Autocuidado.

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Colonia, marzo de 2013.
Programa “Escuelas Disfrutables” Colonia
Reflexión sobre los talleres de autocuidado
Integrando teoría y práctica
Los talleres de auto-cuidado con docentes están planteados como una de las
actividades a llevar adelante por los Equipos del Programa Escuelas Disfrutables. Hasta
el 2012 se recibieron variadas demandas en las otras áreas de abordaje, habiendo
quedado relegada esta modalidad. Es así que a mediados de 2012, teniendo en cuenta
las experiencias anteriores, la madurez que ha ido adquiriendo el Programa en el
departamento, y los malestares percibidos, se comienza a trabajar en talleres de
autocuidado, aspirando a que tengan continuidad e integración.
En el marco del dispositivo 3 del Programa Escuelas Disfrutables: “talleres con
colectivos docentes de escuelas de la zona” nos proponemos empezar a pensar,
programar y gestionar estos espacios que permitan dar lugar a dinámicas diferentes a
las que veníamos trabajando. Lo sentimos como una necesidad que nos interpela
como profesionales de la salud en instituciones educativas. A partir del desgaste, el
cansancio y la “queja” muchas veces instalada entre los maestros, creemos que es
necesario que cuenten con un espacio diferente.
También pensamos en el nuevo Programa de Salud Mental que prioriza la atención a
los docentes. Y entendemos que si trabajamos en Salud desde un nivel primario, se
hace necesaria la implementación de talleres que vayan hacia el encuentro de los
colectivos docentes, dando cabida a las emociones.
Si bien desde nuestro rol propiciamos los tiempos donde exista un lugar para pensar
las prácticas áulicas y los quehaceres cotidianos propios del ejercicio del rol docente, a
través de estos talleres de autocuidado intentamos generar algo diferente, donde el
“pensar” esté vinculado al “sentir”, donde cada uno pueda vincularse consigo mismo
en un ambiente distinto mediatizado por técnicas expresivas.
No perdemos de vista que los mismos se encuadran dentro del paradigma
institucional, dentro del marco de la escuela, pero a la vez, nos interesa dar libertad de
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participación y elección, quitándoles la impronta del “mandato” institucional.
Pensamos también en las relaciones que se establecen y forman parte de la institución
escuela donde está instituido un “poder” que debe imponerse sobre el otro
(autoridades- cuerpo inspectivo, inspección- dirección, dirección- docente, docentealumno, alguien que sabe frente al que no sabe y aprende). En este sentido creemos
positivo generar estos espacios en los cuáles no se reproduzca este orden de jerarquía
y “poder”, habilitando y propiciando el entramado de vínculos en un espacio distinto,
donde se puedan expresar aspectos subjetivos a través del juego, la pintura, el collage,
el teatro.
El agotamiento, el nivel de exigencias que sienten los maestros frente a las múltiples
demandas y requerimientos que deben cumplir: planificación, trabajos
administrativos, atención a niños con diversas dificultades, familias con niveles de
complejidades crecientes, desborde por situaciones de violencia, etc, se traduce en
que muchos docentes carecen de entusiasmo para involucrarse e implicarse. Se
observa ausentismo, licencias prolongadas, medicalización. En una sala de espera de
radioterapia una paciente docente percibe y comenta: “somos casi todos docentes”.
En cuanto a lo institucional, los centros educativos se ven como “fragmentados”,
siendo los Proyectos de Centro realizados en muchos casos con escasa participación,
generando falta de compromiso y pertenencia.
Consideramos a los talleres de autocuidado como espacios “protectores”, que
constituyan una red de apoyo que dé lugar a lo distendido, placentero, grato y
disfrutable, y donde se pueda “desordenar” y “ordenar”, “liberar” para luego
“contener”.
