Clave de la recomendación: CCNDS/III/14/20 SECRETARÍA DE MEDIO AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES PRESENTE Los que suscribimos integrantes del Consejo Consultivo Nacional para el Desarrollo Sustentable, con fundamento en los artículos 157 y 159 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y el Acuerdo mediante el cual se crean el Consejo Consultivo Nacional, 6 Consejos Consultivos Regionales y 32 Consejos Consultivos Núcleo para el Desarrollo Sustentable (publicado en el Diario Oficial de la Federación, el 29 de septiembre de 2011), emitimos en nuestro carácter de asesores de la SEMARNAT, la siguiente recomendación de conformidad con los siguientes: ASUNTO: Escasez y Sequía: eficiencia y sostenibilidad del agua Antecedentes (Breve descripción de la problemática, situación, historial o aspectos del entorno dentro del que se genera la recomendación) Algunas premisas básicas para entender el problema son: 1. “En los últimos 50 años, los seres humanos han transformado los ecosistemas más rápida y extensamente que en ningún otro período de tiempo comparable de la historia humana, en gran parte para resolver rápidamente las demandas crecientes de alimento, agua dulce, madera, fibra y combustible. Esto ha generado una pérdida considerable y en gran medida irreversible de la diversidad de la vida sobre la Tierra” (Millenium Ecosystem Assessment, 2005). 2. “La degradación de los servicios de los ecosistemas podría empeorar considerablemente durante la primera mitad del presente siglo y ser un obstáculo para la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio” (Millenium Ecosystem Assessment, 2005). 3. El agua dulce es un recurso finito y vulnerable, esencial para sostener la vida, el desarrollo y el medio ambiente. Un bien ambiental, social y económico. 4. El 40% de la población mundial vive en condiciones de estrés hídrico. Unos 2 millones de toneladas de desechos son arrojados diariamente en aguas receptoras. Se estima que la producción global de aguas residuales es de aproximadamente 1.500 km3. Entre 2 y 5 millones de muertes en el mundo se asocian a agua de mala calidad (Millenium Ecosystem Assessment, 2005). 5. El reto de México no será menor: para el 2050 se deberá cubrir la demanda de más de 150 millones de habitantes De acuerdo con datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) durante el siglo pasado el agua se usó sin restricciones, esto es, su consumo a nivel mundial creció a un ritmo de más de dos veces la tasa de crecimiento de la población. Este uso libertino del agua, pronto condujo a una escasez del vital liquido y peor aun, siguió el libertinaje. Ahora es fácil encontrarse con mapas de todos los continentes en los que se aprecia la falta de recursos hídricos en el planeta. Una paradoja sin duda, si consideramos que literalmente estamos rodeados de agua, aunque abría que precisar que sólo un tres porciento de toda el agua es agua dulce, y que la mayor parte de ésta se encuentra en forma de hielo en los glaciares. En efecto, el agua de lagos, ríos y acuíferos subterráneos, de los que nos abastecemos para todas nuestras necesidades, incluyendo las virtuales, no llega a ser ni el uno porciento de toda el agua existente en el planeta. Nos queda claro entonces, que la escasez de agua está generada por nuestras actividades y que resulta de una demanda excesiva de agua que supera los recursos realmente disponibles, lo cual se expresa en una presión conocida como estrés hídrico. En México existen una gran cantidad de regiones que sufren de este problema. 