Subido por Carlos Milguel Patiño Santana

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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS
ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
CARRERA:
MAESTRÍA EN DERECHO PENAL Y DERECHO PROCESAL
PENAL CONTEMPORÁNEOS
ASIGNATURA:
CONSTITUCIÓN DEL DERECHO PENAL Y PROCESAL PENAL.
SUSTENTADO POR:
CARLOS MIGUEL PATIÑO SANTANA
MATRÍCULA:
ID-100024985
FACILITADOR:
CRISTIAN CABRERA HEREDIA
República Dominicana
25 DE ABRIL DEL 2023.
Luego de leer el acápite 3 del Tema I, titulado páginas “Limites
garantisticos”, página 58 a la 74, desarrolle un ensayo a través del
cual explique el contenido y alcance de las limitaciones que los
principios de intervención mínima y de lesividad les imponen a los
legisladores, a los jueces y al Ministerio Público en el ejercicio de
sus
respectivas
Interamericana
funciones.
de
los
Cite
Derechos
sentencias
Humanos,
de
del
la
Corte
Tribunal
Constitucional y de la Suprema Corte de Justicia que acrediten la
posición asumida.
Introducción.
En primer lugar, está el principio de legalidad que establece que no puede haber
delito ni castigo sin leyes promulgadas. Esto significa que la conducta punible debe
haber sido previamente plasmada como delito en el Código Penal y las penas
correspondientes deben estar definidas en la misma ley. Esto asegura que nadie
sea castigado por un comportamiento que no haya sido previamente tipificado como
delito por la ley. Otro principio básico es el principio de culpabilidad, que establece
que ningún acto delictivo puede atribuirse a una persona si esa persona es incapaz
de comprender la ilegalidad de sus acciones o actos de otro modo. Esto significa
que para que una persona sea señalada culpable, se debe probar que tuvo intención
propia y que pudo comprender la maldad de sus acciones.
El principio de intervención mínima y de lesividad es un principio fundamental del
sistema de justicia penal diseñado para preservar los derechos del individuo y limitar
el poder del estado para castigar. Estos principios establecen límites para los
legisladores, jueces y el sector público:
Los Legisladores: El principio de injerencia mínima limita la facultad de los
legisladores de promulgar leyes penales que tipifiquen conductas que no protejan
los derechos fundamentales y de imponer sanciones acordes a la gravedad del
delito. Además, el principio de daño requiere que los delitos estén claramente
definidos y que existan criterios claros para determinar la gravedad de la conducta
y las sanciones correspondientes.
Los Jueces: El principio de mínima intervención limita la facultad de los jueces de
imponer penas más severas de lo necesario para lograr los fines del derecho penal.
Además, el principio de daño obliga al juez a evaluar la gravedad de las acciones
del imputado y la proporcionalidad de la sanción correspondiente.
El Ministerio Publico: El principio de intervención mínima limita la facultad del
Ministerio Publico de imputar y enjuiciar a personas por delitos que no sean
necesarios para proteger derechos fundamentales legítimos. Además, el principio
de daño exige que el Ministerio de Seguridad Pública evalúe la gravedad de la
conducta del imputado y la proporcionalidad de la sanción correspondiente antes de
formular cargos.
Los principios de mínima intervención y daño son limitaciones importantes del
sistema de justicia penal diseñado para proteger los derechos individuales y limitar
el derecho del estado a castigar. Estos principios establecen límites en el
desempeño de las funciones respectivas de los legisladores, jueces y el sector
público y promueven un sistema de justicia penal equitativo y equitativo.
Los legisladores, jueces y fiscales tienen un rol importante que desempeñar para
garantizar que las intervenciones sean apropiadas y no causen daños indebidos a
las personas ni a la sociedad en su conjunto. Sin embargo, se deben considerar las
limitaciones de cada uno de estos grupos para garantizar que las intervenciones
sean equilibradas y efectivas.
