Políticas y reformas - Secretaría de Educación Jalisco

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EL SISTEMA EDUCATIVO Y LA ESCUELA EN LA IMPLEMENTACIÓN DE
POLITICAS Y REFORMAS PARA LA EDUCACIÓN.
Juan Alberto Ramírez Valdez*
De manera progresiva construiremos una
Escuela de calidad sustentada en la equidad
Social. Al niño, adolescente y joven que no
tienen el privilegio de nacer o vivir en un
ambiente de cultura, civilidad y saber, la
educación pública tiene el deber absoluto de
proponerle aquello que su familia no puede
darle. La escuela se convierte así en el único
contrapoder cultural que pueden compartir
todos los niños, adolescentes y jóvenes.
Jack Lang
En las políticas estatales se establecen las directrices para asumir con todos los
recursos disponibles el diseño, operación y evaluación de políticas educativas que
conformen en el Sistema Educativo una estructura organizativa al servicio de la
escuela toda vez que, la escuela de Educación Básica es la célula del Sistema
Educativo.
Para cumplir esta justa, las autoridades educativas, desde su ámbito de
competencia deben negociar, acordar y generar las condiciones materiales y
financieras que hagan al sistema educativo capaz de afrontar las necesidades
materiales, financieras, laborales y políticas que propicien la mejora contínua, en
un clima de oportunidad con garantía de la eficacia y eficiencia en la respuesta.Y
por consecuencia buscar el establecimiento de las condiciones operativas en los
centros escolares que permitan realizar eficazmente la tarea educativa.
Se puede considerar que, la parte importante de una reforma educativa se cumple
al renovar el Currículo y desarrollar los Planes y Programas, así como las
orientaciones y propuestas didácticas que posibiliten el trabajo en el aula. Pero el
trabajo aún no esta hecho. Cabe entonces la pregunta, ¿Existen, en la estructura
del Sistema Educativo y de la escuela, las condiciones para operar y esperar
resultados de una Reforma en Educación Básica?
Para dar respuesta podemos poner atención en las acciones de convergencia en
ambos ámbitos y reconocer áreas de intervención para la mejora.
*
Maestro en Terapia Guestalt e Investigación Educativa. Asesor Técnico en la Coordinación de Educación Básica, de la
SEJ.
1
ACCIONES CONVERGENTES Y ÁREAS DE INTERVENCIÓN PARA LA
MEJORA EN EL SISTEMA EDUCATIVO Y DE LA ESCUELA.
Las principales acciones convergentes que habremos de abordar son: Planeación
del Desarrollo y Programas de Intervención en tres aspectos fundamentales: su
organización, sus condiciones y sus recursos.
PLANEACIÓN DEL DESARROLLO.
Por lo que se refiere a la Planeación del Desarrollo el Sistema Educativo debe
reunir los datos que le aportan el diagnóstico, que con cada cambio de gobierno
se hace a las Secretarías de Estado a fin de establecer las principales líneas de
desarrollo y hacerlas converger con las del Programa Nacional, así como las
evaluaciones externas a fin de poder establecer áreas de intervención específicas
de los diversos niveles y sectores que conforman el Sistema de manera que,
surjan programas congruentes con las necesidades y requerimientos de la
escuela. Así mismo, propiciar el establecimiento de criterios, formas y
procedimientos de evaluación que permitan, con oportunidad, reorientar las
acciones emprendidas.
Queda claro, por las políticas emergentes para la atención de los preescolares y
los alumnos de toda la Educación Básica, que uno de las aspectos lábiles de las
políticas educativas es la Planeación del Desarrollo puesto que las exigencias
sociales inciden de manera que, propician el surgimiento de políticas emergentes,
sin sustento legal, pero legítimas, que afectan organizativa y presupuestalmente al
Sistema Educativo. Encontrar la congruencia entre políticas y operación del
Sistema Educativo es una de los retos actuales en todos lo niveles de gobierno.
Es pues la Planeación del Desarrollo, que pondere la población, la demanda, la
matrícula y el crecimiento de la demanda a corto, mediano y largo plazo, un área
que requiere intervención urgente para que podamos decir que llevamos una
organización y potenciamos una estructura del Sistema Educativo que responde y
responderá a las demandas sociales.
El colectivo, como modalidad de trabajo en los ámbitos políticos, administrativos y
todos los relacionados con la educación, la salud y la cultura, que son
obligaciones del Estado, es un requerimiento para crear congruencia entre
deberes, haceres y presupuestos públicos.