1 El estrés hídrico provoca un deterioro de los recursos de agua dulce que se presenta en forma de acuíferos sobreexplotados, ríos secos, entre otros, y degradación de su calidad a través de contaminación por materia orgánica, por intrusión salina o por acumulación de sales de arsénico y de otros metaloides. La escasez de agua con frecuencia se confunde con la sequía, en realidad se trata de dos cosas completamente diferentes aunque siempre se confabulan para generar grandes impactos sociales y económicos. La sequía es un fenómeno natural ocasional y frecuente en las regiones áridas y semiáridas, producido por una disminución temporal de las lluvias que a menudo es lo suficientemente larga e intensa como para generar impactos socioeconómicos y ambientales adversos. Actualmente sabemos, que la frecuencia y la intensidad de las sequías serán mayores debido al cambio climático, por lo menos en el norte de México así se estará presentando. Por desgracia, cada vez más se estarán dando muestras de las variaciones climáticas en diferentes partes del globo terrestre. Ante esta evidente falta de recursos hídricos que ya padecemos y que en cualquier momento se puede agravar por las sequías, resulta impostergable analizar y poner en práctica por un lado, medidas de mitigación de los efectos negativos de la sequía con una adecuada planificación y gestión por parte de la Comisión Nacional del Agua y desde luego de los principales usuarios del vital líquido. Por otro lado, y les vuelve a caer a los mismos actores, es un imperativo trabajar con prácticas verdaderamente eficaces, audaces, valientes y heroicas que nos alejen de la escasez de agua. Aquí no hay de otra, somos nosotros mismos los que provocamos la escasez. Sólo entonces dejaremos de ser, como sociedad, vulnerables a la sequía. Medidas como el mejoramiento de la eficiencia y sostenibilidad del agua, que se pueden lograr a través de una gestión de la demanda o de una política clara y transparente del ahorro de agua, permiten anticiparnos a la sequía. Lo que en otros países se ha hecho con excelentes resultados, es que para evitar el riesgo de que un uso más eficiente derive como ha sido el caso de México, en una mayor demanda del recurso, se tomen medidas para que el aumento de la eficiencia sea acompañada de candados que aseguren la sostenibilidad del uso del agua, de manera que el agua ahorrada se quede en los sistemas naturales. Finalmente, la opinión de los expertos es en el sentido del ordenamiento del territorio de las cuencas, de tal manera que se destinen “áreas al Pago de Servicios Ambientales Hidrológicos, lo que implica destinar áreas de conservación a la recarga de acuíferos y producción de escurrimientos en cantidad y calidad adecuada. Solamente con acciones integradas y sustentables se puede hacer frente al problema de la escasez del agua en las cuencas, en beneficio de la sociedad.” Bibliografía 1. Céspedes Hernández, Juan José, Pobreza y Escasez de Agua en el México del siglo XXI, México, Novum, 2011. pp. 113-123 2. Congreso de La Unión. 1992. Ley de Aguas Nacionales. Última reforma publicada DOF 07-062013 3. Millennium Ecosystem Assessment. 2005. Evaluación de los Ecosistemas del Milenio. Informe de síntesis. Borrador final. 4. CONAGUA. 2014. Programa Nacional Contra la Sequía (PRONACOSE). 5. Conagua. 2014. Programa Nacional Hídrico 2014-2018. Gobierno de la República. 6. http://www.maweb.org/documents/document.439.aspx.pdf. 7. SEMARNAT. 2013. Programa Sectorial de Medio Ambiente y Recursos Naturales 20132018.Estados Unidos Mexicanos. 2 Considerandos (Descripción de los razonamientos, aspectos de orden normativo, estrategias y acciones de los tres órdenes de gobierno que sustentan la emisión de la recomendación) Que el agua es un recurso protegido por el artículo 27 constitucional, el cual dispone que es propiedad de la Nación. Que el Artículo 4º. de la Ley de Aguas Nacionales (LAN) establece que “la autoridad y administración en materia de aguas nacionales y de sus bienes públicos inherentes corresponde al Ejecutivo Federal, quien la ejercerá́ directamente o a través de “la Comisión” (Comisión Nacional del Agua). Que actualmente se establece una gestión del agua por cuenca, y en su manejo predomina la división político-territorial, así como los intereses entre los grupos económicos y los procesos democráticos e informados en la toma de decisiones que todo ello implica. Que la Comisión Nacional del Agua, órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, no fue creada para combatir la escasez de agua, pero progresivamente se acerca a un escenario en el cual tendrá que definir los términos de la gestión del recurso hídrico cada vez más escaso y, necesariamente, ello le obligará a definir políticas públicas específicas (Cespedes, 2011) Que el Acuerdo General del 22 de marzo 2013, signado por el Presidente Enrique Peña Nieto establece: ARTÍCULO PRIMERO.