0 EL SUEÑO DE LAS ROSAS Y ESPINAS (AGUSTÍN DE LA TORRE) OBJETIVOS: -Tomar conciencia de que la vida entendida como camino, está llena de placeres y sufrimientos, en muchos casos sobrevenidos y en otros elegidos. De la forma en que asumamos, rechacemos, aceptemos, canalicemos o aprendamos dichas situaciones, dependerá nuestra felicidad y la de quienes nos rodean…y no precisamente en ese orden. -Descubrir o redescubrir nuestro talento. Buscar fórmulas actualizadas para ponerlo al servicio de los demás. -Aceptar que la elección de un camino vocacional y evangélico implica necesariamente “complicar” nuestra existencia. Siempre con la fe en la providencia, la esperanza de alcanzar la plenitud y la tarea prioritaria de amar por encima de todo. SINOPSIS Este no es un tema “normal”. Entendiéndose como normal un tema que puedas leer, reflexionar, compartir…y olvidar. Al menos, no debería serlo. Me gustaría que tratases de exprimirlo y hacerlo tuyo. Mucho más me gustaría que, cuando terminases de leerlo, vieras tu vida desde una perspectiva diferente; te cuestionases verdades absolutas o relativas sobre las que has asentado tu vida y tu vocación; que algo en tu seguridad diaria se quebrase. Ojo, no te deseo nada malo, al contrario. Estoy convencido de que, para mejorar, hay que agitar, remover, cuestionar. No hay nada menos cristiano que una charca estancada y más que un mar embravecido. Y para ser coherente con lo que predico o pretendo, voy a tratar de no escribir grandes parrafadas llenas de alardes lingüísticos o citas eruditas que te provoquen un esfuerzo mental agotador y, lo que es peor, te acaben aburriendo. Por tanto, lo dividiré en cinco bloques con preguntas y propuestas SENCILLAS y DIRECTAS que podrás usar en tu reflexión personal, ideas breves basadas en mi experiencia, canciones y, como no podía ser de otra forma, dibujos. El lápiz es mi mejor forma de expresión y no puedo, ni quiero, renunciar a ello. Si ocurre que lo trabajas hasta el final y, cuando llegues a casa, continúas rumiando alguna de las cosas que has leído, escuchado o visto en los dibujos, para mi será suficiente. Especialmente si te ayuda a dar un paso adelante en ese camino de rosas, repleto de espinas que, inevitablemente, conduce al Paraíso. 1 REFERENCIAS EVANGÉLICAS Referencias principales: • Marcos 5, 36 “No temas, basta que creas” • Romanos 5, 3-4 “Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la constancia; la constancia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza.” -Otras referencias relacionadas con el tema, por si quieres profundizar y te sirven para tu oración: -Antiguo testamento: -Nuevo Testamento • • • • • • • • • • • • • • Isaías 61,1 Isaías 40,31 Salmos 34,19 Salmos 121, 7-8 Salmos 42, 11 Salmos 31,24 Miqueas 7,7 Mateo 10,38-39 Mateo 11,28 1 Pedro 2,21 1 Pedro 5, 10 Romanos 8,18 1 Corintios 25 2 Corintios 4,17 2 REFERENCIAS DE TEXTOS DE LA IGLESIA PARA LA ORACION PERSONAL O LA ORACION EN GRUPO • • Encíclica “Laudato si” 25 mayo 2015 Carta del Papa Francisco sobre la esperanza. Audiencia General 20 septiembre 2017 DESARROLLO: Dado que el título del tema no genera ninguna duda en su relación con uno de los más famosos sueños de Don Bosco y, para no contaminar su relato, creo necesario comenzar por su lectura. Un sueño que, una noche de 1864 narraba a los primeros salesianos y que había tenido muchos años antes: “Un día del año 1847, después de haber meditado acerca de la manera de hacer el bien a la juventud, se me apareció la Reina del Cielo y me llevó a un jardín encantador. Había un largo pasadizo lleno de rosas. Enredaderas cargadas de hojas y de flores envolvían y adornaban las columnas, trepando hacia arriba, y se entrecruzaban formando un gracioso toldo. Después del pasadizo había un camino hermoso sobre el cual, a todo el alcance de la