EL SISTEMA EDITORIAL CUBANO Surgimiento y desarrollo del Sistema Editorial en Cuba "(...) nosotros tenemos que rescatar el valor del libro y el amor a la lectura" Fidel Castro En Cuba, si bien la introducción de la imprenta data de las primeras décadas del siglo XVIII, solo puede hablarse del surgimiento de la industria editorial después de 1959 —entendida esta como un sistema de actores y procesos, organizados a lo largo de una cadena de valor y capaces de garantizar la producción de impresos en cantidades suficientes para satisfacer demandas de miles de ejemplares y de toda una población. La ausencia de un estado nacional independiente impidió durante las primeras décadas del siglo XX el desarrollo de una industria editorial. Y es que el sector del libro no se ha desarrollado en ningún país de manera espontánea, pues ha requerido siempre la participación del Estado. Téngase en cuenta que la base que da sustento al sistema del libro, la lectura, pasa necesariamente en su formación por el sistema educativo, por lo que la industrialización y la universalización de la enseñanza han constituido factores clave en la trayectoria de las empresas y los sistemas editoriales nacionales. En nuestro país, a pesar de la existencia de autores de calidad y prestigio literarios probados, la literatura nacional permaneció huérfana de una industria editorial capaz de brindarle apoyo material y funcionar como un mecanismo de difusión para la expresión literaria hasta el triunfo de la Revolución. El desarrollo de la industria editorial en Cuba, le debe mucho a la obra fundacional desarrollada por Fidel a lo largo de todos estos años de Revolución. Para comprender bien este valor hay que hacer un poco de historia. En Cuba, antes del triunfo de la Revolución, como consecuencia de una herencia colonial, del mercantilismo burgués y de una estructura socioeconómica deforme, los escritores eran en su mayoría unos desafortunados productores de una mercancía sin mercado, pues ninguno de los gobiernos republicanos se preocupó por promover la reflexión, la poesía y el arte en sentido general. Existían, algunas imprentas particulares muy bien montadas, con los últimos adelantos para hacer libros de exquisita factura, pero si no pagaban de su bolsillo los escritores, simplemente quedaban inéditos. Una de las primeras medidas que implantó el estado fue la creación de la Imprenta Nacional; luego el Instituto Cubano del Libro y tras la existencia de la Editora Nacional de Cuba, en los albores de los años 70, comenzaron a surgir una serie de editoriales nacionales como Arte y Literatura, Ciencias Sociales, Gente Nueva, y la Editorial Oriente en Santiago de Cuba, entre muchas otras. El primer título publicado en 1959 fue El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, en cuatro volúmenes y con una tirada de 400 000 ejemplares, que se vendieron al módico precio de $0.25. Tal acontecimiento marcó la pauta de lo que sería el sistema editorial cubano, sin precedentes en la historia de nuestro país y el continente. Ese sistema editorial, junto a las reformas de la enseñanza, provocó una verdadera explosión de escritores que ahora sí tenían la posibilidad de publicar sus libros, y además, que estos llegaran a las personas a través de una red de librerías que fue creada de igual modo y sobre todo, que fueran leídos y reconocidos. En la actualidad, en Cuba hay registrados 185 sellos editoriales distribuidos por todas las provincias. Esta cifra representa los tres grupos de editoriales que existen en el país: las Editoriales Internas (7), las del Sistema de Ediciones Territoriales (22), y las Editoriales Externas (156). Grupos de editoriales que integran el Sistema Editorial Cubano El Instituto Cubano del Libro (ICL), fundado en 1967 mediante la Ley 1203, es la institución rectora de la edición, comercialización y promoción de libros y publicaciones seriadas en Cuba, así como de las relaciones del Estado Cubano con los escritores, sus organizaciones representativas y los profesionales del libro. Forma parte del Ministerio de Cultura, cuya política cultural ejerce en toda su estructura ramal, mediante el diálogo permanente y la participación activa de los intelectuales en la formulación de sus programas y proyectos. Durante más de 50 años de existencia, el Instituto Cubano del Libro se caracteriza por la consolidación de un sistema editorial sólido y coherente, la definición de los perfiles de las editoriales que buscan un adecuado balance temático, la determinación de las prioridades de los planes editoriales a partir de los intereses culturales, políticos y sociales y de las capacidades poligráficas existentes, la formulación de las líneas perspectivas de trabajo en el campo de las ediciones y de la promoción nacional e internacional del libro. Aunque su papel es de una entidad mediadora y asesora de procesos en torno al libro, se le subordinan metodológicamente, en