LA HOMEOPATIA Y EL EMBARAZO:

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LA HOMEOPATIA Y EL EMBARAZO:
CURARSE EN SALUD
Todo el mundo sabe que el embarazo es un momento crucial para la futura salud del niño
que va a nacer. Durante los nueve meses de gestación, no sólo es necesario que la
alimentación que recibe el feto sea óptima, pues de ello dependerá la fortaleza de sus
huesos y tejidos para el resto de su vida, sino que su crecimiento también se verá
tremendamente influido por el bienestar físico, mental y espiritual de la madre.
El niño en su formación intrauterina se ve afectado por toda la información genética que
ha recibido de sus progenitores, aunque su crecimiento también depende de su
experiencia intrauterina donde puede adquirir toda una serie de predisposiciones
congénitas, (como por ejemplo, enfermedades infecciosas, situaciones tóxicas,
radiaciones, etc) que afectarán de forma profunda a su salud futura. Tanto las
“enfermedades genéticas o hereditarias” como las “enfermedades congénitas” (adquiridas
durante el período de gestación), pueden manifestarse en el momento del nacimiento, o
bien durante el transcurso de la infancia, pubertad, adolescencia, o incluso en la madurez.
Otro factor que puede influir negativamente en el desarrollo posterior del niño son las
experiencias emocionales de la madre durante el embarazo (por ejemplo, experiencias de
abuso, sustos fuertes, tristeza, depresión, etc.) Estas experiencias son vividas también por
el feto y pueden afectar profundamente el carácter o personalidad del niño. Por todo esto,
es muy importante asegurar un cuidado médico auténticamente integral para la mujer
durante el tiempo del embarazo.
Durante el embarazo la medicación alopática o convencional puede ser muy peligrosa; la
mayoría de los médicos sólo recetan medicamentos cuando la situación es inevitable.
Mucho más peligrosa todavía es la automedicación en una situación de gestación. Desde
el momento en que una mujer sospecha que está embarazada, debe abstenerse de tomar
medicamentos o drogas alopáticas que no le hayan sido expresamente recetadas por un
profesional de la salud que esté al tanto de su situación. Se debe evitar la alteración de los
procesos naturales. En el primer trimestre del embarazo la acción de estos medicamentos
puede interferir directamente con el desarrollo normal de un órgano o un aparato, ya que
éstos se encuentran en formación. Posterior a este trimestre las malformaciones son raras,
pero también existe la posibilidad de influencias nocivas para el feto de ciertas sustancias.
La experiencia de la droga taliodomida en los años 50 que se recetaba para nausea en las
primeras semanas del embarazo, y que causó malformaciones tremendas en los fetos,
convenció a la comunidad médica internacional de que era esencial ser muy conservador
a la hora de recetar drogas en el embarazo.
Sin embargo, la homeopatía, al ser una medicina energética cuyos medicamentos no
contienen ninguna sustancia física, es una alternativa segura que no acarrea riesgos ni
efectos tóxicos para la madre ni el bebé. Los medicamentos homeopáticos se derivan de
sustancias naturales provenientes de minerales, plantas y animales y se elaboran mediante
procesos de dilución y dinamización, de modo que en ellos no queda más que la impronta
energética de la sustancia original. Estos medicamentos actúan estimulando el sistema
inmunitario del cuerpo para que éste mismo corrija el desequilibrio y vuelva al estado de
salud. Esto hace que puedan producir curaciones profundas de forma suave y sin efectos
secundarios. Pueden perfectamente ser administrados desde el comienzo del embarazo, es
decir, desde el primer mes de gestación, y también durante la lactancia.
Otra ventaja adicional de tratar a la mujer embarazada con homeopatía es que su eficacia
no afectará solamente a la madre sino que se extenderá también al niño, puesto que al
mejorar la energía o sistema inmunitario de la madre, se actúa simultáneamente de forma
paralela sobre la energía vital del niño. La medicina homeopática, cuando es escogida
cuidadosamente, es además capaz de actuar en profundidad sobre la predisposición
genética del niño, evitando o frenando el desarrollo futuro de condiciones existentes en la
tendencia morbosa familiar: como por ejemplo, alergias, obesidad, diabetes,
enfermedades cardiovasculares. En éste sentido, la homeopatía es una poderosa medicina
preventiva.
Además, la medicina homeopática administrada correctamente durante el embarazo
ayudará a evitar problemas durante el parto, asegurando que la madre está en una
situación óptima de vitalidad y energía para dar a luz a un bebé sano y vigoroso. Después,
durante la lactancia, los medicamentos homeopáticos pueden ser administrados al bebé a
través de la madre, que se los comunica mediante la leche. Si el bebé no está
amamantando, se le pueden administrar directamente diluidos en unas gotas de agua. Un
niño que crece desde el comienzo de la vida con homeopatía es un niño sano y feliz.
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SUSANA AIKIN es homeópata graduada de la School of Homeopathy de Nueva York, donde
también ha ejercido como profesional. Actualmente reside y practica homeopatía en Madrid.
Tel.: 618 446364 Email: [email protected]
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