mirada, se extendía un jardín colgante encantador, rodeado y cubierto de maravillosos rosales en plena floración. Todo el suelo estaba cubierto de rosas. La bienaventurada Virgen María me dijo: – Quítate los zapatos. Y cuando me los hube quitado, agregó: – Échate a andar bajo el jardín colgante: es el camino que debes seguir. Me gustó quitarme los zapatos: me hubiera dado lástima pisar aquellas rosas tan hermosas. Empecé a andar y advertí enseguida que las rosas escondían agudísimas espinas que hacían sangrar mis pies. Así que me tuve que detener a los pocos pasos y volverme atrás. – Aquí hacen falta los zapatos – dije a mi guía – – Ciertamente – me respondió – hacen falta buenos zapatos. Me calcé y me puse de nuevo en camino con cierto número de compañeros que aparecieron en aquel momento, pidiendo caminar conmigo. Ellos me seguían bajo el jardín colgante, que era de una hermosura increíble. Pero, según avanzábamos, el pasadizo se hacia más estrecho y bajo. Colgaban muchas ramas de lo alto y volvían a levantarse como estacas afiladas; otras caían perpendicularmente sobre el camino. De los troncos de los rosales salían ramas que, avanzaban 3 horizontalmente de acá para allá; otras, formando un tupido cercado, invadían una parte del camino; algunas colgaban a poca altura del suelo. Todas estaban cubiertas de rosas y yo no veía más que rosas por todas partes: rosas por encima, rosas a los lados, rosas bajo mis pies. Yo, aunque experimentaba agudos dolores en los pies y hacía contorsiones, tocaba las rosas de una u otra parte y sentí que todavía había espinas más punzantes escondidas por debajo. Pero seguí caminando. Mis pies se enredaban en los mismos ramos extendidos por el suelo y se llenaban de rasguños; movía un ramo transversal, que me impedía el paso, o me agachaba para esquivarlo y me pinchaba, me sangraban las manos y toda mi persona. Todas las rosas escondían una enorme cantidad de espinas. A pesar de todo, animado por la Virgen, proseguí mi camino. De vez en cuando, sin embargo, recibía pinchazos más punzantes que me producían dolores muy agudos. Los que me miraban, y eran muchísimos, y me veían caminar bajo aquel jardín colgante, decían: “Don Bosco marcha siempre entre rosas! ¡En todo le va bien!”. No veían cómo las espinas herían mi pobre cuerpo. Muchos seminaristas, sacerdotes, seglares, invitados por mí, se habían dedicado a seguirme alegres, por la belleza de las flores; pero al darse cuenta de que habían que caminar sobre las espinas y que éstas pinchaban por todas partes, empezaron a gritar: “¡Nos hemos equivocado!”. Yo les respondí: – El que quiera caminar deliciosamente sobre rosas, sin sufrir nada, vuélvase atrás y síganme los demás. Muchos se volvieron atrás. Después de un buen trecho de camino, me volví para echar un vistazo a mis compañeros. Que pena tuve al ver que unos habían desaparecido y otros me volvían las espaldas y se alejaban. Volví yo también hacia atrás para llamarlos, pero fue inútil; ni siquiera me escuchaban. Entonces me eché a llorar: ¿Es posible que tenga que andar este camino yo solo? Pero pronto hallé consuelo. Vi llegar hacia mía un gran número de sacerdotes, clérigos y seglares, los cuales me dijeron: “Somos tuyos, estamos dispuestos a seguirte”. Poniéndome a la cabeza de ese grupo reemprendí el camino. Solamente algunos se desanimaron y se detuvieron. Una gran parte de ellos llegó conmigo hasta la meta. Después de pasar el espinoso rosal, me encontré en un hermosísimo jardín. Mis pocos seguidores habían enflaquecido, estaban pálidos y ensangrentados. Se levantó entonces una brisa ligera y, a su soplo, todos quedaron sanos. Corrió otro viento y, como por encanto, me encontré rodeado de un número inmenso de jóvenes y clérigos, seglares, coadjutores y también sacerdotes que se pusieron a trabajar conmigo guiando a