diverso grado de subordinación, diferentes tipos de editoriales. Editoriales Internas: Las Editoriales Internas son 7, y pertenecen al Instituto Cubano del Libro (ICL). Seis, tienen su sede en La Habana y una, en Santiago de Cuba. A este organismo se le subordinan directamente siete editoriales: Editorial Nuevo Milenio, con dos sellos (Editorial Científico Técnica y Editorial Ciencias Sociales), Editorial Arte y Literatura, Editorial Gente Nueva, Editorial Letras Cubanas, Editorial José Martí, Editorial Cubaliteraria y Editorial Oriente. Editoriales del SET: Este grupo lo componen, 22, editoriales distribuidas por todo el país y responden a los Centros Provinciales del Libro y la Literatura (CPLL). Cinco de ellas surgen del proyecto de la AHS. La producción de las Editoriales del SET va más allá de sus territorios; también alistan textos que pasan a formar parte del plan especial del Instituto Cubano del Libro (ICL). Editoriales Externas: Este grupo aglutina el mayor número de editoriales (156), las que responden a diferentes ministerios, organismos y sociedades civiles. Son las que reportan un volumen productivo de significación para el país. El SET: Otro de los aportes de Fidel al desarrollo de la literatura insular fue la creación del Sistema de Ediciones Territoriales (SET)1, el cual surgió como una necesidad imperiosa a consecuencia del período especial, al deprimirse sensiblemente la industria editorial cubana a inicios de los años noventa, y como resultado se fue acumulando una enorme cantidad de libros en espera de su publicación. En el Sexto Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), celebrado en 1998, se abordó con mucha fuerza esta problemática y Fidel se convierte en el principal impulsor de la idea de crear un sistema de editoriales que abarcaran todas las provincias y dotarlas del equipamiento necesario para producir libros y dar respuesta así a la gran cantidad de escritores que esperaban por la publicación de sus obras. Fue así como se comenzó a dotar a 22 sellos editoriales repartidos por toda la geografía nacional de equipos de impresión (Risograff), computadoras, guillotinas, presilladoras y papel, entre otros medios; al tiempo que se llevaba a cabo la capacitación del personal que los operarían, así como de editores y diseñadores. El 13 de agosto del año 2000, en saludo al cumpleaños de Fidel, se presentaron los primeros frutos de este ambicioso proyecto, que ha permitido enriquecer el mundo del libro y, sobre todo, lograr una idea que al principio parecía un tanto quijotesca: que todo aquel con talento tuviera la oportunidad de publicar, y eso se cumplió de manera sobresaliente. El aporte del Sistema de Ediciones Territoriales a las letras del patio ha sido considerable. 21 años después, las estadísticas prueban el despertar de muchas expectativas creadoras y la reanimación de diversas actividades fabriles propias de la industria del libro. Entre los miles de títulos que han visto la luz se encuentran textos con una reconocida calidad y catálogos que suman talentos de todo el país, y que son la muestra de ese desarrollo y de la sabia y oportuna idea de ese gran hombre que tanto hizo por la cultura general de los cubanos. Algunos académicos la definen como una revolución dentro del mundo de las letras cubanas; otros como la historiadora Olga Portuondo Zúñiga, se atreven a detallarla como corriente lozana de sabiduría; protagonistas como Teresa Melo, fundadora de Ediciones Santiago, confían en que el programa era la pieza que faltaba en el mapa de la literatura de la isla. La mayoría coincide en que la creación del Sistema de Ediciones Territoriales (SET) constituye un suceso sin precedentes en lo que se refiere a la democratización de la cultura en la nación caribeña. Gracias a ellos, hoy son miles los títulos con tiradas que fluctúan entre los 500 y 700 ejemplares, y se comercializan, en primer lugar, en el ámbito territorial, aunque trascienden ese marco al circular durante la Feria Internacional del 1 Aunque existían algunas editoriales en provincias desde los años 90 del pasado siglo, la fecha oficial de creación de este movimiento como sistema está datada en el año 2000. Libro que se desarrolla a escala nacional, en tanto engrosan el catálogo de las bibliotecas provinciales. Con la nueva opción literaria, los lectores ganaron también, con énfasis en el acceso a esa cosmovisión territorial ausente de los libreros hasta entonces. Aspectos sociales de la vecindad inmediata, nociones relevantes de la historia y tradición cultural de las comunidades respectivas emergieron de los textos salidos de las Riso. Veinte años han servido de prueba y error de un proyecto que intenta, con sus sombras y luces, defender un trabajo más lúcido que analice las correspondencias entre conceptos como local, regional y nacional. “Llevar la aldea al mundo”, como dirían los maestros latinoamericanos de la comunicación. ¿Qué