SU SANTA INSPIRADORA, MARIA GORETTI El Padre Guillermo de Castellana, se dedico a atender pastoralmente a la comunidad cristiana de Danisinni, una comunidad constituida por reductos de la segunda guerra mundial, sonde era común el encuentro con viudas, huérfanos, lisiados, ancianos; en hacinamiento, pobreza, ignorancia, enfermedad y tantas otras realidades que se convierten en ambiente propicio para la prostitución, el vicio, la degeneración de la condición humana. “Era corriente encontrar a una niña que se entregaba a cualquier soldado por una porción de comida enlatada o un par de medias”. Motivo principal de su atención ministerial fue el trabajo social con la comunidad, buscando que los habitantes de ese lugar salieran de la miseria y el marginamiento en el que se encontraban. La mayor preocupación para el Padre Guillermo fueron los niños y los jóvenes, particularmente la mujer, de quienes estaba seguro dependía el futuro de la sociedad, por eso se dedico incansablemente a trabajar para que las mujeres se preparen adecuadamente con el fin de que ellas lideren procesos de transformación comunitaria, como la mejor manera de mejorar la realidad presente y futura. Es indispensable hacer referencia al Oratorio Franciscano que organizo en Danisinni, constituido por niñas, jóvenes y adultos, particular atención le merecieron niñas entre los 9 y 16 años de edad, a quienes las coloco bajo el patrono de María Goretti. María Goretti, era una niña italiana, hija de Luis Goretti y asunta, a quien sus familiares y amigos llamaban “Marietta” o “Mariettina”, nacida el 16 de Octubre de 1890 y muerta mártir, el 6 de Julio de 1902, cuando apenas tenia 12 años de edad, victima de catorce puñaladas en su cuerpo, propiciadas por su verdugo, Alejandro Serenelli, quien pretendía abusar sexualmente de la niña, hecho que ella rechazo con valor, apoyada firmemente en sus principios cristianos, afirmando constantemente “¡No, Alejandro, suélteme! Dios no lo quiere. Vas al infierno. ¡Si al infierno!”. Mientras el Padre Guillermo de Castellana atendía pastoralmente a Danisinni, estaba de actualidad el proceso de canonización de María Goretti, iniciado en 1938 y después de un ágil proceso de investigación fue beatificada el 27 de Septiembre de 1947. Regresando al trabajo del Religioso Capuchino en Danisinni: Reuniones con la comunidad, platicas con diferentes grupos de personas, organizaciones de algunos trabajos comunitarios, catequesis, celebración de los sacramentos, iniciar los trabajos del dispensario, atender al grupo de niñas en su formación integral, especialmente en los valores morales cristianos, colocando siempre a la Beata María Goretti, como ejemplo de vida para la niñez y juventud. Además de las actividades antes mencionadas estaba la de preparar el viaje hasta roma, con el grupo de niñas pertenecientes al oratorio, para participar de la ceremonia de canonización de la beata, trabajo dispendioso puesto que trataba de conseguir los recursos para el viaje de mas de 20 niñas; tarea considerada casi imposible dadas las condiciones económicas de las familias a las cuales pertenecían dichas niñas. Después de superar todas las dificultades principalmente las económicas, el viaje se realizo. El medio de transporté mas eficaz y seguro para trasladarse de Palermo a Roma era el tren, medio que realizaba el siguiente recorrido: seis horas de camino desde Palermo hasta Messina en la costa norte de Sicilia, luego aquella experiencia de ingresar con todo tren en el traghetto, algo así como un barco transbordados de trenes, dos horas de navegación por el estrecho de Messina hasta llegar al puerto de san Giovanni, ubicado en la costa sur de la bota Itálica: abandonar el traghetto y en el mismo tren continuar por el espacio de 8 horas mas hasta Roma. Transporte, alojamiento, alimentación, vestido especial a manera de uniforme de las participantes, que consistía en un traje blanco como la nieve y una capa azul como el cielo, y los gastos varios, representaban una suma muy considerable, dificultad que el religioso capuchino no vio como problema frente a lo maravilloso de poder participar del acontecimiento de la canonización de la niña mártir que se había convertido en su predilección y que tanto a las niñas como a el les marcaria la vida para siempre. El trabajo comunitario lo supero todo. Los preparativos no debían ser únicamente de tipo material, era necesario una consciente y seria preparación sobre la espiritualidad de la niña beata y los misterios