendo quemado en cenizas; no podía culpar a nadie más. Chu Wan Ning sonrió; probablemente fue una sonrisa fea y desanimada. ––Lo estás pensando demasiado. Eres su discípulo, así que no hay tal cosa como deberle algo. Todo lo que hace, lo hace voluntariamente. Los ojos de Mo Ran se volvieron hacia él: ––Y tú... todavía eres tan pequeño, pero siempre estás levantando la nariz, dando la mejilla e imitando cómo hablan los adultos. –– Dijo, riendo alegremente, y frotó la cabeza de Xia Si Ni. A Chu Wan Ning le dieron palmaditas en la cabeza durante un rato. Al principio seguía riendo, pero al cabo de un rato, sus ojos comenzaron a llenarse lentamente de lágrimas, y, frente a la deslumbrante y brillante cara que tenía ante él, dijo en voz baja: ––Mo Ran, no quiero jugar más contigo, suéltame. El cráneo de Mo Ran era varios centímetros más grueso, así que no notó ningún cambio en la expresión de su shidi. Además, se había acostumbrado tanto a bromear y a gritar con "Xia Si Ni" que no dudó en pellizcar las suaves mejillas del niño. Los labios de Mo Ran se arquearon suavemente, e hizo una cara graciosa. ––Pfft, ¿Por qué está enfadado el pequeño Shidi esta vez? Chu Wan Ning miró al niño reflejado en los ojos del otro, con una sonrisa tan fea en su cara pellizcada, como un monstruo patético de aspecto gracioso. ––Suéltame. Mo Ran no se dio cuenta, y continuó burlándose de él como antes: ––Bien, bien, no te enfades, no diré que estás fingiendo ser un adulto, ¿Hm? Ven aquí, vamos a hacer las paces, llámame Shige~ ––Suéltame... ––Sé bueno, llámame shige, y te compraré pastel de Osmanto para comer en un momento. Chu Wan Ning cerró los ojos, las pestañas temblando un poco, y finalmente habló, su voz ronca. ––Mo Ran, no estoy bromeando, realmente no quiero jugar más contigo. ¿Puedes soltarme, suéltame, si? –– Sus delgadas cejas se fruncieron y las lágrimas no salían de sus ojos porque estaban bien cerrados. Sin embargo, habló con una voz llena de sollozos. ––Mo Ran, duele... Duele demasiado sostener a una persona en su corazón, así que la escondió cuidadosamente en las profundidades de su corazón. Estaba bien si a esa persona no le gustaba, siempre y cuando pudiera pensar en esa persona en silencio, protegerla en silencio; estaba bien si no podía tener a esa persona, todo estaba bien. Pero el calor y la ternura de esa persona sólo se daban a los demás, y las únicas cosas que se le ofrecían eran púas y espinas. Lo sostenía en su corazón, y cada vez que esa persona se movía, su corazón comenzaba a sangrar. Día tras día, nuevas heridas aparecían antes de que las viejas se hubieran curado. Fue entonces cuando Chu Wan Ning supo que aunque no estuviera compitiendo para obtener el afecto de esta persona, cada momento que lo sostenía en su corazón lo lastimaría hasta el fondo. No sabía cuánto tiempo podría soportar este tipo de dolor, y no sabía cuándo se desmoronaría por completo. Mo Ran finalmente se dio cuenta de que algo estaba mal, y lo dejó ir frenéticamente. Tocó las mejillas rojas del otro, sin saber qué hacer. Chu Wan Ning de repente pensó que estar en el cuerpo de un niño no era algo malo. Al menos, de esta manera, podría decir lo que le doliera sin restricciones, podría mostrar un poco de su lado vulnerable. Al menos, de esta manera, miraría hacia él con preocupación. Esto era algo en lo que nunca se hubiera atrevido a pensar antes. En un abrir y cerrar de ojos, ya era Nochevieja. Esta era la época más animada del año en el Pico Sisheng. Todos los discípulos estaban ocupados poniendo talismanes de papel rojo y barriendo ventisqueros. El jefe de cocina del Salón Meng Po estuvo ocupado desde el amanecer hasta el anochecer, preparando delicias para la fiesta de fin de año. Además, todos los ancianos prepararon hechizos y amuletos en los que se especializaron para agregarlos a las festividades para ayudar a dar la bienvenida al Año Nuevo. Por ejemplo, el anciano Tan Lang transformó un charco de agua fresca de manantial en vino fragante, y el anciano Xuan Ji liberó a los tres mil ratones con luz de fuego que había estado criando, permitiéndoles dispersarse alrededor de la secta y vigilar dondequiera que estuvieran, llevando a todos un poco de calor y alivio del frío. El anciano Lu Cun hechizó a los muñecos de nieve que todos hicieron para correr alrededor del pico y gritar ––Feliz Año Nuevo–– a todos los que se toparon con ellos. Nadie esperaba que el anciano Yu Heng hiciera nada; de hecho, seguía recluido. Había estado fuera durante mucho tiempo y no se había presentado ante nadie desde el principio. Xue Meng estaba de pie junto a la ventana, con la cara alzada hacia arriba, mirando los pétalos de las flores Haitang que revoloteaban desde el cielo, habló como si estuviera preocupado por algo: ––Nos iremos después de hoy. Parece que no podremos verlo antes de irnos después de todo... ¿Me pregunto qué estará haciendo Shizun ahora mismo? ––Definitivamente está cultivando. –– Mo Ran dijo a través de una boca llena de manzana: ––Hablando de eso, se supone que todos los ancianos tienen que hacer una presentación esta noche. Es una mierda que Shizun no esté aquí; si lo estuviera, también tendría que actuar. Me pregunto qué podría hacer. Mo Ran se rió antes de continuar: ––Tal vez una exhibición de 'Cómo enfadarse', ¿Eh? Xue Meng lo miró con ira: –– ¿Qué tal una actuación de 'Azotando a Mo Wei Yu hasta la muerte'? Era Año Nuevo, así que Mo Ran no se enfadó por la dura broma de Xue Meng. De repente pensó en algo, y preguntó: –– Oh sí, ¿Has visto al pequeño Shidi hoy? –– ¿Te refieres a Xia Si Ni? –– Xue Meng respondió: ––No lo he visto, pero en todo caso, es discípulo del anciano Xuan Ji. Xuan Ji ya tiene la amabilidad de que no le importe que esté con nosotros todos los días, pero si se quedara con nosotros incluso durante las festividades de Año Nuevo, su Shizun podría perder la cabeza. Mo Ran se rió: ––Supongo. Los rayos del sol poniente se convirtieron en una tarde sobre el Pabellón del Loto Rojo. Chu Wan Ning tenía una pastilla en la mano, mirándola cuidadosamente. Xue Zheng Yong estaba sentado frente a él y se sirvió una taza de té, ya que Chu Wan Ning no lo invitó a tomarla. También se comió un pastel crujiente del plato, maldita sea la etiqueta. Chu Wan Ning lo fulminó con la mirada, pero Xue Zheng Yong siguió masticando sin darse cuenta: ––Yu Heng, ¿No has terminado de mirarla todavía? Tan Lang puede ser bastante duro con sus palabras, pero sus intenciones no son malas en absoluto. No es como si te hubiera hecho daño. ––... ¿Qué estás diciendo, líder de la secta? –– Chu Wan Ning respondió a la ligera: ––Estaba pensando que como el anciano Tan Lang ya se ha tomado la molestia de inventar una píldora que me permite recuperar mi forma adulta por un día, ¿Por qué no extrae un par más de ellas? De esa manera, puedo tomar una cuando sea necesario. ––Aiya, si tan sólo fuera tan fácil–– dijo Xue Zheng Yong. ––Las materias primas que se usaron en la fabricación de esta píldora son raras más allá de toda medida, y Tan Lang ya se ha quedado sin materiales después de refinar tres de ellas. No es un plan a largo plazo. ––Ya veo. –– Contestó Chu Wan Ning, muy pensativo. ––Así que así son las cosas, por favor, dale las gracias. ––Jaja. –– Xue Zheng Yong hizo un gesto con la mano: ––Ustedes dos son bastante parecidos, ya sabes, bruscos con sus palabras, pero no malos de corazón. Chu Wan Ning lo miró fijamente, pero no dijo nada. Se sirvió una taza de té, y tragó la medicina que le permitiría volver a su forma original. Xue Zheng Yong estaba a punto de comer otro pastel cuando Chu Wan Ning detuvo su mano. –– ¿Qué? –– Dijo el líder de la secta infelizmente. Chu Wan Ning habló: ––Mío. Xue Zheng Yong: ––… Cuando cayó la noche en el Pico Sisheng, todos los discípulos se reunieron en el Salón Meng Po, uno tras otro. Cada anciano trajo a sus discípulos y se sentaron juntos para amasar masa y hacer albóndigas. Tanto los muñecos de nieve como los ratones con luz de fuego atravesaban las multitudes de personas, pasándoles frascos de sal, pimienta roja en polvo, platillos de cebolletas picadas y otras cosas misceláneas. Cada mesa estaba llena de emoción y risas parlanchinas. La mesa del anciano Yu Heng era la única excepción: todos los discípulos estaban aquí, pero el maestro estaba ausente. Xue Meng miró a su alrededor un momento, suspirando: ––Extraño a Shizun. Shi Mei respondió cálidamente: –– ¿No nos envió Shizun una carta hace unos días, diciéndonos que disfrutáramos de las festividades y que trabajáramos duro en nuestro cultivo en el Jardín de Flores de Melocotón, y que vendría a vernos tan pronto como saliera del reclusión? ––Él dijo eso, pero justo cuando saldrá de reclusión... Xue Meng suspiró con tristeza, sus ojos pasaban apáticos por las puertas, cuando de repente se sentó derecho, sus ojos se abrieron como un gato y miró fijamente a las puertas. La cara de Xue Meng palideció y luego se coloreó, enrojeció con un tono vertiginoso de rojo, y sus ojos brillaron intensamente. Estaba tan emocionado que ni siquiera podía hablar correctamente: ––Esto... esto es... esto es... Mo Ran pensó que una de las raras bestias espirituales que el anciano Xuan Ji crió había escapado para animar un poco las cosas, y pensó que Xue Meng estaba sorprendido porque era inexperto y reaccionaba exageradamente. Él se rió: ––Mírate, es como si hubieras visto a un inmortal o algo así, qué hay para estar tan sor... Se dio la vuelta, aún sonriendo alegremente, y levantó la vista con indiferencia. Y no pudo terminar el resto de su oración. De pie en el nevado atardecer afuera de la puerta estaba Chu Wan Ning, vestido con una túnica blanca y una capa de color rojo vivo. Se giró elegantemente hacia un lado para guardar su paraguas y sacudirse los copos de nieve, y luego sus pestañas se elevaron para revelar un par de brillantes y delgados ojos de fénix debajo, una leve mirada sobre ellos. Con una sola mirada, para cuando Mo Ran volvió en sí, su corazón ya latía rápido y sus palmas estaban cubiertas de sudor, e incluso su respiración se había ralentizado involuntariamente. La charla en el Salón Meng Po se fue calmando poco a poco. Normalmente, cuando Chu Wan Ning aparecía en el Salón Meng Po, los discípulos no se atrevían a causar un alboroto. Más aún ahora, al aparecer repentinamente en la víspera de Año Nuevo después de haber estado recluido durante tanto tiempo, los copos de nieve sobre él parecían hacer su rostro aún más justo y hermoso, e hicieron que sus cejas parecieran más oscuras y más definidas. Mo Ran se puso de pie, murmurando: ––Shizun... Xue Meng se levantó y corrió con la emoción de un gatito hacia Chu Wan Ning, gritando –– ¡SHIZUN! –– mientras corría hacia los brazos de Chu Wan Ning. La ropa de Chu Wan Ning estaba completamente helada por el frío amargo de afuera, pero Xue Meng llevaba una expresión como si estuviera sosteniendo flores de melocotón a principios de la primavera, o fuego de carbón a finales del verano, infinitamente cálido. Xue Meng empezó a gritar ruidosamente, sin parar para respirar: –– ¡Shizun, finalmente has salido! ¡Pensé que no podríamos verte antes de irnos, pero nos amas después de todo! Shizun, Shizun... Shi Mei también se acercó y se inclinó respetuosamente, su cara resplandeciente de alegría: ––Felicitaciones a Shizun por salir de reclusión. Chu Wan Ning acarició la cabeza de Xue Meng, y asintió en dirección a Shi Mei: ––Este maestro ha llegado un poco tarde, pero vamos a saludar el año nuevo juntos. Se sentó en el banquete, con Xue Meng a su lado y Mo Ran frente a él. Con la llegada de Chu Wan Ning, y después de que el alboroto y la emoción iniciales se calmaron, los tres discípulos actuaron con sus hábitos usuales, sentados erguidos y quietos como su Shizun. Su mesa estaba extrañamente silenciosa. Había harina, carne molida, huevos y muchos otros tipos de ingredientes en la mesa, junto con una moneda de cobre nueva. Mo Ran era el que tenía las mejores habilidades culinarias en su grupo. Por lo tanto, todos decidieron que él sería el que daría las instrucciones. ––Bueno, entonces supongo que yo me haré cargo. –– Mo Ran contestó riendo: –– ¿Saben cómo se hace la masa? Nadie pronunció una palabra. ––... Bien, voy a desenrollar las envolturas entonces. –– Mo Ran dijo: –– Shi Mei, tú haces los mejores Wontonss, y el relleno de albóndigas no es tan diferente, así que ¿Por qué no lo haces tú? Shi Mei dudó un momento antes de decir: ––Esto... hay alguna diferencia después de todo, me temo que no seré capaz de hacerlo correctamente. Chu Wan Ning contestó a la ligera: ––Está bien mientras sea comestible, no te preocupes demasiado. Shi Mei sonrió: ––Está bien entonces. ––Xue Meng, puedes pasar el agua o ayudarnos a remangar nuestras mangas o algo. Simplemente no te metas en el camino. Xue Meng: ––… ––En cuanto a Shizun. –– Mo Ran sonrió. –– ¿Le gustaría a Shizun sentarse a un lado y tomar una buena taza de té? Chu Wan Ning contestó con frialdad: ––Voy a envolver las albóndigas. –– ¿Ah? –– Mo Ran exclamó, sorprendido, pensando que podría haberse quedado violentamente sordo por ambos oídos. –– ¿Qué quieres hacer? ––Dije que envolveré las albóndigas. Mo Ran: ––… De repente, Mo Ran pensó que, después de todo, hubiera preferido quedar violentamente sordo en ambos oídos. CAPÍTULO 57: ESTE VENERABLE LO ESCUCHA TOCAR EL GUQIN UNA VEZ MÁS. Inesperadamente, aunque la técnica de envoltura de albóndigas de Chu Wan Ning era torpe, el producto final no estaba mal. Las albóndigas hechas por esos largos dedos suyos eran adorablemente redondas, alineadas ordenadamente sobre la mesa. Los tres discípulos se quedaron atónitos. ––Shizun realmente sabe cómo hacer albóndigas... –– ¿Estoy soñando ahora mismo? ––También es muy bueno en eso. ––Wow... Por supuesto que sus murmullos silenciosos no escaparon de las orejas de Chu Wan Ning. Chu Wan Ning apretó los labios, las pestañas revoloteaban imperceptiblemente, y aunque no tenía expresión como siempre, las puntas de sus orejas se volvieron un poco rosadas. Xue Meng no pudo resistirse a preguntar: ––Shizun, ¿Es tu primera vez haciendo albóndigas? ––...Mn. ––Entonces, ¿Cómo las haces tan bonitas? ––... No es tan diferente de hacer golems, sólo doblar unos cuantos pliegues, no hay nada en ello. Mo Ran lo miró desde el otro lado de la mesa de madera, y poco a poco se fue perdiendo en sus pensamientos. La única vez que había visto a Chu Wan Ning cocinar en la vida pasada fue después de la muerte de Shi Mei. Ese día, había ido a la cocina y poco a poco hizo los Wontonss que eran la especialidad de Shi Mei. Pero antes de que pudieran llegar a la olla, fueron tirados al suelo por un Mo Ran que había perdido todo sentido, los Wontonss nevados rodaron por todo el suelo. Mo Ran no recordaba en absoluto si esos Wontonss eran redondos o planos, bien hechos o deformados. Lo único que recordaba era la mirada en la cara de Chu Wan Ning, la forma en que lo había mirado sin decir una palabra, con un poco de harina en la cara, con un aspecto extrañamente desconocido, algo perdido, incluso un poco tonto... Mo Ran había pensado que se enfadaría, pero Chu Wan Ning no dijo nada al final, sólo se agachó y, con la cabeza gacha, recogió en silencio los sucios Wontonss uno por uno, los juntó y luego los tiró a la basura. ¿Qué estaba pasando por la mente de Chu Wan Ning en ese momento? Mo Ran no lo sabía; nunca había pensado en ello, no quería pensar en ello, y, sinceramente, no se atrevía a pensar en ello. Las albóndigas ya estaban envueltas y los pequeños muñecos de nieve se las llevaron a la cocina para que las hiciesen hervir. De acuerdo con la tradición, Chu Wan Ning puso una moneda de cobre en una de ellas; quien la reciba tendrá buena suerte. No pasó mucho tiempo antes de que los muñecos de nieve trajeran de vuelta albóndigas cocidas, con salsa picante y agria en la bandeja de madera. Xue Meng dijo: ––Shizun, por favor, tú primero. Chu Wan Ning no se negó. Tomó una albóndiga con sus palillos y la puso en su tazón, pero no se la comió, sino que recogió tres más y se las dio a Xue Meng, Mo Ran y Shi Mei. ––Feliz Año Nuevo. –– Dijo suavemente Chu Wan Ning. Los discípulos se quedaron atónitos por un momento antes de que todos sonrieran: ––Shizun, feliz Año Nuevo. Por casualidad, Mo Ran mordió la moneda de cobre con un crack en la primera albóndiga. Lo tomaron con la guardia baja y casi se rompe un diente. Mirando la mueca en su cara, Shi Mei se rió: ––A-Ran seguro que tendrá buena suerte este año. Xue Meng: ––Tch, bastardo afortunado Mo Ran, con los ojos llorosos: ––Shizunn, ¿No eres un poco demasiado bueno para elegir? Me mordí la lengua... Chu Wan Ning: ––Habla correctamente. Mo Ran: ––Mmi lengua. Chu Wan Ning: ––… Mo Ran se frotó la mejilla y tomó un sorbo del té que Shi Mei le ofrecía antes de que el dolor finalmente desapareciera un poco, e inmediatamente empezó a bromear: ––Jaja, ¿Podría ser que Shizun memorizara qué albóndiga tenía la moneda de cobre y me la diera deliberadamente? ––Ya quisieras. Chu Wan Ning dijo con frialdad, luego bajó la cabeza y empezó a comer. Mo Ran no estaba seguro de si estaba viendo cosas, pero bajo la cálida luz de las velas, la cara de Chu Wan Ning parecía un poco roja. Después de las albóndigas, se ofreció una suntuosa cena preparada por el jefe de cocina, platos de carne y pescado que cubrían toda la mesa. El Salón Meng Po se volvió aún más animado. Desde el asiento de honor, Xue Zheng Yong y Madam Wang ordenaron a los pequeños muñecos de nieve que entregaran paquetes rojos a cada mesa. Un pequeño muñeco de nieve golpeó insistentemente contra la rodilla de Chu Wan Ning, las piedras que tiene como ojos giraron alrededor mientras lo miraba fijamente. Chu Wan Ning parpadeó: –– ¿Hm? ¿Incluso yo tengo uno? Aceptó el paquete rojo y lo abrió para encontrar un puñado de valiosas hojas doradas. Un poco perplejo de palabras, miró a Xue Zheng Yong, sólo para ver al hombre despreocupado sonreírle antes de levantar la copa de vino que tenía en la mano hacia él en un brindis. Qué tontería. Pero de nuevo, Xue Zheng Yong era realmente... realmente... Chu Wan Ning lo miró fijamente durante un rato, y no pudo evitar la leve sonrisa que curvó las comisuras de sus labios. Levantó su propia copa en respuesta hacia el líder de la secta, y la bebió de un trago. Chu Wan Ning dividió las hojas doradas entre sus discípulos. Tres rondas de bebidas más tarde, acompañadas de actuaciones ininterrumpidas en el escenario, el ambiente en la mesa finalmente se animó también. Sobre todo por el hecho de que parece que los tres mocosos le tienen menos miedo. En cuanto a Chu Wan Ning, siempre ha sido capaz de soportar el alcohol. ––Shizun, Shizun, ¿Déjame leerte la palma de la mano? Xue Meng fue el primero en emborracharse. Agarró la mano de Chu Wan Ning y la sostuvo frente a sus ojos para examinarla cuidadosamente. Si no fuera por las tres copas de vino en su sistema, nunca se hubiera atrevido a ser tan audaz. ––Tu línea de vida es larga pero desarticulada, lo que significa que tu salud no es muy buena. Xue Meng murmuró. ––Te enfermas fácilmente. Mo Ran se rió: ––Eso es bastante exacto. Chu Wan Ning le lanzó una mirada fulminante. ––Un dedo anular largo y delgado, Shizun tiene buena suerte con el dinero. ––Tres líneas desde un punto común, la línea del amor se ramifica en su punta para fundirse en la línea de la sabiduría, típicamente indica una voluntad de sacrificio por amor... –– Xue Meng la miró sin comprender por un momento antes de levantar la cabeza para preguntar: –– ¿Es eso cierto? Con cara cenicienta, Chu Wan Ning siseó entre dientes apretados: ––Xue Zi Ming, ¿Estás cansado de estar vivo? Pero Xue Meng, estaba demasiado borracho para detectar el peligro mortal en el que se encontraba, sonrió sinceramente y siguió mirando, murmurando: – –Ah, y la línea del amor forma una isla, justo debajo del dedo anular, Shizun, tu gusto por las personas es espantoso... absolutamente abismal... Chu Wan Ning ya había tenido suficiente. Él tiró de su mano y sacudió su manga para irse. Mo Ran estaba a punto de morir de risa, se dobló, sosteniendo su estómago y riendo a carcajadas, cuando de repente captó la mirada helada y asesina de Chu Wan Ning y se tragó por la fuerza su risa, sus costillas doliendo con el esfuerzo. Chu Wan Ning dijo enfadado: –– ¿De qué te ríes? ¿Qué es tan gracioso? Estaba a punto de irse furioso cuando Xue Meng se aferró a su manga. Inmediatamente después, todas las risas desaparecieron de la cara de Mo Ran mientras Xue Meng empujaba a Chu Wan Ning hacia abajo en un aturdimiento de ebriedad y se lanzaba a sus brazos, con la frente apretada contra los pliegues de las túnicas de Shizun y los brazos envueltos alrededor de su cintura, acariciando con cariño. ––Shizun... –– Llegó la voz suave y aterciopelada del adolescente, completa con un matiz de actuación linda, ––No te vayas ~ Ven, ven, bebe otra ronda ~ Chu Wan Ning parecía que se iba a ahogar. –– ¡Xue Zi Ming! ¿Q-Qué crees que estás haciendo? ¡Suéltame! Pero en este momento, los pequeños muñecos de nieve en el escenario de repente se agolparon. Resultó que la presentación del baile de espada del anciano Tan Lang había terminado, y ahora le tocaba a Chu Wan Ning presentar un espectáculo. Desafortunadamente, esto también significó que todos los ojos en el Salón se giraron colectivamente hacia Chu Wan Ning justo a tiempo para ver a un Xue Meng borracho aferrado a la cintura del anciano Yu Heng y enterrándose en los brazos del otro como un niño mimado. Los otros discípulos estaban absolutamente atónitos, con alguien que incluso sostenía sus palillos al revés, con todos los ojos fijos en su esquina. Chu Wan Ning: ––… La escena fue extremadamente incómoda durante un momento; el anciano Yu Heng no podía ni estar de pie ni sentarse, bloqueado rígidamente en su sitio por la forma en que Xue Meng se aferraba a él. Un largo rato pasó en silencio antes de que dos risitas secas y forzadas vinieran de la dirección de Mo Ran: ––Vamos, Xue Meng, ¿Todavía actúas tan mimado a tu edad? –– Extendió la mano y trató de arrastrarlo. ––Suéltalo ahora, no te aferres a Shizun de esa manera. Xue Meng no actuaba mimado a propósito; de hecho, si todavía recuerda esto cuando el efecto del alcohol desaparezca, probablemente se abofetearía a sí mismo. Pero estaba borracho más allá de todo sentido ahora mismo, y Mo Ran tuvo que entrometerse y tirar durante un buen rato antes de que finalmente lograra arrancarlo de Chu Wan Ning. ––Siéntate. ¿Qué número es este? Con las cejas fruncidas, Xue Meng entrecerró los ojos ante el único dedo que Mo Ran extendió: ––Tres. Mo Ran: ––… Shi Mei se rió y no pudo resistirse a burlarse de él: –– ¿Quién soy yo? ––Eres Shi Mei, duh. –– Xue Meng puso los ojos en blanco con impaciencia. Mo Ran se unió: ––Entonces, ¿Quién soy yo? Xue Meng lo miró con ira durante un rato, y luego dijo: ––Un perro. ––… –– Mo Ran rugió. –– ¡Xue Zi Ming, te haré comer esas palabras! De repente, de la mesa contigua, un discípulo del Pico Sisheng -quién sabe si es naturalmente valiente o si el alcohol le quitó todas sus inhibicionesapuntó a Chu Wan Ning y le preguntó alegremente con voz aguda: ––Eh, joven maestro, mira allí, ¿Quién es? Xue Meng, un auténtico peso ligero, ya no podía ni siquiera sentarse. Se desplomó sobre la mesa, apoyó su mejilla en una mano, y entrecerró los ojos ante Chu Wan Ning larga y duramente. Chu Wan Ning: ––… Xue Meng: ––… Chu Wan Ning: ––… Xue Meng: ––… El punto muerto duró mucho tiempo, pero justo cuando todos pensaban que Xue Meng estaba a punto de desmayarse de borracho, de repente sonrió ampliamente y trató de agarrar la manga de Chu Wan Ning de nuevo. ––Gege-Inmortal. Las palabras eran claras e inequívocas. Todos los discípulos: ––… ––Pfft... No había manera de saber quién empezó a reír primero, pero todos perdieron el control y se unieron. Incluso si la cara de Chu Wan Ning era sombría y su mecha era corta, pensaron que si todos estaban involucrados, entonces no es como si pudiera sacar a Tian Wen y azotar a cada una de las personas aquí. Y así, el animado Salón Meng Po rugió con risas, todos repiqueteando sobre la carne y el alcohol, lo que contribuyó al caos. ––Jaja, Gege inmortal. ––El anciano Yu Heng es tan hermoso que parece un inmortal. ––Si me preguntas, tendré que usar un dicho común. Cada vez que lo veo, pienso en ello. Alguien preguntó: –– ¿Qué dicho? ––Aparte de las tres capas de nieve sobre ti, ¿Quién más en este mundo podría vestirse con túnicas blancas? ––... Eres tan inculto. La cara de Chu Wan Ning pasó por una ruleta de colores antes de que finalmente decidiera fingir serenidad y fingir no haber oído nada. Estaba acostumbrado a ser venerado por todos a distancia, pero esta súbita cercanía, nacida de la atmósfera festiva y de la abundancia de vino, lo dejó completamente perdido. Ante tal situación, realmente no sabía cómo reaccionar, y sólo podía obligarse a fingir una calma que no sentía. Pero la flor rosada en sus orejas traicionó la expresión congelada de su hermoso rostro. Mo Ran se dio cuenta. Apretó los labios y no dijo nada, pero por alguna razón, un estallido de celos le atravesó irritantemente el pecho. No es que no reconociera el buen aspecto de Chu Wan Ning, pero, como todos los demás, sabía bien que la belleza de Chu Wan Ning era una belleza afilada, como el filo de una espada, y que era frío como la nieve y la escarcha cuando no estaba sonriendo, prohibiendo el acercamiento. Desde su perspectiva tenue y estrecha, Chu Wan Ning era como un plato de carne crujiente, aromática y sabrosa, pero colocado en una caja sucia y rota, y él era el único en el mundo entero que había abierto la caja y había llegado a saborear lo delicioso que había dentro. No tenía que preocuparse de que alguien más descubriera este manjar y se babeara por él. Pero esta noche, bañados en el calor del fuego de la estufa y achispados por el vino caliente, tantos pares de ojos se giraron hacia esa caja que antes no interesaba a nadie. Mo Ran de repente se puso nervioso. Quería