aquellos jóvenes. Conocí a varios por la fisonomía, pero a muchos no. Mientras tanto, habiendo llegado a un sitio elevado del jardín, me encontré frente a un edificio monumental, sorprendente por la magnificencia de su arte. Atravesé el umbral y entré en una sala espaciosísima cuya riqueza no podía igualar ningún palacio del mundo. Toda ella estaba cubierta y adornada por rosas fresquísimas y sin espinas que exhalaban un suavísimo aroma. Entonces la Santísima Virgen que había sido mi guía, me preguntó: – ¿Sabes qué significa lo que ahora ves y lo que has visto antes? – No – le respondí – os ruego que me lo expliquéis. 4 Entonces ella me dijo: – Has de saber, que el camino por ti recorrido, entre rosas y espinas, significa el trabajo que deberás realizar a favor de los jóvenes. Tendrás que andar con los zapatos de la mortificación. Las espinas del suelo significan los afectos sensibles, las simpatías humanas, que distraen al educador de su verdadero fin, y lo hieren, lo detienen en su misión, impidiéndole caminar y obtener coronas para la vida eterna. Las rosas son símbolos de la caridad ardiente que debe ser tu distintivo y el de todos tus colaboradores. Las otras espinas significan las dificultades, los sufrimientos, los disgustos que os esperan. Pero no perdáis el ánimo. Con la caridad y la mortificación, lo superaréis todo y llegaréis a las rosas sin espinas. Apenas terminó de hablar la Madre de Dios, me desperté y me encontré en mi habitación”. 1.-NO TEMAS, BASTA QUE CREAS… En Septiembre de 2008 me diagnosticaron el primer cáncer. No te negaré que fue un golpe inesperado y rotundo que me negaba a asumir y mucho menos a entender, por esa habitual obsesión que tenemos de querer encontrar una causa para todo. 40 años. casado, dos hijos, trabajo estable…Mi vida segura, acomodada y supuestamente feliz, se derrumbaba en cuestión de minutos. Si has vivido de cerca una situación traumática, sabes que el edificio de tu felicidad se sostiene habitualmente sobre palillos de dientes. Mi primera reacción, casi instintiva, fue buscar la capilla del hospital. Asustado y vulnerable le pedía -incluso exigía- a Dios una explicación. Mi cabeza se llenaba de pensamientos dramáticos y optimistas que se solapaban unos a otros como las olas de ese mar que tanto me ayudó en la recuperación. Mi fe era muy débil. Así de sencillo. No había soportado la prueba de fuerza y, al primer problema de verdad, no de esos miles que tenemos cada día (muchos de ellos inventados como decía Descartes), renunciaba y dudaba de lo que en toda una vida había creído. Y lo que es peor, vivía sin confiar de verdad en el Señor, o al menos sin saberlo: “Confía en el Señor y de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia” Proverbios 3,5 Dios pone Ángeles en tu camino. Esta frase dicha por una amiga enfermera, la creo cada día más cierta. La primera noche que pasé en el hospital tras el diagnóstico, mi compañero de habitación, Pepe, un sencillo camarero de Torreblanca que había ingresado por un infarto, se reveló como un auténtico “coach” que me calmó y ayudó a 5 digerir y aceptar la noticia. Me dio esperanzas y aguantó horas acompañándome con sus palabras hasta que logré dormirme. Pepe era uno de esos Ángeles. El primer flotador al que me agarré fue mi familia. Era un buen salvavidas porque era fuerte y sólido. Mis padres, mis hermanos, mis hijos y -por encima de todo- mi mujer, evitaron que me hundiese sin ganas de luchar por salir a flote. ¿Cuantas veces había escuchado, dibujado o cantado la parábola de la casa sobre rocas, en esos encuentros juveniles donde todo era hermoso, utópico y efímero, sin pensar que la mía estaba sin buenos cimientos? Permitidme el símil: la mía no se desmoronó por las otras construcciones adosadas que evitaron tambaleos y el derrumbe previsible. “No te rindas a la noche: recuerda que el primer enemigo a derrotar no está fuera de ti: está dentro. Por lo tanto, no concedas espacio a los pensamientos amargos, oscuros. Este mundo es el primer milagro que Dios hizo y Dios ha puesto en nuestras manos la gracia de nuevos prodigios.” Papa Francisco Qué diferente hubiese sido con una fe más grande. En el sueño que has leído Don Bosco avanza, a pesar del dolor, sin vacilar…aunque hay muchos que se dan la vuelta. 