Subido por Jair Jaime Ochoa Patiño

lección mayo

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En elSábado, 20 de mayo de 2023
ENOC Y EL EJERCICIO
(Preparado; Inaugurado [es decir, dedicado;
iniciado]).
Hijo de Jared. Nació cuando su padre tenía ciento
sesenta y dos años, y fue el séptimo hombre en la
línea genealógica desde Adán. A los sesenta y cinco
años llegó a ser padre de Matusalén, y después tuvo
otros hijos e hijas. Formó parte de la “tan grande
nube de testigos” que fueron ejemplos
sobresalientes de fe en tiempos antiguos. “Enoc
siguió andando con el Dios verdadero.” (Gén 5:18;
Gén 5:21-24; Heb 11:5; Heb 12:1) Como profeta de
Jehová, predijo la venida de Dios con sus santas
miríadas para ejecutar juicio contra los impíos (Jud
1:14-15), y este quizás fue el motivo por el que se le
persiguió. Sin embargo, Dios no permitió que sus
opositores lo matasen, de modo que “lo tomó”, es
decir, “transferido para que no viera la muerte”
Ejercicio
Como con muchas cosas en la vida, hay extremos en
el área de ejercicio. Algunas personas se enfocan
enteramente en la espiritualidad, hasta el punto de
descuidar sus cuerpos físicos. Otros enfocan tanta
atención en la forma y el cuidado de sus cuerpos
físicos, que descuidan el crecimiento espiritual y la
madurez. Ninguno de los dos indica un equilibrio
bíblico. 1 Timoteo 4:8 nos informa, “Porque el
ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la
piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de
esta vida presente, y de la venidera”. ¡Nótese que el
versículo no dice que el ejercicio no tenga validez!
Dice que el ejercicio es valioso, pero establece bien
las prioridades al decir que la piedad es de más
valor.
El apóstol Pablo también menciona el
entrenamiento físico en la ilustración de una verdad
espiritual en 1 Corintios 9:24-27. Él equipara la vida
cristiana a una carrera que corremos para "obtener
el premio". Pero el premio que buscamos es una
corona eterna que no se empañará ni se
desvanecerá. Leemos en 2 Timoteo 2:5, “Y también
el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha
legítimamente”. 2 Timoteo 4:7, “He peleado la buena
batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”.
Aunque el enfoque de estas Escrituras no es el
ejercicio físico, el hecho de que Pablo usa
terminología atlética para enseñarnos verdades
espirituales, indica que Pablo veía el ejercicio físico,
e incluso la competencia, de una manera positiva.
Somos seres físicos y espirituales. Mientras que el
aspecto espiritual de nuestro ser es, bíblicamente
hablando, más importante, no debemos descuidar ni
los aspectos espirituales ni los aspectos físicos de
nuestra salud.
Así que, vemos que no hay nada de malo en que un
cristiano se ejercite. De hecho, la biblia es clara en
que debemos cuidar de nuestros cuerpos (2
Corintios 6:19,20). También la biblia nos advierte
contra la vanidad (1 Samuel 16:7; Proverbios 31:30;
1 Pedro 3:3-4). Nuestra meta en el ejercicio no debe
ser mejorar la calidad de nuestros cuerpos para que
otras personas nos noten y nos admiren. Más bien,
la meta del ejercicio debe ser mejorar nuestra salud
física para que tengamos más energía física y así
podamos dedicarnos a las metas espirituales.
“Porque el ejercicio corporal es de poco valor, pero
la piedad aprovecha para todo, con promesa de esta
vida y de la venidera” 1 Timoteo 4:18. “Cuán egoísta
fue la expresión de que viviría una vida diferente si
supiera que el Señor vendría en diez años. Enoc
caminó con Dios 300 años. Esta es una lección para
nosotros para que caminemos con Dios cada día,
sabiendo que no estamos seguros a menos que
estemos esperando y velando” (Eventos de los
Últimos Días, pág. 39).
UN CAMINO ESPIRITUAL
Hay una diferencia entre seguir a Dios y caminar con
Dios. A veces, pueden significar lo mismo, pero otras
veces pueden implicar algo diferente… algo mas
profundo.
Ahora permítame detenerme aquí por un momento
y responder una pregunta muy práctica. ¿Qué se
necesita para caminar con Dios?
En realidad, es bastante sencillo de describir.
Caminar con Dios requiere las mismas decisiones
necesarias para que usted y yo caminemos juntos.
Primeramente, tenemos que acordar el destino.
Si usted quiere dar la vuelta a la manzana 5 veces y
yo quiero caminar hasta el almacén de la esquina
para comprarme unas galletas, evidentemente
tenemos que ir por caminos separados. Usted
lamentablemente se va a perder las galletas.
No podemos caminar juntos a menos que estemos
caminando en la misma dirección. Debemos tener el
mismo propósito, el mismo objetivo en mente.
En segundo lugar, no podemos caminar juntos a
menos que mantengamos la misma velocidad o
ritmo.
No puedo tocar el timbre y decirle: "¿Qué le parece
si vamos a dar una vuelta caminando?", Y usted dice
"Seguro"; y yo le digo, “¿sabe qué? mientras se pone
las zapatillas, voy a empezar a caminar.
Si camina alrededor de la cuadra, 10 pasos detrás
mío o 10 pasos adelante mío, es posible que estemos
en la calle al mismo tiempo, pero no vamos a estar
conversando o disfrutando del compañerismo del
otro.
Simplemente estamos en el mismo vecindario, pero
no estamos caminamos juntos.
Para caminar con alguien, debe tener el mismo
propósito en su espíritu y el mismo ritmo en su
caminar.
"Una niña llegó a casa de la escuela, después de
escuchar la historia de Enoc. Ella dijo: "Mamá, hoy
escuchamos acerca de un hombre maravilloso". La
madre le pidió que le contara sobre lo que había
oído. "Su nombre era Enoc, y sabes, mamá, él salía a
caminar con Dios". La madre respondió: "Eso es
maravilloso… pero ¿cómo termina la historia? “Oh,
un día ellos caminaron y caminaron, y llegaron tan
lejos que Dios le dijo a Enoc, “Estás muy lejos de casa,
ahora. Mejor, ven a mi casa y quédate conmigo”.
DOMINGO
1. ¿Cómo y por cuánto tiempo caminó Enoc con
Dios? ¿Cómo era el mundo en sus días y dónde
estaba su hogar?
Génesis 5:22-24; 6:11, 12 (refs3) . Después que
nació Matusalén, Enoc anduvo [caminó] con Dios
300 años, y tuvo otros hijos e hijas. 23Así, todos los
días de Enoc fueron 365 años. 24Caminó, pues, Enoc
con Dios, y desapareció, porque Dios lo llevó. 6:11A
la vista de Dios, la tierra se había corrompido, y
estaba llena de violencia. 12Miró Dios la tierra y vio
que estaba corrompida, que la gente toda había
corrompido su camino sobre la tierra.
Enoc fue el séptimo contando desde Adán. La piedad
es caminar con Dios: lo cual muestra la
reconciliación con Dios, pues dos no pueden andar
juntos si no estuvieren de acuerdo, Amos 3:3.
Incluye todas las partes de una vida santa, recta y
sobria. Caminar con Dios es tener a Dios siempre
delante de nosotros, actuar como estando siempre
bajo su mirada. Es preocuparse constantemente de
agradar a Dios en todas las cosas y en nada
ofenderle. Es ser seguidores de él como hijos
amados. El Espíritu Santo dice que caminó Enoc con
Dios en lugar de decir vivió Enoc (con Dios). Esta fue
su preocupación y trabajo constante; mientras los
demás vivían para sí mismos y el mundo, él vivió
para Dios. Era el gozo de su vida.
Enoc fue llevado a un mundo mejor. Como él no vivió
como el resto de la humanidad, él no salió del mundo
por la muerte, como los demás. No fue hallado
porque lo traspuso Dios, Hebreos 11:5. Él había
vivido sólo 365 años que, según la edad de los
hombres de aquel entonces, era solo la mitad de la
vida de ellos. Vea cómo se expresa la trasposición de
Enoc: desapareció porque le llevó Dios.
Ya no estuvo más en este mundo; fue transformado,
como lo serán todos los santos que estén vivos en la
segunda venida de Cristo.
