El contexto histórico y cultural influye en el desarrollo de las corrientes de pensamiento, filosofía o psicología que predomina. La tercera fuerza de la psicología, que engloba a las teorías psicológicas y psicoterapias humanistas y existenciales, surge en los años 60, un período de crisis y transformación social en el que emergen nuevos valores. En ese momento, en Estados Unidos hay una fuerte oposición a la guerra de Vietnam, una lucha por los derechos civiles liderada por Martin Luther King, una rebelión de los jóvenes hippies contra los valores tradicionales de sus padres y de su país. En Europa se vive el mayo del 68 y la Primavera de Praga, entre otros acontecimientos. Ante esta situación social, muchos pensaron que el psicoanálisis y el conductismo eran insuficientes para ofrecer una respuesta o solución a la situación de deshumanización, ya que no ofrecían una visión lo suficientemente completa de las personas y se plantearon que debería existir otros caminos, en respuesta de, surge un nuevo enfoque psicológico que no se centrara ni en la mente ni en el cuerpo, sino en el espíritu humano. Se incluirían dentro del ámbito “humanístico-existencial” denominándola “tercera fuerza” de la psicología, en la que se incluía “ayudar a las personas sanas a estar más sanas, es decir, a alcanzar su mayor potencial”, una nueva perspectiva donde el hombre puede a aspirar a la autorrealización plena, donde las personas son supone que las personas son libres para elegir su propia existencia, dándole importancia a la causa de la conducta a través de la realidad subjetiva. (Tobías y García-Valdecasas, p.437). En ellas se encuentran inmersos modelos existenciales y humanistas, por citar algunos: Gestalt, análisis transaccional, terapia existencial, logoterapia, psicoterapia centrada en la persona y experienciales. Los mismo autores mencionan que, los cimientos de ésta “tercera-fuerza” es el existencialismo y el método fenomenológico (cualquier metodología que se centre en la experiencia cognitiva mientras ocurre, sin intentar reducir esta experiencia a las partes que la componen como aparecen o se muestran), reconociendo que es el modo de conocer la esencia y la naturaleza de ser humano, resaltando que la verdadera fuente de información válida es la propia naturaleza humana con su intelecto, ideas, experiencias e incluso instintos y sentimientos irracionales. intencionalidad con el que hacía referencia a que cada acto mental se refiere a algo exterior a sí mismo (Brentano, 1900). Se guzga, se recuera o se ama algo. Y su objetivo era aprender una experiencia psicológica integra y con significado en lugar de pensamientos aislados. Aunado a Husserl (1913) quien escribe Ideas para una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, obra que emplea la fenomenología con una doble finalidad, por un lado, mostrar el fundamento de cómo conocemos, por el otro, identificar estructuras esenciales o "experiencias esenciales" en la conciencia, comunes entre los seres humanos, mediante actitudes como la intuición y la empatía, epojé para poner entre paréntesis los elementos de la conscientes para eliminar el darle un juicio de valor a lo que se escucha, con el fin de alcanzar una actitud reflexiva. De esta manera. Quien acentúa que estas descripciones en fenomenología sólo pueden aplicarse a las experiencias subjetivas del fenómeno mismo, en otras palabras, la experiencia intacta. Japers en Castilla del Pino (1991) describe a la fenomenología, “como un estilo y método particular de recolectar información y comprenderla, método que consiste en la descripción por empatía, y que tiene el objetivo de describir tan claramente como fuera posible las diversas situaciones psicológicas tal como son experimentadas por el paciente”. Mientras que el Humanismo es un movimiento psicológico que se identifica fuertemente con una perspectiva holística, donde el individuo es un sistema motivacional unificado. La "tendencia de autorrealización" o "el ser el self que uno verdaderamente es” es lo que mueve a la persona y representan un sistema motivacional supra ordenado que organiza y unifica los demás motivos. Este motivo nuclear hacia el crecimiento, el desarrollo, además hacer lo necesario por alejarse de lo que uno no es, de la fachada, de la ocultación del self, del cumplimiento de las expectativas de los demás, la no aceptación. Rogers es uno de los representantes de la tercera fuerza en psicología, con la firme convicción de que los seres humanos son los propios arquitectos de sí mismos, por lo que desarrolló una teoría de la personalidad centrada en el concepto de sí mismo como núcleo de la personalidad, bajo la premisa de que, todos necesitamos encontrar nuestro yo real para llegar a ser tal persona, y para aceptarnos y valorarnos por lo que somos. Rogers (1961), menciona que el autoconocimiento y la autoobservación las aprendemos de nuestras primeras experiencias, las denominamos o le damos una valor desde la consideración que otros nos muestran, con sus expresiones de afecto, admiración y aceptación, y a través de la congruencia, o del acuerdo entre las experiencias que se tienen durante su existencia y de la forma de cómo nos vemos a nosotros mismos. Cabe señalar las características comunes de los distintos enfoques antes mencionados desde este movimiento existencial-humanista según la American Association of Humanistic Psycology (1961): Autonomía personal y responsabilidad social, autorrealización, orientación hacia metas y búsqueda de sentido, su concepción global del ser humano, la conducta tiene una intencionalidad, la búsqueda de la libertad y la dignidad, así como las materiales, su comportamiento está determinado por la percepción que tiene de sí (idiosincráticas), Solo se puede comprender a una persona cuando nos podemos situar en su lugar para percibir el mundo desde ella misma, a través de la experiencia inmediata y las emociones que vive la personas, el ser humano es superior a la suma de sus partes y debe ser concebido globalmente. Por lo tanto, cada persona posee de forma innata un potencial de crecimiento o una tendencia a desarrollarse y convertirse en un individuo considerado en sí mismo como un sujeto independiente y pensante, plenamente responsable de sus actos y capaz de planear, elegir y tomar decisiones respecto a su conducta (Tobías y García-Valdecasas, p.443). De estas características surge nuestro tema central, la percepción que se tiene de uno mismo o misma cada persona, como un punto medular para que logre su autorrealización. Referencias Castillo del Pino, C. (1991). Crítica a la razón psicopatológica. En Castilla del Pino, C y Ruíz Vargas, J.M. (de). Aspectos cognitivos de la esquizofrenia. Madrid, Trotta. Tobías, C. y Garcia-Valdecasas, C. (2019). Psicoterapias humanístico-existenciales: fundamentos filosóficos y metodológicos. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. [online], 29(2), pp.437-453. https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S021157352009000200010