de la santificación de los seres humanos, todo esto lo prepararon con dedicación y esmero; también era necesario las lecciones básicas de geografía, de tal manera que al pasar por los diferentes lugares fuera mucho mas fácil su comprensión, en esto le ayudaron las familias y las profesoras en las escuelas. Estando en estos preparativos, recibió la noticia de sus superiores que le pedían viajar a las misiones de Colombia. Por supuesto que nada le agrado la idea. Estaba tan contento, profundamente comprometido con la comunidad de Danisinni, que lo menos que podía pensar era dejarlos abandonando cuando ya se empezaba a ver los primeros frutos de su acción apostólica. Al principio, en los diálogos con sus superiores pretendió persuadirlos de lo inconveniente que era el viaje, para el y para el trabajo que estaba realizando. Con tal de no venir a Colombia, argumento aspectos relacionados con su estado delicado de salud, lo poco saludable que le resultaba el clima y la humedad tropical de Colombia, lo de su preparación como filósofo y su desempeño como profesos de esta área de formación humanística en el seminario de la Orden. Llegado el día, quedaron atrás todas las preocupaciones, su Santidad el Papa Pio XII, había señalado como fecha para la solemne canonización el 25 de Junio de 1950, era entonces necesario estar en Roma antes del día lunes 24. El viaje les resulto muy divertido, mirar como gozaban las niñas conociendo las maravillas de la creación y los adelantos de la tecnología. Se magnifico profesor de las ciencias sociales; por donde pasaban les hablaba de las montañas, los valles y la manera de vivir de sus gentes. Estando en Roma se cambiaron los planes, los comunicadores oficiales del Vaticano informaban por todos los medios, que la ceremonia de canonización no se realizaría el día 25 como estaba previsto, sino que tendría lugar el 24 por la tarde y que esta no se llevaría acabo en la Basílica de San Pedro como era lo acostumbrado. El Papa había determinado que seria al aire libre, en la plaza de San Pedro, en razón a que el numero de boletas repartidas superaba en tres o cuatro veces la capacidad de la basílica mayor del mundo. El hermano Guillermo, estaba allí presente con sus niñas del oratorio, todas muy elegantes, de vestido blanco y capa azul. Ellas oraban con mucha fe y el sentía su corazón vibrante de emoción ante el acontecimiento extraordinario que estaban viviendo. El Papa Pio XII pronuncio las palabras correspondientes al ritual de la canonización “En honor de la Santa e Individua Trinidad… con la autoridad del Señor Nuestro Jesucristo, de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo y la nuestra… DECLARAMOS Y DEFINIMOS que la Bienaventurada María Goretti, virgen y mártir es santa y la incluimos en el catalogo de los santos, ordenando que su memoria sea recordada con devoción en la universal iglesia, todos los años el día de si nacimiento (para el cielo), el 6 de Julio. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. La alegría no cabía en el corazón de los miles y miles de personas presentes en el magno acontecimiento; desde luego que mayor era para las integrantes del Oratorio de María Goretti, que llegaron desde el sur, no como turistas a curiosear el evento, sino como personas de fe que vinieron a celebrar la acción de gracias a Dios por aquella niña mártir que desde el cielo intercedía por ellas. Mayor fue la alegría para el Padre Guillermo y sus niñas, cuando el Papa Pio XII les dirigió un saludo particular en el que exaltaba la presencia de estas niñas danisienses en el acto de canonización de Santa María Goretti y al recibir el aplauso total de los miles de asistentes en la plaza de San Pedro, brotaron lagrimas de felicidad en el Padre y su comitiva de pequeñas valientes. El religioso capuchino Guillermo de Castellana gozo profundamente de aquel acontecimiento: “Sentí una paz tan profunda y una alegría inmensa que no podía mas que abandonarme a la voluntad de Dios”. Desde ese momento y para toda su vida, María Goretti se convirtió en la inspiradora de una gran obra de servicio educativo y promoción integral de la niñez y juventud, especialmente femenina. De regreso a Danisinni era necesario contarle a toda la comunidad los detalles del hecho maravillosos al cual habían asistido y para cumplir el objetivo, organizaron una velada de teatro en la cual se contaba paso a paso las grandezas concebidas por Dios a esta pequeña niña de Corinaldo y como el Papa Pio XII la declaro Santa.