cubrir la caja y ahuyentar a estas personas salivando tras su comida como si fueran moscas molestas. Pero entonces recordó que, en esta vida, la carne crujiente no le pertenecía. Sus manos estaban llenas de claros y translúcidos Wontonss, no tuvo tiempo de ahuyentar a los lobos salivando tras la carne. Para sorpresa de Mo Ran y los demás, Chu Wan Ning realmente vino preparado con un espectáculo de Año Nuevo como los otros ancianos: una actuación de Guqin. Los discípulos tenían los ojos llenos de estrellas, y alguien susurró: –– ¿Quién iba a pensar que el anciano Yu Heng sabía cómo tocar el Guqin... ––Y es tan bueno en eso, que casi olvido probar la carne. Mo Ran se sentó en silencio sin decir nada. Xue Meng se había quedado dormido desde hace un rato, respiraba profundamente incluso desde donde estaba tumbado en la mesa. Mo Ran tomó la jarra de vino en su mano y llenó su propia copa, bebiendo de ella mientras escuchaba mientras miraba a la persona en el escenario, perdido en sus pensamientos. La irritación en su pecho empeoró. En la vida pasada, Chu Wan Ning no tocó nada en la fiesta de fin de año. Muy pocas personas sabían cómo se veía cuando tocaba el Guqin. Había un Guqin hecho de madera de paulonio en el patio cuando Mo Ran lo tenía prisionero. Un día, tal vez para desahogar sus frustraciones, se sentó junto a él, cerró los ojos y tocó una canción. El sonido del Guqin flotaba por el aire, atrayendo a pájaros y mariposas por igual. Cuando Mo Ran regresó, la imagen que lo saludó fue la del perfil de Chu Wan Ning en el patio, indescriptiblemente noble y sereno. ¿Y cómo lo había tratado en ese entonces? Oh, cierto. Lo había empujado hacia abajo y se lo había follado junto al Guqin, violando a este hombre que era claro y frío como la luz de la luna allí mismo en el patio. A Mo Ran sólo le importaba perseguir su propio placer, ni siquiera pensaba en el dolor y la incomodidad de Chu Wan Ning, ni siquiera en el hecho de que ya era invierno, y su Shizun, que no podía soportar el frío, estaba tendido sobre el adoquinado helado con su túnica arrancada, siendo follado por él hasta que realmente no pudo soportarlo más y se desmayó. Después, no se recuperó completamente, incluso después de meses de cuidadosa atención. En ese momento, Mo Ran le había dicho en un tono frío: ––Chu Wan Ning, de ahora en adelante, tienes prohibido tocar el Guqin delante de otros. ¿Tienes alguna idea, la forma en que te ves cuando tocas es tan... Apretó los labios, pero no pudo encontrar las palabras correctas, así que no terminó la frase. ¿Y qué? Era claramente una mirada serena y digna, pero por alguna razón, era tan seductora que destruía todo su autocontrol. Chu Wan Ning no dijo nada, con los labios pálidos y los ojos cerrados, el conjunto de sus cejas severas. Mo Ran levantó una mano y dudó un segundo antes de tocar el estrecho espacio que había entre sus cejas. Los gestos de Taxian-Jun eran casi gentiles, pero su voz seguía siendo fría y despiadada. ––Si no escuchas, este venerable te encadenará a la cama, y entonces no serás capaz de hacer nada más que dormir con este venerable. No creas que este venerable no lo hará. ¿Y cómo había respondido Chu Wan Ning en ese entonces? Mo Ran tomó otro sorbo, mirando a la persona en el escenario, y continuó su melancólico recuerdo. No podía estar seguro; tal vez no había dicho nada. O tal vez había abierto los ojos y dijo fríamente: ––Lárgate de aquí. Ya no podía recordar con claridad. En esa vida, había estado enredado con Chu Wan Ning durante tanto tiempo que muchas cosas se habían vuelto borrosas en los bordes. Al final, como una bestia, sólo sabía una cosa: Chu Wan Ning era suyo. Incluso si no le gustaba, era suyo para romperlo y arruinarlo. Prefiere destrozar a Chu Wan Ning con sus propias manos, morder su caja torácica y arrancarle los órganos como una bestia, que permitir que alguien más lo toque. Quería que la sangre de Chu Wan Ning siguiera su curso con su deseo, que sus huesos soportaran su maldición y que su cuerpo se llenara de su pasión. ¿No fue siempre tan virtuoso e intocable? ¿Y al final? ¿No tenía que abrir las piernas para que el villano más malvado del mundo, en la cama del tirano más despiadado, le quitara la vida el arma ardiente del hombre? Lo profanó, lo ensució, por dentro, por fuera, por todas partes. La ropa rasgada no era tan fácil de poner. Mo Ran cerró los ojos, los nudillos blancos, el corazón golpeando. Sumergido en sus recuerdos, ya no podía escuchar la alegría de las festividades de fin de año, ni los sonidos relajantes del Guqin de Chu Wan Ning. Todo lo que quedaba en su mente era una voz insensible y enloquecida, que volvía del pasado y flotaba como un buitre. ––El infierno es demasiado frío. Chu Wan Ning, serás enterrado conmigo. ––Así es, eres dios, eres la luz de todos, todos ellos, Xue Meng, Mei Han Xue, y toda la gente común está esperando que brilles sobre ellos. Chuzongshi, qué santo eres. –– La voz rió dulcemente, rió y rió, hasta que de repente se volvió cruel, como un alma partida por la mitad, tronando: –– ¡Pero qué hay de mí! ¿Alguna vez has brillado sobre mí? ¿Alguna vez me has dado calor? ¡Todo lo que me has dado fueron estas cicatrices en mi cuerpo! ¡Qué santo eres, Chu Wan Ning! ––Tu cuerpo es mío, y tu vida también. Quieres ser su luz, pero te llevaré a la tumba conmigo, te haré brillar sobre mi cadáver y nada más. Quiero que te pudras conmigo. ––Vivir o morir no depende de ti... De repente, hubo un fuerte vitoreo y aplausos. Los ojos de Mo Ran se abrieron. Su espalda estaba empapada de sudor frío. La función había terminado, y todos los discípulos aplaudían con entusiasmo. Sentado entre la multitud, Mo Ran sintió que su visión latía y se le nublaba, desapareciendo y saliendo. Vio a Chu Wan Ning caminar lentamente por los escalones de madera, sosteniendo un Guqin hecho de madera de paulonio. En ese momento, por primera vez en su vida, sintió de repente que todo era tan absurdo, que su pasado debe haber sido una locura. Chu Wan Ning no era realmente un mal tipo... ¿Por qué estaba... haciendo algo como esto? Tragó saliva, sintiendo el ardor del alcohol en su garganta, pero sintiéndose no menos perdido, exhausto y confundido, hasta que finalmente cayó inconsciente por la embriaguez. CAPÍTULO 58: ESTE VENERABLE SE SIENTE UN POCO CONFUSO. En realidad, Mo Ran podía aguantar bastante bien el licor. Fue sólo que esa noche, con el fin de encubrir sus ansiedades y fingir una indiferencia que no sentía, se bebió cinco jarras enteras de vino blanco de flores de pera, sonriendo todo el tiempo, hasta que su conciencia se tornó confusa. Cuando Shi Mei lo arrastró y lo llevó a su habitación y se tumbó en la cama, la garganta de Mo Ran se movió, queriendo decir el nombre de Shi Mei. Pero el hábito era algo espantoso. Durante todos esos años en el pasado, el que estaba a su lado no era la luz de la luna de su corazón, sino la sangre de mosquito que estaba harto de ver. El nombre que salió de su boca era el de la persona que siempre había pensado que odiaba. ––Chu Wan Ning... Salió todo confuso. ––Wan Ning... yo... Shi Mei dudó, y luego se giró para mirar hacia Chu Wan Ning, que estaba de pie junto a la puerta. Chu Wan Ning había llevado a Xue Meng de vuelta a su habitación, y acababa de entrar, con un tazón de sopa en la mano, justo a tiempo para escuchar el murmullo de Mo Ran. Después de la sorpresa inicial, se convenció inmediatamente de que había escuchado mal. Después de todo, Mo Ran siempre le había llamado Shizun. Una cosa era que lo llamara Chu Wan Ning, pero llamarlo Wan Ning... No podía evitar recordar aquella noche en el Pabellón del Loto Rojo, cuando dormían abrazados, cuando Mo Ran, profundamente dormido, había llamado claramente 'Wan Ning', y luego le dio un beso en los labios, ligero como el toque de una libélula en el agua. ¿Era posible qué, en el corazón de Mo Ran, hubiera un poco de...? Asfixió ese pensamiento antes de que tuviera tiempo de echar raíces. Chu Wan Ning siempre había sido directo y decidido. Excepto en cuestiones del corazón, sabía bien que era un cobarde lerdo en esas cosas. ––Shizun. –– Los ojos brillantes de Shi Mei, sin igual en elegancia, lo miraron con incertidumbre. –– ¿Hm? ––... En realidad, no es nada. Ya que Shizun está aquí para cuidar de ARan, yo, me iré. Chu Wan Ning habló: ––Espera. –– ¿Tiene Shizun alguna otra instrucción? Chu Wan Ning dijo: –– ¿Se van a ir mañana al Jardín de Flores de Melocotón? ––... Mhm. No había mucha expresión en la cara de Chu Wan Ning. Pasó un rato antes de que volviera a hablar: ––Ve a descansar un poco. Asegúrense de cuidarse los unos a los otros allá afuera, y... –– Se detuvo, y luego dijo: ––Vuelvan pronto. Shi Mei se fue. Chu Wan Ning caminó a la cabecera de la cama, con la cara impasible mientras apoyaba a Mo Ran y le daba de comer la sopa para sobriedad, cucharada a cucharada. A Mo Ran no le gustó el sabor agrio, y vomitó todo de nuevo poco después. Pero se despejó un poco, abriendo los ojos y mirando, medio despierto, a Chu Wan Ning. Murmuró: –– ¿Shizun? ––Mn. Estoy aquí. ––Pfft. –– Empezó a reírse por alguna razón, su risa enmarcada por hoyuelos mientras decía: ––Gege Inmortal. Chu Wan Ning: ––… Mo Ran se desmayó después de eso, y se tumbó boca abajo. Preocupado por si se resfriaba, Chu Wan Ning se quedó a su lado, levantando la manta y metiéndolo de vez en cuando. Fuera de la habitación, muchos discípulos aún no se habían dormido, permaneciendo despiertos hasta el Año Nuevo. La mayoría de ellos estaban reunidos en grupos charlando y riendo, jugando pai gow o haciendo trucos de magia. Cuando el reloj de arena que colgaba frente al Salón Dan Xin terminó de gotear, lo que significaba el cambio del año, los discípulos salieron corriendo y comenzaron a encender fuegos artificiales y petardos, llenando instantáneamente el cielo nocturno con flores plateadas y ramas de fuego. Los sonidos ensordecedores del exterior despertaron a Mo Ran de su nebuloso sueño. Abrió un ojo y apretó una mano contra su palpitante sien, pero el espectáculo que lo saludó fue el de Chu Wan Ning sentado al lado de su cama, con sus bellos rasgos serenos e impasibles. Viéndolo despierto, dijo, levemente: –– ¿El ruido te despertó? ––Shizun... Al despertar se sobresaltó. ¿Por qué Chu Wan Ning era el que lo cuidaba? ¿Dónde estaba Shi Mei? No dijo nada en sus sueños que no debiera, ¿Verdad? Mo Ran le echó una mirada de aprensión a la cara de Chu Wan Ning, y sólo soltó el aliento que contenía cuando parecía que nada estaba fuera de lo normal. El crujido de los petardos continuó afuera. Los dos se miraron torpemente el uno al otro durante un rato. Chu Wan Ning: –– ¿Quieres ir a ver los fuegos artificiales? Mo Ran: –– ¿Dónde está Shi Mei? Lo dijo prácticamente al mismo tiempo. Ya era demasiado tarde para retractarse. Los ojos de Mo Ran se abrieron de par en par, se asustó y lo miró fijamente durante un largo rato como si no lo reconociera. Pasó un momento en silencio, y entonces Chu Wan Ning se levantó indiferente para irse, girando hacia la puerta para decir: ––Todos están celebrando el Año Nuevo, así que probablemente no se haya dormido todavía. Deberías ir a buscarlo. Era de esperar. Tenía tan mal genio, después de todo. Aunque reuniera todo su coraje para pedirle que fueran a ver los fuegos artificiales juntos, por supuesto que sería rechazado. No debería haber preguntado, qué humillante. Chu Wan Ning regresó al Pabellón del Loto Rojo y se sentó solo bajo el árbol Haitang que floreció durante todo el año. Allí, solo, con una capa sobre sus hombros, observó las brillantes flores que florecían en el cielo nocturno. A lo lejos, las habitaciones de los discípulos estaban iluminadas con una cálida luz, sus alegres risas se desvanecían, pero nada de eso tenía que ver con él. Debería haberse acostumbrado a esto hace mucho tiempo. Pero por alguna razón, su pecho se sentía congestionado. Tal vez porque al ver la alegría de los demás le resultaba más difícil volver a su propia soledad. En silencio, vio florecer los fuegos artificiales, uno, dos, escuchó las voces de las personas deseándose un feliz año nuevo, tres, cinco. Apoyado en el árbol, cerró los ojos, sintiéndose un poco cansado. No estaba seguro de cuánto tiempo había pasado, pero de repente sintió una intrusión en las barreras. Su corazón se estremeció, pero no se atrevió a abrir los ojos. Escuchó el sonido de la respiración, ligeramente sin aliento, y esos pasos familiares, deteniéndose no muy lejos. La voz del joven llevaba una pizca de vacilación. ––Shizun. Chu Wan Ning: ––…. ––Me iré mañana. ––… ––Pasará bastante tiempo antes de que pueda volver. ––… ––En realidad, no pasa nada esta noche, y tenemos que madrugar mañana, así que creo que Shi Mei ya se ha ido a la cama. El sonido de los pasos se acercó y se detuvo muy cerca. Mo Ran dijo: ––Así que, si todavía quieres, yo... –– abrió la boca, pero el resto de la frase fue tragada por el estallido de una explosión de fuegos artificiales especialmente grande. Las pestañas de Chu Wan Ning se agitaban al levantar la vista. Retro iluminado por el espléndido río de estrellas en el cielo nocturno y la dispersión de flores de fuego como escarcha plateada, el apuesto joven se puso de pie ante él, compadeciéndose y un poco tímido. ––… Chu Wan Ning siempre había sido orgulloso. No le importaba la compañía nacida de la compasión. Pero ahora mismo, mirándolo, las palabras de rechazo no salían de repente. Tal vez el vino también le había llegado a él. Chu Wan Ning sintió un pinchazo en el pecho, pero también calor. ––Ya que estás aquí, siéntate conmigo. –– Luego agregó, suavemente. –– Miraré contigo. Miró al cielo con una expresión impasible, pero los dedos escondidos en sus mangas se habían apretado nerviosamente. No se atrevía a mirar de cerca a la persona que estaba a su lado, sino que fijaba sus ojos en los fuegos artificiales de arriba, en el ilimitado cielo nocturno salpicado con un brillo resplandeciente. Preguntó en voz baja Chu Wan Ning: –– ¿Están todos bien estos días? ––Mhm. –– Mo Ran contestó: ––Nos hicimos amigos de un lindo shidi, que mencionamos en una carta a Shizun antes. ¿Cómo está la herida de Shizun? ––No es nada. No te culpes a ti mismo. Un fuego artificial estalló en el cielo, dispersándose resplandeciente. Esa noche, fuegos artificiales y linternas iluminaron el cielo, los petardos crepitaban sin parar, y el leve olor a humo llenaba el aire nevado. Los dos dieron la bienvenida al nuevo año bajo el árbol en flor; Chu Wan Ning era un hombre de pocas palabras, pero Mo Ran buscó cosas de las que hablar, hasta que finalmente se cansó y se quedó dormido. A la mañana siguiente, Mo Ran se despertó temprano, aún debajo del árbol, con la cabeza en el regazo de Chu Wan Ning y una capa de piel muy gruesa pero suave que lo cubría. Era la capa de zorro de fuego de Chu Wan Ning, suave y exquisitamente hecha. Un poco sorprendido, Mo Ran levantó la vista para ver a Chu Wan Ning apoyado en el tronco del árbol, profundamente dormido. Sus largas pestañas caían sobre sus mejillas, temblando ligeramente con cada respiración como mariposas en el viento. ¿Realmente acaban de dormir bajo el árbol así? ¿Cómo ha podido pasar eso? Con la naturaleza compulsiva de Chu Wan Ning, debería haber vuelto a su habitación para dormir sin importar lo cansado que estuviera. ¿Cómo podría haber estado dispuesto a conformarse con descansar descuidadamente bajo el árbol de esta manera, y esta capa de piel...? ¿Lo cubrió con eso? Mo Ran se sentó, su pelo negro como la tinta un poco despeinado. Se quedó mirando, envuelto en la capa de Chu Wan Ning, un poco perplejo. No estaba tan borracho anoche. Aunque algunas cosas estaban un poco borrosas, podía recordar más o menos la mayor parte de ellas. Incluso correr aquí al Pabellón del Loto Rojo por su propia iniciativa para dar la bienvenida al nuevo año junto con Chu Wan Ning fue una elección sobria y consciente. Claramente había odiado a esta persona una vez, pero cuando lo escuchó preguntarle –– ¿Quieres ir a ver los fuegos artificiales? –– cuando lo vio darse la vuelta con tristeza para irse con la cabeza gacha. En realidad había sentido un dolor en el corazón... Había pensado que, de todos modos, no se volverían a ver en mucho tiempo, no tenía muchas quejas hacia él en esta vida, y Chu Wan Ning estaba tan solo, que no era gran cosa si le hacía compañía hasta la mañana de vez en cuando. Y así, descaradamente, se acercó. Pensando en ello ahora, sintió que él también estaba realmente... Chu Wan Ning se despertó antes de poder terminar el pensamiento. Mo Ran tartamudeó: –– S-Shizun. ––... Mn. –– Se frotó la sien, las cejas un poco juntas por haberse despertado: –– ¿Tú... Aún no te has ido? ––M-me acabo de despertar. Últimamente, por alguna razón, cada vez que veía la cara impasible de Chu Wan Ning, esa lengua plateada suya se ataba en un nudo. Mo Ran estuvo inmóvil por un momento antes de recordar repentinamente que aún llevaba puesta la capa de Chu Wan Ning. Se la quitó apresuradamente y, en su lugar, la envolvió alrededor de la otra persona. Mientras le cubría los hombros con la capa, Mo Ran se dio cuenta de que aunque Chu Wan Ning llevaba varias capas de ropa, todavía era un poco delgada sin la capa como la prenda exterior en toda esta nieve. El pensamiento hizo sus movimientos aún más frenéticos, y terminó atando su propio dedo en el nudo mientras intentaba sujetar el cordón de la borla. Mo Ran: ––… Chu Wan Ning lo miró y extendió la mano para desatarlo, diciendo: "Lo haré yo mismo." ––... Bien. Y, añadido en un murmullo: ––Lo siento. ––Está bien. Mo Ran se puso de pie, y dudó: ––Shizun, tengo que ir a empacar y desayunar, y luego me iré. ––Mn. ––... ¿Te gustaría que fuéramos a desayunar juntos? –– ¡Pah! ¡Quería morderse la lengua y morir allí mismo después de decir eso! ¡Qué demonios le pasa! ¡Por qué hizo eso! Quizás vio el arrepentimiento que apareció en la cara de Mo Ran justo después de preguntar eso, pero Chu Wan Ning hizo una pausa, y luego dijo: –– Yo paso. Adelante, ve. Mo Ran tenía un miedo mortal de que pudiera decir algo aún más escandaloso si se quedaba más tiempo, así que dijo: ––M-me voy entonces... Chu Wan Ning: ––Está bien. Después de que Mo Ran se fue, Chu Wan Ning se sentó sin expresión bajo el árbol durante un rato más antes de levantarse lentamente, con una mano en el tronco para apoyarse, pero luego no hizo más movimientos. Sus piernas estaban completamente entumecidas por haber servido como almohada de Mo Ran toda la noche; no podía caminar en absoluto con los alfileres y las agujas en ellos. Permaneció allí sombríamente durante un buen rato antes de que su circulación sanguínea volviera a la normalidad, y finalmente pudo volver a entrar cojeando. Efectivamente, después de pasar la noche al aire libre en un clima tan frío, incluso con el árbol Haitang protegiéndolos de la nieve, terminó cogiendo un resfriado. –– ¡Achoo! Estornudó, las comisuras de sus ojos ya enrojecidas. Cubriéndose la nariz con un pañuelo, Chu Wan Ning pensó, maldita sea... Probablemente... cogí un resfriado... Anciano Yu Heng. El dueño de tres armas sagradas, y el gran zongshi número uno más buscado por todas las sectas del mundo de la cultivación. El simple hecho de ver a Tian Wen domaba los cuatro mares, el blanco de sus túnicas superaba todos los colores del mundo. Un personaje tan impresionante, que incluso podría decirse que es el cultivador más fuerte de la época. Desafortunadamente, incluso la persona más fuerte estaba destinada a tener una debilidad. La debilidad de Chu Wan Ning era que no podía manejar el frío, y se enfermaría fácilmente si se exponía. Por lo tanto, cuando Mo Ran y Shi Mei partieron del Pico Sisheng, Chu-zongshi no sólo se había vuelto pequeño de nuevo por el efecto de la píldora, sino que, además, estaba estornudando y moqueando sin parar. Y así, cuando la tribu emplumada llegó al mediodía para escoltarlos, se encontraron con Xue Meng, Mo Ran y Shi Mei, que estaban perfectamente sanos, y un lamentable shidi "Xia Si Ni" que no podía dejar de estornudar. CAPÍTULO 59: ESTE VENERABLE ES TAN SIMPLE. No había nada para ello; incluso si el pequeño Shidi no podía parar de estornudar, todavía tenían que irse. La tribu emplumada los llevó hacia el este, a un puerto en el río Yangtze. Convocaron un transbordador auto-navegable y, con una barrera protegiendo el barco, se dirigieron al mar. Esa noche fue la primera vez que Mo Ran pudo pasar tiempo con Shi Mei en una excursión sin Shizun alrededor, pero extrañamente, no parecía estar tan emocionado como pensaba. Xue Meng y Xia Si Ni ya se habían ido a la cama. Mo Ran yacía solo en la cubierta, los brazos cruzados detrás de su cabeza, mirando hacia el cielo estrellado. Shi Mei salió del camarote con algo de pescado seco que habían comprado antes a los pescadores y se sentó junto a Mo Ran. Los dos mordisqueaban ociosamente el bocadillo mientras charlaban. ––A-Ran, ya que vamos a ir al Jardín de Flores de Melocotón, puede que no lleguemos a la competencia Ling Shan. No importa mucho para mí, pero tú y el joven maestro son tan fuertes, ¿No te arrepentirás si te pierdes la oportunidad de hacer un gran debut? Mo Ran giró la cabeza con una sonrisa: ––No importa, cosas como la reputación y todo eso son sólo palabras, pero ir al Jardín de Flores de Melocotón y aprender habilidades reales y útiles para proteger a aquellos que son importantes para mí, eso es lo que importa. La mirada de Shi Mei pareció sonreír, y dijo suavemente: ––Que pienses así, Shizun estaría tan feliz si lo supiera. –– ¿Y qué hay de ti? ¿Estás feliz? ––Claro que yo también estoy feliz. Las olas se estrellaron contra el transbordador, el barco de madera balanceándose en el mar. Mo Ran miró fijamente a Shi Mei durante un rato desde donde yacía de costado. Quería burlarse un poco de él, pero luego no supo qué decir. En sus ojos, Shi Mei era puro e inalcanzable. Tal vez fue debido a esta pureza que le resultó difícil tener alguno de los pensamientos lascivos que tenía hacia Chu Wan Ning cuando se enfrentaba a Shi Mei. Mo Ran se apartó por un tiempo. Shi Mei se dio cuenta de que lo miraban fijamente. Se giró, metiendo los mechones de cabello sueltos que soplaba la brisa marina detrás de una oreja, y sonrió: –– ¿Qué pasa? Mo Ran se sonrojó y giró la cabeza: ––Nada. Originalmente planeaba usar esta salida como una oportunidad para confesarse - cuidadosamente- a Shi Mei. Pero cada vez que las palabras estaban en sus labios, no podía abrir la boca. Confesión. ¿Y entonces? Mo Ran no podía ser áspero ni enérgico con esta persona pura y amable. Tenía miedo al rechazo, pero incluso si sus sentimientos eran devueltos, tenía miedo de no saber cómo actuar hacia Shi Mei. Después de todo, él realmente actuó terriblemente durante el poco tiempo que pasaron juntos en la vida anterior... aparte de ese momento de intimidad dentro de la ilusión de la maestra fantasma, él nunca lo besó. Y sin mencionar, que después de lo que pasó en esta vida, ni siquiera podía estar seguro de si esa persona en la ilusión de entonces era Shi Mei o Chu Wan Ning. Shi Mei seguía sonriendo: ––Pero realmente parece que quieres decirme algo. Por un momento impulsivo, Mo Ran quiso simplemente pasar sin cuidado a través de la delgada capa de papel en la ventana. Pero, por alguna razón, una figura vestida de blanco, con una cara que no le gustaba sonreír, apareció de repente en su mente, una figura que siempre se mantuvo reservada, que parecía tan solitaria. De repente, fue como si su garganta se hubiera cerrado y no pudiera hablar más. Mo Ran se volvió para mirar el cielo nocturno lleno de estrellas. Pasó un rato antes de que él dijera, en voz baja: ––Shi Mei, eres realmente muy importante para mí. ––Mn. Lo sé. Eres igual para mí. Mo Ran continuó: –– ¿Lo sabías? Tuve una pesadilla una vez, y en ella tú... ya no estabas allí. Estaba tan triste. Shi Mei sonrió: ––A veces eres tan tonto. Mo Ran: –– ... Definitivamente te protegeré. ––Bien, entonces tendré que agradecerle a mi buen Shidi primero. El corazón de Mo Ran se sacudió, y no pudo evitar decir: ––Yo... Shi Mei preguntó con voz suave: –– ¿Querías decir algo más? El transbordador tembló, y el sonido de las olas pareció más fuerte. Shi Mei lo miró en silencio, como esperando a que dijese esas últimas palabras. Pero Mo Ran cerró los ojos: ––No es nada. ¿Por qué no vuelves adentro y duermes un poco? Hace frío por la noche. ––…–– Shi Mei se quedó callado un momento antes de decir: –– ¿Y tú? Mo Ran era bastante débil a veces: ––Voy a mirar las estrellas un rato más, sentir la brisa en mi cara. Shi Mei no se movió. Pasó un tiempo antes de que sonriera: ––De acuerdo, entonces seguiré adelante. No te quedes despierto hasta muy tarde. Luego se giró y se fue. Bajo el cielo sin límites, el transbordador navegó a través del mar. Ese tipo acostado en la cubierta no tenía ni idea de lo que acababa de extrañar; incluso era un poco despistado mientras intentaba desenterrar lo que realmente sentía en lo más profundo de su corazón. Lo pensó durante mucho tiempo, pero era un poco tonto, y así, incluso cuando el sol de la mañana pintó los cielos del este de un blanco suave, todavía no había descubierto nada. Pasó cada momento de vigilia con Shi Mei, y los sentimientos entre ellos eran profundos y sinceros. Mo Ran había pensado que definitivamente querría confesarse a Shi Mei tan pronto como estuvieran solos, incapaz de esperar otro momento. Pero cuando el transbordador llegó al final del puente, descubrió que ese no era el caso en absoluto. Tal vez fue porque pensó que era demasiado torpe, que si iba y confesaba precipitadamente a Shi Mei en ese momento, definitivamente lo asustaría, o incluso si no lo hacía, eso no sería un buen comienzo. Estaba más acostumbrado a esta confusa vaguedad entre Shi Mei y él mismo. A veces su corazón revoloteaba, extendía la mano y tomaba la mano de Shi Mei como si no lo pensara, y su pecho se desbordaba de ternura dulce como la miel. Era una sensación tan natural que no quería destruirla