Equilibrar la intervención y el daño es una tarea delicada que requiere una
cuidadosa consideración por parte de quienes están en el poder. Los legisladores,
jueces y fiscales tienen un papel significativo que desempeñar para garantizar que
las intervenciones sean apropiadas y no causen daños indebidos a los individuos o
a la sociedad en su conjunto. Sin embargo, se deben considerar las limitaciones de
cada uno de estos grupos para garantizar que las intervenciones sean equilibradas
y efectivas.
Los legisladores son responsables de aprobar leyes que equilibren la necesidad de
intervención con el daño potencial. Sin embargo, existen algunas limitaciones en su
capacidad para hacer esto de manera efectiva. En primer lugar, las leyes deben ser
claras y específicas para evitar influencias indebidas y garantizar que las
intervenciones sean específicas y eficaces. Por ejemplo, las leyes que son
demasiado amplias o vagas pueden tener consecuencias no deseadas o utilizarse
para justificar interferencias innecesarias. En segundo lugar, los legisladores deben
tener en cuenta los derechos y libertades de las personas al aprobar leyes. Si bien
la intervención puede ser necesaria para proteger a la sociedad en su conjunto, no
puede hacerse a expensas de la libertad individual. Por ejemplo, las leyes que
delimitan la libertad de expresión o reunión deben diseñarse cuidadosamente para
equilibrar la necesidad de seguridad pública con el derecho a la libertad de
expresión.
Los legisladores deben considerar la opinión pública y la consulta al promulgar
leyes. Esto asegura que los esfuerzos respondan a las necesidades de la sociedad
y no se impongan sin una buena razón. Por ejemplo, las audiencias y consultas
públicas pueden proveer información valiosa sobre los impactos potenciales de las
intervenciones propuestas y ayudar a identificar consecuencias no deseadas.
Es deber de los jueces interpretar y aplicar la ley con equidad y objetividad. Sin
embargo, existen algunos límites en su capacidad para equilibrar el compromiso y
el daño. Primero, los jueces deben seguir ciertos principios legales y precedentes
para asegurar la consistencia y previsibilidad de sus decisiones. Esto ayuda a
prevenir intervenciones arbitrarias o caprichosas que pueden ser dañinas o
ineficaces. En segundo lugar, los jueces deben ser objetivos y justos al tomar
decisiones. Esto significa que deben evitar sesgos o prejuicios y considerar todas
las pruebas y argumentos pertinentes antes de tomar una decisión. Por ejemplo, los
jueces no deben dejarse influenciar por la opinión pública o la presión política al
tomar decisiones. Finalmente, los jueces deben ejercer moderación judicial para no
interferir demasiado y causar daño. Esto significa que deben considerar
cuidadosamente el impacto potencial de sus decisiones y evitar intervenciones que
puedan causar más daño que bien. Por ejemplo, los jueces deben sopesar
cuidadosamente el impacto potencial de una sentencia en la vida de un individuo
frente al impacto potencial en la sociedad en su conjunto.
El Ministerio de Estado es responsable de enjuiciar a los infractores. Sin embargo,
existen algunos límites en su capacidad para equilibrar el compromiso y el daño.
Primero, el sector público debe ser responsable y transparente en su proceso de
toma de decisiones. Esto significa que deben poder justificar sus decisiones y
acciones y estar sujetos a control y supervisión. En segundo lugar, el fiscal debe
proteger los derechos del acusado. Esto significa que deben garantizar que las
personas no sean objeto de injerencias arbitrarias o injustas y que reciban un juicio
justo.
He aquí algunas sentencias de la Corte Americana de Derechos Humanos, la Corte
Constitucional y la Corte Suprema sobre el principio de mínima injerencia del poder
legislativo:
Sentencia de la Suprema Corte de Justicia de México sobre la Ley de Amparo
(2019), en esta sentencia, la Suprema Corte de Justicia de la Nación afirmó que los
legisladores están forzados a aplicar el principio de mínima intervención al dictar