Si bien pensamos el auto-cuidado como parte del desarrollo personal, también
creemos que implica otros niveles de cuidado: en los equipos, en las instituciones, en
las redes y en lo suprainstitucional. “Estos niveles están sincrónicamente relacionados
y muchos de ellos se superponen”.(Violencia y Escuela). Es por eso, que además de la
implementación de estos talleres, hemos ido buscando la forma de “cuidar” nuestro
equipo de trabajo, “cuidarnos”, planificando, compartiendo, trabajando juntas y en
equipo.
“Autocuidado” etimológicamente se presenta conformado por dos palabras “auto” del
griego “aúto” que significa “propio” o “por sí mismo” y “cuidado” del latín “cogitatus”
que significa “pensamiento”.
Buscamos dar lugar a la creatividad. Como dice Héctor Garbarino: “Crear…es
trascender la persona individual, liberar al individuo de las limitaciones que le impone
el espacio-tiempo yoico de la realidad cotidiana”. Planificamos los talleres incluyendo
la relajación, la creatividad en diferentes modalidades y la puesta en común de lo
vivenciado. Al decir de Guy Lafargue (1995): “…el acto creador permite a la persona
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construir representaciones de su vida afectiva no consiente, con el objeto de abrir y de
nutrir sus relaciones con el mundo viviente”. Por esto entendemos y creemos que
vivenciar esta experiencia en forma grupal donde se pasa por un proceso interno y
personal primero para luego pasar a lo externo a partir de la colectivización de lo
realizado produce un sentir respecto al otro diferente.
La escuela es un lugar donde se privilegia lo cognitivo, el fin de la misma es “educar”,
cuánto de lo que no se piensa y se siente circula y no se plasma, no se comparte y se
silencia. “Hay un nivel donde la comprensión no pasa por la cabeza”. Fidel Moccio
(1989)
Durante el año 2012 realizamos dos talleres en dos zonas del departamento: zona
este, Rosario y zona oeste, Carmelo, ambos fueron co-coordinados participando todas
las integrantes de los Equipos en alguno de estos.
El primer momento del taller corresponde a la relajación. Esta implica: escuchar
música, caminar, cerrar los ojos y de esta manera se logra producir una desconexión
con lo que cada uno trae de su realidad cotidiana para conectarse con los sentimientos
y vivencias propias. Y en este proceso el contacto con el cuerpo entrando en otra
dinámica: lo no verbal, que luego será lo que dará lugar a la producción. Disminuyen
de esta forma los estados de tensión procurando bienestar y calma. Esto facilita la
percepción de sensaciones y el encuentro consigo mismo.
El 2º momento corresponde a la producción propiamente dicha a través de una técnica
de expresión. La primer técnica expresiva elegida para el primer taller fue “el collage”.
Hojas en blanco para plasmar “emociones y sentimientos” que habían estado
experimentando durante la relajación, tijeras, cascola, revistas y diferentes materiales
como botones, hilo, semillas, etc, formaban parte del material disponible. Jean
Broustra (1991) dice. “El recortar imágenes y palabras supone el asumir la agresividad
mínima necesaria para apropiarse de lo que está dado por adelantado…”. Luego
agrega “Cuando el sujeto se autoriza a cortar y a elegir qué imágenes, entra, cuando
las condiciones del taller son favorables, en un modo de conciencia hipnoide que
favorece la proyección…”.
La puesta en común de lo producido es el 3er momento. El tiempo para que cada uno
pueda reapropiarse de lo hecho, y en un vínculo de confianza, respeto, contención y
sostén compartirlo con los compañeros, es el último momento del taller. Cada uno
expresa el proceso que tuvo lugar si quiere y desea hacerlo. No se realiza ninguna
interpretación del contenido latente de las producciones. Y allí, aparecen sentimientos
muy variados: algunos relacionados con la vida, con el trabajo, con la familia, con la
enfermedad y con la muerte. Enojo, disfrute y placer son plasmados, y luego
compartidos y expresados a través de la palabra.
Creemos que cada uno siente y se apropia de lo nuevo en forma distinta. En general
sentimos que el objetivo de este 1er taller había sido logrado, que los docentes se
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sintieron cómodos, disfrutaron, algunos se movilizaron, otros manifestaron que no era
lo que esperaban.