de inmediato. Ya era tarde cuando volvió al camarote, y todos ya se habían ido a dormir. Mo Ran yacía sobre la colchoneta, mirando fijamente a la noche fuera de la estrecha claraboya. Poco a poco, la figura de Chu Wan Ning apareció ante sus ojos, a veces en silencio con los ojos cerrados, a veces con una expresión severa en la cara. Por supuesto, también pensó en cómo se veía esa persona cuando estaba acurrucada, dormida, sola y sin pretensiones, como una flor Haitang que a nadie le importaba porque había florecido demasiado alto en la rama. Dejando a un lado el odio, el enredo de Chu Wan Ning con él en la vida pasada fue verdaderamente más profundo que el de cualquier otra persona en este mundo. Había tomado muchas primicias de Chu Wan Ning, sin importar si estaba dispuesto o no. Su primer beso, su primera vez cocinando, su primera vez llorando. Y su primera vez. Maldita sea, sólo de pensarlo hizo que su cuerpo se sintiera caliente y su sangre corriera hacia abajo. Y, a cambio, también le había dado a Chu Wan Ning algunas de sus primeras veces, independientemente de si las quería o no. Su primera vez como aprendiz, su primera vez persuadiendo a alguien, su primera vez regalando flores. Su primera vez decepcionado. Y las primeras sacudidas de su corazón. Sí, las primeras sacudidas de su corazón. Cuando llegó al Pico Sisheng, la primera persona de la que se enamoró no fue Shi Mei, sino Chu Wan Ning. Ese día, bajo el árbol Haitang, aquel joven de túnicas blancas era tan hermoso, tan concentrado, que Mo Ran sólo tuvo que echar una mirada para decidir que quería que esa persona fuera su maestro, que nadie más lo haría. Pero, ¿Cuándo cambió todo? Exactamente cuándo el que le importaba se convirtió en Shi Mei, y al que odiaba, Shizun... Lo había pensado mucho durante los últimos dos meses. Probablemente comenzó con ese malentendido. Esa fue la primera vez que fue azotado por Chu Wan Ning como castigo. El joven de quince años volvió a su cuarto, magullado y maltratado, y se acurrucó solo en su cama, los ojos enrojecidos, ahogándose en sollozos de nuevo. Las heridas en su espalda le habían dolido menos que la fría expresión en la cara de Shizun cuando bajó a Tian Wen sin un hilo de misericordia, como si hubiese golpeado a un perro callejero. Era verdad que había robado una flor Haitang del jardín de medicina, pero no tenía idea de cuán precioso había sido ese Haitang, ni de cuán cuidadosamente lo había cuidado Madam Wang durante los últimos cinco años para que uno finalmente floreciese. Lo único que sabía era que, caminando a casa por la noche ese día, un blanco luminoso en la punta de una rama le había llamado la atención. Los pétalos de la flor eran claros y helados, su fragancia suave y delicada. Inclinó la cabeza hacia atrás para admirarla, pensando en su Shizun. Había un latido en su corazón por alguna razón, e incluso las puntas de sus dedos se sentían calientes. Antes de darse cuenta, ya había arrancado la flor, con cuidado y con los movimientos más suaves, temiendo sacudir accidentalmente incluso una sola gota de rocío de los pétalos. A través de la gruesa cortina de sus pestañas, miró a esa flor Haitang cargada de rocío bajo la luz de la luna. En ese momento, aún no sabía cuán pura era la ternura y el afecto que sentía por Chu Wan Ning, ni sabía que, después de ese día, durante los siguientes diez años, veinte años, hasta la muerte, nunca volvería a tenerlo. Antes de que pudiera darle la flor a Shizun, se encontró con Xue Meng, que había venido a recoger hierbas medicinales para su madre. El joven maestro lo arrastró hasta donde Shizun con rabia. Chu Wan Ning dejó su pergamino, su mirada helada mientras escuchaba. Echó un vistazo a Mo Ran y le preguntó si tenía alguna explicación. Mo Ran comenzó: ––Recogí la flor porque quería dársela a... Todavía se aferraba a esa flor Haitang, con motas de escarcha y gotas de rocío que aún se aferraban a sus pétalos recién florecidos, helados pero indescriptiblemente hermosos. Pero la mirada de Chu Wan Ning era demasiado fría, tan fría que helaba el calor de la lava en su pecho. Ya no podía decir la palabra "Shizun" Ese sentimiento le resultaba demasiado familiar. Antes de que lo trajeran al Pico Sisheng, cuando tenía que corretear entre las cantantes y los clientes, encogiéndose en su delgado y desnutrido cuerpo para parecer más pequeño y menos obstructivo, había pasado todos los días bajo ese tipo de mirada. Ese tipo de desprecio, ese tipo de desdén.... Un escalofrío lo recorrió. ¿Podría ser que Shizun realmente lo mirara con desprecio? Ante el frío interrogatorio de Chu Wan Ning, Mo Ran sintió que su corazón se congelaba. Bajó la cabeza y dijo, en voz baja: ––… Yo... no tengo nada que decir. Y el resto era historia. A causa de esa flor Haitang, Chu Wan Ning lo azotó hasta que toda su afición inicial se rompió en pedazos, cuarenta golpes en total. En ese momento, si sólo Mo Ran hubiera explicado un poco más, si sólo Chu Wan Ning hubiera preguntado un poco más, entonces, tal vez las cosas no habrían salido como lo hicieron, tal vez el maestro y el discípulo no habrían dado ese primer paso en el camino más allá de la redención. Pero no había muchos "Qué pasaría si"... Fue en ese momento cuando Shi Mei, cálido y gentil, apareció a su lado. Después de regresar de la casa de Chu Wan Ning, Mo Ran no fue a comer, ni siquiera encendió una lámpara, sólo se acurrucó en su cama. Esta rígida figura acurrucada en la oscuridad era el espectáculo que saludaba a Shi Mei cuando abrió la puerta. Puso el tazón de Wontonss con aceite de chile en sus manos suavemente sobre la mesa, luego se acercó a la cama y llamó, suavemente: –– ¿A-Ran? Mo Ran todavía no tenía ningún sentimiento particular hacia Shi Mei en ese momento. Ni siquiera se dio la vuelta, aún mirando a la pared con los ojos rojos e hinchados, y su voz estaba ronca cuando dijo: ––Vete. ––Te traje un poco de... ––Dije que te fueras. ––A-Ran, no seas así. ––… ––Shizun tiene mal genio, pero sólo toma un poco de tiempo acostumbrarse. Ven, levántate y come algo. Pero Mo Ran era terco como un burro, inamovible aunque fuera arrastrado por diez caballos enteros. ––No lo quiero. No tengo hambre. ––... Al menos come algo, si no comes, Shizun se pondrá fu-–– Mo Ran se levantó de la cama antes de que pudiera terminar la frase, sus ojos llorosos, enojados e indignados, temblando un poco bajo sus pestañas. –– ¿Furioso? ¿Por qué iba a estar furioso? Es mi cuerpo, ¿Cómo es posible que sea asunto suyo si como o no? Ni siquiera me quiere como discípulo de todos modos, más vale que me muera de hambre, menos molestias para él, será más feliz de esa manera. Shi Mei: ––… No esperaba que sus palabras tocaran el punto doloroso de Mo Ran de esta manera, y se quedó sin palabras por un tiempo, mirando impotente al pequeño Shidi que tenía frente a él. Pasó un largo momento. Mo Ran se recompuso y miró hacia abajo, con el pelo largo cubriéndole la mitad de la cara. Mo Ran: ––… Lo siento. Shi Mei no podía ver su cara, solo el tenue temblor de sus hombros y las venas en la parte posterior de sus apretados puños. Pero, después de todo, el chico de quince años era todavía demasiado joven. Intentó soportarlo un rato, pero al final no pudo; enterrando su cara en sus brazos, se acurrucó en sí mismo y lloró fuertemente, la voz ronca y rota, histérica y perdida, dolorida y afligida por el dolor. Entre los sollozos incontrolables, repetía las mismas cosas una y otra vez. ––Sólo quería tener un hogar... estos quince años, yo sólo quería un hogar... por qué me miran así... por qué me menosprecian... por qué, por qué me miran así... por qué, por qué me menosprecian... Lloró durante mucho tiempo, y Shi Mei se sentó con él durante mucho tiempo. Cuando Mo Ran había llorado lo suficiente, Shi Mei le entregó un pañuelo impecable, y luego le entregó el cuenco de Wontonss ya fríos. Gentilmente, él dijo: –– No digas más tonterías como morir de hambre. Viniste al Pico Sisheng y fuiste aprendiz de Shizun, así que eres mi Shidi. También perdí a mis padres cuando era joven, así que si quieres, seré tu familia. Vamos, come algo. ––… ––Yo hice estos Wontonss. Aunque no le pongas cara a Shizun, al menos dame un poco, ¿Hm? Los labios de Shi Mei se curvaron en una pequeña sonrisa mientras tomaba un Wontonss redondo y translúcido y lo llevaba a los labios de Mo Ran. ––Pruébalo. Los bordes de los ojos de Mo Ran aún estaban rojos. Esos ojos llorosos miraban a la persona junto a su cama, pero finalmente abrió la boca y permitió que esa persona amable le diera de comer. A decir verdad, ese tazón de Wontonss ya se había enfriado y habían estado remojados durante demasiado tiempo, así que ya no era tan bueno como podría haber sido. Pero, en ese momento, bajo la luz de las velas, este tazón de Wontonss, ese rostro incomparablemente hermoso, y esos ojos gentiles fueron grabados profundamente en su corazón. En la vida y en la muerte, para no ser olvidados nunca. Probablemente comenzó esa noche. Su odio hacia Shizun se hizo cada vez más profundo. Y fue entonces cuando se convenció de que Shi Mei era la persona más importante de su vida. Después de todo, todos querían calidez. Especialmente un perro callejero que se había congelado tantas veces en el frío amargo que la mera visión de los caminos salados le hacía temblar en anticipación a la nieve, del invierno venidero. Taxian-jun parecía imponente, pero solo él sabía la verdad. En realidad sólo era un vagabundo. Un perro callejero que siempre había estado buscando un lugar en el que pudiera acurrucarse, un lugar al que pudiera llamar "Hogar", pero pasó quince años buscando y aún así no pudo encontrarlo. Y así, su amor y odio se volvieron ridículamente simples... Si alguien le diera una paliza, odiaría a esa persona. Si alguien le diera un tazón de sopa, le encantaría esa persona. Después de todo, era tan simple. CAPÍTULO 60: ESTE VENERABLE DESCUBRIÓ UN SECRETO. Con los hechizos lanzados en el transbordador, el viaje fue rápido, y a la mañana siguiente ya habían llegado al puerto de Yang zhou. Ya había enviados en el puerto que los recibían, estableciendo muchos de los caballos. La tripulación desayunó en el puerto, pero como la tribu emplumada no necesitaba sustento, se sentaron en el borde del puerto con los ojos cerrados, descansando su espíritu. Apenas había amanecido, y no había muchos mercaderes alrededor haciendo negocios, pero los marineros ya se habían levantado, reunidos en tres y cinco, comiendo gachas de avena y panecillos al vapor, asomándose y robando miradas curiosas a ellos de vez en cuando. Mordiscos y charlas de esos hombres fornidos con simples túnicas de trabajo mientras masticaban su comida cayeron en los oídos de Mo Ran. ––Sí, sí, reconozco sus ropas. Son gente del Reino de la Cultivación Inferior. ––El Reino de la Cultivación Inferior está tan lejos, y nuestra secta raramente interactúa con ellos, así que ¿Cómo lo sabes? ––Mira el escudo de armas de sus antebrazos. ¿No es exactamente igual que el del Guardián de la Noche Sagrada? –– ¿Estás hablando de esos dispositivos de madera que expulsan el mal? – – Alguien echó un vistazo a la manga de Xue Meng y exclamó asombrado mientras masticaba los pepinillos crujientes: ––Aiyoh, es verdad. ¿Quién fue el que hizo a los Guardianes otra vez? ––Oí que fue el anciano Yu Heng del Pico Sisheng quien lo hizo. –– ¿Quién es el anciano Yu Heng? ¿Es tan poderoso como nuestro líder de la secta Jiang de Gu Yue Ye? ––Jeje, quién sabe. Quién puede decir algo sobre el mundo de los cultivadores. Los obreros de la cubierta hablaban con un pesado dialecto Su y Mo Ran no podía comprender, pero Chu Wan Ning podía entender lo que esa gente estaba diciendo. Al enterarse de que los Guardianes de la Noche Sagrada que él había inventado se estaban distribuyendo con éxito por todo el mundo común, no pudo evitar sentirse reconfortado. Así, comenzó a conspirar mentalmente, pensando que después de su regreso debería inventar bueyes o caballos de madera más ligeros, y hacer más bien. Una vez terminado el desayuno, el grupo se dio prisa, y no tardaron más de cuatro horas en llegar al pie de la Montaña Jiu Hua. Todavía era temprano en el día, el sol de un día de invierno acababa de alcanzar su punto álgido, y millones de hilos de luz dorada se rozaban como la seda, hundiendo la cima nevada en una luminiscencia cristalina, resplandeciendo magníficamente. En las laderas de la cima había cientos de frondosos y antiguos pinos que permanecían siempre verdes, firmes en la helada, como un cultivador ermitaño con un aire inmortal, las mangas bajas, los ojos entrecerrados, en un silencio mortífero mientras permanecían de pie a ambos lados del sendero de la montaña. No fue por nada que los mortales llamaron a la cima de la Montaña Jiu Feng el "Mundo Inmortal". La tribu emplumada silbó tres veces al pie de la montaña, y un pequeño canario dorado con¡ plumas vibrantes y encantadoras salió volando del blanco y nevado pie de la montaña, y aterrizó ligeramente ante ellos. El grupo siguió el ejemplo del canario dorado, dirigiéndose hacia el oeste durante todo el camino, y llegaron ante una cortina de turbulenta y tempestuosa cascada. ––Mis señores cultivadores, por favor, retrocedan. La líder de la tribu emplumada estaba delante, su mano imitando la mano de Buda, y ella recitó en silencio un hechizo. De repente, apretó los labios escarlata y sopló suavemente contra el viento. Sorprendentemente, un rayo de llamas apareció en el aire, lanzándose directamente hacia la cascada, ¡Dividiendo la cortina de agua en dos! La tribu emplumada giró y sonrió con alegría: ––Invito sinceramente a mis señores a entrar en el Jardín de Flores de Melocotón. Siguieron a la tribu emplumada y pasaron a través de la cortina de agua. Después de cruzar la barrera, el paisaje se iluminó repentinamente ante sus ojos. Este lugar era vasto sin un final a la vista, pero bullicioso y animado como el otro mundo. El Jardín de Flores de Melocotón era un mundo protegido sin muchas conexiones con el mundo de la cultivación, y aunque no podía compararse con la verdadera Tierra de los Inmortales, nunca se habló de ella como si fuera igual, sin embargo, esta tierra era rica en qi espiritual. Dentro del jardín, los paisajes eran como si salieran de la poesía y la pintura, los colores elegantes y delicados, y después de haber caminado un rato, descubrieron que el cambio de estaciones también era aleatorio. Con la tribu emplumada a la cabeza, primero pasaron por el desierto, y el sonido de los ríos corriendo rugió en sus oídos, los gritos de simios y bestias en ambas orillas. Entonces llegaron a las afueras de la ciudad, y vieron vastos campos de cultivo con senderos entrecruzados, donde el trigo se balanceaba junto con la brisa. Finalmente, cuando entraron en la fortaleza de la ciudad, había edificios inmaculados y detallados hasta donde alcanzaba la vista, el alero alto y grande. La capital principal de esta Tierra de Flores de Melocotón era magnífica y bella, la ciudad misma grande, sus provisiones completas, no apareciendo nada menos que los animados centros urbanos del reino mortal. Sólo que, las flores que caían y los copos de nieve a la deriva bailaban juntos en el aire, los pájaros raros y las garzas inmortales volaban juntos en manadas, y todos los miembros de la tribu emplumada que pasaban por allí eran de cuello alto y hermosos, con figuras pintorescas y joviales, y cada uno de ellos se parecía a una especie de mariposa sin parangón que emergió de las pinturas. Sin embargo, mientras que una escena tan etérea parecía bastante nueva e interesante para Xue Meng y compañía, pero como ya habían sido testigos de la extraña vista del Lago Jin Cheng, esto ya no era algo que les sorprendería. Llegaron a una bifurcación en el camino, y vieron a alguien de la tribu emplumada vestida con un gran abrigo de plumas bordado con un ave fénix dorado y un blanco puro debajo de la capa, de pie junto a un árbol antiguo, tan alto que llegó hasta los cielos. Esa marca de llama en su frente era mucho más profunda que cualquiera de las otras, señalando que sus poderes eran mucho mayores que los de los demás miembros de la tribu emplumada. Las enviadas que lideraban el camino llevaron al grupo ante ella, y luego se arrodillaron ante ella, presentando sus respetos: ––Gran Señor Inmortal, los cuatro xianjun del Pico Sisheng han llegado. ––Gracias por su duro trabajo, pueden retirarse. ––Sí, mi señora. La persona de la tribu emplumada que estaba bellamente vestida sonrió suavemente, su voz clara y conmovedora como el canto de un joven fénix. ––Me llamo Dieciocho. Por el reconocimiento del anciano inmortal de mi familia, se me otorgó el gran título de Gran Señor Inmortal del Jardín de Flores de Melocotón. Estamos muy agradecidos de que mis señores estén dispuestos a mostrarnos la cortesía de venir a entrenar en esta humilde morada. Si los Xianjun encuentran alguna recepción inadecuada en la duración de su estancia aquí, por favor, perdónennos y no tengan miedo de hacérnoslo saber. Con tanta belleza y tanta gracia cuando hablaba, daba ciertamente una buena impresión. Aunque a Xue Meng no le gustaban los hombres que se veían mejor que él, estaba en una edad en la que empezaba a apreciar la belleza y los afectos, por lo que, naturalmente, no descartaba a las damas tan hermosas que parecía como si surgieran de las pinturas. Así, sonrió en respuesta. ––Xianjun es demasiado amable, pero este nombre Dieciocho ciertamente es extraño. ¿Puedo preguntar por el apellido de Xianjun? Dieciocho le respondió amable y cortésmente: ––No tengo apellido. Dieciocho es todo. Mo Ran se rió a carcajadas: ––Si te llamas Dieciocho, ¿Hay alguien aquí llamado Diecisiete? Eso iba a ser una broma, pero quién sabía que cuando Dieciocho lo oyó, ella sonrió a pesar de sí misma. ––Xianjun es sabio. Diecisiete es mi hermana. Mo Ran: ––… Dieciocho explicaba: ––Nosotros, la tribu emplumada, nacemos de las plumas caídas del Dios celestial Zhu Que. Cuando nuestro cultivo es poco profundo, solemos aparecer en forma de ibis crestado. El primero en aparecer fue el anciano inmortal de mi familia, y el resto de la tribu emplumada se llama así por orden de aparición, empezando por Uno, Dos... Soy la decimoctava, así que me llamo Dieciocho. ––… Después de que Mo Ran se enteró, se quedó sin habla. Originalmente había pensado que Xue Zheng Yong ya era horrible a la hora de dar nombres, pero no había pensado que hubiera alguien que fuera incluso peor aquí, yendo directamente por números. Entonces, Dieciocho dijo algo que lo dejó aún más atónito. ––Bien. Vayamos al grano. Es la primera vez que vienen a este lugar y aún no conocen las reglas de entrenamiento del Jardín de Flores de Melocotón. –– Dieciocho dijo: ––En el reino mortal, durante siglos, la cultivación ha sido dividida por escuelas y sectas. Este lugar es diferente. La tribu emplumada siempre ha sido muy clara al dividir el trabajo. Hay quienes se especializan en 'Defensa', quienes se especializan en 'Ataque', y quienes se especializan en 'Curación'. Hay tres divisiones en total, y su entrenamiento también se llevará a cabo en consecuencia. Mo Ran sonrió. ––Eso es fantástico. Dieciocho asintió hacia él. ––Gracias por pensar así, pequeño xianjun. Los cultivadores de Gu Yue Ye también vinieron hace varios días, y cuando se enteraron de este método de entrenamiento, todos estaban bastante disgustados. Mo Ran se sintió incrédulo. ––Defensa es defensa, ataque es ataque y curación es curación. ¿No es una división tan clara algo bueno? ¿Por qué son infelices? ––Verás–– respondió Dieciocho. ––Hay un joven maestro Duan de Gu ue Ye que pertenecía a 'Defensa', y necesitaba residir con los otros xianjun de la misma división. Pero, su Shijie pertenecía a 'Ataque', y debe entrenar y residir con los xianjun de la División de Ataque. Aunque no entiendo muy bien los afectos y las relaciones de los mortales, todavía puedo decir que el joven maestro no estaba dispuesto a separarse de su hermana jurada. ––Jaja, ¿Qué pasa con... espera, qué has dicho? –– Mo Ran dejó de reírse a mitad de camino cuando de repente se dio cuenta y sus ojos se abrieron de par en par: ––No sólo los que pertenecen a diferentes divisiones tienen que entrenar por separado, sino que también tienen que vivir separados... Dieciocho no sabían por qué su rostro cambió de repente y respondió en confusión: ––Así es. Toda la cara de Mo Ran se puso azul. ––… ¿¡Qué clase de broma era esta!? Una hora más tarde, Mo Ran, que había fracasado en su negociación con Dieciocho, se quedó estupefacto ante una luminosa y espaciosa residencia de cuatro lados en el patio, y se sumergió en un largo y profundo silencio. Él, Xue Meng, y Xia Si Ni pertenecían a la división de Ataque, y fueron enviados al lado este del Jardín de Flores de Melocotón. Pero el lado este, no era cualquier pequeño terreno asignado, sino el lugar donde vivían todos los xianjun que pertenecían a 'Ataque'. Ya había más de veinte de esas residencias en el patio que albergaban a cuatro, y también había montañas y lagos, calles y mercados, construidos muy parecidos a los del Reino Mortal. Parecía que era porque la tribu emplumada sabía que iban a vivir aquí durante mucho tiempo, así que fue construido para ayudarles a deshacerse de su nostalgia. En cuanto a Shi Mei, como pertenecía a "Curación", fue enviado al lado sur del Jardín de Flores de Melocotón. Estaba excepcionalmente lejos de donde residían Mo Ran y los demás, e incluso había una barrera establecida en el medio que sólo podía ser atravesada con el personal de autoridad. Esto significaba que, mientras que Mo Ran y Shi Mei estaban dentro del Jardín de Flores de Melocotón, aparte de la reunión diaria de las tres divisiones para aprender el método de cultivo para principiantes de la tribu emplumada, no había básicamente ninguna otra oportunidad para que se vieran entre ellos. Esto tampoco fue lo peor de todo. De repente, Mo Ran levantó la vista y miró hacia el patio a través de sus gruesas cortinas de pestañas al Xue Meng que estaba dando vueltas por todo el patio, obviamente planeando elegir la habitación más cómoda para él. Mo Ran podía sentir las venas de su frente estallar a pesar de sí mismo. Xue Meng... Eso es correcto. Jodido infierno. ¡A partir de hoy, tendría que vivir en el mismo patio que Xue Meng todos los días! Tal vez por mucho tiempo, tendría que experimentar a fondo dos de los ocho grandes sufrimientos de la vida: la separación de los seres queridos y el encuentro con enemigos... La tribu emplumada había estado yendo del Reino de la Cultivación Superior al Reino de la Cultivación Inferior para encontrar a sus elegidos, y para cuando llegaron al Pico Sisheng, ya estaban al final de su viaje. Así, los enviados de todas las demás sectas ya se habían instalado antes que ellos, y Xue Meng pronto descubrió que una de las habitaciones de su pequeño patio de cuatro lados ya estaba ocupada. ––Raro. Me pregunto quién se ha instalado aquí. –– Xue Meng murmuró mientras miraba la manta que estaba siendo colgada para que se secase en el patio. ––No importa quién sea, no debería ser nadie que haga tanto alboroto. –– Mo Ran dijo. –– ¿Qué quieres decir? ––Déjame preguntarte–– dijo Mo Ran. –– ¿Qué habitación elegiste? Xue Meng inmediatamente se mostró cauteloso. –– ¿Qué estás planeando? Ya he hecho mi elección, la que está situada en el norte, mirando al sur, es mía. Si vas a pelear conmigo por ello, entonces yo... Todavía no se había dado cuenta de lo que iba a hacer antes de que Mo Ran lo interrumpiera riendo: ––No me gustan las habitaciones demasiado grandes, así que no voy a pelear contigo. Pero permíteme preguntarte, si esta residencia todavía estaba vacía–– Dijo, y señaló la pequeña habitación a la que alguien ya se había mudado, y continuó su pregunta. –– ¿Cambiarías con él? Xue Meng miró primero a esa sencilla casita de paja antes de mirar a Mo Ran. –– ¿Crees que soy tonto? Por supuesto que no cambiaré. Mo Ran se rió. ––Por eso dije que esa persona no es alguien que haría un escándalo. Cuando llegó, las cuatro habitaciones de este patio estaban vacías, pero no escogió la mejor, y sólo escogió esa pequeña y diminuta casucha. Si este hombre no es un tonto, entonces es un humilde caballero. ––… Este análisis no estaba equivocado, pero Xue Meng sintió como si su cara hubiera sido arrancada por el cuchillo escondido en la sonrisa de Mo Ran. El otro hombre era un caballero, que dejaba la mejor habitación para dormir en una choza en ruinas, entonces, ¿No era él un hombre apestoso, vulgar, común, un mezquino tacaño? Pero Mo Ran no llamó a Xue Meng por su nombre, así que el joven maestro Xue no pudo gritarle, ni pudo soportarlo, así que en el momento, toda su cara se enrojeció. ––De cualquier manera... estoy acostumbrado a vivir bien. –– Xue Meng se ahogó en el resentimiento y reprendió con una cara oscura: ––En cualquier caso, no puedo soportar los lugares ruinosos, así que quien quiera ser un caballero puede seguir adelante. No me importa. Después de hacer su declaración, se giró y se fue. Así, las cuatro habitaciones de la residencia del patio fueron tomadas por diferentes maestros. Xue Meng eligió la exquisita residencia del norte, las paredes pálidas y el tejado negro, el umbral forrado de dorado; la habitación más lujosa. Mo Ran escogió la casa de piedra al oeste, un árbol de durazno plantado en la entrada, las flores en pleno florecimiento. En cuanto a Chu Wan Ning, pidió el edificio de bambú en el lado este, y cuando el sol se hundió al atardecer en el oeste, los tiernos y suaves bambúes eran como jades iluminados, brillantes y nítidos. Y en el lado sur, en esa humilde y sencilla choza de paja residía ese 'caballero' que aún no habían conocido. El resfriado de Chu Wan Ning aún no se había curado, y su cabeza giraba alocadamente, así que se había ido a descansar muy temprano. Xue Meng se quedó con él un rato, pero como este pequeño Shidi no se acurrucaba ni lloriqueaba, ni le importaba escuchar historias, envolviéndose