CIENCIA, TECNOLOGÍA Y POLÍTICA EN MEXICO:

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Ciencia, tecnología y política en mexico: El papel de los actores en la
definición de concepciones
Rosalba Casas
Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM, México.
Circuito Mario de la Cueva, C.U., 04510,
México, D.F., MÉXICO
Tel: 56 22 74 00 Ext. 306 or 305
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Introducción
El campo de los estudios sociales de la ciencia y la tecnología (ESCT) en América
Latina ha pasado de un interés centrado en los estudios de política a un interés
centrado en los estudios destinados a la academia. Diversos autores han
planteado la necesidad de revertir esta tendencia y lograr la complementación de
ambas perspectivas, lo que desde nuestra perspectiva abre una veta muy
importante de análisis para el campo de ESCT. El estudio de las relaciones entre
ciencia y política ha tenido a nivel internacional varios enfoques: a) el primero de
tipo conceptual – teórico, siendo Salomon (1970) uno de sus principales
exponentes; b) el segundo asentado en el análisis y propuestas de las políticas
científicas a nivel nacional, siendo uno de sus iniciadores Derek de Solla Price y
Christopher Freeman y, c) el tercero fue planteado en el enfoque de una
sociología política de la ciencia, en el estudio de Blume (1974), en el que se
señalan distintos aspectos para una agenda con este enfoque.
Este es un tema, como lo ha sugerido Vessuri (1987), que ha sido dejado de lado
desde la década de los setenta y que es importante rescatar para determinar
cuáles son los actores sociales y los grupos de interés que han impedido una
efectiva y adecuada definición y aplicación de las políticas de ciencia y tecnología.
La discusión es muy actual, sobre todo a la luz del cambio político en México. Este
tema tiene una estrecha relación con una pregunta que surgió a la discusión en
los años setenta por Varsavsky (1972), quien se preguntaba si ante la necesidad
de una transformación radical de la sociedad, el científico debería dedicarse a la
actividad política y por tanto abandonar la ciencia para convertirse en un político
profesional. Cabría preguntarse si este es un fenómeno actual y si en el caso de
México los científicos que abandonaron la investigación y se dedicaron a la
política lo hicieron en aras de contribuir a la transformación de la sociedad, o en
aras de buscar el poder en la coordinación de los recursos y programas dedicados
a estas actividades
Objetivo
El propósito de esta ponencia es discutir el papel de los actores en la definición de
las políticas de ciencia, tecnología e innovación y en particular el papel de los
científicos, haciendo referencia al caso mexicano, que podría extenderse a otros
países de la región latinoamericana. Este tema ha sido poco tratado en los ESCT.
Los procesos que se han generaron en los últimos años, particularmente en
México, han puesto en evidencia la entrada en escena de nuevos actores en la
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definición de estas políticas y los conflictos y tensiones que esto genera. Por lo
tanto una veta de análisis importante es identificar y analizar las concepciones de
los distintos actores con respecto a la ciencia, la tecnología y la innovación. Estos
actores representan una gran diversidad de concepciones y posiciones, entre las
que figuran las de las elites científicas, diferentes grupos de científicos y
tecnólogos, el gobierno (federal, estatal y local), el sector privado, el Congreso,
organizaciones sociales no gubernamentales, así como las distintas concepciones
partidarias. Un punto de gran controversia, que de acuerdo a diversos autores
(Jasanoff et al, 1995) ha quedado fuera de la discusión, es sobre el dominio de las
elites científicas y sus aliados en la definición de las políticas de ciencia, así como
el dominio de los ejecutivos de las empresas, en la definición de la política
tecnológica.