Las urgencias siempre serán muchas, pero se acaban con la prevención y la
previsión y éstas se sujetan prioritariamente a la Planeación del Desarrollo. En
estos tres ámbitos fundamentales de la responsabilidad pública en los que hay
enorme preocupación es menester indispenable prever y prevenir, de manera que,
se cuente con los datos e instrumentos que muestren el estado de la cuestión y
las necesidades presentes y futuras.
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Se asume entonces que una Reforma en la Educación no debe circunscribirse
sólo al ámbito curricular y pedagógico, sino que debe incluir también un énfasis en
las líneas de renovación de las condiciones para el gobierno y funcionamiento de
las escuelas, la formación inicial y contínua de los docentes, así como nuevos
enfoques y marcos de actuación para la gestión del Sistema Educativo y la
gestión de las escuelas.(1)
Por lo que se refiere a su organización, coincidente con la escuela, el Sistema
tiene como área de intervención el trabajo sobre los criterios, formas y
procedimientos de evaluación, que es materia pendiente desde hace más de 10
años y sobre la que se ha ido fluctuando en constantes dilemas entre la
generalidad frente a la especificidad, la distinción entre lo pedagógicoorganizacional y lo estrictamente laboral y entre conservar y transformar.
En relación con estos binomios, dilemas; aún se hace notar que la construcción
de una propuesta que sea lo suficientemente amplia como para que toda escuela,
aún en su diversidad, sea considerada en la explicación de los elementos de
referencia para su funcionamiento y gobierno, sigue siendo una incisión difícil de
suturar pricipalmente por los indices de inequidad que prevalecen en la
distribución nacional y regional del presupuesto para la transformación de la
escuela, la formación docente, el desarrollo social y sobre todo por la visión que se
tiene de la educación sólo como un gasto y no como una inversión.
Para dar respuesta a esta materia, las condiciones de atención, presupuesto,
seguimiento y evaluación que debe asumir la educación, desde la escuela y en la
política educativa, han de transformarse para llegar a ser considerada una
inversión para el desarrollo del país. Sin embargo, aún permanecen en la
indefinición, a causa de una cultura de la evaluación inoperante, que sólo refleja lo
que desde evaluaciones externas, por las condiciones y resultados educativos,
pueden esperar que se haga en el país pero, desde el interior la carencia de
honestidad y transparencia, en las aulas y hasta en las instancias políticas y
administrativas, derivan en una falta de compromiso y una visión pobre sobre la
importancia de la educación para potenciar el desarrollo.
Esto es, identificar para transformar los elementos relacionados con la estructura,
organización y funcionamiento del Sistema, como un proceso dinámico y frecuente
apoyado en los datos que aporte el seguimiento y la evaluación. Entonces las
tareas propias de los funcionarios serán orientar y organizar las acciones
educativas de manera que se impacten las acciones escolares, con constantes
revisiones y ajustes periódicos.
En suma, habremos de reconocer que las normas y mecanismos que regulan la
educacion y la vida cotidiana de las escuelas, se han quedado a la zaga y que es
necesario dirigir la atención hacia ellos para hacer que respondan a las
necesidades actuales del sistema, y por ende, de los estudiantes, maestros,
directivos y personal de apoyo que integra el Sistema Educativo. Posibilitar la
creación de normas que cuiden la salud de las intituciones. La normatividad, como
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intrumento de política, ha de verse como un elemento dinámico que impulsa y
favorece los procesos y acciones para la equidad y la calidad en el Sistema y en la
escuela. (2)
Por otra parte, el marco de la complejidad laboral ha exigido, materia pendiente,
atender la eficacia en el gobierno y funcionamiento del Sistema de manera que, al
atenderlo no se convierta en un obstáculo para que las personas que lo integran
ingresen a procesos de mejoramiento e innovación que mantengan el dinamismo
hacia el cumplimiento de la Visión y Misión institucionales.
Y para completar estos aspectos, el dilema entre conservar y transformar debe
tener como principal punto de referencia la atención a la diversidad y el carácter
social de la educación, de manera que el conocimiento producido por las Ciencias
Sociales y por la Investigación Educativa tengan incidencia en la toma de
desiciones al respecto.
Así, mantener en evolución la conciencia de la diversidad social y de la
complejidad de la realidad humana, social y educativa, insistiendo en la valoración
de la diversidad como una oportunidad para el desarrollo que puede aprovecharse
como riqueza y abre posibilidades para alcanzar las metas educativas propuestas.
El campo de intervención para la mejora en el Sistema consiste entonces en
realizar acciones para aumentar la capacidad del Sistema, y por ende de la
escuela, de cooperación para la solución de situaciones que privan entre lo
educativo y lo escolar, lo individual y lo colectivo, lo pedagógico y lo laboral.
PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN.
El punto de partida es la política y en ese sentido es claro que existen
instrumentos de política educativa tanto como instrumentos de micropolítica de la
escuela.