como una pequeña bola de arroz pegajosa y sólo se preocupaba por dormir en una paz amortiguada, Xue Meng se sentó en el borde de su cama durante un rato antes de que le resultará innecesario, se sacudió el polvo y se fue. En el patio, Mo Ran había sacado una silla y estaba levantando las piernas, con los brazos apoyados detrás de la cabeza mientras veía como se hundía el sol dorado en el oeste y como se desprendían los ardientes rayos del sol en su tiempo libre. Viendo salir a Xue Meng, preguntó: –– ¿Xia-Shidi está durmiendo ahora? ––Mn. –– ¿Le ha bajado la fiebre? ––Si te preocupas por él, ¿Por qué no entras y lo ves por ti mismo? Mo Ran se rió a carcajadas. ––El pequeño probablemente aún no está profundamente dormido, mi torpeza podría despertarlo. Xue Meng le dio una mirada. ––Bueno, por lo menos eres consciente de ti mismo. Y yo que pensaba que eras como los perros y gatos que mamá crió, y que sólo sabías cómo relajarte en el patio y ser perezoso. ––Jaja, ¿Y cómo sabes que estoy siendo perezoso? –– Mo Ran giró con una flor de melocotón entre los dedos y levantó la vista con una sonrisa: ––El tiempo que pasé aquí sentado en el patio fue suficiente para descubrir un secreto espantoso e importante. Xue Meng obviamente no quería preguntar, pero aún así era curioso, y después de soportarlo por un buen rato, con la cara todavía rígida, elaboró una expresión de indiferencia antes de murmurar. ––... ¿Qué gran secreto? Mo Ran le hizo un gesto con la mano y entrecerró los ojos. ––Acerca tu oreja y te lo diré en secreto. ––… Increíblemente renuente, Xue Meng bajó la oreja. Mo Ran se acercó, y se rió en silencio. ––Jeje, te tengo. Tonto Meng Meng. Los ojos de Xue Meng sobresalían en círculos redondos e inmediatamente estalló en indignación, tirando del cuello de Mo Ran: –– ¿Me has mentido? ¿¡QUÉ TAN INFANTIL ERES!? Mo Ran se rió. –– ¿Cómo he mentido? Descubrí un secreto, pero tampoco quería decírtelo, eso es todo. Las cejas oscuras de Xue Meng se agudizaron. –– ¡Si sigo creyendo en ti, entonces soy un verdadero tonto! Los dos discutieron como un pájaro picoteando a un perro y un perro mordiendo a un pájaro, y Mo Ran estaba a punto de decir burlonamente otra cosa para provocar al otro a enfurecerse aún más cuando, de repente, una voz extraña mezclada con confusión desde atrás, dijo: –– ¿Eh? –– antes de hablar: –– ¿Son ustedes dos nuevos compañeros de entrenamiento? La voz de este hombre era clara y nítida, más suave y brillante que la de cualquier otro joven. Mo Ran y Xue Meng volvieron la cabeza hacia atrás, y vieron en el rojo sangre carmesí del remanente sol, a un hombre vestido con un traje ajustado que estaba parado allí contra el viento. Este hombre nació con rasgos profundos, sus cejas negras, una corona de jade negro en su cabeza, y su rostro color miel era a la vez hermoso y lleno de vida. Aunque su cuerpo no era alto ni musculoso, su figura era imponente, más estimada que la de los distinguidos y con clase. Sobre todo esas piernas largas: con las ataduras de un traje negro ajustado, parecían aún más formidables y poderosas, rectas y galantes. La expresión de Mo Ran cambió instantáneamente, y sintió como si la sangre y los pecados de un mundo separado brillaran ante sus ojos. Era como si viera una silueta arrodillada en la tempestad de sangre, las clavículas atravesadas por una cadena de acero, la carne en la mitad de la cara arrancada, pero prefería morir antes que rendirse, negándose a ceder. Su corazón temblaba, como una gota de rocío de cristal que goteaba de una hoja, y Mo Ran no podía describir lo que sentía. Si había alguien a quien había respetado y admirado en su vida anterior, entonces el que tenía ante sus ojos era definitivamente uno de ellos. Así que el honorable caballero que iba a vivir con ellos... era en realidad él, ¿Eh? CAPÍTULO 61: ¿ESTE VENERABLE ES REALMENTE GRANDIOSO? Los dos hermanos dejaron de discutir y se pusieron de pie al mismo tiempo. La persona frente a ellos tenía un aire extremadamente distinguido. Xue Meng miró fijamente durante un momento antes de reaccionar finalmente, asintiendo. ––Mn. Eso es correcto. ¿Quién eres tú? Xue Meng había sido testarudo desde su nacimiento, y aunque Madam Wang le enseñó la etiqueta una y otra vez, nunca se lo tomó en serio. Por lo tanto, nunca preguntó por los nombres de cortesía de las personas, no se molestó con los honoríficos, y tampoco dio su propio nombre. En esencia, fue muy grosero. Pero Mo Ran sabía que esta persona era demasiado digna para hacer una escena por tales acciones. Después de todo, este fue... ––Soy un discípulo de la Secta Ru Feng, Ye Wang Xi. –– Como era de esperar, el joven estaba tranquilo y sereno, y no se enojó. Bajo sus oscuras y negras cejas había un par de ojos que brillaban como la luz de las estrellas, excepcionalmente brillantes y penetrantes. –– ¿Puedo preguntar tu nombre? –– ¿Ye Wang Xi? –– Xue Meng frunció el ceño, murmurando. ––Nunca he oído hablar de él, no debe tener mucha reputación. Sus murmullos no eran fuertes, pero la única manera en que el otro no podría oírlo sería si fuera sordo. Así, Mo Ran tiró discretamente de la manga de Xue Meng para que se contuviera un poco, luego enmascaró las emociones en su propia cara y sonrió ligeramente. ––Soy Mo Ran, un discípulo del Pico Sisheng, y el que está a mi lado es mi maleducado hermanito, Xue Meng. Xue Meng se apartó de él, mirándole con ira. ––No me toques, ¿Quién es tu hermanito? ––Oh, Xue Meng, tú... –– Mo Ran suspiró. Se volvió hacia Ye Wang Xi, sus ojos se curvaban y sonreían. ––Mi hermano menor es un poco terco, por favor, no le hagas caso, Ye-xiong. No es que de repente decidiera cambiar toda su actitud y empezar a ser cortés con Xue Meng. Más bien, fue porque Ye Wang Xi era un genio sobresaliente entre sus compañeros. Aunque este Ye Wang Xi no se había hecho de un nombre todavía, en su vida anterior, Ye Wang Xi era el segundo después de Chu Wan Ning en todo el mundo de la cultivación. Dios sabe cuánto había sufrido Mo Ran en manos de Ye Wang Xi en su vida anterior. Después de haber renacido en esta vida, viendo que el otro todavía estaba filoso como un borde de cuchillo, un héroe recto, puro y noble.... incluso si no podía obtener sus buenas gracias, por lo menos, Mo Ran no quería ser su enemigo de nuevo. Sólo Chu Wan Ning fue suficiente para vencerlo en negro y azul. ¿Cómo podría vivir en paz si Ye Wang Xi se sumara a la mezcla? Ye Wang Xi era un hombre de pocas palabras, así que después de unas pocas palabras educadas, regresó a su propia habitación. Tan pronto como se fue, la expresión de Mo Ran volvió a su molesta sonrisa. –– ¿Qué te parece? –– ¿Qué pienso de qué? ––Esa persona–– contestó Mo Ran. –– ¿Te agrada? ¿Piensas que es guapo? –– ¿…?–– Xue Meng lo miró como si estuviera loco y se mofó. ––Raro. Mo Ran se rió. ––Los cuatro vivimos en el mismo patio, nos encontraremos en cada esquina. Deberías alegrarte de que sea con él con quien estamos viviendo. Xue Meng estaba perplejo. ––Por la forma en que hablas, ¿Suena como si ya lo conocieras? Por supuesto, Mo Ran no podía decirle la verdad, así que bromeó sin una pizca de seriedad: ––No, no lo conozco, pero sólo juzgo a las personas por sus caras. Es guapo, así que me gusta mucho. Xue Meng despreció. –– ¡Qué asco! Mo Ran se rió, agitando su mano mientras se daba la vuelta, haciendo un gesto ofensivo con la mano a Xue Meng a sus espaldas. Luego regresó perezosamente a su propia casita de piedra, cerró la puerta con un trozo de piedra y cortó todas las maldiciones y palabrotas de Xue Meng en el exterior. A la mañana del día siguiente, Mo Ran se levantó temprano. Los cultivadores emplumados retrasaron la práctica de cultivo durante tres días para poder acostumbrarse a la vida en el Jardín de Flores de Melocotón. Después de que Mo Ran se refrescó, vio que Ye Wang Xi se fue por su cuenta. Los otros dos tampoco se habían despertado todavía, así que fue a pasear por las calles. En medio de la fina capa de niebla matutina, bastantes cultivadores se desplazaron con pasos ligeros, corriendo a sus propios campos de cultivo. Mo Ran pasó por un puesto de desayuno y vio una olla fresca de bollos al vapor. Pensó en su pequeño shidi, que aún estaba enfermo, y se acercó para decir: ––Tomaré ocho bollos fritos y un tazón de congee dulce para llevar, señora vendedora. La dueña del puesto ni siquiera levantó la cabeza y respondió: ––Dame seis plumas. Mo Ran miró inexpresivamente. –– ¿Seis qué? ––Seis plumas. ––… Entonces, ¿Necesito encontrar un pollo ahora mismo y arrancarle un par de plumas? Esa vendedora emplumada levantó los ojos para echarle un vistazo. –– ¿Sin plumas y todavía quieres comida? Vete, piérdete. Mo Ran estaba irritado y enfurecido, pero justo cuando estaba a punto de preguntar de nuevo, una voz familiar apareció de repente detrás de él. Una mano envuelta en vendas se extendió, seis brillantes y resplandecientes plumas doradas apretadas entre sus dedos. ––Señora vendedora, gachas de avena, por favor. Yo invito. La vendedora emplumada tomó las plumas, no queriendo perder más tiempo con ellos, y se volvió para empacar el desayuno para llevar. Mo Ran giró la cabeza y vio que Ye Wang Xi estaba a su lado, de pie, alto y apuesto, su presencia elegante. ––Muchas gracias. –– Mo Ran agarró los panecillos calientes y el dulce congee, y se fue con Ye Wang Xi. ––Si no me hubiera encontrado contigo hoy, me temo que podríamos haber pasado hambre. ––No te preocupes–– dijo Ye Wang Xi. ––La señorita Dieciocho no tiene buena memoria, y siempre se olvida de dar plumas a los recién llegados. También me encontré contigo por casualidad; no es nada del otro mundo, así que no te preocupes. Mo Ran le preguntó: –– ¿Necesitas estas plumas para hacer todo lo necesario en el Jardín de Flores de Melocotón? ––Así es. –– ¿De dónde vienen las plumas? Ye Wang Xi respondió: ––Son arrancadas. ––A...Aranca...das... –– Mo Ran se sintió un poco aturdido. ¿Éstas plumas fueron arrancadas directamente del cuerpo de un pájaro? ¿Entonces los pájaros de por aquí no terminarían completamente calvos? Viendo su cara de asombro, Ye Wang Xi lo miró con diversión: –– ¿En qué estás pensando? En el Jardín de Flores de Melocotón, hay un lugar llamado el Abismo Ancestral. La leyenda dice que allí fue donde ascendió el inmortal Zhu Que. El fondo del abismo está lleno de llamas rugientes, está caliente más allá de toda medida y es difícil de soportar. Ni una pulgada de hierba puede crecer allí, y ninguna bestia puede sobrevivir tampoco. Mo Ran escuchó su descripción, e inmediatamente pensó en el cielo rojo sangre que había visto a lo lejos cuando pasó ayer por las afueras de la ciudad. –– ¿Está el abismo cerca de la parte norte de la ciudad? ––Tienes razón. –– ¿Qué tiene que ver eso con las plumas? Ye Wang Xi respondió: ––Es así: aunque ninguna otra criatura puede vivir alrededor del Abismo Ancestral, hay una bandada de búhos furiosos que viven en su interior. Hacen sus nidos en el fuego, se esconden durante el día y salen por la noche. Sus plumas pueden ayudar a la gente de la tribu de los cultivadores emplumados a refinar su cultivo. ––Así que así es como es–– sonrió Mo Ran. ––No es de extrañar que quieran cambiar bienes por plumas, entonces. ––Mn. Pero hay que tener cuidado, porque cuando salen de noche, sus plumas se convierten en plumas normales, las mismas que las de los búhos normales. Incluso si los atrapas entonces, no serán útiles en absoluto. Sólo al amanecer todos los días, cuando el sol sale por el este, la bandada de búhos regresará al Abismo Ancestral por centenares y miles. En el momento justo antes de entrar en el abismo, sus plumas se volverán de nuevo doradas, y sólo entonces será útil arrancarlas. ––Jaja, ¿No sería lo mismo que practicar el juego de piernas y las habilidades de vuelo? Si tus habilidades son inferiores, entonces caerás y te convertirás en barbacoa. Si no vas a recolectar plumas, probablemente te morirás de hambre. Mo Ran no pudo evitar chasquear su lengua. ––Eso es bastante duro. Ye Wang Xi preguntó. –– ¿Será que no eres bueno para el juego de piernas ligeras? Mo Ran se rió. ––Sólo un poco más o menos. ––Eso no bastará–– respondió Ye Wang Xi. ––Los movimientos de los búhos son rápidos y violentos, no más lentos que los de un halcón o un gavilán. Si no practicas diligentemente, entonces pasarás hambre después de un par de días. ––Así que así es como es... Cuando vio que Mo Ran aún estaba distraído, Ye Wang Xi suspiró y volvió a hablar: ––He adquirido bastantes plumas, y no me faltan por el momento. Si los tres necesitan un poco, pídemelo ahora. Mo Ran volvió a agitar su mano, sonriendo. –– ¿Cómo podríamos hacer eso? Contemos esto como si yo te pidiera prestadas estas seis plumas. Voy a volver a comer algo de comida primero, y si puedo recoger algunas plumas mañana, te las devolveré. Muchas gracias. Mo Ran se despidió de Ye Wang Xi, llevando el congee y la comida de vuelta al patio. La habitación de Xue Meng estaba vacía. Probablemente se despertó y se aburrió, y salió a dar un paseo. Mo Ran luego fue a la casa de bambú de Chu Wan Ning. Chu Wan Ning aún no se había despertado. Mo Ran puso el congee y los bollos fritos al vapor sobre la mesa, y se fue a su lado. Bajó la cabeza para echar un vistazo. De repente, una sensación familiar lo inundó. La apariencia de este pequeño Shidi mientras duerme... ¿Por qué se parecía a cierta persona? Pero no podía pensar exactamente a quién se parecía el aspecto de su Shidi. Sólo tenía una impresión borrosa de otra persona que era así, alguien que siempre se acurrucaba en una bola mientras estaba acostado en su cama, con las manos debajo de las mejillas, pero, ¿Quién era exactamente? Mientras se perdía en sus pensamientos, Chu Wan Ning se despertó. ––Wuuh... –– Se dio la vuelta. Chu Wan Ning vio a la persona junto a su cama, y de repente abrió los ojos de par en par. –– ¿Mo Ran? ––Cuántas veces te he dicho que me llames Shixiong. –– Mo Ran le despeinó un poco el cabello, y luego le tomó la temperatura al palparle la frente: ––Parece que tu fiebre se ha ido. Vamos, levántate y come algo. ––Comer comida... –– El niño en la cama repitió en blanco, su cabello desordenado haciendo que su cara se viera más linda. ––Mira lo mucho que le importas a Shixiong, me levanté tan temprano para ir a comprar el desayuno. Deberías comerlo mientras esté caliente. Chu Wan Ning se puso sus inmaculadas túnicas interiores y se bajó de la cama, caminando hacia la mesa del comedor. En la parte superior de la mesa del comedor, había una sola hoja de loto fresca. Los bollos fritos al vapor tenían pieles finas y fondos crujientes, con trozos de cebolla verde jade picada y sésamo negro esparcidos por encima. En el otro lado, había un pequeño cuenco de longan y congee de Osmanto. Era suave y pegajoso, pero espeso y rico al mismo tiempo, todavía caliente, con nubes de vapor saliendo de él. El normalmente fuerte y firme anciano Yu Heng se sintió de repente inseguro de sí mismo. –– ¿Para mí? –– ¿Ah? –– ¿Compraste todo esto... para mí? Mo Ran se quedó atónito por un segundo. ––Así es. Vio a Chu Wan Ning, que parecía indeciso e inseguro. Lo pensó y sonrió: ––Date prisa y come, si no, se enfriará. Aunque Chu Wan Ning había estado en el pico Sisheng durante muchos años, y todo el mundo lo respetaba, casi nadie comía con él debido a su fría y rígida personalidad. Era aún menos probable que le trajeran una porción de desayuno del comedor. A veces, observaba a los discípulos cuidándose unos a otros, y no estaba dispuesto a admitirlo, pero no podía evitar estar ligeramente celoso de ellos en su corazón. Y así, frente a este tazón de avena y un par de panecillos, no se atrevió a comérselos. Pasó mucho tiempo en silencio. Mo Ran lo vio sentado en el taburete, mirando la comida que tenía enfrente y sin mover los palillos, y pensó que la comida podría no ser de su gusto. –– ¿Qué pasa? –– preguntó Mo Ran. –– ¿Es demasiado grasoso para ti? ––… Chu Wan Ning le miró y agitó la cabeza. Cogió su cuchara, recogiendo una cucharada de congee. Sopló sobre ella, y tomó un sorbo cuidadoso. Si aún fuera el hermoso, frío y distante Chu-zongshi de antes, entonces parecería elegante y refinado comiendo congee de tal manera, como si estuviera practicando la moderación. Pero en el cuerpo de un niño, parecía un poco incómodo y lastimoso. Mo Ran malinterpretó sus dudas y le dijo: –– ¿No te gustan los longan? Puedes cogerlos y dejarlos a un lado, no es gran cosa. ––No. –– La cara del pequeño Shidi no era muy expresiva, pero cuando volvió a mirar a Mo Ran, sus ojos negros como de cuervos eran amables. –– Me gusta. ––Oh... Haha, eso es bueno entonces, pensé que no te gustaba. La gruesa cortina de pestañas de Chu Wan Ning descendió hacia abajo, y él repitió sus palabras en voz baja: ––Me gusta. Nadie ha cuidado de mí de esta manera antes. Mientras hablaba, levantó los ojos para mirar a Mo Ran. Volvió a hablar, sinceramente. ––Muchas gracias, Shixiong. Mo Ran no esperaba que dijera algo así, y no pudo evitar sentirse aturdido. No era una persona naturalmente amable, y no le gustaban los niños. Sólo trató bien a Xia Si Ni porque sus habilidades eran inusualmente buenas a una edad temprana, y parecía un joven con el que valía la pena hacerse amigo. Mo Ran sólo estaba pensando en cosas prácticas, pero viendo cómo Chu Wan Ning estaba tratando este asunto con sinceridad, no pudo evitar ruborizarse de vergüenza. Sin embargo, después de escuchar lo que su Shidi había dicho, pensó que era un poco extraño. Mo Ran hizo un gesto con la mano para decirle a Chu Wan Ning que no necesitaba darle las gracias, y le preguntó: –– ¿Nadie te ha comprado el desayuno antes? Chu Wan Ning asintió sin expresión alguna. –– ¿Los discípulos del anciano Xuan Ji no saben cuidarse unos a otros o algo así? Chu Wan Ning respondió: ––No salgo mucho con ellos. –– ¿Y antes de venir a la secta? Cuando vivías en tu antigua casa, tu mamá y tu papá... Después de decir la primera mitad de su oración, Mo Ran se detuvo. Viendo cómo su pequeño Shidi era tan ingenioso y puro como la nieve, ¿Qué clase de padres tendrían el corazón de dejar a un niño así en la cima de una montaña para que cultivase, y no volver nunca más a visitarlo? Parecía que había sufrido las mismas experiencias que Shi Mei y él mismo. Como era de esperar, Chu Wan Ning habló con calma: ––Mis padres me abandonaron, y yo no tenía más parientes, así que no había nadie que me cuidara. Mo Ran se quedó en silencio durante mucho tiempo antes de dar un gran suspiro. Pensó: Originalmente sólo quería ser amigo de este niño, uno, porque su nivel de cultivo es bastante alto, y dos, porque es estable y maduro, a diferencia del niño alborotador habitual. ¿Quién iba a pensar que tenía los mismos antecedentes que yo...? Mirando al pequeño Shidi que tenía delante, Mo Ran no pudo evitar pensar en su propia infancia y recordar aquellos años llenos de amargura y penurias. Sintió una oleada de emoción atravesar su pecho que lo llenó de simpatía y una sensación de intimidad. De repente, habló: ––Antes no había nadie que se ocupara de ti, pero lo habrá a partir de ahora. Ya que me has llamado tu Shixiong, te cuidaré bien de ahora en adelante. Parecía que Chu Wan Ning no esperaba que dijera esto, y estaba un poco sorprendido. Después de un rato, sus rasgos se fundieron lentamente en una pequeña sonrisa, y habló: –– ¿Cuidarás de mí? ––Mn. Si te quedas conmigo de ahora en adelante, te enseñaré a meditar y a usar la espada. La sonrisa de Chu Wan Ning se amplió. –– ¿Me enseñarás meditación y técnicas con la espada? Mo Ran malinterpretó su expresión y se rascó la cabeza, diciendo: ––No te burles de mí, sé que tu nivel de cultivo ya es bastante bueno, pero todavía eres joven, después de todo, y tienes mucho que aprender. Hay muchos discípulos bajo el mando del anciano Xuan Ji, y probablemente no podrá enseñarte individualmente. ¿Qué tiene de malo aprender un poco de mí? Al menos, sigo siendo una persona con un arma espiritual. Chu Wan Ning se quedó en silencio durante un momento, y finalmente habló: ––No me estaba burlando de ti. Yo... creo que eres genial. Chu Wan Ning nunca habría podido decir algo así antes. Sin embargo, desde que su cuerpo se había vuelto más pequeño, parecía como si su personalidad se hubiera vuelto más suave y amable también. Era como si estuviera escondido bajo un manto de oscuridad y finalmente pudiera quitarse su dura máscara de roca. En cuanto a Mo Ran, aunque había vivido dos vidas, esta fue la primera vez que alguien lo elogió así y le dijo "Eres genial". Aunque el que lo alababa era sólo un niño pequeño, aún no sabía qué hacer, abrumado por la agradable sorpresa. Mo Ran no pudo hacer otra cosa que balbucear por un tiempo. Su piel, que siempre había sido tan gruesa como los muros de la ciudad, en realidad enrojeció. Repitió lo que le dijeron, tartamudeando. ––Yo, yo, yo, yo, yo soy genial... ¿Realmente piensas que soy genial? De repente, Mo Ran recordó vagamente que, cuando era joven, había querido ser una buena persona. Pero ese pequeño y gentil deseo suyo de entonces, muy parecido a todos sus otros pequeños deseos: "Cuando crezca, quiero pedirle a Li-zizi de la tienda de maquillaje que se case conmigo", "Cuando tenga dinero, quiero comer buñuelos de panqueques todos los días", "Si pudiera tener sólo dos trozos de carne asada por cada comida, no la cambiaría ni siquiera por la inmortalidad", todo al final, se ha convertido en nada más que recuerdos arrastrados por el viento y dispersados en la nieve. CAPÍTULO 62: ESTE VENERABLE LLEGA AL ANTIGUO LIN-AN. Su entrenamiento comenzó sin tardanza. A Mo Ran le gustaba juntar plumas, después de todo, no es como si realmente esperara aprender mucho de estos perdedores a los que ya había derrotado por completo en la vida anterior tener los fondos para darse el gusto era lo que estaba haciendo. Todos los días, antes del amanecer, iban al Abismo Ancestral a saquear plumas doradas. Lo siguiente fue la meditación en la cueva Zhu Rong para refinar su cultivo entrenando su energía espiritual interior contra la energía Yang ardiente de la cueva. Y cuatro horas después de eso fue la práctica de supresión de demonios con la tribu emplumada. Otras cuatro horas de eso, y luego irían a la Arena Asura a practicar combates entre ellos. Y finalmente, por la tarde, antes de que cayera la noche, la señorita Dieciocho daría una conferencia sobre "Compendio de los demonios" y "Arte del exorcismo" en los Acantilados de Observación de Estrellas de el Jardín de Flores de Melocotón. Por supuesto, la hora favorita de Mo Ran era la conferencia nocturna en los acantilados de observación de estrellas, porque esa era la única lección a la que asistían los cultivadores de las tres divisiones especializadas. Sabía que Shi Mei no era muy bueno en el trabajo de piernas, y se preocupaba si tenía suficiente para comer, así que se aseguró de darle a Shi Mei la mitad de sus plumas recolectadas todos los días. Pero fuera de eso, apenas tuvo oportunidad de interactuar con Shi Mei. En vez de eso, pasó todos los días con Chu Wan Ning, los dos gradualmente se volvieron inseparables. Durante este lapso de tiempo, a menudo se les podía ver juntos, día tras día, nublados y soleados, con Chu Wan Ning sentado en la barandilla de un puente tocando una melodía con una hoja, y Mo Ran sentado a su lado, con la mejilla apoyada en una mano. O, a veces, Chu Wan Ning alimentaba a los peces junto al río, y Mo Ran se paraba a un lado sosteniendo un paraguas, observando cómo saltaban los peces koi, escamas doradas que brillaban contra las aguas de jade claro. Cuando llovía en el Jardín de Flores de Melocotón, Mo Ran sostenía la mano de Chu Wan Ning mientras caminaban por un sendero de piedra caliza, las piedras agrietadas por el paso del tiempo, un paraguas de papel de aceite sostenido uniformemente por encima de los dos. Si el agua de lluvia comenzaba a acumularse en el suelo, Mo Ran tomaba a su pequeño Shidi y lo cargaba en su espalda, y el pequeño se sostenía silenciosamente de sus hombros mientras las gotas de lluvia se esparcían por todas partes a su alrededor. Y si el contacto cercano llegaba a ser un poco demasiado cálido y el sudor comenzaba a acumularse en su frente, el Shidi que estaba en su espalda, sin palabras extendía la mano y le limpiaba el sudor con un pañuelo. El pañuelo era blanco liso, con una flor Haitang cosida en una esquina. Mo Ran seguía sintiendo que le resultaba familiar, como si lo hubiera visto antes, pero el pensamiento descuidado huyó y se perdió, como las gotas de lluvia que caía en un profundo estanque. Un día, Chu Wan Ning estaba descansando en el patio cuando Mo Ran desató su trenza por capricho y ató su cabello en una cola de caballo alta en su lugar. Estaba a medio cepillado del cabello cuando Ye Wang Xi entró sujetando su hombro izquierdo, con expresión sombría. Mo Ran, siempre atento, levantó las cejas ligeramente: –– ¿Se lastimó Yexiong? ––Mn. –– Ye Wang Xi se detuvo, y luego frunció el ceño. ––No es nada, sólo me rozaron en una pelea. Pero ese tipo era realmente un depravado lascivo, ¡Qué despreciable! ––… –– Mo Ran balbuceó con incredulidad: –– ¿Te manosearon? Ye Wang Xi le miró con desprecio y le dijo con frialdad: –– ¿En qué estás pensando exactamente? ––Jajaja, sólo bromeaba. –– Mo Ran se rió torpemente, pero no pudo resistir la curiosidad. –– ¿Quién era? Ye Wang Xi contestó: –– ¿Quién más podría ser sino ese coqueto del Palacio Kun Lun? Mo Ran soltó un "ah" con estas palabras, pensando: ¿Podría ser ese tipo? Recientemente, a menudo se encontró con discípulas en el Jardín de Flores de Melocotón susurrando entre ellas, "Da-shixiong" esto, "Da-shixiong" aquello. Era una cosa para los más jóvenes, pero justo ayer vio a una cultivadora de cuarenta, tal vez cincuenta y tantos años de edad, histérica junto a los arbustos de flores, murmurando con ojos desviados: ––Ni un sólo hombre en este mundo podría sostener una vela a Da-shixiong... si tan sólo mirara hacia mí, me hablara, iría voluntariamente al infierno sin