1ª. Pausa: Mira el vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=4UtyrgFTsl8 1ª. Pregunta: ¿Cómo son los cimientos de tu fe? ¿soportarían una inspección técnica? 1ª. Propuesta: Habla con alguien que haya sufrido una experiencia dura de enfermedad, de dificultad económica, familiar, laboral…preferiblemente en tu asociación o en tu grupo. Y escucha. No le interrumpas. 6 2.-APRENDE DE CADA EXPERIENCIA. Lo primero que dice alguien que ha superado una situación de salud complicada es que ahora ve las cosas de una forma diferente; que ahora sabe valorar los pequeños detalles y disfruta el día a cada minuto. En mi caso no fue así. Repetimos los mismos errores de manera obsesiva y, en esencia, las personas cambiamos poco. A las pocas semanas de mi recuperación, volvía a enfadarme con nimiedades y regresaba a la rutina de siempre, repitiendo los errores de siempre. En parte, la búsqueda de la vuelta a esa “normalidad”, era un placebo que me ayudaba a olvidar lo que había sufrido. Y ahí estaba el error. Tremendo error. ¿Dónde estaba la aceptación de lo vivido? Y, lo que es peor, ¿Dónde estaba el aprendizaje? Ahora estamos viviendo una situación de crisis mundial como no recordamos en nuestra historia por causa del COVID-19. Todos queremos recuperar nuestra cómoda normalidad de siempre, pero, ¿Qué hemos aprendido? ¿a guardar la distancia social?, ¿a diseñar mascarillas?, ¿a lavarnos las manos con frecuencia? Tremendo error. Corremos el previsible riesgo de olvidar rápido lo ocurrido, de difuminar el recuerdo, de mirar hacia adelante sin haber entendido ni asumido nada. De arrancar la hoja del calendario y pensar que todo fue un mal sueño. Y la sabia historia dice que lo que se olvida se repite. Pero entonces, ¿qué tenemos que hacer? Lamentablemente yo no tengo la respuesta, pero al menos, hagámonos la pregunta. En solitario o en grupo; en familia o en asamblea; en casa o en el trabajo… ¿Qué puedo hacer? Don Bosco, en el sueño, se quita los zapatos y eso lo “sensibiliza” para lo bueno y para lo malo. Él sabe lo que ocurre, conoce el camino y las consecuencias de su elección. Y decide lo que hacer. 2ªPausa: Mira el dibujo 7 2ªPregunta: ¿Qué has aprendido y qué has cambiado SIGNIFICATIVAMENTE en tu vida por causa del COVID-19? 2ªPropuesta: “predica” lo que has aprendido. Cambia en algo e intenta que quienes te rodean también cambien. 3.- PIDE LO QUE DESEAS. PERO, SOBRE TODO, OFRECE LO QUE PUEDAS Años más tarde entendí, tras escuchar una hermosa reflexión a la Palabra, predicada por un sacerdote anónimo por la radio, que había formulado mal mis oraciones. Pedir a Dios por mi curación, por mi salud, era creer en un Padre que podía o no escucharme, que decidía en base a criterios ininteligibles para una mente limitada como la mía; que aceptaba ayudar a unos y no a otros…que sus caminos eran “misteriosos como la senda del viento” (Eclesiastés 11,5). Y comprendí que estaba pidiendo lo equivocado. Lo que debía pedirle es que aumentara mi fe para alcanzar la paz, fuese cual fuese el resultado. Solo de esa forma podría asumir que el final fuera diferente al deseado. Dios no defrauda: si ha puesto una esperanza en nuestros corazones, no quiere destruirla con frustraciones continuas. Todo nace para florecer en una eterna primavera. Dios también nos hizo para florecer. Recuerdo ese diálogo cuando el roble pidió al almendro: «Háblame de Dios». Y el almendro floreció. Papa Francisco Más que de mi experiencia que tuvo un final feliz, (hasta que Dios ¿quiera?), debes aprender de tantas otras personas que han vivido y viven situaciones profundamente dolorosas o traumáticas, que no tuvieron el final deseado y son capaces de levantarse cada mañana para echar una mano o regalarte una sonrisa. ¡Yo quiero esa fe! 8 Pero había que ir un paso más allá e invertir la demanda. Lo justo no era pedir sino ofrecer y la pregunta correcta era entonces: ¿qué puedo hacer por ti? Que se traduce en clave cristiana necesariamente en ¿Qué puedo hacer por los demás? Y, como suele ocurrir siempre, la respuesta estaba escrita desde hace siglos en los Evangelios, en la parábola de los talentos Mt.25, 14-30. En mi caso fue sencillo descubrirlo: toda la vida dibujando y media dedicada a la enseñanza…aunque más bien consistió en redescubrirlo y enfocarlo de manera diferente. “Improvisar hasta cierto punto. ¿Cuál es tu Proyecto de vida? La pregunta, que acabo de hacer, es tan genérica y pretenciosa, que en realidad no pregunta nada. Es indispensable concretar. Abunda la gente que tiene, como proyecto de vida, “pasarlo lo mejor posible”. Y hay gente (creo que estos son menos) que lo que quieren es “ayudar lo más posible” a quien lo necesita. En el primer bloque están los “egoístas”. En el segundo, los “altruistas”. El problema está en que casi todo el mundo, ante estas cuestiones, dirá – sin duda alguna – que tiene algo de ambos bloques: es egoísta y altruista” José María Castillo Es evidente que ese talento debe estar enfocado hacia el otro. Pero, a la vez, alimentado en comunión con los otros. Por tanto, la Eucaristía se convierte en la energía que recarga nuestra acción y el lugar privilegiado para el encuentro con Dios y la pausa necesaria en el camino Don Bosco se para y mira hacia atrás antes de seguir avanzando. Detenerse es necesario. Replantearse lo que uno hace cada día de manera rutinaria es casi obligatorio. 9 3ªPausa. Mira el dibujo: 3ªPregunta (triple). ¿Tus oraciones están más encaminadas a pedir o a ofrecer? ¿Cuáles son tus talentos? ¿cómo celebras la eucaristía? 3ªPropuesta: Plantéate la forma de potenciar (si ya lo haces) o enfocar (si no) uno de tus talentos hacia los demás. 4.TODOS SOMOS NECESARIOS, NADIE IMPRESCINDIBLE Y seguí dibujando, pero esta vez gracias a José Luís Cortés, mi maestro e inspirador, usando mis trazos para evangelizar, para transmitir el mensaje con viñetas unas veces sencillas o directas y otras incisivas o provocadoras. Y me sorprendió el resultado. A día de hoy publicando en mi web y -sobre todo- en las redes sociales, mis dibujos han crecido y se han multiplicado (Génesis 1,28). Hago “humor” religioso, que realmente no es humor, sino reflexión religiosa. Trato de remover conciencias, incomodar ante la pasividad, dar voz a quienes no la tienen y decir cosas que muchos piensan y no se atreven por miedo a ir 10 demasiado lejos y, además, genero debate en torno a temas de la Iglesia actual. En esencia, hablar de Jesús y su mensaje, haciendo crítica y autocrítica como católico convencido. A veces pienso que, si consigo que una sola persona se plantee hacer algo diferente después de haber visto uno de mis dibujos, ya ha merecido la pena. Usando personajes experimentales como “El Jartista” cuya repercusión en redes aún hoy me sorprende, descubro que la gente necesita escuchar el evangelio; que seguimos demandando, hoy más que nunca, ese mensaje liberado de ornamentos envejecidos, frases hechas y manidas o discursos huecos. Hemos dedicado demasiado tiempo a embellecer la cáscara, y dorar los discursos, olvidando el fondo. El mensaje limpio y transparente del hijo de un carpintero, amigo de pescadores. Mi visión es, obviamente, cuestionable pero honesta. Con los