leyes para garantizar que sean necesarias y proporcionadas y que se cumplan.
derechos humanos.
Fallo del Tribunal Constitucional español sobre la Ley de Seguridad Civil
(2015), en esta sentencia, el Tribunal Constitucional español determinó que los
legisladores tienen el deber de aplicar el principio de mínima intervención al adoptar
las leyes, y que deben demostrar de manera clara y precisa que el estado, bajo
ciertas circunstancias, interviene.
Fallo de la Corte Americana de Derechos Humanos en el caso de las hermanas
Serrano Cruz y otras. México (2018), en este fallo, la Corte Interamericana de
Derechos Humanos sostuvo que los legisladores tienen la obligación de aplicar el
principio de mínima intervención al dictar leyes penales para garantizar que sean
necesarias, proporcionadas y respetuosas de los derechos humanos.
Estas sentencias, entre otras, reflejan la importancia del principio de intervención
mínima en el ámbito legislativo y en la creación de leyes penales, así como la
responsabilidad de los legisladores de garantizar la protección de los derechos
humanos y de justificar la necesidad de la intervención del Estado en determinadas
situaciones.
El Tribunal Constitucional es el máximo intérprete de la Constitución y está
encargado de proteger los derechos fundamentales y garantizar el respeto del
ordenamiento jurídico. Uno de los principios fundamentales que guían la actuación
del Tribunal es el principio de razonabilidad, el cual se relaciona con la necesidad
de que las decisiones de los poderes públicos sean proporcionales y adecuadas
para alcanzar sus multas.
A lo largo de los años, el Tribunal Constitucional ha desarrollado una amplia
jurisprudencia sobre el principio de razonabilidad, en la que ha establecido una serie
de criterios para evaluar la constitucionalidad de las medidas adoptadas por los
poderes públicos. Algunos de los aspectos más relevantes son los siguientes:
 La medida debe perseguir un fin legítimo y estar justificada por razones objetivas y
razonables.
 La medida no puede ser arbitraria ni discriminatoria.
 La medida debe ser proporcionada, es decir, debe ser adecuada, necesaria y
equilibrada en relación con el fin perseguido.
 La medida debe respetar los derechos fundamentales, y en caso de que exista una
limitación de los mismos, debe ser proporcional y estar justificada por razones de
interés general.
En definitiva, el Tribunal Constitucional ha establecido que el principio de
razonabilidad implica que toda decisión de los poderes públicos debe estar basada
en objetivos, racionales y proporcionales, y debe estar fundamentada en la
protección de los derechos fundamentales y en la promoción del interés general.
conclusión,
Estos principios imponen a los legisladores, jueces y al Ministerio Público la
obligación de utilizar el derecho penal de manera prudente y expuesta, impidiendo
la criminalización excesiva y centrando la atención en las conductas que realmente
son peligrosas para la sociedad, en conjunto, estos principios buscan evitar el uso
indiscriminado
del
derecho
penal,
así
como
la
imposición
de
penas
desproporcionadas o necesarias, y garantizar una aplicación justa y equitativa de la
ley penal.
En resumen, los principios de mínima injerencia y daño limitan el derecho del Estado
a imponer sanciones penales y exigen a los legisladores, jueces y sector público la
cautela y el respeto de los derechos y libertades esenciales de los ciudadanos.
Bibliografía:

Naciones Unidas, Defensas por violaciones manifiestas de los Derechos
Humanos y infracciones graves del derecho internacional humanitario,
Naciones Unidas, Ginebra (12 de julio de 2019).

Universidad Diego Portales. (2019). Informe anual sobre derechos humanos.

Naciones Unidas, Plan de artículos sobre el compromiso del Estado por
hechos internacionalmente ilícitos, Naciones Unidas, New York y Ginebra (9
de agosto de 2001).

Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso López Álvarez vs.
Honduras. (2006).
Anexo;
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