Subido por Rocio Vitorino

RESUMEN TEORIA DE LOS ESTILOS UNIDAD 4 - UNA CRITICA DE ARTES

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MARX
La explicación también determinista del arte y su forma, su estilo, pero con otro determinante:
la organización económica y su grado de desarrollo (la base económica con su distribución de
la propiedad de los medios de producción). Base que determina, como reflejo o en última
instancia a la superestructura donde podemos hallar al Estado, al sistema jurídico de una
sociedad, a su arte, etc.
El “hombre” vive alienado en esta estructura:
“En la producción social de su existencia, los hombres establecen determinadas relaciones,
necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a un
determinado estadio evolutivo de sus fuerzas productivas materiales. La totalidad de esas
relaciones de producción constituyen la estructura económica de la sociedad, la base real sobre
la cual se alza un edificio jurídico y político, y a la cual corresponden determinadas formas de
conciencia social. El modo de producción de la vida material determina el proceso social,
político e intelectual de la vida en general. No es la conciencia de los hombres lo que
determina su ser, sino, por el contrario, es su existencia social lo que determina su
conciencia.”
El otro aspecto, de sumo interés, es el del desarrollo del arte y su aparente desfase con
respecto al desarrollo económico de las sociedades. Marx se hace cargo de lo que puede
parecer una contradicción teórica: que mientras el desarrollo económico es positivo -el
capitalismo es superior al sistema de producción feudal, pero inferior al comunista que es el
que debía superarlo por las propias contradicciones internas del sistema capitalista- el
desarrollo del arte, desde la Antigüedad hasta su época (la de Marx), parecía seguir un
desarrollo inverso:
“En lo concerniente al arte, ya se sabe que ciertas épocas de florecimiento artístico no
están de ninguna manera en relación con el desarrollo general de la sociedad, ni, por
consiguiente, con la base material, con el esqueleto, por así decirlo, de su organización.”
Leerán en Marx, que este desarrollo del arte, aparentemente inverso con respecto al económico
social, sin embargo se corresponde con él.
No lo dice así Marx (su fragmento), pero él (este) nos está señalando que el desarrollo de la
base material de una sociedad afecta a la producción artística de una manera distinta a
cómo afecta a su consumo.
HEGEL
El objeto del Arte es “revelar a la conciencia humana los intentos superiores del espíritu”,
es claro que este fue relevado históricamente en su función primero por la Religión y luego por
la Filosofía. Luego, los estilos severo, ideal y gracioso que experimentan cada arte (en
correspondencia con las formas simbólica, clásica y romántica), dan cuenta de un
movimiento humano de búsqueda de la “verdad”:
Desde este momento [el término final de la época romántica] se revela para la inteligencia
humana la necesidad de crearse, si quiere comprender la verdad, formas más elevadas que las
que el arte es capaz de ofrecerle”
Para Hegel, en el desarrollo de los estilos, el hombre, como actor, es fundamental. Pero se
trata de un hombre en una búsqueda, no librado a sí mismo.
Si como dice Hegel, el movimiento descrito por estilo severo, ideal y gracioso responde a que:
Las artes tienen un comienzo, un crecimiento, una perfección y un fin; crecen florecen y
degeneran.
Por ello, hablando del estilo gracioso, y de su extensión, el “estilo efectista”, dice:
“Los franceses, principalmente, trabajan en este género que halaga al espectador, que es
agradable y produce efecto. Han cultivado esta manera frívola, agradable de complacer al
público, como lo esencial, porque buscan el valor principal de sus obras en la satisfacción de
los demás; quieren ante todo interesar, producir impresión. Nosotros los alemanes, por el
contrario, nos fijamos demasiado exclusivamente en el fondo de las obras de arte. Satisfechos
de la profundidad de nuestra idea, los artistas se preocupan poco del público, que debe
proveerse a sí mismo, someter al tormento su ingenio y salir de la dificultad como le agrade y
como pueda. “
Aquí Hegel introduce en su reflexión, para su contemporaneidad, una forma del desfase
entre producción y reconocimiento: entre la búsqueda artística y su lectura social, entre el
desarrollo artístico productivo con su lógica y el desarrollo de formas de consumo de los
mismos que tiene otros ritmos, otras búsquedas, otras lógicas y tiempos.
RIEGL
Riegl critica esta vision impulsada por Semper y sus seguidores: Explicacion del estilo
material/tecnica. Se trata de otra explicación determinista, la que encuentra las razones de la
forma del arte en cada momento histórico en el avance alcanzado por la técnica.
Riegl también se diferencia de las ideas de William Henry Goodyear. En particular se refiere a
una obra de 1891, que estudia la ornamentación vegetal, y en particular el desarrollo de la
ornamentación del loto en el antiguo Egipto. Le elogia el ocuparse de la ornamentación, una
práctica artística relegada por la teoría y la historia, pero le critica su intento de extender más
allá de Egipto la explicación que propone, y la propia lógica de esta explicación: el carácter
simbólico (en este caso del loto, el culto al Sol).
Frente a las explicaciones de Semper (o de los semperianos) y de Goodyear, Riegl defiende
una lectura “psico-artística” de la evolución de los estilos. Con esta perspectiva deben leer
su sentencia:
“Allí donde el hombre, a ojos vista, ha seguido un impulso de creación artística inmanente,
Goodyear hace reinar el simbolismo -de la misma manera que los materialistas del arte, la
técnica-, cayendo en una finalidad causal y muerta.”