Nuestra hipótesis es que las orientaciones de la política de ciencia y tecnología en
México no han variado mucho, debido al predominio que han tenido las elites
científicas en su definición. Es decir, que a lo largo de varias décadas los intereses
de los científicos son los que han predominado en las orientaciones de estas
políticas y en las concepciones de los mecanismos de apoyo. Esto se inscribe en
un punto de la agenda internacional de investigación en este campo que es el de
la comprensión de la ciencia como un fenómeno político, argumento que Derek De
Solla Price (1967) negaba a fines de los años sesenta, cuando afirmaba que “la
ciencia estaba solamente preocupada por el descubrimiento de la verdad que no
está afectada por las ideas y los deseos de los científicos, por lo tanto esos temas
no pueden decidirse por votos”. A este respecto Dagnino, Thomas y Gomes
(1998), argumentan sobre el papel central que ha tenido la comunidad científica y
la pequeña participación de otros actores en el proceso de decisiones de la
ciencia y la tecnología.
Metodología
Este trabajo se apoya en una perspectiva histórica y en un análisis de las
orientaciones actuales de los actores en la definición de concepciones sobre las
políticas de ciencia y tecnología. Se trata de un primer acercamiento, por lo que la
investigación se sustenta en análisis documental y en el planteamiento de algunas
primeras hipótesis al respecto
Resultados
Al analizar la política de ciencia y tecnología se aprecia que ésta se debate entre
el autogobierno de la ciencia (predominio de las elites científicas) y su importancia
como factor económico de la competitividad de las naciones (privatización del
conocimiento). Es importante hacer notar que estos dos enfoques han sido
adoptados en México por los diferentes actores.
Las actitudes y concepciones que han manifestado diversos actores
recientemente en la formulación y aprobación de la Ley de Fomento a la Ciencia y
la Tecnología en 1999 y del 2002, así como en la Ley del CONACYT, reflejan la
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suma de las posiciones de diversos grupos, lejos de generar consensos o
posiciones compartidas sobre las orientaciones de la política.
Un punto importante a destacar, es que en los últimos seis años, además de que
la política de ciencia y tecnología ha estado sujeta a las influencias de las elites
científicas y de los cuadros gubernamentales, se ha dado también una fuerte
influencia del Congreso, a través de la Cámara de Diputados y Senadores, por lo
que este actor representa actualmente una posición decisiva en los
planteamientos a este respecto. De acuerdo a Bimber y Guston (1995), las
legislaturas han recibido muy poca atención en los estudios sobre política
científica y son un excelente elemento para entender cómo intervienen las
instituciones políticas en las orientaciones de la ciencia.
Es decir, que actualmente en México la definición de políticas se extiende a la
participación de actores muy heterogéneos, producto esto en gran parte del
proceso de democratización que experimentó el país en los últimos seis años.
Referencias:
Bimber, Bruce y Guston, David H. (1995), “Politics by the same means:
government and science in the United States”, en Jasanoff, Sheila, Gerald
E. Markle, James C. Petersen y Trevor Pinch (1995), Handbook of Science
and Technology Studies, SAGE Publications, California, Londres, Nueva
Delhi, pp. 554-571.
Blume, Stuart S. (1974), Towards a Political Sociology of Science, The Free Press
/ Collier Macmillan Publishers, Nueva York y Londres.
Dagnino, Renato, Hernán Thomas y Erasmo Gomes (1998) “Elementos para un
‘estado del arte’ de los estudios en Ciencia, Tecnología y Sociedad en
América Latina”, REDES, vol. 5, num 11, junio, Buenos Aires, pp. 231-255.
De Solla Price, Derek (1967), The scientific estate, Cambridge MA: Belknap Press
de Harvard University Press.
Freeman, Christopher (1982), The Economics of Industrial Innovation, Pinter,
Londres.
Jasanoff, Sheila, Gerald E. Markle, James C. Petersen y Trevor Pinch (1995),
Handbook of Science and Technology Studies, SAGE Publications,
California, Londres, Nueva Delhi
Salomon, Jean-Jacques (1970), Science e Politique, Editions du Seuil, París.
(Primera edición en español Ciencia y Política, Siglo XXI, México, 1974).
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Varsavsky, Oscar (1972), Hacia una Política Científica Nacional, Ediciones
Periferia, Buenos Aires.
Vessuri, Hebe M.C. (1987), “The Social Study of Science in Latin America”, Social
Studies of Science, vol. 17, num 3, agosto, pp. 519-554.
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