Parece que Enoc comenzó a caminar con Dios de una
manera especial después del nacimiento de
Matusalén. El nombre de Matusalén significa
«cuando el que esté muerto, regrese». En el
nacimiento de Matusalén, Enoc tuvo un
conocimiento especial de Dios del juicio que iba a
venir y esta fue una de las cosas que lo hicieron más
cercano en su caminar con Dios.
Jud 1:14 también nos dice que Enoc era un profeta,
incluso, desde su posición ventajosa, pudo ver la
segunda venida de Jesús («He aquí, vino el Señor con
sus santas decenas de millares, para hacer juicio
contra todos, y dejar convictos a todos los impíos»).
«Enoc caminó con Dios después de que Matusalén
nació, trescientos años, y sin duda había caminado
con Él antes. ¡Qué espléndido caminar! ¡Un caminar
de trescientos años! Uno podría desear un cambio de
compañía si caminara con alguien más, pero
caminar con Dios por tres siglos fue tan agradable
que el patriarca siguió caminando hasta que caminó
más allá del tiempo y el espacio, y caminó hacia el
paraíso».
«Caminó Enoc con Dios». Enoc no solo pensaba y
meditaba en el Señor, discutía sobre Dios, y leía y
hablaba sobre Él, sino que también caminaba con
Dios, que es la parte práctica y vivencial de la piedad
verdadera. En su vida diaria, se dio cuenta de que
Dios estaba con él, y lo consideró un Dios vivo, al cual
le confiaba sus secretos y quien, a su vez, lo amaba.
Notemos, además, que Enoc era un hombre de
familia. Después de engendrar a Matusalén,
«engendró [más] hijos e hijas». Algunos han dicho:
«¡No! Es imposible vivir como uno quisiera cuando
se tienen muchos hijos. No me pidan que dedique
horas a la oración y la lectura silenciosa de la
Escritura si tengo una familia llena de niños
pequeños. Molestarán y surgirán incidentes
domésticos por doquier que seguramente pondrán a
prueba nuestro temple y alterarán nuestra
ecuanimidad. Si uno pudiera adentrarse en un
bosque, encontrar allí el santuario de un ermitaño, y
tomar un cántaro de agua y una hogaza de pan, tal
vez se podría caminar con Dios. Pero con una esposa
no siempre afable y un ejército ruidoso de niños que
no se callan ni de día ni de noche, ¿cómo se espera
que un hombre camine con Dios?». La esposa, por su
parte, exclama: «Creo que si fuera soltera, podría
caminar con Dios. Cuando era joven, desbordaba
devoción. Pero ahora, con mi esposo, que no siempre
está con el mejor de los humores, y con mis hijos, que
parecen tener una cantidad infinita de necesidades
y son imposibles de satisfacer, ¿cómo se supone que
pueda caminar con Dios?». Aun así, a pesar de ser
hombre de familia, Enoc caminó con Dios.
La simiente de Satanás, los caídos que habían
rechazado a Dios, engañosos y destructores,
dominaban el mundo.
La condición moral de la generación de este
patriarca no sólo contrasta con su propia vida sino
que arroja luz sobre las palabras que la describen. La
perversión de sus contemporáneos se enfrenta a la
justicia de Noé. Este manifestó fidelidad y
conformidad a la voluntad de Dios; la gente, no. Su
sinceridad, y plenitud de vida (tamim) eran
radicalmente distintas de la violencia (chamas, Gén
6:11) que plagaba la sociedad de su época. Una
comparación entre los versículos Gén 6:11-12 con el
5 nos demostrará que la violencia era interior,
sumamente contaminada con imágenes inmorales y
tendencias corrompidas.
Éxodo 15:17. Tú los introducirás y los plantarás en
el monte de tu herencia, en el lugar de tu habitación
que tú has preparado, oh Eterno, en el santuario que
afirmaron tus manos.
Basado en este glorioso acto de Dios, el canto surge
en la tercera estrofa en la firme certeza de que, en su
incomparable exaltación sobre todos los dioses, Dios
culminará la obra de salvación ya empezada, llenará
de terror a todos los enemigos de Israel por la
grandeza de su brazo, llevará a su pueblo a su
morada santa, y lo plantará en el monte de su
heredad. Lo que Dios había hecho hasta entonces, el
cantante lo consideraba como una promesa del
futuro.
Este cántico celebra la victoria de Dios en el Mar
Rojo sobre los poderes egipcios. Es un himno de
alabanza y acción de gracias a Dios por su majestad,
poderío militar y fidelidad a su pueblo. La liberación
de Egipto prefigura y profetiza la victoria del pueblo
de Dios sobre Satanás y el anticristo durante los
postreros días; por eso a uno de los cantos de los
redimidos se le llama "el cántico de Moisés" (Apo
15:3).
Este Cántico de Moisés resuena hasta el Libro de
Apocalipsis, donde una multitud que ha venido de
un gran sufrimiento, ha experimentado una gran
victoria y se encuentra a orillas de un gran mar,
canta este cántico:
“Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el
cántico del Cordero, diciendo: Grandes y
maravillosas son tus obras, Señor Dios
Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos,
Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y
glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por
lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán,
porque tus juicios se han manifestado”.
El corazón, el espíritu de este cántico de Moisés
suena sincero al pueblo de Dios, quienes quieren
adorarlo y agradecerle por todo el bien que ha hecho
por su pueblo. Cantan en vista de la liberación, la
victoria, la defensa, la confianza.
“Es obvio, entonces, por las abundantes alusiones a
este cántico en las Sagradas Escrituras, que está
lleno de profundo significado espiritual. Nos enseña
no solo a alabar a Dios por el derrocamiento literal
de Egipto, sino a alabarlo por el derrocamiento de
todos los poderes del mal y la liberación final de
todos los escogidos”.
Salmos 91:9; 121:1 (refs2) . Porque has puesto al
Eterno, que es mi refugio, al Altísimo, por tu
habitación. 121:1Alzaré mis ojos a los montes. ¿De
dónde viene mi socorro?
Al tener al SEÑOR como su refugio y morada, no hay
que temer. Además, va a dar órdenes a sus ángeles
para que lo cuiden en todo momento de peligro.
Satanás citó el Sal 91:12 en la tentación de Jesús
(Mat 4:6).
Este salmo, tan amado por el pueblo de Dios,
pondera la seguridad, la confianza y la valentía que
goza y afirma aquella persona que se refugia y habita
en Dios. Contar con la protección divina genera un
claro sentido de autoridad y gobierno sobre las
distintas circunstancias y dificultades que se
presentan en la vida. Vivir bajo el cuidado de Dios
produce un estado de reposo y calma, y cuando los
peligros, calamidades o enfermedades acechan
nuestra morada, sea de día o de noche, es Él quien
puede libramos, defendemos y cuidamos. Las
imágenes que usa el escritor son hermosas y
convincentes. El abrigo comunica el sentido de
seguridad, cercanía, intimidad, y vivir a la sombra
implica protección, frescura y bienestar. Dios es
nuestra esperanza, y esta exclamación excluye toda
posibilidad de poner la confianza y la esperanza en
alguien o algo más que no sea el Todopoderoso. Las
imágenes del mal y la destrucción también se
presentan con crudeza, el áspid, víbora venenosa y
mortal, el león y el dragón son bestias sanguinarias
y poderosas. La conclusión del salmista es
extraordinaria y su afirmación teológica
contundente. Dice Dios: porque me has amado Yo te
libraré, te pondré en alto y te responderé. El Señor
Todopoderoso estará con nosotros siempre y día a
día nos mostrará su salvación.
Salmos 121:1
Este es uno de los salmos más conocidos y
mencionados del salterio. Millones de personas a
través de la historia del pueblo de Dios lo han
memorizado y recitado en momentos especialmente
difíciles de sus vidas, pues contiene en sus estrofas
palabras que afirman la fe y dan seguridad en
momentos de aflicción, de sufrimiento y cuando
parece que no hay salida a los problemas. El salmista
evoca las montañas de Canaán que fueron lugar de
refugio y puntos estratégicos en la conquista de la
tierra prometida. Sin embargo, no es allí, ni en esa
clase de seguridad donde el poeta pone su mirada.