arrepentirme. Mo Ran había perdido la razón y se había reído de la exhibición de amor. Tenía una sospecha furtiva de quién podría ser este "Da-shixiong", pero el Jardín de Flores de Melocotón estaba lleno de cultivadores que apenas interactuaban, por lo que nunca había visto a esta persona a pesar de oír mencionar su nombre una y otra vez, y sabía lo suficiente de la vergüenza como para no meterse en los chismes de las discípulas, por lo que no podía estar seguro. ––Estaba tomando una copa en la Taberna Ling Hu en el mercado del oeste–– dijo Ye Wang Xi. ––Ese bastardo también estaba allí, con una chica en cada brazo. Fue un depravado, pero es su elección y no es asunto mío, así que no pude decir nada. Mo Ran estuvo de acuerdo: ––Tiene sentido. ––Pero entonces, una discípula de Gu Yue Ye entró corriendo, mirando a su alrededor con expresión de ansiedad, buscando claramente a alguien. Mo Ran se rió: ––Déjame adivinar, ¿Estaba buscando ese Da-shixiong? –– ¿Has oído hablar de este Da-shixiong también? ––Jaja, bueno, quiero decir, si incluso un individuo honesto como tú ha oído hablar de su conducta promiscua, ¿Cómo podría una persona chismosa como yo no saberlo? Ye Wang Xi le echó una mirada sin palabras, y luego continuó: ––Ese dashixiong es realmente una obra de arte. Resulta que la chica de Gu Yue Ye vino a buscarlo porque había intercambiado muestras de afecto con ella hace unos días, diciendo que él será su compañero de cultivo y se quedará a su lado para siempre. Mo Ran se volvió a reír: ––Sí, eso es mentira. Apuesto a que ese Dashixiong tiene como diecisiete copias de esa "muestra de afecto", una por cada chica que busca. Probablemente diga la misma promesa de amor eterno palabra por palabra. Chu Wan Ning había estado escuchando en silencio, pero ahora miró a Mo Ran y dijo, disgustado: ––Por supuesto que lo sabrías. Pero quién iba a pensar que Ye Wang Xi se pondría del lado de Mo Ran: – –Mo-xiong tiene derecho a ello, la verdad es exactamente así. Esa chica era una admiradora secreta de ese Da-shixiong para empezar, así que le tomó la palabra y le dio su virginidad esa misma noche. Mo Ran se apresuró a cubrir las orejas de Chu Wan Ning con un "Aiyo". Chu Wan Ning, imperturbable: –– ¿Qué estás haciendo? ––Los pequeños no pueden escuchar esto, es malo para tu cultivo. Chu Wan Ning: ––… Mo Ran se aseguró de que los oídos de Chu Wan Ning estuvieran bien tapados, y luego preguntó inmediatamente, con destellos en los ojos: –– ¿Y luego? Ye Wang Xi era un individuo respetable; no tenía idea de que Mo Ran, el bribón, estaba escuchando su relato de justa indignación como si fuera un romance de porquería, por lo que contestó con un aire de integridad: –– ¿Qué piensas? Ese Da-shixiong lo negó, por supuesto, ni siquiera quería darle la hora del día y decir unas palabras al menos. Esa chica sacó la borla de la espada que él le dio como recuerdo, pero no esperaba que las dos en los brazos de Da-shixiong sacaran las suyas propias, diciendo que él le da una a cada amiga, que no era algo especial para una compañera de cultivo. ––Tsk tsk tsk, ese no tiene vergüenza. –– ¿Verdad? –– Ye Wang Xi dijo: ––No podía sentarme y mirar, así que fui a hablar con él. Su expresión cambió un poco, y hubo una pausa antes de continuar: ––La charla no llegó a ninguna parte, así que nos peleamos. Mo Ran sonrió: ––Ya veo. Pero en realidad estaba pensando: Esa no es probablemente toda la historia. Si este "Da-shixiong" fuera realmente la persona que él pensaba que era, entonces, basándose en su personalidad, definitivamente no se pelearía con alguien por algo así. Ye Wang Xi probablemente omitió algo por vergüenza. Pero como Ye Wang Xi no quería decirlo, Mo Ran no presionó el tema, sino que lo cambió: ––Ese Da-shixiong debe ser bastante bueno en una pelea entonces, no puedo imaginarme a cualquier persona al azar siendo capaz de darle un golpe a Ye-xiong. Lo que evidentemente no era lo correcto, ya que sólo parecía enfurecer aún más a Ye Wang Xi, la ira parpadeando como un relámpago en esos ojos oscuros. –– ¿Bastante bueno? Sí, claro. –– Ye Wang Xi dijo con indignación: ––Él mismo no puede ser más mediocre, las mujeres lucharon por él, ¡Qué bueno para nada! –– ¿Ah? Jajajajajajaja–– Con estas palabras, Mo Ran miró más de cerca a Ye Wang Xi y descubrió que, aparte de la herida de la espada en el hombro, tenía un par de arañazos sangrientos en la mejilla que eran claramente de las uñas de una mujer, y casi se cayó de risa. ––Da-shixiong está a la altura de su reputación, jajaja. Chu Wan Ning no dijo nada. Parecía haber estado pensando en algo desde que Ye Wang Xi dijo: ––La charla no llegó a ninguna parte, así que nos peleamos. Esperó hasta que Ye Wang Xi se fue a vendar sus heridas a su habitación antes de decir: ––Mo Ran. Mo Ran le golpeó la cabeza: ––Llámame Shixiong. ––…–– Chu Wan Ning continuó. ––Este Da-shixiong, ¿Es Mei Han Xue? Mo Ran dijo con una sonrisa: ––Eso es lo que pienso. Chu Wan Ning se quedó en silencio otra vez, muy pensativo. Entonces, como si de repente se diera cuenta, sus ojos se abrieron de par en par: –– ¿Podría ser que Ye Wang Xi consiguió... –– ¡Shhh! ¡Silencio!–– Mo Ran se llevó un dedo a los labios en un gesto de silencio, y luego se agachó a la altura de Chu Wan Ning, sonriendo. –– ¿No eres demasiado joven para pensar en esas cosas? ––… He oído que esta persona Mei Han Xue es muy... poco fiable, que ha hecho todo tipo de cosas absurdas, pero pensar que se atrevería a intentarlo incluso con un discípulo de la Secta Ru Feng... Mo Ran se rió: ––Jajajaja, poco fiable es una forma de decirlo. Pero de todos modos, no nos metamos en los asuntos de los demás. Toma, deja que Shixiong termine de arreglarte el pelo. Vi una bonita horquilla para el pelo mientras estaba en la calle oeste antes, y tampoco era muy cara, así que la tomé. Vamos a probártela. Al igual que a Mo Ran no le gustaban los gustos de Chu Wan Ning, Chu Wan Ning tampoco estaba tan impresionado con los gustos de Mo Ran. Chu Wan Ning miró en silencio a esa horquilla de pelo demasiado vibrante y honestamente llamativa decorada con orquídeas doradas y mariposas: ––… ¿Estás seguro de que eso es para mí? –– ¡Sí! Los niños pequeños deben usar colores vibrantes como el dorado y el rojo. Chu Wan Ning: ––… Realmente no la quería, pero pensando en ello de nuevo, parece ser la primera vez que Mo Ran le regaló algo, así que cerró la boca y no dijo nada, con la cara llena de desánimo mientras Mo Ran le sujetaba la horquilla a su cola de caballo. Las orquídeas y mariposas doradas resplandecían brillantemente en su largo y colorido pelo. Chu Wan Ning bajó las pestañas. De repente sintió que esto no estaba mal. Este tipo de color, este tipo de Mo Ran, este tipo de sí mismo. Si estuviera en su forma normal, nada de esto habría pasado. Era como si las mariposas hubieran venido de un sueño. Las nubes sobre el cielo se movieron y colorearon mientras el sol y la luna se perseguían uno al otro a través del cielo. Medio año de entrenamiento en el Jardín de Flores de Melocotón pasó volando en un abrir y cerrar de ojos. La señorita Dieciocho había dicho que se les haría una prueba al cabo de medio año para medir su progreso. ––Esta será la primera prueba desde que llegaron aquí. –– Dieciocho anunció con gracia en la Asamblea: ––El contenido de la prueba variará dependiendo de su división, con tres escenarios de desastres diferentes. Los de la división de defensa entrarán en el «Dominio del Río de Sangre», los de la división de curación entrarán en el «Dominio de los Grandes Dolores», y los de la división de ataque entrarán en el «Dominio de Asura». ––Cada uno de los tres escenarios es un reino ilusorio que ha sido reconstruido usando recuerdos de la invasión del reino fantasma de hace cientos de años. No será ningún peligro mientras estén dentro, y volverán aquí una vez que hayan resuelto la crisis. ––Hasta dos personas pueden entrar en el reino ilusorio a la vez. En otras palabras, pueden desafiarlo solos o invitar a otra persona a ir juntos. En cuanto al orden de las pruebas, los enviados lo anunciarán de inmediato. La asamblea fue despedida y comenzaron las pruebas. Mo Ran no sabía cómo iban las cosas en las divisiones de defensa y curación, pero para la división de ataque al menos media docena de personas ya han pasado, y todos lo han hecho bastante bien, así que parecía que la prueba probablemente no era demasiado dura. Diez días después, era el turno de Mo Ran. Dieciocho era la encargada de la división de ataque. Ella sonrió y preguntó: –– ¿Mo-xianjun irá con un compañero? Mo Ran lo pensó: ––Si elijo a alguien para que me acompañe, ¿Estaría exento de tener que volver a pasar por la prueba? ––Por supuesto. ––Entonces traeré mi Shidi. –– Mo Ran señaló a Chu Wan Ning: –– Todavía es joven, me preocuparé si lo hace solo. La luna colgaba brillantemente sobre sus cabezas mientras seguían a Dieciocho hasta una cueva negruzca, su entrada cubierta con una delgada capa de neblina dorada rojiza. Dieciocho dijo: ––Por favor, escuchen bien: la escena dentro del Dominio de Asura es la de la calamidad de hace doscientos años, la primera ruptura de la barrera del reino fantasma. En ese momento, debido a que la barrera no pudo ser reparada a tiempo, masas de fantasmas vengativos y espíritus malignos escaparon al reino humano y mataron a incontables seres vivos. Este reino ilusorio es una emulación basada en los recuerdos de un superviviente de Lin-An de entonces. Al entrar en esta cueva los llevará a la Ciudad Lin-An, destrozada por la batalla hace doscientos años. Maten al rey fantasma que lidera el ejército, y la ilusión se disipará por sí sola. Mo Ran miró a Chu Wan Ning, y luego se volvió para sonreírle a Dieciocho: ––Hermana mayor, soy fuerte, así que no importa, pero mi Shidi sólo tiene seis años, y las espadas no tienen ojos, ¿Y si se lesiona...? ––No hay necesidad de preocuparse, las armas dentro de la ilusión no harán daño. –– Dieciocho explicó: ––Cualquier daño que sufran sólo será marcado con un indicador espiritual. Sin embargo, si son marcados en un área vital que representa una lesión fatal, habrán fallado el desafío. Aliviado, Mo Ran juntó sus manos y sonrió: ––Ya veo, gracias por las amables consideraciones. Y así, Mo Ran y Chu Wan Ning se dirigieron a la prueba sin preocupaciones. La cueva era de color negruzco; al entrar se sentía como si les faltara un paso, como si sus cuerpos estuvieran abruptamente suspendidos en el aire, seguido inmediatamente por imágenes borrosas que parpadeaban ante sus ojos, incontables rostros contorsionados que fluían juntos hacia un río que pasaba por debajo de ellos. Cuando sus pies aterrizaron de nuevo en tierra firme, se encontraron transportados a la antigua Lin-An, en una carretera en las afueras. Era mediodía, el sol brillaba desde arriba, y un olor pútrido llenaba el aire. La vista de la antigua Ciudad Lin-An de hace doscientos años, plagada por la noche por hordas de fantasmas, acompañados por el pesado hedor de la carne podrida, se desplegó lentamente ante los ojos de Mo Ran y Chu Wan Ning como un pergamino desgastado y chamuscado por las llamas de la guerra. CAPÍTULO 63: ESTE VENERABLE VIO... ¿¡A QUIÉN!? La Ciudad Lin-An estaba entonces inmersa en medio de la guerra, la sangre coagulada cubría el suelo en todas partes donde el ojo podía ver, y a su alrededor había paredes derrumbadas y casas en ruinas. Asfixiados por el pesado miasma de los fantasmas maliciosos, los árboles y la flora se habían marchitado. Mo Ran ni siquiera se había recuperado todavía cuando escuchó algunos sonidos extraños y levantó la vista. No muy lejos, entrañas frescas colgaban de la rama de un viejo árbol de pagoda, y una docena de cuervos se habían puesto sobre ella en un festín, con sangre y carne goteando sin parar. Y debajo del árbol estaba el cadáver de un hombre de mediana edad, sangre y órganos derramándose de su estómago donde había sido rasgado por las garras. Nadie sabría nunca si había muerto con los ojos abiertos o cerrados, porque sus ojos ya habían sido picoteados. Mo Ran no era ajeno a estas escenas. En su vida pasada, había cruzado una vez la amplitud del mundo humano para someter a las setenta y dos ciudades de la secta Ru Feng con su espada. En aquel entonces, la sangre fluía como ríos y los cadáveres cubrían la tierra, lo que permitía una visión muy parecida a ésta. Pero por alguna razón no podía entender, aunque se había deleitado en la sangre derramada en esa vida, con cada fibra de su ser rugiendo voluntariamente, ver de repente una escena similar de devastación ante él ahora, sintió en cambio una simpatía mordaz... ¿Había estado fingiendo mansedumbre durante tanto tiempo que su verdadera naturaleza en realidad había cambiado sin querer? Estaba pensando cuando escuchó el sonido de las pezuñas desde arriba, acompañado por una nube de polvo. Cualquiera que galopara en tiempos de guerra probablemente era una mala noticia. Mo Ran inmediatamente puso a Chu Wan Ning detrás de sí mismo, pero no había donde esconderse en este viejo y estéril camino. Un grupo de jinetes emergió rápidamente de la nube de polvo, una docena en total, pero cuando se acercaron a ver, era evidente que sus caballos eran lo opuesto de fuertes: unos pocos estaban tan hambrientos que sus costillas sobresalían. Estaban vestidos con el mismo estilo de atuendo blanco con patrones en rojo brillante, llevaban cascos adornados con plumas de colores similares, y cada uno llevaba un anillo de dragones entrelazados. La ropa estaba sucia pero bien puesta, y las personas eran delgadas pero enérgicas. Aún más inusual era el hecho de que cada uno de ellos tenía un arco y un carcaj de flechas en la espalda. En tiempos de guerra, las dos cosas más valiosas eran la comida y las armas. Claramente no se trataba de personas corrientes. Mo Ran todavía estaba tratando de decidir si los recién llegados eran buenos o malos, amigos o enemigos, cuando uno de ellos -un joven de sólo catorce o quince años- gritó horrorizado: –– ¡Papá! ¡Papá! El joven tropezó de su caballo y cayó en el suelo fangoso de abajo, pero inmediatamente se arrastró y se tambaleó hacia el árbol para lanzarse sobre el cuerpo destrozado del hombre de mediana edad, llorando miserablemente: –– ¡Papá! ¡Papá! Los demás llevaban expresiones de piedad, pero todos habían visto ya demasiada muerte, tanto que se habían entumecido ante ella. Así que el joven sostuvo el cadáver y lloró de dolor, pero nadie más se bajó de su caballo para ofrecer consuelo alguno. Uno de ellos se dio cuenta de que Mo Ran y Chu Wan Ning estaban de pie no muy lejos, y se sorprendió por un momento antes de preguntar con un acento marcado de Lin-An: ––Ustedes no son de por aquí, ¿Verdad? Mo Ran respondió: ––Sí... somos de la zona Shu. –– ¿Tan lejos? –– El que preguntaba se sorprendió: ––Tal como está el mundo hoy en día, los fantasmas están en todas partes tan pronto como cae la noche, ¿Cómo sobrevivieron los dos hasta aquí? ––… Yo puedo pelear un poco. –– Mo Ran sabía que era mejor revelar lo menos posible, y como estas personas no parecen ser maliciosas, sacó a Chu Wan Ning para cambiar de tema: ––Este es mi hermano pequeño, pasábamos por aquí y nos detuvimos a descansar un rato. Algunos de los jinetes, al ver a Chu Wan Ning, parecían un poco sorprendidos; un par de ellos se volvieron para susurrar entre ellos. Mo Ran, alarmado: –– ¿Pasa algo malo? ––No es nada. –– El joven que estaba a la cabeza del grupo dijo: ––Pero en cuanto a asuntos serios, deberías ir a la ciudad si quieres descansar. Puede que no haya ningún monstruo en este momento, pero los fantasmas se arrastrarán por las calles una vez que caiga la noche. El padre adoptivo de Xiao Man salió a buscar comida durante el día de ayer, pero hubo una tormenta y no pudo volver antes del anochecer, y entonces... ––Suspiró pesadamente y no terminó la frase. Xiao Man era el nombre de ese joven llorón, y el que estaba bajo el árbol era su padre adoptivo. Tales acontecimientos eran comunes en estos tiempos caóticos; alguien en una familia salía a buscar comida, perfectamente bien cuando se iban por la mañana, pero nunca volvían por la noche. Aún sabiendo que estos ya eran eventos de hace doscientos años, Mo Ran, viendo a ese joven llorar miserablemente como si estuviera a punto de llorar sangre, sintió una opresión en su pecho. Seguido inmediatamente por un repentino malestar. ¿Se había vuelto tan blando? Apenas pestañeaba cuando mataba personas en su vida pasada. Rápidamente tomó a Chu Wan Ning y se despidió del grupo. El líder del grupo dijo: ––Cuando llegues a la Ciudad Lin-An, busca un lugar donde quedarte por un tiempo. Estamos planeando trasladar a todos a Pu Tuo pronto, donde la abundancia de energía espiritual ha evitado la invasión de los fantasmas, al menos por el momento. Deberían venir con nosotros, en lugar de viajar sólo ustedes dos. –– ¿Reubicarse? ––Así es. –– Los ojos del líder destellaron con vida, e incluso su rostro pareció iluminarse ante esto: ––Todo gracias al brillante plan de Chu-gongzi, todos en la ciudad, desde los ancianos hasta los niños, podrán mantener sus vidas ahora. Pero basta de charla, todavía tenemos que patrullar alrededor de la ciudad antes de que oscurezca, ver si podemos encontrar más sobrevivientes para traer de vuelta--ah, Xiao Man, vamos, deberíamos irnos. Pero Xiao Man sólo siguió llorando, sosteniendo el cadáver de su padre sin siquiera darse la vuelta. Mo Ran suspiró y tiró de Chu Wan Ning, diciendo en voz baja: –– Vayamos a la ciudad primero. Chu Wan Ning asintió, pero de repente preguntó: –– ¿Crees que lo consiguieron al final? Mo Ran, sosteniendo su pequeña mano que se sentía un poco fría: –– ¿Quieres la verdad o una mentira? ––La verdad, por supuesto. ––La mentira sería mejor para los niños pequeños. Así que Chu Wan Ning respondió a su propia pregunta: ––No lo hicieron. ––Tienes razón. –– Mo Ran dijo: ––Mira, tú ya sabías la respuesta, pero aún así tenías que preguntar, como si eso fuera a cambiar el resultado. Chu Wan Ning lo ignoró y siguió preguntando: –– ¿Sabes por qué no lo lograron? ––No es como si fuera un demonio de doscientos años, ¿Cómo voy a saberlo? Chu Wan Ning se quedó en silencio durante un rato antes de decir sombríamente: ––Hace doscientos años, prácticamente nadie en Lin-An sobrevivió. Mo Ran: ––… Chu Wan Ning: ––Sólo unos pocos escaparon. ––Espera, Shidi, eres tan joven, ¿Cómo sabes tanto? Chu Wan Ning le lanzó una mirada fulminante: ––El anciano Yu Heng repasó esto en las lecciones de historia más de una vez. Decides no prestar atención en clase, luego te das la vuelta y me preguntas cómo sé las cosas, qué despreciable. Mo Ran se quedó sin palabras, pensando: Claro que me distraje en clase, pero ni siquiera mi propio Shizun me regañó, ¿Por qué me regañas? Pero no tiene sentido discutir con un niño pequeño, así que lo dejará pasar. Los dos se dirigieron hacia la ciudad, charlando por el camino, y llegaron a las puertas de la ciudad en poco tiempo. La antigua ciudad se erguía en la orilla del río Qian Tang, y ya estaba fuertemente fortificada contra fantasmas y demonios, con estructuras defensivas en las murallas y en el perímetro. Incontables cadáveres con marcas de maldición apilados fuera de la ciudad. Estos restos, si no se cuidan, se reanimarán por la noche. Había cultivadores afuera esparciendo ceniza de incienso sobre los cadáveres mientras el sol aún estaba en lo alto del cielo y la energía Yang era fuerte. Y para los que sufrían de maldiciones especialmente fuertes, realizaban exorcismos utilizando talismanes dibujados con cinabrio bañado en vino. Un par de guardias estaban frente a los marcos defensivos de las puertas de la ciudad, vestidos igual que los jinetes con los que se habían encontrado antes, con un atuendo blanco adornado de rojo, anillos de dragones, arcos en los brazos y un carcaj lleno de flechas en la espalda. ––Deténgase, identifíquese. Mo Ran repitió su historia de antes. Los guardias no estaban allí para denegar la entrada a nadie, sino sólo para registrar a los recién llegados, por lo que se les dejó pasar después de anotar sus nombres. Antes de marcharse, Mo Ran recordó que los jinetes habían mencionado a un "Chu-gongzi"; como la mudanza fue idea de este Chu-gongzi, él debe ser crucial para romper la ilusión. ––Disculpe la molestia, señor, pero ¿Puedo preguntar por alguien? –– Mo Ran dijo. El guardia lo miró: –– ¿No eres de Shu? ¿Conoces a alguien aquí? Mo Ran sonrió: ––No, pero antes conocimos a algunos centinelas que mencionaron a un gongzi de nombre Chu que va a llevar a todos en la ciudad a Pu Tuo en dos días, así que me preguntaba quién era este Chu-gongzi. Conozco un poco de magia, y quería ver si podía ayudar de alguna manera. El guardia lo miró de arriba a abajo, y probablemente decidió que debía tener alguna habilidad para poder traer a un niño pequeño hasta aquí sin ningún percance, así que dijo: ––Chu-gongzi es el hijo mayor del señor gobernador. El señor gobernador fue asesinado hace un mes cuando el rey fantasma descendió, y el gongzi nos ha guiado desde entonces. –– ¿El hijo del gobernador? –– Mo Ran y Chu Wan Ning intercambiaron una mirada, y luego Mo Ran se giró para preguntar: ––Qué extraño, ¿Cómo es que el hijo del gobernador conoce de magia? –– ¡Qué hay de extraño en eso! –– El guardia miró a Mo Ran. –– ¿Desde cuándo hay una regla que dice que hay que estar en una gran secta para cultivar, que la gente común no puede hacerlo? ––… Claro, había cultivadores independientes, pero nunca llegaron a nada. Mo Ran pensó para sí mismo, ¿Podría ser que este principiante Chugongzi y su idea a medias fue lo que hizo que todos en Lin-An murieran? Pero mientras seguían las instrucciones del guardia hacia la residencia del gobernador, Mo Ran inmediatamente se dio cuenta de lo equivocado que estaba. Este estimado personaje que por casualidad compartía un nombre con su Shizun, claramente no era un aficionado. Porque vio una barrera Shang Qing. La barrera Shang Qing era una poderosa barrera formada con energía purificada, capaz de proteger de todos los males. Mientras esta barrera se mantuvo, ni siquiera los espíritus maliciosos de mil años pueden aspirar a entrar, y mucho menos un fantasma promedio. Pero esta barrera requería que el lanzador permaneciera dentro de su rango para poder realizar el hechizo, y protegía un área relativamente pequeña. Incluso un poderoso zongshi como Chu Wan Ning sólo podía cubrir la mitad del Pico Sisheng con una barrera Shang Qing. Pero aquí y ahora, este Chu-gongzi de hace doscientos años había levantado una barrera Shang Qing que cubría un radio de diez li [5 km] alrededor de la residencia del gobernador. Aunque muy alejado de las capacidades de Chu Wan Ning, ciertamente no fue un logro ordinario. Los dos se dirigieron hacia las puertas de la residencia. Mo Ran iba a probar su suerte y hacer que alguien notificara al gobernador Gongzi que un cultivador estaba ofreciendo ayuda, para ver si estaba dispuesto a mostrarles la cortesía de una reunión personal. Pero cuando doblaron la esquina, se encontraron con la inesperada visión de tres largas filas de personas haciendo cola frente a las puertas. Seis asistentes femeninas, vestidas como los guardias, sacaban grandes barriles de madera, y cientos de personas demacradas, ancianos, enfermos, mujeres y niños, esperaban su turno para recibir gachas de avena. Los que habían obtenido sus gachas de avena se fueron a un árbol Haitang cerca de la residencia. Un hombre vestido de blanco, con su largo cabello como tinta suelto hacia atrás, se paró bajo el árbol, repartiendo talismanes de protección y repitiendo pacientemente las instrucciones. Su espalda estaba hacia Mo Ran, así que no podía ver cómo era. Pero escuchó a las personas que habían recibido los talismanes murmurando ––Muchas gracias por la amabilidad Chu-gongzi, muchas gracias por la amabilidad Chu-gongzi... –– Mientras se dispersaban. ¿Así que este era el gobernador Gongzi? Mo Ran, curioso, arrastró a su pequeño shidi para ver su cara. Una sola mirada, y los ojos de Mo Ran se salían de sus órbitas, como si hubiera sido alcanzado por un rayo. ¿No es este Chu Wan Ning? No sólo Mo Ran, incluso el mismo Chu Wan Ning se quedó estupefacto. Esforzándose por ver desde su lugar al final de la línea, este gobernador Chugongzi tenía una cara delgada, con cejas como espadas y ojos de fénix, pero una curva gentil en la línea de la nariz, ¡E incluso se vestía todo de blanco, igual que él mismo! Chu Wan Ning: ––… Mo Ran: ––… Después de un largo rato de estar congelado, Mo Ran dijo temblorosamente: ––Shidi-a. ––Mn. –– ¿No sientes cómo...? ¿Este Chu-gongzi se parece a cierto alguien? Chu Wan Ning, secamente: ––Como el anciano Yu Heng. Mo Ran se golpeó la pierna: –– ¿¡Cierto!? ¿Qué pasa con eso? ¿Quién es este? ¿Cuál es su relación con Shizun? ––… Por qué me preguntas, cómo podría saberlo. ––Pensé que habías prestado atención en clase. –– Mo Ran estaba histérico. ––Esto obviamente no es el contenido de ninguna clase. –– Chu Wan Ning estaba molesto. Luego volvieron a callarse, avanzando lentamente con la línea, ambos mirando sin pestañear al gongzi. Al examinarlo más de cerca, Chu-gongzi no se veía exactamente como Chu Wan Ning. Los rasgos de este gongzi eran más suaves y sabios, sus ojos no eran tan largos y estrechos, sus pupilas eran más suaves, y su mirada era mucho más gentil que la de Chu Wan Ning. Mo Ran miró y miró fijamente, y de repente soltó un –– ¿Eh? –– y se volvió para mirar a su pequeño Shidi. ––Déjame mirarte. –– ¿Qué quieres...? –– Chu Wan Ning, enfadado, volteó la cara. Pero Mo Ran sólo se volvió más persistente en eso, extendiendo la mano para agarrar su cara y darle la vuelta con fuerza. Miró fijamente durante un rato antes de finalmente darse cuenta y murmurar: ––Aiya. Chu Wan Ning se obligó a mantener la calma: –– ¿Qué pasa? Mo Ran entrecerró los ojos: ––No es de extrañar que las personas de fuera de la ciudad murmuraran entre sí cuando te vieron. Acabo de darme cuenta, pero tú también te pareces a