años he aprendido a respetar todas las verdades en cuanto son sinceras, y todas las formas de expresar nuestra religiosidad. No podemos caer en el error de pensarnos infalibles o poseedores de la única forma de entender el catolicismo y mucho menos de vivir el evangelio. Probablemente estaré equivocado en muchas ocasiones, o habré cometido el error de no extraer la esencia de lo que Jesús quiso decir. Pero, en cualquier caso, acabo imaginando cual sería la respuesta del Maestro si nos viese hoy a la mayoría de los creyentes. Y la previsible respuesta, empezando por mi, me entristece y avergüenza. Según la Wikipedia, hay 2.400 millones de cristianos estimados en el mundo y 1.300 millones de pobres, sin sumar los más de 600 millones a añadir por causa del covid-19. Algo no encaja. Así de sencillo y así de rotundo. Yo no soy cristiano. Y llevo cruz y todo. A veces me comparan con lo que dicen mis personajes y obviamente, quedo ridiculizado. Como aparece en mis redes sociales, en ese espacio que usamos para definirnos en aquellas cualidades o títulos que hemos conseguido tras años de estudio o experiencias laborales, decidí escribir: “Enfermo ocasional y tonto habitual”. Creo haber encontrado la mejor definición que, cualquiera que me conoce sabe que es absolutamente real. 11 No soy cristiano, pero me gustaría serlo. Es más, le “pido” a Dios que aumente mi fe y me despoje de la cobardía y la seguridad que me impide vivir el evangelio de verdad. Es como si un deportista se limitase a dar unos pasos al día o un carnicero apostase por la comida vegana. Debemos ser coherentes por encima de todo. Sería más adecuado, en este foro decir que soy “aspirante” a cristiano. Eso si, me gustaría ser cristiano del siglo XXI. En una iglesia que Pone a los pobres sobre el desarrollo, la política sobre la economía, la justicia sobre la doctrina, la persona sobre el Derecho Canónico, el Evangelio sobre la institución. Denuncia la economía que mata, el expolio del planeta, el colonialismo económico y cultural, el cierre de fronteras a refugiados e inmigrantes. Urge a una “valiente revolución cultural” que evite la catástrofe ecológica, que salve a la humanidad y a la comunidad planetaria. … Para ser profética, la Iglesia ha de abrir de par en par sus viejas murallas doctrinales e institucionales, atravesar hasta la otra orilla, postsecular y posreligiosa. Allí donde viven, gozan y sufren, conversan y buscan los hombres y las mujeres de hoy. Donde sopla el Espíritu. Joxe Arregui Hay un momento muy hermoso en el sueño que has leído en el que don Bosco, entristecido, ve llegar hacia él un gran grupo de sacerdotes, clérigos y seglares dispuestos a seguirlo, a pesar de las espinas. Y se pone a la cabeza. Necesitamos esos referentes, necesitamos y tenemos esos guías para una Nueva Iglesia, una iglesia de hoy, para la gente de hoy. 4ªPAUSA: Lee la letra y escucha la canción de Brotes de Olivo: “Juntos cambiaremos el mundo” Letra Canción 4ºPREGUNTA: ¿Podrías responder con absoluta honestidad que eres cristiano? ¿en qué se nota? 4ºPROPUESTA: Busca una manera de transmitir un valor evangélico, concreta y diferente de como lo has hecho hasta ahora. 12 5. LOS JÓVENES y MARÍA. SIEMPRE ELLOS Sois unos privilegiados. Los salesianos cooperadores sois muy afortunados. Habéis elegido uno de los carismas más hermosos, y más enérgicos. Además, es contagioso y no es estanco. El contacto con ellos produce filtraciones inesperadas y permanentes. Yo fui cooperador durante años, pero como os dije antes, soy demasiado tonto para permanecer. Sin embargo, ser antiguo alumno, mis años en pastoral, mi matrimonio con una cooperadora, mi trabajo como profe en un colegio de las salesianas, me conducen irremediable y maravillosamente a vivir la vocación de una manera muy similar a la vuestra. Decía el