La eleva al Creador del cielo y la tierra, al que hizo
las montañas y los mares y es capaz de evitar que en
medio de su desesperación sufra daño alguno. Dios
nunca duerme, El Señor cuida de su pueblo y jamás
se cansa. La clave es que Dios siempre está a nuestro
lado, las inclemencias del tiempo que aquí
representan las tormentas de la vida, serán
ineficaces ante el poder de Dios que salva, que nos
guarda durante el día y la noche desde ahora y para
siempre.
“Enoc caminó con Dios por trescientos años antes de
su traslación al cielo, y el estado del mundo no era
entonces más favorable para la perfección del
carácter cristiano que lo es ahora. ¿Y cómo caminó
Enoc con Dios? Educó su mente y corazón para
sentir siempre que estaba en la presencia de Dios, y
cuando se encontraba en perplejidad, sus oraciones
ascendían para que Dios lo guardase” (Eventos de
los Últimos Días, pág. 63).
“Enoc caminó con Dios, y sin embargo no vivió en
medio de ninguna ciudad mancillada, con toda clase
de violencia y maldad, como lo hizo Lot en Sodoma”
(Evangelismo, págs. 61, 62 [1903]).
“Como pueblo que guarda los mandamientos de
Dios, debemos salir de las ciudades. Tal como lo hizo
Enoc, debemos trabajar en las ciudades, pero no
vivir en ellas…. [Enoc] no moraba con los impíos... Se
ubicó junto con su familia donde la atmósfera fuera
lo más pura posible. De ese lugar, a veces iba a los
habitantes del mundo con su mensaje recibido de
Dios... Después de proclamar su mensaje, siempre
llevaba de vuelta consigo hasta su lugar de retiro a
los que habían recibido la amonestación” (Maranata,
pág. 190).
LUNES
2. En su caminar con Dios, ¿en qué ley meditaba?
¿A quiénes simboliza Enoc?
Josué 1:8. El Libro de la Ley nunca se aparte de tu
boca. Antes medita en él de día y de noche, para que
guardes y cumplas todo lo que está escrito en él.
Entonces prosperarás, y todo te saldrá bien.
Muchas personas piensan que la prosperidad y el
éxito provienen de tener poder, contactos
personales y un inexorable deseo de avanzar. Pero
la estrategia para el éxito que Dios le enseñó a Josué
contradice tales criterios.
Los que conocen y siguen la palabra y la ley de Dios
tendrán prosperidad y éxito por cuanto poseen la
sabiduría para vivir justamente y alcanzar el
propósito de Dios para la vida de ellos (Sal 14:2; Sal
119:99; Pro 1:3; Pro 10:5). Los requisitos para la
prosperidad y el éxito son:
(1) ser valiente, esforzado y diligente (Jos 1:6-7);
(2) hacer de la Palabra de Dios la guía autorizada
para todas las creencias y las acciones (Jos 1:7);
(3) estudiar diariamente la Palabra de Dios y
meditar en ella (Jos 1:8); y
(4) determinar buscar fervientemente la presencia
de Dios durante toda la vida (Jos 1:5; Jos 1:9 (). Este
mensaje a Josué provee a los creyentes de una serie
de principios generales para una vida de éxito. Sin
embargo, se debe tener cuidado de nunca inferir que
Dios esté obligado a proporcionarle prosperidad
material a todo el que observe esas condiciones.
Tales principios generales no son garantías
absolutas, porque ellos están sujetos a las más
elevadas elecciones de Dios para cada uno de los
creyentes; a veces Él permite que ellos
experimenten sufrimiento y adversidad (3 Jn 1:2).
Para tener éxito, siga los consejos que Dios le dio a
Josué. Es posible que no triunfe según las normas del
mundo, pero triunfará a los ojos de Dios, y la opinión
del Señor dura para siempre.
Salmos 1:1, 2 (refs2) . Dichoso el hombre que no
anda en el consejo de los malos, ni se detiene en el
camino de los pecadores, ni en la silla de los
burladores se sienta. 2Antes en la Ley del Eterno
está su delicia, y en su Ley medita de día y de noche.
El libro de los Salmos es una colección de poesía
hebrea inspirada, exponiendo la adoración y
describiendo las experiencias espirituales del
pueblo judío. Es la porción más personal del Antiguo
Testamento, dándonos una revelación del corazón
del judío santo, y recorriendo todas las escalas de
sus experiencias con Dios y el hombre. En los libros
históricos vemos a Dios hablando acerca del
hombre, describiendo sus fracasos y sus éxitos; en
los libros proféticos vemos a Dios hablando al
hombre, reprendiendo a los impíos y consolando a
los justos a la luz del porvenir. Pero en los Salmos
vemos al hombre hablando a Dios, derramando su
corazón en oración y alabanza; hablando acerca de
Dios, describiéndolo y exaltándolo por la
manifestación de sus glorioso atributos. Y cuando el
santo del Antiguo Testamento habla de esta manera
a su Dios, cualquiera que sea su experiencia, ya sea
de prosperidad o adversidad, bendición o castigo, de
éxtasis más elevado o de desaliento más profundo,
predomina una nota a través de toda su adoración:
la de alabanza. Él puede alabar a Dios en todas las
circunstancias, porque su fidelidad en el pasado es
una garantía de su fidelidad en el futuro. Además, es
esta comparación del pasado y del futuro lo que ha
dado ocasión para introducir el elemento profético
en los Salmos. Pues cuando el escriba o profeta veía
el fracaso del reino y del rey terrenal de Israel,
prorrumpía en palabras inspiradas acerca del
glorioso reino de Dios y de su glorioso Rey venidero,
el Mesías. Podemos resumir de esta manera el tema
de los Salmos: Dios ha de ser alabado en toda
circunstancia de la vida, y esto, por causa de su
fidelidad en el pasado, lo cual es una garantía de su
fidelidad en el futuro.
Dios no juzga a la gente sobre la base de la raza, sexo
o nacionalidad. La juzga sobre la base de su fe en Él
y la respuesta que dan a su voluntad revelada. Los
que con diligencia tratan de obedecer la voluntad de
Dios son como árboles sanos que dan fruto y que
tienen grandes raíces (Jer 17:5-8) y Dios promete
cuidarlos. La sabiduría de Dios guía sus vidas. En
contraste, los que no confían en Él ni le obedecen
tienen vidas sin significado que el viento se lleva
como si fuera polvo.
Sólo existen dos caminos en la vida: el camino de la
obediencia a Dios o el camino de la rebelión y
destrucción. Asegúrese de elegir la senda de Dios
porque su elección determinará dónde pasará la
eternidad.
La felicidad de la persona que ama y sigue al Señor
se encuentra en no dejarse influir por los pecadores,
no darse a la progresión de andar, detenerse y
sentarse con ellos, sino de meditar continuamente
en la instrucción del SEÑOR. Esta es su delicia. El
crecimiento espiritual del piadoso será como un
árbol: fuerte, productivo, próspero, que trae
bendición a otros con su fruto y sombra.
Los que procuran vivir bajo la bendición de Dios
meditan en la ley de Dios (y en su Palabra) a fin de
definir sus opiniones, actitudes y acciones. Leen las
palabras de los pasajes bíblicos, meditan sobre ellas
y las comparan con otros pasajes. Cuando se medita
en un pasaje de la Biblia, pasan por la mente
preguntas como éstas:
¿Está el Espíritu de Dios aplicando este versículo a
mi situación actual?¿Hay aquí una promesa que
puedo reclamar? ¿Está este pasaje revelando un
pecado particular que debo esforzarme por evitar?
¿Está Dios emitiendo una orden que debo obedecer?
¿Está mi espíritu en armonía con lo que está
diciendo el Espíritu Santo? ¿Está el pasaje
expresando una verdad acerca de Dios, de la
salvación, del pecado, del mundo o de mi obediencia
personal sobre la cual necesito ser iluminado por el
Espíritu Santo?
2 Crónicas 34:31. Y el rey se puso en pie junto a la
columna, e hizo alianza ante el Eterno, de caminar en
pos del Eterno y guardar sus Mandamientos, sus
testimonios y sus normas, de todo corazón y con
toda su alma, poniendo por obra las palabras del
pacto escritas en aquel libro.
Cuando Josías leyó el libro que encontró Hilcías (2Cr
34:14), respondió con arrepentimiento y humildad
y prometió seguir los mandamientos de Dios como
estaban escritos en el libro. La Biblia es la Palabra de
Dios para nosotros, «es viva y eficaz» (Heb 4:12),
pero no podemos saber lo que Dios quiere que
hagamos si no la leemos. Incluso, no basta con leer
la Palabra de Dios, debemos estar dispuestos a hacer
lo que ella dice. No hay gran diferencia entre el
escrito escondido en el templo y la Biblia escondida
en un librero. Una Biblia que no es leída es tan inútil
como una que se ha perdido.