Shizun. ––… Chu Wan Ning se desprendió apresuradamente de las garras de Mo Ran, con las puntas de sus orejas enrojecidas: ––Tonterías. –– ¿Pero cómo es que esos guardias lo notaron inmediatamente, pero ni siquiera se me ocurrió durante tanto tiempo? Chu Wan Ning: ––… En medio del desconcierto, la voz de un niño pequeño gritó: ––Papá. CAPÍTULO 64: ESTE VENERABLE LE CUENTA UNA HISTORIA A SU SHIDI. Mo Ran miró en la dirección de donde provenía la voz y vio su fuente caminando inestablemente en un pequeño trote desde los escalones de piedra de la residencia. Era un niño pequeño, de tres o cuatro años de edad, con un molinete de bambú en la mano mientras se dirigía hacia Chu-gongzi. Estaba vestido de forma sencilla, con un colgante de jade colgando de su cuello, junto con un candado de nombre confiado para la buena fortuna y un amuleto de protección de seda roja, y se parecía cada vez más al pequeño Shidi, sólo que más pequeño. ––… –– Ahora Mo Ran realmente sabía la razón por la que esos jinetes estaban cotilleando. No pudo evitar murmurar: ––Shidi-a, tú y Shizun son ambos de Lin-An, y Shizun incluso tiene el nombre Chu. ¿Crees que esta familia Chu de hace doscientos años podrían haber sido sus antepasados, y que ustedes dos podrían ser parientes lejanos...? A mí me parece muy probable. Chu Wan Ning no dijo nada, mirando al padre y al hijo. Nunca conoció sus propios orígenes, y tampoco recordaba mucho de su infancia. Podría este Chu-gongzi ser realmente su antepasado... Todavía estaba reflexionando cuando Mo Ran llegó al frente de la línea. Chu-gongzi estaba a punto de entregarle a Mo Ran un talismán cuando levantó la vista para ver una cara desconocida. Se detuvo minuciosamente antes de sonreír gentilmente: –– ¿Es tu primera vez aquí? Su voz era suave y refinada, un mundo aparte de la fría severidad de Chu Wan Ning. ––Uh... uh s-sí. El que alguien que se parecía a su Shizun le hablara de repente de una manera tan abierta y amistosa hizo que Mo Ran se sintiera de alguna manera, y tuvo que luchar por orientarse. El gobernador Gongzi sonrió: ––Mi nombre es Chu Xun, ¿Puedo preguntar tu nombre? ––Mi nombre es Mo, M-Mo Ran. –– ¿De dónde viene Mo-gongzi? ––M-Muy lejos, de-desde uh, Shu. –– Chu Xun-gongzi era gentil y amable, pero Mo Ran no podía evitar la sensación de que podía ver a través de él. Chu Xun estuvo de acuerdo con una sonrisa: ––Eso está bastante lejos. –– Se detuvo, su mirada bajando hacia Chu Wan Ning, mostrando sorpresa en sus refinados rasgos. ––Y este es... ––Mi nombre es Xia Si Ni. –– Chu Wan Ning respondió. Mo Ran lo acercó y le dio una palmadita en la cabeza, forzando una sonrisa: ––Este es mi hermano pequeño. No se parece a mí, pero se parece a ti. Tal vez porque había una batalla inminente y asuntos más urgentes, y Chu Xun no tuvo tiempo de pensar en ello, o tal vez porque era simplemente parte de una ilusión y no podía reaccionar mucho a algo que no pertenecía a la ilusión para empezar. Cualquiera que fuera el caso, miró a Chu Wan Ning durante un rato con las cejas fruncidas, y luego simplemente le dio a cada uno un talismán. ––Ustedes son nuestros invitados de muy lejos, especialmente en estos tiempos difíciles, así que por favor acepten estos talismanes. Y si no tienen otros planes, quédense un par de días. Mo Ran dijo: ––Ya me he enterado de que Gongzi tiene la intención de llevar a las personas de la ciudad a Pu Tuo? ¿Y para qué son los talismanes? ––Estos son talismanes que apagan el espíritu. –– Chu Xun explicó. –– Pueden ocultar el aura de los vivos cuando se llevan en el cuerpo. Mo Ran entendió de inmediato: ––Ah, ya entiendo. Si el aura de los vivos está sellada, entonces los fantasmas no serán capaces de distinguir a los vivos de los muertos, de esa manera, incluso si pasamos junto a cualquier fantasma, estarán demasiado confundidos para hacer algo. Chu Xun sonrió: ––Precisamente. Viendo que estaba bastante ocupado, Mo Ran no quería perder más tiempo con preguntas, así que agradeció a Chu Xun-gongzi y llevó a su pequeño Shidi a un lado. Los dos encontraron un lugar junto a la pared para sentarse. Mo Ran se volvió hacia Chu Wan Ning para ver a su pequeño Shidi descansando con ese talismán, y preguntó: –– ¿En qué estás pensando? ––Estaba pensando que este es un plan sólido. –– Chu Wan Ning dijo en voz baja, aún pensando profundamente: ––Entonces, ¿Qué ocurrió, que al final no pudieron lograrlo? –– ¿No está en los libros? Chu Wan Ning dijo: ––Este desastre de hace doscientos años está cubierto con más detalles en «Registros de Lin-An», e incluso ese libro sólo tiene unas pocas líneas de texto sobre eso. Mo Ran preguntó: –– ¿Y qué dice? ––Lin-An estaba sitiada, la situación era desconocida. En el momento en que el ejército de la resistencia se abrió paso, los cadáveres esparcieron los caminos y la gran mayoría de las casas estaban vacías. De las aproximadamente cien personas en la residencia del gobernador y las setecientas cuarenta personas comunes, ninguna sobrevivió. ––… –– Mo Ran dijo: –– ¿Nada sobre cómo murieron? ––Nada. La Ciudad Lin-An estaba completamente rodeada, y casi nadie sobrevivió. La tribu emplumada salvó a unos pocos afortunados supervivientes más tarde, pero rara vez se involucraron en asuntos mortales, por lo que vieron las cosas de forma diferente a como lo haríamos nosotros. En lo que a ellos respecta, la verdad de lo que pasó no era tan importante, e incluso si lo supieran, no hablarían de ello a menos que hubiera una necesidad particular de hacerlo. Chu Wan Ning se detuvo antes de continuar: ––Pero, ya que se irán en dos días de todos modos, averiguaremos lo que pasó muy pronto. Mientras tanto, podríamos dar una vuelta y ver si podemos encontrar algunas pistas. Los dos guardaron sus talismanes que apagan el espíritu para su custodia, y apenas se levantaban para irse cuando se produjo un repentino estallido de pisadas, seguido de un tirón en la manga de Chu Wan Ning. ––Gege. Chu Wan Ning se dio la vuelta. Fue el pequeño gongzi que se parecía a él; dijo con una voz pequeña e infantil: ––Gege, papá dijo que ustedes dos no tienen dónde quedarse, así que si no les importa, pueden quedarse con nosotros esta noche. ––Um... Chu Wan Ning y Mo Ran se miraron. Mo Ran preguntó: –– ¿De verdad está bien? Tu papá ya está muy ocupado. ––Está bien. –– El pequeñín sonrió sin la menor argucia: ––Ya hay mucha gente que no tiene dónde quedarse con nosotros, todos vivimos juntos. Papá mantiene alejados a los fantasmas por la noche, así que no tenemos que tener miedo. Hablaba con pequeñas pausas, aún no acostumbrado a unir tantas palabras, pero la sinceridad abierta era reconfortante. Mo Ran dijo: ––De acuerdo, entonces te estaremos molestando esta noche. Gracias, Didi. ––Jeje, no te preocupes, no te preocupes. Viéndolo brincar, Mo Ran tiró de la mano de Chu Wan Ning: ––Oye, en serio, tengo que decir algo. ––Sé lo que quieres decir, así que cállate. –– Jajajajaja, ¿Has vuelto a leer mi mente? –– Mo Ran le revolvió el pelo, sonriendo. ––Una vez que volvamos al pico, realmente tengo que preguntarle a Shizun sobre esto. Ustedes dos, uno se parece al padre, el otro al hijo, no hay forma de que no sean parientes del Gobernador Chu. Chu Wan Ning: ––… Y entonces qué, ¿Incluso si resulta que somos parientes? –– ¿Eh? Chu Wan Ning miró suavemente al padre y al hijo bajo el árbol, y luego dijo sin expresión alguna: ––De todas formas, todo está en el pasado. Ya están todos muertos. Luego se dio la vuelta y se alejó. Mo Ran permaneció arraigado en su sitio durante un rato antes de correr tras él, murmurando: –– ¿No eres demasiado joven para estar tan desanimado? Incluso si están muertos, siguen siendo tus ancestros. Si yo fuera tú, definitivamente pondría un santuario para ellos, con una estatua de dos metros de alto, completamente de oro, adornado con joyas, y quemaría incienso para ellos cada año. Cuento con mis ancestros como protección, ya sabes... oye, oye, oye, oye, ¡Por qué caminas tan rápido! Mientras caminaban por la ciudad, se dieron cuenta de que todas las familias estaban recogiendo paja y haciendo falsos hombres de paja... Al preguntar al respecto, se les dijo que era algo que Chu-Xun gongzi había pedido: todos en la ciudad, jóvenes y ancianos por igual, tenían que tener un hombre de paja en el cual debían poner un talismán con una gota de sangre de la persona, para sustituirla con una "Marioneta falsa". Era la misma idea que arrojar Mantous rellenos de carne al río como ofrendas a una deidad del río que exigía cabezas humanas. Algunos fantasmas y deidades eran simples y fundamentalmente no tan inteligentes; cualquier pequeño truco podía engañarlos, como esa maestra fantasma de antes, con nada más que barro sacudiéndose entre los oídos. Parecía que Chu Xun había dispuesto al menos dos capas de precauciones para los ciudadanos. La primera fueron los talismanes que apagan el espíritu, para que no sean descubiertos por los fantasmas mientras huyen. Y la segunda fueron las marionetas de paja, que actúan como señuelos para ganar tiempo para su huida, de modo que los fantasmas no se den cuenta de inmediato de que todos en la ciudad se han ido de repente y se pongan furiosos. Pero esto sólo hizo que la neblina en sus corazones fuera aún más pesada. ¿Cómo es que un plan tan cuidadosamente elaborado terminó fracasando? Regresaron a la residencia del gobernador llenos de recelo. Ya estaba oscuro para entonces, y muchas familias habían traído ropa de cama para pasar la noche dentro de la barrera Shang Qing en lugar de regresar a sus hogares. El gobernador mantenía sus puertas abiertas por la noche, con sólo algunos guardias patrullando el lugar. Cuando llegaron los dos, todas las habitaciones de la residencia ya estaban llenas, con al menos tres o cuatro familias apiñadas en cada una. Había personas amontonadas por todas partes, sin apenas espacio para estar de pie. Al final, sólo pudieron encontrar un pasillo para descansar. No había ropa de cama, por supuesto, así que Mo Ran acolchó el suelo con un poco de paja que había pedido a los guardias, recogió a Chu Wan Ning, y lo puso en el improvisado jergón. ––Tendrás que conformarte con esto esta noche. Chu Wan Ning dijo: ––Parece bastante cómodo. –– ¿De verdad? –– Mo Ran se rió. ––Yo también lo pensé. Se tumbó al lado de Chu Wan Ning y se estiró, luego cruzó los brazos por detrás de su cabeza y miró las vigas de madera del techo de arriba. ––Shidi, mira, esa gente pájaro no es tan mala creando ilusiones. Incluso con los recuerdos de un superviviente como base, sigue siendo algo tan detallado que incluso se puede ver la textura de la madera en el techo. Chu Wan Ning dijo: ––La tribu emplumada es medio inmortal, después de todo. Incluso si no son todopoderosos, son capaces de algunas cosas que están más allá de las habilidades de los mortales. ––Supongo que sí. –– Mo Ran parpadeó, y luego se giró hacia Chu Wan Ning, levantando la cabeza: ––No puedo dormir. ––… –– Chu Wan Ning lo miró. –– ¿Qué quieres, un cuento para dormir? Estaba siendo sarcástico, pero la cara de Mo Ran era tan gruesa como las murallas de la ciudad, riendo: –– ¡Sí, por favor! Quiero el de Dong Yong y las siete hadas. Chu Wan Ning no esperaba que se lo tomara en serio, y se sorprendió por un momento antes de darse la vuelta: ––Ya quisieras. ¿Cuántos años tienes ya? ¿No te da vergüenza? Mo Ran sonrió: ––Es humano querer las cosas que no podemos tener, nada que ver con la edad. Nunca tuve a nadie que me contara cuentos para dormir cuando era pequeño, y siempre pensaba en lo bonito que sería tener a alguien así. Pero esa persona nunca apareció, y luego crecí y dejé de pensar en ello. Pero, en el fondo, aún lo quiero. Chu Wan Ning: ––… ––Tampoco tenías a nadie que te contara cuentos para dormir, ¿Verdad? ––Mm. ––Jaja, así que no sabes cómo va la historia de Dong Yong y las siete hadas, ¿Verdad? Chu Wan Ning: ––… Cuál es el sentido de esas historias tontas, de todos modos. ––Sólo admite que no lo sabes, no la consideres una historia tonta. Si no, te convertirás en una persona aburrida como mi Shizun, y todos te evitarán. Chu Wan Ning, enfadado: ––A quién le importa si todos me evitan. Me voy a dormir. Y con eso, se recostó y cerró los ojos. Mo Ran se revolcó de risa hasta que rodó al lado de Chu Wan Ning. Mirando a su pequeño Shidi con los ojos cerrados, las pestañas largas y oscuras, con un aspecto adorable, no pudo evitar estirar la mano para pellizcar su mejilla. –– ¿De verdad estás dormido? ––Estoy realmente dormido. ––Jaja. –– Mo Ran se rió. ––Entonces continúa durmiendo, y te contaré un cuento para dormir. –– ¿Conoces cuentos para dormir? ––Sí, así como puedes hablar dormido. Chu Wan Ning dejó de hablar. Mo Ran yacía junto a él en la cama de paja, sus cabezas a pocos centímetros de distancia. Se rió un rato, pero viendo que su Shidi lo estaba ignorando, dejó de ser tan bullicioso al cabo de un rato para mirar al techo, los ojos aún curvados de alegría. El olor de la paja flotaba de vez en cuando, acompañado por los silenciosos sonidos de la noche. ––La historia que voy a contarte, la inventé yo mismo. Envidiaba a los que tenían cuentos para dormir cuando yo era joven, pero no había nada que hacer, así que todos los días me contaba historias mientras estaba acostado en la cama. Te diré mi favorita, se llama ‹Buey come hierba›. CAPÍTULO 65: LA HISTORIA DE ESTE VENERABLE ES SÚPER MALA. Habiendo hablado hasta este punto, Mo Ran volvió a sonreír antes de continuar: ––Hace mucho tiempo, había un pequeño niño. Los ojos de Chu Wan Ning continuaban cerrados. –– ¿No era un buey pastando? ¿Cómo es que es un niño? ––Déjame terminar. –– Mo Ran sonrió tarareando: ––Había una vez un pequeño niño, muy pobre. No tenía padre ni madre, y era un niño trabajador en la casa de un arrendador. Tuvo que lavar los platos, lavar la ropa, limpiar los pisos, y también tuvo que llevar a los bueyes a pastar. La casa del arrendador le dio tres panqueques para comer todos los días, y el niño estaba muy contento de que pudiera llenar su estómago. ––Un día, sacó el buey a pastar como siempre. En el camino, se toparon con un perro rabioso que mordió la pata del buey. Debido a esto, el arrendador, como era de esperar, le dio una ronda de golpes. Después de los golpes, el arrendador lo obligó a matar a ese perro rabioso para desahogarse, de lo contrario no dejaría que el niño se comiera sus panqueques. El niño estaba muy asustado, y sólo podía seguir órdenes y trajo de vuelta a ese perro rabioso después de que lo golpeara hasta la muerte. Sin embargo, cuando llegó a casa, el arrendador descubrió que el perro que mordió la pata de su ganado era en realidad el amado canino del maestro del condado. Chu Wan Ning abrió los ojos. –– ¿Entonces qué pueden hacer? –– ¿Qué más pueden hacer? Ese perro era el favorito del maestro del condado, así que el perro estaba acostumbrado a salirse con la suya, usando la fuerza y el poder a sus espaldas. Quién iba a saber que sería golpeado hasta la muerte así de repente, y si el maestro del condado se enterara, no lo dejaría pasar tan fácilmente. Así que, cuanto más lo pensaba el arrendador, más se enojaba, así que al final, nunca le dio al pequeño niño sus panqueques. Incluso amenazó, si el maestro del condado venía en busca de problemas, le daría el niño. ––… Qué es este desastre, tan irrazonable. –– Chu Wan Ning dijo: ––No voy a seguir escuchando esto. ––Hay muchas cosas que no son razonables en primer lugar. –– Mo Ran se rió. ––Es cuestión de quién tiene más dinero, quién tiene el puño más duro y quién tiene una posición más alta. Al día siguiente, el maestro del condado llamó a la puerta. El niño fue entregado. Pero, como era demasiado joven, el maestro del condado no tenía la cara para encerrarlo, así que fue azotado fuertemente diez veces antes de que lo soltaran. ––Y ese niño huyó después de que lo soltaron, ¿Verdad? –– preguntó Chu Wan Ning. ––Jaja, no se escapó. –– Mo Ran respondió: ––El niño volvió a la casa del arrendador, se recuperó de sus heridas y volvió a pastar el buey por ellos. Todavía comiendo tres panqueques al día. –– ¿No está enfadado? ––Mientras su estómago esté lleno, no se enfadará. –– Mo Ran dijo: –– Una ronda de golpes es una ronda de golpes, cuando se acaba, se acaba. Y las cosas fueron pacíficas durante más de una década. Más tarde, el niño boyero creció. Siguió a los que tenían la misma edad, así como al hijo del arrendador. Un día, varios huéspedes estimados vinieron a la casa del arrendador, y el hijo del arrendador vio que uno de los huéspedes había traído una botella de rapé de ágata particularmente hermosa. Le encantaba, así que la robó. Esa botella de rapé era una reliquia, extremadamente preciosa. El invitado estaba muy asustado y buscó por toda la casa en busca de su posesión. El hijo del arrendador vio que ya no podía esconderse, así que metió la botella de rapé en las manos de ese niño y le dijo: si se atrevía a decir la verdad, no volvería a recibir ninguna comida y moriría de hambre. ––… –– Habiendo escuchado este punto, Chu Wan Ning se quedó sin palabras. Pensó interiormente, mientras Mo Ran había vagado por las calles desde que era joven, habiendo quedado huérfano, pero al menos había crecido en una casa de entretenimiento, su madre era gerente, así que aunque no fueron sus días más felices, tampoco era miserable, entonces ¿Por qué todas las historias que se inventó eran tan sombrías y tristes? Mo Ran continuó, disfrutando bastante. ––La botella de rapé pronto fue encontrada. Por el bien de las comidas, ese niño boyero sólo podía obligarse a cargar con la culpa, y naturalmente, lo que siguió fue otra ronda de golpes crueles. Esta vez, lo golpearon tan fuerte que no pudo levantarse de la cama por tres días. El hijo del arrendador se salió con la suya esta vez, así que secretamente le dio un bollo al vapor relleno de cerdo marinado al niño boyero. Ese niño devoró la comida y dejó de resentirse con el chico que le hizo daño. Como nunca antes había probado tales exquisiteces, mientras sostenía el bollo, no paraba de decirle al hijo del arrendador: Gracias, gracias. ––No voy a escuchar más. –– Esta vez, Chu Wan Ning se sintió realmente molesto: –– ¿Cómo puede detener su resentimiento? ¿Un bollo al vapor y todo está perdonado? ¡Y dándole las gracias a él también! ¿¡Qué hay que agradecer!? ––No, no estás escuchando atentamente. –– Mo Ran parpadeó inocentemente. –– ¿Cómo es que no estoy escuchando atentamente? Mo Ran enderezó la cara. ––Era un bollo al vapor relleno de cerdo marinado, te digo. Chu Wan Ning: ––… ––Jaja, mira tu cara, no lo entiendes, ¿Verdad? Por lo general, ese niño sólo podía conseguir uno o dos pedazos de carne grasosa durante la víspera de Año Nuevo. Originalmente había pensado que iba a morir sin saber a qué sabía el cerdo marinado, así que, por supuesto, se lo agradecería a la otra parte. Viendo que su pequeño Shidi se quedó atónito por sus palabras, Mo Ran sonrió brillantemente, y continuó: ––De cualquier manera, este incidente pasó sin más. Todavía recogía sus tres panqueques, y pasaba día a día. Un día... Ahora Chu Wan Ning había tenido una idea del patrón de los cuentos de Mo Ran. En el momento en que "Un día" apareció, nunca hubo nada bueno. Mo Ran dijo: ––Un día, el hijo del arrendador cometió otro crimen. ––Esta vez, se comportó indecentemente con una señorita vecina en el molino, y casualmente, el desafortunado joven boyero se topó con la escena. ––… ¿Y ese niño va a cargar con la culpa de nuevo? –– Preguntó Chu Wan Ning. ––Aiyah. –– Mo Ran se rió. ––Así es. Felicidades, felicidades, ahora también sabes contar historias. ––… Me voy a dormir. ––No, ya casi he terminado la historia. –– Mo Ran dijo: ––Esta es la primera vez que le cuento a alguien una historia, así que dame algo de cara, ¿Quieres? Chu Wan Ning: ––… ––Esta vez, el joven boyero debe asumir la culpa. Porque, esa señorita no pudo soportar la vergüenza y se comprometió a golpearse la cabeza contra la pared. Pero el joven boyero no era tonto. Una vida por una vida, no había forma de que renunciara a su vida por el hijo del arrendador. –– Mo Ran dijo: ––No lo aceptó, así que el hijo del arrendador lo encerró a él y a la señorita muerta dentro del molino, y salió corriendo a reportarlo a las autoridades. Este joven boyero tiene un historial; cuando era joven golpeó aleatoriamente al perro del maestro del condado hasta matarlo, luego robó una botella de rapé de un huésped, y esta vez, acosó sexualmente a una señorita común. Naturalmente, sus crímenes no podían ser absueltos. Nadie estaba dispuesto a escucharlo explicarse. Lo encontraron con las manos en la masa con todas las pruebas, así que lo arrestaron. Chu Wan Ning abrió los ojos de par en par. –– ¿Y entonces? ––Y entonces, se quedó en la cárcel durante unos meses. Cuando llegó el otoño, fue condenado a pena de muerte, para ser enviado a la plataforma de ejecución fuera de la ciudad. Mientras seguía a lo largo de la tropa de ejecución que serpenteaba por los campos, de repente vio que alguien estaba matando a un buey no muy lejos. Se dio cuenta con sólo una mirada; ese buey era el que había llevado a pastar desde que era joven, pero ahora que era viejo, ya no tenía energía para arar los campos. Pero ese buey tuvo que pastar hierba. Si sólo comía pero no hacía ningún trabajo, ¿Por qué querría el arrendador conservarlo? Les ayudó a arar los campos de toda una vida, pero al final, iban a masacrarlo, a comer su carne.–– Incluso mientras contaba algo tan cruel, Mo Ran no estaba triste, y sonrió: ––Pero ese joven boyero había crecido montado la espalda de ese buey, le había contado muchos de sus secretos, le había dado de comer heno, le había abrazado el cuello y llorado cuando fue agraviado, y lo había tomado por su única familia en este mundo. Entonces, se arrodilló y le rogó al verdugo que lo dejara ir a despedirse de ese buey. Por supuesto, el verdugo no creía que hubiera sentimientos entre el hombre y las bestias, así que pensó que el joven sólo trataba de hacer bromas y no lo permitió. ––… ¿Y luego? –– ¿Y luego? Y entonces ese joven boyero fue colgado hasta la muerte. El buey fue masacrado. La sangre caliente fluía por todo el suelo, y los que se reunieron para ver el espectáculo se dispersaron. Esa noche, en la casa del arrendador comieron carne de res, pero la carne era vieja y se les atascaba entre los dientes. Tuvieron un poco, no les gustó, y tiraron todo. Chu Wan Ning: ––… Mo Ran se dio la vuelta, le sonrió alegremente. ––Listo, eso es todo. ¿Cómo es? ––Vete. –– Chu Wan Ning dijo. ––Oye, la primera vez que me inventé esto lloré. Tu corazón está tan frío, ni siquiera una gota de lágrima. ––Eres tú quien lo dijo tan mal... Mo Ran dio dos carcajadas, puso su brazo sobre el hombro de su pequeña Shidi, y acarició su cabello. ––Bueno, eso no se puede evitar. Tu Shixiong tiene tanto talento. Muy bien, la historia está finalizada. Vamos a dormir. Chu Wan Ning no lo reconoció, pero después de mucho tiempo, preguntó de repente. –– Mo Ran. ––Llámame Shixiong. –– ¿Por qué la historia se llama ‹Buey come hierba›? ––Porque como la gente, un buey tiene que comer. Por el bien de la alimentación, hay que trabajar mucho. Si un día ya no puedes trabajar, entonces a nadie le importa si estás vivo o muerto. Chu Wan Ning dejó de hablar de nuevo. Los susurros en el patio eran las pequeñas voces de los que buscaban refugio, y de vez en cuando había uno o dos gritos siniestros de fantasmas y demonios que venían de fuera de la barrera. ––Mo Ran. ––Aiyah, qué descarado. Llámame Shixiong. Chu Wan Ning lo ignoró y sólo preguntó: –– ¿Ese niño existe realmente? ––No. –– Mo Ran se quedó en silencio durante un momento, y de repente sonrió, sus hoyuelos profundos y marcados. Enrolló al pequeño niño en sus brazos y le dijo cálidamente: ––Por supuesto que está hecho para jugar contigo. Sé bueno. Duerme. Sin embargo, inesperadamente, no había pasado mucho tiempo antes de que se produjera una conmoción repentina en el patio. Alguien gritaba enfadado: –– ¡PREGUNTANDO AL GONGZI POR TODO! EL GONGZI ESTÁ OCUPADO, ¿QUIÉN TIENE TIEMPO PARA OCUPARSE DE SUS ASUNTOS? ¡LIMPIA ESE CADÁVER! ¿NO SABES QUE LOS QUE TIENEN MANCHAS AZULES SE LEVANTARÁN? ¿INTENTAS MATARNOS A TODOS? Esta voz era como un trueno en medio de una noche oscura, y en el momento en que se mencionó "El cadáver se levantará", todos estallaron. De repente, todos los que estaban dormidos se sentaron y miraron hacia donde estaba la conmoción. Mo Ran bloqueó frente a su pequeño Shidi y lanzó una mirada, frunciendo el ceño mientras hablaba en voz baja. –– ¿Hm? ¿Es esa persona del mediodía de antes? El que estaba arrodillado y siendo regañado era en realidad ese joven llamado Xiao Man de el mediodía de ese día. Todavía llevaba puesto el traje ajustado de durante el día, pero su espíritu y aura eran completamente diferentes. Era como si toda su persona estuviera vacía, sólo abrazando fuertemente el cadáver de su padre adoptivo. Las uñas de ese cadáver habían crecido significativamente, el mismo signo de un cadáver a punto de levantarse. Cuando los otros lo vieron, todos retrocedieron. El administrador del gobernador lo regañaba severamente. ––Tu padre era mi colega, me siento mal porque lo mataron también. Pero, ¿Y qué? Tú fuiste el que lloró de hambre anoche y salió a buscarte comida. Tú fuiste el que causó la muerte de tu padre, ¿Así que nos vas a hacer morir a todos ahora? Xiao Man estaba arrodillado en el suelo, con el pelo completamente despeinado, los ojos rojos. ––N-no, no soy... papá, papá. Por favor, te lo ruego, déjame ver el gongzi, el gongzi tiene una manera para que el cadáver de papá no se levante, quiero enterrar a papá adecuadamente, por favor, les ruego a todos ustedes que no... no lo desmiembren... Sollozo... Cuando pronunció la palabra "Desmembrar" ya estaba sollozando muy fuerte. Enterró su cara en las palmas de sus manos, limpiándose desordenadamente, sus labios temblando. ––Por favor, se lo ruego a todos... déjenme esperar hasta que vuelva el gongzi... ––Pronto será medianoche, el