- Por causas de interés y utilidad públicos, se suspende provisionalmente el libre alumbramiento de las aguas del subsuelo en las porciones de los acuíferos materia del presente Acuerdo, por lo que a su entrada en vigor: a) No se permitirá la perforación de pozos, la construcción de obras de infraestructura o la instalación de cualquier otro mecanismo que tenga por objeto el alumbramiento o extracción de las aguas nacionales del subsuelo, y b) No se permitirá la perforación de pozos, la construcción de obras de infraestructura o la instalación de cualquier otro mecanismo que tenga por objeto incrementar el volumen de extracción autorizado o registrado previamente por la autoridad. ARTÍCULO SEGUNDO.- Los límites de los acuíferos en los que se ubican las porciones donde se suspende el libre alumbramiento son aquellos publicados en el Diario Oficial de la Federación. Que Recientemente se anunció (CONAGUA, 2014) el Programa Nacional Contra la Sequía (PRONACOSE), el cual consiste en la atención, seguimiento, mitigación y prevención al fenómeno recurrente de la sequía en el territorio nacional. El objetivo es la elaboración de instrumentos que permitan la gestión integrada de los Consejos de Cuenca en relación al manejo del recurso hídrico bajo los efectos de este fenómeno natural, en torno a un nuevo enfoque proactivo y preventivo. El Programa, está siendo administrado por el gobierno federal a través de la Comisión Nacional del Agua y se implementa por un grupo de instituciones, que incluye a universidades públicas, centros de investigación y organismos de gobierno, además de especialistas nacionales e internacionales en la materia. El programa consiste en dos componentes: 1. Elaborar los Programas de medidas para prevenir y enfrentar la sequía a nivel cuenca o grupos de cuenca. 2. Ejecución de acciones para mitigar sequías existentes 3 Que en el PROMARNAT 2013-2018 en congruencia con lo anterior, establece en su objetivo 2. Incrementar la resiliencia a efectos del cambio climático y disminuir las emisiones de compuestos y gases de efecto invernadero, con la Estrategia 2.5 que busca incrementar la seguridad hídrica ante sequias e inundaciones y con una línea de acción mu concreta y coherente con lo planteado por CONAGUA: 2.5.2 Implementar el Programa Nacional contra las Sequías (PRONACOSE). Por lo anterior, los integrantes de la Agenda Azul del Consejo Consultivo Nacional para el Desarrollo Sustentable emitimos la siguiente: Recomendación Que la SEMARNAT se coordine con la CONAGUA para revisar los planes de sequía vigentes a partir de los escenarios existentes sobre la futura disponibilidad del agua por efecto del cambio climático, y se adecuen a los nuevos retos, e incluir a dichos planes mapas de zonificación de vulnerabilidad de los acuíferos subterráneos. Esta recomendación fue elaborada por el: Dr. Celso Manuel Valencia Castro Comisión Técnica o Grupo de Trabajo: Agenda Azul Coordinador de la Comisión Técnica o Francisco. J. Guzmán Roa (B. C. S.) Grupo de Trabajo: 1. Consejeros integrantes: Celso Manuel Valencia Castro (Coahuila)1 2. Christian Serna Hernández (Guanajuato) 3. Ricardo Clark Tapia (Oaxaca) 4. Eduardo Sansores Font (Yucatán) 5. José Wilfrido Martín Ortíz López (Michoacán) 6. Gonzalo Merediz (Q. Roo) 7. Francisco. J. Guzmán Roa (B. C. S.) Dado en la Ciudad de México, D. F., sede de la III Sesión Ordinaria del Consejo Consultivo Nacional para el Desarrollo Sustentable (CCNDS), el 1º de julio de 2014. 4