“Enoc fue un representante de aquellos que estarán
sobre la tierra cuando Cristo venga, que serán
trasladados al cielo sin ver muerte” (Eventos de los
Últimos Días, pág. 63).
“Enoc tenía un notable carácter. Muchos miran a su
vida como a algo que está por encima de lo que la
generalidad de los mortales pueda alcanzar alguna
vez. Pero la vida y el carácter de Enoc representan lo
que deben ser la vida y el carácter de todos aquellos
que, como Enoc, sean dignos de ser trasladados
cuando Cristo regrese. Su vida fue lo que debe ser la
vida de cada individuo si se relaciona íntimamente
con Dios. Debemos recordar que Enoc estuvo
rodeado por influencias tan depravadas que Dios
trajo un diluvio de aguas para destruir a los
habitantes del mundo a causa de su corrupción”
(Conflicto y Valor, pág. 29).
MARTES
3. ¿Qué luchas tuvo Enoc en su andar al
proclamar el evangelio? ¿Dónde aparece Enoc
como héroe en el Nuevo Testamento?
Santiago 5:17, primera parte. [Como] Elías era
hombre sujeto a semejantes pasiones [igual] que
nosotros...
Era hombre "sujeto a pasiones semejantes a las
nuestras". La frase "pasiones semejantes" es de una
sola palabra griega (aunque palabra compuesta),
jomoiopathes. Literalmente significa "sentimientos
semejantes". Así la traduce la Versión Nuevo Mundo.
"De la misma condición humana", dice la Versión
Ecuménica. "Igual naturaleza", dice la Versión
Hispanoamericana. "Las mismas debilidades", dice
la Versión Moderna. La misma palabra griega
aparece en Hch 14:15, donde literalmente se traduce
la frase entera, "nosotros también con vosotros
somos hombres de los mismos sentimientos".
Elías [Enoc] no era diferente de nosotros. Era la
misma clase de criatura que nosotros, y no algo
sobrehumano. Era un ser frágil, pero hombre justo.
Por eso Dios oyó sus oraciones, y oírá las nuestras si
somos como él. La oración de un llamado "clérigo" o
"pastor" no tiene más eficacia que la de cualquier
otro ser humano. Lo que da validez y eficacia a la
oración es que uno sea justo y que persevere en
oración.
Santiago, nos presenta a Elías cuyo nombre significa
“mi Dios es el Señor” o “Jehová es mi Dios“; un
reconocido hombre de Dios, respetado y
venerado por judíos y cristianos, como un hombre
“sujeto a pasiones semejantes a las nuestras” (5:17).
El texto bíblico claramente nos dice que Elías era un
hombre con debilidades o fragilidades humanas o
como dice una expresión idiomática: “de carne y
huesos”. A pesar de haber experimentado la mano
de Dios en favor de su persona y ministerio como
cuando tuvo el valor de ponerse de pié delante de
Acab y a pesar de haber sido testigo del poder
arrollador de Dios en aquel día en el
monte Carmelo; en el Primer Libro de los Reyes en
el capítulo 19 encontramos que Elías al enterarse de
que Jezabel lo había sentenciado a morir “se asustó
y huyó para ponerse a salvo” (vs.3).
El relato de este acontecimiento también nos dice
que Elías después de haber caminado todo un día
por el desierto, al llegar adonde había un arbusto, se
sentó a su sombra “con ganas de morirse” y protestó
“¡Estoy harto, SEÑOR!. Quítame la vida, pues no soy
mejor que mis antepasados” (vs.4)
Las páginas de la Biblia constantemente nos
previenen de no caer en rendirle culto y
admiración excesiva “a la personalidad de un
hombre”, no importa si a éste hombre Dios mismo
se lo llevó al cielo estando aún vivo como lo fue en el
caso de Elías.
Elías mismo reconoció que no era superior a los
otros hombres de Dios que le precedieron; sabía
que era simplemente “un hombre sujeto a pasiones
semejantes a las nuestras” y que solamente Dios
tiene poder para cerrar o abrir las puertas de los
cielos. Elías lo expresó de esta manera: “SEÑOR, Dios
de Abraham, de Isaac y de Israel, que todos sepan
hoy que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo
y he hecho todo en obediencia a tu palabra”
(1Reyes 18:37)
Hebreos 11:5. Por la fe Enoc fue trasladado sin ver la
muerte, y no fue hallado, porque Dios lo trasladó. Y
antes de ser trasladado, tuvo testimonio de haber
agradado a Dios.
EL CAPÍTULO 11 del libro de Hebreos es un recuento
conmovedor de fieles del Antiguo Testamento que
ha sido titulado por algunos “el salón de la fama de
los santos”, o “la lista de honor de santos del Antiguo
Testamento” y “el salon de la fama de los HÉROES
DE LA FE”.
Todos dan testimonio del valor que tiene vivir por
fe. Ellos conforman la “grande nube de testigos” de
Hebreos 12:1, que dan testimonio poderoso a los
hebreos para que tengan fe en la verdad de Dios en
Cristo.
Uno de estos testigos es ENOC, quien es un Ejemplo
del Caminar con DIOS | Hebreos 11:5-6 | Por la fe
Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue
hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese
traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a
Dios. Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque
es necesario que el que se acerca a Dios crea que le
hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Enoc es considerado un héroe de la fe PORQUE SE
MANTUVO INTEGRO durante un largo período de
tiempo. La Biblia destaca que Enoc caminó con Dios,
y que fue el hombre que junto al profeta Elías nunca
murieron. Enoc es considerado adecuadamente
héroe porque se mantuvo fiel durante un largo
período de tiempo.
El autor de Hebreos resumió el legado de Enoc con
estas profundas palabras: «tuvo testimonio de haber
agradado
a
Dios»
(Hebreos
11:5)
SORPRENDENTEMENTE, lo hizo no solo durante
varias décadas, ¡sino durante 300 años!
UN HOMBRE CON UNA NATURALEZA COMO LA
NUESTRA
El mundo de Enoc era muy distinto al nuestro. La
tierra aún no había sido destruida y acomodada en
su actual forma por el diluvio.
LA ESPERANZA DE VIDA se medía en siglos EN
LUGAR DE DÉCADAS.
Enoc mismo nació solo 622 años después de la
creación, en la séptima generación desde Adán. SU
HIJO, Matusalén, vivió más que ninguna otra
persona (969 años); Y SU NIETO Noé, el conocido
constructor del arca, LA TERMINÓ a la edad de 600
años.
Pero los efectos de la Caída se dejaron sentir DE
INMEDIATO después de que Adán y Eva se
rebelaron contra Dios. EL HIJO MAYOR DE ADÁN,
Caín, mató a su HERMANO MENOR —Abel— a
sangre fría (Génesis 4:8). 8Y Caín dijo a su hermano
Abel: vayamos al campo. Y aconteció que cuando
estaban en el campo, Caín se levantó contra su
hermano Abel y lo mató.
Y LA HISTORIA EMPEORA. Uno de los descendientes
de Caín, un hombre llamado Lamec, al igual que
Enoc, nació en la séptima generación desde Adán.
A diferencia de Enoc, no obstante, Lamec alardeaba
francamente de ser asesino y polígamo (Génesis
4:23). Y Lamec dijo a sus mujeres: Ada y Zila, oíd mi
voz; mujeres de Lamec, prestad oído a mis palabras,
pues he dado muerte a un hombre por haberme
herido, y a un muchacho por haberme pegado.
La actitud de Lamec era algo característico de la
civilización en que vivía. TRES GENERACIONES
DESPUÉS, cuando el Señor vio «que la maldad de los
hombres era mucha en la tierra, y que todo designio
de los pensamientos del corazón de ellos era de
continuo solamente el mal» (Génesis 6:5), DECIDIÓ
inundar al mundo entero.
Eso es lo que hace que EJEMPLOS DE HOMBRES
JUSTOS como Enoc sean tan notorios: ÉL LUCHÓ
contra la corrupción de su cultura, ¡y caminó con
Dios durante tres siglos! La destacada vida de Enoc
puede parecer, COMO LA DE ELÍAS, ALGO
IMPOSIBLE de imitar para nosotros… PERO NO ES
ASÍ.
