COMENTARIO DE ARISTÓTELES: 1.El fragmento propuesto pertenece a la obra Física, del filósofo Aristóteles, también conocido como el Estagirita. Fue discípulo de Platón, y mostró gran admiración hacia su maestro. No tardó sin embargo en distanciarse de una manera progresiva respecto las ideas de su instructor. Podemos considerar a Aristóteles como un naturalista y realista, aunque cabe destacar que fue uno de los primeros empiristas. El tema de este texto se basa en el Empirismo y su idea principal es la defensa de los seres naturales y artificiales. Sabemos que Aristóteles fue un gran biólogo, y perspicaz observador de la naturaleza, puso en manifiesto su carácter finalista o teológico. Dicho carácter se da solo en el campo de los seres vivos, estos se reproducen, se desarrollan y tienden a seguir un curso natural hacia su fin. De este modo, se distinguen dos clases de seres: Los seres naturales (physis) aquellos que están en movimiento y en reposos y lo pueden hacer por ellos mismos como los animales y las plantas. Aristóteles tata por explicar el movimiento de las cosas y se pregunta como es posible que algo deje de ser algo para convertirse en otra cosa. Por tanto, existe un ser en potencia y un ser en acto, el acto será la actualización de este y la potencia lo que puede ser. El movimiento consistirá en la actualización de una potencia o lo que es lo mismo, el paso de potencia a acto. Dado que todos los seres naturales se encuentran en movimiento, todos son algo y podrán ser otra cosa. Todos ellos constan de potencia y acto. No obstante, los artificiales (tecne) son fruto de la técnica o el arte, es decir que tienen un principio extrínseco de movimiento, pues ellos no son capaces de realizarlo por si mismos, sino que deben de ser movidos por los seres naturales, como por ejemplo una mesa, un vestido…Sin embargo, su composición si es natural, la madera, el algodón… Ambos se engloban bajo el termino de sustancia, es el tipo primordial de ser, de existir, el primer sentido y el más auténtico en el que utilizamos la palabra ser. Para Aristóteles es sustancia la cosa concreta, lo más próximo a nosotros, y se define como aquello que existe por sí mismo, de forma independiente (como “Lucía”, “mesa” o “gato”). En este sentido, se opone a los accidentes, que son aquellos que no pueden existir por sí mismo, sino solo en una sustancia (como “verde”, “alto” o “grande”). A partir de esto podemos introducirnos en la teoría Hilemórfica de Aristóteles, según esta, toda sustancia se compone de materia y de forma. La materia es aquello de lo que está hecha la sustancia. Además, es lo que permanece cuando hay un cambio sustancial: las sustancias pueden transformarse en otras sustancias precisamente porque su materia permanece. Frente a su maestro Platón, que desperdiciaba la materia, Aristóteles le confiere un gran valor, ya que no puede haber sustancia sin materia. Por otro lado, la forma es la esencia de cada cosa, aquello que hace que sea lo que es y no otra cosa distinta. Las formas se corresponden con las Ideas platónicas, pero con la gran diferencia de que en este caso estas no pueden existir de manera separada, sino que siempre están unidas a la materia. Podemos observar un paralelismo entre la materia y la potencia y entre la forma y el acto. Para determinar la existencia de una sustancia o realidad debemos de fijarnos en las causas de esta, gracias a ellas podemos entender los cambios de la sustancia. Existen 4 tipos de causas: dos intrínsecas (material y forma) y dos extrínsecas (eficiente y final). Debido a su visión teleológica de la realidad, el Estagirita considera que la causa más importante es la final, es decir, el objetivo de algo, lo que responde a la pregunta ¿para qué? Si queremos conocer la realidad, debemos conocer sus causas, de hecho, el saber científico, se caracteriza porque investiga las causas de las cosas. De este modo mediante la abstracción, momento fundamental del conocimiento, es la formación de conceptos que nos sirven para comprender y explicar la realidad, que han de ser tan generales como sea posible. El conocimiento parte siempre de lo más particular, pues en primer lugar tenemos sensaciones de los objetos en concreto. Pero para adquirir un verdadero conocimiento de estos, debemos de ir abstrayendo de lo más común hasta llegar a la esencia universal común. Solo así podremos llegar al conocimiento científico o episteme. 2. Aristóteles plantea diferentes cuestiones filosóficas sobre el ser vivo, el estudio del ser racional y cuestiones del alma como una parte más de la ciencia biológica. De este modo, podemos apreciar como el alma toma un sentido biológico y puede considerarse como ``el principio vital´´ de los seres vivos. De acuerdo con su teoría hilemórfica, el alma se consideraría forma, mientras que el cuerpo es la materia. Por tanto, dado que no puede haber forma sin materia, no tiene sentido hablar de un alma inmortal separada del cuerpo. Aristóteles distingue entre tres tipos de alma, con distintas funciones asociadas a cada una de ellas: El alma vegetativa propia de los vegetales, el alma sensitiva propia de los animales y el alma racional exclusiva en los seres humanos, esta ultima engloba las otras dos anteriores dentro de ella. Según Aristóteles, al igual que todo movimiento natural, toda actividad humana tiende hacia algún fin (telos). Por tanto, para este filosofo existen distintos tipos de fines: Los fines como medios, son los que mueven l ser humano, pero solo como medios para conseguir otros fines, sin embargo, no se llega a culminar un fin último. Por otro lado, existen los fines últimos, son los que no están condicionados por otros y valen en si mismos. En consecuencias, debemos de determinar cual es el fin ultimo del ser humano al que estarán subordinados todos los otros fines. Si no existiera un ultimo fin que no sea medio para ninguno otro, todos los fines serian medios para otros y nos encontraríamos ante una paradoja de que los fines no son fines de nada, lo que les haría irrelevantes. Aristóteles considera que el fin (bien) ultimo que persigue el ser humano es la felicidad, por ello, su ética se considera eudemonista. La felicidad requerirá de bienes externos, pero consistirá fundamentalmente en el bien del alma, es decir el arte de la contemplación. El mayor bien para un hombre será el pleno desarrollo de aquello que le es esencial, la inteligencia; la actividad contemplativa. Será, por tanto, la virtud de la sabiduría la que le procure al hombre la verdadera felicidad, aunque debe conjugarla con las virtudes externas. Pero esta no solo se consigue con la mera contemplación, sino que el estagirita va mucho más allá, no solo es una actividad teórica sino también en la práctica, es decir en el obrar. Haciendo el bien el hombre llega a ser feliz, sin necesitar de ningún tipo de recompensa externa. Finalmente, la virtud, es la disposición permanente de obrar bien tal y como haría el hombre prudente. Aristóteles distingue dos tipos de virtudes: las éticas y las dianoéticas. Las virtudes éticas (valentía, templanza, generosidad o justicia) se refieren al comportamiento y se alcanza mediante el ejercicio, la constancia y la creación de un hábito. Además, se consideran el termino medio entre dos extremos, que debe de ser ajustado a las circunstancias de cada caso. Las virtudes dianoéticas (dianoia), por su parte, se refiere al conocimiento como la sabiduría o la prudencia