Cultura de San Marcos Los primeros habitantes son de origen chorotega, cuya lengua era mangue, hasta la llegada de los españoles. El subsuelo de San Marcos guarda valiosos recuerdos de su historia que se manifiestan en forma de vasijas cerámicas monocromas y policromas, así como grabados rupestres. En 1820 esta localidad fue reconocida como pueblo, luego en 1905 fue elevada a villa y su rango de ciudad lo recibió el 1 de marzo de 1916. Expresiones y manifestaciones artísticas Baile tradicional La vaquita: según la historia, su fundador Manuel Escobar, alias “mito”, era de oficio hojalatero, arreglaba altares de purísimas, ajustaba el reloj de la iglesia, en cierto modo era un hombre versátil o lo que se llamaría en estos tiempos “un utility” o en buen nicaragüense un cachimberboy. A este señor se le ocurrió iniciar este tipo de baile en 1951, y todo comienza cuando Inés Barberena, que salía a cazar de noche en busca de guardatinajas se encontró con los restos de una vaca o toro que aún conservaba los cachos, los echó en un bolso y en el camino se le ocurrió llevárselos a su amigo «mito». Posiblemente ahí se le ocurrió a «mito» la idea de la vaca, quizás recordando que en Managua existía el baile de La vaquita en las fiestas de santo Domingo. El papá de «Mito» fue el que elaboró, de madera, la cabeza de la vaca. Para ese tiempo era la mayordoma de las fiestas de San Marcos la señora María Molina. Baile de la vaquita Escobar junto con su amigo Carlitos Gutiérrez (peinerito) organizaron el baile. Entre los bailarines se menciona a san marqueños muy conocidos en ese entonces tales como: Fabián Aragón (quequisque) este salía de varón; Pablo Mercado (el pato) vestido de mujer; Domingo Jarquín (el garrobo) de varón; Carlos Gutiérrez (peinero) de mujer; Jaime Ortega, de varón; José Tomás (marruco) salía de vieja; José Mercado Molina (le decían la vaca), era el sorteador. Francisco Cerda (amor desnudo) salía de la muerte; Toño Matute (cara de viejo) y un Julio, apodado como «Julio chayote». Pasando el tiempo, Escobar cayó gravemente enfermo, todos los bailantes acudían a visitarlo todas las noches, y en una de esas su hermano Santos Escobar le preguntó: ¿A quién le vas a dejar la vaca y todos sus adornos? Mito volvió a ver a todos sus amigos y dijo: “A Carlitos Gutiérrez”. Fue así como le otorgó los derechos de pertenencia de la vaca a Carlitos quien le prometió que en señal de duelo no iba a sacar el baile. Danza municipal de San Marcos Este baile salió a las calles por primera vez el 24 de abril de 1950, con el propósito de burlarse de las familias adineradas y de darle más colorido y alegría a las fiestas patronales de San Marcos y demostrar la picardía de los pobladores. Una característica de los integrantes de este baile era que tenían estrictamente prohibido quitarse la máscara o el traje frente a los espectadores, todo esto por razones de respeto; y eran hombres los bailantes -y lo sigue siendo en la actualidad-, ya que según los fundadores no se aceptaban mujeres por el respeto que se les tenía, aunque hay quienes dicen que conocieron en los años 70 a la única mujer bailante de La vaquita, la señora Aura Gómez (conocida como la negra Gómez). Leyenda La Mona: Las monas brujas desde hace mucho tiempo en nuestro municipio son espectros protagonistas de leyendas que nuestros antepasados nos narraban, estas corrían a gran velocidad por las noches, de árbol en árbol o de casa en casa para hacer daño a la gente de los por sorpresa. Durante sus ataques, hacían un ruido espantoso y escalofriante que helaba la sangre de sus víctimas y las paralizaba o las dejaba sin habla por el resto de sus vidas. Muchos son los habitantes que hoy en día aseguran que han sido víctimas de las monas brujas que suelen hacer sus fechorías en altas horas de la noche. Producción de San Marcos Entre sus productos agrícolas se mencionan; maíz, frijol, trigo, cebada, arroz, banano, plátano, caña de azúcar, cacao, etc. En lo que respecta a la producción pecuaria, aquí encontramos ganado vacuno, equino, ovino y porcino. Encontrándose por ende la elaboración de productos lácteos en algunos lugares. Idiomas Se hablan los idiomas español; mam, excepto en cinco municipios de la costa sur: Ocós, La Blanca, Ayutla, Catarina y Malacatán; y el sipacapense, en el municipio de Sipacapa. También se habla el K´iche en los municipios de Ixhiguán y San José Ojetenám. Costumbres y tradiciones Por Acuerdo Gubernativo del 16 de mayo de 1934, la feria titular de la cabecera departamental, conocida como Feria Departamental de Primavera, se celebra del 22 al 28 de abril; siendo el día principal el 25, fecha en que la Iglesia Católica conmemora a San Marcos Evangelista patrono del municipio y departamento. En este departamento se celebran varias danzas folclóricas en honor a los santos patronos de cada municipio, y entre estos bailes están: La Paach, Venados, Toritos, La Conquista, Los Partideños, Los Tinacos, El Convite, Granada, Los Siete Pares de Francia, Los Doce Pares de Francia, De Mexicanos, etc. Trajes típicos En el departamento marquense son pocos los municipios que usan trajes típicos con colores vivos y llamativos, entre ellos está Comitancillo, que es un pequeño municipio donde se habla el idioma maya mam. El huipil de Comitancillo es de color rojo con líneas amarillas y blancas, colores que simbolizan el trabajo y el sacrificio que sus antepasados han hecho por el bienestar de sus futuras generaciones y la conservación de sus tradiciones. Dependiendo del gusto de quien lo usa, se hace en telar de cintura de forma artesanal. El corte es color negro y en ocasiones azul, siempre en color sólido. Su confección se realiza en telar de pie por artesanos de Totonicapán, que lo venden en Comitancillo. En San Pedro Sacatepéquez, el color del corte que se utiliza es único en todo el país y muy fácil de identificar. Es fabricado en telar de pie con finos hilos, en colores amarillo y verde, la faja para sostener el corte se hace con los mismos colores pero con más detalles decorativos. El huipil que completa el traje tiene mangas cortas y se produce de la misma manera que en otros lugares, siempre de forma manual en telar de cintura hecho por la misma persona que lo va a utilizar. Otro huipil se usa para días festivos y por integrantes de cofradías pero no tiene muchas diferencias, más que el tamaño, pues el segundo es más largo o se utiliza afuera del corte, al contrario del primero. También se utiliza un perraje sobre los hombros, este perraje es grande y tiene muchos usos además de lo decorativo por sus americanos