Retengan aquí el carácter “inmanente” que defiende (como explicación) y la crítica a la
“finalidad causal” externa que son las explicaciones simbólicas y materiales.
“Frente a esta concepción mecanicista [la de Semper] de la esencia de la obra de arte he
mantenido en mis Stilfragen [Problemas de estilo] una concepción teleológica -siendo, según
creo, el primero en ello-, descubriendo en la obra de arte el resultado de una voluntad artística
(Kunstwollen) determinada y consciente de su objetivo, que se impone en pugna con el objetivo
utilitario, la materia y la técnica. A estos tres últimos factores ya no les corresponde aquel papel
positivo y creativo que les atribuía la llamada teoría de Semper, sino más bien un papel negativo
y que actúa como freno, constituyendo algo así como los coeficientes de rozamiento dentro del
producto final.”
Esa “voluntad artística”, consciente, suerte de “psicología-artística”, es el tipo de explicación
que propusieron y defendieron tanto Riegl como Heinrich Wölfflin. Se trata, en primer lugar,
de una explicación de la evolución del arte interna al arte. La explicación es, podría decirse,
plástica (ni material, ni simbólica); no responde a una finalidad externa al arte, es
consecuencia de una búsqueda interna del arte. No es determinista: es consciente,
“voluntaria”, donde lo externo es, en oportunidades, un “freno” a esa kunstwollen. En tercer
lugar, está presente en todo el arte, en todas sus manifestaciones: la ornamentación, el arte
industrial; no sólo en la pintura, la escultura, la arquitectura. Es una “voluntad” que alcanza
tanto a las obras con firma como a las sin firma. Y en segundo lugar, es una kunstwollen del
arte, no de los artistas.
En Riegl, del concepto de kunstwollen se deriva una “concepción de la evolución de la
historia del arte como un desarrollo lineal y continuo”. Que no significa que sea universal
(recuerden la crítica que le hace a Goodyear), sino que cada región cultural hace su propio
recorrido. Por ejemplo, en Oriente, según Riegl, el arabesco habría evolucionado de manera
contraria al acanto, hacia una esencialidad “antinaturalista y abstracta”(Riegl). Wölfflin
también señala la existencia de las diferencias regionales/ nacionales:
“Ya es hora de que no se haga la presentación histórica de la arquitectura europea dividida
solamente según lo gótico, lo renaciente y lo demás, sino por fisonomías nacionales, las cuales
no se borran del todo, a pesar de los estilos importados a ellas.” (Wölfflin)
WOLFFLIN
Plantea que el estilo artístico tiene una “doble raíz”:
a) el temperamento del artista, su estilo personal, junto con los estilos de “escuela, país y
raza” y de la época:
“Con los esquemas de los tres ejemplos de estilo, individual, nacional y de época, hemos
aclarado los fines o propósitos de una historia del arte que enfoca en primera línea el estilo
como expresión: como expresión de una época y de una sentimentalidad nacional como
expresión de un temperamente personal.”
b) y el modo de representación, que es lo que le interesa historiar a Wölfflin:
“[...] se descubre en la historia del estilo un substrato de conceptos que se refieren a la
representación como tal, y puede hacerse una historia evolutiva de la visualidad occidental en
la cual las diferencias de los caracteres individuales y nacionales ya no tendrían tanta
importancia.”
Wölfflin identifica y describe dos formas de representación: el pictórico (“ver en manchas”) y
el lineal (“en líneas”); dos “lenguajes distintos, en los cuales se puede decir todo lo posible”
Aunque habría históricamente una evolución “espontánea” desde la manera (estilo) lineal a la
pictórica. Wölfflin ejemplifica ella en el pasaje del siglo XVI (estilo clásico) al siglo XVII
(estilo barroco). Y al hacerlo identifica cinco dimensiones formales, en las cuales observa los
siguientes movimientos:
i) de lo lineal a lo pictórico (tal como ya fue señalado: delimitación lineal y marcada de las
figuras/delimitación difusa -“manchas”- de las figuras)
ii) de lo superficial a lo profundo (de la construcción de la profundidad por “salto” de planos,
a la utilización del escorzo)
iii) de la forma cerrada a la forma abierta (de la “completud” de lo representado, a lo
representado como “parte” de una unidad mayor que la excede)
v) de lo múltiple a lo unitario (de lo representado como suma de unidades autónomas
ensambladas, a partes no autónomas y subordinadas al conjunto representado)
v) de la claridad absoluta a la claridad relativa (de una intelección autónoma de los detalles, a
una intelección de los detalles por su relación con el conjunto).
En Wölfflin esta caracterización del estilo como “lenguaje” es explícita:
“El arte, a través del tiempo, trae a representación, naturalmente, asuntos muy diversos; pero
esto no es lo que determina el cambio de su apariencia: el lenguaje mismo varía en su gramática
y sintaxis. “
En Wölfflin los dos “lenguajes” descritos, el clásico (táctil) y el barroco (óptico), no se
circunscriben a épocas históricas únicas, sino que atraviesan toda la historia del arte. El pasaje
de uno a otro ocurre como un “eterno” retorno, que por supuesto conlleva un problema, el por
qué del “retroceso”. Pero, para Wölfflin, no corresponde hablar de retroceso: “la imagen de un
movimiento en espiral es lo que se acercaría al hecho real.”
En ambos autores -WOLFFLIN Y RIEGL- los estilos son presentados como lenguajes, y
con una voluntad interna de transformación.
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