Para referirnos a los instrumentos de política educativa los reconoceremos como
el conjunto de lineamientos, orientaciones y criterios destinados a facilitar el logro
de las finalidades que sustentan la relevancia, eficacia, eficiencia, impacto y
equidad de las desiciones que se adopten en materia educativa y de las acciones
que se emprendan con la finalidad de atender o modificar los insumos, productos y
procesos de un Sistema, de una institución.(3)
Así, los instrumentos de micropolítica son todos aquellos que se producen para
definir las normas, formas y procedimientos para conducir el proceso y los
productos de la escuela. El funcionamiento y gobierno de cada escuela debe ser
congruente con las políticas nacionales, de la entidad y de manera convergente
con el Sistema. En la escuela los instrumentos de micropolítica son el proyecto
escolar,el programa anual y el reglamento interior de la escuela, además del
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instrumento que se utilice para la planeación de la enseñanza en el que se
incorporan las políticas de implementación del currículo.
La materia pendiente al respecto de los centros escolares es el trabajo de
consolidación sobre la construcción del liderazgo académico del directivo, como
contenido de la política educativa , sobre el cual descansa la responsabilidad
compartida de los resultados educativos de los alumnos y la consolidación de las
relaciones de colaboración de los docentes y alumnos entre sí y con el entorno
social de la escuela, que fortalezca el compromiso con el mejoramiento continuo
de los procesos y los resultados educativos.
De manera concreta, la redefinición de los lineamientos operativos para el ejercicio
de la función directiva y la toma de desiciones, en proceso, posibilita una gestión
para el establecimiento de las condiciones de desarrollo escolar y profesional que
aseguren el óptimo funcionamiento de la escuela.
Por lo tanto, la escuela como entidad perteneciente a un Sistema con prioridades y
normas de operación, que influyen en la constitución de sus relaciones prácticas,
requiere de los cambios del Sistema para que se impacten sus procesos y se
modifique el ejercicio de las funciones profesionales de cada uno de los actores
escolares. Habrá de considerarse que las escuelas son diversas y únicas a la vez,
no sólo por su dimensión o por el contexto en el que se sitúan sino que , además
porque sus actores tienen formas particulares de relación y formas diversas de
asumir la tarea profesional, normas implícitas, tradiciones y costumbres que
matizan los procesos y acciones escolares con distintos ritmos e intensidades de
apropiación y ejecución.
La fortaleza de las acciones y su decidido impacto han de tener como línea el
desarrollo de programas y acciones encaminadas a atender, en todos sus ángulos
y vertientes, los aún latentes problemas con la calidad y la equidad, generando
oportunidades educativas tales como: suficiente personal para las necesidades de
cada escuela, mayor cantidad y calidad en libros de texto y materiales atendiendo
a la movilidad docente y estudiantil, suficientes espacios para la educación y la
cultura y énfasis en programas sociales y compensatorios para la población en
situación de desventaja económica, social y cultural. Así mismo, ponderar la
reforma de la formación inicial y permanente de docentes, desarrollar e incorporar
mecanismos de evaluación para la mejora de la calidad en el servicio y la
implementación de proyectos de intervención en la gestión educativa y escolar que
propicien el abatimiento de la burocracia, el nepotismo y otros vicios
administrativos.
Los datos del censo de población, tanto como los resultados educativos, ponen de
manifiesto que las necesidades y los rezagos son materia urgente de atención en
educación y cultura si, como país, deseamos alcanzar niveles competitivos de
desarrollo. Los indicadores de alerta son tales como que en el año 2000 sólo el
43% de la población en edad escolar de secundaria contaba con algún grado de
ésta y solo el 31% habían completado estos estudios. En 2001 solo el 86.3 % de
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los estudiantes de primaria lograron concluirla y el rezago educativo nos habla de
un 72% en comunidades con menos de 2 500 habitantes y en las ciudades era
del 32%.
Es claro que estos datos reflejan necesidades de transformación y revisión de las
acciones emprendidas y de los resultados detectados así como de la
implementación de programás más eficaces al respecto dado que, incluso, los
resultados de la prueba de estándares nacionales siguen evidenciando rezago y
falta de dominio en la comprensión lectora y las habilidades lógico matemáticas,
elementos básicos de la formación de los estudiantes y a los que se ha prestado
gran importancia en los ultimos 14 años, desde la transformación de la educación
resultado del Acuerdo Nacional para Modernización de la Educación Básica y
Normal.