son los Centros Provinciales del Libro y la Literatura (CPLL)? En 1989, se fundaron en todas las provincias del país los Centros Provinciales del Libro y la Literatura (CPLL), generadores de un movimiento autoral considerable. En algunos de estos centros funcionaron verdaderas casas editoriales que publicaron diversos libros, folletos y plaquette. Los Centros Provinciales del Libro y la Literatura, es la institución que rectorea la edición, comercialización y la promoción de libros y publicaciones seriadas, así como de las relaciones con los autores y sus organizaciones representativas. Los CPLL, tienen la misión de promover y estimular la creación literaria en el territorio, priorizando las publicaciones y comercialización de obras de escritores del patio, favoreciendo la investigación y la difusión de los valores de la Literatura Cubana y Universal, incidiendo en la formación del gusto estético de la población. Editoriales del SET. Editoriales Provincia ENTIDAD Ediciones Loynaz Pinar del Río SET Editorial Unicornio Artemisa SET Ediciones Extramuros La Habana SET Ediciones Montecallado Mayabeque SET Ediciones Matanzas Matanzas SET Ediciones Aldabón Matanzas AHS Editorial Capiro Villa Clara SET Ediciones Sed de Belleza Villa Clara AHS Ediciones Mecenas Cienfuegos SET Reina del Mar Editores Cienfuegos AHS Ediciones Luminaria Sancti Spíritus SET Ediciones Ávila Ciego de Ávila SET Editorial Ácana Camagüey SET Editorial Sanlope Las Tunas SET Ediciones La Luz Holguín AHS Ediciones Holguín Holguín SET Ediciones Bayamo Granma SET Ediciones Orto Granma SET Ediciones Santiago Santiago de Cuba SET Editorial El Mar y la Montaña Guantánamo SET Ediciones Áncoras Isla de la Juventud AHS Ediciones El Abra Isla de la Juventud SET Total de editoriales 22 Editoriales Externas Las Editoriales Externas son aquellas que no pertenecen al Instituto Cubano del Libro o al Sistema de Ediciones Territoriales, pero tienen un volumen productivo de significación para el país, actualmente suman 156 y se subordinan a diversos organismos, instituciones y ONGs. Aunque en ocasiones pueda hacerse difícil caracterizar la producción editorial de las editoriales externas, no solo por su cantidad o particulares e intereses del organismo, institución u ONGs al que responden, se puede establecer que entre los temas más publicados están la historia, la divulgación científica y los textos de carácter político-social. Entre las editoriales externas con un mayor volumen de producción anual se destaca, Pueblo y Educación, la encargada de producir libros de texto para todos los niveles de enseñanza, cuyo objetivo primordial es engrosar los fondos de las bibliotecas escolares Las editoriales universitarias, editan gran cantidad de libros en su mayoría digitales para ser revisados o descargados en la web. Esto sirve de apoyo a la bibliografía que necesitan los estudiantes de la enseñanza superior. En años recientes, aunque a través del Plan Especial todavía el ICL potencia algunas de las producciones de las editoriales externas, muchas de ellas están financiando sus producciones a través de sus planes regulares y se ocupan de la comercialización directa de sus libros con los Centros Provinciales del Libro y la Literatura. Existe un notable desbalance en la distribución de editoriales por provincias, en La Habana, se concentra el mayor número de editoriales (128), lo que representa el 71 por ciento del total nacional. El Ministerio de Cultura (MICULT), registra el mayor número de editoriales (54), le siguen, el Ministerio de Educación Superior (MES) con 19, el CITMA (17), el MINAG (15), y el MINSAP (7). Alrededor de 35 sellos pertenecen a Organizaciones no gubernamentales. Pese a que cada vez se consideran más crecientes los afanes lectores delos diversos públicos cubanos, es evidente que la producción editorial ha decrecido en el último quinquenio, donde se registran las cifras más bajas al compararlas con la tabla histórica desde 1967. De una parte esto obedece a políticas más racionales en torno al libro tendentes a evitar las grandes concentraciones de volúmenes de inventarios ociosos, sobre todo con obra que no sean de alta demanda popular. De la otra, es necesario reconocer que, como toda nuestra sociedad en el más amplio sentido, el sistema editorial cubano ha debido enfrentar las consecuencias del bloque económico tendido a Cuba por Estados Unidos, que ya data de más de 60 años y pretende ahogar al país, no solo económica sino culturalmente. Sin embargo, la Revolución siempre ha tenido claro que la cultura y dentro de ella la lectura, el estudio son pilares en la base de la nación y en la formación de un ciudadano más integral y pleno de valores. Justamente por eso el desarrollo literario, del libro y de la lectura, continúan siendo una de las mayores prioridades del estado cubano, como meta inequívoca de un estado socialista que apuesta por el bien de todos sus ciudadanos.