AL ESCRIBIR sobre Elías, el apóstol Santiago les dijo
a sus oyentes: «Elías era hombre sujeto a pasiones
semejantes a las nuestras» (Santiago 5:17). Lo
mismo podríamos decir de Enoc. Como miembro de
la raza humana pecaminosa, Enoc lidió con las
mismas tentaciones, temores y debilidades que han
plagado a todos los hombres y las mujeres desde la
Caída.
AUN ASÍ, pudo demostrar una justicia persistente,
No porque no tuviera pecado… SINO PORQUE confió
en los recursos divinos. Enoc era un pecador QUE
FUE SALVO POR GRACIA, Y FUE CAPACITADO por el
Espíritu Santo para vivir mediante una fe
obediente.
EL CAMINAR JUSTO DE ENOC no debería
intimidarnos, SU EJEMPLO debiera motivarnos A
UNA MAYOR FIDELIDAD y una resolución más
profunda en nuestro caminar con el Señor.
“Enoc tuvo tentaciones, así como nosotros. Estuvo
rodeado por una sociedad que no fue más amiga de
la justicia que la que nos rodea a nosotros. La
atmósfera que respiraba estaba contaminada de
pecado y corrupción lo mismo que la nuestra, sin
embargo, vivió una vida de santidad. No se dejó
contaminar por los pecados prevalecientes de la
época en que vivió. De la misma manera podemos
nosotros permanecer puros e incorruptos” (Eventos
de los Últimos Días, pág. 63).
“Quien verdaderamente ama y teme a Dios,
luchando con entereza de propósito para hacer su
voluntad, pondrá su cuerpo, su mente, su corazón, su
alma, su fuerza al servicio de Dios. Este fue el caso de
Enoc. Caminó con Dios. Su mente no estaba
contaminada por una visión impura, defectuosa. Los
que están decididos a hacer de la voluntad de Dios la
suya, deben servir y agradar a Dios en todo.
Entonces el carácter será armonioso y bien
equilibrado, coherente, agradable y verdadero”
(Mente, Carácter y Personalidad, tomo 1, pág. 64).
MIÉRCOLES
4. ¿Qué dos ejercicios físicos son los mejores? A
pesar de todos los beneficios del ejercicio, ¿cómo
se compara el físico con el espiritual?
Eclesiastés 6:8. ¿Qué más tiene el sabio que el necio?
¿Qué más tiene el pobre que supo caminar entre los
vivos?
En esta sección Salomón muestra que tener la
actitud correcta acerca de Dios puede ayudarnos a
lidiar con las injusticias presentes. La prosperidad
no siempre es buena y la adversidad no siempre es
mala. Sin embargo, Dios es bueno siempre, y si
vivimos
como
Él,
experimentaremos
contentamiento.
A pesar de toda la superioridad del sabio en
comparación con el necio, ambos experimentan
hambre. Ser sabio no es una ventaja tan grande
como comúnmente se piensa.
“Las necesidades de la vida son las mismas para
ambos, y su condición en la vida es casi similar;
sujeto a las mismas enfermedades, disolución y
muerte”.
¿O qué ventaja tiene el pobre que sabe cómo andar
entre los vivientes (sobre el necio que carece de este
conocimiento)? Comenta el mismo Cohen: «El
primero, en su pobreza, ha aprendido a acomodarse
a las circunstancias y sacar el mejor partido de lo
que le ha tocado en suerte, mientras que el necio está
abrumado por un hambre insaciable de poseer más
de lo que tiene. No obstante, ambos se parecen en
que viven sin alegría, debido a la insatisfacción de
sus deseos».
El disfrute legítimo de lo que tenemos a mano es
preferible a todas las ilusiones que nos podamos
forjar (Ecl 6:9): «Más vale ver con los ojos que
divagar con el deseo», a no ser que se trate del deseo
de Dios y de las cosas santas, pues eso no es
«divagar», sino afianzar. La enseñanza de este
versículo queda bien recogida en el bien conocido
refrán: «Más vale pájaro en mano que ciento
volando».
Marcos 5:42. Al instante la niña se levantó, y se puso
a caminar, porque tenía doce años. Y la gente quedó
muy espantada.
La respuesta de la niña fue inmediata. Luego (Mar
5:42) se levantó y andaba. Marcos nota que la niña
tenía doce años, es decir, que tenía edad para
caminar.
Que la muchacha, tan pronto como volvió a la vida,
«se levantó y se puso a caminar» (Mar 5:42). La vida
espiritual se muestra en levantarse del lecho de la
pereza y despreocupación, y ponerse a caminar
santamente en el nombre y con el poder de Cristo.
Génesis 2:15. Tomó, pues, Dios el Eterno al hombre
y lo puso en el huerto de Edén, para que lo cultivara
y lo guardara.
El trabajo era una parte importante y dignificada de
representar la imagen de Dios y de servirle, incluso
antes de la caída.
Aún en el mismo paraíso el hombre tenía que
trabajar. Ninguno de nosotros fue enviado al mundo
para estar ocioso. El que hizo nuestras almas y
cuerpos, nos ha dado algo con qué trabajar; y el que
nos dio esta tierra por habitación, nos ha dado algo
sobre qué trabajar. Los hijos y herederos del cielo,
mientras están en el mundo, tienen algo que hacer
por esta tierra, la cual debe tener su cuota de tiempo
y preocupación de parte de ellos; y si lo hacen
mirando a Dios, y le sirven tan verdaderamente en
ello como cuando están de rodillas.
Dios no creó al hombre meramente para que
contemplara las gloriosas obras de Dios. Por eso le
dio manos para trabajar así como mente y corazón
para meditar. Si la felicidad del hombre hubiese
consistido en no hacer nada, el Creador no le hubiera
asignado un trabajo a Adán. El hombre había de
encontrar felicidad tanto en el trabajo como en la
meditación (RH 24-2-1874).
Desde el principio mismo de la historia la raza
humana ha estado ligada a Dios mediante la fe y la
obediencia a su palabra como la verdad absoluta.
En ese momento Adán como el primer hombre era
santo, libre de pecado, y vivía en perfecta comunión
con Dios. Era el pináculo de la creación de Dios y se
le dio la responsabilidad de trabajar bajo la
dirección de Dios en el cuidado de su creación.
Dios puso a Adán en el paraíso más espectacular que
el mundo ha visto, pero Dios puso a Adán para
trabajar (para que lo labrara y lo cuidara). El trabajo
es algo bueno para el hombre y fue parte de la
existencia perfecta de Adán antes de la caída.
«El estado ideal del hombre libre de pecado no es la
indolencia, sin responsabilidad. Trabajo y deber
pertenecen al estado perfecto».
1 Timoteo 4:7, 8 (refs2) . Desecha las fábulas
profanas y de viejas. Ejercítate en la piedad.8Porque
el ejercicio corporal es de poco valor, pero la piedad
aprovecha para todo, con promesa de esta vida y de
la venidera.
La cultura de la antigua Grecia y la cultura Romana
daban un alto valor al ejercicio físico. Pablo le dice a
Timoteo que el mismo esfuerzo y compromiso que
otros tienen hacia el ejercicio físico debe ser puesto
para desarrollar la piedad.
Pablo propone un sentido de proporción. El
entrenamiento físico es bueno, y hasta esencial; pero
tiene una utilidad limitada. No desarrolla más que
una parte de la persona; y produce unos resultados
que solamente duran cierto tiempo, porque el
cuerpo es pasajero. El entrenamiento en la piedad
desarrolla la personalidad total en cuerpo, mente y
espíritu, y sus resultados afectan no solamente en el
tiempo sino también en la eternidad. El cristiano no
es un atleta de gimnasio, sino un atleta de Dios. Los
más grandes entre los griegos reconocían esta
verdad. Sócrates escribía: " Es tan importante para
un asceta el entrenar su cuerpo como para un rey el
entrenar su alma.» «Entrénate sometiéndote
voluntariamente a las pruebas para que cuando
vengan sobre ti seas capaz de soportarlas.»
Poco aprovechan los actos externos de abnegación.
¿De qué nos servirá mortificar el cuerpo si no
mortificamos el pecado? No puede servir de gran
cosa la diligencia aplicada a las cosas puramente
exteriores.