Sirva esta última referencia para poner de manifiesto que la Educación Básica y la
Formación Inicial de Docentes, que se ejerce en las escuelas Normales, se
implican y conforman un binomio que, de mantener congruencia, harían de la
Educación Básica un servicio eficiente y eficaz en el desarrollo de las
competencias básicas en los estudiantes. Es tarea en proceso la congruencia en
la formación docente, tanto inicial como permanente, de manera que se responda
a las necesidades de la Educación Básica. Sobre todo, se habrán de reconocer las
múltiples necesidades pero más aún la diversidad de condiciones que hacen cada
necesidad particular y aunque, la formación en colectivo aparece como una opción
de formación contínua más eficaz que impacta de manera directa el aula, es claro
que aún no se generan las condiciones ni de infraestructura, ni de recursos, ni de
opciones de formación y menos aún de recursos materiales, técnológicos y de los
tiempos necesarios para que esta opción sea operativa.
Se conoce la reforma de los planes y programas para las diversas modalidades de
la educación Normal pero, al igual que con el Sistema, no se han construido las
condiciones, materiales, de formación y laborales que hagan operar con apego a
los enfoques, métodos y recursos los contenidos de las materias de estudio así
que, se sigue trabajando con métodos y recursos tradicionales intentando aplicar
nuevos enfoques, planes y programas.
La estructura organizacional de las Escuelas Normales y de los Centros para la
Formación Contínua de los Docentes no logran aún configurarse como un Sistema
que responda, desde la formación, a las necesidades profesionales de los
docentes ni a las necesidades educativas de la población de Educación Básica.
Tanto al docente que culmina su formación inicial como al docente en ejercicio le
hacen falta recursos profesionales materiales y tecnológicos para operar los
planes y programas de estudio de la Educación Básica.
Los aspectos políticos que se encuentran detrás de los hechos antes
mencionados refieren que existe el convencimiento de que los problemas de
equidad en la educación son consustanciales al funcionamiento del propio sistema
educativo de manera que en su funcionamiento inercial, el sistema, es factor de
sostenimiento de la injusticia en educación pues, por ejemplo, los mejores
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recursos económicos, materiales y humanos se designan en las regiones de fácil
acceso al igual que los servicios con mayor calidad. Así mismo, el acceso de la
población a los servicios está condicionada por el gasto que el Estado designa a la
educación, por el peso específico de otros factores en la distribución del gasto
antes que la igualdad de oportunidades.(4)
Aquí, la materia pendiente implica desarrollar y operar las acciones administrativas
y técnico-pedagógicas que lleven de forma real a hacer de la evaluación un
instrumento de mejora de la calidad y de la rendición de cuentas, la determinación
clara de la responsabilidad sobre la educación de todos sus actores; la
responsabilidad sobre el financiamiento de la educación y la participacion
comprometida de la sociedad en su seguimiento, eficacia y transparencia.
El reto implica definir una nueva normatividad específica, congruente con las
políticas y normas del Sistema, dirigida a regular la vida cotidiana en las escuelas
de Educación Básica y del Sistema donde se reconozcan las condiciones y
factores existentes, se prevean escenarios futuros y se realicen acciones de
innovación con base en ambos, tomando sólo lo pertinente para dar respuesta a
las necesidades.
En suma, estamos hablando de que la generación de regulaciones no tuvo el
avance tan dinámico como lo tuvo el Sistema por lo que se hace necesario
elaborar nuevas normas que regulen el funcionamiento de las escuelas y del
Sistema Educativo en su conjunto a fin de poder enfrentar el contexto actual y las
necesidades sociales imperantes en materia de educación.
Considerando entonces las áreas de intervencion descritas, se hace evidente que
para que la educación sea pertinente a las necesidades de los alumnos y sea
relevante a las exigencias de la sociedad se requiere, además de una propuesta
curricular adecuada, una organización y un funcionamiento que contribuyan a que
las escuelas cumplan sus objetivos, un sustento legal y un presupuesto que
favorezcan las mejores condiciones para el trabajo docente y la transformación de
la cultura escolar.
Así, una Reforma Educativa debe contener la expectativa de que en sus
resultados manifieste que en cada escuela el docente, el directivo y la comunidad
escolar en conjunto asuman de manera colectiva la responsabilidad por los
resultados educativos de todos lo alumnos y analice el sistema de relaciones de
colaboración entre sí y con el entorno para dar marcha y comprometerse con el
mejoramiento continuo de la calidad de la educación.
Entonces desde el aula a la escuela y al Sistema y visceversa, los diferentes
niveles de organización somos responsables de que los recursos en ejercicio se
encuentren en el sitio y en el momento oportunos, para impactar la calidad del
trabajo cotidiano y se distribuyan de manera equitativa, reto que requiere de todo
nuestro compromiso y atención.
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1
S.E.P.
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2 S.E.P.
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3 S.E.P.
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S.E.P.
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