gongzi está fuera, así que, ¿Cómo puede ocuparse de tus asuntos? Sabes que los cadáveres normales pueden ser purificados, pero las manchas azules y las uñas de tu padre ya han cambiado, así que, ¿Cómo puede aguantar hasta que vuelva el gongzi? ––No... Él puede, tío Liu... Te lo ruego, haré lo que sea por ti, pensaré en una forma de pagarte después, por favor te lo ruego, no toques a mi padre... te lo ruego... te lo ruego... Viéndole rogar así, aquel administrador de mediana edad suspiró largo rato, con los ojos también enrojecidos, pero aún así respondió: ––Sabes, estás pidiendo por todas nuestras vidas aquí... ¡Guardias! –– ¡NO! ¡NO LO HAGAS! Pero ya era demasiado tarde. Nadie iría a ayudarlo. Cualquiera sabía que si este cadáver se conservaba, entonces cuando llegara la medianoche se convertiría en un espíritu feroz. El cadáver del padre adoptivo de Xiao Man fue arrastrado a la fuerza, para ser desmembrado fuera. Xiao Man fue retenido por varias personas a su izquierda y derecha, y sus amargas lágrimas fluyeron ferozmente, manchando toda su cara, y aullidos como de bestia escaparon de sus labios. Pero al final, todavía estaba medio tirado, medio arrastrado en la distancia. Una vez pasada la tormenta, el patio volvió a su tranquilo silencio tras unos murmullos. Chu Wan Ning, sin embargo, no se volvió a dormir. Bajó la cabeza pensativamente. Mo Ran miró de reojo a su pequeño Shidi. –– ¿En qué estás pensando? ––Esta persona perdió a su familia cercana amargamente e hizo una cosa tan tonta. Que el cuerpo de su padre adoptivo fuera tomado, por supuesto que culparía a los otros. Tengo una conjetura incierta. Me pregunto si la migración fallida de Lin-An podría deberse a él. Mo Ran respondió sin perder el ritmo: ––Yo también pensé en esto. Chu Wan Ning agitó la cabeza. ––Pero es demasiado pronto para decirlo, no podemos hacer afirmaciones concluyentes. Mantengámoslo vigilado primero. CAPÍTULO 66: ESTE VENERABLE VE LA GRIETA EN EL CIELO POR PRIMERA VEZ. Segundo día. No había pasado nada inusual. Chu Xun envió guardias para contar el número de hombres de paja en la ciudad, asegurándose de que coincida con el número de personas, mientras que las personas se ocupaban de empacar las pocas posesiones que tenían. Sólo una noche más, y luego saldrán a primera hora de la mañana para refugiarse en Pu Tuo de acuerdo con el plan de Chu Xun. Mo Ran se sentó junto a la puerta de la residencia del gobernador, mirando a las personas ir y venir. Suspiró: ––El plan de Chu Xun es hermético; sin alguien filtrando la información, el fantasma promedio no tendría el cerebro para darse cuenta de que lo único queda en la ciudad son las marionetas señuelo. Alguien debe haberlo divulgado, entonces. Shidi, ¿Qué opinas? No hay respuesta. –– ¿Eh? ¿Shidi? Mo Ran se dio la vuelta. Sin que se diera cuenta, su pequeño Shidi se había alejado para ver a una caballería de jinetes preparándose, y en su lugar estaba el hijo de Chu-gongzi, sentado con sus mejillas en la mano. ––Da-gege... Mo Ran casi salta ante su repentina aparición: –– ¿Qué pasa? El pequeño señaló un viejo árbol de paulonia en un lado con una cometa colgando de una rama alta, articulando con cierta dificultad: ––Mamá me lo dio, se atascó, no puedo alcanzarlo. ¿Da-gege me ayudas? ––No hay problema, no hay problema. –– Mo Ran saltó ágilmente a la copa del árbol usando un ligero movimiento de pies, recuperó la cometa en forma de mariposa y aterrizó de nuevo en el suelo, sonriendo mientras la devolvía. ––Aquí tienes, no la pierdas otra vez, ¿Bien? El pequeño asintió con la cabeza. Mo Ran lo observó vagando solo por un rato, pensando en cómo Chu Xun probablemente no tiene tiempo para cuidar a su hijo, así que preguntó: –– ¿Dónde está tu mamá? Está un poco caótico aquí, te llevaré con tu mamá. –– ¿Mamá? Mamá está en las montañas, en la parte de atrás. Mo Ran, desconcertado: –– ¿Qué hace en las montañas? ––Durmiendo. –– El pequeño niño lo miró con total inocencia y respondió con voz suave: ––Mamá siempre está durmiendo allí. Papá me lleva a verla cuando las flores florecen en primavera. ––Ah. –– Mo Ran dijo con voz tranquila, perplejo de palabras. Pero al pequeño no le importaba; todavía era demasiado joven para entender lo que significaba la muerte. Jugó alegremente con la cometa en sus manos durante un rato, luego miró a Mo Ran y se acercó, diciendo en un susurro: ––Gege, gracias, te daré... tengo algo que darte. Hurgó en su bolsillo mientras hablaba, y finalmente sacó una pequeña mitad de un bollo envuelto en hojas de caña. Nadie en la ciudad tenía suficiente para comer en estos días, era un misterio cómo el pequeño se las arregló para conservar un trozo de bollo. Lo partió por la mitad, y le dio el pedazo más pequeño a Mo Ran. ––Da-gege, para ti... shh, no se lo digas a nadie más, ya no tengo más. Mo Ran estaba a punto de aceptarlo cuando el pequeño de repente cambió de opinión y recuperó la parte más pequeña, ofreciéndole la mitad más grande en su lugar. ––Es realmente delicioso, hay pasta de frijoles dulce dentro. El pequeño acto hizo que el corazón de Mo Ran se sintiera cálido y confuso; estaba acostumbrado a ser tratado mal, por lo que no sabía muy bien cómo responder a la amabilidad. Extendió la mano y se llevó el dulce con un murmullo de agradecimiento. El pequeño parecía muy contento, sonriendo brillantemente, la curva de sus oscuras pestañas llena de calidez y amabilidad. Mo Ran no podía soportar comer el pastel de flores, así que lo envolvió usando una hoja del árbol de paulonia y lo metió en sus túnicas. Iba a hablar un poco más con el pequeño, pero era un niño con la capacidad de atención de un niño pequeño después de todo, y ya había saltado muy lejos. Chu Wan Ning regresó en ese momento, sólo para ver a Mo Ran de pie ahí distraído. Levantó una ceja: –– ¿Qué pasa? Mo Ran vio al pequeño desaparecer en la distancia, suspirando: ––Estaba pensando, todas estas personas... ¿Cómo es que todos tuvieron que morir? La noche descendió. Oscuras nubes cubrían los cielos, con ocasionales relámpagos rasgando los cielos, y a medida que la noche se hacía más profunda, un terrible vendaval aullaba en medio de un torrencial aguacero. La lluvia y la energía Yin que la acompañaba aumentaron los poderes de los fantasmas y otros demonios; Chu Xun reunió a todos los sobrevivientes de Lin-An cerca de la residencia, y les ordenó que permanecieran dentro de la barrera Shang Qing en todo momento. Debido a la lluvia, muchas de las áreas que normalmente podrían funcionar como lugar de descanso ya no se encuentran disponibles. Mo Ran estaba vigilando a Xiao Man, pero luego más y más personas se apiñaron en el interior para refugiarse de la lluvia, y Xiao Man se escabulló de la vista. Mo Ran murmuró: ––Maldición. Chu Wan Ning era pequeño, e inmediatamente dijo: ––Iré tras él. Diciendo eso, se sumergió entre la multitud y desapareció en un instante. Volvió después de un rato con una expresión de enojo: ––Se escapó. –– ¿Fuera de la barrera? ––Mn. Mo Ran se quedó en silencio, mirando el aguacero que había fuera y a las personas que iban y venían. Todo esto era sólo una ilusión de hechos que ya habían ocurrido hace doscientos años. Pero de repente se sintió tan desdichado; las personas a su alrededor tenían tanta esperanza en sus rostros, creyendo que Chu Xun los sacará de este infierno infestado de fantasmas para ir a Pu Tuo tan pronto como amanezca. En medio de la lluvia torrencial, los guardias vestidos de blanco y rojo estaban poniendo todo su empeño en hacer los preparativos finales para que estuvieran listos para moverse al amanecer. Ninguno de ellos sabía el poco tiempo que les quedaba. La noche se hizo más tarde aún, y el alboroto se calmó cuando las personas se adormecieron, apoyándose unas contra otras. Pero Chu Wan Ning y Mo Ran estaban bien despiertos. Su tarea era esperar a que apareciera el rey fantasma y matarlo. Como Xiao Man ya había abandonado la barrera, el punto de inflexión debe ser esta noche. Mo Ran se volvió para mirar a Chu Wan Ning: –– ¿Por qué no descansas un poco? Te despertaré si pasa algo. Chu Wan Ning: ––No tengo sueño. Mo Ran le acarició el pelo: –– ¿Entonces come algo? No hemos comido desde que llegamos aquí. ––Yo... –– Mirando el bollo que Mo Ran sacó, las palabras "No tengo hambre" fueron reemplazadas por un trago. Mo Ran lo entregó: ––Aquí tienes. Chu Wan Ning aceptó el dulce y lo partió por la mitad, dándole la mitad más grande a Mo Ran y quedándose con la parte más pequeña para él. Mo Ran lo miró fijamente, con una cara ilegible. Chu Wan Ning dio un mordisco, pronunció un ''¿Hm?'' y luego preguntó: – – ¿Esto es del Jardín de Flores de Melocotón? El sabor es un poco diferente de los anteriores. –– ¿Cómo es eso? ––Sabe a flores de Osmanto. Mo Ran forzó una sonrisa: –– ¿Oh? El hijo de Chu Xun me lo dio, probablemente sea el sabor de Lin-An. ––Es de hecho el sabor de Lin-An. –– Chu Wan Ning estaba abriendo la boca para dar otro mordisco cuando se congeló abruptamente, como si de repente se hubiera dado cuenta de algo, y todo el color se le drenó de la cara. –– ¡Eso no está bien! Chu Wan Ning se puso en pie, sus ojos bien abiertos y su expresión horrorizada. Mo Ran no tenía ni idea de cuál era el problema: –– ¿Qué es lo que no está bien? Chu Wan Ning no respondió, sino que entró en el patio y miró a su alrededor bajo la lluvia torrencial antes de coger una piedra afilada y cortar firmemente su propio brazo; la sangre brotó instantáneamente. Mo Ran lo agarró apresuradamente: –– ¿Estás loco? Mo Ran miró fijamente la sangre que le corría por el brazo durante un rato antes de que se le rompiera la cabeza, con una mirada intensa: –– ¿Aún no te has dado cuenta? –– Dijo con severidad: –– ¡Alguien está tratando de herirnos! Sangre corría por su brazo sin parar, carmesí diluido por la lluvia. La cara de Chu Wan Ning estaba pálida en la lluvia, sus oscuras cejas bien unidas, empapadas por el incesante aguacero. Truenos retumbaron y relámpagos dividieron los cielos, la luz áspera convirtió la noche en día por un instante. El repentino trueno sacudió a Mo Ran para que se diera cuenta. Subconscientemente dio un paso atrás. Sabía lo que no estaba bien. Nada en una ilusión era real, por muy realista que pudiera parecer. Debería ser imposible para un bollo tener algún sabor, para un arma realmente causar una lesión. En resumen, debería ser imposible que algo dentro de la ilusión los afecte. ––Alguien materializó la ilusión. –– Dijo en voz baja Chu Wan Ning. La materialización de una ilusión, también conocida como "Manifestación de la ilusión", no fue tarea fácil. Los más hábiles en esta técnica fueron los de la Secta Gu Yue Ye, cuyo lema era "Medicina para las personas, médico divino para el corazón", refiriéndose en la segunda mitad al hecho de que algunos de ellos se especializan en el arte de materializar ilusiones; muchas personas son incapaces de aceptar el fallecimiento de un ser amado; a través de la manifestación de la ilusión, los muertos aún pueden acompañar a los vivos. Sin embargo, tales ilusiones manifestadas eran extremadamente difíciles, por lo que, en general, sólo se podían crear escenas cortas e individuales, como compartir un trago o tomar una siesta juntos, sólo una cosa como mucho. Pero con la naturaleza extensiva y continua de esta ilusión construida por la tribu emplumada, junto con la gran variedad de acontecimientos, incluso el propio líder de la Secta Gu Yue Ye podría no ser capaz de manifestarlo todo. Mo Ran pensó inmediatamente en alguien, ¿Podría ser ese Gou Chen falso del Lago Jin Cheng? Pero antes de que pudiera pensar más en ello, un extraño sonido surgió de los cielos de arriba. Las personas dormidas se despertaron como pájaros asustados, mirando a su alrededor con los ojos muy abiertos antes de mirar finalmente hacia arriba. Durante un momento permaneció un silencio mortal, y luego estallaron gritos como la explosión de gotas de agua en aceite hirviendo. Todos trataron de huir por todas partes, sólo para descubrir que no había adónde ir, y los gritos vinieron de todas partes. El cielo se había agrietado, y un enorme ojo fantasma rojo sangre miraba de forma inquietante desde arriba. El ojo estaba tan cerca que estaba prácticamente contra la barrera. Una áspera y confusa voz resonó: ––Chu Xun, qué audaz de tu parte, un mero mortal que se atreve a engañar a este Venerable. Mo Ran murmuró: ––Rey fantasma... Había nueve reyes en el reino fantasma, algunos mucho más fuertes que otros. El que tenían ante ellos aún no se había mostrado, por lo que no había forma de saber quién era. Ese globo ocular sólo se asomaba en el cielo, goteando sangre mientras miraba al edificio de abajo: –– ¡Qué arrogancia, absurda! Patético mortal... ¿Quieres salvarlos? Puede que no haya aniquilado a la ciudad antes, pero ya que quieren ir en mi contra, ¡Los mataré a todos! ¡Nadie se salvará! Con un chillido estridente, una luz roja y cegadora surgió del ojo del fantasma, ¡Apuntando directamente a la barrera! El rojo chocó contra el dorado y por un instante todos los demás colores del mundo desaparecieron. La fuerza del impacto hizo que los escombros volaran hacia los vendavales aullantes y la lluvia incesante, las ramas de los árboles del patio rompiéndose una tras otra. Las personas que estaban dentro de la barrera estaban histéricas, llorando mientras se acurrucaban juntas. La barrera Shang Qing resistió el primer golpe, pero otro destello de rojo le siguió inmediatamente después, golpeando el mismo punto. La barrera resistió, pero apareció una grieta. –– ¡Qué arrogante! ¡Insoportable! La luz roja golpeaba una y otra vez, impactos tronando y chispas volando. Al ver la barrera al borde del colapso, la sangre de Chu Wan Ning se congeló; ahora que la ilusión se ha materializado, un ataque aquí no sería diferente de uno en el mundo real. Si ese ataque aterrizara, tanto Mo Ran como él mismo podrían morir aquí. Una luz dorada se reunió en la punta de sus dedos. Esto seguramente arruinaría su cubierta, pero siendo la situación lo que era, no había otra opción. Estaba a punto de convocar a Tian Wen y acabar con esto cuando un resplandeciente rayo de luz voló a través del cielo como una flecha, ¡Dirigiéndose directamente al epicentro de las grietas en la barrera! La multitud se volvió para ver a Chu Xun de pie sobre un techo alto. Sujetaba un arpa de fénix, las yemas de sus dedos danzando sobre sus cuerdas y enviando rayos de luz que se extendían para juntarse en la barrera, cada sonido agudo y poderoso como la ruptura del metal, reforzando instantáneamente la barrera Shang Qing que estaba a punto de colapsar. –– ¡Gongzi está aquí! –– ¡Gongzi! Las personas de abajo exclamaban una tras otra, algunas incluso llorando de alegría. Chu Xun se mantuvo firme contra el ojo del rey fantasma, los dos ya habían intercambiado cien movimientos en un instante, el rey fantasma completamente incapaz de invadir la barrera. La fría voz sonó aún más amenazante en el cielo. ––Chu Xun, con tus habilidades, podrías haber escapado fácilmente tú solo. ¡Por qué insistes en interferir en asuntos ajenos y convertirte en enemigo del reino fantasma! ––Su Majestad desea hacer daño a mis ciudadanos, ¿Cómo podría ser algo sin relación a mí? –– ¡Ridículo! ¡Los fantasmas nos alimentamos de las almas de los vivos, no hay diferencia entre nosotros comiendo almas y tú comiendo carne! ¡Pronto lo entenderás, una vez que estés muerto! Chu Xun no perdió el ritmo, las notas del arpa nunca se detuvieron: –– Entonces tendremos que ver si Su Majestad puede tomar esta cabeza sobre mis hombros. Mientras hablaba, los acordes bajo sus dedos se elevaron a un crescendo hasta que una luz brillante atravesó los cielos hasta llegar a ese ojo sangriento en el cielo. –– ¡AH...! El grito aterrador sacudió el mismo suelo en el que estaban parados. Sangre fétida salía de donde el ojo había sido quemado por el ataque de Chu Xun, el aguacero de sangre mezclándose con los chillidos estridentes. En su ira, el rey fantasma lanzó una espada de luz muchas veces, cada vez más fuerte que las anteriores, golpeando en medio de la lluvia de sangre. Chu Xun se movió para bloquear, pero este ataque fue diferente a los otros, y la fuerza del impacto le obligó a retroceder varios pasos, las notas de su arpa titubeando. –– ¡Gongzi...! –– ¡Crujido! ¡Hay una grieta! ¡La barrera se va a romper! ––Mamá-MamáLa multitud entró en pánico; los que tenían familiares se acurrucaban juntos llorando, los que no se acurrucaban en los rincones temblando. Chu Xun rechinó los dientes, fuego en sus ojos, negándose a rendirse tan fácilmente. Justo cuando estaba atrapado en un punto muerto con el rey fantasma, las luces se encendieron a ambos lados de él. Miró hacia un lado y vio a Mo Ran y Chu Wan Ning de pie junto a él, luz escarlata y dorada fluyendo constantemente hacia la suya, sellando una vez más la barrera. Un rugido aterrador vino de arriba. El ojo fantasma desapareció. Los tres descendieron al suelo. Del cielo llovió sangre podrida durante un rato más antes de que finalmente volviera al agua límpida. Chu Xun, con la cara pálida, se inclinó ante Mo Ran y Chu Wan Ning: –– Muchas gracias por su ayuda. ––Ni lo menciones. –– Mo Ran hizo un gesto con las manos: ––Ve a descansar, te ves terrible. Chu Xun asintió, de hecho había quemado demasiadas de sus reservas, por lo que Mo Ran lo apoyó hasta el pasillo. Las personas que estaban alborotadas hace sólo un momento, viendo que Chu-gongzi había reparado la barrera y los había salvado, todos se congregaron en gratitud, ofreciéndole agua y cubriéndole la ropa sobre los hombros. Alguien dijo: ––Chu-gongzi, estás empapado, por favor, ve a calentarte junto al fuego. Chu Xun les dio las gracias uno por uno, pero estaba demasiado cansado para moverse, así que sólo pudo rechazar la invitación de esa persona. Impertérritos, las personas llevaron ramas y en su lugar hicieron una hoguera junto a él. Las cosas se calmaron gradualmente, excepto por el crepitar del fuego. De repente, alguien preguntó: ––Gongzi, tomamos tantas precauciones, pero el rey fantasma de alguna manera vio a través de todo esto... ah, ¿Qué debemos hacer? ––Sí, sí... –– ¿Cómo sabían que nos íbamos a ir? Gongzi dijo que estos fantasmas no pueden distinguir a los títeres de las personas reales, así que cómo sucedió esto... podría ser... –– La voz de la persona disminuyó y miró a hurtadillas hacia Chu Xun, claramente queriendo decir que tal vez Chu Xun estaba equivocado, tal vez se equivocó en algo en alguna parte. Los guardias vestidos de blanco se percataron de esa mirada, y uno de ellos reprendió inmediatamente con las cejas arrugadas: –– ¡Qué estás tratando de decir! ¡Obviamente es porque alguien no pudo mantener la boca cerrada y filtró el plan al rey fantasma! La persona murmuró: –– ¿Quién le contaría a los fantasmas? No es como si hubiera algo que ganar con eso... –– Y entonces, viendo todas las miradas furiosas que se dirigían hacia él, dejó de hablar, descontento. Pasó un rato en silencio antes de que alguien más preguntara: ––Gongzi, ese maldito fantasma definitivamente no lo dejará así, ¿Qué debemos hacer? Chu Xun, exhausto, no abrió los ojos, pero su voz era gentil todavía: –– Sólo tenemos que aguantar hasta el amanecer y luego seguir nuestro camino, no hay nada que puedan hacer a la luz del día. ––Pero tenemos tantas personas, ancianos, jóvenes y algunos heridos también, ¿Podemos llegar a la Montaña Pu Tuo en un día? Chu Xun, suavemente: ––No te preocupes por eso. Descansa un poco. Concéntrate en el viaje de mañana, yo me encargaré del resto. Chu-gongzi siempre los había protegido; desde que él lo dijo, todos escucharon e hicieron lo que se les indicó. Un niño pequeño vino con un caramelo de sésamo y se lo ofreció a Chu Xun. Chu Xun abrió un poco los ojos y palmeó su cabeza con una sonrisa, y estaba a punto de decir algo cuando un guardia se precipitó con pánico, gritando: –– ¡Gongzi! ¡Gongzi, es terrible! –– ¿Qué pasó? ––El pequeño gongzi- el pequeño gongzi-Xiao Man- fuera del Templo Cheng Huang- –– El guardia estaba demasiado conmocionado como para decir una frase completa; tartamudeó un poco más, luego repentinamente cayó de rodillas y comenzó a llorar miserablemente. Chu Xun se puso de pie, el poco color que le quedaba en la cara se le drenó por completo mientras corría bajo la lluvia. CAPÍTULO 67: LA ANGUSTIA SINCERA DE ESTE VENERABLE. El Templo Cheng Huang estaba al borde de la extensión de los poderes de Chu Xun; la barrera llegaba hasta las escaleras del templo, pero no más allá. Dentro del templo, las velas parpadeaban débilmente. Una docena de fantasmas que habían cultivado formas corpóreas se alineaban a ambos lados, y en medio de ellos, atada de espalda a ellos, había una mujer vestida de rojo, con la cabeza inclinada hacia atrás mientras miraba la estatua que estaba sobre el altar. Y junto a ella, con los ojos inclinados, estaba Xiao Man, sosteniendo firmemente a un niño pequeño. Chu Xun gritó: –– ¡Lan-er! El niño no era otro que el hijo de Chu Xun, Chu Lan. El corazón de Mo Ran se estremeció al ver al pequeño en problemas; todavía podía saborear la masa en su lengua. Se dirigió hacia allí, pero fue bloqueado por Chu Wan Ning. ––No te vayas. –– ¡Por qué no! Chu Wan Ning le miró, y luego dijo, en voz baja: ––Ya han muerto todos, hace doscientos años. La ilusión se ha materializado, no quiero que te lastimes. ––… –– Era verdad, no importaba lo que hiciera ahora, los muertos ya se habían ido, no había manera de cambiar nada de eso. El pequeño gimoteó desde fuera de la barrera, casi ininteligible: –– ¡Papá! ¡Papá, ayúdame! ¡Papá, por favor, ayuda a Lan-er! Los labios de Chu Xun temblaron. Le gritó a Xiao Man: –– ¿Qué estás haciendo? Nunca te he hecho nada malo, ¡Déjalo ir! Xiao Man lo ignoró, la cabeza aún inclinada, como si no hubiese oído nada de eso. Pero las manos que sostenían a Chu Lan traicionaron su vacilación interior: había un lunar entre el pulgar y el índice de su mano izquierda, y sus manos temblaban sin parar, las venas de la parte posterior de ellas sobresalían fuertemente. A estas alturas, todos los que se refugiaban en la residencia del gobernador también habían llegado, todos horrorizados y furiosos ante la vista dentro del templo, murmurando: ––Ese es el hijo del gongzi... –– ¿Cómo pudo pasar esto...? Xiao Man cortó las cuerdas que ataban a la mujer vestida de rojo con un solo movimiento. Parecía volver a sus cabales y giró lentamente: era hermosa, pura como una flor de loto, su cuello largo y fino, pero su cara era pálida como el papel y sus labios estaban teñidos de rojo como la sangre, y la sonrisa que dirigió hacia Chu Xun era más aterradora que encantadora. La luz baja de las velas iluminó su cara. En el momento en que la vieron, Chu Xun y los que estaban detrás de él se congelaron. Había tristeza en su sonrisa. Suavemente, ella dijo: ––Esposo. Mo Ran: ––!