recientemente fallecido Pedro Casaldáliga, el obispo de los pobres, que “La tierra es el único camino que nos puede llevar al cielo” y “No basta con ser creyente, hay que ser creíble”. Pues bien, permitiéndome la licencia de adaptar ambas. Diría que un salesiano cooperador, salesiano religioso, antiguo alumno salesiano, devoto de María Auxiliadora, salesiano profesor o simpatizante salesiano, tiene que asumir que “el joven es el único camino para llegar al paraíso” y que “no basta con ser salesiano creyente, sino salesiano creíble” Y sobre todo, ¡sueña! No tengas miedo de soñar. ¡Sueña! Sueña con un mundo que todavía no se ve, pero que ciertamente vendrá. La esperanza nos lleva a creer en la existencia de una creación que se extiende hasta su cumplimiento definitivo, cuando Dios será todo en todos. Papa Francisco Y, al final del sueño, Don Bosco, acompañado de todos los que mantuvieron su fe en él y lo siguieron, a pesar de las espinas, llegan al paraíso. Final feliz. ¿nos sorprende? No debería porque creemos en una religión con final feliz. ¿o no son la resurrección y la vida eterna finales felices? Entonces ¿porqué no hay más creyentes o mejores cristianos? Precisamente porque nos falta fe, y porque lo que nos acobarda, lo que nos asusta, lo que nos hiere, lo que nos frena, es el camino. Y el camino no es fácil. Tampoco es necesariamente un “valle de lágrimas” pero no es fácil. Está lleno de aromáticas rosas y de afiladas espinas… 13 Tampoco se puede caminar -ni vivir- con miedo, porque el miedo justifica la pasividad y la pasividad no es cristiana. Y lo mejor de todo es que son, precisamente los jóvenes, los que están repletos de esa energía que necesitamos para caminar. Nosotros, por el contrario, los complementamos con la esperanza, la fe y el cariño que ellos necesitan para seguir caminando. Una perfecta simbiosis evangélica. -Los jóvenes de hoy quieren ver en los Salesianos “la ternura de Dios”Ángel Fernández Artime. Rector Mayor. Octubre 2019 --- “tenemos un compromiso con vosotros los jóvenes: formaros para la vida” Ángel Fernández Artime. Rector mayor. Enero 2020 14 Y, para ir terminando, recupero el tuteo y te comparto lo que para mi es la clave de mi visión religiosa, cristiana y salesiana. Vivir para dar esperanza a los jóvenes, porque son la fuerza transformadora del cambio radical que necesita este mundo; usando las palabras y la referencia vital de Jesús de Nazaret, adaptado el mensaje a su entorno, a sus espacios, a su lenguaje. Pues bien, con 53 años, cascado y canoso, después de haber tenido los mismos motivos para una depresión que para dar gracias, he elegido lo segundo. Y me quedo corto. Seguiré dibujando mientras mi salud me lo permita y alimentándome de mis alumnos a los que adoro. Usando la frase de Don Bosco en reiterada rima consonante: “Adelante, siempre adelante, mientras el cuerpo aguante”. Al final del sueño aparece la Virgen, su querida Auxiliadora, y le explica con detalle el significado de lo que ha ocurrido, como hace en otros sueños. Entonces, como le volverá a pasar ya anciano en el Altar de las lágrimas, todo cobra sentido. Ella es el pilar necesario y definitivo. Tú déjate llevar, ten fe; camina, disfruta de las rosas; camina, soporta las espinas; camina. Ella lo hará todo. 15 16 5ªPAUSA. No digas nada. Concédete un minuto de silencio. Reflexiona lo que has leído. Aplícalo a tu propia experiencia vital. Obsérvate desde fuera. Donde estás, con quien, lo que haces. Respira profundamente. 5ªPREGUNTA. ¿cómo es tu trabajo con los jóvenes? ¿Crees que llegas a ellos, que te entienden, que los orientas adecuadamente? ¿se sienten queridos por ti? 5ªPROPUESTA. Da gracias a Dios por lo que tienes y lo que eres. Y pregúntale en qué puedes ayudarlo. Espera hasta que te responda. HASTA SIEMPRE. Gracias. Agustín de la Torre Zarazaga.