COMENTARIO DE TEXTO DE “EL ECLIPSE” – Augusto Monterroso

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COMENTARIO DE TEXTO DE “EL ECLIPSE” – Augusto Monterroso.
“Este es uno de los microrrelatos que aparece en la primera publicación que hizo
Monterroso en 1959 titulada Obras completas y otros cuentos. El texto es de los
más célebres del guatemalteco, presenta las características propias de este
subgénero que fueron mencionadas en un apartado anterior, entre ellas, la
brevedad, ya que su extensión no excede una página; del mismo modo aborda el
escepticismo radical pues afronta la temática de la pérdida de fe en la razón y
evidentemente la “incredulidad con respecto a la existencia de una Verdad
absoluta”, como se mencionó al principio de este trabajo, en la medida en que el
texto plantea el choque de culturas que, para el presente caso,
implica el
etnocentrismo europeo y pone en entredicho el aire de “superioridad” de la cultura
invasora. Del mismo modo, cumple con el carácter ex - céntrico en tanto que el
autor se aparta de las mayoría europea para ensalzar a la minoría indígena que
fue discriminada a lo largo de la historia. Evidentemente, otra particularidad del
microrrelato con que cumple el texto a tratar es la de ser una obra abierta que
exige la participación activa del lector que tiene que esclarecer el mensaje de
reivindicación de la cultura indígena frente a la europea, acudiendo a su
conocimiento previo de lo propio de estos grupos en torno a la cosmovisión que
los caracterizó, el autor no se detiene a explicar el asunto y queda en manos del
lector evaluar el papel simbólico que desempeña Fray Bartolomé Arrazola en la
diégesis.
El escritor también demuestra en esta narración breve su virtuosismo
intertextual al hacer gala de sus lecturas en cuanto a su propio conocimiento de
otro de los símbolos que implementa como es Aristóteles, máxima figura del saber
occidental.
En ese orden de ideas, queda comprobada la caracterización del
cuento El eclipse con respecto al subgénero del microrrelato.
Con respecto a la idea principal que aborda este texto se plantea la posición
del autor frente al tema del choque de culturas y quiere ratificar los avances
científicos y cosmogónicos de los indígenas
en comparación con el pueblo
invasor que desconoció y desvirtuó dicho conocimiento. Es evidente que uno de
los temas fundamentales es la intervención europea en el marco del Nuevo
Mundo, específicamente en un contexto del siglo XVI, es decir, la colonia y
posiciona a un misionero, Fray Bartolomé Arrazola en un topos inhóspito, habitado
por los mayas, del que no se puede salvar.
Otro de los temas que afronta es el
de la alteridad pues implica la visión del otro, que para este caso es la cara de los
indígenas frente a la cuestión del conocimientos del cosmos, es decir, ese otro
implica que la única ideología posible no era del europeo, sino que estaba latente
otra concepción del mundo desde lo instintivo. En esta circunstancia es clara la
crítica hacia la mentalidad eurocéntrica que acude a la mentira y al engaño como
recurso de convicción e imperialismo, actitud que manifiesta llanamente el aire de
superioridad con que se llevó a cabo la colonización. También aquí se evidencia
el estado de incomunicación en que cayó el evangelizador y los indígenas, que en
lugar de ejercer su labor en una lengua que ellos comprendiesen apenas si
aprendió algunas palabras que no le permitieron su salvación.
En lo que atañe a la estructura del microrrelato se evidencia en este la
clásica división de inicio, nudo y desenlace. El texto abre en el primer párrafo con
la presentación del personaje principal Fray Bartolomé Arrazola, lo sitúa en el
espacio tópico de la selva de Guatemala y presenta los indicios de la acción que
establecen el acontecimiento que da pie al resto de la trama. El nudo empieza en
el segundo párrafo con el desarrollo de la acción y el conflicto que encara el
protagonista al verse a punto del sacrificio por parte de los indígenas; desde el
siguiente párrafo hasta el penúltimo transcurren los hechos que dan lugar a la
exposición del fraile ante sus captores, dando muestra de su sagacidad y
actuando de manera irónica hasta llegar a la audacia del engaño. Entre este
párrafo y el final se presenta una elipsis en la que el lector, que debe asumir un
papel activo, infiere que realmente los mayas se percataron del engaño y
confirmaron su legendario conocimiento y, por lo tanto, realizan el sacrificio.
Finalmente, en el último párrafo se presenta el desenlace en que la acción llega a
su fin con la imagen del sujeto muerto y con el claro mensaje de Monterroso
alrededor de la crítica al etnocentrismo europeo.
De otra parte, con respecto a los elementos formales que presenta el
microrrelato, se destaca el manejo del espacio que hace el narrador, en primera
instancia, el espacio tópico es abierto, la selva poderosa de Guatemala, elemento
que personifica mediante las atribuciones de “lo había apresado, implacable y
definitiva”, de este modo se configura como un locus tremens que es capaz de
devorar al religioso y, en adición, Monterroso alude a su “ignorancia topográfica”
como un agravante de la situación. Por otro lado, la voz narrativa que conduce la
historia es heterodiegética como se comprueba desde la primera línea con “se
sintió perdido aceptó que ya nada podía salvarlo”, configurada fuera de los hechos
y se evidencia una focalización cero que anticipa la desgracia del protagonista en
el primer párrafo y también da muestra del conocimiento de sus antecedentes
“Tres años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas
nativas.” con ello confirma su carácter omnisciente.