¡ Chu Wan Ning: ––… ¡La mujer no era otra que la difunta esposa de Chu Xun! La señora Chu miró a su lado e inmediatamente se acercó para llevarse a su hijo de Xiao Man. Xiao Man no estaba dispuesto, pero la señora Chu ahora era un fantasma, mucho más fuerte que él ahora que ella había sido liberada de las ataduras, y fácilmente sacó al niño de sus garras. Pero ella había muerto de una enfermedad antes de que su hijo tuviera un mes de edad, así que el pequeño nunca había visto a su madre y sólo seguía llorando por su padre para que lo salvara. ––Sé un buen niño y no llores más, mamá te llevará con tu papá. La señora Chu levantó al niño en sus delicados brazos y lentamente salió del templo, bajando por los escalones de piedra empapados por la lluvia, hasta el borde de la barrera Shang Qing. Se puso de pie frente a Chu Xun, alegría mezclada con pesar. ––Mi esposo, ha pasado mucho tiempo. ¿Has... has estado bien? Chu Xun no podía hablar. Las puntas de sus dedos temblaron incontrolablemente a sus lados mientras esos ojos de fénix miraban fijamente a la mujer que estaba al otro lado de la barrera, con los bordes lentamente volviéndose rojos. La señora Chu continuó en voz baja: ––Lan-er ya ha crecido tanto, y tú también has crecido cada vez más firme, un poco diferente de lo que recuerdo... Déjame echarte un buen vistazo. Ella extendió la mano, presionada contra la barrera, no podía cruzar, no siendo su cuerpo el de un fantasma, sólo podía mirar en silencio a la persona del otro lado, a través de los colores que fluyen de la barrera. Chu Xun cerró los ojos, la humedad se aferró a sus pestañas. Presionó su mano contra la de ella, separada por la barrera, y luego abrió los ojos. Los dos se miraron el uno al otro, a través de la vida y la muerte, al igual que el día anterior. Chu Xun ahogó un sollozo: ––Esposa... La familia había estado separada por la vida y la muerte durante muchos años, pero la cantidad de tiempo que pasaron juntos podía contarse con una sola mano. ––El árbol Haitang que planté en el patio ese año, ¿Ha echado raíces? Chu Xun sonrió con ojos llorosos: ––Ya ha crecido alto y hermoso. La señora Chu, sonriendo gentilmente: ––Me alegro. Chu Xun hizo todo lo posible por mantener la sonrisa también: ––A Lan-er le encanta ese árbol Haitang, siempre está jugando debajo de él en primavera. Le gustan las flores Haitang, como a ti, cada... cada año, durante Qing Ming... –– Incapaz de mantener el acto por más tiempo, presionó su frente contra la barrera, las lágrimas caían sin cesar, su voz rompiéndose: ––Todos los años, durante Qing Ming, siempre recogía la flor más bonita para ponerla ante tu tumba. Wan-er, Wan-er, ¿Lo viste? Cada... cada año, ¿Lo viste? Estaba abrumado por los sollozos al final, cada palabra desangrando miseria, hasta que su compostura finalmente se vino abajo. Los ojos de la señora Chu también se pusieron rojos; era un fantasma y no tenía lágrimas que derramar, pero su miserable expresión no era menos inquietante para los espectadores. Por un momento todos se quedaron en silencio, todos observando sin palabras la escena que tenían ante ellos, y alguien estaba sollozando en silencio. Pero en ese momento, una voz fría resonó desde arriba. ––Por supuesto que lo sabe. Pero no por mucho tiempo. La cara de Mo Ran cambió inmediatamente: –– ¡Es el Rey Fantasma! La expresión de Chu Wan Ning también era oscura: –– ¡Este cobarde ni siquiera se muestra, sinvergüenza! La risa del rey fantasma sonaba como clavos contra el metal, haciendo que la sangre corriera fría. ––Lin Wan-er es uno de nuestros fantasmas ahora. No quería herirla, pero como estás tan empeñado en oponerte a mí y hasta arruinaste uno de mis ojos, ¡Tendré que sacarte el corazón, infligirte un dolor mayor! –– Ante sus palabras, los fantasmas en el templo comenzaron a recitar encantamientos. ––El corazón ya no existe, que el pasado sea borrado... –– Los ojos de la señora Chu se abrieron de golpe y su voz tembló: –– ¡Esposo, Lan-er, toma a Lan-er! ––El corazón ya no existe, que las relaciones se cercenen... –– ¡Lan-er! ¡Rápido! ¡Ve con tu papá! La señora Chu intentó empujar a su hijo a través de la barrera, pero la fina capa de luz lo mantuvo fuera como si fuera un fantasma. Xiao Man los miró desde donde estaba junto a la barandilla del templo; su cara, originalmente encantadora, retorcida por una mezcla de dolor y alegría. ––Es inútil. Le puse una marca de fantasma, como ordenó el Rey Fantasma. Ahora es como un fantasma, la barrera no lo dejará entrar. Detrás de ellos, el encantamiento se elevaba como una marea: –– El corazón ya no existe, que la razón se destruya... –– ¡Esposo! –– La señora Chu ya estaba aterrorizada, aferrándose a su hijo y golpeando contra la barrera: ––Esposo, quita la barrera, quítala, deja entrar a Lan-er, tienes que protegerlo, tienes que protegerlo... Casi... estoy... estoy... ––El corazón ya no existe, que la compasión sea asfixiada... –– ¡ESPOSO! La señora Chu cayó de rodillas, los ojos muy abiertos mientras todo su cuerpo temblaba incontrolablemente, marcas de maldición de color sangre subiendo lentamente por su cara. ––Nuestro hijo... Lan-er... me prometiste, me prometiste que cuidarías de él... por favor, quítala... por favor, te ruego... te ruego, quítala... ¡Esposo! Chu Xun sintió como si le estuvieran destrozando las entrañas. Varias veces su mano se levantó para disipar la barrera, sólo para caer al final. Fuera de la barrera, Chu Lan estaba llorando fuertemente, mirándolo con la cara manchada de lágrimas, sus pequeñas manos acercándose a él: –– ¿Papá ya no quiere a Lan-er...? Lan-er quiere que papá.... Papá me abrace... La señora Chu lo sostuvo fuertemente en sus brazos, besando su mejilla. La pareja de madre e hijo, uno arrodillado, otro llorando, rogando a Chu Xun que derribara la barrera Shang Qing y dejara entrar al niño. Repentinamente, alguien en la multitud gritó: –– ¡Gongzi, no puedes! No puedes quitar la barrera, eso condenaría a todos los cientos de personas que quedan en Lin-An... ¡Esa es la estrategia de los fantasmas! ¡Gongzi! ¡No puedes quitar la barrera! –– ¡Eso es cierto, la barrera debe mantenerse! –– El deseo de vivir hizo que la gente común se arrodillara una tras otra y se arrastrara hacia Chu Xun, suplicando: –– Gongzi, por favor, no puedes quitar la barrera, o todos moriremos. ––Señora, por favor... –– Uno de ellos se agachó y se inclinó hacia la señora Chu. –– Señora, por favor tenga piedad, por favor sea benevolente, le estaremos agradecidos para siempre, por favor no haga que gongzi derribe la barrera, siempre fue tan compasiva, por favor, se lo suplicamos... En un instante, aparte de los guardias y un puñado de gente común, todos los demás estaban de rodillas suplicando y llorando, sus voces ahogando la de la señora Chu y la de su hijo en la parte exterior de la barrera. Chu Xun se sintió como si estuviera parado en la punta de una aguja y siendo apuñalado por miles de cuchillos afilados, a cada cuchilla creciéndole púas dentro de su carne y desgarrándole sus órganos. Ante él estaban su esposa y su hijo, detrás de él estaban las vidas de cientos de personas. Atormentado, se sintió como si ya hubiera muerto, como si hubiera sido tragado por las llamas y quemado hasta las cenizas. Pero el canto continuó, aún más penetrante que antes. ––El corazón ya no existe, que la emoción sea expurgada... ––El corazón ya no existe, que el deseo se disperse... Más y más marcas de maldición subían por el cuello de la señora Chu, casi cubriendo toda su cara, y comenzando a sangrar en sus ojos. Apenas podía hablar, solo miraba a su esposo desesperada mientras se esforzaba por hablar: ––Si tú... yo... te... odiaré... toma... toma... toma a Laner... Te odio... Yo... Las marcas de maldición se filtraban en sus pupilas. Todo su cuerpo se estremeció, como en agonía, y apretó los ojos. –– ¡YO... ODIO! ¡Un grito miserable desgarró el aire, pero el final se convirtió en un grito como de bestia! Los ojos de la señora Chu se abrieron. Sus gentiles ojos en forma de almendra estaban manchados del color de la sangre, y el blanco de sus ojos había desaparecido, pues ahora había cuatro pupilas en cada ojo. –– ¡Wan-er! Chu Xun lloró con una inmensa angustia, olvidando por un momento que la barrera Shang Qing requería que su lanzador permaneciese dentro, queriendo sólo estar con su esposa. Pero justo cuando estaba a punto de salir de la barrera, una flecha atravesó el cielo y se clavó firmemente en su hombro, y el brazo que estaba levantando cayó de nuevo a su costado. Era un joven de la guardia, aún posando con el arco en la mano. Le dijo a Chu Xun, con justicia: –– ¡Gongzi! ¡Despierte! Siempre nos has enseñado que los justos prefieren a las personas antes que a sí mismos, ¿Son sólo palabras bonitas? ¿Vas a tirar las vidas de cientos para salvar a una persona tan pronto como te concierne? Una anciana junto al joven dijo titubeante: ––Baja ese arco, ¿Cómo pudiste lastimar al gongzi? Todo, todo es la elección de gongzi, gongzi ya ha hecho todo lo posible, cómo, cómo pudiste.... ¡Cómo pudiste ser tan ingrato! Mientras discutían, de repente estallaron gritos de miedo en el frente. La señora Chu se había transformado completamente. Había sostenido a su hijo con tanto amor hace solo un momento, pero ahora no era diferente de una bestia, aullando hacia el cielo con saliva que goteaba de su boca, y sus dientes crecían a cada segundo. Y en sus brazos, la voz de Chu Lan se había vuelto ronca por llorar, pero entre sollozos aún gritaba: –– Mamá... ¡Lo que le respondió fueron las garras rojas de la señora Chu, perforando su garganta! Todos los sonidos desaparecieron del mundo. Gotas de sangre flotaban por el aire como tantas flores. Al igual que ese año, cuando la señora Chu se paró junto a la ventana sosteniendo a su hijo recién nacido, mirando los pétalos de flores Haitang recién florecidas danzando en el patio. Ella había acunado al niño suavemente en sus brazos, cantando suavemente: ––Haitang rojo, Haitang amarillo, flotando suavemente en el viento. Niños en una tierra lejana, extrañando a sus padres. Haitang rojo... Haitang amarillo... La mano que había acariciado tan tiernamente a Chu Lan ese año le rompió el cráneo, las extremidades, la carne. Flotando suavemente en el viento. La lluvia cayó como un diluvio, la sangre se acumuló y fluyó por el suelo. La madre se comió las entrañas de su hijo. Niños en una tierra lejana. Los aleros del Templo Cheng Huang sobresalían solemnemente sobre ellos. El año en que nació Chu Lan, se había arrodillado ante el Templo Cheng Huang y había estrechado sus delicadas y cálidas manos en oración. La campana de un reloj había dispersado a todos los pájaros, y en la neblina de las fragantes velas, se inclinó profundamente para rezar por la salud y la felicidad de su hijo, para que pudiera vivir hasta cien años y tener una vida libre de preocupaciones... Extrañando a sus padres. El corazón de Chu Lan fue sacado de su cuerpo destrozado. La señora Chu hundió sus dientes en él, insaciable, sangre goteando por las comisuras de su boca. –– ¡AAAHHHHH! –– Chu Xun se derrumbó, sosteniéndose la cabeza donde había caído de rodillas, golpeando su cabeza repetidamente contra el suelo. Él lloró, miserable y desdichado, arrodillado bajo la lluvia en la sangre delante de su esposa e hijo frente a todas las personas de Lin-An, se arrodilló ante la imagen de Dios, se arrodilló en el barro bajo sus pies. Se arrodilló en las profundidades del pecado, se arrodilló en las alturas de la virtud. Se arrodilló con una gratitud incalculable, se arrodilló con el mayor odio. Se encorvó en el polvo, su alma destrozada y extinguida. Desintegrado en polvo. Pasó mucho tiempo antes de que alguien finalmente hablara con voz temblorosa. ––Gongzi... ––Gongzi, mis condolencias... ––La benevolencia de Gongzi no será olvidada... –– ¡Chu-gongzi es justo, una persona verdaderamente amable! Verdaderamente una persona amable... Alguien acercó a su propio hijo y le tapó los ojos para que no viera la escena sangrienta, sólo hace un momento dejándole ir para decirle a Chu Xun: ––Gongzi, nos salvaste la vida a todos. La señora y el pequeño gongzi, ellos... seguramente ascenderán al paraíso... Alguien más escupió: –– ¡Agarra a tu hijo y piérdete! ¿¡Por qué no fueron tú y tu hijo al paraíso en su lugar!? Esa persona retrocedió tímidamente. Pero todo sonaba tan lejano. Chu Xun se sintió como si ya hubiera muerto. Las voces sonaban como si vinieran del otro lado del océano, del otro lado de la vida. En el torrencial aguacero, el hombre estaba cubierto de barro, esa delgada capa de luz transparente que lo separaba de su esposa e hijo, los muertos de un lado y los moribundos del otro. Mirando la escena ante él, Mo Ran pensó repentinamente en su última vida, cuando había masacrado sin querer a los inocentes, y se preguntó si había creado más de un Chu Xun, más de un Chu Lan, más de una señora Chu... Miró sus manos. Por una fracción de segundo, sus manos parecieron estar cubiertas de sangre. Pero luego parpadeó, y era sólo la lluvia helada que se acumulaba en sus palmas y fluía por sus manos. Temblaba. Pero al momento siguiente, una mano cálida tomó la suya. Salió de eso como si se hubiese despertado de una pesadilla para encontrar a su pequeño Shidi mirándole con preocupación. Se parecía tanto a Chu Lan. Mo Ran se inclinó lentamente para estar a la altura de sus ojos, como un pecador pidiendo perdón a las almas de los muertos, mirándolo con los ojos llorosos por la lluvia y las lágrimas. Chu Wan Ning no dijo nada, sólo levantó la mano y le dio una palmadita en la cabeza. ––Ya ha ocurrido. –– Chu Wan Ning dijo en voz baja. ––Ya está todo en el pasado. ––Tienes razón. –– Pasó un tiempo antes de que Mo Ran sonriera con una triste sonrisa. Bajando las pestañas, murmuró: ––Ya está todo en el pasado. Pero incluso si todo eso ya estaba en el pasado, todo eran cosas que él había hecho. No había matado a Chu Lan, pero ¿Cuánta gente como Chu Lan había muerto por su culpa? Cuanto más lo pensaba, más miedo tenía, más le dolía. ¿Por qué había sido tan cruel? ¿Por qué había sido tan obstinado? CAPÍTULO 68: ESTE VENERABLE NO PUEDE SOPORTARLO. Chu Lan estaba muerto, pero la ilusión continuó. Aún faltaban horas para el amanecer, y la larga pesadilla aún no había terminado. Los sobrevivientes regresaron a la residencia, preparándose para partir hacia la Montaña Pu Tuo tan pronto como amanezca. Era difícil de creer que alguien pudiera seguir adelante después de sufrir ese tipo de dolor. A decir verdad, realmente parecía que todo lo que quedaba de Chu Xun era una cáscara andante, su alma ya se había ido. Mo Ran caminó por la ciudad y escuchó a mucha gente preocupada después de todo, Chu Xun había sufrido tanto que, dejando de lado la posibilidad de que pudiera estar guardando rencor, incluso si todavía estaba dispuesto a sacar a todos de aquí, sus posibilidades disminuyeron significativamente con él en ese estado. Pero no todos pensaban sólo en sí mismos; no eran muchos, pero al menos había unas cuantas personas que estaban genuinamente tristes por Chu Xun. Se guisaban en ansiedad mientras esperaban que el cielo se iluminara. Pero lo que llegó antes de que saliera el sol fue esa voz fría y ahora familiar, rompiendo el pesado cielo nocturno y resonando por encima de la barrera. Esta vez el rey fantasma no se dirigió a Chu Xun, sino a todos los demás en la ciudad. ––El sol saldrá pronto. Este Venerable sabe que todos ustedes planean irse una vez que sea de día. Pero, ¿Realmente lo ha pensado bien? Pu Tuo está muy lejos de aquí, no hay forma de que lleguen allí en un solo día. Una vez que caiga la noche, todos ustedes tendrán que depender de Chu Xun para su protección. ¿Pero piensan que Chu Xun los protegerá? ––Mamá... Un niño comenzó a llorar de miedo ante la voz aterradora, hundiéndose en los brazos de su madre. Todos miraban al cielo. Sólo Chu Xun, de pie frente a la residencia y apoyado en el árbol Haitang, tenía los ojos cerrados como si no oyera nada. ––Su esposa y su hijo están muertos por su culpa. ¿Realmente piensan que Chu Xun los protegerá? Probablemente tiene algo más en mente para vengar a su familia, algo que los haga desear estar muertos. Es sólo la naturaleza humana, después de todo... este Venerable también fue una vez humano, saben. Seguro que hay personas amables, pero sólo lo hacen por su reputación. Los humanos son viles por naturaleza, cualquier persona que se llame buena sólo está tratando de sacar algo de ello. Pero seamos honestos, una vez acorralados, no les importará si otras personas viven o mueren. La espeluznante voz del rey fantasma resonó desde arriba. ––Este Venerable ya lo ha dicho antes, pero no iba a quitarles la vida a todos. De hecho, los vivos pueden servirnos a los fantasmas. Si no me creen, sólo mírenlo... Mientras hablaba, una nube negra se elevó hacia la barrera con Xiao Man encima. Y, junto a él, un hombre amable de unos cuarenta o cincuenta años. Alguien gritó sorprendido: –– ¡Es el padre de Xiao Man! –– ¡Es el padre de Xiao Man! ¿No murió? ––Incluso su cuerpo fue desmembrado, todos lo vieron. ¿¡Cómo puede ser esto!? El rey fantasma continuó: ––Como uno de los nueve reyes del inframundo, aunque este Venerable no ejerce control sobre la vida y la muerte como lo hace el Emperador Yan Luo, algo así como restaurar la apariencia de los muertos no es más que un simple asunto. Si me sirven, les concederé la compañía duradera de sus seres queridos fallecidos. Pero si se oponen a mí, terminarán como su Chu-gongzi, viendo a su esposa matar a su hijo con sus propios ojos, impotente para hacer algo al respecto. Todos estaban en silencio dentro de la barrera. –– ¿De verdad confiarán en él? ¿Confiar en que no se vengará por su esposa e hijo? –– ¿Realmente creen que los llevará desde aquí hasta Pu Tuo? Alguien miró hacia Chu Xun, sus ojos ya parpadeando de malicia. Chu Xun finalmente levantó la vista desde donde estaba bajo el árbol en flor para nivelarlos con una mirada tranquila. Realmente no sabía qué decir en ese momento; pasó mucho tiempo antes de que finalmente dijera: ––Ya es lo que es, ¿Qué sentido tendría mutilarlos ahora? ––HAHAHAHAHAHAHAHAHAHA- ––La risa espantosa del rey fantasma resonó desde arriba de la barrera. ––Muy bien, muy bien, dice que no les hará daño. Si le creen, entonces sigan adelante y vayan con él. Pero si me creen... Su voz retumbó con creciente intensidad, como si pudiera atravesar los tímpanos hasta llegar al corazón. ––Si me creen, serán recompensados. Puedo traer de vuelta a sus familiares. Todo lo que tienen que hacer es entregar a Chu Xun, ¡Sólo tienen que entregarlo a mí! Mi rencor está contra él, no contra ninguno de ustedes. Entréguenlo y no tendrán que abandonar sus casas. Entréguenlo y podrán reunirse con su familia. Sólo entréguenlo y todo habrá terminado. La voz del rey fantasma se volvió débil. ––Estaré esperando en el Templo Cheng Huang, hasta que salga el sol. La voz se desvaneció. Una extraña especie de alboroto surgió del silencio mortal mientras todos los ojos de la multitud miraban a Chu Xun. Chu Xun les miró con una expresión tranquila y plana. Alguien empezó a murmurar impotente: ––Qué debemos hacer... –– ¿Qué debemos hacer, esposo? Tengo tanto miedo... –– ¡Mami, tengo miedo, no quiero que me coman! Alguien más dijo en voz baja: ––El Rey Fantasma no se equivoca... estas personas supuestamente bondadosas sólo tienen motivos ocultos, ya hemos visto a muchos de su clase antes. Chu.... Chu-gongzi puede que no haya hecho nada todavía, pero míralo, medio muerto como está, quién dice que no hará ninguna locura en el futuro. Otra persona, escuchando sus palabras, susurró de acuerdo: ––Tienes razón. Por lo que sabemos, está guardando rencor y esperando a que nos maten a todos. La traición a última hora no es algo inaudito... De repente, un hombre de aspecto rudo sobresalió de entre la multitud y gritó: –– ¡Agárrenlo! ¡Podemos vivir si lo entregamos! Todos se quedaron en silencio. Pasaron unos momentos antes de que una joven saliera y se bloquease delante del hombre, su voz suave pero determinada: –– ¿Cómo puedes ser tan desagradecido? ¿No tienes dignidad de hombre? –– ¡Vete a la mierda! –– El hombre pateó a la mujer al suelo y le escupió en la cara: ––Eres una puta estúpida que se acuesta con hombres, sin familia, ¿Para qué demonios estás tendiendo tu trampa? Tengo que cuidar de jóvenes y mayores, no voy a dejar que mi familia pase por nada. ¡Chu-gongzi, vas a tener que entender! Y con eso, se dispuso a capturar a Chu Xun. Pero ni siquiera había dado un paso antes de que le agarraran firmemente la pierna. Miró hacia abajo y rugió con furia: –– ¿Sigues estorbando, puta tonta? Vete a morir sola si quieres, ¡Cómo te atreves a arrastrar a los demás contigo! La mujer no se enfureció menos: ––Puedo ser una prostituta, pero al menos puedo distinguir el bien del mal. Si hasta los perros y los gatos saben devolver las bondades, ¿Cómo podríamos no hacerlo los humanos? –– ¡Cierra la puta boca! El hombre dirigió sus botas a su cabeza hasta que toda su cara estaba manchada de moretones. Para entonces, el resto de la multitud también se había acercado y formado un círculo alrededor de Chu Xun. Algunos de ellos trataron de detenerlos como lo había hecho la mujer del burdel, pero fue un esfuerzo inútil, como una sola hoja atrapada en una corriente enfurecida, que fue tragada en un abrir y cerrar de ojos. –– ¡Gongzi, Gongzi, apúrate y sal de aquí! Una anciana gritó temerosa a Chu Xun: –– ¡Chu-gongzi, vete! ¡Sólo vete! ¡No te quedes por el bien de estos animales! ¡Vete! También estaba la tierna voz de un niño pequeño: ––Dejen de pelear, mami, papi, no lastimen el gongzi, no lo lastimen... Un torbellino de conmoción, desorden y caos. Chu Xun estaba solo bajo la lluvia. Sintió como si estuviera mirando a una horda de fantasmas que se habían arrastrado desde las profundidades del infierno. Por un momento, quiso irse. Pero entonces su mirada se posó en esas personas, esas personas que viven, respiran y lloran. Vio al niño pequeño, llorando mientras intentaba detener a sus padres. Vio a la joven que fue la primera en defenderlo, cuya cara estaba ahora magullada e hinchada. Miró a la anciana temblando bajo la lluvia, y a la otra docena de personas que estaban de espaldas a él, haciendo todo lo posible para detener a los demás. El pie que estaba a punto de salir se detuvo. No han hecho nada malo. Si derriba la barrera, estas personas también morirán. Así que resulta que lo más repugnante en este mundo no eran los fantasmas y los demonios, sino esas bestias cobardes y despreciables con piel humana escondidas entre la multitud, dispuestas a decir y hacer cualquier cosa sólo para asegurar su propia supervivencia. Y, después de todo, ellos decían: ––Sólo quería vivir, soy lamentable e impotente, no he hecho nada malo. Había pensado que las personas a las que protegía eran todas indefensas, buenas personas. Pero estaba equivocado. Esas bestias se quitaron la piel humana ahora, revelando sus feas y maliciosas caras de color rojo sangre.... Estaban tan bien escondidos... tan bien escondidos. Ya no quería llorar y sangrar por esas bestias vestidas de humanos, pero eran tan astutas, escondidas tan bien entre las personas buenas y amables, sus rostros riéndose de él, deleitándose en su impotencia. ––No tienes más remedio que salvarnos; si rompes la barrera, llevaremos al infierno a las personas que quieres salvar, las personas que realmente te lo agradecen, junto con nosotros en el infierno. No tienes elección, por mucho que te enferme. Elegiste ser virtuoso, elegiste ser una buena persona. Ya que esa es la decisión que tomaste, entonces es sólo tu deber sacrificarte para salvar a todos los demás. Si te niegas, entonces eres un embustero, un impostor, un farsante, peor que una bestia. Era como si pudiera oír a esas personas aullar, escuchar sus risas estridentes: No tienes otra opción. ¡No tienes elección! En ese frenético pandemonio, en la tempestad de la lluvia y el viento, Chu Xun levantó lentamente su cabeza hacia el cielo. El amanecer estaba finalmente a punto de comenzar. El incesante aguacero había lavado la sangre de los escalones de piedra del Templo Cheng- Huang. Chu Xun y los que habían tratado de protegerlo estaban todos atados, caminando hacia el templo. La escena era a la vez dolorosa y ridícula; esas personas habían atado a Chu Xun tan fuertemente, satisfechos de haber capturado a una persona tan poderosa, completamente inconscientes de que Chu Xun podía fácilmente convertir las cuerdas en cenizas con un solo hechizo. Pero no lo hizo. Tampoco derribó la barrera Shang Qing. Ya se había derramado suficiente sangre en Lin-An. No quería que más gente inocente muriera sólo por su propia venganza. Y así fue como la fina capa de luz los protegió a todos, tanto a las ingratas bestias que se volvieron contra él como a las personas que se mantuvieron sinceramente a su lado. Llegaron al templo, pero el rey fantasma no apareció. En vez de eso, había una vela que desprendía un humo negro que se retorcía en una silueta oscura. –– ¡Por qué... no has disipado la barrera!" En el momento en que vio a Chu Xun, esa voz se enfureció y dijo: –– ¡Discipa la barrera! Chu Xun dijo, calmadamente: ––Sobre mi cadáver. El humo negro emitió un grito estridente: –– ¡Chu Xun, debes estar loco! ¡Ustedes... todos ustedes... mátenlo, o les quitaré la vida en cuanto llegue la noche! Al amanecer. La primera luz del día iluminó la noche sin fin. El rey fantasma, incapaz de mantener su forma en la luz del día, huyó a la oscuridad. La vela que desprendía el humo negro parpadeó y se apagó. Chu Xun se recompuso. El Templo Cheng Huang estaba en un lugar elevado; desde aquí podía ver la niebla matutina cubriendo suavemente las montañas y los ríos, escondiendo las cicatrices de la vista, y por un momento, todo se parecía a los días de antaño: era una hermosa primavera. ––Chu-gongzi, lo siento. ––No es que seamos crueles y sin corazón ni nada, es sólo que el Rey Fantasma te guarda rencor por arruinarle el ojo... no tenemos otra opción... –– ¿¡Por qué siguen lloriqueando!? No lo prolongues, no queremos sorpresas. ¡Tengo una familia allá atrás que quiere vivir! ¿Quién es más importante, este tipo o todos nosotros? ¡Los justos prefieren a las personas antes que a sí mismos, son sus palabras, no las mías! Chu Wan Ning se paró en la distancia, mirando a esa persona de relación desconocida consigo mismo, sus sentimientos complicados. De repente, un par de manos cubrieron sus ojos. Murmuró Chu Wan Ning: –– ¿Qué estás haciendo? ––No dejarte ver. ––... ¿Por qué? ––Estarás triste. Chu Wan Ning se quedó callado por un momento, sus pestañas temblando contra la parte inferior de las manos de Mo Ran: "No lo haré. Ya he dicho que todo está en el pasado, hace ya, doscientos años atrás." Mo Ran suspiró suavemente desde detrás de él: ––...Pequeño tonto, ¿Entonces por qué están mojadas mis palmas? No sabía cuánto tiempo había pasado: un palito de incienso [30 min], un shichen [2 horas], o sólo una fracción de segundo. El tiempo se difuminó en esta locura, este caos. Cuando Chu Wan Ning volvió a abrir los ojos, la barrera Shang Qing se había disipado. Chu Xun yacía en un charco de sangre, rodeado de personas y fantasmas, por demonios que vestían piel humana, inhalando el aroma de sangre fresca. Éxtasis y culpabilidad; calamidades del pasado, el resto de sus vidas ahora están expuestas. La agonía y el pecado; los corazones de las personas, indistinguibles de los de las bestias. El aire apestaba a muerte. El reino humano, o tal vez el infierno. Era difícil de decir. Lentamente, la multitud se dispersó. No había miedo por los fantasmas durante el día, así que fueron a buscar comida, a descansar, a esperar a que el rey fantasma volviera por la noche e inspeccionar el cuerpo en el templo y recompensarles la reunión prometida con sus seres queridos fallecidos. Poco a poco, sólo una docena de personas permanecieron en el templo, llorando de dolor. La joven del burdel estaba allí, y la anciana de pelo blanco. El pequeño niño, y sus padres que lo habían escuchado. Un mendigo, un erudito, un narrador, un hijo de una familia que alguna vez fue rica, una viuda con su hijo pequeño en brazos, un maestro y un granjero. Nadie más. Pero mientras lloraban sobre su cuerpo, el hombre que yacía muerto en un charco de su propia sangre abrió lentamente los ojos. –– ¡Gongzi! –– ¡Chu-gongzi! El corazón de Mo Ran tembló. Incapaz de soportarlo, dijo: ––No.... esto es... Este hechizo era un arte perdido en la era moderna, no esperaba que se utilizara en esta ilusión. ––El hechizo de voz persistente. Ya está muerto, pero usó este hechizo en sí mismo antes de morir. –– Chu Wan Ning se detuvo antes de continuar. –– Todavía tenía asuntos sin resolver, cosas que le preocupaban. Chu Xun tenía los ojos en blanco, las pupilas dilatadas, y su voz era plana cuando hablaba: ––Los demonios y los fantasmas son traicioneros, no deben creer sus palabras. Sin la barrera Shang Qing, invadirán la ciudad una vez que caiga la noche y serán masacrados a voluntad. Por favor, abandonen este lugar y diríjanse a Pu Tuo. ––Go