¿Está usted en buenas condiciones físicas y
espirituales? En nuestra sociedad se hace mucho
énfasis en la aptitud física, pero la salud espiritual (la
santidad) es aun mucho más importante. Nuestra
salud física está sujeta a enfermedades y accidentes,
pero la fe puede sostenernos en medio de estas
tragedias. Al ejercitarnos para ser piadosos,
debemos desarrollar nuestra fe usando las
habilidades que Dios nos ha dado en el servicio de la
iglesia (1Ti 4:14-16). ¿Está usted desarrollando sus
músculos espirituales?
«Porque el ejercicio corporal para poco es
provechoso, pero la piedad para todo aprovecha,
pues tiene promesa de esta vida presente, y de la
venidera». Sobrevaloran esta vida quienes la
consideran mejor que el amor divino; sin embargo,
el amor de Dios es mejor que la vida y Su
misericordia es mejor que la vida misma. Algunos
darían todo por su vida, pero nada por el amor de
Dios. Si sus vidas corren peligro, correrán al médico;
pero como no disfrutan el amor de Dios, se quedan
esperando sin buscar el beneficio más preciado. Los
que razonan bien consideran que morir no es nada,
pero que vivir alejados de Dios es trágico.
Reconocen que la vida no es más que muerte, a
menos que Dios esté con nosotros; y que la muerte
en sí no es más que la antesala de la vida mientras
Dios es nuestro gozo y nuestra fortaleza.
“El ejercicio de caminar, siempre que se lo pueda
hacer, es el mejor remedio para los cuerpos
enfermos, porque mediante él se ejercitan todos los
órganos del cuerpo. Todos los que pretenden
curarse mediante ciertos movimientos, lograrán
muchísimo más por el ejercicio muscular que
mediante la práctica de dichos movimientos. En
algunos casos, la falta de ejercicio debilita y contrae
las entrañas y los músculos, y estos órganos
debilitados por carencia de ejercicio se fortalecerán
únicamente cuando se los ejercite. Ningún ejercicio
puede reemplazar la acción de caminar. Al hacerlo
se mejora grandemente la circulación de la sangre”
(Consejos sobre la Salud, pág. 197).
“El ejercicio ayuda en el proceso de la digestión.
Caminar después de la comida, con la cabeza erecta
y los hombros enhiestos, para hacer un ejercicio
moderado, será de gran beneficio. La mente se
apartará del yo para concentrarse en las bellezas de
la naturaleza. Mientras menos atención se le preste
al estómago después de una comida, mejor. Si usted
teme constantemente que la comida puede hacerle
mal, seguramente será así. Olvídese de usted mismo
y piense en algo alegre” (Mente, Carácter y
Personalidad, tomo 2, pág. 46).
“Que hombres y mujeres trabajen en el campo, en la
huerta y en el jardín. Esto comunicará salud y
fortaleza a los nervios y a los músculos. Vivir
encerrados y alimentar así la invalidez, es un asunto
muy malo. Si los enfermos dieran a los nervios, a los
músculos y a los tendones ejercicio adecuado al aire
libre, su salud se renovaría” (Ministerio Médico, pág.
394).
JUEVES
5.Según los apóstoles, ¿de qué debemos
abstenernos como atletas espirituales, así como
Enoc?
1 Pedro 2:11. Amados, como a extranjeros y
peregrinos que sois, os ruego que os abstengáis de
los deseos carnales que combaten contra el alma.
El mandamiento clave de este pasaje es que el
cristiano debe abstenerse de los deseos carnales. Es
de la mayor importancia el que veamos lo que Pedro
quiere decir con esto. Las frases pecados de la carne
y deseos carnales se han ido reduciendo en
significado a pecado sexual; pero en el Nuevo
Testamento son mucho más generales que eso. La
lista de los pecados de la carne que da Pablo en Gal
5:19-21 incluyen " inmoralidad, impureza,
promiscuidad, idolatría, brujería, enemistad, peleas,
celos, rabia, orgullo, disensión, sectarismo, envidia,
borrachera, orgías, y cosas semejantes.» Hay mucho
más que pecados corporales aquí.
En el Nuevo Testamento, la carne representa mucho
más que la naturaleza física del hombre; incluye
también la naturaleza humana aparte de Dios;
quiere decir la naturaleza humana sin redimir; la
vida que se vive aparte de los niveles, la ayuda, la
gracia y la influencia de Cristo. Los deseos carnales
y los pecados de la carne, por tanto, incluyen no
solamente los pecados más groseros, sino todo lo
que es característico de la naturaleza humana caída.
De estos pecados y deseos se debe abstener el
cristiano. Como Pedro lo ve, hay dos razones para
esta abstinencia.
El cristiano debe abstenerse de estos pecados
porque es un extranjero y un peregrino. Las palabras
originales sonpároikos y parapidémos. Son muy
corrientes en griego, y describen a alguien que
reside sólo temporalmente en un lugar, y cuyo hogar
está en otra parte. Suelen describir a los patriarcas
en sus peregrinaciones, y especialmente a Abraham,
que salió no sabiendo adónde iba, y que lo que
buscaba era la ciudad cuyo arquitecto y constructor
es Dios (He 11:9; He 11:13). Solían usarse para
describir a los israelitas cuando eran esclavos y
extranjeros en Egipto antes de entrar en la Tierra
Prometida (Hch 7:6 ).
Estas palabras contienen dos grandes verdades
sobre el cristiano.
(a) Hay un sentido real en el que se es un extranjero
en el mundo; y por esta causa no puede aceptar las
leyes y las maneras y las categorías del mundo. Otros
puede que las acepten; pero el cristiano es súbdito
del Reino de Dios, y es por las leyes de ese Reino por
las que debe dirigir su vida. Debe asumir toda su
parte de la responsabilidad por vivir en la Tierra;
pero su ciudadanía está en el Cielo, y las leyes del
Cielo son supremas para él.
(b) El cristiano no es un residente fijo de la Tierra.
Está de camino hacia un país que está más allá. Por
tanto no debe hacer nada que le impida alcanzar su
meta final. Nunca debe involucrarse en el mundo
hasta tal punto que no pueda escaparse de sus
garras; nunca debe ensuciarse hasta tal punto que se
descalifique para entrar a la presencia del Dios santo
a Quien se dirige.
1 Corintios 9:24-27. ¿No sabéis que los que corren
en el estadio, todos corren, pero sólo uno lleva el
premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
25Todo atleta se abstiene de todo. Ellos para recibir
una corona corruptible, pero nosotros una
incorruptible. 26Así de esta manera corro, no como
a cosa incierta; de esta manera peleo, no como quien
golpea al aire. 27Trato severamente a mi cuerpo, y
lo someto a disciplina, no sea que, habiendo
predicado a otros, yo mismo sea descalificado.
Pablo estaba motivado por el deseo de ganar a otros
para Cristo. Sin embargo, comprendía que la
experiencia personal, privada, no puede divorciarse
de la expresión y declaración públicas. De modo que
presenta una ilustración de disciplina y
autosacrificio que incluye tanto efectividad pública
como desarrollo espiritual.
Pablo sigue ahora otra analogía. Les insiste a los
cristianos corintios que querían tomárselo con
calma en que nadie llega nunca a nada sin una seria
autodisciplina. A Pablo le fascinaba siempre la figura
de los atletas. Un atleta tiene que entrenarse
intensamente si quiere ganar una competición; y los
corintios sabían de esas cosas, porque los famosos
juegos ístmicos que sólo eran menos importantes
que los olímpicos sé celebraban en Corinto. Además,
el atleta se somete a la autodisciplina y al
entrenamiento para ganar una corona de laurel que
quedara reducida a polvo en breve tiempo; ¡cuánto
más debería disciplinarse un cristiano para ganar la
corona de la vida eterna!
Cada dos años se realizaban los juegos ístmicos en
Corinto o cerca de allí. Estos se contaban entre los
grandes eventos atléticos de Grecia. Generalmente
consistían en cinco pruebas: salto, lanzamiento del
disco, carreras, lucha y boxeo. En cualquiera de estas
competencias eran necesarias al menos cuatro
cualidades para ganar.
Primero, un ganador debía ejercitarse al máximo.
Corred de tal manera que lo obtengáis (1Co 9:24).