Planificamos un segundo taller para cada una de las localidades en las que se había
realizado el primero. Empleamos dos modalidades diferentes. En Rosario, lo lúdico,
retomando juegos de la infancia, recurso tan usado por los niños pero muchas veces
olvidado y abandonado por los adultos. En Carmelo la propuesta tomaba como recurso
la teatralización.
Y aquí sucede algo que nos lleva a analizar, pensar y repensar lo acontecido. En ambas
ciudades se da la misma situación. El número de participantes fue muy escaso, esto
hace que uno de ellos se suspenda y el otro se realiza pero cambiando lo que se tenía
planificado.
Y aparecen las explicaciones inmediatas, desde lo que se manifiesta y explicita: el
momento del año con el cierre del ciclo escolar (noviembre), con actividades
superpuestas: actos culturales, armado de carpetas en el nivel inicial, evaluaciones del
año, etc. Desde nosotras pensamos que la convocatoria no fue realizada en forma tan
clara y explícita como la del primer encuentro.
Tratamos de pensar lo que está implícito y latente, y nos surgen interrogantes.
Esperaban algo diferente ? En este orden instituido de la escuela y la educación donde
hay alguien que “enseña” y hay otro que “aprende” una docente expresa: “yo necesito
y espero que nos den estrategias para trabajar”. También, ¿qué lugar ocupamos
nosotras que vamos a trabajar desde Inspección? Otra maestra había manifestado en
el primer taller, que esperaba de nosotras la función de mediadoras de sus reclamos
con las autoridades.
Creemos que lo nuevo y diferente produce “resistencia al cambio”. La situación
conocida y revivida en el acto de enseñar es lo conocido y por lo tanto seguro. Romper
el molde de lo establecido cuesta. Esto también fue expresado por alguna maestra
como posible interpretación de lo ocurrido en la 2ª convocatoria. “Uds son psicólogas
y algunas tienen miedo de ser analizadas”
Los talleres de auto-cuidado constituyen una propuesta novedosa para los docentes
del departamento, y si bien están planteados como línea de trabajo desde el
Programa, generar la apropiación y empoderamiento por parte de los docentes de
estos espacios es algo a construir con ellos.
Este tiempo que nos tomamos durante el mes de febrero con el objetivo de producir
este material nos ha permitido pensar, analizar y proyectarnos para el año 2013.
Pensamos realizar tres talleres en este año 2013, con fechas establecidas y agendadas
previamente, y realizar la convocatoria como se realizó para el primer taller: más
clara, donde se explicite el objetivo del mismo y tengamos contacto directo con los
posibles participantes.
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Generar movimientos instituyentes en el ámbito educativo continúa siendo un desafío.
Y en ello estamos… Es tiempo de pensar sobre nuestro trabajo realizado, planificar y
proyectarnos con la tarea. Continuaremos el año 2013 con el objetivo de “cuidar” y
“cuidarnos”.
Bibliografía
Barreiro Telma - “Los del fondo”. Editorial Novedades educativas (2009)
Garbarino Héctor- “La creatividad” . Publicado en Revistas Relaciones (junio 1991)
Casas Madelon y Caselli Helena- “Las técnicas expresivas integradas una herramienta
de trabajo polivalente para el psicólogo?” (1995)
Pichón Rivière Enrique- “El proceso grupal” (1982) Editorial Nueva Visión
Broustra Jean – “Escritos sobre la expresión” (1991)
Duschatzky, Silvia. (1999): “La escuela como frontera”, Bs. As, Paidós.
Aron y Llanos. “Violencia y escuela”. Aique, 2007.
Equipos del Programa Escuelas Disfrutables Colonia:
Psic. Soledad Armand Ugon
Psic. Silvana Dadalt
Psic. Verónica Pereira
Psic. Alejandra Osta
Psic. Alejandra Molina
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