Con respecto al registro
lingüístico del texto, se evidencia un lenguaje formal propio de una especie de
historiador que se da a la tarea de relatar decorosamente la historia acerca del
desconocimiento de los europeos con respecto a los estudios de las culturas
indígenas.
En relación al estilo de Monterroso, es clara la ampulosidad del discurso al
recurrir al lenguaje figurado, a nivel morfosintáctico, cabe mencionar el uso de
oraciones enunciativas afirmativas que denotan la inflexibilidad de los hechos
narrados, secundado este hecho con el empleo de verbos en pasado que ratifican
la conclusión de los eventos narrados. En este campo son frecuentes los epítetos
contundentes como selva poderosa, rostro impasible, mediano dominio, cultura
universal, sol eclipsado, opaca luz, con los que contribuye a la fijación de ciertas
imágenes e ideas en el lector. En el plano semántico uno de los recursos más
distinguidos en el texto en mención es la metáfora “floreció en él una idea que
tuvo por digna de su talento y de su cultura universal…” elemento que utiliza
Arrazola como tabla de salvación pero que finalmente lo conduce al cadalso. De
igual modo la imagen sensorial que encabeza el desenlace, resulta impactante “el
corazón de Fray Bartolomé Arrazola chorreaba sangre vehemente sobre la piedra
de sacrificios”, con ella se confirma la caída del pensamiento aristotélico frente a la
sabiduría de los códices mayas, de igual manera, se muestra la frialdad de los
últimos y la credulidad en su cultura.
Pasando a la revisión de los tres motivos recurrentes planteados para este
análisis, en el texto
se aprecia la
ironía desde el primer párrafo en que el
narrador incluye un dato acerca del pasado del fraile “donde Carlos Quinto
condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el
celo religioso de su labor redentora”, en primer lugar, el perfilar al rey como un ser
capaz de bajar de su trono para llegar hasta un insignificante fraile, posee un
sentido irónico, pues esta es una situación casi inadmisible en medio de todas las
ocupaciones de este mandatario; del mismo modo, cuando emplea los dos últimos
términos, alude a la supuesta salvación que debía procurar el religioso en estas
tierras, cuando finalmente el que estaba en la situación de peligro era él mismo. El
tono irónico que emplea un tono irónico en el penúltimo párrafo “los indígenas lo
miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio que se
produjo un pequeño consejo, y esperó, no sin cierto desdén.” Esta palabra con
que finaliza es fundamental porque con ella se muestra el desprecio por la cultura
maya y la condición de inferioridad en que Arrazola los tiene, la ironía se presenta
entonces con el uso de la expresión “incredulidad en sus ojos”, con la cual el autor
quiere entronizar la raza pues ellos se niegan a creer que alguien quiera
impactarlos con algo que habían predicho sus científicos con antelación. La ironía
también se percibe en la metáfora que ya fue mencionada “floreció en él una
idea…”, es evidente el tono que emplea el narrador al minimizar a la cultura
universal frente a la indígena para destruir el mito de la superioridad europea.
El humor, se hace presente casualmente con esta misma imagen con la
que Monterroso se burla de la ingenuidad del fraile europeo que pretendió
obnubilar el conocimiento de los mayas al presentar la imagen del indígena que
“recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en
se producirían eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad
maya habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de
Aristóteles.”. Cada elemento de esta cita lleva implícito el manejo del humor negro
característico del escritor guatemalteco, recitar sin ninguna inflexión de voz,
implica la serenidad del indígena producida por la seguridad que tiene en el
conocimiento colectivo; las dos siguientes alusiones confirman dicha circunstancia
en que refleja la asiduidad con que recitaba y la parsimonia que lo caracterizaba
alejada de toda emoción que correspondería a lo novedoso. De otra parte, la
burla redunda en que no solamente conocían los eclipses solares sino también los
lunares y se llega a lo sumo cuando el narrador confirma que todo ello lo lograron
sin necesidad de consultar a Aristóteles.
Este último elemento da paso al tercer motivo recurrente que es el empleo
de símbolos, en este caso alude al significado del famoso pensador griego
Aristóteles que el culmen del conocimiento occidental. En este caso es un
emblema que representa lo que Monterroso está criticando y es la superioridad;
aunque es evidente la importancia de este filósofo, matemático, literato, científico
por lo que representa como modelo de cultura, el escritor lo emplea como símbolo
de grandeza para la cultura invasora pero lo desvirtúa ante los indígenas tratando
de demostrar que éstos también son dignos de admiración y que el saber no es
exclusivo de los pueblos “civilizados” ni de los grupos étnicos. Con ello, a la
postre, corrobora que ningún pueblo ni ninguna raza es superior a otra, sino que
todos pueden llegar a alcanzar su esplendor.”
Tomado de: LATIN-AMERICAN SHORT STORIES: AN APPROACH TO JUAN JOSÉ
ARREOLA AND AUGUSTO MONTERROSO’S PROPOSAL. Olga Lucía Rayo. Para
Atlantic International University. Junio, 2012.
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