Segundo, un ganador debía aceptar los rigores del
entrenamiento: Todo aquel que lucha se abstiene
(1Co 9:25; “es templado en todas las cosas”, VM.).
Para un atleta griego, ese período de entrenamiento
intenso duraba 10 meses. Durante esos meses los
competidores vivían una vida de ejercicio
continuado y rígida autodisciplina en los cuales se
abstenían de todo lo que pudiera debilitar o
engordar el cuerpo. Pablo señala que esos atletas
recibían como recompensa sólo una corona
corruptible, una guirnalda de pino, hiedra u hojas de
perejil, que pronto se marchitaban, mientras que el
cristiano buscaba una corona incorruptible.
Una tercera característica del ganador era la certeza
de dirección. El cristiano no corría como a la ventura
(1Co 9:26), ni luchaba como quien golpea el aire. En
la carrera cristiana Pablo “conocía muy bien la meta,
y conocía el camino que llevaba hacia ella”. En la
lucha espiritual, emplea “sus puños como quien está
en mortal ansiedad, y no erra sus golpes, los aplica”.
Para Pablo la vida cristiana no era un ejercicio de
boxeo religioso con su sombra, sino un furioso
combate que exigía lo mejor de uno.
Una cuarta condición, final, para ganar es un
consecuente dominio propio. El apóstol escribe:
Golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre (1Co
9:27). El mayor obstáculo para ganar la carrera es la
propia persona de uno. Pablo no dice carne. Es el
organismo total, toda la persona, la que es puesta
bajo control. Emplea un término fuerte.
Literalmente la palabra golpeo (upopiazo) significa
“golpear con fuerza en el rostro hasta ponerlo negro
y azul”. La frase lo pongo en servidumbre significa
“llevar cautivo”.
En este pasaje, Pablo expone brevemente una
especie de sabiduría de la vida.
La vida es una contienda. El mundo más parece un
diablo con coraza. Un soldado de pega no gana
batallas; un entrenador tolerante no gana
campeonatos. Tenemos que vernos como guerreros
siempre en campaña, como atletas que se lanzan
hacia la meta.
Ganar una batalla o salir vencedor en una
competición requieren disciplina. Tenemos que
someter a disciplina nuestros cuerpos para tenerlos
en forma; esta es una de las áreas más abandonadas
en la vida espiritual, de la que muchas veces surgen
las depresiones. Si hemos de hacer algo lo mejor
posible tendremos que dedicarle un cuerpo tan
capaz como pueda llegar a ser. Hemos de someter a
disciplina nuestras mentes; una de las tragedias de
la vida es que la gente se niega a pensar hasta llegar
a una condición en que ya le resulta imposible. No
podemos resolver los problemas escondiéndonos o
huyendo de ellos. Tenemos que someter a disciplina
nuestra alma; podemos hacerlo enfrentándonos con
los dolores de la vida con serena entereza; con sus
tentaciones, con la fuerza que Dios da; con sus
desilusiones, con valor.
Tenemos que conocer nuestra meta. Es
descorazonador ver el obvio despiste de las vidas de
tantas personas; van a la deriva en vez de dirigirse a
algún sitio. Alguien contó una vez un chiste de dos
marcianos que estaban mirando a la gente de la
Tierra, siempre corriendo de acá para allá; y uno le
dijo al otro: "¿Qué están haciendo?» El otro contestó:
«Van.» «¿Adónde?» "¡Ah!, no van a ninguna parte;
simplemente van.» Esa es la manera de no llegar a
nada.
Tenemos que saber lo que vale nuestra meta. El gran
atractivo de Jesús es que se basaba raras veces en
castigos y en consecuencias terribles. Se basaba en
la declaración: "Considera lo que te pierdes si no
sigues Mi camino.» La meta es la vida, y no cabe duda
de que vale la pena alcanzarla.
No podemos salvar a otros si no somos los dueños
de nosotros mismos. Está claro que no podemos
hacer nada por otros hasta que nos hemos hecho con
nosotros mismos; no podemos enseñar lo que no
sabemos; no podemos llevar a otros a Cristo hasta
haberle encontrado nosotros.
Pablo era no sólo un heraldo para convocar a otros a
disciplinarse—él mismo era un competidor. Sabía
bien cuán trágico sería que “uno que había instruido
a otros sobre las reglas a observar para ganar el
premio, fuera rechazado él mismo por haberlas
transgredido”.
El cristiano vive en un nivel espiritual “Más Allá de
la Libertad Personal” cuando es:
(1) Impulsado por un gran llamamiento, 1Co 9:1618;
(2) Motivado por una gran compasión, 1Co 9:19;
(3) Disciplinado por un plan maestro, 1Co 9:24-26;
(4) Protegido por un sano temor, 1Co 9:27.
“Rehusó escoger cualquier curso de acción que
ofendiese a Dios. Continuamente mantuvo al Señor
delante de sí. Su oración era: ‘Enséñame tu camino
para que no pueda errar. ¿Qué es lo que tú deseas de
mí? ¿Qué haré para honrarte, mi Dios?’ Así se
mantuvo constantemente eligiendo su camino y su
curso de acción en armonía con los mandamientos
de Dios, y tenía perfecta seguridad y confianza en
que su Padre celestial lo ayudaría. No tenía un
pensamiento ni una voluntad propia. Todo estaba
sumergido en la voluntad de su Padre” (Eventos de
los Últimos Días, pág. 63).
ADVERTENCIA
Santiago 1.22 nos advierte que no seamos simples
oidores de la Palabra, sino hacedores. Preste
atención cuando lea la Biblia, porque Dios le está
hablando de forma directa. Tome sus advertencias
de corazón, obedezca sus mandamientos y reciba
ánimo y consuelo de sus promesas.
VIERNES
6. Al buscar desarrollar su cuerpo, mente y
espíritu, ¿cuál fue el mensaje de advertencia
para sus contemporáneos?
Judas 1:14-16. De ellos también profetizó Enoc,
séptimo desde Adán, cuando dijo: El Señor viene con
sus santos millares, 15a juzgar a todos, y a
convencer a todos los impíos de todas las malas
obras que cometieron, y de todas las insolencias que
pronunciaron esos impíos pecadores. 16Esos se
quejan de todo, lo critican todo, y andan según sus
propios deseos. Su boca habla con soberbia, y adulan
a las personas para sacar provecho.
La Biblia nos dice que Dios siempre ha mandado
profetas para advertirnos en caso de que vayamos
por el camino equivocado y para que nos digan qué
debemos de hacer para regresar a Él. De hecho, Jesús
nos dice que el primer profeta que se nos envió fue
Abel; y no dudaría que esa fue una de las razones por
las que Caín haya matado a su hermano.
“Para que la sangre de todos los profetas, derramada
desde la fundación del mundo, se le cargue a esta
generación. Desde la sangre de Abel hasta la sangre
de Zacarías, que pereció entre el altar y la casa de
Dios. Sí, les digo que le será cargada a esta
generación.’” — Lucas 11:50-51 (NBLH)
Después al ver cómo el pecado iba corrompiendo a
la humanidad, Dios asignó a Enoc, el segundo
profeta que es mencionado en las Escrituras, la tarea
de profetizar a los hombres incrédulos
antediluvianos para que se arrepintieran de sus
caminos y regresaran al Señor para que alcanzaran
vida eterna a través de la fe en la promesa de la
semilla de la mujer que fue dada a Adán, quien
todavía estaba vivo. También les advirtió acerca del
tiempo que tenían para arrepentirse, su tiempo
límite era hasta que ocurriera la muerte de su hijo,
Matusalén.
En el libro de Judas, se describen 3 profecías del final
de los tiempos:
1) La Segunda Venida de Cristo con incontables
millares de sus santos;
2) el Juicio de Dios;
3) La condición prevalecerá durante los últimos
días.
“Enoc, quien vivió en la séptima generación después
de Adán, profetizó acerca de estas personas. Dijo:
«¡Escuchen! El Señor viene con incontables millares
de sus santos para ejecutar juicio sobre la gente de
este mundo. Declarará culpables a los seres
humanos por todos los actos perversos que cada uno
haya hecho y a los pecadores rebeldes por todos los
insultos que hayan dicho contra Él».” — Judas 14-15
(NTV)
Enoc, a solo 7 generaciones de Adán, pudo ver los
efectos del pecado en el mundo hasta el final de los
tiempos, pudo apreciar la similitud de la humanidad
antes del Diluvio, en los tiempos de Noé (el primer
Juicio de la raza humana a nivel global), y la sociedad
de los últimos días, las cuales estaban totalmente
alejadas de Dios, sin ninguna preocupación por las
cosas espirituales, solo buscando satisfacer los
placeres de su propia carne. Enoc llegó a ser testigo
de la Segunda Venida de Jesucristo, el Juicio de los
creyentes, y al terminar Su Reinado de Mil años aquí
en la tierra, el Juicio final del resto de la humanidad
(y de los ángeles caídos).
“Cuando el Hijo del Hombre regrese, será como en
los días de Noé. En esos días, la gente disfrutaba de
banquetes, fiestas y casamientos, hasta el momento
en que Noé entró en su barco y llegó el diluvio y los
destruyó a todos.” — Lucas 17:26-27 (NTV)
“Enoc se convirtió en el predicador de la justicia e
hizo saber al pueblo lo que Dios le había revelado.
Los que temían al Señor buscaban a este hombre
santo, para compartir su instrucción y sus oraciones.
También trabajó públicamente, dando los mensajes
de Dios a todos los que querían oír las palabras de
advertencia. Su obra no se limitaba a los
descendientes de Set. En la tierra adonde Caín había
tratado de huir de la divina presencia, el profeta de
Dios dio a conocer las maravillosas escenas que
había presenciado en visión…
“Enoc condenaba intrépidamente el pecado.
Mientras predicaba el amor de Dios en Cristo a la
gente de aquel entonces, y les rogaba que
abandonaran sus malos caminos, reprobaba la
prevaleciente iniquidad, y amonestaba a los
hombres de su generación manifestándoles que
vendría el juicio sobre los transgresores. El Espíritu
de Cristo habló por medio de Enoc, y se manifestaba
no sólo en expresiones de amor, compasión y
súplica; pues los santos hombres no hablan sólo
palabras halagadoras, Dios pone en el corazón y en
los labios de sus mensajeros las verdades que han de
expresar a la gente, verdades agudas y cortantes
como una espada de dos filos” (Patriarcas y Profetas,
pág. 65).
SÁBADO
7. Al escuchar la historia de la caída del mismo
Adán, ¿en quién aprendió Enoc a esperar y
confiar para su redención? ¿Cuál era su gran
anhelo? Así como Enoc advirtió al mundo del
diluvio, ¿qué otra catástrofe esperamos al final
de los tiempos?
2 Pedro 3:5-7. Pero ellos intencionalmente ignoran
que, en el tiempo antiguo, los cielos fueron hechos
por la Palabra de Dios, y la tierra surgió del agua y
fue establecida entre aguas. 6Por eso el mundo de
entonces pereció anegado en agua, 7y los cielos y la
tierra de ahora son conservados por la misma
Palabra, guardados para el fuego del día del juicio, y
de la destrucción de los hombres impíos.
Adán y Enoc vivieron 308 años juntos, pero Adán no
presenció la transfiguración de Enoc porque murió
57 años antes de la transfiguración. Sin embargo,
Adán le enseñó a Enoc sobre la vida en el Jardín del
Edén antes de pecar y sobre la vida después de ser
expulsado del jardín. Enoc recibió la Palabra de Dios
transmitida por Adán con un corazón temeroso y la
obedeció. Esto jugó un papel vital en su habilidad
para caminar con Dios y eventualmente ser
aceptado.
Durante trescientos años Enoc buscó la pureza del
corazón a fin de estar en armonía con el Cielo.
Durante tres siglos caminó con Dios. Día tras día
buscó una unión más íntima; esa unión se hizo más
y más estrecha, hasta que Dios lo llevó consigo.
Había estado en el umbral del mundo eterno, a un
paso de la tierra de los bienaventurados; y ahora se
abrieron esos portales, continuó su andar con Dios,
tanto tiempo proseguido en la tierra, y entró por las
puertas de la Santa Ciudad. Fue el primero de los
hombres que llegó allí...
Pedro estaba convencido de que, como el mundo
antiguo fue destruido por agua, el mundo presente
sería destruido por fuego. Dice que eso está
establecido por la misma Palabra. Lo que quiere
decir es que el Antiguo Testamento cuenta la
historia del diluvio en el pasado y advierte de la
destrucción por fuego en el futuro. Hay muchos
pasajes de los profetas que él tomaría literalmente y
que habrán estado en su mente. Joel previó un
tiempo en que Dios haría ver sangre, y fuego, y
columnas de humo (Jl 2:30 ). El salmista presenta un
cuadro en el que, cuando Dios venga, un fuego
devorador Le precederá (Sal 50:3 ). Isaías habla de
una llama de fuego devorador (Isa 29:6 ; Isa 30:30 ).
El Señor vendrá con fuego; con el fuego y con Su
espada tratará el Señor con toda carne (1saías
66:15s). Nahum dice que las colinas se derretirán y
la tierra se quemará ante Su presencia; Su furia será
derramada como fuego (Nah 1:5 s). En el cuadro de
Malaquías, el Día del Señor arderá como un horno
(Mal 4:1 ). Tomando las antiguas figuras, Pedro tiene
abundantes materiales para su profecía.
Hay que recordar siempre que, como los profetas
judíos lo vieron y Pedro también, este mundo será
destruido con la conflagración de Dios, pero el
resultado no será la obliteración y la sombría
repetición de lo que ha sido antes; el resultado será
un nuevo Cielo y una nueva Tierra. Según el punto
de vista bíblico del mundo hay algo más allá de la
destrucción; hay una nueva creación de Dios. Lo
peor que el profeta puede concebir no es la muerte
agónica del viejo mundo sino los dolores del parto
de una nueva era.
“Enoc escuchó de labios de Adán la dolorosa historia
de la caída y la preciosa historia de la
condescendiente gracia de Dios, ofrecida en el don
de su Hijo como Redentor del mundo. La creyó y
confió en ella” (La Verdad Acerca de los Ángeles, pág.
70).
“Enoc era santo. Sirvió a Dios con corazón indiviso.
Se dio cuenta de la corrupción de la familia humana
y se apartó de los descendientes de Caín a quienes
reprendió por su gran maldad. Había en la tierra
quienes reconocían al Señor, lo temían y lo
adoraban. Pero el justo Enoc se sentía tan
perturbado por la creciente maldad de los impíos,
que no se relacionaba con ellos cada día, por temor
de verse afectado por su infidelidad y que sus
pensamientos no siempre se dirigieran a Dios con la
santa reverencia que merecía su carácter excelso. Su
alma se afligía pues todos los días veía cómo
pisoteaban la autoridad divina. Decidió apartarse de
ellos, y pasar la mayor parte del tiempo en soledad,
que dedicaba a la meditación y la oración.
Permanecía ante el Señor y oraba para saber su
voluntad más perfectamente, de manera que la
pudiera cumplir. Dios se comunicaba con Enoc por
medio de sus ángeles y le daba sus divinas
instrucciones. Le hizo saber que no siempre
contendería con el hombre en su rebelión, que su
propósito era destruir la raza pecadora mediante las
aguas de un diluvio que caería sobre la tierra”
(Historia de la Redención, pág. 59).
ESTUDIO
ADICIONAL—BENEFICIOS
DEL
EJERCICIO FÍSICO
“Cuando se hace ejercicio físico, la circulación se
aviva. El corazón recibe sangre más rápidamente y
la envía a los pulmones también con mayor rapidez.
Los pulmones trabajan más vigorosamente,
suministrando una mayor cantidad de sangre, la
cual es enviada con mayor fuerza por todo el
organismo. El ejercicio proporciona nueva vida y
fortaleza a cada parte del cuerpo. “Los nervios ganan
o pierden vigor de acuerdo con la forma en que son
tratados. Si son exigidos demasiado tiempo y muy
severamente, quedan extenuados y debilitados. Si
son empleados adecuadamente, se fortalecen.
Para tener salud debe mantenerse el equilibrio en la
actividad. La mente debe armonizar con ella, si se
han de verificar los beneficios. Si el ejercicio físico es
considerado un tráfago, si la mente no se interesa en
el ejercicio de las diferentes partes del cuerpo [no se
notarán los beneficios]. La mente debe interesarse
en el ejercicio de los músculos” (Reflejemos a Jesús,
pág. 139).
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